Enséñame, Señor, tus caminos.

Lunes, 9 de diciembre de 2024

 

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Son tantos los lugares recorridos
y tantos los sueños tenidos
creyendo y afirmando
que no hay más caminos
que aquellos que marca el caminante
con sus pasos y sus decisiones…
que hoy mi palabra duda y teme alzarse.

Pero desde este lugar en que me encuentro,
a veces sin rumbo y perdido,
a veces cansado y roto,
a veces triste y desilusionado,
a veces como al inicio,
te susurro y suplico:

Enséñame, Señor, tus caminos;
tus caminos verdaderos,
tus caminos desvelados y ofrecidos,
seguros, limpios y fraternos,
tus caminos de gracia, brisa y vida,
tus caminos más queridos,
tus caminos de “obligado recorrido”,
a contracorriente de lo que más propaganda ofrece,
que se recorren en compañía
y nos dejan a la puerta de tu casa solariega.

Llévame por tus avenidas de paz y justicia,
por tus rotondas solidarias y humanas,
por tus autopistas de libertad y dignidad,
por tus cañadas de austeridad y pobreza,
por tus sendas de utopía y novedad
y, si es preciso, campo a través siguiendo tus huellas
y por la calle real de la compasión y misericordia.

Y que, al llegar a la puerta de tu casa,
pueda lavarme y descansar en el umbral,
oír tu voz que me llama, y entrar
para comer y beber contigo
y sentirme hijo y hermano en el banquete
preparado por ti y tus amigos.
Y, después, salir,
con enrgía y esperanza redobladas,
a preparar tus caminos.

*

Florentino Ulibarri

***

A la espera de una comunidad de fe que acoja

Lunes, 9 de diciembre de 2024

IMG_8977Darius Villalobos

La reflexión de hoy es de Darío Villalobos, consultor del ministerio y gerente de proyectos. Ha formado parte del personal de la Federación Nacional para el Ministerio Juvenil Católico y la Arquidiócesis de Chicago en una variedad de funciones ministeriales, incluido el ministerio juvenil, el ministerio de jóvenes adultos y la catequesis. Es un graduado de la Universidad DePaul y de la Unión Teológica Católica. Se ha desempeñado como director parroquial de OCIA, ministro de música litúrgica, director de retiros, catequista y ministro de jóvenes.

Las lecturas litúrgicas de hoy del 2º Domingo de Adviento están disponibles aquí.

Como alguien que sirve a comunidades diversas que a menudo se encuentran al margen de nuestra Iglesia y sociedad, a veces me pregunto cómo debe sonarles la Palabra de Dios. Mis propias identidades me mantienen en un espacio privilegiado dentro de la Iglesia y gran parte de la sociedad. Soy un hombre latino, cisgénero, bien educado y bien hablado. Crecí en una comunidad parroquial católica donde me sentí como en casa ya que mi familia estaba muy involucrada en el ministerio.

Cuando escucho las lecturas litúrgicas de hoy, escucho la afirmación de mi fe personal en Dios y la Iglesia, como si estas palabras fueran para mí. Nada en estos pasajes me desafía o sorprende particularmente. El mensaje de que debido a que Dios es todopoderoso y nos ama, disfrutaremos de estar en la gloria de Dios es uno que he escuchado una y otra vez al comienzo de nuestro año litúrgico, y es uno que puedo aceptar fácilmente.

Sin embargo, cuando miro estas lecturas desde una perspectiva diferente, es fácil ver lo difícil que puede ser escucharlas. Mi padrino compartía algunas de las mismas identidades que yo. Era latino, hombre, bien hablado y lo suficientemente educado como para servir en las fuerzas del orden. Tenía dos identidades que no comparto y que complicaron su vida: era ex pandillero y gay.

Mi padrino luchó con su identidad toda su vida. A menudo encontraba espacios que aceptaban algunas de sus identidades, pero nunca todas. Como ex miembro de una pandilla, le costó adaptarse a su trabajo policial y, en ocasiones, recibió más respeto de los reclusos que le asignaron proteger que de sus compañeros oficiales. Se ocupa del racismo de ser un hombre latino de piel oscura en un entorno construido por y para hombres blancos. Era normal que lo hicieran sentir como el “otro”.

Rara vez encontró apertura en su trabajo o en su comunidad religiosa sobre su homosexualidad, por lo que se mantuvo cercano la mayor parte de su vida. Se sentía más cómodo con su familia, pero aun así tuvo que lidiar con el juicio de un padre católico devoto que no podía conciliar lo que le enseñaron y quién era su hijo. Hasta una etapa avanzada de su vida, luchó con su fe y sus sentimientos, como si no perteneciera a ninguna comunidad de fe.

Cuando escucho las palabras del profeta Baruc en la primera lectura de “quítate el manto de luto y de miseria; vestíos del esplendor de la gloria de Dios para siempre”, pienso en la vida y los desafíos de mi padrino. Mientras luchaba por encontrar una comunidad y una iglesia que le dieran la bienvenida, ¿cómo le sonarían estas palabras? ¿Sería capaz de creer que Dios pagaría su luto y miseria con el esplendor de la gloria de Dios? Alguien que haya sentido el rechazo de la Iglesia y de otras instituciones, ¿podría escuchar estas palabras y pensar que estarían incluidas en la invitación a “envolverse en el manto de la justicia de Dios” y a “llevar sobre la cabeza la mitra que muestra la gloria del nombre eterno”? ¿Puede alguien a quien le han dicho que no pertenece a la Iglesia creer que “Dios mostrará a toda la tierra tu esplendor”?

No sé si alguna vez entenderé completamente lo que se siente al ser diferente y separado como lo estaba mi padrino, o como se sienten muchos católicos LGBTQ+. Me resulta difícil imaginarme sentirme rechazado por la Iglesia cuando me he sentido como en casa y acogido como soy.

IMG_8978Sin embargo, puedo empatizar con los sentimientos de los católicos LGBTQ+ cuando reflexiono sobre el último año de vida de mi tío. Sabía que se estaba muriendo y no quería morir. Pero nunca estuvo más contento espiritualmente que al encontrar una comunidad que lo aceptara, un ministerio LGBTQ con sede en una parroquia de Chicago. El  Archdiocesan Gay and Lesbian Outreach- Centro Arquidiocesano para Gays y Lesbianas (A.G.L.O.) era un lugar donde podía ser él mismo sin temor a ser juzgado o la necesidad de ocultar quién era para hacer que los demás se sintieran más cómodos o evitar el rechazo.

Me invitó a misa un domingo y agradezco haber aceptado su invitación para acompañarlo. Verlo encontrar un lugar donde pudiera estar en paz consigo mismo fue un regalo para mí. Era un recuerdo que conservo ahora mucho después de su fallecimiento, apenas antes de cumplir 52 años. Después de años de no sentir nunca del todo que podría ser bienvenido en ningún lugar como su yo pleno, encontró un hogar y ese hogar le permitió estar en paz con Dios, la Iglesia y consigo mismo.

Las palabras de San Pablo en la segunda lectura de hoy ofrecen consuelo a los creyentes, pero pienso especialmente en aquellos que pueden sentirse rechazados y marginados en la Iglesia:

“Estoy seguro de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús”.

Debemos reconocer que Dios está trabajando para hacernos exactamente quienes Dios nos creó para ser. Puede que no experimentemos la aceptación o el amor de esa persona aquí y ahora, pero hoy recuerdo que Dios aún no ha terminado con nosotros. Todavía tenemos oportunidades de encontrar gracia, paz y plenitud.

En esta temporada de Adviento, al pensar en cómo mi padrino esperaba una comunidad de fe donde se sintiera bienvenido, pienso en la anticipación que tengo por la encarnación de Dios para transformar el mundo y ver el esplendor de Dios manifestado en nuestra iglesia y nuestras comunidades para que todos puedan sentirse bienvenidos y amados. Esta realidad puede parecer lejana en algunos momentos, pero tengo la esperanza de que, a pesar de los desafíos que enfrentaremos en los días y meses venideros, podamos pronunciar con confianza las palabras del salmista: “El Señor ha hecho grandes cosas con nosotros y estamos llenos de alegría”.

—Darío Villalobos, 8 de diciembre de 2024

Fuente New Ways Ministry

“Anuncios del Mesías”, por Carmiña Navia.

Lunes, 9 de diciembre de 2024

IMG_8918ADVIENTO SEGUNDA SEMANA

Sólo cuando somos conscientes de necesitar liberación y salvación podemos acoger la palabra que nos anuncia la llegada de acontecimientos o hechos cotidianos que nos puede llevar al otro lado. Los anawin o pobres de Yhwh supieron reconocer al Mesías porque en su horizonte, los habitaba esa esperanza de liberación. Quien está satisfecho o evadido, no espera nada y por eso no ve los anuncios de la llegada de nuevas realidades sorprendentes.

En medio de un panorama desolador, el profeta Baruc invita a quienes tiene su confianza en Dios, a una nueva morada, a una nueva época:

Jerusalén, quítate tu ropa de duelo y aflicción, y vístete para siempre el esplendor de la gloria que viene de Dios. Envuélvete en el manto de la justicia que procede de Dios, pon en tu cabeza la diadema de gloria del Eterno. Porque Dios mostrará tu esplendor a todo lo que hay bajo el cielo. Pues tu nombre se llamará de parte de Dios para siempre: «Paz de la Justicia» y «Gloria de la Piedad».Levántate, Jerusalén, sube a la altura, tiende tu vista hacia Oriente y ve a tus hijos reunidos desde oriente a occidente, a la voz del Santo, alegres del recuerdo de Dios.

Días en los que Yhwh habitará en medio de su pueblo y ese “tiempo de Dios”, será un tiempo de justicia y de paz, que reflejará el esplendor de la Energía Divina irrumpiendo en las calles de una ciudad habitada por paradigmas de amor y transparencia. Es necesario hacernos conscientes de que el anuncio bíblico que promete grandeza y bienestar, está unido siempre a la condición de lograrlo: esa condición es la justicia.

Vivir el adviento en nuestro mundo actual, atormentado por tantas guerras, injusticias y arbitrariedades exige de nosotros y nosotras una sensibilidad capaz de ver más allá de las apariencias y también capaz de esperar contra toda esperanza. Precisamente porque el mundo está mal, necesitamos “esperas” y anuncios de una LUZ que ilumine nuestro horizonte. Dios nos acompañará en la construcción de la justicia y el amor: Nuestra mirada ha de detenerse en tantas mujeres y hombres que día a día tejen la bondad y posibilitan un mundo de hermandad, de acogida y abrazos.

Si somos capaces de ver por detrás de las bombas, de las violaciones y múltiples violencias, por detrás de tanta injusticia y deshonestidad institucionalizadas… descubriremos universos de generosidad y manos amorosas. En: las madres que cuidan a sus hijos, las mujeres que acompañan enfermos, los médicos que luchan por la vida, los maestros-maestras que orientan sus alumnos, los hombres y  mujeres que cultivan la tierra cada día… El adviento es un buen tiempo para gritar la vida a cuatro vientos y acallar los sones espantosos del mal que quiere desplazar otras rutas. El adviento, kairós que nos permite descubrir el paso de Dios entre nosotros y nosotras.

Oculta y presente en tantos milagros cotidianos de la vida, oculta y presente en el amor que se derrama a manos llenas las 24 horas de cada día por medio de los seres que se entregan y cuidan de los otros… la Energía Divina anuncia y posibilita nuevos tiempos, nuevos amaneceres regados por el agua de la vida naciente. El Mesías visita nuestro mundo, vive en nuestro interior y se hace realidad cuando lo potenciamos, cuando somos capaces de encontrar sus huellas, sus llamados, sus luces.

¡Abramos nuestros ojos al llamado de VIDA que silenciosamente recorre nuestros días y recorre cada rincón de una sociedad muchas veces tan ciega!

Carmiña Navia Velasco

Adviento 2024

Fuente Fe Adulta

Mujer trans logra una victoria histórica en India al conseguir un pasaporte para su hijo

Lunes, 9 de diciembre de 2024

Akkai_photoConsiguió un pasaporte para ella como madre soltera.

Por Alex Bollinger viernes 22 de noviembre de 2024

Akkai Padmashali acaba de ganar el derecho a que le expidan un pasaporte a su hijo de cinco años que no incluye el nombre del padre y la incluye a ella como madre, una victoria tanto para las mujeres trans como para las madres solteras del país.

En 2018, Padmashali se convirtió en la primera mujer trans en el estado de Karnataka en registrar un matrimonio y un año después adoptó a su hijo, Avin. Más tarde se divorció de su marido.

Dijo que era difícil conseguir un pasaporte para su hijo sin el nombre de su exmarido.

“Obtener su pasaporte fue una gran lucha”, dijo al Time of India. “Para obtener el pasaporte de Avin, tuve que visitar la Oficina Regional de Pasaportes en Koramangala. Allí, una mujer transfóbica seguía pidiendo detalles sobre el padre de Avin, a pesar de que le mostré los papeles del divorcio y la escritura de adopción. Incluso dijo: ‘Voy a poner el nombre del padre adoptivo de su hijo’. De lo contrario, no le expediré el pasaporte’. Pero cuestioné su lógica y conseguí que los superiores se involucraran. Finalmente obtuvo su pasaporte, solo con mi nombre”.

“La transfobia es un problema enorme”, continuó. “De lo contrario, no me habría encontrado en esa situación. Puede que no parezca una mujer cis-het pero me identifico como mujer y eso es todo. Eso debería ser suficiente”.

El Washington Blade señala que las reformas de 2016 a las leyes de pasaportes del país permitieron a los padres solteros obtener un pasaporte para sus hijos sin incluir el nombre del otro padre.

Padmashali dijo que la autoridad nacional de pasaportes de la India es “muy sensible” a las necesidades de las personas transgénero.

“Obtuve mi pasaporte como mujer, y Avin también obtendrá el pasaporte sin nombrar al padre, creo que es una cuestión nacional”, dijo. “Desde el punto de vista de las personas transgénero, estoy feliz de que mi Corte Suprema haya reconocido a la comunidad y el parlamento haya reconocido la Ley de Protección Transgénero. Yo diría que India está en proceso de progresar”.

 Padmashali fue noticia en 2019 cuando adoptó a su hijo. “Ha sido mi sueño y deseo”, dijo en ese momento. “Nuestras familias han aceptado al bebé. Es reconfortante ver al pequeño jugando en el regazo de mi madre. Sólo espero que cuando sea mayor no enfrente ningún tipo de discriminación y estigma social”.

Fuente LGBTQNation

Un tribunal de Malasia ordena la devolución de relojes arcoíris tras una redada gubernamental contra la comunidad LGBTQ+

Lunes, 9 de diciembre de 2024

IMG_8884El año pasado se incautaron más de 170 relojes en 11 centros comerciales porque simbolizaban el Orgullo.

Por Mira Lazine Sábado, 30 de noviembre de 2024

Un tribunal de Malasia falló en contra del gobierno del país después de que el año pasado confiscara 172 relojes arcoíris porque simbolizaban la bandera del Orgullo. Malasia ahora debe devolver los relojes al fabricante de relojes, Swatch.

El juez del Tribunal Superior de Kuala Lumpur, Amarjeet Singh Serjit Singh, dictaminó que Malasia carecía de una orden judicial para confiscar los relojes y que la incautación era ilegal porque se aprobó una ley que prohibía la venta de los relojes después del hecho.

Las tiendas Swatch fueron allanadas en mayo de 2023, pero no se prohibió la venta de los relojes hasta agosto de ese año. Por tanto, Swatch no cometió ningún delito a los ojos del tribunal.

Los relojes fueron confiscados porque presentaban “elementos LGBT“. La homosexualidad es ilegal en el país y puede dar lugar a penas de hasta 20 años de prisión.

El ministro del Interior de Malasia, Saifuddin Nasution Ismail, dijo que el gobierno y su equipo legal tendrán que “examinar la base de la sentencia” antes de dar una indicación sobre si apelarían la sentencia. Ismail añadió que “deben respetar la decisión, o de lo contrario se consideraría un desacato al tribunal”.

Swatch argumentó en 2023 que el producto “no era de ninguna manera capaz de causar ninguna alteración del orden público o la moralidad o ninguna violación de la ley”. Argumentaron que la incautación perjudicó significativamente su negocio y que la bandera del Orgullo es un “símbolo de humanidad que habla por todos los géneros y razas”.

No se concedió ninguna indemnización por daños y perjuicios en el caso, sin embargo, la empresa puede presentar una demanda por daños y perjuicios más adelante si se descubre que los relojes han sufrido algún tipo de daño.

Se incautaron más de 170 relojes en 11 centros comerciales de todo el país durante un período de tres días. También se advirtió a cinco establecimientos por tener en stock estos relojes.

Las fuerzas del orden alegaron que los relojes tenían la inscripción “LGBTQ”.

Un entorno difícil para las personas LGTBIQ+. 

Varias organizaciones de derechos humanos han expresado su preocupación por la increíblemente arcaica visión de Malasia sobre los derechos de las personas LGBTQ+.

Actualmente, el país encarcela a las personas abiertamente LGBTQ+, además de impedir el matrimonio entre personas del mismo sexo y la transición de género.

Según una encuesta de Ipsos en 2021, Malasia es uno de los peores países en cuanto a la opinión pública sobre las personas LGBTQ+. En total, el 65% de los ciudadanos malayos cree que no se debe permitir a las parejas del mismo sexo contraer matrimonio ni obtener ningún tipo de reconocimiento legal, como la unión civil. Por el contrario, sólo un 8% dijo que apoyaba el matrimonio entre personas del mismo sexo.

El país no sólo castiga la homosexualidad con la cárcel, sino que apoya activamente los centros de terapia de conversión con financiación del gobierno. Un informe de Human Rights Watch reveló que el gobierno de Malasia financia retiros de terapia de conversión sancionados por el Estado, cuyo objetivo es “rehabilitar” a las personas LGBTQ+. A pesar de que estas instituciones afirman que la orientación sexual puede cambiarse, las identidades LGBTQ+ no pueden curarse, ya que no son enfermedades, ni tampoco enfermedades mentales.

En entradas anteriores hemos venido hablando de la escalada de LGTBfobia de Estado en Malasia. El pasado 2023 se supo que el gobierno de Malasia podría ampliar los casos en los que se juzguen delitos según la sharia. En noviembre de 2022, detenían a 20 personas LGTB+ durante la fiesta de Halloween por ser  “Culpables de travestirse y fomentar el vicio”

Dos mujeres malasias, de 22 y 32 años, respectivamente, recibían en septiembre de 2018 seis latigazos por orden de un tribunal, tras ser descubiertas por agentes islámicos en el estado conservador de Terengganu «intentando participar en actos sexuales en un automóvil». El Gobierno, por otra parte, no solo dejaba claro su apoyo a la redada que días antes tenía lugar en un bar de ambiente gay de Kuala Lumpur sino que, en boca del ministro del Territorio Federal, Khalid Samad, expresaba que «esperamos que esta iniciativa pueda mitigar que la cultura LGTB se extienda a nuestra sociedad».

Ya con anterioridad, el nuevo Ejecutivo de Malasia había defraudado las expectativas despertadas cuando insinuó que el colectivo LGTB no debe visibilizarse porque incomoda «a la mayoría» del país. Lo hacía a cuenta de la censura de los retratos de los activistas Pang Khee Teik y Nisha Ayub en una exposición de George Town (ciudad del Estado de Penang) por orden administrativa. Y en 2019, el ministro de turismo Datuk Mohamaddin bin Ketapi  afirmaba en un evento en Alemania, que “No hay gays en Malasia”.

Malasia, una de las economías emergentes del sudeste asiático, es un país de variada composición étnico-religiosa, aunque de mayoría musulmana, en el que conviven leyes civiles, de obligado cumplimiento para todos, y leyes islámicas, de aplicación a los ciudadanos musulmanes. Las relaciones homosexuales, en cualquier caso, son ilegales y se castigan con penas de hasta 20 años de cárcel. De hecho, en 2011 nos hacíamos eco de las intenciones de varios líderes musulmanes malasios de endurecer las medidas contra la homosexualidad y en 2015 el entonces primer ministro, Najib Razak, comparaba a las personas LGTB con el Estado Islámico, alegando que carecen de derechos humanos.

La LGTBfobia social y política imperante en Malasia ha llevado a situaciones que rozan el absurdo, y que hemos recogido en esta misma página. En febrero del año 2017, en un vídeo promovido por el Departamento de Desarrollo Islámico de Malasia se sugería a los homosexuales que «aprender» a ser hetero es como iniciarse en la equitación. En febrero de 2018 nos hacíamos eco de un artículo que ejemplificaba la estigmatización de la comunidad LGTB también desde los medios de comunicación. En abril, nos enterábamos de que la Universidad de Ciencias de Malasia (USM) celebró un concurso de carteles para “convertir”alumnos gays en heterosexuales. Y en mayo que el gobierno de Malasia ha comenzado a bloquear páginas LGTB+, incluido el portal Utopia-Asia que es la principal fuente de información para viajeros gais en la región.

Otros ejemplos son el anuncio de censura de programas con personajes homosexuales; la censura de una escena de La Bella y la Bestia, de la que ya hemos hablado, y de una canción de Lady Gaga o la cancelación de un Festival que se celebraba desde 2008 para promover el respeto a la diversidad sexual. En 2021, una mujer trans enfrenta años de prisión por usar ropa de mujer .

Especialmente preocupante fue lo sucedido en 2012, cuando un joven gay musulmán recibió amenazas de muerte por difundir un vídeo en el que animaba a otros homosexuales a salir del armario. En junio del año 2017 conocíamos la muerte de un adolescente, T. Nhaveen, después de cinco días en coma y sufrir una dura agresión de carácter homofóbica que le había dejado con varias heridas y quemaduras en la espalda, además de ser sodomizado con una barra. T. Nhaveen, de dieciocho años de edad, había quedado con su mejor amigo, T. Previin, de 19 años de edad, el sábado, 10 de junio, alrededor de las 11 de la mañana en una hamburguesería de Gelugor, un zona residencial de George Town, en Penang, para celebrar que iba a comenzar su vida como estudiante de música en Kuala Lumpur, pero falleció el jueves, 15 de junio, tras ser víctima de una dura agresión homofóbica que le deja en coma durante cinco días. Un episodio más de bullying homofóbico que en esta ocasión había consternado a la sociedad de Malasia por su dureza y violencia. Ante este escenario, podría pensarse que un suceso tan terrible como este debería servir de acicate para que el respeto a la diversidad gane posiciones en Malasia. Mucho nos temíamos que no iba a ser así, a la vista del hecho de que los mismos medios locales y autoridades que habían reaccionado con horror ni siquiera precisaron que el acoso que el joven sufría era de naturaleza homofóbica. Esperemos, al menos, que se haga justicia con los asesinos de  T. Nhaveen. Está claro, sin embargo, que ni siquiera un hecho tan terrible como este ha servido de acicate para que el respeto a la diversidad gane posiciones en Malasia, como ya entonces pronosticábamos. Y para corroborarlo, en julio radicales religiosos de Malasia e Indonesia se rebelaban contra Starbucks por su apoyo al colectivo LGBT

Fuente LGBTQNation/Cristianos Gays

Triple lesbicidio: por qué piden apartar al juez que investiga la causa

Lunes, 9 de diciembre de 2024

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La única sobreviviente del triple lesbicidio de Barracas pide que se recuse al juez de la causa. Revictimización e irregularidades en la investigación.

Fuente Agencia Presentes

5 de diciembre de 2024
Maby Sosa
Ariel Gutraich
Edición: María Eugenia Ludueña

BUENOS AIRES, Argentina. La querella que representa a Sofía Riglos Castro, sobreviviente del triple lesbicidio de Barracas, pidió la recusación del juez Edmundo Rabbione, al frente de la causa. El pedido se conoció una semana antes de cumplirse 7 meses del brutal ataque contra Pamela Cobbas, Roxana Figueroa, Andrea Amarante y Riglos Castro.

Se fundamenta en una constante revictimización de Sofía durante el proceso judicial y el incumplimiento de la debida diligencia reforzada. En el comunicado difundido desde la querella que la representa -firmado por Luli Sánchez y el equipo del colectivo Yo no fui- también se destaca que, a pesar de las recomendaciones por parte de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional 7, el juez no aplicó la perspectiva de género y desestimó la violencia contra lesbianas. Tampoco realizó las medidas de prueba que solicitaron Sofía y otras querellas.

IMG_8952Manifestación frente del hotel donde se cometió el triple lesbicidio.
Foto: Ariel Gutraich
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El pedido de la misma justicia al juez

Dos jueces de la sala 7 de la Cámara Nacional de Apelaciones pidieron al juez Rabbione que aborde el caso con perspectiva de género, pero no fue tomado en cuenta. Uno de ellos es el juez de Cámara Esteban Cicciaro quien señaló la debida diligencia del Estado en hechos como el que concita la atención del Tribunal. Por su parte, el juez de Cámara Ricardo Matías Pinto recordó que en la Argentina “rige la obligación de debida diligencia asumida por el Estado tanto en la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW) como en la Convención interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer (Belém do Pará) y la ley de protección integral a las mujeres (número 26.485)».

Pinto expresa que la investigación deber ser examinada «con perspectiva de género, de acuerdo con los compromisos asumidos por nuestro país para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer». En el pedido plantea que deben garantizarse «procedimientos legales eficaces». Ello implica «aplicar la debida diligencia por parte de los órganos estatales para investigar y juzgar estos episodios con los máximos esfuerzos”. Pero estas pautas no fueron tomadas en cuenta por el juez.

Cómo revictimizar

Entre las irregularidades que denuncian desde la querella, expresan que el juez “propició el despojo a Sofía de sus pertenencias”. Mientras las víctimas estaban hospitalizadas, entregó sus pertenencias a los vecinos del hotel.

Como resultado, los documentos, teléfonos, recuerdos que se habían salvado del fuego y el agua, se tiraron a la basura, y se sustrajeron los celulares de las víctimas”, se indica entre los fundamentos de la presentación. Este hecho se sumó al sufrimiento y aportó a profundizar la situación traumática que había vivido Sofía.

Además, destacan que a pesar de que se aportaron pruebas del vínculo amoroso y la convivencia con Andrea, el juez desconoció los derechos de Sofía como su pareja. De ese modo, impidió que sea querellante representando también a Amarante. En ese sentido, la recusación da cuenta de la ausencia de los familiares de Andrea en el proceso penal. Al no reconocerla como pareja, impide que Sofía represente los intereses de ambas en el juicio.

IMG_8953El cuarto de hotel donde fueron atacadas las cuatro mujeres.
Foto: Ariel Gutraich.

Violencia por ser lesbianas

Durante el proceso judicial, Sofía Riglos Castro aportó también pruebas de haber sufrido violencia verbal, física y sexual por ser lesbiana. Probó que se desestimaron las diversas denuncias y reclamos frente a esas agresiones. Detalló que esas agresiones tenían su origen en su convivencia lesbiana cuando se usaban los espacios comunes.

“El juez desconoce los intereses y derechos de Sofía Castro Riglos como sobreviviente, violando la ley de derechos de las víctimas 27.372. Quiere quitarle el derecho a participar del proceso ampliamente y a ser asistida por equipos especializados, no convocó a la Unidad Fiscal de Investigación de Femicidios (UFEM) ni a la Dirección de Orientación a las Víctimas (DOVIC)”, se lee en la presentación.

Sin protocolos en violencia por motivos de género

La “falta de debida diligencia”, que es trascendente en los procesos de investigación en casos de violencia por motivos de género, es otro de los motivos de la recusación. “El juez no puso en marcha los protocolos adecuados para investigar femicidios. No preservó el lugar del hecho para medidas posteriores y no tomó recaudos básicos para cualquier homicidio”, denuncia el comunicado.

Desde la querella explican que esta decisión afectó a la posibilidad de realizar medidas de pruebas posteriores. “No hay filmaciones del lugar, los croquis no están completos ni a escala. Tampoco preservó los celulares o ropas de las víctimas para peritajes”, enumera la querella. Y continúa señalando que no se secuestró la ropa de Barrientos en el momento del ataque ni tomó muestra de sus manos para determinar el uso del combustible. No hubo allanamiento de la habitación para determinar el uso de combustibles, celulares u otros elementos de interés. Actualmente, vive en ese lugar otra persona y se desconoce dónde están las pertenencias del agresor.

A siete meses del ataque, el juez no tomó declaración a las vecinas que expresaron que el ataque a las mujeres fue por ser lesbianas. “Esto es prejuzgar, porque descarta que haya sido un lesbicidio, antes de hacer las medidas de prueba y cuando hay indicios, los elude”, dice el comunicado.

Irregularidades en la investigación

Entre otras irregularidades, detallan que a pesar de que la policía identificó cámaras que podían ser útiles en el hotel, el juez no las secuestró. Ante el pedido de Sofía por esas filmaciones, expresó que se habían perdido por el paso del tiempo. Tampoco se peritaron audios de llamadas al 911 de ese día ni las anteriores por los ataques meses antes.

A esta situación se suma, según denuncia el comunicado, que el juez no comparó la sangre encontrada en los baños del hotel con la del agresor ni con las víctimas. Tampoco pruebas de ADN sobre el cuerpo de las víctimas fatales.

Desde el inicio de la causa y durante los 6 meses de investigación, las omisiones en el debido proceso, expresan la tendencia del juez Rabbione a no aplicar los criterios constitucionales y convencionales respecto de juzgar con perspectiva de género y enfoque diferenciado por la orientación sexual percibida de las víctimas, en detrimento de una investigación penal exhaustiva como dimensión del derecho de protección judicial y acceso a la justicia de Sofía”.

Fue crimen de odio

Sofía Castro Riglos es la única sobreviviente del ataque perpetrado por Justo Fernando Barrientos. La mujer fue atacada en el lugar donde estaban su pareja Andrea Amarante y Roxana y Pamela. Durante la madrugada del 6 de mayo, el lesbicida prendió fuego a la habitación y tras el ataque murieron tres de las mujeres, mientras que Sofía quedó con vida, pero con graves secuelas.

De acuerdo a lo que denuncian, a lo largo de los seis meses que se realiza la investigación, hubo “constante sospecha, despojos y falta de reconocimiento del juez hacia ella, su identidad y su vínculo con Andrea, y la comunidad lesbiana que formaba con Pamela y Roxana”, expresan. “El proceso que debiera ser reparador para la única sobreviviente de este Lesbicidio atroz, le genera más daño”, agrega. Además, la víctima y querellante teme que tras la falta de investigación Barrientos sea liberado.

El miércoles 6 de noviembre al cumplirse seis meses del ataque se instaló una placa y se realizó un festival para homenajear a Pamela, Roxana y Andrea.

 
 ***

II Domingo de Adviento y Solemnidad de la Inmaculada Concepción.

Domingo, 8 de diciembre de 2024

Hoy, como coinciden ambas, se han publicado las lecturas, artículos y migaja de la solemnidad de la Inmaculada Concepción, patrona de España y la migaja y artículos del II Domingo de Adviento. las lecturas del II Domingo están publicadas en la página LA PALABRA. Un amplio material que nos puede servir para vivir esta espera del Señor, que viene…

Buen Domingo

Mudejarillo

Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos.

Domingo, 8 de diciembre de 2024

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Juan Bautista (Pierre et Giles)

Cual greñudo y piloso nazareno,
amigo de alimañas y de fieras,
piel de camello sobre cuerpo enjuto,
como hijo del ayuno y de la estepa,
Juan Bautista predica en el desierto,
-inhóspito desierto de Judea-
y anuncia la llegada del Mesías,
de quien es precursor y fiel profeta.
Y dice que se siente indigno siervo
de soltar sus sandalias y correas.

¡Allanad y hacer rectos los senderos;
preparad los caminos del señor,
porque a punto de llegar está el Mesías
y exige “metanoia”, conversión.
Los que esperáis ansiosos su llegada
del Mesías -Ungido del Señor-
purificad los cuerpos y las almas
en las aguas del Jordán y del perdón!

Y cuando aquel cobarde rey Herodes
mande un día te corten la cabeza,
y Salomé, danzante, se la sirva
en preciosa plateada bandeja,
todos verán, beodos y asombrados,
que tú aún sigues con la boca abierta
gritando la Verdad que nunca muere,
gritando la Verdad a boca llena.

¡Qué bien supiste, Juan, ser de Jesús
su precursor, testigo y fiel profeta!

*

José Luis Martínez

***

En el año quince del reinado del emperador Tiberio, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea, y Herodes virrey de Galilea, y su hermano Felipe virrey de Iturea y Traconítide, y Lisanio virrey de Abilene, bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás, vino la palabra de Dios sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto.

Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías:

“Una voz grita en el desierto: Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos; elévense los valles, desciendan los montes y colinas; que lo torcido se enderece, lo escabroso se iguale. Y todos verán la salvación de Dios.”

*

Lucas 3, 1-6

***

La soledad es el horno de la transformación. Sin soledad seguimos siendo víctimas de nuestra sociedad, seguimos enredados en las ilusiones de nuestro falso yo. Jesús mismo entró en este horno Para entender el verdadero significado de la soledad, es necesario desenmascarar algunas ideas deformadas de la misma. Todos admitimos la necesidad de algunos ratos de soledad. Sin embargo, lo que queremos a veces decir es la necesidad que tenemos de un tiempo y un lugar para nosotros mismos, un tiempo y un lugar en que nadie nos moleste. Soledad es a menudo para nosotros sinónimo de privado.

Es más, pensamos en la soledad como una especie de estación de servicio en la que podemos cargar nuestras baterías, o como el rincón de un ring de boxeo en el que ponen aceite en nuestras heridas, dan masaje a nuestros músculos y nos animan a seguir en la lucha mediante eslóganes apropiados. Para ser breves, pensamos en la soledad como en el lugar en que reparamos nuestras fuerzas para proseguir la competencia incesante de nuestras vidas.

No es ésta la soledad de Juan Bautista, san Antonio o san Benito, de Carlos de Foucauld o los hermanos de Taizé. Para ellos, la soledad no es un lugar terapéutico privado, sino el lugar de la conversión, el lugar donde muere el viejo yo y nace uno nuevo, el lugar donde emerge el hombre nuevo y la mujer nueva.

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H. J. M. Nouwen,
El camino del corazón,
Madrid 1986, 21 -23.

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“Abrir caminos a Dios”. 2 Adviento – C (Lucas 3,1-6)

Domingo, 8 de diciembre de 2024

IMG_8892Juan grita mucho. Lo hace porque ve al pueblo dormido y quiere despertarlo, lo ve apagado y quiere encender en su corazón la fe en un Dios Salvador. Su grito se concentra en una llamada: «Preparad el camino del Señor». ¿Cómo abrirle caminos a Dios? ¿Cómo hacerle más sitio en nuestra vida?

Búsqueda personal. Para muchos, Dios está hoy encubierto por toda clase de prejuicios, dudas, malos recuerdos de la infancia o experiencias religiosas negativas. ¿Cómo descubrirlo? Lo importante no es pensar en la Iglesia, los curas o la misa. Lo primero es buscar al Dios vivo, que se nos revela en Jesucristo. Dios se deja encontrar por aquellos que lo buscan.

Atención interior. Para abrir un camino a Dios es necesario descender al fondo de nuestro corazón. Quien no busca a Dios en su interior es difícil que lo encuentre fuera. Dentro de nosotros encontraremos miedos, preguntas, deseos, vacío… No importa. Dios está ahí. Él nos ha creado con un corazón que no descansará si no es en él.

Con un corazón sincero. Lo que más nos acerca al misterio de Dios es vivir en la verdad, no engañarnos a nosotros mismos, reconocer nuestros errores. El encuentro con Dios acontece cuando a uno le nace desde dentro esta oración: «¡Oh, Dios!, ten compasión de mí, que soy pecador». Este es el mejor camino para recuperar la paz y la alegría interior.

En actitud confiada. El miedo cierra a no pocos el camino hacia Dios. Les da miedo encontrarse con él: solo piensan en su juicio y sus posibles castigos. No terminan de creerse que Dios solo es amor y que, incluso cuando juzga al ser humano, lo hace con amor infinito. Despertar la confianza en este amor es empezar a vivir de manera nueva y gozosa con Dios.

Caminos diferentes. Cada uno ha de hacer su propio recorrido. Dios nos acompaña a todos. No abandona a nadie, y menos cuando se encuentra perdido. Lo importante es no perder el deseo humilde de Dios. Quien sigue confiando, quien de alguna manera desea creer, es ya «creyente» ante ese Dios que conoce hasta el fondo el corazón de cada persona.

José Antonio Pagola

“Todos verán la salvación de Dios”. Domingo 8 de diciembre de 2024. 2º de Adviento

Domingo, 8 de diciembre de 2024

02advientoB2cerezoDe Koinonia:

Baruc 5, 1-9: Dios mostrará tu esplendor.
Salmo responsorial: 125, 1-2ab. 2cd-3. 4-5. 6: El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.
Filipenses 1, 4-6. 8-11:  Que lleguéis al día de Cristo limpios e irreprochables.
Lucas 3, 1-6: Todos verán la salvación de Dios.

El tiempo de adviento es tiempo de esperanza y de apertura al cambio: cambio de vestido y de nombre (Baruc), cambio de camino (Isaías). Cambiar, para que todos puedan ver la salvación de Dios.

En un bello poema Baruc canta con fe jubilosa la hora en que el Eterno va a cumplir las promesas mesiánicas, va a crear la nueva Jerusalén, va a dar su salvación. Jerusalén es presentada como una “Madre” enlutada por sus hijos expatriados. Dios regala a Sión, su esposa, la salvación como manto regio, le ciñe como diadema la “Gloria” del Eterno. La Madre desolada que vio partir a sus hijos, esclavos y encadenados, los va a ver retornar libres y festejados como un rey cuando va a tomar posesión de su trono. Le da un nombre nuevo simbólico: “Paz de Justicia-Gloria de Misericordia”; es decir, Ciudad-Paz por la salvación recibida de Dios. Ciudad-Gloria por el amor misericordioso que le tiene Dios.

Haciéndose eco de los profetas del destierro, Baruc dice una palabra consoladora a un pueblo que pasa dificultad: “El Señor se acuerda de ti” (5,5). Ya el segundo Isaías se había preguntado: “¿Puede una madre olvidarse de su criatura? (…) pues aunque ella se olvide, yo no me olvidaré” (Is 49,15). El Dios fiel no se olvida de Jerusalén, su esposa, que es invitada ahora a despojarse del luto y vestir “las galas perpetuas de la Gloria que Dios te da” (5,1). Es la salvación que Dios ofrece para los que ama, de los que se acuerda en su amor.

¿Dónde está nuestro profetismo cristiano? El profeta no es un adivino, ni alguien que pre-dice los acontecimientos futuros. El profeta se enfrenta a todo poderío personal y social, habla desde el “clamor de los pobres” y pretende siempre que haya justicia. Obviamente le preocupa el futuro del pueblo, la situación sangrante de los pobres. Los profetas surgen en los momentos de crisis y de cambios para avizorar una situación nueva, llena de libertad, de justicia, de solidaridad, de paz.

La misión del profeta cristiano es cuestionar los “sistemas” contrarios al Espíritu, defender a toda persona atropellada y a todo pueblo amenazado, alentar esperanzas en situaciones catastróficas y promover la conversión hacia actitudes solidarias. Tiene experiencia del pueblo (vive encarnado) y contacto con Dios (es un místico), y de ahí obtiene la fuerza para su misión. Por medio de los profetas, Dios guía a su pueblo “con su justicia y su misericordia” (Bar 5,9). El profeta “allana los caminos” a seguir.

En el evangelio, al llegar la plenitud de los tiempos, el mismo Dios anuncia la cercanía del Reino por medio de Juan y asegura con Isaías que “todos verán la salvación de Dios” (Lc 3,6). Para el Dios que llega con el don de la salvación debemos preparar el camino en el hoy de nuestra propia historia.

Juan Bautista, profeta precursor de Jesús, fue hijo de un “mudo” (pueblo en silencio) que renunció al “sacerdocio” (a los privilegios de la herencia), y de una “estéril” (fruto del Espíritu). Le “vino la palabra” estando apartado del poder y en el contacto con la bases, con el pueblo. La palabra siempre llega desde el desierto (donde sólo hay palabra) y se dirige a los instalados (entre quienes habitan los ídolos) para desenmascararlos. La palabra profética le costó la vida a Juan. Su deseo profético es profundo y universal: “todos verán la salvación de Dios”. La salvación viene en la historia (nuestra historia se hace historia de salvación), con una condición: la conversión (“preparad el camino del Señor”). ¿Qué debemos hacer para ser todos un poco profetas?

La invitación de Isaías, repetida por Juan Bautista y corroborada por Baruc, nos invita a entrar en el dinamismo de la conversión, a ponernos en camino, a cambiar. Cambiar desde dentro, creciendo en lo fundamental, en el amor para “aquilatar lo mejor” (Flp 1,10). Con la penetración y sensibilidad del amor escucharemos las exigencias del Señor que llega y saldremos a su encuentro “llenos de los frutos de justicia” (1,11).

Esa renovación desde dentro tiene su manifestación externa porque se “abajan los montes”, se llenan los valles, se endereza lo torcido y se iguala lo escabroso (Bar 5,7). Se liman asperezas, se suprimen desigualdades y se acortan distancias para que la salvación llegue a todos. La humanidad transformada es la humanidad reconciliada e igualada, integrada en familia de fe: “los hijos reunidos de Oriente a Occidente” (Bar 5,5). Convertirse entonces es ensanchar el corazón y dilatar la esperanza para hacerla a la medida del mundo, a la medida de Dios. Una humanidad más igualitaria y respetuosa de la dignidad de todos es el mejor camino para que Dios llegue trayendo su salvación. A cada uno corresponde examinar qué renuncias impone el enderezar lo torcido o abajar montes o rellenar valles. Nuestros caminos deben ser rectificados para que llegue Dios.

Adviento es el tiempo litúrgico dedicado por antonomasia a la esperanza. Y esperar es ser capaz de cambiar, y ser capaz de soñar con la Utopía, y de provocarla, aun en aquellas situaciones en las que parece imposible.

Dejémonos impregnar por la gracia de este acontecimiento que se nos aproxima, dejemos que estas celebraciones de la Eucaristía y de la liturgia de estos días nos ayuden a profundizar el misterio que estamos por celebrar.

Unidos en la esperanza caminamos juntos al encuentro con Dios. Pero al mismo tiempo, Él camina con nosotros señalando el camino porque “Dios guiará a Israel entre fiestas, a la luz de su Gloria, con su justicia y su misericordia” (Bar 5,9). Leer más…

8.12.24. Adviento, Dios es utopía (2º Dom Adviento)

Domingo, 8 de diciembre de 2024

IMG_8636Del blog de Xabier Pikaza:

Adviento significa venida y, en nuestro caso, venida de Dios como principio de utopía (de salvación), más allá de la pura creatividad humana, tal como actualmente la conocemos. Desde ese fondo quiero establecer en pequeño diálogo con Nietzsche, M. Eliade, Heidegger, Bultmann y Habermas. Buen domingo a todos

Nietzsche: historia sin utopía. Sólo queda el superhombre

 Según Nietzsche, la vida no se funda en ideales o principios superiores: vale por sí misma, en el proceso de su eterno auto-surgimiento. No tiene un camino definido, no es historia de caída, conflicto y reconciliación, como piensan Hegel y Marx (en línea judeocristiana), sino que es siempre idéntica a sí misma: no se dirige a ningún sitio, no vale para nada (es decir, para otra cosa), sino por sí misma. No está sometida a un Dios más alto, ni dirigida hacia el futuro de ninguna reconciliación superior, material o espiritual, sino que es lucha auto-creadora donde triunfan los más fuertes, no para evadirse de la vida, sino para mantenerse y realizarse en ella. La historia no busca así nada fuera de sí misma, ni debe lograr ninguna meta, sino que vale en sí, como proceso que perviven y se imponen los más capaces[1].

A su juicio, sólo aquellos individuos o grupos que no han sido capaces de asumir y desplegar la fuerza de la vida, por impotencia o carencia de creatividad, han buscado evasiones, inventando el mundo del Espíritu, como han hecho los cristianos. Invirtiendo y re-formulando una palabra evangélica (cf. Mc 14, 38 par), podría decir que el espíritu es débil y la carne o vida fuerte. Precisamente allí donde la vida se despliega en plenitud emerge el superhombre, nuevo y verdadero ser humano, idéntico a sí mismo. Nietzsche ha invertido de esa forma el mesianismo cristiano del futuro (esperanza de la gracia de Dios, utopía de los más pequeños) para defender el mesianismo actual y eterno de la vida:

 – Super-hombre, fin de la historia. Habían dominado los seres disminuidos, inmersos en la lucha por un reconocimiento ilusorio (amos y siervos, ambos enfermos), esclavizados por la economía (burgueses y proletarios), incapaces de vivir en plenitud, realizando por sí mismos su vida. Frente a ellos debe elevarse el hombre superior, dueño de sí, capaz de enfrentarse a su destino. Había individuos domesticados, enjaulados en una cárcel de moralismo y resentimiento. Llegan los auténticos humanos, que serán ser por siempre, super-hombres.

Eterno retorno, no hay historia. El super-hombre no entrega su existencia a otro, sino que vive y se despliega por su propio poder; no es producto de un Dios superior, ni efecto de una acción externa, sino expresión de su creatividad. No hay para Nietzsche transcendencia (platonismo) ni meta final (judeocristiasmo). La verdad de los humanos es lo que siempre ha sido y vuelve sin cesar, donde ellos son lo que son, en proceso que valioso por sí mismo (eterno retorno), que no lleva (no debe llevar) a ningún futuro o transcendencia fuera de sí mismo.

Según eso, la historia cesa y cesa toda búsqueda de un ser futuro y/o superior, siendo ya el eterno retorno de la voluntad de poder, donde los humanos aceptan lo que son y no pretenden conseguir metas distintas. El espiritualismo ha sido negación de la vida, cobardía ante la propia realidad. La división de clases y la búsqueda de reconciliación desde la clase inferior (comunismo) es invento de los resentidos (débiles), que se oponen al despliegue de los poderosos. Frente a la pre-historia pasada (dominada por el resentimiento) y la pot-historia de los idealistas, sitúa Nietzsche la pura voluntad de poder, siempre actual, sin pasado ni futuro, ajustada al destino (eterno retorno) de la vida, sin historia[3].

            Esta visión de la actualidad (eterno retorno) de la historia, sin utopías ni esperanzas de futuro, contiene elementos que pueden resultar valiosos para los cristianos, pues también Jesús ha valorado el presente como revelación de Dios (del Reino). Pero en ella falta algo esencial para el evangelio: la experiencia del valor de los pequeños, la ternura compasiva, el gozo de la mutua dependencia en diálogo de amor,la gracia del perdón, la creatividad compartida y el futuro de la utopía que puede recrearse en clave de esperanza cristiana. El super-hombre de Nietzsche ha sido interpretado de diversas formas, que aquí no detallamos, desde los bordes del nazismo hasta de la post-modernidad. Pero todas destacan la exigencia de auto-creatividad humana, con la “exaltación” de los más capaces y un fondo de desprecio por los “pobres” del mundo, que siguen quedando así excluidos, fuera de los campos de juego donde triunfan e imponen su eterna verdad los vencedores del sistema[4].

El problema de fondo sigue siendo la exclusión, justificada de los débiles. La razón ilustrada era en principio universal, y había querido incluir en su proyecto de reconciliación a todos los humanos (amo y esclavo, burgués y proletario), aunque no hubiera logrado conseguirlo; por eso, su utopía acababa resultando imposible. Por el contrario, la razón nietzscheana empieza y acaba siendo parcial, propia de privilegiados, que emergen de la masa y pueden situarse frente a ella. No se sienten llamados a cambiar a los demás (al modo budista o cristiano), pues su tarea consiste en ser ellos mismos, desarrollando su propio privilegio, como seres distintos, conscientes de su destino, de su más honda verdad. En contra de eso, la utopía racional y la esperanza cristiana del Reino quieren abrirse a todos los humanos[5].

Tampoco hay utopía, sólo queda eterno retorno (M. Eliade)

 Los filósofos anteriores (Kant, Hegel, Marx…)seguían entendiendo la historia en sentido lineal, abierta a la utopía de la reconciliación final, de manera que podían tomarse como herederos de la Biblia. En contra de eso, Nietzsche había negado esa visión, concibiendo el ser como eterno retorno de la voluntad de poder y/o como justificación del poder de los que habían logrado conseguirlo. En una perspectiva en parte convergente se sitúa M. Eliade (1907-1986), fenomenólogo interesado en recuperar, más allá de la historia cristiana o de la “negatividad” budista, la sacralidad eterna del paganismo.

Eliade entiende la experiencia religiosa como hierofanía, o revelación de lo sagrado, que se manifiesta de un modo especial en las religiones fundantes de la naturaleza, que descubren y celebran los poderes divinos del cosmos. La finalidad más honda de la religión no ha consistido en dar sentido a la historia (como quisieron Hegel y Marx) sino en superar su terror y/o riesgo. Las cosas pasan, todo cambia, todo muere. Inmerso en esa situación, el humano siente miedo de sí mismo (de perderse en el flujo de cambios) y por eso se refugia en aquellas realidades que vuelven siempre y siempre permanecen.

Lógicamente, la hierofanía básica es aquella que arraiga a los humanos en la raíz eterna de la naturaleza, en poderes que siempre permanecen pues siempre retornan. Lo divino se desvela de un modo especial en las realidades “inmutables” (estrellas del cielo y rocas de la tierra) y, de un modo especial, en aquellas que renacen de la muerte y/o vuelven siempre, conforma al ritmo del eterno retorno de la naturaleza (estacione del año) y de la misma vida. La religión constituye, según eso, una estrategia de supervivencia para aquellos que no pueden (no son capaces de) vencer el miedo a la fragilidad y a la muerte. Los humanos conocen su diferencia (son conscientes de la muerte), pero en el fondo quieren negarla (o superarla) a través de la religión, insertando su vida en el eterno retorno de la naturaleza; negando así el sentido de la historia como proceso temporal:

 La humanidad pudo soportar en el pasado los sufrimientos históricos (porque)eran considerados como un castigo de Dios… Fueron aceptados precisamente porque tenían un sentido meta-histórico, porque, para la gran mayoría de la humanidad, que aún permanecía en la perspectiva tradicional, la historia no tenía y no podía tener ningún valor en sí. Cada héroe repetía el gesto arquetípico, cada guerra reiniciaba la lucha entre el bien y el mal, cada nueva injusticia social era identificada con los sufrimientos del salvador…[6].

 El cristianismo es religión del tiempo: descubrimiento de Dios en la historia de Jesús. Pero su novedad ha resultado engañosa: muchos cristianos han seguido manteniendo su fe en el valor eterno de la realidad, en el fondo del eterno retorno de los tiempos. Han sido cristianos de nombre, pero paganos de experiencia profunda, descubriendo y cultivando la religión como experiencia de la repetición del orden primordial, afirmación de aquello que siempre permanece. Al pensar así, M. Eliade se sitúa cerca de Nietzsche, aunque no acepte su crítica anti-religiosa, su voluntad de poder o exaltación del super-hombre, porque parece defender una vuelta al paganismo pre-cristiano (y pre-budista) con su sacralización del eterno retorno de la naturaleza. Lógicamente, rechaza una filosofía historicista(como la de Hegel o Marx), pues ofrece una solución falsa al terror de la historia, al paso del tiempo. La “razón histórica” de la modernidad no libera al humano del terror del tiempo, haciéndole capaz de adentrarse en lo divino. Tampoco puede liberarle una filosofía de la acción social, pues el tiempo todo lo destruye.

Pero Nietzsche queda básicamente en la crítica, de tal forma que su vida y obra culmina, al menos parcialmente, con la afirmación del Anticristo, que podría traducirse como expresión de una vuelta al Dionisio griego, de la sacralización de la vida, sin historia. Por el contrario, M. Eliade, analista certero de la modernidad, se atreve a replantear el pensamiento y experiencia religiosa desde el enigma del tiempo, es decir, del proceso de la historia. Da la impresión de que, a su juicio, la vuelta a la naturaleza, con el eterno retorno de la sacralidad cósmica, no es la solución definitiva. La ciencia no ofrece repuesta, tampoco lo hace la creatividad política. Sólo siguen abiertos dos posible caminos religiosos:

El mito del eterno retorno, la certeza de que existe un orden permanente de estabilidad y sentido en el fondo de los cambios de la historia. Según este modelo, no puede hablarse de creatividad personal (individual ni social), pues los humanos no hacemos nada nuevo, simplemente repetimos y/o actualizamos, hogaño como antaño, los arquetipos de la realidad originaria. Tememos a la historia (a nuestra creatividad), pues todos los caminos llevan a la muerte, y por eso nos refugiarnos una y otra vez en la matriz vital del cosmos de la que, quizá, no deberíamos haber salido nunca. No queremos tener o no tenemos responsabilidad moral estricta: nada hacemos en verdad, nada destruimos, nos limitamos a dejar que el ciclo eterno (divino) de la Vida se exprese en nuestra vida.

El cristianismo, con su historia mesiánica, vinculada a la libertad creadora del humano y a la existencia personal de Dios llama, sustenta y responde a los humanos. l “terror a la historia”(del paso del tiempo que todo lo destruye) se ha vuelto cada vez más difícil de soportar. Muchos ya no pueden refugiarse en los modelos divinos del eterno retorno sagrado. “Sólo una libertad que tiene su fuente y halla su garantía y su apoyo en Dios es capaz de defender al hombre moderno del terror de la historia”, es decir, del destructivo del paso del tiempo, del horrible gusano de la muerte.En esa línea podríamos y deberíamos hablar de un cristianismo que fuera capaz de descubrir activamente la presencia de Dios en el camino de realización comunitaria de los creyentes[7].

Como fenomenólogo e historiador de la religión, M. Eliade no ha querido ofrecer una valoración confesional, diciendo por dónde debemos caminar. Pero, al menos en una perspectiva, su obra parece un canto nostálgico a las viejas religiones cósmicas, como si hubiera sido mejor que no nacieran las grandes religiones post-axiales (cristianismo, budismo). Parece que lamenta el triunfo de esas nuevas religiones, pues las anteriores, del eterno retorno, ofrecían una experiencia mejor de integración del humano en el cosmos.Más en concreto, el cristianismo es religión del “hombre caído en desgracia”, que ha perdido el paraíso de los arquetipos y la repetición, condenados a morir en la historia[8].

A pesar de esa nostalgia, Eliade deja abierto el camino a la singularidad del cristianismo como experiencia y movimiento de libertad, pues el pecado, que es propio del humano y no de la naturaleza o de los dioses del eterno retorno, puede superarse humanamente en un camino de historia, centrado en el Cristo. Ciertamente, los humanos pueden vivir en desgracia, destruyéndose a sí mismos en la historia (ese es su pecado, el terror de la muerte); pero pueden elevarse y cultivar en amor el misterio del encuentro personal con Dios, que se expresa y realiza en el encuentro interhumano. La misma historia, que es tiempo de caída, puede interpretarse y realizarse como tiempo de salvación (de Reino) en clave de esperanza que asume y transfigura los valores de la utopía racional de la modernidad[9].

  1. De Heidegger a Bultmann. Sólo queda un adviento existencial

 Nietzsche había criticado la visión escatológica de la historia; M. Eliade parecía inclinado a superar las confesiones históricas (de tronco bíblico), para defender la religión del cosmos, centrada en el eterno retorno de la realidad sagrada, simbolizada por los dioses, aunque había mostrado la posibilidad de superar el terror de la historia (entendida como proceso de muerte) a través de una experiencia personal de libertad, en relación con lo divino. En este contexto resulta casi obligatoria la referencia a M. Heidegger, que (en Ser y tiempo) ha distinguido historia e historicidad:

– Historia (Historie) evoca el decurso externo de los hechos, que suceden en el tiempo cronológico del cosmos, conforme al decurso de generaciones. Pues bien, ella carece de sentido: los hechos pasan, suceden y se pierden, en un ritmo dominado finalmente por la muerte. Heidegger no puede asumir en este plano la utopía racional y política (de Hegel o Marx), nila esperanza escatológica del cristianismo y su promesa de Reino.

Historicidad (Geschichte) es el carácter propio (temporal) del ser humano, llamado a realizarse y decidirse de manera auténtica, superando la fijación del pasado que le determina de manera objetiva, y asumiendo la angustia de la muerte. No pertenece al orden social externo, sino a la realidad de cada humano. No hay “historia universal”, ni “historias parciales”, sino historicidad de cada individuo. Sólo a ese nivel, en la decisión del aquel que, asumiendo su angustia por (ante) la muerte, vive en autenticidad tiene sentido la existencia. Leer más…

¿Hay motivos para estar alegres? Domingo 2º de Adviento. Ciclo C.

Domingo, 8 de diciembre de 2024

1D26B104-3B79-4CC5-91DB-34520A97F96EDel blog El Evangelio del Domingo, de José Luis Sicre sj:

“Preparad el camino al Señor…”

Las últimas noticias sobre la variante ómicron y otros muchos problemas a nivel mundial no invitan al optimismo. Sin embargo, lo que intentan transmitirnos las lecturas de este domingo es alegría. La del profeta Baruc ordena expresamente a Jerusalén: “quítate tu ropa de duelo y aflicción”. Si el sacerdote que preside la eucaristía quisiese realizar una acción simbólica, al estilo de los antiguos profetas, podría quitarse la casulla morada y cambiarla por una blanca y dorada. También el Salmo habla de alegría: “la lengua se nos llenaba de risas, la lengua de cantares”; “el Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres”. Pablo escribe a los cristianos de Filipos que reza por ellos “con gran alegría”. Y el evangelio recuerda el anuncio de Juan Bautista: “todos verán la salvación de Dios”. Las lecturas de este domingo no justifican que se suprima el Gloria, todo lo contrario. Hay motivos más que suficientes para cantar la gloria de Dios.

Primer motivo de alegría: la vuelta de los desterrados (Baruc 5,1-9)

Jerusalén, quítate tu ropa de duelo y aflicción, y vístete para siempre el esplendor de la gloria que viene de Dios. Envuélvete en el manto de la justicia que procede de Dios, pon en tu cabeza la diadema de gloria del Eterno. Porque Dios mostrará tu esplendor a todo lo que hay bajo el cielo. Pues tu nombre se llamará de parte de Dios para siempre: Paz de la Justicia y Gloria de la Piedad.

Levántate, Jerusalén, sube a la altura, tiende tu vista hacia el Oriente y ve a tus hijos reunidos desde oriente a occidente, a la voz del Santo, alegres del recuerdo de Dios.

Salieron de ti a pie, llevados por enemigos, pero Dios te los devuelve traídos gloria, como un trono real. Porque ha ordenado Dios que sean rebajados todo monte elevado y los collados eternos, y colmados los valles hasta allanar la tierra, para que Israel marche en seguro bajo la gloria de Dios. Y hasta las selvas y todo árbol aromático darán sombra a Israel por orden de Dios. Porque Dios guiará a Israel con alegría a la luz de su gloria, con la misericordia y la justicia que vienen de él.

La lectura de Baruc recoge ideas frecuentes en otros textos proféticos. Jerusalén, presentada como madre, se halla de luto porque ha perdido a sus hijos: unos marcharon al destierro de Babilonia, otros se dispersaron por Egipto y otros países. Ahora el profeta la invita a cambiar sus vestidos de duelo por otros de gozo, a subir a una altura y contemplar cómo sus hijos vuelven“en carroza real”, “entre fiestas”, guiados por el mismo Dios.

¿Qué impresión produciría esta lectura en los contemporáneos del profeta? Sabemos que a muchos judíos no les ilusionaba la vuelta de los desterrados; había que proporcionarles casas y campos, y eso suponía compartir los pocos bienes que poseían. Otros, mejor situados económicamente, verían ese retorno como un punto de partida de un resurgir nacional.

Y esto demuestra la enorme actualidad de este texto de Baruc. A primera vista, hoy día Jerusalén es Siria, Iraq, tantos países de África que están perdiendo a sus hijos porque deben desterrarse en busca de seguridad o de trabajo. Pero también nosotros podemos identificarnos con Jerusalén y ver a esos cientos de miles de personas no como una amenaza para nuestra sociedad y nuestra economía, sino como hijos y hermanos a los que se puede acoger y ayudar en su desgracia.

Segundo motivo de alegría: la bondad de la comunidad (Filipenses 1,4-6.8-11)

Rogando siempre y en todas mis oraciones con alegría por todos vosotros a causa de la colaboración que habéis prestado al Evangelio, desde el primer día hasta hoy; firmemente convencido de que, quien inició en vosotros la buena obra, la irá consumando hasta el Día de Cristo Jesús.

Pues testigo me es Dios de cuánto os quiero a todos vosotros en el corazón de Cristo Jesús.  Y lo que pido en mi oración es que vuestro amor siga creciendo cada vez más en conocimiento perfecto y todo discernimiento, llenos de los frutos de justicia que vienen por Jesucristo, para la gloria y alabanza de Dios.

Pablo sentía un afecto especial por la comunidad de Filipos, la primera que fundó en Macedonia. Era la única a la que le aceptaba una ayuda económica. Por eso, en su oración, recuerda con alegría lo mucho que los filipenses le ayudaron a propagar el evangelio. Y les paga rezando por ellos para que se amen cada día más y profundicen en su experiencia cristiana. La actitud de Pablo nos invita a pensar en la bondad de las personas que nos rodean (a las que muchas veces solo sabemos criticar), a rezar por ellas y esforzarnos por amarlas.

Tercer motivo de alegría: el anuncio de la salvación (Lucas 3,1-6)

En el año quince del imperio de Tiberio César, siendo Poncio Pilato procurador de Judea, y Herodes tetrarca de Galilea; Filipo, su hermano, tetrarca de Iturea y de Traconítida, y Lisanias tetrarca de Abilene; en el pontificado de Anás y Caifás, fue dirigida la palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. Y se fue por toda la región del Jordán proclamando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías: Voz que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas; todo barranco será rellenado, todo monte y colina será rebajado, lo tortuoso se hará recto y las asperezas serán caminos llanos. Y todos verán la salvación de Dios.

A diferencia de los otros evangelistas, Lucas sitúa con exactitud cronológica la actividad de Juan Bautista. No lo hace para presumir de buen historiador, sino porque los libros proféticos del Antiguo Testamento hacen algo parecido con Isaías, Jeremías, Ezequiel, etc. Con esa introducción cronológica tan solemne, y con la fórmula “vino la palabra de Dios sobre Juan”, al lector debe quedarle claro que Juan es un gran profeta, en la línea de los anteriores. El Nuevo Testamento no corta con el Antiguo, lo continúa. En Juan se realiza lo anunciado por Isaías.

Juan, igual que los antiguos profetas, invita a la conversión, que tiene dos aspectos: 1) el más importante consiste en volver a Dios, reconociendo que lo hemos abandonado, como el hijo pródigo de la parábola; 2) estrechamente unido a lo anterior está el cambio de forma de vida, que el texto de Isaías expresa con las metáforas del cambio en la naturaleza.

Pero, a diferencia de los grandes profetas del pasado, Juan no se limita a hablar, exigiendo la conversión. Lleva a cabo un bautismo que expresa el perdón de los pecados. Se cumple así la promesa formulada por el profeta Ezequiel en nombre de Dios: “Derramaré sobre vosotros un agua pura que os purificará”.

Las dos conversiones

¿Se podría mandar a una persona como penitencia estar alegre? Parece una contradicción. Sin embargo, las lecturas de este domingo y de todo el Adviento nos obligan a examinarnos sobre nuestra alegría y nuestra tristeza, a ver qué domina en nuestra vida. Es posible que, sin llegar a niveles enfermizos, nos dominen altibajos de cumbres y valles, momentos de euforia y de depresión, porque no recordamos que hay motivos suficientes para vivir con serenidad la salvación de Dios.

Al mismo tiempo, las lecturas nos invitan también a convertirnos al prójimo, acogiéndolo, amándolo, rezando por ellos.

8 de Diciembre de 2024. Segundo Domingo de Adviento. Ciclo C.

Domingo, 8 de diciembre de 2024

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“…vino la Palabra de Dios sobre Juan.”

(Lc 3,1-6)

¡Anunciad!. Si este adviento empezaba con la invitación a levantarnos, a ponernos en pie y alzar la cabeza, ahora nos urge a anunciar.

Nos presenta a Juan Bautista, un personaje peculiar, de esos a los que uno se vuelve a mirar cuando te los cruzas por la calle. Así fue, una persona peculiar de las que Dios nos regala con una cierta frecuencia. Un inconformista valiente, de los que no se callan la verdad, le pique a quien le pique. Es más, de esos que se atreven a gritar verdades y por eso se buscan problemas.

Juan Bautista era de esas personas que se han dejado transformar y por eso la esperanza habita en ellas. Saben que la realidad está llena de posibilidades y de bondad y están convencidas de que todo ser humano es capaz de cambiar, que lo bueno es patrimonio de todos, “…todos verán la salvación de Dios”.

A sus ojos no existen los obstáculos: los caminos se pueden allanar, los valles se pueden elevar, los montes y las colinas pueden descender y hasta lo torcido se puede enderezar. Su confianza no tiene límites por eso atraen a otras personas.

Necesitamos “Juanes”.  Cada uno de nosotros podríamos intentar esta semana ser un poco “Juan Bautista”, lo de vestirse de piel de camello es opcional, pero llevemos allá donde vayamos un mensaje lleno de esperanza. ¡Que se nos note que la Palabra de Dios nos ha tocado el corazón!

Confiemos y que esa confianza se dilate, se contagie. Quien tiene fe, aunque esa fe sea pequeña como un granito de mostaza, si se agarra a esa fe pequeñita, ¡podrá mover montañas!

Oración

¡Anunciad! para que lo torcido empiece a enderezarse.
¡Anunciad! para que la esperanza reverdezca.
¡Anunciad! para que todos vean la salvación de Dios.

*

Fuente Monasterio de Monjas Trinitarias de Suesa

***

Juan fue todo un profeta, de él partió Jesús para su mensaje.

Domingo, 8 de diciembre de 2024

battistaDOMINGO 2º DE ADVIENTO (C)

Lc 3,1-6

Las tres figuras de la liturgia de Adviento son: Juan Bautista, Isaías y María. El evangelio de hoy nos habla del primero. La importancia de este personaje está acentuada por el hecho de que hacía trescientos años que no aparecía un profeta en Israel. Al narrar Lucas la concepción y el nacimiento de Juan antes de decir casi lo mismo de Jesús, manifiesta lo que este personaje significaba para las primeras comunidades cristianas. Para Lucas la idea de precursor es la clave de todo lo que nos dice de él. Se trata de un personaje imprescindible.

Los evangelistas se empeñan en resaltar la superioridad de Jesús sobre Juan. Se advierte una cierta polémica en las primeras comunidades, a la hora de dar importancia a Juan. Para los primeros cristianos no fue fácil aceptar la influencia del Bautista en la trayectoria de Jesús. El hecho de que Jesús acudiese a Juan para ser bautizado, nos manifiesta que Jesús tomó muy en serio la figura de Juan, y que se sintió atraído e impresionado por su mensaje. Juan tuvo una influencia muy grande en la religiosidad de su época. En el momento del bautismo de Jesús, él era ya muy famoso. A Jesús no le conocía nadie.

Es muy importante el comienzo del evangelio de hoy. Estamos en el c. 3, y curiosamente, Lucas se olvida de todo lo que dijo en los capítulos 1 y 2. Como si dijera: ahora comienza, de verdad, el evangelio, lo anterior era un cuento. Intenta situar en unas coordenadas concretas de tiempo y lugar los hechos para dejar claro que no inventa los relatos. Hay que notar que el “lugar” no es Roma ni Jerusalén sino el desierto. También quiere significar que la salvación está dirigida a hombres concretos de carne y hueso, y que esa oferta implica no solo al pueblo judío sino a todo el orbe conocido: “todos verán la salvación de Dios”.

Como buen profeta, Juan descubrió que, para hablar de una nueva salvación, nada mejor que recordar el anuncio del gran profeta Isaías. Él anunció una liberación para su pueblo, precisamente cuando estaba más oprimido en el destierro y sin esperanza de futuro. Juan intenta preparar al pueblo para una nueva liberación, predicando un cambio de actitud por parte de Dios pero que dependería de un cambio de actitud en el pueblo.

Los evangelios presentan el mensaje de Jesús como muy apartado del de Juan. Juan predica un bautismo de conversión, de metanoya, de penitencia. Habla del juicio inminente de Dios, y de la única manera de escapar de ese juicio, su bautismo. No predica un evangelio -buena noticia- sino la ira de Dios, de la que hay que escapar. No es probable que tuviera conciencia de ser el precursor, tal como lo entendieron los cristianos. Habla de “el que ha de venir” pero se refiere al juez escatológico, en la línea de los antiguos profetas.

Para los evangelios, Jesús predica una “buena noticia”. Dios es Abbá, Padre-Madre, que ni amenaza ni condena ni castiga, simplemente hace una oferta de salvación total. Nada negativo debemos temer de Dios. Todo lo que nos viene de Él es positivo. No es el temor, sino el amor lo que tiene que llevarnos hacia Él. Me pregunto, por qué, después de veinte siglos, nos encontramos más a gusto con la predicación de Juan que con la de Jesús.

La verdad es que la predicación de Jesús coincide en gran medida con el mensaje de Juan. Critica duramente una esperanza basada en la pertenencia a un pueblo o en las promesas hechas a Abrahán, sin que esa pertenencia conlleve compromiso alguno. Para Juan, el recto comporta­miento personal es el único medio para escapar al juicio de Dios. Por eso coincide con Jesús en la crítica del ritualismo cultual y a la observancia puramente externa de la Ley.

Dios no tiene ni pasado ni futuro; no puede “prometer” nada. Dios es salvación, que se da a todos en cada instante. Algunos hombres (profetas) experimentan esa salvación según las condiciones históricas que les ha tocado vivir y la comunican a los demás como promesa o como realidad. La misma y única salvación de Dios llega a Abrahán, a Moisés, a Isaías, a Juan o a Jesús, pero cada uno la vive y la expresa según la espiritualidad de su tiempo.

No encontramos la salvación que Dios quiere hoy para nosotros, porque nos limitamos a repetir lo ya dicho. Solo desde la experiencia personal podremos descubrir esa salvación. Cuando pretendemos vivir de experiencias ajenas, la fuerza de atracción del gozo inmediato acaba contrarrestando la programación. En la práctica, es lo que nos sucede a la inmensa mayoría de los humanos. El hedonismo es la pauta: lo más cómodo, lo más fácil, lo que menos cuesta, lo que produce más placer inmediato, es lo que motiva nuestra vida.

Más que nunca, necesitamos una crítica sincera de la escala de valores en la que desarrollamos nuestra vida. Digo sincera, porque no sirve de nada admitir teóricamente la escala de Jesús y seguir viviendo en el más absoluto hedonismo. Tal vez sea esto el mal de nuestra religión, que se queda en la pura teoría. Apenas encontraremos un cristiano que se sienta salvado. Seguimos esperando una salvación que nos venga de fuera.

Al celebrar una nueva Navidad, podemos experimentar cierta esquizofrenia. Lo que queremos celebrar es una salvación que apunta a la superación del hedonismo. Lo que vamos a hacer en realidad es intentar que en nuestra casa no falte de nada. Si no disponemos de los mejores manjares, si no podemos regalar a nuestros seres queridos lo que les apetece, no habrá fiesta. Sin darnos cuenta, caemos en la trampa del consumismo. Si podemos satisfacer nuestras necesidades en el mercado, no necesitamos otra salvación.

En las lecturas bíblicas debemos descubrir una experiencia de salvación. No quiere decir que tengamos que esperar para nosotros la misma salvación que ellos anhelaban. La experien­cia es siempre intransferible. Si ellos esperaron la salvación que necesitaron en un momento determinado, nosotros tenemos que encontrar la salvación que necesitamos hoy. No esperando que nos venga de fuera, sino descubriéndola en lo hondo de nuestro ser que tenemos capacidad para sacarla a la superficie. Dios salva siempre. Cristo está viniendo.

El ser humano no puede planificar su salvación trazando un camino que le lleve a su plenitud como meta. Solo tanteando puede conocer lo que es bueno para él. Nadie puede dispensarse de la obligación de seguir buscando. No solo porque lo exige su progreso personal sino porque es responsable de que los demás progresen. No se trata de imponer a nadie los propios descubrimientos, sino de proponer nuevas metas para todos. Dios viene a nosotros siempre como salvación, pero ninguna salvación puede agotar la oferta de Dios.

Es importante la referencia a la justicia, que hace por dos veces Baruc y también Pablo, como camino hacia la paz. El concepto que nosotros tenemos de justicia, es el romano, que era la restitución según la ley, de un equilibrio roto. El concepto bíblico de justicia es muy distinto. Se trata de dar a cada uno lo que espera, según el amor. Normalmente, la paz que buscamos es la imposición de nuestros criterios, sea con astucia, sea por la fuerza.

Fray Marcos

Fuente Fe Adulta

Juan Bautista.

Domingo, 8 de diciembre de 2024

Juan-Bautista-John-BaptistLc 3, 1-6

«Ya está el hacha puesta a la raíz de los árboles; y todo árbol que no dé buen fruto será cortado y arrojado al fuego»

Juan era un profeta enfrentado al sistema; un hombre austero y exigente consigo mismo que recorría el Jordán invitando al pueblo a volver la espalda al pecado, a cumplir su parte de la Alianza con Dios, a la penitencia y al bautismo por inmersión. Se movía entre Enón (cerca de Salin) en Perea, y las inmediaciones de Jericó, en Judea, y allí acudía gente de toda Palestina a escucharle.

El gran éxito de Juan provenía del hecho insólito de abrir una puerta de salvación al pueblo llano y depauperado. A aquella chusma maldita —según expresión de los fariseos—, a los que todos despreciaban y condenaban de antemano, les decía que el Señor no les despreciaba; que también podían acceder al reino de Dios; que la salvación, en contra de lo que decían las autoridades religiosas, no estaba reservada a los selectos, sino a todos los que se convirtiesen arrepintiéndose de sus pecados.

Su enfrentamiento con las autoridades civiles tenía su origen en que Juan les hablaba con inusitada crudeza, denunciaba en público sus abusos y ponía de relieve sus vicios y corrupciones. También estaba amenazado por las autoridades religiosas, porque ofrecía la salvación al pueblo a través de un rito no sancionado por ellas, y en lugar profano; ajeno al Templo. La gente sagrada de Israel no podía permitir un hecho de estas dimensiones al margen de su omnímoda influencia.

En cualquier caso, su fama como profeta era formidable y crecía de día en día. Mucha gente de Jerusalén, de toda Judea e incluso de Galilea, salía al Jordán a escucharle y a ser bautizados por él.

Los cuatro evangelistas lo presentan como el precursor de Jesús, su heraldo, pero el discurso catastrofista de Juan —«ya está el hacha puesta a la raíz de los árboles»— nada tiene que ver con el discurso de Jesús. Tampoco lo tiene su estilo de vida; ascético en el caso de Juan, y hasta cierto punto confortable en el de Jesús. Juan es el último de los profetas alarmistas propios del Antiguo Testamento, y Jesús es el portador de la Buena Noticia. Nada que ver.

No obstante, ambos tenían en común que fueron aceptados por el pueblo llano, y acosados hasta la muerte por los poderosos que no querían ver su modo de vida comprometido por la predicación de aquellos marginados. También tenían en común que su coherencia y su coraje los llevaron a la muerte.

Y ésta es una constante a lo largo de la historia. Dios esparce la palabra a boleo para que llegue a todos, pero solo es aceptada por los que se sienten necesitados de ella; por los insatisfechos, por los que desean mejorar y están dispuesto a cambiar. Es rechazada por los entendidos que se sienten seguros y no precisan de la Palabra de nadie; por los que se sienten satisfechos y quieren que todo siga como está.

Miguel Ángel Munárriz Casajús

Para leer el comentario que José E. Galarreta hizo en su momento, pinche aquí

Fuente Fe Adulta

De vuelta a casa.

Domingo, 8 de diciembre de 2024

IMG_8772“Casa” es el primer lugar donde nacemos, el hogar que se nos ha preparado con tanto mimo y cariño que nos va “constituyendo” y nos hace ser quienes somos, hasta que llega el momento de romper con todo ello para forjarnos nuestra propia casa, la que construimos con nuestro esfuerzo, con nuestros sueños, a veces lejos en todos los sentidos de nuestra casa original porque para crecer hay que separarse.

Puede ser que nuestra vida tenga poco movimiento físico, que vivamos en la misma ciudad donde nacimos, que conservemos amistades y relaciones durante muchos años, que sea lo más parecido a una rutina monótona en la que van pasando los días…y sin embargo el camino de la vida es un sendero tortuoso con muchas curvas, con grandes pendientes e interminables senderos llanos, sin árboles a los lados, sin perspectiva al frente muchas veces, un gran desierto con ansia siempre de regresar a “casa”.

Los cambios no vienen dados por las circunstancias que acontecen y nos “salpican” de una u otra manera, sino de la lectura que hacemos de eso que nos acontece y de la manera que reaccionamos a todo ello.

El pueblo de Israel nos precede en esa lectura de lo que le acontece como un pueblo que vive en diálogo con su Dios, que a raíz de las vicisitudes de la vida va entendiendo que su fidelidad y su amor son eternos, y que se hacen realidad en el deseo de que el pueblo viva en la justicia, en la paz, en el gozo. Sin embargo, la libertad, prima por encima de todo y es el pueblo mismo quien se busca su propio dolor, su propio sufrimiento cuando opta por el egoísmo, la violencia, la opresión de los más pequeños.

Esas vueltas cíclicas del luto y la aflicción al gozo y la celebración, de la opresión a la vuelta a casa en libertad, del esfuerzo físico y moral a la seguridad, la paz y la alegría de un pueblo que se sabe guiado, conducido por la justicia y la misericordia de Dios, no es únicamente patrimonio del pueblo de Israel, es más bien un “ir y venir” de un camino que se realiza en la historia del ser humano como individuo y también como colectivo.

Esa lectura de un Dios que interviene en la historia, es la lectura de quien se va dando cuenta de la trayectoria de madurez en su vida, de cómo va aprendiendo tanto de sus equivocaciones como de sus logros.

Eso que suena a promesa de Dios en un futuro incierto es más bien una llamada a ir realizando aquí y ahora ese ideal que vemos tan lejos y que es el que estamos llamados a construir piedra a piedra, día a día.

“Dios ha mandado rebajarse a todos los montes elevados y a todas las colinas encumbradas”. La Palabra de Dios nos relata cómo desde el principio la raza humana se ha creído superior al resto de la Creación y se ha encumbrado utilizando todos los recursos naturales para su propio beneficio. El camino que Dios elige es opuesto a nuestros sueños y delirios de grandeza. No aceptamos la pequeñez, el vivir en la intemperie, el ocupar nuestro puesto en un entramado de redes maravillosas de vida.

Adviento, “ad ventum”, venida, a- hacia… No rememoramos un pasado maravilloso ni esperamos un futuro glorioso. Estamos en un presente muy complicado, muy decisivo en lo que se refiere a la supervivencia del género humano.

Ahora, más que nunca, es imprescindible, no celebrar la Navidad como acontecimiento histórico, sino hacer realidad esa cercanía de Dios que busca “Paz en la justicia”, reunirnos de oriente y occidente para que rebajemos el uso de combustibles fósiles, que acojamos a quien deja su hogar y su “casa” por su propia supervivencia y la de los suyos, que cuidemos de la naturaleza que sabiamente nos enseña el equilibrio para que ella puede cuidar de nosotrxs.

Se nos llama a un cambio de conciencia de quienes somos y donde estamos. No es un cambio moral únicamente ni un cambio que pedimos a lxs poderosxs, a lxs ricxs; sabemos que ese cambio es muy difícil.

Dios viene hoy “hacia”, “a” nosotrxs en esa llamada a cuidar de la “casa común”. Esa casa a la que pertenecemos y a la que añoramos porque es el hogar que nos prepararon con tanto mimo y cuidado. Somos producto de su evolución. Esa es la buena obra que Dios ha empezado en cada unx de nosotrxs y que llevará al final si damos nuestro consentimiento.

No es lo que pasa, las circunstancias que rodean nuestra vida lo que nos condiciona sino la lectura que hacemos de ellas y las decisiones que tomamos las que nos convierten en quienes somos.

Dios viene hacia nosotrxs, nosotrxs vamos hacia Dios es sólo un lenguaje. Somos parte de un universo en constante evolución, nunca estamos fuera, ni nos desconectamos porque la Vida lo permea todo.

Este tiempo de adviento es una llamada a entrar en otro registro: desacelerar el paso, contemplar lo pequeño, lo insignificante, dejarnos envolver por el silencio, transformar por la Palabra y actuar según nos vaya hablando nuestra conciencia. Llegar a casa y abrir la puerta para dejar entrar a quien lo necesite.

Carmen Notario, SFCC

Fuente Fe Adulta

Mito y sabiduría

Domingo, 8 de diciembre de 2024

28/04/2022 Parto. Bebé recién nacido. SALUD LITTLEDOGKORAT / SHUTTERSTOCKDomingo II de Adviento,

8 de diciembre de 2024

Lc 3, 1-6

El evangelista recurre al relato mítico como vehículo de su propia creencia en Jesús como Hijo de Dios. El mito -y, en concreto, este que habla de un ser divino que nace de una virgen- era habitual en diferentes religiones. Con él se quería señalar la presencia de divinidad en el corazón mismo de la historia humana.

Con el mito, la confusión surge cuando se olvida el simbolismo y se hace una lectura literal del mismo. Lo que solo era un símbolo -una forma de hablar- se toma como si fuera una descripción casi fotográfica de lo ocurrido. Cuando eso sucede, el mito, no solo pierde toda su fuerza expresiva, sino que se convierte en un cuento de niños, totalmente inasumible desde otro nivel de consciencia distinto de aquel en que nació.

Un clave elemental para captar la riqueza del relato mítico consiste en aplicar su contenido, no a un personaje concreto -el que aparece en el propio relato-, sino a la humanidad en su conjunto.

En concreto, en el relato que leemos hoy, “María” es símbolo de todos los seres humanos. Todos ellos, cuando asumen actitudes de apertura, disponibilidad y docilidad, son cauce de Vida.

Leída desde esta perspectiva, la existencia humana es un proceso para “dar a luz” la divinidad que somos. Con frecuencia vivimos hipnotizados y alienados, reduciéndonos a la forma del yo individual (personaje). Pues bien, en medio de esa ignorancia, escuchamos un mensaje que nos dice: “Darás a luz un hijo”. O dicho de otro modo: deja que nazca en ti la divinidad que eres. Eres ya “lleno/a de gracia”, comprende tu identidad y reconócete en ella. Deja de vivir identificado con tu yo y permite que la Vida se viva en ti, en una actitud de rendición incondicional que lleva a exclamar: Que se haga en mí lo que la Vida quiera”.

Enrique Martínez Lozano

Fuente Boletín Semanal

Foto: 28/04/2022 Parto. Bebé recién nacido. SALUD. LITTLEDOGKORAT / SHUTTERSTOCK

Todos -todos- verán la salvación de Dios

Domingo, 8 de diciembre de 2024

8db8ca72-ec8f-4e6c-99db-da6188139fb7Del blog de Tomás Muro La Verdad es libre:

1.- Comienzo del evangelio de Lucas.

    Los relatos de la infancia de Jesús: nacimiento, Belén, el censo, la “no posada en Belén”, los pastores, el niño Jesús en el Templo, son relatos tardíos tanto los del evangelio de Lucas, como los de Mateo.

Muy probablemente el Evangelio de Lucas comenzaba con el texto que hemos escuchado hoy: con el marco socio político de Tiberio, Pilatos, Herodes, Lisanio, etc. y con la Palabra del Señor que viene sobre Juan Bautista en el desierto.

En esto Lucas se parecería a Marcos que comienza su evangelio con Juan Bautista en el río Jordán.

2.- 7 personajes 7

    El evangelio de hoy comienza mencionado a 7 personajes, paganos y judíos: Tiberio, Pilatos, Herodes, Felipe, Lisanio, Anás y Caifás. El número siete tiene un significado de totalidad. Lucas menciona la totalidad del poder político y económico en la historia de aquel tiempo, ¿El grupo 20G? Los 7 representan el contexto histórico político-religioso de aquel tiempo.

3.- La palabra viene sobre Juan y en el desierto.

    Juan Bautista era hijo de Zacarías, sacerdote del Templo, por lo que -siguiendo la tradición- Juan Bautista debería haber sido también sacerdote y debería haber vivido y servido en el Templo. Pues no, Juan Bautista se retira al desierto.

    Por otra parte, parecería lógico que la Palabra de Dios recayera en el Templo, quizás en los palacios de Tiberio, Herodes, Pilatos, quizás la Palabra podría sobrevenir en la Unversidad, en el parlamento, etc. Pues, tampoco. La Palabra viene a Juan Bautista en el desierto.

La Palabra le viene a Juan en la historia y para Juan Bta la historia es el desierto. En tiempos de aquellos poderosos, como los de hoy, Juan Bautista, recibe la Palabra en el desierto.

El desierto tiene hondas evocaciones para un creyente judío y cristiano:

El desierto evoca la experiencia fundamental del Éxodo: de la liberación. La vida muchas veces, probablemente siempre es un desierto.

El desierto es el silencio en la vida, que es donde podemos escuchar y acoger la Palabra: el amor de Dios, el sentido de la vida.

El desierto es vivir con lo esencial, allí no hay ruido, ni norias que entretengan al personal, ni luces de navidad, ni lujos. En la profundidad del silencio del desierto nos encontramos a nosotros mismos y a Dios. En el desierto se camina ligero de equipaje, sin consumismos, sin “black friday”, sin quincallería litúrgica.

La Palabra, la sensatez, el horizonte de la vida viene a nosotros en el desierto

4.- Desierto: camino éxodo y exilios

    La vida es un desierto, un Éxodo, también un Exilio. (En la “Salve” con un tono algo pesimista pero real, rezamos: los desterrados hijos de Eva).

    El profeta Baruc (1ª lectura) escribe a los judíos desterrados en el Exilio de Babilonia en el siglo VI a.C. Y les anima a no perder la esperanza: levántate y mira hacia Oriente, hacia la luz. Dios os rescatará … Dios os llenará de alegría.

    Tal vez también nosotros podemos sentirnos en el destierro, sea personal, socio-político, eclesiástico.  Posiblemente la única seguridad del desierto es el futuro, y en ese futuro todos verán la salvación de Dios.

5.-La historia humana está salvada: historia de salvación.

    Estamos en una historia de salvación, no de condenación.

    Juan Bautista es un hombre fuerte, y siendo un hombre enérgico, lo que anuncia es la salvación de Dios. Juan Bautista anuncia que  todos verán la salvación de Dios

Es una palabra de ánimo y esperanza. Sea cual sea la condición en que nos encontremos, sea cual fuere mi exilio: levántate, ten ánimo, confía en el señor (Salmo 27).

    El profeta Baruc anima a su pueblo y le anuncia un futuro mejor. Pueblo mío, levántate … quítate ya el luto … llegan la paz y la justicia … los valles y las montañas se igualarán y habrá un equilibro en la vida.

Seamos profetas de la paz, de la luz y de la vida

***

Día del Seminario: Mejor sembrar esperanza que manejar el incensario.

Tres temas están presentes en la Eucaristía de hoy (demasiados para una homilía).

  1. Ante todo hoy es el II domingo de Adviento: tiempo de esperanza.
  2. Celebramos también la fiesta de la Inmaculada.
  3. En nuestras diócesis vascas se celebra el día del Seminario.

Homilía

01.- Inmaculada

El papa Pío IX, con la Bula Ineffabilis Deus, presentaba a la Iglesia el 8 de diciembre de 1854 el dogma de la Inmaculada Concepción. Las palabras eran:

Declaramos, proclamamos y definimos que la doctrina que sostiene que la beatísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano, está revelada por Dios y debe ser por tanto firme y constantemente creída por todos los fieles…”

02.- Eva – María

        Hemos escuchado hoy la memoria de dos mujeres, “madres de la humanidad”: Eva y María (Adán y Jesús), que son también rumores de la complejidad de la existencia humana: luz y tinieblas, bien y mal, vida y muerte, Adán y Cristo. Somos así. Somos a dos tiempos.

Hoy celebramos la memoria de María, Madre del Señor. Y la recordamos como quien no tuvo pecado en su vida.

Nos hace bien mantener la memoria de María como madre, como creadora de vida, como mujer dispuesta a desempeñar la misión que Dios le pedía en la historia de la salvación; mujer que pensaba, que guardaba y meditaba todas las cosas en su corazón; mujer creyente que llega a la fe en su propio Hijo.

Seguro que a María le costó también llegar a la fe en su propio Hijo, por eso decimos que María fue la primera creyente.

María estaba presente en el nacimiento de la comunidad cristiana, al pie de la cruz con el creyente (discípulo) amado, en Pentecostés con los primeros cristianos.

La iglesia, sobre todo la tradición oriental (ortodoxia), ha guardado fielmente la memoria de María como Madre de Dios (Theotokos), advocación muy temprana en la vida de la Iglesia: en el Concilio de Éfeso (431) se denominó así a María: madre de Dios.

El relato evangélico que hemos escuchado, tiene un tono de serenidad, de alegría, de paz y de vida. Cuando el Espíritu de Dios embarga nuestra vida -como la de María-, ésta recobra la calma. Cuando el Señor está con nosotros nuestra alma recobra la serenidad para vivir.

Dios te salve, María, llena de gracia

03.- Día del Seminario.

        En nuestras diócesis vascas celebramos hoy el día del seminario.

En San Sebastián este curso hay 1 seminarista.

        El asunto tiene mucha trastienda. La primera cuestión es ¿Por qué no hay seminaristas?

        Guipúzcoa ha perdido 650 curas en 50 años. En 1970 nuestra diócesis contaba con 840 sacerdotes diocesanos. Hoy apenas llegamos a 170 y con una media de edad de más de 74 años. Muchos de estos 170 curas estamos o pasan de 80 años.

Tal y como va la sociedad: estilos de vida, mentalidad socio-política, ideologías, etc. previsiblemente no aumentará el número de seminaristas en un futuro inmediato, por lo que, para las próximas décadas, se presenta un vacío enorme de seminaristas y de sacerdotes.

Con un seminarista difícilmente se llenará el vacío de los 650 curas que en estos años han ido muriendo.

        Una empresa que “se queda sin mandos intermedios”, se lo piensa. Me da la impresión de que en la Iglesia se habla mucho, se piensa poco y se hace menos en este sentido.

Quiera Dios que Francisco abra caminos y cauces a los ministerios en la vida eclesial.

04.- ¿qué nos dice la caja negra de este hundimiento?

  • Si no hay curas al estilo tridentino, -curas- es porque no hay seminaristas y si no hay ni curas ni seminaristas es porque no hay cristianos.
  • La descristianización y la secularización, la ausencia de evangelio y de pensamiento en nuestro pueblo es enorme. El nihilismo nos embarga.

En nuestra diócesis se bautizan menos del 50% de los que nacen. Apenas se dan matrimonios canónicos. En los años 1990’ se confirmaban en Guipúzcoa alrededor de 3000 chicos / chicas al año, hoy escasamente llegan a confirmarse algún centenar al año; cada vez son más los que mueren sin sacramentos y va aumentando el número de quienes no tienen -no desean- un funeral cristiano.

  • Si no hay cristianos haríamos bien en preguntarnos ¿por qué?, ¿Qué ha pasado en esta Europa, también en nuestro pueblo, en nuestra diócesis en los últimos 150 años, y qué ha pasado en la Iglesia y en nuestro pueblo?
  • Hemos de ser conscientes también que el régimen de cristiandad terminó hace ya décadas y no es cierta la “España católica”, ni el “euskaldun fededun”.
  • El nuevo Código de Derecho Canónico de 1983, define la Iglesia como la comunidad de bautizados.

Recuerdo que D José Mª Setién comentando el nuevo Código decía que comenzaba con mal pie, pues la Iglesia no es la comunidad de bautizados, sino la comunidad de creyentes.

Una primera conclusión es que, si no hay curas ni seminaristas es porque no hay creyentes.

  • Sin embargo la pastoral sigue funcionando como “si, sí”, aquí “no pasa nada”. La pastoral va de “remiendo en remiendo litúrgico sacramental”, pero sin evangelización, si fe.
  •  ¿No deberíamos caminar hacia una evangelización humilde, creativa, con anzuelo (ya no con red), personalmente? Porque no estamos ya en tiempos de redes de cristiandad masiva, estamos en un momento de una pastoral de Nicodemo o de la samaritana, o Zaqueo (personalmente) y no de masas y grandes concentraciones.
  • Según me parece, la pastoral en nuestra diócesis es casi meramente ritualista, sacramentalista, pero la evangelización “ni se toca”. Las grandes cuestiones de la vida no se abordan desde el evangelio, desde la fe: el sentido de la vida, la descristianización, la secularización, la esperanza y la desesperación, el nihilismo: el suicidio, las opciones socio-políticas, etc.
  • Por otra parte nos haría bien volver a recorrer los caminos bíblicos, históricos, teológico-pastorales y pensar desde el evangelio en una diversidad y amplitud de la estructura de la misma Iglesia, del ministerio eclesial. Ello abriría puertas y caminos, abriría mentes, para comprender lo que es la Iglesia y el servicio eclesial.
  • Día del Seminario.

En el NT, en los primeros siglos de la vida iglesia, la ministerialidad fue mucho más amplia de la trilogía actual: diácono, presbítero, epískopo.

En los primeros tiempos de la iglesia había ministerios mucho más variados, En la Iglesia primitiva había profetas, maestros, doctores, jóvenes, incluida la mujer: Febe era una diaconisa a la que menciona S Pablo en Rm 16,-2.

En la Iglesia de los comienzos se vivió con otra concepción del ministerio, con otra mentalidad y con otros estilos y otras tareas.

  • La llamada en la iglesia primitiva no era una “vocación” que uno sentía en su interior e iba a un seminario. (Los seminarios en la Iglesia nacen a partir del concilio de Trento: finales del siglo XVI, XVII). La llamada la hacía la comunidad.

En una comunidad (parroquia) tenemos enfermos, hemos de atender las mesas (Aterpe), cuidar, educar a los niños, celebrar la Eucaristía, etc. Y alguien, algunos  de esa comunidad eran elegidos e instituidos en ese ministerio…

  • El ministerio es más sencillo y servicial que la clericalización que proviene de la época constantiniana y se acuña en el modelo sacerdotal tridentino. La Iglesia nació sin curas (José Mª Gzlez Ruiz).
  • Son posibles y deseables otros tipos de ministerios ¿No habrá que pensar, y potenciar después otras formas y modelos de ministerios en la Iglesia?
  • En el NT, era imposible una “crisis de vocaciones” en la vida de las comunidades cristianas, porque “alguien” era designado o se ofrecía para atender las necesidades de la asamblea eclesial. ¿No es pensable hoy ese modo de proceder?

05.- El miedo subyace al clericalismo.

Llevamos tres o cuatro años con el Sínodo a vueltas, pero una sinodalidad que no termina de “arrancar”. Es muy valioso el pensamiento y deseos de cambio del papa Francisco, pero según me parece, el miedo a los sectores más conservadores de la Iglesia es lo que frena y bloquea una apertura y un “pequeño nuevo Pentecostés” como lo fue el Concilio Vaticano II.

        Volvamos al Evangelio, a las iglesias nacientes, a la historia, volvamos a pensar y repensar las cosas.

Pueda que se den algunas dificultades en la configuración moderna de las estructuras y ministerios eclesiales, pero se puede -si se quiere- abrir nuevos cauces para que corra el agua del Evangelio y lleguemos a la fe.

        El clericalismo y el poder no soportan cambios ni aperturas, ni fisuras.

06.- Mirada ecuménica

        Por otra parte a nadie se le ocurre echar una mirada a nuestros hermanos cristianos separados -o no-: sobre todo a la ortodoxia, al luteranismo, al anglicanismo.

        Ellos llevan muchos años configurando la Iglesia lo mejor que Dios les da a entender y van dando pasos. Nosotros los católicos no somos ni más listos, ni mejores.

07.- No perdamos la calma.

        Sin embargo, y a pesar de todo, No perdáis la calma nos dice Jesús también hoy a nosotros. Confiad. Hay una virtud que se llama humildad. Si fuimos potentes, una cristiandad por todo el mundo. Hoy nos podemos aplicar lo del libro de Daniel:

En este momento no tenemos príncipes, ni profetas, ni jefes … Por eso, acepta nuestro corazón contrito y nuestro espíritu humilde. (Dn 3,37-39)

        Seamos humildes y no nos angustiemos, ni caigamos en un voluntarismo ultramontano No somos más, no podemos más: esta es nuestra debilidad, nuestra fe, nuestro testimonio. Ser anciano no es ningún delito ni fuente de culpabilidad; ser pobre, tampoco; ser sencillo, menos; ser pocos tampoco es malo.

No estamos en un momento clericalmente brillante, pero sí estamos en el centro del evangelio, no perdamos la calma. Confiemos.

“Ya viene la salvación de Dios”, por Consuelo Vélez

Domingo, 8 de diciembre de 2024

IMG_8898De su blog Fe y Vida:

Comentario al evangelio del II domingo de adviento 08-12-2024

Con Juan Bautista se cierra el profetismo del Antiguo Testamento para dar paso a Jesús

Juan Bautista encarna las palabras del profeta Isaías, siendo ese profeta que prepara los caminos del Señor

Pidamos una conversión sincera para reconocer en el Niño que nace, al Salvador del mundo

El año quince del reinado del emperador Tiberio, siendo gobernador de Judea Poncio Pilato, tetrarca de Galilea Herodes, su hermano Felipe tetrarca de Iturea y Traconítida y Lisanio tetrarca de Abilene, bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás, la Palabra del Señor se dirigió a Juan, hijo de Zacarias, en el desierto. Juan recorrió toda la región del río Jordán predicando un bautismo de arrepentimiento para perdón de los pecados, como está escrito en el libro del profeta Isaías: Una voz grita en el desierto, Preparen el camino al Señor, enderecen sus senderos. Todo barranco se rellenará, montes y colinas se aplanarán, lo torcido se enderezará y lo disparejo será nivelado y todo mortal verá la salvación de Dios

(Lc 3, 1-6).

En este segundo domingo de adviento, el evangelio de Lucas nos presenta la figura de Juan el Bautista a quien conocemos como el profeta que cierra el ciclo de profetas del Antiguo Testamento para dar paso al profeta Jesús en el Nuevo Testamento. En primer lugar, el texto sitúa el tiempo en el que vive Juan Bautista señalando las autoridades políticas y religiosas. Es tiempo del emperador Tiberio, de Poncio Pilato, de Herodes en cuanto el ámbito civil y con Anás y Caifás en lo religioso. De alguna manera estos datos de la historia muestran a los profetas respondiendo a cada momento histórico, haciendo de su palabra una lectura sobre el presente que viven, percibiendo lo que los demás no ven y ayudando a sus contemporáneos a interpretar lo que está sucediendo.

El texto continúa diciéndonos quien es Juan, lo cual ya lo sabemos por los primeros capítulos del evangelio. Es hijo de Zacarías y añade donde está realizando su misión: en el desierto, lugar que representa el encuentro con Dios, reafirmando así que su palabra viene de Dios. Juan está predicando el bautismo de conversión de los pecados y, como el texto lo explicita, está cumpliendo la palabra del profeta Isaías el cual ya hablaba de un profeta cuya misión era preparar el camino del Señor con quien llegaría la salvación.

Esa palabra de Juan hoy se dirige también a nosotros y adviento es el tiempo propicio para ello. La salvación llega con Jesús y los cambios serán evidentes y radicales: los senderos se enderezan, los barrancos se rellenan, los montes y colinas se aplanan, pero todo esto exige nuestra preparación para conseguir su realización. Hemos de entender la realidad que vivimos para propiciar los cambios que urgen. La salvación no es meramente en sentido espiritual sino en sentido integral. Porque los corazones cambian, la realidad se transforma para el bien y, en la medida que esta se transforma, más corazones o más personas podrán vivir el bien y la bondad. Escuchemos, entonces, la predicación de Juan y pidamos esta conversión sincera y la apertura necesaria para reconocer en el Niño Jesús que viene al Salvador del mundo.

(Foto tomada de: https://www.sotodelamarina.com/2018/04/Q3/20180425Estanislao_Martin_Rincon.htm

María… pequeña María… Madre del Mundo Nuevo.

Domingo, 8 de diciembre de 2024

El 8 de diciembre de 1854, Pío IX definió este dogma con las siguientes palabras: «Para honor de la santa e indivisa Trinidad…, declaramos, proclamamos y definimos que la doctrina que sostiene que la beatísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano, está revelada por Dios y debe ser por tanto firme y constantemente creída por todos los fieles». Antes, la Orden Franciscana, en su Capítulo celebrado en Toledo el año 1645, «escogió a la bienaventurada Virgen María, Madre de Dios, en cuanto la confesamos y celebramos inmune de la culpa original en su misma Concepción, como Patrona singular de toda la Orden de los Frailes Menores». Y aquello no fue una novedad rara en la historia de la familia franciscana, que desde sus primeros tiempos se distinguió como defensora acérrima de este privilegio sin par de María. El beato Juan Duns Escoto fue su adalid, y la campaña por él iniciada la prosiguió la Orden, sin desmayos, a lo largo de los siglos. Así celebramos hoy el “gran momento de la historia cuando cielos y tierra, la creación entera enmudeció esperando escuchar el «FIAT» de nuestra Señora”

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MADRE DEL MUNDO NUEVO

Estamos otra vez en el Principio.
Dios quiere hablar y el aire se acrisola.
Como un niño, en la sangre, nace el mundo;
y del caos emerge la Esperanza, con sus flores salvadas de la muerte.
(Este ramo de olivo que crece en tus pisadas, paloma de Sus Ojos,
tendrá toda la Tierra penitente para echar las raíces…).

Aún no mugía el mar, ni tendía sus lonas el cielo por los montes,
y tú jugabas ya -la consentida- en la plaza infinita de Sus Manos:
primera siempre al mimo de Su Gozo…
Si estamos otra vez en el Principio, tendrás que amanecer: el Mundo Nuevo
necesita la puerta de tu seno para llegar incólume,
(Belén se apuesta siempre detrás de tus espaldas).

Mientras los hombres buscan sus tesoros piratas -¡los bajeles perdidos de sus rutas sin norte!-,
un día, inesperado, tú surges de las simas del Paranagua, viva,
como un tesoro tierno a la memoria,
antigua de ternura y de favores, coronada de espuma de sorpresas,
con el Niño en los brazos, ofrecido…
La Tierra está en mantillas, dormida en tu regazo.

La Europa verdadera, como un cruzado loco que vuelve escarmentado
de tantas aventuras,
espera tu venida junto a Chartres y en la umbría sagrada de Einsiedeln.
Los almendros latinos aún tienen primavera para acoger tus plantas.
Todavía hay pastores y un buey manso en la cumbre.
¡Todo el cuerpo de Europa se ha hecho gruta, en la herida,
para enmascarar la luz de tu presencia!

América sacude sus pañales, con un grito rebelde, contra el mar transitado,
pero en su boca niña balbucea, cantando, tu nombre, Guadalupe,
y late la manigua como un puerto que siente tu llegada:
-¡Vendrá Santa María, libre de carabelas!
Como una diosa estéril y fecunda, empapada en la lluvia de la Espera,
como una cruz cansada de martirio,
Asia cruje, sangrando por sus lotos…
¡Pero el bambú ya ensaya cañas de profecía detrás de las Comunas;
la Luna sabia sigue tus pies para calzarte,
y en la liturgia hindú llama a tu Hijo el arpa de Tagore y de los parias!

Mientras llegan los sueños en cayuco inestable,
y acosada por todos los pájaros secretos que hierven en la selva con la noche,
Africa arrulla, alborotadamente, sus veinte cunas nuevas.
Se quiebran sus tambores en parches de alegría
y las lanzas preguntan por la aurora:
¡porque el mar no termina en la mirada!
Y danzan sus miningas, con las anillas rotas,
enarbolando el sol entre las risas,
¡porque hay una Mujer sobre las chozas, detrás de las estrellas,
con el sol en los hombros, como un clote!
Con los sueños que llegan en cayuco inestable, arriba el Evangelio mecido por tus manos;
llegan tus manos fieles, con la Paz en la proa.

Neófitas de sal y de promesas, las Islas balbucientes acuden al marfil de tu garganta,
con un abrazo tenso de siglos de impaciencia, seguras del Encuentro.

¡Todos los meridianos se enhebran en la rosa de tu Nombre…!

Estamos otra vez en el Principio
y nace el mundo, nuevo, del seno de tu Gracia,
hermosamente grande y sin fronteras.
¡Que callen los profetas fatídicos! Cabemos
todos juntos, hermanos, en la mesa que el Padre ha abastecido.
¡Que calle todo miedo, para siempre!

Los átomos dispersos se engarzarán, sumisos, en tu manto;
y el cielo, descubierto en mil caminos,
se hará pista a tus viajes de ¡da y vuelta -de Dios hasta los hombres-,
¡nostalgia nuestra, Asunta!

…Dios llega al aeropuerto de la Historia;
a tiempo en todo Tiempo, el heredado pulso de tu sangre.

Los sellos del Concilio acuñan tu figura sobre la piel lavada de la Iglesia,
y llega una corona de voces alejadas, en pleamar dichosa,
al pie de tu Misterio…

Estamos otra vez en el Principio y ha empezado tu era:
¡por derecho de Madre tú patentas la luz amanecida!

*

Pedro Casaldáliga
“Llena de dios, y tan nuestra”.
Antología mariana

***

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Pieta,
de Kim Ki-duk.

La aurora es un momento fabuloso: el que precede inmediatamente al salir el sol. Antes sólo eran tentativas. Un leve palidecer el cielo por oriente, apenas visible en la noche. Sigue un clarear creciente, lentamente al comienzo, luego más rápidamente, siempre más rápidamente. Finalmente un instante en el que el surgir de la luz es tan victorioso y ardiente, el esplendor tan cegador a los ojos habituados a la noche, que nos podríamos creer ante el mismo sol: apenas un instante después, como una llamarada, su luz arde en el hilo del horizonte. Y finalmente el sol. Hasta ese momento, nos podíamos haber engañado, pues ya se transparentaba en lo que sólo era la aurora. Lo mismo la Inmaculada concepción. Primero, a lo largo de los siglos precedentes, se trataba del alba de Cristo, de los comienzos de su pureza y santidad, ya maravillosos considerando que se realizaban en la naturaleza humana, pero aún oscuros respecto a El. María es el culmen de la aurora, el surgir del día. Pero su luz ilumina a todos. La Inmaculada concepción distingue a María de los demás humanos sólo para unirla más a Cristo, que pertenece a todos (…).

Tras el decreto que estableció la venida de Cristo, se da esta larga preparación que ya la realiza inicialmente y que llena toda la historia antigua de la humanidad. Ahora bien, toda esta preparación lleva a María, porque ella (…) es portadora de Cristo. La preparación es inmensa: es la única obra de Dios mismo en este mundo; se compromete con todo su amor: haciendo confluir, en virtud de su gracia, todo lo que en nuestros esfuerzos humanos hay de verdaderamente bueno: se plasma una naturaleza humana que será la suya.

Llega un día en que todo está preparado. En la Virgen todo se reúne para pasar de ella al Hijo (…). María es la figura absoluta y total, y lo es para siempre, porque, siendo Madre de Dios, es la que une el Hombre-Dios con la humanidad.

*

É. Mersch,
La théologie du Corps mystique,
I
, Tournai 1944, 219-221.

***

La misión maternal de María hacia los hombres no oscurece ni disminuye de ninguna manera la única mediación de Cristo, sino más bien muestra su eficacia.

Porque todo el influjo salvífico de la bienaventurada Virgen en favor de los hombres nace del divino beneplácito y de la superabundancia de los méritos de Cristo, se apoya en su mediación, depende totalmente de ella y de la misma saca toda su virtud; y lejos de impedirla, fomenta la unión inmediata de los creyentes con Cristo.

La bienaventurada Virgen, predestinada, junto con la Encarnación del Verbo, desde toda la eternidad, cual Madre de Dios, por designio de la divina providencia,  fue en la tierra la esclarecida Madre del Divino Redentor y, de forma singular, la generosa colaboradora entre todas las criaturas y la humilde esclava del Señor.

Y esta maternidad de María perdura sin cesar en la economía de la gracia, desde el momento en que prestó fiel asentimiento en la Anunciación y lo mantuvo sin vacilación al pie de la cruz, hasta la consumación perfecta de todos los elegidos. Pues una vez recibida en los cielos, no dejó su oficio salvador, sino que continúa alcanzándonos por su múltiple intercesión los dones de la eterna salvación.

Con su amor materno cuida de los hermanos de su Hijo, que peregrinan y se debaten entre peligros y angustias y luchan contra el pecado hasta que sean llevados a la patria feliz. Por eso, la bienaventurada Virgen es invocada en la Iglesia con los títulos de abogada, auxiliadora, socorro, mediadora.

La Iglesia no duda en atribuir a María ese oficio subordinado: lo experimenta continuamente y lo recomienda al corazón de los fieles para que, apoyados en esta protección maternal, se unan más íntimamente al Mediador y Salvador .

*

Del Concilio Vaticano II,
Lumen gentium, 60-62.

***.

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