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Ser madres de jóvenes LGTB en Kenia: «mi familia me repudió y me echó cuando mi hijo se declaró gay»

Viernes, 5 de mayo de 2023

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Madres de personas LGTB de Kenia discriminadas

En la mañana del 20 de febrero de 2023, Grace Njeri, una madre de tres hijos, de 48 años, fue obligada a abandonar su hogar matrimonial después de que su hijo de 18 años se declarara públicamente gay.

“Mi hijo se declaró gay a través de un video de Instagram que se volvió viral”, dijo Njeri a la web LGBTQ Nation desde una casa segura en la capital de Kenia, Nairobi . “Mi esposo y su familia lo rechazaron y repudiaron y lo que siguió fue que me obligaron a cargar con la culpa”.

Njeri dijo que fue acusada de ser la causa de la sexualidad de su hijo. A ambos se les pidió que abandonaran la casa familiar. “Perdí una familia y un hogar que había construido y en el que había invertido durante 18 años y el dolor es muy grande para mí”, dijo, con lágrimas rodando por sus mejillas.

Rechazados y abandonados sin dinero, sin trabajo y sin ningún lugar a donde ir, Njeri y su hijo se encontraron en una casa segura que ha estado ofreciendo refugio y apoyo a cientos de personas LGTB.

A medida que continúa el debate en Kenia sobre los derechos de nuestra comunidad, con un sector que quiere ilegalizar la homosexualidad, existe un grupo lleva la carga en silencio, pagando el precio simplemente por ser sus madres.

En la casa de seguridad secreta en las afueras de Nairobi, docenas de madres y sus hijos LGTB han encontrado consuelo y seguridad después de haber sido expulsados de sus hogares y perseguidos por una sociedad que es en gran parte conservadora y homófoba.

Jesse Kibera, el fundador de la casa segura, le dijo a LGBTQ Nation que desde principios de marzo de 2023 han alojado al menos a 50 mujeres y 120 personas LGTB expulsadas de sus hogares, lugares de trabajo y escuelas, o estaban huyendo de ataques y amenazas. Kibera agregó que la mayoría de las madres alojadas no tenían idea de que sus hijos eran homosexuales hasta que salieron del armario.

Grace Adhiambo, de 50 años, dice que fue excomulgada de su iglesia local días después de que su hija de 23 años, que es creadora de contenido, se declarara lesbiana públicamente. Dice que la iglesia le dijo que sería una abominación seguir teniéndola como miembro.

Adhiambo, ex miembro del coro, dice que las cosas empeoraron después de que su esposo las echó a ella y a su hija de su casa. “No teníamos adónde ir y un amigo de mi hija nos conectó con esta casa segura que ahora se ha convertido en nuestro hogar”, dijo Adhiambo. “Mi esposo me dijo que fuera a buscar una solución a la sexualidad de mi hija, que él describió como una enfermedad, y dejó de pagarle la universidad”.

Según Kibera, la mayoría de las madres en la casa de seguridad sufren un trauma. “La mayoría de ellos aún no han salido del shock que supone ser rechazadas y trolleadas por personas cercanas a ellos. Hemos desplegado suficientes consejeros para ayudar a las mujeres a superar el proceso”.

Ann Wamukoya  fue despedida de su lugar de trabajo después de que su jefe descubriera que su hijo era gay. “Estaba empleada en un restaurante y mi hijo visitaba ocasionalmente mi lugar de trabajo. Se hizo amigo del hijo de mi jefe, pero cuando mi jefe se enteró de su sexualidad a través de las redes sociales, me despidió al día siguiente”.

Las cosas empeoraron para Wamukoya cuando su esposo se volvió contra ella y le pidió que llevara a su hijo «con su verdadero padre» o que se fuera de la casa. “Mi propio esposo repudió a nuestro hijo en su presencia y me pidió que eligiera entre llevarlo con su padre o dejar la casa para siempre. Como no sabía de ningún otro padre para mi hijo, opté por irme por mi propia paz y la de mi hijo”.

La casa de seguridad está trabajando con grupos de derechos LGTB para ayudar a algunas de las madres a obtener acceso a asistencia legal en la búsqueda de sus derechos maritales.

“No podemos mantenerlos aquí por mucho tiempo debido a los recursos limitados”, dijo Kibera. “Después de un tiempo, los liberaremos y les ofreceremos ayuda para establecer pequeñas empresas que puedan sostenerlos”.

Fuente Oveja Rosa

General, Homofobia/ Transfobia. , , , , , ,

Líderes católicos en Kenia ofrecen respuestas mixtas al fallo LGBTQ+ de la Corte Suprema

Miércoles, 5 de abril de 2023

Nyeri catholic archbishop Anthony Muheria addresses a press conference at Our Lady of Consolata cathedral in Nyeri town on behalf of Kenya Conference of Catholic Bishops on August 14, 2022. They urged Kenyans to maintain peace calling upon IEBC to hasten the tallying process. Photo I Joseph Kanyi  Arzobispo Anthony Muheria. Foto I Joseph Kanyi

Los líderes católicos de Kenia han ofrecido reacciones mixtas a un fallo de la corte suprema de su nación que confirmó el derecho de las personas LGBTQ+ a formar asociaciones.

El fallo de febrero puso fin a una batalla legal de nueve años sobre si los grupos de defensa LGBTQ+ pueden registrarse como organizaciones no gubernamentales (ONG). El fallo aseveró que prohibir la asociación de personas queer es inconstitucional.

El arzobispo Anthony Muheria de Nyeri argumentó que el fallo era peligroso porque podría normalizar a las personas LGBTQ+ en la sociedad de Kenia, que actualmente prohíbe la actividad sexual entre personas del mismo género. Según The Tablet, Muheria dijo:

“Los actos de homosexualidad nunca pueden ser aceptables. Son malvados, por lo tanto, si esta asociación se va a difundir, popularizar y atraer a más y más personas a este tipo de acciones y comportamientos, lo llamamos un comportamiento malvado y debe abordarse como tal”.

Otras denominaciones cristianas también emitieron declaraciones en contra de la decisión del tribunal, que permitirá que la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Gays y Lesbianas se registre como ONG luego de varias apelaciones derivadas del caso judicial original de 2012. El Foro de Profesionales Cristianos de Kenia (KCPF) argumentó que el fallo conduciría a la aceptación gradual de las personas LGBTQ+, según ACI Africa:

“KCPF está profundamente preocupado por el reciente fallo de la Corte Suprema. La sentencia abre el camino para el desmantelamiento gradual de nuestras prohibiciones legales, morales y culturales contra el comportamiento homosexual”.

La condena de Muheria y KCPF a la decisión del tribunal no fue compartida por todos los líderes de la iglesia en Kenia. El hermano Ambrose Kimutai, sacerdote diocesano en Kericho, apoyó la decisión del tribunal, según Tuko,  que informó:

“El clérigo dijo que apoyaba la decisión de la Corte Suprema y alentó a las personas a amar y respetar a la comunidad LGBTQ… ‘No fueron a la corte porque querían que se les permitiera casarse o casarse, fueron a la corte porque querían ser les permitieron tener una asociación y la junta de la ONG se había negado a registrarlos’”.

Kimutai argumentó que la decisión era consistente con las enseñanzas de la iglesia y el evangelio, contrarrestando a los críticos católicos y anglicanos de la decisión de la corte.

La decisión del tribunal asegura que las personas LGBTQ+ pueden crear ONG reconocidas por el gobierno, pero no significa que la homosexualidad sea legal en el país. La intimidad entre personas del mismo sexo sigue siendo un delito punible con hasta catorce años de prisión.

En particular, la ley de Kenia que criminaliza la intimidad entre personas del mismo género contradice el llamado del Papa Francisco para la despenalización de la homosexualidad en todo el mundo. En 2019, el cardenal John Njue y el obispo Alfred Rotich fueron partidarios abiertos de la continua criminalización de la intimidad entre personas del mismo género cuando la Corte Suprema de Kenia consideró el asunto. Aún así, varios sacerdotes y hermanos religiosos han ofrecido apoyo a la comunidad LGBTQ+.

Según Reuters, la retórica negativa LGBTQ de los líderes religiosos está provocando un aumento de la violencia contra las personas queer:

“Los keniatas LGBTQ+ dicen que viven con miedo después de que [el] fallo desencadenó una oleada de abusos y amenazas de muerte… Los activistas por los derechos de Kenia dijeron que algunos líderes religiosos y políticos están provocando una reacción homofóbica al fallo del tribunal, lo que ha llevado a pedir medidas más duras. leyes contra el sexo gay y una oleada de abusos contra las minorías sexuales”.

Los crímenes de odio contra las personas LGBTQ+ son un importante desafío para los derechos humanos en Kenia, especialmente en las regiones costeras del país.

Los comentarios del Arzobispo Muheria contradicen directamente el enfoque del Papa Francisco, quien ha defendido repetidamente la dignidad humana de las personas LGBTQ+ bajo la ley. Los comentarios del arzobispo también ponen en peligro a los kenianos homosexuales, que ya están profundamente marginados.

En contraste, la respuesta empática del Padre Kimutai a la ley y el recordatorio de que los cristianos están llamados a amar a los marginados es un paso importante. Para glorificar aún más a Dios, la iglesia debe profesar solidaridad con las personas LGBTQ+, especialmente en aquellas áreas donde su existencia todavía se trata como un acto criminal.

—Andru Zodrow (él/él), New Ways Ministry, 21 de marzo de 2023

Un pasado de persecución y LGTBfobia de Estado

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Son varios los artículos del Código Penal de Kenia (modificado en 2003) que castigan las relaciones homosexuales (página 99 del informe Homofobia de Estado de ILGA 2017). El artículo 162 establece penas de 14 años de cárcel para quienes «tengan conocimiento carnal con otra persona contra el orden de la naturaleza» o «quien permita que un varón tenga conocimiento carnal con él o ella contra el orden de la naturaleza».  El artículo 163, por su parte, castiga a «quien intente cometer alguno de los delitos establecidos en el artículo 162 comete delito grave y será penado con prisión de 7 años».

Asimismo, el artículo 165 establece que «el varón que, en público o en privado, cometa un acto de indecencia grave con otro varón, o indujera a otro varón a cometerlo con él mismo, o intentara inducir la realización de un acto similar, incluso con terceras personas, es culpable de un delito grave y será penado con prisión de 5 años». Según los datos del propio Gobierno de Kenia, solo entre 2010 y principios de 2014 se procesó a 595 personas por estos cargos.

Kenia es un país mayoritariamente cristiano (aunque con una importante minoría musulmana), en el que a las leyes vigentes y a la agresividad de las fuerzas policiales se suma una marcada homofobia social. Según un estudio del Pew Global Attitudes Project de 2013, únicamente un 8% de sus 44 millones de habitantes estaba dispuesto a algún reconocimiento social de los homosexuales, y un 90% consideraba tal orientación sexual inaceptable. La prensa alienta esta homofobia social: en mayo de 2015 se publicaba, en la portada de un periódico keniano, un listado con el nombre y la fotografía de las que supuestamente eran las doce personas gais y lesbianas más influyentes en el país, poniendo en grave riesgo su vida.

Aun así, existe en Kenia un valeroso grupo de activistas LGTB. Entre sus miembros se encuentra por ejemplo Denis Nzioka, que en 2012 trató de presentarse a las elecciones presidenciales como candidato y así visibilizar a la población LGTB. También David Kuria Mbote se presentó entonces como senador, aunque tuvo que cancelar su campaña debido a las fuertes amenazas recibidas y la falta de fondos. Su breve campaña, sin embargo, sirvió para que por primera vez un político abiertamente gay pudiera dirigirse a sus conciudadanos. El de Kuria es, como no podía ser menos, otro de los nombres citados en la publicación.

La salida del armario del escritor keniano Binyavanga Wainaina y el que se desarrollaran sin incidentes las protestas convocadas en Nairobi en 2014 contra la legislación ugandesa alentaban incluso la esperanza de una mayor apertura en Kenia para los derechos LGTB. Esperanza que vio luego truncada, como muestra la detención en julio de 2014 de sesenta personas en un club de ambiente de Nairobi. Incluso se ha presentado una iniciativa ante el Parlamento de la nación, que pretende que los actos homosexuales sean sancionados con cadena perpetua para los kenianos y lapidación para los extranjeros. El propio presidente Uhuru Kenyatta declaraba en 2015 que, si bien no permitiría “cazas de brujas” contra la población LGBT de Kenia, tampoco derogaría las leyes que castigan la homosexualidad debido a su gran aceptación social. En junio de 2016, un tribunal de este país consideraba “legal” y “razonable” usar torturas anales para incriminar a sospechosos de ser gais.  Kenyatta se reafirmaba en su posición en abril de este año tachando los derechos LGTB de asunto «no aceptable» y «sin importancia para el pueblo de la República de Kenia».

Otro gran revés para la población LGTBI de Kenia fue la negativa de su Tribunal Superior de Justicia a derogar la criminalización de las relaciones homosexuales en mayo de 2019 (no deberíamos olvidar, en este sentido, la campaña que CitizenGO, la marca internacional de la organización ultraconservadora HazteOír, llevó a cabo contra la despenalización).

En 2020. Kenia prohíbía la innovadora comedia romántica gay de Bollywood Shubh Mangal Zyada Saavdhan, y animaba “ve a verla en India”

El pasado mes de enero, era asesinado el activista LGBTQ Edwin Chiloba, y conocíamos que  Varias personas trans de Kenia buscaban  refugio en medio de las represalias tras la muerte de dicho activista.

Fuente New Ways Ministry/Cristianos Gays

General, Homofobia/ Transfobia., Iglesia Católica , , , , , , , , , , , , , , , , , , , ,

Obispo keniata critica la resolución del Tribunal Supremo de permitir las organizaciones LGTBIQ+ afirmando que la orientación homosexual y la identidad de género van en contra del ”orden natural de los seres”,

Miércoles, 15 de marzo de 2023

850B3703-9410-468E-A1DE-68AC06D760B6Joseph Ndembu Mbatia

A pesar de que el Papa Francisco fue tajante en condenar la criminalización de la homosexualidad antes y después de su reciente viaje a África, sus obispos pretenden enmendarle la plana lanzando sus discursos de odio:

Joseph Ndembu Mbatia, obispo de la diócesis keniata de Nyahururu, ha criticado a quienes expresan su apoyo a las asociaciones que existen para defender los derechos de las personas LGTBI, afirmando que sus comportamientos van en contra del “orden natural de los seres”.

En una grabación de vídeo que Kenya Broadcasting Corporation (KBC) Digital publicó el domingo 5 de marzo, el obispo Mbatia también criticó la enseñanza de la diversidad sexual  a los alumnos en el Competency Based Curriculum– Currículo Basado en Competencias (CBC) propuesto en Kenia.

El apoyo a LGBTI va en contra del orden natural, el orden natural de los seres”, dijo el obispo Mbatia, añadiendo, con absoluto desconocimiento, que “incluso los animales, que no están dotados con el don del intelecto, el don de la razón, no van en contra de su orden natural. Si los que no tienen mucha razón pueden entenderlo, si a los animales no se les ocurre, ¿por qué a los seres humanos?”, planteó en un intento de preguntarse por qué los individuos elegirían ir contra el orden natural de las cosas desde la creación.

El obispo Mbatia hizo referencia de forma irracionalmente literal a los relatos de las Escrituras, que, según él, dan instrucciones sobre las relaciones apropiadas entre hombres y mujeres. “Los capítulos 1 y 2 del Génesis nos dicen por qué Dios creó al hombre y por qué creó a la mujer; Dios creó al hombre y a la mujer el uno para el otro”.

También expresó su preocupación por la iniciativa de introducir el respeto al colectivo LGBTI en las escuelas keniatas a través del plan de estudios propuesto: “Estaba mirando lo que se está enseñando y CBC ha venido con una charla indicando que hay muchos tipos de familias. Encuentras que hay una familia de dos mujeres y un niño. ¿De dónde han sacado al niño? Y luego hay una familia de un hombre y un hombre con un niño, pero ¿de dónde sacaron al niño? ¿En qué pensaba la persona que hizo esos dibujos para que se enseñaran en las escuelas? Ningún niño nace sin padre ni madre”.

El obispo Mbatia hizo sus declaraciones en el contexto de las críticas a la sentencia mayoritaria del Tribunal Supremo de Kenia que permite el registro de Organizaciones No Gubernamentales LGBTI.

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Conferencia Episcopal de Kenia

El 24 de febrero, el Tribunal Supremo de Kenia dictaminó que las personas de orientación homosexual tienen derecho a formar y registrar asociaciones en la nación de África Oriental. Tres magistrados del tribunal, compuesto por cinco jueces, argumentaron que “a pesar de que la homosexualidad es ilegal (en Kenia), tienen derecho a asociarse”.

En la sentencia, en la que los magistrados Mohamed Ibrahim y William Ouko pusieron por escrito opiniones discrepantes contra la decisión mayoritaria dictada por los magistrados Philomena Mwilu, Smokin Wanjala y Njoki Ndung’u, las entidades LGBTQ pueden actuar libremente una vez registradas en Kenia.

El arzobispo de Nairobi se unió a otros líderes y grupos cristianos que han criticado la sentencia del Tribunal Supremo. Es el caso de los miembros del Foro de Profesionales Cristianos de Kenia (KCPF), el arzobispo Anthony Muheria, de la archidiócesis keniana de Nyeri, y el presidente de la Asamblea Nacional de Kenia, Moses Wetangula, entre otros.

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En una declaración que dio instrucciones a los miembros del clero de Nairobi para que la compartieran con sus respectivas congregaciones durante las celebraciones litúrgicas del domingo 5 de marzo, el arzobispo Philip Anyolo pidió a los cristianos “que estuvieran alerta. Animamos a todos nuestros cristianos a que sigan defendiendo, protegiendo y salvaguardando nuestras enseñanzas morales cristianas contra las atracciones, afiliaciones y asociaciones seculares y mundanas del mismo sexo, como LGBTI, que actualmente se promueven y fomentan de muchas formas diferentes, incluido el respaldo legal”, indicó el arzobispo Anyolo, quien expresó su oposición a lo que calificó de “tendencias malignas que pretenden introducir confusión y dañar su imagen en nosotros”.

”Que Dios, que nos creó con una clara diferenciación de sexos, según el libro del Génesis 1: 27, ‘varón y mujer, a su imagen y semejanza los creó’, fortalezca nuestra fe y nuestra posición moral contra estas tendencias malignas que pretenden introducir confusión y dañar su imagen en nosotros”, imploró el arzobispo católico keniano.

Pidió además que Dios conceda a los seguidores de Jesucristo en Kenia “la gracia suficiente para ser lo suficientemente vigilantes como para proteger, promover y hacer avanzar nuestra dignidad humana y cristiana. Como Iglesia nos oponemos firmemente a tales prácticas inmorales”, dijo el Arzobispo de Nairobi en su nota a los miembros del Clero que ejercen su ministerio en su Sede Metropolitana, titulada “Una llamada a estar vigilantes”.

Por su parte, el parlamentario por Homa Bay (Kenia), Peter Kaluma, se ha comprometido a luchar contra el registro de grupos de defensa de los derechos LGBTQ tanto en la Cámara de Agosto como en los tribunales keniatas.

El sexo gay en Kenia se castiga con hasta 14 años de prisión. Aunque rara vez se hace cumplir, los miembros de la comunidad LGBTQ del país enfrentan rutinariamente discriminación y estigma, y los esfuerzos para despenalizar el sexo gay se han visto frustrados.

El año pasado, el asesinato de la lesbiana no binaria Sheila Lumumba dio lugar a una campaña en las redes sociales para obtener #JusticeForSheila.

Hubo campañas similares en 2021 tras los asesinatos de la activista transgénero Erica Chandra y el activista LGBTQ Joash Mosoti.

Un pasado de persecución y LGTBfobia de Estado

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Son varios los artículos del Código Penal de Kenia (modificado en 2003) que castigan las relaciones homosexuales (página 99 del informe Homofobia de Estado de ILGA 2017). El artículo 162 establece penas de 14 años de cárcel para quienes «tengan conocimiento carnal con otra persona contra el orden de la naturaleza» o «quien permita que un varón tenga conocimiento carnal con él o ella contra el orden de la naturaleza».  El artículo 163, por su parte, castiga a «quien intente cometer alguno de los delitos establecidos en el artículo 162 comete delito grave y será penado con prisión de 7 años».

Asimismo, el artículo 165 establece que «el varón que, en público o en privado, cometa un acto de indecencia grave con otro varón, o indujera a otro varón a cometerlo con él mismo, o intentara inducir la realización de un acto similar, incluso con terceras personas, es culpable de un delito grave y será penado con prisión de 5 años». Según los datos del propio Gobierno de Kenia, solo entre 2010 y principios de 2014 se procesó a 595 personas por estos cargos.

Kenia es un país mayoritariamente cristiano (aunque con una importante minoría musulmana), en el que a las leyes vigentes y a la agresividad de las fuerzas policiales se suma una marcada homofobia social. Según un estudio del Pew Global Attitudes Project de 2013, únicamente un 8% de sus 44 millones de habitantes estaba dispuesto a algún reconocimiento social de los homosexuales, y un 90% consideraba tal orientación sexual inaceptable. La prensa alienta esta homofobia social: en mayo de 2015 se publicaba, en la portada de un periódico keniano, un listado con el nombre y la fotografía de las que supuestamente eran las doce personas gais y lesbianas más influyentes en el país, poniendo en grave riesgo su vida.

Aun así, existe en Kenia un valeroso grupo de activistas LGTB. Entre sus miembros se encuentra por ejemplo Denis Nzioka, que en 2012 trató de presentarse a las elecciones presidenciales como candidato y así visibilizar a la población LGTB. También David Kuria Mbote se presentó entonces como senador, aunque tuvo que cancelar su campaña debido a las fuertes amenazas recibidas y la falta de fondos. Su breve campaña, sin embargo, sirvió para que por primera vez un político abiertamente gay pudiera dirigirse a sus conciudadanos. El de Kuria es, como no podía ser menos, otro de los nombres citados en la publicación.

La salida del armario del escritor keniano Binyavanga Wainaina y el que se desarrollaran sin incidentes las protestas convocadas en Nairobi en 2014 contra la legislación ugandesa alentaban incluso la esperanza de una mayor apertura en Kenia para los derechos LGTB. Esperanza que vio luego truncada, como muestra la detención en julio de 2014 de sesenta personas en un club de ambiente de Nairobi. Incluso se ha presentado una iniciativa ante el Parlamento de la nación, que pretende que los actos homosexuales sean sancionados con cadena perpetua para los kenianos y lapidación para los extranjeros. El propio presidente Uhuru Kenyatta declaraba en 2015 que, si bien no permitiría “cazas de brujas” contra la población LGBT de Kenia, tampoco derogaría las leyes que castigan la homosexualidad debido a su gran aceptación social. En junio de 2016, un tribunal de este país consideraba “legal” y “razonable” usar torturas anales para incriminar a sospechosos de ser gais.  Kenyatta se reafirmaba en su posición en abril de este año tachando los derechos LGTB de asunto «no aceptable» y «sin importancia para el pueblo de la República de Kenia».

Otro gran revés para la población LGTBI de Kenia fue la negativa de su Tribunal Superior de Justicia a derogar la criminalización de las relaciones homosexuales en mayo de 2019 (no deberíamos olvidar, en este sentido, la campaña que CitizenGO, la marca internacional de la organización ultraconservadora HazteOír, llevó a cabo contra la despenalización).

En 2020. Kenia prohíbía la innovadora comedia romántica gay de Bollywood Shubh Mangal Zyada Saavdhan, y animaba “ve a verla en India”

El pasado mes de enero, era asesinado el activista LGBTQ Edwin Chiloba, y conocíamos que  Varias personas trans de Kenia buscaban  refugio en medio de las represalias tras la muerte de dicho activista.

Fuente Agencias/Cristianos Gays

General, Homofobia/ Transfobia., Iglesia Católica , , , , , , , , , , , , , , , , , , , ,

Personas trans de Kenia en busca de refugio en medio de las represalias tras la muerte de un activista

Sábado, 28 de enero de 2023

indizeaArya Rams posa para una foto fuera de una casa segura en Kenia

Por Ayenat Mersie

NAIROBI, 13 ene – Por primera vez en años, Arya Rams se duerme y se despierta cada día sin una sensación de miedo en el pecho.

Vive en una habitación de una casa segura en lo más profundo del valle del Rift, en Kenia, con el apoyo de la organización no gubernamental holandesa Trans Rescue.

Ser transexual en Kenia  puede ser peligroso. En 2021, una turba apedreó hasta la muerte a una amiga suya en una playa cercana a la ciudad de Malindi, comentó. Unos meses más tarde, Arya dijo que fue perseguida por personas que blandían machetes.

Arya, de 27 años, afirmó que las protecciones de la casa segura han sido aún más importantes durante la última semana, ya que se ha producido una reacción violenta contra lesbianas, gays y transexuales en Kenia tras la muerte del activista de los derechos LGBTQ Edwin Chiloba.

El cadáver de Chiloba fue hallado la semana pasada en una caja metálica al borde de una carretera cerca de la ciudad de Eldoret. Según un patólogo, murió por asfixia causada por unos calcetines que le metieron en la boca.

“La gente visitaba las redes sociales de otros homosexuales diciendo: ‘¿Has visto a Chiloba? Eres el siguiente'”, sostuvo Arya.

La policía señaló esta semana a la supuesta pareja de Chiloba como principal sospechoso de su muerte. Reuters no ha podido ponerse en contacto con él para pedirle comentarios.

Al margen de la investigación, gran parte de los comentarios públicos sobre el caso han sido duros y, en ocasiones, amenazadores.

“No perdamos el tiempo discutiendo sobre LGBTQ (…) es ilegal (…) Deben encarcelarlos”, escribió el martes en Twitter el legislador Mohammed Ali.

Una ley de la época colonial, rara vez aplicada, castiga las relaciones homosexuales con 14 años de cárcel. Identificarse como homosexual o transexual no es delito.

Amnistía Internacional y otros grupos de activistas afirmaron la semana pasada que en Kenia habían aumentado los casos de violencia sexual y de género, así como los malos tratos en el ámbito familiar.

Afirmaron que hay una “respuesta descoordinada y a menudo renuente a la violencia sexual y de género por parte de agentes estatales y no estatales” y pidieron a las autoridades que hicieran más por investigar los delitos y trabajar con las sobrevivientes.

(Reporte de Ayenat Mersie; Editado en Español por Ricardo Figueroa)

El sexo gay en Kenia se castiga con hasta 14 años de prisión. Aunque rara vez se hace cumplir, los miembros de la comunidad LGBTQ del país enfrentan rutinariamente discriminación y estigma, y los esfuerzos para despenalizar el sexo gay se han visto frustrados.

El año pasado, el asesinato de la lesbiana no binaria Sheila Lumumba dio lugar a una campaña en las redes sociales para obtener #JusticeForSheila.

Hubo campañas similares en 2021 tras los asesinatos de la activista transgénero Erica Chandra y el activista LGBTQ Joash Mosoti.

Un pasado de persecución y LGTBfobia de Estado

Kenia es un país mayoritariamente cristiano (aunque con una importante minoría musulmana), en el que a las leyes vigentes y a la agresividad de las fuerzas policiales se suma una marcada homofobia social. Según un estudio del Pew Global Attitudes Project de 2013, únicamente un 8% de sus 44 millones de habitantes estaba dispuesto a algún reconocimiento social de los homosexuales, y un 90% consideraba tal orientación sexual inaceptable. La prensa alienta esta homofobia social: en mayo de 2015 se publicaba, en la portada de un periódico keniano, un listado con el nombre y la fotografía de las que supuestamente eran las doce personas gais y lesbianas más influyentes en el país, poniendo en grave riesgo su vida.

Aun así, existe en Kenia un valeroso grupo de activistas LGTB. Entre sus miembros se encuentra por ejemplo Denis Nzioka, que en 2012 trató de presentarse a las elecciones presidenciales como candidato y así visibilizar a la población LGTB. También David Kuria Mbote se presentó entonces como senador, aunque tuvo que cancelar su campaña debido a las fuertes amenazas recibidas y la falta de fondos. Su breve campaña, sin embargo, sirvió para que por primera vez un político abiertamente gay pudiera dirigirse a sus conciudadanos. El de Kuria es, como no podía ser menos, otro de los nombres citados en la publicación.

La salida del armario del escritor keniano Binyavanga Wainaina y el que se desarrollaran sin incidentes las protestas convocadas en Nairobi en 2014 contra la legislación ugandesa alentaban incluso la esperanza de una mayor apertura en Kenia para los derechos LGTB. Esperanza que vio luego truncada, como muestra la detención en julio de 2014 de sesenta personas en un club de ambiente de Nairobi. Incluso se ha presentado una iniciativa ante el Parlamento de la nación, que pretende que los actos homosexuales sean sancionados con cadena perpetua para los kenianos y lapidación para los extranjeros. El propio presidente Uhuru Kenyatta declaraba en 2015 que, si bien no permitiría “cazas de brujas” contra la población LGBT de Kenia, tampoco derogaría las leyes que castigan la homosexualidad debido a su gran aceptación social. En junio de 2016, un tribunal de este país consideraba “legal” y “razonable” usar torturas anales para incriminar a sospechosos de ser gais.  Kenyatta se reafirmaba en su posición en abril de este año tachando los derechos LGTB de asunto «no aceptable» y «sin importancia para el pueblo de la República de Kenia».

Otro gran revés para la población LGTBI de Kenia fue la negativa de su Tribunal Superior de Justicia a derogar la criminalización de las relaciones homosexuales en mayo de 2019 (no deberíamos olvidar, en este sentido, la campaña que CitizenGO, la marca internacional de la organización ultraconservadora HazteOír, llevó a cabo contra la despenalización).

En 2020. Kenia prohíbía la innovadora comedia romántica gay de Bollywood Shubh Mangal Zyada Saavdhan, y animaba “ve a verla en India”

Fuente Reuters/Cristianos Gays

General, Homofobia/ Transfobia., Islam , , , , ,

Asesinado en Kenia el activista LGBTQ Edwin Chiloba

Lunes, 9 de enero de 2023

E8DEF05E-6612-40DC-9FA7-E70AA52B212EEdwin Chiloba: activista LGBTQ y diseñador de moda, fue encontrado muerto en Kenia, su cuerpo fue tirado en una caja de metal junto a la carretera cerca ciudad de Eldoret, hay un detenido. Kenia es un país donde relaciones homosexuales están penadas con hasta 14 años de carcel. Organizaciones de defensa de los derechos LGTBI han exigido una investigación completa en un país en el que, recordemos, las relaciones homosexuales siguen siendo delito. Cuatro personas han sido ya detenidas.

La policía de Kenia está investigando la muerte del joven diseñador de moda y activista LGBTQ Edwin Chiloba después de que su cuerpo fuera encontrado tirado en una caja de metal al borde de la carretera cerca de la ciudad de Eldoret. Según medios locales, un testigo pudo ver como un individuo arrojaba la caja desde un vehículo sin identificación ni matrícula. El cuerpo de Chiloba, ya en estado de descomposición y con evidentes signos de violencia, fue identificado horas más tarde. Tras investigar los úlimos movimientos de Chiloba, la policía de Kenia ha detenido a cuatro personas en relación al asesinato. El primero de ellos, un fotógrafo que al parecer era conocido de Chiloba, al que la polícia atribuye la autoría del asesinato, y que según esas mismas fuentes policiales se habría producido tras una discusión entre ambos. Posteriormente han sido detenidas tres personas más, que habrían ayudado al asesino a deshacerse del cuerpo de Chiloba.

 Las organizaciones de derechos en Kenia, donde el sexo gay está prohibido, han relacionado el asesinato con su sexualidad. Organizaciones LGTBI y de defensa de los derechos humanos habían hecho un llamamiento a investigar el asesinato de Chiloba en un país, Kenia, en el que las relaciones homosexuales siguien siendo ilegales. La sección local de Amnistía Internacional ha recordado que por encima de cualquier otra consideración la Constitución de Kenia reconoce la dignidas de todas las personas:

Por otra parte, la organización Q-Initiative, tras conocer la primera de las detenciones ha emitido un comunicado en el que por un lado pide calma mientras se completa la investigación al tiempo que urge al Gobierno de Kenia a implementar medidas efectivas que aborden la discriminación y la falta de seguridad de las personas LGTB en el país:

Un grupo estima que más de la mitad de los kenianos LGBTQ han sido agredidos“Las palabras ni siquiera pueden explicar cómo nos sentimos como comunidad en este momento. Otra alma perdida debido al odio. Te extrañaremos“, publicó la organización de derechos galck+ en Twitter“La muerte de Edwin nos recuerda que los cuerpos homosexuales continúan siendo atacados en todo el país“, escribió la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Gays y Lesbianas en Instagram.

Los tributos en las redes sociales describen a Chiloba, que tenía unos 20 años, como “un ser humano increíble” y un “diseñador de moda icónico“.

El mes pasado, Chiloba escribió en Instagram que “iba a luchar por todos los marginados”, diciendo que él mismo había sido marginado.

Él “difundió amor dondequiera que iba, fue audaz sobre su existencia como un hombre queer y alentó a muchos otros a hacer lo mismo”, dijo a la BBC Chris Makena, un activista y amigo de Chiloba.

Se había mudado a Eldoret desde la capital, Nairobi, en 2019 para estudiar moda y estaba comenzando a hacerse un nombre en el diseño, dijo otro amigo.

Su cuerpo fue descubierto el miércoles.

Se cita a un testigo diciendo que alguien en un vehículo sin matrícula fue visto dejando una caja de metal al costado de la carretera. Se informó a la policía, que fue a abrir la caja para encontrar el cadáver. “No sabemos por ahora por qué lo mataron de esa manera. Los expertos están manejando el asunto”, dijo la portavoz de la policía, Resila Onyango, citada anteriormente por el periódico Star.

Más tarde envió un mensaje de texto a la agencia de noticias Reuters diciendo que un sospechoso masculino había sido arrestado “pero el asunto aún está bajo investigación”.  Otro oficial de policía dijo que se cree que el sospechoso era amigo de Chiloba desde hace mucho tiempo, informa la agencia de noticias AFP.

El sexo gay en Kenia se castiga con hasta 14 años de prisión. Aunque rara vez se hace cumplir, los miembros de la comunidad LGBTQ del país enfrentan rutinariamente discriminación y estigma, y los esfuerzos para despenalizar el sexo gay se han visto frustrados.

El año pasado, el asesinato de la lesbiana no binaria Sheila Lumumba dio lugar a una campaña en las redes sociales para obtener #JusticeForSheila.

Hubo campañas similares en 2021 tras los asesinatos de la activista transgénero Erica Chandra y el activista LGBTQ Joash Mosoti.

Un pasado de persecución y LGTBfobia de Estado

Kenia es un país mayoritariamente cristiano (aunque con una importante minoría musulmana), en el que a las leyes vigentes y a la agresividad de las fuerzas policiales se suma una marcada homofobia social. Según un estudio del Pew Global Attitudes Project de 2013, únicamente un 8% de sus 44 millones de habitantes estaba dispuesto a algún reconocimiento social de los homosexuales, y un 90% consideraba tal orientación sexual inaceptable. La prensa alienta esta homofobia social: en mayo de 2015 se publicaba, en la portada de un periódico keniano, un listado con el nombre y la fotografía de las que supuestamente eran las doce personas gais y lesbianas más influyentes en el país, poniendo en grave riesgo su vida.

Aun así, existe en Kenia un valeroso grupo de activistas LGTB. Entre sus miembros se encuentra por ejemplo Denis Nzioka, que en 2012 trató de presentarse a las elecciones presidenciales como candidato y así visibilizar a la población LGTB. También David Kuria Mbote se presentó entonces como senador, aunque tuvo que cancelar su campaña debido a las fuertes amenazas recibidas y la falta de fondos. Su breve campaña, sin embargo, sirvió para que por primera vez un político abiertamente gay pudiera dirigirse a sus conciudadanos. El de Kuria es, como no podía ser menos, otro de los nombres citados en la publicación.

La salida del armario del escritor keniano Binyavanga Wainaina y el que se desarrollaran sin incidentes las protestas convocadas en Nairobi en 2014 contra la legislación ugandesa alentaban incluso la esperanza de una mayor apertura en Kenia para los derechos LGTB. Esperanza que vio luego truncada, como muestra la detención en julio de 2014 de sesenta personas en un club de ambiente de Nairobi. Incluso se ha presentado una iniciativa ante el Parlamento de la nación, que pretende que los actos homosexuales sean sancionados con cadena perpetua para los kenianos y lapidación para los extranjeros. El propio presidente Uhuru Kenyatta declaraba en 2015 que, si bien no permitiría “cazas de brujas” contra la población LGBT de Kenia, tampoco derogaría las leyes que castigan la homosexualidad debido a su gran aceptación social. En junio de 2016, un tribunal de este país consideraba “legal” y “razonable” usar torturas anales para incriminar a sospechosos de ser gais.  Kenyatta se reafirmaba en su posición en abril de este año tachando los derechos LGTB de asunto «no aceptable» y «sin importancia para el pueblo de la República de Kenia».

Otro gran revés para la población LGTBI de Kenia fue la negativa de su Tribunal Superior de Justicia a derogar la criminalización de las relaciones homosexuales en mayo de 2019 (no deberíamos olvidar, en este sentido, la campaña que CitizenGO, la marca internacional de la organización ultraconservadora HazteOír, llevó a cabo contra la despenalización).

En 2020. Kenia prohíbía la innovadora comedia romántica gay de Bollywood Shubh Mangal Zyada Saavdhan, y animaba “ve a verla en India”

Fuente BBC/Cristianos Gays

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Lesbiana no binaria ‘violada y asesinada por seis hombres’ en Kenia.

Viernes, 29 de abril de 2022

Sheila-LumumbaSheila Lumumba. (Twitter)

En un espeluznante ataque que ha consternado a Kenia, una lesbiana no binaria fue violada y asesinada por seis hombres en su casa.

Sheila Lumumba, una trabajadora de hostelería de 25 años, fue encontrada muerta en su casa en Karatina, una ciudad en el condado de Nyeri, a principios de esta semana, informaron grupos y activistas LGBT+ y BBC Africa.

K24TV  dijo que se entiende que la pandilla también rompió la pierna de Lumumba durante el incidente, según el informe de la autopsia.

Fueron descubiertos cuatro días después del ataque por colegas de FK Resort and Spa. La policía de Karatina aún no ha determinado el motivo del asesinato.

Su presunto asesinato ha provocado una intensa indignación y desesperación en línea entre los grupos de derechos nacionales.

Bajo el hashtag #JusticeForSheila, los activistas expresaron una inquietante sensación de familiaridad con la muerte de Lumumba. Para los activistas, Lumumba se ha convertido en el último ejemplo de un largo legado de violencia contra las personas LGBT+ en Kenia, donde las relaciones entre personas del mismo sexo son ilegales.

Las personas LGBT+ en Kenia se enfrentan a una discriminación feroz e implacable, informó la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Kenia, desde arrestos arbitrarios hasta justicia colectiva.

“Cabe mencionar que, lamentablemente, estos no son incidentes aislados [sic] y son parte de un patrón de ataques y violencia contra las personas LGBTIQ+ en el país”, tuiteó la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Gays y Lesbianas de Kenia.

“Nadie merece un trato tan cruel. Sheila no tuvo que experimentar todo este dolor”, tuiteó Amnistía Kenia.

Se han recaudado más de 86 520 chelines kenianos (580 libras esterlinas) para cubrir los costos del funeral de Lumumba en M-Changa, la plataforma de recaudación de fondos en línea más grande de África.

“Sheila y yo tenemos 25 años y somos lesbianas. No puedo descansar porque estoy a una estadística de ser esto”, tuiteó Afrika, directora del grupo de mujeres liderado por homosexuales, la Sociedad de Feministas de Kisumu.

“No puedo descansar porque sé que mi silencio significará que la muerte de Sheila quedará impune. No puedo descansar porque Sheila y yo experimentamos violencia tanto como ‘cuerpos que se presentan como mujeres’ como lesbianas.

“No puedo descansar… no puedo.”

Fuente Pink News

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Jugador de rugby gay consigue el asilo tras 5 años de lucha después de que el Ministerio del Interior intentara deportarlo a la Kenia homofóbica

Sábado, 24 de julio de 2021

A3493F27-6F29-4A8B-9488-57F64B71519BKenneth “Ken” Macharia

El jugador de rugby gay Kenneth Macharia ganó su lucha por obtener asilo de cinco años, luego de que el Ministerio del Interior intentara deportarlo a la Kenia homofóbica.

El jugador de Bristol Bisons ha estado luchando contra la deportación a Kenia, donde el sexo gay se castiga con hasta 14 años de prisión, desde octubre de 2016.

Macharia ha vivido en el Reino Unido durante 12 años e inicialmente llegó al país en 2009 con una visa de estudiante para estudiar ingeniería mecánica.

Tenía múltiples visas extendidas, pero finalmente decidió buscar asilo ya que regresar a Kenia significaría enfrentar violencia y persecución como un hombre abiertamente gay.

A pesar de que una campaña de petición para detener su deportación alcanzó más de 180.000 firmas y el apoyo inequívoco de sus compañeros de equipo, en 2019 le dijeron que su solicitud de asilo había sido rechazada y que debía salir del país “sin demora”.

Dos años de incertidumbre después, el viernes (16 de julio), finalmente le dijeron a Macharia que el Ministerio del Interior había abandonado su caso en su contra y que le habían concedido asilo en el Reino Unido, según Sky Sports.

El mes pasado, un tribunal dictaminó que el jugador de rugby gay debería recibir el estatus de refugiado, y ahora se anunció que el Ministerio del Interior no apelará el fallo.

Kenneth Macharia dijo que le tomará tiempo “creer que esta pesadilla ha terminado”

En un comunicado emitido a través de sus abogados, Kenneth Macharia dijo:

“Cuando le cuento la noticia a personas cercanas a mí, están saltando de alegría y emoción, pongo una sonrisa y pretendo compartir el mismo nivel de entusiasmo. Ha sido una lucha muy larga, desde 2016. Mis esperanzas han sido aplastadas demasiadas veces. No puedo evitar preguntarme qué saldrá mal. La tristeza no se ha ido. Solía ser optimista. Pasará un tiempo antes de que vuelva a estar “.

Continuó: “Estoy muy agradecido por todo el apoyo que he recibido. Mucha gente vino en mi ayuda en mi momento de necesidad. La lista es muy larga, algunas las conozco, otras no. Gracias a todos y cada uno de ustedes. Me llevará un poco de tiempo creer realmente que esta pesadilla ha terminado y estar al mismo nivel de entusiasmo que tú”.

La situación legal de la homosexualidad en Kenia

Actualmente existen varios artículos en el Código Penal de Kenia (modificado en 2003) que castigan las relaciones homosexuales (página 99 del informe Homofobia de Estado de ILGA 2017). El artículo 162 establece penas de 14 años de cárcel para quienes «tengan conocimiento carnal con otra persona contra el orden de la naturaleza» o «quien permita que un varón tenga conocimiento carnal con él o ella contra el orden de la naturaleza».  El artículo 163, por su parte, castiga a «quien intente cometer alguno de los delitos establecidos en el artículo 162 comete delito grave y será penado con prisión de 7 años».

Asimismo, el artículo 165 establece que «el varón que, en público o en privado, cometa un acto de indecencia grave con otro varón, o indujera a otro varón a cometerlo con él mismo, o intentara inducir la realización de un acto similar, incluso con terceras personas, es culpable de un delito grave y será penado con prisión de 5 años». Según los datos del propio Gobierno de Kenia, solo entre 2010 y principios de 2014 se procesó a 595 personas por estos cargos.

No está de más recordar, en cualquier caso, que en estos momentos se encuentra pendiente de resolución un importante proceso judicial, promovido por la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Gais y Lesbianas de Kenia (NGLHRC en sus siglas en inglés) que busca poner fin a la criminalización de la homosexualidad en Kenia. Si la sentencia es favorable tendrá una repercusión internacional indiscutible. Del mismo modo, un fallo a favor de mantener la penalización de las relaciones homosexuales o, incluso, de endurecer la ley, constituiría un antecedente muy peligroso. En febrero nos hacíamos eco, por cierto, de la campaña que CitizenGO, la marca internacional de HazteOír, promovía contra la posible despenalización.

Un pasado de persecución y LGTBfobia de Estado

Kenia es un país mayoritariamente cristiano (aunque con una importante minoría musulmana), en el que a las leyes vigentes y a la agresividad de las fuerzas policiales se suma una marcada homofobia social. Según un estudio del Pew Global Attitudes Project de 2013, únicamente un 8% de sus 44 millones de habitantes estaba dispuesto a algún reconocimiento social de los homosexuales, y un 90% consideraba tal orientación sexual inaceptable. La prensa alienta esta homofobia social: en mayo de 2015 se publicaba, en la portada de un periódico keniano, un listado con el nombre y la fotografía de las que supuestamente eran las doce personas gais y lesbianas más influyentes en el país, poniendo en grave riesgo su vida.

Aun así, existe en Kenia un valeroso grupo de activistas LGTB. Entre sus miembros se encuentra por ejemplo Denis Nzioka, que en 2012 trató de presentarse a las elecciones presidenciales como candidato y así visibilizar a la población LGTB. También David Kuria Mbote se presentó entonces como senador, aunque tuvo que cancelar su campaña debido a las fuertes amenazas recibidas y la falta de fondos. Su breve campaña, sin embargo, sirvió para que por primera vez un político abiertamente gay pudiera dirigirse a sus conciudadanos. El de Kuria es, como no podía ser menos, otro de los nombres citados en la publicación.

La salida del armario del escritor keniano Binyavanga Wainaina y el que se desarrollaran sin incidentes las protestas convocadas en Nairobi el pasado 2014 contra la legislación ugandesa alentaban incluso la esperanza de una mayor apertura en Kenia para los derechos LGTB. Esperanza que vio luego truncada, como muestra la detención en julio de 2014 de sesenta personas en un club de ambiente de Nairobi. Incluso se ha presentado una iniciativa ante el Parlamento de la nación, que pretende que los actos homosexuales sean sancionados con cadena perpetua para los kenianos y lapidación para los extranjeros. El propio presidente Uhuru Kenyatta declaraba en 2015 que, si bien no permitiría “cazas de brujas” contra la población LGBT de Kenia, tampoco derogaría las leyes que castigan la homosexualidad debido a su gran aceptación social. Más recientemente, en junio de 2016, un tribunal de este país consideraba “legal” y “razonable” usar torturas anales para incriminar a sospechosos de ser gais. Veremos si finalmente lo consiguen lo hacen los tribunales. Kenyatta se reafirmaba en su posición en abril de este año tachando los derechos LGTB de asunto «no aceptable» y «sin importancia para el pueblo de la República de Kenia».

En 2020. Kenia prohíbía la innovadora comedia romántica gay de Bollywood Shubh Mangal Zyada Saavdhan, y animaba “ve a verla en India”

Fuente PinkNews/Cristianos Gays/Dosmanzanas

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Tras huir de Uganda, un refugiado gay se ahorca junto a la sede de la ACNUR en Nairobi (Kenia)

Viernes, 17 de abril de 2020

92873426_217794309504482_3977300622750777344_n_censored-e1586882134947-2Mweru Aneste, un orgulloso hombre y padre gay, fue encontrado muerto fuera de las oficinas de las Naciones Unidas en Nairobi, Kenia. (Facebook)

Terrible noticia que nos llega de Kenia. El cuerpo sin vida de Aneste Mweru, un joven gay de 25 años procedente de Uganda, ha aparecido junto a las oficinas del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Nairobi. Todo indica a que Mweru se ahorcó tras ser agredido por guardias de seguridad y policías al intentar acceder a la sede de la organización, que estaba cerrada, el pasado lunes de Pascua. El joven había huido de su país de origen en 2017 por la creciente hostilidad LGTBfoba y tenía el estatus de refugiado en Kenia desde hace un año. Su situación era cada vez más desesperada por los recortes en la ya reducida ayuda económica que recibía y por la perspectiva de acabar en un campo de refugiados.

El triste suceso ocurrió el pasado lunes. Según activistas que ayudan a los refugiados, Aneste Mweru, de 25 años, intentó acceder a las oficinas de ACNUR de la capital keniana a pesar de que era festivo. La policía y los agentes de seguridad privada se enfrentaron a él y lo rechazaron violentamente. El joven decidió quitarse la vida ahorcándose con una bufanda en un árbol cercano al lugar.

Aneste Mwiru fue una de más de doscientos solicitantes de asilo LGBT + que se trasladaron del campamento de refugiados de Kakuma a la ciudad capital en 2019, dijeron activistas a PinkNews.  Como muchas otras personas LGTBI, Mweru había huido de Uganda en 2017 para escapar de la creciente hostilidad social y gubernamental contra la comunidad. En marzo de 2019, las autoridades kenianas lo reconocieron finalmente como refugiado. Recientemente su situación se había vuelto cada vez más desesperada por los recortes en las ayudas a los demandantes de asilo y por la política del Gobierno de Kenia de concentrar a los refugiados en campos como el de Kakuma, en el norte del país. Las condiciones de vida de las personas LGTBI en estas instalaciones, donde están de nuevo expuestas a la hostilidad y a la violencia, son especialmente duras.

kakuma-pride-gofundme-imageAneste Mwiru celebrando el orgullo LGBT en el campo de refugiados de Kakuma,

Pero después de luchar para obtener la asistencia financiera vital que necesitaba para mantener a su hijo en febrero, sin hogar y hambriento, comenzó a acampar fuera de las oficinas de la UNCHR en Westlands.

Poco después de ser encontrado muerto en un presunto suicidio, aturdir a la comunidad local y capturar lo que los activistas dicen que es el patetismo de esos ugandeses queer que arriesgan todo para huir de la persecución. Al acercarse a la oficina para pedir comida, los guardias le informaron que la oficina estaba cerrada hasta el martes.

Según los informes, Mbazira Moses, fundador de Refugee Flag Kenya, un grupo de presión de los derechos LGBT +, dijo que los guardias supuestamente “lo golpearon hasta dejarlo inconsciente. Cuando recuperó la conciencia nuevamente, les dijo a los agentes de seguridad que preferiría morir allí donde se le conoce, que no sea en otro lugar”. Los guardias le dijeron a los refugiados homosexuales que murieran “si quería escapar de [sus] problemas“, afirma activistaLos guardias privados le dijeron entonces al joven de 28 años que se suicidara “si quería escapar de los problemas”, afirmó Moses.

Mwiru sufrió abrasiones en sus tobillos y brazos alrededor del momento de su muerte. Su cuerpo fue encontrado alrededor de las 10 a.m. por los transeúntes, muchos de los cuales son un salvavidas para los refugiados que viven en las calles y que dependen de los folletos de los lugareños.

Compañeros migrantes acamparon debajo de una pasarela cercana que se burló de las oficinas de seguridad privadas y armadas que patrullan las oficinas de ACNUR, culpándolos por la muerte de su amigo cuando las autoridades transfirieron el cuerpo de Mwiru.

La biografía de Mwiru era una incesante serie de abuso homofóbico y de devoción a su hijo.

Moisés fue “golpeado y herido” habitualmente durante su estancia en Kakuma, dijo Moses, convirtiéndolo en una de las muchas víctimas de un espectro de violencia lanzado en la comunidad LGBT + vulnerable del campo por ciudadanos locales homofóbicos que “nunca los quisieron allí“.

82982511_123113419199879_4304758073383190528_o-e1586882321891-1Mwiru era, según funcionarios de las Naciones Unidas, un ciudadano ugandés reconocido como refugiado por el gobierno de Kenia. Pero el movimiento del ACNUR para retirar los estipendios mensuales para los refugiados que viven en áreas urbanas sumió su vida en incertidumbre. Tales recortes se hicieron como parte de la política del gobierno, informaron 76 crímenes. “Si quisieran confirmar cuán desesperadas están las personas, que Mwiru sea más que suficiente”.

El socio de Mwiru, Nathan Shimwe del Congo, dijo que estaba sufriendo una depresión después de perder su trabajo a medida que la pandemia de coronavirus comienza a apoderarse del país sin litoral. “Habíamos alertado constantemente al ACNUR sobre los peligros y la desesperación a los que estaban sometidos los antiguos refugiados de Kakuma al retirar la asistencia financiera que se les daba”, dijo Moses. “Fueron traídos de allí y ahora abandonados sin ningún programa de lo que pueden hacer para obtener al menos comida y alojamiento. Las frustraciones entre todos los restantes que no reciben asistencia son tan graves como lo confirma el suicidio de Mwiru. Si quisieran confirmar cuán desesperadas están las personas, que Mwiru sea más que suficiente.

El UNHCR confirmó en un comunicado emitido el lunes que la agencia sigue de cerca las investigaciones policiales del incidente. “Nosotros, en ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, estamos profundamente conmocionados y entristecidos por la trágica muerte y el aparente suicidio de un refugiado hoy en Nairobi. Nuestros pensamientos y condolencias están con su familia y amigos. La declaración continuó: “El ACNUR está preocupado por los crecientes desafíos que enfrentan los refugiados y solicitantes de asilo, así como las comunidades que los acogen, para satisfacer sus necesidades básicas en el difícil contexto actual. ¿Cuántos ugandeses quieres morir antes de empezar a escucharnos?”

Entre las muchas fotografías de Mwiru están las de él sonriendo con amigos. Otros lo muestran sosteniendo a su hijo en alto, con los ojos brillantes de orgullo. Sin embargo, para muchos de los seres queridos de Mwiru, las fotografías de su cuerpo serán la forma en que la gente lo recuerde. Las imágenes gráficas de la muerte de Mwiru rebotaron en las redes sociales el lunes, impulsando la atención pública a las historias personales de refugiados individuales, tan a menudo oscurecidas por el ruido de, a veces, los cáusticos debates sobre la migración en Kenia.

Para Doreen Andrewz, subdirector de la Iniciativa de Trans refugiados, el fallecimiento de Mwiru es un recordatorio conmovedor del peligroso viaje que enfrentan los migrantes para escapar de la grave homofobia de Uganda. “¿Cuántos ugandeses quieres que mueran antes de empezar a escucharnos”, dijo. “Estoy cansado de la muerte, esto no es lo que vinimos a buscar en este país. [Mwiru], perdónanos a todos ”.

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 La policía keniana investigará ahora las circunstancias de la muerte de Mweru. Por su parte, ACNUR ha hecho público un comunicado en el que lamenta lo ocurrido y pide respeto por la dignidad del fallecido y que se detenga la divulgación de las fotos de su cuerpo. El organismo de la ONU asegura que colaborará con las autoridades kenianas para esclarecer el suceso y para asistir al casi medio millón de refugiados que vive en el país.

La difícil situación de la comunidad LGTBI en Uganda y Kenia

Mweru había huido de una situación muy complicada para las personas LGTBI en Uganda. El artículo 145 del Código Penal castiga con penas que pueden llegar hasta la cadena perpetua a aquellos que «tengan conocimiento carnal contra natura con otra persona». El mero intento de mantener relaciones homosexuales o lo que se denominan «prácticas indecentes» se castiga con hasta siete años de prisión. Pero la durísima normativa no parece satisfacer a los LGTBIfobos. La presidenta del Parlamento, Rebecca Kadaga, insistía en 2016 en reintroducir un proyecto de ley que endurecía el trato penal a la homosexualidad, con la pretensión de establecer la pena de muerte en determinados casos. El proyecto había sido aprobado por el Parlamento en diciembre de 2013, pero finalmente fue invalidado por el Tribunal Constitucional a causa de una falta de procedimiento: se había votado sin el quórum necesario.

En octubre del año pasado recogíamos nuevos casos de violencia social y policial espoleada por las declaraciones de un ministro que animaban a reabrir el debate sobre la pena de muerte para las relaciones entre personas del mismo sexo.En noviembre, la policía  detenía a 127 personas y acusaba  a 75 después de una redada en un bar gay. Hace apenas unos días, veinte personas LGTBI eran arrestadas en el albergue en el que vivían, acusadas de vulnerar las normas de distanciamiento social impuestas por la pandemia de coronavirus. Pero conviene tener en cuenta que no todo depende del marco jurídico: la sociedad civil ugandesa también es fuente de ataques homófobos. Un ejemplo es el intento de linchamiento a un grupo de hombres homosexuales o los ataques que reciben los activistas que intentan llevar adelante la lucha.

Esta hostilidad constante lleva a muchas personas LGTBI a buscar refugio en la vecina Kenia, donde la situación es algo menos opresora, aunque sigue siendo difícil. En mayo del año pasado, el Tribunal Superior de Justicia de ese país decidía mantener la criminalización de las relaciones homosexuales con hasta 14 años de cárcel. A las leyes vigentes y a la agresividad de las fuerzas policiales se suma, como en Uganda, una marcada homofobia social. La prensa ha contribuido en buena parte a alentarla: en mayo de 2015 se publicaba, en la portada de un periódico keniano, un listado con el nombre y la fotografía de las que supuestamente eran las doce personas gais y lesbianas más influyentes en el país, poniendo en grave riesgo su vida.

Fuente Pink News/Dosmanzanas/Cristianos Gays

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Kenia prohíbe la innovadora comedia romántica gay de Bollywood Shubh Mangal Zyada Saavdhan, y dice “ve a verla en India”

Martes, 25 de febrero de 2020

kenia-prohibe-la-innovadora-red-social-gay-de-bollywood-y-dice-ve-a-verla-en-la-india_new_indexPelícula de Bollywood Shubh Mangal Zyada Saavdha

Una comedia romántica de Bollywood protagonizada por una pareja del mismo sexo ha sido prohibida de ser proyectada en Kenia por el organismo regulador del cine del país.

La Junta de Clasificación de Películas de Kenia prohibió la película Shubh Mangal Zyada Saavdhan, que llegó a los cines indios el viernes a una consulta de críticas de cinco estrellas en todos los ámbitos.

Pero en un comunicado a las salas de redacción, el CEO de la junta, Ezekiel Mutua, anunció que la película no se mostrará en Kenia, donde el sexo gay es ilegal y se castiga con un año de prisión, informaron medios locales.

Esto ocurre solo unas horas después de que el cineasta de la película hindi Hitesh Kewalya anunciara que no se proyectará en los Emiratos Árabes Unidos.

“La película es peor que las que hemos prohibido en el pasado, ya que tiene escenas que involucran a niños en prácticas homosexuales e intenta abiertamente legitimar el matrimonio entre personas del mismo sexo”, dijo Mutua. “La homosexualidad es ilegal en Kenia. Además, Kenia es una nación temerosa de Dios que otorga una gran importancia a la familia, una institución derivada de una unión entre dos personas del género opuesto”. Continuó: “Aquellos que quieran consumir ese contenido pueden ir a verlo en India, donde se realizó la película, o en cualquier otro país donde la homosexualidad sea permisible. Kenia no será el vertedero de todo tipo de suciedad que busca destruir la institución de la familia y nuestra identidad cultural”.

Mutua declaró que, según las reglamentaciones, cualquier intento de distribuir, transmitir o exhibir el “material restringido” se “cumplirá con toda la fuerza de la ley” y los distribuidores liberados por la Junta tendrán revocación de acreditación.

El actor Shubh Mangal Zyada Saavdhan quiere que la película pruebe a los baby boomers.

El sexo gay se legalizó en India en 2018, cuando la Corte Suprema del país anuló la Ley 377 de la era colonial británica. Sin lugar a dudas, la comunidad LGBT + en el país ha florecido desde entonces, y el equipo detrás de la película espera que desafíe a las generaciones mayores de indios a abrazar las mareas del cambio.

La película está protagonizada por Ayushmann Khurrana y Jitendra Kumar como la pareja homosexual Kartik y Aman, mientras luchan por ganarse a los padres de Aman, que no pueden aceptar que su hijo sea homosexual, e intentan establecer un matrimonio arreglado.

En declaraciones al New Indian Express, Khurrana dijo: “La mayoría de las personas en la comunidad LGBTQ tienen dificultades para hablar con sus familias. El mayor obstáculo es la familia. Son conservadores, no progresivos, cerrados. Creo que nuestra película será el primer paso para abrir una conversación”

El actor dijo que la película presenta un mensaje serio empaquetado como entretenimiento de palomitas de maíz, y agregó: “Está hecho para la generación del boom, la generación que piensa que no es natural ser gay”.

La situación legal de la homosexualidad en Kenia

Actualmente existen varios artículos en el Código Penal de Kenia (modificado en 2003) que castigan las relaciones homosexuales (página 99 del informe Homofobia de Estado de ILGA 2017). El artículo 162 establece penas de 14 años de cárcel para quienes «tengan conocimiento carnal con otra persona contra el orden de la naturaleza» o «quien permita que un varón tenga conocimiento carnal con él o ella contra el orden de la naturaleza».  El artículo 163, por su parte, castiga a «quien intente cometer alguno de los delitos establecidos en el artículo 162 comete delito grave y será penado con prisión de 7 años».

Asimismo, el artículo 165 establece que «el varón que, en público o en privado, cometa un acto de indecencia grave con otro varón, o indujera a otro varón a cometerlo con él mismo, o intentara inducir la realización de un acto similar, incluso con terceras personas, es culpable de un delito grave y será penado con prisión de 5 años». Según los datos del propio Gobierno de Kenia, solo entre 2010 y principios de 2014 se procesó a 595 personas por estos cargos.

No está de más recordar, en cualquier caso, que en estos momentos se encuentra pendiente de resolución un importante proceso judicial, promovido por la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Gais y Lesbianas de Kenia (NGLHRC en sus siglas en inglés) que busca poner fin a la criminalización de la homosexualidad en Kenia. Si la sentencia es favorable tendrá una repercusión internacional indiscutible. Del mismo modo, un fallo a favor de mantener la penalización de las relaciones homosexuales o, incluso, de endurecer la ley, constituiría un antecedente muy peligroso. En febrero nos hacíamos eco, por cierto, de la campaña que CitizenGO, la marca internacional de HazteOír, promovía contra la posible despenalización.

Un pasado de persecución y LGTBfobia de Estado

Kenia es un país mayoritariamente cristiano (aunque con una importante minoría musulmana), en el que a las leyes vigentes y a la agresividad de las fuerzas policiales se suma una marcada homofobia social. Según un estudio del Pew Global Attitudes Project de 2013, únicamente un 8% de sus 44 millones de habitantes estaba dispuesto a algún reconocimiento social de los homosexuales, y un 90% consideraba tal orientación sexual inaceptable. La prensa alienta esta homofobia social: en mayo de 2015 se publicaba, en la portada de un periódico keniano, un listado con el nombre y la fotografía de las que supuestamente eran las doce personas gais y lesbianas más influyentes en el país, poniendo en grave riesgo su vida.

Aun así, existe en Kenia un valeroso grupo de activistas LGTB. Entre sus miembros se encuentra por ejemplo Denis Nzioka, que en 2012 trató de presentarse a las elecciones presidenciales como candidato y así visibilizar a la población LGTB. También David Kuria Mbote se presentó entonces como senador, aunque tuvo que cancelar su campaña debido a las fuertes amenazas recibidas y la falta de fondos. Su breve campaña, sin embargo, sirvió para que por primera vez un político abiertamente gay pudiera dirigirse a sus conciudadanos. El de Kuria es, como no podía ser menos, otro de los nombres citados en la publicación.

La salida del armario del escritor keniano Binyavanga Wainaina y el que se desarrollaran sin incidentes las protestas convocadas en Nairobi el pasado 2014 contra la legislación ugandesa alentaban incluso la esperanza de una mayor apertura en Kenia para los derechos LGTB. Esperanza que vio luego truncada, como muestra la detención en julio de 2014 de sesenta personas en un club de ambiente de Nairobi. Incluso se ha presentado una iniciativa ante el Parlamento de la nación, que pretende que los actos homosexuales sean sancionados con cadena perpetua para los kenianos y lapidación para los extranjeros. El propio presidente Uhuru Kenyatta declaraba en 2015 que, si bien no permitiría “cazas de brujas” contra la población LGBT de Kenia, tampoco derogaría las leyes que castigan la homosexualidad debido a su gran aceptación social. Más recientemente, en junio de 2016, un tribunal de este país consideraba “legal” y “razonable” usar torturas anales para incriminar a sospechosos de ser gais. Veremos si finalmente lo consiguen lo hacen los tribunales. Kenyatta se reafirmaba en su posición en abril de este año tachando los derechos LGTB de asunto «no aceptable» y «sin importancia para el pueblo de la República de Kenia».

Fuente PinkNews/Cristianos Gays/Dosmanzanas

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Un sacerdote católico muere apuñalado en Kenia

Sábado, 8 de junio de 2019

Eutycas-Murangiri-Muthur-KeniaSe había ordenado el 23 de diciembre de 2018 .

La policía arrestó a dos personas, un hombre y una mujer, que aparentemente estaban en compañía del sacerdote en el momento del ataque

En lo que va del año ya son 12 los sacerdotes asesinados en el mundo, nueve de ellos en África

El padre Eutycas Murangiri Muthur, de 32 años, de la parroquia de Limbine, diócesis de Meru, en el condado de Tigania, fue asesinado ayer, apuñalado hasta la muerte por una o más personas que se introdujeron en su vehículo aproximadamente a la 1.30 de la mañana del 4 de junio en Makutano, a unos 200 kilómetros de la capital, Nairobi. El joven sacerdote se había ordenado el 23 de diciembre de 2018.

Las circunstancias del asesinato aún no están claras, pero por el delito, la policía arrestó a dos personas, un hombre y una mujer, que aparentemente estaban en compañía del sacerdote en el momento del ataque.

El padre del prelado, Domiciano, dijo que estaba sorprendido por un asesinato que aún no parece tener una explicación.

En lo que va del año ya son 12 los sacerdotes asesinados en el mundo, nueve de ellos en África.

Fuente Religión Digital

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Compañeros de equipo se declaran a favor de un jugador de rugby gay de Kenia frente a su la deportación

Viernes, 7 de junio de 2019

A3493F27-6F29-4A8B-9488-57F64B71519BAmigos y compañeros de equipo han salido a apoyar al jugador de rugby gay Ken Macharia, cuya solicitud de asilo fue rechazada por el Ministerio del Interior el lunes (3 de junio).

El jugador de los Bisontes de Bristol ha vivido en el Reino Unido durante 10 años y ha estado luchando contra la deportación desde octubre de 2016, pero ahora se le ha dicho que debe abandonar el país “sin demora“.

Macharia se enfrenta a la violencia y la persecución si se ve obligado a regresar a su país natal, Kenia, donde las relaciones sexuales homosexuales se castigan con hasta 14 años de prisión.

Hablando con PinkNews, el capitán de los Bisontes de Bristol, Murray Jones, dijo: “Ha sido devastador para todos, especialmente para Ken. Está muy deprimido. Ha sido una montaña rusa durante tres años“.

En noviembre, los compañeros de Macharia se unieron en torno a él para conseguir que fuera liberado de un centro de detención donde debía ser deportado. Jones condenó el “furtivo” momento de la última decisión del Ministerio del Interior, que se produce cuando muchos de los bisontes de Bristol se encuentran en Dublín y no pueden apoyarle.

El Ministerio del Interior es bastante astuto, lo han cronometrado”, dijo. “Trump está en el país con toda la presencia de los medios de comunicación, y tenemos un torneo en Dublín este fin de semana, así que la mitad del equipo está fuera. No pasó nada durante seis meses a pesar de que los abogados de Ken les pidieron repetidamente que dieran una respuesta[a la apelación], y ahora esto.”

El Ministerio del Interior considera que Kenia es segura para los homosexuales, y justificó su decisión en una carta al abogado de Macharia, diciendo que “[la] ley rara vez se aplica y la evidencia objetiva no establece que las personas LGBT puedan ser objeto de persecución o de daños graves”.

Pero Jones lo rechazó, ya que el alto perfil de Macharia en los medios de comunicación kenianos significa que es probable que sea un objetivo.

Lo que los medios de comunicación[kenianos] están difundiendo sobre él no es positivo”, dijo. “No están de su lado como lo están los medios de comunicación del Reino Unido, sino que están agresivamente en su contra. Está en peligro si tiene que volver a Kenia”. Añadió: “Desafortunadamente, existe una mentalidad de turba y la ley a menudo se toma en sus propias manos”.

A Macharia se le ha dicho que se presentase en la comisaría de policía de Bridgwater en Somerset hoy jueves (6 de junio) a las 11 de la mañana.

Jones cree que hay “una muy buena posibilidad” de que Macharia sea detenido, e instó al público a unirse a ellos para apoyarle. “Estamos muy preocupados de que lo vuelvan a tomar, así que si podemos tener tanta gente que se una a nosotros, sería genial”. Nuestro principal objetivo es que permitan a Ken quedarse en el Reino Unido, para que le concedan la residencia permanente.”

Jones y el resto del equipo de los Bisontes de Bristol están utilizando el hashtag #keepkenhome para dar a conocer su difícil situación. Una campaña de petición para detener su deportación ha alcanzado más de 100.000 firmas.

La situación legal de la homosexualidad en Kenia

Actualmente existen varios artículos en el Código Penal de Kenia (modificado en 2003) que castigan las relaciones homosexuales (página 99 del informe Homofobia de Estado de ILGA 2017). El artículo 162 establece penas de 14 años de cárcel para quienes «tengan conocimiento carnal con otra persona contra el orden de la naturaleza» o «quien permita que un varón tenga conocimiento carnal con él o ella contra el orden de la naturaleza».  El artículo 163, por su parte, castiga a «quien intente cometer alguno de los delitos establecidos en el artículo 162 comete delito grave y será penado con prisión de 7 años».

Asimismo, el artículo 165 establece que «el varón que, en público o en privado, cometa un acto de indecencia grave con otro varón, o indujera a otro varón a cometerlo con él mismo, o intentara inducir la realización de un acto similar, incluso con terceras personas, es culpable de un delito grave y será penado con prisión de 5 años». Según los datos del propio Gobierno de Kenia, solo entre 2010 y principios de 2014 se procesó a 595 personas por estos cargos.

No está de más recordar, en cualquier caso, que en estos momentos se encuentra pendiente de resolución un importante proceso judicial, promovido por la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Gais y Lesbianas de Kenia (NGLHRC en sus siglas en inglés) que busca poner fin a la criminalización de la homosexualidad en Kenia. Si la sentencia es favorable tendrá una repercusión internacional indiscutible. Del mismo modo, un fallo a favor de mantener la penalización de las relaciones homosexuales o, incluso, de endurecer la ley, constituiría un antecedente muy peligroso. En febrero nos hacíamos eco, por cierto, de la campaña que CitizenGO, la marca internacional de HazteOír, promovía contra la posible despenalización.

Un pasado de persecución y LGTBfobia de Estado

Kenia es un país mayoritariamente cristiano (aunque con una importante minoría musulmana), en el que a las leyes vigentes y a la agresividad de las fuerzas policiales se suma una marcada homofobia social. Según un estudio del Pew Global Attitudes Project de 2013, únicamente un 8% de sus 44 millones de habitantes estaba dispuesto a algún reconocimiento social de los homosexuales, y un 90% consideraba tal orientación sexual inaceptable. La prensa alienta esta homofobia social: en mayo de 2015 se publicaba, en la portada de un periódico keniano, un listado con el nombre y la fotografía de las que supuestamente eran las doce personas gais y lesbianas más influyentes en el país, poniendo en grave riesgo su vida.

Aun así, existe en Kenia un valeroso grupo de activistas LGTB. Entre sus miembros se encuentra por ejemplo Denis Nzioka, que en 2012 trató de presentarse a las elecciones presidenciales como candidato y así visibilizar a la población LGTB. También David Kuria Mbote se presentó entonces como senador, aunque tuvo que cancelar su campaña debido a las fuertes amenazas recibidas y la falta de fondos. Su breve campaña, sin embargo, sirvió para que por primera vez un político abiertamente gay pudiera dirigirse a sus conciudadanos. El de Kuria es, como no podía ser menos, otro de los nombres citados en la publicación.

La salida del armario del escritor keniano Binyavanga Wainaina y el que se desarrollaran sin incidentes las protestas convocadas en Nairobi el pasado 2014 contra la legislación ugandesa alentaban incluso la esperanza de una mayor apertura en Kenia para los derechos LGTB. Esperanza que vio luego truncada, como muestra la detención en julio de 2014 de sesenta personas en un club de ambiente de Nairobi. Incluso se ha presentado una iniciativa ante el Parlamento de la nación, que pretende que los actos homosexuales sean sancionados con cadena perpetua para los kenianos y lapidación para los extranjeros. El propio presidente Uhuru Kenyatta declaraba en 2015 que, si bien no permitiría “cazas de brujas” contra la población LGBT de Kenia, tampoco derogaría las leyes que castigan la homosexualidad debido a su gran aceptación social. Más recientemente, en junio de 2016, un tribunal de este país consideraba “legal” y “razonable” usar torturas anales para incriminar a sospechosos de ser gais. Veremos si finalmente lo consiguen lo hacen los tribunales. Kenyatta se reafirmaba en su posición en abril de este año tachando los derechos LGTB de asunto «no aceptable» y «sin importancia para el pueblo de la República de Kenia».

Fuente PinkNews/Cromosomax/Cristianos Gays/Dosmanzanas

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En un decepcionante fallo de su Tribunal Superior de Justicia, Kenia mantiene vigente la criminalización de las relaciones homosexuales

Martes, 28 de mayo de 2019

kenyaDecepcionante fallo judicial el conocido este viernes en Kenia, por el cual la Alta Corte de Justicia de ese país mantiene la criminalización de las relaciones homosexuales. El proceso judicial se remonta a 2016, cuando la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Gais y Lesbianas (NGLHRC en sus siglas en inglés) presentó una demanda contra la ley que castiga las relaciones homosexuales con hasta 14 años de cárcel.

Son varios los artículos del Código Penal de Kenia (modificado en 2003) que castigan las relaciones homosexuales (página 99 del informe Homofobia de Estado de ILGA 2017). El artículo 162 establece penas de 14 años de cárcel para quienes «tengan conocimiento carnal con otra persona contra el orden de la naturaleza» o «quien permita que un varón tenga conocimiento carnal con él o ella contra el orden de la naturaleza».  El artículo 163, por su parte, castiga a «quien intente cometer alguno de los delitos establecidos en el artículo 162 comete delito grave y será penado con prisión de 7 años».

Asimismo, el artículo 165 establece que «el varón que, en público o en privado, cometa un acto de indecencia grave con otro varón, o indujera a otro varón a cometerlo con él mismo, o intentara inducir la realización de un acto similar, incluso con terceras personas, es culpable de un delito grave y será penado con prisión de 5 años». Según los datos del propio Gobierno de Kenia, solo entre 2010 y principios de 2014 se procesó a 595 personas por estos cargos.

La denuncia presentada por NGLHRC en abril de 2016 consideraba que estas normas «degradan la dignidad inherente de las personas afectadas al prohibir las más privadas e íntimas posibilidades de autoexpresión”. Para Eric Gitari, director ejecutivo de la asociación, la ley además hace socialmente aceptable la persecución y el sometimiento a chantaje de las minorías sexuales, especialmente a quienes temen salir del armario. «Hemos tratado una gran cantidad de casos de violencia, de personas que dan palizas a otras porque no están de acuerdo con su orientación sexual. Pero nuestros clientes no se atreven a denunciarlo a la policía porque no sabrían cómo explicar lo que estaban haciendo con otros hombres en la intimidad de sus habitaciones, sin admitir que estaban cometiendo un delito», denunciaba entonces Gitari.

Pese a todo ello, tras un largo proceso plagado de dilaciones (hace más de un año que se esperaba su resolución), un panel de tres jueces (Roselyn Aburili, Chacha Mwita y John Mativo) han decidido por unanimidad que los artículos 162 y 165 del Código Penal keniano no son discriminatorios hacia las personas homosexuales, argumentando que persiguen a cualquier persona que cometa los actos en ellos detallados y señalando que, a su juicio, los demandantes no han aportado pruebas suficientes de que las personas homosexuales se vean discriminadas por el Estado debido a la redacción de estos artículos, que mantienen de esta forma vigentes.

Un pasado de persecución y LGTBfobia de Estado

 

Kenia es un país mayoritariamente cristiano (aunque con una importante minoría musulmana), en el que a las leyes vigentes y a la agresividad de las fuerzas policiales se suma una marcada homofobia social. Según un estudio del Pew Global Attitudes Project de 2013, únicamente un 8% de sus 44 millones de habitantes estaba dispuesto a algún reconocimiento social de los homosexuales, y un 90% consideraba tal orientación sexual inaceptable. La prensa ha contribuido en buena parte a alentar esta homofobia social: en mayo de 2015 se publicaba, en la portada de un periódico keniano, un listado con el nombre y la fotografía de las que supuestamente eran las doce personas gais y lesbianas más influyentes en el país, poniendo en grave riesgo su vida.

Aun así, existe en Kenia un valeroso grupo de activistas LGTB. Entre sus miembros se encuentra por ejemplo Denis Nzioka, que en 2012 trató de presentarse a las elecciones presidenciales como candidato y así visibilizar a la población LGTB. También David Kuria Mbote se presentó entonces como senador, aunque tuvo que cancelar su campaña debido a las fuertes amenazas recibidas y la falta de fondos. Su breve campaña, sin embargo, sirvió para que por primera vez un político abiertamente gay pudiera dirigirse a sus conciudadanos. El de Kuria fue, como no podía ser menos, uno de los nombres citados en la mencionada publicación.

La salida del armario del escritor keniano Binyavanga Wainaina y el que se desarrollaran sin incidentes las protestas convocadas en Nairobi el pasado 2014 contra la legislación ugandesa alentaban incluso la esperanza de una mayor apertura en Kenia para los derechos LGTB. Esperanza que vio luego truncada, como muestra la detención en julio de 2014 de sesenta personas en un club de ambiente de Nairobi. Incluso se  presentó una iniciativa ante el Parlamento de la nación, que pretende que los actos homosexuales sean sancionados con cadena perpetua para los kenianos y lapidación para los extranjeros. El propio presidente Uhuru Kenyatta declaraba en 2015 que, si bien no permitiría “cazas de brujas” contra la población LGBT de Kenia, tampoco derogaría las leyes que castigan la homosexualidad debido a su gran aceptación social. Más recientemente, en junio de 2016, un tribunal de este país consideraba “legal” y “razonable” usar torturas anales para incriminar a sospechosos de ser gaislo que no fue aceptado por los tribunales. Kenyatta se reafirmaba en su posición en abril de este año tachando los derechos LGTB de asunto «no aceptable» y «sin importancia para el pueblo de la República de Kenia».

Triunfo de CitizenGO

En clave nacional no está de más recordar, por cierto, la campaña que CitizenGO, la marca internacional de la organización ultraconservadora HazteOír, ha llevado a cabo contra la despenalización de las relaciones homosexuales en Kenia. No es de extrañar, dado el peso de Kenia en África y en la Commonwealth. Lamentablemente, en este caso se han apuntado una victoria que hará aún más difícil la ya complicada vida de las personas LGTB en buena parte del continente africano.

Fuente Dosmanzanas

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Pastora lesbiana de Kenia dice que las personas LGBT son ‘hijos de Dios’

Viernes, 26 de abril de 2019

Jacinta-NzilaniLa primera pastora lesbiana de Kenia ha defendido su sexualidad y ha dicho que las personas LGBT+ son “hijos de Dios” en una poderosa entrevista.

Jacinta Nzilani, que salió del armario como lesbiana en febrero de este año, hizo los comentarios en una entrevista con Tuko TV de Kenia cuando le preguntaron sobre pasajes bíblicos que condenaban la homosexualidad.

La evangelista que predica en Nairobi respondió: “Dios no nos dio la libertad que es limitada, es ilimitada. Soy libre de elegir lo que quiera.” Ella continuó: “La manera en que ellos [las personas LGBT+] se relacionan -la manera en que se asocian y expresan- no debería ser una agenda para que otros los bloqueen, los criminalicen y dejen que sean protegidos en alguna parte. Ellos son gente de Dios, hijos de Dios, y Dios nos ha dado todas las cosas en equidad. Si es vida, es igual a todos. Si es la salvación, nos la dio a todos“.

La pastora  se casó con un hombre antes de salir del armario como lesbiana. En la entrevista, la pastora lesbiana habló sobre el largo viaje en Kenia, un país que todavía tiene un régimen opresivo contra las personas LGBT+. Explicó que estuvo casada con un hombre durante muchos años, y que se dio cuenta a través de “toda la lucha en el matrimonio” que “ama a las mujeres”. Estaba buscando ese toque de mujer, ese amor, esa atención, esa hospitalidad”, dijo. Dijo que quería esperar a que su madre falleciera porque no quería “avergonzarla” saliendo.

Cuando se le preguntó cuánto tiempo estuvo infeliz, Nzilani respondió: “25 años”. Ella continuó: “Doy gracias a Dios por mi hija a la que amo tanto…. Era como… “Estoy detrás de ti, mamá, porque te quiero”. Ella sabe cómo pasamos juntos por dificultades y dificultades, y me dijo que rezaría conmigo“.

Nzilani dijo que al final salió como lesbiana porque “nunca se puede cambiar lo que hay en ti. Si lo sientes, tiene que salir“.

En otra parte de la entrevista, Nzilani dijo que apoya a personas de todos los orígenes que vienen a su iglesia. “Lo que sé es que no hay mayor riqueza en este mundo que la paz. Estoy tratando de traer paz a esta conversación, porque la paz significa mucho”.

También le preguntaron qué busca en una mujer, y simplemente respondió: “Busco esa compasión, ese toque de mujer. Significa mucho para mí”.

La vida de los kenianos LGBT+ puede ser difícil. La sodomía es un delito penal en el país africano y puede ser castigada con hasta 14 años de prisión. El Estado no reconoce de ninguna manera las relaciones entre personas del mismo sexo.

La situación legal de la homosexualidad en Kenia

Actualmente existen varios artículos en el Código Penal de Kenia (modificado en 2003) que castigan las relaciones homosexuales (página 99 del informe Homofobia de Estado de ILGA 2017). El artículo 162 establece penas de 14 años de cárcel para quienes «tengan conocimiento carnal con otra persona contra el orden de la naturaleza» o «quien permita que un varón tenga conocimiento carnal con él o ella contra el orden de la naturaleza».  El artículo 163, por su parte, castiga a «quien intente cometer alguno de los delitos establecidos en el artículo 162 comete delito grave y será penado con prisión de 7 años».

Asimismo, el artículo 165 establece que «el varón que, en público o en privado, cometa un acto de indecencia grave con otro varón, o indujera a otro varón a cometerlo con él mismo, o intentara inducir la realización de un acto similar, incluso con terceras personas, es culpable de un delito grave y será penado con prisión de 5 años». Según los datos del propio Gobierno de Kenia, solo entre 2010 y principios de 2014 se procesó a 595 personas por estos cargos.

No está de más recordar, en cualquier caso, que en estos momentos se encuentra pendiente de resolución un importante proceso judicial, promovido por la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Gais y Lesbianas de Kenia (NGLHRC en sus siglas en inglés) que busca poner fin a la criminalización de la homosexualidad en Kenia. Si la sentencia es favorable tendrá una repercusión internacional indiscutible. Del mismo modo, un fallo a favor de mantener la penalización de las relaciones homosexuales o, incluso, de endurecer la ley, constituiría un antecedente muy peligroso. En febrero nos hacíamos eco, por cierto, de la campaña que CitizenGO, la marca internacional de HazteOír, promovía contra la posible despenalización.

Un pasado de persecución y LGTBfobia de Estado

Kenia es un país mayoritariamente cristiano (aunque con una importante minoría musulmana), en el que a las leyes vigentes y a la agresividad de las fuerzas policiales se suma una marcada homofobia social. Según un estudio del Pew Global Attitudes Project de 2013, únicamente un 8% de sus 44 millones de habitantes estaba dispuesto a algún reconocimiento social de los homosexuales, y un 90% consideraba tal orientación sexual inaceptable. La prensa alienta esta homofobia social: en mayo de 2015 se publicaba, en la portada de un periódico keniano, un listado con el nombre y la fotografía de las que supuestamente eran las doce personas gais y lesbianas más influyentes en el país, poniendo en grave riesgo su vida.

Aun así, existe en Kenia un valeroso grupo de activistas LGTB. Entre sus miembros se encuentra por ejemplo Denis Nzioka, que en 2012 trató de presentarse a las elecciones presidenciales como candidato y así visibilizar a la población LGTB. También David Kuria Mbote se presentó entonces como senador, aunque tuvo que cancelar su campaña debido a las fuertes amenazas recibidas y la falta de fondos. Su breve campaña, sin embargo, sirvió para que por primera vez un político abiertamente gay pudiera dirigirse a sus conciudadanos. El de Kuria es, como no podía ser menos, otro de los nombres citados en la publicación.

La salida del armario del escritor keniano Binyavanga Wainaina y el que se desarrollaran sin incidentes las protestas convocadas en Nairobi el pasado 2014 contra la legislación ugandesa alentaban incluso la esperanza de una mayor apertura en Kenia para los derechos LGTB. Esperanza que vio luego truncada, como muestra la detención en julio de 2014 de sesenta personas en un club de ambiente de Nairobi. Incluso se ha presentado una iniciativa ante el Parlamento de la nación, que pretende que los actos homosexuales sean sancionados con cadena perpetua para los kenianos y lapidación para los extranjeros. El propio presidente Uhuru Kenyatta declaraba en 2015 que, si bien no permitiría “cazas de brujas” contra la población LGBT de Kenia, tampoco derogaría las leyes que castigan la homosexualidad debido a su gran aceptación social. Más recientemente, en junio de 2016, un tribunal de este país consideraba “legal” y “razonable” usar torturas anales para incriminar a sospechosos de ser gais. Veremos si finalmente lo consiguen lo hacen los tribunales. Kenyatta se reafirmaba en su posición en abril de este año tachando los derechos LGTB de asunto «no aceptable» y «sin importancia para el pueblo de la República de Kenia».

Fuente PinkNews/Cromosomax/Cristianos Gays/Dosmanzanas

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Informe de ILGA sobre la homofobia de Estado en 2019: pequeños avances, pero persistencia de importantes amenazas

Miércoles, 27 de marzo de 2019

6919BB9A-4224-48B9-9807-ADA250256088Coincidiendo con la celebración del 40 aniversario de su fundación, ILGA ha reanudado la publicación de su informe sobre la homofobia de Estado, tras un receso de un año. Desde el su último reporte, publicado en mayo de 2017, ILGA celebra que se hayan despenalizado las relaciones sexuales consentidas entre adultos del mismo sexo en tres países: India, Trinidad y Tobago y Angola. También se congratula que desde esa fecha el matrimonio igualitario sea una realidad en Malta, Alemania, Australia y Austria. Sin embargo, alerta de que de los derechos adquiridos no son inamovibles y pueden perderse, como ocurrió en Chad cuando se volvieron a penalizar las relaciones homosexuales en 2017, y que el auge de los populismos conservadores amenaza las conquistas incluso en los países más avanzados en el respeto a los derechos humanos.

Dentro del informe, como es costumbre, ILGA edita un mapa explicativo de la situación legal de las relaciones entre personas del mismo sexo en el mundo. Si en otros años la parte positiva se materializaba en el matrimonio igualitario, este año ILGA ha considerado como límite favorable que la no discriminación basada en la orientación sexual tenga rango constitucional. En el extremo negativo se sitúan los países que criminalizan las relaciones sexuales consentidas entre adultos del mismo sexo, y el límite en aquellos que las castigan con la cadena perpetua e incluso la pena de muerte. Este es el mapa descriptivo (podéis pinchar en él para verlo a mayor tamaño):

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DERECHOS Y PROTECCIÓN CONTRA LA DISCRMINACIÓN

Leyes contra la discriminación con base en la orientación sexual

Tan solo en 9 países pertenecientes a la Naciones Unidas se protege constitucionalmente de manera específica contra la discriminación por razón de la orientación sexual:

Bolivia, Ecuador, Fiyi, México, Nepal, Malta, Portugal, Sudáfrica y Suecia.

Sin embargo, a pesar de esa protección constitucional, en Bolivia, Ecuador, Fiyi y Nepal se discrimina a las parejas del mismo sexo al negarles la posibilidad de contraer matrimonio, tal como se permite a las parejas de distinto sexo.

A estos 9 países se añaden otros 43 en los que existe una legislación específica que proporciona una «protección amplia» contra la discriminación con base en la orientación sexual:

Albania, Alemania, Andorra, Angola, Australia, Austria, Bélgica, Bosnia y Herzegovina, Brasil, Bulgaria, Canadá, Chile, Chipre, Colombia, Corea del Sur, Croacia, Ecuador, Eslovaquia, Eslovenia, España, Estonia, Finlandia, Francia, Georgia, Holanda, Honduras, Hungría, Irlanda, Islandia, Kosovo, Liechtenstein, Lituania, Luxemburgo, Mauricio, Mongolia, Noruega, Nueva Zelanda, Perú, Reino Unido, República Checa, Rumania, Serbia, Surinam y Uruguay.

Como en el caso anterior, la protección legal contra la discriminación no implica la plena igualdad de derechos. No solo en la mayoría de estos países también se discrimina a las parejas del mismo sexo, sino que en alguno, como en Mauricio, se compagina esa protección con la penalización de las relaciones homosexuales masculinas, que están castigadas con penas de hasta 5 años de cárcel.

En 73 de los países pertenecientes a Naciones Unidas existen leyes que protegen contra la discriminación en el lugar de trabajo por motivos de orientación sexual, aunque en algunos de ellos las relaciones entre personas del mismo sexo estén castigadas penalmente (es el caso de Botsuana, Kiribati, Mauricio, Samoa, Santa Lucía y la región autónoma de las Islas Cook). En 39 se han promulgado leyes que castigan los actos de incitación al odio, la discriminación o la violencia por motivos de orientación sexual. En otros 42 países se imponen penas más severas por delitos motivados por el odio hacia la orientación sexual de la víctima.

ILGA estima que en 8 países la protección contra la discriminación con base en la orientación sexual es limitada o dispar en su territorio:

Argentina, Costa Rica, El Salvador, Estados Unidos, Filipinas, Japón, República Dominicana y Vanuatu.

En otros 55 países no existe ningún tipo de legislación contra la discriminación, pero tampoco se criminalizan las relaciones entre personas del mismo sexo. Entre ellos están gigantes demográficos como China, India, Indonesia y Rusia.

Los derechos de las parejas del mismo sexo: matrimonio y adopción

En cuanto a los derechos de las parejas del mismo sexo, en 26 de los países pertenecientes a las Naciones Unidas existe la igualdad de acceso a la institución del matrimonio:

Alemania, Argentina, Australia, Austria, Bélgica, Brasil, Canadá, Colombia, Dinamarca, España, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Holanda, Irlanda, Islandia, Luxemburgo, Malta, México (en vigor en algunos estados, aunque desde 2010 deben ser reconocidos a nivel nacional), Noruega, Nueva Zelanda, Portugal, Reino Unido (excepto Irlanda del Norte), Sudáfrica, Suecia y Uruguay,

El próximo mes de mayo vencen los plazos establecidos por sus respectivas Cortes Constitucionales para que el matrimonio entre personas del mismo sexo sea legal en Costa Rica y Taiwán.

En otros 16 estados se han establecido distintos tipos legales de unión que reconocen algún tipo de derechos a las parejas del mismo sexo:

Andorra, Chile, Chipre, Colombia, Croacia, Ecuador, Eslovenia, Estonia, Grecia, Hungría, Israel, Italia, Liechtenstein, República Checa, San Marino y Suiza.

En 28 países se permite la adopción en las mismas condiciones que a las parejas de distinto sexo:

Alemania, Andorra, Argentina, Australia, Austria, Bélgica, Brasil, Canadá, Colombia, Dinamarca, España, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Holanda, Irlanda, Islandia, Israel, Luxemburgo, Malta, Noruega, Nueva Zelanda, Portugal, Reino Unido, Sudáfrica, Suecia, Uruguay,

En 3 países más, solo se permite la adopción de los hijos de la pareja:

Eslovenia, Estonia y San Marino.

LA HOMOFOBIA DE ESTADO

Criminalización de las relaciones homosexuales

La penalización de las relaciones sexuales consentidas entre adultos del mismo sexo implica casi siempre a todo el colectivo LGTB. No solamente afecta a gais, lesbianas y bisexuales, sino que también criminaliza a las personas trans, pues en la mayoría de estos países no se reconoce su identidad de género y son considerados legalmente por el sexo asignado al nacer. De esta manera, una mujer trans heterosexual puede ser castigada por mantener relaciones con un varón cis, de la misma manera que un hombre trans heterosexual puede ser denunciado por entablar relaciones sexuales con una mujer cis.

En 73 países y territorios del mundo están penalizadas por la ley las relaciones consentidas entre adultos del mismo sexo. Ocurre en 70 de los países pertenecientes a Naciones Unidas:

Afganistán, Antigua y Barbuda, Arabia Saudí, Argelia, Bangladés, Barbados, Botsuana, Brunei, Burundi, Bután, Camerún, Catar, Chad, Comoras, Dominica, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Eritrea, Etiopía, Gambia, Ghana, Granada, Guinea, Guyana, Irak, Irán, Islas Salomón, Jamaica, Kenia, Kiribati, Kuwait, Líbano, Liberia, Libia, Malasia, Malawi, Maldivas, Marruecos, Mauricio, Mauritania, Myanmar, Namibia, Nigeria, Omán, Papúa Nueva Guinea, Paquistán, Samoa, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, Senegal, Sierra Leona, Singapur, Siria, Somalia, Sri Lanka, Suazilandia, Sudán, Sudán del Sur, Tanzania, Togo, Tonga, Túnez, Turkmenistán, Tuvalu, Uganda, Uzbekistán, Yemen, Zambia y Zimbabue.

En las legislaciones de Egipto e Irak no aparecen específicamente penalizadas las relaciones homosexuales, pero lo están de facto, al imputarse delitos contra la decencia o el escándalo público. En Irak, además, tribunales populares castigan este tipo de relaciones al aplicar la sharía o ley islámica.

A esta lista hay que añadir otros 3 territorios:

Indonesia, donde la penalización de las relaciones sexuales rige en las regiones de Aceh y Sumatra Meridional; las Islas Cook, una región autónoma de Nueva Zelanda; y la franja de Gaza gobernada por la autoridad palestina, donde están vigentes las leyes heredadas del pasado colonial británico y existe la amenaza de adaptación de las leyes a la sharía.

En todos estos 73 países y territorios están castigadas las relaciones homosexuales entre varones, en 44 de ellos también están castigadas las relaciones lésbicas.

Cadena perpetua en 5 países y pena de muerte en otros 11

De entre esta lamentablemente larga lista de países, el extremo de la intolerancia y el fanatismo lo ocupan aquellos que penan las relaciones homosexuales con las sanciones de mayor gravedad.

En 5 países se castigan con la cadena perpetua:

Barbados, Guyana, Tanzania, Uganda y Zambia.

Las legislaciones de 11 países establecen incluso la pena de muerte. En 6 de ellos, se tienen datos contrastados de su aplicación:

Arabia Saudí, Irán, Sudán y Yemen. En Nigeria y Somalia, en las provincias donde se aplica la sharía.

En otros cinco no se tiene constacia de su aplicación, pero la legislación vigente contempla la posibilidad:

Afganistán, Catar, Emiratos Árabes Unidos, Mauritania y Paquistán.

Respecto al informe de 2017, han desparecido las referencias a Siria e Irak, donde se implementaba actores no formalmente estatales como el Estado Islámico.

Restricciones a la libertad de expresión y la actuación de ONG

Aparte de la criminalización de las relaciones homosexuales, en 32 Estados existen leyes que restringen la libertad de expresión en cuestiones de orientación sexual e identidad de género:

Afganistán, Arabia Saudí, Argelia, Bielorrusia, Camerún, Catar, China, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Indonesia, Irán, Jordania, Kenia, Kuwait, Líbano, Libia, Lituania, Malasia, Marruecos, Nigeria, Omán, Paquistán, Paraguay, Rusia, Singapur, Siria, Somalia, Tanzania, Togo, Túnez, Uganda y Yemen.

En Europa, aparte de Rusia, Lituania y Bielorrusia, ha habido intentos de aprobación de leyes contra la «propaganda homosexual» (que prohíben informar positivamente de las relaciones entre personas del mismo sexo) en Armenia y Letonia. En Hungría se han prohibido por decretos los estudios de género en las universidades. Por su parte, en los Estados Unidos de América, siete estados (que representan el 17,4 % del total) han promulgado leyes locales que también se han definido como contrarias a la «propaganda homosexual» en el ámbito educativo.

En 41 países se ha constatado que se plantean barreras para la formación, el establecimiento o el registro de ONG relacionadas con la orientación sexual:

Afganistán, Arabia Saudí, Argelia, Bahréin, Bangladés, Bielorrusia, Burkina Faso, Burundi, Camerún, Catar, China, Congo, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía, Fiyi, Irán, Jordania, Kazajistán, Kirguizistán, Kuwait, Líbano, Libia, Malasia, Malawi, Mali, Marruecos, Mauritania, Nigeria, Omán, Rusia, Senegal, Singapur, Siria, Somalia, Sudán, Tanzania, Uganda, Yemen y Zambia.

Según declaraban Ruth Baldacchino y Helen Kennedy, cosecretarias generales de ILGA, «esto no son solo cifras, sino leyes que realmente impactan la vida diaria de las personas de diversas orientaciones sexuales en todo el mundo. Las leyes positivas marcan la diferencia: pueden contribuir a cambiar las actitudes del público y, concretamente, dicen a la gente que son igualmente dignas de derechos».

Puedes descargar el informe completo de ILGA en inglés sobre Homofobia de Estado (536 páginas) en este enlace.

 Fuente ILGA, vía Dosmanzanas

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La posibe despenalización de la homosexualidad en Kenia, historia LGBT en África

Sábado, 2 de marzo de 2019

kenia-lgbt-la-despenalizacion-de-las-relaciones-sexuales-entre-homosexuales-podria-avivar-un-nuevo-amanecer-en-casa-y-en-toda-africaEl viernes, el Tribunal Supremo de Kenia iba a decidir si deroga dos secciones de su código penal de la época colonial, que criminalizan la Homosexualidad. Activistas LGBT+ en el corazón de la batalla legal dicen que el fallo podría abrir un “mundo de oportunidades para la gente queer en Kenia”. El fallo se ha retrasado y habrá que esperar un poco más para conocer qué ocurre.

En abril de este año, el activista gay Eric Gitari interpuso por primera vez una demanda por discriminación, cuestionando la validez constitucional de los artículos 162 y 165 del Código Penal de Kenia, que fueron introducidos en 1930 por el Imperio Británico y que penalizan la sodomía, y que castigan los actos sexuales “contra el orden de la naturaleza” con una pena de 14 años de prisión. Gitari le dice a PinkNews que ha sido un “proceso de litigio incremental a largo plazo” para llegar a este punto.

La audiencia se celebra después de que los jueces escucharon los alegatos de Octubre sobre la relevancia de la decisión de la Corte Suprema de la India para revocar la Sección 377, una ley colonial británica similar que prohíbe el sexo entre personas del mismo sexo.

La decisión de la Corte Suprema de Kenia marcará un momento crucial para los derechos LGBT+ no sólo para los casi 50 millones de personas que viven en Kenia, sino también en todos los países del este de África. Los activistas le dicen a PinkNews que esperan que una decisión positiva tenga un efecto dominó, abriendo las puertas para la legalización de la actividad sexual entre personas del mismo sexo en la cercana Uganda y el sur de Sudán.

Gitari, que presentó la petición de despenalización en nombre de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Gays y Lesbianas (NGLHRC), una organización no gubernamental con sede en Nairobi que él mismo cofundó, tiene sentimientos opuestos sobre la audiencia. Hablando por teléfono desde Boston, EE.UU., Gitari dice que, por un lado, los anteriores éxitos legales de su grupo son “indicativos de la posibilidad y alta probabilidad de éxito de que la ley sea anulada”. (El año pasado, la NGLHRC obtuvo una calificación de ganar en un caso separado cuando el Tribunal de Apelación de Kenya dictaminó que los exámenes anales forzados de personas acusadas de tener relaciones homosexuales son inconstitucionales).

gitari-924_n1Eric Gitari

Por otro lado, Gitari está tratando el fallo con un “prudente optimismo” porque, según él, se trata de una “continua intimidación política del poder judicial por parte del poder ejecutivo del gobierno”.

Varias figuras políticas líderes en Kenia se han pronunciado en contra de los derechos LGBT+, con el Presidente Uhuru Kenyatta afirmando en una entrevista con CNN en abril de 2018 que los derechos LGBT+ “no tienen importancia” para los ciudadanos del país. “Este caso podría haber sido desestimado hace mucho tiempo”, dice Gitari, “o retrasado por tecnicismos, pero hay un sentido de resolución, aunque haya llevado años”.

Gitari, sin embargo, no está solo en sus esfuerzos. En enero de 2018, el caso de la NGLHRC con título de nobleza Eric Gitari contra Fiscal General y otrose consolidó con otra petición, presentada en junio de 2016 que también pedía la despenalización de las relaciones sexuales homosexuales consensuales en privado.

En total, cuatro grupos de derechos humanos están solicitando en la demanda actual: NGLHRC, la Coalición de Gays y Lesbianas de Kenia (GALCK), Nyanza, Rift Valley y Western Kenya Network (NYARWEK) y la Comisión de Derechos Humanos de Kenya.

Lo que está en juego aquí tiene consecuencias de gran alcance, dicen los distintos grupos. En todo el continente, los activistas LGBT+ esperan el veredicto, con la esperanza de que, si sigue su camino, se abran las compuertas para la revocación de leyes similares en otros países de África, donde la homosexualidad es una práctica común todavía en 32 de las 54 naciones del continente. En particular, se espera que un fallo positivo tenga un fuerte impacto en los países de la región de África oriental, incluyendo Uganda, Tanzania, Ruanda y Sudán del Sur.

Brian Macharia, un oficial de comunicaciones de GALCK, otro demandante en el caso, le dice a PinkNews: “Una victoria tendrá un efecto dominó en la comunidad del este de África”. Ken Abott, director de programas de NYARWEK, explica que existe una “fuerte conexión empresarial” entre Kenia y sus vecinos Tanzania y Uganda. “Hay mucha influencia entre los líderes políticos de los tres estados”, agrega. “Si Kenia decide despenalizar las conductas homosexuales entre adultos, es probable que Uganda haga lo mismo, y Tanzania[también]”.

La audiencia de Kenia también se produce a raíz de que Angola despenalizó  la homosexualidad en enero, cuando eliminó la disposición “vicios contra la naturaleza” de su código penal de la época colonial.

Mientras tanto, en Botswana, la Corte Suprema ha fijado una fecha para el 14 de marzo para escuchar un caso que busca despenalizar la homosexualidad en el país.

La lucha de Kenia por los derechos LGBT+ y los cambios en las opiniones sociales

La campaña por la igualdad LGBT+ en Kenia ha ido ganando impulso desde la introducción de una nueva constitución en agosto de 2010, que, según los activistas, protege a todos los ciudadanos, independientemente de su orientación sexual e identidad de género. (Sin embargo, las personas LGBT+ no se mencionan explícitamente en el documento.)

La decisión del año pasado de que la prueba anal es inconstitucional es un ejemplo de progreso. Otro se produjo en 2015 cuando el parlamento keniano rechazó un proyecto de ley que propuso la pena de muerte para personas condenadas por sexo gay.

Lejos de la esfera política, en cines, cafés y otros espacios comunes de Kenia, hay indicios de que la visión social hacia los homosexuales ha cambiado notablemente en los años desde que, en 2011, una publicación de las Naciones Unidas informó de que la homosexualidad se considera en gran medida tabú y repugnante para los valores culturales y la moralidad.

En septiembre de 2018, el estreno de la película de Wanuri Kahiu, aclamada por la crítica. Rafiki que representa una historia de amor entre dos mujeres jóvenes, fue recibida con proyecciones agotadas en Nairobi y críticas favorables en algunos medios de comunicación kenianos. A pesar de haber sido prohibida inicialmente por el Consejo de Clasificación Cinematográfica de Kenia (KFCB), el Tribunal Supremo revocó la decisión para que la película pudiera ser elegible para una nominación al Oscar. (Finalmente fue rechazada como la propuesta de Kenia para la mejor película extranjera). Un revisor en el El Daily Nationel periódico independiente de mayor circulación en Kenia, incluso criticó la película por representar una oposición social generalizada hacia la homosexualidad.

“Que comunidades enteras, sin una voz disidente entre ellas, se esforzarían por hacer de las vidas de los individuos queer un infierno viviente es simplemente irreal”, escribió el crítico de Nairobi Thomas Rajula, quien por lo demás elogió en gran medida la película en su artículo.

Aunque un fallo a su favor el viernes sería un triunfo para la comunidad LGBT+ de Kenia, los activistas dicen que también representaría un paso adelante para los derechos humanos en el país. Bajo la legislación actual, los activistas argumentan que cualquier acto sexual privado más allá del sexo vaginal penetrante entre un hombre y una mujer es ilegal, incluyendo el sexo anal y oral, sin importar el género de las personas involucradas.

Mercy Njueh, asistente de comunicaciones de NGLHRC, le dice a PinkNews: “Incluso las personas heterosexuales, si la ley se siguiera hasta el final, serían perseguidas. Por lo que estamos luchando no es sólo por el género y las minorías sexuales. Se trata de los derechos humanos. Estamos presionando para que los kenianos, reconocidos por la Constitución, puedan disfrutar de sus derechos humanos sin tener que temer”.

Se espera que la decisión del viernes sea favorable para ellos, pero los activistas que hablaron con PinkNews no son ingenuos de la influencia de las mentes más conservadoras. Esperan que una decisión que derogue las secciones 162 y 165 sea apelada, y en lo que respecta a ellas, también están dispuestas a apelar si las cosas no salen como quieren.

Por ahora, Njueh está “esperanzada” para el fallo del viernes: “Tenemos un tribunal muy progresista… esperamos que los jueces elijan estar en el lado correcto de la historia“.

Para Macharia, un resultado favorable el viernes daría a la comunidad LGBT+ de Kenia un sentido concreto y judicial de validez. “Afirma las identidades queer, lo que significa que la calidad de vida de la gente queer es mejorada y promovida, para que la gente pueda vivir una vida feliz y saludable, sin tener que estar constantemente mirando por encima de sus hombros”, dice. Macharia, con la voz quebrada, agrega: “Aclama un nuevo amanecer para la afirmación LGBTQ, es una celebración de la diversidad. Dios. Ni siquiera tengo las palabras. Es un mundo de oportunidades para la gente queer en Kenia. ¡Ánimo, africanos gays!

La situación legal de la homosexualidad en Kenia

kenyaActualmente existen varios artículos en el Código Penal de Kenia (modificado en 2003) que castigan las relaciones homosexuales (página 99 del informe Homofobia de Estado de ILGA 2017). El artículo 162 establece penas de 14 años de cárcel para quienes «tengan conocimiento carnal con otra persona contra el orden de la naturaleza» o «quien permita que un varón tenga conocimiento carnal con él o ella contra el orden de la naturaleza».  El artículo 163, por su parte, castiga a «quien intente cometer alguno de los delitos establecidos en el artículo 162 comete delito grave y será penado con prisión de 7 años».

Asimismo, el artículo 165 establece que «el varón que, en público o en privado, cometa un acto de indecencia grave con otro varón, o indujera a otro varón a cometerlo con él mismo, o intentara inducir la realización de un acto similar, incluso con terceras personas, es culpable de un delito grave y será penado con prisión de 5 años». Según los datos del propio Gobierno de Kenia, solo entre 2010 y principios de 2014 se procesó a 595 personas por estos cargos.

No está de más recordar, en cualquier caso, que en estos momentos se encuentra pendiente de resolución un importante proceso judicial, promovido por la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Gais y Lesbianas de Kenia (NGLHRC en sus siglas en inglés) que busca poner fin a la criminalización de la homosexualidad en Kenia. Si la sentencia es favorable tendrá una repercusión internacional indiscutible. Del mismo modo, un fallo a favor de mantener la penalización de las relaciones homosexuales o, incluso, de endurecer la ley, constituiría un antecedente muy peligroso. En febrero nos hacíamos eco, por cierto, de la campaña que CitizenGO, la marca internacional de HazteOír, promovía contra la posible despenalización.

Un pasado de persecución y LGTBfobia de Estado

Kenia es un país mayoritariamente cristiano (aunque con una importante minoría musulmana), en el que a las leyes vigentes y a la agresividad de las fuerzas policiales se suma una marcada homofobia social. Según un estudio del Pew Global Attitudes Project de 2013, únicamente un 8% de sus 44 millones de habitantes estaba dispuesto a algún reconocimiento social de los homosexuales, y un 90% consideraba tal orientación sexual inaceptable. La prensa alienta esta homofobia social: en mayo de 2015 se publicaba, en la portada de un periódico keniano, un listado con el nombre y la fotografía de las que supuestamente eran las doce personas gais y lesbianas más influyentes en el país, poniendo en grave riesgo su vida.

Aun así, existe en Kenia un valeroso grupo de activistas LGTB. Entre sus miembros se encuentra por ejemplo Denis Nzioka, que en 2012 trató de presentarse a las elecciones presidenciales como candidato y así visibilizar a la población LGTB. También David Kuria Mbote se presentó entonces como senador, aunque tuvo que cancelar su campaña debido a las fuertes amenazas recibidas y la falta de fondos. Su breve campaña, sin embargo, sirvió para que por primera vez un político abiertamente gay pudiera dirigirse a sus conciudadanos. El de Kuria es, como no podía ser menos, otro de los nombres citados en la publicación.

La salida del armario del escritor keniano Binyavanga Wainaina y el que se desarrollaran sin incidentes las protestas convocadas en Nairobi el pasado 2014 contra la legislación ugandesa alentaban incluso la esperanza de una mayor apertura en Kenia para los derechos LGTB. Esperanza que vio luego truncada, como muestra la detención en julio de 2014 de sesenta personas en un club de ambiente de Nairobi. Incluso se ha presentado una iniciativa ante el Parlamento de la nación, que pretende que los actos homosexuales sean sancionados con cadena perpetua para los kenianos y lapidación para los extranjeros. El propio presidente Uhuru Kenyatta declaraba en 2015 que, si bien no permitiría “cazas de brujas” contra la población LGBT de Kenia, tampoco derogaría las leyes que castigan la homosexualidad debido a su gran aceptación social. Más recientemente, en junio de 2016, un tribunal de este país consideraba “legal” y “razonable” usar torturas anales para incriminar a sospechosos de ser gais. Veremos si finalmente lo consiguen lo hacen los tribunales. Kenyatta se reafirmaba en su posición en abril de este año tachando los derechos LGTB de asunto «no aceptable» y «sin importancia para el pueblo de la República de Kenia».

Fuente PinkNews/Cromosomax/Cristianos Gays/Dosmanzanas

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El Tribunal Superior de Justicia de Kenia evaluará la despenalización de la homosexualidad en la India, país con el que comparte normativa homófoba

Jueves, 4 de octubre de 2018

kenyaEl Tribunal Superior de Justicia de Kenia ha aceptado estudiar los argumentos sobre si la decisión de la India de acabar con la criminalización de la homosexualidad es relevante para Kenia. Hasta el fallo reciente de la Corte Suprema de la India (un país de más de 1.300 millones de habitantes que declaraba inconstitucional la sección 377 del Código Penal), ambos países compartían las mismas leyes que prohíben las relaciones entre personas del mismo sexo debido al «legado» de la época colonial británica. Los condenados por estos «delitos» tienen que afrontar penas de hasta 14 años de prisión en Kenia. El próximo 25 de octubre el citado tribunal escuchará las alegaciones en este sentido.

El tribunal permitirá a las partes presentar comunicaciones sobre el asunto a raíz de la decisión de la Corte Suprema de la India de rechazar la sección 377 del Código Penal. La ley de la época colonial criminalizó todas las «relaciones carnales contra el orden de la naturaleza». El 25 de octubre, el altos tribunal keniata escuchará las alegaciones sobre si el reciente veredicto de la India tiene alguna relevancia para Kenia.

Los activistas que hacen campaña para despenalizar la homosexualidad constatan que la ley se usa en Kenia para perseguir a las personas LGTB. Asimismo, las medidas contra la discriminación hacen que las personas sexualmente diversas sean vulnerables a situaciones de injusticias y discriminaciones.

A los espectadores keniatas finalmente se les permitió ver Rafiki, la primera película de la historia del país en ser proyectada en el Festival de Cannes. El Tribunal Superior de Justicia de Kenia levantaba temporalmente el veto a su difusión, impuesto por las autoridades en abril del año pasado por «promoción del lesbianismo». La exhibición limitada de la cinta, que narra la historia de amor entre dos mujeres, era un requisito para poder competir en los Premios Óscar en la categoría de mejor película de habla no inglesa.

La situación legal de la homosexualidad en Kenia

Actualmente existen varios artículos en el Código Penal de Kenia (modificado en 2003) que castigan las relaciones homosexuales (página 99 del informe Homofobia de Estado de ILGA 2017). El artículo 162 establece penas de 14 años de cárcel para quienes «tengan conocimiento carnal con otra persona contra el orden de la naturaleza» o «quien permita que un varón tenga conocimiento carnal con él o ella contra el orden de la naturaleza».  El artículo 163, por su parte, castiga a «quien intente cometer alguno de los delitos establecidos en el artículo 162 comete delito grave y será penado con prisión de 7 años».

Asimismo, el artículo 165 establece que «el varón que, en público o en privado, cometa un acto de indecencia grave con otro varón, o indujera a otro varón a cometerlo con él mismo, o intentara inducir la realización de un acto similar, incluso con terceras personas, es culpable de un delito grave y será penado con prisión de 5 años». Según los datos del propio Gobierno de Kenia, solo entre 2010 y principios de 2014 se procesó a 595 personas por estos cargos.

No está de más recordar, en cualquier caso, que en estos momentos se encuentra pendiente de resolución un importante proceso judicial, promovido por la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Gais y Lesbianas de Kenia (NGLHRC en sus siglas en inglés) que busca poner fin a la criminalización de la homosexualidad en Kenia. Si la sentencia es favorable tendrá una repercusión internacional indiscutible. Del mismo modo, un fallo a favor de mantener la penalización de las relaciones homosexuales o, incluso, de endurecer la ley, constituiría un antecedente muy peligroso. En febrero nos hacíamos eco, por cierto, de la campaña que CitizenGO, la marca internacional de HazteOír, promovía contra la posible despenalización.

Un pasado de persecución y LGTBfobia de Estado

Kenia es un país mayoritariamente cristiano (aunque con una importante minoría musulmana), en el que a las leyes vigentes y a la agresividad de las fuerzas policiales se suma una marcada homofobia social. Según un estudio del Pew Global Attitudes Project de 2013, únicamente un 8% de sus 44 millones de habitantes estaba dispuesto a algún reconocimiento social de los homosexuales, y un 90% consideraba tal orientación sexual inaceptable. La prensa alienta esta homofobia social: en mayo de 2015 se publicaba, en la portada de un periódico keniano, un listado con el nombre y la fotografía de las que supuestamente eran las doce personas gais y lesbianas más influyentes en el país, poniendo en grave riesgo su vida.

Aun así, existe en Kenia un valeroso grupo de activistas LGTB. Entre sus miembros se encuentra por ejemplo Denis Nzioka, que en 2012 trató de presentarse a las elecciones presidenciales como candidato y así visibilizar a la población LGTB. También David Kuria Mbote se presentó entonces como senador, aunque tuvo que cancelar su campaña debido a las fuertes amenazas recibidas y la falta de fondos. Su breve campaña, sin embargo, sirvió para que por primera vez un político abiertamente gay pudiera dirigirse a sus conciudadanos. El de Kuria es, como no podía ser menos, otro de los nombres citados en la publicación.

La salida del armario del escritor keniano Binyavanga Wainaina y el que se desarrollaran sin incidentes las protestas convocadas en Nairobi el pasado 2014 contra la legislación ugandesa alentaban incluso la esperanza de una mayor apertura en Kenia para los derechos LGTB. Esperanza que vio luego truncada, como muestra la detención en julio de 2014 de sesenta personas en un club de ambiente de Nairobi. Incluso se ha presentado una iniciativa ante el Parlamento de la nación, que pretende que los actos homosexuales sean sancionados con cadena perpetua para los kenianos y lapidación para los extranjeros. El propio presidente Uhuru Kenyatta declaraba en 2015 que, si bien no permitiría “cazas de brujas” contra la población LGBT de Kenia, tampoco derogaría las leyes que castigan la homosexualidad debido a su gran aceptación social. Más recientemente, en junio de 2016, un tribunal de este país consideraba “legal” y “razonable” usar torturas anales para incriminar a sospechosos de ser gais. Veremos si finalmente lo consiguen lo hacen los tribunales. Kenyatta se reafirmaba en su posición en abril de este año tachando los derechos LGTB de asunto «no aceptable» y «sin importancia para el pueblo de la República de Kenia».

Fuente Dosmanzanas

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La justicia keniana levanta temporalmente el veto sobre la película «Rafiki», una historia de amor entre dos mujeres, para que pueda optar a los Óscar

Martes, 25 de septiembre de 2018

rafikiLos espectadores kenianos tienen por fin la oportunidad de ver Rafiki, la primera película de la historia del país en ser proyectada en el Festival de Cannes. El Tribunal Superior de Justicia de Kenia ha levantado temporalmente el veto a su difusión, impuesto por las autoridades en abril del año pasado por «promoción del lesbianismo». Un cine de Nairobi mostrará el filme en siete pases entre el 23 y el 29 de septiembre. La exhibición limitada de la cinta, que narra la historia de amor entre dos mujeres, era un requisito para poder competir en los Premios Óscar en la categoría de mejor película de habla no inglesa.

Rafiki («Amiga», en suahili), dirigida por la cineasta Wanuri Kahiu y protagonizada por las actrices Samantha Mugatsia y Sheila Muniya, narra la historia de dos chicas que se enamoran en Kenia, un país en el que las relaciones homosexuales no solo son incomprendidas por la mayoría social, sino que están castigadas por la ley. «En Nairobi, las estudiantes Kena y Ziki llevan vidas muy diferentes, pero las dos hacen lo posible por alcanzar sus sueños. Sus caminos se cruzan en medio de una campaña electoral que enfrenta a sus padres respectivos. Las chicas se gustan, pero la sociedad keniana es muy conservadora, y tendrán que elegir entre el amor y la seguridad…», reza la sinopsis del filme en la web del Festival de Cannes, donde fue proyectada el pasado mes de abril.

La película está inspirada en el relato Jambula Tree, de la escritora ugandesa Monica Arac. Su selección para participar en Cannes, en concreto en su sección Un certain regard(«Una cierta mirada»), fue un hito histórico para el cine de su país, ya que ninguna película realizada en Kenia y dirigida y protagonizada por mujeres de ese país había logrado ser seleccionada para tan prestigioso certamen. A partir de ese momento comenzaban a sucederse las felicitaciones, incluyendo las de organismos como el Ministerio de Deportes y Patrimonio de Kenia o la Kenya Film Commission.

La alegría quedaba sin embargo empañada al conocerse que Ezekiel Mutua, consejero delegado del Kenya Film Classification Board (KFCB, el órgano gubernamental keniano que regula la programación y la clasificación de los contenidos audiovisuales en los medios) decidía prohibir la exhibición de la película. Según anunciaba Mutua, la razón para prohibir Rafiki era «su temática homosexual y su clara intención de promover en Kenia el lesbianismo, contrario a la ley y a los valores predominantes de los kenianos». El dirigente del KFCB tenía antecedentes de censura homófoba: en noviembre del año pasado contábamos, por ejemplo, que Mutua decidía censurar la serie de Disney Andi Mack, dirigida mayoritariamente al público preadolescente, debido a que uno de sus personajes salía del armario.

Hace solo unos días, la directora de la película presentaba una demanda contra el Gobierno keniano por el veto a su difusión. Kahiu argumentaba que la decisión de la KFCB impedía que la cinta pudiera ser evaluada por el Comité de Selección de los Óscar en la categoría de mejor película de habla no inglesa, ya que las normas requieren que  los filmes escogidos para su toma en consideración se hayan proyectado en su país de origen antes del 30 de septiembre. El Tribunal Superior de Justicia le dio la razón y anunció el viernes pasado la suspensión temporal de la prohibición.

El fallo de la jueza Wilfrida Okwany permite la proyección de Rafiki en siete pases, desde este domingo hasta el próximo sábado, en un cine de la capital Nairobi. Okwany expresó su convicción de que Kenia es una sociedad fuerte «cuyos fundamentos morales no se verán sacudidos por ver una película como esta». La película, eso sí, está clasificada para mayores de 18 años. Ezekiel Mutua, que reaccionó airadamente en las redes sociales contra el fallo, insistió en que se exigirá un justificante de mayoría de edad para poder ver el filme.

La directora Wanuri Kahiu ha reaccionado exultante ante la sentencia: «Estoy llorando. En un aeropuerto francés. ¡Con TANTA alegría! ¡Nuestra constitución es FUERTE! ¡¡¡¡¡Dad las gracias a la libertad de expresión!!!!! ¡LO HICIMOS!», escribía en Twitter. En su primera proyección, el Prestige Cinema ha colgado el cartel de «No hay entradas».

La situación legal de la homosexualidad en Kenia

Actualmente existen varios artículos en el Código Penal de Kenia (modificado en 2003) que castigan las relaciones homosexuales (página 99 del informe Homofobia de Estado de ILGA 2017). El artículo 162 establece penas de 14 años de cárcel para quienes «tengan conocimiento carnal con otra persona contra el orden de la naturaleza» o «quien permita que un varón tenga conocimiento carnal con él o ella contra el orden de la naturaleza».  El artículo 163, por su parte, castiga a «quien intente cometer alguno de los delitos establecidos en el artículo 162 comete delito grave y será penado con prisión de 7 años».

Asimismo, el artículo 165 establece que «el varón que, en público o en privado, cometa un acto de indecencia grave con otro varón, o indujera a otro varón a cometerlo con él mismo, o intentara inducir la realización de un acto similar, incluso con terceras personas, es culpable de un delito grave y será penado con prisión de 5 años». Según los datos del propio Gobierno de Kenia, solo entre 2010 y principios de 2014 se procesó a 595 personas por estos cargos.

No está de más recordar, en cualquier caso, que en estos momentos se encuentra pendiente de resolución un importante proceso judicial, promovido por la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Gais y Lesbianas de Kenia (NGLHRC en sus siglas en inglés) que busca poner fin a la criminalización de la homosexualidad en Kenia. Si la sentencia es favorable tendrá una repercusión internacional indiscutible. Del mismo modo, un fallo a favor de mantener la penalización de las relaciones homosexuales o, incluso, de endurecer la ley, constituiría un antecedente muy peligroso. En febrero nos hacíamos eco, por cierto, de la campaña que CitizenGO, la marca internacional de HazteOír, promovía contra la posible despenalización.

Un pasado de persecución y LGTBfobia de Estado

Kenia es un país mayoritariamente cristiano (aunque con una importante minoría musulmana), en el que a las leyes vigentes y a la agresividad de las fuerzas policiales se suma una marcada homofobia social. Según un estudio del Pew Global Attitudes Project de 2013, únicamente un 8% de sus 44 millones de habitantes estaba dispuesto a algún reconocimiento social de los homosexuales, y un 90% consideraba tal orientación sexual inaceptable. La prensa alienta esta homofobia social: en mayo de 2015 se publicaba, en la portada de un periódico keniano, un listado con el nombre y la fotografía de las que supuestamente eran las doce personas gais y lesbianas más influyentes en el país, poniendo en grave riesgo su vida.

Aun así, existe en Kenia un valeroso grupo de activistas LGTB. Entre sus miembros se encuentra por ejemplo Denis Nzioka, que en 2012 trató de presentarse a las elecciones presidenciales como candidato y así visibilizar a la población LGTB. También David Kuria Mbote se presentó entonces como senador, aunque tuvo que cancelar su campaña debido a las fuertes amenazas recibidas y la falta de fondos. Su breve campaña, sin embargo, sirvió para que por primera vez un político abiertamente gay pudiera dirigirse a sus conciudadanos. El de Kuria es, como no podía ser menos, otro de los nombres citados en la publicación.

La salida del armario del escritor keniano Binyavanga Wainaina y el que se desarrollaran sin incidentes las protestas convocadas en Nairobi el pasado 2014 contra la legislación ugandesa alentaban incluso la esperanza de una mayor apertura en Kenia para los derechos LGTB. Esperanza que vio luego truncada, como muestra la detención en julio de 2014 de sesenta personas en un club de ambiente de Nairobi. Incluso se ha presentado una iniciativa ante el Parlamento de la nación, que pretende que los actos homosexuales sean sancionados con cadena perpetua para los kenianos y lapidación para los extranjeros. El propio presidente Uhuru Kenyatta declaraba en 2015 que, si bien no permitiría “cazas de brujas” contra la población LGBT de Kenia, tampoco derogaría las leyes que castigan la homosexualidad debido a su gran aceptación social. Más recientemente, en junio de 2016, un tribunal de este país consideraba “legal” y “razonable” usar torturas anales para incriminar a sospechosos de ser gais. Veremos si finalmente lo consiguen lo hacen los tribunales.

Fuente Dosmanzanas

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Los refugiados de un campamento de Kenia temen por sus vidas tras celebrar el Orgullo LGBT

Viernes, 22 de junio de 2018

kakuma-pride-gofundme-imageTras celebrar por primera vez el orgullo LGBT en el campo de refugiados de Kakuma, sus organizadores temen pro sus vidas después de varias amenazas publicadas en los tablones de anuncios de un campamento en el que conviven con personas de las mismas culturas homofóbicas y transfóbicas de los mismos países de los que huyeron, de las que no tienen la adecuada protección.

Situado al noroeste de Kenia y establecido en 1992 por la Agencia de Refugiados de los Estados Unidos, Kakuma es uno de los mayores campos de refugiados del mundo, donde se celebra por primera vez el Orgullo LGBT el pasado sábado, 16 de junio, con la asistencia de alrededor de 600 personas. Mbazira Moesa, refugiado ugandés y uno de los organizadores, asegura que, junto con sus compañeros, teme ahora por su vida, después de una serie de amenazas que han aparecido en los tablones de anuncios de todo el campamento.

«Abandonad el campo» o «Vamos a mataros uno por uno» son algunos de las amenazas a los refugiados LGBT de Kakuma, cuyo origen no se ha podido confirmar. Con una población acumulada de aproximadamente 185.000 personas, sumando las que conviven en Kakuma y el Asentamiento Integrado Kalobeyei, los refugiados y solicitantes de asilo provienen de 19 países, aunquela mayoría son de Sudán del Sur que, que junto con los de Somalia y Etiopía, son intolerantes con la homosexualidad. El objetivo de Moesa y sus compañeros de Refugee Flag Kakuma era disipar «la ignorancia» y los «mitos» sobre los miembros del colectivo LGBT existentes entre los residentes del campamento, «poblado principalmente por colonos y refugiados islámicos», lo que explica que una lesbiana y una persona transgénero fueran agredidas y sufrieran «lesiones graves», a pesar de que la concentración había sido «enorme».

«Siento que estoy bajo constante amenaza», declara Moesa, explicando que la vida en Kakuma es «una situación calamitosa» para los refugiados homosexuales debido a las «constantes persecuciones» y la «falta de protección adecuada». A sus 25 años de edad, esa misma persecución le lleva a abandonar Uganda en 2016, después de múltiples arrestos y palizas por parte de la policía debido a su orientación sexual. Tras huir a Nairobi, en septiembre de 2016, es trasladado al campo de refugiados de Kakuma en febrero de 2017, tras contactar con la agencia de la ONU solicitando el estatuto de refugiada. Asegura que su situación no ha mejorado demasiado desde entonces.

«Muchas personas que se enfrentan a la persecución y violencia en el hogar debido a su orientación sexual o identidad de género terminan en centros de refugiados rodeados de personas de las mismas culturas homofóbicas y transfóbicas de los mismos países de los que huyeron (…). Los sistemas establecidos a menudo no están equipados para proporcionar la protección necesaria. La situación se puede agravar en un lugar como Kenia, que tiene leyes contra la sodomía (…). Estos refugiados necesitan protección inmediata para que puedan vivir sin temor a la violencia», declara Maria Sjodin, subdirectora ejecutiva de OutRight Action International, una organización de derechos humanos LGBTQ.

En la actualidad, hay 68,5 millones de personas desplazadas por la fuerza en todo el mundo, incluidos 25,4 millones de refugiados y 3,1 millones de solicitantes de asilo, según los últimos datos de la ONU. Sin embargo, no existe un registro del número de refugiados LGBTQ y solicitantes de asilo debido a su orientación sexual o identidad de género. El Centro de Refugiados de los Estados Unidos ha declinado hacer ninguna declaración sobre estas amenazas ni sobre la situación de los refugiados LGBT.

Fuente Universogay

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Los refugiados ugandeses LGTBI del campo de Kakuna en Kenia también celebrarán el Orgullo

Sábado, 16 de junio de 2018

kakuma-pride-gofundme-imageEste sábado 16 se celebrará el Orgullo LGTBI en el campo de refugiados de Kakuna, en Kenia, en donde se acoge, entre otros, a cientos de ugandeses que han debido huir de la fuerte represión que sufren por razón de su orientación sexual o identidad de género. Una celebración con la que quieren expresar su deseo de poder vivir en libertad e igualdad, pero que se ven obligados a conmemorar al margen del resto de refugiados, que también les discriminan y agreden debido a su condición de personas LGTBI.

Cientos de ugandeses LGTBI se han visto obligados a huir de su país debido a las brutales leyes represoras existentes, que el Gobierno no ceja de intentar agravar aún más. Muchos de ellos han buscado asilo en la vecina Kenia, que acoge en sus campos a refugiados de varios países del entorno, en su mayor parte por razones de represión política.

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En uno de ellos, Kakuna, los refugiados LGTBI ugandeses han decidido celebrar el Orgullo como se hace alrededor de todo el mundo, algo que sus propios compatriotas residentes en Uganda no podrán realizar. Sin embargo, deben enfretarse a grandes dificultades, entre ellas la de tener que protegerse de los demás habitantes del campo, hasta el punto de haberse visto a obligados a rodear el recinto donde celebrarán el Orgullo con empalizadas de arbustos espinosos, en prevención de los posibles ataques de los LGTBfobos. Así lo describen en su petición de apoyo publicada en GoFundMe:

Las personas LGBTIQ de campo de refugiados de Kakuma queremos celebrar este año el primer Día del Orgullo desde que salimos de nuestro país de origen y buscamos asilo en Kenia, debido al proyecto de ley «Kill the Gays», que fue aprobado por el presidente en 2014.

Vamos a celebrar este primer evento de Orgullo en nuestras instalaciones en el campo. Nos entristece no tener la oportunidad de celebrarlo en público con los demás refugiados, debido a su hostilidad hacia nuestra identidad de género, su odio, homofobia, injusticia, desigualdad, discriminación y prejuicios hacia nosotros.

Con sus escasos medios, han confeccionado algunos carteles que han colocado alrededor de todo el campo. Pero también han pedido la colaboración y ayuda económica necesaria para quienes tienen casi menos que nada. Buscan reunir 1.500 dólares (unos 1.280 euros) para que ese día pueda ser, además de una reivindicación, una fiesta, tal como acontece a lo largo de todo el mundo. Llenos de honradez, han publicado la lista de sus necesidades y su coste, en la que destaca que la principal de esas urgencias sea la comida. Afortunadamente, según podemos comprobar en GoFundme, parece que se ha conseguido reunir el dinero necesario. Les deseamos que la celebración transcurra en paz y que su situación sea resuelta de la mejor forma y en el menor plazo posible.

Su lucha y empeño son la demostración de que el Orgullo LGTBI es hoy más necesario que nunca.

Uganda: una pesadilla continua

La situación de las personas LGTB en Uganda es muy complicada. El artículo 145 del Código Penal castiga con penas que pueden llegar hasta la cadena perpetua a aquellos que “tengan conocimiento carnal contra natura con otra persona”. El mero intento de mantener relaciones homosexuales o lo que se denominan “prácticas indecentes” se castigan con hasta siete años de prisión.

Pero esta durísima normativa no parece satisfacer a los LGTBfobos. La presidenta del Parlamento, Rebecca Kadaga, insiste en reintroducir una ley que endurecería el trato penal a la homosexualidad, con la pretensión de introducir la pena de muerte en deteminados casos, y a la cual ella misma llegó a llamar “un regalo de Navidad”. El proyecto fue aprobado por el Parlamento en diciembre de 2013, pero finalmente fue invalidado por el Tribunal Constitucional a causa de una falta de procedimiento: se había votado sin el quórum necesario.

Por otra parte, se suceden los ataques a la libertad de reunión y asociación. En noviembre de 2015, de hecho, se aprobó una ley que permite al gobierno tener un control férreo sobre las ONG y asociaciones del país, pudiendo no autorizar sus actividades e incluso disolverlas si no se adecuan al “interés público” o si son “contrarias a la dignidad del pueblo de Uganda”. Las asociaciones LGTB ya avisaron de su peligro, ya que los activistas que trabajen en una organización que no cuente con el visto bueno del gobierno pueden llegar a ser encarcelados. Ello supone llevar la lucha por los derechos LGTB a la ilegalidad.

Pero conviene tener en cuenta que no todo depende del marco jurídico: la sociedad civil ugandesa también es fuente de ataques homófobos. Un ejemplo es el intento de linchamiento a un grupo de hombres homosexuales o los ataques que reciben los activistas que intentan llevar adelante la lucha por sus derechos. Son muy numerosos los frentes en los que hay que seguir trabajando.

En fin, si ponemos en el buscador el nombre de Uganda… el horror es cotidiano.

Fuente Dosmanzanas

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El censor keniano Ezekiel Mutua dice ahora que las ONG pagan a los niños africanos para volverse gais

Viernes, 11 de mayo de 2018

ezeEzekiel Mutua, dice que le consta que hay ONGs occidentales que pagan a los jóvenes kenianos para que se vuelvan homosexuales.

Conocimos a Mutua cuando afirmó que los leones gais de una reserva estaban poseídos por el demonio y necesitaban tratamiento. Hace unos días supimos que Mutua era el responsable de que la película Rafiki, la primera película keniana que se estrena en Cannes, no se proyecte en el país porque es la historia de dos adolescentes lesbianas.

Ahora Mutua da un paso más y asegura que las ONG occidentales pagan a los niños kenianos para que se vuelvan gais.

En unas declaraciones al periódico The Nairobian, Mutua ha asegurado que “Hay ONGs extranjeras en Kisumu y Kakamega que se trasladan a los pueblos y manipulan a nuestra juventud pobre e inocente con ‘mucho dinero’, hasta 3 millones de chelines para que participen en estos actos retorcidos“.

Pero obviamente lo que dice es mentira y lo sabe, porque asegura que prefiere perder su trabajo a volverse un poco menos… homófobo: “Estoy dispuesto y preparado para perder mi trabajo dirigiendo la junta moral de un país en el que la homosexualidad está a la orden del día. Eso destruirá el futuro de generaciones, y no debemos permitirlo.” Y si está poniendo la venda antes de la herida es porque ahora mismo en Kenia muy poca gente está contenta con la imagen que proyectan las absurdas declaraciones de este señor en el resto del mundo.

Cree que lo que quieren las ONG occidentales es destruir el continente africano: “Estos muzungus (gente blanca) que importan y promueven estas prácticas en Kenia deberían saber que estamos enraizados en nuestra moral y principios africanos que retratan la decencia sexual. Nuestros antepasados no practicaban la homosexualidad“.

Es por ello que Ezekiel ha pedido a la Junta de Coordinación de ONGs “que investiguen las actividades de ciertas ONG en el país. Si no se detienen, lideraré protestas y manifestaciones para que se escuche nuestro mensaje“. El mensaje incluye afirmaciones como que los hombres gais “acaban llevando pañales porque son ‘destruidos’ por otros hombres” o que es el momento de detener “esta práctica occidental que, además, no sirve para nada“.

¿Hacia la posible despenalización de la homosexualidad?

No está de más recordar que sigue pendiente de resolución otro importante proceso, también promovido por la NGLHRC, y que busca poner fin a la criminalización de la homosexualidad en Kenia. Si la sentencia es favorable tendrá una repercusión internacional indiscutible. Del mismo modo, un fallo a favor de mantener la penalización de las relaciones homosexuales o, incluso, de endurecer la ley, constituiría un antecedente muy peligroso. Hace pocas semanas nos hacíamos eco, por cierto, de la campaña que CitizenGO, la marca internacional de HazteOír, promovía contra la posible despenalización.

Actualmente, existen varios artículos en el Código Penal de Kenia (modificado en 2003) que castigan las relaciones homosexuales (página 99 del informe “Homofobia de Estado” de ILGA 2017). El artículo 162 establece penas de 14 años de cárcel para quienes “tengan conocimiento carnal con otra persona contra el orden de la naturaleza” o “quien permita que un varón tenga conocimiento carnal con él o ella contra el orden de la naturaleza”.  El artículo 163, por su parte, castiga a “quien intente cometer alguno de los delitos establecidos en el artículo 162 comete delito grave y será penado con prisión de 7 años”.

Asimismo, el artículo 165 establece que “el varón que, en público o en privado, cometa un acto de indecencia grave con otro varón, o indujera a otro varón a cometerlo con él mismo, o intentara inducir la realización de un acto similar, incluso con terceras personas, es culpable de un delito grave y será penado con prisión de 5 años”. Según los datos del propio Gobierno de Kenia, solo entre 2010 y principios de 2014 se procesó a 595 personas por estos cargos.

Un pasado de persecución y LGTBfobia de Estado

Kenia es un país mayoritariamente cristiano (aunque con una importante minoría musulmana), en el que a las leyes vigentes y a la agresividad de las fuerzas policiales se suma una marcada homofobia social, que castiga la práctica de la homosexualidad, como hemos dicho, con penas de hasta 14 años de cárcel, en base a leyes heredadas de la época colonial británica. Precisamente a principios de 2015 informábamos de la detención de dos hombres, acusados de practicar la homosexualidad, víctimas de una operación policial más amplia, con la que se pretendería dar ejemplo tras salir a la luz unos informes que señalan un aumento del turismo homosexual en la zona costera del país.

A las leyes vigentes y a la agresividad de las fuerzas policiales se suma una marcada homofobia social. Según un estudio del Pew Global Attitudes Project de 2013, únicamente un 8% de sus 44 millones de habitantes estaría dispuesto a algún reconocimiento social de los homosexuales, y un 90% considera tal orientación sexual inaceptable. La prensa alienta esta homofobia social y en mayo de 2015 se publicaba, en la portada de un periódico keniano, un listado con el nombre y la fotografía de las que supuestamente eran las doce personas gais y lesbianas más influyentes en el país, poniendo en grave riesgo su vida.

Aun así, existe en Kenia un valeroso grupo de activistas LGTB. Entre sus miembros se encuentra por ejemplo Denis Nzioka, que en 2012 trató de presentarse a las elecciones presidenciales como candidato y así visibilizar a la población LGTB. También David Kuria Mbote se presentó entonces como senador, aunque tuvo que cancelar su campaña debido a las fuertes amenazas recibidas y la falta de fondos. Su breve campaña, sin embargo, sirvió para que por primera vez un político abiertamente gay pudiera dirigirse a sus conciudadanos. El de Kuria es, como no podía ser menos, otro de los nombres citados en la publicación.

La salida del armario del escritor keniano Binyavanga Wainaina y el que se desarrollaran sin incidentes las protestas convocadas en Nairobi el pasado 2014 contra la legislación ugandesa alentaban incluso la esperanza de una mayor apertura en Kenia para los derechos LGTB. Esperanza que vio luego truncada, como muestra la detención en julio de 2014 de sesenta personas en un club de ambiente de Nairobi. Incluso se ha presentado una iniciativa ante el Parlamento de la nación, que pretende que los actos homosexuales sean sancionados con cadena perpetua para los kenianos y lapidación para los extranjeros. El propio presidente Uhuru Kenyatta declaraba en 2015 que, si bien no permitiría “cazas de brujas” contra la población LGBT de Kenia, tampoco derogaría las leyes que castigan la homosexualidad debido a su gran aceptación social. Más recientemente, en junio de 2016, un tribunal de este país consideraba “legal” y “razonable” usar torturas anales para incriminar a sospechosos de ser gais. Veremos si finalmente lo consiguen lo hacen los tribunales.

Fuente | Pink News, vía EstoyBailando/Dosmanzanas/Cristianos Gays

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