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Palabra clave: ‘Obergefell v. Hodges’

Católico gay que fue demandante en caso Obergefell publica nuevas memorias

Viernes, 29 de julio de 2022
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43DE91C9-6C43-46CA-9CED-204360D9A901Cuando los esposos Greg Bourke y Michael DeLeon se convirtieron en demandantes en Obergefell v. Hodges, el caso en el que la Corte Suprema de los Estados Unidos legalizó el matrimonio igualitario, la pareja encontró en su vida de fe católica una fuente de fortaleza a lo largo de su viaje. En sus memorias, Gay, Catholic, and American: My Legal Battle for Equality and Inclusion, (Gay, católico y estadounidense: mi batalla legal por la igualdad y la inclusión), Greg Bourke relata la historia de su familia de buscar la aceptación tanto en la Iglesia católica como en los ojos del estado.
Recientemente revisadas, America, las memorias de Bourke cuentan la historia de su devoción por su esposo, su fe y su país.

Bourke y DeLeon, que residen en Kentucky, han asistido regularmente a la Iglesia Católica Our Lady of Lourdes, Louisville, durante décadas. El párroco los recibió como una pareja abiertamente gay, y cuando trajeron a su primer hijo para ser bautizado en 1999, fueron recibidos por su comunidad parroquial. Posteriormente, adoptaron y bautizaron a un segundo hijo.

“A partir de ese momento, durante muchos años, fuimos como cualquier otra familia en la iglesia cada semana con nuestros hijos”, escribió Bourke. “Tuvimos salidas ocasionales de la misa al cuarto de niños y para tiempos de espera con niños pequeños inquietos, pero en su mayor parte éramos clientes habituales de la iglesia. Todo el mundo en Lourdes se acostumbró poco a poco a ver a nuestra familia alternativa allí junta”.

Si bien Lourdes era una parroquia acogedora para la familia, la búsqueda de Bourke por la inclusión total fue más difícil con la organización Boy Scouts. En 2004, Bourke se convirtió en líder del grupo Cub Scout de su hijo, solo para encontrarse nuevamente en el armario. Los Boy Scouts of America tenían una prohibición sobre los líderes abiertamente homosexuales en ese momento, y Bourke finalmente se sintió frustrado por tener que ocultar su identidad y relación homosexual mientras se ofrecía como voluntario para la organización. Cuando escribió una carta sobre su identidad al jefe del consejo local de Boy Scouts, se le pidió que renunciara.

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Greg Bourke y Michael DeLeon Con sus dos hijos

Incluso en 2015, cuando los Boy Scouts levantaron la prohibición de líderes Scout abiertamente homosexuales, el arzobispo Joseph Kurtz de Louisville rechazó la solicitud de Bourke de volver a postularse para el liderazgo de la tropa. Un comité católico había estipulado que todos los líderes pastorales, incluidos los Boy Scouts, debían dar testimonio de “las enseñanzas de la Iglesia Católica, incluidas sus enseñanzas sobre el matrimonio, la sexualidad y la caridad”. A pesar de las solicitudes de Bourke a Kurtz, no se le permitió regresar a los Boy Scouts. Por otra parte, el obispo católico de Bismarck (EEUU), David Kagan, ordenó a sus parroquias cortar toda relación con los Boy Scouts of America por dejar de discriminar a los adultos homosexuales.

Para Bourke, seguir siendo católico a pesar de los desafíos que a veces enfrenta como un hombre abiertamente homosexual lo ha obligado a “pedir una especie de tregua”, incluida la reconciliación con el arzobispo.

“Al darnos cuenta de que tenemos mucho más en común en nuestra fe y las grandes tradiciones de nuestra Iglesia, no tuvimos más remedio que avanzar juntos”, escribió Bourke. “La Iglesia no iba a ninguna parte. Michael y yo tampoco.

Si bien es posible que las políticas de la iglesia no hayan cambiado, las actitudes del país hacia las parejas homosexuales evolucionaron rápidamente. Bourke y DeLeon originalmente presentaron una demanda en busca de la igualdad matrimonial en Kentucky en 2013, porque ambos querían ser reconocidos como los padres legales de sus hijos. Eventualmente, su demanda se fusionó con otras en Obergefell v. Hodges.

El camino hacia la inclusión y la igualdad es largo y continuo. Las memorias de Bourke cuentan una historia de cómo los católicos LGBTQ+ en los EE. UU. han navegado por la complejidad y la contradicción a lo largo del camino: con fe, perseverancia y la creencia de que sus familias son iguales y bendecidas.

–Grace Doerfler (ella/ella), New Ways Ministry, 16 de julio de 2022

Fuente New Ways Ministry

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El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, “aplaudió” la idea de ilegalizar el sexo gay

Lunes, 11 de diciembre de 2023
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IMG_1500El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, supuestamente “aplaudió” las sugerencias para ilegalizar el sexo gay en Estados Unidos y, según se informa, dijo que pedir una prohibición no sería “radical”.

El nuevo presidente de la Cámara de Representantes expresó su visión homofóbica en 2022, a pesar de insistir en que simplemente no podía ser una persona odiosa porque era cristiano.

Sus comentarios apoyaron la sugerencia del juez de la Corte Suprema Clarence Thomas de que el tribunal podría revisar su decisión de 2015 en el caso Obergefell v. Hodges, que legalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo.

Thomas argumentó que el tribunal debería volver al caso, tras la decisión de 2022 en Dobbs v. Jackson Women’s Health Organization, que anuló el fallo de 40 años en Roe v. Wade, poniendo así fin al derecho constitucional al aborto en Estados Unidos.

El juez incluyó una nota a pie de página en la decisión de 2022, afirmando que al anular la base legal de Roe, el tribunal había cuestionado todas las demás decisiones utilizando el mismo razonamiento.

Clarence Thomas fue aún más lejos y escribió que el tribunal “debería reconsiderar” sus fallos en tres casos históricos: Griswold v. Connecticut – que estableció el derecho a la anticoncepción en 1965, Lawrence v. Texas – que legalizó la actividad sexual entre personas del mismo sexo y calificó “leyes de sodomía” inconstitucionales, en 2003, y Obergefell v. Hodges.

En una grabación de audio descubierta por CNN esta semana, Johnson, mientras hablaba con el comentarista de derecha Todd Starnes el 24 de junio de 2022, el mismo día en que la Corte Suprema votó para revocar Roe v. Wade, dijo que lo que Thomas estaba “pidiendo no es radical”.

Y añadió: “De hecho, es todo lo contrario. Finalmente tenemos una mayoría de originalistas en la corte, y lo único que eso significa es que quieren interpretar y aplicar de manera justa la constitución tal como está escrita, como pretendían sus redactores.“ sa es la base de todo nuestro sistema de gobierno y tenemos que volver a eso. Eso es lo que (Thomas) representa y lo aplaudimos”.

Mike Johnson respaldó y promovió un libro que llamaba a Pete Buttigieg “desagradablemente gay”

Johnson dijo que el libro habla en nombre de “millones de estadounidenses concienzudos y amantes de la libertad”. El libro promueve el Pizzagate.

El presidente Mike Johnson (R-LA) escribió un adulador avance de 300 palabras para un libro que contiene insultos anti-LGBTQ+, una defensa de la palabra N y apoyo a teorías de conspiración marginales como el Pizzagate, la falsa afirmación de que prominentes demócratas estaban dirigiendo una Red de pedofilia en el sótano de una pizzería en DC.

El libro, de Scott McKay. El manifiesto revivalista también se burló de la orientación sexual del secretario de Transporte, Pete Buttigieg. “Scott McKay presenta una contribución valiosa y oportuna con El manifiesto revivalista porque ha logrado aquí articular bien lo que millones de estadounidenses concienzudos y amantes de la libertad están sintiendo”, escribió Johnson en el prólogo del libro.

CNN informa que Johnson promocionó el libro en 2022 en las redes sociales y también pasó un episodio completo de su podcast discutiendo el libro con su esposa, Kelly Johnson, y el autor. “Obviamente creo en el producto, de lo contrario no habría escrito el prólogo. Así que respaldo el trabajo”, dijo sobre el libro en su podcast, llamando a McKay un “querido amigo”.

El libro ataca a Buttigieg varias veces, incluso llamándolo una “elección queer” para el gabinete, acusando a Buttigieg de tener una “santurronería queer” y llamándolo “abierta y desagradablemente gay”. El libro incluso lo llama “el alcalde gay Pete Buttigieg”.

En otra parte del libro, McKay defendió al podcaster conservador Joe Rogan, diciendo que su uso de la palabra N no significa que se haya involucrado en racismo. Escribió que el “principal atractivo comercial del ex presidente Barack Obama era que era negro”. Escribió que los votantes pobres son “poco sofisticados y susceptibles a la dependencia del gobierno” y fácilmente manipulables con “deshonestidad de monumentos antiguos, o baloncesto de medianoche, Black Lives Matter ‘desfinanciando a la policía’ complaciendo”.

Gran parte del libro está dedicado a teorías de conspiración de derecha, incluido el Pizzagate. McKay afirma que hay referencias codificadas a la red secreta de pedófilos en el sótano de la pizzería (el restaurante, en realidad, no tiene sótano) en los correos electrónicos pirateados del presidente de la campaña de Hillary Clinton de 2016, John Podesta, como “perritos calientes y pizza” que, según él, son palabras clave para pedofilia.

El escándalo del Pizzagate fue creado por la derecha republicana, y aunque algunas de las acusaciones más extravagantes que se hicieron en él fueron claramente refutadas, otros elementos no; Todo el asunto simplemente pareció ser descartado como desacreditado y nunca se dio ninguna explicación”, dice el libro. En las redes sociales, McKay llamó a Podesta pedófilo.

Algunas otras teorías de conspiración que McKay apoya incluyen la idea de que el miembro del personal demócrata Seth Rich filtró correos electrónicos del Comité Nacional Demócrata en 2016 (fueron pirateados) y que el presidente Joe Biden está permitiendo que inmigrantes indocumentados ingresen ilegalmente al país para que puedan votar por él.

La larga y continua historia de Johnson de comentarios anti-LGBTQ+ y el historial  de acciones anti-LGBTQ+ de Mike Johnson

El propio Johnson forma parte de la junta directiva de una editorial cristiana conservadora que dice que MPOX es la “pena adecuada” por ser gay. Su esposa, Kelly, dirige un servicio de asesoramiento cristiano que compara las identidades LGBTQ+ con la bestialidad en su sitio web.

El 3 de octubre, hablando con la Red Mundial de Oración, afirmó que la cultura estadounidense se había vuelto “tan oscura y depravada que casi parece irredimible”, y que los jóvenes que se identifican como LGBTQ+ eran los culpables, porque hay demasiadas personas LGBTQ+.

Mike y Kelly Johnson se han quejado de la inexistencia de “juguetes lésbicos” en las películas de Disney Historia del juguete 4criticó a las “corporaciones despiertas” como Bud Light y la “satánica” Disney, y elogió al locutor antitransgénero Matt Walsh durante el Mes del Orgullo en su podcast de este año.

Durante este tiempo, hizo campaña contra el matrimonio entre personas del mismo sexo, la adopción entre personas del mismo sexo y los beneficios matrimoniales entre personas del mismo sexo. “Hemos estado trabajando contra estos tribunales activistas durante años”, continuó diciendo el portavoz.

Johnson ha dicho anteriormente que el matrimonio entre personas del mismo sexo conducirá al “caos y la anarquía sexual” y “pondrá en peligro todo nuestro sistema democrático al erosionar sus cimientos”. Afirmó que legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo llevaría a que los “pedófilos” buscaran protección legal para tener relaciones sexuales con niños y a las personas que intentaran casarse con sus mascotas. También ha dicho: “Las relaciones homosexuales son inherentemente antinaturales… en última instancia, dañinas y costosas para todos”.

En el audio, Johnson también habló sobre su época como abogado principal y portavoz nacional del grupo de odio anti-LGBTQ+ Alliance Defending Freedom (ADF), presentando demandas contra el matrimonio entre personas del mismo sexo, la adopción entre personas del mismo sexo y los beneficios matrimoniales entre personas del mismo sexo. Cuando se le preguntó recientemente sobre sus numerosas posiciones anti-LGBTQ, Johnson le dijo a un entrevistador de Fox News que no recordaba algunas de ellas.

Ha tratado de criminalizar el sexo gay en privado entre adultos que lo consienten, llamó al matrimonio gay el “presagio del caos” y dijo que los homosexuales no deberían ser una clase protegida porque “son capaces de cambiar sus estilos de vida anormales”

Johnson incluso tiene constancia de culpar a las personas queer por la caída del Imperio Romano, que fue causada, según él, por un “comportamiento homosexual desenfrenado”.

 

Fuente PinkNews/LGBTQNation

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Diez años después de que el Papa Francisco dijera “¿Quién soy yo para juzgar?”, ¿qué ha cambiado para los católicos LGBT?

Martes, 19 de septiembre de 2023
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cartel_papa_paraguayCartel visita Papa Francisco a Paraguay

Una cosa es irrefutable: el tono del Vaticano ha cambiado. Para el puñado de católicos LGBTQ+ que conozco, este desarrollo lo ha significado todo.

Ty Wahlbrink, S.J., colaborador de The Jesuit Post, escribió una reflexión sobre el décimo aniversario de la famosa frase del Papa Francisco “¿Quién soy yo para juzgar?” cómo. Wahlbrink señala cuánto ha evolucionado la inclusión LGBTQ+ en la iglesia en la última década, citando los comentarios y acciones tanto positivos como negativos del Papa, y concluye que si bien la enseñanza sigue siendo la misma, “el tono del Vaticano ha cambiado”. Y continúa: “Para el puñado de católicos L.G.B.T.Q.+ que conozco, este desarrollo lo ha significado todo. Y este repentino cambio de tono es la razón por la que “¿Quién soy yo para juzgar?” se destaca de manera tan prominente en los recuerdos de mis amigos queer de la fe”. El comentario completo está disponible en America.

Hace diez años, en el vuelo de regreso de su primera Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro, el Papa Francisco pronunció estas cinco simples palabras que resonaron en todo el mundo: “¿Quién soy yo para juzgar?”. Entonces un pontífice relativamente nuevo, este fue su comentario en respuesta a un periodista que preguntó sobre un “lobby gay” en el Vaticano. Francisco añadió que las personas LGBTQ+ “no deberían ser marginadas. La tendencia [a la homosexualidad] no es el problema…son nuestros hermanos.

Dado el espectacular aumento en Occidente en la aceptación de las personas L.G.B.T.Q.+, revisar los últimos 10 años puede garantizar que el impacto de estas simples palabras no se pierda en el tiempo. Según Gallup, la opinión de los estadounidenses sobre la permisibilidad moral de las relaciones entre gays y lesbianas aumentó del 55 por ciento al 71 por ciento entre 2012 y 2022. Además, Obergefell v. Hodges, que otorga el derecho legal a todos los estadounidenses a contraer matrimonio civil entre personas del mismo sexo, no se decidiría hasta 2015. Las recientes controversias sobre las Misas especiales para el Mes del Orgullo no fueron un problema porque era insondable que cualquier parroquia celebrara el Orgullo. Finalmente, el Papa Benedicto había escrito en su libro de 2010 Luz del mundo: el Papa, la Iglesia y los signos de los tiempos que “la homosexualidad es incompatible con la vocación sacerdotal”.

Habiendo contextualizado el mundo de 2013, no sorprende que estas cinco palabras ocuparan un lugar destacado en la cobertura periodística del nuevo Papa. La revista Time, que nombró a Jorge Bergoglio como el “Papa del Pueblo”, cita esta famosa pregunta en su promulgación del Papa Francisco como su Persona del Año 2013. Algunos medios de prensa sugirieron que el Papa Francisco podría incluso cambiar la enseñanza oficial de la iglesia sobre la homosexualidad. Mientras tanto, otras organizaciones de medios se apresuraron a analizar la declaración de Francisco para demostrar que no tenía intención de cambiar las enseñanzas de la iglesia.

¿Cuál es el significado de estas palabras 10 años después? De hecho, el debate aún continúa sobre hasta qué punto las personas L.G.B.T.Q.+ pueden participar en la vida, las actividades y los sacramentos de la iglesia. Un breve repaso de los últimos 10 años del pontificado de Francisco revelará cómo ha evolucionado la relación de la Iglesia Católica con los católicos queer.

Ciertamente, el Papa Francisco, a través de varias declaraciones y acciones, ha seguido invitando a los católicos LGBTQ+ a tener relaciones más estrechas con la iglesia y la sociedad en general. En particular, Francisco en un documental de 2020 expresó su apoyo a las uniones civiles entre personas del mismo sexo, diciendo que “lo que tenemos que crear es una ley de unión civil. De esa manera [los homosexuales] están cubiertos legalmente”. Más recientemente, el Papa instruyó a los obispos a no apoyar leyes que criminalicen la homosexualidad, afirmando que un acto homosexual “no es un delito. Sí, pero es pecado”. Hace apenas unas semanas, Francisco envió sus buenos deseos y oraciones a la Conferencia de Ministerio Católico Outreach LGBTQ. Al principio de su papado, escribió en El nombre de Dios es Misericordia que “prefiere que los homosexuales se confiesen, que permanezcan cerca del Señor y que oremos todos juntos”. Francisco incluso cenó con personas homosexuales y transgénero encarceladas en 2015.

Más allá del Papa, la iglesia en general ha hecho esfuerzos para ministrar a los católicos LBGTQ+. Después del tiroteo en el club nocturno Pulse, el P. James Martin, SJ escribió Construyendo un puente: cómo la Iglesia católica y la comunidad LGBT pueden entrar en una relación de respeto, compasión y sensibilidad. El mes pasado, el Vaticano publicó el borrador de trabajo del documento del sínodo en curso que exige un nuevo enfoque pastoral para los católicos queer, en particular utilizando el acrónimo L.G.B.T.Q.+ que la Iglesia había evitado durante mucho tiempo.

Al mismo tiempo, la autoridad docente de la iglesia ha sido clara al defender las enseñanzas tradicionales sobre el matrimonio y la vida familiar. Tras los comentarios de Francisco apoyando las uniones civiles entre personas del mismo sexo, la Congregación para la Doctrina de la Fe (ahora dicasterio) aclaró que la doctrina de la iglesia no ha cambiado. Algunos meses después, el Vaticano estipuló además que la Iglesia no puede aceptar las uniones entre personas del mismo sexo.

soy-homosexual-tengo-hijos-soy-catolico1La respuesta del dicasterio se basa en la exhortación apostólica de Francisco “Amoris Laetitia” que dice que “no hay absolutamente ningún motivo para considerar que las uniones homosexuales sean de alguna manera similares o incluso remotamente análogas al plan de Dios para el matrimonio y la familia”. A su vez, el plan de Dios para la familia se resume sucintamente en el Catecismo de la Iglesia Católica 1601: “La alianza matrimonial, por la cual un hombre y una mujer establecen entre sí una sociedad para toda la vida, está por su naturaleza ordenada hacia el bien de los cónyuges y la procreación y educación de la descendencia”.

Con esta visión de los comentarios y respuestas, puede resultar difícil evaluar si algo ha cambiado. Si bien es posible que nada haya cambiado oficialmente en la doctrina o la práctica de la iglesia, una cosa es irrefutable: el tono del Vaticano ha cambiado. Para el puñado de católicos LGBTQ+ que conozco, este desarrollo lo ha significado todo. Y este repentino cambio de tono es la razón por la que “¿Quién soy yo para juzgar?” se destaca de manera tan prominente en los recuerdos de mis amigos queer de la fe?

La historia de mi amigo, a quien me referiré como “Mark” para mantener el anonimato, ejemplifica cuán trascendente ha sido el nuevo tono oficial para un católico gay. Recientemente conversé con Mark para escuchar sus reflexiones ahora que “quién soy yo para juzgar” ha pasado una década. Para él, las cinco sencillas palabras que pronunció el Papa hace 10 años fueron un “cambio de juego” en su comprensión de su lugar en la Iglesia católica.

Mark creció en una familia católica devota. Puede recordar mensajes sutiles de su cultura, e incluso mensajes explícitos de la iglesia institucional, que sugieren que una orientación no heterosexual es algo que debe guardarse bajo llave. Cuando Mark empezó a comprender que podría ser gay, sintió que tenía que dejar esa parte de él en el estacionamiento los domingos.

A medida que comenzó a desarrollar una relación más cercana con Dios a través de varios retiros, Mark comenzó a escuchar un llamado al sacerdocio. Estos sueños para su futuro se vieron rápidamente frustrados por los comentarios de Benedicto sobre el sacerdocio y la homosexualidad. En sus palabras, Mark sintió que necesitaba “cerrar esa puerta con llave”. Si bien no culpó ni abandonó a Dios, se quedó tratando de reconstruir un nuevo futuro para sí mismo que sentía que ni él ni Dios querían para él.

Mark aceptó su sexualidad algunos años después, lo que lo llevó a trabajar para reconciliar su fe con este aspecto de su identidad. Recuerda una conversación significativa con un sacerdote cuando le reveló su orientación. El sacerdote le preguntó a Mark cómo desea que sea su relación con la iglesia. Mi amigo expresó por primera vez que quiere ser total y católico. Quería estar “dentro de la iglesia, no fuera de ella”. Aún así, Mark no estaba seguro de si eso era posible dado el lenguaje doctrinal de “intrínsecamente desordenado” que a menudo acompañaba cualquier declaración de la iglesia sobre asuntos LGBTQ+.

Entonces, el Papa Francisco dijo esas cinco palabras. La sensación de calidez y bienvenida del Papa le hizo finalmente creer que tal vez la Iglesia católica también lo quería dentro. El lenguaje del catecismo y los comentarios de la iglesia sobre la sexualidad en el hogar y el sacerdocio no lo atormentaron tanto como en el pasado. Incluso consideró explorar nuevamente la vocación sacerdotal. A Marcos no le sorprendió que el Papa no cambiara ninguna enseñanza de la iglesia. Lo más importante fue que sintió que su hogar finalmente lo había abrazado.

Mark recuerda lo diferente que se sintió al entrar a su parroquia en los meses siguientes. Ya no necesitaba dejar una parte de sí mismo en la puerta. Mark me dijo: “Siempre quise entregarme por completo al Señor para que él pudiera guiarme por el camino de la santidad. Por fin sentí que podía ofrecer todo mi ser a nuestro Dios”.

Ahora que sentía que podía vivir su llamado universal a la santidad, Mark se volvió más receptivo a las necesidades de los demás y a cómo podía ayudar a las personas a reconocer el gran amor de Dios por ellos. Una de las formas en que lo hizo fue enseñando confirmación y siendo voluntario para el grupo de jóvenes de la parroquia. Mark aprecia estos años de acompañar a los jóvenes cuando comenzaron a comprender cómo la fe religiosa es relevante para sus vidas. En un caso particular, recuerda a una chica de secundaria que se angustió al darse cuenta de que podría ser queer. Si bien Mark no le reveló su propia orientación, la animó y le aseguró los dones que todavía tiene para ofrecer a la iglesia y al mundo. Esa simple afirmación la ayudó a mantener la esperanza de que Dios todavía desea que ella esté en la iglesia.

article-2567963-1BCDA6E000000578-354_634x499Mark reflexiona que si el Papa Francisco no le hubiera dado permiso para aceptarse a sí mismo, no habría podido aconsejar a la joven. Marcos compara su ministerio antes del comentario del Papa Francisco con la imagen de Jesús de una persona ciega guiando a otra (cf. Lucas 6:39). Las palabras del Papa Francisco le dieron a Marcos una nueva visión de su vida y ahora puede ayudar a otros a ver más claramente las esperanzas de Dios para ellos.

Cuando mi conversación con Mark llegó a su fin, le pregunté qué buscaba (si es que buscaba algo) de la iglesia una década después. Mark volvió al momento de hace años cuando el sacerdote le preguntó cómo quería que fuera su relación con la iglesia. Ahora, pide que “la iglesia haga lo mismo: preguntarse cuál quiere que sea su relación con la comunidad L.G.B.T.Q.+”.

Las reflexiones de Marcos me parecen particularmente destacadas para este momento de la historia. La aceptación de las personas LGBTQ+ por parte de los estadounidenses cayó siete puntos porcentuales el año pasado. Los católicos están cada vez más divididos sobre si pueden o no celebrar el Mes del Orgullo. Sin embargo, la iglesia está abordando esta cuestión precisa (entre muchas otras) en el sínodo global.

Aún así, una lección está clara. Muchos católicos LGBTQ+, como Mark, se sienten más bienvenidos en la iglesia. Algunos católicos queer y sus aliados no se conforman sólo con un cambio de tono. Sin embargo, como lo demuestra la propia historia de Mark, muchos de nuestros hermanos y hermanas homosexuales quieren estar dentro de la iglesia. Hace diez años, el Papa Francisco abrió más la puerta.

IMG_0453Este artículo escrito por Ty Wahlbrink, S.J., fue publicado originalmente por The Jesuit Post.

Nota del editor:

El entrevistado solicitó permanecer en el anonimato. El autor recibió permiso explícito para compartir la historia de Mark. Para proteger la identidad del entrevistado, el autor cambió su nombre y generalizó detalles sobre su vida.

Fuente América

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La Cámara de Representantes de los Estados Unidos aprueba una ley para blindar el matrimonio igualitario

Lunes, 25 de julio de 2022
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Manifestacion_gay_proximidades_Capitolio_2009La Cámara de Representantes de los Estados Unidos ha aprobado la Respect for Marriage Act (Ley del Respeto al Matrimonio), que pretende blindar el derecho al matrimonio igualitario e interracial ante una posible revisión por parte del Tribunal Supremo de las sentencias que los permitieron. La nueva ley haría obligatorio el reconocimiento de los matrimonios entre personas del mismo sexo celebrados en los estados donde fueran legales tanto por parte de la administración federal como de los estados que los hubiesen prohibido. Supone la derogación de la DOMA (Defense of Marriage), que impidió que la administración federal reconociera el matrimonio igualitario hasta la sentencia del Tribunal Supremo que declaró inconstitucional su prohibición. La DOMA no puede aplicarse desde dicha sentencia, pero aún continúa en vigor. Aunque en la Cámara de Representantes varios congresistas del Partido Republicano han votado a favor de la Respect for Marriage Act, la duda estriba en si sucederá lo mismo en el Senado y se alcanzará una mayoría suficiente para evitar el bloqueo de la minoría (conocido como filibusterismo).

En la reciente sentencia del Tribunal Supremo de los Estados Unidos que ha revertido el derecho de las mujeres y hombres gestantes a la interrupción voluntaria del embarazo, el juez Clarence Thomas expresó, en su opinión concurrente al fallo, su voluntad explícita de abordar de la misma manera cualquier caso que llegue ante el Supremo y que permita reconsiderar el fallo que en 2015 hizo extensivo el matrimonio igualitario a todo el país.

El temor a que esa voluntad fructifique en algún momento, ha hecho que se haya planteado una iniciativa legal por parte del Partido Demócrata para proteger en el ámbito federal a los matrimonios entre personas del mismo sexo o interraciales, en el supuesto de que una nueva situación otorgue a los estados la posibilidad de prohibirlos. La Respect for Marriage Act recoge los mecanismos que permitirían esa protección. También supone la derogación definitiva de la DOMA, la ley que en su momento impidió el reconocimiento por parte de la administración federal de los matrimonios entre personas del mismo celebrados en los estados donde estaban permitidos. Aunque en el fallo del Tribunal Supremo sobre el famoso caso Windsor fue declarada inconstitucional y no puede aplicarse, en realidad el texto aún sigue en vigor, por lo que en una nueva situación hubiera podido volver a entrar en funcionamiento.

En realidad, si una nueva sentencia revocara la que en 2015 declaró inconstitucional la prohibición del matrimonio igualitario y se volviera a la situación anterior, el Congreso estadounidense no podría obligar a los estados a legislar en un sentido u otro, pues invadiría sus competencias. Pero la Respect for Marriage Act sí hace exigible que todos los estados reconozcan los matrimonios celebrados legalmente en cualquier territorio, independientemente de si su legislación los permite o no. También establece que todos serán reconocidos por la administración federal.

A la iniciativa del Partido Demócrata se han sumado algunos congresistas del Partido Republicano, con lo que la nueva ley ha sido aprobada en la Cámara de Representantes (la cámara baja del Congreso estadounidense) por una holgada mayoría de 267 votos a favor y 157 en contra. Los votos favorables se corresponden a la totalidad de congresistas demócratas (220) más 47 congresistas republicanos que se han alejado de las posiciones extremistas que hoy dominan su partido.

La presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, era muy expresiva respecto a las intenciones de los extremistas republicanos: «Debemos actuar ahora para defender el matrimonio entre personas del mismo sexo e interracial del fanatismo y el extremismo a raíz de la decisión Dobbs [la sentencia sobre el aborto]. Con los derechos matrimoniales ahora directamente en el fuego cruzado de los republicanos, los demócratas están contraatacando con firmeza. Con una Respect for Marriage Act que marque un hito, nos aseguramos de que la igualdad matrimonial siga siendo la ley del país ahora y para las generaciones venideras».

El Senado y el filibusterismo

Para que la Respect for Marriage Act pueda entrar en vigor, necesita ser aprobada también en el Senado (la cámara alta), donde actualmente los representantes demócratas y republicanos cuentan con el mismo número de senadores (50). El voto decisivo en una situación de empate lo tendría la vicepresidenta Kamala Harris.

Sin embargo, es previsible que la situación se complique, dada la capacidad de un senador o grupo de senadores de ejercer el denominado «filibusterismo», maniobra parlamentaria que consiste en la prolongación indefinida del debate. Esto hace imposible que una ley se apruebe a no ser que cuente con una mayoría reforzada de 60 senadores. En este momento, solamente la aprobación de los presupuestos y la ratificación de nombramientos judiciales pueden aprobarse por una mayoría menor de 60 senadores sin que el filibusterismo lo impida.

Eso supone que a los 50 senadores demócratas deberán unirse 10 republicanos para impedir que el más que probable filibusterismo de los extremistas de su partido agote las posibilidades de aprobación de la ley. Algo que no parece fácil en el actual contexto político estadounidense.

La obsesión del juez Clarence Thomas

Clarence_ThomasYa en su opinión particular discrepante en el caso Obergefell v. Hodges (la sentencia sobre el matrimonio igualitario que lleva el nombre de una de las parejas demandantes), el juez Clarence Thomas insistió en que el derecho al matrimonio era una cuestión política y no judicial, por lo que los estados deberían tener la última palabra al respecto. También expresó su pesar por lo que, según su criterio, suponía de desprecio a la libertad religiosa. Pero llegaba aún más lejos, al negar que la desigualdad derechos civiles suponga una pérdida de su dignidad para los afectados. Estas fueron las palabras del único miembro afroamericano del Tribunal Supremo de los Estados Unidos: «El corolario de este principio es que la dignidad humana no puede ser socavada por el gobierno. Los esclavos no perdieron su dignidad (más de lo que pierden su humanidad) porque el gobierno permitiera que fueran esclavizados. Los detenidos en campos de internamiento no perdieron su dignidad porque el gobierno les confinara allí. Y a quienes les niegan beneficios gubernamentales ciertamente no pierden su dignidad porque el gobierno se los niegue. El gobierno no puede conceder la dignidad, y no la puede quitar».

En 2020, cuando el Tribunal Supremo decidió no admitir a trámite el recurso de Kim Davis (la funcionaria que se convirtió en heroína del movimiento homófobo tras ingresar en prisión por desobedecer la orden de emitir licencias de matrimonio a las parejas del mismo sexo), el juez Thomas volvió a arremeter contra el matrimonio igualitario. En su opinión discrepante, afirmaba que la sentencia que instauró el matrimonio igualitario en todo el país «amenaza la libertad religiosa de muchos estadounidenses que creen que el matrimonio es una institución sagrada entre un hombre y una mujer». También calificaba a Kim Davis como «una de las primeras víctimas» de la supuesta persecución a la libertad de religión que consagró la aprobación del matrimonio igualitario e instaba al Tribunal Supremo a revisar la histórica sentencia para que prevalezca el derecho a la libertad religiosa (protegido por la Primera Enmienda) frente al derecho a contraer matrimonio para las parejas del mismo sexo.

Finalmente, el juez Thomas ha aprovechado la reciente sentencia sobre al aborto para expresar, en su opinión concurrente, su oposición al derecho al debido proceso protegido por la 14ª enmienda de la Constitución tal como se ha entendido en determinadas sentencias del alto tribunal. Efectivamente, tanto el matrimonio igualitario como el aborto, junto a otras cuestiones que han sido legalizadas para todo el país por el Tribunal Supremo, han sido consideradas protegidas por la Constitución en sucesivas sentencias no porque el texto de esta haga mención expresa a ellas, sino porque se consideran amparadas por su 14ª enmienda, que garantiza el derecho de todos los ciudadanos al «debido proceso» y a la protección igualitaria de sus derechos con independencia de la jurisdicción en la que residan. En su alegato, el magistrado cita específicamente los casos Griswold v. Connecticut de 1965 (derecho a obtener anticonceptivos); Lawrence v. Texas de 2003 (derecho a realizar actos sexuales privados y consentidos, que supuso la despenalización de la homosexualidad); y Obergefell v. Hodges, de 2015 (derecho al matrimonio entre personas del mismo sexo). Según el juez Thomas, «en casos futuros, deberíamos reconsiderar todos los precedentes del debido proceso sustantivo de este Tribunal, incluyendo Griswold, Lawrence y Obergefell, debido a que cualquier decisión sobre el debido proceso sustantivo es ‘demostrablemente errónea’».

Fuente Dosmanzanas

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La sentencia del aborto abre el camino a la derogación del derecho constitucional al matrimonio igualitario en Estados Unidos

Martes, 28 de junio de 2022
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8C6AC0F8-3581-4443-AA64-12B1A4241365El derecho constitucional de las parejas del mismo sexo a contraer matrimonio peligra en Estados Unidos, después de que la mayoría conservadora del Tribunal Supremo de ese país haya revertido el derecho de las mujeres y hombres gestantes a la interrupción voluntaria del embarazo. En una opinión concurrente con la decisión de sus otros cinco compañeros, el juez Clarence Thomas ha expresado su voluntad explícita de abordar de la misma manera cualquier caso que llegue ante el Supremo y que permita reconsiderar el fallo que en 2015 hizo extensivo el matrimonio igualitario a todo el país. 

Las parejas del mismo sexo tienen reconocido en Estados Unidos su derecho constitucional a contraer matrimonio en todo el país, por encima de la legislación de cada estado. Así lo decidió el Supremo en 2015 al fallar sobre el caso Obergefell v. Hodges. La historia que en concreto dio lugar a la sentencia fue la de Jim Oberfegefell, recurrente del estado de Ohio, a quien se había denegado el reconocimiento de su matrimonio celebrado en Maryland, un estado que sí permitía casarse a las parejas del mismo sexo. Aunque la pareja consiguió una sentencia favorable de un tribunal federal, la Fiscalía de Ohio recurrió ante la Corte de Apelaciones del 6ª Circuito, que anuló tanto esa sentencia como las que habían tenido lugar en los otros estados de su jurisdicción (el marido de Jim Obergefell, John Arthur, murió de una enfermedad terminal en plena lucha por sus derechos constitucionales y no pudo celebrar su consecución).

Según detalla expresamente Clarence Thomas en su opinión concurrente al fallo sobre el aborto, una mayoría conservadora podría revertir la sentencia de Obergefell v. Hodges en el mismo sentido que ha hecho con Roe v. Wade, la sentencia que en 1973 declaró que el derecho al aborto tenía protección constitucional. Detalles aparte, tanto el matrimonio igualitario como el aborto, junto a otras cuestiones que han sido legalizadas para todo el país por el Tribunal Supremo, como el uso de anticonceptivos o la legalidad de las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, han sido consideradas protegidas por la Constitución en sucesivas sentencias no porque el texto de esta haga mención expresa a ellas, sino porque se consideran amparadas por su 14ª enmienda, que garantiza el derecho de todos los ciudadanos al «debido proceso» y a la protección igualitaria de sus derechos con independencia de la jurisdicción en la que residan.

Según Clarence Thomas, todas estas sentencias deben ser reconsideradas porque han dado lugar a decisiones «erróneas» que deben ser literalmente corregidas.

Con la composición actual, el matrimonio igualitario podría ser derogado por 6 a 3

Si tenemos en cuenta la diferente composición del Tribunal Supremo de Estados en 2015 y ahora vemos que este riesgo es cierto:

  • Tres de los cuatro jueces que en su momento votaron contra el matrimonio igualitario siguen en activo: Samuel Alito, John Roberts y el propio Clarence Thomas. El cuarto, Antonin Scalia, falleció en 2016.
  • De los que votaron a favor siguen en activo otros tres (Elena Kagan, Sonia Sotomayor y Stephen Breyer). Este último se retirará en breve, aunque ya cuenta con una sustituta confirmada, Ketanji Brown Jackson, de convicciones progresistas.
  • Las otras tres posiciones del Tribunal que han sido renovadas desde entonces están ocupadas por jueces ultraconservadores, propuestos por Donald Trump y confirmados por un Senado de mayoría republicana. Estas tres sustituciones son las que han desplazado el Tribunal a posiciones cercanas a las de la derecha religiosa. Neil Gorsuch sustituyó a Scalia, gracias a las malas artes de los republicanos (el Senado demoró durante casi un año la sustitución para evitar confirmar al candidato de Barack Obama). Brett Kavanaugh sustituyó a Anthony Kennedy, que se retiró en 2018 (él fue precisamente el ponente de Obergefell v. Hodges). Y la ultraconservadora y católica militante Amy Coney Barrett sustituyó a la progresista Ruth Bather Ginsburg, fallecida en septiembre de 2020, apenas dos meses antes de las elecciones que perdieron los republicanos. Pero claro, entonces los republicanos se apresuraron a dejar atada la sustitución de forma inmediata, a diferencia de lo que hicieron cuatro años antes cuando bloquearon el derecho de Obama a nominar al sustituto de Scalia.

En definitiva, el derecho constitucional al matrimonio igualitario podría ser derogado por 6 a 3 si alguna sentencia que lo desafiara llegara al Supremo con su compsición actual. Incluso si el actual presidente del Supremo, John Roberts, que en los últimos tiempos se ha alineado con la minoría progresista en algunos temas concretos, decidiese cambiar su posición respecto a la de 2016, habría una mayoría de 5 a 4.

Por supuesto, todo esto es una mera hipótesis… Por un lado, día de hoy no hay sobre la mesa ningún litigio judicial relativo al matrimonio igualitario con potencial de llegar a corto o medio plazo ante el Tribunal Supremo. Por otro, está por ver qué harían Gorsuch y Kavanaugh ante dicha situación. Pero lo que hoy día sabemos también es que los enemigos de los derechos LGTBI son incansables y cuentan con grandes recursos financieros, y que la situación actual de la política estadounidense, donde todo apunta a que los republicanos recuperarán el control del Senado en las elecciones del próximo noviembre, no es precisamente halagüena.

Fuente Dosmanzanas

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El Plan Biden para avanzar en la Igualdad LGBTQ+ en los Estados Unidos y alrededor del Mundo

Lunes, 18 de enero de 2021
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adv1110_digital_cover_biden_0Extenso y ambicioso programs. Gracias, Joe…

“¿A quién amas? ¿A quién amas? ¿Y serás leal a la persona que amas? Y eso es lo que la gente está descubriendo, que es de lo que se tratan todos los matrimonios, en su esencia”.

—Joe Biden, “Meet the Press”, 6 de mayo de 2012

Joe Biden cree que todo ser humano debe ser tratado con respeto y dignidad y ser capaz de vivir sin miedo, sin importar quiénes son o a quién aman. Durante la administración Obama-Biden, los Estados Unidos hicieron avances históricos hacia la igualdad de la comunidad LGBTQ+, desde la derogación de “No preguntes, no digas” hasta la declaración histórica de Biden en apoyo a la igualdad matrimonial en Meet the Press en 2012 y el momento sin precedentes avance de las protecciones para las personas LGBTQ+ en los Estados Unidos a nivel federal.

Pero esta lucha no ha terminado. Donald Trump y Mike Pence han instigado el odio contra los refugios seguros de las personas LGBTQ+ y eliminaron protecciones críticas para la comunidad LGBTQ+. Al bloquear la capacidad de las personas transgénero de servir abiertamente a su país, denegar el acceso de las personas LGBTQ+ a cuidado de salud crítico, proponer políticas que permitan a los refugios para personas sin hogar que reciben fondos del gobierno federal rechazar a las personas transgénero y las agencias de adopción que reciben fondos del gobierno federal para rechazar a las parejas del mismo sexo y no abordar La epidemia de violencia contra las personas transgénero, en particular las mujeres de color transgénero, la Administración Trump-Pence ha liderado un esfuerzo sistemático para revertir el progreso realizado por el presidente Obama y el vicepresidente Biden.

El odio y la discriminación contra las personas LGBTQ+ comenzaron mucho antes de que Trump y Pence asumieran sus cargos. Derrotarlos no resolverá el problema, pero es un primer paso esencial para reanudar nuestra marcha hacia la igualdad.

Como presidente, Biden se unirá a la comunidad LGBTQ+ para garantizar que los Estados Unidos finalmente cumpla con la promesa en la que se fundó: igualdad para todos. Aportará el liderazgo moral para defender la igualdad de derechos para todas las personas LGBTQ+, luchará para garantizar que nuestras leyes e instituciones protejan y hagan valer sus derechos, y promoverá la igualdad LGBTQ+ a nivel mundial. Biden:

  • Protegerá a las personas LGBTQ+ de la discriminación.
  • Apoyará a los jóvenes LGBTQ+.
  • Protegerá a las personas LGBTQ+ de la violencia y trabajará para poner fin a la epidemia de violencia contra la comunidad transgénero, en particular las mujeres transgénero de color.
  • Ampliará el acceso a cuidado de salud de alta calidad para las personas LGBTQ+.
  • Garantizará un trato justo para las personas LGBTQ+ en el sistema de justicia penal.
  • Recopilará los datos necesarios para apoyar totalmente a la comunidad LGBTQ+.
  • Promoverá los derechos y el desarrollo de la comunidad LGBTQ+ a nivel global.

PROTEGERÁ A LAS PERSONAS LGBTQ+ DE LA DISCRIMINACIÓN

“Nadie debería ser despedido, negársele un hogar o acceso a los servicios debido a quienes son o a quiénes aman”.

—Joe Biden, 17 de mayo de 2019

La mitad de los estadounidenses LGBTQ+ viven en estados sin la protección adecuada de sus derechos civiles. Pueden casarse el domingo y al día siguiente ser despedidos en virtud de la ley estatal debido a quiénes son o a quién aman. Las personas LGBTQ+ aún enfrentan discriminación en casi todos los aspectos de sus vidas, incluido el empleo, el servicio militar, formar una familia y obtener una licencia de conducir con su indicador de género correcto.

La Ley de Igualdad es el mejor vehículo para garantizar la igualdad de derechos bajo la ley para los estadounidenses LGBTQ+, y garantizará que las personas LGBTQ+ estén protegidas por las leyes de derechos civiles existentes. Biden hará que la promulgación de la Ley de Igualdad durante sus primeros 100 días como presidente sea una prioridad legislativa. Biden también ordenará a su gabinete garantizar la aplicación inmediata y plena de la Ley de Igualdad en todos los departamentos y agencias federales.

Además de promulgar la Ley de Igualdad, Biden tomará medidas utilizando su autoridad ejecutiva. Inmediatamente revocará las acciones discriminatorias de la Administración Trump-Pence y luego irá más allá para terminar con la discriminación contra las personas LGBTQ+. Biden:

Facultará a las agencias federales para ser campeones de la igualdad. Biden nombrará y nominará funcionarios y jueces federales que representan la diversidad del pueblo estadounidense, incluidas las personas LGBTQ+. Se asegurará de que los líderes de todas las agencias federales se comprometan a hacer cumplir plenamente nuestras leyes de derechos civiles para las personas LGBTQ+. Y se asegurará de darles a las agencias encargadas de hacer cumplir nuestras leyes de no discriminación los fondos que necesitan para cumplir plenamente con esta obligación. Estas agencias incluyen la Comisión de Igualdad de Oportunidades en el Empleo (EEOC, por sus siglas en inglés), la Oficina de Derechos Civiles del Departamento de Educación de los EE. UU. y la División de Derechos Civiles del Departamento de Justicia de los EE. UU.

Protegerá a las personas LGBTQ+ de la discriminación laboral basada en la orientación sexual y la identidad de género.

  • Reafirmará que la Ley de Derechos Civiles prohíbe la discriminación laboral a base de la orientación sexual y la identidad de género. En 2014, el Departamento de Justicia de Obama-Biden afirmó que la prohibición del Título VII de la Ley de Derechos Civiles contra la discriminación laboral a base del sexo se aplica a la discriminación basada en la identidad de género. Posteriormente, la EEOC afirmó que el Título VII prohíbe la discriminación basada en la identidad de género y la orientación sexual. El Departamento de Justicia de la Administración Trump-Pence ha revertido esta posición, argumentando que el Título VII excluye las protecciones para estos grupos. Biden garantizará la aplicación del Título VII y trabajará para aprobar la Ley de Igualdad para afirmar que la discriminación laboral a base de la identidad de género y la orientación sexual está prohibida.
  • Apoyará a personas transgénero y de género no binario en la fuerza laboral. Los estadounidenses transgénero y los no binarios enfrentan una discriminación significativa cuando buscan empleo. Para abordar estos desafíos únicos, Biden se asegurará de que los programas y recursos de capacitación para la fuerza laboral y empresarial que reciben fondos del Departamento del Trabajo de los EE. UU. y la Administración de Pequeños Negocios se centren y beneficien a esta comunidad. También proporcionará incentivos para que los gobiernos estatales y locales adopten programas que ayuden a preparar a las personas transgénero y no binarias para la fuerza laboral y alienten el espíritu empresarial.
  • Detendrá la discriminación laboral en el gobierno federal. El gobierno federal debe liderar con el ejemplo. Biden restablecerá la implementación plena de la orden ejecutiva del presidente Obama que prohíbe la discriminación por parte de los contratistas federales, que Trump ha socavado. La Administración Biden también trabajará con los líderes de derechos civiles para desarrollar e instituir programas de capacitación sobre prejuicios implícitos para los trabajadores y contratistas federales con el fin de abordar la discriminación a base de raza, sexo, orientación sexual, identidad o expresión de género o discapacidad. Una Administración Biden pondrá a disposición del público los materiales de capacitación resultantes para que otros empleadores puedan llevar a cabo programas similares.

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Tratará a los militares y a los veteranos LGBTQ+ con el respeto que se merecen.

  • Revocará la prohibición militar transgénero. En 2010, Biden desempeñó un papel de liderazgo en la derogación de la Administración Obama-Biden de “No pregunte, no diga” para permitir que los militares gay, lesbianas y bisexuales sirvan al país que aman sin ocultar su orientación sexual. En junio de 2016, la Administración Obama-Biden revocó la prohibición de que las personas transgénero sirvan abiertamente, sin ocultar su identidad de género. Pero Trump revirtió esta política, impidiendo que los patriotas transgénero sirvan abiertamente. Esto es discriminatorio y perjudicial para nuestra seguridad nacional. Todo estadounidense que esté calificado para servir en nuestras fuerzas armadas debería poder hacerlo, independientemente de su orientación sexual o identidad de género y sin tener que ocultar quiénes son. Biden ordenará al Departamento de Defensa de EE. UU. Que permita a los miembros del servicio transgénero servir abiertamente, recibir el tratamiento médico necesario y estar libres de discriminación.
  • Revocará las políticas del Departamento de Defensa que perpetúan la estigmatización y la discriminación contra las personas que viven con el VIH. Un tribunal federal de distrito consideró que la política de “Movilízate o Salte” de la Administración Trump-Pence, que se usa para licenciar forzosamente a miembros de las fuerzas armadas con VIH, era “irracional, inconsistente y en desacuerdo con la ciencia moderna”. El Cuarto Circuito confirmó esta decisión en enero del 2020 por “no tener en cuenta la literatura médica actual y la opinión de expertos sobre el tratamiento actual del VIH y los riesgos de transmisión”. Si la Administración Trump-Pence continúa tratando de implementar la política, la Administración Biden la rescindirá.
  • Apoyará a los veteranos LGBTQ+. El plan para los veteranos de Biden exige abordar las necesidades únicas de los veteranos LGBTQ+. Como presidente, ordenará a su Secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano garantizar que los servicios integrales provistos bajo el Programa de Servicios de Apoyo para Familias de Veteranos aborden las necesidades únicas de los veteranos LGBTQ+ que carecen de una vivienda. Ordenará al Departamento de Asuntos de Veteranos (VA, por sus siglas en inglés) de los EE. UU. establecer protocolos de capacitación en competencia cultural para garantizar que los proveedores en las instalaciones del VA y en los entornos de cuidado comunitario estén equipados para satisfacer las necesidades de los veteranos LGBTQ+ en el entorno del cuidado de salud. Y, Biden instruirá al Secretario de Defensa para garantizar que los veteranos LGBTQ+ licenciados debido a su orientación sexual o identidad de género reciban una revisión inmediata de las solicitudes de actualizaciones de licenciamiento enviadas a las Juntas para la Corrección de Expedientes Militares.

Apoyará la libertad para formar una familia y protegerla. El 6 de mayo de 2012, en una entrevista histórica en Meet the Press, Biden se convirtió en el funcionario electo estadounidense de más alto rango en apoyar la igualdad en el matrimonio. Tres años más tarde, la Corte Suprema de los Estados Unidos estuvo de acuerdo, dictaminando que la libertad de casarse es un derecho fundamental. Junto con la libertad de casarse viene la libertad de formar una familia. Biden cree que las personas LGBTQ+ y las parejas del mismo sexo deberían poder formar sus familias y protegerlas. Sin embargo, muchas agencias de cuidado de crianza y adopción que reciben fondos del gobierno aún discriminan a las familias LGBTQ+ o imponen cargas adicionales a estas familias durante el proceso de adopción o cuidado de crianza. Del mismo modo, estas agencias a menudo ponen en riesgo a los jóvenes LGBTQ+ al no ubicarlos con familias seguras que le brinden apoyo. En noviembre de 2019, la Administración Trump-Pence propuso una regla que permitirá que las agencias de adopción y cuidado de crianza que discriminen a las familias LGBTQ+ reciban fondos del gobierno. Como presidente, Biden revocará la regla, si se implementa, y trabajará para garantizar que las familias calificadas no sean discriminadas por motivos de orientación sexual, identidad o expresión de género, sexo, estado civil, discapacidad o religión y que las agencias de bienestar infantil pongan los intereses de los niños primero, incluidos los que son LGBTQ+. Además, Biden trabajará con el Departamento de Estado de EE. UU. y otras agencias federales para garantizar trato igual a las parejas del mismo sexo y sus hijos en la aplicación de todos los programas, servicios y beneficios federales, especialmente con respecto a los requisitos de elegibilidad para la ciudadanía y trámites de inmigración y naturalización.

Pondrá fin al uso indebido de amplias exenciones para discriminar. La libertad religiosa es un valor estadounidense fundamental. Pero los estados han usado exenciones amplias de manera inapropiada para permitir que las empresas, los proveedores médicos, las agencias de servicios sociales, los funcionarios del gobierno estatal y local y otros discriminen a las personas LGBTQ+. La Administración Trump-Pence ha intentado deliberada y sistemáticamente eliminar las protecciones para la comunidad LGBTQ+ al establecer amplias exenciones religiosas a las leyes y políticas de no discriminación existentes en las agencias federales. Biden revocará las políticas de Trump que usan indebidamente estas amplias exenciones y luchará para que nadie sea rechazado en un negocio o un funcionario del gobierno rehúse proveerle servicios solo por quiénes son o a quién aman.

Restablecerá las protecciones para las personas LGBTQ+ que no tienen hogar. La Administración Obama-Biden aseguró que los refugios para personas sin hogar que reciben fondos del gobierno federal provean alojamiento de acuerdo a la identidad de género de un individuo y no pueden rechazar servicios a base de la identidad de género u orientación sexual. Desde entonces, la Administración Trump-Pence propuso permitir que los refugios discriminen a las personas transgénero al determinar su alojamiento, por ejemplo, obligando a las mujeres transgénero a dormir y usar el baño en el mismo lugar que los hombres. Como presidente, Biden garantizará la aprobación de la Ley de Igualdad, asegurando que ningún presidente pueda volver a revocar las protecciones de los derechos civiles para las personas LGBTQ+, incluyendo en viviendas y refugios para personas sin hogar. Leer más…

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La jubilación del juez del Tribunal Supremo de los Estados Unidos Anthony Kennedy amenaza los derechos conquistados por las personas LGTB

Miércoles, 11 de julio de 2018
Comentarios desactivados en La jubilación del juez del Tribunal Supremo de los Estados Unidos Anthony Kennedy amenaza los derechos conquistados por las personas LGTB

anthony-mcleod-kennedy-9362868-1-402El juez del Tribunal Supremo de los Estados Unidos Anthony Kennedy ha anunciado su próxima jubilación, que tendrá lugar el próximo 31 de julio. Eso permitirá al presidente Donald Trump elegir a su sustituto, que posteriormente deberá ser convalidado por un Senado con mayoría republicana, inclinando aún más la balanza de fuerzas en el Tribunal Supremo del lado más conservador. Anthony Kennedy, a pesar de pertenecer también a esa sección, se ha destacado, sin embargo, por ser un firme defensor de los derechos civiles, significándose especialmente en cuanto a los derechos de gais, lesbianas y bisexuales. Las cuatro grandes sentencias del alto tribunal que abrieron el camino de la igualdad de derechos de ese colectivo lo tienen a él como ponente. Los grupos más reaccionarios ya están preparando estrategias para revertir esas sentencias, con la expectativa de la nueva composición del tribunal. Las decisiones futuras del Tribunal Supremo respecto a cuestiones como las leyes tránsfobas vigentes en municipos o estados, o la denegación de prestación de servicios a las personas LGTB escudándose en las creencias religiosas, quedarán en manos de jueces ultraconservadores.

El juez Anthony Kennedy, que cumplirá 82 años el próximo mes de julio, ha anunciado su retirada por jubilación como miembro del Tribunal Supremo de los Estados Unidos. Nombrado por el presidente Ronald Reagan en el año 1988, forma parte del sector conservador del alto tribunal. Sin embargo, en materia de derechos civiles se ha mostrado siempre favorable a la protección constitucional de la igualdad ante la ley para todos los ciudadanos. Así lo ha evidenciado en materias como el derecho a la libre decisión de la mujer sobre su embarazo o el respeto a los derechos de las personas LGTB, respecto a los cuales ha debido decidir en cuatro ocasiones fundamentales, que han pasado a formar parte de la historia de la lucha del colectivo estadounidense. En todas ellas, además, ha sido el ponente:

Romer vs. Evans o la protección contra la discriminación

romer-vs-evansEn 1992, los ciudadanos de Colorado votaron mayoritariamente a favor de una enmienda a la Constitución de ese estado, que impediría que los ciudadanos homosexuales o bisexuales pudieran solicitar a las instituciones públicas el ser considerados como minoría, y poder reclamar que se adoptasen a su favor las oportunas medidas antidiscriminatorias.

Por una mayoría de 6 votos contra 3, en mayo de 1996 el Tribunal Supremo dictaminó que esa enmienda violaba la Constitución de los Estados Unidos, pues impedía que las personas de una determinada orientación sexual pudieran denunciar cualquier discriminación arbitraria de la que fueran objeto. Según explicaba el juez Kennedy en la sentencia, «la enmienda es a la vez demasiado angosta y demasiado amplia. En ella se identifica a las personas por tan solo un rasgo, y luego se les deniega la protección en todos los ámbitos. La inhabilitación para ejercer el derecho a solicitar protección a un tipo determinado de personas no tiene precedentes en nuestra jurisprudencia».

La sentencia abrió el camino para que las leyes estatales y federales pudieran incluir medidas contra la discriminación de los ciudadanos por razón de la orientación sexual.

Lawrence vs. Texas o el fin de la penalización de la homosexualidad

lawrence-vs-texas-300x185En 1998, John Lawrence y Tyron Garner fueron detenidos en el domicilio del primero de ellos, en la ciudad de Houston. Se les acusaba de vulnerar la ley contra la «conducta homosexual» vigente en el estado de Texas, que penalizaba que dos personas del mismo sexo mantuvieran sexo oral o anal, aunque la relación sexual tuviera lugar en la intimidad de un domicilio particular, y aunque esas prácticas sí estuvieran permitidas para las parejas heterosexuales.

Tras una larga batalla legal, llena de apelaciones y sentencias contradictorias, el caso terminó en manos del Tribunal Supremo de los Estados Unidos. No había precedentes halagüeños respecto a la doctrina del alto tribunal, pues en 1986 el panel de jueces entonces en activo había validado las leyes contra la sodomía del estado de Georgia. Pero sí que existía el precedente favorable de Romer vs. Evans y su declaración de inconstitucionalidad de las leyes que impidieran la protección contra la discriminación.

Afortunadamente, en una sentencia histórica fechada en junio de 2003, con ponencia de Anthony Kennedy, el Tribunal Supremo de los Estados Unidos dictaminó, por una mayoría de 6 votos contra 3, que las leyes contra la sodomía vigentes en varios de los estados vulneraban la Constitución de los Estados Unidos. No solo se declaraba inconstitucional que el Estado interfiera en las relaciones sexuales privadas y consensuadas entre adultos, sino que establecía que esos derechos a la intimidad y a la privacidad debían ser disfrutados igualmente por las parejas de distinto o del mismo sexo.

Lawrence vs. Texas supuso el fin de la penalización de las relaciones homosexuales en los Estados Unidos, convirtiéndose en el mayor avance en los derechos de las personas LGTB en ese país hasta la fecha.

US vs. Windsor o el reconocimiento federal de los derechos LGTB

ediewindsor-cropwebEdith (familiarmente «Edie») Windsor, de 83 años, no pudo acogerse a una serie de beneficios para los matrimonios en materia de herencia a la muerte de su esposa, Thea Spyer, en 2009, lo que la obligó a desembolsar 360.000 dólares en impuestos. Y ello pese a que Windsor y Spyer, pareja durante 44 años, se casaron en Canadá en 2007 y el estado de Nueva York reconoció su matrimonio (aunque Nueva York solo celebra matrimonios entre personas del mismo sexo desde 2011, antes ya reconocía los celebrados fuera de su territorio).

De todo ello era responsable la sección 3 de la DOMA (Defense of Marriage Act), la norma que prohibía a la administración federal reconocer los matrimonios entre personas del mismo sexo. Windsor reclamó que el no reconocimiento de su matrimonio por la administración federal violó las garantías de igualdad de protección contenidas en la Constitución de los Estados Unidos.

Tras una ardua batalla legal, el caso llegó a manos del Tribunal Supremo, que falló a su favor en una histórica sentencia fechada el 26 de junio de 2013, por una diferencia de 5 votos a favor y 4 en contra. El fallo, de nuevo con el juez Kennedy como redactor, dictaminaba que la sección 3 de la DOMA violaba las garantías de igualdad contenidas en la 5ª Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos, lo que suponía que los matrimonios entre personas del mismo sexo pasasen a ser inmediatamente reconocidos por la administración federal, independientemente del lugar en el que se hubieran celebrado, en ámbitos como el fiscal, el migratorio o las pensiones.

US vs. Windsor allanó así el camino para la que sería la sentencia definitiva que reconocía la igualdad de las parejas del mismo sexo, que llegaría dos años después.

Obergefell vs. Hodges o la legalización del matrimonio igualitario

obergefell-vs-hodges-300x200Los nueve jueces del Tribunal Supremo tuvieron que discernir en esta ocasión si las sentencias desfavorables al matrimonio igualitario de la Corte de Apelaciones del 6º Circuito se ajustaban a la Constitución de los Estados Unidos. Las cuatro parejas recurrentes reclamaban el derecho a contraer matrimonio en su estado de residencia, o a ver reconocido el contraído en otro estado donde fuera legal. Las sentencias afectaban a los estados de Tennessee, Michigan, Kentucky y Ohio y se trataban de las únicas por parte de una Corte de Apelaciones que habían dictaminado en contra del derecho al matrimonio igualitario.

Todas ellas se aunaron en el caso Obergefell v. Hodges, que hacía referencia al recurrente de Ohio, a quien se había denegado el reconocimiento de su matrimonio celebrado en Maryland, un estado que sí permitía casarse a las parejas del mismo sexo. Aunque la pareja consiguió una sentencia favorable de un tribunal federal, la Fiscalía de Ohio recurrió ante la Corte de Apelaciones del 6ª Circuito, que anuló tanto esa sentencia como las que habían tenido lugar en los otros estados de su jurisdicción. Lamentablemente, el marido de Jim Obergefell, John Arthur, murió de una enfermedad terminal en plena lucha por sus derechos constitucionales.

El 26 de junio de 2015, de nuevo por una mayoría de 5 votos contra 4, el Tribunal Supremo declaraba inconstitucionales todas las leyes que prohibían el matrimonio igualitario. El argumento y fallo final del dictamen, firmado por el juez Kennedy, rezaba así:

Ninguna unión es más profunda que el matrimonio, ya que encarna los más altos ideales de amor, fidelidad, dedicación, sacrificio y familia. En la formación de una unión matrimonial, dos personas se convierten en algo más grande de lo que eran. Como algunos de los demandantes de estos casos han demostrado, el matrimonio representa un amor que puede incluso perdurar más allá de la muerte. Sería malinterpretar a estos hombres y mujeres afirmar que faltan al respeto a la idea del matrimonio. Su demanda se produce porque la respetan, la respetan tan profundamente que tratan de poder llevarla a cabo ellos mismos. Su esperanza es no estar condenados a vivir en soledad, excluidos de una de las instituciones más antiguas de la civilización. Piden igual dignidad a los ojos de la ley. La Constitución les otorga ese derecho.

La sentencia de la Corte de Apelaciones del Sexto Circuito queda invalidada.

Con esta última sentencia no solo se legalizaba el matrimonio igualitario en todo el territorio estadounidense, sino que además se reconocía la discriminación histórica sufrida por gais, lesbianas y bisexuales con estas palabras del juez Kennedy:

Durante gran parte del siglo XX la homosexualidad fue tratada como una enfermedad. Mientras tanto, la intimidad entre personas del mismo sexo había sido largamente condenada como inmoral por el propio Estado en la mayoría de las naciones occidentales, una creencia que a menudo se encarnaba en la ley penal. El sexo entre dos hombres o dos mujeres sigue siendo un crimen en muchos Estados, y a los gais y lesbianas se les ha prohibido el acceso a la mayor parte del empleo público, se les ha excluido del servicio militar, de las leyes de inmigración, han sido objetivos de la policía y se les ha impedido el derecho de asociación.

La futura composición del Tribunal Supremo

us-news-supremecourt-1-abaCon el retiro de Anthony Kennedy, la composición del Tribunal Supremo queda, en un principio, equilibrada entre el sector conservador y liberal. Entre los miembros liberales se contaría a los jueces Stephen Breyer, Ruth Bader Ginsburg, Sonia Sotomayor y Elena Kagan (estas dos últimas propuestas por el presidente Barack Obama). El bando conservador lo integrarían los jueces John G. Roberts (actual presidente del Supremo y con voto de calidad), Clarence Thomas, Samuel Alito y Neil Gorsuch (nombrado por el presidente Donald Trump).

Ese equilibrio lo romperá quien ocupe el cargo que ha dejado vacante el juez Kennedy. El nombramiento del nuevo miembro del Tribunal Supremo es una atribución del presidente Trump, aunque su decisión debe ser convalidada posteriormente por el Senado. Al estar este en manos de la mayoría republicana, es más que probable que el candidato presidencial sea respaldado sin problema alguno.

Donald Trump ya ha anunciado que anunciará su candidato el próximo 9 de julio, semanas antes de que sea efectivo el retiro del juez Kennedy. Según sus declaraciones, está barajando entre un grupo de quince posibles opciones, entre las que se contaría a dos mujeres.

Desde el Partido Demócrata se ha solicitado al presidente del Senado que aplace cualquier votación al respecto hasta que se celebren las próximas elecciones legislativas en el mes de noviembre, que, según las encuestas, devolverían el control de la cámara a los liberales. Piden que sea coherente con lo que él mismo defendió cuando el anterior presidente, Barack Obama, propuso a un candidato al Tribunal Supremo tras el fallecimiento del juez Antonin Scalia. El presidente del Senado aplazó la decisión hasta que se celebraron las elecciones presidenciales, con el argumento de que así el nuevo candidato tendría el respaldo de los votantes. Sin embargo, la petición ha sido desestimada de inmediato, ante el temor de que los demócratas hagan la propio si obtienen la mayoría en la cámara y aplacen la decisión del nombramiento hasta unas nuevas elecciones presidenciales. Según Mitch McConnell, líder de la mayoría republicana en el Senado, la votación sobre el candidato del presidente Trump al Tribunal Supremo tendrá lugar en el próximo mes de octubre.

Ciertamente, la mayoría republicana no se ha detenido ante nada para lograr sus objetivos. Cuando Donald Trump se presentó su candidato, Neil Gorsuch, tras ganar las elecciones, se rompió la regla de que la convalidación por el Senado fuera por una mayoría de tres cuartas partes, y se aprobó su nombramiento con mayoría simple, pues ocupan 51 de los 100 escaños del Senado. La única esperanza para los liberales es, por una parte, el delicado estado de salud del senador republicano John McCain, que le impediría acudir a la votación, y, por otro, la renuencia de dos senadoras republicanas, Susan Collins y Lisa Murkowski, a votar a un candidato opuesto al derecho a la interrupción del embarazo. Ambas han declarado que votarán de manera independiente sobre este asunto, pero también se ha dado a conocer que las dos han mantenido recientemente una reunión con Donald Trump para dialogar sobre este asunto.

El cargo de juez del Tribunal Supremo es vitalicio, por lo que el candidato que apruebe finalmente el Senado permanecerá previsiblemente en su cargo durante un largo período, pues, según los rumores, la media de edad de los candidatos valorados por el presidente ronda los 50 años. Por otra parte, la jueza Ruth Bader Ginsburg (de corte liberal) cuenta ya con 85 años de edad y un estado de salud delicado, lo que hace temer que su retiro sea también próximo y deba nombrarse otro sustituto. Existe pues, el temor fundado a que Tribunal Supremo de holgada mayoría ultraconservadora, con la visión más restrictiva de la Constitución y reacia a defender los derechos civiles de las minorías, sea quien tenga que decidir sobre cuestiones fundamentales durante décadas.

La amenaza para los derechos LGTB

Este nuevo escenario en el más alto tribunal de los Estados Unidos, cuyas decisiones son de altísima relevancia, ha causado entusiasmo entre los sectores de la sociedad más opuestos a los derechos de las minorías sexuales. Así, desde la asociación ultraconservadora Liberty Counsel se emitía un comunicado en el que se afirmaba que «con la jubilación del juez Kennedy habrá una nueva justicia que tendrá un gran impacto en el futuro de los Estados Unidos. Si el juez Kennedy es reemplazado por una persona que sea fiel al texto original y al significado de la Constitución, entonces solo será cuestión de tiempo que cambien varias decisiones horribles, incluidas el aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo».

Por su parte, Brian Brown, presidente de la altamente LGTBfoba National Organization for Marriage (NOM) ha solicitado donaciones para financiar una campaña que lleve de nuevo hasta el Tribunal Supremo la cuestión del matrimonio igualitario. Su propósito es que la nueva mayoría conformada tras el nombramiento del candidato del presidente Trump revierta la sentencia favorable al matrimonio igualitario, y se vuelva a la situación anterior, en la que serían los estados quienes legislarían respecto al matrimonio de manera independiente.

La amenaza para los derechos civiles que supone la nueva composición del Tribunal Supremo estadounidense puede tener consecuencias drásticas. Quedan pendientes de resolver conflictos que afectan a colectivos tan sensibles como el de las personas trans, que se enfrentan a leyes estatales y locales que tratan de impedir que puedan vivir de acuerdo con su identidad de género. También pueden llegar al alto tribunal recursos contra las sanciones a establecimientos y negocios que discriminen a las personas LGTBI escudándose en las convicciones religiosas de sus dueños (la reciente sentencia del Tribunal Supremo sobre un asunto semejante se limitaba exclusivamente a ese caso).

Tampoco hay que olvidar que, a diferencia de lo que sucede en otras jurisdicciones, las decisiones del Tribunal Supremo de los Estados Unidos son reversibles. Como hemos visto en el caso de Lawrence vs. Texas, la sentencia que declaró inconstitucionales las leyes estatales contra la sodomía revirtió una anterior que las había declarado conformes a la Constitución. El peligro de pérdida de derechos conquistados, como el mismo matrimonio igualitario, la protección contra la discriminación o, incluso, la no injerencia del Estado en las prácticas sexuales consensuadas entre adultos, está sobre la mesa.

Fuente Dosmanzanas

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Kim Davis presenta una demanda para exigir que dejen de demandarla

Lunes, 16 de abril de 2018
Comentarios desactivados en Kim Davis presenta una demanda para exigir que dejen de demandarla

giphyKim Davis presenta una demanda para evitar que la gente siga demandándola por negarse a emitir licencias de matrimonio a parejas homosexuales en el estado de Kentucky.

Los abogados de Davis argumentan que Davis tiene derecho a negarse y que los demandantes pueden ir a pedírsela a otro funcionario y no molestarla a ella. 

Kim Davis,  es una señora funcionaria que se casó y se divorció tres veces pero se negó a emitir licencias de matrimonio a parejas homosexuales cuando se legalizó el matrimonio igualitario en EE.UU. porque decía que así se lo había pedido Dios. Davis pasó 5 días en la cárcel por incumplir la ley, se convirtió en una mártir de la ultra-derecha religiosa en el país de Donald J. Trump y hasta ha exportado su homofobia a Rumanía. Por desgracia (para nosotros) su drama legal terminó cuando el gobernador de Kentucky cambió esa ley y se aseguró de que Davis dejara de molestar (y de ser molestada).

Pero las demandas contra Davis han seguido presentándose y ella, que está cansada de que todo el mundo la denuncie ha decidido pasar a la ofensiva y junto a sus abogados, los ultra-cristianos del Liberty Counsel, ha presentado una demanda en la Corte de Apelaciones del 6º Circuito de EE.UU. exigiendo que se archiven dos procesos judiciales que aún están abiertos contra ella.

Y es que según sus abogados, el hecho de que Davis se negara a entregar esas licencias a los demandantes no quebrantó ningún derecho de los mismos porque podían habérsela pedido a otra persona y así no violar la “libertad religiosa” de la funcionaria. “Davis tiene derecho a inmunidad frente a los demandantes” dice el texto de la demanda, “puesto que los demandantes no han establecido una violación de su derecho constitucional al matrimonio, de hecho no han demostrado tener ningún derecho constitucional claramente establecido.

Añade el Liberty Counsel que los demandantes no han especificado en qué lugar de la ley (ya sea bajo la sentencia del supremo del caso Obergefell v. Hodges -el que legalizó el matrimonio igualitario– o cualquier otra) pone que tengan derecho a recibir su certificado de matrimonio de un funcionario en particular (en este caso, Davis) o en un lugar particular (el condado de Rowan, donde trabaja Davis); y básicamente protestan porque se ha vulnerado el derecho de Davis a su libertad religiosa cuando los demandantes podrían haber ido a buscar a otro funcionario en cualquier otro lugar de Kentucky. Con lo cual nadie ha quebrantado sus derechos.

Es decir: que si tú vas a hacer un trámite legal y el funcionario de turno se niega por homófobo, no puedes quejarte porque puedes ir a otro funcionario que te lo haga. Es un poco como decir que si te atracan en mitad de la calle la culpa es tuya porque podrías haber ido por otra calle en la que no te atracaran.

No sabemos hasta qué punto esta demanda de Davis puede llegar a alguna parte, aunque siendo Estados Unidos podemos esperar cualquier cosa. De hecho el mismo Liberty Counsel hace unas semanas quisieron demandar a las Girl Scout y prohibir la venta de sus famosas galletas porque consideran que promueven el aborto y la promiscuidad.

Fuente | Pink News, vía estoyBailando

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La disputa sobre si una pastelería puede negarse a elaborar una tarta nupcial para una pareja gay llega al Tribunal Supremo de los Estados Unidos

Viernes, 8 de diciembre de 2017
Comentarios desactivados en La disputa sobre si una pastelería puede negarse a elaborar una tarta nupcial para una pareja gay llega al Tribunal Supremo de los Estados Unidos

14356040517645El Tribunal Supremo de EE.UU. se niega a tomar en consideración un caso de discriminación hacia matrimonios homosexuales en Houston y abre la puerta a la desigualdad jurídica de las parejas homosexuales.

El mismo Tribunal está estos días escuchando los argumentos del caso del pastelero homófobo de Colorado que podría sentar la base para el blindaje de la Ley de Libertad Religiosa.

El Tribunal Supremo de los Estados Unidos escuchó este martes los argumentos de las partes en el caso Masterpiece Cakeshop v. Colorado Civil Rights Commission, un nuevo desafío judicial de los conservadores estadounidenses al matrimonio igualitario. En este caso, el Supremo estadounidense deberá decidir si el pastelero Jack Phillips tiene derecho a discriminar a una pareja del mismo sexo y no elaborar su pastel de boda, pese a que la normativa de su estado (Colorado) prohíbe a los negocios privados discriminar a sus clientes por razón de orientación sexual.

El caso se remonta a varios años atrás. Ya en 2013 mencionamos la historia en esta misma página. Dave Mullins y Charlie Craig acudieron a Masterpiece Cakeshop, una pastelería de Denver que hace tartas de boda personalizadas, para que elaborara su pastel. El dueño del negocio, Jack Phillips, se negó, argumentando razones religiosas. Mullins y Craig denunciaron lo sucedido al Departamento de Derechos Civiles de Colorado: en este estado, la denegación de servicios basada en la orientación sexual de los clientes está expresamente prohibida. Tan solo están exentas las confesiones religiosas en lo que respecta a sus ceremonias, pero dado que una pastelería no es una iglesia, el Departamento de Derechos Civiles dio la razón a la pareja. Se inició así una larga batalla legal que ha acabado ante el Tribunal Supremo de los Estados Unidos.

Aunque pueda resultar anecdótico, el caso tiene una gran importancia legal, dado que una sentencia de Supremo favorable a Phillips abriría la puerta a que multitud de negocios en todo el país pudiesen discriminar a las parejas del mismo sexo con independencia de que en sus estados existan leyes locales que las protegen contra la discriminación en la prestación de bienes y servicios. Es importante, en este sentido, tener en cuenta los argumentos de los abogados de Phillips. La línea de defensa del pastelero no se basa propiamente en que su “libertad religiosa haya sido violada (hay pronunciamientos anteriores del Supremo que consideran que la libertad religiosa no justifica casos de discriminación en el ámbito de la prestación de servicios no religiosos) sino en el derecho a la libertad de expresión, expresamente protegido por la 1ª Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos. Phillips argumenta que diseñar un pastel de boda es un proceso “creativo”, y que hacerlo para una pareja del mismo sexo supone forzarlo a expresar ideas con las que no está de acuerdo.

cake400x300_0Argumentos retorcidos, pero que en caso de ser tenidos en cuenta por el Tribunal Supremo facilitarían que todos aquellos negocios con un componente “creativo” pudiesen discriminar a las parejas del mismo sexo. Las posiciones, en este sentido, aparecen divididas al 50% tras conocerse las preguntas y solicitudes de aclaración que los jueces del Supremo han dirigido a las partes en la jornada de ayer. Los analistas consideran más que probable que los cuatro miembros conservadores del Supremo (Samuel Alito, Neil Gorsuch, John Roberts y Clarence Thomas) se inclinen por dar la razón al pastelero, mientras que los cuatro miembros considerados de sensibilidad progresista (Stephen Breyer, Ruth Bader Ginsburg, Elena Kagan y Sonia Sotomayor) lo harían a favor de la Comisión de Derechos Civiles de Colorado.

El voto que desharía el empate sería el de Anthony Kennedy, un juez “bisagra” cuyo posicionamiento en favor del matrimonio igualitario ya resultó clave en el pasado. En el año 2013, su votó en el caso United States v. Windsor hizo posible derribar por 5 votos contra 4 la sección 3 de la DOMA (Defense of Marriage Act, la norma que prohibía a la administración federal reconocer los matrimonios entre personas del mismo sexo). Una sentencia que todos coinciden allanó definitivamente el camino para que dos años después, al resolver el caso Obergefell v. Hodges, el Supremo legalizase el matrimonio igualitario en todo el país, también con los votos de Kennedy (ponente de la sentencia) y de los cuatro jueces progresistas. Está por ver, en este caso, cual será la decisión de Kennedy, que en la jornada de este martes se mostró ambivalente y dio muestras de empatizar con argumentos de las dos partes.

En septiembre, conocíamos que de cara a la resolución del Tribunal Supremo de los Estados Unidos, la administración de Donald Trump apoya al empresario pastelero condenado por violar la Ley Contra la Discriminación de Colorado al negarse a hacer una tarta de bodas para una pareja del mismo sexo y en octubre publicábamos que un grupo de populares chefs y reconocidos pasteleros y propietarios de restaurantes reclaman al Tribunal Supremo que falle contra el el pastelero de Denver, Jack Phillips.  

El Supremo rechaza pronunciarse sobre un fallo discriminatorio en Texas

0001298Lo que suceda con el caso del pastelero de Colorado, será, pues, de gran importancia. Muy especialmente después de que el pasado lunes el Tribunal Supremo rechazase revisar una decisión judicial adoptada en junio por la conservadora Corte Suprema de Texas, y que daba la razón a dos activistas anti-LGTB que demandaron a la ciudad de Houston por extender los beneficios que concedía a los cónyuges de distinto sexo de sus empleados a los cónyuges del mismo sexo. El mismo Tribunal se ha negado a aceptar un caso (Pidgeon contra Turner) y ese movimiento ha dejado claro, a pesar de haber legalizado el matrimonio igualitario, no las tienen todas consigo sobre la igualdad de derechos entre las parejas homosexuales y las heterosexuales. Jack Pidgeon y Larry Hicks denunciaron a la ciudad de Houston cuando la entonces alcaldesa, Annise Parker, anunció que ofrecería a los cónyuges del mismo sexo de los empleados públicos los mismos beneficios que tenían los cónyuges de los empleados heterosexuales.

Tras un proceso legal bastante largo y complicado el Tribunal Supremo de Texas se posicionó a favor de esa demanda y dictaminó que las parejas homosexuales no tienen por qué recibir los mismos beneficios y derechos que las parejas heterosexuales. Y eso a pesar de que en la sentencia del Supremo del país que legalizó el matrimonio igualitario se dejó claro que las parejas homosexuales podían casarse “en los mismos términos y condiciones que las heterosexuales“. Curiosamente en la misma semana de enero en la que Texas mantenía la discriminación el Supremo del país dictaminaba -otra vez- que en un caso sobre los derechos de los padres homosexuales (Pavan contra Smith) que los matrimonios homosexuales han de tener los mismos derechos y beneficios que los heterosexuales.

La Corte Suprema de Texas consideró entonces que la sentencia sobre el caso Obergefell v. Hodges, que hizo extensivo el matrimonio igualitario a todo el país, no obliga necesariamente a tratar igual a los matrimonios entre personas del mismo y de distinto sexo. No sorprende saber que hubo un juez del Supremo de EE.UU. que votó en contra de esa sentencia igualitaria y no fue otro que Neil Gorsuch, que fue puesto ahí por… Donald Trump.

El caso, cuyo origen se remonta en realidad a una fecha anterior a la de la sentencia del Supremo sobre el matrimonio igualitario, no está de todas formas cerrado: al rechazar el Supremo revisarlo (sin pronunciarse en ningún sentido sobre la cuestión de fondo), el asunto volverá de nuevo a los tribunales de Texas, donde continuará la litigación. Y aunque los activistas LGTB consideran que la justicia acabará dandoles la razón, la negativa del Tribunal Supremo a resolverlo de forma definitiva en este momento arroja dudas sobre hasta dónde está dispuesto a llegar el más alto tribunal estadounidense en defensa de sus propias decisiones sobre el matrimonio igualitario.

Y es que al negarse a juzgarlo y al no hacer ningún comentario al respecto han sentado un precedente tremendamente preocupante y es que -tras los cambios de Trump- podrían estar de acuerdo en que los matrimonios homosexuales no han de tener los mismos derechos.

Como explica la presidenta de la GLAAD, Sarah Kate Ellis, “el Tribunal Supremo acaba de dejar que prevalezca una preocupante sentencia del Supremo de Texas que recorta de forma clara los derechos de las parejas homosexuales casadas. La abnegación del mayor tribunal del país abre la puerta a una embestida de demandas contra los derechos de las personas LGTB+ en todas las instancias.

Huelga decir que si después de esto el Supremo de EE.UU. decide sentenciar a favor del pastelero de Colorado y proteger así la “libertad religiosa” la situación de las parejas homosexuales en EE.UU. volvería a ser tremendamente complicada.

Seguiremos atentos a lo que suceda. La decisión definitiva sobre el pastel de bodas, en cualquier caso, no se conocerá hasta la primavera de 2018.

Fuente LGTBQ Nation, vía Dosmanzanas/EstoyBailando/Cristianos Gays

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Una ley en Carolina del Norte para prohibir el matrimonio igualitario “por designio de Dios Todopoderoso”

Lunes, 17 de abril de 2017
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58ee438e4f4c8-imageDos legisladores republicanos presentan una ley que quiere anular la sentencia del Supremo que legalizó el matrimonio igualitario en EE.UU. porque esa autoridad no puede estar por encima de Dios Todopoderoso.

Carolina del Norte parece que se ha convertido en el centro de todas las batallas legales del colectivo LGTB en Estados Unidos, y no es para menos. Primero tuvieron un gobernador que firmó una ley que prohibía a las personas trans utilizar el baño de su género percibido. Luego empresas, eventos y artistas se largaron del estado. El gobernador perdió las elecciones. El ganador, un demócrata, no puedo derogar la ley porque los republicanos se la jugaron. El ex-gobernador iba de radio en radio riéndose del colectivo LGTB. Al final el demócrata aprueba una ley que medio corrige la discriminación

Y ahora dos republicanos presentan una ley para volver a prohibir el matrimonio igualitario. La ley propuesta es la HB 780 y la han presentado Larry Pittman, que también es ministro cristiano, y Michael Speciale.

La HB 780 viene a decir que el gobierno federal no tiene potestad para regular el matrimonio y, por lo tanto, la enmienda que en 2012 Carolina del Norte aprobó para prohibir el matrimonio igualitario permanecería vigente al considerarse que la sentencia de 2015 en la que el Tribunal Supremo de EE.UU. legalizaba el matrimonio igualitario legal en los 50 estados no tiene valor porque por encima del Supremo está… Dios. El texto de la ley dice, tal cual, que la sentencia del Supremo en el caso de Obergefell v. Hodges “sobrepasa la autoridad del Tribunal relativa al decreto de Dios Todopoderoso que determina que ‘un hombre debe dejar a su padre y a su madre y permanecer con su mujer, con la que se volverá una sola carne’ (Génesis, 2:24). La sentencia además anula el claro significado y entendimiento del matrimonio en todas las sociedades a través de la historia pasada.

Pittman, el ministro cristiano, no ha hecho comentarios sobre esta propuesta de ley pero Speciale ha intentado vender que no se trata de prohibir el matrimonio entre personas del mismo sexo… Aunque los legisladores tenían que hacer algo para recuperar la prohibición de 2012.

Desde la Unión por las Libertades Civiles Americanas su directora regional Sarah Gillooly ha publicado un comunicado en el que explica que la propuesta de ley “es absurda, inconstitucional y la prueba fehaciente de que muchos legisladores de Carolina del Norte están comprometidos con la discriminación hacia las personas LGTB y sus familias. Los legisladores de Carolina del Norte no pueden desafiar al Tribunal Supremo de los Estados Unidos basándose en sus extremistas opiniones personales.

Fuente | Pink News, vía EstoyBailando

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El obispo auxiliar de Los Ángeles, contrario a seguir haciendo campaña contra el matrimonio igualitario en su país

Viernes, 17 de febrero de 2017
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Fr. Robert Barron Mientras en España la Iglesia católica da espacio a quien afirma que la homosexualidad es una “condición dolorosa”, en otros lugares del mundo algunos obispos tienen al menos el sentido común de admitir lo insuficiente del enfoque pastoral actual. Es el caso de Robert Barron, obispo auxiliar de Los Ángeles, que también se ha mostrado contrario a seguir haciendo campaña activa contra el matrimonio igualitario. Ha sido en una entrevista televisada con el periodista Dave Rubin, él mismo gay y casado con un hombre, en su programa The Rubin Report.

En la entrevista, Robert Barron abordó numerosos asuntos polémicos, entre los que no faltó la actitud de la Iglesia católica hacia las personas LGTB y el matrimonio igualitario. El obispo señaló a este respecto la necesidad de un enfoque más amplio en pastoral: “Ya lo dije una vez en Nueva York con el Cardenal Dolan y hablando con reporteros. Y dije que si lo único que una persona gay oye de la Iglesia católica es ‘eres intrínsecamente desordenado’, entonces tenemos un problema serio (…) Si esa es la manera como se está transmitiendo el mensaje entonces somos nosotros los desordenados”. Para Barron, el mensaje que deberían escuchar en su lugar es: “eres un hijo amado de Dios desde ya por la misericordia de Jesucristo y has sido invitado a participar de la vida divina. Eres un hijo de Dios llamado a la vida eterna”.

Respecto a la sentencia del Tribunal Supremo que legalizó el matrimonio igualitario en todo Estados Unidos (Obergefell v. Hodges), Barron indicó su desacuerdo, pero también señaló que no debían focalizarse las energías en intentar revertir la decisión. “No creo que debamos meter más presión. Creo que aquí donde estamos, en los Estados Unidos, aplicaré el principio de Santo Tomás de Aquino. Creo que probablemente causaría mucho más problemas, disensión y dificultades si continuamos haciendo presión. No quisiera decir sin más: ‘perfecto adelante’. Pero tampoco trataría de ponerme en la posición de un cruzado e intentar revertir la situación”, declaró. El obispo auxiliar de Los Ángeles, en este sentido, reconoció en una entrada publicada en su propio blog tras la entrevista que la excesiva preocupación por lo que denominó “asuntos pélvicos” socavaba la tarea de evangelización. En la misma entrada daba por cierto las gracias al periodista por ir más allá de la obsesión por estos asuntos.

Unas declaraciones que suponen además una evolución positiva de este mismo obispo respecto de otras afirmaciones mucho menos afortunadas de 2015 sobre la transición de Caitlyn Jenner. Entonces Barron calificó la actitud de las personas trans como análoga al gnosticismo, una corriente de pensamiento del siglo primero que negaba el valor del cuerpo y predicaba escapar de él, lo cual, decía Barron, era lo que hacían las personas trans. Esperemos que este cambio en sus declaraciones persista en el futuro; y estaría bien que otros compañeros suyos del episcopado siguieran un camino similar en lugar de seguir insistiendo en los “asuntos pélvicos” como test supremo de ortodoxia.

Fuente Dosmanzanas

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La Casa Blanca elimina al colectivo LGBT, el cambio climático y los derechos civiles de su página

Lunes, 23 de enero de 2017
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screen-shot-2017-01-20-at-10-02-20-amLa entrada de Donald Trump ha tenido consecuencias inmediatas bastante desagradables, entre ellas se encuentra la desaparición de la página de la Casa Blanca en la que se daba información sobre los derechos de las personas gays, lesbianas, bisexuales y transexuales.

Donald Trump ya es el cuadragésimo quinto presidente de los Estados Unidos de América y su primera acción ha sido despejar las dudas sobre sus intenciones al eliminar la información sobre el colectivo LGBT, las referencias a la lucha contra el cambio climático, la sanidad y los derechos civiles de la página oficial de la Casa Blanca, introduciendo exactamente las mismas propuestas que adelantaba en campaña. La página sobre los derechos LGBT ha desaparecido tan sólo una hora después de que Donald Trump se incorporara oficialmente a la Casa Blanca. Parece que tenía prisa en invisibilizar a una parte importante de la población del país que preside.

Puede atribuirse a un error temporal, puede deberse a una de actualización de contenido, incluso podría tratarse de la acción de un grupo de hackers terroristas, pero lo cierto es que minutos después de jurar su cargo como presidente de los Estados Unidos, la página oficial de La Casa Blanca ha sufrido una transformación que deja poco espacio para la esperanza de quienes pensaban que Donald Trump iba a suavizar su discurso. En el momento en que la página de la Casa Blanca se ha actualizado acorde a su nuevo presidente, también han desaparecido las referencias a la lucha por los derechos civiles o el cambio climático, así como también cualquier referencia a información sobre el colectivo LGBT o las estrategias para la lucha contra el VIH/Sida.


La Casa Blanca Web – Foto: Uso permitido

La página whitehouse.gov/lgbt ha sido redirigida a otra en la que te puedes subscribir a las noticias de la presidencia.

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La Administración de Barack Obama había introducido un apartado en la página de La Casa Blanca en donde proporcionaba información sobre los logros en derechos e igualdad alcanzados por la comunidad LGBT. Además de las leyes aprobadas durante su mandato, también se incluía información sobre proyectos como «It gets better», una campaña con el objetivo de proporcionar soporte a aquellas personas del colectivo cuyos problemas les conducen a tener pensamientos de suicidio. Toda esa información ha pasado a ser eliminada. Ha desaparecido. Ya no está. No existimos. Lo que sí es accesible son las estrategias que la nueva Administración pretende desarrollar: su plan energético, su política de inmigración, sus estrategias para el empleo y el crecimiento económico, sus planes militares, su propuesta de reforzar a la comunidad y sus acuerdos comerciales para todos los americanos (entendiendo que se refiere exclusivamente a los estadounidenses, claro).

Muchos son los miembros de la comunidad que habían mostrado su temor ante la victoria electoral de Donald Trump y la posibilidad de que revertiera los derechos alcanzados de la mano de Barack Obama, quien hace unos días manifestaba considerarlos irreversibles. El propio Trump, en su primera entrevista tras ser elegido presidente había calmado los nervios advirtiendo que no tenía intención de revocar el matrimonio igualitario, que le parecía bien como estaba, para después sugerir que prefería que cada estado tomara la decisión que le pareciera más oportuna en función de su realidad. Asimismo, sus colegas republicanos hablaban de que, de todos los candidatos que habían tenido, Trump era el que más a favor estaba del colectivo LGBT, una afirmación que no conseguía tranquilizar ni siquiera a sus votantes republicanos del colectivo LGBT, que se habían manifestado públicamente en su contra, llegado después a enviarle una carta pidiéndole que mantenga la ley contra la discriminación.

«Nosotros los ciudadanos de los Estados Unidos nos juntamos para un gran esfuerzo nacional: reconstruir nuestro país y restaurar las promesas a nuestra gente. Juntos determinaremos el camino de los Estados Unidos y del mundo por muchos, muchos años por venir. Vamos a enfrentarnos a retos y confrontaremos tiempos difíciles. Pero haremos el trabajo», declara Donald Trump en su primer discurso como presidente este viernes, 20 de enero, en una de las inauguraciones presidenciales más pobres de afluencia que se recuerdan. Y quizás por eso no ha querido que pasase ni un solo día siquiera para que nos diésemos cuenta de que, pese a las protestas y el inconformismo de sus propios ciudadanos, ha dado comienzo la era Trump.

Y por si a alguno se le ha olvidado…

La plataforma republicana, la más anti-LGTB de la historia

Ya en entradas anteriores nos hemos referido al tema, pero no está de más recordar cuál es la declaración de intenciones del Partido Republicano en materia LGTB de acuerdo a la plataforma ideológica que fue aprobada este verano  en la convención republicana:

  • Sobre el matrimonio igualitario: rechazo expreso de la sentencia del Tribunal Supremo en el caso Obergefell v. Hodges, que supuso la extensión del matrimonio igualitario a todo el país. El Partido Republicano considera que las leyes federales solo deben reconocer el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer  y hace un llamamiento expreso a considerar la posible aprobación de una enmienda a la Constitución de los Estados Unidos que “devuelva” el control de la regulación matrimonial a los estados.
  • Sobre la adopción homoparental: el Partido Republicano muestra su apoyo a las agencias de adopción religiosas que rechazan a las parejas del mismo sexo, argumentando además de forma expresa que los hijos criados en hogares sin un padre y una madre tienen más posibilidades de consumir drogas, cometer delitos y tener embarazos no deseados.
  • Defensa activa de la denominada First Amendment Defense Act (FADA), una propuesta legislativa que prohibiría sancionar, con independencia de las regulaciones antidiscriminatorias de los estados, a todas aquellas personas y negocios que que se nieguen a prestar servicios a parejas del mismo sexo en base a motivos religiosos.
  • Sobre las denominadas “terapias reparadoras” o “de conversión” para modificar la orientación sexual o la identidad de género, aunque no las menciona de forma expresa, el Partido Republicano defiende el “derecho de los padres” a recurrir las terapias que consideren más adecuadas para sus hijos menores“consistentes con sus valores morales, éticos o religiosos sin discriminación ni castigo”.
  • Sobre los derechos de las personas transgénero: el Partido Republicano expresa su apoyo a legislaciones como la aprobada hace unos meses en Carolina del Norte, que entre otras muchas importantes medidas discriminatorias prohíbe a las personas trans utilizar los baños que corresponden a su identidad de género. También muestra su desacuerdo, sin nombrarlo explícitamente con el final de la prohibición de servir en el Ejército a este colectivo, decidida por la administración Obama y confirmada recientemente, al asegurar estar en contra “de la modificación o de la rebaja de los estándares para satisfacer la agenda no militar impuesta por la Casa Blanca”.
  • Sobre políticas antidiscriminatorias: el Partido Republicano se opone expresamente a incluir la orientación sexual entre las categorías generalmente cubiertas por las regulaciones contra la discriminación.

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Comparativa con la inauguración presidencial de Obama (Arriba) y la de Trump (abajo) – Foto: Uso permitido

Fuente Univesogay/AmbienteG

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La victoria de Donald Trump, unida al control republicano del Congreso, augura años oscuros para los derechos LGTB en Estados Unidos

Jueves, 10 de noviembre de 2016
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BJC9anECA todos estos que dicen que todos los políticos son iguales y que no votan porque son superfragilisticoespialidosos y purísimos, ahora van a ver lo que es un fascista homófobo, machista y xenófobo en la Casa Blanca…

Malas noticias, sin paliativos. La victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales estadounidenses, así como el control republicano de las dos cámaras del Congreso estadounidense, auguran años de parálisis, si no abierto retroceso, por lo que a los derechos de las minorías se refiere. La minoría LGTB no será una excepción. No tanto por la figura de Trump en sí mismo (que nunca ha mostrado un especial interés hacia este colectivo, ni siquiera a la hora de oponerse a sus derechos) como por la de la plataforma ideológica republicana bajo la que se ha presentado (la más anti-LGTB de su historia) y por sus acompañantes de viaje. Su vicepresidente, recordemos, será Mike Pence, una figura que sí destacó por su LGTBfobia durante los años que fue gobernador de Indiana. Otro punto al que habrá que estar atento es a lo que suceda con el equilibrio en el seno del Tribunal Supremo, una institución cuyos miembros, confirmados por el Senado a propuesta del presidente, lo son de forma vitalicia, y que durante estos años quizá le toque renovar a Trump en parte.

Donald Trump ha ganado de forma clara las elecciones presidenciales estadounidenses, al lograr la victoria en una serie de estados clave que se encontraban en disputa. Ello le otorga mayoría en el colegio electoral. Ha ganado en Carolina del Norte, Florida, Michigan, Ohio, Pensilvania y Wisconsin, lo que unido a los estados que ya se daban por seguros para los republicanos le da la victoria final. Hillary Clinton ha retenido los territorios más fuertemente demócratas (como los estados del noreste y de la costa oeste), además de Colorado, Illinois, Nevada, Nuevo México y Hawaii. Virginia, de donde era gobernador su candidato a vicepresidente, ha caído también del lado demócrata. En voto popular (número total de votos recibidos por cada candidato, con independencia del estado de residencia), se registra sin embargo un cuasi empate, aunque este dato aún no está cerrado. De hecho, conforme se acerca el final del escrutinio parece que Clinton obtendrá finalmente más votos que Trump.

En definitiva, un resultado que muestra una doble fractura de la sociedad estadounidense. A la ya tradicional entre estados fuertemente demócratas y estados fuertemente republicanos, se une el apoyo sin precedentes que Trump habría recibido de los votantes blancos de menor nivel educativo, incluso en caladeros considerados tradicionalmente demócratas, según indican los primeros análisis del voto (ver How the Presidential Election Took a U-Turn in 2016 en The New York Times). La movilización masiva de la clase obrera blanca a favor del republicano parece haber sido el factor fundamental a la hora de decantar el resultado. Lo que ello significará en términos de exclusión de las minorías raciales en los próximos años está por ver.

La plataforma republicana, la más anti-LGTB de la historia

partido-republicanoYa en entradas anteriores nos hemos referido al tema, pero no está de más recordar cuál es la declaración de intenciones del Partido Republicano en materia LGTB de acuerdo a la plataforma ideológica que fue aprobada este verano  en la convención republicana:

  • Sobre el matrimonio igualitario: rechazo expreso de la sentencia del Tribunal Supremo en el caso Obergefell v. Hodges, que supuso la extensión del matrimonio igualitario a todo el país. El Partido Republicano considera que las leyes federales solo deben reconocer el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer  y hace un llamamiento expreso a considerar la posible aprobación de una enmienda a la Constitución de los Estados Unidos que “devuelva” el control de la regulación matrimonial a los estados.
  • Sobre la adopción homoparental: el Partido Republicano muestra su apoyo a las agencias de adopción religiosas que rechazan a las parejas del mismo sexo, argumentando además de forma expresa que los hijos criados en hogares sin un padre y una madre tienen más posibilidades de consumir drogas, cometer delitos y tener embarazos no deseados.
  • Defensa activa de la denominada First Amendment Defense Act (FADA), una propuesta legislativa que prohibiría sancionar, con independencia de las regulaciones antidiscriminatorias de los estados, a todas aquellas personas y negocios que que se nieguen a prestar servicios a parejas del mismo sexo en base a motivos religiosos.
  • Sobre las denominadas “terapias reparadoras” o “de conversión” para modificar la orientación sexual o la identidad de género, aunque no las menciona de forma expresa, el Partido Republicano defiende el “derecho de los padres” a recurrir las terapias que consideren más adecuadas para sus hijos menores“consistentes con sus valores morales, éticos o religiosos sin discriminación ni castigo”.
  • Sobre los derechos de las personas transgénero: el Partido Republicano expresa su apoyo a legislaciones como la aprobada hace unos meses en Carolina del Norte, que entre otras muchas importantes medidas discriminatorias prohíbe a las personas trans utilizar los baños que corresponden a su identidad de género. También muestra su desacuerdo, sin nombrarlo explícitamente con el final de la prohibición de servir en el Ejército a este colectivo, decidida por la administración Obama y confirmada recientemente, al asegurar estar en contra “de la modificación o de la rebaja de los estándares para satisfacer la agenda no militar impuesta por la Casa Blanca”.
  • Sobre políticas antidiscriminatorias: el Partido Republicano se opone expresamente a incluir la orientación sexual entre las categorías generalmente cubiertas por las regulaciones contra la discriminación.

¿Y qué han manifestado Trump y Pence?

mike-penceSiempre se puede argumentar que las plataformas aprobadas por las convenciones son una mera declaración de intenciones y no obligan necesariamente al presidente, que puede decantarse por una política pragmática (y de esto hay sobrados ejemplos en el pasado). Pero tampoco los mensajes lanzados directamente por Trump y el que será su vicepresidente son tranquilizadores. Trump, por ejemp, sugirió en campaña la posibilidad de revertir la histórica decisión del Tribunal Supremo sobre el matrimonio igualitario proponiendo en el futuro a nuevos jueces del Supremo dispuestos a valorar de nuevo la cuestión. Más adelante, el magnate anunció que no tendría inconveniente en rubricar la FADA, arriba mencionada, en caso de prosperar, lo que habría virtualmente inútiles las regulaciones antidiscriminatorias de los estados en materia LGTB.

Pence, por su parte, anunciaba recientemente que una de las primeras medidas que Trump adoptaría sería anular las órdenes ejecutivas federales que impiden discriminar a las personas LGTB. Obama, recordemos, ha promovido dos importantes órdenes antidiscriminatorias que obligan tanto a las empresas que tengan o que aspiren a firmar contratos con la administración federal (firmada en 2014) como a las escuelas que reciben fondos federales (emitida hace pocos meses, como reacción a la ley LGTBfoba de Carolina del Norte, y que se encuentra en estos momentos sometida a escrutinio judicial).

El único elemento que Trump ha utilizado expresamente para intentar congraciarse con el colectivo LGTB ha sido la islamofobiaComo vuestro presidente, haré todo lo que esté en mi mano para proteger a nuestros ciudadanos LGBTQ de la violencia y la opresión de una ideología extranjera llena de odio, creedme”, expresó Trump en su discurso de aceptación de la nominación republicana. Una frase que de hecho sirvió a a algunos medios de comunicación generalistas (no especialmente preocupados por el detalle cuando de la realidad LGTB se trata) para presentar a Trump como un político sensible a los derechos del colectivo. Activistas LGTB como Michelangelo Signorile alertaron entonces de lo equivocado de esta percepción. Algún tiempo más tarde, Trump propuso que a los inmigrantes que aspirasen a un permiso de residencia en Estados Unidos se les sometiese a un test ideológico que confirmase si comparten o no los valores estadounidenses. Según expresaron entonces miembros de su equipo, entre estos se incluirían los derechos de las personas homosexuales. Nada más se supo de esta propuesta.

Los partidarios LGTB de Trump

Como también hemos venido comentando en entradas anteriores, Donald Trump cuenta pese a todo con seguidores LGTB, como el multimillonario Peter Thiel y muchos de los denominados homocon, una corriente de gais conservadores que comparten el argumentario que sitúa al islam (y no a la derecha religiosa estadounidense) como su principal enemigo. No es casualidad que, coincidiendo con la convención republicana tuviera lugar un evento de apoyo a su candidatura por parte de un grupo (pequeño) de personas LGTB. Los dos principales oradores fueron Milo Yiannopoulos, un columnista conservador abiertamente gay, protagonista de varias polémicas en redes sociales, y la activista antimusulmana Pamela Geller. La intervención de Yiannopoulos, del que son bien conocidas sus opiniones contra el feminismo y el islam, resumió a la perfección el núcleo actual del ideario homocon: el Partido Demócrata no ha hecho nada por los gais, sino que por el contrario ha abierto el país a los musulmanes, enemigos de los derechos LGTB.

Yiannopoulos, por cierto, se ha lanzado en días recientes a una espiral de odio tránsfobo, calificando a las personas trans de “enfermas mentales”, defendiendo las leyes que les impiden usar las instalaciones que corresponden a su identidad de género, convertidas en la punta de lanza del movimiento LGTBfobo estadounidense.

Siendo justos, también hay que recordar que Log Cabin Republicans, el más importante y “serio” de los grupos LGTB afines al Partido Republicano estadounidense, anunció que no apoyaría a Donald Trump en las  presidenciales. Aunque hicieron una encendida defensa del candidato republicano, al que calificaron como “el más pro-LGTB de la historia del Partido Republicano”, aclararon que su decisión fue tomada en consideración al equipo fuertemente LGTBfobo que ha escogido para acompañarle en la carrera presidencial y las medidas que defienden.

Mike Pence, próximo vicepresidente

Pence-rf-bill-signingSin duda alguna la figura de Mike Pence, el próximo vicepresidente, destaca en este sentido. Su momento de mayor protagonismo como gobernador de Indiana vino precisamente de la mano de su oposición a los derechos LGTB: en marzo de 2015 sancionaba orgulloso una ley, aprobada por la legislatura del estado (bajo control republicano) cuyo objetivo era impedir que entes locales o el propio estado pudiesen aprobar normativas antidiscriminatorias que afectasen a la “libertad religiosa”, eufemismo que suponía la legalización de la discriminación contra las personas LGTB. Un acto en el que Pence quiso rodearse de numerosos líderes religiosos, algunos de ellos virulentamente homófobos ver foto, a la izquierda).

La norma provocó una intensísima reacción social en su contra, que amenazó con afectar seriamente la economía del estado y que de hecho dejó muy tocada su imagen. Mike Pence se vio obligado a promover una norma adicional que clarificase los límites de la ley e impidiese la discriminación en la prestación de servicios a personas por motivos de orientación sexual. Una marcha atrás que dejó tocada la imagen de Pence y que seguramente fue una de las razones que le llevaron a aceptar la propuesta de Trump en lugar de optar a la reelección como gobernador.

El equilibrio del Supremo, amenazado

Otro de los puntos de interés en materia LGTB en los próximos años será lo que suceda con el equilibrio del Tribunal Supremo, cuyos miembros lo son de forma vitalicia. Por lo pronto, hay una vacante sin ocupar, tras el inesperado fallecimiento de Antonin Scalia, el que fuera uno de sus miembros más conservadores. Los republicanos, que controlan el Senado (y lo seguirán haciendo al menos durante dos años más) se ha negado por el momento a ratificar a Merrick Garland, el candidato propuesto por Barack Obama, de perfil centrista. Veremos qué sucede ahora: aunque los analistas apostaban a que la ratificación de Garland se produciría tras las elecciones, en este momento no es descartable que los republicanos prefieran que dicha vacante sea ocupada por un juez fuertemente conservador y contrario a los derechos LGTB.

No está de más recordar, en este sentido, la importancia de Tribunal Supremo como garante del orden constitucional estadounidense por encima de la acción del presidente y del Congreso. Gracias al Supremo, por ejemplo, las leyes de segregación racial quedaron invalidadas en los estados del Sur, y gracias al Supremo hay hoy matrimonio igualitario en todo el territorio de los Estados Unidos. Ese mismo tribunal deberá decidir en los próximos meses, por ejemplo, si es legal o no la discriminación de un adolescente trans al que no le permiten usar el baño de chicos en su instituto.

¿La caída de Pat McCrory, único consuelo?

Pat-McCrory-gobernador-de-Carolina-del-Norte-300x239Con esto terminamos el que es nuestro primer análisis del resultado de las elecciones en Estados Unidos en clave LGTB. Tiempo habrá de hilar más fino (este martes, por ejemplo, también se renovaban numerosas legislaturas estatales y se decidían varios gobernadores).

Sí que parece, a falta de la confirmación oficial, que el colectivo LGTB habría conseguido una victoria simbólica: la derrota del gobernador de Carolina del Norte, el republicano Pat McCrory, a manos de su rival demócrata, Roy Cooper. Pese al estrecho margen (menos de 5.000 votos) la derrota de McCory es especialmente significativa, dado que los republicanos han ganado allí con comodidad tanto las elecciones presidenciales como las elecciones a la legislatura del estado. Y es que la elección de gobernador se había convertido en una especie de “plebiscito oficioso” sobre la ley LGTBfoba aprobada en Carolina del Norte, de la que McCrory se había convertido en principal defensor. Un consuelo sin duda magro: los republicanos conservan el poder legislativo en ese estado y es difícil que acepten la derogación de la ley. Sí que puede servir, en cualquier caso, para lanzar un mensaje a otros líderes republicanos que estén pensando en embarcarse en aventuras similares.

Fuente Dosmanzanas

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Los LGTB republicanos comunican que no apoyan a Donald Trump en su candidatura a la presidencia de los Estados Unidos

Viernes, 28 de octubre de 2016
Comentarios desactivados en Los LGTB republicanos comunican que no apoyan a Donald Trump en su candidatura a la presidencia de los Estados Unidos

log-cabin-republicans-300x300Log Cabin Republicans, el más importante grupo LGTB del Partido Republicano estadounidense, ha anunciado que no apoyará a Donald Trump en las elecciones presidenciales. Aunque hacen una encendida defensa del candidato republicano, al que llegan a calificar como “el más pro-LGTB de la historia del Partido Republicano”, aclaran que su decisión ha sido tomada en consideración al equipo fuertemente LGTBfobo que ha escogido para acompañarle en la carrera presidencial y las medidas que defienden.

Lo cierto es que los derechos LGTB no han sido un tema especialmente recurrente en los debates de la campaña presidencial. Pero sí fue un asunto destacado en la elección del candidato republicano, surgido de una convención que elaboró una plataforma ideológica, para presentar como oferta electoral, que puede considerarse la más anti-LGTB de la historia republicana.

Tanto así, que el propio presidente de Log Cabin Republicans, Gregory T. Angelo, declaró estar “terriblemente enfadado” con esa propuesta, que incluía medidas contrarias al matrimonio igualitario, los derechos de las personas transexuales y la adopción homoparental; además de impedir que se legislasen medidas antidiscriminatorias favorables al colectivo LGTB.

Pero Log Cabin Republicans ha esperado hasta el pasado día 22 para emitir un comunicado en el que declaran que no apoyarán al candidato republicano en su carrera presidencial. Curiosamente, lo hacen mientras lo califican, sin explicar el fundamento, como uno de los candidatos presidenciales de cualquier partido más favorable a los derechos LGTB, pero criticando el equipo fuertemente LGTBfobo del que se ha rodeado —comenzando quizás, con el candidato elegido para optar a la vicepresidencia, Mike Pence— y las medidas que apoyan. Este es el comunicado:

22 de octubre de 2016

“Confía, pero comprueba”.

Así lo advirtió el expresidente Ronald Reagan, que inspiró nuestra fundación en 1977, y es el entendimiento solemne de esa misma instrucción de nuestro presidente número 40 el que obliga a Log Cabin Republicans a negar nuestro apoyo al actual candidato de nuestro Partido.

El Sr. Trump es tal vez el candidato presidencial más pro-LGTB en la historia del Partido Republicano. Sus propuestas sin precedentes a la “comunidad LGBTQ”, una primicia para cualquier candidato de un partido importante en la historia de nuestra nación, son dignas de elogio, y deben servir como un aviso al Partido Republicano de que los días en que era necesario cumplir con un programa anti-LGTB son ahora cosa del pasado.

Pero Log Cabin Republicans se ha percatado desde hace tiempo de que no somos una organización monotemática, ni nuestros miembros son votantes monotemáticos. Incluso si lo fuéramos, la sola retórica respecto a los temas LGTB no equivale a doctrina. Mientras el Sr. Trump hablaba positivamente de la comunidad LGTB en los Estados Unidos, al mismo tiempo se rodeaba de asesores de alto nivel con un historial de oposición a la igualdad LGTB, y se comprometía a apoyar una legislación como la denominada First Amendment Defense Act, a la que Log Cabin Republicans se opone.

En caso de que el Sr. Trump se convirtiera en el próximo presidente de la nación, Log Cabin Republicans aprovecharía la oportunidad de trabajar con su administración para garantizar los avances en la libertad LGTB por los que hemos luchado y asegurar su continuidad.

Hasta que eso no ocurra, nuestra confianza estaría fuera de lugar.

Log Cabin Republicans continuará el resto del ciclo electoral de 2016 comprometido con la preservación y el crecimiento de las mayorías del Partido Republicano en el Senado y la Cámara de Representantes de los Estados Unidos.

Esta falta de respaldo al candidato Trump contrasta con el apoyo que prestó Log Cabin Republicans a Mitt Romney en su carrera contra Barack Obama en 2012. Romney se caracterizó por un discurso marcadamente LGTBfobo, con propuestas como enmendar la Constitución para prohibir el matrimonio igualitario, y con acciones como impedir el registro de los hijos de las familias homoparentales.

Trump y Pence: una opción que se prevé nefasta para los derechos LGTB

BJC9anECAunque lo cierto es que Donald Trump partía de posiciones bastante menos LGTBfobas que las que defendía el que fue su principal contendiente en las primarias republicanas, Ted Cruz, lo cierto es que el ahora candidato no ha dudado en abrazar los postulados contrarios a los derechos LGTB para hacerse con el favor de la derecha republicana más conservadora. Un giro que se hizo evidente cuando Trump sugirió la posibilidad de revertir la decisión del Tribunal Supremo sobre el matrimonio igualitario proponiendo en el futuro a nuevos jueces del Supremo dispuestos a valorar de nuevo la cuestión. Declaraciones que causaron cierta sorpresa en el colectivo LGTB estadounidense, que consideraba que en el tema del matrimonio igualitario Trump era partidario de pasar página.

Semanas después Trump dio algunas esperanzas al activismo LGTB cuando defendió, al ser preguntado por periodistas sobre la ley anti-LGTB de Carolina del Norte, que las personas transexuales pudiesen hacer uso de los baños que mejor se acomodasen a su identidad de género, al tiempo que se lamentó del daño económico que generan este tipo de leyes, que considera innecesarias. Eso sí, a las pocas horas Trump arrojaba un jarro de agua fría sobre esas mismas esperanzas, al asegurar primero que debían ser los estados los que decidieran sobre esta materia, para finalmente completar el giro al apoyar abiertamente la posición de los republicanos de Carolina del Norte y de su gobernador, Pat McCrory, firme defensor de la ley discriminatoria.

De la misma forma, Trump no ha tenido problema ninguno en asumir la plataforma ideológica que los republicanos aprobarob en la convención de Cleveland, considerada la más abiertamente LGTBfoba de la historia. Los puntos incluidos en la plataforma son, a este respecto:

  • Sobre el matrimonio igualitario: rechazo expreso de la sentencia del Tribunal Supremo en el caso Obergefell v. Hodges, que supuso la extensión del matrimonio igualitario a todo el país. El Partido Republicano considera que las leyes federales solo deben reconocer el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer  y hace un llamamiento expreso a considerar la posible aprobación de una enmienda a la Constitución de los Estados Unidos que “devuelva” el control de la regulación matrimonial a los estados.
  • Sobre la adopción homoparental: el Partido Republicano muestra su apoyo a las agencias de adopción religiosas que rechazan a las parejas del mismo sexo, argumentando además de forma expresa que los hijos criados en hogares sin un padre y una madre tienen más posibilidades de consumir drogas, cometer delitos y tener embarazos no deseados.
  • Defensa activa de la denominada First Amendment Defense Act (FADA), una propuesta legislativa que prohibiría sancionar, con independencia de las regulaciones antidiscriminatorias de los estados, a todas aquellas personas y negocios que que se nieguen a prestar servicios a parejas del mismo sexo en base a motivos religiosos.
  • Sobre las denominadas “terapias reparadoras” o “de conversión” para modificar la orientación sexual o la identidad de género, aunque no las menciona de forma expresa, el Partido Republicano defiende el “derecho de los padres” a recurrir las terapias que consideren más adecuadas para sus hijos menores“consistentes con sus valores morales, éticos o religiosos sin discriminación ni castigo”.
  • Sobre los derechos de las personas transgénero: el Partido Republicano expresa su apoyo a legislaciones como la aprobada hace unos meses en Carolina del Norte, que entre otras muchas importantes medidas discriminatorias prohíbe a las personas trans utilizar los baños que corresponden a su identidad de género. También muestra su desacuerdo, sin nombrarlo explícitamente con el final de la prohibición de servir en el Ejército a este colectivo, decidida por la administración Obama y confirmada recientemente, al asegurar estar en contra “de la modificación o de la rebaja de los estándares para satisfacer la agenda no militar impuesta por la Casa Blanca”.
  • Sobre políticas antidiscriminatorias: el Partido Republicano se opone expresamente a incluir la orientación sexual entre las categorías generalmente cubiertas por las regulaciones contra la discriminación.

La elección de Pence confirmó el giro conservador 

Pero sin duda el gesto que de una forma más tajante dejó claro el giro conservador de Trump en materia LGTB fue la elección como candidato a vicepresidente de Mike Pence, gobernador de Indiana, un político cercano a la derecha religiosa que en las primarias republicanas apoyó sin fisuras a Ted Cruz. Opuesto al aborto, a la investigación con células madre, negacionista del cambio climático y cercano al creacionismo, en el año 2000, durante su campaña para ser elegido congresista, llegó a proponer que se utilizasen fondos destinados a ayudar a personas con VIH para sufragar a organizaciones que promovieran las “terapias reparadoras” entre aquellos que quisiesen modificar su orientación sexual.

No es de extrañar, pues, que su momento de mayor protagonismo como gobernador viniese precisamente de la mano de su oposición a los derechos LGTB. En marzo de 2015, Mike Pence sancionaba orgulloso una ley, aprobada por la legislatura del estado (también bajo control republicano) cuyo objetivo era impedir que entes locales o el propio estado pudiesen aprobar normativas antidiscriminatorias que afectasen a la “libertad religiosa”, eufemismo que suponía la legalización de la discriminación contra las personas LGTB. Un acto en el que Pence quiso rodearse de numerosos líderes religiosos, algunos de ellos virulentamente homófobos.

La norma, sin embargo, provocó una intensísima reacción social en su contra, que amenazaba con afectar seriamente la economía del estado y que de hecho dejó tocada su imagen. Mike Pence se vio obligado a promover una norma adicional que clarificara los límites de la ley e impidiese la discriminación en la prestación de servicios a personas por motivos de orientación sexual.

“No” a las órdenes contra la discriminación

Pence era el encargado, hace pocos días, de anunciar en una entrevista que una de las medidas que Trump adoptaría sería anular las órdenes ejecutivas que impiden discriminar a las personas LGTB, al considerar que suponen una intromisión en la libertad de los estados. Obama, recordemos, ha firmado dos importantes órdenes e  tanto a las empresas que tengan o que aspiren a firmar contratos con la administración federal (firmada en 2014) como a las escuelas que reciben fondos federales (emitida hace pocos meses, como reacción a la ley LGTBfoba de Carolina del Norte, y que se encuentra en estos momentos sometida a escrutinio judicial).

El propio Trump, de hecho, acababa con cualquier esperanza de una presidencia “neutra” en materia LGTB al anunciar en septiembre que no tendría inconveniente en rubricar la FADA, y legalizar de esta forma la discriminación contra las personas LGTB en base a argumentos religiosos, si finalmente resultase aprobada por un Congreso de mayoría republicana.

Fuente Dosmanzanas

 

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El multimillonario abiertamente gay Peter Thiel dona 1,25 millones de dólares a la campaña de Donald Trump

Sábado, 22 de octubre de 2016
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Peter_Thiel_(2014)Peter Thiel, el multimillonario republicano y abiertamente gay que ya apoyó a Donald Trump en la pasada convención republicana, hará una donación de 1,25 millones de dólares a la campaña del candidato republicano a la Casa Blanca. Poco parece importarle a Thiel el grave retroceso en materia LGTB que una presidencia de Trump puede suponer. Su propio candidato a vicepresidente, Mike Pence, anunciaba hace unos días que una de las medidas que Trump tomará, en caso de ser presidente, será anular las ordenes ejecutivas federales que hacen más difícil discriminar a las personas LGTB.

La intervención de Peter Thiel en la convención republicana, recordemos, fue uno de los elementos que contribuyeron a “dulcificar” el perfil de Trump en materia LGTB. Thiel, conocido sobre todo por ser uno de los confundadores de PayPal y el primer gran inversor en Facebook (compañía de la que es uno de los principales directivos), se define como libertario, pero no ha dudado en apoyar a todos y cada uno de los últimos candidatos republicanos a la Casa Blanca pese a carecer de ese perfil. También lo ha hecho ahora, y con fuerza, con Donald Trump.

Thiel fue, de hecho, el primer orador de la historia de las convenciones republicanas que proclamó abiertamente su orgullo de ser gay y republicano. Tras esa primera frase, su intervención poco tuvo que ver sin embargo con la defensa de los derechos LGTB, a los que de hecho quitó importancia. “Cuando yo era un niño, el gran debate era sobre cómo derrotar a la Unión Soviética. Y ganamos. Ahora se nos dice que el gran debate es sobre quién usa cada cuarto de baño. Eso es una distracción de nuestros problemas reales. ¿A quién le importa?”, se preguntó entonces, en referencia a la polémica sobre la ley anti-LGTB de Carolina del Norte. Como entonces dijimos, al hacernos eco de la noticia, se trata de una pregunta bastante tramposa: es realmente a su partido al que más parece importar el tema, hasta el punto de promover de forma expresa una ley para, entre otras cosas, prohibir a las personas trans usar los baños públicos que corresponden a su identidad de género.

Thiel, por otra parte, no tuvo problema en reconocer que apoya al Partido Republicano pese a que la plataforma política aprobada en la convención de Cleveland es abiertamente anti-LGTB. “No coincido con todos los puntos que recoge nuestra plataforma. Pero las falsas guerras culturales solo nos distraen de nuestro declive económico”, aseguró, volviendo a minimizar la importancia de los derechos LGTB en el debate político.

Trump y Pence: una opción que se prevé nefasta para los derechos LGTB

BJC9anECAunque lo cierto es que Donald Trump partía de posiciones bastante menos LGTBfobas que las que defendía el que fue su principal contendiente en las primarias republicanas, Ted Cruz, lo cierto es que el ahora candidato no ha dudado en abrazar los postulados contrarios a los derechos LGTB para hacerse con el favor de la derecha republicana más conservadora. Un giro que se hizo evidente cuando Trump sugirió la posibilidad de revertir la decisión del Tribunal Supremo sobre el matrimonio igualitario proponiendo en el futuro a nuevos jueces del Supremo dispuestos a valorar de nuevo la cuestión. Declaraciones que causaron cierta sorpresa en el colectivo LGTB estadounidense, que consideraba que en el tema del matrimonio igualitario Trump era partidario de pasar página.

Semanas después Trump dio algunas esperanzas al activismo LGTB cuando defendió, al ser preguntado por periodistas sobre la ley anti-LGTB de Carolina del Norte, que las personas transexuales pudiesen hacer uso de los baños que mejor se acomodasen a su identidad de género, al tiempo que se lamentó del daño económico que generan este tipo de leyes, que considera innecesarias. Eso sí, a las pocas horas Trump arrojaba un jarro de agua fría sobre esas mismas esperanzas, al asegurar primero que debían ser los estados los que decidieran sobre esta materia, para finalmente completar el giro al apoyar abiertamente la posición de los republicanos de Carolina del Norte y de su gobernador, Pat McCrory, firme defensor de la ley discriminatoria.

De la misma forma, Trump no ha tenido problema ninguno en asumir la plataforma ideológica que los republicanos aprobarob en la convención de Cleveland, considerada la más abiertamente LGTBfoba de la historia. Los puntos incluidos en la plataforma son, a este respecto:

  • Sobre el matrimonio igualitario: rechazo expreso de la sentencia del Tribunal Supremo en el caso Obergefell v. Hodges, que supuso la extensión del matrimonio igualitario a todo el país. El Partido Republicano considera que las leyes federales solo deben reconocer el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer  y hace un llamamiento expreso a considerar la posible aprobación de una enmienda a la Constitución de los Estados Unidos que “devuelva” el control de la regulación matrimonial a los estados.
  • Sobre la adopción homoparental: el Partido Republicano muestra su apoyo a las agencias de adopción religiosas que rechazan a las parejas del mismo sexo, argumentando además de forma expresa que los hijos criados en hogares sin un padre y una madre tienen más posibilidades de consumir drogas, cometer delitos y tener embarazos no deseados.
  • Defensa activa de la denominada First Amendment Defense Act (FADA), una propuesta legislativa que prohibiría sancionar, con independencia de las regulaciones antidiscriminatorias de los estados, a todas aquellas personas y negocios que que se nieguen a prestar servicios a parejas del mismo sexo en base a motivos religiosos.
  • Sobre las denominadas “terapias reparadoras” o “de conversión” para modificar la orientación sexual o la identidad de género, aunque no las menciona de forma expresa, el Partido Republicano defiende el “derecho de los padres” a recurrir las terapias que consideren más adecuadas para sus hijos menores“consistentes con sus valores morales, éticos o religiosos sin discriminación ni castigo”.
  • Sobre los derechos de las personas transgénero: el Partido Republicano expresa su apoyo a legislaciones como la aprobada hace unos meses en Carolina del Norte, que entre otras muchas importantes medidas discriminatorias prohíbe a las personas trans utilizar los baños que corresponden a su identidad de género. También muestra su desacuerdo, sin nombrarlo explícitamente con el final de la prohibición de servir en el Ejército a este colectivo, decidida por la administración Obama y confirmada recientemente, al asegurar estar en contra “de la modificación o de la rebaja de los estándares para satisfacer la agenda no militar impuesta por la Casa Blanca”.
  • Sobre políticas antidiscriminatorias: el Partido Republicano se opone expresamente a incluir la orientación sexual entre las categorías generalmente cubiertas por las regulaciones contra la discriminación.

La elección de Pence confirmó el giro conservador 

Pero sin duda el gesto que de una forma más tajante dejó claro el giro conservador de Trump en materia LGTB fue la elección como candidato a vicepresidente de Mike Pence, gobernador de Indiana, un político cercano a la derecha religiosa que en las primarias republicanas apoyó sin fisuras a Ted Cruz. Opuesto al aborto, a la investigación con células madre, negacionista del cambio climático y cercano al creacionismo, en el año 2000, durante su campaña para ser elegido congresista, llegó a proponer que se utilizasen fondos destinados a ayudar a personas con VIH para sufragar a organizaciones que promovieran las “terapias reparadoras” entre aquellos que quisiesen modificar su orientación sexual.

No es de extrañar, pues, que su momento de mayor protagonismo como gobernador viniese precisamente de la mano de su oposición a los derechos LGTB. En marzo de 2015, Mike Pence sancionaba orgulloso una ley, aprobada por la legislatura del estado (también bajo control republicano) cuyo objetivo era impedir que entes locales o el propio estado pudiesen aprobar normativas antidiscriminatorias que afectasen a la “libertad religiosa”, eufemismo que suponía la legalización de la discriminación contra las personas LGTB. Un acto en el que Pence quiso rodearse de numerosos líderes religiosos, algunos de ellos virulentamente homófobos.

La norma, sin embargo, provocó una intensísima reacción social en su contra, que amenazaba con afectar seriamente la economía del estado y que de hecho dejó tocada su imagen. Mike Pence se vio obligado a promover una norma adicional que clarificara los límites de la ley e impidiese la discriminación en la prestación de servicios a personas por motivos de orientación sexual.

“No” a las órdenes contra la discriminación

Pence era el encargado, hace pocos días, de anunciar en una entrevista que una de las medidas que Trump adoptaría sería anular las órdenes ejecutivas que impiden discriminar a las personas LGTB, al considerar que suponen una intromisión en la libertad de los estados. Obama, recordemos, ha firmado dos importantes órdenes e  tanto a las empresas que tengan o que aspiren a firmar contratos con la administración federal (firmada en 2014) como a las escuelas que reciben fondos federales (emitida hace pocos meses, como reacción a la ley LGTBfoba de Carolina del Norte, y que se encuentra en estos momentos sometida a escrutinio judicial).

El propio Trump, de hecho, acababa con cualquier esperanza de una presidencia “neutra” en materia LGTB al anunciar en septiembre que no tendría inconveniente en rubricar la FADA, y legalizar de esta forma la discriminación contra las personas LGTB en base a argumentos religiosos, si finalmente resultase aprobada por un Congreso de mayoría republicana.

Los homocon y Trump, alineados contra el islam

Es este contexto, precisamente, en el que personajes como Peter Thiel han anunciado su apoyo incondicional a Trump, el candidato por el que por otra parte la corriente homocon de gais conservadores afines al Partido Republicano siempre ha mostrado sus preferencias, y con el que comparte el argumentario que sitúa al islam (y no a la derecha religiosa estadounidense) como principal enemigo de la causa LGTB.

No es casualidad, de hecho, que coincidiendo con la convención republicana que encumbró a Trump tuviera lugar un evento de apoyo a su candidatura por parte de un grupo (ciertamente pequeño) de personas LGTB. Los dos principales oradores fueron Milo Yiannopoulos, un columnista conservador abiertamente gay, protagonista de varias polémicas en redes sociales, y la activista antimusulmana Pamela Geller. En el evento, por cierto, estuvo también presente el holandés Geert Wilders, líder del islamófobo Partido por la Libertad (PVV).

La intervención de Yiannopoulos, del que son bien conocidas sus opiniones contra el feminismo y el islam, resumió a la perfección el núcleo actual del ideario homocon: el Partido Demócrata no ha hecho nada por los gais, sino que por el contrario ha abierto el país a los musulmanes, enemigos de los derechos LGTB, y Trump es el candidato más pro-LGTB de la historia estadounidense.

pegatina-homofoba-seguidor-trumpTampoco parece importar a esta gente las cada vez menos disimulada homofobia del grueso de los seguidores de Trump, a la que hacíamos alusion hace pocos días, al referirnos a los feroces insultos hacia el periodista abiertamente gay Anderson Cooper, y que también está siendo protagonista estos días en medios LGTB estadounidenses al hacer viral una fotografía de una pegatina homófoba en la parte trasera del coche de un orgulloso seguidor de Trump:

¿Conseguirá Trump llegar a la presidencia con la ayuda de Thiel y de los homocon? ¿Si es así, con qué tipo de medidas “agradecerá” la administración Trump su contribución? El próximo 8 de noviembre comenzaremos a conocer las temidas respuestas…

Fuente Dosmanzanas

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Trump, que se presenta con el programa más anti-LGTB de la historia republicana, propone examinar a los inmigrantes sobre “derechos gais”

Sábado, 20 de agosto de 2016
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BJC9anECDonald Trump (o su equipo, siendo más preciso) vuelve a acordarse de los derechos LGTB en su lucha por conseguir la victoria en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Lo hace, otra vez, de la única forma en la que los candidatos que defienden posturas contrarias a los mismos suelen hacerlo: utilizándolos como una forma de atizar la islamofobia, precisamente uno de los ejes fundamentales de su campaña. Ahora Trump propone que a los inmigrantes que aspiren a un permiso de residencia en ese país se les someta a un test ideológico que confirme si comparten o no los valores estadounidenses. Según su equipo, entre estos se incluirían los derechos de las personas homosexuales. Una propuesta que podría considerarse digna de discusión… si no fuese porque demuestra una enorme hipocresía: la candidatura republicana se presenta a las elecciones con el programa más explícitamente anti-LGTB de su historia.

El candidato republicano planteó la propuesta en un discurso que pronunció este lunes en Ohio, uno de los “estados basculantes” que decidirán el resultado de las presidenciales (se trata de aquellos estados en los que en condiciones normales la victoria no está asegurada para ninguno de los dos grandes partidos, a diferencia de los tradicionales estados “rojos” o “azules” que solo en muy raras ocasiones votan diferente). Trump, empeñado en presentarse como el único candidato capaz de hacer frente al terrorismo islámico, propuso elaborar un cuestionario que sirva para cribar, de entre aquellas personas que intentar emigrar a Estados Unidos, las que mantengan una “actitud hostil” hacia los principios de la democracia estadounidense, que promuevan el odio o que pretendan sustituir las leyes vigentes en los Estados Unidos por la sharía o ley islámica.

En su discurso, Trump no dio detalles sobre aquellos aspectos sobre los que supuestamente se preguntaría en el cuestionario. Miembros de su equipo, sin embargo, fueron algo más explícitos, asegurando que en el cuestionario se valorarían los puntos de vista del aspirante en materia de libertad religiosa, igualdad de género y “derechos gais”.

Sin duda, la propuesta de Trump modificaría sustancialmente el modo en el que los Estados Unidos maneja la política inmigratoria, aunque lo cierto es que no supondría una novedad absoluta. Hay países que aplican cuestionarios de este tipo cuando se valora, por ejemplo, la concesión de la ciudadanía. Sin embargo, lo que más nos llama la atención, más que la propuesta en sí, es el hecho de que el candidato republicano solo se acuerde de los derechos LGTB cuando de utilizarlos en su argumentario islamófobo se trata. Ya lo hizo durante la pasada convención republicana, cuando la única mención que hizo al colectivo LGTB asunto fue para asegurar que “haré todo lo que esté en mi mano para proteger a nuestros ciudadanos LGBTQ de la violencia y la opresión de una ideología extranjera llena de odio, creedme”. Una frase que hizo que algunos medios de comunicación generalistas (no especialmente preocupados por el detalle cuando de la realidad LGTB se trata) presentasen a Trump como un político sensible a los derechos de este colectivo, algo de lo que alertaron activistas LGTB.

El programa republicano, abiertamente anti-LGTB

Hace pocas semanas hacíamos un resumen, precisamente, de los puntos incluidos en la plataforma republicana aprobada en la pasada convención y relacionados con los derechos LGTB. Dejan poco lugar a dudas:

  • Sobre el matrimonio igualitario: rechazo expreso de la sentencia del Tribunal Supremo en el caso Obergefell v. Hodges, que supuso la extensión del matrimonio igualitario a todo el país. El Partido Republicano considera que las leyes federales solo deben reconocer el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer  y hace un llamamiento expreso a considerar la posible aprobación de una enmienda a la Constitución de los Estados Unidos que “devuelva” el control de la regulación matrimonial a los estados.
  • Sobre la adopción homoparental: el Partido Republicano muestra su apoyo a las agencias de adopción religiosas que rechazan a las parejas del mismo sexo, argumentando además de forma expresa que los hijos criados en hogares sin un padre y una madre tienen más posibilidades de consumir drogas, cometer delitos y tener embarazos no deseados.
  • Defensa activa de la denominada First Amendment Defense Act (FADA), una propuesta legislativa que prohibiría sancionar, con independencia de las regulaciones antidiscriminatorias de los estados, a todas aquellas personas y negocios que que se nieguen a prestar servicios a parejas del mismo sexo en base a motivos religiosos.
  • Sobre las denominadas “terapias reparadoras” o “de conversión” para modificar la orientación sexual o la identidad de género, aunque no las menciona de forma expresa, el Partido Republicano defiende el “derecho de los padres” a recurrir las terapias que consideren más adecuadas para sus hijos menores“consistentes con sus valores morales, éticos o religiosos sin discriminación ni castigo”.
  • Sobre los derechos de las personas transgénero: el Partido Republicano expresa su apoyo a legislaciones como la aprobada hace unos meses en Carolina del Norte, que entre otras muchas importantes medidas discriminatorias prohíbe a las personas trans utilizar los baños que corresponden a su identidad de género. También muestra su desacuerdo, sin nombrarlo explícitamente con el final de la prohibición de servir en el Ejército a este colectivo, decidida por la administración Obama y confirmada recientemente, al asegurar estar en contra “de la modificación o de la rebaja de los estándares para satisfacer la agenda no militar impuesta por la Casa Blanca”.
  • Sobre políticas antidiscriminatorias: el Partido Republicano se opone expresamente a incluir la orientación sexual entre las categorías generalmente cubiertas por las regulaciones contra la discriminación.

Pero sin duda el gesto que de una forma más tajante ha dejado claro el giro conservador de Trump en materia LGTB ha sido la elección como candidato a vicepresidente de Mike Pence, gobernador de Indiana, un político cercano a la derecha religiosa que en las primarias republicanas apoyó sin fisuras a Ted Cruz. Opuesto al aborto, a la investigación con células madre, negacionista del cambio climático y cercano al creacionismo, en el año 2000, durante su campaña para ser elegido congresista, llegó a proponer que se utilizasen fondos destinados a ayudar a personas con VIH para sufragar a organizaciones que promovieran las “terapias reparadoras” entre aquellos que quisiesen modificar su orientación sexual.

De hecho, el momento de mayor protagonismo de Pence como gobernador vino precisamente de la mano de su oposición a los derechos LGTB: en marzo de 2015 sancionaba orgulloso una ley, aprobada por la legislatura del estado (también bajo control republicano) cuyo objetivo era impedir que entes locales o el propio estado pudiesen aprobar normativas antidiscriminatorias que afectasen a la “libertad religiosa”, eufemismo que suponía la legalización de la discriminación contra las personas LGTB. Un acto en el que Pence quiso rodearse de numerosos líderes religiosos, algunos de ellos virulentamente homófobos. La norma provocó una intensísima reacción social en su contra, que amenazó con afectar seriamente la economía del estado y que de hecho dejó muy tocada su imagen. Mike Pence se vio obligado a promover una norma adicional que clarificase los límites de la ley e impidiese la discriminación en la prestación de servicios a personas por motivos de orientación sexual. Una marcha atrás que dejó tocada la imagen de Pence y que quizá haya sido una de las razones que le han llevado a aceptar la propuesta de Trump en lugar de optar a la reelección como gobernador.

Hillary Clinton: “Trump no pasaría su propio test”

Una de las reacciones a la propuesta de Trump ha venido de su principal oponente en las elecciones de noviembre, la demócrata Hillary Clinton. En un mensaje en Twitter, Clinton ha insertado un vídeo de poco más de un minuto de duración en el que reproduce algunas declaraciones del propio Trump que fácilmente pueden considerarse contrarias a la Constitución estadounidense. Una de ellas, por ejemplo, su afirmación de que consideraría la posibilidad de revertir la decisión del Tribunal Supremo sobre el matrimonio igualitario proponiendo en el futuro a nuevos jueces del alto tribunal dispuestos a valorar de nuevo la cuestión… “Donald Trump dice que creará un nuevo examen para inmigrantes. Es un examen que él suspendería”, ironiza Clinton:

Fuente Dosmanzanas

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El Partido Republicano hace de la oposición a los derechos LGTB uno de los elementos centrales de su asalto a la Casa Blanca

Viernes, 22 de julio de 2016
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BJC9anECNunca antes las personas LGTB (de Estados Unidos, pero también del resto del mundo) se jugaban tanto en unas elecciones presidenciales. Hasta un medio generalista como The New York Times avisa en su editorial de este martes: el Partido Republicano ha hecho del odio homófobo una pieza central de su campaña para reconquistar la presidencia en noviembre de 2016. A una plataforma más abiertamente anti-LGTB que nunca, el candidato republicano Donald Trump ha unido además la elección de un político marcadamente conservador y contrario a los derechos LGTB, Mike Pence, como su vicepresidente si gana las elecciones. 

El viaje de un candidato no especialmente anti-LGTB…

Pocos podían presagiar, hace solo unos pocos meses, la posición tan marcadamente hostil que el Partido Republicano ha decidido adoptar en materia LGTB.  A diferencia del que fue su principal rival en la carrera por la nominación republicana, Ted Cruz, estrechamente vinculado a la derecha religiosa y ultraconservador en materia moral, Trump nunca se había caracterizado por una feroz oposición a los derechos LGTB. Cuando se produjo el encarcelamiento de Kim Davis, la funcionaria de Kentucky que se negaba a permitir que en su condado se emitiesen licencias de matrimonio a parejas del mismo sexo, Trump llegó a asegurar que el matrimonio igualitario era ya ley, y que si Davis no quería emitir estas licencias debería haber permitido que sus funcionarios lo hicieran. Un posicionamiento pragmático, que contrastaba con las manifestaciones de apoyo incondicional a Davis por parte de sus entonces oponentes, y muy especialmente de Ted Cruz.

Donald Trump también se había manifestado en contra de que las empresas privadas pudiesen despedir a trabajadores por el mero hecho de ser homosexuales, aunque de forma ambigua y sin comprometer un apoyo formal a una posible ley antidiscriminatoria (la Ley de No Discriminación en el Empleo, también conocida como “ENDA” por sus siglas en inglés, lleva más de dos décadas en discusión pero aún no ha podido ser aprobada). Y antes de entrar abiertamente en política Trump había demostrado una “cierta sensibilidad” ante la realidad trans, cuando como propietario de la marca Miss Universo aceptó en 2012 readmitir a Jenna Talackova después de haber sido excluida por ser una mujer transexual. Miss Universo, de hecho, modificó sus reglas para permitir a partir de ese momento la participación de mujeres transexuales en todas sus competiciones.

Las cosas comenzaron a torcerse cuando Trump, en un primer guiño al sector más conservador de los republicanos, sugirió la posibilidad de revertir la decisión del Tribunal Supremo sobre el matrimonio igualitario proponiendo en el futuro a nuevos jueces del Supremo dispuestos a valorar de nuevo la cuestión. Declaraciones que causaron cierta sorpresa en el colectivo LGTB estadounidense, que consideraba que en el tema del matrimonio igualitario Trump era partidario de pasar página, y que “compensó” parcialmente semanas después, cuando por sorpresa defendió, al ser preguntado por periodistas sobre la ley anti-LGTB de Carolina del Norte, que las personas transexuales pudiesen hacer uso de los baños que mejor se acomodasen a su identidad de género, al tiempo que se lamentó del daño económico que generan este tipo de leyes, que considera innecesarias. Eso sí, a las pocas horas Trump matizaba su posición, asegurando que debían ser los estados los que decidieran sobre esta materia, para finalmente apoyar abiertamente la posición de los republicanos de Carolina del Norte y de su gobernador, Pat McCrory, firme defensor de la ley discriminatoria.

… hacia posiciones marcadamente homófobas y tránsfobas

En esto, Donald Trump, a pesar de contar con todo el establishment republicano en su contra, se hizo con la nominación republicana gracias a sus sucesivas victorias en las primarias. Llegó la hora de “unificar” a su partido…. y desgraciadamente no hay mejor recurso a la hora de poner de acuerdo a los políticos republicanos (salvo honrosas excepciones en estados marcadamente liberales, como California, Nueva York o los estados de Nueva Inglaterra) que defender políticas contrarias a los derechos LGTB, tan queridas por sus bases más fieles.

En esta línea, los encargados de elaborar la plataforma ideológica que los republicanos acaban de aprobar en la convención que está teniendo lugar en estos momentos en Cleveland (Ohio) se han encargado de incluir diversas propuestas abiertamente homófobas y tránsfobas. Conviene señalar, a este respecto, que las “plataformas” que tanto republicanos como demócratas aprueban en sus respectivas convenciones no son “programas electorales” definidos tal y como clásicamente se entienden en Europa, sino más bien una enumeración de los principios que marcarán las líneas programáticas del partido en los siguientes cuatro años. Su desarrollo efectivo dependerá de los equilibrios de poder entre la Presidencia y el Congreso (que cambian cada dos años), cuyos legisladores cuentan además con una libertad de voto desconocida en Europa (donde la disciplina de partido es la norma). En cualquier caso, supone un indicador de las prioridades de cada partido a la hora de impulsar unas u otras políticas.

Los puntos incluidos en la plataforma son, a este respecto:

  • Sobre el matrimonio igualitario: rechazo expreso de la sentencia del Tribunal Supremo en el caso Obergefell v. Hodges, que supuso la extensión del matrimonio igualitario a todo el país. El Partido Republicano considera que las leyes federales solo deben reconocer el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer  y hace un llamamiento expreso a considerar la posible aprobación de una enmienda a la Constitución de los Estados Unidos que “devuelva” el control de la regulación matrimonial a los estados.
  • Sobre la adopción homoparental: el Partido Republicano muestra su apoyo a las agencias de adopción religiosas que rechazan a las parejas del mismo sexo, argumentando además de forma expresa que los hijos criados en hogares sin un padre y una madre tienen más posibilidades de consumir drogas, cometer delitos y tener embarazos no deseados.
  • Defensa activa de la denominada First Amendment Defense Act (FADA), una propuesta legislativa que prohibiría sancionar, con independencia de las regulaciones antidiscriminatorias de los estados, a todas aquellas personas y negocios que que se nieguen a prestar servicios a parejas del mismo sexo en base a motivos religiosos.
  • Sobre las denominadas “terapias reparadoras” o “de conversión” para modificar la orientación sexual o la identidad de género, aunque no las menciona de forma expresa, el Partido Republicano defiende el “derecho de los padres” a recurrir las terapias que consideren más adecuadas para sus hijos menores “consistentes con sus valores morales, éticos o religiosos sin discriminación ni castigo”.
  • Sobre los derechos de las personas transgénero:el Partido Republicano expresa su apoyo a legislaciones como la aprobada hace unos meses en Carolina del Norte, que entre otras muchas importantes medidas discriminatorias prohíbe a las personas trans utilizar los baños que corresponden a su identidad de género. También muestra su desacuerdo, sin nombrarlo explícitamente con el final de la prohibición de servir en el Ejército a este colectivo, decidida por la administración Obama y confirmada recientemente, al asegurar estar en contra “de la modificación o de la rebaja de los estándares para satisfacer la agenda no militar impuesta por la Casa Blanca”.
  • Sobre políticas antidiscriminatorias: el Partido Republicano se opone expresamente a incluir la orientación sexual entre las categorías generalmente cubiertas por las regulaciones contra la discriminación.

La elección de Pence confirma el giro conservador 

Pero sin duda el gesto que de una forma más tajante ha dejado claro el giro conservador de Trump en materia LGTB ha sido la elección como candidato a vicepresidente de Mike Pence, gobernador de Indiana, un político cercano a la derecha religiosa que en las primarias republicanas apoyó sin fisuras a Ted Cruz. Opuesto al aborto, a la investigación con células madre, negacionista del cambio climático y cercano al creacionismo, en el año 2000, durante su campaña para ser elegido congresista, llegó a proponer que se utilizasen fondos destinados a ayudar a personas con VIH para sufragar a organizaciones que promovieran las “terapias reparadoras” entre aquellos que quisiesen modificar su orientación sexual.

No es de extrañar, pues, que su momento de mayor protagonismo como gobernador viniese precisamente de la mano de su oposición a los derechos LGTB. En marzo de 2015, Mike Pence sancionaba orgulloso una ley, aprobada por la legislatura del estado (también bajo control republicano) cuyo objetivo era impedir que entes locales o el propio estado pudiesen aprobar normativas antidiscriminatorias que afectasen a la “libertad religiosa”, eufemismo que suponía la legalización de la discriminación contra las personas LGTB. Un acto en el que Pence quiso rodearse de numerosos líderes religiosos, algunos de ellos virulentamente homófobos. La fotografía simbolizaba a la perfección el carácter de la ley:

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La norma, sin embargo, provocó una intensísima reacción social en su contra, que amenazaba con afectar seriamente la economía del estado y que de hecho dejó muy tocada su imagen. Mike Pence se vio obligado a promover una norma adicional que clarificara los límites de la ley e impidiese la discriminación en la prestación de servicios a personas por motivos de orientación sexual. Una marcha atrás que dejó tocada la imagen de Pence y que quizá haya sido una de las razones que le han llevado a aceptar la propuesta de Trump en lugar de optar a la reelección como gobernador. En cualquier caso, Pence conserva su buena imagen entre el sector más conservador de los republicanos, receloso de Trump.

El magnate, por su parte, espera con este gesto reconciliarse con el “núcleo duro” del electorado republicano y amarrar el próximo noviembre los once votos electorales de Indiana, un estado que tiende a votar republicano en las elecciones presidenciales pero que por ejemplo en 2008 ganó (aunque por estrecho margen) Barack Obama.

¿Conseguirá Trump, con este tipo de maniobras, asegurar el voto tradicional republicano y sumarlo al de los muchos independientes que le han llevado en volandas hacia la nominación? Está por ver, pero lo cierto es que las encuestas señalan que la diferencia de intención de voto entre el candidato republicano y Hillary Clinton está, a día de hoy, muy ajustada. Todo puede pasar. De lo que cada vez caben menos dudas es de que una victoria republicana sería una tragedia para la causa LGTB. Veremos…

Fuente Dosmanzanas

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Desautorizan el intento de prohibición del matrimonio igualitario en Puerto Rico

Sábado, 2 de abril de 2016
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33677_cesar-miranda-puerto-ricoEl Secretario del Departamento de Justicia de Puerto Rico ha asegurado que la reciente órden de la Corte Federal para el Distrito de San Juan por la que se prohibía la celebración de matrimonios entre personas del mismo sexo carece de validez frente al fallo de la Corte Suprema estadounidense

En junio de 2015, el Tribunal Supremo de EEUU invalidó las prohibiciones estatales que impedían la legalización del matrimonio igualitario a nivel federal, algo que vincula al gobierno de Puerto Rico a iniciar los procedimientos para reconocerlo.

No obstante, desde ese momento se han sucedido varios intentos desde el ámbito judicial de la isla caribeña para limitar los derechos matrimoniales de las parejas homosexuales, en virtud de las demandas de los sectores religiosos y ultrarreacionarios.

29152_firma-pareja-de-hombresA principios de mes, el Gobernador del Estado Libre Asociado Alejandro García Padilla aseguró que el derecho estaba suficientemente garantizado a pesar de los citados intentos para mermar su reconocimiento. No obstante, tras la orden emitida por el juez federal Juan Pérez Giménez el Gobierno ha tenido que volver a garantizarlo de cara a la opinión pública.

El Secretario del Departamento de Justicia, César Miranda, aclaró que los entre personas del mismo sexo continúan siendo válidos, a pesar del dictamen emimtido en el Distrito de San Juan. En sus propias palabras:

La orden de la Corte Federal para el Distrito de San Juan no altera la validez de los matrimonios contraídos en Puerto Rico entre parejas del mismo sexo y tampoco impide darle reconocimiento a aquellos matrimonios contraídos en otras jurisdicciones. La interpretación del DJ es que la decisión no altera el estado de derecho que se estableció en Puerto Rico cuando el Tribunal Supremo Federal decidió el caso de Obergefell v. Hodges en el que se reconoció, como asunto de derecho constitucional federal, que el derecho al matrimonio es un derecho fundamental y que por lo tanto, no se le puede negar ese derecho constitucional a las parejas del mismo sexo”

De esta manera, el derecho a la solicitud de licencias matrimoniales en el Departamento de Salud queda inalterado, ya que como declaró el gobernador García Padilla, el Gobierno del Estado asociado respetará las determinaciones de los tribunales de mayor jerarquía, que en este caso recaen en el Tribunal del Primer Circuito de Boston y la propia Corte Suprema estadounidense.

Fuente justicia.pr.gov / Redacción chueca

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Fallece el juez del Tribunal Supremo de los Estados Unidos Antonin Scalia, enemigo pertinaz de los derechos LGTB

Jueves, 18 de febrero de 2016
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supreme-court-justices-john-roberts-antonin-scaliaEl juez del Tribunal Supremo de los Estados Unidos Antonin Scalia ha fallecido a los 79 años, mientras disfrutaba unos días de asueto en un rancho de Texas. De convicciones fuertemente conservadoras, el juez Scalia se ha significado por su pertinaz rechazo a cualquier avance en los derechos de las personas LGTB, al fallar en contra de los mismos en todas las ocasiones en que la discriminación del colectivo LGTB ha llegado a instancias del Tribunal Supremo. Queda ahora en manos del presidente Barack Obama, que debe proponerlo, y del Senado estadounidense, que debe corroborarlo, el nombramiento de su sucesor.

Las autoridades federales anunciaban el fallecimiento el pasado sábado 13 de febrero del juez del Tribunal Supremo de los Estados Unidos Antonin Scalia. El magistrado se encontraba en un rancho del oeste de Texas, al que había llegado la víspera para participar en una fiesta de carácter privado junto a otras cuarenta personas. Según las mismas fuentes, la investigación llevada a cabo permitiría considerar que el fallecimiento se ha debido a causas naturales.

Antonin Scalia fue propuesto para ser miembro del Tribunal Supremo por Ronald Reagan en 1986. Desde entonces ha destacado por su fuerte conservadurismo y por pertenecer al grupo de jueces “textualistas”, es decir, aquellos que interpretan la constitucionalidad o no de una materia en función de la literalidad del texto de la Constitución de Estados Unidos o, en su defecto, en función de lo que consideran que eran las intenciones originales de los padres de la Constitución en el momento de ser redactada. Así, estiman que asuntos como la pena de muerte, la prohibición del aborto o calificar como delito la sodomía son perfectamente constitucionales, ya que han formado parte de la tradición jurídica estadounidense desde el primer momento, incluso en vida de los padres de la Constitución, sin que estos expresaran dudas al respecto.

Él mismo declaró en 2012 que le resultaba “absolutamente fácil” sentenciar en contra de cuestiones como el derecho al aborto o “la sodomía homosexual”, cuya penalización justificaba en que “durante doscientos años ha sido un delito en todos los estados”. Esta aseveración se ha visto repetidamente respaldada por sus votos discrepantes en todos los casos dilucidados por el Tribunal Supremo en materia de derechos LGTB en los últimos años.

Romer vs. Evans o la protección contra la discriminación

En 1992, los ciudadanos de Colorado votaron mayoritariamente a favor de una enmienda a la Constitución de ese estado, que impediría que los ciudadanos homosexuales o bisexuales pudieran solicitar a las instituciones públicas el ser considerados como minoría, y poder reclamar que se adoptasen a su favor las oportunas medidas antidiscriminatorias.

Por una mayoría de 6 votos contra 3, en mayo de 1996 el Tribunal Supremo dictaminó que esa enmienda violaba la Constitución de los Estados Unidos, pues impedía que las personas de una determinada orientación sexual pudieran denunciar cualquier discriminación arbitraria de la que fueran objeto. Según la sentencia, “la enmienda es a la vez demasiado angosta y demasiado amplia. En ella se identifica a las personas por tan solo un rasgo, y luego se les deniega la protección en todos los ámbitos. La inhabilitación para ejercer el derecho a solicitar protección a un tipo determinado de personas no tiene precedentes en nuestra jurisprudencia”.

El juez Antonin Scalia discrepó de la sentencia, señalando en sus argumentos que “la enmienda constitucional que aquí nos ocupa no es la manifestación de un deseo de dañar a los homosexuales, a priori, sino más bien es un modesto intento por parte de los residentes de Colorado, aparentemente tolerantes, de preservar las costumbres sexuales tradicionales contra los esfuerzos de una minoría poderosa políticamente de revisar esas costumbres por medio del uso de las leyes”.

El magistrado justificaba repetidamente que se tratase de conservar en las leyes la desaprobación a la homosexualidad, bien sea penalmente o, como en el caso de Colorado, evitando la igualdad ante la ley de los homosexuales. Para el juez Scalia, que hacía así toda una declaración de principios y de prejuicios, el problema era que quienes participan de la conducta homosexual tienden a residir en un número desproporcionado en ciertas comunidades, disponen de altos ingresos y se preocupan por los derechos homosexuales mucho más ardientemente que el público en general, tienen un poder político mucho mayor que el que les corresponde por su número, tanto a nivel local como a nivel estatal. Es bastante comprensible que dediquen ese poder político para lograr no solo una tolerancia social a regañadientes, sino la aceptación social plena de la homosexualidad”.

Lawrence vs. Texas o el fin de la penalización de la homosexualidad

En 1998, John Lawrence y Tyron Garner fueron detenidos en el domicilio del primero de ellos, en la ciudad de Houston. Se les acusaba de vulnerar la ley contra la “Conducta Homosexual” vigente en el estado de Texas, que penalizaba que dos personas del mismo sexo mantuvieran sexo oral o anal, aunque la relación sexual tuviera lugar en la intimidad de un domicilio particular, y aunque esas prácticas si se les estuvieran permitidas a las parejas heterosexuales.

Tras una larga batalla legal, llena de apelaciones y sentencias contradictorias, el caso terminó en manos del Tribunal Supremo de los Estados Unidos. No había precedentes halagüeños respecto a la doctrina del alto tribunal, pues en 1986 el panel de jueces entonces en activo había validado las leyes contra la sodomía del estado de Georgia. Pero sí que existía el precedente favorable de Romer vs. Evans y su declaración de inconstitucionalidad de las leyes que impidieran la protección contra la discriminación.

Afortunadamente, en una sentencia histórica fechada en junio de 2003, el Tribunal Supremo de los Estados Unidos dictaminó, por una mayoría de 6 votos contra 3, que las leyes contra la sodomía vigentes en varios de los estados vulneraban la Constitución de los Estados Unidos. No solo se declaraba inconstitucional que el Estado interfiera en las relaciones sexuales privadas y consensuadas entre adultos, sino que establecía que ese derecho a la intimidad y a la privacidad debía ser disfrutado igualmente por las parejas de distinto o del mismo sexo.

Uno de los tres jueces discrepantes fue, de nuevo, Antonin Scalia. En esta ocasión, en su argumentación denunciaba que la sentencia formaba parte de la, para él, bien conocida “agenda homosexual”, en la que estarían involucrados los más afamados bufetes de abogados. El juez justificaba su discrepancia en que “muchos estadounidenses no quieren que las personas que se dedican abiertamente a la conducta homosexual sean sus socios en los negocios, monitores de sus hijos, maestros en las escuelas de sus hijos, o formen parte del servicio doméstico. Ellos ven estas leyes como una protección para sí mismos y sus familias de un estilo de vida que creen que es inmoral y destructivo”. Finalmente llegaba a afirmar que la discriminación en este caso se trataba de “un derecho constitucional” al igual que lo era en cuestiones como el asesinato, el bestialismo, el incesto o la crueldad con los animales.

A pesar de los argumentos de Scalia, en la práctica, Lawrence vs. Texas supuso el fin de la penalización de las relaciones homosexuales en los Estados Unidos, convirtiéndose en el mayor avance en los derechos de las personas LGTB en ese país hasta la fecha.

US vs. Windsor o el reconocimiento federal de los derechos LGTB

Edith (familiarmente “Edie”) Windsor, de 83 años, no pudo acogerse a una serie de beneficios para los matrimonios en materia de herencia a la muerte de su esposa Thea Spyer en 2009, lo que la obligó a desembolsar 360.000 dólares en impuestos. Y ello pese a que Windsor y Spyer, pareja durante 44 años, se casaron en Canadá en 2007 y el estado de Nueva York reconoció su matrimonio (aunque Nueva York solo celebra matrimonios entre personas del mismo sexo desde 2011, antes ya reconocía los celebrados fuera).

De todo ello era responsable la sección 3 de la DOMA (Defense of Marriage Act), la norma que prohibía a la administración federal reconocer los matrimonios entre personas del mismo sexo. Windsor reclamó que el no reconocimiento de su matrimonio por la administración federal violó las garantías de igualdad de protección contenidas en la Constitución de los Estados Unidos. Leer más…

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Donald Trump, a favor de revertir la sentencia del Supremo sobre el matrimonio igualitario… promoviendo a nuevos jueces dispuestos a hacerlo

Viernes, 5 de febrero de 2016
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BJC9anECHasta hace unos días, Donald Trump era considerado el “menos antigay” de entre los candidatos con posibilidades reales de ganar la nominación republicana para las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos. Una impresión que se ha venido abajo después de las declaraciones de este domingo a Fox News, en las que el favorito del bando republicano ha mostrado su intención de revertir la decisión del Tribunal Supremo sobre el matrimonio igualitario… proponiendo en el futuro a nuevos jueces del Supremo dispuestos a valorar de nuevo la cuestión.

“Es algo sobre lo que se ha sentenciado, está ahí”, respondió, al ser preguntado sobre la cuestión. “Si soy elegido seré muy firme a la hora de promover al Tribunal a jueces que puedan cambiar las cosas, pero es un camino muy largo”, advirtió. “Yo no estoy de acuerdo con el Tribunal [Supremo], debería ser una cuestión que decidiesen los estados”, aclaró.

Para entender el sentido de las palabras de Donald Trump, hay que tener en cuenta que el de juez del Tribunal Supremo es un cargo vitalicio. Cuando una de las nueve vacantes queda libre, ya sea por fallecimiento, retiro voluntario o impeachment, es el presidente el que propone un candidato, que debe recibir el visto bueno del Senado por mayoría simple. De hecho, se considera que la elección de jueces del Tribunal Supremo es uno de los más importantes legados que un presidente deja una vez acaba su mandato. De los actuales miembros del alto tribunal, dos fueron nominados por Ronald Reagan, dos por Bill Clinton, uno por George Bush padre, dos por George Bush hijo y dos por Barack Obama. Y aunque no siempre los jueces se alinean con las posiciones supuestamente más próximas al ideario de los presidentes que los nominaron (Anthony Kennedy, ponente del fallo en Obergefell v. Hodges, que supuso la extensión del matrimonio igualitario a todo el país, fue nominado por Reagan), es indudable que proponer a un juez con un perfil más o menos conservador es importante cara al equilibrio final.

Volviendo a Trump, pese a su perfil extremista en multitud de cuestiones, lo cierto es que en materia LGTB el magnate ha preferido huir de la polémica. Cuando se produjo el encarcelamiento de Kim Davis, la funcionaria de Kentucky que se negaba a permitir que en su condado se emitiesen licencias de matrimonio a parejas del mismo sexo, Trump llegó a asegurar que el matrimonio igualitario era ya ley, y que por tanto si Davis no quería emitir estas licencias debería haber permitido que sus funcionarios lo hicieran. Un posicionamiento pragmático, que contrastaba con las manifestaciones de apoyo incondicional a Davis por parte de sus oponente republicanos, y muy especialmente del que hoy se adivina como su principal rival, Ted Cruz. Donald Trump también se ha manifestado en contra de que las empresas privadas puedan despedir a trabajadores por el mero hecho de ser homosexuales, aunque lo ha hecho de forma ambigua y por supuesto sin comprometer un apoyo formal a una posible ley antidiscriminatoria (la Ley de No Discriminación en el Empleo, también conocida como “ENDA” por sus siglas en inglés), que pese a llevar más de dos décadas en discusión aún no ha podido ser aprobada.

Es por eso que las declaraciones de Donald Trump a Fox News han causado cierta sorpresa en el colectivo LGTB estadounidense, que consideraba que al menos en el tema del matrimonio igualitario Trump había pasado página. Algo que las bases republicanas más vinculadas a la derecha religiosa, cuyo candidato favorito parece Ted Cruz, no han hecho. Quizá sea precisamente en este contexto en el que las palabras de Trump puedan entenderse mejor: a las puertas del inicio de las primarias en Iowa, donde Cruz es muy popular entre las bases republicanas y parece el único capaz de hacerle sombra (una duda que se resolverá en solo unas horas).

Sus oponentes, aún peor…

Lo cierto, en cualquier caso, es que si de respeto a los derechos LGTB hablamos tampoco hay mucho donde elegir en el Partido Republicano. Especialmente preocupante es el apoyo expreso que ocho de los candidatos a ganar la nominación (Jeb Bush, Ben Carson, Ted Cruz, Carly Fiorina, Rand Paul, Marco Rubio, Rick Santorum y Mike Huckabee) han dado al proyecto de Ley de Defensa de la Primera Enmienda (First Amendment Defense Act o “FADA”), una propuesta republicana que tiene como objeto impedir por ley que la administración federal exija a las empresas que tengan o que aspiren a firmar contratos con ella no discriminar a sus empleados por razones de orientación sexual o identidad de género. Una exigencia que la actual administración federal mantiene gracias a una orden ejecutiva firmada por Obama en julio de 2014, precisamente debido al enésimo fracaso de la ENDA en el Congreso.

Fuente Dosmanzanas

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