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El Papa encarga un ‘catálogo’ de mártires, para unir en el “ecumenismo de la sangre” a todas las confesiones cristianas

Lunes, 10 de julio de 2023
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Persecucion_2415968410_15887593_660x371Erige la ‘Comisión de los Nuevos Mártires-Testigos de la Fe’ en Causa de los Santos

El Papa invita, de cara al Jubileo de 2025, a “proseguir el reconocimiento histórico para recoger los testimonios de vida, hasta el derramamiento de sangre, de estas hermanas y hermanos nuestros, para que su memoria se erija en un tesoro que la comunidad cristiana atesore”

El ecumenismo de la sangre será clave para el gran desafío de Francisco de cara al Gran Jubileo de 2025, en el que se cumplen 1700 años del Concilio de Nicea. Este es el objetivo de la carta que este mediodía ha publicado el Papa, en el que anuncia la constitución de la “Comisión de los Nuevos Mártires – Testigos de la Fe en el Dicasterio de las Causas de los Santos, con el cometido de elaborar “un catálogo de todos aquellos que han derramado su sangre para confesar a Cristo y dar testimonio de su Evangelio”.

En la misiva, Bergoglio subraya que la comisión “continuará la búsqueda, ya iniciada con ocasión del Gran Jubileo del año 2000, para identificar a los Testigos de la fe en este primer cuarto de siglo y proseguirla en el futuro”, y que no se ceñirá a la Iglesia católica, sino que “se extenderá a todas las confesiones cristianas”.

Y es que, sostiene Francisco, “incluso en nuestro tiempo, en el que asistimos a un cambio de época, los cristianos siguen mostrando, en contextos de gran riesgo, la vitalidad del Bautismo que nos une”.

Con todos ellos tenemos una gran deuda y no podemos olvidarlos

“No son pocos, en efecto, los que, a pesar de ser conscientes de los peligros que corren, manifiestan su fe o participan en la Eucaristía dominical”, señala el Papa, recordando que “otros son asesinados en sus esfuerzos por ayudar en la caridad a la vida de los pobres, por cuidar de los descartados por la sociedad, por valorar y promover el don de la paz y el poder del perdón. Otros son víctimas silenciosas, individuales o colectivas, de los avatares de la historia”.

Egipto_Cristianos perseguidos

La voz única del martirio de los cristianos

“Con todos ellos tenemos una gran deuda y no podemos olvidarlos”, insiste Francisco, quien quiere reconocer el testimonio de tantos para que “resuene la voz única del martirio de los cristianos”.

“Con esta iniciativa no pretendemos establecer nuevos criterios para la constatación canónica del martirio, sino continuar la encuesta iniciada sobre aquellos que, hasta el día de hoy, siguen siendo asesinados por el simple hecho de ser cristianos”, recalca Francisco, quien invita a “proseguir el reconocimiento histórico para recoger los testimonios de vida, hasta el derramamiento de sangre, de estas hermanas y hermanos nuestros, para que su memoria se erija en un tesoro que la comunidad cristiana atesore”.

“En un mundo en el que a veces parece que prevalece el mal, estoy seguro de que la elaboración de este Catálogo, también en el contexto del ya inminente Jubileo, ayudará a los creyentes a leer también nuestro tiempo a la luz de la Pascua, sacando del cofre de tan generosa fidelidad a Cristo las razones de la vida y del bien”, concluye la carta.

Fuente Religión Digital

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José María Vigil: El cristianismo y la verdad. Una nueva conversión: la epistemológica.

Jueves, 15 de junio de 2023
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5F78727D-8556-4A97-ABC4-E344DC5B8FD6Como teólogo latinoamericano, José María Vigil es conocido en los campos de la teología y de la espiritualidad de la liberación, la teología del pluralismo religioso y los nuevos paradigmas, así como por su actividad editorial y cibernética, desde la Asociación de Teólogos/as del Tercer Mundo (EATWOT), la revista VOICES, la colección «Tiempo Axial», su coordinación de la Agenda Latinoamericana Mundial junto con Pedro Casaldáliga, y los Servicios Koinonía 1, 2 y 3.

La relación de las religiones con la Verdad ha sido un capítulo doloroso de la historia –y sigue siéndolo–. Sin generalizar demasiado, porque diríamos que casi cada religión es un caso; y son casos bien diferentes. Por eso, hablemos desde el principio de nuestro propio caso, el de la relación del cristianismo con la Verdad. Claro, para la religión, la verdad… es la VERDAD, o sea, la Verdad última, la Verdad total, la Verdad Absoluta, que viene de Dios, la Verdad que nos juzgará, la que llegaremos a contemplar en el cielo por toda la eternidad, o nos acusará en nuestra condena sempiterna en el infierno: es la Verdad de Dios, o el Dios de la Verdad. Las demás son verdades pequeñas, de andar por casa, de quita y pon, por las que no hay que acalorarse. Pero la Verdad de la religión, es lo más serio que hay en este mundo, por lo que merece la pena vivir, morir… y tal vez incluso matar. Para el cristianismo, la verdad lo ha sido sencillamente todo: la razón de su existencia y de su vocación misionera universal, porque su Verdad era el relato fiel del mundo desde el principio de los tiempos, a saber: la creación del mundo, Adán y Eva, su descendencia, los Patriarcas, la historia del pueblo hebreo, los 400 años de José en Egipto, la liberación de Moisés, ¡la Pascua!, el desierto, el Sinaí, la Alianza, los Mandamientos… La Conquista de la Tierra Prometida, los Jueces, la Monarquía, David y Salomón… Imposible citarlo todo, ni por sus solos nombres. El judeocristianismo ha sido ante todo un relato, una verdad narrada (luego, al helenizarse, se estructuraría filosóficamente…). El cristianismo puede presumir de gozar de una relación absolutamente privilegiada con la verdad: es la única religión de la Tierra fundada por Dios mismo en persona… ¿Qué otra puede decir lo mismo? Y si fue así, ¿qué puede faltarle al cristianismo? ¿Quién puede contradecirle? ¿Qué puede no saber? (quizá solo lo que sean secretos de Dios mismo, sus asuntos particulares que nunca nos quitarán el sueño). La cosa no fue tan así desde el principio, como yo la estoy aquí contando, porque, de hecho, Jesús no apareció bajando del cielo –una buena escena para comenzar la presentación de la Verdad–, ni como hijo del jefe, ni viniendo a tomar posesión del cargo, ni exhibiendo ninguna relación pretenciosa con la Verdad. Más bien apareció entre los pobres, los don nadie, los ignorantes, los trabajadores… Y de hecho, así le fue por la vida, hasta acabar en una cruz. Poco poder le proporcionó aquella Verdad que debía llevar en su mismo ADN… Después de su muerte pasó un tiempo: grupos de amigos cultivando su recuerdo, sus hechos y sus dichos… pero como una memoria y una reflexión desde abajo, no –para nada– como un dictado recibido de lo alto. Y así pasó bastante tiempo –sin que lo podamos detallar aquí (¡varios siglos!)–, hasta que, estando dispersos en comunidades en medio de la gente de los barrios, casi sin organización, fueron sorprendidos por el llamado del emperador, urgido por reunirse con sus supervisores (episcopos) para hacerles una propuesta organizativa. No iba con “chiquitas” Constantino; quería reunirse con «todos los obispos del mundo». No fueron muchos: 318 dicen los números legendarios; y aunque hubieran llegado a ser tantos, ¿qué son 300 personas para decidir «la Verdad del mundo», que es para lo que de hecho los convocaba Constantino? Él personalmente se encargó de todo, de traer a todos los obispos en la posta real, de alojarlos en su palacio de verano de Nicea, de establecer la agenda, marcar las reglas del debate… y sobre todo de dejar clara la autoridad suprema de la asamblea, que quedaba en sus manos, claro está.

Los obispos nunca se habían visto en tal aprieto. Alguno de ellos, como san Silvestre, el obispo de Roma, ni sabía que era «el obispo de Roma», con todo lo que eso después vendría a significar: ni siquiera se sabía el jefe de la Iglesia y por tanto el único que podría convocar a la Iglesia a un Concilio de verdad, y el único que podría haberse puesto por encima del mismo; pues ni se enteró. La iniciativa y la autoridad quedaron sin problema en manos de Constantino, tal como él lo había programado. El problema era la unidad del Imperio, que se estaba cayendo a pedazos, porque su religión, alma de todo un pueblo, ya solo inspiraba lástima. Constantino tenía las ideas claras: necesitaba que la joven religión cristiana trasmitiera su alma a la sociedad romana, le insuflara vida y vitalidad; sólo que aquellos obispos no sabían nada de política. Constantino les dio las instrucciones previas: una religión de Estado no es como una inspiración entusiasta de unos campesinos; no funciona sin unas ideas claras, y bien unidas, e indiscutidas. Nadie puede ir por libre, o por original (ay de los herejes). Todos deben colocarse bajo una única verdad, que ahora es la Verdad Suprema, la que quedó aprobada por el propio Imperio: la raison de l’Empire, más todavía que raison d’État…

La «epistemología imperial» es clara: la verdad la dicta el emperador, porque la Verdad es lo que interesa al Imperio –o a la Iglesia, cuando ésta lo sustituya–. Nicea fue el matrimonio obligado de la Iglesia con el Imperio, con las arras de la verdad del dogma imperial. En rigor fue nulo, porque fallaron las condiciones esenciales de un matrimonio libre y consciente. No fue tampoco un concilio de la Iglesia, pues ésta ni sabía que existía algo llamado «concilio ecuménico» como una posibilidad jurídico-canónica de la que echar mano, ni lo convocó el Papa, que tampoco sabía que era Papa; fue una acción netamente imperial, y su identificación posterior como el «primer concilio ecuménico» ha sido una de las confusiones más desastrosas para la relación del cristianismo con la Verdad. Porque, tras un «primer concilio», vendría el segundo, el tercero, y una larga serie de ellos, ecuménicos, regionales y locales, a su imagen y semejanza, siempre para «decidir la verdad», por votación episcopal; la verdad religiosa sería como la política: se hace campaña, se establecen alianzas, y cuando se consigue mayoría, se vota. A partir de ese momento, lo que los concilios atan en la tierra, queda atado para siempre en el cielo; lo que Dios quizá todavía no había acabado de pensar, o no nos había querido revelar todavía, pasa a ser pensado por Dios para toda la eternidad, transcrito en los anales celestes de la Verdad del Mundo, y revelado a la Tierra por vía de ese Concilio. Así los concilios van haciendo poco a poco la Verdad. No importa el tema: de omni re scibili, de cualquier cosa de la que se pueda debatir. La prevalencia de los concilios sobre la verdad, ha sido total. Creamos verdad, la hacemos, la decidimos, después de debatir imperialmente sobre lo que nos interesa como Iglesia. Con el desarrollo de los concilios, el corpus theologicum y doctrinal fue creciendo hasta hacerse inabarcable. La Iglesia católica –el sector luterano se libró gracias a la protesta de Lutero– llegó a gozar de uno de los cuerpos doctrinales mayores del mundo occidental, prácticamente inabarcable aún tras una larga carrera de estudios, que lógicamente se centró en los estudios filosóficos y teológicos. Pero la Verdad en cuestión no era una verdad abstracta, como si transcurriera en un mundo paralelo o fuera del mundo. Fue con la Verdad como se realizaron las grandes hazañas de dominación de este mundo. Veamos: Es claro que Dios es el creador del mundo, y es claro que Jesucristo era, como Hijo de Dios, el dueño de la Tierra a la que descendió. Tras su muerte dejó un sucesor, llamado Pedro, a quien hizo su representante y encargado de las llaves, y a cuya muerte siempre fue elegido otro sucesor. De forma que el Papa del momento era siempre el representante de Jesús, el Hijo del Dueño del mundo. Fue con esta sagrada Verdad de fondo con la que se redactó el «Requerimiento» para que los indígenas americanos depusieran espontáneamente la posesión de sus tierras al llegar a conocer la Verdad: que la tierra que ancestralmente habitaban no era de ellos, sino del Dios creador que ellos no conocían, y que ahora les hacía el favor de enviarles a su representante con algunas reclamaciones  jurídicas respecto a su titularidad. Con aquella Verdad, las tierras del continente fueron confiadas por los Papas a los cristianísimos reyes y reinas de las Coronas de España y de Portugal, como las tierras africanas habían pasado antes a la Corona de Portugal. Aquella verdad religiosa no era inocua ni gratuita, sino una Verdad que hizo de las Iglesias cristianas, de la raza blanca, de la raza europea, y también del varón, los seres privilegiados de la Tierra. Aquella Verdad, que aun siendo software al fin y al cabo, era una poderosísima arma de dominación, sometió e instauró imperios, entronizó razas, destruyó culturas y religiones, justificó esclavitudes, sometió a la mujer. Un último capítulo que va detrás de toda esta historia, soplando como viento de popa, es la teología de la misión, elaborada con toda esta verdad. Como hemos dicho, para algo había fundado Dios mismo personalmente el cristianismo en la Tierra: precisamente para revelar su Verdad, desconocida hasta entonces, y para difundirla por toda el orbe. Los cristianos fuimos los encargados de la difusión. Dios tuvo que esperar a la invención de los grandes medios de transporte transoceánicos medievales, las carabelas, y al desarrollo de nuestra progresiva capacidad de llegada a los lugares más alejados, para ver cómo comenzaba a realizarse esa misión universal. La misión trataba de dar a conocer la Verdad, lo que conllevaba la implantación de una extensión de la Iglesia cristiana, medio universal de salvación. Con esta «salvación universal», en el mismo paquete, venían también, como en un inocente caballo de Troya, la lengua, la cultura, el derecho occidentales. La Verdad fue el fundamento de la apoteosis de los «siglos misioneros cristianos», que llegaron hasta bien entrado el siglo XX, cuando en algún momento los misionólogos expertos llegaron a debatir concretamente la estrategia para efectivar la posibilidad de convertir todo el mundo para Cristo, que se veía muy cercana. Todo ello gracias a que la Iglesia era la depositaria, elegida por Dios, de la Verdad de la Salvación. Quizá no sea exageración decir que el cristianismo, convencido de estar en posesión de la Verdad Absoluta, revelada por Dios y manifestada en exclusiva a ella, ha sido la religión que ha guardado una relación más estrecha, laboriosa y efectiva con la verdad religiosa. Puede haber sido la religión que con la bandera de la Verdad haya conquistado para la fe más tierras y más pueblos, en aquellos tiempos apoteósicos en los que «en sus cristianísimos reinos no se llegaba a poner el Sol»... Pero aquella apoteosis coincidió con el comienzo de una nueva época, radicalmente diferente, la de la modernidad, que deconstruiría poco a poco, hasta el final, aquella epistemología medieval. Por ejemplo, tradicionalmente resultaba evidente para todo el mundo el objetivismo: la realidad existe, y está fuera del conocimiento. La verdad consistía, precisamente –en la acepción aristotélica por antonomasia– en la adecuatio rei et intellectus: la adecuación entre lo que pensamos y la cosa, la realidad objetiva. Se trata de una concepción de verdad bien gratificante (para lo religioso sobre todo): nos da la seguridad de que lo que pensamos no es una imaginación, sino algo que está en algún lugar, fuera de nosotros; por eso estamos en la verdad. La verdad no es un mero pensamiento, ni una imaginación, o una ilusión; se corresponde con la realidad objetiva. Pero pronto vino Kant y nos hizo comprender que debíamos despertar de ese «sueño dogmático»; las cosas no son como las pensamos, ni sabemos siquiera cómo son, ya que están estructuradas según las «condiciones a priori» del pensamiento, de las que hasta ahora éramos inconscientes. No podemos imaginar las cosas sin tiempo ni espacio, y nos parece algo indubitable que las cosas son espaciotemporales… Kant mostró que esa seguridad era un espejismo, y que, por más que nos costase, debíamos salir de ella; debíamos despertar de ese «sueño dogmático»… Pues bien, del mismo modo, podríamos decir que debemos despertar de nuestro sueño dogmático-religioso, porque, sin duda, también éste existe: las cosas religiosas eran como eran, como siempre nos habían dicho que eran, y no podían dejar de ser así; todo lo religioso parecía dogmático. Aceptar «despertar del sueño dogmático religioso» ha sido mucho más difícil. Muchas personas, de hecho, no han llegado siquiera aceptarlo, acabando por vivir sus vidas en un paralelismo de dos epistemologías paralelas: la de la razón profana, y la de la razón religiosa, una especie de esquizofrenia, con no poco sufrimiento. Hay una imagen sencilla que se ha hecho célebre: nuestros conocimientos son como unos mapas, pero tendemos a pensar sobre ellos ya como los territorios que representan. Sobre todo en lo religioso. Por ejemplo, estamos en oración, enfervorizados quizá, y casi sin darnos cuenta nos sentimos ya como en la presencia de Dios, en medio de su corte celestial… Pero nos resulta difícil pensar que esa presencia y el imaginario con el que viene revestida, es sólo un mapa, una representación, un interfaz, no la realidad misma. El territorio divino nos es totalmente inaccesible, y ningún mapa tiene validez objetiva; sólo es un servicio subjetivo para el sujeto, válido, con tal de que no se le dé valor de objetividad a lo que es simbólico. Igualmente, con todas las doctrinas, religiones, teologías, afirmaciones que hacemos en torno a Dios, debemos caer en la cuenta de que no son más que “mapas”, apuntes, sugerencias balbucientes sobre una realidad que nos sobrepasa totalmente… y que nos resulta sencillamente inasequible. ¿Dónde va quedando la “Verdad Absoluta Religiosa” que hasta hace bien poco nos hacía sentirnos tan seguros? ¿Será que la modernidad destruye la religión? Ésta fue la respuesta oficial de la Iglesia durante varios siglos, en un antimodernismo oficial, pleno y declarado, un vivir de espaldas a la ciencia y a la epistemología moderna. Sólo con el Concilio Vaticano II comenzó el deshielo, no todavía el afrontamiento real del problema, y mucho menos la solución del mismo.

castilla_y_leon_445968753_207219029_696x986Scriptorium. Foto: Ayto de Tábara

Veamos, por partes. La crisis de los estudios bíblicos comenzada en el siglo XVII en el mundo alemán protestante –cien años después en el campo católico–, hoy no ofrece ninguna novedad; los catequistas mínimamente preparados la conocen. Pero sabemos que implicó una cantidad inimaginable de crisis personales de fe. Clérigos, religiosos, seminaristas, llenos de fe, de generosidad y de entusiasmo religioso, abandonaron su vida religiosa eclesiástica recién iniciada cuando descubrieron con aquellos estudios racionalistas ilustrados alemanes, que gran parte de lo que habían escuchado sobre Jesús –lo que se venía diciendo de Él desde tiempos inmemoriales– no respondía a la verdad. No nos vayamos muy lejos; no hace todavía 50 años que los católicos, que oían el Evangelio de Jesús, entendían literalmente las palabras dichas por Jesús que el evangelista ponía en su boca; de forma que creer a Jesús consistía en creer lo que Él literalmente nos había dejado dicho de parte del Padre: “Yo y el Padre somos una misma cosa”. Y no es verdad que Jesús dijera eso nunca, ni siquiera que lo pensara. Hoy sabemos que no hay en la Biblia nada «directamente dictado» por Dios. ¿Dónde está la Verdad Absoluta que nos acompañó en todas nuestras misiones? Hace poco más de 50 años de aquel otro famoso libro Y la Biblia tenía razón, que con pruebas supuestamente científicas venía supuestamente a demostrar que el relato bíblico era literalmente histórico… Era la lucha desesperada de la «epistemología mítica» bíblica tradicional, ante los embates de la epistemología moderna. El Antiguo Testamento lleva muchos más años siendo objeto de un estudio detallista y minucioso. Hoy sabemos de dónde viene casi cada una de los relatos que lo componen. No ha salido muy bien parado: muchas de sus leyendas y tradiciones vienen de pueblos ajenos, del Levante; textos hoy suyos fueron primero babilónicos, sumerios, arcádicos, de Ugarit… de cualquier parte del medio Oriente. Pensábamos que la Biblia, como Verdad dictada y finalmente captada y registrada, habría venido directamente del Dios del cielo; después hemos sabido que sí, que muchas verdades nos han venido de Él, pero pasando por otros pueblos a los que tuvo el capricho de manifestárselas primero. Mucho de lo que el pueblo de la Biblia aprendió de Dios, le llegó por tradiciones y textos recibidos por otros pueblos… Hoy nos puede parecer, incluso, un detalle de macroecumenismo, de elegancia, de gran estilo por parte de Dios, pero no podemos olvidar que cuando comenzamos a descubrirlo fue una fuente continua de sorpresas y decepciones. Los últimos desafíos a la verdad bíblica vienen del llamado nuevo paradigma arqueológico bíblico. Como su nombre indica, se trata de una escuela nueva arqueológica que renuncia a ser «arqueología bíblica», aquella que se hacía «con la Biblia en una mano y la piqueta en la otra», y que se proponía consciente y expresamente «demostrar la verdad de la Biblia». La arqueología actual, de nuevo paradigma, ya no busca justificar la Biblia, sino –curiosamente– descubrir la verdad, caiga lo que caiga. Y sí, han caído cosas inimaginables: los Patriarcas, los israelitas en Egipto, el paso del Mar Rojo (y con él la Pascua), el paso por el desierto, Moisés y el monte Sinaí (y con ello la Alianza y los diez mandamientos…), continuando por David y Salomón, de quien, aunque fuera tan famoso que hasta la Reina de Saba vino a oír su sabiduría desde los confines del mundo, no aparece su nombre en ningún documento extrabíblico, absolutamente en ninguno. No seguiremos citando las sorpresas del nuevo paradigma arqueológico-bíblico, para no desanimar a nadie de su lectura obligada (en eatwot.net/VOICES hay un número monográfico amplio sobre el tema, muy accesible y completo). La antropología religiosa también nos ha llevado poco a poco a un cambio de mentalidad. Durante milenios hemos estado pensando el mundo religioso como un «segundo piso paralelo» que, en momentos determinados, irrumpía en nuestro mundo, con alguna intervención controlatoria, o introduciendo algún don, como podía ser la revelación sobrenatural de una verdad. Esta revelación podía ocurrir allí donde los dioses lo quisieran. La antropología nos ha descubierto que la atribución de una verdad a una revelación divina es un mecanismo natural y muy frecuente de nuestro desarrollo religioso humano bio-evolutivo. Desde el principio este primate ha necesitado «poner su vida en contextos mentales y espirituales más amplios» (Karen Armstrong); su búsqueda de conocimiento y la construcción de la verdad, son las dos caras de un mismo proceso evolutivo. Por eso, todas las religiones son manifestaciones distintas, peculiares, condicionadas por su contexto, de los distintos desarrollos de cada pueblo, todos respetables, todos distintos, muy distintos, y, a la vez, todos, en el fondo, paralelos (y por tanto, convergentes en el infinito). Una novedad destacable es la excepción de las “religiones” que no se han enrumbado por el mundo de la Verdad, ni de las doctrinas. Gandhi reconoce que el hinduismo no tiene ningún credo oficial, ningún dogma obligatorio, ninguna doctrina distintiva que deba marcar la vida de los discípulos… Esta característica “a-doctrinal” del hinduismo es un gran desafío para las demás religiones, y en concreto para el cristianismo, que debido a su herencia griega y a su pasado imperial, ha hecho de la doctrina, del credo, del dogma… una de sus dimensiones esenciales, indebidamente. La afirmación integral de la doctrina, de todos y cada uno de sus artículos, y la negación de las herejías, ha sido más importante y decisivo que la fe y el amor. Hoy, con la nueva epistemología, el hinduismo se ve confirmado en su tarea de acompañar al ser humano por los derroteros de su humanización, dejándole en libertad para buscar, con la simple razón, las explicaciones que necesite, mientras el cristianismo se ve abocado a la necesidad de pedir disculpas por el excesivo celo teórico, por la sobre carga de acento intelectual, doctrinario, teológico, dialéctico, polemizador, buscador de criptoherejías, que lo han apartado gravemente de ser una religión del amor y de la libertad ante el Misterio que está más allá de todas las formulaciones de la verdad. Todavía hoy, en su propia página web, la Congregación para la Doctrina de la Fe, sin ningún rubor, reivindica su nombre original de «Sagrada Congregación de la Romana y Universal Inquisición», fundada por Pablo II en 1542, la más antigua de las nueve congregaciones del Vaticano. Y estamos en 2018. El concepto renovado de religión se vuelve a centrar hoy día en la espiritualidad, y todos los demás componentes son complementos no estructuralmente esenciales; lo único esencial es la espiritualidad. Todos los pueblos han percibido, intuido, sintonizado, buscado… el Misterio. Cada uno lo ha explicado a su manera, con sus categorías culturales, sus filosofías, sus prejuicios y defectos… y también con ello han rasgado muchas veces, lamentablemente, la unidad de sus familias espirituales… Sólo el quehacer espiritual era, es, la esencia de la religión. Todo lo demás son todavía rasgos arrastrados de estadios inferiores, que no necesitan siquiera resolverse, sino que simplemente pueden ser abandonados. Por no hablar sino dentro del cristianismo, ¿no bastan 500 años para tirar por la borda ya debates que nos han separado inútilmente durante medio milenio contra toda razón y todo amor entre católicos y protestantes? ¿Todavía tiene sentido debatir sobre la Sola Scriptura, la Sola Gratia, el Solus Christus, la Sola Fides? 

Jesús Misionero 0001¿Hasta cuándo? Nos basta el recorrido esquemático que acabamos de realizar en la deconstrucción de aquellas seguridades que hasta el siglo XVII tuvimos sobre la verdad y el cristianismo. Estamos ante la nueva epistemología, quizá la «última conversión» que tendrá que afrontar el cristianismo, en el que, muchos creyentes, todavía no se han enterado de esta la transformación epistemológica cultural que está en curso, y siguen como si no hubiera pasado nada, tanto en el catolicismo como en el protestantismo –no digamos en el islam–. Decía Jung que los cambios religiosos, por su propia naturaleza, son de los más lentos. En muchos sentidos, en religión sólo avanzamos “de funeral en funeral”... Es cierto que la única pedagogía que las religiones no han ensayado nunca, ha sido la pedagogía de los cambios, especialmente la de los cambios culturales rápidos. No tenemos ninguna experiencia, y al Vaticano, por ejemplo, ni le ha pasado por la cabeza que tan importante como “una Iglesia en salida” lo es “una Iglesia con otra epistemología”. Y ya sabemos, mientras no cambiemos de urgencias, el tiempo corre en contra de la suervivencia del Titánic. Pero quienes, aun entre dificultades, hemos intuido la necesidad perentoria de una deconstrucción, –aun a riesgo de ser incomprendidos, de ser considerados “ateos” en el sentido negativo de la palabra (porque tiene también un sentido positivo)–, estamos intentando escrutar el abismal cambio cultural de estos cincuenta últimos años, y las muchas reformas que habrían de ser puestas en marcha. Sabemos que pueden parecer locuras a quienes las escuchen o las lean desde los viejos paradigmas, pero quisiéramos ofrecer un gesto sonriente y cariñoso, lleno de fraternidad. Les aseguramos que estamos en el mismo camino, que no hemos renunciado a nada, que, simplemente, pensamos que el viejo cristianismo se está acabando –o ya se acabó, en algunas latitudes– y que creemos que continúa por aquí. Este número de Spiritus, En búsqueda de la verdad, como reza su título, se plantea cuestiones capitales, difíciles, urgentes… de nuestra sociedad actual posmoderna. La confrontación de las religiones, y del cristianismo en concreto, con la “nueva epistemología” surgida de la modernidad, implica un cambio tan radical, que mientras las religiones no lo afronten, están condenadas a continuar en trance de desaparición. Seguirán en el mundo de siempre, el mundo del Titanic que se hunde. Pero de aquí a poco tiempo, sólo quedarán en pie las nuevas realizaciones espirituales que cuenten con una nueva epistemología, la única posible hoy día, ésa que ya está en la calle, en la sociedad civil, en el hombre y la mujer modernos. Entre el cristianismo y la verdad, los desafíos son realmente grandes; pero hay uno que para la Iglesia es el decisivo: afrontar la última conversión pendiente, la conversión epistemológica.

Revista «Spíritus», edición hispanoamericana, 19/1-230 (marzo 2018) 85-98. Quito, Ecuador.

José María Vigil

Fuente eatwot.academia.edu/JoséMaríaVIGIL

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Hacia un idolatría de la Eucaristía.

Domingo, 11 de junio de 2023
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Del desaparecido blog À Corps… À Coeur:

 

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[…] El mismo Cristo  debe asfixiarse en nuestros ostensorios de oro, en nuestros cálices incomparables, en nuestros copones incrustados de joyas, Él quiso sólo la paja del Pesebre o la madera de la cruz. El culto exagerado de la Eucaristía tiende a hacer de nuestras iglesias templos paganos.

Louis Evely

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Condúceme de lo irreal a lo real, condúceme de las tinieblas a la luz, condúceme de la muerte a la inmortalidad.

Brihadaranyaka Upanishad

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Una liturgia sin compromiso místico

Los faraones de Egipto han sido divinizados y los monumentos no dejan de representar su investidura divina. Cuando, más tarde, Alejandro el Grande conquistó Egipto, no creyó que pudiera asegurar su dominación sobre las colonias sin hacerse reconocer como Dios. Del mismo modo los emperadores romanos, para consolidar la unidad de su imperio, aceptaron, luego finalmente impusieron, esta divinización de Roma y de su persona.

Pero esta divinización del faraón provocaba también, casi necesariamente, la “faraonización” de dios. Había una simbiosis, una suerte de comunidad de vida en la que las reacciones eran recíprocas y, finalmente, la imagen de la divinidad se amoldaba a la del faraón divinizado.

¿Hasta qué punto esta situación ha sido reproducida a lo largo de los siglos, incluso en el pensamiento de Israel? ¿En qué medida nuestra liturgia no guarda vestigios de este intercambio ambiguo entre la realeza terrestre y la realeza divina? ¿Hasta qué punto incluso el concepto de la realeza divina no es simplemente una emanación de la realeza humana?

¿En qué medida, en Bizancio, la liturgia de Palacio y la liturgia de Santa Sofía no coincidían en una misma imagen, donde la realeza divina y la realeza humana se confundían de nuevo?

Y en qué medida nuestra liturgia no es todavía una supervivencia de las liturgias reales que no comprometen nunca el fondo del alma? ¿No podemos pensar, a veces, que en nuestra misma liturgia, se trata de rendir homenaje a un soberano, de procesiónar alrededor de su altar, de erigirle un santuario dedicado a él, y una vez hecho esto, queda con Dios, todo esto que puede realizarse y celebrar sin ninguna especie de compromiso místico?

Algo extremadamente peligroso

Es evidente que, si el hombre de la calle es tan a menudo completamente extraño a lo que pasa en nuestras iglesias, es porque no pasa allí ningún acontecimiento susceptible de tocarlo aunque sea un poco. El no se siente allí de ninguna manera alcanzado y concernido a lo más íntimo de él mismo.

Hay una religión aparente que  no asume compromiso profundo. Esto es extremadamente grave, y podemos preguntarnos hasta qué punto esto no es a causa de la Eucaristía que llegamos a una confusión tan radical sobre la esencia misma del mensaje de Jesús.

Una especie de materialismo religioso, el peor de todos; puede trágicamente establecerse alrededor de la Eucaristía; tenemos un catalizador de paladio, un pararrayos celeste, sobre la casa, podemos dormir tranquilo, Dios está allí en su cajita y lo tenemos constantemente a nuestra disposición.

¿Nos hemos cuestionado suficientemente sobre  el valor de nuestras comuniones? ¿sobre el valor de esos niños? ¿Qué producen? ¿Qué cambian?

En las comuniones sin compromiso, donde se cuenta con el opus operatum (un efecto producido infaliblemente por el hecho de que se recibe el sacramento), en las comuniones donde mecánicamente se debe ser santificado porque se abrió la boca o se tendió la mano para recibir la hostia: hay allí algo extremadamente peligroso porque no se ve en absoluto toda la exigencia que está en la base de una conversión verdadera, y que supone a un nuevo nacimiento; no vemos en absoluto la exigencia de la comunión que implica esta transformación radical donde se pasa del mí posesivo al mi oblativo. ¿ Incluso, cuántos sacerdotes  que celebran la misa cada día todavía puede, quizá, estar todavía allí?

Resituar la Eucaristía en la perspectiva evangélica

Debemos pues resituar la Eucaristía, hay que situarla allí dónde la vida de la Iglesia debe encontrar su unidad, hay que situarla en su sitio, es decir en la perspectiva evangélica que se nos impone en los últimos encuentros del Señor con sus discípulos.

La última consigna que resuena en todas las páginas del relato joánico, es que os améis unos a otros como yo os he amado. Y esta consigna es también el criterio que hace reconocer a los discípulos de Jesús: ” en esto os reconocerán que sois mis discípulos, si os amáis los unos a los otros.

Y para dar una lección a sus discípulos, Jesús les lavó los pies. “Esto es lo que es amar a tu prójimo: lo que he hecho es para que hagáis vosotros lo mismo los unos a los otros.

Por extraño que pueda parecer, la Eucaristía parece haber desaparecido, ni siquiera se nombra en este lugar, ¿por qué? Debido a que está implícita en esta mandato (lavatorio de los pies). Está implícitamente contenida en el mandato y en la consigna final del Señor: “Amaos los unos a los otros”, ya que es exactamente la misma cosa.

“Os conviene que yo me vaya “

Recordemos las trágicas palabras de Jesús en el discurso después de la Última Cena: “Es bueno que yo me vaya porque, si no me voy, el Paráclito, el Espíritu Santo, no vendrá a a vosotros”. ¿Cómo no ver en estas palabras la confesión de un fracaso? Jesús nunca convirtió a nadie … ¡a nadie! Ni la muchedumbre, ni los sacerdotes, ni las autoridades, ni Herodes ni sus discípulos, ni incluso el discípulo amado que se dormirá como los otros enseguida en el Jardín de la Agonía: no ha convertido a nadie.

Y la llamada suprema que les dirige  a sus discípulos en el lavamiento de los pies se quedará sin eco: no comprenden que el reino de Dios está dentro de ellos mismos.

No comprenderán que es para hacer nacer este reino interior que Jesús se arrodilla delante de ellos para lavarles los pies, y no comprenden  que es para arrancar la piedra de nuestros corazones que Jesús muere sobre la cruz. Y la última pregunta que le harán a Jesús justo antes de la Ascensión será significativa de esta total  incomprensión.

¡La humanidad de Jesús debe pues desaparecer! Y es sólo en lo invisible, en el fuego del Pentecostés, como encontrarán a su Maestro como una presencia interior, no lo verán en lo sucesivo ya más delante de ellos sino dentro de ellos, y es en aquel momento cuando lo reconocerán. ¿Podemos desde entonces imaginar un solo instante que Nuestro Señor nos haya dado la Eucaristía para que refabriquemos con este sacramento un culto idolátrico, para que pudiéramos poseerlo allí, al alcance de nuestra mano, encerrándole en una caja para que nos pertenezca? ¿ Podemos concebir un materialismo igual por parte del Señor? ¿Cómo podemos imaginar que les hubiera robado su presencia visible a los Apóstoles para restituirnos en la hostia un foco de idolatría, como si pudiéramos disponer de Dios como el resultado de un objeto? Es absolutamente imposible, es exactamente lo contrario que sucede cuando Jesús nos da la Eucaristía.

*

Maurice Zundel

La Rochette, 1963

(Fuente)

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***

En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos:

“Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.”

Disputaban los judíos entre sí:

“¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?”

Entonces Jesús les dijo:

– “Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que come vivirá por mí. Éste es el pan que ha bajado del cielo; no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre.”

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Juan 6,51-58

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Los obispos franceses publican un “manual” para “deconstruir el antijudaísmo cristiano”

Miércoles, 7 de junio de 2023
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manual-deconstruir-antijudaismo-cristiano_2565053507_16575565_660x371La obra ha sido elogiada por el gran rabino de Francia Haïm Korsia

La Conferencia Episcopal de Francia (CEF) presentó el martes un “manual”, que a partir de la enseñanza de la Iglesia busca ser un “instrumento” para “deconstruir los lugares comunes” que han alimentado “el antijudaísmo cristiano”

El manual trata de responder en 20 capítulos a los “lugares comunes usados durante siglos y que alimentaron sentimientos hostiles y humillantes hacia los judíos”, según la CEF

El manual, que trae fichas pedagógicas disponibles en el sitio web de la conferencia episcopal, se dirige a los “católicos de todos los círculos”

Moché Lewin, vicepresidente de la Conferencia de los rabinos europeos, sugirió que la obra se traduzca “a todas las lenguas”

La Conferencia Episcopal de Francia (CEF) presentó el martes un “manual”, que a partir de la enseñanza de la Iglesia busca ser un “instrumento” para “deconstruir los lugares comunes” que han alimentado “el antijudaísmo cristiano”.

Titulado “Deconstruir el antijudaísmo cristiano”, el manual trata de responder en 20 capítulos a los “lugares comunes usados durante siglos y que alimentaron sentimientos hostiles y humillantes hacia los judíos”, según la CEF.

Eric de Moulins-Beaufort

“No se trata de una sospecha hacia unos u otros”, declaró en conferencia de prensa el padre Christophe Le Sourt, responsable del servicio nacional para las relaciones con el judaísmo en la CEF y que dirigió la redacción de esta obra.

“Entre los lugares comunes, figura por ejemplo la idea de que los judíos serían el pueblo ‘deicida’. Una acusación que ‘no halla ninguna justificación en las Escrituras’, recuerda el manual”

Pero es un “instrumento muy importante”, que facilita “retomar los prejuicios habituales usados”, apoyándose en la enseñanza de la Iglesia desde hace 60 años, y especialmente después del concilio Vaticano II”, dijo.

Entre los lugares comunes, figura por ejemplo la idea de que los judíos serían el pueblo “deicida”. Una acusación que “no halla ninguna justificación en las Escrituras”, recuerda el manual.

 El manual fue elogiado por el gran rabino de Francia Haïm Korsia, quien en el prefacio ve ahí “una demostración de fraternidad”. “Luchar contra el antijudaísmo es también por supuesto luchar contra el antisemitismo”.

El manual, que trae fichas pedagógicas disponibles en el sitio web de la conferencia episcopal, se dirige a los “católicos de todos los círculos”, es decir “a los sacerdotes, seminaristas, personas que acompañan a los jóvenes” en diversas instituciones, precisó Le Sourt a AFP.

Moché Lewin, vicepresidente de la Conferencia de los rabinos europeos, sugirió en la conferencia de prensa realizada en la sede de una de las instituciones judías, el Fondo social judío unificado, que la obra se traduzca “a todas las lenguas”.

Fuente Religión Digital

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“¿Es Jesús una figura única en la Historia?”, por Gonzalo Haya

Viernes, 2 de junio de 2023
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jesus¿Es la plenitud única, definitiva, inigualable e insuperable de la revelación de Dios?

          Los cristianos así lo hemos creído, y hemos considerado al cristianismo como única religión verdadera; y esto nos ha alejado de otras religiones (y nos ha enfrentado a ellas), impidiendo el diálogo y la cooperación, que la caridad, el sentido común y la conciencia nos están reclamando.

Dios es sólo Uno, es el mismo para todas las religiones, ¿Son falsas esas religiones porque presentan a Dios de una manera distinta a la nuestra (un Dios no personal). Dios es inexpresable, inabarcable para el ser humano, incluso es  Concordantia oppositorum; ¿y podemos rechazar a otras religiones porque ofrecen aspectos distintos de Dios?

¿Es posible que Dios no se haya manifestado verdaderamente a los miles de millones de seres que vivieron antes que Cristo, ni a los que que han vivido después pero no lo han conocido, o a los que han rechazado la presentación cultural (y colonialista) que les ha ofrecido la Iglesia. Dios se ha manifestado a todo hombre en su conciencia, y a todos los pueblos mediante profetas más sensibles que han organizado, con mayor o menor acierto, la práctica social de esa experiencia.

Esas religiones se diferencian más en sus creencias y explicaciones que en el comportamiento individual y social de sus miembros; y por su parte el cristianismo es vida, acción, seguimiento de Jesús más que creencias; ortopraxis más que ortodoxia.

Nuestra experiencia actual tiene que reconocer que esas religiones han sido instrumento de salvación, y de humanización ética, para miles de millones de personas, y que en ellas se encuentran héroes, santos y místicos como en nuestra religión.

Cómo entender los textos del Nuevo Testamento

Entonces ¿cómo entender los textos del Nuevo Testamento que parecen indicar la exclusividad de Cristo como revelación de Dios.

  • Nadie conoce al Padre sino el Hijo, y a quien el Hijo quiera revelárselo” (Mt          11,27).
  • “Sólo hay un Señor, Jesucristo, mediante el cual han sido creadas todas las   cosas y por quien vivimos también nosotros” (1 cor 8,6).
  • “A Dios nadie lo ha visto jamás; El Hijo único, que es dios y vive  en íntima unión con el            Padre, nos lo ha dado a conocer” (Jn 1,18).
  • “Porque uno solo es Dios y uno solo es el mediador ente Dios y la humanidad: el hombre       Cristo Jesús” (1Tim 2,5)
  • “Cristo entró una vez por todas en el lugar santísimo, no con sangre de machos cabríos o de toros, sino con la suya propia, rescatándonos así para         
  • siempre” (Heb 9,11-12)
  • “Ningún otro puede salvarnos, pues en la tierra no existe ninguna otra persona a quien Dios haya constituido autor de nuestra salvación” (Hech 4,12)

Knitter se ha planteado este problema y ofrece algunas explicaciones. Los primeros cristianos estaban impresionados por una profunda experiencia de Cristo, y expresaban estos sentimientos con el lenguaje de los enamorados (“eres único”, “la más guapa del mundo”); posteriormente este lenguaje emocional se fue interpretando en términos conceptuales y filosóficos para presentar un gran cuadro doctrinal ante la filosofía griega. Lamentablemente las creencias (la ortodoxia) han superado (y casi desplazado) a la práctica del seguimiento de Jesús (ortopraxia). Por eso desconfiamos de otras religiones que tienen otras creencia, aunque mantienen un proceder semejante al  nuestro.

Los primeros cristianos estaban imbuidos del tono nacionalista del Antiguo Testamento, que le imprimió la reforma de Esdras y Nehemías (hasta el punto de expulsar  a las mujeres extranjeras de los judíos para evitar la contaminación religiosa). Las religiones de los pueblos vecinos eran tradicionalmente corruptoras de la fe de Israel.  Ademas el laxismo moral y las de injusticias de la sociedad romana, potencia invasora dominante, eran contrarias e incompatibles con el Reino de Dios proclamado por Jesús;  Los cristianos  instintivamente excluyeron esas religiones principalmente por sus prácticas no por sus razonamientos. No conocían otras religiones de gran altura espiritual como el budismo, el hinduismo, el confucianismo, cuyo proceder concordaba con el del Reino de Dios.

La Biblia nos muestra que la revelación de Dios es progresiva, no podemos quedarnos estancados en un texto de la Biblia. Jahvé era inicialmente un dios tribal, compatible con los dioses de otras tribus, Con a evolución cultural, la conciencia va actualizando y reinterpretando los textos sagrados. Rahner recomendaba que el cristiano deber rezar con la Biblia en una mano y el periódico en la otra.

Por su parte, Jesús no mostró ni rechazo ni exclusión de la religión de los pueblos vecinos cuando acogió a la muchedumbre que se le acercaba y multiplicó los panes (anticipo de la eucaristía); cuando envió al geraseno a proclamar las maravillas que Dios había hecho en su vida (Mc 5,1), o cuando ponderó la fe de la mujer cananea  (Mt 7,24-30) y del centurión romano (Lc 7,2-9).

Knitter concluye que los títulos que los primeros cristianos fueron atribuyendo a a Jesús le corresponden verdaderamente pero no únicamente; uno se siente salvado por Jesús, pero no experimenta que sea el único salvador posible para todo el mundo. Jesús no es la manifestación de Dios completa, definitiva e insuperable; pero sí es una manifestación de validez universal, decisiva, e indispensale.

Gonzalo Haya

gonzalohaya@telefonica.net

Fuente Atrio

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El día en que Jesús “hizo las maletas” ¿Dónde estaban Mateo y Juan?

Domingo, 21 de mayo de 2023
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La Ascensión del Cristo es el complemento lógico de su Resurrección y el preludio necesario para su divinización.

En posts anteriores he señalado que se suponía que el mítico fundador de Roma, Rómulo, había corrido la misma suerte .

Añadiré hoy un complemento sobre el valor histórico, desde el punto de vista de algunos, que convendría conceder a tal hecho, bajo el pretexto de que figuraría en documentos que son históricos y presentados como testimonios. Cuando digo “de”, entendamonos: el relato de la Ascensión figura bien en ciertos evangelios apócrifos; pero dejemos éstos de lado por hoy, ya que, según el punto de vista que acometo, es decir el de la historia infestada de teología, los llamados evangelios apócrifos no serían creíbles, de ningún modo; mientras que los cuatro canónicos lo serían. Veamoslos pues.

Primera observación: de los cuatro Evangelios decretados creíbles, sólo dos hablan de la Ascensión : Marcos y Lucas. El pasaje de Marcos es de una brevedad notable: “Entonces, el Señor Jesús, después de hablar con ellos, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios. “ (Marcos 16 , 19 ) . Cada uno sacará las conclusiones que quiera. Lucas es un poco más largo, pero tiene una vaga mirada de la narración, ya que el lugar es mencionado como un gesto (bendición) : “Después los llevó Jesús hasta Betania; allí alzó las manos y los bendijo. Sucedió que, mientras los bendecía, se alejó de ellos y fue llevado al cielo”. (Lucas 24, 50-51) Esto es realmente corto , sobre todo teniendo en cuenta el hecho de que los Evangelios de Marcos y Lucas son muy abundantes en los detalles de género “vivido” y esto para cantidad de episodios que están lejos de tener la importancia de este último.

Los teólogos no tuvieron ningún problema para edificar un razonamiento para establecer que esta brevedad es querida y significativa; posiblemente veremos allí el signo tangible de la salida simultánea del tiempo y del espacio que debía tener su equivalente en el estilo del relato… ¿Por qué no? Pero los historiadores no pueden, evidentemente, seguirlo y se preguntarán más bien si no se trata, muy simplemente, de una interpolación, es decir de un añadido ulterior debido a un copista que encontraba sin duda que la Ascensión, que conocía por otro lado, sea por la tradición oral, sea por otros evangelios, verdaderamente faltaba en éste y que esto podía ser sólo como consecuencia de un error de uno de sus predecesores, un error que había que reparar.

¿Pero entonces, en este caso, por qué la Ascensión no figuraba en el Evangelio de Mateo y en el de Juan, ya que, de cerca o de lejos, no se encuentra en estos dos textos ninguna mención de tal acontecimiento? Pues bien, primero: nada permite afirmar que no hubieran existido evangelios, según Mateo y según Juan, que no hubieran contenido, precisamente, una mención breve, a manera de Marcos y Lucas, del último episodio de la Ascensión. Haré, un poco más tarde, un post sobre los primeros manuscritos íntegros de los evangelios que poseemos. Los manuscritos muy antiguos de los cuatro evangelios no están exentos de divergencias entre ellos con gran numero de variaciones en relacion a los más antiguos que se encuentra en nuestra posesión. Pero no hay ninguno, claro está, que se sepa que incluya una mención de la Ascensión. No obstante, la hipótesis de que haya existido alguno no es descabellada.

Desconfiemos, sin embargo, de hipótesis en historia y quedémonos con el hecho de que Mateo y Juan no mencionan la Ascensión. Pero recordamos también el hecho, porque está ahí, que Orígenes y Jerónimo se quejan de las variantes que observan en los diversos manuscritos que tienen en su disposición.

Para concluir sobre la Ascensión, la ausencia de este episodio en Mateo y Juan parece estar más cerca del hecho de que, – por lo menos teóricamente ¿debiera suscribirlo? Es otra la cuestión – Mateo y Juan son testigos directos de los acontecimientos que cuentan, contrariamente a Marcos y Lucas.

Suponiendo que Mateo y Juan hayan estado ocupados con otras cosas el día de la Ascensión – lo que sería poco menos que un desastre – por lo menos debían habernos dicho que sus compañeros habían visto …

¿Será que la importancia de la Ascensión se les había escapado? Pero, en este caso, habría sido necesario que el Espíritu Santo que los inspiraba, se hubiera también, el mismo, distraído…

*
Jean-Paul Yves le Goff

http://www.lelivrelibre.net

Publicado en fr.soc.religio

***

En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Al verlo, ellos se postraron, paro algunos vacilaban. Acercándose a ellos, Jesús les dijo:

“Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra. Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.”

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Mateo 28,16-20

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Existe otro mundo. Su tiempo no es nuestro tiempo, su espacio no es nuestro espacio; pero existe. No es posible situarlo, ni asignarle una localización en ningún sitio de nuestro universo sensible: sus leyes no son nuestras leyes; pero existe.

Yo lo he visto lanzarse, con la mirada del espíritu, cual «fulguración silenciosa», como trascendencia que se entrega; en semejante circunstancia ve el espíritu, con deslumbrante claridad, lo que los ojos del cuerpo no ven, por muy dilatados que estén por la atención y a pesar de que subsista en ellos, después de todo, una especie de sensación residual.

Existe casi una contradicción permanente en hablar de este otro mundo, que está aquí y que está allí, como del «Reino de los Cielos» del evangelio, que puede hacerse inteligible sin palabras y visible sin figuras, que sorprende totalmente sin confundir; pero existe. Es más bello que lo que llamamos belleza, más luminoso que lo que llamamos luz; sería un grave error hacernos una representación fantasmal y descolorida del mismo, como si fuera menos concreto que nuestro mundo sensible.

Todos caminamos hacia este mundo donde se inserta la resurrección de los cuerpos; en él es donde se realizará, en un instante, esa parte esencial de nosotros mismos que se puso de manifiesto para unos por el bautismo, para otros por la intuición espiritual, para todos por la caridad; en él es donde volveremos a encontrar a los que creíamos haber perdido y están salvos. No entraremos en una forma etérea, sino en pleno corazón de la vida misma, y allí haremos la experiencia de aquella alegría inaudita que se multiplica por toda la felicidad que dispensa en torno a sí, y por el misterio central de la efusión divina.

*

André Frossard,
¿Hay otro mundo?
Rialp, Madrid 1981.

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“¿Cómo vivir un cristianismo que diga algo a nuestro presente?”, por Consuelo Vélez

Jueves, 11 de mayo de 2023
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IMG_9654De su blog Fe y Vida:

Consuelo Vélez

El conocido teólogo Karl Rahner afirmó que el cristiano del futuro será místico o no será cristiano” y ya estamos en el “futuro” -en referencia a sus palabras- y es válido pensar si está frase se está cumpliendo y si, precisamente por no ser místicos, más y más gente se aleja de la vivencia de la fe.

Pero vayamos por partes. Lo primero será entender que significa “ser místico. Algunos creen que es retirarse del mundo y dedicarse exclusivamente a los ámbitos que comúnmente llamamos “sagrados”. Supondría gastar horas y horas en liturgias y oraciones, entre más solemnes y misteriosas, más valiosas, y rodearse de símbolos religiosos, espacios religiosos, cantos religiosos. Todo esto tiene valor en su justa medida, pero ninguna de esas realidades garantiza la experiencia mística. En realidad, la mística se refiere a la experiencia de Dios que tiene una persona de una manera fuerte, profunda, totalizante y que se expresa en su manera de ser y de actuar. Pero aquí es donde viene una necesaria reflexión para discernir cuándo es una experiencia mística y cuando puede ser un ritualismo externo.

La clave nos la da el Dios en quien creemos los cristianos y con el que nos relacionamos: Jesús de Nazaret. Podemos saber cómo es Dios -sin pretender decir que lo abarcamos plenamente ya que Él siempre supera nuestra comprensión humana- porque Jesús nos lo reveló con sus palabras y obras. El Dios que conocemos a través de Jesús es el de la misericordia infinita. Es el que pone al ser humano como valor fundamental frente a lo cual todo lo demás ha de ser para su bien y no para ningún tipo de opresión, exclusión o sujeción. El Dios de Jesús es el que propone la mesa común de los hermanos y hermanas reunidos en su nombre. Es el que apuesta por el diálogo y la paz renunciando a toda guerra y vencimiento por la fuerza. El Dios del reino es el que se asegura que los desfavorecidos y descartados -como dice el papa Francisco- sean los privilegiados para que no se queden por fuera en ningún sentido. El Dios revelado por Jesús es el que cree en la diversidad, en el valor de lo pequeño, en la gratuidad, en la fiesta, en el gozo por cada situación que logra transformarse para el bien. Es el que siembra a manos llenas la semilla por todos los campos y espera pacientemente hasta su cosecha. Es el que paga igual sin importar la hora de llegada y el que dice que el mayor en el reino es el que se hace servidor de todos. Estas características y muchas otras que podrían señalarse, son las que invitan a entender que la mística cristiana no tiene nada que ver con alejarse del mundo sino con meterse en él buscando encarnar esta manera de ser de Dios y la llamada que nos hace. Algunos llaman a esto, “mística de ojos abiertos” porque, en efecto, se experimenta a Dios en la historia presente y se responde a su amor en esta realidad.

Algunos grupos no parecen ser místicos de ojos abiertos, sino que proponen la mística en el sentido al que nos referimos al inicio. Aunque estos grupos cuentan con un significativo número de personas -que nos hacen preguntarnos si no será por ahí el camino-, una mirada atenta nos hace ver que muchas de sus propuestas y prácticas no están en consonancia con la experiencia del Dios de Jesús. Definitivamente, la mística no consiste en encerrarse en el intimismo, moralismo, ritualismo o tradicionalismo, aunque esas formas den seguridad. La mística consiste en atender a los “signos de los tiempos”, lugar donde el Espíritu de Dios continúa hablando, para encontrarle allí donde está revelándose y donde se puede dar esta experiencia de encuentro con Él o experiencia mística como se le ha llamado.

Desde estas aclaraciones, podríamos decir que muchos cristianos de hoy siguen en deuda con una experiencia religiosa que los vuelque hacia el mundo, que no le teman, que no lo satanicen, que no lo consideren perdición, sino que lo vean como lugar de encuentro con Dios para más amarle, más servirle, más garantizar que esta historia pueda ser historia de salvación para todos. Sigue pendiente que los cristianos acompañen las búsquedas sociales, culturales, políticas, etc., de las personas de hoy, especialmente, de los más jóvenes. Que lo hagan con humildad y sin pretensión de tener la verdad absoluta. A fin de cuentas, la experiencia de vivir es un misterio que cada día nos sorprende, invitándonos a acoger y realizar con esperanza y creatividad, la novedad del vivir, del amar.

Personalmente creo que las personas se alejan de la institución eclesial porque la ven muchos pasos atrás de la realidad del mundo -siempre con temores y resistiéndose a los cambios- y se alejan de la experiencia de fe porque no logran explicarla de manera encarnada y significativa para este presente. No será por más rezar o por más celebrar liturgias solemnes como se conseguirá que la gente vuelva a la experiencia de fe. Será por ser místicos de ojos abiertos -como tal vez lo diría hoy Rahner-, como la fe seguirá viva y fecunda en los tiempos de secularización que vivimos. Si nos atreviéramos a poner en práctica la fe histórica de la que somos depositarios, la fe encarnada que Jesús nos mostró, la fe comprometida que su praxis nos señaló, posiblemente hablaríamos menos de pérdida de fe y nos sorprenderíamos de la riqueza y fecundidad de la fe cristiana cuando es capaz de caminar al ritmo de los tiempos.

(Foto tomada de: https://humanidades.com/pobreza/)

 

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El Caribe se está sacudiendo la monarquía, pero el cristianismo ‘importado’ sigue alimentando la homofobia

Jueves, 11 de mayo de 2023
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IMG_9642Coronado ya el pasado sábado día 6 el Rey Carlos III del Reino Unido, muchos países caribeños se plantean un futuro sin monarquía. Carlos fue ungido rey durante su coronación el sábado, no sólo del Reino Unido, sino de otros 14 reinos de la Commonwealth. Ocho de estos reinos son naciones caribeñas que en su día fueron colonizadas por los británicos.

Seis -Belice, Bahamas, Jamaica, Granada, Antigua y Barbuda y San Cristóbal y Nieves- anunciaron sus planes de convertirse en repúblicas en 2022, siguiendo el ejemplo de Barbados. Muchos desearían una disculpa de la familia real británica por su complicidad en el colonialismo. La región sigue lidiando con el legado del imperio británico; para los caribeños LGBTQ+, esto se siente profundamente en las leyes y actitudes homófobas que dejó tras de sí.

En su apogeo, el imperio británico tenía colonias en todos los continentes, salvo en la Antártida. Se implantó el fundamentalismo cristiano como sistema de creencias básico, y se introdujeron leyes que convertían las relaciones entre personas del mismo sexo en un delito punible con la cárcel. Políticos y jueces se esfuerzan hoy en día por deshacer esas leyes, pero no es tarea fácil.

Kenita Placide, directora ejecutiva de la Alianza del Caribe Oriental para la Diversidad y la Igualdad (ECADE), explica a PinkNews que en los últimos 20 años se han producido “cambios culturales” en materia de aceptación e igualdad LGBTQ+.

 Pero la combinación de la ley y la religión ha demostrado ser resistente a la hora de moldear actitudes.  “Por eso es tan difícil, porque ése es un aspecto de la Biblia, no el único, pero sí uno de los aspectos de la Biblia que en realidad está arraigado en la ley….. Ambos [la Biblia y la ley] empujan a decir que lo que estás haciendo es ilegal, lo que estás haciendo es pecaminoso y eso te empuja a ese tipo de actividad”, explican.

“Una cosa que la gente no entiende es que el Caribe tiene una base religiosa de nuestra época colonial, y cualquiera que en el pasado se sintiera atraído por personas del mismo sexo básicamente se golpeaba a sí mismo porque no era lo que le habían enseñado a creer.

“No entendían por qué sus sentimientos eran diferentes de los de otras personas en términos de lo que llamamos normal. Cuando la sociedad decide golpearles, ellos ya se han golpeado a sí mismos por ser diferentes en primer lugar.

“Así que nuestro trabajo también tenía que ser con la comunidad en torno al amor propio, el autocuidado, la autoaceptación, y el viaje de cada persona es diferente”.

Placide afirma que el rechazo familiar y social a las personas LGBTQ+ suele formularse en términos religiosos, influido por la retórica eclesiástica.

Añaden que la esclavitud de los pueblos del Caribe también tiene un efecto persistente. “Como medida de control de los hombres en particular, fueron violados en una cultura esclavista, y eso ha dejado tras de sí su propio trauma, además del de la religión“, afirma Placide.

El Caribe LGBTQ+ sigue afectado por el cristianismo “importado

A la hora de analizar el impacto de la religión, Placide afirma que es importante tener en cuenta su “continua importación” de grupos de Estados Unidos, Reino Unido y Canadá.

Explica que los grupos fundamentalistas siguen viniendo al Caribe a predicar y a “oponerse” a los derechos LGBTQ+ y a otros derechos porque “ya han perdido la guerra” en sus países de origen. “Ahora necesitan encontrar otros terrenos que conquistar. Creo que eso es también apasionantemente lo que está ocurriendo“, afirman.

Muchos de esos grupos también están presionando contra la autonomía y los derechos de las mujeres, señala Placide. “Pensando en el embarazo y los abortos y el trabajo sexual, se dice que todas esas cosas son ilegales en algunos de nuestros países, pero son los mismos grupos los que lo impulsan desde un punto de vista religioso“.

La reina Isabel II murió menos de un año después de que Barbados la destituyera como jefa de Estado y se convirtiera en república en 2021. La medida surgió, en parte, de las crecientes críticas a la monarquía entre los países caribeños y de la larga historia de opresión que sufrieron los habitantes de estas zonas bajo el dominio colonial.

En diciembre, la comunidad LGBTQ+ del país celebró otro acontecimiento histórico después de que el Tribunal Supremo anulara las leyes sobre homosexualidad de la época colonial, que penalizaban las relaciones sexuales consentidas entre personas del mismo sexo.

Esta decisión se produjo después de que los tribunales de Antigua y Barbuda y San Cristóbal y Nieves anularan las leyes coloniales que criminalizaban a las personas LGBTQ+ a principios de 2022.

La sentencia de Barbados fue el resultado de los esfuerzos locales y regionales para desafiar la legislación anti-LGBTQ+, y fue encabezada en parte por ECADE. El grupo instó a otros países caribeños a seguir el ejemplo de Barbados para proteger a las personas queer de estas leyes anticuadas y odiosas.

Aunque queda mucho por hacer para que el Caribe sea un lugar más seguro para las personas LGBTQ+, Placide afirma que la región tiene una hermosa y vibrante cultura queer llena de música y celebraciones. “Lo único que me encanta ver en nuestra comunidad LGBT, y que es continuamente visible y floreciente, es su creatividad“, añaden. “La creatividad en el arte habla por sí sola. Ya sea en ellos actuando o en ellos creando, está ahí”.

Y añaden: “Creo que aquí es donde entran otras motivaciones. Cómo seguimos creando ese espacio que permite a la gente progresar, pero sobre todo disfrutar de su medio de vida, disfrutar como ciudadanos de un país? Tenemos 26 organizaciones que hacen un trabajo brillante en todas las islas, por lo que su registro, su existencia y su servicio a la población significan que también [estamos] haciendo algo en la buena dirección”.

Fuente Pink News

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Camino, Verdad y Vida.

Domingo, 7 de mayo de 2023
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Debemos siempre estar muy seguros de hacer la distinción entra la Iglesia invisible, universal y espiritual (Ecclesia) y la organización religiosa sin ánimo de lucro que se reúne en un edificio coronado por un campanario. La diferencia es inestimable, y no tenemos derecho a cometer el error de confundir las dos. Comprende por favor que no cuestionamos el derecho de cualquier grupo religioso de reunirse en paz, de elegir a sus líderes, de recibir dinero, de tener criterios para llegar a ser miembro, de administrarse del modo que le parezca justo – hace tiempo que comprendemos que tal derecho es un derecho civil y no es  en ningún caso inalienable,  escrito o autorizado por el mismo Dios. Esto no significa que sea malo, pero esto no lo hace espiritual. La Ecclesia no es una organización o una invención humana, sino un organismo lleno de Vida, y que adorarlo “en Jerusalén o sobre esta montaña” es menos importante para Dios que  adorarlo “en Espíritu y de verdad“.

¿Entonces dónde es la diferencia? ¿Dónde está el problema? Esto se convierte en un problema cuando el significado espiritual y escriturario  es falsamente relacionado con las costumbres sociales, con una norma cultural, con una religión de tradiciones, con una organización o con un lugar para reunirse. Cuando la línea de demarcación si difumina entre, por  una parte, la expectativa social, la tradición o las costumbres de la Religión Organizada y por otra parte, la verdadera vida espiritual, la misma esencia de la Ecclesia o del creyente individual, entonces tal sistema tiene la posibilidad de evolucionar en una forma peligrosa de abuso espiritual o de elitismo religioso.

*

Chip Brogden

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***

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
– “No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí.En la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no fuera así, ¿os habría dicho que voy a prepararos sitio? Cuando vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino.”

Tomás le dice:

“Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?”

Jesús le responde:

“Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto.”

Felipe le dice:

-“Señor, muéstranos al Padre y nos basta.”

Jesús le replica:

-“Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: “Muéstranos al Padre”? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace sus obras. Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no, creed a las obras. Os lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre.”

*

Juan 14,1-12

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Hace algunos años, un hombre de Dios que me guiaba entonces me envió un mensaje que me asustó mucho: “Sea siempre fiel a Dios en la observación de sus promesas y no se preocupe de las burlas de los insulsos. Sepa que los santos siempre se han hecho la burla del mundo y de los mundanos y han sido pisoteados por el mundo y por sus máximas. El campo de la lucha entre Dios y Satanás es el alma humana, donde se desarrolla esta lucha en todos los momentos de la vida. Para vencer a enemigos tan poderosos, es preciso que el alma dé libre acceso al Señor y sea fortalecida por él con toda suerte de armas, que su luz la irradie para combatir contra las tinieblas del error, que se revista de Jesucristo, de su verdad y justicia, del escudo de la fe, de la Palabra de Dios. Para revestirnos de Jesucristo, es preciso que muramos a nosotros mismos. Estoy seguro de que nuestra Madre celestial le acompañará paso a paso”.

Estaba yo confuso, mi mente daba vueltas, cavilaba en estos pensamientos sin llegar a ninguna conclusión. Pasó después otro trecho de vida y comprendí que morir a nosotros mismos es hacernos vivir a nosotros mismos. Caigo en la cuenta de que los momentos de vida plena son aquellos en que siento la tentación de hacer vivir en mí a Dios y su voluntad. Al final he comprendido que abandonarme a Dios no significa haber superado todos mis problemas, sino querer verdaderamente, con todo mi ser, que él pueda obrar en mí y pueda encontrar en mí una plena colaboración.

Al leer ahora de nuevo esta carta, cada palabra toma un valor diferente y, contrariamente a hace algunos años, me anima a continuar por este sendero.

*

E. Olivero,
Amar con el corazón de Dios,
Turín 1993, pp. 72ss).

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Gonzalo Haya: Teología Comparada de las Religiones.

Viernes, 5 de mayo de 2023
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religionesDesde finales del siglo pasado, algunas Universidades están introduciendo una Facultad de Teología Comparada. No se trata de mostrar una paleta de pintor para que cada uno elija el color o los colores que más le gusten. Se trata de partir de la teología de la propia religión y compararla con la visión correspondiente de otras religiones Dios, salvación, muerte, vida eterna, pecado, castigo) para contrastarla con soluciones que amplían o matizan el propio punto de vista. Para ello, el profesor de cada tema teológico debe conocer bien otras religiones además de la propia.

Se ha superado la creencia de que la propia religión representa la verdad total y ofrece el único camino de salvación. Extra ecclesia, nulla salus, Fuera de la Iglesia no hay salvación, decía todavía Benedicto XVI.

El pensamiento actual es que cada cultura, en sus circunstancias particulares, ha ido plasmando y socializando su espiritualidad, en sus creencias, ritos y preceptos. Dios se ha manifestado a cada pueblo por medio de personas especialmente sensibles y abiertas a la escucha. “Dios habló en otro tiempo a nuestros antepasados por medio de los profetas, y lo hizo en distintas ocasiones y de múltiples maneras” (Hebreos 1,1) aunque el autor de este texto sólo pensara en el pueblo judío.

En consecuencia, cada religión es camino de salvación para cada pueblo. Entonces ¿dónde quedan los textos paulinos que presentan a Jesús como único camino de salvación? Los teólogos han tratado de compatibilizar estos textos con la evidencia actual del pluralismo religioso; y propusieron el “inclusivismo”, según el cual los creyentes de otras religiones se salvarían también en Cristo; serían como “cristianos anónimos”.

Estas explicaciones nos resultan hoy un tanto farisaicas; preferimos decir que Pablo habla en el ambiente judeocristiano y su teología es válida para los que pertenecen, o eligen pertenecer; a esa cultura. Su teología se compone de teselas para conformar el puzle cristiano, pueden no encajar en el puzle hinduista o musulmán. Así como algunas teselas no encajarán en el puzle cristiano.

Dios es un Misterio inabarcable por el hombre. Nosotros sólo captamos algunos aspectos que nos resultan comprensibles, porque se parecen (mejor dicho, fundamentan) nuestros mejores valores éticos. Pero según sus propias experiencias cada religión destaca algunos aspectos menos aceptables para otras.

El Islam, como su mismo nombre indica, destaca la sumisión a Dios. El cristianismo está más condicionado por el niño de Belén y por la invocación Abbá, papaíto, y olvida esa sumisión (hoy incluso parece que la rechaza).

El cristianismo de gran importancia a un Dios personal, mientras que las religiones orientales creen en un Dios impersonal, que explica mejor la experiencia mística de la identificación del hombre con Dios. Los místicos cristianos reconocen esa ientificación pero han tenido que contentarse con una especie de unión conyugal con Dios.

En la práctica, la cultura de nuestro mundo occidental, desde el que estamos dialogando, nos lleva a considerar las diversas religiones como verdaderas relaciones con Dios, igualmente salvíficas. Sus creencias, ritos y preceptos son parcialmente válidos, como los nuestros; aunque si prescindimos de los detalles y vamos solamente al fondo encontraremos una espiritualidad común arraigada en la conciencia.

El diálogo interreligioso nos muestra aspectos de Dios menos apreciados en nuestra religión, nos permite apreciarnos como hermanos, y multiplica la eficacia para superar las grandes injusticias que se cometen (que cometemos) en nuestro mundo actual.

Gonzalo Haya

gonzalohaya@telefonica.net

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Emaús: la experiencia de una toma de distancia.

Domingo, 23 de abril de 2023
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¿Y si el texto (Lc 13, 35) quería presentar justamente este alejamiento de Jerusalén, esta toma de distancia con relación a la Iglesia naciente (representada por los Once) y con relación a la muerte-resurección de Jesús como necesario para el progreso de la fe de estos dos discípulos? ¡En efecto, los discípulos son presentados como dando la espalda a Jerusalén, y a la fe de los Once (eh sí! Ya habían oído hablar del testimonio de las mujeres, pero sin poder compartir su fe). Observamos en seguida que este alejamiento no es que sea pasivo. El texto afirma que se interrogan por el camino. Procuran comprender. ¡ Podemos ver allí una toma de distancia, una reflexión, un tiempo de duda y de interrogación que es presentado por el texto como necesario para ellos!

¿Cuántos de nosotros no han vivido la misma experiencia? ¿Los discípulos de Emaús serían un ejemplo que hay que seguir, por lo menos para algunos de nosotros? Toda una enseñanza que hay que retener para los y las que temen tanto a los “distantes” y los “descolgamientos” …

*

Claude Bouchard, Extractos, Leer el texto completo

Leer también : Lo importante está más allá

Lo que afirma  Michèle Jeunet en TC

*

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Dos discípulos de Jesús iban andando aquel mismo día, el primero de la semana, a una aldea llamada Emaús, distante unas dos leguas de Jerusalén; iban comentando todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo. Él les dijo:

“¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?”

Ellos se detuvieron preocupados. Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le replico:

“¿Eres tú el único forastero en Jerusalén, que no sabes lo que ha pasado allí estos días?”

Él les pregunto:

“¿Qué?”

Ellos le contestaron:

“Lo de Jesús, el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; cómo lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él fuera el futuro liberador de Israel. Y ya ves: hace dos días que sucedió esto. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado: pues fueron muy de mañana al sepulcro, no encontraron su cuerpo, e incluso vinieron diciendo que habían visto una aparición de ángeles, que les habían dicho que estaba vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron.

Entonces Jesús les dijo:

“¡Qué necios y torpes sois para creer lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en su gloria?”

Y, comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas, les explicó lo que se refería a él en toda la Escritura.

Ya cerca de la aldea donde iban, él hizo ademán de seguir adelante; pero ellos le apremiaron, diciendo:

-“Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída.”

Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció. Ellos comentaron:

“¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?”

Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo:

“Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón.”

Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.

*

Lucas 24,13-35

***

 

Mientras los dos viajeros se encuentran de camino hacia su casa llorando lo que han perdido, Jesús se acerca y camina con ellos, pero sus ojos son incapaces de reconocerlo. De improviso, ya no son dos, sino tres las personas que caminan, y todo se vuelve distinto. El desconocido empieza a hablar, y sus palabras requieren una seria atención. Lo que había empezado a confundir hasta hace un momento, comenzaba a presentar horizontes nuevos; lo que había parecido tan oprimente, comenzaba a hacerse sentir como liberador; lo que había parecido tan triste, empezaba a tomar el aspecto de la alegría. Poco a poco empezaban a comprender que su pequeña vida no era después de todo tan pequeña como pensaban, sino parte de un gran misterio que no sólo abarcaba varias generaciones, sino que se extendía de eternidad en eternidad.

El desconocido no ha dicho que no hubiera motivo de tristeza, sino que su tristeza formaba parte de una tristeza más amplia, en la que estaba escondida la alegría. El desconocido no ha dicho que la muerte que estaban llorando no fuera real, sino que se trataba de una muerte que inauguraba una vida verdadera. El desconocido no ha dicho que no hubieran perdido a un amigo que les había dado nuevo valor y nueva esperanza, sino que esta pérdida había creado un camino para una relación que habría ido mucho más allá que cualquier amistad. El desconocido no tenía el más mínimo miedo de derribar sus defensas y de llevarlos más allá de su estrechez de mente y de corazón. El desconocido tuvo que llamarlos tontos para hacerles ver.

¿Y en qué consiste el desafío? En tener confianza. Alguien tiene que abrirnos los ojos y los oídos para ayudarnos a descubrir qué hay más allá de nuestra percepción. Alguien debe hacer arder nuestros corazones.

*

H. J. M. Nouwen,
La fuerza de su presencia,
Brescia 1997, pp. 31-35, passim

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La mayoría de las personas LGBTQ+ en Inglaterra y Gales no se consideran religiosas.

Sábado, 15 de abril de 2023
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EDC7D321-2DFF-4EBB-A616-19FA9F612018“Muchas personas LGBT+ abandonan sus comunidades religiosas por la forma en que las tratan”

Por Conor Clark

La mayoría de las personas LGBTQ+ en Inglaterra y Gales no se describen a sí mismas como religiosas, según nuevas cifras de la Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS).

Los datos, que se publicaron el 4 de abril, se extrajeron del censo de 2021 que hizo preguntas sobre orientación sexual e identidad de género por primera vez.

Un total de 1,5 millones de encuestados (3,2 % de la población de 16 años o más) dijeron que se identificaron como LGB+, y las áreas urbanas registran las proporciones más altas de personas LGBTQ+.

Alrededor de 748.000 (1,5%) de los que respondieron dijeron que son homosexuales o lesbianas, solo un 0,2% más que los 624.000 (1,3%) que se describieron como bisexuales.

Otros 165.000 (0,3%) seleccionaron “otra orientación sexual“.

Se utilizaron aproximadamente 10 categorías para identificar creencias religiosas dentro del censo: ninguna, cristiana, budista, hindú, judía, musulmana, sikh, otra, no responde y no aplica.

Más de seis de cada 10 (63%) de las personas lesbianas, gays y bisexuales y casi cuatro de cada 10 (36%) de las personas trans dijeron que “no tenían religión”.

Esto se comparó con el 37% de la población general que dijo no ser religioso.

De las personas LGBTQ+ que dijeron que seguían una determinada religión, Christian fue la respuesta más común con un 26 % para las personas lesbianas, gays y bisexuales y un 36 % para las personas trans.

Solo el 2% de las personas lesbianas, gays y bisexuales y el 15% de las personas trans se identificaron como musulmanas, mientras que el 6% de las personas lesbianas, gays y bisexuales y el 10% de las personas trans optaron por la opción de “otra religión”.

La activista cristiana gay Jayne Ozanne,  que preside la Coalición de Terapia de Conversión Prohibida, dijo a GAY TIMES que los hallazgos “lamentablemente no sorprenden dada la forma en que la mayoría de las religiones juzgan, condenan y excluyen a las personas LGBT+”.

“Si bien debe recordarse que las preguntas sobre la sexualidad y la identidad de género fueron voluntarias, y aquellos que están en conflicto o nerviosos por identificarse abiertamente son, por definición, más propensos a ser religiosos y, por lo tanto, no están incluidos en estas estadísticas, es un hecho conocido que muchas personas LGBT+ abandonan sus comunidades religiosas debido a la forma en que las tratan”, continuó.

Los datos del censo publicados a principios de año encontraron que las personas de entre 16 y 24 años tienen más del doble de probabilidades de identificarse como miembros de la comunidad LGBTQ+ en comparación con la población general.

La Generación Z fue la más propensa a identificarse como LGBTQ+ en Inglaterra y Gales con una tasa del 6,91 % al 3,16 %, respectivamente.

De los mayores de 70 años que alcanzaron la mayoría de edad cuando la homosexualidad aún era un delito penal, solo el 0,37% se identificó como LGB+.

Fuente GayTimes

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Los líderes religiosos de la India se pronuncian contra la legalización del matrimonio igualitario.

Martes, 11 de abril de 2023
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19CB34A6-51F4-45F9-8A7E-6F068723C10FSe matan entre ellos y sin embargo… La India es un ejemplo de división feroz entre religiones, pero se unen para combatir nuestros derechos. Millones de personas en la miseria, todavía se mantiene el régimen de castas, ataques con resultado de muerte entre religiones, pero el problema somos las personas LGTBIQ+.

Envían una carta al Presidente de la Corte Suprema 

Un movimiento transversal de líderes y confesiones religiosas de la India se ha pronunciado contra la legalización de los matrimonios entre personas del mismo sexo en el país. Definen el proyecto como una “agresión” que es fuente de “gran preocupación” para la “sociedad humana”.

La cuestión se debate desde hace tiempo pero en las últimas semanas, el tema cobró actualidad debido a que el 18 de abril está prevista la primera audiencia de la Corte Suprema, en la que los jueces deberán llegar a una resolución, tras la petición de legalización presentada por grupos activistas LGTBI. En una carta dirigida al presidente de la Corte Suprema y al jefe del Estado, representantes de diversas confesiones piden que se rechace el texto.

En 2018, Delhi despenalizó la homosexualidad, eliminando una norma de la época colonial británica referida al sexo gay. Para la comunidad LGBTQ+ india, la luz verde a los matrimonios supondría un paso muy importante en sus reivindicaciones.

El gobierno del primer ministro Narendra Modi se pronunció sobre la cuestión a principios de mes, confirmando su firme oposición al reconocimiento de los matrimonios entre personas del mismo sexo y pidiendo a los tribunales que rechazaran la petición. Aunque admite diversas formas de unión en la sociedad, incluso entre homosexuales, para el Ejecutivo el matrimonio seguirá siendo prerrogativa exclusiva de las familias y relaciones heterosexuales -“con marido, mujer e hijos”- según declaró el Ministerio de Justicia en un comunicado.

Hace 10 años, el cardenal Gracias se manifestó al respecto explicando que ”la Iglesia católica nunca ha estado en contra de la despenalización de la homosexualidad, porque nunca hemos considerado a los homosexuales como delincuentes”. No obstante, añadió que la Iglesia se opone “a la legalización del matrimonio gay”. El cardenal aclaró que el principio sigue siendo que los homosexuales “tienen la misma dignidad que cualquier ser humano” y que debe condenarse “toda forma de discriminación, persecución o abuso.”

Ayer, varios líderes religiosos retomaron la cuestión, con una carta abierta enviada al Presidente del Tribunal Supremo, Dhananjaya Y Chandrachud, y la Presidenta india, Droupadi Murmu. En la misiva, afirman que cualquier intento de dar reconocimiento legal al matrimonio entre personas del mismo sexo provocaría un caos total en el sistema jurídico y la estructura social.

La Comunión de las Iglesias de la India expresa sus “reservas” al respecto, que están resumidas en la carta dirigida al Jefe de Estado, enviada por el Secretario Ejecutivo del organismo, Prakash P Thomas. “En la fe cristiana”, observa, “el matrimonio es una institución divina creada por Dios. No podemos aceptar la unión de dos personas homosexuales como un matrimonio. Por tanto, solicitamos […] que se garantice el statu quo”.

El Gran Muftí de la India, Sheikh Abubakr Ahmad, recuerda que “cualquier forma de unión” fuera del matrimonio entre un hombre y una mujer “es contraria a la ley natural y resulta inadmisible”. Luego advierte: ”Cualquier intento de dar protección legal a las relaciones entre personas del mismo sexo es un ataque a las preocupaciones más amplias de la sociedad humana”.

Por último, entre los firmantes de la carta se encuentra el religioso jainista Acharya Lokesh Muni, quien calificó de “inapropiado” el reconocimiento legal de las uniones homosexuales. “En la India existe la diversidad, pero en la cultura india y en el janismo en particular, el matrimonio es la base para que progrese el linaje familiar. Legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo será perjudicial para la cultura milenaria de la India, basada en la tradición”…

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El 8 de enero de este años, miles de personas se manifestaron a favor del matrimonio igualitario en Nueva Delhi, India:

Se producía después de que el Tribunal Supremo indio escuchara los argumentos a favor del matrimonio igualitario, en el marco de una serie de peticiones presentadas por dos parejas del mismo sexo.

La petición principal, presentada por la pareja gay Supriyo Chakraborty y Abhay Dange, ha argumentado que negar a los ciudadanos LGBTQ+ el derecho a contraer matrimonio es una afrenta a su derecho a la igualdad.

La Corte Suprema de India debe escuchar en abril una serie de peticiones de parejas de la diversidad, que buscan los mismos derechos maritales que las parejas heterosexuales, cinco años después de que anuló una prohibición de la era colonial sobre el sexo entre parejas LGBTIQ.

Recordemos que las relaciones LGBTIQ permanecieron ilegales en India hasta 2018, bajo una antigua ley de la era británica originada en 1860 conocida como el artículo 377 del código penal indio, la cual penalizaba “el coito carnal contra el orden de la naturaleza” y establecía hasta una pena de 10 años de cárcel a quien infringiera la ley.

En la actualidad, India no reconoce oficialmente el matrimonio entre personas del mismo sexo, pero permite a las parejas mantener una “cohabitación no registrada”. En el estado actual de la legislación india, las parejas del mismo sexo no pueden heredar bienes ni adoptar.

Las peticiones que reclaman la legalización de este tipo de unión se multiplican, sobre todo en los tribunales de Nueva Delhi, Kerala y Uttar Pradesh. Pero siguen encontrando oposición a nivel de los gobiernos regionales.

Sin embargo, la mayoría de los líderes nacionalistas hindúes dicen que el matrimonio entre personas del mismo sexo va en contra de la cultura india. Aunque hay celebridades abiertamente homosexuales y algunas películas de Bollywood (industria cinematográfica en idioma hindi) que han tratado el tema, muchos en la comunidad aún enfrentan aislamiento y persecución.

Durante una audiencia celebrada en 2021, el gobierno del primer ministro Narendra Modi declaró que las parejas del mismo sexo en India “no pueden reclamar un derecho fundamental al matrimonio entre personas del mismo sexo”.

Sin embargo, las actitudes hacia la diversidad sexual, se han suavizado un poco en India en los últimos años, al menos entre la clase media urbana, con más representaciones de personajes LGBTQ en películas y series de Bollywood.

A pesar de todo, actualmente, las personas LGBTQ+ disfrutan de muchas protecciones legales en India, ya que el país continúa evolucionando hacia la igualdad. La discriminación basada en la orientación sexual y la identidad de género es ilegal tanto en la vivienda como en el empleo, y los estados indios como Tamil Nadu han comenzado a tomar medidas contra la práctica dañina y desacreditada de la terapia de conversión. Aunque se reconocen las identidades trans, las personas todavía enfrentan muchas barreras para que su género legal refleje su realidad vivida.

Pero en el país, en gran parte socialmente conservador y devoto, muchas personas de la comunidad LGBTIQ todavía corren el riesgo de ser rechazados por sus familias, en el trabajo y por sus amigos, debido a su orientación sexual.

Si el tribunal se pronuncia a favor del reconocimiento del matrimonio homosexual, India se convertiría en el segundo país de Asia en autorizar la unión entre personas del mismo sexo, después de Taiwán.

Aunque es poco probable que la postura del Gobierno cambie, un cambio en la percepción pública hacia las parejas LGBTQ+ podría suponer una victoria para los peticionarios de forma similar a la despenalización de las relaciones entre personas del mismo sexo en 2018.

Fuente Agencias/Cristianos Gays

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“Jesucristo Verdaderamente Vive”

Domingo, 9 de abril de 2023
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Cristo, resucitado y glorioso
es la fuente profunda de nuestra esperanza.
Su resurrección no es algo del pasado;
Entraña una fuerza de vida
que ha penetrado el mundo.

Donde parece que todo ha muerto,
por todas partes vuelven a aparecer
Brotes de la resurrección.
Es una fuerza imparable.

Verdad que muchas veces
parece que Dios no existiera:
Vemos injusticias, maldades, indiferencias
y crueldades que no ceden.

Pero también es cierto
que en medio de la oscuridad
siempre comienza a brotar algo nuevo,
que tarde o temprano produce un fruto.

En un campo arrasado
Vuelve a aparecer la vida,
tozuda e invencible.
Habrá muchas cosas negras,
Pero el bien siempre tiende
A volver a brotar y difundirse.

Cada día en el mundo renace la belleza,
Que resucita transformada
A través de los tormentos de la historia…
esta es la fuerza de la resurrección
y cada evangelizador
es un instrumento de este dinamismo.

*

Papa Francisco

 Exhortación Apostólica  “La alegría del Evangelio” n.276.

Fuente: Red Mundial de Comunidades Eclesiales

***

¡Cristo verdaderamente ha resucitado!

¡Feliz Pascua!

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***

El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro. Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo a quien quería Jesús, y le dijo:

– “Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.”

Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró.

Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro. Vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte.

Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó. Pues hasta entonces no había entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.

*

Juan 20, 1-9

***

En el fluir confuso de los acontecimientos hemos descubierto un centro, hemos descubierto un punto de apoyo: ¡Cristo ha resucitado!

Existe una sola verdad: ¡Cristo ha resucitado! Existe una sola verdad dirigida a todos: ¡Cristo ha resucitado!

Si el Dios-Hombre no hubiera resucitado, entonces todo el mundo se habría vuelto completamente absurdo y Pilato hubiera tenido razón cuando preguntó con desdén: «¿Qué es la verdad?». Si el Dios-Hombre no hubiera resucitado, todas las cosas más preciosas se habrían vuelto indefectiblemente cenizas, la belleza se habría marchitado de manera irrevocable. Si el Dios-Hombre no hubiera resucitado, el puente entre la tierra y el cielo se habría hundido para siempre. Y nosotros habríamos perdido la una y el otro, porque no habríamos conocido el cielo, ni habríamos podido defendernos de la aniquilación de la tierra. Pero ha resucitado aquel ante el que somos eternamente culpables, y Pilato y Caifas se han visto cubiertos de infamia.

Un estremecimiento de júbilo desconcierta a la criatura, que exulta de pura alegría porque Cristo ha resucitado y llama junto a él a su Esposa: «¡Levántate, amiga mía, hermosa mía, y ven!».

Llega a su cumplimiento el gran misterio de la salvación. Crece la semilla de la vida y renueva de manera misteriosa el corazón de la criatura. La Esposa y el Espíritu dicen al Cordero: «¡Ven!». La Esposa, gloriosa y esplendente de su belleza primordial, encontrará al Cordero.

*

Pavel Florenskij,
Il cuore cherubico,
Cásale Monferrato 1999, pp. 172-174, passim

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¿Por qué el Señor está desnudo …?

Viernes, 7 de abril de 2023
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Del blog Pays de Zabulon:

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Me  pregunto por qué Nuestro Señor quiso estar totalmente desnudo en la cruz. La primera razón fue porque, por su muerte, quería poner al hombre en estado de inocencia, y los vestidos que llevamos son la marca del pecado. ¿No sabes que Adán mismo tan pronto como transgredió todo empezó a avergonzarse de sí mismo, y se hizo lo mejor que pudo vestidos con hojas de higuera? Porque antes del pecado no había en absoluto vestidos y Adán estaba totalmente desnudo. El Salvador por su misma desnudez mostraba que era la misma pureza, y además, que reparaba a los hombres su inocencia.

Pero la principal razón fue para enseñarnos cómo es necesario, si queramos agradarle, despojarnos y reducir nuestro corazón a la misma desnudez en la que estaba su sagrado cuerpo, despojándolo de toda clase de afecciones y pretensiones, a fin que no ame ni desee a otro que Él.

Un día el gran abad Serapion fue encontrado totalmente desnudo en una calle por algunos de sus amigos; éstos, movidos por la compasión, le dijeron: quién pusoos ha puesto en tal estado y quién os ha robado vuestros hábitos?. Oh, es este libro  el que me ha despojado así, hablando del libro de los Evangelios que sostenía.

Y yo, te aseguro que nada es tan limpio para despojarnos, que la consideración del incomparable despojo y la desnudez del Salvador crucificado.”

*

San Francisco de Sales,
Sermón para el Viernes Santo, 28 de marzo de 1614

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Fuente: : francoisdesales.wordpress.com

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“A propósito del Evangelio de Juan 17,26: el “nombre” de Yahvé. Según algunos, no era éste el Dios de Jesús”, por Antonio Piñero

Sábado, 1 de abril de 2023
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5F78727D-8556-4A97-ABC4-E344DC5B8FD6Leído en su blog:

Así tal cual.  Consecuentemente, según algunos, Jesús no era judío, pues tenía otro Dios

Escribe Antonio Piñero

He aquí el texto de Evangelio de Juan 17,26 sobre el que dialogaremos:

“Yo les di a conocer tu Nombre y se lo daré a conocer, para que el amor con que tú me has amado esté en ellos y yo en ellos”.

En las preguntas que me dirigen de vez en cuando hay quien argumenta que “Jesús dice que les está dando a conocer el Nombre es decir, que antes no sabían ese nombre y qué es Jesús el que les está COMUNICANDO ese nombre, es decir, que antes, no lo conocían, pero ahora se lo está dando a conocer Jesús, de modo que debe ser un Dios que no conocen puesto que es Jesús el que les está dando a conocer ese nombre”.

Con otras palabras, que creo más claras: el lector moderno del Evangelio de Juan está afirmando que el Jesús histórico al enseñar cuál es el “nombre” de Dios –que no conocían– está indicando a sus discípulos que su Dios (el Dios de Jesús) les era desconocido. Por tanto, los discípulos, judíos, no conocían al Dios de Jesús porque ese Dios de su maestro no era Yahvé, sino otro. Un Dios desconocido. Luego el Dios de Jesús no era Yahvé. Y por tanto Jesús no era judío; o , al menos, un verdadero judío.

Por consiguiente, si yo como mero historiador del judaísmo y judeocristianismo del siglo I argumento que Jesús no introduce un Dios diferente al del Antiguo Testamento, sino el mismo de todos los israelitas, a saber, Yahvé, estoy haciendo una afirmación que “no se sostiene”.

Frente a esta idea sostengo que defender que Jesús no era judío y que predicaba un Dios distinto al de Israel es un imposible histórico. Y es una pena tener que emplear tiempo en demostrar lo que parece evidente y básico en toda investigación sobre Jesús, a saber que él era un judío integral y que jamás se salió de su propia religión.

En primer lugar, aunque sea muy conocido hay que repetir (con Geza Vermes, “La religión de Jesús el judío” (Anaya, Madrid, 1996) que

  1. Jesús aparece en los escritos evangélicos como un judío practicante. Jesús se atiene sin discutirlas a las principales prácticas religiosas de su nación. Así, Jesús frecuentaba habitualmente los centros de culto y de enseñanza del judaísmo de su entorno. Jesús predica continuamente en las sinagogas, y respeta y visita al Templo en las fiestas anuales. La purificación del Santuario narrada en Mc 11 y paralelos, es interpretada por muchos intérpretes como una imagen de que Jesús abolió el culto del Templo. La verdadera interpretación de este paso es, en mi opinión, justamente la contraria: Jesús se preocupó de purificar el Templo, precisamente no porque quisiera quitarle su valor –esto no tiene sentido–, sino porque estimaba que era uno de los lugares preferentes de encuentro con Dios. El Reino futuro que él predicaba tendría en su centro un nuevo Templo sin ninguno de los defectos del presente. Jesús no abolió, ni puso en solfa el culto en sí, sino los abusos que se le habían unido con el tiempo y que podían corregirse.
  1. No hay prueba histórica ninguna de que Jesús quebrantara la Ley mosaica, sino todos lo contrario. Jesús se adhirió tanto a la ley cultual como a la ley moral, y afirmó con rotundidad la validez salvífica de la Ley en su conjunto. La llamada fuente “Q“, muy antigua, que conserva dichos auténticos de Jesús, transmite que éste afirmó: “Más fácil es que pasen el cielo y la tierra que caiga un sólo ápice de la Ley”, es decir antes se destruirá el mundo que deje de cumplirse el precepto más mínimo de la Ley. Jesús es aquí un defensor a ultranza de la Ley de Moisés como el más puro de los fariseos.
  1. Si Jesús hubiera quebrantado la ley de Moisés y hubiera dicho no se explicaría en absoluto cómo los primeros cristianos seguían observando cuidadosamente la Ley, los modernos autores judíos que estudian la figura del Nazareno y que conocen mejor que nadie el fariseísmo de la época y el rabinato posterior de la Misná y del Talmud afirman con toda nitidez que no hay ni un sólo caso en el evangelio en el que Jesús aparezca quebrantando la Ley. Tomemos los ejemplos más importantes y discutidos. Las curaciones en sábado no eran ningún trabajo en la época, luego Jesús no quebrantaba nada curando. Los observadores hostiles descritos por los evangelios consideran inquietante el comportamiento de Jesús, pero nunca lo tachan de ilícito. Lo único que hace Jesús es algo típicamente rabínico: escoger entre dos mandamientos en conflicto: la necesidad de salvar la vida y la obligación de guardar el sábado. Otros rabinos hicieron y enseñaron lo mismo. Una cierta flexibilidad de Jesús frente a una interpretación estricta de algunos contemporáneos del descanso sabático debe enfocarse desde el punto de vista del piadoso rabino carismático, del sanador y exorcista, para quien la curación de los enfermos, como manifestación del reino de Dios que viene, está por encima del mero cumplimiento, puntilloso según el parecer de otros, del descanso sabático.
  1. Jesús tampoco infringió las normas alimentarias. Es verdad que comía con pecadores, pero nunca aparece acusado de ingerir alimentos impuros o prohibidos. La afirmación de Mc 7 de que Jesús “declaró puras todas las cosas” es un clarísimo comentario suyo, personal, que no corresponde a palabra ninguna de Jesús La máxima del nazareno, “lo que sale de la boca es lo que hace verdaderamente impuro al hombre”, era una doctrina farisea que Jesús defiende. Lo único que pretende Jesús es profundizar en el espíritu auténtico de la Ley, no abolirla. Este punto de vista se clarifica con la cuestión del divorcio. Mientras la escuela de Hillel permitía al varón el libelo de repudio por cualquier causa, Jesús adopta la postura más rigorista de la escuela de Shammay: al marido sólo se le permite el divorcio si la mujer es adúltera, y la justifica con una interpretación más exigente de Gn 1,27, como palabra de Dios.

Las famosas y supuestas antítesis, que debelan el valor de la Ley (“Se ha dicho, pero yo os digo…”) como si fueran un manifiesto antinomista, van justamente en el mismo sentido: ahondar en el espíritu auténtico de la Torá, profundizar en el espíritu de la Ley: el hombre debe no sólo no matar, sino quitar la raíz del posible asesinato, el odio y la discordia; no sólo no adulterar, sino eliminar la raíz del adulterio, el mal deseo; no sólo no jurar, sino hablar tan transparentemente que sea innecesario el juramento, etc. ¿Quién en su sano juicio puede inferir de esta doctrina que Jesús no afirmaba la validez de la Ley? ¡Justamente todo lo contrario!

  1. Los resúmenes de la Ley que hace Jesús (la llamada regla de oro “Compórtate con los demás como querrías que ellos hicieran contigo”) o “Amor a Dios y al prójimo como resumen de la Ley y los profetas son exactamente las mismas que los de la mejor tradición de los maestros más venerados de entre los rabinos. Puede decirse que la actitud de Jesús respecto a la Ley de Moisés es “un interés omnipresente por el objetivo último de la Ley que él considera, primaria, esencial y positivamente, no como una realidad jurídica, sino como una realidad ético-religiosa que revela lo que él consideraba la conducta justa y ordenada por Dios respecto a los hombres y los deberes para con el mismo Dios.
  1. El reino de Dios que Jesús predicaba es exactamente el mismo que habían proclamado los profetas. Él nunca necesitó explicar qué era exactamente el Reino de Dios, porque todos sus oyentes lo sabían, por su continua lectura en la sinagoga de la Biblia. Y la proclamación del Reino de Dios es la característica esencial de Jesús que lo define como un hombre en la línea total del pensamiento profético de la Biblia hebrea.
  1. Jesús se muestra como piadoso judío al utilizar los libros sagrados como instrumento y medio de su predicación. En la predicación del Nazareno encontramos prácticamente todas las formas didácticas a base de la Escritura que practicaba el judaísmo antiguo.

Para todo aquel que desee mirar con ojos críticos por un lado, y sin ningún tipo de prejuicios por otro, se debe confesar como conclusión de lo expuesto que si los evangelistas pretendieron presentar a un Jesús que rompía con el judaísmo, hicieron muy mal su trabajo, pues en los evangelios quedan mil restos que prueban hasta la saciedad que la religión de Jesús no se diferencia en nada de la de un rabino carismático, piadoso y apocalíptico del Israel del s. I de nuestra era. La religión de Jesús es total y auténticamente judía y sus raíces se hallan en una fe que mueve montañas y en una decidida y muy judía “imitación de Dios. La esencia de la religión de Jesús, el judío es resumida a sí por G. Vermes: “Poderoso sanador de los física y mentalmente enfermos, amigo de pecadores, Jesús fue un predicador magnético de lo que constituye el corazón de la ley de Moisés, incondicionalmente entregado a predicar la llegada del Reino de Dios y a preparar para ello no a comunidades, sino a personas desvalidas. Siempre tuvo conciencia de la inminencia del final de los tiempos y de la intervención inmediata de Dios en un momento sólo conocido por Él, el Padre que está en los cielos, que ha de revelarse pronto, el sobrecogedor y justo juez, Señor de todos los mundos.”

Por otro lado, los que sostienen esa extraña idea de que el Dios de Jesús no era el judío y que su religión no era judía no entienden a fondo el Evangelio de Juan. El nombre que Jesús, el revelador celestial –que desgraciadamente para los creyentes no es el Jesús histórico, sino el Jesús “fabricado” por los autores de este evangelio místico, no histórico– es la esencia  (“nombre” como esencia de la persona en hebreo) íntima del Dios que naturalmente, según el grupo johánico que compuso el cuarto  evangelio, ningún israelita conoce a fondo (su esencia, repito) hasta que ha llegado Jesús que era el revelador definitivo de cómo era Yahvé en verdad. La gente lo conocía superficialmente; el grupo del Cuarto Evangelio afirma que Jesús el revelador de ese Dios enseña cómo es ese Dios. Definitivamente según el Cuarto Evangelio: Antes de Jesús todos los israelitas conocían el “nombre” de Yahvé, pero imperfectamente; sólo Jesús revela su esencia íntima.

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Si se lee el comentario de Gonzalo Fontana en “Los Libros del Nuevo Testamento” de Trotta del contexto (pp. 1398-1399),  se verá que esta cuestión no aparece ni por lo más remoto en el comentario.

17,25  Solo se comenta “Padre justo”, donde se afirma que “justo” es un adjetivo que solo se aplica ad y no a los hombres. Nada se dice de dar a conocer el Nombre porque es algo que se da por supuesto.

Gonzalo Fontana explica lo del nombre de Dios a propósito de Jn 4,26, el diálogo con la mujer samaritana. Esta dice:

“Sé que viene el Mesías, el llamado «Ungido»; cuando él llegue nos lo explicará todo.  Jesús le contestó: Yo soy, el que está hablando contigo”.

Comentario:

Yo soy: primera declaración explícita de la mesianidad divina de Jesús. Es el primero de los siete «yo soy» del Evangelio, paralelos a los siete signos-milagros, número de la perfección divina. Jesús se identifica con la fórmula «yo soy», sobre todo en sus usos absolutos, es decir, a los que no se añade nada (8,24; 8,28; 8,58; 13,19): «Y dijo Dios a Moisés: Yo soy el que yo soy [egó eimí hó ón]. Así dirás a los hijos de Israel: Yo Soy [hó ón] me envió a vosotros, el Dios de vuestros padres… Este es mi nombre para siempre, este mi memorial por todos los siglos»: (Éxodo 3,14-15). Jesús revela con sus obras actos la obra del Padre; de ahí que él, Jesús, lo haya revelado en su plenitud, en su sacratísimo nombre = su  esencia.

Como se puede observar, para el autor del comentario la deducción de que los discípulos “no conocían el nombre” y Jesús lo revela nada tiene que ver con que el Dios de Jesús no fuera Yahvé, el Dios común de todos los israelitas, sino que Jesús les revela mejor que nadie cómo es ese Dios. Les revela su nombre = su  esencia. De Yahvé, naturalmente, de cuyo nombre se habla, pero no se pronuncia, por respeto. No por ignorancia.

Saludos cordiales de Antonio Piñero

https://www.trotta.es/libros/los-libros-del-nuevo-testamento/9788413640242/

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Jesús de Nazaret, indignado con el patriarcado

Sábado, 25 de marzo de 2023
Comentarios desactivados en Jesús de Nazaret, indignado con el patriarcado

Mujeres-Iglesia_2537456278_16434143_660x371La mayoría de las religiones nunca se ha llevado bien con las mujeres -tampoco hoy-, que son las eternas olvidadas y las grandes perdedoras, consideradas subalternas y convertidas con frecuencia en sirvientas de los dirigentes religiosos

Sin el testimonio y la experiencia de la Resurrección por parte de las mujeres, quizá no hubiera nacido la Iglesia cristiana. Ellas se encuentran en los orígenes y en el primer desarrollo del cristianismo

Las mujeres jugaron un papel determinante en la expansión del movimiento de Jesús fuera de las fronteras de Israel.

La mayoría de las religiones nunca se ha llevado bien con las mujeres -tampoco hoy-, que son las eternas olvidadas y las grandes perdedoras, consideradas subalternas y convertidas con frecuencia en sirvientas de los dirigentes religiosos. Sus cuerpos y sus mentes son colonizados. No se les reconoce como sujetos morales, religiosos y teológicos porque en las religiones impera la masculinidad sagrada patriarcal.

Llevan razón la intelectual feminista Mary Daly cuando en su libro Más allá de Dios Padre afirma que “Si Dios es varón, el varón es Dios”, y la feminista de la tercera ola Kate Millet, quien en su libro Política sexual, dice que “el patriarcado tiene a Dios de su parte”. Pero no porque el Dios cristiano sea misógino, machista y patriarcal, sino porque esa es la imagen que ofrece de él el patriarcado religioso, en alianza con los otros patriarcados.

 Una actitud oculta durante siglos

Muy distinta fue, sin embargo, la actitud de Jesús de Nazaret, que mostró su indignación de manera especial con la sociedad y la religión patriarcales de su tiempo. El cristianismo histórico ha mantenido oculta esa actitud durante muchos siglos, ya que las iglesias cristianas se han configurado patriarcalmente y necesitaban legitimar dicha configuración a través de una imagen igualmente patriarcal del propio Jesús, de su mensaje y su práctica.

mary_dalyLa pensadora americana Mary Daly

Tampoco la exégesis y la teología fueron capaces de descubrir esa indignación, ya que han operado casi siempre, hasta muy recientemente, con métodos histórico-críticos androcéntricos, que resultaban patriarcales en la comprensión de la realidad, en la traducción e interpretación de los textos y en las imágenes que ofrecían de Jesús en la predicación, la catequesis, los tratados de teología y los libros de piedad.

Hoy, gracias sobre todo a la hermenéutica y a la teología feministas de la sospecha y a los estudios de antropología cultural y de sociología del Nuevo Testamento, del cristianismo primitivo y del Jesús histórico, se está poniendo de manifiesto la centralidad de la indignación de Jesús contra el patriarcado religioso, político, social y jurídico de su tiempo.

Jesús reconoce a las mujeres la dignidad que el judaísmo ortodoxo les negaba en todos los órdenes

Jesús reconoce a las mujeres la dignidad que el judaísmo ortodoxo les negaba en todos los órdenes. Pone en cuestión las leyes penales que condenaban con más severidad a las mujeres que a los varones, como la lapidación por adulterio y el libelo de repudio. En la escena evangélica de la mujer adúltera hay dos elementos a tener en cuenta en la conducta de Jesús: a) echa en cara a los acusadores su doble moral; b) perdona a la mujer, eximiéndola del castigo que le imponía la ley.

Creyentes-Criticas-Feministas_2329277069_15459398_667x375Creyentes, Críticas y Feministas

Valora muy positivamente el gesto generoso de la mujer que se presenta en casa del fariseo Simón, donde estaba Jesús comiendo, y derrama sobre él un frasco de perfume, lo que demuestra cercanía, e incluso ternura, hacia Jesús y reconocimiento simbólico de su mesianidad. En otra ocasión, Jesús osa afirmar, con harto escándalo para las autoridades religiosas, que las prostitutas, los pecadores y los publicanos precederán en el reino de los cielos a los fieles cumplidores de la ley.  Tal modo de actuar entra en conflicto con los guardianes de la ley.

Movimiento igualitario

Pone en marcha un movimiento igualitario de hombres y de mujeres, donde el sexo no es motivo de discriminación, ni de reconocimiento especial. El elemento común a hombres y mujeres dentro del grupo es el seguimiento del Maestro, que exige: compartir su estilo de vida pobre, acoger su enseñanza y anunciar el reino de Dios como buena noticia de liberación para las personas y los colectivos empobrecidos y marginados. Así lo pone de manifiesto un texto del evangelio de Lucas que se refiere a las mujeres que acompañaban a Jesús, algo que resultaba insólito entre los rabinos judíos: Lc 8,1-3.

La actitud integradora e inclusiva de Jesús provocó necesariamente conflicto, constituyó un desafío a las estructuras patriarcales del judaísmo

Jesús reconoce a las mujeres la dignidad y la ciudadanía que les negaban la religión, la sociedad y el Imperio romano. La actitud integradora e inclusiva de Jesús provocó necesariamente conflicto, constituyó un desafío a las estructuras patriarcales del judaísmo y a su discurso androcéntrico e implicaba un cambio revolucionario no solo en el terreno religioso, también en el político y el social.

Las mujeres jugaron un papel determinante en la expansión del movimiento de Jesús fuera de las fronteras de Israel. Así parecen indicarlo dos relatos evangélicos pertenecientes a dos tradiciones diferentes: el de la Samaritana, difusora de la Buena Noticia de Jesús en medio de un pueblo heterodoxo a los ojos de los judíos (Jn 4), y el de la Sirofenicia, mujer pagana que pide a Jesús la curación de su hija, poseída por un espíritu inmundo (Mc 7, 24-30; Mt 15, 21-28) y consigue vencer sus iniciales resistencias.

Primeras testigos del Resucitado

Pero donde se rompen todos los esquemas patriarcales de la sociedad y la religión judías es en los relatos de la Resurrección. Las mujeres, cuyo testimonio carecía de valor, aparecen como las primeras testigos del Resucitado. Los Doce aparecen como testigos indirectos que acceden al conocimiento de la resurrección a través de las mujeres. La actitud de aquellos ante el testimonio de las mujeres concuerda con el comportamiento adoptado durante el proceso de Jesús: si entonces huyeron, ahora se muestran reticentes y desconcertados. Como judíos misóginos, no creen a las mujeres.

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Magdalena, con Jesús, de Giovanni Bellini

Pablo de Tarso excluyó a las mujeres de la lista de las apariciones, sustituyéndolas por los Doce apóstoles y a María Magdalena por Pedro (1 Cor 15, 3-8). Pero ello no fue óbice para que el mismo Pablo reconociera la igualdad entre los hombres y las mujeres (Gálatas 3,26-28) y para que éstas tuvieran responsabilidades directivas en las comunidades paulinas. Coincido con Suzanne Tunc: “¡Ellas (las mujeres) son el eslabón indispensable de la transmisión del mensaje evangélico, e incluso el eslabón esencial para nuestra fe en Cristo resucitado!“.

Yo voy más allá todavía: sin el testimonio y la experiencia de la Resurrección por parte de las mujeres, quizá no hubiera nacido la Iglesia cristiana. Ellas se encuentran en los orígenes y en el primer desarrollo del cristianismo. Por eso resulta inexplicable que siendo las mujeres el origen de la Iglesia, sufrieran pronto tamaña marginación que dura hasta hoy, sin visos de cambio, al menos institucionalmente. En las bases cristianas sí hay cambios importantes, que han dado lugar a la rebelión de las mujeres y al nacimiento de la teología feminista.

Fuente Religión Digital

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Aparece una importante carta inédita del padre Arrupe sobre Teilhard de Chardin

Jueves, 16 de febrero de 2023
Comentarios desactivados en Aparece una importante carta inédita del padre Arrupe sobre Teilhard de Chardin

Teilhard_de_Chardin(1)Leído en el blog de Pedro Miguel Lamet:

Contra una visión de la Iglesia “de horizontes estrechos” Aparece una importante carta inédita del padre Arrupe sobre Teilhard de Chardin

Un nuevo documento, hasta ahora inédito, revela hasta qué punto el superior general de la Compañía de Jesús, padre Pedro Arrupe, tenía entre sus inquietudes personales más queridas reivindicar la figura del famoso y destacado jesuita paleontólogo y científico interdisciplinar, Teilhard de Chardin, que no pudo ver publicadas sus obras en vida

Pedro Arrupe, defendió a Teilhard afirmando que es “uno de los grandes maestros del pensamiento contemporáneo, cuyo éxito actualmente no debe asombrarnos. De hecho, él ha llevado a cabo una grandiosa tentativa para reconciliar el mundo de la ciencia y el de la fe”

En 1962 el Santo Oficio publica un monitum  que manda retirar sus obras de seminarios y universidades católicas. Decretaba que en sus obras, publicadas después de muerto, “abundan en tales ambigüedades e incluso errores serios, que ofenden a la doctrina católica”.  En la década de 1980 se trató de reivindicar su pensamiento, pero la Santa Sede refrendó la advertencia de 1962

Entre muchas declaraciones, me dijo que además de santa Teresa, san Juan de la Cruz, san Ignacio y san Francisco Javier, los autores contemporáneos que más leía eran Karl Rahner, De Lubac y Teilhard de Chardin. Y me señaló un libro que tenía sobre la mesa: una biografía de Teilhard en imágenes.

En la carta recién descubierta, Arrupe afirma que “el padre Teilhard intenta mostrar que la evolución traduce un avance de la materia hacia el espíritu”

Teilhard estaba preocupado por“anunciar su fe a un mundo alejado de Dios o para el que la Iglesia es una institución anticuada, encerrada en horizontes estrechos”

Subraya otro rasgo de su personalidad: su amor ardiente por Cristo, situado en el centro de su pasión por un mundo transformado, y que se realiza en el cristianismo. Este no es a sus ojos ‘un accesorio añadido al Mundo’, sino más bien ‘la piedra fundamental y la clave de la bóveda’”

“El padre Teilhard no solo vivía su sacerdocio y su vida religiosa con una gran intensidad en lo más íntimo de sí mismo, sino que además lo decía, lo proclamaba tanto a los no creyentes como a los creyentes”

“Hay en él la intuición profética de un gran número de problemas que habrían de movilizar y todavía movilizan el pensamiento y la acción de la Iglesia”

Se trata, pues, de un documento importante para la biografía del padre Arrupe y un texto que refuerza un rasgo destacado de su personalidad: su optimismo radical, muy teilhardiano, su teología inmanentista, frente a las corrientes pesimistas del hombre y el mundo, su creencia en que todo hombre lleva de alguna manera a Dios dentro (incluso los criminales llegó a decir), su apertura al dialogo con la cultura y el mundo.

Un nuevo documento, hasta ahora inédito, revela hasta qué punto el superior general de la Compañía de Jesús, padre Pedro Arrupe, tenía entre sus inquietudes personales más queridas reivindicar la figura del famoso y destacado jesuita paleontólogo y científico interdisciplinar, Pierre Teilhard de Chardin, que no pudo ver publicadas sus obras en vida, por prohibición de la Santa Sede, y recibió un monitum del Santo Oficio siete años después de su muerte. Se trata de una extensa y ponderada carta dirigida en 1981 por el padre Arrupe al provincial de Francia, Henri Madelín con ocasión del centenario de la muerte del científico. La ha revelado Leandro Sequeiros, SJ, presidente de la sección española de la Asociación Amigos de Teilhard de Chardin.

Siempre lo defendió

 Ya era conocida la admiración de Arrupe por el brillante pensador francés. Lector asiduo de sus obras, nada más ser elegido General de los jesuitas en 1965, en la primera rueda de prensa a preguntas de los periodistas sobre la contradicción que suponía el monitum dictado en 1962 contra el pensador francés y la exaltación que de Teilhard hacían escritores católicos, Pedro Arrupe, defendió a Teilhard afirmando que es “uno de los grandes maestros del pensamiento contemporáneo, cuyo éxito actualmente no debe asombrarnos. De hecho él ha llevado a cabo una grandiosa tentativa para reconciliar el mundo de la ciencia y el de la fe”.

Hay que aclarar que el Monitum publicado hacía solo tres años no era una condena formal. Pero afirmaba que en sus obras, publicadas después de muerto, “abundan en tales ambigüedades e incluso errores serios, que ofenden a la doctrina católica. Por esta razón, los eminentísimos y reverendísimos Padres del Santo Oficio exhortan a todos los Ordinarios, así como a los superiores de institutos religiosos, rectores de seminarios y presidentes de universidades, a proteger eficazmente las mentes, particularmente de los jóvenes, contra los peligros presentados por las obras del P. Teilhard de Chardin y de sus seguidores”. Eso de facto supuso la retirada de sus obras de las bibliotecas de seminarios y universidades católicas Pese a la censura impuesta por Roma a su obra, numerosas ediciones de los libros de Teilhard de Chardin se distribuyeron por todo el mundo en los años inmediatos a la publicación del monitum. En la década de 1980 se trató de reivindicar su pensamiento, pero la Santa Sede refrendó la advertencia de 1962.

Pedro Arrupe, tras señalar cómo en su trabajo y su espiritualidad todas las cosas confluyen en Cristo, concluye ante los informadores queno se puede dejar de reconocer la riqueza del mensaje del padre Teilhard para nuestro tiempo”, y que su esfuerzo “está completamente en la línea del apostolado de la Compañía de Jesús”. Es de imaginar cómo fueron recibidas estas palabras por la prensa internacional, particularmente la francesa.  Arrupe juzgaba positivamente a uno de los profetas más intuitivos del momento frente a sus detractores.

En otra ocasión Arrupe recordaba las palabras de Teilhard de Chardin: “El mundo pertenecerá a aquellos que le den la mayor esperanza”. Y cuando su estrecho colaborador Yves Calvez le velaba en el hospital después de la trombosis cerebral que le sobrevino en 1981, le leyó una noche El medio divino de Teilhard de Chardin y especialmente algunas frases. “Nuestra capacidad de disminución son nuestras verdaderas pasividades. (…) En cierto modo, para penetrar definitivamente en nosotros, Dios debe excavarnos, vaciarnos, hacerse un hueco”. Para Arrupe, lector de Teilhard, esa era una de las certezas de las que vivía, como se demostraría en los nueve años de postración y humillación que sufrió mansamente por su enfermedad y las medidas de la Santa Sede.

En julio de 1983, consciente de las dificultades de expresión y difícil recuperación que tenía el padre Arrupe, solicité licencia para trasladarme a Roma y conversar con él, con el fin de terminar mi proyecto, largos años acariciado, de completar una biografía de Arrupe, que apareció publicada en repetidas ediciones revisadas con los títulos Arrupe, una explosión en la Iglesia y Arrupe, testigo del siglo XX y profeta del XXI. Jamás olvidaré la experiencia de aquellas entrevistas con un hombre disminuido por la enfermedad,  pero transparente y transido de una gran luz interior. Entre muchas declaraciones, me dijo que además de santa Teresa, san Juan de la Cruz, san Ignacio y san Francisco Javier, los autores contemporáneos que más leía eran Karl Rahner, De Lubac y Teilhard de Chardin. Y me señaló un libro que tenía sobre la mesa: una biografía de Teilhard en imágenes. En realidad él ya no podía leer, por eso se limitaba a hojear la fotos de su vida. ¡Fue su último libro de cabecera!

De la materia al espíritu

                En la carta recién descubierta dice entre otras cosas que Teilhard “se preocupó por restaurar una visión holística del mundo, y en particular de situar al ser humano en su verdadero lugar, por lo que propone las directrices generales de una ciencia antropológica completa”, sin “reduccionismo” alguno, y que “se esfuerza en manifestar la organicidad de las ligazones entre la historia natural y la historia de las religiones del mundo”. Sobre el debatido tema de la evolución tiene el mérito  de “hacer cambiar de sentido un camino dominante en el momento en el que él iniciaba su carrera como científico: el de la evolución de las especies vivientes que llega hasta los humanos y que se esgrimía como la demostración del materialismo, el rechazo de la existencia de un mundo espiritual que se estimaba que solo podía ser salvable por el fijismo.” “Oponiéndose a esto, el padre Teilhard intenta mostrar que la evolución traduce un avance de la materia hacia el espíritu”.

      resucitado1          Teilhard estaba preocupado por “anunciar su fe a un mundo alejado de Dios o para el que la Iglesia es una institución anticuada, encerrada en horizontes estrechos. Un testimonio especial de una vocación de jesuita en el que la competencia técnica, lejos de ocultar o de devorar el compromiso, coopera a estimular y nutrir su preocupación apostólica y misionera”. Lo conecta con el fenómeno de la inculturación y con el padre Ricci en China. Preocupación que “nos empuja a lo mayor y que nosotros interpretamos como tener una presencia en diversos lugares en los que la Iglesia ha estado ausente hasta ahora con demasiada frecuencia”.

                Subraya otro rasgo de su personalidad: “su amor ardiente por Cristo, situado en el centro de su pasión por un mundo transformado, y que se realiza en el cristianismo. Este no es a sus ojos ‘un accesorio añadido al Mundo’, sino más bien ‘la piedra fundamental y la clave de la bóveda”, llegando a la conclusión de que la Encarnación puede entonces iluminar el mundo,

                “Adhesión y unión a Cristo -añade- traduce más lo que es la existencia de los sacerdotes y de los religiosos. El padre Teilhard no solo vivía su sacerdocio y su vida religiosa con una gran intensidad en lo más íntimo de sí mismo, sino que además lo decía, lo proclamaba tanto a los no creyentes como a los creyentes”. A continuación, subraya también su adhesión a la Iglesia: Es necesario añadir que él fue fiel y obediente. Y que él había obedecido por profunda fe en la Iglesia y por el amor que le tenía a ella, lo cual lo sabemos por el peso de sufrimiento que le costó”.

                Ve Pedro Arrupe en Teilhard de Chardin una dimensión profética: “Hay en él la intuición profética de un gran número de problemas que habrían de movilizar y todavía movilizan el pensamiento y la acción de la Iglesia. Todo se logra en el amor filial a esta Iglesia que el padre Teilhard no disociaba jamás de Cristo, y de su amor simbolizado por su Corazón. Como ha escrito el padre Teilhard: ‘El Cristo’. ‘Su Corazón. ‘Un Fuego capaz de penetrar todas las cosas’.

                Se trata pues de un documento importante para la biografía del padre Arrupe y un texto que refuerza un rasgo destacado de su personalidad: su optimismo radical, muy teilhardiano, su teología inmanentista, frente a las corrientes pesimistas del hombre y el mundo, su creencia en que todo hombre lleva de alguna manera a Dios dentro (incluso los criminales llegó a decir), su apertura al dialogo con la cultura, los increyentes y todas las religiones, su esperanza en el futuro y la profunda alegría que le animaba incluso en los peores momentos y que le inspiró sus últimas palabras antes de morir: “Para el presente amén, para el futuro, alegría”.En el caso de Teilhard, como en otros casos, se sumaba una circunstancia agravante; el sujeto castigado «teológicamente» era, además, expulsado de su casa y de su patria. Teilhard fue extraditado de Francia y se vio obligado a emigrar a Estados Unidos. Murió en Nueva York el 10 de abril de 1954.

                Por su importancia publicamos íntegramente la citada carta en traducción del francés de Leandro Sequeiros, SJ.:

TEXTO ÍNTEGRO

Carta del padre general de la Compañía de Jesús, pedro Arrupe, al Provincialo de Francia, Henri Madelin (30 de mayo de 1981)

Curia Praepositi Generalis Societatis Iesu Roma –Borgo Sto Spirito, 5- Par R.P. Henri Madelin-Provincial, ParísRoma,
30 de mayo de 1981

Querido Padre Provincial, PC.

                arrupe-thu Con ocasión del centenario del nacimiento del padre Pierre Teilhard de Chardin, no puede faltar el dirigirme a usted como representante de la Compañía de Jesús en Francia para compartir lo que significa para mí la persona y la obra de este gran jesuita surgido de entre ustedes. Y quiero compartirlo gratamente con ocasión del Coloquio que han organizado el Centro Sèvres y el Centre des Fontaines para profundizar el conocimiento de los aspectos clave del pensamiento científico y religioso del padre Teilhard. Yo se por supuesto que a través de los participantes en este Coloquio mi palabra se unirá a la de otros muchos, jesuitas y no jesuitas, que muestran un interés cordial por la persona y la obra de nuestro hermano.El padre Teilhard me es sin duda querido por los rasgos de su esfuerzo que se inscriben tan ejemplarmente en una vocación de jesuita: la búsqueda opinable de una mejor comprensión de la fe, plenamente actualizada; el empeño misionero por anunciar esta fe a aquellos que están alejados de ella.

                Su búsqueda de una comprensión de la fe profunda y actualizada se expresa en dos dimensiones complementarias. En primer lugar, dentro de una ciencia fragmentada bajo el impacto de la especialización de las disciplinas, Teilhard se preocupó por restaurar una visión holística del mundo, y en particular de situar al ser humano en su verdadero lugar, por lo que propone las directrices generales de una ciencia antropológica completa, que es a la vez física, biológica y sociológica, haciendo un lugar a las especificidades sin caer en el reduccionismo.

                Al mismo tiempo, en aras de la coherencia interna que evita toda forma de concordismo, Teilhard se esfuerza en manifestar la organicidad de las ligazones entre la historia natural y la historia de las religiones del mundo.

                Animado por estos objetivos, el padre Teilhard ha osado mirar de frente los problemas abiertos por los puntos de vista evolucionistas que se han impuesto progresivamente dentro del campo de las ciencias de la naturaleza y del ser humano, pero ante las cuales la conciencia cristiana a menudo sigue huyendo. Poderosamente arraigado en la fe de la Iglesia por su educación familiar y por la formación en una orden religiosa, Teilhard pertenecía entero al universo científico – por sus competencias de geólogo y más aún de paleontólogo – entonces desconocido para muchos de sus hermanos en la fe.

                Por una decisión mal reflejada y por temperamento, Teilhard rechaza las cosas estrechas, y no declara incompatibles entre ellas estas realidades, la fe y la ciencia, igualmente vitales a sus ojos. Más aún: el busca unirlas por un camino de profundidad.

                Teilhard tiene además el mérito de hacer cambiar de sentido un camino dominante en el momento en el que él iniciaba su carrera como científico: el de la evolución de las especies vivientes que llega hasta los humanos y que se esgrimía como la demostración del materialismo, el rechazo de la existencia de un mundo espiritual que se estimaba que solo podía ser salvable por el fijismo.

                Oponiéndose a esto, el padre Teilhard intenta mostrar que la evolución traduce un avance de la materia hacia el espíritu. Este punto de vista puede hoy considerarse como razonable y aceptable, lo mismo que hoy nos podemos adherir, sin reservas, a todas las conclusiones teológicas que el padre Teilhard ha basado en este punto de vista fundamental.

                Él se sitúa entonces de forma espontánea más allá de los simplismos de una ideología cientificista que estaría orgullosa de un reduccionismo mortal del ser humano y de las cosas a solos sus elementos, pero más allá también de la pereza y de la timidez de una fe que rechazase el valor y el derecho de las investigaciones humanas. Estaba persuadido de que él regresa al cristiano del futuro, un “buscador que se entrega por amor a los trabajos de lo que se va a descubrir” y que lo convierte en “adorador de algo que es más grande que el mundo”, al trabajo en el mundo mismo. [Obras completas, VI, 223 (“La mística de la ciencia”) – 1939 (20 marzo)  La mística de la ciencia. VI, La energía humana 177-196. Taurus, Madrid, 1963, Ensayistas de Hoy, nº 34]. El padre Teilhard está caracterizado a continuación, pero mejor podemos decir que al mismo tiempo, por su preocupación, – central, constante, perfectamente consciente, – por anunciar su fe a un mundo alejado de Dios o para el que la Iglesia es una institución anticuada, encerrada en horizontes estrechos. Un testimonio especial de una vocación de jesuita en el que la competencia técnica, lejos de ocultar o de devorar el compromiso, coopera a estimular y nutrir su preocupación apostólica y misionera.

                A aquellos que consideran que el cristianismo está pasado de moda, el padre Teilhard quiere mostrar, y lo consigue en buena parte tanto entre cristianos como entre no creyentes, que el cristianismo, la Iglesia, constituyen el corazón mismo del mundo, de este mundo sometido a una transformación tan profunda, que él osa decir que la Iglesia solo puede aportar la luz sobre sin el cual el mundo estaría condenado a la ruina.

                No tengo necesidad de señalar cómo tal audacia, tal anchura y profundidad de este punto de vista lo separan de muchos de los cristianos temerosos. Las concepciones del padre Teilhard anuncian la apertura del mundo y la preocupación de la inculturación que ha caracterizado la enseñanza del Concilio, de Juan XXIII y de Pablo VI y que marcan hoy en día la de Juan Pablo II.

                Estas enseñanzas se inscriben en la preocupación que ha sido fundamental dentro de la Compañía de Jesús, la capacidad de ser audaces en proyectos apostólicos, tales como los del padre Ricci en China, por no citar más que uno. Preocupación que nos empuja a lo mayor y que nosotros interpretamos como tener una presencia en diversos lugares en los que la Iglesia ha estado ausente hasta ahora con demasiada frecuencia.

El tercer rasgo de la personalidad y de la obra del padre Teilhard es sin embargo todavía más valioso para nosotros es este: su amor ardiente por Cristo, situado en el centro de su pasión por un mundo transformado, y que se realiza en el cristianismo. Este no es a sus ojos “un accesorio añadido al Mundo”, sino más bien “la piedra fundamental y la clave de la bóveda”; Cristo es para Teilhard “el Centro único, valioso y consistente, que brilla en la cima del provenir del Mundo, en el punto opuesto de las regiones oscuras, eternamente decrecientes, donde se atreve a entrar nuestra Ciencia cuando esta se adentra por el camino de la Materia y del Pasado” [Obras completas, Ciencia y Cristo, IX, París, 60-61 (“Ciencia y Cristo”) — 1921 (27 febrero) Ciencia y Cristo, o Análisis y Síntesis. IX, 43-58]

                La Encarnación puede entonces iluminar el mundo, ese mundo en el que la ciencia moderna despliega la inmensidad en el espacio y en el tiempo; esta ciencia representa para el universo nuevamente conocido donde todo está en generación, el “si” de Dios que toma sobre él un devenir que lo ha lanzado él mismo. Alrededor de Cristo, hay una coherencia en los misterios de la creación, de la encarnación, de la redención, hasta la de la mutación última, la única capaz de lograr el mundo en Dios.

                Esta visión cristológica sustentó todos los esfuerzos del padre Teilhard y rigió su testimonio. Él era siempre consciente de que su tarea, incesantemente recomenzada, para situar con luminosidad total el lugar de Cristo en el universo evolutivo que la ciencia moderna nos hace necesario aceptar, era la forma – moderna también – que los Padres de la Iglesia fueron los primeros en ofrecer como revelación de Dios en Jesucristo. Teilhard buscaba imitarlos.

                Y nosotros estamos aquí en la fuente de todo aquello que fue el padre Teilhard: fe en Cristo, adhesión a Cristo en un grado raramente alcanzado. Adhesión y unión a Cristo traduce más lo que es la existencia de los sacerdotes y de los religiosos. El padre Teilhard no solo vivía su sacerdocio y su vida religiosa con una gran intensidad en lo más íntimo de sí mismo, sino que además lo decía, lo proclamaba tanto a los no creyentes como a los creyentes. Este ejemplo tiene actualidad después de discreciones abusivas.

                Y es también muy actual para todos – y yo no querría omitir el resaltar este tema – la adhesión del padre Teilhard a la Iglesia. Ya he dicho antes cuál era el lugar que ocupaba la Iglesia en su visión de las cosas. Es necesario añadir que él fue fiel y obediente. Y que él había obedecido por profunda fe en la Iglesia y por el amor que le tenía a ella, lo cual lo sabemos por el peso de sufrimiento que le costó.

                Teilhard mantenía “sentir con la Iglesia” según la expresión de San Ignacio. Y al final – como él mismo decía -de “presentir” con ella. [Obras completas, X, 204 (“Cristianismo y Evolución”). En: Como yo creo. 1945  (11 noviembre)  “Cristianismo y Evolución. X, 191-206]

                Es bueno volver a leer toda su obra, siempre dentro de unos límites, para descubrir, a treinta o cincuenta años de distancia, todo lo que en ella hay de presentimiento de todo aquello que se preparaba en la Iglesia y todo lo que iba a eclosionar en la segunda mitad y al final del siglo XX.

                Hay en él la intuición profética de un gran número de problemas que habrían de movilizar y todavía movilizan el pensamiento y la acción de la Iglesia. Una sensibilidad seguramente adquirida sobre todo en la intimidad.

Esto se necesita tanto hoy día, en un tiempo en el que no se hace fácil a aquellos que quieren servir a la Iglesia de esa misma manera.

                Yo no digo probablemente nada nuevo a los participantes en el Coloquio de los jesuitas de rue de Sèvres que han frecuentado asiduamente la lectura de la obra del padre Teilhard. Os hago partícipes de algunas razones que he descubierto para seguirle y de reemprender sin cesar la exploración de su pensamiento.

                He querido una vez más recurrir al ejemplo para nuestros tiempos del padre Teilhard que tuvo una gran valentía para tener un conocimiento profundo de la fe en el diálogo del misterio de Cristo con todas las verdades descubiertas, con el objeto de anunciar esta fe a todos aquellos mismos a los que les puede sorprender y que por sí mismos no están incapacitados para entender.  Todo se logra en el amor filial a esta Iglesia que el padre Teilhard no disociaba jamás de Cristo, y de su amor simbolizado por su Corazón. Como ha escrito el padre Teilhard: “El Cristo”. “Su Corazón”. “Un Fuego capaz de penetrar todas las cosas”.

                Crea usted en esta ocasión, querido padre Provincial, en mis sentimientos más fraternales, hacia usted y hacia todos aquellos a los que usted estime comunicar mis propósitos.

Pedro Arrupe, SJ

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Una madre cristiana demanda al colegio de su hijo por hacerle participar en un desfile LGBT+

Jueves, 16 de febrero de 2023
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C1BF7D73-3B72-49E0-AA8F-D327C6A40CDACuenta con el apoyo del Centro Jurídico Cristiano

Una madre cristiana demanda al colegio de su hijo por obligarle a participar en un desfile LGBT

Una madre cristiana devota ha demandado a la escuela de su hijo de cuatro años por haberle obligado a participar en un desfile LGBT.

Ahora se ha iniciado un caso legal inédito, después de que la madre dijera que quiere que su “hijo reciba una educación, en lugar de adoctrinamiento”.

En la primera vista, celebrada ayer, se escuchó cómo la Sra. Izzy Montague, de 38 años, emprendió acciones legales contra la escuela primaria Heaver’s Farm de Croydon, al sur de Londres, después de que le dijeran que su hijo no podía optar por no asistir a un acto del Orgullo, a pesar de las creencias cristianas de la familia.

La madre ha demandado a la escuela por discriminación directa e indirecta, victimización e incumplimiento de las obligaciones legales en virtud de la Ley de Educación de 1996 y la Ley de Derechos Humanos de 1998.

La devota madre cristiana afirma que su hijo de cuatro años fue obligado a participar en el desfile del orgullo LGBT de la escuela en contra de su voluntad.

La Sra. Montague dijo que tuvo conocimiento del desfile del Orgullo por primera vez el 19 de junio de 2018, cuando recibió una carta que se envió a los padres invitándolos a una marcha del Orgullo para “celebrar las diferencias que los hacen especiales a ellos y a su familia”.

Dijo que se puso en contacto con la escuela y escribió una larga carta en la que pedía que se excusara a su hijo debido a la “exhibición pública de adhesión a opiniones que ella no aceptaba”.

El miembro del personal que estaba en la escuela cuando ella llamó dijo que [la Sra. Montague] era intimidante y amenazante”. Se le prohibió la entrada a la escuela después de una serie de preocupaciones en torno a su comportamiento hacia el personal, escuchó el tribunal por parte de la Directora Susan Papas.

En el juicio, la directora fue preguntada por el representante legal de la escuela Sr Ian Clarke: ‘¿Qué estaba tratando de lograr al prohibir a la Sra. Montague de la escuela?’. La Sra. Papas dijo: ‘Estaba tratando de apoyar a los miembros del personal que dijeron que no se sentían seguros con ella. Dudé al respecto y lo discutí con el presidente de los gobernadores, Graham Cluer (corr), no quería empeorar la situación. El presidente de los gobernadores me recordó mi deber de cuidar al personal porque el personal se quejaba diciendo que se sentían muy inseguros a su alrededor, tenía que tomar medidas”.

Michael Phillips, en representación de la Sra. Montague, le preguntó a la Sra. Papas: “¿Acepta el hecho de que mi cliente es alguien que habla más alto que el promedio?” “Sí, habla más alto que el promedio, pero muchos padres hablan más alto que el promedio, muchos miembros del personal hablan más alto que el promedio”, respondió la Sra. Papas.

La madre también afirmó que la marcha era una “discriminación ilegal contra los niños que siguen su religión cristiana o cualquier otra religión mayoritaria”, según declaró el Tribunal del Condado Central de Londres. Sin embargo, dijo al tribunal que su petición había sido denegada.

Creyendo que estaba siendo acosada y negándose a ser silenciada, la Sra. Montague no tuvo otra alternativa que retirar a su hijo de la escuela e inició acciones legales. Cuenta con el apoyo del Centro Jurídico Cristiano.

Al comienzo del juicio, que durará ocho días, el juez Christopher Lethem declaró que la Sra. Montague y su marido eran “devotos cristianos renacidos”. Dijo que creen que las relaciones sexuales deben abstenerse o tener lugar dentro de un matrimonio para toda la vida entre un hombre y una mujer, y añadió que cualquier actividad fuera de esos confines es pecaminosa. El juez Lethem también dijo: “También dicen que el Orgullo es considerado el más grave de los pecados capitales”.

El tribunal escuchó que la Sra. Montague asistió a una reunión con Susan Papas -directora del colegio- y que la hija de la directora estaba allí, con una camiseta en la que se leía el lema: “¿Por qué ser racista, sexista, homófobo o transfóbico cuando puedes estar callado?”.

Varios padres también afirmaron que la escuela estaba imponiendo un programa LGBT “muy agresivo” a sus hijos -todos ellos menores de 12 años- de una manera que abusaba de sus derechos parentales.

La Sra. Montague afirmó, a raíz de sus denuncias, que la escuela creó un ambiente “hostil” e “intimidatorio” hacia los padres que disentían de la ideología LGBT que se imponía a sus hijos.

Al ser preguntada por Ian Clarke, representante de la escuela, sobre su reacción a la carta que recibió sobre la marcha del Orgullo, dijo que le parecía que se estaba pidiendo a los niños que hicieran algo que “nadie quería comprar”.

El Sr. Clarke dijo: “Así que recibes esta carta el 19 de junio y ves que se trata de celebrar ‘las cosas que hacen especial a nuestra familia. Dice que la carta le obliga a adoctrinarse en un estilo de vida LGBT, ¿dónde dice eso?”.

La Sra. Montague respondió: “No sé, sólo sentí que había surgido un tema. Está claro que yo no estaba al tanto, pero esta era la forma, en mi opinión, de intentar adoctrinarnos haciéndonos creer que formaba parte de la ley o de los valores británicos, o que formaba parte del plan de estudios nacional, era intentar vender algo que nadie quería comprar”.

El representante de la escuela también preguntó a la madre qué le parecía que la escuela celebrara la diversidad. El Sr. Clarke le preguntó: “Según tengo entendido, ¿no tiene usted problemas para celebrar la diversidad de toda la comunidad escolar y hacer frente al acoso escolar?”.

La Sra. Montague dijo: “Personalmente, no es algo que celebraría… No es algo que elegiría celebrar. Creo que es bueno que la comunidad en general se reúna, y que aprendamos y convivamos. No sé si se refiere a celebrar como hacer una fiesta, no es algo a lo que yo asistiría”.

El Sr. Clarke preguntó: “¿No está la escuela simplemente utilizando el mes de junio para celebrar cuestiones más amplias de diversidad y tolerancia?”.

La Sra. Montague respondió: “Creo que se está utilizando el mes del Orgullo y otros temas de esa época para vender el mes del Orgullo. Creo que se puede celebrar fácilmente la diversidad sin que tenga nada que ver con el mes del Orgullo”.

Y cuando se le preguntó a la joven de 38 años si seguiría demandando a la escuela si el acto no hubiera tenido lugar en el mes del Orgullo, respondió: “Si hubieran hecho algún tipo de celebración de cualquier estilo de vida sexual seguiríamos aquí sentados [en el tribunal]. Un mes que celebra los estilos de vida sexuales es un problema en cualquier mes”.

El esposo de la Sra. Montague, Shane Montague, le dijo previamente a la corte que no creía que fuera “el trabajo de la escuela” enseñar a los niños sobre las familias del mismo sexo.La Sra. Montague previamente provocó controversia en Good Morning Britain de ITV después de decirle a un padre gay que su sexualidad “es una elección” durante el debate sobre las lecciones LGBT en las escuelas.

Antes de la vista del 1 de febrero, la Sra. Montague dijo que se sentía “acosada” por la escuela, ya que sólo intentaba “concienciar a los padres de lo que está ocurriendo en nuestras escuelas primarias”. La madre explicó: “Ni siquiera intentaba impedir el acto del Orgullo. Solo quería que mi hijo recibiera una educación, en lugar de adoctrinamiento”.

“Después de denunciar que obligaban a mi hijo a participar en un acto contrario a nuestras creencias cristianas, la actitud del colegio hacia mí cambió por completo. Otros padres tenían miedo de hablar por el trato que me había dado la escuela.

“Era como si me acosaran. Dejaron de tratarme como a cualquier otro padre y se mostraron antagónicos conmigo. Creo que tomaron represalias contra mí excluyéndome injustificadamente de las instalaciones, victimizando a mi hijo y no tomándose en serio mis preocupaciones de salvaguardia.”

Y añadió: “Adopto esta postura para concienciar a los padres de lo que está ocurriendo en nuestras escuelas primarias. No quiero que otros padres pasen por lo mismo que yo en los próximos meses y años”.

Es la primera vez que un tribunal británico examinará la legalidad de imponer la ideología LGBT en las escuelas primarias.

También se examinarán sus repercusiones en la discriminación religiosa, los derechos humanos de los padres y sus hijos, el derecho a no recibir educación sexual y el deber de neutralidad política de las escuelas.

Este caso se verá en el Central London County Court del miércoles 1 de febrero al 10 de febrero.

La audiencia continúa.

Fuente Daily Mail.

General, Homofobia/ Transfobia., Iglesias Evangélicas , , , , , , , , , , , ,

“Tensión conflictiva en la Iglesia”, por José María Castillo, teólogo.

Miércoles, 15 de febrero de 2023
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Tension_2529957019_16398956_660x371De su blog Teología sin censura:

“La Religión está en declive creciente. Pero este declive no es una desgracia fatal”

“Es un ‘secreto a voces’ que en la Iglesia existe un profundo malestar. Esta situación, desagradable y peligrosa, se ha acentuado con motivo del fallecimiento del expapa Benedicto XVI… En la Iglesia, todos los papas representan la suprema autoridad. Pero no olvidemos que, en cualquier caso y sea quien sea, estamos hablando de la suprema autoridad ‘en la Iglesia'”

“En la Iglesia se ha producido una adulteración doble: desplazar el ‘seguimiento’ de Jesús a la ‘espiritualidad’, que es privilegio de selectos”

“Y la otra adulteración – la más determinante en la Iglesia – es la que brotó, ya en los primeros discípulos: Sin duda alguna, aquellos primeros apóstoles ‘seguían’ a Jesús. Pero ‘no habían renunciado al yo'”

“En este momento, estamos en el proceso de la transformación que urge recuperar lo que inició, quiso y quiere Jesús, tal como quedó patente en el Evangelio”

Es un “secreto a voces” que en la Iglesia existe un profundomalestar. Un malestar además que se ha destapado y es motivo de preocupación en los ambientes religiosos y eclesiásticos. Esta situación, desagradable y peligrosa, se ha acentuado con motivo del fallecimiento del expapa Benedicto XVI.

Por supuesto, los dos últimos papas, Joseph Ratzinger y Jorge Mario Bergoglio, han sido y son dos hombres muy distintos. Pero el problema no está en lo que han sido – o son – estos dos hombres. El problema está en lo que ambos representan.

Por supuesto, en la Iglesia, todos los papas representan la suprema autoridad. Pero no olvidemos que, en cualquier caso y sea quien sea, estamos hablando de la suprema autoridad “en la Iglesia”, que se tiene que ejercer “de acuerdo con lo que enseña el Evangelio”. Teniendo siempre en cuenta que, en la Iglesia, nadie puede tener autoridad para vivir o decidir “en contra de lo que enseña el Evangelio”. Por supuesto, en la medida y según las limitaciones inherentes a la condición humana.

Pues bien, esto supuesto, sabemos que Jesús les anunció a sus doce apóstoles, en tres ocasiones (Mc, 8, 31 par; 9, 30-32 par; 10, 32-34 par; J. Jeremias, Teología del NuevoTestamento. Salamanca, Sígueme, pg. 321-331), que en Jerusalén iba a ser condenado a la muerte más baja que una sociedad puede adjudicar: la de un delincuente ejecutado (Gerd Theyssen, El movimiento de Jesús, Salamanca, Sígueme, pg. 53).

c79437b55c5c9951dea9dd78facc22a7_XLAhora bien, a partir del momento en que los discípulos se enteraron de que el final de Jesús se acercaba, y todo aquello acabaría en un fracaso inimaginable, la conducta de aquellos apóstoles tomó un giro inesperado. Sencillamente, los que “siguiendo a Jesús”, habían abandonado todo lo que tenían (familia, trabajo, viviendas…) (cf. Mt 8, 18-22; Lc 9, 57-62), con una generosidad increíble, al ver que aquello llevaba al fracaso más cruel y vergonzoso, sin duda alguna y precisamente por eso, entonces fue cuando aquellos “seguidores” de Jesús se pusieron a discutir cuál de ellos era “el más grande” (meison) (Mc 9, 33-35, cf. 10, 43; Lc 22, 24-27) (cf. S. Légasse, Dic. Ex. N.T., vol.II, 207). Es decir, el que debía tener el máximo poder y tenía que aparecer como el más importante. Jesús, por el contrario, cambia semejante criterio radicalmente: el primero, entre sus discípulos, no ha de ser el más grande, sino al revés: el más pequeño, el que representa lo que es visto como un chiquillo (Mc 9, 37 par).

Pero no es esto lo más importante que enseñó Jesús a sus discípulos y apóstoles. Después del tercer anuncio de la pasión y muerte, cuando estaban ya subiendo a Jerusalén (Mc 10, 32 par), en vísperas del fracaso inminente, “los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan”, tuvieron el atrevimiento descarado de pedirle a Jesús que fueran para ellos los primeros puestos. A lo que Jesús respondió: “No sabéis lo que estáis pidiendo” (Mc 10, 34 par). Y sobre todo, el problema grave es que los demás discípulos se indignaron ante la petición de Santiago y Juan (Mc 10, 41). O sea, todos querían estar situados en los puestos de más importancia.

La respuesta de Jesús fue tajante. Los convocó a todos y les dijo que no podían apetecer lo que apetecen los “jefes de las naciones”. Tenían que apetecer y vivir como “doulei”, como “siervos y esclavos” de los demás (Mc 10, 42-45 par).

En la Iglesia se ha producido una adulteración doble. Ante todo, el Evangelio exigió el “seguimiento” de Jesús, que se realiza en el despojo de cuanto se tiene (Mt 8, 18-22; Lc 9, 57-52). Es decir, no vivir atados a los bienes que nos privan de la libertad, para hacer posible la bondad sin límites. Pero lo que hemos hecho ha sido desplazar el “seguimiento” de Jesús a la “espiritualidad”, que es privilegio de selectos.

Y la otra adulteración – la más determinante en la Iglesia – es la que brotó, ya en los primeros discípulos, cuando Jesús les informó de que tenían que despojarse, no sólo “de lo que cada cual tenía” (dinero, propiedades, casa, familia…), sino además y sobre todo, “despojarse del yo” (Eugen Drewermann). Esto explica por qué cuando Jesús informó a los discípulos – por segunda vez – del final que le esperaba (Mc 9, 30-32 par), aquellos fieles hombres se pusieron a discutir “cuál de ellos era el primero y el más importante” (Mc 9, 34-35 par). A lo que Jesús respondió que, en su proyecto, el que quisiera “ser el primero” tenía que “hacerse como un chiquillo y ser el último” (Mc 9, 33-37 par).

202012shutterstock_567724573-scaled-2-745x475Sin duda alguna, aquellos primeros apóstoles “seguían” a Jesús. Pero aquellos seguidores de Jesús “no habían renunciado al yo”. Es decir, querían seguir a Jesús, pero siendo los primeros, los más importantes, los que mandan. Y la verdad es que, cuando apresaron a Jesús, para matarlo, Judas vendió a Jesús, Pedro lo negó tres veces y, por supuesto, “todos los discípulos lo abandonaron y huyeron” (Mc 26, 56).

Desde aquel momento, quedaron puestos los pilares de una Iglesia que vive en tensión conflictiva. En el siglo pasado, el papa san Pío X dijo en una encíclica famosa (Vehementer Nos): “En la sola jerarquía residen el derecho y la autoridad necesaria para promover y dirigir a todos los miembros hacia el fin de la sociedad. En cuanto a la multitud, no tiene otro derecho que el de dejarse conducir y, dócilmente, el de seguir a sus pastores” (cf. Y. Congar, Ministerios y comunión eclesial, Madrid, Fax, 1973, pg.14).

Así se veía a la Iglesia en los primeros años del siglo XX. Un siglo después – ahora – una Iglesia así es insoportable. En este momento, estamos en el proceso de la transformación que urge recuperar lo que inició, quiso y quiere Jesús, tal como quedó patente en el Evangelio. La Religión está en declive creciente. Este declive no es una desgracia fatal. Es el paso inevitable para que el centro de la vida de la Iglesia no se realice en conflictos clericales, sino en la recuperación del Evangelio.

Cristianismo (Iglesias), Iglesia Católica , , , , ,

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