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Banderas del orgullo LGTB para enviar un mensaje al próximo vicepresidente de los Estados Unidos

Martes, 6 de diciembre de 2016
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pence_neighbors_c0-4-640-377_s885x516-750x400Los nuevos vecinos de Mike Pence llenan la calle de banderas del Orgullo LGTB

El barrio en el que vivirá Mike Pence antes de instalarse en la casa del VP estadounidense se llena de banderas del Orgullo LGTB como protesta por su homofobia.

Como ya sabrás, en enero Donald Trump se instalará en la Casa Blanca y Mike Pence, su vicepresidente, se instalará en el Observatorio Naval (donde vive el vicepresidente).  Mientras eso llega, Mike Pence, que era gobernador de Indiana, se ha alquilado una casita en un barrio residencial noroeste de Washington que le va a costar unos 6.000 dólares al mes. Lo que no esperaba Pence, uno de los políticos más homófobos de Estados Unidos, era que muchos de sus vecinos al verle llegar colgaran banderas LGTB en sus casas.

El próximo vicepresidente de los Estados Unidos, Mike Pence, se ha opuesto a varias medidas que promoverían los derechos de los homosexuales, decisiones que posiblemente apoyaban sus vecinos de Indiana, donde era gobernador, pero que no están dispuestos a apoyar sus nuevos vecinos de Washington D.C., que han colgado banderas del orgullo LGTB para enviarle un mensaje a modo de protesta pacífica.

 Y es que además de encontrarse con esta orgullosa bienvenida en el barrio, se acaba de proponer la creación de una ley en Nueva York que prohiba las llamadas “terapias de conversión”… y llevará el nombre de PENCE. Recuerda que Pence propuso retirar los fondos de la lucha contra el VIH para financiar esas terapias (entre otras muchas leyes y proposiciones homófobas, especialmente las relacionadas con la “libertad religiosa“).

Como explican en este vídeo de la CNN, por ahora hay una media docena de casas con la bandera ondeando, pero se espera que acaben siendo algunas más. “Es un mensaje respetuoso para mostrarle, en mi caso, que no estoy de acuerdo con algunas de sus ideas. No sé si hará que se lo repiense, pero espero que cambie su parecer“, ha explicado una de las vecinas, Ilse Heintzen.

«Cristiano, conservador y republicano, en ese orden», es como se define a sí mismo Mike Pence, quien está ya destinado a ser el próximo vicepresidente de los Estados Unidos de América, junto a Donald Trump. Una descripción que se puede aplicar a todas sus decisiones políticas como gobernador de Indiana, teniendo entre sus principales damnificados al colectivo LGTB. Es bien posible que en su pueblo tuviera el apoyo de sus vecinos, pero no parece tenerlo en su nuevo vecindario de Washington D.C., donde han querido dejarle claro un mensaje colgando en sus fachadas varias banderas del orgullo LGBT.

«Un mensaje respetuoso mostrando, en mi caso, mi desacuerdo con algunos de sus pensamientos (…). No tengo ni idea de lo que va a pensar, pero espero que cambie de opinión» es lo que declara Ilse Heintzen, uno de los seis vecinos de Washington D.C. que han secundado la idea de Joanna Pratt, residentes de Northwest D.D., la zona donde reside actualmente Pence, desde donde dirige el equipo de transición hasta que se mude a la mansión oficial del vicepresidente, en los terrenos del Observatorio Naval.

«Creo que el matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer y es una institución única que vale la pena defender en nuestro estado y nación. Por miles de años, el matrimonio ha servido como el pegamento que mantiene las familias y las sociedades juntas y por lo que siempre debe ser», declaraba Pence cuando la Corte Suprema derogaba la Ley de Defensa del Matrimonio. Para su mayor decepción, ese mismo organismo declaraba discriminatorio que dos personas no pudieran contraer matrimonio teniendo como único inconveniente que fueran del mismo sexo, si es que ambas estaban de acuerdo en hacer uso de ese «pegamento» al que se refería Pence, quien se mostraba «decepcionado» con una decisión con la que, al contrario, sí parece estar de acuerdo su jefe, Trump, quien se manifestaba incondicionalmente a favor en la primera entrevista que le hacían tras ser elegido presidente.

Para pertenecer a una religión que predica la compasión y la misericordia contra sus ovejas descarriadas, parece mentira que también fuera uno de los primeros defensores de la Ley de Restauración de la Libertad Religiosa que ha puesto en posición de ser víctimas de escarnio, humillación y la más salvaje discriminación a personas homosexuales, bisexuales y transexuales, instando además a las empresas a no contratar a personas homosexuales. Me pregunto como se llevará con Peter Thiel, el fundador de PayPal, quien es abiertamente homosexual y también forma parte de este equipo de transición, que para eso había apoyado públicamente a Trump, tras hacer una generosa donación a su campaña.
Fuente: CNN/Vía EstoyBailando/Universogay

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Una ley para prohibir las terapias de conversión llamada (Mike) PENCE

Miércoles, 30 de noviembre de 2016
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mike-penceUn legislador de un condado de Nueva York quiere prohibir las terapias de conversión con la ley P.E.N.C.E., inspirada en el homófobo nuevo vicepresidente del país.

Cuando Donald Trump fue declarado vencedor de las elecciones medio mundo se llevó las manos a la cabeza  porque el hecho de que Trump sea presidente implicaba que Mike Pence iba a ser vicepresidente.

De Mike Pence ya te hemos hablado en la web porque era el gobernador de Indiana cuando tuvieron lugar las protestas que sacudieron el estado (y medio Estados Unidos) cuando se aprobaron las leyes de “libertad religiosa que legalizaban la discriminación hacia personas del colectivo LGTB. Pero es que resulta que Pence es un señor con unas ideas bastante… homófobas.

Pence se mostró en contra de eliminar el “Don’t Ask, Don’t Tell” del ejército, recaudó fondos para luchar contra el matrimonio igualitario, se quejó mucho cuando Obama creó una directriz federal que obligaba a los colegios a permitir que los estudiantes trans utilizaran el baño correspondiente a su género… Y, lo mejor de todo, Pence propuso retirar los fondos de la lucha contra el VIH para dárselos a organizaciones que “proveen asistencia a aquellos que buscan cambiar su comportamiento sexual“. Sí, Mike Pence quería que los fondos públicos de la lucha contra el VIH fueran a pagar “terapias de conversión“.

burke-website-520x459Por eso Patrick Burke, un legislador del condado de Eerie (Nueva York),  ha propuesto la creación de una ley que prohíba las terapias de conversión. Esas terapias, por cierto, sólo son ilegales en los estados de California, Oregon, Illinois, Vermont y Nueva Jersey , Washington. La ciudad de Cincinatti, en Ohio, hizo lo propio a finales de 2015 .

La ley propuesta por Burke se llama “Prevención de la Neglicencia Emocional y la puesta en peligro de la Infancia”. Que así dicha te va a dejar igual pero que en inglés es la ley por la “Prevention of Emotional Neglect and Childhood Endangerment“. O lo que es lo mismo, la ley P.E.N.C.E.

Burke ha aclarado que el nombre no es casual, que ha decidido llamarla así precisamente para denunciar las ideas homófobas del videpresidente: “Han venido algunos, un puñado de personas que estaban un poquito molestas por el acrónimo y pensaban que sólo intentaba ser divertido. Pero no. Vivimos en tiempos muy serios.” “Hay una tremenda cantidad de pruebas que señalan que infligir esta terapia absurda en niños y adolescentes no es sólo médicamente inútil, sino que va en contra del bienestar del menor. Es hora de que llamemos a esta práctica como lo que es: un abuso. Los niños son excepcionalmente influenciables, y lo último que un niño LGTBQ+ necesita es que le digan que la forma en que nació está mal y debe ser cambiada.

Ya era hora de que podamos decir lo del “¡¿Es que nadie va a pensar en los niños?!” y sentirnos orgullosos por ello.

Fuente: Gay Times, vía Estoy Bailando

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El futuro vicepresidente de Estados Unidos cree que los gays pueden ser “curados”

Martes, 22 de noviembre de 2016
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mikepenceytrump2Por: Gaby Castillo

Durante su campaña y después de su victoria en las elecciones, Donald Trump no se ha guardado las opiniones homófobas, sexistas, racistas y xenófobas. Es por eso que el historial del futuro vicepresidente, Mike Pence, no ha llamado tanto la atención. Pero debería.

Ya que Pence será el encargado de la política interna y externa de los Estados Unidos, vale la pena recordar la acción que tomó contra la comunidad LGBTQ cuando fue gobernador de Indiana: apoyar abiertamente las terapias de conversión.

En el sitio de su campaña de 2000 para el congreso, Pence escribió que “los recursos deben dirigirse a las instituciones que asisten a quienes buscan cambiar su conducta sexual”. O sea, a aquellos centros que ofrecen terapias de conversión.

La terapia de conversión es una práctica ineficaz para cambiar la orientación sexual de una persona de homosexual a heterosexual. Incluye métodos forzados como el exorcismo y la terapia de choque y puede tener consencuencias como depresión, ansiedad, drogadicción y suicidio. Está prohibida en cinco estados: California, Oregon, Illinois, Vermont y Nueva Jersey.

Pence no sólo cree que la homosexualidad puede ser curada a través de terapias inhumanas. En el sitio de su campaña también declaró que “El congreso debe oponerse a cualquier esfuerzo por colocar las relaciones homosexuales en un estatus legal igual que el de los matrimonios heterosexuales” y “El congreso debe rechazar cualquier intento de reconocer a los homosexuales como una minoría que merezca la protección de leyes antidiscriminación similares a aquellas dirigidas a las mujeres y minorías étnicas”.

En 2015, Pence firmó un acta de libertad de culto que permite a los negocios discriminar a sus clientes por motivos de orientación sexual. Más tarde se retractó cuando la ley se cambió para no permitir ningún tipo de discriminación.

Fuente Soy Actitud

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Peter Thiel: un homosexual se cuela en el comité de transición de Donald Trump

Jueves, 17 de noviembre de 2016
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Peter_Thiel_(2014)El empresario multimillonario y abiertamente homosexual, Peter Thiel, se cuela en el comité de transición de Donald Trump tras haberle apoyado públicamente en la Convención Nacional Republicana y contribuir con 1,25 millones de dólares a su campaña.

Tras contribuir con 1,25 millones de dólares a su campaña y ofrecerle todo su apoyo en la Convención Nacional Republicana, el multimillonario Peter Thiel, cofundador de PayPal, miembro del consejo de Facebook, «proud to be gay and proud to be a republican», pasa a formar parte integral del comité ejecutivo del equipo de transición de Donald Trump, en lo que muchos han interpretado como un gesto para tranquilizar al colectivo LGTB.

«La misión de nuestro equipo será clara: reunir al grupo más calificado de líderes exitosos que sean capaces de implementar nuestra agenda de cambio en Washington», matizaba Trump en una declaración.

«Creo que representa un cambio radical para el Partido Republicano de Bush 43 (…). Sólo pensad en la forma en que Bush 43 hablaba negativamente sobre el matrimonio gay en cada uno de los eventos de la campaña de las elecciones de 2004», señala Thiel, aclarando que Trump tiene la intención de ser «bastante expansivo en los derechos gays», o al menos así lo espera él, que aunque no espera tener un papel formal dentro de la Administración de Trump, sí siente que tiene voz para el nuevo presidente de los Estados Unidos de América. «Hemos pasado una página en el libro de la historia, y hay una brecha para pensar sobre algunos de nuestros problemas desde una nueva perspectiva (…). Trataré de ayudar al presidente de cualquier manera que pueda», dice convencido de que los cambios que se avecinan serán positivos.

«Cuando era niño, el gran debate se trataba de cómo derrotar a la Unión Soviética. Y ganamos. Ahora se nos dice que el gran debate es acerca de quién puede usar qué cuarto de baño. Esto es una distracción de nuestros verdaderos problemas. ¿A quien le importa?», aseguraba Peter Thiel en su intervención en la Convención Nacional Republicana, para quien el debate sobre el acceso a los cuartos de baño de las personas transexuales no se trataba más que de una distracción. «No pretendo estar de acuerdo con cada propuesta de nuestra plataforma», aseguraba el empresario, advirtiendo también que los «medios de comunicación se toman a Trump literalmente, pero no seriamente; sus seguidores se lo toman seriamente pero no literalmente».

Pero lo cierto es que son los seguidores de Trump quienes parecen habérselo tomado literalmente, de ahí las agresiones físicas, la quema de banderas o las notas de acoso, mientras que sus detractores se lo han tomado muy seriamente, de ahí que se hayan movilizado en todo el país para protestar por los resultados electorales y mostrando su preocupación por las decisiones que pueda tomar. Lo cierto también es que en su discurso inicial ya veíamos a un Trump mucho más moderado en comparación al troll desatado que campaba a sus anchas en la campaña, un aspecto que ha confirmado en su primer entrevista televisiva, pero después de todo lo que ha sembrado, quizás debería ahora calmar las expectativas de los extremistas religiosos o de grupos de odio como el Ku Klux Klan, que ya consideran que tienen vía libre para esparcir terror y reclamar la discriminación.

El comité de transición se completa con las siguientes figuras:

Mike Pence: ex-vicepresidente electo, que actúa como presidente del comité y estará encargado de diseñar el gabinete del presidente;

Chris Christie: abogado y ex gobernador de Nueva Jersey, cuestionado por sus propios compañeros de partido por alabar la gestión de Obama ante la crisis del Huracán Sandy;

Ben Carson: neurocirujano, psicólogo, filántropo y ex-candidato republicano, que fuera galardonado con la Medalla Presidencial de la Libertad por el presidente George W. Bush y es un participa activamente con la Iglesia adventista del séptimo día;

Newt Gingrich: ex-presidente de la Cámara de Representantes, que fuera favorito del Tea Party en las primarias para las elecciones presidenciales del partido republicano en 2012;

Rudy Giuliani: ex-alcalde de Nueva York;

Michael Flynn: general retirado y demócrata, ex Director de la Defense Intelligence Agency, que se define como pro-vida aunque en las entrevistas habla del derecho de la mujer a decidir, o que retuitea mensajes antisemistas, para pedir perdón después;

Kenneth Blackwell: miembro de grupos como Family Research Council o Family Empowerment, que promueven el odio para quienes no se ajustan a su modelo de familia. Destaca la ausencia de una sola mujer en el comité, siendo todas personas que han defendido al presidente electo a ultranza durante la campaña y que tienen perfiles que podríamos calificar de muchas cosas, menos de moderados.

Fuente Universogay

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Donald Trump afirma ahora que el matrimonio igualitario es un tema decidido por el Supremo… y que su opinión es ya “irrelevante”

Miércoles, 16 de noviembre de 2016
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160225024115_sp_melania_trump_640x360_getty_nocreditMeses después de amenazar con revertir la histórica decisión del Tribunal Supremo de Estados Unidos sobre el matrimonio igualitario proponiendo en el futuro a nuevos jueces del alto tribunal dispuestos a valorar de nuevo la cuestión, Donald Trump ha asegurado, en su primera entrevista televisada tras ganar las elecciones presidenciales, que ya no considera necesario reabrir el tema. Una postura relativamente conciliadora, en la línea de sus declaraciones de los últimos días (mucho más templadas que las de los meses previos) y que de haber manifestado abiertamente durante las elecciones primarias seguramente hubiesen complicado mucho su elección como candidato republicano a la Casa Blanca. El activismo LGTB estadounidense, en cualquier caso, desconfía profundamente de las intenciones del presidente electo. Razones no le faltan.

Las declaraciones de Trump sobre el matrimonio igualitario se produjeron en una entrevista al programa 60 Minutes, de la CBS, en la que el presidente electo apareció rodeado de su actual familia. Preguntado sobre el miedo que su elección ha despertado en las minorías, Trump negó que tuvieran razones para ello, y culpó directamente a la prensa de ser la instigadora de ese miedo. Lesley Stahl, la entrevistadora, quiso profundizar más en concreto sobre sus intenciones sobre el colectivo LGBTQ. Donald Trump, como respuesta, le recordó que él mismo se había referido al colectivo LGBTQ en la convención repúblicana. “A todo el mundo le pareció genial. Yo les apoyo”, añadió.

Recordemos, en este punto, cuál fue la referencia exacta de Trump al colectivo LGBTQ en su discurso de aceptación de la nominación republicana: “Como vuestro presidente, haré todo lo que esté en mi mano para proteger a nuestros ciudadanos LGBTQ de la violencia y la opresión de una ideología extranjera llena de odio, creedme”. Esa fue la única referencia. Un recurso, en definitiva, a la islamofobia, pero que sirvió a algunos medios de comunicación generalistas para presentar a Trump como un político sensible a los derechos de este colectivo. Activistas LGTB como Michelangelo Signorile alertaron entonces de lo equivocado de esta percepción.

Tras recordar Trump esta referencia, Lesley Stahl se refirió, ya más en concreto, al matrimonio igualitario. “¿Apoya usted el matrimonio igualitario?”, le preguntó. “Es irrelevante, porque ya ha sido decidido por el Supremo. Es ley. Ya está hecho”, respondió. “¿Entonces, incluso si usted promueve un juez que…?”, trató de indagar Stahl, en referencia a la afirmación de Trump de que promovería jueces que en un futuro revirtieran la decisión. “Estos casos ya han sido visto por el Supremo. Han sido resueltos. Para mí está bien así”, zanjó Trump:

https://www.youtube.com/watch?v=jDVX8oj8h1c

No hubo más referencia a los derechos LGTB en la entrevista. Ni una palabra, por ejemplo, sobre la próxima decisión que el Tribunal Supremo debe tomar en esta materia, referida al derecho de un adolescente trans a usar en su instituto los aseos que se corresponden a su identidad de género. En cualquier caso, las declaraciones de Trump sobre el matrimonio igualitario suponen un titular potente, que ha sido recibido con precaución y escepticismo por el activismo LGTB estadounidense.

Es fácil entender las razones de este escepticismo. La reversibilidad del matrimonio igualitario nunca ha sido el mayor temor del activismo, dado que para ello sería necesario que el Tribunal Supremo se desdijera a sí mismo, y ello después de que Trump hubiese propuesto al menos a dos nuevos jueces (en este momento solo hay una vacante, la que dejó al fallecer el conservador Antonin Scalia, que de hecho ya fue uno de los que se opusieron a la decisión mayoría del Supremo en 2015) o que culminase con éxito una iniciativa de reforma de la Constitución de los Estados Unidos para incluir una definición excluyente de matrimonio (muy improbable a día de hoy). Lo que más preocupa en realidad al activismo LGTB son los más que probables (estos sí…) retrocesos en materia de políticas antidiscriminatorias, promovidas por el ala más conservadora del Partido Republicano, que recordemos, se presentó este año a las elecciones con la plataforma más abiertamente anti-LGTB de su historia.

Así por ejemplo el que será vicepresidente de Trump, Mike Pence anunciaba hace pocas semanas que una de las primeras medidas que Trump adoptaría sería anular las órdenes ejecutivas federales que impiden discriminar a las personas LGTB. Obama, recordemos, ha promovido dos importantes órdenes antidiscriminatorias que obligan tanto a las empresas que tengan o que aspiren a firmar contratos con la administración federal (firmada en 2014) como a las escuelas que reciben fondos federales (emitida hace pocos meses, como reacción a la ley LGTBfoba de Carolina del Norte, y que se encuentra en estos momentos sometida a escrutinio judicial). Otra iniciativa que posiblemente los republicanos intentarán promover será la denominada First Amendment Defense Act (FADA), una propuesta legislativa que prohibiría sancionar, con independencia de las regulaciones antidiscriminatorias de los estados, a todas aquellas personas y negocios que que se nieguen a prestar servicios a parejas del mismo sexo en base a motivos religiosos. En definitiva, una norma que haría virtualmente inútiles las regulaciones antidiscriminatorias de los estados en materia LGTB, y que el propio Donald Trump anunció en campaña que no tendría inconveniente en rubricar en caso de prosperar en el Congreso.

El próximo vicepresidente, un homófobo contrastado

Pence-rf-bill-signingPor desgracia, todos los analistas auguran a Mike Pence un papel mucho más activo en la futura administración federal que el de sus predecesores. Una muy mala noticia en clave LGTB, dado su perfil homófobo. Recordemos que su momento de mayor protagonismo como gobernador de Indiana vino precisamente de la mano de su oposición a los derechos LGTB: en marzo de 2015 sancionaba orgulloso una ley, aprobada por la legislatura del estado (bajo control republicano) cuyo objetivo era impedir que entes locales o el propio estado pudiesen aprobar normativas antidiscriminatorias que afectasen a la “libertad religiosa”, eufemismo que suponía la legalización de la discriminación contra las personas LGTB. Un acto en el que Pence quiso rodearse de numerosos líderes religiosos, algunos de ellos virulentamente homófobos (ver foto, a la derecha).

La norma provocó una intensísima reacción social en su contra, que amenazó con afectar seriamente la economía del estado y que de hecho dejó muy tocada su imagen. Mike Pence se vio obligado a promover una norma adicional que clarificase los límites de la ley e impidiese la discriminación en la prestación de servicios a personas por motivos de orientación sexual.

No es, por desgracia, el único antecedente homófobo de Pence, un político cercano a la derecha religiosa que en las primarias republicanas apoyó sin fisuras a Ted Cruz. Opuesto al aborto, a la investigación con células madre, negacionista del cambio climático y cercano al creacionismo, en el año 2000, durante su campaña para ser elegido congresista, llegó a proponer que se utilizasen fondos destinados a ayudar a personas con VIH para sufragar a organizaciones que promovieran las “terapias reparadoras” entre aquellos que quisiesen modificar su orientación sexual.

fuente Dosmanzanas

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La victoria de Donald Trump, unida al control republicano del Congreso, augura años oscuros para los derechos LGTB en Estados Unidos

Jueves, 10 de noviembre de 2016
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BJC9anECA todos estos que dicen que todos los políticos son iguales y que no votan porque son superfragilisticoespialidosos y purísimos, ahora van a ver lo que es un fascista homófobo, machista y xenófobo en la Casa Blanca…

Malas noticias, sin paliativos. La victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales estadounidenses, así como el control republicano de las dos cámaras del Congreso estadounidense, auguran años de parálisis, si no abierto retroceso, por lo que a los derechos de las minorías se refiere. La minoría LGTB no será una excepción. No tanto por la figura de Trump en sí mismo (que nunca ha mostrado un especial interés hacia este colectivo, ni siquiera a la hora de oponerse a sus derechos) como por la de la plataforma ideológica republicana bajo la que se ha presentado (la más anti-LGTB de su historia) y por sus acompañantes de viaje. Su vicepresidente, recordemos, será Mike Pence, una figura que sí destacó por su LGTBfobia durante los años que fue gobernador de Indiana. Otro punto al que habrá que estar atento es a lo que suceda con el equilibrio en el seno del Tribunal Supremo, una institución cuyos miembros, confirmados por el Senado a propuesta del presidente, lo son de forma vitalicia, y que durante estos años quizá le toque renovar a Trump en parte.

Donald Trump ha ganado de forma clara las elecciones presidenciales estadounidenses, al lograr la victoria en una serie de estados clave que se encontraban en disputa. Ello le otorga mayoría en el colegio electoral. Ha ganado en Carolina del Norte, Florida, Michigan, Ohio, Pensilvania y Wisconsin, lo que unido a los estados que ya se daban por seguros para los republicanos le da la victoria final. Hillary Clinton ha retenido los territorios más fuertemente demócratas (como los estados del noreste y de la costa oeste), además de Colorado, Illinois, Nevada, Nuevo México y Hawaii. Virginia, de donde era gobernador su candidato a vicepresidente, ha caído también del lado demócrata. En voto popular (número total de votos recibidos por cada candidato, con independencia del estado de residencia), se registra sin embargo un cuasi empate, aunque este dato aún no está cerrado. De hecho, conforme se acerca el final del escrutinio parece que Clinton obtendrá finalmente más votos que Trump.

En definitiva, un resultado que muestra una doble fractura de la sociedad estadounidense. A la ya tradicional entre estados fuertemente demócratas y estados fuertemente republicanos, se une el apoyo sin precedentes que Trump habría recibido de los votantes blancos de menor nivel educativo, incluso en caladeros considerados tradicionalmente demócratas, según indican los primeros análisis del voto (ver How the Presidential Election Took a U-Turn in 2016 en The New York Times). La movilización masiva de la clase obrera blanca a favor del republicano parece haber sido el factor fundamental a la hora de decantar el resultado. Lo que ello significará en términos de exclusión de las minorías raciales en los próximos años está por ver.

La plataforma republicana, la más anti-LGTB de la historia

partido-republicanoYa en entradas anteriores nos hemos referido al tema, pero no está de más recordar cuál es la declaración de intenciones del Partido Republicano en materia LGTB de acuerdo a la plataforma ideológica que fue aprobada este verano  en la convención republicana:

  • Sobre el matrimonio igualitario: rechazo expreso de la sentencia del Tribunal Supremo en el caso Obergefell v. Hodges, que supuso la extensión del matrimonio igualitario a todo el país. El Partido Republicano considera que las leyes federales solo deben reconocer el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer  y hace un llamamiento expreso a considerar la posible aprobación de una enmienda a la Constitución de los Estados Unidos que “devuelva” el control de la regulación matrimonial a los estados.
  • Sobre la adopción homoparental: el Partido Republicano muestra su apoyo a las agencias de adopción religiosas que rechazan a las parejas del mismo sexo, argumentando además de forma expresa que los hijos criados en hogares sin un padre y una madre tienen más posibilidades de consumir drogas, cometer delitos y tener embarazos no deseados.
  • Defensa activa de la denominada First Amendment Defense Act (FADA), una propuesta legislativa que prohibiría sancionar, con independencia de las regulaciones antidiscriminatorias de los estados, a todas aquellas personas y negocios que que se nieguen a prestar servicios a parejas del mismo sexo en base a motivos religiosos.
  • Sobre las denominadas “terapias reparadoras” o “de conversión” para modificar la orientación sexual o la identidad de género, aunque no las menciona de forma expresa, el Partido Republicano defiende el “derecho de los padres” a recurrir las terapias que consideren más adecuadas para sus hijos menores“consistentes con sus valores morales, éticos o religiosos sin discriminación ni castigo”.
  • Sobre los derechos de las personas transgénero: el Partido Republicano expresa su apoyo a legislaciones como la aprobada hace unos meses en Carolina del Norte, que entre otras muchas importantes medidas discriminatorias prohíbe a las personas trans utilizar los baños que corresponden a su identidad de género. También muestra su desacuerdo, sin nombrarlo explícitamente con el final de la prohibición de servir en el Ejército a este colectivo, decidida por la administración Obama y confirmada recientemente, al asegurar estar en contra “de la modificación o de la rebaja de los estándares para satisfacer la agenda no militar impuesta por la Casa Blanca”.
  • Sobre políticas antidiscriminatorias: el Partido Republicano se opone expresamente a incluir la orientación sexual entre las categorías generalmente cubiertas por las regulaciones contra la discriminación.

¿Y qué han manifestado Trump y Pence?

mike-penceSiempre se puede argumentar que las plataformas aprobadas por las convenciones son una mera declaración de intenciones y no obligan necesariamente al presidente, que puede decantarse por una política pragmática (y de esto hay sobrados ejemplos en el pasado). Pero tampoco los mensajes lanzados directamente por Trump y el que será su vicepresidente son tranquilizadores. Trump, por ejemp, sugirió en campaña la posibilidad de revertir la histórica decisión del Tribunal Supremo sobre el matrimonio igualitario proponiendo en el futuro a nuevos jueces del Supremo dispuestos a valorar de nuevo la cuestión. Más adelante, el magnate anunció que no tendría inconveniente en rubricar la FADA, arriba mencionada, en caso de prosperar, lo que habría virtualmente inútiles las regulaciones antidiscriminatorias de los estados en materia LGTB.

Pence, por su parte, anunciaba recientemente que una de las primeras medidas que Trump adoptaría sería anular las órdenes ejecutivas federales que impiden discriminar a las personas LGTB. Obama, recordemos, ha promovido dos importantes órdenes antidiscriminatorias que obligan tanto a las empresas que tengan o que aspiren a firmar contratos con la administración federal (firmada en 2014) como a las escuelas que reciben fondos federales (emitida hace pocos meses, como reacción a la ley LGTBfoba de Carolina del Norte, y que se encuentra en estos momentos sometida a escrutinio judicial).

El único elemento que Trump ha utilizado expresamente para intentar congraciarse con el colectivo LGTB ha sido la islamofobiaComo vuestro presidente, haré todo lo que esté en mi mano para proteger a nuestros ciudadanos LGBTQ de la violencia y la opresión de una ideología extranjera llena de odio, creedme”, expresó Trump en su discurso de aceptación de la nominación republicana. Una frase que de hecho sirvió a a algunos medios de comunicación generalistas (no especialmente preocupados por el detalle cuando de la realidad LGTB se trata) para presentar a Trump como un político sensible a los derechos del colectivo. Activistas LGTB como Michelangelo Signorile alertaron entonces de lo equivocado de esta percepción. Algún tiempo más tarde, Trump propuso que a los inmigrantes que aspirasen a un permiso de residencia en Estados Unidos se les sometiese a un test ideológico que confirmase si comparten o no los valores estadounidenses. Según expresaron entonces miembros de su equipo, entre estos se incluirían los derechos de las personas homosexuales. Nada más se supo de esta propuesta.

Los partidarios LGTB de Trump

Como también hemos venido comentando en entradas anteriores, Donald Trump cuenta pese a todo con seguidores LGTB, como el multimillonario Peter Thiel y muchos de los denominados homocon, una corriente de gais conservadores que comparten el argumentario que sitúa al islam (y no a la derecha religiosa estadounidense) como su principal enemigo. No es casualidad que, coincidiendo con la convención republicana tuviera lugar un evento de apoyo a su candidatura por parte de un grupo (pequeño) de personas LGTB. Los dos principales oradores fueron Milo Yiannopoulos, un columnista conservador abiertamente gay, protagonista de varias polémicas en redes sociales, y la activista antimusulmana Pamela Geller. La intervención de Yiannopoulos, del que son bien conocidas sus opiniones contra el feminismo y el islam, resumió a la perfección el núcleo actual del ideario homocon: el Partido Demócrata no ha hecho nada por los gais, sino que por el contrario ha abierto el país a los musulmanes, enemigos de los derechos LGTB.

Yiannopoulos, por cierto, se ha lanzado en días recientes a una espiral de odio tránsfobo, calificando a las personas trans de “enfermas mentales”, defendiendo las leyes que les impiden usar las instalaciones que corresponden a su identidad de género, convertidas en la punta de lanza del movimiento LGTBfobo estadounidense.

Siendo justos, también hay que recordar que Log Cabin Republicans, el más importante y “serio” de los grupos LGTB afines al Partido Republicano estadounidense, anunció que no apoyaría a Donald Trump en las  presidenciales. Aunque hicieron una encendida defensa del candidato republicano, al que calificaron como “el más pro-LGTB de la historia del Partido Republicano”, aclararon que su decisión fue tomada en consideración al equipo fuertemente LGTBfobo que ha escogido para acompañarle en la carrera presidencial y las medidas que defienden.

Mike Pence, próximo vicepresidente

Pence-rf-bill-signingSin duda alguna la figura de Mike Pence, el próximo vicepresidente, destaca en este sentido. Su momento de mayor protagonismo como gobernador de Indiana vino precisamente de la mano de su oposición a los derechos LGTB: en marzo de 2015 sancionaba orgulloso una ley, aprobada por la legislatura del estado (bajo control republicano) cuyo objetivo era impedir que entes locales o el propio estado pudiesen aprobar normativas antidiscriminatorias que afectasen a la “libertad religiosa”, eufemismo que suponía la legalización de la discriminación contra las personas LGTB. Un acto en el que Pence quiso rodearse de numerosos líderes religiosos, algunos de ellos virulentamente homófobos ver foto, a la izquierda).

La norma provocó una intensísima reacción social en su contra, que amenazó con afectar seriamente la economía del estado y que de hecho dejó muy tocada su imagen. Mike Pence se vio obligado a promover una norma adicional que clarificase los límites de la ley e impidiese la discriminación en la prestación de servicios a personas por motivos de orientación sexual. Una marcha atrás que dejó tocada la imagen de Pence y que seguramente fue una de las razones que le llevaron a aceptar la propuesta de Trump en lugar de optar a la reelección como gobernador.

El equilibrio del Supremo, amenazado

Otro de los puntos de interés en materia LGTB en los próximos años será lo que suceda con el equilibrio del Tribunal Supremo, cuyos miembros lo son de forma vitalicia. Por lo pronto, hay una vacante sin ocupar, tras el inesperado fallecimiento de Antonin Scalia, el que fuera uno de sus miembros más conservadores. Los republicanos, que controlan el Senado (y lo seguirán haciendo al menos durante dos años más) se ha negado por el momento a ratificar a Merrick Garland, el candidato propuesto por Barack Obama, de perfil centrista. Veremos qué sucede ahora: aunque los analistas apostaban a que la ratificación de Garland se produciría tras las elecciones, en este momento no es descartable que los republicanos prefieran que dicha vacante sea ocupada por un juez fuertemente conservador y contrario a los derechos LGTB.

No está de más recordar, en este sentido, la importancia de Tribunal Supremo como garante del orden constitucional estadounidense por encima de la acción del presidente y del Congreso. Gracias al Supremo, por ejemplo, las leyes de segregación racial quedaron invalidadas en los estados del Sur, y gracias al Supremo hay hoy matrimonio igualitario en todo el territorio de los Estados Unidos. Ese mismo tribunal deberá decidir en los próximos meses, por ejemplo, si es legal o no la discriminación de un adolescente trans al que no le permiten usar el baño de chicos en su instituto.

¿La caída de Pat McCrory, único consuelo?

Pat-McCrory-gobernador-de-Carolina-del-Norte-300x239Con esto terminamos el que es nuestro primer análisis del resultado de las elecciones en Estados Unidos en clave LGTB. Tiempo habrá de hilar más fino (este martes, por ejemplo, también se renovaban numerosas legislaturas estatales y se decidían varios gobernadores).

Sí que parece, a falta de la confirmación oficial, que el colectivo LGTB habría conseguido una victoria simbólica: la derrota del gobernador de Carolina del Norte, el republicano Pat McCrory, a manos de su rival demócrata, Roy Cooper. Pese al estrecho margen (menos de 5.000 votos) la derrota de McCory es especialmente significativa, dado que los republicanos han ganado allí con comodidad tanto las elecciones presidenciales como las elecciones a la legislatura del estado. Y es que la elección de gobernador se había convertido en una especie de “plebiscito oficioso” sobre la ley LGTBfoba aprobada en Carolina del Norte, de la que McCrory se había convertido en principal defensor. Un consuelo sin duda magro: los republicanos conservan el poder legislativo en ese estado y es difícil que acepten la derogación de la ley. Sí que puede servir, en cualquier caso, para lanzar un mensaje a otros líderes republicanos que estén pensando en embarcarse en aventuras similares.

Fuente Dosmanzanas

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Los LGTB republicanos comunican que no apoyan a Donald Trump en su candidatura a la presidencia de los Estados Unidos

Viernes, 28 de octubre de 2016
Comentarios desactivados en Los LGTB republicanos comunican que no apoyan a Donald Trump en su candidatura a la presidencia de los Estados Unidos

log-cabin-republicans-300x300Log Cabin Republicans, el más importante grupo LGTB del Partido Republicano estadounidense, ha anunciado que no apoyará a Donald Trump en las elecciones presidenciales. Aunque hacen una encendida defensa del candidato republicano, al que llegan a calificar como “el más pro-LGTB de la historia del Partido Republicano”, aclaran que su decisión ha sido tomada en consideración al equipo fuertemente LGTBfobo que ha escogido para acompañarle en la carrera presidencial y las medidas que defienden.

Lo cierto es que los derechos LGTB no han sido un tema especialmente recurrente en los debates de la campaña presidencial. Pero sí fue un asunto destacado en la elección del candidato republicano, surgido de una convención que elaboró una plataforma ideológica, para presentar como oferta electoral, que puede considerarse la más anti-LGTB de la historia republicana.

Tanto así, que el propio presidente de Log Cabin Republicans, Gregory T. Angelo, declaró estar “terriblemente enfadado” con esa propuesta, que incluía medidas contrarias al matrimonio igualitario, los derechos de las personas transexuales y la adopción homoparental; además de impedir que se legislasen medidas antidiscriminatorias favorables al colectivo LGTB.

Pero Log Cabin Republicans ha esperado hasta el pasado día 22 para emitir un comunicado en el que declaran que no apoyarán al candidato republicano en su carrera presidencial. Curiosamente, lo hacen mientras lo califican, sin explicar el fundamento, como uno de los candidatos presidenciales de cualquier partido más favorable a los derechos LGTB, pero criticando el equipo fuertemente LGTBfobo del que se ha rodeado —comenzando quizás, con el candidato elegido para optar a la vicepresidencia, Mike Pence— y las medidas que apoyan. Este es el comunicado:

22 de octubre de 2016

“Confía, pero comprueba”.

Así lo advirtió el expresidente Ronald Reagan, que inspiró nuestra fundación en 1977, y es el entendimiento solemne de esa misma instrucción de nuestro presidente número 40 el que obliga a Log Cabin Republicans a negar nuestro apoyo al actual candidato de nuestro Partido.

El Sr. Trump es tal vez el candidato presidencial más pro-LGTB en la historia del Partido Republicano. Sus propuestas sin precedentes a la “comunidad LGBTQ”, una primicia para cualquier candidato de un partido importante en la historia de nuestra nación, son dignas de elogio, y deben servir como un aviso al Partido Republicano de que los días en que era necesario cumplir con un programa anti-LGTB son ahora cosa del pasado.

Pero Log Cabin Republicans se ha percatado desde hace tiempo de que no somos una organización monotemática, ni nuestros miembros son votantes monotemáticos. Incluso si lo fuéramos, la sola retórica respecto a los temas LGTB no equivale a doctrina. Mientras el Sr. Trump hablaba positivamente de la comunidad LGTB en los Estados Unidos, al mismo tiempo se rodeaba de asesores de alto nivel con un historial de oposición a la igualdad LGTB, y se comprometía a apoyar una legislación como la denominada First Amendment Defense Act, a la que Log Cabin Republicans se opone.

En caso de que el Sr. Trump se convirtiera en el próximo presidente de la nación, Log Cabin Republicans aprovecharía la oportunidad de trabajar con su administración para garantizar los avances en la libertad LGTB por los que hemos luchado y asegurar su continuidad.

Hasta que eso no ocurra, nuestra confianza estaría fuera de lugar.

Log Cabin Republicans continuará el resto del ciclo electoral de 2016 comprometido con la preservación y el crecimiento de las mayorías del Partido Republicano en el Senado y la Cámara de Representantes de los Estados Unidos.

Esta falta de respaldo al candidato Trump contrasta con el apoyo que prestó Log Cabin Republicans a Mitt Romney en su carrera contra Barack Obama en 2012. Romney se caracterizó por un discurso marcadamente LGTBfobo, con propuestas como enmendar la Constitución para prohibir el matrimonio igualitario, y con acciones como impedir el registro de los hijos de las familias homoparentales.

Trump y Pence: una opción que se prevé nefasta para los derechos LGTB

BJC9anECAunque lo cierto es que Donald Trump partía de posiciones bastante menos LGTBfobas que las que defendía el que fue su principal contendiente en las primarias republicanas, Ted Cruz, lo cierto es que el ahora candidato no ha dudado en abrazar los postulados contrarios a los derechos LGTB para hacerse con el favor de la derecha republicana más conservadora. Un giro que se hizo evidente cuando Trump sugirió la posibilidad de revertir la decisión del Tribunal Supremo sobre el matrimonio igualitario proponiendo en el futuro a nuevos jueces del Supremo dispuestos a valorar de nuevo la cuestión. Declaraciones que causaron cierta sorpresa en el colectivo LGTB estadounidense, que consideraba que en el tema del matrimonio igualitario Trump era partidario de pasar página.

Semanas después Trump dio algunas esperanzas al activismo LGTB cuando defendió, al ser preguntado por periodistas sobre la ley anti-LGTB de Carolina del Norte, que las personas transexuales pudiesen hacer uso de los baños que mejor se acomodasen a su identidad de género, al tiempo que se lamentó del daño económico que generan este tipo de leyes, que considera innecesarias. Eso sí, a las pocas horas Trump arrojaba un jarro de agua fría sobre esas mismas esperanzas, al asegurar primero que debían ser los estados los que decidieran sobre esta materia, para finalmente completar el giro al apoyar abiertamente la posición de los republicanos de Carolina del Norte y de su gobernador, Pat McCrory, firme defensor de la ley discriminatoria.

De la misma forma, Trump no ha tenido problema ninguno en asumir la plataforma ideológica que los republicanos aprobarob en la convención de Cleveland, considerada la más abiertamente LGTBfoba de la historia. Los puntos incluidos en la plataforma son, a este respecto:

  • Sobre el matrimonio igualitario: rechazo expreso de la sentencia del Tribunal Supremo en el caso Obergefell v. Hodges, que supuso la extensión del matrimonio igualitario a todo el país. El Partido Republicano considera que las leyes federales solo deben reconocer el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer  y hace un llamamiento expreso a considerar la posible aprobación de una enmienda a la Constitución de los Estados Unidos que “devuelva” el control de la regulación matrimonial a los estados.
  • Sobre la adopción homoparental: el Partido Republicano muestra su apoyo a las agencias de adopción religiosas que rechazan a las parejas del mismo sexo, argumentando además de forma expresa que los hijos criados en hogares sin un padre y una madre tienen más posibilidades de consumir drogas, cometer delitos y tener embarazos no deseados.
  • Defensa activa de la denominada First Amendment Defense Act (FADA), una propuesta legislativa que prohibiría sancionar, con independencia de las regulaciones antidiscriminatorias de los estados, a todas aquellas personas y negocios que que se nieguen a prestar servicios a parejas del mismo sexo en base a motivos religiosos.
  • Sobre las denominadas “terapias reparadoras” o “de conversión” para modificar la orientación sexual o la identidad de género, aunque no las menciona de forma expresa, el Partido Republicano defiende el “derecho de los padres” a recurrir las terapias que consideren más adecuadas para sus hijos menores“consistentes con sus valores morales, éticos o religiosos sin discriminación ni castigo”.
  • Sobre los derechos de las personas transgénero: el Partido Republicano expresa su apoyo a legislaciones como la aprobada hace unos meses en Carolina del Norte, que entre otras muchas importantes medidas discriminatorias prohíbe a las personas trans utilizar los baños que corresponden a su identidad de género. También muestra su desacuerdo, sin nombrarlo explícitamente con el final de la prohibición de servir en el Ejército a este colectivo, decidida por la administración Obama y confirmada recientemente, al asegurar estar en contra “de la modificación o de la rebaja de los estándares para satisfacer la agenda no militar impuesta por la Casa Blanca”.
  • Sobre políticas antidiscriminatorias: el Partido Republicano se opone expresamente a incluir la orientación sexual entre las categorías generalmente cubiertas por las regulaciones contra la discriminación.

La elección de Pence confirmó el giro conservador 

Pero sin duda el gesto que de una forma más tajante dejó claro el giro conservador de Trump en materia LGTB fue la elección como candidato a vicepresidente de Mike Pence, gobernador de Indiana, un político cercano a la derecha religiosa que en las primarias republicanas apoyó sin fisuras a Ted Cruz. Opuesto al aborto, a la investigación con células madre, negacionista del cambio climático y cercano al creacionismo, en el año 2000, durante su campaña para ser elegido congresista, llegó a proponer que se utilizasen fondos destinados a ayudar a personas con VIH para sufragar a organizaciones que promovieran las “terapias reparadoras” entre aquellos que quisiesen modificar su orientación sexual.

No es de extrañar, pues, que su momento de mayor protagonismo como gobernador viniese precisamente de la mano de su oposición a los derechos LGTB. En marzo de 2015, Mike Pence sancionaba orgulloso una ley, aprobada por la legislatura del estado (también bajo control republicano) cuyo objetivo era impedir que entes locales o el propio estado pudiesen aprobar normativas antidiscriminatorias que afectasen a la “libertad religiosa”, eufemismo que suponía la legalización de la discriminación contra las personas LGTB. Un acto en el que Pence quiso rodearse de numerosos líderes religiosos, algunos de ellos virulentamente homófobos.

La norma, sin embargo, provocó una intensísima reacción social en su contra, que amenazaba con afectar seriamente la economía del estado y que de hecho dejó tocada su imagen. Mike Pence se vio obligado a promover una norma adicional que clarificara los límites de la ley e impidiese la discriminación en la prestación de servicios a personas por motivos de orientación sexual.

“No” a las órdenes contra la discriminación

Pence era el encargado, hace pocos días, de anunciar en una entrevista que una de las medidas que Trump adoptaría sería anular las órdenes ejecutivas que impiden discriminar a las personas LGTB, al considerar que suponen una intromisión en la libertad de los estados. Obama, recordemos, ha firmado dos importantes órdenes e  tanto a las empresas que tengan o que aspiren a firmar contratos con la administración federal (firmada en 2014) como a las escuelas que reciben fondos federales (emitida hace pocos meses, como reacción a la ley LGTBfoba de Carolina del Norte, y que se encuentra en estos momentos sometida a escrutinio judicial).

El propio Trump, de hecho, acababa con cualquier esperanza de una presidencia “neutra” en materia LGTB al anunciar en septiembre que no tendría inconveniente en rubricar la FADA, y legalizar de esta forma la discriminación contra las personas LGTB en base a argumentos religiosos, si finalmente resultase aprobada por un Congreso de mayoría republicana.

Fuente Dosmanzanas

 

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El multimillonario abiertamente gay Peter Thiel dona 1,25 millones de dólares a la campaña de Donald Trump

Sábado, 22 de octubre de 2016
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Peter_Thiel_(2014)Peter Thiel, el multimillonario republicano y abiertamente gay que ya apoyó a Donald Trump en la pasada convención republicana, hará una donación de 1,25 millones de dólares a la campaña del candidato republicano a la Casa Blanca. Poco parece importarle a Thiel el grave retroceso en materia LGTB que una presidencia de Trump puede suponer. Su propio candidato a vicepresidente, Mike Pence, anunciaba hace unos días que una de las medidas que Trump tomará, en caso de ser presidente, será anular las ordenes ejecutivas federales que hacen más difícil discriminar a las personas LGTB.

La intervención de Peter Thiel en la convención republicana, recordemos, fue uno de los elementos que contribuyeron a “dulcificar” el perfil de Trump en materia LGTB. Thiel, conocido sobre todo por ser uno de los confundadores de PayPal y el primer gran inversor en Facebook (compañía de la que es uno de los principales directivos), se define como libertario, pero no ha dudado en apoyar a todos y cada uno de los últimos candidatos republicanos a la Casa Blanca pese a carecer de ese perfil. También lo ha hecho ahora, y con fuerza, con Donald Trump.

Thiel fue, de hecho, el primer orador de la historia de las convenciones republicanas que proclamó abiertamente su orgullo de ser gay y republicano. Tras esa primera frase, su intervención poco tuvo que ver sin embargo con la defensa de los derechos LGTB, a los que de hecho quitó importancia. “Cuando yo era un niño, el gran debate era sobre cómo derrotar a la Unión Soviética. Y ganamos. Ahora se nos dice que el gran debate es sobre quién usa cada cuarto de baño. Eso es una distracción de nuestros problemas reales. ¿A quién le importa?”, se preguntó entonces, en referencia a la polémica sobre la ley anti-LGTB de Carolina del Norte. Como entonces dijimos, al hacernos eco de la noticia, se trata de una pregunta bastante tramposa: es realmente a su partido al que más parece importar el tema, hasta el punto de promover de forma expresa una ley para, entre otras cosas, prohibir a las personas trans usar los baños públicos que corresponden a su identidad de género.

Thiel, por otra parte, no tuvo problema en reconocer que apoya al Partido Republicano pese a que la plataforma política aprobada en la convención de Cleveland es abiertamente anti-LGTB. “No coincido con todos los puntos que recoge nuestra plataforma. Pero las falsas guerras culturales solo nos distraen de nuestro declive económico”, aseguró, volviendo a minimizar la importancia de los derechos LGTB en el debate político.

Trump y Pence: una opción que se prevé nefasta para los derechos LGTB

BJC9anECAunque lo cierto es que Donald Trump partía de posiciones bastante menos LGTBfobas que las que defendía el que fue su principal contendiente en las primarias republicanas, Ted Cruz, lo cierto es que el ahora candidato no ha dudado en abrazar los postulados contrarios a los derechos LGTB para hacerse con el favor de la derecha republicana más conservadora. Un giro que se hizo evidente cuando Trump sugirió la posibilidad de revertir la decisión del Tribunal Supremo sobre el matrimonio igualitario proponiendo en el futuro a nuevos jueces del Supremo dispuestos a valorar de nuevo la cuestión. Declaraciones que causaron cierta sorpresa en el colectivo LGTB estadounidense, que consideraba que en el tema del matrimonio igualitario Trump era partidario de pasar página.

Semanas después Trump dio algunas esperanzas al activismo LGTB cuando defendió, al ser preguntado por periodistas sobre la ley anti-LGTB de Carolina del Norte, que las personas transexuales pudiesen hacer uso de los baños que mejor se acomodasen a su identidad de género, al tiempo que se lamentó del daño económico que generan este tipo de leyes, que considera innecesarias. Eso sí, a las pocas horas Trump arrojaba un jarro de agua fría sobre esas mismas esperanzas, al asegurar primero que debían ser los estados los que decidieran sobre esta materia, para finalmente completar el giro al apoyar abiertamente la posición de los republicanos de Carolina del Norte y de su gobernador, Pat McCrory, firme defensor de la ley discriminatoria.

De la misma forma, Trump no ha tenido problema ninguno en asumir la plataforma ideológica que los republicanos aprobarob en la convención de Cleveland, considerada la más abiertamente LGTBfoba de la historia. Los puntos incluidos en la plataforma son, a este respecto:

  • Sobre el matrimonio igualitario: rechazo expreso de la sentencia del Tribunal Supremo en el caso Obergefell v. Hodges, que supuso la extensión del matrimonio igualitario a todo el país. El Partido Republicano considera que las leyes federales solo deben reconocer el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer  y hace un llamamiento expreso a considerar la posible aprobación de una enmienda a la Constitución de los Estados Unidos que “devuelva” el control de la regulación matrimonial a los estados.
  • Sobre la adopción homoparental: el Partido Republicano muestra su apoyo a las agencias de adopción religiosas que rechazan a las parejas del mismo sexo, argumentando además de forma expresa que los hijos criados en hogares sin un padre y una madre tienen más posibilidades de consumir drogas, cometer delitos y tener embarazos no deseados.
  • Defensa activa de la denominada First Amendment Defense Act (FADA), una propuesta legislativa que prohibiría sancionar, con independencia de las regulaciones antidiscriminatorias de los estados, a todas aquellas personas y negocios que que se nieguen a prestar servicios a parejas del mismo sexo en base a motivos religiosos.
  • Sobre las denominadas “terapias reparadoras” o “de conversión” para modificar la orientación sexual o la identidad de género, aunque no las menciona de forma expresa, el Partido Republicano defiende el “derecho de los padres” a recurrir las terapias que consideren más adecuadas para sus hijos menores“consistentes con sus valores morales, éticos o religiosos sin discriminación ni castigo”.
  • Sobre los derechos de las personas transgénero: el Partido Republicano expresa su apoyo a legislaciones como la aprobada hace unos meses en Carolina del Norte, que entre otras muchas importantes medidas discriminatorias prohíbe a las personas trans utilizar los baños que corresponden a su identidad de género. También muestra su desacuerdo, sin nombrarlo explícitamente con el final de la prohibición de servir en el Ejército a este colectivo, decidida por la administración Obama y confirmada recientemente, al asegurar estar en contra “de la modificación o de la rebaja de los estándares para satisfacer la agenda no militar impuesta por la Casa Blanca”.
  • Sobre políticas antidiscriminatorias: el Partido Republicano se opone expresamente a incluir la orientación sexual entre las categorías generalmente cubiertas por las regulaciones contra la discriminación.

La elección de Pence confirmó el giro conservador 

Pero sin duda el gesto que de una forma más tajante dejó claro el giro conservador de Trump en materia LGTB fue la elección como candidato a vicepresidente de Mike Pence, gobernador de Indiana, un político cercano a la derecha religiosa que en las primarias republicanas apoyó sin fisuras a Ted Cruz. Opuesto al aborto, a la investigación con células madre, negacionista del cambio climático y cercano al creacionismo, en el año 2000, durante su campaña para ser elegido congresista, llegó a proponer que se utilizasen fondos destinados a ayudar a personas con VIH para sufragar a organizaciones que promovieran las “terapias reparadoras” entre aquellos que quisiesen modificar su orientación sexual.

No es de extrañar, pues, que su momento de mayor protagonismo como gobernador viniese precisamente de la mano de su oposición a los derechos LGTB. En marzo de 2015, Mike Pence sancionaba orgulloso una ley, aprobada por la legislatura del estado (también bajo control republicano) cuyo objetivo era impedir que entes locales o el propio estado pudiesen aprobar normativas antidiscriminatorias que afectasen a la “libertad religiosa”, eufemismo que suponía la legalización de la discriminación contra las personas LGTB. Un acto en el que Pence quiso rodearse de numerosos líderes religiosos, algunos de ellos virulentamente homófobos.

La norma, sin embargo, provocó una intensísima reacción social en su contra, que amenazaba con afectar seriamente la economía del estado y que de hecho dejó tocada su imagen. Mike Pence se vio obligado a promover una norma adicional que clarificara los límites de la ley e impidiese la discriminación en la prestación de servicios a personas por motivos de orientación sexual.

“No” a las órdenes contra la discriminación

Pence era el encargado, hace pocos días, de anunciar en una entrevista que una de las medidas que Trump adoptaría sería anular las órdenes ejecutivas que impiden discriminar a las personas LGTB, al considerar que suponen una intromisión en la libertad de los estados. Obama, recordemos, ha firmado dos importantes órdenes e  tanto a las empresas que tengan o que aspiren a firmar contratos con la administración federal (firmada en 2014) como a las escuelas que reciben fondos federales (emitida hace pocos meses, como reacción a la ley LGTBfoba de Carolina del Norte, y que se encuentra en estos momentos sometida a escrutinio judicial).

El propio Trump, de hecho, acababa con cualquier esperanza de una presidencia “neutra” en materia LGTB al anunciar en septiembre que no tendría inconveniente en rubricar la FADA, y legalizar de esta forma la discriminación contra las personas LGTB en base a argumentos religiosos, si finalmente resultase aprobada por un Congreso de mayoría republicana.

Los homocon y Trump, alineados contra el islam

Es este contexto, precisamente, en el que personajes como Peter Thiel han anunciado su apoyo incondicional a Trump, el candidato por el que por otra parte la corriente homocon de gais conservadores afines al Partido Republicano siempre ha mostrado sus preferencias, y con el que comparte el argumentario que sitúa al islam (y no a la derecha religiosa estadounidense) como principal enemigo de la causa LGTB.

No es casualidad, de hecho, que coincidiendo con la convención republicana que encumbró a Trump tuviera lugar un evento de apoyo a su candidatura por parte de un grupo (ciertamente pequeño) de personas LGTB. Los dos principales oradores fueron Milo Yiannopoulos, un columnista conservador abiertamente gay, protagonista de varias polémicas en redes sociales, y la activista antimusulmana Pamela Geller. En el evento, por cierto, estuvo también presente el holandés Geert Wilders, líder del islamófobo Partido por la Libertad (PVV).

La intervención de Yiannopoulos, del que son bien conocidas sus opiniones contra el feminismo y el islam, resumió a la perfección el núcleo actual del ideario homocon: el Partido Demócrata no ha hecho nada por los gais, sino que por el contrario ha abierto el país a los musulmanes, enemigos de los derechos LGTB, y Trump es el candidato más pro-LGTB de la historia estadounidense.

pegatina-homofoba-seguidor-trumpTampoco parece importar a esta gente las cada vez menos disimulada homofobia del grueso de los seguidores de Trump, a la que hacíamos alusion hace pocos días, al referirnos a los feroces insultos hacia el periodista abiertamente gay Anderson Cooper, y que también está siendo protagonista estos días en medios LGTB estadounidenses al hacer viral una fotografía de una pegatina homófoba en la parte trasera del coche de un orgulloso seguidor de Trump:

¿Conseguirá Trump llegar a la presidencia con la ayuda de Thiel y de los homocon? ¿Si es así, con qué tipo de medidas “agradecerá” la administración Trump su contribución? El próximo 8 de noviembre comenzaremos a conocer las temidas respuestas…

Fuente Dosmanzanas

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Los partidarios de Donald Trump dirigen feroces insultos homófobos hacia el periodista abiertamente gay Anderson Cooper

Martes, 18 de octubre de 2016
Comentarios desactivados en Los partidarios de Donald Trump dirigen feroces insultos homófobos hacia el periodista abiertamente gay Anderson Cooper

andersoncooper_360laterLos seguidores de Donald Trump, o al menos su sector más fanático, han vertido su homofobia contra el periodista abiertamente gay Anderson Cooper, por su labor como moderador durante el último debate entre los candidatos a la presidencia de los Estados Unidos. La palabra que más han repetido en las redes sociales para descalificarle ha sido “maricón”, por haber cumplido con su deber de preguntar al candidato republicano acerca del último escándalo que ha protagonizado, al revelarse un vídeo en el que alardeaba de poder dominar a su antojo a las mujeres por ser rico y famoso.

El segundo debate televisivo entre los candidatos a la presidencia de los Estados Unidos, Donald Trump y Hillary Clinton, fue moderado por los periodistas Martha Raddatz (de la cadena ABC) y Anderson Cooper (de la cadena CNN). La participación de este último suponía que por primera vez un periodista abiertamente gay moderase un debate presidencial. Y eso no parecen haberlo pasado por alto los seguidores de Donald Trump.

Desde los diferentes medios se ha considerado que este segundo debate presidencial ha sido más incómodo para ambos candidatos, con preguntas más comprometidas y reacciones más viscerales. Además de interrogarles sobre las cuestiones de interés social o político, también salieron a la luz aquellos temas que podían infundir mayor temor a los candidatos. Por ejemplo, a Clinton se le planteó el asunto del informe del inspector general del Departamento de Estado, en el que se le acusaba de violar las reglas de la Secretaría de Estado que presidió en su día, al utilizar un servidor de correo privado en lugar de uno oficial y comprometer la seguridad nacional.

BJC9anECEn el caso de Trump, el tema estrella era el vídeo que fue tomado en 2005, en el que el candidato republicano habla de manera extremadamente grosera acerca de sus privilegios sobre las mujeres. Frases como “me atraen las mujeres bonitas automáticamente. Las comienzo a besar, es como un imán, no puedo ni esperar”, “me lancé a por ella como si fuera una perra, me la intenté follar, pero no lo conseguí. Ya estaba casada”, o la ya famosa “y cuando eres una celebridad te dejan hacer lo que quieras, puedes hacer lo que quieras. Agarrarlas por el coño. Puedes hacer de todo”, han causado una gran conmoción hasta en su propio partido, en el que relevantes miembros no solo han mostrado su malestar —incluido el candidato a la vicepresidencia Mike Pence— sino que han llegado a negarle su apoyo en la campaña.

Anderson Cooper le pidió explicaciones al respecto, sin que Donald Trump pareciera estar dispuesto a satisfacerle. Finalmente, ante la insistencia del moderador —que llegó a espetar al candidato: “Usted se ha jactado de haber asaltado sexualmente a mujeres. ¿Es consciente de eso?”—, Trump trató de dar por zanjado el asunto con la excusa de que era una simple “charla de vestuario”, como han argumentado repetidamente sus defensores.

Esa ha sido la pregunta que ha incendiado al sector más fanáticamente homófobo de los partidarios de Trump, que han vertido en las redes sociales todo un repertorio de insultos respecto a la orientación sexual de Anderson Cooper. Estos son algunos ejemplos:

Anderson Cooper interrumpiendo a Trump. ¡Eres un moderador, so maricón!

Claro que Anderson Cooper no sabe de charlas de vestuario. Quédate en tu sitio, maricón.

Que alguien le ponga una mordaza en la boca al maricón de Anderson Cooper.

El maricón celoso de Anderson Cooper, que no puede hacérselo con Trump, no ha oído en la cinta donde Trump dice que ellas le “dejaban” hacerlo. Eso no es asalto.

Tony-PerkinsNo es de extrañar la reacción, teniendo en cuenta el cariz de los seguidores más acérrimos del candidato republicano. Sirva de ejemplo de su bajeza moral la hipocresía de Tony Perkins, presidente de Family Research Council, una asociación profundamente LGTBfoba que ha luchado con todas sus fuerzas en contra del matrimonio igualitario en los Estados Unidos, alegando la defensa la “familia tradicional”. A pesar de que Trump en su famoso vídeo llega a hablar de cómo intentó seducir a una mujer casada, Perkins sigue dándole su apoyo…

¿Será porque Donald Trump ha donado 100.000$ a la Iglesia Bautista de Greenwell Springs, a la que pertenece el pastor homófobo Tony Perkins cuya casa fue destruida en las inundaciones de Louisiana? El dinero hace extraños compañeros de cama…

Fuente: Dosmanzanas

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Trump, que se presenta con el programa más anti-LGTB de la historia republicana, propone examinar a los inmigrantes sobre “derechos gais”

Sábado, 20 de agosto de 2016
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BJC9anECDonald Trump (o su equipo, siendo más preciso) vuelve a acordarse de los derechos LGTB en su lucha por conseguir la victoria en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Lo hace, otra vez, de la única forma en la que los candidatos que defienden posturas contrarias a los mismos suelen hacerlo: utilizándolos como una forma de atizar la islamofobia, precisamente uno de los ejes fundamentales de su campaña. Ahora Trump propone que a los inmigrantes que aspiren a un permiso de residencia en ese país se les someta a un test ideológico que confirme si comparten o no los valores estadounidenses. Según su equipo, entre estos se incluirían los derechos de las personas homosexuales. Una propuesta que podría considerarse digna de discusión… si no fuese porque demuestra una enorme hipocresía: la candidatura republicana se presenta a las elecciones con el programa más explícitamente anti-LGTB de su historia.

El candidato republicano planteó la propuesta en un discurso que pronunció este lunes en Ohio, uno de los “estados basculantes” que decidirán el resultado de las presidenciales (se trata de aquellos estados en los que en condiciones normales la victoria no está asegurada para ninguno de los dos grandes partidos, a diferencia de los tradicionales estados “rojos” o “azules” que solo en muy raras ocasiones votan diferente). Trump, empeñado en presentarse como el único candidato capaz de hacer frente al terrorismo islámico, propuso elaborar un cuestionario que sirva para cribar, de entre aquellas personas que intentar emigrar a Estados Unidos, las que mantengan una “actitud hostil” hacia los principios de la democracia estadounidense, que promuevan el odio o que pretendan sustituir las leyes vigentes en los Estados Unidos por la sharía o ley islámica.

En su discurso, Trump no dio detalles sobre aquellos aspectos sobre los que supuestamente se preguntaría en el cuestionario. Miembros de su equipo, sin embargo, fueron algo más explícitos, asegurando que en el cuestionario se valorarían los puntos de vista del aspirante en materia de libertad religiosa, igualdad de género y “derechos gais”.

Sin duda, la propuesta de Trump modificaría sustancialmente el modo en el que los Estados Unidos maneja la política inmigratoria, aunque lo cierto es que no supondría una novedad absoluta. Hay países que aplican cuestionarios de este tipo cuando se valora, por ejemplo, la concesión de la ciudadanía. Sin embargo, lo que más nos llama la atención, más que la propuesta en sí, es el hecho de que el candidato republicano solo se acuerde de los derechos LGTB cuando de utilizarlos en su argumentario islamófobo se trata. Ya lo hizo durante la pasada convención republicana, cuando la única mención que hizo al colectivo LGTB asunto fue para asegurar que “haré todo lo que esté en mi mano para proteger a nuestros ciudadanos LGBTQ de la violencia y la opresión de una ideología extranjera llena de odio, creedme”. Una frase que hizo que algunos medios de comunicación generalistas (no especialmente preocupados por el detalle cuando de la realidad LGTB se trata) presentasen a Trump como un político sensible a los derechos de este colectivo, algo de lo que alertaron activistas LGTB.

El programa republicano, abiertamente anti-LGTB

Hace pocas semanas hacíamos un resumen, precisamente, de los puntos incluidos en la plataforma republicana aprobada en la pasada convención y relacionados con los derechos LGTB. Dejan poco lugar a dudas:

  • Sobre el matrimonio igualitario: rechazo expreso de la sentencia del Tribunal Supremo en el caso Obergefell v. Hodges, que supuso la extensión del matrimonio igualitario a todo el país. El Partido Republicano considera que las leyes federales solo deben reconocer el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer  y hace un llamamiento expreso a considerar la posible aprobación de una enmienda a la Constitución de los Estados Unidos que “devuelva” el control de la regulación matrimonial a los estados.
  • Sobre la adopción homoparental: el Partido Republicano muestra su apoyo a las agencias de adopción religiosas que rechazan a las parejas del mismo sexo, argumentando además de forma expresa que los hijos criados en hogares sin un padre y una madre tienen más posibilidades de consumir drogas, cometer delitos y tener embarazos no deseados.
  • Defensa activa de la denominada First Amendment Defense Act (FADA), una propuesta legislativa que prohibiría sancionar, con independencia de las regulaciones antidiscriminatorias de los estados, a todas aquellas personas y negocios que que se nieguen a prestar servicios a parejas del mismo sexo en base a motivos religiosos.
  • Sobre las denominadas “terapias reparadoras” o “de conversión” para modificar la orientación sexual o la identidad de género, aunque no las menciona de forma expresa, el Partido Republicano defiende el “derecho de los padres” a recurrir las terapias que consideren más adecuadas para sus hijos menores“consistentes con sus valores morales, éticos o religiosos sin discriminación ni castigo”.
  • Sobre los derechos de las personas transgénero: el Partido Republicano expresa su apoyo a legislaciones como la aprobada hace unos meses en Carolina del Norte, que entre otras muchas importantes medidas discriminatorias prohíbe a las personas trans utilizar los baños que corresponden a su identidad de género. También muestra su desacuerdo, sin nombrarlo explícitamente con el final de la prohibición de servir en el Ejército a este colectivo, decidida por la administración Obama y confirmada recientemente, al asegurar estar en contra “de la modificación o de la rebaja de los estándares para satisfacer la agenda no militar impuesta por la Casa Blanca”.
  • Sobre políticas antidiscriminatorias: el Partido Republicano se opone expresamente a incluir la orientación sexual entre las categorías generalmente cubiertas por las regulaciones contra la discriminación.

Pero sin duda el gesto que de una forma más tajante ha dejado claro el giro conservador de Trump en materia LGTB ha sido la elección como candidato a vicepresidente de Mike Pence, gobernador de Indiana, un político cercano a la derecha religiosa que en las primarias republicanas apoyó sin fisuras a Ted Cruz. Opuesto al aborto, a la investigación con células madre, negacionista del cambio climático y cercano al creacionismo, en el año 2000, durante su campaña para ser elegido congresista, llegó a proponer que se utilizasen fondos destinados a ayudar a personas con VIH para sufragar a organizaciones que promovieran las “terapias reparadoras” entre aquellos que quisiesen modificar su orientación sexual.

De hecho, el momento de mayor protagonismo de Pence como gobernador vino precisamente de la mano de su oposición a los derechos LGTB: en marzo de 2015 sancionaba orgulloso una ley, aprobada por la legislatura del estado (también bajo control republicano) cuyo objetivo era impedir que entes locales o el propio estado pudiesen aprobar normativas antidiscriminatorias que afectasen a la “libertad religiosa”, eufemismo que suponía la legalización de la discriminación contra las personas LGTB. Un acto en el que Pence quiso rodearse de numerosos líderes religiosos, algunos de ellos virulentamente homófobos. La norma provocó una intensísima reacción social en su contra, que amenazó con afectar seriamente la economía del estado y que de hecho dejó muy tocada su imagen. Mike Pence se vio obligado a promover una norma adicional que clarificase los límites de la ley e impidiese la discriminación en la prestación de servicios a personas por motivos de orientación sexual. Una marcha atrás que dejó tocada la imagen de Pence y que quizá haya sido una de las razones que le han llevado a aceptar la propuesta de Trump en lugar de optar a la reelección como gobernador.

Hillary Clinton: “Trump no pasaría su propio test”

Una de las reacciones a la propuesta de Trump ha venido de su principal oponente en las elecciones de noviembre, la demócrata Hillary Clinton. En un mensaje en Twitter, Clinton ha insertado un vídeo de poco más de un minuto de duración en el que reproduce algunas declaraciones del propio Trump que fácilmente pueden considerarse contrarias a la Constitución estadounidense. Una de ellas, por ejemplo, su afirmación de que consideraría la posibilidad de revertir la decisión del Tribunal Supremo sobre el matrimonio igualitario proponiendo en el futuro a nuevos jueces del alto tribunal dispuestos a valorar de nuevo la cuestión… “Donald Trump dice que creará un nuevo examen para inmigrantes. Es un examen que él suspendería”, ironiza Clinton:

Fuente Dosmanzanas

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El Partido Republicano hace de la oposición a los derechos LGTB uno de los elementos centrales de su asalto a la Casa Blanca

Viernes, 22 de julio de 2016
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BJC9anECNunca antes las personas LGTB (de Estados Unidos, pero también del resto del mundo) se jugaban tanto en unas elecciones presidenciales. Hasta un medio generalista como The New York Times avisa en su editorial de este martes: el Partido Republicano ha hecho del odio homófobo una pieza central de su campaña para reconquistar la presidencia en noviembre de 2016. A una plataforma más abiertamente anti-LGTB que nunca, el candidato republicano Donald Trump ha unido además la elección de un político marcadamente conservador y contrario a los derechos LGTB, Mike Pence, como su vicepresidente si gana las elecciones. 

El viaje de un candidato no especialmente anti-LGTB…

Pocos podían presagiar, hace solo unos pocos meses, la posición tan marcadamente hostil que el Partido Republicano ha decidido adoptar en materia LGTB.  A diferencia del que fue su principal rival en la carrera por la nominación republicana, Ted Cruz, estrechamente vinculado a la derecha religiosa y ultraconservador en materia moral, Trump nunca se había caracterizado por una feroz oposición a los derechos LGTB. Cuando se produjo el encarcelamiento de Kim Davis, la funcionaria de Kentucky que se negaba a permitir que en su condado se emitiesen licencias de matrimonio a parejas del mismo sexo, Trump llegó a asegurar que el matrimonio igualitario era ya ley, y que si Davis no quería emitir estas licencias debería haber permitido que sus funcionarios lo hicieran. Un posicionamiento pragmático, que contrastaba con las manifestaciones de apoyo incondicional a Davis por parte de sus entonces oponentes, y muy especialmente de Ted Cruz.

Donald Trump también se había manifestado en contra de que las empresas privadas pudiesen despedir a trabajadores por el mero hecho de ser homosexuales, aunque de forma ambigua y sin comprometer un apoyo formal a una posible ley antidiscriminatoria (la Ley de No Discriminación en el Empleo, también conocida como “ENDA” por sus siglas en inglés, lleva más de dos décadas en discusión pero aún no ha podido ser aprobada). Y antes de entrar abiertamente en política Trump había demostrado una “cierta sensibilidad” ante la realidad trans, cuando como propietario de la marca Miss Universo aceptó en 2012 readmitir a Jenna Talackova después de haber sido excluida por ser una mujer transexual. Miss Universo, de hecho, modificó sus reglas para permitir a partir de ese momento la participación de mujeres transexuales en todas sus competiciones.

Las cosas comenzaron a torcerse cuando Trump, en un primer guiño al sector más conservador de los republicanos, sugirió la posibilidad de revertir la decisión del Tribunal Supremo sobre el matrimonio igualitario proponiendo en el futuro a nuevos jueces del Supremo dispuestos a valorar de nuevo la cuestión. Declaraciones que causaron cierta sorpresa en el colectivo LGTB estadounidense, que consideraba que en el tema del matrimonio igualitario Trump era partidario de pasar página, y que “compensó” parcialmente semanas después, cuando por sorpresa defendió, al ser preguntado por periodistas sobre la ley anti-LGTB de Carolina del Norte, que las personas transexuales pudiesen hacer uso de los baños que mejor se acomodasen a su identidad de género, al tiempo que se lamentó del daño económico que generan este tipo de leyes, que considera innecesarias. Eso sí, a las pocas horas Trump matizaba su posición, asegurando que debían ser los estados los que decidieran sobre esta materia, para finalmente apoyar abiertamente la posición de los republicanos de Carolina del Norte y de su gobernador, Pat McCrory, firme defensor de la ley discriminatoria.

… hacia posiciones marcadamente homófobas y tránsfobas

En esto, Donald Trump, a pesar de contar con todo el establishment republicano en su contra, se hizo con la nominación republicana gracias a sus sucesivas victorias en las primarias. Llegó la hora de “unificar” a su partido…. y desgraciadamente no hay mejor recurso a la hora de poner de acuerdo a los políticos republicanos (salvo honrosas excepciones en estados marcadamente liberales, como California, Nueva York o los estados de Nueva Inglaterra) que defender políticas contrarias a los derechos LGTB, tan queridas por sus bases más fieles.

En esta línea, los encargados de elaborar la plataforma ideológica que los republicanos acaban de aprobar en la convención que está teniendo lugar en estos momentos en Cleveland (Ohio) se han encargado de incluir diversas propuestas abiertamente homófobas y tránsfobas. Conviene señalar, a este respecto, que las “plataformas” que tanto republicanos como demócratas aprueban en sus respectivas convenciones no son “programas electorales” definidos tal y como clásicamente se entienden en Europa, sino más bien una enumeración de los principios que marcarán las líneas programáticas del partido en los siguientes cuatro años. Su desarrollo efectivo dependerá de los equilibrios de poder entre la Presidencia y el Congreso (que cambian cada dos años), cuyos legisladores cuentan además con una libertad de voto desconocida en Europa (donde la disciplina de partido es la norma). En cualquier caso, supone un indicador de las prioridades de cada partido a la hora de impulsar unas u otras políticas.

Los puntos incluidos en la plataforma son, a este respecto:

  • Sobre el matrimonio igualitario: rechazo expreso de la sentencia del Tribunal Supremo en el caso Obergefell v. Hodges, que supuso la extensión del matrimonio igualitario a todo el país. El Partido Republicano considera que las leyes federales solo deben reconocer el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer  y hace un llamamiento expreso a considerar la posible aprobación de una enmienda a la Constitución de los Estados Unidos que “devuelva” el control de la regulación matrimonial a los estados.
  • Sobre la adopción homoparental: el Partido Republicano muestra su apoyo a las agencias de adopción religiosas que rechazan a las parejas del mismo sexo, argumentando además de forma expresa que los hijos criados en hogares sin un padre y una madre tienen más posibilidades de consumir drogas, cometer delitos y tener embarazos no deseados.
  • Defensa activa de la denominada First Amendment Defense Act (FADA), una propuesta legislativa que prohibiría sancionar, con independencia de las regulaciones antidiscriminatorias de los estados, a todas aquellas personas y negocios que que se nieguen a prestar servicios a parejas del mismo sexo en base a motivos religiosos.
  • Sobre las denominadas “terapias reparadoras” o “de conversión” para modificar la orientación sexual o la identidad de género, aunque no las menciona de forma expresa, el Partido Republicano defiende el “derecho de los padres” a recurrir las terapias que consideren más adecuadas para sus hijos menores “consistentes con sus valores morales, éticos o religiosos sin discriminación ni castigo”.
  • Sobre los derechos de las personas transgénero:el Partido Republicano expresa su apoyo a legislaciones como la aprobada hace unos meses en Carolina del Norte, que entre otras muchas importantes medidas discriminatorias prohíbe a las personas trans utilizar los baños que corresponden a su identidad de género. También muestra su desacuerdo, sin nombrarlo explícitamente con el final de la prohibición de servir en el Ejército a este colectivo, decidida por la administración Obama y confirmada recientemente, al asegurar estar en contra “de la modificación o de la rebaja de los estándares para satisfacer la agenda no militar impuesta por la Casa Blanca”.
  • Sobre políticas antidiscriminatorias: el Partido Republicano se opone expresamente a incluir la orientación sexual entre las categorías generalmente cubiertas por las regulaciones contra la discriminación.

La elección de Pence confirma el giro conservador 

Pero sin duda el gesto que de una forma más tajante ha dejado claro el giro conservador de Trump en materia LGTB ha sido la elección como candidato a vicepresidente de Mike Pence, gobernador de Indiana, un político cercano a la derecha religiosa que en las primarias republicanas apoyó sin fisuras a Ted Cruz. Opuesto al aborto, a la investigación con células madre, negacionista del cambio climático y cercano al creacionismo, en el año 2000, durante su campaña para ser elegido congresista, llegó a proponer que se utilizasen fondos destinados a ayudar a personas con VIH para sufragar a organizaciones que promovieran las “terapias reparadoras” entre aquellos que quisiesen modificar su orientación sexual.

No es de extrañar, pues, que su momento de mayor protagonismo como gobernador viniese precisamente de la mano de su oposición a los derechos LGTB. En marzo de 2015, Mike Pence sancionaba orgulloso una ley, aprobada por la legislatura del estado (también bajo control republicano) cuyo objetivo era impedir que entes locales o el propio estado pudiesen aprobar normativas antidiscriminatorias que afectasen a la “libertad religiosa”, eufemismo que suponía la legalización de la discriminación contra las personas LGTB. Un acto en el que Pence quiso rodearse de numerosos líderes religiosos, algunos de ellos virulentamente homófobos. La fotografía simbolizaba a la perfección el carácter de la ley:

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La norma, sin embargo, provocó una intensísima reacción social en su contra, que amenazaba con afectar seriamente la economía del estado y que de hecho dejó muy tocada su imagen. Mike Pence se vio obligado a promover una norma adicional que clarificara los límites de la ley e impidiese la discriminación en la prestación de servicios a personas por motivos de orientación sexual. Una marcha atrás que dejó tocada la imagen de Pence y que quizá haya sido una de las razones que le han llevado a aceptar la propuesta de Trump en lugar de optar a la reelección como gobernador. En cualquier caso, Pence conserva su buena imagen entre el sector más conservador de los republicanos, receloso de Trump.

El magnate, por su parte, espera con este gesto reconciliarse con el “núcleo duro” del electorado republicano y amarrar el próximo noviembre los once votos electorales de Indiana, un estado que tiende a votar republicano en las elecciones presidenciales pero que por ejemplo en 2008 ganó (aunque por estrecho margen) Barack Obama.

¿Conseguirá Trump, con este tipo de maniobras, asegurar el voto tradicional republicano y sumarlo al de los muchos independientes que le han llevado en volandas hacia la nominación? Está por ver, pero lo cierto es que las encuestas señalan que la diferencia de intención de voto entre el candidato republicano y Hillary Clinton está, a día de hoy, muy ajustada. Todo puede pasar. De lo que cada vez caben menos dudas es de que una victoria republicana sería una tragedia para la causa LGTB. Veremos…

Fuente Dosmanzanas

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Arkansas e Indiana modifican las leyes que pretendían discriminar a las personas LGTB gracias a la presión social.

Jueves, 9 de abril de 2015
Comentarios desactivados en Arkansas e Indiana modifican las leyes que pretendían discriminar a las personas LGTB gracias a la presión social.

protesta_indianaProtesta en Indiana por la denominada ley ‘antigay’

La intensa reacción social contra la aprobación por el estado de Indiana de una ley que daba carta blanca para discriminar a las personas LGTB aduciendo motivos religiosos, de la que dimos cuenta hace unos días, se ha traducido al final en la aprobación de un añadido de carácter antidiscriminatorio. Algo parecido ha sucedido en Arkansas, otro estado que acaba de aprobar una ley similar, que el gobernador se había negado a sancionar en su versión original. En paralelo, las peticiones de boicot a Indiana están siendo ya retiradas. Sí algo ha puesto de manifiesto lo sucedido, según numerosos observadores, es la absoluta falta de capacidad del Partido Republicano para sumarse al cambio social que está teniendo lugar en Estados Unidos en materia LGTB.

Ante las fuertes críticas, legisladores de ambos estados aprobaron cambios que prohíben usar motivos religiosos para negar servicios con base en raza, color, religión, edad, nacionalidad, discapacidad, género u orientación sexual. Legisladores en Arkansas e Indiana aprobaron el jueves iniciativas de ley que esperan acallará el alboroto nacional sobre nuevas leyes de objeciones religiosas que opositores afirman están diseñadas para ofrecer una defensa jurídica a la discriminación de homosexuales.

Lo comentábamos en nuestra anterior entrada dedicada a Indiana. “Arreglen esto ya”, era la petición que ocupaba hace justo una semana la portada de Indianapolis Star, el diario local más importante del estado, expresión de la gran inquietud generada ante la reacción social contra la ley y las amenazas de boicot que amenazaban con afectar seriamente la economía del estado, y que de hecho han dejado muy tocada su imagen. El gobernador Mike Pence anunciaba la inmediata aprobación de una norma adicional que clarificaría los límites de la ley e impediría la discriminación en la prestación de servicios a personas por motivos de orientación sexual. Así ha sido.

. La nueva norma, elaborada y aprobada con carácter urgente el pasado jueves, establece que la legislación de protección a la libertad religiosa no permite a ningún proveedor de servicios discriminar a clientes por motivos de raza, color, religión, origen, edad, discapacidad, sexo, orientación sexual o identidad de género. Quedan excluidas, eso sí, las iglesias u organizaciones religiosas, así como los clérigos de las diferentes confesiones en el ejercicio de su actividad ministerial. Mike Pence la firmaba inmediatamente tras ser aprobada. En Indiana, la cámara baja y el Senado aprobaron revisiones a la ley firmada la semana pasada por el gobernador republicano Mike Pence después de una protesta clamorosa por parte de comercios y grupos defensores de los derechos de las personas LGTB. Si Pence aprueba la nueva redacción, será la primera vez que son mencionados en un estatuto estatal la orientación sexual y la identidad de género. La enmienda en Indiana prohíbe a proveedores de servicios utilizar la ley como una defensa jurídica para negarse a proporcionar servicios, artículos, instalaciones o alojamiento. Prohíbe además la discriminación con base en raza, color, religión, abolengo, edad, nacionalidad, discapacidad, género, orientación sexual, identidad de género o servicio militar estadounidense, aunque aún quedan exentas de esta prohibición las Iglesias y escuelas afiliadas, así como a organizaciones religiosas sin fines de lucro.

Brian Bosma, presidente de la Cámara de Representantes, dijo que el acuerdo envía una “muy fuerte declaración” de que el estado no tolerará la discriminación y subrayó que la ley “no puede ser utilizada para discriminar a nadie”.

Líderes empresariales, muchos de los cuales se han opuesto a la ley o han amenazado cancelar sus viajes al estado debido a ella, calificaron la enmienda como un primer paso positivo. Indiana todavía no incluye a la comunidad LGTB como un grupo protegido en su ley sobre derechos civiles, pero Bosma dijo que los legisladores se reunieron con representantes de esta comunidad y opinaron que la enmienda atiende muchas de sus preocupaciones.

El estado de Indiana, entretanto, busca restañar las heridas. Mientras que los promotores de las iniciativas de boicot van retirándolas tras la reforma antidiscriminatoria, las agencias locales de turismo insisten en que todo el mundo “es bienvenido” en Indiana. Numerosos establecimientos, de hecho, han colocado pegatinas en su entrada con la leyenda “este negocio atiende a todo el mundo”, como parte de la campaña Open for Service contra de la discriminación.

A quien no habrá gustado demasiado la marcha atrás de los republicanos de Indiana es a los propietarios de una pizzería de la localidad de Walkerton, que no dudaron en declarar a los medios de comunicación que acogiéndose a la ley, tal y como originalmente fue aprobada, se negarían a servir pizzas a celebraciones de boda entre personas del mismo sexo. Si lo que buscaban era su minuto de fama -servir pizza de encargo en una celebración de boda no parece un servicio habitual, ni siquiera en Indiana- desde luego lo han conseguido, siendo noticia a nivel nacional y movilizando incluso a su favor a miles de homófobos que han recaudado más de 800.000 dólares de ayuda para el negocio…

Sea como sea, hay varias lecciones que podemos extraer de lo sucedido en Indiana. En primer lugar, que los sectores mas reaccionarios no descansan nunca en su lucha por perpetuar la discriminación de las personas LGTB, más allá de la batalla por el matrimonio igualitario. En segundo lugar, que la movilización social sigue siendo un instrumento eficaz que no debe dejarse de lado, incluso en contextos políticos en teoría favorables (los homófobos no lo hacen). Por último, no conviene olvidar que sin el posicionamiento de algunas de las más importantes empresas de los Estados Unidos es dudoso que se hubiera ganado esta batalla: parece claro que el movimiento LGTB debe mantener viva su capacidad de generar sinergias a todos los niveles.

Algo parecido -aunque no exactamente igual- sucedía en Arkansas, donde el gobernador Asa Hutchinson ni siquiera había firmado la primera versión de la ley a la espera de que fuese enmendada. Finalmente la legislatura del estado aprobaba una segunda versión que, sin incluir expresamente una normativa antidiscriminatoria, establece claramente que la ley debe ser interpretada en el mismo sentido la legislación federal de protección de la libertad religiosa (que data de 1993) y de acuerdo a la jurisprudencia previa en ese sentido, lo que en la práctica supone que la situación sigue más o menos como hasta ahora. La Cámara de Representantes de Arkansas aprobó por 76-17 una medida de objeciones religiosas modificada después que el gobernador Asa Hutchinson solicitó cambios ante el aumento de críticas de que una ley previa justificaba la discriminación de homosexuales y lesbianas. Hutchinson firmó la ley sólo momentos después de la votación. Dijo que la nueva versión reconoce que “tenemos una fuerza laboral diversa y una cultura diversa”.

En definitiva, dos derrotas significativas para los grupos homófobos, siendo especialmente dolorosa para ellos la de Indiana, donde el resultado final ha sido precisamente el opuesto al inicialmente deseado: la aprobación de una normativa expresamente antidiscriminatoria con mención a la orientación sexual y a la identidad de género.

Dos derrotas, por otra parte, que han supuesto cierta convulsión interna en el Partido Republicano, obligado a ceder ante la presión social en dos estados cuyas legislaturas controla con cómodas mayorías absolutas. Especialmente significativo resulta el contraste entre los posicionamientos favorables a la redacción inicial de la ley de Indiana por parte de los políticos republicanos en activo, sujetos a la influencia de las bases más conservadoras del partido (como el candidato presidencial Ted Cruz, abiertamente homófobo, y el también más que probable candidato Jeb Bush) frente a las críticas de otros políticos republicanos que ya no tienen nada que perder, como es el caso del exgobernador de California, Arnold Schwarzenegger, que considera que su partido tiene mucho “que aprender” de lo sucedido.

“Si el Partido Republicano quiere que la próxima generación de votantes escuchen nuestras ideas y soluciones a los problemas reales, tenemos que ser un partido abierto e inclusivo, no un partido de divisiones. Tenemos que ser el partido del gobierno limitado, no el partido que legisla sobre el amor. Tenemos que ser el partido que se posiciona a favor de la igualdad y contra cualquier forma de discriminación. Tenemos que ser el partido que en su momento atrajo a este inmigrante austriaco”, ha declarado Schwarzenegger.

 

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Comunicado suscrito por más de 70 líderes de empresas tecnológicas en defensa de los derechos LGBT en EEUU… Y la NBA y NCAA se suman contra la ‘ley anti-gay’ de Indiana

Lunes, 6 de abril de 2015
Comentarios desactivados en Comunicado suscrito por más de 70 líderes de empresas tecnológicas en defensa de los derechos LGBT en EEUU… Y la NBA y NCAA se suman contra la ‘ley anti-gay’ de Indiana

matrimonio-gay-euAnte la creciente ola de medidas legales anti-LGBT que se han aprobado en algunos lugares, o han surgido como iniciativa, las grandes compañías tecnológicas han dicho BASTA y han firmado un manifiesto en el que muestran su absoluto apoyo al colectivo y su rechazo frontal a estas leyes.

Además, la organización de la mejor liga de baloncesto del mundo, y los equipos de Indianápolis (Indiana, EEUU), la ciudad donde se disputa la Final Four de la NCAA (entre el 2 y el 4 de abril), se ha pronunciado ante las amenazas de boicot recibidas tras ser aprobada la ‘ley anti-gay‘. Esas amenazas de boicot al torneo fueron proferidas al precursor de esta enmienda contra la discriminación sexual, el gobernador Mike Pence, por parte de empresarios y personalidades relacionadas con el sector servicios en ese estado, lo que le ha obligado a dar marcha atrás e enmendarla para evitarala discriminación por orientación sexual… Finalmente, el gobernador Mike Pence anunciaba el martes la inmediata aprobación de una legislación adicional que clarificará los límites de la ley e impedirá, supuestamente, la discriminación en la prestación de servicios a personas por motivos de orientación sexual. Pence aseguraba que la intención de la ley no había sido la de “crear un permiso para discriminar” pero aceptaba que así se había interpretado, “no solo aquí en Indiana sino en todo el país, y tenemos que afrontarlo”.Recordemos que la modificación de esta ‘ley anti-gay’,  obligaba a bares y comercios a servir a sus clientes que manifiesten tendencias homosexuales (siempre y cuando no sean de escándalo público), a pesar de que vaya contra sus creencias religiosas. Y es que aunque parezca mentira, hasta hace pocas horas era posible, y cualquier propietario de un bar podía negar el servicio a un cliente gay.

En este sentido, Mark Emmert, presidente de la NCAA, cuya base está precisamente en Indianápolis, aseguró sentirse “muy satisfecho de que se reforme la ley para que quede claro que no se puede discriminar a nadie. Los valores de la NCAA abogan por un ambiente inclusivo y no discriminatorio para nuestros estudiantes-atletas, trabajadores, aficionados y sus familias. Esperamos que la enmienda se apruebe pronto y pase cuanto antes a formar parte de la ley aprobada por el gobernador”.

Esta es la carta:

Los valores de la diversidad, la equidad y la igualdad son fundamentales para nuestra industria. Estos valores son el combustible de la creatividad y la inspiración, que a su vez hacen que el sector de la tecnología de Estados Unidos sea un de los más admirados en el mundo.

Creemos que es sumamente importante hablar sobre esas leyes o proyectos de ley que pondrían en riesgo los derechos de las minorías. La transparencia y una economía abierta en el futuro dependen de ello y los valores de este gran país están en riesgo.

La libertad religiosa, la inclusión y la diversidad pueden coexistir y todos, incluyendo las personas LGBT y personas de fe deberían ser protegidos por las leyes de derechos civiles. Nadie debería tener miedo de perder su trabajo o vivienda por ser quienes son o por a quien aman.

Sin embargo, ahora esos valores están siendo cuestionadas en los estados de todo el país. En más de veinte estados, las leyes están considerando una legislación que podría permitir a las personas o empresas discriminar a las personas LGBT al negarles un servicio si sienten que viola sus creencias religiosas.

Para asegurar que nadie se enfrenta a la discriminación y asegurar que todos conservan su derecho a vivir su fe, hacemos un llamamiento a todas las legislaturas para añadir la orientación sexual y la identidad de género como categorías protegidas en sus leyes de derechos civiles y para prohibir explícitamente la discriminación o la negación de servicios a cualquier persona.

Cualquier otra cosa sólo servirá para colocar barreras entre las personas, crear obstáculos a la creatividad y la inclusión, y sofocar el tipo de sociedad abierta y transparente que es necesario para crear los empleos del futuro. La discriminación es mala para el negocio y es por eso que nos hemos tomado tiempo en unirnos a esta declaración conjunta.

La lista de firmantes, que incluye a Facebook, Twitter, Linkedin, Microsoft, Zynga… y decenas más, nos enorgullece y emociona: Leer más…

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“Arreglen esto ya”… La reacción social contra la ley homófoba de Indiana fuerza al gobernador a anunciar cambios inminentes

Jueves, 2 de abril de 2015
Comentarios desactivados en “Arreglen esto ya”… La reacción social contra la ley homófoba de Indiana fuerza al gobernador a anunciar cambios inminentes

635633567670670959-G9DACF488.1“Arreglen esto ya”. Era el titular que ocupaba el martes la portada de Indianapolis Star, el diario local más importante del estado. Un ruego a los legisladores de Indiana para que pongan remedio a la situación abierta por la aprobación de una ley que da carta blanca para discriminar a las personas LGTB argumentando motivos religiosos. Y es que la reacción social ha sido tal que el gobernador Mike Pence, que hace pocos días sancionaba la ley rodeado de líderes religiosos, algunos de ellos virulentamente homófobos, ha anunciado ya su retoque. La tormenta ha llegado también a Arkansas, otro estado cuya legislatura acaba de aprobar una ley muy similar, y donde el gobernador se niega ahora a sancionarla hasta que no quede claro que no podrá usarse para discriminar a las personas homosexuales.

El editorial de Indianapolis Star no era otra cosa que la expresión de la gran inquietud que ha cundido en Indiana ante la inesperada (para muchos) reacción contra la ley. Como comentamos hace pocos días, ya en el mismo momento de aprobarse comenzaron a desatarse las alarmas: la llamada al boicot al estado de Indiana, que el actor George Takei (Star Trek) impulsaba en Twitter con el hashtag #BoycottIndiana, se convertía casi inmediatamente en Trending Topic. Marc Benioff, presidente de la tecnológica Salesforce, anunciaba la cancelación de aquellos programas que supusieran a sus trabajadores la necesidad de viajar a Indiana. Gen Con, una de las principales convenciones mundiales de juegos (juegos de rol, cartas, estrategia, etc.), y que el año pasado atraía a casi 60.000 visitantes a Indianápolis, avisaba por carta a Pence de que se estaba planteando marcharse del estado. Otros líderes empresariales, sin llegar a amenazar directamente con el boicot, expresaban su contrariedad en Twitter. Era el caso de Max Levchin, fundador de compañías como Affirm, HVF, Slide o PayPal, o del presidente de Apple, Tim Cook.

Precisamente fue la actitud de Cook la que acabó de precipitar la situación. El presidente de Apple no se limitó a su tuit inicial, sino que el domingo 29 de marzo publicó un artículo de opinión en The Washington Post en el que alertaba de los peligros que este tipo de leyes suponen al abrir la puerta a la discriminación. El artículo no descubría nada nuevo, pero el hecho de que su autor sea el presidente de una de las marcas más influyentes del mundo -quizá la que más en este momento- hizo que diera la vuelta al mundo. “Tim Cook se pasa al activismo y alerta del ‘peligro’ de las nuevas leyes contra los gays en EEUU”, llegaba a titular El Mundo, ejemplo de un medio español que hasta entonces no se había hecho eco de lo sucedido. El final del artículo de Cook marcaba además el rumbo a seguir. “Esto no es una cuestión política. No es una cuestión religiosa. Se trata de como los seres humanos nos tratamos entre nosotros. Oponerse a la discriminación supone valor, pero cuando las vidas y la dignidad de tantas personas están en juego, es la hora de que todos seamos valientes”, finalizaba el texto.

Llegados a este punto, los anuncios de boicot y cancelaciones de viajes y actos se precipitaban uno tras otro: EMC, Cloudera, Amazon, el sindicato AFSCME (el más importante sindicato de empleados públicos del país), la Mid-American Conference (subdivisión regional del deporte universitario), etc. Diferentes organismos públicos anunciaban también que no financiarían desplazamientos a Indiana, entre ellos las ciudades de Denver, Oakland, San Diego, San Francisco, Seattle o Washington D.C. (la capital federal) y los estados de Oregón y Vermont. La preocupación cundía y la presión sobre los legisladores republicanos que han promovido la ley aumentaba. Finalmente, el gobernador Mike Pence anunciaba el martes la inmediata aprobación de una legislación adicional que clarificará los límites de la ley e impedirá, supuestamente, la discriminación en la prestación de servicios a personas por motivos de orientación sexual. Pence aseguraba que la intención de la ley no había sido la de “crear un permiso para discriminar” pero aceptaba que así se había interpretado, “no solo aquí en Indiana sino en todo el país, y tenemos que afrontarlo”.

Y en Arkansas el gobernador exige retoques antes de sancionarla

Pero el “efecto Indiana” se ha hecho ya sentir también Arkansas, otro estado cuya legislatura, también bajo control republicano, acaba de dar su visto bueno a una ley similar. Y si hace solo unos días el gobernador Asa Hutchinson se mostraba dispuesto a refrendarla tal cual había sido aprobada, ahora exige que se modifique para incluir garantías antidiscriminatorias. “Lo que es importante desde la perspectiva de Arkansas es alcanzar un correcto equilibrio. Y en segundo lugar, trasladar la idea de que este no es un estado que no reconoce la diversidad en los lugares de trabajo, en la economía y en nuestro futuro”, declaraba en una conferencia de prensa en la que anunciaba su nueva posición.

En definitiva, y a la espera de conocer ambas modificaciones legislativas, a los sectores homófobos que han impulsado estas leyes puede haberles salido mal la jugada, consiguiendo como resultado final la implementación de una normativa antidiscriminatoria que antes no existía con carácter estatal ni en Indiana ni en Arkansas.

Seguiremos atentos a lo que suceda, que más allá de las fronteras de estos dos estados será un buen indicador de la fuerza de las posiciones homófobas en los Estados Unidos, a punto de perder la batalla del matrimonio igualitario a nivel federal pero empeñadas en trasladar la batalla al ámbito local.

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Indiana, estado republicano, aprueba una ley que permitirá discriminar a personas LGTB con argumentos religiosos

Lunes, 30 de marzo de 2015
Comentarios desactivados en Indiana, estado republicano, aprueba una ley que permitirá discriminar a personas LGTB con argumentos religiosos

indiana-anti-gay-e1427391195785El sector más conservador del Partido Republicano se niega a aceptar las sucesivas derrotas en su batalla contra el matrimonio igualitario en Estados Unidos y se ha lanzado a promover una serie de iniciativas de corte homófobo en varios de los estados bajo control republicano. El primero de sus éxitos es el de Indiana, un estado cuyo gobernador, Mike Pence, ha sancionado una ley, aprobada por la legislatura del estado, cuyo objetivo es impedir que entes locales o el propio estado puedan aprobar normativas antidiscriminatorias que afecten a la “libertad religiosa”.

La ley aprobada en Indiana pertenece a las llamadas leyes “de restauración de la libertad religiosa”, vigentes en más de una veintena de estados del país, que blindan las creencias religiosas frente a otras posibles normas legales. La última de ellas fue la aprobada hace un año en Mississipi. De hecho, existe una norma similar a nivel federal, que fue aprobada en 1993 con la unanimidad de demócratas y republicanos y sancionada por el entonces presidente, Bill Clinton. Una norma, por cierto, que jugó un papel clave en la polémica sentencia del Tribunal Supremo que por 5 votos a 4 dio el pasado año la razón a Hobby Lobby, una cadena de tiendas propiedad de un multimillonario evangélico que reclamaba su derecho a no costear una serie de tratamientos anticonceptivos como parte del seguro médico de sus trabajadoras, como obligaba la reforma sanitaria de Obama. El Supremo falló a favor de Hobby Lobby, considerando que dicha obligación violaba la libertad religiosa de sus propietarios y que el Gobierno federal estaba obligado a buscar otra solución para que las empleadas de la empresa pudieran acceder a contraceptivos.

La de Indiana, sin embargo, es la primera de estas leyes que podemos considerar producto directo de la reacción contra el impulso judicial al matrimonio igualitario en Estados Unidos, que de aquí a junio libra su batalla final ante el Tribunal Supremo. Indiana es, de hecho, uno de esos estados a los que el matrimonio igualitario ya ha llegado como consecuencia de una decisión judicial. En septiembre de 2014, un panel de tres jueces de la Corte de Apelaciones del 7º Circuito, con sede en Chicago, fallaba por unanimidad que la prohibición del matrimonio igualitario en los estados de Indiana y Wisconsin violaba el derecho al debido proceso y a la igual protección garantizados por la 14ª Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos. Lo hacía además con una sentencia en la que uno de los juristas más prestigiosos del país, Richard Posner, ridiculizaba los argumentos contrarios a que las parejas del mismo sexo puedan casarse. Pocas semanas después, el Tribunal Supremo de los Estados Unidos rechazaba las apelaciones de los contrarios al matrimonio igualitario en Indiana (y en otros cuatro estados), dando de esa forma validez a lo que la justicia federal había dictaminado en el nivel inferior.

La reacción homófoba no se hizo esperar, cristalizando en el proyecto de ley ahora aprobado, que no busca otra cosa que reforzar legalmente a todas aquellas personas e instituciones que se niegan a aceptar las relaciones entre personas de su mismo sexo, permitiéndoles discriminarlas alegando motivos religiosos. Una pareja del mismo sexo, por ejemplo, podría no ser atendida por el propietario de un negocio si este alega que ello entra en contradicción con sus creencias religiosas, sin que ninguna norma local o estatal contra la discriminación se lo pueda ya impedir. Algo que niegan los promotores de la ley (que en ningún momento se refiere expresamente a la las personas LGTB o a la homosexualidad) pero que a ningún observador se escapa.

El proyecto, pese a la polémica generada, fue finalmente aprobado por el Senado de Indiana por 40 votos a favor (todos republicanos) y 10 en contra (todos demócratas) y por la Cámara de Representantes por 63 votos contra 31 (todos los votos favorables fueron republicanos. De los votos contrarios, 26 fueron demócratas y 6 republicanos). El gobernador republicano, Mike Pence, firmó de forma casi inmediata la ley rodeado de religiosos, una imagen que simboliza de una forma perfecta lo sucedido:

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El gobernador de Indiana Mike Pence (sentado) en una ceremonia privada para firmar una enmieda en la ley de libertad religiosa el jueves, 26 de marzo de 2015.

Lo sucedido en Indiana ha tenido una gran repercusión a nivel de todo el país, provocando reacciones de profundo desagrado e incluso llamadas al boicot al estado de Indiana, que el conocido actor George Takei (Star Trek) impulsaba en Twitter con el hashtag #BoycottIndiana, que en pocas horas se convertía en Trending Topic en Estados Unidos. Además, Varias estrellas de Hollywood protestan contra la ley antigay de Indiana: Miley Cryrus o Asthon Kucher son algunos de los famosos que se han pronunciando en contra esta nueva normativa que discrimina claramente a los homosexuales.  Numerosos rostros conocidos se han posicionado tajantemente en contra de la misma. Esta normativa –conocida como “Ley de restauración de la libertad religiosa”– permite utilizar las creencias religiosas como defensa para que, por ejemplo, determinados negocios se opongan a dar servicio a homosexuales y lesbiana

La estrella pop Miley Cyrus ha sido otra de las celebrities que ha encabezado esta cruzada contra el gobernador de Indiana, Mike Pence. La cantante subió una fotografía a su perfil de Instagram en la que escribió: “Eres un estúpido… El único lugar que tiene más idiotas que Instagram es la política… ¡Necesitamos hombres heterosexuales más fuertes luchando por la igualdad entre hombres y mujeres! ¿Por qué el ‘macho’ teme amar mucho?”.

Asthon Kutcher también ha expresado su indignación apoyando a una empresa de software que se ha unido al boicot comercial promovido al estado de Indiana. “¿Indiana?, ¿en serio? Bravo Salesforce por posicionarte… Espero que más compañías sigan tu ejemplo… ¿Indiana, también vas a permitir que los establecimientos cristianos prohíban la entrada de judíos?, ¿o viceversa?, ¿libertad religiosa?”, ha publicado en su Twitter.

Otro de los actores que se ha pronunciado ha sido James Van Der Beek que también ha mostrado su disconformidad en las redes sociales. “Decimos que amamos este país por sus libertades, pero quieren denegar a los gays las mismas libertades que disfrutamos, suena muy hipócrita (…) La libertad es el derecho a elegir la forma en cómo vivir, no el derecho a elegir la forma en que todos los demás viven. Recuerdo a Jesús diciendo ‘No juzgues y ama al prójimo como a ti mismo’. No le recuerdo diciendo que está genial discriminar”, ha escrito la estrella de Dawson crece.

La actriz Sophia Bush, el guionista Dustin Lance Negro, la cantante Audra McDonald, o Mara Wilson han sido otros de los famosos que han criticado duramente esta nueva legislación.

Marc Benioff, presidente de la tecnológica Salesforce (con sede en California) ya ha anunciado en Twitter la cancelación de aquellos programas que supongan la necesidad de que trabajadores de la compañía viajen a Indiana. Por su parte, Gen Con, una de las principales convenciones mundiales de juegos (juegos de rol, cartas, estrategia, etc.), y que el año pasado atraía a casi 60.000 visitantes a Indianápolis, ya había anunciado en una carta enviada por su presidente Adrian Swartout al gobernador Pence que se plantearía abandonar Indiana si la ley llegaba finalmente a buen puerto.

Otros líderes empresariales, sin llegar a amenazar tan directamente con el boicot, han expresado su contrariedad por lo sucedido en Indiana. Es el caso de Max Levchin, fundador de compañías como Affirm, HVF, Slide o PayPal, o del mismísimo presidente de Apple, Tim Cook.

Asimismo, en la ciudad de San Francisco, el alcalde anunció que ningún funcionario viajará a Indiana a cargo de erario público debido a la legislación “discriminatoria” contra gays, lesbianas y transexuales.

Hay que recordar que la amenaza a la economía local fue precisamente la que impidió hace poco más de un año que una ley muy similar viera la luz en Arizona (fue aprobada por la legislatura del estado, pero la entonces gobernadora Jan Brewer, también republicana, decidió finalmente vetarla).

Está por ver qué sucederá ahora en Arkansas, otro estado cuya legislatura, también bajo control republicano, acaba de dar su visto bueno a una ley similar que está ya solo pendiente de la firma del gobernador. Las expectativas desde luego no son buenas. El gobernador Asa Hutchinson ya ha anunciado que la refrendará, argumentando que no se trata de una ley distinta a la ya vigente en otros muchos estados, “de Illinois a Connecticut”.

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Un juez federal declara inconstitucional la prohibición del matrimonio igualitario en Indiana

Viernes, 27 de junio de 2014
Comentarios desactivados en Un juez federal declara inconstitucional la prohibición del matrimonio igualitario en Indiana

E67G8273_web_jpg (1)Decenas de parejas gays se casan en Indiana antes de que se suspendan los matrimonios

El juez federal Richard Young ha dictaminado que la prohibición del matrimonio igualitario recogida en la legislación del estado de Indiana viola la Constitución de los Estados Unidos. El juez no ha determinado la suspensión de la sentencia, por lo que la misma tarde de este miércoles tenían lugar las primeras bodas entre personas del mismo sexo en el estado. La Fiscalía General de Indiana ya ha anunciado su intención de recurrir el fallo del tribunal federal ante la Corte de Apelaciones.

Aunque en Indiana nunca prosperó ninguna propuesta de modificación de la Constitución estatal para prohibir el matrimonio igualitario, sí que se aprobó en 2004 una Ley de Defensa del Matrimonio que lo definía como la unión de un hombre y una mujer. El juez Young tenía que decidir sobre la demanda presentada por cinco parejas del mismo sexo residentes en Indiana a quienes o bien se les había denegado la posibilidad de contraer matrimonio, o bien no se les habían reconocido sus enlaces celebrados en otros estados donde está permitido. Como ya es habitual en otras sentencias del mismo tipo, el juez ha estimado que “por las razones expuestas a continuación, el tribunal considera que la prohibición del matrimonio entre personas del mismo sexo en Indiana viola las cláusulas del debido proceso e igual protección y es, por lo tanto, inconstitucional”.

En su sentencia, el juez Young ha hecho referencia precisamente a la secuencia ininterrumpida de sentencias favorables a los derechos LGTB que le precedían: “El tribunal nunca había sido testigo de un fenómeno semejante en todo el sistema de tribunales federales como el que se refiere a este asunto. En menos de un año, todos los tribunales federales de distrito que han examinado esta cuestión han llegado a la misma conclusión en opiniones reflexivas y profundas:  las leyes que prohíben la celebración y el reconocimiento de los matrimonios del mismo sexo son inconstitucionales. Está claro que no se puede privar a algunos individuos del derecho fundamental a contraer matrimonio basándose ​​únicamente en la persona que elijan amar. Con el tiempo, los estadounidenses verán a parejas como las demandantes y se referirán a ellas simplemente como matrimonios, no como ‘matrimonios entre personas del mismo sexo’. Estas parejas, dejando a un lado el género y la orientación sexual, son en todos los aspectos como cualquier otra familia corriente. La Constitución exige que las tratemos como tal”·

El Fiscal General de Indiana, Greg Zoeller, ya ha comunicado su intención de presentar una petición de suspensión de la sentencia, y de recurrirla ante la Corte de Apelaciones. El gobernador del estado, Mike Pence, un firme defensor de la prohibición del matrimonio igualitario, ha declarado que defenderá “el derecho de Indiana para definir la institución del matrimonio para los residentes de nuestro estado”.

Primeras bodas

Craig-Bowen-y-Jake-Miller-primera-boda-en-IndianaEn la sentencia, el juez Richard Young ha ordenado la ejecución inmediata respecto a la celebración de matrimonios entre personas del mismo sexo y el reconocimiento de los celebrados en otros estados. La Secretaría del condado de Madison, donde está ubicada Indianápolis, la mayor ciudad del estado, ha comenzado apenas una hora después de la comunicación de la sentencia a emitir licencias de matrimonio a las parejas del mismo sexo que las demandasen.

Los primeros en contraer matrimonio han sido Craig Bowen y Jake Miller, que formalizaron la ceremonia del matrimonio inmediatamente después de recibir su licencia. Los novios comentaban que todo había sido bastante improvisado, ya que incluso sus propios padres no se habían enterado de su decisión. Ambos concluyeron la ceremonia con un “te quiero” y el beso protocolario.

Un proceso imparable

Desde la sentencia del Tribunal Supremo de los Estados Unidos que derogaba la parte de la DOMA que impedía el reconocimiento federal de los matrimonios entre personas del mismo sexo en junio de 2013, se han presentado decenas de demandas en todos los estados, en las que de una u otra forma se desafía la prohibición del matrimonio igualitario. Indiana se une a los estados en los que las sentencias han dado resultados favorables, como en el caso de UtahOklahomaVirginia,TexasMichiganArkansasIdaho,  OregónPensilvania y Wisconsin. Sin embargo, exceptuando a Oregón y Pensilvania, todas las demás sentencias están en suspenso mientras se resuelven las apelaciones.

En Kentucky y Ohio se ha resuelto a favor del reconocimiento de los matrimonios del mismo sexo celebrados en otros estados donde están permitidos, con las sentencias también en suspenso. En Tennessee, ese reconocimiento se circunscribe únicamente a las parejas demandantes, aunque el precedente ya se ha establecido.

En dosmanzanas también hemos aludido a algunas otras de las que están en proceso (como la de Nevada), pero en realidad el proceso alcanza ya a todos los territorios judiciales del país y a todos los estados. La decisión de la Corte de Apelaciones del 10º Circuito de confirmar la inconstitucionalidad de la prohibición del matrimonio igualitario en Utah, con su consiguiente apelación, provocará que este proceso culmine en un futuro más o menos próximo en una nueva sentencia del Tribunal Supremo que aclare la situación.

Actualmente, y en espera de que se resuelvan las diversas apelaciones y procesos, en los Estados Unidos el matrimonio entre personas del mismo sexo es legal en California, Connecticut, Delaware, Hawaii, Illinois, Indiana, Iowa, Maine, Maryland, Massachusetts, Minnesota, New Hampshire, Nueva Jersey, Nueva York, Nuevo México, Oregón, Pensilvania, Rhode Island, Vermont y Washington. A estos 20 estados se unen además Washington DC (la capital federal) y ocho jurisdicciones tribales.

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