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Palabra clave: ‘Obergefell v. Hodges’

Un matrimonio de dos hombres católicos, personas del año para la principal publicación católica de Estados Unidos

Sábado, 2 de enero de 2016
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@mx_595Un matrimonio de dos hombres, Greg Bourke y Michael DeLeon, han sido nombrados personas del año por el National Catholic Reporter, una de las publicaciones católicas más prestigiosas de Estados Unidos. Michael y Greg son participantes activos de la parroquia de Nuestra Señora de Lourdes en su ciudad y además fueron una de las parejas participantes en la demanda que llevó a la legalización del matrimonio igualitario en todo el país.

Llegados al final del año, llegan las habituales recopilaciones de noticias y, en especial, las propuestas de “personas del año”. Entre todas ellas, queremos destacar la del National Catholic Reporter, que ha señalado como personajes del año a un matrimonio de dos hombres, Greg Bourke y Michael DeLeon. Pareja desde hace 33 años, Bourke y DeLeon residen en estos momentos en Louisville (Kentucky) y tienen dos hijos. Son además católicos practicantes y miembros activos de la parroquia de Nuestra Señora de Lourdes en Louisville desde hace 28 años. En 2004, viajaron a Ontario, en Canadá, para contraer matrimonio. La pareja fue una de las que presentaron ante el Tribunal Supremo la demanda que desembocó en la sentencia que el pasado junio extendió el matrimonio igualitario a todo el territorio de los Estados Unidos.

En un largo editorial, la publicación religiosa estadounidense explica sus motivos. El texto señala, en primer lugar, que la legalización del matrimonio igualitario será un acontecimiento histórico que se estudiará en el futuro. Tampoco le cabe duda del enorme impacto que tendrá entre los católicos estadounidenses. El editorial presenta, en este sentido, las diferentes visiones sobre este impacto. Si algunos, como el arzobispo de Filadelfia Charles Chaput, hablan de “consecuencias dolorosas”, otros dudan de que vaya a ser así, invitan a la serenidad y están incluso abiertos a ver los posibles beneficios, sobre todo en relación a las personas LGTB que viven en el seno de las comunidades católicas. Esta última es, de hecho, la posición del Reporter.

Greg y Michael, junto sus hijos, constituyen precisamente uno de los ejemplos que, a juicio del Reporter, invita a apreciar esos efectos beneficiosos: “Una pareja católica que puede contar la historia de los beneficios del matrimonio entre personas del mismo sexo —y así lo hacen— es la de Greg Bourke y Michael DeLeon (…) Desde cualquier punto de vista, se han hecho vitales para su comunidad”. Citando una entrevista que les hicieron en The Huffington Post en marzo, el Reporter destaca cómo los periodistas los encontraron de voluntarios tomando pedidos de comida en una actividad parroquial, y señala asimismo las palabras del párroco: “Sencillamente, son buena gente, y de eso al final va todo el asunto, ¿no?”. Una visibilidad que ha sido uno de los factores determinantes para ser nombrados personas del año. El otro ha sido su papel como demandantes ante el Supremo. “Por su papel histórico como demandantes en Obergefell v. Hodges y por su testimonio público y creyente como gais católicos, nombramos a Greg Bourke y Michael DeLeon personas del año del National Catholic Reporter”, concluye el editorial.

El National Catholic Reporter es una de las publicaciones católicas más prestigiosas de los Estados Unidos. Aunque no esté orgánicamente vinculada a la Iglesia católica, su influencia en el país norteamericano y más allá es indudable. Por ello, su decisión resulta muy significativa, aunque no deja de ser coherente con su tradicional línea de apertura a la realidad LGTB. Ya hace un tiempo la publicación se pronunció, por ejemplo, a favor de la permanencia de los trabajadores en instituciones católicas que estuvieran casados con otra persona de su mismo sexo (en 2015, al menos 10 personas perdieron sus trabajos en instituciones católicas de Estados Unidos por ese motivo).

Discriminados, pese a todo, por su iglesia

Esta defensa de la no discriminación hacia las personas LGTB en la iglesia católica tiene también relevancia para Greg y Michael. Y es que ser miembros activos y respetados de su parroquia no los ha librado de ser discriminados. En su caso, debido a la pertenencia de Greg a los Boy Scouts. Hace cuatro años Greg fue retirado de su posición de líder de tropa debido a su matrimonio con Michael. Durante ocho años había sido voluntario en la tropa donde estaba su hijo, seis de ellos como líder. Precisamente, el eco mediático que obtuvo su caso fue lo que atrajo la atención a quienes, por entonces, buscaban personas que se ofreciesen como demandantes en la causa que, años más tarde, dio como fruto la legalización del matrimonio igualitario.

Este año 2015, cuando los Boy Scouts levantaron la prohibición, Greg quiso recuperar su puesto. Sin embargo, permanece en vigor una cláusula que permite que ciertas ramas ligadas a comunidades religiosas tengan sus propias reglas de pertenencia. Aprovechando esto, el obispo de Louisville, Joseph Kurtz, ordenó a todos los sacerdotes de su diócesis que no aceptaran a personas abiertamente homosexuales como líderes, lo que ha impedido que Greg pueda volver a ser líder de tropa en los Scouts.

En definitiva, si la visibilidad de Greg y Michael ha dado frutos en la sociedad civil con el reconocimiento de su matrimonio, en la iglesia a la que pertenecen siguen siendo personas discriminadas. En el campo religioso, y a pesar de su posición más bien privilegiada (son voluntarios y no dependen de la iglesia para mantener sus puestos de trabajo), Greg y Michael tienen aún mucho camino por delante. Esperemos que el simbólico espaldarazo de una publicación como el National Catholic Reporter contribuya a cambiar algún día esta realidad.

Funt Dosmanzanas

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Boom de matrimonios entre personas del mismo sexo en los EE.UU. desde su aprobación por el Tribunal Supremo

Viernes, 13 de noviembre de 2015
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noticias_file_foto_1026049_1447062737Desde que la Corte Suprema dictaminó el pasado 26 de junio que el matrimonio entre personas del mismo sexo es legal en los 50 estados norteamericanos, 96.000 parejas se han casado, según un análisis publicado por el Instituto Williams de la Escuela de Derecho de la Universidad de California, UCLA. El impacto de la decisión Obergefell v. Hodges es clara: En el primer semestre de 2015, las parejas del mismo sexo que decidían contraer matrimonio era sólo del 6% del compendio total de bodas celebradas. De julio a octubre, las parejas del mismo sexo casadas aumentó hasta el 11% del total de los matrimonios.

“Estos datos dejan claro que pronto el deseo de casarse de la mayoría de las parejas del mismo sexo en los Estados Unidos. Eso significa que más niños estadounidenses pueden beneficiarse de la estabilidad y la seguridad económica que el matrimonio puede ofrecerles”, dijo Gary J. Gates Blachford-Cooper, Académico y Director de la Investigación del Instituto Williams.

“También significa que será más fácil para más familias adoptar niños ya que son los más vulnerables del país y proporcionarles hogares estables y llenos de amor”, añadió Gates.

El informe de la UCLA indica que en 2013, año en que el alto tribunal denegó la Ley de Defensa del Matrimonio interpuesto para evitar las bodas entre personas del mismo sexo, se estima que 230.000 parejas homoparentales se casaron, es decir, el 21 por ciento de todas las parejas del mismo sexo. Desde octubre, 486.000 parejas del mismo sexo se han casados, el 45 por ciento de son del mismo sexo.

El principal impulsor del caso a favor del matrimonio homosexual fue Jim Obergefell, quien perseguía que el Supremo le reconociera como viudo de su compañero durante 21 años, John Arthur, ya fallecido. El pasado 26 de junio de 2015 la Corte Suprema de los Estados Unidos resolvió el caso Obergefell, estableciendo el derecho de personas del mismo sexo a contraer matrimonio al rango constitucional a nivel federal. La Corte Suprema reiteró que el derecho a contraer matrimonio ampara a las parejas del mismo sexo y se aplica a todos los estados en virtud de la Decimocuarta Enmienda de la Constitución federal.

Foto principal: El actor Matt Dallas y el músico Blue Hamilton son una de las parejas que se casaron / Instagram de Matt Dallas

Fuente Ragap

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El Arzobispo de Los Ángeles critica la aprobación del matrimonio igualitario en Estados Unidos

Viernes, 17 de julio de 2015
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arzobispo_Jose_Gomez_LAWEB_t750x550Las última perlas de un obispo bocachanclas…

En su nueva columna semanal titulada “La creación y el futuro del matrimonio”, Mons. José Gómez, Arzobispo de Los Ángeles (EEUU) realiza una crítica sobre la aprobación del matrimonio igualitario por la Corte Suprema en el país a fines de junio. Señala que esta decisión no es ninguna sorpresa porque solamente agravó los signos de la crisis de la sociedad estadounidense que empezaron con la primera legalización de una unión homosexual, conocida como Obergefell v. Hodges,

Por otro lado, indica que esta mentalidad es un rechazo de la idea de la creación y de la naturaleza humana. Todo -el mundo natural, nuestras instituciones sociales, nuestros cuerpos físicos, incluso nuestro propio “ser”-, todo se convierte en una especie de “materia prima” que nosotros podemos estructurar de acuerdo a nuestra voluntad, utilizando para ello la tecnología, la psicología, e incluso la ley y la política social”, indicó.

Mons. Gómez añadió que la Corte Suprema y los partidarios del matrimonio igualitario no aceptan la sexualidad humana ni el matrimonio como parte del orden de la creación. Más lo consideran un “constructo” y que por ello puede “reconstruirse”.

“Esta no es una visión de la persona humana, digna de los fundadores de Estados Unidos. Los fundadores construyeron este país en la creencia de que los hombres y las mujeres fueron creados con igual dignidad por nuestro Creador. Pero esto es precisamente lo que Obergefell niega: nuestro estado de seres creados”, señaló el Prelado.

El Arzobispo de Los Ángeles concluye indicando que la sociedad debe escuchar la verdad sobre la persona humana y del Plan de Dios enfocado en la familia constituida por el hombre y la mujer.

“Este sigue siendo nuestro deber. Y estamos llamados a cumplir ese deber con amor y respeto para todos, sin excepciones ni excusas”.

Fuente Agencias

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Convulsión en entornos católicos tras la decisión del Tribunal Supremo de Estados Unidos sobre el matrimonio

Domingo, 5 de julio de 2015
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matrimoniogay1Los últimos logros en materia de igualdad para las parejas del mismo sexo están conmocionando el mundo cristiano, en general, y católico, en particular. Primero fue el sí de Irlanda y luego la decisión del Tribunal Supremo de los Estados Unidos, sumados a las campañas de movilización y apoyo en redes sociales. Algo parece quedar claro en las reacciones: la conciencia de estar viviendo un auténtico punto de inflexión. Nos fijamos en algunas de ellas.

No es exagerado calificar de terremoto el efecto que ha tenido la legalización completa del matrimonio igualitario en Estados Unidos en entornos cristianos, y en particular en la Iglesia católica. Si en Irlanda el impacto se produjo por ser un país de fuerte tradición católica, ahora la reacción se debe sobre todo a la importancia objetiva de los Estados Unidos en el mundo y a la profunda polarización que ha conocido la sociedad en estos últimos años. Esto ha hecho que se viva la sentencia como una auténtica derrota para los contrarios a la igualdad matrimonial y una victoria para quienes la han defendido. La auténtica guerra cultural que se ha desarrollado en los últimos años ha alcanzado un punto de inflexión. Quizá no haya acabado, pues los sectores contrarios piensan seguir plantando batalla (los impedimentos que en algunos estados se están oponiendo a la ejecución de la sentencia son buen ejemplo). Pero a partir de ahora se sitúan claramente en el bando “contracultural”. No en vano, como señalan ciertos comentaristas, quizá su mayor miedo sea el de verse relegados a los márgenes.

El número de comentarios, artículos, publicaciones en redes sociales, etc., es sencillamente imposible de cubrir en su totalidad. Pero sí hemos seleccionado algunas reacciones que nos parece oportuno destacar. Por otro lado, y aunque en esta entrada nos centramos sobre todo en las reacciones que han tenido lugar en los Estados Unidos, es preciso hacer notar que lo sucedido va más allá y alcanza, por ejemplo, a España. Baste señalar dos artículos en la web EntreParéntesis, de los jesuitas, uno crítico con los apoyos en la red y otro resueltamente celebrativo. Y es que después de esta sentencia, ya no puede decirse en modo alguno que el matrimonio igualitario se dé solo en “casos aislados”, como fue en su día argumentado en España por los contrarios a la igualdad (incluido, por cierto, el actual presidente del Gobierno).

Reacción muy negativa desde la jerarquía

Las reacciones oficiales han sido, lo que no resulta sorprendente, negativas. En primer lugar, tenemos la del presidente de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos, Joseph E. Kurtz, que ha calificado la decisión de “error trágico” y ha reafirmado la tesis de que el matrimonio sigue siendo por esencia heterosexual, con independencia de las leyes positivas: “Independientemente de lo que una mayoría estrecha de la Corte Suprema puede declarar en este momento en la historia, la naturaleza de la persona humana y el matrimonio permanecen inalterable e inmutable. Así como Roe v. Wade no resolvió el asunto del aborto hace más de cuarenta años, Obergefell v. Hodges no resuelve hoy el asunto del matrimonio. Ninguna decisión se arraiga en la verdad, y como resultado, ambas eventualmente fallarán. Hoy la Corte se ha equivocado nuevamente. Es profundamente inmoral e injusto que el gobierno declare que dos personas del mismo sexo pueden constituir un matrimonio”.

Kurtz termina invitando a los católicos a oponerse a la ley, apelando además a los poderes públicos: “pido a todos en posiciones de poder y autoridad que respeten la libertad dada por Dios a buscar, vivir y dar testimonio de la verdad”. Resulta fácil adivinar cuál será el próximo frente: oponerse a las medidas antidiscriminatorias y al pleno reconocimiento de la igualdad apelando a la libertad religiosa.

No menos duro ha sido el cardenal Juan Luis Cipriani, arzobispo de Lima. Miembro del Opus Dei, Cipriani es bien conocido por su fuerte conservadurismo (y además mantiene desde hace años un pulso con la Universidad Católica del Perú). No ha dudado en calificar de “imperialista” la decisión: “Por un voto de una corte estadounidense se quiere cambiar el modo de vivir en el mundo. Ese es un colonialismo, un imperialismo peor que el económico (…) Estados Unidos no es el cerebro que tiene que dictar las conductas del mundo de hoy”.

Dos respuestas desde los jesuitas

No todo han sido reacciones negativas en el mundo católico, y aunque no puedan ponerse al nivel que las de la jerarquía, es significativo que se produzcan. Destacamos dos que no provienen de grupos de fieles ni de grupos “de frontera” que hayan mantenido, en circunstancias difíciles, posiciones aperturistas, sino de publicaciones en The Jesuit Post, un medio jesuita.

Tenemos en primer lugar una entrada titulada “#LoveWins”, referida al ya conocido hashtag. La escribe un joven jesuita, Jason Welle, y habla de su experiencia personal. Y es que su abuela vivió en pareja con otra mujer durante 50 años. Nana, su abuela, y su pareja, Dot, se mudaron a California poco después de la Segunda Guerra Mundial. Buscaban poder realizar una vida en familia junto con los dos hijos de Nana, el padre de Jason y su tío. En aquella época, tenían que ocultarse y corrían todo tipo de riesgos, incluido perder la custodia de sus hijos. Nada de ello impidió para que la pareja se viviera profundamente católica. De hecho, fueron determinantes en la experiencia religiosa de su nieto jesuita: “Nana y Dot fueron también la mayor influencia en el crecimiento de mi fe católica. Su casa en un lugar de oración y piedad. Eran ministros de la Eucaristía en su parroquia, daban la comunión a quienes no podían salir de casa y a los mayores hospitalizados. Me enseñaron a rezar el rosario. Más aún, me enseñaron los valores del amor, la fidelidad y el cuidado mutuo. Y lo mismo que estaban encantadas con que fuera monaguillo, estarían muy felices de que falten solo meses para que me ordene de diácono y presbítero en los jesuitas”. Tras reconocer que muchos aún seguirán discutiendo sobre el tema, termina diciendo: “rezo para que esta decisión, que acerca a gais y lesbianas al centro de la sociedad americana más que nunca, sea una oportunidad para un mayor entendimiento, amor mutuo y cuidado de los unos con los otros”.

Como si se tratase de una respuesta a este mensaje, un editorial firmado por el editor jefe de The Jesuit Post, Michael Rossmann, se titula “#LoveHurts” (“el amor duele”), y busca hacer ver la situación en que se encuentran algunos católicos, que por un lado conocen personalmente a personas LGTB y se alegran de la noticia (saben que la decisión del Supremo supone no solo la igualdad legal sino también un acto de reconocimiento a quienes han sufrido años de marginación) pero por otro lado se sienten miembros de la Iglesia y saben de la contrariedad que otros están viviendo. Rossmann no resuelve el problema, se queda en la tensión de los que se sienten entre dos orillas. De ahí lo de “el amor duele”. Espera, eso sí, que esta posición intermedia, vivida con dificultad, sirva para acercar posturas: “Quienes nos vemos incómodamente atrapados entre nuestros dos amores —el amor por nuestra Iglesia y el amor por nuestros hermanos y hermanas LGTB— tenemos así un papel crucial que desempeñar al interactuar con cada uno de ellos. Deberíamos, al menos, ayudar a cada lado a valorar lo bueno en la otra. En un mundo ideal, podríamos quizá incluso ayudar a cada uno a dialogar con el otro. Pero entonces, en un mundo ideal, no estaríamos atrapados entre dos amores. Este no es un mundo ideal. En nuestro mundo, en este momento, #LoveHurts”.

El fundador de Exodus se dirige a sus antiguos compañeros

Fuera del entorno católico las reacciones han sido también numerosas. Destacamos una: la de Alan Chambers, fundador de la desaparecida Exodus International, que en su momento se retractó de sus posiciones. Ahora, sin apoyar realmente el matrimonio igualitario, hace una apelación al diálogo y la acogida, cercana a la del editorial jesuita. En un artículo en The Washington Post titulado “Una vez dirigí un ministerio ex-gay. He aquí por qué apoyo ahora a los gais que se casan”, Chambers apunta a cómo todo su combate contra los derechos LGTB respondía en realidad al miedo y la angustia: “Mientras que una vez viví con miedo de todo lo gay y confundí mi homofobia religiosa creyendo que era pasión por la verdad de Dios, ahora puedo decir que me angustiaba por nada. Libre de aquel espacio de preocupación, me doy cuenta de que vivía realmente atado, con miedo de decepcionar a Dios, de fallarle”. Termina apelando a tender puentes: “mientras la batalla continúa  —porque siempre lo hace sé que hay muchos cristianos que elegirán acoger el cambio, orar para una comprensión más profunda, para centrarse en el Dios que nos desafía a ser como él: llenos de amor y con  miedo a nada. Habrá cristianos que, como Leslie y yo, verán en esto una maravillosa oportunidad para hacer nada no otra cosa sino cumplir las leyes de Dios: amarle y amar a las personas”.

En definitiva, la sentencia del Tribunal Supremo ha supuesto una conmoción profunda en el mundo cristiano estadounidense, católico y protestante. Pero incluso las reacciones más negativas dejan clara una cosa: se ha producido un cambio fundamental que ya parece no tener vuelta atrás. Como señala el articulista Peter Beinart, del periódico israelí Haaretz: “los cambios culturales cambian lenta y calladamente durante largos periodos de tiempo. Y luego, de repente, se rompe el dique”. Parece que esta vez muchas personas religiosas se han dado cuenta de ello.

Fuente Dosmanzanas

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Joseph Kurtz presidente de los obispos de EE.UU. ve las bodas gay “un error trágico que daña el bien común”

Domingo, 28 de junio de 2015
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AP2938394_LancioGrandegay_marriage_usa_2Lo profundamente inmoral es la actitud homófoba, excluyente y antievangélica de esta jerarquía anclada en la Edad Media… Preocupense del daño que han hecho ustedes a mujeres, personas LGTB, nilos y niñas…

“Es profundamente inmoral e injusto”, señala Joseph Kurtz

“Independientemente de lo que una mayoría estrecha de la Corte Suprema puede declarar en este momento en la historia, la naturaleza de la persona humana y el matrimonio permanecen inalterable e inmutable”

La Corte Suprema de Justicia reconoció el matrimonio igualitario

La decisión del 26 de Junio, de la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos, que interpreta que la Constitución de los Estados Unidos exige a todos los estados proveer licencias y reconocer el “matrimonio” de personas del mismo sexo es un “error trágico que daña el bien común y a los más vulnerables entre nosotros,” dijo Monseñor Joseph E. Kurtz, Arzobispo de Louisville, Kentucky, y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los EE.UU.

La declaración completa a continuación:

Independientemente de lo que una mayoría estrecha de la Corte Suprema puede declarar en este momento en la historia, la naturaleza de la persona humana y el matrimonio permanecen inalterable e inmutable. Así como Roe v. Wade no resolvió el asunto del aborto hace más de cuarenta años, Obergefell v. Hodges no resuelve hoy el asunto del matrimonio. Ninguna decisión se arraiga en la verdad, y como resultado, ambas eventualmente fallarán. Hoy la Corte se ha equivocado nuevamente. Es profundamente inmoral e injusto que el gobierno declare que dos personas del mismo sexo pueden constituir un matrimonio.

El significado único del matrimonio como la unión de un hombre y una mujer está marcado en nuestros cuerpos como hombre y mujer. La protección de este significado es una dimensión esencial de la “ecología integral” que el Papa Francisco nos ha llamado a promover. Ordenar la redefinición de matrimonio en todo el país es un error trágico que perjudica el bien común y a los más vulnerables entre nosotros, especialmente a los niños. La ley tiene el deber de apoyar el derecho básico de todo niño a ser criados, donde sea posible, por su madre y padre casados y en un hogar estable.

Jesucristo, con gran amor, enseñó inequívocamente que desde el principio el matrimonio es la unión permanente de un hombre y una mujer. Como obispos católicos, seguimos a nuestro Señor y continuaremos enseñando y actuando de acuerdo con esta verdad.

Exhorto a los católicos a seguir adelante con fe, esperanza y amor: fe en la verdad inmutable sobre el matrimonio, arraigada en la naturaleza inmutable de la persona humana y confirmada por la revelación divina; esperanza de que estas verdades una vez más prevalezcan en nuestra sociedad, no sólo por su lógica, sino por su gran belleza y servicio manifiesto al bien común; y el amor a todos nuestros vecinos, incluso aquellos que nos odian o nos castigarían por nuestra fe y convicciones morales.

Por último, hago un llamado a todas las personas de buena voluntad a unirse a nosotros en la proclamación de la bondad, la verdad y la belleza del matrimonio como se ha entendido correctamente desde hace milenios, y pido a todos en posiciones de poder y autoridad que respeten la libertad dada por Dios a buscar, vivir y dar testimonio de la verdad.

Fuente Religión Digital

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El Tribunal Supremo de los Estados Unidos aprueba el matrimonio igualitario y reconoce la discriminación histórica de gais, lesbianas y bisexuales

Sábado, 27 de junio de 2015
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court5Por una mayoría de 5 votos favorables a 4, el plantel de jueces del Tribunal Supremo de los Estados Unidos ha dictaminado que el matrimonio es un derecho constitucional del que no se puede excluir a las parejas del mismo sexo. El espíritu de la sentencia puede resumirse en su resolución final, en la que los magistrados favorables estiman que las parejas demandantes reclamaban “igual dignidad a los ojos de la ley. La Constitución les otorga ese derecho”. Contra esta argumentación, la minoría disidente alude a argumentos caducos como el relacionar matrimonio y procreación o el socavamiento de la libertad religiosa.

Las previsiones más optimistas se han visto cumplidas y la más alta instancia judicial de los Estados Unidos, su Tribunal Supremo, intérprete máximo de la Constitución, ha dictaminado que las parejas del mismo sexo de todo el país tienen el derecho constitucional a contraer matrimonio, sea cual sea el estado en el que residan. Así, el matrimonio igualitario alcanza a todos aquellos estados donde las leyes que lo prohibían aún estaban vigentes o pendientes de resolución judicial definitiva: Dakota del Norte, Dakota del Sur, Nebraska, Kansas, Texas, Misuri, Arkansas, Luisiana, Mississippi, Alabama, Georgia, Tennessee, Kentucky, Ohio y Michigan. La sentencia también afectará a otros territorios vinculados a las decisiones del Tribunal Supremo, como Puerto Rico.

Los nueve jueces del Tribunal Supremo debían discernir si las sentencias desfavorables al matrimonio igualitario de la Corte de Apelaciones del 6º Circuito se ajustaban a la Constitución de los Estados Unidos. Las cuatro parejas recurrentes reclamaban el derecho a contraer matrimonio en su estado de residencia, o a ver reconocido el contraído en otro estado donde era legal. Afectaban a sentencias de los estados de Tennessee, Michigan, Kentucky y Ohio.

Todas ellas se aunaron en el caso Obergefell v. Hodges, que finalmente fue aceptado por el Tribunal Supremo para su consideración a principios de año. El caso hacía referencia al recurrente de Ohio, a quien se había denegado el reconocimiento de su matrimonio celebrado en Maryland, un estado que sí permitía casarse a las parejas del mismo sexo. Aunque la pareja consiguió una sentencia favorable de un tribunal federal, la Fiscalía de Ohio recurrió ante la Corte de Apelaciones del 6ª Circuito, que anuló tanto esa sentencia como las que habían tenido lugar en los otros estados de su jurisdicción.  Lamentablemente, el marido de Jim Obergefell, John Arthur, murió de una enfermedad terminal en plena lucha por sus derechos constitucionales.

El ponente de la sentencia ha sido el juez Anthony Kennedy (el mismo del fundamental y precursor caso Windsor), a quien se han unido con su voto favorable los jueces Stephen Breyer, Ruth Bader Ginsburg, Sonia Sotomayor y Elena Kagan. El juez Kennedy establece que el matrimonio es un derecho fundamental, y que “la identificación y protección de los derechos fundamentales es una parte perdurable de la obligación judicial de interpretar la Constitución”. Prohibir ese derecho fundamental a un grupo determinado de ciudadanos vulnera la 14ª Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos, que ampara el derecho al debido proceso y la igual protección ante la ley: ”Ningún estado podrá dictar ni dar efecto a una ley que limite los privilegios o exenciones de los ciudadanos de los Estados Unidos; ningún tribunal de cualquiera de los estados podrá privar a una persona de su vida, su libertad o propiedad sin el debido proceso legal; ni podrá denegar a una persona dentro de su jurisdicción la igual protección ante las leyes. Si los estados permiten que las personas se casen con otras personas del sexo opuesto de su elección, deben permitir que las personas hagan la misma elección con cónyuges del mismo sexo”.

Discriminación histórica

No obstante, algunos esperaban que los fundamentos del fallo hicieran referencia a la orientación sexual como merecedora del más alto escrutinio, el mismo que merecen el sexo, la raza o el origen étnico. Eso hubiera significado que ninguna ley, mandato u ordenanza podría discriminar, ni siquiera por omisión, a los ciudadanos de los Estados Unidos en base a su orientación sexual. Sin embargo, la sentencia únicamente se ha ceñido al derecho al matrimonio y a la vulneración de la igual protección ante la ley en ese ámbito.

Aunque el dictamen contiene un detalle que no se ha pasado por alto: el juez Kennedy califica la orientación sexual de gais, lesbianas y bisexuales como “de naturaleza inmutable”, incidiendo más tarde en que “los psiquiatras y otros expertos han reconocido que la orientación sexual es una expresión normal de la sexualidad humana y es inmutable”. Esta calificación da fin a cualquier debate jurídico sobre la elección arbitraria de la orientación sexual y abre la puerta a que en futuros casos se le estipule el más alto escrutinio, pues la cuestión de la “naturaleza inmutable” ha sido fundamental para que le fuera reconocido al sexo o a la raza. A nadie se le escapa tampoco la relevancia que podrá tener en la lucha contra las terribles “terapias reparadoras”.

Pero el factor principal para designar a un grupo como merecedor del más alto escrutinio es el hecho de que haya sido históricamente discriminado. El juez Kennedy lo establece sin duda alguna: ”Durante gran parte del siglo XX la homosexualidad fue tratada como una enfermedad. Mientras tanto, la intimidad entre personas del mismo sexo había sido largamente condenada como inmoral por el propio Estado en la mayoría de las naciones occidentales, una creencia que a menudo se encarnaba en la ley penal. El sexo entre dos hombres o dos mujeres sigue siendo un crimen en muchos Estados, y a los gais y lesbianas se les ha prohibido el acceso a la mayor parte del empleo público, se les ha excluido del servicio militar, de las leyes de inmigración, han sido objetivos de la policía y se les ha impedido el derecho de asociación”. La repercusión que este argumento pueda tener en futuras sentencias, de este u otro tribunal, es indudable.

Finalmente, la sentencia se fundamenta en el derecho a la igual dignidad de todos los ciudadanos, sin excepción, y en la decisión de no excluir a ninguna persona de un derecho fundamental, la institución del matrimonio, que no hace sino engrandecerse al poder acoger a todos los ciudadanos:

Ninguna unión es más profunda que el matrimonio, ya que encarna los más altos ideales de amor, fidelidad, dedicación, sacrificio y familia. En la formación de una unión matrimonial, dos personas se convierten en algo más grande de lo que eran. Como algunos de los demandantes de estos casos han demostrado, el matrimonio representa un amor que puede incluso perdurar más allá de la muerte. Sería malinterpretar a estos hombres y mujeres afirmar que faltan al respeto a la idea del matrimonio. Su demanda se produce porque la respetan, la respetan tan profundamente que tratan de poder llevarla a cabo ellos mismos. Su esperanza es no estar condenados a vivir en soledad, excluidos de una de las instituciones más antiguas de la civilización. Piden igual dignidad a los ojos de la ley. La Constitución les otorga ese derecho.

La sentencia de la Corte de Apelaciones del Sexto Circuito queda invalidada.

Votos discrepantes

Los votos contrarios a la sentencia han partido de los jueces John G. Roberts (actual presidente del Supremo), Antonin Scalia, Clarence Thomas y Samuel Alito, como la mayoría de los expertos había previsto. Han presentado sus argumentos en cuatro opiniones de disenso, que ocupan dos tercios de los 103 folios que componen la sentencia.

La más profusa, elaborada por el juez Roberts, ha sido firmada también por Scalia y Thomas, e incide en viejos argumentos como el de relacionar matrimonio con procreación: “el matrimonio es una solución socialmente organizada para el problema de lograr que las personas permanezcan unidas y cuiden a sus hijos, pues el mero deseo de tener hijos y el sexo que hace posible que haya niños, no lo resuelve”. No sabemos si ese criterio es aplicable a las parejas heterosexuales que no puedan o no quieran procrear.

También echa mano el juez Roberts de la definición del matrimonio que ofrece la primera edición del diccionario Webster, como argumento de  peso: “la unión legal de por vida entre un hombre y una mujer”. Al parecer, al Webster aún no había llegado el divorcio. Pero su argumento fundamental es que no se trata de una cuestión de índole constitucional, sino de una decisión que debería poder tomar el pueblo mediante votación, aunque suponga la discriminación de parte de la ciudadanía. Así lo evidencia en su sorprendente conclusión final: “Si se encuentra usted entre los muchos estadounidenses, cualquiera que sea su orientación sexual, que están a favor de la expansión de los matrimonios del mismo sexo, por supuesto que celebrará la decisión de hoy. Celebrará el logro de una meta deseada. Celebrará la oportunidad de una nueva expresión del compromiso con su pareja. Celebrerá la disponibilidad de nuevos beneficios. Pero no celebrará la Constitución. No tenía nada que ver con eso”.

El juez Scalia llega tan lejos como para negar que el propio tribunal al que pertenece pueda dictar resolución alguna: “Un sistema de gobierno que subordina a las personas a un comité de nueve magistrados no electos no merece llamarse una democracia”, una clara referencia a que la mayoría de las legislaciones contra el matrimonio igualitario habían sido convalidadas mediante referéndum. Scalia asevera que no es un intolerante mientras califica a sus colegas firmantes de la sentencia favorable de “narcisistas pretenciosos”.

El juez Clarence Thomas considera que la cuestión del matrimonio entre personas del mismo sexo debería haberse limitado a una cuestión política, no judicial. También teme que la decisión mayoritaria socave la libertad religiosa. Aunque lo más sorprendente es que el siguiente argumento provenga del único miembro afroamericano del alto tribunal: “El corolario de este principio es que la dignidad humana no puede ser socavada por el gobierno. Los esclavos no perdieron su dignidad (más de lo que pierden su humanidad) porque el gobierno permitiera que fueran esclavizados. Los detenidos en campos de internamiento no perdieron su dignidad  porque el gobierno les confinara allí. Y a quienes les niegan beneficios gubernamentales ciertamente no pierden su dignidad porque el gobierno se los niegue. El gobierno no puede conceder la dignidad, y no la puede quitar”.

Finalmente, el juez Samuel Alito se muestra muy preocupado por que los partidarios de los derechos LGTB utilicen los argumentos de la mayoría del tribunal respecto a la discriminación histórica del colectivo para vilipendiar a quienes quieran discriminarles: Serán utilizados para vilipendiar a los estadounidenses que no estén dispuestos a asentir a la nueva ortodoxia. En sus fundamentos, la mayoría del tribunal compara las leyes tradicionales de matrimonio a las leyes que negaban la igualdad de trato para los afroamericanos y las mujeres. Las implicaciones de esta analogía serán explotadas por aquellos que están decididos a acabar con todo vestigio de disidencia”.

Fuente Dosmanzanas

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‘Coming Out and Coming Home’ – El jefe del ministerio católico gay escribe sus memorias

Jueves, 4 de agosto de 2022
Comentarios desactivados en ‘Coming Out and Coming Home’ – El jefe del ministerio católico gay escribe sus memorias

8BA362E5-3E78-4986-AA72-EC826FB5906FStan “JR” Zerkowski, el director ejecutivo de Fortunate Families, (Familias Afortunadas), publicó un libro de memorias titulado ‘Coming Out and Coming Home’ (Salir del armario y volver a casa). Zerkowski, quien también dirige el ministerio LGBTQ en la Diócesis de Lexington, dijo que su razón para escribir las memorias fue para que la gente vea: “Hay esperanza, hay luz al final del túnel”. El obispo de Lexington, John Stowe, OFM, escribió el prólogo, según el Bay Area Reporter.

En sus nuevas memorias, ‘Coming Out and Coming Home’ (Saliendo del armario y regresando a casa), Stan JR Zerkowski escribe sobre cómo nunca tuvo la intención de ser un portavoz nacional de los católicos romanos LGBTQ. Pero Zerkowski dijo que para todos nosotros, “al final hay un plan” que no necesariamente podemos controlar.

Zerkowski, director ejecutivo del grupo de afinidad católica LGBTQ Fortunate Families, (Familias Afortunadas) y director del ministerio católico LGBT de la Diócesis de Lexington, le dijo al Bay Area Reporter que escribió sus memorias para que la gente pudiera ver que  “Hay esperanza, hay luz en el final del túnel”.

Sí, has leído bien. Zerkowski es abiertamente gay y no solo es un empleado de la iglesia, sino también el jefe del ministerio para personas queer en la estructura diocesana.

Su jefe, el Reverendísimo. John Stowe, el obispo de Lexington, escribió el prólogo.

“JR ha sido fundamental para ayudar al ministerio de la iglesia local a la comunidad LGBT; realmente me desafió a ser más abierto a la comunidad LGBT, así que me alegró escribir eso“, dijo Stowe a B.A.R.

Stowe dijo que no ha tenido ningún rechazo por escribir el prólogo del libro, pero ha sido criticado por su enfoque relativamente más liberal hacia las personas LGBTQ. “He recibido todo tipo de rechazo antes“, dijo Stowe.

La Iglesia Católica enseña oficialmente que las acciones homosexuales son pecaminosas y que, por lo tanto, las personas LGBTQ deben permanecer célibes.

Zerkowski dijo que el libro cubre su viaje “de la marginación al ministerio. La historia que comparto muestra que aunque uno puede ser terriblemente marginado y maltratado, incluso tener que ocultar parte de quién es durante mucho tiempo, esas cosas pueden llevar a salir del armario y volver a casa”, dijo Zerkowski.

Zerkowski ha sido empleado durante 11 años por la Diócesis de Lexington, Kentucky.

Mi libro habla de años de dolor”, dijo Zerkowski. “Años de que me dijeran ‘No te presentes a comulgar’. Años en los que mi propio pastor hacía preguntas inapropiadas sobre mi vida”.

Zerkowski dijo que cuando salió del armario, se dedicó a trabajar en la comunidad. Ayudó a encabezar dos grupos para estudiantes LGBTQ en escuelas secundarias católicas y ayudó a facilitar el primer servicio interreligioso Pride en Lexington.

Zerkowski “nunca tuvo el deseo de ser una persona nacional, un orador. Nunca creí que tendría un ministerio bajo los auspicios de la diócesis”, dijo, pero “cuando se abrieron las puertas, las atravesé”.

Más recientemente, comenzó a liderar el ministerio LGBT con la diócesis en la Iglesia Histórica de San Pablo y fundó Familias Fortunadas.

El BAR habló con Zerkowski para un artículo el año pasado sobre Greg Bourke, un demandante en el caso Obergefell v. Caso Hodges que legalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo, quien también escribió unas memorias. Zerkowski dijo que el libro estuvo “dos años en preparación. Parte de esto fue escrito para una publicación mensual aquí en Bluegrass [revista LGBTQ]“, dijo Zerkowski. “Parte de esto se basó en artículos en LinQ”, que es otra revista.

Zerkowski hizo publicar el libro a través de Butler Books, no por falta de otro editor, sino porque confiaba en la editora Carol Butler, se fue con ella.

Nunca hice nada de esto para construir mi nombre o ser un gran vendedor”, dijo Zerkowski. “Hice esto para terminar en escuelas católicas para que los estudiantes puedan decir: ‘Hay esperanza para mí. Hay esperanza en esta iglesia’. Cuando podemos ser nosotros mismos auténticos y podemos ser honestos acerca de quiénes somos, es cuando realmente brillamos“, dijo.

‘Coming Out and Coming Home’ (Salir del armario y volver a casa) de Stan JR Zerkowski, Butler Books (www.butlerbooks.com)

Fuente Bay Área Reporter

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