El Cardenal Reinhard Marx, Presidente de la Conferencia Episcopal de Alemania, ha asegurado que, para él, los sacerdotes católicos pueden realizar ceremonias de “bendición” de parejas homosexuales.
En declaraciones a la radio alemana Bavarian State Broadcasting, el 3 de febrero, el Cardenal Marx dijo que “no puede haber reglas” sobre este tema. En vez de eso, la decisión de si una unión homosexual debería recibir la bendición de la Iglesia debe estar en manos de “un sacerdote o un agente de pastoral”, y debe realizarse según cada caso.
La entrevista se realizó en el marco del décimo aniversario del Cardenal Marx como Arzobispo de Munich y Freising, en Alemania.
Al Cardenal alemán le preguntaron “¿por qué la Iglesia no siempre avanza cuando se trata de demandas de algunos católicos sobre, por ejemplo, la ordenación de diaconisas, la bendición de parejas homosexuales o la abolición del celibato (sacerdotal) obligatorio?”.
El Arzobispo de Munich y Freising indicó que, para él, la pregunta importante que debe realizarse es sobre cómo “la Iglesia puede enfrentar los desafíos planteados por las nuevas circunstancias de la vida hoy. Pero también por nuevas perspectivas, por supuesto”, particularmente con respecto a la atención pastoral.
Al describir esto como una “orientación fundamental” enfatizada por el Papa Francisco, el Cardenal Marx pidió que la Iglesia tome “la situación del individuo, … su historia de vida, su biografía … sus relaciones” más seriamente, y lo acompañe.
El Arzobispo alemán pidió recientemente un enfoque individual del cuidado pastoral, el cual, ha dicho, no está sujeto a regulaciones generales ni al relativismo.
Ese “cuidado pastoral más cercano” debe también aplicarse a los homosexuales, dijo el Cardenal Marx en la entrevista. “Y uno debe también alentar a los sacerdotes y agentes de pastoral a dar ánimo a las personas en situaciones concretas. No veo realmente ningún problema ahí”.
La forma litúrgica específica de esa bendición, u otra forma de “aliento”, es un tema bastante diferente, dijo el Cardenal, y requiere una consideración más cuidadosa.
Consultado si realmente está diciendo que “podría imaginar una forma de bendecir a parejas homosexuales en la Iglesia Católica”, el Cardenal respondió que “sí”, añadiendo que, sin embargo, no podrían ser “soluciones generales”. “Se trata del cuidado pastoral de casos individuales, y eso aplica en otras áreas también, que no podemos regular, donde no tenemos un conjunto de reglas”, señaló.
Para el Presidente de la Conferencia Episcopal de Alemania, la decisión sobre la bendición a parejas homosexuales debe ser tomada por “el pastor en el campo, y el individuo bajo el cuidado pastoral”.mEl Cardenal reiteró además que, en su opinión, “hay cosas que no pueden ser reguladas”.
Un grupo reducido, pero insistente, de obispos aperturistas
Lo cierto es que Marx no está del todo solo. Forma parte un grupo de obispos que han avanzado posturas diferentes en materia LGTB a las que sostiene la mayoría de la jerarquía católica como el obispo de Amberes, Johan Bonny. Es un grupo reducido, pero destacable por haber mantenido una misma línea desde hace ya varias años. Entre ellos está, por ejemplo, Franz-Josef Bode, obispo de Osnabrück (Alemania), que en septiembre de 2015 se mostró a favor de bendecir a las parejas del mismo sexo unidas en una relación estable, aunque de forma privada y no en una ceremonia pública.
Destaca el cardenal Reinhard Marx, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, arzobispo de Munich y Frisinga, considerado un estrecho colaborador del papa Francisco. Fue él quien declaró primero, dando pie a que el propio papa hiciera declaraciones en el mismo sentido, que la Iglesia católica debía pedir perdón por su trato a las personas homosexuales: “La historia de los homosexuales en nuestra sociedad es una historia pésima porque hemos hecho mucho para marginarlos. No hace tanto tiempo de ello, y por tanto como Iglesia y como sociedad debemos pedir perdón”. El cardenal alemán señaló también que las relaciones de fidelidad entre personas mismo sexo deben valorarse positivamente: “Tenemos que respetar las decisiones de las personas. Tenemos asimismo que respetar, como dije en el primer sínodo —algunos estaban consternados pero yo creo que es normal— no se puede decir que una relación entre dos hombres, si son fieles, que esto no es nada, que no tiene ningún valor”.
Ya antes del pontificado de Francisco, en 2012, el cardenal Rainer Maria Woelki, arzobispo de Berlín, llamó a la Iglesia a reflexionar sobre su posición contraria a las parejas del mismo sexo. En este sentido, afirmó que deberían ser consideradas como análogas a las heterosexuales. Igualmente, en una entrevista algo posterior, denunció el “falso perfeccionismo” que a su juicio imperaba en la Iglesia. Con todo, poco después tuvo que aclarar su postura haciendo un curioso equilibrio: por un lado afirmó que “allí donde haya personas pendientes y dispuestas la una de la otra, eso merece reconocimiento”, para añadir en cambio que los “actos” homosexuales iban “en contra de la ley natural y por tanto no pueden ser aceptados por nuestra parte”.
Por otra parte, no podemos dejar de mencionar a Raúl Vera, obispo de Saltillo (México), quien lleva ya años destacándose por su defensa de las personas LGTB. En fecha tan temprana como 2011 apoyó la organización del Foro de Diversidad Sexual, Familiar y Religioso por parte de la Comunidad de San Elredo, un grupo LGTB cristiano: “La sociedad mexicana aún no ha podido desligarse de prejuicios, intolerancia y hostilidad contra las personas homosexuales, generando actos de violencia y rechazo social y familiar”, declaró entonces. Igualmente, este mismo obispo bautizó en 2014 a la hija de una pareja de lesbianas, quienes habían contraído matrimonio en el Distrito Federal, primer territorio de México que aprobó el matrimonio entre personas del mismo sexo.
El catolicismo alemán, punta de lanza
No es de extrañar que la mayor parte de los ejemplos mencionados vengan del ámbito germánico. Alemania alberga una de las comunidades católicas más abiertas a la realidad LGTB. De hecho, las declaraciones de estos obispos alemanes resultan tímidas frente a iniciativas de los laicos. En diciembre de 2015, la división local de Colonia de la Alianza de Juventudes Católicas Alemanas (Bund der Deutschen Katholischen Jugend –BDK-) aprobaba un documento titulado “Todos son bienvenidos”, en el que afirmaba que “el amor de Dios no hace distinciones” y reconocía que las “personas homosexuales” pueden “vivir el sexo de manera responsable”. Otro ejemplo elocuente fue el documento firmado en 2011 por 144 teólogos católicos de habla alemana (aproximadamente un tercio del total) en el que abogaban por una profunda reforma de la iglesia que incluyera, entre otras muchas medidas, el fin del “rigorismo moral” que condena al ostracismo en el seno de dicha institución a las parejas del mismo sexo o a los divorciados casados en segundas nupcias.
Esta apertura a la realidad LGTB se corresponde, por lo demás, con una actitud progresista de buena parte del catolicismo alemán en temas como la contracepción o el divorcio, en los que Alemania ya marcaba diferencias con los pontífices anteriores, en particular con el también alemán Joseph Ratzinger.
En definitiva, dentro de la dinámica en la Iglesia católica de alternar algún paso adelante con pasos atrás (como bien ha quedado en evidencia con las más recientes declaraciones del papa), existe un grupo de obispos que parece presionar en un sentido inclusivo. No hace falta recordar, por desgracia, en qué posición se sitúan las voces cantantes del episcopado español. Con alguna salvedad como el obispo Vera, parece que de nuevo les toca a los obispos del norte de Europa el papel de avanzadilla.
Fuente Agencias/Cristianos Gays
General, Iglesia Católica
Alemania, Conferencia Episcopal Alemana, Papa Francisco, Reinhard Marx
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