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‘Escritos Paulinos, Introducción al Estudio de la Biblia’, un libro de Carlos Gil

Lunes, 29 de abril de 2024

IMG_6870Del blog de Xabier Pikaza:

Carlos Gil Arbiol, Escritos Paulinos, Introducción al Estudio de la Biblia, Verbo Divino, Estella, 2024, 650 págs.

Enciclopedia paulina, con rigor crítico, claridad y pedagogía, para estudiantes, historiadores y teólogos, escrita a “tres bandas”, para aquellos que sitúan a Pablo dentro del judaísmo, para aquellos que le entienden desde el comienzo cristianismo y para quienes le interpretan como maestro y guía de universalidad, por encima y en la base de las “leyes” y normas de vida.

Pablo sigue siendo el primero y más importante de los antropólogos (pensadores) de occidente, uno de los fundadores de la “modernidad”. Así lo ha visto Gil Arbiol, así lo ha presentado en esta obra sorprendente (extraordinaria, necesaria) que tengo el pacer de presentar. Ha sido mi libro de cabecera de esta Pascua 2024. Gracias, Carlos. Me has enseñado mucho. Me has dejado pendientes muchos temas y caminos. Es la mejor señal de que eres buen guía.

Obra

            Enciclopedia bíblico/teológica de y sobre Pablo y su obra (su escuela), escrita a “cuatro manos”:

 (a) Aportación histórica, en el cruce entre el nuevo judaísmo rabínico y el cristianismo eclesial. Puede y debe entenderse desde ambas riberas, la rabínica y la cristiana, con un fondo apocalíptico-sapiencial, judeo-helenista, en un contexto de sabiduría helenista y de universalidad romana.

(b) Novedad literaria. Pablo es un “rabí” judío, buen conocedor de los métodos literarios del entorno helenistas, y un estratega mesiánico, creador de comunidades judeo-cristianas, que utiliza sus cartas como medio de  evangelización y dirección social (de creación de grupos), entendidos como asociaciones (iglesias) escatológicas, entendidas como “cuerpos” del mesías de  Israel, abierto no sólo al imperio romano, sino a todos los pueblos de de la tierra.

(c) Creación de iglesias. Pablo se siente llamado por Dios para crear “una iglesia” o gran comunidad de convocados por el Dios de Israel en torno (a partir) de Cristo Jesús, mesías “crucificado”. Ésta es su novedad, ésta es el sentido y fin de su obra. Estrictamente hablando, Pablo no es un escritor, ni un pensador en abstracto, sino un creador de comunidades, que no se vinculan un tipo de ley nacional judía, ni por un “ordo” sapiencial o imperial greco-romano, sino por la llamada e impulso del Cristo-Crucificado de Israel, principio de comunión universal.

 (d) Pablo es, finalmente, un teólogo, siendo básicamente un “antropólogo”, portador de una nueva experiencia de Dios, en la línea de la tradición profético-apocalíptica judía, un hombre que se inscribe en la tradición mesiánica de Jesús, al lado de los Doce “apóstoles” primeros (con Pedro) y de los seguidos “hebreos” de Jesús, representado especialmente por Jacobo y los “hermanos de Jesús”, que siguen formando para de la comunidad de Jerusalén. Su visión de Dios y del ser humano resultan inseparables y se vinculan en la “experiencia” de contraste de la muerte del Mesías, entendida como juicio y principio creador de Dios.

(e) Obra de estudio y recreación  judeo-cristiana universal. Conforme a la fisión de Gil Arbiol, que básicamente asumo, carece de sentido separar al Pablo judío del Pablo cristiano. Pablo es judío, siendo “mesiánico” (cristiano), y es cristiano siendo “judío”, profeta, estratega y “pensador”. El hecho de que cierto judaísmo le haya condenado (estigmatizado)  es una prueba de que no ha sido aún asimilado por un tipo de tradición israelita; tengo la certeza de que el futuro un tipo de judaísmo legal/político depende de su lectura de Pablo (de lo que Pablo implica de universalismo y de mesianismo del Cristo crucificado.

(f) Obra abierta. Pablo sigue siendo para los cristianos una “cuestión pendiente”. No se trata de liberarse de Pablo para que el cristianismo sea “puro” (vuelva a su fuente), sino de asumir radicalmente a Pablo, al lado de Pedro y del Discípulo amado (al lado de los sinópticos). El futuro de las iglesias cristianas depende también (como el futuro del judaísmo) de una lectura radical de Pablo. Ésta es, a mi juicio, la aportación de fondo de esta obra maestra de Carlos Gil Arbiol.

 AUTOR: GIL ARBIOL CARLOS (1970- ).

IMG_4126 Teólogo católico, nacido en Tudela (Navarra), de la Orden de los Franciscanos Capuchinos. Estudió teología en la Universidad de Deusto/Bilbao (1995-1997), en Jerusalén (1997-1998) y en St. Andrews, Escocia (1999-2000), con Philip Esler, defendiendo su tesis doctoral en Teología Bíblica Deusto (2001), bajo la dirección de Rafael Aguirre (Los valores negados. Ensayo de exégesis socio-científica sobre la autoestigmatización en el movimiento de Jesús, Estella 2003).

Ésta es una tesis pionera en el campo de los estudios bíblicos, pues pone de relieve la forma en que las acusaciones contra Jesús y su grupo se convierten en principio de identificación y de valoración positiva de su movimiento mesiánica, desde la perspectiva de los marginados y excluidos de la sociedad.

Es profesor en la Facultad de Teología de la Universidad de Deusto desde 2001 y de la Escuela Superior de Estudios Franciscanos de Madrid. Ha impartido cursos en diversas facultades de Teología de España y América y es miembro de la Society of Biblical Literature desde 2001. Además de la tesis doctoral, ya citada, ha publicado Guía de Lectura de 1 y 2 Tesalonicenses” (Estella 2004) y ha dirigido y editado con C. Bernabé el libro homenaje a Rafael Aguirre, titulado: Reimaginando los orígenes del cristianismo(Estella 2008).

Ha publicado también varios libros y trabajos de investigación y divulgación sobre Nuevo Testamento y orígenes del cristianismo en revistas nacionales y extrajeras y dirige una nueva colección de libros de divulgación sobre temas bíblicos titulada “Qué se sabe de…”, cuyo primer volumen, colaboración con R. Aguirre y C. Bernabé es: Qué se sabe de… Jesús de Nazaret” (Estella 2009). Forma parte del “Grupo de investigación de los orígenes del cristianismo”, que ha editado una serie de obras pioneras sobre el surgimiento e identidad de la Iglesia.

ÍNDICE

  • Parte primera TEMAS INTRODUCTORIOS      
  • Capítulo I: Introducción a los estudios paulinos
  • Capítulo II: La vida de Pablo
  • Capítulo III: Características literarias de las cartas paulinas
  • Parte segunda LAS CARTAS DE PABLO   
  • Capítulo IV: La Primera Carta a los Tesalonicenses
  • Capítulo V: La Primera Carta a los Corintios
  • Capítulo VI: La Carta a los Gálatas
  • Capítulo VII: La Segunda Carta a los Corintios
  • Capítulo VIII: La Carta a los Filipenses
  • Capítulo IX: La Carta a Filemón
  • Capítulo X: La Carta a los Romanos
  • Parte tercera LAS CARTAS DEUTEROPAULINAS  
  • Capítulo XI: Las cartas a los Colosenses y a los Efesios
  • Capítulo XII: La Segunda Carta a los Tesalonicenses
  • Capítulo XIII: Las cartas pastorales: Tito y 1-2 Timoteo

PABLO VIDA Y OBRA. CRONOLOGÍA

IMG_4127Se llamaba Saulo/Saúl, de la tribu de Benjamín (Flp 3, 4-6), como el rey israelita de su nombre (1 Sam 9, 2), y había nacido en Tarso de Cilicia, en la diáspora judía de Asia Menor, hacia el 5 d C , pero después cambió (o completó) su nombre hebreo con el romano de Paulo, Pablo (el Pequeño)  Muchos han dicho que fue traidor a su pueblo, añadiendo que tenía una formación más pagana que judía  Algunos añaden que fue un creyente religioso, un organizador social, primer impulsor de la misión cristiana, más romano que cristiano  Otros, en fin, aseguran que, habiendo perseguido a un tipo de cristianos primitivos, fue el verdadero inventor del cristianismo  Pero, en realidad, él siguió siendo un judío, pero un judío mesiánico o cristiano

 Como fariseo (Flp 3, 5), había perseguido a los cristianos helenistas (quizá de la línea de Esteban: Hch 6‒7) porque destruían la cohesión nacional (legal) del judaísmo y negaban la unidad de Dios, al identificar a su Hijo-Mesías con un crucificado  Ciertamente, como perseguidor de los cristianos, él debía saber por qué les perseguía, y en un momento dado supo que ellos tenían razón, descubriendo, por revelación pascual, la identidad de Jesús resucitado, como he puesto de relieve en el capítulo anterior  Desde ese fondo quiero evocar algunos momentos de su vida cristiana:

‒ Años 33-35  Damasco  Misión árabe  Los tres primeros años de su experiencia cristiana están vinculados a la “misión en Arabia” (cf  Gal 1, 17), posiblemente en el entorno de la ciudad nabateo-helenista de Damasco o en alguna zona entre Decápolis y Palmira, preparándose quizá para entrar después en Jerusalén, desde oriente, con la ofrenda de los gentiles convertidos (en la línea de la tradición de los magos: Mt 2), para esperar allí la venida del Cristo resucitado (cf  Isaías III, cap  6)  No debió tener mucho éxito, de forma que abandonó esa misión a los tres años  Si ella hubiera triunfado el futuro del cristianismo hubiera sido distinto, con rasgos más semitas, más abierto a Siria‒Babilonia que a Roma (helenismo)  Pero esa misión acabó con la huida de Pablo de Damasco

35-48  Miembro de la Iglesia de Antioquía  Al abandonar Damasco y su entorno, Pablo fue a Jerusalén a “conversar” con los apóstoles anteriores (cf  Gal 1, 1821), pero no quedó allí, como Santiago, ni inició la misión en la costa de Palestina (como Pedro), ni la de Samaría, como Felipe (cf  Hech 8-11), sino que se hizo miembro de la Iglesia helenista de Antioquía, vinculándose en especial con Bernabé… Ambos actuaron como apóstoles de esa Iglesia, desde la perspectiva del cristianismo helenista, abandonando el exclusivismo judío y creando comunidades donde no se exigía el cumplimiento nacional de la Ley israelita

‒ 48/49 al 57  “Concilio” de Jerusalén y misión universal (Gal 2, 1‒10; Hch 15) Pablo y Bernabé se reunieron en Jerusalén con Santiago (hermano de Jesús, líder de la Iglesia judeo‒cristiana) y con Pedro (discípulo directo de Jesús, misionero judeo-cristiano), para defender su misión a los gentiles  Tanto Santiago como Pedro aceptaron su propuesta, y Pablo, que se sintió con libertad para iniciar una misión abierta a los gentiles, y así lo hizo, tras discutir con Pedro y separarse de Bernabé y de la comunidad de Antioquía por una diferencia sobre la comunión de mesa entre cristianos de origen judío y pagano  Pablo optó por una misión entre paganos, sin obligarnos a cumplir la ley nacional judía (pero en fidelidad al AT, entendido en forma universal), y de esa forma fue creando iglesias cristianas entre Asia Menor, Macedonia y Grecia, creando y organizando comunidades mesiánicas, con las que mantuvo una fecunda correspondencia epistolar

‒ Del 57 al 62  Por Jerusalén a Roma  Muerte  Hacia el año 57, realizada su tarea de oriente, escritas sus cartas básicas, Pablo quiso culminar su misión en occidente (España), donde se propuso llegar, pasando por Roma, para preparar así la venida final del Cristo  Pero antes quiso pasar por Jerusalén, para entregar una colecta de sus iglesias, manteniendo así el contacto con la comunidad judeo‒cristiana de Santiago  Pero algunos le acusaron y prendieron y, tras dos años de encarcelamiento, hacia el año 59, le envíaron a prisionero a Roma en espera de juicio  Aquí se acaba lo que sabemos de su historia  Posiblemente le condenaron a muerte y le ejecutaron hacia el 62-63 d C.

 UNA VOCACIÓN PROFÉTICO‒MESIÁNICA QUE SIGUE PENDIENTE

Sobre la “vocación” de Pablo ha escrito Lucas, desde una perspectiva posterior (hacia el 90 d C ), un relato, tres veces matizado (Hech 9, 1-19; 22, 6-16; 26, 12-18), afirmando que Jesús (a quien Pablo, perseguía) salió a su encuentro y se le manifestó como Señor e Hijo de Dios  Pero es más directo el testimonio del mismo Pablo, defendiendo su llamada en contra de aquellos que le acusaban, diciendo que no había conocido a Jesús:

Ya sabéis mi conducta anterior en el judaísmo, cómo perseguía con fuerza a la iglesia de Dios y la asolaba  Y aventajaba en el judaísmo a muchos de los contemporáneos de mi pueblo, siendo muy celoso de las tradiciones de mis padres  Pero cuando Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre y me llamó por su gracia, quiso revelar en mí a su Hijo, para que lo predicara entre los gentiles    no consulté con nadie el tema    sino que fui a Arabia y volví de nuevo a Damasco  Después, pasados tres años, subí a Jerusalén para ver a Pedro y permanecí con él quince días; pero no vi a ninguno de los demás apóstoles, sino a Santiago (Gal 1, 13-19) .

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