Bolu Okupe y su padre Doyin Okupe.
Frente al odio y la intolerancia de parte de la sociedad, el colectivo LGTBI todavía tiene grandes cotas de libertad por conquistar a lo largo de todo el planeta, también en nuestra propiea sociedad. Bolu Okupe, hijo del político Doyin Okupe, no ha querido resignarse y se ha lanzado a plantar cara a su propio padre para lanzar a los cuatro vientos su orientación sexual y combatir las proclamas que su progenitor lanza a diario.
Bolu Okupe, el hijo de un ex alto asistente presidencial nigeriano, se declaró homosexual, lo que llevó a su padre, vehementemente homofóbico, a lamentar el “desafío espiritual” que se avecina, después de que expresó su desaprobación hacia su hijo, Bolu Okupe, dijo que es un “AF gay” en una publicación viral de Instagram.
Sosteniendo triunfalmente una bandera del Orgullo LGBT + detrás de él, un Bolu sin camisa, anunciaba al mundo: “Sí, soy gay AF”. Okupe es entrenador personal y actualmente vive en Francia. A través de su cuenta personal de Instagram ha publicado, ataviado únicamente con un bañador de los colores de la bandera arcoíris (y portando una bandera de los mismos colores) que es abiertamente gay. De hecho, junto a la instantánea, ha escrito el siguiente lema: “Gay AF”: “Gay as fuck”, indicando que está completamente orgulloso de cómo es.
El joven nigeriano ha tenido que soportar todo tipo de comentarios a su publicación. Sin embargo, lejos de acobardarse, primero ha respondido, quizás pensando que no iba a tener tanta repercusión, hasta que finalmente los ha desactivado.
Pero el padre del joven de 27 años, Doyin, ex asistente especial en medios y publicidad del ex presidente Olusegun Obasanjo, quien calificó el hecho de ser gay como “no bíblico y no africano“, no quedó impresionado. En Twitter, Doyin escribió: “Hace tiempo que soy consciente de que esta es su nueva orientación. Él sabe que como cristiano y testigo de Cristo (evangelista) me opongo con vehemencia a la homosexualidad, ya que es contraria a los preceptos declarados de mi fe cristiana. Para mí, miro más allá de la superficie o de lo físico. Aquí veo un gran desafío espiritual por delante, pero sé que mi Dios vive, toda esta saga terminará en Alabanza al Todopoderoso Jehová a quien sirvo día y noche “.
El líder político agradeció todos los comentarios de apoyo y de pésame, por el infortunio de la homosexualidad y aquellos que decían: es demasiado bueno como para ser gay, ese no es el camino.
Pero, afortunadamente, un comentario le tocó la fibra de padre. Uno de sus seguidores criticaba a su hijo y hasta lo amenazaba de muerte. Pero Bolu sufrió duras críticas por parte de los usuarios de las redes sociales y de su propia familia, y un usuario de Instagram dijo que si estuviera en Kenia sería “un cadáver”. Doyin Okupe le respondió: “Toda tu mentalidad es trágica. ¿Tu religión te ha convertido en un imbécil psicótico que realmente cree que está bien matar gente? Primero, dijo que se quedara en Francia con su estupidez. Señor, ¿quién cree que le dio el cristianismo a los africanos?”, asegura la BBC.
Unos días después, publicó otro post en Facebook donde su hijo aparecía en una lista de los 100 africanos más influyentes. A partir de aquí parecía haber cambiado algo de opinión: “Bolu seguirá siendo celebrado en mi muro, en Nigeria y a nivel mundial, en el nombre de Jesús […] Bolu no es un criminal, vive en Francia, donde la homosexualidad no es delito”.
“Los franceses y los ingleses te empujaron a la religión que estás llamando”, agregó, reflexionando sobre el inquietante legado del colonialismo británico, donde los códigos penales de larga data permanecen como artefactos de Inglaterra que prohibían la homosexualidad en el siglo XVI. “Estás delirando”, agregó Boyu. “Espero que algún día te eduques. Si no, no me importa, morirás ignorante y en el lado equivocado de la historia “.
En Nigeria, la gente queer se enfrenta a la amenaza inminente de 14 años de prisión y la pena de muerte, con jefes de organizaciones benéficas de derechos humanos que dicen que la homosexualidad “es una pulgada más alta” que el incesto y con unidades policiales que los abusaron y torturaron brutalmente.
Después de todo, el país se encuentra entre los países más peligrosos del mundo para las personas LGBT +.
LGTBfobia de Estado en Nigeria
Mientras la Comunidad LGTBI de Nigeria nos da una lección de Orgullo a todos, la última noticia que publicábamos el pasado enero, era la referente a un hombre azotado 14 veces en un día como “terapia de conversión” por ser gay. En 2018, Adeniyi Raji, un solicitante de asilo en el Reino Unido quien tras rechazar su solicitud de asilo se enfrenta a la deportación a Nigeria anteriormente, Nneka Obazee, que intentaba suicidarse tras ser detenida para ser deportada a su país de origen, Nigeria, donde podría enfrentarse a la cárcel o incluso la muerte por lapidación al ser lesbiana.
Estas noticias lamentablemente no son novedad en el país africano. De hecho, esta redada se suma a otras similares. Recientemente, seis personas fueron arrestadas con los mismos cargos. Fue en el estado de Abia, donde de nuevo se enfrentan a penas de cárcel. Hace un año recogíamos en esta página la detención de otras 40 personas tras participar en un evento informativo sobre el VIH. Y en abril de 2017 nos hacíamos eco de la detención de otras 53 personas, acusadas de haber participado en una «boda gay». La mayoría de los detenidos eran jóvenes de entre 20 y 30 años.
Todas estas detenciones se dan bajo el amparo de un Estado que es agente perseguidor. En Nigeria, país con un influyente movimiento evangélico cristiano en el sur y un fuerte apoyo a la ley islámica en el norte, las relaciones homosexuales se castigan con penas que pueden llegar hasta los 14 años de cárcel o incluso hasta la muerte por lapidación en los estados del norte en los que además se aplica la sharía o ley islámica (el estado de Kaduna, de hecho, es uno de los que aplican en parte de su territorio). El pasado mes de abril recogíamos que 53 personas fueron detenidas en el país, acusadas de haber participado en una “boda gay”. La mayoría de los detenidos eran jóvenes de entre 20 y 30 años, que ya prestaron declaración ante el juez y que todavía esperan que se dicte sentencia.
Asímismo cabe recordar que a principios de 2014 el presidente Goodluck Jonathan promulgó una ley, que agrava el tratamiento penal para cualquier actividad relacionada con la realidad LGTB. Desde su entrada en vigor, de hecho, no han cesado de sucederse los actos de barbarie de la población civil contra las personas LGTB de Nigeria, alentados por los líderes políticos y religiosos, que han creado un ambiente de profunda homofobia social. Hemos informado de algunos de estos terribles hechos, aunque es de suponer que la información de la mayoría de este tipo de actos execrables no alcance a los medios de comunicación occidentales.
Así, por ejemplo, en enero de 2014, una multitud de miles de personas rodeaba un tribunal islámico, donde se juzgaba a once hombres acusados de practicar la homosexualidad, exigiendo su ejecución inmediata. Meses después, cuatro de los detenidos, que confesaron los hechos probablemente bajo tortura, fueron condenados a recibir públicamente 15 latigazos y al pago de una multa o un año de prisión. En febrero del mismo año, otra horda enfurecida asaltó los domicilios de doce homosexuales en la capital, Abuja, a quienes terminaron por arrancar de sus casas y golpearles incluso ante las puertas de la comisaría local. En las mismas fechas, en la localidad sureña de Port Harcourt, otros dos homosexuales fueron arrastrados fuera de su hogar y obligados a realizar actos sexuales ante una multitud agresiva.
En enero de 2015, la policía islámica de Kato, una ciudad al norte de Nigeria, comunicaba la detención de doce personas por participar en la celebración de una supuesta boda entre dos personas del mismo sexo. La ley vigente en Nigeria, anteriormente citada, castiga con hasta 14 años de prisión a quienes participen en una ceremonia de unión homosexual. En noviembre 21 estudiantes fueron detenidos acusados de prostitución masculina, según un periódico local.
En marzo de 2016, una turba violenta atacó a 20 jóvenes de quienes sospechaban, por su aspecto afeminado, que eran homosexuales. Todos ellos habían sido arrastrados fuera de sus casas y reunidos para golpearlos sin compasión. La brutal paliza a que les sometieron hizo temer por sus vidas. Ninguna de las víctimas quiso presentar denuncia, por temor a las represalias de sus agresores y por no enfrentarse al estigma de ser considerados homosexuales públicamente. En mayo, seis jóvenes fueron detenidos en Benin City acusados de mantener relaciones sexuales.
En el mes de octubre del mismo año, fue detenido un hombre acusado de mantener relaciones homosexuales, tras negarse a ser víctima de un chantaje. Al parecer, todo fue urdido por una pareja de madre e hijo, que se dedican a extorsionar a homosexuales con la amenaza de denuncia. Tras la negativa, la Policía procedió casi inmediatamente al arresto.
Posteriormente, en diciembre dimos la noticia de que un magistrado del Tribunal de Damaturu, la capital del estado de Yobe, había condenado a cinco hombres a sendos siete años de prisión por haber mantenido relaciones sexuales con personas de su mismo sexo.
En abril de 2017, publicamos la detención de 53 personas, a quienes se acusaba de participar en la celebración de una supuesta “boda gay”.
Y en abril de este año 2020 nos hacíamos eco de que un Oficial de policía nigeriano bisexual y su compañero estuvieron a punto de ser asesinados por matones.Todo lo que hizo un agente de policía fue presuntamente tener sexo con su pareja masculina en Nigeria, sin embargo, Chibuike Ukazu y su pareja fueron brutalmente golpeados y desnudados por una turba de jóvenes.
Actuaciones de este tipo provocaron que el Parlamento Europeo aprobara en marzo de 2014, con el acuerdo de los principales grupos, una resolución de condena a las leyes homófobas de Uganda y Nigeria. El texto de la resolución solicitaba su derogación y proponía que si no había marcha atrás se suspendiese a los dos países del acuerdo de Cotonú sobre intercambio comercial y asistencia entre la Unión Europea y los estados de África, Caribe y Pacífico.
Sin embargo, la directora del programa africano del Centro Europeo para la Gestión de Políticas de Desarrollo (ECDPM), Faten Aggard-Clerx, muy crítica con lo que considera una postura hipócrita de la Unión Europea, se preguntaba, en referencia a Nigeria, si el organismo europeo está dispuesto a “mantener sus valores a pesar de sus intereses en algunas partes de África”. Aggard-Clerx denunciaba que la Unión Europea no había alzado la voz contra las leyes homófobas aprobadas en Etiopía en 2004, pero sí lo hacía una vez que las condenas por homosexualidad iban a carecer de la posibilidad de indulto. También ponía el ejemplo del presidente de Uganda, Yoweri Museveni, muy criticado por aprobar una ley fuertemente homófoba, pero alabado por su papel en Sudán del Sur.
Parece haber servido de poco, sin embargo. En enero de 2017 nos hacíamos eco de un informe de la organización The Initiative for Equal Rights, que denunciaba hasta 152 graves vulneraciones de los derechos humanos de la población LGTB entre diciembre de 2015 y noviembre de 2016. Evidentemente, se trata de las denuncias que han llegado a conocimiento de las organizaciones de defensa de los derechos humanos. En un país en el que la homosexualidad está fuertemente castigada por el Código Penal y sufre un fortísimo rechazo social, el número real es con seguridad mucho mayor.
Fuente Pink News/Cristianos Gays
General, Historia LGTBI
Bolu Okupe, Doyin Okupe, Gay, Nigeria, Olusegun Obasanjo, Salir del armario
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