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Archivo para abril, 2018

Asamblea de Comunidades de la CAFA

Lunes, 30 de abril de 2018
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Queridos hermanos:

Me encuentro en Zaragoza participando como miembro en la Asamblea de Comunidades de la CAFA, Comunidad Apostólica Fronteras Abiertas por lo que este blog publicó ayer domingo, como habitualmente, los comentarios a la liturgia del Domingo, pero los días 30 de Abril y 1 y 2 de Mayo sólo se publicarán la migaja de espiritualidad y el artículo de espiritualidad diario. El día 3 espero que reanudemos la normalidad incluyendo las correspondientes noticias.

Un saludo y orad por nosotros.

Oración para la IV Asamblea de Comunidades

Señor, maestro y guardián de la CAFA, infunde en tus siervos el espíritu de inteligencia, de verdad y de paz, para que conozcamos de veras tu voluntad divina y, una vez conocida, la vivamos con total fidelidad.

Por Jesucristo nuestro Señor.

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La fuente

Lunes, 30 de abril de 2018
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Del blog Nova Bella:

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Dentro de mí hay una fuente muy profunda. Y en esa fuente está Dios. A veces consigo llegar a ella; a menudo está cubierta de piedras y de arena: entonces Dios está sepultado. Es necesario, pues, desenterrarlo de nuevo. Me imagino que algunas personas rezan con los ojos dirigidos al cielo: buscan a Dios fuera de ellas. Hay otras personas que inclinan la cabeza profundamente, ocultándola entre sus manos. Creo que buscan a Dios dentro de sí.

*

Etty Hillesum

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Javier Elzo: Los textos de la Iglesia son ininteligibles para la inmensa mayoría de creyentes. “

Lunes, 30 de abril de 2018
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iglesiavacia-blog_imagen“¿Un Credo del siglo IV? ¿Salmos de hace treinta y más siglos?”

La gente sencilla, sin estudios, no se reconoce en la Iglesia post-conciliar”

¿Hora de cambiar el lenguaje de la Iglesia?

Guillaume Cuchet es profesor de historia contemporánea en la universidad de Paris-Est-Creteil. Este libro (“Comment notre monde a cessé d’être chrétien. Anatomie d’un effondrement“. Ed du Seuil, Paris, febrero de 2018) impacta por la erudición que muestra el autor, con conocimiento de casi todos, si no todos, los estudios socio-religiosos de Francia hasta el Concilio Vaticano II. Así como por los medios de los que dispuso para redactar su libro. Pura envidia, lo admito.

El libro se centra en Francia, pero muchas de sus realidades son aplicables entre nosotros.

Datos para Francia

Si hacia 1965 el 94 % de la población francesa estaba bautizada y el 25 % iban a misa todos los domingos, en la actualidad solamente el 2% va a misa (y la mayoría de edad avanzada) y no pasa del 30 % los menores de 7 años que están bautizados.

Una iglesia conservadora, de gente mayor, y de derechas. Los católicos de izquierda (“les cathos de gauche”, de hace dos o tres décadas) han desaparecido en la iglesia, o son una minoría muy minoritaria en medios urbanos e intelectuales, con casi nula capacidad de influencia social. Están ahora, secularizados, en las ONGs progresistas o en partidos claramente de izquierdas o verdes.

Su tesis de fondo: Más allá de mayo del 68 (fuera de la iglesia) y de Humanae Vitae (dentro de la Iglesia, el mismo año 1968, el 25 de julio), el Concilio Vaticano II, desencadena (más que impulsa o genera) el desplome del cristianismo en Francia. El año 1965 sería el año de inflexión.

Pero el tema viene de lejos. Desde la revolución francesa, dice Cuchet. Desde la Ilustración, digo yo. En mi opinión el tema de fondo es el derrumbe, no tanto del cristianismo, sino del Estado de cristiandad.

Chuchet apunta varias causas, razones o motivos de este derrumbe que yo completo con ideas propias.

En las páginas que siguen, en su mayor parte sigo el trabajo de Cuchet pero me permito, aquí y allá, insertar mis propias ideas o comentarios al texto y reflexiones de Cuchet. Distingo, por mi cuenta, argumentos extra-eclesiales e intra-eclesiales. A veces telegráficamente, a veces con cierta extensión, pero siempre breve. Habrá algunas, pocas, pero centrales, ideas repetidas.

1. Algunos factores socio culturales, más allá de la evolución interna de la Iglesia Católica

Las consecuencias de la Revolución Francesa. Marca la cartografía socio religiosa francesa todavía hoy en día.

La lectura de la ciencia como respuesta valida a determinadas prácticas religiosas (las rogativas) con efecto de arrastre a otras cuestiones.

Una sociedad que está terminando de salir del estado de cristiandad. Una sociedad que se dice secular (pero secular, añado yo, de lo religioso cristiano, pues aceptando otras sacralidades: políticas, deportivas, vestimentarias, alimenticias…).

En Francia al menos, (y creo que en España también) antes del Vaticano II se vivió el boom demográfico lo que hizo que, en los años del Concilio y hasta una década después en España, hubiera más niños y menores que hacía difícil percibir la caída de la práctica religiosa.

La transmisión en general, luego también la familiar en particular ha cambiado: se aplaude la moral autónoma sobre la heterónoma, incluso familiar (en el terreno religioso particularmente).

Transformaciones en las uniones familiares: del matrimonio canónico a las parejas de hecho.

Las relaciones sexuales más allá de la reproducción. Reivindicación del eros, por sí mismo.

Es capital tener en cuenta las diferencias socioculturales en general y socio-religiosas en particular a la hora de abordar la evolución de la religiosidad de la gente. Euskadi no es Andalucía, ni Oyarzun Irún.

Más allá de la infravaloración de la práctica religiosa por parte de determinadas corrientes en alza en la Iglesia católica dominante en los años del Concilio, también cambió la significación social y sociológica de la práctica religiosa. Básicamente, es mi hipótesis de fondo, porque se está dejando atrás el estado de cristiandad y se avanza, resueltamente hacia la era secular que diría Charles Taylor.

En ámbitos sociológicos, en muchos lugares de España y Francia, se hable del catolicismo sociológico, un catolicismo de herencia histórica, correspondiente a un momento en el que se era “naturalmente” católico.

En la sociología francesa, pensando en Europa Occidental en general y en Francia más en particular, suelen distinguir tres momentos en los cambios socioculturales después de la segunda guerra mundial (no quiero repentizar aquí, ahora, algo similar para España o Euskadi):

– 1945-1949, la reconstrucción en la inmediata postguerra

– 1950- 1960, modernización de los países

– De 1960 en adelante el gran cambio cultural con un punto álgido, en Francia, en mayo de 1968

2. Algunos factores socio culturales que contribuyeron, directamente, a la mutación socio-religiosa

El final de las reservas de la ruralidad religiosa por el éxodo hacia las ciudades. La religión católica, a diferencia de la protestante, es una religión de masas, comunitaria.

La caída de la natalidad, también, entre los católicos practicantes. En este aspecto me parece esencial recordar el papel clave, fundamental a mi juicio, que supuso la generalización de la píldora anticonceptiva que hacía, por primera vez en la historia de la humanidad, a la mujer dueña de la procreación. Que coincidiera, en el tiempo, con Humanae Vitae fue devastador para la Iglesia Católica.

Los efectos de la inmigración, aunque no suficientemente estudiados, han tenido consecuencias para los inmigrantes (a menudo con convicciones diferentes en la segunda generación y tercera generación de inmigrantes respecto de la primera) y en los países de acogida que, en principio, los recibían con recelo, pero no podían no preguntarse por el ardor religioso de algunos de los inmigrantes. El pluralismo religioso era más que una teoría: una realidad cotidiana, como insiste Peter Berger.

Estadísticamente se da una concomitancia entre el auge de la televisión en las familias y el desmoronamiento de la practica social de la religión. Algo similar cabe decir también del aumento del parque automovilístico y los desplazamientos de fin de semana y el desplome de la práctica religiosa. Pero de ahí no cabe concluir en una relación de causalidad pura. Veamos.

En el caso de la televisión, en Francia, ya desde los años 60, en un canal mayoritario (A2), las mañanas de los domingos estaban reservadas a las confesiones religiosas: judaísmo, iglesias de la reforma y la Iglesia católica con una misa mayor a las 11.00 que se podía presentar como “la primera parroquia de Francia” que logró “recuperar a una parte del público practicante desestabilizado por las transformaciones post-conciliares” a decir de Cuchet (p. 157), aunque no tengo el recuerdo de que esas celebraciones televisadas fueran pre-conciliares, en absoluto. Pero si es cierto que la misa era seguida, casi exclusivamente, por personas enfermas o de edad avanzada. Ya se había producido el desenganche de los más jóvenes.

La idea del derrumbe de la práctica dominical, en razón del auge del parque automovilístico y de los desplazamientos de fin de semana, fue sostenida durante un tiempo por el inmenso estudioso del fenómeno socio-religioso en Francia, el canónigo Boulard, heredero del pionero en estas lides, Gabriel Le Bras.

La influencia de estos dos estudiosos traspasó los límites de Francia. Recuerdo haberlos estudiado en Lovaina de la mano de Jean Remy, entre otros, que publicó un libro importante junto a Boulard. Pero la tesis de la correlación entre el auge de los desplazamientos de fin de semana con el derrumbe de la práctica religiosa dominical sufre un mentís rotundo al constatar que no son las clases pudientes, las que en mayor proporción pudieron comprarse un coche y utilizarlo para el recreo de los fines de semana, quienes en mayor proporción abandonaron la práctica religiosa dominical. (No continuo aquí en las correlaciones entre clase social y práctica religiosa, que me llevaría demasiado espacio. Baste decir que estas correlaciones varían en razón del lugar considerado y del transcurso del tiempo).

3. Algunos factores internos a la propia Iglesia (de forma telegráfica)

Una iglesia elitista cuando todavía era rural. Minusvaloración de la religiosidad popular. La gente sencilla, sin estudios, no se reconoce en la iglesia post-conciliar.

Un Iglesia marcadamente clerical y masculina, aun diciendo valorar al laico y a la mujer.

Infravaloración, por parte de la Iglesia, de las prácticas religiosas y de la dimensión cultual de lo religioso, tras el Vaticano II: la misa y la confesión, de entrada: no hace falta ir a misa para ser un buen cristiano, ni pasar por el confesonario. Después, de forma sorpresiva, no pensada ni querida, y sin solución de continuidad, caída del matrimonio religioso y del bautismo. Ahora ya los funerales: el último bastión.

Una teología y unos lenguajes de otros tiempos y contextos. Hoy obsoletos. Un Credo del siglo IV. Salmos de hace treinta y más siglos. Textos ininteligibles para la inmensa mayoría de creyentes.

Dificultad de la generación del Concilio Vaticano II en admitir que, al menos cronológicamente, haya coincidido con la caída espectacular de las prácticas religiosas. Además, admitirlo supondría dar la razón a la rama más conservadora y tradicional de la Iglesia que había quedado en minoría en el Vaticano II.

En algunos sectores y en algunos momentos en la Iglesia se vivía, como una necesidad, de ocultación o, al menos, de no excesiva visibilización de la matriz cristiana de determinadas obras, en cuya fuente u origen estaba la Iglesia. Lo viví el año 1986 en el Congreso Mundial Vasco, en la sección de drogodependencias, cuando un periodista nos preguntó por qué ocultábamos que “Proyecto Hombre” había venido a Gipuzkoa de la mano de la Iglesia, “Proyecto Hombre” donde, en su cuna en Italia, estaba la figura de un sacerdote. La argumentación era doble: la Iglesia no buscaba colgarse medallas, y, sobre todo, en las obras de la iglesia no se hacía acepción de personas. Además, visibilizar la marca iglesia en Proyecto Hombre podría retraer a posibles drogodependientes no creyentes.

Este rasgo de ocultación, de retraimiento se ha manifestado también en la dificultad para muchas personas de manifestar públicamente sus convicciones religiosas o, más simplemente, de ser tenido por católico. Todavía hoy en día, para muchos creyentes, es más fácil decirse cristiano que católico. Por muchas razones o motivos. Su connotación de retrogrado, en gran parte. Por considerar que se trata de algo íntimo y personal que no debe por qué tener visibilidad social, aunque habrá menos dificultad, o ninguna dificultad en decirse nacionalista (según donde), de izquierdas, progresista etc., etc. En otras palabras, ser católico no está en el aire del tiempo.

4. Primer avance de elementos para una hipótesis global

Durante los años del Concilio Vaticano II, los años anteriores y los inmediatos posteriores, en el interior de la Iglesia se impuso un modelo, digamos progresista, sobre otro minoritario, tradicional que se reflejó también en los propios documentos conciliares. La Iglesia estaba en ebullición, con planteamientos enfrentados. En pocos años se produce, en la cúspide de la Iglesia, un cambio radical: una serie de teólogos y pensadores católicos que habían tenido dificultades con el Santo Oficio, de pronto, se vieron reconocidos y aparecieron en Roma, durante el Concilio, como grandes asesores y redactores de algunos de los documentos que después refrendarían los obispos en el Aula Conciliar con sus votaciones.

En gran parte del catolicismo pensante de matriz progresista se vivieron aquellos años con auténtica efervescencia. Se miraba el futuro con esperanza. Se esperaba un renacer de la Iglesia y de su presencia en el mundo. Pero muy pronto, coincidiendo con la conclusión del Concilio, en 1965, se produce de forma brusca un cambio importante, una ruptura sobre lo de siempre que, sin embargo, cuesta ver, pues apunta a cambios imprevistos. Más todavía, a cambios en el sentido contrario a los previsto antes del inicio del Concilio. Algunas notas de esa ruptura serían las siguientes:

La caída en picado de las prácticas religiosas, particularmente de la eucaristía y de la confesión individual (aun me veo yendo de la escuela a la iglesia, todos a una, a confesarnos los primeros jueves de mes, de preferencia con D. Pedro, de avanzada edad, algo sordo, breve en sus prédicas y benévolo con la penitencia).

Cambios en la piedad: las novenas, las adoraciones al santísimo, los primeros viernes de mes (no puedo olvidar la iglesia llena de jóvenes en la misa de las 8.30 de la mañana en mi parroquia de Beasain), las imágenes de santos circulando de casa en casa, el rezo del rosario en familia y un largo etcétera, desaparecieron de la noche a la mañana quedando como residuos de tiempos pasados en algunos centros, como excepciones de otro modo de ver la piedad.

Cambios en las creencias religiosas empezando por la idea misma de Dios. Pasar del Jaungoikoa (El Señor de arriba) que todo lo ve, y todo lo juzga, al Dios de Jesus, amigo de los excluidos, azote de los poderosos, es un salto que no se da sin más ni más. Añádase el trastueque total que se ha vivido con el imaginario del más allá.

La reforma de la liturgia. La desaparición del latín en la misa, celebrada de cara al público, sin boato alguno (desaparecen las campanillas, no se eleva la casulla al sacerdote cuando se arrodilla en la consagración, el incensario prácticamente desaparece, la comunión se hace mayoritariamente en la mano, etc., etc.,) modifican la antropología y la psicología religiosa del creyente. Una cierta aura del más allá, de lo radicalmente otro, se difumina, quedando una celebración más pedestre, más terrenal.

La dimensión mistérica de lo religioso queda suplantada por encuentros dominicales en los que lo racional impera sobre lo emocional. Esto último fue particularmente llamativo en la suplantación de cánticos populares, ciertamente de teología del siglo XIX, con modernas composiciones que no llegaban al corazón de los fieles. Cabría también hacer un inciso al intento de misas con guitarras, flautines etc., en un intento de animar a los más jóvenes a participar en las celebraciones dominicales.
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El que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante

Domingo, 29 de abril de 2018
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En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

“Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento… que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros.

Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.

Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. El que no permanece en mí … se seca… Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos.”

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Juan 15,1-8

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El capítulo 15 de Juan nos aproximará a Cristo. El Padre, por ser el viñador, debe podar el sarmiento para que dé más fruto, y el fruto que debemos producir en el mundo es bellísimo: el amor del Padre y la alegría. Cada uno de nosotros es un sarmiento.

La última vez que fui a Roma, quise dar algunas pequeñas enseñanzas a mis novicias y pensé que este capítulo era el modo más bello de comprender lo que somos nosotros para Jesús y lo que es Jesús para nosotros. Pero no me había dado cuenta de algo de lo que sí se dieron cuenta las jóvenes hermanas cuando consideraron lo robusto que es el punto de conexión de los sarmientos con la vid: es como si la vid tuviera miedo de que algo o alguien les arrancara el sarmiento. Otra cosa sobre la que las hermanas llamaron mi atención fue que, si se mira la vid, no se ven frutos. Todos los frutos están en los sarmientos. Entonces me dijeron que la humildad de Jesús es tan grande que tiene necesidad de sarmientos para producir frutos. Ese es el motivo por el que ha prestado tanta atención al punto de conexión: para poder producir esos frutos ha hecho la conexión de tal modo que haga falta fuerza para romperla. El Padre, el viñador, poda los sarmientos para producir más fruto, y el sarmiento silencioso, lleno de amor, se deja podar sin condiciones.

Nosotros sabemos lo que es la poda, puesto que en nuestra vida debe estar la cruz, y cuanto más cerca estemos de él y tanto más nos toque la cruz, más íntima y delicada será la poda. Cada uno de nosotros es un colaborador de Cristo, el sarmiento de esa vid, pero ¿qué significa para vosotras y para mí ser una colaboradora de Cristo? Significa morar en su amor, tener su alegría, difundir su compasión, dar testimonio de su presencia en el mundo.

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Madre Teresa de Calcuta,
Missione d’amore, Milán 1985, pp. 79s).

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“Creer”. 5º Pascua – B (Juan 15,1-8)

Domingo, 29 de abril de 2018
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La fe no es una impresión o emoción del corazón. Sin duda, el creyente siente su fe, la experimenta y la disfruta, pero sería un error reducirla a «sentimentalismo». La fe no es algo que dependa de los sentimientos: «Ya no siento nada; debo de estar perdiendo la fe». Ser creyentes es una actitud responsable y razonada.

La fe no es tampoco una opinión personal. El creyente se compromete personalmente a creer en Dios, pero la fe no puede ser reducida a «subjetivismo»: «Yo tengo mis ideas y creo lo que a mí me parece». La realidad de Dios no depende de mí ni la fe cristiana es fabricación de uno. Brota de la acción de Dios en nosotros.

La fe no es tampoco una costumbre o tradición recibida de los padres. Es bueno nacer en una familia creyente y recibir desde niño una orientación cristiana de la vida, pero sería muy pobre reducir la fe a «costumbre religiosa»: «En mi familia siempre hemos sido muy de Iglesia». La fe es una decisión personal de cada uno.

La fe no es tampoco una receta moral. Creer en Dios tiene sus exigencias, pero sería una equivocación reducirlo todo a «moralismo»: «Yo respeto a todos y no hago mal a nadie». La fe es, además, amor a Dios, compromiso por un mundo más humano, esperanza de vida eterna, acción de gracias, celebración.

La fe no es tampoco un «tranquilizante». Creer en Dios es, sin duda, fuente de paz, consuelo y serenidad, pero la fe no es solo un «agarradero» para los momentos críticos: «Yo, cuando me encuentro en apuros, acudo a la Virgen». Creer es el mejor estímulo para luchar, trabajar y vivir de manera digna y responsable.

La fe cristiana empieza a despertarse en nosotros cuando nos encontramos con Jesús. El cristiano es una persona que se encuentra con Cristo, y en él va descubriendo a un Dios Amor que cada día le atrae más. Lo dice muy bien Juan: «Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él. Dios es Amor» (1 Juan 4,16).

Esta fe crece y da frutos solo cuando permanecemos día a día unidos a Cristo, es decir, motivados y sostenidos por su Espíritu y su Palabra: «El que permanece unido a mí, como yo estoy unido a él, produce mucho fruto, porque sin mí no podéis hacer nada».

José Antonio Pagola

Audición del comentario

Marina Ibarlucea

 

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“El que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante.” Domingo 29 de abril de 2018. Domingo quinto de Pascua

Domingo, 29 de abril de 2018
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31-PascuaB5 cerezoLeído en Koinonia:

Hechos de los apóstoles 9,26-31: Les contó cómo había visto al Señor en el camino.
Salmo responsorial: 21: El Señor es mi alabanza en la gran asamblea.
1Juan 3,18-24: Éste es su mandamiento: que creamos y que amemos.
Juan 15,1-8: El que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante.

Para entender bien este texto es necesario saber que tanto la vid (o las uvas) o como la higuera (o los higos) son símbolos del pueblo de Dios en el AT. Así, el profeta Oseas (9,10), refiriéndose al pueblo, dice: “Como uvas en el desierto encontré a Israel, como breva en la higuera descubrí a vuestros padres”. Jeremías (24,1-10) cuenta una visión con estas palabras: “El Señor me mostró dos cestas de higos… una tenía higos exquisitos, es decir, brevas; otra tenía higos muy pasados, que no se podían comer”. Los higos exquisitos aparecen como figura de los desterrados fieles a Dios; los «muy pasados que no se podía comer» son figura del rey, sus dignatarios y el resto de Jerusalén que han quedado en Palestina o residen en Egipto (v. 8).

Pero tanto la vid (que da agrazones en lugar de uvas) como la higuera (abundante en hojas, pero sin frutos) son figura del pueblo judío y de sus gobernantes, que no se han mantenido fieles a Dios. El fruto que Dios esperaba de Israel era el cumplimiento de las dos exigencias fundamentales de la Ley: el amor a Dios y el amor al prójimo como a sí mismo (12,28-31). Practicar ese amor, encarnado, según Is 5,7 (cf. Mc 12,1-2), en la justicia y el derecho, era la tarea preparatoria de la antigua alianza en relación con el reinado de Dios prometido. Sin embargo este pueblo no ha dado los frutos deseados a lo largo de la historia. Así Jeremías (8,4-13), después de constatar la corrupción de Jerusalén, que, a pesar de todo, se gloría de la Ley, termina descorazonado diciendo: «Si intento cosecharlos, oráculo del Señor, no hay racimos en la vid ni higos en la higuera».

El texto completo de este pasaje del profeta ilumina el sentido de la esterilidad: “Así dice el Señor: «¿No se levanta el que cayó?, ¿no vuelve el que se fue? Entonces, ¿por qué este pueblo de Jerusalén ha apostatado irrevocablemente? Se afianza en la rebelión, se niega a convertirse. He escuchado atentamente: no dice la verdad, nadie se arrepiente de su maldad diciendo: «¿Qué he hecho?». Todos vuelven a su extravío… mi pueblo no comprende el mandato del Señor. ¿Por qué decís: «Somos sabios, tenemos la Ley del Señor»?, si la ha falsificado la pluma falsa de los escribanos… Del primero al último sólo buscan medrar; profetas y sacerdotes se dedican al fraude”.

Semejante es el lamento de Miq 7,1ss: “¡Ay de mí! Me sucede como al que rebusca terminada la vendimia: no quedan uvas para comer, ni brevas que tanto me gustan”. La decepción del profeta proviene de que los piadosos y justos han desaparecido de la tierra y todos cometen malas acciones. A la higuera-Israel la conmina Jesús en el evangelio de Marcos de este modo: «Nunca jamás coma ya nadie fruto de ti».

No le lanza una maldición que le desee directamente la muerte o algún mal.

Jesús no expresa odio o aborrecimiento hacia la higuera-institución. De hecho, no le dice: “No produzcas fruto”, ni tampoco anuncia que no encontrarán fruto en ella, condenándola a la esterilidad. Le dice: “Nunca jamás coma ya nadie fruto de ti”. Expresa así Jesús el deseo vehemente de que ninguna persona, judía o no, recurra para su alimento-vida a la higuera-institución o dependa de ella; quiere que la humanidad repudie su doctrina y su ejemplo; que nadie busque nada en ella ni acepte nada de ella; que quede aislada al margen de la sociedad humana, y termine así su papel histórico.

El juicio tan tajante de Jesús sobre el templo y la institución, que los presenta como el prototipo de lo aborrecible, se debe a que ésta ha sido infiel a la misión que Dios le había asignado, en dos aspectos diferentes que serán explicitados en la perícopa siguiente: hacia fuera ha traicionado el universalismo que debía encarnar, y hacia dentro del pueblo se ha convertido en instrumento de explotación.

Con ello, siendo la institución judía con el templo la única representante en la tierra del verdadero Dios, deforma su imagen, convirtiéndolo en un Dios particularista y legitimador de la injusticia. Apaga así el faro que debía iluminar a la humanidad y cancela todo horizonte de esperanza. Es el juicio del Mesías sobre las instituciones de Israel. Constata el fracaso de la antigua alianza y, por su parte, declara el fin de la misión de Israel en la historia.

Como se ve, las palabras de Jesús no tendrán efecto más que si los cada uno siguiendo su deseo, renuncia a buscar alimento en la higuera, es decir, si dejan de profesar la ideología que la institución propone o las ventajas que procura la adhesión a ella. El cumplimiento de estas palabras, depende de la opción libre de los seres humanos.

Frente a aquel pueblo que había sido infiel a Dios a lo largo de la historia, Jesús funda un nuevo pueblo, una comunidad humana nueva, verdadero pueblo de Dios, cuya identidad le viene de la unión con Jesús, que le comunica incesantemente el Espíritu, y el fruto de su actividad depende de ella.

La vid o la viña es el símbolo de Israel como pueblo de Dios (Sal 80,9; Is 5,1-7; Jr 2,21; Ez 19,10-12). La afirmación de Jesús se contrapone a esos textos; no hay más pueblo de Dios (vid y sarmientos) que la nueva humanidad que se construye a partir de él (la vid verdadera, cf. 1,9: la luz verdadera; 6,32: el verdadero pan del cielo). Como en el AT, es Dios, a quien Jesús llama su Padre, quien ha plantado y cuida esta vid.

Advertencia severa de Jesús, que define la misión de la comunidad. Él no ha creado un círculo cerrado, sino un grupo en expansión: todo miembro tiene un crecimiento que efectuar y una misión que cumplir. El fruto es el hombre nuevo, que se va realizando, en intensidad, en cada individuo y en la comunidad (crecimiento, maduración), y, en extensión, por la propagación del mensaje, en los de fuera (nuevo nacimiento). La actividad, expresión del dinamismo del Espíritu, es la condición para que el hombre nuevo exista.

El sarmiento no produce fruto cuando no responde a la vida que recibe y no la comunica a otros. El Padre, que cuida de la viña, lo corta: es un sarmiento que no pertenece a la vid.

En la alegoría, la sentencia toma el aspecto de poda. Pero esa sentencia no es más que el refrendo de la que cada uno se ha dado: al negarse a amar y no hacer caso al Hijo, se coloca en la zona de la reprobación de Dios (3,36). El sarmiento que no da fruto es aquel que pertenece a la comunidad, pero no responde al Espíritu; el que come el pan, pero no se asimila a Jesús.

Quien practica el amor tiene que seguir un proceso ascendente, un desarrollo, hecho posible por la limpia que el Padre hace. Con ella elimina factores de muerte, haciendo que el discípulo sea cada vez más auténtico y más libre, y aumente así su capacidad de entrega y su eficacia. Pretende acrecentar el fruto: en el discípulo, fruto de madurez; en otros, fruto de nueva humanidad.

El sarmiento no tiene vida propia y, por tanto, no puede dar fruto de por sí; necesita la savia, es decir, el Espíritu comunicado por Jesús. Interrumpir la relación con él significa cortarse de la fuente de la vida y reducirse a la esterilidad. Leer más…

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29.4.18. Soy la Vid, somos el Vino de Dios… Nombres de Cristo

Domingo, 29 de abril de 2018
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31162269_969609913216201_99090956361731653_nDel blog de Xabier Pikaza:

Dom 5 de Pascua: Jn 15, 1-8. El domingo pasado fue el día de Jesús Buen Pastor.Este próximo será el de Jesús Buena Viña, Cristo Universal del vino, que llena el universo… Sarmientos suyos somos todos los creyentes, sarmientos que reciben la savia de la viña de Dios que es Jesús, cuya vida recorre y llena ramas y ramitas, uvas y racimos.

— Viñador es Dios, quiere una viña y la cultiva, un Dios que se alegra de la felicidad de los hombres, que son no sólo viña, sino vino bueno, de artista soberano.

— Viña es la Iglesia de Jesús, o, mejor dicho, una gran vid universal, comunidad de personas vinculadas por la misma savia de del árbol de Dios, que extiende sus ramas y su vida a todos los hombres

— Trabajadores de la viña, al servicio del “vino de Dios”, son todos los hombres, y en especial los cristianos, y más en especial los ministros de la Iglesia, sabiendo que el vino de Dios son ellos mismos.

Esta alegoría de la viña de Dios se cita y aplica también en otros pueblos, a lo largo y a lo ancho de la cuenca del Mediterráneo, como imagen de la vida universal, unida desde Dios que es el Árbol/Viña (incluso en el gran mito de Dionisio). El Jesús buen pastor es, al mismo tiempo, Jesús viña del Reino de Dios y de los hombres (cf. Mc 12, 3-ss).

31225007_969609269882932_1745678523461469236_nEn ese fondo quiero presentar de un modo breve esta alegoría de la viña de Jesús, evocando después otros nombres e imágenes de Cristo (sembrador, pastor, pescador, hortelano, arquitecto…), para ofrecer de esa manera una especie de sinfonía poético/musical del Reino, con el vino en la copa y las ovejas pastando en el llano.

No se trata de hacer cosas, de cumplir mandamientos… sino de ser lo que somos y saberlo, para así vivir en gozo, compartiendo todos los hombres y los pueblo el mismo vino, sin imposición de unos sobre otros, sin unos imponiéndose a la fuerza y otros aplastados.

Quiero que mi presentación sea esquemática, respetando la hermosura de la imagen, para ampliarla después con otras imágenes bellas del Cristo, en sus diversas figuras y oficios.

1. YO SOY LA VID, VOSOTROS LOS SARMIENTOS (JN 15, 1-8).

[1. Vid del Padre]

– Yo soy la Vid verdadera, y mi Padre el viñador.
Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta,
y todo el que da fruto, lo limpia, para que dé fruto más pleno.
Vosotros estáis ya limpios gracias a la Palabra que os he anunciado.

[2. Vid con frutos]
– Permaneced en mí, como yo en vosotros.
Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid;
así tampoco vosotros si no permanecéis en mí.

[3. Vid, sarmientos]
– Yo soy la vid; vosotros los sarmientos.
quien permanece en mí y yo en él, da mucho fruto; pues sin mí no podéis hacer nada.
Quien no permanece en mí, es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca…
– Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros,
pedid lo que queráis y lo conseguiréis.
La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto, y seáis mis discípulos…. Jn 15, 1-8)

He dividido el texto de forma algo convencional para destacar su aspecto histórico, cristológico y eucarístico. Esta alegoría presenta a Jesús como Vid verdadera, cumplimiento de la esperanza israelita: templo de Dios, fuente de vino, árbol de vida verdadera. Por eso, he comenzado diciendo que la viña pertenece al Padre (Apartado 1º), verdadero Viñador: por fin ha plantado una Viña que logra dar fruto por siempre (cf. Is 5, 1-2; Mc 12, 1).

Esta es una alegoría cristológica: sólo Jesús es la Vid que florece, madura y da vino abundante sobre el mundo (cf. Apartado 2º: Vid con frutos). La palabra central del pasaje hablar de unirse a Jesús, permanecer en él, como un sarmiento que recibe de la viña buena sabia de vida, vino que alegra a dioses y humanos. Jesús aparece así como árbol abundante, sagrado, del que mana la fiesta de vida para todos los que quieran beberla agradecidos.

El texto alcanza su culmen en forma eucarística (cf. Apartado 3º: Vid, sarmientos). Central es la vid, pero en ella resultan esenciales los sarmientos, es decir, los cristianos que aceptan y beben el vino del Cristo, convirtiéndose con él en verdadera eucaristía. Ciertamente, los sarmientos nada pueden sin la Vid, no tienen savia para vino. Pero la Vid tampoco puede extenderse jubilosa por la tierra, dando frutos de abundancia sin sarmientos. Desde este fondo se comprende la palabra del Cristo eucarístico de Juan cuando proclama: “quien cree en mí hará las obras que yo hago, y las hará incluso mayores, pues yo voy hacia el Padre” (Jn 14, 12). Leer más…

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El labrador, la vid y los sarmientos. Domingo 5º de Pascua. Ciclo B.

Domingo, 29 de abril de 2018
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Yo-soy-la-vid1-1024x965Del blog El Evangelio del Domingo, de José Luis Sicre sj:

Una anécdota y un consejo

            Hace años un amigo tuvo que predicar este domingo en un pueblo de la Axarquía malagueña, donde los hombres estaban acostumbrados a ir todos los días al bar a tomar una copa de vino. Un sitio ideal para hablar de la vid y los sarmientos. Sin embargo, cuando terminó la misa, le preguntaron llenos de curiosidad: “Padre, ¿qué es la vid?” En aquel pueblo a las vides las llaman cepas. No se habían enterado de nada.

            Experiencia parecida tuve yo la primera vez que di charlas bíblicas en Centroamérica. La gente nunca había visto una vid o un olivo. Por desgracia, Jesús nunca contó la parábola del buen cafetero.

            Lo primero que debe preguntarse el que vaya a tener una homilía este domingo es si la gente entenderá una parábola contada en una cultura campesina y mediterránea. En nuestros días, Jesús probablemente habría contado otra muy distinta en la forma, aunque idéntica en el fondo. Una parábola en la que el Padre es un informático, Jesús la corriente eléctrica y nosotros ordenadores (computadoras) que no pueden funcionar si no están conectados a él. Incluso a los que funcionan bien, el Padre los limpia a fondo para que funcionen mejor. Pero esta adaptación, aparte de ser mucho menos poética, comete el mismo error: quien no viva en una cultura tecnológica no la entenderá; y dentro de unos años, cuando los ordenadores no necesiten estar conectados a la red, la parábola perdería su sentido. Más vale atenerse a la imagen original.

El labrador, la vid y los sarmientos

Para captar la originalidad del evangelio conviene recordar otras referencias a la vid en el Antiguo Testamento. Un salmo compara al pueblo de Israel con una vida pequeña, que Dios trasplanta a la tierra de Canaán, donde crece de manera espléndida y extiende sus pámpanos hasta el Gran Río (el Éufrates). Alude al imperio davídico. Pero llega un momento en que la vid se ve asaltada, pisoteada y destruida por los pueblos vecinos y los grandes imperios. ¿Por qué ha ocurrido esto? Una canción de Isaías ofrece la respuesta: la vid, que ha recibido inmensos cuidados por parte del labrador, en vez de dar uvas da agrazones. Pasando de la imagen a la realidad, Dios esperaba de su pueblo justicia y bondad y encontró malicia y maldad.

            En el evangelio, la imagen cambia profundamente. La vid no es el pueblo, sino Jesús. Y adquieren un protagonismo inesperado los sarmientos, nosotros.

            En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pediréis lo que deseéis, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos.»

         Este pasaje se conoce como «la parábola de la vid y los sarmientos». Título erróneo, porque no tiene en cuenta al protagonista principal, el labrador, que es quien poda, arranca y tira los sarmientos que no dan fruto. Y más bien que parábola es una fábula, donde los protagonistas son animales o plantas que pueden hablar y actuar. En este caso, los protagonistas secundarios, los sarmientos, no hablan, pero sí actúan. Algunos deciden mantenerse unidos a la vid, y dan fruto abundante. Otros deciden independizarse, cortar la relación con la vid, y dejan de dar fruto. (La imagen de unas ramas en movimiento, en este caso alejándose del tronco, recuerda la fábula de Yotán, que comienza: «Se pusieron en marcha los árboles para elegirse un rey»).

            El enfoque del evangelio, insistiendo en la idea de permanecer en Jesús, se comprende recordando un episodio de Lucas. En la aparición a los discípulos de Emaús, estos terminan pidiéndole: «Quédate con nosotros, Señor». En Juan cambia la perspectiva. Es Jesús quien nos dice: «Permaneced en mí». Es muy distinto «quedarse con» y «permanecer en», aunque parezcan lo mismo. Lo segundo habla de mayor intimidad, como la de un niño en el seno de su madre.

            El título habitual subraya la importancia de la vid. Y en parte lleva razón: de estar unidos a ella o separados de ella depende el futuro de los sarmientos. Pero la vid no hace nada. Simplemente está ahí. Todas las acciones las realizan el labrador o los sarmientos. Enfoque curioso, que nos obliga a reflexionar sobre la importancia de Dios Padre en la vida del cristiano; y el papel fundamental de Jesús, aunque a veces tengamos la impresión de que no hace nada en nuestra vida.

1ª lectura:  la viña y la poda de Dios(Hechos de los Apóstoles 9, 26-31)

         Aunque no tenga relación ninguna con el evangelio, el texto de los Hechos se puede leer como una concreción del mismo. El final nos dice cómo la vid, la comunidad cristiana, se extiende y fructifica. Y la primera parte, la que trata de Pablo, recuerda lo que dice la fábula a propósito del labrador: «a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto». Podar es cortar, herir al árbol, despojarlo de algo que le ha costado tiempo y esfuerzo producir. Pero el campesino lo hace para que esté más sano y fuerte. Eso es lo que hace Dios con Pablo.

En aquellos días, llegado Pablo a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos, pero todos le tenían miedo, porque no se fiaban de que fuera realmente discípulo. Entonces Bernabé se lo presentó a los apóstoles. Saulo les contó cómo había visto al Señor en el camino lo que le había dicho y cómo en Damasco había predicado públicamente el nombre de Jesús. Saulo se quedó con ellos y se movía libremente en Jerusalén, predicando públicamente el nombre del Señor. Hablaba y discutía también con los judíos de lengua griega, que se propusieron suprimirlo. Al enterarse los hermanos, lo bajaron a Cesarea y lo enviaron a Tarso.

         Después de su conversión, podría esperar que lo recibieran muy bien en Jerusalén. Pero ocurre algo muy distinto: no se fían de él, lo rehúyen, hasta que Bernabé lo presenta a los apóstoles. Cuando comienza a predicar, los judíos de lengua griega intentan eliminarlo y debe huir a Tarso. En realidad, toda la vida de Pablo fue una gran poda, una vida llena de persecuciones y sufrimientos. Pero a través de ellos se convirtió en el mayor de los apóstoles. Dio mucho fruto. Una buena enseñanza para los que quisiéramos que todo nos fuera bien en la vida, sin ningún tipo de dificultades.

2ª lectura: cómo permanecer unidos a la vid

        El evangelio insiste en la necesidad de que el sarmiento esté unido a la vid. La segunda lectura nos indica el modo concreto de mantener la unión.

Hijos míos, no amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras. En esto conoceremos que somos de la verdad y tranquilizaremos nuestra conciencia ante él, en caso de que nos condene nuestra conciencia, pues Dios es mayor que nuestra conciencia y conoce todo. Queridos, si la conciencia no nos condena, tenemos plena confianza ante Dios. Y cuanto pidamos lo recibimos de él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada. Y éste es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo, Jesucristo, y que nos amemos unos a otros, tal como nos lo mandó. Quien guarda sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él; en esto conocemos que permanece en nosotros: por el Espíritu que nos dio.

       El texto, como es habitual en Juan, resulta complicado y mezcla diversos temas: el amor falso y el verdadero, el complejo de culpabilidad, la confianza en Dios, la observancia de los mandamientos, la fe en Jesús y el amor mutuo, la permanencia en Dios y el don del Espíritu. Siguiendo la metáfora del evangelio, es una vid demasiado frondosa que conviene podar. Bastaría recordar que amar de verdad y con obras equivale a creer en Jesús y amarnos unos a otros. Esa es la forma de permanecer unidos a la vid y la única garantía de que daremos fruto como cristianos.

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5º Domingo de Pascua. 29 Abril, 2018

Domingo, 29 de abril de 2018
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Permaneced en mí y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí solo, si no permanece en la vid, tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.”

(Jn 15, 1-8)

Bella imagen de la vid, es una alegoría llena de vida resucitada. Es la imagen de la unión entre Jesús y nosotr@s. ¿Qué vid existe sin sarmientos? ¿Qué Dios vive sin entregar lo que es a quien está unid@ en Él?

En este texto lo primero que salta a la vista es que la vid y los sarmientos son parte de la propia vid. No son dos vides con antagonismo entre la propia vid y el sarmiento, ni son lo mismo, que sería un monismo.

La vid y los sarmientos son diferentes, pero no existen separados. Es decir, las formas separan, porque son lo que  vemos con nuestra mente. Pero sin la proyección mental, entrando en la profundidad de la contemplación, las formas no existen, contemplamos la esencia, lo que es, y entonces no son dos cosas distintas, sino una, con diferencias, que es la auténtica maravilla.

Tanto la física cuántica, como la visión transpersonal nos hablan de que todo está interrelacionado. Nada existe separado, y esto nos lo relata el Evangelio.

“ El sarmiento no puede dar fruto de por sí”. “ Yo soy la vid , vosotros los sarmientos, el que permanece en mí y yo en él ese da fruto abundante.” “Permaneced unid@s a mi como yo lo estoy a vosotr@s”.

En la misma línea, si Dios es Amor, ¿cómo puede el Amor vivir sin amor y el amor sin Amar? Nuestro Dios es un Dios Trinitario, diferentes maneras de amar, pero el Amor es solo uno. Somos un@ en Dios.

Esto no lo “entendemos” con nuestra mente discursiva, analítica, sino con la inteligencia del corazón, que es la que comprende con las entrañas en un silencio que se hace a veces denso, hasta llegar a ser transparente. Es entonces cuando se abren las compuertas del ser y se descubre la vida entretejida y conectada al AMOR, a la Vid.

Oración

Resucítanos a la nueva comprensión de la alteridad del amar para que seamos un@ en el Amor

*

Fuente Monasterio de Monjas Trinitarias de Suesa

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A la savia que nos da Vida le llamamos Espíritu.

Domingo, 29 de abril de 2018
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vid1Jn 15, 1-8

Estamos en el comienzo del capítulo 15 del evangelio de Jn, incluido en el larguísimo discurso de despedida, que Jn pone en boca de Jesús, después de la cena. En esta parte del discurso, se habla de la comunidad y su misión en el mundo. Insiste en que la Vida de Dios debe atravesar a cada miembro para que sea posible el amor que se debe manifestar en obras. La división de los organismos vivos, en partes, siempre es inadecuada. Toda la vid es un único ser vivo. Para producir frutos, necesita de los tres elementos.

El simbolismo de la viña es muy frecuente en el AT, Pero no es tan frecuente la imagen de la vid. Además, el sentido que le da Jn es completamente original. El doble aspecto de una misma vivencia individual y una proyección a los demás, es la clave de la experiencia pascual. La Vida de Dios, la de Jesús y la de los discípulos es la misma. Aunque no se nombra expresamente, la Vida sigue siendo el centro del discurso.

Hay que tener en cuenta que la vid es una de las plantas que no produce fruto de provecho, si no se poda severamente. Su capacidad de echar follaje es tan grande que, si no se le aplican fuertes correctivos, se le va toda la fuerza en tallos y hojas. La poda se realiza en dos etapas. La primera se hace antes de que brote y consiste en eliminar casi todos los sarmientos del año anterior, dejando solo una parte mínima (dos o tres nudos) de los más robustos. La segunda se hace en verde, eliminado todos los tallos que no llevan fruto e incluso desmochando los que lo llevan.

Yo soy la vid verdadera. Detrás del símbolo de la vid, se esconde todo un mundo de sugerencias. Se trata de un ser vivo que se manifiesta a través de elementos distintos, pero unificados por una realidad que los trasciende, la vida. Una vez más es la Vida el centro del discurso. Todo el que se adhiere a Jesús forma parte de la misma vid. Forma una comunidad viva que fructifica. En el AT es frecuente que la viña sea improductiva.

Mi Padre es el labrador. Como en el AT, es el Padre quien la ha plantado y la cuida. Pero hay que tener cuidado a la hora de interpretar este aspecto. Jesús nunca se propone como centro de su mensaje. Él predica el Reino que es Dios. Nunca se interpone entre Dios y el ser humano. Jesús nos dice que lo que Dios es para él, lo es también para cada uno de los hombres. No pensemos que Jesús es más que el Padre. La alusión al Padre labrador, expresa la preocupación y el interés porque que los sarmientos den fruto.

Todo sarmiento que en mí no produce fruto, lo elimina, y a todo el que produce fruto, lo poda, para que dé más fruto. ¡Ojo a este párrafo! Tenemos un juego de palabras muy curioso: “airei” no significa cortar ni arrancar sino abolir, quitar. “kathairei” no significa podar sino limpiar, purificar. Ni uno ni otro verbo se suele utilizar para designar tareas agrarias. Al emplearlos nos fuerza a ir más allá del primer significado. El versículo siguiente nos ayuda a salir del error de interpretación: Vosotros estáis ya limpios por el mensaje que os he comunicado. “Limpios” tampoco tiene nada que ver con la pureza legal que se consigue por rituales. Para Jn el único pecado es la opresión. Como ellos han salido de ese ámbito, se han liberado del pecado.

No debemos entender estos versículos como si Dios actuara en nosotros desde fuera y mecánicamente. Para Jesús, Dios es la savia, la Vida que se comunica a toda la vid. Jesús es el primer sarmiento que vivió plenamente de esa savia divina. No debemos confundir al hombre Jesús con el Dios cristiano, sino como el primer cristiano que, haciendo suya la misma Vida de Dios, nos ha indicado la manera de alcanzar la verdadera plenitud humana. El mensaje de Jesús consiste en que todos vivamos esa Vida divina.

Ni cada individuo, ni la comunidad deben considerarse entes estáticos, tienen que dar fruto. Sarmiento improductivo es el que pertenece a la comunidad pero no responde al Espíritu. Incluso el que produce fruto tiene que seguir un proceso que no acaba nunca. Solo el don total de sí mismo permitiría alcanzar la meta. La posesión del Espíritu es un dinamismo que no se detiene nunca. El producir fruto no hace referencia a una moralidad.

El sarmiento no tiene vida propia, necesita recibir la savia de la cepa. La ausencia de fruto, delata la falta de unión con Jesús. La presencia de fruto manifiesta que la savia-Vida está llegando al sarmiento. Ni la Vid sin sarmientos puede producir frutos, ni los sarmientos separados de la cepa. Los frutos se alcanzan por la unidad de ambos. Esa unión con Jesús no es algo automático, ni ritual, ni externo. Exige la actualización constante por parte del discípulo. Cada individuo y cada comunidad tienen que estar constantemente eliminando todo aquello que le impida llegar a la identificación con Jesús.

Existe una fuerte tendencia a equiparar el “producir fruto” con las buenas obras. En Jn no se hace ninguna distinción entre ser y obrar. Adherirse a Jesús es inseparable de producir el fruto que esa adhesión conlleva, pero el fruto no son directamente las obras, sino la Vida-amor, que necesariamente se manifestará en obras. De esta manera queda erradicado el peligro de creer que son las obras las que me llevan a la identificación con Jesús. Solo la Vida-Amor nos hace ser uno con Jesús y nos capacita para obrar.

Porque sin mí, no podéis hacer nada. Por activa y por pasiva repite una y otra vez la misma idea. El sarmiento que es una sola vida con la cepa produce fruto y hace que la vid sea capaz de dar fruto. El que está separado, no sirve para nada porque no tiene vida. Se trata de participar de la misma Vida de Jesús, que es la del Padre. Recordad: “El Padre que vive me ha enviado y yo vivo por el padre; del mismo modo el que me coma vivirá por mí”. Estar unido, comer a Jesús es comprometerse con él y participar de su misma Vida. De la misma manera alejarse de Jesús es garantizarse la esterilidad y la muerte.

En esto se ha manifestado la gloria de mi Padre, en que hayáis comenzado a producir mucho fruto por haberos hecho discípulos míos. En este versículo queda claro que no pueden ser palabras pronunciadas por Jesús en la última cena. Los discípulos no comenzaron a dar frutos hasta después de la experiencia pascual. Solo entonces descubrieron al verdadero Jesús y lo vivieron de verdad. No son palabras de Jesús, sino palabras de la comunidad sobre Jesús. Si no hacemos esta composición de lugar, no habrá manera de dar un auténtico sentido al evangelio de Jn.

El domingo pasado se hablaba de un solo rebaño, hoy nos habla de una sola vid. Jesús y los discípulos constituyen una sola realidad viva. Ser vid significa estar unido no solo a Jesús y a Dios, sino a los demás sarmientos. Si me separo de otro sarmiento, que está unido a la vid, me tengo que separar de la vid. Esa es la experiencia pascual que tiene que continuar hoy en nosotros. Todos participamos de la misma Vida de Dios, que descubrimos gracias a Jesús. La Vida es una sola; al participar de ella tomamos conciencia de que formamos una unidad con todos los hombres, con todo el cosmos y con Dios.

Meditación

En el centro de mi ser esta la fuente de Vida.
En el orden del Espíritu, todo es Uno.
La aparente diversidad es una ficción de la mente.
Si consigo trascender el mundo de las apariencias,
me encontraré inmerso en la inmensidad del Ser.
En mi verdadero ser, la armonía y unidad son absolutas.

Fray Marcos

Fuente Fe Adulta

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Ser cristiano.

Domingo, 29 de abril de 2018
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echar-raicesSea lo que sea que puedas hacer, empiézalo. La audacia contiene genio y poder”. (Goethe)

29 de abril. V domingo de Pascua

Jn 15, 1-8

El que está en mí y yo en él, ese da fruto abundante

El hombre está llamado a dar sus frutos. Y para eso tenemos que estar como los sarmientos, unidos a la vid. Jesús es la vid verdadera y estaremos unidos creyendo en su palabra y amándonos los unos a los otros. Porque es generoso. Y es humano y divino, cuando está injertado en el tronco de la vid del Evangelio.

Un fruto que comido con conciencia es, como dice Tich Nhat Hanh, muy agradable. Nos sentamos elegantemente. Somos conscientes de las personas que se sientan a nuestro alrededor y de la comida en el plato. Es una práctica profunda. Cada bocado se convierte en un embajador del cosmos. Un brindis de alegría, libertad y placer como el que hizo Carmen en el banquete de la ópera de Giuseppe Verdi. En el de los cristianos brindamos todos con el vino espumoso de sus bodegas, macerado en las barricas del roble de los cielos.

La música –o la palabra– no está en la radio que estamos escuchando. Una radio es tan solo un artefacto que recoge y transmite los sonidos hacia los espacios siderales que quieren recibirlos. Pero no solo recibirlos, pero también amplificarlos con fidelidad para que los demás seres vivientes puedan oírlos y gozarlos. Recordemos los versos del protagonista a Horacio cuando le canta: “Hay más cosas en el cielo y en la tierra, Horacio, de lo que puede soñar tu filosofía” (Shakespeare, Hamlet).

Sueños de profundo calado que intentan, casi siempre en vano, resolver misterios. La novelista Sonia Fernández Vidal, lo aborda en este diálogo entre Agustín y un niño, en la novela Desayunar con partículas, embarcados ambos en el arduo problema trinitario:

– ¿Qué haces, niño?

– Quiero meter el océano en un hoyo, le responde sonriente el pequeño.

– San Agustín aleccionó al pequeño con un tono paternal: lo que pretendes hacer es imposible.

Pues es exactamente lo que estás intentando tú, le dijo para su sorpresa el niño, meter en tu mente finita los misterios de Dios.

Tu fábula, mi querida Sonia, a mí personalmente no me desalienta en absoluto. Más bien me da ánimos para seguir trayendo cubos del evangélico licor a mi arenoso hoyo de la playa. Jamás acaba de colmarse, pero yo siento que su gracia inunda la raíz de mi cepa, anunciando una generosa vendimia que yo transformaré en amor en mis lagares. ¿Te gustaría, Sonia, acompañarme para pisar descalzos los racimos? Invitaré también a Agustín con cara de filósofo adusto y también al niño sonriente. ¿Sería Jesús ese niño?

Sea lo que sea que puedas hacer, empiézalo. La audacia contiene genio y poder”.(Goethe). Un poder como el de la lámpara de Aladino, que con resplandor ilumina el mundo de luz y de calor.

CLARO DE LUNA

Claro de luna sobre el alma mía
en plenitud de luces y de sueños,
donde los vinateros viñadores
entonan sus canciones del solsticio.

Que yo encuentre la senda iluminada
que conduzca hasta la mesa,
donde se sientan al banquete los amantes.

Si Agustín se quedó
cabizbajo en la playa,
es su problema.

Yo me voy dibujando canciones en el aire.

Vicente Martínez

Fuente Fe Adulta

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La vid y los sarmientos.

Domingo, 29 de abril de 2018
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juan-151-8Jn 15, 1-18

Todos los seres humanos vivimos profundamente relacionados. El vínculo es algo que nos caracteriza esencialmente. Este relato evangélico nos descubre una relación muy poderosa. Sin la cual, dice el texto, estamos desconectados, secos, como muertos… Es una vinculación profunda con Jesús, fuente de vida y de acción. “Sin mí no podéis hacer nada”, “separados de mí no dais fruto”… Nuestras acciones y especialmente la fecundidad de estas acciones dependen de esta conexión profunda con Jesús. De lo contrario, aquello que hagamos “separados” o por nuestra cuenta, será caduco, le faltará profundidad y sentido.

Como es habitual, el Jesús de los evangelios no expone esta situación con largas explicaciones o filosofías, sino que utiliza imágenes, parábolas o símbolos ciertamente conocidos por todo el mundo. En este texto nos habla a partir de la vid, una planta que ha sido objeto de mucha significatividad en la tradición judía. La vid, o mejor, la viña, en textos del Antiguo Testamento, representa al pueblo de Israel, al cual Dios ha plantado, podado y cuidado de todas las maneras posibles. El Padre ha sido representado en muchas ocasiones como un labrador que cuida a su viña Israel. A diferencia de otras parábolas e imágenes, el que actúa con eficiencia y radicalidad es el Padre. Jesús aparece fijamente fecundando como la savia a los sarmientos, pero quien riega, poda, corta… es el Padre. Nosotros tenemos la tarea de permanecer; permanecer unidos, vinculados, conectados a él de donde mana la vida, porque sin él “no podemos hacer nada”. Nuestra fe es un continuo de apertura y respuesta; y de arriesgar en tiempo de dudas. Y siempre, pase lo que pase, Dios actúa.

Pero lo que resulta radicalmente novedoso respecto al Antiguo Testamento es que Jesús se presenta a sí mismo como la vid. Ya no se trata solamente de un pueblo al que Dios consolida y asiste. Dios mismo, en Jesús, es la savia que corre por esta comunidad-vid.  Cada uno en esta comunidad somos como los sarmientos, ramas nacientes, destinadas a dar fruto.

Diversos textos paulinos hablan de esta misma situación. Un texto clave es Colosenses 1,17: “Cristo existe antes que todas las cosas y todas tienen en él su consistencia”. Y también “Dios tuvo a bien hacer habitar en él toda la plenitud. Y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas” (Col 1,19-20).

En épocas de búsqueda de sentido o de desorientación, reencontrar la vinculación existencial con “todas las cosas” y encontrar la “consistencia” en Cristo se vuelve fundamental. Cuando las experiencias de aislamiento, abandono o de individualismo resultan generalizadas, la lectura de este texto nos anima a potenciar las relaciones profundas y a reforzar la corriente de vida que viene desde Jesús y que nos comunica entre nosotros de manera creativa.

Paula Depalma

Fuente Fe Adulta

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Yo soy la vid. Permaneced, que no es lo mismo que atrincherarse.

Domingo, 29 de abril de 2018
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imagesDel blog de Tomás Muro La Verdad es libre:

01. YO SOY LA VID, QUE DA VIDA A LOS SARMIENTOS.

El lenguaje de los Evangelios, el lenguaje de Jesús no es filosófico, ni de altas teologías. Más bien Jesús emplea expresiones y símbolos de la vida cotidiana: el pan, el agua, la luz, el camino, el pastor, la puerta, la vid 

Hoy hemos escuchado la metáfora que san Juan aplica a Jesús: “Yo soy la vid”.

Los sarmientos reciben la vida, la savia, de la cepa. Las ramas reciben la vida del tronco, de la raíz.

Hay un refrán muy “sanchopancesco” (Sancho Panza) que dice: quien a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija. Y lo malo es que tal refrán se cumple muy frecuentemente. Nos arrimamos al político o a la política de turno, al obispo que manda, al jefe de personal, etc., porque pensamos que de ellos, de tales “cepas” no viene la vida o, cuando menos un buen puesto o cargo, un buen modus vivendi.

Pero si dirigimos la mirada hacia cotas más humanistas, nobles y cristianas, caemos en cuenta de que la vida verdadera nos viene de Cristo. CRISTO ES VIDA: pan de vida, agua de vida, pastor que da la vida, la vid que transmite vida.

En el fondo se trata de saber qué es lo pretendemos y buscamos en la vida y de dónde o de quién esperamos esos logros.

Fiarse de Cristo, ser y vivir desde la savia de Cristo a veces no es sencillo. Seguir a Cristo, ser libre desde Cristo no es siempre cuestión fácil. La libertad en la vida ya sabemos que cuesta prestigio, puestos, dinero, etc.

La tradición de San Pablo dice (2Tim 1,1): sé de quién me he fiado.

Es noble y vale la pena ser un débil sarmiento que recibe la vida de Cristo, vid verdadera, y transmite, crea vida en la vida.

02. PERMANECED.
Por las crisis que sufrieron las comunidades cristianas de Juan, es por lo que la tradición del cuarto evangelio “repite” constantemente la invitación a PERMANECER: en el evangelio de hoy aparece siete veces la invitación a permanecer. Frecuentemente S Juan repite: Permaneced en mi amor, (Jn 15,9). Permaneced en lo que os enseñé desde el comienzo, (1Jn 2,27). La tradición de san Juan repite casi obsesivamente esta invitación a permanecer en el Señor. En el párrafo del evangelio que hemos escuchado hoy aparece 7 veces esta expresión: permaneced.

Permanezcamos en Cristo

03. PERMANECER NO ES ATRINCHERARSE NI UNA RESISTENCIA NUMANTINA

Permanecer no significa guardar fósiles dogmáticos o litúrgicos. Es cierto que hay que guardar con estima lo que hemos recibido, pero, siendo importante, lo más transcendente de una ciudad no son sus museos, ni Atapuerca.

Muchas veces para ser fiel a la fe, al pasado, hay que cambiar muchas cosas en el presente. ¿Quién entiende hoy lo que significa consubstancial al Padre? o el “Filioque”. ¿Quién entiende y vive esas realidades así expresadas?

Para permanecer hay que cambiar. Para ser y permanecer como personas, como ciudadanos, como creyentes hemos de ir cambiando muchas cosas en la vida.

04. LA VID. LA VIDA LA RECIBIMOS DE OTROS.

Vivir unidos a Cristo.

La imagen de la viña, significa en el mundo bíblico al pueblo de Dios, que recibe la vida de Dios Padre.

Salmo 80,9 Sacaste una vid de Egipto.

Isaías 5 Mi amigo tenía una viña…

Mt 21 Es la célebre e intencionada parábola de los viñadores homicidas.

Jn 2,1-12 La parábola de las bodas de Caná: se han quedado sin vino (viña), sin amor.

El tema de fondo es la vida, tener vida. Desde el comienzo se nos dice que en Él estaba la vida, (Jn 1,4).

Quien cree en Él tiene vida (Jn 3,4). Cristo es el agua de vida, (Jn 4,14). Es el pan de vida, Jn 6,51-54).

Cristo es el Buen Pastor que da vida, (Jn 10). Cristo es la resurrección y la vida (Jn 11,25). Cristo es el camino, la verdad y la vida, (Jn 14,6).

La vida la recibimos de otros: padres, familia, pueblo, amigos, cultura, iglesia, JESUCRISTO.

El que permanece en mí tiene vida y dará fruto abundante.

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Carmelitas descalzas de Hondarribia, con la víctima de ‘La Manada’: “Hermana, yo sí te creo”

Sábado, 28 de abril de 2018
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RECHAZAN QUE LAS MUJERES PUEDAN SER “JUZGADAS, VIOLADAS, AMEDRENTADAS, ASESINADAS O HUMILLADAS”

Reconocen que su opción de vida no las hace “ni mejores ni pores que nadie”

Mientras tanto, la Conferencia episcopal y los obispos guardan silencio, ajenos a la alarma social

(José M. Vidal).- La Conferencia episcopal guarda silencio, los obispos callan y los curas enmudecen, ante la alarma social que prende en todo el país ante la sentencia del caso de ‘La Manada’. Son las monjas de clausura de las Carmelitas e Hondarribialas únicas del universo religioso que, al menos por ahra, levantan la voz y se suman al clamor popular del ‘Yo sí te creo’, en defensa de la víctima.

En una nota publicada en Facebook, las monjas explican su forma de vida “con ropa hasta los tobillos”, sin salir, sin fiestas, sin probar alcohol y con voto de castidad. Una vida que definen como “una opción que no nos hace mejore sin peores que nadie, aunque paradójicamente nos haga más libres y felices que muchas”

Las monjas de clausura aseguran que, precisamente por eso, por haber tomado una opción libre, defenderán siempre con todos los medios a su alcance “el derecho de todas las mujeres a hacer libremente lo contrario, sin que sean juzgadas, violadas, amedrentadas, asesinadas o humilladas por ello“.

Una de las religiosa de esta congregación, la hermana Patricia, ha señalado, en declaraciones a Radio Euskadi que recoge Europa Press, que “no se puede aceptar que se cometa una atrocidad de éstas y la que sea juzgada, condenada y humillada públicamente sea la víctima”.

Sobre la razón que le llevó a escribir este comentario, ha indicado que es uno de los medios que tienen a su alcance para expresar su solidaridad con “esa mujer en concreto y con todas las mujeres que tienen que pensárselo dos veces antes de cruzar una calle oscura, antes de ir solas a casa, que tienen que hacer planes para saber con quién vuelven, cuándo vuelven, cómo vuelven y que encima tienen que sentirse juzgadas y amenazadas por ello”.

“Hay muchas cosas que nosotras tampoco sabemos, pero sí que pensábamos que desde nuestra posición, es una posición de alguna manera transversal, es importante decir: esto no es una reivindicación de una pocas, es una reivindicación de toda la sociedad, y nosotras que estamos aquí en clausura y que no salimos por la noche, también nos sentimos amenazadas y también nos sentimos implicadas en todo esto y en todo lo que atañe en el fondo a una injusticia”, ha señalado.

En este sentido, ha dicho no entender la sentencia, que absuelve a los cinco acusados de un delito de agresión sexual, que es lo que cualquiera de ellas sienten “simplemente con escucharlo”.

Asimismo, ha asegurado que también las monjas “forman parte de esto, en primer lugar por ser mujeres, y por todas las mujeres que nos rodean y nos importan, y simplemente por ser personas”. “Esto no es una guerra entre hombres y mujeres. Esto es algo que no se puede admitir, no se puede aceptar que se cometa una atrocidad de éstas y la que sea jugada, condenada y humillada públicamente sea la víctima”, ha concluido.

Este es le texto completo del comunicado de las Carmelitas de Hondarribia

‘Nosotras vivimos en clausura, llevamos un hábito casi hasta los tobillos, no salimos de noche (más que a urgencias), no vamos a fiestas, no ingerimos alcohol y hemos hecho votos de castidad. Es una opción que no nos hace mejores ni peores que nadie, aunque paradójicamente nos haga más libres y felices que a muchas. Y porque es una opción LIBRE, defenderemos con todos los medios a nuestro alcance (este es uno) el derecho de todas las mujeres a hacer LIBREMENTE lo contrario sin que sean juzgadas, violadas, amedrentadas, asesinadas o humilladas por ello. HERMANA, YO SÍ TE CREO«.

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General, Iglesia Católica

En ocasiones, mi nombre en tus labios.

Sábado, 28 de abril de 2018
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Del blog del Monasterio de Monjas Trinitarias de Suesa:

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En ocasiones me quedo escondida en el sepulcro, cobijada en las oscuridad de las vendas y el sudario, sin querer oír, sin querer ver, sin querer saber.  No siempre deseo esa situación pero la vida me empuja “como un aullido interminable” y acabo entrando en la cueva. Con todas mis fuerzas corro la piedra de la superficialidad y me acurruco en mi secreto: “no siempre soy así, no siempre muero”.

Desde la oscuridad percibo cómo giro sobre mí misma, sin apenas moverme, en un círculo vertiginoso que se convierte en espiral y me hunde en lo más gris del silencio.

En ocasiones la cueva está fría, y negra, y percibo la soledad, la ausencia, hasta el miedo. Quizás es la debilidad, la fragilidad, lo que más hiere. La mía propia, mi pequeñez.

Solo en ocasiones.

Pero… oigo sollozos afuera, incluso gritos; casi puedo saborear la sal de las lágrimas de otros. Algo de luz se cuela entre las rendijas de mis vendas, hiriéndome los ojos. Entonces oigo mi nombre en Tus labios, y no en un susurro, sino en un fuerte grito que rompe mi coraza: “¡¡Sal afuera!!”

Y salgo.

De la tiniebla a la Luz.

Porque solo Tú desatas mis nudos, mis vendas, solo Tú alzas mi sudario.

Solo Tú me das un futuro.

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"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad ,

“Y ahora… ¿qué creo que creo? (III)”, por Gonzalo Haya.

Sábado, 28 de abril de 2018
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rosto-de-jesus-na-multidao(Ya he reflexionado sobre Dios y nuestras limitaciones, y sobre Jesús. Ahora trato un aspecto más concreto, su mensaje, el Reinado de Dios y, al concretar, las posibilidades de interpretación son más amplias y más circunstanciales; por lo tanto más versátiles y provisionales).

El término griego basileia significa reino o reinado, en el sentido que hoy diríamos gobernanza; un régimen social, un modo de relacionarse, establecido en un pueblo. El proyecto de Jesús era convocar a su pueblo para establecer voluntariamente unas relaciones de compartir en fraternidad como hijos de Dios. La opresión ejercida por los invasores romanos y por los epulones y el alto clero judío le urgía a liberar –redimir– a los marginados y anunciar la buena noticia a los pobres.

Jesús inició este proyecto “para las ovejas descarriadas de Israel” pero, al entrar en contacto con los pueblos vecinos, comprendió que el amor del Padre era universal, y su proyecto era anterior a cualquier religión porque procedía desde la misma creación. Marcos y Mateo escenifican esta universalización de Jesús -esta conversión- en el episodio de la mujer cananea (Mt 15,21-28); pero más ampliamente se muestra este universalismo, como ya he indicado, con los samaritanos, el publicano, el geraseno, y el centurión romano.

Este proyecto fue asumido por sus discípulos como cumplimiento de la promesa mesiánica, y fue denominado cristianismo por el término griego Khristós, ungido, Mesías. Sin embargo este término vuelve a ser reduccionista porque reduce la universalidad de Jesús -y del Dios de la creación- a una determinada religión.

No dudo que todos sus discípulos estuvieron impulsados por el Espíritu, pero este impulso se concreta de manera distinta en Isaías, en Jesús, en Pablo o en Santiago. También la electricidad que entra en mi casa produce efectos diferentes en las bombillas, en el radiador o en el televisor; y este escrito provocará diversas reacciones en cada uno de los que lo lean.

Para comprender ahora su proyecto universal conviene relacionarlo con algunos conceptos de nuestra cultura.

Religiones

Las religiones son elaboraciones humanas para socializar las tendencias espirituales inherentes a nuestra naturaleza. El desarrollo de nuestro cerebro ha roto de alguna manera el cerco espacio-tiempo, trasciende las sensaciones de placer-dolor, y se aventura por sentimientos irrenunciables de belleza, justicia, amor desinteresado, y ansias de infinito (vía intuitiva). Estos sentimientos -promovidos por nuestra naturaleza y fundamentados en Dios inmanente y trascendente- serían inútiles y crueles si no pudieran ser satisfechos de alguna manera. La noosfera nos ha abierto una ventana -”ya sí pero todavía no”– a una esfera espiritual; nuestra conciencia es como una interfaz que conecta con el “fundamento divino”.

Las religiones concretan esos sentimientos con las realidades diarias de una sociedad y establecen unas explicaciones comunes (creencias), unos preceptos, y unas expresiones simbólicas (mitos, ritos, bailes), dirigidos por una jerarquía (más o menos rígida).

Jesús partió de su religión judía, abrazó su creencia fundamental en un Dios amor que desea una convivencia feliz para todos sus hijos y ofrece un futuro trascendente; pero se desligó de “esas tradiciones vuestras” (Mc 7,5-13) porque se habían ido endureciendo en beneficio de la jerarquía dirigente. Él no fundó una nueva religión, solamente impulsó un movimiento para volver al fundamento espiritual -dignidad, justicia, amor- de toda religión. Ese movimiento espiritual y social era, y es, común con otras religiones. Jesús no trató de convertir a los “paganos” que acudieron a él, y hoy acogería lo que denominamos un pluralismo religioso o una laicidad éticamente responsable.

El Reinado de Dios no es exclusivamente para los cristianos, es un proyecto para toda la humanidad. Todas las religiones lo han descubierto en su fondo humano espiritual y lo han socializado -con más o menos acierto- mediante creencias, preceptos y ritos de su propia cultura.

Cristianismo

Las Iglesias cristianas tienen su origen en los seguidores de Jesús. Ellos tuvieron el mérito de creer en su mensaje divino a pesar de su fracaso humano, y trataron de concretar y socializar su movimiento en unas circunstancias desconcertantes.

Los pequeños grupos que acogieron el proyecto de Jesús eran fundamentalmente judíos y esperaban una inminente escatología; a medida que pasaba el tiempo se fueron estableciendo comunidades cristianas de orign pagano y de cultura greco-romana. Las creencias se formularon en conceptos griegos y las normas en términos del derecho romano.

El movimiento de Jesús fue perdiendo flexibilidad y se fueron acumulando tradiciones de creencias, preceptos y ritos, más preocupados por mantener la identidad del grupo que por alentar el compartir en fraternidad. Sería desmesurado el pretender analizar aquí, con los necesarios matices, esas creencias pero no puedo eludir referirme brevemente a lo que creo sobre las más significativas (reconociendo expresamente mis limitaciones culturales y personales).

De una manera general puedo adelantar que la formulación de las creencias, normas y ritos, en una sociedad adulta, deberían ser orientaciones para ayudar a discernir y mantener alguna cohesión entre las distintas comunidades, pero dejando la última palabra a la propia conciencia (y la coacción a las leyes civiles que deben garantizar la convivencia social).

Creo que lo importante no es ser cristiano, sino tratar de seguir el mensaje que recuperó y promovió Jesús; sin embargo me considero cristiano como todos los que reconocemos a Jesús como mensajero de Dios y nos sentimos en el ámbito de creencias expresadas en el Nuevo Testamento.

La iglesia no es la jerarquía sino el pueblo de Dios. La formulación de las creencias y preceptos no compete solamente a la jerarquía, sino también al sensus fidelium que debe recibir esas formulaciones y normas (y debería participar en su elaboración). Tanto las creencias como las normas son interpretaciones culturales -y por tanto evolutivas- de una percepción del amor y la justicia. La fe consiste en una adhesión confiada más que en unas explicaciones conceptuales.

Las creencias sobre el más allá rebasan nuestras limitaciones espacio-temporales, por tanto son un postulado, igual que la idea de Dios, y creo que pueden basarse en dos pilares. Por una parte somos seres abiertos a la trascendencia: justicia, amor, ansias de infinitud; por otra, las experiencias místicas han percibido -con más o menos intensidad en cada época y cultura- un atisbo de ese estado trascendente; en palabras de Raimon Panikkar, han tenido conciencia “de un contacto tangencial con la eternidad”.

La resurrección no se planteó en la religión judía hasta el siglo II a.C, ante la muerte heroica de los hermanos Macabeos, porque pensaban que Dios no podía abandonar definitivamente a los que habían muerto por defender su nombre. El principal argumento para muchos de nosotros se basa igualmente en que la justicia y el amor de Dios no abandona definitivamente a los que han sufrido la marginación y la crueldad de nuestra sociedad. Jesús, por su experiencia de Dios, sabía que Dios no es un Dios de muertos sino un Dios de vivos. En qué consista la resurrección, no lo sabemos; Jesús lo comparaba a lo que entonces se entendía como los ángeles de Dios; Pablo como un cuerpo espiritual. Si creemos en la existencia de Dios y en realidades como la justicia y el amor, podemos pensar que la resurrección puede ser un estado de plenitud en una esfera o ámbito espiritual.

Los ritos religiosos son expresiones simbólicas de nuestros sentimientos, y la mejor pedagogía para interiorizar las creencias; por eso se formularon según las creencias y la cultura de una determinada época, pero al cambiar las costumbres van perdiendo su poder de evocación, o incluso llegan a ser incomprensibles. Y los símbolos que no sugieren nada son como la sal que pierde su sabor; se los mantiene para asegurar la permanencia de esas creencias a pesar de los cambios culturales. Actualmente urge la renovación de nuestros símbolos religiosos,

A lo largo de la Historia se han producido brotes de vuelta al movimiento impulsado por Jesús -semejante al de los profetas de Israel- y felizmente rebrota también en estos momentos. Pero se está produciendo en un radical cambio cultural, que algunos consideran una nueva era axial. Quizás en la cultura occidental estemos pasando a una era posreligional. Estos cambios exigen una nueva socialización del mensaje de Jesús; espero que se desarrollen en una atmósfera de libertad y compromiso fraternal.

Conclusiones

Propongo unos mantras para mantener unos recuerdos útiles en el día a día.

· “Hay un asunto en la tierra / Más importante que Dios / Y es que nadie escupa sangre / Pa’ que otro viva mejor “ (Atahualpa yupanqui)

· “Hechos son amores, que no buenas razones”

· Dios es amor, y el verdadero amor nos identifica con él

· Tres parábolas de Jesús: el buen samaritano, la oración del publicano, y la del hijo pródigo

Y quiero terminar asumiendo lo que repetía mi estimado maestro Díez Alegría

Aunque sabemos que Dios no tiene manos,
me pongo en manos de Dios”

Gonzalo Haya

Fuente Fe Adulta

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Un festival de cine dedicado a los niños y niñas LGTB

Sábado, 28 de abril de 2018
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¿Recuerdas cuando eras una niña o un niño? En el caso de ser gay o lesbiana, ¿recuerdas lo que era sentirte diferente a tus compañeros de colegio, sentir que quizás te pasaba algo malo, que no eras como los demás?

Quizás no fue fácil, quizás incluso dolió. Al menos hoy los niños y niñas tienen más referentes de homosexualidad en series, películas, dibujos animados, libros y cuentos.

Por otro lado, ser un niño transexual no fue fácil antes y tampoco lo es ahora. Aunque afortunadamente los pequeños que pertenecen a este colectivo tienen cada vez más visibilidad.

La 23º edición del festival de cine Fire!! dedicará su muestra a los niños LGTB. Los que fuimos alguna vez, y los que hoy crecen en el mundo.

Este año el festival se llevará a cabo en el Instituto Francés de Barcelona entre el 7 y el 17 de junio. Podrás disfrutar de más de 50 largometrajes, cortometrajes y documentales.

La infancia LGTB, esos pensamientos, esos sentimientos, esos miedos, la infancia LGTB en varios países del mundo, cómo se vive la homofobia según donde hayas nacido. La infancia LGTB, un tema central en el festival.

Además contará con varias películas orientadas al público infantil, y una gran variedad internacional:

1.- ‘Marvin ou la belle education’ (Anne Fontaine, Francia, 2017), sobre la superación del bullying escolar a través del arte. Con Finnegan Oldfield, Grégory Gadebois, y Vincent Macaigne.

2.- ‘The marriage’ (Blerta Zeqiri, Albania, 2017). Alban Ukaj, Adriana Matoshi y Genc Salihu encabezan el reparto de este filme. El mismo gira en torno a los problemas personales de los protagonistas. Como telón de fondo se mostrará la situación política y social del Kosovo actual.

3.- ‘Mario’ (Marcel Gisler, Suiza, 2018), dibuja la historia de amor prohibido entre dos futbolistas profesionales resaltando la homofobia que existe en el entorno deportivo. Con Max Hubacher, Aaron Altaras y Jessy Moravec.

4.- ‘They’ (Anahita Ghazvinizadeh, Francia, 2017). Sensible y preciosa representación sobre la identidad de género en la niñez. Se proyectó en el Festival de Cannes.

5.- ‘Los modernos’ (Marcela Mata y Maura Sarser, Uruguay, 2016). Uno de los más claros ejemplos del nuevo cine en Latinoamérica con Noelia Campo, Mauro Sarser, y Federico Guerra.

Fuente Oveja Rosa

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Aplazado el proyecto de ley para criminalizar la homosexualidad en Indonesia

Sábado, 28 de abril de 2018
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tribunal-constitucional-indonesia-kq5c-620x349abcAlivio temporal para la comunidad LGTB de Indonesia. El comité que discute el proyecto de ley para criminalizar las relaciones entre personas del mismo sexo ha pospuesto la votación unos meses. Alegan que quieren recabar más opiniones de la ciudadanía sobre las enmiendas propuestas. Unos cambios que, en su redacción actual, castigan la homosexualidad con hasta cinco años de cárcel. El país ya vive una escalada de LGTBfobia social y de Estado que ha traído un aumento drástico de la persecución de las personas homosexuales y trans o percibidas como tales.

El proyecto de ley para criminalizar la homosexualidad en Indonesia no saldrá adelante al menos hasta dentro de dos o tres meses. En febrero informábamos de la que parecía inminente aprobación de un proyecto de ley para castigar las relaciones extramatrimoniales y, explícitamente, las relaciones entre personas del mismo sexo con hasta cinco años de cárcel. La medida supondría el blindaje legal de una persecución que no ha hecho más que crecer en los últimos años.

La propuesta no es nueva. En marzo de 2016, la organización Family Love Alliance presentó una demanda ante el Tribunal Constitucional del país para declarar delictivas las relaciones extramaritales. El alto tribunal falló en diciembre del año pasado, por cinco votos a cuatro, no admitir la petición. Los magistrados no declararon inconstitucional la prohibición del sexo extramarital, sino que consideraron que esta decisión la tiene que tomar, en su caso, el poder legislativo.

Eso es lo que puede ocurrir si sale adelante la propuesta. La Cámara de Representantes discutirá un proyecto de reforma de tres artículos del Código Penal. El que afectaría a la comunidad LGTB sería el 292, que en la actualidad castiga con cinco años de prisión los “actos obscenos” con un menor del mismo sexo. La modificación consistiría en eliminar la referencia a la minoría de edad, penalizando por tanto todos los actos sexuales entre personas del mismo sexo.

Los activistas LGTB temen redadas masivas. Si el proyecto se aprueba, su implantación podría resultar en millones de detenciones y afectar también a los turistas que visiten el país. La propuesta, que lleva meses sobre la mesa, tomó impulso en febrero al calor de recientes redadas contra locales de ambiente gay. Sin embargo, la criminalización del adulterio generó una importante reacción contraria a la reforma del Código Penal que ha obligado a posponer su votación en el Parlamento.

El crecimiento del nacionalismo y del islamismo también han sido factores que han animado a las autoridades a poner a la comunidad LGTB en el punto de mira. Una estigmatización a la que también ha contribuido la decisión de la Asociación Psiquiátrica Indonesia de clasificar la homosexualidad, la bisexualidad y la transexualidad como trastornos mentales. La Asociación Indonesia de Intelectuales Musulmanes comparte esa posición y aspira a que la ley persiga las asociaciones LGTB.

Escalada de LGTBfobia de Estado en Indonesia

Hace algunos días recogíamos, precisamente, la detención de cuatro personas en Banda Aceh, a manos de patrullas ciudadadanas, acusadas de «practicar la homosexualidad»: tres varones y una mujer transexual, que se enfrentan a penas que incluyen los mencionados castigos físicos. A principios de año recogíamos el último y descarnado caso de LGTBfobia de Estado en Indonesia. La policía de Aceh detuvo a doce mujeres trans, les afeitó el cabello y las obligó a vestirse como«hombres normales». En Aceh, desde 2005 rige la sharia o ley islámica gracias a la autonomía que le fue concedida al firmar la paz con los separatistas, poco después del tsunami que asoló la región. En septiembre de 2014, además se aprobó una terrible ley que castiga las relaciones homosexuales con la pena de recibir cien azotes en público con una vara de ratán. La legislación entraba en vigor en octubre de 2015 y fue aplicada, entre otras ocasiones, el pasado mes de mayo a dos jóvenes de 20 y 23 años. En el mismo mes de octubre de 2015 nos hacíamos eco de la detención de dos jóvenes lesbianas (de 18 y 19 años) por abrazarse públicamente y confesar que eran pareja. Según el jefe de la policía islámica las chicas serían “sometidas a rehabilitación con la participación de psicólogos en dependencias sociales”.

Indonesia también votó en 2014 en contra de la resolución del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas contra la homofobia y la transfobia y ha sido calificado, por su propia población, como un mal lugar para vivir si eres gay o lesbiana (solo un 2% opina lo contrario) en una encuesta de Gallup.

En el mes de octubre de 2016, informábamos de la detención de una pareja gay por subir a su cuenta de Facebook unas fotos besándose, junto con un mensaje de amor, que fue considerada por las autoridades como “pornografía”. A estos hechos se suman un deterioro homófobo que reconocía el presidente Joko Widodo, quien lejos de atajarla ha llegado a aprobar medidas discriminatorias, como confiscar preservativos, o la persecución de webs LGTB, bloqueando aplicaciones de citas entre personas del mismo sexo o autorizar formas de discriminación laboralcon el veto de aspirantes LGTB a plazas públicas, el cierre de la única escuela y mezquita para personas trans de Indonesia, aparte de permitir las irresponsables declaraciones homofóbicas de políticos y alcaldes demonizando al colectivo LGBTy la radicalización de líderes religiosos que han llegado a fomentar el boicot a empresas internacionales que apoyan al colectivo LGBT.

En diciembre de 2017 nos hacíamos eco la condena de diez hombres a dos años de cárcel en Indonesia por participar en una supuesta «fiesta gay» en Yakarta, la capital de este país asiático. A diferencia de Aceh, en Yakarta las relaciones homosexuales no son ilegales, por lo que los detenidos fueron condenados por violar la ley contra la pornografía.

El hecho de que se utilice esta ley para perseguir penalmente la homosexualidad en un territorio en el que supuestamente esta no está criminalizada pone de manifiesto la gravedad de la situación que se vive hoy día en Indonesia. De hecho, solo en las provincias autónomas de Aceh y Sumatra Meridional, en las cuales se aplica la sharía o ley islámica (en Aceh a todos los ciudadanos, en Sumatra Meridional solo a los musulmanes, que en cualquier caso son mayoría), las relaciones homosexuales son formalmente ilegales, castigándose incluso con castigos físicos.

Pero también en el resto del país la situación se está deteriorando. Ya lo recogíamos en febrero de 2016, cuando hacíamos alusión a la ola de LGTBfobia protagonizada por políticos y líderes religiosos. Desde entonces, por desgracia, no hemos dejado de conocer casos de detenciones y abusos. Un ejemplo es la redada de mayo de 2017 en el que la policía indonesia detenía en Yakarta a 141 hombres por asistir a lo que las autoridades han calificado como una supuesta “fiesta de sexo gay”, pese a que la homosexualidad no es ilegal en la capital y que desembocó en la citada condena de diez hombres, pero ha habido muchos otros. Días antes de aquella redada, otros ocho hombres eran detenidos, igualmente acusados de celebrar una «fiesta gay» en Surabaya, la segunda ciudad del país. En Java Occidental, la provincia más poblada de Indonesia, el jefe de policía hizo pública por su parte su intención de constituir un grupo de trabajo policial para investigar la actividad de personas LGTB. Y en octubre de 2017 tuvo lugar otra redada en un local de ambiente gay de Yakarta, en la que fueron detenidos 51 hombres. Una estigmatización a la que también ha contribuido la decisión de la Asociación Psiquiátrica Indonesia de clasificar la homosexualidad, la bisexualidad y la transexualidad como trastornos mentales.

Esta espantosa situación podría agravarse de prosperar la iniciativa legislativa que pretende castigar en todo el país las relaciones homosexuales con penas de hasta cinco años de prisión. Sin embargo, en diciembre también aludíamos al “respiro provisional” que había supuesto la decisión del Tribunal Constitucional de Indonesia de rechazar una propuesta de criminalización de las relaciones sexuales entre personas no casadas, cuyo objetivo principal no era otro que el de castigar por vía indirecta las relaciones homosexuales. Poco duraba el respiro, por desgracia.

Fuente Dosmanzanas/Cristianos Gays

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Cierra Memories Pizza, uno de los primeros establecimientos en utilizar la ley de Libertad religiosa en Indiana

Sábado, 28 de abril de 2018
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580464393a153-imageDespués de tres años de controversia, Memories Pizza, uno de los primeros establecimientos que anunciara públicamente su intención de rechazar cualquier petición para dar servicio a una boda gay tras la aprobación de la Ley de Libertad Religiosa en Indiana, echa definitivamente el cierre.

El que actualmente es el vicepresidente de los Estados Unidos, Mike Pence, era gobernador de Indiana en 2015, cuando no duda en firmar la controvertida Ley de Restauración de la Libertad Religiosa. Muchos son los activistas del colectivo LGBT que advierten que no se trata de una ley que nada tiene que ver con las creencias religiosas y mucho con la discriminación de las personas homosexuales ante la aprobación del matrimonio igualitario. Kevin O’Connor y su hija, Crystal, son los primeros en anunciar su intención de rechazar cualquier evento relacionado con una boda entre personas del mismo sexo en su restaurante de Walkerton, Memories Pizza, que ahora se han visto obligados a cerrar definitivamente.

«Son más que bienvenidos de venir y comer», declaraba Kevin O’Connor refiriéndose a los potenciales clientes homosexuales, «no es de eso de lo que se trata. Veremos que no está bien que un hombre se case con otro hombre ni que una mujer se case con otra mujer. La gente podría terminar casándose con los árboles». De esta manera, el propietario de este pequeño restaurante de ocho mesas, alcanza una gran notoriedad en los Estados Unidos, convirtiéndose en uno de los primeros en proclamar que si bien seguirían atendiendo a sus clientes independientemente de su orientación sexual, se verían obligados a «decir que no» en el caso de recibir un encargo para una boda gay al entrar en conflicto directo con sus creencias cristianas.

Lo que hoy se ha convertido en algo habitual, no sólo era inaudito hace tres años, sino que se convierte en objeto de burla y escarnio, lo que le lleva a tener que cerrar temporalmente. «¿Quién vendría a Walkerton conmigo a quemar Memories Pizza?», publicaba en Twitter el entrenador de un instituto de secundaria, por lo que termina siendo despedido, la policía se ve obligada a presentarse cada dos por tres en el restaurante por algún conflicto y el establecimiento se convierte en una manera de arremeter contra los conservadores. Ciertamente es insólito que alguien pretendiera celebrar una boda en un restaurante con ocho mesas, pero una pareja consigue ingeniárselas para que atiendan a lo que sería una boda gay, en lo que era una encerrona de una pareja de cómicos.

Por otro lado, hubo quienes escogieron apoyar a los O’Connor, para lo que se llega a lanzar una campaña para recaudar fondos mediante la que consiguen hasta 846.057 dólares y subsanar así las pérdidas del cierre provisional inicial. «Más allá del enfado, parece que ya no hay manera de llevarnos bien… Solo porque no estoy de acuerdo contigo no significa que deba odiarte», declara el propietario del restaurante una vez parece calmarse la situación, lamentando toda la polémica generada, que él mismo se encarga de reavivar cuando se presta a aparecer el año pasado en un programa de Fox, You the Juru (Tú el Jurado), para debatir sobre una pareja del mismo sexo. La suma de todo esto lleva a la familia a echar el cierre definitivo desde el mes de marzo. «Simplemente listos para retirarnos», es la única respuesta que los medios de comunicación que han tratado de ponerse en comunicación con los O’Connor han recibido.

 Fuente Universogay

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Tribunal francés envía a prisión a mujer por cometer insultos homofóbicos

Sábado, 28 de abril de 2018
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650_1000_650_1000_FranciaGay_02-1Un tribunal francés decidió procesar a una mujer tras insultar y amenazar de muerte a una pareja de homosexuales.

La agresión tuvo lugar en un supermercado ubicado a las afueras de París. Según la mujer, de quien se desconoce mayor información, su malestar habría sido motivado por el cansancio ocasionado por su avanzado embarazo.

Los agredidos eran una pareja de alrededor de 50 años. Uno de ellos fue quien dio a conocer a los medios que la mujer los llamó “maricones” y que les dijo que “una vergüenza para Francia y merecían morir”.

Los hombres externaron su molestia ante la falta de empatía de quienes presenciaron la agresión, pues, según lo declarado, nadie en el supermercado se pronunció ante el hecho.

En resultado a sus actos homofóbicos, la agresora fue condenada a cuatro meses de prisión; además, deberá realizar un pago de mil 350 euros a cada uno de los hombres, y otro más de mil 500 euros a dos asociaciones civiles de lucha contra la homofobia, mismos organismos que promovieron la acusación.

A pesar de que este 2018 se cumplieron 5 años de la aprobación de los matrimonios entre personas del mismo sexo en Francia, la asociación SOS Homofobia reportó que las agresiones físicas de carácter homofóbico aumentaron  un 20% en el 2017 con respecto al año anterior.

Con información de Debate., vía Desastre mx

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