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Tuyo es todo esto, y todo es para ti.

Martes, 14 de diciembre de 2021
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Juan de Yepes, hijo de Gonzalo de Yepes y de Catalina Álvarez, nació en Fontiveros (Ávila) en el año 1542. Tras una niñez llena de miseria, entró en 1563 en el Carmelo. En 1567, año de su ordenación sacerdotal, conoció a Teresa de Jesús en Medina del Campo y decidió seguirla en la fundación de la nueva familia del Carmelo. Fue primero carmelita descalzo en Duruelo, en 1568, y ocupó a continuación el cargo de maestro y formador.

En 1572 lo reclamó Teresa para confesor del monasterio de la Encarnación del que era priora. Fue perseguido y encerrado, entre diciembre de 1577 y agosto de 1578, en la cárcel conventual de Toledo, donde realizó una fuerte experiencia del sufrimiento y de la «noche oscura». Tras salir de la cárcel, se incorporó a la vida de la naciente Reforma y ocupó el cargo de superior en Segovia. Murió en Ubeda el 14 de diciembre de 1591. Fue canonizado por Benedicto XIII en 1726 y proclamado doctor de la Iglesia por Pío XI el 24 de agosto de 1926.

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En la Fiesta del poeta enamorado de lo Indecible, Juan de la Cruz, traemos esta preciosas palabras… Hasta su prosa es poesía. El ritmo y la cadencia lo acompañan en revestir de palabra lo inefable.

La obra de Juan es un tratado ecológico, una espiritualidad telúrica. La primera mitad del Cántico Espiritual es un canto de amor a la creación y de comunión con ella. Versos arrobadores que cantan el desposorio con la creación. La relación entrañable con el cosmos, con la madre tierra, muestra una espiritualidad telúrica admirable:

 “Buscando mi amores…

¡Oh cristalina fuente…!

Mi Amado las montañas…

La música callada

 la soledad sonora

la cena que recrea y enamora”.

*

Cántico espiritual

***

San Juan

Míos son los cielos y mía es la tierra; mías son las gentes, los justos son míos y míos los pecadores; los ángeles son míos, y la Madre de Dios y todas las cosas son mías; y el mismo Dios es mío y para mí, porque Cristo es mío y todo para mí. Pues, ¿qué pides y buscas, alma mía? Tuyo es todo esto, y todo es para ti. No te pongas en menos ni repares en meajas que se caen de la mesa de tu Padre.”

*
Oración de alma enamorada

*

San Juan de la Cruz

***

Juan de la Cruz es un enamorado de Dios. Trataba familiarmente con él, hablaba constantemente de él. Lo llevaba en el corazón y en los labios, porque constituía su verdadero tesoro, su mundo más real. Antes de proclamar y cantar el misterio de Dios, es su testigo; por eso habla de él con pasión y con dotes de persuasión no comunes: «Ponderaban los que le oían, que así hablaba de las cosas de Dios y de los misterios de nuestra fe, como si los viera con los ojos corporales». Gracias al don de la fe, los contenidos del misterio llegan a formar para el creyente un mundo vivo y real. El testigo anuncia lo que ha visto y oído, lo que ha contemplado, a semejanza de los profetas y de los apóstoles (cf. 1 Jn 1,1-2).

Como ellos, el santo posee el don de la palabra eficaz y penetrante; no sólo por la capacidad de expresar y comunicar su experiencia en símbolos y poesías transidos de belleza y lirismo, sino por la exquisitez sapiencial de sus dichos de luz y amor, por su propensión a hablar «palabras al corazón, bañadas en dulzor y amor», «de luz para el camino y de amor en el caminar».

La viveza y el realismo de la fe del doctor místico estriban en la referencia a los misterios centrales del cristianismo. Una persona contemporánea del santo afirma: «Entre los misterios que me parece tenía grande amor era al de la Santísima Trinidad y también al del Hijo de Dios humanado». Su fuente preferida para la contemplación de estos misterios era la Escritura, como tantas veces atestigua; en particular, el capítulo 17 del evangelio de san Juan, de cuyas palabras se hace eco: «Ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y al que tú has enviado, Jesucristo» (Jn 17,3).

Teólogo y místico, hizo del misterio trinitario y de los misterios del Verbo Encarnado el eje de la vida espiritual y el cántico de su poesía. Descubre a Dios en las obras de la creación y en los hechos de la historia, porque lo busca y acoge con fe desde lo más íntimo de su ser: «El Verbo Hijo de Dios, juntamente con el Padre y el Espíritu Santo, esencial y presencialmente está escondido en el íntimo ser del alma… Gózate y alégrate en tu interior recogimiento con él, pues le tienes tan cerca. Ahí le desea, ahí le adora».

¿Cómo consigue el místico español extraer de la fe cristiana toda esa riqueza de contenidos y de vida? Sencillamente, dejando que la fe evangélica despliegue todas sus capacidades de conversión, amor, confianza, entrega. El secreto de su riqueza y eficacia estriba en que la fe es la fuente de la vida teologal: fe, caridad, esperanza. «Estas tres virtudes teologales andan en uno».

Una de las aportaciones más valiosas de san Juan de la Cruz a la espiritualidad cristiana es la doctrina acerca del desarrollo de la vida teologal. En su magisterio escrito y oral centra su atención en la trilogía de la fe, la esperanza y el amor, que constituyen las actitudes originales de la existencia cristiana. En todas las fases del camino espiritual son siempre las virtudes teologales el eje de la comunicación de Dios con el hombre y de la respuesta del hombre a Dios.

La fe, unida a la caridad y a la esperanza, produce ese conocimiento íntimo y sabroso que llamamos experiencia o sentido de Dios, vida de fe, contemplación cristiana. Es algo que va más allá de la reflexión teológica o filosófica. Y la reciben de Dios, mediante el Espíritu, muchas almas sencillas y entregadas.

Al dedicar el Cántico espiritual a Ana de Jesús, anota el autor: «Aunque a Vuestra Reverencia le falte el ejercicio de teología escolástica con que se entienden las verdades divinas, no le falta el de la mística que se sabe por amor en que no solamente se saben, mas juntamente se gustan». Cristo se les revela como el Amado; aún más, como el que ama con anterioridad, como canta el poema de «El pastorcico» .

*

Carta apostólica Maestro en la fe,
en el IV centenario de la muerte de san Juan de la Cruz, 8-10.

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***

“Fuera de su nativa España, San Juan de la Cruz nunca fue un santo muy popular. Su doctrina es considerada como “difícil”, y le exige a los demás la misma austeridad intransigente que él practicó durante su vida entera. Sin embargo, un estudio más ceñido a su doctrina…, probaría que San Juan de la Cruz poseía todo el equilibrio, la prudencia y la “discreción” que caracteriza a la más elevada santidad. No es un fanático aplicado a sobrecargar a sus subordinados con fardos insoportables que acabarían por reducirlos a ruinas morales y físicas. Las exigencias que formula son inflexibles en lo esencial pero flexibles en sus aspectos accidentales. Su único propósito consiste en situar al hombre entero, cuerpo y alma, bajo la guía del Espíritu de Dios. En la práctica, San Juan de la Cruz se opuso inexorablemente al formalismo y la inhumanidad de quienes comparaba con “herreros espirituales” que martillaban violentamente las almas de sus víctimas para hacerlas calzar en algún modelo convencional de perfección ascética. Sabía muy bien que este tipo de ascetismo era uno de los más defectuosos, porque a menudo era una manifestación de incorregible orgullo espiritual. La claridad y la lógica de este carmelita español, sumada a su insuperable y experimentado conocimiento de las cosas de Dios, lo sitúan de lejos como uno de los más grandes y más confiables de todos los teólogos místicos”.

Ascenso a la Verdad”, páginas 320-323

Thomas Merton

Ed. Lumen,
vía Amigos de Thomas Merton

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8.12. Inmaculada. Catolicismo popular, una religión mariana

Miércoles, 8 de diciembre de 2021
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7AF4411F-EE81-43C5-ACBB-7DA13689E824 Del Blog de Xavier Pikaza:

Desde los primeros siglos, la devoción a María, madre de Jesús, ha sido un elemento importante del cristianismo y resulta difícil separar lo que proviene en ella de la revelación bíblica y de la cultura popular del entorno (semita, griego, oriental y occidental). Es también difícil separar lo que es propio del Magisterio y lo que surgido por la creatividad del pueblo, lo que es liturgia oficial y lo que son devociones particulares, pues se ha dado y se sigue dando un feed-back (una constante ida y vuelta) entre los diversos planos, entre lo que pudiéramos llamar más ortodoxo y lo que linda con expresiones y prácticas devocionales que algunos podrían tachar de heterodoxas.  

  Éste es un tema extenso y resulta imposible condensarlo y valorarlo en unas páginas. Aquí me limito a recoger de un modo casi telegráfico diez puntos más significativos, partiendo de la Biblia, mostrando los rasgos básicos del catolicismo (y de un cristianismo “ortodoxo”) como religión mariana. El texto completo de esta síntesis popular mariana (que desemboca en la Inmaculada) acaba de ser publicado en la revista Reseña Bíblica

1.Mujer y madre, “vientre” divino

En contra de lo algunos han pensado, bien entendidos, los “datos” marianos del Nuevo Testamento son muchos e importante importantes, empezando por Pablo (“nacido de mujer”: Gal 4, 4), siguiendo por Marcos (María vinculada a los parientes de Jesús), Mateo (concibe por el Espíritu de Dios, mujer con niño), Lucas (dialoga con Dios, Madre del Señor, Magníficat), evangelio de Juan (Madre en la bodas de la nueva humanidad, recibida por la Iglesia del Discípulo Amado), para culminar en los símbolos de la mujer Apocalipsis, que la Iglesia posterior entenderá en forma mariana).

             Hace cien años, los grandes estudiosos de la Biblia analizaron con gran detalle las tradiciones de fondo de la concepción virginal de María (tema que entonces de juzgaba clave), sin llegar a conclusiones claras. Quizá se debe a que plantearon las cosas desde una visión sesgada del helenismo y cristianismo, sin fijarse en algunos textos centrales de la Biblia (Sal 139, 13-18; Job 10,9-10 y 2 Mac 7, 22), en los que Dios aparece como vientre de mujer en el que va surgiendo, plasmándose cada ser humano.

Estos pasajes implican ciertos conocimientos anatómicos, pero ofrecen, sobre todo, una profunda confesión de fe, conforme a la cual Dios mismo conoce y guía el surgimiento y despliegue de cada ser humano en el vientre de la madre, como si él mismo fuera ese “vientre”, como si el surgimiento de un nuevo ser humano expresión y consecuencia (presencia y cuidado) de su conocimiento. A diferencia de los animales, que no saben (no conocen), los hombres brotan de conocimiento de Dios y así, por eso, pueden conocerle y responderle.

Así como Dios ha suscitado en el principio a la Sabiduría (cf. Prov 8, 23) así crea y suscita a cada ser humano, capaz de escuchar su palabra y responder. Desde ese fondo se entiende la concepción y gestación virginal de Jesús en el “vientre” de María, que no se interpreta ya de un modo puramente biológico sino “personal” como espacio privilegiado de presencia de Dios.

2.Virgen y madre carnal, contra la gnosis

Una tradición posterior de la Iglesia ha vivido de tal forma ocupado en precisar el carácter milagrosamente “espiritual” de María (sin semen masculino) que ha podido olvidar el carácter radicalmente “carnal” (personal) de la concepción y nacimiento de Jesús, tal como ha puesto de relieve la devoción popular, en contra de una “gnosis” elitista (que aparece ya en Evangelio Tomás  101) que tendía a distinguir “dos madres” de Jesús:  la madre carnal (María) que le ha engendrado en un mundo de pecado; la madre verdadera (Espíritu de Dios) le ha dado Vida verdadera.

            La tradición sinóptica (Lc 1; Mt 1) vinculaba ambos planos. EvTom 105 los contrapone, devaluando la carne, es decir, la vida de María, diciendo: “Quien conozca a su padre y a su madre, será llamado hijo de prostituta”. Conocer significa valorar y vincularse con. En cuanto madre en este mundo, María habría sido simplemente pecadora. Ciertamente, algunos “padres” de la Iglesia (Ignacio de Antioquía, Justino, Ireneo…) criticaron esa “gnosis”, pero la respuesta principal ha sido la del pueblo cristiano, que se ha sentido identificado con María, madre “carnal” (total) de Jesús.

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24.10.21. Ante el DOMUND. Cuatro momentos de la misión cristiana

Domingo, 24 de octubre de 2021
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3FE71F51-E9EF-4B81-BD54-96C2C4293800Del blog de Xabier Pikaza:

Se celebra mañana (24.10.21) la fiesta del DOMUND, Domingo Mundial de las Misiones. Con esta ocasión, y con motivo de una carta muy discutida del Papa Francisco a los obispos de México, en el Segundo Centenario de la Independencia, sobre el tema de la Evangelización, quiero presentar los cuatro momentos y estilos de la misión (evangelización) cristiana a lo largo de la historia.

Son momentos que han sido valiosos, pero que pueden y deben ser valorados y actualizados desde el Evangelio, como hice en mis dicciones de la Biblia  de las Religiones. Así han de valorarse y recrearse, desde el Evangelio, en este momento (año 2021) en que la iglesia está replantando su visión  y tarea de la misión cristiana.

Papa Francisco, sobre la evangelización de América

Con motivo del bicentenario de la Independencia de México, el 17.9.2021), el Papa francisco escribió una carta de felicitación a Mons. Cabrera López, Presidente de la Conferencia Episcopal    alegrándose por el evento y deseando  que “este aniversario tan especial fuera ocasión propicia para fortalecer las raíces y reafirmar los valores de México, “teniendo en cuenta tanto las luces como las sombras que han forjado la historia del país”, mirando al pasado para recrear el futuro:

           “Esa mirada retrospectiva incluye necesariamente un proceso de purificación de la memoria, es decir, reconocer los errores cometidos en el pasado, que han sido muy dolorosos. Por eso, en diversas ocasiones, tantos mis antecesores como yo mismo, hemos pedido perdón por los pecados personales y sociales, por todas las acciones u omisiones que no contribuyeron a la evangelización”.

 El Papa no hacía ninguna referencia a la conquista española, ningún juicio de valor político estricto, refiriéndose sólo, desde un punto de vista eclesial, a la “evangelización”, esto es, a la transmisión del cristianismo, reconociendo la existencia de “errores” dolorosos, vinculados al hecho de que esa evangelización estuvo vinculada con la conquista  y con el patronato real de algunos reinos “católicos” (Castilla, Portugal, Francia…).

            Ese patronato tenía ciertos valores (exigía que la conquista se hiciera “cristianamente”), pero también algunos, riesgos, tanto desde el evangelio (difícil de cumplir en situación de conquista) como desde la conciencia social de libertad y autonomía de los pueblos injustamente conquistados. En ese contexto, el Papa se refería a los errores y sombras de aquel tiempo,  afirmando implícitamente que la evangelización debería haberse realizado sin conquista (reconociendo así la culpa de la Iglesia).

            A pesar de ello, en los días que siguieron a la carta (18.09.21) surgió en España (y en México) una dura polémica: Algunos “dignatarios” criticaron con gran dureza las declaraciones del Papa: (1) Por mezclar religión y política. (2) Por desconocer los valores culturales y sociales de la conquista española (que a su juicio había sido impecable).

            Teniendo en cuenta el juicio del Papa Francisco y la polémica posterior quiero distinguir, muy en general, cuatro momentos de la evangelización (misión) cristiana, para situar así mejor el sentido actual del DOMUND, del que trataré mañana. Sobre la misión y la conquista occidental de parte del mundo trataré en la cuarta parte.

1.Primera expansión del cristianismo en el imperio romano.

   Los cristianos fueron, al principio, grupos pequeños de entusiastas mesiánicos, que se extendieron, sobre todo, por el oriente del Mediterráneo, pero que llegaron pronto a Roma. Se extendieron básicamente a través del contacto personal, entre los judíos de las sinagogas y los prosélitos paganos, a quienes recibieron plenamente en las Iglesias, creando pronto comunidades mixtas, formadas por personas de origen judío y pagano. De un modo tanteante podemos presentar así el avance cristiano.

  1. Hacia el año 100 sólo había en el imperio algunas docenas de miles cristianos, divididos en iglesias, compuestas de unos cien creyentes cada una. En general, se les considera como un grupo peculiar de judíos mesiánicos, vinculados a Jesús de Nazaret, crucificado por Poncio Pilato. A veces eran tratados con hostilidad por otros grupos judíos, sobre todo por el hecho de admitir en sus comunidades a gentiles. Algunos funcionarios romanos empezaron también a considerarles peligrosos e incluso a perseguirles, porque no tenían estatuto legal reconocido ni aceptaban el carácter sagrado del imperio.
  2. Hacia el año 200 son ya unos 218.000 (0,36%). Han empezado a independizarse de un modo consecuente del judaísmo rabínico, poniendo ya de relieve aquellos elementos doctrinales y sociales de lo que será la iglesia posterior. Sólo ahora se puede afirmar que judaísmo rabínico y cristianismo se han separado y expresan de un modo consciente sus opciones, iniciando caminos distintos, que van a mantenerse de algún modo hasta el día de hoy. Los judíos rabínicos ya no “persiguen” a los cristianos, pues se han separado de ellos. El imperio romano empieza a verles como un problema social y religioso de primera magnitud, de manera que empieza a perseguir de manera más organizada a los cristianos, pues ellos forman un grupo no reconocido ni integrado en el Estado.
  3. Hacia el año 250 los cristianos serán más de un millón (unos 1.110.000, más de un dos por ciento del imperio). Sólo ahora empiezan a ser una minoría grande, con un peso específico en la población. Sólo ahora se estructuran de un modo estricto, con obispos en los que se centraliza de un modo personal la vida de las iglesias, que van creando su propia red de conexiones por todo el imperio. Se puede afirmar que en este momento, encontrándose aún en situación de ilegalidad, la iglesia se estructura ya como «alternativa social» frente al imperio, pero no en sentido político, sino cultural y humano. Allí donde el imperio fracasa (pierde su cohesión interior), la Iglesia va creando redes de asistencia social y de comunicación humana que transforman la vida de sus fieles. Muchos funcionarios del imperio advierten que la política de rechazo o de persecución contra los cristianos no ha dado fruto.
  4. El año 300 había ya más de seis millones de cristianos, formando (al lado del judaísmo, que seguía aislado) la minoría más significativa del imperio, tanto en plano religioso como social. Es evidente que las «persecuciones» han fracasado. Los cristianos forman una comunidad bien cohesionada, capaz de ofrecer espacios de sentido y convivencia, de asistencia social y celebración a una parte cada vez mayor de la población del imperio. A partir de ese momento el número de cristianos aumentará de un modo vertiginoso, aun antes de la “conversión” de Constantino, que en su Edicto de Milán, año 313, ratifica la tolerancia del Imperio ante los cristianos, que empiezan a considerarse como imperio espiritual dentro del imperio, de manera que el mismo emperador viene a presentarse como garante de su estabilidad y de su vida.

2.Auge del cristianismo, conversión del imperio romano.

Sociólogos e historiadores están convencidos de que el punto de inflexión en el despliegue cristiano debe situarse en torno al 200 (entre el 150 y el 250 d. C.),tiempo en que el cristianismo deja de ser un especial grupúsculo judío (capaz de acoger en su seno a los gentiles) para convertirse en grupo propio, con identidad social y religiosa. En ese momento, hacia el 150 d. C., sólo había unos 41.000 cristianos, dentro de un imperio que contaba con unos 60 millones de habitantes (con unos 6 millones de judíos). Los cristianos eran pocos, pero tenían una fuerte identidad, fundada en la visión de Jesús como Cristo (enviado definitivo de Dios) y en la misma herencia judía, de la que habían recibido su conciencia de elección y su compromiso moral.

En ese momento privilegiado, el auge del cristianismo se realizó a través de la misión testimonial, sin necesidad de acudir a presiones de tipo militar o político (como sucederá más tarde, como indicaremos en el próximo apartado de este capítulo). Los cristianos no necesitaron mucho dinero para extenderse, pero compartieron el que tenían, creando comunidades donde había espacio de vida (casa y comida, familia y dignidad) para todos, especialmente para los más pobres. Tampoco necesitaron tomar el poder, sino al contrario, ellos tuvieran al poder en contra (vivieron bajo régimen de excepción o de persecuciones). Tampoco desplegaron una gran misión intelectual, aunque tuvieron buenos intelectuales, que reflexionaron sobre los aspectos básicos del cristianismo. El cristianismo no fue un movimiento intelectual de sabios ni una escuela interior de liberación, como quisieron algunos maestros gnósticos, sino un movimiento social, que terminó estando dirigido por “obispos” con funciones de tipo sacerdotal, administrativo y caritativo. Las cosas cambiaron tras la conversión de Constantino, cuando la iglesia utilizó el poder político (y su violencia) para extenderse.

Así se desarrollaron, así se extendieron los cristianos entre el 200 y el 300 d. C., en medio de unas condiciones que parecían adversas, pero que eran en el fondo muy favorables. Se extendieron precisamente allí donde el imperio greco-romano les sentía como distintos y les perseguía (aunque en el fondo quizá les admiraba). Esa persecución, que era de tipo militar e ideológico, resulta esencial para entender el cristianismo, pues marca y traza la diferencia de los cristianos, frente a otros modelos de organización social, como el de los judíos rabínicos que prefirieron mantenerse aislados (rechazando el proselitismo anterior). El aislamiento rabínico constituye también un elemento esencial de contraste para el cristianismo.

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¿Cómo entender el Papado? (Algunos apuntes de orden histórico), por Eduardo Hoornaert

Sábado, 3 de julio de 2021
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Nada más concluir el concilio Vaticano II hubo intensas discusiones sobre el papado. Muchas de ellas tuvieron eco en las páginas de la revista «Concilium» a lo largo de la década de 1960. De esos debates quedó la convicción de que es necesario conocer mejor la historia del papado, para evitar los anacronismos (proyectar al pasado las situaciones presentes) y las afirmaciones desprovistas de base histórica que permean el discurso acerca del gobierno central de la Iglesia católica. Ante un tema que toca puntos neurálgicos del sistema católico y de la sensibilidad católica, me parece importante anotar aquí algunos puntos básicos que suelen hacerse presentes cuando se habla sobre el papado.

1. Pedro en Roma

El obispo Eusebio de Cesarea, teórico de la política universalista del emperador Constantino, en el siglo IV, redactó para las principales ciudades del imperio romano listas de la sucesión de obispos, en el intento de adaptar el sistema cristiano al modelo sacerdotal romano. Lo hizo de una forma bastante aleatoria. Así, escribe, por ejemplo, que Clemente fue ‘el tercer obispo de Roma’, después de Lino y Anacleto. Conocemos a Clemente romano por sus cartas, pero nada sabemos acerca de Lino y de Anacleto. Nadie sabe de dónde sacó Eusebio esos nombres, trescientos años después de los acontecimientos.

Para dar consistencia a su tesis de que Pedro es el primer papa, Eusebio escribe, en el segundo libro (14,6) de su ‘Historia eclesiástica’, que el apóstol Pedro viajó a Roma al comienzo del reinado de Claudio, o sea, alrededor del año 44. ¿Qué dicen los escritos de Nuevo Testamento sobre eso? En Hechos de los apóstoles (12,17) se dice que Pedro, en el año 43, salió de Jerusalén y ‘fue a otro lugar’, sin especificar cuál. Los mismos Hechos relatan que Pedro está en Jerusalén en el año 49, con ocasión de la visita de Pablo. Nada se dice sobre la actuación del apóstol entre los años 43 y 49. Lo más probable es que haya viajado a Samaria como exorcista, pues los Hechos relatan su disputa con otro exorcista, de nombre Simón el Mago, que actuaba en aquella región. En fin, las fechas propuestas por Eusebio no se combinan con lo que los Hechos de los apóstoles nos narran.

Los historiadores hoy concuerdan en decir que Eusebio es un historiador sospechoso, pues está involucrado en un proyecto que tiene como finalidad articular la política imperial en su relación con el cristianismo, y contar el movimiento cristiano ajustándolo a un modelo dinástico de tipo romano. Eusebio proyecta la imagen de la Iglesia del siglo IV hacia el pasado. Por ejemplo, proyecta la repartición territorial de las áreas de influencia (diócesis) –repartición que forma parte de la administración romana– a los primeros tiempos del cristianismo, sin ninguna base historiográfica. En los capítulos 4 a 7 de su Historia Eclesiástica, elabora listas de obispos monárquicos que se remontan hasta los apóstoles. En todo ello aparece la intención de asimilar las estructuras cristianas a la organización imperial de la época.

Concluyendo, podemos decir que no hay base histórica para la afirmación de que Pedro haya estado en Roma, y con eso cae uno de los principales fundamentos del discurso oficial sobre el papado.

2. ‘Tu eres Pedro’

índiceHoy, las palabras ‘Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia’ figuran, con enormes letras, en el interior de la cúpula de la basílica de San Pedro, en Roma. Hay que recordar que se trata de un versículo aislado del evangelio de Mateo. Sin embargo, el sentido del versículo sólo aparece cuando es leído en el contexto, o sea, dentro de la secuencia de cuatro versículos: Mt 16,16-19. El historiador ortodoxo Meyendorff [1] muestra cómo esos versículos han sido entendidos en los siglos anteriores a Constantino y a la alianza entre las jerarquías cristianas y las autoridades del imperio romano.

Se trata, según el historiador, de un elogio de Jesús dirigido a Pedro. Cuando éste afirma que Jesús no es un profeta entre otros, sino el ungido de Dios, Pedro muestra que Jesús no sigue la tradicional manera de actuar de los profetas del Antiguo Testamento, que amenazaban e intimidaban a las personas hablando de la ira de Dios por causa de los pecados y de la necesidad de penitencia. Pedro entiende que Jesús, que no amenaza ni condena, sino que apunta hacia el Reino de Dios, la gracia, la misericordia, el perdón, es diferente. Debe ser el ungido de Dios tan esperado, piensa él. Y Jesús elogia a Pedro por expresar de forma tan feliz la novedad que él mismo viene a traer. Es como si quisiese decir: “tú captas mi intención, tú eres la piedra sobre la cual pretendo construir mi Iglesia, si todos entendiesen lo que tú dices aquí, mi Iglesia estaría bien fuerte”.

Eusebio de Cesarea y los demás teólogos comprometidos con la ideología imperial romana no leen el versículo 18 en su contexto, sino que lo aíslan de los demás versículos (16-19) y con ello dan un significado diferente a las palabras de Mateo.

Hoy Eusebio ha de ser severamente criticado (así como los que lo siguen en la exégesis de Mt 16,18), pues la exégesis actual es taxativa en afirmar que no se puede aislar un texto de su conjunto literario y transformarlo en un oráculo. Para quien lee los evangelios contextualmente queda claro que no dan pie para imaginar que Jesús haya planeado una dinastía apostólica de carácter corporativo, basada en sucesión de poderes.

3. La religión del pueblo (y de los papas)

Más y más me convenzo de que el camino cierto, para analizar el papado, consiste en prestar atención a la religión del pueblo. La palabra ‘papa’ (pope) pertenece al griego popular del siglo III y es un término derivado de la palabra griega ‘pater’ (padre). Expresa el cariño que los cristianos tenían hacia determinados obispos o sacerdotes. El término penetró en el vocabulario cristiano, tanto de la Iglesia ortodoxa como de la católica. En el interior de Rusia, hasta hoy, el pastor de la comunidad es llamado ‘pope’. La historia cuenta que el primer obispo en ser llamado ‘papa’ fue Cipriano, obispo de Cartago entre 248 y 258, y que el término ‘papa’ sólo apareció tardíamente en Roma: el primer obispo de aquella ciudad en recibir oficialmente ese nombre (según la documentación disponible) fue Juan I, en el siglo VI.

Entre nosotros no se ha concedido la debida atención a la religión popular en la construcción del cristianismo. Es un dato implícito a toda la historia de la Iglesia, pero que pasa ampliamente desapercibido y sin comentario. Ello proviene, en parte, del hecho de que, hasta hace poco tiempo, la historiografía cristiana estaba principalmente basada en el estudio de fuentes escritas. Ahora bien, esas fuentes prácticamente nunca abordan la religión del pueblo. Por lo demás, es la regla general: los intelectuales no acostumbran a mostrar interés por lo que ocurre en medio del pueblo común y anónimo.

La ‘plebe’ no consigue la atención de filósofos como Platón, Aristóteles, Cicerón o Séneca, ni de intelectuales prominentes como Galeno, Plotino o Marco Aurelio. Ni siquiera autores cristianos como Justino, Ireneo, Tertuliano, Cipriano, Clemente de Alejandría u Orígenes, describen lo que ocurre entre cristianos comunes. En definitiva, ellos también pertenecen a la élite letrada. Hoy existen ciencias que nos revelan la vida vivida de aquellos tiempos, más allá de los escritos, como la arqueología y la “iconografía”, o sea, el estudio del arte cristiano.

El estudio del arte cristiano en el transcurso del siglo IV muestra que prácticamente todo lo que se cuenta sobre Pedro proviene de la religión popular. En la época de la construcción de las primeras basílicas cristianas (segunda parte del siglo IV), fueron invitados artistas que trabajaban con mosaicos para cubrir las paredes de escenas relativas a los evangelios y a la vida de la Iglesia. Así, aparecieron las más variadas imágenes de Pedro: crucificado cabeza abajo, con las llaves en la mano, pescador, asegurando en la mano derecha la maqueta de alguna nueva Iglesia, con vestidos sacerdotales romanos (alba, estola, manípulo…), con la tiara persa o la mitra mesopotámica (de la liturgia del dios Mitra) en la cabeza, con su barco (que nunca se hunde), su red (que pesca hombres), su sello, su cátedra (la Santa ‘Sede’).

Pero la imagen que aparece con más frecuencia es la de la tumba de Pedro, al lado de la tumba de Paulo. Efectivamente, el papa es antes de nada visto como el guardián de las tumbas de Pedro y Paulo. Una tradición romana muy antigua cuenta que Pedro fue martirizado en el monte Vaticano y que Pablo lo fue ‘fuera de los muros’ de la ciudad. Desde muy pronto se registran ‘romerías’ a las tumbas de los apóstoles-mártires, Pedro y Pablo [2]. Sin documentación que probase la veracidad de la presencia de Pedro y Pablo en Roma, las historias sobre ambos proliferan en Roma. Ya en el siglo II, ir a Roma significa ir a visitar las tumbas sagradas, como se comprueba en los escritos de Justino e Ignacio de Antioquía.

El papa Pío XII todavía trató de reavivar la tradición de estas romerías por medio del ‘año santo’ de 1950, que fue un éxito, y más tarde, en 1956, mandó ejecutar excavaciones en un cementerio antiguo descubierto en 1956 bajo un garaje en construcción en el Vaticano. En ese cementerio eran enterradas personas pobres, esclavos y libertos, hasta en los siglos IV y V. El papa esperó encontrar ahí señales de la tumba de Pedro, pero las obras fueron suspensas por falta de evidencias[3].

Todo ello indica que la institución cristiana, tal como funciona concretamente, puede ser considerada una creación de la religión popular. Para los obispos, no es tan fácil aceptar eso, pero no hay cómo escapar de la evidencia. Todos sabemos que el pueblo sostiene financieramente a la jerarquía (de una u otra forma) y que él es quien confiere prestigio y honorabilidad a obispos y papas. En definitiva, ¿qué sería del papa si ya nadie saliese de casa para ir a verlo y aclamarlo?

Interesante observar que los propios papas tienen su ‘religiosidad’. Hasta ahora, ningún papa se ha atrevido a adoptar el nombre de Pedro. Sólo tardíamente, en el siglo VI, un papa adoptó el nombre de Juan, y sólo en el siglo VIII apareció el primer Pablo. Hay muchos detalles interesantes en ese sentido, que no menciono aquí por falta de espacio, pero que el lector puede investigar en google.

4. La lucha por la hegemonía

450_1000A partir del siglo III se desencadenó entre los obispos de las cuatro principales metrópolis del imperio romano (Constantinopla, Alejandría, Antioquía y Roma) una dura lucha por el poder. Fue particularmente dramática en la parte oriental del imperio, donde se hablaba griego. Los obispos en litigio fueron llamados ‘patriarcas’, un término que acopla el ‘pater’ griego con el poder político (‘archè’, en griego, significa ‘poder’). El ‘patriarca’ es al mismo tempo ‘padre’ y ‘líder político’. Al principio Roma participaba poco en esta disputa, por quedar lejos de los grandes centros de poder de la época, y por usar una lengua menos universal (sólo usada en la administración y en el ejército del sistema imperial romano), el latín. Por su parte, Jerusalén, ciudad ‘matriz’ del movimiento cristiano, quedó fuera de la escena, por ser una ciudad de poca importancia política.

En el año 330 Constantinopla se autoproclama la ‘segunda Roma’, un título aceptado por los obispos en el año 381, con ocasión del concilio de Constantinopla.

De entonces en adelante, el poder divino (ejercido por Pedro) actúa en la ‘nueva Roma’, o sea, en Constantinopla. Fortalecidos por ese consenso, los patriarcas de Constantinopla se implican cada vez más en asuntos internos de las demás Iglesias, un proceso que culmina en Calcedonia (451), cuando Constantinopla nombra obispos para Antioquía y Alejandría. La idea de la transferencia del ‘poder de Pedro’ todavía tiene acogida favorable en el siglo XVI; cuando el patriarca Jeremías II Tranos, de Constantinopla, viaja a Rusia (1589), impresionado por el vigor del cristianismo en aquel país, y hace de Moscú una ‘tercera Roma’. Enseguida, la ciudad se convierte en un centro de peregrinación. Así como los francos y germanos peregrinan a Roma, los eslavos y rusos peregrinan hacia Moscú. La identificación entre el imperio romano, su memoria, sus símbolos, sus ritos, sus vestimentas y ceremonias, y los imperios bizantino, carolingio, ruso y católico es algo que salta a la vista del historiador. Efectivamente, ‘el mundo gira, pero la cruz permanece’ [4].

5. Durante siglos, Roma busca el poder

El patriarca de Roma, que al principio no ocupa un papel destacado en la lucha por la hegemonía sobre toda la cristiandad, no deja de hacer valer su poder en la parte occidental del imperio, desde muy pronto. Ya en el siglo III el ya citado obispo Cipriano, de Cartago, reacciona con energía ante las pretensiones hegemónicas del obispo de Roma, y repite que entre los obispos ha de reinar una ‘completa igualdad de funciones y de poder’. Pero la historia avanza inexorablemente. Con tenacidad, los sucesivos patriarcas de Roma consiguen ampliar su ascendencia sobre las demás Iglesias de Occidente. Es una larga historia, de la cual apunto aquí apenas algunos momentos más decisivos [5].

Pienso que es importante recorrer las sucesivas etapas, pues de ese modo resulta más fácil comprender que el papado es una construcción histórica condicionada por el tiempo y por el espacio, como todo lo que el ser humano hace. Y todo lo que el ser humano construye puede ser de-construido, remodelado u substituido por algo que sea más adecuado a las exigencias del momento.

– Hasta el final del siglo III el papado no interviene en las decisiones tomadas por las reuniones de los obispos. Ellos son libres y soberanos. Pero ya se anuncian problemas en el horizonte.

– La misma actitud perdura en la primera parte del siglo IV. Los obispos locales mantienen su independencia ante Roma, aunque siempre manifiesten respeto para con el patriarca de Roma. Así, en las reuniones episcopales de Arles (314), Nicea (325) y Sárdico (342). Cuando se produce alguna cuestión especial, el obispo de Roma es notificado, nada más. Los patriarcas Silvestre y Liberio no interfieren en las decisiones tomadas  en las reuniones de obispos (concilios).

– Las cosas comienza a cambiar en la segunda parte del siglo IV. Los patriarcas romanos Damasio (366-384) y Sirico (384-399) se muestran muy desinhibidos y atribuyen a Pedro (y sus sucesores) títulos de la nomenclatura religiosa romana, como ‘sumo pontífice’, ‘príncipe (de los apóstoles)’, ‘vicario (de Cristo)’. Obispos como Basilio y Ambrosio no aprueban las maniobras romanas, pero aun así, los patriarcas romanos avanzan en busca de control sobre los obispos.

– Con Inocencio I, al inicio del siglo V, avanza el proceso de la romanización de la Iglesia cristiana en Occidente. Inocencio interviene sistemáticamente en los asuntos de Iglesias locales de Francia, España e Iliria (región balcánica), exige informes, se reserva la última decisión… A las reuniones episcopales de Cartago y Mileve (sobre el pelagianismo), él manda decir que un problema sólo puede resolverse pasando por Roma. Celestino I sigue el mismo camino y resuelve soberanamente el caso de Nestorio (de Alejandría), y envía como delegado a Cirilo de Alejandría al concilio de Éfeso (431). Una vez más, los obispos y los teólogos reaccionan. Incluso Agustín no está de acuerdo, aunque se diga que él sea autor de la frase ‘Roma hablada, causa acabada’ [6]. Agustín mantiene la idea tradicional: la autoridad romana ha de respetar la soberanía de los concilios episcopales. El primado del obispo de Roma es solamente honorario.

– Pero el proceso de la centralización romana continúa. León I intensifica la mística petrina, y principalmente la mitología en torno a la imagen de Pedro. Tiene la osadía de afirmar que su autoridad (la ‘plenitud del poder’ [7]), proviene directamente de Cristo. El ‘vicario de Cristo’ es el ‘príncipe de los apóstoles’; no es el ‘primero entre los iguales [8]’ (como decía Eusebio), ni una autoridad ‘honoraria’ (como decía Agustín).

En los concilios realizados en España, Italia del Norte y de África del Norte, León actúa como jefe absoluto e interviene hasta en detalles mínimos. Incluso en Oriente se atreve a interferir. En la controversia monofisita, desprecia la intervención del patriarca de Alejandría y manda sus propios legados, transmite órdenes a los padres conciliares reunidos en Calcedonia y declara nulas las decisiones que no le agradan. Esa postura autoritaria impresiona mucho a los contemporáneos, que conservan cuidadosamente su correspondencia, que pasa a constituir la base de la teoría papal vigente hasta nuestros días.

– La victoria definitiva del papado llega con Gregorio Magno, que crea en Lerins, en la actual Francia, una escuela de ‘aristócratas episcopales’ para establecer la organización eclesiástica en el sur de Galia. Intelectual de renombre, Gregorio inicia los tiempos gloriosos de Roma. Su figura puede ser colocada a la altura de otros exponentes da ‘aristocracia episcopal’, como Ambrosio, protagonista da supremacía de la Iglesia sobre el Estado; o Agustín, al mismo tempo ‘padre de la inquisición’ y genial teólogo; o Juan Crisóstomo, orador de renombre, o también Cirilo de Alejandría, fundador de la tradición teológica griega.

– El camino queda abierto. Después de la exitosa alianza con el emergente poder germánico en Occidente (Carlomagno, año 800), los papas romanos elevan cada vez más el tono de su voz y, con ello, sus relaciones con los patriarcas orientales (principalmente con el patriarca de Constantinopla) se hacen cada vez más tensas. El cisma de 1054 viene a cerrar una evolución de siglos. Se rompe la unidad del cuerpo cristiano y dos caminos se separan: el ortodoxo y el católico.

6. Roma en el auge del poder

Ahí comienza la historia de la Iglesia Católica Apostólica Romana propiamente dicha. Es una historia de siglos de éxito. Y ese éxito proviene principalmente de la diplomacia, o sea, del ‘arte de la Corte’ que Roma aprendió con Constantinopla. A lo largo de siglos, prácticamente todos los gobiernos de Europa occidental aprenden en Roma o por Roma ese arte. La diplomacia es un arte nada edificante, pero muy eficiente. Un arte que incluye hipocresía, apariencia, habilidad en saber lidiar con el pueblo, impunidad, sigilo, lenguaje codificado (inaccesible a los fieles), palabras piadosas (y engañosas), crueldad encubierta de caridad, acumulación financiera (indulgencias, amenaza del infierno, del miedo, etc.). La imponente ‘Historia criminal del cristianismo’, en 10 volúmenes, que el historiador K. Deschner acaba de concluir, describe con detalle ese arte eminentemente papal.

Es principalmente por medio del arte de la diplomacia como a lo largo de la Edad Media el papado cosecha éxitos fenomenales. Sin armas, Roma se enfrenta a los mayores poderes de Occidente y sale victoriosa (Canossa 1077). Como resultado, la Iglesia es afectada, al decir del historiador Toynbee, por la ‘embriaguez de la victoria’. El papa pierde el contacto con la realidad del mundo y pasa a vivir en un universo irreal, repleto de palabras sobrenaturales (que nadie entiende).

7. Roma al lado de los más fuertes

Con la llegada de la modernidad, el papado pierde paulatinamente espacio público. En el siglo XIX, principalmente durante el largo pontificado de Pío IX, la antigua estrategia de oponerse a los ‘poderes de este mundo’ ya no funciona. Ya no comporta más victorias, sólo registra derrotas. Entonces, el papa León XIII decide cambiar de estrategia, e inicia una política de apoyo a los más fuertes, estrategia que funcionará durante todo el siglo XX. Benedicto XV sale de la primera guerra mundial al lado de los vencedores; Pío XI apoya Mussolini, Hitler y Franco, mientras Pío XII practica la política del silencio ante los crímenes contra la humanidad, perpetrados durante la segunda guerra mundial a costa de incontables vidas humanas. Tras una breve interrupción con Juan XXIII, la política de apoyo silencioso a los ganadores (y de palabras genéricas de consuelo a los perdedores) continúa, hasta nuestros días.

8. El papado, un problema

Be_77DMhPor todo eso, se puede decir hoy que el papado no es una solución: es un problema. Pues el papa no es sólo un líder religioso, sino también un jefe de Estado. Cada vez aparece más claro cómo el papado es una excrecencia del episcopado. Ese episcopado registra, a lo largo de los siglos, páginas luminosas. Aquí, en América Latina hemos tenido, en los últimos tiempos, además de obispos mártires, como Romero y Angelelli, una generación de obispos excepcionales, entre los años 1960 y 1990. Es verdad que el Concilio Vaticano II avanzó la idea de la colegialidad episcopal, con la intención de fortalecer el poder de los obispos y limitar el poder del papa, pero no ha producido avances considerables, por lo menos hasta hoy. Aun así, hay que recordar que el catolicismo es mayor que el papa, y que la importancia de los valores vehiculados por el catolicismo es mayor que su actual sistema de gobierno.

Todo se resume en la siguiente pregunta: ¿‘puede la Iglesia católica subsistir sin papa?’ Es como preguntar ‘puede Francia subsistir sin rey, o Inglaterra sin reina, o Rusia sin zar, o Irán sin ayatolá?’. La propia historia da la respuesta. Francia no desapareció con la destitución del rey Luis XVI, e Irán ciertamente no se acabará con el fin del reinado de los ayatolás. El surgimiento del protestantismo en el siglo XVI demostró que el cristianismo puede subsistir sin papa. Se producirán ciertamente resiliencias y nostalgias, tentativas de vuelta al pasado, pero las instituciones no acostumbran a desaparecer con los cambios de gobierno. En general, el movimiento de la historia en dirección a una mayor participación popular es irreversible (según parece). Tarde o temprano, la Iglesia Católica tendrá que afrontar la cuestión de la superación del papado por un sistema de gobierno central más adecuada a los tiempos que vivimos.

***

[1] Meyendorff, The Primacy of Peter. Essays on Ecclesiology the Early Church and, Crestwood (NY), St. Vladimir‘s Seminary Press, 1992.

[2] Las romerías ‘ad limina apostolorum’.

[3] Vease: Revue d’ Histoire Écclésiastique, Louvain, 1976, 109-111, con comentario del libro de Väänänen sobre el asunto.

[4] Stat crux dum volvitur mundus.

[5] Veja Wojtowytsch, M., Papsstum und Konzile von den Anfängen bis zu Leo I (440-461). Studien zur Enstehung der Überordnung des Papstes über Konzile, Stuttgart, A Hiersemann Verlag, 1981.

[6] Roma locuta, causa finita.

[7] Plenitudo potestatis.

[8] Primus inter pares. Esa es la tesis clásica de Cipriano.

Fuente: Koinonía 

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¿Quién eres Tú…?

Domingo, 23 de mayo de 2021
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Businessman with pensive expression

 

¿Quién eres Tú, dulce luz, que me llena
e ilumina la oscuridad de mi corazón?

Me conduces como una mano materna,
y si me soltaras no sabría dar ni un paso.
Tú eres el espacio que rodea mi ser y lo envuelve en sí.
Abandonado de ti caería en el abismo de la nada,
de donde Tú me llamaste a la existencia.

Tú estás más cerca de mí que yo mismo
y eres más íntimo que mi intimidad.
Al mismo tiempo eres inalcanzable e incomprensible,
ningún nombre es adecuado para invocarte.

¡Espíritu Santo, Amor Eterno!
Tú eres el dulce manantial
que fluye desde el Corazón del Hijo hacia el mío,
el alimento de los ángeles y de los bienaventurados.

¡Espíritu Santo, Vida Eterna!
Tú eres la centella
que cae desde el trono del Juez eterno
e irrumpe en la noche del alma,
que nunca se ha conocido a sí misma.

Misericordioso e inexorable,
penetras en los pliegues escondidos de esta alma
que se asusta al verse a sí misma.
¡Dame el perdón y suscita en mí el santo temor,
principio de toda sabiduría que viene de lo alto!

¡Espíritu Santo, Centella penetrante!
Tú eres la fuerza con la que el Cordero
rompe el sello del eterno secreto de Dios.
Impulsados por ti, los mensajeros del Juez
cabalgan por el mundo con espada afilada,
y separan el reino de la Luz del reino de la noche.

 Entonces surgirá un nuevo cielo y una nueva tierra
y todo, gracias a tu aliento, encontrará su justo lugar.
¡Espíritu Santo, Fuerza triunfadora!
*
Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein)
***

“Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en su casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:

“Paz a vosotros.”

Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:

“Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envió yo.”

Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo:

“Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.”

*

Juan 20,19-23

***

cristianos_gays_en_america

***

Era jueves. El cielo estaba gris; la tierra estaba cubierta de nieve y seguían cayendo voluminosos copos de nieve cuando el padre Serafín comenzó la conversación en un descampado cercano a su «pequeña ermita».

-«El Señor me ha revelado -empezó el gran stárets- que desde la infancia deseas conocer cuál es el fin de la vida cristiana… El verdadero fin de la vida cristiana es la adquisición del Espíritu Santo de Dios…»

-«¿Cómo “adquisición”? -le pregunté al padre Serafín-. No comprendo del todo…»

Entonces el padre Serafín me cogió por los hombros y me dijo:

-«Ambos estamos en la plenitud del Espíritu Santo. ¿Por qué no me miras?».

-«No puedo, padre. Hay lámparas que brillan en sus ojos, su rostro se ha vuelto más luminoso que el sol. Me duelen los ojos.»

-«No tengas miedo, amigo de Dios; también tú te has vuelto luminoso como yo. También ahora tú estás en la plenitud del Espíritu Santo; de lo contrario, no habrías podido verme.»

Inclinándose entonces hacia mí, me susurró al oído:

«Agradece al Señor que nos haya concedido esta gracia inexpresable. Pero ¿por qué no me miras a los ojos? Prueba a mirarme sin miedo: Dios está con nosotros».

Tras estas palabras levanté los ojos hacia su rostro y se apoderó de mí un miedo aún más grande.

-«¿Cómo te sientes ahora?», preguntó el padre Serafín.

-«¡Excepcionalmente bien!»

-«¿Cómo “bien”? ¿Qué entiendes por “bien”?»

-«Mi alma está colmada de un silencio y una paz inexpresables.»

-«Amigo de Dios, ésa es la paz de la que hablaba el Señor cuando decía a sus discípulos: “Os dejo la paz, os doy mi propia paz. Una paz que el mundo no os puede dar” (Jn 14,27). ¿Qué sientes ahora?»

-«Una delicia extraordinaria.»

«Es la delicia de que habla la Escritura: “Se sacian de la abundancia de tu casa, les das a beber en el río de tus delicias” (Sal 36,9). ¿Qué sientes ahora?»

-«Una alegría extraordinaria en el corazón.»

-«Cuando el Espíritu baja al hombre con la plenitud de sus dones, se llena el alma humana de una alegría inexpresable porque el Espíritu Santo vuelve a crear en la alegría todo lo que roza. Es la alegría de que habla el Señor en el Evangelio»

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Serafín de Sarov,
Vida y coloquio con Motovilov,
Turín 19892).

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La vid y los sarmientos.

Domingo, 2 de mayo de 2021
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echar-raicesSea lo que sea que puedas hacer, empiézalo. La audacia contiene genio y poder”. (Goethe)

29 de abril. V domingo de Pascua

No creo que podamos corregir nada en el mundo exterior si, previamente, no lo hemos corregido en nosotros (Etty Hillesum)

Domingo V de Pascua

Jn 15, 1-8

-Yo soy la vid, vosotros los sarmientos: quien permanece en mí y yo en él dará mucho fruto; pues sin mí no podéis hacer nada.

El Evangelio nos presenta las obras más destacadas de la vida de Jesús. El ballet Caravaggio del coreógrafo Mauro Bigonzetti, las de Jesús y Michelangelo Merisi. Su escenografía, imágenes y música, nos muestra una línea argumental biográfica que nos ilustra y recrea con los cuadros del profeta de Nazareth y del ilustre pintor barroco.

Ambos personajes –profeta y pintor- se oponen a las repeticiones formales de un cierto legalismo manierista (uno en la Religión, otro en el Arte) para hacerlos más veraces, más naturales, más próximos a su tiempo. Y ambos, igualmente, lucharon para que el público participara en la acción de sus cuadros como si estuviera presenciando la escena en vivo y en directo.

-El pintor italiano de Porto Ércole lo sugiere con brillantez cromática en La vocación de San Mateo, -Iglesia de San Luis de los Franceses, en Roma- o en La crucifixión de san Pedro, en Santa Maria del Popolo. En la vocación del celoso recaudador de impuestos, resuena la voz casi imperativa de Jesús –¡Ven!– invitándole a unirse a la vid como sarmiento. En la crucifixión de Pedro, pidiendo que su cruz fuera puesta al revés de la de su maestro, que se entristeció cuando Jesús le preguntó por tercera vez Pedro, ¿me amas? (Jn 21, 17) después de haberse arrojado al agua para abrazarle y decirle Te quiero más que a mi vida.

Solo unidos a la cepa producen frutos los sarmientos. La vida surge de la vida, decían los antiguos.  Y únicamente de este modo el ser humano alcanza su plenitud. La que San Juan propone en el Apocalipsis 21, 1-2: Vi un cielo nuevo y una tierra nueva porque el primer cielo y la primera tierra ya pasaron. Viktor Frankl la ve con ojos de psiquiatra y afirma que “Plenitud significa la integración de lo somático, psíquico y espiritual. No resulta exagerado afirmar que esta plenitud tripartita es la que hace al hombre un ser completo“.

En su primera epístola Juan, el que apoyó su cabeza -él que estuvo entroncado- en el pecho de Jesús, nos dice con inusitada ternura cómo conseguirlo: Hijitos, no amemos de palabra y con la boca, sino con obras y de verdad (1Jn 3, 18). Solo quien obra como Jesús puede considerarse unido a él.

El Convoy es una película británico-estadounidense dirigida por Sam Peckinpah en 1978. Un trágico relato de una joven holandesa de origen judío –Etty Hillesum- que morirá en Auschwitz, de la que uno de los protagonistas dice: “Para ella, como para mí, no basta tener el cerebro repleto de teorías. Hay que tenerlas en las venas y vivirlas de verdad. Benedicto XVI la recordaba el 13 de febrero de 2013 citando palabras de su Diario escrito en 1947: “Vivo constantemente en intimidad con Dios”.

La fuente de energía que hace crecer y madurar las uvas se halla en la vid: cepa, sarmientos y uvas (Jesús, individuo, comunidad). Sin esa estrecha conexión con ella, el fruto no se puede mantener con vida. Es patente que el desafío está hoy en manos de los sarmientos. Así lo entiende Etty cuando en otra página escribe: “No creo que podamos corregir nada en el mundo exterior si, previamente, no lo hemos corregido en nosotros”.

El jesuíta de origen húngaro, Franz Jalics, nos señala lo que tenemos que hacer para mantener la vida en los sarmientos: La vid hace que los frutos crezcan si los canales están abiertos. Los sarmientos no tienen que llevar por sí solos el agua, sino que deben asegurar la unión con la fuente y dejar fluir a través de ellos la fuerza de la vid”.

LA VID

Así como los sarmientos son uno con la vid, así nosotros somos uno con el Hijo de Dios. Esta imagen se refiere de forma muy especial a los frutos de nuestro trabajo. Así como los sarmientos no tienen uvas sin la vid, y ni siquiera pueden permanecer con vida, así tampoco nosotros podemos hacer nada sin él. Somos uno con él y, del mismo modo, toda nuestra vida y acción es una con su vida y su acción.

Este ser uno con Cristo se define con dos afirmaciones: él está en nosotros y nosotros en él. Es un estar recíprocamente uno con el otro.

Jesús no dice que nosotros tengamos que operar ese ser uno con él, sino que debemos ‘conservar’ esa unidad ya existente: debemos permanecer en esa ‘unidad’:

Permaneced en mí y yo en vosotros (v. 4)

…el que permanece en mí y yo en él… (v. 5)

El ser uno no es una imagen, sino una afirmación clara de unidad real.

(Jesús, Maestro de Meditación. Edit. PPC, 2014)

Vicente Martínez

Fuente Fe Adulta

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Richard Moore, jefe del MI6, pide disculpas por no dejar ser espías a homosexuales

Jueves, 25 de febrero de 2021
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_105742607_mi648El jefe del MI6, Richard Moore, se ha disculpado por la prohibición impuesta durante décadas a los homosexuales de servir en los servicios de inteligencia y está decidido a reclutar espías más diversos

Hasta 1991, el servicio encubierto de inteligencia extranjera del Reino Unido se negó a permitir a las personas LGBT + en sus filas debido a la opinión equivocada de que serían más susceptibles al chantaje que las personas heterosexuales. Esa prohibición fue finalmente levantada hace 30 años por el primer ministro John Major, y el servicio emitió una disculpa por su trato a las personas LGTBI el viernes (19 de febrero).

El jefe de espionaje conocido como “C” dijo que la prohibición había arruinado vidas, destrozado sueños y robado a los agentes secretos del Reino Unido “algunos de los mejores talentos que Gran Bretaña podía ofrecer”.

La prohibición no se levantó hasta 1991, mucho después de que la homosexualidad fuera despenalizada en Inglaterra en 1967.

Moore, de 57 años, que se incorporó al MI6 en 1987, dijo que la prohibición se puso en marcha “debido a la opinión equivocada de que serían más susceptibles de ser chantajeados que los heterosexuales. Personas comprometidas, con talento y con espíritu público vieron arruinadas sus carreras y sus vidas porque se argumentó que ser LGBT+ era incompatible con ser un profesional de la inteligencia”, dijo. “Debido a esta política, otras personas leales y patriotas vieron truncados sus sueños de servir a su país en el MI6. Esto fue incorrecto, injusto y discriminatorio”.

Sus comentarios son la primera vez que el MI6 se disculpa públicamente por los errores históricos. Los James Bonds de la vida real, interpretados por el actor Daniel Craig, tendrán orígenes más diversos en el futuro Alan Turing, el descifrador de códigos Enigma, interpretado por Benedict Cumberbatch en Imitation Game, fue castrado químicamente y se le prohibió trabajar para el GCHQ porque era gay.

Se produce en medio de una campaña para reclutar un mayor número de espías, incluidos los de doble nacionalidad y las personas con  discapacidad.

Moore, que dijo estar casado con “una inspiradora mujer ciega”, ha puesto la diversidad en el centro de su mandato al frente del Servicio Secreto de Inteligencia, o SIS, como también se conoce al MI6. “El MI6 está abierto a personas de todos los orígenes, razas, edades, sexualidades y formas de pensar”, dijo Moore en un vídeo publicado en Twitter. “La diversidad nos hace más eficaces; la inclusión nos hace más fuertes”.

Moore añadió: “Pido disculpas en nombre del MI6 por la forma en que se trató a nuestros colegas y conciudadanos LGBT+ y expreso mi pesar a aquellos cuyas vidas se vieron afectadas.”

Al menos dos de los cinco espías de Cambridge, Guy Burgess y Anthony Blunt, eran homosexuales, mientras que un tercero, Donald Maclean, se cree que era bisexual. Los espías de Cambridge pasaron secretos a la inteligencia rusa

Pero Moore insistió en que el hecho de ser LGBT+ no convierte a las personas en una amenaza para la seguridad nacional. “Por supuesto que no”, dijo, “pero la prohibición significó que nosotros, en los servicios de inteligencia y diplomáticos, nos privamos de algunos de los mejores talentos que Gran Bretaña podía ofrecer”.

Los espías reconocen desde hace tiempo que los homosexuales obligados a llevar una vida secreta suelen perfeccionar las habilidades perfectas para ser agentes secretos.

WwdPjrmV_400x400Richard Moore (Twitter)

No obstante, Moore admitió que los prejuicios persistían en las estaciones del MI6 mucho después de que se levantara la prohibición. “Algunos miembros del personal que decidieron salir del armario fueron maltratados por no haber revelado previamente su sexualidad durante su investigación de seguridad”, añadió Moore. “A otros que se incorporaron en el periodo posterior a 1991 se les hizo sentir que no eran bienvenidos. Ese trato alimentó una reticencia a ser su verdadero yo en el lugar de trabajo. Esto también era inaceptable”.

El funcionario gay John Vassal fue chantajeado para que robara secretos para los soviéticos después de que le fotografiaran en una orgía en Moscú

Sigue a disculpas similares del GCHQ, en 2016, y del MI5 el año pasado. El ex jefe del GCHQ, Robert Hannigan, habló sobre el “horrible” trato que recibió el más famoso de los descifradores de códigos de Bletchley Park, Alan Turing, que fue condenado a 12 meses de castración química tras ser declarado culpable de indecencia grave en 1952.

Turing, que ayudó a descifrar el código Enigma que ayudó a Gran Bretaña a ganar la Segunda Guerra Mundial, se quitó la vida con cianuro en 1954.

Sir Andrew Parker, ex jefe del MI5, dijo que la prohibición de los homosexuales en el Servicio de Seguridad era una fuente de “arrepentimiento y vergüenza”.

El MI6 no ha revelado el número de empleados afectados por la prohibición. Sin embargo, Moore, que dirigió a agentes secretos en Afganistán cuando los talibanes estaban en el poder, rindió homenaje al personal pasado y presente, “que poco a poco cambió el rumbo educando a sus compañeros y luchando por el cambio. Todavía tenemos que hacer más para convertirnos en un empleador totalmente inclusivo, y mi objetivo para el MI6 es convertirlo en un lugar de trabajo en el que siempre puedas llevar tu verdadero yo al trabajo”, dijo.

Nancy Kelley, directora de la organización benéfica Stonewall, dijo que la disculpa era “profundamente conmovedora. Nunca es fácil admitir cuando se ha hecho algo mal, y mucho menos hacerlo públicamente. Las acciones de Richard Moore deberían ser vistas como un brillante ejemplo para otros líderes sobre lo que significa corregir los errores del pasado, y defender lo que uno cree. Esta prohibición discriminatoria supuso que innumerables personas LGBT+ perdieran el trabajo que amaban o vivieran con el temor de ser descubiertos”, dijo. “Más que nunca, necesitamos que más líderes de toda la sociedad den un paso al frente, sean valientes y apoyen a las comunidades LGBT+”.

Ian McKellen ha dicho que el levantamiento del MI6 de la prohibición de los espías homosexuales ayudó a la batalla general por los derechos LGBT +.

Reflexionando sobre el cambio de política histórico durante una discusión virtual con Richard Moore, McKellen reflexionó sobre el clima severo para las personas LGTBI a finales de los 80 y principios de los 90.

McKellen dijo que el año 1991 comenzó cuando le dieron el título de caballero, convirtiéndolo en la segunda persona abiertamente gay en la historia en recibir tal honor. El clima en ese momento todavía era increíblemente duro para las personas queer, pero había “pequeños signos de azafrán que se acercaban”, dijo McKellen. “Uno, personalmente, mi título de caballero, y segundo, la decisión de su servicio”, dijo.

El activista de derechos LGBT + dijo que se reunió con el entonces primer ministro John Major después de que ambos asistieron a una obra de teatro en el Teatro Nacional, y terminaron saliendo a cenar con un grupo de personas después. Fue la oportunidad perfecta para hacer “cabildeo”, dijo McKellen, “Le dije bastante patéticamente que quería hablar con él sobre temas sociales. Era un momento en el que permitir que ‘gay’ saliera de mi boca a alguien que debería ser tratado con respeto como un primer ministro no parecía del todo correcto “.

Ian McKellen elogia al MI6 por derribar las barreras contra los derechos LGBT +. Se concedió la reunión y McKellen se enteró de que había otros planes para liberalizar las leyes sobre las personas queer, como planes para igualar la edad de consentimiento. “Así que el servicio estaba más bien a la vanguardia, es el punto, y habiendo aceptado tan audazmente que había habido injusticia en el pasado dentro de su propia organización, animó a la gente a pensar, ‘Bueno, tal vez puedas difundir ese principio de honestidad y igualdad con otras áreas de la vida ‘. Tomó algo de tiempo, pero creo que sin la iniciativa del servicio tan temprano en esta batalla, tal vez las cosas no hubieran ido tan bien como lo hicieron”.

GettyImages-531875268-scaledUna bandera del arco iris ondea desde la sede del MI6 en Vauxhall, Londres (Chris Ratcliffe / Getty)

Ian McKellen continuó: “No hay ningún empleador de mérito que no anime a sus empleados homosexuales a ser ellos mismos en el trabajo y no esconderse, y todas las compañías importantes ahora lo aceptan, pero creo que fue su servicio el primero en haz eso, así que estabas dando ejemplo. Esa es la forma en que la sociedad está interconectada, ¿no es así ?, que la injusticia en un área está profundamente relacionada con la injusticia en otra, y los muros comienzan a caer cuando se quita un ladrillo”.

Dijo que algunas personas intentarán descartar la disculpa del MI6, pero agregó: “Creo que los símbolos sí importan … Espero que su disculpa sea recibida con el entusiasmo que se merece”.

En su disculpa, Moore admitió que “secreto no significa inexplicable. Las personas comprometidas, talentosas y de espíritu público vieron arruinadas sus carreras y sus vidas porque se argumentó que ser LGBT + era incompatible con ser un profesional de la inteligencia. Debido a esta política, otras personas leales y patriotas vieron destrozado sus sueños de servir a su país en el MI6. Esto fue incorrecto, injusto y discriminatorio. Hoy, me disculpo en nombre del MI6 por la forma en que nuestros colegas y conciudadanos LGBT + fueron tratados y expreso mi pesar a aquellos cuyas vidas se vieron afectadas”.

El largo camino hacia la igualdad en el Reino Unido

1533 – El gobierno de Enrique VIII aprobó la primera ley que prohibía la homosexualidad masculina, la Buggery Act, que convertía la sodomía en un delito capital.

1881 – Una ley apodada “Carta del chantajista” convirtió en delito cualquier acto homosexual, incluida la escritura de cartas de amor

1885 – Oscar Wilde fue declarado culpable de sodomía y condenado a dos años de trabajos forzados

1952 – Alan Turing, el creador de códigos de Bletchley Park, fue declarado culpable de indecencia grave y condenado a 12 meses de castración química. Posteriormente se quitó la vida

1967 – En Inglaterra se despenalizan los actos sexuales entre hombres mayores de 21 años. Para entonces se calcula que 49.000 homosexuales han sido condenados.

1969 – Disturbios de Stonewall en Nueva York en protesta por el trato que la policía da a la comunidad gay

1980 – Se despenalizan los actos sexuales entre personas del mismo sexo en Escocia

1981 – Despenalización de los actos sexuales entre personas del mismo sexo en Irlanda del Norte

1988 – La sección 28 prohíbe la enseñanza de la homosexualidad en las escuelas

1991 – El MI6, el MI5 y el GCHQ levantan la prohibición de los espías LGBT+.

2000 – El ejército levanta la prohibición de las tropas homosexuales.

2003 – Se deroga el artículo 28.

2004 – Se introducen las uniones civiles entre personas del mismo sexo

2013 – Se introducen los matrimonios entre personas del mismo sexo

2016 – El GCHQ se disculpa por el “espantoso trato” a Alan Turing

2020 – El MI5 se disculpa diciendo que el trato al personal gay es una fuente de “arrepentimiento y vergüenza”

2021 – El Ministerio de Defensa anuncia un plan para que los soldados licenciados por ser homosexuales puedan reclamar sus medallas

Fuente Pink News

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Julio Puente López: “Ponerse en el lugar de las personas trans no es fácil, pero es de justicia y de fe cristiana”

Sábado, 13 de febrero de 2021
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trans-transexuales-eeuu-derechoshumanos-idaho-gobernador-1“Fanatismo religioso y derecho natural”

“El periodista americano Michael Sea Winters afirma que se está produciendo un cisma de corte jansenístico en la Iglesia americana que ha infectado a la jerarquía y al clero”

“La radicalización, como vemos, no es algo exclusivo hoy de la lucha política y de la sociedad civil. El sector integrista sigue sin aceptar la realidad de una Iglesia que ha dejado atrás la ideología de cristiandad”

“No es fácil ponerse en el lugar de las personas trans, comprenderlas. Pero tenemos que hacerlo por deber de justicia y de fe cristiana. Tiene que haber protección legal para los millones de personas trans que hay en el mundo”

“Las rutas de la renovación son como un laberinto… La futura ley trans española, redactada desde el conocimiento científico y la sensatez, debería alcanzar el máximo consenso posible y contar con el asesoramiento y la experiencia de las personas de ese colectivo”

07.02.2021 | Julio Puente López

“¿Es el presidente de la Conferencia Episcopal ahora el gran imán de cada católico de Estados Unidos?” Es la pregunta que se hacía en el NCR el periodista Michael Sean Winters el pasado 27 de enero. Se refiere al arzobispo Gomez, miembro del Opus Dei. Winters afirma que se está produciendo un cisma de corte jansenístico en la Iglesia americana que ha infectado a la jerarquía y al clero. El influyente laico católico George Weigel, biógrafo de Juan Pablo II, sería uno de los que está flirteando con este tema.

Con motivo de la proclamación de Biden como nuevo presidente de Estados Unidos al Arzobispo Gomez le faltó tiempo para recordarle la doctrina de la Iglesia, la del aborto en concreto, que si este ignora le inhabilitaría según muchos neoconservadores para recibir la comunión. ¿Sería este un sacramento para los puros al que los débiles no podrían acudir para hacer más fuerte su fe? El papa Francisco no es de esa opinión.

La radicalización, como vemos, no es algo exclusivo hoy de la lucha política y de la sociedad civil. La Iglesia católica sufre también en su seno profundos enfrentamientos. Con nostalgia de la ideología de cristiandad o del Estado confesional, la oposición de carácter ultraconservador al programa de reformas del papa Francisco tiene las características de los comportamientos sectarios.

El sector integrista sigue sin aceptar la realidad de una Iglesia que ha dejado atrás la ideología de cristiandad. “El Vaticano I hablaba de la Iglesia como “sociedad perfecta”; el Vaticano II habla de la Iglesia como “necesitada de continua renovación”, leemos en la Historia de la Iglesia editada por la editorial San Pablo. El historiador Guido Zagheni dedica a este tema un capítulo de casi 70 páginas titulado “El proyecto de “cristiandad”: Modelo de relación entre la Iglesia y el mundo”. Su conclusión es clara: con el Vaticano II se ha superado la ideología de cristiandad.

LAS-PERSONAS-TRANS-NO-SON-PELIGROSAS_DSC_2507-1000x500Pero las rutas de la renovación no son fáciles. Son como un laberinto donde todos andamos dando vueltas sin encontrar la salida de Mt 6, 24: Dios o el dinero, evangelizar o colonizar. Y el clero renuncia, sí, al sexo, o lo intenta, pero se enreda siempre en los juegos del poder y de la acumulación de bienes, sin querer comprender que el cristianismo que cree que hay acceso a Dios desde el apego al dinero es falso. Es el problema que tienen todas esas personas tan amantes de las tradiciones religiosas y de la estética litúrgica, pero no tanto de la justa distribución de la riqueza.

En la década de los setenta el sociólogo alemán Franz-Xaver Kaufmann escribió un libro titulado “Theologie in soziologischer Sicht” (Herder, 1973). El autor dedica un capítulo a estudiar el papel que ha jugado el pensamiento iusnaturalista en la estabilización del catolicismo, sobre todo en la sociedad alemana. Fue el fundamento ideológico que hizo posible la aparición de una subcultura católica unida, cerrada y partidista en la esfera política. Desde Pio IX hasta el concilio Vaticano II el papado se sirvió de la teoría del derecho natural y de la apelación a la ley natural para marcar la frontera con la sociedad secular y dar cohesión a la comunidad de creyentes.

El Vaticano II supuso el fin de esa ideología, pero Juan Pablo II y Benedicto XVI volvieron a insistir en la teoría del derecho natural reivindicando un liderazgo moral del papado no solo para la Iglesia, sino también frente a la sociedad civil. Benedicto XVI en su viaje a España esgrimió el derecho natural al enjuiciar la ley del aborto y la ley del contrato civil entre personas del mismo sexo. La España laica entendió que era “una extorsión a la libertad de conciencia”. “La coartada justificadora era la supuesta violación del derecho positivo de una ley natural que solo la Iglesia católica se halla en condiciones de conocer, interpretar y aplicar” (Javier Pradera, El País, 10 de noviembre de 2010).

Y ahora los obispos de Estados Unidos, como si quisieran ser la tercera cámara del Estado, no han perdido ni un minuto en hablar al presidente Biden de la ley del aborto para influir así en su conciencia. Se olvidan de que el cristiano mayor de edad juzga por sí mismo lo que cree justo (cf. Lc 12, 56-57). Se olvidan de la legítima autonomía de la ciencia, de la autonomía de lo temporal, de que los obispos no pueden substituir la conciencia de los fieles, de que la misión de la Iglesia no es de orden político, económico o social. Estos obispos ignoran todo aquello que enseñó el Vaticano II en la Gaudium et spes.

Imagen-despatologización-transLa Iglesia anterior al Vaticano II era una sociedad que se decía perfecta y que constituía una cultura aparte y a la defensiva frente a lo que venía de fuera, que creaba una sociedad paralela con escuelas, universidades, hospitales, medios de comunicación y toda clase de sociedades y organismos a los que se añadía el adjetivo de “católicos”. Esa Iglesia no daba siempre un testimonio auténtico del Evangelio, porque conseguir influencia y poder no es evangelizar. Tradicionalista y dogmático, el catolicismo era visto por muchos como una secta. En América se usaba con frecuencia la palabra inglesa “sectarian” para referirse a ese tipo de creyente católico. Ahora volverá a haber nuevos motivos para hacerlo.

Pero una Iglesia así, de doctrina y ritos que no cambian y que promete la salvación frente a un mundo extraviado, sigue teniendo sus adeptos. Ahí tenemos a los grupos católicos federados en “Una Voce”, y a los clásicos grupos ultraconservadores y fundamentalistas españoles de todos conocidos, con su interpretación al pie de la letra de la Escritura, su intransigencia y su rigidez dogmática.

Wolfgang Waldstein, el famoso jurista de Salzburgo que el papa Benedicto XVI citó en su discurso en el “Reichstag” de Berlín, gran defensor del iusnaturalismo tal como lo explicaba el magisterio hasta hace poco, fue nombrado presidente de honor de la asociación laica alemana “Pro Missa Tridentina”. El cardenal Rouco Varela reflexionó en 2019 sobre ese discurso del papa Ratzinger en el Parlamento de Berlín en 2011. En su artículo, “¿Un nuevo retorno del derecho natural?” publicado en Ius Communionis, presenta Rouco el discurso de Benedicto XVI como una propuesta para recuperar el “derecho natural” como categoría intelectual y como valor ético-jurídico.

Todo ello es legítimo y tiene su sentido, pero conviene no olvidar que un “corazón dócil, que sepa escuchar para juzgar, para discernir entre el bien y el mal”, como pedía Salomón (cf. 1 R 3, 9), es algo que no le es negado a ningún hombre honesto. Benedicto XVI cita ese pasaje con la expresión de “un corazón oyente” (“ein hörendes Herz”) y también cita el versículo de Rm 2, 15 que habla de una ley escrita en el corazón, en la conciencia de todo hombre, no solo en la de los cristianos. Ya nos dijo Ebner, y luego Rahner, que el hombre es “Hörer des Wortes”, “oyente de la palabra” divina. Y es la “confianza en la palabra” lo que constituye para el personalismo la última instancia, el fundamento de la vida social, de la ley y del derecho. Aunque Ebner nos recuerda, citando Dt 30, 14, que Dios ha puesto su palabra en nuestro corazón para que la podamos poner en práctica, nos dice en sus “Glosas al prólogo del Evangelio de Juan” (1921) que “no es necesario en absoluto entender esta confianza en un primer momento en sentido religioso”. Tal vez los estudiosos del derecho podrían encontrar aquí un puente entre el positivismo jurídico de H. Kelsen, contemporáneo de Ebner, por cierto, y el iusnaturalismo.

La ley natural no se encuentra en ninguna caja fuerte del Vaticano bajo siete llaves teniendo acceso a ella solamente el magisterio del papa. Que su fundamento sea la ley eterna de Dios no anula la capacidad de todo hombre para razonar. Como enseñó hace años el profesor Stephen Buckle “la idea de derecho natural no proporciona atajos al razonamiento moral”. La promulgación de esa ley y de ese derecho corresponde, como ya defendió Santo Tomás de Aquino, a la inteligencia humana. En ese sentido, como muestra Buckle, la ley natural bien entendida tiene capacidad para incorporar el cambio.

el-papa-con-neria-y-su-mujerDiego Neria Lejárraga, el primer transexual en ser recibido por un papa,

Siguiendo las enseñanzas del profesor Jesús Vega López, si le he entendido bien, esta ley no puede interpretarse en un sentido radicalmente contrario a la idea de igualdad en su sentido moderno y contemporáneo, puesto que incluye la noción de universalidad normativa que da origen a la idea de “ley moral”.

El contenido de la ley natural ha de ser interpretado, pero sin apelar a una antropología natural inalterable, porque entonces estamos haciendo una interpretación no igualitaria negando los hallazgos del razonamiento crítico jurídico que reconoce que existe un derecho fundamental a la igualdad de trato y a la no discriminación. La afirmación de este derecho constituye la base de las legislaciones de los Estados occidentales que reconocen las uniones civiles de las personas del mismo sexo y los derechos de las personas con sexualidades diversas. Sin reconocer este derecho a la igualdad de trato, que la Iglesia debería aplicar a sus propios fieles, a las mujeres y a las minorías sexuales, resulta difícil ver que las pretensiones de la Iglesia en estas materias puedan tener acogida en un Estado constitucional laico. No aparecerían ante los ciudadanos como una doctrina moral “razonable”.

No es de extrañar que las reformas del papa Francisco encuentren oposición cuando queriendo ser fiel al espíritu de “aggiornamento” y de renovación de la Iglesia del Vaticano II afronta los problemas sin recurrir a esa teoría del derecho natural. El cardenal Müller se expresó así en una entrevista del Corriere della Sera: “La palabra de Dios vale para todos los tiempos. Y habla del derecho natural, moral. La constitución antropológica no se respeta en esta nueva antropología LGTB”. Según Müller “el papa es el primer intérprete de la ley natural”. Y pregunta: “¿Por qué interviene en estos asuntos de los Estados sin subrayar la dimensión de la ley natural?”

Se ve claramente el interés de los ultraconservadores por usar ese concepto como un comodín dialéctico con el que hacer oposición. Müller, con el puritanismo ajeno al Evangelio que desde San Pablo impregna la enseñanza de la Iglesia, e ignorando la sexología, recuerda que “las relaciones sexuales están reservadas exclusivamente al matrimonio”. Reprocha así al papa que hable de las uniones civiles entre personas del mismo sexo, del derecho de todos a tener una familia y una protección legal.

En 2019 este cardenal viajó a Estados Unidos y se vio con los miembros de la Corte Suprema y católicos conservadores, Samuel Alito y Brett Kavanaugh, así como con Brian S. Brown, conocido activista homófobo y con la princesa Gloria von Thurn und Taxis, una millonaria de Ratisbona amiga de los que se oponen a Francisco. Esta empresaria ultraconservadora, que ve en Müller al Trump de la Iglesia, fue la que puso al cardenal en contacto con Stephen Bannon. Uno recuerda aquellas palabras de Ebner cuando se preguntaba en su escrito “El escándalo de la representación” qué espera la aristocracia de una victoria de Dios. “Nada cuando se da en el corazón del hombre. Pero ¿qué de esta en el mundo?”

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Hermana Mónica Astorga OCD, quien acompaña y ayuda a mujeres trans (Diario de Río Negro/Gobierno Provincial )

Los grupos de presión que mezclan política y religión son, como vemos, especialmente activos en América. Francisco parece estar en buena forma, pero ya se han publicado libros que nos hablan de cómo debería ser el próximo papa. George Weigel y Edward Pertin han publicado sendos libros con el mismo título, The Next Pope. Si en Roma o en la iglesia alemana se estudia la posibilidad de dar la comunión a los divorciados que han vuelto a contraer matrimonio Weigel, haciendo una interpretación burda del Evangelio, se apresurará a señalar que el papa no puede cambiar la doctrina de Jesús sobre la indisolubilidad del matrimonio. Es una táctica común en el sectarismo refutar lo que el adversario no ha sostenido. Lo que técnicamente llaman “mutatio elenchi” si se hace a sabiendas. Una forma de acusar falsamente. Además se pasa por alto Mt 19, 9: “a no ser en caso de porneia”, algo que rompería el matrimonio.

Weigel no ha dudado en tergiversar la doctrina social del papa Juan Pablo II en la encíclica “Centesimus annus” (1991). Pero el texto es claro: “Queda mostrado cuán inaceptable es la afirmación de que la derrota del llamado “socialismo real” deja al capitalismo como único modelo de organización económica. Hay que romper las barreras y los monopolios que colocan a tantos pueblos al margen del desarrollo, y asegurar a todos —individuos y naciones— las condiciones básicas que permitan participar en dicho desarrollo” (Centesimus annus, 35). No es pues verdad como afirma Weigel que el papa apoyara la doctrina de la autorregulación libre de los mercados.

El sectarismo ultraconservador se hace con frecuencia fanatismo obsesivo en los temas de la sexualidad y de las relaciones humanas. Así, por ejemplo, el que fue arzobispo de San Luis, el conservador americano Carlson, hoy ya retirado, insistía todavía en 2020 en que “la comprensión católica de la persona humana sostiene que el sexo y el género no pueden separarse”. Pero la realidad de la vida hace pedazos la rigidez de esa doctrina de la Relación final del Sínodo de los obispos de 2015 recogida luego en otros documentos.

I000010FTRIErJF4Un caso real lo puede mostrar. Recordemos a J. Morris. Falleció el 20 de noviembre de 2020 a la edad de 94 años. Sirvió en el ejército británico durante la segunda guerra mundial, se graduó como oficial de inteligencia en Sandhurst, trabajó como periodista y, como miembro de la expedición de Hurt y Hillay en su conquista del Everest, dio la noticia en exclusiva para The Times en 1953. Morris, después de estudiar en Oxford, contrajo matrimonio con Elisabeth Tuckniss, la mujer de su vida con la que tuvo 5 hijos. Escribió más de 40 obras, entre ellas Pax Britannica, una historia del imperio británico en tres tomos y libros de viajes traducidos a muchos idiomas. James Morris, nacido biológicamente como varón, siempre supo que era mujer.

En 1972 James Morris viajó a Casablanca para someterse a una reasignación de sexo. Lean su obra “Conumdrum” (Enigma). Desde entonces y hasta que murió en 2020 fue Jan Morris. Tras un divorcio al tener que someterse a las leyes, de nuevo la unión civil con Elisabeth Tuckniss, el tú de su yo, más allá del sexo y de la orientación sexual. Fue una mujer transgénero primero, mujer transexual después de la operación, en una larga lista en la que están Lili Elbe, Virginia Prince, Caitlyn Jenner, Georgine Kellermann y millones de otras. Y habría que hablar también de los hombres trans, que nacieron con el sexo biológico de mujer. Está claro que el sexo y el género no siempre van de la mano. Son cosas diferentes. Y otra cosa distinta de ambos es la orientación sexual. Y eso simplemente es lo que afirman los estudios de género.

No es fácil ponerse en el lugar de las personas trans, comprenderlas. Pero tenemos que hacerlo por deber de justicia y de fe cristiana. Tiene que haber protección legal para los millones de personas trans que hay en el mundo. La futura ley trans española, redactada desde el conocimiento científico y la sensatez, especialmente en los que se refiere a los menores, debería alcanzar el máximo consenso posible y contar con el asesoramiento y la experiencia de las personas de ese colectivo.

La comunidad transgénero de Estados Unidos (cerca de un millón de personas) le hizo saber al arzobispo Carlson que su doctrina desconocía su problemática. Si se evitan las posturas sectarias no tendría por qué ocurrirle lo mismo a la Iglesia en España.

Fuente Religión Digital

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Tuyo es todo esto, y todo es para ti

Lunes, 14 de diciembre de 2020
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Juan de Yepes, hijo de Gonzalo de Yepes y de Catalina Álvarez, nació en Fontiveros (Ávila) en el año 1542. Tras una niñez llena de miseria, entró en 1563 en el Carmelo. En 1567, año de su ordenación sacerdotal, conoció a Teresa de Jesús en Medina del Campo y decidió seguirla en la fundación de la nueva familia del Carmelo. Fue primero carmelita descalzo en Duruelo, en 1568, y ocupó a continuación el cargo de maestro y formador.

En 1572 lo reclamó Teresa para confesor del monasterio de la Encarnación del que era priora. Fue perseguido y encerrado, entre diciembre de 1577 y agosto de 1578, en la cárcel conventual de Toledo, donde realizó una fuerte experiencia del sufrimiento y de la «noche oscura». Tras salir de la cárcel, se incorporó a la vida de la naciente Reforma y ocupó el cargo de superior en Segovia. Murió en Ubeda el 14 de diciembre de 1591. Fue canonizado por Benedicto XIII en 1726 y proclamado doctor de la Iglesia por Pío XI el 24 de agosto de 1926.

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En la Fiesta del poeta enmorado de lo Indecible, Juan de la Cruz, traemos esta preciosas palabras… Hasta su prosa es poesía. El ritmo y la cadencia lo acompañan en revestir de palabra lo indecible.

La obra de Juan es un tratado ecológico, una espiritualidad telúrica. La primera mitad del Cántico Espiritual es un canto de amor a la creación y de comunión con ella. Versos arrobadores que cantan el desposorio con la creación. La relación entrañable con el cosmos, con la madre tierra, muestra una espiritualidad telúrica admirable:

 “Buscando mi amores…

¡Oh cristalina fuente…!

Mi Amado las montañas…

La música callada

 la soledad sonora

la cena que recrea y enamora”.

*

Cántico espiritual

***

San Juan

Míos son los cielos y mía es la tierra; mías son las gentes, los justos son míos y míos los pecadores; los ángeles son míos, y la Madre de Dios y todas las cosas son mías; y el mismo Dios es mío y para mí, porque Cristo es mío y todo para mí. Pues, ¿qué pides y buscas, alma mía? Tuyo es todo esto, y todo es para ti. No te pongas en menos ni repares en meajas que se caen de la mesa de tu Padre.”

*
Oración de alma enamorada

*

San Juan de la Cruz

***

Juan de la Cruz es un enamorado de Dios. Trataba familiarmente con él, hablaba constantemente de él. Lo llevaba en el corazón y en los labios, porque constituía su verdadero tesoro, su mundo más real. Antes de proclamar y cantar el misterio de Dios, es su testigo; por eso habla de él con pasión y con dotes de persuasión no comunes: «Ponderaban los que le oían, que así hablaba de las cosas de Dios y de los misterios de nuestra fe, como si los viera con los ojos corporales». Gracias al don de la fe, los contenidos del misterio llegan a formar para el creyente un mundo vivo y real. El testigo anuncia lo que ha visto y oído, lo que ha contemplado, a semejanza de los profetas y de los apóstoles (cf. 1 Jn 1,1-2).

Como ellos, el santo posee el don de la palabra eficaz y penetrante; no sólo por la capacidad de expresar y comunicar su experiencia en símbolos y poesías transidos de belleza y lirismo, sino por la exquisitez sapiencial de sus dichos de luz y amor, por su propensión a hablar «palabras al corazón, bañadas en dulzor y amor», «de luz para el camino y de amor en el caminar».

La viveza y el realismo de la fe del doctor místico estriban en la referencia a los misterios centrales del cristianismo. Una persona contemporánea del santo afirma: «Entre los misterios que me parece tenía grande amor era al de la Santísima Trinidad y también al del Hijo de Dios humanado». Su fuente preferida para la contemplación de estos misterios era la Escritura, como tantas veces atestigua; en particular, el capítulo 17 del evangelio de san Juan, de cuyas palabras se hace eco: «Ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y al que tú has enviado, Jesucristo» (Jn 17,3).

Teólogo y místico, hizo del misterio trinitario y de los misterios del Verbo Encarnado el eje de la vida espiritual y el cántico de su poesía. Descubre a Dios en las obras de la creación y en los hechos de la historia, porque lo busca y acoge con fe desde lo más íntimo de su ser: «El Verbo Hijo de Dios, juntamente con el Padre y el Espíritu Santo, esencial y presencialmente está escondido en el íntimo ser del alma… Gózate y alégrate en tu interior recogimiento con él, pues le tienes tan cerca. Ahí le desea, ahí le adora».

¿Cómo consigue el místico español extraer de la fe cristiana toda esa riqueza de contenidos y de vida? Sencillamente, dejando que la fe evangélica despliegue todas sus capacidades de conversión, amor, confianza, entrega. El secreto de su riqueza y eficacia estriba en que la fe es la fuente de la vida teologal: fe, caridad, esperanza. «Estas tres virtudes teologales andan en uno».

Una de las aportaciones más valiosas de san Juan de la Cruz a la espiritualidad cristiana es la doctrina acerca del desarrollo de la vida teologal. En su magisterio escrito y oral centra su atención en la trilogía de la fe, la esperanza y el amor, que constituyen las actitudes originales de la existencia cristiana. En todas las fases del camino espiritual son siempre las virtudes teologales el eje de la comunicación de Dios con el hombre y de la respuesta del hombre a Dios.

La fe, unida a la caridad y a la esperanza, produce ese conocimiento íntimo y sabroso que llamamos experiencia o sentido de Dios, vida de fe, contemplación cristiana. Es algo que va más allá de la reflexión teológica o filosófica. Y la reciben de Dios, mediante el Espíritu, muchas almas sencillas y entregadas.

Al dedicar el Cántico espiritual a Ana de Jesús, anota el autor: «Aunque a Vuestra Reverencia le falte el ejercicio de teología escolástica con que se entienden las verdades divinas, no le falta el de la mística que se sabe por amor en que no solamente se saben, mas juntamente se gustan». Cristo se les revela como el Amado; aún más, como el que ama con anterioridad, como canta el poema de «El pastorcico» .

*

Carta apostólica Maestro en la fe,
en el IV centenario de la muerte de san Juan de la Cruz, 8-10.

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***

“Fuera de su nativa España, San Juan de la Cruz nunca fue un santo muy popular. Su doctrina es considerada como “difícil”, y le exige a los demás la misma austeridad intransigente que él practicó durante su vida entera. Sin embargo, un estudio más ceñido a su doctrina…, probaría que San Juan de la Cruz poseía todo el equilibrio, la prudencia y la “discreción” que caracteriza a la más elevada santidad. No es un fanático aplicado a sobrecargar a sus subordinados con fardos insoportables que acabarían por reducirlos a ruinas morales y físicas. Las exigencias que formula son inflexibles en lo esencial pero flexibles en sus aspectos accidentales. Su único propósito consiste en situar al hombre entero, cuerpo y alma, bajo la guía del Espíritu de Dios. En la práctica, San Juan de la Cruz se opuso inexorablemente al formalismo y la inhumanidad de quienes comparaba con “herreros espirituales” que martillaban violentamente las almas de sus víctimas para hacerlas calzar en algún modelo convencional de perfección ascética. Sabía muy bien que este tipo de ascetismo era uno de los más defectuosos, porque a menudo era una manifestación de incorregible orgullo espiritual. La claridad y la lógica de este carmelita español, sumada a su insuperable y experimentado conocimiento de las cosas de Dios, lo sitúan de lejos como uno de los más grandes y más confiables de todos los teólogos místicos”.
*
Ascenso a la Verdad”, páginas 320-323
Thomas Merton
Ed. Lumen,
vía Amigos de Thomas Merton
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"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad , , , ,

Pikaza, Jesús y las mujeres: “Sobre ellas refundaré mi Iglesia”

Martes, 1 de septiembre de 2020
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9796744-15822894Diarmuid O’Murchu

Del blog de Xabier Pikaza:

Estas mujeres serán como María Magdalena, y las otras de la tumba, pero ya no irán primero a Galilea para animar a Pedro y a los otros (cf. Mc 16,-18), sino que ellas mismas refundarán la iglesia, no contra Pedro, sino con él y con todos los que quieran comenzar de nuevo.

No serán como Justiniano, no edificarán una iglesia‒imperio, ni como Carlomagno o Gregorio VII, con su feudalismo religioso, ni como Lutero o Loyola, con su Reforma o Contra‒Reforma militante… y en el fondo impositiva-

Ni serán como muchas “obispas” o “presbíteras” actuales, que son mayoría en Escandinavia o en otros lugares, pero no sirven para para refundar la iglesia, sino para que sea más de lo mismo.

Éstas han de ser mujeres para refundar no sólo la vida religiosa, sino la iglesia, rompiendo su empedrado actual. Así digo en el prólogo que he escrito para O’Murchu. El texto es algo largo, pero lo dejo así, como visión de conjunto. En otras postales expondré algunos de sus temas. Buen día a todos

O’MURCHU: REFUNDAR LA VIDA RELIGIOSA EN EL SIGLO XXI (=refundar la Iglesia), Editorial Sirena de los Vientos, Madrid 2020 (cf.  https://www.sirenadelosvientos.es/ ).

Diarmuid O’Murchu no viene como desconocido, sino que vuelve con más fuerza desde un pasado fuerte de experiencia y compromiso de espiritualidad integradora, como puse de relieve en el prólogo a su libro Fe adulta. Crecer en Sabiduría y Entendimiento (Sirena de los Vientos, Madrid 2018).

Hoy presento la traducción de su obra clave, ya definitiva, sobre la Refundación de la vida religiosa en el siglo XXI (Religious Life in the 21st Century: The Prospect of RefoundingKindle Ed. 2016), y lo haré por inmersión, asumiendo y recreando desde mi perspectiva el espléndido programa de vida religiosa, de cristianismo y humanidad que está ofreciendo O’Murchu.

 Un autor a quien quisieron callar 

 O’Murchu es un especialista en “vida religiosa”, entendida como arquetipo o modelo de experiencia y madurez, de comunión y creatividad, como destacó en su libro Reframing Religious Life. An Expanded vision for the Future (New York 1996; versión cast. Rehacer la vida religiosa, Claretianas, Madrid 2001). Fue un libro sorprendente y luminoso, que puso ante los ojos de docenas de miles de cristianos, y en especial de mujeres “religiosas”, el don y sentido de Dios, en perspectiva de contemplación madura y creadora, es decir, de actualización liberada, personal y solidaria, del misterio.

Más que una institución canónica, al servicio de la jerarquía, la vida religiosa aparecía ya como experiencia y “estado” de renacimiento interior en el espíritu más hondo de la realidad, entendida como “palabra” (energía, presencia divina) tal como se expresa no sólo en el mensaje y camino de Jesús, sino en otras tradiciones religiosas, que nos llegan del pasado arquetípico del Dios que fluye y se encarna en nuestra misma vida de mujeres y hombres, llamados a la relación afectiva, y al compañerismo “empoderado”, igualitario de mujeres y hombres que, creyendo y habitando en Dios, habitan y creen en su propia libertad para el amor y la creatividad compartida.

Pues bien, la Conferencia Episcopal Española (CEE), sin entender quizá el fondo del tema que se hallaba en juego, y por miedo a perder su autoridad (especialmente sobre las “mujeres religiosas”, entendidas casi como mano de obra barata para su “ministerio”), publicó una dura nota (Boletín CEE, 8.7. 2002, 49-55), ratificada por Osservatore Romano (ed. castellana: 17.3. 2006), condenando la visión y proyecto de O’Murchu, en la línea más reactiva de otro documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe (Dominus Iesus, 2000), firmado por el Card. Ratzinger.

Aquella condena (sin ser dogmática, ni poder imponerse por ley) surtió su efecto e impidió que el libro se siguiera editando en castellano, aunque proliferaron fotocopias y lecturas clandestinas. Ahora, 16 años después, O’Murchu reaparece en castellano, con nuevas obras, y en especial con ésta sobre la Vida Religiosa, en una editorial de conocimiento interior y experiencia contemplativa de fondo cristiano, pero no confesional (no ligada a la jerarquía de la Iglesia), que se abre con gozo y esperanza  a la religión universal de la Vida.

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María Magdalena y el protagonismo de las mujeres

Publiqué hace tiempo mi visión de aquel libro y del tema discutido en la entrada “O’Murchu” del Diccionario de pensadores cristianos (Verbo Divino, Estella 2010, 572-675), mostrando mi interés por el autor y el tema. Ahora vuelvo a su proyecto de una nueva vida religiosa, llamada a una muerte que seré resurrección, tal como se formula en esta “re‒tractatio” titulada Refundación de la vida religiosa (en su original: Religious Life in the 21st Century: The Prospect of Refounding,Kindle Ed. 2016), sobre el final de una etapa y el comienzo aún futuro de una nueva experiencia y compromiso de vida religiosa, entendida como parábola y sentido de la más honda realidad de Dios y de la tarea de las religiones, y en especial del cristianismo.

Diarmuid O’Murchu, un teólogo, un hombre de iglesia

Para los menos versados en el tema, quiero recordar que Diarmuid O’Murchu (irlandés, nacido el año 1947) es un “religioso” y pensador católico irlandés, de la Congregación de los Misioneros del Sagrado Corazón (Congregación fundada en Francia, el año 1854, presente en Francia, España, Irlanda, USA. Fiipinas…). Eso significa que, en un plano, él forma parte del “clero” oficial de la Iglesia Católica). Es, al mismo tiempo, un psicólogo social, que ha dedicado tiempo y via vida a la animación (counselling) y empoderamiento de personas y grupos marginados, tanto en Europa como en África y América, especialmente a partir del año 2001.

Eso significa que escribe desde el “corazón” del cristianismo, sin que las condenas anteriores le hayan hecho abandonar la Iglesia en su sentido más hondo, sino todo lo contrario: le han llevado al centro de la vida cristiana, que es una experiencia compartida de “empoderamiento espiritual”, en comunidades de amor mutuo y de proyecto de vida compartida, que van más allá de las fronteras de la jerarquía oficial de la Iglesia.

Ha escrito varios libros de iluminación espiritual y crecimiento interior, a partir de su trabajo pionero sobre el profetismo de la vida religiosa (Religious Life: A Prophetic Vision, Notre Dame, IN 1991). Ha insistido en la identidad evolucionista del mundo de la vida, elaborando en esa línea una “teología cuántica” (Quantum Theology. Spiritual Implications of the New Physics, New York 1996), con lo que ello implica, en la visión de un Dios  que se introduce en el despliegue de la realidad,  formando parte de ella, como su poder más hondo y su destino de plenitud.

A su juicio, utilizando el modelo de la física de las partículas y de una biología  evolutiva, se puede y debe afirmar que todas las realidades se encuentran interconectadas, de forma que se “in‒habitan” y potencian mutuamente, a través de un inmenso principio y proceso de energía creadora, que podemos llamar Dios, pues en él vivimos, es decir, nos movemos y existimos, como dijo Pablo en el Areópago de Atenas  (Hch 17, 28). En ese contexto se sitúa y cobra su más hondo sentido el proyecto de Jesús, entendido como principio de unión universal, como saben y proclaman las Cartas de la Cautividad  atribuidas a Pablo (Col y Ef).

Eso significa que el cristianismo, y en especial la vida religiosa, inspirada en Jesús, no va en contra de la tarea “cósmica” de la vida, tal como ha sido formulada en las grandes religiones, sino que se sitúa dentro de ella, pues el evangelio asume y ratifica el potencial divino de la vida humana, expresada en formas de comunión afectiva, empoderadora y “fraterna”, que nos permitirán superar la gran crisis actual de humanismo, esto es, de religión y esperanza, que no afecta sólo a la vida religiosa, sino a todas las formas de vida humana sobre el mundo.

En este momento “crucial” de muerte, que deberá ser fuente de resurrección, debemos insistir en la conexión sagrada del conjunto de la realidad (vida) divina, que muere dando vida y que se expresa en forma de plenitud creadora (sanadora) superando toda super‒estructura de imposición dogmática, a fin de que la teología (o, mejor dicho) la espiritualidad se incluya en una “cosmología y biología teológica”,  integrada en el conjunto de la realidad, que es viva y dadora de vida (como dice el credo cristiano al hablar del Espíritu Santo).

Dios (lo divino) es según eso la Energía Creadora, que late de principio a fin en el despliegue de la Realidad que, en perspectiva temporal, se expresa en forma de evolución que vincula y mueve (hace que sea) todo lo que existe.  No crea las cosas desde fuera, dejándolas pasivas, sino que lo hace (¡se hace!) desde dentro de ellas, y de esa forma se expresa en nuestra vida como fuente de ser, porque la plenitud (lo que en otra línea ha podido llamarse redención, que es la misma creación) constituye un acontecimiento cósmico, no meramente humano.

Esta “espiritualidad” cósmica se abre y nos abre a todo el universo, desbordando los límites de una Iglesia entendida como sistema de poder, expresándose de un modo especial en la iglesia de la vida  expandida de Jesús, que se expresa en forma de vida religiosa, como O’Murchu ha puesto de relieve en otros libros de tema convergente, como Poverty Celibacy & Obedience: A Radical Option for Life (New York 1998) y Consecrated Religious Life: The Changing Paradigms (New York 2005), que están enriqueciendo la espiritualidad y la conciencia de miles de cristianos (religiosos) que así se han descubierto responsables de su propia espiritualidad y de su tarea (testimonio) en el mundo.

O’Murchu ha dicho así a los religiosos (y en especial a cientos de miles de religiosas cristianos) que ellas/ellos son responsables de su propia identidad cristiana, humana, espiritual y/o social, pues se hallan inmersos en un movimiento de vida del que son beneficiarios, responsables y agentes. De esa forma, él quería “devolver” a los religiosos su identidad y carisma, su tarea responsabilidad como Iglesia de Jesús, en el despliegue de la vida de Dios. Miles de religiosos y religiosas de lengua castellana se sintieron identificados con los planteamientos del libro de O’Murchu (Rehacer la vida religiosa, 2001), publicado en el portavoz “oficioso” de los religiosos españoles (Ediciones Claretianas).

 Una jerarquía que “condena”. Reservas y miedos de la Iglesia oficial

 De un modo “consecuente”, la jerarquía católica de España se sintió amenazada por esa propuesta y respondió   prohibiendo la reedición del libro (Rehacer la vida religiosa)   y condenando sus tesis fundamentales, en un documento elaborado por la Comisión para   la Doctrina de la Fe,   Nota doctrinal sobre el libro “Rehacer la vida religiosa. Una mirada al futuro” del Rdo. P. Diarmuid O’Murchu,   Boletín oficial de la CEE 74 (30.06.2005, 49-55), documento que fue ratificado, al menos oficiosamente,  por el Vaticano  (Oss. romano, ed. esp., 17.03 2006, 9-10).

Aquella condena fue injusta, pero resultó en el fondo muy beneficiosa, pues ofrecía (en forma invertida) un buen resumen del pensamiento y propuesta de O’Murchu, desde una perspectiva confesional y jerárquica. Los obispos que entonces dirigían la CEE formaban parte del núcleo duro de una jerarquía eclesial hispana miedosa y reactiva, contraria a la actualización del Concilio Vaticano II y a la apertura de la vida cristiana a la raíz del evangelio. Ellos querían que la vida religiosa, en especial la femenina, siguiera siendo un tipo de “clase de tropa” a su servicio, en obediencia entendida como sumisión, en castidad como renuncia y en pobreza como “fuga” del mundo, dejando así el dinero en manos de los intereses de un sistema de poder.

Ciertamente, los obispos de la Comisión de la Fe tenían razón al afirmar que la propuesta de O’Murchu iba en contra de la Vida Religiosa tal como ellos la entendían, pero no en contra de la vida religiosa, como indicaremos citando y reformulando sus seis “críticas centrales”, conforme al Num. 3 de su documento, donde citan algunas páginas del libro de O’Murchu (edición castellana, 2001).

1. Conforme al documento de la CEE,O’Murchu desea que la vida religiosa se separe de la Iglesia institucional (p. 71), pensando que la respuesta más urgente ante la crisis actual es abandonar la iglesia y adoptar una situación no-canónica (p. 117). Pero leyendo en sentido crítico el texto de la CEE, , lo que está en juego en el fondo no es la vida religiosa en sí, sino un tipo de Iglesia, que se identifica como “poder canónico” y se siente amenazada por aquellos que viven su cristianismo en libertad creadora, más allá de una sumisión institucional.

Pues bien, aquello que para el documento de la CEE es digno de condena, resulta para O’Murchu y para muchos un principio básico de la vida religiosa, que debe abandonar la estructura de poder clerical (es decir, canónico) de la Iglesia para ser lo que siempre debía haber sido, una experiencia básica y autónoma de libertada creadora, en línea de evangelio. Ésta son las seis “condenas”

2. Según la CEE, O’Murchu ofrece en su libro un llamamiento al abandono de la fe católica en Jesucristo como única Revelación plena de Diosy como Señor y Salvador de todos los hombres. Pero también aquí nos encontramos ante perspectivas distintas. La CEE defiende un tipo de fe católica en Jesucristo que habría sido formulada por unos “concilios dogmáticos” (Nicea, Calcedonia), que se interpretan, se guardan y se aplican conforme a una dinámica de poder “jerárquico” de la Iglesia. Leer más…

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Teólogos e historiadores españoles responden a la pregunta: “¿Y vosotros, quién decís que soy yo?”

Domingo, 23 de agosto de 2020
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Teologos-historiadores-espanoles-responden-pregunta_2261183899_14849216_660x371Del blog de Xabier Pikaza:

 Así pregunta Jesús este domingo (23.8.20) según el evangelio:“Al llegar a la región de Cesarea, Jesús preguntó a sus discípulos:”¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?”…Y vosotros, ¿quién decís que soy?” (Mt 16, 13-14).

Mañana responderé por mi. Hoy quiero dar la palabra a los teólogos de España, pues deberían saber quién es Jesús. No es para que respondan por nosotros, sino para ayudarnos a pensar y decidir. Perdonen los teólogos si les interpreto mal. Éste es una encuesta principal para los creyentes (y también para los no creyentes).

Entre los autores que destaco están Sobrino y O. de Cardedal, Faus y J. M. Vigil, Pagola y Senén Vidal, Rico y Aguirre, Espeja, Estrada y M. Navarro, Piñero y Montserrat, Bermejo y Puente Ojea, Sayés, Arregi y Tamayo, con otros que han marcado y siguen marcando la vida cristiana y el pensamiento de España, en estos momentos de gran cambio. Otros han quedado en la tinta… Perdonan los que vean mi lista menguada o excesiva.

1. EL TEMA VIENE DE ATRÁS, LA DISPUTA DE LOS AÑOS SETENTA

El año 1977, J. Galot SJ, profesor “consagrado” de la Universidad Gregoriano, publicó un trabajo acusando de herejes (no calcedonianos) a tres teólogos de España, y levantando su sospecha contra un cuarto. El trabajo apareció en la revista oficial de aquella  universidad (La Filiation divine du Christ. Foi et interprétation”: Gregorianum 58,1977, 239-275.Los teólogos eran J Sobrino, y J. I. G. Faus (con un servidor), y el cuarto sospechoso O. González de C.:

Tres ensayos recientes, publicados en lengua española, llaman la atención por su orientación no calcedonense y por la posición que adoptan con respecto a la divinidad de Cristo, que se puede llamar la de una divinidad antropológica”.  

 Empezaré ofreciendo la respuesta de esos tres “acusados” (la mía la daré mañana, en la línea del libro que pongo en la imagen), para ocuparme después de otros teólogos hispanos, situados ante la pregunta de Jesús: ¿Y vosotros quién decís que soy yo?

Jon Sobrino:  Tú eres el liberador, el hombre crucificado y resucitado

 Sobrino, jesuita vasco (* 1937), profesor de la UCA (Salvador CA), escribió una Cristología desde América Latina (CRT, México 1976), releyendo la figura y obra de Jesús desde las sociales de América, bajando de su transcendencia ontológica, más allá de los problemas del mundo y de la historia, para introducirse, como portador de una fuerte crítica social y salvadora en el corazón de un mundo crucificado.  Él inició así (con otros teólogos americanos como G. Gutiérrez y L. Boff, y en especial con I. Ellacuría, vasco como él) una labor teológica y pastoral de gran envergadura. Entre sus libros posteriores, cf. La resurrección de la verdadera iglesia, Sal Terrae, Santander 1981; Jesucristo Liberador, I-II, Trotta, Madrid 1993/8).

La obra de Sobrino ha estado desde entonces en el centro de una gran controversia teológica (pastoral y eclesial), expresada en dos textos de la Congregación para la Doctrina de la fe (Libertatis Nuntius, 1984; Libertatis Conscientia, 1986) y en la Notificación que esa misma Congregación dictó el año 2006, sobre dos obras de Sobrino: Jesucristo liberador. Lectura histórico-teológica de Jesús de Nazaret (Madrid, 1991) y La fe en Jesucristo. Ensayo desde las víctimas (San Salvador, 1999).

La respuesta de Sobrino sigue siendo clare: Tú eres el liberador,  que actúa en la historia de los hombres. Por eso te seguimos y queremos que quieras acogernos a tu lado.

    Por decir esto y presentar así a Jesús, los soldados del “orden” sin orden ni justicia, mataron una noche a los compañeros de J. Sobrino, quien aquel día no estaba en casa.  Sobre el sentido antropológico y eclesial  de su respuesta, cf. Enrique Gómez,Pascua de Jesús, Pueblos crucificados. Antropología mesiánica de Jon Sobrino, Secretariado Trinitario, Salamanca 2012.

 J. Ignacio González Faus: Tú eres el rostro humano de Dios, principio de vida y libertad para los hombres

             González Faus, jesuita valenciano (*1935), afincado en Barcelona, es autor de La Humanidad Nueva. Ensayo de Cristología (Sal Terrae, Madrid 1974), donde interpreta la figura y obra de Jesús desde las condiciones sociales de su tiempo, destacando su libertad frente a la ley y su compromiso en favor de los más pobres. Más que la Encarnación Ontológica del Verbo (importante en su nivel) le ha interesado la encarnación histórica y social (y eclesial) de Jesús de Nazaret, Hijo de Dios, en la historia de los hombres.

      En esa línea, él entiende la cristología como un proceso y camino  concreto de conversión, al servicio de la libertad y justicia, de la dignidad de los hombres… Eso significa que  no se puede hablar de la divinidad de Jesús separada de su humanidad, pues el mismo Jesús hombre es el Hijo de Dios, y sólo en su historia concreta encontramos al Hijo Eterno  (cf. El rostro humano de Dios, (Santander 2007).

La respuesta de G. Faus constituye un proyecto y programa de “encarnación”, en contra de todo escapismo gnóstico y de toda  elaboración ideológica de un poder eclesial que puede caer en la tentación de absolutizarse, en vez de ponerse al servicio de los pobres, como Cristo. Faus se ha situado en esa línea en el cruce de caminos de la Iglesia y de la vida, no para dividir, sino para recoger, desde los más pobres, a todos los hombres, compartiendo con (desde) ellos el camino de Jesús, a la luz del evangelio.

Sin su palabra y presencia a lo largo de cinco decenios (desde el 1969, en que publicó su tesis doctoral, Carne de Dios. Sobre la Encarnación en la Cristología de San Ireneo, hasta el 2018) la teología hispana hubiera sido mucho más pobre. En esa línea, él signo respondiendo a  Jesús:  Tú eres el rostro humana de Dios, y yo te veo y acompaño en el rostro y vida de los pobres.

Sobre su cristología, cf. Michael P. Moore, Creer en Jesucristo: una propuesta en diálogo con O. González de Cardedal y J.I. González Faus, Sec. Trinitario, Salamanca 2011

 O. González de Cardedal: Tú eres la conciencia humana de Dios

Galot citaba en su nota a Olegario G. de Cardedal (*1934), profesor de la Universidad Pontificia de Salamanca, autor de un trabajo cardinal, titulado Jesús de Nazaret. Aproximación a la cristología (BAC, Madrid 1975), donde al parecer tampoco dejaba clara la naturaleza divina de Jesús y su constitutivo personal en línea ontológica. Aquella crítica (o, al menos, sospecha) no era justa, como el mismo O. de Cardedal ha precisado después exponiendo de un modo sistemático su pensamiento, en numerosos trabajos entre los que destaca Fundamentos de Cristología. I-II,(BAC, Madrid 2005 y 2006), por los que recibió el año 2011, de manos del mismo Benedicto XVI, el premio Ratzinger de Teología, que ratifica y consagra su fidelidad al pensamiento oficial de la Iglesia.

  G. de Cardedal, ha intentado recrear los dogmas básicos de la cristología (Nicea y Calcedonia) desde una experiencia ampliada de racionalidad, en sintonía con un tipo de pensamiento tradicional, presentando a Jesús como conciencia humana de Dios

Él ha desarrollado una cristología de la conciencia de Jesús (en una perspectiva que puede recordar la de Schleiermacher), destacando la identidad del Hijo eterno de Dios con el Cristo que nace en el tiempo. De esa forma, su cristología se expresa en categorías de encuentro personal entre el hombre y Dios en Cristo, sabiendo que la filiación divina de Jesús sólo puede decirse y proclamarse en plenitud desde la experiencia pascual de los discípulos, tal como ha sido asumida por la iglesia.

Éste es, a mi juicio, el centro de su teología, que ofrece un testimonio fuerte de coherencia intelectual y rigor académico. Si Jesús le preguntara “quién soy”, Olegario le podría responder. Tú eres la conciencia humana de Dios,  y así descubro también que en conciencia  es hogar y espejo de la identidad divina.

 . Para una presentación de su vida y obra hasta el 2006, cf. A. Cordovilla (ed.), Dios y el hombre en Cristo. Homenaje a Olegario González de Cardedal (Salamanca 2006).

 2. J. A.  PAGOLA. UN CASO DE IGLESIA. TÚ ERES LA MISERICORDIA DE DIOS

Por encima de los tres anteriores ha influido en España y en otros países la respuesta de  J-A. Pagola (*1937), teólogo vasco,  con su libro Jesús. Aproximación histórica (Madrid 2007), origen de un duro debate teológico-eclesial, que entiendo como termómetro para medir la “TEMPERATURA” de la cristología hispana, diciendo:  Tú eres la misericordia de Dios.

El debate comenzó con una crítica de Mons. Demetrio Fernández (hoy obispo de Córdoba) en el Boletín de la diócesis de Tarazona(Diciembre 2007), a la que siguieron las críticas de algunos oficialesde la Comisión de la Doctrina de la Fe (J. Rico, J. A. Sayés, J. M. Iraburu), afirmando que Pagola habría negado o silenciando afirmaciones básicas del dogma sobre la divinidad de Jesús, haciéndose de alguna forma arriano, en la línea condenada por Nicea, Éfeso y Calcedonia. Empezaré exponiendo los valores del libro de Pagola:

 Pagola ofrece una aproximación histórica de la vida de Jesús, desde una perspectiva kerigmática, de anuncio cristiano del evangelio, retomando los “acontecimientos” que van desde el Bautismo por Juan hasta el mensaje de Pascua. Lógicamente, en ese contexto, no puede tratar expresamente de temas como la Concepción por el Espíritu, la preexistencia de Jesús o su nacimiento.

Pues bien, ignorando el argumento y finalidad del libro, y a pesar del Nihil Obstat de Mons Uriarte, obispo de San Sebastián, la Comisión Episcopal de la Doctrina de la fe, con la autorización de la Comisión Permanente de la CEE, publicó el 16 de junio del 2008,  una “nota oficial y desgraciada y desagradecida” sobre la Cristología de Pagola, desde una perspectiva dogmática, acusándole de las siguientes omisiones o errores:

‒  Estas son las deficiencias y errores que la comisión ha visto en Pagola:

  • a) presentación reduccionista de Jesús como un mero profeta;
  • b) negación de su conciencia filial divina;
  • c) negación del sentido redentor dado por Jesús a su muerte;
  • d) oscurecimiento de la realidad del pecado y del sentido del perdón;
  • e) negación de la intención de Jesús de fundar la Iglesia jerárquica;
  • f) confusión sobre el carácter histórico-trascendente de la resurrección

En el origen de las cuestiones señaladas se encuentran dos presupuestos que condicionan negativamente la obra: la ruptura entre la investigación histórica de Jesús y la fe en Él, y la interpretación de la Sagrada Escritura al margen de la Tradición viva de la Iglesia. El Autor parece dar a entender que, para mostrar la historia se debe dejar de lado la fe, logrando una historia incompatible con la fe. (http://www.conferenciaepiscopal.es/doctrina/documentos/pagola.html).

      Estos acusadores de Pagola yerran de bulto, no han comprendido ni la primera ni la última página del libro, donde él responde a la pregunta de Jesús, diciéndole desde su vida y experiencia, con los evangelios: Tú eres la misericordia humana de Dios .

 Los críticos de Pagola

No han leído ni entendido a Pagola, pero tienen su respuesta preparada de ante manos.    Los dos principales responden a la pregunta de Jesús con libros muy densos:

‒ J. Rico Pavés: Tú eres el Cristo del dogma de la Iglesia.

  J. Rico (Granada *1966) (cf.Cristologia y soteriologia, BAC, Madrid 2016)ha sido Secretario de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe (2001-2013) y promotor de la “condena” de Pagola, y es desde el 2012 obispo de Mentesa y auxiliar de Getafe.  Su libro quiere ser fiel a las indicaciones del Vaticano II, pero lo hace presentando primero los  “datos” de la Escritura, Tradición y Magisterio sobre la persona y obra de Jesucristo, para ordenarlos y elaborarlos después en una segunda parte sistemática, de un modo ontológico (dogmático). El intento es bueno, pero corre el riesgo de entender la historia de Jesús como una “excusa”, para insistir en un Cristo ultra-dogmática que no se parece mucho a Jesús de Nazaret.

 — J. A. Sayés: Tú eres el Cristo ontológico

H. A. Sayés (Peralta, Navarra *1944, cf. Cristología fundamental, Cete, Madrid 1985 y Señor y Cristo. Curso de Cristología (Palabra, Madrid 2015) sigue en la línea de Rico Pavés, pero de una forma aún más insistente. Tiene una gran capacidad especulativa, como ha mostrado en la Facultad de Teología de Burgos, pero el estudio bíblico (es decir, la identidad evangélica de Jesús) desaparece casi totalmente de sus libros, apareciendo casi como excusa, para tratar después del Cristo ontológico, que sería lo que importa, en un contexto de Iglesia establecida que impone sobre los fieles actuales un tipo de enseñanza medieval.

3. LA RESPUESTA DE LOS HISTORIADORES (CREYENTES O NO CREYENTES)

                El caso Pagola remite a la Biblia, y entre los estudiosos de ella hay que empezar citando a Rafael Aguirre (*1941), que ha estudiado el entorno socio-cultural del NT, y en especial del surgimiento de la Iglesia, y es autor de docenas de trabajos sobre la vida de Jesús (cf. https://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=16266), aunque no ha escrito, que yo sepa, ningún estudio de conjunto sobre su vida, a no ser uno obra en colaboración con C. Bernabé y C. Gil: Qué se sabe de… Jesús de Nazaret (VD, Estella 2009)Esta es una obra significativa por su contenido, pues condensa y reformula lo mejor que se sabe de la historia de Jesús: El contexto de Jesús (Gil). La enseñanza de Jesús (Aguirre).  Los hechos de Jesús (Gil). La experiencia religiosa de Jesús (Aguirre). El conflicto final de Jesús (Bernabé). ¿Quién es Jesús? (Aguirre). Leer más…

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”Jesús ayuna cuarenta días y es tentado”. Domingo 01 de marzo de 2020. Domingo 1º de Cuaresma, ciclo A.

Domingo, 1 de marzo de 2020
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14-CuaresmaA1Leído en Koinonia:

Gn 2,7-9; 3,1-7: Creación y pecado de los primeros padres
Salmo responsorial 50: Misericordia, Señor: hemos pecado
Rom 5,12-19: Si creció el pecado, más abundante fue la gracia
Mt 4,1-11: Jesús ayuna cuarenta días y es tentado

 Los comentarios bíblico-litúrgicos para ayudar a la elaboración de las homilías dominicales de este típico “domingo de las tentaciones”, el primero de cuaresma, suelen presentar en esta ocasión un sencillo paralelismo antagónico: la primera tentación fue la que se le presentó a Eva, que acabó en el pecado; pero ha habido otra tentación, la que sufrió Jesús en el desierto, que acabó en victoria, de la que podemos tomar ejemplo. En esta línea es muy fácil encontrar comentarios en la red. Por eso mismo quisiéramos nosotros hacer esta vez una aportación diferente, en sentido crítico. Obviamente, este aspecto no será apropiado en cualquier caso para convertirlo sin más en una homilía… pero creemos que tampoco sería bueno que una homilía olvide este aspecto crítico. En todo caso, cada agente de pastoral sabrá lo que su comunidad necesita, y sabrá encontrarlo en otros puntos de servicio bíblico-litúrgico de la red.

 La primera lectura de este domingo reúne, resumidamente, dos importantes relatos bíblicos: el de la creación y el del pecado original. Son muy significativos, muy importantes, y hoy día, también muy problemáticos.

 Es importante hacer recordar a los oyentes que estos textos, y todos los que forman el grupo de los once primeros capítulos del Génesis, que se refieren a los inicios de la «historia de la Salvación», han sido entendidos desde siempre de un modo literal. Todas las generaciones que nos precedieron en la fe los entendieron así. Seguramente que nuestros padres -y ciertamente nuestros abuelos- nunca pensaron otra cosa, y muchos cristianos mayores también lo piensan hoy día. Desde tiempo inmemorial, estos textos han fungido para muchísimas generaciones, como una fuente capital de su comprensión del mundo y de la historia. Las “coordenadas generales” que estos mitos trazan (Dios arriba, naturaleza abajo, un acto divino de creación que pone en marcha el cosmos, una creación del ser humano distinta a la creación de todos los demás seres, Dios que prohíbe comer el fruto del árbol, la desobediencia del ser humano que se convierte en el «pecado original» que transformará la suerte de toda la humanidad posterior –¡y del cosmos!–, el protagonismo principal de la mujer en este pecado, el enfado de Dios, su consecuente ruptura de relaciones con la Humanidad por haber comido ésta el fruto prohibido…), han sido para toda esa humanidad judeocristiana de los tres mil últimos años, el “paradigma” desde el que han entendido tanto el mundo, como a Dios, como a sí mismos, es decir, la realidad global. Estamos ante unos mitos religiosos ante los que hay que descalzarse, como quien pisa tierra sagrada.

 Hace apenas cien años, en 1906, la Pontificia Comisión Bíblica –respaldada obviamente por la Inquisición romana, la actual Congregación para la Doctrina de la Fe, que todavía no se llamaba Santo Oficio–, reafirmaba solemnemente, y bajo pena de excomunión a quien no lo aceptara, que el contenido de los once primeros capítulos del Génesis es histórico, no mitológico.

 Es importante recordar a los oyentes que hoy no creemos que estos relatos haya que entenderlos así, literalmente. Es decir: que hoy sabemos que la Biblia no puede decirnos cómo fue el origen del cosmos, ni el del ser humano. Que la Biblia no contiene mensajes de física, ni de química, ni de biología evolutiva, ni de geofísica o astrofísica… que nos informen sobre todos esos campos. Y que por tanto se puede ser cristiano y aceptar lo que la ciencia nos dice hoy, incluidas las opiniones contrarias a tantas afirmaciones y supuestos incluidos en estos relatos bíblicos.

 Es importante hacer caer en la cuenta de que esta nueva manera de entender los textos bíblicos no fue fruto de un descubrimiento fácil e ingenuo, sino una intuición laboriosamente trabajada por los biblistas y teólogos, que durante varios siglos han tenido que enfrentarse a la oposición y a la condena de las autoridades de sus respectivas Iglesias. Todavía hoy, en tiempo de Benedicto XVI, el biblista argentino Ariel Álvarez Valdés, doctor en teología bíblica por la universidad de Salamanca, fue públicamente adversado y perseguido por la Secretaría de Estado del Vaticano por no sostener de la historicidad de Adán y Eva y su pretendido pecado original (véase su propio testimonio en Youtube [http://www.youtube.com/watch?v=2Ys3kcwjbSY&list=PL84001F9AB27C6E32].

 Todo cristiano medianamente culto puede tener su opinión sobre el origen del mundo, igual que puede tener sus opiniones en medicina, en astronomía o en psicología, libremente, sin coacción, y sin que haya ninguna opinión «oficial» de la Iglesia en esos campos que pudiera ser «obligatoria». Los relatos bíblicos están en otro plano, un plano simbólico, que no afecta al campo autónomo de la ciencia. Esto es al menos lo que solemos decir hoy día, después del Vaticano II, pero sería más correcto reconocer que aquellos relatos no fueron concebidos, como decimos, meramente en un plano simbólico; para nuestros ancestros religiosos-y-culturales, esos relatos eran históricos, y con esa historia inventada, sin ningún fundamento científico, trataban de encontrar respuestas a problemas humanos y existenciales de muy diverso género (el mal, la felicidad, la vida, nuestro origen, nuestro fuuro…). Es ahora, sólo ahora, cuando nosotros, al ver que sus creencias expresadas en esos mitos estaba profundamente equivocadas –como hoy sabemos por la ciencia– sostenemos que esos mitos sólo podemos interpretarlos de un modo puramente simbólico. Nuestros antepasados –hasta nosotros mismos hace 50 años entre los católicos– los hemos considerado obligadamente históricos, literales, contados directamente por la misma boca reveladora de Dios.

 Hay que dar claramente al público cristiano la buena noticia de que hoy no sostenemos que el símbolo judeo-cristiano del llamado «pecado original» tenga un fundamento histórico. No hay por qué sostenerlo. Más bien resulta prácticamente imposible que lo tenga, por cuanto lo más probable es que no hubo un solo filum biológico evolutivo de surgimiento de nuestra especie, y el poligenismo es hoy la opinión más común de la ciencia. La proclamación que la Iglesia católica hizo del monogenismo en el siglo pasado se debió al espejismo (que todavía sufría) de pensar que el significado del símbolo del pecado original dependía efectivamente de un pecado histórico real que habría cometido una primera pareja de la que descendemos absolutamente todos los hombres y mujeres.

 Resulta especialmente importante aclarar que hoy día resulta del todo inverosímil -teológicamente hablando- todo el conjunto simbólico de la tentación y el pecado original: pensar que toda la humanidad esté en una situación de postración espiritual (que sea una massa damnata, una «muchedumbre condenada», como repetía san Agustín) a raíz de un supuesto primer pecado de una inexistente primera pareja, y pensar que debido a ello Dios habría roto sus relaciones con la Humanidad, y que esa ruptura no podría ser superada sino nada menos que con la sangre de la muerte en cruz del Hijo de Dios, tal y como ha sido presentado por la tradición más común y constante del cristianismo, resulta hoy absolutamente inaceptable. Deben por tanto sentirse aliviados todas las personas que se sienten incómodas ante las acostumbradas explicaciones homiléticas al respecto, tan parecidas a las catequesis infantiles que recibimos cuando fuimos niños, y como nosotros, todas las generaciones cristianas durante más de milenio y medio.

 Otras varias salvedades y comentarios críticos también muy importantes se podrían hacer entre los temas implicados en esos dos grandes relatos bíblicos que han sido juntados en la primera lectura de este domingo (por ejemplo sobre la «transcendencia» de Dios, que ahí se presenta como obvia, sobre la imagen misma de “theos”, la visión negativa de la realidad que conlleva la creencia en un primer «pecado primordial», la terrible inferiorización y culpabilización de la mujer causada por ese texto…). Ya hemos dicho que no pretendemos que esta lista de advertencias críticas sea el contenido de una homilía, sino simplemente el trasfondo crítico a tener en cuenta a la hora de hablar de las “tentaciones” y del “pecado”, para lo que sin duda se encontrará mucho material en los numerosos portales de servicio bíblico de la red.

 Es importante que digamos claramente, e insistamos, en que se puede ser cristiano y ser «persona de hoy» en las propias opiniones científicas. Y que hay otras formas de hablar del la realidad del mal y del pecado, que la de tomar como referencia unos mitos religiosos elaborados hace dos milenios y medio.

 Finalizamos diciendo que ya que tantas veces hemos insistido en el pecado original y en sus fatales consecuencias para toda la humanidad, sería bueno compensar esa actitud refiriéndonos a lo que hoy intuye la teología de frontera: que, más bien, lo original no fue un pecado, sino una bendición… Puede ayudar el libro de FOX, Mathew, “Original Blessing”, Bear & Company 1983; traducido como: La bendición original. Una nueva espiritualidad para el hombre del siglo XXI, Obelisco, Barcelona 2002, 410 pp Leer más…

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Padre Damián Montes: “No hace justicia a la Iglesia confundir dogma con doctrina”

Viernes, 10 de enero de 2020
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captura_de_pantalla_2016-12-01_a_las_14.12.58“No digamos con tanta facilidad que algo doctrinal no se puede discutir”

“No es dogmática la liturgia ni dogmático el celibato de los sacerdotes”

“El Catecismo actual es de 1997, y se han enmendado, por autorización del Papa Francisco, algunos artículos”

“La cuestión del ‘Limbo’ es un ejemplo clarísimo de que las cosas se pueden cambiar”

Para los fanáticos católicos:

No es bueno ni hace justicia a la Iglesia confundir dogma con doctrina. Lo inmutable con lo cambiante.

Las cuestiones dogmáticas en la Iglesia, asumidas como principios innegables, son muy pocas. Se trata, básicamente, de las palabras del Credo, las cuatro afirmaciones dogmáticas referidas a María y alguna otra afirmación que podemos situar en la antropología teológica. En definitiva, las cuestiones cerradas a discusión son verdaderamente pocas y, lo cierto, es que no son foco de interés social en este momento.

Todo lo demás, insisto, todo lo demás, pertenece al ámbito doctrinal, que exige ser interpretado a la luz de tres grandes fuentes (Sagrada Escritura, Tradición y Magisterio), pero que está abierto a la discusión y al estudio teológico; esto es, al cambio. De hecho, muchas, muchísimas cuestiones doctrinales han cambiado con el paso de los siglos.

Por tanto, no digamos con tanta facilidad que algo doctrinal no se puede cambiar ni discutir porque esa afirmación es falsa. Desde el inicio ha habido, gracias a Dios, un espacio para la disidencia, muy necesario para la acción del Espíritu que renueva su Iglesia.

Uno de los primeros ejemplos lo encontramos ya en la Biblia: Pedro y Pablo discutiendo si era necesario estar circuncidado para ser cristiano. Para Pedro la circuncisión era cuestión de doctrina verdadera porque los apóstoles estaban circuncidados, Jesús estaba circuncidado y había venido para salvar a los circuncidados (para salvar a los judíos, pueblo de Israel). Pablo, por su parte, argumenta que Jesús vino para todos, también para los gentiles (los no circuncidados). Finalmente deciden en el llamado “primer concilio de Jerusalén” que no será necesaria la circuncisión para ser cristiano. La doctrina cambió en un punto que parecía inmutable. Pongamos algún ejemplo más:

El Catecismo actual es de 1997, y se han enmendado, por autorización del papa, algunos artículos. Uno de ellos, el artículo 2267 sobre la pena de muerte, se ha modificado para declarar esta práctica “inadmisible”. Es decir, que este “inadmisible” llega en 2018 por el papa Francisco después de una larguísima historia donde se contemplaba la pena de muerte en algún caso extremo y como “tutela del bien común” (artículo antes de la enmienda). Que nadie se ponga nervioso ante esta verdad: este artículo ha cambiado.

Otro ejemplo sonado, anterior al mencionado, fue la negación del Limbo, por Benedicto XVI, y podríamos seguir con la lista… Ejemplos clarísimos de que las cosas se pueden cambiar y la doctrina del catecismo también. Porque toda ella no es dogmática.

No es dogmático que el papa vista de blanco (pues sólo viste así desde 1566) y por ello en el futuro podría vestir pantalones. No es dogmática la liturgia, que se celebró primero en arameo y hebreo, más tarde en griego, después en latín y dando la espalda a la asamblea desde el siglo III y sólo desde 1970 en la lengua de cada comunidad. No es dogmático el celibato de los sacerdotes, que se determinó obligatorio sólo a partir del siglo XVI. Y, sin detenerme, porque es inviable e imposible en este clima de crispación que vivimos, sólo apunto que no son dogmáticos los temas de mayor fricción y debate. Y porque no son dogmáticos, sino doctrinales, pueden cambiar. Lo verdaderamente preocupante es que muchas personas ponen su fe en lo doctrinal. Os lo cuento con otro ejemplo que me entristece recordar:

Al poco tiempo de haber sido elegido Francisco como Papa, una señora me dijo –“padre, este Papa me va a quitar la fe”-. Yo le pregunté, –“Señora, ¿dónde ha puesto usted su fe?-. Me dijo que el Papa anterior era un Papa de verdad, y no este, que llevaba zapatos negros. Le volví a preguntar: “¿Dónde ha puesto usted su fe?”. No me contestó. Era evidente que la tenía puesta en lo accesorio, en los zapatos del papa, que debían ser rojos y a saber en qué otra serie de aspectos.

Evidentemente, los fanáticos de la doctrina, perderán la fe y se enfadarán muchísimo cuando cambie lo que daban por cierto e inmutable (y no es ningún secreto que la doctrina cambia). Por el contrario, si ponemos la fe en Dios y sólo en Él, que es donde tiene que estar, nada ni nadie (ningún cambio de doctrina tampoco) podrá tumbar nuestra fe. La diferencia es que unos viven el cambio como una profunda traición, herejía, amenaza, etc… y otros como acción del Espíritu, que va sugiriendo en cada momento cómo quiere que sea su Iglesia a la luz de los signos de los tiempos.

Me posiciono en este segundo grupo, sin titubeos. Lejísimos del fanatismo, pero muy consciente de vivir en comunión; y por eso soy paciente y asumo el momento y la doctrina que me toca vivir. Pero mi fe no se daña absolutamente nada si mañana la Iglesia decide, por ejemplo, que las mujeres puedan servir con el ministerio de “párroco”; muy al contrario, se fortalece.

Esta es la aventura y lo que mantiene viva mi esperanza; que las cosas pueden cambiar.

Fuente Religión Digital

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Tuyo es todo esto, y todo es para ti

Sábado, 14 de diciembre de 2019
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Juan de Yepes, hijo de Gonzalo de Yepes y de Catalina Álvarez, nació en Fontiveros (Ávila) en el año 1542. Tras una niñez llena de miseria, entró en 1563 en el Carmelo. En 1567, año de su ordenación sacerdotal, conoció a Teresa de Jesús en Medina del Campo y decidió seguirla en la fundación de la nueva familia del Carmelo. Fue primero carmelita descalzo en Duruelo, en 1568, y ocupó a continuación el cargo de maestro y formador.

En 1572 lo reclamó Teresa para confesor del monasterio de la Encarnación del que era priora. Fue perseguido y encerrado, entre diciembre de 1577 y agosto de 1578, en la cárcel conventual de Toledo, donde realizó una fuerte experiencia del sufrimiento y de la «noche oscura». Tras salir de la cárcel, se incorporó a la vida de la naciente Reforma y ocupó el cargo de superior en Segovia. Murió en Ubeda el 14 de diciembre de 1591. Fue canonizado por Benedicto XIII en 1726 y proclamado doctor de la Iglesia por Pío XI el 24 de agosto de 1926.

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En la Fiesta del poeta enmorado de lo Indecible, Juan de la Cruz, traemos esta preciosas palabras… Hasta su prosa es poesía. El ritmo y la cadencia lo acompañan en revestir de palabra lo indecible.

La obra de Juan es un tratado ecológico, una espiritualidad telúrica. La primera mitad del Cántico Espiritual es un canto de amor a la creación y de comunión con ella. Versos arrobadores que cantan el desposorio con la creación. La relación entrañable con el cosmos, con la madre tierra, muestra una espiritualidad telúrica admirable:

 “Buscando mi amores…

¡Oh cristalina fuente…!

Mi Amado las montañas…

La música callada

 la soledad sonora

la cena que recrea y enamora”.

*

Cántico espiritual

***

San Juan

Míos son los cielos y mía es la tierra; mías son las gentes, los justos son míos y míos los pecadores; los ángeles son míos, y la Madre de Dios y todas las cosas son mías; y el mismo Dios es mío y para mí, porque Cristo es mío y todo para mí. Pues, ¿qué pides y buscas, alma mía? Tuyo es todo esto, y todo es para ti. No te pongas en menos ni repares en meajas que se caen de la mesa de tu Padre.”

*
Oración de alma enamorada

*

San Juan de la Cruz

***

Juan de la Cruz es un enamorado de Dios. Trataba familiarmente con él, hablaba constantemente de él. Lo llevaba en el corazón y en los labios, porque constituía su verdadero tesoro, su mundo más real. Antes de proclamar y cantar el misterio de Dios, es su testigo; por eso habla de él con pasión y con dotes de persuasión no comunes: «Ponderaban los que le oían, que así hablaba de las cosas de Dios y de los misterios de nuestra fe, como si los viera con los ojos corporales». Gracias al don de la fe, los contenidos del misterio llegan a formar para el creyente un mundo vivo y real. El testigo anuncia lo que ha visto y oído, lo que ha contemplado, a semejanza de los profetas y de los apóstoles (cf. 1 Jn 1,1-2).

Como ellos, el santo posee el don de la palabra eficaz y penetrante; no sólo por la capacidad de expresar y comunicar su experiencia en símbolos y poesías transidos de belleza y lirismo, sino por la exquisitez sapiencial de sus dichos de luz y amor, por su propensión a hablar «palabras al corazón, bañadas en dulzor y amor», «de luz para el camino y de amor en el caminar».

La viveza y el realismo de la fe del doctor místico estriban en la referencia a los misterios centrales del cristianismo. Una persona contemporánea del santo afirma: «Entre los misterios que me parece tenía grande amor era al de la Santísima Trinidad y también al del Hijo de Dios humanado». Su fuente preferida para la contemplación de estos misterios era la Escritura, como tantas veces atestigua; en particular, el capítulo 17 del evangelio de san Juan, de cuyas palabras se hace eco: «Ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y al que tú has enviado, Jesucristo» (Jn 17,3).

Teólogo y místico, hizo del misterio trinitario y de los misterios del Verbo Encarnado el eje de la vida espiritual y el cántico de su poesía. Descubre a Dios en las obras de la creación y en los hechos de la historia, porque lo busca y acoge con fe desde lo más íntimo de su ser: «El Verbo Hijo de Dios, juntamente con el Padre y el Espíritu Santo, esencial y presencialmente está escondido en el íntimo ser del alma… Gózate y alégrate en tu interior recogimiento con él, pues le tienes tan cerca. Ahí le desea, ahí le adora».

¿Cómo consigue el místico español extraer de la fe cristiana toda esa riqueza de contenidos y de vida? Sencillamente, dejando que la fe evangélica despliegue todas sus capacidades de conversión, amor, confianza, entrega. El secreto de su riqueza y eficacia estriba en que la fe es la fuente de la vida teologal: fe, caridad, esperanza. «Estas tres virtudes teologales andan en uno».

Una de las aportaciones más valiosas de san Juan de la Cruz a la espiritualidad cristiana es la doctrina acerca del desarrollo de la vida teologal. En su magisterio escrito y oral centra su atención en la trilogía de la fe, la esperanza y el amor, que constituyen las actitudes originales de la existencia cristiana. En todas las fases del camino espiritual son siempre las virtudes teologales el eje de la comunicación de Dios con el hombre y de la respuesta del hombre a Dios.

La fe, unida a la caridad y a la esperanza, produce ese conocimiento íntimo y sabroso que llamamos experiencia o sentido de Dios, vida de fe, contemplación cristiana. Es algo que va más allá de la reflexión teológica o filosófica. Y la reciben de Dios, mediante el Espíritu, muchas almas sencillas y entregadas.

Al dedicar el Cántico espiritual a Ana de Jesús, anota el autor: «Aunque a Vuestra Reverencia le falte el ejercicio de teología escolástica con que se entienden las verdades divinas, no le falta el de la mística que se sabe por amor en que no solamente se saben, mas juntamente se gustan». Cristo se les revela como el Amado; aún más, como el que ama con anterioridad, como canta el poema de «El pastorcico» .

*

Carta apostólica Maestro en la fe,
en el IV centenario de la muerte de san Juan de la Cruz, 8-10.

***

san-juan

“Fuera de su nativa España, San Juan de la Cruz nunca fue un santo muy popular. Su doctrina es considerada como “difícil”, y le exige a los demás la misma austeridad intransigente que él practicó durante su vida entera. Sin embargo, un estudio más ceñido a su doctrina…, probaría que San Juan de la Cruz poseía todo el equilibrio, la prudencia y la “discreción” que caracteriza a la más elevada santidad. No es un fanático aplicado a sobrecargar a sus subordinados con fardos insoportables que acabarían por reducirlos a ruinas morales y físicas. Las exigencias que formula son inflexibles en lo esencial pero flexibles en sus aspectos accidentales. Su único propósito consiste en situar al hombre entero, cuerpo y alma, bajo la guía del Espíritu de Dios. En la práctica, San Juan de la Cruz se opuso inexorablemente al formalismo y la inhumanidad de quienes comparaba con “herreros espirituales” que martillaban violentamente las almas de sus víctimas para hacerlas calzar en algún modelo convencional de perfección ascética. Sabía muy bien que este tipo de ascetismo era uno de los más defectuosos, porque a menudo era una manifestación de incorregible orgullo espiritual. La claridad y la lógica de este carmelita español, sumada a su insuperable y experimentado conocimiento de las cosas de Dios, lo sitúan de lejos como uno de los más grandes y más confiables de todos los teólogos místicos”.
*
Ascenso a la Verdad”, páginas 320-323
Thomas Merton
Ed. Lumen,
vía Amigos de Thomas Merton
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"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad , , , ,

El Papa canonizó al Cardenal Newman el 13 de octubre ¿Un santo LGTBI?

Martes, 15 de octubre de 2019
Comentarios desactivados en El Papa canonizó al Cardenal Newman el 13 de octubre ¿Un santo LGTBI?

20090430cnsbr00243.jpgCardenal del siglo XIX convertido del anglicanismo

El 19 de septiembre de 2010 fue beatificado por el papa Benedicto XVI, quien reconoció su admiración por la llamada “teología de la conciencia”

El Papa, en la canonización de cinco beatos: “¿Quieres crecer en la fe? Hazte cargo de un hermano alejado, de una hermana alejada”

Pedro Langa: La ‘Segunda Primavera’ del cardenal Newman

13.10.19: San John Henry Newman, un cristiano (1801-1890). Canonización innecesaria, pero gratificante.

El papa Francisco presidió el pasado domingo la canonización de cinco beatos, entre ellos John Henry Newman, cardenal de la Santa Iglesia Romana, fundador del Oratorio de San Felipe Neri en Inglaterra. Los demás nuevos santos son Madre Giuseppina Vannini fundadora de las Hijas de San Camilo; María Teresa Chiramel Mankidiyan, fundadora de la Congregación de las Hermanas de la Sagrada Familia; Dulce Lopes Pontes, de la Congregación de las Hermanas Misioneras de la Inmaculada Concepción de la Madre de Dios, y Margarita Bays, virgen, de la Tercera Orden de San Francisco de Asís.

John Henry Newman, nació en Londres el 21 de febrero de 1801 y murió en Edgbaston, Inglaterra, el 11 de agosto de 1890.

Ordenado sacerdote en la Iglesia Anglicana, a los 44 años se convirtió a la Iglesia Católica en la que fue ordenado sacerdote el 30 de mayo de 1847 e ingresó en el Oratorio de San Felipe Neri, cuya congregación estableció en Inglaterra; fundó una universidad católica en Dublín (Irlanda) y supervisó una nueva traducción de la Biblia.

El 12 de mayo de 1879 el papa León XIII lo creó cardenal. Falleció el 11 de agosto de 1890 a la edad de 89 años. El 19 de septiembre de 2010 fue beatificado por el papa Benedicto XVI, quien reconoció su admiración por la llamada “teología de la conciencia”. Su festividad se celebra el 9 de octubre.

El 12 de febrero de este año, Francisco aprobó un segundo milagro por intercesión del beato John Henry Newman, quien ahora será proclamado santo.

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Pero… ¿Quién era en realidad Newman? Para esclarecerlo, publicamos este artículo de la página Santos Queer que ya publicamos y se perdió tras el hackeo de nuestra página:

Beato John Henry Newman y Ambrose St. John:

Un santo gay y su “luz terrenal” comparten una amistad romántica

newman and ambrose 500 pxUna foto rara de John Henry Newman y Ambrose St. John juntos

John Henry Newman fue un  sacerdote erudito muy conocido como el británico convertido al catolicismo-romano más famoso del siglo 19. Newman fue beatificado en 2010 en medio de la especulación desenfrenada que era gay. El día de su festividad es hoy, 11 de agosto, en la Iglesia Anglicana y el 9 de octubre en la Iglesia Católica Romana.

Newman y otro sacerdote, Ambrose St. John, vivieron juntos durante 32 años y comparten la misma tumba. Algunos dicen que compartían una “amistad romántica” o “la vida comunitaria”. Es probable ambos tuvieran una orientación homosexual al tiempo que guardaban la abstinencia sexual. Newman describe St. John como “mi luz terrenal.” Ambos eran inseparables.

Newman (21 de febrero 1801 – 11 de agosto 1890) es considerado por muchos como el más grande pensador católico-romano del mundo de habla Inglés. Nació en Londres y fue ordenado como sacerdote anglicano. Se convirtió en uno de los líderes del Movimiento de Oxford, el cual tenía como objetivo volver la Iglesia de Inglaterra a muchas de las tradiciones católico-romanas. El 9 de octubre 1845 se convirtió al catolicismo romano. Aunque tuvo que renunciar a su puesto como profesor de Oxford debido a su conversión, al final alcanzó el rango de cardenal.

Ambrose Saint John (1815 -1875), aparentemente conoció a Newman en 1841. Vivieron juntos durante 32 años, comenzando en 1843. St. John era cerca de 14 años más joven que Newman. Comparo su encuentro con St. John como el una  pareja del mismo sexo bíblica: Ruth y Naomi . En las propias palabras de Newman, St. John “llegó a mí como Ruth llegó a Naomi” durante los difíciles años justo antes de salir de la iglesia anglicana.

Después de ambos convertirse juntos al catolicismo romano, estudiaron en Roma, donde fueron ordenados sacerdotes al mismo tiempo. Cuando St. John se confirmó en la fe católica romana, preguntó si podía hacer un voto de obediencia a Newman, pero la solicitud fue rechazada. Newman recordó sus primeros años de esta manera:

“Desde el primer momento me amo con una intensidad que era inexplicable. En Roma, hace 28 años, siempre estaba trabajando para mí y aliviándome  de todos mis problemas, que al ser joven y de aspecto sajón, todos lo llamaron mi ángel de la guarda”.

Newman and St John portrait 1847Retrato de John Henry Newman (a la derecha) y Ambrose Saint John (a la izquierda) por Maria Giberne, 1847

Un retrato de Newman y St. John, juntos en Roma fue pintado por Maria Giberne, una artista aficionada y amiga de toda la vida de la familia de Newman, quien lo seguío a la Iglesia Católica Romana. Giberne pintó a la pareja sentada junto a sus libros en una de sus habitaciones en el Colegio de Propaganda en Roma, el 9 de junio de 1847. De pie entre ellas está la Virgen de la Medalla Milagrosa, que parece bendecir y velar por los sacerdotes que se amaban el uno al otro.

St. John, un erudito y lingüista en su propio derecho, ayudó a Newman con su erudición y compartió otros aspectos de la vida cotidiana como si fueran una pareja en un matrimonio entre personas del mismo sexo. John Cornwell, autor de La Tumba Inquieta de Newman: El Santo Renuente, declaró a Radio Pública Nacional de los Estados Unidos de Norteamérica que el apoyo de St. John hacia Newman incluía “incluso hacer cosas tales como preparar sus maletas antes de que viajara, asegurarse que estaba tomando su medicina, asegurarse que concurría a sus citas con el dentista, ese tipo de cosas. Era casi como una esposa, pero sin la cama matrimonial”.

Vivieron juntos hasta que St. John murió el 24 de mayo de 1875. Sólo tenía unos 60 años de edad. De acuerdo con una carta memorial escrita por el propio Newman, St. John murió de un derrame cerebral que “se originó en su exceso de trabajo en la traducción de Fessler, la cual realizaba para que yo respaldara mi carta al duque de Norfolk.” Newman necesitaba la traducción de un importante libro del teólogo alemán Joseph Fessler a raíz del Concilio Vaticano I.

En la carta memorial Newman describe sus últimos y dramáticos momentos juntos, incluída la forma en St. John se aferró a él estrechamente en la cama y le estrechó la mano con fuerza. Newman, sin saber que su amado compañero estaba muriendo, pidió a otros que le desbloquear los dedos antes de decir la despedida que resultó ser su última.

Newman tenía el corazón destrozado por la pérdida de su pareja amada. “Siempre he pensado en ningún duelo se iguala al de un esposo o esposa, pero siento que es difícil creer que el dolor de alguien puede ser mayor que el mío”, escribió Newman.

Newman insistió en tres ocasiones de que lo enterraran en la misma tumba con St. John: “Deseo con todo mi corazón ser enterrado en la tumba del padre Ambrose St. John -y doy esto como mi última, mi imperativa voluntad”, escribió, para luego añadir: “Esto confirmo e insisto”.

cardinal-john-newma_778941cJohn Henry Newman (derecha) y Ambrose St. John (izquierda)

Newman murió de neumonía el 11 de agosto 1890 a los 89 años. De acuerdo con sus deseos expresos, lo enterraron con St. John. La cubierta sobre su ataúd llevaba su escudo personal con el lema latino, “Cor ad cor loquitur” (el corazón habla al corazón), que adoptó cuando se convirtió en cardenal. Su lápida conjunta está inscripta con el lema en Latín elegido por Newman: “Ex umbris et imaginibus en veritatem” (hacia fuera de las sombras y los reflejos de la verdad”).

Durante el proceso de beatificación, el Vaticano trató de violar la voluntad de Newman de ser enterrado con su amado compañero. Funcionarios del Vaticano esperaban excavar y remover sus restos en preparación para su beatificación. La controversia se produjo ya que algunos activistas LGBTI vieron la decisión de interrumpir la tumba compartida como un intento de separarlos y encubrir la parte queer de la vida de Newman. Sin embargo, cuando la tumba fue abierta en 2008, los restos se habían descompuesto completamente, sin dejar nada que se pudiera separar.

Newman 733px-Coat_of_Arms_of_Cardinal_John_Henry_Newman.svgEscudo  con el lema de John Henry Newman “El corazón habla al corazón” (Fuente: Wikimedia Commons)

El legado de Newman es de gran alcance. Debido a que Newman fue un alumno excelente, centros católico-romanos en los campus universitarios de Estados Unidos de Norteamérica llevan el nombre de él. Newman cuenta su propia historia en su aclamada autobiografía espiritual, Apologia pro vita sua. Es conocido por escribir el poema “El sueño de Geroncio” y el  himno popular “Divina Luz”.

Su teología de la amistad y su énfasis en la conciencia son a la vez importantes para las personas LGBTi y sus aliadas y aliados. Aunque la Iglesia Católica Romana tiende a fruncir el ceño en amistades especiales entre sacerdotes, monjas o monjes, Newman enseñó: “El amor de nuestros amigos privados es el único ejercicio preparatorio para el amor de todos los seres humanos.” También predicó: “La mejor preparación para amar al mundo en general, y amarlo debida y prudentemente, es cultivar nuestra  amistad íntima y afecto hacia quienes están inmediatamente cerca nuestro”.

Terence Weldon en su libro Querificando la Iglesia explica cómo las enseñanzas de Newman sobre la conciencia sentó las bases para los cristianos LGBTI de hoy: “Como teólogo, el cardenal Newman jugó un papel importante en el desarrollo de la formulación moderna de la primacía de la conciencia, que es de fundamental importancia para católico-romanos LGBTI que rechazan en conciencia las enseñanzas usuales sobre la sexualidad; o la alta proporción de parejas heterosexuales que rechazan “Humanae Vitae“.

Este artículo está ilustrado con iconos de Newman por Robert Lentz y William McNichols. Ambos artistas se enfrentaron  a controversia por sus íconos alternativos que afirman a personas LGBTI.

Newman es honrado por la Iglesia Católica Romana el 9 de octubre, aniversario de su conversión del anglicanismo al catolicismo romano en 1845.

Naturalmente la Iglesia Anglicana eligio una fecha diferente para el día de la festividad de Newman: el aniversario de su muerte el 11 de agosto de 1890.

Con su beatificación, el beato Newman está ahora a sólo un paso de ser reconocido oficialmente como santo. Sin embargo, Newman ya es un santo en el corazón de muchos, incluyendo a las personas LGBTI que se inspiran en su vida y en su amor.

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Nota de la autora: me decidí a escribir esta entrada íntegramente sobre el amor entre Newman y St. John, cuando descubrí que no se había hecho todavía en la Internet desde una perspectiva positivamente LGBTI. Yo era una de las muchas bloggers en ambos lados que escribieron sobre si Newman era gay en el momento de su beatificación, citando algunos hechos. Pensé que haría una actualización rápida centrándome en sus logros y en su relación con St. John.

Sin embargo, a medida que me metí en el estudio de su vida, me sorprendió mucho lo convincente de su historia de amor y lo difícil que era encontrar una visión general de su relación con St. John a través de la Internet. Los detalles de su profundo amor por los demás están disponibles en la Web, pero sobre todo en los sitios web que tienen como objetivo demostrar que no eran homosexuales. Es curioso cómo se termina apoyando el mismo punto que están tratando de desacreditar. Así que puse todo junto desde un punto de vista queer.

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Enlaces relacionados:

Beato John Henry Newman (Sitio “Católico y Gay”)

El cardenal John Henry Newman era Gay? (NPR)

Un aspirante a santo era gay? (Time.com)

Cardenal John Henry Newman y el padre Ambrose St John (Idle Speculations Blog) (con extensas citas de los escritos de Newman sobre St. John)

Reflexiones sobre la vida y el legado de John Henry Newman (Wild Reed)

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Esta entrada es parte de la serie Santos GLBTI por Kittredge Cherry en el blog Jesus in Love [Jesús enamorado]. Ese blog presenta en las fechas adecuadas durante todo el año tanto santas y santos como mártires, héroes, heroinas y personas consagradas de especial interés para las personas gays, lesbianas, bisexuales, transexuales e intersexuales (GLBTI) y sus aliadas y aliados.

Copyright © Kittredge Cherry . Todos los derechos reservados.

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29.09.18. Domingo 16, ciclo C. Lc 16, 19-31. Lázaro puede ayudar al epulón (pero aquí, ahora mismo…)

Domingo, 29 de septiembre de 2019
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Del blog de Xabier Pikaza:

En un mundo de epulones ciegos, suicidas y asesinos

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(Imágenes 1:Lázaro recibe a los “epulones”, de  A. y O. 2. San Lázaro de Verín recibe  a los que vienen… 3. Una ciudad con muro entre lazaros y epulones. 4. Jerusalén ¿una ciudad para todos?)

Ésta es quizá la parábola más “escandalosa”  y verdadera del evangelio.Estoy convencido de que el 80 por ciento de la clase acomodada piensa que es inmoral y falsa… Algo parecido piensa, a mi entender, un 50 por ciento de la iglesia (aunque no se atreva a decirlo en alto). Ciertamente, el contenido de esta parábola de Lucas 16 es fuerte, pues va en contra del orden establecido… y muchos no loa aceptan.

El orden establecido está hecho para que los ricos puedan comer en sus casas, disfrutando de aquello que han ganado, sin abrir su puerta  (en USA o España, GB o Italia…) a los pobres Lázaros del mundo entero, del Sahel o de Indostania, del Cercano Oriente o de algún tipo de Lazaria de su misma tierra (en USA, España…).

10123Hay incluso partidos políticos y gobiernos que van directamente en contra de esta parábola… porque a su juicio destruye el buen orden de la tierra, es decir, del orden establecido. Pues bien, la parábola dice que los “epulones” se destruyen a sí mismo, y destruyen el mundo, mientras los los Lázaros tienen asegurado un camino de vida y de futuro, en el “seno de Abraham”, que no es el cielo sin más (en el ultramundo), sino la vida de la promesa que Dios hizo al patriarca de los pobres.

El epulón no tiene nombre… El pobre se llama Lázaro

El rico no tiene nombre personal, ni identidad propia. El evangelio le llama simplemente “el plousios, es decir, el rico (adjetivo sustantivado, no nombre). La tradición latina posterior le llamará epulón (de epulare,  que significa “banquetear”), esto es, aquel que no hace más que consumir. En la antigua Roma había un “colegio sacerdotal” de “epulones” (los comedores, es decir, los que comen mucho y dirigen los banquetes de los ricos).

El pobre tiene en cambio un nombre, le llama Lázaro (del hebreo Eleazar, aquel que ha sido compadecido por Dios). Es, por tanto, una persona ante Dios y debe serlo ante los hombres, a quienes pide ayuda con su necesidad (hambre, heridas…). Este evangelio nos sitúa ante la ruina de “epulonia” (la tierra o colegio sacerdotal de los ricos epulones, que consumen todos los recursos de la tierra), dejando morir a los Lazaros de hambre, a la puerta de su casa o tierra.

Epulonia y Lazaria

Favela de ParaisÛpolis (swimming pools). This favela (shanti town) on the left is ironically called ParaisÛpolis (Paradise city). Photo: Tuca Vieira Los epulones y Lázaros  forman según eso dos tipos de seres humanos: los anti‒personas (ricos sin nombre) y lase personas (los lázaros con nombre). Son “figuras humana”: Una es la “clase” de los parásitos epulones (que todo lo consumen banqueteando) y otra la clase de la humanidad de los “Lázaros”, compadecidos de Dios.

Sería hermoso trazar un mapa de las dos tierras, la Epulonia de los que todo lo consumen, hasta morir sin remedio y matar la misma tierra, y la Lazaria, que constituye el gran “lazareto” de la humanidad enferma, expulsada, dominada. Antiguamente, Lazaria o tierra de los “lazaretos” solía ser una ermita‒hospital (o un tipo de cárcel) donde se expulsaba a los enfermos‒pobres, porque “contaminaban” la ciudad…, una ermita‒hospital donde tenían que pasar “cuarenta días” (cuarentena de vigilancia) cuando venían de viajes de tierras de peste, hasta mostrar que no tenían enfermedades.

Tema de sermón, la parábola del Santo de los Lazaretos

jeru6al destruccionConozco bien la ermita del Lázaro de Verín (Ourense), a las afueras de la villa, donde en otro tiempo se expulsaba o tenía en cuarentena a los hermanos, antes de cruzar el río y pasar a la ciudad. Si mal no recuerdo, celebré el año 1986 el solemne triduo del San Lázaro (fiesta: el 28 de junio). Como se sabe, hay dos Lázaros en el Nuevo Testamento, uno más histórico (el hermano de Marta y María, el resucitado, cf. Jn 11‒12) y este más alegórico, de la parábola de Lc 16. Prediqué tres días sobre este Lázaro de alegoría, creo que con provecho del pueblo; algunos se acordarán, sin duda del evento.

Con esto podemos pasar a la parábola‒alegoría, una de las más fuertes del evangelio, una parábola absolutamente actual, cuyos rasgos están tomados del judaísmo anterior (los personajes son judíos, el “cielo” se identifica con la “casa” o morada de Abraham…), que divide la humanidad en dos “clases”: La clase de los epulones‒parásitos que lo consumen todo y que se condenan a sí mismos a la muerte… Y la “comunidad” de los Lázaros (preferidos de Dios), expulsados de la tierra, a la puerta de la Casa‒Epulonia (la casa del rico y sus hermanos‒mafia destructora), sin más riqueza que su necesidad.

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La parábola es “escandalosa” y muchas quisieran arrancarla del evangelio (empezando por particos políticos con nombre latinos como VOX), pues los epulones se condenan, simplemente por ser ricos‒tragones (que todo lo consumen); no se dice si son buenos o manos en otros rasgos de moral, no se añade cómo han conseguido las riquezas, sin son del Banco Central o de la OMC. Su capital es un gran “vientre”, y con el vientre se consumen, destruyendo el mundo, y destruyéndose a sí mismo; sin dejar que pasen o lleguen a su puerta los “Lázaros” (de quienes tampoco se dice que tengan virtudes especiales, sino sólo que son pobres, que no comen, que necesitan cuidados médicos…).

Les ha tocado mala suerte a los epulones, que son los que viven para organizar su fiesta y comer/consumir las riquezas (minerales, energía, buenas comidas…) del mundo. Ellos mueren y pasan sin más, sin que Abraham, el Padre, pueda hacer algo por ellos.

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Los Lázaros, en cambio,  tienen la suerte Dios que es la Vida… Ciertamente, morirán al fin (lo mismo que los epulones, quizá antes), pero su vida ha merecido la pena, y los ángeles de Abraham les reciben su en casa, la casa donde todo se comparte…

Desde el fondo anterior se comprende la historia mundialmente famosa de un rico (=epulón, un hombre centrado en la buena comida), que comía y gastaba sin preocuparse de nadie, mientras moría a su puerta de hambre y de llagas un mendigo (=lázaro, de donde viene lazareto). Pero el rico también murió, y así la historia pudo contarse también desde el otro lado[1]:

Parábola, texto

  16, 19-21 Primera escena. A la puerta de la casa del rico, en este mundo: Había un hombre rico (=Epulón) , que se vestía de púrpura y de lino finísimo, y celebraba cada día banquetes espléndidos. Y cierto pobre, llamado Lázaro, estaba echado a su puerta, lleno de llagas, y deseaba saciarse con las migajas que caían de la mesa de Epulón, pero no podía; y los perros venían y le lamían las llagas.

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El Papa canonizará al Cardenal Newman el 13 de octubre

Jueves, 4 de julio de 2019
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20090430cnsbr00243.jpgCardenal del siglo XIX convertido del anglicanismo

El 19 de septiembre de 2010 fue beatificado por el papa Benedicto XVI, quien reconoció su admiración por la llamada “teología de la conciencia”

El 12 de febrero de este año, Francisco aprobó un segundo milagro por intercesión del beato

El papa Francisco presidió este lunes en la Sala Clementina del Palacio Apostólico, el consistorio ordinario público para la canonización de cinco beatos, entre ellos John Henry Newman, cardenal de la Santa Iglesia Romana, fundador del Oratorio de San Felipe Neri en Inglaterra.

También será canonizada la Madre Giuseppina Vannini fundadora de las Hijas de San Camilo.

Los restantes beatos que serán proclamados santos son María Teresa Chiramel Mankidiyan, fundadora de la Congregación de las Hermanas de la Sagrada Familia; Dulce Lopes Pontes, de la Congregación de las Hermanas Misioneras de la Inmaculada Concepción de la Madre de Dios, y Margarita Bays, virgen, de la Tercera Orden de San Francisco de Asís.

Durante el Consistorio, el Papa decretó que los cinco nuevos beatos sean inscriptos en el Libro de los Santos el domingo 13 de octubre próximo.

John Henry Newman, nació en Londres el 21 de febrero de 1801 y murió en Edgbaston, Inglaterra, el 11 de agosto de 1890.

Ordenado sacerdote en la Iglesia Anglicana, a los 44 años se convirtió a la Iglesia Católica en la que fue ordenado sacerdote el 30 de mayo de 1847 e ingresó en el Oratorio de San Felipe Neri, cuya congregación estableció en Inglaterra; fundó una universidad católica en Dublín (Irlanda) y supervisó una nueva traducción de la Biblia.

El 12 de mayo de 1879 el papa León XIII lo creó cardenal. Falleció el 11 de agosto de 1890 a la edad de 89 años. El 19 de septiembre de 2010 fue beatificado por el papa Benedicto XVI, quien reconoció su admiración por la llamada “teología de la conciencia”. Su festividad se celebra el 9 de octubre.

El 12 de febrero de este año, Francisco aprobó un segundo milagro por intercesión del beato John Henry Newman, quien ahora será proclamado santo.

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Pero… ¿Quién era en realidad Newman? Para esclarecerlo, publicamos este artículo de la página Santos Queer que ya publicamos y se perdió tras el hackeo de nuestra página:

Beato John Henry Newman y Ambrose St. John:

Un santo gay y su “luz terrenal” comparten una amistad romántica

newman and ambrose 500 pxUna foto rara de John Henry Newman y Ambrose St. John juntos

John Henry Newman fue un  sacerdote erudito muy conocido como el británico convertido al catolicismo-romano más famoso del siglo 19. Newman fue beatificado en 2010 en medio de la especulación desenfrenada que era gay. El día de su festividad es hoy, 11 de agosto, en la Iglesia Anglicana y el 9 de octubre en la Iglesia Católica Romana.

Newman y otro sacerdote, Ambrose St. John, vivieron juntos durante 32 años y comparten la misma tumba. Algunos dicen que compartían una “amistad romántica” o “la vida comunitaria”. Es probable ambos tuvieran una orientación homosexual al tiempo que guardaban la abstinencia sexual. Newman describe St. John como “mi luz terrenal.” Ambos eran inseparables.

Newman (21 de febrero 1801 – 11 de agosto 1890) es considerado por muchos como el más grande pensador católico-romano del mundo de habla Inglés. Nació en Londres y fue ordenado como sacerdote anglicano. Se convirtió en uno de los líderes del Movimiento de Oxford, el cual tenía como objetivo volver la Iglesia de Inglaterra a muchas de las tradiciones católico-romanas. El 9 de octubre 1845 se convirtió al catolicismo romano. Aunque tuvo que renunciar a su puesto como profesor de Oxford debido a su conversión, al final alcanzó el rango de cardenal.

Ambrose Saint John (1815 -1875), aparentemente conoció a Newman en 1841. Vivieron juntos durante 32 años, comenzando en 1843. St. John era cerca de 14 años más joven que Newman. Comparo su encuentro con St. John como el una  pareja del mismo sexo bíblica: Ruth y Naomi . En las propias palabras de Newman, St. John “llegó a mí como Ruth llegó a Naomi” durante los difíciles años justo antes de salir de la iglesia anglicana.

Después de ambos convertirse juntos al catolicismo romano, estudiaron en Roma, donde fueron ordenados sacerdotes al mismo tiempo. Cuando St. John se confirmó en la fe católica romana, preguntó si podía hacer un voto de obediencia a Newman, pero la solicitud fue rechazada. Newman recordó sus primeros años de esta manera:

“Desde el primer momento me amo con una intensidad que era inexplicable. En Roma, hace 28 años, siempre estaba trabajando para mí y aliviándome  de todos mis problemas, que al ser joven y de aspecto sajón, todos lo llamaron mi ángel de la guarda”.

Newman and St John portrait 1847Retrato de John Henry Newman (a la derecha) y Ambrose Saint John (a la izquierda) por Maria Giberne, 1847

Un retrato de Newman y St. John, juntos en Roma fue pintado por Maria Giberne, una artista aficionada y amiga de toda la vida de la familia de Newman, quien lo seguío a la Iglesia Católica Romana. Giberne pintó a la pareja sentada junto a sus libros en una de sus habitaciones en el Colegio de Propaganda en Roma, el 9 de junio de 1847. De pie entre ellas está la Virgen de la Medalla Milagrosa, que parece bendecir y velar por los sacerdotes que se amaban el uno al otro.

St. John, un erudito y lingüista en su propio derecho, ayudó a Newman con su erudición y compartió otros aspectos de la vida cotidiana como si fueran una pareja en un matrimonio entre personas del mismo sexo. John Cornwell, autor de La Tumba Inquieta de Newman: El Santo Renuente, declaró a Radio Pública Nacional de los Estados Unidos de Norteamérica que el apoyo de St. John hacia Newman incluía “incluso hacer cosas tales como preparar sus maletas antes de que viajara, asegurarse que estaba tomando su medicina, asegurarse que concurría a sus citas con el dentista, ese tipo de cosas. Era casi como una esposa, pero sin la cama matrimonial”.

Vivieron juntos hasta que St. John murió el 24 de mayo de 1875. Sólo tenía unos 60 años de edad. De acuerdo con una carta memorial escrita por el propio Newman, St. John murió de un derrame cerebral que “se originó en su exceso de trabajo en la traducción de Fessler, la cual realizaba para que yo respaldara mi carta al duque de Norfolk.” Newman necesitaba la traducción de un importante libro del teólogo alemán Joseph Fessler a raíz del Concilio Vaticano I.

En la carta memorial Newman describe sus últimos y dramáticos momentos juntos, incluída la forma en St. John se aferró a él estrechamente en la cama y le estrechó la mano con fuerza. Newman, sin saber que su amado compañero estaba muriendo, pidió a otros que le desbloquear los dedos antes de decir la despedida que resultó ser su última.

Newman tenía el corazón destrozado por la pérdida de su pareja amada. “Siempre he pensado en ningún duelo se iguala al de un esposo o esposa, pero siento que es difícil creer que el dolor de alguien puede ser mayor que el mío”, escribió Newman.

Newman insistió en tres ocasiones de que lo enterraran en la misma tumba con St. John: “Deseo con todo mi corazón ser enterrado en la tumba del padre Ambrose St. John -y doy esto como mi última, mi imperativa voluntad”, escribió, para luego añadir: “Esto confirmo e insisto”.

cardinal-john-newma_778941cJohn Henry Newman (derecha) y Ambrose St. John (izquierda)

Newman murió de neumonía el 11 de agosto 1890 a los 89 años. De acuerdo con sus deseos expresos, lo enterraron con St. John. La cubierta sobre su ataúd llevaba su escudo personal con el lema latino, “Cor ad cor loquitur” (el corazón habla al corazón), que adoptó cuando se convirtió en cardenal. Su lápida conjunta está inscripta con el lema en Latín elegido por Newman: “Ex umbris et imaginibus en veritatem” (hacia fuera de las sombras y los reflejos de la verdad”).

Durante el proceso de beatificación, el Vaticano trató de violar la voluntad de Newman de ser enterrado con su amado compañero. Funcionarios del Vaticano esperaban excavar y remover sus restos en preparación para su beatificación. La controversia se produjo ya que algunos activistas LGBTI vieron la decisión de interrumpir la tumba compartida como un intento de separarlos y encubrir la parte queer de la vida de Newman. Sin embargo, cuando la tumba fue abierta en 2008, los restos se habían descompuesto completamente, sin dejar nada que se pudiera separar.

Newman 733px-Coat_of_Arms_of_Cardinal_John_Henry_Newman.svgEscudo de armas con el lema de John Henry Newman “El corazón habla al corazón” (Fuente: Wikimedia Commons)

El legado de Newman es de gran alcance. Debido a que Newman fue un alumno excelente, centros católico-romanos en los campus universitarios de Estados Unidos de Norteamérica llevan el nombre de él. Newman cuenta su propia historia en su aclamada autobiografía espiritual, Apologia pro vita sua. Es conocido por escribir el poema “El sueño de Geroncio” y el  himno popular “Divina Luz”.

Su teología de la amistad y su énfasis en la conciencia son a la vez importantes para las personas LGBTi y sus aliadas y aliados. Aunque la Iglesia Católica Romana tiende a fruncir el ceño en amistades especiales entre sacerdotes, monjas o monjes, Newman enseñó: “El amor de nuestros amigos privados es el único ejercicio preparatorio para el amor de todos los seres humanos.” También predicó: “La mejor preparación para amar al mundo en general, y amarlo debida y prudentemente, es cultivar nuestra  amistad íntima y afecto hacia quienes están inmediatamente cerca nuestro”.

Terence Weldon en su libro Querificando la Iglesia explica cómo las enseñanzas de Newman sobre la conciencia sentó las bases para los cristianos LGBTI de hoy: “Como teólogo, el cardenal Newman jugó un papel importante en el desarrollo de la formulación moderna de la primacía de la conciencia, que es de fundamental importancia para católico-romanos LGBTI que rechazan en conciencia las enseñanzas usuales sobre la sexualidad; o la alta proporción de parejas heterosexuales que rechazan “Humanae Vitae“.

Este artículo está ilustrado con iconos de Newman por Robert Lentz y William McNichols. Ambos artistas se enfrentaron  a controversia por sus íconos alternativos que afirman a personas LGBTI.

Newman es honrado por la Iglesia Católica Romana el 9 de octubre, aniversario de su conversión del anglicanismo al catolicismo romano en 1845.

Naturalmente la Iglesia Anglicana eligio una fecha diferente para el día de la festividad de Newman: el aniversario de su muerte el 11 de agosto de 1890.

Con su beatificación, el beato Newman está ahora a sólo un paso de ser reconocido oficialmente como santo. Sin embargo, Newman ya es un santo en el corazón de muchos, incluyendo a las personas LGBTI que se inspiran en su vida y en su amor.

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Nota de la autora: me decidí a escribir esta entrada íntegramente sobre el amor entre Newman y St. John, cuando descubrí que no se había hecho todavía en la Internet desde una perspectiva positivamente LGBTI. Yo era una de las muchas bloggers en ambos lados que escribieron sobre si Newman era gay en el momento de su beatificación, citando algunos hechos. Pensé que haría una actualización rápida centrándome en sus logros y en su relación con St. John.

Sin embargo, a medida que me metí en el estudio de su vida, me sorprendió mucho lo convincente de su historia de amor y lo difícil que era encontrar una visión general de su relación con St. John a través de la Internet. Los detalles de su profundo amor por los demás están disponibles en la Web, pero sobre todo en los sitios web que tienen como objetivo demostrar que no eran homosexuales. Es curioso cómo se termina apoyando el mismo punto que están tratando de desacreditar. Así que puse todo junto desde un punto de vista queer.

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Enlaces relacionados:

Beato John Henry Newman (Sitio “Católico y Gay”)

El cardenal John Henry Newman era Gay? (NPR)

Un aspirante a santo era gay? (Time.com)

Cardenal John Henry Newman y el padre Ambrose St John (Idle Speculations Blog) (con extensas citas de los escritos de Newman sobre St. John)

Reflexiones sobre la vida y el legado de John Henry Newman (Wild Reed)

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Esta entrada es parte de la serie Santos GLBTI por Kittredge Cherry en el blog Jesus in Love [Jesús enamorado]. Ese blog presenta en las fechas adecuadas durante todo el año tanto santas y santos como mártires, héroes, heroinas y personas consagradas de especial interés para las personas gays, lesbianas, bisexuales, transexuales e intersexuales (GLBTI) y sus aliadas y aliados.

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Corpus Christi 2019. Pan bendecido, multiplicado y repartido

Domingo, 23 de junio de 2019
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Panes y pecesDel blog de Xabier Pikaza:

10 presencias reales de Cristo. Corpus Christi 2019.

Misa en el Mundo, misa en la Iglesia

Conforme al evangelio de este domingo del Corpus 2019 (Lc 9, 12‒17), el Cuerpo de Cristo no se identifica en primer lugar con pan de la Liturgia Eucarística Sacral (la Misa, celebrada por oficiantes  clérigos), sino con el pan de la Mesa Social, que Jesús bendijo y multiplicó y que sus discípulos (clérigos y/o laicos) tienen que bendecir (poner al servicio de la vida de todos) y multiplicar al servicio de todos los hambrientos en el campo abierto de la vida, fuera de las posibles iglesias en sí mismas.

 Muchas veces he tratado en este blog de la fiesta sagrada del Cuerpo de Cristo, con Misa Oficial. Hoy, en cambio, por exigencia del mismo evangelio debo presentar el tema del pan bendecido y multiplicado a campo abierto (en todo el mundo, para todos), al servicio de la vida, comentando el pasaje de Lucas, para ocuparte después de las varias presencias de Cristo (de Dios) como pan para los hombres. Nos hallamos, pues, ante una eucaristía social, ante el pan de la oración de Jesús (el pan nuestro de cada día), que los creyentes (laicos antes que curas) bendicen, multiplican y comparten.

Texto. Lucas 9, 12-17

Caía la tarde, y los Doce se le acercaron a decirle: Despide a la gente; que vayan a las aldeas y cortijos de alrededor a buscar alojamiento y comida, porque aquí estamos en descampado. Él les contestó: Dadles vosotros de comer. Ellos replicaron: No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos a comprar comida para todo este gentío. Porque eran unos cinco mil hombres. Jesús dijo a sus discípulos: Decidles que se recuesten en grupos de unos cincuenta. Lo hicieron así, y todos se recostaron. Él, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición sobre ellos, los partió y se los dio a los discípulos para que se los sirvieran a la gente. Comieron todos y se saciaron, y cogieron las sobras: doce cestos.

BENDIJO LOS PANES, LOS PARTIÓ Y SE LOS DIO PARA QUE LOS REPITIERAN

           Multiplicación-de-los-panes-y-los-peces.-Iglesia-del-Cachorro  Estas palabras condensan el motivo de la multiplicación de los panes y los peces (comida normal, en el entorno del “mar” de Galilea) y forman un elemento clave de la vida y mensaje de Jesús. Más que un milagro físico de aumento material de comida, ellas nos sitúan ante un milagro de comunicación y alimentación, en un contexto marcado por el hambre, la división de grupos sociales y la oposición entre personas puras (que pueden compartir la mesa) e impuras (que no pueden acercarse a la mesa de los puros).Frente al pan del diablo de las tentaciones (Mt 4 y Lc 4), que sirve para esclavizar a los hombres, eleva aquí Jesús el pan bendecido que se multiplica y reparte entre todos los hombres, como Cuerpo de Cristo, primera eucaristía.

             Este pasaje de las multiplicaciones (con los de 6, 35-44 y 8, 1-10 y Mt 14, 13-31; 15, 32-39) constituye la mejor demostración histórica del interés de Jesús por la comida, que él identificará en la Última Cena con su propio cuerpo mesiánico. Anterior y más importante que la Última Cena de “curas” (que la Iglesia Católica ha reservado sin razón a sus ministros oficiales) es esta Comida Diaria de hambrientos, que Jesús quiere celebrar con todos sus seguidores, con los hombres y mujeres de todos los pueblos, como lo recuerda la liturgia de este Corpus Christi.  Lo primero es pan compartido de cada día, que se abre la fraternidad y, sobre todo, a la bendición de Dios.

 ‒ Este pan de Jesús la comida que Jesús comparte con todos, a cambio abierto, es pan de eulogía/bendición y de eucaristía/agradecimiento. Nuestro pasaje dice que Jesús, “alzando los ojos al cielo, bendijo los panes” (eulogêsen autous). El evangelio de Lucas utiliza así la fórmula israelita de la “eulogía” o beraká, que nos sitúa en el ámbito de las grandes oraciones de la tradición bíblica (desde el Sal 103, 1.20 hasta Ef 1, 3). Ésta es la fórmula empleada en la primera multiplicación de Marcos y Mateo, aunque en la segunda, apelando a la tradición de sus comunidades, ellos emplean más bien de acción de gracias (eukharistêsas: cf. Mc 8, 6; Mt 15, 36), más apropiada a la piedad de las comunidades cristianas helenistas.

La eulogia o beraká  tiene un sentido más teológico, en la línea del Antiguo Testamento, donde Dios mismo se presenta como eulogêtos, baruk, es decir, el Bendito (en latín benedictus, como en la oración de Zacarías, Lc 2, 68). Ésta es la expresión que se emplea en los textos más solemnes de la Biblia, desde Sal 68, 20 y Gen 27:29, con 1 Rey 10, 9, hasta Sal Sal 8, 40. 41 y Dan 2, 20 con Rom 1, 25; 9,5. En sentido estricto, solo Dios merece toda bendición, por su misma realidad, por su grandeza. En esa línea, toda oración israelita, y en fondo toda oración cristiana, es una beraká, es decir, una bendición dirigida a Dios, tanto por sí mismo como por los dones que él ofrece a los hombres.

Pues bien, esta bendición de Dios es el pan de cada día, compartido y multiplicado por los hombres. En ese contexto de la multiplicación, la beraká o bendición se dirige directamente a Dios que es el bendito (Baruk), por dos razones.

 (a) Por los dones que Dios ofrece a los hombres, que en este caso son el pan y los peces, con los que se puede alimentar a los hambrientos.

(b) Por la comunicación que se establece a través de los dones (pan y peces) entre todos los que comparten la comida.

 En esa línea, el gesto entero de comer juntos, en pleno campo, participando de una misma comida, es una beraka o bendición. Desde ese fondo podemos y debemos distinguir los tres tipos de bendición que han sido destacados por la tradición israelita.

 ‒ Hay una bendición o beraká de tipo inmediato al alcance de todos, en especial de los padres de familia, que podría entenderse en la línea de una magia buena. En ese sentido, la palabra pronunciada por un hombre dotado de poderes tiene beraka, es decir, ejerce un influjo fuerte y casi automático de forma que se cumple de manera inexorable. En un estadio de ese tipo se sitúan las bendiciones de numerosos relatos de la historia patriarcal o de los tiempos primeros de Israel (Gen 27, 1-46; 32, 26-32; Num 22, 6 etc.).

Hay un tipo de bendición judía propia del culto, que se despliega en un plano de liturgia sacerdotal. Ya no es una palabra autónoma que cumple casi mecánicamente lo que dice, sino un elemento del culto, regulado y sistematizado para la protección del individuo y del conjunto de la comunidad. En ese contexto se sitúan los salmos de bendición y otros pasajes de carácter celebrativo de la Biblia (Sal 21, 4 s; 118, 26; 115, 12-15; Dt 27, 12-13).

Hay finalmente un tipo de bendición sapiencial, de tipo moralista, como muestra por ejemplo Prov 3, 33 cuando afirma que la maldición de Dios amenaza a la casa del malvado mientras que el hogar del justo es bendecido (cf. también Job 31, 30). En esa línea podemos comprender algunos momentos básicos de la bendición/maldición cristiana (como el de Mt 25, 31; cf. Dt 28), que ratifican la experiencia del cumplimiento de la justicia de Dios.

 A partir de aquí puede entenderse el paso del lenguaje de la bendición más judía, que era dominante en el mensaje de Jesús y de la primera iglesia al lenguaje de la eucaristía (acción de gracias), que empezará a imponerse en las comunidades helenistas donde, más que bendecir a Dios por el pan compartido de los pobres, se le da gracias (eucaristía) por aquello que ha realizado en Jesús a favor de los hombres. En esa línea se sitúa (como he dicho) la segunda multiplicación de Mc 8, 6 y Mt 15, 36, donde no aparece ya la palabra eulogia/beraka, sino la eucaristía (euvcaristh,saj, eukharistêsas, dando gracias), que tiene un matiz más mesiánico, de respuesta al don ya recibido. Más que bendecir a Dios por lo que él es, los cristianos le dan gracias por aquello que él ha hecho y por lo que sigue haciendo a favor de los hombres.

Ésta ha terminado siendo la palabra más utilizada para indicar la liturgia cristiana, llamada precisamente eucaristía (más que eulogía o beraka), de manera que ella se entiende así como respuesta agradecida de los hombres por aquello que Dios les ha concedido, especialmente por la salvación que él ha ofrecido en Cristo, una salvación que se recuerda al darle gracias, y que se vincula de un modo especial a las comidas, como en este caso y en la última cena (Mt 26, 27; Mc 14, 23; Lc 22,17.19; Jn 6,11.23). Así lo ha entendido y expresado especialmente Pablo (cf. Rom 1, 21; 14, 6; 1 Cor 11, 24; 14,18; Flp 1, 3 etc.). Ciertamente, Dios sigue estando en el fondo como el Bendito, pero los fieles recuerdan de un modo especial su acción a favor de ellos, dándole gracias.

Pero después, en una tradición ya más influenciada por la pascua mesiánica y por las “comidas” de acción de gracias, por la muerte y resurrección de Jesús, los cristianos han insistido más en la eucaristía que en la eulogía o beraká, y de esa forma, la “cena del Señor” (es decir, la liturgia cristiana) tiende a llamarse sin más eucaristía, al menos desde el tiempo de san Justino, Apol. 1, 65. De todas formas, significativamente, los mismos relatos de la segunda multiplicación y de la cena de Jesús (cf. Mc 8, 7, varios manuscritos; Mt 26, 27), traducidos al hebreo, tienden a decir que Jesús “bendijo” (%r<b’y>w:, hizo la beraká), en vez de decir, como en el original que “dio gracias” (pues para los judíos sigue siendo fundamental la beraká, más que la eucaristía).

             De todas formas, en el contexto primitivo de Lc 12 (y en la vida de Jesús) el signo más importante de Jesús  es el pan bendecido, multiplicado y compartido por Jesús y sus primeros seguidores en el campo abierto, donde vienen todos. Eso significa que la bendición social del pan multiplicado y compartido por todos es más importante que la eucaristía más sacral del pan y vino de la última cena y de la celebración ya oficial de los “ministros” oficiales de la iglesia.

  En la iglesia posterior se ha dado un “exceso” (una hipertrofia o “enfermedad” de la eucaristía sacramental reservada a los clérigos, como signo de poder), y un eclipsamiento creciente de la bendición y multiplicación del pan de alimento y vida para todos. En ese sentido debemos recordar que el primer “cuerpo de Cristo” es (son) el pan y los peces de las multiplicaciones/alimentaciones, antes que el pan y vino de la eucaristía privadas de los fieles.

OVIEDO, 06-06-2010, PROCESIÓN DEL CORPUS. AUTOR JESÚS DÍAZ De todas formas, la bendición y la eucaristía son las dos palabras básicas de la liturgia cristiana. La bendición o beraká proviene directamente del judaísmo, y ha tenido mucha importancia en todo el cristianismo primitivo, y así se conserva no sólo en los recuerdos de Israel, sino también en las oraciones de los creyentes, que bendicen a Dios por los dones de la vida (compartiendo con y por Jesús los panes y los peces).

Pero la experiencia de la pascua de Jesús ha sido tan grande, y ha sido tan fuerte la vivencia de la gracia (kharis, eucaristía), evocada especialmente por Pablo, que los cristianos posteriores han destacado más el lenguaje de gracia/eucaristía que el de la bendición, de manera que, aún siendo muy significativa para ellos, la beraká no ocupa ya el centro de su religiosidad que se ha vuelto más sacral, menos social.

 CUERPO DE CRISTO, NUEVE FORMAS DE PRESENCIA

             Partiendo del evangelio de este día de Corpus (Lc 9, 12‒17) quiero recordar y  recoger las diversas formas presencia de Cristo en la celebración de la vida (plano social) y de la entrega de amor de Jesús (plano litúrgico):

1. En primer lugar, Cristo está presente en los pobres y hambrientos, como sabe Mt 25, 31‒46 (tuve hambre…) y como ratifica el texto de Lc 9 par. (la primera bendición de Jesús, su Beraká, consiste en dar de comer a los hambrientos, en el ancho mundo, a judíos y gentiles, a cristianos confesados y a todos los que van y vienen. Sin esta primera presencia bendita de Cristo en los hambrientos carece de sentido hablar de una fiesta del “cuerpo de Cristo” que son los pobres del mundo. No se puede hablar de presencia en el rito y la palabra, en la celebración y en la comunidad… si no se pone de relieve la especial presencia de Cristo en los necesitados y los pobres, con los que hace el camino de la vida, en búsqueda de Reino. Si la comida no es comida abierta a los pobres no puede ser comida eucarística.

2. La primera eucaristía es dar de comer a los hambrientos…Bendecir el pan significa multiplicarlo al servicio de la vida de los pobres. Éste es el pan bendecido de las multiplicaciones, pan que parte y comparte, no un pan elitista de los ricos que no can y no portante (pan del diablo), aunque que el pan eucarístico de una iglesia que ha construido grandes catedrales para “poner en el altar al Santísimo”, pero a veces a olvidado a los más que santísimos, que son los pobres. El Jesús del evangelio está presente allí donde se bendice y comparte (se regala y multiplica) la comida.

3. Cristo está presente también, en segundo lugar, pero de un modo especial, Misa-Quilombos_2095000554_13332988_390x270en el pan y el vino consagrados de la Cena del Señor, es decir, en las “especies eucarísticas”, que son dos signos básicos de la vida humana, vinculados a la comida compartía y la fiesta, en el ámbito mediterráneo en el que vivió Jesús y nació el cristianismo. Éste es el Cristo que está presente en la vida entera que se entrega y comparte en amor por los demás. Más que el pan y los peces materiales, más que el vino de la vida, el verdadero “pan de vida” para un hombre o una mujer, para un niño o un enfermo, es otro ser humana que le da su vida, compartiéndola con él. La disputa teológica medieval y posterior sobre la Eucaristía se ha centrado en estos signos, insistiendo en la necesidad de que el pan sea pan y el vino sea vino… distinguiendo accidentes, substancia y transubstanciación, ha sido y es muy importante, pero esa disputa no puede monopolizar el tema. Lo que importa no son las “especies” como tales, sino el pan de la vida (y de la muerte) de Jesús que se convierte en verdadera eucaristía.

4. Jesús está presente en la celebración, es decir en el rito, realizado en nombre de Jesús, por los representantes de la comunidad, en su doble forma. (a)  En primer lugar por todos los creyentes, que son ministros del pan compartido de las multiplicaciones, pero también, en segundo lugar, en el pan‒vino de los celebrantes oficiales (obispos, presbíteros, se entiendan como sacerdotes estrictos o no). El rito es presencia actuante, y en ella se incluye el “mito”, es decir, la narración que evoca el sentido de esa presencia, es decir, la palabra de la vida que se multiplica al darse, la palabra de recuerdo de Jesús que entregó su vida diciendo “esto es mi cuerpo”.. Un rito que no hace presente aquello que evoca está muerto… Un rito no se puede razonar, demostrar. Si se razona y explica no es rito, es otra cosa. Desde el principio de la humanidad existen ritos de diverso tipo, especialmente sacrificios en los que expresa lo sagrado (sacrum-fácere), en los que se hace presente Dios. Dios no es alguien a quien se demuestra, sino alguien a quien se hace presente, al evocarle y al llamarle, en gestos (ritos).

5. Cristo está presente como cuerpo de vida en la palabra, de llamada, de diálogo y consuelo y de revelación, es decir, es decir, en el mensaje actualizado de Jesús, en su evangelio (Biblia), pero no sólo en la Biblia sino en la palabra de todos los hombres y mujeres que proclaman con su vida la primacía de la comunión interhumana… Éste es la palaba que hace presente lo que dice. La verdadera palabra no deja lo dicho fuera, lejos, sino que lo acerca, lo hace presente. La palabra dice lo que parecía estar lejos, el que encuentra las palabras de Dios, ése lo hace presente. Ésta es la novedad cristiana: Jesús se atreve a hablar y habla en nombre de Dios, al prometer y al curar, al anunciar el Reino y al ir regalando su vida al servicio del Reino. La Presencia originaria de Dios se hace Palabra que los hombres pueden escuchar, que siguen escuchando a través del Evangelio.

6. El Dios de Jesús está presente en la Palabra y Gesto de Comunicación (de 15317_es--xlamor y vida) no sólo de los creyentes “oficiales”, sino de todos los hombres y mujeres que se aman, que se aman y alimentan con su vida. Sólo en este contexto de amor mutuo, que viene del principio de los siglos y que Jesús ha ratificado en su mensaje y en su vida tiene sentido la celebración del Cuerpo de Cristo como Homilia, es decir, como palabra compartida, que anima y edifica a la comunidad. Sólo en ese fondo, en ese clima de “homilía” (palabra compartida), la comunidad puede asumir y asume la palabra de Jesús, hablando en su nombre, diciendo su nombre “esto es mi cuerpo” (es el Cuerpo de Cristo, sino nuestro cuerpo o comunidad humana). La comunidad de los creyentes “dice” por tanto la palabra de Dios, es Dios hecho palabra, es decir comunicación… Esa misma palabra (memorial: Esto es mi cuerpo) es la presencia, como certeza, como llamada, como participación. El mismo gesto (rito) de la comunidad que se reúne, que recuerda a Jesús, dice su Palabra, y toma en nombre el pan y el vino es Presencia de Dios. La presencia más honda en esta línea es el rito (es decir, la celebración), centrado en el pan y el vino… como signo del recuerdo-presencia de Jesús.

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El Sínodo de la Amazonía discutirá abrir sacerdocio a hombres casados y mujeres

Miércoles, 19 de junio de 2019
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imagesEl Vaticano publicó  elInstumentum laboris sobre el que trabajarán los padres sinodales del encuentro que se hará en Roma del 6 al 27 de octubre.

Un documento que abre la posibilidad de nuevos caminos: Instrumentum Laboris del Sínodo para la Amazonía, un nuevo paso de “un kairós para la Iglesia y el mundo”

“Afirmando que el celibato es un don para la Iglesia, se pide que, para las zonas más remotas de la región, se estudie la posibilidad de la ordenación sacerdotal para personas ancianas, preferentemente indígenas, respetadas y aceptadas por su comunidad, aunque tengan ya una familia constituida y estable”

Además de la apertura a “viri probati” y mujeres, aparecen fuertes denuncias a la corrupción en la región y enciende alarmas por la inimgración a centros urbanos.

“Promover vocaciones autóctonas de varones y mujeres como respuesta a las necesidades de atención pastoral-sacramental”

“Exigir a los respectivos gobiernos que garanticen los recursos necesarios para la protección efectiva de los pueblos indígenas aislados”

Fuente Religión Digital

A partir de este momento la Iglesia, especialmente los padres sinodales, son interpelados “a dar una nueva respuesta a las diversas situaciones y a buscar nuevos caminos que posibilitan un kairós para la Iglesia y el mundo. Tenemos por delante poco menos de cuatro meses para el inicio de la asamblea sinodal, que se reunirá en el Vaticano de 6 a 27 de octubre. En este tiempo, cabe a los padres sinodales, sobre todo los obispos de las jurisdicciones eclesiásticas de la Pan Amazonía, siempre llamados a conocer la realidad local y la vida de los pueblos a ellos confiados, a oler a oveja, ver hasta qué punto el documento recoge las necesidades de su Iglesia local.

No podemos olvidar que este documento, que sigue el método de la Iglesia latinoamericana, ver/escuchar, juzgar, actuar, todavía es un instrumento al servicio de un proceso mayor, que irá dando pasos sucesivos en los próximos meses. Desde esa perspectiva debemos entender que en el Instrumentum Laboris no vamos a encontrar recogidos todos y cada uno de los anhelos personales. Como decía unas semanas atrás Monseñor Mario Antonio da Silva, obispo de Roraima – Brasil, y segundo vicepresidente de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil – CNBB, el Sínodo ha de venir al encuentro, no de expectativas, sino de necesidades de las comunidades de la Amazonía, algo que también se puede decir del Instrumento de Trabajo.

 Monseñor Roque Paloschi, arzobispo de Porto Velho, Rondonia, Brasil, y miembro del Consejo Presinodal, afirma que el Instrumentum Laboris, “nos va dando algunas posibilidades para también prepararnos con nuestros grupos de sacerdotes, religiosos, religiosas, catequistas, ministros, y el Pueblo de Dios en general, para algunas perspectivas”. Él reconoce que “evidentemente que el documento nos va a provocar para pasos posibles para concretarlos pronto con la conclusión del Sínodo, otros pasos con los que vamos a hacer procesos y cosas que serán un horizonte hacia donde queremos caminar como Iglesia, Pueblo de Dios como Iglesia Pan-Amazónica“.

Según el arzobispo de Porto Velho, “evidentemente que el Sínodo no va atrás de curiosidades, pero intenta responder cosas concretas que necesitamos afrontar aquí en nuestra región”. Desde su condición de presidente del Consejo Indigenista Misionero – CIMI, de Brasil, él dice que “el Sínodo, desde su convocatoria, el Papa nos interpela por una relación diferenciada con los pueblos indígenas, con los pueblos originarios“. Es por eso que “nosotros tenemos que preguntarnos qué pasos estamos dando en nuestras Iglesias para que verdaderamente, los primeros habitantes de estas tierras, sean oídos, respetados y acompañados en su lucha por la dignidad, por la justicia y, sobre todo, respeto a sus culturas, a sus espiritualidades, a sus ritos, a sus lenguas. Ellos tienen el derecho de ser indígenas en su integridad, afirma Mons. Roque Paloschi.

Monseñor Rafael Cob, también miembro del Consejo Presinodal, y obispo del Vicariato Apostólico del Puyo, en Ecuador, destaca en el documento cuatro ejes estructurales, la escucha, el diálogo, la inculturación y la profecía, todo ello en torno al eje central, que es el rostro amazónico, y empapado de la ecología integral. El obispo del Puyo destaca el trasfondo de la Evangelii Gaudium, que nos llama a una conversión pastoral, de la Laudato Sí, que nos invita a una conversión ecológica, y de la Episcopalis Conmunio, haciendo realidad una Iglesia samaritana con sus desafíos y esperanzas.

En un nuevo paso hacia lo que puede ser un verdadero cambio epocal de la Iglesia en salida que plantea el papa Francisco, el Vaticano mandató hoy al Sínodo de la Amazonía de octubre para que “se estudie la posibilidad” de la ordenación sacerdotal de hombres casados en la región y abrió la discusión para “identificar el tipo de ministerio oficial que puede ser conferido a la mujer”, como una forma de responder a las “necesidades” de los pueblos de la zona.

La propuesta, sobre la que el papa Francisco tendría una valoración positiva si emerge como pedido de los padres sinodales según las primeras versiones, constituye una flexibilización histórica al celibato, instituido en los dos Concilios de Letrán: el primero, en 1123, el segundo en 1139, como una forma de defender la disponibilidad total del sacerdote.

Cada una de las partes está dividida en capítulos, cuatro en la primera, que presenta la realidad del territorio y de sus pueblos, nueve en la segunda, que recoge la problemática ecológica y pastoral, y ocho en la tercera parte, que aborda la problemática eclesiológica y pastoral. En la segunda y tercera parte, al final de cada uno de los capítulos, se ofrecen sugerencias, todas ellas recogidas de  la escucha al territorio y pueblo de Dios, llamadas a incidir no sólo en la vida de la Iglesia como de la propia sociedad amazónica, teniendo siempre como actitud fundamental la defensa profética de la Amazonía y de sus pueblos.

El Instrumentum Laboris parte de la idea de que la Iglesia sea oyente, que escuche, algo que “no es nada fácil”, pero que debe generar “una respuesta concreta y reconciliadora”, por la que la Amazonía clama. No olvidemos que ésta es una “realidad contrastante”, que está “llena de vida y sabiduría”, pero que sufre las consecuencias de “la deforestación y la destrucción extractivista que reclama una conversión ecológica integral. Todo ello debe llevar a un encuentro con las culturas que inspiran los nuevos caminos, desafíos y esperanzas de una Iglesia que quiere ser samaritana y profética a través de una conversión pastoral”.

La vida es el fundamento del Sínodo para la Amazonía, que en esta región se identifica con el agua. Una vida en abundancia, expresada en el buen vivir”, pero que “está amenazada por la destrucción y explotación ambiental, por la sistemática violación a los derechos humanos, lo que exige una defensa y un cuidado, que “se opone a la cultura del descarte, de la mentira, de la explotación y de la opresión”. No se puede olvidar que “en la Amazonía, la vida está inserta, ligada e integrada al territorio”, donde todo está conectado y se descubre “la obra maestra de la creación del Dios de la Vida”.

El Sínodo es un tiempo de gracia, de inculturación e interculturalidad, de desafíos graves y urgentes, pero también de esperanza. Al mismo tiempo, este evento eclesial quiere generar espacios de diálogo “que nos ayuden a salir de la senda de la autodestrucción de la actual crisis socio-ambiental”. Un diálogo que sea punto de partida para la misión y que tenga como interlocutores a los pueblos amazónicos, que provoque una dinámica de aprendizaje y resistencia.

El clamor de la Tierra es el clamor de los pobres, que son quienes sufren las consecuencias de la destrucción extractivista. Un clamor que viene de los pueblos de la Amazonía, a quienes no se les reconocen sus territorios y son afectados por los proyectos de “desarrollo” y la contaminación, lo que reclama con urgencia una ecología integral que paralice la destrucción de la Amazonía, algo que afecta especialmente a los Pueblos en Aislamiento Voluntario.

En la Amazonía también está muy presente el fenómeno mundial de la migración, que “ha contribuido a la desestabilización social en las comunidades amazónicas”. Eso ha hecho que la población amazónica se junte en las ciudades, donde vive entre el 70 y 80%, lo que requiere un cuidado eclesial, también de las familias y comunidades, cada vez más vulnerables. En muchos casos, eso es fruto de una corrupción que se hace presente en la región, “la que existe fuera de la ley y la que se ampara en una legislación que traiciona el bien común”, hasta el punto de quegrandes compañías y gobiernos han organizado sistemas de corrupción. Todo esto afecta a la “salud integral” de los pueblos, “lo cual supone una armonía con lo que nos ofrece la madre tierra”, fuente de la medicina tradicional. Son conocimientos que deben ser abordados por una educación integral, que genera encuentro y aborda un mayor conocimiento sobre lo que es la ecología integral, para lo que es necesaria una conversión ecológica.

La tercera parte del documento de trabajo aborda los desafíos y esperanzas de una Iglesia profética en la Amazonía, llamada a tener un rostro amazónico y misionero, “que sabe discernir y asumir sin miedos las diversas expresiones culturales de los pueblos”, una Iglesia participativa, acogedora, creativa y armoniosa, con rostro amazónico e indígena, que reconoce las “Semillas del Verbo” y busca “un mutuo enriquecimiento de las culturas en diálogo”. Eso se expresa en una liturgia incluturada, que asuma en el ritual litúrgico y sacramental “los ritos, símbolos y estilos celebrativos de las culturas indígenas”, haciendo lo posible para que los sacramentos sean fuente de vida y remedio accesible a todos (cf. EG 47), especialmente a los pobres (cf. EG 200)”.

Para ello, sugiere que en vez de dejar a las comunidades sin Eucaristía, se cambien los criterios para seleccionar y preparar los ministros autorizados para celebrarla”. El documento, sin cuestionar en ningún momento el celibato, sostiene que “para las zonas más remotas de la región, se estudie la posibilidad de la ordenación sacerdotal para personas ancianas, preferentemente indígenas, respetadas y aceptadas por su comunidad, aunque tengan ya una familia constituida y estable, con la finalidad de asegurar los Sacramentos que acompañen y sostengan la vida cristiana“. Al mismo tiempo ve necesario identificar el tipo de ministerio oficial que puede ser conferido a la mujer, tomando en cuenta el papel central que hoy desempeñan en la Iglesia amazónica”, aspectos éstos que realmente abren la posibilidad de buscar nuevos caminos para la Iglesia.

Al abordar el tema de la organización de las comunidades, cuestiona que “sería oportuno reconsiderar la idea de que el ejercicio de la jurisdicción (potestad de gobierno) ha de estar vinculado en todos los ámbitos (sacramental, judicial, administrativo) y de manera permanente al sacramento del orden”, un elemento decisivo que hace posible superar el clericalismo como instrumento de poder. Por eso, llama a “promover vocaciones autóctonas de varones y mujeres”, buscando “indígenas que prediquen a indígenas desde un profundo conocimiento de su cultura y de su lengua, capaces de comunicar el mensaje del evangelio con la fuerza y eficacia de quien tiene su bagaje cultural”. Al mismo tiempo, insiste en pasar de una “Iglesia que visita” a una “Iglesia que permanece”.

Los últimos capítulos abordan el tema de la evangelización en las ciudades, intentando incluir en ella a los indígenas urbanos, fomentando el diálogo ecuménico e interreligioso. Como sucede en cualquier otro lugar, el papel de los medios en la Amazonía es fundamental. Por ello, “es importante que el empoderamiento de los medios de comunicación llegue a los mismos nativos, creando resonancia que ayude “a la conversión ecológica de la Iglesia y del planeta”, a que la realidad amazónica salga de la Amazonía y tenga repercusión planetaria, a amazonizar el mundo y la Iglesia. El Sínodo puede ayudar a aumentar el rol profético de la Iglesia, que genera una promoción humana integral. Por eso, se propone una Iglesia en salida, en escucha, que se pone al servicio de los que cuestionan el poder, aunque eso lleve a sus miembros a arriesgar la vida, al martirio.

No olvidemos que lo que debe mover al Sínodo para la Amazonía es ser “una expresión concreta de la sinodalidad de una Iglesia en salida, para que la vida plena que Jesús vino a traer al mundo (cf. Jn 10,10) llegue a todos, especialmente a los pobres”.  Al mismo tiempo, no podemos dejar de recordar lo que ya nos decía el Documento Preparatorio, donde se insistía en que “las reflexiones del Sínodo Especial superan el ámbito estrictamente eclesial amazónico, porque se enfocan a la Iglesia universal y también al futuro de todo el planeta”. Estamos ante un evento universal, que muchos consideran decisivo en el futuro de la Iglesia y de la humanidad.

Como afirma Mons. Roque Paloschi, “vamos a pedir que el Espíritu Santo nos conduzca y que nuestra Iglesia viva la alegría de buscar estos nuevos caminos, y que podamos, al final de este Sínodo, concluir como los seguidores y seguidoras de Jesús en aquel concilio de Jerusalén, el Espíritu Santo y nosotros decidimos. Que sea el Espíritu Santo quien conduzca y que nuestras respuestas y nuestros compromisos sean verdaderamente orientados a responder a los desafíos de la evangelización de esta porción del Pueblo de Dios”.

***

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Hernán Reyes Alcaide, corresponsal en el Vaticano

En un giro histórico, la Santa Sede dio así el primer paso oficial para flexibilizar el celibato en términos muy precisos, a través de la ordenación de los denominados “viri probati”, como se conocía históricamente a los hombres casados con funciones sacerdotales.

De cara al Sínodo sobre la Amazonía que se celebrará en Roma del 6 al 27 de octubre, el Vaticano dio a conocer hoy el instrumento de trabajo que dentro de las “sugerencias” que propone a los participantes del encuentro está la de crear “nuevos ministerios para responder de modo más eficaz a las necesidades de los pueblos amazónicos”.

En ese marco, el documento presentado dice que, “afirmando que el celibato es un don para la Iglesia, se pide que, para las zonas más remotas de la región, se estudie la posibilidad de la ordenación sacerdotal para personas ancianas, preferentemente indígenas, respetadas y aceptadas por su comunidad, aunque tengan ya una familia constituida y estable, con la finalidad de asegurar los Sacramentos que acompañen y sostengan la vida cristiana”.

Entre las otras sugerencias planteadas por el documento que servirá de base a los participantes del Sínodo de octubre, que ha despertado fuertes críticas del gobierno de Brasil entre otros rechazos fuera y dentro de la Iglesia, se pide “identificar el tipo de ministerio oficial que puede ser conferido a la mujer, tomando en cuenta el papel central que hoy desempeñan en la Iglesia amazónica”.

El “Instrumentum laboris” de este lunes, pide además “promover vocaciones autóctonas de varones y mujeres como respuesta a las necesidades de atención pastoral-sacramental; su contribución decisiva está en el impulso a una auténtica evangelización desde la perspectiva indígena, según sus usos y costumbres”.

Se trata de indígenas que prediquen a indígenas desde un profundo conocimiento de su cultura y de su lengua, capaces de comunicar el mensaje del evangelio con la fuerza y eficacia de quien tiene su bagaje cultural”, agrega el documento de trabajo.

El enfoque que pide el Vaticano reconoce también  que “en el campo eclesial la presencia femenina en las comunidades no es siempre valorada”.

“Se reclama el reconocimiento de las mujeres desde sus carismas y talentos. Ellas piden recuperar el espacio dado por Jesús a las mujeres, “, exige, y demanda que “se escuche la voz de las mujeres, que sean consultadas y participen en las tomas de decisiones, y puedan así contribuir con su sensibilidad a la sinodalidad eclesial”.

En junio de 2018, un documento preparatorio al Sínodo ya había introducido los pedidos de estudio de las hipótesis de ordenaciones para hombres casados y mujeres en las comunidades remotas, y había convocado a iniciar un “proceso de discernimiento” en esa dirección.

Con fuertes críticas al extractivismo, en sus 147 puntos, el documento hace hincapie también en la denuncia de que “la corrupción en la Amazonía afecta seriamente la vida de sus pueblos y territorios”.

“En las últimas décadas se ha acelerado la inversión en la explotación de las riquezas de la Amazonía por parte de grandes compañías. Muchas de ellas persiguen el lucro a toda costa sin importarles el daño socio ambiental que provocan”, denuncia el documento vaticano, que advierte que “la corrupción alcanza a las autoridades políticas, judiciales, legislativas, sociales, eclesiales y religiosas que reciben beneficios para permitir el accionar de estas compañías”.

Hay casos en que grandes compañías y gobiernos han organizado sistemas de corrupción. Vemos gente que ocupó puestos públicos y que hoy están siendo juzgados, están en la cárcel o se han dado a la fuga”, llega a denunciar el documento.

El escrito pone además la lupa sobre las consecuencias de los procesos económicos basados en el lucro desmedido que se desarrollan en la región y el aumento de la migración ahcia centros urbanos que eso provoca.

“El movimiento migratorio, desatendido tanto política como pastoralmente, ha contribuido a
la desestabilización social en las comunidades amazónicas”, advierte el Instrumentum laboris.

En ese marco, antes de alertar por la “desestabilización” que eso supone para las familias, plantea que “las ciudades de la región, que reciben permanentemente a un gran número de personas que migran hacia ellas, no alcanzan a proporcionar los servicios básicos que los migrantes necesitan”.

“Esto ha llevado a muchas personas a deambular y dormir en centros urbanos sin trabajo, sin comida, sin techo. Entre ellas muchas pertenecen a los pueblos indígenas forzados a abandonar sus tierras“, lamenta.

Dentro de un texto que contempla por igual la descripción del estado actual de la evangelización en la zona y una férrea defensa de los derechos indígenas, se reserva un lugar para propuestas frente a los pueblos en aislamiento voluntario.

Allí, entre otros puntos, se plantea “exigir a los respectivos gobiernos que garanticen los recursos necesarios para la protección efectiva de los pueblos indígenas aislados”.

Texto íntegro del Instrumentum Labori

Lunedì, 17.06.2019

N. 0521

Pubblicazione:

EMBARGO ASSOLUTO FINO ALLE ORE 11.30 (ORA DI ROMA) DEL 17.06.2019

Sommario:

“Instrumentum laboris” dell’Assemblea Speciale per la Regione Panamazzonica del Sinodo dei Vescovi (6-27 ottobre 2019)

Testo in lingua spagnola

Traduzione in lingua italiana

Testo in lingua spagnola

AMAZONÍA: NUEVOS CAMINOS PARA LA IGLESIA Y PARA UNA ECOLOGÍA INTEGRAL

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Frédéric Martel: “La homofobia de la Iglesia se explica por el alto nivel de homosexualidad en el clero”

Lunes, 25 de febrero de 2019
Comentarios desactivados en Frédéric Martel: “La homofobia de la Iglesia se explica por el alto nivel de homosexualidad en el clero”

91EF5DEC-8EEA-4C77-AA31-4B76630936F9No me ha gustado ni el tono, ni el tufillo homófobo que desprende…

Prólogo de ‘Sodoma. Poder y escándalo en el Vaticano’ (Roca)

“El Papa vive en Sodoma, amenazado, atacado desde todos los flancos, criticado (…) Francisco está entre las Locas”

(Frédéric Martel, prólogo de ‘Sodoma’, Ediciones Roca).- -Ese es de la parroquia -me susurra al oído el prelado, con voz de conspirador.

El primero en usar esta expresión codificada delante de mí es un arzobispo de la curia romana.

-Es muy practicante, ¿sabe? Es de la parroquia -insiste en voz baja, hablándome de las costumbres de un famoso cardenal del Vaticano, antiguo «ministro» de Juan Pablo II, al que ambos conocemos bien. Y añade-: ¡Y si le cuento lo que sé no me creería!

Por supuesto, lo contó.

En el libro nos cruzaremos varias veces con este arzobispo, el primero de una larga serie de sacerdotes que me han descrito una realidad que yo me maliciaba, aunque muchos la considerarán pura invención, una fábula.

-El problema es que, si dices la verdad sobre el armario y las amistades especiales del Vaticano, nadie te creerá. Dirán que te lo has inventado. Porque aquí la realidad supera la ficción -me dijo un franciscano que también trabaja y vive dentro del Vaticano desde hace más de treinta años.

Pese a todo, fueron muchos los que me describieron este armario. A algunos les preocupaba lo que yo pudiera descubrir. Otros me revelaron los secretos cuchicheando, para, a renglón seguido, contarme los escándalos en voz alta. Otros, por último, tenían la lengua muy suelta, demasiado suelta, como si hubieran estado esperando muchos años para romper su silencio. Unos cuarenta cardenales y cientos de obispos, monsignori, sacerdotes y nuncios (los embajadores del papa) aceptaron contarme cosas. Entre ellos, los que habían asumido su homosexualidad, presentes a diario en el Vaticano, me abrieron las puertas de su mundo de iniciados.

¿Secretos a voces? ¿Rumores? ¿Bulos? Yo soy como santo Tomás: para creer necesito comprobar. Por eso he tenido que hacer muchas indagaciones y vivir inmerso en la Iglesia. Pasé en Roma una semana de cada mes, incluso me alojé con regularidad dentro del Vaticano gracias a la hospitalidad de altos prelados que, a veces, también se revelaban como «de la parroquia». Además viajé por el mundo, fui a más de treinta países, conocí los cleros de Latinoamérica, Estados Unidos y Oriente Medio para reunir más de un millar de testimonios. Durante esta larga investigación pasé unas 150 noches al año investigando lejos de mi casa, lejos de París.

Durante estos cuatro años de indagaciones nunca disimulé mi condición de escritor, periodista e investigador cuando pedía entrevistas a los cardenales y sacerdotes, que a veces se negaron. En todas estas reuniones me presentaba con mi verdadero nombre, y a mis interlocutores les bastaba con hacer una simple búsqueda en Google, Wikipedia, Facebook o Twitter para conocer los detalles de mi historial de escritor y reportero de prestigio. Muchas veces estos prelados, pequeños y grandes, me tiraron los tejos solapadamente, y algunos con muy poco disimulo, de forma activa o intensa. ¡Gajes del oficio!

¿Por qué quienes estaban acostumbrados a callar aceptaron romper la omertà? Es uno de los misterios de este libro y su razón de ser.

Lo que contaron fue un tabú durante mucho tiempo. Un libro como este difícilmente habría podido publicarse hace veinte años, ni siquiera hace diez. Los caminos del Señor han permanecido durante mucho tiempo, diría yo, impenetrables. Hoy lo son menos, porque la dimisión de Benedicto XVI y la voluntad reformista del papa Francisco han ayudado a liberar la palabra. Las redes sociales, la audacia creciente de la prensa, la infinidad de escándalos eclesiásticos «de comportamiento» han hecho posible, y necesario, revelar hoy este secreto. Este libro, por tanto, no trata de la Iglesia en su conjunto, sino de un tipo muy especial de comunidad gay; cuenta la historia del componente mayoritario del colegio cardenalicio y del Vaticano.

Muchos cardenales y prelados que ofician en la curia romana, la mayoría de los que se reúnen en cónclave bajo los frescos de la capilla Sixtina pintados por Miguel Ángel -una de las escenas más grandiosas de la cultura gay, repleta de cuerpos viriles- rodeados de los ignudi, esos robustos efebos desnudos, comparten las mismas «inclinaciones». Todos tienen un «aire de familia». Con una alusión muy disco queen, un cura me susurró: «We are family!».

La mayoría de los monsignori que tomaron la palabra en el balcón de la Logia de San Pedro entre el pontificado de Pablo VI y el de Francisco para anunciar tristemente la muerte del papa o exclamar, con franca alegría, «Habemus papam!» tienen un secreto en común. È bianca!

Ya se trate de «practicantes», «homófilos», «iniciados», «unstraights», «mundanos», «versátiles», «questioning», «closeted» o simplemente personas que permanecen «dentro del armario», el mundo que descubro, con sus cincuenta matices de homosexualidad, supera el entendimiento. La historia íntima de estos hombres que se muestran tan piadosos en público y llevan otra vida, bien distinta, en privado es una madeja difícil de desovillar. Puede que nunca las apariencias de una institución hayan sido tan engañosas, como lo son también las profesiones de fe sobre el celibato y los votos de castidad, que esconden una realidad muy diferente.

El secreto mejor guardado del Vaticano no es un secreto para el papa Francisco. Él conoce a su «parroquia». En cuanto llegó a Roma comprendió que tenía que vérselas con una corporación fuera de lo común en su género que no se limita, como se ha creído durante mucho tiempo, a unas cuantas ovejas descarriadas. Es todo un sistema, y un rebaño muy numeroso. ¿Cuántos son? Eso da igual. Baste con decir que representan a la gran mayoría.

Al principio, por supuesto, el papa quedó impresionado por la amplitud de esa «colonia deslenguada», por las «cualidades seductoras» y los «defectos insoportables», que menciona el escritor francés Marcel Proust en su célebre Sodoma y Gomorra. Pero lo que a Francisco le resulta insoportable no es tanto que la homofilia esté tan extendida como la hipocresía desbocada de quienes predican una moral mezquina y tienen un amante, o aventuras y que a veces frecuentan a prostitutos de lujo. Por eso el papa fustiga sin descanso a los falsos devotos, a los puritanos farisaicos, a los santurrones. Francisco ha denunciado a menudo esta duplicidad, esta esquizofrenia, en sus homilías matinales de Santa Marta. Sus palabras podrían muy bien aparecer como cita liminar al principio de este libro: «Detrás de la rigidez hay siempre algo escondido; en muchos casos una doble vida».

¿Doble vida? Lo dijo… y el testigo, esta vez, no es cualquiera. Francisco ha repetido a menudo estas críticas que apuntan a la curia romana: ha señalado a los «hipócritas» que llevan «vidas ocultas y con frecuencia disolutas», a quienes «maquillan el alma y viven del maquillaje», que la «mentira» erigida en sistema «hace mucho daño, la hipocresía hace mucho daño: es una forma de vivir». ¡Haz lo que digo, no lo que hago! Leer más…

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