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En la fiesta de Santa María Magdalena, hoy 22 de julio… María Magdalena ¿por qué nos cuesta llamarla “santa”?

Miércoles, 24 de julio de 2024

IMG_6364De su blog Fe y Vida:

En 2016 el papa Francisco decretó que la conmemoración de María Magdalena (22 de julio) debía pasar a ser “fiesta litúrgica como el resto de los apóstoles”, llamándola “Apóstola de los apóstoles”. Según explicó el secretario de la Congregación para el Culto Divino de ese momento, esa decisión respondía “al contexto actual que requiere una reflexión más profunda sobre la dignidad de la mujer, la nueva evangelización y la grandeza del misterio de la misericordia divina”. Recordaba que ya Juan Pablo II había prestado atención a la importancia de la mujer en la misión de Cristo y de la Iglesia, poniendo énfasis en la figura de María Magdalena como primera testiga de la resurrección y quién anunció a los apóstoles ese acontecimiento. Por esto se afirma, en el decreto que, “Santa María Magdalena es un ejemplo de evangelización verdadera y auténtica, es decir, una evangelista que anuncia el gozoso mensaje central de Pascua”.

Sin embargo, esta recuperación de la figura de María Magdalena todavía no ha penetrado suficientemente en el imaginario y en la creencia de la mayoría de los cristianos. Persiste lo que se afirmó de ella durante siglos:  pecadora (prostituta) a la que Jesús había perdonado. Esta imagen de María Magdalena surgió por haberla identificado con la pecadora arrepentida que entra en casa de Simón el fariseo (Lc 7, 36-50) y con María la hermana de Lázaro y Marta, la cual también unge a Jesús (Jn 12, 1-8). Cuando el texto de Lucas se refiere “a algunas mujeres que habían sido curadas de espíritus malignos y enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios” (8.2), está queriendo decir que fue curada de su enfermedad -probablemente muy grave -de ahí los siete demonios-, pero en ningún momento refiriéndose a su condición moral.

Aunque en la actualidad hay muchos estudios sobre María Magdalena, no se han concretado, en la práctica, todas las consecuencias que la correcta interpretación bíblica sobre ella trae para las mujeres en la Iglesia. La primera, es el reconocimiento de María Magdalena al mismo nivel que los apóstoles. De hecho, ella -y otras mujeres- le siguieron desde Galilea hasta Jerusalén, condición que luego se invoca en el libro de Hechos de los Apóstoles para nombrar al apóstol en reemplazo de Judas (Hc 1,21). Por lo tanto, no debería costar tanto imaginar a las mujeres formando parte del colegio apostólico. Tenemos la certeza que María Magdalena fue Apóstola y así lo celebramos.

Otra consecuencia es que siendo la primera evangelizadora no hay razón para no tomar las enseñanzas de las mujeres con el mismo valor que la de los varones. Todavía cuesta aceptar la enseñanza teológica impartida por mujeres en seminarios y facultades de teología. Por supuesto, algo ha cambiado y más mujeres son reconocidas en el ámbito teológico y en el servicio eclesial. Sin embargo, su participación sigue siendo pequeña, nada equitativa con respecto al número de varones que ocupan dichos espacios, ni sus logros académicos y pastorales son tomados con la misma seriedad, interés y respeto que tantas veces se toma el aporte de los teólogos y de los clérigos.

Quiero hacer notar, además, las pocas veces que damos a María Magdalena el título de “santa”. Efectivamente, ella lo es y así la podríamos llamar para seguir borrando esa imagen tan invocada de prostituta y que ha contribuido a identificar a las mujeres con los pecados referidos a la sexualidad. No sólo no hay muchos esfuerzos por llamarla santa, como tampoco de resaltar demasiado su fiesta. Sería una ocasión propicia para posicionar la verdad sobre ella. Mucho menos hay interés en llamarla Apóstola, ni primera evangelizadora aunque tres evangelistas relatan el envío que Jesús le hace para que anuncie a los discípulos su resurrección (Mc 16, 7; Mt 28, 7; Jn 20, 17) e, incluso Lucas, quien progresivamente fue invisibilizando el papel de las mujeres en su evangelio, de todas maneras, no deja de constatar que son las mujeres las que anuncian esa buena noticia a los apóstoles, colocando a María Magdalena en primer lugar (Lc 24, 9).

Últimamente se ha utilizado su figura -en la literatura y en el cine- para mostrarla como compañera de Jesús o resaltando su protagonismo en la primera comunidad, con el fin de contrarrestar la figura de Pedro. Pero, ninguna de estas dos aproximaciones, están en la Biblia.

En tiempos de trabajar por una Iglesia sinodal, seguir visibilizando a María Magdalena en los roles que verdaderamente tuvo al lado de Jesús y en la naciente comunidad cristiana, ayudará significativamente a acelerar la participación plena de las mujeres en la Iglesia. Por eso, es de desear que esta celebración de su fiesta, el próximo 22 de julio, podamos vivirla con más profundidad, sintiendo así que no es una rareza que 50 mujeres voten en el próximo sínodo sino, por el contrario, lo extraño es que no haya muchas más mujeres en esos niveles de decisión donde se gesta el futuro de la Iglesia, esta misma Iglesia que sin el primer anuncio hecho por María Magdalena, tal vez nunca habría existido.

Cabe anotar, finalmente que, a pesar de las resistencias al lenguaje inclusivo en algunos círculos eclesiásticos (y sociales), fue Santo Tomás quien habló de ella como “apóstola” y el Decreto de su fiesta mantiene ese término en femenino. Sería bueno, dejar las resistencias y acostumbrar nuestros oídos a los términos femeninos que permiten visibilizar a las mujeres. Sin darnos cuenta pronto esas palabras nos sonarían igual de normales que todos los términos que hasta hoy se han ido creando en nuestro lenguaje.

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“El cristianismo de María Magdalena” por Juan José Tamayo, teólogo.

Lunes, 22 de julio de 2024

mary-magdalene-6e5a131d0dc85e1439fe556313b910251421f22f-s6-c30El Papa Francisco elevó la Memoria de María Magdalena, convirtiéndola en fiesta, que se celebrará todos los años el 22 de Julio. Por eso, para este día, recomendamos la lectura de los artículos, muchos, que hemos dedicado a la figura de la Apostolorum Apostola, y refrescamos este que leímos en la página web de Redes Cristianas

En su obra La Ciudad de las Damas, de principios del siglo XV, la escritora francesa Christine de Pisan constataba la disparidad entre la imagen negativa de los varones sobre las mujeres y el conocimiento que tenía de sí misma y de otras mujeres. Los varones afirmaban que el comportamiento femenino estaba colmado de todo vicio; juicio que en opinión de Christine demostraba bajeza de espíritu y falta de honradez. Ella, por el contrario, tras hablar con muchas mujeres de su tiempo que le relataron sus pensamientos más íntimos y estudiar la vida de prestigiosas mujeres del pasado, les reconoce el don de la palabra y una inteligencia especial para el estudio del derecho, la filosofía y el gobierno.

La situación de entonces se repite hoy en la mayoría de las religiones, que se configuran patriarcalmente y nunca se han llevado bien con las mujeres. Estas no suelen ser consideradas sujetos religiosos ni morales, por eso se las pone bajo la guía de un varón que las lleve por la senda de la virtud. Se les niega el derecho a la libertad dando por supuesto que hacen mal uso de ella. Se les veta a la hora de asumir responsabilidades directivas por entender que son irresponsables por naturaleza. Son excluidas del espacio sagrado por impuras. Se las silencia por creer que son lenguaraces y dicen inconveniencias. Son objeto de todo tipo de violencia: moral, religiosa, simbólica, cultural, física, etc.

Sin embargo, las religiones difícilmente hubieran podido nacer y pervivir sin ellas. Sin las mujeres es posible que no hubiera surgido el cristianismo y quizá no se hubiera expandido como lo hizo. Ellas acompañaron a su fundador Jesús de Nazaret desde el comienzo en Galilea hasta el final en el Gólgota. Recorrieron con él ciudades y aldeas anunciando el Evangelio (=Buena Noticia), le ayudaron con sus bienes y formaron parte de su movimiento.

La teóloga feminista Elisabeth Schüssler Fiorenza ha demostrado en su libro En memoria de ellaque las primeras seguidoras de Jesús eran mujeres galileas liberadas de toda dependencia patriarcal, con autonomía económica, que se identificaban como mujeres en solidaridad con otras mujeres y se reunían para celebrar comidas en común, vivir experiencias de curaciones y reflexionar en grupo.

El movimiento de Jesús era un colectivo igualitario de seguidores y seguidoras, sin discriminaciones por razones de género. No identificaba a las mujeres con la maternidad. Se oponía a las leyes judías que las discriminaban, como el libelo de repudio y la lapidación, y cuestionaba el modelo de familia patriarcal. En él se compaginaban armónicamente la opción por los pobres y la emancipación de las estructuras patriarcales. Las mujeres eran amigas de Jesús, personas de confianza y discípulas que estuvieron con él hasta el trance más dramático de la crucifixión, cuando los seguidores varones lo abandonaron.

En el movimiento de Jesús las mujeres recuperaron la dignidad, la ciudadanía, la autoridad moral y la libertad que les negaban tanto el Imperio Romano como la religión judía. Eran reconocidas como sujetos religiosos y morales sin necesidad de la mediación o dependencia patriarcal. Un ejemplo es María Magdalena, figura para el mito, la leyenda y la historia, e icono en la lucha por la emancipación de las mujeres.

A ella apelan tanto los movimientos feministas laicos como las teologías desde la perspectiva de género, que la consideran un eslabón fundamental en la construcción de una sociedad igualitaria y respetuosa de la diferencia. María Magdalena responde, creo, al perfil que Virginia Woolf traza de Ethel Smyth: “Pertenece a la raza de las pioneras, de las que van abriendo camino. Ha ido por delante, y talado árboles, y barrenado rocas, y construido puentes, y así ha ido abriendo camino para las que van llegando tras ella”.

Las mujeres fueron las primeras personas que vivieron la experiencia de la resurrección, mientras que los discípulos varones se mostraron incrédulos al principio. Es esta experiencia la que dio origen a la Iglesia cristiana. Razón de más para afirmar que sin ellas no existiría el cristianismo. No pocas de las dirigentes de las comunidades fundadas por Pablo de Tarso eran mujeres, conforme al principio que él mismo estableció en la Carta a los Gálatas: “ya no hay más judío ni griego, esclavo ni libre, varón o hembra”.

Sin embargo, pronto cambiaron las cosas. Pedro, los apóstoles y sus sucesores, el papa y los obispos, se apropiaron de las llaves del reino, se hicieron con el bastón de mando, que nada tenía que ver con el cayado del pastor para apacentar las ovejas, mientras que a las mujeres les impusieron el velo, el silencio y la clausura monacal o doméstica. Eso sucedió cuando las iglesias dejaron de ser comunidades domésticas y se convirtieron en instituciones políticas e Iglesia.

¿Cuándo se reparará tamaña injusticia para con las mujeres en el cristianismo? Habría que volver a los orígenes, más en sintonía con los movimientos de emancipación que con las Iglesias cristianas de hoy. Es necesario cuestionar la primacía –el primado- de Pedro, que implica la concentración del poder en una sola persona e impide el acceso de las mujeres a las responsabilidades directivas compartidas.

Hay que recuperar el discipulado de María Magdalena, “Apóstol de los Apóstoles, como la llama Elisabeth Schüssler en un artículo del mismo título pionero en las investigaciones feministas sobre el Testamento cristiano, en referencia al reconocimiento que se le daba en la Antigüedad cristiana. Es necesario revivir, refundar el cristianismo de María Magdalena, inclusivo de hombres y de mujeres, en continuidad con los profetas y las profetisas de Israel y con el profeta Jesús de Nazaret, pero no con la sucesión apostólica, de marcado acento jerárquico-patriarcal.

Un cristianismo olvidado entre las ruinas valladas de la ciudad de Magdala, lugar de nacimiento de María Magdalena, que visité hace tres años, a siete kilómetros de Cafarnaún, donde tuvo su residencia Jesús de Nazaret durante el tiempo que duró su actividad pública. En las excavaciones que se llevan a cabo en Magdala se descubrió en 2009 una importante sinagoga Ahí se encuentra la memoria subversiva del cristianismo originario liderado por Jesús y María Magdalena, que fue derrotado por el cristianismo oficial.

Pero de aquel cristianismo sepultado bajo esas ruinas emerge un cristianismo liberador vigoroso, desafiante, y empoderado a través de los movimientos igualitarios que surgen en los márgenes de las grandes iglesias cristianas, como surgió en los márgenes el primer movimiento de Jesús, de María Magdalena y de otras mujeres que le acompañaron durante los pocos meses que duró su actividad pública..

Es necesario heredar la autoridad moral y espiritual de María de Magdala como amiga, discípula, sucesora de Jesús y pionera de la igualdad. En definitiva, Jesús Nazaret, María Magdalena, Cristina de Pisan, Virginia Woolf, los movimientos feministas, las comunidades de base y la teología feminista de las religiones caminan en dirección similar. Por ahí han de ir las nuevas alianzas, creadas desde abajo y no desde el poder, en la lucha contra la violencia de género y la exclusión social de las mujeres.

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Juan José Tamayo es miembro del Comité Científico del Instituto Universitario de Estudios de Género de la Universidad Carlos III de Madrid y autor de Cincuenta intelectuales para una conciencia crítica (Fragmenta, Barcelona, 2013) y de Invitación a la utopía. Ensayo histórico para tiempos de crisis (Trotta, Madrid, 2012), que tiene un capítulo dedicado a la utopía feminista.

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“ ¿Y si dejáramos entrar “aire fresco” a la Iglesia?”, por Consuelo Vélez

Miércoles, 26 de junio de 2024
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IMG_5516De su blog Fe y Vida:

“Si nos remontamos a los orígenes del cristianismo, según el testimonio del libro de Hechos de los Apóstoles, los primeros cristianos vivían unidos y tenían todo en común, nadie pasaba necesidad entre ellos porque los que tenían más, vendían sus bienes para compartir con los más necesitados. Partían el pan en sus casas, tomaban el alimento con alegría y sencillez de corazón. Alababan a Dios y gozaban de la simpatía de todo el pueblo y cada día se agregaban más personas a la comunidad”

“Algunos sueñan con aquellas parroquias donde había procesiones, adoraciones, mujeres con la cabeza cubierta, inciensos, novenas, velas, genuflexiones, incluso algunos siguen añorando la misa en “latín” (como si la misa fuera un espectáculo para asistir y no un acontecimiento para vivir y entender lo que se dice) y refuerzan esos modelos antiguos y se sienten orgullosos de practicarlos”

Muchas veces hemos dicho que el pontificado de Francisco ha significado un aire “fresco” para la Iglesia. Sin embargo, no parece que lo fuera para todos y, lamentablemente, menos para aquellos que se dicen más practicantes o más cercanos a la vida parroquial, diocesana o de determinados grupos apostólicos, especialmente, algunos que han surgido últimamente. ¿Por qué sucede esto?

Si nos remontamos a los orígenes del cristianismo, según el testimonio del libro de Hechos de los Apóstoles, los primeros cristianos vivían unidos y tenían todo en común, nadie pasaba necesidad entre ellos porque los que tenían más, vendían sus bienes para compartir con los más necesitados. Partían el pan en sus casas, tomaban el alimento con alegría y sencillez de corazón. Alababan a Dios y gozaban de la simpatía de todo el pueblo y cada día se agregaban más personas a la comunidad (2, 44-47).

Este breve relato era el ideal que perseguían estos primeros círculos de discipulado y, aunque sabemos que también había dificultades (por ejemplo, la historia de Ananías y Safira (Hc 5, 1-11) quienes vendieron su casa para poner sus bienes en común, pero decidieron engañar a la comunidad para quedarse con parte del dinero), muchos debieron vivir esa experiencia y, con tanta fuerza, que la iglesia fue creciendo, consolidándose y atrayendo a más y más personas. Siempre ese modelo de la primera comunidad nos sirve de referencia para tomar el pulso de nuestra vivencia eclesial y darnos cuenta de si la alegría y sencillez en torno a la buena noticia del reino de Dios anunciada por Jesús, sigue convocándonos o vamos cayendo en formalismos y actitudes rígidas que, en lugar de convocar, dispersan.

Y algo de eso nos está pasando. Ahora no somos pequeñas comunidades, sino grandes parroquias, países enteros confesando la fe cristiana, una iglesia con mucha organización y proyección universal, con una palabra de autoridad y un influjo todavía importante en el mundo, pero que comienza a convocar poco y a ver disminuir más y más sus filas. Todo grupo necesita “aire fresco” para no anquilosarse, no rutinizarse, no agotarse en sus propias formas y logros adquiridos. Sin embargo, llega un Papa que proyecta una imagen muy positiva a ese mundo más alejado de la fe cristiana, y encuentra, entre algunos cristianos, mucha oposición, desconfianza, crítica, desconcierto. Esto resulta bien contradictorio. Estos cristianos no se dan cuenta de que sus formas ya no están convocando y no entienden que es necesario actualizar la fe, hacerla significativa para cada tiempo presente.

Ante el hecho de ir perdiendo fieles y mayor presencia en las sociedades actuales, en lugar de tener esa actitud propositiva de preguntarse qué es necesario cambiar y cómo puede ser más significativo lo que vivimos para el mundo de hoy, muchos parroquianos se “aferran” a aquello que en otros tiempos dio su fruto pero que ya no dice demasiado. Entonces sueñan con aquellas parroquias donde había procesiones, adoraciones, mujeres con la cabeza cubierta, inciensos, novenas, velas, genuflexiones, incluso algunos siguen añorando la misa en “latín” (como si la misa fuera un espectáculo para asistir y no un acontecimiento para vivir y entender lo que se dice) y refuerzan esos modelos antiguos y se sienten orgullosos de practicarlos. Se creen que están siendo más fieles o piadosos y se sienten más seguros de estar cerca de Dios. Y, por parte de los párrocos, también cierto tipo de ceremonias les hace parecer más importantes, se hacen el centro de la celebración y da la impresión que de esa manera se sienten más apropiados de su ministerio. Por supuesto, hay gente que se siente atraída por esas formas externas y, entonces, parroquianos y clérigos las refuerzan. Pero esto no es suficiente para una vitalidad eclesial.

Otros se aferran a las normas morales, llámase aborto, eutanasia, matrimonio igualitario e, incluso, lo de la bendición a parejas del mismo sexo que causó tanto revuelo hace unos meses. Y organizan marchas, procesiones, protestas para atacar esas realidades que dicen están acabando con la fe.Pero, esas mismas personas que levantan la voz sobre estos temas, se muestran contrarios a la paz, al diálogo, a los programas sociales, a la defensa de los más vulnerables, a la justicia social. Se les ve en las marchas en contra de todo lo anterior. Y no faltan clérigos que desde el pulpito llaman a desacreditar todos los esfuerzos por la construcción de la paz. Por supuesto no han leído la Encíclica Fratelli tutti de Francisco (2020) que aboga por la dimensión de hermandad que hace posible el mundo soñado por Jesús en su anuncio del reino.

El evangelio no es para vivir una fe “intimista”, alejada del compromiso social. No es para vivir “el ojo por ojo, diente por diente”, sino para perdonar 70 veces 7 y estar dispuestos a “volver a empezar” todas las veces que sea necesario en pro de un mundo mejor

El evangelio no es para vivir una fe “intimista”, alejada del compromiso social. No es para vivir “el ojo por ojo, diente por diente”, sino para perdonar 70 veces 7 y estar dispuestos a “volver a empezar” todas las veces que sea necesario en pro de un mundo mejor. No es para aferrarse a las formas externas sino para dejar que el Espíritu “renueve la faz de la tierra (Salmo 104, 30) y “haga nuevas todas las cosas” (Ap 21,5). El magisterio del papa Francisco -sus exhortaciones y encíclicas- traen un mensaje renovado, unas perspectivas mucho más integrales e integradoras, mucho más comprometidas con la vida -lo que en verdad le interesa a Dios- y no tanto con el “culto” que parece que es lo único que interesa a algunos círculos creyentes. En fin, sea lo que sea, el que ahora haya menos miembros en la Iglesia no es porque Dios no esté convocando, es porque nosotros no somos capaces de “refrescar” la vida, la fe, la esperanza, el amor. Si dejáramos entrar al espíritu de Jesús, con certeza, se renovaría la faz de la Iglesia y así muchos podrían ver una Iglesia que apuesta por la vida y, la vida de todos, “sin miedo a herirse, mancharse, equivocarse” (Evangelii Gaudium n. 44).

 (Foto tomada de: http://colmena.ec/2015/12/26/el-lujo-de-vivir-en-ciudades-con-aire-puro/)

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“Entre el cielo y la tierra”, por Maria Sucarrat

Sábado, 8 de junio de 2024
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Nacido en el seno de una familia aristocrática, cuando eligió el camino de la fe pronto conoció la realidad de los desposeídos y vio una afinidad del cristianismo con el peronismo. Fue de los primeros curas villeros e integró el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo. Su opción por los pobres y sus ideas a favor de la revolución le valieron la vida, que perdió a manos de un sicario de la Triple A, hace ya cincuenta años.

Carlos Sergio Francisco Mugica Echagüe nació tercero. Por parto natural, el 7 de octubre de 1930. Nació después de Carmen y de Bubby y antes de Alejandro, Teresa, Miguel y Marta. Fue criado entre niñeras, mucamas y cocineras. Entre fútbol, oraciones y colegios públicos. Todos los domingos, Adolfo y Carmen llevaban a sus siete hijos a misa. Alternaban entre la Parroquia del Santísimo Sacramento y la del Socorro. Comenzó la escuela secundaria en el Nacional de Buenos Aires, siempre con malas notas. Una suspensión hizo que sus padres lo cambiaran al ILSE. Decidió ser abogado, pero quiso sacarse una duda que le carcomía el alma: ¿y si había nacido para jugador de fútbol? Se probó en All Boys y quedó seleccionado por su juego, pero cuando los entrenadores vieron su documento, le dijeron que no daba para inferiores. La despedida del fútbol lo llevó directo a la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires mientras seguía con sus actividades religiosas.

La primera vez que pensó en ser sacerdote fue a la salida del confesionario. “Creo que la felicidad depende de cosas más profundas que una chica, Fangio campeón mundial, o la copa de Racing”, le había dicho el cura que lo confesó. Un año más tarde, se subió a un barco y viajó a Europa para recibir la bendición del papa Pío XII. En Roma tomó la decisión.

Yo a Carlitos lo conocí en la parroquia. Él tenía 12 años y era aspirante a la Acción Católica. Yo tenía 18, y ya era subdelegado. Unos meses después entré al seminario y por varios años dejamos de vernos”, dijo el padre Alberto Carbone, fallecido en noviembre de 2022.

Por la edad con la que ingresó al Seminario de Villa Devoto se ganó el apodo de “el Viudo”. En su clase convivía con adolescentes que acababan de terminar el primario. Allí no solamente encontró tiempo para la oración, sino que empezó a disfrutar de otra de sus pasiones: el cine.

Durante la década de 1950, la Iglesia mostraba al mundo sus primeros cambios, que culminarían con el Concilio Vaticano II. Perón escribía Conducción política mientras Mugica rezaba para ganarse el cielo y sus compañeros de otros años devoraban los textos de Charles de Foucauld y de René Voillaume que habían conseguido por izquierda. Todos los días eran más o menos iguales hasta que el cura José María Iriarte invitó a Carlos a hacer tareas sociales en los conventillos de la calle Catamarca, cercanos a la parroquia Santa Rosa de Lima. Ese fue su primer contacto con los pobres. El definitivo iba a ocurrir un tiempo después, cuando se sintió interpelado por una frase escrita en tiza en la pared de un conventillo, por esas mismas manos pobres tras el golpe que derrocó al peronismo en 1955: “Sin Perón no hay Patria ni Dios. Abajo los cuervos”.

LA LIBRETITA NEGRA

La libretita negra de Mugica está hoy en el archivo de la Universidad Católica de Córdoba. El jesuita José María “Pichi” Meisegeierse ocupó de guardar cada cosita de Carlos que pasó por sus manos. Cuadernos, papeles anotados, el pañuelo, las cintas de las coronas enviadas al sepelio, la libretita de tapas negras que siempre llevaba el cura en el bolsillo del pantalón.

Mugica escribía en la libreta casi todos sus pensamientos. Sus deseos y objetivos. Aquellos libros que debía leer, Psicología de la mujer, de Leibl, las películas que debía mirar. Allí dejó testimonio también del uso del cilicio, “durante la cuaresma, una hora por día”. También del ayuno y de la meditación.

Y escribía ejercicios: “Lunes 30 de junio. Nombro con letras las acciones para, al final del día, hacer el examen de conciencia. Oración es ‘o’. Estudio es ‘e’. Meditación, ‘m’. Conversación política ‘cp’. Humildad en conversación ‘h’, comida ‘c’ y diario ‘d’”. El 1 de agosto se autocalificó “Bien” en “o”, “e”, “c” y “d”. En “m” se puso regular. “Domingo en casa. Discusión con Teresa, me calenté un cachito. Me distraje pensando en el cine. Luché.”

“La primera función de Carlos como sacerdote fue la de secretario del cardenal Caggiano. Pero logró despegarse y fue a acompañar a monseñor Iriarte a Reconquista. Ese viaje hizo que fuera fuerte después en la villa”, recordó Carbone.

De la iglesia de Caggiano lo mandaron a la Escuela Paulina von Mallinckrodt, un liceo a orillas de la Villa 31. Fue entonces que pisó por primera vez la villa. La capilla Nuestra Señora del Puerto, en el Barrio YPF. Allí conoció a Lucía Cullen, quien se convirtió en su mejor y más querida amiga. En 1959, fue nombrado asesor de la Juventud Universitaria Católica en las facultades de Medicina y Ciencias Económicas de la UBA. Los sábados, en Alsina 830, se juntaban a hablar de política. Los domingos, junto a otros curas encargados de otras facultades, celebraban la “misa universitaria”. Mientras varios de los curas elegían vivir en la villa y se ganaban la vida con oficios, Carlos fue nombrado profesor de Teología en la Universidad del Salvador.

EL DESCENSO

El 11 de octubre de 1962 se inauguró el Concilio Vaticano II, que despertó un clima de expectativa. “La Iglesia no quiere condenar a nadie, prefiere usar la compasión y la misericordia, desea abrirse al mundo moderno… Quiero que entre aire, aunque algunos se resfríen”, dijo el papa Juan XXIII en la apertura.

Muchos sacerdotes se encontraban para hablar de la reforma de la Iglesia. Pero los movimientos socialistas, que ponían los ojos en los pobres, fueron permeando en las discusiones. “En ese momento, se comenzó a aplicar lo que podríamos llamar la teología de las realidades terrenas, una visión europea”, contó Carbone. “El proceso de los curitas de la villa es interesante. De una visión europea y teológica se pasó a una visión latinoamericana de la Iglesia. ¿Qué quiere decir eso? Que de los libros se pasó a las personas y a los hechos. Al hacerse sacerdotes de las villas, entraron en contacto con algo que era nuevo en la vida de muchísimos de ellos. Una visión distinta. Se aprende, se escucha. Los padrecitos se fueron a sus villas y disimularon su existencia, nadie sabía que eran sacerdotes. Pero la gente empezó a verlos en las capillas y a darse cuenta de quiénes eran. Y entraron en una relación que fue aleccionadora porque los curas empezaron a darse cuenta de lo que es el sentir popular. Ese sentir popular, en su gran mayoría, era peronista. Entró en el conocimiento de los padrecitos una profundización de la Biblia y al mismo tiempo una profundización de la realidad nacional. Comenzaron a vivir lo que se llamaría el sentir popular. Si tuviera que ponerle un título le diría ‘situación de descenso’, como descendió Jesús y se mezcló con los seres humanos, en especial con la gente necesitada, carenciada, o sea, aquellas que necesitan auxilio. Todo eso movió a Carlitos a profundizar su realidad en las villas. El conocimiento de los pobres hizo que se transformara en un referente interesante del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo cuyo objetivo central es ser sacerdote de los pueblos y de los pueblos pobres.”

El 7 de julio de 1963, en la elección de Arturo Illia, Mugica tuvo su primera expresión política frente a los fieles de la Iglesia del Socorro. Con el peronismo prohibido y Juan Perón exiliado, dijo: “Hoy es un día triste para el país; una parte importante del pueblo argentino ha sido marginado de los comicios y será dirigido por un hombre a quien solo votó el 18 por ciento de los electores”. Con Perón proscripto, los militantes de la resistencia peronista se convierten en los primeros acompañantes en sus recorridos por la Villa 31, en la que había dos capillas, ambas construidas con las manos y el esfuerzo de los trabajadores. Mugica se asentó en Cristo Obrero, ubicada en el Barrio Comunicaciones, y terminó de construirla con dinero que le pidió a su hermano Alejandro.

UN VIAJERO

En 1966, con un grupo de quince estudiantes secundarios de la Acción Misionera Argentina y de la Juventud Estudiantil Católica, Mugica partió al Chaco santafesino. Allí conoció a Fernando Abal Medina, Gustavo Ramus, Mario Firmenich, Graciela Daleo y Roberto Perdía, mayor que ellos, ya abogado. Allí supieron otra realidad, la de dolor y la injusticia que vivían cotidianamente los trabajadores rurales. Allí se enteraron de la muerte del sacerdote colombiano Camilo Torres y entre todos forjaron la premisa “Hacer algo, pero ya”. Ese año conoció a Hélder Câmara y meses después se acercó al Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, una corriente que comenzó luego del Concilio Vaticano II.

A fines de 1967, ya con el dictador Juan Carlos Onganía en la presidencia tras derrocar a Illia hacía más de un año, Mugica viajó a Bolivia con la intención, sin éxito, de reclamar los restos de Ernesto “Che” Guevara. De allí se trasladó a Escocia para ver jugar a Racing contra el Celtic en el Hampden Park, y desde allí partió a París, desde donde firmó el Manifiesto de los 18 Obispos para el Tercer Mundo. Un sobre de papel madera que le llegó a su pensión en París enviado por John William Cooke le reveló una sorpresa. Días después, con pasaporte falso y vía Praga, Mugica se embarcaba hacia Cuba en un avión militar soviético para conocer “el único territorio libre de toda América”. De vuelta en Francia, recibió una invitación para visitar a Perón en Puerta de Hierro, donde cumplía su exilio. Manejó 1.300 kilómetros y lo logró. En París lo esperaba el Mayo francés mientras que, en Buenos Aires, el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, conformado por casi mil curas, lanzaba su primera acción: “Carta a los obispos de Medellín”. Mugica volvió a la Argentina en octubre. Para entonces en La Caña, a 120 kilómetros de Taco Ralo, la policía había detenido a trece personas a las que los diarios calificaban de guerrilleros. El grupo se
denominada Comando Montonero 17 de Octubre, de las Fuerzas Armadas Peronistas.

VELOCIDAD

En 1970 a Mugica no le alcanzaban las horas del día. Era capellán de la parroquia San Francisco Solano, celebraba misa en la Santa Elena, daba clases en la Universidad del Salvador y en el Instituto de Cultura Religiosa Superior, a lo que sumaba una fuerte presencia en el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo. El cardenal Juan Carlos Aramburu había autorizado la creación del Plan Pastoral de Villas de Emergencia y nombrado un equipo sacerdotal y otro obrero. Nueve curas buscaron un empleo. Mugica decidió no hacerlo. La consigna “Transformemos las villas en barrios obreros” comenzó a sonar fuerte.

El clima se iba poniendo espeso. Montoneros, conformado por antiguos integrantes de la JEC, irrumpía en la escena política: mediante un comunicado se adjudicaba el secuestro y la ejecución de Pedro Eugenio Aramburu. Onganía implantaba la pena de muerte para actos terroristas y secuestro de personas. Mugica se agarraba la cabeza. En julio de 1970, la Secretaría de Informaciones del Estado, que dependía directamente de Presidencia de la Nación, emitió un informe titulado “Factor religioso (Tercer Mundo) en la Argentina”. Un trabajo mecanografiado encabezado con la frase “Estrictamente confidencial”. Allí se daba cuenta de los movimientos cotidianos de cada uno de los religiosos integrantes del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo.

Fernando Abal Medina y Gustavo Ramus estaban muertos, abatidos por la policía el 7 de septiembre de 1970, “sindicados como partícipes del secuestro y asesinato del general Aramburu”. Mugica realizó el oficio fúnebre de aquellos dos jóvenes que había conocido en el Nacional de Buenos Aires. El padre Carlos, que estaba siendo amenazado, recibió una bomba en el hall del edificio en el que vivía, en la calle Gelly y Obes 2230. Sus amigos y su familia le rogaron que se fuera del país. No accedió. En el IV Encuentro, el Movimiento de Sacerdotes se fracturó entre peronistas declarados y marxistas. La dinámica política de aquellos meses tomaba cada vez un vértigo mayor. Durante 1971 comenzó a escribir columnas en el novedoso diario La Opinión, dirigido por Jacobo Timerman. Al año siguiente, Mugica y su compañero del MSTM Jorge Vernazza integraron la comitiva de 153 personas que acompañó el vuelo 3584 de Alitalia, que en la mañana del 17 de noviembre trajo a Perón de regreso al país, luego de más de 17 años de exilio. El 6 de diciembre de 1972, Mugica fue uno de los encargados de organizar la visita de medio centenar de sacerdotes tercermundistas a la casa de Gaspar Campos, en Vicente López, donde el expresidente, junto a su tercera esposa, Isabel Martínez, y su secretario, el esotérico José López Rega, residiría tras su retorno a la Argentina.

ADIÓS Y LAS ARMAS

IMG_5076Con Perón de regreso, Mugica entendió que ya no era tiempo de resistencia armada, que el objetivo del “Luche y vuelve” se había alcanzado. Para 1973, su impronta personal y su participación en los medios lo habían convertido en una celebridad pública. Fue tentado a presentarse como candidato a diputado por la ciudad de Buenos Aires por la Tendencia Peronista. Se lo ofreció Perón. Lo rechazó. Pero aceptó sumarse como asesor ad honorem en el Ministerio de Bienestar Social que, tras el triunfo presidencial de Héctor Cámpora, había quedado en manos de López Rega. Duró pocos meses en el cargo. Las diferencias con el ministro eran insalvables. Mugica quería que la construcción de las villas en barrios obreros estuviese a cargo de la propia organización de los vecinos, de cooperativas creadas por los villeros. López Rega, que fuese realizado por empresas privadas. La relación ya estaba minada. El 28 de agosto, Carlos renunció al Ministerio. Quisieron ensuciarlo con una insustancial denuncia de gastos indebidos en su paso ministerial que se cayó de inmediato. Lo que sí continuaron fueron las amenazas a su domicilio. Una y otra vez. En distintos horarios. Para entonces, Mugica se había distanciado de las organizaciones armadas, de los jóvenes a los que había asesorado espiritualmente, a quienes convocó a “dejar las armas para empuñar el arado”. Con quienes además se enojó públicamente tras el asesinato del líder de la CGT José Ignacio Rucci, el 25 de septiembre de ese año, lo que representó un golpe casi terminal contra Juan Perón, que un par de días antes acababa de ser electo por tercera vez presidente de los argentinos. Mugica se alejó de la Tendencia y comenzó a referenciase en el grupo Lealtad, con el que marchó el 1o de mayo de 1974 en que el General fue enfrentado por Montoneros desde la Plaza de Mayo con cantos contra Isabel y “los gorilas” que había en el Gobierno nacional. Perón los calificó de “imberbes inútiles” y las organizaciones de la Tendencia abandonaron la Plaza.

Tan solo diez más tarde, el lluvioso sábado 11 de mayo, Mugica ofició misa en la iglesia San Francisco Solano del barrio porteño de Villa Luro. Ya había anochecido cuando su amigo Ricardo Capelli lo aguardaba ansioso a la salida de la parroquia junto a María del Carmen Artero de Jurkiewicz porque los esperaban en la 31 a comer un asado; el Drácula, un vecino del barrio, cumplía años.

Carlos se había demorado unos minutos adentro hablando con la gente. Cuando lo vio salir, Capelli avanzó hacia su auto. Un grito de Mugica lo detuvo: “La puta que te parió, hijo de puta”. Lo que siguió fueron detonaciones de una metralla que fusiló al padre Carlos a poca distancia. Cinco disparos. Capelli fue herido por otra descarga desde otro ángulo. Cuatro disparos. Fue como un latigazo seco que lo volteó y al caer vio cómo su amigo cura deslizaba su cuerpo malherido contra la pared.

El expolicía Edwin Duncan Farquharson, alias “el Inglés”, de la Unidad Especial del Ministerio de Bienestar Social, apoyó el operativo en la puerta de la iglesia sobre la calle Zelada. El subfusil Ingram MAC-10 que se descargó sobre Mugica lo empuñó Rodolfo Eduardo Almirón Sena, el esbirro y custodio de López Rega. Un arma similar también disparó Juan Ramón Morales, de la misma banda criminal, que semanas más tarde, el 31 de julio, con el asesinato del abogado Rodolfo Ortega Peña, se conocería públicamente como Alianza Anticomunista Argentina, la Triple A.

El sacerdote y Capelli fueron trasladados en el Citroën 2 CV de un vecino de la parroquia hasta el hospital Salaberry, en Mataderos.

Poco antes de las 22, las radios daban la noticia: el cura de los pobres, Carlos Mugica, estaba muerto. Lo habían asesinado.

Fuente Caras y Caretas

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“Quienes se dicen creyentes y rechazan al extranjero, se autoexcluyen de la Iglesia”

Miércoles, 5 de junio de 2024
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IMG_4993Enrique Abad, consiliario de la HOAC y ponente en el III Seminario Monseñor Antonio Algora

El Departamento de Pastoral del Trabajo de la Conferencia Episcopal ha organizado para el sábado 25 de mayo el III Seminario Monseñor Antonio Algora sobre “La pastoral del Trabajo en el acompañamiento a las personas migrantes”

En este encuentro intervendrá Enrique Abad Domenech, consiliario de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), quien presentará la ponencia “Acoger, proteger, promover e integrar a la persona migrante y refugiada, un reto para la Iglesia

Preguntado por lo que siente al conocer noticias acerca de personas creyentes que rechazan al extranjero indica que “yo creo que se autoexcluyen de la propia Iglesia y, sobre todo, se excluyen del reino de Dios, porque Jesús tiene una actitud muy clara al respecto puesto abandona su condición y asume la humana. Su postura es diametralmente opuesta a lo que algunos creyentes asumen ahora como posición contra la migración y contra los migrante. No es propio de un cristiano”

(NoticiasObreras).- El Departamento de Pastoral del Trabajo de la Conferencia Episcopal ha organizado para el sábado 25 de mayo el III Seminario Monseñor Antonio Algora sobre “La pastoral del Trabajo en el acompañamiento a las personas migrantes”. En este encuentro intervendrá Enrique Abad Domenech, consiliario de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) y durante más de diez años ha sido el director del Secretariado de Migraciones de Orihuela-Alicante, quien presentará la ponencia “Acoger, proteger, promover e integrar a la persona migrante y refugiada, un reto para la Iglesia”.

En declaraciones a Noticias Obreras destacó que buena parte de su intervención estará dedicada a reflexionar sobre la exhortación pastoral Comunidades acogedoras y misioneras. Identidad y marco de la pastoral con migrantes, aprobada por la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal en marzo y hecha pública el pasado 6 de mayo.

Es un documento muy interesante porque propone que las comunidades cristianas seamos no solo acogedoras, sino misioneras, por lo que debemos apostar y acertar en una pastoral con las personas migrantes y no, específicamente, para las personas migrantes”, indica este sacerdote alicantino.

Bulos contra los migrantes

Una de sus preocupaciones es que a veces damos por supuesto determinadas cuestiones, como que la migración es un fenómeno de hoy en día, “ya que ha sido una constante en la humanidad”, o que el rechazo a la persona migrante corresponde solamente a la derecha política, “cuando la actualidad nos dice lo contrario, como los movimientos que observamos entre sectores de la clase obrera ante las próximas elecciones al Parlamento Europeo”. Y muestra de ello “es que se expresa en bulos, en acciones y realidades en contra de la realidad migratoria, incluso de personas sensibles a los problemas sociales, por lo que eso no lo podemos obviar de ninguna manera”.

El reciente documento de la Conferencia Episcopal actualiza el del año 2007, La Iglesia en España y los migrantes, y Enrique Abad considera que ha habido un cambio sustancial en cómo se percibía en los ambientes eclesiales este fenómeno. “Creo la aportación del papa Francisco ha sido determinante, ya que habla de una pastoral con las personas migrantes, no para ellas, una realidad que hay que atender. Y esto tiene una fundamentación teológica, creo yo, fundamental. Y es que esta persona migrante es imagen de Dios, redimida por Jesucristo y, como cualquier persona humana, forma parte del reino de Dios. Un reino de Dios que ya ha comenzado y que ya está”.

A su juicio, “no tenemos que ir a decirles lo que tienen que hacer o cómo lo tienen que hacer, sino que debemos propiciar que sea desde ellos mismos, con una acogida bien hecha, no paternalista, sino gestora de la propia realidad. La acogida no tiene por qué ser un abrazo que constriñe, que aprieta, sino que debe ser siempre liberador y con una gran apertura, para que ellas mismas sean las que gestionen su propia realidad o su propio proyecto migratorio. Y creo que esto es novedoso en la pastoral de migraciones. Esta es una visión que asume el documento pero, a mi juicio, no lo termina de concretar muy bien, sobre todo en cuanto a las proposiciones, es decir, por dónde camino. Esto es, trabajar en procesos y por proyectos, sí, pero los proyectos ¿quién los tiene que definir? ¿Los tenemos que definir los secretariados de Migraciones, la Pastoral Obrera…? ¿Quién los tiene que definir? Se trata de un gran reto hacia dentro de la Iglesia y hacia fuera. Porque hay que escuchar más la voz de las personas migrantes, como en las campañas de regularización. Hay que abandonar esa visión paternalista que muchas veces tenemos con respecto a estas personas”.

Para Abad todo este debate se podría resumir en la afirmación de que las personas migrantes son sujetos de evangelización, autónomos y libres, no meramente objetos de ella, porque ya tenemos carta de nacionalidad. La persona migrante no es objeto de evangelización, porque sería incluso una aberración teológica”. Y para ello, este consiliario hoacista recuerda una oración de la liturgia del Adviento que dice “tú, Señor, vienes a nosotros en cada persona, en cada acontecimiento. O sea, los migrantes, los obreros, son personas que se dirigen a nosotros, que vienen a nosotros y con las que nos encontramos. Son sujetos de evangelización. Es decir, presencia viva del Señor para nosotros y, por tanto, tenemos que empezar a tener la conciencia de que el Señor nos está evangelizando y nos está diciendo cantidad de cosas a través de ellos. En definitiva, desde la realidad migratoria es desde donde podemos construir una pastoral sólida de migraciones, una pastoral acogedora y misionera.”

A su juicio, tiene que ser desde esa realidad, o sea, desde esa conciencia, la que adoptemos, para creer que el otro no es menos que yo, sino que siempre es más que yo. Reconoce que, últimamente, “estoy muy condicionado por un pensamiento que creo que en la Iglesia y en la sociedad necesitamos hacer, que no es otro que el de revisar la influencia de ciertos planteamientos del existencialismo en la realidad humana. Lo que nos dice Jean Paul Sartre es que el otro es mi enemigo. Que solo existe y solo piensa por y en contra de mí. Considero que esa idea hay que superarla”.

Por tanto, “el otro no puede ser mi enemigo, el otro no puede ser el que viene a robarme el trabajo. El otro es quien está sufriendo una guerra o una hambruna… El otro no es mi enemigo, no es mi depredador. Ese otro es mi hermano, el otro es el hijo de Dios, sea creyente o no… Es presencia viva de Dios. Esa es la mentalidad que tenemos los cristianos. Yo no sé si es ingenua pero, en todo caso, el más ingenuo de todos habría sido Jesucristo”.

Actitudes impropias de un creyente

Preguntado por lo que siente al conocer noticias acerca de personas creyentes que rechazan al extranjero indica que “yo creo que se autoexcluyen de la propia Iglesia y, sobre todo, se excluyen del reino de Dios, porque Jesús tiene una actitud muy clara al respecto puesto abandona su condición y asume la humana. Su postura es diametralmente opuesta a lo que algunos creyentes asumen ahora como posición contra la migración y contra los migrantes, incluso con consignas ofensivas. Eso no es propio del reino de Dios. No es propio de un cristiano. Esas actitudes no son propias de un creyente”.

Y frente a los mensajes simplistas, como decir que si regularizamos vamos a abrir las puertas a todo el mundo, Enrique Abad destaca la expresión que aparece en el documento episcopal acerca de la ciudadanía universal, un concepto que va más allá que el de la nacionalidad. “Que las fronteras, por fin, sean algo simbólico, que no sean un obstáculo para que las personas puedan vivir. Y esa carta de ciudadanía es algo muy importante. Yo la defendí tiempo atrás en un foro de cristianismo en Valencia, junto a Joaquín García Roca, en el que hicimos el planteamiento para que en el documento final se pidiera la ciudadanía universal”.

Fuente Religión Digital

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Cristianos conservadores homófobos, indignados por un anuncio de Zillow que incluye una pareja gay

Sábado, 11 de mayo de 2024
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IMG_4560Una organización acusó a la empresa inmobiliaria de intentar “impulsar el estilo de vida gay”.

El grupo cristiano conservador anti-LGBTQ+ One Million Moms (OMM) está indignado porque la empresa inmobiliaria Zillow mostró en uno de sus anuncios a una pareja gay comprando una casa.

“Para ayudar a ahorrar para nuestra casa, dejamos de viajar y de darnos regalos caros”, dice uno de los hombres en el anuncio. “En su lugar, los hacemos a mano”.

Luego, su socio saca de una caja una bufanda tejida de zorro y le explica que obtener la precalificación para un préstamo hipotecario fue más fácil que tejerla.

Si bien el anuncio no decía nada sobre la vida sexual o la identidad de la pareja, OMM acusó a Zillow de intentar “normalizar el pecado”.

“Este comercial promueve las relaciones entre personas del mismo sexo y la agenda LGBTQ”, escribió en su sitio OMM, un proyecto de la Asociación de Familias Estadounidenses anti-LGBTQ+, diciendo que Zillow estaba promoviendo la “perversión sexual” descrita en la Biblia.

El sitio web de OMM tiene una petición para que sus seguidores la firmen expresando su descontento con Zillow y amenazando con boicotear a la compañía si “continúa transmitiendo este comercial inapropiado”.

“No estoy de acuerdo con la agenda LGBTQ que está imponiendo a las familias en su controvertido anuncio, ‘Préstamo hipotecario para bricolaje’, que presenta a una pareja homosexual”, se lee en la petición. “No voy a aceptar su agenda social para impulsar el estilo de vida gay y redefinir la ‘familia’. Su último anuncio me ofende, así como a muchos otros clientes conservadores”.

OMM, una rama de la Asociación de Familias Estadounidenses anti-LGBTQ+, afirma haber obtenido más de 9.500 firmas en la petición en el momento de la publicación.

OMM solo tiene alrededor de 108.000 seguidores en las redes sociales, como Facebook y X. Tiene la costumbre de enfadarse cada vez que una empresa en cualquier lugar reconoce públicamente la existencia de personas queer.

La indignación moral del grupo en el pasado se ha dirigido a la revista Padres  por presentar a una pareja del mismo sexo , un anuncio antitabaco que mencionaba la disfunción eréctil, Reflejos revista por reconocer a las personas homosexuales, Scholastic books por presentar libros infantiles que incluyen a LGBTQ, el reinicio de Roseanne reinicio por presentar a un niño no binario, una serie de dibujos animados de Disney por su breve escena de dos hombres besándose, un comercial de joyería de Zales por presentar a una pareja de lesbianas, la serie dramática de cuento de hadas Érase una vez por mostrar un beso lésbico, un anuncio de televisión de 30 segundos que presenta a una afectuosa pareja masculina del mismo sexo, el Desfile del Día de Acción de Gracias de Macy’s por presentar artistas trans y no binarios, un anuncio que muestra a una pareja de lesbianas jugando con la ropa sucia y un anuncio humorístico de seguros que muestra una pareja masculina del mismo sexo.

Fuente LGBTQNation

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“Repensar el cristianismo”, por José Arregi.

Miércoles, 3 de abril de 2024
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IMG_3681De su blog Umbrales de Luz:

Tienes en tus manos un pequeño gran libro, profundo y sencillo, interesante y ágil, crítico y exquisitamente respetuoso, lleno de información y lucidez. Cada capítulo, tan breve como sustancioso, me parece magistral en su sencillez: claro, ágil, sobrio, bello.

Es un libro de plena actualidad, a pesar de lo que pudiera parecer por el tema del que trata: repensar el cristianismo. Repensar el cristianismo –sus formulaciones históricas, sus dogmas, ritos y cánones, todas sus instituciones, y también sus geniales y potencialmente inspiradoras intuiciones de fondo–, repensarlo desde nuestros grandes desafíos éticos, políticos, culturales, repensarlo todo, desde la A hasta la Z, de manera crítica, aconfesional y libre, me parece una tarea necesaria y fecunda para hoy. Es lo que se propone el autor, y lo hace excelentemente.

Si el propio término religión proviene –así lo enseñó el sabio y crítico Cicerón (s. I a.C.)– del latín relegere (releer críticamente, mirar y remirar a fondo, reinterpretar sin cesar), ¿no sugiere su propia etimología que el hecho religioso surge en el fondo de la contemplación profunda, desapegada y crítica de los signos –el misterio, la belleza, el drama– de la realidad en su conjunto? ¿Y si la “relectura” es su origen no habrá de ser su destino permanente? ¿La religión, para serlo en su sentido más profundo y verdadero, no habrá de acompañarse de una reinterpretación constante de toda creencia, fórmula y forma religiosa precedente? ¿No hicieron eso todas las figuras de sabiduría profunda, religiosas o no?

Así lo hicieron, en una época de hondas transformaciones culturales que K. Jaspers calificó como “tiempo eje” (entre los siglos VIII y III a.C.), Confucio y Laozi en China, Buda y Mahavira en la India, Zoroastro en Irán, los profetas de Israel, los grandes pensadores presocráticos de Grecia (Parménides, Pitágoras, Heráclito, Tales…). Así lo hizo Jesús, crítico de la religión legalista, profeta de la misericordia sanadora. Así lo han hecho desde entonces, a lo largo de estos 2000 años, las y los testigos mejores de su Buena Noticia liberadora. Al alto precio de ser declarados herejes e incluso quemados en la hoguera, fueron fieles al espíritu que animaba la tradición cristiana y lo liberaron de las formas rígidas del pasado para que pudiera inspirar el presente.

Es lo que el Espíritu o la espiritualidad reclama hoy de las religiones establecidas. Hoy más que nunca, pues nunca los grandes sistemas religiosos, desde su origen hace unos 7.000 años hasta hoy, han conocido una crisis tan radical y general como vemos: la cosmovisión (dualista, fixista, antropocéntrica), la antropología, las categorías lingüísticas, los fundamentos sociales y éticos, la concepción de la vida y de la muerte… que durante milenios les han servido de soporte ya no se sostienen. Los credos, códigos, rituales y organizaciones religiosas afrontan una crisis global, acelerada e irreversible. Y nadie “cree” lo que quiere, sino aquello que le resulta culturalmente creíble, razonablemente coherente. Si las religiones quieren ser fieles al aliento que las mueve, si quieren vivir y hacer vivir, habrán de estar dispuestas a despojarse de casi todas sus formas milenarias.

Lo que vale sobre las religiones en general vale en especial para el cristianismo. Tenía razón John Shelby Spong, obispo episcopaliano y teólogo, cuando –¡hace ya 24 años!– escribió ¿Por qué el cristianismo tiene que cambiar o morir? (1999), uno de sus grandes libros. Pienso, en efecto, que esa es la alternativa. El dejar de repensarse y transformarse a fondo equivaldrá a morir. Y el simple perdurar como gueto social y cultural, equivaldrá también a morir, a dejar extinguirse la llama que movió a Jesús, el alma que late en el extraordinario patrimonio –vida, acción, pensamiento, literatura– de sus 2000 años de historia, el espíritu inspirador que ha animado lo mejor de sus 20 siglos.

Hoy como siempre necesitamos aliento. Hoy más que nunca quizás. Vivimos una época de transformaciones más radicales y aceleradas y de desafíos más inquietantes que en ninguna otra época de la especie Homo Sapiens desde su origen hace 300.000 años. El equilibrio ecológico de la comunidad planetaria viviente, la convivencia justa y pacífica de la humanidad en su conjunto, la supervivencia del propio Homo Sapiens, todo está amenazado, todo está en juego. ¿Podrá todavía el cristianismo seguir alentando la vida?

Solo un nuevo cristianismo, místico y liberador, plural y dialogante, desclericalizado y desjerarquizado, transreligioso y siempre itinerante, podría infundir aún el Espíritu universal de la Vida que, según el bellísimo mito bíblico de la creación, “vibraba en las aguas” del Génesis, el Espíritu de la Vida que –antes y más allá de toda forma religiosa y de toda frontera entre creyentes y no creyentes– sigue vibrando en la Tierra y en el Universo sin fin. ¿Podrá todavía el cristianismo –el cristianismo de la Iglesia Católica romana en particular– transformarse y vivir para inspirar, en un marco religioso o no religioso, al mundo post-religioso y post-positivista en que vivimos? Seria cuestión que tiene poco que ver con hacer predicciones de futuro.

En cualquier caso, por este cristianismo transformado opta Pedro Miguel Ansó, sin confesionalismo de ningún tipo y sin renegar de sus raíces cristianas y de su profunda adhesión a la persona, al mensaje, a la utopía de Jesús que le siguen inspirando. Y debo decir que, tras haber dedicado mi vida a enseñar teología, cada página de este libro me ha resultado instructiva e interesante. ¡Gracias, Pedro Miguel!

José Arregi, Aizarna, 15 de mayo de 2023

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‘Por un cristianismo creíble’: Las reflexiones de un “creyente problemático” y “teólogo de alcantarilla”

Prólogo de Por un cristianismo creíble. Autor: Pedro Miguel Ansó Esarte (Ed. Tirant lo Blanc, 2024)

Fue presentado el día 21 de marzo de 2024, jueves, en la librería ELKAR de Donostia – San Sebastián (Fermín Calbeton Kalea, 21), a las 19:00.
Intervinieron el autor y José Arregi

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Soy cristiano y gay: Cómo reconciliar tu fe cristiana con tu vida gay

Lunes, 1 de abril de 2024
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Comencemos esta semana de Pascua con esta convicción:

Descubrir y aceptar la homosexualidad de una persona es un proceso largo que puede causar estrés, ansiedad, depresión así como otros trastornos transitorios o permanentes. Al sentirnos extraños dentro de una sociedad que promueve únicamente la heterosexualidad y los modelos normativos de familia, requerimos de tempo y de una búsqueda de paz interior para querernos tal y como somos.

Más complicado resulta, todavía, que una persona cristiana trate de vivir su orientación sexual. La Biblia muestra pasajes que han sido interpretados de formas muy denigrantes contra las personas homosexuales. Asimismo, para algunos el antiguo testamento muestra una condenación absoluta hacia el amor entre personas del mismo sexo.

Son estos los argumentos que utilizan los más conservadores para endemoniar la figura de la comunidad LGTB+ sin un motivo real más allá del rechazo que sienten hacia lo desconocido.

Sin embargo, otros párrafos de la Biblia sugieren historias de amor entre homosexuales que nos hacen pensar que el mensaje de amor de Dios se extiende a todas las personas sin importar la orientación o las relaciones consentidas que establezcan con otros. Preguntarnos qué quiere decir la Biblia fuera del contexto en el que fue redactada es hartamente complicado, ya que su escritura se produjo con una sociedad totalmente diferente.

Queremos poner el punto de mira el hecho de que la existencia de una supuesta incompatibilidad entre la orientación homosexual y el cristianismo es una construcción hecha por los seres humanos. Son las malas interpretaciones las que han hecho tanto daño a muchos gais o lesbianas católicos que, desgraciadamente, se han preguntado si estaban obrando mal. Desde aquí queremos enviar un sonoro: no, no sois peores a los ojos de dios por enamoraros.

No vamos a mentir diciendo que pertenecer al colectivo LGTB+ y mantener la fe cristiana puede resultar sencillo cuando, en muchas ocasiones, sentimos rechazo por parte de algunos sectores de la iglesia. No obstante, queremos centrarnos en este artículo en desarrollar el hecho de que la fe es algo personal e íntimo, un asunto sobre el que nadie tiene derecho a opinar y mucho menos a condenar.

Tu fe es tuya y de nadie más

Empecemos por lo más importante de todo este artículo: nadie tiene poder de decisión sobre tus creencias y tu fe. Por mucho que otros intenten pisarla, ese vínculo se produce únicamente entre Dios y tú. Muchas veces, de forma errónea, los seres humanos creen tener el derecho a decidir qué es lo que está bien o mal sobre la vida de otras personas.

Absolutamente nadie debe tener el poder para hacerte dejar de creer, tan siquiera para hacerte dudar. Apóyate en tus creencias y descúbrete a ti mismo, queriéndote y aceptándote tal y como eres. Si tenemos libertad para decidir, también la tenemos para amar y para descubrir que Jesucristo aceptó a todas las personas de su alrededor sin importarles su condición.

El camino que vas a recorrer durante toda tu vida te pertenece a ti. Solamente tú lo recorrerás, acompañado de quienes tú quieras mantener a tu lado, y lo harás con la cabeza alta y la conciencia limpia. Tus acciones en tu vida diaria –ayudar a los demás, entregarte a tu fe, vivir cada momento en armonía con uno mismo, etc.- son las que marcarán el rumbo y tu trayectoria personal, pero no tu orientación sexual.

Gay y cristiano: Los tiempos están cambiando

cruzLa opinión que tenía la iglesia hace 100 años sobre la homosexualidad no es la misma que la que se tiene hoy. El propio Papa Francisco hacía unas declaraciones para la BBC en las que comentaba que «la gente que decide rechazar a las personas por el adjetivo homosexual es gente que no tiene corazón humano». También hizo otro gran comentario en el que valoraba que «dar más importancia al adjetivo (homosexual) que al sustantivo (hombre) no es bueno». 

Los tiempos cambian y las ideas también. Hace unos meses redactamos en esta revista un artículo sobre el estudio «¿Qué es el hombre? Un itinerario de antropología bíblica» redactado por la Pontificia Comisión Bíblica bajo la petición del Papa Francisco. En entrevistas posteriores Monseñor Giacomo Morandi, Secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe, comentaba que algunos miembros de la iglesia comenzaban a sentirse contrariados con el enfoque arcaico y condicionado históricamente de la Biblia.

Algunas partes de la Biblia han quedado plenamente obsoletas con el paso del tiempo, debiendo entenderse únicamente en su contexto pero sin extrapolarse a la época actual. Además, esta escritura debe considerarse como una guía y un apoyo, pero no está preparada para condicionar la vida de personas muchos siglos después de su redacción. Sería como tratar de guiarnos por las leyes de la sociedad romana, volviendo a tener coliseos donde mandar a luchar a condenados a muerte.

Asimismo, en el «Cuidado Pastoral de las personas homosexuales»redactado en 1986 se recogía que los derechos humanos de las personas homosexuales debían, de forma obligatoria, ser defendidos por cualquier persona, especialmente por la iglesia. Existe la necesidad de trabajar para erradicar cualquier acto injusto o violento que se realice contra cualquier persona.

A medida que han transcurrido los siglos, la iglesia ha tenido que adaptarse a la sociedad moderna para responder a problemas que antes nunca se habían puesto sobre la mesa. Nos gustaría quedarnos con la frase que dijo el papa Francisco cuando en 2013 le preguntaron por su opinión acerca de la homosexualidad. El hombre se limitó a responder con un « ¿Quién soy yo para juzgarlo? ». Así que si el sumo pontífice reconoce no tener autoridad para jugar a homosexuales, es que nadie tiene derecho a opinar sobre nuestra orientación ni nuestro estilo de vida.

Un gay cristiano debe saber que la salvación no depende de la orientación sexual

Probablemente a lo largo de nuestra vida pecaremos porque somos seres humanos, imperfectos y destinados a equivocarnos. El sacrificio de Cristo sirvió para salvar a las personas de sus pecados y para lograr que estas ascendieran cuando sus vidas acabasen. Arrepentirnos de las cosas que hemos hecho mal durante nuestra existencia es algo noble y que nos hace mejores personas. 

Es correcto pedir disculpas cuando hacemos a otras personas daño de una forma directa o indirecta, pero no cuando el motivo de su dolor es nuestra forma de amar. En ese caso, más bien, deberíamos invitarlos a acudir a un profesional para tratar su homofobia. Lo importante respecto a la vida cristiana y a la fe es obrar correctamente, aceptándose a uno mismo y realizando pequeñas acciones que nos hagan felices a nosotros y a quienes nos rodean.

Dios es amor y aceptación, por lo que amar no puede ser un pecado

IMG_3549Las personas con fe viven sabiendo que Dios ama de forma incondicional, aceptando a las personas tal y como son. Quienes mantienen la fe saben que Dios no se dedica a rechazar a las personas de buen corazón, y amar a una persona del mismo sexo no oscurece el alma ni te hace peor persona.

San Pablo consideraba que el amor era un don espiritual, una capacidad única y extraordinaria. Siempre pensó que el afecto era la forma inequívoca de saber que Dios está presente en las vidas de los seres humanos. Utilizó estas palabras que nos resultan gratamente inspiradoras y que nos aportan alegría y esperanza a aquellos que creemos:

Estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los poderes espirituales, ni el presente, ni el futuro, ni las fuerzas del universo, sean de los cielos, sean de los abismos, ni criatura alguna, podrá apartarnos del amor de Dios, que encontramos en Cristo Jesús nuestro Señor. (Rom 8:38-39)

Nosotros no somos Dios ni estamos cerca de comprender todo el amor que tiene guardado para cada uno de nosotros, pero sí debes estar seguro de que él no te quiere menos porque seas homosexual. No has cometido ningún crimen, no has hecho daño a nadie, no has vulnerado los derechos de otras personas. Amar implica libertad y Dios la ofreció desde el primer minuto de nuestra existencia.

Te recomendamos

Creo que lo más importante es que cada individuo se mantenga firme respecto a sus creencias. No prestes atención cuando otras personas se paren a decirte que no es correcto ser homosexual y cristiano. Recuerda que la fe es algo propio, privado y que acompaña durante toda la vida.

Intenta encontrar un lugar donde puedas compartir tu fe con otras personas. No todos los curas son iguales, ni todas las iglesias tienen la misma opinión sobre la homosexualidad. Ya hemos hablado del estudio realizado por la Pontificia Comisión Bíblica en el que se hace referencia a la unión de homosexuales como «una expresión legítima y digna del ser humano». Si los más conservadores intentan tumbar tu fe, piensa en todos los expertos que han debatido y han llegado a esta conclusión en conjunto.

También te recomendamos que investigues un poco y leas diferentes artículos que hablen sobre homosexualidad y religión, como por ejemplo «The gay faith: Chris, Scripture and sexuality» (La fe gay: Cristo, escritura y sexualidad). Leer te despejará muchas dudas y te ayudará a ver que existen diferentes profesionales que han analizado la Biblia desde otros puntos de vista menos arcaicos en los que se aprecia que no importa la orientación, sino la fe y devoción.

Además de esto, trata de pensar que incluso entre los propios cristianos existe multitud de disparidad de opiniones sobre temas variados como pueden ser el aborto o la pena de muerte. Difícilmente todo un sector tendrá el mismo pensamiento sobre un tema determinado, por lo que considera que tu camino es tan correcto como el de los demás. Nadie puede quitarte tu fe y quien lo intente probablemente no sea una persona realmente devota.

Por último, te invitaría a participar con tu iglesia y a debatir con los más allegados si formas parte de una comunidad. No podemos saber qué piensan otras personas sin haber dialogado con ellas antes: puede que muchos te sorprendan y respalden tu orientación. En caso contrario, busca un lugar donde estés más cómodo y donde realmente te sientas aceptado: vive tu fe sin que nadie te diga que estás pecando por amar de forma incondicional.

Otros aspectos a tener en cuenta

IMG_3550Considera que cualquier cambio requiere de tiempo y paciencia. Para algunas personas –sobre todo las de ideas conservadoras o de edad avanzada- el aceptar que una persona tiene orientación o un pensamiento diferente puede suponer un auténtico shock. No pretendas que los demás acepten y asimilen todo en cuestión de horas o días. 

Por otro lado, si has comentado en tu comunidad tu orientación y empiezas a sentirte desamparado o rechazado por tus compañeros, es mejor alejarse y encontrar otro lugar donde puedas recibir apoyo y refugio espiritual. El mundo es demasiado grande como para centrarte en quedarte anclado a un único sitio por costumbre o ante la idea de pensar que nadie más será capaz de aceptarte.

Me gustaría ayudarte a reflexionar sobre el hecho de que otros consideren pecado el enamorarse de alguien de su mismo sexo. Para estos creyentes lo mejor que puedes hacer es hablarles sobre el hecho de que los pecados en sí, en teoría, te alejarían de Jesús y de tu fe. Pero lo haría cualquier pecado incluido en los diez mandamientos o en cualquier fragmento recóndito de la Biblia. No debe existir una jerarquía de pecados donde unos sean peores que otros.

Aunque a veces puedas sentirte desanimado o rechazado por algunas personas, comprende que no todos están preparados para asimilar. Recuerda que «En el amor no hay temor. El amor perfecto echa fuera el temor. (1 Jn 4:18) ». Aférrate al amor que sientes por Dios, por tu familia, por tu pareja y por tus amigos para seguir siempre hacia delante sin perder tu fe.

Para concluir, creo que amar a otra persona adulta nunca debe ser visto como un pecado o algo incorrecto. Incluso si alguien tuviera ese pensamiento erróneo, al final Dios debe entenderse como amor y libertad, como un padre capaz de perdonarlo todo y aceptar a cada persona tal y como es. Si nosotros mismos somos resistentes como para mantener nuestra fe y nuestras emociones, no necesitaremos que nadie respalde nuestras creencias.

Fuente Stonewall

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Cristo desnudo

Viernes, 29 de marzo de 2024
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Del blog Pays de Zabulon:

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Me  pregunto por qué Nuestro Señor quiso estar totalmente desnudo en la cruz. La primera razón fue porque, por su muerte, quería poner al hombre en estado de inocencia, y los vestidos que llevamos son la marca del pecado. ¿No sabes que Adán mismo tan pronto como transgredió todo empezó a avergonzarse de sí mismo, y se hizo lo mejor que pudo vestidos con hojas de higuera? Porque antes del pecado no había en absoluto vestidos y Adán estaba totalmente desnudo. El Salvador por su misma desnudez mostraba que era la misma pureza, y además, que reparaba a los hombres su inocencia.

Pero la principal razón fue para enseñarnos cómo es necesario, si queramos agradarle, despojarnos y reducir nuestro corazón a la misma desnudez en la que estaba su sagrado cuerpo, despojándolo de toda clase de afecciones y pretensiones, a fin que no ame ni desee a otro que Él.

Un día el gran abad Serapion fue encontrado totalmente desnudo en una calle por algunos de sus amigos; éstos, movidos por la compasión, le dijeron: quién pusoos ha puesto en tal estado y quién os ha robado vuestros hábitos?. Oh, es este libro  el que me ha despojado así, hablando del libro de los Evangelios que sostenía.

Y yo, te aseguro que nada es tan limpio para despojarnos, que la consideración del incomparable despojo y la desnudez del Salvador crucificado.”

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San Francisco de Sales,
Sermón para el Viernes Santo, 28 de marzo de 1614

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Fuente: : francoisdesales.wordpress.com

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Hoy la Iglesia nos invita a un gesto que quizás para los gustos modernos resulte un tanto superado: la adoración y beso de la cruz. Pero se trata de un gesto excepcional. El rito prevé que se vaya desvelando lentamente la cruz, exclamando tres veces: “Mirad el árbol de la cruz, donde estuvo clavada la salvación del mundo”. Y el pueblo responde: “Venid a adorarlo”.

El motivo de esta triple aclamación está claro. No se puede descubrir de una vez la escena del Crucificado que la Iglesia proclama como la suprema revelación de Dios. Y cuando lentamente se desvela la cruz, mirando esta escena de sufrimiento y martirio con una actitud de adoración, podemos reconocer al Salvador en ella. Ver al Omnipotente en la escena de la debilidad, de la fragilidad, del desfallecimiento, de la derrota, es el misterio del Viernes Santo al que los fieles nos acercamos por medio de la adoración.

La respuesta “Venid a adorarlo” significa ir hacia él y besar. El beso de un hombre lo entregó a la muerte; cuando fue objeto de nuestra violencia es cuando fue salvada la humanidad, descubriendo el verdadero rostro de Dios, al que nos podemos volver para tener vida, ya que sólo vive quien está con el Señor. Besando a Cristo, se besan todas las heridas del mundo, las heridas de la humanidad, las recibidas y las inferidas, las que los otros nos han infligido y las que hemos hecho nosotros. Aun más: besando a Cristo besamos nuestras heridas, las que tenemos abiertas por no ser amados.

Pero hoy, experimentando que uno se ha puesto en nuestras manos y ha asumido el mal del mundo, nuestras heridas han sido amadas. En él podemos amar nuestras heridas transfiguradas. Este beso que la Iglesia nos invita a dar hoy es el beso del cambio de vida.

Cristo, desde la cruz, ha derramado la vida, y nosotros, besándolo, acogemos su beso, es decir, su expirar amor, que nos hace respirar, revivir. Sólo en el interior del amor de Dios se puede participar en el sufrimiento, en la cruz de Cristo, que, en el Espíritu Santo, nos hace gustar del poder de la resurrección y del sentido salvífico del dolor.

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M. I. Rupnik,
Omelie di pascua. Venerdi santo,
Roma 1998, 47-53

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圣餐 / Eucaristía

Jueves, 28 de marzo de 2024
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Para Patio Global. Pinturas religiosas en China

Era el tiempo en el que se procedía a una violenta persecución contra todas las religiones en China. Tuve noticias de que muchos obispos, sacerdotes, hermanas y simples fieles estaban en la cárcel o en campos de trabajos forzados. Habían sido condenados por su fe en Cristo. Recuerdo las santas misas que celebré en la habitación de mi albergue. Sólo el jefe de la delegación de la que formaba parte conocía mi identidad sacerdotal. !Ay de mí si los chinos la hubieran descubierto! Sin embargo, me había traído de Hong Kong una botellita de vino, hostias y algunas hojas de papel con las partes móviles de la misa. Me levantaba a las dos o a las tres de la noche y celebraba la misa en la habitación del albergue, con el mínimo de luz, para no levantar sospechas. Ofrecía yo el divino sacrificio por todos los hermanos cristianos chinos que sabía que estaban en la cárcel, en campos de trabajos forzados o en la clandestinidad.

Aquellas misas nocturnas me conmovían. Estaba llevando a cabo un gesto misionero en China. Dice el Concilio que la eucaristía es “la fuente y la cima de la evangelización” (PO 5).

Es Dios, en efecto, quien evangeliza y convierte los corazones, a través de la obra del misionero, aunque también de modos misteriosos que sólo él conoce. Qué gesto misionero más auténtico puede haber, por consiguiente, que celebrar la misa en la China de la “revolución cultural“, cuando estaba prohibido cualquier gesto público de culto?.

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Piero Gheddo,
Il Vangelo delle 7.18,
Bolonia 1991, pp. 162ss.

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Una actualización eco-feminista de la predicación del Dios de la vida de Monseñor Romero

Martes, 26 de marzo de 2024
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“Para Monseñor Romero, el fundamento de su esperanza era el Dios de la vida”

“Para Mons. Romero, la presencia de Dios entre los pobres tenía fuertes implicaciones, a saber, su liberación de la opresión, de la violencia y de la muerte”

“Han pasado más de 40 años desde del asesinato de Mons. Romero, pero los ídolos de la riqueza y la seguridad siguen cobrándose nuevas víctimas”

“Pero, ¿cómo tener esperanza ante el poder devastador de los ídolos de la muerte? Para Monseñor Romero, el fundamento de su esperanza era el Dios de la vida”

“Como la historia ha demostrado, Mons. Romero se decidió definitivamente por la vida y dio la suya a cambio. Tal vez la dio, a pesar de todos sus temores y dudas, en la confianza de que los ídolos no son eternos, mientras que el Dios vivo sí lo es”

Introducción

 Pocos días antes de su muerte, Monseñor Romero exclamó una frase que puede ser considerada como su testamento personal y teológico:nada me importa tanto como la vida humana” (homilía del 16.03.1980). En esta pequeña frase está condensada su predicación, praxis y martirio, y entre líneas se deja vislumbrar su fe en el Dios de la vida. A continuación, vamos a desplegar diferentes aspectos y aristas de su predicación del Dios de la vida con el afán de hacer memoria subversiva, utópica y actualizante. Para ello nos dejamos iluminar por el eco-feminismo que pone en evidencia la vinculación entre la violencia contra la naturaleza y la violencia contra las mujeres e invita a reconectarnos con los hilos de la red sagrada de la vida.

La predicación de Monseñor Romero: los ídolos de muerte y el Dios de la vida

 Si no hay nada más importante que la vida, entonces hay que desenmascarar y denunciar todo aquello que se hace pasar por más importante, los ídolos de la muerte: “yo denuncio, sobre todo, la absolutización de la riqueza. Éste es el gran mal de El Salvador; la riqueza, la propiedad privada como un absoluto intocable y ¡ay del que toque ese alambre de alta tensión, se quema…! (Homilía del 12 de agosto de 1979). Con esta metáfora Monseñor mostró de forma gráfica las características de los ídolos: son algo creado y adorado o absolutizado por los seres humanos –así como el becerro de oro en el relato del éxodo–, son intocables e incuestionables, prometen salvación pero traen muerte, necesitan víctimas para subsistir (cfr. Sobrino, 2017, p. 345).
Mons. Romero terminó teniendo razón con su metáfora del alambre de alta tensión. No sólo la inmensa mayoría de los campesinos fueron privados de los medios para satisfacer sus necesidades vitales por el statu quo imperante; también fueron perseguidos hasta la muerte todos aquellos que lo tocaron y cuestionaron, reivindicando sus derechos básicos y luchando por cambios estructurales: campesinos y campesinas, sindicalistas, estudiantes, periodistas, sacerdotes y religiosos y religiosas, etc. Cayeron víctimas de dos ídolos a la vez: el de la riqueza y el de la doctrina de la seguridad nacional, que procede del primero y está a su servicio.

Según Mons. Romero, las fuerzas de seguridad están legitimadas para mantener la estructura económica y política con todos los medios y protegerla de los críticos y enemigos de la nación, incluso mediante detenciones arbitrarias, torturas, desapariciones y asesinatos (cfr. Romero, 2007, p. 136). El propio Romero fue testigo de estas atrocidades y describió su misión como “recoger cadáveres” (citado en: Sobrino, 2019, p. 159). Se convirtió en el primer referente para las madres de los desaparecidos y después en su santo patrón.

En medio de este sufrimiento -desafiando a los ídolos de la muerte- Mons. Romero confesó su fe en el Dios de la vida ycelebró su presencia entre los pobres:

“Creemos con el apóstol Juan que Jesús es «la Palabra de la Vida» (1 Jn 1:1), y que donde hay vida ahí se manifiesta Dios. Donde el pobre comienza a vivir, donde el pobre comienza a liberarse, donde los hombres son capaces de sentarse alrededor de una mesa común para compartir, allí está el Dios de vida.” (Romero, 2007, p. 190)

Para Mons. Romero, la presencia de Dios entre los pobres tenía fuertes implicaciones, a saber, su liberación de la opresión, de la violencia y de la muerte. Y la confesión del Dios de la vida sólo podía ser honrada y liberadora si iba precedida del lamento y la denuncia de los ídolos de la muerte.

Llama la atención que Mons. Romero no espiritualizara la liberación ni la dejara como un concepto abstracto en el vacío. Tanto en sus homilías como en sus cartas pastorales, la vinculó a la organización, que es a la vez un derecho inalienable y un deber ético y cristiano. “Nadie puede (…) privar a los hombres del derecho de organización y menos a los pobres, porque proteger a los débiles es la razón principal de las leyes y de la organización.” (Romero, 2007, S. 78). Defender los derechos de los pobres y vulnerables es un servicio a Dios, ya que corresponde al Dios de la Biblia, que defiende a los pobres, a los débiles y a las víctimas y cuya gloria es el pobre que vive (cfr. Romero, 2007, p. 192).

Aquí Mons. Romero hace suyo el sueño de la Conferencia de Medellín “de que los pobres tengan la suficiente fuerza para no ser víctimas de los intereses de unos pocos, como lo demuestra la historia” (p. 78). Las víctimas se convierten en sujetos de su propia liberación y en principales impulsores de una nueva sociedad. En el contexto de la persecución estatal bajo la doctrina de la seguridad nacional, Mons. Romero defendió a las personas organizadas de la sospecha general de terrorismo y subversión ilícita, enfrentándose – en términos actuales – a la criminalización de los defensores de derechos humanos.

La actualidad de los ídolos de la muerte

Así como los conflictos sociales y la dictadura militar de El Salvador no eran un caso aislado en la época de Romero, sino que reflejaban la realidad de gran parte del continente latinoamericano, las actuales crisis sociales, políticas y ecológicas del país también reflejan la situación de muchos otros países, especialmente del Sur global.

Han pasado más de 40 años desde del asesinato de Mons. Romero, pero los ídolos de la riqueza y la seguridad siguen cobrándose nuevas víctimas. En El Salvador, las comunidades rurales están amenazadas por proyectos de minería metálica, los llamados “proyectos de la muerte“, que contaminan irreversiblemente el suelo y las aguas subterráneas. Aunque, gracias a los esfuerzos de las organizaciones ambientales, la minería metálica fue prohibida en 2017, las empresas nunca se han retirado del todo de El Salvador y olfatean altos beneficios en el mercado internacional. Se están talando grandes extensiones de bosque para construir edificios de lujo y centros comerciales, secando literalmente el agua de las comunidades pobres vecinas. El monocultivo de la caña de azúcar, cuyas exportaciones benefician a una pequeña minoría, destruye el suelo, consume enormes cantidades de agua y contamina el aire al quemar la caña después de la cosecha. El grito de los pobres se une al grito de la tierra (cfr. Papa Francisco, 2015, LS 49).

En el contexto del estado de excepción decretado por el presidente Nayib Bukele el 27 de marzo de 2022 para supuestamente combatir la delincuencia de pandillas y mantener la seguridad pública, en el lapso de un año y medio aproximadamente 72.000 personas fueron detenidas sin proceso judicial, entre ellas activistas de derechos humanos y medioambientales que habían luchado contra la minería metálica en su región. En la vecina Honduras, importantes activistas medioambientales han sido criminalizados y encarcelados en los últimos años y algunos incluso han sido asesinados, como Berta Cáceres (†2016), que participaba en la defensa de los ríos ante las hidroeléctricas.

Tanto las crisis ecológicas como las detenciones masivas bajo el régimen de excepción han provocado una enorme crisis de cuidado y de abastecimiento en El Salvador, que recae principalmente sobre las mujeres. Ellas no sólo son responsables del trabajo de cuidados en el seno de la familia, sino que muchas también mantienen solas a sus hijos y otros familiares. Y cada vez son más las mujeres que hacen cola de día y de noche ante las abarrotadas cárceles, esperando una señal de vida de sus hijos detenidos.

La necesidad de una actualización eco-feminista de la predicación de Mons. Romero

Tal como muestra esta ubicación de los ídolos de la muerte en El Salvador de hoy, la proclamación del Dios de la vida de Mons. Romero exige una actualización eco-feminista. Al igual que la teología de la liberación, el eco-feminismo es también una reflexión basada en la concientización colectiva de experiencias sistemáticas de opresión y violencia y en una praxis que responde a ellas. Los sujetos no son indistintamente los pobres o aquellos que no toman la vida por supuesto (cfr. Sobrino, 2017, p. 151), sino aquellas personas que sufren ante todo la destrucción ecológica y la violencia: las mujeres. Las autoras eco-feministas ven una fuerte vinculación entre la violencia contra la tierra y la violencia contra las mujeres (y otros grupos desfavorecidos por la intersección de opresiones), desenmascarando esa violencia como patriarcal. Al mismo tiempo -y basándose en experiencias concretas- reconocen a las mujeres afectadas por la violencia patriarcal como sujetos primarios de una práctica ecológica y feminista de cuidado y liberación, que nos invita a todos a “reubicarnos dentro del tejido de la comunidad de vida de la tierra como una forma de detener la destrucción del planeta” (Ress, 2010, p. 112).

Para actualizar la predicación de Mons. Romero vamos a dar tres pasos: En primer lugar, con referencia a las autoras Amaranta Herrero e Ivone Gebara, desenmascararemos al ídolo de la riqueza como capitalismo patriarcal, que ha carcomido todas las dimensiones de la existencia humana, especialmente la forma en que percibimos la realidad. A continuación, asociaremos el ídolo de la seguridad nacional con la deificación de la imagen del hombre fuerte y dominante, apoyándonos en reflexiones de Marilú Rojas. Finalmente, vamos a encontrarnos con la presencia del Dios de la vida en el testimonio de mujeres y sus comunidades que resisten, sanan y esperan contra toda esperanza. Los textos de Geraldina Céspedes resultan de gran ayuda para poner en palabras las expresiones plurales y a menudo anónimas de la espiritualidad eco-feminista operante.

Desenmascarar el capitalismo patriarcal como primer ídolo de la muerte

En su momento, Mons. Romero ya había vinculado el ídolo de la riqueza con el capitalismo como sistema de violencia estructural para mantener los privilegios de una minoría, identificándose con la tradición del magisterio de la Iglesia. En su cuarta carta pastoral, enfatizó: “Este es el capitalismo que condena la Iglesia en Puebla siguiendo el magisterio de los últimos Papas y de Medellín” (Romero, 2007, p. 135).

La socióloga ambiental española Amaranta Herrero define el capitalismo como “patriarcal” y demuestra que “este sistema se sustenta en el trabajo gratuito de las mujeres, así como en el dominio y expolio de la naturaleza” (Herrero, 2018, p. 22). Aunque el trabajo de cuidados, realizado mayoritariamente por mujeres, es una piedra angular de este sistema, no está reconocido ni registrado en él. Su invisibilidad se revela por el hecho de que toda existencia y toda vida se reduce al valor del dinero (cfr. Herrero, 2018, p. 22). Sólo aquello que produce beneficios y contribuye al crecimiento cada vez más rápido de las estructuras creadas por el capital es real y valioso.

De este modo, la tierra y todos sus bienes son despojados de su dignidad y santidad, al igual que comunidades humanas enteras, cuyos medios de subsistencia son destruidos por la extracción de materias primas, los megaproyectos de construcción, etc., especialmente en el Sur Global. Las más afectadas son las mujeres que viven en los países empobrecidos, en tanto se les asigna el ya mencionado trabajo de cuidados, que está relacionado “con el aprovisionamiento de alimentos, leña o agua” (Herrero, 2018, p. 26), entre otras cosas. En el desempeño del rol de género que la sociedad les asigna, pueden “ver de primera mano las agresiones ecológicas contra campos, bosques o ríos (Herrero, 2018, p. 26).

Se hace difícil creer que las dinámicas destructivas del capitalismo patriarcal no se detengan ante los medios de subsistencia de la humanidad en su conjunto y de la Tierra en su totalidad, y que el sistema – especialmente una minoría que se lucra – estén cavando así su propia tumba. Como afirma Amaranta Herrero (2018), el capitalismo patriarcal ha conseguido “llevar al planeta a una nueva era geológica, hostil e impredecible” que daña irreversiblemente al conjunto de seres vivos que forman la trama de la vida e incluso amenazar la propia supervivencia humana” (p. 22).

Ante esta dimensión catastrófica, cabe preguntarse por qué se mantiene este sistema con tanta obstinación y por todos los medios, si su dinámica es a todas luces suicida. En este panorama se suscita la cuestión de la antropodicea, e implícitamente se plantea también la pregunta de la teodicea como cuestionamiento de Dios como fundamento que posibilita todos los sistemas humanos, y ambas sólo pueden responderse en la práctica. Y son precisamente estas preguntas existenciales las que suscitan un análisis teológico de la realidad, que a su vez revela el carácter idólatra del capitalismo patriarcal.

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“¿De dónde vino esa fuerza y autoridad interna que llevó a las mujeres de la Iglesia primitiva a ignorar los intentos de silenciarlas?”, por Christine Schenk CSJ

Sábado, 23 de marzo de 2024
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Sarcófago con retrato femenino. Siglo IV

El valor de anunciar a Cristo

La vida religiosa tal como la conocemos hoy -tanto la contemplativa como la activa- ha evolucionado a lo largo de dos milenios

En este último de cuatro artículos, Christine Schenk analiza qué pudo haber llevado a las mujeres del cristianismo primitivo a ser contribuyentes activas de la edificación de la Iglesia

(Vatican News).- Como se relata en los tres artículos anteriores de esta serie, la evidencia que nos llega de la iconografía y las inscripciones en las tumbas sobre las mujeres del cristianismo primitivo, junto con los escritos contemporáneos sobre las “madres de la Iglesia”, todo esto demuestra que las mujeres han ejercido formas de gobierno en el servicio como viudas inscritas (en el catálogo de viudas), diaconisas, guías de iglesias domésticas y monasterios, evangelistas, maestras, misioneras y profetisas.

En muchos casos, las mujeres han gobernado a otras mujeres aunque hay excepciones relevantes como la de la diaconisa Marthana de Seleucia (Turquía), que gobernó un monasterio doble en el sitio del martirio de Santa Tecla. Estas mujeres del cristianismo primitivo testificaron y predicaron libremente a pesar de la fuerte oposición de los hombres del cristianismo primitivo.

Cómo las mujeres han superado a la oposición

IMG_6327Uno podría preguntarse con razón de dónde vino esa fuerza y autoridad interna que llevó a las mujeres de la Iglesia primitiva a ignorar los intentos de silenciarlas. Creo que lo que impulsó a las mujeres a hablar en lugar de permanecer en silencio fue su fe en el Cristo resucitado.

El sarcófago que vamos a examinar proporciona una pista de cómo al menos una mujer cristiana (a la que llamaremos Junia, ya que se desconoce su verdadero nombre) entendió cuál era la fuente de su autoridad interior.

En el centro de la figura 1, Junia tiene en la mano izquierda un código mientras la derecha se levanta en gestos de orador. A sus dos lados, escenas bíblicas que representan (de izquierda a derecha): Dios Padre con Caín y Abel; Cristo con Adán y Eva; la curación del paralítico; la curación del ciego de nacimiento; el milagro de Caná y la resurrección de Lázaro. Unos años antes de su muerte, Junia, o su familia, había encargado este sarcófago esculpido de forma única, para conmemorarla a ella y a los valores que habían plasmado su identidad.

Cuando Junia muriera, su sarcófago sería llevado a su casa donde ella estaría expuesta durante siete días para que familiares, clientes y amigos pudieran rendirle homenaje y admirar asombrados su memorial esculpido con tanta pericia: entrarían en un espacio liminal para meditar sobre su vida, sus valores, sus convicciones e, inevitablemente, sobre el significado de la vida y la muerte.

“Junia deseaba que sus seres queridos entraran en un espacio liminal para experimentar el poder de Cristo para revertir los efectos de la caída, con la curación del ciego y el lisiado, proporcionando vino en abundancia en el nuevo Reino de Dios y despertando a Lázaro (y Junia) de entre los muertos”

IMG_6328En un artículo publicado en 2004, la Dra. Janet Tulloch, especialista en artes figurativas del cristianismo primitivo, señaló que el arte antiguo podía considerarse como un discurso social destinado a atraer al observador como si fuera un participante” y que el arte se entendía “para interpretar significados, no simplemente para incorporarlos”. Según el criterio de la Dra. Tulloch, por lo tanto, es razonable pensar que Junia deseaba que sus seres queridos entraran en un espacio liminal para experimentar el poder de Cristo para revertir los efectos de la caída, con la curación del ciego y el lisiado, proporcionando vino en abundancia en el nuevo Reino de Dios y despertando a Lázaro (y Junia) de entre los muertos.

¿Dónde había encontrado, Junia, la autoridad para dar testimonio y enseñar a Cristo? Una sugerencia puede darnos la expresión de su rostro, esculpido cerca del de Cristo que se inclina hacia ella, con la boca abierta, como si estuviera murmurando algo en su oído (fig. 2). Junia y su familia querían que fuera recordada como una persona que había enseñado con la autoridad de Cristo. Las personas que la lamentan no solo se comunican con la difunta Junia, sino también con el Cristo que sana y levanta a través del significado evocado y “realizado” por el arte en su sarcófago. Junia exhorta a los vivos a abrazar a Cristo que ha autorizado su ministerio y del que ella da testimonio incluso más allá de la muerte.

Los siguientes  mujeres pioneras   

IMG_6329Estas mujeres del IV son precursoras de las religiosas monásticas y apostólicas de las épocas posteriores, que confiaban en el poder de Cristo para traer curación y justicia, a pesar de la fuerte oposición a la que se enfrentaban. Por ejemplo, el nacimiento y el desarrollo de la educación pública y de los hospitales -en Occidente y en el Sur del mundo- puede atribuirse a órdenes de religiosas que se negaron a ser encerradas en un convento para ser libres de asistir a los enfermos, a los pobres y a los analfabetos.

Clara de Asís escribió la primera regla monástica para mujeres: nunca más su comunidad habría confiado en las dotes de los ricos. Y eso significaría que todas sus hermanas serían iguales. El obispo le opuso una tenaz resistencia y solo cedió cuando Chiara se encontró en su lecho de muerte. A pesar del miedo a la Inquisición, Teresa de Ávila indicó nuevos caminos para experimentar la presencia de Dios en el centro de nuestra existencia y en las instituciones y sacramentos de la Iglesia. Durante la epidemia de la Estrella de la Muerte, Juliana de Norwich proclamaba un Dios misericordioso que no condenaba a la condenación eterna a los que morían antes de haber recibido la absolución, como en cambio la Iglesia enseñaba en aquel tiempo. “Todo irá bien, todas las cosas irán bien“, les decía a sus conciudadanos desesperados. En general, los Doctores de la Iglesia-mujer, como Teresa de Ávila, Hildegard von Bingen, Teresa de Lisieux y Catalina de Siena, daban testimonio de un Dios de la misericordia más que del juicio.

El nacimiento y el desarrollo de la educación pública y de los hospitales -en Occidente y en el Sur del mundo- puede atribuirse a órdenes de religiosas que se negaron a ser encerradas en un convento para ser libres de asistir a los enfermos, a los pobres y a los analfabetos”

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“En general, los Doctores de la Iglesia-mujer, como Teresa de Ávila, Hildegard von Bingen, Teresa de Lisieux y Catalina de Siena, daban testimonio de un Dios de la misericordia más que del juicio”

Los relieves esculpidos en la tumba de nuestra antepasada “Junia” nos permiten intuir que su experiencia de comunión con Cristo resucitado fue fundamentalpara su predicación y enseñanza, a pesar de las advertencias de permanecer en silencio. En la larga historia del cristianismo -y quizás en particular en la historia de las órdenes religiosas femeninas- la cercanía de Cristo ha ayudado a los creyentes a superar obstáculos aparentemente imposibles, alentándolos a afrontar riesgos para nuestro Abba, Dios-Padre, cuyo amor -al final- reinará tanto en la tierra como en el cielo.

Fuente Religión Digital

 

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Amor fraterno.

Viernes, 22 de marzo de 2024
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      Desde que el Seńor insertó en el mundo como fermento “incomodador ” el principio del amor fraterno, se ha introducido en las estructuras sociales una levadura de permanente revolución.

       Ahora, en ocasiones -incluso a menudo-, sucede esto: hasta los cristianos nos adherimos a ciertos valores relativos como si fueran absolutos y no nos damos cuenta de que esos valores, que eran considerados como absolutos antes de Cristo, no pueden ser considerados ya como tales después de la venida de Cristo.

     Bajo la acción fermentadora -aunque invisible- del amor, han sido purificados de una manera gradual; se ha resquebrajado la corteza que esconde su núcleo sustancial; de un modo lento, aunque indefectible, han sido colocados en su verdadero sitio en la jerarquía de los valores. Aparece aquel incómodo precepto del amor fraterno: esclavos y libres son iguales; el orden está subordinado al amor; la patria está ordenada a la amplia familia humana y sus intereses han de ser subordinados a los de la familia colectiva de las naciones; la potestad familiar ha de ser transformada en su raíz; la personalidad de cada uno, hombre y mujer, adulto o pequeńo, esclavo o libre- ha de ser respetada como sagrada, como reflejo de la misma personalidad divina.

      Todo se desbarajusta, todo se revoluciona, todo se tambalea: los perezosos y los temerosos hacen sonar la alarma, pero el amor procede de manera inexorable en su obra “corrosiva”: donde es posible se corrige, donde no lo es se abate. !Qué extrańo es este Cristo! Cuáles son los límites de la autoridad? Cuáles los del amor familiar y los del amor patrio? Cuáles los del orden? Cuál es la única dirección en la que es lícito decir que alguien puede inmolarse por un ideal? Cuándo puede decirse de verdad que una acción es heroica y virtuosa? Entre qué límites tiene fundamento la propiedad? La respuesta de Cristo es inflexiblemente sencilla: todo lo define y califica el amor al otro: al otro en cuanto tal, prescindiendo de cualquier esquema en el que este pueda encontrarse encasillado. Libre o esclavo, bárbaro o escita, rico o pobre, etc.

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Giorgio La Pira,
Sobre el optimismo cristiano“,
en L’Osservatore Romano, 1941)

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Venerable Giorgio La Pira O.P.

Laico dominico y político italiano (alcalde de la ciudad de Florencia). Vivió su vocación cristiana de servicio al prójimo a través de la política, con un gran compromiso por la promoción de la justicia y la paz. Trabajador incansable por la paz (Guerra Fría, Vietnam, Israel y Palestina…) que se volcó en la ayuda a los pobres.

Giorgio La Pira nace el 9 de enero de 1904 en Pozzallo (Sicilia, Italia) en el seno de una familia humilde.

En su juventud, al cursar estudios universitarios, una crisis religiosa le llevó a abandonar la fe a raíz de su contacto con el marxismo. Sin embargo, en la Pascua de 1924 redescubrió que el vacío que sentía solo podía llenarlo Dios. Un año más tarde se hizo laico dominico

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Marcella, Paola, Macrina, Melania la anciana y Olimpia… las ‘Madres de la Iglesia’ del siglo IV

Miércoles, 20 de marzo de 2024
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Ejercieron autoridad, se expresaron sobre importantes temas eclesiales, enseñaron a mujeres y hombres y dieron libremente testimonio de Cristo

La vida religiosa tal como la conocemos hoy, tanto la contemplativa como la activa, ha evolucionado a lo largo de dos milenios

En este tercer artículo de cuatro, Christine Schenk analiza la contribución de mujeres cristianas eminentes en el siglo IV, que con la fundación de monasterios sentaron las bases para la vida de las religiosas de hoy

(Vatican News).- La vida religiosa tal como la conocemos hoy, tanto la contemplativa como la activa, ha evolucionado a lo largo de dos milenios. En este tercer artículo de cuatro, Christine Schenk analiza la contribución de mujeres cristianas eminentes en el siglo IV, que con la fundación de monasterios sentaron las bases para la vida de las religiosas de hoy.

IMG_3430El siglo IV comienza con una dura persecución de los cristianos, especialmente en Oriente. Después de abrazar al Dios cristiano y después de una larga lucha por el poder, Constantino se convierte en emperador en el año 324 d. C. La Iglesia se eleva en esta época a niveles sin precedentes de poder terrenal y capacidad de influencia gracias al favor imperial de Constantino, sus hijos y su madre, Elena. Los hombres de la Iglesia reciben suntuosos beneficios de mujeres cristianas aristocráticas como Olimpia, Melania la anciana, Melania la joven y Paola. Las comunidades cristianas que hasta ese momento se habían reunido en grandes casas grandes, ahora se encuentran en espacios públicos suntuosos. Estos cambios exacerban las tensiones sobre el ministerio público de las mujeres cristianas.

Cómo cambia el papel de la mujer en la Iglesia

El siglo IV también vio nacer una peligrosa tendencia a asimilar, aunque simbólicamente, el género femenino a la herejía, a pesar de que tanto hombres como mujeres cristianos están involucrados en las más variadas interpretaciones del cristianismo, hasta el punto de ser definidos como herejes.

“Sobre todo las mujeres corren el riesgo de ser calificadas como heréticas y sospechosas de impureza, cuando asumen el papel de maestras”

Pero sobre todo las mujeres corren el riesgo de ser calificadas como heréticas y sospechosas de impureza, cuando asumen el papel de maestras. Este es el contexto eclesial en el que viven y testimonian su fe las “Madres de la Iglesia del siglo IV. Lo que sigue es una breve, pero significativa cronología de sus vidas y de la forma en que ellas -y sus comunidades- ejercen la autoridad eclesial en la Iglesia primitiva.

Textos escritos por mujeres

IMG_3433Noticias literarias sobre mujeres del siglo IV como Marcella, Paola, Macrina, Melania la anciana y Olimpia nos llegan básicamente de hombres de la Iglesia eruditos como Jerónimo, Gregorio de Nisa, Palladio y Juan Crisóstomo. Tenemos dos textos escritos por mujeres: Proba y Egeria.

Proba adapta un centenar de obras de Virgilio en prosa, tan querido en Roma, para contar la historia del cristianismo con el fin de evangelizar a los jóvenes aristócratas, creando un instrumento culturalmente transversal que influirá en hombres y mujeres cristianos durante generaciones.

Si bien a menudo se atribuye el nacimiento del monaquismo a Basilio en Oriente y a Jerónimo en Occidente, dos mujeres, Macrina y Marcella, comienzan a practicar este estilo de vida cristiano mucho antes que los hombres”

Egeria, en cambio, escribe un diario de viaje para sus hermanas, ilustrando su itinerario hacia los lugares sagrados del Este. Durante este viaje -escribe Egeria- en un momento se encontró con su “amiga muy querida, la santa diaconisa Marthana, que gobierna un monasterio doble cerca del Santuario de Santa Tecla (en Turquía). Marthana es un raro ejemplo de diácono-mujer que ejerce la autoridad de gobierno sobre hombres y mujeres cristianos. Si bien a menudo se atribuye el nacimiento del monaquismo a Basilio en Oriente y a Jerónimo en Occidente, dos mujeres, Macrina y Marcella, comienzan a practicar este estilo de vida cristiano mucho antes que los hombres.

Macrina (327-379 d.C.) funda un monasterio en Annisa, en Asia Menor, que se convierte en el prototipo de la regla monástica escrita por su hermano Basilio. Si Basilio es definido más tarde como «padre del monaquismo», seguramente Macrina es su madre. Su autoridad como guía espiritual influye profundamente en sus hermanos Basilio y Gregorio, ambos teólogos, que elaborarán la doctrina de la Trinidad.

Marcella (325-410) reúne a las mujeres para estudiar las Escrituras y rezar en su villa aristocrática de la colina del Aventino más de 40 años antes de la llegada de Jerónimo a Roma. Cuando Jerónimo regresa a Jerusalén, los sacerdotes de Roma consultan a Marcella para aclarar ciertos pasajes de los textos bíblicos. Marcella interviene también en los debates públicos sobre la controversia origenista.

IMG_3432Paola Romana (347-404) funda dos monasterios en Belén: uno para mujeres y otro para hombres. El monasterio masculino lo confía a los monjes y es allí donde, gracias a su apoyo, Jerónimo completa su traducción de la Biblia del griego al latín. Girolamo nos cuenta que el conocimiento de Paola de la lengua hebrea superaba el suyo.

Melania la anciana (350-410) logra reconducir a un importante hombre de Iglesia (Evagrio) a su voto de celibato; enseña y convierte a muchos hombres. Es determinante en la resolución de un cisma que involucra a 400 monjes en Antioquía, «venciendo a todo hereje que reniegue del Espíritu Santo». Financia y cofundó un monasterio doble en el Monte de los Olivos, donde sus comunidades se dedican al estudio de las Escrituras, la oración y las obras de caridad.

Olimpia (368-408). Ordenada diaconisa en Constantinopla por el obispo Nectario, Olimpia utiliza la inmensa fortuna de su familia para sostener a la Iglesia y servir a los pobres. Funda un gran monasterio cerca de la basílica de Santa Sofía, donde también se ordenan diaconisas tres de sus parientes. Pronto se unen también mujeres de familias del Senado romano, y el número de monjas asciende así a 250.

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Estos son solo algunos ejemplos de mujeres del siglo IV cuyas comunidades son precursoras de la vida religiosa contemporánea. Su testimonio y autoridad eclesial influyen fuertemente en las comunidades cristianas de su época, pero también en las de los tiempos venideros. En épocas en las que algunos hombres de la Iglesia prohíben a las mujeres hablar o enseñar públicamente y prefieren que se queden en casa, hay pruebas de que en el siglo IV algunas mujeres cristianas ejercieron autoridad, se expresaron sobre importantes temas eclesiales, enseñaron a mujeres y hombres y dieron libremente testimonio de ese Cristo al que habían elegido vincularse.

El material utilizado para este artículo está tomado en gran parte del libro de la autora “Crispina y sus hermanas: mujeres y autoridad en el cristianismo primitivo(Fortress Press, 2017). En el cuarto y último artículo de esta serie, un análisis sobre las motivaciones que pueden haber empujado a las mujeres del cristianismo primitivo a ser contribuyentes activas a la edificación de la Iglesia.

“En épocas en las que algunos hombres de la Iglesia prohíben a las mujeres hablar o enseñar públicamente y prefieren que se queden en casa, hay pruebas de que en el siglo IV algunas mujeres cristianas ejercieron autoridad, se expresaron sobre importantes temas eclesiales, enseñaron a mujeres y hombres y dieron libremente testimonio de ese Cristo al que habían elegido vincularse”

Fuente Religión Digital

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¿Qué belleza salvará el mundo? Templos y mercaderes

Viernes, 15 de marzo de 2024
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IMG_3083El lector que lo desee puede saltar este párrafo introductorio, simplemente biográfico. Nací a menos de un cuarto de hora, andando, de la Sagrada Familia, ideada y comenzada por Gaudí. De pequeños íbamos a jugar allí y los domingos de Ramos acudíamos a la bendición de palmones. Mi familia participó en las campañas de donativos para ese templo expiatorio que sólo se podía construir con limosnas o dones anónimos, pequeños y, obviamente, voluntarios. Gaudí quiso que los retablos, las catequesis para los obreros y los vecinos, se viesen y se entendiesen desde fuera; dentro, la luz, la belleza, el misterio. Todo era bello. Ha tardado tiempo en levantarse y aún no está acabada. Debe ser así. En 1982 obtuve plaza de funcionario (esto viene a cuento de algo posterior), ahora pensionista. Durante veinte años he enseñado Ética social y empresarial en una facultad universitaria y por lo mismo he publicado (hemos) centenares de páginas sobre estos temas. Reconozco que Caritas in veritate, la encíclica de 2009, modeló mucho mi pensamiento actual sobre el tema de la sociedad civil. Fue enriquecedor conceptual y anímicamente. Somos sociedad civil, ahí jugamos nuestra partida. Antes fueron Ecclesiam suam, Populorum progressio y Sollicitudo rei socialis.

En el Idiota de Dostoievski, un personaje ateo, Hipólito, pregunta con chanza al príncipe Myskin sobre la belleza que salvará al mundo. El príncipe idiota no responde, sostiene con ternura la mano de un moribundo. Es el amor a los diferentes el que salva el mundo. Dios salva en esa forma y nos la ha señalado. Esa es la belleza que salva el mundo, parece responder Myskin. La frase a veces se ha reducido. No es una afirmación, “la belleza salvará”, sino una pregunta “¿qué belleza salvará?”. La respuesta es el silencioso amor al prójimo. La belleza salva, como la verdad y la bondad. Amar y servir.

Todo esto viene a cuento de la posible e indeseable mercantilización de nuestros templos, de las iglesias. Estamos avisados, pues nos lo advirtió el Señor: “no convirtáis en mercado la casa de mi Padre” (Jn 2: 16) con una referencia al profeta Zacarías (14:21, las traducciones difieren entre mercaderes e idólatras). Seguimos equivocándonos en eso. Las iglesias forman parte del entramado de la sociedad civil, no juegan en el terreno ni del mercado ni de los poderes públicos. Ni sólo están en el mercado ni son un apéndice administrativo. Nos cuesta mucho entender que no hay sólo dos espacios: mercado y Estado, sino tres. Nos cuesta más actuar, ser y estar en el terreno de la sociedad civil, de la iniciativa social, pero ¡es el nuestro!, además de la polis y de la plaza del mercado. En el caso de las instituciones de iniciativa social de la iglesia, de la que tan rica ha sido nuestra sociedad civil catalana (o la italiana septentrional, como mostró R. Putnam en su Capital social; otros autores también han usado el concepto en un sentido distinto; ahora eso no importa) sucede algo que hay que ver a tiempo: no debemos reducirnos ni a la lógica mercantil, ni a la lógica estatal-administrativa. No tengo ninguna alegría cuando cuentan que un colegio de una pequeña ciudad comarcal pasa a ser escuela pública estatal y sus maestros y profesores pasan a ser funcionarios. Las escuelas de las escolapias o de los escolapios, por poner unos nombres muy de la tierra, habría otros, que tanto han estructurado nuestro país, han sido y son esenciales, si quieren jugar en el terreno propio, el de la sociedad civil. Nos descapitalizamos del capital social, luego perderemos, ya lo estamos malbaratando, el capital simbólico. Un empobrecimiento anunciado.

No podemos cobrar por entrar en los templos. Si quien allí acude lo hacer para rezar, alabar o hacer reverencia a Dios nuestro Señor, entonces lo que tenemos que ofrecer es un espacio con puertas abiertas, acoger y bendecir los que traspasan el umbral y el atrio. ¡Ojalá nuestras iglesias fueran siempre casas de puertas abiertas, sin peajes, siempre, para todos! En todo caso gratuidad para quien llega, sin preguntar, gratuidad y agradecimiento para quien recibe en la tienda del encuentro, en la morada, en la shekinah.

En lugar de gratuidad, cobramos. Estamos en esa “pendiente resbaladiza”, la del padre de la mentira. Si para ver la belleza, porque se ha hecho una inversión, faltaría más, cobramos, hemos empezado a caernos. El pequeño logo de la entidad de crédito ya está allí, agazapado, mirando nuestra ingenuidad. Habéis caído en la trampa mercantil, os había mercantilizado y habéis hecho una vez más del espacio de la gratuidad, un espacio del intercambio interesado. Nos lo habían dicho, pero finalmente hemos sucumbido. El lector “realista”, quizá sólo un cínico pragmático, con sonrisa velada y un tanto displicente, nos mira ahora y nos dice: tal iglesia o tal otra, en tal catedral o en tal otra cobran, ¿no íbamos a hacerlo nosotros también? El realismo tomista es otra cosa. Es el de L’atttesa della povera gente de Giorgio La Pira en 1950. Ése es el realismo tomista, no el “realismo” financiero-capitalista. Hasta hace unos años muchas iglesias estaban cerradas, la gente se acostumbró a no ir allí. Vino el papa Bergoglio, dio un toque y se abrieron más tiempo. ¿Qué nos está pasando?

El enemigo de natura humana es muy amigo de la mentira. Hay que mantener los templos. Es cierto, en Francia los anteriores al siglo XIX los mantiene la República, son cuestión de Estado como hemos visto en Notre Dame de París: al frente de la reconstrucción el Estado puso a un general, el presidente se interesó, los arzobispos sucesivos han ido colaborando. Nuestra Constitución, en su artículo 16, defiende la libertad de creencias y de expresión de las mismas, la libertad religiosa (16.1), pero como los poderes públicos son incapaces de proteger y desarrollar por ellos mismos ese derecho, constitucionalmente incompetentes para cumplir con ese derecho fundamental, confían a las iglesias y confesiones su ejercicio. El Estado es aconfesional (Constitución 16.3), no laicista, pero tampoco reconoce una determinada confesión como la mejor, la propia. El Estado español (por supuesto, la Generalitat es Estado) no es confesional. Ésa es la razón de que una parte pequeña de nuestros impuestos pueda ir a atender esa necesidad: el ejercicio de la libertad religiosa. Esa y no otra es la razón. La publicidad eclesiástica es ambigua y, por tanto, mendaz. No pagamos nuestros impuestos para obras sociales católicas, por necesarias o beneméritas que sean; no subvencionamos escuelas, colegios o universidades, comedores populares, residencias u hospitales. Ni un duro, ni un euro, de lo que pudiéramos aportar los ciudadanos va ahí, sino sólo a lo que en los siglos XIX y XX con los gobiernos liberales y hasta la segunda República se llamó “presupuesto de culto y clero”. Nuestra posible aportación sirve para que el Estado recaudador traspase a las diócesis, ahora de forma centralizada en la conferencia episcopal, una cantidad global. Pero el Estado no financia a la Iglesia católica, ni a ninguna otra confesión. No puede, sencillamente no puede hacerlo legalmente. De igual forma, no puede no apoyar la realización efectiva de la libertad religiosa y por eso las administraciones públicas (central, autonómica como el Govern de Catalunya, municipal, provincial…) colaboran con las iglesias y confesiones en atender un derecho fundamental de quienes quieren servirse de él o desean que esté protegido. Esta casilla tiene sus orígenes en el acuerdo del 3 de enero de 1979 entre la Santa Sede y el Estado español, a través del cual se establece un sistema de colaboración para sostener a la Iglesia católica a través de una asignación tributaria. Mediante la disposición adicional 18ª de la ley 42/2006 del 28 de diciembre, de los presupuestos generales del Estado para el año 2007, se estableció el nuevo sistema que sigue vigente desde entonces y por el cual la Iglesia dejó de recibir fondos a cargo de los presupuestos y, a partir de ese momento, los contribuyentes podían pueden elegir la casilla de actividades de interés social, la casilla para el sostenimiento de la Iglesia en España o ambas. En 2020 (ejercicio de 2019) 1/3 de los contribuyentes marcó la casilla, un segundo tercio (1/3) marcó las dos casillas o sólo la de “actividades de interés social” y otro tercio (1/3) dejó ambas en blanco.

En otros países la forma es parecida y en otros no existe tal trasferencia. Por ejemplo, en Italia sí existe algo parecido; en Estados Unidos no lo permite la primera enmienda de su constitución (1791); el caso de Alemania es muy distinto: allí la República federal es la agencia recaudadora de un impuesto eclesiástico, ése sí puede recibir ese nombre, que es mucho más alto en porcentaje que el nuestro y sirve para dotar muchos servicios. El Kirchensteuer llega al 9%. Nuestro 0,7% quedó definitivamente (¿?) establecido por “gracia” (no sé si por justicia: antes el Ministerio se llamaba de Gracia y Justicia) de un gobierno socialista; el Estado seguía comprando el silencio de la Iglesia, todos los gobiernos lo hacen casi siempre: es mejor una Iglesia dócil. En España simplemente el Estado destina una parte de su recaudación, según la voluntad expresada por cada ciudadano, a garantizar un derecho fundamental y lo confía a las iglesias o confesiones. Con la “crucecita”, quienes la ponemos (algunos ponemos las dos) no financiamos ninguna obra de la Iglesia católica, ninguna, sino el culto religioso. Por supuesto, las religiosas y los religiosos no reciben ni un céntimo para sus obras educativas, sociales o asistenciales. Tampoco otras instituciones católicas. Con la “crucecita” decimos al Estado que deseamos que una parte de la recaudación se destine a ese derecho fundamental, no a otra a cosa. Por eso la publicidad eclesiástica, la de la “crucecita”, es errónea y cargada de equívocos. Algún día explotará esa bomba.

No financiamos a la Iglesia ni la conservación de su patrimonio, algo que puede tener otras vías legítimas, claro. Sumen lo que gasta una diócesis en mantenimiento de templos para el culto, en casas rectorales, seminarios o palacios y asimilados, en salarios para sus empleados, prelados, mosenes y seglares contratados para servicios de culto, por ejemplo, sacristanes, no cirujanos de un hospital católico o profesores de una universidad de la Iglesia, y curiosamente será, detraído lo que sea necesario para servicios generales, lo mismo que el Estado aporta a cada diócesis. El presupuesto “de culto y clero”. Eso fue lo que intentó y logró la Santa sede al negociar con el Estado español los acuerdos de enero de 1979, al mismo tiempo, ni antes ni después, en que se estaba “negociando” en la sede de la soberanía popular la Constitución de diciembre de 1978. Eso fue, nada más.

En algunas iglesias ahora se ha descubierto, ¿con qué regulación contable y fiscal?, que los que accedan allá pueden (o deben) pagar, pueden hacer un donativo. Eso es una nueva fábrica de anticlericalismo, siempre más fuerte donde la Iglesia es más fuerte, poderosa, propietaria, gana dineros. Donde la Iglesia está con el pueblo el anticlericalismo es más débil o inexistente. El mapa existe. Desde los tiempos de las cuatro guerras inciviles de los siglos XIX y XX se pude seguir la huella en el mapa de España. La fábrica la estamos poniendo nosotros: nos descapitalizamos y nos arruinamos.

Pues bien, si alguien quiere acceder a nuestras iglesias, ¿debe pagar? Creo que seríamos nosotros quienes deberíamos agradecerle por venir, es decir, acogerle son sencillez evangélica y con misericordia. No podemos poner trabas en un camino hacia Dios, el de la belleza, que cada uno debe poder recorrer cómo y cuándo quiera, sin pagar. La belleza no es propiedad eclesiástica. Las bellas catedrales, las iglesias bellas, si son de alguien es del pueblo. No podemos poner tasas para entrar en ellas. Si ponemos trabas, prostituimos la tienda del encuentro y la convertimos en cueva de mercaderes. El príncipe idiota lo sabía bien. La ternura y la belleza salvan. El dinero, no. 

[Imagen de Freepik]

Fuente Cristianismo y Justicia

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“Jesús Espeja: “la verdad no se impone más que por la fuerza de la misma verdad que seduce y penetra suavemente en las almas”, por Jesús Espeja.

Miércoles, 13 de marzo de 2024
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IMG_3226De su blog La Iglesia se hace diálogo:

El Evangelio en una sociedad laica y en la ambigüedad del mundo (VI)

“La  inter-culturalidad y la convivencia entre creyentes  de distinta religión  son signo de nuestro tiempo ¿Seremos capaces de convivir en pluralismo?”

“El diálogo del cristianismo con el judaísmo debe ser normal: Jesucristo fue un judío, y en la línea de los profetas, Jesús, siendo Evangelio viviente, asumió y perfeccionó el núcleo central de la revelación bíblica”

“El diálogo del cristianismo con los musulmanes parece más difícil. No solo porque las dos religiones tienen pretensión de universalidad, sino también porque, vinculadas a distinta civilización, han vivido una historia de conflictos y exclusión mutua”

VI. Convivir en la pluralidad

 “La verdad no se impone más que por la fuerza de la misma verdad que penetra suave y fuertemente en las almas” (Vaticano II)

Siempre ha existido la pluralidad de culturas y algún intercambio entre las mismas. Por otro lado, el hecho religioso se ha manifestado en distintas religiones.  Pero en el fenómeno de la globalización y dado el trasiego de las migraciones, la relación de personas de distinta cultura y de distinta religión es cada vez más palpable. La  inter-culturalidad y la convivencia entre creyentes  de distinta religión  son signo de nuestro tiempo ¿Seremos capaces de convivir en pluralismo?

1. La verdad es compartida

En la historia de los pueblos europeos el aguijón ha sido el fundamentalismo, absolutización de la propia verdad. Lo hemos visto en movimientos políticos de los dos últimos siglos. Y el fanatismo también ha clavado sus garras en la historia las tres religiones monoteístas: judaísmo, cristianismo e islamismo. Todo porque se sacraliza y absolutiza la propia verdad

A mediados del s. XX ya se constataba el fracaso de las promesas utópicas hechas en la modernidad. Y en la llamada postmodernidad, se impuso el pensamiento débilnegando la existencia de una verdad objetiva. Ante la invasión del relativismo, se levantan otros fundamentalistas que se creen únicos poseedores de la verdad.

Para su buena salud de la ineludible pluralidad debe superar el relativismo y el fundamentalismo.  Aceptar  pluralidad no significa  negar  toda verdad objetiva y su jerarquía de valores.  Pero tampoco se debe absolutizar la propia verdad descalificando la verdad que los otros tienen.

Existe la verdad objetiva. No se puede negar  que cuando  muchos mueren de hambre  otros acaparan recursos: negar la realidad objetiva de este fenómeno es una insensatez. Todas las personas, todas las realidades creadas y todos los acontecimientos tienen su propia consistencia y su verdad.

Pero ningún mortal posee toda la verdad. Todos somos limitados en el tiempo en cuya sucesión va emergiendo la verdad de lo real. Según la revelación bíblica, la Verdad es Dios siempre mayor e inabarcable. Los cristianos confesamos que en Jesucristo la gloria y el poder de Dios se han manifestado “en la carne”. Pero en su misma inaudita y entrañable cercanía el misterio de Dios sigue siendo escondido, mayor e inabarcable.

Si creemos en la encarnación, la verdad venga de donde viniere, del Espíritu Santo procede. Y conscientes de que la verdad es compartida, nuestra verdad no se impone al otro sin más, sino porque seduce y convence. Expresar nuestra verdad al otro y reconocer la verdad que el otro aporta, es  emprender el diálogo sincero para caminar juntos hacia la Verdad completa.

2. El diálogo inter-religioso

IMG_3228  En el imparable proceso de globalización será cada vez más frecuente la pluralidad de religiones en una misma sociedad. ¿Cómo procesar esta pluralidad de religiones confesando al mismo tiempo que Jesucristo es el único salvador del mundo?

La singularidad de la religión cristiana es la encarnación: el misterio llamamos Dios en la condición humana. Pero la encarnación que ha tenido lugar plenamente en Jesucristo, de algún modo tiene lugar en todos los seres humanos. Lo mismos cristianos confesamos que Jesucristo ilumina a todas las personas.

En consecuencia, fuera de la religión cristiana también hay salvación. Si admitimos que Jesucristo es Palabra que a todos ilumina, debemos reconocer que también hay verdad en los signos del tiempo y en otras religiones que no están incluidas en la religión cristiana. Según el Concilio, “la Iglesia católica no rechaza nada de lo que en estas religiones hay de santo y verdadero. Considera con sincero respeto los modos de obrar y de vivir, los preceptos y doctrinas que, por más que discrepen en mucho de lo que ella profesa y enseña, no pocas veces reflejan un destello de aquella Verdad que ilumina a todos los hombres”

Los cristianos confesamos que Jesucristo es el salvador y mediador universal. Revelación  de Dios “Abba”, presencia  de amor que se autocomunica, y humanidad que libre y totalmente se abre  a esa presencia. Es la verdad y el camino de vida para todos. En primer lugar para la misma comunidad cristiana que todavía está en proceso de conversión; también para todos los seres humanos incluidos los que practican una religión. Así en el diálogo interreligioso se descarta cualquier imperialismo de la religión cristiana sobre las demás religiones.

Pero no todas las religiones son iguales. La religión cristiana tiene su propia identidad: la encarnación; ser signo, proclamar a Jesucristo verdad y camino para todos. Pero desde la fe o experiencia cristiana tampoco todas las religiones son iguales. El criterio de valoración es la conducta de Jesús: intimidad con Dios que es amor, compromiso apasionado por construir el reinado de Dios o fraternidad sin discriminaciones, compasión eficaz por incluir en la masa común a los pobres y excluidos. Un criterio para juzgar la verdad de todas las religiones, incluida la religión cristiana.

En esta visión cabe plantear el interrogante. Mientras caminamos en el tiempo ¿la pluralidad de religiones no será normal? Más que la lógica de imposición, debe funcionar el diálogo donde va emergiendo la verdad que seduce. En la pluralidad se dará la unión si las religiones, más que por el afán de auto-preservación y superioridad  sobre los otros,  por el compromiso  en construir una sociedad fraterna donde  “la  misericordia y  la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se besen”.

3. El diálogo con el Islam

IMG_3227El diálogo del cristianismo con el judaísmo debe ser normal: Jesucristo fue un judío, y en la línea de los profetas, Jesús, siendo Evangelio viviente, asumió y perfeccionó el núcleo central de la revelación bíblica. Pero el diálogo del cristianismo con los musulmanes parece más difícil. No solo porque las dos religiones tienen pretensión de universalidad, sino también porque, vinculadas a distinta civilización, han vivido una historia de conflictos y exclusión mutua.

El diálogo es necesario y urgente. Lo recomendó el Vaticano II: “La Iglesia mira también con aprecio a los musulmanes que adoran al único Dios, viviente y subsistente, misericordioso y todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, que habló a los hombres, a cuyos ocultos designios procuran someterse con toda el alma como se sometió a Dios Abraham, a quien la fe islámica mira con complacencia”

Además, está la realidad social de un mundo interrelacionado. El islamismo es profesado por millones de personas. Los fenómenos de la migración y mundialización hacen que cristianos y musulmanes convivamos en la misma región.

La dificultad de fondo. El islamismo acentúa la absoluta trascendencia de Alá y la sumisión total de los seres humanos. Puede ser una llamada de atención para cristianos que, arrastrado por el proceso de secularización soslayan o deja de lado nuestra condición de criaturas fundamentadas por la presencia benevolente del Creador. Para esa fe musulmana, no acepta la encarnación en que se cifra a singularidad de la religión cristiana.

Pero la mayor dificultad para el diálogo está en la forma de entender la revelación.  La Biblia es Palabra de Dios en palabra de hombre; por tanto, dentro de una situación y de una cultura que cambian y exigen nueva interpretación. En cambio el Corán, dictado directamente por el ángel Gabriel, es palabra de Dios que no puede cambiar ni recibir nuevas interpretaciones, aunque cambien los tiempos y las culturas. Como el Corán es un tratado no solo de religión sino de organización política y económica, se ve  la dificultad de su vigencia en el mundo moderno marcado por la secularización o independencia de la sociedad respecto a la tutela religiosa.

Entablar el diálogo. A nada bueno lleva el enfrentamiento. Todo lo que digamos sobre ese misterio que llamamos Dios no es indiferente pero sí deficiente. Por otro lado, la verdad no se impone más que por la fuerza de la misma verdad que seduce y penetra suavemente en las almas.

En el Evangelio la misericordia es el imperativo principal. Y  el Corán comienza: “En el nombre de Alá misericordioso y compasivo”. Esa experiencia mística común puede ser el clima para el diálogo sin caer en fundamentalismo fanático.

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El representante demócrata de Texas James Talarico, se vuelve viral por su contundente ataque a fanáticos cristianos

Martes, 12 de marzo de 2024
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IMG_3473El estado quiere sustituir a los consejeros de las escuelas públicas por predicadores.

El representante del estado de Texas, James Talarico (D), un firme aliado LGBTQ+ y estrella en ascenso en el Partido Demócrata, no es tímido. El político franco es sincero sobre su cristianismo y la versión antitética que adoptan los republicanos.

Un proyecto de ley estatal recientemente aprobado permitiría a las escuelas públicas contratar sacerdotes y predicadores como consejeros escolares, incluso si no tienen calificaciones en salud mental. Varias juntas escolares de todo el estado han rechazado rotundamente la idea.

En un discurso en el que elogió a las juntas por negarse a contratar capellanes religiosos no capacitados en lugar de profesionales, Talarico analizó detenidamente a los nacionalistas cristianos que se han infiltrado en el Partido Republicano.

Estamos aquí para celebrar una victoria importante en la lucha contra el nacionalismo cristiano”, dijo Talarico durante una conferencia de prensa en el Capitolio de Texas. “En la última sesión legislativa se aprobó un proyecto de ley que permitiría a los distritos escolares reemplazar a los consejeros escolares con capellanes religiosos no capacitados, no supervisados y no calificados”.

“Tuvimos personas que se pronunciaron en contra de este proyecto de ley de todo el espectro político, de diferentes tradiciones religiosas y de diferentes comunidades”, dijo Talarico. “Estamos orgullosos de anunciar que 25 de los distritos escolares más grandes de Texas han rechazado esta política a nivel local”.

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Luego, se lanzó a los peligros que plantean los nacionalistas cristianos y su peligrosa ideología.

El nacionalismo cristiano está en aumento, comenzó. “Hace tres años, nacionalistas cristianos irrumpieron en el Capitolio de Estados Unidos y mataron a agentes de policía que llevaban cruces y carteles que decían ‘Jesús salva‘. Hace dos años, los nacionalistas cristianos en la Corte Suprema anularon Roe contra Wadepermitiendo a estados como el nuestro prohibir el aborto, incluso en casos de violación e incesto”.

“Permítanme ser muy claro: no hay nada cristiano en el nacionalismo cristiano”, continuó. “Es la adoración del poder –poder político, poder social, poder económico– en el nombre de Cristo”.

“Y es una traición a Jesús de Nazaret”.

“Jesús nunca nos pidió que matáramos a policías, señaló. Jesús nunca nos pidió que prohibiéramos los libros, silenciaramos a los maestros o desfinanciaramos a las escuelas. Jesús nunca nos pidió que controláramos los cuerpos de las mujeres. Jesús nunca nos pidió que estableciésemos una teología cristiana. Todo lo que pidió fue que amáramos a nuestro prójimo”.

“No sólo nuestros vecinos cristianos. No sólo nuestros vecinos heterosexuales. No sólo nuestros vecinos varones, no sólo nuestros vecinos blancos o nuestros vecinos ricos. estamos llamados a amar todo de nuestros vecinos”.

El representante estatal de Texas James Talarico (D), un firme aliado LGBTQ+, es el político valiente e inteligente que se muestra desmantelando un proyecto de ley patrocinado por una  representante republicana de derecha que requeriría que en las aulas se exhibiera un cartel de los Diez Mandamientos. El vídeo de Talarico desmantelando el proyecto de ley  se volvió viral a principios de este año, después de que la comediante Leslie Jones tuiteara al respecto:

Así es como se hace.

“¡¡No sé quién es este hombre, pero protégelo a toda costa!!”

Mientras interrogaba a la patrocinadora del proyecto de ley, Talarico cuestionó su tipo de cristianismo, señalando que su proyecto de ley y su razonamiento para exhibir los carteles eran contrarios a la enseñanza bíblica. Citó pasajes de la Biblia y teología fundamental y le preguntó directamente si conocía los conceptos básicos de su propia religión. Talarico también es cristiano.

La patrocinadora del proyecto de ley esquivó, entretejió y farfulló sus respuestas, incapaz de abordar directamente su línea de preguntas.

“Una religión que tiene que obligar a la gente a colocar un cartel para demostrar su legitimidad es una religión muerta”, afirmó. “Y no es algo del que quiera ser parte. No es algo de lo que creo que soy parte”.

“¿Sabes que las Escrituras dicen que ‘fe sin obras’ es qué?” le preguntó a ella. “Muerto”, respondió el de mala gana.

“Mi preocupación es que en lugar de presentar un proyecto de ley que alimentará a los hambrientos, vestirá a los desnudos y curará a los enfermos, estemos ordenando que la gente coloque un cartel, dijo, recalcando el punto.

Más adelante, en su línea de preguntas de cuatro minutos, se centró específicamente en la reciente ley de la legislatura “No digas gay” que impide a los maestros y administradores mencionar temas o personas LGBTQ+ en las escuelas.

Se centró en las afirmaciones de que se debería exigir el consentimiento de los padres y de que incluso los símbolos benignos de apoyo como la bandera del Orgullo o el arcoíris son “adoctrinamiento“.

Le preguntó si le parecería bien que los maestros tuvieran que obtener el consentimiento de los padres antes de exhibir el cartel. “¿Cree que las escuelas son para educar y no para adoctrinar?” preguntó. “Absolutamente”, respondió ella.

“Supongo que lo que estoy tratando de descubrir es por qué tener un arcoíris en un salón de clases se considera adoctrinamiento y no el tener los Diez Mandamientos en un salón de clases”, dijo. “Los demócratas luchan por el pueblo; para muchos contra unos pocos poderosos, ya sean matones, fanáticos o multimillonarios. Por eso lucho por los texanos todos los días en el Capitolio de nuestro estado”, dice Talarico en su sitio web. Y tiene las respuestas que lo respaldan.

Nombrado uno de los 10 mejores legisladores por la revista Texas Monthly, ha liderado luchas para proteger los derechos de los votantes, defender a los jóvenes trans, abordar la reforma policial y apoyar a la comunidad LGBTQ+.

Una persona fue particularmente efusiva en su respuesta al tweet de Jones.

Vivo en Texas”, publicaron. “James, en mi opinión, algún día será gobernador de mi estado, podría terminar siendo presidente algún día. Tómese unos minutos y desplácese, lea todas sus publicaciones. Es un buen hombre, Leslie… un muy buen hombre”.

Fuente LGBTQNation

Cristianismo (Iglesias), General, Homofobia/ Transfobia. , , , , , , ,

Christine Schenk, CSJ: “Las primeras iglesias domésticas estaban dirigidas por mujeres”

Jueves, 29 de febrero de 2024
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IMG_2925Ellas fueron elementos clave de la expansión del cristianismo en Roma

El “movimiento de Jesús” se difundió rápidamente por todo el Imperio romano gracias en parte a la iniciativa de las viudas y de las mujeres en calidad de apóstoles, profetas, evangelistas, misioneros y jefes de iglesias domésticas

Las mujeres de estas comunidades no solo salvaban a los huérfanos y a las viudas pobres, sino que también profetizaban en las primeras reuniones de la Iglesia primitiva

En el primero de una serie de cuatro ensayos, Christine Schenk, basándose en documentación literaria, nos habla de las mujeres en el cristianismo primitivo

¿La vida religiosa tal como la conocemos hoy -tanto contemplativa como activa- ha evolucionado a lo largo de dos mil años”

(Vatican News).- Cuando era una joven monja de San José tenía el gran deseo de entender quiénes habían sido nuestras antepasadas en la fe. A pesar de ser una apasionada de los textos bíblicos, a menudo me resulta difícil reconocerme en ellos porque los textos de nuestro leccionario casi siempre hablan de nuestros antepasados-hombres. Las devotas discípulas de Jesús -a excepción de María de Nazaret- son prácticamente invisibles.

Cuando comencé a estudiar para el máster en teología en el seminario local, devoré toda la información sobre las mujeres del cristianismo primitivo. En esta serie de cuatro ensayos quiero identificar las raíces históricas de las comunidades religiosas femeninas y tal vez ayudar a los lectores a comenzar a reconocerse en la historia de los primeros cristianos.

La difusión del cristianismo

El “movimiento de Jesús” se difunde rápidamente por todo el Imperio romano, en parte gracias a la iniciativa de las viudas y de las mujeres en calidad de apóstoles, profetas, evangelistas, misioneros y jefes de iglesias domésticas. Su crecimiento también se puede atribuir al apoyo financiero de mujeres empresarias cristianas como María Magdalena y Juana (cf. Lc 8, 1-3), Lidia (cf. Hch 16, 11-40), Febe (cf. Rom 16, 1-2), Olimpia, diaconisa del siglo IV, y otras. El Papa Benedicto XVI reconoció precisamente esto cuando, el 14 de febrero de 2007, dijo que «la historia del cristianismo habría tenido un desarrollo muy diferente si no hubiera habido la generosa contribución de muchas mujeres». “En el ámbito de la Iglesia primitiva, la presencia femenina” – anotaba de nuevo – “ha sido cualquier cosa menos secundaria”.

El “movimiento de Jesús” se difunde rápidamente por todo el Imperio romano, en parte gracias a la iniciativa de las viudas y de las mujeres en calidad de apóstoles, profetas, evangelistas, misioneros y jefes de iglesias domésticas

La iglesia doméstica

Las primeras iglesias domésticas estaban dirigidas por mujeres como Grapte, que en el siglo II era la cabeza de la comunidad de viudas que cuidaban de los huérfanos en Roma (fig. 1), y Tabità, viuda del siglo I “dedicada a obras buenas y actos de caridad” (cf. Hch 9, 36-43), que fundó una comunidad de iglesia doméstica en Jaffa. Fue a través de las iglesias domésticas que los primeros cristianos tuvieron acceso a las redes sociales que los pusieron en contacto con personas de diferentes clases sociales.

Cuando una mujer cabeza de familia, tal vez una viuda adinerada como Tabita o una mujer liberada de la esclavitud como Prisca (cf. Rom 16, 3-5), se convertía al cristianismo, los evangelistas cristianos como Junia (cf. Rom 16, 7) o Pablo tenían acceso no solo a su hogar sino también al grupo de personas que protegían y a su clientela, y esto significaba que sus esclavos, libertos, niños, familiares y personas que por razones profesionales estaban en contacto con estas mujeres también se convertirían. Así fue como cuando Pablo convirtió a Lidia (cf. Hch 16, 11-15) tuvo automáticamente acceso a una amplia gama de relaciones sociales y, por lo tanto, a un público potencialmente muy amplio (fig. 2). En la investigación titulada “A Woman’s Place“, Carolyn Osiek y Margaret Y. MacDonald demuestran cómo las mujeres cristianas de clases sociales más bajas podían iniciar pequeñas empresas gracias a su inserción en la red social cristiana y así adquirir cierta seguridad económica. Esto a su vez implicaba el acceso a una clase más alta y, por lo tanto, una mayor libertad de movimiento, en particular dentro de la familia ampliada de la antigüedad.

“Cuando Pablo convirtió a Lidia (cf. Hch 16, 11-15) tuvo automáticamente acceso a una amplia gama de relaciones sociales y, por lo tanto, a un público potencialmente muy amplio”

Mujeres evangelizadoras

Celso, conocido crítico de la Iglesia primitiva, tenía una escasa opinión de la evangelización hecha por las mujeres. Sin embargo, aunque de forma involuntaria, aportó pruebas independientes de la iniciativa de las mujeres en el cristianismo primitivo cuando afirmó que los cristianos convencían a las personas para que “abandonaran al padre y a los maestros y en su lugar fueran con las mujeres y los niños, compañeros de juego, a las casas de las mujeres, o a las curtidurías o a los talleres de los rumiantes”. (Orígenes, Contra Celso). La crítica de Celso coincide con afirmaciones en otros textos del cristianismo primitivo, según las cuales la evangelización se hacía de persona a persona, de casa en casa, por mujeres que llegaban a otras mujeres, niños, libertos y esclavos. Su crítica nos dice que las mujeres cristianas (y pocos hombres) tomaron iniciativas fuera de las reglas del patriarcado en función de su fe en Cristo.

“Su crítica nos dice que las mujeres cristianas (y pocos hombres) tomaron iniciativas fuera de las reglas del patriarcado en función de su fe en Cristo”

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Contribuciones específicas de las mujeres

Tres son las innovacionessignificativas que se producen en la sociedad romana entre los siglos I y IV y que pueden atribuirse a la evangelización y a los ministerios de guía de las mujeres cristianas. La primera, alrededor del siglo IV, es la libertad de elegir una vida celibataria, que derriba efectivamente un pilar del patriarcado, es decir, la obligación de contraer matrimonio. La segunda es que las viudas y vírgenes cristianas salvan, socializan, bautizan y educan a miles de huérfanos que de otro modo morirían por ser abandonados o serían destinados a la prostitución. La tercera es que las actividades de vinculación y evangelización de las mujeres desempeñan un papel determinante en la transformación de la sociedad romana de una cultura preeminentemente pagana a una cultura preeminentemente cristiana.

Conclusión

Se pueden reconocer elementos de vida religiosa no solo en las primeras comunidades de viudas, como la de Grapte o Tabita, sino también en aquellas mujeres que eligieron la vida célibe, como las cuatro hijas profetisas de Felipe (Hch 21,9) y las comunidades femeninas en Asia menor, de las que se habla en las Actas de Tecla (fig. 3). Las mujeres de estas comunidades no solo salvaban a los huérfanos y a las viudas pobres, sino que también profetizaban en las primeras reuniones de la Iglesia primitiva (cf. 1 Cor 11; Hch 21, 8-19). Su ejercicio contracultural de la autoridad en el contexto de la vida doméstica cotidiana es una de las claves a menudo silenciadas de la rápida difusión del cristianismo. La autoridad misionera y la guía profética de las mujeres en su amplia red social cambia el rostro del Imperio Romano.

Las mujeres de estas comunidades no solo salvaban a los huérfanos y a las viudas pobres, sino que también profetizaban en las primeras reuniones de la Iglesia primitiva

IMG_2926El material utilizado para este artículo está tomado en gran parte del libro de la autora Crispina y sus hermanas: mujeres y autoridad en el cristianismo primitivo (Fortress Pres, 2017). En su segundo artículo, que aparecerá próximamente, describe una investigación original sobre las primeras mujeres cristianas entre los testimonios arqueológicos en frisos de sarcófagos fechados entre los siglos III y V.

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Cardenal Simoni: “Celebré misas en las alcantarillas, delante de 200 personas. Si alguien me hubiera acusado, me habrían ahorcado”

Miércoles, 28 de febrero de 2024
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IMG_3071 El “mártir viviente” de Albania recibe el calor del Papa

“La edad se cuenta con los años, pero la salud está en manos del Señor. Se llora cuando alguien muere pero la materia muere, el espíritu es inmortal”

“El homenaje del Santo Padre es una flor para toda la Iglesia”

“Estoy vivo gracias a Dios. Incluso cuando era párroco en las montañas de Albania, muy lejos, cuatro veces corrí el riesgo de caer a mil metros del abismo a causa del hielo. Y me salvé… Todo es providencia divina”

En la misa había musulmanes llorando: amigos, muy buenos amigos, con grandes lágrimas porque el Espíritu Santo los atraía. Un profesor musulmán muy simpático y su mujer agarraban uva de la nevera. Y las exprimíamos para hacer vino”

(Vatican News).- Mientras habla con los medios de comunicación vaticanos en una sala de la Casa Santa Marta, donde se encuentra como huésped, el teléfono del cardenal Ernest Simoni –el cardenal albanés que sobrevivió a las persecuciones del régimen comunista y hoy es citado por el Papa en la audiencia general como un “mártir viviente“- suena al menos una docena de veces.

Tengo dos teléfonos móviles: uno para Europa y otro para América. Me llaman de todo el mundo… Casi 120 llamadas al día“. Unas cincuenta son peticiones de exorcismos u oraciones de liberación. Las pronuncia en latín, la misma lengua que utilizaba para celebrar misa clandestinamente desde la celda en la que había sido encerrado por ser un “enemigo” de lo que el entonces presidente Enver Hoxha había declarado el “primer Estado ateo del mundo“.

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Cardenal Ernest Simoni el día de su ordenación sacerdotal en Scutari, en la Catedral. Era el 7 de abril de 1956. El arzobispo Ernest Çoba, que sería asesinado por el régimen en 1979, le impuso las manos.

De aquellos días, el cardenal, franciscano conventual, guarda un vivo recuerdo: las misas a las dos de la madrugada o entre rejas con pan cocido en la cocina y vino prensado de racimos de uvas; las liturgias en las alcantarillas y los “amigos” musulmanes que lloraban porque se sentían “atraídos por el Espíritu Santo“. Hoy, a sus 95 años, Simoni “sigue sirviendo a la Iglesia“, como dijo el Papa. Lo hace rezando continuamente, practicando exorcismos, acudiendo a santuarios (este martes 13 de febrero a la misa con la Guardia Suiza, el jueves estará en Arezzo para el homenaje a la “Madonna del Conforto“) en Italia, en Europa, en Estados Unidos. No está cansado y no se atribuye ningún mérito: “Todo es gracia y protección divina“. Le gusta hablar y contar, gesticulando o juntando los dedos nudosos como si rezara. A veces parece hablar con dificultad, sin terminar nunca una frase que no contenga un agradecimiento a Jesús y a la Virgen o una cita literal de la Biblia.

Eminencia, hoy el Papa le ha saludado y dado las gracias delante de todos los fieles en el Aula Pablo VI, llamándole “mártir viviente“. ¿Qué efecto tienen en usted estas palabras?

Con el Santo Padre nos encontramos anoche en la cena, aquí, para saludarnos, y hablamos sobre cuestiones de fe. Hoy, de una forma que yo no creía, este homenaje… Pero ha sido una flor para la Iglesia, el pueblo y Jesús, que es el padre de todos los hombres. Es Él quien me salvó de la muerte de una manera especial. Estoy vivo gracias a Dios. Incluso cuando era párroco en las montañas de Albania, muy lejos, cuatro veces corrí el riesgo de caer a mil metros del abismo a causa del hielo. Y me salvé… Todo es providencia divina, todo es gracia divina.

IMG_3066Saludo del Papa al Cardenal Ernest Simoni, el 14 de febrero de 2024

Usted vivió el horror del encarcelamiento, el aislamiento, la persecución y la tortura. ¿Qué recuerda de aquella época, de aquel largo período?

No quiero alargarme, pero muchas cosas… Dos veces antes de que me detuvieran celebramos misa a las dos de la madrugada, por ejemplo, y las dos veces muchos fieles vieron una estatua de San Antonio llorando. Luego, también gracias al Señor que me guardaba y protegía, pude celebrar la misa clandestinamente en la cárcel, de memoria, en latín. Conozco el latín como la lengua albanesa, teníamos un método al estilo alemán, así que aprendimos las lenguas clásicas. En la misa había musulmanes llorando: amigos, muy buenos amigos, con grandes lágrimas porque el Espíritu Santo los atraía. Un profesor musulmán muy simpático y su mujer agarraban uva de la nevera. Y las exprimíamos para hacer vino.

¿Y el pan?

Teníamos pequeñas cocinas para comer en la cárcel y con el pan que nos daban hacíamos hostias. Celebrábamos dentro de las condiciones posibles… También celebré misas en las alcantarillas, delante de 200 personas. Si alguien me hubiera acusado, me habrían ahorcado. Era la protección divina, en todas sus formas. Ningún mérito mío.

Usted perdonó inmediatamente a sus verdugos. ¿Por qué?

¡Por la fe católica! Porque Jesús con infinito amor amó y ama a todos los hombres y dice que la mayor alegría en el cielo será por un pecador que se convierta y se salve y no por miles de millones de ángeles y santos. “He venido por los pecadores…“. El que tiene un cerebro puro debe poner a Jesús en primer lugar.

El saludo del Papa al Cardenal Simoni tuvo lugar hacia el final de la Audiencia General, cuando el Santo Padre dirigía unas palabras a los peregrinos en lengua italiana.

A las personas que, como usted, sufren persecución hoy -el Papa ha hablado esta mañana de tantos mártires-, ¿qué estímulo le gustaría darles?

Jesús dijo: “Como a mí me persiguieron, también a ustedes los perseguirán“. Pero, cuidado, su sufrimiento se convertirá en alegría. Nadie podrá quitarles la alegría. Está todo aquí, porque somos viajeros, pasajeros….

IMG_3067En cambio, en este momento histórico del mundo herido por las guerras, ¿qué le gustaría decir?

Fraternidad, fraternidad, fraternidad, amor fraternal. Predicar el amor supremo a la humanidad. El Cielo nos espera a todos. Me refiero al amor infinito de Dios y de Jesús por todos los hombres, de toda fe, de todos los pueblos del mundo. Él es el padre de todos, derramó su sangre por todos.

Usted tiene 95 años y sigue sirviendo a la Iglesia, como ha dicho hoy el Papa…

Siempre es gracia de Dios que pueda ir a Italia, a Europa, a América. He estado 25 veces en América, he celebrado muchas misas, 700.000 católicos albaneses viven allí. Llevo 55 años ordenado, nunca pensé que sería cardenal, doy gracias al Señor porque me ha dado la gracia especial de estar cerca de las almas, de reconciliarlas espiritualmente. También agradezco siempre a la Virgen, al Padre Pío y a Juan Pablo II, que me ayuda en los exorcismos: algunos me han dicho que lo han visto… Como dice san Agustín, no pasa un día sin que haya una línea, un dedo, por la vida eterna. ¿Por la salud? La edad se cuenta con los años, pero la salud está en manos del Señor. Se llora cuando alguien muere pero la materia muere, el espíritu es inmortal.

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“La ideología eclesiástica”, por Guillermo Jesús Kowalski.

Viernes, 9 de febrero de 2024
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IMG_2686De su blog Poliedro y periferia:

Evangelii Gaudium advierte del riesgo de separar la realidad de la idea, refugiándose en la palabrería, la imagen, el sofisma. Si la realidad es superior a la idea, nuestros proyectos no pueden ser solo formales manipulaciones de la realidad.

La idea, en Tomás de Aquino o Pascal, es deudora de la realidad, percibida con el “corazón” que ama, “intus legere” y que capta que «todo está relacionado, conectado» (LS 16; 117; 138), se integra a un poliedro de sentido.

Jesús no se fija en nuestra ideología, que tener siempre la tenemos, sino que su Amor va más allá y hace de nosotros, un pueblo de hermanos.

Pero la Esperanza cristiana está en aquel que, al resucitar, ha vencido a la ideología religiosa que lo condenó. Aquel que, con la fuerza de su Espíritu, teje día a día su Reino de Misericordia entre las guerras de este mundo. Que nos envía profetas, que todos los días nos anuncian desde distintos lugares y culturas, el Evangelio del amor y la compasión, para cambiar el mundo.

El Papa pedía en la misa de Reyes: “Ideologías eclesiásticas, ¡no!”, ellas alientan la división en la Iglesia y quitan a Jesús del centro

El Evangelio no es una idea o una ideología, es un anuncio que te toca y te cambia el corazón. Pero si te refugias en una ideología estás haciendo del Evangelio un partido político, un club de personas” … “el Evangelio no es una ideología” que crea “agotadoras polarizaciones” “En la Iglesia todo debe conformarse a las necesidades del anuncio del Evangelio; no a las opiniones de conservadores o progresistas”, insistió, “sino a que Jesús llegue a la vida de las personas. Por lo tanto, toda elección, uso, estructura y tradición deben ser evaluados en la medida en que favorezcan el anuncio de Cristo”. (Papa Francisco)

La ideología no es solo cuando se identifica el evangelio con la derecha, la izquierda, los conservadores o los progresistas, encontrando algunas afinidades, se renuncia a ser una instancia crítica que vaya más allá de la mera identificación política.

También la Iglesia puede vivir una reducción ideológica cuando ella misma se erige en poder, en un sistema de ideas para someter otros seres humanos…en nombre de “Dios”. Es el origen de todos los fundamentalismos. Las ideologías siempre son una justificación de ciertos intereses para poder influenciar y hacerse con el poder. El que no tenga una “que tire la primera piedra” (L. Gera). El tema es ser conscientes de esta forma limitada de abordar la realidad y no reducir el Misterio de Dios a ellas, sino redimirlas desde una comprensión evangélica más amplia.

Para Evangelii Gaudium, el programa de Francisco, la ideologización del cristianismo deriva del clericalismo. Una “ideología” hegemónica para gobernar la Iglesia, un discurso parcial e interesado del Evangelio, concentrado en formas secundarias y desconectado de la raíz …” para justificar la estructura de poder de un clero carrerista y autorreferencial.

Va más allá de ser conservador o progresista. De lo que se trata es de tener el poder y defenestrar al mejor estilo “Maquiavelo”, al que intente ponerlo en duda (inquisición, cruzadas, expulsión, quema de disidentes, “abandono al brazo secular”, soporte de colonialismos, excomuniones… y ahora la persecución mediática del Papa Francisco y sus reformas).

De lo que se trata en la ideología clerical, es de “mandar en nombre de Dios”. El camino contrario a Jesús, que no vino a ser servido sino a servir, que fue víctima de los poderosos civiles y religiosos de este mundo y les insistió a sus apóstoles en la última cena que “entre vosotros no debe ser así. Al contrario, el que quiera hacerse grande deberá ser vuestro servidor, y el que quiera ser el primero deberá ser esclavo de los demás; así como el Hijo del hombre no vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos” (Mt 20)

Por eso, esta ideología interpreta la evangelización como proselitismo, no como contagio de “una buena noticia, que será motivo de gran alegría para todos (Lc 2,10). De lo que se trata es de convencer con miedos y condenas para domesticar, homogenizar …y así reproducir el sistema. Son sacralizados objetos, gustos, vestimentas y modos de vida del clero, como el celibato obligatorio que ha sido erigido como algo más importante incluso que el sacramento del Orden Sagrado. Nada de cercanía con el pueblo, sino “desde arriba”, con sacralizaciones absurdas…que terminan en pandemias de abusos y pederastias.

El reduccionismo dogmático de la pretendida “pureza doctrinal”, piedra filosofal del clericalismo, es como el casamiento entre parientes, endogámico, genera malformaciones, asfixia. Diferente del amor del Dios hecho hombre, que es expansivo, poliédrico, dialogal, una identidad abierta, humilde, respetuosa, inclusiva. Los dogmas, que son pocos, son solo una señal hacia el misterio, no su encorsetamiento con el lenguaje de una época y  de un grupo.

La perspectiva de la ideología clerical no es buscar el Reino de Dios y su Justicia, sino afirmar en este mundo la institución eclesiástica como exigente aduana del Cielo regida por una “casta sagrada”. Anula el interés por hacer un mundo mejor, la tensión hacia los cielos nuevos y tierra nueva” (Ap.21). Nada de compromiso con el sufrimiento personal y estructural de este mundo. Sólo hay que “acatar, rezar y sostener el culto” sumisamente, para tranquilizar la conciencia. El juicio final descripto por Jesús en Mt 25, donde el acento está puesto en el amor samaritano, es reemplazado por misticismos desencarnados, por “sentirse bien con uno mismo” en la lógica narcisista actual, donde el otro es un obstáculo.

En la ideología eclesiástica predomina la preocupación obsesiva por la institución. Es sabido que todo movimiento social requiere institucionalidad para la profundización y continuidad del mensaje que abraza. Pero en el caso de la ideologización de la institución eclesiástica, su cultura organizacional, siempre deudora de una época y una elite, predomina sobre el mensaje y la vida que ha de transmitir a lo largo de la historia e interpretando “los signos de los tiempos”.

Cambia el foco del Evangelio, que ya no se dirige a los que tienen hambre y se les da de comer… ya no son los bienaventurados por sufrir la injusticia y luchar por ella, ya no es el Reino de Dios y su Justicia sino el reino de los clérigos y sus privilegios, que siempre nos embarcan en cruzadas contra los “enemigos de la fe”.

Pero la Esperanza cristiana está en aquel que, al resucitar, ha vencido a la ideología religiosa que lo condenó. Aquel que, con la fuerza de su Espíritu, teje día a día su Reino de Misericordia entre las guerras de este mundo. Que nos envía profetas, que todos los días nos anuncian desde distintos lugares y culturas, el Evangelio del amor y la compasión, para cambiar el mundo.

Puedo entregar mi cuerpo a las llamas, pero si no tengo amor… (1 Cor 13) El amor, no la idea del amor, redime, construye, cura, perdona, da sentido, capacita para ver lo que nadie ve…Como Jesús, que ve “algo grande” en el enfermo, en el pecador, en la viuda que lo toca entre la multitud, en Zaqueo, en el centurión…todos amados, comprendidos. Él no se fija en nuestra ideología, que tener siempre la tenemos, sino que su Amor va más allá y hace de nosotros, un pueblo de hermanos.

La ideología impide ver a las personas como totalidad y finalidad, sus necesidades profundas, sus aficiones, su verdad. Como decía Mafalda “amo a la humanidad, lo que me molestan son las personas. Puede que a las individualistas no le interesen los pobres o que las colectivistas hagan de los pobres solo una bandera para revoluciones que terminan empeorando su situación. Como cita la película Napoleón de Ridley Scott: El pueblo entra en la revolución por la miseria …y termina en la miseria por la revolución”.

Ese desinterés por la persona concreta, hace que la gente se vaya de la iglesia, hay un instinto que les dice que por ahí no es. Es una de las principales causas de la apostasía de las masas. Las personas sienten que la institución no tiene interés verdadero por ellas, sino por “imponerles ideas” y controlarlas.

Evangelii gaudium advierte del riesgo de separar la realidad de la idea, refugiándose en la palabrería, la imagen, el sofisma. Si la realidad es superior a la idea, nuestros proyectos no pueden ser solo formales manipulaciones de la realidad. La idea, en Tomás de Aquino o Pascal, es deudora de la realidad, percibida con el “corazón” que ama, “intus legere” y que capta que «Todo está relacionado», «todo está conectado» (LS 16; 117; 138), se integra a un poliedro de sentido.

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