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Condenan a siete meses de prisión a soldado en Indonesia por homosexualidad

Sábado, 7 de agosto de 2021
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thumbs_b2_bbd56fbd6b2f555d2c266e7a6c15c609Foto: difusión

El soldado fue expulsado del Ejército, según la decisión del tribunal con fecha el 15 de julio dada a conocer esta semana.

La homosexualidad es legal en Indonesia, pero el código militar lo considera como un comportamiento que atenta contra la reputación del Ejército.

El tribunal militar de Indonesia condenó a un soldado a siete meses de prisión por mantener relaciones sexuales con otro hombre, actos que, según su código castrense, están prohibidos. “El acusado había sido advertido por sus superiores de que todo comportamiento LGTB estaba prohibido (…), pero persistió”, indica el documento de la sentencia, de 71 páginas.

Las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo “se consideran un comportamiento sexual desviado (…) y atentan contra la reputación del Ejército”, se precisa.

El soldado, que estaba en la base de Kalimantán, la parte de la isla de Borneo, también fue expulsado de dicha institución, según la decisión del tribunal con fecha el 15 de julio y dada a conocer esta semana.

La homosexualidad es legal en Indonesia, país que cuenta con la mayor población musulmana del mundo, salvo en la provincia de Aceh, donde rige la sharia (ley que incluye como graves faltas la homosexualidad, la desobediencia de las mujeres hacia la autoridad del padre o el esposo, las relaciones con infieles, entre otros, y las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo se castigan con azotes.

Indonesia, un infierno para la diversidad LGTB

En 2018, informábamos de la detención de  diez mujeres, acusadas de «conducta lésbica». Antes, recogíamos, precisamente, la detención de cuatro personas en Banda Aceh, a manos de patrullas ciudadadanas, acusadas de «practicar la homosexualidad»: tres varones y una mujer transexual, que se enfrentan a penas que incluyen los mencionados castigos físicos. A principios del 2018 recogíamos el descarnado caso de LGTBfobia de Estado en Indonesia. La policía de Aceh detuvo a doce mujeres trans, les afeitó el cabello y las obligó a vestirse como«hombres normales». En Aceh, desde 2005 rige la sharia o ley islámica gracias a la autonomía que le fue concedida al firmar la paz con los separatistas, poco después del tsunami que asoló la región. En septiembre de 2014, además se aprobó una terrible ley que castiga las relaciones homosexuales con la pena de recibir cien azotes en público con una vara de ratán. La legislación entraba en vigor en octubre de 2015 y fue aplicada, entre otras ocasiones, en mayo de 2017 a dos jóvenes de 20 y 23 años. En el mismo mes de octubre de 2015 nos hacíamos eco de la detención de dos jóvenes lesbianas (de 18 y 19 años) por abrazarse públicamente y confesar que eran pareja. Según el jefe de la policía islámica las chicas serían “sometidas a rehabilitación con la participación de psicólogos en dependencias sociales”.

Indonesia también votó en 2014 en contra de la resolución del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas contra la homofobia y la transfobia y ha sido calificado, por su propia población, como un mal lugar para vivir si eres gay o lesbiana (solo un 2% opina lo contrario) en una encuesta de Gallup.

En el mes de octubre de 2016, informábamos de la detención de una pareja gay por subir a su cuenta de Facebook unas fotos besándose, junto con un mensaje de amor, que fue considerada por las autoridades como “pornografía”. A estos hechos se suman un deterioro homófobo que reconocía el presidente Joko Widodo, quien lejos de atajarla ha llegado a aprobar medidas discriminatorias, como confiscar preservativos, o la persecución de webs LGTB, bloqueando aplicaciones de citas entre personas del mismo sexo o autorizar formas de discriminación laboralcon el veto de aspirantes LGTB a plazas públicas, el cierre de la única escuela y mezquita para personas trans de Indonesia, aparte de permitir las irresponsables declaraciones homofóbicas de políticos y alcaldes demonizando al colectivo LGBTy la radicalización de líderes religiosos que han llegado a fomentar el boicot a empresas internacionales que apoyan al colectivo LGBT.

En diciembre de 2017 nos hacíamos eco la condena de diez hombres a dos años de cárcel en Indonesia por participar en una supuesta «fiesta gay» en Yakarta, la capital de este país asiático. A diferencia de Aceh, en Yakarta las relaciones homosexuales no son ilegales, por lo que los detenidos fueron condenados por violar la ley contra la pornografía.

El hecho de que se utilice esta ley para perseguir penalmente la homosexualidad en un territorio en el que supuestamente esta no está criminalizada pone de manifiesto la gravedad de la situación que se vive hoy día en Indonesia. De hecho, solo en las provincias autónomas de Aceh y Sumatra Meridional, en las cuales se aplica la sharía o ley islámica (en Aceh a todos los ciudadanos, en Sumatra Meridional solo a los musulmanes, que en cualquier caso son mayoría), las relaciones homosexuales son formalmente ilegales, castigándose incluso con castigos físicos.

Pero también en el resto del país la situación se está deteriorando. Ya lo recogíamos en febrero de 2016, cuando hacíamos alusión a la ola de LGTBfobia protagonizada por políticos y líderes religiosos. Desde entonces, por desgracia, no hemos dejado de conocer casos de detenciones y abusos. Un ejemplo es la redada de mayo de 2017 en el que la policía indonesia detenía en Yakarta a 141 hombres por asistir a lo que las autoridades han calificado como una supuesta “fiesta de sexo gay”, pese a que la homosexualidad no es ilegal en la capital y que desembocó en la citada condena de diez hombres, pero ha habido muchos otros. Días antes de aquella redada, otros ocho hombres eran detenidos, igualmente acusados de celebrar una «fiesta gay» en Surabaya, la segunda ciudad del país. En Java Occidental, la provincia más poblada de Indonesia, el jefe de policía hizo pública por su parte su intención de constituir un grupo de trabajo policial para investigar la actividad de personas LGTB. Y en octubre de 2017 tuvo lugar otra redada en un local de ambiente gay de Yakarta, en la que fueron detenidos 51 hombres. Una estigmatización a la que también ha contribuido la decisión de la Asociación Psiquiátrica Indonesia de clasificar la homosexualidad, la bisexualidad y la transexualidad como trastornos mentales.

Esta espantosa situación podría agravarse de prosperar la iniciativa legislativa que pretende castigar en todo el país las relaciones homosexuales con penas de hasta cinco años de prisión. Sin embargo, en diciembre también aludíamos al “respiro provisional” que había supuesto la decisión del Tribunal Constitucional de Indonesia de rechazar una propuesta de criminalización de las relaciones sexuales entre personas no casadas, cuyo objetivo principal no era otro que el de castigar por vía indirecta las relaciones homosexuales. Poco duraba el respiro, por desgracia.

En julio de 2020 conocíamos que Indonesia podría aprobar en 2021 los “exorcismos” a personas LGTB+. Y en febrero de este año, una pareja gay era condenada a 154 latigazos por tener relaciones sexuales.

 

Fuente Agencias

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La despenalización de la homosexualidad entra en vigor en Angola

Martes, 23 de febrero de 2021
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índiceEl pasado 9 de febrero entraba por fin el vigor la despenalización de las relaciones homosexuales en Angola. Aunque la reforma del Código Penal que lo ha hecho posible fue aprobada en 2019 (en su momento nos hicimos eco) el proceso de confirmación por parte del presidente del país ha supuesto un considerable retraso en su entrada en vigor. Por fortuna, ya hoy podemos decir que Angola abandona el todavía numeroso grupo de países que criminaliza la homosexualidad. 

Tras la aprobación de la reforma del viejo Código Penal (heredado de la época colonial portuguesa) por el Parlamento angoleño en enero de 2019, el presidente del país, João Lourenço, hizo uso de su derecho de veto, al considerar que las penas que contemplaba el nuevo texto no eran suficientemente duras. Después de que el Parlamento hiciera algunos cambios para acomodar las observaciones del presidente, el texto fue definitivamente aprobado en noviembre de 2020, aunque no ha sido hasta el 9 de febrero cuando ha entrado en vigor. Por fortuna, la despenalización de las relaciones homosexuales no fue objeto de discusión en la revisión del texto.

La noticia es aún mejor si se considera que el cambio no se limita a la despenalización de las relaciones homosexuales, ya que se suma además la prohibición de la discriminación en base a la orientación sexual de las personas. Así, por ejemplo, rechazar a un trabajador o negarse a prestar servicios a un ciudadano por su orientación sexual podría costar hasta dos años de cárcel.

Es cierto que en Angola, a diferencia de otros países de África, la homosexualidad no ha sido objeto de una persecución sistemática, pero la persistencia del viejo Código Penal, que castigaba cualquier tipo de relación homosexual, mantenía en una situación especialmente vulnerable al colectivo LGTBI, que al menos se ve liberado ahora del miedo de acabar en la cárcel. Una mejora que se venía gestando desde hace varios años. Ya en 2017 el informe sobre homofobia de Estado de ILGA dejaba entrever una buena predisposición por parte de las autoridades angoleñas a modificar la situación. «En 2013, la delegación de Angola respondió a una pregunta del Comité de Derechos Humanos de la ONU sobre discriminación social de las personas en función de su orientación sexual, diciendo: ‘El principio de igualdad se encuentra consagrado en la Constitución, pero mensurar la discriminación contra los homosexuales en la sociedad es difícil. Sin embargo, las actitudes culturales estarían cambiando. Por ejemplo, la representación de dos parejas de personas del mismo sexo en una telenovela angoleña no fue condenada por los televidentes», podía leerse en el informe de aquel año, que también destacaba como hecho positivo que la institución nacional encargada de los derechos humanos incluyese la orientación sexual en sus trabajos. Precisamente en junio de 2018 anticipamos la mejora de la situación del colectivo LGTB en Angola, cuando recogimos la noticia de la legalización del primer colectivo LGTB en la historia del país, Íris Angola.

Alrededor de 70 países y territorios siguen penalizando la homosexualidad

De acuerdo al último informe de ILGA, 69 países miembros Naciones Unidas continúan penalizando en sus leyes las relaciones consentidas entre adultos del mismo sexo. Uno de esos 69 países es Bután, cuyo Parlamento ya ha aprobado la despenalización, pero aún debe sancionarla el rey. En las legislaciones de otros dos países, Egipto e Irak, no aparecen específicamente penalizadas las relaciones homosexuales, pero lo están de facto, al imputarse delitos contra la decencia o el escándalo público. En Irak, además, tribunales populares castigan este tipo de relaciones al aplicar la sharía o ley islámica.

A esta lista hay que añadir otros 3 territorios: Indonesia (donde la penalización de las relaciones sexuales rige en las regiones de Aceh y Sumatra Meridional), las Islas Cook (una región autónoma de Nueva Zelanda) y la franja de Gaza, donde están vigentes leyes heredadas del pasado colonial británico y existe la amenaza de adaptación de las leyes a la sharía.

Además, según el informe de ILGA, en Corea del Sur no se castigan las relaciones homosexuales en su Código Penal, pero su Ley Penal Militar sí que las tipifica como «actos indecentes», estableciendo penas de prisión con trabajos forzados de hasta dos años.

Fuente Dosmanzanas

 

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Pareja gay condenada a 154 latigazos por tener relaciones sexuales en Indonesia

Martes, 2 de febrero de 2021
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bc55caf5-113b-42dc-b970-07da691490be_alta-libre-aspect-ratio_default_0La pareja fue descubierta manteniendo relaciones sexuales en Aceh, donde rige la ley islámica

Para los que dicen que no es necesario el Día Internacional del Orgullo Gay, o el Día Internacional contra la Homofobia… Sí, hace falta un día del orgullo gay. Hay que seguir reivindicando y saliendo a las calles por los que no pueden hacerlo, por los que no están y los que vendrán. Y por noticias como esta: una pareja gay adulta en Indonesia es castigada con 3 meses de prisión y 154 latigazos (77 para cada uno) por tener sexo consentido. Según la sharia, la sodomía tiene pena de prisión y 80 latigazos… que después redujeron a 77.

La Sharia permite que un hombre se case con 4 mujeres, pero criminaliza la orientación sexual, violando el derecho internacional, algo que en pleno siglo XXI aún sucede en un tercio de los países del mundo. En doce de ellos estos casos se castigan con la pena de muerte, como indica el último informe de ILGA sobre la Homofobia de Estado en 2020.

Ya no es que sea imposible adoptar o acceder al matrimonio igualitario, es que hay países en los que ser gay es un delito penado con la muerte, con la cárcel e incluso con castigos físicos propios de épocas lejanas que tristemente han llegado hasta nuestros días. Indonesia es precisamente uno de esos países.

Dos hombres recibieron 77 latigazos en público en la conservadora provincia de Aceh, en el noroeste de Indonesia, tras ser hallados culpables de mantener relaciones sexuales entre ellos. Los hombres, de 28 y 27 años, fueron descubiertos en noviembre cuando mantenían relaciones en una habitación que habían alquilado, tal y como ha explicado Zakwan Shi, portavoz de la Policía.

 “Ambos fueron pillados por el arrendador, que sospechó cuando vio pasar varios hombres a la habitación”, afirmó Zakwan en declaraciones a la agencia de noticias DPA .“La aplicación de la ley islámica es definitiva, no importa de quien se trate, e incluso los visitantes deben respetar las normas locales”, explicó Heru Triwijanarko, oficial encargado del mantenimiento del orden.

No hubo más clemencia y el castigo se ejecutó con ellos arrodillados en medio de un tumulto y con sus respectivas madres presenciándolo. Las imágenes han recorrido todo el mundo y son estremecedoras, el sonido, la vara de madera, los verdugos ataviados con máscara… todo.

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Los dos hombres, vestidos con una túnica blanca, se retorcían de dolor y suplicaron una pausa. El castigo fue brevemente interrumpido y pudieron beber agua antes de que continuara el suplicio. La madre de uno de ellos se desmayó.

Los dos fueron condenados a recibir 80 varazos pero finalmente recibieron 77 en un parque público de Banda Aceh, la capital provincial. Aceh es la única provincia de Indonesia donde rige la Sharia, o ley islámica, que tipifica como delitos las relaciones entre personas del mismo sexo, el juego y las apuestas, beber y vender bebidas alcohólicas, la violación, el acoso sexual y el adulterio.

El suceso de por sí es espeluznante, pero aún pone más los pelos de punta que haya gente que acuda a verlo o las declaraciones que presenciamos después. Llama la atención que dos mujeres jóvenes expliquen que el castigo no es suficiente, que deberían hacer algo más para reeducarlos (sic).

Indonesia, un infierno para la diversidad LGTB

En 2018, informábamos de la detención de  diez mujeres, acusadas de «conducta lésbica». Antes, recogíamos, precisamente, la detención de cuatro personas en Banda Aceh, a manos de patrullas ciudadadanas, acusadas de «practicar la homosexualidad»: tres varones y una mujer transexual, que se enfrentan a penas que incluyen los mencionados castigos físicos. A principios del 2018 recogíamos el descarnado caso de LGTBfobia de Estado en Indonesia. La policía de Aceh detuvo a doce mujeres trans, les afeitó el cabello y las obligó a vestirse como«hombres normales». En Aceh, desde 2005 rige la sharia o ley islámica gracias a la autonomía que le fue concedida al firmar la paz con los separatistas, poco después del tsunami que asoló la región. En septiembre de 2014, además se aprobó una terrible ley que castiga las relaciones homosexuales con la pena de recibir cien azotes en público con una vara de ratán. La legislación entraba en vigor en octubre de 2015 y fue aplicada, entre otras ocasiones, en mayo de 2017 a dos jóvenes de 20 y 23 años. En el mismo mes de octubre de 2015 nos hacíamos eco de la detención de dos jóvenes lesbianas (de 18 y 19 años) por abrazarse públicamente y confesar que eran pareja. Según el jefe de la policía islámica las chicas serían “sometidas a rehabilitación con la participación de psicólogos en dependencias sociales”.

Indonesia también votó en 2014 en contra de la resolución del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas contra la homofobia y la transfobia y ha sido calificado, por su propia población, como un mal lugar para vivir si eres gay o lesbiana (solo un 2% opina lo contrario) en una encuesta de Gallup.

En el mes de octubre de 2016, informábamos de la detención de una pareja gay por subir a su cuenta de Facebook unas fotos besándose, junto con un mensaje de amor, que fue considerada por las autoridades como “pornografía”. A estos hechos se suman un deterioro homófobo que reconocía el presidente Joko Widodo, quien lejos de atajarla ha llegado a aprobar medidas discriminatorias, como confiscar preservativos, o la persecución de webs LGTB, bloqueando aplicaciones de citas entre personas del mismo sexo o autorizar formas de discriminación laboralcon el veto de aspirantes LGTB a plazas públicas, el cierre de la única escuela y mezquita para personas trans de Indonesia, aparte de permitir las irresponsables declaraciones homofóbicas de políticos y alcaldes demonizando al colectivo LGBTy la radicalización de líderes religiosos que han llegado a fomentar el boicot a empresas internacionales que apoyan al colectivo LGBT.

En diciembre de 2017 nos hacíamos eco la condena de diez hombres a dos años de cárcel en Indonesia por participar en una supuesta «fiesta gay» en Yakarta, la capital de este país asiático. A diferencia de Aceh, en Yakarta las relaciones homosexuales no son ilegales, por lo que los detenidos fueron condenados por violar la ley contra la pornografía.

El hecho de que se utilice esta ley para perseguir penalmente la homosexualidad en un territorio en el que supuestamente esta no está criminalizada pone de manifiesto la gravedad de la situación que se vive hoy día en Indonesia. De hecho, solo en las provincias autónomas de Aceh y Sumatra Meridional, en las cuales se aplica la sharía o ley islámica (en Aceh a todos los ciudadanos, en Sumatra Meridional solo a los musulmanes, que en cualquier caso son mayoría), las relaciones homosexuales son formalmente ilegales, castigándose incluso con castigos físicos.

Pero también en el resto del país la situación se está deteriorando. Ya lo recogíamos en febrero de 2016, cuando hacíamos alusión a la ola de LGTBfobia protagonizada por políticos y líderes religiosos. Desde entonces, por desgracia, no hemos dejado de conocer casos de detenciones y abusos. Un ejemplo es la redada de mayo de 2017 en el que la policía indonesia detenía en Yakarta a 141 hombres por asistir a lo que las autoridades han calificado como una supuesta “fiesta de sexo gay”, pese a que la homosexualidad no es ilegal en la capital y que desembocó en la citada condena de diez hombres, pero ha habido muchos otros. Días antes de aquella redada, otros ocho hombres eran detenidos, igualmente acusados de celebrar una «fiesta gay» en Surabaya, la segunda ciudad del país. En Java Occidental, la provincia más poblada de Indonesia, el jefe de policía hizo pública por su parte su intención de constituir un grupo de trabajo policial para investigar la actividad de personas LGTB. Y en octubre de 2017 tuvo lugar otra redada en un local de ambiente gay de Yakarta, en la que fueron detenidos 51 hombres. Una estigmatización a la que también ha contribuido la decisión de la Asociación Psiquiátrica Indonesia de clasificar la homosexualidad, la bisexualidad y la transexualidad como trastornos mentales.

Esta espantosa situación podría agravarse de prosperar la iniciativa legislativa que pretende castigar en todo el país las relaciones homosexuales con penas de hasta cinco años de prisión. Sin embargo, en diciembre también aludíamos al “respiro provisional” que había supuesto la decisión del Tribunal Constitucional de Indonesia de rechazar una propuesta de criminalización de las relaciones sexuales entre personas no casadas, cuyo objetivo principal no era otro que el de castigar por vía indirecta las relaciones homosexuales. Poco duraba el respiro, por desgracia.

En julio de 2020 conocíamos que Indonesia podría aprobar en 2021 los “exorcismos” a personas LGTB+.

 

Fuente El Periódico/Cristianos Gays

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Padres enfurecidos realizan una protesta fuera de la escuela después de descubrir que el director es gay

Jueves, 31 de diciembre de 2020
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mqe6w7c16xxn3ihnv4ryFoto: Dok. Istimewa

Padres furiosos realizaron una protesta frente a una escuela en Medan, Indonesia, exigiendo que el director renunciara después de que lo denunciaran como gay en las redes sociales.

Decenas de padres se reunieron fuera de la escuela el miércoles (23 de diciembre) con carteles que decían: “Protege a nuestros hijos, no esperes a las víctimas”, según Kumparan.

Un padre le dijo a los periodistas locales que el director, que no ha sido nombrado públicamente, fue declarado gay en Facebook en abril de este año. “Este caso fue hace mucho tiempo, hace cuatro meses se volvió viral en Facebook, lo que reveló la naturaleza de la relación entre el director y su amigo”, dijo un padre llamado Raiman.

El padre dijo que el director de la escuela admitió más tarde haber tenido relaciones sexuales con hombres, pero dijo que hacerlo era un “error” y que se abstendría de volver a hacerlo. “Tenemos miedo, porque en Facebook, se dijo que no solo una, sino varias veces [tuvo sexo] con otros hombres”, agregó el padre.

Los padres en Indonesia afirmaron que el director gay podía abusar de los niños.

Raiman continuó trazando paralelismos entre la homosexualidad y la pedofilia, un tropo homofóbico profundamente ofensivo, al afirmar que los padres temían que el director pudiera abusar de sus hijos.

Dijo que temía que el director recopilara imágenes de CCTV de niños usando los baños de la escuela.

“No permitan que nuestros hijos se conviertan en víctimas”, dijo, y agregó que 300 padres habían firmado una petición pidiendo su destitución inmediata de su cargo.

Según los informes, el director de la escuela acordó renunciar luego de una reacción violenta en julio y presentó una carta de renuncia en el verano; sin embargo, ha continuado dirigiendo la escuela.

La junta de educación de la ciudad ha dicho que investigará el asunto luego de la protesta de los padres fuera de la escuela.

Los derechos LGBT + en Indonesia están muy por detrás de otros países. Si bien las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo son legales en la mayor parte del país, las personas queer a menudo enfrentan persecución, violencia y estigma por vivir como ellos mismos.

En algunas regiones, como Aceh, y para los musulmanes de la ciudad de Palembang, el sexo gay se castiga con la flagelación. En noviembre, una pareja gay de Aceh fue sacada a la fuerza de sus casas y llevada a una comisaría debido a su “orientación sexual ilegal”.

Escalada de LGTBfobia de Estado en Indonesia

Hace casi un año, informábamos de la detención de  diez mujeres, acusadas de «conducta lésbica». Antes, recogíamos, precisamente, la detención de cuatro personas en Banda Aceh, a manos de patrullas ciudadadanas, acusadas de «practicar la homosexualidad»: tres varones y una mujer transexual, que se enfrentan a penas que incluyen los mencionados castigos físicos. A principios del 2018 recogíamos el descarnado caso de LGTBfobia de Estado en Indonesia. La policía de Aceh detuvo a doce mujeres trans, les afeitó el cabello y las obligó a vestirse como«hombres normales». En Aceh, desde 2005 rige la sharia o ley islámica gracias a la autonomía que le fue concedida al firmar la paz con los separatistas, poco después del tsunami que asoló la región. En septiembre de 2014, además se aprobó una terrible ley que castiga las relaciones homosexuales con la pena de recibir cien azotes en público con una vara de ratán. La legislación entraba en vigor en octubre de 2015 y fue aplicada, entre otras ocasiones, el pasado mes de mayo a dos jóvenes de 20 y 23 años. En el mismo mes de octubre de 2015 nos hacíamos eco de la detención de dos jóvenes lesbianas (de 18 y 19 años) por abrazarse públicamente y confesar que eran pareja. Según el jefe de la policía islámica las chicas serían “sometidas a rehabilitación con la participación de psicólogos en dependencias sociales”.

Indonesia también votó en 2014 en contra de la resolución del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas contra la homofobia y la transfobia y ha sido calificado, por su propia población, como un mal lugar para vivir si eres gay o lesbiana (solo un 2% opina lo contrario) en una encuesta de Gallup.

En el mes de octubre de 2016, informábamos de la detención de una pareja gay por subir a su cuenta de Facebook unas fotos besándose, junto con un mensaje de amor, que fue considerada por las autoridades como “pornografía”. A estos hechos se suman un deterioro homófobo que reconocía el presidente Joko Widodo, quien lejos de atajarla ha llegado a aprobar medidas discriminatorias, como confiscar preservativos, o la persecución de webs LGTB, bloqueando aplicaciones de citas entre personas del mismo sexo o autorizar formas de discriminación laboralcon el veto de aspirantes LGTB a plazas públicas, el cierre de la única escuela y mezquita para personas trans de Indonesia, aparte de permitir las irresponsables declaraciones homofóbicas de políticos y alcaldes demonizando al colectivo LGBTy la radicalización de líderes religiosos que han llegado a fomentar el boicot a empresas internacionales que apoyan al colectivo LGBT.

En diciembre de 2017 nos hacíamos eco la condena de diez hombres a dos años de cárcel en Indonesia por participar en una supuesta «fiesta gay» en Yakarta, la capital de este país asiático. A diferencia de Aceh, en Yakarta las relaciones homosexuales no son ilegales, por lo que los detenidos fueron condenados por violar la ley contra la pornografía.

El hecho de que se utilice esta ley para perseguir penalmente la homosexualidad en un territorio en el que supuestamente esta no está criminalizada pone de manifiesto la gravedad de la situación que se vive hoy día en Indonesia. De hecho, solo en las provincias autónomas de Aceh y Sumatra Meridional, en las cuales se aplica la sharía o ley islámica (en Aceh a todos los ciudadanos, en Sumatra Meridional solo a los musulmanes, que en cualquier caso son mayoría), las relaciones homosexuales son formalmente ilegales, castigándose incluso con castigos físicos.

Pero también en el resto del país la situación se está deteriorando. Ya lo recogíamos en febrero de 2016, cuando hacíamos alusión a la ola de LGTBfobia protagonizada por políticos y líderes religiosos. Desde entonces, por desgracia, no hemos dejado de conocer casos de detenciones y abusos. Un ejemplo es la redada de mayo de 2017 en el que la policía indonesia detenía en Yakarta a 141 hombres por asistir a lo que las autoridades han calificado como una supuesta “fiesta de sexo gay”, pese a que la homosexualidad no es ilegal en la capital y que desembocó en la citada condena de diez hombres, pero ha habido muchos otros. Días antes de aquella redada, otros ocho hombres eran detenidos, igualmente acusados de celebrar una «fiesta gay» en Surabaya, la segunda ciudad del país. En Java Occidental, la provincia más poblada de Indonesia, el jefe de policía hizo pública por su parte su intención de constituir un grupo de trabajo policial para investigar la actividad de personas LGTB. Y en octubre de 2017 tuvo lugar otra redada en un local de ambiente gay de Yakarta, en la que fueron detenidos 51 hombres. Una estigmatización a la que también ha contribuido la decisión de la Asociación Psiquiátrica Indonesia de clasificar la homosexualidad, la bisexualidad y la transexualidad como trastornos mentales.

Esta espantosa situación podría agravarse de prosperar la iniciativa legislativa que pretende castigar en todo el país las relaciones homosexuales con penas de hasta cinco años de prisión. Sin embargo, en diciembre también aludíamos al “respiro provisional” que había supuesto la decisión del Tribunal Constitucional de Indonesia de rechazar una propuesta de criminalización de las relaciones sexuales entre personas no casadas, cuyo objetivo principal no era otro que el de castigar por vía indirecta las relaciones homosexuales. Poco duraba el respiro, por desgracia.

Y, por si fuera poco… Indonesia podría aprobar en 2021 los “exorcismos” a personas LGTB+.

Fuente Kumparan/Cristianos Gays

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Indonesia podría aprobar en 2021 los “exorcismos” a personas LGTB+

Martes, 21 de julio de 2020
Comentarios desactivados en Indonesia podría aprobar en 2021 los “exorcismos” a personas LGTB+

indonesia-latizagos-homofobia-696x522Comienza a debatirse el proyecto de ley de los conservadores islámicos que, entre otras barbaridades, obligaría a personas homosexuales y transgénero a someterse a un “exorcismo” para ser “rehabilitados”

Que la situación del colectivo LGTB+ en Indonesia lleva años siendo muy preocupante es algo que todos sabemos ya. Un exorcismo para que dejes de ser homosexual,  viene a ser lo mismo que aún se hace en países como Estados Unidos o España: una terapia de conversión.

En Indonesia no es ilegal ser homosexual salvo en la provincia de Aceh, un territorio autónomo que lleva ya tiempo persiguiendo al colectivo LGTB+. Pero el radicalismo en el país del mundo con más número de musulmanes se va extendiendo y el apoyo a la aplicación de la ley islámica es cada vez mayor en las encuestas. Como explica Andreas Harsono, investigador de la Human Rights Watch en el país, “la democratización del país, el asesinato de los comunistas hace unos años y la desaparición de algunas organizaciones que hacían de balanza al avance del islam han desaparecido“. Además la influencia de países como Arabia Saudí “que persiguen a la comunidad LGTBI” es cada vez más importante.

Este avance del radicalismo ha llevado a los conservadores islámicos a presentar hace unos meses un proyecto de ley llamado “Ley de Resiliencia Familiar” que tiene como objetivo que las familias sean “más fuertes y resilientes“. Una de las formas de conseguir eso, según esta panda de iluminados, es dejar claro que las tareas domésticas son obligación de la mujer.

Y otra de las formas de fortalecer a una familia es obligar a los miembros de la misma a denunciar a cualquier miembro de “orientación sexual desafiante” para que sea internado en un centro de rehabilitación. Donde se les someterá a un “exorcismo” y saldrán siendo igual de homosexuales, pero ahora torturados y con menos ganas de vivir.

Se supone que la familia es el primer y más grande sistema de apoyo” explica Usman Hamid, director de Amnistía Internacional en Indonesia, “pero esto claramente contradice el espíritu de fortalecerla“. Porque nada une más a una familia que matar al primo maricón.

Hamid ha explicado a El País que, por ahora, no parece que el debate sobre la ley avance en el comité que se encarga de evaluarla, e incluso el portavoz adjunto de la Asamblea Consultiva del Pueblo ha solicitado su retirada. Entre otras cosas porque, si se aprueba, el país vulnerará sin miramientos un buen número de derechos humanos. Pero desde la Human Rights Watch creen que la ley saldrá adelante en 2021, puesto que se ha incluido en la lista de prioridades del Programa de Legislación Nacional.

Y es que, como explica Harsono de la HRW, en un país con más de 219 millones de musulmanes (un 84% de la población) las creencias tribales y chamanistas se han incorporado a la identidad cultural y por eso los exorcismos son “una práctica que está en aumento“; no solo para “rehabilitar” a personas LGTB+, sino que es habitual que se utilicen también en caso de enfermedad mental o para limpiar pueblos en los que han aparecido espíritus malvados.

La homosexualidad es legal en todas partes en Indonesia, excepto en Aceh, una provincia con cierta autonomía localizada en el extremo norte de la isla de Sumatra, donde rige la ley islámica y las relaciones sexuales con personas del mismo sexo son castigados con latigazos públicos. En 2018, la policía detuvo a un grupo de mujeres trans en esta misma región y las humilló públicamente cortándoles el pelo y obligándoles a vestirse con ropa masculina.

Más allá de Aceh, las encuestas de los últimos años indican que la intolerancia y el radicalismo están en aumento en toda Indonesia. Una proporción significativa de la población apoya la implementación de la ley islámica, la sharia, según una encuesta realizada en 2017 por el Instituto ISEAS-Yusof Ishak en Singapur. El 82% de los 1.620 encuestados también consideran que el uso del hiyab o el velo islámico es un signo importante de religiosidad para las mujeres. Según otra encuesta elaborada por una organización radicada en Yakarta el mismo año, uno de cada cinco estudiantes apoya el establecimiento de un califato.

En esta evolución han contribuido muchos factores. Harsono, de HRW, menciona como ejemplo “la democratización del país, el asesinato de los comunistas hace unos años y la desaparición de algunas organizaciones que hacían de balanza al avance del islam han desaparecido”. El investigador argumenta que, mientras tanto, las influencias de los saudíes y de otras corrientes de oriente medio que persiguen a la comunidad LGTBI siguen creciendo”.

Las propuestas en el nuevo proyecto de ley están siendo combatidas por los defensores de los derechos humanos. Para Charles Santiago, miembro del Parlamento de Malasia y presidente del grupo Parlamentarios del Sudeste de Asia por los Derechos Humanos (APHR), se ha demostrado que estas supuestas terapias son extremadamente dañinas para las personas LGTBI, ya que están relacionadas “con la depresión, la ansiedad y el suicidio”.

Las personas LGTBI en Indonesia ya enfrentan una creciente persecución y odio; por lo tanto, la presentación de un proyecto de ley que legitima una mayor discriminación contra ellos “es una preocupación importante y puede aislar todavía más a la comunidad”, concluye Santiago.

Escalada de LGTBfobia de Estado en Indonesia

Hace casi un año, informábamos de la detención de  diez mujeres, acusadas de «conducta lésbica». Antes, recogíamos, precisamente, la detención de cuatro personas en Banda Aceh, a manos de patrullas ciudadadanas, acusadas de «practicar la homosexualidad»: tres varones y una mujer transexual, que se enfrentan a penas que incluyen los mencionados castigos físicos. A principios del 2018 recogíamos el descarnado caso de LGTBfobia de Estado en Indonesia. La policía de Aceh detuvo a doce mujeres trans, les afeitó el cabello y las obligó a vestirse como«hombres normales». En Aceh, desde 2005 rige la sharia o ley islámica gracias a la autonomía que le fue concedida al firmar la paz con los separatistas, poco después del tsunami que asoló la región. En septiembre de 2014, además se aprobó una terrible ley que castiga las relaciones homosexuales con la pena de recibir cien azotes en público con una vara de ratán. La legislación entraba en vigor en octubre de 2015 y fue aplicada, entre otras ocasiones, el pasado mes de mayo a dos jóvenes de 20 y 23 años. En el mismo mes de octubre de 2015 nos hacíamos eco de la detención de dos jóvenes lesbianas (de 18 y 19 años) por abrazarse públicamente y confesar que eran pareja. Según el jefe de la policía islámica las chicas serían “sometidas a rehabilitación con la participación de psicólogos en dependencias sociales”.

Indonesia también votó en 2014 en contra de la resolución del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas contra la homofobia y la transfobia y ha sido calificado, por su propia población, como un mal lugar para vivir si eres gay o lesbiana (solo un 2% opina lo contrario) en una encuesta de Gallup.

En el mes de octubre de 2016, informábamos de la detención de una pareja gay por subir a su cuenta de Facebook unas fotos besándose, junto con un mensaje de amor, que fue considerada por las autoridades como “pornografía”. A estos hechos se suman un deterioro homófobo que reconocía el presidente Joko Widodo, quien lejos de atajarla ha llegado a aprobar medidas discriminatorias, como confiscar preservativos, o la persecución de webs LGTB, bloqueando aplicaciones de citas entre personas del mismo sexo o autorizar formas de discriminación laboralcon el veto de aspirantes LGTB a plazas públicas, el cierre de la única escuela y mezquita para personas trans de Indonesia, aparte de permitir las irresponsables declaraciones homofóbicas de políticos y alcaldes demonizando al colectivo LGBTy la radicalización de líderes religiosos que han llegado a fomentar el boicot a empresas internacionales que apoyan al colectivo LGBT.

En diciembre de 2017 nos hacíamos eco la condena de diez hombres a dos años de cárcel en Indonesia por participar en una supuesta «fiesta gay» en Yakarta, la capital de este país asiático. A diferencia de Aceh, en Yakarta las relaciones homosexuales no son ilegales, por lo que los detenidos fueron condenados por violar la ley contra la pornografía.

El hecho de que se utilice esta ley para perseguir penalmente la homosexualidad en un territorio en el que supuestamente esta no está criminalizada pone de manifiesto la gravedad de la situación que se vive hoy día en Indonesia. De hecho, solo en las provincias autónomas de Aceh y Sumatra Meridional, en las cuales se aplica la sharía o ley islámica (en Aceh a todos los ciudadanos, en Sumatra Meridional solo a los musulmanes, que en cualquier caso son mayoría), las relaciones homosexuales son formalmente ilegales, castigándose incluso con castigos físicos.

Pero también en el resto del país la situación se está deteriorando. Ya lo recogíamos en febrero de 2016, cuando hacíamos alusión a la ola de LGTBfobia protagonizada por políticos y líderes religiosos. Desde entonces, por desgracia, no hemos dejado de conocer casos de detenciones y abusos. Un ejemplo es la redada de mayo de 2017 en el que la policía indonesia detenía en Yakarta a 141 hombres por asistir a lo que las autoridades han calificado como una supuesta “fiesta de sexo gay”, pese a que la homosexualidad no es ilegal en la capital y que desembocó en la citada condena de diez hombres, pero ha habido muchos otros. Días antes de aquella redada, otros ocho hombres eran detenidos, igualmente acusados de celebrar una «fiesta gay» en Surabaya, la segunda ciudad del país. En Java Occidental, la provincia más poblada de Indonesia, el jefe de policía hizo pública por su parte su intención de constituir un grupo de trabajo policial para investigar la actividad de personas LGTB. Y en octubre de 2017 tuvo lugar otra redada en un local de ambiente gay de Yakarta, en la que fueron detenidos 51 hombres. Una estigmatización a la que también ha contribuido la decisión de la Asociación Psiquiátrica Indonesia de clasificar la homosexualidad, la bisexualidad y la transexualidad como trastornos mentales.

Esta espantosa situación podría agravarse de prosperar la iniciativa legislativa que pretende castigar en todo el país las relaciones homosexuales con penas de hasta cinco años de prisión. Sin embargo, en diciembre también aludíamos al “respiro provisional” que había supuesto la decisión del Tribunal Constitucional de Indonesia de rechazar una propuesta de criminalización de las relaciones sexuales entre personas no casadas, cuyo objetivo principal no era otro que el de castigar por vía indirecta las relaciones homosexuales. Poco duraba el respiro, por desgracia.

Fuente El País/Cristianos Gays

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El Parlamento de Gabón deroga la penalización de las relaciones homosexuales

Miércoles, 8 de julio de 2020
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Gay-in-GabonEl Parlamento de Gabón ha derogado la penalización de las relaciones homosexuales, que se castigaban con penas de hasta seis meses de prisión y una fuerte sanción económica. La despenalización se ha producido un año después de que las relaciones entre personas del mismo sexo se incluyeran en el nuevo Código Penal entre los «delitos contra la moral». Aunque no se ha producido ninguna detención bajo estos cargos durante su periodo de vigencia, el mero hecho de que las relaciones homosexuales se consideraran un delito impedía que se denunciasen las agresiones sufridas por personas homosexuales o bisexuales.

El martes 23 de junio, la Asamblea Nacional de Gabón votó a favor de derogar el apartado 5 del artículo 402 del Código Penal, que penalizaba las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo con hasta seis meses de cárcel y una sanción económica de 5.000.000 de francos de África Central (alrededor de 7600 euros u 8500 dólares). La votación se saldó con 48 votos a favor de la derogación, 24 en contra y 25 abstenciones. Posteriormente, el lunes 29 de junio, el Senado votó también favorablemente a la despenalización de las relaciones homosexuales, por una mayoría aún más amplia: 59 votos a favor, 17 en contra y 4 abstenciones.

La derogación, que ha contado con el apoyo de altas instancias gubernamentales, se ha producido tan solo un año después de que se incluyeran las relaciones homosexuales entre los «delitos contra la moral» en el Código Penal aprobado a principios de 2019, que entró en vigor en julio de ese mismo año. Durante este periodo, no se ha producido ninguna detención bajo estos cargos.

No obstante, los defensores de los derechos LGTB gaboneses denunciaban que el mero hecho de que las relaciones homosexuales aparecieran en el Código Penal impedía que se presentaran denuncias cuando las personas homosexuales o bisexuales eran agredidas. Es decir, la penalización funcionaba como un seguro de impunidad para la violencia LGTBfoba.

A falta únicamente de la promulgación presidencial, Gabón queda fuera de la lista de países que criminalizan las relaciones homosexuales. Victoria Vasey, presidenta de Human Dignity Trust, expresaba su satisfacción por que «Gabón se une ahora a estados africanos como Seychelles, Angola, Mozambique y Botsuana, que han decidido eliminar de sus libros de leyes las disposiciones arcaicas que permiten la discriminación, la violencia y el hostigamiento contra las personas LGTB».

Gran parte de los sectores LGTBfobos habían expresado su desaprobación durante el proceso de votación de la derogación. La archidiócesis católica de Libreville instó a los senadores a votar en contra por medio de un comunicado emitido el 24 de junio, cuyo contenido incluía lo siguiente: «En nombre de la sabiduría de nuestros antepasados, contenida en nuestras diversas culturas, que celebra la vida, el amor, la familia, decimos no a la despenalización de la homosexualidad».

Criminalización de las relaciones homosexuales en el mundo

La penalización de las relaciones sexuales consentidas entre adultos del mismo sexo implica casi siempre a todo el colectivo LGTB. No solamente afecta a gais, lesbianas y bisexuales, sino que también criminaliza a las personas trans, pues en la mayoría de estos países no se reconoce su identidad de género y son considerados legalmente por el sexo asignado al nacer. De esta manera, una mujer trans heterosexual puede ser castigada por mantener relaciones con un varón cis, de la misma manera que un hombre trans heterosexual puede ser denunciado por entablar relaciones sexuales con una mujer cis.

Tras la derogación de la penalización de las relaciones homosexuales en Gabón, aún quedan 72 países y territorios del mundo donde están penalizadas por la ley las relaciones consentidas entre adultos del mismo sexo. Ocurre en 69 de los países pertenecientes a Naciones Unidas:

Afganistán, Antigua y Barbuda, Arabia Saudí, Argelia, Bangladés, Barbados, Brunei, Burundi, Bután, Camerún, Catar, Chad, Comoras, Dominica, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Eritrea, Etiopía, Gambia, Ghana, Granada, Guinea, Guyana, Irak, Irán, Islas Salomón, Jamaica, Kenia, Kiribati, Kuwait, Líbano, Liberia, Libia, Malasia, Malawi, Maldivas, Marruecos, Mauricio, Mauritania, Myanmar, Namibia, Nigeria, Omán, Papúa Nueva Guinea, Paquistán, Samoa, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, Senegal, Sierra Leona, Singapur, Siria, Somalia, Sri Lanka, Suazilandia, Sudán, Sudán del Sur, Tanzania, Togo, Tonga, Túnez, Turkmenistán, Tuvalu, Uganda, Uzbekistán, Yemen, Zambia y Zimbabue.

En las legislaciones de Egipto e Irak no aparecen específicamente penalizadas las relaciones homosexuales, pero lo están de facto, al imputarse delitos contra la decencia o el escándalo público. En Irak, además, tribunales populares castigan este tipo de relaciones al aplicar la sharía o ley islámica.

A esta lista hay que añadir otros 3 territorios:

Indonesia, donde la penalización de las relaciones sexuales rige en las regiones de Aceh y Sumatra Meridional; las Islas Cook, una región autónoma de Nueva Zelanda; y la franja de Gaza gobernada por la autoridad palestina, donde están vigentes las leyes heredadas del pasado colonial británico y existe la amenaza de adaptación de las leyes a la sharía.

En todos estos 72 países y territorios están castigadas las relaciones homosexuales entre varones, en 43 de ellos también están castigadas las relaciones lésbicas.

Cadena perpetua en 5 países y pena de muerte en otros 11

De entre esta lamentablemente larga lista de países, el extremo de la intolerancia y el fanatismo lo ocupan aquellos que penan las relaciones homosexuales con las sanciones de mayor gravedad.

En 5 países se castigan con la cadena perpetua:

Barbados, Guyana, Tanzania, Uganda y Zambia.

Las legislaciones de 11 países establecen incluso la pena de muerte. En 6 de ellos, se tienen datos contrastados de su aplicación:

Arabia Saudí, Irán, Sudán y Yemen. En Nigeria y Somalia, en las provincias donde se aplica la sharía.

En otros cinco no se tiene constacia de su aplicación, pero la legislación vigente contempla la posibilidad:

Afganistán, Catar, Emiratos Árabes Unidos, Mauritania y Paquistán.

Fuente Dosmanzanas

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Corte IDH declara a Perú responsable por torturas y violación a una persona LGBT

Miércoles, 8 de abril de 2020
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azulPor Vero Ferrari

En una sentencia histórica, la Corte Interamericana de Derechos Humanos declaró responsable al Estado peruano por las torturas y violación sexual que sufrió Azul Rojas Marín de parte de agentes policiales de la Comisaría de Casa Grande (Trujillo), el 25 de febrero del 2008, cuando fue interceptada, según la policía “para identificarla”. Allí fue retenida cuatro horas en la dependencia policial, siendo torturada y violada sexualmente por cuatro policías. Cuando Azul intentó interponer la denuncia en la comisaría ese mismo día, no se la recibieron, por lo que fue a los medios de comunicación. Dos días después volvió a la comisaría para interponer nuevamente la denuncia. Dos días después se le realizó un reconocimiento médico legal y una pericia psicológica que revelaron lesiones y afectación psicológica por lo vivido.

Un proceso judicial que duró una década

24 de marzo de 2008, la Fiscalía peruana dispuso promover una investigación preliminar contra el personal policial de la Comisaría de Casa Grande por el delito “contra la libertad sexual en la modalidad de violación sexual” en agravio de Azul. Es ahí que empieza todo el arsenal de defensa de la impunidad contra Azul. Policía, Fiscalía y Poder Judicial rechazaron, negaron, pusieron en duda y no valoraron la violencia vivida por Azul como un daño efectivo contra su integridad física y psicológica.

21 de octubre de 2008, el Segundo Despacho de la Fiscalía Provincial Penal Corporativa requirió el sobreseimiento del proceso seguido contra tres oficiales de policía por los delitos de violación sexual agravada y abuso de autoridad en perjuicio de Azul.

9 de enero de 2009 el Juzgado Penal de Investigación Preparatoria de Ascope “declaró fundado el requerimiento del Ministerio Público” y “sobreseyó el proceso por ambos delitos y contra los tres imputados”, ordenando el archivo del expediente, indicando que no existía credibilidad en la versión de la presunta víctima, que ella no había sido uniforme en su declaración sobre los hechos, y además, había continuado con sus labores habituales el 25 de febrero, y que el examen médico se realizó cuatro días después de los hechos por lo que las pericias generaban una duda razonable en su contra.

22 de enero de 2009, Azul interpuso un recurso de apelación contra la resolución anterior. El 23 de enero de 2009 el Juzgado Penal de Investigación Preparatoria de Ascope lo declaró improcedente de plano por extemporáneo. Es ahí cuando Azul recurre a instancias internacionales.

20 de noviembre de 2018, la Segunda Fiscalía Supraprovincial, en cumplimiento de las recomendaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos dispuso la apertura de investigación contra los presuntos responsables por el delito de tortura, pero el 4 de diciembre de 2018, la Quinta Fiscalía Superior de La Libertad declaró nulo el requerimiento. El 16 de enero de 2019, la Fiscal Provincial de la Fiscalía Provincial Penal Corporativa de Ascope solicitó al Juez Penal de Investigación Preparatoria de Ascope la nulidad de las actuaciones en el proceso seguido contra los tres oficiales de policía. El 14 de agosto de 2019, el Juzgado de Investigación Preparatoria de Ascope resolvió declarar improcedente el pedido de nulidad argumentando que el expediente tenía autoridad de cosa juzgada y que las recomendaciones de la Comisión no tenían la misma fuerza vinculante que las decisiones de la Corte. La Fiscalía Provincial Penal Corporativa de Ascope presentó recurso de apelación, señalando que el Estado debía hacer sus mejores esfuerzos para cumplir con las recomendaciones de la Comisión. El 3 de septiembre de 2019, el Juzgado de Investigación Preparatoria de Ascope resolvió declarar inadmisible el recurso de apelación por considerar que no respetaba los requisitos de admisibilidad exigidos por la normativa procesal penal peruana.

Lo que ordenó la Corte

Gracias a esta sentencia, el Estado peruano deberá continuar las investigaciones que sean necesarias para determinar, juzgar y, en su caso, sancionar a los responsables de la violencia y tortura sexual sufrida por Azul, evitando la aplicación de estereotipos discriminatorios y la realización de cualquier acto que pueda resultar revictimizante.

Como medidas de satisfacción, la sentencia deberá publicarse en la página web del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, y deberá realizarse u acto público de reconocimiento de responsabilidad internacional. Así también, se le deberá dar asistencia médica y psicológica a Azul de forma gratuita e inmediata; y como garantías de no repetición, se deberá adoptar un protocolo sobre la investigación y administración de justicia en casos de violencia contra las personas LGBTI, se sensibilizará y capacitará de agentes estatales sobre violencia contra las personas LGBTI, se diseñará e implementará de un sistema de recopilación y producción estadística de violencia contra personas LGBTI y se eliminará el indicador de “erradicación de homosexuales y travestis” de los Planes de Seguridad Ciudadana de las Regiones y Distritos del Perú.

También se ha fijado una compensación por daños materiales e inmateriales contra Azul y su madre, que deberá ser pagado por el Estado. 70 mil dólares para Azul y 20 mil para su madre.

Fuente Agencia Presentes

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Gabón aprueba la penalización de las relaciones homosexuales con hasta seis meses de prisión

Jueves, 26 de diciembre de 2019
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Gay-in-GabonGabón aprobó a mediados de año un nuevo Código Penal, que establece penas de prisión de hasta seis meses y una fuerte sanción económica para quienes mantengan relaciones sexuales con personas de su mismo sexo. No obstante, la criminalización de la homosexualidad recogida en el nuevo texto legal no se ha difundido hasta ahora, cuando activistas que supervisan los derechos LGTB en el continente africano han tenido conocimiento de que se han producido detenciones al amparo de la nueva normativa. Con Gabón, son 73 los países y territorios del mundo que castigan las relaciones homosexuales.

El Parlamento de Gabón aprobó un nuevo Código Penal a principios de este año, que entró en vigor el 5 de julio, sin que se difundieran en ese momento las medidas condenatorias para las relaciones homosexuales recogidas en el nuevo texto legal. El título 14 del Código Penal ahora vigente recoge los delitos relacionados con las agresiones sexuales y los atentados contra la moral. El artículo 402 queda redactado de la siguiente manera:

Art.402

Los siguientes son delitos contra la moral:

1.º la exposición sexual impuesta a la vista de otros en un lugar accesible al público;

2.º las relaciones sexuales, incluso con consentimiento, excepto en el caso de incesto previsto en el subsiguiente artículo 403, entre un hombre y una mujer con un grado de parentesco que impida el matrimonio de conformidad con la legislación vigente;

3.º cualquier comportamiento, actitud o discurso repetido, asiduo o sugerente directamente o indirectamente atribuible a una persona que, abusando de la autoridad o  la influencia que se le confierem sus funciones o su rango social, con el objetivo de obtener favores sexuales de un individuo de cualquier sexo;

4.º cualquier acto indecente o antinatural con un individuo del mismo sexo y menor de dieciocho años;

5.º las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo.

Todo aquel que sea culpable de los actos indecentes a los que se hace referencia en el apartado pungidos 1, 2, 4 y 5 serán castigados con una pena de prisión no superior a seis meses y una multa no superior a 5.000.000 de francos CFA.

Toda persona culpable de acoso sexual a que se hace referencia en el punto 3 del presente artículo será castigada con una pena de prisión no superior a seis meses y una multa no superior a 2.000.000 de francos CFA.

De esta manera, las relaciones libres y consensuadas entre personas del mismo se castigan con pena de cárcel de hasta seis meses y una sanción económica de 5.000.000 de francos de África Central (alrededor de 7600 euros u 8500 dólares).

Esta criminalización supone una novedad respecto al Código Penal existente, herencia de la colonización francesa, que no castigaba de ninguna forma la homosexualidad, aunque sí establecía una edad diferente de consentimiento para las relaciones sexuales (15 años para las heterosexuales y 21 para las homosexuales). Ni el Gobierno de Gabón ni su ministro de Justicia han querido hacer declaraciones al respecto.

Davis Mac-Iyalla, un activista que supervisa los derechos LGTB en África occidental, afirma que había tenido conocimiento de que dos hombres gaboneses habían sido detenidos por mantener relaciones homosexuales después de la entrada en vigor del nuevo Código Penal, y que solo habían podido conseguir su puesta en libertad tras sobornar a miembros corruptos de las fuerzas del orden. Mac-Iyalla, que es miembro de la Red Interreligiosa de Diversidad de África Occidental, considera que la reforma «ha causado que la comunidad LGBT pase a la clandestinidad y ha creado hostigamiento. La policía corrupta ahora la utiliza, detiene a personas que se ven obligadas a recurrir al soborno para salir liberadas».

Con esta reforma de su Código Penal, Gabón se suma a la larga lista de países africanos que condenan las relaciones entre personas del mismo sexo. Un lamentable retroceso en los derechos LGTB después de la buena noticia de la despenalización por parte del Alto Tribunal de Bostuana también a mediados de año.

Criminalización de las relaciones homosexuales en el mundo

La penalización de las relaciones sexuales consentidas entre adultos del mismo sexo implica casi siempre a todo el colectivo LGTB. No solamente afecta a gais, lesbianas y bisexuales, sino que también criminaliza a las personas trans, pues en la mayoría de estos países no se reconoce su identidad de género y son considerados legalmente por el sexo asignado al nacer. De esta manera, una mujer trans heterosexual puede ser castigada por mantener relaciones con un varón cis, de la misma manera que un hombre trans heterosexual puede ser denunciado por entablar relaciones sexuales con una mujer cis.

En 73 países y territorios del mundo están penalizadas por la ley las relaciones consentidas entre adultos del mismo sexo. Ocurre en 70 de los países pertenecientes a Naciones Unidas:

Afganistán, Antigua y Barbuda, Arabia Saudí, Argelia, Bangladés, Barbados, Brunei, Burundi, Bután, Camerún, Catar, Chad, Comoras, Dominica, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Eritrea, Etiopía, Gabón, Gambia, Ghana, Granada, Guinea, Guyana, Irak, Irán, Islas Salomón, Jamaica, Kenia, Kiribati, Kuwait, Líbano, Liberia, Libia, Malasia, Malawi, Maldivas, Marruecos, Mauricio, Mauritania, Myanmar, Namibia, Nigeria, Omán, Papúa Nueva Guinea, Paquistán, Samoa, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, Senegal, Sierra Leona, Singapur, Siria, Somalia, Sri Lanka, Suazilandia, Sudán, Sudán del Sur, Tanzania, Togo, Tonga, Túnez, Turkmenistán, Tuvalu, Uganda, Uzbekistán, Yemen, Zambia y Zimbabue.

En las legislaciones de Egipto e Irak no aparecen específicamente penalizadas las relaciones homosexuales, pero lo están de facto, al imputarse delitos contra la decencia o el escándalo público. En Irak, además, tribunales populares castigan este tipo de relaciones al aplicar la sharía o ley islámica.

A esta lista hay que añadir otros 3 territorios:

Indonesia, donde la penalización de las relaciones sexuales rige en las regiones de Aceh y Sumatra Meridional; las Islas Cook, una región autónoma de Nueva Zelanda; y la franja de Gaza gobernada por la autoridad palestina, donde están vigentes las leyes heredadas del pasado colonial británico y existe la amenaza de adaptación de las leyes a la sharía.

En todos estos 73 países y territorios están castigadas las relaciones homosexuales entre varones, en 44 de ellos también están castigadas las relaciones lésbicas.

Cadena perpetua en 5 países y pena de muerte en otros 11

De entre esta lamentablemente larga lista de países, el extremo de la intolerancia y el fanatismo lo ocupan aquellos que penan las relaciones homosexuales con las sanciones de mayor gravedad.

En 5 países se castigan con la cadena perpetua:

Barbados, Guyana, Tanzania, Uganda y Zambia.

Las legislaciones de 11 países establecen incluso la pena de muerte. En 6 de ellos, se tienen datos contrastados de su aplicación:

Arabia Saudí, Irán, Sudán y Yemen. En Nigeria y Somalia, en las provincias donde se aplica la sharía.

En otros cinco no se tiene constacia de su aplicación, pero la legislación vigente contempla la posibilidad:

Afganistán, Catar, Emiratos Árabes Unidos, Mauritania y Paquistán.

Fuente Dosmanzanas

 

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La reforma legal indonesia que criminaliza hasta la heterosexualidad

Viernes, 27 de septiembre de 2019
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780x580-noticias-indonesiaHacía mucho que no hablábamos de la situación que se vive en Indonesia… Y es que, los grupos en pro de los Derechos Humanos están en pie de guerra: Indonesia sigue adelante con su reforma del Código Penal y lo va a ilegalizar casi todo. Hace unos meses ya explicábamos que el gobierno indonesio se planteaba reformar sus leyes para conseguir ilegalizar la homosexualidad (como ya ocurre en la provincia de Aceh, dentro del país) “sin que parezca discriminatorio”.

Pues por increíble que parezca, lo han conseguido. Como Indonesia no reconoce el matrimonio igualitario y es literalmente imposible controlar con quién se va a la cama todos sus habitantes… han tomado una decisión salomónica y han propuesto una ley que prohíbe el sexo (y hasta compartir casa) fuera del matrimonio. Todo el sexo, incluso el heterosexual.

Si la ley se aprueba, nadie (ni siquiera los turistas) podrán tener relaciones sexuales en Indonesia si no están casados con la persona con la que mantengan dichas relaciones. Y como no reconocen el matrimonio igualitario, todas las personas que practiquen sexo homosexual irán a la cárcel: 6 meses de prisión por una relación y 1 año por cohabitación sin estar casados).

El borrador del código penal de Indonesia es desastroso, no solo para las mujeres y las minorías religiosas y de género, si no para todos los indonesios”, ha declarado Andreas Harsono, de la Human Rights Watch, «El parlamento indonesio debería revisar sustancialmente ese código penal para estar a la altura de los acuerdos internacionales sobre derechos humanos«.

El gobierno Australiano ya ha avisado a sus ciudadanos de que si la ley se aprueba  pueden acabar en la cárcel de mantener relaciones sexuales no “legítimas”….

Para Tim Lindsey, que trabaja en el Centre for Indonesian Law, Islam and Society de Melbourne, lo que pasa aquí es que el parlamento indonesio se ha metido unas “prisas locas” para aprobar una reforma penal “altamente regresiva”: “La provisión sobre el sexo extra-matrimonial es nueva en Indonesia, creará muchísimos problemas para los extranjeros si se aplica; aunque Indonesia tiene muchísimas leyes que nunca se aplican. ¿Tendrán que viajar los turistas con un certificado de matrimonio? Porque eso también les expone a la extorsión. Sería fácil que un policía de Bali te diga ‘no estás casado, tienes que pagarme’. Es un escenario bastante factible.

Pero aunque lo de prohibir el sexo homosexual y heterosexual sin ser dentro del matrimonio es tremendamente absurdo, el nuevo Código Penal de Indonesia prohibiría también criticar al presidente, difundir ideología comunista, enseñarle cualquier método anticonceptivo a un menor y criminalizará la zoofilia , la magia negra y las Fake News. Y, también se va a restringir el derecho al aborto.

Posible criminalización de la homosexualidad en todo el país

tribunal-constitucional-indonesia-kq5c-620x349abcLa noticia tiene lugar en un contexto especialmente hostil, dada la discusión que se abrió sobre una posible criminalización de las relaciones entre personas del mismo sexo, de la que también hablamos a comienzos de 2018 y que desencadenó una auténtica espiral de LGTBfobia. De hecho, un diputado indonesio proponía modificar la legislación nacional para no solo castigar las relaciones homosexuales con cárcel, sino incluir además la pena de muerte para el colectivo LGTB (o, como mínimo, la cadena perpetua). El artífice de tal propuesta es Muslim Ayub, miembro del Partido Mandato Nacional Islámico (PAN).

Hanafi Rais, otro diputado del mismo partido, aseguraba que el debate sobre la criminalización de la homosexualidad estaba siendo acordado “por la mayoría de los partidos políticos indonesios”. Los seis partidos seculares, que controlan a la mayoría en la pasada legislatura, no parecían, en todo caso, querer ponerse en contra a los extremistas islámicos antes de las elecciones de junio del año pasado, en las que 171 regiones votaron por nuevos gobernadores, alcaldes y jefes de distrito.

Escalada de LGTBfobia de Estado en Indonesia

780x580-noticias-redada-en-sauna-gay-de-indonesiaHace casi un año, informábamos de la detención de  diez mujeres, acusadas de «conducta lésbica». Antes, recogíamos, precisamente, la detención de cuatro personas en Banda Aceh, a manos de patrullas ciudadadanas, acusadas de «practicar la homosexualidad»: tres varones y una mujer transexual, que se enfrentan a penas que incluyen los mencionados castigos físicos. A principios del 2018 recogíamos el descarnado caso de LGTBfobia de Estado en Indonesia. La policía de Aceh detuvo a doce mujeres trans, les afeitó el cabello y las obligó a vestirse como«hombres normales». En Aceh, desde 2005 rige la sharia o ley islámica gracias a la autonomía que le fue concedida al firmar la paz con los separatistas, poco después del tsunami que asoló la región. En septiembre de 2014, además se aprobó una terrible ley que castiga las relaciones homosexuales con la pena de recibir cien azotes en público con una vara de ratán. La legislación entraba en vigor en octubre de 2015 y fue aplicada, entre otras ocasiones, el pasado mes de mayo a dos jóvenes de 20 y 23 años. En el mismo mes de octubre de 2015 nos hacíamos eco de la detención de dos jóvenes lesbianas (de 18 y 19 años) por abrazarse públicamente y confesar que eran pareja. Según el jefe de la policía islámica las chicas serían “sometidas a rehabilitación con la participación de psicólogos en dependencias sociales”.

Indonesia también votó en 2014 en contra de la resolución del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas contra la homofobia y la transfobia y ha sido calificado, por su propia población, como un mal lugar para vivir si eres gay o lesbiana (solo un 2% opina lo contrario) en una encuesta de Gallup.

indonesia_beso_gay_01-768x432En el mes de octubre de 2016, informábamos de la detención de una pareja gay por subir a su cuenta de Facebook unas fotos besándose, junto con un mensaje de amor, que fue considerada por las autoridades como “pornografía”. A estos hechos se suman un deterioro homófobo que reconocía el presidente Joko Widodo, quien lejos de atajarla ha llegado a aprobar medidas discriminatorias, como confiscar preservativos, o la persecución de webs LGTB, bloqueando aplicaciones de citas entre personas del mismo sexo o autorizar formas de discriminación laboralcon el veto de aspirantes LGTB a plazas públicas, el cierre de la única escuela y mezquita para personas trans de Indonesia, aparte de permitir las irresponsables declaraciones homofóbicas de políticos y alcaldes demonizando al colectivo LGBTy la radicalización de líderes religiosos que han llegado a fomentar el boicot a empresas internacionales que apoyan al colectivo LGBT.

En diciembre de 2017 nos hacíamos eco la condena de diez hombres a dos años de cárcel en Indonesia por participar en una supuesta «fiesta gay» en Yakarta, la capital de este país asiático. A diferencia de Aceh, en Yakarta las relaciones homosexuales no son ilegales, por lo que los detenidos fueron condenados por violar la ley contra la pornografía.

El hecho de que se utilice esta ley para perseguir penalmente la homosexualidad en un territorio en el que supuestamente esta no está criminalizada pone de manifiesto la gravedad de la situación que se vive hoy día en Indonesia. De hecho, solo en las provincias autónomas de Aceh y Sumatra Meridional, en las cuales se aplica la sharía o ley islámica (en Aceh a todos los ciudadanos, en Sumatra Meridional solo a los musulmanes, que en cualquier caso son mayoría), las relaciones homosexuales son formalmente ilegales, castigándose incluso con castigos físicos.

indonesia-latizagos-homofobia-696x522Pero también en el resto del país la situación se está deteriorando. Ya lo recogíamos en febrero de 2016, cuando hacíamos alusión a la ola de LGTBfobia protagonizada por políticos y líderes religiosos. Desde entonces, por desgracia, no hemos dejado de conocer casos de detenciones y abusos. Un ejemplo es la redada de mayo de 2017 en el que la policía indonesia detenía en Yakarta a 141 hombres por asistir a lo que las autoridades han calificado como una supuesta “fiesta de sexo gay”, pese a que la homosexualidad no es ilegal en la capital y que desembocó en la citada condena de diez hombres, pero ha habido muchos otros. Días antes de aquella redada, otros ocho hombres eran detenidos, igualmente acusados de celebrar una «fiesta gay» en Surabaya, la segunda ciudad del país. En Java Occidental, la provincia más poblada de Indonesia, el jefe de policía hizo pública por su parte su intención de constituir un grupo de trabajo policial para investigar la actividad de personas LGTB. Y en octubre de 2017 tuvo lugar otra redada en un local de ambiente gay de Yakarta, en la que fueron detenidos 51 hombres. Una estigmatización a la que también ha contribuido la decisión de la Asociación Psiquiátrica Indonesia de clasificar la homosexualidad, la bisexualidad y la transexualidad como trastornos mentales.

Esta espantosa situación podría agravarse de prosperar la iniciativa legislativa que pretende castigar en todo el país las relaciones homosexuales con penas de hasta cinco años de prisión. Sin embargo, en diciembre también aludíamos al “respiro provisional” que había supuesto la decisión del Tribunal Constitucional de Indonesia de rechazar una propuesta de criminalización de las relaciones sexuales entre personas no casadas, cuyo objetivo principal no era otro que el de castigar por vía indirecta las relaciones homosexuales. Poco duraba el respiro, por desgracia.

Fuente Pink News, vía HazteQueer/Cristianos Gays

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El obispo ortodoxo Neophytos (Masouras) afirma que tener sexo anal durante el embarazo convierte a los bebes en gays…

Martes, 30 de julio de 2019
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56EA1B32-F6C5-4571-87D9-85097EAFA802Foto: Screenshot

Qué obsesión, Dios mío…

A veces nos llegan noticias que pese a lo tristes que son, nos hacen soltar una carcajada por inverosímiles, y hoy estamos ante una de estas. El obispo ortodoxo de Morfou, Chipre  Neophytos (Masouras), ha asegurado que tener sexo anal durante el embarazo hará que tu hijo sea gay. Toda una afirmación sin precedentes.

Pero el obispo no solo lo ha afirmado públicamente, sino que ha hecho un vídeo para Youtube donde se hacen estas afirmaciones tan absurdas. En el vídeo afirma que la homosexualidad es una «enfermedad» y que es culpa de los padres, de su falta de espiritualidad, que el niño sea gay.

Y además, ha afirmado que si una mujer embarazada tiene una “relación sexual anormal” como el sexo anal, “el deseo creado se transmite al bebé no nacido.” Asegura que a causa del sexo anal disfrutado por la madre, el deseo por el sexo anal se transmitirá al hijo, por lo que el niño será gay -como si el sexo anal fuera patrimonio exclusivo de los gays-.

Accept – LGBTI Cyprus

on Thursday

—————-English follows—————-
Οι gay δημιουργούνται κατά την ώρα του πρωκτικού έρωτα ενός straight ζευγαριού, και μόνο αν αρέσει στη γυναίκα. Τότε, η επιθυμία αυτή μεταφέρεται στο έμβρυο. Κι αυτό είναι επιστημονικώς αποδεδειγμένο!!! Τάδε έφη ο μητροπολίτης Μόρφου Νεόφυτος. Οι λεσβίες πώς δημιουργούνται;

According to the Bishop of Morfou, gays are created if a straight couple, that happens to be pregnant, perform anal sex and only if the woman enjoys anal sex. Then if that occurs, such desires are transfer to the fetus. And of course, that is scientifically proven!! How are lesbians created?

YOUTUBE.COM
Ο Μητροπολίτης Μόρφου Νεόφυτος, αποκαλύπτει τι είχε πει ο Άγιος Γέροντας Πορφύριος για το πώς δημιουργούνται Ομοφυλόφιλοι! Η εξήγηση συγκλονίζει! Δείτε περισ…

Aquí está haciendo varias afirmaciones totalmente absurdas y totalmente erróneas, saltándose todo lo que la ciencia ha llegado a describir en algún momento. Sólo espero que nadie en su sano juicio crea las afirmaciones de este hombre por más relevancia religiosa que tenga.

El vídeo, lo tenéis a continuación.

Fuente LGBTQNation,  vía AmbienteG

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Informe de ILGA sobre la homofobia de Estado en 2019: pequeños avances, pero persistencia de importantes amenazas

Miércoles, 27 de marzo de 2019
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6919BB9A-4224-48B9-9807-ADA250256088Coincidiendo con la celebración del 40 aniversario de su fundación, ILGA ha reanudado la publicación de su informe sobre la homofobia de Estado, tras un receso de un año. Desde el su último reporte, publicado en mayo de 2017, ILGA celebra que se hayan despenalizado las relaciones sexuales consentidas entre adultos del mismo sexo en tres países: India, Trinidad y Tobago y Angola. También se congratula que desde esa fecha el matrimonio igualitario sea una realidad en Malta, Alemania, Australia y Austria. Sin embargo, alerta de que de los derechos adquiridos no son inamovibles y pueden perderse, como ocurrió en Chad cuando se volvieron a penalizar las relaciones homosexuales en 2017, y que el auge de los populismos conservadores amenaza las conquistas incluso en los países más avanzados en el respeto a los derechos humanos.

Dentro del informe, como es costumbre, ILGA edita un mapa explicativo de la situación legal de las relaciones entre personas del mismo sexo en el mundo. Si en otros años la parte positiva se materializaba en el matrimonio igualitario, este año ILGA ha considerado como límite favorable que la no discriminación basada en la orientación sexual tenga rango constitucional. En el extremo negativo se sitúan los países que criminalizan las relaciones sexuales consentidas entre adultos del mismo sexo, y el límite en aquellos que las castigan con la cadena perpetua e incluso la pena de muerte. Este es el mapa descriptivo (podéis pinchar en él para verlo a mayor tamaño):

ilga_mapa_leyes_sobre_orientacion_sexual_mundo_2019-600x429

DERECHOS Y PROTECCIÓN CONTRA LA DISCRMINACIÓN

Leyes contra la discriminación con base en la orientación sexual

Tan solo en 9 países pertenecientes a la Naciones Unidas se protege constitucionalmente de manera específica contra la discriminación por razón de la orientación sexual:

Bolivia, Ecuador, Fiyi, México, Nepal, Malta, Portugal, Sudáfrica y Suecia.

Sin embargo, a pesar de esa protección constitucional, en Bolivia, Ecuador, Fiyi y Nepal se discrimina a las parejas del mismo sexo al negarles la posibilidad de contraer matrimonio, tal como se permite a las parejas de distinto sexo.

A estos 9 países se añaden otros 43 en los que existe una legislación específica que proporciona una «protección amplia» contra la discriminación con base en la orientación sexual:

Albania, Alemania, Andorra, Angola, Australia, Austria, Bélgica, Bosnia y Herzegovina, Brasil, Bulgaria, Canadá, Chile, Chipre, Colombia, Corea del Sur, Croacia, Ecuador, Eslovaquia, Eslovenia, España, Estonia, Finlandia, Francia, Georgia, Holanda, Honduras, Hungría, Irlanda, Islandia, Kosovo, Liechtenstein, Lituania, Luxemburgo, Mauricio, Mongolia, Noruega, Nueva Zelanda, Perú, Reino Unido, República Checa, Rumania, Serbia, Surinam y Uruguay.

Como en el caso anterior, la protección legal contra la discriminación no implica la plena igualdad de derechos. No solo en la mayoría de estos países también se discrimina a las parejas del mismo sexo, sino que en alguno, como en Mauricio, se compagina esa protección con la penalización de las relaciones homosexuales masculinas, que están castigadas con penas de hasta 5 años de cárcel.

En 73 de los países pertenecientes a Naciones Unidas existen leyes que protegen contra la discriminación en el lugar de trabajo por motivos de orientación sexual, aunque en algunos de ellos las relaciones entre personas del mismo sexo estén castigadas penalmente (es el caso de Botsuana, Kiribati, Mauricio, Samoa, Santa Lucía y la región autónoma de las Islas Cook). En 39 se han promulgado leyes que castigan los actos de incitación al odio, la discriminación o la violencia por motivos de orientación sexual. En otros 42 países se imponen penas más severas por delitos motivados por el odio hacia la orientación sexual de la víctima.

ILGA estima que en 8 países la protección contra la discriminación con base en la orientación sexual es limitada o dispar en su territorio:

Argentina, Costa Rica, El Salvador, Estados Unidos, Filipinas, Japón, República Dominicana y Vanuatu.

En otros 55 países no existe ningún tipo de legislación contra la discriminación, pero tampoco se criminalizan las relaciones entre personas del mismo sexo. Entre ellos están gigantes demográficos como China, India, Indonesia y Rusia.

Los derechos de las parejas del mismo sexo: matrimonio y adopción

En cuanto a los derechos de las parejas del mismo sexo, en 26 de los países pertenecientes a las Naciones Unidas existe la igualdad de acceso a la institución del matrimonio:

Alemania, Argentina, Australia, Austria, Bélgica, Brasil, Canadá, Colombia, Dinamarca, España, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Holanda, Irlanda, Islandia, Luxemburgo, Malta, México (en vigor en algunos estados, aunque desde 2010 deben ser reconocidos a nivel nacional), Noruega, Nueva Zelanda, Portugal, Reino Unido (excepto Irlanda del Norte), Sudáfrica, Suecia y Uruguay,

El próximo mes de mayo vencen los plazos establecidos por sus respectivas Cortes Constitucionales para que el matrimonio entre personas del mismo sexo sea legal en Costa Rica y Taiwán.

En otros 16 estados se han establecido distintos tipos legales de unión que reconocen algún tipo de derechos a las parejas del mismo sexo:

Andorra, Chile, Chipre, Colombia, Croacia, Ecuador, Eslovenia, Estonia, Grecia, Hungría, Israel, Italia, Liechtenstein, República Checa, San Marino y Suiza.

En 28 países se permite la adopción en las mismas condiciones que a las parejas de distinto sexo:

Alemania, Andorra, Argentina, Australia, Austria, Bélgica, Brasil, Canadá, Colombia, Dinamarca, España, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Holanda, Irlanda, Islandia, Israel, Luxemburgo, Malta, Noruega, Nueva Zelanda, Portugal, Reino Unido, Sudáfrica, Suecia, Uruguay,

En 3 países más, solo se permite la adopción de los hijos de la pareja:

Eslovenia, Estonia y San Marino.

LA HOMOFOBIA DE ESTADO

Criminalización de las relaciones homosexuales

La penalización de las relaciones sexuales consentidas entre adultos del mismo sexo implica casi siempre a todo el colectivo LGTB. No solamente afecta a gais, lesbianas y bisexuales, sino que también criminaliza a las personas trans, pues en la mayoría de estos países no se reconoce su identidad de género y son considerados legalmente por el sexo asignado al nacer. De esta manera, una mujer trans heterosexual puede ser castigada por mantener relaciones con un varón cis, de la misma manera que un hombre trans heterosexual puede ser denunciado por entablar relaciones sexuales con una mujer cis.

En 73 países y territorios del mundo están penalizadas por la ley las relaciones consentidas entre adultos del mismo sexo. Ocurre en 70 de los países pertenecientes a Naciones Unidas:

Afganistán, Antigua y Barbuda, Arabia Saudí, Argelia, Bangladés, Barbados, Botsuana, Brunei, Burundi, Bután, Camerún, Catar, Chad, Comoras, Dominica, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Eritrea, Etiopía, Gambia, Ghana, Granada, Guinea, Guyana, Irak, Irán, Islas Salomón, Jamaica, Kenia, Kiribati, Kuwait, Líbano, Liberia, Libia, Malasia, Malawi, Maldivas, Marruecos, Mauricio, Mauritania, Myanmar, Namibia, Nigeria, Omán, Papúa Nueva Guinea, Paquistán, Samoa, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, Senegal, Sierra Leona, Singapur, Siria, Somalia, Sri Lanka, Suazilandia, Sudán, Sudán del Sur, Tanzania, Togo, Tonga, Túnez, Turkmenistán, Tuvalu, Uganda, Uzbekistán, Yemen, Zambia y Zimbabue.

En las legislaciones de Egipto e Irak no aparecen específicamente penalizadas las relaciones homosexuales, pero lo están de facto, al imputarse delitos contra la decencia o el escándalo público. En Irak, además, tribunales populares castigan este tipo de relaciones al aplicar la sharía o ley islámica.

A esta lista hay que añadir otros 3 territorios:

Indonesia, donde la penalización de las relaciones sexuales rige en las regiones de Aceh y Sumatra Meridional; las Islas Cook, una región autónoma de Nueva Zelanda; y la franja de Gaza gobernada por la autoridad palestina, donde están vigentes las leyes heredadas del pasado colonial británico y existe la amenaza de adaptación de las leyes a la sharía.

En todos estos 73 países y territorios están castigadas las relaciones homosexuales entre varones, en 44 de ellos también están castigadas las relaciones lésbicas.

Cadena perpetua en 5 países y pena de muerte en otros 11

De entre esta lamentablemente larga lista de países, el extremo de la intolerancia y el fanatismo lo ocupan aquellos que penan las relaciones homosexuales con las sanciones de mayor gravedad.

En 5 países se castigan con la cadena perpetua:

Barbados, Guyana, Tanzania, Uganda y Zambia.

Las legislaciones de 11 países establecen incluso la pena de muerte. En 6 de ellos, se tienen datos contrastados de su aplicación:

Arabia Saudí, Irán, Sudán y Yemen. En Nigeria y Somalia, en las provincias donde se aplica la sharía.

En otros cinco no se tiene constacia de su aplicación, pero la legislación vigente contempla la posibilidad:

Afganistán, Catar, Emiratos Árabes Unidos, Mauritania y Paquistán.

Respecto al informe de 2017, han desparecido las referencias a Siria e Irak, donde se implementaba actores no formalmente estatales como el Estado Islámico.

Restricciones a la libertad de expresión y la actuación de ONG

Aparte de la criminalización de las relaciones homosexuales, en 32 Estados existen leyes que restringen la libertad de expresión en cuestiones de orientación sexual e identidad de género:

Afganistán, Arabia Saudí, Argelia, Bielorrusia, Camerún, Catar, China, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Indonesia, Irán, Jordania, Kenia, Kuwait, Líbano, Libia, Lituania, Malasia, Marruecos, Nigeria, Omán, Paquistán, Paraguay, Rusia, Singapur, Siria, Somalia, Tanzania, Togo, Túnez, Uganda y Yemen.

En Europa, aparte de Rusia, Lituania y Bielorrusia, ha habido intentos de aprobación de leyes contra la «propaganda homosexual» (que prohíben informar positivamente de las relaciones entre personas del mismo sexo) en Armenia y Letonia. En Hungría se han prohibido por decretos los estudios de género en las universidades. Por su parte, en los Estados Unidos de América, siete estados (que representan el 17,4 % del total) han promulgado leyes locales que también se han definido como contrarias a la «propaganda homosexual» en el ámbito educativo.

En 41 países se ha constatado que se plantean barreras para la formación, el establecimiento o el registro de ONG relacionadas con la orientación sexual:

Afganistán, Arabia Saudí, Argelia, Bahréin, Bangladés, Bielorrusia, Burkina Faso, Burundi, Camerún, Catar, China, Congo, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía, Fiyi, Irán, Jordania, Kazajistán, Kirguizistán, Kuwait, Líbano, Libia, Malasia, Malawi, Mali, Marruecos, Mauritania, Nigeria, Omán, Rusia, Senegal, Singapur, Siria, Somalia, Sudán, Tanzania, Uganda, Yemen y Zambia.

Según declaraban Ruth Baldacchino y Helen Kennedy, cosecretarias generales de ILGA, «esto no son solo cifras, sino leyes que realmente impactan la vida diaria de las personas de diversas orientaciones sexuales en todo el mundo. Las leyes positivas marcan la diferencia: pueden contribuir a cambiar las actitudes del público y, concretamente, dicen a la gente que son igualmente dignas de derechos».

Puedes descargar el informe completo de ILGA en inglés sobre Homofobia de Estado (536 páginas) en este enlace.

 Fuente ILGA, vía Dosmanzanas

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Un alcalde indonesio ordena detener gays “porque están poseídos por demonios”

Miércoles, 6 de febrero de 2019
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9183708_20170713095333Un alcalde de Indonesia ha ordenado el arresto de personas LGBT+ para que las autoridades religiosas puedan realizar exorcismos contra ellas.

El alcalde de Padang Mahyeldi Ansharullah ha utilizado al ejército indonesio (TNI) para apuntar y detener a personas queer, cuya existencia se debe a “la influencia de los jinas, demonios”, según el sitio de noticias indonesio Tirto.

El alcalde, cuya región en Sumatra Occidental alberga a más de un millón de personas, añadió que “somos ruqyah (usando exorcismos) para prepararlos a salir [de los cuerpos]”.

Mahyeldi dijo que estaba tomando otras medidas para “evitar” que la gente sea gay, como asegurarse de que los niños no jueguen o se vistan de manera diferente al estereotipo de su género asignado. “Tenemos actividades educativas que están mal en la familia”, dijo el alcalde. “Es un niño, pero se le da un juguete femenino, se le da la ropa de una niña, o viceversa”.

Añadió que los hombres en Indonesia no deberían bailar elegantemente, a menos que la danza forme parte de una actividad “masculina” como las artes marciales, y criticó las elecciones democráticas que dieron como resultado que las mujeres ganaran el poder.

“Las elecciones que equiparan a hombres y mujeres… bueno, eso también es una indicación en esa dirección”, dijo Mahyeldi. “Esos niños, a partir de las operaciones que tenemos, construiremos y capacitaremos, luego cultivaremos el nacionalismo y plantaremos su identidad”, agregó.

La persecución se extiende de Aceh al conjunto de Indonesia

La homosexualidad es técnicamente legal en Indonesia, excepto en Aceh, que está bajo la ley Sharia, pero los homosexuales siguen siendo objeto de violencia y represión.

En noviembre, Mahyeldi encabezó una marcha anti-LGBT de miles de personas por las calles de Padang. El alcalde dijo a los asistentes: “A los perpetradores del pecado, que se arrepientan y que aquellos que los protegen se den cuenta inmediatamente porque se enfrentarán a la oposición de todos los partidos y comunidades de Padang, así como de las fuerzas de seguridad”.

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Manifestantes en una marcha anti-LGBT, liderada por el alcalde de Padang en Sumatra Occidental, Indonesia (Dprd Kota Padang/Facebook)

Y unas semanas antes del mitin, la policía de Padang habría arrestado a 10 mujeres bajo sospecha de “conducta lesbiana desviada”. El jefe de policía Pol Yadrison dijo que las autoridades de inteligencia habían estado monitoreando las actividades de las mujeres en los medios sociales y que una de las páginas de Facebook de las mujeres la mostraba “besándose y abrazándose” con otra mujer, como si fueran”hombres y mujeres”.

Otras ciudades de Indonesia han tomado medidas enérgicas contra los homosexuales- La ciudad de Pariaman, que se encuentra cerca de Padang, en la isla de Sumatra, aprobó el año pasado una ley que prohíbe el sexo gay y otros “actos que se consideran LGBT”.

La ciudad de más de 80.000 habitantes impondrá multas de un millón de rupias (55 libras esterlinas) a las parejas del mismo sexo condenadas por cometer “actos inmorales” y a cualquiera que se encuentre “actuando como travestido”. El teniente de alcalde de la ciudad, Mardison Mahyudin, dijo que la ley era parte de una campaña para “erradicar a los LGBT”.

Y en 2017, en la ciudad capital de Yakarta, 141 hombres fueron arrestados por asistir a lo que las autoridades llamaron una “fiesta de sexo gay”, lo que llevó a que 10 de ellos fueran condenados y se les entregara tiempo en prisión.

Pero la persecución no se limita ya a los territorios donde rige la sharía. Ya en febrero de 2016 hacíamos alusión a la ola de LGTBfobia protagonizada por políticos y líderes religiosos indonesios. Desde entonces no hemos dejado de conocer casos de detenciones y abusos. En diciembre de 2017, por ejemplo, nos hacíamos eco de la condena de diez hombres a dos años de cárcel por participar en una supuesta «fiesta gay» en Yakarta, la capital del país, donde las relaciones homosexuales no son ilegales. Los detenidos fueron entonces condenados por violar la ley contra la pornografía. El que se utilice esta ley para perseguir penalmente la homosexualidad en un territorio en el que supuestamente no está criminalizada pone de manifiesto la gravedad de la situación.

En mayo de 2017, otros ocho hombres eran detenidos, igualmente acusados de celebrar una «fiesta gay» en Surabaya, la segunda ciudad del país.  Y en octubre de 2017 tuvo lugar otra redada en un local de ambiente gay de Yakarta, en la que fueron detenidos 51 hombres.

Si tenemos en cuenta que las dos detenciones más recientes han tenido lugar en Java Occidental (provincia cuyo jefe de policía ya hizo pública hace año y medio su intención de constituir un grupo de trabajo policial para investigar la actividad de personas LGTB) y en Sumatra Occidental, parece claro que la ola de LGTBfobia se extiende por el conjunto de Indonesia. Una más que preocupante situación que podría además agravarse de prosperar la iniciativa legislativa que pretende castigar en todo el país las relaciones homosexuales con penas de hasta cinco años de prisión, si bien el proyecto de ley ha sido aplazado provisionalmente.

Fuente Cromosomax/Cristianos Gays

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Elegida congresista en EE.UU. Sharice Davids la primera nativa estadounidense y además lesbiana

Viernes, 9 de noviembre de 2018
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l2z88jb__400x400Las elecciones de medio término celebradas este martes 6 de noviembre han significado un triunfo importante para el colectivo LGBT en la era Trump, con las victorias de Sharice Davids y Jared Polis como legisladora por el estado de Kansas y gobernador de Colorado, respectivamente.

Las elecciones efectuadas este martes en Estados Unidos han sido definidas por analistas como “la histórica victoria de la diversidad”. Estos comicios han marcado récord en participación femenina y también ha presentado a los candidatos más diversos en los más 230 años de historia política de los Estados Unidos.

Han conseguido escaños al Congreso mujeres indígenas, afrodescendientes, latinas, refugiadas, musulmanes, y una mujer lesbiana, quienes han logrado imponerse a pesar de la segregación que significa ser una minoría social.

Sharice Davids se convirtió este martes en la primera mujer lesbiana en llegar al Congreso de los Estados Unidos. Además, su triunfo es doblemente histórico, ya que también es la primera nativa estadounidense –junto con Deborah Haaland- que ocupará un puesto en la Cámara de Representantes. Davids ganó en el estado de Kansas, una de las entidades más conservadoras de ese país y con el 53 por ciento de los votos logró imponerse a Kevin Yoder, quien ocupaba el cargo desde hacía cuatro períodos consecutivos. Su triunfo fue clave para que el partido demócrata recuperase la mayoría en la Cámara de Representantes.

Davids es abogada, exluchadora de artes marciales mixtas, fue criada por una madre soltera y veterana del ejército. La política de 38 años pertenece al grupo indígena Ho Chunk. Durante su campaña se presentó como una mujer comprometida con las minoría que representa al ser mujer, indígena, homosexual y criada por una madre soltera. “La verdad es que he tenido que pelear toda mi vida por quién soy, a quién amo y por mis orígenes”, dejó en claro.

Un gobernador abiertamente homosexual

jared_polisComo publicábamos ayer, el aspirante demócrata Jared Polis se convirtió en el primer hombre homosexual en ganar una gobernación en Estados Unidos. Durante toda la campaña por la Gobernación de Colorado, Polis expresó abiertamente su orientación sexual. Además de ser un exitoso hombre de negocios se le considera afín con las causas sociales.

Polis, quien es judío, cambió su nombre de Jared Schultz a Jared Polis a los 25 años para honrar a su abuela, según ha comentado.

A manera de recuento tenemos que en el año 2015 Kate Brown fue electa como la primera gobernadora bisexual y el gobernador Jim McGreevey de Nueva Jersey admitió su homosexualidad antes de renunciar en 2004. Pero Polis es el primer candidato abiertamente gay en ser elegido gobernador.

En las elecciones de esta semana en Estados Unidos se renovó la totalidad de los escaños en la Cámara de Representantes, un tercio de los puestos del Senado, 36 gobernadores y docenas de legislaturas estatales.

christine-hallquist-400x400-250x250Una derrota

La aspirante Christine Hallquist no logró hacer historia, ya que buscaba convertirse en la primera gobernadora transgénero de Estados Unidos en el estado de Vermont, donde fue reelecto el actual gobernador republicano, Phil Scott, con el 55,4% ante el 40,5% de la demócrata. Sin embargo, marcó un hito al ser elegida como candidata por parte del Partido Demócrata.

Y como también contábamos, Zach Wahls, el gran defensor de sus madres lesbianas, electo en el Senado de Estados Unidos. Hace 7 años Zach Wahls se hizo famoso. Pronunció un apasionado discurso en la Cámara de Representantes hablando sobre su familia. Zach tiene dos madres, y así lo contó. Habló de cómo eran una familia como cualquier otra, se iban de vacaciones, iban a la iglesia, discutían, comían juntos, etcétera. Siete años han pasado del discurso que se volvió viral, y después de un duro trabajo, Zach, de 27, será una de las personas más jóvenes en tener en escaño en el Senado de Iowa.

“Me siento muy honrado porque los votantes de este distrito han depositado su confianza en mí. Espero que esta noche sea un nuevo comienzo para Iowa. Todos debemos unirnos para llevar una reforma real a nuestro sistema de atención médica, restaurar una tradición de excelencia en nuestro sistema de educación pública y aumentar los ingresos de las familias trabajadoras de Iowa”, dijo Wahls tras conocer que había ganado las elecciones. “Es hora de empezar a pensar en el futuro de nuestro estado de nuevo”.

Fuente Universogay/Cristianos Gays

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Zach Wahls, el gran defensor de sus madres lesbianas, electo en el Senado de Estados Unidos

Jueves, 8 de noviembre de 2018
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v3u7qvz8_400x400Hace 7 años Zach Wahls se hizo famoso. Pronunció un apasionado discurso en la Cámara de Representantes hablando sobre su familia. Zach tiene dos mamás, y así lo contó. Habló de como eran una familia como cualquier otra, se iban de vacaciones, iban a la iglesia, discutían, comían juntos, etcétera.

Zach tiene una hermana que nació tal como él, de una inseminación artificial con donante anónimo. Este joven ingeniero se siente orgulloso de su familia, y así lo hizo notar.

El discurso está tan bien desarrollado que dio la vuelta al mundo. En resumidas cuenta venía a decir, “mirad qué bien salí y mis madres son lesbianas”. La idea de este discurso era defender el derecho de las personas homosexuales a casarse y a formar una familia. 

Siete años han pasado del discurso que se volvió viral, y después de un duro trabajo, Zach, de 27, será una de las personas más jóvenes en tener en escaño en el Senado de Iowa.

“Me siento muy honrado porque los votantes de este distrito han depositado su confianza en mí. Espero que esta noche sea un nuevo comienzo para Iowa. Todos debemos unirnos para llevar una reforma real a nuestro sistema de atención médica, restaurar una tradición de excelencia en nuestro sistema de educación pública y aumentar los ingresos de las familias trabajadoras de Iowa”, dijo Wahls tras conocer que había ganado las elecciones. “Es hora de empezar a pensar en el futuro de nuestro estado de nuevo”.

En su programa electoral Zach incluía atención médica y educación asequibles, mejores derechos de los trabajadores y control de armas.

En los años subsiguientes a su discurso de 2011, Wahls continuaría abogando por los estadounidenses LGBTQ de otras maneras, incluida la fundación de  Scouts para la Igualdad, un grupo de defensa dedicado a terminar con la discriminación en Boy Scouts of America.

Si no has visto el discurso de Zach, aquí te dejamos uno de los vídeos con subtítulos:

Fuente Oveja Rosa

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La LGTBfobia de Estado no cesa en Indonesia: detenidas este domingo diez mujeres, acusadas de «conducta lésbica»

Jueves, 8 de noviembre de 2018
Comentarios desactivados en La LGTBfobia de Estado no cesa en Indonesia: detenidas este domingo diez mujeres, acusadas de «conducta lésbica»

detencion-mujeres-acusadas-lesbianismo-indonesia-300x178Diez mujeres fueron detenidas el domingo en Padang, en la provincia indonesia de Sumatra Occidental, acusadas de «conducta lésbica». Una detención que se produce pocos días después de la de dos hombres que dirigían una página de Facebook de temática LGTB (aquella fue en Batununggal, en la provincia en Java Occidental). Son los últimos episodios conocidos en un país en el que hasta hace pocos años las personas LGTB vivían una situación menos incómoda que la de otros países de mayoría musulmana (no existían, de hecho, leyes que criminalizasen la homosexualidad) pero que de un tiempo a esta parte vive una creciente ola de LGTBfobia de Estado. 

Si hace unos días los dos hombres eran detenidos por promover una página en Facebook acusados de «transmisión y difusión de información electrónica que contiene inmoralidad» la detención ahora de estas diez mujeres tuvo lugar después de que la policía de Padang investigase su actividad en redes sociales tras la publicación en una cuenta de Facebook de imágenes que mostraban a una de ellas abrazando y besándose con otra, «como si fueran hombre y mujer». Está cada vez más claro que las redes sociales, que por un lado permiten a las personas LGTB escapar de las limitaciones de su entorno físico, pueden ser también una trampa letal en países que ejercen la LGTBfobia de Estado. Curiosamente, la propia policía utilizaba después Facebook o Instagram, para difundir la detención y publicar una imagen de algunas de las mujeres detenidas sentadas frente a un agente. El texto no especifica qué ley o norma supuestamente han violado (las relaciones homosexuales no son delito penal en esta provincia), pero sí que se señala lo «indecente» de su comportamiento.

No hablamos de hechos aislados, por desgracia. Las noticias sobre LGTBfobia de Estado en Indonesia son incesantes. La peor situación es la que se vive en la provincia de Aceh, donde dos hombres recibían el pasado mes de julio, ante una multitud exaltada, 80 latigazos acusados de practicar la homosexualidad. Un castigo semejante al que recibieron en mayo de 2017 otros dos jóvenes. En aquella ocasión recibieron 83 latigazos, también en público. Amnistía Internacional lo calificó de «repugnante espectáculo» y se sucedieron las condenas internacionales.

También hace unos meses recogíamos la detención de cuatro personas, a manos de «patrullas ciudadanas» en Banda Aceh (la capital de la provincia), acusadas de «practicar la homosexualidad»: tres varones y una mujer transexual, que se enfrentarían a penas que incluyen los mencionados castigos físicos. Y a principios de año contábamos como la policía de Aceh detuvo a doce mujeres trans, les afeitó el cabello y las obligó a vestirse como «hombres normales».

En Aceh, recordemos, rige la sharía desde 2005. Fue una concesión de Indonesia a los separatistas en el marco del acuerdo de paz que tuvo lugar poco después del tsunami que asoló la región. Aunque no fue hasta septiembre de 2014 cuando finalmente se aprobó la ley que castiga las relaciones homosexuales con la pena de flagelación (que entró en vigor en octubre de 2015). La sharía también rige en Sumatra Meridional (en este caso solo para los musulmanes, que en cualquier caso son mayoría).

La persecución se extiende de Aceh al conjunto de Indonesia

Pero la persecución no se limita ya a los territorios donde rige la sharía. Ya en febrero de 2016 hacíamos alusión a la ola de LGTBfobia protagonizada por políticos y líderes religiosos indonesios. Desde entonces no hemos dejado de conocer casos de detenciones y abusos. En diciembre de 2017, por ejemplo, nos hacíamos eco de la condena de diez hombres a dos años de cárcel por participar en una supuesta «fiesta gay» en Yakarta, la capital del país, donde las relaciones homosexuales no son ilegales. Los detenidos fueron entonces condenados por violar la ley contra la pornografía. El que se utilice esta ley para perseguir penalmente la homosexualidad en un territorio en el que supuestamente no está criminalizada pone de manifiesto la gravedad de la situación.

En mayo de 2017, otros ocho hombres eran detenidos, igualmente acusados de celebrar una «fiesta gay» en Surabaya, la segunda ciudad del país.  Y en octubre de 2017 tuvo lugar otra redada en un local de ambiente gay de Yakarta, en la que fueron detenidos 51 hombres.

Si tenemos en cuenta que las dos detenciones más recientes han tenido lugar en Java Occidental (provincia cuyo jefe de policía ya hizo pública hace año y medio su intención de constituir un grupo de trabajo policial para investigar la actividad de personas LGTB) y en Sumatra Occidental, parece claro que la ola de LGTBfobia se extiende por el conjunto de Indonesia. Una más que preocupante situación que podría además agravarse de prosperar la iniciativa legislativa que pretende castigar en todo el país las relaciones homosexuales con penas de hasta cinco años de prisión, si bien el proyecto de ley ha sido aplazado provisionalmente.

Fuente Dosmanzanas

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La policía de Indonesia detiene a una pareja gay por promover una página pro-LGTB en Facebook

Miércoles, 24 de octubre de 2018
Comentarios desactivados en La policía de Indonesia detiene a una pareja gay por promover una página pro-LGTB en Facebook

indonesia_condones-300x150La policía se incauta de condones y vaselina en una fiesta gay celebrada en Cipanas en enero de 2018 (Java Occidental, Indonesia).

La policía indonesia ha arrestado a dos hombres homosexuales solo por dirigir una página de Facebook con temas LGTB. Los agentes allanaban este pasado jueves una casa de Batununggal, Java Occidental, que fue alquilada por un hombre que supuestamente creó la página de Facebook «Gay Bandung» con su compañero. Este es el primer caso de criminalización LGTB en las redes sociales en Indonesia, según medios como The Straits Times. La policía, además de detener a la pareja, se incautó de varios teléfonos móviles y 25 preservativos. Estas víctimas de la LGTBfobia de Estado se enfrentan ahora a un máximo de seis años de prisión, acusados de «transmisión y difusión de información electrónica que contiene inmoralidad».

En apenas unas horas, la página en cuestión de Facebook pasaba de 4.000 seguidoreshasta los más de 31.000 en apoyo a la pareja. Pero lo cierto es que la LGTBfobia, instigada abiertamente por las administraciones, las jerarquías religiosas y ejecutada por las supuestas fuerzas de «seguridad» de Indonesia está creciendo como la espuma. Los hombres acusados por promover la página proLGTB, según el subdirector de «delitos especiales» de la policía, Hari Brata, habrían cometido el «delito» de querer «hacer amistades entre personas del mismo sexo».

Echando un vistazo a la página, sin embargo, también se puede leer información sobre noticias a favor de los derechos del colectivo LGTB, así como cuestiones de utilidad, salud, VIH/sida o entretenimiento. Los «sospechosos» han sido acusados en virtud del Artículo 27, Punto 1, de la Ley de Transacciones Electrónicas e Información (ITE) sobre «la transmisión y difusión de información electrónica que contiene inmoralidad». La citada ley conlleva una sentencia máxima de seis años de prisión y una multa de hasta mil millones de rupias (unos 60.000 euros, aproximadamente).

Lo sucedido se enmarca en el clima de acoso contra las personas LGTB que se vive en Java Occidental, cuyo jefe de policía ya hizo pública hace año y medio su intención de constituir un grupo de trabajo policial para investigar la actividad de personas LGTB. Hace solo un par de semanas, otra página de Facebook relacionada con el tema generó controversia en la ciudad de Garut. La protesta local provocó que los administradores escolares prohibieran la presencia de estudiantes LGTB en las escuelas. El miércoles 17 de octubre, la administración de la regencia de Cianjur dio instrucciones a las mezquitas de la región pidiéndoles que prediquen sobre los peligros de la comunidad LGTB y el VIH/sida en las oraciones del viernes.

La peor situación, en Aceh

Por desgracia las noticias sobre LGTBfobia de Estado en Indonesia son incesantes. La peor situación, posiblemente, es la que se vive en la provincia de Aceh, donde dos hombres recibían el pasado mes de julio 80 latigazos acusados de practicar la homosexualidad. Un castigo semejante al que recibieron en mayo de 2017 otros dos jóvenes. En aquella ocasión recibieron 83 latigazos, también ante una multitud exaltada. Amnistía Internacional lo calificó de «repugnante espectáculo» y se sucedieron las condenas internacionales.

Debido a ello, el presidente indonesio, Joko Wivodo, presionó al gobernador de Aceh, Irwandi Yusuf, para que finalmente emitiese una orden en la que se establecía que los castigos físicos debían ejecutarse en el interior de las prisiones y se prohibía la grabación o difusión de imágenes de los mismos. No obstante, hubo una gran oposición por parte de los sectores religiosos, que consideraron que si los castigos no eran públicos perderían su carácter de «ejemplarizantes», idea que, al parecer, ha terminado prevaleciendo.

También hace unos meses recogíamos la detención de cuatro personas en Banda Aceh (capital de la provincia), a manos de patrullas ciudadadanas, acusadas de «practicar la homosexualidad»: tres varones y una mujer transexual, que se enfrentarían a penas que incluyen los mencionados castigos físicos. Y a principios de año contábamos como la policía de Aceh detuvo a doce mujeres trans, les afeitó el cabello y las obligó a vestirse como «hombres normales».

En la provincia de Aceh, recordemos, rige la sharía desde 2005. Fue una concesión de Indonesia a los separatistas en el marco del acuerdo de paz que tuvo lugar poco después del tsunami que asoló la región. Aunque no fue hasta septiembre de 2014 cuando finalmente se aprobó la ley que castiga las relaciones homosexuales con la pena de flagelación (que entró en vigor en octubre de 2015).

La sharía también rige en Sumatra Meridional (en este caso solo para los musulmanes, que en cualquier caso son mayoría).

La persecución se extiende por el conjunto de Indonesia

Pero la persecución no se limita ya a los territorios donde rige la sharía. Ya en febrero de 2016 hacíamos alusión a la ola de LGTBfobia protagonizada por políticos y líderes religiosos indonesios. Desde entonces no hemos dejado de conocer casos de detenciones y abusos. En diciembre de 2017, por ejemplo, nos hacíamos eco de la condena de diez hombres a dos años de cárcel por participar en una supuesta «fiesta gay» en Yakarta, la capital del país, donde las relaciones homosexuales no son ilegales. Los detenidos fueron entonces condenados por violar la ley contra la pornografía. El que se utilice esta ley para perseguir penalmente la homosexualidad en un territorio en el que supuestamente no está criminalizada pone de manifiesto la gravedad de la situación.

En mayo de 2017, otros ocho hombres eran detenidos, igualmente acusados de celebrar una «fiesta gay» en Surabaya, la segunda ciudad del país.  Y en octubre de 2017 tuvo lugar otra redada en un local de ambiente gay de Yakarta, en la que fueron detenidos 51 hombres.

Esta espantosa situación podría además agravarse de prosperar la iniciativa legislativa que pretende castigar en todo el país las relaciones homosexuales con penas de hasta cinco años de prisión, si bien el proyecto de ley ha sido aplazado provisionalmente.

Fuente Dosmanzanas

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Indonesia ilegalizará la homosexualidad, pero sin que parezca “discriminatorio”

Jueves, 31 de mayo de 2018
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558x367Uno de los miembros de la comisión parlamentaria que está revisando el Código Penal de Indonesia -que ilegalizará la homosexualidad- asegura que no quieren que el texto parezca “discriminatorio“

Ya llevamos meses contando que la situación del colectivo LGTB+ en Indonesia es catastrófica. Ser LGTB+ en Indonesia no es ilegal (por ahora) salvo en la provincia de Aceh, en la que se han registrado decenas de incidentes, agresiones, detenciones y abusos hacia el colectivo tanto por parte de las fuerzas de seguridad como por parte de civiles. La situación en Aceh es tan escandalosa que las autoridades hace poco decidieron dejar de torturar a personas acusadas de homosexualidad en público, porque consideran que la difusión de esas imágenes dañan la reputación internacional del país. Lo fácil sería dejar de torturar a personas LGTB+ ¿no? Pues no. En Aceh quieren seguir haciéndolo y, ya que están, quieren empezar a cortar cabezas. Literalmente.

 Mientras todo el mundo avanza en materia de derechos humanos, Indonesia decidió hace unos meses que lo suyo era llevar la contraria, declaró la homosexualidad un “desorden mental” y, en un movimiento que hasta la ONU ha criticado, decidió renovar el Código Penal del país para (entre otras cosas) ilegalizar la homosexualidad.

Durante varios meses un comité especial del Parlamento, formado por miembros de todos los partidos políticos, está revisando el Código Penal del país para introducir varios cambios. Desde la prohibición del sexo o la convivencia antes del matrimonio (…) hasta volver a introducir la pena de muerte, pasando por leyes que penalizan las críticas al presidente o ilegalizan la promoción de anticonceptivos. Y sí, también quieren ilegalizar la homosexualidad. Y todos los partidos políticos están a favor de esa medida. Pero no quieren que les llames homófobos y por eso han sorprendido las palabras de Arsul Sani, uno de los miembros de ese comité.

Según Sani, que pertenece al Partido Unido del Desarrollo, el artículo referente a las personas LGTB+ en el Código Penal es uno de los pocos en los que aún no se han puesto todos de acuerdo; pero en declaraciones al diario Tempo.co ha asegurado que: “Ese artículo no se borrará, pero la fórmula se mejorará para que no exista percepción alguna de discriminación“.

El gobierno de Indonesia quiere prohibir los actos homosexuales, algo claramente discriminatorio, pero quiere hacerlo de forma que el texto legal que penalice la homosexualidad no parezca discriminatorio.

Ayer miércoles 30 la comisión parlamentaria se ha vuelto a reunir para terminar de decidir sobre los artículos del código penal que no consiguen zanjar (que incluyen el del colectivo LGTB+, la pena de muerte y los métodos de reproducción asistida). Pero lo que está claro es que, pase lo que pase, Indonesia ilegalizará la homosexualidad en breve. Todo el comité espera que el nuevo código penal esté listo para ser votado y aprobado en el Parlamento el próximo 17 de agosto de 2018.

Posible criminalización de la homosexualidad en todo el país

La noticia tiene lugar en un contexto especialmente hostil, dada la discusión que se ha abierto sobre una posible criminalización de las relaciones entre personas del mismo sexo, de la que también hablamos hace pocos días, y que ha desencadenado una auténtica espiral de LGTBfobia. De hecho, un diputado indonesio proponía la semana pasada modificar la legislación nacional para no solo castigar las relaciones homosexuales con cárcel, sino incluir además la pena de muerte para el colectivo LGTB (o, como mínimo, la cadena perpetua). El artífice de tal propuesta es Muslim Ayub, miembro del Partido Mandato Nacional Islámico (PAN).

Hanafi Rais, otro diputado del mismo partido, aseguraba que el debate sobre la criminalización de la homosexualidad está siendo acordado “por la mayoría de los partidos políticos indonesios”. Los seis partidos seculares, que controlan a la mayoría en la presente legislatura, no parecen, en todo caso, querer ponerse en contra a los extremistas islámicos antes de las elecciones de junio, en las que 171 regiones votarán por nuevos gobernadores, alcaldes y jefes de distrito.

Escalada de LGTBfobia de Estado en Indonesia

Hace algunos días recogíamos, precisamente, la detención de cuatro personas en Banda Aceh, a manos de patrullas ciudadadanas, acusadas de «practicar la homosexualidad»: tres varones y una mujer transexual, que se enfrentan a penas que incluyen los mencionados castigos físicos. A principios de año recogíamos el último y descarnado caso de LGTBfobia de Estado en Indonesia. La policía de Aceh detuvo a doce mujeres trans, les afeitó el cabello y las obligó a vestirse como«hombres normales». En Aceh, desde 2005 rige la sharia o ley islámica gracias a la autonomía que le fue concedida al firmar la paz con los separatistas, poco después del tsunami que asoló la región. En septiembre de 2014, además se aprobó una terrible ley que castiga las relaciones homosexuales con la pena de recibir cien azotes en público con una vara de ratán. La legislación entraba en vigor en octubre de 2015 y fue aplicada, entre otras ocasiones, el pasado mes de mayo a dos jóvenes de 20 y 23 años. En el mismo mes de octubre de 2015 nos hacíamos eco de la detención de dos jóvenes lesbianas (de 18 y 19 años) por abrazarse públicamente y confesar que eran pareja. Según el jefe de la policía islámica las chicas serían “sometidas a rehabilitación con la participación de psicólogos en dependencias sociales”.

Indonesia también votó en 2014 en contra de la resolución del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas contra la homofobia y la transfobia y ha sido calificado, por su propia población, como un mal lugar para vivir si eres gay o lesbiana (solo un 2% opina lo contrario) en una encuesta de Gallup.

En el mes de octubre de 2016, informábamos de la detención de una pareja gay por subir a su cuenta de Facebook unas fotos besándose, junto con un mensaje de amor, que fue considerada por las autoridades como “pornografía”. A estos hechos se suman un deterioro homófobo que reconocía el presidente Joko Widodo, quien lejos de atajarla ha llegado a aprobar medidas discriminatorias, como confiscar preservativos, o la persecución de webs LGTB, bloqueando aplicaciones de citas entre personas del mismo sexo o autorizar formas de discriminación laboralcon el veto de aspirantes LGTB a plazas públicas, el cierre de la única escuela y mezquita para personas trans de Indonesia, aparte de permitir las irresponsables declaraciones homofóbicas de políticos y alcaldes demonizando al colectivo LGBTy la radicalización de líderes religiosos que han llegado a fomentar el boicot a empresas internacionales que apoyan al colectivo LGBT.

En diciembre de 2017 nos hacíamos eco la condena de diez hombres a dos años de cárcel en Indonesia por participar en una supuesta «fiesta gay» en Yakarta, la capital de este país asiático. A diferencia de Aceh, en Yakarta las relaciones homosexuales no son ilegales, por lo que los detenidos fueron condenados por violar la ley contra la pornografía.

El hecho de que se utilice esta ley para perseguir penalmente la homosexualidad en un territorio en el que supuestamente esta no está criminalizada pone de manifiesto la gravedad de la situación que se vive hoy día en Indonesia. De hecho, solo en las provincias autónomas de Aceh y Sumatra Meridional, en las cuales se aplica la sharía o ley islámica (en Aceh a todos los ciudadanos, en Sumatra Meridional solo a los musulmanes, que en cualquier caso son mayoría), las relaciones homosexuales son formalmente ilegales, castigándose incluso con castigos físicos.

Pero también en el resto del país la situación se está deteriorando. Ya lo recogíamos en febrero de 2016, cuando hacíamos alusión a la ola de LGTBfobia protagonizada por políticos y líderes religiosos. Desde entonces, por desgracia, no hemos dejado de conocer casos de detenciones y abusos. Un ejemplo es la redada de mayo de 2017 en el que la policía indonesia detenía en Yakarta a 141 hombres por asistir a lo que las autoridades han calificado como una supuesta “fiesta de sexo gay”, pese a que la homosexualidad no es ilegal en la capital y que desembocó en la citada condena de diez hombres, pero ha habido muchos otros. Días antes de aquella redada, otros ocho hombres eran detenidos, igualmente acusados de celebrar una «fiesta gay» en Surabaya, la segunda ciudad del país. En Java Occidental, la provincia más poblada de Indonesia, el jefe de policía hizo pública por su parte su intención de constituir un grupo de trabajo policial para investigar la actividad de personas LGTB. Y en octubre de 2017 tuvo lugar otra redada en un local de ambiente gay de Yakarta, en la que fueron detenidos 51 hombres. Una estigmatización a la que también ha contribuido la decisión de la Asociación Psiquiátrica Indonesia de clasificar la homosexualidad, la bisexualidad y la transexualidad como trastornos mentales.

Esta espantosa situación podría agravarse de prosperar la iniciativa legislativa que pretende castigar en todo el país las relaciones homosexuales con penas de hasta cinco años de prisión. Sin embargo, en diciembre también aludíamos al “respiro provisional” que había supuesto la decisión del Tribunal Constitucional de Indonesia de rechazar una propuesta de criminalización de las relaciones sexuales entre personas no casadas, cuyo objetivo principal no era otro que el de castigar por vía indirecta las relaciones homosexuales. Poco duraba el respiro, por desgracia.

Fuente | Tempo.co, vía EstoyBailando/Cristianos Gays

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Aplazado el proyecto de ley para criminalizar la homosexualidad en Indonesia

Sábado, 28 de abril de 2018
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tribunal-constitucional-indonesia-kq5c-620x349abcAlivio temporal para la comunidad LGTB de Indonesia. El comité que discute el proyecto de ley para criminalizar las relaciones entre personas del mismo sexo ha pospuesto la votación unos meses. Alegan que quieren recabar más opiniones de la ciudadanía sobre las enmiendas propuestas. Unos cambios que, en su redacción actual, castigan la homosexualidad con hasta cinco años de cárcel. El país ya vive una escalada de LGTBfobia social y de Estado que ha traído un aumento drástico de la persecución de las personas homosexuales y trans o percibidas como tales.

El proyecto de ley para criminalizar la homosexualidad en Indonesia no saldrá adelante al menos hasta dentro de dos o tres meses. En febrero informábamos de la que parecía inminente aprobación de un proyecto de ley para castigar las relaciones extramatrimoniales y, explícitamente, las relaciones entre personas del mismo sexo con hasta cinco años de cárcel. La medida supondría el blindaje legal de una persecución que no ha hecho más que crecer en los últimos años.

La propuesta no es nueva. En marzo de 2016, la organización Family Love Alliance presentó una demanda ante el Tribunal Constitucional del país para declarar delictivas las relaciones extramaritales. El alto tribunal falló en diciembre del año pasado, por cinco votos a cuatro, no admitir la petición. Los magistrados no declararon inconstitucional la prohibición del sexo extramarital, sino que consideraron que esta decisión la tiene que tomar, en su caso, el poder legislativo.

Eso es lo que puede ocurrir si sale adelante la propuesta. La Cámara de Representantes discutirá un proyecto de reforma de tres artículos del Código Penal. El que afectaría a la comunidad LGTB sería el 292, que en la actualidad castiga con cinco años de prisión los “actos obscenos” con un menor del mismo sexo. La modificación consistiría en eliminar la referencia a la minoría de edad, penalizando por tanto todos los actos sexuales entre personas del mismo sexo.

Los activistas LGTB temen redadas masivas. Si el proyecto se aprueba, su implantación podría resultar en millones de detenciones y afectar también a los turistas que visiten el país. La propuesta, que lleva meses sobre la mesa, tomó impulso en febrero al calor de recientes redadas contra locales de ambiente gay. Sin embargo, la criminalización del adulterio generó una importante reacción contraria a la reforma del Código Penal que ha obligado a posponer su votación en el Parlamento.

El crecimiento del nacionalismo y del islamismo también han sido factores que han animado a las autoridades a poner a la comunidad LGTB en el punto de mira. Una estigmatización a la que también ha contribuido la decisión de la Asociación Psiquiátrica Indonesia de clasificar la homosexualidad, la bisexualidad y la transexualidad como trastornos mentales. La Asociación Indonesia de Intelectuales Musulmanes comparte esa posición y aspira a que la ley persiga las asociaciones LGTB.

Escalada de LGTBfobia de Estado en Indonesia

Hace algunos días recogíamos, precisamente, la detención de cuatro personas en Banda Aceh, a manos de patrullas ciudadadanas, acusadas de «practicar la homosexualidad»: tres varones y una mujer transexual, que se enfrentan a penas que incluyen los mencionados castigos físicos. A principios de año recogíamos el último y descarnado caso de LGTBfobia de Estado en Indonesia. La policía de Aceh detuvo a doce mujeres trans, les afeitó el cabello y las obligó a vestirse como«hombres normales». En Aceh, desde 2005 rige la sharia o ley islámica gracias a la autonomía que le fue concedida al firmar la paz con los separatistas, poco después del tsunami que asoló la región. En septiembre de 2014, además se aprobó una terrible ley que castiga las relaciones homosexuales con la pena de recibir cien azotes en público con una vara de ratán. La legislación entraba en vigor en octubre de 2015 y fue aplicada, entre otras ocasiones, el pasado mes de mayo a dos jóvenes de 20 y 23 años. En el mismo mes de octubre de 2015 nos hacíamos eco de la detención de dos jóvenes lesbianas (de 18 y 19 años) por abrazarse públicamente y confesar que eran pareja. Según el jefe de la policía islámica las chicas serían “sometidas a rehabilitación con la participación de psicólogos en dependencias sociales”.

Indonesia también votó en 2014 en contra de la resolución del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas contra la homofobia y la transfobia y ha sido calificado, por su propia población, como un mal lugar para vivir si eres gay o lesbiana (solo un 2% opina lo contrario) en una encuesta de Gallup.

En el mes de octubre de 2016, informábamos de la detención de una pareja gay por subir a su cuenta de Facebook unas fotos besándose, junto con un mensaje de amor, que fue considerada por las autoridades como “pornografía”. A estos hechos se suman un deterioro homófobo que reconocía el presidente Joko Widodo, quien lejos de atajarla ha llegado a aprobar medidas discriminatorias, como confiscar preservativos, o la persecución de webs LGTB, bloqueando aplicaciones de citas entre personas del mismo sexo o autorizar formas de discriminación laboralcon el veto de aspirantes LGTB a plazas públicas, el cierre de la única escuela y mezquita para personas trans de Indonesia, aparte de permitir las irresponsables declaraciones homofóbicas de políticos y alcaldes demonizando al colectivo LGBTy la radicalización de líderes religiosos que han llegado a fomentar el boicot a empresas internacionales que apoyan al colectivo LGBT.

En diciembre de 2017 nos hacíamos eco la condena de diez hombres a dos años de cárcel en Indonesia por participar en una supuesta «fiesta gay» en Yakarta, la capital de este país asiático. A diferencia de Aceh, en Yakarta las relaciones homosexuales no son ilegales, por lo que los detenidos fueron condenados por violar la ley contra la pornografía.

El hecho de que se utilice esta ley para perseguir penalmente la homosexualidad en un territorio en el que supuestamente esta no está criminalizada pone de manifiesto la gravedad de la situación que se vive hoy día en Indonesia. De hecho, solo en las provincias autónomas de Aceh y Sumatra Meridional, en las cuales se aplica la sharía o ley islámica (en Aceh a todos los ciudadanos, en Sumatra Meridional solo a los musulmanes, que en cualquier caso son mayoría), las relaciones homosexuales son formalmente ilegales, castigándose incluso con castigos físicos.

Pero también en el resto del país la situación se está deteriorando. Ya lo recogíamos en febrero de 2016, cuando hacíamos alusión a la ola de LGTBfobia protagonizada por políticos y líderes religiosos. Desde entonces, por desgracia, no hemos dejado de conocer casos de detenciones y abusos. Un ejemplo es la redada de mayo de 2017 en el que la policía indonesia detenía en Yakarta a 141 hombres por asistir a lo que las autoridades han calificado como una supuesta “fiesta de sexo gay”, pese a que la homosexualidad no es ilegal en la capital y que desembocó en la citada condena de diez hombres, pero ha habido muchos otros. Días antes de aquella redada, otros ocho hombres eran detenidos, igualmente acusados de celebrar una «fiesta gay» en Surabaya, la segunda ciudad del país. En Java Occidental, la provincia más poblada de Indonesia, el jefe de policía hizo pública por su parte su intención de constituir un grupo de trabajo policial para investigar la actividad de personas LGTB. Y en octubre de 2017 tuvo lugar otra redada en un local de ambiente gay de Yakarta, en la que fueron detenidos 51 hombres. Una estigmatización a la que también ha contribuido la decisión de la Asociación Psiquiátrica Indonesia de clasificar la homosexualidad, la bisexualidad y la transexualidad como trastornos mentales.

Esta espantosa situación podría agravarse de prosperar la iniciativa legislativa que pretende castigar en todo el país las relaciones homosexuales con penas de hasta cinco años de prisión. Sin embargo, en diciembre también aludíamos al “respiro provisional” que había supuesto la decisión del Tribunal Constitucional de Indonesia de rechazar una propuesta de criminalización de las relaciones sexuales entre personas no casadas, cuyo objetivo principal no era otro que el de castigar por vía indirecta las relaciones homosexuales. Poco duraba el respiro, por desgracia.

Fuente Dosmanzanas/Cristianos Gays

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Cuatro personas detenidas en Indonesia por «practicar la homosexualidad» se enfrentan a castigos como la flagelación en público

Martes, 10 de abril de 2018
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indonesia-latizagos-homofobia-696x522Ampliamos la noticia de la que dabamos un avance el pasado día 3 de este mes. Según denuncian las asociaciones de defensa de los derechos humanos, patrullas ciudadanas han detenido a cuatro personas en la provincia indonesia de Aceh por «practicar la homosexualidad», para luego ponerlas a disposición policial. Se trata de tres varones y de una mujer transexual (a quien no se reconoce su identidad de género), contra quienes la policía islámica presentará cargos, por lo que se enfrentan a penas que incluyen castigos físicos como la flagelación en público.

Se trata de dos hechos distintos, aunque ambos han sido perpetrados por patrullas ciudadanas y han tenido lugar en Banda Aceh, la capital de la provincia. Estos grupos vecinales no tienen vinculación con ningún grupo religioso o político, pero sí fuertes lazos con la policía islámica, lo que provoca continuados abusos contra las minorías más vulnerables, que incluyen detenciones arbitrarias y torturas.

La primera detención se produjo el pasado 12 marzo, cuando la patrulla ciudadana irrumpió en una peluquería y detuvo a los dos trabajadores presentes, un hombre y una mujer transexual. Tras entregarlos a la policía islámica, esta comunicó que habían encontrado «pruebas» de que habían tenido lugar prácticas homosexuales en el local, como condones o dinero en posesión de la mujer transexual. Cabe señalar que, dado que las autoridades no reconocen la identidad de género de la mujer, es tratada legalmente como un varón y las relaciones que haya podido mantener con un hombre son consideradas como entre personas del mismo sexo.

El día 20 del mismo mes, otra patrulla invadió la residencia de dos estudiantes universitarios, bajo la sospecha de que mantenían relaciones homosexuales. Ambos fueron retenidos a la fuerza hasta la llegada de la policía islámica, que decidió registrar el domicilio e incautarles los teléfonos móviles. Al parecer, el hallazgo de condones y un colchón fue prueba suficiente para proceder a la detención de los dos jóvenes.

Según declaraciones del jefe de la policía islámica, identificado como Marzuki, «estamos completando sus informes y pronto los pondremos a disposición del fiscal». Mientras tanto, los cuatro permanecen detenidos hasta ser juzgados por un tribunal religioso. Hay que recordar que la sharía o ley islámica, vigente en la provincia de Aceh, establece fuertes castigos para quienes mantengan relaciones homosexuales. El pasado año, dos jóvenes, que también fueron detenidos por una patrulla ciudadana, fueron condenados a recibir 83 latigazos en público, en una brutal ceremonia que congregó a una multitud llena de fanatismo.

Posible criminalización de la homosexualidad en todo el país

La noticia tiene lugar en un contexto especialmente hostil, dada la discusión que se ha abierto sobre una posible criminalización de las relaciones entre personas del mismo sexo, de la que también hablamos hace pocos días, y que ha desencadenado una auténtica espiral de LGTBfobia. De hecho, un diputado indonesio proponía la semana pasada modificar la legislación nacional para no solo castigar las relaciones homosexuales con cárcel, sino incluir además la pena de muerte para el colectivo LGTB (o, como mínimo, la cadena perpetua). El artífice de tal propuesta es Muslim Ayub, miembro del Partido Mandato Nacional Islámico (PAN).

Hanafi Rais, otro diputado del mismo partido, aseguraba que el debate sobre la criminalización de la homosexualidad está siendo acordado “por la mayoría de los partidos políticos indonesios”. Los seis partidos seculares, que controlan a la mayoría en la presente legislatura, no parecen, en todo caso, querer ponerse en contra a los extremistas islámicos antes de las elecciones de junio, en las que 171 regiones votarán por nuevos gobernadores, alcaldes y jefes de distrito.

Escalada de LGTBfobia de Estado en Indonesia

A principios de año recogíamos el último y descarnado caso de LGTBfobia de Estado en Indonesia. La policía de Aceh detuvo a doce mujeres trans, les afeitó el cabello y las obligó a vestirse como «hombres normales». En Aceh, desde 2005 rige la sharia o ley islámica gracias a la autonomía que le fue concedida al firmar la paz con los separatistas, poco después del tsunami que asoló la región. En septiembre de 2014, además se aprobó una terrible ley que castiga las relaciones homosexuales con la pena de recibir cien azotes en público con una vara de ratán. La legislación entraba en vigor en octubre de 2015 y fue aplicada, entre otras ocasiones, el pasado mes de mayo a dos jóvenes de 20 y 23 años. En el mismo mes de octubre de 2015 nos hacíamos eco de la detención de dos jóvenes lesbianas (de 18 y 19 años) por abrazarse públicamente y confesar que eran pareja. Según el jefe de la policía islámica las chicas serían “sometidas a rehabilitación con la participación de psicólogos en dependencias sociales”.

Indonesia también votó en 2014 en contra de la resolución del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas contra la homofobia y la transfobia y ha sido calificado, por su propia población, como un mal lugar para vivir si eres gay o lesbiana (solo un 2% opina lo contrario) en una encuesta de Gallup.

En el mes de octubre de 2016, informábamos de la detención de una pareja gay por subir a su cuenta de Facebook unas fotos besándose, junto con un mensaje de amor, que fue considerada por las autoridades como “pornografía”. A estos hechos se suman un deterioro homófobo que reconocía el presidente Joko Widodo, quien lejos de atajarla ha llegado a aprobar medidas discriminatorias, como confiscar preservativos, o la persecución de webs LGTB, bloqueando aplicaciones de citas entre personas del mismo sexo o autorizar formas de discriminación laboral con el veto de aspirantes LGTB a plazas públicas, el cierre de la única escuela y mezquita para personas trans de Indonesia, aparte de permitir las irresponsables declaraciones homofóbicas de políticos y alcaldes demonizando al colectivo LGBTy la radicalización de líderes religiosos que han llegado a fomentar el boicot a empresas internacionales que apoyan al colectivo LGBT.

En diciembre de 2017 nos hacíamos eco la condena de diez hombres a dos años de cárcel en Indonesia por participar en una supuesta «fiesta gay» en Yakarta, la capital de este país asiático. A diferencia de Aceh, en Yakarta las relaciones homosexuales no son ilegales, por lo que los detenidos fueron condenados por violar la ley contra la pornografía.

El hecho de que se utilice esta ley para perseguir penalmente la homosexualidad en un territorio en el que supuestamente esta no está criminalizada pone de manifiesto la gravedad de la situación que se vive hoy día en Indonesia. De hecho, solo en las provincias autónomas de Aceh y Sumatra Meridional, en las cuales se aplica la sharía o ley islámica (en Aceh a todos los ciudadanos, en Sumatra Meridional solo a los musulmanes, que en cualquier caso son mayoría), las relaciones homosexuales son formalmente ilegales, castigándose incluso con castigos físicos.

Pero también en el resto del país la situación se está deteriorando. Ya lo recogíamos en febrero de 2016, cuando hacíamos alusión a la ola de LGTBfobia protagonizada por políticos y líderes religiosos. Desde entonces, por desgracia, no hemos dejado de conocer casos de detenciones y abusos. Un ejemplo es la redada de mayo de 2017 en el que la policía indonesia detenía en Yakarta a 141 hombres por asistir a lo que las autoridades han calificado como una supuesta “fiesta de sexo gay”, pese a que la homosexualidad no es ilegal en la capital y que desembocó en la citada condena de diez hombres, pero ha habido muchos otros. Días antes de aquella redada, otros ocho hombres eran detenidos, igualmente acusados de celebrar una «fiesta gay» en Surabaya, la segunda ciudad del país. En Java Occidental, la provincia más poblada de Indonesia, el jefe de policía hizo pública por su parte su intención de constituir un grupo de trabajo policial para investigar la actividad de personas LGTB. Y en octubre de 2017 tuvo lugar otra redada en un local de ambiente gay de Yakarta, en la que fueron detenidos 51 hombres. Una estigmatización a la que también ha contribuido la decisión de la Asociación Psiquiátrica Indonesia de clasificar la homosexualidad, la bisexualidad y la transexualidad como trastornos mentales.

Esta espantosa situación podría agravarse de prosperar la iniciativa legislativa que pretende castigar en todo el país las relaciones homosexuales con penas de hasta cinco años de prisión. Sin embargo, en diciembre también aludíamos al “respiro provisional” que había supuesto la decisión del Tribunal Constitucional de Indonesia de rechazar una propuesta de criminalización de las relaciones sexuales entre personas no casadas, cuyo objetivo principal no era otro que el de castigar por vía indirecta las relaciones homosexuales. Poco duraba el respiro, por desgracia.

Fuente Dosmanzanas/Cristianos Gays

 

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Un profesor de Matemáticas, obligado a dejar de dar clase después de que sus alumnos lo rastrearan en Google y encontraran que fue actor porno gay

Miércoles, 28 de marzo de 2018
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680Scott Sherwood, profesor de Matemáticas en un colegio británico, se ha visto obligado a dejar de dar clase después de que sus alumnos descubrieran en Google que en el pasado había trabajado como actor porno gay y el asunto llegase a oídos de los adultos. Según el comunicado del centro, el cese de su actividad docente es “por mutuo acuerdo” en tanto tiene lugar una investigación.

El australiano Scott Sherwood ha sido entrenador personal durante 15 años. A partir de 2012, durante dos años, formó parte del equipo docente de Educación Física en una escuela primaria en Inglaterra. En 2015 se graduó en Matemáticas por la Universidad de Sussex y en 2016 se incorporó como profesor de dicha asignatura en la Peacehaven Community School, a la que asisten adolescentes de entre 11 y 16 años. El colegio está situado en Peacehaven, una localidad de unos 14.000 habitantes de la cosa inglesa.

La polémica surge cuando alguno de los actuales alumnos de Sherwood, queriendo saber más acerca de la vida de su profesor, buscan en Google y descubren que en el pasado Sherwood ha trabajado en la industria del porno gay, bajo el pseudónimo de Aaron Cage, protagonizando varias películas para Colt Studio, una productora de cine porno gay de San Francisco. Encuentran incluso un vídeo publicado en 2010 en YouTube con una entrevista al actor en el que este habla abiertamente de su experiencia en la industria del porno. En ese momento los alumnos comienzan a hacer circular fotografías de “Aaron Cage”, así como este y otros vídeos en los que aparece. Uno de sus antiguos alumnos llega incluso a identificarlo como su profesor de Matemáticas en los comentarios de YouTube:

comentario-sobre-profesor

 

Como era de esperar, el asunto llega a oídos de los adultos. Y es en este momento cuando salta la polémica y la noticia llega a The Sun. “Recogí a mi sobrina de 14 años riéndose y diciendo: ‘mi profesor de matemáticas es un actor porno’. No podía creer lo que oía. Estaba furioso”, ha declarado al diario sensacionalista el tío de una alumna, que no ha querido ser identificado.

Finalmente las protestas de los padres conseguían que la escuela (un centro que sigue el modelo de “escuelas cooperativas” creado en 2006 en Reino Unido, y que otorga a los centros una capacidad de autonomía mayor que la de las escuelas públicas tradicionales) suspendiese las clases de Sherwood. Según un comunicado colgado en su web y firmado por el director del colegio, “el miembro del equipo en cuestión no estará en la escuela, por mutuo acuerdo, mientras llevamos a cabo una investigación completa. Sería inapropiado por mi parte hacer más comentarios mientras esta investigación se lleva a cabo”.

Porno gay y profesor: combinación de riesgo

Al margen de las reflexiones que cada uno haga sobre cómo el concepto de privacidad se ha modificado con el estallido de internet y las redes sociales, no podemos sino sorprendernos del escándalo que causa el que una persona que al fin y al cabo no ha cometido delito alguno pueda ejercer la docencia si está cualificado para ello. Mucho nos tememos, además, que el factor homófobo juega en estos casos un papel determinante. No se trata, de hecho, de la primera noticia de este tipo que recogemos en dosmanzanas. En 2009 un profesor de Educación Física de un selecto colegio inglés para chicos fue suspendido después de que sus alumnos encontraran y difundieran sus fotos posando desnudo para una web de porno gay. Acabó renunciando al trabajo.

Y en 2013 la Comisión de Prácticas Educativas de Florida decretó la readmisión de otro profesor, en este caso de una escuela pública, que había sido suspendido dos años antes por la direccción del centro al conocer sus antecedentes como actor porno gay. Tras su readmisión declaró que se sentía mucho más libre, y que si algún alumno sacaba el tema ya no tendría las manos atadas para discutirlo abiertamente. “Ahora puedo usar mi propia experiencia vital en la enseñanza”, señaló.

Fuente Dosmanzanas

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