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La justicia brasileña tumba el veto de Bolsonaro a la financiación de películas de temática LGTBI

Lunes, 14 de octubre de 2019
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49685-760x380Nuevo golpe de la justicia brasileña a la LGTBIfobia del presidente Jair Bolsonaro. Una jueza federal ha dictaminado que el veto impuesto a la financiación de un proyecto audiovisual por incluir contenido LGTBI es contrario a los principios de libertad de expresión e igualdad de trato por los que se rige la democracia brasileña. El mandatario ultraderechista había congelado la concesión de subvenciones, por un valor total de varios millones de euros, al conocer que una pequeña parte de los proyectos versaban sobre la realidad LGTBI. La decisión provocó la dimisión del secretario de Estado de Cultura.

El plan original, presentado en marzo de este año, se basaba en la colaboración entre bancos de desarrollo de varios estados federados y la televisión pública para financiar unos ochenta proyectos audiovisuales de diferentes regiones del país y diversas temáticas, por un montante total de setenta millones de reales (más de quince millones de euros). De ellos, solo una minoría trataban sobre temas LGTBI. Se trata de la serie Afronte, el documental Transversais sobre la realidad trans, Religare Queer y Sexo Reverso.

En agosto, el Gobierno brasileño canceló la financiación del proyecto al completo. El presidente Bolsonaro había calificado las subvenciones a películas con contenido LGTBI como «dinero tirado a la basura». La decisión provocó la dimisión del secretario de Estado de Cultura, contrario al veto. «No estoy de acuerdo con poner filtros a la cultura, así que me voy», explicó Henrique Pires, que instó a los responsables políticos a ocuparse de problemas rampantes como el desempleo y a dejar de «mirar con lupa si en algún lugar un hombre desnudo está besando a otro hombre».

La justicia ha acabado dando la razón a Pires. Este lunes, la jueza federal Laura Bastos Carvalho declaraba nula la resolución del Gobierno de Bolsonaro por perjudicar injustificadamente el interés general. La magistrada reivindicó la responsabilidad del poder judicial de proteger la libertad de expresión y la igualdad de trato de los ataques del ejecutivo. El Gobierno aún puede presentar recurso contra el fallo.

La justicia, muro de contención de la LGTBIfobia de Bolsonaro

Los tribunales, en cualquier caso, se están revelando como un verdadero contrapoder a la extrema LGTBIfobia de la presidencia de Bolsonaro. El Supremo Tribunal Federal de Brasil ha emitido ya varios fallos que protegen a la comunidad LGTBI de los ataques del Gobierno. Hace solo unos días conocíamos la sentencia que puso fin al intento de censura de libros que abordasen la homosexualidad o la transexualidad en la Bienal del Libro de Río de Janeiro. Una resolución en línea con la también reciente decisión del mismo tribunal a favor de la protección legal de la población LGTBI frente a la violencia y la discriminación, al ordenar la equiparación de los delitos por homofobia y transfobia con los motivados por el racismo mientras persista «omisión legislativa» al respecto.

Hay que tener en cuenta, en este sentido, que muchos de los avances en esta materia que ha experimentado Brasil se han producido al margen de los poderes legislativo o ejecutivo: el matrimonio igualitario es una realidad posible gracias a resoluciones judiciales, mientras que la prohibición de las «terapias» reparadoras, sobre la que tiene lugar una dura batalla en los tribunales, fue una decisión profesional del Consejo Federal de Psicología. Sin embargo, la presión de los grupos evangélicos para que desde el poder político se ponga coto e incluso se revierta esta situación tiene en personajes como el presidente Jair Bolsonaro grandes aliados. Estaremos atentos a como se sigue desenvolviendo esta guerra.

Una situación muy complicada para el colectivo LGTB

En 2018, además, fuimos testigos de como la LGTBfobia ha escalado hasta alcanzar ámbitos activistas y políticos. En mayo del año pasado recogíamos el asesinato en Río de Janeiro de la activista de género no binario Matheusa Passareli. Y en marzo el de la concejala de Río de Janeiro Marielle Franco, afrodescendiente, abiertamente bisexual, feminista y activista en favor de los derechos humanos. Una escalada a la que también nos hemos referido al recoger tanto el episodio de acoso que sufrió Judith Butler en una visita al país para participar en un debate universitario como la decisión de un juez federal contra la orden del Consejo Federal de Psicología que prohibía desde hace años las «terapias» reparadoras de la homosexualidad. Y que ha forzado al que fuera primer diputado abiertamente gay de Brasil, Jean Wyllys, a abandonar el país e instalarse en Alemania (ver aquí la interesante entrevista que hace pocos días publicaba eldiario.es).

La llegada de Bolsonaro a la presidencia

La situación de la comunidad LGTB, incluso ya antes de la victoria de Bolsonaro en octubre de 2018, es muy dura. El Grupo Gay de Bahía, colectivo que hace una meritoria labor de monitorización de los delitos de odio en Brasil, tuvo conocimiento de 445 muertes violentas de personas LGTB en 2017: 387 asesinatos y 58 suicidios, un aumento del 30% con respecto a 2016, «cuando se registraron 343 muertes», comienza su informe 2017. De alguna de estas muertes nos hemos hecho eco en esta misma página, como sucedió por ejemplo con el terrible asesinato de Dandara dos Santos, una mujer trans. La tendencia, en este sentido, ha sido creciente a lo largo de los últimos años.

Y si algún político encarna a la perfección esa LGTBfobia en su discurso político, ese es Jair Bolsonaro, elegido presidente en octubre de 2018. Una victoria que, dados los precedentes del personaje y el apoyo del poderoso movimiento evangélico, abrió un escenario terrible para las personas LGTB en Brasil. Ya en 2011 lo mencionábamos cuando acusó al Ministerio de Educación de «fomentar la homosexualidad» por promover un proyecto contra la homofobia. En 2014 volvimos a referirnos a Bolsonaro, que negaba que educar en la diversidad sirviese para combatir la homofobia, y acusaba explícitamente a los que así lo defienden de querer «llevar la materia a las escuelas para transformar a niños de seis años en homosexuales. Al punto de que así se facilita la pederastia en Brasil».

Bolsonaro acababa la entrevista burlándose del intento de aprobar una ley que castigase la violencia homófoba, a la que quitaba importancia. «¿Solo porque a uno le guste tomar por culo se convierte en un semidios al que no se le puede pegar?», remataba. El ahora presidente ha hecho otras declaraciones homófobas en el pasado, como aquellas en las que aseguraba preferir que un hijo suyo muriese en un accidente a que apareciese «con un bigotudo», pero basta con releer la entrevista de 2014 a El País para ser consciente de la monstruosidad del personaje.

En el ámbito legal, hay que tener en cuenta que muchos de los avances en derechos LGTB que ha experimentado Brasil se han producido al margen de los poderes legislativo o ejecutivo: el matrimonio igualitario es una realidad posible gracias a resoluciones judiciales, mientras que la prohibición de las «terapias» reparadoras, sobre la que como mencionamos arriba tiene lugar una batalla en los tribunales, fue una decisión profesional del Consejo Federal de Psicología. La presión de los grupos evangélicos para que desde el poder político se ponga coto e incluso se revierta esta situación puede encontrar en Bolsonaro el aliado ideal.

En este sentido, la recién aprobada tesis del Supremo contra la LGTBfobia es una soplo de aire fresco en un ambiente profundamente enrarecido.

Fuente Dosmanzanas

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Juventudes trans: militando el género en las escuelas

Jueves, 3 de octubre de 2019
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En septiembre de 2018, tres adolescentes de 16 y 17 años se reunieron con un objetivo común: crear el Movimiento de Juventudes Trans (MJT) para ofrecer acompañamiento y asesoría a jóvenes y adolescentes transgénero. A un año de ese primer encuentro, el sábado 28 de septiembre brindarán una charla abierta en el Conti sobre Identidades trans: nuevas miradas y conceptos en el marco del Festival Futuros. Hablamos con sus integrantes sobre sus vidas y militancias cotidianas. 

Por Alejandra Zani

El Movimiento de Juventudes Trans de Argentina se cuestiona el adultocentrismo y se plantea nuevas preguntas: las de su propia generación. Sus integrantes tienen una certeza: las respuestas solo pueden ser colectivas. “Queremos visibilizar que las infancias y adolescencias trans existimos y que los traumas no sean requisito excluyente para ser trans”, explica a Presentes Feliciano (17 años), uno de los miembros fundadores del Movimiento. “Nuestro objetivo es que, para las juventudes trans, el tránsito por la escolaridad, las relaciones familiares y la interacción con la sociedad se den de la mejor manera posible”.

La iniciativa surgió entre tres amigos, Feliciano, Félix y Giovanni, por la falta de espacios orientados hacia jóvenes y adolescentes dentro de la comunidad trans, y hoy ya suma once integrantes. “Las organizaciones más conocidas siempre estaban formadas por personas de más de 25 años. En ellas nunca se nos dio realmente un espacio. Éramos una especie de ‘anexo juventud’ y quisimos crear un lugar que sintiéramos nuestro”, cuenta Gio (17 años). Al final, continúa, “las diferencias entre une adulte trans y une adolescente trans son similares a las que diferencian a un adulte cis de un adolescente cis”.

Diversidades en plural

Es por esto que, a la hora de nombrarse, decidieron hacerlo en plural. “Hablamos de juventudes porque nuestras experiencias son diversas. No somos un movimiento homogéneo y menospreciar lo que tenemos para decir por ser juventudes no es solo una falta de respeto, sino que reproduce un estereotipo de personas trans que les adultes plantean”, explica Nehuén (17 años). “Los medios siempre reproducen ciertos estereotipos de la comunidad trans adolescente, la de les jóvenes que odian su cuerpo y quieren cambiarlo, que quieren ser ‘lo otro’, y solo muestran felicidad cuando llegan a ese ‘cispassing’, es decir, cuando por fin pueden pasar como una persona cis. Toda la transición anterior es tristeza y dolor. Hablar de juventudes en plural es poner sobre la mesa la idea de que no todas las experiencias son iguales”.

A Nehuén lo convocaron del MJT porque no veían que las identidades trans no binarias estuvieran representadas en los colegios. “Ni en ningún lado. Yo me reafirmo, además de como una identidad no binaria, como una persona afrodescendiente y descendiente de mapuches. Esa identidad cultural es inseparable de mi identidad de género. Si personas de la comunidad no binaria me invitan a leer a Judith Butler, yo la leo, pero desde un punto de vista de adolescente negre y no binarie. En el MJT entendemos esta heterogeneidad, y a pesar de eso, compartimos un eje y ciertos principios”.

A mediados de este año, el crecimiento en las redes sociales y la visibilización que obtuvo el MJT en medios de comunicación fue tal que los pedidos de asesoramiento y las invitaciones para dar talleres, charlas y capacitaciones en escuelas se multiplicaron. Por este motivo, decidieron que era hora de ampliarse y convocaron a Agustina (18 años). “Cuando me propusieron que militara en el transactivismo me emocioné un montón porque desde el momento cero la aparición de las juventudes me parecía algo muy necesario en la comunidad trans. Por ese entonces, yo ya tenía encaminado el trámite del DNI y ya estaba en hormonas, así que no necesitaba asesoramiento legal, sino un espacio donde hubiera gente como yo, trans de 17 años”.

juventudes-1-1024x768“Hay que recordar que las juventudes trans se vieron históricamente relegadas al silencio. Todavía hay mucha gente que tiene que vivir su transición en silencio, en discriminación y en sufrimiento por su propia familia o su propio colegio”, continúa Agustina. “Si habláramos de una juventud trans estaríamos dejando afuera a la cantidad tan grande de excepciones que hay a una vivencia digna de una juventud como la gente”.

Para ella, tampoco es posible hablar de la adultez trans como algo rígido. “Tengamos en cuenta que la expectativa de vida de una persona trans corta a los 35 años, y en el 80% de los casos, las mujeres trans son empujadas a la prostitución. Ni siquiera estamos seguras de si vamos a transitar nuestra adultez en su totalidad, no tenemos esa certeza, todavía, de que vamos a poder acceder y terminar una carrera, o acceder a un trabajo aun teniendo un título, porque todavía el ser trans “daña la imagen” de las empresas y prefieren no contratarnos independientemente de nuestra formación”.

El género en las aulas 

Militar la identidad de género siendo adolescente implica, para Gio, bastante valentía. “Cuando empecé a sentirme como me sentía y a identificarme como me identifico, nada estaba claro y todo me daba vergüenza, sentía que no era merecedor de nada. Y más allá de lo sentimental, que es un montón, está también la valentía burocrática. Hay que tener mucha fuerza para enfrentarse al sistema y a cómo está reglamentado, a cambiarse el DNI, a “salir del clóset” en un colegio, a hacer horas de cola para esperar un turno para dentro de tres meses para ver a un endocrinólogue o cirujane”.

Cuando tenía 15 años, Gio tuvo Educación Sexual Integral -ESI- en una materia llamada Salud y Adolescencia, pero no cumplió con sus expectativas. “La explicación fue súper básica y biologicista. Pene, vagina, preservativo, pastillas anticonceptivas. Por suerte, la profesora era flexible y presentamos un proyecto sobre diversidad identitaria y sexual, pero esa iniciativa salió de nosotres. Lastimosamente, muches profesionales no tienen idea de cómo funciona un cuerpo trans, de nuestras experiencias, o de cómo nos afectan los métodos anticonceptivos durante los procesos de hormonización. Es como si en ese momento te dijeran ‘enterate de que sos parte de un experimento’ porque no hay data de personas con 80 años que se hayan hormonado toda la vida”.

«Tengo que reafirmarme constantemente en mis pronombres»

En el caso de Nehuén, recorrer espacios de militancia adolescentes siendo una identidad no binaria resulta “sumamente estresante”. “No hay una forma de identificar que una persona es no binaria y tengo que reafirmarme constantemente en mis pronombres, mi identidad, en cualquier tipo de espacio”, explica. “Además, la mía es una identidad reafirmada en el contexto argentino y latinoamericano, no es la misma identidad no binaria que la de una persona estadounidense y europea. Tenemos que entender desde dónde pararnos porque nuestras necesidades son otras y eso es lo que me gustaría que entendiera la comunidad no binaria argentina”.

“Yo tuve que armar una reunión con una empleada del INADI para enterarme de cosas como que en el colegio tenían que registrarme y respetar mi nombre aunque no hubiera cambiado mi DNI”, cuenta, por su parte, Agustina. Por eso considera que encontrar al Movimiento fue fundamental para difundir y dar herramientas a los demás adolescentes para llevar adelante una escolaridad común y corriente. “A diferencia de lo que se cree, militar la identidad de género dentro del ámbito de las juventudes y el secundario es bastante gratificante porque, lento pero seguro, se está viendo un cambio en la respuesta que tiene la sociedad ante la presencia o posible presencia de personas trans en un secundario y ya se nota a les maestres como a les alumnes con una voluntad mucho más grande de informarse”.

“Eso es bastante esperanzador aunque todavía estamos al tanto de situaciones en las que gente actúa, ya ni siquiera por desinformación, sino en contra de lo que establece la Ley de identidad de género, y me parece que si bien se está logrando una apertura frente a los derechos de personas trans, se está empezando a formar una resistencia de ciertas personas a respetar esta ley”, comenta Agustina. Y agrega: “Me impresiona, en 2019, ver gente dispuesta a comerse una denuncia solo para ver revocado el nombre de une alumne”.

Una cita en el Conti 

El sábado 28 de septiembre, en el marco del Festival Futuros que se realiza durante todo el mes en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, el Movimiento de Juventudes Trans abrirá un espacio de encuentro y diálogo para abordar las diversas temáticas en torno a sus experiencias. “Vamos a repasar conceptos básicos, a discutir problemáticas y sobre todo generar un debate donde se puede llegar a una conclusión al respecto”, explica Feliciano.

El encuentro marcará una continuación con el ciclo sobre feminismos y cissexismo, abierto el 6 de septiembre durante la inauguración de la muestra colectiva Re-Existencia, y tendrá lugar a las 17 hs. “La propuesta es hacer un conversatorio completamente abierto a quienes quieran acercarse a tratar estas temáticas para allanar el camino a las generaciones trans por venir”, comenta Agustina.

“Vamos a hablar sobre nuevas masculinidades y sobre cómo abordar este tema que es tan difícil dentro del colectivo LGBT+ y de los feminismos, que nosotros creemos que no están separado, siempre fueron luchas muy compañeras, pero que de repente, ahora, con nuevas generaciones de la comunidad y de pibis feministas, se está generando una discusión bastante problemática acerca del separatismo”, enmarca Gio.

“La idea es preguntarnos cómo afecta eso a las personas trans, cómo juzgamos automáticamente lo que vemos con un rol asignado, un género asignado, cómo construir una transmasculinidad que realmente sea amigable, que no esté demonizada, no caracterizada como el enemigo, y qué hacer con todo esto”, continúa. “Nada de lo que vaya a suceder en el taller va a ser dar una respuesta, sino en plan debate, porque no tenemos una respuesta. La propuesta es pensarlo entre todes”.

Fuente Agencia Presentes

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Activista LGBT brasilero murió tras ser baleado por la Policía

Martes, 1 de octubre de 2019
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4CE17FA1-367F-41FA-B391-29E6B7757C7DEl activista brasileño LGBTI, Yuri Piettro Ferreira, murió el pasado 20 de septiembre después de pasar 28 días internado en un hospital municipal en Relegango, tras recibir una bala durante operativo de la policía militar en Río de Janeiro.

Yuri, de 26 años, era profesor de baile, esteticista y uno de los organizadores del desfile Bangu LGBTI+. Fue baleado en un hecho confuso el pasado 23 de agosto cuando regresaba a su casa y en el que participaron agentes militares.

Según testigos que hablaron con el periódico O Globo, la Policía llegó al barrio alertados por una supuesta “acción irregular”, en donde fueron atacados por narcotraficantes y Yuri quedó en medio del enfrentamiento.

La ciudad de Río de Jainero se ha convertido en uno de los lugares más inseguros para las poblaciones LGBTI y afrodescendientes debido a sonados asesinatos y amenazas de muerte de parte de grupos extremistas y la misma fuerza policial.

En marzo de 2018,  la concejala lesbiana y activista por los derechos humanos de Río de Janeiro, Marielle Franco, fue asesinada por la policía brasileña, sin que los responsables hayan sido sentenciados todavía.

Marielle fue fusilada cuando circulaba en su auto por una calle de Rio de Janeiro. Tenía 38 años y era una referente en la lucha contra la violencia institucional en las favelas cariocas. Los asesinos dispararon 13 veces al automotor provocando también la muerte de su chofer.

De acuerdo al Instituto Sou da Paz, en los primeros ocho meses del gobernador de Río de Janeiro Wilson Witzel, la policía militar asesinó a unas mil doscientas personas, un aumento del 16 por ciento en comparación al mismo periodo de 2018. Cinco eran niños.

Uno de los últimos casos fue el asesinato de Ágatha Félix, de ocho años de edad, quien recibió un disparo en la espalda durante un operativo militar en una favela de Río de Janeiro. El instituto estima que es la mayor cantidad de muertes provocadas por la policía desde 1998.

Discurso de odio desde el gobierno

El discurso de odio promovido por el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha provocado un clima de intolerancia hacia las poblaciones diversas, según denuncias de activistas de derechos humanos.

En enero pasado, el diputado federal por Rio de Janeiro Jean Wyllys anunció que no asumirá su tercer mandato porque recibió amenazas y teme por su vida. El legislador era el único homosexual visible en el parlamento brasileño.

Bolsonaro, un militar retirado de 65 años, ha sido cuestionado por sus discursos misóginos, racistas y homofóbicos, y ha provocado que el gigante sudamericano retroceda en los derechos humanos fundamentales, según activistas.

Su discurso ha polarizado al país y causado graves señalamientos internacionales por su retorica militar y extremista.

Una situación muy complicada para el colectivo LGTB

En 2018, además, fuimos testigos de como la LGTBfobia ha escalado hasta alcanzar ámbitos activistas y políticos. En mayo recogíamos el asesinato en Río de Janeiro de la activista de género no binario Matheusa Passareli. Y en marzo el de la concejala de Río de Janeiro Marielle Franco, afrodescendiente, abiertamente bisexual, feminista y activista en favor de los derechos humanos. Una escalada a la que también nos hemos referido al recoger tanto el episodio de acoso que sufrió Judith Butler en una visita al país para participar en un debate universitario como la decisión de un juez federal contra la orden del Consejo Federal de Psicología que prohibía desde hace años las «terapias» reparadoras de la homosexualidad. Y que ha forzado al que fuera primer diputado abiertamente gay de Brasil, Jean Wyllys, a abandonar el país e instalarse en Alemania (ver aquí la interesante entrevista que hace pocos días publicaba eldiario.es).

La llegada de Bolsonaro a la presidencia

La situación de la comunidad LGTB, incluso ya antes de la victoria de Bolsonaro en octubre de 2018, es muy dura. El Grupo Gay de Bahía, colectivo que hace una meritoria labor de monitorización de los delitos de odio en Brasil, tuvo conocimiento de 445 muertes violentas de personas LGTB en 2017: 387 asesinatos y 58 suicidios, un aumento del 30% con respecto a 2016, «cuando se registraron 343 muertes», comienza su informe 2017. De alguna de estas muertes nos hemos hecho eco en esta misma página, como sucedió por ejemplo con el terrible asesinato de Dandara dos Santos, una mujer trans. La tendencia, en este sentido, ha sido creciente a lo largo de los últimos años.

Y si algún político encarna a la perfección esa LGTBfobia en su discurso político, ese es Jair Bolsonaro, elegido presidente en octubre de 2018. Una victoria que, dados los precedentes del personaje y el apoyo del poderoso movimiento evangélico, abrió un escenario terrible para las personas LGTB en Brasil. Ya en 2011 lo mencionábamos cuando acusó al Ministerio de Educación de «fomentar la homosexualidad» por promover un proyecto contra la homofobia. En 2014 volvimos a referirnos a Bolsonaro, que negaba que educar en la diversidad sirviese para combatir la homofobia, y acusaba explícitamente a los que así lo defienden de querer «llevar la materia a las escuelas para transformar a niños de seis años en homosexuales. Al punto de que así se facilita la pederastia en Brasil».

Bolsonaro acababa la entrevista burlándose del intento de aprobar una ley que castigase la violencia homófoba, a la que quitaba importancia. «¿Solo porque a uno le guste tomar por culo se convierte en un semidios al que no se le puede pegar?», remataba. El ahora presidente ha hecho otras declaraciones homófobas en el pasado, como aquellas en las que aseguraba preferir que un hijo suyo muriese en un accidente a que apareciese «con un bigotudo», pero basta con releer la entrevista de 2014 a El País para ser consciente de la monstruosidad del personaje.

En el ámbito legal, hay que tener en cuenta que muchos de los avances en derechos LGTB que ha experimentado Brasil se han producido al margen de los poderes legislativo o ejecutivo: el matrimonio igualitario es una realidad posible gracias a resoluciones judiciales, mientras que la prohibición de las «terapias» reparadoras, sobre la que como mencionamos arriba tiene lugar una batalla en los tribunales, fue una decisión profesional del Consejo Federal de Psicología. La presión de los grupos evangélicos para que desde el poder político se ponga coto e incluso se revierta esta situación puede encontrar en Bolsonaro el aliado ideal.

En este sentido, la recién aprobada tesis del Supremo contra la LGTBfobia es una soplo de aire fresco en un ambiente profundamente enrarecido.

Fuente Agencia Presentes

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El «feminismo» que excluye a las trans llegó a Guatemala

Sábado, 7 de septiembre de 2019
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cuerpo2-2486x1243Interesantísimo artículo:

Por Pilar Salazar 

Ilustración: Florencia Capella 

Hace unos días un conocido medio de comunicación digital en Guatemala publicó un artículo haciendo apología del “antifeminismo”. Es un escrito poco atinado, haciendo ver al feminismo (que tampoco es monolito) como un dogma, tan violento como el Islam o Judeo-Cristianismo. Mientras tanto, un grupo secreto “sororo” de mujeres al que fui invitada por una amiga, estaba poniendo reglas de membresía y durante ese proceso pusieron a votación y opinión de las integrantes (entre ellas yo, trans) si era bueno incluir a las mujeres trans. Lo que cuestionaba era si éramos o no mujeres. Me sentí molesta porque había un pensamiento en el ambiente que percibía a las mujeres trans como una amenaza.

Mi intención al escribir no es dividir ni atacar el movimiento feminista, sino visibilizar de qué manera estamos respondiendo a estos ataques en paralelo a nuestras acciones cotidianas. También vamos a coordinarnos colectivamente para no pasarnos llevando a otras compañeras de las que desconocemos (por decisión) sus luchas y que en lugar de sumar al movimiento pueden restar o dividir.

Cuesta entender que también las mujeres trans andamos en las luchas feministas, nos interesan muchas de las mismas luchas que se intersectan con las de las mujeres cisgénero.

Las radicales trans excluyentes no son feministas

Viv Smyth las llamó TERFs en referencia al “feminismo radical trans excluyente” que se refiere a las mujeres cisgénero “feministas” que piensan que las mujeres trans no son mujeres y que la lucha feminista no les pertenece. Pero voy a ser rebelde y contradecir esta conceptualización, pues en mi opinión y en la de muchas feministas, ser “trans radical excluyente” no es una característica de los feminismos sino una postura que lleva implícito el dispositivo biologicista (basarse en la genitalidad para categorizar una identidad de género).

Tiene un bagaje de lógicas cisexuales que mantienen una venda para no ver los privilegios que le dan cancha a la cis-normatividad femenina de “decidir” violentamente si las mujeres trans podemos ser mujeres y estar en los mismos espacios o no.

Es una necedad paternalista y al mismo tiempo de exclusión porque no hay espacio ni capacidad de entender que las mujeres somos diversas y que en general a esta parte de la diversidad transfemenina nos matan antes de cumplir 35 años en América Latina. Creo que justificar el desconocimiento de la lucha que llevan las mujeres trans por parte de movimientos «feministas» cisgénero ya no es un argumento válido para desentenderse y violentar. Muchas mujeres y varones trans apañamos las mismas luchas porque también nos atraviesa el aborto, acoso sexual callejero y más.

¿Quiénes son lxs sujetxs politicxs del feminismo?

Abrirse al diálogo y aceptar que no nos ha importado o que tenemos aristas que discutir es el primer paso para evitar la confrontación y división que, como lo he dicho, en algunos espacios es una posibilidad que está llegando a Centroamérica. Son las pocas ganas de hacer, por ejemplo, una pregunta tan básica como la propuesta por Paul Preciado: ¿quiénes son lxs sujetxs politicxs del feminismo?

Ya no basta con decir que para subirse al barco contra la lucha del sistema patriarcal y desarme de las opresiones hay que tener una vulva. Propongo que hablemos de interseccionalidades y nos preguntemos ¿a quiénes ataca el sistema patriarcal? Aquí hablo de cuerpos oprimidos feminizados.

El axioma de que una vulva es igual a una mujer y un pene es igual a un hombre se rompe con la transexualidad o transgenerismo, pero también al producirse la intersexualidad, por ejemplo. Y el poder disciplinatorio de la medicina occidental da la muerte a una ficción y nacimiento a otra.

Teresa de Lauretis dijo que, como la sexualidad, el género no es una propiedad de los cuerpos o algo originalmente existente en los seres humanos, sino el conjunto de efectos producidos en los cuerpos, los comportamientos y las relaciones sociales. En palabras de Michel Foucault, es el despliegue de una tecnología política compleja.

¿Tiene sentido seguir hablando de feminismo o de feminismos?

Parafreaseando a Preciado: sí, siempre que sea una forma de combatir los mecanismos específicos del control, producción de las subjetividades sexuales, raciales, estéticas, etc.

La matriz heterosexual[1] intenta reducir la multiplicidad de los cuerpos a la masculinidad y la feminidad desde la política genital, sin tomar en cuenta que los sistemas de opresión llegan hasta las periferias de los cuerpos subalternos[2]. En este punto debo decirlo, que me parece poco ético y nada sororo despotricar contra las mujeres trans al momento de defender el feminismo de los machos violentos, argumentando desde la lógica biologicista. Es importante y contracorriente de estas aristas la apertura al diálogo y a la resolución de dudas para fortalecer y no dividir lo que tanto ha costado para las feministas.

[1] Judith Butler, El género en dipusta, 1990. Estados Unidos

[2] Saurabh Dube, Sujetos subalternos, 2001

Fuente Agencia Presentes

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Julio Puente: Del Génesis a Botswana

Martes, 18 de junio de 2019
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62599289_1252723618238161_8206369737312043008_nEl vaticano y la Ideología de género

Más adelantados en África del Sur que en el Roma

He publicado en este blog varios trabajos de (o sobre) Julio Puente (imagen 1 y 3), filólogo, antropólogo y educador, con fina sensibilidad sobre el tema de la educación sexual y de género, cuya obra más significativa en esta línea (Un paso adelante, 2017) tuve el honor de comentar.

Ahora, con ocasión de nuevo documento de la Congregación para la Educación Católica (Varón y mujer los creó. Sobre la ideología de género, Vaticano, 10 de Junio de 2019) empieza a suscitar reacciones encontradas (y en gran parte críticas) por parte de los estudiosos y, sobre todo,  de los cristianos más sensibles al tema de la diversidad antropológica y sexual.

   En este contexto he querido publicar el trabajo de Julio Puente, añadiendo al final, a modo de apéndice, una reflexión sobre el principio Génesis que, a mi juicio, el documento del Vaticano no ha sabido interpretar rectamente.. Quiero decir, ya desde aquí, que lo que está en el fondo del mensaje bíblico es la realidad personal del hombre (varón y/o mujer), no un tipo de fijación biológica.

Parece que el Vaticano insiste más en un tipo de biología, quizá mal comprendida, que en la riqueza y diversidad personal (en la maduración profunda) de hombres y/o mujeres. Así lo ha querido poner de relieve J. Puente, con amor, con humos… Así lo he destacado yo en la nota final.

Con ese cambio de perspectiva (de lo biológico a lo personal), de un tipo de ontología de género a la metafísica de persona (conforme a la Biblia) se pueden entender y resolver mejor los temas. En esa línea, J. Puente dice  en el fondo que saben del ser humano en Botsuana que en el Vaticano.

   Gracias, Julio, por ofrecerme este trabajo. Seguimos caminando, en búsqueda compartida, desde lugares que pueden ser distintos, pero con la misma pasión por el amor y la identidad del ser humano.

 JULIO PUENTE. DEL GÉNESIS A BOTSUANA.  

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Acaba de despenalizarse la homosexualidad en la República de Botswana. Una buena noticia. Y en Europa, la Congregación para la Educación Católica alerta de que los estudios de género, – que los sectores más conservadores de la Iglesia insisten en desacreditar hablando de “ideología de género” – , quieren acabar con la diferencia entre varones y mujeres. Nada menos. ¿También aquí se busca la recíproca radicalización de los extremismos como en la política europea la buscan la extrema derecha y los fundamentalistas islámicos? ¿Necesita la Iglesia encontrar siempre enemigos para sobrevivir? Naturalmente los grupos LGTBI mostrarán su desacuerdo y los grupos de gays cristianos su profundo dolor y su frustración. ¿Busca la Iglesia que todos estos grupos radicalicen su discurso y sus acciones?

  Como Dios no tiene más manos para escribir que las nuestras he pensado que, contando con la generosidad de Xabier Pikaza y de este medio digital (RD), tal vez podía exponer algunas de las ideas que ya publiqué en mi libro “Un paso adelante” a finales de 2017, que no todos los lectores de RD conocerán, e intentar así aportar alguna idea más al debate.

JULIO PUENTE. DEL GÉNESIS A BOTSUANA

El prejuicio

“Amas a todos los seres y no aborreces nada de lo que hiciste” (Sabiduría, 11, 24).

   La mayor parte de los grupos humanos, desde las mujeres a los extranjeros que vinieron de otro país con otra religión y otras costumbres, aunque estos vean de algún modo mermados sus derechos, tienen, en principio, teóricamente hablando, el respeto y la acogida de la sociedad sean de la raza o de la religión que sean. Aunque ya sabemos que el sexismo, la xenofobia y el racismo siguen bien presentes en nuestra mentalidad. Desde la Iglesia y las instituciones del Estado, al menos, no se arroja sobre ellos ninguna sombra de culpabilidad o desorden intrínseco. Nadie defiende en teoría, por ejemplo, que la mujer tenga menos dignidad que el hombre, menos derechos, o que haya en su condición algo “objetivamente desordenado”. En teoría, porque en la realidad no es así. Leer más…

General, Historia LGTBI, Homofobia/ Transfobia., Iglesia Católica , , , , , ,

El Supremo brasileño equipara la homofobia y la transfobia al racismo, una decisión que Bolsonaro califica como «completamente equivocada»

Martes, 18 de junio de 2019
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Brasil-sem-homofobia1Tal y como adelantamos en mayo, el Supremo Tribunal Federal de Brasil, la máxima instancia judicial del país, ha fallado a favor de la protección legal de la población LGTB frente a la violencia y la discriminación. El recuento final arroja ocho votos a favor y tres en contra de un texto que decreta la equiparación de los delitos por homofobia y transfobia con los motivados por el racismo mientras persista la «omisión legislativa» al respecto. 

Fue el pasado mes de febrero cuando comenzó el proceso sobre la persecución legal de la LGTBfobia, en respuesta a dos recursos presentados por la Asociación Brasileña de Gais, Lesbianas y Transgénero (ABGLT) en 2012 y el Partido Popular Socialista en 2013. Ambos persiguen «la criminalización específica de todas las formas de homofobia y transfobia, especialmente (pero no exclusivamente) de las ofensas (individuales y colectivas), de los homicidios, de las agresiones y discriminaciones motivadas por la orientación sexual y/o identidad de género, real o supuesta, de la víctima».

Cuatro de los once jueces del Supremo ya se pronunciaron en febrero a favor de las tesis de los demandantes. Con la inclusión en mayo de otros dos votos favorables se alcanzaba ya la mayoría del alto tribunal, compuesto por once magistrados. Ahora lo han hecho los cinco restantes, de los cuales dos se han posicionado a favor y tres en contra. Finalmente, 8 votos contra 5.

La tesis fijada por el Supremo brasileño hace extensiva la legislación contra el racismo a los delitos por homofobia y transfobia y será de aplicación mientras se mantenga la ausencia de legislación al respecto, un vacío legal que coloca al colectivo LGTB en situación de indefensión. «El concepto de racismo sobrepasa los aspectos estrictamente biológivos o fenotípicos e incluye la negación de la dignidad y de la humanidad de grupos vulnerables», asegura el Supremo en la nota de prensa que daba a conocer el resultado de la votación.  Puedes descargar aquí la tesis completa, que también impone límites al discurso de odio por parte de los líderes religiosos al considerar que este no queda cubierto por el derecho a la libertad religiosa.

Críticas de Jair Bolsonaro

La decisión, como era de esperar, no ha sido recibida con agrado por el presidente de Brasil, el abiertamente homófobo Jair Bolsonaro, que la ha calificado como «completamente equivocada» y ha asegurado que perjudica a los propios homosexuales, que según él tendrán más dificultades para encontrar trabajo ya que los empresarios se lo pensarán «dos veces» antes de contratarlos por miedo a ser acusados de descriminación. Bolsonaro ha añadido que esta decisión del Supremo brasileño es un argumento más a la hora de renovar el alto tribunal incorporando magistrados evangélicos.

Habrá que ver, por otra parte, si el legislativo brasileño avanza en la misma dirección que el Supremo. En este sentido, solo un día antes de que en mayo se adelantase la decisión mayoritaria del Supremo, el Senado brasileño aprobaba en comisión un proyecto de ley para prohibir la discriminación basada en la orientación sexual y la identidad de género. El texto equipara las penas para los delitos motivados por la raza, color, etnia, religión o procedencia nacional con los cometidos contra las personas LGTB. También castiga la denegación del acceso a establecimientos abiertos al público, así como los intentos de impedir o restringir las «manifestaciones razonables de afecto de cualquier persona», salvo en lugares de culto. A la propuesta, no obstante, le queda por delante una trabajosa tramitación.

Una situación muy complicada para el colectivo LGTB

En 2018, además, fuimos testigos de como la LGTBfobia ha escalado hasta alcanzar ámbitos activistas y políticos. En mayo recogíamos el asesinato en Río de Janeiro de la activista de género no binario Matheusa Passareli. Y en marzo el de la concejala de Río de Janeiro Marielle Franco, afrodescendiente, abiertamente bisexual, feminista y activista en favor de los derechos humanos. Una escalada a la que también nos hemos referido al recoger tanto el episodio de acoso que sufrió Judith Butler en una visita al país para participar en un debate universitario como la decisión de un juez federal contra la orden del Consejo Federal de Psicología que prohibía desde hace años las «terapias» reparadoras de la homosexualidad. Y que ha forzado al que fuera primer diputado abiertamente gay de Brasil, Jean Wyllys, a abandonar el país e instalarse en Alemania (ver aquí la interesante entrevista que hace pocos días publicaba eldiario.es).

La llegada de Bolsonaro a la presidencia

La situación de la comunidad LGTB, incluso ya antes de la victoria de Bolsonaro en octubre de 2018, es muy dura. El Grupo Gay de Bahía, colectivo que hace una meritoria labor de monitorización de los delitos de odio en Brasil, tuvo conocimiento de 445 muertes violentas de personas LGTB en 2017: 387 asesinatos y 58 suicidios, un aumento del 30% con respecto a 2016, «cuando se registraron 343 muertes», comienza su informe 2017. De alguna de estas muertes nos hemos hecho eco en esta misma página, como sucedió por ejemplo con el terrible asesinato de Dandara dos Santos, una mujer trans. La tendencia, en este sentido, ha sido creciente a lo largo de los últimos años.

Y si algún político encarna a la perfección esa LGTBfobia en su discurso político, ese es Jair Bolsonaro, elegido presidente en octubre de 2018. Una victoria que, dados los precedentes del personaje y el apoyo del poderoso movimiento evangélico, abrió un escenario terrible para las personas LGTB en Brasil. Ya en 2011 lo mencionábamos cuando acusó al Ministerio de Educación de «fomentar la homosexualidad» por promover un proyecto contra la homofobia. En 2014 volvimos a referirnos a Bolsonaro, que negaba que educar en la diversidad sirviese para combatir la homofobia, y acusaba explícitamente a los que así lo defienden de querer «llevar la materia a las escuelas para transformar a niños de seis años en homosexuales. Al punto de que así se facilita la pederastia en Brasil».

Bolsonaro acababa la entrevista burlándose del intento de aprobar una ley que castigase la violencia homófoba, a la que quitaba importancia. «¿Solo porque a uno le guste tomar por culo se convierte en un semidios al que no se le puede pegar?», remataba. El ahora presidente ha hecho otras declaraciones homófobas en el pasado, como aquellas en las que aseguraba preferir que un hijo suyo muriese en un accidente a que apareciese «con un bigotudo», pero basta con releer la entrevista de 2014 a El País para ser consciente de la monstruosidad del personaje.

En el ámbito legal, hay que tener en cuenta que muchos de los avances en derechos LGTB que ha experimentado Brasil se han producido al margen de los poderes legislativo o ejecutivo: el matrimonio igualitario es una realidad posible gracias a resoluciones judiciales, mientras que la prohibición de las «terapias» reparadoras, sobre la que como mencionamos arriba tiene lugar una batalla en los tribunales, fue una decisión profesional del Consejo Federal de Psicología. La presión de los grupos evangélicos para que desde el poder político se ponga coto e incluso se revierta esta situación puede encontrar en Bolsonaro el aliado ideal.

En este sentido, la recién aprobada tesis del Supremo contra la LGTBfobia es una soplo de aire fresco en un ambiente profundamente enrarecido.

Fuente Dosmanzanas

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Cae asesino en megaoperativo policial por crimen de odio

Viernes, 7 de junio de 2019
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5AC86866-B260-4076-B11E-2788EBC98F80Manuel Avelino de Sousa es acusado de asesinar a una persona no binaria en Brasil. / Foto: O Día

El asesino fue detenido durante un operativo policial en Brasil por cometer un crimen de odio contra una persona no binaria.

Siguiendo la política de «mano dura» contra los criminales, del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, autoridades policiales desplegaron un megaoperativo para detener a sospechosos de homicidio y feminicidio. El operativo se realizó en 23 de los 27 estados que conforman la nación sudamericana. Y Río de Janeiro fue la entidad donde se llevaron a cabo la mayor cantidad de detenciones.

Según el Consejo Nacional de Jefes de la Policía Civil, en la segunda fase de la «Operación Cronos» se detuvieron a 968 personas. Entre ellos se encuentran 31 menores de edad. Del total, 912 detenidos están acusados de cometer homicidios y 56 más por feminicidios.

Uno de los aprehendidos es el asesino Manuel Avelino de Sousa, conocido en los barrios de la ciudad como «el perro carnicero». Él es el principal sospechoso del asesinato de Matheus/a Passarelli, en abril de 2018. La víctima de 21 años se identificaba como una persona no binaria y era conocida como «Matheusa». El responsable confesó haber participado en el cruel asesinato de Passarelli, así como de deshacerse del cuerpo.

360DFF63-D210-485B-BDDC-55B0CD9C9ADFManuel Avelino de Sousa asesinó a la joven Matheus/a Passarelli en abril de 2018. / Foto: OUL

«Matheusa» era estudiante de Artes Visuales en la Universidad Estatal de Río de Janeiro. Además, era activista LGBT+. La última vez que se le vio con vida fue la tarde del domingo 29 de abril de 2018. Passarelli había acudido a una fiesta en la región norte de Río de Janeiro. A las 19:30 de ese mismo día, la joven se retiró a su casa. Sin embargo, nunca llegó. A partir de ese momento, familiares y amigos iniciaron una búsqueda por toda la región y por redes sociales con el hashtag #DondeEstaMatheusPassarelli.

Después de siete días de búsqueda, autoridades policiales informaron la triste noticia a la familia: «Matheusa» había sido asesinada. Aunque no revelaron más detalles, confirmaron que el cuerpo de la víctima había sido quemado. Aunque los responsables de la investigación señalaron que pudo ser víctima de una banda de narcotraficantes, no descartaron la posibilidad de un crimen de odio por homofobia.

En Brasil aumenta de manera alarmante cifra de crímenes de odio contra personas LGBTIQ

09C08517-C36F-4470-9F4F-EF575583E710Los asesinatos con personas LGBT+ en Brasil han ido en aumento en años recientes. / Foto: El Diario

El colectivo integrado por personas Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales, Intersexuales, Queers y más (LGBTIQ+) ha visto vulnerados sus derechos en los últimos años en esta nación ante el incremento de la violencia por razones de orientación sexual, identidad y/o expresión de género. 

Desde 2013, Brasil se ubica como el país más peligroso para la comunidad LGBT+ en todo el orbe. Según datos de Grupo Gay Bahía, en 2017 murieron 445 personas de la diversidad sexual. Sin embargo, la cifra puede ser mayor tomando en cuenta que no todos los crímenes son registrados ni denunciados.

Del total de víctimas, 44.6% fueron gays, 43.9% trans, 9.7% lesbianas y 1.3% bisexuales. Los crímenes contra la comunidad LGBT+ han aumentado en los últimos años, especialmente durante la «administración homofóbica» del actual presidente.

Según datos publicados por la Organización No Gubernamental Grupo Gay de Bahía (GGB), entre los años 2016 y 2017, el número de asesinato de miembros de la comunidad LGBTIQ+ se incrementó en 30 por ciento. De acuerdo a los casos registrados en un año se pasó de 343 a 445 muertes, lo que equivale a más de un caso por día.

Otro dato alarmante dado a conocer por GGB, es que en menos de 20 años se ha cuatriplicado el número de caso, ya que en el año 2000 se reportaron 130 asesinatos.

El Grupo Gay de Bahía denuncia la falta de estadísticas oficiales que puedan orientar políticas públicas para frenar la violencia homofóbica. Sus estudios los realizan a partir de noticias publicadas en los medios de comunicación y en las redes sociales, así como de las informaciones que suministran otras organizaciones no gubernamentales.

De acuerdo a la segmentación realizada por esta ONG, el 44,6 % de las víctimas del año 2017 fueron gays; el 43,9 % transgénero (un segmento que en 2016 era el 37 %); el 9,7 % lesbianas y el 1,3 % bisexuales. Entre tanto, reportes periodísticos informan que en actualmente en Brasil las expectativas de vida de una persona trans es de 35 años.

Brasil, donde existe una comunidad LGBTIQ estimada en 20 millones de habitantes, lidera el ranking en América de ser el país donde más se producen asesinatos contra miembros de este colectivo.

La homosexualidad existe en Brasil incluso antes de la llegada de los europeos, siendo además el primer país de América en despenalizar los actos homosexuales. Sin embargo, los prejuicios y la discriminación parecen haber resurgido desde las últimas décadas del siglo XX.

Un nuevo caso de crimen de odio sacudió al gigante suramericano al confirmarse el asesinato de Matheus /a Passareli, estudiante de 21 años de edad, activista del colectivo LGBTI, quien se autopercibía como “no binario”, es decir, se identificaba tanto del género femenino como masculino. Según los primeros reportes policiales se presume que su asesinato fue motivado por la homofobia, una epidemia que se expande por Brasil.

En Brasil se producía uno de los asesinatos más terribles y desgarradores contra una persona transexual, Dandara dos Santos, de 42 años de edad, cuyos agresores han sido ya condenados.

Precisamente en marzo del pasad9 año  nos hacíamos eco del asesinato de la concejala de Río de Janeiro Marielle Franco, afrodescendiente, abiertamente bisexual, feminista y activista en favor de los derechos humanos. Su lucha en contra de la militarización del estado de Río de Janeiro, impuesta por el gobierno del presidente Michel Temer, y su enérgica batalla a favor de los derechos de las clases más desposeídas fue silenciada por las balas que entraron al vehículo que la transportaba al salir de un evento pro feminista. Y aunque su condición de mujer bisexual quizá no fuese en este caso el factor determinante del asesinato, no puede dejar de tenerse en cuenta que Brasil sufre las consecuencias de una brutal LGTBfobia. Según datos del Grupo Gay de Bahía, entre enero y septiembre de 2017 un total de 277 personas LGTBQ fueron víctimas de homicidio en ese país, la cifra más alta desde que este colectivo comenzó hace ya más de tres décadas a hacer este recuento.

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Un deterioro al que también nos hemos referido en fechas recientes al recoger tanto el episodio de acoso que sufrió Judith Butler en una visita al país para participar en un debate universitario como la decisión de un juez federal contra la orden del Consejo Federal de Psicología (el organismo que regula el ejercicio de esta actividad profesional en Brasil) que prohibía desde hace años las “terapias” reparadoras de la homosexualidad.

No debe perderse de vista el papel que la pujanza de los grupos evangélicos está jugando. A finales de 2016, en las mismas elecciones en las que Marielle Franco conseguía su acta de concejal de Río de Janeiro, Marcelo Crivella, un obispo evangélico con historial homófobo, se hacía con la alcaldía de Río de Janeiro. Y en estos momentos Jair Bolsonaroun homófobo recalcitrante que pese a ser católico defiende sin tapujos la agenda conservadora del frente parlamentario evangélico (transversal a diversos partidos políticos) ha conseguido hacerse con la presidencia del país en las elecciones que tuvieron lugar en octubre de este año. Unas elecciones que tienen lugar, recordemos, después de un periodo de profunda regresión política tras la polémica destitución de Dilma Rousseff y su sustitución por el conservador Michel Temer, vinculado a varios casos de corrupción.

Sin embargo, miles de personas se manifestaban en septiembre del pasado año en Sao Paulocontra la sentencia del juez Waldemar Claudio de Carvalho, mediante la que autoriza la aplicación de terapias de conversión, siempre que se realicen de manera privada y reservada y sin hacer publicidad de ellas.

«Es un discurso que destruye la solidaridad e iguala a las personas LGBT con los animales (…). Los programas de televisión vinculados a iglesias evangélicas a menudo comparan la homosexualidad con el diablo», afirma Luiz Mott, antropólogo y presidente del Grupo Gay de Bahia, convencido de que el incremento de la violencia hacia las personas homosexuales, bisexuales y transexuales, se debe en gran medida la influencia de los políticos ultraconservadores, vinculados en su mayor parte al caucus evangélico del país. «En la última década, Brasil buscó producir políticas que pudieran proteger a grupos vulnerables como gays y personas trans, pero fracasaron en su mayoría, debido a la falta de inversión o cambio en la visión de la política», declara Jurema Werneck, director ejecutivo de Amnistía Internacional Brasil.

Un informe elaborado por la organización Transgender Europe ubica a Brasil, México y Estados Unidos como los países más inseguros para la comunidad trans. Datos de la organización mexicana Letra S confirman que más de 261 personas trans fueron asesinadas en nuestro país del 2013 al 2018.

Fuente SoyHomosensual/Cristianos Gays

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“¡Tus hijos, sí importan!”, por Carlos Osma

Lunes, 11 de febrero de 2019
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NiñoDe su blog Homoprotestantes:

Supongo que algún grito similar a ¡tus hijos, sí importan! harían los buenos cristianos que en el año 1491, acusaron a varios judíos toledanos de torturar, crucificar, y arrancar el corazón a un niño, para intentar después hacer un rito con su sangre que trajese la desgracia a todo el pueblo. Ante tanto griterío, y porque quién más y quién menos tenía un hijo o un sobrino, nadie se podía oponer a que estos peligrosos judíos (descendientes de quienes crucificaron a Jesús) fueran quemados vivos delante de todo el pueblo, para que no quedara duda alguna de que la amenaza había sido lanzada al infierno. Tras el castigo, y decididos a encontrar los restos de la infantil víctima, parece ser que toda la población se maravilló, tras buscarlo día y noche, de que Dios mismo lo hubiera ascendido a los cielos y lo hubiera hecho descansar en los brazos de la madre de todos los creyentes: la Virgen María.

También debían gritar ¡tus hijos, sí importan!, muchas familias católicas que acabada la guerra civil española tenían que enviar a sus hijos a escuelas a las que, por casualidad y mala fortuna, asistía algún niño de una familia protestante. Hacer compartir pupitre a desvalidos niños, con ignorantes que no sabían rezar ni el rosario, y que lo único que sabían hacer era negar la identidad católica, apostólica y romana de España, suponía una gran amenaza. Así que, más que censurarles, sonreían cuando sus hijos les explicaban que levantaban el dedo acusador, insultaban, tiraban piedras, o golpeaban al hereje. Era simple autodefensa, era ley natural, era lo que dios manda: defenderse del diablo y sus huestes.

En Louisiana, en 1960, la amenazadora niña de seis años Ruby Bridges, además de ¡tus hijos, sí importan!, también escuchó los gritos de las familias cristianas blancas que sostenían un ataúd con una muñeca negra dentro. Era la manera que encontraron para defenderse del peligro que suponía que una perturbadora niña negra se sentara por primera vez al lado de sus hijos e hijas blancas en la escuela. Fue la forma lógica de reaccionar de cualquier familia de bien que quería lo mejor para sus hijos. Por eso le gritaron, a ese peligro de seis años, que la iban a ahorcar o a envenenar… para que se fuera lejos de allí y dejara de molestar y confundir a sus pobres hijos. Era preocupación, amor de padre y de madre, responsabilidad. Era biología, historia y Biblia; era sentido común.

Y ese grito, es un grito que no se detiene, que continua hoy: ¡tus hijos, sí importan!, ¡defiéndelos!, ¡no dejes que nadie les haga daño!, ¡están en peligro! No vaya a ser que les confundan y les hagan creer que el maricón de su compañero, que la bollera de su mejor amiga (nuestras hijas siempre eligen las amistades que detestamos), o el confundido trans de la fila de delante; son personas con el mismo derecho a ser felices que ellos. Nos están atacando, y donde más nos duele, con nuestros hijos, que ahora están a merced de una ideología en la que ya no son “como Dios manda”, sino una posibilidad más, entre otras. Y no solo eso, sino que esa endemoniada ideología que ha llegado a su máxima expresión gracias a una enferma mente judía como la de Judith Butler, lo que quiere hacer en última instancia es hacer de nuestras hijas e hijos seres humanos sin referencias claras. Alejándolos de la verdad, de lo natural y de lo que ha sido toda la vida.

¡Tus hijos, sí importan!, tenemos que organizarnos, crear un grupo de presión para defender nuestra manera de ver el mundo: que una lesbiana es una enferma, que un trans puede ser reconducido a lo que Dios ha determinado en sus genitales, que una bisexual es una viciosa pecadora, y que un maricón es un peligro para todos. Hay que aliarse con los partidos políticos que nos defienden, no importa que sean de extrema derecha, que nieguen derechos básicos, o estén a merced de intereses económicos que detestamos. ¡Tus hijos, sí importan!, la movilización es necesaria antes de que nuestro hijo aparezca un día en casa y nos diga que quiere ponerse pechos, o que nuestra hija nos explique que no está tan mal eso de manosearse con su amiga… El peligro es real, les bombardean con su ideología enferma por la televisión, les machacan con mensajes por Internet, y seguro que pronto les propondrán una actividad obligatoria de autoexploración genital en clase.

¡Tus hijos, sí importan!, gritémoslo en las iglesias, pero no solo allí, salgamos a la calle, demostremos que somos muchas y muchos, quitémonos la careta, no importa que digan de nosotros que somos homófobos, o tránsfobas, o cualquier otra palabra que hayan creado esos pervertidos en sus laboratorios de género. Digamos lo que dios quiere, lo que cae por su propio peso, lo que es evidente. Hagamos que resuene en nuestros parlamentos, en nuestras leyes. No les dejemos espacio alguno que permita que engañen a nuestros hijos, devolvámoslos al lugar que les corresponde, al de la marginación, la injuria, el del chivo expiatorio y la muerte. Apartémoslos de nuestros hijos e hijas, enviémoslos al infierno, es lo que dios quiere.

Estamos perdiendo, como lo hemos hecho siempre, pero no nos resignemos y sigamos gritando: ¡Tus hijos, sí importan! Intentemos aferrarnos a nuestros privilegios, a nuestra supremacía, a nuestro miedo, odio, y a nuestro dios.

Carlos Osma

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El miedo se instala en el colectivo LGTB tras la victoria de Bolsonaro en Brasil, un país en el que 445 personas LGTB murieron en 2017 víctimas del odio

Martes, 6 de noviembre de 2018
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jair-bolsonaroAunque ya hemos hablado acerca de esta situación, nos parece interesante el análisis que hace Dosmanzanas:

Jair Bolsonaro ha ganado las elecciones presidenciales en Brasil. Para otros puede haber sido un sorpresa, pero no para esta página, que desde hace años sigue la trayectoria del personaje y que siempre ha alertado de la seria posibilidad de su victoria. Una victoria que abre ahora un escenario terrible para las personas LGTB en Brasil. En el mejor de los casos, habrá una involución en su visibilidad social. Lo más probable es que a ello se le sumen los intentos del poderoso movimiento evangélico, aliado de Bolsonaro, para restringir sus derechos civiles. Todo ello en un clima de profunda hostilidad social por una parte significativa de la población, alimentada por un candidato que para ganar no ha dudado en convertir al colectivo LGTB en uno de sus chivos expiatorios, y que puede ir a más si la situación socioeconómica brasileña se complica.

Una situación de base harto complicada para el colectivo LGTB

La situación social del colectivo LGTB en Brasil es ya de partida complicada, con o sin Bolsonaro. El Grupo Gay de Bahía, colectivo que hace una meritoria labor de monitorización de los delitos de odio en ese país, tuvo conocimiento de 445 muertes violentas de personas LGTB en 2017: 387 asesinatos y 58 suicidios. «Nunca antes en la historia de este país se registraron tantas muertes, en los 38 años que el Grupo Gay de Bahía (GGB) recolecta y difunde estas estadísticas. Un aumento del 30% en relación a 2016, cuando se registraron 343 muertes», comienza su informe 2017. De alguna de estas muertes nos hemos hecho eco en esta misma página, como por ejemplo la de Dandara dos Santos, una mujer trans. Los instantes previos a su brutal asesinato fueron grabados y dieron la vuelta al mundo. Un horror que entonces conocimos gracias a aquellas imágenes (que sirven de portada al último informe anual del GGB), pero que en muchas más ocasiones es solo un número en una estadística.

La tendencia, en este sentido, ha sido creciente a lo largo de los últimos años. De las 130 personas LGTB muertas de forma violenta en el año 2000 (una cifra que se mantuvo prácticamente constante durante la primera década de este siglo) hemos pasado a 445 en 2017, el año con más muertes registradas. Y en contra de lo que podría pensarse desde la distancia, estas muertes no se dan solamente entre los miembros más vulnerables del colectivo, como es el caso de las mujeres trans que ejercen el trabajo sexual. En el año 2017, el grupo con más victimas (194, el 43,6%) fue el de hombres homosexuales, seguido por el de personas trans (192, el 42,9%). Por componente étnico, la mayoría de las víctimas (260, el 66%) fueron blancas, un porcentaje más de 20 puntos superior al de población blanca en Brasil. Vaya por delante nuestra consideración de que todas las víctimas son iguales: simplemente queremos constatar que la violencia por LGTBfobia en Brasil desborda las ideas preconcebidas.

Este año 2018, además, hemos sido testigos de como la LGTBfobia ha escalado hasta alcanzar ámbitos activistas y políticos. El pasado mes de octubre, asesinaron a una mujer trans al grito de “¡Bolsonaro, sí!”. En mayo recogíamos el asesinato en Río de Janeiro de la activista de género no binario Matheusa Passareli. Y en marzo el de la concejala de Río de Janeiro Marielle Franco, afrodescendiente, abiertamente bisexual, feminista y activista en favor de los derechos humanos. Aunque en este último caso su condición de mujer bisexual quizá no fuese el factor determinante del asesinato, es imposible desligarla del todo. Una escalada a la que también nos hemos referido al recoger tanto el episodio de acoso que sufrió Judith Butler en una visita al país para participar en un debate universitario como la decisión de un juez federal contra la orden del Consejo Federal de Psicología (el organismo que regula el ejercicio de esta actividad profesional en Brasil) que prohibía desde hace años las «terapias» reparadoras de la homosexualidad.

Bolsonaro: un currículum homófobo largamente trabajado… 

Pero si algún político encarna a la perfección esa LGTBfobia en su discurso político, ese es el militar en la reserva Jair Bolsonaro, al que ya en 2011 mencionábamos en esta página cuando acusó al Ministerio de Educación de «fomentar la homosexualidad» por promover un proyecto contra la homofobia. El material del programa iba a ser difundido durante unos cursos sobre derechos humanos y minorías que se iban a impartir en los centros públicos de Secundaria. La campaña que se organizó por parte de los diputados homófobos, que calificaron la iniciativa de «kit gay», llevó al Gobierno de Dilma Rousseff a suspender la iniciativa. Por aquel entonces el ministro de Educación era precisamente Fernando Haddad, rival de Bolsonaro en las elecciones presidenciales: no es de extrañar que aquel episodio fuera resucitado en la reciente campaña electoral por los partidarios de Bolsonaro, que volvieron a utilizar el supuesto «kit gay» contra Haddad en su estrategia de difusión de información difamatoria a través de WhatsApp y redes sociales.

En 2014 volvimos a referirnos a Bolsonaro, que optó entonces a ser presidente del Comité de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados. Finalmente no lo consiguió, pero su carácter homófobo fue ampliamente subrayado. Basta con acudir de nuevo a la entrevista que por entonces concedió a la edición brasileña de El País. «Los homosexuales quieren hacerse pasar por víctimas, quieren superpoderes. Muere un homosexual en Brasil y los medios ya están diciendo que es homofobia. Muchos son asesinados por sus colegas, en locales de prostitución o por sobredosis. Mueren y los activistas ya dicen que es homofobia. En Brasil mueren cada día diez mujeres asesinadas por sus parejas, eso es mucho más grave. Los crímenes por homofobia deben ser tratados como cualquier otro crimen. ¿Cuántos heterosexuales mueren cada día? Muchos más que homosexuales», afirmaba.

Bolsonaro negaba también que educar en la diversidad sirviese para combatir la homofobia, y acusaba explícitamente a los que así lo defienden de querer «llevar la materia a las escuelas para transformar a niños de seis años en homosexuales. Al punto de que así se facilita la pederastia en Brasil». Y es que para el diputado brasileño, «la inmensa mayoría» de los homosexuales lo son por imitación. «Son las amistades, el consumo de drogas. Apenas una minoría nacen con defecto de fábrica. Aquí en Brasil se tiene la idea de que por ser homosexual vas a tener éxito en la vida. Las novelas muestran siempre a gais que tienen éxito, que trabajan poco y ganan mucho dinero», sostenía.

Bolsonaro acababa la entrevista burlándose del intento de aprobar una ley que castigase la violencia homófoba, a la que quitaba importancia. «¿Solo porque a uno le guste tomar por culo se convierte en un semidios al que no se le puede pegar?», remataba. Bolsonaro ha hecho otras declaraciones homófobas en el pasado (posiblemente las que más eco mediático han tenido son aquellas en las que aseguraba preferir que un hijo suyo muriese en un accidente a que apareciese «con un bigotudo»), pero basta con releer aquella entrevista a El País para ser consciente de la monstruosidad del personaje. Una entrevista, por cierto, en la que además de su desprecio hacia el colectivo LGTB, Bolsonaro se manifestaba ya partidario de la pena de muerte, de que las «personas de bien» puedan ir armadas, de reducir la edad penal para que los adolescentes que cometen delitos sean tratados como adultos o de implantar políticas de «planificación familiar» para «reducir el número de hijos de los más pobres», que según él tenían más hijos para beneficiarse de las ayudas sociales. Iniciativas todas ellas muy en línea con los derechos humanos.

… y un manipulador

220px-dilma_rousseff_-_foto_oficial_2011-01-09Dilma Rousseff

En esa misma entrevista, por cierto, Jair Bolsonaro reconocía abiertamente que su candidatura al Comité de Derechos Humanos no era más que una estratagema política para conseguir que el PP, partido en el que entonces militaba (Partido Progresista, que pese a su nombre es un partido de derecha) se hiciese con la presidencia de la Comisión de Minas y Energía. El PP formaba por entonces parte de la «base aliada», el heterogéneo grupo de formaciones que daban apoyo parlamentario a la entonces presidenta, Dilma Rousseff, del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), y entre las cuales se repartían ministerios y comisiones parlamentarias. En este contexto, la Comisión de Derechos Humanos y Minorías importaba poco al PT, interesado en relegar al PP brasileño a una comisión considerada menor. Pero con un candidato como Bolsonaro, el PT, presionado por el sector más sensible a los derechos humanos, se veía en la obligación de negociar. Así sucedió, de hecho. El PT se quedó la presidencia del Comité de Derechos Humanos, y aunque no cedió al PP Minas y Energía, la joya de la corona, si lo hizo con Trabajo y Transportes, considerado también importante.

Desgraciadamente no se trataba de la primera vez que el PT despreciaba el papel de la Comisión de Derechos Humanos. En su momento accedió a que el diputado evangélico Marco Feliciano (miembro del Partido Social Cristiano de Brasil, otra formación aliada de Rousseff) se hiciera con la presidencia pese a contar entre sus antecedentes con declaraciones abiertamente racistas y homófobas. Ya en ese puesto, Feliciano fue uno de los promotores de una iniciativa para reintroducir en el país las «terapias» reparadoras de la homosexualidad, que fue retirada cuando quedó claro que sería objeto de una contundente derrota en el pleno de la Cámara de Diputados si llegaba a votarse bajo la presión de las movilizaciones sociales que tenían lugar en ese momento (en las que participó de forma muy activa el colectivo LGTB).

Los años han pasado. El PP, una formación plagada de políticos corruptos (es el partido más afectado por la operación «autolavado») acabó formando parte de los partidos que promovieron la destitución de Dilma Rousseff y su sustitución por el conservador Michel Temer. Bolsonaro abandonó el partido (actualmente lidera el Partido Social Liberal, una formación de derecha extrema) y lanzó su candidatura presidencial, muy respaldada desde el principio por los grupos evangélicos, que agrupan a un quinto de la población brasileña (a los que no importa que Bolsonaro sea católico si defiende sus posiciones en materia de moral).

Poco a poco, gracias a un discurso fuertemente populista contra la delincuencia y la corrupción y al uso masivo (y carente de escrúpulos) de las redes sociales y de los grupos de WhatsApp por parte de sus partidarios, Bolsonaro fue ampliando su base electoral. Sus propuestas económicas más recientes le han valido además el apoyo de la clase dirigente y de los poderes económicos, que hace años recelaban de él. Bolsonaro, de hecho, se encargó de sellar su alianza con «los mercados» al fichar como principal asesor al economista ultraliberal Paulo Guedes. El encarcelamiento de Luiz Inácio Lula da Silva (una maniobra jurídica más que dudosa) redondeó el proceso: según las encuestas, Lula da Silva era un único político con carisma suficiente para disputar la presidencia a Bolsonaro. Por si esto fuera poco, un intento de atentado contra Bolsonaro en campaña acrecentó su popularidad y le permitió eludir el cuerpo a cuerpo con otros aspirantes a la presidencia. Llegado el momento decisivo Bolsonaro ganó las elecciones presidenciales, consiguiendo el 55% de los votos en la segunda vuelta frente a un bienintencionado pero impotente Fernando Haddad.

Miedo en el colectivo LGTB

¿Qué puede suponer para el colectivo LGTB la presidencia de Bolsonaro? En el mejor de los escenarios, una profunda regresión social. Aunque la LGTBfobia de Bolsonaro se revelase «solo» como una manipulación de los peores instintos del electorado para conseguir el poder, el daño ya está hecho: basta comprobar la indisimulada homofobia de sus partidarios, desde sus cánticos multitudinarios hasta las más preocupantes amenazas a través de grupos de WhatsApp (de las que dosmanzanas ha tenido ya conocimiento). Un odio que conducirá, inevitablemente, a una mayor invisibilidad del colectivo y a una mayor vulnerabilidad de aquellas personas LGTB que pese a la situación tengan la valentía de mantenerse visibles y reivindicativas. Es esperable, en este sentido, un mayor número de agresiones y episodios de discriminación contra las personas LGTB. Quizá no se reflejará en las estadísticas (cuando el miedo de las personas LGTB al Estado se acrecienta, disminuyen las denuncias por LGTBfobia), pero mucho nos tememos que sucederá.

Pero es iluso pensar que los grupos homófobos se van a conformar con eso y no van a redoblar su presión. Hay que tener en cuenta, en este sentido, que muchos de los avances en derechos LGTB que ha experimentado Brasil se han producido al margen de los poderes legislativo o ejecutivo: el matrimonio igualitario es una realidad posible gracias a resoluciones judiciales, mientras que la prohibición de las «terapias» reparadoras, sobre la que como mencionamos arriba tiene lugar una batalla en los tribunales, fue una decisión profesional del Consejo Federal de Psicología. La presión de los grupos evangélicos para que desde el poder político se ponga coto e incluso se revierta esta situación puede encontrar en Bolsonaro el aliado ideal, especialmente si pasado un tiempo la situación socioeconómica no mejora y el presidente decide seguir utilizando al colectivo LGTB como chivo expiatorio. En este caso, lo sombrío del escenario se extenderá además al ámbito jurídico y de derechos civiles.

Fuente Dosmanzanas

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Monseñor André de Witte: “La victoria de Bolsonaro sería ‘desastrosa’ para Brasil y para el mundo”

Lunes, 29 de octubre de 2018
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_filephotojairbolso30361285_b8dd3f78bispo-dom-andre-de-witte-considera-que-bolsonaro-e-um-perigo-realY ha ocurrido: El candidato ultraderechista Jair Bolsonaro ha resultado elegido con más del 55% de los votos… Que Dios se apiade de Brasil… pronto se arrepentirán de esta barbaridad.

El obispo ha sido amenazado de muerte en las redes sociales “por partidarios de Bolsonaro”

“Tiene esa actitud machista, racista y homofóbica, y realmente preocupa”

La victoria del ultraderechista Jair Bolsonaro en las presidenciales del domingo sería “desastrosa” para Brasil y para el mundo, según dijo en una entrevista con Efe el presidente de la Comisión Pastoral de la Tierra (CPT), el obispo André de Witte, quien ha sido amenazado por su postura.

“Si Bolsonaro vence, nosotros esperamos que no, pero si él vence, va tener una repercusión drástica y desastrosa para muchas cosas, para las personas y para la sociedad como un todo y para la sociedad en el mundo”, afirmó De Witte, obispo de Ruy Barbosa, ciudad en el estado de Bahía, situado en el empobrecido nordeste de Brasil.

El líder católico, de 73 años, nació en un pueblo cerca de Gante (Bélgica), pero vive en Brasil desde 1976, cuando arribó en plena dictadura militar (1964-1985), la misma que tiene como modelo y que añora Bolsonaro.

“La posición de Bolsonaro sería realmente desastrosa” porque va a abrir las puertas “para el agronegocio, para la industria extractiva”, con lo que “el valor de la naturaleza preservada va a ser totalmente perjudicado”, advierte el líder de la CPT, una comisión del Episcopado brasileño, según la cual De Witte ha sido amenazado de muerte en las redes sociales “por partidarios de Bolsonaro”.

El obispo, firme defensor de los derechos humanos, viajó la semana pasada a Ginebra y expuso ante la ONU sus temores sobre la realidad brasileña ya que, para él, la elección no es “simplemente entre dos candidatos, es entre dos sistemas”.

“(Bolsonaro) Amenaza con acabar con todo tipo de activismo, entonces todos aquellos que están del lado de las personas vulnerables están ya con esa preocupación”, comenta y cita en ese grupo a los indígenas, los descendientes de los esclavos africanos, los Sin Tierra y los nordestinos.

“Tiene esa actitud machista, racista y homofóbica, y realmente preocupa”, añade sobre el candidato del Partido Social Liberal (PSL).

El obispo, que considera que la llegada del ultraderechista al poder puede tener consecuencias mundiales, estableció un paralelismo con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

“Trump fue elegido y dejó del Acuerdo de París. Son consecuencias realmente que envuelven no solo a Estados Unidos, sino al mundo y la manera en que Bolsonaro se presenta parece peor que Trump”, indica.

El polémico capitán en la reserva del Ejército ha suavizado su discurso en las últimas semanas negando ahora que quiera dejar el Acuerdo de París y prometiendo que mantendrá los programas sociales que sirven de soporte para muchas familias en el agreste nordeste.

No obstante, este jueves dijo del pacto internacional contra el cambio climático que pone en riesgo la soberanía de Brasil y también que pretende acabar con el discurso de “pobrecitos” de los nordestinos.

“Para la Amazonía ya dijo que no iba a regularizar ningún centímetro de áreas indígenas”, denuncia De Witte, quien invita a la reflexión parafraseando al papa Francisco: “hay dos opciones o colocamos al ser humano en el centro o al dinero, el lucro y el mercado”.

Al obispo también le preocupa “la forma de hablar sobre las armas” del capitán, quien pretende flexibilizar sus ventas para la población civil.

“En un vídeo le vi mostrando una pistola diciendo que era para las personas de bien y después una ametralladora diciendo que esa era la tarjeta de visita de los latifundistas para recibir a los Sin Tierra. Es un llamado a la violencia“, expresa.

violencia

La Comisión Pastoral de la Tierra, creada también en plena dictadura militar como respuesta a la grave situación de explotación de los trabajadores rurales, especialmente en la Amazonía, viene denunciando últimamente un crecimiento de la violencia en el campo.

En 2017, Brasil registró 70 muertes en conflictos por la tierra, un 15 % más con respecto al año anterior (61) y el mayor en los últimos 14 años, según el reporte de la CPT.

De Witte lamenta los episodios violentos que ya se han registrado en los últimos días en medio del crispado clima electoral, como el que vivió un colaborador de la comisión quien, volviendo de un programa de radio, fue abordado por cuatro personas que le dijeron que “iban a acabar con todos los locutores comunistas”.

En vísperas de la segunda vuelta electoral para elegir nuevo presidente, la Conferencia Nacional de Obispos del Brasil (CNBB) exhortó a la ciudadanía a elegir, con “libertad de conciencia”, por un proyecto que promueva un país “democrático” y busque la “paz social”.

El domingo, los brasileños acudirán a las urnas para elegir quien será el primer mandatario del país, entre el últraconservador Jair Bolsonaro, quien ganó la primera vuelta electoral el pasado 7 de octubre, y el progresista Fernando Haddad.

Al referirse al clima de confrontación que caracterizó la campaña electoral, los obispos brasileños instaron en el comunicado a que “se depongan las armas del odio y la venganza, que han generado un clima de violencia estimulado por noticias falsas, discursos y posturas radicales, que ponen en riesgo las bases democráticas de la sociedad”.

Asimismo, consideraron necesario que “toda actitud que incite a la división, la discriminación, la intolerancia y la violencia debe ser superada”, a fin de que la sociedad retome “el camino de la paz”.

“Las elecciones son una ocasión para el ejercicio de la democracia, que requiere de los candidatos proyectos y propuestas que apunten a la construcción de una sociedad en la que reinen la justicia y la paz social”, sostuvieron.

El Episcopado brasileño recordó a los electores que le “cabe a la población juzgar, con libertad de conciencia, el proyecto que mejor responda a los principios del bien común, de la dignidad, el combate a la corrupción, el respeto a las instituciones del Estado democrático y de la Constitución nacional”.

“No podemos callarnos cuando la vida es amenazada, cuando los derechos no son respetados, cuando la justicia es corrompida y la violencia se instaura“, sostuvo.

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Brasil: un país con una fortísima LGTBfobia social

El hecho de que Tinta Bruta y Bixa Travesty se hayan hecho con los dos principales galardones de los Teddy es significativo, especialmente si se tiene en cuenta que las películas proceden de un país, Brasil, con un altísimo grado de LGTBfobia social, que además va en aumento. Según datos del Grupo Gay de Bahía, entre enero y septiembre de 2017 un total de 277 personas LGTB fueron víctimas de homicidio en ese país, la cifra más alta desde que este colectivo comenzó hace ya más de tres décadas a hacer este recuento.

Un deterioro al que también nos hemos referido en fechas recientes al recoger tanto el episodio de acoso que sufrió Judith Butler en una visita al país para participar en un debate universitario como la decisión de un juez federal contra la orden del Consejo Federal de Psicología (el organismo que regula el ejercicio de esta actividad profesional en Brasil) que prohibía desde hace años las “terapias” reparadoras de la homosexualidad.

No debe perderse de vista el papel que la pujanza de los grupos evangélicos está jugando. A finales de 2016 Marcelo Crivella, un obispo evangélico con historial homófobo, se hacía con la alcaldía de Río de Janeiro. Y en estos momentos Jair Bolsonaroun homófobo recalcitrante que pese a ser católico defiende sin tapujos la agenda conservadora del frente parlamentario evangélico (transversal a diversos partidos políticos) ha conseguido ganar en la primera vuelta para hacerse con la presidencia del país en las elecciones celebradas recientemente, con un 46%. Unas elecciones que tienen lugar, recordemos, después de un periodo de profunda regresión política tras la polémica destitución de Dilma Rousseff y su sustitución por el conservador Michel Temer y el encarcelamiento y fraudulenta inhabilitación del candidato que iba primero en las encuestas, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva .

Fuente Agencias/Vía Religión Digital/Cristianos Gays

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Al grito de “¡Bolsonaro, sí!” asesinan a una mujer trans en Brasil

Sábado, 20 de octubre de 2018
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jair-bolsonaro-racistaEn Brasil se ha desatado una ola de LGBTIfobia, racismo y misoginia desde que el candidato a la presidencia, Jair Bolsonaro, ganara la primera vuelta electoral. 

El miedo comienza a sentirse en Brasil ante el odio desatado en las últimas semanas por parte de los seguidores del candidato ultraderechista, Jair Bolsonaro, hacia las personas del colectivo LGBTIQ, las mujeres, los afrodescendientes y los líderes de izquierda.

El caso más reciente fue el asesinato de una mujer transgénera ocurrido el pasado martes 16 de octubre en el centro de la ciudad de Sao Paulo. Según informaron testigos del hecho, quienes cometieron el crimen eran simpatizantes del aspirante presidencial por el Partido Social Liberal y mientras atacaban a la mujer con un puñal gritaban de manera violenta “¡Bolsonaro, sí!”. Esto en respuesta a la campaña de “Él no” que se popularizó en las redes sociales y en masivas marchas contra la ideología racista, misógina y LGBTIfóbica que pregona el exmilitar, hoy candidato presidencial y vencedor de la primera vuelta con el más del 40 por ciento de los votos.

De acuerdo con el portal G1, de la cadena OGlobo, los efectivos policiales recibieron la denuncia alrededor de las 4 de la madrugada, de que una persona se encontraba herida y sangrando. Aunque la socorrieron, en el trayecto al centro de salud la mujer falleció.

“Ella estaba con cuatro o cinco hombres frente al bar, y ahí empecé a oír gritos, una discusión, una pelea, la llamaban de varios nombres, agresiones verbales, y gritaban ‘Bolsonaro’”, explicó una vecina que atestiguó los hechos y aseguró que los hombres escaparon casi inmediatamente de atacarla, posteriormente, escuchó un llamado de auxilio de la mujer trans.

Policía Militar informó que el caso fue registrado como homicidio. Mientras que la Secretaría de Seguridad Pública informó que ya se encuentran realizando una investigación para obtener información que ayude a encontrar a los responsables de la agresión.

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Violencia desatada

Según un estudio realizado por la Agencia de Periodismo Pública junto a la asociación Open Knowledge Brasil, en las últimas dos semana ha habido, al menos, 70 ataques en el país suramericano. La gran mayoría de estas agresiones fue hecha por los partidarios de Bolsonaro hacia votantes y militantes del PT, miembros del colectivo LGBT, mujeres, feministas y negros.

Obra de teatro censurada

El miedo y la censura también llegan a las tablas. Esta semana fue cancelada la obra de danza-teatro Puto del artista argentino Ezequiel Barrios, que iba a ser presentada en Universidad Federal de Pernambuco, en Recife. Según los organizadores la decisión se tomó por la ola de violencia de los últimos días contra los gays y porque no estaba garantizada la seguridad de quienes asistirían al espectáculo, ya que la pieza aborda el tema de la homosexualidad. “El homosexual que no se acepta a sí mismo y lucha para no serlo frente a los mandatos que tiene incorporados”, cuenta el autor.

“Respeto la decisión del festival, pero les respondí que si mi vida corre peligro es mayor motivo para hacer la obra, es cuando hay que hacerla”, indicó Barrios. “Estaba preparado para que me dijeran que no había plata, pero para esto la verdad que no”.

Bolsonaro ha dicho frases como que “prefiero un hijo muerto antes que gay” y “si se detecta un niño gay hay que pegarle hasta enderezarlo”. También ha responsabilizado de la homosexualidad a las drogas y porque las mujeres comenzaron a trabajar. Ha aseverado además que los negros no deben procrear y que las mujeres deben ganar menos dinero que los hombres por el mismo esfuerzo laboral.

Sus seguidores han hecho público videos en las redes sociales donde aseguran que con la llegada del político al Palacio de Planalto se viene “muerte a los gays”.

Brasil: un país con una fortísima LGTBfobia social

El hecho de que Tinta Bruta y Bixa Travesty se hayan hecho con los dos principales galardones de los Teddy es significativo, especialmente si se tiene en cuenta que las películas proceden de un país, Brasil, con un altísimo grado de LGTBfobia social, que además va en aumento. Según datos del Grupo Gay de Bahía, entre enero y septiembre de 2017 un total de 277 personas LGTB fueron víctimas de homicidio en ese país, la cifra más alta desde que este colectivo comenzó hace ya más de tres décadas a hacer este recuento.

Un deterioro al que también nos hemos referido en fechas recientes al recoger tanto el episodio de acoso que sufrió Judith Butler en una visita al país para participar en un debate universitario como la decisión de un juez federal contra la orden del Consejo Federal de Psicología (el organismo que regula el ejercicio de esta actividad profesional en Brasil) que prohibía desde hace años las “terapias” reparadoras de la homosexualidad.

No debe perderse de vista el papel que la pujanza de los grupos evangélicos está jugando. A finales de 2016 Marcelo Crivella, un obispo evangélico con historial homófobo, se hacía con la alcaldía de Río de Janeiro. Y en estos momentos Jair Bolsonaroun homófobo recalcitrante que pese a ser católico defiende sin tapujos la agenda conservadora del frente parlamentario evangélico (transversal a diversos partidos políticos) ha conseguido ganar en la primera vuelta para hacerse con la presidencia del país en las elecciones celebradas recientemente, con un 46%. Unas elecciones que tienen lugar, recordemos, después de un periodo de profunda regresión política tras la polémica destitución de Dilma Rousseff y su sustitución por el conservador Michel Temer y el encarcelamiento y fraudulenta inhabilitación del candidato que iba primero en las encuestas, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva .

Fuente G1, vía Universogay/Cristianos Gays

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Erica Malunguinho es la primera diputada trans de Brasil

Jueves, 11 de octubre de 2018
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erica-malunguinho-da-silvaSu nombre es Erica Malunguinho y en los comicios de este domingo consiguió un escaño a la Cámara de Diputados del país amazónico por el estado de Sao Paulo.

Ante la incertidumbre de que la extrema derecha tome el poder en Brasil, una luz de esperanza se encendió con la elección este domingo de la primera diputada transgénera. Se trata de Erica Malunguinho, cuya propuesta electoral es colocar en la agenda política las necesidades de la población trans, el racismo y las desigualdades sociales existentes en el gigante suramericano.

Al venir de una familia afrodescendiente y de escasos recursos, Erica conoce de cerca y ha vivido en carne propia la discriminación, el racismo y la violencia de género. De allí que su estandarte político haya sido la igualdad y la justicia para las minorías.

Brasil se ha convertido en el último quinquenio en un lugar muy hostil para la población LGBT, pero muy especialmente, para las personas transgénero, cuya esperanza de vida en esta nación alcanza solo los 35 años. Según una investigación de Transgender Europe, Brasil es ocupa el primer lugar en crímenes de odio en contra de personas trans en el mundo.

“¡Este cuerpo negro, de mujer, trans y nordestino!… La lucha de las mujeres negras no es una lucha para sí. Es una lucha por la emancipación colectiva. Una vez que padecimos todas las violencias estructurales, sabemos si no hay paz para nosotras, no habrá de tener para nadie”, reiteró en varias oportunidades durante la campaña electoral.

Tras resultar electa Erica escribió en sus redes sociales: “Agradezco a todxs que creen que otra historia debe ser escrita”.

Malunguinho desde muy joven ha ido conquistando espacios. Es maestra en Estética e Historia del Arte por la Universidad de Sao Paulo y desde la adolescencia ha emprendido proyectos de investigación sobre la identidad de género. También ha empleado el arte del performance como herramienta política y visibilización de las necesidades de las personas marginadas.

“Los desafíos de pensar y hacer política en el espacio institucional son enormes y complejos. Lxs políticxs hablan de los problemas de la sociedad, pero que siempre miran a estos problemas a distancia, o cuando la sangre ya fue derramada, la inundación lo llevó todo, la enfermedad llegó. Es necesario mirar a la sociedad como ella se organiza, se estructura y fundamenta, y a partir de ahí articular el poder público para pensar y practicar políticas públicas estructurantes e interseccionales”, ha afirmado.

Para estos comicios se inscribieron 50 candidaturas de personas trans, según informó la Asociación Nacional de Travestis. Siendo la única favorecida con el voto popular Erica Malunguinho.

Las expectativas sobre Brasil continúan, ya que el vencedor en la primera vuelta electoral para ocupar la presidencia de la república fue el candidato Jair Bolsonaro, quien se impuso con el 46% de los votos contra 29% de su más cercano rival. Este exmilitar es conocido por su discurso racista, misógino y lgbtfóbico.

Brasil: un país con una fortísima LGTBfobia social

El hecho de que Tinta Bruta y Bixa Travesty se hayan hecho con los dos principales galardones de los Teddy es significativo, especialmente si se tiene en cuenta que las películas proceden de un país, Brasil, con un altísimo grado de LGTBfobia social, que además va en aumento. Según datos del Grupo Gay de Bahía, entre enero y septiembre de 2017 un total de 277 personas LGTB fueron víctimas de homicidio en ese país, la cifra más alta desde que este colectivo comenzó hace ya más de tres décadas a hacer este recuento.

Un deterioro al que también nos hemos referido en fechas recientes al recoger tanto el episodio de acoso que sufrió Judith Butler en una visita al país para participar en un debate universitario como la decisión de un juez federal contra la orden del Consejo Federal de Psicología (el organismo que regula el ejercicio de esta actividad profesional en Brasil) que prohibía desde hace años las “terapias” reparadoras de la homosexualidad.

No debe perderse de vista el papel que la pujanza de los grupos evangélicos está jugando. A finales de 2016 Marcelo Crivella, un obispo evangélico con historial homófobo, se hacía con la alcaldía de Río de Janeiro. Y en estos momentos Jair Bolsonaroun homófobo recalcitrante que pese a ser católico defiende sin tapujos la agenda conservadora del frente parlamentario evangélico (transversal a diversos partidos políticos) ha conseguido ganar en la primera vuelta para hacerse con la presidencia del país en las elecciones celebradas el pasado domingo, con un 46%. Unas elecciones que tienen lugar, recordemos, después de un periodo de profunda regresión política tras la polémica destitución de Dilma Rousseff y su sustitución por el conservador Michel Temer y el encarcelamiento y fraudulenta inhabilitación del candidato que iba primero en las encuestas, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva .

Fuente Universogay

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En Brasil aumenta de manera alarmante cifra de crímenes de odio contra personas LGBTIQ

Sábado, 12 de mayo de 2018
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brasil-cristo-redentor-rio-de-janeiro-gay-lgtb-sarah-abilleira-ponte-en-mi-pielEl estado con mayor número de víctimas fue Sao Paulo, el más poblado de Brasil, con 49 asesinatos, seguido de Bahía (32), Río de Janeiro (30) y Amazonas (28).

El colectivo integrado por personas Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales, Intersexuales, Queers y más (LGBTIQ+) ha visto vulnerados sus derechos en los últimos años en esta nación ante el incremento de la violencia por razones de orientación sexual, identidad y/o expresión de género. 

Según datos publicados por la Organización No Gubernamental Grupo Gay de Bahía (GGB), entre los años 2016 y 2017, el número de asesinato de miembros de la comunidad LGBTIQ+ se incrementó en 30 por ciento. De acuerdo a los casos registrados en un año se pasó de 343 a 445 muertes, lo que equivale a más de un caso por día.

Otro dato alarmante dado a conocer por GGB, es que en menos de 20 años se ha cuatriplicado el número de caso, ya que en el año 2000 se reportaron 130 asesinatos.

El Grupo Gay de Bahía denuncia la falta de estadísticas oficiales que puedan orientar políticas públicas para frenar la violencia homofóbica. Sus estudios los realizan a partir de noticias publicadas en los medios de comunicación y en las redes sociales, así como de las informaciones que suministran otras organizaciones no gubernamentales.

De acuerdo a la segmentación realizada por esta ONG, el 44,6 % de las víctimas del año 2017 fueron gays; el 43,9 % transgénero (un segmento que en 2016 era el 37 %); el 9,7 % lesbianas y el 1,3 % bisexuales. Entre tanto, reportes periodísticos informan que en actualmente en Brasil las expectativas de vida de una persona trans es de 35 años.

Brasil, donde existe una comunidad LGBTIQ estimada en 20 millones de habitantes, lidera el ranking en América de ser el país donde más se producen asesinatos contra miembros de este colectivo.

Brasil: 277 personas LGTB asesinadas entre enero y septiembre de 2017

La homosexualidad existe en Brasil incluso antes de la llegada de los europeos, siendo además el primer país de América en despenalizar los actos homosexuales. Sin embargo, los prejuicios y la discriminación parecen haber resurgido desde las últimas décadas del siglo XX.

Esta semana un nuevo caso de crimen de odio sacudió al gigante suramericano al confirmarse el asesinato de Matheus /a Passareli, estudiante de 21 años de edad, activista del colectivo LGBTI, quien se autopercibía como “no binario”, es decir, se identificaba tanto del género femenino como masculino. Según los primeros reportes policiales se presume que su asesinato fue motivado por la homofobia, una epidemia que se expande por Brasil.

En Brasil se producía uno de los asesinatos más terribles y desgarradores contra una persona transexual, Dandara dos Santos, de 42 años de edad, cuyos agresores han sido ya condenados.

Precisamente en marzo nos hacíamos eco del asesinato de la concejala de Río de Janeiro Marielle Franco, afrodescendiente, abiertamente bisexual, feminista y activista en favor de los derechos humanos. Su lucha en contra de la militarización del estado de Río de Janeiro, impuesta por el gobierno del presidente Michel Temer, y su enérgica batalla a favor de los derechos de las clases más desposeídas fue silenciada por las balas que entraron al vehículo que la transportaba al salir de un evento pro feminista. Y aunque su condición de mujer bisexual quizá no fuese en este caso el factor determinante del asesinato, no puede dejar de tenerse en cuenta que Brasil sufre las consecuencias de una brutal LGTBfobia. Según datos del Grupo Gay de Bahía, entre enero y septiembre de 2017 un total de 277 personas LGTBQ fueron víctimas de homicidio en ese país, la cifra más alta desde que este colectivo comenzó hace ya más de tres décadas a hacer este recuento.

Un deterioro al que también nos hemos referido en fechas recientes al recoger tanto el episodio de acoso que sufrió Judith Butler en una visita al país para participar en un debate universitario como la decisión de un juez federal contra la orden del Consejo Federal de Psicología (el organismo que regula el ejercicio de esta actividad profesional en Brasil) que prohibía desde hace años las “terapias” reparadoras de la homosexualidad.

No debe perderse de vista el papel que la pujanza de los grupos evangélicos está jugando. A finales de 2016, en las mismas elecciones en las que Marielle Franco conseguía su acta de concejal de Río de Janeiro, Marcelo Crivella, un obispo evangélico con historial homófobo, se hacía con la alcaldía de Río de Janeiro. Y en estos momentos Jair Bolsonaroun homófobo recalcitrante que pese a ser católico defiende sin tapujos la agenda conservadora del frente parlamentario evangélico (transversal a diversos partidos políticos) ha conseguido colocarse entre los favoritos para hacerse con la presidencia del país en las elecciones que tendrán lugar en octubre de este año. Unas elecciones que tienen lugar, recordemos, después de un periodo de profunda regresión política tras la polémica destitución de Dilma Rousseff y su sustitución por el conservador Michel Temer, vinculado a varios casos de corrupción.

Sin embargo, miles de personas se manifestaban en septiembre del pasado año en Sao Paulo contra la sentencia del juez Waldemar Claudio de Carvalho, mediante la que autoriza la aplicación de terapias de conversión, siempre que se realicen de manera privada y reservada y sin hacer publicidad de ellas.

«Es un discurso que destruye la solidaridad e iguala a las personas LGBT con los animales (…). Los programas de televisión vinculados a iglesias evangélicas a menudo comparan la homosexualidad con el diablo», afirma Luiz Mott, antropólogo y presidente del Grupo Gay de Bahia, convencido de que el incremento de la violencia hacia las personas homosexuales, bisexuales y transexuales, se debe en gran medida la influencia de los políticos ultraconservadores, vinculados en su mayor parte al caucus evangélico del país. «En la última década, Brasil buscó producir políticas que pudieran proteger a grupos vulnerables como gays y personas trans, pero fracasaron en su mayoría, debido a la falta de inversión o cambio en la visión de la política», declara Jurema Werneck, director ejecutivo de Amnistía Internacional Brasil.

Fuente Universogay/Cristianos Gays

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Asesinada en Río de Janeiro la activista de género no binario Matheusa Passareli

Jueves, 10 de mayo de 2018
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descargaUna vez más nos llega una noticia terrible desde Brasil. La estudiante y activista Matheus/Matheusa Passareli ha sido asesinada en Río de Janeiro. Desaparecida desde el pasado 29 de abril, su cadáver ha sido por fin encontrado e identificado, según ha informado la polícia este lunes, 7 de mayo. Passareli se identificaba como persona de género no binario y utilizaba tanto el masculino como el femenino para referirse a sí misma. Nosotros hemos optado por referirnos a ella en femenino, ya que así lo ha hecho su hermano Gabriel en un emotivo texto de despedida publicado en Facebook.

Passareli, de 21 años, estudiaba Artes Visuales en la Universidad Estatal de Rio de Janeiro. Su rastro se perdió el pasado 29 de abril, tras marcharse de una fiesta de cumpleaños en el Barrio Encantado, al norte de la ciudad. Desde entonces su familia y amigos había iniciado una búsqueda desesperada por encontrarlo con vida, tanto por las calles de la ciudad como en redes sociales. Por desgracia sus peores temores se han confirmado: Matheusa habría sido asesinada, según asegura la Policía, la misma noche de su desaparición. Tras asesinarla, a su cadáver le prendieron fuego. No han trascendido por el momento muchos más detalles.

Las sospechas policiales, según refieren medios brasileños, es que la joven pudo ser víctima de un crimen de odio a manos de narcotraficantes. Passareli, como indicamos arriba, era activista LGTBQ y se identificaba como persona de género no binario. «Por su identidad LGBTQ, una población comúnmente expuesta a la violencia, la desaparición de Matheusa, como también era conocida, nos provoca una especial preocupación», se había pronunciado la semana pasada la Rectoría de Políticas Estudiantiles de la Universidad Federal de Río de Janeiro, en la que estudia Terapia Ocupacional el hermano de Matheusa, Gabriel Passareli. Preocupación que ahora se confirma estaba plenamente justificada.

El hermano de Matheusa, por cierto, ha dejado un precioso testimonio en Facebook en recuerdo de su hermana. Entre otras referencias, y haciendo alusión a la frase «Si tiene que existir una dicotomía entre el amor y el odio, yo elijo el amor», Gabriel Passareli ha asegurado que «yo sigo escogiendo el amor, porque sé que eso que dice esa frase mi hermana lo escribe en los cuerpos de todos los que fueron y serán alcanzados por la existencia de MATHEUSA».

Brasil: 277 personas LGTB asesinadas entre enero y septiembre de 2017

Precisamente en marzo nos hacíamos eco del asesinato de la concejala de Río de Janeiro Marielle Franco, afrodescendiente, abiertamente bisexual, feminista y activista en favor de los derechos humanos. Y aunque su condición de mujer bisexual quizá no fuese en este caso el factor determinante del asesinato, no puede dejar de tenerse en cuenta que Brasil sufre las consecuencias de una brutal LGTBfobia. Según datos del Grupo Gay de Bahía, entre enero y septiembre de 2017 un total de 277 personas LGTBQ fueron víctimas de homicidio en ese país, la cifra más alta desde que este colectivo comenzó hace ya más de tres décadas a hacer este recuento.

Un deterioro al que también nos hemos referido en fechas recientes al recoger tanto el episodio de acoso que sufrió Judith Butler en una visita al país para participar en un debate universitario como la decisión de un juez federal contra la orden del Consejo Federal de Psicología (el organismo que regula el ejercicio de esta actividad profesional en Brasil) que prohibía desde hace años las “terapias” reparadoras de la homosexualidad.

No debe perderse de vista el papel que la pujanza de los grupos evangélicos está jugando. A finales de 2016, en las mismas elecciones en las que Marielle Franco conseguía su acta de concejal de Río de Janeiro, Marcelo Crivella, un obispo evangélico con historial homófobo, se hacía con la alcaldía de Río de Janeiro. Y en estos momentos Jair Bolsonaroun homófobo recalcitrante que pese a ser católico defiende sin tapujos la agenda conservadora del frente parlamentario evangélico (transversal a diversos partidos políticos) ha conseguido colocarse entre los favoritos para hacerse con la presidencia del país en las elecciones que tendrán lugar en octubre de este año. Unas elecciones que tienen lugar, recordemos, después de un periodo de profunda regresión política tras la polémica destitución de Dilma Rousseff y su sustitución por el conservador Michel Temer, vinculado a varios casos de corrupción.

Fuente Dosmanzanas

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Brasil reconocerá el derecho a la autodeterminación de género

Jueves, 22 de marzo de 2018
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brasil-autodeterminacion-genero-personas-trans-696x522Dos sentencias por parte de la Junta Electoral y el Tribunal Supremo conceden a las personas trans el derecho a utilizar su nombre elegido y cambiar su género en documentos oficiales sin necesidad de pasar por una operación, un tratamiento hormonal o solicitar un informe médico.

Brasil es el país con mayor tasa de violencia contra personas trans en todo el mundo.

La situación del colectivo trans en Brasil es terrorífica. Según las cifras de la ONG ANTRA, en 2017 se contabilizaron 179 asesinatos de personas trans y travestis: un homicidio cada 48 horas. Es el país con mayor ratio de crímenes contra personas trans y travestis. Y lo peor de todo es que la solución no será sencilla y no llegará lo suficientemente rápido.

Pero poco a poco se van dando pasos tanto para proteger a la comunidad trans (y a la comunidad LGTB en general) como para asegurar su pleno reconocimiento social y su igualdad de derechos. Hace unas semanas el Tribunal Superior Electoral votó a favor de permitir que los candidatos y candidatas trans a las elecciones se presenten utilizando el nombre su nombre elegido para que éste aparezca en las papeletas electrónicas de votos. La decisión no es solo importante porque en 2018 Brasil habrá elecciones para elegir presidente/a, gobernadores/as estatales, miembros del senado y del Congreso; sino porque puede suponer un antes y un después en materia de visibilización y representación de las personas trans en la vida política del país.

Pero eso no es todo. El mismo día que la Junta Electoral aprobaba eso el Tribunal Supremo sentenció que las personas tienen derecho a cambiar su nombre y género en los documentos oficiales sin necesidad de someterse a cirugía de reafirmación de género ni a terapias hormonales. Lo que se conoce, básicamente, como el derecho a la autodeterminación del género. Desde 2016 las personas trans en Brasil podían cambiar su nombre “social” en las identificaciones no oficiales como insignias, matrículas escolares y la inscripción al Examen Nacional de la Enseñanza Media y la sentencia del Supremo surge del recurso de una persona trans contra un tribunal de Río Grande do Sul que se negó a autorizar que un notario aceptara su nombre elegido como identificación. Aunque el voto fue unánime hubo un juez, Marco Aurélio, que planteó la idea de que hiciera falta una autorización judicial para poder realizar esos cambios; pero fue desestimada al considerarse que si no hacía falta una operación, una terapia hormonal o un informe médico menos falta hacía aún la autorización de un juez.

La sentencia permitirá a todas las personas trans presentarse en cualquier oficina del registro civil del país para cambiar su nombre y su género de forma totalmente libre.

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Keila Simpson, en el centro, junto a varias mujeres de ANTRA

Para Keila Simpson, presidenta de ANTRA (Asociación Nacional de Travestis y Personas Transgénero), se trata de un gran paso adelante en la lucha por los derechos dado que le da voz a asociaciones como la suya. Pero advierte de que hace falta muchísimo más trabajo: “Por ahora solo hemos garantizado un mínimo de ciudadanía para las personas trans con estas dos sentencias, pero aún quedan muchos desafíos por delante. Creemos que incluso aunque el Congreso apruebe una ley que criminalice los actos de violencia contra personas LGTB seguiríamos recibiendo muchas amenazas; porque vivimos en un país en el que se permite matar, en el que el fanatismo religiosa afila su cuchillo cada día para atacar a nuestra comunidad, donde los prejuicios a los que se enfrentan las personas trans empiezan en sus propios hogares. Por eso es importante decir que para una comunidad marginada como la nuestra, que venimos de no tener derechos, de no tener nada, ser capaces de decidir nuestro nombre es mucho; pero aún tenemos que conquistar nuestro derecho a vivir de forma segura.

Brasil: un país con una fortísima LGTBfobia social

El hecho de que Tinta Bruta y Bixa Travesty se hayan hecho con los dos principales galardones de los Teddy es significativo, especialmente si se tiene en cuenta que las películas proceden de un país, Brasil, con un altísimo grado de LGTBfobia social, que además va en aumento. Según datos del Grupo Gay de Bahía, entre enero y septiembre de 2017 un total de 277 personas LGTB fueron víctimas de homicidio en ese país, la cifra más alta desde que este colectivo comenzó hace ya más de tres décadas a hacer este recuento.

Un deterioro al que también nos hemos referido en fechas recientes al recoger tanto el episodio de acoso que sufrió Judith Butler en una visita al país para participar en un debate universitario como la decisión de un juez federal contra la orden del Consejo Federal de Psicología (el organismo que regula el ejercicio de esta actividad profesional en Brasil) que prohibía desde hace años las “terapias” reparadoras de la homosexualidad.

No debe perderse de vista el papel que la pujanza de los grupos evangélicos está jugando. A finales de 2016 Marcelo Crivella, un obispo evangélico con historial homófobo, se hacía con la alcaldía de Río de Janeiro. Y en estos momentos Jair Bolsonaroun homófobo recalcitrante que pese a ser católico defiende sin tapujos la agenda conservadora del frente parlamentario evangélico (transversal a diversos partidos políticos) ha conseguido colocarse entre los favoritos para hacerse con la presidencia del país en las elecciones que tendrán lugar en octubre de este año. Unas elecciones que tienen lugar, recordemos, después de un periodo de profunda regresión política tras la polémica destitución de Dilma Rousseff y su sustitución por el conservador Michel Temer.

Fuente | Washington Blade, vía EstoyBailando/Cristianos Gays

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Asesinada a balazos Marielle Franco, concejala de Río de Janeiro afrodescendiente, abiertamente lesbiana, feminista y activista por los derechos humanos

Lunes, 19 de marzo de 2018
Comentarios desactivados en Asesinada a balazos Marielle Franco, concejala de Río de Janeiro afrodescendiente, abiertamente lesbiana, feminista y activista por los derechos humanos

20180315_foto_mariellefranco El asesinato de la activista Marielle Franco desata una oleada de protestas en Brasil.

Marielle se había convertido en un icono de la lucha feminista y trabajaba para instaurar el Día de la Visibilidad Lésbica en el país.

Marielle Franco era afrodescendiente, abiertamente lesbiana, feminista y activista en favor de los derechos humanos. Militaba en el Partido Socialismo e Liberdade (PSOL), y en 2016 fue elegida concejala de Río de Janeiro. En la noche del pasado miércoles, Franco fue asesinada tras participar en un acto de su partido  en favor de los derechos de las mujeres negras. Todo apunta a que existe una motivación política en su asesinato.

El pasado miércoles la activista por los derechos humanos Marielle Franco fue tiroteada mientras conducía por el centro de Río de Janeiro mientras regresaba de un acto titulado Jóvenes negras: moviendo las estructuras. En el ataque, también falleció el conductor del vehículo. En las últimas horas se ha sabido que las balas utilizadas podrían haber sido robadas a la policía.

Franco era especialmente crítica con el presidente brasileño que ha decretado una intervención militar en Río de Janeiro para combatir la violencia que azota el estado. Marielle, criada en una de las favelas más pobres de Brasil se había erigido como símbolo feminista y trataba de llevar a la agenda política las cuestiones de género. Asimismo, intentaba oficializar el “Día de la visibilidad lésbica”.

Franco, criada ella misma en una favela, era muy crítica con la violencia que habitualmente ejerce la Policía de Río de Janeiro contra los habitantes de los barrios más desfavorecidos, así como con la reciente decisión del Gobierno brasileño de militarizar la ciudad con el argumento de combatir la inseguridad. Las sospechas de que el asesinato de Franco no haya sido un delito común sino un atentado político se ven acrecentadas tanto por el proceder de los pistoleros (que interceptaron intencionadamente el vehículo en el que circulaba Franco antes de disparar contra ella y contra su chófer, que también resultó muerto) como por el hecho de que las balas utilizadas formaran parte de lotes vendidos a la Policía de Brasilia en 2006.

Lo sucedido ha provocado que miles de personas salieran a la calle este jueves y viernes en Río, Sao Paulo y otras ciudades llenando las redes sociales con los hastahags #MariellePresente y #LutoPorMarielle.

La actividad política de Franco se había centrado en la defensa de los sectores más desfavorecidos, y muy especialmente de los habitantes de las favelas y de las mujeres. Y aunque su condición de mujer lesbiana quizá no haya sido en este caso el factor determinante del asesinato, no puede dejar de tenerse en cuenta en un país que sufre las consecuencias de una brutal LGTBfobia. Según datos del Grupo Gay de Bahía, entre enero y septiembre de 2017 un total de 277 personas LGTB fueron víctimas de homicidio en ese país, la cifra más alta desde que este colectivo comenzó hace ya más de tres décadas a hacer este recuento.

Un deterioro al que también nos hemos referido en fechas recientes al recoger tanto el episodio de acoso que sufrió Judith Butler en una visita al país para participar en un debate universitario como la decisión de un juez federal contra la orden del Consejo Federal de Psicología (el organismo que regula el ejercicio de esta actividad profesional en Brasil) que prohibía desde hace años las “terapias” reparadoras de la homosexualidad.

No debe perderse de vista el papel que la pujanza de los grupos evangélicos está jugando. A finales de 2016, en las mismas elecciones en las que Marielle Franco conseguía su acta de concejal de Río de Janeiro, Marcelo Crivella, un obispo evangélico con historial homófobo, se hacía con la alcaldía de Río de Janeiro. Y en estos momentos Jair Bolsonaroun homófobo recalcitrante que pese a ser católico defiende sin tapujos la agenda conservadora del frente parlamentario evangélico (transversal a diversos partidos políticos) ha conseguido colocarse entre los favoritos para hacerse con la presidencia del país en las elecciones que tendrán lugar en octubre de este año. Unas elecciones que tienen lugar, recordemos, después de un periodo de profunda regresión política tras la polémica destitución de Dilma Rousseff y su sustitución por el conservador Michel Temer, vinculado a varios casos de corrupción.

Fuente | Lamarea.com, vía Dosmanzanas/EstoyBailando

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Brasil, protagonista absoluto del palmarés de los Teddy 2018 en Berlín

Miércoles, 28 de febrero de 2018
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201812805_2_img_fix_700x700Tinta Bruta, dirigida por Marcio Reolon y Filipe Matzembacher, se ha alzado con el Teddy 2018, el galardón que la Berlinale concede a la mejor película de temática LGTB presentada en cualquiera de sus secciones. La película brasileña recoge el cetro de Una mujer fantástica, que ganó ese mismo galardón el año pasado. No es el único reconocimiento que la cinematografía brasileña recibe, ya que el documental Bixa Travesty, de Claudia Priscilla y Kiko Goifman, se ha hecho con el Teddy al mejor documental. Otra de las películas premiadas, Obscuro Barroco, homenajea además la figura de la activista transgénero brasileña Luana Muniz, fallecida el año pasado. 

Tinta Bruta cuenta la historia de Pedro (personaje interpretado por Shico Menegat), un joven homosexual de Porto Alegre que, bajo el pseudónimo de NeonBoy, gana un dinero exhibiéndose a través de webcam mientras embadurna sensualmente su cuerpo con tinta fluorescente. Tímido y sin amigos, marcado por el acoso escolar y enfrentado a la decisión de su hermana -con la que compartido su vida hasta ahora- de independizarse, Pedro descubre que tiene un imitador…

Bixa Travesty, por su parte, es un documental que retrata la figura de la artista Linn da Quebrada, mujer negra y transgénero de la periferia pobre de São Paulo. Como bien explica la reseña de la película en la web de los Premios Teddy, una mujer con pene, cuya identidad de género no está ligada a los genitales” que ha encontrado, a través de la música y de sus performances una forma de reivindicar, con orgullo y sin tapujos, la realidad de su comunidad.

Brasil: un país con una fortísima LGTBfobia social

El hecho de que Tinta Bruta y Bixa Travesty se hayan hecho con los dos principales galardones de los Teddy es significativo, especialmente si se tiene en cuenta que las películas proceden de un país, Brasil, con un altísimo grado de LGTBfobia social, que además va en aumento. Según datos del Grupo Gay de Bahía, entre enero y septiembre de 2017 un total de 277 personas LGTB fueron víctimas de homicidio en ese país, la cifra más alta desde que este colectivo comenzó hace ya más de tres décadas a hacer este recuento.

Un deterioro al que también nos hemos referido en fechas recientes al recoger tanto el episodio de acoso que sufrió Judith Butler en una visita al país para participar en un debate universitario como la decisión de un juez federal contra la orden del Consejo Federal de Psicología (el organismo que regula el ejercicio de esta actividad profesional en Brasil) que prohibía desde hace años las “terapias” reparadoras de la homosexualidad.

No debe perderse de vista el papel que la pujanza de los grupos evangélicos está jugando. A finales de 2016 Marcelo Crivella, un obispo evangélico con historial homófobo, se hacía con la alcaldía de Río de Janeiro. Y en estos momentos Jair Bolsonaroun homófobo recalcitrante que pese a ser católico defiende sin tapujos la agenda conservadora del frente parlamentario evangélico (transversal a diversos partidos políticos) ha conseguido colocarse entre los favoritos para hacerse con la presidencia del país en las elecciones que tendrán lugar en octubre de este año. Unas elecciones que tienen lugar, recordemos, después de un periodo de profunda regresión política tras la polémica destitución de Dilma Rousseff y su sustitución por el conservador Michel Temer.

Otros galardones

Los de las dos cintas brasileñas no han sido los únicos galardones del palmarés de los Teddy. La británica Three Centimetres, de Lara Zeidan, ha obtenido el Teddy al mejor cortometraje. Ambientada en Líbano, recoge la animada conversación que cuatro amigas mantienen en la cabina de una noria… y que sufre un abrupto giro cuando una de ellas cuenta a las otras que tiene novia. Retablo, una coproducción peruano-alemano-noruega dirigida por Álvaro Delgado ha obtenido el Teddy L’Oreal, dedicado a premiar a nuevos talentos. Recoge la relación entre Noé, un artesano que hace retablos, y su hijo Segundo, un adolescente deseoso de conocer el mundo más allá del estrecho límite que le marca su padre.

La paraguaya Las Herederas, de Marcelo Martinessi, se alzó con el Teddy especial de los lectores, concedido por la revista gay Mannschaft. Cuenta la historia de Chela, una mujer que debe enfrentarse a una nueva vida tras el encarcelamiento de su pareja, Chiquita, que siempre ha sido la que ha llevado la iniciativa, por una cuestión de deudas. Cabe destacar que la actriz que da vida a Chela, Ana Brun, se ha alzado con el Oso de Plata a la mejor interpretación femenina de la Berlinale.

Y volvemos finalmente a Brasil, porque la película franco-griega Obscuro Barroco, finalmente, se ha hecho con el Teddy especial del jurado. Dirigida por Evangelia Kranioti, la película retrata la figura de otra destacada activista transgénero (y trabajadora del sexo) brasileña, Luana Muniz, fallecida el año pasado.

Fuente Dosmanzanas

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Europa, ideología de género y fundamentalismo evangélico

Jueves, 28 de diciembre de 2017
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homofobia1(Alex Roig).- Ese fino periodista que es César Vidal, acaba de destapar un episodio que, según él, “ha sido pasado por alto por la práctica totalidad de los medios de comunicación, pero que reviste una importancia extraordinaria”. Actualmente, nos informa, las naciones que integran el Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay más Venezuela en estado de suspensión y Bolivia de incorporación) se encuentran negociando un tratado comercial con la Unión Europea.

Pues bien, denuncia y alerta, “la UE ha condicionado la firma de ese tratado a que las naciones hispanoamericanas acepten en el seno de sus legislaciones internas las leyes de ideología de género.  El dato reviste una enorme gravedad, primero, porque se trata de un acto de imperialismo intolerable […]  La ideología de género está siendo impuesta sobre naciones que sienten repugnancia por ella”.

Es cierto que la Unión Europea está en trato con Mercosur, pero esto no muy “actual” ni una novedad oculta, lleva ya 18 largos de negociaciones. Esto es así porque en este tratado no sólo está en juego la llamada “ideología de género -como veremos-, ni mucho menos los intereses económicos, que beneficiarían a ambas partes, y en especial a Europa que bien podría haber la vista gorda sobre determinados aspectos de los derechos humanos, como hacen otros, con tal de llenarse los bolsillos de plata.

Tampoco es de hoy la difamación: “En forma engañosa suele afirmarse que las negociaciones Mercosur-UE en marcha son sobre todo de tipo comercial. No es así, la mayor parte de los temas en discusión son de carácter estructural y comprometen el conjunto de la economía en ámbitos críticos tales como servicios, patentes, propiedad intelectual, compras públicas, inversiones y competencia” (Jorge Marchini, “Union Europea-Mercosur: ¿qué se está negociando?” Nodal. Noticiero de América Latina y El Caribe 7 julio, 2017).

Europa, además de los asuntos legales de inversión y competencia con los que tropieza, alerta también a los países del Mercosur acerca de “un riesgo de aumento de la contaminación del agua, por lo que pide a los gobernantes de Mercosur «una normativa más estricta» sobre el efecto potencial negativo sobre la biodiversidad, agravado por el desarrollo de la demanda de biocombustibles en Europa” (Ganadores y perdedores).

libroPor su parte, los sindicalistas de Europa y del Cono Sur plantearon a las autoridades de ambos bloques sus principales preocupaciones y exigencias para que la negociación avance hacia un verdadero acuerdo de asociación que permita reforzar las relaciones políticas, sociales, económicas y culturales entre ambas regiones y que sea capaz de potenciar el respeto a los derechos humanos, el empleo digno, el desarrollo sostenible y los valores democráticos, evitando que se constituya en un mero tratado de libre comercio (Sindicatos de Europa y Latinoamérica exigen transparencia en las negociaciones”).

De esto se deduce que Europa no es únicamente una unión de mercados o de bancos -aunque haya mucho de eso-, sino de naciones en torno a una Idea, una idea conocida por Estado de Bienestar, quizá la última utopía de nuestros días. Una utopía, la primera en la historia, puesta en práctica sin violencia y con tremendos resultados positivos para su población. Esta utopía molesta, y mucho a los poderosos de este mundo. Es un mal ejemplo para sus ciudadanos sometidos a todo tipo de incertidumbres, un precedente peligroso que cuestiona sus políticas económicas de desigualdad.

Europa es como una piedra en la bota de los Imperios rojos y azules que se están repartiendo el mundo a su propio gusto. Por eso hay que tantos tiburones que quisieran acabar con la utopía europea, y lo cierto es que están muy cerca de conseguirlo. Europa, además, y desgraciadamente, no se valora a sí misma, “Europa no se quiere”, como documenta magistralmente el periodista Arturo San Agustín (El buitre sobre el Tíber. Península, Barcelona 2008).

Europa ha apostado, y fuerte, por los derechos humanos, tiene experiencia suficiente para saber qué son los regímenes absolutistas, los juicios sin garantía; la tortura y la mutilación; la discriminación por cuestión de religión, raza o sexo. Es preocupante que en muchos círculos latinoamericanos, incluso llamados cristianos, se hable despectivamente de los derechos humanos y se los trate de pura ideología al servicio de los zurdos y de los terroristas. Lo malo es que esto se contagie al ciudadano europeo que no se quiere, que no se valora. De momento, parece que este ciudadano, o sus representantes, están haciendo frente a los nuevos apóstoles de la desigualdad.

derechosAhora, vayamos al grano, ¿qué es eso de ideología de género que, según nuestro periodista de Protestante Digital, se está imponiendo sobre las pobres naciones latinoamericanas? La expresión ideología de género es, hasta donde se puede seguir la pista, es un término propio del papa Juan Pablo II, para quien, en consonancia con la doctrina católica tradicional sobre la sexualidad, es profundamente ofensivo decir que las características sexuales no están determinadas por Dios y la naturaleza, y que las personas pueden nacer en un sexo y decidir ser de otro. Para el católico conservador la homosexualidad no es natural, perturba la idea de una identidad sexual claramente definida por Dios y la naturaleza, y por tanto es una inclinación al mal, una inclinación a violentar la voluntad divina.

A esta ideología de género, o más correcto, contra ella, se han sumado la mayoría de las iglesias evangélicas, y con tal entusiasmo que ha dado lugar al extraño fenómeno del “ecumenismo del odio“. El evangelicalismo es por lo general muy adverso a la Iglesia católica, hasta el punto de que el mismo término “ecumenismo” es objeto de condenación. Sin embargo, en muchos países se está dando ese “ecumenismo del odio”, que consiste en buscar el apoyo de los católicos y de las Conferencias Episcopales de los distintos países de Latinoamérica para manifestarse conjuntamente contra la “ideología de género”. Así hemos podido observar en un mismo evento la presencia de evangélicos fundamentalistas, ultracatólicos de HazteOir y algún que otro obispo.

El cristiano conservador está en todo su derecho de aferrarse a su convicción de la vivencia de sexualidad “como Dios manda”, el problema surge, inevitablemente, cuando la mayoría de los gobiernos democráticos liberales admiten, por una parte, la licitud de una ética que, por motivos religiosos, se opone a la homosexualidad; y por otra, en cuanto garantes de las minorías, admiten en un mismo pie de igualdad a aquellos ciudadanos de distinta orientación sexual a la anterior, y por ley exigen que sean respetados y reconocidos sus derechos como cualquier otro ciudadano.

A nivel privado y de fe, claro que existe una tensión ineludible entre el rechazo religioso de lo homosexual, y la protección de este por parte del Estado constitucional, pero la convivencia pacífica exige, por ley, que nadie sea discriminado por cuestión de raza, religión o sexo. El reto para las iglesias cristianas es cómo conjugar esta ley constitucional con su propia ley religiosa, sin infringir ni una ni otra.

Pero la cuestión es más compleja, pues detrás de este movimiento de protesta y rechazo de lo homosexual se encuentran fuerzas económicas muy poderosas, que están utilizando para sus intereses la llamada “ideología de género”; a la que tienen mucho interés de presentar como una conspiración contra la familia, pero que lo que realmente están haciendo es manipular los sentimiento de muchos creyentes y ciudadanos conservadores para desviar la atención de los verdaderos problemas del pueblo: la creciente precariedad económica del ciudadano, que ni aun teniendo trabajo puede salir de la pobreza; la privatización de los bienes o derechos sociales a la educación, la salud y la seguridad. Detrás de la agenda contra ideología de género se esconden muchos intereses de corte económico y político, que poco a poco se van introduciendo en las sociedades emergentes para perpetuar la vieja esclavitud. Mucho nos temenos que la cuestión homosexual se está utilizando como una cortina de humo para ocultar intereses económicos que no quieren operar a la luz del día.

maniPor último, se puede desaprobar la homosexualidad en todas sus formas por motivos de conciencia y de creencia, pero nunca, y menos en cuanto cristianos, se puede alentar o fomentar el odio al homosexual. Es más, tampoco se puede guardar silencio ante el abuso, la violencia e incluso el linchamiento de este, y no me estoy refiriendo a gobiernos de carácter teocrático como el existente en algunos países musulmanes, donde colgar o arrojar desde una torre al homosexual está al orden del día, sino a naciones de ese Mercosur que, según César Vidal, “sienten repugnancia” por la ideología de género que Europa quiere imponerles. ¿No será que Europa quiere que los derechos humanos se respeten, aunque sea un poco?

El Señor Vidal, que es muy viajado, no puede ignorar que, por ejemplo, en Colombia aumentan homicidios de homosexuales y transexuales, que “en muchos lugares de América Latina, salir a la calle como homosexual significa estar expuesto a graves amenazas, palizas o incluso la muerte”. Por cierto, Colombia ya permite el matrimonio gay, pero la resistencia de sectores religiosos se vio reflejada en 2016 en las campañas de rechazo al histórico acuerdo de paz con la guerrilla de las FARC, al que acusaban de promover una “ideología de género” .

Según Marilia Brochetto, de CNN, casi 600 personas murieron a lo largo de América Latina por la violencia contra la población LGBT entre enero de 2013 y marzo de 2014, según un informe de la CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos) de 2015. ¿Sabían que en los primeros meses de 2017 en América Latina y Estados Unidos se han registrado al menos 41 crímenes contra la comunidad LGBT, a los que se suman múltiples agresiones e incluso torturas? (telesur). La ONG Transgender Europe coloca en números absolutos a Brasil primero entre 33 países con asesinatos de personas LGBT registrados en 2016, con 123 casos, seguido por México, 52 (Vanguardia). Según la ONG Grupo Gay de Bahía, entre el 1 de enero y el 20 de septiembre de 2017 en Brasil se han registrado un total de 277 asesinatos de personas LGTB, lo que supone un promedio de 1,05 al día, superando así el dato de 2016 con una media de 0,95, lo que a todas luces, también es una auténtica barbaridad.

el-desconciertoEl pasado 7 de noviembre de 2017, la filósofa estadounidense Judith Butler, fue “quemada en efigie” como bruja en São Paulo. Judith Butler es conocida por ser feminista y defensora de la igualdad de género. Fue a Brasil difundir la versión en portugués de su libro Parting Ways: Jewishness and the Critique of Zionism (Caminos Divergentes. Una crítica judía al sionismo“), grupos conservadores aprovecharon el acto cultural para arremeter contra ella como “bruja comunista”, defensora de la “ideología de género” y “atentar en contra de la familia”. Portaban muñecas gigantes representando la filósofa a las que prendieron fuego (El desconcierto.cl).

Las iglesias, los individuos, pueden estar en contra de la homosexualidad, pero guardar silencio frente a estos actos de violencia es hacerse cómplices de los mismos y está muy lejos del espíritu de Jesucristo.

Significativamente, “si nos fijamos en la religión como variable, lo que encontramos es que cuanto más católico sea el país, más probabilidades habrán de aceptar la homosexualidad y viceversa. Cuanto más protestantes son, menos probabilidades tienen de aceptar esto y menos probabilidades tienen de tener una legislación activa sobre los derechos de los homosexuales”. Las personas LGBT que viven en países dominados por iglesias evangélicas tienden a ser las que tienen más dificultades. Las iglesias católica y evangélica tienen puntos de vista similares sobre la homosexualidad, aunque hay diferencias notables. Aunque ambos se oponen a la homosexualidad, “el clero católico tiende a ser menos opuesto a los estatutos contra la discriminación que el clero evangélico” (cnn). La prueba está precisamente en los mismos países latinoamericanos donde paradójicamente se asesinan a tantos homosexuales.

la-terrible-amenazaAmérica Latina ofrece una narrativa contradictoria. “Mientras que muchos derechos LGBT en los Estados Unidos están enredados en disputas legales en estados individuales, en América Latina, las leyes sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo y la adopción, el cambio de género en las tarjetas nacionales de identidad y las leyes contra la discriminación entraron en vigor en la década pasada, muchos de ellos antes de que la Corte Suprema de Estados Unidos legalizara el matrimonio entre personas del mismo sexo” (cnn).

Es triste comprobar que para muchos cristianos conservadores parece que el problema más grave de la familia y del país, no es la pobreza, la violencia, el machismo, el abuso infantil dentro del círculo familiar, la inseguridad, la desatención sanitaria, la falta de escolarización, la xenofobia, la discriminación social…, todo parece indicar que para muchos buenos ciudadanos y creyentes ejemplares el único problema, el más amenazante, es, son, los chicos gays, las chicas lesbianas.

Fuente Religión Digital

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“Cuerpos abyectos”: La hermenéutica del otro lado

Miércoles, 20 de abril de 2016
Comentarios desactivados en “Cuerpos abyectos”: La hermenéutica del otro lado

descargaEl autor nos ha enviado esta recensión publicada en el blog de Raúl Lugo Iglesia y Sociedad, para su publicación, lo que agradecemos.

(Recensión del libro del P. Manuel Villalobos: Cuerpos Abyectos en el Evangelio de Marcos)

Nota bibliográfica:
Manuel VILLALOBOS M. Cuerpos Abyectos en el Evangelio de Marcos
Ediciones El Almendro, Córdoba, 2015
Traducción castellana de Ricardo López Rosas
Original inglés Abject Bodies in the Gospel of Mark
Sheffield Phoenix Press, 2014

El año pasado se cumplieron cincuenta años de la promulgación de la Constitución Dogmática sobre la Divina Revelación (Dei Verbum), del Concilio Vaticano II, hecha en noviembre de 1965 por el Papa Pablo VI. De manera oficial, la iglesia católica anunciaba que, en el proceso de renovación que había emprendido, el acercamiento a la Biblia iba en serio: se asumían los nuevos métodos científicos de lectura, se promovía el acceso a la Escritura por parte de los fieles, se favorecía la traducción de los textos sagrados a las lenguas vernáculas, etc.

Esta toma de posición de los obispos católicos era la respuesta a un vigoroso movimiento bíblico que estaba teniendo lugar en las comunidades cristianas de todo el mundo, de manera particular, pero no solamente, en Europa. La aparición de los métodos histórico-críticos obligaba a la iglesia católica a ponerse al día en su lectura de los textos sagrados. Oficializados los nuevos métodos e impulsado el objetivo pastoral del acercamiento a las Escrituras Santas, la iglesia católica se colocaba al lado de las mejores vanguardias de los estudios bíblicos.

A la distancia de 50 años echamos de menos un faltante en este importante documento eclesial: el lugar del lector de los textos o, dicho de otra manera, el papel del horizonte hermenéutico de quien lee los textos. Pero eso no debe extrañarnos. No podemos culpar a los padres conciliares de eso. El interés por el horizonte del lector, horizonte que es ya en sí mismo interpretativo o que orienta a una determinada interpretación, es bastante reciente. Paul Ricoeur (Le conflit des interprétations. Essais d’herméneutique, 1969), Hans-Georg Gadamer (los dos tomos de Wahrheit und Methode, 1960 y 1986) Roland Barthes (Critique et vérité, 1966) Jürgen Habermas (Erkenntnis und Interesse, 1968) y Jacques Derrida (De la grammatologie, 1967), no serían conocidos sino hasta varios años después de terminado el Concilio y aquellas ideas sobre cómo el significado de un texto no está dado solamente por el autor y sus intenciones, sino que se crea activamente en relación con el lector, en lo que Gadamer llamaría “fusión de horizontes”, comenzarían a hacer sentir sus efectos hasta los años setentas y ochentas.

El acento hermenéutico que echamos de menos en el texto conciliar brilla, en cambio, con luz propia en el documento “La interpretación de la Biblia en la iglesia” publicado por la Pontificia Comisión Bíblica en 1993. Aunque no es un órgano propiamente magisterial, la Pontificia Comisión Bíblica (PCB) es un órgano de asesoría para la Santa Sede y representa el punto de vista oficioso de la iglesia católica sobre asuntos y temáticas bíblicas que le son periódicamente sometidas. No haré aquí una exposición del contenido del documento, sino solamente resaltaré que, una vez reafirmado el piso de inicio del trabajo exegético con el recurso necesario a la metodología histórico crítica, el documento añade, no solamente nuevos métodos de análisis literario que permiten una comprensión más plena del texto sagrado (retórico, narrativo, semiótico, canónico, etc.) sino que, en una mirada más hermenéutica, propone una valoración crítica de algunos de los principales acercamientos desde otras ciencias (sociología, antropología cultural, psicología) y, lo que nos importa mucho más en esta recensión, dos acercamientos desde diferentes contextos del lector: liberacionista y feminista, ambos, como bien podremos imaginar, polémicos dentro de la reflexión teológica y bíblica.

Voy a detenerme un momento en el acercamiento feminista tal como es tratado en el documento de la PCB. No solamente porque no hay revolución del siglo pasado que haya sido más impactante en la vida de los pueblos que la revolución de género, sino porque lo que se dice del movimiento feminista puede decirse también de los movimientos de otras minorías que comparten algunas de sus características, como los movimientos LGBT, queer o trans. Del acercamiento feminista dice el documento:

La hermenéutica feminista no ha elaborado un método nuevo. Se sirve de los métodos corrientes en exégesis, especialmente del método histórico-crítico. Pero agrega dos criterios de investigación.
El primero es el criterio feminista, tomado del movimiento de liberación de la mujer, en la línea del movimiento más general de la teología de la liberación. Utiliza una hermenéutica de la sospecha: la historia ha sido escrita regularmente por los vencedores. Para llegar a la verdad es necesario no fiarse de los textos, sino buscar los indicios que revelan otra cosa distinta.
El segundo criterio es sociológico: se apoya sobre el estudio de las sociedades de los tiempos bíblicos, de su estratificación social, y de la posición que ocupaba en ellas la mujer.

Hubo seguramente discusiones arduas en el seno de la PCB para llegar a esta apreciación de la hermenéutica feminista. En lugar de una evaluación formal del método, la PCB termina con una especie de advertencia que suena dura:

En la medida en que la exégesis feminista se apoya sobre una posición tomada, se expone a interpretar los textos bíblicos de modo tendencioso y por tanto discutible. Para probar sus tesis debe recurrir frecuentemente, a falta de otros mejores, al argumento ex silentio. Tales argumentos, se sabe, deben ser tratados cautelosamente. Jamás bastan para establecer sólidamente una conclusión… la exégesis feminista no podrá ser útil a la Iglesia sino en la medida en que no caiga en las trampas que denuncia…

He hecho esta larga cita solamente como punto de referencia. Puede decirse que, a pesar de las advertencias que invitan a la prudencia, los acercamientos hermenéuticos han terminado por entrar con el pie derecho en la iglesia católica. Los criterios enunciados deberán ser aplicados a nuevos acercamientos derivados del feminismo, así como también el espíritu de apertura crítica que patrocina el documento de la PCB. Uno lamenta, sin embargo, que tales acercamientos sean tan poco comunes en la literatura bíblica, sobre todo en castellano. Son, en cambio, abundantes en la investigación bíblica norteamericana.

De ambas márgenes –México y los Estados Unidos– nos llega la obra más reciente de Manuel Villalobos Mendoza, sacerdote mexicano avecindado en la Unión Americana y egresado de la Garret Evangelical Theological Seminary, de Chicago, ciudad y provincia claretiana en la que Villalobos desempeña su ministerio. La obra se titula Cuerpos Abyectos en el Evangelio de Marcos.

Resultado de sus estudios para alcanzar el doctorado, el libro de Villalobos, de 312 páginas, intenta una aproximación hermenéutica a algunos textos del evangelio de Marcos. La perspectiva es descrita con claridad por el autor desde las primeras páginas: “algunos de los principales temas de mi proyecto de investigación, como el de la (de-) construcción de género, la performatividad, la masculinidad, la vulnerabilidad, la abyección, la precariedad de los cuerpos, la dialéctica de poder que existe en el acto de mirar otro cuerpo masculino y la subversión y trasgresión de fronteras, tanto reales como simbólicas” (p. 14). Se trata, pues, de ofrecer una aplicación a los textos sagrados de algunos elementos de la teología queer (1) , una aproximación que se enlaza con el reciente movimiento denominado “teologías pos-coloniales”, que suelen ser definidas así: “una lectura “pos-colonial” de la Biblia intencionalmente toma una postura de oposición que subvierte las lecturas tradicionales de relatos familiares, interpretándolos “del otro lado”, del lado que perdió, cuyas voces nunca fueron escuchadas…” (2)

Este horizonte, la hermenéutica “desde el otro lado”, es el punto de partida del estudio de Villalobos Mendoza. La investigación fija la mirada en algunos personajes que pueden pasar desapercibidos en el conjunto del relato Marcano de la pasión: la mujer que unge a Jesús en casa de Simón el leproso y Simón mismo (Mc 14,3-9), la esclavilla que dialoga con Pedro alrededor de la fogata en el patio donde juzgaban a Jesús (Mc 14,66-72), el joven que carga el cántaro antes de la Última Cena –la sección más luminosa del libro a mi juicio– (Mc 14,12-16) y finalmente el mismo Jesús y su cuerpo abyecto y maltratado: las transgresiones de Jesús en la última Cena, su arresto, el proceso de su tortura, y finalmente su desnudez en la cruz y su muerte.

Quisiera solamente subrayar tres características que me parecen importantes de la aproximación del libro de Villalobos a los textos de Marcos, como una invitación a la lectura crítica de su obra.

El recurso a Butler
El hecho de que el libro de Villalobos sea resultado de su investigación para obtener el grado de doctor en teología representa su logro mayor pero también su mayor limitación. Me explico. La virtud de las tesis doctorales reside, justamente, en abordar matices teóricos novedosos o que no hubieran sido ampliamente desarrollados desde el punto de vista académico. En el caso del libro en comento la investigación asume el marco teórico desarrollado por Judith Butler, la filósofa pos-estructuralista autora de Cuerpos que importan. Sobre los límites materiales y discursivos del sexo (3) . Asumir las aportaciones teóricas de esta postura filosófica es uno de los retos que Villalobos ha enfrentado con éxito. La reflexión sobre la corporalidad, sobre las fronteras, sobre los bordes y los mecanismos de trasgresión que caracterizan el pensamiento de Butler es uno de los elementos más novedosos de la lectura de Villalobos. Uno se asombra al ver como un pensamiento tan provocador como el de Butler arroja insospechados haces de luz a los textos de la pasión marcana que Villalobos ha seleccionado.

Pero, al mismo tiempo, el horizonte bulteriano es la limitación más visible de la obra que, en esto, confirma su naturaleza de investigación concebida para la consecución de un grado. Es cierto que la parcialidad de la mirada hermenéutica del autor es algo aceptado por él mismo, pero hay algunos momentos en que uno quisiera verse libre del marco teórico escogido que se antoja forzado en algunos pasajes. En este sentido, el libro es una buena noticia hermenéutica, pero habrá que estar atentos a ulteriores desarrollos del joven autor que amplíen el marco filosófico referencial.

Exégesis autobiográfica

El libro se inscribe también en la corriente conocida como Autobiographical Biblical Criticism (4) . El autor, como migrante establecido en los Estados Unidos y como miembro de una minoría sexual, se asume como del “otro lado”. Villalobos se presenta así: “Aquí estoy, como mexicano del otro lado, confesando y reclamando algunas de las experiencias que han influido el modo como veo, no solo el texto bíblico, sino mi propio cuerpo, el mundo y Dios” (5). De hecho, dedica todo el primer capítulo a ofrecernos sus propias experiencias de vida como marco referencial que nos hace comprender mejor el rumbo que seguirán sus investigaciones y reflexiones bíblicas. Por eso el título del primer capítulo resulta inquietante: ‘Yo confieso… que mi cuerpo tiene muchos lados de exclusión’.

La crítica autobiográfica ha adquirido mucha relevancia en tiempos recientes, porque se toma en serio los avances en la epistemología en general y la discusión sobre las hermenéuticas en particular, que se han desarrollado en los últimos años. No se trata solamente de tomar en cuenta el horizonte de lectura del investigador, así, en términos generales, sino resaltar el vínculo entre la persona que lee y los textos que selecciona, la mirada del lector/a y los sentimientos que el texto le despierta y la contribución del texto en la transformación de la vida del lector-intérprete.

Este laudable esfuerzo de Villalobos, de compartirnos su historia de vida como puerta de entrada al libro y a cada uno de los textos estudiados, le da a la obra una frescura que se nos antojaría deseable en otras investigaciones bíblicas que suelen ser frías y de una solemnidad casi adormecedora. Crea, también, una relación con el destinatario del mensaje, relación que podrá ser empática o antipática, pero que no dejará al lector insensible. Uno podrá escandalizarse, pero no aburrirse.

El ojo transgresor

Es clara la intención provocadora del libro de Manuel Villalobos. Lo es por aplicar las categorías butlerianas de corporalidad y transgresión a los personajes del evangelio de Marcos. Lo es también por hacer una lectura militante desde la propia identidad del autor, desde su experiencia de doble marginación, en razón de su orientación sexual y su condición de migrante hispano en los Estados Unidos. Estas dos razones harían ya del libro de Villalobos un acontecimiento tan interesante como inusual en la investigación bíblica.

Hay, sin embargo, dos cosas más sobre las que quisiera detenerme un momento. La primera es el análisis y la asunción de un lenguaje popular que evidencia la jerarquización de personas y los juicios de valor que sobre ellas se hacen. Así, por ejemplo, se habla de ‘descarada’, ‘hocicona’, ‘malcriada’, ‘machito’, ‘chingaquedito’, ‘marimacha’, etc. Nombres todos que, en lugar de calificar a la persona que lo recibe, terminan desnudando la mentalidad de quien los pronuncia. Son nombres que tienen la intención de someter a las personas a la marginación y exclusión. El nombre como justificación del acto discriminante.

El segundo elemento que no quisiera dejar de mencionar son las constantes referencias de Villalobos a Octavio Paz, particularmente a su Laberinto de la Soledad, y su propuesta analítica de identificación de la mexicanidad como experiencia de orfandad, producto de una violación. De hecho, y esto puede resultar escandaloso para algunas buenas conciencias, los capítulos finales, dedicados al análisis de la pasión y muerte de Jesús, tienen títulos y subtítulos provocadores: ‘Judas, el chingaquedito’, ‘Átame de pies y manos, pero no me dejes. Jesús entre chingones’, ‘La crucifixión de un Mesías Chingao’…

El libro termina con un epílogo epistolar de lo más interesante. Villalobos lo explica así en su introducción:

“Uno de los principios de mi hermenéutica de “Vida-Texto-Vida” es el de re-contextualizar el texto bíblico en la vida de la comunidad… En una ocasión comenté a mi grupo de Biblia…: ¡Si Marcos supiera lo que hemos hecho con su evangelio! Lupita, una inquieta participante del grupo de Biblia, respondió inmediatamente: ‘escríbele una carta y cuéntaselo todo’… Le envié entonces un e-mail a mi asesor y le pregunté qué pensaba al respecto y éste me respondió: ‘La idea de terminar tu libro con una carta a Marcos completa el círculo hermenéutico y me parece muy creativa’. Así que me puse a escribir mi carta”.

Cuerpos Abyectos en el Evangelio de Marcos es una lectura saludable. No conozco otro intento tan exhaustivo de abordar los textos bíblicos desde la perspectiva ya descrita. Por ello ha de considerarse una obra pionera, con todas las ventajas y desventajas que esa característica conlleva. Acaso resulte para algunos una investigación demasiado psicologista y sienta la tentación de ahorrarse algunas de sus disquisiciones falocéntricas. Otros encontrarán intuiciones geniales en su interpretación de la pasión de Jesús. Pero nadie, puedo asegurarlo, quedará indiferente. El libro de Manuel Villalobos Mendoza nos permite asomarnos a una lectura distinta, marcada por una visión de género, que inaugura una hermenéutica del otro lado y que transforma lo que para algunos es una “ideología demoniaca”, en un instrumento que puede arrojar nuevas luces en el proceso interminable de interpretación de los textos sagrados. Esta obra se constituye así en una pieza más del gran rompecabezas que poco a poco vamos armando para ser una iglesia en reforma perpetua, casa de fraternidad, donde todos los cuerpos, todas las personas, tengan cabida. Sólo por eso valdría la pena leerlo.

NOTAS:

1. La teología queer surgió en los años 90 del siglo XX, de la teología feminista y la teología gay, que se dedicaron a criticar a fondo todos los supuestos patriarcales en los que se han asentado las religiones monoteístas y a visibilizar a todos los invisibles, a los raros, a los diferentes, a los más marginados por el régimen heterosexual, blanco, y capitalista. Los principales teólogos y teólogas queers son Marcella Althaus Reid (argentina), James Nickoloff (peruano) y André S. Musskopf (brasileño). También Nancy Cardoso, Hugo Córdova, Hemberg Darío García, Daniel Fernández, José Vaz Magalhes, Wendy Mallete, Loreto Fernández, Abel Moya, Daniel Jones, Cruz Edgardo Torres, Juan Fonseca, y un largo etcétera de pensadores y pensadoras que desde dentro de sus comunidades religiosas están llevando a cabo un análisis profundo de las viejas estructuras y una propuesta alternativa al discurso hegemónico y patriarcal.
2. Cfr. Las teologías gay-queer, en www.fundotrasovejas.org.ar/articulos/TeologiasGayQueer.pdf
3. Paidós, Buenos Aires 2002

4. Cfr. INGRID ROSA KITZBERGER (ed), The personal Voice in Biblical Interpretation (New York, Routledge 1999)
5. Cfr. P. 40

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Abracadabra: palabras mágicas y diccionarios

Martes, 21 de octubre de 2014
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RAE_diccionarioUn interesante artículo publicado en Cáscara Amarga:

En la RAE ya saben que nos llamamos lesbianas, gais, bisexuales y transexuales. Ya saben que nos llamamos Rumpelstiltskin. O comenzamos rápido a ejercer la magia que sólo nosotras conocemos o sus diccionarios pueden convertirse en el sepulcro de nuestro poder.

La Real Academia Española ha presentado este jueves la vigesimotercera edición de su Diccionario, en el que se han incorporado algunos términos y se han modificado algunas definiciones polémicas referidas a la diversidad sexual y de género. Así aparece recogido por vez primera el adjetivo homófobo, que se define como “que tiene o manifiesta homofobia”, y “propio de una persona homófoba o de la homofobia”.

Es destacable ese “tiene”, porque nos recuerda a las construcciones que se emplean para hablar de una determinada enfermedad, “tiene gripe”, y equipara de este modo muy acertadamente la homofobia -que ya aparecía en la anterior edición y cuya definición no ha sido modificada: “aversión obsesiva hacia las personas homosexuales”– con lo que es: una forma de trastorno de la personalidad.

El diagnóstico es claro: homofobia que ha derivado en paranoia.

De ahí que podamos afirmar que, si “el obispo de Alcalá tiene homofobia”, este obispo debe ser atendido con urgencia ya que presenta una enfermedad muy peligrosa para quienes no son como él, que se ha agravado esta semana cuando, tras ser reprobado por un pleno municipal en la ciudad Complutense -en el que el Partido Popular se alió con España 2000 para votar en contra y “salió del armario” en sus posicionamientos sobre la diversidad sexual y de género como un partido de extrema derecha- afirmó que estaba siendo perseguido. El diagnóstico es claro: homofobia que ha derivado en paranoia.

Pero, volviendo al diccionario de la Academia, hay también otras definiciones que en esta nueva edición han sido enmendadas, con la intención de ofrecer una imagen menos prejuiciosa de la institución que el año pasado cumplió su tercer centenario. De esta suerte el adjetivo a veces empleado como sustantivo gay, que aparecía descrito como “perteneciente o relativo a la homosexualidad” y “hombre homosexual”, ha pasado a definirse como “dicho de una persona, especialmente de un hombre: homosexual” y “perteneciente o relativo a los homosexuales”.

Son interesantes además los ejemplos de su uso que ofrece esta nueva edición, como “sus mejores amigos son gais“, frase a la que parece que le falta el “pero” tan frecuente en la homofobia liberal, o “celebraron el día del orgullo gay”, puede que dejando claro que para la Academia transexuales, bisexuales y lesbianas no tienen día para su Orgullo.

Ponen como ejemplo: “sus mejores amigos son gais

Sobre estas tres identidades no han reflexionado mucho los académicos, porque sus definiciones, aunque en ocasiones enmendadas, siguen siendo bastante reprobables. Tenemos el caso de lesbiana, que en su día remitía al adjetivo lesbiano, -na, definido en primer lugar como “lesbio” y en segundo como “mujer homosexual” y al que únicamente se ha añadido una etimología, siendo ese lesbio igual ahora que antes, descrito como “natural de Lesbos”, “perteneciente o relativo a esta isla” y por último “perteneciente o relativo al lesbianismo”.

Lo mismo sucede con bisexual, que continúa siendo “hermafrodita” y en segundo lugar “que alterna las prácticas homosexuales con las heterosexuales”, de lo que entendemos que para la Academia las personas bisexuales son heterosexuales lunes, miércoles y viernes y homosexuales martes, jueves y sábados, reservando los domingos para el descanso; y con transexual, que continúa como “que se siente del otro sexo, y adopta sus atuendos y comportamientos” y “que mediante tratamiento hormonal e intervención quirúrgica adquiere los caracteres sexuales del sexo opuesto”, ambas definiciones bastante mejorables.

Para la RAE bisexual continúa siendo “hermafrodita” 

De la misma manera, aunque han sido modificadas, las explicaciones de otros términos siguen sin ser convincentes. Así ocurre con maricón, que antes equivalía a los vulgares “marica” y “sodomita”, y al “insulto grosero con su significado preciso o sin él”, y ahora se define como un “varón afeminado u homosexual”, como vulgarismo, y mantiene el “insulto grosero con su significado preciso o sin él”, ignorando que los que somos maricones siempre entendemos detrás de ese insulto todo su significado; y lo mismo sucede con el adjetivo sodomita, que conserva sus primeras dos acepciones como “natural de Sodoma” y “perteneciente o relativo a esta antigua ciudad de Palestina“, pero modifica la tercera definición, que antes fuera “que comete sodomía” y ahora “que practica la sodomía“. Ya no es un delito, porque la no se “comete”, la sodomía, que por cierto aparece descrita tristemente como “práctica del coito anal”, pero es bueno saber que podemos tributar en una ciudad que desapareció sepultada por el Mar Muerto, porque allí quizá nuestros impuestos no acaben financiando a grupúsculos de personas que nos odian, como es el ya mencionado y nunca suficientemente puesto en evidencia obispo de Alcalá.

Términos que conservan su definión

Otras palabras mantienen sus definiciones, como son homosexual: “con tendencia a la homosexualidad”, “dicho de una relación erótica: que tiene lugar entre individuos del mismo sexo” y “perteneciente o relativo a la homosexualidad”, cuya expresión “tendencia” es más que refutable, a no ser que estén hablando de la moda sexual para esta temporada de otoño; y marica: “urraca”, “en el juego del truque, sota de oros”, los coloquiales -que así se ofrecen, no como vulgares- “hombre afeminado y de poco ánimo y esfuerzo” y “hombre homosexual”, y el ya citado en “maricón” “insulto con los significados de hombre afeminado u homosexual o sin ellos”, entrándole a uno ganas de demostrarle a los señores académicos que el ánimo –“alma”, “valor”, “voluntad” y “pensamiento”, según ellos mismos- nos sobra para decirles lo que pensamos sobre sus definiciones, y habría que considerar si poco esfuerzo es el suyo al ser incapaces de conseguir mejores definiciones.

Marica: “urraca”, “en el juego del truque, sota de oros”

Interesante es además la explicación que nos ofrecen de sexo, que sigue sin ser concluyente, porque en ella, además de definirse de un modo binarista y seguir hablándose del “sexo débil” y “sexo fuerte” sin una nota que especifique que son usos del concepto bastante machistas, se habla de “placer venéreo”, que a su vez remite a “venus”, que se explica como “deleite sexual o acto carnal”, definida esta carnalidad refiriéndose a la “lascivia” o la “lujuria”, que a su vez vuelven a remitir a los “placeres carnales”… de modo que nunca conseguiremos una explicación de qué hablamos cuando hablamos de sexo.

Todas estas carencias del diccionario de la Academia se entienden si consideramos que no se trata de una obra científica sino normativa, que no recoge la realidad tal y como es sino como debiera ser, y además da prioridad en el ordenamiento de las definiciones a la más antigua frente a las más usadas. Así que el diccionario, en realidad, se nos presenta como un dispositivo de pensamiento: es el instrumento con el que los señores -y las poquísimas señoras- de la Real Academia quien enseñarnos a pensar, entre otras cosas, de ese sexo que no se atreven a explicarnos. La pregunta no es de dónde nace ese modelo de pensamiento tan conservador, ni por qué deben promocionar como geniales novedades lo que hemos visto no son sino algunos parches bastante mal colocados, sino ¿por qué tanto miedo a hablar de sexo, a simplemente pronunciarlo?

Las palabras son poderosas

Todas las culturas, en su aspecto más terrenal y su ámbito más espiritual han dedicado especial atención a la lengua, a su capacidad para vincular la voluntad con la realidad. En la magia es sabido que el conocimiento de una determinada palabra otorga poder a quien la pronuncia, y que hay determinadas palabras que no deben pronunciarse porque su sola verbalización convoca la realidad a la que se refieren. Así las mitologías monoteístas suelen referirse a un nombre secreto de su dios, y en la tradición tanto Jehová como Alá tienen un nombre cuya revelación a la humanidad produce sucesos de importancia.

De esto nos habla un conocido cuento popular, el del enano saltarín que permite que una joven hile oro a partir de paja y cuando a cambio le exige su primogénito sólo le concede el perdón si es capaz de averiguar su nombre: Rumpelstiltskin.

Con la diversidad sexual y de género ha sucedido lo mismo: durante siglos nuestro “pecado”, la sodomía, se consideró impronunciable, porque su sola mención provocaba la manifestación del “pecado”. Así se le llamó tradicionalmente el “pecado nefando”, de nefas, “que no debe pronunciarse“.

Quizá por eso la Academia no sepa cómo hablar de nosotras, quizá nos tenga miedo

Quizá por eso la Academia no sepa cómo hablar de nosotras, quizá nos tenga miedo, o no nos entienda, o trate de que nuestra realidad, que puede resultarle mágica, no se manifieste. Quizá por eso retuerza las palabras que hablan de nosotras, estropee sus definiciones y bajo ningún concepto considere posible hablar del sexo más que para describirlo tímidamente como “placer carnal“.

Pero nosotras nos pronunciamos, nos conocemos, nos hablamos. Y construimos nuestra realidad a partir de nuestras palabras. Es lo que Judith Butler llama performatividad, construida a partir de la teoría los actos de habla de Austin, y es lo que desde muy antiguo se llamó magia.

La conocida fórmula Abracadabra -cuyo origen puede ser arameo, “avrah kahdabra”, traducible como “yo creo como hablo”, o hebreo, “aberah kedabar”, que significa “iré creando conforme hable”– habla precisamente de esto: de que la construcción de la realidad se produce a través del uso de la lengua, de que una vez se escribe por primera vez la palabra “homosexual”, en 1869, aparece una nueva realidad, una nueva forma de ser: la que en el tiempo de Oscar Wilde se denominó “el amor que no se atreve a decir su nombre”, porque pronunciar su nombre, abracadabrarlo, era reconocerlo como real. Y eso suponía un gran peligro.

Pero existe otro origen posible para abracadabra, el término griego abraxas, que no sólo denominaba una palabra mágica para los gnósticos, representante de un dios que aunaba en sí toda la bondad y maldad, sino que también designaba a las piedras sobre las que se inscribía el nombre, los talismanes que acompañaban a los creyentes. Es el tótem, el emblema de una sociedad, adorado como cohesionador del grupo.

Nosotras, que no encajamos, empleamos a menudo estas palabras

Nosotras las diversas, las que no somos heterosexuales, que no somos cisexuales, nosotras que no encajamos, empleamos a menudo estas palabras, nuestras etiquetas: lesbiana, gay, bisexual o transexual, o tantas otras, para reconocernos, para llamarnos y adacadabrarnos en realidad, y sentirnos partes de un todo más amplio.

Pero observo una tendencia a la idolatría, a olvidar el poder transformador de nuestras palabras mágicas y adorarlas como al becerro de oro, sólo por su valor en sí, a diversificar hasta el infinito los términos, que cada vez denominan realidades más pequeñas, más imprecisas, menos representativas de un gran grupo, de lo que pudiéramos llegar a considerar una mayoría. Nos estamos dividiendo entre un vastísimo santoral dedicado a los pequeños milagros que ya no es capaz de generar un gran poder de cambio.

Prácticamente hemos construido una lengua propia, pero en lugar de emplearla para generar realidad hay quien la adora como un fetiche, y busca nuevas y nuevas vueltas, se preocupa de la talla del ídolo, del color de su manto y los atributos que exhibe, en lugar de convocarlo como un principio de renovación.

¿Estamos olvidándonos de la Creación para entregarnos a la idolatría? Tengamos cuidado: mientras desciframos el misterio de nuestras propias palabras los otros ya empiezan a conocerlas, a describirlas, categorizarlas, como han hecho siempre, y así ganarán poder sobre nosotras. Ya saben que nos llamamos lesbianas, gais, bisexuales y transexuales. Ya saben que nos llamamos Rumpelstiltskin. O comenzamos rápido a ejercer la magia que sólo nosotras conocemos o sus diccionarios pueden convertirse en el sepulcro de nuestro poder.

Biblioteca, General, Homofobia/ Transfobia. , , , , , , , ,

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