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Palabra clave: ‘ Sínodo sobre la Juventud ’

Seis de cada diez católicos piden a la Iglesia que “suavice” su postura contra la homosexualidad

Lunes, 15 de octubre de 2018
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soy-homosexual-tengo-hijos-soy-catolico1Sondeo en Brasil, México, Filipinas, Colombia, EEUU, Francia, España e Italia

Dos de cada tres católicos practicantes reclaman más cercanía con el colectivo LGBT

“Estos resultados son un aviso a la jerarquía de la Iglesia católica de parte de sus miembros de que es tiempo de cambiar su postura hacia las personas LGBT”, señaló el director de Equal Future, Tiernan Brady”

Una clara mayoría de católicos quiere que la Iglesia suavice su postura sobre la homosexualidad, según una encuesta difundida hoy en Roma. El sondeo de YouGov fue realizado en los ocho países católicos más grandes del mundo: Brasil, México, Colombia, Filipinas, Estados Unidos, Francia, España e Italia.

Un 59 por ciento de los encuestados señalaron que la Iglesia católica “debería reconsiderar su actual enseñanza sobre los temas LGBT, señala un comunicado dado a conoce en una conferencia de prensa en la capital italiana.

El porcentaje aumenta a 65 por ciento entre los católicos bautizados y a 63 por ciento entre los católicos practicantes, señala el sondeo, encargado por la campaña internacional Equal Future 2018.

“Estos resultados son un aviso a la jerarquía de la Iglesia católica de parte de sus miembros de que es tiempo de cambiar su postura hacia las personas LGBT”, señaló el director de Equal Future, Tiernan Brady.

En el Vaticano se está celebrando actualmente un sínodo de obispos, que se centra en temas relacionados con la juventud, entre ellos,cómo tratar a jóvenes con tendencias homosexuales.

“Sería un descuido increíble y un reproche a los fieles y a los jóvenes si (el sínodo) no se refiere al daño causado a niños y jóvenes por el estigma hacia la comunidad LGBT”, sostuvo Brady.

En junio, un documento de trabajo para el sínodo reconocía que a jóvenes lesbianas, gays, bisexuales y transexuales (LGBT) les gustaría que la Iglesia católica estuviera más atenta a sus necesidades.

Sin embargo, no se espera que los obispos modifiquen las enseñanzas de la iglesia que reconoce sólo matrimonios heterosexuales y recomienda una vida de castidad para los homosexuales.

Fuente Agencias/Religión Digital

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Chile: más del 65% apoya el matrimonio igualitario y el derecho a la identidad de género, mientras el respaldo a la adopción homoparental supera el 50%

Viernes, 13 de julio de 2018
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movilh-820x394De todos los derechos, el que ha experimentando el mayor incremento de aprobación en el transcurso del 2018 es la adopción homoparental, con 10 puntos porcentuales más que en febrero, según medición de Cadem. El Movilh festejó los resultados.

  La última medición de la encuesta Cadem arrojó un mayoritario respaldo ciudadano al matrimonio igualitario, al derecho a cambiar el nombre y sexo legal y a la adopción homoparental, “siendo este último aspecto donde se han registrado los más altos incrementos de adhesión en el transcurso del 2018”, resaltó hoy el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh).

En efecto, en julio del 2018 el 65% de los chilenos y chilenas mayores de 18 años se declara a favor del matrimonio igualitario, igual cifra a la de mayo pasado y superior en 1 punto porcentual a la de abril; en 5 puntos a la de marzo y en 7 puntos a la de febrero.

En tanto, el 67% se declaró a favor de que “una persona pueda cambiar su identidad de género por una sola vez, rectificando su sexo y nombre ante el registro civil para temas como el RUT y pasaporte”. En mayo pasado la adhesión era del 70% y en abril y marzo del 67%

Por último, el 52% se declaró a favor de que “las parejas homosexuales puedan adoptar un hijo”, igual cifra a la de mayo pasado, pero superior en 3 puntos porcentuales a la de abril, en 8 punto a la de marzo y en 10 puntos a la de febrero.

“La percepciones ciudadanas sobre las personas LGBTI y las familias homoparentales siempre han ido mejorando, jamás han empeorado, desde 1991 a la fecha. Lo mismo ocurre con la postura de los chilenos y chilenas frente a la igualdad legal. Estos cambios nadie los puede detener y nuevamente demuestran que el Estado está atrás de las transformaciones culturales”, señaló la vocera del Movilh, Daniela Andrade. Leer más…

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La Iglesia está evolucionando en nuestra afirmación e inclusión como personas LGBTI

Sábado, 23 de junio de 2018
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07915d6b-d47f-40e1-b2c1-fc0de6d5e330Posted on  por Fernando Gonzales

La GNRC declara: “La Iglesia está evolucionando en nuestra afirmación  e inclusión como personas LGBTI, pero nuestras familias existen y también deben ser incluidas en reconocimiento y dignidad”

Junio 19, 2018. Actualmente estamos celebrando el mes del Orgullo y nosotros, como GNRC, destacamos las menciones significativas sobre asuntos LGBTI en la Iglesia que han sido recientemente comunicadas a nivel mundial. Aunque no todas ellas pueden ser percibidas como positivas, al menos demuestran que las personas LGBTI son parte de la agenda de la Iglesia, desde reuniones en el Vaticano y hasta encuentros de Laicos.

El pasado Mayo, celebramos el positivo mensaje y las repercusiones de un encuentro entre el Papa Francisco y Juan Carlos Cruz – un hombre gay Católico chileno – tras una audiencia privada relacionada a las investigaciones sobre casos de abusos sexuales en Chile. Las asombrosas palabras que Juan Carlos reprodujo – indicando que el Papa Francisco le señaló “Dios te hizo así” – son una fuerte aproximación de empatía y comprensión de que la orientación sexual es inherente a nuestra naturaleza humana.

En el intertanto, este increíble y notable hecho es desafiado por las recientes declaraciones del mismo Papa Francisco “La familia humana a la imagen de Dios, hombre y mujer, es la única.”, durante un encuentro con una Asociación Familiar el 16 de Junio, en Roma. “A pesar de estas declaraciones contradictorias del Papa Francisco, nosotros – como Católicos LGBTI – las vemos como parte del reto de continuar manteniendo un diálogo con la Iglesia sobre las experiencias vitales de nuestras familias LGBTI alrededor del mundo. Nos esforzamos especialmente en dar visibilidad a las parejas LGBTI Católicas que viven la fe en relaciones amorosas basadas en la fidelidad, integridad y respeto”, menciona Ruby Almeida, Co-directora de la GNRC.

En esta misma línea, la reciente invitación oficial al Padre James Martin sj – escritor de Construyendo Puentes – para el Encuentro Mundial de las Familias, sugiere que tanto la jerarquía como el laicado están abriendo sus corazones y oídos a la discusión sobre el rol de una persona LGBTI en la familia, y en particular en una Católica. Chris Vella, Co-director de la GNRC, comenta, “La Iglesia está evolucionando en nuestra afirmación e inclusión como personas LGBTI, pero nuestras familias existen y también deben ser incluidas en reconocimiento y dignidad. No restringiendo únicamente a aquellas en las que existe un hijo o hija LGBTI, sino que también donde un padre, madre o ambos padres son parte de la comunidad Católica LGBTI.”

Y finalmente, un hito histórico, ocurrió el 19 de Junio en el Instrumentum Laboris para el próximo Sínodo Extraordinario de Obispos. El acrónimo LGBT fue utilizado por primera vez en un documento oficial del Vaticano. En el cual se menciona: “algunos jóvenes LGBT, a través de varias contribuciones hechas al Secretariado del Sínodo, desean ´beneficiarse de una mayor cercanía´ y experimentar un mejor acompañamiento por parte de la Iglesia.” (art. 197). “Aún cuando la mención es fugaz, el uso del término LGBT es indicador de un cambio considerable en el lenguaje y acercamiento. Es un signo del reconocimiento del llamada de una juventud laical creyente por su reconocimiento honesto y cuidado pastoral. Es un buen punto de partida.”, concluye Ruby Almeida.

Fuente Red Global de Católicos Arco Iris

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El cardenal De Kesel propone una “acción de gracias” para ‘bendecir’ las uniones homosexuales

Jueves, 10 de mayo de 2018
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de-kesel“Agradecemos” su cambio de postura pero va a ser que no nos conformamos con ser fieles de segunda… Llegan tarde, el matrimonio civil y eclesiástico es lo que pedimos, ni más, ni menos… ¿Y qué es eso de que “no tiene “absolutamente nada en contra” de las uniones homosexuales, siempre y cuando se lleven a cabo en un contexto donde “la honestidad, la firmeza y la lealtad sean fundamentales”

El primado de Bélgica ve “insostenible la condena” de la Iglesia a las parejas gay

“La Iglesia debe respetar más a los gays y a las lesbianas, también en su experiencia de la sexualidad”

“Una oración eclesiástica para una relación entre dos hombres o dos mujeres es ciertamente posible, siempre que no se parezca a un matrimonio eclesiástico”

(Cameron Doody).- “La Iglesia debe respetar más a los gays y a las lesbianas, también en su experiencia de la sexualidad”. El arzobispo de Malinas-Bruselas, el cardenal Jozef De Kesel, ha apuntado a un “cambio de paradigma” en el trato de la Iglesia hacia personas con atracción al mismo sexo.

Un cambio que podría incluir una celebración eclesial “de acción de gracias o de oración” por las relaciones homosexuales, dado que “ya es insostenible la condena” de la Iglesia de este tipo de amor, ha declarado el primado de Bélgica.

A finales del mes pasado, el cardenal De Kesel se reunió durante con la organización pro-LGBTI HLWM en su palacio arzobispal, ante los que aseguró que no tiene “absolutamente nada en contra” de las uniones homosexuales, siempre y cuando se lleven a cabo en un contexto donde “la honestidad, la firmeza y la lealtad sean fundamentales”.

“Veinte años atrás hubiera hablado de manera diferente a como lo hago ahora sobre este tema“, explicó De Kesel, en declaraciones recogidas por Zizo Online. “Entonces habría seguido la enseñanza oficial de la Iglesia. Ahora lo veo mucho más ‘comprensivamente’. El respeto es fundamental.

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El arzobispo belga también expresó su deseo de responder a las peticiones de parejas homosexuales creyentes que desean un reconocimiento simbólico por parte de la Iglesia. Por ello, De Kesel propuso una celebración formal eclesiástica de dichas relaciones, si bien ha matizado que dicha ceremonia no podría parecerse demasiado a las de bendiciones o nupcias heterosexuales.

“Una oración eclesiástica para una relación entre dos hombres o dos mujeres es ciertamente posible, siempre que no se parezca a un matrimonio eclesiástico”, apuntó De Kesel en este sentido, precisando que “un intercambio de anillos, por ejemplo, no se puede hacer”.

Aún así, el apoyo de De Kesel a la idea de un reconocimiento eclesial de las relaciones gays se suma al del cardenal Reinhard Marx, quien afirmó en febrero de este año que no ve nada malo en un cuidado pastoral más “cercano”, y hasta en un “ánimo” explícito, a los católicos homosexuales.

35 de las 93 diócesis francesas ya cuentan con oficinas de atención pastoral a los homosexuales

Una idea del “cambio de paradigma” eclesial hacia los homosexuales que proponen los cardenales De Kesel y Marx ya empieza a hacerse evidente en Francia, donde cinco años después de la legalización de los matrimonios gays 35 de las 93 diócesis nacionales ya cuentan con oficinas de atención pastoral a los homosexuales, según informa La Croix.

Programas como el de la diócesis de Creteil, en las afueras de París, donde un diácono casado y su mujer reúne periódicamente a fieles gays para “testimoniar a la presencia fraternal de la Iglesia” con los homosexuales. O en Saint-Etienne, cerca de Lyon, donde el obispo ha mandado que trabajadores pastorales acompañen a los gays en “tiempos de oración” para “confiar su amor a Dios”: en mayor parte para contrarrestar la impresión -extendida entre la comunidad homosexual- de que la Iglesia apoyó las manifestaciones en contra del matrimonio gay organizadas por la asociación La manif pour tous.

Como ha explicado Fabienne Daull, miembro de un grupo de cristianos pro-LGBT en Nimes, la idea de estos programas es “decir y repetir que es posible ser cristiano y ser homosexual, que no es incompatible ni contrario a la fe”. Que es posible que los gays encuentren a Dios en sus vidas y que estén plenamente integrados en sus parroquias. Un cambio de actitud y de trato que ha sido impulsado por las famosas palabras pronunciadas por el Papa Francisco en 2013: “¿Quién soy para juzgar a un gay?”.

Un grupo reducido, pero insistente, de obispos aperturistas

Lo cierto es que Jozef De Kesel, no está del todo solo. Forma parte un grupo de obispos que han avanzado posturas diferentes en materia LGTB a las que sostiene la mayoría de la jerarquía católica como el obispo de Amberes, Johan Bonny. Es un grupo reducido, pero destacable por haber mantenido una misma línea desde hace ya varias años. Entre ellos está, por ejemplo, Franz-Josef Bode, obispo de Osnabrück (Alemania), que en septiembre de 2015 se mostró a favor de bendecir a las parejas del mismo sexo unidas en una relación estable, aunque de forma privada y no en una ceremonia pública.

Destaca el cardenal Reinhard Marx, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, arzobispo de Munich y Frisinga, considerado un estrecho colaborador del papa Francisco. Fue él quien declaró primero, dando pie a que el propio papa hiciera declaraciones en el mismo sentido, que la Iglesia católica debía pedir perdón por su trato a las personas homosexuales: “La historia de los homosexuales en nuestra sociedad es una historia pésima porque hemos hecho mucho para marginarlos. No hace tanto tiempo de ello, y por tanto como Iglesia y como sociedad debemos pedir perdón”. El cardenal alemán señaló también que las relaciones de fidelidad entre personas mismo sexo deben valorarse positivamente: “Tenemos que respetar las decisiones de las personas. Tenemos asimismo que respetar, como dije en el primer sínodo —algunos estaban consternados pero yo creo que es normal— no se puede decir que una relación entre dos hombres, si son fieles, que esto no es nada, que no tiene ningún valor”.

Ya antes del pontificado de Francisco, en 2012, el cardenal Rainer Maria Woelki, arzobispo de Berlín, llamó a la Iglesia a reflexionar sobre su posición contraria a las parejas del mismo sexo. En este sentido, afirmó que deberían ser consideradas como análogas a las heterosexuales. Igualmente, en una entrevista algo posterior, denunció el “falso perfeccionismo” que a su juicio imperaba en la Iglesia. Con todo, poco después tuvo que aclarar su postura haciendo un curioso equilibrio: por un lado afirmó que “allí donde haya personas pendientes y dispuestas la una de la otra, eso merece reconocimiento”, para añadir en cambio que los “actos” homosexuales iban “en contra de la ley natural y por tanto no pueden ser aceptados por nuestra parte”.

Por otra parte, no podemos dejar de mencionar a Raúl Vera, obispo de Saltillo (México), quien lleva ya años destacándose por su defensa de las personas LGTB. En fecha tan temprana como 2011 apoyó la organización del Foro de Diversidad Sexual, Familiar y Religioso por parte de la Comunidad de San Elredo, un grupo LGTB cristiano: “La sociedad mexicana aún no ha podido desligarse de prejuicios, intolerancia y hostilidad contra las personas homosexuales, generando actos de violencia y rechazo social y familiar”, declaró entonces. Igualmente, este mismo obispo bautizó en 2014 a la hija de una pareja de lesbianas, quienes habían contraído matrimonio en el Distrito Federal, primer territorio de México que aprobó el matrimonio entre personas del mismo sexo.

El catolicismo alemán, punta de lanza

No es de extrañar que la mayor parte de los ejemplos mencionados vengan del ámbito germánico. Alemania alberga una de las comunidades católicas más abiertas a la realidad LGTB. De hecho, las declaraciones de estos obispos alemanes resultan tímidas frente a iniciativas de los laicos. En diciembre de 2015, la división local de Colonia de la Alianza de Juventudes Católicas Alemanas (Bund der Deutschen Katholischen Jugend –BDK-) aprobaba un documento titulado “Todos son bienvenidos”, en el que afirmaba que “el amor de Dios no hace distinciones” y reconocía que las “personas homosexuales” pueden “vivir el sexo de manera responsable”. Otro ejemplo elocuente fue el documento firmado en 2011 por 144 teólogos católicos de habla alemana (aproximadamente un tercio del total) en el que abogaban por una profunda reforma de la iglesia que incluyera, entre otras muchas medidas, el fin del “rigorismo moral” que condena al ostracismo en el seno de dicha institución a las parejas del mismo sexo o a los divorciados casados en segundas nupcias.

Esta apertura a la realidad LGTB  se corresponde, por lo demás, con una actitud progresista de buena parte del catolicismo alemán en temas como la contracepción o el divorcio, en los que Alemania ya marcaba diferencias con los pontífices anteriores, en particular con el también alemán Joseph Ratzinger.

En definitiva, dentro de la dinámica en la Iglesia católica de alternar algún paso adelante con pasos atrás (como bien ha quedado en evidencia con las más recientes declaraciones del papa), existe un grupo de obispos que parece presionar en un sentido inclusivo. No hace falta recordar, por desgracia, en qué posición se sitúan las voces cantantes del episcopado español. Con alguna salvedad como el obispo Vera, parece que de nuevo les toca a los obispos del norte de Europa el papel de avanzadilla.

Fuente reigión Digital/Cristianos Gays

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Dios es joven

Jueves, 19 de abril de 2018
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jesus-hipster“Es formular, con otras palabras, el mensaje de Pascua”

(Víctor Codina sj).- Para muchos, Dios no existe. Algunos, siguiendo a Nietzsche, creen que el mayor acontecimiento presente es el anuncio de que Dios ha muerto. Otros consideran a Dios como un venerable anciano, bondadoso y con barba blanca.

Ahora Francisco, en una conversación con el periodista y escritor Thomas Leoncini, con motivo del próximo sínodo de obispos sobre los jóvenes, nos sorprende con la novedosa expresión de que “Dios es joven”.

Quizás es un poco sensacionalista poner esta frase como título de un libro que contiene otras numerosas afirmaciones de Francisco sobre la generación joven: su centralidad y protagonismo en la historia, sus potencialidades, pero también sus tentaciones y riesgos; su marginación social y la importancia del diálogo entre las nuevas generaciones y los ancianos, etc. Pero esta afirmación sobre la juventud de Dios es sin duda lo más original de esta entrevista.

Francisco parte del texto del libro de Apocalipsis 21,5 donde se dice que Aquel que se sienta en el trono, convierte en nuevas todas las cosas. A partir de aquí, afirma Francisco:

“Así pues, Dios es aquel que lo renueva todo. ¡Dios es joven! Dios es el Eterno que no tiene tiempo, pero que es capaz de renovar, de rejuvenecerse continuamente y de rejuvenecerlo todo (…) Es joven porque “hace nuevas todas las cosas” y le gustan las novedades, porque asombra y le gusta asombrarse, porque sabe soñar y desea nuestros sueños, porque es fuerte y entusiasta”.

Me imagino que esta afirmación de Francisco sorprenderá y tal vez escandalizará a los que tienen otra imagen de Dios. Pero afirmar que Dios es joven es retomar de modo novedoso atributos tradicionales de Dios: creador, vivificador, el que ha sido, es y será, el que hace pasar del no-ser a la existencia y resucita los muertos, el que con el Espíritu de Jesús rejuvenece la Iglesia y la lleva, junto con toda la humanidad, a su plenitud definitiva.

Todo esto tiene consecuencias: ver a la juventud como imagen de Dios y que los jóvenes-como les pidió Francisco en Chile- ayuden a que la Iglesia “no sea la santa abuela Iglesia”.

Ante una sociedad en muchos sentidos decadente y envejecida, ante una Iglesia en muchos lugares parecida más a un geriátrico que a una comunidad viva y misionera que sale a la calle, ante la gerontocracia de muchos dirigentes eclesiales y unas comunidades con pocos jóvenes, y frente también a la tentación de convertirnos en profetas de calamidades al ver esta realidad, el grito de Francisco de que Dios es joven, es una señal de vida y de esperanza.

Es formular, con otras palabras, el mensaje de Pascua: Jesús ha resucitado y su Espíritu ha descendido sobre toda la creación. ¿Seremos capaces los adultos y ancianos de transmitir, sobre todo a las generaciones jóvenes, que el mayor acontecimiento de nuestro tiempo no es que Dios ha muerto sino que Dios es joven?

Fuente Religión Digital

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La presión fuerza al arzobispo de Turín a anular un encuentro de parejas gays católicas

Martes, 13 de febrero de 2018
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OLYMPUS DIGITAL CAMERA Una Iglesia cobarde y discriminadora… y punto:

Nosiglia: “Las uniones homosexuales s9n, para la Iglesia moralmente inaceptables”

El prelado había bendecido el acto dentrode un plan de atención específica a este colectivo

(Jesús Bastante).- El arzobispo cedió: Las uniones homosexuales son, para la Iglesia, moralmente inaceptables. Con estas palabras, el arzobispo de Turín, Cesare Nosiglia, arrancaba de cuajo las esperanzas de un nutrido grupo de parejas LGTBI católicas de toda Italia, que se habían inscrito en un retiro sobre la fidelidad destinado a este colectivo y organizado por la diócesis.

Una puerta abierta al reconocimiento de estas realidades, que iba a celebrarse los 24 y 25 de febrero en el Instituto de las Hijas de la Sabiduría y que, en principio, contaba con todas las bendiciones eclesiásticas.

Sin embargo, como viene siendo habitual en países como Italia o España, la presión de los grupos ultraconservadores ha llevado a monseñor Nosigilia a “abrir un período de reflexión” sobre la conveniencia de este tipo de encuentros. Un mazazo para una treintena de parejas gays, que veían cómo, por primera vez, podían sentirse integrados dentro de la Iglesia y del Evangelio en el que seguían creyendo.

La noticia también ha caído como un jarro de agua fría para el padre Carrega, quien iba a ser el encargado de impartir el retiro, que llevaba por lema Dignos de fidelidad‘. El religioso tiene el encargo específico del arzobispo de Turín de llevar adelante un plan de atención específica a las personas homosexuales. Una atención que, al parecer, no podrá llevarse a cabo, aunque monseñor Nosiglia se haya esforzado por asegurar el compromiso de la Iglesia en “el cuidado de los creyentes homosexuales y sus cuestiones de fe“.

beso-gay-iglesiaPara el arzobispo, esta atención pastoral se ofrece a personas en búsqueda, que viven situaciones delicadas e incluso dolorosas. Una iniciativa que ha crecido en los últimos años y la que los participantes “se encuentran con un sacerdote y reflexionan juntos, a partir de la Palabra de Dios, sobre su estado de vida y las opciones en materia de sexualidad”.

¿Cuál es, entonces, la razón para el veto a este encuentro? Las críticas de los sectores ultracatólicos, que denunciaron que cualquier acto diocesano en el que participaran parejas del mismo sexo pondría en duda la tradicional doctrina católica sobre el matrimonio, únicamente entre hombre y mujer, por la Iglesia y para toda la vida.

Ahí radica la prohibición, tal y como el arzobispo de Turín tuvo, finalmente, que admitir. Para el prelado, las uniones homosexuales “son para la Iglesia opciones moralmente inaceptables”, y “están lejos de expresar el proyecto de unidad entre el hombre y la mujer querido por la voluntad de Dios creador como donación recíproca y fecunda“.

Por el momento, el padre Carrega ha optado por guardar silencio para evitar represalias, si bien en anteriores ocasiones había subrayado cómo había participado en varias celebraciones de uniones civiles entre personas del mismo sexo, que están legalizadas en Italia desde mayo de 2016.

Españoles tampoco

Homofobia religiosaEn España, cualquier acercamiento a los matrimonios igualitarios también ha sido reprimido con dureza por parte de los obispos españoles, que no toleran ninguna apertura que pudiera suponer el más mínimo reconocimiento a estas uniones, legales en nuestro país desde hace más de una década. Así, la Iglesia española prohíbe cualquier tipo de bendición o participación en bodas de personas del mismo sexo, y continúa considerando la práctica homosexual como un “desorden”.

Muy lejos de opciones como las planteadas por los obispos alemanes, que ya han planteado oficialmente al Vaticano la posibilidad de crear una suerte de ‘bendición’ para este tipo de uniones, que sin suponer una equiparación al matrimonio tradicional, sí reconozca que estos son una realidad. Como señaló en su día el Papa Francisco, “si una persona es gay y busca a Dios y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarlo?”. El arzobispo de Turín, y los obispos españoles, sí lo hacen. Y lo condenan.

Un grupo reducido, pero insistente, de obispos aperturistas

Lo cierto es que Marx no está del todo solo. Forma parte un grupo de obispos que han avanzado posturas diferentes en materia LGTB a las que sostiene la mayoría de la jerarquía católica como el obispo de Amberes, Johan Bonny. Es un grupo reducido, pero destacable por haber mantenido una misma línea desde hace ya varias años. Entre ellos está, por ejemplo, Franz-Josef Bode, obispo de Osnabrück (Alemania), que en septiembre de 2015 se mostró a favor de bendecir a las parejas del mismo sexo unidas en una relación estable, aunque de forma privada y no en una ceremonia pública.

soy-homosexual-tengo-hijos-soy-catolico1Destaca el cardenal Reinhard Marx, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, arzobispo de Munich y Frisinga, considerado un estrecho colaborador del papa Francisco. Fue él quien declaró primero, dando pie a que el propio papa hiciera declaraciones en el mismo sentido, que la Iglesia católica debía pedir perdón por su trato a las personas homosexuales: “La historia de los homosexuales en nuestra sociedad es una historia pésima porque hemos hecho mucho para marginarlos. No hace tanto tiempo de ello, y por tanto como Iglesia y como sociedad debemos pedir perdón”. El cardenal alemán señaló también que las relaciones de fidelidad entre personas mismo sexo deben valorarse positivamente: “Tenemos que respetar las decisiones de las personas. Tenemos asimismo que respetar, como dije en el primer sínodo —algunos estaban consternados pero yo creo que es normal— no se puede decir que una relación entre dos hombres, si son fieles, que esto no es nada, que no tiene ningún valor”.

Ya antes del pontificado de Francisco, en 2012, el cardenal Rainer Maria Woelki, arzobispo de Berlín, llamó a la Iglesia a reflexionar sobre su posición contraria a las parejas del mismo sexo. En este sentido, afirmó que deberían ser consideradas como análogas a las heterosexuales. Igualmente, en una entrevista algo posterior, denunció el “falso perfeccionismo” que a su juicio imperaba en la Iglesia. Con todo, poco después tuvo que aclarar su postura haciendo un curioso equilibrio: por un lado afirmó que “allí donde haya personas pendientes y dispuestas la una de la otra, eso merece reconocimiento”, para añadir en cambio que los “actos” homosexuales iban “en contra de la ley natural y por tanto no pueden ser aceptados por nuestra parte”.

Por otra parte, no podemos dejar de mencionar a Raúl Vera, obispo de Saltillo (México), quien lleva ya años destacándose por su defensa de las personas LGTB. En fecha tan temprana como 2011 apoyó la organización del Foro de Diversidad Sexual, Familiar y Religioso por parte de la Comunidad de San Elredo, un grupo LGTB cristiano: “La sociedad mexicana aún no ha podido desligarse de prejuicios, intolerancia y hostilidad contra las personas homosexuales, generando actos de violencia y rechazo social y familiar”, declaró entonces. Igualmente, este mismo obispo bautizó en 2014 a la hija de una pareja de lesbianas, quienes habían contraído matrimonio en el Distrito Federal, primer territorio de México que aprobó el matrimonio entre personas del mismo sexo.

El catolicismo alemán, punta de lanza

la-iglesia-y-los-gaysNo es de extrañar que la mayor parte de los ejemplos mencionados vengan del ámbito germánico. Alemania alberga una de las comunidades católicas más abiertas a la realidad LGTB. De hecho, las declaraciones de estos obispos alemanes resultan tímidas frente a iniciativas de los laicos. En diciembre de 2015, la división local de Colonia de la Alianza de Juventudes Católicas Alemanas (Bund der Deutschen Katholischen Jugend –BDK-) aprobaba un documento titulado “Todos son bienvenidos”, en el que afirmaba que “el amor de Dios no hace distinciones” y reconocía que las “personas homosexuales” pueden “vivir el sexo de manera responsable”. Otro ejemplo elocuente fue el documento firmado en 2011 por 144 teólogos católicos de habla alemana (aproximadamente un tercio del total) en el que abogaban por una profunda reforma de la iglesia que incluyera, entre otras muchas medidas, el fin del “rigorismo moral” que condena al ostracismo en el seno de dicha institución a las parejas del mismo sexo o a los divorciados casados en segundas nupcias.

Esta apertura a la realidad LGTB  se corresponde, por lo demás, con una actitud progresista de buena parte del catolicismo alemán en temas como la contracepción o el divorcio, en los que Alemania ya marcaba diferencias con los pontífices anteriores, en particular con el también alemán Joseph Ratzinger.

En definitiva, dentro de la dinámica en la Iglesia católica de alternar algún paso adelante con pasos atrás (como bien ha quedado en evidencia con las más recientes declaraciones del papa), existe un grupo de obispos que parece presionar en un sentido inclusivo. No hace falta recordar, por desgracia, en qué posición se sitúan las voces cantantes del episcopado español. Con alguna salvedad como el obispo Vera, parece que de nuevo les toca a los obispos del norte de Europa el papel de avanzadilla.

Fuente Religión Digital/Cristianos Gays

Homofobia/ Transfobia., Iglesia Católica , , , , , ,

El Cardenal Reinhard Marx, aprueba ceremonias de “bendición” de parejas homosexuales

Martes, 6 de febrero de 2018
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marks-pastoralEl Cardenal Reinhard Marx, Presidente de la Conferencia Episcopal de Alemania, ha asegurado que, para él, los sacerdotes católicos pueden realizar ceremonias de “bendición” de parejas homosexuales.

En declaraciones a la radio alemana Bavarian State Broadcasting, el 3 de febrero, el Cardenal Marx dijo que no puede haber reglas sobre este tema. En vez de eso, la decisión de si una unión homosexual debería recibir la bendición de la Iglesia debe estar en manos de un sacerdote o un agente de pastoral, y debe realizarse según cada caso.

La entrevista se realizó en el marco del décimo aniversario del Cardenal Marx como Arzobispo de Munich y Freising, en Alemania.

Al Cardenal alemán le preguntaron “¿por qué la Iglesia no siempre avanza cuando se trata de demandas de algunos católicos sobre, por ejemplo, la ordenación de diaconisas, la bendición de parejas homosexuales o la abolición del celibato (sacerdotal) obligatorio?”.

El Arzobispo de Munich y Freising indicó que, para él, la pregunta importante que debe realizarse es sobre cómo “la Iglesia puede enfrentar los desafíos planteados por las nuevas circunstancias de la vida hoy. Pero también por nuevas perspectivas, por supuesto”, particularmente con respecto a la atención pastoral.

Al describir esto como una “orientación fundamental” enfatizada por el Papa Francisco, el Cardenal Marx pidió que la Iglesia tome “la situación del individuo, … su historia de vida, su biografía … sus relaciones” más seriamente, y lo acompañe.

El Arzobispo alemán pidió recientemente un enfoque individual del cuidado pastoral, el cual, ha dicho, no está sujeto a regulaciones generales ni al relativismo.

Ese “cuidado pastoral más cercano” debe también aplicarse a los homosexuales, dijo el Cardenal Marx en la entrevista. “Y uno debe también alentar a los sacerdotes y agentes de pastoral a dar ánimo a las personas en situaciones concretas. No veo realmente ningún problema ahí”.

La forma litúrgica específica de esa bendición, u otra forma de “aliento”, es un tema bastante diferente, dijo el Cardenal, y requiere una consideración más cuidadosa.

Consultado si realmente está diciendo que podría imaginar una forma de bendecir a parejas homosexuales en la Iglesia Católica, el Cardenal respondió que “sí”, añadiendo que, sin embargo, no podrían ser “soluciones generales”. “Se trata del cuidado pastoral de casos individuales, y eso aplica en otras áreas también, que no podemos regular, donde no tenemos un conjunto de reglas”, señaló.

Para el Presidente de la Conferencia Episcopal de Alemania, la decisión sobre la bendición a parejas homosexuales debe ser tomada por “el pastor en el campo, y el individuo bajo el cuidado pastoral”.mEl Cardenal reiteró además que, en su opinión, “hay cosas que no pueden ser reguladas”.

Un grupo reducido, pero insistente, de obispos aperturistas

Lo cierto es que Marx no está del todo solo. Forma parte un grupo de obispos que han avanzado posturas diferentes en materia LGTB a las que sostiene la mayoría de la jerarquía católica como el obispo de Amberes, Johan Bonny. Es un grupo reducido, pero destacable por haber mantenido una misma línea desde hace ya varias años. Entre ellos está, por ejemplo, Franz-Josef Bode, obispo de Osnabrück (Alemania), que en septiembre de 2015 se mostró a favor de bendecir a las parejas del mismo sexo unidas en una relación estable, aunque de forma privada y no en una ceremonia pública.

Destaca el cardenal Reinhard Marx, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, arzobispo de Munich y Frisinga, considerado un estrecho colaborador del papa Francisco. Fue él quien declaró primero, dando pie a que el propio papa hiciera declaraciones en el mismo sentido, que la Iglesia católica debía pedir perdón por su trato a las personas homosexuales: “La historia de los homosexuales en nuestra sociedad es una historia pésima porque hemos hecho mucho para marginarlos. No hace tanto tiempo de ello, y por tanto como Iglesia y como sociedad debemos pedir perdón”. El cardenal alemán señaló también que las relaciones de fidelidad entre personas mismo sexo deben valorarse positivamente: “Tenemos que respetar las decisiones de las personas. Tenemos asimismo que respetar, como dije en el primer sínodo —algunos estaban consternados pero yo creo que es normal— no se puede decir que una relación entre dos hombres, si son fieles, que esto no es nada, que no tiene ningún valor”.

Ya antes del pontificado de Francisco, en 2012, el cardenal Rainer Maria Woelki, arzobispo de Berlín, llamó a la Iglesia a reflexionar sobre su posición contraria a las parejas del mismo sexo. En este sentido, afirmó que deberían ser consideradas como análogas a las heterosexuales. Igualmente, en una entrevista algo posterior, denunció el “falso perfeccionismo” que a su juicio imperaba en la Iglesia. Con todo, poco después tuvo que aclarar su postura haciendo un curioso equilibrio: por un lado afirmó que “allí donde haya personas pendientes y dispuestas la una de la otra, eso merece reconocimiento”, para añadir en cambio que los “actos” homosexuales iban “en contra de la ley natural y por tanto no pueden ser aceptados por nuestra parte”.

Por otra parte, no podemos dejar de mencionar a Raúl Vera, obispo de Saltillo (México), quien lleva ya años destacándose por su defensa de las personas LGTB. En fecha tan temprana como 2011 apoyó la organización del Foro de Diversidad Sexual, Familiar y Religioso por parte de la Comunidad de San Elredo, un grupo LGTB cristiano: “La sociedad mexicana aún no ha podido desligarse de prejuicios, intolerancia y hostilidad contra las personas homosexuales, generando actos de violencia y rechazo social y familiar”, declaró entonces. Igualmente, este mismo obispo bautizó en 2014 a la hija de una pareja de lesbianas, quienes habían contraído matrimonio en el Distrito Federal, primer territorio de México que aprobó el matrimonio entre personas del mismo sexo.

El catolicismo alemán, punta de lanza

No es de extrañar que la mayor parte de los ejemplos mencionados vengan del ámbito germánico. Alemania alberga una de las comunidades católicas más abiertas a la realidad LGTB. De hecho, las declaraciones de estos obispos alemanes resultan tímidas frente a iniciativas de los laicos. En diciembre de 2015, la división local de Colonia de la Alianza de Juventudes Católicas Alemanas (Bund der Deutschen Katholischen Jugend –BDK-) aprobaba un documento titulado “Todos son bienvenidos”, en el que afirmaba que “el amor de Dios no hace distinciones” y reconocía que las “personas homosexuales” pueden “vivir el sexo de manera responsable”. Otro ejemplo elocuente fue el documento firmado en 2011 por 144 teólogos católicos de habla alemana (aproximadamente un tercio del total) en el que abogaban por una profunda reforma de la iglesia que incluyera, entre otras muchas medidas, el fin del “rigorismo moral” que condena al ostracismo en el seno de dicha institución a las parejas del mismo sexo o a los divorciados casados en segundas nupcias.

Esta apertura a la realidad LGTB  se corresponde, por lo demás, con una actitud progresista de buena parte del catolicismo alemán en temas como la contracepción o el divorcio, en los que Alemania ya marcaba diferencias con los pontífices anteriores, en particular con el también alemán Joseph Ratzinger.

En definitiva, dentro de la dinámica en la Iglesia católica de alternar algún paso adelante con pasos atrás (como bien ha quedado en evidencia con las más recientes declaraciones del papa), existe un grupo de obispos que parece presionar en un sentido inclusivo. No hace falta recordar, por desgracia, en qué posición se sitúan las voces cantantes del episcopado español. Con alguna salvedad como el obispo Vera, parece que de nuevo les toca a los obispos del norte de Europa el papel de avanzadilla.

Fuente Agencias/Cristianos Gays

 

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50 años de Medellín

Jueves, 1 de febrero de 2018
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medellin_560x280“Recepción del Concilio en América”

“Pablo VI trazaba tres direcciones para la Conferencia -espiritual, pastoral y social- que hoy siguen vigentes”

(Saturnino Rodríguez).- No puedo ocultar la satisfacción de preparar esta presentación sobre un acontecimiento tan importante como lo fue la II Conferencia del Episcopado Latinoamericano en Medellín, Colombia hace ya este año 50 años-en el ya mítico año 1968, que inauguró a finales de agosto el papa Pablo VI en el primer viaje que hacía un Papa al continente Americano.

Satisfacción por haberlo vivido directamente en mis “10 años americanos” junto a otras vivencias que me marcaron y que han ha tenido y tienen gran repercusión en el porvenir de la Iglesia latinoamericana y universal y que para mí han supuesto hacer de Colombia mi “segunda patria”.

Medellín: la aplicación para América del Concilio Vaticano II

El Papa Francisco que visitó recientemente Chile y Perú ha repetido en sus intervenciones muchos de las propuestas que hizo hace ahora 50 años en el emblemático año 1968 la II Conferencia del Episcopado Latinoamericano en Medellín, Colombia (CELAM) (26 agosto – 8 sept. 1968) como concreción del Concilio Vaticano II que tanta resonancia y repercusión han tenido en la Iglesia universal. Esta II Conferencia de Medellín fue inaugurada por Pablo VI en el histórico primer viaje de una Papa a América.

Sus Conclusiones el Papa Francisco las recalcaría como uno de los redactores principales intervinientes de la V Conferencia de Aparecida (Brasil ) y en sus intervenciones y viajes y muy recientemente en su viaje (nov 2017) a Colombia, donde se celebró aquella II Conferencia en 1968.

El CELAM prepara la celebración del 50º de Medellín

Para celebrar esos 50 años de la II Conferencia en Medellín, Colombia, el CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano) prepara un Congreso que se celebrará entre el 23 y el 26 de agosto de este año 2018 en el mismo lugar en donde se celebró la II Conferencia, para “conmemorar y proyectar el mensaje de Medellín como un mensaje clave de la Iglesia en el continente con diálogo en la Iglesia universal. Latinoamericana”. El Congreso impulsado por el CELAM cuenta también con el respaldo de la Confederación de Religiosos y religiosas, el Secretariado Latinoamericano y del Caribe de Cáritas, SECLAC y con la propia Arquidiócesis de Medellín.

Anticipándose al 50º aniversario de Medellín, en octubre del año2015 al celebrar el II Congreso Continental de Teología (Belo Horizonte, Brasil), teólogos y teólogas de diversos países latinoamericanos acordaron celebrar un Congreso académico internacional de teología con el título: “Medellín 50 años después: memoria y perspectivas de futuro” .

Y así la Red Amerindia y la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) de El Salvador celebrarán del 30 de agosto al 2 de septiembre de 2018 en la misma ciudad su III Congreso de Teología en torno al “patrimonio de Medellín” bajo el lema “Los clamores de los pobres y de la Tierra nos interpelan”. Los teólogos latinoamericanos buscan reafirmar la opción por los pobres y “por nuevos modelos de Iglesia más comunitaria, participativa y ‘en salida’ en la línea del papa Francisco. (El I Congreso se celebró en Sao Leopoldo (Brasil) en 2012).

El Concilio fue el antecedente inmediato de Medellín

Si el Concilio Vaticano II (1962-1965) fue una “Primavera de la Iglesia”, Medellín, que fue la “recepción del Concilio en América”, fue el jardín donde iba creciendo. A diferencia de lo sucedido en la I Conferencia del Episcopado (Río de Janeiro 1956) donde la Santa Sede la preparó y realizó en todas sus partes, la II Conferencia, en Medellín sería el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) quien definiría los temas, la mecánica de trabajo y la elección de los conferencistas con la aprobación de la Santa Sede. Los antecedentes inmediatos de la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano pueden situarse hacia el otoño de 1965 cuando el Concilio Vaticano II estaba a días de clausurarse.

Fue en ese momento cuando Pablo VI reunió a los obispos de la directiva y equipos del CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano) que participaban en el Concilio, con motivo del décimo aniversario de la creación de dicho organismo episcopal. Pablo VI exhortó a los presentes a asumir una visión crítica frente a los problemas que agitaban a América Latina como un requerimiento indispensable para la acción pastoral de la Iglesia en esas regiones.

Sería, pues, en ese ambiente cuando el entonces presidente del CELAM, Manuel Larrain Errázuriz (obispo de Talca, Chile) comenzó a poner en marcha el proyecto que le encomendara el papa Pablo VI, de quien era amigo personal desde los años en que era el cardenal Montini. Amigo también del jesuita Alberto Hurtado a quien haría santo Benedicto XVI, amigo de los más avanzados obispos europeos desde el Concilio, de los “nobeles” Pablo Neruda, Gabriela Mistral, Jacques Maritain, y de Roger Schtz prior de la Comunidad de Taizé.

El obispo chileno Manuel Larraín Errázuriz era un hombre “en salida” como pide hoy para el Iglesia el papa Francisco, un pastor integrante del grupo que se denominó entonces catolicismo social que durante el Concilio Vaticano II (1962-1965) formó parte del sector más progresista. Fue uno de los cuarenta obispos firmantes del Pacto de las catacumbas de Domitila (Nov. 1965), encabezado por otra de la figuras señeras del CELAM, el arzobispo brasileño Helder Cámara -postulado cuatro veces al Premio Nobel de la Paz. Pacto por el que se comprometieron a caminar con los pobres asumiendo un estilo de vida sencillo y renunciando a todo símbolo de poder. Decía Dom Helder “Cuando doy comida a los pobres, me llaman santo. Cuando pregunto por qué son pobres, me llaman comunista”.

Tras la reunión ordinaria del CELAM en Mar de Plata (Argentina), en mayo de 1967, se pidió al Vaticano que convocara la Conferencia, sugiriendo al mismo tiempo como sede la ciudad de Medellín. En julio de 1967 se recibió la aprobación y comenzaron los preparativos. Se aprobó también el tema de la misma: La presencia de la iglesia en la actual transformación de América Latina a la luz del Vaticano II”, tema propuesto por Pablo VI en la reunión con los obispos latinoamericanos en noviembre de 1965. Así, pues la II Conferencia del CELAM sería inaugurada por Pablo VI el 24 de agosto de 1968 y se clausuraría el 6 de septiembre del mismo año.

Las reuniones previas a la II Conferencia de Medellín

Entre las principales reuniones previas del Episcopado Latinoamericano y órganos del CELAM para preparar la II Conferencia destacaron estos Encuentros que tanto influirían en la celebración de II Conferencia de Medellín: En Baños (Ecuador) (junio 1966) sobre temas de educación, laicos y acción social. Mar de Plata (Argentina), en la X Asamblea Ordinario del CELAM sobre desarrollo e integración (octubre 1966). Buga (Colombia),(febrero 1967) en el I Encuentro Latinoamericano de Universidades Católicas, sobre la universidad católica en América Latina. Melgar (Colombia) (abril 1968 en el Encuentro Latinoam. sobre pastoral misionera. Itapoan, Salvador (Brasil), (marzo 1968) con el tema Pastoral Social de la Iglesia y Medellín (Colombia), (11 al 18 agosto 1968, sobre Catequesis.

Las 3 líneas trazadas por Pablo VI en Medellín

El 24 de agosto de 1968 el papa Pablo VI inauguraba en Bogotá la II Conferencia del Episcopado Latinoamericano que se clausuraría el 6 de septiembre y cuyas sesiones de trabajo se celebrarían en el Seminario de Medellín. En su apretura oficial Pablo VI trazaba “tres direcciones” para las tareas: espiritual, pastoral y social que hoy, medio siglo después, contienen muchas preguntas que siguen vigentes y que en varios casos se retoman en la encíclica Evangelii gaudium del Papa Francisco del que se espera un importante mensaje al celebrar los 50 años y cuyo papel fue decisivo – siendo cardenal – en la V Conferencia que presidiría Benedicto XVI en Aparecida (Brasil) (13-31 mayo 2007) en la que el entonces arzobispo de Buenos Aires cardenal Bergoglio tuvo un destacado papel. Resumimos a continuación esas tres líneas que proponía Pablo VI en la inauguración

Estas eran las 3 líneas: 1- Espiritual, señalando que no debemos dedicarnos al apostolado, si no sabemos corroborarlo con el ejemplo de las virtudes cristianas y sacerdotales. 2- Pastoral ya que la Iglesia institucional aparece hoy confrontada con otra llamada carismática, como si la primera fuese la de un cristianismo ya superada, mientras la otra, sería capaz de interpretar el cristianismo para responder a los problemas urgentes y reales de nuestro tiempo. 3- Social favoreciendo todo esfuerzo honesto para promover la renovación y la elevación de los pobres partiendo de la propia sencillez de la Iglesia en sus formas que es un testimonio de fidelidad evangélica como condición, alguna vez imprescindible, para dar crédito a su propia misión.

La metodología empleada en las sesiones de Medellín

La metodología adoptada por la Conferencia de Medellín (1968) corresponde al método “ver-juzgar-actuar” que se remonta al método de “revisión de vida”, surgido en el seno de las propuestas pastorales de la Juventud Obrera Católica (JOC) de la “Acción Católica” ,organización laical de renovación en la Iglesia que fundó en 1920 el sacerdote belga Joseph Cardijn por el compromiso social de la Iglesia católica en los comienzos del siglo y fue nombrado cardenal en 1965. La JOC agrupa aun hoy a los dirigentes obreros católicos en todo el mundo.

Un obispo que presidía la Comisión de trabajo sobre los pobres de la II Conferencia de Medellín en 1968 escribía sobre la misma diciendo que uno de los temas más difíciles fue el de la violencia y la paz. Había en aquella época algunos cristianos que querían justificar la violencia, apoyando las guerrillas, con sentimiento pero sin reflexión teológica. Con mucho acierto Pablo VI habló del asunto, y fue muy claro y muy orientador en sus palabras de inauguración en Bogotá enseñando el camino pacificador que debe tener el cristiano en nuestra realidad, al trabajar por la justicia en espíritu de paz, de reconciliación, como después recogerían las Conclusiones.

Las ponencias durante la II Conferencia de Medellín servirían de guía a las 16 comisiones y subcomisiones encargadas de elaborar las aplicaciones pastorales, cuya división y títulos corresponden fundamentalmente a las Conclusiones del Documento Final. Ponencias que expusieron los siguientes obispos:

I. Los signos de los tiempos en América Latina – MARCOS MC GRATH, obispo de Santiago de Veraguas, Panamá.
II. Interpretación cristiana de los signos de los tiempos hoy en América Latina – EDUARDO F. PIRONIO, Secretario General del CELAM
III. La Iglesia en América Latina y la promoción humana – EUGENIO DE ARAÚJO SALES, Administrador Apostólico, Salvador, Brasil.
IV. La evangelización en América Latina – SAMUEL RUIZ G., obispo de San Cristóbal de las Casas, México.
V. La pastoral de masas y la pastoral de élites – LUIS EDUARDO HENRÍQUEZ, obispo auxiliar de Caracas.
VI. La unidad visible de la Iglesia y la coordinación pastoral – PABLO MUÑOZ VEGA, Arzobispo de Quito
VII. Coordinación Pastoral – LEONIDAS E. PROAÑO, Obispo de Riobamba

Los documentos conclusivos de Medellín

Las Conclusiones de Medellín fueron aprobadas por el Papa Pablo VI siendo el presidente de la CELAM Avelar Brandao Vilela y secretario general Eduardo F. Pironio. Las Conclusiones irían repartidas en 16 documentos, agrupados a su vez en tres grandes secciones:

Promoción humana 1. Justicia 2. La Paz 3. Familia y demografía 4. Educación 5. Juventud

Evangelización y crecimiento de la fe 6. Pastoral popular 7. Pastoral de élites 8. Catequesis 9. Liturgia

La Iglesia visible y sus estructuras 10. Movimientos de laicos 11. Sacerdotes 12. Religiosos 13. La formación del clero 14. La pobreza de la Iglesia 15. Pastoral de conjunto y 16. Medios de comunicación social.

Las Conclusiones de Medellín se enfocan hacia la presencia de la Iglesia para “transformar a América Latina a la luz del Concilio Vaticano II”. La solicitud pastoral recae sobre tres áreas: 1ª- La promoción del hombre y de los pueblos hacia los valores de justicia, paz, educación y familia 2ª La necesidad de evangelización y maduración de la fe a través de la catequesis y liturgia y 3ª Los problemas que giran en torno a toda la comunidad para que sea más fuerte la unidad y la acción pastoral.

Se incorpora de manera especial a los laicos en estas tareas de “promoción humana” teniendo en cuenta como “fuentes” la Biblia y el Magisterio de la Iglesia destacando las encíclicas Gaudium et spes, Populorum progressio, Pacem in terris, Gravissimum educationis, Lumen gentium, Sacrosantum concilium, entre muchas otras. Todo ello forma parte de la Doctrina Social Cristiana cuya tarea es anunciar el Evangelio y denunciar las injusticias con el método de “ver, juzgar y actuar”.

Se trató también de la que denominaron “recepción creativa”, esto es, no se limitó simplemente a ajustar la iglesia de la región a las directrices emanadas del Concilio, sino que también intentó adecuar y enriquecer la recepción desde su propia historia y contexto; a manera de ejemplo tenemos las Comunidades de Base, el planteamiento de la salvación como liberación en la historia, la sacramentalidad de la iglesia desde la pobreza, y su compromiso total con los pobres y marginados. De hecho estas opciones y otros temas como el de la dimensión política de la fe y la relación entre desarrollo y salvación serían por los que Medellín llegaría a ser reconocido y recordado en la posteridad y a partir de las cuales se cosolidaba la “teología de la liberación”.

El mensaje de Medellín sigue vivo en la Iglesia

El teólogo brasileño Leonardo Boff, uno de los propulsores de las “Comunidades de Base” y la “Teología de la Liberación” escribe a los 50 años de Medellín recordando que el mérito de Medellín en el 1968 no fue el histórico sino el kerigmático, es decir lo que representa en términos históricos porque dió a luz a la Iglesia latinoamericana como tal. Sus textos constituyen la “Carta magna” de la Iglesia del Continente y el “acto de fundación” de la Iglesia de América Latina y Caribe a partir y en función de sus pueblos y de sus culturas. Leer más…

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El obispo de Amberes, a favor del reconocimiento litúrgico de las parejas del mismo sexo

Jueves, 13 de octubre de 2016
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media-101571-2El obispo de Amberes, Johan Bonny, ha destacado la necesidad de integrar las parejas del mismo sexo en la Iglesia católica, también con celebración litúrgica. Así lo sostiene en un libro de entrevistas que se publica esta misma semana. Bonny se reafirma así en una postura que ya ha expresado con anterioridad.

Johan Bonny vuelve a destacar entre los obispos católicos por su postura inclusiva en materia LGTB. Lo hace en un libro que ha sido puesto a la la venta en Bélgica este 11 de octubre, y que recoge una serie de entrevistas con el teólogo Roger Burggraeve y la periodista Ilse Van Halst, de la publicación católica flamenca Kerk & Leven. Su título evoca unas célebres declaraciones del papa Francisco sobre las tres palabras más importantes en la familia: Permiso, perdón y gracias. Audaces diálogos sobre relaciones, matrimonio y familia (Mag ik? Dank je. Sorry. Vrijmoedige dialoog over relaties, huwelijk en gezin).

En dicho libro, según recoge el diario La Libre Belgique (tradicionalmente cercano al catolicismo belga), Bonny sostiene la primacía del matrimonio heterosexual y rechaza la equiparación de las parejas del mismo sexo o de otras parejas no casadas por la Iglesia a este. Sin embargo, Bonny también afirma que estas personas y sus relaciones deben tener un hueco en la comunidad católica. Más aún, considera que dicho lugar debe quedar marcado litúrgicamente. Es ahí donde realiza su propuesta más audaz: la elaboración de rituales de bendición para las parejas no casadas (diferentes, eso sí, del sacramento del matrimonio) entre las cuales incluye las del mismo sexo.

Un obispo que ya ha hecho declaraciones a favor de las personas LGTB

No se trata de la primera vez que el obispo de Amberes destaca por sus declaraciones sobre las personas LGTB. En septiembre de 2014, Bonny envió una carta al Vaticano a propósito de la celebración del Sínodo Extraordinario de la Familia. En ella pedía mayor respeto y un lenguaje más matizado ante realidades consideradas “irregulares”. Afirmaba entonces que la Iglesia católica debía “abandonar su actitud defensiva” en temas como la acogida de homosexuales, de los divorciados y vueltos a casar o de los jóvenes que viven en pareja sin estar casados, sosteniendo que estas situaciones “merecen mayor respeto y un juicio más matizado”.

Igualmente, en diciembre de 2014, el obispo de Amberes ya abogó por el reconocimiento litúrgico de las parejas del mismo sexo, lo que le costó la oposición de los sectores integristas. “Debemos buscar en el seno de la Iglesia un reconocimiento formal de la relación que también está presente en numerosas parejas bisexuales y homosexuales. Al igual que en la sociedad existe una diversidad de marcos jurídicos para las parejas, debería también haber una diversidad de formas de reconocimiento en el seno de la Iglesia“, declaró entonces. No especificó si este “reconocimiento formal” debería tener o no carácter litúrgico.

Un grupo reducido, pero insistente, de obispos aperturistas

Lo cierto es que Bonny no está del todo solo. Forma parte un grupo de obispos que han avanzado posturas diferentes en materia LGTB a las que sostiene la mayoría de la jerarquía católica. Es un grupo reducido, pero destacable por haber mantenido una misma línea desde hace ya varias años. Entre ellos está, por ejemplo, Franz-Josef Bode, obispo de Osnabrück (Alemania), que en septiembre de 2015 se mostró a favor de bendecir a las parejas del mismo sexo unidas en una relación estable, aunque de forma privada y no en una ceremonia pública.

También destaca el cardenal Reinhard Marx, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, arzobispo de Munich y Frisinga, considerado un estrecho colaborador del papa Francisco. Fue él quien declaró primero, dando pie a que el propio papa hiciera declaraciones en el mismo sentido, que la Iglesia católica debía pedir perdón por su trato a las personas homosexuales: “La historia de los homosexuales en nuestra sociedad es una historia pésima porque hemos hecho mucho para marginarlos. No hace tanto tiempo de ello, y por tanto como Iglesia y como sociedad debemos pedir perdón”. El cardenal alemán señaló también que las relaciones de fidelidad entre personas mismo sexo deben valorarse positivamente: “Tenemos que respetar las decisiones de las personas. Tenemos asimismo que respetar, como dije en el primer sínodo —algunos estaban consternados pero yo creo que es normal— no se puede decir que una relación entre dos hombres, si son fieles, que esto no es nada, que no tiene ningún valor”.

Ya antes del pontificado de Francisco, en 2012, el cardenal Rainer Maria Woelki, arzobispo de Berlín, llamó a la Iglesia a reflexionar sobre su posición contraria a las parejas del mismo sexo. En este sentido, afirmó que deberían ser consideradas como análogas a las heterosexuales. Igualmente, en una entrevista algo posterior, denunció el “falso perfeccionismo” que a su juicio imperaba en la Iglesia. Con todo, poco después tuvo que aclarar su postura haciendo un curioso equilibrio: por un lado afirmó que “allí donde haya personas pendientes y dispuestas la una de la otra, eso merece reconocimiento”, para añadir en cambio que los “actos” homosexuales iban “en contra de la ley natural y por tanto no pueden ser aceptados por nuestra parte”.

Por otra parte, no podemos dejar de mencionar a Raúl Vera, obispo de Saltillo (México), quien lleva ya años destacándose por su defensa de las personas LGTB. En fecha tan temprana como 2011 apoyó la organización del Foro de Diversidad Sexual, Familiar y Religioso por parte de la Comunidad de San Elredo, un grupo LGTB cristiano: “La sociedad mexicana aún no ha podido desligarse de prejuicios, intolerancia y hostilidad contra las personas homosexuales, generando actos de violencia y rechazo social y familiar”, declaró entonces. Igualmente, este mismo obispo bautizó en 2014 a la hija de una pareja de lesbianas, quienes habían contraído matrimonio en el Distrito Federal, primer territorio de México que aprobó el matrimonio entre personas del mismo sexo.

El catolicismo alemán, punta de lanza

No es de extrañar que la mayor parte de los ejemplos mencionados vengan del ámbito germánico. Alemania alberga una de las comunidades católicas más abiertas a la realidad LGTB. De hecho, las declaraciones de estos obispos alemanes resultan tímidas frente a iniciativas de los laicos. En diciembre de 2015, la división local de Colonia de la Alianza de Juventudes Católicas Alemanas (Bund der Deutschen Katholischen Jugend –BDK-) aprobaba un documento titulado “Todos son bienvenidos”, en el que afirmaba que “el amor de Dios no hace distinciones” y reconocía que las “personas homosexuales” pueden “vivir el sexo de manera responsable”. Otro ejemplo elocuente fue el documento firmado en 2011 por 144 teólogos católicos de habla alemana (aproximadamente un tercio del total) en el que abogaban por una profunda reforma de la iglesia que incluyera, entre otras muchas medidas, el fin del “rigorismo moral” que condena al ostracismo en el seno de dicha institución a las parejas del mismo sexo o a los divorciados casados en segundas nupcias.

Esta apertura a la realidad LGTB  se corresponde, por lo demás, con una actitud progresista de buena parte del catolicismo alemán en temas como la contracepción o el divorcio, en los que Alemania ya marcaba diferencias con los pontífices anteriores, en particular con el también alemán Joseph Ratzinger.

En definitiva, dentro de la dinámica en la Iglesia católica de alternar algún paso adelante con pasos atrás (como bien ha quedado en evidencia con las más recientes declaraciones del papa), existe un grupo de obispos que parece presionar en un sentido inclusivo. No hace falta recordar, por desgracia, en qué posición se sitúan las voces cantantes del episcopado español. Con alguna salvedad como el obispo Vera, parece que de nuevo les toca a los obispos del norte de Europa el papel de avanzadilla.

Fuente Dosmanzanas/Cristianos Gays

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Jóvenes católicos alemanes se pronuncian a favor de la inclusión de las personas LGTB en la Iglesia

Miércoles, 9 de diciembre de 2015
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BDKJ_logo_kleinEl amor de Dios no hace distinciones”, así de rotundo se pronuncia el documento aprobado en Bonn por la Alianza de Juventudes Católicas Alemanas (Bund der Deutschen Katholischen Jugend –BDK-). En él también se afirma que las personas homosexuales pueden “vivir el sexo de manera responsable”. Declaraciones que forman parte de un texto titulado “Todos son bienvenidos”, emitido tras el encuentro anual de la división local de Colonia de la mencionada organización juvenil, en la que participaron alrededor de 90 delegados. Un gesto que confirma de nuevo la enorme distancia entre muchos fieles y las enseñanzas de la Iglesia en comunidades católicas de gran peso.

En el documento, los jóvenes católicos lamentan que su Iglesia excluya a las minorías sexuales y afirme la heterosexualidad como norma única. Esto hace que las personas LGTB católicas sientan desde el principio “que no son normales”. El texto también critica la exigencia del celibato, pues “esta doctrina eclesiástica no tiene en cuenta la realidad vital que nosotros vivimos con niños y jóvenes”.

Frente a ello, el documento proclama que “el amor de Dios no hace distinciones”. Lo importante, afirma, es que alguien se comporte con su pareja con amor y responsabilidad, no el sexo de sus componentes: “Si como personas que somos nos remitimos a una moral autónoma y a nuestra libertad en nuestro pensar y actuar respecto de nuestra sexualidad, entonces queda claro que la sexualidad viene ligada a la responsabilidad. Esta responsabilidad puede ser igualmente asumida en relaciones no heterosexuales”.

Elena Stötzel, la presidenta de la Alianza en la diócesis de Colonia, ha declarado que “reclamamos de nuestra iglesia que sea un lugar en el que ninguna persona experimente intolerancia o discriminación. Nuestra iglesia debe estar lista a entrar en diálogo con las personas que no se sienten aceptadas por causa de su identidad sexual. Debe estar dispuesta a escuchar y aceptar nuevas valoraciones de sus miembros acerca del trato con personas que viven como lesbianas, gais, bisexuales, trans, inter o queer”.

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Alemania: una comunidad católica especialmente audaz

No es de extrañar que un pronunciamiento así se haya producido en Alemania, uno de los países donde se han producido los gestos más claros de apertura hacia la realidad LGTB incluso de parte de la jerarquía. De hecho, en septiembre pasado —poco antes del Sínodo de la Familia— Franz-Josef Bode, obispo de Osnabrück, se mostró a favor de bendecir a las parejas del mismo sexo unidas en una relación estable, aunque de forma privada y no en una ceremonia pública.

Además, ya antes del pontificado de Francisco, en 2012, el cardenal Rainer Maria Woelki, arzobispo de Berlín, llamó a la Iglesia a reflexionar sobre su posición contraria a las parejas del mismo sexo. En este sentido, afirmó que deberían ser consideradas como análogas a las heterosexuales. Igualmente, en una entrevista algo posterior, denunció el “falso perfeccionismo” que a su juicio imperaba en la iglesia. Con todo, poco después tuvo que aclarar su postura haciendo un curioso equilibrio: por un lado afirmó que “allí donde haya personas pendientes y dispuestas la una de la otra, eso merece reconocimiento”, para añadir en cambio que los “actos” homosexuales iban “en contra de la ley natural y por tanto no pueden ser aceptados por nuestra parte”.

Más allá de estas declaraciones de la jerarquía, el movimiento a favor de las personas LGTB tiene notable arraigo entre los católicos del espacio de lengua alemana. Un ejemplo especialmente ilustrativo fue el documento firmado 144 teólogos católicos de habla alemana (aproximadamente un tercio del total) en el que abogaban por una profunda reforma de la iglesia que incluyera, entre otras muchas medidas, el fin del “rigorismo moral” que condena al ostracismo en el seno de dicha institución a las parejas del mismo sexo o a los divorciados casados en segundas nupcias. Esta apertura a la realidad LGTB  se corresponde, por lo demás, con una actitud especialmente progresista de buena parte del catolicismo alemán en temas como la contracepción o el divorcio, en los que Alemania ya marcaba diferencias con los pontífices anteriores (en particular con el también alemán Joseph Ratzinger).

En este contexto, la declaración de los jóvenes católicos alemanes supone un paso más adelante y deja clara la divergencia entre la doctrina oficial y los fieles en países tradicionalmente católicos, como Irlanda, o con una fuerte comunidad católica, como Alemania o Estados Unidos.

Fuente Dosmanzanas

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Dom 11.10.15. “Y mirándole le amó”. De hombre a hombre

Domingo, 11 de octubre de 2015
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115181Del blog de Xabier Pikaza:

Dom 28. Mc 10, 17-22. Fue el año 1990, en la Cátedra Domingo de Soto, en el edificio histórico de la Universidad de Salamanca (Aula Unamuno, junto a la de Fray Luis de León). Ofrecí una lectura contextual de Mc 10, con el hombre que buscó a Jesús para “heredar la vida eterna”, y con la respuesta de Jesús que “mirándole le amó y le dijo: Vende lo que tienes, dáselo a los pobres… y luego ven y sígueme” (es decir, el texto de este domingo 28 de la liturgia).

Presenté ese texto como una declaración de amor, o así lo sintieron al menos algunos de los presentes, entre ellos el sacerdote de un pueblo de Castilla y un joven artista, que me llamaron y vinieron a mi casa el día siguiente, para precisar el sentido y alcance de aquellas palabras del evangelio: “y mirándole le amó”, en el sentido fuerte del término (con agapaô).

Pasamos la tarde en torno a un café, hablando ellos sobre el (su) amor, yo sobre el texto de Marcos. Era evidente que se querían y que su tendencia afectiva iba en línea homoerótica. No convivían, pero se miraban y veían. Querían ser cristianos y lo eran, siendo uno además un buen sacerdote.

Ni ellos entraron en los detalles de sus manifestaciones de amor, ni yo se lo pregunté. Eran adultos y consecuentes con el evangelio y con la Iglesia. Simplemente les fui explicando el entorno del pasaje, pues querían ser fieles a Jesús: servicio a los pobres, cuidado exquisito por los niños, fidelidad, un ancho campo de evangelio…, sin convertirse inútilmente en “piedra de escándalo” para los demás.

imagesAsí se fueron, comprometidos a ser mejores cristianos, según el evangelio, queriéndose más entre sí. Tristemente, ambos han muerto (¡han pasado 25 años desde aquello!), pero su presencia y conversación, su fidelidad humana… y su manera de entender a Marcos me emocionó y me sigue alumbrando todavía.

Antes yo no había caído en la cuenta de lo que decía el texto, me deslizaga por la superficie sin fijarme, aunque en la conferencia debí decir cosas para que ellos lo entendieran como lo hicieron. Desde entonces he comprendido algo mejor el tema.

Ahora (año 2015) ya no voy por la Cátedra D. de Soto, de la Universidad de Salamanca, pero he escrito dos comentarios extensos de Marcos (uno en Clíe, otro en Verbo Divino), y en ambos me detengo sobe el tema, y así podrá leerlo en su versión académica quien quiere.

En esta postal no tomo ni un texto ni el otro, sino una parte transcrita de aquella conferencia, hace 25 años, un texto que me remitió el Prof. Corzo ,y que aún conservo en mi PC, con el título: “Y mirándole le amó”.

He pensado que este recuerdo y comentario podrá ofrecer compañía a mis amigos nuevos virtuales, en este fin de semana de Sínodo de la Familia. Un saludo a todos.

Mc 10, 17-22

Yendo Jesús de camino, corriendo vino uno y se le inclinó, y le pidió diciendo: – Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? Jesús le dijo:
– Lee la Escritura ¿sabes lo que dice?…: No matarás, no adulterarás, no robarás, no darás falso testimonio, honrarás a tus padres. Vete y cúmplelo. Él replicó: – Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud.

(Tras esto sigue un texto asombroso, que a mí me resultaría difícil transcribir; no suelo hacerlo así, no me sale, no es mi lenguaje, amor de hombre a hombe).

Y Jesús mirándole le amó, y le dijo: – Una cosa te falta: vete, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, tendrás un tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme.
Pero él, entristecido por esta palabra, suspirando profundamente se fue. Era muy rico (10, 17-22).

Éste es un texto sorprendente.

Aquí tenemos un hombre perfecto, alguien que cumple perfectamente todo lo mandado, desde la juventud: es fiel a la ley del Antiguo Testamento, a la moral israelita. Este es un hombre ideal, un ser completo, alguien que no ha tenido problemas de conciencia, un inocente.

Ha cumplido todos los mandamientos sociales, pero viene a buscar a Jesús y le dice: Oye ¿qué puedo hacer?. Jesús le ofrece le recuerda los mandamientos de la Ley, él responde que la cumple. Entonces, Jesús, mirándole le amó.

La escena está compuesta en forma de cruce de miradas. Al traducir el texto, he dicho que a mi me cuesta emplear ese lenguaje: no es mi estilo, se me hace muy difícil hablar de un cruce de miradas que sean creadoras o descubridoras de amor, entre un hombre y otro hombre.

Ya sé, a veces se habla del flechazo inmediato, pero solemos tomarlo como figura literaria. Por eso, me pregunto ¿es posible en dos miradas sentir un amor fuerte, como el que aparece aquí, para dejarlo todo y seguir al amigo? Se trata de la mirada de Jesús, que responde al hombre rico (aquí no aparece como joven, a diferencia de lo que se dice en el evangelio de Mateo). Jesús que mira con amor y ama con la mirada a un hombre que viene a preguntarle sobre la vida.

Aquí se habla de un amor absolutamente real y fuerte, entre dos varones. Así lo dice el texto, utilizando para ello la palabra sagrada del amor en el Nuevo Testamento: ágape. Permitidme que lo lea en griego, no me lo toméis a pedantería: ho de Iesous ….êgapêsen auton: y Jesús, mirándole, le amó (10, 21). Esta es la única vez que Marcos utiliza en un sentido fuerte la palabra amor, refiriéndose a relaciones interhumanas. En las otras dos es el mismo Dios el que llama a Jesús su “querido”, en el bautismo y en la transfiguración (Mc 1, 11; 9, 7)

Jesús y el hombre rico

Dios le ha llamado “querido”. Jesús dice ahora que ama a ese hombre que viene… y lo hace sin palabras, a través de la mirada… y con la invitación siguiente: Vende todo, dáselo a los pobres, ven y sígueme.

Marcos no habla en su evangelio del amor de Jesús hacia una mujer sino de su amor hacia un hombre que ha venido para preguntarle ¿qué puedo hacer? Es le ve por dentro, le mira y le dice algo así, con su mirada:

Eres muy rico, pero no quiero tus riquezas, te quiero a ti, )por qué no dejar todo y te vienes conmigo?. Véndelo todo, no me traigas nada, no me des ninguna cosa, ven tú mismo, a tí te quiero, Ven tú conmigo y haremos el camino juntos.

Platón definía ya el amor, la amistad, como un caminar dos juntos, dos personas, hombre y mujer, dos hombres, dos mujeres, en una misma dirección, haciendo en comunión la experiencia de la vida. Pero éste hombre de Jesús tiene muchas riquezas que le impiden caminar con él, en camino de evangelio humano y divino. Las riquezas son para él más importantes que el amor. Quiere amar pero no puede, no tiene libertad para hacerlo, ha puesto otra cosa por encima del amor: sus riquezas.

El evangelio de Marcos ha venido diciendo que Jesús era especialista en amor a los niños, a quienes acogía en la calle, a quienes quería ofrecer amor respetuoso, profundo, creador… Ahora, aquí, Jesús aparece como especialista en amor a un hombre maduro.

Jesús es un gran especialista en amor y, sin embargo, aparece como amante fracasado, pues el amigo se le va: prefiere entristecido las riquezas. Es hermosísimo que el Evangelio le presente así, como fracasado, alguien que ha dicho al amigo te quiero ven conmigo, para descubrir que el otro se le marcha.

En el judaísmo de aquel tiempo (y en el cristianismo del nuestro) da la impresión de que la riqueza está por encima del amor. Por eso se dice: primero asegura la riqueza y luego podrás amar. Pues bien, Jesús dice lo contrario: ¿eres capaz de desprenderte absolutamente de todo y de poner el amor en el centro total y absoluto de la vida, confiando así que ella tiene sentido?

Me diréis que Jesús pide al hombre rico una locura, evidentemente es locura su petición: ¡vende todo!. El refrán castellano decía: contigo pan y cebolla. Desde ahí se puede interpretar nuestro pasaje. Jesús mira a este hombre con amor y le dice: Vende lo que tienes, ven y sígueme.

Sólo porque le ha mirado con amor puede pedirle que lo deje todo. Pero, bueno, ¿qué significa que Jesús mire con este amor a un hombre rico? No lo sé del todo, aunque puedo presentirlo, entendiendo el pasaje como texto abierto a los cristianos de todos los tiempos, en camino que debemos traducir, haciendo del mutuo amor experiencia de vida compartida.

Un momento central del evangelio

Algunos darían un paso más. Se ha dicho que al fondo del evangelio actual de Marcos puede haber un capítulo perdido, un Evangelio Secreto, del que quedan huellas, según dicen, en algunos Santos Padres. Ese Evangelio Secreto de Marcos hablaría de un amigo íntimo de Jesús, no en plano homosexual, pero sí en plano de intimidad profunda. Un copista posterior habría encontrado el texto un poco duro, haciéndolo desapareció del Evangelio.

Como restos de ese Evangelio Secreto, centrado en el amor misterioso de Jesús quedaría un pequeño resto en aquella preciosa escena de cuando prenden a Jesús en el huerto: alguien, un joven, se escapa desnudo dejando la sábana en manos de aquellos que le apresan (cf. Mc 14, 51). Hay una inmensa literatura sobre ese texto y sobre los posibles misterios del amor de Jesús. Personalmente, creo que ese Evangelio Secreto no ha existido, es una invención de algunos exegetas. Por otra parte, el Evangelio de San Marcos está bien como está, habla bastante de amor.

Marcos no ha tenido miedo a que alguien elabore una interpretación homosexual del amor de Jesús. Por eso ha presentado con toda fuerza la escena que hemos comentado, la del hombre rico, diciendo que Jesús, mirándole le amó. De esa forma deja la puerta abierta a un desarrollo de amor que luego encontraremos en San Juan, cuando habla de discípulo amado de Jesús.

Evidentemente, Marcos no niega el amor de Jesús hacia las mujeres, pues su evangelio transmite el más impresionante relato de cariño intersexual, cuando habla de la unción de Betania. Difícilmente se puede escribir una historia más bella que la de esta mujer desconocida que vino un día, cuando Jesús estaba comiendo, para ungirle en la cabeza con perfume y decirle, de esa forma, con perfume: Sé tú mismo, vive, camina, yo te quiero, no tengas miedo (Mc 14, 3-9). Leer más…

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Palos en la rueda de Francisco

Domingo, 9 de agosto de 2015
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Papa-Francisco5Perdido el debate doctrinal, la minoría conservadora amenaza con un cisma tras el Sínodo

“Si el Señor no se cansa de perdonar, nosotros no tenemos otra elección que ésa”

(Jesús Martínez Gordo).- A partir del próximo mes de octubre asistiremos, finalizado el Sínodo ordinario de obispos dedicado a la familia, a uno de los momentos más importantes del pontificado de Francisco, a lo que se podría llamar su hora de la verdad.

En efecto, una vez debatidas y aprobadas las resoluciones que los obispos estimen oportunas y presentadas para su ratificación, es de esperar que este papa, lleno de gestos felizmente descolocantes y de un magisterio refrescante, baje a la arena y -dicho coloquialmente- se “moje” aprobando toda una serie de propuestas sobre la familia y la moral sexual. Va a ser particularmente interesante constatar qué decisiones toma sobre la posibilidad de que los divorciados vueltos a casar puedan comulgar, es decir, sigan perteneciendo plenamente a la Iglesia.

Como es sabido, ésta es una cuestión abierta por el mismo papa Francisco el 29 de julio de 2013 cuando, a su regreso de las Jornadas Mundiales de la Juventud, celebradas en Rio de Janeiro y en conversación con los periodistas, reconoció la necesidad de abordar “el problema de la comunión a las personas en segunda unión”, algo, apuntó en aquella ocasión, que es preciso realizar con misericordia: “si el Señor no se cansa de perdonar, nosotros no tenemos otra elección que ésa”.

La oposición a semejante posibilidad no tardó en aparecer. Y estuvo liderada por cinco cardenales de indudable peso en la curia vaticana, al menos durante los pontificados anteriores, y con una contundencia inusitada: “no es coherente con la voluntad de Dios” (Gerhard Ludwig Müller); resulta “insostenible” (Walter Brandmüller); es “ilícita” porque cuestiona “la ley divina” de “la indisolubilidad del matrimonio” (Velasio De Paolis); va “en contra de la voluntad del Señor” (Carlo Caffarra); recurrir a la misericordia sin verdad es un atentado contra la fe (Raymond Leo Burke).

El Sínodo extraordinario celebrado en octubre del año pasado evidenció que, aunque la propuesta favorable a la plena incorporación eclesial de los divorciados casados no alcanzara entonces la mayoría requerida (dos tercios), la posición radicalmente contraria de estos cardenales -y oficial hasta entonces en la Iglesia católica- pasaba a ser sorprendentemente minoritaria en el aula sinodal.

 los-opositores-al-papa-franciscoLos opositores del Papa

 Y el mismo papa Francisco no solo no retiraba -en nombre de una unidad supuestamente en peligro- el estudio de esta cuestión en un próximo Sínodo, sino que volvía a recabar el parecer de la base eclesial sobre éste y otros asuntos referidos a la familia y a la moral sexual.

Desde entonces se ha asistido a un debate a fondo que, a diferencia de otras ocasiones, ha presentado una particularidad también inaudita: han sido notables las aportaciones que, con una libertad encomiable y con una argumentación impecable, se han esforzado por desmontar el intento de la minoría sinodal por capitalizar en exclusiva la rectitud doctrinal.

No es verdad -y menos infalible- que, a la luz de la escritura, de la tradición patrística, de los concilios y del corpus jurídico eclesial vigente, sea incompatible un comportamiento misericordioso con los divorciados vueltos a casar y el reconocimiento de la indisolubilidad del matrimonio. Más bien, todo lo contrario.

Quizá porque la minoría sinodal da ya por perdido el debate sobre la consistencia doctrinal de quienes -como el cardenal W. Kasper, entre otros- son partidarios de articular misericordia e indisolubilidad, se asiste estas últimas semanas a un cambio de estrategia: da lo mismo -se propala también aquí, entre nosotros, en el País Vasco- lo que se apruebe en el próximo Sínodo ordinario de octubre. El papa Francisco va a dar la callada por respuesta a una propuesta partidaria de reconocer, en nombre de la misericordia, la plena eclesialidad de los divorciados vueltos a casar.

Según este infundio, el papa Bergoglio adoptaría semejante estrategia no sólo ante la supuesta “fortaleza” dogmática, escriturística, jurídica y patrística de la posición minoritaria, sino también ante el temor de un posible cisma en la Iglesia católica. Como contrapartida, enfatizan, impulsaría un magisterio todavía mucho más atento a las contradicciones sistémicas del capitalismo imperante y, sobre todo, a las urgencias sociales que están aflorando.

Sinceramente, no veo a Francisco en esta estrategia. Y no lo veo porque me parece un comportamiento más propio de un “capitán Araña” que de un obispo con entrañas pastorales y convencido -como es el caso- de que hay que estar al lado de la gente hasta el final.

Sí lo veo, en cambio, ratificando lo aprobado en el Sínodo y buscando no romper los puentes con la minoría sinodal, a pesar de que ésta intente marcar (y agrandar) distancias en nombre de la “verdad” y de una supuesta rectitud doctrinal abanderada -tan gratuita como supuestamente- por ellos.

Si la minoría sinodal quiere convencer, tiene que aportar argumentos más consistentes que los esgrimidos hasta el presente. Y, por supuesto, olvidarse de esta estrategia.

Fuente Religión Digital

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¿Y hablaban de “lobby gay”? Francisco entre el buenismo y la tradición homófoba

Miércoles, 6 de mayo de 2015
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noticias_file_foto_998480_1430662967 Parece que al Espíritu Santo se le ha debido de caer alguna “pluma” sobre el Papa Francisco o es que, con lo cercano que es, le estaba explicando a alguna monja cómo apartarse el velo… Y es que no me digáis que con la esclavina sobre la cabeza y la mano suelta la foto no es de traca… En fin, sin pecar de irreverentes, la cosa nos ha hecho gracia.

Lo que nos gusta menos es el doble juego que se trae Francisco con las personas LGTB, lanzando unas veces frases supuestamente tolerantes y actitudes abiertas y otras como en los viejos tiempos. Al final, su actitud y algunas de sus intervenciones públicas nos recuerdan los peores momentos del pontificado de Benedicto XVI:

En un texto difundido el pasado 19 de febrero por Prensa de la Santa Sede comparaba a las personas transexuales con las armas nucleares. En una nueva declaración que muestra la verdadera mirada de la Jerarquía Católica sobre la diversidad sexual, el Papa Francisco condenaba a las personas transexuales por “no reconocer el orden de la creación”, asegurando que quienes “manipulan” sus cuerpos son similares a “Herodes” y “desfiguran el rostro del hombre y la mujer”.

No podemos olvidar que Jorge Bergoglio, en 2013 manifestaba su incapacidad para juzgar a la comunidad LGTBI, no sin antes hacer énfasis en que la pertenencia a un lobby gay si es reprochable. Las declaraciones del sumo pontífice tuvieron lugar durante el vuelo de regreso a Roma luego de la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud 2013, JMJ Rio 2013, en Rio de Janeiro, Brasil.

Tampoco nos gustó que el papa Francisco vetara recientemente al embajador francés ante el Vaticano por ser gay. Es la tercera vez en los últimos años que Francia tiene problemas con sus embajadores, ya que entre 2007 y 2008 el puesto quedó vacante porque el Vaticano se negó a reconocer a un divorciado.

Atrás quedaron esos momentos en los que el Papa Francisco sugirió que las uniones civiles gays podrían ser toleradas por la Iglesia. “El matrimonio es entre un hombre y una mujer, pero existen otras uniones para regular las diversas situaciones de convivencia, impulsadas por la necesidad de regular los aspectos económicos entre las personas, como por ejemplo, para asegurar la atención médica”, recogía el diario El Corriere della Sera.

Lo cierto es que el Papa no termina de definir su postura ante el mundo LGTB y unas veces da una de cal y otra de arena. ¿Puede la Iglesia Católica cambiar sus puntos de vista sobre la familia homosexual? Es lo que algunos pensaban en el mes de octubre del año pasado al inicio del Sínodo sobre la Familia que se celebraba en El Vaticano y que recogía un resumen de las 265 intervenciones. Entonces pensábamos que era un primer paso: El Sínodo sobre la familia debatía sobre la realidad LGTB de forma más abierta que nunca pero… nos preguntábamos: ¿será el “kairoi” o el “bluf” de Francisco?. Los textos revelan que algunos obispos defienden que ‘los católicos homosexuales tienen dones y cualidades que aportar a las parroquias’ pero, por el momento, es el “bluf”,  un cambio significativo de postura de la Iglesia Católica hacia el mundo LGTB es improbable.

Parecía que con la incorporación del Papa Francisco la ola de escándalos de El Vaticano se había disipado pero está claro que no tiene fin. Como os contábamos el año pasado  un ex guardia suizo que sirvió durante el papado de Juan Pablo II (que duró desde 1978 hasta 2005) afirmó que recibió entre 20 y 25 proposiciones sexuales explícitas de cardenales, obispos y otros miembros del clero. Así que le proponemos al Papa que limpie lo que huele a podrido en el Vaticano y a nosotros nos deje en paz y nos devuelva nuestra condición de hijos de la Iglesia que nunca debíamos haber perdido.

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Perfil humano y eclesial de Pablo VI: En la beatificación del Papa Montini

Domingo, 19 de octubre de 2014
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Un interesante reportaje publicad en el último número de Vida Nueva:

Repaso a la figura del papa del Concilio Vaticano II, que será beatificado este domingo

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EDUARDO DE LA HERA BUEDO (RESPONSABLE DE RELACIONES INTERCONFESIONALES Y COLABORADOR DE LA DELEGACIÓN DEL CLERO DIÓCESIS DE PALENCIA) |

El día 19 de octubre, concluida la Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de los Obispos, que abordará los desafíos pastorales de la familia, será beatificado el papa Pablo VI: “El Papa que no supimos amar en España”, según dijo José Luis Martín Descalzo, inolvidable director de Vida Nueva. O El primer Papa moderno, como tituló su amplia biografía el escritor Peter Hebblethwaite[1].

Conocemos bien la trayectoria pastoral de este Papa de “nuestro tiempo”: el Papa del Concilio Vaticano II (así ha pasado ya a la historia). Podríamos añadir también: el Papa del difícil, hermoso y consolador posconcilio. Papa o timonel de una Iglesia en trance de alumbramiento (toda la Iglesia lo es, sobre todo después de un Concilio).

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En enero de 2012 (ver VN, nº 2.784), Vida Nueva me pidió un Pliego sobre Pablo VI y el Concilio, en su 50º aniversario. Allí expliqué las tres claves del Vaticano II que este Papa alentó con buen pulso y mucho coraje. Las resumo en estos tres puntos:

  • 1. Tomar conciencia de lo que está llamada a ser la Iglesia.
  • 2. Renovar y reformar.
  • 3. Dialogar para construir.

Ahora se me pide que trace el breve perfil humano y eclesial de un Papa que, por fin, comienza a ser reconocido públicamente como un gran guía de la Iglesia.

Al papa Pablo VI le correspondió pastorear la Iglesia del Señor en un momento particularmente difícil: fue Papa en un tiempo de inclemencia, con fuertes borrascas y granizadas. Con embestidas a babor y a estribor, a derecha e izquierda de la barca de Pedro. Todo un cambio de época. Y más de una tormenta le cayó encima.

Elegido papa con 66 años en junio de 1963, a la muerte de Juan XXIII, Pablo VI sirvió a la Iglesia durante quince años, hasta el 6 de agosto de 1978 en que murió. Dos años y medio de Concilio en sus tres últimas sesiones (de septiembre de 1963 a diciembre de 1965) y trece de duro y gozoso posconcilio.

Poco a poco, se ha ido haciendo justicia a este gran Papa, a este hombre de Iglesia, a la que amó profundamente y por la que, en aras de su unidad, sufrió mucho. No en vano, en su testamento dejó escrito:

Siento que la Iglesia me rodea: ¡Santa Iglesia, una, católica y apostólica, recibe con mi bendición y saludo, mi supremo acto de amor! (…) Ruego que el Concilio se lleve a término felizmente y se trate de cumplir con fidelidad sus prescripciones (…) Cierro los ojos sobre esta tierra doliente, dramática y magnífica, implorando una vez más sobre ella la Bondad divina. [2]

I. Montini y el norte italiano

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Recordamos hoy a Pablo VI como aquel Papa norteño (de la Italia del Norte), nacido en Concesio (1897), a pocos kilómetros de Brescia, admirador de los montes y montañas de su tierra; nostálgico siempre del verde prealpino y de aquellos colores amarillos del otoño que él evocaba en sus cartas y que dejaron honda huella en el alma sensible de Giovanni Battista Montini. Con veinte años, fascinado por el paisaje, escribía desde Verolavecchia, el hogar familiar de su madre, Giuditta Alghisi, una postal a los suyos, en la que decía:

Querría que la abuela viniese aquí abajo, a disfrutar del sol del otoño. La vendimia ha concluido, pero todavía queda uva para que la abuela y tía María hagan una de sus bebidas medicinales, preferidas. [3]

Su familia

Giuditta Alghisi Montini.

Giorgio Montini, padre de Pablo VI, paseando por Brescia en 1908. Fuente: Isacem.

La abuela Francesca, mamá Giuditta y una tía soltera (María) se encargaron de cuidarle con esmero e inculcarle los valores de la fe cristiana. Su padre, Giorgio Montini, abogado, periodista y diputado por el PPI (Partido Popular Italiano), le buscó buenos colegios, maestros y orientadores. Giambattista tuvo, además, dos hermanos, distintos a él, pero con los que congenió siempre: su hermano Francesco ejerció de médico (murió siendo Pablo VI papa); y el mayor, Ludovico, abogado, diputado y, más tarde, en 1963, senador de la República italiana. Con su hijo, Fausto Montini (uno de los sobrinos más queridos de Pablo VI), estuve hablando en Concesio, hace poco más de un año, con motivo del congreso, allí celebrado, sobre Pablo VI y el Concilio Vaticano II, y él guarda celosamente la memoria de la familia…

El trozo de tierra italiana donde Giovanni Battista Montini respiró su formación primera fue Brescia (via delle Grazie, 17), muy cerca del santuario de la Virgen de las Gracias. Allí estuvo su hogar familiar y espiritual. Montini tenía la marca que imprime el norte italiano… Norte y sur, en Italia, podríamos decir que marcan carácter. No es lo mismo haber nacido o haber crecido en Brescia, en Milán, en Turín o en Bérgamo (la tierra de Juan XXIII) que haber venido a este mundo en Nápoles, Salerno o Sicilia (sin quitarle ninguno de sus encantos al sur, donde se encuentran sencillos y nobles corazones).

¿Recuerdan ustedes aquella película de Luchino Visconti, Rocco e i suoi fratelli (Rocco y sus hermanos), cuando unos muchachos sencillos, apegados a su tierra del sur siciliano, llegan a Milán con su madre, la señora Paroni, (la mamma) buscando trabajo, y la gran urbe los degrada y literalmente los devora? Pablo VI era del norte italiano, lo cual no es una anécdota menor. El norte montañoso, verde, con sus tradiciones y su cultura. Pero, sobre todo, con sus industrias y sus grandes concentraciones de obreros en ciudades, como Milán, “buscándose la vida”. El norte rico.
Montini en 1920.

Alumno externo del seminario

Giovanni Battista Montini fue ordenado sacerdote (1920) en la catedral de Brescia, siendo muy joven, con 23 años, tras haber realizado como externo sus estudios del seminario, debido a su delicada salud. Conoció, siendo muy joven, los años trágicos de la Gran Guerra (algunos de sus amigos más mayores nunca volvieron del frente).

Su adolescencia estuvo espiritualmente cuidada y protegida al lado de los Oratorianos de Brescia, el padre Giulio Bevilacqua
y el padre Paolo Caresana. Allí hizo grandes amigos. Pronto fue enviado a ampliar estudios a Roma, residiendo en el seminario lombardo. Montini ya entonces amaba la vida interior, el estudio tranquilo, las relaciones sin prisas. En todo caso, Roma, después de Brescia, fue la “segunda patria” del futuro Pablo VI.

Lecturas de juventud

Las lecturas de Montini fueron las de los teólogos, filósofos y literatos que, en aquel momento, estaban en el candelero. Sus maestros se llamaron Jacques Maritain, Charles Journet, Henri de Lubac, Yves-Marie Congar, Jerôme Hamer

Es curioso constatar que todos habían sido grandes eclesiólogos y algunos, como Congar, pioneros del ecumenismo católico. Y todos o casi todos, del área francófona. Jean Villot, secretario de Estado en la Santa Sede con Pablo VI (1967) era, precisamente, francés. Todo lo cual llevó a algunos a tildarle de “afrancesado”. A Montini le gustaba la literatura de su tiempo (siendo joven sacerdote, había hecho una recensión para la revista Studium de El diario de un cura rural, de G. Bernanos), conocía la pintura y, en general, el arte del momento.

Si en los Museos Vaticanos se puede contemplar hoy una sección de “arte contemporáneo”, es gracias a una iniciativa suya. Un hombre de una total lucidez de pensamiento y de una gran fuerza de voluntad, de una tenacidad a prueba de bombas, que le llevó, en una ocasión, a decir aquello de “soy frágil, pero soy Pedro”.

Montini era, ciertamente, un hombre frágil; pero espiritualmente fuerte
y de una gran capacidad de trabajo.

II. Al servicio de la Iglesia

Montini en los años 30.

Giovanni Battista Montini se aclimató muy bien a la Ciudad Eterna. Y no porque en ella quisiera “hacer carrera”, sino porque Roma le ofrecía de todo para su formación: en la universidad de los jesuitas (la Gregoriana), se matriculó en filosofía; en la Facultad de Letras de la Sapienza (universidad civil de Roma), se aplicó a la filología clásica; pero donde tuvo que dedicarse a fondo fue en la Academia Diplomática de la Plaza de la Minerva, al lado del Panteón (1921).

Fue por obediencia a monseñor Pizzardo, sustituto de la Secretaría de Estado con Benedicto XV, ya que –según hemos dicho– su vocación específica como estudiante era la teología, las letras, el pensamiento, el arte. Muchas veces comentaba que, “por obediencia”, le había tocado hacer lo que no le complacía.

Con 26 años, en 1923, le enviaron a Polonia: fue como agregado a la Nunciatura Apostólica de Varsovia (“sin paga ni siquiera ropa de abrigo”, según dijo él). Una experiencia poco reconfortante, que solo duró seis meses. De regreso a Roma, se entregó a la animación cristiana de los grupos apostólicos juveniles, como consiliario (o asistente eclesiástico) de la Federación Universitaria Católica Italiana (FUCI), cargo que simultaneó con tareas de colaborador en la vaticana Secretaría de Estado.

Llegó a ser, de 1925 a 1933, consiliario nacional de la FUCI. Y tuvo que sufrir humillaciones, ya que fue invitado a presentar la dimisión por la animadversión que tenía hacia él un alto curial, “tocado” de la ideología mussoliniana. No olvidemos que Montini había bebido ya los vientos democráticos en el seno de su familia bresciana.

La sede de la FUCI fue arrasada por los fascistas. Montini cuenta cómo algunas de sus reuniones eran violentamente interrumpidas. decía Giovanni Battista en una carta a sus padres [4]:

El fascismo morirá de indigestión, si continúa así, y será vencido por su propia prepotencia.

Esto explica que monseñor Montini fuera muy crítico, aunque siempre prudente, con los Pactos de Letrán llevados a cabo por Pío XI (1929). La bota de Mussolini, pisando los mármoles vaticanos, le produjo malestar interior. Había que evitar pactos ideológicos con aquel régimen prepotente y excluyente y, por el contrario, lejos de las ideologías totalitarias –pensaba el futuro papa–, se debían reforzar las energías espirituales.

A Montini nunca le asfixió el trabajo curial, ya que supo compaginarlo con el trabajo apostólico entre los jóvenes de Acción Católica. No pocos, entre ellos, descubrieron la política como un servicio en la naciente Democracia Cristiana.

En la Curia vaticana

Con el papa Pio XII.

Su experiencia de curia y sus años como profesor de Historia de la Diplomacia Pontificia (1930-1937) tampoco le aprisionaron en las envaradas formas diplomáticas, sino que, con inquietud misionera, viajó por Francia, Alemania y Reino Unido. Le interesaba el genio cultural de los pueblos, su expresión en el arte y en la religiosidad.

En mayo de 1938 acompañó a Budapest al cardenal Eugenio Pacelli, legado pontificio en el 34º Congreso Eucarístico Internacional. Cuando Pacelli es elegido papa (1939), Montini tiene 42 años. En la Secretaría de Estado, al lado de Pío XII, es testigo de los acontecimientos terribles de la II Guerra Mundial. Montini redactó aquel dramático llamamiento de Pío XII:

¡Aún estamos a tiempo! ¡Nada se pierde con la paz! ¡Todo puede perderse con la guerra! [5]

Concluida la conflagración, viaja a América del Norte. Estamos ya en 1951, y por entonces Montini ha perdido el pelo de la cabeza, pero sus ideas siguen siendo claras respecto a la misión pastoral de la Iglesia en el “nuevo orden” que surge de la II Guerra Mundial.

Con 55 años es nombrado prosecretario de Estado para los asuntos ordinarios (o internos) de la Iglesia, al lado de monseñor Tardini, que se ocupó de los asuntos extraordinarios, y siempre bajo la autoridad del papa Pío XII, quien, tras la muerte del cardenal Maglione, secretario de Estado, dijo que no quería más secretarios y que lo que él necesitaba eran “ejecutores”, no personas que gobernaran a su lado.

Arzobispo de Milán

El 1 de noviembre de 1954, el papa Pacelli lo envió a Milán como arzobispo, consciente de su valía, para que adquiriera “rodaje pastoral” y en previsión de misiones más importantes. Un mes después, era ordenado obispo por el cardenal Eugenio Tisserant en la Basílica de San Pedro…

El papa Juan XXIII nombró cardenal a Montini.

Pastor, pues, durante casi diez años (1955-1963) en una de las Iglesias más grandes y complejas de Italia: la Iglesia de san Ambrosio de Milán. Con todos los problemas de una archidiócesis como es esta, en permanente misión, y con los conflictos del mundo obrero siempre a flor de piel.

En la Iglesia de Milán trabajó denodadamente en estos frentes: en el mundo obrero, con una misión popular de hondo calado (1957); en el mundo de la cultura, cerca de la Universidad Católica del Sagrado Corazón; con los jóvenes de las Asociaciones Cristianas de Trabajadores Italianos (ACLI); al lado de las inquietudes pastorales de los sacerdotes y sus parroquias (algunas de ellas, perdidas entre las montañas prealpinas).

En octubre de 1958, muere Pío XII y es elegido papa Juan XXIII. Entre los primeros cardenales que elige ‘el Papa bueno’, destaca Giovanni Battista Montini (consistorio del 15 de diciembre de 1958). Las cartas que Roncalli y Montini se intercambiaron, signo de amistad, son elocuentes y están publicadas por el Instituto Pablo VI, bajo la supervisión y cuidado del longevo Loris Capovilla, secretario particular del papa Roncalli [6].

En 1960 –todavía en Milán– su empuje misionero le lleva a Norteamérica y a Brasil. Dos años más tarde, en el verano de 1962, visitará algunas de la Iglesias jóvenes de África. Cuando regresa, se dispone a participar en la primera sesión del Concilio Vaticano II, inaugurado el 11 de octubre de 1962.

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III. EL PAPA DEL CONCILIO (introducción)

Él mismo se había preocupado de predicar entre los fieles de su archidiócesis la importancia del Concilio para la Iglesia [7]. Elegido, en 1961, miembro de la Comisión central preparatoria, el cardenal Montini contribuyó a vertebrar y dar unidad al elenco de temas propuestos para los debates, y se alineó enseguida con algunos escogidos miembros de la Comisión central, sobre todo de las Iglesias centroeuropeas: Döpfner, Alfrink, Bea, Léger y Maximos IV Saigh. Pronto estos prelados destacaron por ser la avanzadilla del Concilio…

Dice el historiador Giacomo Martina que, ya en la primera sesión, el cardenal de Milán había llegado a ser uno de los exponentes más conocidos de una línea de pensamiento teológico y pastoral que fue cobrando consensos siempre mayores con Giacomo Lercaro, arzobispo de Bolonia; con Léo Joseph Suenens, arzobispo belga de Malinas; y con el arzobispo alemán de Munich, Julius Döpfner, que llegó al Concilio teniendo cerca como asesor a un joven teólogo llamado Joseph Ratzinger [8].

El 3 de junio de 1963 se apagó la lámpara del papa Juan XXIII, que cerró los ojos a este mundo entre el reconocimiento de los hombres y mujeres de buena voluntad y las oraciones del mundo cristiano.

Siguientes apartados (suscriptores):

  • III. EL PAPA DEL CONCILIO (completo)
  • IV. UN PAPA CRUCIFICADO
  • V. TRANSFIGURACIÓN DE PABLO VI
  • CINCO PROPUESTAS PARA DESPUÉS DE UNA BEATIFICACIÓN

Perfil humano y eclesial de Pablo VI: En la beatificación del Papa Montini (PDF para suscriptores)

En el nº 2.913 de Vida Nueva

[1] Giselda Adornato, gran especialista en Montini –sobre todo, en su etapa como arzobispo de Milán–, tiene un libro con un título parecido: Pablo VI. El coraje de la modernidad (San Pablo, Madrid, 2010).
[2] Cf. Il Testamento, en Insegnamenti XVI (1978), pp. 592-594.
[3] “El texto original no dice ‘bebida preferida’, sino ampeloterapia (‘bebida medicinal’), que me es difícil traducir”: cf. N. VIAN (ed.), Lettere ai familiari (2 vol.) (Istituto Paolo VI-Studium, Brescia-Roma, 1986, 1001). Cita en: E. DE LA HERA, La noche transfigurada (Biografía de Pablo VI), BAC, Madrid, 2002, p. 22.
[4] Cf. G. ADORNATO, Pablo VI. El coraje de la modernidad, o. c., p. 34.
[5] Cf. E. DE LA HERA, La noche transfigurada, BAC, Madrid, 2002, p. 294.
[6] L. F. CAPOVILLA, Giovanni e Paolo. Due Papi. Saggio di corresppondenza (1925-1962), en Studium (Quaderni dell’Istituto Paolo VI, 2), Brescia, 1982.
[7] En la Cuaresma de 1962, sacó a la luz una carta pastoral (Pensemos en el Concilio) importante para conocer las expectativas de Montini en torno al Vaticano II.
[8] Cf. G. MARTINA, Paolo VI e la ripresa del Concilio, en Istituto Paolo VI, Paolo VI e i problemi eclesiologici al Concilio, en Studium, Brescia, 1989, pp. 23-24.

  • Película biográfica de Pablo VI: El Papa en la tempestad (Fabrizio Costa, 2008):

Video by RAI

© Radiotelevisione Italiana

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El Cardenal Rouco Varela se despide de la diócesis de Madrid arremetiendo de nuevo contra el matrimonio igualitario.

Martes, 14 de octubre de 2014
Comentarios desactivados en El Cardenal Rouco Varela se despide de la diócesis de Madrid arremetiendo de nuevo contra el matrimonio igualitario.

rouco_varelaRouco Varela ha llamado a proteger el “derecho a la vida desde que es concebido en el vientre de su madre” y el matrimonio “como una comunidad indisoluble de vida y de amor fecundo en el fruto precioso de los hijos”.

Miles de fieles despiden al cardenal en La Almudena, con notables ausencias políticas y episcopales

Rouco se despide: “No debemos retroceder en nuestra misión de ser testigos valientes de Jesucristo”

No hubo representantes del Gobierno ni de la cúpula episcopal: faltaron Camino y Carrasco Rouco

El Cardenal Arzobispo Emérito de Madrid Antonio María Rouco Varela se ha despedido este sábado de los diocesanos madrileños con una Eucaristía en la Catedral de la Almudena, ha informado el Arzobispado en un comunicado. En su homilía, el religioso gallego ha destacado que el 22 de octubre se cumplirán 21 años de su labor de obispo en Madrid. “Venía de Santiago de Compostela, en donde había ejercido el ministerio episcopal durante 18 años”, ha recordado, apuntando que “quería responder en Madrid a la llamada del Señor en aquel momento crítico de la historia contemporánea de la Iglesia y del mundo”.

Rouco Varela ha llamado a proteger el “derecho a la vida desde que es concebido en el vientre de su madre” y el matrimonio “como una comunidad indisoluble de vida y de amor fecundo en el fruto precioso de los hijos, y ha agradecido la labor de los misioneros y en especial de Cáritas Diocesana por ayudar a aliviar “la pobreza y el dolor de muchos necesitados espiritual y materialmente”.

rouco-en-la-misa-de-despedidaEntre las autoridades que han estado presentes en su despedida se encuentran el presidente regional, Ignacio González; el presidente del Consejo de Estado, José Manuel Romay Beccaria; el presidente de la Asamblea de Madrid, Ignacio Echevarría; la alcaldesa de la capital, Ana Botella; el exalcalde y exministro Alberto Ruiz Gallardón; los consejeros regionales Javier Rodríguez y Pablo Cavero, así como diversos concejales de distrito y delegados de Área en el Ayuntamiento de Madrid.

La eucaristía ha sido concelebrada por el Nuncio de Su Santidad en España, Renzo Fratini; el Arzobispo Castrense, Juan del Río; el Nuncio Apostólico en Kazajistán, Miguel Maury; el Obispo de Astorga, Camilo Lorenzo; y los Obispos Auxiliares de Madrid, Fidel Herráez, César Franco y Juan Antonio Martínez Camino; y los vicarios Generales de las diócesis de la Provincia Eclesiástica de Madrid, además de cientos de presbíteros diocesanos.

Leemos en Religión Digital:

(Jesús Bastante).- Despedida y cierre. El cardenal de Madrid, Antonio María Rouco Varela, vivió este mediodía un baño de multitudes, por parte del pueblo y del clero, durante su despedida oficial de la que ha sido su diócesis durante los últimos veinte años. Varios miles de personas llenaban la catedral de La Almudena desde al menos una hora antes de la “Misa estacional en acción de gracias” por el ministerio del obispo gallego.

No faltaba nadie. O casi nadie, pues no hubo representación del Gobierno, y apenas del Episcopado español Sólo el nuncio Fratini, el arzobispo castrense, el obispo de Astorga y dos de sus tres auxiliares (Fidel y César Franco). No se merecía tal vacio el purpurado en su despedida.

Más de quinientos sacerdotes, el seminario en pleno, autoridades civiles, políticas (encabezadas por el presidente de la Comunidad, Ignacio González y el presidente del Consejo de Estado, José Manuel Romay Beccaría) y militares, y también los “ex”: se juntaron los tres más famosos de la Villa: el hasta hace un mes ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón; la todavía alcaldesa, Ana Botella, y el arzobispo dimisionado, Rouco Varela), y representantes de todos los movimientos y casi todas las congregaciones religiosas con presencia en Madrid. Y una decena de bancos reservados para la “Casa del cardenal”: empleados, familiares y personalidades cercanas al purpurado.

Hasta una pantalla gigante en la plaza de Oriente para seguir una ceremonia que no fue anunciada hasta última hora, pero que arrancaba quince minutos antes de su inicio oficial con el volteo de campanas. Como en las grandes ocasiones.

A esa misma hora entraba por la puerta de Bailén el cardenal Rouco Varela. Entre los aplausos de los que aún no habían entrado. Un nutrido componente policial no fue necesario. En esta ocasión no hubo Femen ni protestas de desahuciados. Era el día de Rouco Varela.

Todos merecen una despedida digna, y la de hoy lo fue. Revestida de la solemnidad y el protocolo propios de la jornada, y del modelo de Iglesia defendida, a capa y espada, por el cardenal que el próximo 25 de octubre dejará su sitio, en esta misma catedral, a Carlos Osoro Sierra. Leer más…

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Francisco: “El matrimonio es entre un hombre y una mujer”… Hay que ver cada caso y evaluarlos en su diversidad…”

Viernes, 7 de marzo de 2014
Comentarios desactivados en Francisco: “El matrimonio es entre un hombre y una mujer”… Hay que ver cada caso y evaluarlos en su diversidad…”

homosexuali2-fco_560x280En una entrevista con el diario italiano Corriere della Sera, el papa Francisco volvió a pronunciarse acerca del matrimonio homosexual. Bergoglio opinó acerca de diversos temas como la eutanasia, el divorcio, la globalización, el marxismo el rol de la mujer en la iglesia y el abuso de menores. Acerca del matrimonio gay, el papa aseguró que ”muchos países regularon la unión civil. Es un camino que la Iglesia puede comprender. El matrimonio es entre un hombre y una mujer. Los Estados laicos quieren justificar la unión civil para regular diversas situaciones de convivencia, impulsados por la necesidad de regular aspectos económicos entre las personas, como, por ejemplo, la obra social. Hay que ver cada caso y evaluarlos en su diversidad. Leído en Atrio:

Al aproximarse el primer aniversario de su elección como obispo de Roma, Francisco ha concedido una entrevista a sl Corriere della Sera, cuya traducción publicó LA NACION en forma simultánea y exclusiva. Bergoglio habla de su revolucionario primer año al frente de la Iglesia. Publicamos el texto completo.

ENTREVISTA AL PAPA FRANCISCO

‘Pintar al Papa como Superman es ofensivo’

Por Ferruccio de Bortoli | Corriere della sera

Un año ha transcurrido desde aquel simple buona sera que conmovió al mundo. El lapso de doce meses tan intensos no alcanza para contener la gran masa de novedades y signos profundos de la innovación pastoral de Francisco. Nos encontramos en un pequeño salón en Santa Marta. La única ventana da a un patio que abre un minúsculo ángulo de cielo azul. El Papa aparece de improviso por una puerta, con la cara distendida y sonriente. Se divierte con los varios grabadores que la ansiedad senil del periodista colocó sobre la mesa. “¿Funcionan todos? ¿Sí? Menos mal.” ¿El balance de este año? No, los balances no le gustan. “Yo sólo hago balance cada 15 días, con mi confesor.”

Santo Padre, usted cada tanto llama por teléfono a los que le piden ayuda. ¿Y algunas veces no le creen que sea usted?

Sí, ya me ha pasado. Cuando uno llama es porque tiene ganas de hablar, una pregunta que hacer, un consejo que pedir. Cuando era cura en Buenos Aires, era más fácil. Y a mí me quedó esa costumbre. Es un servicio. Me sale así. Pero es cierto que ahora no es tan fácil hacerlo, dada la cantidad de gente que me escribe.

¿Hay alguno de esos contactos que recuerde con particular afecto?

Una señora viuda de 80 años que había perdido a su hijo. Me escribió. Y ahora le pego una llamadita una vez por mes. Ella está feliz, y yo hago de cura. Me gusta.

Respecto de su relación con su predecesor, Benedicto XVI, ¿alguna vez le pidió un consejo?

Sí, el Papa emérito no es una estatua de museo. Es una institución, a la que no estábamos acostumbrados. Sesenta o setenta años atrás, la figura del obispo emérito no existía. Eso vino después del Concilio Vaticano II, y actualmente es una institución. Lo mismo tiene que pasar con el Papa emérito. Benedicto es el primero y tal vez haya otros. No lo sabemos. Él es discreto, humilde, no quiere molestar. Lo hablamos y juntos llegamos a la conclusión de que era mejor que viera gente, que saliera y participara de la vida de la Iglesia. Una vez vino hasta acá en ocasión de la bendición de la estatua de San Miguel Arcángel, después a un almuerzo en Santa Marta, y después de Navidad le devolví la invitación a participar del consistorio, y él aceptó. Su sabiduría es un don de Dios. Algunos hubiesen querido que se retirara a una abadía benedictina muy lejos del Vaticano. Y yo pensé en los abuelos, que con su sabiduría y sus consejos le dan fuerza a la familia y no merecen terminar en una casa de retiro.

A nosotros nos parece que su modo de gobernar la Iglesia es así: usted escucha a todos y después decide solo. Un poco como el padre general de los jesuitas. ¿El Papa es un hombre solo?

Sí y no, pero entiendo lo que me quiere decir. El Papa no está solo en su trabajo porque es acompañado por el consejo de muchos. Y sería un hombre solo si decidiese sin escuchar a nadie o fingiendo que escucha. Pero hay un momento, cuando se trata de decidir, de poner la firma, en el cual queda solo con su sentido de la responsabilidad.

Usted ha innovado, ha criticado algunas actitudes del clero, ha revolucionado la curia. Con algunas resistencias y algunas oposiciones. ¿La Iglesia ya cambió como usted quería hace un año?

Yo en marzo pasado no tenía ningún proyecto para cambiar la Iglesia. No me esperaba, por decirlo de alguna manera, esta transferencia de diócesis. Empecé a gobernar buscando poner en práctica todo lo que había surgido en el debate entre los cardenales de las diversas congregaciones. Y en mis acciones espero contar con la inspiración del Señor. Le doy un ejemplo. Se había hablado de la situación espiritual de las personas que trabajan en la curia, y entonces empezaron a hacer retiros espirituales. Había que darles más importancia a los ejercicios espirituales anuales: todos tienen derecho a pasar cinco días de silencio y meditación, mientras que antes en la curia se escuchaban tres rezos al día y después algunos seguían trabajando.

¿La ternura y la misericordia son la esencia de su mensaje pastoral?

Y del Evangelio. Son el corazón del Evangelio. De lo contrario, no se entiende a Jesucristo, ni la ternura del Padre, que lo envía a escucharnos, a curarnos, a salvarnos.

¿Pero ese mensaje fue comprendido? Usted dijo que la “franciscomanía” no duraría mucho. ¿Hay algo de su imagen pública que no le guste?

Me gusta estar entre la gente, junto a los que sufren, y andar por las parroquias. No me gustan las interpretaciones ideológicas, una cierta mitología del papa Francisco. Cuando se dice, por ejemplo, que salgo de noche del Vaticano para ir a darles de comer a los mendigos de Via Ottaviano… Jamás se me ocurriría. Sigmund Freud decía, si no me equivoco, que en toda idealización hay una agresión. Pintar al Papa como si fuese una especie de Superman, una especie de estrella, me resulta ofensivo. El Papa es un hombre que ríe, llora, duerme tranquilo y tiene amigos como todos. Es una persona normal.

¿Le molestó que lo acusaran de marxista , sobre todo en Estados Unidos, tras la publicación de “Evangelii Gaudium”?

Para nada. Nunca compartí la ideología marxista, porque es falsa, pero conocí a muchas personas buenas que profesaban el marxismo.

Los escándalos que perturbaron la vida de la Iglesia ya quedaron afortunadamente atrás. Sobre el delicado tema del abuso de menores, los filósofos Besancon y Scruton, entre otros, le pidieron que alce su voz contra el fanatismo y la mala fe del mundo secularizado que respeta poco a la infancia.

Quiero decir dos cosas. Los casos de abusos son tremendos porque dejan heridas profundísimas. Benedicto XVI fue muy valiente y abrió el camino. Y siguiendo ese camino la Iglesia avanzó mucho. Tal vez más que nadie. Las estadísticas sobre el fenómeno de la violencia contra los chicos son impresionantes, pero muestran también con claridad que la gran mayoría de los abusos provienen del entorno familiar y de la gente cercana. La Iglesia Católica es tal vez la única institución pública que se movió con transparencia y responsabilidad. Ningún otro hizo tanto. Y, sin embargo, la Iglesia es la única en ser atacada.

Usted dice que “los pobres nos evangelizan”. La atención puesta en la pobreza, la más fuerte impronta de su mensaje, es tomada por algunos observadores como una profesión del pauperismo. El Evangelio no condena la riqueza. Y Zaqueo era rico y caritativo.

El Evangelio condena el culto a la riqueza. El pauperismo es una de las interpretaciones críticas. En el Medioevo, había muchas corrientes pauperistas. San Francisco tuvo la genialidad de colocar el tema de la pobreza en el camino evangélico. Jesús dice que no se puede servir a dos amos, Dios y el dinero. Y cuando seamos juzgados al final de los tiempos (Mateo, 25), nos preguntarán por nuestra cercanía con la pobreza. La pobreza nos aleja de la idolatría y abre las puertas a la Providencia. Zaqueo entrega la mitad de sus riquezas a los pobres. Y a quienes tienen sus graneros llenos de su propio egoísmo el Señor, al final, les pedirá cuentas. Creo haber expresado bien mi pensamiento sobre la pobreza en “Evangelii Gaudium”.

Usted identifica en la globalización, sobre todo financiera, algunos de los males que sufre la humanidad. Pero la globalización sacó de la indigencia a millones de personas. Trajo esperanza, un sentimiento que no debe confundirse con el optimismo.

Es cierto, la globalización salvó de la miseria a muchas personas, pero condenó a muchas otras a morir de hambre, porque con este sistema económico se vuelve selectiva. La globalización en la que piensa la Iglesia no se parece a una esfera en la que cada punto es equidistante del centro y en la cual, por lo tanto, se pierde la particularidad de los pueblos, sino que es un poliedro, con sus diversas facetas, en el que cada pueblo conserva su propia cultura, lengua, religión, identidad. La actual globalización “esférica” económica, y sobre todo financiera, produce un pensamiento único, un pensamiento débil. Y en su centro ya no está la persona humana, sólo el dinero.

El tema de la familia es central para la actividad del consejo de los ocho cardenales. Desde la exhortación “Familiaris Consortio”, de Juan Pablo II, muchas cosas cambiaron. Se esperan grandes novedades. Y usted dijo que a los divorciados no hay que condenarlos, hay que ayudarlos.

Es un largo camino que la Iglesia debe completar. Un proceso que quiere el Señor. Tres meses después de mi elección, me fueron sometidos los temas para el sínodo, y nos propusimos discutir sobre cuál es el aporte de Jesús al hombre contemporáneo. Pero al final, gradualmente -que para mí es un signo de la voluntad de Dios-, se decidió discutir sobre la familia, que atraviesa una crisis muy seria. Es difícil formar una familia. Los jóvenes ya no se casan. Hay muchas familias separadas, cuyo proyecto de vida común fracasó. Los hijos sufren mucho. Y nosotros tenemos que dar una respuesta. Pero para eso hay que reflexionar mucho y en profundidad. Es eso lo que están haciendo el consistorio y el sínodo. Hay que evitar quedarse en la superficie del tema. La tentación de resolver los problemas desde la casuística es un error, una simplificación de cosas profundas. Es lo que hacían los fariseos: una teología muy superficial. Y es a la luz de esa reflexión profunda que podrán afrontarse seriamente las situaciones particulares, también la de los divorciados.

¿Por qué el informe del cardenal Walter Kasper en el último consistorio (un abismo entre la doctrina sobre matrimonio y familia y la vida real de muchos cristianos) generó tanta división entre los purpurados? ¿Cree que la Iglesia podrá recorrer esos dos años de fatigoso camino para llegar a un consenso amplio y sereno?

El cardenal Kasper hizo una hermosa y profunda presentación, que muy pronto será publicada en alemán, en la que aborda cinco puntos, el quinto de los cuales es el de las segundas nupcias. Más me hubiese preocupado que en el consistorio no se desatara una discusión intensa, porque no habría servido de nada. Los cardenales sabían que podían decir lo que quisieran, y presentaron puntos de vista diferentes, que siempre son enriquecedores. El debate abierto y fraterno hace crecer el pensamiento teológico y pastoral. Eso no me atemoriza. Es más: lo busco.

En un pasado reciente, era habitual referirse a “valores no negociables”, sobre todo en cuestiones de bioética y de moral sexual. Usted no ha usado esa fórmula. ¿Esa elección es señal de un estilo menos preceptivo y más respetuoso de la conciencia individual?

Nunca entendí la expresión “valores no negociables”. Los valores son valores y basta. No puedo decir cuál de los dedos de la mano es más útil que el resto, así que no entiendo en qué sentido podría haber valores negociables. Lo que tenía para decir sobre el tema de la vida lo he dejado por escrito en “Evangelii Gaudium”.

Muchos países regularon la unión civil. Es un camino que la Iglesia puede comprender, pero ¿hasta qué punto?

El matrimonio es entre un hombre y una mujer. Los Estados laicos quieren justificar la unión civil para regular diversas situaciones de convivencia, impulsados por la necesidad de regular aspectos económicos entre las personas, como, por ejemplo, la obra social. Hay que ver cada caso y evaluarlos en su diversidad.

¿Cómo será promovido el rol de la mujer dentro de la Iglesia?

Tampoco en esto ayuda la casuística. Es verdad que la mujer puede y debe estar más presente en los puestos de decisión de la Iglesia. Pero a esto yo lo llamaría una promoción de tipo funcional. Y sólo con eso no se avanza demasiado. Más bien hay que pensar que la Iglesia lleva el artículo femenino, “la”: es femenina desde su origen. El teólogo Urs von Balthasar trabajó mucho sobre este tema: el principio mariano guía a la Iglesia de la mano del principio petrino. La Virgen es más importante que cualquier obispo y que cualquiera de los apóstoles. La profundización teologal ya está en marcha. El cardenal Rylko, junto al Consejo de los Laicos, está trabajando en esta dirección con muchas mujeres expertas.

Medio siglo después de la encíclica “Humanae Vitae”, de Pablo VI, ¿puede la Iglesia retomar el tema del control de la natalidad?

Todo depende de cómo sea interpretado el texto de “Humanae Vitae”. El propio Pablo VI, hacia el final, recomendaba a los confesores mucha misericordia y atención a las situaciones concretas. Pero su genialidad fue profética, pues tuvo el coraje de ir contra la mayoría, de defender la disciplina moral, de aplicar un freno cultural, de oponerse al neomalthusianismo presente y futuro. El tema no es cambiar la doctrina, sino ir a fondo y asegurarse de que la pastoral tenga en cuenta las situaciones de cada persona y lo que esa persona puede hacer. También de eso se discutirá en los preliminares del sínodo.

La ciencia evoluciona y redibuja los confines de la vida. ¿Tiene sentido prolongar la vida en estado vegetativo? ¿El testamento biológico podría ser una solución?

No soy un especialista en argumentos bioéticos, y temo equivocarme en mis palabras. La doctrina tradicional de la Iglesia dice que nadie está obligado a usar métodos extraordinarios cuando alguien está en su fase terminal. Pastoralmente, en estos casos, yo siempre he aconsejado los cuidados paliativos. En casos más específicos, de ser necesario, conviene recurrir al consejo de los especialistas.

¿Siente nostalgia de su Argentina?

La verdad es que no siento nostalgia. Querría ir a ver a mi hermana, que está enferma y es la única que queda de nosotros cinco. Me gustaría verla, pero eso no justifica un viaje a la Argentina: la llamo por teléfono y con eso alcanza. No tengo pensado ir antes de 2016, porque en América latina ya estuve cuando fui a Río. Ahora tengo que ir a Tierra Santa, a Asia y después a África.

Hace poco tuvo que renovar su pasaporte argentino. Usted es para siempre un jefe de Estado.

Lo renové porque se vencía.

¿Su viaje a Tierra Santa conducirá al acuerdo de intercomunión con los ortodoxos que Pablo VI, hace 50 años, estuvo a punto de sellar con el patriarca Atenágoras?

Estamos todos muy ansiosos por obtener resultados “cerrados”. Pero el camino de la unidad con los ortodoxos implica sobre todo caminar y trabajar juntos. En Buenos Aires, a los cursos de catecismo venían ortodoxos diversos. Yo pasaba Navidad y el Día de Reyes con los obispos ortodoxos, que muchas veces también pedían consejo a nuestras oficinas diocesanas. No sé si será cierto lo que se cuenta de Atenágoras, que le habría propuesto a Pablo VI ir a caminar juntos y mandar a todos los teólogos a una isla a discutir entre ellos. Es un broma, pero lo importante es caminar juntos. La teología ortodoxa es muy rica.

Dentro de algunos años, la primera potencia del mundo será China, con la que el Vaticano no mantiene relaciones. El misionero Matteo Ricci era un jesuita, como usted.

Estamos cerca de China. Le envié una carta al presidente Xi Jinping cuando fue elegido, tres días después que yo. Y él me respondió. Hay contactos. Es un gran pueblo al que quiero mucho.

¿Por qué no habla nunca de Europa? ¿Qué cosa no lo convence del programa europeo?

¿Se acuerda de lo que dije sobre Asia? ¿Qué dije? [el cronista tarda en darse cuenta de que ha caído en una amable zancadilla]. ¡Nunca hablé de Asia! Ni de África ni de Europa. Sólo hablé de América latina cuando estuve en Brasil, y cuando recibí al Celam. Todavía no tuve ocasión de hablar de Europa. Ya verá.

¿Qué libro está leyendo?

?Pietro e Maddalena, de Damiano Marzotto, sobre la dimensión femenina de la Iglesia. Un libro bellísimo.

¿Y no se anima cada tanto a ver alguna película, otra de sus pasiones? La gran belleza acaba de ganar el Oscar. ¿Piensa verla?

No sé. La última película que vi fue La vida es bella, de Benigni. Y antes había visto La Strada, de Fellini. Una obra maestra. También me gustaba Wajda.

San Francisco tuvo una juventud alocada. Le pregunto, ¿alguna vez se enamoró?

En El jesuita, cuento que a los 17 años tuve una noviecita. Y también lo menciono en El cielo y la tierra, el volumen que escribí con Abraham Skorka. Y cuando estaba en el seminario, hubo una chica que me hizo perder la cabeza durante una semana.

¿Y cómo terminó, si no es indiscreción?

Ésas eran cosas de jóvenes. Las hablaba con mi confesor [gran sonrisa]

Y en SentidoG:

Balance de un año de papado de Francisco

Según la Federación Argentina de lesbianas, gays, bisexuales y trans (FALGBT), el papa Jorge Bergoglio sigue en deuda con la diversidad sexual. “La protección y encubrimiento de sacerdotes acusados de pedofilia, el silencio del Vaticano ante las graves violaciones a los derechos de lesbianas, gays, bisexuales y trans en países como Irán, Nigeria, Uganda, Rusia o India, las acusaciones a un supuestolobby gay y la ratificación de un sólo modelo de familia, muestran claramente que el cambio que presuntamente impulsa, no es más que una sumatoria de gestos sin profundidad”, declaró la organización en un comunicado, en el cual también repudiaron las declaraciones de Francisco al Corriere della Sera.

Al respecto Esteban Paulón, presidente de la FALGBT expresó que “a un año de asumir el papado, Bergoglio ha demostrado que, a pesar de los gestos y simulaciones, sigue manteniendo una línea de desprecio y negación de derechos hacia lesbianas, gays, bisexuales y trans. No se ha movido ni un paso de su concepción, tan cláramente expresada durante el debate por la ley de Matrimonio igualitario en Argentina, en la que tildó a la diversidad sexual de ‘plan del demonio‘”.

Asimismo, Paulón remarcó que “más grave aún es el silencio cómplice del Vaticano ante el avance de leyes en diversos países del mundo, que criminalizan la diversidad sexual, imponiendo penas de prisión y hasta la muerte en algunos casos, a las personas por el sólo hecho de ser quienes son y expresarlo abiertamente. No se ven allí rastros de la fingida ‘misericordia’ que prodigaba en declaraciones tras el Encuentro Mundial de la Juventud.

Para finalizar, el presidente de la FALGBT expresó que “a modo de balance es evidente que a pesar de los gestos, claramente insuficientes, no ha habido una voluntad de un cambio profundo en la mirada que la jerarquía católica hace sobre la diversidad sexual. Y esa continuidad se expresa en enorme cantidad de situaciones que van desde el encubrimiento a sacerdotes acusados de pedofília, como a la ratificación de un solo modelo posible de familia, la heterosexual. Nuevamente el Vaticano demuestra que en realidad, nada ha cambiado, a pesar de algunas declaraciones ‘amables’ y de compromiso”.

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El Vaticano “canoniza” a Romero, Angelelli y Posadas Ocampo.

Domingo, 2 de marzo de 2014
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romer_560x280Leemos en Religión Digital:

El cardenal Sandri pone como ejemplo de santidad a los tres obispos mártires

El Vaticano “canoniza” a Romero, Angelelli y Posadas Ocampo

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“Fueron víctimas por ser fieles a la opción preferencial por los pobres”

(J. Bastante).- Son los tres obispos mártires de Latinoamérica. En México, El Salvador y Argentina, víctimas de la dictadura y de la defensa del Evangelio de los pobres y para los pobres. Reivindicados por esta primavera de la Iglesia, Óscar Romero, Enrique Angelelli y Juan Jesús Posadas Ocampo acaban de ser reconocidos por la Pontificia Comisión Para América Latina como “víctimas por ser fieles a la opción preferencial por los pobres”.

Así lo asumió el cardenal Leonardo Sandri durante la Eucaristía que ha tenido lugar esta mañana en el Vaticano: “Quisiera conmemorar a tres pastores concretos,  desde luego sin anticiparme al juicio de la Iglesia y  sin dar a las palabras “martirio” y “mártir” una significación canónica y teológica y evitando cualquier interpretación política”.

ocampo-posadas-sigue-siendo-recordado-en-mexicoEl Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, Arzobispo de Guadalajara, México, asesinado el 24 de mayo 1993. El Arzobispo Oscar Arnulfo Romero, Arzobispo de San Salvador, asesinado el 24 de marzo 1980 (“la causa de canonización de Mons. Romero ha sido introducida y esperamos pronto verlo como modelo para toda la Iglesia”, añadió Sandri), y, especialmente, el Obispo Enrique Angelelli, Obispo de La Rioja, Argentina, muerto el 4 de agosto 1976, en un sospechoso accidente de auto y en un contexto de valentía del Obispo. “De él recuerdo hoy no solamente la pasión y el convencimiento de que su muerte fue por ser defensor de Dios, de la persona humana y del Evangelio, apuntó el purpurado argentino.

Citando los ejemplos de estos tres pastores, vienen a la memoria las palabras de Benedicto XVI: El mártir es una persona sumamente libre, libre frente al poder, libre frente al mundo; una persona libre, que en un acto definitivo dona a Dios toda su vida”, añadió el cardenal Sandri.

el-obispo-angelelliFinalmente, el responsable de la Comisión Para América Latina incidió en la fe “del Pueblo de Dios en América Latina,  que Aparecida convoca para ser discípulos y misioneros y la del Oriente cristiano,  convocado, después del Sínodo especial para el Medio Oriente,  a la comunión y al testimonio”.

Ésta es la homilía íntegra de Sandri:

Queridos Hermanos y Hermanas:

Terminaremos hoy nuestra Plenaria con esta última celebración eucarística en honor del Sagrado Corazón de Jesús. De este modo nuestra plenaria acaba con la mirada puesta en Cristo crucificado y resucitado, núcleo esencial de nuestra fe y núcleo fundamental a proclamar en la emergencia educativa y en la “traditio” de la fe a nuestra juventud.

Aquí sobre el altar que guarda las reliquias de San Juan Crisóstomo reviviremos el sacrificio de la cruz, poniéndonos con nuestra mente y nuestro corazón frente al costado abierto de Cristo, traspasado por la lanza del soldado, para adorar el misterio de nuestra salvación y de aquí sacar el coraje necesario para el anuncio del Evangelio y para nuestro testimonio de discípulos.

Una constante de la historia cristiana es la persecución y la cruz que en este mundo y en este tiempo de la Iglesia toca a muchos de sus hijos. Es la entrega de la propia vida en medio de la violencia y del desprecio de los valores de la dignidad de la persona humana, de los ataques a personas, a símbolos y a lugares sagrados de nuestra fe que han tenido por consecuencia no solamente el secuestro sino también el asesinato y la muerte de obispos, sacerdotes, religiosos, y religiosas. Esta línea roja de la sangre de los mártires, ha sido registrada en veinte siglos de historia y las Iglesias Orientales Católicas como también las comunidades ortodoxas y otros cristianos han sido y son hoy protagonistas de esta evangélica nota de identidad del discípulo con su maestro y esta fue y es la garantía de la esperanza cierta del cielo nuevo y de la tierra nueva que esperamos ver y tocar con nuestras manos en la eternidad.

Benedicto XVI, en la Exhortación Apostólica “Ecclesia in Medio Oriente”, escribe: “La situación en Medio Oriente es en sí misma un llamamiento urgente a la santidad de vida. Los martirologios enseñan que los santos y los mártires, de cualquier pertenencia eclesial, han sido – y algunos lo son todavía – testigos vivos de esta unidad sin fronteras en Cristo glorioso, anticipando nuestro “estar reunidos” como pueblo finalmente reconciliado en él” (EMO n. 11).

De estos últimos años recuerdo a los 52 mártires de la Catedral Siro-católica de Bagdad, en cuya reconsagración participé en diciembre 2012, y recuerdo el dolor y, la mayoría de las veces, la muda impotencia con la que se tiene que asistir al avance del mal, al desprecio de Dios y de su ley y al desprecio de la dignidad de la persona humana. Y me he preguntado cual era el nexo que podía existir entre esta realidad y la de nuestra América Latina. Es la sangre de Cristo, que ahora vemos derramada en la persona de nuestros hermanos, víctimas de persecución, del terrorismo en general, y del terrorismo de estado en particular, de la violencia irracional y de la del narcotráfico en particular o víctimas por ser fieles a la opción preferencial por los pobres, implícita en la fe cristológica, como indicado por el Papa Benedicto XVI en el discurso inaugural de la Conferencia de Aparecida (cfr también Aparecida nn. 391-392 y ss.) el nexo de nuestras dos realidades. Leer más…

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El primer cardenal español de Francisco: “muchos casos de homosexualidad se pueden recuperar con un tratamiento adecuado”.

Domingo, 26 de enero de 2014
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Fernando Sebastián, de 84 años y arzobispo emérito de Pamplona, es uno de los 19 primeros elegidos por el papa Francisco para ser nombrados cardenales (y el único español entre ellos). En entrevista concedida al diario Sur, el nuevo príncipe de la Iglesia no ha dejado pasar la oportunidad para hacer gala de su homofobia, calificando la homosexualidad de “deficiencia” y defendiendo que esta se puede tratar, en lo que supone el enésimo guiño de la jerarquía católica a las peligrosas “terapias reparadoras”. Fernando Sebastián ha querido además dejar muy claro que el tan cacareado cambio de actitud del nuevo papa hacia las personas LGTB no implica cambio doctrinal alguno en la condena de las relaciones homosexuales.

Las declaraciones de Fernando Sebastián -colaborador en su día del cardenal Tarancón y considerado uno de los representantes del sector “moderado” de la Iglesia católica española– se produjeron como respuesta a una pregunta sobre las ya conocidas palabras del papa Francisco en las que este hacía un llamamiento a la jerarquía a hablar menos de temas como el matrimonio igualitario o el aborto. “Vamos a desobedecer un poco al Santo Padre que ha dicho que los curas no deberían estar todo el tiempo hablando de los homosexuales, el aborto y el preservativo. Ya es famosa su frase sobre los gays en la que afirmó él no era nadie para criticarlos. ¿La comparte?”, pregunta el periodista a Sebastián.

El que será nuevo cardenal de la Iglesia no solo no obedece la consigna de Francisco, sino que aprovecha para hacer gala de la peor homofobia, aquella que viste de comprensión lo que no es sino defensa de los principios más crueles. “El Papa extrema los gestos de respeto y estima a todas las personas, pero no traiciona ni modifica el magisterio tradicional de la Iglesia. Una cosa es manifestar acogida y afecto a una persona homosexual y otra, justificar moralmente el ejercicio de la homosexualidad. A una persona le puedo decir que tiene una deficiencia que es lo que es, pero eso no justifica que deje de estimarla y ayudarla. Creo que esa es la postura del Papa, lo mismo respecto del matrimonio homosexual o los divorcios. Vamos a estar a su lado, pero la Iglesia no puede cambiar las exigencias de la moral. El amor siempre pide fidelidad y ser irrevocable. El amor humano es lo que es y la Iglesia tiene que defender la verdad y la autenticidad profunda del hombre, ayudando a todos, a los que lo realizan bien y a los que se equivocan o fallan”, responde.

En ese momento el periodista rescata de la respuesta de Sebastián la palabra “deficiencia” y le pide una aclaración. “Ha mencionado la palabra deficiencia. ¿Entiende como tal la homosexualidad desde el punto de vista de la moralidad?”, pregunta.

“Sí. Muchos se quejan y no lo toleran, pero con todos los respetos digo que la homosexualidad es una manera deficiente de manifestar la sexualidad, porque ésta tiene una estructura y un fin, que es el de la procreación. Una homosexualidad que no puede alcanzar ese fin está fallando. Eso no es un ultraje para nadie. En nuestro cuerpo tenemos muchas deficiencias. Yo tengo hipertensión, ¿me voy a enfadar porque me lo digan? Es una deficiencia que tengo que corregir como pueda. El señalar a un homosexual una deficiencia no es una ofensa, es una ayuda porque muchos casos de homosexualidad se pueden recuperar y normalizar con un tratamiento adecuado. No es ofensa, es estima. Cuando una persona tiene un defecto, el buen amigo es el que se lo dice”, responde Sebastián…

Tropezón de imagen para Francisco

Las declaraciones de Fernando Sebastián casan mal con la imagen que el papa Francisco se esfuerza en transmitir, más “amable” con la realidad homosexual sin que ello suponga cambio doctrinal alguno por parte de la Iglesia católica. Además de las declaraciones ya mencionadas arriba, a lo largo de los últimos meses nos hemos hecho eco de algunos de estos “signos de apertura”: menciones tangenciales a la homoparentalidad, inclusión de preguntas sobre el tema en el cuestionario de preparación del Sínodo extraordinario sobre la Familia, envío de una respuesta a una carta enviada por una organización cristiana LGTB o por ejemplo las famosas declaraciones del papa durante su viaje de vuelta de la Jornada Mundial de la Juventud, afirmando que “si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para criticarlo?”.

De hecho, quedando cada vez más claro que no habrá cambio doctrinal alguno, estas señales no se han traducido ni siquiera en una reducción de las declaraciones homófobas por parte de la jerarquía. Barbaridades como las pronunciadas por el párroco de El Burgo Ranero sobre el cáncer de Pedro Zerolo, por el obispo de Segorbe-Castellón (que llegó a culpar al matrimonio igualitario del desarrollo de un “clima de violencia”) o las ya habituales diatribas del obispo de Alcalá de Henares han seguido produciéndose, por mencionar solo algunos ejemplos cercanos.

Fuente Dosmanzanas:

Homofobia/ Transfobia., Iglesia Católica , , , , , , , ,

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