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“El cristianismo de María Magdalena” por Juan José Tamayo, teólogo.

Lunes, 22 de julio de 2024

mary-magdalene-6e5a131d0dc85e1439fe556313b910251421f22f-s6-c30El Papa Francisco elevó la Memoria de María Magdalena, convirtiéndola en fiesta, que se celebrará todos los años el 22 de Julio. Por eso, para este día, recomendamos la lectura de los artículos, muchos, que hemos dedicado a la figura de la Apostolorum Apostola, y refrescamos este que leímos en la página web de Redes Cristianas

En su obra La Ciudad de las Damas, de principios del siglo XV, la escritora francesa Christine de Pisan constataba la disparidad entre la imagen negativa de los varones sobre las mujeres y el conocimiento que tenía de sí misma y de otras mujeres. Los varones afirmaban que el comportamiento femenino estaba colmado de todo vicio; juicio que en opinión de Christine demostraba bajeza de espíritu y falta de honradez. Ella, por el contrario, tras hablar con muchas mujeres de su tiempo que le relataron sus pensamientos más íntimos y estudiar la vida de prestigiosas mujeres del pasado, les reconoce el don de la palabra y una inteligencia especial para el estudio del derecho, la filosofía y el gobierno.

La situación de entonces se repite hoy en la mayoría de las religiones, que se configuran patriarcalmente y nunca se han llevado bien con las mujeres. Estas no suelen ser consideradas sujetos religiosos ni morales, por eso se las pone bajo la guía de un varón que las lleve por la senda de la virtud. Se les niega el derecho a la libertad dando por supuesto que hacen mal uso de ella. Se les veta a la hora de asumir responsabilidades directivas por entender que son irresponsables por naturaleza. Son excluidas del espacio sagrado por impuras. Se las silencia por creer que son lenguaraces y dicen inconveniencias. Son objeto de todo tipo de violencia: moral, religiosa, simbólica, cultural, física, etc.

Sin embargo, las religiones difícilmente hubieran podido nacer y pervivir sin ellas. Sin las mujeres es posible que no hubiera surgido el cristianismo y quizá no se hubiera expandido como lo hizo. Ellas acompañaron a su fundador Jesús de Nazaret desde el comienzo en Galilea hasta el final en el Gólgota. Recorrieron con él ciudades y aldeas anunciando el Evangelio (=Buena Noticia), le ayudaron con sus bienes y formaron parte de su movimiento.

La teóloga feminista Elisabeth Schüssler Fiorenza ha demostrado en su libro En memoria de ellaque las primeras seguidoras de Jesús eran mujeres galileas liberadas de toda dependencia patriarcal, con autonomía económica, que se identificaban como mujeres en solidaridad con otras mujeres y se reunían para celebrar comidas en común, vivir experiencias de curaciones y reflexionar en grupo.

El movimiento de Jesús era un colectivo igualitario de seguidores y seguidoras, sin discriminaciones por razones de género. No identificaba a las mujeres con la maternidad. Se oponía a las leyes judías que las discriminaban, como el libelo de repudio y la lapidación, y cuestionaba el modelo de familia patriarcal. En él se compaginaban armónicamente la opción por los pobres y la emancipación de las estructuras patriarcales. Las mujeres eran amigas de Jesús, personas de confianza y discípulas que estuvieron con él hasta el trance más dramático de la crucifixión, cuando los seguidores varones lo abandonaron.

En el movimiento de Jesús las mujeres recuperaron la dignidad, la ciudadanía, la autoridad moral y la libertad que les negaban tanto el Imperio Romano como la religión judía. Eran reconocidas como sujetos religiosos y morales sin necesidad de la mediación o dependencia patriarcal. Un ejemplo es María Magdalena, figura para el mito, la leyenda y la historia, e icono en la lucha por la emancipación de las mujeres.

A ella apelan tanto los movimientos feministas laicos como las teologías desde la perspectiva de género, que la consideran un eslabón fundamental en la construcción de una sociedad igualitaria y respetuosa de la diferencia. María Magdalena responde, creo, al perfil que Virginia Woolf traza de Ethel Smyth: “Pertenece a la raza de las pioneras, de las que van abriendo camino. Ha ido por delante, y talado árboles, y barrenado rocas, y construido puentes, y así ha ido abriendo camino para las que van llegando tras ella”.

Las mujeres fueron las primeras personas que vivieron la experiencia de la resurrección, mientras que los discípulos varones se mostraron incrédulos al principio. Es esta experiencia la que dio origen a la Iglesia cristiana. Razón de más para afirmar que sin ellas no existiría el cristianismo. No pocas de las dirigentes de las comunidades fundadas por Pablo de Tarso eran mujeres, conforme al principio que él mismo estableció en la Carta a los Gálatas: “ya no hay más judío ni griego, esclavo ni libre, varón o hembra”.

Sin embargo, pronto cambiaron las cosas. Pedro, los apóstoles y sus sucesores, el papa y los obispos, se apropiaron de las llaves del reino, se hicieron con el bastón de mando, que nada tenía que ver con el cayado del pastor para apacentar las ovejas, mientras que a las mujeres les impusieron el velo, el silencio y la clausura monacal o doméstica. Eso sucedió cuando las iglesias dejaron de ser comunidades domésticas y se convirtieron en instituciones políticas e Iglesia.

¿Cuándo se reparará tamaña injusticia para con las mujeres en el cristianismo? Habría que volver a los orígenes, más en sintonía con los movimientos de emancipación que con las Iglesias cristianas de hoy. Es necesario cuestionar la primacía –el primado- de Pedro, que implica la concentración del poder en una sola persona e impide el acceso de las mujeres a las responsabilidades directivas compartidas.

Hay que recuperar el discipulado de María Magdalena, “Apóstol de los Apóstoles, como la llama Elisabeth Schüssler en un artículo del mismo título pionero en las investigaciones feministas sobre el Testamento cristiano, en referencia al reconocimiento que se le daba en la Antigüedad cristiana. Es necesario revivir, refundar el cristianismo de María Magdalena, inclusivo de hombres y de mujeres, en continuidad con los profetas y las profetisas de Israel y con el profeta Jesús de Nazaret, pero no con la sucesión apostólica, de marcado acento jerárquico-patriarcal.

Un cristianismo olvidado entre las ruinas valladas de la ciudad de Magdala, lugar de nacimiento de María Magdalena, que visité hace tres años, a siete kilómetros de Cafarnaún, donde tuvo su residencia Jesús de Nazaret durante el tiempo que duró su actividad pública. En las excavaciones que se llevan a cabo en Magdala se descubrió en 2009 una importante sinagoga Ahí se encuentra la memoria subversiva del cristianismo originario liderado por Jesús y María Magdalena, que fue derrotado por el cristianismo oficial.

Pero de aquel cristianismo sepultado bajo esas ruinas emerge un cristianismo liberador vigoroso, desafiante, y empoderado a través de los movimientos igualitarios que surgen en los márgenes de las grandes iglesias cristianas, como surgió en los márgenes el primer movimiento de Jesús, de María Magdalena y de otras mujeres que le acompañaron durante los pocos meses que duró su actividad pública..

Es necesario heredar la autoridad moral y espiritual de María de Magdala como amiga, discípula, sucesora de Jesús y pionera de la igualdad. En definitiva, Jesús Nazaret, María Magdalena, Cristina de Pisan, Virginia Woolf, los movimientos feministas, las comunidades de base y la teología feminista de las religiones caminan en dirección similar. Por ahí han de ir las nuevas alianzas, creadas desde abajo y no desde el poder, en la lucha contra la violencia de género y la exclusión social de las mujeres.

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Juan José Tamayo es miembro del Comité Científico del Instituto Universitario de Estudios de Género de la Universidad Carlos III de Madrid y autor de Cincuenta intelectuales para una conciencia crítica (Fragmenta, Barcelona, 2013) y de Invitación a la utopía. Ensayo histórico para tiempos de crisis (Trotta, Madrid, 2012), que tiene un capítulo dedicado a la utopía feminista.

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“Contra la cultura del malestar”, por Gabriel Mª Otalora

Martes, 21 de mayo de 2024
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IMG_4612De su blog Punto de Encuentro:

La expresión “Welfare State” -Estado del bienestar- surge en Gran Bretaña (1942) donde se dan las bases para una democracia que cubra las necesidades básicas de una vida digna para todos. A partir de los impuestos de todo ciudadano en edad laboral, nace el derecho universal a una vivienda familiar, a la jubilación y a la sanidad pública. Fue el embrión de muchas otras coberturas y prestaciones.

La cultura del malestar sería el reverso por los efectos del neoliberalismo paralizante, dado que es mucho más que una teoría económica. Nos vendieron la globalización como positiva, y cedimos la soberanía financiera, cuando lo cierto es que la codicia era su principal razón de ser, cada vez en menos manos. Con la liberalización de la economía global descontrolada, el margen de maniobra de gobiernos y poderes públicos es limitado e insuficiente. La consecuencia mundial son las desigualdades en aumento, cuya onda expansiva llega hasta la clase media, a la economía real. El Estado del Bienestar no es la causa de la crisis económica.

No estoy proponiendo el modelo colectivista autoritario (soviético o maoísta) que nunca ha triunfado con la violencia y la falta de libertad. Pero es una falacia obligarnos a elegir entre comunismo y capitalismo, como únicas formas de gobernarse la sociedad. La involución neoliberal a la que me refería se aprecia en la calculada insatisfacción consumista, la obsesión por la acumulación como receta de bienestar, el deterioro de la política… mientras crece la superficialidad en los lazos sociales y familiares en beneficio de la conexión on line. Este ensimismamiento individualista produce malestar y profundiza la angustia social. Espectadores y víctimas a la vez.

Por supuesto que este asunto concierne a toda la eurozona, lugar privilegiado si comparamos la situación global del planeta. Aún así, la autocomplacencia de la UE en medio de una pérdida de confianza en sus organismos representativos va produciendo un declive (decadencia) del que se aprovecha la extrema derecha. Es el precio de aceptar pasivamente un modelo consumista que no atiende a los peligros de arrasar el planeta. El consumismo es intocable, a pesar de la  deuda pública y privada que acumula, imposible de estabilizar ni a medio plazo.

De hecho, ya percibimos la fragilidad social del modelo neoliberal que ahora se presenta cruel. En primer lugar con nosotros: mejor es que cada cual se pague sus necesidades, pero al hablar de impuestos, ese dinero lo guardamos para nuestras necesidades. ¿Y quién no lo tenga para sufragarlas? Como si la enfermedad fuese a voluntad y la desprotección estuviera justificada para legalizarla. Y en segundo lugar, con la inmigración justa teñida por la xenofobia.

La crisis social se ha instalado y amenaza con el Estado del Bienestar pareciéndose al estado del malestar, como ya ocurre en gran parte del planeta. Los logros alcanzados es el fruto de muchos años de trabajo y del empeño para que la mayoría viva dignamente desde los acuerdos entre diferentes.

Frente a la competitividad del mercado, es necesario reivindicar la igualdad de oportunidades real como requisito de ejercer la libertad solidaria  que lleva al bienestar. El reto está en el difícil equilibrio entre el libre mercado y los servicios universales estatales. O dicho mejor, el reto es evitar la pérdida del bien común al sustituirlo por el bienestar: ¡lo importante es el Estado del Bien Común! que exige derechos ¡y deberes responsables! con una iniciativa privada no capitalista para un Estado solidario fuerte.

No todo vale para salir del estado del malestar. Requiere función pública eficaz y actuación personal ética y comprometida; ocuparnos, cada persona, de los cimientos más que de los edificios vistosos; de generar bondad -desinteresada- a nuestro alrededor para lograr el bien común universal, el Estado del Bien Común que alcance también a tanto inmigrante desprotegido.

Jesús de Nazaret hizo política, aunque no fuera partidista: se implicó en las necesidades e injusticias y miró con amor a quienes lo padecían; es decir, denunció lo que deshumanizaba y se afanó en ayudar a quien lo necesitaba, también con amor. Esto es evangelizar hoy, ser nosotros Buena Noticia.

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“Jesús de Nazaret”, por Miguel Ángel Mesa

Jueves, 9 de mayo de 2024
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De su blog Otro mundo es posible:

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«No hay más que un líder: Cristo Jesús. Jesús es la fuente de la esperanza. En Jesús se apoya lo que predico. En Jesús está la verdad de lo que estoy diciendo»
(Monseñor Óscar Romero).

Podemos llevar camisetas, gorras, rosarios o cruces con la imagen de Jesús. Y no está mal. Pero eso no significa que seamos los seguidores, amigos, hermanos de Jesús. Porque a Jesús hay que vivirle desde la buena noticia del Evangelio, desde su programa de vida, las Bienaventuranzas, y desde la opción por los empobrecidos, excluidos y marginados.

Y ahí es donde encontramos el verdadero camino de realización humana y espiritual de quienes han decidido seguirle. En sus palabras y su vida, de entrega, cuidado y sanación, se transparenta el verdadero rostro de su querido Abbá, el Dios-Misterio de amor de los mil nombres, Padre y Madre de toda la humanidad.

En Jesús se muestran y ejemplifican los mejores sentimientos que puede albergar el alma humana, dando sentido a la existencia, en medio de días tristes y felices, angustias y momentos de paz, épocas de plenitud y de mezquindad…

Seguir a Jesús significa desvivirse por el Reinado de Dios, lo que hoy llamaríamos «otro mundo posible», la construcción de una nueva sociedad que no esté basada en los valores del dinero, el consumo, el poder, el dominio de unos sobre otros, sino en la igualdad, la solidaridad y la fraternidad. En definitiva, otro paradigma, otra forma de vivir, de relacionarnos, de tratarnos y respetarnos, de cuidar a todos, especialmente a los más débiles y desfavorecidos y a la madre Tierra.

Las comunidades de fe y vida, que se reúnen en el nombre de Jesús, celebran su vida, se comprometen y sufren la cruz de la persecución por la justicia, están compuestas por mujeres y hombres que se muestran compasivos, trabajan por la paz, no se dejan esclavizar por el dios-dinero, festejan las alegrías de los otros y se compadecen con un corazón de carne ante los sufrimientos de los demás.

Quienes se encuentran con Jesús, intentan manifestar en sus vidas, los sentimientos y actitudes de su divino Maestro y Hermano, no se dejan abatir por las dificultades, cultivan la frágil flor de la esperanza, mostrando a su alrededor que la vida tiene un sentido, que estamos llamados a la auténtica felicidad (que no es la que presenta el mundo), que tenemos que luchar cada día contra la muerte que nos rodea, principalmente en los crucificados, bajándoles de sus cruces; que estamos llamados a más vida, a una vida profunda, a la resurrección de nuestra propia vida y de los demás, ya aquí en la tierra, como germen de vida eterna.

solidaridad

¡Señor Jesús!

Mi Fuerza y mi Fracaso
eres Tú.
Mi Herencia y mi Pobreza.
Tú, mi Justicia,
Jesús.
Mi Guerra
y mi Paz. 

¡Mi libre Libertad!
Mi Muerte y Vida,
Tú,
Palabra de mis gritos,
Silencio de mi espera, 

Testigo de mis sueños.
¡Cruz de mi cruz!
Causa de mi Amargura,
Perdón de mi egoísmo,
Crimen de mi proceso,
Juez de mi pobre llanto,
Razón de mi esperanza,
¡Tú!
Mi Tierra Prometida
eres Tú…
La Pascua de mi Pascua.
¡Nuestra Gloria por siempre
Señor Jesús!

(Pedro Casaldáliga)

«Felices quienes experimentan como Jesús, la cercanía, la presencia y la íntima certeza de un Dios-todo-bondad que nos fortalece, anima y acompaña en el sendero de la vida».

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad

“El lirio y el pájaro”, por Gabriel Mª Otalora

Martes, 30 de abril de 2024
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Fotografi efter blyantstegning udført ca. 1840 af N. C. Kierkegaard

IMG_4348De su blog Punto de encuentro:

20.04.2024 | Gabriel Mª Otalora

La humildad lo es todo. Sin embargo, tiene poco prestigio mientras que socialmente tiende a desaparecer de la cultura que nos rodea, proclive al individualismo; sus consecuencias no pueden ser peores: egoísmo, subjetivismo y narcisismo. No es la mejor tarjeta de visita para una sana convivencia, tal y como atestigua el volumen de trabajo de los psicólogos y los psiquiatras. Jesús de Nazaret no hablaba por hablar.

Ser humilde no significa ser simple o inseguro. Todo lo contrario, una persona que posea una adecuada autoestima es la que puede desarrollar mejor los valores de la humildad. Desde luego que no es virtud de necios.

Si nos centramos en el Evangelio, no se puede ser cristiano verdadero sin vivir seriamente la humildad; porque imita a Cristo: “El que sea el mayor entre vosotros que se haga como el menor, y el que manda que sea como el que sirve” (Mc 10,43). “Si no os hacéis como niños, no podréis entrar en el reino de los cielos” (Mt 23,12; 18,3). Miradme a mí, “que no he venido a ser servido, sino a servir” (Mc 10,45).

Venid a mí, que soy manso y humilde de corazón… Dios se ha hecho pequeño, para que podamos ser grandes, con grandeza verdadera: la humildad de corazón. Esta humildad de Dios se nos hace presente de una manera radical, en el misterio de la Encarnación para integrarse por amor en nuestra historia, y compartir así plenamente lo que somos y lo que tenemos, incluyendo las limitaciones propias de nuestra condición menos en el pecado.

El filósofo Soren Kierkegaard elige otro pasaje del Evangelio para recrear una fábula en torno al pasaje de los lirios del campo y de las aves del cielo (Mateo, Lucas y el apócrifo Tomás), advirtiendo de los riesgos de la falta de humildad. Lo sencillo, que no simple, es sabio:

Había una vez un lirio que crecía sano en un lugar apartado, junto a un arroyo. Era una flor que vivía despreocupada y alegre. El tiempo pasaba felizmente hasta que un día se le acercó un pajarillo; habló con el lirio y le cantó alguna cancioncilla. El pájaro volvió al día siguiente, y al otro… Después de una semana, de pronto se ausentó unos cuantos días, hasta que al fin otra vez regresó diariamente. Esto le pareció al lirio extraño; pero sobre todo suele ocurrir lo que le pasó al lirio: a medida que se alternaban sus visitas con sus ausencias le echaba más en falta por el cariño que le iba cogiendo al pájaro. Pero aquel pajarillo no era un buen pájaro, trataba casi todo el tiempo de darse importancia, utilizando para ello la libertad de ir y venir que no tenía el lirio y haciéndole sentir a este lo atado que estaba a la tierra.

El pájaro se daba importancia y acababa sus peroratas con alguna humillación: “Comparado con ellos pareces un don nadie. Eres tan insignificante que no sé con qué derecho te llamas a ti mismo un lirio”. Cuanto más escuchaba al pájaro, el lirio se pasaba el día pensando que era un desgraciado, que no era justo estar sujeto al suelo. El murmullo del agua, que siempre lo había acompañado, se le antojó aburrido y los días se le hicieron cada vez más largos. No aceptaba su condición envidiando el vuelo del pájaro.

Y empezó a decirse: ¿Por qué no me tocó existir en otras circunstancias? Por fin, un día, la flor se confió al pájaro y le contó sus deseos. Le pidió ayuda para cambiar. Por la mañana temprano vino el pajarillo; con su pico echaba a un lado la tierra que rodeaba la raíz del lirio para que éste pudiera quedar libre. Terminada la tarea, el pájaro se irguió vanidoso, ascendió sujeto en el pico del pájaro… ¡Pero se marchitó por el camino!

Las personas humildes triunfan porque escapan de los trastornos de la altura y se valoran por lo que son, sin claudicar ante el arrogante pájaro. Y a la vez, son capaces de valorar a los demás, lo que conduce a la sana  colaboración. Si el preocupado lirio se hubiera contentado con ser lirio donde nació, no habría llegado a preocuparse comparando su naturaleza con la del pájaro; hubiera permanecido en su lugar, y ahí hubiese sido el mejor lirio que él pudiera llegar a ser. Y quien dice lirio, dice cualquiera de nosotros.

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“Repensar el cristianismo”, por José Arregi.

Miércoles, 3 de abril de 2024
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IMG_3681De su blog Umbrales de Luz:

Tienes en tus manos un pequeño gran libro, profundo y sencillo, interesante y ágil, crítico y exquisitamente respetuoso, lleno de información y lucidez. Cada capítulo, tan breve como sustancioso, me parece magistral en su sencillez: claro, ágil, sobrio, bello.

Es un libro de plena actualidad, a pesar de lo que pudiera parecer por el tema del que trata: repensar el cristianismo. Repensar el cristianismo –sus formulaciones históricas, sus dogmas, ritos y cánones, todas sus instituciones, y también sus geniales y potencialmente inspiradoras intuiciones de fondo–, repensarlo desde nuestros grandes desafíos éticos, políticos, culturales, repensarlo todo, desde la A hasta la Z, de manera crítica, aconfesional y libre, me parece una tarea necesaria y fecunda para hoy. Es lo que se propone el autor, y lo hace excelentemente.

Si el propio término religión proviene –así lo enseñó el sabio y crítico Cicerón (s. I a.C.)– del latín relegere (releer críticamente, mirar y remirar a fondo, reinterpretar sin cesar), ¿no sugiere su propia etimología que el hecho religioso surge en el fondo de la contemplación profunda, desapegada y crítica de los signos –el misterio, la belleza, el drama– de la realidad en su conjunto? ¿Y si la “relectura” es su origen no habrá de ser su destino permanente? ¿La religión, para serlo en su sentido más profundo y verdadero, no habrá de acompañarse de una reinterpretación constante de toda creencia, fórmula y forma religiosa precedente? ¿No hicieron eso todas las figuras de sabiduría profunda, religiosas o no?

Así lo hicieron, en una época de hondas transformaciones culturales que K. Jaspers calificó como “tiempo eje” (entre los siglos VIII y III a.C.), Confucio y Laozi en China, Buda y Mahavira en la India, Zoroastro en Irán, los profetas de Israel, los grandes pensadores presocráticos de Grecia (Parménides, Pitágoras, Heráclito, Tales…). Así lo hizo Jesús, crítico de la religión legalista, profeta de la misericordia sanadora. Así lo han hecho desde entonces, a lo largo de estos 2000 años, las y los testigos mejores de su Buena Noticia liberadora. Al alto precio de ser declarados herejes e incluso quemados en la hoguera, fueron fieles al espíritu que animaba la tradición cristiana y lo liberaron de las formas rígidas del pasado para que pudiera inspirar el presente.

Es lo que el Espíritu o la espiritualidad reclama hoy de las religiones establecidas. Hoy más que nunca, pues nunca los grandes sistemas religiosos, desde su origen hace unos 7.000 años hasta hoy, han conocido una crisis tan radical y general como vemos: la cosmovisión (dualista, fixista, antropocéntrica), la antropología, las categorías lingüísticas, los fundamentos sociales y éticos, la concepción de la vida y de la muerte… que durante milenios les han servido de soporte ya no se sostienen. Los credos, códigos, rituales y organizaciones religiosas afrontan una crisis global, acelerada e irreversible. Y nadie “cree” lo que quiere, sino aquello que le resulta culturalmente creíble, razonablemente coherente. Si las religiones quieren ser fieles al aliento que las mueve, si quieren vivir y hacer vivir, habrán de estar dispuestas a despojarse de casi todas sus formas milenarias.

Lo que vale sobre las religiones en general vale en especial para el cristianismo. Tenía razón John Shelby Spong, obispo episcopaliano y teólogo, cuando –¡hace ya 24 años!– escribió ¿Por qué el cristianismo tiene que cambiar o morir? (1999), uno de sus grandes libros. Pienso, en efecto, que esa es la alternativa. El dejar de repensarse y transformarse a fondo equivaldrá a morir. Y el simple perdurar como gueto social y cultural, equivaldrá también a morir, a dejar extinguirse la llama que movió a Jesús, el alma que late en el extraordinario patrimonio –vida, acción, pensamiento, literatura– de sus 2000 años de historia, el espíritu inspirador que ha animado lo mejor de sus 20 siglos.

Hoy como siempre necesitamos aliento. Hoy más que nunca quizás. Vivimos una época de transformaciones más radicales y aceleradas y de desafíos más inquietantes que en ninguna otra época de la especie Homo Sapiens desde su origen hace 300.000 años. El equilibrio ecológico de la comunidad planetaria viviente, la convivencia justa y pacífica de la humanidad en su conjunto, la supervivencia del propio Homo Sapiens, todo está amenazado, todo está en juego. ¿Podrá todavía el cristianismo seguir alentando la vida?

Solo un nuevo cristianismo, místico y liberador, plural y dialogante, desclericalizado y desjerarquizado, transreligioso y siempre itinerante, podría infundir aún el Espíritu universal de la Vida que, según el bellísimo mito bíblico de la creación, “vibraba en las aguas” del Génesis, el Espíritu de la Vida que –antes y más allá de toda forma religiosa y de toda frontera entre creyentes y no creyentes– sigue vibrando en la Tierra y en el Universo sin fin. ¿Podrá todavía el cristianismo –el cristianismo de la Iglesia Católica romana en particular– transformarse y vivir para inspirar, en un marco religioso o no religioso, al mundo post-religioso y post-positivista en que vivimos? Seria cuestión que tiene poco que ver con hacer predicciones de futuro.

En cualquier caso, por este cristianismo transformado opta Pedro Miguel Ansó, sin confesionalismo de ningún tipo y sin renegar de sus raíces cristianas y de su profunda adhesión a la persona, al mensaje, a la utopía de Jesús que le siguen inspirando. Y debo decir que, tras haber dedicado mi vida a enseñar teología, cada página de este libro me ha resultado instructiva e interesante. ¡Gracias, Pedro Miguel!

José Arregi, Aizarna, 15 de mayo de 2023

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‘Por un cristianismo creíble’: Las reflexiones de un “creyente problemático” y “teólogo de alcantarilla”

Prólogo de Por un cristianismo creíble. Autor: Pedro Miguel Ansó Esarte (Ed. Tirant lo Blanc, 2024)

Fue presentado el día 21 de marzo de 2024, jueves, en la librería ELKAR de Donostia – San Sebastián (Fermín Calbeton Kalea, 21), a las 19:00.
Intervinieron el autor y José Arregi

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El representante demócrata de Texas James Talarico, se vuelve viral por su contundente ataque a fanáticos cristianos

Martes, 12 de marzo de 2024
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IMG_3473El estado quiere sustituir a los consejeros de las escuelas públicas por predicadores.

El representante del estado de Texas, James Talarico (D), un firme aliado LGBTQ+ y estrella en ascenso en el Partido Demócrata, no es tímido. El político franco es sincero sobre su cristianismo y la versión antitética que adoptan los republicanos.

Un proyecto de ley estatal recientemente aprobado permitiría a las escuelas públicas contratar sacerdotes y predicadores como consejeros escolares, incluso si no tienen calificaciones en salud mental. Varias juntas escolares de todo el estado han rechazado rotundamente la idea.

En un discurso en el que elogió a las juntas por negarse a contratar capellanes religiosos no capacitados en lugar de profesionales, Talarico analizó detenidamente a los nacionalistas cristianos que se han infiltrado en el Partido Republicano.

Estamos aquí para celebrar una victoria importante en la lucha contra el nacionalismo cristiano”, dijo Talarico durante una conferencia de prensa en el Capitolio de Texas. “En la última sesión legislativa se aprobó un proyecto de ley que permitiría a los distritos escolares reemplazar a los consejeros escolares con capellanes religiosos no capacitados, no supervisados y no calificados”.

“Tuvimos personas que se pronunciaron en contra de este proyecto de ley de todo el espectro político, de diferentes tradiciones religiosas y de diferentes comunidades”, dijo Talarico. “Estamos orgullosos de anunciar que 25 de los distritos escolares más grandes de Texas han rechazado esta política a nivel local”.

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Luego, se lanzó a los peligros que plantean los nacionalistas cristianos y su peligrosa ideología.

El nacionalismo cristiano está en aumento, comenzó. “Hace tres años, nacionalistas cristianos irrumpieron en el Capitolio de Estados Unidos y mataron a agentes de policía que llevaban cruces y carteles que decían ‘Jesús salva‘. Hace dos años, los nacionalistas cristianos en la Corte Suprema anularon Roe contra Wadepermitiendo a estados como el nuestro prohibir el aborto, incluso en casos de violación e incesto”.

“Permítanme ser muy claro: no hay nada cristiano en el nacionalismo cristiano”, continuó. “Es la adoración del poder –poder político, poder social, poder económico– en el nombre de Cristo”.

“Y es una traición a Jesús de Nazaret”.

“Jesús nunca nos pidió que matáramos a policías, señaló. Jesús nunca nos pidió que prohibiéramos los libros, silenciaramos a los maestros o desfinanciaramos a las escuelas. Jesús nunca nos pidió que controláramos los cuerpos de las mujeres. Jesús nunca nos pidió que estableciésemos una teología cristiana. Todo lo que pidió fue que amáramos a nuestro prójimo”.

“No sólo nuestros vecinos cristianos. No sólo nuestros vecinos heterosexuales. No sólo nuestros vecinos varones, no sólo nuestros vecinos blancos o nuestros vecinos ricos. estamos llamados a amar todo de nuestros vecinos”.

El representante estatal de Texas James Talarico (D), un firme aliado LGBTQ+, es el político valiente e inteligente que se muestra desmantelando un proyecto de ley patrocinado por una  representante republicana de derecha que requeriría que en las aulas se exhibiera un cartel de los Diez Mandamientos. El vídeo de Talarico desmantelando el proyecto de ley  se volvió viral a principios de este año, después de que la comediante Leslie Jones tuiteara al respecto:

Así es como se hace.

“¡¡No sé quién es este hombre, pero protégelo a toda costa!!”

Mientras interrogaba a la patrocinadora del proyecto de ley, Talarico cuestionó su tipo de cristianismo, señalando que su proyecto de ley y su razonamiento para exhibir los carteles eran contrarios a la enseñanza bíblica. Citó pasajes de la Biblia y teología fundamental y le preguntó directamente si conocía los conceptos básicos de su propia religión. Talarico también es cristiano.

La patrocinadora del proyecto de ley esquivó, entretejió y farfulló sus respuestas, incapaz de abordar directamente su línea de preguntas.

“Una religión que tiene que obligar a la gente a colocar un cartel para demostrar su legitimidad es una religión muerta”, afirmó. “Y no es algo del que quiera ser parte. No es algo de lo que creo que soy parte”.

“¿Sabes que las Escrituras dicen que ‘fe sin obras’ es qué?” le preguntó a ella. “Muerto”, respondió el de mala gana.

“Mi preocupación es que en lugar de presentar un proyecto de ley que alimentará a los hambrientos, vestirá a los desnudos y curará a los enfermos, estemos ordenando que la gente coloque un cartel, dijo, recalcando el punto.

Más adelante, en su línea de preguntas de cuatro minutos, se centró específicamente en la reciente ley de la legislatura “No digas gay” que impide a los maestros y administradores mencionar temas o personas LGBTQ+ en las escuelas.

Se centró en las afirmaciones de que se debería exigir el consentimiento de los padres y de que incluso los símbolos benignos de apoyo como la bandera del Orgullo o el arcoíris son “adoctrinamiento“.

Le preguntó si le parecería bien que los maestros tuvieran que obtener el consentimiento de los padres antes de exhibir el cartel. “¿Cree que las escuelas son para educar y no para adoctrinar?” preguntó. “Absolutamente”, respondió ella.

“Supongo que lo que estoy tratando de descubrir es por qué tener un arcoíris en un salón de clases se considera adoctrinamiento y no el tener los Diez Mandamientos en un salón de clases”, dijo. “Los demócratas luchan por el pueblo; para muchos contra unos pocos poderosos, ya sean matones, fanáticos o multimillonarios. Por eso lucho por los texanos todos los días en el Capitolio de nuestro estado”, dice Talarico en su sitio web. Y tiene las respuestas que lo respaldan.

Nombrado uno de los 10 mejores legisladores por la revista Texas Monthly, ha liderado luchas para proteger los derechos de los votantes, defender a los jóvenes trans, abordar la reforma policial y apoyar a la comunidad LGBTQ+.

Una persona fue particularmente efusiva en su respuesta al tweet de Jones.

Vivo en Texas”, publicaron. “James, en mi opinión, algún día será gobernador de mi estado, podría terminar siendo presidente algún día. Tómese unos minutos y desplácese, lea todas sus publicaciones. Es un buen hombre, Leslie… un muy buen hombre”.

Fuente LGBTQNation

Cristianismo (Iglesias), General, Homofobia/ Transfobia. , , , , , , ,

“La resurrección de Jesús según san Pablo”, por Gonzalo Haya.

Jueves, 25 de enero de 2024
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paul and jesus atheism_thumb[1]El primer documento escrito sobre la resurrección de Jesús se lo debemos a Pablo, solamente 20 ó 30 años después de su crucifixión. El obispo episcopaliano J. S. Spong ( 1, 2,) hace hincapié en este dato, porque se trata de una escueta interpretación de la resurrección, sin la escenografía de apariciones que 40 ó 50 años después presentaron los evangelistas. Y esa escenografía nos ha llevado a imaginar la resurrección como vuelta a la vida del cuerpo, mientras que Pablo interpretó la resurrección como una transformación en otra dimensión.

Exponemos a continuación los textos de Pablo y un resumen de los argumentos del trabajo de Spong:

Rom 1,4; que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos,

Rom 4,25; el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.

Rom 8,34;  ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.

Rom 14,9; Porque Cristo para esto murió y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor así de los muertos como de los que viven.

1Cor, 15,3-8; Lo que os transmití fue, ante todo, lo que yo había recibido: que el Mesías murió por nuestros pecados, como lo anunciaban las Escrituras, que fue sepultado y que resucitó al tercer día, como lo anunciaban las Escrituras; que se apareció a Pedro y más tarde a los Doce. Después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez: la mayor parte viven todavía, aunque algunos han muerto. Después se le apareció a Santiago, luego a los apóstoles todos. Por último se me apareció también a mí, como al nacido a destiempo.

1Cor, 15,15-17; Y somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de Dios que él resucitó a Cristo, al cual no resucitó, si en verdad los muertos no resucitan.  Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados.

· Pablo nos da las primeras referencias sobre la resurrección de Jesús, principalmente en Rom 1,4 y 1Cor 15,3-8. No conoce nada sobre signos portentosos a la muerte de Jesús ni sobre el sepulcro vacío. Para comprender lo que dice Pablo tenemos que olvidar de momento todo lo que dicen los evangelios sobre la resurrección de Jesús: discípulos de Emaús, tumba de José de Arimatea, mujeres que llevaban ungüentos a la tumba, y otras apariciones.

· Pablo concibió la resurrección según los tres modelos que encontraba en la tradición judía: Henoc “caminó con Dios y después desapareció porque Dios se lo llevó” (Gén 5,24). Moisés murió “como lo había dispuesto el Señor, y lo enterró… y hasta la fecha nadie sabe dónde está enterrado” (Dt 34,5-6) de modo que el pueblo creyó que no había muerto y estaba con el Señor. Elías fue arrebatado por un carro de fuego y transportado vivo a la presencia de Dios (2Reyes 2,11). Estos eran los modelos que tenía Pablo para comprender su experiencia de Jesús vivo a pesar de había sido crucificado y sepultado.

· La resurrección es el momento en que Dios constituye a Jesús como su Hijo, Mesías y Señor (Rom 1,3-4). Esta afirmación podría ser considerada como “adopcionista” según el concilio de Nicea.

· Según Pablo, Jesús se aparece primero a Pedro (según Juan se apareció primero a María Magdalena, según Marcos Mateo y Lucas el primer anuncio fue a un grupo de mujeres que habían seguido a Jesús). Sigue la aparición a los Doce; ahora bien, o Doce es un número simbólico, o Pablo no sabe nada de la traición de Judas, o quizás el personaje simbólico, elaborado posteriormente, sea Judas. Después a quinientos hermanos; después a Santiago, ¿el hermano del Señor? “Por último”, e igualmente,a Pablo; ¡cuya conversión sucedió entre uno o seis años después de la muerte de Jesús!

· Lucas sitúa todos los acontecimientos de Pascua, entre la resurrección y la ascensión, en 40 días. Los casi seis años de Pablo y la falta de detalles de una apariencia física -mensajes orales y contacto físico- nos indican que Pablo no entendió la resurrección como la revivificación del cuerpo físico de Jesús; esas descripciones fueron elaboradas posteriormente por las comunidades y recogidas por los evangelistas.

· Pablo solamente había experimentado que Jesús vivía y entendió que había sido constituido Señor y Mesías. La resurrección fue, más bien, la transformación en un plano diferente, a un orden de conciencia más allá de los límites del tiempo y del espacio… lo que él llamó cuerpo espiritual” 1Cor 15,44). No hubo una revivificación del cuerpo que permaneciera en la tierra durante unos días y luego fuera “elevado” a los cielos. Al morir, fue transformado; ya no es un mortal, “la muerte ya no tiene dominio sobre él” (Rom 6,9). “Esta carne y hueso no pueden heredar el reino de Dios, ni lo ya corrompido heredar la incorrupción (1Cor 15:50)

Tenemos dificultad de imaginar esta transformación porque necesitamos explicarla con los conceptos e imágenes obtenidas de este mundo material, y porque nuestro imaginario se ha nutrido con los relatos de los evangelistas que trataron de plasmar y visualizar la resurrección de Jesús. El pueblo sólo concebía una vida real en un cuerpo; un ser sin cuerpo les parecería un fantasma.

Los estudios bíblicos se concilian mejor con los estudios de la antropología actual, y nos facilitan una comprensión más actual y adulta de nuestra fe. Lo trascendente sigue siendo un misterio, pero al menos no resulta contradictorio con nuestros conocimientos científicos de lo inmanente.

Gonzalo Haya

Fuente Fe Adulta

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Una historia de Jesús II

Sábado, 16 de diciembre de 2023
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medio-rostro-de-jesusT0más Maza Ruiz
MADRID.

Juan Bautista

ECLESALIA, 24/11/23.- Jesús debió seguir seguir con inquietud los acontecimientos que se desarrollaban tanto en Galilea como en el resto del país y conociendo las tradiciones y las esperanzas de su pueblo tuvo noticias de la actuación de Juan el Bautista que predicaba y bautizaba en el río Jordán y deseando conocerlo viajó al lugar donde se reunía Juan con sus discípulos. La gente acudía a escuchar al que llamaban profeta que predicaba la conversión del pueblo y, como símbolo de penitencia bautizaba por inmersión en el río a los que se convertían. La gente pensaba que Juan era una reencarnación del profeta Elías que se creía había que preceder a la llegada del Mesías.

Jesús se bautizó como uno más y durante un tiempo debió permanecer en aquel lugar. Pero la inquietud por conocer lo que le pedía Dios le llevó a retirarse a meditar para conocer cuál era su vocación. Seguramente no le convenció el programa que proponía Juan que consistía en que la gente se comportara con justicia con sus semejantes y amenazaba con los castigos divinos a los que no se convirtieran.

Este retiro es el que relatan metafóricamente los evangelistas sinópticos como el ayuno de Jesús y las tentaciones de Satanás. Jesús se sentía llamado por Dios a una misión ante su pueblo y, como haría habitualmente en su vida pública, oraría profundamente sobre cómo debía ser su actuación. ¿Pediría a Dios que hubiera alimento para los que pasaban hambre? ¿O que la pobreza desapareciera y todo el mundo pudiera poseer los bienes que necesitaban? No, no pediría a Dios que solucionara los problemas de la humanidad. Dios había creado a los seres humanos libres y eran ellos los que tenían que solucionar los problemas mediante la justicia y siguiendo la palabra de Dios. O bien ¿debería presentarse como un rey poderoso, que, como creía el pueblo, derrotase a los romanos mediante el poder de las armas? No, la justicia debía restaurarse no con la fuerza, sino mediante el amor, porque Dios es Padre, todo amor. Finalmente, ¿debía convencer al pueblo mediante milagros y prodigios para que creyeran que él era enviado de Dios? No, no se podía tratar de forzar a Dios a manifestarse con signos portentosos para convencer al pueblo; la conversión debía venir por un profundo reconocimiento de la voluntad de Dios y la aceptación de esa voluntad por el pueblo debía ser absolutamente libre.

Cuando Jesús vio claro su camino volvió a Galilea, pero en lugar de regresar a su casa se lanzó a los caminos para predicar la Buena Noticia de que el Reino de Dios estaba llegando y que, por tanto, era el momento de cambiar de camino y practicar la justicia y el amor para recibirlo. Empezó a llamar a algunos para que lo siguieran y le ayudaran en su predicación, entre ellos a los hermanos Simón y Andrés y Santiago y Juan.

Los discípulos de Jesús

Durante su vida pública Jesús estuvo rodeado de un grupo de discípulos que le acompañaban en sus recorridos por los pueblos y aldeas de Galilea. Entre estos discípulos había también algunas mujeres, como dice Lucas en el capítulo 8 de su evangelio. Parece difícil que las mujeres, en aquel país y en aquel tiempo siguieran al grupo de forma habitual. La mujer estaba recluida en el hogar y era casi imposible que trataran con personas ajenas a su familia, y especialmente con hombres. Lucas dice que estas mujeres ayudaban a Jesús y su grupo con sus bienes. Probablemente esta ayuda pudo consistir principalmente en alojarlos en sus casas cuando el grupo llegaba a sus pueblos. Entre estas mujeres se cita de forma especial a María de Magdala, de la que dice Lucas que Jesús la había curado porque estaba “poseída por siete demonios”. Es sabido que los pueblos de la época consideraban que las enfermedades eran debidas a castigo de pecados del enfermo o incluso de sus padres (Juan 9,2) o por la posesión de los demonios. No sabemos a qué forma de posesión diabólica se refiere el relato de Lucas, pero carece de credibilidad la tradición que se tratara de pecados de índole sexual. En ninguna de las “expulsiones de demonios” de los evangelios se sugiere que los llamados endemoniados tuvieran esta clase de pecados. La leyenda que ha que ha presentado a María Magdalena como una prostituta arrepentida se debe al menosprecio de la mujer desde casi los primeros años del cristianismo.

De entre estos seguidores Jesús elige a doce llamados apóstoles (enviados): Simón, al que Jesús llamó Pedro, Andrés su hermano, los hermanos Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, Felipe y Bartolomé (Natanael), Tomás, llamado Dídimo, Mateo (Leví), Santiago Alfeo, Judas (Tadeo), Simón y Judas Iscariote.

Parece que la elección de los doce apóstoles podía ser un recuerdo de los patriarcas de las doce tribus, como si Jesús pretendiera reconstituir el antiguo reino de Israel y de hecho Mateo, a continuación de la elección de los apóstoles, escribe que Jesús les ordena: “No vayáis a tierra de paganos ni entréis en Samaría, sino id a las ovejas descarriadas de Israel”. No sabemos si estas palabras fueron pronunciadas por Jesús o si las comunidades judías de Mateo creían que era lo que les había ordenado el maestro. Si esta era la visión de Jesús no cabe duda que la amplitud de su misión se fue ensanchando a lo largo de su vida pública como se indica en el episodio de la mujer cananea en Mateo 15, 21-28. Hay que hacer notar que en la elección de sus apóstoles Jesús no busca entre ellos a los más sabios, ni los más poderosos y tampoco los más santos: todos ellos eran gente del pueblo pobres e ignorantes y, alguno como Mateo estaba considerado como pecador público puesto que ejercía el oficio más odiado por el pueblo judío, el de publicano, es decir recaudador de los impuestos del Imperio Romano. Cuando los fariseos le recriminaron que comiera con publicanos y pecadores, Jesús respondió: ”No necesitan médico los sanos sino los enfermos… No he venido a invitar a los justos, sino a los pecadores” (Mt. 9,13)

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Una historia de Jesús I

Miércoles, 13 de diciembre de 2023
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medio-rostro-de-jesusTomás Maza Ruiz
Madrid.

ECLESALIA, 07/07/23.- Se han escrito innumerables “biografías” de Jesús. Hay algunos especialistas que creen que es imposible hacer un relato histórico de su vida. Otros, apoyados en documentos de la época, en los relatos evangélicos y en las excavaciones arqueológicas recientes creen que es posible hacer un retrato aproximado de su vida y de su mensaje. Yo creo que las dos partes tienen algo de razón.

Pero lo que me propongo en este pequeño relato no es hacer una historia detallada de su vida y de su espiritualidad, sino explicar la imagen que, a lo largo de mi vida, me he formado de Jesús de Nazaret. Hay tantas imágenes de Jesús como personas que se hayan interesado por su vida y su obra y, por tanto estas imágenes son tan variadas y a veces tan contradictorias que forman un bosque de opiniones imposible de desentrañar. Los mismos evangelistas son a veces contradictorios (véanse los relatos de Mateo y de Lucas sobre el nacimiento de Jesús) y también en episodios descritos de formas extrañas (como los endemoniados) y a frases desconcertantes atribuidas al mismo Jesús como “al que tiene se le dará y al que no tiene se le quitará hasta lo poco que tiene” que están en completa oposición con su mensaje de amor a todos los seres humanos y en especial a los pobres y excluidos de la sociedad.

Ante estos problemas yo me limito a dejar entre paréntesis lo que no entiendo y me centro en lo esencial de los relatos evangélicos y lo esencial es que Jesús nos dijo que Dios era como un padre bueno que quiere a todos sus hijos e hijas por igual y como el padre del hijo perdido de la parábola celebra una gran fiesta cuando regresa el hijo y no le deja confesar su falta. Un Padre, también podríamos decir Madre, que hace “salir el sol sobre buenos y malos y hace caer la lluvia sobre justos y pecadores”, un Padre-Madre que es todo amor.

Por otra parte los evangelistas, como buenos judíos, trataron de hacer que la vida de Jesús se ajustara a las tradiciones religiosas de su religión y a las expectativas del Pueblo Judío que esperaba un Mesías o Cristo (Ungido) que los liberara de la opresión del Imperio Romano y estableciera un reino político, el “Reino de Dios”. Esto no es extraño puesto que los primeros seguidores de Jesús se consideraban también Judíos de religión y formaron parte de las sinagogas hasta, al menos, la década de los ochenta del siglo I. Según los evangelistas todo lo ocurrido en la vida de Jesús estaba previamente anunciado por los profetas de Israel, hasta el punto que ponen en boca de Jesús que su pasión y muerte sucedió para “que se cumplieran las Escrituras”. Si esto hubiera sido así los que torturaron y mataron a Jesús estarían exentos de culpa porque se habrían limitado a cumplir lo que estaba previsto por los profetas y, por tanto, estaban cumpliendo la voluntad de Dios: “Padre, no se haga mi voluntad sino la tuya” es la oración que los evangelios sinópticos ponen en boca de Jesús en el Huerto de los Olivos. No puedo creer que fuera voluntad divina la muerte de Jesús.

Nazaret

En este comienzo prescindo de los relatos de Mateo y Lucas sobre el nacimiento de Jesús. Estos evangelistas sitúan el nacimiento en Belén por haber sido la patria de David y por la creencia de la tradición judía de que el Mesías tenía que ser descendiente del rey David. Para cumplir la profecía de Miqueas que decía de Belén que “de allí saldrá un jefe que será pastor de mi pueblo de Israel”, Mateo sitúa el nacimiento en Belén. Lucas, que había situado Nazaret como el pueblo de José y María, hace viajar a la pareja a Belén cuando María estaba a punto de dar a luz y allí en Belén tuvo lugar el parto. Mi opinión es que el nacimiento tuvo lugar en Nazaret, ya que los relatos tanto de Mateo como de Lucas me parecen míticos y además, cada uno de estos dos evangelistas tenían distintos objetivos. Porque conviene tener en cuenta que los evangelios no son relatos históricos, sino que son una especie de parábolas, para transmitir una enseñanza.

Nazaret era una aldea tan pequeña que ni siquiera se la cita en el Antiguo Testamento. Por eso Natanael cuando le hablaron de Jesús dijo: ”¿De Nazaret puede salir algo bueno?” Nazaret estaba construida sobre un acantilado y muchas de sus casas estaban excavadas en las rocas. Supongo que entre los escasos vecinos, muchos de ellos todos formarían familias extensas de abuelos, padres, hijos, tíos y primos que se reunirían habitualmente alrededor del fuego en invierno y en los patios o en la explanada delante de sus casas, en verano, como en nuestros antiguos patios de vecindad, y hablarían, aparte de las historias familiares, de las tradiciones del antiguo pueblo de Israel. Esa sería la primera escuela de Jesús. También María, como la mayoría de las madres judías de la época, le transmitiría las ideas religiosas de su pueblo así como las esperanzas en un liberador.

En los evangelios se habla de la sinagoga de Nazaret donde Jesús enseñó. No sabemos si había un edificio para ello, pero también podía ser una casa un poco más amplia, lo suficiente para acoger a los escasos vecinos varones del pueblo. En esta sinagoga, posiblemente habría una especie de escuela para enseñar a los niños la Ley y los profetas de Israel. La educación, principalmente, sería aprender de memoria la historia del Pueblo contenida en la Biblia hebrea y puede que también enseñaran a los niños varones a leer y escribir, aunque para las gentes de aquella época la lectura y la escritura estaban generalmente reservadas a los sacerdotes, y funcionarios de la religión, así como a los del poder político. Según el relato de su actuación en la sinagoga de Nazaret, Jesús sabía leer, aunque su formación sería casi toda memorística, como lo era la de casi todo el pueblo. El idioma hablado era el arameo y el litúrgico el hebreo. Es posible que también se conociera el griego, puesto que a pocos kilómetros de Nazaret estaba la ciudad helénica de Séforis y tampoco estaban lejos de Galilea las diez ciudades de cultura griega, la Decápolis.

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Preparad el camino del Señor.

Domingo, 10 de diciembre de 2023
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12

Si la paciencia es la madre de la espera, es la misma espera la que produce nuevo gozo en nuestras vidas. Jesús nos ha hecho entrever no sólo nuestros sufrimientos sino también lo que está más allá de ellos. «También vosotros ahora estáis tristes, pero os veré de nuevo y vuestro corazón se llenará de gozo». Un hombre, una mujer que no alimentan su esperanza en el futuro, no están en disposición de vivir el presente con creatividad.

La paradoja de la espera está precisamente en el hecho de que los que creen en el mañana están en disposición de vivir mejor el hoy; que los que esperan que de la tristeza brote el gozo están en disposición de descubrir los rasgos inaugurales de una vida nueva ya en la vejez; que los que esperan con impaciencia la vuelta del Señor pueden descubrir que él ya está aquí y ahora en medio de ellos (…).

Precisamente en la espera confiada y fiel del amado es donde comprendemos cómo ya ha llenado nuestras vidas. Como el amor de una madre por su propio hijo puede crecer mientras espera su regreso, como los que se aman pueden descubrirse cada vez más durante un largo período de ausencia, así nuestra relación interior con Dios puede ser cada vez más honda, más madura mientras esperamos pacientemente su retorno.

*

H. J. M. Nouwen,
Forza dalla solitudine, Brescia 1998, 59-62).

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Comienza el Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Está escrito en el profeta Isaías

“Yo envío mi mensajero delante de ti para que te prepare el camino. Una voz grita en el desierto: “Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos.””

Juan bautizaba en el desierto; predicaba que se convirtieran y se bautizaran, para que se les perdonasen los pecados. Acudía la gente de Judea y de Jerusalén, confesaba sus pecados, y él los bautizaba en el Jordán. Juan iba vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y proclamaba:

– “Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo.”

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Marcos 1,1-8

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Navidad: una mirada Glo-cal

Miércoles, 6 de diciembre de 2023
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IMG_1672Avánzate a Navidad, haz las compras en noviembre.

Prepárate ahora. Tienes descuentos, no esperes a Navidad.

Las torres de los cuatro evangelistas en la basílica de la Sagrada Familia están iluminadas todo el Adviento y la Navidad.

Las ciudades muy iluminadas indican que se acerca Navidad y hay que comprar para mantener el sistema de producción: Producir y consumir.

 Y para acabar de rematar:

SUCHARD: “La Navidad es celebrar la vida, juntarse con nuestros seres queridos, hacer balance del año y disfrutar de momentos mágicos. Sigamos celebrándola. Porque la vida es lo que pasa entre Navidad y Navidad.” Y entonces el dibujo de comer chocolate….

Esta es la proclama de Navidad, muy clara y patente. Y esa nivel GLOBAL en el mundo o cultura de cristiandad, que va derrocándose para emerger un nuevo paradigma tecnocrático a nivel mundial o en todas las culturas. Un paradigma científico.técnico sin conciencia o como decía François Rabelais (1494-1553, médico y humanista: Una ciencia sin conciencia es la ruina de la alma”. ¿Cómo va el mundo en la medida que una persona lo conoce?  

Y en cada ciudad, pueblo, familia y personal, que es el aspecto LOCAL, ¿cómo lo ve mi Ego desde mi metro cuadrado? Esto es una visión, bastante realista, pero siempre personal. La persona lectora tiene la palabra sobre este cuodlibeto navideño.

    Y ahora intentemos a hacer otros pasos:

Nadal quiere decir nacimiento. Nos consta el nacimiento biológico, sino no podría yo escribir ni la persona que lee hacerlo. Hay que hablar de otra Navidad u otro nacimiento o un momento fuerte o intenso, o un momento ordinario que es extraordinario interiormente. Acaba de publicarse un libro, cuyo título es La crisis de la mediana edad, del sufrimiento al sentido de James Hollis, en la editorial Sirena de los Vientos,  (2023), interesante y muy aconsejable. La crisis es perturbación, carencia de claridad, pero puede tener salida. El título nos indica que es un fenómeno natural y normal en el desarrollo del proceso emocional de un ser a quien la palabra lo constituye como humano. Y la palabra lo abre a dos aspectos de la sola y única realidad: Una para sobrevivir y la otra que contempla y completa para vivir. Nadal despierta la conciencia a un nuevo nacimiento que es sentirse en plenitud. Plenitud constatada en varias personas a lo largo de las diferentes culturas. En nuestra cultura de cristiandad se centra en Jesús de Nazaret, nacido en la tradición el 25 de diciembre del año, más o menos, 6 aec, y reemplaza el solsticio de invierno junto con los juegos romanos (panem et circem). Así y todo, se va recuperando con la sociedad de consumo y tecnocrática: comida y juegos con celebraciones.

 Sin embargo, en este S. XXI hay grupitos de personas que dan voz y sentido a este hombre libre del siglo I, que es Jesús de Nazaret. Y “navidad” es el propio conocimiento de la profundidad de todo Ser humano que es el misterio de esta gran inmensidad interior, que permite ver, vivir y tener una visión de la inmensidad de los mundos. Visión crítica concretada en una geopolítica que marca un nuevo horizonte inhumano de destrucción, un paradigmatecnocrático, porque la tecnología no es axiológica, no tiene valores, pero sí que engendra. Y, ¿en manos de quienes está? En estos momentos en la mente de algunas personas y en el mundo de inversiones financieras, que profundamente egoístas, no tienen la sensibilidad de tener en cuenta los descartados, los marginados o un 90% de la población humana fuera del sistema neoliberal. Hace falta una nueva escala de valores o axiología de compromiso, de solidaridad, de compatía, de hermandad siguiendo la conjunción científica de Darwin (1808-1882) y *Kropotkin (1842-1921): egoísmo y altruismo.

Toda la reflexión informativa o GLOBAL no tiene valor si no hay la visión LOCAL: Poner los pies al suelo. El convivir nuestro “ego”, muy informado y formado, con los otros “egos (=tú)”. La realidad partiendo de nuestra corporeidad que tiene que disfrutar de un placer gastronómico, típico de las fiestas navideñas, según las regiones: Comer bien y beber mejor, que nadie se quiera quitar el sabor del paladar. Continuando al disfrutar de las emociones y afectos familiares: Por navidad cada oveja a su corral. Ydisfrutando cómo profundizando la transformación interior en un proceso de madurez emocional integral que puede ver y vivir un NUEVO HORIZONTE ESPERANZAL que la sabiduría humana nutre o la palabra que da a conocer esta cualidad humana profunda: La paz de Navidad llena nuestros corazones.

Y deseando UNA FELIZ NAVIDAD GLO·CAL junto con el pesebre, recordando que el primero tuvo lugar en el 1223 en Greccio (Italia), o con el árbol de navidad en el 1878 colocado públicamente en Núremberg (Alemania).

Jaume PATUEL PUIG, pedapsicogogo.

(Remitido por el autor)

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Ahora te amo a Ti sólo, a Ti sólo sigo y busco…

Domingo, 8 de octubre de 2023
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Ahora te amo a Ti sólo, a Ti sólo sigo y busco, a Ti sólo estoy dispuesto a servir; porque Tú sólo justamente señoreas; quiero pertenecer o tu jurisdicción. Manda y ordena, te ruego, lo que quieras, pero sana mis oídos para oír tu voz; sana y abre mis ojos para ver tus designios; destierra de mi todo ignorancia para que te reconozca a Ti. Dime adónde debo dirigir la mirada para verte a Ti, y espero hacer todo lo que mandes.

Recibe, te pido, a tu fugitivo, Señor, clementísimo Padre; basta ya con lo que he sufrido; basta con mis servicios a tu enemigo, hoy puesto bajo tus pies, basta ya de ser juguete de las apariencias falaces. Recíbeme ya siervo tuyo, que vengo huyendo de tus contrarios, que me retuvieron sin pertenecerles, cuando vivía lejos de Ti. Ahora comprendo la necesidad de volver a ti; ábreme la puerta, porque estoy llamando; enséñame el camino para llegar hasta ti.

Solo tengo voluntad; sé que lo caduco y transitorio debe despreciarse para ir en pos de lo seguro y eterno. Esto hago, Padre, porque esto sólo sé, y todavía no conozco el camino que lleva hasta Ti. Enséñamelo Tú, muéstramelo tú, dame la fuerza para el viaje. Si con la fe llegan a ti los que te buscan, no me niegues la fe; si con la virtud, dame la virtud; si con la ciencia, dame la ciencia. Aumenta en mi la fe, aumenta la esperanza, aumenta la caridad. ¡Oh, cuan admirable y singular es tu bondad!

*

Agustín de Hipona,
“Soliloquios”, 1,1,5,
en Obras de san Agustín, I, Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid 1979, 440.

***

En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los senadores del pueblo:

“Escuchad otra parábola:

Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, construyó la casa del guarda, la arrendó a unos labradores y se marchó de viaje.

Llegado el tiempo de la vendimia, envió sus criados a los labradores, para percibir los frutos que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a otro, y a otro lo apedrearon. Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Por último les mandó a su hijo, diciéndose:

-“Tendrán respeto a mi hijo.

Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron:

“Éste es el heredero: venid, lo matamos y nos quedamos con su herencia.” Y, agarrándolo, lo empujaron fuera de la viña y lo mataron.

Y ahora, cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?”

Le contestaron:

-“Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores, que le entreguen los frutos a sus tiempos.”

Y Jesús les dice:

-“¿No habéis leído nunca en la Escritura: “La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente”? Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos.

*

Mateo 21,33-43

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“El evangelio según Saramago”, por Gonzalo Haya

Sábado, 2 de septiembre de 2023
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url6543564356-654x1024El sentimiento clave en la visión de Saramago es el rechazo ético del sufrimiento.

ADVERTENCIA

Algunos pasajes de “El Evangelio según Jesucristo”, de José Saramago, pueden herir nuestra sensibilidad cristiana.

Sin embargo la visión de un autor no creyente acerca de Jesús de Nazaret puede ayudarnos a los cristianos adultos a depurar nuestra fe de los excesos pedagógicos o teológicos de la cultura judeocristiana.

La costumbre de la fe, quizás su rutina, nos hace olvidar el vértigo del misterio. Y una fe sin vértigo es una fe que no se asoma a la profundidad del misterio. Y sin misterio no hay trascendencia, ni fe. Sin misterio se cae en una idolatría.

Por eso es necesario que alguien, sin la rutina de nuestra fe, sienta el vértigo del misterio y cuestione la tranquilidad de nuestra fe.

¿Por qué “según Jesucristo”?

Lo de evangelio se entiende, porque pretende narrar la vida de Jesús. También porque quiere ser una buena nueva de solidaridad. Pero ¿por qué lo denomina “según Jesucristo”? Las alteraciones de los datos biográficos y la actitud radicalmente distinta atribuida a Jesús, indican que se trata de un evangelio según Saramago.

Creo que Saramago admira a Jesús, pero rechaza la religión oprimente que ha fraguado en torno a él. Por eso quiere rescatarle interpretando la visión que tendría Jesucristo sobre su propia vida; es decir, cómo hubiera querido Jesucristo que se escribiera su evangelio.

Naturalmente sigue siendo una interpretación según los ideales de Saramago, y por tanto sigue siendo un evangelio “según Saramago”. Pero el título de “El Evangelio según Saramago” perdería fuerza literaria y, sobre todo, desvirtuaría la intención del autor de representar los sentimientos de Jesús de Nazaret.

LA CLAVE DEL EVANGELIO “SEGÚN SARAMAGO”

El sentimiento clave en la visión de Saramago, según mi interpretación, es el rechazo ético del sufrimiento. Este es su punto de partida y su valor supremo.

La concepción de “este evangelio” es ética y emocional, y se expresa no como una doctrina conceptual sino como un relato literario.

Su desarrollo conserva los hechos principales narrados por los evangelios canónicos, pero alterando profundamente tanto los hechos como su sentido original, y añadiendo nuevas escenas a conveniencia.

El narrador se presenta distante por los siglos transcurridos; adopta un talante humanista, profundamente preocupado con el sufrimiento humano, que considera agravado por la religión judeocristiana, y fabula esta crónica con una indulgente ironía.

El estilo es siempre digno y respetuoso, generalmente de gran belleza, lleno de alusiones bíblicas o rabínicas. Las situaciones eróticas que introduce están tratadas con expresiones del Cantar de los Cantares.

El relato escenifica las relaciones entre Dios, el Diablo, y Jesús, proyectadas sobre el problema del sufrimiento.

Veamos cada uno de estos aspectos, no para discutir una teoría que él no expone formalmente –y que puesta en boca de sus personajes puede no comprometerle del todo– sino para conocer su preocupación fundamental, que interroga nuestras cómodas explicaciones. No interesa aquí saber en qué se haya equivocado Saramago, sino interrogarnos en qué nos hemos equivocado nosotros para que nos haya interpretado así.

RECHAZO ÉTICO DEL SUFRIMIENTO

Creo que la raíz de la que brota todo este relato es el rechazo ético al sufrimiento; sobre todo la indignación ante el sufrimiento innecesariamente añadido.

El hilo conductor de la primera parte de la obra se basa en los remordimientos de san José, y de Jesús, por no haber impedido la matanza de los niños inocentes de Belén.

En la segunda parte, el autor renuncia a la soltura de su estilo narrativo para dejar constancia, en doce recargadas páginas, de los sufrimientos que habrían de sobrevenir por el martirio de los seguidores de Jesús –presentados por orden alfabético– por las penitencias de los ascetas, por las guerras religiosas, y por la Inquisición.

Ni la matanza de los inocentes ni el sufrimiento de los mártires son culpa de Jesús, pero se produjeron por su causa. Ahora bien, Saramago quiere justificarlo interpretando que se rebeló contra un destino que habría de causar tanto sufrimiento.

Según Saramago, Jesús no quiso morir como Hijo de Dios, porque eso justificaría el martirio y las penitencias de los que habrían de seguirle. Quiso morir simplemente como rey de los judíos, sin comprometer a los siglos venideros.

El final de este peculiar evangelio deja ver claramente cómo Saramago suplanta a su héroe agonizante en la cruz y corrige sus últimas palabras:

“Hombres, perdonadle, porque él (Dios) no sabe lo que hizo”.

El rechazo del sufrimiento induce a Saramago a renegar de Dios, porque la tradición judeocristiana lo ha asociado al dolor y la sangre.

Y el padecimiento de esta pobre mujer (María) es igual al de todas las otras mujeres, como ha sido determinado por el Señor Dios cuando Eva erró por desobediencia: Aumentaré los sufrimientos de tu gravidez, tus hijos nacerán entre dolores, y hoy, pasados ya tantos siglos, con tanto dolor acumulado, Dios aún no está satisfecho y mantiene la agonía”

EL DIOS DEL EVANGELIO “SEGÚN SARAMAGO”

Creo que aquí se encuentra el problema conceptual de este evangelio.

El sentimiento ético de rechazo del sufrimiento se rebela ante un Dios que permite el mal, e incluso se satisface con el sufrimiento de los pecadores y de los inocentes. Ese es el Dios que Saramago ha visto en la religión judeocristiana.

Los sacrificios ofrecidos en el Templo de Jerusalén hacen exclamar al cronista

“Dentro, aquello es un degolladero, un macelo, una carnicería…. un alma cualquiera, que ni santa tendría que ser, simplemente de las vulgares, tendrá dificultad para entender que Dios se sienta feliz en esta carnicería, siendo, como dicen que es, padre común de los hombres y de las bestias”.

No ya un alma sencilla, sino el mismo diablo, en otro contexto exclama:

“Es necesario ser Dios para que le guste tanto la sangre”

Pero no son solamente los sacrificios de la Antigua Ley los que escandalizan al cronista. La religión sigue exaltando el sufrimiento: “El alma, para salvarse, necesita el sacrificio del cuerpo”.

Una vieja esclava le dice a Jesús:

Oigo decir que todo cuanto ocurre en el mundo, incluso el sufrimiento y la muerte, sólo puede suceder porque Dios antes lo quiso“.

La conclusión, que el cronista atribuye a Jesús, afecta no ya al sufrimiento sino a la misma dignidad humana:

“Apenas había oído las palabras de Zelomi porque el pensamiento, como una súbita hendidura, se abrió hacia la ofuscadora evidencia de que el hombre es un simple juguete en manos de Dios, eternamente sujeto a hacer sólo lo que a Dios plazca, tanto cuando cree obedecerle en todo, como cuando en todo supone contrariarlo”.

Esta idea se repite obsesivamente. Los hombres son solamente “míseros esclavos de la voluntad absoluta de Dios”, “la humanidad fue puesta para adorar y sacrificar”.

De aquí que la voluntad de Dios resulte absoluta e incluso caprichosa.

“Todo cuanto la ley de Dios quiera es obligatorio, las excepciones también”. “Lo que mi voluntad quiere, se hace obligatorio en el mismo instante”. “Dios no perdona los pecados que manda cometer”.

Como veremos más adelante, esta voluntad es ambiciosa, y no le importa planificar la muerte de su Hijo para aumentar sus dominios sobre la tierra.

Las cosas que escapan a esa voluntad férrea suceden porque Dios estaba un poco distraído, o porque se lo impide el pacto con otros dioses, o porque no puede suprimir al diablo.

Esto nos lleva al problema conceptual de Dios, aunque a Saramago lo que le preocupa no son los problemas conceptuales sino la voluntad absoluta que permite e impone el sufrimiento.

“La sonrisa de Pastor (el diablo) se extinguió, la boca se contrajo en una mueca amarga. Sí, si existe Dios tendrá que ser un único Señor, pero mejor sería que fuesen dos, así habría un dios para el lobo y otro para la oveja, uno para el que muere y otro para el que mata… No sé cómo puede Dios vivir”.

Ya que no pueden existir dos dioses, toda la culpa del sufrimiento recae sobre el dios único. Sin embargo, como para Saramago no está nada claro el tema de Dios, apunta la posibilidad de que cada religión tenga sus dioses, y que exista un pacto entre ellos de no invadir los dominios terrestres de los otros.

Cuando Dios está desvelando el futuro de sufrimientos que sobrevendrán a los seguidores de Jesús, y especialmente las guerras con los seguidores de un nuevo dios (las Cruzadas), el diablo allí presente, interroga:

“Quién va a crear al dios enemigo. Jesús no sabía responder, Dios, si callado estaba, callado quedó, pero de la niebla bajó una voz que dijo. Tal vez este Dios y el que ha de venir no sean más que heterónimos. ¿De quién, de qué? preguntó curiosa otra voz. De Pessoa, fue lo que se oyó, pero también podría haber sido, De la Persona. Jesús, Dios y el Diablo hicieron como quien no ha oído, pero luego se miraron asustados, el miedo común es así, une fácilmente las diferencias” (mantenemos la puntuación y la grafía del texto).

Este pasaje me sugiere que tal vez Saramago sienta la necesidad de un cierto orden, y busca alguien superior a ese dualismo o multiplicidad de dioses. En tal caso, el verdadero Dios sería esa voz que permanece en el misterio; los otros, incluido el dios judeocristiano, serían dioses de segundo orden o, en nuestro lenguaje, ídolos creados, a nuestra imagen y semejanza, por nuestras explicaciones.

Esta idea de un Dios superior parece coincidir con algunas alusiones al destino. “El destino, que en todo es más sabio…” hace que la sepultura de José sea la que ha cavado Jesús, y que los hermanos de Jesús le encuentren a orillas del lago. Pero la acción decisiva del destino es la que lleva a Jesús a buscar ayuda en casa de una prostituta, María Magdalena. A partir de ese encuentro con el amor humano, cesan las pesadillas de sus sueños y se inicia el camino de su rebeldía frente a Dios.

EL DIABLO, SEGÚN SARAMAGO

El diablo está tan presente como Dios durante toda la vida de Jesús.

En el día de la concepción de Jesús aparece el diablo disfrazado de mendigo, y derrama en la escudilla que le ofrece María una tierra que produce mágicos destellos.

José lo ve junto a María durante un trecho en el camino a Belén. Ofrece, junto a otros pastores, sus presentes al Niño recién nacido. Reprocha a María el egoísmo y la cobardía al no evitar la matanza de los inocentes, y aparece a lo lejos cuando María le hace a Jesús esta confidencia.

Cuando Jesús abandona Nazaret, el mendigo vuelve para recoger la planta que había nacido de la tierra mágica. Ofrece trabajo a Jesús como pastor de su rebaño, y le impulsa hacia una vida libre y natural. Está presente en los dos encuentros de Jesús con Dios.

El ideario del diablo sería propio de un humanista, y en este ideal coincide con los comentarios que el cronista disemina en todo el relato. El diablo ama la vida y abomina del sufrimiento. Desde luego considera que no es culpable de las matanzas de religión:

“Todo el cuerpo es igual de digno” “Me he limitado a tomar como mío todo aquello que Dios no quiso, la carne con sus alegrías y sus tristezas… pero no es verdad que el miedo sea mi arma, no recuerdo haber sido yo quien inventó el pecado y su castigo y el miedo que en ellos siempre hay”.

Cuando Jesús, en el primer encuentro con Dios, cede y le sacrifica la oveja, el diablo le dice

“No has aprendido nada, vete… y quizás quisiese decir que no aprendió a defender la vida”.

Saramago acepta que el diablo es un ángel que fue castigado porque quiso ser como Dios. Sin embargo aventura que “quizás sea un ángel servidor de otro dios que vive en otro mundo, y “existe porque así lo exige el orden del mundo”. Constituye como el contrapunto de Dios.

En el segundo encuentro con Dios, en el lago, aparece también el diablo. Jesús ve que tienen intereses comunes, que si Dios prolonga su poder sobre los hombres también los prolongará el diablo, porque sus límites son comunes. Al final Jesús trata de rebelarse contra los dos

“Os llevaré hasta la orilla para que todos puedan, al fin, ver a Dios y al diablo en sus figuras propias, y que vean lo bien que se entienden y lo parecidos que son”.

Pero el diablo “tiene corazón” y al oír el anuncio de tanto sufrimiento y tanta muerte renuncia a su parte y propone a Dios que le perdone y le reciba en el último rincón de su cielo. Dios no le perdona “porque este Bien que yo soy no existiría sin ese Mal que tú eres”.

La figura del diablo, que se hace llamar Pastor, se asemeja al dios Pan, protector de los rebaños y de la naturaleza, no en su aspecto de sátiro, sino más parecido al Gran Pan del neoplatonismo.

JESÚS DE NAZARETH

Aunque nace como los demás niños, Dios había mezclado su simiente con la de José por lo que le reconoce como su hijo. Algunos pasajes inducen la sospecha de que el diablo puede haber tenido alguna influencia:

“Ser anunciado por ángel del cielo o ángel del infierno, las diferencias no son sólo de forma, son de esencia, sustancia y contenido”. “Es verdad que en estos asuntos (de paternidad), en general, no es prudente mostrar seguridades y menos una seguridad absoluta, pero yo la tengo, de algo me sirve ser Dios”.

Seguiremos las principales etapas de la evolución de Jesús desde que deja Nazaret: inicia su trabajo con el rebaño de Pastor (el diablo), tiene su primer encuentro con Dios en el desierto, vive con María Magdalena, y busca el segundo encuentro con Dios en el lago.

El primer encuentro con Dios se produce en el desierto.

Jesús va a buscar la oveja perdida, descalzo y desnudo “como Adán”. Cuando la encuentra se le aparece el Señor “como una columna de humo girando lentamente sobre sí misma”. Dios le promete “tendrás el poder y la gloria” pero todavía no le especifica ni cómo ni cuándo; a cambio le exige el sacrificio de esa oveja a pesar de que Jesús se resiste: “sacrifícala o no habrá alianza”, “y no olvides que a partir de hoy me perteneces por la sangre”.

El diablo, al ver que Jesús ha sacrificado la oveja, se lo reprocha “tú por ambición la mataste” y lo rechaza “no has aprendido nada, vete”.

Su amor con la Magdalena, su madurez humana, le prepara para rebelarse contra las exigencias de Dios en el segundo encuentro. Es el destino el que le conduce hasta la Magdalena.

“Quiso el destino que, al atravesar la ciudad de Magdala… También quiso el destino que el peligroso accidente ocurriera… casi enfrente de la puerta de una casa…”. “Ahora, María de Magdala le enseñaba…” la vida, el cuerpo, el amor. “Lo que me enseñas no es prisión, es libertad”. “Ahora me parece que he vuelto a nacer aquí en Magdala”. “Se encontraban protegidos y libres entre estas cuatro paredes, entre las cuales pudieron, por unos días, tallar un mundo a la simple imagen y semejanza de hombre y mujer, más a la de ella que a la de él, digámoslo de paso…”.

El segundo encuentro con Dios se produce en el lago durante 40 días.

“Ya no es un muchacho asustado, es un hombre” y quiere saber cuál es la parte del contrato que él tiene que cumplir. Su papel será de mártir para fundar una iglesia sobre la sangre del hijo de Dios. De este modo Dios extenderá sus dominios, más allá del pequeño pueblo judío, hasta los confines del mundo. Por ello obtendrá el poder y la gloria después de su muerte, en el cielo, junto a Dios.

Jesús Trató de romper el contrato y “se sintió vivo y alegre, con un vigor fuera de lo común” pero no pudo porque está en manos de Dios y terminó por aceptar: “entonces no tengo salida”, “hágase en mí tu voluntad”. La sangre de la oveja sacrificada en el primer encuentro tiñe ahora el lago. Dios le descubre el río de sufrimiento a lo largo de la historia y Jesús suplica

“Padre, aparta de mi ese cáliz, El que tú lo bebas es condición de mi poder y de tu gloria, No quiero esa gloria, Pero yo quiero ese poder”.

Después de este encuentro cumple como un autómata la voluntad de Dios pero, como hemos dicho, en la cruz, trata de rebelarse muriendo no como hijo de Dios sino como rey de los judíos. Pero de nuevo fracasa su intento porque resuena por toda la tierra la voz de Dios

“Tú eres mi Hijo muy amado, en ti pongo toda mi complacencia. Entonces comprendió Jesús que vino traído al engaño, como se lleva al cordero al sacrificio, que su vida fue trazada desde el principio de los principios para morir así… y clamó al cielo abierto donde Dios sonreía, Hombres, perdonadle porque él no sabe lo que hizo”.

Al morir, semiconsciente, recuerda la conversación con José, su padre,

“Ni yo puedo hacerte todas las preguntas,
ni tú puedes darme todas las respuestas”

CONCLUSIÓN

Esta obra es un alegato contra explicaciones que, en vez de combatir el sufrimiento, parecen justificarlo y alentarlo con doctrinas de expiación dolorosa y de resignación ante la voluntad de Dios.

Bajo el relato subyace un enfrentamiento conceptual entre un humanismo naturalista y una religión centrada en el sufrimiento. Dios, el Dios judeocristiano, representa esa religión y se lleva todas las iras del cronista. Jesús nace en esa religión y es rescatado primero por el diablo – el dios Pan – y luego por la Magdalena, el amor humano.

Saramago podría haber arremetido contra la religión y haber respetado la imagen que Jesús tenía del Padre. Le ha impresionado más la imagen tiránica de Dios que ha captado de la religión, y ha preferido rescatar a Jesús de esa imagen. Una idea más aproximada sobre Dios aparece en otra obra de Saramago: “Dios es el silencio del universo, y el ser humano es el grito que da sentido a ese silencio”

Saramago no ha escrito un evangelio ni una biografía. Ha imaginado su propia epopeya sobre Jesús de Nazaret.

La teología, por su parte, ha desarrollado un concepto muy antropomórfico de Dios. Ha racionalizado demasiado el misterio, ha insistido en el poder absoluto de Dios, en el pecado y en la expiación. Y esto puede chocar con un sentimiento de libertad y de rechazo del sufrimiento.

De Jesús de Nazaret tenemos una imagen clara: su vida. Ésa es también para nosotros la imagen válida de Dios. “Quien me ve a mí, está viendo al Padre” (Jn 14,9). Aferrarse dogmáticamente a otras explicaciones puede alejarnos más que acercarnos a él.

La teología es necesaria porque la inteligencia se esfuerza por comprender. Fides quaerens intellectum, (la fe que busca comprender) según san Anselmo. Pero la teología es una explicación parcial de algunos aspectos del misterio; y por ser conceptual y parcial siempre admite réplica conceptual, y más aún desde una intuición holística.

Lo malo no es que Saramago no haya comprendido a Dios; porque nadie puede comprenderlo. Lo malo es que lo haya interpretado mal. Pero lo peor es que lo haya interpretado mal por nuestra culpa.

 

Gonzalo Haya

Fuente Fe Adulta

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“Con Jesús de Nazaret se dio inicio a una nueva civilización”, por Julio Guerrero Moreno

Jueves, 31 de agosto de 2023
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jesus“Lo importante ha sido la integración en el subconsciente colectivo de sus enseñanzas”

“Por ello dio su vida, por la instauración del por Él llamado Reino de Dios, y que hoy se traduce por Derechos Humanos, Igualdad de Género, Solidaridad con los más desfavorecid@s”

“Luego vinieron tiempos oscuros, los representantes de ese Resucitado no transmitían correctamente su mensaje, más bien, al contrario”

“No hay verdadera espiritualidad sin justicia social, ni libertad de espíritu sin igualdad de derechos para todo ser humano”

Con Jesús de Nazaret se dio inicio a una nueva civilización, con su vida, sus actitudes y enseñanzas coherentes nos transmitió lo que Dios quería para el ser humano: libertad, solidaridad con los más necesitad@s, igualdad de derechos entre razas, sexos, etc. Nos mostró la verdadera naturaleza de Dios, cómo es por dentro. Nos dijo que era Amor, Relación, Humanidad.

Por ello dio su vida, por la instauración del por Él llamado Reino de Dios, y que hoy se traduce por Derechos Humanos, Igualdad de Género, Solidaridad con los más desfavorecid@s, etc.

Nunca escribió su doctrina, pero quienes vivieron con Él lo transmitieron a sus descendientes y posteriormente fueron dejando escritos que nos recordaran qué hizo y cómo era.

Pero lo importante ha sido la integración en el subconsciente colectivo de sus enseñanzas, a partir de su presencia en nuestro mundo, l@s pobres sabían que Dios se identificaba con ell@s, las mujeres sabían que para Cristo eran iguales a los hombres, que había una utopía posible que ya había comenzado a existir.

Luego vinieron tiempos oscuros, los representantes de ese Resucitado no transmitían correctamente su mensaje, más bien, al contrario, le daban la vuelta horrorizando con sus decretos, juicios y sanciones al pueblo llano y a sus verdader@s discípul@s, anulando la libertad, oxígeno de su doctrina. Tanto es así, que, saliendo de esas oscuras épocas, la fe se fue perdiendo en buena parte de la sociedad y donde ésta se hallaba no era ni de lejos visible ese Reino por el cual el Maestro dio su vida.

Ha sido así como, Dios Padre se ha servido de l@s no creyentes, como mayor libertad y desligamiento de las directrices oficiales eclesiásticas, quienes han continuado su labor, recogiendo el clamor de justicia de l@s pobres y explotad@s –comunismo-socialismo-, la igualdad entre los sexos –feminismo-, la igualdad de razas, etc.

Es cierto que no todo el mundo puede comprender esto, ya que los creyentes no ven más allá de sus creencias y l@s no creyentes se sienten ajen@s a la doctrina cristiana, unificar ambos no es fácil y somos poc@s quienes lo vemos, aquell@s que apreciamos el valor evangélico de la izquierda política y social, así como la realidad espiritual que ella alberga.

Pues no hay verdadera espiritualidad sin justicia social, ni libertad de espíritu sin igualdad de derechos para todo ser humano.

No nos enseñó Jesús de Nazaret caminos más o menos tortuosos, ni ejercicios físicos ni restricciones alimentarias o de ningún otro tipo para llegar a conocer la trascendencia divina, nuestra realidad más profunda, el suyo, el camino por Él propuesto era algo más sencillo y complejo a la vez: “amaos un@s a otr@s como Yo os he amado”, nada más y nada menos.

Si hay amor hay sana relación con uno mismo y con l@s demás, por lo que para ser buen ser humano, buena persona, buen cristian@, hay que vivir el amor, hay que pedírselo a Dios –si se es creyente- hay que trabajarlo desde la consciencia, y si para ello gustáramos de técnicas físicas –yoga por ejemplo…- bienvenidas fueran, aunque no sean imprescindibles pueden ser útiles.

Hay mucho que podría contar, qué papel juega la Iglesia u iglesias en todo esto, qué diría Jesús en la actualidad, etc. Y lo contaré, si me lo permiten.

Julio Guerrero Moreno

Fuente Religión Digital

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Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo

Domingo, 27 de agosto de 2023
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AMOR CELOSO

Tú pides,
pides siempre,
pides mucho,
Señor.
Lo pides todo.
Te gusta ir entrando, como un fuego,
vida adentro de aquellos que te aman
y abrasarles las horas, los derechos, el juicio.
Tú haces los eunucos y los locos del Reino.
Abusas del amor
de los que son capaces
de abusar de tu Amor.

No muchos, más bien pocos.

(Todos podrán salvarse,
pocos quieren salvarte plenamente).

Teresa de Jesús, que lo sabía
de andar trochas y noches del Carmelo,
te lo advirtió. Inútilmente, claro.
Sigues siendo el Total,
la zarza ardiendo
sobre el Horeb de todos los llamados.

Delante de tu Gloria, Amor celoso,
no hay más gesto posible que descalzar el alma.
Tú eres. Tú nos haces.
Calcinándonos,
el Viento de tus llamas nos liberta.
Tú nos amas primero, en todo caso.

*

Pedro Casaldáliga.
Todavía estas palabras, 1994

***

 

 

En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos

“¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?”

Ellos contestaron:

-“Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.”

Él les preguntó:

“Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?”

Simón Pedro tomó la palabra y dijo:

“Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.”

Jesús le respondió:

“¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo.”

Y les mandó a los discípulos que no dijesen a nadie que él era el Mesías.

*

Mateo 16,13-20

***

Lo esencial de la gran contienda entre el Oriente cristiano y el Occidente cristiano, desde el inicio hasta hoy, se reduce a lo siguiente: la Iglesia de Dios tiene que desempeñar una tarea concreta entre los hombres; ¿para realizar ese encargo es necesario aunar todas las fuerzas eclesiales cristianas bajo la insignia y el poder de una  autoridad eclesiástica central? Dicho con otras palabras: ¿la iglesia, como Reina de Dios presente, debe tener en la tierra representantes y ser una, estar unida, puesto que un reino dividido contra si mismo no subsistirá, mientras que la Iglesia, según la promesa evangélica, subsistirá hasta el final y las puertas del infierno no prevalecerán sobre ella?

La Iglesia romana se pronunció resolutivamente con una respuesta afirmativa; se fijó esencialmente en el cometido práctico del cristianismo en el mundo, en el sentido de la Iglesia como reino eficiente o ciudad de Dios (Civitas Dei), y desde el inicio personalizó el principio de la autoridad central que de modo visible y práctico le confiere unidad a la actividad terrenal de la Iglesia. Por eso, la cuestión abstracta del significado de la autoridad central en la Iglesia se reduce a la cuestión histórica y viva del sentido de la Iglesia romana. Ella, sus ideas y sus acciones constituyen el verdadero objeto de la gran contienda. El principio de la autoridad eclesiástica, del poder Espiritual representado sobre todo por la Iglesia romana, tiene una triple cara y suscita una triple cuestión. Primera, en el ámbito de la Iglesia, nos preguntamos cuál debe ser la relación del poder eclesiástica central con los representantes de las Iglesias locales nacionales; segunda, surge el tema de la relación de la Iglesia con el Estado, de la autoridad Espiritual con la laica; y tercera, la relación entre el poder Espiritual y la libertad Espiritual del individuo, la cuestión de la libertad de conciencia.

*

V. S. Soloviev,
El problema del ecumenismo, Milan I973, 63ss).

V.Solovyov

***

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Querer el bien.

Domingo, 20 de agosto de 2023
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Es triste tener que lamentar el dolor, pero
no basta con quejarse de él para eliminarlo.

Es el bien lo que debemos querer, cumplir, exaltar.

Es la bondad la que debe ser proclamada en presencia del mundo
para que irradie y penetre todos los elementos de la vida individual y social.

El individuo debe ser bueno, de una bondad que revela una conciencia pura
e inaccesible a la duplicidad, al cálculo, a la dureza del corazón.

Bueno, por una aplicación continua de la purificación interior, de la perfección verdadera;
bueno, por fidelidad a un firme propósito manifestado en todo pensamiento, en toda acción.

La humanidad también debe ser buena. Estas voces que suben del fondo de los siglos,
para enseñarnos todavía hoy con una nota de actualidad,
recuerdan a los hombres el deber que incumbe indistintamente a todos de ser buenos,
justos, rectos, generosos, desinteresados, prontos para comprender
y para excusar, dispuestos al perdón y a la magnanimidad.

*

 Juan XXIII

La documentación católica n°1367

***

 

 

En aquel tiempo, Jesús se marchó y se retiró al país de Tiro y Sidón. Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle:

“Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy malo.”

Él no le respondió nada. Entonces los discípulos se le acercaron a decirle:

“Atiéndela, que viene detrás gritando.”

Él les contestó:

“Sólo me han enviado a las ovejas descarriadas de Israel.”

Ella los alcanzó y se postró ante él, y le pidió:

“Señor, socórreme.”

Él le contestó:

“No está bien echar a los perros el pan de los hijos.”

Pero ella repuso:

– “Tienes razón, Señor; pero también los perros se comen las migajas que caen de la mesa de los amos.”

Jesús le respondió:

“Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas.”

En aquel momento quedó curada su hija.

*

Mateo 15,21-28

***

La mujer de la región de Tiro y Sidón ora forzada y empujada por la necesidad. No puede hacer otra cosa, porque su hija está “poseída“, expresión que, entre otras cosas, significa que la comprensión entre ella y su hija hace tiempo que se ha roto, que ha cesado desde mucho tiempo atrás la inteligencia mutua y que ya no es posible volver a reconocer el alma de la otro detrás de las manifestaciones externas de los gestos y las palabras; como bajo la influencia de un poder extraño, la persona de la otra escapa a la percepción. Eso es lo que la Biblia designa con la terrible palabra “demonismo” (Dämonie). Teniendo presente el tormento de semejante enfermedad, la mujer se dirige a Jesús y, bajo la presión e la necesidad, nada podré detenerla. Impulsada por los desvelos y la preocupación por su hija, no se deja apartar como una pesada, como pretenden los discípulos. Abraza cualquier Forma de humillación y se abandona a una forma de súplica que se podría calificar de perruna, si no se viese en ella precisamente la grandeza de su humanidad.

Así de poderosos pueden llegar a ser los lazos del amor en la súplica de unos por otros .

*

E. Drewermann,
El mensaje de las mujeres: La ciencia del amor,
Herder Barcelona 1996, 134- 135.

***

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María: una vida plena a la que se le anticipó el cielo

Martes, 15 de agosto de 2023
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133CE73F-AB23-4FBB-8CEF-7D798C4DF167Del blog de Consuelo Vélez Fe y Vida:

“María no es una semidiosa ni alguien distinto a nosotros”

El dogma de la Asunción de María nos invita no a mirar al cielo sino a la tierra, no a mirar la vida de plenitud alcanzada por María sino la vida real que hizo posible tal realización definitiva

María nos impulsa al seguimiento de Jesús como discípulos y discípulas, porque ella es modelo de discipulado, no solo para las mujeres -como tantas veces se invoca- sino para todo el pueblo de Dios

Las fiestas marianas tradicionalmente han convocado a muchos creyentes porque a María se le reconoce como madre cercana y atenta a las necesidades de sus hijos e hijas. Pero nuestras sociedades han cambiado y aunque algunos grupos continúan cultivando ese amor mariano hoy se necesita releer la figura de María para que pueda ser significativa para las juventudes actuales, que no logran comprender una virgen y madre, más situada en los altares con coronas y atuendos recargados, que una mujer del día a día con sus luchas, dolores, logros y conquistas. (Cabe anotar que algunos de los nuevos grupos marianos están muy alejados del espíritu de Vaticano II, con lo cual, aunque aparentemente favorecen la devoción mariana, en realidad, la desfiguran).

Por eso la fiesta que celebramos el 15 de agosto -la Asunción de María– merece una reflexión para hacerla más comprensible. Esta festividad se celebra desde 1950 cuando el Papa Pío XII proclamó el dogma de la Asunción. Es decir, el pueblo de Dios reconoce que María ya goza de la vida definitiva. Ese es el significado de haber sido llevada “en cuerpo y alma”, o mejor, “con toda su persona”, al cielo.

¿Qué puede decir esta celebración para nuestro presente?Es necesario volver a mirar toda la trayectoria de María para poder entender el final de su vida. No son muchos los textos bíblicos referidos a ella. Además, la Biblia no ofrece datos históricos sino interpretaciones teológicas de la historia vivida. De María se dice que aceptó ser la madre de Jesús -no sin preguntar- ¿cómo será esto? (Lc 1, 34). Es decir, asumió conscientemente su participación en el plan divino de salvación. Además, Lucas pone en sus labios el canto del Magnificat, condensando en unos versos, la acción de Dios sobre su pueblo: “su misericordia llega de generación en generación, enaltece a los humildes y derriba a los poderosos, como lo había prometido a Abraham y a su descendencia” (Lc 1, 46-55). María canta con júbilo no por ser ella una persona extraordinaria sino porque anuncia la salvación que está llegando con Jesús a todo el pueblo de Israel.

Por su parte Juan nos habla de las bodas de Caná donde María pide a su Hijo que actúe en favor de los novios (2, 1-12) y nos la presenta, valiente y firme, al pie de la cruz en el momento final de la vida de Jesús (Jn 19, 25-27). Es decir, la María del evangelio de Juan es una mujer activa, protagonista, decidida, fuerte.

Los tres evangelistas nos narran otro pasaje que a primera vista resulta extraño. A Jesús le avisan que “su madre y sus hermanos lo buscan” y su respuesta es que su familia, son todos “los que escuchan la Palabra de Dios y la guardan” (Mt 12, 46-50; Mc 3, 31-35; Lc 8, 19-21) Este texto bíblico resulta muy iluminador para entender la manera como María se sitúa frente a la misión de su Hijo. Ella supo ser discípula, animando a la comunidad formada por aquellos que acogen el mensaje del reino e instauran esa familia amplia que no está unida por la carne ni la sangre sino por la fidelidad al proyecto de Dios sobre la humanidad.

Podríamos profundizar más en los pocos datos que sobre María nos ofrecen los evangelios, pero basta lo dicho aquí para comprender el significado de este dogma mariano. La que supo vivir en el día a día el seguimiento de Jesús, no puede menos que haber alcanzado ya, la plenitud de vida a la que todos estamos llamados. Ella supo identificarse con el mensaje del reino y por su fidelidad, coherencia y fortaleza debe ser ya depositaria de lo que todos esperamos alcanzar cuando llegue la plenitud de los tiempos.

En otras palabras, el dogma de la Asunción de María nos invita no a mirar al cielo sino a la tierra, no a mirar la vida de plenitud alcanzada por María sino la vida real que hizo posible tal realización definitiva. María nos impulsa al seguimiento de Jesús como discípulos y discípulas, porque ella es modelo de discipulado, no solo para las mujeres -como tantas veces se invoca- sino para todo el pueblo de Dios. Su grandeza radica en su fe a lo largo de su vida, incluso en el momento más duro de su existencia: la crucifixión de su Hijo. Allí toda la obra de Jesús mostraba su fracaso, pero ella supo permanecer de pie, sosteniendo la naciente Iglesia. De esa manera la presenta también el libro de los Hechos cuando dice que “todos perseveraban en la oración, con un mismo espíritu, en compañía de algunas mujeres, de María la madre de Jesús y de sus hermanos” (1, 14).

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Los dogmas marianos predicados como doctrinas que hay que creer casi sin entender, significan poco para las personas de hoy. Pero explicados a partir de la vida cotidiana de María, posiblemente pueden ayudar a ver su figura no tanto desde méritos extraordinarios -que ningún otro mortal tendría- sino desde su colaboración consciente y responsable con el plan divino de salvación: “Hágase en mí según tu palabra (Lc 1, 38), a lo que todos somos llamados.

La Asunción de María nos habla del cielo que a ella se le anticipó por su vida -de amor, servicio, fortaleza, fidelidad- vivida en su historia concreta. María no es una semidiosa ni alguien distinto a nosotros. Es una persona humana, creatura como todos, capaz de amar en toda circunstancia, Por supuesto su papel único como Madre de Jesús, no es insignificante. Y los dogmas marianos son primero que todo cristológicos que mariológicos, o sea, en función de Cristo, para afirmar su divinidad. Pero, en un segundo momento, nos confrontan con nuestra propia realidad al mostrarnos la posibilidad de vivir como lo hizo María desde su propia humanidad. En otras palabras, la Asunción nos invita a no detener el paso porque como ella y con ella, ¡podemos alcanzar el cielo!

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¡Vamos de visita!

Martes, 15 de agosto de 2023
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Ilustración: Maximino Cerezo Barredo, cmf

Lc 1, 39-56

Cuando era pequeña y escuchaba a mi abuela o mis tías decir: “Me llevo a la niña de visita”, a mí se me ponían los pelos de punta. El plan era un soberano aburrimiento para una niña que lo que quería era estar jugando en casa, o mejor aún, en la calle, pues en la ciudad donde vivía mi abuela, los niños todavía jugaban en la calle.

La lectura de Lc 1, 39-56 me ha llevado de viaje al pasado y, lo que antes me parecía un horror, se ha transformado en un valor.

“Y un día cualquiera, un poco antes de las primeras luces del amanecer, María cierra tras sí la puerta de su pequeña casa de Nazaret e inicia apresurada el camino hacia ‘la montaña, a un pueblo de Judá’, donde vivía Isabel. No había prisa pero el impulso de su corazón movía velozmente sus pies” (1). Este relato nos muestra lo que es visitar.

Visitar implica moverse, cerca o lejos, salir, ponerse en marcha; abandonar el espacio de confort (que decimos ahora); adentrarse en la realidad del otro, la persona que me abrirá la puerta de su espacio y, posiblemente, de lo que vive.

Visitar exige irremediablemente invertir tiempo… ¿quién tiene tiempo hoy para regalarlo desinteresadamente?

Vamos a dejarnos llevar por María y vayamos con ella de visita a casa de Isabel.

“Aquellas dos mujeres preñadas, creyentes e ilusionadas (…) envueltas en el silencio de la promesa de Dios, se encuentran y en el mismo instante del abrazo, la palabra se hace presente con la intensidad de la comprensión, la alegría y la intimidad compartida” (2).

La visita empieza a dar frutos desde el primer instante si hay una buena predisposición. La actitud de quien va y quien recibe es elemento primordial.

Ellas estaban felices. Isabel gritó de júbilo y “la criatura salto de alegría en su vientre”. Y María proclamó exultante la oración de alabanza y agradecimiento al Dios de la Vida. “El Magníficat recoge la plegaría del orante que se descubre, desde la humildad, fecundado por su Señor dentro de la Historia de Salvación” (3).

María permaneció en casa de Isabel “unos tres meses y volvió a casa”. Se movió, invirtió su tiempo y podemos imaginar qué maravillosos tres meses pasaron juntas, viendo como la vida crecía dentro de ellas, cuidándose, riendo, compartiendo…

En la sociedad que vivimos, cada vez más fragmentada e individualizada, donde las relaciones se va licuando, quedando en manifestaciones muy superficiales; reducidas a un mero contacto tecnológico a través de whatsapp (el correo electrónico dicen los jóvenes que eso es ya cosa de viejos), Twiter, Instagram, etc., me pregunto si tiene un significado el hecho de visitar, más allá de un contacto comercial, de captación de clientes, o del médico cuando el paciente no se puede mover de la cama.

Después de empaparnos del evangelio de este día hay que preguntarse a qué me mueve el “movimiento” de María visitando a Isabel. Y si realmente, el hecho de visitar, tiene un significado en mi vida.

Hay gente ahí fuera esperando una visita, de persona a persona.

Hay mucha necesidad de abrazos y de afecto, que no se solucionan con emoticonos y fotos con preciosos textos de buenas intenciones en el móvil.

Hay sed de escucha, en las alegrías y en las penas; para las primeras habrá un café o una cerveza y, para las segundas, además, un hombro y un pañuelo para enjugar lágrimas.

Hay enfermos crónicos que al inicio de la enfermedad seguro que tuvieron gente que les visitó, pero cuando la postración es larga, la soledad embarga.

Hay demasiados ancianos que viven demasiado solos, que su puerta nunca se abre para recibir porque nadie se acerca a ser recibido.

Hay muchas personas que han llegado traspasando fronteras, huyendo de sus lugares de origen que necesitan ser escuchados, recibidos, alentados, etc.

Recuerdo aquí lo que nos enseñaban en la catequesis sobre las Obras de Misericordia; dos de ellas se refieren al hecho de “visitar”: visitar a los enfermos y visitar a los presos.

El estado tiene una responsabilidad ineludible en la atención a las necesidades de quienes necesitan determinados servicios que ayuden a mejorar las condiciones de vida de quienes lo necesitan, por edad, enfermedad, etc. Eso es incuestionable. También las ONG’s, fundaciones, e instituciones benéficas tienen un papel importante en dicha atención.

Pero visitar… es otra cosa. Es una labor personal, individual. Es un estar atentos a detalles de la vida cercana, del entorno. Visitar no cuenta en las estadísticas. Es una acción muy silenciosa que no requiere estructuras organizativas, ni contractuales.

María fue. Podía no haber ido. Isabel, mayor y preñada, seguramente estaba bien atendida. Pero María fue. A estar. A escuchar. A compartir.

Mari Paz López Santos

  • (2) y (3) Del libro: ¿QUÉ QUIERE DIOS QUE YO QUIERA? Magnificat siglo XXI” Mari Paz López Santos

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“El cristianismo de María Magdalena” por Juan José Tamayo, teólogo.

Sábado, 22 de julio de 2023
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mary-magdalene-6e5a131d0dc85e1439fe556313b910251421f22f-s6-c30El Papa Francisco elevó la Memoria de María Magdalena, convirtiéndola en fiesta, que se celebrará todos los años el 22 de Julio. Por eso, para este día, recomendamos la lectura de los artículos, muchos, que hemos dedicado a la figura de la Apostolorum Apostola, y refrescamos este que leímos en la página web de Redes Cristianas

En su obra La Ciudad de las Damas, de principios del siglo XV, la escritora francesa Christine de Pisan constataba la disparidad entre la imagen negativa de los varones sobre las mujeres y el conocimiento que tenía de sí misma y de otras mujeres. Los varones afirmaban que el comportamiento femenino estaba colmado de todo vicio; juicio que en opinión de Christine demostraba bajeza de espíritu y falta de honradez. Ella, por el contrario, tras hablar con muchas mujeres de su tiempo que le relataron sus pensamientos más íntimos y estudiar la vida de prestigiosas mujeres del pasado, les reconoce el don de la palabra y una inteligencia especial para el estudio del derecho, la filosofía y el gobierno.

La situación de entonces se repite hoy en la mayoría de las religiones, que se configuran patriarcalmente y nunca se han llevado bien con las mujeres. Estas no suelen ser consideradas sujetos religiosos ni morales, por eso se las pone bajo la guía de un varón que las lleve por la senda de la virtud. Se les niega el derecho a la libertad dando por supuesto que hacen mal uso de ella. Se les veta a la hora de asumir responsabilidades directivas por entender que son irresponsables por naturaleza. Son excluidas del espacio sagrado por impuras. Se las silencia por creer que son lenguaraces y dicen inconveniencias. Son objeto de todo tipo de violencia: moral, religiosa, simbólica, cultural, física, etc.

Sin embargo, las religiones difícilmente hubieran podido nacer y pervivir sin ellas. Sin las mujeres es posible que no hubiera surgido el cristianismo y quizá no se hubiera expandido como lo hizo. Ellas acompañaron a su fundador Jesús de Nazaret desde el comienzo en Galilea hasta el final en el Gólgota. Recorrieron con él ciudades y aldeas anunciando el Evangelio (=Buena Noticia), le ayudaron con sus bienes y formaron parte de su movimiento.

La teóloga feminista Elisabeth Schüssler Fiorenza ha demostrado en su libro En memoria de ellaque las primeras seguidoras de Jesús eran mujeres galileas liberadas de toda dependencia patriarcal, con autonomía económica, que se identificaban como mujeres en solidaridad con otras mujeres y se reunían para celebrar comidas en común, vivir experiencias de curaciones y reflexionar en grupo.

El movimiento de Jesús era un colectivo igualitario de seguidores y seguidoras, sin discriminaciones por razones de género. No identificaba a las mujeres con la maternidad. Se oponía a las leyes judías que las discriminaban, como el libelo de repudio y la lapidación, y cuestionaba el modelo de familia patriarcal. En él se compaginaban armónicamente la opción por los pobres y la emancipación de las estructuras patriarcales. Las mujeres eran amigas de Jesús, personas de confianza y discípulas que estuvieron con él hasta el trance más dramático de la crucifixión, cuando los seguidores varones lo abandonaron.

En el movimiento de Jesús las mujeres recuperaron la dignidad, la ciudadanía, la autoridad moral y la libertad que les negaban tanto el Imperio Romano como la religión judía. Eran reconocidas como sujetos religiosos y morales sin necesidad de la mediación o dependencia patriarcal. Un ejemplo es María Magdalena, figura para el mito, la leyenda y la historia, e icono en la lucha por la emancipación de las mujeres.

A ella apelan tanto los movimientos feministas laicos como las teologías desde la perspectiva de género, que la consideran un eslabón fundamental en la construcción de una sociedad igualitaria y respetuosa de la diferencia. María Magdalena responde, creo, al perfil que Virginia Woolf traza de Ethel Smyth: “Pertenece a la raza de las pioneras, de las que van abriendo camino. Ha ido por delante, y talado árboles, y barrenado rocas, y construido puentes, y así ha ido abriendo camino para las que van llegando tras ella”.

Las mujeres fueron las primeras personas que vivieron la experiencia de la resurrección, mientras que los discípulos varones se mostraron incrédulos al principio. Es esta experiencia la que dio origen a la Iglesia cristiana. Razón de más para afirmar que sin ellas no existiría el cristianismo. No pocas de las dirigentes de las comunidades fundadas por Pablo de Tarso eran mujeres, conforme al principio que él mismo estableció en la Carta a los Gálatas: “ya no hay más judío ni griego, esclavo ni libre, varón o hembra”.

Sin embargo, pronto cambiaron las cosas. Pedro, los apóstoles y sus sucesores, el papa y los obispos, se apropiaron de las llaves del reino, se hicieron con el bastón de mando, que nada tenía que ver con el cayado del pastor para apacentar las ovejas, mientras que a las mujeres les impusieron el velo, el silencio y la clausura monacal o doméstica. Eso sucedió cuando las iglesias dejaron de ser comunidades domésticas y se convirtieron en instituciones políticas e Iglesia.

¿Cuándo se reparará tamaña injusticia para con las mujeres en el cristianismo? Habría que volver a los orígenes, más en sintonía con los movimientos de emancipación que con las Iglesias cristianas de hoy. Es necesario cuestionar la primacía –el primado- de Pedro, que implica la concentración del poder en una sola persona e impide el acceso de las mujeres a las responsabilidades directivas compartidas.

Hay que recuperar el discipulado de María Magdalena, “Apóstol de los Apóstoles, como la llama Elisabeth Schüssler en un artículo del mismo título pionero en las investigaciones feministas sobre el Testamento cristiano, en referencia al reconocimiento que se le daba en la Antigüedad cristiana. Es necesario revivir, refundar el cristianismo de María Magdalena, inclusivo de hombres y de mujeres, en continuidad con los profetas y las profetisas de Israel y con el profeta Jesús de Nazaret, pero no con la sucesión apostólica, de marcado acento jerárquico-patriarcal.

Un cristianismo olvidado entre las ruinas valladas de la ciudad de Magdala, lugar de nacimiento de María Magdalena, que visité hace tres años, a siete kilómetros de Cafarnaún, donde tuvo su residencia Jesús de Nazaret durante el tiempo que duró su actividad pública. En las excavaciones que se llevan a cabo en Magdala se descubrió en 2009 una importante sinagoga Ahí se encuentra la memoria subversiva del cristianismo originario liderado por Jesús y María Magdalena, que fue derrotado por el cristianismo oficial.

Pero de aquel cristianismo sepultado bajo esas ruinas emerge un cristianismo liberador vigoroso, desafiante, y empoderado a través de los movimientos igualitarios que surgen en los márgenes de las grandes iglesias cristianas, como surgió en los márgenes el primer movimiento de Jesús, de María Magdalena y de otras mujeres que le acompañaron durante los pocos meses que duró su actividad pública..

Es necesario heredar la autoridad moral y espiritual de María de Magdala como amiga, discípula, sucesora de Jesús y pionera de la igualdad. En definitiva, Jesús Nazaret, María Magdalena, Cristina de Pisan, Virginia Woolf, los movimientos feministas, las comunidades de base y la teología feminista de las religiones caminan en dirección similar. Por ahí han de ir las nuevas alianzas, creadas desde abajo y no desde el poder, en la lucha contra la violencia de género y la exclusión social de las mujeres.

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Juan José Tamayo es miembro del Comité Científico del Instituto Universitario de Estudios de Género de la Universidad Carlos III de Madrid y autor de Cincuenta intelectuales para una conciencia crítica (Fragmenta, Barcelona, 2013) y de Invitación a la utopía. Ensayo histórico para tiempos de crisis (Trotta, Madrid, 2012), que tiene un capítulo dedicado a la utopía feminista.

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“Iván Illich, el profeta de una Iglesia sin poder”, por Juan José Tamayo Acosta, teólogo.

Miércoles, 12 de julio de 2023
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IMG_2835Sus ideas y actividades generaron un profundo conflicto con la Santa Sede y México

Los textos de Iván Illich generaron una lúcida e intensa polémica ideológicamente muy enriquecedora. Polémica que se aprecia también en los escritos de 1955 a 1985 reunidos en el libro La Iglesia sin poder (Trotta, Madrid, 2022), que cuenta con un clarividente prólogo de Giorgio Agamben, quien califica a Illich de “arquitecto de la convivialidad” y sitúa el libro en el horizonte del Reino en la dialéctica entre el “ya sí” y el “todavía no”

Desde mi juventud vengo leyendo con verdadera fruición y en plena sintonía a Ivan Illich (1926-2002), un pensador radical y uno de los intelectuales críticos más brillantes y creativos de la segunda mitad del siglo XX. Para quienes no hayan seguido el itinerario intelectual de Ivan Illich, recuerdo algunas de las actividades y facetas de su personalidad a cuál más interesantes y provocativas.

Nació en Viena en el seno de una familia de orígenes judíos y católicos. Estudió filosofía y teología en la Universidad Gregoriana de Roma entre 1942 y 1946. Tras su ordenación sacerdotal trabajó en una parroquia de Nueva York. En 1956 fungió como vicerrector de la Universidad Católica de Ponce en Puerto Rico.

En 1961 creó en Cuernavaca (México) el Centro de Investigaciones Culturales (CIC) y cinco años después el Centro Internacional de Documentación (CIDOC), espacio de reflexión y crítica de referencia a nivel internacional. En él participaron figuras relevantes como Erich Fromm, Paulo Freire, Peter Berger, Susan Sontag, André Gorz, Everett Reimer, autor de La escuela ha muerto. Alternativas en materia de educación escolar.  A partir de 1980 ejerció como profesor invitado de filosofía y ciencia, tecnología y sociedad en la Universidad Estatal de Pensilvania e impartió seminarios en la Universidad de Bremen (Alemania). Sus ideas y actividades generaron un profundo conflicto con la Santa Sede y el gobierno de México.

Illich se mostró crítico con la ineficacia de la educación escolar institucionalizada que, a su juicio, conduce derechamente al consumismo, y defendió una sociedad desescolarizada con una educación autodirigida y un aprendizaje en libertad, como demuestra en su libro La sociedad desescolarizada (1971).

La convivencialidad

Illich es autor de otra obra fundamental, La convivencialidad (1973; Editorial Virus, 1978), donde analiza las estructuras de dominación presentes en nuestro mundo, siendo una de las más importantes el capitalismo, que coloniza cada vez más espacios y extiende sus tentáculos a todas las instituciones: escuela, medicina, hospitales, transportes, construcción de viviendas, alimentación, etc. Una de sus ideas más originales en este libro es la idea de que estamos instalados en un “fascismo tecnoburocrático, que mantiene el control sobre toda la población.

Como alternativa propone un sistema político basado en la convivencialidad, que se caracteriza por la producción de bienes y servicios para los seres humanos y por la crítica de la idea de crecimiento y la defensa de una sociedad austera y libre.

Agamben califica a Illich de “arquitecto de la convivialidad” y sitúa el libro en el horizonte del Reino en la dialéctica entre el “ya sí” y el “todavía no”

Los textos de Iván Illich generaron una lúcida e intensa polémica ideológicamente muy enriquecedora. Polémica que se aprecia también en los escritos de 1955 a 1985 reunidos en el libro La Iglesia sin poder (edición de Valentina Borremans y Sajay Samuel, Trotta, Madrid, 2022),  que cuenta con un clarividente prólogo de Giorgio Agamben, quien califica a Illich de “arquitecto de la convivialidad” y sitúa el libro en el horizonte del Reino en la dialéctica entre el “ya sí” y el “todavía no”.

Los textos abordan temas plurales de carácter preferentemente religioso, como, la parroquia estadounidense, el significado de la virginidad, la pobreza de espíritu y el carácter misionero, el sentido de la muerte en el cristianismo, la experiencia religiosa y la experiencia estética, y, quizá el más relevante, “El clérigo evanescente”, por el que el Vaticano le impuso cuatro años de silencio.

Son textos analizados desde una profunda cultura teológica, con sentido crítico y de denuncia de la institución eclesiástica romana, con una fuerte carga política y social liberadora y teniendo como guía “la pobreza, el desvalimiento y la no violencia elegidos por uno mismo”, que “está en el corazón del mensaje cristiano” (p. 217). Para Illich, el mensaje cristiano es “la política más racional en un mundo cada vez más consagrado a ensanchar el hueco entre ricos y pobres” (p. 217).

En el más emblemático y crítico de los artículos sobre “El clérigo evanescente”, de 1967, define a la Iglesia romana como la burocracia no gubernamental más grande del mundo”, que “emplea a un millón ochocientos mil trabajadores a tiempo completo: sacerdotes, religiosos, religiosas, y laicos” y cuyo funcionamiento está “al nivel de General Motors y el Chase Manhattan” (p. 147). A su vez, considera “altamente irresponsable continuar preparando hombres para una profesión [el clero] que se extingue” (p. 167). Crítica que el ministerio sacerdotal esté asociado al poder y al privilegio clericales.

Crítico con la idolatría del progreso

Se muestra crítico también de la idolatría del progreso, de la escalada contaminante de la producción, de una tecnocracia desatada y de la pseudoteología de la educación como preparación para una vida de consumo frustrante, y propone como alternativa “un consenso antitecnócrata”, que debe traducirse en una pobreza voluntaria como la predicada por Jesús de Nazaret (p. 217-218).

Reconoce la importante y crucial responsabilidad del entonces llamado Tercer Mundo en la liberación del progreso, del desarrollo y de la eficacia, ya que sus ciudadanos todavía no son adictos y dependientes del consumo. En las sociedades de hoy, recuerda, “los discípulos están llamados a predicar el Evangelio a los pobres mostrándoles que incluso a los no escolarizados se les puede educar” (205).

En el último artículo de los seleccionados, dedicado al recuerdo del padre Robert J. Fox, se refiere a “su capacidad de res-pectar [con el significado de “mirar una y otra vez”] la basura, el despojo, el desecho” (242). En las páginas finales escritas por Fox se insiste en el derecho a pertenecer al inasequible Dios a pesar de las pretensiones de la Iglesia sobre el clero, en el derecho a ver a Dios encarnado en la escoria a pesar de las pulcras y límpidas imágenes de nuestros legítimos vecinos que la Iglesia difunde y en el derecho a oír el nombre de Dios revelado por boca de aquellos que nos apabullan con amor” (243).

Otro Dios es posible

¡Dios inasequible, encarnado en la escoria, en la basura! Illich lo deja claro: Otro Dios es posible ¡Y necesario! También tiene clara la imagen del ser humano, no como solidario, solipsista, sino como persona con los otros. El final está en plena sintonía con la teología de la liberación y las comunidades de base, de quienes siempre estuvo cerca Illich, con la antropología comunitaria de Martin Buber y con el principio de la filosofía Ubuntu: “yo solo soy si tú también eres”.

Solo un Dios encarnado en los basureros de la historia puede contribuir a liberar a los pueblos oprimidos y a las personas empobrecidas enfangados en la basura generada por la gente satisfecha. Solo una Iglesia sin poder puede ayudar a liberar a quienes el poder niega su dignidad y su derecho a vivir. Solo un cristianismo en defensa de la vida de quienes la tienen más amenazada puede luchar contra la necropolítica. De lo contrario, Dios, la Iglesia y el cristianismo seguirán legitimando los diferentes sistemas de dominación: capitalismo, patriarcado, colonialismo, racismo, xenofobia, supremacismo, imperialismo, fundamentalismos, dictaduras, aporofobia, depredación de la naturaleza, etc. y generando mayor sufrimiento a las mayorías populares y a los condenados de la tierra por mor de esos sistemas.

Fuente Religión Digital

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