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“Hacia una espiritualidad liberadora”: En tiempos de incertidumbre, polarización e injusticia

Miércoles, 24 de julio de 2024

IMG_6208La espiritualidad  es la clave para que no sucumbamos en la deshumanización”

El nuevo  libro  de Juan José Tamayo “Hacia una espiritualidad liberadora” (Herder 2024),   traza y desarrolla, a mi entender con mucho acierto y   pertinencia, los complejos aspectos y dimensiones de una espiritualidad actual

Especialmente interesante  y original, a mi entender,  es su reflexión en el capitulo III sobre el “nuevo paradigma de espiritualidad en el horizonte del pluriverso cultural”

Su último capítulo desarrolla una  honda y luminosa reflexión sobre la mística relacionada con la ciencia, la filosofía y el ateísmo

Esta reflexión de  Juan José Tamayo, que responde a sus coherentes convencimientos vitales que admiro, contribuye a alentar  con lucidez  y claridad motivantes una espiritualidad de búsqueda, de esperanza y de realización liberadoras

Bien  sistematizado, con claridad y profundidad, como el tema exige; abierto, liberador, interrelacionado, el nuevo  libro  de Juan José Tamayo“Hacia una espiritualidad liberadora” (Herder 2024),   traza y desarrolla, a mi entender con mucho acierto y   pertinencia, los complejos aspectos y dimensiones de una espiritualidad actual  desde una perspectiva dialogante con otras posiciones. Lo  interpreto como una síntesis espiritual de su pensamiento, de su extensa y comprometida  obra teológica,   de su dedicación militante cultural, epistemológica, política, feminista,  ecológica, mística.

Escrito   desde la inspiración y  opción liberadoras cristianas,  motivado por  el cálido aliento  y perspectiva utópica de  otro mundo posible, desarrollado en su denso y extenso trabajo teológico, muestra ante  los apremiantes desafíos de la era tecnológica en un mundo de injusticias que la espiritualidad  es la clave para que no sucumbamos en la deshumanización. Constituye, en efecto,  la “dimensión fundamental del ser humano” y en ella “se juega la verdadera identidad del ser humano, su humanización…”.

Me ha resultado muy importante su reflexión sobre  espiritualidad cristiana del seguimiento de Jesús, en su “praxis liberadora” con sus  originales características,  que supera todo espiritualismo, alejado del mundo,  para “convertirse en fuerza de liberación” desde la autoridad de las  víctimas, desde los márgenes, en la oración y práctica de la justicia.

Especialmente interesante  y original, a mi entender,  es su reflexión en el capitulo III sobre el “nuevo paradigma de espiritualidad en el horizonte del pluriverso cultural para construir ese “nuevo paradigma” en la interculturalidad, en el diálogo, en la interliberación, contra todo imperialismo, inmersos compasivamente, liberadoramente, en la injusticia de la  marginación que nuestro mundo provoca.

Subrayo   la “espiritualidad feminista ética, política, sapiencial, ecofeminista holística…”. En concreto ”la perspectiva de género debe desempeñar hoy un papel fundamental en ese nuevo paradigma de interespiritualidad” que nos conduce  a una reinterpretación de nuestras categorías teológicas, tarea que Tamayo viene realizado en sus extensas publicaciones.

Con su amigo José  Saramago nos descubre “en el gran silencio del universo”… “la solidaridad de creyentes y no creyentes para sufrir el mal y combatirlo”.  Su último capítulo desarrolla una  honda y luminosa reflexión sobre la mística relacionada con la ciencia, la filosofía y el ateísmo. Destaco la importante aportación de María Zambrano para desembocar  en lo que  llama “ateísmo místico”, apoyado en Bloch    juntamente con Fiore, Eckhart, Müntzer, san Juan de la Cruz, Wittgenstein,  Weil…

Estoy muy de acuerdo con Juan José Tamayo en que  “la búsqueda de un nuevo consenso universal…es el gran desafío para el siglo XXI”. Ese consenso debe  ser espiritual. Solamente descubriendo el Espíritu humanizador-liberador, en la experiencia mística  que late en el fondo de toda persona, en su espiritualidad, daremos sentido a ese admirable y arriesgado  mundo tecnológico y evitaremos que la  inteligencia artificial sea invasiva, para lograr la humanización y evitar sucumbir al dictado de algoritmos capitalistas e imperialistas guiados por el beneficio egoísta y el odio avasallador.

En este momento complejo, contradictorio, polarizado  e incierto,   en  circunstancias desorientadoras y pesimistas para muchas personas, esta reflexión de  Juan José Tamayo, que responde a sus coherentes convencimientos vitales que admiro, contribuye a alentar  con lucidez  y claridad motivantes una espiritualidad de búsqueda, de esperanza y de realización liberadoras.

Fuente Religión Digital

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“Ecologia, luchas sociales y revolución”, de Daniel Tanuro, por Douglas Sepulchre

Sábado, 20 de julio de 2024

IMG_6002Casi quince años después de su libro El Imposible capitalismo verde, Daniel Tanuro ha publicado un nuevo libro, Écologie, luttes sociales et révolution, con prólogo de Timothée Parrique.

El libro consta de dos largas entrevistas (realizadas por Alexis Cukier y Marina Garrisi) divididas en dos partes. En la primera, titulada “Lo que sabemos“, el intelectual y activista anticapitalista belga ofrece un análisis global de la catástrofe ecológica. En la segunda, titulada “Lo que podemos hacer“, analiza diversas formas de afrontarla y esboza una estrategia de transformación ecosocialista.

Daniel Tanuro es un pensador central en la comprensión de las crisis ecológicas de nuestro tiempo. Sus libros anteriores, entre los que destaca El imposible capitalismo verde, han contribuido a difundir un análisis marxista no dogmático de los peligros que amenazan las condiciones de vida humanas y no humanas en nuestro planeta. Sin embargo, Écologie, luttes sociales et révolution constituye un capítulo aparte en la obra del autor. Aquí, su ambición es mucho más amplia: en primer lugar, porque se propone echar un vistazo crítico a la mayoría de los debates que animan el mundo intelectual y militante de la ecología social; en segundo lugar, sobre todo, porque dedica una parte mayor que en el pasado a cuestionar las estrategias de desarrollo de una conciencia ecológica de clase.

“Lo que sabemos”

En la primera parte del libro, el autor pasa revista al estado actual de los conocimientos sobre la catástrofe ecológica. Esto le permite retomar una demostración ya desarrollada en El imposible capitalismo verde, luego afinada en ¡Demasiado tarde para ser pesimistas! la imposibilidad de abordar la gran catástrofe de nuestro tiempo sin cuestionar el sistema capitalista. Podemos alegrarnos de que tal manifestación parezca menos revolucionaria en nuestro tiempo y de que una parte de la izquierda se haya apropiado de ella. Por otra parte, es lamentable que más de quince años después de su primera formulación esté más de actualidad que nunca y que mientras que la catástrofe climática ya está aquí, el cataclismo parezca más cercano que nunca.

El autor toma como punto de partida de su argumentación la crítica de Marx a la economía política, defendiendo su pertinencia para comprender los trastornos ecológicos. Este enfoque marxiano no se opone al del movimiento del decrecimiento, que ha demostrado cómo la búsqueda infinita del crecimiento es imposible en un mundo de recursos limitados[1]. Por el contrario, la crítica marxiana “proporciona una explicación materialista de la naturaleza crecentista del sistema” (p. 64). Demuestra que el capital, como relación social de explotación destinada a la renovación permanente de la ganancia, multiplica las mercancías y, por lo tanto, fomenta la lógica de “producir más” y “consumir más” (p. 64).

La defensa que hace el autor de un enfoque marxiano de la catástrofe ecológica es fértil y no dogmática. Es consciente de los numerosos debates en los círculos intelectuales y militantes marxistas sobre la presunta ecología de Karl Marx. También muestra cierto interés por las investigaciones de intelectuales (como John Bellamy Foster y Paul Burkett, y más recientemente Kohei Saito) que han mostrado cómo el pensamiento ecológico puede encontrarse en la obra de Marx.

Sin embargo, Daniel Tanuro argumenta que esta investigación refleja a veces un enfoque excesivamente apologético de la obra de Marx, que no permite abordar las nuevas cuestiones ecológicas. Pero el autor no pretende entrar a fondo en este debate, que en última instancia es más bien exegético, tratando de determinar, como señaló en su momento Daniel Bensaïd, si Marx era un “ángel verde” o un “demonio productivista”. El enfoque marxista defendido por Daniel Tanuro pretende situar la crítica marxista del capitalismo en el centro del análisis de la catástrofe ecológica.

Esta crítica permite al autor examinar con matices los distintos lugares en los que se produce el conocimiento ecológico. El autor se interesa por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el cambio climático (IPCC, por sus siglas en inglés) cuya importancia reconoce, afirmando que sus publicaciones “representan la mejor síntesis científica existente para comprender el cambio climático” (p. 37). No obstante, se muestra muy crítico: nos enteramos que los gobiernos y sus representantes interfieren en el funcionamiento del IPCC (nombrando a sus directivos) y también en sus publicaciones (tienen derecho a revisar los resúmenes publicados para los responsables de la toma de decisiones). Por supuesto, estas intervenciones tienen por objeto defender los intereses del capitalismo de los combustibles fósiles. Sobre todo, el autor señala que para la mayoría de los miembros del IPCC, “no hay salvación fuera del crecimiento del PIB y, por tanto, del capitalismo” (p. 41).

Esta creencia en la naturaleza natural y permanente del capitalismo explica por qué las políticas de mitigación promovidas por el IPCC se basan tan a menudo en las tecnologías (en particular las tecnologías de emisiones negativas), incluso cuando su eficacia no ha sido probada. Dicho de otro modo, en palabras del autor, un “espectro tecno-utópico sigue rondando los debates” en el seno del IPCC (p. 42). A pesar de ello, el autor constata que se están abriendo brechas y que, entre los científicos, el consenso capitalista y expansionista ya no es tan fuerte como en el pasado. La presencia de varios decrecentistas “justos” o “sociales” en el GIEC es un ejemplo de ello.

El enfoque marxista defendido por el autor también le permite echar un vistazo antropológico fértil a otra fuente de conocimiento, esta vez no institucionalizado: el conocimiento ecológico popular tradicional. El enfoque marxista nos ayuda a comprender una extraña paradoja señalada por varios arqueólogos y antropólogos: ¿por qué “los conocimientos ecológicos tradicionales, con su parte de creencias y de magia” se han mostrado “más eficaces que los conocimientos científicos modernos” frente a las diversas catástrofes ecológicas que han jalonado el curso de la historia (el autor utiliza el ejemplo de las poblaciones indígenas de la Isla de Pascua que se enfrentaron a crisis ecológicas)?

Una vez más, la razón reside en el desarrollo del capitalismo. Éste desposeyó a las clases trabajadoras de los conocimientos ecológicos que se habían desarrollado y transmitido a lo largo de muchas generaciones. La revolución industrial y el desarrollo de las fábricas transformaron a los trabajadores y trabajadoras en “apéndices de las máquinas, sin una visión global de la actividad productiva” (p. 54). El trabajo, como actividad que implica la extracción y transformación de materia y energía, y a través del cual la humanidad regula su relación con la naturaleza, se ha vuelto opaco y las clases trabajadoras han perdido todo control sobre él. La naturaleza está ahora en manos del capital, con toda la irracionalidad que ello conlleva (competencia, innovación, secreto empresarial) y los peligros que plantea.

“Lo que hay que hacer”

En la segunda parte del libro, el autor analiza diferentes estrategias para intentar responder a la pregunta “¿qué hay que hacer?”. En este sentido, el libro de Daniel Tanuro es tanto más importante cuanto que desarrolla su pensamiento estratégico de forma más completa.

Empecemos por dar la razón al autor sobre las pistas falsas. Identifica tres principales: el capitalismo verde, el ecofascismo y el tecnosolucionismo. Por supuesto, el capitalismo verde no puede presentarse como una solución, y el autor presenta este concepto como un oxímoron en la medida en que “no hay compatibilidad entre la dinámica intrínseca de la acumulación de capital y la gestión racional de los intercambios de materia, tanto en el seno de la sociedad humana como entre ésta y el resto de la naturaleza” (pp. 83-84).

Así pues, todas las nuevas actividades llamadas verdes (el desarrollo de la industria del hidrógeno, la economía circular, etc.) no son en el fondo más que nuevas fuentes de beneficios y no pueden en modo alguno responder a la catástrofe ecológica actual. Además, el capitalismo verde se inscribe en una lógica imperialista marcada por la competencia por el acceso a nuevos recursos, la mayoría de las veces situados en el Sur global (litio, etc.).

Huelga decir que el ecofascismo, como proyecto autoritario, racista, antiinmigratorio y maltusiano, tampoco puede presentarse como una solución. Sin embargo, el autor no cree que constituya una amenaza inmediata y duda de la capacidad actual de la extrema derecha para movilizar a ciertos sectores de las clases trabajadoras contra las minorías en nombre de la ecología. Los acontecimientos actuales muestran que la extrema derecha, ya sea en Argentina (Javier Milei), en los Países Bajos (Geert Wilders) o en Estados Unidos (Donald Trump), está más interesada en movilizar a las clases trabajadoras contra la ecología, principalmente jugando con las contradicciones del capitalismo verde.

El callejón sin salida creado por el capitalismo verde es evidente: aparte de que no funciona[2]da pábulo a las reivindicaciones antiecológicas de la extrema derecha, que “explota demagógicamente las consecuencias antisociales” de tales políticas (p. 100).

Por último, el autor se dirige a su campo social evocando el tecnosolucionismo, es decir, la creencia de que la catástrofe ecológica puede resolverse mediante el uso de determinadas tecnologías (desarrollo masivo de nuevas energías descarbonizadas, tecnologías de emisiones negativas de carbono, etc.). Sostiene que no es sorprendente que los capitalistas recurran a ello en la medida en que la fe en la tecnología es “la única respuesta compatible con la dinámica de la acumulación” (p. 101).

Sin embargo, el autor pone en guardia a los marxistas que creen que las tecnologías, una vez que escapen a la lógica del mercado y de la competencia, resolverán el problema. El desarrollo de estas nuevas tecnologías, argumenta el autor, requeriría enormes cantidades de energía. Incluso la transición a las energías renovables sería muy intensiva en energía y provocaría por sí misma un fuerte aumento de las emisiones de CO2. Por ello, el Daniel Tanuro sostiene que, si bien hay que defender un uso razonado de la tecnología, una política ecológica y social no puede prescindir de una reducción radical de la producción y el consumo: “Es cierto que las tecnologías digitales y los nuevos materiales ofrecen grandes posibilidades, pero tenemos más que suficientes para detener la catástrofe, siempre que rompamos con la acumulación. Las soluciones son políticas, no tecnocráticas: eliminar la producción y el consumo innecesarios, combatir radicalmente las desigualdades sociales, garantizar la participación democrática en la toma de decisiones. La urgencia absoluta de la situación no permite otra alternativa realista” (p. 101).

Puesto que ni el capitalismo verde ni el tecnosolucionismo de izquierdas son soluciones, y puesto que necesitamos “eliminar la producción y el consumo inútiles“, la pregunta es: ¿cómo podemos lograrlo? ¿Qué sectores de la población deben implicarse? El autor dibuja un espectro con dos perspectivas en cada extremo, que considera insostenibles. En un extremo del espectro están intelectuales como Bruno Latour y Nikolaj Schultz, que creen que la clase trabajadora ha sido moldeada por un imaginario productivista y no puede ser el sujeto del desafío ecológico.

Según ellos, que ignoran bastante lo que es una clase social, que es algo más que una construcción social o política, hay que construir una nueva clase ecológica que lidere la lucha contra la catástrofe. Daniel Tanuro no menciona a Andreas Malm que, aunque se declara adversario de Bruno Latour, también desconfía del mundo del trabajo. Para él, la clase obrera está demasiado asociada al compromiso productivista del siglo XX y empantanada en la búsqueda del reparto de los frutos del crecimiento. En la estrategia de leninismo ecológico que desarrolla, Andreas Malm no concede ningún papel al mundo del trabajo: toda la batalla se libra entre activistas muy politizados partidarios de la acción directa, incluso del sabotaje, por un lado, y el Estado, por otro[3].

En el otro extremo del espectro, encontramos una estrategia esbozada por el geógrafo estadounidense Matthew Huber. Para él, la clase obrera sigue siendo el sujeto revolucionario por excelencia, más aún en tiempos de catástrofe ecológica. El autor no se opone a esta idea. La catástrofe ecológica (o su evitación) está ante todo determinada por las opciones de producción de una minoría capitalista. Así pues, luchar contra la catástrofe significaría permitir a la clase obrera apropiarse de los medios de producción y, luego, garantizar que la clase obrera tome las decisiones correctas para dejar de causar daños.

Según Daniel Tanuro, este planteamiento es pertinente en la medida en que reconoce la centralidad del mundo del trabajo. Sin embargo, argumenta el autor, Matthew Huber no pretende “ayudar al mundo del trabajo a romper con la estrategia sindical tradicional de compartir los frutos del crecimiento, que encierra a los trabajadores en un marco productivista y les cierra cualquier perspectiva política” (p. 109). En otras palabras, Matthew Huber no propone una estrategia para desarrollar una conciencia de clase que tenga en cuenta las limitaciones ecológicas. No podemos sino estar de acuerdo con la crítica de Daniel Tanuro: la conciencia de clase no surge espontáneamente y corresponde a una organización política (o sindical) desarrollar nuevas identidades.

Para compensar las debilidades del planteamiento de Matthew Huber, el autor propone a continuación reflexionar sobre el desarrollo de una conciencia de clase ecológica, pero también sobre los distintos obstáculos a su desarrollo. Identifica dos obstáculos principales para su formación. El primero se deriva del hecho de que la fuerza de trabajo pertenece al capital (que la compra) y, por tanto, depende de él para garantizar su reproducción. Ni que decir tiene que un obrero petroquímico que, como los jóvenes diplomados de AgroParisTech, decidiera diversificarse ya no tendría suficiente para alimentarse.

El segundo obstáculo, más sutil, es el resultado del desarrollo del capitalismo y, más concretamente, de la revolución industrial, de la que se sabe que ha descualificado profundamente a los trabajadores. Al desposeerlos de sus conocimientos, perdieron prácticamente todo control sobre las opciones de producción. Estos factores, sostiene el autor, “hacen extremadamente difícil pensar en otra sociedad no sólo como una utopía abstracta, sino como un proyecto concreto” (p. 112).

Una vez identificados estos obstáculos, pero también tras haber reflexionado sobre diversos puntos débiles del capitalismo, el autor propone una estrategia para el desarrollo de una conciencia ecológica de clase. Señala que sólo se trata de hipótesis y que cualquier hipótesis puede corregirse. Esta última parte del libro es más discutible, ya que las hipótesis planteadas apenas se apoyan en ejemplos concretos.

Sin embargo, sería difícil criticar al autor por ello, ya que la investigación sobre los vínculos entre el mundo del trabajo y las preocupaciones ecológicas es aún relativamente reciente. Por el momento, sigue faltando una serie de estudios empíricos que puedan alimentar las estrategias ecosocialistas. No obstante, Daniel Tanuro propone trabajar para desvincular el movimiento obrero del productivismo apoyándose en diversos elementos.

Por un lado, habría que prestar especial atención al sector de la reproducción social (de los cuidados) en el que “el trabajo tiene una dimensión relacional” (sanidad, transporte público, cuidados personales, etc.) (p. 117). Según el autor, se trata de un terreno fértil para la movilización: es difícil de deslocalizar y es predominantemente femenino, inseguro y racializado. En su seno, “la idea de los cuidados podría constituir el hilo conductor de una ruptura obrera con el productivismo” (p. 117). El autor sostiene que las luchas antirracistas, ecologistas, campesinas, etc., que convergen en la cuestión de los cuidados, deberían tratar de situar la cuestión medioambiental en el centro de la conflictividad.

Por otra parte, el autor anima a intensificar los intercambios entre ecologistas, sindicalistas, etc. para “preparar las conciencias ante una crisis política y social de gran envergadura” (p. 129). No podemos sino estar de acuerdo cuando Daniel Tanuro, refiriéndose a un texto de Lenin que pone de relieve los “prejuicios” o las “fantasías reaccionarias” de ciertos explotados, nos recuerda que la “lucha contra la hegemonía ideológica de la clase dominante” es “un proceso complicado, desigual y caótico de formación del sujeto”, que requiere debate y confrontación (pp. 115-116). Por ello, el autor anima a intensificar los intercambios con el mundo del trabajo, en particular participando en cursos de formación sindical.

Para el autor, la construcción de un nuevo sujeto obrero que rompa con el productivismo debe estar al servicio de un proyecto revolucionario al que el militante intelectual y anticapitalista no ha renunciado. Para ello, sigue apoyándose en el método de transición desarrollado por León Trotsky. Este método permite “tender un puente” entre las “reivindicaciones inmediatas” y el proyecto de sociedad socialista. El autor actualiza el método, proponiendo adaptarlo a las limitaciones ecológicas de nuestro tiempo y someterlo a nuevas exigencias, como el decrecimiento justo.

Por supuesto, semejante programa[4] representa una ruptura profunda con el estado actual de la conciencia de los oprimidos del mundo. Pero el autor sostiene que lo que “la situación exige no puede ser adoptado de inmediato por las clases trabajadoras, pero debe formar parte del programa” (p. 140).

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El último libro de Daniel Tanuro tiene un valor incalculable. En primer lugar, porque resume las décadas de investigación y experiencia del autor, y ofrece una mirada crítica sobre el desastre ecológico actual. En segundo lugar, porque, más que nunca, el autor emprende reflexiones estratégicas sobre cómo sacar al mundo del trabajo del productivismo y construir un nuevo sujeto revolucionario que tome nota de las limitaciones de las que no podemos escapar: la reducción global del consumo de materia y energía.

Las dos grandes vías desarrolladas (apoyarse en el sector de la reproducción social con la estrategia del cuidado y multiplicar las confrontaciones y los intercambios con vistas a construir una nueva hegemonía) son ricas. Preparan el camino para la investigación en ciencias sociales, que deberían poder ponerlas a prueba mediante encuestas empíricas. Me gustaría sugerir una tercera vía que el autor no menciona. La catástrofe ya está en marcha y está dando lugar a numerosos fenómenos climáticos extremos, que también están generando movilizaciones. En Camboya, por ejemplo, las lluvias monzónicas especialmente violentas de 2013 y 2014 mermaron las cosechas de las y los agricultores[5]. Las malas cosechas también afectaron a los trabajadores y. trabajadoras textiles de los centros urbanos, ya que son interdependientes de sus familias en el campo (a través de ayudas económicas, materiales, etc.). Por ello, dieron lugar a una fuerte movilización para mejorar sus salarios, precisamente para compensar la falta de recursos de los padres en las zonas rurales. Aunque estas huelgas tienen lugar en el centro de trabajo, ya están arraigadas en las catástrofes climáticas. Este es un terreno aún más fértil para que las reivindicaciones trasciendan los muros de la fábrica o la planta y se extiendan a la preservación de las condiciones de vida en el planeta.

Douglas Sepulchre

21/06/2024

https://www.contretemps.eu/ecologie-luttes-sociales-revolution-tanuro/#_ftnref2

Traducción: viento sur

[1] El prefacio del libro, escrito por el economista y teórico del decrecimiento Timothée Parrique, atestigua el acercamiento entre ecosocialistas y defensores del “decrecimiento justo”.

[2] En la lucha contra el cambio climático, por ejemplo, las emisiones de CO2 no están disociadas del crecimiento en la mayoría de los países. Y cuando lo están, es a un ritmo demasiado lento y/o demasiado tímido para garantizar el cumplimiento del Acuerdo de París.

[3] Malm, Andreas, Cómo dinamitar un oleoducto

[4] La Cuarta Internacional, corriente política a la que pertenece el autor, ha publicado hace poco el Manifiesto del marxismo revolucionario en la era de la destrucción ecológica y social capitalista.

[5] Lawreniuk, S., “Climate change is class war: Global labour’s challenge to the Capitalocene“, en Natarajan N., Parsons L. (eds.), Climate Change in the Global Workplace, Londres, Routledge, 2021, pp. 172-188.

Fuente Viento Sur, vía Fe Adulta

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Nuevo libro examina la naturaleza sacramental del matrimonio entre personas del mismo sexo

Jueves, 18 de julio de 2024

IMG_3951IMG_5650Adam Beyt

La publicación de hoy es del colaborador invitado Adam Beyt (él/él), profesor asistente visitante de Teología y Estudios Religiosos en Saint Norbert College, Wisconsin. Su primer libro, Remaking Humanity: Embodiment and Hope in Catholic Theology, es una teología política constructiva que utiliza el trabajo del teólogo dominicano Edward Schillebeeckx y la filósofa estadounidense Judith Butler. El libro se publicará en Bloomsbury en el otoño de 2024. Para conocer sus contribuciones anteriores a Bondings 2.0, haga clic aquí.

The Sacrament of Same-Sex Marriage (El sacramento del matrimonio entre personas del mismo sexo) de Bridget Burke Ravizza ofrece un retrato íntimo y teológicamente rico de las alegrías, luchas y esperanzas de las parejas del mismo sexo (término del autor) mientras se esfuerzan fielmente por encarnar el amor de Dios en sus vidas. Ravizza ha realizado anteriormente reflexiones etnográficas y teológicas sobre parejas católicas heterosexuales a través del Project Holiness, un estudio cualitativo de las experiencias vividas por personas casadas. Este trabajo aplica una metodología similar al entrevistar a veintidós parejas del mismo sexo con una “conexión significativa con la tradición católica”. Como muchos católicos LGBTQ+, este término abarca cómo las relaciones con la Iglesia institucional son, en el mejor de los casos, tensas y en otras ocasiones dañinas, pero, no obstante, han moldeado su comprensión de Dios y el amor. Algunas parejas son miembros de parroquias católicas. Otros han encontrado sus hogares en diferentes comunidades, como las congregaciones episcopales que afirman queer.

Las historias íntimas de estas parejas se unen a libros como Christian Mysticism’s Queer Mystical Flame del difunto Michael Bernard Kelly, una lectura detallada de la vida espiritual de las personas queer. Cada capítulo se centra en diferentes aspectos de la participación en la vida de la Iglesia, desde la compleja relación dentro de las familias hasta las instituciones católicas locales. Las entrevistas muestran una relación matizada para muchas parejas queer, incluidos casos de gracia y misericordia junto con narrativas de heridas y daños.

Los capítulos anteriores se centran en las formas más pequeñas y domésticas de santidad de estas parejas y sus familias. Ravizza integra cuidadosamente las reflexiones interpersonales sobre la gracia de Dios en el contexto de sus matrimonios para argumentar que las parejas modelan un amor sacramental que se ajusta a los impulsos clave del matrimonio católico, una reinterpretación de los temas de complementariedad y procreatividad. Así, sitúa estas historias de amor vividas en el contexto de muchas conversaciones sobre textos del Magisterio y muchas críticas y ampliaciones de esos temas dentro de la teología académica. Su trabajo muestra las formas en que las experiencias vividas por las personas queer enriquecen y complementan las conversaciones que ya tienen lugar dentro de otras facciones de la Iglesia. Una breve posdata que reflexiona sobre la Fiducia Supplicans, el documento del Vaticano que permite bendiciones para personas en relaciones del mismo sexo, demuestra la importancia vital de testificar y dialogar con tales parejas dentro de la vida en evolución de la Iglesia.

El texto también es testigo del apoyo ambivalente y, a veces menguante, que muchas parejas queer han experimentado mientras navegaban por la vida familiar y el empleo en instituciones católicas. Estos capítulos reflexionan sobre estos sentimientos simultáneos de “tensión, integración y pertenencia”. Una narrativa memorable incluye una experiencia dolorosa de acoso en línea y amenazas de muerte a un hombre gay contratado por una parroquia. Estas experiencias traumáticas dan testimonio de la persecución constante de las personas queer por parte de los llamados católicos “fieles” radicalizados por los rincones fascistas de la Iglesia católica estadounidense. Otras narrativas ofrecen más esperanza, incluido el crecimiento y el cambio que ofrece el diálogo reflexivo con familiares y compañeros feligreses.

Este trabajo representa un testimonio vital de cómo los católicos queer experimentan a Dios en medio de la implementación prudencial de conciencias bien formadas dentro de las tradiciones de la Iglesia. Esta pequeña muestra del sensus fidei (el sentido de los fieles) sólo demuestra cuán desesperadamente la Iglesia institucional necesita escuchar y dialogar con las realidades vividas y las voces teológicas de los católicos LGBTQ+. Existen limitaciones inevitables para que un solo teólogo realice dicha investigación, pero creo que el libro muestra cómo futuros proyectos de entrevistas en este molde enriquecerían considerablemente las reflexiones teológicas de la Iglesia sobre diferentes patrones de amor y relaciones.

Como católico de cuna que intenta vivir fielmente una tradición que me ha formado fundamentalmente, a menudo me he sentido en el mar como alguien que también es queer, incluso con los muchos débiles signos de esperanza de los últimos años. He aprendido mucho no sólo de otros teólogos que abordan esta tradición de manera reflexiva y amorosa, sino también de otras comunidades de católicos queer que viven fielmente sus vidas. La investigación de Ravizza y las historias que contiene este libro me recuerdan que no estoy solo en esta búsqueda, ya que todos oramos, esperamos y trabajamos para construir la Iglesia más radicalmente amorosa que exige la misericordia de Cristo.

The Sacrament of Same-Sex Marriage (El sacramento del matrimonio entre personas del mismo sexo) presta una atención crucial y muy necesaria a la gracia amorosa que muchas parejas queer ya experimentan, así como a la esperanza de que esta gracia sea afirmada.

—Adam Beyt (él/él), 21 de junio de 2024

Fuente New Ways Ministry

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“Mysterium liberationis queer”(“El misterio de la liberación queer”): multiplicando horizontes teológicos

Miércoles, 10 de julio de 2024

IMG_5372La publicación de hoy es de la colaboradora invitada Laurel Potter (ella/ella), que enseña teología en la Universidad de St. Thomas en St. Paul, Minnesota. Laurel investiga y rinde culto en colaboración con comunidades eclesiales marginales en El Salvador, donde vivió y trabajó durante varios años.

Laurel es oradora principal del seminario webinar sobre teología Queer  del New Ways Ministry  que tuvo lugar el pasado, 10 de junio de 2024 a las 7:30 p.m. Hora del este de EE. UU. Más información y un enlace para registrarse se encuentran al final de esta publicación.

Un nuevo y emocionante volumen publicado esta primavera examina la teología queer en continuidad con las tradiciones de la teología de la liberación en las Américas. Mysterium liberationis queer: Ensayos sobre teologías queer de la liberación en las Américas (MLQ) recopila ensayos sobre el “misterio de la liberación queer”, una traducción del título latín/inglés (“¿Latinglés”?). (Si bien este libro se publicó en español, los resúmenes de los capítulos están traducidos al portugués, inglés y francés). Los editores y colaboradores del libro sostienen que la liberación queer es un misterio en el que la divinidad se revela a la Creación.

El título del libro hace referencia a los dos volúmenes Mysterium liberationis: Conceptos fundamentales de la Teología de la Liberación (ML), una colección ahora canónica de ensayos de la década de 1980 que defienden una primera generación de teología de la liberación latinoamericana ante las autoridades eclesiásticas, otros teólogos y la comunidad cristiana. fieles más ampliamente. Este libro anterior fue publicado en español en 1990 y coeditado por los sacerdotes jesuitas vasco-salvadoreños Ignacio Ellacuría y Jon Sobrino de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas en San Salvador.

En el prólogo del recién publicado MLQ, Jorge A. Aquino describe el primero, el anterior Mysterium liberationis, como un “[…] documento de transición” que “representa la maduración de la primera generación de la teología de la liberación, pero a costa de asfixiar a parte de ella”. de su fuego revolucionario”. Aquino se resiste a la metodología de los primeros teólogos de la liberación latinoamericanos que se referían a la pobreza material como la fuente “infraestructural” de toda opresión, relegando lo que Aquino llama “opresiones sociológicas” (por ejemplo, sexismo, racismo, otras supremacías culturales y religiosas) como meros añadidos. en. Los editores y otros colaboradores de MLQ enfatizan que estas opresiones están inextricablemente integradas, se informan y se sostienen mutuamente.

MLQ también se sitúa más allá de las aspiraciones de búsqueda de aprobación de su predecesor y considera que su trabajo es “multiplicar los horizontes del proyecto anterior, en lugar de excluir opciones vitales”. Sin negar el énfasis de los teólogos de primera generación en la opción evangélica por los pobres y basándose en la opción de la teología latina por la cultura, los editores de MLQ optan preferentemente por temas sexuales queer y se centran en cuerpos marginados por razones de género y sexualidad. Describen la sexualidad como una “llave maestra que abre nuestra comprensión de las transacciones teológicas que están intrínsecamente enredadas entre las esferas política, económica, social y teo(ideo)lógica”. El sistema es una red, no una pirámide.

IMG_4760Este libro propone que la liberación queer amenaza las duraderas dinámicas coloniales, imperiales y eurocéntricas que afligen a nuestro hemisferio, y lo hace en la lengua mayoritaria del hemisferio. El compromiso del libro con los legados teológicos latinoamericanos y latinos se niega a permitir que el misterio de la liberación específicamente queer sea considerado por separado de los destellos del manifiesto divino entre otros caminos encarnados, de(s)coloniales e interculturales/interreligiosos.

En el capítulo tres, por ejemplo, la autora Molly Greening aplica a la feminista descolonial María Lugones para criticar la glosa del Papa Francisco de la “teoría de género” como una imposición colonial, recordando al lector cómo el propio proyecto colonial europeo se ha basado durante mucho tiempo en una enmarañada red de teología. poder militar y control heteropatriarcal. En un apéndice al volumen, el editor Anderson Fabián Santos Meza confirma:

“[…] el camino hacia la liberación no es uno que pueda recorrerse individualmente, como afirman las lógicas neoliberales y capitalistas dominantes. Lo que se necesita es solidaridad y apoyo entre quienes comparten una visión de justicia, inclusión y equidad. Cuando nos comprometemos a solidarizarnos con otros en la lucha, nos comprometemos no sólo a la construcción de una comunidad más fuerte, sino también a avanzar hacia un mundo más justo y libre para todos” (494-95).

Otros capítulos retoman este desafiante compromiso interseccional. Por ejemplo, la contribución de Ana Ester Pádua Freire, “No soy Marie Kondo: Teología desordenada”, analiza la categoría “mujer” desde una perspectiva queer. Aunque humanizar a la “mujer” ha sido una tarea vital para las teologías feministas cisgénero, Pádua Freire sostiene que mantener esa categoría refuerza los términos desiguales y binarios establecidos por los controles coloniales y heteropatriarcales, lo que en última instancia limita la expresión humana. Al relacionarse con figuras como Audre Lorde, Adrienne Rich y Gloria Anzaldúa, Pádua Freire propone “desordenar” la “norma mítica” de estas categorías “prescriptas”, revelando la posibilidad de identidades poéticas que fluyen entre y más allá de las rígidas fronteras de género colonial.

Reflexionar sobre el título del libro y su herencia intelectual me ayuda a pensar en lo que el trabajo pretende y lo que no pretende lograr. En estas páginas, “el misterio de la liberación queer” no es un objeto fijo que debe ser perseguido, triangular, rodeado de miradas equipadas con miras láser, capturado, identificado y catalogado. Estos capítulos no son una taxidermia de algo estático y muerto percibido desde afuera hacia adentro. No definen ni exponen sistemáticamente alguna esencia queer imaginada, ni ofrecen un argumento que reivindique a los católicos queer en los términos de la iglesia. A pesar de las 540 páginas del volumen, el “misterio” no está resuelto.

En cambio, este libro actúa como un prisma multifacético que proyecta arcoíris en las paredes. Los editores y colaboradores refractan la gracia de las vidas queer desde adentro hacia afuera para mostrar, aunque sea por un fugaz segundo, dónde parpadea lo divino en medio de nuestra supervivencia, resistencia y alegría. Los capítulos invitan a la pausa, la contemplación y el asombro como cualquier ícono, himno o vela danzante del tabernáculo.

Deberíamos recibir MLQ en la tradición de ML, como una colección importante para la teología cristiana. Sin embargo, debemos resistir la tentación de que el estatus canónico lo condene convirtiéndose simplemente en el texto representativo sobre “el misterio de la liberación queer”. En lugar de ello, ojalá logre generar más volúmenes y, más importante aún, remitir a sus lectores y observadores a lo práctico, a la lucha cotidiana por la liberación concreta, a las vidas extrañas que iluminan y refractan el Misterio viviente entre y más allá de nuestras vidas. amarras.

—Laurel Potter (ella/ella), 10 de junio de 2024

IMG_5369ESTA NOCHE: Laurel Potter se unirá a los teólogos Travis LaCouter y Nicolete Burbach para un seminario web sobre Catholic Approaches to Queer Theology(Enfoques católicos de la teología queer” ) el lunes 10 de junio de 2024 a las 7:30 p.m. Hora del este de EE. UU.

Moderados por Brian Flanagan, miembro principal del New Ways Ministry, los panelistas presentarán qué es la teología queer, cómo puede contribuir a las vidas y la comprensión de los católicos LGBTQ+ y cómo puede ser un regalo que las comunidades y los teólogos queer pueden compartir con todo el mundo. iglesia. No se requiere experiencia previa con teología. ¡Todos son bienvenidos!

Para registrarse, haga clic aquí.

Fuente New Ways Ministry

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Nuevo ensayo destaca las voces de mujeres católicas queer que celebran el orgullo

Miércoles, 3 de julio de 2024

IMG_5761Los católicos LGBTQ+ son “los futuros santos de la iglesia”, dice Ángela, una mujer entrevistada en un artículo del National Catholic Reporter que presentaba las voces de mujeres católicas queer. Ángela dice de los fieles LGBTQ+: “Cada voz a su alrededor en la iglesia y fuera de la iglesia les dice que realmente no pertenecen… [S]er capaz de ignorar eso y permanecer enfocado en Cristo es santo, creo. .”

La reportera Emily Claire Schmitt recopiló historias de mujeres queer que, como Ángela, entienden y viven su sexualidad de diversas maneras, mostrando el espectro de experiencias entre las mujeres católicas LGBTQ+. “Sin excepción”, concluye Schmitt, que es católica queer, “todas las mujeres con las que hablé habían leído el catecismo, así como documentos adicionales de la iglesia sobre el tema, y entendieron que la iglesia no considera que el deseo del mismo sexo sea inherentemente pecaminoso, pero considera pecaminosos los actos entre personas del mismo sexo. Sin embargo, las mujeres diferían sobre si aceptaban o no esta enseñanza”. Entre las entrevistadas se incluyen mujeres en parejas queer, que viven célibes y en matrimonios de orientación mixta.

Independientemente de si aceptan plenamente la enseñanza magisterial, muchas de las mujeres expresan descontento con la forma en que los demás retratan y entienden su sexualidad. Becca solía creer, como muchos católicos, que las parejas queer estaban “basadas en la lujuria o el egoísmo”, en lugar de “una expresión del amor de Dios, basada en el sacrificio y el afecto mutuos”. Esta creencia se basa en una fijación por los aspectos físicos de las relaciones queer.

“¿Realmente creen que a los homosexuales sólo les importa el sexo?” pregunta Steff, otro entrevistado. Ella resume la terminología utilizada por Courage International de la siguiente manera: “No te llames gay, llámate atraído por personas del mismo sexo. No te definas por tus tentaciones pecaminosas”.

“La iglesia en general es muy reduccionista en lo que respecta a la orientación sexual”, dice Steff, señalando que se centra en los deseos y acciones carnales. Schmitt comparte cómo su propia experiencia de la sexualidad es mucho más profunda que esto:

“Para mí, la orientación sexual es mucho más que una experiencia subjetiva de atracción. Ha dado forma a mis interacciones personales y ha aumentado mis instintos de empatía y solidaridad. Si no fuera bisexual, podría tener la misma vida externamente, pero sería una persona diferente internamente”.

Varias de las mujeres entrevistadas rechazaron la idea de que el celibato debería ser la vocación por defecto de los católicos queer. “El celibato siempre ha sido visto como una vocación”, explicó Steff, “pero para las personas homosexuales, simplemente se les impone que todos deben ser célibes o pueden estar en un matrimonio de orientación mixta…”

Si bien el celibato puede ser una vocación auténtica y vibrante para las personas LGBTQ+, debe ser elegido libremente mediante un discernimiento genuino. Tamara dice sobre su experiencia en el discernimiento de la vida religiosa: “Si no ves la sexualidad bajo la luz correcta, no puedes elegir el matrimonio de manera saludable y no puedes elegir el celibato de manera saludable. El matrimonio no curará tu adicción a la pornografía ni tu lujuria… Necesitas tener una visión saludable de tu sexualidad para poder elegir libre y amorosamente… y si no puedes hacerlo, no uses el sacerdocio o el convento como una manera elegir eso por ti mismo”.

Schmitt dice de las mujeres entrevistadas que para aquellos “que sienten una sincera atracción emocional hacia lo divino, la teología de la iglesia rara vez es una barrera”, y agrega: “Ya sea que acepten o rechacen la enseñanza católica oficial, parecen encontrar una manera de integrar la práctica de su fe en sus vidas”. Para algunos, eso sucede fuera de la iglesia institucional. Becca dice de su relación con la iglesia: “Creo que mi corazón es católico y mis valores continúan reflejando la vida de Cristo, pero no estoy tratando de ser miembro de la institución católica cuando institucionalmente no me quiere.

Otros describen su decisión de permanecer dentro de la Iglesia católica. Por ejemplo, Tamara recuerda su confirmación diciendo: “Estaba sentada en el banco debatiendo: ‘¿Voy a subir y escribir mi nombre en el libro?’… Recuerdo haber hecho un acto de fe en ese momento”, recordó. “Le dije: ‘¿Sabes qué? Dios, confío en ti, creo que eres real. Confío en que encontraré respuestas’”.

New Ways Ministry celebra las voces de cada una de estas mujeres valientes mientras encuentran sus propias respuestas a preguntas de fe, vocación e identidad en este Mes del Orgullo. Grace señala dónde ve que se superponen el espíritu de las tradiciones católica y LGBTQ+: “Junio es el mes del Sagrado Corazón”, observa. “Sé que hay mucha controversia sobre ‘Recuperar junio para el Sagrado Corazón’. ¿Qué tal si nos centramos en la parte del amor y la misericordia? … Eso es lo que la gente necesita. Amor y misericordia”.

Al concluir este mes del Orgullo, ¡todos nosotros en New Ways Ministry les deseamos un año lleno de amor y misericordia!

—Ariell Watson Simon (ella/ella), Ministerio New Ways, 29 de junio,

Fuente New Ways Ministry

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“Biblical Judgments”, por Isabel Gómez Acebo

Lunes, 1 de julio de 2024

IMG_7112Leído en su blog:

Se acaba de publicar un libro que trata de los dilemas que tienen las leyes modernas y las soluciones que ofrece la Biblia, Lo ha escrito una catedrática judía, Daphne Barak – Erez’s, que ha pertenecido al Tribunal Supremo de Israel y ha sido decana de la universidad de derecho de Tel Aviv y se titula Biblical Judgments (Juicios bíblicos)

Se compone en 400 páginas de 127 pequeños capítulos que se agrupan por temas: “La ley y el gobierno” que responde a preguntas constitucionales, gobernantes y política; ”Jueces y juicios”, sobre la independencia del poder judicial; “Derechos humanos y justicia social” que nos habla de la esclavitud y las posibilidades de acceso al poder; “La ley criminal” que es la sección más larga del libro al tratar de sentencias y castigos, de ofensas y defensas. La parte final dedica el libro al derecho privado

No ofrece conclusiones y es muy respetuosa con sus lectores para que saquen sus propias reflexiones. Nos invita a meditar sobre lo que nos ofrece la Biblia. No es un libro religioso sino sobre leyes y literatura, no pretende influir ni a cristianos ni a judíos. Nos pasea por todos los libros del Antiguo Testamento, pero los más frecuentemente citados son el Génesis, Éxodo, Samuel y Reyes

Algunas historias aparecen con más frecuencia: la destrucción de Sodoma y Gomorra, el juicio de Salomón, la torre de Babel y la historia de Jezabel. El tema de Sodoma y Gomorra se describe en múltiples ocasiones, incluso en el Nuevo Testamento. Desconocemos el motivo de la ira de Dios, aunque algunos apuntan a la falta de hospitalidad de sus habitantes. Nuestra autora la utiliza para abrir la reflexión sobre dos temas: la posible tiranía de una mayoría y la responsabilidad de estudiar el caso antes de juzgarlo Gn 18,21 “Bajaré a Sodoma para ver si de verdad sus habitantes son tan malos. Voy a comprobar personalmente si lo que se dice de ellos es verdad o mentira”

El juicio de Salomón es muy cruel y a nuestra autora le sirve para comprobar [ig1] la calidad de la justicia que debe ser siempre imparcial y alejarse de la venganza, el victimismo o de los castigos sin juicio, como hicieron con José sus hermanos cuando le arrojaron a un pozo Gn 37

El relato de la torre de Babel en Gn 11, lo ve la autora como un caso de la libertad de expresión pues los hombres piensan que cuando nadie se oponen son libres de hacer lo que quieran. Dios, para poner fin a su actuación, dice “Ahora, pues, descendamos y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero”. Para la autora es un aviso a limitar las leyes que impone la mayoría sin tener en cuenta a los grupos minoritarios. La libertad de expresión es una de las mayores reglas de la ley y la justicia y la Biblia no suministra claros mensajes. Algunos profetas que criticaron a los reyes son venerados, pero por otro lado el salmista alerta de apartar la lengua del mal Sal 34,13

El relato de la viña de Nabot 1 Re 21nos hace reflexionar sobre la importancia de la independencia de la justicia y los límites del poder. Cuando Ahab se arrepintió Dios le perdonó, pero anunció que el castigo caería sobre sus hijos. Unas palabras que nos hacen reflexionar en nuestros actos en la medida que perjudican a nuestros descendientes

En la Biblia también nos encontramos con textos desconcertantes. En 1 Sam 14 Jonathan es castigado por romper una ley que desconocía, hay relatos de violaciones que nos horrorizan Gn 34, Jue 19 y 2 Sam 13, asesinatos Gn 4 e incluso sacrificios humanos Jue 11. Sin embargo, en el conjunto del libro hay preocupación porque en la sociedad prevalezca una ley justa en cuyo intento están los 10 mandamientos que son semejantes a nuestras constituciones modernas. El mandato de amar al prójimo como a ti mismo ya aparece en el Lev 19,18 y es fundamental en muchas sociedades actuales. Diferentes versículos tratan la democracia de las mayorías y no hay repuestas unánimes

En este sentido surge la pregunta si hay que seguir al líder y el momento en el que debe ser despuesto. A los que se opusieron a Moisés se les castigó con la lepra, sin embargo, recibieron un trato favorable los profetas que se opusieron a los reyes. Estos textos para la autora reflejan la importancia de decir la verdad a los poderosos y que los mejores gobernantes necesitan buenos consejeros en quienes apoyarse

Hay sucesos en los que la criminalidad está contra la moral, como el asesinato de Caín a su hermano y otros que son faltas contra los mandatos de Dios, como comer del fruto prohibido en el Paraíso. También tenemos que distinguir entre los que son universales o particulares de una nación. Para la autora hay una cosa, nadie debe obedecer órdenes que supongan realizar actos inhumanos

Biblical Judgments nos abre a una serie de cuestiones a las que tenemos que responder. La Biblia, como las leyes necesitan ser interpretadas para ayudarnos a escoger el camino correcto. Uno de estos intérpretes es  Barak – Erez, la autora de este libro que está llena de sabiduría, una virtud más valiosa que el oro Prov 16,16

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“Jürgen Moltmann: El teólogo de la esperanza y del Dios crucificado”, por Juan José Tamayo

Jueves, 20 de junio de 2024
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Leído en su blog:

“Sus obras cambiaron el rumbo del pensamiento teológico cristiano en varias direcciones”

“El 3 de junio falleció a los 98 años en Tubinga (Alemania) Jürgen Moltmann, uno de los teólogos cristianos más influyentes de la segunda mitad del siglo XX y de los más creativos”

“Llevó a cabo una verdadera revolución en la teología cristiana con importantes repercusiones en los campos de la cultura, la política, la ecología y el diálogo con el ateísmo”

“El principio esperanza, del filósofo alemán Ernst Bloch, le liberó de una especie de sonambulismo: ‘¿Por qué la teología cristiana ha pasado de largo ante el tema del futuro y de la esperanza cuando eran el fundamento y el resorte del pensar teológico?'”

“Sus libros siguen siendo hoy fuente de inspiración para caminar hacia la utopía por el camino de la esperanza. Creo que él fue el teólogo que mejor supo articular teórica y prácticamente la relación, siempre compleja, entre esperanza cristiana y utopías históricas”

El 3 de junio falleció a los 98 años en Tubinga (Alemania) Jürgen Moltmann, uno de los teólogos cristianos más influyentes de la segunda mitad del siglo XX y de los más creativos en diálogo con los nuevos climas cultuales y en respuesta a los grandes desafíos y problemas de la humanidad con especial sensibilidad hacia el sufrimiento de las personas y los colectivos oprimidos por los diferentes sistemas de dominación. Llevó a cabo una verdadera revolución en la teología cristiana con importantes repercusiones en los campos de la cultura, la política, la ecología y el diálogo con el ateísmo.

IMG_5333Nacido en Hamburgo en 1926, perteneció a la Iglesia Evangélica Protestante, ejerció el pastorado en varias comunidades evangélicas y desde 1967 hasta su jubilación fue profesor de teología sistemática en la Universidad de Tubinga. De 1963 a 1983 colaboró activamente en el Consejo Mundial de Iglesias. Fue esposo de Elisabeth Moltman-Wendel, referente de la teología feminista de la primera hora en Alemania, con quien compartió innovadores proyectos teológicos y escribió obras de gran relevancia teológica como Pasión por Dios. Una teología a dos voces (Sal Terrae) y Hablar de Dios como hombre y como mujer (PPC). Recomiendo la lectura de la Autobiografía de Elisabeth.

Sus obras cambiaron el rumbo del pensamiento teológico cristiano en varias direcciones. Moltmann fue el creador de la teología de la esperanza con su obra del mismo título publicada en 1964. Cuenta él mismo que la lectura El principio esperanza, del filósofo alemán Ernst Bloch, le liberó de una especie de sonambulismo en el que estaba sumido entre un Dios sin futuro y un futuro sin Dios. Si Heidegger había ayudado a Rudolf Bultmann a redescubrir las dimensiones existenciales del cristianismo, Bloch mostró a Moltmann las dimensiones utópicas de la religión judeocristiana.

“¿Por qué la teología cristiana ha pasado de largo ante el tema del futuro y de la esperanza cuando eran el fundamento y el resorte del pensar teológico?”

Tras la lectura de la obra de Bloch, surgió espontánea la pregunta: ¿Por qué la teología cristiana ha pasado de largo ante el tema del futuro y de la esperanza cuando eran el fundamento y el resorte del pensar teológico? Dio la respuesta en 1964 con la publicación de Teología de la esperanza, una de las obras más significativas del pensamiento cristiano de los últimos sesenta años, traducida a numerosos idiomas y todavía hoy ampliamente reeditada y citada.

IMG_5330Su intención no era heredar a Bloch, y menos aún entrar en concurrencia con él, sino hacer en la teología lo que su maestro había hecho en la filosofía, a partir de una hermenéutica liberadora y subversiva de la Biblia, libro de las promesas de Dios y abierto al futuro que alienta la esperanza de los pobres. Fue precisamente la lectura de Moltmann la que me condujo al encuentro con la filosofía de la esperanza de Bloch, sobre la que escribí mi tesis doctoral bajo la dirección del filósofo Carlos París, que se definía a sí mismo como “un creyente sin fe, pero con esperanza” (Religión, razón y esperanza. El pensamiento de Ernst Bloch (Tirant lo Blanch, Valencia, 2015, 2ª ed. con prólogo nuevo, biografía y bibliografía actualizadas).

A principios de la década de los setenta del siglo pasado escribió El Dios crucificado. Si en Teología de la esperanza su interlocutor fue Bloch, ahora sus interlocutores preferentes fueron Adorno y Horkheimer y su “Dialéctica negativa”. El libro supuso una verdadera revolución en la imagen de Dios: del Dios “motor inmóvil” de Aristóteles, que ni sufre, ni padece, ni es capaz de amar, al Dios crucificado, que se identifica con las víctimas y él mismo es víctima, como recuerda citando el relato de Elie Wiesel en su trilogía El alba, La noche y El día sobre la crucifixión de tres reos en un campo de concentración.

El sufrimiento de Dios, de Cristo, del mundo y de los seres humanos constituye la más severa crítica a los viejos atributos divinos: omnipotencia, omnisciencia, omnipresencia, impasibilidad, infinitud, felicidad celeste no compartida, indiferencia ante el mundo, etc. Revela, asimismo, otros valores menos mayestáticos de Dios y más a ras de humanidad, como impotencia, debilidad, solidaridad, compasión, sensibilidad ante el sufrimiento.

Uno de los textos bíblicos que mejor y más bellamente describe la nueva imagen de Dios en sintonía con los mejores sentimientos humanos es el libro de Judit, donde podemos leer: “Tu poder no está en el número ni tu imperio en los guerreros, eres Dios de los humildes, defensor de los pequeños, apoyo de los débiles, refugio de los desvalidos, salvador de los desesperados” (Jdt 9, 11).

El sufrimiento precede al pensamiento y constituye el marco de la pregunta por la justicia humana y por la acción o inacción de Dios en el mundo. La categoría central de la historia universal es, según Walter Benjamin, “la historia de la pasión del mundo”. El espejo roto del mundo distorsiona la realidad y lleva a preguntar si es posible el ideal de un mundo sin sufrimiento y sin dolor.

El Dios crucificado y la esperanza le llevaron a sintonizar con la teología latinoamericana de la liberación, reconocer su solidez, considerarla “la primera teología cristiana contra el capitalismo” y defender la necesidad de una lucha común de esta teología y de la teología política europea “por la vida contra la muerte, por la liberación contra la opresión”. Moltmann afirma que lo que más honda y profundamente le unió a la teología latinoamericana de la liberación fue el brutal asesinato de seis jesuitas y dos mujeres en la Universidad de San Salvador el 16 de noviembre de 1989 para silenciar la voz de denuncia de Ellacuría. Hasta allí peregrinó en 1994.

Los militares asesinos arrastraron el cuerpo del padre Ramón Moreno hasta la habitación de Jon Sobrino, que no se encontraba allí, y cayó de la estantería el libro El Dios crucificado, que luego fue encontrado bañado en sangre”

IMG_5329Él mismo recuerda que la noche del asesinato los militares asesinos arrastraron el cuerpo del padre Ramón Moreno hasta la habitación de Jon Sobrino, que no se encontraba allí, y cayó de la estantería el libro El Dios crucificado, que luego fue encontrado bañado en sangre. “Ahora yace -afirma- bajo un cristal como interpretación simbólica del martirio de hermanos y hermanas” Lo cuenta en Experiencia De Dios (Sígueme, Salamanca, 2009). Cada vez que vuelo a la UCA contemplo en actitud orante el libro ensangrentado de Moltmann bajo el cristal interpretando al “Dios crucificado” a la luz del “pueblo crucificado”, categoría mayor de la teología de Ignacio Ellacuría y de Jon Sobrino.

Aportación mayor de Moltmann fue la incorporación del horizonte ecológico en su teología de la creación, que critica el antropocentrismo opresor de la naturaleza, una de cuyas bases es la incorrecta interpretación del mandato divino del Géneris de “dominar la tierra”, busca conciliar los derechos humanos, los derechos sociales, los derechos económicos y los derechos de la tierra, y armoniza la justicia económica con la justicia ecológica.

No quiero terminar el recuerdo del teólogo alemán sin referirme a su original diálogo con el ateísmo y a su consideración de la teología cristiana como teología pública. Lo primero que reconoce es que los ateos tienen sus razones contra Dios y contra la fe en él. El Anticristo, de Nietzsche, afirma, tiene mucho que enseñarnos sobre el verdadero cristianismo. Considera, asimismo, que la crítica de la religión de Feuerbach, Marx y Freud es teológica en su anti-teología.

“El Anticristo, de Nietzsche, afirma, tiene mucho que enseñarnos sobre el verdadero cristianismo. Considera, asimismo, que la crítica de la religión de Feuerbach, Marx y Freud es teológica en su anti-teología”

También es profundamente teológico el ateísmo de protesta que lucha con Dios como lo hizo IMG_5334Job y, por causa del sufrimiento de los seres humanos que clama al cielo, niega que exista un Dios justo que gobierne el mundo con amor y justicia. La pregunta si hay un Dios bueno, ¿por qué todo está mal?” es también la pregunta fundamental de toda teología cristiana, que toma en serio la pregunta de Cristo moribundo en la cruz: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?.

Esto le lleva a definir la teología cristiana como una “teología pública. Su razonamiento es el siguiente. Una teología cristiana exclusivamente para creyentes sería una ideología de un sociedad cristiana religiosa o una doctrina esotérica para personas “iniciadas”. Su retirada del espacio público de la sociedad constituye una renuncia a la relevancia universal del mensaje cristiano. Llegado aquí, se pregunta provocativamente: “¿no es también un teólogo toda persona incrédula que tiene una razón su deseo de no creer y su ateísmo?”, para concluir que la teología cristiana no pertenece al círculo de personas “iniciadas” en la fe, sino igualmente a las personas que se sienten “fuera de la puerta”.

“Sus libros siguen siendo hoy fuente de inspiración para caminar hacia la utopía por el camino de la esperanza. Creo que él fue el teólogo que mejor supo articular teórica y prácticamente la relación, siempre compleja, entre esperanza cristiana y utopías históricas”

Jürgen Moltmann ha fallecido tras un recorrido casi centenario por la historia, que él mismo ha contribuido a construir con su esposa Elisabeth Moltmann-Wendel. Pero nos queda su memoria, que coincide con la memoria subversiva de las víctimas a quienes siempre recordó compasivamente y a cuya autoridad siempre obedeció. Sus libros siguen siendo hoy fuente de inspiración para caminar hacia la utopía por el camino de la esperanza. Creo que él fue el teólogo que mejor supo articular teórica y prácticamente la relación, siempre compleja, entre esperanza cristiana y utopías históricas. Estamos esperando que se publique pronto en castellano su Ética de la esperanza, otra de sus obras mayores.

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Fuente Religión Digital

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Xabier Pikaza: “La Iglesia nace especialmente de la interacción de Jesús con sus amigas y compañeras, mujeres marginadas”

Lunes, 17 de junio de 2024
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IMG_5180El gran biblista español publica ‘Compañeros y amigos de Jesús‘ (Sal Terrae)

“La Iglesia nació por clari-videncia y amor  de esas mujeres, que abandonan la tumba cerrada de Jerusalén y van a Galilea, para encontrar allí al verdadero Jesús que les espera por haberle amado, por haber sido amado por ellas”, sostiene en ‘Compañeros y amigos de Jesús’

“Pablo entró en la Iglesia como catalizador y fuente de comprensión unitaria del mensaje y seguimiento de Jesús, entendidos desde su muerte”

“La primera iglesia de las mujeres, antes de Pablo, no tenía catecismo doctrinal, único e impositivo, como el de la Iglesia Católica del año 1992, pero en su conjunto todo el NT es un mensaje y catecismo  básico de libertad y gratuidad”

“La iglesia nace de la interacción de Jesús  con sus compañeros y amigos, especialmente con sus amigas y compañeras, mujeres marginadas, en medio de un mundo de excluidos, pobres, enfermos, desclasados….”

“La iglesia es una guía, camino y comunidad de compañeros/amigos de Jesús que son triunfadores precisamente por haber sabido perder con/por amor. Entender eso ha costado años, los años que median entre Jesús y Pablo

Es, sin duda, uno de los más prestigiosos biblistas  del mundo, pero Xabier Pikaza(Orozco, 1941) no se lo cree demasiado ni presume de ello. Con una quincena de grandes libros a sus espaldas ha marcado toda una época en la exégesis católica. Y, para ser fiel a sí mismo y a sus ideas, tuvo que sufrir y hasta dejar, junto a su amigo Senén Vidal, la Pontificia de Salamanca, donde ambos enseñaban. Hace 40 años, los dos jóvenes investigadores y amigos tenían un plan: “Estábamos planeando los siguientes trabajos, él sobre textos del NT, yo sobre la iglesia. Pero murió a los dos años (2016) y me dejó a solas con 2000 páginas locas sobre el origen de la Iglesia según el NT. Y de allí, al cabo de ocho años de revisión ha nacido ese libro, ‘Compañeros y amigos de Jesús’ (Sal Terrae)”.

O dicho de otra forma, “ofrecer una visión de conjunto de la iglesia, a partir del NT, tomando como clave la experiencia pascual de las mujeres”. Un libro que era una deuda pendiente con Senén, su amigo, con Mabel, su amor, y con tantas mujeres olvidadas y marginadas en la historia de la Iglesia. Y hasta me atrevería a decir con RD. Con nosotros estuvo desde los inicios, hace 25 años y sigue siendo uno de nuestros mayores activos. Gracias por todo, hermano.

Aquí está tu nuevo libro: ‘Compañeros y amigos de Jesús’ (Sal Terrae). ¿Cuántos van?

Unos cuantos, según se cuenten. Puedes poner una docena de libros básicos y dos o tres de repeticiones y reinterpretaciones, sobre temas convergentes: Teoría de la religión, tratados sobre Dios, comentarios de Biblia, historia y sentido de la iglesia, espiritualidad, cuatro diccionarios (sobre Dios, Biblia, Religiones, Teólogos…) El tema no es la cantidad, sino la calidad, novedad y oportunidad, que quizá es menor que la cantidad.

En la dedicatoria dices: “Para Mabel, amiga de Jesús” ¿Y el amor de tu vida?

Mabel forma parte del básico de compañeros y amigos de Jesús… Me gustaría decir que también yo soy, como ella con ella, de esos amigos-compañeros-hermanos de Jesús, de los que habla su discípulo “amado” (Jn 15, 1) y el evangelio de Marcos (3, 31-35). Pero eso tendrán que decirlo ellas y otros que me conocen. Por mi parte me limito a repetir lo que dijo Pablo en 2 Timoteo: Quiero culminar con Jesús mi “carrera”.

¿Cómo definirías esa carrera de la iglesia en la que has estado y sigues? ¿Cuál es la visión de iglesia que ofreces en este libro? ¿Qué tesis es la que defiendes?

Quizá pueden “resumirse en cuatro”, como decíamos Senén Vidal y yo, hace cuarenta años, antes de dejar, los dos juntos, la Universidad Pontificia de Salamanca. Me acaban de hacer otra entrevista sobre el tema, y para no perderme en ideas generales he resumido en cuatro nuestras tesis de entonces, mis tesis de ahora:

 1.     La iglesia no nace de Pablo, ni siquiera de Jesús, ni de Israel, sino que ella es el verdadero pueblo de Israel, humanidad de Dios en camino, en comunión con todos los pueblos de la tierra. También los judíos rabínicos dicen que ellos son iglesia, comunidad de compañeros y amigos de Dios, en la línea de Moisés y los profetas y rabinos, sin negar en principio a Jesús, pero sin fijarse en él, pues no parece una piedra necesaria para el edificio de su templo (cf. Sal 118, 22; Mc 2, 10-11; Hch 4, 119).

2.     La iglesia no es Jesús por aislado, sino Jesús con compañeros, amigos y hermanos, en ejercicio de diálogo, encuentro y comunión de vida, unos con y contra (pero, al fin, en comunión con otros, y con todos) y con otros, varones y mujeres, encuentro de vida,  de seres humanos, de vivientes,  que se dan vida unos a otros, superando así la envidia, la lucha, la muerte, a través del Dios que se manifiesta por Jesús como amor que muere en los demás, resucitando en ellos.

3.     La iglesia nace del fracaso de Jesús Mesías como “cristo” superior de ley o guerra, rabino triunfante, celota militar victorioso.  La iglesia no nace de un triunfo militar, político o económico de Jesús, sino de su fracaso en amor y por amor. No nace de imponer, sino de dar vida, como Dios (por Dios, en Dios). Jesús ha sido el “hombre de Dios” (ser humano, representante de todos los humanos, mujeres y varones) que triunfa perdiendo, como víctima universal, al servicio de todos. Pablo dijo en esa línea la palaba clave: … El Mesías ha muerto (1 Cor, 15, 3-4). F. Nietzsche d rá más tarde “Dios ha muerto”, pero esa es una palabra engañosaLa verdad más honda es que Cristo ha muerto como Dios de imposición, como víctima crucificada, y que así, como víctima de la violencia de los hombres, muriendo por ellos, ha podido ofrecerles vida de Dios. De esa entrega/fracaso del mesías, que muere por amor y para bien de todos, nace la Iglesia israelita, cristiana y humana, abierta a toda la humanidad.

4.     La iglesia es una experiencia de “resurrección” de Jesús en aquellos que acepan su mensaje y camino, a partir del mensaje de unas mujeres, especialmente de tres (las tres Marías). Las mujeres descubren que Jesús no es Cristo de Dios y fundador de Iglesia a pesar de haber muerto, sino precisamente por haber muerto ofreciendo y compartiendo su vida en amor por todos y revelando de esa forma al Dios verdadero, que no es poder sobre los hombres, sino amor y vida en ellos. En ese sentido, la iglesia es  una experiencia básica de resurrección: De otros nacemos, para  otros y con otros vivimos, en ellos resucitamos, triunfando así sobre la muerte.

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Según eso, la iglesia la crearon unas mujeres, que creyeron en Jesús….

Nació por clari-videncia y amor  de esas mujeres, que abandonan la tumba cerrada de Jerusalén y van a Galilea, para encontrar allí al verdadero Jesús que les espera por haberle amado, por haber sido amado por ellas.  Ellas, como son signo de toda la humanidad, varones y mujeres, fueron las primeras madres, hermanas, amigas y compañeras de la iglesia, como dice Marcos 3,21-35. Así descubrieron y formularon, a partir de Jesús, la experiencia de la nueva humanidad que nace de la vida transmitida y compartida en conocimiento y palabra,  en comunión de amor que pervive a través de la muerte, por encima de la muerte. Esa es la verdad y vida de Jesús,  presencia de Dios (Dios hecho hombre, humanidad) en la historia de los hombres.

¿Cómo se abrió ese camino? ¿Cómo se expresó esa historia?

No es fácil precisarlo en forma de crónica pura, de hechos externos, y no hay una sino varias historias, contadas de maneras convergentes… Ésta es la historia que proclaman Marcos y Pablo, Mateo y Lucas, el Discípulo Amado y Tomás…. Los primeros años de la iglesia (30-40 d.C.) fueron de “caos creador” (con el Espíritu de Dios anidando sobre las aguas conforme al modelo de Gen 1-2, del Cantar de los Cantares y los Salmos y finalmente de Mc 1, 9-11). En esos años clave se produjo, un abanico riquísimo de experiencias y caminos de seguimiento de Jesús, partiendo de las mujeres de Galilea (con los Doce, con grupos de creyentes “helenistas”, parientes legales de Jesús, proto-gnósticos, como cuenta de una forma precisa y fundante el “evangelio” pentecostal de Hechos 1, 14-14).

Según eso, en principio, no hay una, sino varias iglesias, en comunión o sínodo constante…

Hay una, la única iglesia de Jesús, en varias iglesias, porque la unidad no es aislamiento y exclusión, sino comunión, pues allí donde sólo hay uno no hay ninguno. Del principio sin principio de Dios no surge el “uno”, sino la comunión de las iglesias… Cuando  Pablo se hizo cristiano, en el camino de Damasco  ya había varias iglesias que eran una, como él cuenta de manera muy precisa en sus cartas, sobre todo en 1 Corintios. Pablo entró a formar parte de una iglesia donde estaban ya Pedro y los Doce, con los hermanos/parientes de Jesús, con otros grupos de “apóstoles” y comunidades extensas de 500 hermanos. Así lo cuenta en 1 Cor 15, 3-8.

Pero no incluye  en ese pasaje a las mujeres, con María Magdalena, ni a la madre de Jesús con Salomé, que forman, como has dicho en algún sitio “la trinidad femenina del principio de la Iglesia”

Gracias por la cita, pero los principios-principios nos desbordan siempre. Cuando una nueva realidad nace no está ya al principio, en lo que los cabalistas llamaban “en sof” (aquello que no puede decirse ni contarse, el infinito…). Cuando la nueva realidad se ve y puede contarse ya son “varias realidades en comunión”. Cuando llegamos al principio, lo importante (las mujeres con Jesús) ya ha pasado. Por eso, las primeras mujeres del principio de la iglesia quedan siempre veladas…. Todo procede de ellas, pero a ellas no se las puede contar…, como vemos no sólo antes de Pablo (1 Cor 15, 3-8), sino antes Pedro, como dice de manera tajante Marcos 16, 1-18.

A pesar de esto, tú quieres hablar de la iglesia antes de Pablo… ¿No te parece imposible?

En un sentido es imposible, pero lo imposible es lo importante. De eso he querido tratar, de la iglesia de Jesús y de sus primeros compañeros y amigos,  antes de que se pudiera hablar más en concreto de Pedro y de Pablo.

Aquí  me he fijado más en Pablo porque es la figura más conocida y estudiada de la iglesia primitiva. Yo mismo había querido escribir una redacción anterior de este libro titulada: La Iglesia antes de Pedro. Pero no me salía, y por eso la dejé a un lado.  Tampoco pude escribir una iglesia antes de las mujeres, pues antes de ellas no hay “iglesia que se cuente”. Ellas hacen “cosas”, hacen todo, pero no se paran a contarlo. Me he fijado en Pablo, y por eso he podido escribir ese libro y titularlo “la iglesia antes de Pablo?

¿Cómo entró Pablo en la Iglesia?

De un modo “genial”, si me permites utilizar esa palabra. Entró como catalizador y fuente de comprensión unitaria del mensaje y seguimiento de Jesús, entendidos desde su muerte. Un amigo que ha leído el manuscrito de este libro me ha dicho: Tu Pablo ha entrado en la iglesia como un elefante en una cacharrería… Sí, como un elefante, o quizá mejor como un “camello” (Pablo era constructor de tiendas de campaña para camelleros). Entró como elefante/camello, pero aprendió, cambió…

Así pudo hacerlo porque, en la línea de las mujeres de la tumba vacía y de Galilea, él descubrió y dijo que la muerte de Jesús como Cristo fracasado de Israel era experiencia y principio de resurrección, presencia de Dios que da/regala su vida por los hombres, muriendo así y resucitando en ellos, De esa forma fue el primer teólogo de la iglesia, pero no por “crear los datos” (inventar la iglesia), sino por interpretarlos de un modo unitario, coherente, en el lugar de cruce de la cultura/vida judía y de la cultura/vida helenista. Con Pablo he terminado este libro, de un modo abierto, como diciendo “seguirá”.

No sé si entiendo bien lo que me dices. Resúmeme lo que has dicho

Quizá las cinco “tesis” anteriores  pueden resumirse en tres. (a) La iglesia sigue siendo Israel, con los profetas y el Cantar, con los Salmos, el Kohelet y Job, todo Israel tal como ha sido revivido y recreado por Jesús. (b) La iglesia nace de la interacción de Jesús  con sus compañeros y amigos, especialmente con sus amigas y compañeras, mujeres marginadas, en medio de un mundo de excluidos, pobres, enfermos, desclasados…. (c) La iglesia es, según eso, una comunidad que nace del diálogo de Jesús con una serie de amigas y amigos, un diálogo que se intensifica tras la muerte de Jesús, ajusticiado por los poderes establecidos.

Eso me parece más claro. Volvamos al principio ¿Qué hay de Senén Vidal en este libro tuyo?

Muchísimo. Está sobre todo nuestro plan de jóvenes investigadores y amigos, que queríamos ofrecer una visión de conjunto de la iglesia, a partir del NT, tomando como clave la experiencia pascual de las mujeres. Esa era una idea clave de Senén. Un movimiento como el de Jesús no pudo nacer de una “clase” de letrados varones, sino de la “autoridad de la vida” que recogen la gran tradición de Israel y la de Jesús, mejor que los varones, partiendo de la función de Eva en el Génesis y en especial de las mujeres ejemplares de Israel,  como la Sabiduría de Proverbios y la Sulamita  del Cantar.

Eso no se suele decir… ¿No te parece muy nuevo?

Es muy nuevo para algunos, pero es bien conocido para muchos No se suele decir en círculos de poder de varones, pero es un tema esencial  de los libros sapienciales de Israel, y de la primera tradición cristiana… Ciertamente,  Pablo es esencial para la iglesia, pero viene en un segundo momento, lo mismo que Pedro y otros varones (Discípulo Amado, Tomás, Jacobo el hermano de Jesús…). Los varones vienen en un segundo momento, cuando las claves de la iglesia ya están instituidas. Por eso he titulado este libro “la iglesia antes de Pablo”, aunque podría haberlo titulado, quizá mejor “la iglesia antes de Pedro.

De eso tendríamos que hablar más…. No sé si éste es el momento de hacerlo. Tú dices en este libro que Jesús era “campesino sin campo, agricultor sin agro, hombre del común… marginado, pero no resentido”…

Ésa es una frase “retórica”. Es cierta, pero debe matizarse. El ideario de un tipo de pueblo de Israel está vinculado a campesinos con campo y a pastores con pasto… Pero en tiempo de Jesús (I d.C.) ese modelo de buenos propietarios se había roto y Jesús tuvo que crear un movimiento de humanidad (reino) donde cupieran (fueran esenciales) los desclasados (pobres, enfermos, “posesos”, pecadores oficiales, víctimas de la sociedad dominantes…

Sigues diciendo: “El grupo de Jesús no necesita letrados y, si los hubiere, no serían por ello superiores a los otros”. ¿Y qué pasó después y sigue pasando hoy con los clérigos?

En aquel momento (tras la federación de tribus y los reinos de Samaría y Jerusalén, con la comunidad del templo) estaba naciendo un nuevo judaísmo como federación de sinagogas, con una generación espléndida de letrados,  sobre todo de línea farisea, que desembocaron en el nuevo Israel de la Misná  y del Talmud, que ha subsistido hasta hoy.

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Muere Jürgen Moltmann, el teólogo de la esperanza, a los 98 años

Miércoles, 5 de junio de 2024
Comentarios desactivados en Muere Jürgen Moltmann, el teólogo de la esperanza, a los 98 años

IMG_7365Estaba considerado uno de los teólogos protestantes más importantes del siglo XX

Su ‘Teología de la esperanza‘, publicada en 1964, fue traducida a numerosos idiomas e influyó en teólogos de todo el mundo

Moltmann comenzó sus estudios teológicos siendo prisionero de guerra en Inglaterra

Georg Bätzing, honró a Moltmann como “uno de los teólogos más influyentes e incisivos de nuestro tiempo”

“Podríamos aprender de Jürgen Moltmann lo que significa una vida para el ecumenismo. Nos inclinamos ante alguien que dio a la teología un lugar en la vida”, afirma el obispo de Limburgo
04.06.2024

(Katholisch).- El teólogo protestante Jürgen Moltmann ha muerto. Según ha confirmado este martes su familia al Evangelischer Pressedienst (epd), Moltmann falleció el lunes en Tubinga a la edad de 98 años. Estaba considerado como uno de los teólogos protestantes más importantes del siglo XX. Su «Teología de la esperanza», publicada en 1964, fue traducida a numerosos idiomas e influyó en teólogos de todo el mundo. Moltmann comenzó sus estudios teológicos siendo prisionero de guerra en Inglaterra.

El Presidente de la Conferencia Episcopal Alemana (DBK), el obispo de Limburgo Georg Bätzing, honró a Moltmann como «uno de los teólogos más influyentes e incisivos de nuestro tiempo». «No sólo hablaba de esperanza, sino que era una esperanza por la teología que caracterizó su vida», escribió Bätzing en «X» (antes Twitter) el martes. El pensamiento de Moltmann también inspiró la teología católica. «Podríamos aprender de Jürgen Moltmann lo que significa una vida para el ecumenismo. Nos inclinamos ante alguien que dio a la teología un lugar en la vida».

IMG_7366Moltmann nació en Hamburgo el 8 de abril de 1926. De 1953 a 1957, fue pastor de la pequeña congregación de Wasserhorst, en Bremen, y también pastor de estudiantes, antes de ser profesor en la Universidad eclesiástica de Wuppertal y luego en la Universidad de Bonn.

Desde 1967 hasta su jubilación en 1994, enseñó teología sistemática y ética social en la Facultad de Teología Protestante de la Universidad Eberhard Karls de Tubinga. Otras obras conocidas de Moltmann son «Der gekreuzigte Gott» (1972) y «Kirche in der Kraft des Geistes» (1975).

Estuvo casado con la teóloga feminista Elisabeth Moltmann-Wendel, fallecida en 2016.

Fuente Religión Digital

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Nuevo Libro: Mysterium Liberationis Queer : Ensayos sobre teologías queer de la liberación en las Américas.

Viernes, 17 de mayo de 2024
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IMG_4760Puedes pinchar en la fotografía para ampliarla

Un buen amigo de nuestra página, Miguel H. Díaz, Ph.D. Embajador de Estados Unidos ante la Santa Sede, jubiladonos envía esta información que estamos seguro va a ser de buen provecho para todos, todas, todas… Qué mejor que este día, Día Internacional de lucha contra la LGTBIQ+fobia para darlo a conocer. Nuestra Comunidad necesita imperiosamente formarse y acudir a nuestras raíces para reforzar nuestro seguimiento del Jesús Queer y su invitación a profundizar en el Amor entre los seres humanos.

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Libro: Mysterium Liberationis Queer: Ensayos sobre teologías queer de la liberación en las Américas,

Editado por Hugo Córdova Quero, Miguel H. Díaz, Anderson Fabián Santos Meza y Cristian Mor.

Resumen:

Este libro es el resultado de la colaboración entre teólogxs y activistas que se congregan anualmente en la Conferencia de Teologías Queer de las Américas.

Enfrentándose a los desafíos complejos planteados por los sectores conservadores y fundamentalistas tanto en la sociedad como en las instituciones religiosas, lxs autorxs de este volumen van más allá de simplemente abordar las formas visibles de discriminación.

Su objetivo es crear un espacio de reflexión profunda sobre la redefinición de conceptos arraigados que configuran nuestra comprensión de la fe, el género y la sexualidad. Al explorar las intersecciones entre estos tres aspectos fundamentales de la experiencia humana, este libro desafía al público lector a cuestionar nociones preconcebidas y ofrece una plataforma para el diálogo y la exploración.

Este enfoque allana el camino hacia una comprensión más profunda, matizada y empática del variado panorama contemporáneo.

A través de diversas perspectivas respaldadas por una erudición rigurosa, esta colección actúa como catalizador para conversaciones transformadoras y nuevas perspectivas en el discurso en constante evolución sobre las teologías queer en las Américas.

Editorial: Institute Sophia Press, 2024

ISBN: 978-1-961316-32-4

URl: https://biblioteca-repositorio.clacso.edu.ar/handle/CLACSO/250569

 Miguel H. Diaz, Ph.D.

U.S. Ambassador to the Holy See, retired

John Courtney Murray, S.J., University Chair in Public Service

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Publicaciones más recientes

The Word Became Culture, Fordham University Press, 2024.

https://www.fordhampress.com/9781531505806/the-word-became-culture/

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The Rondine Method: A Relational Approach to Conflict, Rowman & Littlefield, 2023.

https://rowman.com/ISBN/9781538177167/The-Rondine-Method-A-Relational-Approach-to-Conflict

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*

Queer God de Amor, Fordham University Press, 2022.

https://www.fordhampress.com/9781531502485/queer-god-de-amor/

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Saque sus Biblias queer, diga sus oraciones sáficas: una revisión de las “Oraciones de chicas gay” de Emily Austin

Miércoles, 15 de mayo de 2024
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IMG_1133IMG_4699Emma Cieslik

La publicación de hoy es de la colaboradora invitada Emma Cieslik (ella/ella), una profesional queer de museos y académica religiosa que investiga las intersecciones entre género, sexualidad, cultura material y religión.

En seis de los poemas de Gay Girl Prayers, una colección de poesía de la escritora canadiense Emily Austin, hay diez niñas en el cielo que toman sus lámparas todas las noches. Los poemas toman sus títulos de Mateo 25:1-8, la Parábola de las Diez Vírgenes. En la historia bíblica, diez mujeres toman lámparas para preparar la llegada de su novio, cinco insensatas y cinco prudentes. Las mujeres sabias llevaron consigo aceite extra en tinajas, pero las insensatas no tomaron nada, por lo que no estaban preparadas para cuando llegara el novio. El banquete de bodas comenzó y sus puertas se cerraron.

Si bien la parábola de Jesús insta a sus seguidores a estar preparados para su segunda venida, la reimaginación de la historia por parte de Austin elimina por completo al novio. Sostiene que lo que estas mujeres se esperan es la una a la otra. Las diez chicas primero usan sus lámparas para iluminar las habitaciones de las demás antes de leer erótica lésbica y tener intimidad física en la tenue luz. A la luz de la lámpara, hablan sobre el poliamor y los donantes de esperma y serigrafian camisetas lascivas, antes de alimentar a los enfermos guiados por su confiable aceite.

El Espíritu Santo dentro de ellas salta de alegría en esta extraña parábola, mientras las niñas encuentran amor, intimidad y comunidad entre sí. Para muchas lesbianas, incluyéndome a mí, fue una revisión satisfactoria, ya que a menudo recibimos comentarios de que aún no hemos conocido al hombre adecuado o afirmaciones de diferentes hombres que pueden volvernos heterosexuales. En cambio, Austin sostiene que las mujeres son lo que están esperando, un tema profético ligado a una Ella divina.

Cada poema de Gay Girls Prayers lleva el nombre de un pasaje bíblico fundamental que relata las experiencias de mujeres e individuos LGBTQ+ durante la época de Cristo. Toda la colección está desafiantemente dedicada a “cualquiera a quien se le enseñó que iba al infierno”. La propia Austin fue criada como católica y tenía una abuela fervientemente católica. Si bien todavía se siente conectada con algunas tradiciones católicas y culturas materiales, reconoce en una entrevista  en Xtra Magazine  que “el catolicismo es increíblemente anti-mujer y anti-queer, particularmente en Canadá”, donde recuerda la historia de abuso sexual en los internados católicos.

Incluso si sus poemas a veces utilizan un lenguaje que podría ofender a algunos, la colección invalida la idea de que las personas LGBTQ+ no son religiosas o que no se aferran a partes materiales y espirituales del catolicismo desde su infancia. Para muchos a quienes se les negó una Biblia, se les negó su fe debido a la queerfobia, Austin se la ofrece de vuelta, más audaz y más descaradamente queer que antes. En líneas sobre el catolicismo popular y la brujería, dos tradiciones que históricamente han sido más inclusivas para los individuos de género expansivo, Austin afirma que no existe una manera correcta de ser católico o religioso, así como sí hay una manera correcta de ser queer. Ha habido debates durante miles de años sobre cómo encontrar a Dios, y con esta nueva publicación, Austin nos ofrece una nueva fuente para pensar en Dios para las personas LGBTQ+ de todo el mundo.

En la segunda estrofa de su poema “Crack, Crack”, Austin invita a los lectores a seguir su ejemplo al alterar las parábolas y los salmos tradicionales, a firmarnos en nombre del gozo sáfico:

“¿Resucitaremos, mujeres extrañas?
¿Levantarse como vapor, como pájaros desde una estación de metro?
¿Desafiar la convención de los proverbios?
¿Escribir con los dedos?
Soy.”

Austin introduce una Ella mayúscula, que recuerda la teología feminista de la liberación y la interpretación femenina del Espíritu Santo en el libro de Elizabeth Johnson She Who Is. Pero Austin también invoca los evangelios escritos por las primeras mujeres cristianas que fueron descartados y dejados fuera del canon bíblico, el Concilio de Nicea. Algunos de estos escritos incluían discusiones sobre lo que hoy podemos llamar relaciones queer. Sin embargo, lo más importante es que comienza la colección con el objetivo de deconstruir dos mujeres bíblicas fundamentales: la Virgen inoxidable y la pecadora Eva. En un poema titulado “Crack, Crack”, escribe:

“Lleva las nubes blancas a habitaciones blancas.
Ella está al frente ahora
Fuego en Su vientre.
Fruta en su barbilla.

Hay palabras en su boca,
En sus entrañas con la manzana

Hay vírgenes en las nubes blancas.
Esperando a los muertos
Grieta
Si el cielo es el infierno para las chicas
Grieta
Entonces el cielo es el infierno”.

El pecado primordial de Eva se utiliza a menudo como justificación para la subyugación y el analfabetismo de las mujeres, siendo ella la primera “mujer extraña” que Austin describe en su colección. “Mujer extraña” sirve como seudónimo para las mujeres queer a lo largo de su libro, como personas que perturban las normas de género y las nuevas concepciones de la feminidad. Las “mujeres extrañas” siguen siendo, en cierto nivel, incognoscibles y no reclamadas en una Iglesia de base binaria. Así, Eva se opone a María, la madre de Jesús, María, a quien se da a conocer y se reclama por su condición de mujer, por su maternidad. Por lo tanto, ambas figuras se ubican en el centro de los roles de género tradicionales de la Iglesia.

Pero muchas generaciones atrás, Eva sigue siendo nuestra madre. Todos, sostiene Austin, descendemos de esta “mujer extraña“. No podemos liberar a esta “mujer extraña” sin liberar a María de la hiperfeminidad que le asignaron generaciones de católicos, del mismo modo que no podemos liberar a las mujeres blancas, heterosexuales y cis sin liberar a las mujeres queer, trans y no binarias. La liberación teológica de María no puede ocurrir sin la liberación teológica de Eva, la liberación de todas las “mujeres extrañas”. Así, si el cielo es un infierno para las lesbianas y las mujeres trans, entonces el cielo es un infierno para todas nosotras.

La “biblia” de Austin, como he llegado a llamar su libro, glorifica los cuerpos trans, no binarios y queer que a su vez se transforman al salir del armario, hacer la transición y afirmar los nombres elegidos. En un poema titulado “Deuteronomio 32:18 y Juan 6:35”, Austin sostiene que la transubstanciación del pan y el vino en el Cuerpo y la Sangre de Cristo es lo mismo que cómo los cuerpos extraños, nuestra carne y nuestra sangre, adquieren su forma. forma más verdadera, su forma extraña, hecha a imagen del Cristo vivo.

Los cuerpos queer son así consagrados y santificados a través de cada acto queer, desde que las mujeres compran camisas en la sección de hombres, se hacen un corte inferior o miran a una mujer que lleva un mosquetón.

Creo que la colección de Austin es significativa por su honestidad. Escrita por y para mujeres queer, su Biblia habla abiertamente de todo, desde los cuervos (las hembras a veces se asocian), hasta el autoplacer y la menstruación, pasando por las mujeres que alimentaban a los enfermos mientras las lesbianas cuidaban a las personas que morían de SIDA durante la década de 1980, hasta la antepasada de Jesús, Rahab. que trabajaba como trabajadora sexual. Rahab, sostiene Austin, “era intrínsecamente valiosa, sagrada como todas las trabajadoras sexuales”. Por cada niño queer criado en el catolicismo que se sintió excluido, Austin los invita a leer nuevamente.

En su “Señal de la Cruz” reescrita, Austin muestra cómo las comunidades LGBTQ+ consagran la diversidad de género, la misma diversidad de género que el Vaticano hoy critica en Diginitas Infinita.

En nombre del interrogatorio,
Los curiosos y los encerrados.
Gloria a las marimachas,
Los sementales y las mujeres.
En nombre de los ases, los demisexuales y los gays.
Gloria a los bisexuales, pansexuales y fluidos.
En nombre de las lesbianas trans, los t4ts, los bisexuales no binarios y todas las personas trans queer”.

A este poema le sigue un Ave María reescrito, titulado “Hey Mamma”, que incluye estribillos reescritos de “O Holy Night and Joy to the World” con banderas del orgullo del Ayuntamiento, libros infantiles queer en bibliotecas y amigos que han estado tomando testosterona durante cuatro años. meses. Heaven and Nature, con drag queens armonizando, cantan “queer joy to the world”.

Austin enfatiza que es importante glorificar los momentos de felicidad extraña, de euforia corporal, de alegría católica. Tradicionalmente, cualquier discusión sobre experiencias católicas queer era traumática, y estas experiencias son fundamentales para documentar cómo la Iglesia ha dañado a sus miembros LGBTQ+. Pero al mismo tiempo, hay muchos ejemplos de alegría católica queer, de ser bautizado con un nombre elegido, de recibir la Comunión con una pareja y, en el caso de Austin, escribir y acoger reimaginaciones queer de pasajes bíblicos y oraciones tradicionales. El libro de Austin nos pide que creemos nuestros propios momentos de alegría queer, de catolicismo queer y, al hacerlo, cambiar la Iglesia.

—Emma Cieslik (ella/ella), 10 de mayo de 2024

Fuente New Ways Ministry

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Francesc Torralba: “En todo creyente hay también un agnóstico”

Miércoles, 1 de mayo de 2024
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IMG_4170IMG_4172El filósofo y teólogo catalán publica, con Fragmenta, ‘Benaurances para agnòstics

“Un ejercicio intelectual intenso y extenso en el tiempo que me ha permitido profundizar en una de las páginas más bellas del Evangelio”: Francesc Torralba, sobre el proceso de escritura de su nuevo libro, Bienaventuranzas para agnósticos (Fragmenta)

A través de una larga serie de cartas cruzadas ficticias entre Francisco (alter ego del autor) y Guillem (un amigo agnóstico), el teólogo y filósofo barcelonés ofrece una mirada personal al texto de las bienaventuranzas

“Podemos alcanzar una felicidad imperfecta, pero sólo si velamos por causas nobles … Es la felicidad que tiene quien pacifica un entorno, quien lucha por la justicia, el que con su entrega consigue un bien para los demás. Esto es lo que realmente nos llena”

(Flama).- “Un ejercicio intelectual intenso y extenso en el tiempo que me ha permitido profundizar en una de las páginas más bellas del Evangelio”. Así describe Francesc Torralba el proceso de escritura de su nuevo libro, Bienaventuranzas para agnósticos (Fragmenta), un trabajo en el que, a partir de una larga serie de cartas cruzadas ficticias entre Francesc (alter ego  del autor) y Guillem (un amigo agnóstico), el teólogo y filósofo barcelonés ofrece una mirada personal al texto de las bienaventuranzas. “Sólo por esta página, vale la pena leer todos los Evangelios”, asegura Torralba sobre estos principios divinos a través de los cuales despliega con maestría los grandes principios de la propuesta cristiana.

– ¿Cómo surgió la idea de ese libro en forma de diálogo ficcionado?

– El epistolario es un género literario que siempre me ha interesado. He publicado varios libros de cartas, pero éste es un epistolario ficticio porque yo soy el emisor y el receptor de las cartas. Me gusta este género porque a través de él se da vida a dos personajes distintos que tratan los temas desde distintos ángulos. Me interesa la voz del creyente, pero también la del agnóstico. Quiero dar relevancia a sus preguntas y cuestiones y también a ese punto de vista opuesto al mío. La mejor forma de hacerlo era a través de un diálogo abierto y sin complejos sobre una cuestión de interés universal: la felicidad.

– ¿Qué hace pensar que las bienaventuranzas puedan ser susceptibles de una “adaptación” para agnósticos?

– Todo ser humano, por naturaleza, desea ser feliz. Sin embargo, hay varios caminos hacia la felicidad y no todos son coincidentes. Me ha interesado presentar el programa de felicidad que emana del Evangelio y, en particular, del Sermón de la montaña. Lo he querido hacer considerando en serio las objeciones que presentan mis amigos agnósticos, para ver qué congruencia o solvencia tiene el programa de felicidad que plantea Jesús en las ocho bienaventuranzas. No me propongo adaptarlas a la visión agnóstica, sino presentarlas de forma significativa y razonable, atendiendo a sus preguntas y cuestiones. Un título más largo y quizás más adecuado habría sido: ‘Las Bienaventuranzas explicadas a mis amigos agnósticos’, pero el editor, con buen criterio, lo desaconsejó para simplificarlo y hacerlo más ágil.

– ¿Ha sido complicado para usted meterse en el papel de Guillermo? ¿Cómo ha sido ese proceso?

– No ha sido difícil presentar la perspectiva agnóstica. En todo creyente existe también un agnóstico, alguien que duda, busca, busca, se cuestiona lo que cree. Sólo ha sido necesario darle vida, dejar que se exprese y razone. Guillermo es un agnóstico culto y respetuoso, formado en la tradición cristiana que valora y ama el Evangelio, pero no cree en Dios, ni en ninguno de los dogmas del Credo de Nicea. La he querido presentar con toda solvencia racional y hacer de él un interlocutor válido y serio que plantea preguntas inquietantes que obligan al creyente a repensar lo que da por obvio, claro y evidente. No he querido hacer un esperpento o una caricatura, sino legitimar su posición y entender sus argumentos contrarios a la propuesta de felicidad del Evangelio.

– ¿Qué representan las bienaventuranzas, a grandes rasgos, en el conjunto de la fe cristiana?

– La felicidad perfecta no es posible en ese mundo. Hay demasiado sufrimiento, demasiado dolor, demasiado crueldad para ser verdaderamente felices. Deberíamos encerrarnos en una burbuja opaca y ser ajenos a todo lo que implica alcanzar ese estado de felicidad. No podemos ser felices al constatar tanto sufrimiento en el mundo. Podemos alcanzar una felicidad imperfecta, pero sólo si velamos por causas nobles, si damos lo que somos a los demás, si nos entregamos a quienes sufren. La felicidad que emana del Evangelio no es el confort material, ni el placer sensorial, tampoco es la serenidad psicológica. Es un estado que adviene cuando con su acción o palabra mejoras la vida de los demás, aunque sea de un único ser humano en el planeta. Es la felicidad que tiene quien pacifica un entorno, quien lucha por la justicia, el que con su entrega consigue un bien para los demás. Esto es lo que realmente nos llena.

– Las bienaventuranzas se encuentran dentro del sermón de la montaña, una parte del evangelio que inspiró en buena parte la vida de Gandhi. ¿Por qué cree que el líder pacifista se sintió cautivado por el mensaje de Jesús?

– Gandhi reconoció que el cristianismo le atrajo profundamente, pero nunca renunció de su religión materna, el hinduismo, pero el mensaje de las bienaventuranzas y, en particular, la bienaventuranza que se refiere a los pacificadores, le fascinó. Gandhi luchó por la paz, por el reconocimiento de derechos y por la liberación de su pueblo del imperialismo británico a través de la no-violencia. Jesús vio a un maestro moral de la humanidad, un referente en el camino de desapego. Gandhi vivió con pobreza, luchó por la justicia y por la paz. Forma parte de los santos que no reconoce al santoral. Es una lámpara que ilumina la noche.

Jordi Pacheco

Religión Digital / Flama – (agenciaflama.cat)

Fuente Religión Digital

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‘Escritos Paulinos, Introducción al Estudio de la Biblia’, un libro de Carlos Gil

Lunes, 29 de abril de 2024
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IMG_6870Del blog de Xabier Pikaza:

Carlos Gil Arbiol, Escritos Paulinos, Introducción al Estudio de la Biblia, Verbo Divino, Estella, 2024, 650 págs.

Enciclopedia paulina, con rigor crítico, claridad y pedagogía, para estudiantes, historiadores y teólogos, escrita a “tres bandas”, para aquellos que sitúan a Pablo dentro del judaísmo, para aquellos que le entienden desde el comienzo cristianismo y para quienes le interpretan como maestro y guía de universalidad, por encima y en la base de las “leyes” y normas de vida.

Pablo sigue siendo el primero y más importante de los antropólogos (pensadores) de occidente, uno de los fundadores de la “modernidad”. Así lo ha visto Gil Arbiol, así lo ha presentado en esta obra sorprendente (extraordinaria, necesaria) que tengo el pacer de presentar. Ha sido mi libro de cabecera de esta Pascua 2024. Gracias, Carlos. Me has enseñado mucho. Me has dejado pendientes muchos temas y caminos. Es la mejor señal de que eres buen guía.

Obra

            Enciclopedia bíblico/teológica de y sobre Pablo y su obra (su escuela), escrita a “cuatro manos”:

 (a) Aportación histórica, en el cruce entre el nuevo judaísmo rabínico y el cristianismo eclesial. Puede y debe entenderse desde ambas riberas, la rabínica y la cristiana, con un fondo apocalíptico-sapiencial, judeo-helenista, en un contexto de sabiduría helenista y de universalidad romana.

(b) Novedad literaria. Pablo es un “rabí” judío, buen conocedor de los métodos literarios del entorno helenistas, y un estratega mesiánico, creador de comunidades judeo-cristianas, que utiliza sus cartas como medio de  evangelización y dirección social (de creación de grupos), entendidos como asociaciones (iglesias) escatológicas, entendidas como “cuerpos” del mesías de  Israel, abierto no sólo al imperio romano, sino a todos los pueblos de de la tierra.

(c) Creación de iglesias. Pablo se siente llamado por Dios para crear “una iglesia” o gran comunidad de convocados por el Dios de Israel en torno (a partir) de Cristo Jesús, mesías “crucificado”. Ésta es su novedad, ésta es el sentido y fin de su obra. Estrictamente hablando, Pablo no es un escritor, ni un pensador en abstracto, sino un creador de comunidades, que no se vinculan un tipo de ley nacional judía, ni por un “ordo” sapiencial o imperial greco-romano, sino por la llamada e impulso del Cristo-Crucificado de Israel, principio de comunión universal.

 (d) Pablo es, finalmente, un teólogo, siendo básicamente un “antropólogo”, portador de una nueva experiencia de Dios, en la línea de la tradición profético-apocalíptica judía, un hombre que se inscribe en la tradición mesiánica de Jesús, al lado de los Doce “apóstoles” primeros (con Pedro) y de los seguidos “hebreos” de Jesús, representado especialmente por Jacobo y los “hermanos de Jesús”, que siguen formando para de la comunidad de Jerusalén. Su visión de Dios y del ser humano resultan inseparables y se vinculan en la “experiencia” de contraste de la muerte del Mesías, entendida como juicio y principio creador de Dios.

(e) Obra de estudio y recreación  judeo-cristiana universal. Conforme a la fisión de Gil Arbiol, que básicamente asumo, carece de sentido separar al Pablo judío del Pablo cristiano. Pablo es judío, siendo “mesiánico” (cristiano), y es cristiano siendo “judío”, profeta, estratega y “pensador”. El hecho de que cierto judaísmo le haya condenado (estigmatizado)  es una prueba de que no ha sido aún asimilado por un tipo de tradición israelita; tengo la certeza de que el futuro un tipo de judaísmo legal/político depende de su lectura de Pablo (de lo que Pablo implica de universalismo y de mesianismo del Cristo crucificado.

(f) Obra abierta. Pablo sigue siendo para los cristianos una “cuestión pendiente”. No se trata de liberarse de Pablo para que el cristianismo sea “puro” (vuelva a su fuente), sino de asumir radicalmente a Pablo, al lado de Pedro y del Discípulo amado (al lado de los sinópticos). El futuro de las iglesias cristianas depende también (como el futuro del judaísmo) de una lectura radical de Pablo. Ésta es, a mi juicio, la aportación de fondo de esta obra maestra de Carlos Gil Arbiol.

 AUTOR: GIL ARBIOL CARLOS (1970- ).

IMG_4126 Teólogo católico, nacido en Tudela (Navarra), de la Orden de los Franciscanos Capuchinos. Estudió teología en la Universidad de Deusto/Bilbao (1995-1997), en Jerusalén (1997-1998) y en St. Andrews, Escocia (1999-2000), con Philip Esler, defendiendo su tesis doctoral en Teología Bíblica Deusto (2001), bajo la dirección de Rafael Aguirre (Los valores negados. Ensayo de exégesis socio-científica sobre la autoestigmatización en el movimiento de Jesús, Estella 2003).

Ésta es una tesis pionera en el campo de los estudios bíblicos, pues pone de relieve la forma en que las acusaciones contra Jesús y su grupo se convierten en principio de identificación y de valoración positiva de su movimiento mesiánica, desde la perspectiva de los marginados y excluidos de la sociedad.

Es profesor en la Facultad de Teología de la Universidad de Deusto desde 2001 y de la Escuela Superior de Estudios Franciscanos de Madrid. Ha impartido cursos en diversas facultades de Teología de España y América y es miembro de la Society of Biblical Literature desde 2001. Además de la tesis doctoral, ya citada, ha publicado Guía de Lectura de 1 y 2 Tesalonicenses” (Estella 2004) y ha dirigido y editado con C. Bernabé el libro homenaje a Rafael Aguirre, titulado: Reimaginando los orígenes del cristianismo(Estella 2008).

Ha publicado también varios libros y trabajos de investigación y divulgación sobre Nuevo Testamento y orígenes del cristianismo en revistas nacionales y extrajeras y dirige una nueva colección de libros de divulgación sobre temas bíblicos titulada “Qué se sabe de…”, cuyo primer volumen, colaboración con R. Aguirre y C. Bernabé es: Qué se sabe de… Jesús de Nazaret” (Estella 2009). Forma parte del “Grupo de investigación de los orígenes del cristianismo”, que ha editado una serie de obras pioneras sobre el surgimiento e identidad de la Iglesia.

ÍNDICE

  • Parte primera TEMAS INTRODUCTORIOS      
  • Capítulo I: Introducción a los estudios paulinos
  • Capítulo II: La vida de Pablo
  • Capítulo III: Características literarias de las cartas paulinas
  • Parte segunda LAS CARTAS DE PABLO   
  • Capítulo IV: La Primera Carta a los Tesalonicenses
  • Capítulo V: La Primera Carta a los Corintios
  • Capítulo VI: La Carta a los Gálatas
  • Capítulo VII: La Segunda Carta a los Corintios
  • Capítulo VIII: La Carta a los Filipenses
  • Capítulo IX: La Carta a Filemón
  • Capítulo X: La Carta a los Romanos
  • Parte tercera LAS CARTAS DEUTEROPAULINAS  
  • Capítulo XI: Las cartas a los Colosenses y a los Efesios
  • Capítulo XII: La Segunda Carta a los Tesalonicenses
  • Capítulo XIII: Las cartas pastorales: Tito y 1-2 Timoteo

PABLO VIDA Y OBRA. CRONOLOGÍA

IMG_4127Se llamaba Saulo/Saúl, de la tribu de Benjamín (Flp 3, 4-6), como el rey israelita de su nombre (1 Sam 9, 2), y había nacido en Tarso de Cilicia, en la diáspora judía de Asia Menor, hacia el 5 d C , pero después cambió (o completó) su nombre hebreo con el romano de Paulo, Pablo (el Pequeño)  Muchos han dicho que fue traidor a su pueblo, añadiendo que tenía una formación más pagana que judía  Algunos añaden que fue un creyente religioso, un organizador social, primer impulsor de la misión cristiana, más romano que cristiano  Otros, en fin, aseguran que, habiendo perseguido a un tipo de cristianos primitivos, fue el verdadero inventor del cristianismo  Pero, en realidad, él siguió siendo un judío, pero un judío mesiánico o cristiano

 Como fariseo (Flp 3, 5), había perseguido a los cristianos helenistas (quizá de la línea de Esteban: Hch 6‒7) porque destruían la cohesión nacional (legal) del judaísmo y negaban la unidad de Dios, al identificar a su Hijo-Mesías con un crucificado  Ciertamente, como perseguidor de los cristianos, él debía saber por qué les perseguía, y en un momento dado supo que ellos tenían razón, descubriendo, por revelación pascual, la identidad de Jesús resucitado, como he puesto de relieve en el capítulo anterior  Desde ese fondo quiero evocar algunos momentos de su vida cristiana:

‒ Años 33-35  Damasco  Misión árabe  Los tres primeros años de su experiencia cristiana están vinculados a la “misión en Arabia” (cf  Gal 1, 17), posiblemente en el entorno de la ciudad nabateo-helenista de Damasco o en alguna zona entre Decápolis y Palmira, preparándose quizá para entrar después en Jerusalén, desde oriente, con la ofrenda de los gentiles convertidos (en la línea de la tradición de los magos: Mt 2), para esperar allí la venida del Cristo resucitado (cf  Isaías III, cap  6)  No debió tener mucho éxito, de forma que abandonó esa misión a los tres años  Si ella hubiera triunfado el futuro del cristianismo hubiera sido distinto, con rasgos más semitas, más abierto a Siria‒Babilonia que a Roma (helenismo)  Pero esa misión acabó con la huida de Pablo de Damasco

35-48  Miembro de la Iglesia de Antioquía  Al abandonar Damasco y su entorno, Pablo fue a Jerusalén a “conversar” con los apóstoles anteriores (cf  Gal 1, 1821), pero no quedó allí, como Santiago, ni inició la misión en la costa de Palestina (como Pedro), ni la de Samaría, como Felipe (cf  Hech 8-11), sino que se hizo miembro de la Iglesia helenista de Antioquía, vinculándose en especial con Bernabé… Ambos actuaron como apóstoles de esa Iglesia, desde la perspectiva del cristianismo helenista, abandonando el exclusivismo judío y creando comunidades donde no se exigía el cumplimiento nacional de la Ley israelita

‒ 48/49 al 57  “Concilio” de Jerusalén y misión universal (Gal 2, 1‒10; Hch 15) Pablo y Bernabé se reunieron en Jerusalén con Santiago (hermano de Jesús, líder de la Iglesia judeo‒cristiana) y con Pedro (discípulo directo de Jesús, misionero judeo-cristiano), para defender su misión a los gentiles  Tanto Santiago como Pedro aceptaron su propuesta, y Pablo, que se sintió con libertad para iniciar una misión abierta a los gentiles, y así lo hizo, tras discutir con Pedro y separarse de Bernabé y de la comunidad de Antioquía por una diferencia sobre la comunión de mesa entre cristianos de origen judío y pagano  Pablo optó por una misión entre paganos, sin obligarnos a cumplir la ley nacional judía (pero en fidelidad al AT, entendido en forma universal), y de esa forma fue creando iglesias cristianas entre Asia Menor, Macedonia y Grecia, creando y organizando comunidades mesiánicas, con las que mantuvo una fecunda correspondencia epistolar

‒ Del 57 al 62  Por Jerusalén a Roma  Muerte  Hacia el año 57, realizada su tarea de oriente, escritas sus cartas básicas, Pablo quiso culminar su misión en occidente (España), donde se propuso llegar, pasando por Roma, para preparar así la venida final del Cristo  Pero antes quiso pasar por Jerusalén, para entregar una colecta de sus iglesias, manteniendo así el contacto con la comunidad judeo‒cristiana de Santiago  Pero algunos le acusaron y prendieron y, tras dos años de encarcelamiento, hacia el año 59, le envíaron a prisionero a Roma en espera de juicio  Aquí se acaba lo que sabemos de su historia  Posiblemente le condenaron a muerte y le ejecutaron hacia el 62-63 d C.

 UNA VOCACIÓN PROFÉTICO‒MESIÁNICA QUE SIGUE PENDIENTE

Sobre la “vocación” de Pablo ha escrito Lucas, desde una perspectiva posterior (hacia el 90 d C ), un relato, tres veces matizado (Hech 9, 1-19; 22, 6-16; 26, 12-18), afirmando que Jesús (a quien Pablo, perseguía) salió a su encuentro y se le manifestó como Señor e Hijo de Dios  Pero es más directo el testimonio del mismo Pablo, defendiendo su llamada en contra de aquellos que le acusaban, diciendo que no había conocido a Jesús:

Ya sabéis mi conducta anterior en el judaísmo, cómo perseguía con fuerza a la iglesia de Dios y la asolaba  Y aventajaba en el judaísmo a muchos de los contemporáneos de mi pueblo, siendo muy celoso de las tradiciones de mis padres  Pero cuando Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre y me llamó por su gracia, quiso revelar en mí a su Hijo, para que lo predicara entre los gentiles    no consulté con nadie el tema    sino que fui a Arabia y volví de nuevo a Damasco  Después, pasados tres años, subí a Jerusalén para ver a Pedro y permanecí con él quince días; pero no vi a ninguno de los demás apóstoles, sino a Santiago (Gal 1, 13-19) .

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“En general se entiende”, por Pedro Miguel Ansó Esarte.

Sábado, 27 de abril de 2024
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IMG_3681El pasado mes de enero publiqué un breve ensayo (1) cuyo prólogo, de la pluma de José Arregi, reprodujo recientemente Fe Adulta. En él he realizado un ejercicio consistente en repensar el cristianismo, perentoria necesidad si queremos que dicho movimiento, que no fundó Jesús de Nazaret sino que se derivó de sus propuestas, sea significativo para la vida de los hombres y mujeres de nuestro tiempo. Durante las semanas siguientes he esperado con cierta ansiedad los juicios de los lectores que, como es sabido, suelen proceder en primer lugar de familiares y amigos. Y ha habido una curiosa coincidencia en dos afirmaciones: que en general se entiende y que les ha hecho pensar. Este segundo juicio me ha agradado sobremanera pues coincidía de pleno con mi intencionalidad: no dar respuestas cerradas ni dogmáticas, sino aportar elementos de reflexión para que cada lector sacara sus propias conclusiones.

Más me ha preocupado la primera afirmación pues si solo se ha entendido “en general” implica que algo no se ha entendido. No entender un texto en su totalidad es una preocupación muy extendida en una sociedad como la nuestra que tiende, por diversos motivos, al pensamiento fácil y a la consigna simplista. Voy a romper aquí una lanza en defensa de la tesis siguiente: nadie tenemos la obligación de entender un texto en su totalidad. Comprendo que esta afirmación, en boca de una persona que se ha dedicado a la enseñanza, pueda causar cierto estupor, pero si esta defensa da que pensar me sentiré complacido. Y es que trabajamos con la falacia de que lo meritorio es entenderlo todo, cuando en realidad lo plausible es ante todo el intento.

¿Qué hay un párrafo que no se entiende? Seguramente al finalizar el capítulo la dificultad se habrá desvanecido como brizna de niebla al sol. ¿Que un capítulo no se ha entendido? Probablemente el resto de los capítulos arrojará luz sobre él, de acuerdo con el principio de que todas las partes de un texto son solidarias entre sí. ¿Que el libro no se entiende en su totalidad? Otros libros acudirán en su auxilio. Contemos también con la realidad de que los lectores no tenemos la competencia necesaria para abordar algunos temas; nadie podemos abarcar en estos momentos la totalidad del saber. Es sabido que los sabios de la antigüedad se han diluido en nuestros actuales especialistas y que la concepción aristotélica de la Filosofía como “ciencia de la totalidad de las cosas, por sus causas últimas, adquirida a la luz de la razón” (según el libro de texto en el que me inicié de adolescente en dicha disciplina) es ya una antigualla.  A partir del siglo XVII las ciencias particulares, a medida en que fueron adquiriendo un método y progreso propios, fueron saliendo del tronco común de la Filosofía. Ya Kant (siglo XVIII) no dominaba todo el panorama científico del momento y mucho menos filósofos posteriores.

Los seres humanos tenemos cierta tendencia a culpabilizarnos con excesiva facilidad, con una inercia que nos viene quizá de nuestra cultura judeocristiana. Tendemos, por defecto, a cuestionarnos a nosotros cuando en realidad, a veces, deberíamos poner en tela de juicio la habilidad para pensar o escribir del escritor. La tarea de transportar las ideas desde la mente al papel es delicada y requiere un exquisito cuidado y especial destreza. En ocasiones se producen desajustes entre lo pensado y lo redactado; y por ello solemos, en ocasiones, disculparnos: “yo no quise decir eso”. No pasa nada, siempre que seamos conscientes de que escribir es un arte que se perfecciona con la práctica. Enriquecer el vocabulario y domesticar la sintaxis son tareas no menos laboriosas que esculpir una buena escultura o pintar un bello cuadro.

Los textos, además, parecen estar investidos de cierta sacralidad -la primacía del texto escrito sobre el oral- y rápidamente nos aprestamos a realizar ante ellos la genuflexión. Pero hay que perderles miedo pues si son realmente buenos deberían ser sugestivos, provocadores y generadores de sentido. Si un texto no llega a conmovernos o a cuestionar nuestras creencias, no deberíamos quizá dedicarle demasiado tiempo.

Ciertamente la época en la que nos ha tocado vivir no deja demasiado espacio para el pensamiento crítico. Abundan los mensajes cortos, propios de las redes sociales, las consignas partidistas y las falsas noticias que se cuelan como verdades inconcusas en las mentes irreflexivas. Pensar requiere silencio, sosiego y una mente despierta y activa. Elvira Lindo lo dice en un reciente artículo: “El peligro de que sea la obra de arte la que juzga a quien mira y no al contrario es que el público se acaba sometiendo a lo que dicta su grupo y no arriesga una opinión, sino que repite consignas. Se supone que una va al cine, lee un libro o escucha una canción no para engullir el mensaje trillado, sino para poner en suspenso alguna convicción.”

En resumen, que nadie sacralice un texto ni deje de leerlo solo por temor a sus dificultades. Confío en que todo esto, en general y en particular, se entienda.

(1) POR UN CRISTIANISMO CREÍBLE. Reflexiones de un cristiano de a pie (Tirant, 2024)

Pedro Miguel Ansó Esarte

Fuente Fe Adulta

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“¿Quién teme al género?” de Judith Butler. Una lectura reveladora para los católicos LGBTQ+

Martes, 23 de abril de 2024
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IMG_3951 Adam Beyt

La publicación de hoy es del colaborador invitado Adam Beyt (él/él), profesor asistente visitante de Teología y Estudios Religiosos en Saint Norbert College, Wisconsin. Su primer libro, Remaking Humanity: Embodiment and Hope in Catholic Theology, es una teología política constructiva que utiliza el trabajo del teólogo dominicano Edward Schillebeeckx y la filósofa estadounidense Judith Butler. El libro se publicará en Bloomsbury en el otoño de 2024.

Con la publicación del libro Gender Trouble de 1990, la filósofa estadounidense Judith Butler (ellos/ella) articuló un marco muy influyente sobre cómo académicos, activistas y muchas personas queer debaten hoy sobre el género. A partir de este trabajo, los escritos de Butler han popularizado la idea de que el género es una actuación. Este término no significa que sea un “espectáculo”, sino un proceso continuo y repetido, mediante el cual los cuerpos se clasifican como masculinos y femeninos y se les enseña a habitar disposiciones, comportamientos y orientaciones culturalmente condicionados.

Según la teoría de Butler, podríamos pensar en el género como un “proyecto de grupo local” mediante el cual se construye socialmente y se encarna contextualmente. En otras palabras, desde el momento en que un médico anuncia “¡es un niño!” En el caso de un niño al que se le asigna un varón al nacer, el niño es continuamente “educado como varón” en una determinada forma de estar en el mundo. Butler, entre muchos otros académicos, ha reconocido que su trabajo no fue el primero en hacer esta observación sobre el género, sin embargo, su trabajo ha sido un compañero de conversación útil para discutir temas LGBTQ+ y su relación con otros aspectos de la vida pública.

En las últimas décadas, la propia Butler se ha convertido en el objetivo de lo que muchos movimientos anti-LGBTQ+, junto con ciertos grupos de feministas, han denominado “ideología de género”. De hecho, Butler fue quemada en efigie en Brasil en 2017. Originada en la década de 1990, en la década de 1990, la frase “ideología de género” se ha convertido en un término general para muchos conservadores sociales, incluido el Papa Francisco y otros líderes católicos, que interpretan el discurso que involucra “género”. ”para desviarse de lo que creen que son las leyes reveladas de la naturaleza. Para quienes aceptan la “Teología del Cuerpo” (TOB) de Juan Pablo II, la “ideología de género” abarca cómo las interpretaciones ahora generalizadas de la “libertad” se han desviado de la “verdad” nupcial del cuerpo humano. Para TOB, los cuerpos humanos tienen sólo dos formas sexuadas distintas, limitadas a lo que muchos etiquetarían hombres y mujeres cisgénero. Una pareja así debe implementar amorosamente el don de la sexualidad de Dios para complementarse mutuamente en un matrimonio heterosexual, monógamo y sacramental, que sea a la vez unitivo y abierto a la creación de vida. La “ideología de género”, según afirman sus críticos, socava este supuesto significado del cuerpo, incitando a las personas a utilizar anticonceptivos artificiales, someterse a cuidados que afirmen el género, exigir acceso al aborto y actuar según deseos sexuales que están “intrínsecamente desordenados”.

IMG_3955En Who’s Afraid of Gender?, (¿Quién teme al género?), Butler ofrece su respuesta a tales críticas en una de sus obras más públicas y de mayor lectura, proporcionando un interlocutor de conversación revelador para los católicos que afirman queer hoy en día. Butler señala que el “género” se ha convertido en un “fantasma”, un “fenómeno psicosocial… un lugar donde los miedos y ansiedades íntimos se organizan socialmente para incitar pasiones políticas”. Este fantasma nombra “una forma de organizar el mundo provocada por el miedo a una destrucción de la que se responsabiliza al género”. Para decirlo en términos más religiosos, el movimiento que se opone a la llamada “ideología de género” interpreta las afirmaciones culturalmente omnipresentes en torno al género como si fuera un “demonio” que necesita ser exorcizado del discurso público para defender el bien común. Para Butler, este demonio llamado “género” oscurece otros miedos y prejuicios.

Butler comienza el trabajo centrándose en el uso de la “ideología de género” en las declaraciones del Vaticano, destacando su aparición en declaraciones del Papa Francisco y otros documentos como el muy denostado texto de 2019 “Varón y Mujer Él los creó” de la Congregación para la Educación Católica. Si bien Butler elogia el enfoque más amable de Francisco sobre el tema, les preocupa la comparación que hace el pontífice de la ideología de género con las armas nucleares. Butler también señala cómo el término “ideología de género” se considera a través de términos coloniales, lo que significa que el marco imperialista occidental de “género” se está imponiendo erróneamente al Sur Global. De hecho, la variación humana en cuanto a género, sexo y sexualidad (y la inescrutabilidad de esas categorías mismas) sigue siendo un fenómeno universal en todas las culturas y geografías.

Luego, Butler rastrea cómo el “fantasma de género” atraviesa diferentes localidades y movimientos, que van desde la xenofobia de Viktor Orbán de Hungría hasta las feministas radicales transexclusivas (TERF) del Reino Unido, que se refieren a sí mismas como “críticas de género”. Es importante destacar que Butler también cita a académicos negros y decoloniales que señalan cómo la mediación cultural del género también está entrelazada con categorías conectadas con la  raza y la colonizacion.

A lo largo de la carrera de Butler, las reflexiones sobre la ética han sondeado sus raíces judías para poner en primer plano la responsabilidad hacia las comunidades marginadas. Estas preocupaciones morales se superponen con las de los católicos, como honrar la dignidad humana y construir un mundo más justo donde todos puedan prosperar. En ¿Quién teme al género?, las citas de Butler incluyen a teólogos que afirman queer como Elizabeth Johnson, CSJ, y Dan Horan, OFM, junto con una referencia positiva a DignityUSA, una organización católica LGBTQ+.

IMG_3956Judith Butler

Su crítica termina con una exhortación a construir coaliciones para un mundo más justo, donde muchos tipos diferentes de humanos puedan ser libres. Además, su crítica se suma al coro de muchos otros católicos, incluido yo mismo, que exigen relatos vivificantes de la humanidad en la teología católica. Diferentes géneros, habilidades, razas y sexualidades pueden reflejar la imagen sagrada de Dios (Imago Dei), como un caleidoscopio del glorioso misterio de lo Divino.

El libro ofrece un útil punto de partida sobre cómo un pensador influyente se enfrenta a un esfuerzo concertado y global para socavar la dignidad humana de las personas queer y su participación en la vida pública. Lo recomiendo para aquellos que quieran una visión estimulante de los debates en curso sobre género, dignidad humana y nuestras vidas compartidas.

Mientras anticipamos otro documento del Dicasterio para la Doctrina de la Fe que se espera reproduzca el fantasma incoherente en torno a la “ideología de género”, recordemos que la misericordia, el amor y la justicia de Dios exigen mucho más de nuestra Iglesia.

—Adam Beyt (él/él), 5 de abril de 2024

Fuente New Ways Ministry

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“La Biblia no puede ser un arma arrojadiza en contra de las personas homosexuales”

Lunes, 22 de abril de 2024
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IMG_6971El teólogo y activista Enric Vilà presenta su primer libro, ‘Cristian*s rar*s‘ en la sala de actos de Cristianismo y Justicia, ante un centenar de personas

El sacerdote y teólogo Andrés Torres Queiruga acompañó a Vilà en una presentación en la que también participaron Ramon M. Nogués, Xavier Alegre y Lucía Montobbio, que actuó de moderadora

En el mundo actual, eres raro si eres homosexual y eres raro, también, si eres cristiano “, apuntó Vilà para deshacer la incógnita, al principio de su intervención

La obra ofrece un análisis sobre las cuatro “fuentes clave“, como definió el autor, que, desde el campo de la teología, han sido relevantes en las llamadas teologías LGTBI y queer (en catalán, “raro“)

(Agencia Flama).- Para el sacerdote y teólogo Andrés Torres Queiruga (Ribeira, A Coruña, 1940), “la Iglesia todavía tiene que madurar si quiere aceptar el matrimonio homosexual”. De este modo se expresó, el pasado jueves en la sala de actos de Cristianismo y Justicia, ante un centenar de personas que asistieron a la presentación de CRISTIAN*S RAR*S (Claret, 2024), el primero libro del teólogo y activista Enric Vilà  (Barcelona, 1965). “Él ha sido un buen consejero para mí a la hora de publicarlo —admitía Vilà en Flama antes del acto— y, como me dijo, puede ser una obra que puede ayudar a darle la vuelta a la actual concepción eclesial sobre este colectivo”.

Queiruga acompañó a Vilà en una presentación en la que también participaron el antropólogo, biólogo y escolapio  Ramon M. Nogués, el filósofo y jesuita  Xavier Alegre , y la periodista  Lucía Montobbio, que actuó como moderadora, y en la que el primero que se preguntaban las personas que asistieron fue cuál era significado que hay detrás del título de la publicación. “En el mundo actual, eres raro si eres homosexual y eres raro, también, si eres cristiano “, apuntó Vilà para deshacer la incógnita, al principio de su intervención.

La obra ofrece un análisis sobre las cuatro “fuentes clave”, como definió el autor, que, desde el campo de la teología, han sido relevantes en las llamadas teologías LGTBI y queer (en catalán, “raro“); así, se centra en la Biblia inclusiva y el amor de Jesús, y repasa el pasaje de la  curación del criado del centurión . A continuación, narra cómo personas LGTBIQ+ han logrado un reconocimiento eclesial; ya continuación, presenta razones bíblicas, teológicas, morales, éticas y experienciales para la defensa de un matrimonio homosexual consentido por la Iglesia. Por último, detalla la forma en que estas comunidades han conseguido ecuménicamente “una plena igualdad de sus integrantes en las iglesias”, como resumió el también miembro de la Asociación Cristiana de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Cataluña (ACGIL),

Fiduccia Supplicans permitirá dar pasos adelante”

Tras partir de la base de que “Jesús nunca dijo nada sobre la homosexualidad y no hizo ninguna condena”, Vilà reconoció que en momentos de la historia “la Biblia ha sido utilizada como arma arrojadiza por parte de ‘algunos sectores que han querido hacer daño al colectivo homosexual”. Su concepción, en cambio, es que “la palabra de Dios es una palabra que podría definirse como inspiradora “.

Preguntado sobre Fiducia Supplicans , documento doctrinal que publicó el pasado mes de diciembre el Dicasterio para la Doctrina de la Fe para profundizar en el significado pastoral de las bendiciones, Vilà afirmó que “es un texto positivo” y que, al pretender ampliar la doctrina, “genera pasos adelante, pero también ciertas incomodidades”, dijo Vilà. “Pero cuanto más podamos argumentar las ideas que tenemos y que defendemos desde hace años, más podremos seguir conociéndonos unos a otros”, concluyó

Fuente Religión Digital

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Una hermenéutica estética y creativa del ‘Cántico espiritual’ de san Juan de la Cruz

Lunes, 15 de abril de 2024
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IMG_3903Lola Josa y su edición a la luz de la mística hebrea del ‘Cántico espiritual

Es uno de los comentarios más bellos y lúcidos desde el punto literario y estético, escrito por la doctora Lola Josa, catedrática de Literatura del Siglo de Oro Español en la Universidad de Barcelona y una de las grandes especialistas mundiales en la obra del Carmelita Descalzo

El resultado final de esta edición es una escritura estética, un acercamiento simbólico y una hermenéutica creativa que da nueva vida a tan memorable poema, estudiado hoy desde las diferentes disciplinas con aportaciones siempre nuevas dada su profundidad inagotable

Durante estas semanas he vuelto a leer el Cántico espiritual, de san Juan de la Cruz. Y lo he hecho acompañado de uno de los comentarios más bellos y lúcidos desde el punto literario y estético, escrito por la doctora Lola Josa, catedrática de Literatura del Siglo de Oro Español en la Universidad de Barcelona y una de las grandes especialistas mundiales en la obra del carmelita descalzo. La perspectiva desde donde escribe el comentario es la mística hebrea (Cántico espiritual,de San Juan de la Cruz, nueva edición de Lola Josa a la luz de la mística hebrea, Lumen, Barcelona, 2023, 366 páginas). Ofrezco a continuación las que considero nuevas aportaciones de esta edición de un texto tantas veces estudiado, comentado y pluralmente interpretado.

La noche del 2 al 3 de diciembre de 1577 entraron en la casa de Juan de la Cruz unos carmelitas calzados con el apoyo de voluntarios civiles armados, dirigidos por Hernando Maldonado, prior de Toledo, lo maniataron y lo llevaron al convento abulense del Carmen. Logró escapar, pero pronto cayó en manos de sus enemigos, que lo condujeron a lomos de un mulo al convento de Nuestra Señora del Carmen de Toledo y lo encerraron en una oquedad de seis pies de ancho y unos diez de largo, donde estuvo encarcelado nueve meses. Allí concibió y escribió las primeras estrofas del Cántico espiritual, nacido de la experiencia de abandono, oscuridad, hambre y sufrimiento, de la meditación corporeizada, del exilio exterior e interior, la heterodoxia religiosa y la teología simbólica en un riguroso silencio, sin duda uno de los más creativos estética y poéticamente.

Numerosas han sido las ediciones del Cántico, uno de los poemas mayores de la literatura universal y cumbre de la poesía mística de todos los tiempos. En su edición de la Poesía, de San Juan de la Cruz, Domingo Ynduráin afirma que el misticismo español del Siglo de Oro hay que estudiarlo a partir de un profundo conocimiento de la Cábala. Certera observación que sigue Lola Josa. Ahí radica precisamente la peculiaridad y originalidad de esta nueva edición: en el análisis riguroso y la interpretación creativa del Cántico a través de la mística hebrea, liberada de dogmas tanto religiosos como filológicos, campo poco trabajado en los estudios de San Juan de la Cruz.

san-juanEl autor del Cántico, subraya Lola Josa, fue un “sagaz conocedor de la Biblia”, sobre todo de la Biblia hebrea, que sabía casi de memoria. En las aulas de la Universidad de Salamanca siguió las enseñanzas de los grandes hebraístas del siglo XVI y de Fray Luis de León, traductor del Cantar de los Cantares, y vivió la influencia del humanismo entonces subversivo basado en los estudios bíblicos y singularizado por el saber hebreo. Es precisamente ese humanismo, basado en la “verdad hebraica”. el que rezuma el Cántico, frente al fanatismo y la intransigencia de la teocracia entonces vigente, que llevó a la cárcel a los cultivadores de dicho humanismo, entre ellos a Fray de León.

Desnudarse y descalzarse para encontrar a Dios

El inspirador del Cántico es el Cantar de los cantares, libro de la Biblia hebrea escrito en términos eróticos profanos que transforma el amor erótico en símbolo divino. De él destaca la profesora Josa su carácter despatriarcalizante, ya que el amado y la amada se buscan, mantienen una relación igualitaria y se encuentran en la desnudez, como despatriarcalizante es también el Cántico. Dos son las razones que aporta para justificar dicha inspiración. La primera, porque el Cantar fue el libro más estudiado por los humanistas hispánicos del siglo XVI. La segunda, porque en él se pone de manifiesto que la mística judía convirtió la desnudez del cuerpo humano en la mejor representación física del vacío. Para encontrar y saborear a Dios hay que desnudarse y descalzarse. Es más, para Juan de la Cruz, la desnudez es el mismo Dios. Ya en la primera estrofa deja implícita la idea de la “nada de Dios” en plena sintonía con el místico medieval Maestro Eckhart: “¿Adónde te escondiste,/ amado, y me dejaste con gemido?/ Como el ciervo huiste/ habiéndome herido,/ salí tras ti clamando, y eras ido”. Estamos ante una de las manifestaciones más lúcidas y coherentes de la teología apofática, que tiene su inicio en el siglo IV con el Pseudo Dionisio, y que el místico abulense lleva hasta sus últimas consecuencias no nombrando a Dios en ninguno de sus grandes poemas.

De esta edición puede decirse lo que afirma Juan de la Cruz del monte o del collado: “do mana el agua pura

Los comentarios de Lola Josa a cada una de las 39 estrofas identifican la voluntad mística y lírica que se dan en el carmelita descalzo de Fontiveros de manera unitaria e inseparable, al tiempo que, siguiendo a Eckhart, descubren la luminosidad en la noche oscura del poeta y la claridad en las tinieblas. El resultado final de esta edición es una escritura estética, un acercamiento simbólico y una hermenéutica creativa que da nueva vida a tan memorable poema, estudiado hoy desde las diferentes disciplinas con aportaciones siempre nuevas dada su profundidad inagotable. De esta edición puede decirse lo que afirma Juan de la Cruz del monte o del collado: “do mana el agua pura”. Cierto, el agua pura de las fuentes del saber hebreo, que la autora de este comentario conoce a la perfección y prioriza en la vida, la obra y el pensamiento del carmelita descalzo.

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Texto de San J7an de la Cruz

Sin que este libro sea una biografía del descalzo abulense, me parece una pieza maestra el perfil que de él traza Lola Josa: “Qué incómodo tuvo que ser el místico para las fuerzas y la vigilancia oficiales, poco menos que un revolucionario que defendía la no necesidad de absolutamente nada de lo que pudiera ofrecer el orden implantado. Él, pobre de nacimiento, que cuidó a enfermos desahuciados, sabía que la bondad y la caridad, atributos de la voluntad del vacío, pueden más que cualquier gobierno” (p. 100).

La revolución de Juan de la Cruz estuvo guiada por el amor, una palabra que recorre toda su obra y da fin a su vida. Estando en el lecho de muerte, mientras el prior estaba haciendo las oraciones de despedida del místico, le pidió las interrumpiera y leyera los versos del Cantar de los cantares, que había inspirado su Cántico espiritual: El amor es más fuerte que la muerte […]./ Los océanos no podrían apagar el amor,/ ni los ríos anegarlos./ Quien quisiera comprar el amor,/ con todas las riquezas de su casa/sería despreciable” (Cantar de los cantares 8.6-7).

Fuente Blog de Juan José Tamayo en Religión Digital

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“El Discípulo Que[er] Jesús ∀maba”, por Carlos Osma

Viernes, 12 de abril de 2024
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De su blog 
Homoprotestantes:

Cuando explicaba a mis amistades que estaba escribiendo un libro sobre el discípulo que Jesús amaba, muches me preguntaban: ¿Juan, no? Sin embargo, este libro no va de definir una identidad, de saber quién está detrás de una x que nos crea incertidumbre. Sino de saber si ese discípulo —al que el narrador identifica como autor del Cuarto Evangelio— puede aportarnos algo a las personas queer de hoy. A esas que no encajamos en —alguna, muchas, o todas— las identidades que se suponen deberían venirnos como anillo al dedo, pero que más bien nos van como soga al cuello.

«Me propuse releer los textos, reescribir también sobre ellos: escribir respecto de ellos sin dejarlos nunca intactos y de escribir en ellos escrutando entre líneas, en los márgenes. Pero no quise releerlos para demostrar que es posible hacerlo desde una existencia queer, sino para que las lectoras a las que me dirijo –aquellas a las que otras teologías no tienen en cuenta más que para deshumanizarlas– valoraran si el mensaje del Cuarto Evangelio las interpela. Si aún son capaces de identificarse como discípules a les que Jesús Ɐma». [1]

Además de una introducción y una reflexión final, el libro consta de siete capítulos, cada uno de ellos centrado en una de las escenas donde aparece este personaje. Para el comentario de las escenas me sirvo del método narrativo, que entiende el Cuarto Evangelio como una creación literaria con la que el autor pretende guiar a las lectoras para que crean en Jesús. Así que me sirvo de las aportaciones de especialistas que han utilizado este método para analizar el Cuarto Evangelio. Y a esto le añado todo lo que he aprendido de autores queer, o de personas con las que he compartido experiencias en comunidades cristianas, entidades LGTBIQ+, entornos ecuménicos, amistad y/o lazos familiares. Creo que la fusión de todo esto hace de El Discípulo Que[er] Jesús maba un libro singular. No es fácil encontrar juntes en una obra de contenido teológico a Alan Culpepper y Judith Butler, Paul Preciado y Rudolf Bultmann, Roberto Vignolo y Camila Sosa Villada, o a Marcella Althaus Reid y Paco Vidarte.

«Llegadas hasta aquí, y siendo nosotres también conscientes de que nuestra hora ha llegado, la hora de hacernos presentes en la escena, podemos decir basta, y hacer una especie de Stonewall pero a la inversa, queremos dejar la oscuridad y la intemperie donde se nos ha obligado a vivir, para acercarnos a Jesús y poner nuestra cabeza sobre su pecho. Estamos decididas a pasar por encima de la policía teológica que nos hace pagar sus indulgencias a un precio inasumible para nosotras. Somos educades, hemos llamado muchas veces a esa puerta pero nunca se nos ha abierto, ahora estamos empoderades y no aceptamos un no por respuesta. Rechazamos toda clase de violencia, hemos padecido demasiada como para creer ahora que nos serviría de algo, pero vamos a entrar». [2]

La lectora a la que me dirijo, como he explicado anteriormente, se reconoce queer. Eso es importante tenerlo en cuenta porque aunque la queeridad nos traspasa a todas, no siempre somos conscientes de ello. Aún así, espero que esta obra ayude a que algunes lectores dejen aflorar lo queer que consciente, o inconscientemente, esconden. Además, mi lector implícito no es solo queer, es también muchas otras cosas, y no solo es objeto de rechazo o aceptación, sino que también es sujeto que rechaza o acepta a otres. Y aunque es capaz de gritar para pedir justicia, también es sensible a los gritos –o los susurros– de quienes la quiere para ellas.

«Se puede construir a Jesús de otras formas, de hecho se hace: puede ser blanco, poderoso, heterosexual, occidental, cristiano, misógino, un asesino, o adecentarlo con cualquier categoría de opresión. Pero ante ese Jesús de malas nuevas que controla, juzga y mata, deberíamos huir, si podemos hacerlo, y ojalá no lo hubiéramos conocido nunca. No estaría mal que, al menos por un tiempo, hasta que nos desintoxiquemos de los dogmas de fe que corren por nuestras venas, me refiero a los que nos provocan adicción, ansiedad o alucinaciones, echemos mano de la ética marica que propuso Paco Vidarte, una ética marica que recupere la solidaridad entre sí de los oprimidos,discriminados y perseguidos». [3]

Añadir, para acabar, que en los comentarios a las escenas trato de poner en valor lo que el autor del Cuarto Evangelio nos propone: Un discipulado del ∀mor, no un discipulado del patriarcado, del mercado, del miedo, o de las costumbres. Un discipulado que, como muy bien dice Carmenmargarita Sánchez de Léon, «sangra/menstrua, que llora, que baila y mueve sus caderas, de cuerpos gordos y sensuales, de cuerpas que resucitan una y otra vez ante los proyectos de muerte de los necropoderes»[4]

Agradezco de antemano todos los comentarios y observaciones que me hagáis llegar después de la lectura del libro. También estoy abierto a presentarlo en vuestra entidad, comunidad, asociación, etc. Podéis poneros en contacto conmigo a través de mi correo electrónico. Escribí este libro «para compartir el descubrimiento que había supuesto para mí encontrarme con el discípulo que[er] Jesús Ɐmaba. Espero que mis reflexiones os inspiren, que las contradigáis, las completéis, las mejoréis, pero sobre todo: que os animen a compartir con quienes tenéis alrededor, el Ɐmor de un dios queer que nos ha hecho a todos diversas y hermanes. Que disfrutéis – al menos tanto como lo he hecho yo– al caminar entre las escenas donde el discípulo que[er] Jesús Ɐmaba os acompaña en el seguimiento de Jesús»[5]

Carlos Osma

 IMG_3853El Discípulo Que[er] Jesús ∀maba

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Notas:

[1] Carlos Osma, El Discípulo Que[er] Jesús maba (Barcelona: Ediciones Homoprotestantes, 2024), 71.

[2] Ibíd., 65.

[3] Ibíd., 115.

[4] Carmenmargarita Sánchez de León, “Los múltiples cuerpos de Jesús”. En Knauss y Mendoza-Álvarez, eds. Teologías queer: Devenir el cuerpo queer de Cristo, Revista Internacional de Teología Concilium 383 (Estella, Navarra: Verbo Divino, 2019), 712.

[5] Osma, El Discípulo Que[er] Jesús maba, 19-20.

 

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Quién fue María Felicitas Jaime, autora de la gran novela lésbica argentina del siglo XX

Martes, 9 de abril de 2024
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María Felicitas Jaime (1950-2017) fue periodista, escritora y militante feminista. Integrante pionera de la CHA, escribió la gran novela lésbica del siglo pasado.

Es 1985. Hace apenas 3 años que Argentina recuperó la democracia. María Felicitas Jaime, escritora, periodista, lesbiana, se sienta y escribe.

No es fácil ser homosexual en una ciudad como Buenos Aires que, pese a su cosmopolitismo, aún conserva resabios de gran aldea y aún tiene demasiado frescos los recuerdos de la última dictadura, durante la cual fuimos perseguidos como en cualquier caza de brujas que se precie”.

Escribe, pero no con su nombre. Firma con el seudónimo María No. El texto es para la revista Diferentes, dirigida, sobre todo, a varones gays. Y les dice que, si ser homosexual fue difícil para los varones, “mucho más duro fue para nosotras, no porque seamos más perseguidas: una estadística de entre casa demostraría que por una chica detenida hay o hubo 10 chicos. La persecución con nosotras trabaja de manera diferente, a la mujer en general se le niega el derecho a su sexualidad, existimos en tanto objeto para el goce del hombre”.

Una pionera 

María Felicitas Jaime (1950-2017) fue periodista, escritora y militante feminista. Trabajó como redactora de Radio Nacional, escribió para las revistas SuperHumor y Diferentes, también para el diario Los Andes de Mendoza. También fue guionista de televisión y secretaria de redacción del Semanario Diálogo. Escribió una colección en fascículos sobre educación sexual y cuentos en libros de bolsillo sobre temática erótica.

Según una entrevista inédita de Juan Queiroz a Marta Paz, Felicitas integró el primer grupo de «Mujeres de la CHA».

Teresa De Rito, la primera vicepresidenta de la CHA, la recuerda: “Fui la primera mujer y sindicalista en dar la cara, la segunda Celeste Carballo, Felicitas en una revista aportó lo suyo, luego Ilse Fuskova”.

Dentro de la redacción de Diferentes impulsaba la edición de ‘Diferentes Mujer’. Pero, aunque salió publicitada en la misma revista, el proyecto nunca se concretó. Como cuenta el archivo de Potencia Tortillera, en los últimos 10 números de Diferentes, María No fue la encargada de firmar las editoriales publicadas en la primera página.

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Presentación de Diferentes Mujer, una edición que nunca salió. 
Archivo: Moléculas Malucas-Marcelo Reiseman, programa de memorias de la CHA

Una novela lésbica en los 90

Felicitas migró con Bea Albertini, su pareja, a Madrid en los ‘90. Allá publicó Cris & Cris, en 1992. La novela cuenta la historia de Mariana, una periodista lesbiana que vive en Buenos Aires y un día conoce a otra Cris, una abogada casada con un hombre.

“Cuando apareció la novela en España fue un boom, pues aunque ya estábamos en los noventa, casi no se hablaba de lesbianismo; apenas de gays. Se vendió muy bien. Gracias al éxito de la novela, intervino en varios grupos de lesbianas que la invitaban y caían rendidas a sus pies ya que llegaron a amar Cris & Cris”, cuenta Bea.

Dictaba talleres de lectura y escritura, algunos en las bibliotecas de la Comunidad de Madrid. El curso que dictó en la Universidad de Verano Maspalomas, Gran Canaria, tuvo récord de asistentes: hablaron del libro, de lesbianismo, de feminismo.

“Emigramos a España en parte por aventura, y en parte por la situación política y social. En lo social, parecía no haber sitio para nosotras, fue una sensación bastante fea que sientes en tu propio país”, dice Bea.

Para Bea, Felicitas no fue sólo su pareja, sino también una gran luchadora por los derechos de la gente oprimida, una persona a la que “le importaban todas las minorías silenciadas”. Cuenta que en notas periodísticas y en radio denunció el trabajo infantil, que hablaba de lesbianismo y de la opresión de la mujer, y que lo hacía con ironía y figuras retóricas para evitar la censura reinante durante el gobierno militar. Aunque, igualmente, la censura llegó en forma de amenazas y despidos.

“Felicitas fue una mujer estupenda, generosa, abierta. Estuvimos juntas treinta y pico de años, y desde el día que nos conocimos. Para mí fue toda una aventura”, dice Bea.

Felicitas recibió cientos de cartas en España tras la publicación de Cris & Cris. Lesbianas y madres de lesbianas le agradecían: el libro les había hecho comprender mejor a sus hijas.

A Cris & Cris le siguió Pasiones (Horas y Horas, 1994) y Cenicienta en Chueca (Edisco Editorial, 2003). También publicó cuentos, libros colectivos, y novelas eróticas de bolsillo bajo seudónimo. 

IMG_3906Edición española de Cris & Cris

La militancia antes del exilio

En 1985 escribió en la revista Diferentes una nota titulada “Para un gay nada mejor que otro gay”, donde entrevista a cuatro lesbianas. Firma bajo el seudónimo María No. Era la única columna dedicada a lesbianas. La audiencia y el contenido de la revista era para y de varones gays.

María No cuenta ahí que, después de una intensa búsqueda, logró reunir «a cuatro chicas homosexuales para charlar sobre sus cuestiones específicas dentro de una organización mixta como la CHA, pero básicamente protagonizada por varones. Bien podrían esta entrevista y este testimonio representar un llamado a sus pares a organizarse para debatir acerca de la autoexclusión que les pesaba y sobre el silencio del feminismo heterosexual”, explica Moléculas Malucas, donde aparece este archivo.

En el texto, Felicitas escribe: “A nadie le preocupa que un hombre pasados los treinta no se haya casado, una está harta de las indirectas de tías que en cada fiesta o velatorio familiar le pregunta: “¿Y vos, para cuándo?”, y ya se sabe que tiene colgado el cartel de solterona, lo cual resulta un estigma así una logre el Nobel de algo”. 

Y sigue: “Estas sutiles formas de la represión paradójicamente, en vez de otorgarle más libertad, la sume en estado paranoicos. Cuando vive en pareja se siente señalada, en su laburo se relaciona lo menos posible con mujeres, se hace llamar veinte veces por algún amigo (…). Por esto llega un momento en que la conclusión parece obvia: Para un homosexual no hay nada mejor que otro homosexual. Aunque esto, hasta que las cosas cambien, signifique encerrarse en un ghetto y desde allí pelear por nuestros derechos y lograr la integración gradual y sana con el resto de la sociedad”.

En el año que Felicitas escribía ese texto, la CHA funcionaba a través de distintos grupos, que se reunían cada uno en casa de un miembro, en general una vez por semana. Ella integraba el grupo Oscar Wilde, que nació en 1983.

“Era un grupo chiquito que funcionaba también como espacio de contención, para compartir historias comunes. María Felicitas Jaime se sumó un poco después que yo. Hablábamos de todo un poco. Con el grupo hicimos algunos textos sobre la derogación de los edictos policiales”, cuenta Marta Paz en Nosotras, las homosexuales, del archivo Moléculas Malucas.

Se sentía muy bien en ese grupo que formaban unas 8 personas “todos bastante cultos y dedicados a la lucha a favor nuestro”, dice Bea. En ese espacio pudo militar con su nombre y apellido. Durante el festejo en Plaza de Mayo por los 100 días de democracia, Felicitas desfiló con su pareja bajo la pancarta de la CHA.

El rescate

En 2023 se publicó por primera vez en Argentina en la Editorial De Parado, que dirigen Mariano Blatt y Fram Visconti.

IMG_3908Mariano y Fram consideran que es “la gran novela lésbica del siglo XX”. ¿Por qué? “Porque no existen novelas lésbicas argentinas en el SXX que traten el tema de la sexualidad tan libremente, no como un problema ni como una carga. Para Mariana la protagonista ser lesbiana es parte de su vida, lo toma naturalmente. La mayoría de las novelas gays del siglo pasado son crueles con los personajes queer y con finales atroces para aquellos que se atreven a cruzar los límites de la heterosexualidad”.

Llegaron a ella por Juan Queiroz, un investigador y coleccionista que está a cargo, junto a Mabel Bellucci, de Moléculas Malucas, una revista digital y proyecto crítico cultural que recupera archivos queer.

Dos novelas (incluyendo Cris & Cris) y un libro de cuentos fueron publicados en España en editoriales especializadas en literatura queer y nunca llegaron a nuestro país. Eso nos pareció rarísimo. Igual nos contó la viuda que el libro tenía una pequeña circulación en Argentina entre sus amigas y conocidas que la convirtió en novela de culto. Solo era cuestión de publicarla y acercarla a nuevas generaciones”, explicó Fram a Agencia Presentes. 

Felicitas murió a los 66 años en Mendoza. “Nos dejó en 2017; y también nos dejó una novela inédita y un libro de poemas inconcluso”, cuenta Bea.

El segundo libro, Pasiones, saldrá en abril, el mes que viene, en Argentina, publicado por la Editorial De Parado.

7 de marzo de 2024
Rosario Marina
Edición: Ana Fornaro

Fuente Agencia Presentes

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“Repensar el cristianismo”, por José Arregi.

Miércoles, 3 de abril de 2024
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IMG_3681De su blog Umbrales de Luz:

Tienes en tus manos un pequeño gran libro, profundo y sencillo, interesante y ágil, crítico y exquisitamente respetuoso, lleno de información y lucidez. Cada capítulo, tan breve como sustancioso, me parece magistral en su sencillez: claro, ágil, sobrio, bello.

Es un libro de plena actualidad, a pesar de lo que pudiera parecer por el tema del que trata: repensar el cristianismo. Repensar el cristianismo –sus formulaciones históricas, sus dogmas, ritos y cánones, todas sus instituciones, y también sus geniales y potencialmente inspiradoras intuiciones de fondo–, repensarlo desde nuestros grandes desafíos éticos, políticos, culturales, repensarlo todo, desde la A hasta la Z, de manera crítica, aconfesional y libre, me parece una tarea necesaria y fecunda para hoy. Es lo que se propone el autor, y lo hace excelentemente.

Si el propio término religión proviene –así lo enseñó el sabio y crítico Cicerón (s. I a.C.)– del latín relegere (releer críticamente, mirar y remirar a fondo, reinterpretar sin cesar), ¿no sugiere su propia etimología que el hecho religioso surge en el fondo de la contemplación profunda, desapegada y crítica de los signos –el misterio, la belleza, el drama– de la realidad en su conjunto? ¿Y si la “relectura” es su origen no habrá de ser su destino permanente? ¿La religión, para serlo en su sentido más profundo y verdadero, no habrá de acompañarse de una reinterpretación constante de toda creencia, fórmula y forma religiosa precedente? ¿No hicieron eso todas las figuras de sabiduría profunda, religiosas o no?

Así lo hicieron, en una época de hondas transformaciones culturales que K. Jaspers calificó como “tiempo eje” (entre los siglos VIII y III a.C.), Confucio y Laozi en China, Buda y Mahavira en la India, Zoroastro en Irán, los profetas de Israel, los grandes pensadores presocráticos de Grecia (Parménides, Pitágoras, Heráclito, Tales…). Así lo hizo Jesús, crítico de la religión legalista, profeta de la misericordia sanadora. Así lo han hecho desde entonces, a lo largo de estos 2000 años, las y los testigos mejores de su Buena Noticia liberadora. Al alto precio de ser declarados herejes e incluso quemados en la hoguera, fueron fieles al espíritu que animaba la tradición cristiana y lo liberaron de las formas rígidas del pasado para que pudiera inspirar el presente.

Es lo que el Espíritu o la espiritualidad reclama hoy de las religiones establecidas. Hoy más que nunca, pues nunca los grandes sistemas religiosos, desde su origen hace unos 7.000 años hasta hoy, han conocido una crisis tan radical y general como vemos: la cosmovisión (dualista, fixista, antropocéntrica), la antropología, las categorías lingüísticas, los fundamentos sociales y éticos, la concepción de la vida y de la muerte… que durante milenios les han servido de soporte ya no se sostienen. Los credos, códigos, rituales y organizaciones religiosas afrontan una crisis global, acelerada e irreversible. Y nadie “cree” lo que quiere, sino aquello que le resulta culturalmente creíble, razonablemente coherente. Si las religiones quieren ser fieles al aliento que las mueve, si quieren vivir y hacer vivir, habrán de estar dispuestas a despojarse de casi todas sus formas milenarias.

Lo que vale sobre las religiones en general vale en especial para el cristianismo. Tenía razón John Shelby Spong, obispo episcopaliano y teólogo, cuando –¡hace ya 24 años!– escribió ¿Por qué el cristianismo tiene que cambiar o morir? (1999), uno de sus grandes libros. Pienso, en efecto, que esa es la alternativa. El dejar de repensarse y transformarse a fondo equivaldrá a morir. Y el simple perdurar como gueto social y cultural, equivaldrá también a morir, a dejar extinguirse la llama que movió a Jesús, el alma que late en el extraordinario patrimonio –vida, acción, pensamiento, literatura– de sus 2000 años de historia, el espíritu inspirador que ha animado lo mejor de sus 20 siglos.

Hoy como siempre necesitamos aliento. Hoy más que nunca quizás. Vivimos una época de transformaciones más radicales y aceleradas y de desafíos más inquietantes que en ninguna otra época de la especie Homo Sapiens desde su origen hace 300.000 años. El equilibrio ecológico de la comunidad planetaria viviente, la convivencia justa y pacífica de la humanidad en su conjunto, la supervivencia del propio Homo Sapiens, todo está amenazado, todo está en juego. ¿Podrá todavía el cristianismo seguir alentando la vida?

Solo un nuevo cristianismo, místico y liberador, plural y dialogante, desclericalizado y desjerarquizado, transreligioso y siempre itinerante, podría infundir aún el Espíritu universal de la Vida que, según el bellísimo mito bíblico de la creación, “vibraba en las aguas” del Génesis, el Espíritu de la Vida que –antes y más allá de toda forma religiosa y de toda frontera entre creyentes y no creyentes– sigue vibrando en la Tierra y en el Universo sin fin. ¿Podrá todavía el cristianismo –el cristianismo de la Iglesia Católica romana en particular– transformarse y vivir para inspirar, en un marco religioso o no religioso, al mundo post-religioso y post-positivista en que vivimos? Seria cuestión que tiene poco que ver con hacer predicciones de futuro.

En cualquier caso, por este cristianismo transformado opta Pedro Miguel Ansó, sin confesionalismo de ningún tipo y sin renegar de sus raíces cristianas y de su profunda adhesión a la persona, al mensaje, a la utopía de Jesús que le siguen inspirando. Y debo decir que, tras haber dedicado mi vida a enseñar teología, cada página de este libro me ha resultado instructiva e interesante. ¡Gracias, Pedro Miguel!

José Arregi, Aizarna, 15 de mayo de 2023

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‘Por un cristianismo creíble’: Las reflexiones de un “creyente problemático” y “teólogo de alcantarilla”

Prólogo de Por un cristianismo creíble. Autor: Pedro Miguel Ansó Esarte (Ed. Tirant lo Blanc, 2024)

Fue presentado el día 21 de marzo de 2024, jueves, en la librería ELKAR de Donostia – San Sebastián (Fermín Calbeton Kalea, 21), a las 19:00.
Intervinieron el autor y José Arregi

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