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El presidente de los obispos europeos reclama “revisar” la doctrina católica sobre la homosexualidad

Miércoles, 9 de febrero de 2022
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12.11. Glaube und Leben / Bettemburg / Taize Gebet mit Erzbischof Jean Claude Hollerich und Bruder Simon Foto: Guy JallayFoto: Guy Jallay

Hollerich: “Es un error despedir a trabajadores en la Iglesia por ser gays”

“Es hora de hacer una revisión fundamental de la doctrina”, recalca el cardenal de Luxemburgo

Los conservadores acusan al papa Francisco de dar señales contradictorias y confundir a los creyentes

04.02.2022 | RD/Agencias

Es un error despedir a trabajadores en la Iglesia por ser gays. El presidente de los obispos europeos, Jean-Claude Hollerich, aboga por “una revisión fundamental” de la doctrina católica sobre la homosexualidad. En una entrevista a KNA, el purpurado luxemburgués apoyó la campaña lanzada por más de un centenar de eclesiásticos y profesores católicos alemanes parea pedir un cambio de rumbo en la Iglesia ante la realidad LGTBI.

“Creo que el fundamento sociológico-científico de esta enseñanza ya no es cierto”, señaló Hollerich. Es hora de hacer una revisión fundamental de la doctrina”.

“También creo que estamos pensando en el futuro en términos de doctrina. La forma en que el Papa se ha expresado en el pasado puede llevar a un cambio de doctrina”, añadió el presidente de Comece. Y es que la homosexualidad es uno de los temas más controvertidos en la Iglesia de 1.300 millones de fieles, y los conservadores acusan al papa Francisco de dar señales contradictorias y confundir a los creyentes.

El Papa y los gays

El Santo Padre ha dicho que si bien la Iglesia no puede aceptar el matrimonio entre personas del mismo sexo, sí puede apoyar las leyes de uniones civiles destinadas a dar a las parejas homosexuales derechos conjuntos en áreas de pensiones, atención médica y herencia.

Ha enviado notas de agradecimiento a los sacerdotes y monjas que atienden a los católicos homosexuales y ha dicho que los padres de niños homosexuales nunca deben condenarlos, pero bajo su mandato el Vaticano también ha dicho que los sacerdotes no pueden bendecir a las parejas del mismo sexo.

En diciembre, un departamento del Vaticano suscitó la ira de los conservadores cuando se disculpó por “causar dolor a toda la comunidad LGBTQ” al eliminar de su sitio web un enlace a material de recursos de un grupo católico de defensa de los derechos de los homosexuales en preparación de una reunión del Vaticano en 2023. Posteriormente se volvió a publicar.

En su entrevista con KNA, Hollerich también dijo que los empleados homosexuales de la Iglesia no deberían perder sus puestos de trabajo, algo que ha sucedido en algunos países, especialmente en Estados Unidos.

Saben que tienen un hogar en la Iglesia. Nosotros (la archidiócesis de Luxemburgo) no despedimos a nadie por ser homosexual”, dijo.

Fuente Religión Digital

General, Historia LGTBI, Iglesia Católica , , , ,

Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos.

Domingo, 5 de diciembre de 2021
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Juan Bautista

 Cual greñudo y piloso nazareno,
amigo de alimañas y de fieras,
piel de camello sobre cuerpo enjuto,
como hijo del ayuno y de la estepa,
Juan Bautista predica en el desierto,
-inhóspito desierto de Judea-
y anuncia la llegada del Mesías,
de quien es precursor y fiel profeta.
Y dice que se siente indigno siervo
de soltar sus sandalias y correas.

¡Allanad y hacer rectos los senderos;
preparad los caminos del señor,
porque a punto de llegar está el Mesías
y exige “metanoia”, conversión.
Los que esperáis ansiosos su llegada
del Mesías -Ungido del Señor-
purificad los cuerpos y las almas
en las aguas del Jordán y del perdón!

Y cuando aquel cobarde rey Herodes
mande un día te corten la cabeza,
y Salomé, danzante, se la sirva
en preciosa plateada bandeja,
todos verán, beodos y asombrados,
que tú aún sigues con la boca abierta
gritando la Verdad que nunca muere,
gritando la Verdad a boca llena.

¡Qué bien supiste, Juan, ser de Jesús
su precursor, testigo y fiel profeta!

*

José Luis Martínez

***

En el año quince del reinado del emperador Tiberio, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea, y Herodes virrey de Galilea, y su hermano Felipe virrey de Iturea y Traconítide, y Lisanio virrey de Abilene, bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás, vino la palabra de Dios sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto.

Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías:

“Una voz grita en el desierto: Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos; elévense los valles, desciendan los montes y colinas; que lo torcido se enderece, lo escabroso se iguale. Y todos verán la salvación de Dios.”

*

Lucas 3, 1-6

***

La soledad es el horno de la transformación. Sin soledad seguimos siendo víctimas de nuestra sociedad, seguimos enredados en las ilusiones de nuestro falso yo. Jesús mismo entró en este horno Para entender el verdadero significado de la soledad, es necesario desenmascarar algunas ideas deformadas de la misma. Todos admitimos la necesidad de algunos ratos de soledad. Sin embargo, lo que queremos a veces decir es la necesidad que tenemos de un tiempo y un lugar para nosotros mismos, un tiempo y un lugar en que nadie nos moleste. Soledad es a menudo para nosotros sinónimo de privado.

Es más, pensamos en la soledad como una especie de estación de servicio en la que podemos cargar nuestras baterías, o como el rincón de un ring de boxeo en el que ponen aceite en nuestras heridas, dan masaje a nuestros músculos y nos animan a seguir en la lucha mediante eslóganes apropiados. Para ser breves, pensamos en la soledad como en el lugar en que reparamos nuestras fuerzas para proseguir la competencia incesante de nuestras vidas.

No es ésta la soledad de Juan Bautista, san Antonio o san Benito, de Carlos de Foucauld o los hermanos de Taizé. Para ellos, la soledad no es un lugar terapéutico privado, sino el lugar de la conversión, el lugar donde muere el viejo yo y nace uno nuevo, el lugar donde emerge el hombre nuevo y la mujer nueva.

*

H. J. M. Nouwen,
El camino del corazón,
Madrid 1986, 21 -23.

***

***

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad , ,

Cristo es la Transparencia

Viernes, 6 de agosto de 2021
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nude-jeebus

 

Dios mismo vino sobre la tierra como un pobre,
como un humilde.
Vino a través de Cristo Jesús.
Dios permanecería lejos de nosotros si
Cristo no fuera la transparencia.
Desde el comienzo Cristo estaba en Dios.
Desde el nacimiento de la humanidad,
era palabra viva.
Vino sobre la tierra para hacer accesible
la confianza de la fe.
Resucitado, hace su morada en nosotros,
nos habita por el Espíritu Santo.
Y descubrimos que el amor de Cristo se expresa ante todo
por su perdón y por su presencia continua dentro de nosotros.

*

“15 días con el Hermano Roger de Taizé “
escrito por Sofía Laplane
Editorial Ciudad Nueva

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En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Juan y a Santiago y subió al monte para orar.

Mientras oraba, cambió el aspecto de su rostro y sus vestidos se volvieron de una blancura resplandeciente.

En esto aparecieron conversando con él dos hombres. Eran Moisés y Elías,  que, resplandecientes de gloria, hablaban del éxodo que Jesús había de consumar en Jerusalén.

Pedro y sus compañeros, aunque estaban cargados de sueño, se mantuvieron despiertos y vieron la gloria de Jesús y a los dos que estaban con él.

Cuando éstos se retiraban, Pedro dijo a Jesús:

Maestro, ¡qué bien estamos aquí! Vamos a hacer tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.

Pedro no sabía lo que decía. Mientras estaba hablando, vino una nube y los cubrió, y se asustaron al entrar en la nube. De la nube salió una voz que decía:

Este es mi Hijo elegido; escuchadlo.

Mientras sonaba la voz, Jesús se quedó solo. Ellos guardaron silencio y no contaron a nadie por entonces nada de lo que habían visto.

*

Lucas 9,28b-36

***

Si supiéramos reconocer el don de Dios, si supiéramos experimentar estupor, como el pastor Moisés, ante todas las zarzas que arden en los bordes de nuestros caminos, comprenderíamos entonces que la transfiguración del Señor -la nuestra- empieza con un cierto cambio de nuestra mirada. Fue la mirada de los apóstoles la que fue transfigurada; el Señor permanece el mismo.

La cotidianidad de nuestra vida, trivial y extraordinaria, debería revelar entonces su deslumbrante profundidad. El mundo entero es una zarza ardiente, todo ser humano -sea cual sea la impresión que suscita en nosotros- es esta profundidad de Dios.

Todo acontecimiento lleva en él un rayo de su luz. Nosotros, que hemos aprendido a mirar hoy tantas cosas, ¿hemos aprendido los datos elementales de nuestro oficio de hombres? Se vive, en efecto, a la medida del amor, pero se ama a la medida de lo que se ve. Ahora, en la transfiguración, nuestra visión participa en el misterio, de ahí que el amor esté en condiciones de brotar de nuestros corazones como fuego que arde sin consumir, y así puede enseñarnos a vivir.

Debemos pasar de la somnolencia de la que habla el evangelio a la auténtica vela, a la vigilancia del corazón. Cuando despertemos se nos dará la alegría inagotable de la cruz. Al ver, por fin, en la fe, al hombre en Dios y a Dios en el hombre -Cristo- nos volveremos capaces de amar y el amor saldrá victorioso sobre toda muerte.

El Señor se transfiguró orando; también nosotros seremos transfigurados únicamente en la oración. Sin una oración continua, nuestra vida queda desfigurada. Ser transfigurados es aprender a ver la realidad, es decir, a nuestro Dios, a Cristo, con los ojos abiertos de par en par. Ciertamente, en este mundo de locos, siempre tendremos necesidad de cerrar los ojos y los oídos para recuperar un cierto silencio. Es necesario, es como una especie de ejercicio para la vida espiritual. Sin embargo, la vida, la que brota, la vida del Dios vivo, es contemplarlo con los ojos abiertos. Él está en el hombre, nosotros estamos en él. Toda la creación es la zarza ardiente de su parusía. Si nosotros «esperásemos con amor su venida» (2 Tim 4,8), daríamos un impulso muy diferente a nuestro servicio en este mundo .

*

J. Corbon,
La alegría del Padre, Magnano 1997

***

Durante el verano, vuestras hermanas y hermanos de Cristianos Gays rezan contigo y por tí. De hecho, nuestro deseo es vivir nuestra vida cotidiana, iluminados interiomente por medio de Jesucristo. Queremos estar cerca de los que pasan las pruebas.

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Salid de las sombras: ¿Por qué no me lo contaron así?

Miércoles, 23 de diciembre de 2020
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pexels-photo-4128641-e1608389411874-1Magdalena  Bennasar, SFCC,
Bilbao.

ECLESALIA, 21/12/20.- Entiendo que este es uno de los importantes mensajes de Adviento. Salid de las sombras para ir acogiendo la luz. Si nos la dieran de golpe, posiblemente nos cegaría. La sombra tiene diferentes significados. Por ejemplo, el significado de sombra en la espiritualidad: representa el lado oscuro de nuestra personalidad, donde se esconden los instintos más primitivos de nuestro pasado evolutivo y los aspectos rechazados por nuestra mente consciente y social.

Sin embargo en el contexto de la Biblia: la sombra es un lugar privado de luz que proporciona una protección agradable del sol ardiente tanto si la sombra proviene de un peñasco, como de una nube, una cabaña, un árbol u otra clase de planta. Sinónimos de sombra: oscuridad y penumbra o tiniebla y también amparo, protección, asilo.

Ofrecer una sombra refrescante y acogedora para todo el que anda un poco quemado de andar a la intemperie o huyendo de poderes no humanizadores, puede ser una de las luces que se desprenden del “ir viendo más” durante nuestro tiempo de espera.

Tal vez como Moisés, que apoyado en el Dios que le habla al corazón a través de la realidad, descubre durante esa búsqueda sosegada, la luz de la llama que no se consume, y se convierte en fuego interior para la liberación de su pueblo, tal vez también para nosotros empiece en este tiempo de Dios una historia de liberación de viejos esquemas y de enfrentar los demonios que no tan fácilmente salen de nuestras mentes forjadas en otros paradigmas religiosos.

¿Por qué no me lo contaron así? Son las palabras de una joven universitaria, asidua de Taizé y sedienta de respuestas, de una historia coherente. Tal vez la sombra para esa generación la causa nuestro miedo a salir del pastoreo cómodo del rebaño de siempre. Formamos parte de un cosmos en continuo movimiento, evolución, vida que se renueva.

Dicen algunos autores que la Encarnación empezó cuando empezamos a ser humanos hace unos 6 millones de años, y que culminó en Jesús. Jesús es el fruto maduro de un proceso de humanización-divinización de la humanidad y del cosmos. Si Dios estaba desde el principio en todo, en el Big Bang y en todo el proceso de la evolución impulsada por el Espíritu permeando todo, cómo no iba a estar presente, cuando de alguna manera el 6º día, etapa en la que surge el humano, la creación-evolución da a luz una especie que es consciente de que es consciente. Una especie entre millones de especies, capaz de evolucionar también en su mente y espíritu.

Nos cuentan que biológica y físicamente posiblemente no evolucionemos más, pero el gran reto está en nuestra mente y en nuestro espíritu.

Dice el profeta: DESPERTAD: posiblemente si nos atrevemos diremos a qué, para qué. A que Jesús, el hombre que es capaz de acoger esa evolución, ese Amor creador y creativo sin miedo nos muestre paso a paso el camino de liberación y sus consecuencias. Claro que no hay sitio para ellos en la posada. Claro que sólo los sencillos lo comprenden, claro que el camino será difícil.

Tú y yo tenemos el reto, la responsabilidad de evolucionar la mente y el espíritu humano. Todo el trabajo que invirtamos en abrirnos a reconocer el valor de nuestra vida, el valor de cada paso que demos, el valor del Amor derrochado en nosotros, será poco.

El poder de la mente-espíritu en apertura al Espíritu es incalculable. Despertar es salir de esas sombras patriarcales que ennegrecen nuestro espíritu cuando de nuevo topamos con personas, mentalidades, políticas, interpretaciones sesgadas de la justicia que nos hacen retroceder por dentro.

Acoger la luz del Adviento es acoger progresivamente esa fuerza cósmica de Amor y luz que nos libera y de alguna manera lanza sin paracaídas a creer en el Dios que nos envuelve.

Cuando orando temprano veo, todos los días enfrente de mi ventana, cómo se pasa de la oscuridad más absoluta a un progresivo clarear imparable y rapidísimo que invade absolutamente todo de luz y colores indescriptibles en sus matices y belleza… me pregunto ¿quién soy yo? Yo formo parte de ese ritmo que en unas horas veré cómo ese mismo sol al otro lado de mi casa se pone en una danza de colores sobre el mar que te dejan en silencio.

Yo formo parte de este proceso, de luz imparable en mí y en todo, a no ser que opte por la sombra. Esa sombra que me da seguridad porque es en la que me refugio cuando lo otro me viene grande o cuando tengo que dar un salto interior que no controlo.

Yo puedo ser sombra o ser luz. Puedo ser buena sombra refrescante y acogedora pero al final, como camarera quedarme en una hospitalidad sin más, que no es poco, pero no la meta. Amar es también además de todo lo otro, sobre todo ayudar a que la gente seamos luz, a que salgamos de la sombra.
Esta es la verdadera liberación. Y es de justicia que lo vivamos. Somos muy sensibles a las injusticias con las personas, el planeta… ¿y la injusticia de quedarme con la luz?

Como dice nuestra joven universitaria, ¿por qué no me lo contaron así? Y esta llamada a la justicia con los más jóvenes y educadores, con las catequistas y educadores está en nosotros. Tú serás esa luz

(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

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“Memoria de una conversa”, por Dolores Aleixandre

Sábado, 22 de agosto de 2020
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taize_poznanDe su blog Un grano de mostaza:

Aquellos desatinos litúrgicos  del post concilio  

Pertenezco a la generación que vivió los primeros cambios del Vaticano II y que comenzaron por  la liturgia: había que sacudirse  las sandalias tanto polvo de rituales arcanos y vestimentas extrañas; había que  desterrar también costumbres anquilosadas y nos pusimos a ello con entusiasmo: queríamos acercar la Eucaristía al Pueblo de Dios para que volviera a ser Pan roto y compartido que circulaba en la comunidad de hermanos y hermanas. No siempre supimos hacerlo con tino. Recuerdo celebraciones sin altar, sin mantel,  sin ornamentos, sin velas, sin flores: todos alrededor de una mesa con un plato y un vaso de la cocina, pan y vino normales y en alguna ocasión, hasta cenicero para que el celebrante pudiera fumar sin problemas. La “conversación homilética” devoraba casi todo el tiempo, no se usaba libro alguno y el ritual se iba improvisando. Con el paso del tiempo yo iba notando un malestar difuso, como si mi sentido estético se resintiera,  pero era impensable una vuelta atrás: cualquier propuesta en ese sentido sería tachada de conservadurismo.

Pero a final de los 70 fui en Pascua a Taizé y ese fue mi “camino de Damasco” porque allí “recuperé los sentidos”. Viví con asombro la importancia que daban a  los iconos, al orden, a la luz y las flores, al color,  la música y el incienso. Me sumergí en otro ámbito al que había dejado de dar importancia y tomé conciencia de cuánto me ayudaba todo aquello que yo daba por irrecuperable a la hora de celebrar y rezar.  Mis sentidos estaban hambrientos y se dieron un banquete, estaban atrofiados  y  despertaron.

Pero lo difícil me esperaba a la vuelta. Me puse a actuar con ese fervor no siempre acertado de los conversos, empeñada en introducir cambios en nuestro modo de celebrar,  pero en mi entorno pastoral (sacerdotes, catequistas, animadores de grupos) no estaban por la labor de incorporar nada nuevo. Les parecía que  dar importancia la estética y cuidar la vista, el oído o el olfato era puro esteticismo y que eso significaba un paso atrás, un intento de sacralizar lo que se había secularizado con tanto esfuerzo y tantas rupturas. Me dijeron que me había vuelto conservadora y espiritualista y que no entendían qué necesidad había de  poner en cuestión lo incuestionable.

Ha pasado mucho tiempo desde entonces, las cosas han vuelto a su cauce. ¿A su verdadero cauce? Cuánto nos queda aún para que todo nuestro ser, sentidos incluidos, “entre en el gozo del Señor”

Espiritualidad ,

Cristo es la Transparencia

Jueves, 6 de agosto de 2020
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Dios mismo vino sobre la tierra como un pobre,
como un humilde.
Vino a través de Cristo Jesús.
Dios permanecería lejos de nosotros si
Cristo no fuera la transparencia.
Desde el comienzo Cristo estaba en Dios.
Desde el nacimiento de la humanidad,
era palabra viva.
Vino sobre la tierra para hacer accesible
la confianza de la fe.
Resucitado, hace su morada en nosotros,
nos habita por el Espíritu Santo.
Y descubrimos que el amor de Cristo se expresa ante todo
por su perdón y por su presencia continua dentro de nosotros.

*

“15 días con el Hermano Roger de Taizé “
escrito por Sofía Laplane
Editorial Ciudad Nueva

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En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan y se los llevó aparte a una montaña alta. Se transfiguró delante de ellos, y su rostro resplandecía como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. Y se les aparecieron Moisés y Elías conversando con él. Pedro, entonces, tomó la palabra y dijo a Jesús:

“Señor, ¡qué bien se está aquí! Si quieres, haré tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.” Todavía estaba hablando cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra, y una voz desde la nube decía:

“Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escuchadlo.”

Al oírlo, los discípulos cayeron de bruces, llenos de espanto. Jesús se acercó y, tocándolos, les dijo:

“Levantaos, no temáis.”

Al alzar los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús, solo. Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó:

“No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.”

*

Mateo 17,1-9

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***

Si supiéramos reconocer el don de Dios, si supiéramos experimentar estupor, como el pastor Moisés, ante todas las zarzas que arden en los bordes de nuestros caminos, comprenderíamos entonces que la transfiguración del Señor -la nuestra- empieza con un cierto cambio de nuestra mirada. Fue la mirada de los apóstoles la que fue transfigurada; el Señor permanece el mismo.

La cotidianidad de nuestra vida, trivial y extraordinaria, debería revelar entonces su deslumbrante profundidad. El mundo entero es una zarza ardiente, todo ser humano -sea cual sea la impresión que suscita en nosotros- es esta profundidad de Dios.

Todo acontecimiento lleva en él un rayo de su luz. Nosotros, que hemos aprendido a mirar hoy tantas cosas, ¿hemos aprendido los datos elementales de nuestro oficio de hombres? Se vive, en efecto, a la medida del amor, pero se ama a la medida de lo que se ve. Ahora, en la transfiguración, nuestra visión participa en el misterio, de ahí que el amor esté en condiciones de brotar de nuestros corazones como fuego que arde sin consumir, y así puede enseñarnos a vivir.

Debemos pasar de la somnolencia de la que habla el evangelio a la auténtica vela, a la vigilancia del corazón. Cuando despertemos se nos dará la alegría inagotable de la cruz. Al ver, por fin, en la fe, al hombre en Dios y a Dios en el hombre -Cristo- nos volveremos capaces de amar y el amor saldrá victorioso sobre toda muerte.

El Señor se transfiguró orando; también nosotros seremos transfigurados únicamente en la oración. Sin una oración continua, nuestra vida queda desfigurada. Ser transfigurados es aprender a ver la realidad, es decir, a nuestro Dios, a Cristo, con los ojos abiertos de par en par. Ciertamente, en este mundo de locos, siempre tendremos necesidad de cerrar los ojos y los oídos para recuperar un cierto silencio. Es necesario, es como una especie de ejercicio para la vida espiritual. Sin embargo, la vida, la que brota, la vida del Dios vivo, es contemplarlo con los ojos abiertos. Él está en el hombre, nosotros estamos en él. Toda la creación es la zarza ardiente de su parusía. Si nosotros «esperásemos con amor su venida» (2 Tim 4,8), daríamos un impulso muy diferente a nuestro servicio en este mundo .

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J. Corbon,
La alegría del Padre, Magnano 1997

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Durante el verano, vuestras hermanas y hermanos de Cristianos Gays rezan contigo y por tí. De hecho, nuestro deseo es vivir nuestra vida cotidiana, iluminados interiomente por medio de Jesucristo. Queremos estar cerca de los que pasan las pruebas.

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Sobre las pisadas de nuestras hermanas mayores

Lunes, 9 de marzo de 2020
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Carmen Notario, SFCC,
Bilbao.

ECLESALIA, 06/03/20.- ¿SFCC? ¿Y eso qué es? Una comunidad cristiana de personas consagradas con los tres votos tradicionales traducidos al lenguaje de hoy y de la que forman parte personas de todos los estados de vida, hombres y mujeres, basada en los principios del Concilio Vaticano II.

Es una comunidad profética, ecuménica, no-canónica… Y la siguiente pregunta “esperada”: ¿Está aprobada por la Iglesia?

Dan ganas de contestar: primero piensa y luego haz la pregunta pero es mejor decir: la comunidad no busca la aprobación eclesiástica porque no está dentro de los cánones de la iglesia católica sino que buscamos que podamos convivir personas de diferentes iglesias cristianas.

Si a continuación dices: ¿conoces Taizè? Mucha gente se queda más tranquila… es verdad, en Taizè conviven hermanos de distintas iglesias cristianas y no buscan “la aprobación” de Roma sino lo que nos unifica: Cristo.

Pero son hombres… y en nuestra sociedad, a pesar de lo avanzados que nos creemos hay una obsesión por encajar a las mujeres y sobre todo a las religiosas en moldes claros y que no den lugar a confusiones.

A raíz de la convocatoria realizada a nivel nacional para protestar por la invisibilidad de las mujeres en la Iglesia en lo que concierne a los ministerios, la organización y por tanto en las mesas donde se toman las decisiones, es importante demostrar de manera contundente que estamos hartas de “pedir permiso”, de que nos corten las alas porque las iniciativas nacen de nosotras y no de ellos.

«Nos oponemos a toda forma de autoritarismo que impide el logro de la maduración de la plena personalidad. Nos oponemos específicamente al requisito actual de presentar nuestras constituciones a Roma para su aprobación. Como mujeres cristianas adultas, no necesitamos ni buscamos permiso para intensificar nuestros compromisos bautismales con los ideales del Evangelio y con los principios teológicos que reconocen que el Espíritu Santo habla en y para las personas de ambos sexos y de todos los rangos.

Nos oponemos al mandato de la Sagrada Congregación para los Religiosos de poner fin a la experimentación y buscar la aprobación de las constituciones definitivas. Consideramos este mandato y el proceso de aprobación propuesto como una violación de los principios de subsidiaridad y colegialidad enunciados por el Concilio Vaticano II. Para aquellos que comparten estas inquietudes morales, haga un llamado a todas las congregaciones religiosas y a las mujeres religiosas individuales para que: acepten la plena responsabilidad de las regulaciones y principios que rigen nuestras vidas en la comunidad, en la actualidad esto implica la aceptación del estatus no canónico».

Sudden Spring: 6th Stage Sisters, Trends of Change in Catholic Sisterhoods by Lillianna Kopp, SFCC

Este escrito no es de hoy; tiene aproximadamente 50 años, y fue escrito for Lillianna Kopp y algunas compañeras que empezaron la comunidad SFCC basándose precisamente en las conclusiones del Concilio Vaticano II sobre la subsidiaridad y la colegialidad. En estos 50 años de andadura Roma ha ofrecido a la comunidad en un par de ocasiones la “canonicidad” a lo que hemos contestado: “No, gracias”.

El motivo fundamental es la no aceptación de la imposición jerárquica no sólo a las comunidades religiosas femeninas sino a todas las comunidades laicales de cualquier tipo.

A pesar de que la Ruah ha inspirado en todos estos años el nacimiento de comunidades al estilo de las Primeras Comunidades Cristianas, basadas en la igualdad de sus miembros respetando carismas y ministerios, la jerarquía busca “aprobarlas” según sus criterios, más basados en el control que en el evangelio.

Se ha acabado el tiempo de la rabia y la frustración: es hora de actuar según nos dicta nuestra conciencia como hijas de Dios, maduras, responsables, con el tiempo de dar estos pasos en nuestras manos, además de protestar.

(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

Cristianismo (Iglesias), General , ,

“¿Incompatibilidad de la meditación cristiana con la de otras tradiciones religiosas?”, por Victorino Pérez

Martes, 24 de septiembre de 2019
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jesus orandoDe su blog Armonía en la diversidad:

Acerca de la nota de la CEE “Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo” (Sal 42,3). Orientaciones doctrinales sobre la oración cristiana

“Un ataque frontal contra una línea de espiritualidad y meditación contemplativa”

Acabo de leer en Religión Digital  “El Episcopado español arranca el curso con el reto de apostar, por fin, por una Iglesia en modo Francisco”, refiriéndose a la primera reunión de la Conferencia Episcopal Española, que anda buscando nuevo presidente. Pero dos días antes leía un reportaje de RD sobre un documento de la Comisión para la Doctrina de la Fe de la CEE, publicado en su web el 28 de agosto de 2019, con un titular llamativo: “Los obispos arremeten contra el mindfulnes y la meditación zen, que ven ‘incompatibles’ con la fe cristiana”, añadiendo que piden a los fieles y a los sacerdotes que “no se dejen arrastrar por doctrinas complicadas y extrañas”. Como uno de mis intereses, manifestado en los últimos post en este blog, tienen que ver particularmente con la oración como meditación contemplativa, me llamó poderosamente la atención, pues me parecía en contradicción con “el modo Francisco” por el que dicen querer apostar en el nuevo curso -cosa que no sería sin tiempo…- y me acerqué al nuevo documento de los obispos españoles.

48683937102_83139cec05_nLa “nota doctrinal” de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe lleva por título “Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo” (Sal 42,3). Orientaciones doctrinales sobre la oración cristiana. Su razón de ser queda de manifiesto en los primeros números (subrayado mío):

(2) “Estamos asistiendo al resurgir de una espiritualidad que se presenta como respuesta a la demanda creciente de bienestar emocional, equilibrio personal, o serenidad para encajar las contrariedades…; una espiritualidad entendida como cultivo de la propia interioridad para que el hombre se encuentre consigo mismo, y que muchas veces no lleva a Dios. Para ello, muchas personas, incluso habiendo crecido en un ámbito cristiano, recurren a técnicas y métodos de meditación y de oración que tienen su origen en tradiciones religiosas ajenas al cristianismo.

(6) “Esta Comisión… quiere mostrar la naturaleza y la riqueza de la oración y de la experiencia espiritual enraizada en la Revelación y Tradición cristiana, recordando aquellos aspectos que son esenciales; ofreciendo criterios que ayuden a discernir qué elementos de otras tradiciones religiosas hoy en día muy difundidas pueden ser integrados en una praxis cristiana de la oración y cuáles no; e indicando las razones de fondo de la incompatibilidad de ciertas corrientes espirituales con la fe cristiana”.

(7) “Ciertos planteamientos dentro de la Iglesia han podido favorecer la acogida acrítica de métodos de oración y meditación extraños a la fe cristiana.

Y en las conclusiones dice:

(37) Cualquier misticismo que, rechazando el valor de las mediaciones eclesiales, oponga la unión mística con Dios a la que se realiza en los sacramentos (…) o que lleve a pensar que los sacramentos son innecesarios para las personas ‘espirituales’, no puede considerarse cristiano

(40) “Exhortamos a los sacerdotes, personas consagradas, catequistas, (…) y a quienes están al frente de casas o centros de espiritualidad, cuya misión en la Iglesia consiste en ayudar a los cristianos a crecer en la vida interior, a que tengan en cuenta estos principios y no se dejen “arrastrar por doctrinas complicadas y extrañas” (Heb 13, 9) que desorientan al ser humano de la vocación última a la que ha sido llamado por Dios, y llevan a la pérdida de la (…) oración cristiana.

La nota da una serie de pautas bien conocidas para la oración cristiana, que ocupan la mitad del texto. Pero, su orientación parece un ataque frontal contra una línea de espiritualidad y meditación contemplativa que cada vez está teniendo más acogida entre los cristianos más conscientes, cansados tanto de una fe cristiana de Catecismo (el texto más veces citado en la nota episcopal), una fe de conceptos que no transforman, o de un activismo que no cambia la realidad en profundidad, y a veces ni siquiera en la superficie. Una línea de espiritualidad y meditación contemplativa que se está viviendo no solo en personas y grupos que, cansados de una meditación a base de conceptos y palabras que no les llevan a progresar en su vida interior, en la  consciencia y en la comunión con Dios y con Todo, a descubrir que son Uno con ese Todo, se reúnen periódicamente en casas particulares; sino que se vive también en ejercicios espirituales que se hacen en casas de espiritualidad de la Iglesia, con la anuencia de sus responsables jerárquicos. Concretamente, en mi anterior post contaba mi buena experiencia este verano en unos “Ejercicios de contemplación” en el Centro de Espiritualidad de La Cova de Manresa, respirando el espíritu de Ignacio de Loyola y acompañados por uno de sus hijos jesuitas, mi buen amigo Javier Melloni.

48683974897_a440b2f364_nLa nota episcopal dice que el problema de la oración no es de método o formas, sino de planteamientos religiosos acordes el credo católico. Pero lo cierto es que, como bien dice Paul Knitter en su magnífico libro Sin Buda no podría ser cristiano (Fragmenta, 2016) -aunque esta Congregación de la CEE no dudaría en criticarlo…-, el problema de la espiritualidad cristiana es que, si bien es un pozo “que contienen aguas de una profunda experiencia mística no-dualista”, atestiguada por los místicos cristianos, los cubos que tenemos a nuestra disposición para sacar esas aguas están agujereados. O lo que es lo mismo, “estamos en lo más alto en cuanto a inspiración, pero bajo mínimos en cuanto a técnica; muy desarrollados en ideales y contenidos, pero cortos en método” (p. 244). Por eso, Knitter invita al sacramento del silencio: “Usar un cubo budista en un pozo cristiano”.

Con palabras de alguien más cerca de nosotros, Pablo D’Ors –al que parece tener una gran simpatía el papa Francisco, al tenerlo entre sus consejeros- en un libro reciente en el que colaboramos ambos (Hacia una teología de la interioridad, PPC, 2019), “ha sonado la hora de una profunda renovación espiritual“, para los cristianos y la sociedad occidental actual: “La palabra clave es para mí silencio –dice-. Acaso también consciencia… La interioridad es substancialmente silencio; ambas son una misma y única cosa”. “El cristianismo se ha leido hasta ahora fundamentalmente en clave de palabra. Proyectarlo ahora en vlave de silencio supone un replanteamiento muy radical. Pero necesario” (p.22). Los cristianos estamos llamados no sólo a reconocer que Jesus es el Camino, la Verdad y la Vida, sino “sea atrevernos a asumir que nosotros  somos el Camino, la Verdad y la Vida… Se trata de reconocer que en el interior, todos somos lo mismo. Que todos seamos uno” (pp.23-24).

48107710477_958e49aa96_nPara ello necesitamos un método que nos ayude a meditar permaneciendo en este silencio, esta quietud. Son las tradiciones orientales de meditacion las que nos ofercen métodos más depurados para hacer nuestra meditación cristiana.

Orar para los cristianos es algo difícil, sobre todo en los últimos tiempos. Nuestro problema, además de separar vida y oración –como se ha dicho con acierto tantas veces-, es el exceso de palabrería –estamos verdaderamente sofocados por las palabras, una oración tan locuaz que a veces no nos deja ni respirar-; y aun el exceso de adoración dualista -un Dios a quien adorar más que un Dios en quien adorar, que vive y actúa con nosotros, en nosotros-.

En la oración cristiana padecemos, desde siempre, una falta de silencio, de un verdadero silencio silencioso; un silencio que sepa estar en la consciencia, escuchar, que sepa simplemente estar, ser conscientes y contemplar. Taizé repitió durante años que la vida del cristiano debe ser “lucha y contemplación”.

Que vengan ahora los obispos a criticar a los que buscan una oración/meditación/ contemplación que –sin abandonar la fidelidad al Jesús orante- quiere ser más auténtica cada día, menos vana y vacía, ese “cultivo de la propia interioridad para que el hombre se encuentre consigo mismo” (n.2),  en medio de un mundo de secularidad que abandonó primero la Iglesia con sus instituciones clericales decadentes, luego los dogmas y finalmente la religión… parece muy poco inteligente. Entre otras cosas, porque Dios no está fuera, sino dentro de nosotros, y ahí debemos buscarlo privilegiadamente. Agustín de Hipona –a quien tanto gustan citar los obispos- también dice en las Confesiones que Dios es “lo más íntimo de mí mismo” (cap. VI). O a Teresa de Jesús -que también citan en la nota-, el Señor Jesús le dice en una ocasión: “Teresa, búscate en mí y a mí búscame en tí”. Y el Espíritu sopla donde quiere y como quiere (Jn 3, 8); no está sujeto a los dogmas de ninguna religión y actúa en quien está abierto a Él.

47571043631_9efaa8a182_nYa no queda espacio para mucho más en la brevedad del post de un blog, pero hay otro tema en la nota episcopal que me preocupa particularmente; es su crítica a la las teologías del pluralismo religioso, especialmente “el encuentro del cristianismo con otras religiones, especialmente asiáticas”. Se confunde la necesaria relatividad de todas las tradiciones religiosas –pues solo Dios es absoluto, no nuestras interpretaciones de Él y nuestros caminos hacia el Misterio-, con un relativismo igualador y un sincretismo religioso (n. 10, 15 y ss). Esto llevaría a un “esperanto ecuménico”, que criticaba Raimon Panikkar como muerte de la riqueza de las distintas tradiciones religiosas; una postura que no defendemos al menos muchos de los que trabajamos en el diálogo interreligioso (cf. mi libro La búsqueda de la armonía en la diversidad, Verbo Divino 2014).

Esa crítica contra el progresivo y necesario diálogo interreligioso, que se ha venido estableciendo en la Iglesia desde el Concilio Vaticano II y que ha eclosionado en el pontificado de Francisco, ¿no es una crítica contra la apertura del papa actual, que no teme orar no solo con los cristianos de otras confesiones, sino con los creyentes de otras religiones bien distintas a la cristiana?

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Cristo es la Transparencia

Martes, 6 de agosto de 2019
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Dios mismo vino sobre la tierra como un pobre,
como un humilde.
Vino a través de Cristo Jesús.
Dios permanecería lejos de nosotros si
Cristo no fuera la transparencia.
Desde el comienzo Cristo estaba en Dios.
Desde el nacimiento de la humanidad,
era palabra viva.
Vino sobre la tierra para hacer accesible
la confianza de la fe.
Resucitado, hace su morada en nosotros,
nos habita por el Espíritu Santo.
Y descubrimos que el amor de Cristo se expresa ante todo
por su perdón y por su presencia continua dentro de nosotros.

*

“15 días con el Hermano Roger de Taizé “
escrito por Sofía Laplane
Editorial Ciudad Nueva

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***

En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Juan y a Santiago y subió al monte para orar.

Mientras oraba, cambió el aspecto de su rostro y sus vestidos se volvieron de una blancura resplandeciente.

En esto aparecieron conversando con él dos hombres. Eran Moisés y Elías,  que, resplandecientes de gloria, hablaban del éxodo que Jesús había de consumar en Jerusalén.

Pedro y sus compañeros, aunque estaban cargados de sueño, se mantuvieron despiertos y vieron la gloria de Jesús y a los dos que estaban con él.

Cuando éstos se retiraban, Pedro dijo a Jesús:

Maestro, ¡qué bien estamos aquí! Vamos a hacer tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.

Pedro no sabía lo que decía. Mientras estaba hablando, vino una nube y los cubrió, y se asustaron al entrar en la nube. De la nube salió una voz que decía:

Este es mi Hijo elegido; escuchadlo.

Mientras sonaba la voz, Jesús se quedó solo. Ellos guardaron silencio y no contaron a nadie por entonces nada de lo que habían visto.

*

Lucas 9,28b-36

***

Si supiéramos reconocer el don de Dios, si supiéramos experimentar estupor, como el pastor Moisés, ante todas las zarzas que arden en los bordes de nuestros caminos, comprenderíamos entonces que la transfiguración del Señor -la nuestra- empieza con un cierto cambio de nuestra mirada. Fue la mirada de los apóstoles la que fue transfigurada; el Señor permanece el mismo.

La cotidianidad de nuestra vida, trivial y extraordinaria, debería revelar entonces su deslumbrante profundidad. El mundo entero es una zarza ardiente, todo ser humano -sea cual sea la impresión que suscita en nosotros- es esta profundidad de Dios.

Todo acontecimiento lleva en él un rayo de su luz. Nosotros, que hemos aprendido a mirar hoy tantas cosas, ¿hemos aprendido los datos elementales de nuestro oficio de hombres? Se vive, en efecto, a la medida del amor, pero se ama a la medida de lo que se ve. Ahora, en la transfiguración, nuestra visión participa en el misterio, de ahí que el amor esté en condiciones de brotar de nuestros corazones como fuego que arde sin consumir, y así puede enseñarnos a vivir.

Debemos pasar de la somnolencia de la que habla el evangelio a la auténtica vela, a la vigilancia del corazón. Cuando despertemos se nos dará la alegría inagotable de la cruz. Al ver, por fin, en la fe, al hombre en Dios y a Dios en el hombre -Cristo- nos volveremos capaces de amar y el amor saldrá victorioso sobre toda muerte.

El Señor se transfiguró orando; también nosotros seremos transfigurados únicamente en la oración. Sin una oración continua, nuestra vida queda desfigurada. Ser transfigurados es aprender a ver la realidad, es decir, a nuestro Dios, a Cristo, con los ojos abiertos de par en par. Ciertamente, en este mundo de locos, siempre tendremos necesidad de cerrar los ojos y los oídos para recuperar un cierto silencio. Es necesario, es como una especie de ejercicio para la vida espiritual. Sin embargo, la vida, la que brota, la vida del Dios vivo, es contemplarlo con los ojos abiertos. Él está en el hombre, nosotros estamos en él. Toda la creación es la zarza ardiente de su parusía. Si nosotros «esperásemos con amor su venida» (2 Tim 4,8), daríamos un impulso muy diferente a nuestro servicio en este mundo .

*

J. Corbon,
La alegría del Padre, Magnano 1997

***

Durante el verano, vuestras hermanas y hermanos de Cristianos Gays rezan contigo y por tí. De hecho, nuestro deseo es vivir nuestra vida cotidiana, iluminados interiomente por medio de Jesucristo. Queremos estar cerca de los que pasan las pruebas.

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Hermano Alois: “Al oír a las víctimas, sentimos vergüenza y una tristeza profunda”

Viernes, 7 de junio de 2019
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Ohermano-alois-11-g-200x300Tuvieron lugar entre los años 50 y 80 por parte de tres hermanos diferentes, dos de los cuales murieron hace más de quince años

Si hablo hoy es porque se lo debemos a las víctimas, a sus seres queridos y a quienes buscan en Taizé un espacio de confianza, seguridad y verdad”

La primera denuncia vino en 2010. Inmediatamente, se pusieron en contacto con la víctima quien, después de un proceso de acompañamiento, ha logrado regresar a orar a Taizé

Al principio, ninguna víctima quería denunciar, pero cuando les contamos lo que pretendíamos hacer, se sintieron aliviadas y nadie se opuso”

Toda la información en 7MARGENS

Proteger, escuchar, no esconder. Sobre estos tres puntos se basa la carta escrita del Hermano Alois, prior de la comunidad de Taizé que ha denunciado ayer a las autoridades competentes cinco casos de agresiones de caracter sexual, perpetradas a menores que tuvieron lugar entre los años 50 y 80 por parte de tres hermanos diferentes, dos de los cuales murieron hace más de quince años.

En poco más de una página, el Hermano Alois habla de vergüenza y profundo dolor” al escuchar “lo que las víctimas han experimentado y sufrido“. Las denuncias se escucharon inmediatamente “con absoluto respeto”, para acompañar lo mejor posible a quienes han padecido ese dramático sufrimiento. Asimismo, el prior destaca que la legislación francesa “exige la notificación de todos los casos, independientemente del momento en que se hayan cometido los hechos”.

En este momento en el que la sociedad y la Iglesia intentan arrojar luz sobre el abuso y las agresiones sexuales, especialmente contra los niños y las personas vulnerables,  Alois explica que “este informe forma parte de una labor de verdad ya iniciada por la escucha de las víctimas”, a las que sigue dirigiéndose con su pensamiento y su cercanía.

Es posible que nuestro hablar -añade- lleve a otras posibles víctimas a dar a conocer sus casos: las escucharemos y las acompañaremos en los pasos que quieran dar”. Asimismo, el Hermano Alois subraya la responsabilidad y el compromiso de la comunidad para con la seguridad y la integridad de todos, destacando la disposición a denunciar cualquier “violación de la integridad” tanto “a las autoridades judiciales competentes” como “eclesiásticas“. Otras medidas ya adoptadas al respecto son el sitio web dedicado a la protección de las personas y una dirección de correo electrónico (protection@taize.fr) para facilitar la presentación de informes.

“Si hablo hoy -concluye- es porque se lo debemos a las víctimas, a sus seres queridos y a quienes buscan en Taizé un espacio de confianza, seguridad y verdad”.

Cuando fui contactado, inmediatamente tomé en serio el testimonio de las víctimas”. El hermano Alois de Taizé se muestra compungido después de conocerse al menos cinco casos de abusos en la comunidad fundada por el hermano Roger, entre 1950 y 1980. Ha sido la propia comunidad la que ha puesto los hechos en conocimiento de la Justicia, después de hablar con las víctimas. Lo cuenta Antonio Marujo en 7MARGENS.

“Con varias de las víctimas, hemos mantenido el contacto a lo largo del tiempo. Fue a través de este seguimiento como comprendí la profunda necesidad de justicia que sentían, necesaria para que el camino de curación de sus heridas pudieran comenzar”.

 Las víctimas, informadas en todo momento

Las víctimas, asegura el prior de Taizé, han estado informadas en todo momento de los pasos que se iban a dar. “Al oír lo que vivieron y sufrieron, sentimos vergüenza y una tristeza profunda. Es posible que esta intervención incite a otras eventuales víctimas a hablar: en ese caso, las escucharemos y procuraremos acompañarlas en todas las acciones que vayan a desarrollar”.

“Sólo trayendo luz sobre estos actos podemos contribuir a proteger eficazmente a todos los que confían en Taizé”, subraya el hermano Alois.

Una tarea que la comunidad lleva realizando desde 2010: “Cualquier agresión, antigua o más reciente, cometida contra un menor o mayor de edad, ya sea por un hermano que ha abusado de su ascendiente moral o cualquier otra persona podrá ser comunicada a la dirección de protección@taize.fr o a una asociación de apoyo a la víctima”, se puede leer en el sitio web de Taizé.

Desde entonces, la comunidad encargó a algunos de los hermanos y otras personas la tarea de escuchar a cualquiera que tuviera “conocimiento de agresiones de carácter sexual u otras formas de violencia, en particular en lo que se refiere a menores de edad”.

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Primera denuncia, en 2010

Los primeros casos de quejas ahora reportados por las autoridades de Taizé se hizo en 2010, un mensaje de correo electrónico enviado a los hermanos, explica el 7MARGENS el hermano David, el único portugués integración de la comunidad.

Nuestro primer pensamiento va siempre a la víctima y sentimos una gran tristeza por que algunos hermanos hayan lastimado así a una persona”, afirma David. “Ha sido importante, entre todos los hermanos, hablar abiertamente de lo que las víctimas nos han dicho y de su sufrimiento. 

El proceso de diálogo con las víctimas

En esa perspectiva, los hermanos decidieron entregar a la justicia francesa los cinco casos de agresiones y, al mismo tiempo, hablar de ellos públicamente. “Fue necesario tiempo para madurar una decisión de éstas. La primera necesidad después fue hablar con las víctimas y hacerlo con ellas. Al principio, ninguna quería denunciar, pero cuando les contamos lo que pretendíamos hacer, se sintieron aliviadas y nadie se opuso”, afirma el hermano David.

Las diligencias, sin embargo, no se quedaron por ahí y los hermanos consideraron importante comunicar a responsables de diferentes iglesias cristianas lo sucedido. El hermano Alois estuvo en París y en Roma a comunicar de viva voz lo sucedido.

El último episodio de este proceso se dio este lunes, tras la comunicación del hermano Alois al procurador de la República: los hermanos reunieron a cerca de un centenar de jóvenes de todos los continentes que están en este momento en Taizé como voluntarios, explicando lo sucedido y las iniciativas tomadas.

Fuente Religión Digital

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“No podemos hablar de una Europa cristiana si no estamos dispuestos a acoger a los migrantes”

Lunes, 13 de mayo de 2019
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12.11. Glaube und Leben / Bettemburg / Taize Gebet mit Erzbischof Jean Claude Hollerich und Bruder Simon Foto: Guy Jallay  Jean Claude Hollerich
Foto: Guy Jallay

El presidente de los obispos europeos visita Lesbos: “Europa se ha olvidado de esta gente”

“Esta misión está pensada para dar una señal a Europa ante las elecciones europeas” del próximo 26 de mayo, cuenta Jean-Claude Hollerich

“No se podrá hablar de la cultura cristiana, de una Europa cristiana, a no ser que estemos dispuestos a acoger a la gente necesitada”

“Desde aquí la sensación es que Europa se ha olvidado de esta gente, y eso duele”. El presidente de los obispos europeos, Jean-Claude Hollerich, se encuentra estos días en la isla griega de Lesbos, visitando con el limosnero del Papa Francisco, cardenal Konrad Krajewski, los campos de refugiados de Moria y Kara Tepe. Y el prelado luxemburgués está sufriendo por lo que encuentra en los migrantes allí. “Si queremos que haya una Europa cristiana, estamos llamados a ayudarlos”, advierte Hollerich.

“Esta misión está pensada para dar una señal a Europa ante las elecciones europeas” del próximo 26 de mayo, cuenta Hollerich a la agencia SIR, a propósito del viaje en el que Krajewski ha llevado cien mil euros por parte del Papa para ayudar a los refugiados. “Para mostrar que los refugiados son personas reales, hombres, mujeres y niños con dolor”, continúa el prelado, quien se revela “profundamente entristecido” por la “gente enferma”, por la “gente sufriendo” que ha conocido en los campos.

“El gobierno griego hace mucho” para ayudar a esta gente “pero se le deja solo para gestionarlo todo”, denuncia Hollerich. “No podemos pedir al gobierno griego que haga más”, advierte. “Lo que hace falta es nuestra solidaridad”.

“En esta línea quiero decir que sería útil crear corredores humanitarios, continúa el arzobispo de Luxemburgo. “Sería importante que las varias diócesis, las Iglesias en Europa, asociaciones católicas, parroquias, organizaran -con la ayuda de la Comunidad de Sant’Egidio, que ya los apoya- corredores humanitarios para dar a estas personas una nueva oportunidad, ofrecer la felicidad y bienestar de los que disfrutamos en Europa”, explica Hollerich, añadiendo que el gesto sería una señal de que Europa “se solidariza con los pobres, que cuidamos de ellos, que nos importan”.

Pero no valen ya las palabras bonitas, a juicio del prelado luxemburgués. Hay que pasar ya a la acción, dado que “ya no podemos hablar de una Europa cristiana si no estamos dispuestos a acoger a los migrantes y a los pobres”.

“Las elecciones venideras mostrarán si somos o no cristianos, si Europa aún preserva un vestigio del cristianismo”, apunta Hollerich, explicando lo que está en juego el próximo 26 de mayo. “No se podrá hablar de la cultura cristiana, de una Europa cristiana, a no ser que estemos dispuestos a acoger a la gente necesitada”, sentencia.

Hollerich revela que piensa que es precisamente por esto que el Papa le ha enviado a Lesbos, como manera de advertir a los votantes del viejo continente antes de que sea demasiado tarde. Pero según el prelado, Francisco tiene un mensaje también para los refugiados en Lesbos, más allá de los recados políticos.

“Nos dijo que aseguráramos a la gente que el Papa está con ellos”, cuenta el religioso. “El Papa está aún en Lesbos. Su corazón está con la gente”.

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Campo de Refugiados de Moria

Fuente Religión Digital

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El presidente de los obispos europeos carga contra las “identidades falsas” que crean los populismos

Jueves, 25 de abril de 2019
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12.11. Glaube und Leben / Bettemburg / Taize Gebet mit Erzbischof Jean Claude Hollerich und Bruder Simon Foto: Guy JallayJean Claude Hollerich Foto: Guy Jallay

Los populismos “evocan un mundo pseudo-religioso y pseudo-místico, negando el corazón de la teología occidental, que es el amor de Dios y el amor al prójimo“, afirma el jesuita Jean-Claude Hollerich

El también arzobispo de Luxemburgo denuncia que el drama de los refugiados “es una vergüenza para Europa”: “El Mediterráneo se ha convertido en un cementerio inmenso”

 Arremete contra el ex-asesor de Trump Steve Bannon, “sacerdote del becerro de oro”

El drama de los refugiados y migrantes en el Mediterráneo es una causa de vergüenza para Europa“, ha clamado el presidente de los obispos europeos, Jean-Claude Hollerich, en una reflexión ante las venideras elecciones europeas. El que debe ser “un mar interior conectando a Europa, Asia y África” se ha convertido en “un muro de separación hecho de agua“, en un cementerio inmenso”, ha denunciado el también arzobispo de Luxemburgo.

Al venir a nuestros países, los migrantes se han convertido en prójimos nuestros“, ha escrito Hollerich en un texto publicado en la revista de los jesuitas italianos, La Civiltà Cattolica, ante los comicios en el continente del próximo 26 de mayo. “El amor para el prójimo requiere que pensemos la migración con los ojos de los migrantes: ojos que ven su miedo, sus preocupaciones, su hambre, su deseo de seguridad y su deseo para estabilidad económica”, ha continuado el prelado, recordando quemuchos no quieren abandonar su propio país; están obligados por necesidad”.

Pero no es que, para Hollerich, los migrantes solo tengan derecho a migrar: también tienen derecho a vivir una vida digna en su país, con su familia”. Es por eso que “el amor al prójimo traducido a la política requiere de inversiones reales para que los países africanos puedan ver un desarrollo sostenible”. “No debemos olvidar que los europeos recibimos ayuda de los Estados Unido tras la Segunda Guerra Mundial”, ha apuntado Hollerich, preguntándose: “¿No es el turno ahora de los europeos de hacer lo mismo para África?”

Pero los migrantes no son la única cosa que el arzobispo de Luxemburgo quiere que tengan en cuenta los votantes europeos a la hora de depositar sus papeletas. También ha advertido contra los populismos, citando por nombre al ex-asesor de Donald Trump, Steve Bannon, o el filósofo ruso antioccidental y ultranacionalista Aleksandr Dugin, “sacerdotes” de movimientos que “evocan un mundo pseudo-religioso y pseudo-místico, negando el corazón de la teología occidental, que es el amor de Dios y el amor al prójimo”.

Los populismos que amenazan hoy a Europa quieren evitar los problemas reales con bailes alrededor de un becerro de oro”, ha afeado Hollerich, añadiendo que “construyen identidades falsas” y convierten en chivos expiatorios a “enemigos” como los migrantes o la misma Unión Europea.

En opinión del presidente de los obispos europeos, el antídoto a estos populismos peligrosos es nada más y nada menos que el respeto hacia todos. “Europa está compuesta por diferentes pueblos con diferentes culturas quienes juntos forman la civilización europea“, ha recordado Hollerich, afirmando que “el pueblo no es una identidad mítica fijada por genes ancestrales, sino una comunidad de personas que comparten la misma cultura y están llamadas a trabajar juntas por el bien común“. Un bien común basado en el amor, la libertad, la responsabilidad y la solidaridad, según el arzobispo de Luxemburgo, y reflejado en unprofundo respeto” hacia los derechos humanosque distingue a las sectas de las religiones, los totalitarismos de las democracias”.

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Fuente Religión Digital

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El lenguaje de la bondad

Martes, 26 de febrero de 2019
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taize_poznanGabriel Mª Otalora
Bilbao (Vizcaya).

ECLESALIA, 15/02/19.- Cuando decimos de alguien que es una persona bondadosa estamos pensando que es una persona amable, en la que se puede confiar porque no esperamos de ella daño alguno. Pero no deja de ser una descripción un tanto desvaída de la mejor esencia del ser humano.

Si somos hijos de Dios, nuestro ser más íntimo es la bondad aunque al ser imperfectos nos comportamos malamente en no pocas ocasiones. Pero ello no es óbice para que la parcela más luminosa de los seres humanos, aparte de que es lo esencial de su humanidad, tiene unas consecuencias en la radicalidad de las actitudes mucho mayores en que lo que pudiera parecer en algunas definiciones más bien ñoñas de la bondad que nos trae a la cabeza esa cuasi equiparación popular de que, el bueno, es blando o casi tonto. Vamos, que si nos empleamos a fondo en la bondad, en buena parte de esta sociedad seremos considerados más bien como tontos. Pero la bondad es una cualidad propia de la inteligencia espiritual y no tanto una característica del carácter.

Es una pena que una palabra y su contraria puedan haber llegado a tener el mismo fundamento en amplias capas sociales relegando la vida ética (la historia del pensamiento) y la vida evangélica por no ser útiles en el tiempo presente. Pero cuando desaparece la bondad como conducta liberadora y solidaria, entonces se congela la convivencia y la deshumanización acarrea sus consecuencias.

Traigo a la consideración de los lectores una reflexión del gran pensador Paul Ricoeur en una de sus visitas a la comunidad cristiana ecuménica de Taizé: él relaciona a la religión con la práctica de la bondad pero lo enmarca así: Por muy radical que sea el mal, este no será nunca tan profundo como la bondad. Y si la religión, las religiones, tienen un sentido, es el de liberar el fondo de bondad de los seres humanos, ir a su búsqueda, allí donde está totalmente enterrado”. Y cierra su reflexión con esta preciosa rotundidad: “La bondad es más profunda que el mal más profundo”. Para Ricoeur este axioma es la experiencia que debemos buscar y expresarla en el lenguaje comunitario de la liturgia, cada uno desde el fondo infinito de bondad que anida en cada uno de los seres humanos.

Simone de Beauvoir, igual que otros pensadores (Hobbes como paradigma)  utilizó el lenguaje de la bondad de manera subordinada a la maldad: “La naturaleza del hombre es malvada. Su bondad es cultura adquirida”.  Lo dijo quizá por lo que cuesta educar nuestro espíritu hasta que adquiera la disposición natural para hacer el bien  cuando lo tentador es precisamente optar por el mal, que suele ser más agradecido a corto plazo y divertido.

Pero es lo que pasa en todo con la naturaleza humana, que nuestras grandes capacidades requieren de mucho esfuerzo y disciplina para que lleguen a brillar: científicos sabios, deportistas de élite, artistas universales, estadistas que cambiaron la historia… todos tuvieron que pasar por muchos esfuerzos ímprobos para llegar a ser la mejor posibilidad de sí mismos sin que nadie dijera que sus inclinaciones naturales eran la holganza, la torpeza, la falta de inteligencia, la nulidad en cualquier disciplina en la que, tras muchos años de abnegado esfuerzo, llegaron a ser alguien superlativo en sus especialidad. ¿No podemos aplicar la misma premisa para la bondad humana? ¿En unos casos el sacrificio es admirable y ejemplar y, en otros, una represión que atenta contra la verdadera humanidad?

Pues aunque no tenga buena prensa la bondad en nuestras selvas urbanas, de lo que no tengo duda es que el signo que señala a una persona como “buena”, es cuando saca lo bueno de otras personas. Y si algún día pudiéramos medir esto en resultados, ciertamente que serían a todas luces revolucionarios.

(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

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Henri Nouwen: Amistad y vulnerabilidad

Viernes, 18 de enero de 2019
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Del blog de Henri Nouwen:

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Entre la pléyade de autores contemporáneos de espiritualidad Henri Nouwen ocupa, indudablemente, un lugar destacado; Escritor católico, considerado por muchos un genuino maestro espiritual. Sus libros pueden encontrarse en librerías del mundo entero, muchos títulos, y múltiples ediciones; el más conocido de ellos, “El regreso del hijo pródigo”, citado por Hillary Clinton como el libro que recomendaría para un momento muy especial. Si necesitáramos expresar con dos palabras el mundo espiritual de Henri Nouwen diríamos: amistad y vulnerabilidad. Henri hizo amigos por todas partes, y a la vez cargó sobre sus hombros la cruz de la inseguridad y la urgente necesidad de afecto. Pero ofreció su vida, a través de sus libros, como testimonio de una confianza y una búsqueda espiritual que ofrece sentido, incluso allí, en los momentos más absurdos y oscuros de nuestra existencia.

Nouwen desarrollo su ministerio en la predicación, el acompañamiento espiritual y la escritura, pero recogiendo lo mejor de la espiritualidad de su tiempo y haciendo una síntesis al alcance de un amplio público, tanto dentro como fuera de la Iglesia. Cuando revisamos su vida, sus fuentes, sus escritos, encontramos algo de espiritualidad benedictina, Thomas Merton, Teresa de Calcuta, Charles de Foucauld, Roger de Taizé, espiritualidad de los iconos, Teología de la Liberación y Gustavo Gutiérrez, Martin Luther King y los movimientos anti raciales en USA, un amplio conocimiento de psicología pastoral, y por supuesto a Jean Vanier y las Comunidades del Arca. Por tanto viene a ser como una persona que recoge lo mejor de la espiritualidad del pasado siglo, y consigue hacerla llegar al amplio público, a la vez que vive él mismo el dilema del hombre contemporáneo, que aspira a la santidad mientras se enfrenta a sus propios demonios interiores y a los desafíos del mundo.

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1968 y Thomas Merton

Lunes, 10 de diciembre de 2018
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MertonEn el 50 aniversario de su muerte, que hoy se cumplen:

Hay años que quedan especialmente grabados en la memoria colectiva. ¿Qué aconteció en el año 1968 que quedó plasmado en el recuerdo? Muchas cosas ocurrieron ese año y muchas más han quedado olvidadas para la historia.

He “recolectado” algunas para ubicarnos en el tiempo de hace cincuenta años, son pocas, pero seguro que muchos recordamos y otros podrán investigar.

1968 fue declarado Año Internacional de los Derechos Humanos por la ONU. La  Declaración de la Carta de Derechos Humanos cumplía veinte años. El próximo 10 de diciembre del año en curso el cumpleaños de este importante documento cumplirá setenta. Me queda una extraña sensación, un no sé qué de tristeza. Habría que revisar qué se está haciendo en el mundo si avanzar o retroceder.

El 5 de enero comienza la Primavera de Praga, que llegó hasta el 20 de agosto cuando los tanques soviéticos entraron en Checoslovaquia y acabaron con las ansías de liberación política.

La Guerra de Vietnam seguía su sangriento curso. En marzo, la matanza de MyLai, masacre de civiles a cargo del ejército de los Estados Unidos. Las fotos hablaban y siguen hablando por sí mismas.

El 4 de abril murió asesinado Martin Luther King, se llevó su sueño de ver a blancos y negros vivir en paz y concordia. ¿Qué diría hoy?

El 6 de abril, España ganó Eurovisión con Massiel y el “La,la,la”. También fue el año de los primeros atentados de ETA. De un pequeño logro femenino: las mujeres casadas podían ser elegidas concejales.

En el mes de mayo, manifestaciones, protestas y una huelga general, en Francia. Se conoce como el “Mayo Francés”.

El 25 de julio, el Pablo VI publica la “Humanae Vitae”, en la que no se aprueban los anticonceptivos.

El 26 de agosto, Los Beatles lanzan “Hey Jude”.

Ese mismo día en Medellín (Colombia) se inicia la 2ª Conferencia General del Episcopado Latinoamericano bajo el lema “La Iglesia en la actual transformación de América Latina a la luz del Concilio Vaticano II”.

El 2 de octubre, matanza de Tlalcoco, en la Plaza de las Tres Culturas, de la Ciudad de México, contra un grupo de manifestantes la mayoría estudiantes.

Diez días después, el 12 de octubre, se inauguran en esa misma ciudad, los XIX Juegos Olímpicos.

Durante todo el año, mes sí… mes también, siguen las pruebas atómicas de Estados Unidos en el territorio de Las Vegas.

El Premio Nobel de la Paz de 1968 fue para René Cassin, jurista y juez francés, “por toda una vida consagrada a la paz, la justicia y los derechos humanos y por sus trabajos como redactor de la Declaración Universal de los Derechos Humanos”.

El 10 de diciembre de 1968, fallecimiento de  Thomas Merton. A esta fecha es a la que quería llegar para ubicarme en este mítico año, cuando se cumple el 50º aniversario de su muerte. Aprovechemos para recordarle y seguir contando quien fue y quien sigue siendo.

¡Ardua tarea e inabarcable tarea “contar” a Merton! Con lo que dejó escrito y lo que se ha escrito sobre él, no sé qué cantidad de metros cuadrados de biblioteca se llenarían. Con las posibilidades que tenemos ahora y “buceando” por Internet (que no ocupa metros cuadrados) quien quiera se podrá  adentrar en la persona, historia, publicaciones, etc.

Por tanto lo más sensato y coherente será compartir quién es Thomas Merton para mí.

“¿Conoces a Thomas Merton?”, me preguntó un amigo irlandés en Taizé en 1994. Le contesté que no. “Es un escritor de espiritualidad y, según lo que hemos hablado estos días, creo que te puede interesar lo que escribe. Mira a ver, cuando vuelvas  a España, si hay publicados libros en español”. Dos palabras: Thomas y Merton, regalo del amigo irlandés que no cayeron en saco roto. En mi país en la librería religiosa donde era y soy habitual, me dijeron que tuvieron en otros momentos, pero que habían dejado de reeditarse. Durante dos años, cada vez que volvía a por algún libro, preguntaba si ya tenían algo de Merton. Nada.

¡Qué tiempos aquellos, no podía brujulear como ahora por Google, las Redes…! Pero tampoco olvidé la recomendación. Hasta que, por fín, un día tuve en mis manos un libro del tan esperado Thomas Merton: “La oración contemplativa” (1).

Entusiasmada por ver satisfecho mi deseo, llegué a casa y me adentré con ansia en su lectura. No era mi momento. Lo dejé en la estantería y, como el libro no tenía datos concretos tipo curriculum, seguí sin saber quién era Merton.

Pero sí me interesó el texto de la contraportada: “El curioso estado de alienación y confusión del hombre en la sociedad moderna es quizá más ‘soportable’ porque no se vive en común, con una multitud de distracciones y evasiones, y también con oportunidades para una acción fructífera y un genuino olvido cristiano de sí mismo. Pero oculto en toda vida se encuentra el fundamento de la duda y de la pregunta personal que más tarde o más temprano debe enfrentarnos cada a cara con el último significado de nuestra vida. Esta pregunta a uno mismo nunca puede darse sin un cierto ‘pavor’ existencial, un sentido de inseguridad, de pérdida, de exilio, de pecado. Un sentido de que uno de alguna manera ha sido infiel no tanto a las normas morales o sociales, sino a su propia verdad interior”.

Lo volví a intentar en el 1998… una ojeada. Leí otra vez la contraportada y vuelta a la estantería. Allí “durmió” algunos años más. Seguía sin ser mi momento. Así son las cosas en la vida espiritual… pasito a pasito. ¡Ah… y seguía sin saber quién era Thomas Merton más allá de uno de los maestros espirituales del siglo XX, como decía la contraportada del libro.

En 1999 aparecí, con aires de despistada y sin ninguna pretensión de hacer amigos, en el monasterio cisterciense de Santa Mª de Huerta. Desde el primer momento algo dentro de mí me estaba haciendo comprender que lo que vivía en el monasterio tenía un mensaje para mi persona, y para los que vivimos fuera de los claustros.

En otra estancia en el monasterio, en el 2001, vi un tríptico informativo en la sala de la hospedería que decía: “I Retiro Mertoniano en España, 14 al 17 de septiembre 2000”, Viaceli, The Thomas Merton Center Foundation… ¡Thomas Merton es un monje!

Sí, monje cisterciense, como los que tenía preparados en la capilla del monasterio cuando tocó la campana para la oración de la tarde.

Fue el pistoletazo de salida. Poco a poco me adentré en sus libros, artículos, cartas, etc., Pedí información en el monasterio y ellos me ayudaron a “encontrar” a Merton. Me facilitaron libro (de ediciones antiguas) me fotocopiaron artículos, oraciones, etc. Hice inmersión en el “océano Merton”, tan inmenso que no se puede abarcar, se necesitaría otra vida.

Sé que hay muchos a los que no les va Merton, pero también sé cuántos se acercaron a él para pedirle una palabra y mucha escucha. Sé que tiene detractores pero también verdaderos enamorados de su obra para su vida espiritual. Sé que no era perfecto ni como monje, ni como ser humano, pero qué levante la mano quien crea que ya alcanzó la perfección como persona o en la vocación a la que haya sido llamado.

¿Quién eres para mí, Thomas Merton?

El desconocido que se convirtió en hermano y, con la herencia me dejó, pude beber de una espiritualidad que con palabras que entiendo, me traduce la búsqueda de Dios en el día a día y el encuentro con los demás. Me sigue sorprendiendo ver que como monje contemplativo se adentró en la vida de los laicos, en los problemas del mundo, en la denuncia de la injusticia, las guerras (Guerra Fría, guerra nuclear…), diálogo interreligioso, en ese tiempo –recién acabado el Vaticano II- tema complicado y conflictivo; en la defensa de los derechos humanos, etc.

 Me acercó a los valores de la vida monástica como el silencio, la oración, la soledad, la acogida al otro, la escucha y el permanente discernimiento en la vida espiritual para avanzar en el camino de la propia vocación.

Murió en Bangkok el 10 de diciembre del mítico año 1968, después de impartir su última conferencia en el Encuentro Ecuménico de Monjes de Asía, al que había sido invitado. Al final de la conferencia dijo: “Creo que todas las preguntas sobre las conferencias de esta mañana están previstas para la reunión de la tarde… So I go disappear from you. Thank you very much! (2).  “Desaparezco. Me retiro. Muchas gracias”. Fueron sus últimas palabras. A las pocas horas murió electrocutado en su habitación.

Quiero también traer aquí las palabras del Papa Francisco en su visita al Congreso de los Estados Unidos de América el 25 de septiembre de 2015, año en que se celebraba el centenario del nacimiento de Merton:

“Al inicio de la Gran Guerra (…) nace el monje cisterciense Thomas Merton (3enero 1915). Él sigue siendo fuente de inspiración espiritual y guía para muchos. En su autobiografía escribió: «Aunque libre por naturaleza y a imagen de Dios, con todo, y a imagen del mundo al cual había venido, también fui prisionero de mi propia violencia y egoísmo. El mundo era trasunto del infierno, abarrotado de hombres como yo, que le amaban y también le aborrecían. Habían nacido para amarle y, sin embargo, vivían con temor y ansias desesperadas y enfrentadas». Merton fue sobre todo un hombre de oración, un pensador que desafió las certezas de su tiempo y abrió horizontes nuevos para las almas y para la Iglesia; fue también un hombre de diálogo, un promotor de la paz entre pueblos y religiones.Resalta también el Papa en la personalidad de Merton “la capacidad de diálogo y la apertura a Dios” (3).

Sea cual sea el año de nuestro nacimiento o de nuestra muerte, hermano Thomas Merton me demuestras con su vida, compleja, contradictoria y tantas veces incomprendida, que caminamos en el anhelo de encuentro con Dios, mientras nos vamos encontrando con los hermanos en quienes, si me mantengo abierta, expectante, pacífica, confiada y libre, veo el reflejo de Dios en sus corazones, y me adhiero a lo que decías en tu momento de iluminación:  “En Louisville, en la esquina de la calle Cuarta (Fourth) con Walnut (…) no hay manera de hacer ver a los humanos que todos ellos deambulan por el mundo brillando como el sol” (4).

Mari Paz López Santos

Fuente Fe Adulta

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Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos.

Domingo, 9 de diciembre de 2018
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142

Juan Bautista

 Cual greñudo y piloso nazareno,
amigo de alimañas y de fieras,
piel de camello sobre cuerpo enjuto,
como hijo del ayuno y de la estepa,
Juan Bautista predica en el desierto,
-inhóspito desierto de Judea-
y anuncia la llegada del Mesías,
de quien es precursor y fiel profeta.
Y dice que se siente indigno siervo
de soltar sus sandalias y correas.

¡Allanad y hacer rectos los senderos;
preparad los caminos del señor,
porque a punto de llegar está el Mesías
y exige “metanoia”, conversión.
Los que esperáis ansiosos su llegada
del Mesías -Ungido del Señor-
purificad los cuerpos y las almas
en las aguas del Jordán y del perdón!

Y cuando aquel cobarde rey Herodes
mande un día te corten la cabeza,
y Salomé, danzante, se la sirva
en preciosa plateada bandeja,
todos verán, beodos y asombrados,
que tú aún sigues con la boca abierta
gritando la Verdad que nunca muere,
gritando la Verdad a boca llena.

¡Qué bien supiste, Juan, ser de Jesús
su precursor, testigo y fiel profeta!

*

José Luis Martínez

***

En el año quince del reinado del emperador Tiberio, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea, y Herodes virrey de Galilea, y su hermano Felipe virrey de Iturea y Traconítide, y Lisanio virrey de Abilene, bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás, vino la palabra de Dios sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto.

Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías:

“Una voz grita en el desierto: Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos; elévense los valles, desciendan los montes y colinas; que lo torcido se enderece, lo escabroso se iguale. Y todos verán la salvación de Dios.”

*

Lucas 3, 1-6

***

La soledad es el horno de la transformación. Sin soledad seguimos siendo víctimas de nuestra sociedad, seguimos enredados en las ilusiones de nuestro falso yo. Jesús mismo entró en este horno Para entender el verdadero significado de la soledad, es necesario desenmascarar algunas ideas deformadas de la misma. Todos admitimos la necesidad de algunos ratos de soledad. Sin embargo, lo que queremos a veces decir es la necesidad que tenemos de un tiempo y un lugar para nosotros mismos, un tiempo y un lugar en que nadie nos moleste. Soledad es a menudo para nosotros sinónimo de privado.

Es más, pensamos en la soledad como una especie de estación de servicio en la que podemos cargar nuestras baterías, o como el rincón de un ring de boxeo en el que ponen aceite en nuestras heridas, dan masaje a nuestros músculos y nos animan a seguir en la lucha mediante eslóganes apropiados. Para ser breves, pensamos en la soledad como en el lugar en que reparamos nuestras fuerzas para proseguir la competencia incesante de nuestras vidas.

No es ésta la soledad de Juan Bautista, san Antonio o san Benito, de Carlos de Foucauld o los hermanos de Taizé. Para ellos, la soledad no es un lugar terapéutico privado, sino el lugar de la conversión, el lugar donde muere el viejo yo y nace uno nuevo, el lugar donde emerge el hombre nuevo y la mujer nueva.

*

H. J. M. Nouwen,
El camino del corazón,
Madrid 1986, 21 -23.

***

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Ruffini: “Los homosexuales no pueden quedar fuera de la pastoral”

Jueves, 18 de octubre de 2018
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sinodo-1El hermano Alois, de Taizé, destaca la “contribución ecuménica” durante el Sínodo

Lepori: “No queremos ser carteros que traen un texto, sino testigos de lo que sucede”

(Jesús Bastante).- Mujeres, homosexuales, ecumenismo, ecología… Los grandes temas continúan saliendo en el debate de los padres sinodales, cuando las discusiones afrontan el final de la segunda semana. Así, el prefecto de Comunicación, Paolo Ruffini, destacó en el briefing de este mediodía que los homosexuales no pueden quedar fuera de la pastoral.

En el encuentro de hoy, participaron también el prior de Taizé, el hermano Alois; el abad cisterciense, Mauro Lepori; el obispo de Islancia, David Bartimej; y el delegado fraterno, pastor Marco Fornerone.

En su intervención, el hermano Alois subrayó cómo “es importante mostrar la disponibilidad de la Iglesia para acoger y escuchar a las personas que desean compartir una alegría o un dolor”. “Muchas personas de diversas confesiones desean orar juntas, destacó el religioso francés, quien apuntó que “este tema debe estar más presente en el Sínodo”.

Por su parte, Ruffini insistió en que en esta fase del Sínodo “están muy presentes los temas del participar con los jóvenes en el ambiente digital y del acompañamiento por parte de la Iglesia. En estos ámbitos es necesario un verdadero diálogo intergeneracional“.

Lepori insistió en que los padres sinodales no queremos ser ‘carteros que traen un texto’, sino testigos de lo que sucede en el Sínodo”. Así, subrayó, los obispos están “están escuchando muchas intervenciones y testimonios importantes que nos llegan al corazón y que llevaremos a casa como experiencia de comunión”.

La contribución ecuménica es importante en este Sínodo, recalcó el hermano Alois, destacando la diferencia con lo sucedido en Sínodos precedentes. “Es un modo más de reforzar la comunión”, recalcó el prior de Taizé, una opinión compartida con el abad cisterciense: “El Sínodo es como una obra de comunión. Una obra en proceso”.

Debemos escuchar al Espíritu Santo, y no solo a nosotros mismos, añadió Lepori. Por su parte, monseñor Tencer apuntó que “este Sínodo ha estado muy bien preparado”, pues ha habido comunicación “con jóvenes de todo el mundo”. “Hemos de valorizar las posibilidades que nos ofrecen los nuevos medios”, resaltó.

“Veo una experiencia de conversión en la que todos nosotros experimentamos la amistad con Cristo y con la Iglesia. Hemos de escuchar a los jóvenes y testimoniar una Iglesia que pone la comunión en el centro”, culminó el hermano Alois.

Fornerone, por su parte, mostró la alegría de los valdenses por “el diálogo sobre el lenguaje”, y por el deseo mayoritario de “una mayor participación de las mujeres”. Ruffini concluyó el breafing resaltando que en las últimas intervenciones se ha hablado de la Iglesia en el mundo digital, la migración, el medio ambiente y la familia, y “se ha reafirmado el valor sagrado de la vida”.

Fuente Religión Digital

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90 años de Gustavo Gutiérrez y 50 de la Teología de la Liberación (II)

Lunes, 18 de junio de 2018
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gustavoDesde el Preconcilio hasta Medellín (1962-1968)

“Gutiérrez proponía una forma cristiana del radicalismo que no simplemente siguiera la corriente marxista”

(Saturnino Rodríguez).- 1965- Los precedentes que mejor explican los comienzos de la Teología de la Liberaciónhay que buscarlos en las corrientes teológicas y pastorales que venían circulando en América Latina camino de su identificación que a su vez encontrarían sus fundamentos en la renovación eclesial propuesta por el Concilio Vaticano II iniciado por Juan XXIII y clausurado por Pablo VI (1962-1965), junto a alguna de sus encíclicas y documentos que recogería la Iglesia Latinoamericana para su aplicación en la II Conferencia del Episcopado Latinoamericano en Medellín (Colombia) (julio-agosto 1968). Los antecedentes inmediatos pueden situarse hacia el otoño de 1965 cuando el Concilio Vaticano II estaba a días de clausurarse.

1962 y 1963 – Inquietudes y pistas que ya marcan en sus encíclicas Papas del Concilio: Juan XXIII y Pablo VI. Juan XXIII un mes antes de comenzar el Concilio Vaticano II decía en un radiomensaje emitido el 11 sept 1962: “Frente a los países subdesarrollados, la Iglesia es, y quiere ser, la Iglesia de todos y particularmente la Iglesia de los pobres”. El 11 abril 1963 coincidiendo con la celebración del Jueves Santo (53 días antes de su fallecimiento) se publicaba su octava y última encíclica “Pacem in terris(Paz en la Tierra) con el subtítulo que dice: «Sobre la paz entre todos los pueblos que ha de fundarse en la verdad, la justicia, el amor y la libertad».

1967 –Buena parte de los distintos movimientos sacerdotales en Latinoamérica provienen y nacen tras la encíclica del próximo Pablo VI “Populorum progressio” (“Sobre la promoción del desarrollo de los pueblos”) en 1967 en pleno Concilio , sobre la cooperación entre los pueblos y el problema de los países en vías de desarrollo. Y como ya dijimos al calor también de la II Conferencia del Episcopado Latinoamericano de Medellín (Colombia) en julio-agosto 1968 significó el espaldarazo de la doctrina católica en Latinoamérica al sector más progresista. La encíclica fue el motivo de fundación del movimiento MSPTM (Misioneros Siervos de los Pobres del Tercer Mundo).

En ese momento Pablo VI reunió a los obispos de la directiva y equipos del Celam que participaban en el Concilio, con motivo del décimo aniversario de la creación de dicho organismo episcopal. En esa reunión el Papa Pablo VI exhortó a los presentes a sensibilizarse y asumir una visión crítica frente a los problemas que agitaban a América Latina como un requerimiento indispensable para la acción pastoral de la Iglesia en esas regiones.

Sería, pues, en ese ambiente en el que el entonces presidente del Celam,Manuel Larrain (obispo de Talca, Chile) concebiría la idea de una reunión episcopal latinoamericana para ver la realidad del continente a la luz del Vaticano II y que éste “no pasara al lado de la Iglesia latinoamericana”.

Entre las principales reuniones del episcopado latinoamericano u órganos del CELAM que preparaban e influirían de manera decisiva en la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Medellín /(julio-agosto 1968) destacan las siguientes: Baños, Ecuador (5-8 junio1966), Encuentro Episcopal Latino-Americano sobre educación, laicos y acción social en Mar de Plata, Argentina (11-16 octubre 1966) -X Asamblea Ordinario del CELAM sobre el desarrollo y la integración latinoamericana. Buga, Colombia (12 -18 febrero 1967). I Encuentro Latinoam. de Univers.. Católicas, sobre misión de la Univ. católica en América Latina Melgar. Colombia, (20-27 abril 1968 – I Encuentro Latinoamer. en territorios de Misión, sobre pastoral misionera Itapoan, Salvador, Brasil, (12-19 marzo 1968) complementario de la reunión de Mar de Plata con el tema Pastoral Social de la Iglesia y Medellín, Colombia, (11-18 agosto de 1968), sobre Catequesis.

1962 (agosto), dos semanas antes del Concilio Vaticano II, el obispo chileno de Talca Manuel Larraín Errázuriz invitó a Gustavo Gutiérrez a asistir a una reunión en Buenos Aires para discutir la situación latinoamericana y el papel que debía llevar la Iglesia en ella. El obispo Larraín que formaba parte del sector más progresista junto al jesuita Alberto Hurtado canonizado por el papa Francisco, fue también una de las figuras destacadas en el Concilio y líder al finalizar el mismo junto al obispo brasileño Dom Helder Cámara de un grupo de 40 obispos firmantes del “Pacto de las catacumbas de Domitila”, por el que se comprometieron a caminar con los pobres asumiendo un estilo de vida sencillo y renunciando a todo símbolo de poder.

Manuel Larraín Errázuriz, obispo de Talca, Chile, fue el primer presidente del CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano) que acoge a todos los obispos de América Latina y El Caribe creado en 1956 tras la convocatoria del papa Pío XII de la que sería la I Conferencia General del Episcopado Latinoamericanoreunido en Río de Janeiro (25 julio 1955). Junto al cardenal Silva Henríquezarzobispo de Santiago de Chile el obispo Larraín contribuyó eficazmente a la implementación de la “Reforma Agraria” chilena”.

Ambos son las figuras más destacadas de la Iglesia chilena en el s.XX. Larraín gozaba de la amistad personal del cardenal Montini (Pablo VI) y de varios obispos y teólogos europeos del conocido “catolicismo social”, de los premios Nobel Pablo Neruda y Gabriela Mistral y del intelectual Jacques Maritain y el prior de la Comunidad ecuménica de Taizé Roger Schutz en Francia.

En el Encuentro de Buenos Aires al que invitó el obispo Manuel Larraín al teólogo peruano Gustavo Gutiérrez proponía “una forma cristiana del radicalismo que no simplemente siguiera la corriente marxista” como afirma Brown, Robert McAfee, ministro presbiteriano y prof. de la Univ. de Standford en su libro “Gustavo Gutiérrez. An Introduction to Liberation Theology” (Edi.Maryknoll, N.Y. Orbis Books, 1990). Aunque los teólogos no llegaron a un acuerdo, Gustavo Gutiérrez comenzaba a destacar y ser reconocido como teólogo de referencia en Latinoamérica que asistiría a las siguientes reuniones de los teólogos latinoamericanos en Petrópolis, Brasil (1964), Montevideo, Uruguay (1967) y en la de Chimbote, Perú (1968) que es donde por primera vez se refería a la “Teología de la Liberación”.

Perito del Episcopado Peruano en la II Conferencia del CELAM de Medellín, Colombia (1968)

1968 Es precisamente en Chimbote (Perú) donde Gustavo Gutiérrez Merino pronunció una conferencia con el título de “Teología de la liberación” en un Encuentro nacional de laicos, religiosos y sacerdotes organizado en julio de 1968 por la ONIS (Oficina Nacional de Investigación) de Perú, por Gustavo Gutiérrez con otros para trabajar por el cambio social. Y fue precisamente en Chimbote donde se comenzó a usar la expresión “teología de la liberación” y muchas de las ideas discutidas allí que quedarían reflejadas en los Documentos finales de la II Conferencia General del Episcopado Latinomericano de Medellín, Colombia (agosto 1968) que a su vez se convertiría en la aplicación concreta de Concilio Vaticano II para América Latina en el que Gustavo Gutiérrez sería perito del Episcopado Peruano.

1968 (26 agosto a 6 sept) Se celebra en Medellín, Colombia la II Conferencia Episcopal Latinoamericano inaugurada por Pablo VI en el que sería un viaje histórica por ser el primero de un Papa al “Nuevo Continente” bajo el tema central “La Iglesia en la actual transformación de América Latina a la Luz del Concilio Vaticano II”. En los Documentos finales de esta II Conferenciadestacaban los capítulos de la promoción humana, la evangelización y crecimiento de la fe. La Iglesia y sus estructura y el compromiso de la Iglesia con los pobres estaban muy presentes y se convertían en los temas centrales del libro “Teología de la Liberación, perspectivas” del teólogo peruano Gustavo Gutiérrez que trabajó como consejero del Episcopado Peruano en la II Conferencia. Seria también la respuesta y detonante de movimientos y grupos que se venían desarrollando como respuesta al Concilio buscando una iglesia remozada. Ese mismo año, sacerdotes de villas populares ocuparon la Catedral de Santiago de Chile y extendieron un lienzo en su frontis con la leyenda “junto con el pueblo y su lucha”.

Preámbulos de la Teología de la Liberación

1965 – Las Comunidades Eclesiales de Base (CEBs) nacidas en Brasil en los años 60 de la mano de los brasileños el sacerdote José Marins y después del franciscano Leonardo Boff. De carácter muy popular con amplia presencia en las áreas más desfavorecidas económicamente y en las favelas, son consideradas como uno de los antecedentes de la Teología de la liberación (TdL)y el precedente de toda una serie de grupos, corrientes y movimientos en América Latina que se expanderían después al Norte y a Europa, en donde de alguna forma se habían ido formando en sus Universidades – en donde también prosperaba la “nueva teología” -no pocos sacerdotes y laicos latinoamericanos pero buscando una identidad propia de la Iglesia en sus países impulsada por el Concilio Vaticano II (1962-1965) y la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano realizada en Medellín (Colombia) en 1968.

Los pioneros de la Teología de la Liberación

1968 -La TdL (Teología de la Liberación) se caracteriza según escribe el teólogo jesuita argentino Juan Carlos Scannone por considerar que el Evangelio exige la “opción preferencial por los pobres “ y por recurrir a las ciencias humanas y sociales para definir las formas en que debe realizarse esa opción. Los primeros en definir esta corriente teológica fueron el sacerdote católico teólogo peruano Gustavo Gutiérrez Merino (que ya antes de su clásico “Teología de la Liberación. Perspectivas” había publicado otro más breve” y el educador y teólogo expastor presbiteriano brasileño Rubém Alves (“Teología de la esperanza humana”) y cuyos primeros trabajos sobre el tema datan respectivamente de 1968 y 1969.

Después vendrán entre otros el teólogo jesuita Juan Luis Segundo filósofo y teólogo jesuita uruguayo con “Teología abierta para el laico adulto” (5 vol. entre los años 1963-1983). José Míguez Bonino, pastor metodista y teólogo argentino , irector de Postgrados del Superior Evangélico de Estudios Teológicos ISEDET, que urante el Concilio Vaticano II fue el único observador protestante latinoamericano.

Nacen también los ” Movimientos”

De esta manera fueron surgiendo en América Latina los movimientos sacerdotales en Latinoamérica. En el Perú, el Movimiento Sacerdotal ONIS; en Argentina, el “Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo (MSTM)”; en Chile, los “Sacerdotes por el Socialismo (CpS)”; en Colombia, el “Grupo de Golconda” y luego, el “Movimiento Sacerdotes para América Latina (SAL)”, y, en México, “Sacerdotes por el Pueblo”; algunos más radicales que otros.

1965 – En el mes de marzo La Conferencia Episcopal Peruana había creado por iniciativa del cardenal Juan Landázuri Ricketts y el obispo Luis Bambarén Gastelumendi la Comisión Episcopal de Acción Social CEAS, “para la defensa y promoción de los derechos humanos desde el Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia” en el marco del Concilio Vaticano II que en ese mismo año había promulgado la Constitución Pastoral sobre la Iglesia en el mundo “Gaudium et Spes. Y en 1968 surge el Movimiento Sacerdotal ONIS con el mismo espíritu de analizar la situación socio-económica del país y orientar su labor pastoral ante los nuevos retos del mundo actual.

– Continúa en la 3ª parte

Cristianismo (Iglesias), Espiritualidad, General, Iglesia Católica ,

Entrevista a Javier Melloni en Atrio.

Martes, 27 de febrero de 2018
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javier_melloni-bigSiento que sea de nuevo un texto largo. Hay quien le parecerá que es un globo hinchado de blablablá. Pero a muchos les gustado y nos lo han sugerido. Confío que esta entrevista a Javier Melloni sea leída y rumiada, aunque sea poco, por los lectores de ATRIO, que desde el principio pretende entresacar lo más válido que nos han trasmitido cada una de las religiones antiguas. AD.

Oriente es la “debilidad” que nutre buena parte de su pensamiento lúcido y rebosante de fe. Se escapa en cuanto puede para volver con todos sus silencios y sonrisas encima. Le buscan por todas partes a él y a su discurso convencido, pero él cuenta los días para retornar a esas calles de la India y quitarse nombre, camisa, zapatos… y sonreír sin marca, sin atributos, por su puesto sin credo. Él anhela volver a lavarse en la fuente de la esquina y ser sólo un humano más entre los humanos que festejan la suerte del agua en cada mañana.

Cada tres o cuatro años vuelve unos meses a esa geografía urbana colmada, donde busca “ser bautizado por las miradas de la gente”. Cotizado teólogo que se lo pelean por doquier para impartir cursos y seminarios, antropólogo, autor de sólida obra en varios idiomas, referencia ineludible en diálogo interreligioso mundial…, pero él desea retornar a las callejuelas del incógnito y perderse entre los mil y un olores y a fuerza de perderse, quién sabe, quizás de nuevo hallarse.

Incondicional de Jesús y de Su Compañía, desconoce si el Nazareno en nuestros días sería cristiano. Le importan poco las etiquetas a este defensor de la inocencia, de la humildad y de las gentes puras.

Vive en la Cueva de Manresa, donde San Ignacio dio un giro providencial a su vida, mas no permanece encerrado, pues el mundo reclama constantemente su verbo sabio, pero a la vez actual, cercano y rebosante de fe. Hombre de estudio, no rehúye su vocación misionera: “Todos somos misioneros de todos. Misión ya no es proselitismo, sino reciprocidad. Es dejarte permeabilizar por el otro tanto como tú compartes lo tuyo con él. La misión es irradiación gratuita de lo que a ti te da vida. Compartir tu luz, pero dejando que el otro también irradie la suya. El proselitismo, por el contrario, es una devoración del otro”.

Anchos son los márgenes que propone Melloni para el encuentro de quienes comulgan en el amor de Jesús. Hay un Cristo también más allá del cristianismo que defiende con firmeza el jesuita de Manresa, sin por ello mermar sonrisa a su rostro eternamente juvenil.

Reía también la fuente mientras mantuvimos a su vera esta larga charla. Era en un patio de la Universidad de Alicante, en el marco del III Parlamento Valenciano-Catalán de las Religiones (12 y 13 de Mayo), allí donde gentes de las más diversas comunidades espirituales y religiosas, en torno al diálogo y la celebración, volvían a ser hermanas.

051Está persuadido de que la gente continua teniendo sed de Dios, de que vivir es el arte de tomar y de desprendernos, de que la trascendencia es espacio de gratuidad y sorpresa, la promesa de un crecimiento sin límites. Está convencido de que interioridad y solidaridad son las dos caras de una misma moneda, de que tampoco hay más allá, ni más acá, sino una única Realidad, con multiplicidad de ámbitos y de niveles…

Melloni es cruce de muchos sentires, caminos, visiones y tradiciones… y él se crece y goza en ese jardín cada día más ancho y fértil de fraterna comunión que con tanta paciencia, ternura y lucidez ha ido labrando, junto a todos los que creen en los credos reencontrados.

Las respuestas brotan fáciles de quien contempla la vida y a Dios, “la Fuente continua de donación y receptividad”, con mirada inteligente, pero a la vez tremendamente sencilla y generosa. Arrancamos la charla con el diálogo interreligioso, “la misma Melodía tocadas por diferentes instrumentos…”, con sus artífices “peregrinos de nuestros días que integran todas las montañas…”

¿Pueden las religiones, los credos unidos volver a ser esperanza sobre la tierra?

Durante gran parte del siglo XX se anunció la muerte de Dios, el final de las religiones. Sin embargo, las religiones vuelven a tomar su lugar en la plaza pública. Ello genera desconcierto y esperanza al mismo tiempo. Porque hay un modo regresivo y otro progresivo de retomar ese lugar que se había perdido: como una nostalgia del pasado o como una nostalgia del futuro, que son direcciones muy diferentes.

El modo regresivo sería encerrarse en el pasado y utilizar un lenguaje mítico obsoleto. Una religión que somete, que impide que la gente no piense por sí misma, es sumamente peligrosa. La población más secularizada ve con temor esa corriente.

En cambio, para quienes vemos las religiones como un fenómeno progresivo, como un impulso hacia delante, entendemos que contienen un legado de espiritualidad, de conocimiento humano de lo Invisible que es insustituible. Las diversas tradiciones son portadoras de una sabiduría sobre el origen y fin de todas las cosas que es necesaria para el proceso planetario en el que estamos viviendo.

Pero las religiones no pueden vivir sólo de su pasado. Ese es su peligro. Es cierto que los Textos Sagrados son irrepetibles y que tienen una unción y una densidad de revelación que no se puede equiparar con cualquier texto que se se pueda inventar. Esta emanación  es constitutiva de su carácter revelatorio, pero a condición de que no sean utilizados como pretextos para quedarse anclados en la época cultural en que fueron entregados, en el mundo psicológico al que iba dirigido. Es absolutamente necesaria e indispensable la actualización de los textos y abrirlos a su interpretación y aplicación contemporáneas.

La clave estriba en descubrir el meta-texto que une a todas las tradiciones religiosas sin que pierdan con ello su especificidad. Hay que preservar su sabor original, pero aprender a leerlos con claves no excluyentes, ni exclusivistas, que es el peligro de ciertos textos sagrados.

¿Cómo podemos debilitar las fronteras entre los credos?

Descubriendo lo que nos une, no lo que nos separa; descubriendo que las fronteras son sólo mentales, nacidas del temor para preservar la identidad. La identidad es necesaria y también el conocimiento del propio contorno. Las fronteras son esos contornos de identidades. Pero estos límites pueden estar blindados o abiertos; pueden estar crispados, pendientes sólo de que el otro no absorba mi identidad, o pueden estar al servicio de descubrir la diferencia enriquecedora de la alteridad.

Cada piel de ser humano es esa frontera: donde acabo yo empiezas tú. Pero al mismo tiempo es abertura: mi acabar es tu empezar. Lo mismo ocurre con las religiones.

¿En la práctica, cómo ensanchamos ese espacio de encuentro?

Retomo las palabras que acabamos de escuchar de Federico Mayor Zaragoza: pasando de una cultura de la guerra y la autoafirmación a una cultura de la conversación, del encuentro. Con palabras más técnicas, pasando de la palabra dialéctica a la palabra dialógica. La dialéctica nace de la competitividad, empeñados en vencer al otro, mientras que en el encuentro dialógico, la palabra de uno crece con la palabra del otro. Mi decir se prolonga en tu decir y entre los dos vamos construyendo algo que no estaba ni en ti ni en mí antes de comenzar la conversación. Emerge entonces algo nuevo, que es la epifanía del encuentro. Al final del diálogo estamos más allá de donde estábamos antes de comenzar. Éste es un reto de los encuentros a todos los niveles: religioso, cultural y de valores. Constato que cada vez hay más gente que lo vive así.

El conocimiento posibilita amor. Sólo amamos lo que conocemos. Es necesario propiciar encuentros con el otro. No para que me imagine cómo es el otro, sino para que él se revele tal como es y yo pueda conocerlo. Llegar, por lo tanto, a descubrirlo no a partir de los fantasmas o prejuicios que proyecto sobre él, sino a partir de lo que él me dice sobre sí. Ese conocimiento permite amar lo que se me ha mostrado, no lo que yo había esbozado a partir del miedo.

¿Podemos avanzar en un encuentro más allá del diálogo?

Es tiempo de muchas cosas a la vez. Todas las iniciativas tienen su lugar y su razón de ser. Es bueno y necesario que haya grupos que desde el interior de cada tradición religiosa -e incluso desde ninguna tradición-, aboguen por un espacio común que trascienda los espacios antiguos. Es bueno que esos espacios existan, pero también es conveniente que en las tradiciones religiosas haya gente que preserve su identidad irrenunciable, sin deseo de dejar de ser ellos mismos. Ese modo de encontrarse es también necesario.

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Para que haya colores secundarios no tienen que desaparecer los primarios. Para que pueda seguir habiendo gamas de mezcla, tienen que seguir existiendo los colores elementales, pues sólo con ellos se pueden hacer más colores. Del mismo modo, la existencia de los colores primarios no priva el que haya secundarios y terciarios.

¿Cuáles son los límites del diálogo interreligioso?

El blanco es síntesis de todos los colores, pero no puede ser todo blanco. El límite sería evitar una unión a costa de perder el polo de diversidad y especificidad que enriquece esa unión. Entonces nos encontraríamos ante una fusión que crea confusión. Hay que evitar ese extremo, como también el contrario: las posiciones blindadas tan preocupadas por su propia identidad hacen imposible el encuentro. Hemos de lograr una danza entre ambas sensibilidades para que se fecunden una a otra.

Otro modo de hablar de un límite para el diálogo interreligioso sería no perder la memoria. Atravesados de futuro, no debemos de olvidar que hay una sedimentación del pasado muy rica. No podemos olvidar el ayer, como si de repente con nosotros empezara la historia. Miles de años nos sostienen y no los podemos despreciar. Hemos de cuidar no perder el legado y ser respetuosos con los procesos. Hemos de ser audaces y a la vez pacientes. No podemos banalizar la herencia que hemos recibido y perder la identidad sin más. En el diálogo interreligioso se encuentran personas fuertemente enraizadas en tradiciones milenarias que desean que perduren, y al mismo tiempo, están las gentes vinculadas a nuevas formas de religión. Los dos ámbitos son necesarios. Del mismo modo que es necesario que en estos encuentros se practiquen los cultos particulares así como que hayan actos comunes de culto y de celebración que sean transconfesionales.

La unidad a costa de la diversidad es la tentación de los totalitarismos, mientras que la diversidad motivada por la incapacidad de encontrarse con el diferente es también un fenómeno enfermizo y regresivo. Es preciso asumir ambos valores. Lo rico de la aventura en la que nos hallamos es el encuentro que preserva la diferencia.

Cada elemento fractal de esa unión en lo diverso ha de cultivarse en sí mismo y cuidar su identidad, pues de lo contrario acaba perdiendo la fuerza de su singularidad. Organizar todo esto en la práctica y en lo concreto no es precisamente sencillo.

¿Cuál es la misión de los seguidores de Jesús?

Devenir Jesús hoy. Convertirse en Jesús. La misión de los seguidores de Jesús es cristificarse, alcanzar el lugar de Jesús, su estado espiritual y existencial en tanto que seres humanos. Saber expresar su mensaje en el lenguaje de nuestra época. Jesús nos invita a ser seres humanos de nuestro tiempo, en nuestro tiempo y más allá de nuestro tiempo.

¿Cómo imaginas a Jesús en nuestros días?

Entrañablemente amable y a la vez terriblemente molesto; inconfundiblemente cercano y familiar y, al mismo tiempo, desconcertantemente diferente a lo que imaginábamos. Reconocible, porque Jesús emanaría a Jesús. Sabríamos que es Él, pero a la vez resultaría impredecible. A lo mejor Jesús no sería cristiano. Que Cristo no fuera cristiano plantearía, sin duda, un problema a los cristianos: ¿Cómo reconocer a Jesús más allá del cristianismo?

Imagino a Jesús a un mismo tiempo crítico y esperanzador, radical y a la vez de exquisita tolerancia. Reconoceríamos en él una emanación desconcertante de santidad, incandescencia excesiva debida a la cerrazón de nuestras mentes. Jesús es reconocible en los corazones abiertos de cualquier tradición y por lo tanto, en la medida en que estemos abiertos, los cristianos también le reconoceríamos.

¿Es preciso ejercitarnos con la idea de Cristo más allá del cristianismo?

Claro. El problema está en el “ismo”. El “ismo” implica la demarcación de un territorio en el que todo aquello que no está incluido en lo que conocemos no puede ser nuestro. El hecho de que Jesús muera más allá de las murallas de la ciudad mesiánica significa que cualquier intento de apoderarnos del Mesías queda reventado por la misma realidad de Cristo.

No nos podemos apropiar de lo sagrado. La muerte y la resurrección de Jesús suponen el desbordamiento de los límites de la ciudad mesiánica, del espacio que nosotros hemos asignado a Dios. Jesús nos viene a decir que no nos pertenece a nosotros en exclusiva. El misterio pascual es el trascendimiento de los espacios mentales que construimos a nuestra imagen.

Las apariciones tras la resurrección de Jesús no supusieron un inmediato reconocimiento. Sus seguidores no tenían categorías para identificarlo, sólo las antiguas. De ahí el “No me toques, no me retengas” que lanza a Maria Magdalena. Con ello le indica que no es Él quien ha de volver al mundo antiguo, sino que es ella la que debe avanzar hacia Él. Se trata del proceso de renovación que cada persona y cada generación están llamadas a realizar.

¿Se acomodaría fácilmente Jesús a la estructura eclesial de nuestros días?

No. Jesús no pertenecía a la tribu de Leví ni a la dinastía de Sadoc; por lo tanto, no era sacerdote ni rabino. Era lo que denominamos hoy un laico. ¿En qué tradición hubiera nacido hoy? Insisto en decir que no tendría que ser necesariamente cristiano. Ni necesariamente tendría que volver a ser un hombre. A lo mejor sería mujer.

Jesús no estaría en contra de la Institución por el capricho de reventarlo todo. El problema de toda Institución religiosa -y por lo tanto, de la Iglesia cristiana y católica- es su pretensión de monopolio sobre Dios, su tentación de acaparar a Dios, de convertirse en la única interprete, en la única mediación con lo divino.

Desde la institución se puede mediar, pero el problema es el querer convertirse en los únicos mediadores. Ahí es donde entra el pecado, el pecado de la exclusión. Desde el momento en que Jesús es salvación, es claro que no va a ubicarse en el marco de la Jerarquía. Se sitúa como alternativa para abrir lo que los otros cierran. Constitutivamente tiene que estar fuera de la institución. Trata de abrir espacios que la institución no reconoce. De aquí que Jesús se sitúe en el margen. De lo contrario, no añadiría nada a lo que ya conocemos.

¿Qué es lo que te atrajo de la figura de Ignacio de Loyola?

Ignacio-Loyola-61Sus “yes” y no sus “oes”. La alternativa no es contemplación o acción, sino contemplación y acción. No es eficacia o pobreza, sino eficacia con pobreza. No es fe o razón, sino fe y razón. No se trata de escoger entre ser idiota y creer, esto es, dejar de pensar porque tenemos fe, ni de pensar a costa de dejar de creer. No, pensamos y creemos a la vez. La fe orienta y unge el pensamiento y el pensamiento articula e indaga en el horizonte que abre la fe.

El carisma ignaciano supone una integración de las diferentes dimensiones de lo humano. Los jesuitas somos un poco lobos esteparios, monjes solitarios y a la vez vivimos en comunidad. De nuevo aquí se da la integración: la individualidad no se opone a la comunidad, sino que ambas se dan la vez y se fecundan entre ellas. Se nos cultiva fuertemente la personalidad, pero viviendo en comunidad. Otro ejemplo: carisma e institución. Nos sentimos vinculados a la Iglesia y a la vez somos contestatarios.

¿Pioneros también en una vocación universal?

Universales y a la vez locales. Concebimos la localidad desde la inculturación, esto es, respetando a las culturas y los valores que contiene cada una de ellas, lo que permite descubrir nuevas interpretaciones del Evangelio.

A un nivel más personal, los Ejercicios Espirituales son nuestro camino iniciático para descubrir nuestro propio lugar en el mundo. El director de los Ejercicios -por cierto, un nombre poco adecuado porque su labor no es la dirigir sino sólo acompañar-, es quien da las pautas para propiciar ese proceso de discernimiento; se trata de hacer un recorrido intransferiblemente personal que el acompañante ayuda a objetivar.

Esa libertad y respeto a la decisión personal se ejercita tanto en la vida espiritual como en el propio gobierno de la Compañía. De aquí el voto de confianza que supone encomendar una misión a un jesuita o a un grupo de jesuitas. Somos enviados para impulsar un dinamismo que es diferente según los tiempos y los lugares. Somos enviados para potenciar vida y liberar bloqueos. Tratamos de promover la libertad tanto en los procesos personales como colectivos.

¿El cuarto voto seguiría plenamente actual?

El cuarto voto es un voto de fidelidad a la Iglesia, una cuestión compleja de nuestro pasado. Más que un voto de obediencia es un voto de disponibilidad para la misión. La intuición de San Ignacio fue: nos adherimos a ti, Sumo Pontífice, porque tú tienes la visión de conjunto, tú ves desde la atalaya y dispones de una perspectiva que va más allá de los estados y de las diócesis.

¿De qué forma influyó Arrupe en tu vocación?

arrupe-priere2Una de las razones por las que soy jesuita es el padre Arrupe. En el momento en que discernía mi vocación él era el Padre General de la Compañía. Me atrajo su “sí” al mundo. Vi en él que se puede ser un hombre de Dios tanto desplazándose a pie o en un carromato como descendiendo de un avión intercontinental. Concedía ruedas de prensa en las que compartía experiencias de Dios en las que los mismos periodistas quedaban sobrecogidos. Esas conferencias podían convertirse en auténticos ejercicios espirituales.

Peregriné a Roma a los 17 años desde Taizé. En el encuentro que mantuve con el Padre Arrupe me transmitió que interiormente la pobreza se puede vivir sin límites, por mucha abundancia que haya a nuestro alrededor. Celebramos este año el centenario de su nacimiento, celebración que estamos llevando con una cierta discreción, ya que Roma no está mucho por la labor. Sin embargo estamos constatando que el propio pueblo lo está haciendo santo.

¿Fue San Ignacio, por su correspondencia con misioneros en los otros continentes, un precursor del mundo global de nuestros días?

Para bien y para mal, la fundación de los jesuitas coincide con la expansión de Occidente a África, a Asia y a América. Repito, para bien y para mal, la Compañía de Jesús fue uno de los instrumentos que favoreció ese inicio de la globalización. Se dice que San Ignacio es el santo moderno que más kilómetros recorrió a pie. Sus desplazamientos por la Península, Tierra Santa, Francia, Italia, Países Bajos, Inglaterra, su vuelta por unos meses a su tierra natal,… los hizo a pie, “solo y a pie”, como dice en su Autobiografía.

san-francisco-javier1San Francisco Javier es también un gigante de los inicios. De los 11 años que pasó en Oriente desde que salió de Lisboa, un tercio del tiempo trascurrió en el mar. Casi cuatro años navegando de un lado a otro, con lo impaciente que él era.

Gobierno de grandes universidades y a la vez compromiso con los más desheredados… ¿No son dos mundos dentro de la Compañía, no hay descarnamiento?

Volvemos a las “yes”. Puede haber desencuentro y confrontación entre esos ámbitos, pero forma parte de la vida de la familia el que haya debates internos e intensos. Lo importante es que podamos estar en los dos mundos y que fluya la misma savia.

¿Fluye?

Fluye. Los años posconciliares fueron tensos y rugientes. Con el paso del tiempo hay más serenidad en la misma Compañía y reconocimiento de que entre todos nos complementamos. Leer más…

Espiritualidad ,

50 años de Medellín

Jueves, 1 de febrero de 2018
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medellin_560x280“Recepción del Concilio en América”

“Pablo VI trazaba tres direcciones para la Conferencia -espiritual, pastoral y social- que hoy siguen vigentes”

(Saturnino Rodríguez).- No puedo ocultar la satisfacción de preparar esta presentación sobre un acontecimiento tan importante como lo fue la II Conferencia del Episcopado Latinoamericano en Medellín, Colombia hace ya este año 50 años-en el ya mítico año 1968, que inauguró a finales de agosto el papa Pablo VI en el primer viaje que hacía un Papa al continente Americano.

Satisfacción por haberlo vivido directamente en mis “10 años americanos” junto a otras vivencias que me marcaron y que han ha tenido y tienen gran repercusión en el porvenir de la Iglesia latinoamericana y universal y que para mí han supuesto hacer de Colombia mi “segunda patria”.

Medellín: la aplicación para América del Concilio Vaticano II

El Papa Francisco que visitó recientemente Chile y Perú ha repetido en sus intervenciones muchos de las propuestas que hizo hace ahora 50 años en el emblemático año 1968 la II Conferencia del Episcopado Latinoamericano en Medellín, Colombia (CELAM) (26 agosto – 8 sept. 1968) como concreción del Concilio Vaticano II que tanta resonancia y repercusión han tenido en la Iglesia universal. Esta II Conferencia de Medellín fue inaugurada por Pablo VI en el histórico primer viaje de una Papa a América.

Sus Conclusiones el Papa Francisco las recalcaría como uno de los redactores principales intervinientes de la V Conferencia de Aparecida (Brasil ) y en sus intervenciones y viajes y muy recientemente en su viaje (nov 2017) a Colombia, donde se celebró aquella II Conferencia en 1968.

El CELAM prepara la celebración del 50º de Medellín

Para celebrar esos 50 años de la II Conferencia en Medellín, Colombia, el CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano) prepara un Congreso que se celebrará entre el 23 y el 26 de agosto de este año 2018 en el mismo lugar en donde se celebró la II Conferencia, para “conmemorar y proyectar el mensaje de Medellín como un mensaje clave de la Iglesia en el continente con diálogo en la Iglesia universal. Latinoamericana”. El Congreso impulsado por el CELAM cuenta también con el respaldo de la Confederación de Religiosos y religiosas, el Secretariado Latinoamericano y del Caribe de Cáritas, SECLAC y con la propia Arquidiócesis de Medellín.

Anticipándose al 50º aniversario de Medellín, en octubre del año2015 al celebrar el II Congreso Continental de Teología (Belo Horizonte, Brasil), teólogos y teólogas de diversos países latinoamericanos acordaron celebrar un Congreso académico internacional de teología con el título: “Medellín 50 años después: memoria y perspectivas de futuro” .

Y así la Red Amerindia y la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) de El Salvador celebrarán del 30 de agosto al 2 de septiembre de 2018 en la misma ciudad su III Congreso de Teología en torno al “patrimonio de Medellín” bajo el lema “Los clamores de los pobres y de la Tierra nos interpelan”. Los teólogos latinoamericanos buscan reafirmar la opción por los pobres y “por nuevos modelos de Iglesia más comunitaria, participativa y ‘en salida’ en la línea del papa Francisco. (El I Congreso se celebró en Sao Leopoldo (Brasil) en 2012).

El Concilio fue el antecedente inmediato de Medellín

Si el Concilio Vaticano II (1962-1965) fue una “Primavera de la Iglesia”, Medellín, que fue la “recepción del Concilio en América”, fue el jardín donde iba creciendo. A diferencia de lo sucedido en la I Conferencia del Episcopado (Río de Janeiro 1956) donde la Santa Sede la preparó y realizó en todas sus partes, la II Conferencia, en Medellín sería el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) quien definiría los temas, la mecánica de trabajo y la elección de los conferencistas con la aprobación de la Santa Sede. Los antecedentes inmediatos de la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano pueden situarse hacia el otoño de 1965 cuando el Concilio Vaticano II estaba a días de clausurarse.

Fue en ese momento cuando Pablo VI reunió a los obispos de la directiva y equipos del CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano) que participaban en el Concilio, con motivo del décimo aniversario de la creación de dicho organismo episcopal. Pablo VI exhortó a los presentes a asumir una visión crítica frente a los problemas que agitaban a América Latina como un requerimiento indispensable para la acción pastoral de la Iglesia en esas regiones.

Sería, pues, en ese ambiente cuando el entonces presidente del CELAM, Manuel Larrain Errázuriz (obispo de Talca, Chile) comenzó a poner en marcha el proyecto que le encomendara el papa Pablo VI, de quien era amigo personal desde los años en que era el cardenal Montini. Amigo también del jesuita Alberto Hurtado a quien haría santo Benedicto XVI, amigo de los más avanzados obispos europeos desde el Concilio, de los “nobeles” Pablo Neruda, Gabriela Mistral, Jacques Maritain, y de Roger Schtz prior de la Comunidad de Taizé.

El obispo chileno Manuel Larraín Errázuriz era un hombre “en salida” como pide hoy para el Iglesia el papa Francisco, un pastor integrante del grupo que se denominó entonces catolicismo social que durante el Concilio Vaticano II (1962-1965) formó parte del sector más progresista. Fue uno de los cuarenta obispos firmantes del Pacto de las catacumbas de Domitila (Nov. 1965), encabezado por otra de la figuras señeras del CELAM, el arzobispo brasileño Helder Cámara -postulado cuatro veces al Premio Nobel de la Paz. Pacto por el que se comprometieron a caminar con los pobres asumiendo un estilo de vida sencillo y renunciando a todo símbolo de poder. Decía Dom Helder “Cuando doy comida a los pobres, me llaman santo. Cuando pregunto por qué son pobres, me llaman comunista”.

Tras la reunión ordinaria del CELAM en Mar de Plata (Argentina), en mayo de 1967, se pidió al Vaticano que convocara la Conferencia, sugiriendo al mismo tiempo como sede la ciudad de Medellín. En julio de 1967 se recibió la aprobación y comenzaron los preparativos. Se aprobó también el tema de la misma: La presencia de la iglesia en la actual transformación de América Latina a la luz del Vaticano II”, tema propuesto por Pablo VI en la reunión con los obispos latinoamericanos en noviembre de 1965. Así, pues la II Conferencia del CELAM sería inaugurada por Pablo VI el 24 de agosto de 1968 y se clausuraría el 6 de septiembre del mismo año.

Las reuniones previas a la II Conferencia de Medellín

Entre las principales reuniones previas del Episcopado Latinoamericano y órganos del CELAM para preparar la II Conferencia destacaron estos Encuentros que tanto influirían en la celebración de II Conferencia de Medellín: En Baños (Ecuador) (junio 1966) sobre temas de educación, laicos y acción social. Mar de Plata (Argentina), en la X Asamblea Ordinario del CELAM sobre desarrollo e integración (octubre 1966). Buga (Colombia),(febrero 1967) en el I Encuentro Latinoamericano de Universidades Católicas, sobre la universidad católica en América Latina. Melgar (Colombia) (abril 1968 en el Encuentro Latinoam. sobre pastoral misionera. Itapoan, Salvador (Brasil), (marzo 1968) con el tema Pastoral Social de la Iglesia y Medellín (Colombia), (11 al 18 agosto 1968, sobre Catequesis.

Las 3 líneas trazadas por Pablo VI en Medellín

El 24 de agosto de 1968 el papa Pablo VI inauguraba en Bogotá la II Conferencia del Episcopado Latinoamericano que se clausuraría el 6 de septiembre y cuyas sesiones de trabajo se celebrarían en el Seminario de Medellín. En su apretura oficial Pablo VI trazaba “tres direcciones” para las tareas: espiritual, pastoral y social que hoy, medio siglo después, contienen muchas preguntas que siguen vigentes y que en varios casos se retoman en la encíclica Evangelii gaudium del Papa Francisco del que se espera un importante mensaje al celebrar los 50 años y cuyo papel fue decisivo – siendo cardenal – en la V Conferencia que presidiría Benedicto XVI en Aparecida (Brasil) (13-31 mayo 2007) en la que el entonces arzobispo de Buenos Aires cardenal Bergoglio tuvo un destacado papel. Resumimos a continuación esas tres líneas que proponía Pablo VI en la inauguración

Estas eran las 3 líneas: 1- Espiritual, señalando que no debemos dedicarnos al apostolado, si no sabemos corroborarlo con el ejemplo de las virtudes cristianas y sacerdotales. 2- Pastoral ya que la Iglesia institucional aparece hoy confrontada con otra llamada carismática, como si la primera fuese la de un cristianismo ya superada, mientras la otra, sería capaz de interpretar el cristianismo para responder a los problemas urgentes y reales de nuestro tiempo. 3- Social favoreciendo todo esfuerzo honesto para promover la renovación y la elevación de los pobres partiendo de la propia sencillez de la Iglesia en sus formas que es un testimonio de fidelidad evangélica como condición, alguna vez imprescindible, para dar crédito a su propia misión.

La metodología empleada en las sesiones de Medellín

La metodología adoptada por la Conferencia de Medellín (1968) corresponde al método “ver-juzgar-actuar” que se remonta al método de “revisión de vida”, surgido en el seno de las propuestas pastorales de la Juventud Obrera Católica (JOC) de la “Acción Católica” ,organización laical de renovación en la Iglesia que fundó en 1920 el sacerdote belga Joseph Cardijn por el compromiso social de la Iglesia católica en los comienzos del siglo y fue nombrado cardenal en 1965. La JOC agrupa aun hoy a los dirigentes obreros católicos en todo el mundo.

Un obispo que presidía la Comisión de trabajo sobre los pobres de la II Conferencia de Medellín en 1968 escribía sobre la misma diciendo que uno de los temas más difíciles fue el de la violencia y la paz. Había en aquella época algunos cristianos que querían justificar la violencia, apoyando las guerrillas, con sentimiento pero sin reflexión teológica. Con mucho acierto Pablo VI habló del asunto, y fue muy claro y muy orientador en sus palabras de inauguración en Bogotá enseñando el camino pacificador que debe tener el cristiano en nuestra realidad, al trabajar por la justicia en espíritu de paz, de reconciliación, como después recogerían las Conclusiones.

Las ponencias durante la II Conferencia de Medellín servirían de guía a las 16 comisiones y subcomisiones encargadas de elaborar las aplicaciones pastorales, cuya división y títulos corresponden fundamentalmente a las Conclusiones del Documento Final. Ponencias que expusieron los siguientes obispos:

I. Los signos de los tiempos en América Latina – MARCOS MC GRATH, obispo de Santiago de Veraguas, Panamá.
II. Interpretación cristiana de los signos de los tiempos hoy en América Latina – EDUARDO F. PIRONIO, Secretario General del CELAM
III. La Iglesia en América Latina y la promoción humana – EUGENIO DE ARAÚJO SALES, Administrador Apostólico, Salvador, Brasil.
IV. La evangelización en América Latina – SAMUEL RUIZ G., obispo de San Cristóbal de las Casas, México.
V. La pastoral de masas y la pastoral de élites – LUIS EDUARDO HENRÍQUEZ, obispo auxiliar de Caracas.
VI. La unidad visible de la Iglesia y la coordinación pastoral – PABLO MUÑOZ VEGA, Arzobispo de Quito
VII. Coordinación Pastoral – LEONIDAS E. PROAÑO, Obispo de Riobamba

Los documentos conclusivos de Medellín

Las Conclusiones de Medellín fueron aprobadas por el Papa Pablo VI siendo el presidente de la CELAM Avelar Brandao Vilela y secretario general Eduardo F. Pironio. Las Conclusiones irían repartidas en 16 documentos, agrupados a su vez en tres grandes secciones:

Promoción humana 1. Justicia 2. La Paz 3. Familia y demografía 4. Educación 5. Juventud

Evangelización y crecimiento de la fe 6. Pastoral popular 7. Pastoral de élites 8. Catequesis 9. Liturgia

La Iglesia visible y sus estructuras 10. Movimientos de laicos 11. Sacerdotes 12. Religiosos 13. La formación del clero 14. La pobreza de la Iglesia 15. Pastoral de conjunto y 16. Medios de comunicación social.

Las Conclusiones de Medellín se enfocan hacia la presencia de la Iglesia para “transformar a América Latina a la luz del Concilio Vaticano II”. La solicitud pastoral recae sobre tres áreas: 1ª- La promoción del hombre y de los pueblos hacia los valores de justicia, paz, educación y familia 2ª La necesidad de evangelización y maduración de la fe a través de la catequesis y liturgia y 3ª Los problemas que giran en torno a toda la comunidad para que sea más fuerte la unidad y la acción pastoral.

Se incorpora de manera especial a los laicos en estas tareas de “promoción humana” teniendo en cuenta como “fuentes” la Biblia y el Magisterio de la Iglesia destacando las encíclicas Gaudium et spes, Populorum progressio, Pacem in terris, Gravissimum educationis, Lumen gentium, Sacrosantum concilium, entre muchas otras. Todo ello forma parte de la Doctrina Social Cristiana cuya tarea es anunciar el Evangelio y denunciar las injusticias con el método de “ver, juzgar y actuar”.

Se trató también de la que denominaron “recepción creativa”, esto es, no se limitó simplemente a ajustar la iglesia de la región a las directrices emanadas del Concilio, sino que también intentó adecuar y enriquecer la recepción desde su propia historia y contexto; a manera de ejemplo tenemos las Comunidades de Base, el planteamiento de la salvación como liberación en la historia, la sacramentalidad de la iglesia desde la pobreza, y su compromiso total con los pobres y marginados. De hecho estas opciones y otros temas como el de la dimensión política de la fe y la relación entre desarrollo y salvación serían por los que Medellín llegaría a ser reconocido y recordado en la posteridad y a partir de las cuales se cosolidaba la “teología de la liberación”.

El mensaje de Medellín sigue vivo en la Iglesia

El teólogo brasileño Leonardo Boff, uno de los propulsores de las “Comunidades de Base” y la “Teología de la Liberación” escribe a los 50 años de Medellín recordando que el mérito de Medellín en el 1968 no fue el histórico sino el kerigmático, es decir lo que representa en términos históricos porque dió a luz a la Iglesia latinoamericana como tal. Sus textos constituyen la “Carta magna” de la Iglesia del Continente y el “acto de fundación” de la Iglesia de América Latina y Caribe a partir y en función de sus pueblos y de sus culturas. Leer más…

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