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Svante Pääbo, recibe el Nobel de Medicina 2022: Un científico singular

Martes, 11 de octubre de 2022
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Foto: Reuters; Diseño: Mauricio Ledesma

Es uno de los investigadores del grupo de Atapuerca (Burgos) y visiblemente bisexual. En el libro de 2014 de Pääbo, Neanderthal Man: In Search of Lost Genomes, afirmó que es abiertamente bisexual; asumió que era gay hasta que conoció a Linda Vigilant, una primatóloga y genetista estadounidense cuyos “encantos juveniles” lo atrajeron. Han sido coautores de muchos artículos, están casados y tienen un hijo y una hija juntos en Leipzig.

“La prensa de hoy anuncia que el comité de los Premios Nobel otorga el galardón en medicina al genetista sueco Svante Pääbo por sus descubrimientos sobre los genomas de los homínidos extintos y la evolución humana en los que trabajó con fósiles de Atapuerca”

“Este profesor de Genética y Biología Evolutiva, que, desde hace tres lustros años colabora con el Laboratorio de Evolución Humana de la UBU y que es el fundador de la paleogenética, intervino en el logro científico de secuenciar el ADN mitocondrial más antiguo del mundo”

“¿Es el Homo sapiens una especie biológica más? Entonces, ¿cuándo comienza lo propiamente humano? ¿Dónde está Adán? ¿Podría la genómica comparada aportar alguna luz a la dimensión espiritual – o incluso religiosa- del ser humano?”

“La respuesta, afirma Emiliano Aguirre, se nos escapa y baila como una gota de azogue en un amplio periodo de tiempo de tal manera que ‘La cronología de este instante con relación a la cronología morfológica -e incluso arqueológica- es difícil, por no decir imposible de establecer'”

En la revista FronterasCTR (13 junio 2018), con el título “Las nuevas fronteras de la paleogenómica: Svante Pääbo recibe el premio Princesa de Asturias 2018 publicamos un extenso artículo sobre el genetista sueco Svante Pääbo.

La prensa de hoy anuncia que el comité de los Premios Nobel otorga el galardón en medicina al genetista sueco Svante Pääbo por sus descubrimientos sobre los genomas de los homínidos extintos y la evolución humana en los que trabajó con fósiles de Atapuerca / Recibió el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica en 2018  a propuesta del rector de la Universidad de Burgos.

“Los descubrimientos referidos a los genomas de homininos extintos y la evolución humana” realizados por el científico sueco Svante Pääbo le han valido la designación como Premio Nobel de Medicina, distinción que suma al Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica que recibió en 2018  a propuesta del rector de la Universidad de Burgos

Este profesor de Genética y Biología Evolutiva, que, desde hace tres lustros años colabora con el Laboratorio de Evolución Humana de la UBU y que es el fundador de la paleogenética, intervino en el logro científico de secuenciar el ADN mitocondrial más antiguo del mundo obtenido en la Sima de los Huesos de los yacimientos de Atapuerca.

Svante Pääbo, un científico singular

El trabajo de Pääbo y sus numerosos y brillantes colaboradores cambió algunas de las ideas sobre lo que se considera conocimiento común. Esto le ha merecido el premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2018. De acuerdo con sus hipótesis, parece que los neandertales tuvieron descendencia con los humanos hace unos 55.000 años y parece probable que tuviesen capacidad de hablar e incluso se puede pensar que sus coitos eran prolongados, como los humanos, y no cortos, como los de los simios. La mayor parte de la información que contiene el genoma neandertal, no obstante, aún está por descubrir.

De momento, la aventura para lograrlo nos ha dejado una gran historia. ¿Qué implicaciones tienen estas investigaciones para redefinir lo que es el ser humano? ¿Nos encontramos en una nueva frontera de la humanidad?

“¿Qué implicaciones tienen estas investigaciones para redefinir lo que es el ser humano? ¿Nos encontramos en una nueva frontera de la humanidad?”

El proceso de hominización: Aproximación genómica

Pero en estos últimos años, la genómica, el estudio del material genético, ha aportado muchos datos al problema de nuestros orígenes y de nuestro futuro. Y aquí nos encontramos con Pääbo. Los primeros estudios de aplicación de la Bioquímica a la historia evolutiva se llevaron a cabo a principios de los años cincuenta del siglo pasado, comparando la secuencia de aminoácidos de proteínas pequeñas, como el citocromo C (104 aminoácidos) o las globinas; los árboles filogenéticos obtenidos por el estudio de las variaciones de los aminoácidos eran superponibles a los obtenidos por los registros fósiles. Las técnicas de secuenciación del DNA han permitido, de manera más fina, rápida y eficaz obtener las secuencias completas del DNA mitocondrial y de los genomas de una gran variedad de seres vivos.

reloj1El cromosoma mitocondrial humano está compuesto por una doble cadena circular de DNA que contiene 16.569 pares de bases y posee una gran tasa de mutación; mutaciones que se transmiten a los descendientes exclusivamente por vía materna. En la fecundación las mitocondrias del espermatozoide se degradan en las primeras etapas del desarrollo embrionario. Como las mutaciones por substitución de un nucleótido son de origen materno, posibilita conocer individuos cercanamente emparentados por la vía materna y determinar cadenas de descendientes. Si suponemos que la tasa de las mutaciones es estadísticamente constante en el tiempo, es posible utilizar el llamado reloj molecular. Analizando las secuencias del DNA mitocondrial de una parte estadísticamente significativa de todas las razas humanas se ha podido demostrar que todas llegan a unirse en una mujer, establecida en África hace unos 170.000 años, la llamada eva mitocondrial africana; esta hipótesis supone que todos los humanos descendemos de la colonización de antepasados africanos pertenecientes a la segunda gran migración.

El proceso de humanización: las preguntas de frontera

Decíamos al comienzo que el proceso de humanización, enfocado fundamentalmente hacia la aparición de la conciencia, esta íntimamente entrelazado, con el proceso de hominización, entendiendo éste como la aparición del sistema nervioso central, punto de emergencia de la conciencia.

Llegados a este punto, para reflexionar sobre la humanización es necesaria la colaboración y el diálogo conjunto de arqueólogos, paleontólogos, biólogos moleculares, psicólogos, filósofos, antropólogos y teólogos. Y un lugar importante puede ocuparlo la genómica comparada ¿Es el Homo sapiens una especie biológica más? Afirmativamente responderán algunos investigadores; otros, en cambio dirán: el hombre es una nueva especie de vida, una nueva fórmula de vida hasta él inédita.

Entonces, ¿cuándo comienza lo propiamente humano? ¿Dónde está Adán? No podemos olvidar que estamos ante un proceso y todo proceso es el resultado de un conjunto secuencialmente estructurado de sucesivos estadios o fases en el que no existe solución de continuidad. Nos dirá Alfred N. Whitehead: si interpretamos la realidad como proceso, las actualidades del presente están derivándose de sus características precedentes y confiriendo sus características al futuro, “la inmediatez es la realización de las potencialidades del pasado y es el almacén de las potencialidades del futuro”. La respuesta, afirma Emiliano Aguirre, se nos escapa y baila como una gota de azogue en un amplio periodo de tiempo de tal manera que “La cronología de este instante con relación a la cronología morfológica -e incluso arqueológica- es difícil, por no decir imposible de establecer” .

Para aproximarnos, pues, al momentoimperceptible, y subrayamos lo de imperceptible, de humanización hemos de conjugar la morfología, la genómica, la arqueología que nos muestra las huellas culturales, las manifestaciones de la conducta, la filosofía y la teología, relacionando las características consideradas humanas, las que conforman la humanitas, con una forma humana fósil. Entre estas características humanas están: la inteligencia, la comprensión, el conocimiento, la autoconciencia del yo, el lenguaje simbólico, la capacidad emocional y estética, la sociabilidad, la cultura considerada como el marco referencial de valores y símbolos en los que se representan esos valores, las representaciones artísticas, los valores morales que definen una ética, y la religión. La profundización en el proceso de humanización cae fuera de los límites de esta reflexión sobre la hominización a partir de la genómica comparada.

En las fronteras de las tradiciones religiosas

¿Podría la genómica comparada aportar alguna luz a la dimensión espiritual – o incluso religiosa- del ser humano? En la segunda parte del artículo de Ignacio Núñez de Castro publicado en la revista Razón y Fe (volumen 274, números 1413-1414 (2916) páginas 45-57, Adán, ¿Dónde estás? II, Reflexión sobre el proceso de humanización se aportan algunas reflexiones de frontera sobre la humanización. El texto completo puede encontrarse en el artículo de Razón y Fe. Llamamos humanización al proceso evolutivo que supone la maduración de las capacidades cognitivas y emocionales de la conciencia reflexiva humana por una auto-transcendencia activa (K. Rahner) de la materia hacia el espíritu.

El momento de su aparición se nos escapa de las manos como la corriente del río, ya que “no podemos desenterrar el espíritu con una pala” (J. Ratzinger). Esta auto-transcendencia activa supone la dinámica creadora de Dios. Aún queda la pregunta retórica: “Adán ¿dónde estás?”

La emergencia de la dimensión espiritual y de la mente

Tanto en la historia del Universo, como en la evolución de la vida, surgen propiedades no resultantes, sino emergentes: el inicio de la vida y la aparición de la conciencia, son dos momentos procesuales, en los que la solución reduccionista monista, que ha dominado la ciencia positiva desde mediados del siglo XIX, no satisface el problema.

Los diferentes dualismos que ha habido a lo largo de la historia: el aristotélico- tomista, el cartesiano, el interaccionista de K. Popper y J. Eccles, clarifican en parte y nos hacen comprensible el ser humano, -el mismo J. Monod afirmaba el valor operacional del dualismo-, pero ninguno de los dualismos satisface plenamente la solución del problema: el misterio del hombre. El emergentismo fuerte no fisicalista, que supone un punto de inflexión, por una autotranscendecia activa de la materia hacia el espíritu se presenta como alternativa plausible entre los diversos monismos materialistas fisicalistas y los diferentes dualismos.

¿Cómo explicar cuándo aparece en el doble proceso de hominización-humanización la emergencia del espíritu?

¿En otras palabras, cómo encontrar a Adán?. La lectura de Pierre Teilhard de Chardin hizo reflexionar al teólogo K. Rahner sobre el manifiesto parentesco materia-espíritu en relación a la creación del mundo. En efecto, la materia, según todo su ser, procede del Espíritu creador y adquiere una profunda relación óntica con el Creador; para K. Rahner, desde su creación, la materia es un momento del espíritu y en otro lugar llamará a la materia “espíritu entumecido”.

Así pues, la auto-transcendencia activa de la materia hacia el espíritu la explica Rahner como un producirse “algo realmente «nuevo» que, sin embargo, procede de una causa intramundana (…); causa que se supera a sí misma, pone una realidad mayor que la suya. Según el principio metafísico de causalidad, este superarse a sí misma, solo es posible en virtud de la dinámica del ser absoluto, que es al mismo tiempo lo «más íntimo» de la causa intramundana y lo más distinto del ser finito que ejerce la causalidad”.

Ciertamente, estas reflexiones de K. Rahner suponen una nueva visión de la creación y expresan una nueva manera de concebir la acción transcendente de Dios en la dinámica del proceso evolutivo. Devenir, nos dirá Rahner, “ha de ser entendido como auto-transcendencia real, autosuperación”, puesto que este concepto de auto-transcendencia incluye también la transcendencia en lo substancialmente nuevo, el salto a lo esencialmente más alto” .

Conclusión: todos somos Adán

originalAfirmábamos anteriormente que no podemos hablar del momento preciso de la humanización; se nos escapa de entre lo dedos de las manos como la corriente del río, ya que la maduración de la conciencia vista desde nuestra limitada escala temporal fue un evento tremendamente lento, que sólo se puede percibir ampliando grandemente la escala.

Ya el Papa Pío XII en la Encíclica Humani generis nos advertía que “el magisterio de la Iglesia no prohíbe que la doctrina de la ‘evolución’ en la medida que busca el origen del cuerpo humano a partir de una materia ya existente y viva… sea objeto de investigación”. Cincuenta años después Juan Pablo II en el Discurso a la Academia Pontificia de Ciencias de 1996 matizaba: ”La encíclica Humani Generis consideraba la doctrina del ‘evolucionismo’ como una hipótesis seria, digna de una investigación y de una reflexión profundas, del mismo modo que la hipótesis opuesta. Hoy, casi medio siglo después de la aparición de la encíclica, nuevos conocimientos llevan a reconocer en la teoría de la evolución más que una hipótesis”.

Joseph Ratzinger, a mi juicio, soluciona el problema del salto ontológico, con la afirmación de que “una creación especial supone una dependencia especial”; ahora bien, esa creación especial debe ser entendida no sólo en la aparición del primer hombre Adán, sino también en la aparición de cada uno de todos los seres humanos que es llamado por Dios a la vida, puesto que, como afirma el mismo Ratzinger en otro lugar “el nombre de Adán alude a cada uno de nosotros: todo ser humano se encuentra directamente ante Dios. La fe no afirma del primer hombre nada que no afirme de nosotros y, a la inversa, tampoco afirma de nosotros menos de lo que afirma del primer hombre”.

Si todos somos Adán, la acción inmanente y a la vez transcendente de Dios en la creación del espíritu humano acontece por igual siempre que un ser humano es concebido. Si tos somos Adán y el Adán bíblico es el epónimo de la humanidad, no tenemos que seguir preguntando: “Adán, ¿Dónde estás?” Buscábamos a Adán y lo hemos encontrado en cada uno de nosotros.

“Parafraseando a Darwin podríamos decir: hay una grandeza en esta concepción de que todo ser humano es Adán o Eva y que toda su vida, alentada por el Creador, está enraizada en el devenir de todo el proceso evolutivo del Universo. Tal vez la paleogenómica pueda ser una pieza que aporte luz para responder a estas cuestiones”

Ciertamente, como diría Charles Darwin en el párrafo final de El origen de las especies, -párrafo que no modificó en ninguna de las seis ediciones que se imprimieron en su vida-, hay una grandeza, en esta concepción de que la vida, con sus diferentes facultades, fue originalmente alentada por el Creador en un corto número de formas o en una sola, y que, mientras este planeta ha ido girando según la constante ley de la gravitación, se han desarrollado y se están desarrollando, a partir de un principio tan sencillo, infinidad de formas las más bellas y portentosas”. Parafraseando a Darwin podríamos decir: hay una grandeza en esta concepción de que todo ser humano es Adán o Eva y que toda su vida, alentada por el Creador, está enraizada en el devenir de todo el proceso evolutivo del Universo. Tal vez la paleogenómica pueda ser una pieza que aporte luz para responder a estas cuestiones.

Darwin: “Hay una grandeza, en esta concepción de que la vida, con sus diferentes facultades, fue originalmente alentada por el Creador en un corto número de formas o en una sola, y que, mientras este planeta ha ido girando según la constante ley de la gravitación, se han desarrollado y se están desarrollando, a partir de un principio tan sencillo, infinidad de formas las más bellas y portentosas”

Ignacio Núñez de Castro, Catedrático de Bioquímica y Biología Molecular Universidad de Málaga. Leandro Sequeiros San Román, Catedrático de Paleontología, Universidad de Sevilla. Colaboradores de la Cátedra Francisco J. Ayala de Ciencia, Tecnología y Religión.

General, Historia LGTBI , ,

Amor: la diferencia entre “saber” y “saber sobre”.

Jueves, 3 de febrero de 2022
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c44ac6_sinagogaLa reflexión de hoy es del colaborador de Bondings 2.0 Michaelangelo Allocca, cuya breve biografía se puede encontrar haciendo clic aquí.

Las lecturas litúrgicas de hoy para el Cuarto Domingo del Tiempo Ordinario se pueden encontrar aquí.

Buenas noticias, malas noticias: cuando me pidieron que escribiera una reflexión sobre las lecturas de este domingo, miré el leccionario y dije: “Genial, el ‘pasaje de amor’ de 1 Corintios, ¡qué excelente tema para escribir!” Ese pensamiento duró unos diez segundos, cuando fue reemplazado por “¿Qué hay NUEVO para decir sobre una de las lecturas más conocidas de toda la Biblia? ¿Y qué decir al respecto que se relacione con temas LGBTQ, sin confundir ‘amor’ y ‘sexo’?

Afortunadamente, he aprendido en tales casos a apartar el ego del camino, leer, orar y escuchar al Espíritu. Mientras meditaba en el pasaje de Corintios con las otras lecturas de hoy, aprendí esto: el amor está íntimamente conectado con el conocimiento; el odio y los prejuicios surgen con mayor frecuencia de la ignorancia o de las distorsiones del “conocimiento”.

En el evangelio de hoy, vemos a Jesús rechazado, una forma suave de decir que intentaron matarlo, por parte de aquellos que deberían estar lanzando un desfile de teletipo para el niño de la ciudad natal reparado. Aunque es temprano en el ministerio de Jesús, Lucas nos dijo poco antes de esta historia que “la noticia de él se extendió por toda la región. Enseñaba en sus sinagogas y era alabado por todos”. (Lc 4,14-15) El escenario está preparado para una buena reacción de sus vecinos, habiéndosele precedido su reputación, y al menos algunos “hablaban muy bien de él y se asombraban de las palabras llenas de gracia que salían de su boca”. (4:22)

Pero entonces el drama comienza, curiosamente, sin que nadie se oponga a la audacia de declararse el cumplimiento de la profecía (como lo hizo al comienzo de la lectura de hoy, con “Hoy se cumple esta escritura en tu presencia”). De manera reveladora, la objeción que cita Lucas es: “¿No es éste el hijo de José?” Es decir, “conocemos a este tipo”, o al menos creen que lo conocen. Este es un ejemplo de lo que he llamado conocimiento distorsionado: la idea de que se puede resumir todo el ser de una persona diciendo “sabemos dónde se crió, un poco más abajo de aquí, y quiénes son sus parientes, y cómo”. él creció; ¡Él no es un profeta ni un erudito de las Escrituras!”. Y cuando este conocimiento distorsionado explota, crea confusión e incertidumbre, lo que genera miedo y luego hostilidad.

Las otras lecturas muestran qué es el verdadero conocimiento, el que está ligado directamente al amor. Dios le dice a Jeremías: “Antes de formarte en el vientre te conocí”. Este no es el tipo de “conocimiento” que los nazarenos creen que tienen de Jesús. El verbo hebreo usado implica contacto íntimo y directo, y también puede significar unión sexual. Cuando las traducciones al inglés de la Biblia dicen que “sabía” en el sentido de “tuvo relaciones sexuales con”, no es un eufemismo: en realidad es un reflejo de esta palabra hebrea que puede significar ambas cosas. La forma en que Dios conoció a Jeremías, nos conoce a todos, es la forma en que conocemos a alguien con quien hemos mantenido un contacto físico íntimo durante mucho tiempo.

Recientemente me di cuenta de cuánto dice Pablo sobre el conocimiento, mientras enseña sobre el amor. Cerca del comienzo de su alabanza del amor, lo llama más grande que la profecía y el conocimiento de los misterios. Cerca del final, dice que la profecía y el conocimiento pasarán, pero el amor es para siempre. Concluye contrastando el ahora, como un tiempo imperfecto, con el entonces, cuando todos alcanzaremos la perfección del amor. Su comentario sobre cómo estos tiempos son diferentes tiene que ver con el conocimiento: “Actualmente sé parcialmente; entonces conoceré plenamente, como soy plenamente conocido.” “Parcialmente” es la forma en que los nazarenos “conocen” a Jesús, lo que lleva a malentendidos y antagonismos: conocer plenamente es conocer “como soy conocido”, es decir, como Dios conoce a Jeremías, conoce a Pablo, nos conoce a nosotros.

Estas lecturas muestran la raíz del rechazo tradicional de la Iglesia a nuestra comunidad LGBTQ: “sabe sobre” nosotros en una especie de catecismo, la forma que conduce a pronunciamientos como “intrínsecamente desordenado” y “Dios no puede bendecir el pecado”. Pero apenas está comenzando a conocernos, en el tipo de conocimiento de intimidad amorosa del que hablan Jeremías y Pablo. Para ilustrar el movimiento largamente retrasado desde el estilo desdeñoso del vecino de Nazaret, “saberlo todo”, al conocimiento “como soy conocido”, solo necesitamos mirar los ejemplos de los dos papas más recientes.

Durante su ahora legendario encuentro casual en un avión, la hermana Jeannine Gramick le preguntó al entonces cardenal Joseph Ratzinger (quien en ese mismo momento estaba investigando su trabajo pionero con el ministerio LGBTQ y había rechazado las solicitudes de su superiora general para reunirse con ella porque eso sería fuera del proceso oficial) si conocía a alguna persona homosexual. Respondió que había visto a algunos manifestarse contra el Papa Juan Pablo II, aparentemente lo más cerca que estuvo de “conocer” a personas homosexuales. Esto, de un hombre que tenía más de 70 años en ese momento y había pasado toda su vida adulta en la Iglesia, donde se rumorea que se pueden encontrar algunas personas homosexuales entre sus líderes.

Compara esto con el Papa Francisco, quien no solo ha organizado reuniones oficiales con personas homosexuales y trans, sino que también tiene amistades con personas homosexuales cuya homosexualidad ha reconocido como parte de su identidad dada por Dios.

Independientemente de las quejas que algunos puedan tener sobre el progreso a veces irregular de este Papa hacia la aceptación, no se puede negar que cuando se trata de personas LGBTQ, él tiene el tipo de conocimiento espiritual del que hablan las lecturas de hoy, vinculándolo directamente al amor, y lo celebra públicamente. conocimiento. Este conocimiento, del tipo que procede del encuentro de una persona con otra, reconociéndose cada uno al otro como persona, es el verdadero signo profético que Jeremías, Jesús y Pablo nos muestran hoy.

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—Michaelangelo Allocca, 30 de enero de 2022

Fuente New Ways Ministry

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Entrevista con la Hermana Jeannine Gramick sobre ser censurada por el Vaticano, 50 años de ministerio y sus esperanzas para los católicos LGBT

Martes, 11 de enero de 2022
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The Vatican this year barred Sister Jeannine Gramick and Father Robert Nugent from ministry involving homosexuals. The two had been involved in gay ministry in the United States for more than 30 years. (CNS photo by Nancy Wiechec) (Dec. 10, 1999) See YEAREND-ROUNDUP Dec. 10, 1999. la Hermana  Jeannine Gramick y el Padre Robert Nugent, 10 de diciembre de 1999 (fotografía del CNS de Nancy Wiechec)

January 07, 2022
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Jeannine Gramick, S.L., lleva los últimos 50 años trabajando por las personas L.G.B.T.. Junto con Robert Nugent, S.D.S., la hermana Gramick comenzó New Ways Ministry, que ofrece talleres a católicos sobre investigación científica y teológica sobre la homosexualidad y aboga por los derechos y necesidades de las personas L.G.B.T. Por ese trabajo, la Congregación para la Doctrina de la Fe les prohibió a ella y al padre Nugent trabajar con L.G.B.T. personas, una orden que la hermana Gramick se negó a cumplir. Terminó teniendo que cambiar de orden para continuar con su ministerio.

Recientemente, el Papa Francisco le envió a la Hermana Gramick una carta felicitándola por 50 años de ministerio, describiendo su trabajo como “al estilo de Dios”. Hablando con la hermana Gramick, lo que llama la atención es su total falta de animosidad o ego frente a todo lo que ha experimentado. Tiene un humor fácil y autocrítico, bromeando diciendo que es como la mujer del Evangelio que no deja de llamar a la puerta del juez.

E incluso cuando recuerda algunos de los momentos dolorosos por los que ha pasado, habla de sus décadas de ministerio con esperanza y comprensión: “Nosotros, el pueblo de Dios, siempre estamos creciendo en nuestro conocimiento y conciencia”, me dijo.

Esta conversación, que tuvo lugar a lo largo de tres llamadas telefónicas, se ha editado para que sea más larga y clara.

¿Qué se siente haber estado haciendo este ministerio durante 50 años?

El sentimiento principal es la gratitud y la alegría. Hemos recorrido un largo camino. Por supuesto, no estamos donde deberíamos estar como iglesia, particularmente en los Estados Unidos con el despido de maestros y otras personas que apoyan a a las personas L.G.B.T. . Pero, sinceramente, hace 50 años ni siquiera se podía pronunciar la palabra “gay”.

¿Cómo se involucró por primera vez con el ministerio hacia las personas L.G.B.T.?

Estaba haciendo un doctorado. en matemáticas en la Universidad de Pensilvania, y conocí a un hombre gay, Dominic Bash, en una misa en casa. Dominic había estado en los Franciscanos por un breve tiempo. Sabía que era gay desde muy pequeño, pero claro que en esos días no se hablaba de eso. Si te confesaste, cosa que hizo él, te echarían. Le sugerí: “¿Por qué no celebramos una misa en casa en tu apartamento e invitas a tus amigos homosexuales?”. Ese fue el comienzo.

Aunque se fue, Dominic seguía siendo muy espiritual. Después de la Misa, dijo: “Tengo muchos amigos a los que les encantaría haber estado en esta Misa, pero tienen miedo. Piensan que la iglesia no los quiere “. Le sugerí: “¿Por qué no celebramos una misa en casa en tu apartamento e invitas a tus amigos homosexuales?”.

Comenzamos a tener liturgias semanales en su apartamento. Ese fue el comienzo.

¿Cuál era su comprensión de la homosexualidad en ese momento?

Había escuchado la palabra, pero apenas sabía lo que significaba. Tenía todos los mitos y estereotipos que tenía la sociedad en 1971. Pensé que las personas lesbianas y gays eran buenas personas, pero pensé que de alguna manera estaban desequilibrados psicológicamente. Eso era lo que pensaba la gente.

Pero cuando comencé a conocer a Dominic y sus amigos, parecían personas normales. Recuerdo a esta abogada, trabajaba para la A.C.L.U. La admiraba mucho. Ella era tan inteligente. Pensé: “Esa mujer no está desequilibrada”.

¿Tuvo alguna inquietud al principio acerca de cómo se podrían percibir estas misas en la iglesia en general?

No. Soy ingenua en ese sentido; Realmente no miro hacia adelante ni anticipo mucho. Me dejo llevar por la corriente. Sabía que esto era algo que la iglesia necesitaba hacer porque eran católicos que tenían miedo de ir a la iglesia. Sabía que esto era algo que la iglesia necesitaba hacer porque eran católicos que tenían miedo de ir a la iglesia.

Por supuesto, hablé con mis superiores religiosos en Baltimore. Gracias a Dios, tuve mujeres de visión. Algunos de mis provincianos sabían más sobre la homosexualidad que yo. Me animaron a hacer lo que pudiera. Dijeron: “Este es un grupo de personas que la iglesia ha descuidado. Haz lo que puedas porque la iglesia necesita estar ahí para ellos “.

Y ver la luz en sus ojos después de esas misas, la felicidad en sus rostros, fue maravilloso.

¿Cómo llegaron usted y el padre Robert Nugent a formar New Ways Ministry?

Bob se unió a los Salvatorianos, y en el proceso de transferencia estaba en Washington, D.C., trabajando a tiempo parcial en el Quijote Center, un centro de paz y justicia. Querían hacer algo sobre la justicia para las personas lesbianas y gay en la iglesia. Así que me uní al personal y Bob y yo comenzamos a hacer talleres educativos sobre la homosexualidad. Los llamamos talleres de “New Ways” (“Nuevos caminos”) porque en ese año el obispo Francis Mugavero, de feliz memoria, había escrito una carta pastoral titulada “Sexuality, God’s Gift.”(“Sexualidad, don de Dios”). En esa carta, habló sobre la necesidad de encontrar “nuevas formas” de llevar la verdad de Cristo a las personas lesbianas y gays.

Los talleres estaban abiertos a todo el mundo, y los contenidos muy completos: hablamos sobre los orígenes de la homosexualidad, los aspectos médicos. Daríamos muchos datos de la investigación sociológica que se estaba haciendo sobre la homosexualidad y la homofobia.

Repasamos todas las citas negativas sobre la homosexualidad en la Biblia y mostramos cómo las tratan los eruditos bíblicos. Y hablamos de las posiciones teológicas sobre la orientación y el comportamiento sexuales.

Una vez que comenzamos New Ways en 1977, recorrimos todo el país. Bob una vez lo contó y habíamos estado en tres cuartas partes de las diócesis de los Estados Unidos. Todo esto fue a finales de los 70, 80 y principios de los 90.

Me sorprende escuchar que te recibieron en tantas diócesis; eso parece diferente de lo que podría ser posible en la iglesia de los Estados Unidos hoy.

Bueno, muchos obispos nos dejaron fuera. Teníamos estos talleres principalmente en casas madres de comunidades de mujeres o centros de retiro. Me alegra mucho decir que las religiosas fueron las primeras en la iglesia en avanzar en el tema de la homosexualidad.

Pero también vinieron algunos obispos. Como el obispo Leroy Matthiesen de Amarillo o Thomas Gumbleton de Detroit.

Parece que en ese entonces podría haber habido más apertura en la iglesia a las conversaciones sobre la homosexualidad.

A finales de los 60, 70 y principios de los 80, la gente estaba realmente entusiasmada con el Vaticano II y la justicia social. Hubo dudas por parte de los obispos, pero los sacerdotes, monjas y laicos que estaban a cargo de las instituciones católicas estaban más dispuestos, diría yo, a abrazar algo controvertido o nuevo.

Una vez que el Papa Juan Pablo II comenzó a nombrar a muchos de los obispos a principios de los años 80 y 90, las cosas se endurecieron mucho. En ese momento, los “mandos intermedios” de la iglesia, los líderes católicos que dirigen centros de retiro, hospitales u otras instituciones, eran mucho más conocedores de LG.B.T., amables y abiertos. Pero tenían miedo de lo que pudiera decir su obispo.

Fue en esa época que el Vaticano envió su notificación al padre Nugent y a mí.

¿Cómo sucedió ese proceso?

Los primeros obispos presionaron a nuestras comunidades. Querían que las comunidades hicieran el trabajo por ellos, así que en tres ocasiones pidieron a nuestras comunidades que nos investigaran y recomendaran sanciones, pero no se recomendaron sanciones.

Pasé por media docena de provinciales y superiores generales en mis días como Hermana de la Escuela de Notre Dame, y todos apoyaron el trabajo.

En algún momento, estas quejas fueron llevadas al siguiente nivel.

Si. En 1985, la Congregación para la Doctrina de la Fe nombró una comisión del Vaticano para investigarnos y dar recomendaciones. Fue encabezado por el cardenal Adam Maida en Detroit. Era un buen hombre, realmente un buen hombre. No creo que le gustara esta tarea. Fue nombrado en 1985, pero realmente no despegamos hasta 1991, cuando recibió una carta del C.D.F. preguntando [sobre el estado de la investigación].

Tuvimos varias reuniones con la comisión y enviaron algo al C.D.F. Aparentemente eso no satisfizo a la CDF, ya que luego nos dio una serie de preguntas escritas que debíamos responder, Bob y yo. Y no respondimos de la manera que ellos querían que lo hiciéramos, así que básicamente nos dijeron las respuestas. ellos querían.

En 1999, emitieron una notificación de que ni a Bob ni a mí se nos permitiría trabajar más con lesbianas o gays. No íbamos a estar involucrados en este tema.

Querían que dijéramos que la actividad homosexual es objetivamente inmoral y que nosotros personalmente lo creíamos. Y no podría decir eso. Les dije que no daría mi opinión personal sobre el tema. Soy un educador. Puedo presentar la enseñanza de la iglesia, pero no les voy a dar la opinión de mi conciencia.

Suena como algo muy doloroso por haber pasado.

En cierto sentido, me sentí excomulgada. Porque ¿qué significa excomunión? Significa estar fuera de la comunidad. Está siendo rechazado.Y después de la reprimenda de 1999, así es como me sentí. Hubo lugares en los que no fui bienvenido donde antes me hubieran dado la bienvenida.

¿Qué hiciste después de que sucedió?

Recorrí el país y le conté al público católico mi historia de la investigación del Vaticano. Y les dije: “Si creen que no obtuvimos una audiencia adecuada, escriban al Vaticano y díganles que lo reconsideren”. A finales de ese año, el Vaticano había recibido miles y miles de cartas de todo el mundo, y las principales personas que lo dirigieron fueron las monjas.

El Vaticano le escribió a mi superiora general y le dijo que esto tenía que terminar. Fui convocada a Roma por mi General. Fue desgarrador. Sabía que los líderes de mi comunidad me apoyaban, pero me rogaron que dejara de hablar públicamente sobre la investigación. Estaba claro que si no cumplía, finalmente se verían obligados a despedirme de la vida religiosa.

En esa reunión, me di cuenta de que me sentía como una mujer maltratada. No había sido maltratado físicamente, pero emocionalmente, había sido maltratado desde 1985 hasta 1999. Pero yendo por el país contando mi historia, había ganado fuerza. Creo que eso es cierto para las mujeres maltratadas y para L.G.B.T. la gente también. Cada vez que cuentan su historia ganan más fuerza.

Y me di cuenta de que continuaré contando no solo mi historia con el Vaticano, sino mi historia con L.G.B.T. personas. Necesitaba seguir defendiéndolos porque no tenían ningún defensor en la iglesia institucional.

Debes haber estado muy enojada con el C.D.F. y los obispos que te habían tratado así.

No estuve de acuerdo con el cardenal Joseph Ratzinger cuando salió esa notificación, pero lo respeté. Creo que sinceramente estaba haciendo lo que creía correcto.

¿Alguna vez escuchó mi historia sobre el encuentro con el cardenal Ratzinger?

No.

En 1998, las cosas se veían realmente sombrías, y mi provincial tuvo la idea de que ella y yo deberíamos hacer esta peregrinación a Munich, donde está enterrada la fundadora de las Hermanas de la Escuela de Notre Dame, y rezar en su tumba por un milagro. “Porque necesitas un milagro”, dijo.

Cuando estábamos cambiando de avión en Roma para ir a Munich, vemos que esta persona se nos adelanta. Y mi superior dice: “Ese es el cardenal Ratzinger”. Dije: “Oh, no, probablemente sea algún burócrata de bajo nivel en el Vaticano que se parece al cardenal Ratzinger”. Se veía muy demacrado y tenía una camisa que podría haber sido de oficina, pero no estaba disfrazado, como para ser “conocido”.

Subimos al avión y veo que el asiento de al lado está vacío. Me dejé caer junto a él y comencé a hablar con él. Dije: “Soy una hermana de la escuela de Notre Dame que va a nuestra casa madre en Munich”. Él dice: “Mi tía era hermana de escuela”. “Oh”, dije, “¿Cómo se llamaba?” Él dice: “Ratzinger”.

Oh”, digo, “¿Es usted el cardenal Ratzinger?” “Sí.” “Oh. Bueno, soy la hermana Jeannine Gramick “.

Él sonrió. “Oh, sí, te conozco desde hace 20 años”. [La hermana Gramick se ríe]

Tuvimos una conversación de unos 20 minutos. Fue muy amigable. Encantador, diría yo. Me preguntó cómo llegué a este ministerio. Le hablé de Dominic. Y estaba bien; aprobó que nos reuniéramos y tuviéramos misa para los cristianos homosexuales.

Después de esa reunión, pensé en esa lectura del Evangelio de Juan, el discurso de la Última Cena donde Jesús dice: “Yo soy la vid, ustedes son los pámpanos”. Pero en lugar de una vid, visualicé un árbol enorme con muchas ramas a su alrededor. El cardenal Ratzinger está allá afuera en una rama, y yo estoy afuera en una rama probablemente 180 grados alrededor de ese árbol. No podríamos haber estado más separados en nuestro pensamiento teológico. Pero estamos arraigados en ese árbol. Tenemos una fe común en Cristo y eso es lo que nos une. Estamos alrededor de ese árbol en alguna parte.

Amo al cardenal Ratzinger, al Papa Benedicto. Creo que es un hombre santo. Realmente lo hago.

Tienes mucha más apertura hacia los que te han perseguido que la mayoría de nosotros.

Nosotros, el pueblo de Dios, siempre crecemos en nuestro conocimiento y conciencia. Nos volvemos más sensibles porque sabemos más.

Me encanta esa cita del cardenal John Henry Newman. Dijo: “Vivir es cambiar. Ser perfecto es haber cambiado a menudo ”. Sí, hemos cometido errores en el pasado, pero no teníamos tanto conocimiento en el pasado como ahora. L.G.B.T. la gente está saliendo y contando sus historias. La ciencia nos dice mucho más.

 ¿Diría que su trabajo se ha centrado principalmente en las relaciones personales más que en la política?

Sí, pero también se trata de política. Política significa personas que están investidas de poder. Si oprimen a la gente a la que quieres ayudar, tienes que involucrarte políticamente.

Les contaré otra pequeña historia. En un momento dado, para satisfacer al cardenal James Hickey de Washington, D.C., mi provincial sugirió que tal vez debería tomarme un año sabático. Me enviaron a Nueva York y el Ayuntamiento de Nueva York tenía este proyecto de ley de derechos de los homosexuales, que había estado vigente durante años. Testifiqué para defender los derechos civiles de las personas homosexuales. Y recibí una llamada de mi provincial poco después.

Ella dijo: “Jeannine, alguien dijo que testificaste para el proyecto de ley de derechos de los homosexuales y que tenías el velo puesto”. Dije: “Sí, lo hice”. Ella dijo: “¡Pero nunca llevas velo! Solo estás usando la institución “.

Dije: “Bueno, por supuesto que lo soy. ¿Para qué es la institución? La institución se utilizará para ayudar a las personas. Esa es la única razón por la que tenemos instituciones, por el bien de la gente. Así que, por supuesto, voy a usar un velo para darles una imagen de que represento la posición católica de justicia para las personas lesbianas y gay “.

Eso es lo que quiero decir con política.

Han sido un par de meses para usted y New Ways, con el ministerio y ahora personalmente recibiendo cartas de apoyo del Papa Francisco. ¿Cómo te ha ido?

Me alegró mucho de que supiera de nosotros, que le gustara lo que estábamos haciendo, que viera que estábamos participando en la misión de la iglesia.

Honestamente, me gustaría que escribiera todo este artículo sobre el Papa Francisco. Él es mi inspiración.

Mientras agonizaba de cáncer a fines de 2013, Bob me dijo: “Estoy muy feliz de morir bajo este Papa”. Porque Bob era un buen sacerdote que había entregado toda su vida a personas marginadas, y aquí tenía un Papa que estaba haciendo lo mismo.

Mirando hacia atrás en los últimos 50 años, ¿cuál ha sido la mejor parte?

La mejor parte es ver el cambio que ha llegado, ver que más y más personas comienzan a decir: “Apoyo a la gente L.G.B.T. ”, y protestando cuando los despiden de sus trabajos. Conozco más de 100 casos de maestros que han sido despedidos de escuelas católicas porque son homosexuales o están casados por lo civil. Y en muchos lugares ahora, hay protestas públicas. Los laicos comienzan a ponerse de pie. Eso me da esperanza.

Los homosexuales me dicen: “El Papa Francisco es maravilloso, pero no ha cambiado la enseñanza de la iglesia”. Bueno, ese no es su trabajo en este momento. Eventualmente, es su trabajo, pero ahora depende de nosotros, la gente, articular la fe. ¿Qué creemos?

Tenemos que defender lo que creemos y no pasar la pelota. Tenemos que seguir nuestras conciencias. Necesitamos que las personas en las bancas comiencen a escribir cartas a sus obispos diciendo que están retirando donaciones hasta que comience a tratar a L.G.B.T. a las personas como seres humanos y dejen de condenarlas al ostracismo porque no solo las están lastimando, sino también a todo el cuerpo de Cristo.

A veces tenemos que ir en contra de lo que dicen los líderes de nuestra iglesia. Tenemos que operar por amor y no por miedo. El Papa Francisco no quiere pequeños robots. El Vaticano II tampoco.

De cara al futuro, ¿qué esperas de L.G.B.T. Católicos?

Mi esperanza para L.G.B.T. Católicos es que todos se sienten bienvenidos y cómodos en cualquier parroquia del mundo. Que puedan sentirse tan parte de la iglesia como cualquier otra persona.

Lo que importa es cómo sigues las Bienaventuranzas. ¿Eres para los pobres? ¿Viste a la gente si está desnuda? ¿Visita a los que están en prisión? ¿Eres misericordioso? Eso es lo que espero que importe, no el género, la identidad de género ni la orientación sexual de una persona.

Fuente America magazine

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Leonardo Boff: “El enfrentamiento de dos tipos de poder en la Iglesia”

Martes, 16 de noviembre de 2021
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iglesia-carisma-y-poderDe su blog La fuerza de los pequeños:

En el 40 aniversario de la publicación de ‘Iglesia, carisma y poder’

“El Centro de Estudios Bíblicos (CEBI) de Sergipe organizó del 25 al 28 de octubre una serie de charlas sobre el libro ‘Iglesia: carisma y poder'”

“Este libro fue enjuiciado en 1984 por la Congregación para la Doctrina de la Fe, llevando a su autor, a mí en este caso, a un verdadero proceso judicial”

“Seguramente el punto central que la Congregación vio como ‘peligro’ fue la confrontación entre un modelo de Iglesia, sociedad jerarquizada de poder sagrado y otro modelo de Iglesia, comunidad fraterna de iguales con funciones diferentes”

“Frente a ese modelo, hoy en profunda crisis estructural, surgió otro modelo de Iglesia red-de-comunidades fraternas. adquirió densidad en la amplia red de comunidades eclesiales de base, extendidas actualmente por todo el universo cristiano y ecuménico”

El Centro de Estudios Bíblicos (CEBI) de Sergipe organizó del 25 al 28 de octubre una serie de charlas sobre el libro ‘Iglesia: carisma y poder’, que celebra 40 años desde su publicación en 1981. El CEBI es una organización nacional de grupos populares y ecuménicos que estudian la Biblia en profundidad, como inspiración de prácticas innovadoras dentro de la Iglesia y también libertarias en la sociedad. El propósito era mostrar la actualidad de los temas tratados en el libro, que articulan la Iglesia con la sociedad y los modelos de Iglesia vigentes.

Este libro fue enjuiciado en 1984 por la Congregación para la Doctrina de la Fe, llevando a su autor, a mí en este caso, a un verdadero proceso judicial. Este culminó en 1985 con una “notificación” y no un decreto condenatorio, prohibiendo la reedición del libro y la imposición al autor de un tiempo de “silencio obsequioso”. En ella no se hace ninguna condenación doctrinal, solo se dice como conclusión:

 “Esta Congregación se siente en la obligación de declarar que las opciones aquí analizadas de Fray Leonardo Boff son de tal naturaleza que ponen en peligro la sana doctrina de la fe, que esta Congregación tiene el deber de promover y tutelar”.

Obsérvese que no se trata de doctrinas (campo de los dogmas) sino de “opciones” (campo de la moral)que pueden significar un “peligro”. Evitado ese peligro, no hay por qué no seguir adelante con las opciones que eran y siguen siendo: la centralidad de los pobres y de su liberación, el poder como servicio y no como centralización, y la constitución legítima de comunidades eclesiales de base, como una reinvención de la Iglesia en los medios populares (eclesiogénesis).

Al leer todo el texto del Card. Joseph Ratzinger exponiendo los tales “peligros se nota un error delectura. Se leyó no Iglesia: carisma y poder, sino Iglesia: carisma o poder. Esta alternativa no se encuentra en ninguna página del libro, que afirma la legitimidad de un poder en la Iglesia junto con el carisma evidentemente el poder como servicio y no como acumulación em pocas manos.

Seguramente el punto central que la Congregación vio como “peligro” fue la confrontación entre un modelo de Iglesia, sociedad jerarquizada de poder sagrado y otro modelo de Iglesia, comunidad fraterna de iguales con funciones diferentes. El primer modelo, dominante, es el de la Iglesia-gran-institución compuesta de clérigos, portadores del poder sagrado, y de laicos y laicas sin ningún poder de decisión. Aquí surgen las desigualdades, especialmente cerrando las puertas del ministerio sacerdotal a las mujeres e imponiendo la ley del celibato obligatorio a todo el cuerpo clerical. El otro modelo es el de la Iglesia-red-de-comunidades, todos sujetos de poder sagrado, ejercido mediante funciones (carismas) diferentes.

Ambos modelos se remiten al pasado de la Iglesia; el primero especialmente al evangelio de San Mateo, que confiere gran importancia a Pedro (Mt 16,18;18,16) que originará la centralización, llamada “cefalización” (todo se concentra en la cabeza). El segundo se refiere a las cartas de San Pablo, que hablan de una Iglesia comunidad de hermanos y hermanas, dotada de muchos carismas (funciones y servicios), especialmente en sus Cartas a los Corintios, a los Romanos y a los Efesios. Para San Pablo el carisma pertenece a la cotidianidad y significa simplemente funciones o servicios, todos animados por el Espíritu Santo y por Cristo resucitado, cabeza en la Iglesia y en el cosmos, lo que implica una descentralización del poder, presente en todos y todas.

De manera resumida, el hecho histórico es el siguiente: Hasta el siglo IV la Iglesia era fundamentalmente una comunidad fraternal. Desde el momento en que el cristianismo fue declarado por el emperador Constantino (325) “religión lícita”, por Teodosio (391) “religión obligatoria” para todos, prohibiendo el paganismo, hasta culminar con el emperador Justiniano (529) transformando los preceptos cristianos en leyes civiles, se gestó entonces la Iglesia-gran-institución. De religión perseguida pasó a religión perseguidora de los paganos. Siendo “religión obligatoria”, todos tuvieron que asumir la fe cristiana, creando una Iglesia de masas, no por conversión sino por obligatoriedad bajo el miedo y la amenaza de muerte.

Con la decadencia del imperio romano, el obispo de Roma León Magno (440-461) asumió el poder y el título de Papa (abreviación de pater patrum, padre de los padres), reservado hasta entonces a los emperadores. Junto al estilo imperial se asumieron también los palacios, el báculo, la estola, el manto (muceta) símbolo del poder monárquico, la púrpura y otros símbolos imperiales y paganos que perduran hasta el día de hoy.

La Iglesia-gran-institución no pasó la prueba del poder. En ella se realizó lo que afirma Thomas Hobbes en el Leviatán (1615): Señalo, como tendencia general de todos los hombres, un perpetuo e impaciente deseo de poder y más poder que solo cesa con la muerte; la razón de eso reside en el hecho de que no se puede garantizar el poder sino buscando más poder todavía” (cap.X).

Los Papas empiezan a acumular poder hasta llegar al Papa Gregorio VII con su Dictatus Papae (la dictadura del Papa), que proclama al Papa como señor absoluto sobre la Iglesia y sobre los emperadores o reyes. Ya no bastaba ser sucesor de Pedro. El Papa Inocencio III(+1216) se anunció como vicario de Cristo y finalmente Inocencio IV(+1254) se estableció como representante de Dios. Todavía hoy se atribuye al Papa, según el derecho canónico, un poder que parece pertenecer solamente a Dios. El Papa es portador de un poder sagrado “supremo, ordinario, pleno, inmediato y universal” (canon 331). A esto se añadió en 1869 la infalibilidad en asuntos de fe y moral. A más no se podría llegar.

La consecuencia ha sido el surgimiento de una Iglesia-sociedad piramidal, monárquica, rígida y rigurosa, que en términos doctrinales de sus inquiridos, fue mi experiencia, no olvida nada, no perdona nada y exige todo. En este modelo de Iglesia se verifica lo que el psicoanalista C.G.Jung afirmaba: «Donde prevalece el poder no hay lugar para la ternura ni para el amor».

Los únicos Papas que rompieron con esta tradición, celosa de su poder sagrado y monárquico, fue el Papa bueno Juan XXIIIy explícitamente el Papa Francisco que, en sus primeras palabras, dijo gobernar la Iglesia en la caridad y no en el poder sagrado. Por eso pide a los pastores la “revolución de la ternura”.

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Frente a ese modelo, hoy en profunda crisis estructural, surgió otro modelo de Iglesia red-de-comunidades fraternas. En la historia de la Iglesia siempre ha existido, especialmente en las órdenes y congregaciones religiosas, aunque nunca consiguió ser hegemónico. Pero adquirió densidad en la amplia red de comunidades eclesiales de base, extendidas actualmente por todo el universo cristiano y ecuménico. En ellas el poder es servicio real, cotidiano y participado por todas las personas en la medida en que cada una tiene su lugar en la comunidad.

Hay muchos servicios y funciones (carismas): quien reza, quien enseña, quien organiza la liturgia, quien visita a los enfermos, quien trabaja con los jóvenes, todos en pie de igualdad, según dice San Pablo (1Cor 7,7;12,29). Hay una función (carisma) singular que es la de crear unidad y cohesión en la comunidad haciendo que todos los servicios (carismas) confluyan al bien común: es el servicio de presidir la comunidad. Como tal, preside también la eucaristía, no como función exclusiva, sino simultánea con las demás. Su función no es concentrar sino coordinar.

Este modelo traduce mejor el mensaje y el ejemplo del Jesús histórico que no quiso ningún poder y que estableció todo el poder como servicio y no como dominación (Mt 23,11). Este modelo se presenta como otra forma de organizar la herencia de Jesús, de gestar una Iglesia más conforme con su sueño de todos hermanos y hermanas (Mt 23,8).

Este modelo comunional se presenta más adecuado a la verdadera evangelización, que significa encarnar  mensaje cristiano en las diferentes culturas, asimilando sus modos de ser. La Iglesia sería como un inmenso tapete de colores, hecho con un tejido inmenso de comunidades cristianas, diferentes en sus cuerpos, pero todas unidas en el mismo testimonio de la vida nueva traída por Jesús muerto y resucitado. Caminaría junto con el proceso de mundialización que lentamente construye la Casa Común, el mundo necesario, dentro del cual están los varios mundos culturales (asiático, africano, latino, indígena etc).

Ahí estará la Iglesia-gran-institución, que seguramente pervivirá pero sin la hegemonía actual, y principalmente la red inmensa de comunidades cristianas diversas y unidas en el mismo testimonio del Resucitado y de su Espíritu, junto con otras iglesias y caminos espirituales al servicio unos de otros y de la única Casa Común que tenemos, la Madre Tierra.

*Leonardo Boff ha escrito Iglesia: carisma y poder, Record, Rio de Janeiro 2005; Eclesiogénesis: la reinvención de la Iglesia, Record, Rio de Janeiro 2008; Francisco de Asís y Francisco de Roma: una nueva primavera en la Iglesia, Mar de Ideias, Rio de Janeiro 2015.

Traducción de Mª José Gavito Milano

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“¿Tiene salvación la Iglesia católica?”, por Juan José Tamayo

Sábado, 19 de junio de 2021
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31OwMWwOqFS._SX314_BO1,204,203,200_“¿Es terminal la enfermedad de la Iglesia?”  

“El libro está escrito a modo de un riguroso y detallado informe sobre la situación clínica de la Iglesia católica con sus síntomas, patogénesis y etiología (causas de la enfermedad), diagnóstico, operaciones, terapia, medicamentos, plan de salvamiento y periodo de convalecencia”

“Küng descubre la existencia de dos modelos de Iglesia: el centralista, monárquico y autoritario, cuya romanización alcanza su cima con Inocencio III (1198-1216) y el comunitario de las iglesias locales, federadas fuera del ámbito de Roma”

“Küng no pierde la esperanza de que sobrevivirá, pero no a cualquier precio, sino a condición de que se someta a una terapia ecuménica profunda”

Tras el reciente fallecimiento del teólogo Hans Küng a los 93 años en Tubinga (Alemania), he vuelto a leer su libro ¿Tiene salvación la Iglesia?, publicado en castellano en 2013 por la editorial Trotta. Me ha resultado enormemente clarificador tanto en sus análisis críticos como en la propuesta de alternativas. Creo que tiene plena actualidad hoy. En él el teólogo suizo ejerce dos funciones. Una es la de crítico del rumbo restauracionista de los pontificados de Juan Pablo II y Benedicto XVI, que duraron más de un tercio de siglo (1979-2013) ¡una eternidad para quienes hemos tenido que sufrirlos en nuestra propia carne! Función esta poco agradable, confiesa, pero “en la actual situación –anterior a la elección de Francisco- no puedo permanecer callado”.

Otra es la de reformador eclesial teniendo como referencia el Concilio Vaticano II y como horizonte los procesos de transformación que desemboquen en un cambio de paradigma eclesial. Ambas funciones viene ejerciéndolas desde hace más de sesenta años con la publicación del libro El concilio y la unión de los cristianos (1960) y su participación en el Concilio Vaticano II como perito teológico designado por Juan XXIII junto con Rahner, Schillebeeckx, Ratzinger, Congar…

El libro está escrito a modo de un riguroso y detallado informe sobre la situación clínica de la Iglesia católica con sus síntomas, patogénesis y etiología (causas de la enfermedad), diagnóstico, operaciones, terapia, medicamentos, plan de salvamiento y periodo de convalecencia. Ejerce la labor de “terapeuta” con toda crudeza y de forma tajante pero no con intención iconoclasta, sino guiado por “el amor a la Iglesia”.

El diagnóstico era entonces que se encontraba “gravemente enferma” por mor del sistema de dominación católico-romano consolidado durante el siglo XX, que entre otras características presentaba las siguientes: monopolio del poder y de la verdad, recursos espiritual-antiespiritual a la violencia, papado monárquico-absolutista y aversión a la sexualidad.

“Difícilmente –aseveraba- habrá entre las grandes instituciones de nuestros países democráticos ninguna otra que proceda de forma tan inhumana con quienes piensan distinto y con los críticos entre sus propias filas, ninguna que discrimine tanto a las mujeres” (subrayado mío). Juicio ciertamente severo, pero que describe de manera certera la situación de la Iglesia católica durante los últimos treinta y cinco años.

La enfermedad no es de hoy; tiene una larga historia, y Küng hace un ejercicio de memoria del sistema romano, desde Pedro, “¿el primer papa?”, hasta nuestros días como condición necesaria para su curación. Lo que descubre es la existencia de dos modelos de Iglesia: el centralista, monárquico y autoritario, cuya romanización alcanza su cima con Inocencio III (1198-1216) y el comunitario de las iglesias locales, federadas fuera del ámbito de Roma.

Presta especial atención a la actitud defensiva del catolicismo oficial ante la modernidad y a las infecciones víricas que transmitió a la población: aversión a la ciencia, al progreso, a los derechos humanos, a la democracia, y consideración de la tradición como único criterio de verdad conforme a la ecuación verdad=tradición=papa, que llevó a Pío IX a afirmar “la traditione sono io”. Solo muy tardíamente, y a medias, la Iglesia asumió la reforma y la modernidad. Destaca aquí el importante papel reanimador de Juan XXIII.

¿Es terminal la enfermedad de la Iglesia?

¿Es terminal la enfermedad que padece la Iglesia católica o tiene todavía salvación? Küng no pierde la esperanza de que sobrevivirá, pero no a cualquier precio, sino a condición de que se someta a una terapia ecuménica profunda, cuyo criterio no puede ser el derecho canónico, sino el Jesús histórico tal como es testimoniado en los evangelios. Debe asumir una responsabilidad social. No puede encerrarse en el exclusivismo confesional, sino que ha de estar ecuménicamente abierta y revocar las excomuniones.

No puede seguir configurándose patriarcalmente, sino que las mujeres deben tener acceso a todos los ministerios eclesiales. Es fundamental la reforma de la Curia con criterios evangélicos y resulta urgente la transparencia en las finanzas. El clero y el pueblo deben participar en la elección de los obispos, como se hizo en los primeros siglos del cristianismo. Es necesario abolir la Inquisición, todavía vigente de facto, y toda forma de represión. No se puede seguir imponiendo el celibato a los obispos y los sacerdotes, sino dejarlo opcional. Debe facilitarse, en fin, la comunión eucarística interconfesional. ¡Excelente programa de reforma a realizar bajo el liderazgo del papa Francisco! Creo, sin embargo, que los pasos del papa actual, hasta ahora, no han ido en esa dirección, salvo algunas muestras tímidas de reforma.

Hans Küng. ¿Optimista o pesimista ante la Iglesia católica del futuro?

Tras haber experimentado el cambio de paradigma de la iglesia de Pío XII a Juan XXIII y la caída del Imperio soviético, Küng tiene la confianza de que “debe producirse un cambio, incluso una revolución radical… De hecho es cuestión de tiempo” (La Iglesia católica, Mondadori, o. c., 258).

Küng se plantea todavía otra pregunta: ¿Es la catolicidad de la Iglesia católica solo un principio de fe o también una realidad vivida en la práctica? Hay fenómenos que le llevan a afirmar que se trata de una realidad: la teología de la liberación, los movimientos pacifistas cristianos, los movimientos ashram en la India, los grupos de base en el Sur global, la presencia y la participación de los movimientos cristianos en los Foros Sociales Mundiales, y de los cristianos y cristianas en los movimientos sociales.

¿Ha vuelto el Gran Inquisidor?

Hans Küng recuerda una escena de la historia de la Iglesia contemporánea que le ha preocupado e incomodado indignado como pocas. Sucedió el 8 de abril de 2005 en la Plaza de San Pedro durante las exequias de Juan Pablo II. El decano del colegio cardenalicio Joseph Ratzinger, vestido de púrpura solemne, desciende la escalinata en dirección al ataúd del Papa difunto, junto al que se alza el crucifijo de estilo realista que representa al Cristo sufriente y crucificado.

“Me resulta imposible imaginar mayor contraste”, comenta el teólogo de Tubinga. A un lado se encuentra el Inquisidor de la Fe, responsable del sufrimiento de tantos colegas y de tantos niños, niñas, adolescentes y jóvenes objeto de abusos sexuales que él encubrió cuando era prefecto para la Congregación para la Doctrina de la Fe. En ese momento personificaba el poder del nuevo imperio romano, como queda patente con la presencia de doscientos invitados de Estado, entre los que se encontraba, en la primera fila, la familia de George Bush. Al otro el Ecce homo de Nazaret, predicador de la paz”.

Ante esta escena, al teólogo suizo le viene a la memoria el relato de Dostoievski sobre el Gran Inquisidor, que ha hecho prisionero a Cristo, le llama a su presencia y le pregunta: “¿Por qué has venido a molestarnos? Vete y no vuelvas más. No regreses nunca, nunca más”. Parece que Cristo le ha hecho caso y, durante el gobierno de los nuevos inquisidores, ha abandonado la Iglesia. ¿Dónde habrá ido?

Decálogo para el futuro del cristianismo

Tras la lectura del libro, propongo el siguiente decálogo de las transformaciones que considero necesarias en el seno de la Iglesia católica como condición necesaria para que el cristianismo pueda recuperar la credibilidad perdida.

1. Enraizarse en su origen cristiano conforme al evangelio de Jesús de Nazaret, proseguir sus prácticas de liberación en el mundo injusto y desigual en el que perviven, e incluso crecen, las desigualdades de etnia, cultura, religión, clase social, género, identidad sexual, etc.

2. Renunciar al patriarcado en el que está instalada la Iglesia católica, utilizar un lenguaje inclusivo e incorporar a las mujeres a todos los ministerios y funciones eclesiales.

3. Renunciar a la exclusividad confesional y a la autor-referencialidad, practicar el ecumenismo con acciones verdaderamente ecuménicas como la abolición tanto de todas las excomuniones recíprocas como de las condenas a teólogas y teólogos católicos, la plena hermandad eucarística y el reconocimiento de los ministerios de las iglesias cristianas hermanas.

4. Renunciar al eurocentrismo y al imperialismo romano, aprender de otras religiones y reconocer una autonomía adecuada a las iglesias nacionales, regionales y locales.

5. Apoyar un orden social mundial justo, crítico del neoliberalismo y de la necro-política, que elimine la brecha cada vez mayor entre personas y países ricos y pobres.

6. Defender un orden mundial respetuoso del pluriverso cultural, religioso, étnico y afectivo sexual, sin aporofobia, xenofobia ni racismo epistemológico, social o económico, ni lgtbi-fobia.

7. Abogar por un orden mundial fraterno-sororal con igualdad de derechos y responsabilidades de hombres, mujeres y otras identidades afectivo sexuales, más allá de la heteronormatividad y de la binariedad sexual.

8. Trabajar por un orden mundial que construya la paz basada en la justicia y contribuya a la resolución de los conflictos a través de la negociación y del diálogo.

9. Comprometerse en la construcción de un orden mundial que reconozca y respete la dignidad, la integridad y los derechos de la Tierra y la hermandad de los seres humanos con todos los seres del Planeta.

10. Potenciar el diálogo y la paz entre las religiones y las naciones como contribución a la paz mundial y alternativa al choque de civilizaciones y a las guerras de religiones, que todavía existen.

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† Uta Ranke-Heinemann (1927-2021). Teóloga, con R. Bultmann y H. Schlier

Lunes, 29 de marzo de 2021
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Del blog de Xabier Pikaza:

Uta Ranke-Heinemann,primera profesora de Teología en una Universidad de la Iglesia Católica. Había nacido en Essen (Alemania), donde acaba de morir el pasado 25 de este mes de marzo.

(La nota de la foto del periódico alemán que anuncia su muerte dice: Papas y papisas deberían alternarse. A los 2000 años en que el Papado ha estado en manos de varones deberían seguir otros 2000 en que los papas fueran papisas).

9F755BB3-EE49-4FE3-B84C-025214C7538AUta era hija de Gustav Heinemann, de una familia alemana muy significativa, dirigente de la Iglesia luterana, y  presidente de Alemania Occidental (1969 a 1974).

Su madre Hilda  pidió a Rudolf Bultmann(del que había sido alumna) que acogiera por un tipo a su hija Uta, en los últimos años de la guerra  (1939-1945) pues ellos (los Heinemann) habían perdido casa y bienes en un bombardeo y no podían ofrecer seguridad a su hija adolescente.

 R. Bultmann (el teólogo más famoso de Alemania en aquel tiempo) y su esposa acogieron a Uta como hija,y ella aprendió la mas radical teología protestantes, para así vivir con hondura personal (existencial y social) el evangelio. Pocos teólogos cristianos han tenido la fortuna de estudiar y asumir vivir como la hondura personal liberadora de la Palabra de Dios, desde la raíz del cristianismo.

   Acabado la guerra, Uta estudió teología protestante en Bonn, Oxford y Montpellier, y fue alumna preferida de Heinrich Schlier (otro inmenso teólogo, amigo de Bultmann, que se convirtió por entonces al catolicismo, queriendo unir así la libertad existencial y la tradición más amplia de la Iglesia).

4579B4C1-FB2D-4E4F-8A13-8281BC0BEB43Quizá por influjo de H. Schlier (quien dirigió de hecho mi tesis doctoral sobre Bultmann) y buscando una Iglesia que fuera más consecuente (a su juicio) con el primer cristianismo, Uta se “convirtió” al catolicismo, y fue, incluso, por un tiempo, compañera de Joseph Ratzinger.

Se doctoró en teología, siendo la primera mujer que regentó una Cátedra de Nuevo Testamento e Historia de la Iglesia Antigua en una Universidad Alemana (en Essen). Pero el año 1987 fue privada de la cátedra, dentro de la Facultad de Teología Católica, por cuestionar la virginidad “biológica” de María, la madre de Jesús.

No dejó por eso la Iglesia Católica, sino que ha seguido siendo hasta el fin cristiana y católica,”bultmanniana” mujer de Iglesia,   muy influyente en la iglesia alemana por su opción a favor del pacifismo y de la libertad integral en la Iglesia.

C71A5B8B-92DD-4851-BC25-48B38163B836Sus obras (Eunucos por el Reino y No y amén. Invitación a la duda) han influido mucho en la visión cristiana de la mujer y de la relación con la modernidad.

En toda su obra, Uta puso de relieve el espíritu más “católico” (en el sentido de Universal) de Bultmann, con su forma de entender la secularización, la desmitologización y la apertura a un tipo de modernidad existencial.

Pude estudiar su obra cuando preparaba mi tesis sobre Bultmann, publicada de nuevo, como ensayo teológico en Ediciones Clíe.

Descanse en paz, Uta.

cf. .https://es.wikipedia.org/…/Eunucos_por_el_reino_de_los…

 

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“El signo de Saint Merry “, por José Arregi

Jueves, 25 de marzo de 2021
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En Les Halles de Beaubourg, antiguo Mercado de Abastos de París, enteramente transformado en los años 70 del siglo XX y convertido en corazón comercial, cultural, artístico del París contemporáneo, hay una joya singular: Saint Merry, una bella iglesia gótica del s. XVI, de estilo flamígero, que ha sido llamada “pequeña Notre-Dame”. Todo un museo de arquitectura, escultura, pintura y vidrieras, monumento de obligada visita turística. Y centro de culto católico con misa dominical para una veintena de personas mayores dispersas en los bancos.

Pero la iglesia de Saint Merry des Halles de Beaubourg, casi pegado al Centro Pompidou –emblema de encuentro intercultural e icono de la modernidad cultural parisina– es mucho más que un monumento artístico y que un templo-museo de culto tradicional católico. Es un lugar viviente lleno de espíritu y de humanidad. Es una iglesia abierta, sin fronteras dentro/fuera, sagrado/profano, creyente/no-creyente, una iglesia donde no cuentan los papeles en regla, ni la religión, ni la ortodoxia doctrinal, ni la orientación sexual, ni la identidad de género. Un espacio de encuentro de cristianos, pero igualmente de toda clase de gente: trabajadores, estudiantes, intelectuales, marginados, homosexuales, transexuales, buscadores, y practicantes de otras religiones, grupos de defensa de Palestina, de inmigrantes, de clochards… Y un lugar de encuentro de músicos y artistas, y sala de conciertos y de creación y exposición de arte.

 La humanidad es su credo. La acogida es su culto. La creatividad es su signo. Y los domingos, después de la misa parroquial, se reúnen entre 200 y 300 personas venidas de aquí y de allá para otra forma de misa, la celebración –esmeradamente preparada por voluntarios durante la semana– de la memoria de Jesús, compartiendo sin prisa palabra, pan y vino –la vida– alrededor de una larga mesa, donde el sacerdote participa, pero no es el centro. Y todo ello en lenguaje nuevo, comprensible para todos, como en Pentecostés. ¿Cabe decir más? Es símbolo de una Iglesia en transformación en un París en transformación, en un mundo en transformación.

Pero no sé si debía haber dicho “es” o “era”. Aquí me empieza a doler. En efecto, el Centro Pastoral –digamos comunidad eclesial– Saint Merry sito en esa iglesia acaba de ser cerrado por fulminante decreto del Arzobispo de París, Monseñor Aupetit. Un arzobispo, el gran François Marty, padre conciliar del Vaticano II, lo abrió en 1975, al igual que otros Centros similares de Iglesia alternativa en París, ¡qué tiempos aquellos de aliento posconciliar! Otro arzobispo, 46 años después, de vuelta de aquel espíritu de renovación eclesial, lo acaba de cerrar el 1 de marzo. Las razones son excusas. Punto. ¡Cómo han cambiado los obispos y los tiempos, y los seminarios! Con que era esto la primavera del papa Francisco… ya lo vamos entendiendo.

Cuando hace justo un mes, unos amigos de París, miembros de la Comunidad, me enviaron la carta en la que el obispo anunciaba su decisión irreversible, sentí estupor, y una gran pena por la Comunidad y su proyecto truncado. Pero no es hora de lamentaciones, sino de reflexión serena y de serena determinación.

Miro los 46 años de la Comunidad de Saint Merry como verdadera encarnación –no la única– de la nueva Iglesia que hizo vislumbrar, vislumbrar nada más, el Concilio Vaticano II (1962-1965). A pesar de que llegó tarde y de que sus documentos, incluso los mejores, son textos ambiguos de compromiso, con todo, este Concilio resultó fue un potente catalizador de los mejores anhelos de reforma. Obispos, sacerdotes, teólogos, muchísimas religiosas y religiosos y, sobre todo, numerosas comunidades y movimientos de base en Europa y América Latina abrieron las puertas, respiraron y soñaron una nueva Iglesia, convertida al evangelio y al mundo actual, hecha compasión, diálogo y liberación, aliada de los empobrecidos, Iglesia sin clérigos ni laicos, hermana de todas las Iglesias y religiones, y de todos los hombres y mujeres que viven del Espíritu más allá de todo templo, dogma y religión.

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Luego, muy pronto, vino lo que vino, todo esto que pasa. En realidad, la primavera conciliar apenas duró un par de décadas. Primero fueron las dudas de Pablo VI. Después, en 1978, las certezas sin fisura de Juan Pablo II: había que reconducir las veleidades sugeridas por el Concilio a los dogmas contrarreformistas del Concilio de Trento (contemporáneo riguroso de la construcción de la iglesia de Saint Merry) y a la doctrina contramodernista del Vaticano I del silo XIX.

La clausura del Centro de la Comunidad Saint Merry es el último signo del fracaso del Concilio Vaticano II, y una clara señal del camino a la ruina seguido por la Iglesia Católica de la mano del papa polaco (1978-2005) y de Joseph Ratzinger, su cabeza pensante primero como Prefecto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe (1981-2005) y sucesor suyo después como papa Benedicto XVI (2005-2013).

¿Y el papa Francisco? La semana que viene cumplirá ocho años de pontificado. Ocho años para llevar a cabo una reforma incierta de la Curia vaticana: unos cardenales sustituyen a otros, clérigo por clérigo. Ocho años para organizar tres sínodos de cardenales, arzobispos y obispos, con unos pocos laicos invitados en calidad de oyentes. Ocho años para nombrar por primera vez a una mujer como subsecretaria del Sínodo –compartiendo el cargo con un religioso agustino–, y para, por primera vez, otorgar el derecho a voto a una mujer en esa asamblea vestida de obispo y cardenal. Eso es todo. Lo fundamental del anacrónico aparato conceptual, moral e institucional sigue exactamente donde estaba. El clericalismo sigue vigente, la pirámide jerárquica sigue intacta con el papado absoluto como fundamente y cima.

El clericalismo es la raíz del conflicto del Centro Saint Merry que ha llevado a su cierre. El poder último residía, al fin y al cabo, en un párroco nombrado por un obispo nombrado por un papa. Un mundo clerical de varones clérigos. No culpo a nadie. El sistema es la clave del problema.

Amigas, amigos de la Comunidad Saint Merry, desde aquí os expreso todo mi apoyo y mi ánimo, mi gratitud ante todo. Y mi mejor deseo: que sigáis creando y podáis seguir animando la vida como mejor os inspire el Espíritu, en ese o en otro lugar, fieles a la memoria de la novedad pascual, y libres de tutelas, poderes y llaves clericales, como Jesús. Que viváis en paz.

Aizarna, 7 de marzo de 2021

www.josearregi.com

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Monseñor Arizmendi, cardenal electo: “Nunca se podrán aprobar los actos homosexuales, pues son intrínsecamente desordenados”

Martes, 3 de noviembre de 2020
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matrimoniogay1Siguen siendo crueles… ¿Hablan ellos de desorden?

Francisco aparta al Dicasterio de Comunicación de la gestión de la crisis por las uniones civiles

Uniones, no matrimonios homosexuales“, defiende el obispo emérito de San Cristóbal de las Casas

“En ningún momento (el Papa) habló de un derecho a casarse, a formar una familia adoptando niños; mucho menos a un matrimonio religioso, ni siquiera civil”

“La doctrina de la Iglesia, que el Papa Francisco no modifica, está claramente expresada en el Catecismo de la Iglesia Católica”

“Las personas homosexuales son hijos de Dios y deben ser amados como Dios los ama”

“Mantengámonos firmes en nuestra fe, y sepamos discernir lo que se difunde en los medios informativos

VER

Gran revuelo han causado unas frases del Papa Francisco, divulgadas en un documental del cineasta Evgeny Afineevsky, como si con ellas aprobara la agenda homosexual y cambiara la doctrina tradicional de la Iglesia. Estas son sus palabras: “Las personas homosexuales tienen derecho a estar en la familia. Son hijos de Dios, tienen derecho a una familia. No se puede echar de la familia a nadie, ni hacerle la vida imposible por eso. Lo que tenemos que hacer es una ley de convivencia civil. Tienen derecho a estar cubiertos legalmente. Yo defendí eso”.

En ningún momento habló de un derecho a casarse, a formar una familia adoptando niños; mucho menos a un matrimonio religioso, ni siquiera civil. Dijo: “Tienen derecho a estar en la familia… a una familia… No se puede echar de la familia a nadie, ni hacerle la vida imposible por eso”. Esto no es algo contrario a la ley de Dios, ni la Iglesia ha exigido a los padres de un homosexual que lo despidan del hogar. Hacerlo, sería una ofensa a Dios. Como hijos de Dios, los homosexuales son personas a quienes sus padres y toda la sociedad deben atender, como a los demás. Esto no significa avalar las conductas homosexuales.

Sin embargo, la Congregación para la Doctrina de la Fe, entonces presidida por el Cardenal Joseph Ratzinger, emitió un documento el 3 de junio de 2003 en que se afirma: “El respeto hacia las personas homosexuales no puede en modo alguno llevar a la aprobación del comportamiento homosexual, ni a la legalización de las uniones homosexuales. El bien común exige que las leyes reconozcan, favorezcan y protejan la unión matrimonial como base de la familia, célula primaria de la sociedad. Reconocer legalmente las uniones homosexuales o equipararlas al matrimonio, significaría no solamente aprobar un comportamiento desviado y convertirlo en un modelo para la sociedad actual, sino también ofuscar valores fundamentales que pertenecen al patrimonio común de la humanidad. La Iglesia no puede dejar de defender tales valores, para el bien de los hombres y de toda la sociedad… Conceder el sufragio del propio voto a un texto legislativo tan nocivo del bien común, es un acto gravemente inmoral”.

Esperamos que este asunto se aclare más, pero lo que el Papa mencionó es lo que algunos hemos sostenido varias veces en reuniones con legisladores y autoridades civiles. No estamos de acuerdo en que se aprueben civilmente los llamados matrimonios entre personas del mismo sexo, porque no son matrimonios; pero sí es conveniente que haya leyes que protejan derechos de personas tanto del mismo como de diferente sexo que conviven, sin estar casados, como el derecho a heredar, a la asistencia sanitaria, a prestaciones laborales, etc. Estas leyes serían no sólo para homosexuales, sino para personas incluso de diferente sexo, no casadas, que deciden compartir su vida y sus bienes. Proponer que se protejan esos derechos, no es legitimar uniones homosexuales. El Estado debe proteger derechos de todos los ciudadanos.
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PENSAR

El Papa Francisco, en su Exhortación Amoris laetitia, fijó su postura, que no ha cambiado: “Nadie puede pensar que debilitar a la familia como sociedad natural fundada en el matrimonio es algo que favorece a la sociedad. Ocurre lo contrario: perjudica la maduración de las personas, el cultivo de los valores comunitarios y el desarrollo ético de las ciudades y de los pueblos… Sólo la unión exclusiva e indisoluble entre un varón y una mujer cumple una función social plena, por ser un compromiso estable y por hacer posible la fecundidad… Las uniones de hecho o entre personas del mismo sexo no pueden equipararse sin más al matrimonio. Ninguna unión precaria o cerrada a la comunicación de la vida nos asegura el futuro de la sociedad” (52).

Y en cuanto a “los proyectos de equiparación de las uniones entre personas homosexuales con el matrimonio, no existe ningún fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia. Es inaceptable que las iglesias locales sufran presiones en esta materia y que los organismos internacionales condicionen la ayuda financiera a los países pobres a la introducción de leyes que instituyan el “matrimonio” entre personas del mismo sexo” (251).

La doctrina de la Iglesia, que el Papa Francisco no modifica, está claramente expresada en el Catecismo de la Iglesia Católica: “La homosexualidad designa las relaciones entre hombres o mujeres que experimentan una atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo. Reviste formas muy variadas a través de los siglos y las culturas. Su origen psíquico permanece en gran medida inexplicado. Apoyándose en la Sagrada Escritura que los presenta como depravaciones graves (Cf. Gn 19, 1-29; Rm 1, 24-27; 1 Co 6, 10; 1 Tm 1, 10), la Tradición ha declarado siempre que los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados. Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso” (2357).

“Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales instintivas. No eligen su condición homosexual; ésta constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición” (2358).

“Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante virtudes de dominio de sí mismo que eduquen la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana” (2359).

ACTUAR

Mantengámonos firmes en nuestra fe, y sepamos discernir lo que se difunde en los medios informativos. El matrimonio es sólo entre un hombre y una mujer que se aman, que están abiertos a la vida y que se comprometen a ser uno para el otro durante toda la vida. Las personas homosexuales son hijos de Dios y deben ser amados como Dios los ama, pero nunca se podrán aprobar los actos homosexuales, pues son intrínsecamente desordenados.

Fuente Religión Digital

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Francisco: “Las parejas homosexuales tienen derecho a estar cubiertas legalmente”

Jueves, 22 de octubre de 2020
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homosexuali2-fco_560x280¿Giro en el Vaticano?

El pontífice da un paso al cambiar el “quién soy para juzgar” con el que respondió a unos periodistas y propone en un documental “una ley de convivencia civil”

“Las personas homosexuales tienen derecho a estar en la familia, son hijos de Dios, tienen derecho a una familia. No se puede echar de la familia a nadie, ni hacer la vida imposible por eso”

Migrantes y refugiados, pobres, abuso sexual a menores, papel de la mujer… son otros de los aspectos que se abordan en ‘Francesco’

“Las personas homosexuales tienen derecho a estar en la familia, son hijos de Dios, tienen derecho a una familia. No se puede echar de la familia a nadie, ni hacer la vida imposible por eso. El Papa Francisco defendió “una ley de convivencia civil” para las parejas homosexuales, que “tienen derecho a estar cubiertos legalmente”, en el documental ‘Francesco’, dirigido por el cineasta ruso Evgeny Afineevsky y que se ha presentado hoy en el festival de cine de Roma.

Se trata de la primera ocasión en la que el Papa hace una propuesta tan reveladora, y que va mucho más allá de aquel ¿Quién soy yo para juzgar? con el que respondió a una pregunta sobre la Iglesia y los homosexuales durante un vuelo papal.

 Un cambio drástico en la postura del Vaticano

El respaldo papal a las uniones civiles entre personas del mismo sexo representa un cambio drástico en la postura oficial del Vaticano (y de sus predecesores) al respecto. Las palabras del pontífice se recogen en un fragmento del documental que reflexiona sobre el cuidado pastoral para lesbianas, gays, bisexuales y transexuales.

Lo que tenemos que hacer es una ley de convivencia civil. Tienen derecho a estar cubiertos legalmente”, recalcó el Papa Francisco. “Yo defendí eso”.  Su biógrafo, Austen Ivereigh, recuerda que cuando el Papa era arzobispo de Buenos Aires se opuso a la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo, pero se mostró a favor de una ley que regulase las uniones en una votación celebrada en el seno de la Conferencia Episcopal Argentina (que perdió). “Lo hizo porque cree que deben respetarse los derechos básicos como poder heredar, visitar al otro en el hospital… Es una cuestión de justicia civil. Esa fue su posición matizada, pero perdió el voto con los otros obispos”, recuerda el autor de El gran reformador, la biografía de referencia sobre Francisco.

la-iglesia-y-los-gaysEs la primera vez, sin embargo, que Francisco muestra un apoyo tan nítido y directo a este tipo de uniones desde que fue nombrado Papa en 2013. Además, la referencia explícita a la “familia” profundiza más en un concepto hasta ahora tabú para la Iglesia en relación con la convivencia entre personas homosexuales. La cita puede generar dudas, pero no está en la agenda del Vaticano aprobar, en ningún caso, la adopción de hijos en las parejas homosexuales.

Las leyes de unión civil entre personas del mismo sexo ya existen en la mayoría de países europeos. Pero Francisco pide que se promuevan refiriéndose, se supone, a los lugares donde todavía no existen. La nacionalidad rusa de su entrevistador, además, hace suponer que el Papa piensa en lugares donde los homosexuales son perseguidos.

La posición de Francisco sobre la integración de los homosexuales en la Iglesia ha sido siempre algo ambigua, pero mucho más avanzada que la de sus predecesores. La primera vez que habló de ello como Pontífice fue en un el vuelo de vuelta de su viaje a Brasil en 2013. Entonces dijo: “Si una persona es gay y busca a Dios y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarlo?”. Explicó también que dicha orientación sexual no era un pecado, aunque matizó que sí lo eran los actos.

Más adelante, además, en unas polémicas declaraciones, aconsejó llevar a los niños homosexuales al psicólogo. “Todo el mundo tiene derecho a tener un crío, venga como venga. Comprendo que genere dolor si es homosexual, pero nunca se echa del hogar a alguien porque tenga tendencia homosexual. Cuando la persona es muy pequeña y muestra síntomas raros, puede ir a un psicólogo para que vea a qué se debe eso”, señaló en una entrevista en La Sexta.

La posición oficial del Vaticano respecto a las uniones civiles entre personas del mismo sexo seguía siendo la que se estableció en 2003 durante el pontificado de Juan Pablo II. Entonces, la Congregación para la Doctrina de la Fe, que dirigía el futuro papa Joseph Ratzinger, publicó un documento bajo el título “Las consideraciones en lo concerniente a las propuestas de dar reconocimiento legal a las uniones entre personas homosexuales”. “La Iglesia enseña que el respeto por las personas homosexuales no puede conducir de ninguna manera a la aprobación de la conducta homosexual o en el reconocimiento legal de las uniones homosexuales”.

La declaración, que llega en un momento de profunda división ideológica, sorprende por el formato en que se produce. Lucetta Scaraffia, historiadora y experta en asuntos sociales y de la mujer en la Iglesia cree que “es parte de su proceso de apertura”. “Es algo importante. Hay que recordar todos los partidos católicos que han hecho una guerra contra esto. Supongo que creará problemas dentro de la Iglesia y en el mundo político. Quizá hacía falta hacerlo de forma más detallada y transitoria, es como si faltase un pasaje hasta llegar aquí”, opina. Un método, sin embargo, habitual en este papado.

El documental, que se estrenará en América este fin de semana, muestra las aproximaciones pastorales de Bergoglio ante distintos problemas sociales. Junto al Papa, aparecen en el filme otras figuras de colaboradores del Papa, entre los que destaca el cardenal Tagle. Migrantes y refugiados, pobres, abuso sexual a menores, papel de la mujer… son otros de los aspectos que se abordan en ‘Francesco’.

En la película se muestra el testimonio de una pareja de hombres italiano que querían llevar a sus hijos a la parroquia. “Él no mencionó cuál era su opinión sobre mi familia. Probablemente él está siguiendo la doctrina en este punto”, dijo el hombre, al tiempo que elogió al Papa por una disposición y una actitud de acogida y aliento.

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La imagen de una plaza de San Pedro lluviosa y vacía por la pandemia de coronavirus y un solitario Francisco dirigiéndose al centro es la poderosa metáfora con la que el director nominado al Óscar Evgeny Afineevsky arranca su último documental, una mirada muy cinematográfica sobre la personalidad y las acciones del papa argentino.

“Francesco”, que se estrenó este miércoles en el Festival de Cine de Roma, es un documental dedicado a “una Humanidad que crea dramas y desastres, y a él, que con humildad y sabiduría, trata de guiarnos para construir un futuro mejor”, dice Afineevsky en entrevista con Efe.

“Yo no lo veo como un documental sobre el papa, es un documental sobre todos nosotros, toda la Humanidad que crea desastres, agrede al medio ambiente, monta todas estas guerras que hacen huir a migrantes, crea el abuso sexual, que no solo lo hay en la Iglesia, también en Hollywood”, asegura el director.

“Él trata de ayudarnos a navegar, a cambiar, mostrándonos que estamos ante una línea roja” y que debemos elegir entre “ser víctimas de nuestro pasado o héroes de nuestro futuro”, añade.

El director, afincado en EEUU, nominado al Óscar al mejor documental en 2016 con “Winter on fire: Ukraine’s Fight for Freedom” sobre la revolución del Maidán, y a tres Emmy por “Cries from Syria” en 2017, ha tardado casi tres años en filmar esta cinta, que durante dos horas recorre el pensamiento y experiencias de Bergoglio, a través de sus viajes, testimonios de personalidades y amigos y con el hilo conductor de contundentes palabras del papa.

“Me he reunido con él unas cinco veces, siempre en función de su agenda, hemos tenido también dos entrevistas a cámara”, cuenta el director, que grabó las últimas tomas justamente durante la pandemia el pasado junio.

Su documental quiere ser como “una ducha fría”, mostrar al mundo que “estamos en cierto punto en el que debemos reevaluar nuestras acciones, recordar que lo que puede ocurrir es el Armagedón”, insiste, pues como dice Francisco: “la Humanidad vive una crisis que no es solamente económica y financiera, también es ecológica, educativa, moral, humana”.

Afineevsky no pretende mostrar a Francisco como una celebridad. “A diferencia de la película de Win Wenders de hace un par de años, es importante para mi no mostrarlo ni como un papa ni como el rey del universo, sino como una persona humilde: hago esto, intento ayudaros, mostraros los desastres que vosotros, como humanidad estáis haciendo, intentemos dejar de cometer errores, cuidar el medio ambiente, ser hermanos, terminar con el odio”.

Las mismas ideas que Francisco puso sobre el papel en su tercera y reciente encíclica “Fratelli Tutti” (Hermanos todos).

“Él pone su trabajo y sus pensamientos en su encíclica, yo pongo mi trabajo y mis ideas y mi manera de contar historias como director de documentales, hago un monumento cinematográfico dedicado a nosotros, que creamos drama y desastres, y a él, que le gusta ir a la línea del frente”.

Con imágenes conmovedoras de sus viajes -como su visita al campo de refugiados de Lesbos- y frases de gran impacto –“quien piensa solo en hacer muros y no puentes no es cristiano”, “no hay santo sin pecado ni pecador sin futuro“- el cineasta muestra a un hombre “que llora con la Humanidad”, como dice uno de los entrevistados, el padre franciscano Michael Perry.

En el documental, el director de 48 años, nacido en Kazán (antigua Unión Soviética), que creció en Israel y después emigró a Estados Unidos, no aborda cuestiones religiosas, sino las ideas del papa sobre los grandes desafíos de nuestro tiempo. “Para mi que no soy católico, que soy judío y nacido como ateo en Rusia, era importante mostrar al mundo que yo, con mi perspectiva no religiosa puedo ver lo que este hombre hace y cómo nos inspira”, señala.

Por eso optó por una película “que pueda ser vista por jóvenes y mayores, por diferentes grupos sociales, creyentes y no. Traté de crear una historia cinematográfica que puede se entendida por gente sencilla y gente muy cultivada, algo que pueda quedar después de nosotros y pueda educar a la gente”.

 

 

Curiosamente, la elección del argentino Jorge Bergoglio como papa en marzo de 2013 aparece casi al final. “Tradicionalmente, todas las películas sobre el papa empiezan por su nombramiento, pero yo quiero enfatizar que no hago un filme sobre el papa, quería mostrar ese contraste” empezando con la plaza vacía en junio de 2020 y la plaza abarrotada en marzo de 2013, para hacer pensar al espectador acerca de todo lo que ha sucedido.

“Intento decir a la gente que es importante aprender de nuestros errores, como hace él…un líder y un hombre que no tiene miedo de arrodillarse y decir lo siento”. “Bergoglio, y eso es lo fascinante, sigue abierto a aprender de sus errores, de la gente que le rodea”, afirma.

Uno de esos errores, que luego el papa reconoció, es cuando en 2018 no creyó a las víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes en Chile y les pidió pruebas enfadado, pero poco después pidió perdón, recibió a las víctimas en Roma e hizo dimitir a los obispos chilenos.

“Solo dos meses después de la cumbre de los abusos de febrero de 2019 se vieron los primeros frutos, la nueva ley vaticana que obliga a denunciarlos y poco después se abolió el secreto pontificio”, subraya Afineevsky, que incluye entre las entrevistas del documental a víctimas de estos abusos, como el activista chileno Juan Carlos Cruz.

También se muestra al jesuita Bergoglio en Buenos Aires antes de ser papa, gracias a imágenes antiguas – sentado en el transporte público, por ejemplo- y testimonios de sus allegados y amigos, como uno de sus sobrinos, el padre Pepe, el rabino Skorka, o el imam Omar Abboud, además del premio Nobel Pérez Esquivel o Estela de Carloto, de las abuelas de plaza de Mayo. “Para mi era importante conocerlo antes de que fuera papa, para entender su carácter y lo que le motivó a ponerse en primera línea, porque va en su personalidad ponerse en primera fila en cualquier desastre”, asegura el realizador.

El drama de los migrantes está muy presente con imágenes conmovedoras del papa en Lampedusa o en el campo de Lesbos, en Grecia, y el propio Bergoglio, de origen italiano, habla de su “sangre migrante”. “Yo también soy emigrante”, cuenta Afineevsky, que coincide con él en que se debe acoger, pero también integrar a esa gente.

“Estuve en la frontera entre México y EEUU y pienso: la audiencia de EEUU olvida quien limpia nuestras casas, la gente de México, quién trabaja en la construcción cuando vamos contra ellos. Sí, debe haber ciertas reglas, pero eso no significa desunir familias, ponerlas en celdas”, afirma.

La cinta cuenta con entrevistas con el papa emérito Benedicto XVI, el cardenal filipino Tagle, el presidente Sarkissian de Armenia -donde Francisco habló de genocidio causando el enfado de Turquía- entre otras.

El realizador recibe hoy jueves en el Vaticano de manos de Rosetta Sannelli, su creadora, el premio Kineo Pelìcula para la Humanidad, que tradicionalmente se entrega en el festival de Venecia, y que se otorga a quienes promueven temas sociales y humanitarios. Ello porque “Francesco” ilustra el pensamiento y la obra de este papa “volcánico e imparable”, una personalidad de gran profundidad a nivel mundial, independientemente de sus creencias o juicios personales”, señala el fallo.

Fuente Religión Digital/Agencias

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Benedicto XVI comparó al matrimonio entre personas del mismo sexo con el “anticristo” y denunció que sus detractores buscan silenciarlo

Jueves, 7 de mayo de 2020
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benedikt_xviJoseph Ratzinger, de 93 años, ha sido acusado de intentar sabotear la modernización planteada por su sucesor, el papa Francisco.

Según asegura en una nueva biografía autorizada, tiene una buena amistad con el actual líder católico

El papa emérito Benedicto XVI, conocido por sus posiciones tradicionalistas, afirma que sus detractores quieren “hacerlo callar” y compara al matrimonio entre personas del mismo sexo y el aborto con el “anticristo”, en una biografía autorizada publicada este lunes en Alemania.

Joseph Ratzinger, de 93 años, dice ser víctima de una “deformación malintencionada” de la realidad. El espectáculo de las reacciones de la teología alemana es tan aberrante y malintencionado que prefiero no hablar de ello, afirma en las entrevistas publicadas en el libro “Benedicto XVI – Una vida”.

“Prefiero no analizar las razones reales por las que simplemente quieren hacerme callar”, añade. En Alemania, donde la Iglesia católica está dirigida por prelados considerados reformistas, Ratzinger ha sido criticado con frecuencia por sus opiniones sobre el islam o cuestiones sociales.

El que fue papa entre 2005 y 2013 está acusado de intentar sabotear los esfuerzos de modernización de la iglesia de su sucesor, el papa Francisco. En el libro, Ratzinger asegura, sin embargo, que tiene buenas relaciones con el papa actual. “Como usted sabe, mi amistad personal con el papa Francisco no solo se mantuvo, sino que se desarrolló”, afirma.

En febrero, Benedicto XVI se vio inmerso en una polémica en el Vaticano cuando su secretario particular fue apartado del entorno del papa Francisco.

La decisión fue tomada tras la publicación de un libro firmado por el papa emérito y el cardenal guineano ultraconservador Robert Sarah en el que defendían el celibato de los sacerdotes, un tema muy polémico dentro de la Iglesia.

Algunos consideraron el libro como una intromisión en el pontificado del papa Francisco e incluso como un manifiesto de la franja tradicionalista de la Iglesia. Tras 48 horas de polémica, Benedicto XVI pidió que retiraran su nombre de la portada del libro, de la introducción y de las conclusiones.

En la biografía publicada este lunes, Benedicto XVI reitera su oposición al matrimonio igualitario, afirmando que ve en él la obra del “Anticristo”, una fuerza maléfica que busca reemplazar a Jesucristo. “Hace cien años se habría considerado absurdo hablar de matrimonio homosexual, hoy nos excomulgan cuando nos oponemos a él, afirma.

Pasa lo mismo con el aborto o la creación de humanos en el laboratorio”, añade.

“La sociedad moderna está formulando un credo al anticristo que supone la excomunión de la sociedad cuando uno se opone”, insistió.

Según el papa emérito, “la verdadera amenaza para la iglesia” es “la dictadura mundial de ideologías que se pretenden humanistas”.

Seewald es autor de varios libros de entrevistas con el papa emérito y la biografía que aparece este lunes, en la editorial Droemer-Knaur, es la culminación de varios años de trabajo dedicados a la figura de Benedicto XVI.

El autor de la biografía es un defensor de Benedicto XVI y sostiene que la imagen que se tiene de él como un papa ultraconservador y reaccionario se debe en buena parte a las “calumnias” de uno de sus principales críticos, el teólogo ecuménico alemán Hans Küng.

La biografía, según un comunicado de la editorial, aparecerá también en inglés, español, francés y polaco.

El 16 de abril, el papa emérito celebró su cumpleaños 93 en el Vaticano, rodeado por un estricto cordón sanitario para protegerlo del coronavirus, anunció su secretario privado. Joseph Ratzinger, el primer papa de la era moderna que renunció a su cargo, en 2013, se encuentra ‘confinado’ en el monasterio Mater Ecclesiae, en los jardines vaticanos, donde no podrá recibir visitas por precaución.

“Como vivimos bajo ‘arresto domiciliario’, como tantos otros en Italia, por supuesto no habrá visitas”, explicó a Radio Vaticana su secretario privado, el arzobispo alemán Georg Gänswein.

Fuente:  AFP/EFE

 

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Drewermann: “El problema del abuso radica en el silencio, el traslado y el no acceso a la justicia del Estado”

Viernes, 26 de julio de 2019
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148558_1_gallerydetailportrait_img_00566573El ‘profeta’ Drewermann sobre los abusos clericales a menores

“Sólo la Iglesia Católica piensa que todavía puede permitirse el lujo de mantener sus impulsos e inclinaciones bajo control. Toda sensación de placer es declarada pecado mortal y debe ser reprimida. Entonces, ¿cómo puede un sacerdote desarrollar una sexualidad saludable?”

“El miedo es un consejero terrible, dice Drewermann: “Es una tragedia, cómo el miedo puede cambiar a la gente. En mi opinión, esto también le ocurrió a Ratzinger. Ciertamente pensó que lo estaba haciendo bien”

“En cuanto al abuso, el problema está dado por el “silencio, el traslado, el no acceso a la justicia del Estado”

“El Papa Juan Pablo II ya había ordenado silencio sobre el abuso sexual. Su sucesor también continuó en esta línea, para protegers de daños a la Iglesia. No fue un error de obispos individuales, sino el estilo de la Iglesia”

(iviva).- De Alemania llegan las mejores ideas y actitudes ante la crisis de los abusos a menores por el clero. Un obispo alemán y un extraordinario teólogo psiquiatra, condenado por la CDF de Ratzinger en 1991, se relacionan en un artículo de Adista que presentamos, adjuntando otros documentos para encuadrar mejor el artículo. IV.

Drewermann es un “profeta”: lo dijo el obispo alemán Heine Wilmer del ex sacerdote y teólogo castigado por Ratzinger (Por Ludovica Eugenio en Noticias Adista n° 5 de 09/02/2019)

3982 BERLIN-ADISTA: “Creo que el abuso de poder está en el ADN de la Iglesia”, dijo el pasado mes de diciembre el Obispo de Hildesheim, Alemania, Mons. Heiner Wilmer, ex Superior General de los Dehonianos, hablando de la crisis de abuso sexual en la Iglesia en una entrevista concedida al periódico Kölner Stadt-Anzeiger (13/12).

A la cabeza de la diócesis alemana durante algunos meses, pero ya muy implicado en la lucha contra el abuso sexual, Wilmer señaló con el dedo una supuesta “pureza” de la Iglesia como tal, que sabe pedir perdón sólo por las acciones de los individuos, pero nunca como institución; en su opinión, una de las principales disfunciones eclesiásticas es que está regida por un poder absoluto que no conoce ningún control.

Esta disfunción sólo puede ser superada por una separación de poderes. Y, al hablar de estos temas, se refirió, llamándolo “profeta”, a la gran figura de Eugen Drewermann: sacerdote, teólogo y psicoanalista, ahora de 79 años, privado, en 1991, por el Obispo de Paderborn y el Vaticano de enseñar en el seminario de Paderborn y luego de predicar. En sus libros había puesto al desnudo los mecanismos de poder de la jerarquía eclesiástica, la creciente clericalización de la figura del sacerdote –que había venido a hacer de él un “funcionario de Dios” (expresión que se convirtió en el título de uno de sus libros: Funcionarios de Dios: Psicograma de un Ideal; Clérigos en español, edición Trotta. Ver sobre él en nº 181 (1996) de IV)– y por haber desafiado la ley sobre el celibato obligatorio de los sacerdotes (ver Adista nos. 33, 36/90 y 70/91; 5/92); dejó el sacerdocio (ver Adista n. 24/92) y la Iglesia Católica (ver Adista n. 89/2005).

“Eugen Drewermann –dijo el obispo de Hildesheim– es un profeta de nuestro tiempo reconocido por la Iglesia“, como profético fue su trabajo en tres partes Las estructuras del mal; como profeta es el jesuita Padre. Klaus Mertes, profesor y periodista, de 2000 a 2011 rector del Canisius College de Berlín, de septiembre de 2011 rector del College of St. Blasien, entre los protagonistas de la lucha contra los abusos sexuales en Alemania, quien señaló con el dedo los mecanismos de eliminación de la homofobia en la Iglesia(ver Adista nº 45/16. También Conversación con Teresa Forcades, en nº 245 (2011) de IV).

“Los profetas bíblicos eran personas que decían la verdad desnudas y crudas”, dijo Wilmer; también hoy necesitamos hombres y mujeres así, “que pisen los pies de nuestros obispos”.

“Me parece un concepto exagerado”, fue el tímido comentario del propio Drewermann, entrevistado sobre las declaraciones de Wilmer y sobre su opinión contra el clericalismo, por ser una condición privilegiada para el abuso, expresada en la web católica alemana katholisch.de, el pasado 14 de enero. (la traducción castellana aqui). “Conozco gente que ha ido a la muerte por decir la verdad. No sé si lo haría yo. De todos modos, no me veo a mí mismo como un profeta”. “Los sacerdotes deben ser un puente entre el cielo y la tierra, pero cometen crímenes horrendos”, dijo. “El discurso autoritario, de arriba abajo, ya no funciona en la Iglesia. La santidad del estado clerical ha terminado. Si un obispo toma en serio estas reflexiones, las consecuencias son enormes.

El Obispo Wilmer no tendrá una vida fácil si las aplica a las estructuras eclesiales. Algunos de sus hermanos ya están sobre él. Pero podrá mantenerse en pie”, continuó Drewermann, animando a Wilmer, “que es un luchador y un hombre creíble, todavía joven”, a “seguir diciendo claramente lo que piensa y lo que ve”, sin “dejarse disuadir o intimidar por otros obispos”.

En cuanto a la formación de los sacerdotes, que siempre ha sido el caballo de batalla del teólogo y del psicoterapeuta, muchas cosas deben cambiar: “Los sacerdotes disminuyen y, por tanto, también lo que se exige a los ordenados. La Iglesia exige al clero la continencia sexual como ideal. Los protestantes han sido muy críticos con este ideal. Sólo la Iglesia Católica piensa que todavía puede permitirse el lujo de mantener sus impulsos e inclinaciones bajo control. Toda sensación de placer es declarada pecado mortal y debe ser reprimida. Entonces, ¿cómo puede un sacerdote desarrollar una sexualidad saludable?

La fijación neurótica resultante se define incluso como una elección particular para el presbítero. La mayoría de los delitos sexuales se cometen contra los niños, lo que es bastante alarmante. La dinámica del desarrollo de la pedofilia derivaría del hecho, explica, de que “para los sacerdotes y para aquellos que quieren ser sacerdotes, el contacto con mujeres o niñas está prohibido, pero no con niños. Esto desencadena un desarrollo deformado que puede dar lugar a profundos sentimientos de culpa.

Pocos sacerdotes al principio de su formación cometerían abusos contra los niños”. Es un deslizamiento lento que empeora a tal punto que escapa a todo control: “Las personas que viven estos impulsos neuróticos no pueden ser desviadas moviéndolas a otra parroquia. ¡Están enfermos!

Si, por otro lado, un sacerdote desarrolla una sexualidad normal y siente algo por una mujer o un hombre, y lo reconoce, entonces es expulsado. Esto es doblemente anómalo para mí.” Por esta razón, Drewermann está convencido de la necesidad absoluta y urgente de abolir el celibato obligatorio: “Conozco hombres maravillosos que podrían ser excelentes sanadores de almas porque están casados. La Iglesia debe tener esto en el corazón”.

Actualmente, Drewermann está trabajando en una perspectiva cristiana sobre el derecho penal: “¿Cómo tratar a las personas que han sido culpables de graves faltas de conducta sin haberlo querido? Esto también se aplica a muchos sacerdotes. Ellos mismos son víctimas de una tragedia. No hay delincuentes que no se hayan convertido en víctimas. ¿Cómo hay que tratarlos? Este es un asunto importante para mí. Jesús dice: No juzguéis. Pero si es así, ¿por qué necesitaríamos el derecho penal?

Incluso los obispos, como el de Paderborn, Mons. Johannes Degenhardt, que en los años 90 lo privó de la enseñanza y lo suspendió a divinis, continúa Drewermann, “son para mí sólo personas constrigidas, forzadas, limitadas. No me gustaría estar en su lugar por un día. No le guardo ningún rencor al difunto arzobispo Degenhardt. Nunca tuve problemas con él. Fue presionado por el entonces Cardenal Joseph Ratzinger y por eso tuvo que condenarme. Puedo entenderlo. Pero su comportamiento me muestra cuánto miedo debe haber tenido entonces. Nunca leyó mis libros, de eso estoy seguro.”

Y el miedo es un consejero terrible, dice Drewermann: “Es una tragedia, cómo el miedo puede cambiar a la gente. En mi opinión, esto también le ocurrió a Ratzinger. Ciertamente pensó que lo estaba haciendo bien. Es muy culto, escribe muchos libros, pero habría necesitado urgentemente experiencias reales con la gente. El problema es que este pensamiento nunca se cuestiona desde la psicología. Todo el inconsciente es suprimido unilateralmente por la razón”.

De Francisco piensa que es “una persona honrada y honesta. Pero cuando dijo en una conferencia de prensa en un avión: ¿Quién soy yo para juzgar a los demás? Fue claramente advertido por la Congregación de la Fe: ‘Usted no es una persona cualquiera, Sr. Bergoglio, no tiene una opinión privada, usted es el Papa. La homosexualidad es un pecado mortal y eso es lo debe enseñar y nada más’.

Encuentro que su humanidad es conmovedora. Espero que la conserve. Pero también necesita urgentemente buenos consejeros”. Asesores en el campo de la teología, porque ella es la que necesita una más profunda revisión: “Toda la teología sobre los grandes temas debe cambiar. He estado tratando hacer esto durante 40 años. Desde un punto de vista psicoterapéutico, no se puede aconsejar a nadie que no decida por sí mismo y que se deje aconseje. Y se necesita una buena razón para hacerlo”. Pero en cuanto al abuso, el problema está dado por el “silencio, el traslado, el no acceso a la justicia del Estado”.

Los obispos locales son quienes, actuando de esta manera, han permitido la repetición de comportamientos criminales. El Papa Juan Pablo II ya había ordenado silencio sobre el abuso sexual. Su sucesor también continuó en esta línea, para protegers de daños a la Iglesia. No fue un error de obispos individuales, sino el estilo de la Iglesia. El Papa Francisco lo ha reconocido y se ha comprometido a oponerse a ello. En esto intentaría apoyarlo”.

Fuente Religión Digital

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Hans Küng, 91 años en camino: “Libertad conquistada”

Jueves, 28 de marzo de 2019
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HansKung01El teólogo suizo y sus relaciones con Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco

“La etapa del cardenal Ratzinger al frente de la Congregación para la Doctrina de la fe fue una de las de mayor rigidez doctrinal y moral, de más dura persecución a las teólogas y los teólogos del Concilio Vaticano II, de la teología de la liberación, de la teología feminista, de la teología del pluralismo religiosos y de la teología moral”

No quiero dejar pasar el 91 cumpleaños de mi maestro, amigo y colega Hans Küng sin expresarle mi felicitación y mi reconocimiento por la “libertad conquistada” durante su larga y fecunda existencia. Y lo hago ofreciendo algunas imágenes de su vida que reflejan su coherencia, honestidad e integridad. Hans Küng tenía 34 años cuando fue nombrado por Juan XXIII perito del Concilio Vaticano II, junto con otros prestigiosos teólogos como Karl Rahner, Yves M. Congar, Bernhard Häring, Henri de Lubac, Gérald Philips, Joseph Ratzinger, etc.

Todo cambió diecisiete años después con el Papa Juan Pablo II, quien le retiró la licencia eclesiástica para enseñar por haber cuestionado la infalibilidad papal. Lo cuenta el propio Küng refiriéndose abiertamente a la Inquisición:

“En 1979 años experimenté personalmente la Inquisición bajo otro papa. La Iglesia me retiró el permiso para la enseñanza, pero aun así mantuve mi cátedra y mi Instituto (que quedó segregado de la Facultad Católica)”

(La iglesia católica, Mondadori, Barcelona, 2002, 14). El teólogo suizo considera dicha condena “jurídicamente impugnable, teológicamente infundada y políticamente contraproducente”.

Sin embargo, la condena no consiguió destruir su reputación ni dentro de la Iglesia católica entre el pueblo creyente y los colegas teólogos y teólogas, ni en el mundo intelectual del pensamiento crítico, y menos aún en el diálogo ecuménico entre las iglesias cristianas, donde el reconocimiento teológico de Küng era muy elevado. Sucedió todo lo contrario: la condena contribuyó a abrir el debate sobre la infalibilidad, generó una corriente cálida de sintonía expresada a través de numerosas declaraciones de solidaridad con el teólogo sancionado y de denuncia de los comportamientos inquisitoriales del Vaticano.

Lo que la condena evidenciaba no era otra cosa que el retroceso producido en el Vaticano del pontificado de Juan XXIII al de Juan Pablo II en apenas tres lustros, que pasaba del anatema al diálogo, de la reforma a la restauración, de la evolución a la involución, del respeto al pluralismo teológico a la uniformidad, del cristianismo a la cristiandad, de la libertad de investigación y expresión a la represión, del pensamiento crítico al pensamiento cautivo, del lenguaje simbólico al lenguaje dogmático.

Con todo, Küng no identifica el sistema romano con la Iglesia católica, sino que establece una clara y lúcida distinción entre ambos: “A pesar de mis experiencias sobre cuán flexible puede resultar el sistema romano, la Iglesia católica, esa hermandad de creyentes, ha seguido siendo mi hogar espiritual hasta el presente” (La Iglesia católica, p. 13).

Francisco llama a Hans Küng “Querido Hermano”

La relación del Vaticano con Hans Küng cambió en 2016. El teólogo suizo publicó UnLlamamiento al papa Francisco en varios diarios de diferentes países pidiéndole que abriera un debate “imparcial y libre de prejuicios” sobre el dogma de la infalibilidad, en la consideración de que “sin una re-visión constructiva del dogma de la infalibilidad apenas sería posible una verdadera renovación [de la Iglesia católica]” (El País, 9 de marzo de 2016). Unos días después Francisco le respondió. El clima eclesial había sufrido una importante mutación: se dejaba atrás el lenguaje del anatema y se volvía a transitar por la senda del diálogo, que nunca debiera haberse interrumpido.

La carta estaba firmada por el propio Papa, que se dirigía a Küng en cursiva y en alemán con un “lieber Mitbruder” (“querido Hermano”). En ella demostraba haber leído atentamente su Llamamiento y valoraba positivamente las reflexiones que le habían llevado a la publicación del quinto volumen de sus obras completas, precisamente el dedicado a la infalibilidad.

Agradecimiento a Ratzinger y sinceros deseos de felicidad

En el prólogo a su libro La Iglesia Küng expresa un agradecimiento cordial a Joseph Ratzinger por la valiosa ayuda prestada siendo colegas en la Facultad de Teología de la Universidad de Tubinga. Con el paso de los años, la colaboración se tornó distanciamiento, sobre todo a partir del momento en que Ratzinger accedió al episcopado, se convirtió en hombre de confianza de Juan Pablo II y asumió la presidencia de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Hubo un fugaz intento de acercamiento entre ambos por iniciativa de Hans Küng. Fue en Castelgandolfo durante el verano de 2005 siendo ya Papa Jospeh Ratzinger, que le recibió a petición del teólogo suizo. Pero todo quedó en un encuentro puntual sin continuidad. En su ejercicio del ministerio papal Ratzinger fue escorándose hacia posiciones integristas que Küng y los teólogos fieles al concilio Vaticano II no podíamos compartir.

La etapa del cardenal Ratzinger al frente de la Congregación para la Doctrina de la fe fue una de las de mayor rigidez doctrinal y moral, de más dura persecución a las teólogas y los teólogos del Concilio Vaticano II, de la teología de la liberación, de la teología feminista, de la teología del pluralismo religiosos y de la teología moral.

En la última de las lecciones dictadas en el semestre de invierno de 1995-1996 en la Universidad de Tubinga cuenta Hans Küng que un colega católico le preguntó, tras las primeras clases, si no hubiera podido hacer mucho bien también dentro del sistema romano, escribiendo, por así decir, una teología primero para el Papa y desde ahí también para la Iglesia y el mundo. Es una pregunta que también él se planteó, si bien afirma que no creció como antagonista del sistema romano. Tras más de medio siglo de itinerario teológico creativo e innovador, su respuesta fue la siguiente:

“No podía ir por otro camino, no sólo en honor a la libertad, que siempre tuve en gran aprecio, sino en honor a la verdad, que para mí está por encima incluso de la libertad. Si hubiera seguido ese otro camino, así lo veo ahora y así lo vi entonces, hubiera vendido mi alma por el poder de la Iglesia. Quisiera en este momento confiar (y lo digo sin el menor asomo de ironía) en que mi compañero en edad y en gran parte del camino, Joseph Ratzinger, que escogió otro camino y que también será nombrado profesor emérito este año, al mirar hacia atrás y a pesar de lo sufrido, esté tan contento y feliz como yo”.

¡Qué elegancia! ¿Podrá decir lo mismo Ratzinger, hoy Papa emérito?

Juan José Tamayo

Director de la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones. Universidad Carlos III de Madrid. Su último libro es: De la Iglesia colonial al cristianismo liberador en América Latina (Tirant, València, 2019)

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El Papa Francisco levanta la suspensión canónica sobre Ernesto Cardenal

Martes, 19 de febrero de 2019
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Ernesto-Cardenal-300x326Una noticia que me alegra porque, personalmente siempre he apoyado a Ernesto, el gran poeta, escultor y místico, contemplativo y revolucionario,  a quien conocí en su casa de Nicaragua tras visitar Solentiname, cuna de la Misa Campesina Nicaragüense, de la pintura primitivista y del que conservo una escultura que preside un lugar central en nuestra casa…

Hace casi dos años escribía en esta página que una de mis más felices experiencias fue poder orar en la iglesia de Nuestra Señora de Solentiname, en el lago Nicaragua/Cocibolca donde se cantó por primera vez esta misa, respirar el aire del archipiélago, hablar con Ernesto Cardenal… y ver cómo un colibrí aleteaba… Gracias Ernesto por la poesía que tanto me ha acompañado y por tu testimonio cristiano, místico y revolucionario

El Vaticano confirma la reintegración del padre Ernesto Cardenal al ministerio sacerdotal

El sacerdote y poeta nicaragüense habría sido notificado por el nuncio

La Santa Sede absuelve de “todas las censuras canónicas” al poeta trapense, fundador de Solentiname.

Roma valora que el sacerdote siguiera viviendo en pobreza y castida a pesar del castigo impuesto por Juan Pablo 

(Israel González Espinoza, corresponsal de RD en Centroamérica).- El Vaticano, por medio de su representante en Managua Waldemar Stanislaw Sommertag, ha confirmado este lunes 18 de febrero el levantamiento de todas las sanciones eclesiásticas que impuso en 1984 el papa Juan Pablo II contra el poeta y sacerdote trapense Ernesto Cardenal, ex ministro de cultura de la Nicaragua revolucionaria (1979-1988),  quién desde el día 4 de febrero convalece internado en un centro hospitalario capitalino.

Según el reporte periodístico del rotativo español El País, el nuncio apostólico en Managua Waldemar Stanislaw Sommertag habría notificado el pasado 14 de febrero a Cardenal sobre el levantamiento de la pena canónica que pesaba desde hace más de tres décadas contra el autor de Cántico Cósmico y Oración por Marilyn Monroe debido a su participación en el primer gabinete del gobierno de la revolución sandinista.

Según una carta sellada de la Nunciatura Apostólica en Managua, el Papa Francisco concedió con benevolencia la absolución (levantamiento) de todas las censuras eclesiásticas que el Vaticano le impuso a Ernesto Cardenal desde 1984, asegurando que fue el autor de ‘Cántico Cósmico’, quién solicitó la readmisión al pleno ejercicio del ministerio sacerdotal.

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“El padre Cardenal ha estado 35 años bajo suspensión del ejercicio del ministerio por su militancia política. El religioso aceptó la pena canónica que le fue impuesta y se ha atenido siempre a ella sin llevar a cabo ninguna actividad pastoral. Además, había abandonado desde hace muchos años todo compromiso político”, puntualiza la carta de la Nunciatura, que está firmada por el Nuncio Sommertag.

Siendo un duro crítico de los papados conservadores de Karol Wojtyla (Juan Pablo II, 1978-2005) y Joseph Ratzinger (Benedicto XVI, 2005-1013); Cardenal continuó cumpliendo con la vida de celibato sacerdotal y pobreza aunque no podía administrar eclesiásticamente los sacramentos debido a la suspensión a divinis.

El periodista Pablo Ordaz, quién escribe el despacho periodístico, asegura que él fue el encargado de transmitir una carta de Ernesto Cardenal para el Papa Francisco. La misiva fue entregada a bordo del avión papal cuando el Pontífice acudía a un viaje pastoral a México.

Ordaz entregó al Papa, junto con la carta, un libro de poesía de Cardenal que incluía una entrevista dónde el poeta de barba blanca y boina negra emitía comentarios elogiosos hacia el Pontífice. “Me siento identificado con este nuevo Papa. Es mejor de cómo podríamos haberlo soñado”.

Así mismo, Ordaz manifiesta que el día 2 de febrero, el nuncio visitó en su casa de Managua al poeta Cardenal. En esa reunión, conversaron media hora y al término de la misma -según la narración-, hizo que su asistente, la poetisa Luz Marina Acosta, redactara una carta de agradecimiento al Papa Francisco.

Sin embargo, la salud de Cardenal desmejoró desde el pasado 4 de febrero, tras ser ingresado en un hospital capitalino por problemas de insuficiencia renal. Ahí, internado, lo visitó el pasado jueves el obispo auxiliar de Managua Silvio José Báez, quién arrodillado le pidió una bendición al anciano poeta.

Según fuentes eclesiásticas, a Báez el entorno cercano al poeta le notificó que el Papa le habría levantado la suspensión canónica y por ello, en un signo de rehabilitación, se hincó para pedirle al poeta su bendición como sacerdote a lo cual el convaleciente autor de Hora 0 -según el obispo-, “accedió gustoso”.

“Fue emocionante arrodillarme ante Ernesto Cardenal, recién rehabilitado al ministerio sacerdotal, para que me diera su bendición. Lo hizo gozoso. (…) Sus ojos se enrojecieron con alguna lágrima. Recé por él y le encomendé que le hablara al Señor para que nos auxiliara en los momentos difíciles que vivimos. Fue todo tan hermoso”, dijo Monseñor Báez, en declaraciones exclusivas concedidas por él para Religión Digital tras salir de su encuentro con el padre Cardenal.

Agradecimiento de Cardenal al Nuncio y al Papa

Según el portal de noticias Vatican News del Vaticano, el nuncio Sommertag visitó el pasado 2 de febrero al poeta Ernesto Cardenal en su casa de habitación, dónde sostuvieron una conversación que se cataloga de “profundo, abierto y amigable”, donde nació la idea de la reintegración del bardo al pleno ejercicio del ministerio sacerdotal.

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Lo que va entre dos fotos

La versión de Vatican News contradice a la información dada ayer por el diario español El País, donde se asegura que fue por medio del periodista de este rotativo, Pablo Ordaz, que se le hizo llegar una carta de Ernesto Cardenal al Papa Francisco, para que  le fuera levantada la suspensión ‘a divinis’.

“Este domingo el nuncio Apostólico visitó de nuevo al sacerdote trapense, en donde le comunicó la suspensión canónica de parte del Santo Padre, para su plena reintegración. Seguidamente, a las nueve de la mañana, el nuncio presidió en el hospital la Santa Misa de gracia con el padre Cardenal. El sacerdote expresó su profunda gratitud al Santo Padre y al Nuncio”, señala el portal de noticias de la Santa Sede.

Del mismo modo, el portal noticioso destaca el encuentro que sostuvo el obispo auxiliar de Managua, Silvio José Báez con el padre Cardenal -quién desde el 4 de febrero convalece en un hospital privado por problemas de insuficiencia renal-, destacando el gesto que tuvo el jerarca católico de pedir la bendición al poeta.

Sus ojos se enrojecieron con alguna lágrima. Recé por él y le encomendé que le hablara al Señor para que nos auxiliara en los momentos difíciles que vivimos. Fue todo tan hermoso”, dijo monseñor Báez, en unas declaraciones exclusivas concedidas a Religión Digital y reproducidas por el portal Vatican News.

Perseguido político del régimen orteguista

Ernesto Cardenal (Granada, 1925) ha sido un fuerte crítico del segundo mandato de Daniel Ortega, electo en 2007 y en el poder desde entonces en Nicaragua, dónde acompañado de su mujer Rosario Murillo; han corrompido al partido sandinista y han llevado al país por el despeñadero de la dictadura tras las protestas anti-gubernamentales iniciadas en abril de 2018, que fueron aplastadas con represión por los aparatos de seguridad del Estado.

Las críticas de Cardenal contra el autoritarismo gubernamental le han valido más de una persecución desde el ámbito judicial. En febrero de 2017, mientras el país vivía una plena embullición cultural por la celebración del Festival Internacional de Poesía de Granada, el régimen resucitó un caso judicial dónde debería pagar unos 800 mil dólares debidos a “daños y perjuicios” a una propiedad en el archipiélago de Solentiname. La demandante había sido viceministra de Turismo al inicio del gobierno de Ortega en 2008.

“Me alegra que el mundo entero se esté enterando de que soy un perseguido político en Nicaragua. Perseguido por el Gobierno de Daniel Ortega y su mujer [Rosario Murillo], que son dueños de todo el país, hasta de la justicia, de la policía, y del Ejército. No te puedo decir más, porque esta es una dictadura”, dijo enfáticamente Cardenal desde Granada, rodeado de varios poetas que lo acuerparon en aquella ocasión.

Fuente Religión Digital

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90 años de Gustavo Gutiérrez y 50 de la Teología de la Liberación (y IV)

Lunes, 2 de julio de 2018
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gustavoDesde que monseñor Cabrejos le defendió (2015) hasta el presente

“El pretendido e inexistente ‘tufo marxista’ fue el pretexto para descalificar toda una nueva forma de entender la Iglesia”

(Saturnino Rodríguez).- 2016 (junio) El teólogo peruano G. Gutierrez recibió el Premio “Peace and Freedom” “Pacen in Terris” en Davemport, Estados Unidos (junio 2006), otorgado anualmente desde su creación por la diócesis en 1964 en conmemoración de la encíclica papal “Pacem in Terris” del Papa Juan XXIII en 1963. Seis de los ganadores del premio también fueron galardonados con el premio Nobel de la Paz: Martin Luther King, Jr., la Madre Teresa de Calcuta, el Arzobispo Desmond Tutu, Mairead Corrigan-Maguire, Adolfo Pérez Esquivel y Lech Wałęsa.

G.Gutiérrez en la Asamblea general del CELAM

2016 El sacerdote dominico y teólogo peruano Gustavo Gutiérrez tuvo a su cargo la conferencia central de la reciente reunión anual de los Secretarios Generales de las Conferencias Episcopales de América Latina y el Caribe, Celebrada en la sede central del CELAM en Bogotá, para revitalizar los lazos de comunión y colegialidad con y entre las conferencias episcopales de cada país. Recalcando el que tema central de la TdL recordaba que “pobreza “no es imitar la vida del pobre; no se trata de imitar al que es considerado como insignificante, sino serlo”. En ese sentido, subrayó, la reforma de la iglesia impulsada por el Papa Francisco, significa que “al centro (de todas las estructuras, ser y quehacer de la Iglesia) esté Cristo”. La pobreza “no es imitar la vida del pobre; no se trata de imitar al que es considerado como insignificante, sino serlo. Ya casi finalizando diría: “Yo no creo en la teología de la liberación, yo creo en Jesucristo. La teología no es el fin, es el medio”.

Centenario de la Pontificia Universidad Católica de Perú

2017 (24 mar.) La Pontificia Universidad Católica del Perú que conmemoraba el centenario de su fundación y la apertura del año académico 2017 invitó al padre Gustavo Gutiérrez a compartir la mesa de honor con el presidente de la República, Pedro Pablo Kuczynski; el rector de la PUCP, Dr. Marcial Rubio Correa; la vicerrectora de Investigación, Dra. Pepi Patrón; el vicerrector académico, Dr. Efraín Gonzales de Olarte; el vicerrector administrativo, Dr. Carlos Fosca y el Gran Canciller cardenal Giuseppe Versaldi, nombrado por Papa Francisco Prefecto de la Congreg. para la Educación Católica. En la lección inaugural del curso el padre G.Gutierrez dijo: “Queremos que se convierta en una ‘universidad en salida’ (como dice el Papa), que sepa adelantarse, tomar la iniciativa sin miedo, salir al encuentro, buscar y llegar a los cruces de los caminos para invitar a los excluidos” …“Una universidad en salida es la que va hacia el otro, y en primer lugar a los excluidos”.

Nuevos gestos del papa Francisco

2018 (19 abril). Nuevo gesto del papa Francisco cuando al terminar la misa en Santa Marta recibió al teólogo jesuita español José María Castillocatedrático en la Universidad de Granada que había sido amonestado e incluso prohibido uno de sus libros con intento, al final no realizado, de retirarle de la cátedra y enviarlo a otra ciudad. El Papa le dijo “Leo con mucho gusto sus libros, que le hacen mucho bien a la gente”. Le acompañaba el director de “Religión digital” José Manual Vidal a quien le animó a “seguir apostando por la renovación de una Iglesia en salida”. Religión digital lanzó la campaña internacional de apoyo al papa Francisco cuando fue criticado por cuatro cardenales a quienes apoyaban sectores de eclesiásticos conservadores radicales.

El papa Francisco viaja a Perú. Nuevo encuentro con G. Gutiérrez

2018 (18 a 21 enero). El último día de la visita del papa Francisco a Perú tuvo un encuentro con el P. Gustavo Gutiérrez que fue invitado junto a personalidades y miembros de movimientos apostólicos a la Nunciatura Apostólica a primeras horas de la mañana. En este breve encuentro el Papa le recordó la última vez que estuvieron juntos en Santa Marta en Roma (13 sept 2013) y la concelebración del Papa Francisco con el cardenal Müller y él aprovechando la presentación del libro “Iglesia pobre y para los Pobres” y también su presencia en la Asamblea Internacional de Cáritas por esos días.

2018 (18-21 enero). Aquel encuentro de G.Gutierrez con el papa Francisco en la residencia Sta. Marta del Vaticano el 13 sept 2013) y este del 21 de enero de 2018de la Nunciatura de Lima en el viaje del Papa a Perú tenían en común la expresión del caminar eclesial desde el Concilio Vaticano II y la II Conferencia Episcopal de Medellín en busca de regresar a lo más genuino del mensaje evangélico. Por ello no está de más que recordemos de la mano de Miguel Cabrejos Vidarte arzobispo franciscano de Trujillo y Presidente de la Conferencia Episcopal de Perú desde 2006 a 2011 y reelegido en 2018 cómo fue la salida de la tensión vivida por el teólogo peruano G. Gutierrez con las advertencias de Roma entre 1984 y 1986 en que se publicaban Las dos “Instrucciones” de la Congreg. Doctrina de la Fe que presidía el entonces cardenal Ratzinger en el pontificado de san Juan Pablo II).

El arzobispo Miguel Cabrejos Presidente de la Conferencia Episcopal de Perú aclara la tensión Vaticano-Gutiérrez años 1984-86

2015 (19 sept) Son de esta fecha los recuerdos y aclaraciones a las que contestaba monseñor Miguel Cabrejos Vidarte en una entrevista del diario peruano “La República” que calificaba el encuentro entre el papa Francisco y el padre Gutiérrez como una muestra de la coincidencia que existe en el mensaje de ambos, en su preocupación por la gente más humilde y necesitada. Monseñor Cabrejos señaló que en el 2006 quedó zanjada cualquier duda que pudo tener la jerarquía eclesiástica con respecto al pensamiento de la TdL. Refirió que ése año, el secretario de entonces de la Congregación para la Doctrina de la Fe, obispo Angelo Amato (hoy cardenal desde el 2010), le envió una carta señalando que mediante el artículo “Koinonía Eclesial ” el padre Gutiérrez aclaró “los puntos problemáticos en algunas de sus obras” y pidió que fuese ampliamente difundido. Leer más…

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El cardenal De Kesel propone una “acción de gracias” para ‘bendecir’ las uniones homosexuales

Jueves, 10 de mayo de 2018
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de-kesel“Agradecemos” su cambio de postura pero va a ser que no nos conformamos con ser fieles de segunda… Llegan tarde, el matrimonio civil y eclesiástico es lo que pedimos, ni más, ni menos… ¿Y qué es eso de que “no tiene “absolutamente nada en contra” de las uniones homosexuales, siempre y cuando se lleven a cabo en un contexto donde “la honestidad, la firmeza y la lealtad sean fundamentales”

El primado de Bélgica ve “insostenible la condena” de la Iglesia a las parejas gay

“La Iglesia debe respetar más a los gays y a las lesbianas, también en su experiencia de la sexualidad”

“Una oración eclesiástica para una relación entre dos hombres o dos mujeres es ciertamente posible, siempre que no se parezca a un matrimonio eclesiástico”

(Cameron Doody).- “La Iglesia debe respetar más a los gays y a las lesbianas, también en su experiencia de la sexualidad”. El arzobispo de Malinas-Bruselas, el cardenal Jozef De Kesel, ha apuntado a un “cambio de paradigma” en el trato de la Iglesia hacia personas con atracción al mismo sexo.

Un cambio que podría incluir una celebración eclesial “de acción de gracias o de oración” por las relaciones homosexuales, dado que “ya es insostenible la condena” de la Iglesia de este tipo de amor, ha declarado el primado de Bélgica.

A finales del mes pasado, el cardenal De Kesel se reunió durante con la organización pro-LGBTI HLWM en su palacio arzobispal, ante los que aseguró que no tiene “absolutamente nada en contra” de las uniones homosexuales, siempre y cuando se lleven a cabo en un contexto donde “la honestidad, la firmeza y la lealtad sean fundamentales”.

“Veinte años atrás hubiera hablado de manera diferente a como lo hago ahora sobre este tema“, explicó De Kesel, en declaraciones recogidas por Zizo Online. “Entonces habría seguido la enseñanza oficial de la Iglesia. Ahora lo veo mucho más ‘comprensivamente’. El respeto es fundamental.

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El arzobispo belga también expresó su deseo de responder a las peticiones de parejas homosexuales creyentes que desean un reconocimiento simbólico por parte de la Iglesia. Por ello, De Kesel propuso una celebración formal eclesiástica de dichas relaciones, si bien ha matizado que dicha ceremonia no podría parecerse demasiado a las de bendiciones o nupcias heterosexuales.

“Una oración eclesiástica para una relación entre dos hombres o dos mujeres es ciertamente posible, siempre que no se parezca a un matrimonio eclesiástico”, apuntó De Kesel en este sentido, precisando que “un intercambio de anillos, por ejemplo, no se puede hacer”.

Aún así, el apoyo de De Kesel a la idea de un reconocimiento eclesial de las relaciones gays se suma al del cardenal Reinhard Marx, quien afirmó en febrero de este año que no ve nada malo en un cuidado pastoral más “cercano”, y hasta en un “ánimo” explícito, a los católicos homosexuales.

35 de las 93 diócesis francesas ya cuentan con oficinas de atención pastoral a los homosexuales

Una idea del “cambio de paradigma” eclesial hacia los homosexuales que proponen los cardenales De Kesel y Marx ya empieza a hacerse evidente en Francia, donde cinco años después de la legalización de los matrimonios gays 35 de las 93 diócesis nacionales ya cuentan con oficinas de atención pastoral a los homosexuales, según informa La Croix.

Programas como el de la diócesis de Creteil, en las afueras de París, donde un diácono casado y su mujer reúne periódicamente a fieles gays para “testimoniar a la presencia fraternal de la Iglesia” con los homosexuales. O en Saint-Etienne, cerca de Lyon, donde el obispo ha mandado que trabajadores pastorales acompañen a los gays en “tiempos de oración” para “confiar su amor a Dios”: en mayor parte para contrarrestar la impresión -extendida entre la comunidad homosexual- de que la Iglesia apoyó las manifestaciones en contra del matrimonio gay organizadas por la asociación La manif pour tous.

Como ha explicado Fabienne Daull, miembro de un grupo de cristianos pro-LGBT en Nimes, la idea de estos programas es “decir y repetir que es posible ser cristiano y ser homosexual, que no es incompatible ni contrario a la fe”. Que es posible que los gays encuentren a Dios en sus vidas y que estén plenamente integrados en sus parroquias. Un cambio de actitud y de trato que ha sido impulsado por las famosas palabras pronunciadas por el Papa Francisco en 2013: “¿Quién soy para juzgar a un gay?”.

Un grupo reducido, pero insistente, de obispos aperturistas

Lo cierto es que Jozef De Kesel, no está del todo solo. Forma parte un grupo de obispos que han avanzado posturas diferentes en materia LGTB a las que sostiene la mayoría de la jerarquía católica como el obispo de Amberes, Johan Bonny. Es un grupo reducido, pero destacable por haber mantenido una misma línea desde hace ya varias años. Entre ellos está, por ejemplo, Franz-Josef Bode, obispo de Osnabrück (Alemania), que en septiembre de 2015 se mostró a favor de bendecir a las parejas del mismo sexo unidas en una relación estable, aunque de forma privada y no en una ceremonia pública.

Destaca el cardenal Reinhard Marx, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, arzobispo de Munich y Frisinga, considerado un estrecho colaborador del papa Francisco. Fue él quien declaró primero, dando pie a que el propio papa hiciera declaraciones en el mismo sentido, que la Iglesia católica debía pedir perdón por su trato a las personas homosexuales: “La historia de los homosexuales en nuestra sociedad es una historia pésima porque hemos hecho mucho para marginarlos. No hace tanto tiempo de ello, y por tanto como Iglesia y como sociedad debemos pedir perdón”. El cardenal alemán señaló también que las relaciones de fidelidad entre personas mismo sexo deben valorarse positivamente: “Tenemos que respetar las decisiones de las personas. Tenemos asimismo que respetar, como dije en el primer sínodo —algunos estaban consternados pero yo creo que es normal— no se puede decir que una relación entre dos hombres, si son fieles, que esto no es nada, que no tiene ningún valor”.

Ya antes del pontificado de Francisco, en 2012, el cardenal Rainer Maria Woelki, arzobispo de Berlín, llamó a la Iglesia a reflexionar sobre su posición contraria a las parejas del mismo sexo. En este sentido, afirmó que deberían ser consideradas como análogas a las heterosexuales. Igualmente, en una entrevista algo posterior, denunció el “falso perfeccionismo” que a su juicio imperaba en la Iglesia. Con todo, poco después tuvo que aclarar su postura haciendo un curioso equilibrio: por un lado afirmó que “allí donde haya personas pendientes y dispuestas la una de la otra, eso merece reconocimiento”, para añadir en cambio que los “actos” homosexuales iban “en contra de la ley natural y por tanto no pueden ser aceptados por nuestra parte”.

Por otra parte, no podemos dejar de mencionar a Raúl Vera, obispo de Saltillo (México), quien lleva ya años destacándose por su defensa de las personas LGTB. En fecha tan temprana como 2011 apoyó la organización del Foro de Diversidad Sexual, Familiar y Religioso por parte de la Comunidad de San Elredo, un grupo LGTB cristiano: “La sociedad mexicana aún no ha podido desligarse de prejuicios, intolerancia y hostilidad contra las personas homosexuales, generando actos de violencia y rechazo social y familiar”, declaró entonces. Igualmente, este mismo obispo bautizó en 2014 a la hija de una pareja de lesbianas, quienes habían contraído matrimonio en el Distrito Federal, primer territorio de México que aprobó el matrimonio entre personas del mismo sexo.

El catolicismo alemán, punta de lanza

No es de extrañar que la mayor parte de los ejemplos mencionados vengan del ámbito germánico. Alemania alberga una de las comunidades católicas más abiertas a la realidad LGTB. De hecho, las declaraciones de estos obispos alemanes resultan tímidas frente a iniciativas de los laicos. En diciembre de 2015, la división local de Colonia de la Alianza de Juventudes Católicas Alemanas (Bund der Deutschen Katholischen Jugend –BDK-) aprobaba un documento titulado “Todos son bienvenidos”, en el que afirmaba que “el amor de Dios no hace distinciones” y reconocía que las “personas homosexuales” pueden “vivir el sexo de manera responsable”. Otro ejemplo elocuente fue el documento firmado en 2011 por 144 teólogos católicos de habla alemana (aproximadamente un tercio del total) en el que abogaban por una profunda reforma de la iglesia que incluyera, entre otras muchas medidas, el fin del “rigorismo moral” que condena al ostracismo en el seno de dicha institución a las parejas del mismo sexo o a los divorciados casados en segundas nupcias.

Esta apertura a la realidad LGTB  se corresponde, por lo demás, con una actitud progresista de buena parte del catolicismo alemán en temas como la contracepción o el divorcio, en los que Alemania ya marcaba diferencias con los pontífices anteriores, en particular con el también alemán Joseph Ratzinger.

En definitiva, dentro de la dinámica en la Iglesia católica de alternar algún paso adelante con pasos atrás (como bien ha quedado en evidencia con las más recientes declaraciones del papa), existe un grupo de obispos que parece presionar en un sentido inclusivo. No hace falta recordar, por desgracia, en qué posición se sitúan las voces cantantes del episcopado español. Con alguna salvedad como el obispo Vera, parece que de nuevo les toca a los obispos del norte de Europa el papel de avanzadilla.

Fuente reigión Digital/Cristianos Gays

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La presión fuerza al arzobispo de Turín a anular un encuentro de parejas gays católicas

Martes, 13 de febrero de 2018
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OLYMPUS DIGITAL CAMERA Una Iglesia cobarde y discriminadora… y punto:

Nosiglia: “Las uniones homosexuales s9n, para la Iglesia moralmente inaceptables”

El prelado había bendecido el acto dentrode un plan de atención específica a este colectivo

(Jesús Bastante).- El arzobispo cedió: Las uniones homosexuales son, para la Iglesia, moralmente inaceptables. Con estas palabras, el arzobispo de Turín, Cesare Nosiglia, arrancaba de cuajo las esperanzas de un nutrido grupo de parejas LGTBI católicas de toda Italia, que se habían inscrito en un retiro sobre la fidelidad destinado a este colectivo y organizado por la diócesis.

Una puerta abierta al reconocimiento de estas realidades, que iba a celebrarse los 24 y 25 de febrero en el Instituto de las Hijas de la Sabiduría y que, en principio, contaba con todas las bendiciones eclesiásticas.

Sin embargo, como viene siendo habitual en países como Italia o España, la presión de los grupos ultraconservadores ha llevado a monseñor Nosigilia a “abrir un período de reflexión” sobre la conveniencia de este tipo de encuentros. Un mazazo para una treintena de parejas gays, que veían cómo, por primera vez, podían sentirse integrados dentro de la Iglesia y del Evangelio en el que seguían creyendo.

La noticia también ha caído como un jarro de agua fría para el padre Carrega, quien iba a ser el encargado de impartir el retiro, que llevaba por lema Dignos de fidelidad‘. El religioso tiene el encargo específico del arzobispo de Turín de llevar adelante un plan de atención específica a las personas homosexuales. Una atención que, al parecer, no podrá llevarse a cabo, aunque monseñor Nosiglia se haya esforzado por asegurar el compromiso de la Iglesia en “el cuidado de los creyentes homosexuales y sus cuestiones de fe“.

beso-gay-iglesiaPara el arzobispo, esta atención pastoral se ofrece a personas en búsqueda, que viven situaciones delicadas e incluso dolorosas. Una iniciativa que ha crecido en los últimos años y la que los participantes “se encuentran con un sacerdote y reflexionan juntos, a partir de la Palabra de Dios, sobre su estado de vida y las opciones en materia de sexualidad”.

¿Cuál es, entonces, la razón para el veto a este encuentro? Las críticas de los sectores ultracatólicos, que denunciaron que cualquier acto diocesano en el que participaran parejas del mismo sexo pondría en duda la tradicional doctrina católica sobre el matrimonio, únicamente entre hombre y mujer, por la Iglesia y para toda la vida.

Ahí radica la prohibición, tal y como el arzobispo de Turín tuvo, finalmente, que admitir. Para el prelado, las uniones homosexuales “son para la Iglesia opciones moralmente inaceptables”, y “están lejos de expresar el proyecto de unidad entre el hombre y la mujer querido por la voluntad de Dios creador como donación recíproca y fecunda“.

Por el momento, el padre Carrega ha optado por guardar silencio para evitar represalias, si bien en anteriores ocasiones había subrayado cómo había participado en varias celebraciones de uniones civiles entre personas del mismo sexo, que están legalizadas en Italia desde mayo de 2016.

Españoles tampoco

Homofobia religiosaEn España, cualquier acercamiento a los matrimonios igualitarios también ha sido reprimido con dureza por parte de los obispos españoles, que no toleran ninguna apertura que pudiera suponer el más mínimo reconocimiento a estas uniones, legales en nuestro país desde hace más de una década. Así, la Iglesia española prohíbe cualquier tipo de bendición o participación en bodas de personas del mismo sexo, y continúa considerando la práctica homosexual como un “desorden”.

Muy lejos de opciones como las planteadas por los obispos alemanes, que ya han planteado oficialmente al Vaticano la posibilidad de crear una suerte de ‘bendición’ para este tipo de uniones, que sin suponer una equiparación al matrimonio tradicional, sí reconozca que estos son una realidad. Como señaló en su día el Papa Francisco, “si una persona es gay y busca a Dios y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarlo?”. El arzobispo de Turín, y los obispos españoles, sí lo hacen. Y lo condenan.

Un grupo reducido, pero insistente, de obispos aperturistas

Lo cierto es que Marx no está del todo solo. Forma parte un grupo de obispos que han avanzado posturas diferentes en materia LGTB a las que sostiene la mayoría de la jerarquía católica como el obispo de Amberes, Johan Bonny. Es un grupo reducido, pero destacable por haber mantenido una misma línea desde hace ya varias años. Entre ellos está, por ejemplo, Franz-Josef Bode, obispo de Osnabrück (Alemania), que en septiembre de 2015 se mostró a favor de bendecir a las parejas del mismo sexo unidas en una relación estable, aunque de forma privada y no en una ceremonia pública.

soy-homosexual-tengo-hijos-soy-catolico1Destaca el cardenal Reinhard Marx, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, arzobispo de Munich y Frisinga, considerado un estrecho colaborador del papa Francisco. Fue él quien declaró primero, dando pie a que el propio papa hiciera declaraciones en el mismo sentido, que la Iglesia católica debía pedir perdón por su trato a las personas homosexuales: “La historia de los homosexuales en nuestra sociedad es una historia pésima porque hemos hecho mucho para marginarlos. No hace tanto tiempo de ello, y por tanto como Iglesia y como sociedad debemos pedir perdón”. El cardenal alemán señaló también que las relaciones de fidelidad entre personas mismo sexo deben valorarse positivamente: “Tenemos que respetar las decisiones de las personas. Tenemos asimismo que respetar, como dije en el primer sínodo —algunos estaban consternados pero yo creo que es normal— no se puede decir que una relación entre dos hombres, si son fieles, que esto no es nada, que no tiene ningún valor”.

Ya antes del pontificado de Francisco, en 2012, el cardenal Rainer Maria Woelki, arzobispo de Berlín, llamó a la Iglesia a reflexionar sobre su posición contraria a las parejas del mismo sexo. En este sentido, afirmó que deberían ser consideradas como análogas a las heterosexuales. Igualmente, en una entrevista algo posterior, denunció el “falso perfeccionismo” que a su juicio imperaba en la Iglesia. Con todo, poco después tuvo que aclarar su postura haciendo un curioso equilibrio: por un lado afirmó que “allí donde haya personas pendientes y dispuestas la una de la otra, eso merece reconocimiento”, para añadir en cambio que los “actos” homosexuales iban “en contra de la ley natural y por tanto no pueden ser aceptados por nuestra parte”.

Por otra parte, no podemos dejar de mencionar a Raúl Vera, obispo de Saltillo (México), quien lleva ya años destacándose por su defensa de las personas LGTB. En fecha tan temprana como 2011 apoyó la organización del Foro de Diversidad Sexual, Familiar y Religioso por parte de la Comunidad de San Elredo, un grupo LGTB cristiano: “La sociedad mexicana aún no ha podido desligarse de prejuicios, intolerancia y hostilidad contra las personas homosexuales, generando actos de violencia y rechazo social y familiar”, declaró entonces. Igualmente, este mismo obispo bautizó en 2014 a la hija de una pareja de lesbianas, quienes habían contraído matrimonio en el Distrito Federal, primer territorio de México que aprobó el matrimonio entre personas del mismo sexo.

El catolicismo alemán, punta de lanza

la-iglesia-y-los-gaysNo es de extrañar que la mayor parte de los ejemplos mencionados vengan del ámbito germánico. Alemania alberga una de las comunidades católicas más abiertas a la realidad LGTB. De hecho, las declaraciones de estos obispos alemanes resultan tímidas frente a iniciativas de los laicos. En diciembre de 2015, la división local de Colonia de la Alianza de Juventudes Católicas Alemanas (Bund der Deutschen Katholischen Jugend –BDK-) aprobaba un documento titulado “Todos son bienvenidos”, en el que afirmaba que “el amor de Dios no hace distinciones” y reconocía que las “personas homosexuales” pueden “vivir el sexo de manera responsable”. Otro ejemplo elocuente fue el documento firmado en 2011 por 144 teólogos católicos de habla alemana (aproximadamente un tercio del total) en el que abogaban por una profunda reforma de la iglesia que incluyera, entre otras muchas medidas, el fin del “rigorismo moral” que condena al ostracismo en el seno de dicha institución a las parejas del mismo sexo o a los divorciados casados en segundas nupcias.

Esta apertura a la realidad LGTB  se corresponde, por lo demás, con una actitud progresista de buena parte del catolicismo alemán en temas como la contracepción o el divorcio, en los que Alemania ya marcaba diferencias con los pontífices anteriores, en particular con el también alemán Joseph Ratzinger.

En definitiva, dentro de la dinámica en la Iglesia católica de alternar algún paso adelante con pasos atrás (como bien ha quedado en evidencia con las más recientes declaraciones del papa), existe un grupo de obispos que parece presionar en un sentido inclusivo. No hace falta recordar, por desgracia, en qué posición se sitúan las voces cantantes del episcopado español. Con alguna salvedad como el obispo Vera, parece que de nuevo les toca a los obispos del norte de Europa el papel de avanzadilla.

Fuente Religión Digital/Cristianos Gays

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El Cardenal Reinhard Marx, aprueba ceremonias de “bendición” de parejas homosexuales

Martes, 6 de febrero de 2018
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marks-pastoralEl Cardenal Reinhard Marx, Presidente de la Conferencia Episcopal de Alemania, ha asegurado que, para él, los sacerdotes católicos pueden realizar ceremonias de “bendición” de parejas homosexuales.

En declaraciones a la radio alemana Bavarian State Broadcasting, el 3 de febrero, el Cardenal Marx dijo que no puede haber reglas sobre este tema. En vez de eso, la decisión de si una unión homosexual debería recibir la bendición de la Iglesia debe estar en manos de un sacerdote o un agente de pastoral, y debe realizarse según cada caso.

La entrevista se realizó en el marco del décimo aniversario del Cardenal Marx como Arzobispo de Munich y Freising, en Alemania.

Al Cardenal alemán le preguntaron “¿por qué la Iglesia no siempre avanza cuando se trata de demandas de algunos católicos sobre, por ejemplo, la ordenación de diaconisas, la bendición de parejas homosexuales o la abolición del celibato (sacerdotal) obligatorio?”.

El Arzobispo de Munich y Freising indicó que, para él, la pregunta importante que debe realizarse es sobre cómo “la Iglesia puede enfrentar los desafíos planteados por las nuevas circunstancias de la vida hoy. Pero también por nuevas perspectivas, por supuesto”, particularmente con respecto a la atención pastoral.

Al describir esto como una “orientación fundamental” enfatizada por el Papa Francisco, el Cardenal Marx pidió que la Iglesia tome “la situación del individuo, … su historia de vida, su biografía … sus relaciones” más seriamente, y lo acompañe.

El Arzobispo alemán pidió recientemente un enfoque individual del cuidado pastoral, el cual, ha dicho, no está sujeto a regulaciones generales ni al relativismo.

Ese “cuidado pastoral más cercano” debe también aplicarse a los homosexuales, dijo el Cardenal Marx en la entrevista. “Y uno debe también alentar a los sacerdotes y agentes de pastoral a dar ánimo a las personas en situaciones concretas. No veo realmente ningún problema ahí”.

La forma litúrgica específica de esa bendición, u otra forma de “aliento”, es un tema bastante diferente, dijo el Cardenal, y requiere una consideración más cuidadosa.

Consultado si realmente está diciendo que podría imaginar una forma de bendecir a parejas homosexuales en la Iglesia Católica, el Cardenal respondió que “sí”, añadiendo que, sin embargo, no podrían ser “soluciones generales”. “Se trata del cuidado pastoral de casos individuales, y eso aplica en otras áreas también, que no podemos regular, donde no tenemos un conjunto de reglas”, señaló.

Para el Presidente de la Conferencia Episcopal de Alemania, la decisión sobre la bendición a parejas homosexuales debe ser tomada por “el pastor en el campo, y el individuo bajo el cuidado pastoral”.mEl Cardenal reiteró además que, en su opinión, “hay cosas que no pueden ser reguladas”.

Un grupo reducido, pero insistente, de obispos aperturistas

Lo cierto es que Marx no está del todo solo. Forma parte un grupo de obispos que han avanzado posturas diferentes en materia LGTB a las que sostiene la mayoría de la jerarquía católica como el obispo de Amberes, Johan Bonny. Es un grupo reducido, pero destacable por haber mantenido una misma línea desde hace ya varias años. Entre ellos está, por ejemplo, Franz-Josef Bode, obispo de Osnabrück (Alemania), que en septiembre de 2015 se mostró a favor de bendecir a las parejas del mismo sexo unidas en una relación estable, aunque de forma privada y no en una ceremonia pública.

Destaca el cardenal Reinhard Marx, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, arzobispo de Munich y Frisinga, considerado un estrecho colaborador del papa Francisco. Fue él quien declaró primero, dando pie a que el propio papa hiciera declaraciones en el mismo sentido, que la Iglesia católica debía pedir perdón por su trato a las personas homosexuales: “La historia de los homosexuales en nuestra sociedad es una historia pésima porque hemos hecho mucho para marginarlos. No hace tanto tiempo de ello, y por tanto como Iglesia y como sociedad debemos pedir perdón”. El cardenal alemán señaló también que las relaciones de fidelidad entre personas mismo sexo deben valorarse positivamente: “Tenemos que respetar las decisiones de las personas. Tenemos asimismo que respetar, como dije en el primer sínodo —algunos estaban consternados pero yo creo que es normal— no se puede decir que una relación entre dos hombres, si son fieles, que esto no es nada, que no tiene ningún valor”.

Ya antes del pontificado de Francisco, en 2012, el cardenal Rainer Maria Woelki, arzobispo de Berlín, llamó a la Iglesia a reflexionar sobre su posición contraria a las parejas del mismo sexo. En este sentido, afirmó que deberían ser consideradas como análogas a las heterosexuales. Igualmente, en una entrevista algo posterior, denunció el “falso perfeccionismo” que a su juicio imperaba en la Iglesia. Con todo, poco después tuvo que aclarar su postura haciendo un curioso equilibrio: por un lado afirmó que “allí donde haya personas pendientes y dispuestas la una de la otra, eso merece reconocimiento”, para añadir en cambio que los “actos” homosexuales iban “en contra de la ley natural y por tanto no pueden ser aceptados por nuestra parte”.

Por otra parte, no podemos dejar de mencionar a Raúl Vera, obispo de Saltillo (México), quien lleva ya años destacándose por su defensa de las personas LGTB. En fecha tan temprana como 2011 apoyó la organización del Foro de Diversidad Sexual, Familiar y Religioso por parte de la Comunidad de San Elredo, un grupo LGTB cristiano: “La sociedad mexicana aún no ha podido desligarse de prejuicios, intolerancia y hostilidad contra las personas homosexuales, generando actos de violencia y rechazo social y familiar”, declaró entonces. Igualmente, este mismo obispo bautizó en 2014 a la hija de una pareja de lesbianas, quienes habían contraído matrimonio en el Distrito Federal, primer territorio de México que aprobó el matrimonio entre personas del mismo sexo.

El catolicismo alemán, punta de lanza

No es de extrañar que la mayor parte de los ejemplos mencionados vengan del ámbito germánico. Alemania alberga una de las comunidades católicas más abiertas a la realidad LGTB. De hecho, las declaraciones de estos obispos alemanes resultan tímidas frente a iniciativas de los laicos. En diciembre de 2015, la división local de Colonia de la Alianza de Juventudes Católicas Alemanas (Bund der Deutschen Katholischen Jugend –BDK-) aprobaba un documento titulado “Todos son bienvenidos”, en el que afirmaba que “el amor de Dios no hace distinciones” y reconocía que las “personas homosexuales” pueden “vivir el sexo de manera responsable”. Otro ejemplo elocuente fue el documento firmado en 2011 por 144 teólogos católicos de habla alemana (aproximadamente un tercio del total) en el que abogaban por una profunda reforma de la iglesia que incluyera, entre otras muchas medidas, el fin del “rigorismo moral” que condena al ostracismo en el seno de dicha institución a las parejas del mismo sexo o a los divorciados casados en segundas nupcias.

Esta apertura a la realidad LGTB  se corresponde, por lo demás, con una actitud progresista de buena parte del catolicismo alemán en temas como la contracepción o el divorcio, en los que Alemania ya marcaba diferencias con los pontífices anteriores, en particular con el también alemán Joseph Ratzinger.

En definitiva, dentro de la dinámica en la Iglesia católica de alternar algún paso adelante con pasos atrás (como bien ha quedado en evidencia con las más recientes declaraciones del papa), existe un grupo de obispos que parece presionar en un sentido inclusivo. No hace falta recordar, por desgracia, en qué posición se sitúan las voces cantantes del episcopado español. Con alguna salvedad como el obispo Vera, parece que de nuevo les toca a los obispos del norte de Europa el papel de avanzadilla.

Fuente Agencias/Cristianos Gays

 

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Feminismo radical, ideología de género y el Papa Francisco

Sábado, 20 de enero de 2018
Comentarios desactivados en Feminismo radical, ideología de género y el Papa Francisco

jesus“Lo que están en juego son las personas”

“El humo generado por críticos de la ‘ideología de género’ impide ver el sentido cristiano de la gracia”

(Alex Roig).- Suena siniestro leer que tras la ideología de género se encuentra el marxismo cultural y el feminismo radical, amén de otros agentes, empeñados en acabar con la familia tradicional y el mundo occidental tal como lo conocemos.

¿En relación a qué es “radical” el feminismo así calificado? Según sus críticos es “radical” en relación al feminismo moderado o tradicional de las primeras feministas, las cuales fueron buenas chicas que portaron el estandarte de la liberación femenina con justas reivindicaciones sociales como un salario digno o acceso a profesiones consideradas exclusivamente de hombres. Un feminismo al cual nada se puede objetar, sino todo lo contrario.

Pero a finales de los años sesenta surge en Estados Unidos un grupo de feministas radicales que empieza a desmarcarse de lo que hasta ese momento había sido el movimiento feminista reivindicativo en todo el mundo, dando lugar al feminismo agresivo contra el hombre y toda su cultura patriarcal, cuyo germen debe buscarse en la nueva izquierda surgida después de mayo del 68. “El corpus de esta ideología totalitaria incluye el sexo libre, el aborto, y la desaparición del matrimonio, la familia y la religión por ser instituciones opresoras”.

A juzgar por lo extremado de las afirmaciones de algunas de sus representados es fácil satanizar el feminismo radical, sin pararse a pensar en sus causas y razones reivindicativas, tras las que se esconden muchas experiencias de dolor, como la de, por ejemplo, la escritora estadounidense y activista Andrea Dworkin, cuya vida es todo un rosario de abusos.

Para empezar, abusos por parte de su padre, abusos de su primer marido. A los 18 años fue arrestada durante una protesta contra la guerra del Vietnam y estuvo en la cárcel de mujeres del Village, donde sufrió abusos de dos médicos. Todos estos factores dominaron sus batallas subsiguientes contra toda forma de violencia contra la mujer.

Tras licenciarse en Literatura en 1968 por el Bennington College, dedicó todas sus fuerzas a la lucha feminista. Básicamente, fueron batallas contra la pornografía, la pedofilia, la violencia contra la mujer y la conducta sexual del hombre como referente de la desigualdad imperante, ahondando en la utilización del sexo por el hombre como vehículo del poder patriarcal. En 1999, a los 53 años, fue drogada y violada en un hotel de París, un suceso que le hizo un daño enorme, agravado, además, porque hubo quien no creyó su historia.

Es evidente que muchas mujeres no han llegado al feminismo radical por pura teoría ni por promover caprichosamente una ideología de género, sino sencillamente como consecuencia de su propia experiencia de vejación y dolor. Se entiende perfectamente que sea una mujer, monja y teóloga católica, Ivone Gebara, la que pueda escribir una teodicea teológica hasta aquí no tratada por ningún teólogo o filósofo masculino, me refiero a El rostro oculto del mal. Una teología desde la experiencia de las mujeres (Trotta, Madrid, 2002).

Ciertamente, la experiencia de violencia sexual o machista no justifica necesariamente las posiciones extremas o radicales, pero ayuda a comprenderlas y obliga a buscar otras perspectivas y hermenéuticas más comprensivas, según el principio cristiano destacado por San Ignacio, de que antes de condenar la posición contraria, hay que intentar salvarla. Así es como se es fiel a aquel que dijo, “no he venido a condenar al mundo, sino a salvarlo” (Jn 12, 47).

Cuando cada día somos testigos del abuso de la mujer, que en estos últimos meses ha tenido por protagonista a la industria del espectáculo de Hollywood, pero que es una realidad cotidiana que muchas niñas -y niños- llevan sufriendo desde la más tierna infancia en el seno mismo de su familia. Es triste comprobar que la violencia contra la mujer está presente en tanto en ámbitos privados como públicos; en el hogar y en trabajo; en la economía canalla de la prostitución, la pornografía y la trata de blancas; en la violencia física directa; en los feminicidios, que muchas veces quedan impunes.

Los que señalan los años 60 como génesis de la ideología de género, deben recordar que aquellos fueron marcados no solo por el movimiento feminista radical, sino también por protestas internacionales contra la guerra en Vietnam y contra la aceptación y hasta el apoyo de brutales dictaduras en Latinoamérica. Parte de aquella juventud se radicalizó al no ver posibilidades de eliminar esta violencia institucional. Protestaba por igual contra la violencia política y todo tipo de violencias, entre ellas la violencia de género.

Dicho esto, hay que aclarar que este tipo feminismo radical de los años 60-70 ya apenas si existe, excepto en Estados Unidos, donde siempre ha contado con grandes representantes, cuyo pensamiento fluctuó entre lo radical y lo moderado. Hoy muchas feministas abogan más por la cooperación que por la confrontación. En la actualidad, se puede decir con María Blanco, que “nadie tiene el monopolio de lo que piensan las mujeres, ni del feminismo auténtico, ni de la feminidad” (Afrodita desenmascarada. Una defensa del feminismo liberal, Deusto Ediciones, Barcelona, 2017).

Cathy Young, escribiendo a mediados del 2016 para The Washington Post, afirmaba que casi nadie niega la realidad histórica de la dominación masculina, pero la solución al problema, que ha creado un gran fractura en nuestra cultura, pasa no sólo por la guerra entre sexos. “Para formar parte de la curación, el feminismo debe incluir a los hombres, no sólo como aliados sino como socios, con una misma voz y una misma humanidad”.

Después de una década complicada, la Conferencia Episcopal Española reconocía que el tiempo transcurrido desde la publicación Directorio de la Pastoral Familiar en España (2003), donde los obispos llamaban la atención sobre las nuevas circunstancias en las que se desarrollaba la vida familiar, y la presencia en la legislación española de presupuestos que devaluaban el matrimonio, en la actualidad “permite advertir que, desde entonces, no son pocos los motivos para la esperanza. Junto a otros factores se advierte, cada vez más extendida en amplios sectores de la sociedad, la valoración positiva del bien de la vida y de la familia; abundan los testimonios de entrega y santidad de muchos matrimonios y se constata el papel fundamental que están suponiendo las familias para el sostenimiento de tantas personas, y de la sociedad misma, en estos tiempos de crisis”.

Los múltiples desafíos al concepto cristiano de la sexualidad y la familia están ahí, pero para responder a esta problemática, amplia y compleja, a la Iglesia no le queda otra vía que volver a reflexionar las viejas creencias a la luz de las nuevas realidades. Su labor es la búsqueda de la paz y el bien en cada nuevo contexto y en cada nuevo momento de la historia, sanar el egoísmo visceral que nos lleva a preferir siempre nuestros intereses en detrimento de los demás.

El ser humano, debido a lo arraigado de su pecado, ha construido una sociedad injusta y discriminadora, donde las esclavitudes antiguas da lugar a nuevos tipos de esclavitud, donde en última instancia todo se reduzca a mantener la diferencia entre los de arriba y los de abajo, entre la élite y la no-élite; entre los nuestros y los otros.

“Establecemos”, como dice Ivone Gebara, “colores y etnias superiores unas a otras, sexos superiores a otros, orientaciones sexuales más normales que otras. Y quien está del lado del poder y de la normalidad no duda en mantener relaciones excluyentes y culpabilizar a ‘los diferentes’ por muchos males del mundo”.

La Iglesia no es inmune a estos combates históricos entre la igualdad y la desigualdad, lo que en la Biblia se describe como “acepción de personas”, intolerable para el creyente. La Iglesia tiene miedo de las feministas radicales y la feministas tienen miedo de la Iglesia. “Las feministas”, escribía Alicia Miyares, “sabemos que los valores, tanto morales como políticos, de la igualdad y la libertad son falazmente cuestionados por discursos religiosos que pretenden interrumpir de continuo la marcha de la humanidad hacia modelos de democracia más perfectos”.

Los últimos papas, comenzando por Juan Pablo II, pasando por Benedicto XVI y llegando a Francisco, se han pronunciado inequívocamente contra la “ideología de género; esto no se puede negar.

En la exhortación apostólica postsinodal Amoris laetitia sobre el amor a la familia, publicada en marzo de 2016, el Papa Francisco advierte: “Otro desafío surge de diversas formas de una ideología, genéricamente llamada gender, que niega la diferencia y la reciprocidad natural de hombre y de mujer. Esta presenta una sociedad sin diferencias de sexo, y vacía el fundamento antropológico de la familia. Esta ideología lleva a proyectos educativos y directrices legislativas que promueven una identidad personal y una intimidad afectiva radicalmente desvinculadas de la diversidad biológica entre hombre y mujer. La identidad humana viene determinada por una opción individualista, que también cambia con el tiempo” (n. 86). Con ello no hace sino defender la enseñanza sustentada en la Escritura y la Tradición sobre las relaciones hombre-mujer y el matrimonio.

Pero, téngase en cuenta una nota importante. Para Francisco, denunciar la ideología de género no implica negar ayuda o compañía a los homosexuales; no cierra los ojos a la urgencia de una teología pastoral adecuada, sensible y atenta a la realidad.

En la habitual conferencia de prensa que concede en el retorno de sus viajes internacionales, específicamente en el vuelo de Azerbaiyán a Roma, el Papa señaló que “las personas se deben acompañar como las acompaña Jesús. Cuando una persona que tiene esta condición llega hasta Jesús, Jesús no le dirá seguramente vete porque eres homosexual. No. Lo que yo he dicho, es esa maldad que hoy se hace en el adoctrinamiento de la teoría del género”. “Antes que nada, yo he acompañado en mi vida como sacerdote, obispo y también como Papa, he acompañado personas con tendencia homosexual y también con prácticas homosexuales. He acompañado, los he acercado al Señor, algunos no podían, pero yo he acompañado y nunca he abandonado a nadie, esto que quede claro”.

Anteriormente, el 26 junio 2016, Francisco se había atrevido a decir que la Iglesia católica debería disculparse con las personas gays por la forma en que las ha tratado. Fue durante el vuelo de regreso al Vaticano tras su visita a Armenia. El Papa hizo estas declaraciones cuando le preguntaron si estaba de acuerdo con los comentarios del cardenal alemán Reinhard Marx, quien dijo que la Iglesia debía disculparse con los homosexuales por haberlos “marginado”. Leer más…

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Lutero: V centenario de la Reforma Protestante (y III)

Viernes, 3 de noviembre de 2017
Comentarios desactivados en Lutero: V centenario de la Reforma Protestante (y III)

monumento-lutero-wittenberg-alemaniaDesde el cisma hacia la unidad cristiana

“Tenaz en su carácter y obsesivo en sus ideas, Lutero las vivió apasionadamente”

(Saturnino Rodríguez).- Martín Lutero es una figura crucial de la Edad Moderna en Europa, la influencia del conjunto de sus teorías y doctrinas (que suele denominarse luteranismo) se extendió, más allá de la religión, a la política, la economía, la educación, la filosofía, el lenguaje, la música y otros espacios de la cultura. Martin Lutero obtuvo gran popularidad entre el pueblo, y también su considerable influencia en el clero. La contribución de Lutero a la civilización occidental se consideran más allá del ámbito religioso. Sus traducciones de la Biblia ayudaron a desarrollar una versión estándar de la lengua alemana y se convirtieron en un modelo en el arte de la traducción y el desarrollo de la lengua.

La obra escrita

Las obras escritas por Lutero desde 1517 a 1530 suman 50, siendo más abundantes de 1524 a 1528. Algunas de las cuales fueron al menos esbozadas por algunos de sus amigos, como Melanchthon. Lutero también escribió sobre la administración civil y eclesiástica y sobre el hogar cristiano. El estilo literario de Lutero era polémico, llegando incluso a insultar a sus oponentes cuando el tema le apasionaba. Al igual que otros reformadores era muy intolerante con otras creencias y con los puntos de vista opuestos al suyo, lo cual pudo contribuir a exacerbar la Reforma protestante en Alemania.

Las obras más destacadas

Por su traducción de la Biblia, Lutero es considerado además uno de los fundadores de la literatura en alemán. Hasta la publicación definitiva de la Biblia completa traducida en 1534 Lutero iba trabajando en ello, escribiendo y publicando partes dela misma desde el año 1521 que comenzó en su destierro del castillo de Warbuirg hasta 1530. Tanto la Reforma protestante como la consecuente reacción católica, la Contrarreforma, supusieron un importante desarrollo intelectual en Europa, por ejemplo: mediante el pensamiento escolástico de los jesuitas en el caso del catolicismo.

Martín Lutero articuló su doctrina básica en sus primeros escritos: “De la libertad cristiana “(1519), “A la nobleza cristiana de la nación alemana” (1520), “El cautiverio babilónico de la Iglesia” (1520), “De la esclavitud del arbitrio” (1525)- y sus publicaciones más conocidas y populares “Catecismo Mayor” y “Pequeño catecismo” (1529) donde expone la teología de la Reforma evangélica comentando brevemente, en forma de preguntas y respuestas: los Diez andamientos, el Credo Apostólico, el Padrenuestro, el Bautismo y la Eucaristía.

Las secuelas de la doctrina de la Reforma protestante tendría sus secuelas inmediatas en Alemania y en los países europeos donde se extendió. En los territorios luteranos disminuyó grandemente el poder absoluto de los reyes. Católicos y protestantes sostuvieron entre sí terribles guerras religiosas. Un siglo después de las “protestas” de Lutero, una revuelta en Bohemia provocó la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), un conflicto entre católicos y protestantes que arrasó gran parte de Alemania e implicó a CASI TODA Europa hasta la Paz de Westfalia y la Paz de los Pirineos.

Lutero fue la primera persona que imprimió un libro: la Biblia alemana, traduciendo de un manuscrito sagrado a la lengua materna de Alemania. Cuando la mayoría de la sociedad era analfabeta y adquiría sus conocimientos a través de la transmisión oral, la memorización y la repetición de los textos bíblicos, la Iglesia tenía el control del conocimiento y sus miembros eran estudiosos y educados. Lutero hizo posible el acceso al conocimiento, la información y la educación, desmitificando la Biblia con el fin de lograr la búsqueda de la verdad.

Cabe destacar que Lutero, personalmente, no fundó la iglesia luterana como institución, ni planeaba llegar a una nueva “denominación cristiana”. Por el contrario, expresó que eso no ocurriera: “Ruego por que dejen mi nombre en paz. No se llamen así mismos ‘luteranos’, sino Cristianos. ¿Quién es Lutero?, mi doctrina no es mía. Yo no he sido crucificado por nadie…Dejen, mis queridos amigos, de aferrarse a estos nombres de partidos y distinciones; fuera a todos ellos, y dejen que nos llamemos a nosotros mismos solamente cristianos, según aquel de quien nuestra doctrina viene”.

A pesar de ello, en la historicidad de la reforma protestante, se fue designando el apelativo “luterano” y “luteranismo” para referirse a la doctrina interpretativa y enseñanzas que Lutero hizo acerca del cristianismo.

Lutero es reconocido en el calendario litúrgico de la Iglesia Luterana que celebra la festividad de la Reforma el 31 de octubre (fecha en que clavó las 95 tesis). La iglesia Episcopal de Estados Unidos celebra la fiesta el 18 de febrero como su día litúrgico.

La “justificación” tema clave en la obra de Lutero

Dicho en cuatro palabras la doctrina de la “justificación” ( o” justicia de Dios”) supondría, conforme confesaba la Iglesia, que el hombre se hiciera justo. Pero ese supuesto – pensaba Lutero- era imposible porque al hombre le separa un abismo infinito de Dios que también con infinito amor le “justifica” a través de Jesucristo, con lo que el hombre no necesita para ello de las “mediaciones” de la Iglesia. Y es en este punto central en el que se ha dado un acercamiento casi total entre la iglesia católica y la reformada en el camino del ecumenismo, como veremos en la 4ª parte de esta serie al hablar sobre el camino del Ecumenismo. Buena parte de las otras “diferencias” derivan de ésta fundamental.

Desligado de la obediencia romana, Martín Lutero emprendió la reforma de los sectores eclesiásticos que le siguieron y que conformaron la primera Iglesia protestante, a la que dotó de una base teológica. El luteranismo se basa en la doctrina de la “justificación” (inspirada en escritos de San Pablo y de San Agustín de Hipona) de que el hombre puede salvarse sólo por su fe y por la gracia de Dios, sin que las buenas obras sean necesarias ni mucho menos suficientes para alcanzar la salvación del alma; en consecuencia, expedientes como las bulas de indulgencias que vendía la Iglesia no sólo eran inmorales, sino también inútiles e incluso la mediación y poder jerárquicos de la Iglesia.

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Cuadro de Lucas Cranach explicando la doctrina clave de Lutero de “la justificación por la fe”

Este retablo del pintor Lucas Carnach- el gran pintor de Lutero refleja el pensamiento de Lutero de que la salvación sólo se adquiere con la fe personal y la lectura directa de la Sagradas Escrituras. Las imágenes llevan un número que aclaramos aquí:

1. Lutero con una Biblia en la mano señalando un pasaje de la II epístola de San Juan “La sangre de su hijo Jesús nos purifica de todo pecado”

2. Un chorro de sangre de Jesús crucificado cae sobre la figura del pintor Lucas Cranach padre

3. Personificación de los verdaderos creyentes que reciben sin ninguna mediación por parte de la jerarquía católica

4. A su lado San Juan Bautista señalando a Cristo, y al pie de la Cruz vemos a Jesús como el “cordero de Dios” que quita el pecado del mundo

5. A la izda. de la Cruz aparece Cristo resucitado…

6. Clavando el asta de su bandera al demonio. Al fondo, a la izquierda muestra la escena de la expulsión del hombre del Paraíso…

7. Fuente del pecado original y a su derecha Moisés maldice a los que no cumplen los mandamientos

Como consecuencia de esta primera fundamentación Lutero negaría otras prácticas asumidas por la Iglesia católica a lo largo de la Edad Media, como la existencia del Purgatorio o la necesidad de que los clérigos permanecieran célibes y para dar ejemplo él mismo contrajo matrimonio con una antigua monja con la que tuve cuatro hijos. De los sacramentos católicos, Lutero sólo consideró válidos los dos que halló reflejados en los Evangelios: En su obra “Sobre el Cautiverio Babilonico de la Iglesia” (1520), rechaza el “sacramentalismo de la Iglesia”, diciendo que en las Sagradas Escrituras solo se distinguen dos sacramentos: ll Bautismo y la Eucaristia (la “cena del Señor”), rechazando los demás como tales “sacramentos”. Leer más…

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La Teología de la Liberación.

Martes, 24 de octubre de 2017
Comentarios desactivados en La Teología de la Liberación.

00 jesus_choco_cerezoPerspectivas futuro – La Iglesia ante la Teología de la Liberación. Con algunos casos excepcionales y pasados los años es más fácil de entender las “advertencias vaticanas” a algunos teólogos de la liberación, como es el caso de Juan Pablo II cuando en 1979 declaró que “una concepción de Cristo como político, revolucionario, como el subversivo de Nazaret no corresponde a la catequesis de la Iglesia”.

Se entiende también la del entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe cardenal Joseph Ratzinger, futuro Benedicto XVI, que llamó al orden a algunos teólogos, a quienes reprochó que aprobaran la “lucha de clases y la violencia revolucionaria”, concepciones que hoy han desaparecido tras el final de la “Guerra fría” y la caída del comunismo. El papa Francisco, defensor de una Iglesia de los pobres -clave de la TdL- siempre ha sido crítico con la tendencia revolucionaria o violenta por las mismas razones pero no con la más normal.

Esa nota fundamental en la TdL relacionando cristianismo y compromiso con los más pobres no es nuevo porque ha sido fundamental para la historia y la difusión del cristianismo en todos los tiempos. Apoyada en unas ocasiones y criticada en otras, la TdL se ha dedicado a difundir este mensaje evangélico tanto en países más desarrollados como aquellos menos favorecidos afirmando “la necesidad de conversión de toda la Iglesia para una opción preferencial por los pobres, con miras a su liberación integral”. Aspira a convertir en “praxis” la “palabra de Dios” encarnada en la realidad que es Jesucristo en los Evangelios. El iniciador de la TdL, Gustavo Gutiérrez, ha vuelto a repetir recientemente “La pobreza es el punto de partida de la teología de la liberación“.

Algunos sectores de la iglesia católica han mantenido una postura reticente frente a la TdL y en alguna ocasión hasta beligerante. Juan Pablo II, encargó al entonces prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe cardenal Ratzinger (que después sería el papa Benedicto XVI) la redacción y publicación de dos documentos: Libertatis nuntius y Libertatis conscientia en los que avisaba del “peligro de un uso de elementos de tipo no compatibles con el Evangelio” pero posteriormente el propio Juan Pablo II se dirigía en una carta al episcopado brasileño (9 abril 1986) señalando que “la teología de la liberación es, no sólo oportuna, sino útil y necesaria”.

Un futuro esperanzador para la TdL

Los teólogos observados ayer con recelo reconocen hoy el resurgimiento de la TdL -que en realidad nunca desapareció- en buen parte gracias a la pastoral y magisterio el papa Francisco. Por eso, los propios teólogos han llegado a decir: “Todo ha cambiado con Francisco” (Jon Sobrino); “El mayor milagro es la aparición del papa Francisco, que está haciendo una revolución en el Vaticano” (Ernesto Cardenal); Leonardo Boff saludaba su llegada con la esperanza de que inaugure “una dinastía de papas del Tercer Mundo”… “una presencia fuerte y profética de la Iglesia latinoamericana en toda la Iglesia”.

Hoy, la postura oficial ante la TdL no es sólo tolerante sino favorecedora como lo demuestran bastantes obispos como es el caso de Rubén Salazar (1942) cardenal-arzobispo de Bogotá, Primado de Colombia y presidente del CELAM que también fue Presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, decía recientemente: “Las intuiciones fundamentales de la TdL están apareciendo de nuevo como verdaderas y válidas”. El nuevo superior general de los jesuitas, padre Arturo Sosa Abascal (1948) venezolano, decía recientemente en un viaje a Perú: “Se etiquetó la Teología de la Liberación cuando la verdad fue una bocanada de aire fresco para la Iglesia. Es una manera de hacer teología desde la experiencia de fe compartida con la gente”.

La actitud frente a la teología de la liberación parece haber cambiado notablemente a partir del pontificado del papa Francisco en 2013, quien ha mostrado un fuerte influjo en su pensamiento de la TdL en su vertiente de la teología del pueblo, como lo han hecho notar sus iniciadores: el jesuita Juan Carlos Scannone y Carlos María Galli. Una señal de este cambio de postura del Vaticano ante la TdL fue la reedición en 2014, del libro “Iglesia pobre y para los pobres” del cardenal Müller y G. Gutiérrez conjuntamente, con prólogo del papa Francisco, presentado en un auditorio del Vaticano.

Harvey Cox estadounidense ministro de la Iglesia Bautista es uno de los teólogos más renombrados cuyos libros en los años junto a otros católicos coincidían en muchos presupuestos de la naciente TdL. Es clásico su libro “La ciudad secular. Secularización y Urbanización en Perspectiva Teológica”(1965). En uno de los recientes encuentros de Tdl al que asistió decía: “El único futuro de la teología es la teología del futuro”… Y refiriéndose a G. Gutierrez: “creo que “a teología del futuro deberá ser necesariamente una lectura crítica de la praxis histórica”; o con su clásica definición de la TdL: “la teología es reflexión crítica de la praxis histórica a la luz de la Palabra”. Si la teología no tiene que ver con la vida de los hombres y mujeres, si no les ayuda a una lectura liberadora/salvífica/ iluminadora de la vida de cada día, sobre todo a los más pobres, es una teología inútil, un puro “flactus vocis”. Famoso también en 1985 su libro “Religión en la ciudad secular“.

10 – Antecedentes de la TdL (años 1950) –

Una Iglesia en renovación

Al comienzo de esta presentación en el capítulo titulado “Génesis” adelantábamos dos hechos que fueron los antecedentes más inmediatos que influirían en la TdL : el Concilio Vaticano II y su concreción para América Latina que fue la II Conferencia del Episcopado Latinoamericano inaugurado por el papa Pablo VI en Medellín (Colombia) en el primer viaje de un Papa al continente americano y los Movimientos seglares en torno al Concilio. Pero hay otros hechos y figuras que pueden considerarse como antecedentes, comenzando por algunos muy remotos y distantes en el tiempo. Dos pioneros como Gustavo Gutierrez y Enrique Dusell encuentran en los primeros momentos de la evangelización en el s.XV importantes “elementos fundantes de la TdL”.

Los primeros evangelizadores

Retrotrayéndonos a ese siglo XV y situados en el contexto de la evangelización en el continente americano hay que destacar a dos religiosos: Antonio de Montesinos (1475-1549) y Bartolomé de las Casas (1474-1566) ambos dominicos españoles o a los jesuitas también españoles misioneros en Cartagena de Indias como san Pedro Claver (1580-1654) y Alonso de Sandoval (1576-1652) o los dos primeros obispos de Popayán Juan del Valle (1548-1653) y su sucesor Agustín de la Coruña (1508-1589) ambos defensores decididos de los indios y marginados.

A ellos podríamos añadir otros misioneros que lograron convencer a los monarcas de que debía de tratarse a los indígenas como personas e incluso que cambiaran las leyes de los países colonizadores. Diríamos que era la tónica general de los misioneros y evangelizadores: Vasco de Quiroga, obispo (14670-1565) Toribio de Benavente o “Motolinia” franciscano (1482-1569), Francisco de Vitoria dominico catedrático Salamanca (1480), José Acosta (1540) jesuita.
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