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‘Jesus Saves’: los lobbies ultrarreligiosos, al asalto del Capitolio: Viganò, Munilla, Trump, Bolsonaro… vuelve la espiral del odio.

Sábado, 9 de enero de 2021
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Arde-Capitolio-Unidos_2302879694_15219089_660x371Ultracatólicos y evangélicos fundamentalstas se odian entre ellos, pero se unen contra los avances, los Derechos Humanos y la Libertad… Tres artículos de Religión Digital u nos ayudan a entenderlo…

Entre los detenidos, activistas religiosos y personas portando biblias y mensajes de Cristo junto a fusiles

El Vaticano lamentó el “día dramático” en Washington que mostró una “democracia herida

“La transición pacífica del poder es uno de los sellos que caracterizan a esta gran nación. En este momento preocupante, debemos volver a comprometernos con los valores y principios de nuestra democracia y unirnos como una nación bajo Dios”, afirma monseñor Gómez

El cardenal de Washington, Wilton Gregory, denunció “el tono divisorio que ha dominado recientemente nuestras conversaciones nacionales”, y pidió que “aquellos que recurren a la retórica incendiaria deben aceptar alguna responsabilidad por incitar a la creciente violencia en nuestra nación”.

Ha utilizado, hasta la saciedad, una visión de la Biblia y del cristianismo que fomenta el odio y el desencuentro. Ha contribuido a partir en dos la sociedad norteamericana. Y, de aquellos polvos, vinieron estos lodos. El escandaloso asalto al Capitolio de Estados Unidos en plena sesión que había de refrendar a Joe Biden como nuevo presidente, justo después del mítin de Donald Trump, en el mismo Washington, azuzando a las masas, ha vuelto a poner de manifiesto el impacto de una falsa visión del Evangelio en buena parte del pueblo de los Estados Unidos.

Y es que, junto a banderas nazis o confederadas, tipos disfrazados de trogloditas o con pieles, armados, entrando en la sede de la democracia americana, se pudieron ver muchas, demasiadas banderas e insignias con el famoso ‘Jesus Saves’ que los seguidores ultrarreligiosos han utilizado en muchas de sus concentraciones en apoyo a Trump.

tomaron-por-asalto-el-capitolio-1110399Al más puro estilo HazteOir en España (la estrategia, comunicativa y de impacto mediático, es exactamente la misma), y después de que Viganò y Steve Bannon acusaran a Biden, y al Papa Francisco, de maniobrar en las sombras para acabar con el actual presidente de los Estados Unidos, muchos creyentes (en Estados Unidos los hay, y muy ‘comprometidos’, rollo ‘In God We Trust’) se lanzaron a las famosas escalinatas donde Martin Luther King pronunció su famoso ‘I have a dream’. Lo de ayer fue una pesadilla, y un ataque contra la democracia. En nombre de Dios. De su Dios, claro.

No el de la mayoría, por fortuna. Poco después del toque de queda en Washington, el presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, José H. Gómez, quiso “condenar la violencia de hoy en el Capitolio de Estados Unidos. Esto no es lo que somos los estadounidenses.Oro por los miembros del Congreso, el personal del Capitolio, por la policía y todos los que trabajan para restaurar el orden y la seguridad pública”, afirmó el arzobispo de Los Ángeles, quien señaló que la transición pacífica del poder es uno de los sellos que caracterizan a esta gran nación. En este momento preocupante, debemos volver a comprometernos con los valores y principios de nuestra democracia y unirnos como una nación bajo Dios. Encomiendo a todos al corazón de la Santísima Virgen María, que ella nos guíe por los caminos de la paz y nos brinde la sabiduría y la gracia de un verdadero patriotismo y amor a la patria”, finalizó.

Del mismo modo, el cardenal Wilton Gregory, arzobispo de Washington, emitió una declaración en la que subrayó que “nuestro Capitolio es tierra sagrada y un lugar donde la gente en los últimos siglos se ha manifestado correctamente, representando una amplia variedad de opiniones. Los americanos debemos honrar el lugar donde las leyes y políticas de nuestra nación se debaten y deciden. Deberíamos sentirnos violados cuando el legado de libertad consagrado en ese edificio es irrespetado y profanado”, lamentó. “Rezo por la seguridad – de nuestros funcionarios electos, personal, trabajadores, manifestantes, personal de la ley y vecinos del Capitolio de los Estados Unidos. Hay lesiones y daños tremendos, incluyendo informes sobre la pérdida de vidas”, incidió Gregory, quien añadió que “juntos, debemos pausar intencionalmente y rezar por la paz en este momento crítico”.

En una clara alusión a Trump, el nuevo cardenal norteamericano denunció “el tono divisorio que ha dominado recientemente nuestras conversaciones nacionales”, y pidió que “aquellos que recurren a la retórica incendiaria deben aceptar alguna responsabilidad por incitar a la creciente violencia en nuestra nación. Estamos llamados a ser un pueblo de valores democráticos que respeta las opiniones de los demás, incluso cuando no estamos de acuerdo con ellas. Como personas de fe que buscan traer a nuestro Señor a este mundo por la forma en que vivimos, debemos reconocer la dignidad humana de aquellos con los que no estamos de acuerdo y tratar de trabajar con ellos para asegurar el bien común para todos”, finalizó.

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Viganò acusa al Papa de liderar “una infame traición a la Iglesia de Cristo”

El ex nuncio concede una entrevista a Steve Bannon, ideólogo del ‘trumpismo’

Trump-ViganoExiste una religión universal deseada por la ideología globalista, cuyo líder espiritual es Bergoglio y que está auspiciada por poderes secretos… y por China, que también estuvo detrás de la dimisión de Benedicto XVI. La trama de la novela es ‘palabra’ de monseñor Viganò, el ex nuncio defenestrado por Francisco y que se ha convertido en una suerte de ‘capellán’ de la internacional del odio instaurada, entre otros, por Trump, Salvini o Bolsonaro. Y, en España, por Vox.

En una entrevista con el ideólogo de este movimiento, Steve Bannon, publicada por The National Pulse, Viganò denuncia “una infame traición a la misión de la Iglesia de Cristo”, que se visibiliza en el acuerdo para la designación de obispos en China y cuyo principal culpable es el Papa Francisco. Al que, por cierto, Viganò siempre llama ‘Bergoglio’.

“Bergoglio es el líder espiritual de una religión universal, querida por la ideología globalista para cancelar las diferentes religiones, principalmente el catolicismo”, sostiene

“La sumisión de Bergoglio a la agenda globalista es evidente, así como su apoyo activo a la elección de Joe Biden”, denuncia Viganò, quien señala “la hostilidad y los repetidos ataques” del Papa al presidente saliente, Donald Trump. “Es evidente que Bergoglio considera a Trump como su principal adversario, el obstáculo que debe ser eliminado, para que el Gran Reajuste pueda ser puesto en marcha”.

Y es que Bergoglio, junto a Biden, están “subordinados a la ideología globalista y su perversa, inhumana, anticristiana e infernal agenda”, destaca el religioso, que acusa al Papa de estar detrás del “proyecto masón-globalista” y reclama a los católicos estadounidenses que no se queden quietos y apoyen a Trump para frenar lo que califica de “chantaje” a los valores cristianos.

Porque, añade Viganò, “todos los líderes del mundo, incluyendo a Bergoglio, hablan con impunidad del Nuevo Orden Mundial”. “La conspiración existe, asegura.

Los “conspiradores de la primavera”

Sobre el ex cardenal McCarrick, a quien Viganò no supo, o no quiso, parar, el ex nuncio sostiene que “actuó en nombre de la ‘Iglesia profunda’, pero no solo”, sino a través de “una estructura organizativa muy eficiente”. Viganò va más allá, y vincula la renuncia de Benedicto XVI con la denominadamafia de san Gallo”, que “trabajó para lograr la ‘primavera de la Iglesia’” de Bergoglio.

Hay un grupo de conspiradores que han trabajado y siguen trabajando en el corazón de la Iglesia para los intereses de la élite”, acusa Viganò, que advierte que “no dudarán en obligar a Bergoglio a dimitir también, como a Ratzinger, si no obedece sus órdenes”. “Quieren transformar el Vaticano en una casa de retiro para papas eméritos, demoliendo el papado y asegurando el poder: exactamente lo mismo que sucede en el estado profundo, donde, como ya he dicho, Biden es el equivalente de Bergoglio”, finaliza el ex nuncio.

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Munilla, el ‘Viganó español’, sostiene que el Gobierno “está aprovechando la pandemia para introducir una agenda ideológica”

Caminamos hacia una estadolatría”, denuncia el obispo de San Sebastián

obispo-munilla_560x280“Alucino con cómo se está aprovechando la pandemia para introducir una agenda ideológica de forma exprés, con nocturnidad, confinamiento y bajo anestesia colectiva… Y lo más grave es que esté ocurriendo con muy poca resistencia moral, mientras nos entretienen con un debate sobre la hora del toque de queda… “. El obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, arranca el 2021 con fuerza, denunciando cómo “caminamos hacia una estadolatría” en España.

En una entrevista hagiográfica para El Confidencial Digital, Munilla (junto con Jesús Sanz, los más críticos contra la actuación del Ejecutivo durante la pandemia mundial) arremete contra el “procedimiento exprés” con el que se están aprobando algunas leyes, en referencia a la de la eutanasia o la reforma educativa, que cree que “responde a la estrategia de quien necesita mantener el motor revolucionado para continuar en el poder”.

 “Me ha impresionado de forma especial el desprecio absoluto mostrado ante el informe del Comité Nacional de Bioética, o del Comité de la ONU para los Derechos de las Personas con Discapacidad, o ante los especialistas en cuidados paliativos…” afirma, respecto a a la eutanasia. Y advierte: “Las consecuencias las vamos a pagar todos”.

Crece la intromisión del Estado

En lo tocante a la ley Celaá, Munilla insiste en que “no es verdad que no se haya podido conseguir un consenso en materia educativa. Lo cierto es que no se ha intentado”. “Caminamos hacia una estadolatría, hacia una intromisión del Estado en la vida de la familia cada vez mayor, pasando por encima del principio de subsidiariedad”, insiste.

¿Qué debe hacer un católico? le preguntan al obispo de San Sebastián. “Debe reaccionar sin complejos, rechazando los falsos estereotipos ideológicos que nos pretenden encasillar en ‘izquierdistas preocupados por la justicia social’, o ‘derechistas preocupados por la causa de la familia y la vida’”. “O los católicos nos adherimos a la integridad de nuestra doctrina social, o la seleccionamos de forma manipuladora, apunta.

Utilizando los mismos postulados que el ex nuncio Viganò en su entrevista con Steve Bannon, José Ignacio Munilla da por hecho la implantación del anticlericalismo en España. “Basta asomarse a Twitter para comprobarlo”. “Es un fenómeno muy español, pero que se está globalizando. Baste recordar las recientes imágenes de iglesias chilenas en llamas, o las estatuas derribadas de Fray Junípero Serra, Isabel la Católica, etc…”, concluye.

Leonardo Boff: “¿Por qué llegamos a Jair Bolsonaro? Una disquisición histórico-filosófica sobre nuestra barbarie”

“Tenemos un presidente con claros síntomas de psicopatía, tolerado vergonzosamente por aquellas autoridades que podrían y deberían denunciarlo por delitos de responsabilidad social, hacerlo dimitir o someterlo democráticamente a un impeachment jurídico”

jair-bolsonaroHay un sinnúmero de excelentes análisis del anti-fenómeno Jair Messias Bolsonaro, predominando los de tipo sociológico, histórico y económico. Creo que debemos cavar más a fondo para captar la irrupción de este Negativo en nuestra historia, una verdadera situación de barbarie.

La reflexión occidental, debido a los límites culturales de nuestro arraigado individualismo, apenas ha desarrollado categorías analíticas para analizar totalidades históricas. La Filosofía de la Historia de Hegel está llena de prejuicios, incluso sobre Brasil, y tiene pocas categorías aprovechables. Arnold Toynbee, en sus 10 volúmenes sobre la historia del mundo, trabaja con un esquema fértil pero limitado: desafío y respuesta (challenge and response), con el inconveniente de no dar relevancia a los conflictos de todo tipo inherentes a la historia. La Escuela Francesa de los Annales, en sus variaciones (Lefbre, Braudel, Le Goff) incluía varias ciencias pero no nos ofreció una lectura de la historia en su conjunto. No dejan de ser inspiradoras las categorías desarrolladas por Ortega y Gasset en su famoso estudio sobre los Esquemas de las crisis y otros ensayos (1942).

 

Tenemos que tratar de pensar por nosotros mismos y preguntarnos con una actitud filosofante, es decir, que busca causas más profundas que las meramente analíticas de los científicos: ¿por qué en Brasil ha llegado a jefe de Estado este siniestro personaje histórico, que desafía cualquier comprensión psicológica, ética y política?

Debemos decir de antemano que todo lo que existe no es fortuito, porque es el fruto de algo preexistente, de larga duración, que cabe a la razón dilucidar. Además, hay que pensar siempre de forma dialéctica: junto a lo negativo y las sombras, acompañan siempre como acólitos las dimensiones positivas y portadoras de alguna luz. No se nos concede tener sólo luz o tinieblas. Todas las realidades son crepusculares, mezclando luces y sombras. Pero nuestro enfoque en esta reflexión está en las sombras, porque son las que nos causan problemas.

 

Voy a echar mano de algunas categorías: las sombras reprimidas, la teoría del caos destructivo y generativo, la comprensión transpersonal del karma en el diálogo entre Toynbee y el filósofo japonés Daisaku Ikeda, y los principios de thanatos y eros, asociados a la condición humana desapiens y simultáneamente demens.

Las cuatro sombras reprimidas por la conciencia colectiva

La conciencia brasileña está dominada por cuatro sombras que nunca hasta hoy han sido reconocidas e integradas. Entiendo la categoría “sombra” en el sentido psicoanalítico de la escuela de C.G.Jung y sus discípulos, que la convirtieron en una categoría ampliamente aceptada por otras escuelas. La sombra sería los contenidos oscuros y negativos que una cultura con su consciente/inconsciente colectivo se niega a asimilar y por lo tanto reprime y se esfuerza por alejarlos de la memoria colectiva. Esa represión impide un proceso coherente y sostenido de individuación nacional.

La primera que aparece es la sombra del genocidio indígena. Según Darcy Ribeiro, habría inicialmente una población de unos 5-6 millones de indígenas con cientos de lenguas, hecho único en la historia del mundo. Fueron prácticamente diezmados. Quedan los actuales 900.000. Recordemos las masacres de Mem de Sá del 31 de mayo de 1580, que liquidó a los Tupiniquim de la Capitanía de Ilhéus. Durante un kilómetro y medio a lo largo de la playa a pocos metros de distancia unos de otros yacían cientos de cuerpos de indígenas asesinados, relatados como gloria al rey de Portugal.

 

Peor aún fue la guerra declarada oficialmente por D. João VI, apenas llegado a Brasil huyendo de las tropas de Napoleón, que diezmó a los Botocudos (Krenak) en el valle del Río Doce, porque pensó que eran incivilizables e incatequizables. Esta guerra oficial manchará para siempre la memoria nacional. Ailton Krenak, cuyos ancestros sobrevivieron, nos recuerda esta vergonzosa guerra oficial de un emperador despiadado, considerado bueno.

El gobierno actual, de una ignorancia supina en antropología, considera a los pueblos indígenas originales como subhumanos, que deben ser forzados a entrar en nuestros códigos culturales para ser humanos y civilizados. El descuido que ha mostrado ante sus reservas invadidas y su abandono ante la Covid-19 roza el genocidio, y es susceptible de ser llevado a la Corte Penal Internacional por crímenes contra la humanidad.

La segunda sombra es nuestro pasado colonial. No hubo un descubrimiento de Brasil sino una invasión pura y simple, destruyendo el idilio pacífico inicial descrito por Pero Vaz de Caminha. Se produjo un encuentro profundamente desigual de civilizaciones. Pronto comenzó el proceso de ocupación y violencia debido a las riquezas de aquí. Todo proceso colonialista es violento. Implica invadir tierras, someter a los pueblos, obligarlos a hablar el idioma del invasor, incorporar sus formas de organización social y la completa sumisión deshumanizadora de los dominados. De este proceso de sumisión surgió el complejo del mestizo, pensando que sólo es bueno lo que viene de afuera o de arriba, inclinar siempre la cabeza y abandonar cualquier veleidad de autonomía y de proyecto propio.

La mentalidad de muchos de los estratos dirigentes todavía se considera en cierta forma coloniales, por mimetizar los estilos de vida y asumir los valores de sus patronos, que han ido variando a lo largo de nuestra historia. Hoy es una expresión humillante para toda la nación que el actual jefe de Estado haga un viaje especial a los Estados Unidos, salude a la bandera norteamericana y preste un rito explícito de vasallaje al presidente Donald Trump, extravagante, egocéntrico y considerado por notables analistas estadounidenses como el más estúpido de la historia política de ese país.

 

La tercera sombra, la más perversa de todas, es la de la esclavitud, nuestra verdadera barbarie El escritor e historiador Laurentino Gomes en sus dos volúmenes sobre La Esclavitud (2019/2020) nos cuenta el infierno de este proceso de inhumanidad. Brasil fue campeón de la esclavitud. Sólo él importó, a partir de 1538, unos 4,9 millones de africanos que fueron esclavizados aquí. De los 36 mil viajes transatlánticos, 14.910 fueron destinados a puertos brasileños.

Estas personas esclavizadas eran tratadas como mercancía y llamadas “piezas”. Lo primero que hacía el comprador para “domesticarlos y disciplinarlos” era castigarlos, “que haya azotes, que haya cadenas y grilletes”. La historia de la esclavitud ha sido escrita por la mano blanca, presentándola como blanda, cuando en realidad fue crudelísima y se prolonga hoy en día contra la población negra, mulata (54,4% de la población) y pobre, como ha demostrado irrefutablemente Jessé Souza en La élite del atraso: de la esclavitud a Bolsonaro (2020). Una vez que la esclavitud fue abolida en 1888, no se les dio ninguna compensación, fueron dejados al dios-dará y hoy en día constituyen la mayoría de las favelas. Nunca se les reconoció la más mínima humanidad. La clase dominante transfirió a ellos su odio hacia los esclavos, se acostumbró a humillarlos, a ofenderlos hasta que perdieron su sentido de dignidad.

Esa sombra pesa enormemente en la conciencia colectiva y es la más reprimida, con la afirmación mentirosa de que aquí no hay racismo ni discriminación. En el gobierno eso ha sido desenmascarado por la violencia sistemática contra esta población, estimulada por el propio jefe de Estado que ha mantenido una política necrófila. Esta sombra por su inhumanidad inspiró a personas sensibles, como el poeta Castro Alvez. Resonarán para siempre sus versos en Vozes d’Africa:

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Los obispos estadounidenses parecen dispuestos a elegir líderes LGBTQ negativos

Sábado, 11 de noviembre de 2023
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usccb-2021La Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) elegirá un nuevo secretario, así como seis presidentes de comités la próxima semana, cuando se reúnan del 13 al 16 de noviembre. La mayoría de los candidatos tienen un sesgo LGBTQ negativo, contrastando una vez más a la USCCB con la forma deseada del Papa Francisco de ser iglesia.

Lo más significativo es que los obispos votarán por el nuevo Secretario de la USCCB, quien también supervisa el Comité de Prioridades y Planes. El actual secretario, el arzobispo Paul Coakley de Oklahoma City, está nominado frente al arzobispo Alexander Sample de Portland, Oregon. Ambos prelados son bastante negativos hacia LGBTQ.

A principios de este año, Coakley comparó las identidades transgénero con el trastorno por abuso de sustancias, lamentó que la homosexualidad hubiera sido desclasificada como una enfermedad mental en la década de 1970 y aparentemente respaldó la terapia de conversión. Anteriormente, como presidente del Comité de Justicia Nacional y Desarrollo Humano de la USCCB, lideró los esfuerzos para oponerse a la Ley de Igualdad y los esfuerzos del presidente Biden para implementar protecciones contra la discriminación LGBTQ+. Durante la administración Trump, Coakley aplaudió las reglas del entonces presidente que permitían a las agencias de servicios sociales y refugios para personas sin hogar discriminar a las personas LGBTQ+. En 2014, Coakley dijo que el matrimonio igualitario “frustra el bien común”. También es miembro del consejo asesor episcopal del derechista Instituto Napa y dijo que tiene el “más profundo respeto” por el arzobispo Carlo Maria Viganó, teórico de la conspiración.

Sample fue noticia este año por cerrar abruptamente la oficina de escuelas católicas de la Arquidiócesis de Portland, lo que mucha gente especuló que se debió a la reacción que recibió Sample después de emitir una política negativa para las personas transgénero. En esa política, el arzobispo se refirió a la atención médica que afirmaba el género como “totalitaria” e impuso restricciones a los estudiantes LGBTQ+. En una entrevista de 2022, Sample vinculó el movimiento por los derechos LGBTQ+ con la influencia satánica. En 2013, poco después de convertirse en arzobispo, le dijo a una parroquia del área de Portland con una larga historia de ministerio LGBTQ+ que no podía participar en las celebraciones del Orgullo, lo que el sacerdote y los feligreses ignoraron. En 2014, sin embargo, Sample sugirió que las personas lesbianas y gays no deberían ser discriminadas, incluso mientras la iglesia institucional trabajaba para detener el matrimonio igualitario.

Comité de Educación Católica

Para el comité de obispos sobre escuelas católicas, el obispo James Conley de Lincoln, Nebraska, un archiconservador, se enfrenta al obispo de Trenton, David O’Connell, que es más moderado. El trabajo de este comité ha adquirido mayor relevancia dadas las crecientes disputas en la educación católica sobre cuestiones de género y sexualidad, que han dado lugar a decenas de políticas diocesanas anti-LGBTQ+.

En el pasado, Conley trabajó para detener las protecciones contra la discriminación LGBTQ+ en Nebraska y obligó a las organizaciones católicas a retirarse de eventos caritativos que fomentan políticas contra la discriminación. En 2019, como presidente del subcomité de obispos de EE. UU. contra el matrimonio igualitario, Conley se unió a otros prelados para apoyar los esfuerzos de la administración Trump para eliminar las protecciones LGBTQ+ en los servicios sociales y de salud, y se opuso a la Ley de Igualdad, que él y otros obispos describieron como una “perjudicial para la sociedad en su conjunto”. En 2017, firmó una carta interreligiosa que negaba que las identidades transgénero fueran reales.

El historial público de O’Connell en cuestiones LGBTQ+ es limitado. Como presidente de la Universidad Católica de América, negó repetidamente las solicitudes de los estudiantes para un grupo universitario LGBTQ+. Sin embargo, como obispo ha seguido una línea más coherente con el Papa Francisco y ha abrazado el Sínodo sobre la Sinodalidad.

Comité de Doctrina

Para el comité de doctrina de la USCCB, el obispo de Marquette, John Doerfler, compite contra el obispo auxiliar de Brooklyn, James Massa. Es de destacar que en 2021 Doerfler fue uno de los primeros obispos estadounidenses en publicar una política diocesana con restricciones explícitas para los católicos LGBTQ+. Si bien los registros públicos de Doerfler y Massa sobre cuestiones LGBTQ+ son mínimos, cualquiera de ellos que se convierta en presidente del Comité de Doctrina tendrá un impacto tremendo en las revisiones de las directivas de atención médica de los obispos de EE. UU. que están en curso y que potencialmente pueden prohibir la atención de afirmación de género en los hospitales católicos.

Diez años después de la elección del Papa Francisco, parece que muy poco ha cambiado en la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos. La conferencia eligió continuamente líderes que en su mayoría se oponen al llamado del Papa a la reforma y la inclusión. El actual presidente de la USCCB, el arzobispo Timothy Broglio de los Servicios Militares de Estados Unidos, es un estridente guerrero cultural que ha hecho duros comentarios contra las personas transgénero.

 Lo que es notable en los últimos años, sin embargo, es que parece que los obispos alineados con el Papa Francisco casi ni siquiera se postulan para puestos de liderazgo. Aparte del posible obispo O’Connell, ninguno de los candidatos mencionados anteriormente son “obispos de Francisco” en espíritu, incluso si son nombrados por él. Quizás, como la mayoría de los católicos estadounidenses, los “obispos de Francisco” acaban de decidir que es mejor invertir su tiempo en otra parte.

—Robert Shine (él/él), Ministerio New Ways, 10 de noviembre de 2023

Fuente New Ways Ministry

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El obispo Schneider, de Kazajistán denuncia el “apoyo” de muchos prelados a la ideología ‘neomarxista’ LGTB

Miércoles, 24 de mayo de 2023
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IMG_9727Menudo cacao tiene el Monse…

Prelados en los más altos puestos de la Iglesia están apoyando la ideología LGTB, de raíz neomarxista, denuncia el obispo auxiliar de Astaná, Athanasius Schneider, en una entrevista concedida a John-Henry Westen, de LifeSiteNews.

Para Schneider, la ideología LGBT busca destruir la familia y menciona que hay defensores de estas ideas heterodoxas incluso entre el episcopado católico. Sin embargo, también subrayó que debemos mantenernos alegres como católicos y no caer en la desesperación, ya que podemos estar seguros de que nuestro Señor Jesucristo está con nosotros.

El hecho de que Estados Unidos esté impulsando la ideología LGBT en otros países del mundo es para el prelado kazajo “una señal muy clara de que ya estamos en una especie de totalitarismo global con poder político”. Hay que recordar, dijo, que la ideología LGBT es “una rebelión contra el creador” “básicamente neomarxista”, y “Marx y Engels escribieron que el objetivo final del comunismo será destruir la familia”.

“Por eso tenemos que advertir a la gente y organizar una alianza mundial de resistencia, de buena gente de buena voluntad, con sentido común. Incluso los no cristianos deben ayudarnos a oponernos a esta ideología del globalismo neomarxista”.

Schneider alertó de que eclesiásticos en los más altos «puestos en la Santa Sede» están «colaborando con la ideología mundialista para socavar la claridad de la revelación divina, especialmente para promover el relativismo doctrinal».

Subrayó que “tenemos que orar con mucha confianza y amor y orar por el Papa, para que Dios lo ilumine y que el Señor le conceda finalmente a su Iglesia, a nuestra Santa Madre Iglesia nuevamente, fuerte, valiente , santos papas y obispos católicos.”

… Y este es el personaje:

Schneider es considerado un tradicionalista. Ha criticado a los miembros de la Iglesia que considera que no se adhieren a la fe y se han rendido al “cruel mundo pagano” y denuncia que “la mayoría de los obispos están bastante callados o temerosos en cuanto a la defensa de la fe católica” y afirma que “el papado no es el propietario de la tradición o la liturgia, sino que debe conservarlos como un buen jardinero”.

“… Debemos crear grupos de verdaderos católicos, académicos, familias y miembros del clero que defenderán con valentía la verdad católica, sobre todo las enseñanzas de la Iglesia sobre la familia, el orden natural, y los mandamientos de Dios…” 

Schneider ha viajado frecuentemente para celebrar conferencias por lo que en 2018 fue advertido por la Santa Sede para que limitara sus salidas de la diócesis. Desde entonces ha aumentado su presencia en conferencias vía vídeo.

Comunión

Schneider es un firme defensor de la tradición anterior a los años 70 de recibir la Sagrada Comunión en la boca y de rodillas como muestra de amor y respeto al cuerpo y la sangre de Jesucristo. Este es el tema de su libro de 2008 Dominus Est, en el que defiende esta tradición estandarizada en el siglo V en la Iglesia Católica y defendida arduamente por el padre de la Iglesia el papa Gregorio Magno. En 2009 escribió: “Ser consciente de la grandeza del misterio eucarístico implica una manera especial de distribuir y recibir el cuerpo de Cristo.” 

Schneider ha sostenido firmemente la enseñanza de la Iglesia de que el divorcio y volver a casarse fuera de la Iglesia son pecados mortales de adulterio que impiden a la persona recibir la Comunión. En 2016, el papa Francisco emitió la exhortación apostólica Amoris laetitia que parecía permitir a los divorciados y a los casados por segunda vez recibir la Eucaristía, algo que fue puesto en práctica por algunos obispos causando gran controversia. Scnhneider criticó duramente la práctica afirmando que “las enseñanzas perennes son más poderosas y ciertas que la voz y práctica discordante de admitir adúlteros en la Eucaristía, incluso cuando esta práctica es promovida por un Papa o por obispos diocesanos.” El 7 de abril de 2018, Schneider, junto con los cardenales Raymond Leo Burke y Walter Brandmüller, participó en una conferencia en la que rechazaban esta práctica propuesta por los obispos alemanes.

Abusos sexuales

El 25 de agosto de 2018, el arzobispo Carlo Maria Viganò, antiguo nuncio apostólico de los Estados Unidos, publicó una carta con una serie de advertencias a la Santa Sede sobre la conducta sexual inapropiada de Theodore McCarrick, acusando a Francisco de inacción ante las acusaciones y pidiendo su renuncia.11 Schneider dijo que no había ninguna causa razonable y plausible para dudar de la veracidad del contenido del documento y exigió “ser implacables y transparentes en la limpieza de la Iglesia de males” particularmente con “las camarillas y redes homosexuales” en la curia a la que él y otros miembros de la Iglesia han culpado de causar la epidemia de abusos.

Relaciones interreligiosas

Schneider se ha pronunciado en contra de la inmigración musulmana a Europa. Ha afirmado que la gran inmigración musulmana durante la década de 2010 fue orquestada por “poderosas organizaciones políticas internacionales … para quitarle a Europa su identidad cristiana y nacional. Está destinada a diluir el carácter cristiano y nacional de Europa“. Schneider alegó que la guerra civil siria fue orquestada por potencias internacionales con el fin de provocar una crisis migratoria para descristianizar Europa, y que la inmigración masiva a Europa desde el norte de África también fue “creada artificialmente”.

Liturgia

Schneider es un promotor de la Misa Tridentina. Ha reprendido a los sacerdotes por usar “un estilo de liturgia descuidado y superficial, casi un entretenimiento”, y agregó que la liturgia debe ser conducida con “belleza y reverencia“. Según Schneider, “no se puede cambiar la liturgia según los gustos de la época. La liturgia es atemporal”. Schneider ha dicho misa en el rito bizantino en numerosas ocasiones, elogiándola como “impregnada de respeto, reverencia, espíritu sobrenatural y adoración”. 

Schneider criticó el cierre de iglesias durante la pandemia de COVID-19, remarcó que muchos otros establecimientos permanecieron abiertos y propuso que las iglesias pudieran permanecer abiertas de manera segura si se siguieran los procedimientos sanitarios y se ofrecieran misas adicionales para limitar el número de fieles.

Declaración de Verdades

En una conferencia teológica en Roma en diciembre de 2010, Schneider propuso la necesidad de “un nuevo Syllabus” (recordando el Syllabus de errores de 1864), en el que la autoridad docente papal corregiría las interpretaciones erróneas de los documentos del Concilio Vaticano II.

El 10 de junio de 2019, Schneider, junto con los cardenales Burke y Jānis Pujats, así como los arzobisposkazajos Tomasz Peta de Astaná y Jan Paul Lenga, publicaron una “Declaración de Verdades de 40 puntos que reafirman las enseñanzas tradicionales de la Iglesia. Los obispos escribieron que tal declaración era necesaria en una época de “confusión y desorientación doctrinal casi universal”. Pasajes específicos de la declaración responden implícitamente a los escritos del Papa Francisco. La declaración establece que “la religión nacida de la fe en Jesucristo” es la “única religión querida positivamente por Dios”, aparentemente aludiendo al Documento sobre la Fraternidad Humana firmado por el Papa Francisco, que declaró que la “diversidad de religiones” es “querida por Dios”. Tras cambios recientes en el Catecismo para oponerse a la pena capital, la declaración establece que la Iglesia “no se equivocó” al enseñar que las autoridades civiles pueden “ejercer legalmente la pena capital” cuando sea “verdaderamente necesario” y para preservar el “orden justo de las sociedades.” 

Sínodo Amazónico

En septiembre de 2019, Schneider y Burke publicaron una carta de 8 páginas denunciando seis supuestos errores teológicos en el documento de trabajo para el Sínodo de los Obispos para la región Panamazónica, y pidiendo que el Papa Francisco “confirme a sus hermanos en la fe mediante un rechazo inequívoco de los errores”. Burke y Schneider criticaron el documento del Sínodo por su “panteísmo implícito”, apoyo al clero casado, al papel más importante de las mujeres en la liturgia y a una apertura excesiva a los rituales y prácticas paganos amazónicos. Pidieron a los laicos y al clero que rezaran al menos una década del Rosario y que ayunaran semanalmente por el rechazo de tales ideas durante un período de 40 días desde el 17 de septiembre al 26 de octubre.

Concilio Vaticano II

En un artículo fechado el 31 de mayo de 2020, Schneider declaró públicamente que se había adherido a la opinión de muchos católicos tradicionales sobre el Concilio Vaticano II. Ahora cree que el Concilio introdujo declaraciones erróneas nunca antes enseñadas por el magisterio de la Iglesia. También afirma que las novedades del Concilio son directamente responsables de la crisis de fe vivida en la Iglesia católica en la segunda mitad del siglo XX y en el siglo XXI.

Fuente Agencias/Wikipedia

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Los candidatos para la presidencia de la USCCB incluyen en su mayoría obispos estadounidenses LGBTQ-negativos

Martes, 15 de noviembre de 2022
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usccb-2021La Conferencia de Obispos Católicos de EE. UU. comienza su reunión de otoño la próxima semana, en la que se elegirá un nuevo presidente y vicepresidente de la conferencia. Los candidatos incluyen algunos de los obispos más conservadores de los EE. UU. La publicación de hoy incluye una breve descripción de los registros de los candidatos en temas LGBTQ+ cuando sea posible.

Arzobispo Timothy Broglio de los Servicios Militares: Broglio, actualmente el Secretario de la USCCB, ha servido en varios comités de conferencias, incluso para la paz y la justicia internacionales, la libertad religiosa y la defensa del matrimonio. En 2017, apoyó la prohibición del presidente Trump de miembros transgénero del ejército, enmarcando las identidades LGBTQ+ como una “elección personal” resultante de una “actitud social incorrecta”. En 2013, emitió una guía para los capellanes militares prohibiéndoles participar en actividades que incluyeran parejas del mismo género y exigiendo que excluyan a las personas en tales relaciones de los ministerios laicos. También denunció que los militares brindan beneficios como vivienda y atención médica a parejas del mismo género. El año anterior, se opuso a la derogación de “No preguntes, no digas”. En 2018, respondiendo a la preocupación de un católico sobre un sacerdote que culpaba a la homosexualidad por el abuso en la iglesia, Broglio respaldó al sacerdote y afirmó la afirmación.

Obispo Michael Burbidge de Arlington, Virginia: El año pasado, Burbidge publicó pautas anti-transgénero que, entre otras restricciones, prohibían a los ministros católicos usar el nombre y los pronombres elegidos por una persona trans y advertían contra ayudar a los jóvenes en la transición. Mientras era obispo de Raleigh, Carolina del Norte, Burbidge se unió a la Conferencia Católica de Carolina del Norte para apoyar inicialmente un proyecto de ley contra las personas transgénero, aunque se distanció después de las intensas críticas. En 2013, el obispo retiró su diócesis del Consejo de Iglesias de Carolina del Norte por su apoyo a la igualdad en el matrimonio y anteriormente había apoyado un proyecto de ley para definir el matrimonio en términos exclusivamente heterosexuales.

Obispo Frank Caggiano de Bridgeport, Connecticut: Después de la masacre de 2015 en Pulse Nightclub en Orlando, Florida, Caggiano fue uno de los pocos obispos de EE. UU. que reconoció a las víctimas como mayoritariamente LGBTQ+. Dijo en ese momento: “No puede haber lugar entre nosotros para el odio y la intolerancia contra nuestros hermanos y hermanas que experimentan atracción por el mismo sexo o para cualquiera que sea marginado por la sociedad en general”. Ese mismo año, se opuso abiertamente al fallo de la Corte Suprema de los Estados Unidos que legalizó el matrimonio igualitario. Caggiano fue uno de los representantes de EE. UU. en el Sínodo de la Juventud de 2018.

Arzobispo Paul Coakley de la ciudad de Oklahoma: Coakley es el actual presidente del Comité de Justicia Nacional y Desarrollo Humano de la conferencia. En este cargo, se unió a otros obispos para oponerse a la Ley de Igualdad y los esfuerzos del presidente Biden para implementar protecciones contra la discriminación LGBTQ+. Durante la administración Trump, aplaudió las reglas del presidente que permitían que las agencias de servicios sociales y los refugios para personas sin hogar discriminaran a las personas LGBTQ+. En 2014, Coakley dijo que el matrimonio igualitario “frustra el bien común”. También es miembro del consejo asesor episcopal del derechista Instituto Napa, y dijo que tiene el “más profundo respeto” por el teórico de la conspiración, el arzobispo Carlo Maria Viganó.

Arzobispo Salvatore Cordileone de San Francisco: Cordileone tiene un largo historial de oposición a la igualdad e implementación de restricciones pastorales. Más recientemente, en 2022, escribió a los legisladores pidiéndoles que votaran en contra de la Ley de Respeto al Matrimonio. Antes de eso, había liderado los esfuerzos de la USCCB para detener el matrimonio igualitario ante Obergefell, y fue identificado como una influencia clave detrás de la Proposición 8 de California. En su arquidiócesis, implementócláusulas de moralidad” centradas en cuestiones de sexualidad y género para los empleados de las escuelas católicas. . En 2015, después de la salida del armario de Caitlyn Jenner, Cordileone dijo que las personas transgénero socavan la fe. En 2013, se opuso a un proyecto de ley de reforma migratoria porque incluía disposiciones para proteger a las parejas del mismo género. En 2012, pidió a los líderes de la Asociación Católica para el Ministerio de Lesbianas y Gays (CALGM) que firmaran un “juramento de integridad personal” dado que no confiaba en su juicio pastoral. Cordileone se ha enfrentado a repetidas protestas por sus acciones negativas LGBTQ, incluso pide su destitución. Sin embargo, sí se reunió con los líderes del New Ways Ministry en 2014 después de que varios grupos LGBTQ+ le pidieran al arzobispo que se abstuviera de asistir a una manifestación contra la igualdad en el matrimonio en Washington, D.C.. Para conocer el historial completo de Cordileone sobre temas LGBTQ+, haga clic aquí.

Arzobispo Paul Etienne de Seattle: Etienne es uno de los candidatos más moderados en temas LGBTQ+. Estableció una comisión arquidiocesana para desarrollar una guía para los temas LGBTQ+ en la educación católica, aunque sus hallazgos se consideraron una “mezcla mixta”. Esta comisión se produjo después de varios despidos de trabajadores de la iglesia LGBTQ+ en Seattle, que Etienne defendió inicialmente. Después de que el papa Francisco dejara en claro su apoyo a las uniones civiles entre personas del mismo género, el arzobispo dijo que el papa estaba brindando una distinción entre la enseñanza de la iglesia y la política pública, y que todo comienza con la persona humana.

Obispo Daniel Flores de Brownsville, Texas: Flores no tiene antecedentes sólidos en temas LGBTQ+. Desde 2020, se ha desempeñado como presidente del Comité de Doctrina de la USCCB. Este año, en ese rol, escribió una introducción al informe del sínodo de la conferencia que fue menos que positiva sobre las personas LGBTQ+.

Arzobispo Gustavo García-Siller de San Antonio: García-Siller no tiene un historial sólido en temas LGBTQ+.

Arzobispo William Lori de Baltimore: Lori ha liderado durante mucho tiempo aspectos de la guerra cultural de la USCCB. En 2014, criticó la orden ejecutiva del presidente Barack Obama para proteger a los empleados LGBTQ+ de la discriminación. Lori dirigió los esfuerzos de libertad religiosa de la USCCB, incluida la “Quincena por la Libertad”, que afirmó que la libertad de la Iglesia Católica estaba siendo atacada en parte debido a la expansión de la igualdad LGBTQ+. Después de mudarse a Baltimore, se opuso al matrimonio igualitario en Maryland. Inicialmente trató de restar importancia a los comentarios amigables con los homosexuales del Papa Francisco, pero, en una señal de esperanza, dijo que ahora reconsiderará las declaraciones sobre LGBTQ+ y otros asuntos controvertidos para ver si realmente llevan a las personas al Evangelio. Parece que Lori se ha moderado en los últimos años, permitiendo que las parroquias de Baltimore formen una red creciente de ministerios LGBTQ+.

Obispo Kevin Rhoades de Fort Wayne-South Bend, Indiana: Rhoades, que ha ocupado varios puestos importantes en la USCCB, fue la figura principal en el intento de negar la Comunión al presidente Joe Biden el año pasado. En 2013, se unió a los líderes de la USCCB para oponerse a la reautorización de la Ley de Violencia contra la Mujer porque habría incluido protecciones para las personas LGBTQ+. A nivel local, Rhoades se ha centrado en la Universidad de Notre Dame, que se encuentra en su diócesis. En 2016, se opuso a que la universidad honrara al entonces vicepresidente Joe Biden en parte debido al apoyo del vicepresidente a la igualdad LGBTQ+. En 2014, criticó la decisión de Notre Dame y St. Mary’s College de ofrecer beneficios a las parejas del mismo género de los empleados. Rhoades tiene roles de asesor con grupos conservadores como el Instituto de Teología del Cuerpo y la Universidad Ave Maria.

La lista de candidatos presentados para presidente y vicepresidente de la USCCB se basa en las nominaciones de sus compañeros obispos, y esta elección indica cuán conservadora sigue siendo la conferencia casi diez años después de la elección del Papa Francisco. En particular, ninguno de los cardenales que tienen vínculos con el Papa o que fueron designados por él están nominados.

Normalmente, la elección del presidente es bastante sencilla, ya que generalmente se elige al vicepresidente. Pero el arzobispo Allen Vigneron, actual vicepresidente de la USCCB, ha superado la elegibilidad. El arzobispo Broglio ha sido nombrado favorito por algunos observadores, pero no hay una opción clara, aunque los observadores minimizan las posibilidades de los arzobispos Etienne o García-Siller.

Lo que es más preocupante es un informe de Michael O’Loughlin en America’s, que sugiere que los temas de libertad religiosa pueden estar en la mente de los obispos para la elección de la USCCB. El escribio:

“Al menos tres de los candidatos a la presidencia son nombres familiares en la campaña de alto perfil de la iglesia estadounidense por la libertad religiosa, que ha dominado el trabajo de la conferencia en los últimos años.

“Si bien las preocupaciones sobre la inmigración parecieron llegar a la cima durante la administración de Trump, los obispos han vuelto a centrarse en los problemas de libertad religiosa, que también fueron un tema apremiante durante la presidencia de Obama. Bajo la administración de Biden, los obispos han citado la libertad religiosa al expresar su oposición a los derechos ampliados para L.G.B.T. estadounidenses y propuestas que podrían proteger el acceso legal a la anticoncepción y el aborto”.

La lista de obispos para esta elección muestra contundente y tristemente que el episcopado de EE. UU., que durante una década se ha resistido estridentemente al deseo del Papa Francisco de que la iglesia se convierta en un lugar más inclusivo, parece decidido a priorizar ese patrón. Si los obispos eligen líderes que pondrán en primer plano los esfuerzos anti-LGBTQ+, seguirán causando un gran daño a la iglesia. Los católicos estadounidenses siguen mostrando un apoyo abrumador a la igualdad LGBTQ+. Es hora de que los obispos sigan su ejemplo.

—Robert Shine (él/él), New Ways Ministry, 11 de noviembre de 2022

Fuente New Ways Ministry

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Ex funcionario del Vaticano culpa de la guerra de Rusia contra Ucrania al movimiento LGBTQ

Martes, 15 de marzo de 2022
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58adbe962be6b1f288fe12340b97542cUn exfuncionario del Vaticano sugirió que la invasión rusa de Ucrania se debió al movimiento LGBTQ, haciéndose eco de la sugerencia similar de un líder ortodoxo ruso la semana pasada.

El arzobispo Carlo Maria Viganò, ex nuncio de la Santa Sede en los EE. UU., quien anteriormente escribió cartas promoviendo los intereses de la derecha y las teorías de la conspiración, centró su última misiva en la guerra en Ucrania (aunque sus pensamientos se extienden mucho más allá de ese tema también). LGBTQ Nation  informó:

“[Viganò] repitió teorías de conspiración sobre el ‘estado profundo’ y el ‘nuevo orden mundial’ en una carta de más de 10,000 palabras que critica al presidente de Ucrania, Zelensky, por ser demasiado amigable con LGBTQ y no lo suficientemente amigable.

“Al principio de la carta, Viganò escribe que Zelensky es un actor ‘mediocre’ que fue llevado al poder por los medios y usa su posición para promover la ‘ideología LGBTQ’.

“‘Las actuaciones de Zelensky en drag son perfectamente consistentes con la ideología LGBTQ que sus patrocinadores europeos consideran un requisito indispensable de la’ reforma; agenda que todos los países deberían adoptar, junto con la igualdad de género, el aborto y la economía verde, dice ‘Viganò.

“Viganò también promovió la defensa del presidente ruso, Vladimir Putin, de la invasión de Ucrania al acusar a Zelensky de apoyar movimientos neonazis, incluido Misanthropic Vision, que describe como ‘una red neonazi repartida en 19 países que incita públicamente al terrorismo, el extremismo y el odio contra Cristianos, musulmanes, judíos, comunistas, homosexuales, estadounidenses y personas de color'”.

La carta del arzobispo llega días después de que el jefe de la Iglesia Ortodoxa Rusa hiciera comentarios anti-LGBTQ similares con respecto a la invasión ilegal de Ucrania por parte de Rusia. El Washington Blade informó:

“[Viganò] siguió al patriarca Kirill, jefe de la Iglesia Ortodoxa Rusa y aliado de Putin, quien repitió una afirmación de larga data de que Occidente quiere imponer la práctica de realizar desfiles del orgullo gay como prueba de lealtad a sus valores, que incluye la aceptación de la homosexualidad. La guerra de Ucrania, dijo el domingo en su sermón, fue el resultado de la negativa de las regiones orientales a aceptar.

“‘Si la humanidad acepta que el pecado no es una violación de la ley de Dios, si la humanidad acepta que el pecado es una variación del comportamiento humano, entonces la civilización humana terminará ahí’, dijo Kirill en la celebración previa a la Cuaresma conocida como Domingo del Perdón”.

Viganò se ha convertido en un líder de la derecha católica a través de sus cartas que promueven ideologías antisemitas, supremacistas blancas y antigubernamentales. Es casi cismático en su resistencia al liderazgo del Papa Francisco, y el arzobispo incluso ganó elogios de Donald Trump en un momento dado por todos sus esfuerzos.

Pero el historial anti-LGBTQ de Viganò se remonta más atrás que sus recientes escritos conspirativos. Trabajó activamente para obstaculizar los derechos LGBTQ mientras ocupaba cargos oficiales en la iglesia, como diseñar el encuentro entre Kim Davis y el Papa Francisco durante la visita de este último a los EE. UU. en 2015. Viganò ha sugerido repetidamente que los sacerdotes homosexuales tienen la culpa del escándalo de abuso sexual de la iglesia, aparecido durante dos años en los EE. UU. Marcha por el Matrimonio a pesar de los llamamientos de los católicos para que los líderes de la iglesia no asistan, y usó su último discurso como nuncio a los obispos de EE. UU.  para mantener la cultura ataques guerreros.

Al igual que con sus peroratas anteriores, la última carta del arzobispo Viganò está más allá de los límites del discurso razonado. La carta es una sopa de palabras, divagante e incoherente. La falta de consistencia es clara cuando condena a las personas LGBTQ, pero luego las destaca como presuntas víctimas que deben ser salvadas de los neonazis ucranianos. Normalmente, es mejor ignorar tales arrebatos. Esta vez, con vidas ucranianas en peligro, podría ser bueno que los líderes católicos rechacen explícitamente el chivo expiatorio del arzobispo de las personas LGBTQ por una invasión injusta e ilegal.

—Robert Shine (él/él), New Ways Ministry, 12 de marzo de 2022
Fuente New Ways Ministry

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Cómo comunicar en una sociedad polarizada

Viernes, 17 de septiembre de 2021
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sociedad-polarizada-02Un interesante análisis que hemos leído en ATRIO:

Diego Fares (jesuíta boliviano) y Austen Ivereigh (escritor católico inglés) han escrito juntos este ensayo que acaba de publicar la Civiltà Cattolica, que sigue en punta. Lo he leído con calma el viernes por la tarde, y me ha iluminado y tranquilizado tras una semana en ATRIO marcada por el tono agresivo e insultante que ha cobrado algún hilo, haciendo abandonar tal vez a algunos atrieros. Invito a leerlo con calma en el fin de semana. Es largo pero de lenguaje sencillo. Esperanzador pero no buenista o francisquista, buscando el diálogo entre posturas contrarias que no es lo mismo que contradictorias. Ya me diréis. AD.

Comunicar en una sociedad polarizada, ser promotores de unión, de encuentro, de reconciliación, de coincidencia en la diversidad: ¿cuál es la actitud, la forma mentis necesaria para ser buenos comunicadores en un contexto en el que la polarización quiere imponer su ley a todo discurso público o privado?

La polarización es un fenómeno tan antiguo como la humanidad, pero que ahora tiende a incrementarse exponencialmente frente a cambios e incertidumbres a gran escala. En EE. UU., donde casi la mitad de los demócratas y los republicanos ven a los otros como una amenaza al bienestar de la nación, la creciente polarización ha despertado estudios y proyectos para intentar superarla[1].

En este ámbito se destaca el psicólogo social Jonathan Haidt, quien en The Righteous Mind ha subrayado la importancia de las «intuiciones morales» y el hecho de que las personas busquen argumentos para defenderlas[2]. Para superar la brecha que los separa, liberales y conservadores tienen necesidad de aprender cuáles son las intuiciones morales que los motivan a unos y a otros.

La organización de ciudadanos Better Angels busca «despolarizar América» realizando proyectos prácticos en los que reúne a partidarios de los demócratas y de los republicanos[3]. Su fundador, David Blankenhorn, que se describe como una persona herida por las culture wars americanas, ha identificado siete «hábitos» para «despolarizar» el conflicto, deduciéndolos de las siete virtudes del cristianismo clásico. Las tres virtudes más altas, según Blankenhorn, son:

  • 1) «criticar desde dentro», es decir, criticar al otro desde un valor que se tiene en común con él (reconociendo que las intuiciones morales suelen ser universales);
  • 2) «buscar los bienes en conflicto»; reconocer que, mientras que algunos conflictos tratan del bien en oposición al mal, la mayoría de ellos son conflictos entre bienes, y la tarea, por tanto, no consiste en separar el bien del mal sino en reconocer y sopesar los bienes que compiten entre sí;
  • 3) «contar más de dos», es decir, superar la tendencia a dividir en binomios antagónicos, que conducen a pseudodesacuerdos[4].

También en la Iglesia católica estadounidense podemos encontrar intentos de superar las agudas divisiones intraeclesiásticas entre católicos «progresistas» y «conservadores». En junio de 2018, por ejemplo, la Georgetown University patrocinó un encuentro de ochenta líderes con el fin de intentar superar la polarización a partir de la doctrina social de Iglesia y del ejemplo del papa Francisco[5]. Uno de los ponentes, el arzobispo de Chicago, cardenal Blase Joseph Cupich, hizo notar la distinción entre partidismo (partisanship) y polarización. Lo primero es división o desacuerdo que, sin embargo, permite trabajar juntos para lograr fines compartidos, mientras que, en el caso de la polarización, el aislamiento y la desconfianza entre unos y otros hace imposible la cooperación. Cupich recordó a san Juan Pablo II, quien describió la polarización como un pecado porque suscita obstáculos por lo visto insuperables para el cumplimiento del plan divino para la humanidad.

La postura del papa Francisco ante la polarización

El papa Francisco ha observado que «nos toca transitar un tiempo donde resurgen epidémicamente, en nuestras sociedades, la polarización y la exclusión como única forma posible de resolver los conflictos»[6].

En su mensaje para la 53ª Jornada mundial de las comunicaciones sociales dice: «La identidad en las redes sociales se basa demasiadas veces en la contraposición frente al otro, frente al que no pertenece al grupo: este se define a partir de lo que divide en lugar de lo que une, dejando espacio a la sospecha y a la explosión de todo tipo de prejuicios (étnicos, sexuales, religiosos y otros)[7]. El ser miembros los unos de los otros —afirma en su reflexión el santo padre— es la motivación más profunda de la obligación de custodiar la verdad, que se revela precisamente en la comunión[8]. El Papa describe la Iglesia como «una red tejida por la comunión eucarística, en la que la unión no se funda sobre los likes, sino sobre la verdad, sobre el “amén” con el que cada uno se adhiere al Cuerpo de Cristo acogiendo a los demás»[9].

Uno de los discursos más contundentes al respecto fue el que el papa Francisco pronunció ante el Congreso de EE.UU.: «Puede generarse una tentación a la que hemos de prestar especial atención: el reduccionismo simplista que divide la realidad en buenos y malos; permítanme usar la expresión: en justos y pecadores». Y proseguía, exponiendo una posible paradoja: «En el afán de querer liberarnos del enemigo exterior podemos caer en la tentación de ir alimentando el enemigo interior. Copiar el odio y la violencia del tirano y del asesino es la mejor manera de ocupar su lugar. A eso este pueblo dice no»[10]. En clave cristiana, este «no», esta resistencia, es un «criterio de sanidad y ortodoxia cristiana» que consiste «no tanto en el modo de actuar como en el modo de resistir»[11]. Dicha resistencia personal reconoce que la polarización nace primero en el corazón humano y, posteriormente, puede estar fomentada por los medios y la política.

En el Mensaje para la 50.ª Jornada de las Comunicaciones Sociales el Papa precisó que el mal uso de los medios de comunicación puede «conducir a una ulterior polarización y división entre las personas y los grupos»[12]. Del mismo modo, una política está enferma cuando prospera en función de los conflictos, acentuándolos para aumentar el poder o la influencia del político «intermediario», muy distinta de una política sana que se esfuerza en conciliar a las personas en torno al bien común, y en la cual el político es «mediador»: uno que se sacrifica a sí mismo en favor del pueblo[13].

Ya en 1974, en sus comienzos como provincial de los jesuitas, Bergoglio hacía ver que en los Ejercicios Espirituales el pecado es «fundamento desintegrador de nuestra pertenencia al Señor y a la Iglesia»[14]. El pecado desintegra también nuestra pertenencia a la humanidad. «El único enemigo real —reflexionaba Bergoglio— es el enemigo del plan de Dios»[15], que, como dice Pablo «dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman» (Rom 8, 28)». Y concluía: «Esta es la hermenéutica para discernir lo principal de lo accesorio, lo auténtico de lo falso»[16], las «contradicciones del momento» del tiempo de Dios[17], que es «más grande que nuestras contradicciones»[18].18

Una «forma mentis» despolarizadora

Analizaremos ahora cuatro actitudes del papa Francisco que pueden ayudarnos a configurar la forma mentis[19] necesaria para discernir cómo comunicar bien en medio de una sociedad polarizada. Se trata de dos «noes» y de dos «síes». Ante todo, no discutir con el que busca polarizar y no dejarse confundir por falsas contradicciones. Segundo, decir sí —más con las obras que con las palabras— a la misericordia como paradigma último, y decirlo en dialecto materno, que llega al corazón de cada persona en su propia cultura.

 Consideremos en primer lugar algunas situaciones en las que el Papa, con pocas palabras (a veces le bastó un gesto, una pausa o un silencio elocuente), comunicó bien en un contexto de polarización.

En el encuentro celebrado en el Augustinianum sobre el diálogo intergeneracional con ocasión de la presentación del libro La sabiduría de los años[20], el papa Francisco dialogó con una pareja de abuelos que le expresaron su necesidad de ser ayudados para poder hablar bien con sus hijos. Le decían: «A pesar de nuestros esfuerzos como padres para transmitir la fe, los hijos algunas veces son muy críticos, nos contestan y parecen rechazar su educación católica. ¿Qué debemos decirles?».

El Papa hizo una pausa de apenas un instante y respondió resueltamente: «Hay algo que dije una vez, porque se me ocurrió espontáneamente, sobre la transmisión de la fe: la fe debería transmitirse “en dialecto”. Siempre. El dialecto familiar, el dialecto… Pensad en la madre de aquellos siete jóvenes que leemos en el Libro de los Macabeos: dos veces la historia bíblica dice que la mamá los alentaba “en dialecto”, en la lengua materna, porque la fe se había transmitido así, la fe se transmite en el hogar»[21]. Después agregó: «Nunca discutáis, nunca, porque es una trampa: los hijos quieren llevar a los padres a la discusión. No. Mejor decir: “No sé responder a esto, busca en otra parte, pero busca, busca…”. Evitad siempre la discusión directa, porque aleja. Y siempre el testimonio “en dialecto”, o sea con esas caricias que ellos entienden»[22].

La fuerza de ese breve diálogo entre el Papa y la pareja de padres-abuelos contiene un núcleo comunicativo que despoja de sus armas al que, voluntariamente o no, polariza. Se trata de adoptar estas dos actitudes: dar testimonio en dialecto y no discutir. No discutir supone hacer un discernimiento: decir «no» a una falsa polarización y decir «sí» a un paradigma superador: el de la misericordia. Leer más…

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McCarrick, el cardenal excomulgado, habría donado más de 600.000 $ a jerarcas de la Iglesia vaticana de la época de Wojtyla y Ratzinger

Jueves, 2 de enero de 2020
Comentarios desactivados en McCarrick, el cardenal excomulgado, habría donado más de 600.000 $ a jerarcas de la Iglesia vaticana de la época de Wojtyla y Ratzinger

índiceMcCarrick fue durante largo tiempo una pieza clave para recolectar fondos destinados al Vaticano en Estados Unidos

El ex cardenal entregó desde 2001 más de $600,000 a eclesiásticos, empleados del Vaticano, asesores papales y a Juan Pablo II y Benedicto XVI

Juan Pablo II habría recibido $90,000 dólares entre 2001 y 2005, y Benedicto XVI, $291,000 dólares, en 2005

Varios de estos destinatarios, que fueron más de 100, eran encargados directos de investigar las acusaciones de agresiones sexuales de McCarrick

Cientos de curas pederastas no aparecen en las listas reveladas por la Iglesia católica de los Estados Unidos

El ex cardenal estadounidense Theodore McCarrick entregó más de $600,000 en alrededor 20 años a jerarcas religiosos, incluidos dos papas, cuando afrontaba acusaciones por agresión sexual en los años 1970 por las que finalmente fue excomulgado en febrero, reportó el viernes el Washington Post.

El ex arzobispo emérito de Washington, primer cardenal excomulgado en el marco de un escándalo de pedofilia que sacude a la Iglesia católica, fue durante largo tiempo una pieza clave para recolectar fondos destinados al Vaticano en Estados Unidos.

Según el Washington Post, que cita a ex jerarcas religiosos y consultó archivos de estas transacciones financieras, McCarrick entregó desde 2001 más de $600,000 a eclesiásticos, empleados del Vaticano, asesores papales y a Juan Pablo II y Benedicto XVI.

Varios de estos destinatarios, que fueron más de 100, eran encargados directos de investigar las acusaciones de agresiones sexuales de McCarrick, que hoy tiene 89 años, señaló el diario estadounidense.

En Washington, el prelado disponía de un fondo especial por intermedio del cual recaudaba dinero y lo redistribuía con escasa supervisión.

Juan Pablo II habría recibido $90,000 dólares entre 2001 y 2005, y Benedicto XVI, $291,000 dólares, en 2005.

Portavoces de los antiguos papas y del Vaticano no han comentado hasta ahora estas informaciones.

El dinero podría haber sido destinado a obras de caridad, precisa el Washington Post.

Estos regalos “jamás influenciaron las decisiones del cardenal en tanto miembro de la Santa Sede”, declaró un vocero del cardenal Leonardo Sandri, que recibió $6,500 de parte de McCarrick en los años 2000.

En agosto de 2018, el arzobispo italiano Carlo Maria Vigano generó una bomba mediática al acusar al papa Francisco de haber guardado silencio durante largo tiempo sobre los comportamientos predatorios del cardenal McCarrick, excomulgado unas semanas antes tras la difusión de agresiones sexuales concretas.

Francisco anunció luego el inicio de una investigación en los archivos del Vaticano.

El papa Francisco no aparece en la lista de destinatarios de los fondos de McCarrick revisada por el Post. El líder de la Iglesia ha prometido “tolerancia cero” y en mayo aprobó una medida histórica para obligar a quienes saben de abusos sexuales en la Iglesia a denunciarlos a sus superiores.

Fuente Religión Digital

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Mil dólares al mes en alcohol y cien al día en flores frescas: los gastos del ‘obispo Rockefeller’… mientras abusaba de curas jóvenes.

Sábado, 8 de junio de 2019
Comentarios desactivados en Mil dólares al mes en alcohol y cien al día en flores frescas: los gastos del ‘obispo Rockefeller’… mientras abusaba de curas jóvenes.

 1414CNS-BpBransfieldWEB2La red de ‘sobornos’ de un obispo acusado de abusos salpica a Burke, Dolan, McCarrick o Viganò

Michael J. Bransfield agasajó a prelados con dinero de fondos eclesiales mientras abusaba de curas jóvenes

El ex-obispo de Wheeling-Charleston gastó en trece años 2,4 millones en viajes, 4,6 millones en reformas a su palacio episcopal y $300.000 en ropa, joyas y “servicios personales”, según el Washington Post

El dinero procede de una explotación petrolífera en la diócesis en Texas, lo que genera para la Iglesia local $15 millones al año

2,4 millones de dólares en viajes -muchos de ellos personales- con aviones privados y hoteles de lujo incluidos. $1.000 en alcohol. $4.6 millones en reformas al palacio episcopal después de que un incendio destrozara una sola habitación. $182.000 en flores frescas -$100 al día- para la curia local. Son algunos de los detalles del estilo de vida “extravagante y fastuoso” que llevó a costa de las arcas de la Iglesia el que fuera obispo de Wheeling-Charleston durante trece años, Michael J. Bransfield, según los documentos eclesiales internos a los que ha tenido acceso el Washington Post.

Desde que fue nombrado en 2005 y hasta que fue suspendido como obispo por abusos sexuales en septiembre del año pasado- luego para ser apartado del ministerio público el pasado marzo- Bransfield no solo dio más de $350.000 en “regalos” a prelados poderosos en EEUU y en Roma, los cardenales Timothy Dolan o Raymond Burke o el ex-nuncio Carlo Maria Viganò incluidos. También se mantuvo fiel a la fama de vividor” que se cosechó para sí mismo en su anterior etapa como rector de la Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción en Washington (1990-2005), según el informe independiente mandado al Vaticano que resultó en el cese de Bransfield el año pasado.

palacio-episcopal-vivia-Bransfield_2128597164_13658498_667x375El palacio episcopal en el que vivía Bransfield (Michelle Boorstein/The Washington Post

Más de $300.000 dólares en ropas, joyas y “servicios personales”

Los “regalos”, viajes, alcohol, reformas a su residencia y las flores frescas no fueron los únicos chanchullos de los que Bransfield disfrutaba, de acuerdo con los correos y registros financieros consultados por el Post. El prelado también pedía que los administradores financieros de la diócesis le subieran el sueldo de acuerdo con el importe de sus lujos y obsequios, más el correspondiente cargo fiscal, de modo que sus caprichos siempre corrieran a cargo de la Iglesia. Un modo de proceder, en efecto, que ahora le ha merecido una posible investigación por evasión fiscal por las autoridades de EEUU, según expertos consultados por el Post.

Incluso los gastos personales que Bransfield ni intentaba justificar como necesarios para el ejercicio de su cargo los sufragó la Iglesia. El obispo recibió durante su mandato pagos de $324.129 en conceptos como ropa, joyas y “servicios personales”, incluyendo por 87 compras al valor de $61.000 en Ann Hand, una boutique en Washington especializadas en joyas patrióticas como águilas de oro y zafiros.

¿De dónde vino el dinero?

Pero, ¿de dónde venía el dinero que financió los excesos de Bransfield? El Post recuerda algo bastante desconocido incluso para los fieles de Wheeling-Charleston: la tierra de Texas Occidental donada a la diócesis en 1904 y en la que fue descubierto petróleo en los años treinta.

La explotación petrolífera de estas tierras genera para la diócesis ingresos anuales de $15 millones, más un fondo de reserva de $230 millones, según los datos de esta jurisdicción eclesial, y de los que Bransfield siempre proclamaba, según el Post: “Son míos”. A cambio, el estado de Virginia Occidental -colindante con la diócesis de Wheeling-Charleston- tiene una de las más poblaciones católicas más bajas per cápita de todo el país, con solo un 4% de la población en general, o 78.000 fieles.

Toda una anomalía que ha permitido a la diócesis de Wheeling-Charleston ser la única en EEUU en la que la diócesis financia a las parroquias, a cambio de la práctica habitual de que las parroquias financian a la diócesis.

El ex-obispo de Wheeling-Charleston, Michael J. Bransfield, agasajó durante una década a una decena de poderosos prelados en EEUU y Roma con 350.000 dólares de fondos provenientes de la Iglesia, a la vez que abusaba de seminaristas y otros jóvenes curas. Son los detalles de correos y registros financieros de la diócesis obtenidos por el Washington Post. Entre los beneficiarios de la red de ‘sobornos’ se encuentran, entre otros, los cardenales Raymond Burke o Timothy Dolan, el ex cardenal Theodore McCarrick o el ex-nuncio Carlo Maria Viganò.

Los 565 seminaristas, curas y obispos a los que Bransfield dio el dinero como “regalos” incluyen a algunos de los nombres más importantes tanto de la Iglesia estadounidense como de la Curia Romana. El Post obtuvo la información de un informe encargado por el actual arzobispo de Baltimore, William E. Lori, encargado de investigar a Bransfield cuando surgieron denuncias de abusos el pasado septiembre.

Lo más curioso es que fue Lori quien ocultó los nombres de once prelados poderosos que Bransfield agasajó -incluido el suyo propio- en el informe final, que llegó al Vaticano sin estos datos.

¿Quiénes fueron los beneficiados?

bransfieldquirk-_colleen-rowan– El actual arzobispo de Baltimore, William E. Lori, recibió de Bransfield 10.500 dólares. Monseñor Lori ha explicado que este dinero consistió en reembolsos por gastos de viajes y honorarios por misas celebradas en Wheeling-Charleston al valor de $3.000, además de regalos de $7.500, y ha prometido devolver la suma para que sea donada a organizaciones benéficas de la Iglesia.

– El hasta hace poco arzobispo de Washington, cardenal Donald Wuerl, recibió de Bransfield 10.000 dólares. Dinero que a través de un portavoz ha precisado corresponde a “honorarios por conferencias en la diócesis de Wheeling y otros eventos conmemorativos, junto con regalos modestos para marcar celebraciones personales, tales como aniversarios de ordenación”.

– El ex-nuncio de EEUU, arzobispo Carlo Maria Viganò, recibió de Bransfield 6.000 dólares. El azote del Papa Francisco ha explicado al Post que su personal le avisó que regalos de este tipo son costumbre en EEUU.

– El cardenal Kevin Farrell, actual Prefecto del nuevo Dicasterio para los Laicos, Familia y Vida en el Vaticano, recibió de Bransfield 29.000 dólares. El dinero supuestamente iba para reformas en su apartamento en Roma, pero el portavoz de la Santa Sede, Alessandro Gisotti, ha precisado que fueron “donativos voluntarios” y Bransfield “no recibió nada a cambio”. “El cardenal Farrell no era consciente de las acusaciones contra el obispo Bransfield de abusos y mala gestión de los fondos financieros de su diócesis”, ha explicado Gisotti.

– El arzobispo de Nueva York, Timothy Dolan, también recibió dinero de Bransfield, tal y como lo hizo el cardenal Raymond Burke, pero el reportaje del Post no especifica las cantidades. Al ser contactados por el periódico, ni Dolan ni Burke explicaron el fin al que estuvo destinado el dinero.

Otros prelados que beneficiaron de la generosidad de Bransfield incluyeron al cardenal Bernard Law, quien dimitió como arzobispo de Boston en 2002 en pleno escándalo de los abusos inmortalizados en la película Spotlight ($4.800). También el ex-arzobispo de Detroit y ex-Presidente de la Gobernación de la Ciudad del Vaticano, cardenal Edmund Szoka ($500), el ex-nuncio en EEUU Pietro Sambi ($28.000), el ex-cardenal Theodore McCarrick, y el sobrino y primo del propio Bransfield respectivamente: Sean Bransfield, actual vice-canciller de la archidiócesis de Filadelfia ($9.175), y Brian Bransfield, actual secretario general de la Conferencia Episcopal estadounidense ($1.350).

A pesar de que estos prelados hayan calificado el dinero dado por Bransfield como “regalos”, “honorarios” o “donativos”, ¿tenían algo que ver con los abusos que cometió el ex-obispo de Wheeling-Charleston en el mismo periodo de tiempo? Los expedientes obtenidos por el Post no precisan el concepto de las transferencias, pero lo cierto es que el informe mandado al Vaticano detalla las denuncias de al menos nueve curas de la diócesis que acusan a su ex-obispo de tocar o besarles, de lanzarles comentarios inapropiados o de haberse desnudado delante de ellos.

Fuente Religión Digital

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El Papa, sobre el caso McCarrick: “Tanto los abusos como su cobertura ya no pueden ser tolerados”

Lunes, 8 de octubre de 2018
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180728-theodore-mccarrickAhora no… ¿Y antes?

Francisco ordena ampliar investigación sobre los abusos del excardenal

“Tratamiento diferente para los Obispos que los cometieron o los encubrieron es una forma de clericalismo inaceptable”

El depredador McCarrick se recluye en un monasterio de Kansas a escasos metros de dos escuelas

Una víctima de abusos en EEUU demanda al Vaticano para que revele todos los nombres de curas pederastas

Ya son 13 los estados que investigan la trama de abusos y encubrimientos en la Iglesia estadounidense

El Papa expulsa del sacerdocio a César Cordero, el ‘Karadima de Ecuador’

Escrache al cardenal: “Ezzati, que nuestras pesadillas te sigan a donde vayas”

El papa ha ordenado ampliar la investigación sobre los abusos del que fuera cardenal y arzobispo emérito de Washington Theodore McCarrick, avanzó hoy la Santa Sede, que ha asegurado que publicará las conclusiones “en su momento”.

En julio pasado el Vaticano informó de que el papa había expulsado a McCarrick del Colegio Cardenalicio, una medida con pocos precedentes en la historia, y había ordenado su reclusión hasta el juicio canónico sobre las acusaciones de abuso que pesan en su contra.

El exnuncio en Estados Unidos Carlo Maria Viganò aseguró en agosto que el papa Francisco conocía las acusaciones de abusos sexuales que pesaban sobre McCarrick y recientemente ha criticado al pontífice por, en su opinión, guardar silencio.

El comunicado se refiere a los pasos que llevaron al Papa a aceptar la dimisión del Colegio Cardenalicio de McCarrick y asegura que la Santa Sede “no dejará de dar a conocer, a su debido tiempo, las conclusiones del caso”. Además el Papa alienta a “no tolerar el abuso ni la cobertura; y a seguir el camino de la verdad dondequiera que nos lleve”.

Después de la publicación de las acusaciones concernientes a la conducta del arzobispo Theodore Edgar McCarrick, el Santo Padre Franciso, consciente y preocupado por el desconcierto que están causando en la conciencia de los fieles, ha dispuesto que se comunique lo siguiente:

En septiembre de 2017, la Arquidiócesis de Nueva York informó a la Santa Sede que un hombre acusó al entonces Cardenal McCarrick de abusar de él en los años setenta. El Santo Padre encargó una investigación previa en profundidad del asunto, que fue llevada a cabo por la Arquidiócesis de Nueva York y al final de la cual la documentación pertinente fue transmitida a la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Mientras tanto, en cuanto surgieron en el curso de la investigación graves evidencias, el Santo Padre aceptó la renuncia del Arzobispo McCarrick al Colegio Cardenalicio, ordenándole que se le prohibiera el ejercicio del ministerio público y la obligación de llevar una vida de oración y penitencia. Al respecto, la Santa Sede no dejará de dar a conocer, a su debido tiempo, las conclusiones del caso del arzobispo McCarrick

También en relación con otras acusaciones contra el clérigo, el Santo Padre ha decidido completar la información recogida mediante una investigación previa con un estudio más detallado de toda la documentación presente en los Archivos de los Dicasterios y Oficinas de la Santa Sede sobre el entonces Cardenal McCarrick, con el fin de conocer todos los hechos relevantes, situarlos en su contexto histórico y evaluarlos objetivamente.

La Santa Sede es consciente de que un examen de los hechos y las circunstancias podría dar lugar a decisiones que no serían coherentes con el enfoque actual de estas cuestiones. Sin embargo, como dijo el Papa Francisco, “seguiremos el camino de la verdad, dondequiera que nos lleve”. (Filadelfia, 27 de septiembre de 2015).

Tanto los abusos como su cobertura ya no pueden ser tolerados y un tratamiento diferente para los Obispos que los cometieron o los encubrieron es, de hecho, una forma de clericalismo que nunca más será aceptable. El Santo Padre Francisco renueva su urgente llamamiento a unir fuerzas para combatir el grave flagelo de los abusos dentro y fuera de la Iglesia y para impedir que tales crímenes se cometan contra los más inocentes y vulnerables de la sociedad.

Él, como ha anunciado, ha convocado a los Presidentes de las Conferencias Episcopales de todo el mundo para el próximo mes de febrero, mientras resuenan las palabras de su reciente Carta al Pueblo de Dios: “El único modo en que tenemos que responder a este mal que nos ha costado tantas vidas, es viviéndolo como una tarea que nos compromete y nos concierne a todos como Pueblo de Dios”. Esta conciencia de sentirse parte de un pueblo común y de una historia común nos permitirá reconocer nuestros pecados y errores del pasado con una apertura penitencial capaz de dejarnos renovar desde dentro” (20 de agosto de 2018).

Fuente Agencias/Religión Digital

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“El poder del silencio en el trabajo por la justicia”

Lunes, 10 de septiembre de 2018
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pic-mary-huntPonencia de Mary Hunt en el XXXVIII Congreso de Teología Juan XXIII

“El silencio no es para los tímidos”. Y mal usado “puede ser una trampa especialmente para las mujeres y otros que han sido marginados”

(Mary E. Hunt. Teóloga feminista. USA).- Por favor, únanse a mí en dos minutos de silencio comunitario. Gracias. Buenas tardes. Estoy encantada de estar con ustedes finalmente para esta conferencia. Mis más sinceras gracias a Juan José Tamayo y a Margarita Pintos por invitarme y organizar un tiempo delicioso en Madrid. Me sentí honrada de haber sido invitada en varios años, pero un compromiso con una conferencia de mujeres todos los años en esta fecha me impidió decir que sí. Estoy agradecida de estar aquí ahora. Me disculpo por mis errores en español, pero sé que el mal español es preferible al perfecto inglés.

Este fin de semana he aprendido mucho sobre las muchas formas en que la espiritualidad y la justicia se superponen. Mi contribución es mirar “El poder del silencio en el trabajo de la justicia”. Esta apreciación de la contemplación es un elemento esencial para hacer un cambio social. Lo hago desde una perspectiva feminista basada en la tradición católica y profundamente endeudada con otras formas de espiritualidad.

Comienzo con mi contexto, a saber, la comunidad progresista de los Estados Unidos. Luego, hablaré sobre la importancia de la meditación / contemplación en términos sociales amplios, ofreceré ejemplos contemporáneos de cómo funciona, y concluiré con el papel de la oración contemplativa en el sostenimiento de las energías.

Contexto:

Vengo desde los Estados Unidos, donde nos vemos envueltos en una situación política escandalosa y peligrosa. Se ve empeorado por la avaricia, la discriminación, la xenophobia, y el desprecio por el medio ambiente. El final de la administración Trump no puede llegar lo suficientemente pronto para el bien del mundo.

Mientras tanto, yo, como muchos estadounidenses, me opongo a las políticas de “Hacer que Estados Unidos sea grandioso de nuevo” (“Make America Great Again“) con cada fibra de nuestro ser. Las próximas elecciones son cruciales para cambiar el rumbo desastroso en el que nos encontramos. Las personas ricas y poderosas ganan exponencialmente más, mientras que los inmigrantes adultos en un país de inmigrantes son arrancados de sus hijos y los ciudadanos pobres no tienen cuidado de la salud, la educación y los empleos que merecen. Lo más difícil para mí es saber que un gran porcentaje de la población, lo suficiente para elegirlo, está de acuerdo con los métodos de Trump. Cambiar esas actitudes es crucial para hacer un cambio social.

Entonces, la meditación, que algunos creen que puede transformar los campos de energía, es una herramienta bienvenida, aunque de ninguna manera sustituye el trabajo duro de organizar, lobby, registrar votantes y el resto necesario para detener la marea.

También vengo del extremo progresivo del espectro religioso enraizado en la tradición católica. Como feminista, hace tiempo que rechazo lo que Elisabeth Schüssler Fiorenza útilmente definido como la iglesia ‘kyriarchal’. ‘Kyriarchy’ es las formas de opresión inter-estructuradas que crean las condiciones para la injusticia. La Iglesia católica institucional es una que literalmente “señorea” al clero sobre los laicos, a los hombres sobre las mujeres, a los religiosos sobre los seculares. Las feministas en la religión se han adscrito a este análisis durante décadas, creando abundante investigación y recursos para superarlo.

El resto del mundo nos está mostrando ahora que la institución católica se encuentra en el descrédito global y pronto en la ruina financiera. Informes recientes sobre la conducta criminal del clero católico y su encubrimiento por parte de funcionarios de la iglesia en los más altos niveles marcan el final de la Iglesia Católica Romana tal como la conocíamos en los Estados Unidos y tal vez en el resto del mundo.

Los católicos representan el 20% de la población de EE. UU., 51 millones de adultos en los EE. UU., aproximadamente 3 millones menos que en 2007. El porcentaje de católicos que asiste a misa semanal cayó un 6% del 2014 al 2017 con cifras actuales muy por debajo del 40%. Somos muy similares a muchos países europeos como España y la antigua Irlanda católica.

Los católicos de EE. UU. están disgustados y desmoralizados por un reciente informe del gran jurado que documentó más de 1.000 niños violados y abusado por más de 300 sacerdotes en un solo estado con 49 estados más donde se deben realizar investigaciones similares. Los funcionarios legales aseguran que las cifras reales de víctimas / sobrevivientes son mucho más altas de lo que se informa. El informe reveló que los obispos reasignaban rutinariamente al clero criminal en lugar de prohibirles el ministerio. Este es un problema nacional ya que los sacerdotes se mueven como si se tratara de un tablero de ajedrez gigante de una parroquia a otra dentro de una diócesis o de una diócesis a otra en todo el país.

silencio

En el caso de Theodore McCarrick, cardenal arzobispo de Washington DC, el público se enteró de que algunos obispos son delincuentes. McCarrick es acusado creíblemente no solo de pedofilia, sino también de actos sexuales con personas a su servicio, a saber, seminaristas y sacerdotes. Si bien tales infracciones en el lugar de trabajo no siempre son criminales según la legislación de EE. UU., siempre están fuera de normas éticas. Parece que el sexo con el jefe era importante para avanzar en el sistema clerical. Esto arroja dudas sobre todos los clérigos de más alto nivel. ¿Obtuvieron sus trabajos debido a su competencia o debido al cumplimiento en un sistema despreciable?

Tal vez el asunto más difícil en el caso de McCarrick ha sido la respuesta de los miembros del clero que “todos sabían”. Si “todos sabían”, ¿cómo llegó a ser cardenal, el jefe de una de las diócesis más prestigiosas, ¿cómo ganó la confianza del Papa y llegó a ser un portavoz clave contra el abuso sexual del clero? Las acusaciones del Arzobispo Carlo Maria Viganò, el ex Nuncio Apostólico en los Estados Unidos, de que incluso el Papa Francisco era consciente de que un papa anterior había sancionado a McCarrick, agrega otra capa de engaño a toda esta repugnante escena.

Obviamente, la mentira sistemática y la duplicidad caracterizan el “negocio de lo normal” (“business as usual“) en la iglesia institucional católica. Esta es la norma en una estructura que otorga un poder desproporcionado al clero sobre los laicos. Es una cultura enfermiza de sexualidad reprimida y desinformada, un caso de kyriarchy escribe grande.

Por estas y otras razones, creo que la institución católica ha seguido su curso. Pero los desafíos de la vida cotidiana: un niño se enferma, un padre muere, uno pierde su trabajo, una relación termina, continúa y la gente necesita recursos pastorales y espirituales para tratar con ellos. Millones de personas que solían ser católicas buscarán en otra parte en su búsqueda de ser religiosos.

Por supuesto, algunos dejarán de lado la religión por completo, una opción comprensible. Pero debido a que tanto trabajo de justicia social es impulsado por una ética basada en la religión, me preocupa de dónde vendrá la motivación para que la gente se mantenga comprometida. Creo que es importante mantener los contornos de los valores construidos interreligiosamente. Algunos de nosotros traemos contenido cristiano, católico y liberacionista.

Las feministas han sabido este problema por décadas: la misma tradición religiosa que nos dio nuestros valores más profundos era completamente insegura en forma institucional. Mientras que Jesús todavía podría tener alguna apelación, la institución nos repele.  Un objetivo de la Convergencia Mujer-Iglesia, por ejemplo, no ha sido reformar o reestructurar la iglesia institucional, sino dejar que las necesidades del mundo, y no las fallas de la iglesia, establezcan nuestra agenda.

Creo que esto es común en el mundo posmoderno donde las preocupaciones religiosas del pasado han sido reemplazadas por los problemas morales del futuro. Si eso es cierto, entonces nuestra audiencia es mucho más grande de lo que imaginamos. Es irónico en un momento en que una importante institución religiosa está en colapso y gran parte de sus enseñanzas y prácticas son recibidas con escepticismo y rechazo total, ¡y son los teóloga/os de la liberación y nuestra/os colegas quienes todavía están en pie! Durante mucho tiempo he predicho que los que fuimos vistos como herejes por papas y cardenales tendremos más probabilidades de ser juzgados por la historia como apologistas de los valores del Evangelio.

Décadas de trabajo de grupos católicos como Dignity, Women-Church Convergence, comunidades eucarísticas intencionales y muchos de los grupos que patrocinan esta reunión para vivir una fe que hace justicia allanan el camino para nuevas modelos en la era posmoderna. Pero la pregunta para muchas personas es por dónde empezar.
Propongo que el silencio contemplativo es un buen punto de partida. Escuchar las profundas agitaciones del universo no dará todas las respuestas. Pero el silencio contemplativo dará tiempo para que el Espíritu emerja en medio del estruendo de la injusticia.

El peor resultado posible de la debacle política de los EE. UU. sería olvidar nuestra historia como un experimento en democracia y un refugio para aquellos que huyen de la persecución. Del mismo modo, el peor resultado de la desaparición de la institución católica sería que la gente dejara de lado el poderoso mensaje de amor y justicia de la tradición, para confundir esos conceptos básicos con una institución que ha demostrado ser incapaz de llevar la carga del Evangelio. El silencio hace espacio para que todo eso surja.

Título:

El título de mi conferencia, “El poder del silencio en el trabajo de la justicia” está inspirado en la gran ética feminista Beverly Wildung Harrison. Publicó Nuestro derecho a elegir: hacia una nueva ética del aborto en 1984, que sigue siendo el tratamiento feminista cristiano definitivo del aborto. Mi título es un riff sobre la conferencia / artículo que dio titulado “El poder de la ira en el trabajo del amor.” Como defensora de la justicia social presbiteriana desde hace mucho tiempo, especialmente para las mujeres, escribió: “Mi método teológico está en consonancia con esas otras teologías de la liberación que afirman que lo que es auténtico en la historia de la fe surge únicamente del crisol de la lucha humana … debemos aprender lo que debemos saber sobre el amor de la inmersión en la lucha por la justicia.” (p. 8) “La ira no es la opuesto al amor Se entiende mejor como una señal de sentimiento de que no todo está bien en nuestra relación con otras personas o grupos o con el mundo que nos rodea. La ira es un modo de conexión con los demás y siempre es una forma vívida de cuidado … Donde la ira se eleva, allí está presente la energía para actuar “(p. 14).

De forma paralela, afirmo que el silencio no es lo opuesto a la acción o las palabras. Más bien, entrar en silencio es entrar más profundamente, indefenso en las realidades del mundo. No se trata de aislarse de las luchas del mundo, sino de abrazarlas al nivel más profundo incluso cuando el abrazo ocasiona desesperación, incluso cuando las soluciones humanas parecen imposibles.

El silencio no es para los tímidos. No es un aliado de la inacción. El silencio es una fuente de poder, perspicacia y perspectiva. El silencio afina y mejora las ideas; ayuda a hacer que el Espíritu y no el Ego sean primarios. El silencio no es fácil. Pero es esencial para el proceso de hacer justicia en la medida en que brinda al buscador de justicia un ancla confiable, algo de protección en las aguas agitadas de la vida cotidiana.

La filósofa mística del siglo XII Hildegard de Bingen lo expresó de esta manera: “No está lejos de las orillas del silencio hasta los límites del habla. El camino no es largo, pero el camino es profundo. No solo debes caminar allí, debes estar preparado para saltar.” Con Hildegard, afirmo esta conexión íntima entre el silencio y el habla y nos urge a dar un salto juntos.

Tomemos otros dos minutos para saltar al silencio comunitario antes de continuar. Gracias.

1. La importancia de la meditación / contemplación en términos sociales amplios

Es fascinante observar que a medida que la hegemonía cristiana pierde terreno en el Occidente, crecen los anhelos del espíritu humano por el significado y el valor, por la conexión y la comunidad, por la justicia y la paz. Así que no es sorprendente ver la maravillosa proliferación de muchas formas de práctica contemplativa, desde las formas budistas de sentarse hasta el yoga, incluido el yoga caliente que es bastante popular. Es común que los jóvenes incluyan alguna forma de estas prácticas en sus rutinas habituales, no necesariamente atribuyéndoles ningún valor religioso, sino entendiendo la salud y el bienestar general involucrados. Después de todo, se supone que la meditación es útil para el control de la presión arterial, la reducción del estrés y para la integración personal básica y el equilibrio.

Nada de esto es trivial para quienes trabajan en el cambio social. Conocemos el estrés de dictadores opuestos, autócratas, racistas e incluso jerarcas eclesiásticos. Aún así, soy profundamente escéptica de la comercialización de la espiritualidad. Encuentro pernicioso que proveedores poco escrupulosos de soluciones espirituales vendan virtualmente cualquier cosa a personas que buscan significado y valor. Creo que las personas que buscan son particularmente susceptibles a esos vendedores ambulantes. El silencio no está a la venta.

Lo que está ampliamente disponible es la persistente sabiduría religiosa sobre la contemplación que me lleva a definirla como “la parte más profunda de mí tocando en la parte más profunda de la creación y la parte más profunda de la creación tocando en lo más profundo de mí.” Aprendo de los hindúes y budistas, por no mencionar los primeros contemplativos cristianos de los Padres del Desierto a Mechtild de Magdeburgo, Juliana de Norwich e Hildegard de Bingen. A la luz de nuestra emergencia ecológica planetaria, el mío es un enfoque práctico que refleja tantos otros esfuerzos religiosos y refracta como un prisma la razón concreta y decidida para unir nuestras energías en la contemplación comunitaria con la expectativa razonable de que cambiará las cosas.

2. Ejemplos contemporáneos

Como una defensora feminista de la justicia social ocupada con las injusticias de la Iglesia y el Estado, debo decir que, a pesar de todo mi trabajo como teólogo de la liberación, casi siempre di la liturgia, el ritual y la oración al último lugar. Pero hace unos veinte años, pasé varias semanas viviendo en una yurta en las montañas de Nuevo México como parte de un retiro para activistas sociales con el objetivo de evitar que nos quemáramos. Fue una inmersión en el silencio y la meditación budista que resultó muy útil para alejarme de un cinismo bien desarrollado, creado por una relación demasiado estrecha con las cosas católicas. Leer más…

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Una supuesta lista del ‘lobby gay’ amenaza al Vaticano

Viernes, 7 de septiembre de 2018
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35035082-91e3-4ab5-963c-603e08972956Están desesperados ante la que está cayendo así que a buscar un chivo expiatorio. ¡Sinvergüenzas!

Se filtra el informe secreto de Tomko, Herranz y De Giorgi que motivó la renuncia de Ratzinger

Algunos de los nombres podrían seguir en la Curia, especialmente en Propaganda Fide y Secretaría de Estado

(Hernán Reyes Alcaide, corresponsal de RD en el Vaticano).- En medio de la conmoción mundial iniciada el pasado 26 de agosto con la carta abierta del ex nuncio en Washington Carlo Maria Viganò, que pidió la renuncia del papa Francisco basado en acusaciones aún sin respaldo de un encubrimiento pontificio al cardenal Theodore McCarrick, el Vaticano volvió a ponerse en estado de alerta en las últimas horas ante la aparición de una supuesta lista de miembros de un “lobby gay” aún en actividad en puestos claves de la jerarquía de la Santa Sede.

 Según publicó el diario “Il fatto quotidiano”, hay un dossier en circulación que detalla supuestos miembros, con nombres, apellidos y documentación, del denominado “lobby gay” desde la época del primer “Vatileaks”, el escándalo de filtración de documentos que activó el dominó que precipitó, en 2013, la renuncia del entonces pontífice Benedicto XVI.

Si bien los nombres que aparecerían la lista permanecen por ahora en secreto, en el elenco “hay personas que han sido removidas por el Papa, otras fueron trasladadas de oficinas y otras, sin embargo, siguen desempeñando importantes cargos en el interior de órganos estratégicos del Vaticano, como por ejemplo Propaganda Fide y hasta la Secretaría de Estado

De acuerdo al periódico italiano, que reprodujo la información preservando los nombres de los involucrados, la lista en circulación se trata de “documentos contenidos en la investigación que los cardenalesJulián Herranz, Jozef Tomko y Salvatore De Giorgi entregaron a Benedicto XVI antes de su dimisión”. Ese informe fue mantenido como reservado más de cinco años años y ésta, de confirmarse, sería la primera filtración sobre el contenido de una investigación de una dureza tal que terminó de quitar las fuerzas al ahora papa emérito.

La investigación de los tres cardenales habría sido realizada en base a interrogatorios de decenas de sacerdotes y otros religiosos, acompañadas de acuerdo al periódico por muchos documentos que corroboran los nombres y las situaciones descritas. “Il fatto” agregó, tras ver una parte del contenido, que contiene “un cuadro detallado e inquietante de la corrupción moral y material del clero, con nombres, apellidos y circunstancias”.

“Si la opinión pública llegara a conocer el contenido del informe final sería un desastre para la imagen de la Iglesia, ya devastada en todo el mundo por los escándalos sexuales. Pero es lo que podría ocurrir en esta fase, visto que el revolotear de cuervos es una praxis secular en el Vaticano, que reflota cuando la guerra entre bandas se hace más dura”, planteó el periódico.

 Cuando el Vaticano aún batalla contra las derivaciones de la carta abierta con la que Viganò y su entorno iniciaron la nueva escalada contra Francisco, la aparición de la supuesta lista de los miembros del lobby gay se da después de que el propio ex nuncio en Washington reconociera en una entrevista reciente que aportó datos y documentos a los tres cardenales investigadores del Vatileaks.

En esa entrevista publicada el 27 de agosto, Viganò se preguntó por qué nunca había sido hecho público el informe de los tres cardenales ordenado por el ahora papa emérito.

 “Me dirijo a los periodistas: ¿por qué no preguntan cómo ha terminado la caja de documentos que todos vimos que Benedicto le entregó a Francisco en Castelgandolfo? ¿Ha sido todo inútil?”, planteó, en una frase que a la luz de la nueva filtración puede ser interpretada como un reconocimiento de su participación.

La noticia de la supuesta existencia de una lista del “lobby gay” dentro del Vaticano se conoce cuando continúa el silencio del papa Francisco y de la Santa Sede frente a las acusaciones de Viganò, quien después de la publicación de su primera carta el 26 de agosto agregó material crítico con Jorge Bergoglio y acusó al pontífice y a sus colaboradores de haber mentido en torno al encuentro de 2015 con la activista contra el matrimonio gay Kim Davis en Estados Unidos.

Tras la carta de Viganò, frente a la que Bergoglio se limitó a pedir a la prensa “discernimiento” para su análisis, sectores conservadores de Estados Unidos han ido subiendo la presión contra el pontífice, al punto que tanto el Wall Street Journal como la edición en español de la CNN han publicado artículos de opinión en los que hablan del “fin del papado” si las denuncias del ex nuncio se comprueban ciertas.

Pero sí se han mostrado activas con contundentes comunicados en apoyo al pontífice varias conferencias episcopales, especialmente latinoamericanas como Argentina, Chile y Perú, y otras como la española. Hasta el presidente estadounidense Donald Trump planteó su posición en las últimas horas y aseguró que “el papa lo está afrontando imagino que lo mejor que alguien puede afrontarlo”.

Fuente Agencias/Religión Digital

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“La primavera pendiente “, por José Arregi

Viernes, 17 de marzo de 2023
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2014_11_el-papa-francisco1Leído en su blog Umbrales de luz:

Balance de los 10 años del papa Francisco

En noviembre de 2013, 8 meses después de su elección, el papa Francisco publicó el primero de sus grandes documentos, creo que el mejor de todos los textos escritos o firmados por él: la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium. Fue como un pregón programático. Como un pregón primaveral. Evocaba aquellas palabras que el relato evangélico de Lucas pone en boca de Jesús en la escena inaugural de su misión profética en la sinagoga de Nazaret: “El Espíritu de la Vida me envía a anunciar la buena noticia a los pobres, a proclamar la liberación de los cautivos, a promulgar el año de gracia, el Jubileo de la justicia y de la paz sobre toda la Tierra” (Lc 4,18-19).

Evangelii Gaudium: eso es todo y a eso vengo”, venía a decir el papa argentino, jesuita y franciscano a la vez: solo la bondad inseparablemente personal y política puede traer la alegría de vivir a esta tierra, solo la alegría compartida puede sostener a la larga la lucha por la paz y la justicia universal. La Evangelii Gaudium no denuncia la cultura actual, sino la economía financiera asesina. Afirma que “el gran peligro del mundo (y de los cristianos) es la tristeza” (n. 2), y el remedio no está en creer los dogmas, sino en realizar la “revolución de la ternura” (n. 88). Fue un pregón profético y primaveral con los pies en el suelo y el espíritu en la Buena Noticia de Jesús.

La Buena Noticia de Jesús fue y sigue siendo políticamente y religiosamente subversiva, y es posible que ningún documento de ningún papa anterior lo haya expresado con la fuerza, la libertad y la valentía con que lo hizo el papa Francisco en su programática Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium. Es lo primero que quiero afirmar en mi balance personal de sus 10 años de pontificado.

Y quiero destacar en particular la extraordinaria aportación de este papa a las grandes causas políticas globales de nuestro tiempo: su reivindicación de la justicia como condición de la paz, su denuncia de la economía financiarizada, su análisis de la emergencia ecológica, su reivindicación de la igualdad de los derechos de la mujer (con la grave incoherencia que luego señalaré…). Baste mencionar algunas afirmaciones de la misma Evangelii Gaudium. Denuncia sin titubeos “una economía de la exclusión y la inequidad”, “esa economía que mata (n. 53); y afirma rotundamente que “hasta que no se reviertan la exclusión y la inequidad dentro de una sociedad y entre los distintos pueblos será imposible erradicar la violencia” (n. 59); que “hay un signo que no debe faltar jamás: la opción por los últimos, por aquellos que la sociedad descarta y desecha (n. 195), y que “mientras no se resuelvan radicalmente los problemas de los pobres, renunciando a la autonomía absoluta de los mercados y de la especulación financiera y atacando las causas estructurales de la inequidad, no se resolverán los problemas del mundo y en definitiva ningún problema. La inequidad es raíz de los males sociales” (n. 202).

Estas declaraciones y otras muchas similares que el papa Francisco ha proclamado a los cuatro vientos en los cinco continentes a lo largo de estos 10 años ininterrumpidamente –“Quitad vuestras manos de África”, y “El veneno de la codicia ha manchado de sangre sus diamantes”, dijo hace un mes en la República Democrática del Congo– han hecho de él el profeta político más importante de esta década, y no soy yo quien lo dice, sino analistas políticos de izquierda de prestigio internacional como Boaventura de Sousa Santos, y líderes y lideresas de Podemos como Juan Carlos Monedero, Pablo Iglesias y Yolanda Díaz. Esa es, a mi modo de ver, la mejor contribución del papa Francisco.

Claro que la contribución socio-política, aun siendo la primera condición, no permite sin más hablar de primavera eclesial. Esta requiere una profunda transformación de la institución eclesial en los campos de la teología, la moral y la organización del poder. ¿Sería posible? Para gran sorpresa de propios y extraños, el espíritu y la letra de Evangelii Gaudium sugerían una profunda transformación eclesial. Denunciaba sin tapujos a la gente de Iglesia que “se sienten superiores a otros por cumplir determinadas normas o por ser inquebrantablemente fieles a cierto estilo católico propio del pasado. Es una supuesta seguridad doctrinal o disciplinaria que da lugar a un elitismo narcisista y autoritario, donde en lugar de evangelizar lo que se hace es analizar y clasificar a los demás, y en lugar de facilitar el acceso a la gracia se gastan las energías en controlar” (n. 94). Recalcaba que los hombres y las mujeres de hoy necesitan encontrar en la Iglesia “una espiritualidad que los sane, los libere, los llene de vida y de paz al mismo tiempo que los convoque a la comunión solidaria” (n. 89); que “la Iglesia tiene que ser el lugar de la misericordia gratuita, donde todo el mundo pueda sentirse acogido, amado, perdonado y alentado a vivir según la vida buena del Evangelio” (n. 114); que, “pequeños pero fuertes en el amor de Dios, como san Francisco de Asís, todos los cristianos estamos llamados a cuidar la fragilidad del pueblo y del mundo en que vivimos” (n. 216); que “aun las personas que puedan ser cuestionadas por sus errores, tienen algo que aportar que no debe perderse” (n. 236); que “Jesús quiere que toquemos la miseria humana, que toquemos la carne sufriente de los demás” (n. 270). Y aseveraba que “no podemos pretender que los pueblos de todos los continentes, al expresar la fe cristiana, imiten los modos que encontraron los pueblos europeos en un determinado momento de la historia, porque la fe no puede encerrarse dentro de los confines de la comprensión y de la expresión de una cultura” (n. 118); que, por lo demás, “no hay que pensar que el anuncio evangélico deba transmitirse  siempre con determinadas fórmulas aprendidas, o con palabras precisas que expresen un contenido absolutamente invariable (n. 129). Y, antes de todo ello, afirmaba: “tampoco creo que deba esperarse del magisterio papal una palabra definitiva o completa sobre todas las cuestiones (n. 16).

Es un texto lleno de aliento y frescura. Pero no todo era fresco y nuevo: sigue refiriéndose reiteradamente a la vieja teología de la muerte sacrificial, expiatoria, de Jesús que “dio su sangre por nosotros” (n. 178; cf. 128, 229, 274) (¿para quién puede eso resultar hoy buena noticia, motivo de alegría?); reivindica una mayor presencia de la mujer en la Iglesia, pero afirma a la vez que “el sacerdocio reservado a los varones, como signo de Cristo Esposo que se entrega en la Eucaristía, es una cuestión que no se pone en discusión” (n. 104) (¿una Iglesia clerical podrá comunicar el gozo del Evangelio a las mujeres y a los hombres de hoy?); habla de la defensa de los “niños por nacer”, sin hacer distinción alguna entre el cigoto de un día y el feto de cuatro meses (nn. 213-214) (lo que contradice los datos de la ciencia: ¿puede así la Iglesia aliviar la angustia de muchas madres y padres?). En resumidas cuentas: el mensaje político de la Evangelii Gaudium, tanto en su denuncia como en su anuncio, habla el lenguaje de hoy, mientras que el mensaje más propiamente religioso y eclesial sigue ligado a creencias y categorías del pasado incapaces de inspirar a la inmensa mayoría de nuestra sociedad.

No obstante, la Evangelii Gaudium en su conjunto me hizo vibrar. Todo sonaba a puro Evangelio de aliento y renovación, libertad y liberación. Como innumerables cristianas y cristianos, la leí como un bello y firme himno a la primavera eclesial. Sin embargo, no me lo creía del todo, por dos motivos mayores. Primero, porque no veía señales claras de nuevo lenguaje teológico. Segundo, porque en el año 2013 yo ya no albergaba ilusiones de que en este pontificado se fuera a recuperar el retraso secular acumulado por la institución eclesial en los últimos 500 años (muchos más, en realidad), revertir la inercia tradicionalista de los pontificados de Juan Pablo II y de Benedicto XVI, colmar el desfase creciente entre la cultura moderna-posmoderna y el sistema eclesiástico en su conjunto. Ya era muy tarde para que la entera institución eclesial se dejara transformar por el espíritu de Jesús, por el aliento de la vida.

¿Y hoy, 10 años después? Lo diré abiertamente, y no sin algún pesar: sigo sin ver señales de aquella primavera anunciada. No obstante, constato con profunda extrañeza que muchas mujeres y hombres inteligentes y críticos celebran “la primavera del papa Francisco” como ya llegada, o al menos estrenada e irreversible. Por despacio que corra el tiempo en los relojes vaticanos y a pesar de que sus días sean como siglos, en estos tiempos de cambio acelerado, 10 años a la espera de la primavera son muchos años, demasiados para seguir aguardándola. En estos 10 años el mundo ha cambiado tanto y la Iglesia tan poco o nada, que su retraso se ha redoblado, la brecha entre la sociedad y la Iglesia ha seguido creciendo, y no porque la sociedad se haya alejado, sino porque la Iglesia sigue detenida en el pasado. 10 años son dos legislaturas en la mayoría de los parlamentos y gobiernos. Son suficientes para que quede bien de manifiesto aquello que un gobierno se propone hacer y lo que no, o aquello que puede hacer y lo que no podrá aunque se lo proponga. Una década es también suficiente para que un papa plenipotenciario dé signos inequívocos de lo que quiere y no quiere, de lo que puede y no puede hacer por plenipotenciario que sea (contradicción congénita del papado).

Entretanto, el zorzal común ha vuelto a cantar cada año sus variadas melodías siempre nuevas y el almendro ha florecido adelantándose cada año a la primavera general. La vida revive sin cesar y su incesante renacer es irreversible a pesar de todo, a pesar incluso de esta humanidad a la deriva. Pero, 10 años después, sigo sin ver las señales de la primavera eclesial. Porque quiere y no puede, porque puede y no quiere o porque ni quiere ni puede, la primavera no ha llegado ni la espero. ¿Y por qué lo digo así, tan tajantemente? He aquí 6 de los motivos principales:

  1. Una teología que se ha vuelto incomprensible. Las palabras del papa Francisco siguen aferradas a la misma teología de siempre; la misma imagen de Dios como Ente Supremo, aunque misericordioso, que interviene en el mundo; el mismo viejo “diablo”; la misma idea del ser humano como centro y culmen de la creación; el mismo pecado y la misma idea de la Cruz expiatoria de “nuestros pecados”; la misma presentación del cielo y del infierno del más allá. Los mismos dogmas y el mismo Derecho Canónico con dos o tres retoques irrelevantes. Y pienso que, mientras no cambie la teología, no habrá primavera en la Iglesia. ¿Por qué el cristianismo tiene que cambiar o morir? era el título de un libro publicado por el obispo episcopaliano John Shelby Spong en 1999. Hace 50 años como mínimo que, según todos los indicios, la Iglesia católica optó por morir en vez de renovarse y revivir.
  2. Una visión insostenible de la homosexualidad: “Si una persona es gay y busca a Dios y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarlo?”, dijo en el avión a la vuelta de Brasil en 2013, y mucha gente vio en esas palabras una ruptura con el pasado que yo sigo sin ver, pues alguien afirma que “no puede juzgar” a una determinada persona cuando ésta mantiene una conducta considerada en sí misma como condenable (“¿quién soy yo para juzgar a un homicida?”). De acuerdo con la tradición teológica general, el papa ha afirmado siempre que “la orientación homosexual no es pecaminosa, pero que los actos homosexuales sí lo son”, aunque en una reciente entrevista se enredó un poco diciendo que “la homosexualidad no es delito, pero sí pecado”. Sea como fuere, ha repetido numerosas veces que “el sacramento del matrimonio es entre un hombre y una mujer, y la Iglesia no puede cambiar eso”. Pues bien, no habrá primavera eclesial mientras perdure esa homofobia.
  3. Una perspectiva de género absolutamente fuera de lugar. Durante estos 10 años, hasta hoy, el papa Francisco se ha referido reiteradamente a la “teoría de género” como “una colonización ideológica”, “esa maldad que hoy se hace en el adoctrinamiento de la teoría del género”, tachada de “diabólica y de “atentado contra la Creación”, que “vacía el fundamento antropológico de la familia”. ¿Qué primavera cabe mientras se sigan lanzando tales falsedades y ofensas contra las personas LGTBIQ+ y contra la sensibilidad, imprescindible, de una mayoría social creciente?
  4. La mujer sublimada y marginada. A lo largo de esta década se han multiplicado en boca del papa las tomas de posición sobre la necesaria igualdad de derechos de la mujer en todos los ámbitos de la sociedad civil…, Pero no en el interior de la comunidad eclesial, en la que está vedado el acceso de la mujer a todos los puestos de responsabilidad y de poder, y ello “por voluntad divina”. Se ha referido tímidamente a la posible ordenación de “diaconisas”, y muy recientemente incluso a la posibilidad de que una mujer presida un dicasterio vaticano, pero en ambos casos se trataría de funciones subalternas, siempre desligadas del llamado “sacerdocio sacramental”, ordenado. Los argumentos aducidos –enteramente anacrónicos y carente de todo fundamento histórico y teológico– siguen siendo los de siempre: la diferencia absoluta entre “sacerdocio común” y “sacerdocio sacramental”, la elección por parte de Jesús de 12 apóstoles varones, la distinción entre la función administrativa y el “poder sacramental” derivado del “sacramento del Orden”, indispensable éste para la celebración de la eucaristía y la “absolución sacramental de los pecados”. Nada nuevo bajo las cúpulas vaticanas. En diciembre de 2022, el papa Francisco incluso hizo suya la teoría del doble principio, mariano y petrino, que rige la Iglesia, teoría propuesta y defendida por Hans Urs von Balthasar –uno de los principales teólogos del siglo XX, referente de la teología más conservadora– en su libro El complejo antirromano (1974): María simboliza el amor, y es lo esencial en la Iglesia, pero carece de poder; Pedro y sus “sucesores” –con amor o sin amor– poseen en exclusiva el poder de representar al varón Jesús, que como varón representa a Dios Padre… No florecerá la primavera en la Iglesia, mientras no se rompa este sistema patriarcal.
  5. El impasse de los sínodos. “Sínodo” significa “camino compartido”, si bien en el Derecho Canónico significa ante todo “asamblea del papa con los obispos”. Con el papa Francisco, llevamos tres Sínodos Generales y el cuarto está en marcha, y no han servido para caminar adelante sino para dar vueltas en el punto partida, y preveo que lo mismo pasará con el cuarto que está en curso. Primero fue el Sínodo de los jóvenes (2018), en el que los jóvenes brillaron por su ausencia. Luego se convocó el Sínodo de la Amazonía (2018-2019), en cuyo documento final se proponía que algunos varones casados “idóneos y reconocidos” que son diáconos permanentes puedan ser ordenados sacerdotes en “algunas zonas remotas de la región amazónica” (n. 111), pero el 3 de septiembre del año 2020 el papa Francisco desaprobó ese párrafo. En tercer lugar, se celebró el Sínodo de la Familia (2021-2022), del que se esperaba que dijera que los divorciados vueltos a casarse podrían comulgar, pero todo quedó en el aire, y cada uno hace como mejor le parece, como antes del Sínodo. Por fin, en 2021 se dio comienzo al cuarto Sínodo General, el Sínodo sobre la Sinodalidad, que recientemente se ha decidido prolongarlo hasta el 2024, no sé si para ganar tiempo o para perderlo. Pero no puedo pensar sino que acabará donde empezó: en efecto, en su Documento preparatorio se dice que “algunos, por voluntad de Cristo, han sido constituidos doctores, dispensadores de los misterios y pastores para los demás” (n. 12), que aquellos “con la sucesión del episcopado recibieron el carisma cierto de la verdad” (n. 13), que los pastores son los “auténticos custodios, intérpretes y testimonios de la fe de toda la Iglesia” (n. 14), y se define a la Iglesia como “una comunidad jerárquicamente estructurada” (n. 14), contradicción en los términos. Si, después de dos años largos, no supera, que no superará, ese planteamiento, no habrá sido un auténtico Sínodo, “camino común”, sino un callejón clerical sin salida.

Mírese lo que está pasando, lo que ha pasado ya, con el “Camino Sinodal” de la Iglesia Católica alemana, puesto en marcha a finales de 2019. Por una amplísima mayoría de laicos y clérigos, obispos incluidos, han reclamado, entre otras cosas, la ordenación sacerdotal de mujeres y el reconocimiento de la unión de homosexuales como sacramento matrimonial, pero en el camino se han encontrado una y otra vez con el veto absoluto del Vaticano para esas y otras propuestas. Ante su insistencia, el cardenal Kasper, en otro tiempo prestigioso teólogo abierto, luego obispo y ahora principal asesor teológico del papa Francisco, a finales de 2021 declaró que “el Camino sinodal alemán se ha convertido en una farsa de sínodo”. “Maria 2.0”, el movimiento de mujeres católicas romanas de Alemania, acaba de advertir que el Camino Sinodal está en peligro de “fracasar fatalmente”.

  1. El clericalismo es la raíz de todos los males. La Iglesia Católica romana se define y funciona de acuerdo a un modelo clerical vertical, autoritario, masculino y célibe. Es un modelo enteramente obsoleto, sin fundamento alguno en Jesús y en las primeras generaciones cristianas (si bien hay que decir que dicho modelo no sería hoy vinculante ni en el caso, totalmente irreal, de que lo hubiese instaurado Jesús en persona y lo hubiesen aplicado todas las comunidades cristianas al unísono desde el principio, al igual que ya no son vinculantes para hoy el pergamino o el papiro y la tinta con que entonces escribían).

El papa Francisco ha advertido una y otra vez en términos severos contra la tentación del clericalismo, pero no ha dado ningún paso decisivo para hacerlo desaparecer, ni siquiera para relativizarlo. Ha denunciado con razón que “los laicos clericalizados son una plaga en la Iglesia”, pero no que esa plaga es derivada del modelo clerical de Iglesia ni que este modelo es la causa principal de los grandes males sistémicos de esta Iglesia católica romana –agresiones sexuales incluidas– y que hay que derogarlo en nombre de Jesús y de la fraternidad-sororidad universal a la que la humanidad aspira.

La erradicación del modelo clerical piramidal, autoritario y masculino requiere la transformación radical del discurso teológico en su conjunto y el desmantelamiento de los cimientos mismos del actual Código del Derecho Canónico. No habrá primavera en la Iglesia mientras eso no suceda, como no podrán avanzar los sínodos mientras la última palabra la tengan el papa y los obispos nombrados por él a dedo, ni mientras el papa siga siendo plenipotenciario, elegido por los cardenales nombrados por el papa anterior, y obligado lógicamente a ceder el poder real a curias que lo ejercerán en la mayor opacidad y fuera de todo control, y ello en nombre de Dios y del papa, que apenas se enterará y que poco podrá hacer aunque se entere. Y no bastará con reformar la burocracia curial, es decir, fundamentalmente, redistribuir dicasterios y poderes y cambiar protocolos.

Por todo lo dicho, la conclusión se me impone: la primavera del papa Francisco sigue pendiente, enteramente pendiente. Y no puede valer como excusa la existencia –por verdadera que sea– de grandes poderes que operan contra él desde fuera y sobre todo desde dentro mismo del sistema clerical (por ejemplo, cardenales como Pell, Burke, Brandmüller, Müller, Sarah, Rouco, Erdö, Ouellet, Viganò…), pues las luchas de poder y de intereses forman parte constitutiva del sistema del papado absolutista.

Pero quede muy claro: no reprocho nada al papa de mente jesuita y corazón franciscano. Es un hombre como cualquiera de nosotros, seguramente mejor que yo y que la mayoría de nosotros, pero eso no viene aquí al caso. Tiene su mentalidad, su teología, su modelo de Iglesia, con todo derecho, como cualquiera de nosotros. Y hace como mejor piensa y puede con la mejor voluntad. No le reprocho nada, ni le exijo nada más de lo que hace, a sus 86 años y con su salud quebrada. Pero representa un sistema eclesiástico obsoleto. Es rehén del papado y de su historia y de sus dogmas inamovibles. Y es el jefe absoluto de una institución en la que se halla enfrentado a una alternativa poco halagüeña: o intentar reformarla radicalmente (cosa improbable, por no decir imposible) o empeñarse en mantenerla con meros ajustes  de funcionamiento, reformas curiales y sínodos incluidos (lo que equivale a dejar que siga cayendo poco a poco, al ritmo aproximado de un punto porcentual al año, según las estadísticas –implacables– socio-religiosas mundiales; las cifras son implacables).

Tal es el balance general que hago después de 10 años. Puede parecer demasiado pesimista. Pero quiero dejar también muy claro: no me siento decepcionado por el papa Francisco (el lector puede corroborarlo leyendo la breve reflexión “100 días de papado” que escribí poco después de su elección). No me siento decepcionado por dos motivos, determinantes ambos: en primer lugar, porque hace 10 años no tenía expectativas de la gran reforma eclesial (que 50 años atrás era absolutamente indispensable y tal vez hubiera sido posible), y no hay decepción donde no hay expectativas; en segundo lugar, porque el hecho de que esta institución eclesial, que en el Concilio Vaticano II y en el inmediato postconcilio se negó a reformarse a fondo para empujar el anhelo de un mundo mejor en este mundo, que esta institución, digo, se vaya derrumbando ya no me parece ni una gran desgracia ni un motivo de desesperanza.

La esperanza del mundo ya no se juega en la suerte de este sistema eclesial. Con mis dudas y contradicciones, trataré de vivir en esperanza: de seguir cuidando en mí mismo y en los demás la llama vacilante que arde en la comunidad eclesial de las discípulas y discípulos de Jesús, pero sin esperar la reforma de esta institución eclesiástica ya irreformable. La esperanza no consiste en esperar o aguardar a que algo –aunque sea lo mejor– suceda, sino en vivir con espíritu, en respiro, dejándose inspirar por el Espíritu transformador y poniendo cada día una semillita de vida para la vida común más plena a la que aspiramos.

Aizarna, 28 de febrero de 2023

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“Demonio de la homosexualidad, ¡sal de mí!”: el testimonio desgarrador de un sacerdote gay en Brasil

Martes, 6 de octubre de 2020
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el-armario-eclesiastico-y-los-sacerdotes-gaysAutoagresiones, soledad y “terapias de conversión”  

 Aconsejado por los docentes y guías espirituales del seminario, el joven brasileño pasaba las noches rezando bajo el agua helada de la ducha y sin dormir, para evitar los sueños eróticos

En los retiros espirituales, se insistía a los seminaristas en que la homosexualidad era una “enfermedad”, “fruto de la acción del mal”

9 años después de ese tiempo de formación, en la actualidad es sacerdote en las afueras de Sao Paulo y está comenzando a aceptar su naturaleza. “Estoy cansado de pretender ser quien no soy”

“Señor, cúrame de todas las tendencias homosexuales”. Con estas palabras un sacerdote brasileño da su testimonio en un extenso reportaje publicado por BBC News Brasil, sobre la represión de las conductas homosexuales en el seno de la Iglesia católica.

“Demonio de la homosexualidad, ¡sal de mí!”, se decía a sí mismo el seminarista, hundido en lo que recuerda como un “ritual nocturno” de “exorcismo de la homosexualidad.

Aconsejado por los docentes y guías espirituales del seminario, el joven brasileño pasaba las noches rezando bajo el agua helada de la ducha, y se autoagredía cuando sentía deseos sexuales o la necesidad de masturbarse. Incluso se torturó reduciendo el descanso, para evitar los sueños eróticos. “Me forcé a dormir un máximo de tres horas por noche. Trabajaba extra, pasaba las noches en vela”, relata.

9 años después de ese tiempo de formación, en la actualidad es sacerdote en las afueras de Sao Paulo y está comenzando a aceptar su naturaleza. “Estoy cansado de pretender ser quien no soy. Quiero descansar”.

Los ‘endemoniados’ de la moral sexual de la Iglesia

Su testimonio da cuenta de que la moral sexual que la Iglesia católica predica sigue siendo un elemento dañino y desgarrador en el camino de los jóvenes homosexuales al sacerdocio. “Recuerdo el día en que me dije: ‘Dios mío, sospecho que soy gay. Ni siquiera merezco estar vivo'”, declara. Los documentos eclesiásticos que debía estudiar calificaban a las personas como él de “objetivamente desordenadas”, y a sus tendencias sexuales como “contrarias a la ley natural”.

En los retiros espirituales, se insistía a los seminaristas en que la homosexualidad era una “enfermedad”, “fruto de la acción del mal”. Y la soledad hacía el resto: el seminario se organizaba en comunidad, pero no estaba bien visto tener ‘amistades privadas’. No se debía pasear en pareja. Estaba prohibida la intimidad entre compañeros. “¿Quién puede pensar que este es un buen ambiente para que una persona tenga una base emocional saludable?”, se pregunta en el reportaje.

Una realidad duramente ocultada

“Por favor, Dios, llévame. Prefiero la muerte”, llegó a desear este sacerdote brasileño. Como ha investigado la BBC, de los 27.000 sacerdotes en el país, no hay uno solo que actualmente ejerza el sacerdocio y haya revelado públicamente su homosexualidad. Se trata de una realidad ocultada a base de la denominada ‘cura gay’: someterse a “terapia de conversión”.

Otro sacerdote, de Bahía, también ha prestado su testimonio sin dar a conocer su identidad. “Mi vida depende de este anonimato”, declara, dando por hecho el rechazo que padecería si saliese del armario.

Con Francisco, “es ahora o nunca”

Muchos de los entrevistados coinciden en que, para suavizar la opinión que la Iglesia tiene de la homosexualidad y tratar de que acabe la criminalización, es “ahora o nunca”, con el Pontificado de Francisco. Acusado por Carlo Maria Viganò de establecer una “mafia rosa” en el Vaticano, sin embargo Francisco nunca ha valorado demasiado positivamente la homosexualidad. Ha recibido con cariño al jesuita James Martin, un defensor de la causa gay entre los sacerdotes, o a familias del colectivo LGBT. Pero los documentos de la Santa Sede siguen advirtiendo que la homosexualidad es una desviación y la sexualidad en general, un vicio que tabuizar.

Fuente Religión Digital

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