La publicación de hoy es del colaborador invitado Mark Guevarra. Mark es estudiante de doctorado en Graduate Theological Union en Berkeley, California, y está interesado en cómo las prácticas de justicia restaurativa son pasos necesarios en el camino sinodal, a partir de su propia experiencia como trabajador eclesiástico despedido. La fe de Mark, moldeada por su identidad filipino-canadiense y gay, es algo que le apasiona testificar, compartir y nutrir.
Como muchos que han comenzado un ministerio LGBTQ, conozco los peldaños y los obstáculos para crear un programa tan necesario. LGBTQ Catholics: A Guide to Inclusive Ministry (Católicos LGBTQ: una guía para el ministerio inclusivo) de Yunuen Trujillo proporciona una hoja de ruta esencial en seis capítulos breves pero detallados.
Trujillo es una ministra laica católica, una organizadora comunitaria basado en la fe y una abogada de inmigración, además de colaboradora de Bondings 2.0. En el libro, ella (1) argumenta de manera concisa pero convincente la necesidad de tal ministerio, (2) ofrece una imagen de quiénes son los católicos LGBTQ, (3) proporciona marcos prácticos para crear un ministerio, (4) refuerza y critica la doctrina de la iglesia, (5) revisa los modelos de iglesia del Papa Francisco y (6) llama a los lectores a escuchar las experiencias vividas.
En el primer capítulo, Trujillo profundiza en su vida personal, incluidos más de siete años de ministerio pastoral, para defender el ministerio LGBTQ. Con sensibilidad y un análisis cuidadoso, da voz al “rechazo, la violencia, la intimidación, los intentos de suicidio, la depresión, el abuso, la discriminación en el lugar de trabajo, la falta de vivienda y la pobreza” que enfrentan las personas LGBTQ.
En el segundo capítulo, Trujillo se enfoca en desmantelar estereotipos, aborda la cuestionada existencia del clero católico LGBTQ y expone la difícil realidad de la pedofilia con precisión y honestidad. Ella exhorta a sus lectores a creer que:
“La persona LGBTQ es mucho más que una simple orientación o identidad sexual. Poseemos un anhelo espiritual, con metas y sueños de vida, con virtudes y defectos, con dones y talentos dados por Dios, con capacidad de autoconocimiento y autodeterminación, con intereses y necesidades más allá de la orientación e identidad sexual… somos como complejo, variado, amado y santo como cualquier otro ser humano hecho a imagen de Dios, imago Dei, y nacido en una comunidad con una dignidad que debe ser respetada”.
Yunuen Trujillo
El tercer capítulo proporciona marcos para aquellos que desean crear un ministerio inclusivo. El primer cuadro describe los pasos para desarrollar un “Grupo de Apoyo” y un modelo de ministerio parroquial de “Evangelización”. Fuera de la parroquia, Trujillo describe los marcos para los ministerios LGBTQ dentro de una diócesis o arquidiócesis, órdenes religiosas, colegios, escuelas secundarias en contextos nacionales e internacionales. Sus descripciones y críticas de cada uno son breves, honestas e informativas. Cabe destacar su presentación de Courage. Trujillo es equilibrado, proporcionando no solo críticas, por ejemplo, por su “enfoque predominante en el sexo”, sino también elogios por su “enfoque en el compañerismo y en la creación de un espacio seguro para las amistades santas”, que son significativos para algunos católicos LGBTQ.
La presentación de Trujillo de la doctrina de la iglesia en el cuarto capítulo es concisa y accesible. Comienza con un análisis cuidadoso de cómo las enseñanzas sobre la dignidad de la persona humana, la no discriminación y la castidad se aplican a los católicos LGBTQ. Esta sección incluye enfoques prácticos y consejos para aplicar las enseñanzas. A lo largo del libro, se incluyen citas de enseñanzas, comentarios de las Escrituras, información de antecedentes y conocimientos contemporáneos de las ciencias sociales, como la noción de “otredad”. Su explicación detallada de la castidad y su aplicación demuestra su conocimiento de las enseñanzas y su capacidad equilibrada para criticar cómo se han aplicado de manera discriminatoria, por un lado, y cómo se pueden aplicar de manera efectiva, por el otro.
El quinto capítulo pinta un bosquejo detallado en miniatura de los tres enfoques pastorales del Papa Francisco: convertirse en una iglesia de encuentro, una iglesia que escucha y una iglesia de acompañamiento. Juntos, estos brindan a los lectores una base eclesiológica a partir de la cual proceder.
Hna. Jeannine Gramick,
El último capítulo comienza con una llamada a continuar el camino del discernimiento. Este viaje comienza escuchando las historias de los católicos LGBTQ. Para hacer esto, Trujillo ofrece sugerencias útiles sobre cómo escuchar las experiencias vividas, como notar temas comunes y reconocer la diversidad y la santidad de todos. El corazón del capítulo es el testimonio personal de Trujillo. Más que una historia de salida del armario, es una historia de descubrimiento y lucha por vivir la propia vocación, y de un constante cuestionamiento de permanecer o no en la Iglesia Católica.
Además de estos capítulos, el libro incluye apéndices con testimonios, ejemplos de declaraciones de misión y oraciones, así como una breve bibliografía. Como ella afirma, el conciso libro de Trujillo es un punto de partida. Empodera a los lectores con las herramientas y los recursos necesarios, y les indica la dirección de ministerios y organizaciones como New Ways Ministry, que tienen más recursos prácticos para cultivar un ministerio LGBTQ próspero. Católicos LGBTQ: una guía para el ministerio inclusivo es una lectura esencial para las personas que trabajan en dicho ministerio. Ciertamente, un libro como este me hubiera dado más confianza para comenzar mi propio grupo.
[Nota del editor: la Hna. Jeannine Gramick, cofundadora de New Ways Ministry, escribió el prólogo del libro].
Para obtener más información sobre los católicos LGBTQ: una guía para el ministerio inclusivo, haga clic aquí. Para leer las reflexiones anteriores de Yunuen sobre Bondings 2.0, haga clic aquí.
Miguel Ángel Mesa publica su poemario ‘debido’ en la editorial Punto Rojo Libros
‘Mujer que no poseeré jamás’: “He aquí un libro de poesías en el que la mujer es la protagonista”
En las páginas de este libro, Mujer que no poseeré jamás, se encuentran la mayoría de los poemas que he escrito en los últimos veinticinco años, aproximadamente, con el tema de la mujer de mar de fondo.
Era un trabajo pendiente que debía a la mujer, a las mujeres; mujeres concretas en la mayoría de los casos, que han sido para mí un motivo, un compromiso, un encuentro profundo y vital que me ha hecho crecer humanamente desde mi juventud.
Aunque en la actualidad haya crecido el grado de equidad entre hombres y mujeres, tanto en España como en otros países del mundo, sigue existiendo una sociedad muy machista, patriarcal, androcéntrica, que tiene grandes y graves problemas pendientes.
Desde los años ochenta del siglo pasado he ido analizando en profundidad esta realidad, con tantas diferencias, desigualdades, violencias, y buscando junto a muchas otras mujeres que la situación vaya cambiando, en especial, para las más vulnerables y desfavorecidas.
He crecido en conciencia feminista a lo largo de estos años. Pero ese crecimiento se ha dado, como decía al principio, principalmente en los encuentros. He dicho en multitud de ocasiones que siempre me he sentido “bendito entre las mujeres”. Mis amigas, en el día a día, mis compañeras de compromiso, luchas y esperanzas, en mi barrio de Canillejas, en Madrid y en otras partes del mundo han sido, cada una de ellas, una estrella, una luz, un abrazo, un impulso, para llegar a reconocer, a palpar, a animar y dejar salir el ánima, el lado femenino que existe en mí.
Por todo ello, he querido dedicar estos poemas, que son la mejor forma de expresión que tengo dentro de mí, a la “Mujer que no poseeré jamás”. Porque deseo caminar a su lado, no por delante. Porque no pretendo poseer, sino ayudar a que emprenda su propio vuelo. Porque tener un vínculo de amistad, de vida en común, no tiene que limitar la libertad, al contrario, debe abrir las puertas de la casa y del corazón para que cada uno crezca y se desarrolle personalmente, desde cualquier actividad y ambiente.
Solo así el amor será auténtico y, como escribo en mi primer poema, “lo invadirá todo”.
Por lo tanto, he aquí un libro de poesías en el que la mujer es la protagonista de cada una de ellas y yo, solamente, el feliz y fascinado compañero de andadura.
Miguel Ángel Mesa Bouzas (Autor), nació en 1959 en Madrid. Está casado y es padre de una hija y un hijo.
Su formación literaria es totalmente autodidacta. Muchos de sus artículos y poemas han ido apareciendo en distintas revistas, páginas web y en las redes sociales.
Su gran pasión y lo que más ha escrito es poesía. Ha publicado unos 20 libros desde 1995 en varias editoriales.
Detalles del Libro
ISBN/13: 9788419238474 Num. Páginas: 166 Tamaño: 150 X 210 mm Encuadernación: Tapa blanda con solapas Año de publicación: 2022 Categoría: POESÍA Editorial: Punto Rojo Libros S.L.
La Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales y más(FELGTBI+), ha dado a conocer, coincidiendo con el Día del Libro, las obras ganadoras del III Certamen Literario LGTBI+. Este año ha versado sobre la visibilidad del colectivo y ha tratado de reflejar las distintas realidades que alberga, con el objetivo de descubrir el talento literario de artistas que enmarcan sus obras en el contexto de la diversidad.
Esta tercera edición del certamen, puesto en marcha a través del grupo de trabajo de Cultura y desarrollado en el marco del festival La Culta 2022, ha contado con la participación de personas de varios países y ha logrado que se presenten más de 150 obras, entre las tres categorías. Para Noelia Herrero, coordinadora de cultura de la FELGTBI+, “el certamen va creciendo año a año, por eso son importantes más iniciativas de este tipo, en el que las personas LGTBI+ puedan expresar sus reivindicaciones, deseos, anhelos o miedos a través de la cultura.”
Dos meses ha sido el plazo que han tenido quienes han participado para presentar sus obras, siempre originales e inéditas, con la salvedad de que no pueden haber sido premiadas con anterioridad. La temática se ha focalizado en reflejar las realidades de las personas lesbianas, gais, trans, intersexuales y/o bisexuales, poniendo en valor la interseccionalidad del colectivo con otras diversidades. Miriam Guijarro, vocal de La Culta de la FELGTBI+ ha agradecido a las personas que han participado su tiempo y dedicación, y ha señalado que “es importante el crecimiento de obras llegadas desde Latinoamérica y de entornos rurales, lo que demuestra la necesidad de visibilización del colectivo LGTBI+, incluso en los lugares en los que puede haber, a priori, condiciones más adversas.”
Y así, en el silencio, viven infinitud de historias que esperan una oportunidad para ser contadas. Como ocurre con las terapias de conversión hacia las personas LGTBIQ+. Pero ¿existen en nuestro país? Y, sobre todo, ¿qué es lo que sucede en esas sesiones? ¿Es un mero acompañamiento, como sostiene la Iglesia Católica, o se trata de algo más? ¿Cómo se afronta una vida después de tanto tormento emocional?
Esta historia, sincera y cercana, recoge un testimonio de lo sucedido en aquellas supuestas sesiones de acompañamiento, presentando las experiencias y el desarrollo vital de uno de sus participantes, y, lo más importante, su posterior adaptación a un mundo nuevo, diferente a todo lo que había conocido antes.
«El miedo obliga al ocultamiento, persuade de guardar la historia en un cajón, a modificar la voz, la persona y el texto. […] Oh, ¡feliz culpa! es una reflexión honesta sobre la relación con los fantasmas, sobre cuánto puede llegar a determinar el daño y qué podemos hacer con él». Del prólogo de Víctor Mora.
Oh, feliz culpa! es la primera novela de Iván León, y es también el primer testimonio sobre las llamadas “terapias de conversión” que, dentro de la Iglesia Católica, se realizan a personas del colectivo LGTBI+. Este libro es una experiencia novelada, un relato del presente que expone hechos, situaciones y consecuencias que, erróneamente, muchos creen que forman parte únicamente del pasado. Hablamos con su autor.
– ¿Qué nos vamos a encontrar los lectores en ¡Oh, feliz culpa!?
Creo que una de las notas principales de este relato sería su normalidad. Y ese, precisamente, es su punto fuerte. Me explico. Cuando se habla de estos temas (terapias de conversión y cosas por el estilo) solemos pensar en cosas terriblemente obscenas: campamentos al estilo norteamericano, terapias de aversión de los años cincuenta y cosas así. Y es un error. A día de hoy estas cosas suceden entre bambalinas, discretamente. Son, en la mayoría de casos, machaques constantes, discursos funestos y una fuerte presión social. Por eso, creo que cualquiera que se acerque a este relato podrá comprobar como, sin apenas darse cuenta, ha ido introduciéndose en un bucle del que es difícil salir. Otra característica es que, partiendo de esa misma normalidad, genera una gran intimidad. ¿Quién no ha experimentado la incertidumbre en sus propias carnes? ¿O quién no se ha enfrentado a un cierto cuestionamiento? En ese sentido, creo que es fácil que haya una cierta empatía entre narrador y lector, lo que facilita mucho la tarea de inmersión. Y, por supuesto, eso mismo permite definir imágenes mucho más vivas para que también sea posible disfrutar del relato.
– ¿Qué te llevó a decidirte a escribir tu historia?
Supongo que el independizarme, en sentido amplio. El salir de casa me exponía a grandes preguntas. Ya no era un yo metido en una estructura, sino que me enfrentaba en soledad a un montón de experiencias nuevas.Necesitaba construir un relato que respondiese a quién era. Un relato que me permitiese tomar posesión de mí mismo y presentarme ante el mundo. Un relato sobre el cual poder edificar. Y eso pasaba por integrar algunas experiencias complejas. El escribir sobre esta etapa fue, por decirlo así, algo providencial. Durante una visita a la UCM, donde me formé, estuve charlando con un profesor y le comenté lo que me rondaba por la cabeza, las dudas sobre ese proceso de construcción de la identidad. Y su respuesta fue sencilla: “Escribe. Somos filólogos, ¿no? La formación que os proporcionamos no es únicamente académica, sino que podéis aprovecharla para vuestra vida.” Y realmente aquella conversación fue lo que, durante el confinamiento, me animó a escribir toda esta historia.
– ¿Cómo fue el proceso de escritura?
Terrible. Algo más en serio, diría que ha sido un proceso complejo, lleno de baches. Uno de los primeros problemas fue encontrar el tono adecuado. ¿Desafiante? ¿Lastimero? ¿Algo más neutro? Sin embargo, una tarde, durante una charla, se me ocurrió una idea sencilla: presentar mi experiencia subjetiva como una suerte monólogo interno. Algo así como permitir al lector acceder a mis vivencias, aunque con la distancia que proporciona la retórica. En términos algo más mundanos, hubo días y días. Algunos días fueron una auténtica catarsis y otros, simplemente, rellenar el espacio literario. Supongo que, para entendernos, debe ser similar al proceso de creación de una pintura: hay días que das vida a la figura principal y otros, te limitas a iluminar el fondo. En resumen, ha sido un proceso largo, aunque he contado siempre con ayuda y referentes.
– Hablas en varias ocasiones de la tentación de ceder al olvido, ¿crees que eso es posible? Creo que en tu novela hay un enlace muy bonito entre la historia personal y la memoria colectiva, sobre todo para quienes entendemos que la memoria es algo vivo, es decir, que afronta problemas y situaciones que aún están lejos de haber quedado atrás. ¿Qué piensas sobre este tema?
Olvidar. En cierto sentido, olvidar sería algo similar a negar. Negar un hecho o una experiencia concreta. Y negar no es más que una forma, respetable, de gestionar algún aspecto concreto de la realidad. Aquí que cada uno gestione como pueda, que bastante tenemos con lo que tenemos. Aunque creo que, en la medida de lo posible, hay que afrontar las experiencias vitales con cierta osadía. Tratando de hacerlas nuestras para poder sacar algún partido de ellas, si es que fuese posible. Y si no, para, al menos, poder revisitar aquellos lugares sin aquel terrible estrés que provoca el trauma. Por otra parte, creo que la relación entre el individuo y la colectividad es muy estrecha. Uno no puede ser si los demás no le ayudan a ser. Y, por supuesto, la colectividad no puede constituirse si cada uno de los individuos no se integran en ella. Hay que acabar con el mito del self-made-man, porque nos aísla y nos impide establecer vínculos de confianza y apoyo. Y, precisamente, sin estos vínculos, sin esta confianza, creo que nos veríamos abocados al desastre porque una de las principales estrategias de supervivencia siempre ha sido la comunicación de saberes. Algún humano comunicaba a otro tal o cual saber, o amenaza, y así el grupo podía valerse de ese conocimiento para sobrevivir. Creo que aquí ocurre algo similar: la experiencia personal de cada uno puede ayudarnos no sólo a constituirnos como colectividad, como sociedad, sino que además puede ayudarnos a desarrollar estrategias adaptadas a la realidad que se nos presenta.
– “Yo tampoco sé ser un hombre, pero ¿a quién le importa?” Cuánto pesan los estándares del género, cuánta violencia pueden crear… algunas ideas presentes en tu novela. ¿Es que lo hacemos mal, es que no lo somos, o es que nadie tiene la potestad de decir quién es qué salvo uno mismo?
Creo que habría que empezar por el principio y preguntarse qué es eso de ser un hombre. Porque dependiendo de quién plantee la pregunta, fijará un estándar u otro. Y, en cualquier caso, creo que ese estándar seguiría sin ser universalmente válido. Porque definir un ideal así resulta extremadamente complejo Algunos podrían apelar a los cánones y cosas así, pero, ¿a qué cánones nos apegamos? Porque hay tantos hombres como momentos históricos y grupos culturales, cada uno de los cuales tiene una pretensión de verdad y universalidad que resultan soeces en conjunto. Así que, ¿con qué hombre nos quedamos? En cualquier caso, creo que muchas veces es una obsesión social más que un problema real. Si uno es funcional y consigue articular un relato que le sirve para encarar la realidad, ¿cuál es el problema? Creo que la verdadera preocupación debería ser el poder construir relatos cercanos y prácticos y que tengan un gran potencial explicativo para la propia persona. Tratar de definir una masculinidad y una feminidad hegemónicas e inmutables me parece un burdo intento de categorizar y cauterizar la realidad para poder etiquetarla y hacerla manejable.
– “Aquel pasillo parecía no tener fin. Avanzaba penosamente, sin tener aún claro qué sucedería a continuación. Y, sobre todo, seguía sin tener la completa certeza de que aquello fuese a funcionar.” Así comienza “Vorágine”, la primera parte de tu libro, unas líneas que marcan el inicio de aquellos encuentros… desde el ahora, ¿qué te gustaría decirle a tu yo de ese entonces?
Creo que no sabría bien qué decirle. Seguramente lo mirase en silencio con cierta simpatía y lo dejase marchar. Aunque es probable que le viniese bien saber que, en realidad, todo va mucho menos en serio y mucho más en serio de lo que aparenta. Sería, simplemente, una cuestión de afinar la comprensión. Pero claro, eso es algo que te da el tiempo. Así que es normal que cometamos ciertos errores de ese tipo.
Os recomiendo este libro, breve pero enjundioso, que me está acompañando en la oración diaria en este período de Cuaresma… Muy recomendable.
Nuevo vademecum contemplativo para orar cada día de Cuaresma y Semana Santa.
Luis Fernando Crespo nos invita a orar y contemplar cada día de la Cuaresma y la Semana Santa. Partiendo de un epígrafe bíblico, despliega sus poéticas oraciones, acompañándolas de sugerentes fotografías para descubrir y encontrarse cada día con el Ecce homo, Cristo, el Dios hermano, el que grita en el pobre, el anciano, el niño vulnerable, el refugiado, el inmigrante, el preso… Todos somos ecce homo.
Luce López-Baralt.- El autor de ‘Orar y contemplar en Cuaresma. Ecce homo” nos convoca a una estremecida plegaria colectiva en su nuevo vademécum contemplativo, esta vez para la Cuaresma. Hay mucho de lectio divina en las viñetas en las que, abandonando su torrente de emociones a un libre fluir de conciencia, reflexiona de manera personalísima diversos epígrafes bíblicos. Las palabras giran centelleantes y son de una desnudez tal que casi nos avergüenza irrumpir en ellas con nuestra lectura. El marianista entrevera sus susurros confesionales a Dios de los versos sacros de Lope de Vega y fray Luis, pero, sobre todo, de los deliquios místicos de san Juan de la Cruz. No dudo en afirmar que de allí surge, inesperada, irrestañable, la más auténtica poesía; hay largas tiradas de versos que evocan la afasia verbal de George Herbert:
“Soledad, silencio, renuncia,
austeridad, compañía,
el sonido del universo, plenitud,
tu riqueza incomparable…” (p. 18)
Pero es san Juan quien mejor sustenta la inspiración de Luis Fernando:
“Llama de amor vivo.
Ahora. Consumido.
Estela de tu luz.
De amor herido”. (p. 14)
“…líbrame siempre de mí mismo, Señor,
hazme silencio de flores y esmeraldas”. (p. 28)
“…Señor, a zaga de tu huella,
sedienta de alcanzar la cueva del amado,
en púrpura tendido,
de esmaltes engarzado…”. (p. 52)
Como si no se atreviera a ejercer por sí solo de poeta, se hace acompañar de otras voces autorizadas, pero sospecho que algún día no muy lejano escucharemos los versos desnudos de Luis Fernando Crespo.
He dicho que el marianista no ora solo: su plegaria dinámica es una ciencia muy sabrosa que dialoga, libérrima, con imágenes, poemas y epígrafes cómplices. El conjunto inusitado sacude al lector porque lo persuade de una gran verdad: para un alma transparente, todo ora en el universo. Los poetas convocados a esta intensa plegaria fraterna –Vicente Gallego, Emily Dickinson, Juan Ramón Jiménez, Keats, Ángel Darío Carrero, entre otros– se tornan sagrados cuando nuestro autor, con sabia mano de Midas, los sumerge en su libro de oración.
Otro tanto las imágenes que acompañan su prosa poética: a veces, le completan su plegaria, o bien se la potencian, o bien nos dictan su propia historia. Estamos ante un inesperado koan que obliga al lector a bucear dentro de sí para encontrar su propia luz espiritual en medio del estallido de formas que constituye el libro. Una imagen, ya se sabe, vale más que mil palabras.
Un botón de muestra basta para entender la riqueza del recurso contemplativo: Luis Fernando ora en desnudez espiritual, y las imágenes de desnudos que adjunta afirman lo dicho. A menudo se trata de estatuas antiguas –incluso, orientales– que nos persuaden de que estamos ante una misma plegaria inmemorial. La desnudez deviene sagrada: queda “solo tu Palabra hecha carne”. En otra ocasión, el autor acompaña el epígrafe de Is 1,10; 16-20 (“aunque vuestros pecados sean como púrpura, blanquearán como nieve”), con la gráfica de un personaje cirquense vestido de escarlata; como si nos dijera que su pecado, por estridente que sea, también será sanado. En otro momento el epígrafe Sabiduría 2,12- 22 (“lleva una vida distinta de los demás”) queda ilustrado con un humilde acordeonista, que lleva el inesperado título sanjuanístico: “pájaro solitario”. Hasta los deambulantes son poesía y nos devuelven a Dios. De otra parte, el “tu est Petrus” fundacional se encarna en un humilde artesano –de seguro, de nuestra América amarga– que ofrece la delicada artesanía de una catedral tallada. Luis Fernando nos advierte con su koan que la Iglesia de Cristo es la Iglesia de los pobres. En otro momento, meditando sobre la tentación de Jesús en el desierto (Mc 1,12-15), el autor ofrece otra imagen gráfica desconcertante: un joven cabizbajo parecería mirar un paisaje tropical desde lo alto de una terraza. El título –”En el alero del templo”– nos convoca a otra lección generosa: cualquier lugar se erige en un templo para el alma despojada de todo en el desierto del mundo. Recordé una anécdota en la que preguntan a un contemplativo si no acudía al templo. A lo que terció sabiamente: “Es que siempre estoy en el templo”.
Este curioso libro cuaresmal no se centra en el Cristo sangrante y flagelado, sino en lo que de veras significa el Ecce homo. En la viñeta que lleva dicho título (p. 21), la imagen gráfica “Hijo de Dios” presenta un deambulante en cuclillas. Cristo es el pobre, el anciano, el destituido, el niño vulnerable, la mulata desolada que espera frente a un bar…, todos nuestros hermanos desvalidos que muestran su imagen lacerada como un grito silente frente al olvido. En este devocionario de hondísima cuaresma interior, Cristo es el Dios hermano. Suprema lección la de Luis Fernando: todos somos ecce homo.
El autor cierra su libro con dos imágenes: la anunciación a María, que nos evoca su aquiescencia total a la voluntad divina –“hágase en mí según tu palabra”–, junto a una antigua tabla de escritura con la pluma de ave y el tintero. Es como si el autor nos confesara calladamente que ha cumplido con la voluntad de Dios al ejercer su alta vocación de escritor.
Saludo la libertad espiritual de esta escritura encendida del poeta gráfico que es Luis Fernando Crespo y quedo a la espera de su próximo devocionario contemplativo.
Es el título de una novela de Amélie Nothomb, una escritora belga prolífica y bien considerada que ha quedado finalista en el último premio Goncourt, un hecho que sorprende porque tiene un tema religioso lo que suele influenciar en contra, aunque lo cierto es que literariamente tiene una factura espléndida.
La obra es pequeña poco más de 100 páginas, pero el intento no puede ser mayor ya que la escritora se mete en la piel de Jesucristo y con gran audacia nos ofrece sus pensamientos poco antes de su pasión. Es el monólogo psicológico de un hombre que se enfrenta a la muerte y que revisa todas sus relaciones humanas a la vez que disocia el alma y el cuerpo. Presenta dudas y debilidades, ama, sufre, sueña, siente la tentación… Es un Jesús humano, una característica que durante siglos había sido casi velada por su divinidad que le hacía ser más etéreo.
La autora conoce los evangelios, la tradición, la ley judía y nos cuenta una historia que todo el mundo conoce pero que pocas personas se han atrevido a ponerla en boca de Jesús, aunque todos sus seguidores hemos querido imaginar en muchas ocasiones lo que haría en nuestras circunstancias. Es un nuevo evangelio, el Evangelio de Jesucristo
Lo más curioso es que la novela empieza con el relato de las bodas de Caná, un episodio gozoso que posiblemente incluye para dulcificar las últimas horas de Jesús y porque anticipa las numerosas líneas de amor que aparecen en el libro. Los primeros personajes que aparecen son los beneficiarios de sus milagros que testifican en su contra dando fe de la ingratitud humana. A Judas lo mira con compasión y a María Magdalena la ama con pasión. Simón de Cirene y la Verónica son las únicas personas que le ayudan y las alaba por su valentía. Trata de entender a Judas. No soporta ver a su madre en esos momentos porque conoce su sufrimiento. Siente por los dos crucificados a su lado un impulso de acercamiento fraternal. La figura del Padre aparece en el trasfondo y Jesús se queja de que no conoce la creación que hizo. Está enfadado con su persona porque su amor por Dios tolera este tipo de sentimientos. La sed de la que habla el libro es fundamentalmente material, pero tiene también un componente espiritual.
Para muchas personas este libro es escandaloso porque Jesús ama a María Magdalena y se presenta con dudas y preguntas, pero la autora lo trata con deferencia y aunque su monólogo pueda resultar controvertido se puede leer como un ofrecimiento de nuevas pistas para intentar comprender a Jesucristo en nuestro mundo
“Para todo ese compromiso con los más vulnerables, con la justicia, ella encuentra en el cristianismo las palabras, el símbolo, el relato que le permite expresar lo que ya está viviendo”
“Fue una de las primeras que se atrevió a hablar, a criticar los dos totalitarismos; el de la Unión soviética y el del nazismo. Pero, sobre todo, a reflexionar qué tenían en común, cómo ambos deshumanizan a la persona y cómo a partir de la deshumanización de la persona se pueden cometer atrocidades”
“(hoy) La democracia parece más consolidada, pero aún así buscamos refugio en seguridades y en soluciones casi mágicas o mesiánicas porque, en el fondo, los totalitarismos no dejan de ser mesianismos”
“Hay un déficit de interioridad de nuestra sociedad; tenemos mucha tecnología y estamos ante las pantallas, pero cuando nos miramos interiormente es como si nos mirásemos la pantalla y lo que tenemos que ver en nosotros es una ventana”
“Leer a Simone Weil nos da un punto de esperanza en el futuro de la Humanidad”. Quien lo dice es uno de los mayores expertos en la figura de esta activista y pensadora de la primera mitad del siglo XX. Josep Otón acaba de presentar en Madrid ‘Simone Weil: el silencio de Dios‘ con Fragmenta.
“La gran aportación de Simone Weill es que es una activista política, una política sindical de nuestra justicia. Para entendernos, no vive recluida en el convento ni pertenece a una congregación que se dedica a no sé qué. Ella vive inmersa en este mundo político tan convulso y une lo que es su proceso interior, un proceso “místico” porque es misterioso, lo sincroniza, digamos, con el proceso social”, sostiene Otón, quien se muestra convencido de que, hoy, Weil estaría en Ucrania, “viendo que está pasando e intentando ayudar”.
-Sí, bueno, es un libro antiguo. Lo acabo de presentar, pero es un libro que escribí en catalán y tuvo mucho éxito. Y ahora, hemos hecho la versión en castellano, lo que me ha venido muy bien para rehacer el libro. Por tanto, es la versión actualizada y mejor que la que la original porque está actualizada y más trabajada; porque al traducirlo, no solo traduces, reescribes.
-Es como los que escribimos en papel con bolígrafo y la primera vez que lo pasamos al ordenador, ya estamos corrigiendo.
-Exacto.
-Vamos a comenzar por algo muy básico para los lectores no iniciados. ¿Quién es o quiénes son Simone Weil? ¿Cuántas Simone Weil hay?
-Qué pregunta más difícil. Simone Weil es un personaje interesantísimo de la primera mitad del siglo XX. Estudió con Simone de Beauvoir, la Simone de París. Simone de Beauvoir fue la ‘número dos’ de su promoción y Simone Weil la número uno. Pero Weil murió a los 34 años, con lo cual, la conocida es Simone de Beauvoir.
Weil es un personaje de primera línea desde el punto de vista intelectual y de compromiso social y político con el mundo obrero. Ella fue a trabajar a la fábrica y se convirtió en el antecedente de los curas obreros; para ellos, el diario de la fábrica de Simone Weil era un poco la guía. El catecismo. Fue la pionera en esta línea. Y luego, es una persona que viene un mundo agnóstico, ateo, de origen judío pero no practicante, y tiene varios encuentros con el catolicismo; en Portugal, en Asís, es Solesmes…, que le ayudan a articular su pensamiento y su acción. Es decir, para todo ese compromiso con los más vulnerables, con la justicia, ella encuentra en el cristianismo las palabras, el símbolo, el relato que le permite expresar lo que ya está viviendo.
-Se habla de varias Weils, del antes y el después. Ella estaba muy comprometida políticamente, pero cuando encuentra el cristianismo, sigue igual de comprometida. Utiliza las imágenes, que para nosotros son muy conocidas, y que descubre desde una supuesta ignorancia; desde no militar. Se fascina por el cristianismo.
Yo soy defensor de que no hay dos Weils, es la misma. Solo que hay un momento en que ella descubre el potencial del cristianismo para expresar lo que está viviendo.
-Como la vida de cada uno. No hay una conversión en sí, sino que es un proceso. No se cayó de un caballo.
-No. Pero sí se cayó de una manera articular. Yo creo que ella tenía muchos problemas para expresar lo que vivía, y el cristianismo le vino como anillo al dedo. Sobre todo, la figura de Jesús. Estaba en una procesión en Portugal y vio a gente muy pobre cantando a la Virgen de los Dolores. Dice, entonces:”me toca ser cristiana”, porque ella, una gran intelectual, en una manifestación de religiosidad popular siente. «Jesús muere como un esclavo, el cristianismo es una religión de los esclavos, los esclavos del siglo XX son los obreros. Yo soy obrera (porque ella estaba trabajando en una fábrica), el cristianismo es mi religión». Al revés que Nietzsche.
-Sí. El proceso contrario.
-Nietzsche dice que rechazamos el cristianismo porque es la religión de los esclavos. Y Simone piensa que precisamente por eso tiene valor. ¿Hay ahí una conversión? Pues, sí y no.
-En el caso de Jesús y de los pobres, es un proceso de revolución y de liberación. Y en el caso de Simon Weil, de los obreros. No es incompatible.
-Claro, es que los pobres del siglo XX viven en la Europa de la crisis de los años 30. Del paro, del trabajo a destajo, de la producción en cadena… Ella ve la película de Charles Chaplin, ‘Tiempos modernos’, y piensa: «esto es lo que me pasa a mí. Estamos allí poniendo un tornillo y no sabemos qué es lo que estamos fabricando. Esto es la esclavitud».
La esclavitud en el mundo capitalista y también en Rusia, donde igualmente los obreros están esclavizados aunque el propietario de la fábrica sea el Estado y no un burgués. Y por tanto, ella no encuentra referentes para entender esta opción por los vulnerables, por los pobres, o por los obreros; es igual. En cambio, el cristianismo le ofrece este relato y ella lo asume como propio.
-Simone asume ese relato en una época de cambios en lo político, en lo cultural y también del ascenso de las grandes ideologías que acaban provocando la Segunda Guerra Mundial; el nazismo por un lado, y como has comentado, en la Unión Soviética el ascenso de Stalin.
-Mi tesis doctoral fue sobre el totalitarismo en Simone Weil, de cómo entra en las entrañas de este régimen. Yo siempre digo que es precursora de Hannah Arendt. Algunas de las intuiciones de Hannah Arendt ya están en Simone Weil. Fue una de las primeras que se atrevió a hablar, a criticar los dos totalitarismos; el de la Unión soviética y el del nazismo. Pero, sobre todo, a reflexionar qué tenían en común, cómo ambos deshumanizan a la persona y cómo a partir de la deshumanización de la persona se pueden cometer atrocidades.
Ella no conoció Auschwitz, murió cuando se empezaba a oír sobre el holocausto. Pero ella intuyó esas estructuras y cómo como el ser humano se tiene que acoplar a ellas, a esa deshumanización, que es lo que vive en la fábrica; el paso previo a arrebatarle la dignidad a las personas.
-En esa época, como en la actual, decimos que los extremos se tocan. La ultraderecha y la ultraizquierda, los populismos de todo signo, tienen mucho más en común de lo que parece. Eso, que también pasaba entonces, parece que pasa hoy.
-Sí. Pero en esa época no se veía. Determinadas formas totalitarias tenían muchísimo prestigio en un lado y en otro.
-Claro. Y la democracia estaba mal vista porque no era eficaz para resolver los problemas. Y ella lo advierte en esos momentos, y advierte del peligro de la máquina. De convertir a la sociedad en un engranaje. En una maquinaria.
Lo advierte… La propaganda que hay hoy día, las fake news; ella ya lo advierte en la propaganda de los nazis. Ella estudia estos elementos. Por ejemplo, siendo judía va a Alemania cuando Hitler está en el poder para estudiar qué está pasando allí.
Viene a la Guerra Civil. Entra en Barcelona y está alucinada de ver la revolución, piensa: «esto es lo que he deseado toda mi vida. Esto va a ser con 1789, 1870, la Comuna de París… ahora sí que lo vamos a hacer bien. Y advierte, pero me sorprende ver chicos de 17 años con un fusil.» Es decir, ya intuía lo que luego vio Orwell.
Luego se fue al frente de Aragón, a Pina de Ebro. Ella trabajaba en la cocina, estaba con los milicianos, pero se iba a hablar con los campesinos y les pregunta qué vivís, cómo vivís, y le sorprendía que sus compañeros, que habían ido a liberar España, se hacían sus tertulias hablando de a quién hemos matado y a quién hemos dejado de matar y no se preocupaban de los que, teóricamente, iban a liberar.
-Todos iguales, pero algunos más iguales que otros.
-Exacto. Ella también es precursora de Orwell. De ‘Animal farm’ y de ‘1984‘. Tiene intuiciones en esa dirección porque lo vive en Alemania, lo vive aquí en la Guerra Civil o lo lee.
-¿Hemos aprendido algo, después de todo lo que nos contaron Simone Weil u Orwell. De tantos y tantos que nos advirtieron y de la propia realidad, o seguimos repitiendo los mismos errores tropezando en las mismas piedras?
-Yo creo que hemos aprendido mucho, pero a veces se nos olvida. Porque venimos otra vez de una crisis económica, de la crisis de la pandemia.
-Y tendemos a buscar seguridad y las seguridades no siempre son democráticas.
-Exacto. Entonces, buscamos seguridades y soluciones fáciles a problemas complejos. Yo creo que estamos en un periodo bastante similar, esperemos que no acabe igual. También tenemos un nivel de vida superior en comparación con la pobreza que había en los años 30, que era horrible. La democracia parece más consolidada, pero aún así buscamos refugio en seguridades y en soluciones casi mágicas o mesiánicas porque, en el fondo, los totalitarismos no dejan de ser mesianismos.
-¿Te has acordado de Weill esta últimas semanas, con lo que está sucediendo en Ucrania?
-Y tanto. Pienso que hoy, Weill estaría en Ucrania viendo qué está pasando e intentando aliviar. Ella era muy patosa, todo hay que decirlos, pero igual que vino a España iría allí, no sé a hacer qué. Pero no podría estar viviendo sin conocer directamente qué estaba pasando. Porque el problema que tenemos, es que no sabemos a ciencia cierta qué está pasando.
-Tenemos, supuestamente, más información que nunca o más acceso a la información que nunca, pero estamos totalmente desinformados por saturación…
-Estamos más saturados, y esta saturación nos insensibiliza. Hemos visto tantas fotos, tantas películas, que vemos el bombardeo de no sé dónde y ya nos parece una película. Entonces, por una parte, yo creo que sí tenemos conciencia pero, también, debemos tener en cuenta que estamos desinformados por saturación de información. Y de que los extremos también son peligrosos; hacer la división maniquea de ‘los malos son estos y estos los buenos’. Esto no es ser crítico. Hemos de atrevernos a la incertidumbre de la crítica.
-Sin embargo, en estas circunstancias, incluso estando en contra de la guerra, ¿cómo te posicionas ante un conflicto así?
-Qué difícil. En el caso de Weill, ella también tiene sus contradicciones y se arrepiente. Por ejemplo, cuando la Conferencia de Múnich, ella aplaudió el apaciguamiento. En realidad, dejaron que Hitler evolucionara. Y luego, años más tarde, dice “fui una insensata, estaba tan cansada que no pude pensar sobre eso, acogí la paz ingenuamente y ahora tenemos aquí al monstruo”. Claro, es muy difícil.
-¿Hay soluciones para esas diatribas? Porque, si no, las respuestas son las del populismo; las respuestas concretas, rápidas y activas, pero que nos llevan a no construir una sociedad en la que quepamos todos.
-Yo, lo que he encontrado en Weill es esperanza. Ella era un poco depresiva. Vivía en un ambiente horrible: una persona débil físicamente que trabaja en una fábrica, tenía migrañas, estaba siempre de baja por accidentes, la Guerra Civil… Y, bueno, todas las esperanzas que tenía en la liberación obrera se vinieron abajo. En cambio, en vez de ir a la pensamiento distópico de Orwell, por ejemplo, o de Huxley, ella está dentro del pensamiento utópico y coge un camino cristiano, que es la gracia, y habla mucho de la ‘pesanteur‘, que se traduce normalmente por la ‘gravedad‘, la ‘pesadumbre‘. Habla de la pesadumbre moral que nos arrastra y que no levantamos el vuelo. Pero que, en medio de todo hay el ‘milagro‘. El milagro de que en medio de ese infierno puede haber un poco de luz y esperanza. Ahí tenemos a Etti Hillesum, que ve esa lucecita en el barracón de Auschwitz.
Es decir, que sí, que parece que todo nos arrastra por la fuerza de la gravedad, por la pesadumbre, por la ‘pesanteur‘; que todos nos vamos a la distopía, a la sociedad de Orwell de ‘1984‘ con algún ribete de Huxley, de ‘Un mundo feliz, de entretenimiento.
Pero yo creo que ella nos habla de esa posible esperanza, de esa gracia, de eso que está fuera de nuestro control y que no responde a esa fuerza de la gravedad.
-Esa maravilla de sentir que por muy intelectual que seas, por mucho que hayamos potenciado las capacidades del ser humnao, siempre hya algo que no comprendemos y que también nos sorprende y nos ayuda a cambiar nuestra forma estar.
-Exacto, algo que se nos escapa; que la esperanza no está puesta en nuestras propias fuerzas. Esto, si lo entendemos desde el punto de vista cristiano, es evidente a lo que se refiere, pero ella que le da un sentido muy general. Es decir, encuentra en el mundo, en La Ilíada, apoyada en el pensamiento griego, este punto de humanidad que va en contra de este proceso de deshumanización.
Yo pienso que por eso hay que leerla, para para tener esperanza a pesar de lo que estamos viendo. Leerla a ella, o leer a Etti Hillesum, nos da ese de punto de esperanza en la humanidad. Que a pesar de ser real la fuerza de la ‘pesanteur‘, de la pesadumbre, de esta caída en la que nos precipitamos, de esta mecanización de nuestras relaciones, hay un punto de esperanza.
Ella dice que la persona es sagrada. Y no hay que justificarlo. Es sagrada porque sí, es un derecho sagrado e indiscutible.
-Estamos terminando, pero en la otra pata del título se lee: ‘el silencio de Dios’. Hemos oído hablar de ello en muchas místicas, incluso santas y santos de nuestra época. Teresa de Calcuta, sin ir más lejos. ¿Qué es ese ‘silencio de Dios‘ para una persona como Simone Weill que afronta esa visión de los religiosos?
-La gran aportación de Simone Weill es que es una activista política, una política sindical de nuestra justicia. Para entendernos, no vive recluida en el convento ni pertenece a una congregación que se dedica a no sé qué. Ella vive inmersa en este mundo político tan convulso y une lo que es su proceso interior, un proceso “místico” porque es misterioso, lo sincroniza, digamos, con el proceso social. Con lo cual, ella vive los embites de este proceso social, de este silencio de Auschwitz, cuando vemos cómo el mal vence de esa manera. Cuando ve en el 43 que Europa está siendo invadida, cuando ve que el mal toma las riendas de la historia y “Dios calla”. Es un silencio que no sabemos por qué pasa. Y esto puede pasar tanto con hechos históricos o con la vida cotidiana.
Pero ella sincroniza los dos procesos, su proceso interior es un reflejo de lo que vive el mundo y, a su vez, este proceso interior, como Etti Hillesum o como Edith Stein, le ayuda a iluminar ese proceso histórico. En medio de esa oscuridad, ella vive su propia oscuridad, su propia noche espiritual. Y lo asocia al mito de la caverna de Platón, que eso es muy interesante, cómo lo relaciona.
Ella vive este proceso interior de oscuridad de noche, de tinieblas, y allí encuentra la luz para iluminar el “proceso” político, social, la sociedad de su entorno y busca en su propio interior, como Hillesum o Stein, motivos de esperanza; la gracia, que ella dice, para el exterior. Que no es sólo un proceso de santidad personal, que tantos místicos nos han explicado, y que si vemos a fondo, es lo mismo que esa salud interior que tiene, en medio de la oscuridad, Teresa de Calcuta, y que generan bien. Pues Weil, de una manera especial, con esta vocación política que tiene, nos permite unir los dos elementos. Y unir esa experiencia interior que tiene con el encuentro y también con la ausencia de Dios, para dar luz a ese silencio de Dios de algo como Auschwitz.
-Para terminar, ¿por qué deberían comprar y leer este libro?
-Por muchos motivos. Uno, porque Weil es un personaje imprescindible que nos puede iluminar muchísimo en estos momentos.
Nos ilumina en nuestro proceso interior. Yo creo que hay un déficit de interioridad de nuestra sociedad; tenemos mucha tecnología y estamos ante las pantallas, pero cuando nos miramos interiormente es como si nos mirásemos la pantalla y lo que tenemos que ver en nosotros es una ventana. Por tanto, es maestra de interioridad, es maestra del proceso espiritual. Y también nos enseña, a través de esta ventana interior, a mirar el mundo de una manera diferente y a percibir la necesidad que en este mundo hay de compasión, de gracia, de perdón, de hacer un mundo diferente que no nos deshumanice.
Simone Weil nos puede aportar estas claves y este es un libro que, para los que no han leído nunca a Weil, es una introducción. Y para los que la han leído, aporta muchos datos; hay una tesis doctoral detrás. Es un libro pensado para leerse con facilidad, pero estructurado y documentado para dar el fondo del pensamiento de esta autora tan original y que nos interpela, sobre todo en estos momentos.
–‘Simone Weil: el silencio de Dios’, publicado por Fragmenta Editorial y magníficamente editado. Josep Otón, gracias por la conversación, gracias por el libro. Y a vosotros, lectores, os recomendamos que lo compréis y que lo leáis.
Tras la evacuación de afganos de Kabul, estadounidenses de todas las procedencias, sectores y políticas se movilizaron ante el reto de ayudarles a reubicarse. Hemos visto una rápida respuesta para apoyar a los refugiados ucranianos y a las personas que huyen de la persecución, pero ninguna respuesta sobre cómo apoyar a los refugiados LGTBI+ en Ucrania, ahora entrelazados con la guerra.
La Unión Europea ha accedido abiertamente a abrir sus puertas a los ucranianos que huyen de la persecución debido a la reciente crisis, pero no se ha tomado ninguna medida para proteger a los refugiados que huyeron de África, Chechenia en Rusia y los países vecinos a Ucrania como resultado de la legislación anti-LGTBI+ en sus países antes de que comenzara la crisis. Estas personas no tienen identificación para cruzar la frontera ucraniana hacia Polonia y otros países de la UE.
En agosto de 2021, durante la evacuación de afganos de Kabul, el gobierno del Reino Unido consiguió poner a salvo a 29 hombres homosexuales en un avión. No hemos visto una respuesta de los grupos LGTBI+ de Estados Unidos para apoyar a las personas refugiadas LGTBI, y muchas personas han dicho que no saben a quién dirigirse cuando se trata de cuestiones relacionadas con las personas desplazadas LGTBI.
Hemos visto mucha desinformación sobre dónde contribuir y cómo apoyar a las personas LGTBI+ en Ucrania, pero en este momento no hay ningún esfuerzo humanitario de los grupos LGTBI+ que hayan recogido donaciones para apoyar a las personas LGTBI+ en Ucrania. La crisis no sólo afecta a las personas LGTQ+ de Ucrania, sino también a las madres, a los niños con cáncer y a otras personas que luchan por sus queridas vidas. Tenemos que enviar todo nuestro apoyo a la ayuda humanitaria ahora mismo y pedir al gobierno de Estados Unidos que proporcione refugio a las personas refugiadas en Ucrania cuya búsqueda de seguridad les llevó al país, ahora devastado por la guerra.
Para crear un sistema de apoyo a los desplazados LGTQ+, yo y un grupo de voluntarias hemos creado la primera entidad nacional LGTQ+ dedicada a los desplazados LGTQ+. Nos hemos propuesto “fortalecer a Estados Unidos como lugar de acogida para los desplazados LGTBI”.
Estados Unidos tiene una larga y complicada tradición de ofrecer refugio y acoger a personas que huyen de la persecución. Cuando unos pocos miles de personas llegan a nuestro país, no tenemos ningún sistema para proteger a las personas vulnerables que buscan protección. Al mismo tiempo que pedimos la extracción de estas personas refugiadas a Estados Unidos, tenemos que construir un país acogedor para ellas.
Las personas trans, negras y morenas LGTBI+ siguen siendo detenidas al llegar a suelo estadounidense, lo que agrava sus problemas de salud mental y física. La principal causa de muerte en los centros de detención es la falta de acceso a los servicios sanitarios. Queremos cambiar el panorama de lo que significa ser una persona LGTBI+ y una ciudadanía global.
La comunidad LGTQ+ de Estados Unidos se enfrenta a grandes adversidades en su propio territorio, con el proyecto de ley “no digas gay” en Florida y los proyectos de ley antitrans en todo el país, pero podemos caminar y mascar chicle al mismo tiempo. Tenemos la misión de redefinir lo que significa ser una ciudadanía LGTBI+ con conciencia social, centrada en lo global y orientada a lo local.
Queremos proporcionar el hogar y el apoyo que yo y tantos otros no tuvimos cuando llegamos a Estados Unidos. Queremos crear un sentimiento de esperanza para que los miembros de la comunidad LGTQ+ que experimentan el desplazamiento miren a Estados Unidos como un lugar de acogida. Ser una voz que les diga: “Bienvenidos a vuestro nuevo hogar”.
New Ways Ministry se complace en anunciar la publicación de esta nueva biografía escrita por su director ejecutivo, Francis DeBernardo, y publicada por Liturgical Press, una importante editorial católica.
El libro, titulado Mychal Judge: ‘Take Me Where You Want Me to Go, (‘Mychal Judge: ‘Llévame a donde quieras que vaya’), relata la vida de este dinámico sacerdote que llamó la atención del mundo cuando murió en el ataque al World Trade Center el 11 de septiembre mientras ministraba como el Capellán del Departamento de Bomberos de la ciudad de Nueva York. Después de su muerte, su identidad como sacerdote gay se hizo pública, al igual que sus ministerios para la comunidad LGBTQ, las personas con VIH/SIDA, las personas sin hogar y muchos otros.
Esta nueva biografía examina las influencias espirituales que dieron forma al p. Los ministerios únicos de Judge: su educación irlandesa-estadounidense, su comunidad franciscana, su recuperación del alcoholismo, su amor por la ciudad de Nueva York y, por supuesto, su identidad gay.
En la página web de Liturgical Press para el libro, el p. James Martin, S.J., dijo que la vida del p. Judge “nos muestra, como si necesitáramos más garantías, que puedes ser alegre y santo”.
Además, la hermana Simone Campbell, SSS, escribió: “Fr. Mychal Judge se hizo mundialmente famoso el 11 de septiembre de 2001, a través de una icónica foto que simbolizaba el horror de ese día. Este libro es la historia del franciscano compasivo y de corazón generoso. fraile detrás de la foto. Es lo que necesitamos en un momento de división para renovar nuestros propios caminos hacia la comunidad”.
El padre Daniel P. Horan, OFM, columnista de The National Catholic Reporter dijo: “Este libro ofrece a los lectores una ventana a la vida, la mente y, lo que es más conmovedor, el corazón del padre Mychal Judge. Francis DeBernardo comparte la historia muy humana de un hombre muy santo cuyas luchas y desafíos fueron tan significativos en su camino cristiano como cualquier éxito o logro”.
Liturgical Press ofrece un 20% de descuento en pedidos anticipados del libro, que se lanzará a fines de marzo. Para realizar su pedido, haga clic aquí y presione el botón rojo “Pedido anticipado” en el lado derecho de la página. El código de descuento es JUDGE20 y estará disponible hasta el 29 de abril de 2022. Si desea realizar un pedido por teléfono, llame alcall 1-800-858-5450, y asegúrese de proporcionar el código de descuento.
Mychal Judge: ‘Llévame a donde quieras que vaya’ es un libro inspirador que te hará sentir orgulloso de ser parte de la comunidad católica LGBTQ y aliada.
—Hermana Jeannine Gramick, SL, New Ways Ministry, 25 de febrero de 2022
Juana de Arco, Malinche, Sofonisba Anguissola, Mary Wollstonecraft, Victoria Kent, Jane Austen, Marie Curie, Simone Weil o Rosa Parks también estuvieron ahí. Con brillantez y elegancia, Cristina Oñoro construye un fascinante relato que desmonta las narraciones sobre la humanidad y derriba los discursos misóginos heredados.
A partir de una maravillosa red de conexiones entre experiencias femeninas, Cristina Oñoro cuenta otra historia del mundo, empleando para ello un sinfín de detalles memorables y anécdotas curiosas, así como los últimos avances de la investigación especializada sobre sus protagonistas. Las que faltaban recorre con rigor algunos momentos históricos cargados de significado, desde la oscuridad de las cavernas prehistóricas hasta la Guerra de Afganistán, pero también de la literatura, el arte, la filosofía y la ciencia para tratar de iluminar, con notables dosis de ironía y erudición, las zonas de sombra en las que se ha relegado a las mujeres. El resultado es una nueva épica, atrevida y poderosa, que desmitifica la construcción heroica y violenta del pasado en favor de una visión del mundo profundamente relacional y abierta a lo posible.
De la mano de la autora, el lector descubrirá a las amigas de Juana de Arco, se reirá con las confusiones lingüísticas entre Malinche y Hernán Cortés durante la Conquista y se asombrará ante los malabares de los Curie para lograr cierta conciliación familiar y que Marie también pudiera quedarse en el laboratorio hasta tarde. Sin caer en la tentación de presentar a sus protagonistas como excepciones, Las que faltaban traza una auténtica genealogía y en sus páginas vemos desfilar a muchas otras mujeres, como las comadronas del mundo clásico, la hija de Cleopatra, la escritora Christine de Pizan, las damas de la corte de Isabelle de Valois, Mary Shelley y Cassandra Austen, las alumnas de la Residencia de Señoritas de Madrid, las activistas Gloria Steinem y Dorothy Pitman Hughes o escritoras chicanas como Gloria Anzaldúa. Las incisivas observaciones de Virginia Woolf, así como una amplia selección de imágenes, acompañan la lectura del libro, en el que también se recorre de forma sutil la historia del pensamiento feminista.
Ficha Técnica
ISBN: 9788430624416 Fecha de edición: 2022 Idioma:Castellano Encuadernación: Rústica Dimensiones: 16 cm x 24 cm Nº páginas: 495 Materias: Ensayo / Feminismo & Género /
El autor aborda la propuesta evangelizadora de los relatos pascuales desde tres perspectivas básicas, que ayudan a comprenderlos
Un manual para leer y comprender el significado teológico de la Resurrección y una interpretación propia e interpelante desde una perspectiva latinoamericana con propuestas de trabajo para grupos de catequesis
Armando Noguez (Jilotepec, México, 1950) estudió Teología en la Universidad Gregoriana y se licenció en Ciencias Bíblicas en el Pontificio Instituto Bíblico de Roma. Actualmente es profesor de Sagrada Escritura
Narracionesque organizan los acontecimientos de la Pascua en una trama con su marco narrativo y sus personajes, para despertar el interés e interpelar al auditorio.
Interpretaciones de la historia pascual de los discípulos de Jesús, y de los textos que elaboraron, para proponer el sentido teológico de sus experiencias con el Resucitado.
Mensaje evangelizador dirigido a las comunidades cristianas para animar y orientar su vida con la buena noticia de que Jesús resucitó, afrontando los desafíos de su propio contexto. Con esta herramienta de estudio, los grupos cristianos podrán ayudarse a profundizar su fe y motivarse a seguir el camino de Jesús que pasó por la cruz, pero que culminó con su resurrección.
Armando Noguez Alcántara (Jilotepec, México, 1950) estudió Teología en la Universidad Gregoriana y se licenció en Ciencias Bíblicas en el Pontificio Instituto Bíblico de Roma.
Actualmente es profesor de Sagrada Escritura en el Instituto de Formación Teológica Intercongregacional de México (Iftim), en la Universidad Iberoamericana (Uia) y en el Instituto de Formación Bíblica de la Arquidiócesis de Los Ángeles.
La Cruz’ inaugura la colección Ruaj de la editorial San Pablo
Gabriel Mª Otalora, asiduo colaborador en Religión Digital, publica un nuevo libro en el que reflexiona sobre el sufrimiento y el amor ligados a la cruz cristiana. ‘La Cruz’, editado por San Pablo
Hemos hablado con él sobre la Cruz y la Buena Noticia, que él define como un oxímoron aparente. Un signo que ha quedado ligado al mensaje cristiano. Expresa contradicción, amor, esperanza con fe
“La Cruz cristiana es el camino que hay que aceptar para nuestra mejora personal en la apuesta por el prójimo, sobre todo el más necesitado, afirma el autor
“Nadie quiere sufrir y es comprensible el rechazo a la Cruz…. Pero, en realidad, el rechazo de fondo es a Cristo crucificado y su exigente y liberador mensaje”
“Más allá de la cruz hay un Plan, tiene su reverso de luz ya aquí, en este mundo: amar transforma al que ama. Solo los humanos podemos convertir la creación en armonía espiritual, belleza y arte”
El libro incluye presentación y epílogo de Xabier Pikaza
| Álvaro Santos (SP)
Gabriel Mª Otalora, laico de la diócesis de Bilbao, asiduo colaborador en prensa escrita y portales digitales como Fe adulta, Redes cristianas y Religión Digital y autor de libros como La revolución pendiente (en la colección Qué Iglesia), publica un nuevo libro en el que reflexiona sobre el sufrimiento y el amor ligados a la cruz cristiana. Hemos hablado con él sobre la Cruz y la Buena Noticia, que él define como un oxímoron aparente. «La Cruz cristiana –explica– es sinónimo de amor verdadero».
¿Qué expresa la Cruz?
Es un signo que ha quedado ligado al mensaje cristiano. Expresa contradicción, amor, esperanza desde una manera nueva de ver la existencia que se va descubriendo desde la entrega personal, aquí y ahora, con fe, no desde las certezas y seguridades. Con todo, no es posible aprehender el Misterio del Crucificado en este mundo; todo lo más vivirlo desde el amor.
Forma parte del lenguaje simbólico cuando decimos que «nos abrazamos a la Cruz liberadora de Cristo». No hablamos de cualquier cruz, sino de Jesús de Nazaret crucificado. La Cruz es también un símbolo del mal uso de la libertad en forma de odio, de insolidaridad y destrucción que hemos generado en el mundo.
Los cristianos, ¿la hemos malinterpretado o le hemos dado demasiado protagonismo en algún momento?
Es muy posible… Ahí están las procesiones de Semana Santa, donde el sufrimiento tiene mucho más protagonismo que la Resurrección, que es lo que da sentido a todo lo demás. Jesús nos dice: el que quiera seguirme, niéguese a sí mismo, tome su Cruz y me siga (Mt 16, 21-27). Esta llamada es posible entenderla solo desde el contexto general de todo el Evangelio que tampoco significa legitimar las cargas religiosas que agobian el alma (Mt 11, 29) y fomentan el miedo impidiendo la paz auténtica que viene de Dios.
Junto a la cruz que se deriva de la existencia imperfecta y finita, incluidas nuestras carencias capitales: envidias, egoísmos de todo tipo, codicias, venganzas, calumnias… coexiste la Cruz genuinamente cristiana: Jesús nos pide, por una parte, evangelizar a base de quitar o aliviar las cruces de los demás; ofrezco consuelo, soy compasivo y misericordioso, me pongo de parte del débil, no soy indiferente a las injusticias, perdono de corazón, me implico con amor aun a costa de mi comodidad o seguridad. Trabajarnos nuestras actitudes con humildad para convertirnos en luz para otros, más allá de la filantropía.
La Cruz cristiana, que para nada es abandonarnos en nuestros sufrimientos, sino trabajar para salir de ellos confiadamente en Dios. Tomar la Cruz de Cristo es aceptar con humildad lo que no podemos cambiar sin perder de vista los dones recibidos con actitud agradecida. Reconozcámoslo, es más fácil hacer sacrificios con privaciones, aunque sean radicales, que ejercitarnos en el verdadero amor al prójimo, que es la única cruz querida por Dios. Los mártires lo son contra su voluntad, no lo olvidemos.
«Abrazar la cruz», «tomar la cruz», «aceptar la cruz»… ¿A qué nos lleva, a dónde nos conduce la Cruz?
A ser la mejor posibilidad de cada uno, pero, atención, siempre que sea una consecuencia de una entrega de amor. De la misma manera que un montañero escala cimas con muchas privaciones, esfuerzos e incomodidades, a veces llenas de peligros, y lo hace por la satisfacción de plenitud que supone el reto de hollar las cimas y disfrutar de la naturaleza, la Cruz cristiana es el camino que hay que aceptar para nuestra mejora personal en la apuesta por el prójimo, sobre todo el más necesitado.
¿Por qué se da también el rechazo, la persecución, la destrucción de la Cruz?
Nadie quiere sufrir y es comprensible el rechazo a la Cruz…. Pero, en realidad, el rechazo de fondo es a Cristo crucificado y su exigente y liberador mensaje. Me viene a la cabeza el pueblo elegido cuando añoraba la esclavitud de Egipto al experimentar que la libertad y la felicidad exigen una actitud muy concreta fuera de la zona de confort. Y eso no nos excluye a los seguidores de Cristo quienes, a la postre, fueron los suyos quienes urdieron un plan criminal para desacreditar y matar a Jesús y a su mensaje; los suyos no le recibieron…
Pedro Casaldáliga lo resume muy bien: Jesús llegó a la cruz por asumir las consecuencias de un determinado modo de vivir. Jesús murió como murió, porque vivió como vivió.
Ante el dolor, ante la cruz, mucha gente se pregunta por qué Dios permite el sufrimiento. ¿Cuál es la respuesta ante esta pregunta?
Decía el Premio Nobel de Medicina Alexis Carrel que no hemos venido a entender, sino a amar… Lo cierto es que nadie ha explicado la razón del dolor y el sufrimiento, más allá de una consecuencia de nuestra limitación e imperfección. Lo cierto es que alcanzar determinado estadio de madurez y de serenidad solo es posible por medio de la superación de las dificultades, que no se pueden soslayar. A todos nos tienta lo fácil pero detrás de la vida muelle no hay superación ni crecimiento; tampoco es posible un verdadero disfrute de la existencia. Las personas que experimentan la vida como algo hermoso, no es por la ausencia de dificultades.
Para ser felices hay que recorrer el camino de Jesús en nuestras cruces diarias. Esto no explica el dolor directamente, pero muestra el sendero –estrecho– de la verdadera vida buena que nunca llegará a entenderse por la constatación empírica, el razonamiento ni por darle rienda suelta a nuestros limitados sentidos.
Háblenos del reverso de luz de la Cruz. En su libro afirma que «el Evangelio es un tratado de cómo actuar en la vida, más que cualquier otra cosa, a partir de resaltar el amor que Dios nos tiene». ¿Confundimos el amor con la cruz?
En cualquier caso, Dios no es agente del dolor ni de sufrimiento. Efectivamente, el Evangelio es una buena noticia, un tratado de la mejor vida posible. La buena noticia no es que Jesús fuese a la cruz como el destino querido; aquello fue una consecuencia del rechazo humano del que no huyó, empezando por los expertos en la Ley de Dios. Pero todo no acabó en la cruz, sino en la Resurrección, por puro amor; esto es lo esencial de nuestra fe.
Más allá de la cruz hay un Plan, ella no es el fundamento ni el final del camino cristiano, solo es la parte insoslayable en el recorrido de la vida a causa de nuestra limitación humana. Pero tiene su reverso de luz ya aquí, en este mundo: amar transforma al que ama. Muchos científicos clásicos y contemporáneos nos invitan a pensar que las Leyes Naturales son el punto de unión entre Dios y el mundo. Como dijo Lee Krasner, exponente del expresionismo abstracto, la evolución, el crecimiento y el cambio continúan. Todo se recrea, el amor no caduca.
Lo fascinante es que nuestro planeta es un hábitat lleno de belleza capaz de solazar nuestros sentidos, conmovernos y cuyas leyes nos permiten sobrevivir; un paraíso que parecía diseñado para su disfrute. Y esto es algo asombroso, porque el único objeto de la belleza es provocar fascinación y creación artística; no tiene sentido sin un sujeto capaz de apreciarla. En realidad, nadie ni nada sobra. Solo los humanos podemos convertir la creación en armonía espiritual, belleza y arte. La cruz, en fin, no es la protagonista principal, solo el Amor con sus dones.
¿Cómo valora la aportación de Xabier Pikaza a su libro?
Con enorme agradecimiento, tanto por su actitud muy generosa para conmigo como por el contenido teológico de su reflexión que refuerza el objetivo de este libro. Mil gracias siempre por su interés, su aportación y su tiempo.
¿Desea añadir algo más?
La Cruz es paradójica, la alegría y la felicidad cristianas son paradójicas. Jesús llama felices y bienaventurados a personas que la lógica social llamaría desafortunados.Entre tantos dolores y miedos, si hubiera que desentrañar el aparente oxímoron «Cruz-Buena noticia», diría que la Cruz cristiana es sinónimo de amor verdadero. La Buena Noticia es que Dios no es solamente el Dios de los justos, sino que es también el Dios de los que sufren. Entiendo que solo desde aquí se puede interpretar conceptos como «redención», «salvación», «expiación de los pecados»… que a veces se exponen tan doctrinariamente que acaban ocultando lo esencial: la gratuidad de todo lo bueno y la necesidad de dejarnos transformar por el Espíritu aunque sea entre situaciones bien amargas.
Jesús marcó el camino como uno de nosotros… No se nos pide que seamos exitosos, sino fecundos; sembradores, no necesariamente recolectores.
El libro, Blessed Parents: Experiences of Catholic Parents with Lesbian and Gay Children, (Padres Benditos: Experiencias de Padres Católicos con Niños Lesbianas y Gays), fue publicado en inglés por New Ways Ministry. Es una antología de historias de padres sobre tener familias arcoíris. Publicado originalmente en 2019 por el grupo LGBTQ italiano Tenda di Gionata, luego se compartió con el Papa Francisco en 2020. El grupo italiano solicitó al Ministerio New Ways que produjera una versión en inglés.
Aunque todas las historias fueron escritas por italianos, reflejan las mismas preocupaciones, preguntas, miedos, coraje, esperanza, fe y amor que tantos padres católicos de personas LGBTQ en todo el mundo experimentan en sus viajes. A través de diferentes culturas con diferentes costumbres, lo que brilla a través de estas historias es el amor universal que todos los padres tienen por sus hijos y también su compromiso de construir una iglesia inclusiva.
La versión en inglés tiene una introducción del director ejecutivo del Ministerio New Ways, Francis DeBernardo, y un epílogo de la hermana Jeannine Gramick, cofundadora de New Ways. También incluye una lista de recursos impresos, web y de video para familias católicas con miembros LGBTQ.
En 2020, una de las autoras, Mara Grassi, que tiene un hijo homosexual y es vicepresidenta de la Tenda di Gionata, entregó al Papa la copia italiana del libro durante una audiencia privada. El otoño pasado, en 2021, Grassi dio un discurso sobre la experiencia de conocer a Francisco y lo que significó ese encuentro para los padres involucrados con Tenda di Gionata.
Explicó que el grupo había pedido participar en una audiencia papal y había recibido una invitación inmediata, aunque la audiencia real se retrasaría debido a la pandemia. Grassi lo dejó claro desde el principio: “se buscaba nuestra presencia”. Ella describió además el encuentro:
“Y esto me dijo el Papa: ‘Todos son hijos de Dios, tal como son’ y abrazándome, abrazó a las madres de Mestre que poco antes le habían gritado: ‘Papa Francisco, acuérdate de nosotros, somos padres de niños [LGBT]. Nuestros hijos necesitan tu abrazo’.
“Se detuvo ante esos gritos y dio su bendición. Como Dea y Stefano, padres de Roma que estaban presentes…, escribieron: ‘Después de años de desconcierto, dolor y vergüenza, esos padres estaban allí gritando, en una plaza llena de gente, sin esconderse más, orgullosos de sus hijos e hijas’.
“Cuando vino a mí. . .Le dije que el regalo era precisamente este nuevo lente que nos hacía ver en nuestros niños LGBT la sabiduría y la bondad de Dios.
“Pero, añadí, también era necesario que la Iglesia cambiara de mirada. Mientras yo hablaba [Francisco] me dijo: ‘Lo hace, lo hace’. Y me repitió, articulando claramente las palabras: ‘Todo hombre y toda mujer son hijos de Dios y Dios los ama y la Iglesia debe amar a todo hombre y a toda mujer’”.
El Papa Francisco con la vicepresidenta de La Tenda di Gionata, Mara Grassi
El impacto de este encuentro con el Papa Francisco fue profundo para los padres. Grassi declaró en su discurso de 2021:
“Comprendimos que no solo teníamos que soñar con una Iglesia diferente, como había escrito el Papa, sino que estábamos dispuestos a gastar todo de nosotros mismos para que se hiciera realidad una Iglesia en la que es posible pasar del paradigma de del pecado al del camino, del paradigma de la ley al de la persona”.
Expresó su compromiso ahora con el Sínodo sobre la Sinodalidad como parte del trabajo de los padres, diciendo que “harán todo lo posible para que nuestras voces se escuchen, en las parroquias, en las diócesis, en los grupos sinodales, para que las palabras que el el Papa me dijo que se hiciera realidad”.
Ya sea que sea padre o no, encontrará abundante información e inspiración en las páginas de los Padres Benditos, leyendo las palabras de Mara Grassi y muchos otros autores maravillosos.
Copias de Padres Benditos están disponibles a través del sitio web del Ministerio New Ways. Si desea obtener más información sobre el libro o solicitar su copia ahora, haga clic aquí.
—Robert Shine (él/él), New Ways Ministry, 29 de enero de 2022
“Mírame en ellos y vive cerca de ellos, perdido en Dios”
Aún no está en las estanterías de las librerías y ya está seduciendo y provocando, yo he sentido necesidad de contarlo e invitar a que lo esperéis y lo demandéis. Un modo de contemplar y adentrarse en el hermano Foucauld que marca líneas y sugerencias de espiritualidad contemplativa y encarnada para el hombre de hoy. El dirección de la fraternidad universal y en la invitación a profundizar para poder creer como cada uno estamos llamados, desde nuestras imperfecciones y desde nuestras sombras, a ser hermanos universales. Muy apropiado con la celebración última de la Navidad, en el bautismo del Hijo que nos hace hermanos.
| José Moreno Losada
Libro tan propio como novedoso, búscalo
Aún no está en las librerías y no puedo callarme más. He leído un libro nuevo sobre Carlos de Foucauld y certifico que viene con novedad auténtica. Hace unos meses tuve la oportunidad de compartir momentos agradables con Margarita Saldaña Mostajo, a cuentas de su libro, sobre san José, editado en Sal Terrae, que presentamos en la ciudad de Badajoz. Un libro que me atrajo por presentar de un modo tan fecundo y entrañable el silencio creativo de José, esa teología del silencio de lo cotidiano, del quehacer profundo de un vivir entregado que rompe límites en el mayor de los anonimatos colaborando con Dios en la historia de la salvación. Ahí me hizo entrega la autora de su trabajo de licenciatura publicado con el título “Rutina habitada” que voy recorriendo con parsimonia reflexiva acorde a su trabajo, laboriosidad y estructura teológica de una realidad bien oculta por desconocida como es la vida de Jesús en Nazaret. No deja de ser sorprendente la grandeza de la cotidianeidad creyente que se encierra en la vida oculta de Jesús.
En esa lectura andaba, cuando a través de Isabel Lara –amiga entrañable y regalo divino en este tiempo en nuestra parroquia- hermana de comunidad de la autora, me llega como regalo de adviento preñado, en cercanía a la Navidad, como luz adelantada de Epifanía, un ejemplar de un libro tesoro: “El hermano inacabado. Carlos de Foucauld”, de Margarita Saldaña prologado por Mariola López Villanueva.
Hoy me he acercado a la librería para pedir ejemplares y poder hacerlos llegar a personas que lo van a recibir como agua de mayo, pero aún no están a la venta. Será lanzado en enero. Llego a casa y me pongo a contaros algo de mi impresión rápida de la lectura de esta obra, tan cercana la fiesta de la canonización de este santo, con ese perfil de hermano inacabado. Con el deseo de que os entre ganas de gustarlo y disfrutarlo como yo.
Me ha seducido con paz y apasionamiento
El libro ha sido de verdadera revelación para mí. Lo comencé a leer con cierta curiosidad por el momento que estamos viviendo y por su actualidad a manos del papa Francisco que nos lo puso como ejemplo de hermano universal en Fratelli Tutti. No hice nada más que comenzar y sentí atracción por su lectura, con cierto apasionamiento. No pude resistir la tentación de beberlo rápido cuando la intención era a pequeños sorbos para saborearlo poco a poco. Me busqué momentos de retiro de cierta duración y me lo tragué en cuatro o cinco momentos. Me llamó la atención porque normalmente me cuesta buscar esos momentos y aquí fui muy diligente por la seducción que provocó en mí. Según lo leía me decía que tenía que volver tranquilamente, pero que ahora convenía que fuera así. Y aquí estoy contando la experiencia de la rapidez, ya en otro momento igual voy compartiendo pequeñas píldoras más interiorizadas por mí.
¿Qué me sedujo? Así de pronto creo que estas cuantas razones:
–El modo de escribir de Margarita que ya conocía, pero que en esta ocasión me daba la sensación que bailaba con otros zapatos, o más bien a pie descalzo. Una persona que se situaba ante este hermano con una disponibilidad y desnudez apabullante, sin condiciones ni prejuicios, en la búsqueda de una identidad no marcada de antemano.
– La exploración que ofrece en las primeras cien páginas te va transportando con nitidez a dimensiones impresionantes y complementarias de una identidad de misterio, contemplación, silencio, pobreza y amor que te subyugan con una invitación de humanismo y cercanía que trasportan a tu propio vivir y caminar. Qué ganas de explorarme a mí mismo con esta mirada de lectura creyente.
–El descubrimiento de perfiles en la novedad documentada dejando hablar a la propia persona en el camino del descubrimiento de su propia identidad, que no se la da él mismo, sino que se la va aportando en Padre, según se va desnudando y perdiendo en lo imposible y en lo inacabado: la vida, los deseos, el claustro, los márgenes, la estabilidad, el horizonte… sólo Dios puede ir acabando con lo inacabado y lo imperfecto para que alguien pueda ser santo. Pero la autora nos lo pone a pie de obra y de cita, con los sentimientos y las palabras del hermano.
– Y de la semblanza biográfica a la semblanza espiritual, dejándonos irradiar por lo que va ocurriendo en su interior, lo que es el desarrollo de una espiritualidad que siendo de Nazaret se muestra nueva en su momento histórico y se hace referente para este siglo que estamos viviendo. Una buena noticia para hoy con claves de una minoridad y sencillez que fecunda la historia desde un amor entregado y callado, inacabado e imperfeto, pero lleno de compasión y misericordia, en el ejercicio de la verdadera proximidad encarnada, todo un reto para la Iglesia actual con el horizonte “fratelli tutti”.
– Los propios conceptos que va marcando la autora como síntesis de la irradiación de este santo, y de los que le siguen en la mirada contemplativa y pobre de Jesucristo, son clarividentes de la necesaria espiritualidad encarnada para los cristianos hoy: Relación con Dios, el ideal y su proceso, la hospitalidad, las sombras, la salida, la misión. Os invito a releer las sombras para cercioraros de que vosotros y yo estamos llamados a la santidad en nuestra pobreza personal y en nuestros propios límites, que la sombra no impida el deseo de ser misericordiosos.
Y una palabra penúltima sobre el libro es confirmar lo que nos dice Nicolás Viel en el epílogo: “Carlos de Foucauld nos invita a descubrir que la experiencia del Dios de Jesús supone adentrarse en la verdad de la experiencia humana y que, en lo más hondo de lo humano, se oculta nazarenamente lo más hondo de Dios”, y digo yo con atrevimiento: “también en las sombras de lo humano, donde se experimenta propiamente la misericordia del que nos ama”.
No os perdáis esta novedad que nos regala Margarita Saldaña Mostajo con motivo de Carlos de Foucauld, lo hace con su mirada seducida por la identidad del hermano con la sola luz de su verdadera historia y proceso. Es una periodista, escritora, teóloga, pero sobre todo una hermana de Foucauld, tan universal como inacabada que está abriendo caminos y veredas en la investigación sobre este hermano suyo y nuestro. Seguimos esperando más frutos de su trabajo, de su contemplación y de su entrega ante el Cristo pobre, al que adora y ama con los más pobres.
Tengo que empezar por admitir mi parcialidad. No soy un gran fan de Tushnet. Como católico queer que escribe sobre la familia, una institución inseparable de la sexualidad y una vida sexual sana y activa, tengo mis reservas sobre la defensa de Tushnet del celibato obligatorio para los miembros de la comunidad católica LGBTQ. Si bien tengo amigos que me han dicho que personas como Tushnet los ayudaron a sobrevivir en su identidad queer, también veo cómo la “teología del lado B” (el movimiento autodenominado de cristianos que creen que las lesbianas y los homosexuales deben ser célibes). ) podría ser muy dañino para los homosexuales que buscan abrazar la sexualidad al máximo. Francamente, leer Tushnet me ha enfadado.
En su artículo reciente, veo algunas complicaciones en la posición de Tushnet que me llenan de ternura, aunque sé que continuaremos radicalmente en desacuerdo sobre lo que constituye una ética sexual católica. Tushnet comienza reconociendo que en su primer libro, “De lo que no hablé fue del trauma”:
“Esos sentimientos de secreto, vergüenza y temor de Dios que desplazan cualquier posibilidad de amor serán dolorosamente familiares para muchas personas homosexuales que crecieron en la Iglesia. Estos sentimientos se ven reforzados por la experiencia: por el confesor que pregunta si hemos probado terapia para arreglar nuestros deseos homosexuales, por el amigo que responde a nuestra salida con incomodidad, o por la madre que responde con angustia. Y están reforzados por el silencio”.
“Si eres gay y esperas vivir en armonía con las enseñanzas de la Iglesia, probablemente no escuchaste homilías que reconocieran tu existencia; su educación, desde RE hasta “educación sexual” y la biblioteca de la escuela, no dio indicios de que personas como usted estuvieran en la Iglesia; y definitivamente no viste gente como tú en las películas o en la televisión. Este silencio puede hacer que parezca que simplemente no hay futuro para una persona gay en la Iglesia”.
Esta compasión de Tushnet dice la verdad sobre las realidades actuales de muchas personas queer en la iglesia, que han experimentado el secreto, la vergüenza, el borrado y el silencio. Puedo ver que ella busca sanar a aquellos en nuestra comunidad queer que son más vulnerables a los impactos del trauma religioso.
Tushnet se vuelve aún más vulnerable cuando comparte su propia experiencia de lidiar con por qué acepta la enseñanza de la iglesia sobre la sexualidad. Ella reflexiona:
“Las razones por las cuales son probablemente tan complejas como las razones por las que alguien cree lo que ella hace. Si pudiera ver todas mis razones para buscar vivir en obediencia a la disciplina sexual católica, dudo que las respetaría todas. ¿Quién puede decir lo que en nuestro corazón es digno de respeto? Pero me hice católico porque anhelaba la Eucaristía”.
Me rompe el corazón que a los católicos queer se les pida que decidan entre el sexo queer y el anhelo de la Eucaristía. Esto no es solo porque veo que los dos pueden coexistir, sino también porque experimento el sexo queer como claramente eucarístico.
Tushnet continúa sugiriendo imágenes bíblicas para que las personas queer se vean a sí mismas en la Biblia:
“Las historias de amor entre personas del mismo sexo que las Escrituras nos dan para admiración y emulación no son sexuales ni maritales. Pero son modelos de una devoción emocionalmente rica que da forma a la vida, y nos ayudan a comprender no solo nuestro anhelo de amarnos unos a otros, sino también nuestra necesidad de ser amados por Dios. El pacto entre Jonatán y David, las promesas hechas por Rut a Noemí y la intimidad compartida por Jesús y Juan “el Discípulo Amado” son tan santos y tiernos como cualquier amor en las Escrituras. Son modelos para todas las personas, independientemente de su orientación sexual; pero los homosexuales los están redescubriendo con especial urgencia”.
También creo que es importante que las personas queer se vean a sí mismas en las Escrituras y que las personas heterosexuales se den cuenta de que existen aspectos importantes de la vida queer fuera del sexo. Las relaciones que creamos entre nosotros son íntimas y eróticas sin que necesariamente tengan que ser sexuales. De esta manera, veo a Tushnet como un campeón de lo que puede ser un enfoque ampliado y complejo de la sexualidad. Yo también amo las formas en que el reino de lo sexual existe más allá del mero acto sexual. De alguna manera, esto es lo que significa queerness para mí.
Tushnet termina con una nota confesional:
“Podemos dejar de pensar que el gran problema de los homosexuales es la castidad cuando, para muchas personas que crecieron en la Iglesia, el pecado con el que luchan más intensamente es la desesperación. Incluso cuando hablamos de castidad, y para mi libro, me obligué a superar mi vergüenza y escribir sobre mis propias ‘luchas con la castidad’, podemos hablar sobre cómo el trauma afecta nuestra experiencia de la sexualidad y cómo podemos permanecer cerca de Dios y aceptar el amor [de Dios] por nosotros, incluso cuando no estemos viviendo de la manera que sabemos que deberíamos”.
En general, Tushnet exhibe una reflexión más profunda y compleja sobre el sexo de lo que he visto antes en ella. Ella reconoce que el trauma informa la forma en que muchos homosexuales religiosos se acercan. Ella es una elaboración humilde, vulnerable e íntima de tratar de ser una mujer queer que vive entre las enseñanzas de la Iglesia Católica. Muestra ternura, y eso también me lleva a la ternura. Veo a Tushnet en su propio peregrinaje con su sexualidad, como lo somos todos.
Eve, aprecio tu honestidad y espero genuinamente que algún día la belleza y el placer del sexo queer se alineen con tu identidad católica de la manera que sé que es posible.
—Barbara Anne Kozee (ella/ella), New Ways Ministry, 25 de enero de 2022
Entrevista con la filósofa italiana Chiara Bottici, autora de AnarcaFeminismo
Acaba de lanzarse en español el libro manifiesto que es, además, un adelanto de un volumen de más de 300 páginas que se publicará en marzo del año próximo. Esta nueva forma de nombrar apuesta también a componer el feminismo con la filosofía anarquista, que postula un orden sin jerarquías ni gobernantes.
La filósofa italiana Chiara Bottici, profesora actualmente en la New School for Social Re-search (Nueva York), acaba de lanzar en español su libro-manifiesto AnarcaFeminismo (NED Ediciones). No es menor la “a” que corrige y altera el vocablo más tradicional de anarcofeminismo. Es una inflexión de la lengua, dice la autora, introducida “por movimientos sociales que tratan de feminizar el concepto para dar visibilidad a una faceta específicamente feminista dentro de la teoría y práctica anarquista”.
De formato breve, este manifiesto es también adelanto de un volumen de más de trescientas páginas que se publicará en marzo del año próximo. El manifiesto abrirá paso, dirá frases sintéticas, que el espesor de las páginas próximas se encargarán de sustentar y diversificar. Cada capítulo del manifiesto termina con la frase “¡ni una menos!”, conjugada cada vez en distintos idiomas.
Aun desdoblado en ambas versiones del libro, el tono “manifiesto” de la filósofa es evidente y se inscribe sin dudas en un tono de época, que es el de un ciclo de auge del movimiento feminista transnacional. Lo hace desde un lugar concreto: una interpelación desde la filosofía y la teoría política en particular a las preguntas políticas de urgencia, impregnadas de coyuntura. Por eso, es un ida y vuelta el que refulge al interior de ambos libros: las lecturas y debates filosóficos son “activados” y convocados en relación a una declinación de manifiesto que, se confiesa, está en construcción, en plena marcha.
La apuesta teórica de Bottici puede leerse en sus propias palabras: dice que entiende la filosofía “como un esfuerzo enredado con otras prácticas de creación de sentido como la literatura y el psicoanálisis”. Anarcafeminismo es una manera de enredar y, sobre todo, de componer al feminismo con la filosofía anarquista y también de hacer justicia con un término y una historia que ha sido descalificada e incluso olvidada. Para eso, la filósofa hace precisiones: el anarquismo no significa falta de organización, ni menos aún ausencia de una comunidad política. Más bien, se trata de “un orden incluso en ausencia de un ordenante”. Explica: “el anarcafeminismo significa un feminismo sin arché, esto es, un feminismo sin jerarquías ni gobernantes —ya sean jerarquías sexuales, económicas, políticas o raciales—. No podemos combatir una forma de opresión sin combatirlas todas al mismo tiempo, pues todas las formas de opresión habitan la misma casa, que es la creencia según la cual algunas personas son superiores a otras, y esta superioridad justifica su dominación”.
De quienes va citando, no todxs se autodefinen como anarcafeministas, pero ella lxs incluye, lxs acerca, lxs emparenta. Anarcafeminista se convierte casi una categoría electiva, de adscripción, más que de encuadre o de construcción de un canon. De hecho, Bottici dedica varios párrafos a explicar por qué lxs pensadorxs anarquistas se saltan el canon y, si hay uno, es casi secreto o clandestino (un anti-canon). En esa búsqueda de filamentos de composición, de textos y militancias Bottici da cuerpo a la propuesta anarcafeminista. En ese recorrido debe leerse también el desplazamiento de su propio lugar de enunciación (como autora) que empieza con el yo y se traslada al “nosotrxs”. Hay, además, una suerte de tercer género de escritura en su libro: sin puntos ni comas, autobiográfico y poético, que se inserta entre un capítulo y otro. No es la primera vez que se dedica a que sus escritos feministas sean también en cierto modo experimentales y en eso tiene mucho que ver su trabajo sobre imágenes e imaginación.
Su Manifiesto se presentó de forma virtual en el último congreso de ciencia política realizado en la Universidad de Rosario. Ahí comenzó esta conversación que la convertimos en entrevista para Las/12.
-¿Cómo describirías tu trayectoria feminista en términos biográficos? ¿Y cuándo surgió especialmente tu interés por la teoría feminista?
–En cierto modo, siempre he sido feminista porque muy pronto me di cuenta que las mujeres y las personas de género fluido eran objeto de discriminación y violencias sistemáticas. Nací en una pequeña ciudad italiana llamada Carrara, conocida por sus canteras de mármol y por sus tradiciones anarco-sindicalistas. Sin embargo, su inclinación política de izquierda no la hizo un entorno menos patriarcal. Durante mucho tiempo, la violencia de género que presencié me pareció normal: el mar chocaba contra la orilla, el sol salía todos los días en el cielo, y las mujeres y las personas LGBTQ+ eran objeto de discriminación y violencia sistemáticas. Aprendí a vivir con esa violencia del mismo modo que aprendí a nadar.
-¿Hubo una confrontación primero teórica con esa realidad?
-La teoría empezó cuando me di cuenta que las cosas no tenían por qué ser así. Primero, como adolescente, formé parte de la izquierda marxista autonomista y creí que una revolución proletaria se haría cargo de todos los problemas. En los grupos de los que formaba parte, los ideales comunistas y anarquistas iban de la mano. Fue sólo mucho después, cuando leí literatura feminista a finales de mis veinte años, que me di cuenta que incluso el anarquismo puede convertirse fácilmente en hombre-arquismo (N. de E.: se pierde el juego de palabra que sí funciona en inglés: man-archism), a menos que agreguemos un objetivo feminista específico a nuestras luchas por la libertad. El anarquismo, por definición, está llamado a luchar contra todas las formas de opresión, por tanto, tiene que ser feminista si no quiere terminar siendo contradictorio, pero los seres humanos reales están llenos de esas contradicciones.
-Es una experiencia de teoría no sólo ligada a la formación universitaria…
-La literatura y la filosofía feministas fueron una parte muy importante, pero fue en gran parte autodidacta. Fui a la escuela a los 6 años, en 1981, y recibí el título de doctora en filosofía en 1999 habiendo leído sólo a hombres: durante todos mis años en la escuela pública italiana sólo me habían enseñado ideas, libros, poesía, filosofía escritas por un solo género: varones cis. No es exagerado decir que fui educada en la “escuela de hombres” italiana. La teorización feminista comenzó cuando me di cuenta de que había también otras escuelas y otros mundos posibles.
Unidad pluralista
Anarcafeminista, dice Bottici, es un nombre para luchar contra todas las opresiones y formas de explotación y lo hace desde una aspiración pluralista: “¡O todxs somos libres o ningunx lo será!”. La unidad y pluralidad simultáneas se inscribe también como apuesta por lo que llama una “teoría crítica intersticial global”. Intersticial y global en principio parecen locaciones contrapuestas, pero en este libro no lo son. Lo global no refiere a un espacio liso ni a una mirada panorámica totalizante. Por el contrario, declara deconstruir y confrontar esa mirada colonial como la única capaz de dar cuenta de lo global (volviéndolo sinónimo de imperial). De ese modo, “lo global como marco” pone a los intersticios en los que se produce teoría y se hace política como espacios estratégicos. La interseccionalidad toma una deriva espacial-geográfica: mostrar cómo lo local se intersecta en múltiples escalas evidencia los regímenes conectados de opresión pero también la dimensión transnacional de los espacios de resistencia.
Para entender a fondo la unidad pluralista hay que comprender que el proyecto de Bottici, en términos filosóficos, es un feminismo spinoziano. De hecho, dentro de Anarcafeminismo (en su versión extensa) se despliega un libro sobre el filósofo Baruch Spinoza, para argumentar una ontología de lo transindividual. Diciendo que Spinoza propone una suerte de paradojal “altruísmo egoísta”, a partir del cual para mejor perseverar en nuestra potencia de existir, formamos asociaciones; Bottici aplica la misma fórmula al feminismo. No existe el feminismo como figura a secas, individual, recortada. Existe en la medida que, para perseverar, produce alianzas, asociaciones, tramas. Más que agregar adjetivos o cualificaciones como si fuesen listas de intenciones o adjetivos modificadores de un sustantivo esencial, el feminismo tiene capacidad de ser en la medida en que se expresa en alianzas. El feminismo, casi como una tecnología afectiva y política de composición, permite leerse en relación al concepto de cuerpo al que Bottici le dedica muchas reflexiones. No hay cuerpo sin proceso de afectación: por eso el cuerpo tiene una naturaleza procesual. El cuerpo no es uno, sino una red de procesos, que convierte lo individual en siempre ya transindividual. El cuerpo, dicho en singular, siempre es plural. No hay punto de partida que no sea colectivo, incluso cuando se parte del “propio” cuerpo.
-¿Qué te permite la ontología transindividual a la hora de conceptualizar el feminismo?
-Adoptando una ontología transindividual, también podemos usar el concepto de mujer fuera de un marco cisnormativo o heteronormativo, y así emplear el término de tal modo que incluya todo tipo de mujeres: mujeres femeninas, mujeres masculinas, mujeres AFAN [mujeres a quienes fue asignado el sexo femenino en su nacimiento], mujeres AMAN [mujeres a quienes fue asignado el sexo masculino en su nacimiento], mujeres bisexuales, mujeres trans, mujeres cis, mujeres asexuales, mujeres queer y tantas otras mujeres.Sólo si los cuerpos de las mujeres son teorizados como procesos, como el lugar de un devenir que se desarrolla a diferentes niveles, sólo entonces seremos capaces de hablar de «mujeres» sin incurrir en una normatividad cis- o hetero-.
-¿Cuál es el lugar de Anarcafeminista en tu trabajo?
-El proyecto Anarcafeminismo es una parte integral de mi compromiso de toda la vida con las políticas de la imaginación como teórica, y con los movimientos sociales como activista. Viniendo de una familia que ha sido profundamente afectada por el régimen fascista (tengo un abuelo asesinado a tiros por los nazis y otro deportado a un campo de trabajo nazi), me sentí atraída desde muy temprano a investigar cómo puede la gente llegar a construir mentiras institucionales tan gigantescas como el fascismo, creer que están haciendo el bien (porque muchos de ellos lo creen) y convertir así esas mentiras en profecías autocumplidas. Mientras la mayoría de los filósofos que me rodeaban trabajaban en las condiciones de la razón pública, a mí me impulsaba investigar las condiciones de la imaginación pública.
-Un tema clave en estos tiempos otra vez…
-Sí, hay preguntas que no podemos dejar: ¿cómo podemos imaginar juntxs un mundo mejor y, al mismo tiempo, asegurarnos de que quienes están oprimidxs hoy no se conviertan a su vez en lxs opresorxs de mañana? Hemos visto que eso ocurre una y otra vez en el curso de la historia. Ahí es donde entra Anarcafeminismo: tenemos que luchar contra el patriarcado y la androcracia (esto significa que los hombres cisgénero constituyen el sexo soberano), al tiempo que nos aseguramos de que nuestras luchas feministas no generen más jerarquías y mecanismos de opresión en su interior. De ahí la necesidad de combinar la perspectiva anarquista que sostiene que la libertad es indivisible con el enfoque feminista sobre cómo se oprime a los segundos sexos (es decir, a las mujeres, a los dos espíritus y a las personas LGBTQI+ de todo el mundo). Creo que lo global es el problema y por lo tanto lo global tiene que ser la solución, por lo que necesitamos construir una plataforma feminista que pueda ser la base de nuevas solidaridades y luchas globales. Leer más…
“En este contexto Tamayo ha intuido que la compasión ha de dejar de ser una virtud bajo sospecha para convertirse en algo esencial a la vida y a la convivencia humana”
“Su itinerario tiene tres momentos que corresponden al VER, JUZGAR y ACTUAR de la teología de la liberación latinoamericana, pero acentuando aquí que el ver no es una simple mirada sociológica sino un ver la realdad desde las víctimas”
“Examina ampliamente el tema de la compasión en las diversas religiones: Islam, hinduismo, budismo y religiones originarias de América latina y concluye que hay una gran convergencia en todas ellas”
“El libro es un asumir el Principio compasión como clave de lectura, interpretación, cuestionamiento y conversión transformadora tanto personal como colectiva. Es algo original, actual y necesario”
| Víctor Codina
El libro‘La compasión en un mundo injusto’, de Juan José Tamayo, es fruto de la pandemia, en muchos sentidos. No solo porque el confinamiento en casa ofrecía tiempo para leer y escribir, sino sobre todo porque la pandemia ha desvelado la vulnerabilidad humana y la injusticia a nivel nacional y mundial
En este contexto Tamayo ha intuido que la compasión ha de dejar de ser una virtud bajo sospecha para convertirse en algo esencial a la vida y a la convivencia humana, común a todas las religiones y central en la fe cristiana, que cree en el amor entrañable de Dios mostrado en Jesús de Nazaret. La compasión no es simple sentimiento de conmiseración y lástima sino una empatía con las víctimas que lleva al compromiso con la justicia.
Así Tamayo completa de modo original el Principio esperanza de Ernst Bloch y el Principio misericordia de Jon Sobrino, con el Principio compasión. Este principio compasión da unidad y originalidad a toda la obra.
Su itinerario tiene tres momentos, que constituyen las tres partes del libro, pero cada una de estas tres partes es tan completa que en realidad podríamos decir que hay tres libros en uno.
Comienza por analizar el mundo estructuralmente injusto y desigual que vivimos, en sus diferentes manifestaciones.
Luego sigue una reflexión sobre la compasión como valor ínsito en el ser humano y opción de Dios, manifestado en Jesús de Nazaret. El Principio-compasión es necesario para que nuestra teología no se convierta en cómplice de los victimarios. Se examina la compasión en el judaísmo, cristianismo, islam, hinduismo, budismo y religiones originaras de Amerindia. Es la parte nuclear y central del libro.
Finalmente se aborda la historificación de la compasión para que la compasión se convierta en lucha contra los grandes grupos económicos de poder, mostrando así que la compasión se traduce en solidaridad con las víctimas y un amor políticamente eficaz.
Estos tres momentos del itinerario corresponden al VER, JUZGAR y ACTUAR de la teología de la liberaciónlatinoamericana, pero acentuando aquí que el ver no es una simple mirada sociológica sino un ver la realdad desde las víctimas, desde abajo y sentirse afectado por ella.
“Lo más original y extenso es la profundización del Principio-compasión en las tradiciones humanistas, religiosas y bíblicas”
I.En la primera parte Tamayo se aproxima al mundo injusto y desigual de hoyque se manifiesta, entre otras cosas, en la injusticia ecológica, la insolidaridad con inmigrantes y refugiados, la injusticia de género contra las mujeres, la necropolítica y el descarte de los marginados, la injusticia económica, cultural y cognitiva, la vuelta del fascismo y del cristo-fascismo (el nacional-catolicismo y el cristo´-fascismo en la España hoy) y finalmente la constatación de que la pandemia es selectiva, no ha afectado a todos igualmente.
II.En la segunda parte se analiza el Principio compasión que caracteriza al ser humano en su dimensión más profunda, aunque no siempre se traduce en una práctica compasiva y solidaria. La compasión está presente en las tradiciones humanistas y religiosas, aunque no siempre las personas, creyentes y no creyentes han mostrado empatía con los que sufren, con los crucificados de la historia. Este referente ético de las religiones constituye su principio teológico.
El ser humano no es solo homo sapiens; es también homo patiens, ser compasivo, no solo vale el “atrévete a pensar” sino también el “atrévete a sufrir con el que sufre y con la creación que sufre dolores de parto (Rm 8,22).
Tamayo observa que los diccionarios bíblicos hablan más de misericordia divina que de compasión. Sin embargo. el Dios bíblico aparece como compasivo ante el dolor humano, el sufrimiento y la opresión. La escritura usa los términos rahamin y hesed. Rahamin significa entrañas, vientre materno. Hesed es compadecerse tener cariño y compasión.
En el Éxodo Dios se compadece del sufrimiento del pueblo Ex 3, 7-12-Los sapienciales y salmos expresan la compasión de Dios (Sal 103)
Pero esta compasión está unida al Mispat (derecho) y sedaqa (justicia) que son atributos bíblicos de Dios que los profetas proclaman y denuncian a sus incumplidores; jefes, sacerdotes, y comerciantes que son injustos, aunque aparezcan como piadosos. Los profetas realizan un cambio de paradigma religioso: el ayuno es abrir prisiones injustas, la verdadera religión es hacer el bien, el sacrificio y holocausto es reconocer a Dios y ayudar al prójimo. Conocer a Dios es hacer justicia al prójimo (Jer 22,15-16).
La utopía profética es utopía de paz y comunidad ecohumana (Is 11, 6-8) La utopía bíblica es la de la vida, del sustento y de la vida cotidiana.
Todo esto se refuerza y profundiza en el Nuevo Testamento. Jesús de Nazaret se compadece del sufrimiento, cura a enfermos, incluso en sábado, pone la vida del pueblo por encima del sábado y la ley, afirma “misericordia quiero y no sacrificios”, expulsa a los vendedores del templo; las bienaventuranzas y el juicio final de Mt 25 son alegatos a favor de la compasión. Pero esta compasión de Jesús es conflictiva: las autoridades religiosas le llevarán a la cruz.
Jesús fue un indignado contra la religión oficial y sus teólogos, contra el poder religioso, económico y político, con la sociedad patriarcal y siente el abandono de Dios en la cruz.
El buen samaritano, muestra una ética de la compasión, se le conmueven las entrañas, ayuda y de su tiempo al que sufre. La iglesia ha de ser samaritana y compasiva.
Tamayo examina ampliamente el tema de la compasión en las diversas religiones: Islam, hinduismo, budismo y religiones originarias de América latina yconcluye que hay una gran convergencia en todas ellas, expresada en principios como “no hagas al otro lo que no quieres que te hagan a ti”, “no somos extraños para nadie, somos amigos de todos”, “yo soy yo si tú también eres”.
Sin embargo, durante mucho tiempo, la teología, incluso cristiana, aplicaba a Dios términos como omnipotente, motor inmóvil, causa sui, principio de todo, un Dios incapaz de sentir, amar, sufrir, insensible al dolor humano. Esta imagen es más cercana a los amigos de Job que a Jesús. A pesar de ello todas las religiones han tenido personas compasivas y el sufrimiento ha entrado en la teología. La teología no puede pasar de largo ante el sufrimiento, sería cinismo. Para Horkheimer, la teología es la esperanza de que la injusticia no sea lo último, la esperanza de que el asesino no triunfe sobre la víctima inocente.
III. La tercera parte mira a la praxis. La compasión no es solo individual, interpersonal e intersubjetiva, sino que la compasión debe historificarse para poder ser liberadora y encarnarse en instituciones sociales, ejerciendo una crítica, resistencia y solidaridad transformadora de las vidas dañadas, atender al anawim, al otro me pide ayuda (Levinas).
Tamayo critica los sistemas contrarios a la compasión y deja muy claro que no hay compasión sin justicia sin reconocimiento de la dignidad humana, sin igualdad y justicia de género, sin cuidado de la tierra, sin defensa de los derechos humanos, sin hospitalidad, sin considerar que el centro es la tierra, sin pluralismo cultural, étnico y religioso, sin espiritualidad liberadora. La práctica de justicia y implica participación en movimientos sociales, renuncia a nuestra arrogancia y superioridad, asumir nuestra ambigüedad, etc.
Dentro de la parte de la historificación de la compasión, Tamayo incluye la reflexión de algunos autores sobre la compasión. Metz, en su teología política critica la reducción de la razón a una ilustración privatizante que no escucha la voz de las víctimas y propone una memoria subversiva de las víctimas, lejos de una teología de la gloria y de todo triunfalismo. Defiende un ecumenismo de la compasión con empatía hacia el sufrimiento ajeno. Cita a Schopenauer para quien la compasión es el fundamento de la ética; para Levinas, la responsabilididad por el otro es la filosofía primera. Para Joan Carles Mélich, el ser humano es doliente, quaerente y deseante, debe vivir bajo la dimensión patética de la existencia: lo contingente, corpóreo, provisional, situacional, frágil, circunstancial, no lo absoluto ni lo categórico. La ética comienza cuando los demás entran en esfena, cuando nos ponernos al lado de las personas sobrantes, desechos de la sociedad. La ética es una relación compasiva, una respuesta al dolor del otro, es transgresora del orden social establecido. Hay que ver al mundo no desde la razón pura sino desde la razón desvalida, una razón encarnada en la historia, trágica, no separada del tiempo ni del cuerpo, que sospecha del mito del progreso. Frente a la razón ilustrada está la razón desvalida, frente al bien, la bondad, frente al deber cumplido, la vergüenza.
Metz propone una mística de ojos abiertos, con un corazón solidario y un amor políticamente eficaz. La mística no es algo pre-lógico, antirracional, sino una experiencia antropológica fundamental (Zambrana), forma parte de la historia, para ir más allá, crea personas de incansable entrega a los demás, aunque resulten extrañas y sospechosas como Eckhart y Juan de la Cruz, recuerda Tamayo
Hay una relación intrínseca entre mística y política, Dios es justicia (Jeremías 23,6), la justicia es tema no sólo político sino teológico, Dios hace justicia a las víctimas. El cristianismo ha sido más sensible al pecado que al dolor de las víctimas (Metz), en cambio Jesús fue liberador y compasivo
Conclusión
El libro de Tamayo no es solo una toma de conciencia de nuestra realidad injusta y discriminatoria, ni solo un diálogo con las tradiciones religiosas y las éticas contemporánea, sino un asumir el Principio compasión como clave de lectura, interpretación, cuestionamiento y conversión transformadora tanto personal como colectiva. Es algo original, actual y necesario. Le agradecemos a Tamayo este esfuerzo.
Personalmente, luego de vivir casi 40 años en Bolivia, he sintonizado mucho con este Principio-compasión de Tamayo.
Recomendamos vivamente el blog Mujeres bíblicas, y , si podéis, comprar los libros de esta colección:
“Con ayuda de un grupo de exegetas de primer orden los libros de la colección extraen los elementos más significativos de los textos elegidos, a veces sobre un personaje femenino específico, y otras veces sobre conceptos que tiene que ver con la mirada bíblica sobre las mujeres y sobre la fe de las mujeres, que es lo más importante”
Hace tiempo que teníamos ganas de que compartir todo lo que los estudios bíblicos actuales están sacando a la luz sobre las figuras femeninas de la Biblia. Teníamos ganas que la comunidad cristiana pudiera tener acceso a ellos, pudiera leerlo y contrastar en una lectura creyente la vida de esta memoria de nuestra tradición que ha sido invisibilizada a lo largo de los siglos. Estos libros de pequeño formato son como las minitartas que hay en las pastelerías. Una bomba de sabor concentrada en un pequeño espacio.
Con ayuda de un grupo de exegetas de primer orden los libros de la colección extraen los elementos más significativos de los textos elegidos, a veces sobre un personaje femenino específico, y otras veces sobre conceptos que tiene que ver con la mirada bíblica sobre las mujeres y sobre la fe de las mujeres, que es lo más importante. Desde una perspectiva hermenéutica feminista y con un lenguaje sencillo, pero riguroso, cada teóloga, describe, critíca y reconstruye el texto, que en algunas ocasiones está tan usado que ha perdido su significado original. Evidencian, así, lecturas que no corresponden a la intención original de los textos. Y subrayan algunas claves de comprensión en la lectura de los textos sagrados, desarrollando la dimensión inclusiva de la Escritura.
Cuatro libros de los 30 soñados ya han dado a luz este año y puedes encontrarlos en las librerías o en https://sanpablo.es . Dos referidos al Antiguo Testamento y dos al Nuevo Testamento. De esta manera comprendemos nuestra tradición a la vez que rescatamos la propiamente cristiana de la mano de las primeras creyentes. Los libros no siempre profundizan en un personaje concreto. A veces el libro está basado en un texto bíblico en concreto y la perspectiva que el autor bíblico quiso darle a ese personaje en ese momento concreto. Otras veces se centra en una mujer en concreto tomando distintas fuentes bíblicas para profundizar en ella. Otras veces la exegeta ha elegido un concepto relacionado con el imaginario femenino, para analizarlo, degustarlo y ver cuáles son las influencias culturales que dificultan una lectura inclusiva.
Con la colección Mujeres Bíblicas queremos diseñar el marco de comprensión bíblico de la colección donde la experiencia de fe de las mujeres de nuestra tradición tenga un espacio y se visibilice. Se trata de compensar la ausencia de la tradición espiritual femenina que ha quedado oculta tras una lectura sesgada de la Biblia.
Cada teóloga que participa está especializada en una parte de la biblia que en esta pequeña píldora exegética desgrana y muestra desde sus trabajos investigativos.
Un equipo de veinte mujeres teólogas que están colaborando en la colección. Con estilos diferentes a la hora de escribir describir y recrear el texto bíblico. Unas aplican la hermenéutica crítica desde el análisis del texto con ayuda de otras disciplinas académicas, por ejemplo “María de Betania” de Mercedes Navarro. Otras utilizan la hermenéutica imaginativa, narrando en primera persona lo que el texto bíblico nos quiere transmitir de la fe del personaje, por ejemplo “Agar. En tí” de Pilar Yuste. Otras se centrarán más en la experiencia religiosa y su actualización para nuestras vidas, por ejemplo “La hemorroísa” de Elisa Estévez.
Diversidad de accesos a la Biblia, para distintas sensibilidades y momentos. Esta creatividad construye sabiduría teológica en colectivo, porque la reflexión teológica es más rica si se hace en comunidad. Amplia la mirada del creyente y le da más posibilidades para interiorizar mejor la Palabra de Dios.
Renovar el imaginario bíblico
La colección Mujeres Bíblicas va acompañada de una imagen de portada relacionada con el texto. El objetivo de estas portadas es acompañar la relectura creativa de los textos con un imaginario visual diferente al que tenemos sobre las mujeres de la biblia.
Cuando buscamos por ejemplo en internet los nombres de mujeres bíblicas nos salen imágenes que corresponden a un imaginario femenino francamente machista: algunas de rodillas, otras suplicando, otras llorando, otras calladas… Sin embargo, cuando acudimos al texto bíblico sin prejuicios, muchas veces descubrimos un personaje bíblico completamente diferente, con una intensa vida interior se muestra como Dios fortalece la vida de las personas. Son mujeres fuertes que son capaces de enfrentar las dificultades de sus contextos históricos desde la valentía que les infunde su fe en Dios.
Por eso las imágenes diseñadas se concentran en aquellos momentos de las historias donde se pueda entrever una actitud, una decisión, una acción y nos muestra a la mujer creyente y valiente que hay en cada una de ellas. No se trata de imágenes realistas, propio del imaginario preconciliar, sino de un lenguaje simbólico que evoque una conexión entre la espiritualidad del personaje bíblico y la del lector o lectora.
Tampoco son mujeres bellas, pues no es el valor físico el que la hace ser un personaje bíblico, sino su fortaleza de fe. Con ello se quiere incidir en las miles de ocasiones que las imágenes de las mujeres creyentes han sido transformadas a favor del estereotipo machista de la belleza femenina, perdiendo así su fuerza creyente.
Las mujeres de estos libros son diversas físicamente, inquietan y evocan una diversidad de identidades y de espiritualidad. La colección propone combinar palabra escrita e imagen, dos lenguajes que hoy van siempre juntos. Pensamos con palabras e imágenes, que menos que acompañar el texto bíblico con imágenes también renovadas.
Para empezar a leer esta colección lo mejor es empezar por dos textos introductorios para iniciarse en una lectura feminista de la Biblia:
Un buen decorado es fundamental en una obra de teatro, pues nos ayuda a comprender la trama y advertir mejor los matices de los personajes. Este libro pretende ofrecer el escenario fundamental de las mujeres en la Biblia hebrea para, en él, situar a las protagonistas femeninas del Antiguo Testamento.
No hay duda de que algunas discípulas de Jesús tuvieron mucho protagonismo a la hora de su muerte y resurrección. Los textos afirman que las mujeres lo siguieron desde Galilea. El propósito de este libro es descubrir, en medio de los silencios, cómo realizaron el discipulado siguiendo los pasos marcados por su Maestro.
Noemí y Rut son dos mujeres libres, sabias y valientes que, a pesar de sus diferencias de edad, religión, cultura y procedencia, viven juntas una historia de complicidad y de apoyo mutuo. Juntas viven un tránsito de la carencia, la esterilidad y la muerte, a la fecundidad y la vida.
María de Betania es un personaje clave en el evangelio de Juan. Ella unge a Jesús los pies. Es un gesto osado, criticado y expuesto, pero Jesús reconoce su enorme valor. Propone una antropología corporal pascual en la que el placer y los sentidos tienen un papel destacado.
A ellas se unirán, con próximos títulos, otras teólogas como Ana Unzú, Carmen Picó, Carmen Soto, Carmen Bernabé, Mariola López Villanueva, Junkal Guevara, Elisa Estévez, Estela Aldave y la propia Silvia Martínez Cano, sobre figuras tan variadas como la hemorroísa, Agar, Débora, Marta de Betania o Tamar
Después de leer el último libro de Gonzalo Haya “Leer la Biblia con fe adulta” tengo la satisfacción de estar completando nuestra colección de Exégesis con una pieza fundamental. La Biblia está presente en muchos de nuestros hogares, pero ¿sabemos leerla? ¿O más bien se nos cae de las manos cuando lo hemos intentado?
“Entre los protestantes es frecuente que cada uno tenga su Biblia, la subraye, o pueda decir cuáles son los pasajes que más les han afectado. Entre los católicos, la Biblia frecuentemente coge polvo en la estantería. ¿Por qué esta diferencia?”
“Hasta hace poco se prohibía, y todavía no se recomienda, la lectura de la Biblia. Fue la Reforma protestante la que se atrevió a traducir la Biblia a la lengua de cada pueblo. Los protestantes establecieron la libre interpretación personal; los católicos solamente admitieron como válida la interpretación oficial de Roma, del Papa y sus Dicasterios. Se entiende fácilmente que el mundo católico se haya desinteresado de la lectura personal de la Biblia y se conforme con la interpretación oficial que se les dio en la escuela o la que se le sigue dando en la homilía dominical”.
Leer la Biblia puede ser una forma de revisar mis creencias acudiendo a la fuente de nuestra tradición religiosa. En ese sentido este libro puede llevarnos de la mano por un magnífico camino para repensar y revivir nuestro cristianismo.
Como libro de consulta también puede ser una pequeña joya en nuestra biblioteca. Tener un comentario sencillo de cada libro de la Biblia seguro que resulta muy útil para preparar nuestras intervenciones en grupos, Eucaristías y encuentros comunitarios.
Por último, pero no menos importante, podría utilizarse como un guion muy adecuado para esa catequesis diferente que llevamos años demandando. Seguir el recorrido por los libros de la Biblia desde el Antiguo al Nuevo Testamento es una forma muy práctica para transmitir la fe. La catequesis que se viene impartiendo generalmente tiene un enfoque doctrinal y magisterial que lleva siglos de desviaciones sucesivas. El resultado es un alejamiento enorme entre el catecismo de la iglesia católica y lo que vivió y predicó Jesús.
Qué necesario es releer los textos “sagrados” sustituyendo las interpretaciones mágicas por otras lecturas más adultas que tengan en cuenta los géneros literarios de la época y el análisis de las circunstancias históricas y sociales de los individuos que los escribieron.
“La Biblia no ha sido dictada por Dios a los autores sagrados; estos autores han tenido una más o menos confusa experiencia de Dios y la han expresado con su lenguaje, su cultura y sus propios intereses y prejuicios. El lector actual tiene que separar el trigo de la paja (y de la cizaña)”.
“Ya hemos mencionado que la Biblia no es palabra de Dios, volveremos a repetirlo varias veces porque tenemos esta idea muy arraigada y es necesario superarla para no caer en una interpretación literal de la Biblia y buscar en ella su mensaje empleando nuestra inteligencia racional y nuestra inteligencia emocional y espiritual”.
“En una conferencia comencé leyendo este texto del Primer Libro de Samuel: Así dice el Señor de los ejércitos: Yo castigaré lo que hizo Amalec a Israel al oponérsele en el camino cuando subía de Egipto. Ve, pues, hiere a Amalec, y destruye todo lo que tiene, y no te apiades de él; mata a hombres, mujeres, niños, aun los de pecho, vacas, ovejas, camellos y asnos (1Sam 15,3). ¿Alguien se atreve a decir que esto es palabra de Dios? La orden de matar a los niños de pecho no es palabra de Dios; atribuirla hoy a Dios sería una blasfemia. Aniquilar a los enemigos actuales y futuros fue una táctica de un exaltado nacionalismo en una época muy atrasada en la evolución de la conciencia”.
“La Biblia no es Palabra de Dios; los evangelios no son Palabra de Dios, las Encíclicas de Juan Pablo II o de Francisco no son Palabra de Dios; el Credo no es Palabra de Dios”.
“Dios no se reduce a la experiencia de Abraham, ni a la de los evangelistas. Dios es un misterio indecible, y tenemos que buscarlo en las experiencias de nuestros antecesores, en la experiencia personal y en las de otras culturas”.
“Si me permiten una confidencia, mis libros preferidos del Antiguo Testamento son el Génesis, los Salmos, el Cantar de los Cantares, y los Profetas, aunque a veces resulten lentos, como las películas antiguas. En el Nuevo Testamento prefiero el evangelio de Marcos porque es el más cercano a Jesús y nos presenta a un Cristo muy humano. Me atrae más el Jesús de los evangelios que el Cristo resucitado de Pablo; Me acojo al Padre del hijo pródigo antes que al Dios que me perdona por la sangre derramada de su Hijo”.
He querido copiar varias citas como botón de muestra. El libro propone cantidad de temas fundamentales y estupendos para propiciar un diálogo, una reflexión o una enseñanza.
Para terminar, copio el índice para que podáis valorar el gran trabajo que ha realizado el teólogo sevillano que sin duda nos facilitará a muchos nuestras tareas. Muchas gracias Gonzalo.
Estos días, he tenido la suerte de poder leer el último libro de Enrique Martínez Lozano, titulado “Compromiso”.
Con su estilo más genuino y habitual, es un libro que tiene unos brillantes razonamientos y proporciona definiciones maravillosas que nos pueden ser tan útiles en nuestro día a día.
«El compromiso es expresión del amor. No puede haber comprensión sin compasión, espiritualidad sin compromiso, profundidad sin fraternidad».
«Compromiso es cuidado amoroso, eficaz y sostenido. Compromiso es lo que somos».
«Nuestra actitud en la vida se mueve entre la voracidad y la ofrenda».
«Estas páginas quieren ser una invitación a conectar con el amor que somos de una forma sentida y práctica. Para que ese amor fluya en forma de compromiso a favor del bien de todos los seres y del planeta entero».
El tema es tan vital que se aleja de un libro más que podemos leer y olvidar. Creo que es un libro que interpela, un libro para trabajar nuestra identidad como personas comprometidas.
¿Cuáles son los miedos y las necesidades que nos impiden comprometernos? ¿Cuáles las trampas que lo desvirtúan? ¿Cuáles las claves de un compromiso limpio y liberador?
Editado por San Pablo, es un libro manejable, de pocas páginas, aunque bien cargadas –como ya hemos dicho- de material interpelante y profundo.
ÍNDICE
Introducción. Compromiso: cuidado amoroso y eficaz
Capítulo 1. Narcisismo: el compromiso ausente
La herida narcisista
El narcisismo como atmósfera cultural
Trabas para vivir el compromiso
Narcisismo y espiritualidad
Capítulo 2. Apropiación: el compromiso desconectado
Cuando el ego se apropia del compromiso: autoafirmación y compensación
Dualismo: el lugar de donde nace
Voluntarismo: la actitud que lo dirige
El compromiso desconectado: otra forma de narcisismo
Capítulo 3. Comprensión: el compromiso que fluye
La comprensión ilumina el compromiso
Profundidad-fraternidad y compromiso, del lado de las víctimas
Espiritualidad, no-dualidad y compromiso
Comprometerse es fluir
Condiciones básicas para un compromiso ajustado
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