Siempre en el vagón de cola de la Historia y de los derechos sociales…
El arzobispo de Mérida-Badajoz, Celso Morga, ha enviado a sus fieles una carta en la que se muestra contrario el anteproyecto de ley de Familias que presentó el Gobierno de Pedro Sánchez el pasado 13 de diciembre en Consejo de Ministros, en el que aparecían un total de 16 modelos de familia.
Para el titular de la diócesis extremeña, no es razonable que con la excusa de “establecer un sistema de ayudas económicas, jurídicas y sociales para todas las personas”, se amplíe el concepto de familia “a toda clase de situaciones de convivencia humana porque deshace el concepto de familia”, asegura en una carta difundida en las últimas horas.
Celso Morga ha recordado en la misiva que para la Iglesia, cuestiones como el matrimonio o la familia está iluminada por el Evangelio y también “por la experiencia del ser humano que posee después de dos milenios de existencia”.
Así, ha afirmado que “Una primera convicción de que se deriva tanto del Evangelio como de esa experiencia multisecular es que el bienestar de las personas y de toda la sociedad, en sus múltiples facetas, está ligado al bienestar del matrimonio y la familia, es decir, que el verdadero progreso de bienestar, de bien común, de libertades y de igualdad que la sociedad demanda continuamente, está íntimamente vinculada con la prosperidad de la comunidad conyugal y de la familia”, ha apuntado.
El arzobispo de Mérida-Badajoz ha hecho hincapié en que frente a los desafíos del mundo actual como el divorcio, el aborto o el amor libre, la sociedad no puede “perder el gran tesoro para la humanidad de todos los tiempos que es el matrimonio y la familia. En la base de todos los desafíos, contra la familia están siempre el egoísmo humano, el hedonismo y los usos ilícitos contra la generación y no podemos extrañarnos que afloren continuamente en la historia”, ha expresado.
En la parte final de la carta, Celso Morga ha aseverado que el amor conyugal “debe compaginarse con el respeto a la vida humana. No puede haber contradicción verdadera entre la ley divina de la trasmisión de la vida y el fomento del genuino amor conyugal”, ha subrayado.
Y con su reduccionismo habitual, ha señalado que cuando se trata de conjugar el amor conyugal con la responsable trasmisión de la vida, “la índole moral de la conducta no depende solamente de la sincera intención o apreciación subjetiva sino que debe determinarse por objetivos tomados de la naturaleza y dignidad de la persona humana y de sus actos. En definitiva, la familia es anterior al Estado. Este no es su inventor o fundador, como la propuesta de ley pretende establecer“.
Un Juzgado de Familia logró que las partes llegaran a acuerdo. El caso fue asesorado por el Movilh. Con anterioridad el Movilh ya había conseguido que otra joven viviera con su abuela, tras ser agredida por sus padres solo por ser lesbiana.
Un Juzgado de la Familia de la Región Metropolitana determinó esta semana que una joven pueda vivir bajo el cuidado de su tía materna, luego de que su padre la discriminara en razón de su orientación sexual, en el marco de un proceso asesorado por el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh).
Los abusos habían iniciado el año pasado cuando la joven le comentó a su padre que era lesbiana, tras lo cual el progenitor la trató de “enferma” y “hueca” y amenazó con enviarla al psicólogo para revertir su orientación sexual. Luego la amenazó con quitarle el apellido y la expulsó de la casa, despojándola de las llaves y del celular.
Días después el padre fue a buscar a la adolescente a la casa de su tía, pero dado que su integridad estaba en peligro decidió quedarse con ella.
Final y felizmente, y con la mediación de un tribunal, se acordó que la joven vivirá con su tía materna hasta cumplir los 18 años.
El Movilh que brindó orientación jurídica y psicológica a la joven y a su tía, precisó que “cada semana recibimos denuncias de este tipo. Lo importante es que las y los jóvenes denuncien y encuentren en su familia a una figura protectora que pueda ayudarlas. Siempre hay alguien. A lo largo de nuestra historia hemos mediado en más de 100 casos similares”.
Un caso inédito data del 2014 cuando el Juzgado de Familia de Santiago falló a favor de una estudiante que fue agredida por sus padres debido a su orientación sexual, ordenando el tribunal que viviera con su abuela hasta cumplir los 18 años.
Como ocurre en estos casos, el conflicto se originó cuando los padres descubrieron la orientación lésbica de su hija, sometiéndola a «agresiones psicológicas» y pidiéndole tratamientos médicos para «mejorarse», además de encerrarla en su pieza, impidiéndole contactarse con otras personas.
“Este caso fue muy emocionante, pues fue una abuela la que apoyó a su nieta. Siempre se dice que a las personas mayores les cuesta entender a las diversidades, pero esta abuela demostró que ello no es así, siempre hay excepciones”, finalizó el Movilh.
La publicación de hoy es una reflexión para la Fiesta de la Sagrada Familia, escrita por el colaborador de Bondings 2.0 Maka Black Elk. Para las lecturas litúrgicas, haga clic aquí.
La lectura del Evangelio de hoy recuerda el momento familiar de María y José cuando perdieron el rastro de su hijo. Empatizo con el pánico que debieron sentir buscándolo a través de las horas. También siento un alivio reconocible mezclado con la ira que pueden haber tenido al encontrar finalmente a su hijo en el templo, pero Jesús no está preocupado y responde casualmente: “¿No sabías que debo estar en la casa de mi Padre?” (Lc 2,49). Esta respuesta parece ser algo natural para Jesús. Incluso suena perplejo en cuanto a por qué sus padres estaban tan preocupados y temerosos por él. Comunica la tranquilidad profunda y permanente que siente por el templo mismo, como la casa de su Padre. ¿Dónde más podría haber estado? ¿Por qué no estaría a salvo allí?
La Iglesia ha sido y sigue siendo ese lugar de seguridad y consuelo para muchas personas. A lo largo de mi vida, también ha sido eso para mí, como el cálido abrazo del hogar familiar, cualquiera que sea la forma o el espacio que adopte esa familia. Tanto la iglesia como el hogar han sido lugares de santuario, una palabra que significa un lugar donde se guarda algo santo y sagrado.
Sin embargo, en otros momentos, especialmente para aquellos en la comunidad LGBTQ+, las iglesias o los hogares son cualquier cosa menos santuarios. Para las personas LGBTQ+, la tolerancia de algunas iglesias hacia ellas podría, en el mejor de los casos, ser una lástima paternalista y, en el peor de los casos, incluso equivaler a una sensación de hostilidad. Que exista una lista de parroquias amigables con las personas LGBTQ indica la implicación muy real y trágica de que hay lugares donde no todos son bienvenidos. ¿Qué significa cuando un lugar así, el hogar o la iglesia, ya no se siente como un lugar sagrado y seguro para estar?
He tenido la suerte en mi vida de estar expuesto solo a iglesias donde mi identidad ha sido aceptada y mi pertenencia no está en duda. Es una bendición profunda que a menudo he dado por sentada. Temo el día que entro a una iglesia solo para escuchar de alguna manera que los de mi comunidad no son bienvenidos allí, que la comunidad parroquial crea que Dios en este caso no me acoge allí en su casa, su santuario. Me imagino que debe ser doloroso cuando esa es la naturaleza de una parroquia a la que alguien espera pertenecer.
Oramos para que más comunidades eclesiásticas se conviertan en lugares de amor y aceptación para que, como un joven Jesús, todos puedan sentirse seguros en la casa del Padre. Pero cuando nuestras iglesias no logran ser un santuario, a menudo nuestras familias, entendidas en sentido amplio, pueden brindar apoyo.
Mientras trabajo para crear mi propio hogar y hacer que sea un lugar donde mi familia sienta pertenencia, santuario y santidad, tengo presente la realidad de este desafío de nuestra Iglesia. La Sagrada Familia es el ejemplo para apreciar y vernos a nosotros mismos. Recuerde que la Sagrada Familia en sí misma tampoco era la familia estándar o “normal”. José estuvo con María a pesar de que no tenía sentido que Jesús fuera su hijo. Eran refugiados por derecho propio. A medida que creamos nuestras propias familias queer y espacios de santuario, nosotros también podemos ver a la Sagrada Familia como un símbolo del mismo amor que también compartimos.
Overbeck pide que la Iglesia amplíe el concepto de familia: “Ya es hora”
“El modelo [de familia tradicional] no ha quedado obsoleto, pero se ha ampliado mucho. La inmensa mayoría de las relaciones familiares siguen definiéndose por el padre, la madre y los hijos. Pero basta con echar un vistazo a la diócesis urbana de Essen para saber que hay muchas constelaciones diferentes en las que se vive la vida familiar”
Según Overbeck, la estructura familiar padre-madre-hijos fue el principio rector hasta los años sesenta y setenta del pasado siglo. “Todo lo demás era una excepción en aquella época, poco valorada en el cosmos católico”, añade, para asegurar a continuación que “en los últimos 50 años se ha producido una ampliación que muchos no esperaban”
“La familia es donde viven las personas con hijos”. Franz-Josef Overbeck, obispo de la diócesis alemana de Essen, lo tiene rotundamente claro, por lo que asegura que “ya es hora” de que la Iglesia amplíe su concepto de la misma.
“El modelo [de familia tradicional] no ha quedado obsoleto, pero se ha ampliado mucho. La inmensa mayoría de las relaciones familiares siguen definiéndose por el padre, la madre y los hijos. Pero basta con echar un vistazo a la diócesis urbana de Essen para saber que hay muchas constelaciones diferentes en las que se vive la vida familiar”, asegura el pastor en entrevista en DomRadio.
Según Overbeck, la estructura familiar padre-madre-hijos fue el principio rector hasta los años sesenta y setenta del pasado siglo. “Todo lo demás era una excepción en aquella época, poco valorada en el cosmos católico”, añade, para asegurar a continuación que “en los últimos 50 años se ha producido una ampliación que muchos no esperaban”.
“Ya es hora de que lo haga”
En este sentido, y preguntado por si también la Iglesia católica debe ampliar su comprensión del concepto de familia, Overbeck responde: “Ya es hora de que lo haga. La familia es donde viven las personas con hijos. Ninguna forma de familia ofrece garantías de estabilidad y seguridad. Por eso es difícil aferrarse acríticamente a una sola forma ideal de familia”.
“Creo que lo más inteligente en nuestro mundo es partir del bienestar de los niños cuando se habla de familia -añade-. Desde este punto de vista, también pueden describirse otras constelaciones [familiares]. La mayoría de la gente vive y experimenta la familia como una relación entre padre, madre e hijos. Pero esto no significa que la familia sólo pueda tener éxito de esta manera”.
“El concepto de matrimonio en el derecho eclesiástico y en sentido dogmático está concebido para la unión de un hombre y una mujer. Pero la familia, tal como la vivimos hoy, también existe más allá”, subraya el obispo de Essen, muy en la línea de algunos postulados que se están reflexionando en el Camino Sinodal alemán.
«Siempre he tenido una experiencia complicada con el Islam y la comunidad musulmana. Fui criado por padres inmigrantes musulmanes, pero personalmente no me he considerado religioso desde que era muy pequeño. Hasta que dejé mi ciudad natal para ir a la universidad, todavía estaba muy involucrado con la comunidad.
Salir del armario como hombre transgénero en este contexto fue ciertamente difícil. Sin embargo, muchos supondrían que tuve una experiencia totalmente negativa. En realidad, fue cualquier cosa menos una prueba en blanco o negro. Me encontré con una amplia gama de respuestas de la comunidad.
Primero, le dije a mis padres. Sabía que mi padre recibiría la información con más consideración que mi madre. No estaba contento con eso, y era obvio que había pensado que podría ser una posibilidad, pero esperaba que pasara. Sin embargo, a pesar de toda su decepción y reservas basadas en sus creencias, me dijo que me amaba sin importar nada. Sabía que no volvería a escuchar lo mismo de mi madre.
Me pareció interesante que, aunque mis padres tenían las mismas creencias religiosas, mi madre adoptó una postura mucho más severa. Me acusó de estar poseído por el diablo y me amenazó con desheredarme. Desafortunadamente, fue exactamente la reacción que esperaba y para la que me había preparado de ella. Mi familia, como muchos de una cultura similar a la mía, son muy buenos para seguir adelante como si nunca hubiera pasado nada malo, siempre y cuando todos aceptemos en silencio fingir que nunca sucedió.
Pero aquí está la cosa. Tenía amigos musulmanes en la familia, tanto jóvenes como mayores, que aceptaban mi identidad. Los padres de mis amigos hicieron un buen esfuerzo para usar mi nuevo nombre elegido. Varios años más tarde, algunos miembros de mi propia familia en el país de origen de mis padres con quienes nunca había hablado, ni siquiera sabía los nombres, se comunicaron conmigo por mensaje de texto para expresarme que, aunque es posible que no entiendan o no estén de acuerdo con mis «acciones», deseaban apoyarme de todos modos.
Así que no puedo atribuirlo a que sea solo un problema religioso, o incluso un problema generacional. Para mí, destaca la intensidad con la que tus apegos personales pueden afectar tu visión de las personas más cercanas a ti.
Mis padres tuvieron, con mucho, las reacciones más negativas que todos los que conozco sobre mi declaración como transgénero. Creo que esto se debe más a sus vínculos emocionales con su hijo que a cualquier otra cosa. Eligieron no estar de acuerdo con él en un nivel puramente religioso, pero podría decir lo mismo de varios de mis amigos musulmanes y sus familias, quienes fueron amables y respetuosos conmigo en todo momento, a pesar de sus creencias personales al respecto.
La diferencia es que mis padres habían creado durante mucho tiempo un conjunto de expectativas que deseaban que su hija cumpliera con respecto a cómo se vería, vestiría y actuaría, y las grandes cosas que esperaban que lograra. La perspectiva de que hiciera la transición a hombre habría hecho añicos esas expectativas, y creo que, en algún nivel, creían que ser una persona transgénero presentaría un obstáculo para mi éxito general. (No lo ha hecho, por cierto).
Quiero enfatizar algo importante aquí: veo imperativo que se mantenga el respeto mutuo entre personas religiosas y no religiosas. El hecho de que gran parte de mi propia experiencia con la religión haya sido negativa no significa que desprecie a las personas religiosas.
Del mismo modo, espero una forma similar de aceptación de todas las comunidades religiosas para las personas LGBTQ+, simplemente a nivel humano. En última instancia, no puedo elegir no ser transgénero, pero otros pueden elegir tratarme con amabilidad. Es la única manera de convivir.
Tus creencias religiosas son un asunto profundamente personal y son tuyos. Nadie más puede decidir tus creencias por ti, ni tu mezquita, ni tu iglesia ni los miembros de tu familia.
Además, no discuto a nivel de las Escrituras. En mi experiencia, alguien que desee reconciliar estos asuntos con su propia fe tomará medidas para encontrar respuestas por sí mismo, y conozco a muchos musulmanes que lo han hecho con éxito. Entre aquellos que no muestran interés en esta forma de reconciliación o educación, encuentro más productivo operar en un marco de respeto mutuo y tolerancia, y continuar enfocando mi energía hacia aquellos que priorizan el amor sobre el odio.
Todavía estoy en buenos términos con mi padre. No usa el nombre ni los pronombres correctos para mí, y es molesto, pero es innegable que me quiere mucho. Ambos elegimos comprometernos para permanecer en la vida del otro.
Es todo bastante complejo, pero siempre vuelvo al fondo. La islamofobia es inaceptable. La transfobia es inaceptable. Somos quienes somos, y nuestro mundo es tan amable como elegimos ser unos con otros.
Este artículo fue escrito por un embajador anónimo de Just Like Us. Participe en Just Like Us, la organización benéfica de jóvenes LGBTQ+.
Twitter se ha llenado de críticas homófobas a Danone por su campaña pidiendo «respeto» para visibilizar la diversidad sexual.
El lobby homófobo y sus secuaces han encendido Twitter tras la última campaña de Danone para visibilizar las diversidades sexuales. Las críticas de los homófobos han conseguido catapultar a la marca de lácteos a la lista de tendencias animando al boicot, pero también han contribuido a ello los tuiteros que han querido combatir los cientos de mensajes de odio con humor.
La compañía ha aprovechado que el pasado mes de junio se conmemora el Orgullo a nivel mundial para lanzar una nueva campaña revisando sus antiguos anuncios y actualizándolos para visibilizar a todo tipo de familias que consumen sus yogures. Así, en varias viñetas, se puede ver núcleos familiares formados por dos padres o dos madres, así como también monoparentales y de personas racializadas: «Una familia de dos es familia», «una familia de verdad es cariño y respeto» y «con dos padres este niño saldrá feliz» son algunas de las consignas.
Se trata de frases que se han vuelto a escribir tachando terminología excluyente bajo el lema de «Nutriendo la diversidad» con el que Danone ha querido fijar su compromiso con la comunidad y participando activamente con las celebraciones del Orgullo de Madrid y Barcelona. «Tenemos un compromiso con todas las familias de nuestra política corporativa que nos impulsa a ir un paso más allá en la promoción de estos valores, romper con los estereotipos y alimentar el amor y el respeto«, ha explicado la responsable de Recursos Humanos de la compañía en España, Sara Castro.
Boicot a la tolerancia
El rediseño de la imagen publicitaria de Danone va aparejado a la creación de los Danone Familiy Pride, espacios inclusivos ubicados en las celebraciones del Orgullo donde hacer actividades para los más pequeños como estampado de camisetas o dibujos de su familia. En todo caso, la polémica del asunto ha llegado de la mano de la siguiente imagen, que se ha hecho viral en Twitter esta semana a pesar de que se compartió el 22 de junio:
Menos mal que frente al odio siempre hay quien enarbola la bandera del amor y la tolerancia, que en Twitter se convierte en humor para ser el arma más destructiva de todas.
Desde Danone querían demostrar que «si algo ha cambiado en estos 100 años que llevamos presentes en los hogares españoles son los tipos de familia», pero también ha quedado patente que el progreso de este siglo no se ha notado en la mente de algunos.
Interesante fórmula que nos ha parecido traer al blog para esas pequeñas comunidades domésticas, que desean celebrar la Eucaristía siguiendo su invitación: “Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mateo 18,15-20).
Y que hemos recogido del blog de Juan Masiá sj Vivir y pensar en la frontera:
En torno a tu mesa, Señor, la familia comulga
Rito para una eucaristía familiar (en ausencia de presbítero celebrante durante circunstancias especiales: confinamiento, guerra, desgracia sísmica, etc)
Reunidos en torno a la mesa (donde se coloca la Cruz, el Pan y Vino y los Evangelios), recitamos a coro las invocaciones al Espíritu de Vida
| Juan Masiá SJ
Rito para una eucaristía familiar (en ausencia de presbítero celebrante durante circunstancias especiales: confinamiento, guerra, desgracia sísmica, etc).
Reunidos en torno a la mesa (donde se coloca la Cruz, el Pan y Vino y los Evangelios), recitamos a coro las invocaciones al Espíritu de Vida.
Lector/a: El Espíritu de Vida nos reúne para la cena del Señor
*Él está en medio de nosotros
– Que la bendición de paz y bien descienda sobre nuestra familia.En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo
*Amén
Lector/a – Proclamación del Evangelio, según Juan (Jn 1): Al principio ya existía la Palabra de Vida, la Palabra se dirigía a Dios y la Palabra era el mismo Dios. Mediante ella se hizo todo; sin ella no se hizo nada de lo creado. La Palabra era Vida y esa Vida era luz para todo el mundo. Esa luz brilla en las tinieblas y las tinieblas no pueden sofocarla. La luz verdadera que alumbra a toda persona está desde siempre alumbrando al mundo, aunque el mundo no la reconozca. Vino a su casa, pero los suyos no la recibieron. Quienes la reciben reconocen que son hijos e hijas de Dios.La Palabra se encarnó y acampó entre nosotros. A Dios nadie lo ha visto nunca. Es Jesús, la Palabra de Vida, que es uno con Dios, quien nos lo ha explicado.
-Esta es Palabra de Vida, Palabra de Luz
*Tu Palabra nos da Vida, confiamos en Ti, Señor
– (CREDO)Confesemos en familia nuestra fe. ¿Creemos en Dios, Fuente de Vida?
* Sí, creemos
– ¿Creemos en Jesucristo, rostro de Dios hecho humano?
*Sí, creemos
¿Creemos en su Espíritu de Vida que nos da vida en cada momento?
* Sí, creemos
-(OFERTORIO) Ofrecemos a Dios los alimentos, frutos de la tierra y del trabajo humano. Levantamos el corazón hacia la Fuente de la Vida
*Damos gracias a Dios por la vida.
-(CONSAGRACIÓN) Agradecemos la victoria de Jesús sobre la muerte, que anima la esperanza de vivir eternamente con El. Le pedimos que su Espíritu consagre y transforme nuestra vida en vida de Cristo para bien del mundo. Recordamos el encargo de Jesús que, en la Cena, tomó el pan y el vino, y los repartió diciendo: Tomad, comed y bebed, esta es mi vida que se entrega por vosotros. Cada vez que repitáis esta acción de gracias, mi Espíritu de Vida estará realmente presente entre vosotros. Este es el misterio de nuestra fe.
*Anunciamos tu muerte hacia la vida, proclamamos tu resurrección en la vida eterna. ¡Ven, Señor, Jesús!
– (COMUNIÓN ESPIRITUAL) Nos preparamos para recibir la Comunión, rezando la oración que nos enseñó Jesús para alabar a Dios, darnos vida, perdonarnos mutuamente y confiar en la liberación de todo mal:
* Padre Nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a quienes nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.
–Deseamos y esperamos recibir la comunión del cuerpo glorioso de Cristo y ser recibidos dentro de Él para vivir unidos con su Vida. *Señor, no soy digno de que vengas a mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme.
(Silencio mientras se reparte el pan y vino, bendecidos y nconsagrados para comulagar con la vida eterna de Jesucristo, El Que Vive)
(INTERCESIONES)
-Presentemos nuestras súplicas en unión con todas las comunidades creyentes del mundo entero. Por la paz del mundo entero y la unión de las religiones y las iglesias, oremos. * Te rogamos, óyenos.
– Por todas las personas que sufren enfermedades, violencias, pobreza o injusticias, oremos. *Te rogamos, óyenos.
Por nuestra familia. Para que vivamos en paz y concordia, dándonos mutuamente fuerza de vivir, oremos. *Te rogamos, óyenos
Por nuestros difuntos, oremos.* Que descansen en paz y rueguen por nosotros.
-(BENDICIÓN) Que Dios misericordioso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, derrame su bendición sobre nuestra familia. Amén
-Disfrutemos en paz de la cena. *Demos gracias a Dios.
NOTA EXPLICATIVA:
He publicado ya en otras ocasiones en este blog semejantes rituales para celebrar en familia la Pascua, Pentecostés o Navidad. Se publicaron primero en la revista JUNTOS, que distribuye el equipo de pastoral para las comunidades latinoamericanas de migrantes en Japón. Durante el confinamiento por la pandemia, enviamos estos rituales a los miembros de las comunidades que participan en las misas en lengua portuguesa o española, con la invitación y recomendación de que celebrasen en familia la eucaristía, ya que se había restringido la celebración pública en las iglesias por causa de la pandemia.
Con este motivo hubo que aclarar algunos puntos como los siguientes.
1 El Padre Nuestro es la oración más apropiada para la confesión y la comunión. Cuando lo rezamos dentro de la celebracin eucarística, pedimos y recibimos sacramentalmente el perdón, y pedimos y recibimos sacramentalmente la vida de Cristo y unirnos con su vida.
2 Hemos puesto en este ritual la palabra “comunión espiritual”, sintonizando con la recomendación de los obispos que aconsejaron hacer “un acto para recibir espiritualmente la comunión” cuando anunciaron la difusión de la Misa por zoom. Creo que se puede y se debe ir más lejos. No limitarse a ver la misa por tele, sino celebrarla en familia. Cualquier persona bautizada puede ejercer en esas circunstancias el sacerdocio de los fieles. Además, no olvidemos que quien realiza la bendición y consagración del pan de vida es el Espíritu Santo, el Espiritu de Vida, el Espíritu del Resucitado.
3 En realidad toda comunión es comunión espiritual porque la recibimos del Espíritu y el cuerpo de Cristo que recibimos es el cuerpo glorioso del Resucitado. Comulgar no es antropofagia, sino cristificación que trae la eternidad al presente.
4 Tampoco se puede decir que el perdón que pedimos y recibimos al princicipio de la misa y durante el rezo del Padre Nuestro sea un perdón de “mentirijillas” distinto del de la confesión auricular postridentina. Es auténtico perdón sacramental. Hemos tenido que aclarar esto al poner en practica la confesión y unción de los enfermos por teléfono o zoom en circunstancias terminales o de aislamiento etc. Ya se sabe que los liturgistas y canonistas no lo aprueban, pero…¿quién son ellos para controlar al Espírtu de Vida y las conciencias de las personas creyentes?
Un juez de Namibia ha dictaminado que la discriminación por razón de orientación sexual es contraria a la Constitución de ese país. Se trataría del primer caso en que un fallo judicial declara la inconstitucionalidad de la discriminación contra las personas LGTBI. La sentencia es especialmente relevante porque puede servir de precedente para otros casos que deben deliberarse en los próximos meses, como algunos relacionados con el matrimonio igualitario.
El caso afectaba a Philip Lühl y Guillermo Delgado, una pareja que había contraído matrimonio en Sudáfrica y posteriormente habían tenido un hijo en ese mismo país. A pesar de que Lülh es namibio, la administración —que tampoco reconoce su matrimonio— rehusó conceder la nacionalidad al hijo de ambos, algo que hubiera sido automático de tratarse de una pareja de distinto sexo. Ante esta negativa, la pareja decidió interponer la correspondiente demanda.
Tras el juicio, el juez Thomas Masuku consideró que se había violado el artículo 10 de la Constitución de Namibia —que garantiza la igualdad de todos los ciudadanos— al no reconocer automáticamente la ciudadanía namibia del niño por el mero hecho de que sus padres formen una pareja del mismo sexo.
En la sentencia, el juez Masuku expresaba su opinión con gran contundencia: «No puedo dejar de observar que la insidiosa actitud discriminadora parece asomar su fea cabeza en este asunto. Hay que cortarla, incluso de forma despiadada, porque no concuerda con la visión de las madres y padres fundadores de esta nación, que concibieron Namibia, entre otras cosas, como un Estado laico, basado en el imperio de la ley y en la justicia para todos. Puedo añadir que el ‘para todos’ se aplica a todos los habitantes de Namibia, independientemente del color, el género, la orientación sexual, etc.».
El juez también estimó que no otorgar la nacionalidad al niño violaba a su vez la Carta Africana de los Derechos y el Bienestar del Niño, que prohíbe la discriminación basada en la condición de los padres.
Al fallar a favor de los demandantes, el juez Masuku emitía la que se cree que es la primera sentencia que establece que la discriminación por razón de orientación sexual es contraria a la Constitución de Namibia. Un precedente valioso, dado que el sistema judicial namibio, heredero de la era colonial británica, se basa fundamentalmente en la jurisprudencia.
Valioso en especial para Philip Lühl y Guillermo Delgado, que tienen pendientes los fallos a otras dos demandas. En una, solicitan que se reconozca el derecho de Delgado, de nacionalidad mexicana, a residir en Namibia por ser cónyuge de un ciudadano namibio. En la otra, denuncian la negativa de la administración a conceder automáticamente la nacionalidad a las dos hijas que han tenido a principios de este año.
La Corte Suprema de Namibia tendrá que decidir previsiblemente el próximo año sobre el reconocimiento de los matrimonios entre personas del mismo sexo celebrados en otros países donde son legales. También se espera que fructifique la intención de derogar las normas «obsoletas y discriminatorias» que penalizan en Namibia las relaciones sexuales o muestras de afecto entre varones, que fue anunciada por la ministra de Justicia a mediados de este año.
La publicación de hoy es del colaborador invitado Maka Black Elk (Oglala Lakota). Maka es el Director Ejecutivo de Truth and Healing (Verdad y Sanación) en la Red Cloud Indian School, una escuela jesuita K-12 en Pine Ridge, SD. Es un alumno de Red Cloud y continuó su educación jesuita en la Universidad de San Francisco. Más tarde obtuvo su maestría en Educación para la Paz en Teacher’s College, Columbia University, y en Liderazgo Educativo en la Universidad de Notre Dame. Puede obtener más información sobre el trabajo que realiza en Red Cloud haciendo clic aquí.
Las lecturas litúrgicas de hoy (el pasado domingo, día 3) se pueden encontrar haciendo clic aquí.
En las lecturas litúrgicas de hoy, se nos recuerda que “Dios los hizo hombre y mujer” al crear la humanidad (Mc 10, 6). Cuando comencé a reflexionar sobre este versículo, los primeros pensamientos que me vinieron a la mente fueron las formas en que este pasaje se usa con tanta frecuencia para socavar la legitimidad de las personas LGBTQ. Quiero reconocer especialmente a la comunidad no binaria que reconoce las limitaciones del binario de género, la idea de que solo hay dos géneros opuestos, y nos muestra las formas en que podemos trascenderlo. Muchos de nosotros estamos familiarizados con los sentimientos y experiencias cuando las Escrituras se utilizan como arma para negar nuestra humanidad y nuestro valor.
Una vez escuché decir que el primer error admitido por Dios fue hacer que el hombre estuviera solo. Dios dice: “No es bueno que el hombre esté solo” (Gn 2, 18) y así crea muchas cosas que deambulan por la tierra. Todos estamos en relación unos con otros, y Dios descubrió que eso era bueno. También he oído decir en muchos espacios católicos que estamos hechos para relacionarnos unos con otros a imagen y semejanza de Dios. Si bien ciertamente estamos hechos el uno para el otro, está claro en las Escrituras que el hombre estaba destinado a estar en muchas relaciones con muchas cosas.
Vengo de origen indígena y católico. En mi cultura Lakota usamos una frase en particular cuando rezamos, “Mitakuye Oyasin“. Traducido de forma aproximada significa: “Todas nuestras relaciones“. Es un recordatorio de que estamos conectados con todo y con todos. Somos regalos los unos para los otros, y la creación también trae muchos más regalos. Crear es un acto hermoso y sagrado y, por lo tanto, el regalo de un hombre y una mujer es hermoso. Pero esto no significa que otras relaciones no importen. Todas nuestras relaciones amorosas tienen carácter sagrado. Hay belleza en todas las formas en que encontramos y expresamos el amor.
Debido al don de la creación, todos venimos de una familia y muchas personas LGBTQ han creado nuevas familias. Tenemos el derecho inherente de pertenecer a una familia, ya sea en la que nacimos o en una que creamos por nuestra cuenta. Incluso la vida religiosa es una elección de un nuevo tipo de familia. Nuestras relaciones son válidas y vivificantes independientemente de su capacidad “natural” para producir vida.
Las escrituras de hoy celebran el regalo que un hombre y una mujer pueden traer a la creación. Está bien celebrar eso y saber que no tiene por qué disminuir los dones especiales que las personas LGBTQ también traen al mundo y a la Iglesia: el don de nuestra expansión de la familia, el don de nuestra apertura, el ejemplo de lo nuevo y diferente. tipos de relaciones y, sobre todo, nuestro regalo de amor.
El mismo Cristo eligió vivir una vida llena de muchas relaciones y conexiones. Eligió poderosos lazos de hermandad. Hizo conexiones profundas en sus amistades con mujeres. Nos mostró con sus acciones que el amor no es solo el don de un hombre y una mujer. Así que elegí celebrar eso y vivir en el espíritu de mi oración Lakota, Mitakuye Oyasin. Todas nuestras relaciones son sagradas.
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha condenado a Polonia por retirar a una madre la custodia de sus cuatro hijos debido a su orientación sexual. El alto tribunal europeo, por acuerdo de seis de los siete jueces encargados del caso (el séptimo, de nacionalidad polaca, se ha desmarcado del fallo que condena a su país) considera que los tribunales polacos que actuaron en los dos procedimientos judiciales analizados violaron los artículos 8 (derecho al respeto a la vida privada y familiar) y 14 (prohibición de la discriminación) de la Convención Europea de Derechos Humanos.
La historia, según la narración de los hechos que hace en su comunicado de prensa el mismo Tribunal Europeo de Derechos Humanos, pone los pelos de punta. La demandante (X) planteó en 2005 una demanda de divorcio de su marido (Y), con el que se casó en 1993 y había tenido cuatro hijos, después de que ella iniciara una relación con otra mujer. Los padres de X, que no estaban de acuerdo con la decisión de su hija, obtuvieron la custodia provisional, pero después de un primer acuerdo de divorcio entre X e Y la madre se hizo con la custodia de los cuatro hijos. La situación duró poco: un año después, en 2006, el padre acudió de nuevo a los tribunales y reclamó la custodia que antes no había querido. Durante aquel proceso la orientación de la madre fue objeto de discusión detallada, hasta el punto de que X se vio obligada a responder preguntas sobre el tipo de relaciones sexuales que mantenía con su nueva pareja. Como resultado de aquel proceso la custodia de los cuatro hijos pasó al padre.
X apeló, argumentando que ella había sido siempre la que había cuidado de sus hijos y que, de hecho, en el año en el que habían estado separados su expareja no se había preocupado de ellos. De nada sirvió: la justicia polaca rechazó la apelación en 2008 y confirmó que el padre tenía la custodia. Hasta tal punto llegó el sesgo discriminatorio del tribunal que este ignoró que el padre sí estaba dispuesto a cederle a su exmujer la custodia del hijo pequeño, atendiendo a su edad y a los vínculos emocionales del pequeño con la madre. De hecho, este se quedó junto a ella, mientras que sus tres hermanos se marcharon a la casa del padre. Unos meses más tarde X intentó, de hecho, que se revisara al menos la custodia del pequeño pero el tribunal no solo no le dio la razón, sino que obligó a que este se marchara definitivamente a la casa del padre. La apelación de X fue rechazada en 2009 con el argumento de que el pequeño necesitaba un «modelo masculino». La madre siguió peleando ante la justicia, argumentando que de hecho eran sus hermanas mayores y sus abuelos los que se encargaban de cuidar del pequeño en lugar de su padre, pero no consiguió recuperarlo.
Ahora el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha determinado que tanto durante el primer proceso (que concluyó con el otorgamiento de la custodia de los cuatro hijos al padre) como durante el segundo (durante el cual fue la custodia del niño pequeño la que estuvo en discusión), el Estado polaco trató de forma discriminatoria a X debido a su orientación sexual, violando los artículos 8 (derecho al respeto a la vida privada y familiar) y 14 (prohibición de la discriminación) de la Convención Europea de Derechos Humanos. El alto tribunal condena al Estado polaco y le obliga a indemnizar a la mujer con 10.000 euros. Lamentablemente, el daño emocional causado es irreparable: han pasado ya más de doce años desde que que la justicia polaca arrebató al más pequeño de sus hijos, entonces de siete años, de los brazos de su madre.
El resultado final del fallo, no obstante, ha sido recibido positivamente por el activismo LGTBI. «La sentencia confirma la igualdad de derechos de los padres LGTBI en relación a sus hijos. El mejor interés de los hijos en recibir el amor y el cuidado debe prevalecer en cualquier consideración de custodia al margen de la orientación sexual de los padres», ha declarado Arpi Avetisyan, del departamento de litigaciones de ILGA-Europa, una de las organizaciones que ha dado soporte a la demandante.
Noel Arce nació con VIH (aunque a lo largo de los años desarrolló anticuerpos). Sus padres biológicos eran adictos a la heroína y portaban el virus. Su madre los dio en adopción, a él y a su hermano Joey cuando eran bebés.
En esa gran situación de fragilidad se encontraban cuando apareció la que sería su familia, Louis Arce y Steven Koceja, una pareja gay que vivía en Manhattan. Fue amor a primera vista entre padres e hijos. Era 1988 y Louis y Steven se estrenaron como padres de acogida.
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Louis y Steven también portaban el VIH, pero Noel no recuerda que eso fuera en su primera infancia ningún problema, sus recuerdos son luminosos y llenos de amor. “Se sintió muy normal mi infancia, como si el mundo funcionara con mamá y papá, dos papás o dos mamás”, comentó en una entrevista a NBC News.
Uno de los regalos más significativos que recibió de sus padres fue la libertad. Noel cuenta que siempre fue un niño al que le gustaban las cosas que la sociedad considera «de niña», como muñecas, vestidos.
“Yo era muy femenino. Siempre participaba en cosas de chicas y mis papás aceptaron eso en mí. Eso realmente me ayudó en mi desarrollo cuando era niño. Escucho historias de personas sobre salir del armario y ser rechazado, expulsado. Esa experiencia para la mayoría de los hombres homosexuales es muy difícil”, dijo. «Me siento muy bendecido de no haber tenido eso».
En 1993 pasaron de ser hijos de acogida a ser hijos adoptados legalmente, pero en 1994 Steve murió por complicaciones por el SIDA, y 5 días después su marido Louise. Tenían solo 32 y 47 años.
Noel y Joey, además de Ángel, otro hermano por adopción, fueron acogidos por su tía y el marido de esta.
Al año siguiente de la muerte de sus padres su tía les entregó vídeos que habían grabado para sus hijos antes de fallecer.
«Hay un video de ellos hablando con nosotros, explicando cuánto nos amaban», explicó Noel al sitio web. “Y hay videos que Louis hizo para cada uno de nosotros individualmente. En el video para mí, dice: ‘Noel, sé que eres gay‘. Y me da sus pensamientos y consejos sobre cómo afrontar la vida. Tengo tanta suerte de tener eso».
Noel compartió en The Aids Memorial, un perfil en Instagram para rendir homenaje a las personas fallecidas por VIH, un precioso mensaje a sus padres que emocionó mucho a los seguidores de la web.
“Nunca tuvieron la oportunidad de ver a los hombres que somos hoy, pero se preocuparon mucho por nosotros y nos dieron una vida que de otra manera no hubiéramos conocido. Es increíble incluso ahora, después de todos estos años, todavía puedo sentir lo que se siente ser amado tanto».
Desde hace 13 años Noel es drag queen. Se pregunta que hubieran pensado sus padres de eso. Sabe que lo hubieran aprobado y que eso jamás hubiera sido un problema, sus dudas más bien son «¿pensarían que soy bonita, graciosa? ¿Les hubiera gustado mi programa?»
Importante sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que ha condenado a Rusia por no permitir a A.M., una mujer trans, continuar viendo a sus hijos una vez que esta transicionase y fuese reconocida legalmente como mujer. Los tribunales rusos dieron la razón a la otra madre, que argumentó que el contacto de su ex con los niños era perjudicial para su salud mental y su moralidad. El alto tribunal europeo, en un fallo unánime, considera que la prohibición viola los artículos 8 (derecho al respeto a la vida privada y familiar) y 14 (prohibición de la discriminación) de la Convención Europea de Derechos Humanos.
A.M. se casó en 2008 con otra mujer de la que se divorció en 2015. En ese tiempo tuvieron dos hijos, nacidos en 2009 y 2012. Después del divorcio A.M, consiguió ver reconocida legalmente su identidad femenina, algo que en Rusia solo es posible después de someterse a un proceso de reasignación. En se momento la otra madre comenzó a poner impedimentos al derecho de visita de A.M. a sus hijos. Una historia, en definitiva, muy parecida a la de tantas otras mujeres trans en diferentes lugares del mundo.
En este caso, si embargo, la otra madre lo tuvo fácil, teniendo en cuenta el marco legal al que se enfrentan las personas LGTBI en Rusia: le bastó con argumentar ante los tribunales rusos que el contacto de A.M. con sus hijos era perjudicial para su salud mental y moralidad, distorsionaba su percepción de la familia y les «exponía» a información sobre las «relaciones sexuales no tradicionales» (el elemento central de la ley rusa contra la «propaganda homosexual»). Los tribunales rusos le dieron la razón.
La batalla jurídica llegó al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que ahora, en un fallo de gran importancia para los derechos de las personas trans, ha determinado de forma unánime que Rusia violó en este caso los derechos 8 y 14 de la Convención Europea de Derechos Humanos, referidos al derecho al respeto a la vida y familiar y a la prohibición de la discriminación, respectivamente. En este último caso el alto tribunal vuelve a recordar que de acuerdo a su doctrina consolidada la identidad de género está cubierta por el derecho a la no discriminación.
No sabemos hasta qué punto la sentencia tendrá un efecto inmediato sobre la vida de A.M., teniendo en cuenta que, según el relato del caso que hace el alto tribunal europeo, la otra madre se trasladó a vivir con los hijos de ambas a un lugar desconocido, y A.M. no tiene información alguna de dónde ni cómo se encuentran. Pero al menos ahora cuenta con armas legales con las que continuar la batalla. El Estado ruso, además, deberá abonarle algo más de 10.000 euros (entre indemnización por daños causados y costas) pese a que la mujer no solicitaba indenmización pecuniaria en su demanda. De lo que no cabe ninguna duda es de que sentencia sienta un importantísimo precedente para los derechos de las personas trans en toda Europa. No es de extrañar que desde Transgender Europe e ILGA -Europa, dos organizaciones paragüas que agrupan a organizaciones trans y LGTBI de todo el continente, lo hayan considerado histórico.
Este es un tema complejo y debe plantearse desde diversas perspectivas exegéticas e históricas, biológicas y antropológicas, existenciales y culturales, eclesiales y dogmáticas… Es un tema poliédrico, que ha de mirarse desde planos distintos, con respeto ante los textos, con fidelidad ante las tradiciones de la Biblia (libro poliédrico) y de la la tradición eclesial, que es también multiforme.
Yo mismo presente hace algún tiempo (Orígenes de Jesús, Salamanca 1976) lo que entonces se sabía y decía. Han pasado decenios, son muchas las cosas que se han dicho, y tendrán que decirse todavía en un plano bíblico y simbólico, existencial y antropológico.
El tema no se centra en el posible “milagro biológico” de Jesús, sino en milagro total de su vida, que es divina, siendo totalmente humana, conforme al dogma de Calcedonia (año 451). Hoy estamos en condiciones de plantear y entender mejor, no en clave apologética (para defender posibles dogmas separados del contexto), sino evangélica y eclesial, sabiendo que en el nacimiento y vida de Jesús todo es humano, siendo al mismo (¡por eso!) totalmente divino.
Significativamente se ha elaborado más y mejor la vertiente de la madre (mujer, María), y se ha dejado en la sombra la función de Jesús, un “hijo de David” destronado. Los textos le han visto como signo de superación del patriarcalismo davídico, pero no han elaborado (que yo sepa) su aportación masculina. Queda pendiente ese tema, y su relación con María, madre de Jesús, a quien la Iglesia ha presentado gozosamente como arquetipo de mujer, virgen y madre, en una línea que hoy (2021)debe replantearse.
| X Pikaza
1. Interpretación del nacimiento, una historia fecunda.
‒ Pablo.Hacia el 52/56 d.C., él afirma que Jesús nació de mujer, bajo la “ley” (Gal 4, 4), y que era descendiente (hijo) de David según la carne (Rom 1, 3-4), descendiente de los israelitas (Rom 9, 5), pero su vida y familia “carnal” resultaba secundaria, pues él pensaba que, en ese plano, Jesús había sido un mesías judío “fracasado” (muerto en Cruz, por “gracia” de Dios), y que su novedad mesiánica (salvadora) comenzaba con la resurrección, en el momento en el que Dios le había constituido Hijo suyo, superando así la “ley”, es decir, el mesianismo davídico.
Por eso, en principio, Pablo no se interesó por la “familia” histórica de Jesús, sino por su muerte y su resurrección. Y, sin embargo, paradójicamente, él reconoció la importancia de Santiago y de otros hermanos de Jesús, a quienes cita con gran respeto, como “hermanos del Señor” (Gal 1, 19; 2, 9; 1 Cor 9, 5; 15, 7).
‒ Marcos.Hacia el 70/74, escribe una biografía mesiánica de Jesús Hijo de Dios, insistiendo como Pablo en su muerte-resurrección, pero añadiendo (en mirada retrospectiva) que él (Jesús) era ya Hijo de Dios en su vida “adulta” (a partir de su bautismo: Mc 1, 9-11), como mensajero del Reino, de manera que ya no vivió ni murió como un “hombre cualquiera” (cf. Flp 2, 6-11), sino como Hijo de Dios. De todas formas, Marcos no ha dado importancia al nacimiento de Jesús, ni a su filiación davídica (discutida y posiblemente negada en 12, 35-37), sino que ha destacado su mesianismo a partir de su misión en Galilea y Jerusalén, tras el bautismo.
Marcos sabe que la madre de Jesús se llamaba María y que tenía varios hermanos (cf. 6, 2-4), pero no ha querido contar su nacimiento, añadiendo además que él tuvo que distanciarse de esos hermanos y de su misma madre (Mc 3, 20-22. 31-35), que no supieron comprender ni aceptar (al menos al principio) el carácter universal (no davídico) de su misión y de su entrega por el Reino.
‒ Mateo y Lucas recogieron algunos años más tarde, hacia el 80-90 d.C., una tradición ya establecida que presenta a Jesús como Hijo de David en un plano judío (como supone Rom 1, 34 y ratifica Rom 15, 8), pero añadiendo que él no es sólo Cristo, Hijo de Dios, a partir de su bautismo (Mc 1, 9-11), sino que lo es desde (a partir de) su mismo nacimiento, por obra del Espíritu, asumiendo y superando su genealogía “física” davídica (que sólo se ha cumplido en un plano de “carne”). Desde ese fondo, con gran finura teológica, Mateo y Lucas afirman que Jesús es Hijo de Dios habiendo sido engendrado por obra del Espíritu Santo y habiendo nacido de María Virgen, de manera que toda su vida puede y debe interpretarse como historia de Dios.
En un nivel, esos motivos (concebido por el Espíritu Santo, nacido de la Virgen María) podrían entenderse en forma mitológica, como si el Espíritu divino fuera un agente físico/biológico, capaz de fecundar a María de manera que ella siguiera conservando intacta su “virginidad” biológica. Pero de hecho, superando ese nivel mitológico/biológico, Mt 1-2 y Lc 1-2 suponen que él Espíritu actúa y engendra por María de un modo “divino”, no como sustituto del semen masculino, sino como fuente de vida trascendente, como signo y sentido de todo nacimiento humano (pues cada persona brota de un modo especial de Dios, a través de sus padres y/o educadores)[1].
2.Mateo 1-2. Cumplimiento y superación de la paternidad de José. Más allá del mesías davídico
Mateo comienza ofreciendo una genealogía masculina de Jesús (de Abrahán a David, y de David, por el exilio, a José, esposo de María), pero introduce en ella cuatro mujeres irregulares (Tamar, Rahab, Rut, Betsabé) que simbolizan y expresan la acción divina (Mt 1, 1-17) que José, hijo de David, debe aceptar:
El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María, su madre, con José, antes que cohabitaran, se halló que había concebido del Espíritu Santo. José su esposo, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla en secreto. Y mientras pensaba en esto, un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella ha sido engendrado es del Espíritu Santo…Mt 1, 18-23).
Estamos ante un nacimiento perfectamente humano, siendo totalmente divino. Así se dice en forma simbólica que antes de que José cohabitara con María, su “desposada”, ella aparece “encinta”, por obra del Espíritu de Dios. José no lo sabe y, lógicamente, siendo justo (fiel a la ley), debe abandonarla, aunque quiere hacerlo en secreto, para no difamarla. Pues bien, en este contexto se introduce el ángel de Dios, que revela a José el misterio, exigiéndole que se convierta y que acepte a María como esposa, reconociendo a su hijo. Solamente así, José, el padre/patriarca, se vuelve verdadero padre de Jesús, en el sentido radical de la palabra, colaborando con María; no es que sea “menos” padre, sino “más”, padre en sentido verdadero, humano, colaborando con Dios, que es quien actúa en María, la madre de Jesús.
‒ José, hijo de David (Mt 1, 20),un padre convertido. Naciendo de María, Jesús rompe el orden patriarcal (=nacional) de Israel, de forma que en un nivel antiguo su origen resulta irregular: No es “mesías” por genealogía física (davídica), como anunciaban las tradiciones nacionales, sino por “promesa” y acción salvadora de Dios (cf. Rom 9, 8). Por eso, José debe renunciar a su paternidad mesiánica impositiva (en clave israelita), superando el nivel de la generación biológica (que convertiría a su hijo en una propiedad suya), para aceptar de un modo “personal”, por fe (como don superior de Dios), al hijo de María, convirtiéndose de esa forma en padre verdadero, no en menos, sino en más, en línea verdaderamente humana.
‒ Más que la colaboración materna de María (que se da por supuesta) a Mateo le interesa la transformación paterna de José, de manera que él aparezca como verdadero padre, superando el nivel biológico y patriarcal, para situarse en el nivel de la palabra y del servicio humano. José debe transformarse así en nuevo esposo y padre creyente, superando el nivel biológico/patriarcal, para volverse “marido y padre creyentes”, un hombre que confía en su mujer. a quien acepta como portadora de un mensaje de Dios, y confía también en su hijo, a quien recibe, educa y acompaña como don y presencia de Dios.
‒ María, madre del Hijo de Dios. De ella no se dice nada, sino que ha concebido por obra del Espíritu (cf. Mt 1, 18-25), para añadir que los magos, viniendo de Oriente, para adorar al Rey de los Judíos (Mt 2), le descubrieron en sus brazos (Mt 2, 11). Por encima de todo posible argumento, esta imagen de la madre con el niño nos sitúa en el centro de una más alta dinámica familiar, en la línea de la “profecía” del Emmanuel (Is 7, 23), cuyo cumplimiento ha destacado el evangelista al afirmar que todo sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el profeta: “La virgen ha concebido y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel” (Mt 1, 23). Ésta es la palabra esencial de la nueva revelación de la familia (centrada en la madre y el hijo) según el evangelio de Mateo. José no puede ya actuar como “señor” de la familia (patriarca), sino como protector y amigo de la madre, y como educador humano de su hijo, al que introduce en el camino de la filiación davídica, que Jesús recreará, superando (rechazando) la visión antigua de su mismo padre.
José aparece así como custodio y garante de una palabra que le transciende, es decir, de la vida de Dios que se expresa y despliega a través de María, su prometida. El texto (Mt 1-2) no dice cómo ha sido, no se detiene a precisar la forma de colaboración que se ha dado entre el Espíritu de Dios y María, pues ello pertenece al misterio superior de lo divino, pero afirma que María pertenece al despliegue generador de Dios y que se encuentra así en el centro de la nueva familia mesiánica, con Jesús en sus brazos. Pues bien, en ese contexto, José resulta necesario para guiarles a los dos (María y Jesús), de modos distintos, acompañando a María y educando mesiánicamente a Jesús, hasta que supera los peligros de la infancia, la persecución de Herodes, y vuelva a Nazaret (Mt 2, 1-23). De esa manera actúa y se convierte en verdadero padre humano[2].
3. Concepción por el Espíritu, palabra de María (Lc 1-2)
El evangelio de la infancia de Lucas constituye quizá, con el de Mateo, la revelación más alta de la familia en la Biblia, y nos sitúa en el lugar donde la maternidad (y paternidad) puede entenderse como diálogo con Dios, retomando y recreando el motivo de Gen 2-4. Por eso, más que en José, Lucas ha insistido en la importancia y colaboración de María, la mujer, que aparece ya, implícitamente, como nueva Eva.
1. Un relato de nueva creación.Eva, la mujer del principio (Gen 3) parecía inclinarse a dialogar con la serpiente (no con Dios) para descubrir el sentido y meta de su maternidad, como iniciadora de un camino de creatividad personal en el que venía a implicarse luego Adán, a quien daba también la manzana (cf. cap. 1). Pues bien, María, la nueva mujer de Lc 1-2, dialoga con el “ángel”, que le promete un niño, que será el mesías, la nueva humanidad, y así, estando desposada con un hombre llamado José, de la casa de David, acepta la palabra de Dios que le promete un hijo, y lo hace dialogando con autoridad, como persona madura, dueña de sí misma, poniendo una dificultad esencial: “¿Cómo será esto, pues no conozco varón?” (Lc 1, 34). Es como si dijera que su relación con José resulta insuficiente, que nunca un hombre saciará su deseo, que hay algo en su vida, y en la palabra de Dios, que se abre más allá de su relación con un varón. En ese contexto se sitúa la respuesta del ángel, que eleva de nivel su pregunta y su argumento:
El ángel le respondió: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, la Fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso, lo que nazca será Santo, se llamará Hijo de Dios. Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, porque ninguna cosa es imposible para Dios (Lc 1, 35-37).
Todo esto sucede al sexto mes, como había anunciado el narrador al comienzo de la escena (Lc 1, 26) evocando la historia de Isabel, esposa del anciano Zacarías, que había concebido conforme a la promesa del ángel, por obra Zacarías (cf. Lc 1, 5-25). María concebirá por gracia del Espíritu santo, como le ha prometido el mismo ángel Gabriel. El texto no dice que Dios sustituya con su Fuerza en clave seminal el esperma de Abraham, de David o de José, sino que actúa en un plano de trascendencia, sin negar lo humano, sino expresándose como divino en la misma trama de la historia, superando así un nivel de patriarcado humano.
La tradición del NT supone en varios casos que el esperma de Abraham o David, es decir, la potencia engendradora de la vida, que se transmite a través de una historia de varones, forma parte de la promesa mesiánica (cf. Lc 1, 55; Hch 3, 35; 13, 29; Gal 3, 16-19; Rom 1, 3; Jn 7, 42). Es claro que ese esperma no aparece en esos textos como simple semen masculino, sino como signo de Dios y promesa de vida. Pues bien, en esa línea, pero superando ese nivel de “esperma humano”, ha de entenderse la palabra del ángel a María: ¡El Espíritu Santo vendrá sobre ti…! Toda concepción y nacimiento humano es signo y presencia del Espíritu de Dios, y de un modo muy especial la concepción y nacimiento de Jesús por María.
Ella ha preguntado a Dios (como Moisés en Ex 3,11-12): ¿Quién soy yo, cómo será? Y Dios le ha escuchado y respondido, mostrándole el sentido más profundo de su acción, como diciendo: “No importa ahora lo que seas tú, sino Quién soy yo…”. El mismo Dios se revela de esa forma en la concepción de María, que no es una mujer sometida a José, sino que tiene palabra y dialoga con Dios, diciendo de algún modo “yo soy”, de manera que Dios se hace presente (como Yahvé, el que es) por medio de Jesús, su hijo. La objeción de la madre (¡no conozco varón!, Lc 1, 34) nos hace superar así el patriarcalismo entendido como dominio del hombre sobre la misma mujer y la vida.
Fiat. Maternidad dialogada con Dios.Ningún varón como tal (por sí mismo), pero tampoco ninguna mujer, puede hacer que surja una persona humana. Es necesaria una presencia superior, la acción y vida de Dios, y así lo entiende María, respondiendo: «He aquí la sierva del Señor, hágase en mí según tu Palabra» (1, 38). El tema biológico queda así “velado”, pues en sí mismo resulta insuficiente para que se produzca un verdadero nacimiento “humano”. Los hijos, en cuanto humanos (personas) nacen de la palabra de los padres y de la presencia de Dios, que aparece así como fuente radical de la vida humana. Ninguna persona es “producto” fabricado por otras personas humanas, sino que cada una presencia y revelación de Dios.
El nacimiento de Jesús revela, según eso, un elemento esencial de toda concepción y nacimiento humano y de esa forma nos sitúa ante el lugar y sentido del verdadero engendramiento, que es la “palabra”. Dios habla (le ofrece y le pide la palabra), y María empieza respondiendo he aquí (=aquí estoy, en griego idou, en hebreo hinneni), para así comprometerse con su vida entera, en cuerpo y alma, en lo divino (Lc 1, 38). Dios no le ha obligado, no le ha impuesto ninguna carga, pues María no es su esclava, sino que le ha pedido permiso, ha dialogado con ella. Sólo por eso, porque Dios libremente ha llamado, ella puede responderle ¡he aquí la sierva!
Dios ha pedido, ella responde. Ella ha esperado y Dios le ofrece su palabra hecha carne, el Hijo de su entraña, Jesucristo. Sólo cuando dice fiat (genoito, hágase), Dios pues hacerse y ser Trinidad de amor en la historia. María responde así, y se compromete, libremente. Al situarse en el lugar donde la Palabra de Dios se encarna (Jn 1, 14), ella actúa como signo de la humanidad, a favor de todos (cf. Lc 1, 26-38). Ella ha dicho que no conoce varón en un determinado plano de matrimonio patriarcal, dominado por los esposos. Pero ahora descubre, por encima de ese plano, un nivel más alto de presencia y acción de Dios, que realiza su acción a través de ella, que tiene la última palabra, pero no a solas, sino con Dios, diciendo fiat (genoito), que significa “hágase, hagamos”.
4. Excurso. La madre, presencia y mediadora de Dios en el Antiguo Testamento
Desde ese fondo quiero evocar algunos textos básicos del AT, que nos permiten comprender la mediación de María, Madre de Jesús, en el nacimiento de su hijo. Por un lado, el AT es radicalmente “patriarcal”. Pero en otro sentido en el surgimiento de los niños en el vientre de la madre desaparece la función del madre. Como he dicho, éste es un tema que debe “recrearse”. Aquí me limito a citar unos textos que nos permiten situar el contexto judíos del “surgimiento de Jesús”, hijo de Dios, en el vientre de su madre. Desde ese fondo debemos afirmar que cada niño es “hijo de nacido”, nacido de mujer (de virgen), lo mismo que Jesús.
a) Sal 22, 10 Tú eres quien me sacó del vientre, | me tenías confiado en los pechos de mi madre;11 desde el seno pasé a tus manos, | desde el vientre materno tú eres mi Dios.
Cuando el orante afirma que ha sido concebido y sacado del vientre de su madre por el mismo Yahvé, está poniendo de relieve la acción y presencia de Dios en el proceso de concepción del niño (del hombre mesiánico de Sal 22). Leer más…
“Una historia pendiente, no sólo para la iglesia, sino para el conjunto de la humanidad”
Los medios siguen hablando de la diversidad sexual (día-gay, grupos Lgtbi) y de la identidad personal de los seres humanos, que pueden escoger su género “real” (ley-trans), de forma que en el DNI se pueda poner no sólo V (varón), M (mujer), sino tercera casilla con O (=otras identidades).
El tema DNI es secundario y se podría resolver quitando esas casillas de sexo. Lo importante es el fondo, la identidad humana. Es un tema complejo complejo y no hay respuestas fijas, pero podemos plantearlo mejor, desde el principio bíblico, en este año 2021, dedicado oficialmente a la “la familia”.
No se trata de negar la realidad (como algunos piensan), ni de decir que todo da lo mismo, sino todo lo contrario, de poner a los seres humanos ante su “verdad personal”. Estos cambios nos sitúan ante la mayor tarea humana de los últimos siglos, y aquí tiene mucho que decir el cristianismo.
Sin duda, el sexo influye mucho: Parece haber un “núcleo dominante” bi-sexual en los seres humanos, que se identifican (=les identifican) como varones o mujeres. Pero hay espacios liminares, o, quizá mejor, núcleos borrosos (=enriquecedores) en los que las personas se definan de otras formas, en línea homo- y/o trans-sexual (en la línea de los eunucos de Mt 19, 12).
Esos “bordes y/ nucleos porosos” puede resultar amenazantes, para algunos que se creen “seguros” porque son muy inseguros, de forma que ellos responden con críticas, desprecios e incluso violencia a los que piensan y viven de un modo distintos. Pero esos “distintos” (¡todos lo somos de algún modo!) pueden ofrecer y ofrecen muchas veces formas de comprensión y vivencia humana más alta.
Esa diversidad no es amenaza o maldición para la “clase” bi-sexual (que es una forma intensa de expresar el amor), sino que puede y deber ser una bendición y camino de enriquecimiento de la humanidad, según el evangelio y la nueva sensibilidad antropológica.
Algo he pensado sobre este tema e incluso he publicado un estudio desde la perspectiva de las religiones y otro desde la Biblia, con subtítulo programático: “Una historia pendiente”. El tema de familia es, sin duda, una historia pendiente, no sólo para la iglesia, sino para el conjunto de la humanidad.
Divido mi reflexión en cuatro partes. Por favor, quien quiera ver pronto mi respuesta vaya a la cuarta parte. Los demás pueden empezar por la primera.Buen de día a todos, y buena familia.
1. Hay un Antiguo Testamento… Una historia pendiente
Nuestro “Antiguo Testamento” (es decir, la ley antigua), interpreta la familia en forma jerárquica (supremacía del varón) y bi-sexual (matrimonio de varón como mujer). Ciertamente, en sentido estricto, el Dios de ese Antiguo Testamento no es varón ni mujer (aunque suele tomar formas y signos de varón patriarcal). Eso significa que no hay una “pareja sexual divina” (Dios y Diosa). La divino es más bien la Vida en plenitud (eso que los judíos llamaban Yahvé: el que es, el que hace ser-vivir).
De todas formas, en ese contexto antiguo, los profetas judíos aplicaban la dualidad sexual de amor a la relación entre Dios y los hombres. Dios era padre-marido amoroso de la humanidad; la humanidad era la esposa-amada (y en el fondo protegida) por el Dios esposo superior. Esa clave de amor esponsal, que se refleja sobre todo en los profetas, sigue siendo aún conmovedora. Así nos emocionan y remueven palabras como ésta:
Ya no te llamarán abandonada, ni a tu tierra devastada,porque el Señor te prefiere a ti y tu tierra tendrá marido. Como un joven se casa con su novia así te desposa el que te ha creado;la alegría que el esposo encuentra con su esposa la hallará tu Dios contigo (Is 62, 4-5).
Ese símbolo esponsal nos sigue emocionando porque alude a la existencia como encuentro de amor y habla de Dios como el padre/amigo varón cuyo gozo consiste en dar gozo a los hombres. Pero este modelo está fundado sobre una experiencia asimétrica y jerárquica del matrimonio. El esposo es a la vez amigo y dueño: ama y se entrega a su mujer, pero se encuentra siempre arriba, dominando y dirigiendo la existencia de su esposa. La esposa, por su parte, se introduce en ámbito de amor, pero sigue estando dominada por el esposo: por eso es símbolo del pueblo de Israel que está en las manos del Señor-Esposo transcendente.
Este simbolismo matrimonial, interpretado así en forma jerárquica, puede aplicarse después de un modo cristiano (cristológico y eclesial) de un modo que no responde al principio radical del evangelio de Jesús, expresado en forma de libertad e igualdad entre seres humanos, varones y/o mujeres, que no se definen ya como varones o mujeres, sino como personas. Pues bien, en contra de esa igualdad se ha elevado una tradición de san Pablo insistiendo en el “matrimonio” como relación entre desiguales, apoyándose en una forma muy parcial de entender a Jesucristo:
Cristo es cabeza de todo varón;el varón es cabeza de la mujer;y la cabeza de Cristo es Dios» (1 Cor 11, 3).
Por eso, la iglesia puede presentarse como esposa de Jesús porque en su misma condición de esposa-mujer se encuentra sometida ya al esposo universal que es Cristo. Esta línea simbólica culmina en el texto fundamental de la tradición (post-)paulina:
Las mujeres deben someterse a sus propios maridos como al Señor. Porque el varón es cabeza de la mujer, como el Cristo es cabeza de la iglesia, el mismo Cristo que es el salvador del cuerpo. Pues bien, como la iglesia se somete a Cristo también así las esposas a sus maridos en todo. Los varones que amen a sus mujeres, como Cristo amó a su iglesia y se entregó por ella… Así conviene que los varones amen a sus mujeres como a su propio cuerpo (Ef 5, 22-28).
El texto continúa en esa línea, reinterpretando en clave de dominio masculino la unidad primaria del varón y la mujer que ha establecido Gen 2, 24 cuando dice que ellos forman «un cuerpo». Ahora es la mujer la que aparece más directamente como cuerpo del esposo: ella es objeto de amor y de cuidado, pero no tiene autonomía; carece así de personalidad frente al marido, al que «debe obedecer en todo» (Ef 5, 33).
Desde el momento en que el matrimonio se estructura en línea jerárquica, Dios y Jesucristo se conciben en clave de varón, dentro de eso que puede llamarse patriarcalismo del amor. Ciertamente, el varón tiene que amar, como ama Cristo; pero ama desde arriba, como patriarca y responsable que dirige y organiza la marcha de la casa. La esposa es una especie de sierva muy amada, como realidad inferior a la que debe cuidarse y ayudarse. Lógicamente, la humanidad entera aparece ante Dios (y ante Jesús) como mujer: realidad inferior y muy amada a la que el mismo Dios eleva al misterio de sus bodas, en símbolo que asume de forma impresionante ApJn 21-22.
Ciertamente, el amor vincula en forma estrecha a los esposos; pero Cristo sigue siendo la cabeza, en forma de varón, frente a una iglesia que se entiende como femenina. De esta forma se vinculan los rasgos de lo masculino-femenino, en relación con Dios y con los hombres, en esquema jerárquico de amor y de sometimiento.
2. Modelo dual. Igualdad y diferencia entre varón y mujer. Una historia recomenzada
EL modelo anterior tiene ventajas y valores, que deben conservarse y potenciarse. Pero muchos creyentes, y especialmente las mujeres, han pensado que el esquema jerárquico que emplea resulta inadecuado. En nuestro tiempo no se puede hablar de la mujer como inferior o sometida; no se puede utilizar el simbolismo de la unión matrimonial de tal manera que la esposa venga a interpretarse como dominada, dirigida por el gesto activo del esposo.
Hemos superado (o queremos superar) ya para siempre la visión jerárquica del matrimonio, donde las funciones del esposo y de la esposa resultan asimétricas. Por eso no podemos hablar de un «Dios esposo» (superior, varón) que se vincula con la «humanidad esposa» (inferior, mujer). ¿Tendremos que dejar por siempre el simbolismo matrimonial?
Algunos han pensado que ese símbolo matrimonial es importante, y han buscado una respuesta nueva en la misma palabra de la Biblia cuando alude a la unión en igualdad del varón y la mujer, conforme a la palabra primigenia: y creó Dios al hombre (=ser humano) a su imagen; a imagen de Dios lo creó; varón y mujer los creó (Gen 1, 27).
En esta palabra se supone que el varón no es anterior a la mujer (ni lo contrario). Ambos surgen en su mutua referencia formando la unidad primera de lo humano. Por eso, «el hombre» no es varón: es el varón y la mujer. Más aún, en esa línea se puede hablar de formas distintas de realizar la travesía humana de la vida.
Desde aquí puede entenderse también otro texto de la creación. Hay un Adán solitario que da nombre a plantas y animales, no es aún estrictamente humano. Ese Adán, ser humano en general, se humaniza cuando encuentra y acepta, cuando asume y potencia la existencia de otros seres humanos que le acogen le impulsan… Leer más…
Leemos hoy el final del c. 4. Podemos tener la sensación de tomar un tren en marcha sin saber de donde viene ni a donde va. Después de enseñar en Cafarnaúm, dejando clara la reacción de los jefes religiosos, narra Marcos varias parábolas y termina con el relato de la tempestad calmada. Los milagros, llamados de naturaleza, son los que menos visos tienen de responder a hechos reales. Son todo simbolismo.
La Biblia utiliza varias palabras para expresar lo que hoy llamamos milagro. El concepto de milagro que tenemos hoy (hecho en contra de la naturaleza) es reciente. No tiene sentido preguntarnos si los evangelios nos hablan de milagros con este significado. Lo que nos importa es descubrir el sentido de esa manera de hablar. El milagro era un modo de expresarse, comprensible para todos los que vivían en aquel tiempo.
Jesús pide a los discípulos que vayan a la otra orilla. Está haciendo referencia al paso del mar Rojo. Aquel paso les llevó a la tierra prometida. La otra orilla de mar de Galilea era tierra de gentiles. Es una invitación a la universalidad, más allá del ámbito judío, que se opone a la apertura. La primera “tormenta” que se desató en el seno de la comunidad cristiana fue precisamente por el intento de apertura a los paganos.
La tempestad está haciendo referencia a Jonás (fue increpado por el capitán por estar durmiendo mientras ellos estaban muertos de miedo). El mar es, en la Biblia, símbolo del caos, lugar tenebroso de constantes peligros. Dominar el mar era exclusivo de Dios. De ahí podemos sacar la enseñanza simbólica. El mensaje de Jesús tiene que llegar a todos los hombres, pero no se conseguirá si no se abandona la falsa seguridad de pertenecer a un pueblo elegido sino a través de la lucha contra las fuerzas del mal.
Mientras todos estaban muertos de miedo, él dormía… Hay que tener en cuenta que se llamaba también “cabezal” a la especie de almohada donde se colocaba la cabeza de un muerto. Están haciendo clara referencia a una situación pos-pascual. La primera comunidad tiene claro que Jesús está con ellos pero de una manera muy distinta a cuando vivía. Aunque no lo vean, tienen que seguir confiando en su presencia.
¿No te importa que nos hundamos? La necesidad extrema les obliga a pedir ayuda a Jesús como último recurso. Las palabras que le dirigen indican su estado de ánimo. No dudan que Jesús pueda salvarlos, dudan de que esté interesado en hacerlo, lo cual es el colmo de la desconfianza. Es dudar de su amor. Es lo que Jesús reprocha a los discípulos. Siguen necesitando de la acción externa para encontrar la seguridad.
Increpó al viento y dijo al mar: ¡Cállate! Son las mismas palabras que Jesús dirige a los espíritus inmundos. Además en singular, como queriendo personalizar al viento. Recordad que la palabra “ruah” (viento) es la misma que significa espíritu. Viento que perjudica equivale a mal espíritu. El “poder” de Jesús se dirige contra la fuerza del mal, no contra los elementos, que aunque sean hostiles nunca son malos.
¿Por qué sois cobardes? ¿Aún no tenéis fe? No son preguntas, sino constataciones de una evidencia. Ni confiaban en sí mismos ni confiaban en él. Aquí tenemos otra clave para la reflexión. Confiar en un Dios que está fuera y actuará desde allí nos ha llevado siempre al callejón sin salida del infantilismo religioso. Una vez más queda manifiesto que la fe no es la aceptación de unas verdades teóricas, sino la adhesión confiada a una persona. Jesús les acusa de no confiar ni en Dios ni en él ni en ellos.
¿Quién es este? El miedo y la pregunta final dejan claro que no habían entendido quién era Jesús. El relato no tiene en cuenta que Marcos ya había adelantado varios títulos divinos aplicados a Jesús desde la primera línea de su evangelio: “Orígenes de la buena noticia de Jesús, Mesías, Hijo de Dios”. Queda demostrado que no vale una respuesta intelectual. Lo que es Jesús, no hay manera de mostrarlo ni demostrarlo. El descubrimiento tiene que ser experiencia personal de la cercanía de Jesús.
A todos nosotros el evangelio nos invita hoy a cruzar a la otra orilla. Estamos tan seguros en nuestra orilla que no será fácil que nos arriesguemos a cruzar el mar. Ni siquiera estamos convencidos de que exista otra Orilla, más allá de las comodidades y las seguridades que ambicionamos. Sin embargo, nuestra meta está al otro lado del riesgo y del peligro. La falta de confianza sigue siendo la causa de que no nos atrevamos a dar el paso. No terminamos de creer que Él va en nuestra propia barca.
El mensaje de Jesús es que debemos confiar, aunque nos parezca que Dios no se preocupa de nosotros. El enemigo del hombre no es la naturaleza, sino una falsa visión de la misma. La naturaleza es siempre buena. Dios no tiene que rectificar su obra para que los hombres confíen en Él. Flaco favor haría Jesús a sus discípulos si accediera a entrar en la dinámica de un Dios que pone su poder al servicio de los buenos. Jesús les habla de un Dios que se identifica con ellos en todas las circunstancias.
Job plantea una cuestión muy seria, pero la solución que da no es la adecuada. Dios tiene que devolver a Job lo que supuestamente le había quitado para que su fidelidad sea creíble. El Dios en quien Jesús confió fue el Dios escondido, en quien hay que confiar aunque no le veamos actuar. Dios está siempre dormido. Su silencio será siempre absoluto. Ni tiene palabras ni instrumentos para hacer ruido. Mientras no busquemos a Dios en el silencio, nos encontraremos con un ídolo fabricado a medida.
No son las acciones espectaculares de Dios las que nos tienen que llevar a confiar en Él. El maestro Eckhart decía que tomamos a Dios por una vaca de la que podemos sacar leche y queso. Pero también decía: utilizamos a Dios como una vela para buscar algo; y cuando lo encontramos, la tiramos. La idea de un Dios que pone su poder a mi servicio, es nefasta. No se trata de confiar en otro, si no de confiar en que Él está más cerca de mí que yo mismo. Solo si siento a Dios en mí, me sentiré seguro.
Meditación
¿Quién es éste? Nunca podrás saberlo
si en tu vida no reflejas la suya.
Lo importante no es encontrar respuestas
sino vivir la Vida verdadera.
Lo que es Jesús, es lo que tú también eres.
Jesús ha desplegado todas sus posibilidades.
Tú tienes esa tarea aún por hacer.
El teólogo y sacerdote secularizado aborda en un libro el sexo, la pareja, la familia y la fe cristiana
“Siempre que se habla de sexo en la Iglesia se hace con miedo y hay muchas cosas que la gente ni se atreve a decir”
“La doctrina oficial católica en materia sexual no no es bien recibida ni seguida por una importantísima parte del pueblo cristiano”
“El sexo y la familia son temas intocable, como si formaran parte de la revelación de Dios y que por tanto no se pueden plantear o ser vistos de otra manera. Esto es un drama que no sucede en ningún otro ámbito de la vida cristiana”
“La vida humana está llena de maravillas. Una muy relevante es, sin duda, el sexo, la vida sexual”. Con estas palabras empieza Sexo, pareja, familia, fe cristiana: UN CAMBIO IMPRESCINDIBLE (L’agulla, 2021), el libro con el que el teólogo Josep Lligadas (Viladecans, Barcelona, 1950) pone sobre la mesa una oportuna reflexión sobre uno de los temas más candentes que afronta la Iglesia católica.
Lligadas, que el domingo pasó por el Paraules de Vida de Catalunya Ràdio, no duda en afirmar que la sexualidad es un tabú dentro de la Iglesia. “Siempre que se habla de sexo se hace con miedo y hay muchas cosas que la gente ni se atreve a decir. Por esta razón yo he querido reflexionar abiertamente sobre ello; porque lo que es seguro es que la doctrina oficial de la Iglesia católica en materia de sexo no es bien recibida ni seguida por una importantísima parte del pueblo cristiano”, aseguró el teólogo ante los micrófonos de la radio pública catalana.
Avui ens ha acompanyat en Josep Lligadas per parlar del seu llibre ““Sexe, parella, família, fe cristiana: Un canvi imprescindible”. Un treball que només es pot trobar a través d’internet.
No et perdis les seves reflexions 👉 https://t.co/ITV2Twc8tnpic.twitter.com/tf5K6UQN4X
“Todo lo que hace referencia dentro de la Iglesia al sexo y la familia se ha convertido en un tema absolutamente intocable, como si esto formara parte de la revelación de Dios y que por tanto nadie se puede plantear que la cuestión pueda ser tratada o vista de esta manera. Y esto, ciertamente, es un drama que no sucede en ningún otro ámbito de la vida cristiana”, advierte Lligadas.
La clave que le llevó a plantearse escribir este libro fue el hecho de tener amigos y amigas homosexuales. “La rigidez de la Iglesia en esta materia, siempre me pareció irracional, por ello he abordado el tema con cierta frecuencia en mis colaboraciones en Foc Nou y otros medios”.
Un libro que dedica “a Alfonso Carlos Comín, que hace cincuenta años ya decía que gracias a Dios en muchos sectores de la Iglesia por fin se había abierto paso la convicción de que había que luchar radicalmente por la justicia y la igualdad, pero que en cambio no parecía que nadie se plantease la necesidad de una transformación igualmente radical en la posición de la Iglesia respecto a los temas relacionados con el sexo, y también era necesario”.
Ordenado sacerdote en 1976 por el seminario de Barcelona y doctor en Teología por la Pontificia Universidad Gregoriana, Lligadas ejerció el ministerio presbiteral principalmente en Mataró, como responsable de pastoral juvenil del arciprestazgo, vicario de la parroquia de Santa María y luego párroco de la de María Auxiliadora. Durante cinco décadas ha estado vinculado al Centro de Pastoral Litúrgica de Barcelona (CPL). Autor de un amplio número de materiales y publicaciones de tema litúrgico, teológico, de espiritualidad y de vida cristiana, en 1995 dejó el ejercicio del ministerio presbiteral para casarse con Mercè Solé.
La justicia de Taiwán ha concedido por primera vez el derecho a casarse a una pareja del mismo sexo en la que uno de los miembros procede de un país que no reconoce el matrimonio igualitario. Se trata del taiwanés Ting Tse-yen y su novio Leong Chin-fai, procedente de Macao (región administrativa especial de la República Popular China). El activismo confía en que la sentencia allane el camino para la superación de esta limitación, impuesta en la ley de matrimonio igualitario que aprobó el Parlamento de Taiwán en mayo de 2019. El país se convirtió en el primero, y por ahora único, del continente asiático en garantizar el derecho de todas las parejas a casarse con independencia del sexo de los contrayentes.
En mayo de 2017, la Corte Constitucional de Taiwán emitía un fallo histórico en el que instaba al Yuan Legislativo (el parlamento taiwanés) a legalizar el matrimonio igualitario en un plazo de dos años. Si no se producía la reforma por la vía legislativa tras un periodo de dos años, la sentencia decretaba que a partir de mayo de 2019 las parejas del mismo sexo podrían comenzar a registrar sus matrimonios automáticamente. Comenzaba entonces la movilización de los grupos anti-LGTBI, articulados en torno a la denominada «Alianza para la Felicidad de la Próxima Generación», un conjunto de grupos religiosos que reunieron las firmas suficientes para promover la celebración de un referéndum sobre la materia.
El referéndum, que constaba de varias preguntas, tuvo lugar en noviembre de 2018 y los grupos LGTBIfobos, que llevaron a cabo una muy agresiva campaña y que contaron con importantes apoyos económicos, consiguieron más votos (ello a pesar de que las encuestas muestran que el matrimonio igualitario cuenta con el apoyo de una mayoría de los taiwaneses). Así, por ejemplo la apertura del matrimonio a las parejas del mismo sexo recibió 3.250.165 votos a favor y 6.701.859 en contra (el censo electoral era de 19.757.067 votantes). Un resultado que entraba en colisión con las disposiciones constitucionales y legales que el Gobierno estaba obligado a resolver.
Finalmente el Gobierno de Taiwán, del Partido Progresista Democrático, optó por evitar que se agotase el plazo concedido por la Corte Constitucional y presentó ante el Yuan Legislativo un proyecto de ley muy medido en su lenguaje. Por ejemplo, el lugar de llamarlo proyecto de ley de matrimonio, la norma se presentó bajo el aséptico título de «Ley parlamentaria de ejecución de la interpretación judicial nº 748». No era, además, un proyecto de ley de simple reforma de las leyes de matrimonio vigentes para abrirlas por defecto a todas las parejas, sino un texto legal específico. El proyecto autoriza a las parejas del mismo sexo a registrarse como matrimonios y les concede el estatus legal de esposos, aunque limita algunas cuestiones.
Entre ellas, que las parejas del mismo sexo seguirán sin poder adoptar conjuntamente hijos con los que no tengan relación biológica ni se habilitarán como «parejas infértiles» a efectos de acceso a los procedimientos de reproducción asistida. Los taiwaneses, además, no podrán contraer matrimonio con extranjeros de su mismo sexo a menos que sus países de origen reconozcan también el matrimonio igualitario. El texto fue finalmente aprobado en tercera lectura el 17 de mayo de 2019, por 66 votos a favor (varios de ellos procedentes del Partido Nacionalista Chino o Kuomintang, principal fuerza opositora) y 27 en contra. La ley entró en vigor el 24 de mayo del mismo año.
Pocos meses después, la pareja formada por el taiwanés Ting Tse-yen y el macaense Leong Chin-fai, recibía la negativa de la administración a su solicitud para contraer matrimonio. El motivo, que Leong procede de Macao, una región administrativa especial de la República Popular China en la que (como en el resto del país) no están permitidos los matrimonios entre personas del mismo sexo. Ting y Leong recurrieron a la justicia y, el pasado 6 de mayo, la Alta Corte Administrativa de Taipei les dio la razón.
Se trata de la primera vez que los tribunales amparan a una pareja binacional del mismo sexo, un hito que el activismo taiwanés ha celebrado como una primera victoria hacia la supresión de esta cláusula discriminatoria con respecto a las parejas de distinto sexo. Ting y Leong, que han fundado un grupo para asistir a otras personas en su misma situación, confían en que la sentencia siente un precedente para estos taiwaneses que quieren contraer matrimonio con sus parejas del mismo sexo procedentes de Japón, Tailandia, China o Vietnam.
Excelentes noticias desde Croacia. El Tribunal Administrativo de Zagreb, la capital del país, ha sentenciado que las parejas del mismo sexo en una unión civil tienen derecho a participar en los procesos de adopción en igualdad de condiciones con los matrimonios. El fallo, que aún no es firme, culmina la batalla legal de Ivo Šegota y Mladen Kožić, que se convirtieron el año pasado en la primera familia homoparental en acoger a dos menores. Croacia aprobó en 2014 una ley de uniones civiles para las parejas del mismo sexo después de blindar en su Constitución una definición excluyente del matrimonio por la vía del referéndum.
En 2016, Ivo Šegota y Mladen Kožić iniciaron los trámites para adoptar. La negativa de las autoridades a conceder este derecho a las parejas del mismo sexo en una unión civil motivó a ambos a intentar la vía de la acogida. Tras conseguir su certificado de idoneidad para acoger tras una completa evaluación de su historial, el Centro de Bienestar Social rechazó su solicitud bajo el pretexto de que la legislación sobre acogida limita esta posibilidad a matrimonios (heterosexuales), parejas no casadas o personas solteras, pero no menciona expresamente a las parejas unidas civilmente.
Šegota y Kožić recurrieron entonces a la justicia, y en diciembre de 2019 consiguieron su primera victoria. El Tribunal Administrativo de Zagreb anuló, en una sentencia firme, las decisiones administrativas contrarias a la acogida por parte de la pareja. Se basó para ello en la Convención Europea de Derechos Humanos, que prohíbe implícitamente la discriminación basada en la orientación sexual. Sorprendentemente, el Centro de Bienestar Social ignoró el fallo y denegó una vez más la concesión de la acogida.
El caso pasó al Tribunal Constitucional, la máxima instancia judicial del país. En una sentencia emitida el pasado 7 de febrero, los jueces del alto tribunal dictaminaron que las parejas del mismo sexo tienen derecho a la igualdad de trato en el acceso a la acogida de menores. El fallo establece que la legislación vigente «produce consecuencias discriminatorias contra las personas del mismo sexo que viven en pareja de manera registrada o informal, lo cual es constitucionalmente inaceptable».
Tras la sentencia del Constitucional, sin embargo, la concesión de la acogida no fue automática. El ministerio de Familia tuvo que anular primero la decisión del Centro de Bienestar Social contraria a la solicitud de Šegota y Kožić. Los trámites administrativos se demoraron varios meses hasta que, a principios de septiembre, el presidente de la Rainbow Family Association Danijel Martinović anunciaba por fin que los dos menores ya se encontraban bajo el amparo de la pareja. Para preservar la intimidad de la familia, los padres de acogida declinaron hacer declaraciones a los medios.
La batalla legal de la pareja, sin embargo, no se acababa ahí. Con ayuda de la Rainbow Family Association, siguió litigando por el derecho a acceder a la adopción completa y el pasado 21 de abril consiguió finalmente la sentencia por la que tanto había luchado. El Tribunal Administrativo de Zagreb, la misma instancia que había abierto la puerta a la acogida, decretó que excluir a las parejas del mismo sexo en una unión civil del acceso a los procesos de adopción es discriminatorio. La sentencia no es firme hasta 15 días después de que llegue la notificación al Gobierno, que ha afirmado en un comunicado que no se pronunciará sobre la misma hasta que sea final e inapelable. Cuando entre en vigor, Croacia se convertirá en el 14º Estado miembro de la Unión Europea en el que la adopción está abierta a las parejas del mismo sexo y el único de ellos en el que siguen teniendo vetado el acceso al matrimonio.
Croacia: pasos adelante, pasos atrás
De los países balcánicos, Croacia es uno de los que más pasos ha dado en favor de los derechos LGTBI, pero no sin traumas. En el año 2014 el Parlamento croata aprobaba una ley de uniones entre personas del mismo sexo después, eso sí, de que mediante la celebración de un referéndum se oficializase la discriminación de estas parejas en la Constitución en su acceso al matrimonio.
Un referéndum al que en su momento se opusieron tanto el entonces presidente del país, Ivo Josipović, un importante aliado de la comunidad LGTBI, como el Gobierno croata, entonces en manos socialdemócratas. Pero no conviene olvidar que Croacia es un país en el que la Iglesia católica, que hizo campaña activa en favor de la discriminación, conserva todavía una importante influencia social. Así lo ha demostrado, por ejemplo, apoyando manifestaciones contra el Convenio de Estambul contra la violencia de género por temor a que sirva para favorecer derechos LGTBI.
Raúl Gómez, un joven de 18 años, ha denunciado públicamente el acoso homófobo que sufre por parte de su propia madre, de la actual pareja de esta y de su tío. El joven, vecino de Fortuna (Murcia), ha sido objeto tanto de amenazas verbales como de agresiones físicas. Su abuela materna es el único apoyo con el que cuenta dentro de su familia.
Raúl Gómez, un joven de Fortuna, denunció a varios familiares por cuatro episodios de agresiones físicas. Según explica la víctima, de 18 años, “he sufrido palizas por parte de mis tíos y de mi padrastro debido a mi condición de homosexual”, hechos que puso en conocimiento de la Guardia Civil y declarará ante el juez el próximo 11 de mayo en Cieza.
Según relataba el joven a La Opinión de Murcia el pasado 14 de abril, la relación con su madre no es buena desde hace años, pero ha sido a raíz de que ella iniciase su actual relación cuando ha ido a peor. Su padrastro, según cuenta, es un homófobo recalcitrante que, segú sus propias palabras, «odia a los maricones». El chico asegura a LA VERDAD que, “mi madre conoció a una persona que acababa de salir de la cárcel y empezó una relación con él. Ambos comenzaron a hacerme la vida imposible, porque me agredían de forma continua”.
El joven les ha interpuesto dos denuncias, la primera ante la Guardia Civil tras una discusión con su madre, durante la cual ella le propinó una bofetada y su padrastro no paró de dedicarle insultos homófobos, y una segunda ante la Policía Nacional, aunque este cuerpo remitió también la investigación a la Guardia Civil.
Tras la primera denuncia, de hecho, el joven, ya mayor de edad, se marchó a vivir a casa de su abuela materna. «Como pongas la denuncia, date por muerto», asegura que le espetó su padrastro. De acuerdo al relato del adolescente a La Opinión, su madre y padrastro no le permiten ni siquiera recoger sus pertenencias, entre ellas su ropa y una televisión que se había comprado con sus ahorros (asegura que lleva trabajando desde los 15 años), así como unos 2.000 euros en metálico.
Raúl se fue entonces a vivir con su abuela. “Ella siempre me ha respetado y me ha querido tal y como soy”, señala. Sin embargo, el pasado miércoles, cuando el joven se encontraba a las puertas de su nueva casa, su tío y su tía arremetieron contra él, insultándolo y agrediéndolo en plena calle. “Mi tío llegó a sacarme un cuchillo y me amenazó. Me dijo que iba a venir toda la familia a matarme”.
El acoso homófobo a Raúl, sin embargo, ha ido a más, al unirse a este su tío, que hace pocos días le exigió que retirara las denuncias contra su madre y ante la negativa del joven le propinó un fuerte puñetazo en el rostro que le provocó una hemorragia en el interior de la cavidad bucal (ver captura). La abuela del chico, de hecho, ha confirmado que su hijo ha llegado a personarse en su casa con un cuchillo «diciendo que quería matarlo (a Raúl)». «Su madre le acosa desde bien pequeño llamándole maricón y no acepta que su hijo sea homosexual», se lamenta la abuela ante las cámaras de 7 Televisión, el canal autonómico murciano.
Según la víctima, estos dos familiares cumplieron su amenaza y este viernes por la mañana acudieron a la vivienda junto su madre y el novio de esta. “Volvieron a agredirme y a insultarme”. Raúl logró escapar y se dirigió a la alcaldesa, Finabel Martínez, para pedirle ayuda. “Estoy siendo víctima de estas agresiones porque soy homosexual. Lo único que pido a las autoridades es que me ayuden y me escuchen. No entiendo por qué, si mis familiares me han pegado, no han acabado presos”, afirma.
Por su parte, la alcaldesa señaló que el asunto se encuentra en manos de los Servicios Sociales del Ayuntamiento. “Desde el primer momento hemos estado en contacto con este joven y le hemos mostrado todo nuestro apoyo y ayuda”.
José Manuel Hernández, abogado del joven, considera que su defendido es víctima de un delito de odio a manos de su propia familia. «Estaríamos ante un caso de lesiones y amenazas en el ámbito doméstico con las connotaciones de que se ha elegido a la víctima por su orientación sexual», declaraba en su día a La Opinión. En este sentido, el abogado recordaba que cualquier delito tipificado en el Código Penal «se convierte en un delito de odio cuando se elige a la víctima por su orientación sexual». Ahora Hernández ha confirmado que a las denuncias previas se ha sumado otra contra su tío.
El colectivo murciano No Te Prives, por su parte, ha confirmado en redes sociales que se han puesto en contacto tanto con el joven agredido por su familia como con la Guardia Civil:
Cristianos y cristianas LGTBIQ tenemos que vérnoslas a menudo con discursos de odio contra nosotros y nuestras familias. Muchos de ellos proceden de personas que se autodenominan cristianas y utilizan a Dios para justificar sus prejuicios. Sí a Dios, un Dios en mayúsculas que se ha dejado enjaular en sus teologías LGTBIQfóbicas, y ante el que nadie puede decir ni opinar nada distinto a lo que ha establecido por y para siempre. Y a veces los creemos, y pensamos que solo podemos agachar la cabeza aceptando sus condenas, o salir corriendo dejando atrás el evangelio. Pero no es cierto, y no hace falta tener un máster en teología bíblica para desenmascararlos. Sabiendo leer, y teniendo claros los elementos más básicos del mensaje de Jesús, hay suficiente: «Todo aquel que no hace justicia y que no ama a su hermano, no es de Dios» (1 Jn 3,10).
Nuestra diosa queer, a esa que seguimos por fe cargados con un montón de dudas y contradicciones, está relacionada con tres conceptos que aparecen en el versículo que acabo de citar: justicia, amor y hermano. Y debemos tener cuidado, porque los profetas del odio se ponen muy nerviosos y a la defensiva cuando hablan de estos conceptos, y tratan de desdibujarlos, de adulterarlos, para ponernos a los pies de su Dios heteronormativo. A ellos no les gusta nuestra diosa queer y su mensaje de justicia, amor y fraternidad, porque les parece sensiblero, superficial y demasiado femenino para un Dios que, o es macho, o no es Dios.
Para empezar, dicen que la justicia de Dios está relacionada con la Ley, la justicia del Dios macho tiene que ver con cumplir los mandamientos, sus mandamientos, y para ello nos repetirán miles de versículos sacados de contexto. Si bien no podemos dejar de escucharlos, tampoco deberíamos obviar, porque ya los conocemos, que los mensajeros del infierno son personas que necesitan reglas y normas inamovibles para situarse en el mundo, y que la incertidumbre de nuestra diosa queer les crea ansiedad. Los evangelios están repletos de encuentros entre este tipo de mensajeros y nuestro Jesús marica, encuentros en los que le recordaban que era lo que la Ley decía, a la vez que le condenaban por no cumplirla. Y es que para nuestra diosa queer, esa que envió al Jesús marica a nuestro mundo, la palabra justicia tiene otro significado. No es un nombre o un adjetivo, sino un verbo, nuestra diosa queer no habla exactamente de justicia, sino de hacer justicia. Por eso el Jesús marica vivía tratando de devolver la dignidad a todas aquellas personas a las que el sistema político, social y religioso se la había usurpado. Esta justicia evangélica es diabólica para los profetas del odio, porque lo último que quieren es que las personas LGTBIQ (y todas aquellas otras que se les han puesto entre ojo y ojo) nos sintamos dignas cuando nos miramos al espejo. Pero nosotras tenemos que decidir con cuál de las dos formas de entender la justicia nos quedamos, cuál es más próxima al evangelio, la del Dios de la Ley o la del Jesús marica que trae dignidad.
Si el concepto de justicia se les atraganta a los profetas del papel, la palabra amor les pone de los nervios, no la soportan. La razón es que los desnuda, dejando al aire sus vergüenzas, algo que por otra parte no los deja en muy buen lugar. Anhelan el poder del falo, lo anteponen al del amor, por eso se desviven por limitarlo: «Dios nos ama, pero», es la frase con la que siempre comienzan sus discursos de odio, después viene toda una serie de reflexiones diversas cuyo denominador común es tratar de vaciar el contenido de la palabra amor, para finalmente coger el falo y acabar diciendo «Dios al que ama disciplina. Y azota a todo el que recibe por hijo» (Heb 12,6). Así que las personas LGTBIQ que también siguen al Dios del falo, no pueden hacer otra cosa que abandonar sus depravados deseos e identidades para dejarse llevar por un ritual sadomasoquista en el que ese Dios fálico les azota. Dicho de otro modo, los voceros de Baal quieren que nos engañemos, que nos reconozcamos como enfermos para que su Dios nos dé por todos los lados, mientras ellos mantienen su LGTBIQfobia y resto de ignorancias intactas. Pero es que nuestro Jesús marica nos enamora cuando habla de amor de una forma mucho más libre, con menos miedos y complejos. Su dios impotente, el que ha renunciado al falo, nos ama tal como somos, sí tal como somos, aunque seamos terriblemente imperfectos. Y lo sabemos porque nos encontró medio muertos por las heridas que unos ladrones de la fe nos infligieron, se movió a misericordia, a diferencia de todos aquellos religiosos y sabelotodo que pasaron por nuestro lado y no hicieron nada por ayudarnos, vendó nuestras heridas, nos subió hasta su caballo, nos llevó al mesón y cuidó de nosotros. Por eso cuando nos dice que nosotras hemos de hacer lo mismo con nuestros prójimos, sentimos que es un mandamiento difícil de cumplir, pero por otro lado, estamos convencidos de que para cambiar nuestro mundo, no aspiramos a mucho más, es necesario devolver al menos parte del amor que Él nos dio primero. Así que hemos de decidirnos entre el Dios del falo, que nos quiere reprimidos, o el dios que nos reveló un Jesús marica, que nos hace sentir amados y nos llama a ser portadores de un amor queer que no pide nada a cambio.
Finalmente nos topamos con la palabra hermano, ¿quién es nuestra hermana y nuestro hermano? Los mensajeros de la Verdad no nos consideran hermanos y hermanas a las personas LGTBIQ, para ellos somos más bien enviados del diablo que tratan de engañar a los más pequeños y débiles que hay proteger. Esto último es muy importante, porque es la forma con la que justificarán después su violencia. Decir que no se puede ser cristiano y transexual, o cristiana y lesbiana, es lo mismo que decir que no podemos ser a la vez LGTBIQ y hermanos o hermanas. El evangelio de la Verdad no reconoce lazo fraternal con todos los seres humanos, únicamente con quienes forman parte de su grupo, de su forma de entender la fe. En cuanto alguien piensa de otra forma, pasa de ser hermano a ser enemigo. De ser hermana, a ser un peligro. Y a partir de aquí cualquier ataque contra nosotras estará justificado por su fidelidad a la Verdad. Nuestro Jesús marica, como nos tiene acostumbrados, nos propone un camino totalmente diferente y mucho más complicado. Él llamó hermano incluso a quien le entregó para ser crucificado. Y esto nos obliga a actuar de una forma fuera de toda lógica, pero es que a nuestro Jesús marica no le va eso de lo normal y razonable. Y aunque nadie en su sano juicio nos recriminaría nada si pidiésemos a nuestra diosa que lanzase un rayo destructor directamente a la cabeza de los profetas del odio, nuestro dios marica no está por la labor, y nos recuerda que debemos reconocerlos como hermanos y hermanas. No es fácil seguir a un dios así, pero es el que nos entiende, así que es mejor que hagamos todo lo que podamos por aproximarnos a sus peticiones, aunque con esta sea mucho mas queer de lo que algunos podemos soportar. Yo en esto le hago caso, aunque también sigo una máxima de mi abuela, que no era queer, pero era muy lista: «a los hermanos hay que quererlos, pero a algunos es mejor tenerlos lejos».
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