¿Quieres honrar el cuerpo de Cristo? No permitas que sea objeto de desprecio en sus miembros, es decir, en los pobres, que carecen de paños para cubrirse. No lo honres aquí, en la iglesia, con telas de seda mientras que fuera lo olvidas cuando sufre por el frío y la desnudez.
El que ha dicho: «Éste es mi cuerpo», confirmando el hecho con la palabra, ha dicho también: «Me visteis hambriento y no me disteis de comer» (cf. Mt 25,35) y «Os aseguro que, cuando dejasteis de hacerlo con uno de estos pequeños, también conmigo dejasteis de hacerlo» (Mt 25,45) […].
Aprendamos, pues, a pensar en honrar a Cristo como él quiere. En efecto, el honor más agradable que podemos rendir a aquel a quien queremos venerar es el que él mismo quiere, no el que nos inventemos nosotros […]. Haz que los hombres se beneficien de tus riquezas.
Dios no tiene necesidad de vasos de oro, sino de almas de oro […]. Por consiguiente, mientras adornas el lugar del culto, no cierres tu corazón al hermano que sufre. Éste es un templo vivo más precioso que aquél.
*
Juan Crisóstomo, Homilía sobre el evangelio de Mateo,
50, 3ss: en PG 58, cois. 508ss.
Comentarios desactivados en Consuelo Vélez: “Ser los primeros en apostar por el bien común en todos los casos”
De su blog Fe y Vida:
Libertades individuales y bien común.
“Si el coronavirus es tan contagioso ¿cómo es posible que dudemos en tomar todas las medidas necesarias -y hasta exagerando- para evitar que los demás sean contagiados?”
“El bien común limita nuestra libertad individual, impide que tengamos más beneficios propios, deja en segundo lugar los intereses particulares para que el bien de los demás se ponga en primer plano”
“Si los que nos decimos creyentes no vamos ‘de primeras’ mostrando que creemos en el Padre/Madre de todos y por eso posponemos los propios intereses en favor del bien común ¿de qué fe estamos hablando?”
La tensión entre las libertades individuales y el bien común siempre existirá refiriéndose a muchas situaciones de cada día. Con el coronavirus de nuevo esa tensión ha salido a la luz y no es fácil ponerse de acuerdo. Desde Francia y otros países que se precian de la defensa de las libertades individuales hasta los países que ni siquiera tienen todavía acceso a las vacunas, hay muchos que piensan que no les deben imponer nada porque sería violentar sus libertades, como muchos otros que defienden la necesidad de que haya regulaciones y se decreten las medidas necesarias para garantizar la marcha de la sociedad. Y así seguiremos en ese debate y tal vez nunca logremos estar de acuerdo.
Pero me quiero referir a las experiencias religiosas y, concretamente al cristianismo, en el que la propuesta central es la fraternidad/sororidad, el bien común, la defensa del más desfavorecido, el compartir de bienes, etc., para cuestionar si, en verdad, nuestra fe se pone en primer plano para funcionar en la sociedad, si nuestro testimonio es claro y creíble, si lo que predicamos lo aplicamos.
Independientemente de que el Estado regule o no, la coherencia entre lo que creemos y vivimos podría ser mucho más evidente en nuestra sociedad. Si el coronavirus es tan contagioso ¿cómo es posible que dudemos en tomar todas las medidas necesarias -y hasta exagerando- para evitar que los demás sean contagiados? Si la muerte ha golpeado tan real y de manera indiscriminada a tantos, ¿cómo no evitar a toda costa que las personas mueran y que se colasen los servicios de salud pública? Sinceramente a mi me parece tan obvio que, desde la fe, lo que nos interese sea el bien común, que no logro entender por qué tantas personas de fe, no se disponen con diligencia y generosidad a pensar en los otros/as antes que en sí mismos.
Ya en la Conferencia Episcopal Latinoamericana y Caribeña celebrada en Puebla (1979) la Iglesia se preguntaba cómo era posible que, en un continente creyente, fuera tan inmensa la brecha entre ricos y pobres, tan inmensa la injusticia estructural. Y han pasado más de cuarenta años y la pregunta sigue vigente porque quienes luchan por erradicar la injusticia estructural y buscan caminos de transformación social, muchas veces son las personas menos creyentes, mientras que tantas otras que se precian de ser cristianas, engrosan cada vez más las tendencias neoliberales y las visiones de extrema derecha, fundamentadas en el beneficio propio, en las libertades individuales, en la mayor ganancia, en el progreso de los más fuertes.
La vida cristiana ¿no debería sacudirse de su ceguera evangélica y lanzarse a vivir lo más propio de ella: la acogida del reino de Dios que se inauguró con Jesús, en la comunidad de hermanos y hermanas que testimonian la fraternidad/sororidad de los hijos e hijas de Dios?. Esto implicaría que fuéramos los primeros en apostar por el bien común en todos los casos, en todas las circunstancias, en todos los momentos. Por supuesto el bien común limita nuestra libertad individual, impide que tengamos más beneficios propios, deja en segundo lugar los intereses particulares para que el bien de los demás se ponga en primer plano.
Esto es lo que Francisco expresó muy bien en la Encíclica Fratelli Tutti (n. 120), refiriéndose a la propiedad privada: “(…) Dios ha dado la tierra a todo el género humano para que ella sustente a todos sus habitantes, sin excluir a nadie ni privilegiar a ninguno. En esta línea recuerdo que la tradición cristiana nunca reconoció como absoluto o intocable el derecho a la propiedad privada y subrayó la función social de cualquier forma de propiedad privada. El principio del uso común de los bienes creados para todos es el primer principio de todo el ordenamiento ético-social, es un derecho natural, originario y prioritario. Todos los demás derechos sobre los bienes necesarios para la realización integral de las personas, incluidos el de la propiedad privada y cualquier otro, no deben estorbar, antes, al contrario, facilitar su realización (…). El derecho a la propiedad privada sólo puede ser considerado como un derecho natural secundario y derivado del principio del destino universal de los bienes creados, y eso tiene consecuencias muy concretas que deben reflejarse en el funcionamiento de la sociedad. Pero sucede con frecuencia que los derechos secundarios se sobreponen a los prioritarios y originarios, dejándolos sin relevancia práctica”.
Y más sencillo aún, el mandamiento del amor: “Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a sí mismo” (Mc 12, 28-31) es a la vez, tan claro y tan determinante, que solo con tenerlo presente podría ser suficiente para que los cristianos antepongamos el bien común, frente al propio interés. Hablar de comunidad no es un slogan, una moda o una característica abstracta. Es vivir con otros/as en la vida real, con lo que ella nos trae cada día y que en este tiempo pasa por el control del coronavirus, la distribución de los bienes de la tierra, el cuidado de la casa común, y tantos otros desafíos actuales que reclaman mucha calidad humana, mucha honestidad y verdaderos principios éticos. Y si los que nos decimos creyentes no vamos ‘de primeras’ mostrando que creemos en el Padre/Madre de todos y por eso posponemos los propios intereses en favor del bien común ¿de qué fe estamos hablando?
Comentarios desactivados en Dolors Bramon: “El movimiento talibán es una gran desviación del Islam llevada al terreno político”
“Los talibanes se inventan la Sharía a su conveniencia”
“Los países del Golfo reparten traducciones tergiversadas del Corán”, advierte Bramon. Fragmenta Editorial.
“En general, todos los islamismos se caracterizan por discrepar, en algunos puntos, de la doctrina del Corán”
“Vivo con mucha preocupación lo que pasa en Afganistán. La llegada de los talibanes al poder es un tema muy importante del que quizás los medios no hablarán dentro de un mes, pero la sociedad afgana empezará a sufrir muy pronto las consecuencias con mucha intensidad”
“Movimientos como el de los talibanes, la doctrina wahabí o la organización de los Hermanos Musulmanes de Egipto o Estado Islámico, entre otros, son muy peligrosos porque se extienden. En el caso de los talibanes, es probable que reciban apoyo internacional que les hará envalentonarse y, por tanto, hacer más daño”
“El islam no justifica las prácticas discriminatorias contra la mujer; pero como todas las religiones monoteístas, es patriarcalista. Y si no, pregúntele a muchas mujeres católicas que querrían acceder al sacerdocio y no pueden”
La toma del poder por parte de los talibanes en Afganistán situa de nuevo a este movimiento islámico en el foco mediático y plantea interrogantes, todavía no suficientemente bien resueltos, sobre el modo en que ciertos grupos del denominado islam político interpretan el Corán, su libro sagrado. Profesora emérita de estudios árabes e islámicos en la Universidad de Barcelona y autora de El islam hoy (Fragmenta, 2019), Dolors Bramon (Banyoles, 1943) es una de las voces más autorizadas para deshacer los tópicos que circulan sobre el islam entre los musulmanes y entre los que no lo son. Tras una larga etapa como catedrática, su labor principal consiste desde hace unos años en “hacer que los medios de comunicación hablen del islam como Dios manda,” reconoce Bramon por teléfono desde su Banyoles natal.
Parece que los medios de comunicación solo recurrimos a personas a usted cuando el islam ocupa el debate público y casi siempre por motivos poco afortunados. ¿Le han llamado mucho en estos días para hablar de Afganistán?
Naturalmente. Esto forma parte de mi trabajo. A menudo veo que se confunden términos, palabras, conceptos y por tanto en estas situaciones es donde puedo aportar mis conocimientos. A veces digo que los españoles y los catalanes hemos estado muy mal educados en islam, quizás porque 800 años de dominio islámico nos hacen ver como algo negativo la influencia de esta religión.
¿Cómo está viviendo lo que pasa en Afganistán en estos días?
La llegada de los talibanes al poder es un tema muy importante del que quizás los medios no hablarán dentro de un mes, pero la sociedad afgana pronto empezará a sufrir las consecuencias con mucha intensidad. Por lo tanto, lo vivo con gran preocupación. Hace unos días me llamaron de una radio y me preguntaron si me creía lo que dijeron los talibanes en su primera rueda de prensa en Kabul tras la toma del poder, cuando aseguraron que las mujeres afganas serían felices bajo las reglas de la Sharía. Mi respuesta fue un no rotundo: no me lo creo en absoluto.
En los últimos días, musulmanes de España y otras partes del mundo han criticado a los talibanes por su desviación del islam.
El movimiento talibán es una gran desviación del islam llevada al terreno político. La de Arabia Saudita es una desviación también muy peligrosa porque tienen mucho dinero. Son corrientes que se extienden, y en el caso de los talibanes, contarán seguro con ayudas internacionales de los países del Golfo que les darán poder; y si tienen poder se envalentonarán y harán más daño.
Habla usted del pluralismo en el islam político. Y en este sentido, equipara movimientos como el de los talibanes con la doctrina wahabí o la organización de los Hermanos Musulmanes de Egipto o Estado Islámico, entre otros. Todas estas visiones del islam, ¿respetan el espíritu del Coran?
Depende del grado de desviación con respecto al islam que se produzca, si es más grande o más pequeño. Pero en general, todos estos islamismos se caracterizan por discrepar, en algunos puntos, de la doctrina del Corán. Y esto es muy grave, porque ellos dicen que el Corán les ha sido dictado por Dios, creen en Dios y por tanto, lo menos que pueden hacer es hacerle caso.
Resulta bastante cuestionable que crean en Dios.
Yo lo cuestiono. De hecho he insistido mucho para que no se acepte la terminología de ‘Estado Islámico’ porque no es un proyecto que siga en absoluto las doctrinas del islam; por tanto, no merece ese nombre. He intentado que se les llame ‘pretendido Estado Islámico’, o ‘mal llamado Estado Islámico’, pero no es una fórmula que resulte cómoda a los medios de comunicación. Ahora volveremos a oír hablar de él, desgraciadamente.
¿Por qué?
Tradicionalmente, este movimiento no se ha entendido bien con los talibanes, pero tampoco son enemigos. Es posible que ‘Estado Islámico’ aproveche el desorden actual para atentar. EEUU ya ha advertido una amenaza potencial. Con las aglomeraciones que están habiendo en el aeropuerto de Kabul, sería fácil organizar un acto terrorista.
¿El Islam es patriarcal o machista? ¿Justifica esta religión las prácticas abusivas que se dan contra las mujeres por el mero hecho de serlo?
No las justifica, pero el islam, como todas las religiones monoteístas, es patriarcalista. Y si no, pregúntele a muchas mujeres católicas que querrían acceder al sacerdocio y no pueden. El monoteísmo, como establece una gradación creador-criaturas, naturalmente las criaturas también sufren de esta gradación y las mujeres están por debajo de los hombres. Es innato, es inconsciente a veces, pero siempre es propio de cualquier religión monoteísta.
¿Qué cree que va a pasar a partir de ahora con los 19 millones de mujeres y niñas en Afganistán? El panorama, por el momento, no parece muy esperanzador.
No es esperanzador en absoluto. Además, desde el primer momento, los medios han caído en una trampa al hacerse eco de las afirmaciones de los talibanes, que aseguran que respetarán los derechos de las mujeres según la Ley Islámica. Ahora ya dicen que respetarán sus derechos de acuerdo con la Sharía. De ese modo, hemos hecho un paso más hacia la ignorancia: dicen algunos musulmanes que la Sharía es la ley islámica y yo lo niego: lo que dicen que es Sharía en Arabia Saudí no lo es en Marruecos o Nueva York. Es decir, una ley que no sea general no puede ser ley islámica: será la ley de los talibanes, la ley de Irán o la que sea, pero no nos la pueden vender como una ley general del islam.
El islam es una cosa muy seria, y si tuviera una ley general, la tendría escrita tal como lo está nuestro Aranzadi. La Sharía varía en función de quién tiene el poder político o religioso y cómo decide qué es Sharía y qué no. Por ejemplo: en Afganistán, durante la época talibán, las mujeres no tenían acceso a los estudios ni a la medicina. En Marruecos o en Turquía, en cambio, sí lo tienen. Por tanto, podemos decir que en este caso los talibanes se inventan la Sharía a su conveniencia. Cada cual se desvía como le da la gana y, si tiene poder, consigue imponerse.
En estos días, algunos medios han intentado explicar qué es la Sharía. ¿Cómo la define usted?
Sharía es una palabra ambigua que solo sale una vez en el Corán e indica el camino que lleva hacia el abrevadero, es decir, el lugar donde se encuentra el agua. Se ha interpretado, por tanto, como “el camino que lleva hacia una buena conducta”. Digo que es un concepto ambiguo porque una persona puede decidir que el camino es ofrecer caridad a los pobres y otro decir que es hacer desaparecer de la tierra todo objeto de pecado. En este sentido, si tienes poder político, religioso o social, puedes decir que es Sharía lo que te dé la gana. Y no. El mundo musulmán ha de guiarse por lo que dice el Corán, no por lo que dice el jefe de Estado de cada país o lo que los líderes religiosos piden a este.
Sostiene en su libro que el islam no es una religión monolítica. No se vive igual en Marruecos, que en Turquía o Baréin.
Cada musulmán tiene su islam, a diferencia del catolicismo, que tiene un Papa que define doctrina, actuación o norma. En el Corán, cada musulmán está invitado a pensar y razonar, y cada cual lo hace en la medida de lo que es capaz. Lo que pasa es que hay imanes y autoridades religiosas que pueden hacer mucho mal o mucho bien en función de cómo interpretan y dan a conocer la palabra de Dios.
El Corán impreso en Arabia Saudí y distribuido en el resto del mundo es un texto que tiene un impacto muy negativo mundialmente en el sentido que expande una visión retrógrada del islam.
Efectivamente, pero yo no hablaría en singular. Los países del Golfo imprimen traducciones del Corán perfectamente redactadas en multitud de idiomas porque el dinero les sale por las orejas. No son traducciones exactas: he hecho muchas pruebas con mis alumnos y tengo clarísimo que se trata de traducciones tergiversadas que no reflejan lo que dicen que Dios les dijo. A pesar de que traducir a Dios es muy difícil, se pueden hacer traducciones más o menos fieles. Y estos ejemplares del Corán editados en el Golfo y regalados por todo el mundo son muy peligrosos. Siempre que puedo, advierto a las bibliotecas de que no deben incorporarlos a su catálogo.
Comentarios desactivados en El Estado de Yucatán aprueba, por fin, el matrimonio igualitario con una amplia mayoría y prohíbe las llamadas terapias de conversión
El Congreso de Yucatán ha aprobó el pasado miércoles el matrimonio igualitario.
El Estado sigue la estela de Sinaloa y Baja California, que también han avalado la unión entre parejas homosexuales este verano
El Congreso del Estado de Yucatán aprobó el pasado miércoles el matrimonio igualitario con 20 votos a favor y cinco en contra. Hace solo tres semanas que Baja California tomó la misma decisión y también este verano, a finales de junio, la unión entre parejas homosexuales fue aceptada en Sinaloa. Con estas tres nuevas resoluciones son ya 22 de los 32 Estados mexicanos los que reconocen este derecho.
En una larga sesión de más de cuatro horas, los diputados de Yucatán han votado a favor de modificar el artículo 94 de la Constitución del Estado para replantear los términos: en vez de algo exclusivo entre un hombre y una mujer, la reforma aprobada define el matrimonio como «una institución por medio de la cual se establece la unión jurídica, libre y voluntaria de dos personas, con igualdad de derechos, deberes y obligaciones, para realizar la comunidad de vida, en donde ambos se procuran respeto y ayuda mutua» y abre la figura del concubinato a todas las parejas.
En la misma sesión, los diputados han prohibido las llamadas terapias de conversión, que tratan de modificar la orientación sexual, y han aprobado que el delito de feminicidio no prescriba. En este mismo sentido, los congresistas han establecido que en caso de asesinato de una mujer a manos de su pareja, la patria potestad de los hijos no sea para el agresor sino para los abuelos de los menores.
El matrimonio igualitario en México
En México, el matrimonio igualitario está en vigor en muchos de sus estados y los matrimonios celebrados en ellos deben ser reconocidos a nivel nacional. Ciudad de México, de hecho, fue el primer territorio de América Latina en aprobar el matrimonio igualitario en el año 2009 (meses antes de que lo hiciera Argentina). En 2015, la Suprema Corte de Justicia de la Nación avaló que tanto los matrimonios entre parejas del mismo sexo como las adopciones por padres del mismo sexo fruto de aquella ley eran válidos en todo el territorio mexicano.
La capital mexicana abría así un camino que luego han seguido otros estados de México, un país federal en el que cada estado goza de amplia autonomía legislativa y cuenta con códigos civiles propios. Además, la prohibición del matrimonio igualitario por los estados que aún no permiten su celebración acabó siendo considerada inconstitucional por la Suprema Corte de Justicia y, de hecho, en prácticamente todos los estados de México se han celebrado ya bodas por orden judicial. En los estados que no celebran matrimonios entre personas del mismo sexo, sin embargo, los contrayentes deben presentar un recurso de amparo, un trámite que aumenta los plazos y los costes.
Pese a todo, el Congreso de México decidía a finales de 2016 bloquear el compromiso del presidente del país, Enrique Peña Nieto, de promover la reforma tanto de la Constitución mexicana como del Código Civil federal para asegurar sin género de duda la plena vigencia del matrimonio igualitario en todo el país. Todo ello fruto de una intensa campaña de agitación homófoba promovida, entre otras, por la Iglesia católica mexicana. En enero de 2017 publicábamos la noticia de la nueva constitución de Ciudad de México y el reconocimiento expreso al matrimonio igualitario y a las familias LGTB.
Con la entrada de Yucatán, Baja California y Sinaloa estos últimos tres meses, el mapa mexicano avanza en la igualdad, iniciada hace 11 años en Ciudad de México. Aunque todavía 10 Estados (Coahuila, Durango, Guanajuato, Guerrero, Estado de México, Querétaro, Tabasco, Veracruz y Zacatecas) se resisten a reformar sus leyes. Las parejas homosexuales de estas entidades tienen que presentar un amparo para que los jueces aprueben la unión caso por caso, en vez de hacerlo con un trámite ante el Registro Civil.
Comentarios desactivados en El ministro de salud de Alemania, católico, gay y casado, critica la prohibición del Vaticano de las bendiciones
Jens Spahn (derecha) con su esposo Daniel Funke
Un alto funcionario del gobierno alemán criticó al Vaticano por prohibir las bendiciones para personas del mismo sexo, comentarios aplaudidos por el sacerdote detrás de las protestas de esa nación contra la prohibición.
Jens Spahn, quien es el ministro de Salud de Alemania y un católico gay casado, comentó sobre la prohibición del Vaticano de las bendiciones para personas del mismo sexo, según el National Catholic Reporter:
“’Mi creencia está profundamente arraigada dentro de mí’, citó dpa a Spahn a la revista Bunte de Alemania. Añadió que, como hombre gay, era consciente de “los muchos errores que la iglesia ha cometido en su larga historia”.
“’Hay sacerdotes que bendicen a los conejillos de indias y las motocicletas’, dijo Spahn. “Pero dos personas que se aman y son creyentes que desean una bendición por su promesa de estar el uno para el otro durante toda la vida, están siendo rechazadas por la iglesia”.
“’Esto me molesta y me molesta’, dijo el ministro de Salud, que ha aparecido con frecuencia en los medios alemanes desde el inicio de la pandemia de coronavirus. “Pero eso no me lleva a apartarme de mis creencias o de la iglesia”.
En una entrevista con Katholisch.de, el p. Bernd Mönkebüscher agradeció los comentarios de Spahn. A Mönkebüscher, quien organizó la campaña#liebegewinnt (“El amor gana“) para que los católicos bendigan a las parejas del mismo sexo en mayo, se le preguntó cómo las palabras del ministro de Salud lo afectaron como hombre gay. El sacerdote respondió:
“Me afecta con cada persona que pide una bendición para su asociación y que se siente herida de que esta bendición se les niegue oficialmente. Ya es bastante malo que este sea todavía un tema de discusión porque continúa discriminando a las personas en su amor. En este sentido, la declaración del Ministro de Salud no me afecta más que a otras personas. Este problema afecta a todas las personas queer por igual “.
P. Bernd Mönkebüscher
Cuando se le preguntó qué impacto podrían tener las críticas de Spahn al Vaticano y el apoyo al amor LGTBI, Mönkebüscher dijo que es la iglesia, no el gobierno, quien decide los asuntos internos, pero que es “ciertamente una ventaja” que el tema gane atención. Añadió: “Creo que es bueno cuando la gente habla en público sobre lo que es importante para ellos. Eso es exactamente lo que realmente queremos, esa creencia sigue siendo un problema en la sociedad y, como resultado, las discusiones se mantienen vivas “.
Pasando a la campaña #liebegewinnt, Mönkebüscher afirmó que se trataba de fe, no de protesta:
“. . .el público ayuda. Protege hasta cierto punto contra personas individuales que sean atacadas por sus acciones. Sin embargo, en los servicios de bendición, hubo más de 110 en diferentes lugares, quedó claro que los responsables lo habían hecho por fe. No se trataba de una protesta o un espectáculo. Recibimos muchos comentarios después de los servicios. Siempre había una palabra en él: curación “.
Mönkebüscher también dijo que hubo algunos cambios reales como resultado de la campaña, comentando:
“Creo que un cambio claro es que el presidente de la conferencia de obispos y otros obispos tuvieron que comentar sobre los servicios de bendición. La gran presencia pública ha dejado claro que no pueden ignorar el tema y que se requiere una aclaración en el contexto de la Ruta sinodal. Al mismo tiempo, se fortaleció el coraje de los pastores locales, quienes dicen: Nos preocupamos por la gente, queremos estar en el camino con ellos y estas bendiciones son parte de ello ”.
En cuanto a las bendiciones que ocurren para las personas LGBTQ en las relaciones, el sacerdote dijo que hay “grupos de trabajo u oficiales de atención pastoral en trece o catorce diócesis” que abordan la cuestión de las bendiciones.
En general, Mönkebüscher dijo que el punto como sacerdotes y ministros pastorales es que “Queremos abrir puertas, esa es nuestra preocupación fundamental”.
Para la cobertura anterior de Bondings 2.0 del p. Ministerio y trabajo de Bernd Mönkebüscher, haga clic aquí. Para una cobertura completa del debate sobre la bendición de parejas del mismo sexo en la iglesia, haga clic aquí.
Comentarios desactivados en Ataque homófobo en Lleida: una camarera vierte agua hirviendo a una pareja
La mujer increpó a los dos chicos que estaban sentados en la terraza del bar y ha sido condenada por lesiones
Una camarera de un bar de la calle Vallcallent de Lleida agredió a una pareja homosexual que estaba sentada en en la terraza del establecimiento. El ataque de la mujer no es la primera vez que sucede, según avanza Segre, los vecinos del barrio ya han visto como recriminó hace pocas semanas a dos chicas que pasaban delante del bar por su orientación sexual.
El ataque homófobo ocurrió este 13 de agosto y ya se ha celebrado el juicio por lesiones contra la camarera. Entre la crueldad de la agresión, la mujer lanzó una jarra entera de agua hirviendo a la pareja por el mero hecho de ser gays, lo que les provocó heridas eritematosas en la zona abdominal y en el pie derecho del de uno de ellos. Además, también alcanzó con el líquido a una pareja de turistas y a otro cliente del bar.
Agresiones continuadas al colectivo LGTBI
“No es la primera vez que hay problemas de este tipo en el bar. Hace unas semanas, la misma camarera salió gritando a la calle a una pareja de chicas que pasaba delante del bar y les dijo que se fueran de allí, que no quería gente así en su local”, explicaron al periódico ilerdense vecinos de la zona a raíz de la agresión homófoba del 13 de agosto. En este sentido, la mujer habría realizado ataques continuados contra el colectivo LGTBI.
Lleida ha registrado dos agresiones contra el colectivo LGTBI en la última semana. Una cifra alarmante comparada con su población, a pesar de ser la segunda capital de provincia con más habitantes de la comunidad. Pero no es un dato aislado de la ciudad de poniente, según los datos de la consejería de Interior, cuatro de cada diez delitos de odio en Cataluña en lo que va de 2021 tuvieron un trasfondo homofóbico.
Comentarios desactivados en Saber escucharte, saber liberarme
Ahora sí, Señor,
ahora ya sé escuchar tu voz,
a pesar de mis prejuicios
y torpes decisiones diarias,
y creo en ella, con paz y alegría,
y deseo que deje huella en mi vida.
¡Tanto tiempo con la mochila a tope,
cansado desde el primer paso,
sudando la gota gorda,
sin poder levantar la vista,
doblegado y triste…
pensando que seguía tus huellas!
Pero Tú me has despertado
del falso sueño de las responsabilidades.
Has descargado mi mochila
de inútiles seguridades y falsas necesidades,
y me has dicho con voz amiga:
camina ligero de equipaje.
Y luego, como susurrando:
Normas de obligado cumplimiento
y un culto externo y vacío
atan el cuerpo y el espíritu
y pesan demasiado para el camino.
¡Yo quiero corazones libres y limpios!
Ahora sí, Señor,
ahora ya sé escuchar tu voz amiga
y su eco en el horizonte,
y estoy aprendiendo a aligerarme,
a caminar erguido
y a gozar de tu compañía.
Ahora sí, Señor,
camine o descanse,
te siento a mi lado,
y no me pesa la vida
ni el seguir tus huellas,
¡y me gusta escucharte!
Comentarios desactivados en Santiago Agrelo: “A Dios lo deshonramos adornando templos y olvidando a los pobres”
¿Qué lugar ocupa Dios en nuestra vida? ¿Qué lugar ocupan los pobres en nuestro corazón?
“Y si alguien nos preguntase qué hay detrás de esa historia de Dios con nosotros, le diríamos que sólo hay amor, que la razón de todo es el amor, que todo viene del amor y todo lleva al amor, y sólo el amor puede honrar a Dios como Dios quiere ser honrado”
“Lo deshonra quien deja a un lado el mandamiento de Dios y se aferra a latines, a vestiduras, a genuflexiones, a sacralidades que son sólo tradiciones humanas”
“En ese ejercicio blasfemo de honrar a Dios con los labios y dejarlo fuera del corazón, lamentablemente hemos sido pioneros y somos maestros los pueblos que nos decimos de «tradición cristiana»”
Una embarcación con al menos 70 migrantes a bordo naufragó frente a la costa de Libia, y se cree que por lo menos 17 personas perdieron la vida, informó el lunes un funcionario de migración de las Naciones Unidas. Se trata del más reciente desastre en el mar Mediterráneo en el que hay involucrados migrantes que buscan una mejor vida en Europa.
Durante años, grupos defensores de derechos y empleados de agencias de la ONU que trabajan con migrantes y refugiados han citado testimonios de sobrevivientes sobre un abuso sistemático en los campamentos de detención en Libia. Esos testimonios incluyen acusaciones sobre trabajo forzado, golpizas, violaciones y tortura. Los maltratos suelen estar acompañados de intentos por extorsionar a familiares antes de que se les permita a los migrantes salir de Libia en barcos de traficantes.
“A mí me lo hicisteis”:
Lo sabemos desde que hemos sido llamados a la fe: nuestro Dios, aunque siempre escondido, aunque siempre misterio, está siempre cerca de nosotros, tan cerca como lo están de nuestro corazón los mandatos y decretos que nos mandó cumplir, la palabra de la Sagrada Escritura que escuchamos, el Pan de la Eucaristía que recibimos, los pobres con los que nos encontramos.
Dios se nos mostró cercano, bondadoso, pródigo, asombroso, sobrecogedor, en esta tierra que nos confió para que la cuidásemos y la trabajásemos.
Dios se nos hizo cercano como madre y padre que sube a sus hijos sobre sus rodillas, y les enseña a hablar, a discernir lo que lleva a la vida y lo que lleva a la muerte: Dios se nos reveló madre y padre que, con palabras humanas, con lazos humanos, nos ha enseñado a vivir.
Y al llegar a su plenitud los tiempos de la revelación, sin que nadie lo pudiera sospechar, sin que ningún profeta lo hubiese podido intuir, sin que ninguna razón lo pudiese prever, Dios se nos hizo tan cercano que “su Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros”: en Cristo, Dios se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza; en Cristo, Dios se vació de sí mismo, “se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo pasando por uno de tantos”, y así, como uno cualquiera de nosotros, bajó con nosotros incluso a la muerte y a una muerte de cruz.
Entonces supimos que, en Cristo Jesús, Dios estaba tan cerca de nosotros como lo están los hermanos con quienes convivimos, como lo está la comunidad eclesial a la que pertenecemos, como lo están los necesitados que encontramos, como lo está el pan de la Eucaristía con que Cristo Jesús nos alimenta.
“Por mucho que las toquen no les van a hacer más caso los santos”
Y si alguien nos preguntase qué hay detrás de esa historia de Dios con nosotros, le diríamos que sólo hay amor, que la razón de todo es el amor, que todo viene del amor y todo lleva al amor, y sólo el amor puede honrar a Dios como Dios quiere ser honrado.
Si no lo honramos con la cercanía del corazón, amándolo allí donde él se nos hace cercano, a Dios sólo lo honraremos con los labios, que es una manera sarcástica de deshonrarlo.
Lo deshonra quien deja a un lado el mandamiento de Dios y se aferra a latines, a vestiduras, a genuflexiones, a sacralidades que son sólo tradiciones humanas.
Lo deshonramos adornando templos y olvidando a los pobres.
Lo deshonramos pidiendo que atienda nuestras oraciones y desoyendo su lamento en los oprimidos.
Lo deshonramos fingiendo recibirlo con respeto en la eucaristía y cubriéndolo de heridas y de injurias y de suciedad en los emigrantes.
Lo deshonramos apropiándonos de lo que fue creado para todos, destruyendo lo que los pobres necesitan para comer, y reduciendo la creación a un basurero.
Y en ese ejercicio blasfemo de honrar a Dios con los labios y dejarlo fuera del corazón, lamentablemente hemos sido pioneros y somos maestros los pueblos que nos decimos de «tradición cristiana».
Si queremos saber qué lugar ocupa Dios en nuestra vida, antes de preguntarnoscuántas veces comulgamos en la eucaristía, habremos de preguntarnos qué lugar ocupan los pobres en nuestro corazón.
Mañana, cuando todo llegue a su fin, todos hemos de escuchar la única verdad que vale la pena reconocer ahora, porque en ello nos va la vida: “A mí me lo hicisteis”.
Feliz encuentro con los pobres en la eucaristía. Feliz encuentro con Cristo resucitado.
“Ningún resumen clínico o análisis jurídico exhaustivo puede captar plenamente la atrocidad del acto de Roof. Sus delitos lo someten a la sentencia más severa que puede dictar una sociedad justa”, concluyeron los jueces del tribunal de Richmond en su fallo unánime
Dylan Roof abrió fuego 77 veces en una iglesia metodista de Charleston el 17 de junio de 2015, acribillando a nueve fieles negros que lo habían recibido con los brazos abiertos para una sesión de estudio de la Biblia
| RD/Agencias
Un tribunal federal de apelaciones confirmó este miércoles la condena a muerte del estadounidense Dylann Roof, que asesinó fríamente a nueve feligreses negros en una iglesia de Carolina del Sur en 2015 en una masacre que conmocionó al mundo.
“Ningún resumen clínico o análisis jurídico exhaustivo puede captar plenamente la atrocidad del acto de Roof. Sus delitos lo someten a la sentencia más severa que puede dictar una sociedad justa”, concluyeron los jueces del tribunal de Richmond en su fallo unánime.
Convencido de la supremacía del hombre blanco sobre otras razas que consideraba inferiores, Dylan Roof abrió fuego 77 veces en una iglesia metodista de Charleston el 17 de junio de 2015, acribillando a nueve fieles negros que lo habían recibido con los brazos abiertos para una sesión de estudio de la Biblia.
El joven tenía entonces 21 años.
El tiroteo marcó particularmente a la opinión pública estadounidense y la internacional porque ensangrentó un lugar que es símbolo de la lucha contra la esclavitud: la Iglesia Metodista Episcopal Africana Emanuel, que reúne a la comunidad negra más antigua de esta histórica ciudad de la época de la esclavitud, en el sureste de Estados Unidos.
El joven extremista fue condenado a muerte a principios de 2017, sin haber expresado ningún arrepentimiento o disculpa.
En el tribunal de apelación, sus abogados intentaron que se anulara su sentencia, argumentando que el juez de primera instancia nunca debió haber concedido la solicitud del acusado para defenderse por sí mismo.
Pero los jueces de apelación rechazaron este argumento.
No es probable que el convicto de 27 años, ahora recluido en una penitenciaría, sea ejecutado en un futuro próximo, ya que la administración del presidente Joe Biden impuso el mes pasado una moratoria a las ejecuciones federales
Comentarios desactivados en El atleta paralímpico Lee Pearson comparte conmovedor mensaje de aceptación LGBT + después de ganar el oro
El paralímpico Lee Pearson espera poder ayudar a los demás “simplemente siendo”.
El paralímpico Sir Lee Pearson, que fue elegido como abanderado del Reino Unido en los JJOO de Rio 2016, envió un emotivo mensaje a la comunidad LGBT+ tras conseguir la 12ª medalla de oro en doma clásica de su carrera en Tokio.
El jueves (26 de agosto), Pearson, con su caballo Breezer, triunfó en la prueba individual de grado II en doma clásica, y se llevó a casa otra medalla de oro, la duodécima desde sus primeros Juegos Paralímpicos en 2000.
Posteriormente, un periodista japonés pidió al deportista gay, de 47 años, que diera un mensaje a la comunidad LGBT+, y él respondió con un emotivo discurso.
Pearson dijo: “El amor tiene que prevalecer, realmente. Sea cual sea la forma, creo que el amor tiene que prevalecer. Si naces con una discapacidad, si tienes un hijo con una discapacidad, si naces con una atracción hacia el mismo sexo, si tu hija sale del armario o tu hijo, entonces ámalos. Nadie quiere ser diferente, pero tenemos que aceptar a la gente diferente porque así es la sociedad, así es el mundo. Esas personas diferentes no van a ir a ninguna parte”.
Pearson dijo que, independientemente de lo que se les eche encima, las personas queer y discapacitadas siempre estarán aquí. Y continuó: “Puedes decir que es ilegal, puedes hacer que se sientan mal, pero en algún lugar del mundo nacerá otro niño o niña gay. En algún lugar del mundo alguien nacerá sin extremidades. ¿Sabes a qué me refiero? La vida sigue y es una tontería que en esta época haya países que sigan en la edad de piedra, como decimos, con 100 años de retraso. Pero sólo soy un jinete. Lo prometo”.
Sir Lee Pearson, que tiene una MBE, OBE, CBE y fue nombrado caballero en 2017 por sus servicios a los deportes para discapacitados y a la hípica, ha estado fuera durante toda su carrera.
Pearson, que nació con artrogriposis múltiple congénita, declaró a The Guardian que, aunque no se considera “muy político”, espera ayudar a los demás “simplemente por ser”. Dijo: “He hecho el cambio sólo por ser. Evidentemente, el mero hecho de ser ha hecho que se den cuenta de mi discapacidad y de mi sexualidad. Hay gente muy importante que se encadena a las puertas y lucha por los derechos y yo no estaría aquí si esta gente no hubiera luchado. Pero creo que el hecho de que yo sea… ayudará a otras personas a serlo también“.
El joven de 26 años, con el seudónimo de “Gabir” para proteger su identidad, le dijo a the i que él y su novio estaban sentados juntos en un restaurante en la capital de Afganistán, Kabul, cuando los talibanes tomaron la ciudad el 15. Agosto.
Ambos se apresuraron a regresar a sus respectivas casas, y pronto Gabir no pudo localizar a su compañero cuando la señal de su teléfono y la conexión a Internet comenzaron a fallar.
Dijo: “A las 5 o 6 en punto, mi hermano me dijo que algo había pasado, que ‘deberías contactar a tus amigos’. Cuando llamo a mis amigos, el teléfono de todos está apagado “.
Trágicamente, Gabir finalmente descubrió por un amigo que su novio, que solo tenía 24 años, había sido rastreado por los talibanes y asesinado.
“Llegaron dos autos, con talibanes adentro”, dijo. “Dijeron: ‘¿Dónde está su casa?’ Y lo golpearon mucho. Se lo llevaron, nadie sabe dónde, y luego lo mataron. Después dijeron que trajeron el cuerpo [de regreso] y cortaron su cuerpo en pedazos para mostrarle a la gente que esto es lo que hacemos con los homosexuales”.
Gabir y su novio habían estado juntos durante ocho meses después de conocerse en la universidad y habían planeado salir de Afganistán para casarse.
Tras la horrible muerte del joven, Gabir ni siquiera ha tenido tiempo de llorar, ya que se esconde y teme por su propia vida.
Recientemente recibió una llamada anónima de alguien que le dijo: “Sé que eres gay, antes de capturar Kabul sabíamos todo sobre ti, tienes tres o cuatro amigos que son gays, tienes novio. Una vez que nos establezcamos aquí en Kabul, no les dejaremos vivir. Si te encontramos, te mataremos “.
Desde entonces, Gabir ha estado huyendo, pero dijo: “Estoy 100% seguro de que voy a morir. No hay esperanza para mí “.
En un desgarrador mensaje al gobierno británico, Gabir agregó: “Solo quiero irme de este país. No quiero morir. No quiero que me maten y me corten en pedazos como hicieron con mi novio. Merecemos vivir … Por favor, por favor, por favor, sálvanos”.
El autor gay afgano Nemat Sadat le dijo recientemente a PinkNews que los talibanes “eliminarán y exterminarán” a la comunidad LGBT + de Afganistán: “Pueden esperar una muerte lenta o rápida”.
Sadat, quien huyó de Kabul en 2013 después de que su vida fuera amenazada por su activismo por los derechos LGBT +, explicó que los afganos queer ya vivían con miedo y en secreto antes de la ofensiva de los talibanes de 2021.
La homosexualidad era ilegal en el país incluso bajo un gobierno elegido democráticamente. Ahora, según la ley de la Sharia, se castiga con la muerte.
“Los talibanes impondrán una política de ‘cebo, matar y tirar’”, dijo Sadat a PinkNews. “Es decir, nombrarán informantes para atraer a hombres homosexuales y bisexuales en línea y en espacios públicos y llevarlos a un lugar apartado, matarlos y deshacerse de sus cuerpos. Lo sé porque eso es lo que hicieron los elementos encubiertos de los talibanes dentro del gobierno afgano durante la era de Karzai y Ghani, y los que escaparon me contaron su historia”.
Añadió: “Los afganos LGBT + realmente no tienen opciones. Pueden esperar una muerte lenta o rápida. Cualquier pequeña alegría que tuvieran se evaporará sabiendo que los talibanes pueden quitarles la vida en cualquier momento “.
Pero en España, hemos tenido que leer este verano esta infamia de una filósofa española, Amelia Valcárcel y Bernaldo de Quirós, actualmente catedrática de Filosofía Moral y Política en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). Es Vicepresidenta del Real Patronato del Museo del Prado desde 2004 y miembro del Consejo de Estado desde 2006. No caben matices. Pura Homofobia. Dimita ya, señora.
Comentarios desactivados en Un joven denuncia una brutal agresión homófoba en el municipio pacense de Valle de Santa Ana: «Afortunadamente, yo puedo contarlo»
Jesús Vázquez, un joven de 26 años natural del pequeño municipio de Valle de Santa Ana (Badajoz), sufrió el pasado 17 de agosto una brutal agresión homófoba por parte de varios menores que se acercaron a él para insultarle y golpearle cuando caminaba por la calle. Después de lo sucedido, Vázquez decidió denunciar los hechos ante la Guardia Civil, que en estos momentos se encuentra investigando la agresión. «Estoy mejor. La espalda me sigue doliendo bastante, pero ya estoy en manos de un fisio. Con respecto a la denuncia, no hay novedades. Está todo en manos de la guardia civil y de la Fiscalía de Menores», señala ahora a Dosmanzanas.
Todo sucedió mientras Jesús Vázquez —que actualmente trabaja como profesor en Tenerife— paseaba por las calles de su pueblo natal, Valle de Santa Ana (Badajoz), de camino a casa. En un momento dado, cuatro menores de entre quince y diecisiete años se acercaron a él y comenzaron a insultarle.«Me llamaron maricón y se metieron con mi forma de caminar y vestir. Se pusieron agresivos y me dijeron que me fuese de allí o me pegaban», ha señalado la víctima.
Vázquez se marchó entonces con su madre y una tía. Una vez con ellas, los agresores volvieron a acercarse a él, esta vez subidos en un coche que conducía un adulto. «Me dice en un tono jocoso, riéndose de mí: ‘¿Qué pasa, Jesús? ¿Qué te han dicho estos muchachos?’. Yo me acerco a la ventanilla y le digo que estos muchachos son unos sinvergüenzas», explicó. En ese instante, dos de los menores, totalmente envalentonados, se bajaron del coche y comenzaron a golpear a Vázquez delante de su familia, hasta que consiguieron tirarle al suelo. Uno de ellos llegó incluso a amenazarle con una navaja —un arma que, por suerte para él, se le acabó cayendo al suelo—. «Mi madre se percató de eso y cogió la navaja del suelo para que no la cogiese él de nuevo».
Durante el tiempo que duró la agresión, Vázquez dice que no pudo evitar acordarse de Samuel, asesinado brutalmente en A Coruña hace apenas unas semanas. «No hay derecho», expresaría luego el joven agredido en su perfil en la red social Facebook. «El pasado mes de julio, Samuel fue asesinado en Galicia mientras disfrutaba de la noche junto a sus amigos. A Samuel lo mataron por vivir su vida libremente y ser fiel a sus sentimientos e ideas. Ayer me tocó a mí. Afortunadamente, yo puedo contarlo. Anoche me insultaron, me humillaron y me dieron una paliza. En mi pueblo, Valle de Santa Ana. En mi propia calle. Hoy, siento dolor, rabia y tristeza. Pero me quedan ánimo y fuerza para denunciar públicamente este hecho y gritar ¡Basta ya! No hay derecho a esto. La sociedad está totalmente loca».
Tanto los colectivos activistas LGTBI como muchísimos usuarios de las redes sociales condenaron inmediatamente la agresión y advirtieron del peligro de que todos los casos de violencia y odio hacia las personas gais, bisexuales y transexuales que se están dando últimamente queden impunes. «El apoyo ha sido increíble», apostilla ahora Vázquez, «tanto por parte de mis paisanos como de otros muchos puntos de la región y del país. Estoy muy agradecido».
Insertamos a continuación un vídeo con la narración que la víctima hizo de los hechos a La Sexta, que incluye además declaraciones del alcalde de Valle de Santa Ana, la localidad donde sucedieron los hechos:
Comentarios desactivados en Agua ideal: Nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro…
Agua ideal
Agua redonda y cerrada,
el agua del pozo piensa.
El agua andante del río
es buena como una arteria.
La del mar… está muy lejos
para la sed de la tierra.
El torrente lleva el agua
sin saber por qué la lleva.
La fuente, en su boca clara,
la lleva como un poeta.
…Yo busco un agua sin cauces,
pero pensativa y buena.
Honda y cercana. Y sonora.
¡Señor, el agua perfecta!
Los dos bueyes hermanos
sorben pausadamente
la sangre del ocaso.
Los plátanos aplaudían
en silencio, con sus manos verdes
y aterciopeladas.
La torrentera embestía
las rocas como una vaca
de lengua turbia.
Y la tarde
se moría desangrada…
En la feria de tus viñas,
los cascabeles dorados
—de miel y de sol—, Septiembre.
Bajo el toldo de tu cielo,
¡dulce domingo del año!
*
Pedro Casaldáliga, Palabra ungida (Poemas), 1955
***
En aquel tiempo, se acercó a Jesús un grupo de fariseos con algunos escribas de Jerusalén, y vieron que algunos discípulos comían con manos impuras, es decir, sin lavarse las manos. ( Los fariseos, como los demás judíos, no comen sin lavarse antes la manos restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, y, al volver de la plaza, no comen sin lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas. ) Según eso, los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús
– “¿Por qué comen tus discípulos con manos impuras y no siguen la tradición de los mayores“?
Él contesto:
– “Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito: “Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos.” Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres.”
Entonces llamó de nuevo a la gente y les dijo:
– “Escuchad y entended todos: Nada que entre de fuera puede hacer la hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre. Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los malos propósitos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro.”
*
Marcos 7, 1-8. 14-15. 21-23
***
*
La lucha espiritual es un movimiento esencial de la vida espiritual cristiana. Se trata de una lucha interior, no dirigida contra seres exteriores a uno mismo, sino contra las tentaciones, los pensamientos, las sugestiones y las dinámicas que llevan a la consumación del mal. Pablo, sirviéndose de imágenes bélicas y deportivas (la carrera, el boxeo), habla de la vida cristiana como de un esfuerzo, de una tensión interior por permanecer en la fidelidad a Cristo, que implica desenmascarar las dinámicas a través de las cuales se abre camino el pecado en el corazón del hombre, para poder combatirlo en el mismo momento en que surge. El lugar de esta batalla es, en efecto, el corazón. Vigilancia y atención son la «fatiga del corazón» (Barsanufio) que permite al creyente llevar a cabo su purificación: es del corazón, en efecto, de donde brotan las intenciones malvadas y es el corazón el que debe transformarse en morada de Cristo gracias a la fe.
En este sentido, la «custodia del corazón» constituye la obra por excelencia del hombre espiritual, la única verdaderamente esencial. En esta lucha es menester ejercitarse: es preciso, en primer lugar, saber discernir nuestras propias tendencias pecaminosas, nuestras propias debilidades, las tendencias negativas que nos marcan de un modo particular; en consecuencia, Tiernos de llamarlas por su nombre, asumirlas y no removerlas y, por último, sumergirnos en la larga y fatigosa lucha dirigida a hacer reinar en nosotros la Palabra y la voluntad de Dios.
El órgano de esta lucha es el corazón, entendido en sentido bíblico como órgano de la decisión y de la voluntad, no sólo de los sentimientos. La capacidad de lucha espiritual, el aprendizaje del arte de la lucha (Sal 144,1; 18,35), resulta esencial para la acogida de la Palabra de Dios en el corazón humano. Los expertos en la vida espiritual saben que esta lucha es más dura que todas las luchas externas, pero conocen asimismo el fruto de la pacificación, de la libertad, de la docilidad y de la caridad que produce.
*
E. Bianchi, La palabra de la espiritualidad,
Milán 1999.
Comentarios desactivados en “Indiferencia progresiva”. 22 Tiempo Ordinario – B (Marcos 7,1-8.14-15.21-23)
La crisis religiosa se va decantando poco a poco hacia la indiferencia. De ordinario no se puede hablar propiamente de ateísmo, ni siquiera de agnosticismo. Lo que mejor define la postura de muchos es una indiferencia religiosa donde ya no hay preguntas ni dudas ni crisis.
No es fácil describir esta indiferencia. Lo primero que se observa es una ausencia de inquietud religiosa. Dios no interesa. La persona vive en la despreocupación, sin nostalgias ni horizonte religioso alguno. No se trata de una ideología. Es, más bien, una «atmósfera envolvente» donde la relación con Dios queda diluida.
Hay diversos tipos de indiferencia. Algunos viven en estos momentos un alejamiento progresivo; son personas que se van distanciando cada vez más de la fe, cortan lazos con lo religioso, se alejan de la práctica; poco a poco Dios se va apagando en sus conciencias. Otros viven sencillamente absorbidos por las cosas de cada día; nunca se han interesado mucho por Dios; probablemente recibieron una educación religiosa débil y deficiente; hoy viven olvidados de todo.
En algunos, la indiferencia es fruto de un conflicto religioso vivido a veces en secreto; han sufrido miedos o experiencias frustrantes; no guardan buen recuerdo de lo que vivieron de niños o de adolescentes; no quieren oír hablar de Dios, pues les hace daño; se defienden olvidándolo.
La indiferencia de otros es más bien resultado de circunstancias diversas. Salieron del pequeño pueblo y hoy viven de manera diferente en un ambiente urbano; se casaron con alguien poco sensible a lo religioso y han cambiado de costumbres; se han separado de su primer cónyuge y viven una situación de pareja no «bendecida» por la Iglesia. No es que estas personas hayan tomado la decisión de abandonar a Dios, pero de hecho su vida se va alejando de él.
Hay todavía otro tipo de indiferencia encubierta por la piedad religiosa. Es la indiferencia de quienes se han acostumbrado a vivir la religión como una «práctica externa» o una «tradición rutinaria». Todos hemos de escuchar la queja de Dios. Nos la recuerda Jesús con palabras tomadas del profeta Isaías: «Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí».
Comentarios desactivados en “Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres”. Domingo 29 de agosto de 2021. Domingo 22º ordinario
De Koinonia:
Deuteronomio 4, 1-2. 6-8. No añadáis nada a lo que os mando. . ., así cumpliréis los preceptos del Señor. Salmo responsorial: 14: Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?. Santiago 1, 17-18. 21b-22.27: Llevad a la práctica la palabra. Marcos 7, 1-8. 14-15. 21-23:Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres.
Es antigua la tentación de considerar que lo esencial de una religión está en el cumplimiento de formalidades rituales, y no en la asunción de sus principios vitales. También esta tentación acompañó al «pueblo de Dios» de Israel -como a muchos otros «Pueblos de Dios»-, desde tiempos inmemoriales. Hoy, si alguna persona se atreve a cuestionar, aunque sea indirectamente, ciertos lastres históricos y a proponer alternativas coherentes con el evangelio, en poco tiempo es tachada de «desviarse de la auténtica doctrina». Sin embargo, como nos recuerda el Salmo, no son los muchos ornamentos ni el boato de las celebraciones lo que nos eleva a Dios, sino la justicia, la honestidad, la recta intención y el respeto. Anunciar la justicia y vivirla en el día a día constituye la exigencia fundamental de las Escrituras judeocristianas –y en esto coinciden con tantas otras Escrituras-. Los rituales, las prescripciones, las ceremonias… nos pueden ayudar a continuar por el camino de Dios, pero no pueden sustituirlo. Por esta razón, la exhortación que Moisés dirige a su pueblo se centra en la necesidad que tiene el pueblo de Dios de hacer una clara opción por el Dios de la libertad y de la justicia que los ha sacado de Egipto. De lo contrario, el sueño de la «tierra prometida» se puede convertir en una cruel pesadilla.
Los primeros cristianos experimentaron en carne propia la amenaza del formalismo y el ritualismo. Después de un tiempo de dedicación y fervor por la misión, los ánimos comenzaron a ceder y la comunidad se vio rápidamente atraída por las relaciones puramente funcionales y formales. De este modo se perdía la fraternidad que les daba identidad y coherencia.
La carta de Santiago nos pone en guardia contra una religión que no encarne los valores del Evangelio. La palabra escuchada en la Sagrada Escritura debe ser discernida según el Espíritu para vivirla dócilmente en la vida cotidiana. El cristianismo no es una formalidad social que cumplir, ni un ritual más en las prácticas piadosas de una cultura. El cristianismo se manifiesta como una opción vital que requiere del compromiso íntegro de la persona. La comunidad de creyentes es el espacio ideal para que la persona realice su opción y viva, en compañía de otros hermanos y hermanas, el llamado de Jesús.
Aunque el libro del Deuteronomio -que Jesús sigue muy de cerca- propone como religión una serie de principios éticos orientados a crear lazos de solidaridad, equidad y justicia; sin embargo, el judaísmo del primer siglo estaba más inclinado a valorar las formalidades. Lavarse o no lavarse la manos antes de ingerir alimentos había pasado de ser una norma elemental de higiene a convertirse en una norma que decidía quién era religioso y quién era un pecador. La tentación de canonizar los objetos, los rituales, los espacios y el tiempo le pueden hacer olvidar a la persona piadosa que la esencia de su relación con Dios no está en los protocolos culturales, sino en el respeto, la compasión y la misericordia.
Jesús nos invita a redescubrir la esencia del cristianismo en nuestra opción por construir la Utopía de Dios -lo que él llamaba en arameo «Malkuta Yavé», Reino de Dios- y por vivir de acuerdo con los principios del evangelio. Todas nuestras normas y protocolos están al servicio de una auténtica vivencia de sus enseñanzas. Nosotros no debemos renunciar a una vida auténtica y creativa para seguirlo a él. Todo lo contrario. Debemos recrear aquí ya ahora toda la novedad de su profecía y toda la radicalidad de su amor incondicional por los excluidos.
Conectado con todo este tema está aquel otro de «la letra y el espíritu»: la letra es el detalle de lo mandado, la prescripción, el rito, la acción concreta, la «verdad superficial» (Niels Bohr)… El espíritu es el sentido con el que ha sido concebida aquella práctica concreta, y la vivencia con la que debe ser vivida, la «verdad profunda» (Bohr). Por eso se dice que la letra (se entiende: la sola letra, o la letra sin espíritu, la verdad superficial) mata, mientras que el espíritu vivifica. La letra es medio, mientras que el espíritu es un fin. Éste puede darse aun sin aquélla, al margen o incluso «en contra» de ella: en efecto hay veces que, en circunstancias muy especiales, el espíritu de una ley o de una práctica ritual puede exigir hacer en aquella situación, «precisamente lo contrario» de lo que la letra prescribe. Esa flexibilidad, esa «libertad de espíritu» se exige a los cristianos, como a todo ser humano adulto y maduro.
Otro problema distinto –que no podemos abordar aquí, pero que sería bueno no dejar de mantenerlo dentro del horizonte- es que la religiosidad actual se está transformando. Por su propia naturaleza, las «religiones» (llamamos así aquí, técnicamente, a «la forma que ha revestido la espiritualidad del ser humano a partir de su sedentarización neolítica», a partir de la revolución agraria, hace sólo unos pocos miles de años -porque antes había espiritualidad, pero no «religiones»), han tenido en los ritos, en las prácticas rituales, minuciosamente prescritas, un medio importantísimo de expresión, y un modo a la vez de control social. La religión, en las sociedades agrarias, ha sido el mejor y más potente vehículo de identidad de la sociedad, y de control por parte del poder, y han sido los ritos su expresión más visible.
Hoy estamos llegando precisamente al fin de la edad agraria (el neolítico), después de la revolución industrial y tecnológica, la mundialización plural, y el progresivo advenimiento de la sociedad del conocimiento. Las «religiones agrarias» -en aquel sentido técnico preciso- ya no tienen cabida. (Sí lo tiene, insuperablemente, la espiritualidad, la religiosidad profunda, más allá de sus concreción en las diferentes «religiones»). El ser humano post-agrario ya no puede aceptar su identidad ni puede aceptar un control por los vehículos «religionales» basados en «creencias» (en sentido también técnico). Obviamente, la espiritualidad del ser humano va a continuar, es inamisible. Pero lo que han sido técnicamente «las religiones agrarias», está muriendo, va a desaparecer, y es bueno que desaparezca, porque la humanidad está en otra etapa de su historia. Los ritos, las prácticas religiosas prescritas… son, por eso, en alguna sociedades actuales avanzadas, realidades «residuales», que desaparecen vertiginosamente. Si la Iglesia no acepta afrontar sin miedo estos planteamientos, lo único que hace es retrasar el reconocimiento de una enfermedad que no deja de socavarle sus entrañas en los millones de fieles que silenciosamente se van autoexiliando cada año, no sólo en las sociedades llamadas «avanzadas», sino también ya en América Latina. Fue en el año 2008 que comenzamos a conocer «apostasías» voluntarias de cristianos en algunos países de América Latina, un fenómeno absolutamente nuevo en su historia, pero un fenómeno significativo -y creciente- en el momento actual de la historia globalizada del mundo. Leer más…
Comentarios desactivados en Dom 22 TO, (Mc 7, 18-23). Amor mutuo, perdón de los pecados.
Del blog de Xabier Pikaza:
29.8.21: Mal supremo: trece pecados capitales (= mortales) (Mc 7, 18-23).
Los catecismos suelen poner siete pecados capitales (soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza), principio y compendio de todos los restantes. El evangelio de hoy presenta más bien trece, que podemos llamar “capitales” (cabeza de todos), pero también “mortales” (pues llevan en sí la muerte de la humanidad).
Estos trece pecados son de tipo personal (brotan de un mal corazón) y universal: Son los mismos para todos, hombres y mujeres, judíos o cristianos, musulmanes, creyentes o ateos. Son “capitales”, condensan el “capital” de maldad de la historia humana. Son “mortales”: Principio y clave de destrucción universal (infierno-muerte para todos).
Son pecados interiores, brotan de un mal corazón, siendo, al mismo tiempo, exteriores: Se expresan y encarnan en un tipo de social de vida pervertida, en una “humanidad de muerte”, que no es sólo de otros (como pueden ser los talibanes), sino de todos nosotros, como pecado original y final de la humanidad.
Así los presenta el evangelio de este domingo (Mc 7, 1-8. 14-15. 21-23), que comento sólo en parte. Como verá el lector, presento de un modo más extenso los siete primeros pecados, resumiendo los seis restantes de un modo más esquemático. Al final condenso el sentido general de todos ellos, tal como han sido “superados” por Jesús.
| X. Pikaza
Mc 7, 21-23
¿No sabéis que nada que entra en el ser humano desde fuera puede mancharlo, 19 puesto que no entra en su corazón, sino en el vientre, y va a parar a la letrina – purificando así todos los alimentos-? 20 Y añadió: Lo que sale del hombre eso es lo que mancha al ser humano 21, pues de dentro, del corazón del hombre, las malas deliberaciones provienen: fornicaciones, robos, homicidios, 22 adulterios, codicias, perversidades, fraude, libertinaje, envidia, injuria, soberbia e insensatez. 23 Todas estas maldades salen de dentro y manchan al ser humano.
Éste es un catálogo “clásico” de pecados o vicios, que se parece a otros catálogos judíos y cristianos (e incluso paganos) y que consta de trece “pecados”. Ha sido adaptado y precisado así por el evangelio de Marcos, condensando así el programa “mesiánico” de Jesús.
Significativamente, consta de un principio, formulado de manera general (malas deliberaciones), y de cuatro unidades de tres males cada una, de manera que podemos hablar de un mal fundante y de doce males concretos, que forman una masa de perversidad que proviene de dentro, pero que se expresa en el conjunto de la vida, de un modo social. [1].
1.Principio: deliberaciones malas (dialogismoi kakoi; 7, 21b).
Según Jesús, el origen de todo mal es un “pensamiento perverso”, en forma de cálculo negativo, como indica la misma formulación del texto, que presenta estas deliberaciones como fuente y compendio de los doce males que siguen. Ciertamente, en principio, las deliberaciones en sí mismas no son malas, pero el evangelio de Marcos tiende a interpretarlas de forma negativa, pues el origen de todo mal es un mal pensamiento Ellas no evocan simplemente un modo de pensar, sino un pensar con malicia, como ha destacado Pablo (cf. Flp 2, 14; Rom 1,21).
Marcos ha empleado ya esta palabra (dia-logismoi) en el texto del perdón del paralítico (2, 1-12), donde los escribas “deliberan” en contra del perdón de Jesús (2, 6-8), y volverá a emplearla cuando los discípulos de Jesús “deliberan” (8, 16) pensando que no tienen panes, y cuando sus adversarios deliberen/calculan (11, 31) sobre la forma de responderle.
Estas deliberaciones malas dejan al hombre en manos de su propio pensamiento calculador, egoísta, violento, al servicio de sí mismo (de sus intereses individuales o grupales). Conforme a esta visión, en el principio del “pecado” no se encuentra, sin más, el mal deseo, sino el mal pensamiento, un “logos” o palabra que se retuerce sobre sí misma calculando aquello que le conviene, de un modo egoísta. Lo contrario a estos dia-logismoi es la Palabra de vida que Jesús siembra, una palabra que se acoge en fe y se abre en amor a los demás. La base de la vida humana no es calcular pensando de un modo egoísta, sino “creer” para amar.
Ampliación. El primer pecado es el mal pensamiento, las deliberaciones que brotan del mal corazón, que busca razones para mantenerse en su egoísmo. En sí mismas, las deliberaciones no son malas (cf. Lc 24, 38), pero pueden pervertirse y se pervierten, convirtiéndose en un cálculo maligno y retorcido, del que nacen los restantes males, como sabe Pablo (cf. Rom 1, 21; 1 Cor 3, 20).
Hay, sin duda, un pensamiento bueno, pero la Biblia sabe que el hombre ha terminado encerrándose en la cueva de un pensamiento pervertido, simbolizado por la serpiente de Gen 3, 1-6 (y 4, 4-7), una cavilación contraria a Dios, es decir, al don de la vida, es decir, a la gratuidad..
Éste pecado es el mal pensamiento de aquellos que quieren justificarse a sí mismos, con largos discursos, mientras dejan que mueran otros a su lado, es la justificación de los que dicen (=decimos) que las cosas son así, que no pueden cambiarse, que no hay sitio para más, que cada uno se arregle como pueda.
Así hemos caído en la cárcel de nuestros malos pensamientos, de nuestras justificaciones… Nosotros, el pueblo de la “razón”, los europeos, nosotros los “monoteístas superiores” (judíos, cristianos, musulmanes) hemos terminado hundidos en el pozo de nuestra-sinrazón, con filosofías (ideologías económico-sociales) y justificaciones religiosas que acaban siendo mentira. En cárcel retorcida de nuestras cavilaciones nos auto-justificamos, mientras mueren a nuestra puerta a millones de personas.
De estos malos pensamientos (que son del mal corazón y la cabeza mala) brotan todos los restantes pecados, desde el homicidio hasta la blasfemia contra Dios.
Primera triada: fornicaciones, robos, homicidios (7, 21c). Las dos últimas “perversiones” de esta terna resultan claras: del mal pensamiento brotan robos y homicidios, como saben casi todos los tratados de moral, antiguos y modernos. Más complejo resulta el sentido de la primera perversión (porneiai, fornicaciones), que puede referirse a la incontinencia sexual, pero también a la idolatría, en sentido bíblico.
La fornicación original es el abandono de Dios, la adoración de los ídolos. Este segundo sentido parece aquí el más apropiado, pues del mal pensamiento proviene la fornicación-idolatría, que consiste en adorar a nuestros propios pensamientos/obras, en lugar de adorar a Dios. En esta línea se entienden los tres primeros males. Quizá podamos añadir que la idolatría aparece así como el primero de los males, es decir, como aquel principio malo que conduce al robo y al homicidio, tal como parece suponer Pablo en Rom 1, 18-32[2].
5-7. Segunda triada: adulterios, codicias, perversidades (7, 22a). Seguimos en la línea anterior, pasando del plano más externo (robo, homicidio) al más interno, que empieza expresándose en la destrucción de las relaciones personales más profundas (adulterio), para desembocar en la codicia o deseo de adquirir siempre más, de tenerlo todo, culminando en las perversidades (ponêriai) en conjunto, es decir, como deseo activo de destrucción de los otros. También estos tres males provienen del interior, pero son básicamente de tipo familiar y social, no en una línea de destrucción de la pureza religiosa en cuanto tal (en plano intimista y/o sacral), sino más bien, de destrucción de la vida en su conjunto (partiendo del adulterio o quiebra del amor).
(En la reflexión que sigue cambio el orden de los seis pecados de estas dos triadas, para ofrecer una mejor visión de conjunto, desde nuestra perspectiva moderna)
2. Homicidios (phonoi)
El primero de todos los pecados externos, objetivados de un modo social, es el homicidio, o quizá mejor el asesinato, justificar la muerte de los otros, como el mismo Mateo 5, 21 afirma en la primera de sus antítesis.
El asesinato en sí no es la raíz de todos los males (que sigue siendo el mal pensamiento del corazón pervertido), pero brota inmediatamente de esa raíz, como primera de todas las maldades destructoras de la historia humana, tanto en un plano judío como gentil, sin diferencias de naciones, pueblos o religiones. Del asesinato ha brotado y sigue brotando la mala historia de los hombres.
Del mal pensamiento se pasa pronto a la justificación del asesinato, y al asesinato mismo, como ha visto el comienzo del Génesis (Gen 2-4: paso de Adán/Eva a Caín), lo mismo que San Pablo en la carta a los Romanos (1, 18-32) y este pasaje del evangelio de Mateo, como puse de relieve en Antropología Bíblica, Sígueme, Salamanca 2015. Matar o dejar morir a millones de personas a la puerta de nuestra Casa Europa, ése el primero de los pecados concretos de nuestra historia. Ciertamente, somos capaces de justificar ese pecado, y así lo hacen políticos y economistas. En medio de un inmenso asesinato seguimos viviendo, no sólo en Afganistán, sino en el mundo entero.
3. Adulterios (moikheiai)
Tras asesinato se sitúa el adulterio, lo mismo que en las antítesis de Mt 5, 27-30, donde se habla ya de un “adulterio de corazón”, que brota del pensamiento pervertido de un hombre o mujer que ha perdido su brújula en la vida. Como el asesinato destruye la vida física y total, el adulterio destruye la vida social de una persona, destruyendo su identidad (cosa que, en principio, el Nuevo Testamento sigue mirando desde la perspectiva del varón, en la línea del Antiguo Testamento).
Entendido así, el adulterio no es simplemente la ruptura egoísta (¡a mala uva!) de la fidelidad concreta entre un hombre y una mujer que se han dado palabra de amor (¡eso es también!), sino el rechazo y ruptura de todas las fidelidades personales y sociales. En sentido bíblico, desde Oseas a Marcos, el adulterio es el rechazo de toda fidelidad, de todo vínculo personal y social.
Después de cinco domingos leyendo el evangelio de Juan, volvemos al de Marcos, base de este ciclo B. Durante un mes nos ha ocupado el tema de comer el pan de vida. Este domingo el problema no será comer el pan, sino comer con las manos sucias. Una pregunta malintencionada de los fariseos y de los doctores de la ley (los escribas) provoca la respuesta airada de Jesús, una enseñanza algo misteriosa a la gente, y la explicación posterior a los discípulos. El texto de la liturgia ha suprimido algunos versículos, empobreciendo la acusación de Jesús y uniendo lo que dice a la gente con la explicación a los discípulos.
La tradición de los mayores y el mandamiento de Dios (Marcos 7,1-8.14-15.21-23)
En aquel tiempo, se reunieron junto a Jesús los fariseos y algunos escribas venidos de Jerusalén, se acercaron a Jesús, y vieron que algunos discípulos comían con manos impuras, es decir, sin lavarse las manos. (Pues los fariseos, como los demás judíos, no comen sin lavarse antes las manos, restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, y al volver de la plaza no comen sin lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones de lavar vasos, jarras y ollas). Y los fariseos y los escribas le preguntaron:
-¿Por qué no caminan tus discípulos según las tradiciones de los mayores, y comen el pan con manos impuras?
-Él les contestó:
-Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito: «Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos». Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres.
Llamó Jesús de nuevo a la gente y les dijo:
-Escuchad y entended todos: nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre. Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los pensamientos perversos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, malicias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro.
Antes de dar la palabra a los fariseos y escribas es interesante recordar lo que cuenta Marcos inmediatamente antes. Después de la multiplicación de los panes y los peces, Jesús ha cruzado a la región de Genesaret, recorriendo pueblos, aldeas y campos, acogido con enorme entusiasmo por gente sencilla, que busca y encuentra en él la curación de sus enfermedades.
La intervención de los fariseos y escribas
De repente, el idilio se rompe con la llegada desde Jerusalén de fariseos (seglares super piadosos) y de algunos escribas (doctores de la ley de Moisés). No todos los escribas pertenecían al grupo fariseo, pero sí algunos de ellos, como aquí se advierte. Para ellos, lo importante es cumplir la voluntad de Dios, observando no solo los mandamientos, sino también las normas más pequeñas transmitidas por sus mayores. Lo esencial no es la misericordia, sino el cumplimiento estricto de lo que siempre se ha hecho. Por eso, no les conmueve que Jesús cure a un enfermo; pero les irrita que lo haga en sábado.
Con esta mentalidad, cuando se acercan al lugar donde está Jesús, advierten, escandalizados, que algunos de los discípulos están comiendo con las manos sucias. El lector moderno, instintivamente, se pone de su parte. Le parece lógico, incluso necesario, que una persona se lave las manos antes de comer, y que se lave la vajilla después de usarla. Es cuestión elemental de higiene. Sin embargo, aunque en su origen quizá también fuese cuestión de higiene entre los judíos, los grupos más estrictos terminaron convirtiéndola en una cuestión religiosa. Lo que está en juego es la pureza ritual. Por eso, los fariseos no se quejan de que los discípulos coman con las manos sucias, sino con las manos impuras, saltándose con ello la tradición de los mayores. Aunque el Antiguo Testamento contiene numerosas normas, algunas de carácter higiénico, nunca menciona la obligación de lavarse las manos, ni de lavar vasos, jarras y ollas; esto forma parte de «las tradiciones de los mayores», tan sagradas para los fariseos como las costumbres de la madre fundadora o del padre fundador para algunas congregaciones religiosas, o de cualquier minucia litúrgica para algunos ritualistas.
La respuesta airada de Jesús
La reacción de Jesús es durísima. Tras llamarlos hipócritas, les hace tres acusaciones: 1) su corazón está lejos de Dios; 2) enseñan como doctrina divina lo que son preceptos humanos; 3) dejan de observar los mandamientos de Dios para aferrarse a las tradiciones de los hombres.
Estas acusaciones resultan durísimas a cualquier persona, pero especialmente a un fariseo, que desea con todas sus fuerzas estar cerca de Dios, agradarle cumpliendo su voluntad.
El problema, según Jesús, es que el fariseo termina dando a esas tradiciones más importancia que a los mandamientos de Dios. Incluso las utiliza para dejar de hacer lo que Dios quiere y quedarse con la conciencia tranquila. Para demostrarlo, Jesús cita un ejemplo que la liturgia ha suprimido. [También nuestro Señor ha sido víctima de la censura eclesiástica.] Dios ordena honrar a los padres, es decir, sustentarlos en caso de necesidad. Imaginemos un fariseo con suficientes bienes materiales. Puede atender a sus padres económicamente. Pero su comunidad le dice que esos bienes los declare qorbán, consagrados al Señor. A partir de ese momento, no puede emplearlos en beneficio de sus padres, pero sí de su grupo. «Y así invalidáis el precepto de Dios en nombre de vuestra tradición. Y de ésas hacéis otras muchas».
Un lector crítico podría acusar a Marcos de tratar un tema tan complejo de forma ligera y demagógica. Conociendo a los fariseos de aquel tiempo (bastante parecidos a los de ahora), la reacción de Jesús es comprensible y su acusación justificada. Sobre todo, para los primeros cristianos, que sufrían los continuos ataques de estos que presumían de religiosos.
Enseñanza a la gente
Como los fariseos y escribas no responden, aquí podría haber terminado todo. Sin embargo, Jesús aprovecha la ocasión para enseñar algo a la gente a propósito de la pureza e impureza: «Nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace al hombre impuro.»
La explicación a los discípulos
No sabemos si Jesús se quedó contento con esta breve enseñanza. Lo que es seguro es que la gente no la entendió, y los discípulos tampoco. Por eso, cuando llegan a la casa (nuevo detalle suprimido por la liturgia), le preguntan qué ha querido decir. Y él responde que lo que entra por la boca no llega al corazón, sino al vientre, y termina en el retrete. Entra y sale sin contaminar a la persona. Lo que la contamina no es lo que entra en el vientre, sino lo que sale del corazón. Para aclararlo, enumera trece realidades que brotan del corazón. [Resulta raro que Marcos no cite catorce, número de plenitud (2 x 7), pero ningún asistente a misa va a notarlo, y el predicador probablemente tampoco].
Esta enseñanza de que el peligro no viene de fuera, sino de dentro, resultará a algunos muy discutible. ¿No vienen de fuera la pornografía, la droga, las invitaciones a la violencia terrorista? ¿No nos influyen de forma perniciosa el cine, la televisión, la literatura?
Lo anterior es cierto. Pero Jesús no entra en estas cuestiones, se refiere al caso concreto de los alimentos. Otra de las frases del evangelio suprimidas en la liturgia de hoy dice que Jesús, con su enseñanza de que lo que entra en el vientre no contamina al hombre, «declaró puros todos los alimentos». Por eso los cristianos podemos comer carne de cerdo, de liebre, de avestruz, gambas (camarones en ciertos países de América Latina), cigalas, langostinos y cualquier alimento que nos apetezca, según nuestra costumbre y nuestra economía. Un cambio revolucionario, porque todas las religiones obligan a observar una serie de normas dietéticas.
Por otra parte, aunque Jesús se centre en los alimentos, su enseñanza tiene un valor más general y desvela nuestra comodidad e hipocresía. El Papa Francisco habría caído en el error de los fariseos si hubiera culpado de la pederastia y los abusos sexuales en la Iglesia a los influjos externos, a la cultura del goce y del libertinaje. El mal no viene de fuera, sale de dentro. Y con el mismo criterio debe enjuiciar cada uno de nosotros su realidad. Nuestro mayor enemigo somos nosotros mismos. No echemos la culpa a los demás.
Los mandamientos de Dios (Deuteronomio 4,1-2.6-8)
La importancia que concede Jesús a la ley de Dios frente a las tradiciones humanas ha animado a elegir este texto del Deuteronomio como paralelo al evangelio. Los responsables de la elección no han caído en la cuenta de un problema. Moisés ordena: «No añadiréis ni suprimiréis nada de las prescripciones que os doy». Jesús, sin embargo, añadió y suprimió. Por ejemplo, a propósito de los alimentos puros e impuros, como acabo de indicar; tanto el Levítico como el Deuteronomio contienen una extensa lista de animales impuros, que no se pueden comer (Lv 11; Dt 14,3-21). Esta primera lectura no debe interpretarse como una aceptación radical y absoluta de la ley mosaica, porque Jesús se encargó de interpretarla y modificarla.
Habló Moisés al pueblo diciendo:
-Ahora, Israel, escucha los mandatos y decretos que yo os enseño para que, cumpliéndolos, viváis y entréis a tomar posesión de la tierra que el Señor, Dios de vuestros padres, os va a dar. No añadáis nada a lo que yo os mando ni suprimáis nada; observaréis los preceptos del Señor, vuestro Dios, que yo os mando hoy. Observadlos y cumplidlos, pues esa es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia a los ojos de los pueblos, los cuales, cuando tengan noticia de todos estos mandatos, dirán: «Ciertamente es un pueblo sabio e inteligente esta gran nación» Porque ¿dónde hay una nación tan grande que tenga unos dioses tan cercanos como el Señor, nuestro Dios, siempre que lo invocamos? Y ¿dónde hay otra nación tan grande que tenga unos mandatos y decretos tan justos como toda esta ley que yo os propongo hoy?
La religiosidad verdadera (Santiago 1,17-18.21-27)
Los cristianos tenemos el mismo peligro que los fariseos de engañarnos, dando más valor a cosas menos importantes. El final de esta breve lectura ofrece un ejemplo muy interesante. ¿En qué consiste la religión verdadera, la que agrada a Dios? ¿En oír misa diaria, rezar el rosario, hacer media hora de lectura espiritual? Eso es bueno. Pero lo más importante es preocuparse por las personas más necesitadas; el autor, siguiendo una antigua tradición, las simboliza en los huérfanos y las viudas. Cuando recordamos la parábola del Juicio Final («porque tuve hambre…») se advierte que el autor de esta carta piensa igual que Jesús.
Mis queridos hermanos: Todo buen regalo y todo don perfecto viene de arriba, procede del Padre de las luces, en el cual no hay alteración ni sombra de mutación. Por propia iniciativa nos engendró con la palabra de la verdad, para que seamos como una primicia de sus criaturas. Acoged con docilidad esa palabra, que ha sido injertada en vosotros y es capaz de salvar vuestras vidas. Poned en práctica la palabra y no os contentéis con oírla, engañándoos a vosotros mismos. La religiosidad auténtica a intachable a los ojos de Dios Padres es esta: atender a huérfanos y viudas en su aflicción y mantenerse incontaminado del mundo.
Lo que critica y pone de manifiesto Jesús en este fragmento del evangelio es el drama de todos los tiempos en toda religión. ¿Qué viene de Dios y qué son inventos humanos?
En nombre de Dios todas la religiones han hecho (¡y hacen!) verdaderas barbaridades. ¿Por qué? Porque convertimos el estrecho punto de vista humano en voluntad de Dios. Es lo que nos relata el Génesis muy al principio (Gn 3, 1-20). La persona humana desea arrebatarle el puesto a Dios.
¿Pecado?
Dios al crearnos nos ofrece ser UNO con él. El pecado de la humanidad es no conformarse con ser “igual a Dios” y querer ser Dios en exclusiva.
Y ese pecado marca toda la historia humana y cada historia personal. Ese pecado es el que nos lleva a la violencia de la división.
Los fariseos del tiempo de Jesús eran los oficialmente buenos, los que cumplían con las tradiciones y preceptos. Pero, claro, si ellos al “cumplir” eran los buenos, a la fuerza todos los demás quedaban convertidos en “malos”.
Todo aquello que nos lleva a ocupar lugares exclusivos hunde sus raíces en el mal. Cualquier cosa que nos lleve a creer que somos mejores que las demás personas es un poderoso engaño.
Si queremos ser imagen de Dios tenemos que buscar todo aquello que armoniza y une. Todo aquello que dentro de nuestra Iglesia Católica divide y excluye es contrario a Dios Trinidad que es pura relación en la diversidad.
Todos aquellos dogmas, preceptos, cánones o normas que dividen entre buenos y malos son hechura humana. Dios no nos ha creado enfrentados ni para el enfrentamiento. Nos ha creado diversos y para la armonía.
Entonces, ¿no valen los preceptos y las normas? Solo valen si te llevan a amar más a quienes son más diferentes a ti.
La puerta del Reino de los Cielos no se abre a patadas, ni con violencia. Tampoco se abre gracias a los méritos acumulados, ni está cerrada para quienes nos caen mal. La única llave que abre el Reino es el Amor.
El amor sale de dentro, del corazón, y al salir nos cura de “los malos propósitos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, fraudes, desenfrenos, envidia, difamación, orgullo, frivolidad”.
Oremos
Trinidad Santa, no nos dejes caer en la tentación de creernos mejores que las demás. Haz crecer en nosotras el amor que sana, que cura. Amén.
Comentarios desactivados en El pecado es consecuencia de una actitud interna deshumanizadora.
Mc 7, 1-23
Retomamos el evangelio de Marcos. Después de la multiplicación de los panes. Jesús se encuentra en los alrededores del lago de Genesaret, en la parte más alejada de Jerusalén, donde eran mucho menos estrictos a la hora de vigilar el cumplimiento de las normas de purificación. No se trata de una transgresión esporádica de los discípulos de Jesús. El problema lo suscitan los fariseos, llegados de Jerusalén, que venían precisamente a inspeccionar.
El texto contrapone la práctica de los discípulos con la enseñanza de los letrados y fariseos. Jesús se pone de parte de los discípulos, pero va mucho más lejos y nos advierte de que toda norma religiosa, escrita o no, tiene siempre un valor relativo. Cuando dice que nada que entra de fuera puede hacer al hombre impuro, está dejando muy claro que la voluntad de Dios no viene de fuera; solo se puede descubrir en el interior y está más allá de toda Ley.
La Ley y la tradición como norma, pero sin darle el valor absoluto que le daban los fariseos. Hoy sabemos que Dios no ha dado directamente ninguna norma. Dios no tiene una voluntad que pueda comunicarnos por medio del lenguaje, porque no tiene nada que decir ni nada que dar. La Escritura es una experiencia personal sancionada por la aceptación de un pueblo. Las experiencias del Éxodo las vivió el pueblo en el s. XIII a. de C., pero se pusieron por escrito a partir del VII. Los evangelios se escribieron 50 años después de morir Jesús.
Las normas que podemos meter en conceptos son preceptos humanos; no pueden tener valor absoluto. Un precepto, que fue adecuado para una época, puede perder su sentido en otra. Las normas morales tienen que estar cambiando siempre, porque el hombre va conociendo mejor su propio ser y la realidad en la que vive. El número de realidades que nos afectan está creciendo cada día. Las normas antiguas pueden no servir para resolver situaciones nuevas.
En todas las religiones las normas se dan en nombre de Dios. Esto tiene consecuencias desastrosas si no se entiende bien. Todas las leyes son humanas. Cuando esas normas surgen de una experiencia auténtica y profunda de lo que debe ser un ser humano y nos ayudan a conseguir nuestra plenitud, podemos llamarlas divinas. La voluntad de Dios no es más que nuestro propio ser en cuanto perfeccionable. Eso que puedo llegar a ser y aun no soy, es la voluntad de Dios. Dios es un ser simple que no tiene partes. Todo lo que tiene lo es, todo lo que hace lo es. No existe nada fuera de Él y nada puede darnos que no sea Él.
El precepto de lavarse las manos antes de comer, no era más que una norma elemental de higiene, para que las enfermedades infecciosas no hicieran estragos entre aquella población que vivía en contacto con la tierra y los animales. Si la prohibición no se hacía en nombre de Dios, nadie hubiera hecho puñetero caso. Esto no deja de tener su sentido. Si comer carne de cerdo producía la triquinosis, y por lo tanto la muerte, Dios no podía querer que comieras esa carne, y además si lo comías, te castigaba con la muerte.
Lo que critica Jesús no es la Ley sino la interpretación que hacían de ella. En nombre de esa Ley oprimían a la gente y le imponían verdaderas torturas con la promesa o la amenaza de que solo así, Dios estaría de su parte. Para ellos todas las normas tenían la misma importancia, porque su único valor era que estaban dadas por Dios. Esto es lo que Jesús no puede aceptar. Toda norma, tanto al ser formulada como al ser cumplida, tiene como fin el bien del hombre. No podemos poner por delante a Dios, porque el único bien es el hombre.
Las normas de la religión son normas en las que se recoge lo mejor de la experiencia humana, que buscan el bien del hombre. Los diez mandamientos intentan posibilitar la convivencia de una serie de tribus dispersas y con muy poca capacidad de hacer grupo. En aquella época, cada país, cada grupo, cada familia tenía su dios. Para hacer un pueblo unido, era imprescindible un dios único. De ahí los mandamientos de la primera tabla. Todos los de la segunda tabla van encaminados a hacer posible una convivencia, sin destruirse unos a otros.
La segunda enseñanza es consecuencia de ésta: No hay una esfera sagrada en la que Dios se mueve, y otra profana de la que Dios está ausente. En la realidad creada no existe nada impuro. Tampoco tiene sentido la distinción entre ser humano puro y ser humano impuro, a partir de situaciones ajenas a su voluntad. Por eso la pureza nunca puede ser consecuencia de prácticas rituales ni sacramentales. La única impureza que existe la pone una persona cuando busca su propio interés a costa de los demás.
Las tradiciones son la riqueza de un pueblo. Hay que valorarlas y respetarlas. La tradición es la cristalización de las experiencias ancestrales de los que nos han precedido. Sin esa experiencia acumulada, ninguno de nosotros hubiéramos alcanzado el nivel de humanidad que tenemos. No podemos dar valor absoluto a ese bagaje, porque lo convertiremos en un lastre que nos impide avanzar hacia mayor humanidad. En el instante en que nos impida ser más humanos, debemos abandonarla. “Dejáis a un lado la voluntad de Dios por aferraros a las tradiciones humanas”.
Todo el que dé leyes en nombre de Dios, os está engañando. La voluntad de Dios, o la encuentras dentro de ti, o no la encontrarás nunca. Lo que Dios quiere de ti está inscrito en tu mismo ser y en él tienes que descubrirlo. Es muy difícil entrar dentro de uno mismo y descubrir las exigencias de mi verdadero ser. Por eso hacemos muy bien en aprovechar la experiencia de otros seres humanos que se distinguieron por su vivencia y nos han trasmitido lo que descubrieron. Gracias a esos pioneros del Espíritu, la humanidad va avanzando.
Todo lo que nos enseñó Jesús fue manifestación de su ser más profundo. “Todo lo que he oído a mi Padre, os lo he dado a conocer”. Esa experiencia original hizo que muchas normas de su religión se tambaleasen. La Ley hay que cumplirla porque me lleva a la plenitud humana. Para los fariseos, el precepto hay que cumplirlo por ser precepto no porque ayude a ser humano. En la medida que hoy seguimos en esta postura “farisaica”, nos apartamos del evangelio.
El obrar sigue al ser, decían los escolásticos. Lo que haya dentro de ti es lo que se manifestará en tus obras. Es lo que sale de dentro lo que determina la calidad de una persona. Yo diría: lo que hay dentro de ti, aunque no salga, porque lo que sale puede ser una pura programación. Lo que comas te puede sentar bien o hacerte daño, pero no afecta a tu espíritu. La trampa está en confiar más en la práctica externa que en la actitud interna.
Meditación-contemplación
Todo culto que no proceda del corazón,
y no lleve a descubrir la cercanía de Dios, es inútil.
Los ritos, ceremonias, sacramentos y oraciones
son útiles en la medida que me llevan al interior de mí mismo,
y me hagan descubrir lo que Dios es en mí.
«¿Por qué tus discípulos no siguen la tradición de nuestros padres, sino que siempre comen el pan con manos impuras? … Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas: “Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí… ”»
Llama la atención la respuesta violenta de Jesús a una pregunta que en principio parece inocua, pero la explicación es que ni los fariseos, ni los letrados ni Jesús están hablando de higiene ni de preceptos, sino del propio concepto de religión. Tampoco se trata de una discusión rabínica, erudita o intranscendente sobre religión, sino que está en juego el fondo mismo de su permanente enfrentamiento.
Los escribas y los fariseos defendían una religión que había producido una sociedad de desiguales; de gente predilecta de Dios y gente rechazada por Él. Que atribuía las desgracias que sufrían los pobres, los enfermos y marginados a sus propios pecados, añadiendo el vilipendio a su desdicha… Y todo ello en nombre de Dios…
El texto de Marcos nos plantea pues dos formas opuestas de entender la religión: la estéril —o perniciosa—, que pone la “ley de Dios” por encima de las personas, y la de Jesús, centrada en las personas… Como decía Ruiz de Galarreta: “El texto de hoy nos está planteando la oposición entre la religión de Jesús y la que mató a Jesús”. Esta dicotomía en la forma de entender la religión se da en todas las épocas y culturas de la historia, y por ello la religión ha dado lugar a lo mejor y a lo peor de la humanidad.
Hoy tenemos tendencia a confundir el concepto “religión” con lo que en realidad son sus perversiones, y de ahí el desprestigio que sufre el término. Y es cierto que existe una “religión” del poder y la opresión, pero existe otra del servicio, y solo esta última merece tal nombre. Vamos a referirnos brevemente a esta religión de verdad.
El fin último del ser humano es la felicidad. Consciente o inconscientemente, la buscamos sin cesar en cada instante de nuestra vida y la esperamos para después de la muerte. Si entendemos la felicidad como plenitud del alma (del ánimo) —y no como simple goce o contento—, llegaremos a la conclusión de que es inalcanzable si nuestra vida carece de un sentido claro y a la altura de nuestra auténtica esencia, y es aquí donde entroncamos con la religión; porque una religión es en realidad un cauce para encontrar en Dios el sentido de la vida.
¿Pero cuál es nuestra esencia?… Quizá lo que mejor defina la esencia de lo humano sea la “humanidad”, es decir, esa facultad de sentir cariño por la gente, de conmovernos con quienes sufren, de sentirnos unidos a ellos, de no permanecer indiferentes e inactivos ante su desgracia… Y si ésa es nuestra esencia, cualquier actitud vital que genere humanidad será portadora de sentido —y por tanto de felicidad—, y cualquiera otra que no lo haga, provocará un vacío imposible de llenar con actividades mundanas o con prácticas religiosas.
Y es significativo, y reconfortante, saber que el núcleo de la religión del servicio que nos propone el evangelio es precisamente la “humanidad”, es decir, lo más íntimo y definitorio de nuestro ser.
Miguel Ángel Munárriz Casajús
Para leer el comentario que José E. Galarreta hizo en su momento, pinche aquí
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