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“Amigo de los excluídos”. 6 Tiempo Ordinario – B (Marcos 1, 40-45)

Domingo, 11 de febrero de 2018
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793784-300x262Jesús era muy sensible al sufrimiento de quienes encontraba en su camino, marginados por la sociedad, olvidados por la religión o rechazados por los sectores que se consideraban superiores moral o religiosamente.

Es algo que le sale de dentro. Sabe que Dios no discrimina a nadie. No rechaza ni excomulga. No es solo de los buenos. A todos acoge y bendice. Jesús tenía la costumbre de levantarse de madrugada para orar. En cierta ocasión desvela cómo contempla el amanecer: «Dios hace salir su sol sobre buenos y malos». Así es él.

Por eso a veces reclama con fuerza que cesen todas las condenas: «No juzguéis y no seréis juzgados». Otras, narra una pequeña parábola para pedir que nadie se dedique a «separar el trigo y la cizaña», como si fuera el juez supremo de todos.

Pero lo más admirable es su actuación. El rasgo más original y provocativo de Jesús fue su costumbre de comer con pecadores, prostitutas y gentes indeseables. El hecho es insólito. Nunca se había visto en Israel a alguien con fama de «hombre de Dios» comiendo y bebiendo animadamente con pecadores.

Los dirigentes religiosos más respetables no lo pudieron soportar. Su reacción fue agresiva: «Ahí tenéis a un comilón y borracho, amigo de pecadores». Jesús no se defendió. Era cierto, pues en lo más íntimo de su ser sentía un respeto grande y una amistad conmovedora hacia los rechazados por la sociedad o la religión.

Marcos recoge en su relato la curación de un leproso para destacar esa predilección de Jesús por los excluidos. Jesús está atravesando una región solitaria. De pronto se le acerca un leproso. No viene acompañado por nadie. Vive en la soledad. Lleva en su piel la marca de su exclusión. Las leyes lo condenan a vivir apartado de todos. Es un ser impuro.

De rodillas, el leproso hace a Jesús una súplica humilde. Se siente sucio. No le habla de enfermedad. Solo quiere verse limpio de todo estigma: «Si quieres, puedes limpiarme». Jesús se conmueve al ver a sus pies a aquel ser humano desfigurado por la enfermedad y el abandono de todos. Aquel hombre representa la soledad y la desesperación de tantos estigmatizados. Jesús «extiende su mano» buscando el contacto con su piel, «lo toca» y le dice: «Quiero, queda limpio».

Siempre que discriminamos desde nuestra supuesta superioridad moral a diferentes grupos humanos (vagabundos, prostitutas, toxicómanos, psicóticos, inmigrantes, homosexuales…) y los excluimos de la convivencia negándoles nuestra acogida nos estamos alejando gravemente de Jesús.

José Antonio Pagola

Audición del comentario

Marina Ibarlucea

 

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“Quiero: queda limpio.” Domingo 11 de febrero de 2018. Sexto domingo del tiempo ordinario

Domingo, 11 de febrero de 2018
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15-ordinarioB6 cerezoLeído en Koinonia:

Levítico 13,1-2.44-46: El leproso tendrá su morada fuera del campamento: 
Salmo responsorial: 31: Tú eres mi refugio, me rodeas de cantos de liberación.
1Corintios 10,31-11,1: Seguid mi ejemplo, como yo sigo el de Cristo. 
Marcos 1,40-45: La lepra se le quitó, y quedó limpio

En el evangelio de Marcosque hoy leemos, Jesús se encuentra con un leproso arriesgado que se atreve a romper una norma que lo obligaba a permanecer alejado de la ciudad. Esta norma es la que nos recuerda la primera lectura, del Levítico.

En la tradición judía (primera lectura) la enfermedad era interpretada como una maldición divina, un castigo, una consecuencia del pecado de la persona enferma –¡o de su familia!–. Porque entonces se la consideraba contagiosa, la lepra común estaba regulada por una rígida normativa que excluía a la persona afectada de la vida social. (Ha durado muchos siglos la falsa creencia de que la lepra fuese tan fácilmente contagiable). El enfermo de lepra era un muerto en vida, y lo peor era que la enfermedad era considerada normalmente incurable. Los sacerdotes tenían la función de examinar las llagas del enfermo, y en caso de diagnosticarlas efectivamente como síntomas de la presencia de lepra, la persona era declarada «impura», con lo que resultaba condenada a salir de la población, a comenzar a vivir en soledad, a malvivir indignamente, gritando por los caminos «¡impuro, impuro!», para evitar encontrarse con personas sanas a las que poder contagiar. En realidad, todo el sistema normativo religioso generaba una permanente exclusión de personas por motivos de sexo, salud, condición social, edad, religión, nacionalidad.

Este hombre, seguramente cansado de su condición, se acerca a Jesús y se arrodilla, poniendo en él toda su confianza: «si quieres, puedes limpiarme». Jesús, se compadece y le toca, rompiendo no sólo una costumbre, sino una norma religiosa sumamente rígida. Jesús se salta la ley que margina y que excluye a la persona. Jesús pone a la persona por encima de la ley, incluso de la ley religiosa. La religión de Jesús no está contra la vida, sino, al contrario: pone en el centro la vida de las personas. La vida y las personas por encima de la ley, no al revés.

Jesús le pide silencio (es el conocido tema del «secreto mesiánico», que todavía hoy resulta un tanto misterioso), y le envía al sacerdote como signo de su reinclusión en la dinámica social, «para que sirva de testimonio» de que Dios desea y puede actuar aun por encima de las normas, recuperando la vida y la dignidad de sus hijos e hijas. Pero este hombre no hace caso de tal secreto, rompe el silencio, y se pone a pregonar con entusiasmo su experiencia de liberación. No parece servirse de la mediación del sacerdote o de la institución del templo, sino que se auto-incluye y toma la decisión autónoma de divulgar la Buena Noticia. Esto hace que Jesús no pueda ya presentarse en público en las ciudades sino en los lugares apartados, pues al asumir la causa de los excluidos, Jesús se convierte en un excluido más. Sin embargo, allí a las afueras, está brotando la nueva vida y quienes logran descubrirlo van también allí a buscar a Jesús.

Es una página recurrente en los evangelios: Jesús cura, sana a los enfermos. No sólo predica, sino que cura («no es lo mismo predicar que dar trigo», dice el refrán). Palabra y hechos. Decir y hacer. Anuncio y construcción. Teoría y praxis. Liberación integral: espiritual y corporal. Y ésa es su religión: el amor, el amor liberador, por encima de toda ley que aliene. La ley consiste precisamente en amar y liberar, por encima de todo.

La segunda lectura, que sigue, como siempre, un camino independiente frente a la relación entre la primera y la tercera, es un bello texto de Pablo que habla de la integralidad de la espiritualidad. La espiritualidad no es tan «espiritual»; de alguna manera es también «material». Hay que recordar que la palabra «espiritualidad» es una palabra desafortunada. Tenemos que seguir utilizándola por lo muy consagrada que está, pero necesitamos recordar que no podemos aceptar para su sentido etimológico. No queremos ser «espirituales» si ello significara quedarnos con el espíritu y despreciar el cuerpo o la materia.

Pablo está en esa línea: «ya sea que comáis o que bebáis o que hagáis cualquier otra cosa…». No sólo las actividades tradicionalmente tenidas como religiosas, o espirituales, tienen que ver con la espiritualidad, sino también actividades muy materiales, preocupaciones muy humanas, como el comer y beber, o cualquier otra actividad de nuestra vida, pueden, deben ser integradas en el campo de nuestra espiritualidad (que ya no resultará pues «solamente espiritual»). Nuestra vida de fe puede y debe santificar toda nuestra vida humana, en todas sus preocupaciones y trabajos, no sólo cuando tenemos la suerte de poder dedicar nuestro tiempo a actividades «estrictamente religiosas», como podrían ser la oración o el culto.

El Concilio Vaticano II insistió mucho en esto: «todos estamos llamados a la santidad» (cap. V de la Lumen Gentium). No hay unos «profesionales de la santidad» (cap. VI ibid.), algunos que estarían en un supuesto «estado de perfección», mientras los demás tendrían que atender a preocupaciones muy humanas… No. Todos estamos llamados elevar nuestros trabajos, tareas, preocupaciones humanas… «nuestra propia existencia» a la categoría de «culto agradable a Dios» (como dirá Pablo en Rom 12,1-2). Podemos ser muy «espirituales» (con reservas para esta palabra de resabios greco-platónicos) y santificarnos aun en lo más «material» de nuestra vida. Leer más…

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D 11. 2. 18.Maestro de Jesús, un leproso (os sanarán los enfermos)

Domingo, 11 de febrero de 2018
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imagesDel blog de Xabier Pikaza:

Dom 6,tiempo ordinario, ciclo b. Mc 1, 40-45. Jesús está en el duro campo, una tierra de leprosos, expulsados, que no pueden entrar en la sinagoga, ni en los pueblos.

Seguimos en un mundo de impuros que no pueden integrarse en la sociedad, tras muros y mares de separación, pues son distintos y la sociedad dominante no quiere recibirles.

Entre los “asociales” se encuentra ese leproso, hombre de piel impura. No sabemos si su enfermedad es lo que actualmente se llama en medicina lepra (causada por el bacilo de Hansen). Sea como fuere, se trata de una afección a la piel, que suele tomar un color distinto, produciendo un tipo de escamas,una enfermedad de marginación social y sacral.

Una enfermedad del enfermo (es evidente); pero es también, y sobre todo, una enfermedad de la sociedad que no le acoge, sino que le registra entre los impuros y le mantiene separado

images-1Pues bien, Jesús se acerca donde no lo hace ninguna: viene hasta el leproso y le admite en su espacio de vida(le cura).

Todo lo que sigue es consecuencia… pero una consecuencia decisiva El leproso enseñará a Jesús un camino que Jesús él antes no sabía, ni el Hijo de Dios, un camino de evangelio, de ruptura con los sacerdotes, una nueva sociedad sin controles sanitarios (policiales) como aquello que marcaba un tipo de sociedad israelita.

Un texto inquietante, un texto poderoso, necesario en nuestro tiempo. Tomo lo que sigue de mi Comentario de Marcos (Estella 2012). Buen domingo a todos.
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Un texto en tres tiempos (Mc 1, 40-45)

1) 40 Se le acercó un leproso y le suplicó de rodillas: Si quieres, puedes limpiarme. 41 Y compadecido, extendió la mano, lo tocó y le dijo: #Quiero, queda limpio. 42 Al instante desapareció la lepra y quedó limpio.

2) 43 Entonces lo despidió, advirtiéndole severamente:44 No se lo digas a nadie; vete, muéstrate al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés, para testimonio de ellos.

3) 45Pero él, saliendo se puso a divulgar a voces lo ocurrido, de modo que Jesús no podía ya entrar abiertamente en ninguna ciudad. Tenía que quedarse fuera, en lugares despoblados, y aun así seguían acudiendo a él de todas partes.

Introducción. Lepra médica,lepra social, lepra humana. Ser marginado en Israel

En el campo (fuera de la sinagoga y casa) habitan los leprosos. Con ellos inicia Jesús una serie de signos de expulsados (vendrán luego el paralítico y publicano). Según ley, ellos sufren una enfermedad social: están impuros, son fuente de peligro y mancha para la buena familia israelita.

Desde una perspectiva médica actual, se podría decir que este hombre sufre un tipo de enfermedad de escamas, como traduce e interpreta J. Milgrom, el mayor investigador bíblico sobre el tema, al hablar de una scale disease). Se trata, según eso, de una enfermedad de la pigmentación y de la estructura misma de la piel, que se puede deformar, ofreciendo manchas y zonas escamosas. Esto es lo que significa la palabra hebre sāra‛t, que los LXX han traducido en griego como lepra.

Esa traducción resulta actualmente resulta engañosa, pues sāra‛t / lepra designa una variedad de casos en los que la piel se vuelve «escamosa», pero no suele incluir lo que actualmente se llama lepra (según las investigaciones de Hansen).

Según la ciencia moderna, la lepra es una enfermedad bacteriana crónica de la piel, los nervios de las manos y los pies y de las membranas de la nariz. Por el contrario, la “lepra bíblica” (de Lev 13-14 y de los textos evangélicos) es una enfermedad más genérica, que abarca varias infecciones y afecciones, una enfermedad que se desarrolla rápidamente y que puede desaparecer también rápidamente, pues hay personas que, a veces, se curan de ella, también rápidamente.

En resumen según las investigaciones de Hansen, la lepra estrictamente dicha se desarrolla a lo largo de bastantes años y es incurable, a no ser que se apliquen algunos medios terapéuticos modernos. Por el contrario, la lepra bíblica tiene un carácter más general y se refiere a varias malformaciones de la piel, que exigen la expulsión social de quien la sufre.

Sea como fuere, el caso queda abierto. Lo que he querido destacar es que la “lepra” bíblica es una enfermedad “social” más que puramente corporal, es una enfermedad que se puede atribuir a todos los que tienen manchas en la piel, un tipo de soriasis o de pigmentación distinta, producida muchas veces por causas sociales, psicológicas y religiosas (y no sólo por el bacilo de Hansen.

Eso significa que la “lepra bíbleca” constituye una enfermedad mucho más extensa que la lepra puramente bacteriana. En ese contexto se sitúa todo lo que sigue. Por eso, cuando el sacerdote descubre la “impureza” cutánea de una persona ha de expulsarlos de la sociedad civil y religiosa, conforme a su código sagrado (Lev 13-14). La religión se utiliza así como cordón sanitario para expulsar a los “distintos”

Para mantener la pureza del conjunto social, los leprosos eran expulsados al exterior del campamento o ciudad israelita: no podían orar en el templo, ni acudir a la sinagoga, ni unirse en lecho o mesa con los familiares sanos. Su enfermedad les convertía en solitarios, como especie aparte, secta de proscritos.

1) La curación

El leproso viene y se postra de rodillas, en gesto de ruego y de adoración, pidiendo “si quieres puedes limpiarme”. Quiere “ser limpio”, vivir con dignidad, ser persona…La curación es para él la limpieza, ser “cátaro” (ser puro), ser persona, en una sociedad de personas. Leer más…

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Poder y compasión. Domingo 6º. Ciclo B

Domingo, 11 de febrero de 2018
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curacion de un leprosoDel blog El Evangelio del Domingo, de José Luis Sicre sj:

Tras la curación de la suegra de Pedro y a otros muchos enfermos, Marcos cuenta el primer gran milagro de Jesús: la curación de un leproso. El texto sólo se comprende a fondo teniendo en cuenta los casos parecidos, y muy distintos, de Moisés y Eliseo.

La lepra en el antiguo Israel: diagnóstico y curación

“La lepra, en el sentido moderno, no fue definida hasta el año 1872 por el médico noruego A. Hansen. En tiempos antiguos se aplicaba la palabra “lepra” a otras enfermedades, por ejemplo a enferme­dades psicógenas de la piel”(J. Jeremias, Teologia del AT, 115, nota 36).

En Levítico 13 se tratan las diversas enfermedades de la piel: inflama­ciones, erupciones, manchas, afección cutánea, úlcera, quemadu­ras, afecciones en la cabeza o la barba (sarna), leucodermia, alopecia. Se examinan los diversos casos, y el sacerdote decidirá si la persona es pura o impura (caso curable o incurable). De ese capítulo está tomado el breve fragmento de la primera lectura de este domingo:

El Señor dijo a Moisés y a Aarón:

̶  Cuando alguno tenga una inflamación, una erupción o una mancha en la piel, y se le produzca la lepra, será llevado ante Aarón, el sacerdote, o cualquiera de sus hijos sacerdotes. Se trata de un hombre con lepra: es impuro. El sacerdote lo declarará impuro de lepra en la cabeza. El que haya sido declarado enfermo de lepra andará harapiento y despeinado, con la barba tapada y gritando: “Impuro, impuro!” Mientras le dure la afección, seguirá impuro; vivirá solo y tendrá su morada fuera del campamento.»

Dos casos de lepra: impotencia de Moisés, poder sin compasión de Eliseo

El milagro de curar a un leproso sólo se cuenta en el AT de Moisés (Números 12,10ss) y de Eliseo (2 Reyes 5). Es interesante recordar estos relatos para compararlos con el de Marcos.

María y Aarón murmuran de Moisés, no se sabe exactamente por qué motivo. En cualquier hipótesis, Dios castiga a María (no a Aarón, cosa que indigna a las feministas, con razón). “Al apartarse la nube de la tienda, María tenía toda la piel descolorida como nieve”. Aarón se da cuenta e intercede por ella ante Moisés. Pero Moisés no puede curarla. Sólo puede pedirle a Dios: “Por favor, cúrala”. El Señor accede, con la condición de que permanezca siete días fuera del campamento (Números 12).

El caso de Eliseo es más entretenido y dramático (2 Reyes 5). Naamán, un alto dignatario sirio, contrae la lepra, y una esclava israelita le aconseja que vaya a visitar al profeta Eliseo. Naamán realiza el viaje, esperando que Eliseo salga a su encuentro, toque la parte enferma y lo cure. Pero Eliseo no se molesta en salir a saludarlo. Le envía un criado con la orden de lavarse siete veces en el Jordán. Naamán se indigna, pero sus criados lo convence: obedece al profeta y se cura. A diferencia de Moisés, Eliseo puede curar, aunque sea con una receta mágica, pero no siente la menor compasión por el enfermo.

Jesús: poder y compasión

En aquel tiempo, se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas: 

̶  Si quieres, puedes limpiarme.

Sintiendo lástima, extendió la mano y lo tocó, diciendo: 

̶  Quiero: queda limpio.

La lepra se le quitó inmediatamente, y quedó limpio.  Él lo despidió, encargándole severamente: 

̶  No se lo digas a nadie; pero, para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés.

Pero, cuando se fue, empezó a divulgar el hecho con grades ponderaciones, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en descampado; y aun así acudían a él de todas partes.

El relato de Marcos consta de seis elementos: petición del leproso; reacción de Jesús; resultado; advertencia; reacción del curado; consecuencias.

            Petición del leproso. Tres detalles son importantes en la actitud del leproso: 1) no se atiene a la ley que le prohíbe acercarse a otras personas; 2) se arrodilla ante Jesús, en señal de profundo respeto; 3) confía plenamente en su poder; todo depende de que quiera, no de que pueda.

    Reacción de Jesús. Podía haber respondido a la petición del leproso con las simples palabras: “Quiero, queda limpio”. Con ello, a diferencia de Moisés y de Eliseo, habría demostrado su poder: no necesita pedir la inter­vención de Dios, ni recurrir a remedios cuasi-mágicos. Sin embargo, antes de demostrar su poder muestra su compasión. Marcos habla de lo que siente (“lástima”) y de lo que hace (“extendió la mano y lo tocó”). Es lo que esperaba el sirio Naamán que hiciera Eliseo: tocar su parte enferma. Por otra parte, quien tocaba a un leproso quedaba impuro; pero a Jesús no le preocupa este tipo de impureza.

        Advertencia. Aparentemente, Jesús da dos órdenes al recién curado: 1) que no se lo diga a nadie; 2) que se presente al sacerdote. La primera (no decirlo a nadie) resulta extraña, porque Jesús no pretende pasar desapercibido. Es probable que las dos órdenes estén relacionadas entre sí, formando una sola: «no te entre­tengas en decírselo a nadie, sino ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés». ¿Qué había ordenado Moisés? Según el Levítico, el curado debe ofrecer: dos aves puras (se suponen tórtolas o pichones), dos corderos sin defecto, una cordera añal sin defecto, doce litros de flor de harina amasada con aceite y un cuarto de litro de aceite. Con todo ello el sacerdote realiza un complejo ritual que dura ocho días. Además, el curado deberá afeitarse completamente el primer día y raparse de nuevo el octavo.

Las palabras finales de Jesús parecen tener un tinte polémico: «para que les conste». Se pasa del singular (el sacerdote) al plural (les conste), como si Jesús pensase en todos sus adversa­rios que no lo aceptan.

        Reacción del curado. No obedece a ninguna de las dos órdenes de Jesús. Ni se calla ni acude al sacerdote. Según la traducción litúrgica, «empezó a divulgar el hecho con grades ponderaciones». Una traducción más literal sería: «empezó a predicar mucho y a divulgar la palabra». Como si el leproso curado, en vez de atenerse a lo mandado por Moisés prefiriese convertirse en un misionero cristiano.

     Consecuencias. Jesús no puede entrar abiertamente en ningún pueblo. Debe permanecer en descampado, y aun así acuden a él. ¿Por qué esta reacción suya? Sabiendo lo que cuenta Marcos más tarde, la respuesta sería: para no verse agobiado por la multitud de gente que acude a él.

Una lectura simbólica: el leproso es cada uno de nosotros

Los relatos evangélicos tienen siempre una gran carga simbólica. Quieren que nos identifiquemos con la situación que narran. En este caso, con el leproso. Todos llevamos dentro algo, mucho o poco, de lo que nos sentimos culpables. Podemos negarnos a admitirlo, escondiendo la cabeza bajo tierra, como el avestruz. O podemos reconocerlo, y acudir humildemente a Jesús, con la certeza de que “si quieres puedes limpiarme”. Él tiene el poder y la compasión necesarios para cambiar nuestra vida.

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Domingo VI del Tiempo Ordinario. 11 de febrero, 2018

Domingo, 11 de febrero de 2018
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d6

“Pero cuando se fue, empezó a divulgar el hecho con grandes ponderaciones, de modo que Jesús ya no podía entra abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en descampado; y aún así acudían a él de todas partes”

(Mc 1, 40-45)

Muchas traducciones dicen que Jesús sintió lástima o se compadeció del leproso cuando le dijo  “si quieres puedes sanarme”., pero quienes entienden de Biblia, y traducciones como la de la Biblia de Jerusalén, aseguran que los textos originales dicen que Jesús se “encolerizó”: encolerizado, extendió su mano le tocó y le dijo: quiero, queda limpio”.

Jesús no se enfada muchas veces, al menos no nos lo cuentan los evangelios, pero hay por lo menos tres momentos en los que se dice o se muestra que Jesús se ha enfadado: este fragmento con el leproso, con los fariseos por lo que piensan en su interior, y con los mercaderes en el Templo.

Por más que nos choque y que tratemos de maquillarlo, Jesús se enfadaba.

Pero, ¿por qué se enfada con este pobre leproso que le pide que lo sane? No parece muy en la línea de Jesús esto de enfadarse en lugar de “compadecerse” ante la enfermedad.

Bien, según quienes estudian la Biblia, lo que enfada a Jesús hasta el punto de encolerizarse es que le busquemos solo para quedar libres de una enfermedad. Le enfada que no queramos conectar con la hondura de su mensaje, de su Buena Noticia.

Jesús no quiere sanar por sanar. No vino a librarnos de la enfermedad. Tampoco del sufrimiento. Jesús no es un “solucionador de problemas”. Dios tampoco.

Jesús vino a mostrarnos quién es Dios. Ese es su mensaje. Ese es el sentido de su vida y también el motivo de su muerte violenta en una cruz.

Marcos, en su evangelio, nos dice que Jesús nos manifiesta quién es Dios cuando se deja clavar en la Cruz. Dios es el que escoge el último lugar, el que nadie quiere. Y para llegar al Dios de Jesús no hay más camino que ocupar el lugar de las últimas de nuestra sociedad, de nuestro mundo.

No se trata tanto de ir a ayudar a quienes lo pasan mal, se trata de ser una más, de ocupar su lugar para que esa persona pueda ocupar el nuestro.

Algo similar a lo que hacían los frailes trinitarios en los orígenes de la Orden, quedarse en el lugar de los cautivos.

Oración

No permitas, Trinidad Santa, que te busquemos solo para liberarnos de nuestras ataduras personales. Haznos comprender el camino exigente de tu evangelio. Amén.

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Fuente Monasterio de Monjas Trinitarias de Suesa

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Liberar a los demás es siempre arriesgarse.

Domingo, 11 de febrero de 2018
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jesus-heals-leperMc 1, 40-45

Seguimos en el primer capítulo de Mc. Después de un enunciado general, que resume su habitual manera de actuar, (fue predicando por las sinagogas y expulsando demonios), nos narra la curación de un leproso. El leproso no tiene nombre. Tampoco se habla de tiempo y lugar determinados. Se advierte una falta total de lógica narrativa. Apenas ha pasado un día de la predicación de Jesús y ya le conocen hasta los leprosos que vivían en total aislamiento.

La primera lectura es suficientemente expresiva. La lepra era el motivo más radical de marginación. Lo que se entendía por lepra, en la antigüedad, no coincide con lo que es hoy esa enfermedad concreta. Más bien se llamaba lepra a toda enfermedad de la piel que se presentara con un aspecto más o menos repugnante. Tanto la lepra como las normas sobre la enfermedad, no son originales del judaísmo. Esas normas nos parecen hoy inhumanas, pero debían defenderse de una enfermedad que podía causar estragos en una población.

Se trataba de salvaguardar la vida de la comunidad ante una enfermedad contagiosa y mortal. Sin la garantía de que era Dios el que lo mandaba, no hubiera tenido ningún efecto la prohibición. Por eso todas las normas se presentaban como recibidas de Dios, aunque fueran simplemente profilácticas. En una de las losas donde se encontró escrito el Código de Hammurabi, lo primero que aparece es la figura del rey recibiendo de Dios el escrito.

Se acercó, suplicándole de rodillas: Si quieres puedes limpiarme. Esta actitud indica a la vez valentía, porque se atreve a trasgredir la Ley, pero también el temor a ser rechazado, precisamente por eso. Se puede descubrir una complicidad entre el leproso y Jesús. Los dos van más allá de la Ley. Uno por necesidad imperiosa, el otro por convicción profunda.

Sintiendo lástima. La devaluación del significado de la palabra “amor” nos obliga a buscar un concepto más adecuado para expresar esa realidad. En el NT, ‘compasivo’ se dice solo de Dios y de Jesús. La acción de Dios manifestada a través de los sentimientos humanos. La compasión era ya una de las cualidades de Dios en el AT. Jesús la hace suya en toda su trayectoria. Es una demostración de que para llegar a lo divino no hay que destruir lo humano. La compasión es la forma más humana de manifestar el amor.

Le tocó. El significado del verbo griego aptw, no es en primer lugar tocar, sino sujetar, atar, enlazar. Este significado nos acerca más a la manera de actuar de Jesús. Quiere decir que no solo le tocó un instante, sino que mantuvo esa postura durante un tiempo. Teniendo en cuenta lo que acabamos de decir de la lepra, podemos comprender el profundo significado del gesto, suficiente por sí mismo para hacer patente la actitud vital de Jesús. No solo está por encima de la Ley sino que asume el riesgo de contraer la lepra.

Quiero… La simplicidad del diálogo esconde una riqueza de significados: Confianza total del leproso, y respuesta que no defrauda. No le pide que le cure, sino que le limpie. Por tres veces se repite el verbo kadarizw limpiar, verbo que significa también, liberar. Nos está lanzando más allá de una simple curación. No solo desaparece la enfermedad, sino que le restituye en su plena condición humana: Le devuelve su condición social, y su integración religiosa. Vuelve a sentir la amistad de Dios, que era el valor supremo para todo buen judío.

Lo echó fuera… y cuando salió… La segunda parte del relato es de una gran importancia. Se supone que estaban en un lugar apartado del pueblo, sin embargo el texto griego dice literalmente: lo expulsó fuera, y del leproso dice: cuando salió. Una vez más nos está empujando a una comprensión espiritual. Jesús no quiere que continúe junto a él y lo despide inmediatamente; eso sí, con el encargo de no contarlo y de presentarse ante el sacerdote. Una vez más, manifiesta Mc el peligro de que las acciones de Jesús en favor del marginado fueran mal interpretadas.

¡Qué curioso! Jesús acaba de saltarse la Ley a la torera, pero exige al leproso que cumpla lo mandado por Moisés. Hay que estar muy atento para descubrir el significado. Jesús no está nunca contra la Ley, sino contra las injusticias y tropelías que se cometían en nombre de la Ley. Él mismo tuvo que defenderse: “no he venido a abolir la Ley, sino a darle plenitud”. Jesús se salta la Ley cuando le impide estar a favor del hombre. Presentarse al sacerdote era el único modo que tenía el leproso de recuperar su estatus social.

El evangelio nos dice que las consecuencias de la proclamación del hecho fueron nefastas para Jesús. Si había tocado a un leproso, él mismo se había convertido en apestado. Y no podía ya entrar abiertamente en ningún pueblo. Las consecuencias de la divulgación del hecho podían también ser nefastas para el leproso. Era el sacerdote el único que podía declarar puro al contagiado. Los sacerdotes podían ponerle dificultades si tenían conocimiento de cómo se había producido la curación.

La lepra producía exclusión porque la sociedad era incapaz de protegerse de ella por otros medios. Hoy la sociedad sigue creando marginación por la misma razón, no encuentra los cauces adecuados para superar los peligros que algunas conductas sociales suponen para los instalados. No somos todavía capaces de hacer frente a esos peligros con actitudes humanas. A veces se toman medidas para aliviar la situación de los marginados pero teniendo mucho cuidado de no cambiar la situación que supondría perder privilegios.

Jesús se pone al servicio del hombre sin condiciones. Lo que tenemos que hacer es servir a los demás como hace Jesús. Dios no tiene nada que ver con la injusticia, ni siquiera cuando está amparada por la ley humana o divina. Jesús se salta a la torera la Ley, tocando al leproso. Ninguna ley humana, sea religiosa, sea civil, puede tener valor absoluto. Lo único absoluto es el bien del hombre. Pero para la mayoría de los cristianos sigue siendo más importante el cumplimiento de la ley que el acercamiento al marginado.

No creo que haya uno solo de nosotros que no se haya sentido leproso y excluido por Dios. El pecado es la lepra del espíritu, que es mucho más dañina que la del cuerpo. Es un contrasentido que, en nombre de Dios, nos hayan separado de Dios. El evangelio de Jesús, es sobre todo buena noticia. El Dios de Jesús es Padre porque es Ágape. De Él, nadie se tiene que sentir apartado. La experiencia de ser aceptado por Dios es el primer paso para no excluir a los demás. Pero si partimos de la idea de un Dios que excluye, encontraremos mil razones para excluir en su nombre. Es lo que hoy seguimos haciendo.

Seguimos aferrados a la idea de que la impureza se contagia, pero el evangelio nos está diciendo que la pureza, el amor la libertad la salud, la alegría de vivir, también pueden contagiarse. Este paso tendríamos que dar si de verdad somos cristianos. Seguimos justificando demasiados casos de marginación bajo pretexto de permanecer puros. ¡Cuántas leyes deberíamos saltarnos hoy para ayudar a todos los marginados a reintegrarse en la sociedad y permitirles volver a sentirse seres humanos!

Meditación

El nuevo nombre del amor podría ser hoy compasión.
Todos los que encontramos en nuestro camino
esperan que sepamos hacer nuestros sus padecimientos.
Si fuésemos capaces de compadecernos, vendría el Reino.
Como seres limitados, necesitamos que los demás nos completen.
Como humanos, debemos volcarnos en los demás.

Fray Marcos

Fuente Fe Adulta

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Saltándose las leyes.

Domingo, 11 de febrero de 2018
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guerirNo es el más fuerte ni el más inteligente el que sobrevive, sino aquel que más se adapta a los cambios (Charles Darwin).

11 de febrero. Domingo VI del TO.

Mc 1, 40-45

Se le acercó un leproso y, arrodillándose, le suplicó: Si quieres puedes sanarme

Un leproso que, saltándose las leyes se acercó a Jesús y le suplicó que lo curara. Y Jesús lo hizo tocándole la cabeza. Una caricia brotada de la ternura de su corazón, loco de amor por los hombres.

El Dt dice en 5, 10, dice de Dios: “actúo con lealtad por mil generaciones cuando me aman y guardan mis preceptos”. Mandamientos, dice la Biblia, “que el Señor pronunció con voz potente”. Luego los grabó en dos losas de piedra y se las entregó a Moisés y, entre otros, le da orden de guardar el sábado (5, 12).

En Gálatas 2, 16, dice San Pablo: “sabemos que el hombre no alcanza la justicia por observar la ley, sino por creer en Jesucristo”, pues “por cumplir la ley, nadie alcanza la justicia”.

Jesús criticó constantemente a los que tenían reglas sobre lo que se podía o no hacer en sábado, y enseñó siempre libertad de conciencia de lo que marcaban las leyes. Mt 5, 21-43 pone ejemplos de superación de leyes establecidas respecto a la ofensa, al adulterio, al divorcio, etc. Y, en los Evangelios, varias cosas que él hizo en sábado. Lucas cuenta en 6, 1 que: “Un sábado cuando atravesaba unos campos de trigo, sus discípulos arrancaban espigas, las frotaban con las manos y comían los granos”. Y avala el hecho con lo que hizo el rey David con sus compañeros cuando estaban hambrientos: “Entró en la casa de Dios, tomó los panes consagrados, que sólo pueden comer los sacerdotes, comió y compartió con sus compañeros” 6, 3. Jesús está diciendo a los fariseos que el amor por los hombres es más importante que la observancia de ritos“Supongamos que uno de vosotros tiene una oveja y un sábado se le cae en un hoyo: ¿no la agarraría y la sacaría?”(Mt 11, 12).

Las superpostales de libertad humana y de misericordia que nos regalan Jesús y el Papa Francisco –aquél en el Evangelio, y éste en sus atenciones a los necesitados– hay que enmarcarlas y colgarlas en los muros de nuestros museos personales. Y hasta quizás también en los de El Prado, El Louvre y El Hermitage. Para realizar su visita a Birmania y Bangladesh el pasado noviembre, el obispo de Roma puso como condición poder reunirse con refugiados rohingyas, una minoría musulmana perseguida por el ejército birmano. Se saltó la prohibición impuesta por el general Min Aung Hlaing, comandante en jefe. En su vuelo de regreso a Italia confesó a los periodistas: “con los rohingya he llorado, y ellos también”.

Charles Darwin nos insiste y anima a seguir instalados en la vida, porque: “No es el más fuerte ni el más inteligente el que sobrevive, sino aquel que más se adapta a los cambios”. El leproso que se acercó a Jesús suplicándole arrodillado que le sanara había comprendido a Darwin. ¿Les hemos comprendido también nosotros a ambos?

¿LO OYE EL VIENTO?

Suenan voces en mí mismo
pulsando aciertos y yerros.
Unos relatan amores,
otros cuentan vituperios.

Las oye el viento.
¿Las oye?
Tañen fuera, tañen dentro.
Doblan arriba y abajo
con festivos tintineos.

Son rebaños de palabras,
que pastoreo en mis feudos,
pastando voces divinas
en prados del pensamiento.

Todos son y no son, míos.
Son sobre todo del viento,
que los parte y los comparte
con todos los hemisferios. 

(SOLILOQUIOS. Ediciones Feadulta)

Vicente Martínez

Fuente Fe Adulta

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Me tocó.

Domingo, 11 de febrero de 2018
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5df7Optimized-leproso336xc(Mc 1,40-45)

¡Me tocó!

Podría no haberlo hecho, pero ¡me tocó!

Había oído hablar de él en más de una ocasión. Fuera de la ciudad, donde nos recluimos los de nuestra condición, se nombra a Jesús con frecuencia. A menudo nos llegan historias de él. Cuentan que algunos ciegos han recobrado la vista y que más de un paralítico ha vuelto a caminar gracias a él. Comentan que acoge siempre a quien se acerca, sin hacer distinción alguna. Es más, refieren que las autoridades están escandalizadas porque Jesús se acerca y atiende especialmente a quienes ellos rechazan y desechan.

De algún modo, quienes vagamos por los arrabales, cargando con el peso de la vida, con la desesperanza, el abandono, la soledad, la culpa, el desaliento, la tristeza, el miedo… anhelamos encontrarnos con él. Porque dicen que, cuando te encuentras cara a cara con él, te cambia la vida.

¡Cara a cara! ¡Cuántas veces soñé hallarme cara a cara con él! Pero ¿cómo?

Alguna vez lo vi, sí. Allí estaba: conversando, riendo, rodeado de personas… Pero ¿cómo dirigirme a él “cara a cara”? A esa distancia nunca pude siquiera distinguir bien su rostro. Envidiaba a quienes estaban a su lado. Yo… yo no me sentía digno. Sobre mí ha pesado toda la vida lo que tanto escuché: “eres impuro”, “eres culpable de lo que te sucede”, “si te acercas a otro le contagiarás”… “nadie te quiere como eres”, “eres inferior a todos”, “no eres digno”

Nunca creí que me atrevería.

Es prácticamente imposible acercarse a la ciudad siendo leproso. Las vendas nos delatan al momento. Lo sé. El olor, el color de la piel, las lesiones… todo en un cuerpo leproso molesta. Lo diferente y fuera de orden asusta. Lo desconocido atemoriza.

Pero ese día algo me empujó. No sé si una fuerza interior o si más bien fue Jesús mismo quien me atrajo. De pronto me descubrí a mí mismo caminando, dirigiéndome hacia él todo lo rápido que me permitían mis heridas. Sin escuchar los gritos de la gente, sin atender a quienes huían de mí, llegué hasta él y me arrodillé a sus pies.

En mí estaba la certeza de que él podía liberarme de esas ataduras. No dudé en ningún momento de que, si él quería, podría limpiarme. Ahora advierto que, a su lado, experimenté algo nuevo. Por primera vez en mi vida no percibí rechazo, sino profunda compasión. Sí, sentí que Jesús padecía conmigo, que se hacía cargo de todo lo que me sucedía sin necesidad siquiera de contárselo, que acogía mi historia, mi pasado y mi presente.

Escuché sus palabras: “Quiero, queda limpio”. Pero antes de que mis oídos oyeran su voz, mi piel sintió su mano.

¡Me tocó!

Podría no haberlo hecho, pero ¡me tocó!

Sé que podía haberme sanado sólo con su palabra, pero él me tocó. Y al hacerlo, sin miedo a quedar impuro, transgredió la ley y quebrantó el orden social.

Jesús se arriesgó por mí y, al tocarme, borró mi estigma, me liberó de mi vergüenza, rompió mis ataduras… Al sentirme tocado por él me supe amado y me reconocí de nuevo persona, recobré mi dignidad de ser humano y recuperé la alegría.

Por eso estoy aquí. Él me pidió que viniera y que ofreciera lo ordenado por Moisés. Sé que me dijo que no se lo contara a nadie más, pero no he podido contenerme y he ido publicando por los caminos lo que me ha sucedido. ¡Me siento tan agradecido!

No había vuelto a entrar en el Templo desde que era un niño. Creo que él busca que recupere mi lugar en el pueblo y en la comunidad. Sé que él desea que le dé gracias a Dios y que reconozca que ha sido Él quien me ha devuelto la vida. ¡Bendito sea Dios, que me ha liberado a través de su Hijo!

Sí, no se fije en mi apariencia, en mi color, en mi lengua, en mi sexo, en mi edad, en mi condición, en mi procedencia… Soy un ser humano. Jesús me tocó.

Inma Eibe, ccv

 Fuente Fe Adulta

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Leprosos son todos los marginados por la sociedad

Domingo, 11 de febrero de 2018
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28c3Del blog de Tomás Muro La Verdad es libre:

01. LEPRA.

La lepra en el AT, en la mentalidad bíblica, no solamente era una enfermedad, sino que era la expresión, lo que se ve como consecuencia de un pecado interior. El leproso no era un enfermo, sino un pecador y su pecado se mostraba en la lepra exterior.

De ahí, que el leproso debía salir de la convivencia familiar, de la sociedad y tenía que vivir aislado, en las afueras de la ciudad, marginado.

Es el caso de Job:

Satán salió de la presencia de Yahveh, e hirió a Job con una llaga maligna desde la planta de los pies hasta la coronilla de la cabeza. Job tomó una tejoleta para rascarse, y fue a sentarse entre la basura. (Job 2,7-8)

Los leprosos son “basura”: ¡impuro, impuro!, por eso los marginamos. En los evangelios (en la mentalidad bíblica) los que quedan marginados: vivirá solo y tendrá su morada fuera del campamento, lejos de la convivencia. (Lv 13).

Cuánta marginación y ninguneo produce la sociedad. Los sistemas políticos, económicos, la curia eclesiástica expulsa, causa mucha marginación.

Todos los sistemas de poder producen marginados:

o Con gusto expulsaríamos de nuestra convivencia a los inmigrantes: los marginamos por la nacionalidad o por el color de la piel.

o Hace ya muchos años que hubo una gran oposición y enfrentamiento a que Villa Betania (barrio de Loiola de San Sebastián) por iniciativa de la diócesis / Hijas de la Caridad, acogiera a los enfermos de SIDA.

o Marginaciones raciales: las pateras son simplemente “pequeños cruceros” clandestinos.

o Marginaciones eclesiásticas: hay teólogos y curas que han sido y son marginados, personas y comunidades cristianas postergados por sus superiores, por sus obispos.

o Marginación de la mujer en la iglesia.

o Marginaciones en nuestras propias familias (¿no marginamos a algún familiar?, marginaciones y desprecios en comunidades religiosas y cívicas. Personas que quedan relegadas, postergadas por su debilidad, por su origen, por su falta de cultura, etc.

o También tenemos nuestras propias “lepras”, diablos y suciedades personales.

Cuando las cosas te van bien en la vida, te conocen y tienes muchos amigos. Cuando las cosas te van mal o caes en desgracia, eres tú el que conoces quiénes son amigos, si te queda alguno.

02. JESÚS SIENTE LÁSTIMA.

imagesAnte aquel leproso y ante todos los enfermos y marginados, Jesús siente compasión, siente lástima ante la debilidad humana: debilidad física, moral, psíquica.

Jesús siempre siente bondad, es misericordioso para con el ser humano. Es el núcleo de la actividad de Jesús y del cristianismo.

DOS CONSIDERACIONES:

A. La experiencia cristiana es sentir la bondad de Dios, expresada en JesuCristo. Ser cristiano es sentirse querido por el Señor. Cristiano no consiste en cumplir con las leyes de la Iglesia, sino gozar de la amabilidad de Dios.

Hemos vivido largos años de un cristianismo tremendista, condenador. Gracias a Dios que el papa Francisco tiene otro tono y su visión del cristianismo es amable especialmente para con los más débiles de la sociedad.

Pero incluso hoy en día en no pocas diócesis vivimos una religión fanática, judiciaria, nada amable y por tanto, poco o nada cristiana.

Ser cristiano es gozar del amor del Señor.

B. Como consecuencia de esa experiencia de la bondad de Dios, ser cristiano será ser sensible y bondadoso con los que sufren, sea cual sea su forma de pensar o vivir. Según Jesús lo que nos hace cristianos no es el templo, sino la misericordia.

Por desgracia el cristianismo ha quedado enclaustrado en lo sacral y en los ritos. Por ejemplo: “legalmente” nadie le podrá decir nada a un cura porque no visita a los enfermos, o porque no da limosna, o porque no está con el pueblo. Pero como no celebre la Misa (mundo sacral) el domingo a las 12, alguien le llamará la atención.

Cristiano fue el buen samaritano, no el sacerdote y el levita que pasaron de largo pues tenían que ir al templo “a misa de 12.

De Jesús podemos esperar solamente compasión y bondad. El gran defecto de Jesús es ser bueno, libre y liberador. La misericordia es la gran virtud y actitud que nos hace bien a todos.

la-basilica-de-santaCuando somos marginados, despreciados, expulsados del Templo, de la convivencia, cuando somos considerados “personae non gratae” o malditos, no hay nada que rehabilite y dinamice tanto al ser humano como la experiencia de que alguien nos estima, nos ama y hace algo por nosotros. El amor de Dios actúa suave y profundamente en la persona. JesuCristo y la actitud cristiana nos rehabilita, nos levanta (como a la suegra de Pedro, que leíamos el domingo pasado), nos devuelve a la vida, a la convivencia.

Quienes trabajan en tareas asistenciales: pastoral carcelaria, mundo de la droga, comedores sociales, enfermos, ancianos, etc., saben perfectamente que un gesto de bondad, un acercamiento hace mucho bien.

“Lo de Jesús” está en Aterpe y en los comedores de los pobres, en Villa Betania: en la acogida a los del SIDA, en las residencias de ancianos, en los pisos de acogida a los niños o de acogida a los que salen de la cárcel, en la ayuda a los inmigrantes y a los que duermen entre los “cartones” de algún cajero automático, en los que trabajan contra el paro, en los que acompañan y consuelan a los enfermos y ancianos, en ayudar a quien está pasándolo mal, en dar limosna en la medida en que nos sea posible, en saber escuchar, etc.

Hacer el bien, hace bien a todos. Humanizar, humaniza a todos.

SEÑOR, SI QUIERES PUEDES LIMPIARME.

JESÚS SIENTE LÁSTIMA TAMBIÉN DE NOSOTROS

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Los inmigrantes que vienen.

Martes, 23 de enero de 2018
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migrantes-viendo-a-la-cruzGabriel Mª Otalora
Bibao (Vizcaya).

ECLESALIA, 12/01/18.- Los inmigrantes se han convertido en tema de conversación y pasto de comentarios y sensaciones mayoritariamente negativas; del corazón y sus miedos habla la boca. Cada vez vienen en mayor número, a pesar de que el gobierno español no llega ni de lejos a la cuota de acogida que le ha fijado la UE. Y los católicos no somos ajenos a muchas descalificaciones.

Es fácil captar una actitud generalizada de miedo ante la llegada de los inmigrantes: turismo médico, delincuencia, menores oportunidades de trabajo para nuestros hijos, falta de integración social, costes suplementarios en ayudas básicas… y miedo también a la colonización islamista. Rechazo al diferente, en suma, por lo que pueda perjudicarme, sin pensar en mayores consideraciones. Pero la realidad no es tan simple ni tan negativa porque tiene su lado luminoso.

Trabajo. La mayoría viene a trabajar, con ganas de aportar a la sociedad lo que en sus países no les deja la miseria o las injusticias estructurales. Los inmigrantes suelen coger los trabajos que no queremos el resto. Si se comparan las estadísticas del tipo de ocupación, es evidente que en el reparto de empleos entre los trabajadores autóctonos y extranjeros, los inmigrantes copan las tareas no cualificadas.

Legalidad. Los que huyen de las guerras deberían tener estatus de refugiado según la Carta de Naciones Unidas que obliga a los Estados a acogerlos.  La Unión Europea comete una injusticia además de una ilegalidad flagrante. No pueden ser tratados como apestados, como ocurre en las vallas de Ceuta y Melilla y a espaldas de todos en pleno mar Mediterráneo. Pero aparte de que no se cumple la ley con los exiliados, (qué vergüenza el “centro de acogida” de Archidona), basta reflexionar sobre la cantidad de organizaciones solidarias que existen para atender sus necesidades más primarias, para entender que el colectivo se caracteriza porque sus miembros necesitan urgentemente un contexto humanitario básico como seres humanos que son.

Ayudas públicas. Las ayudas instauradas en Euskadi las disfrutan foráneos y autóctonos. Y el fraude en las prestaciones, es mayor en los de casa (Seguridad Social, IVA, IRPF, autónomos…). Un ejemplo más: a finales de 2015, los extranjeros empadronados en Euskadi aportaban más ingresos a las arcas públicas vascas que el gasto que suponen para el sistema de bienestar social: 631 frente a 593. Y sin la llegada de los inmigrantes, hubiésemos perdido 50.000 habitantes en los últimos años.

Delitos violentos. Es una realidad que no es exclusiva de los foráneos: un informe realizado por la Fundación Aspacia alerta de los obstáculos a los que las mujeres en situación irregular se enfrentan a la hora de denunciar una agresión sexual, como son el miedo a ser expulsadas y la desatención sanitaria. Mujeres sin tarjeta sanitaria que no tienen nada y que son presa fácil para las mafias. Hay estudios que demuestran que no hay una correlación causal entre migración y criminalidad. Como ha denunciado la Cruz Roja, en algunos conjuntos de datos sobre criminalidad se mezclan delitos con simples faltas administrativas como carecer de documentación o entrada al país de manera irregular.

Tratamiento informativo. Cualquier noticia negativa de este colectivo, tiene una repercusión exponencialmente peor que la de uno de los nuestros.

Problema político. Algunos opinan que se les dé ayuda en sus países de origen y así no tendrían que emigrar. No es precisamente lo que hemos hecho los refinados europeos con el colonialismo, ni seguimos haciendo al disminuirles la ayuda a la cooperación internacional cuando más la necesitan. Fuimos a sus países a robarles de mala manera sus recursos naturales y ahora que el mundo está como está, con tantos millones de desplazados huyendo de la miseria y la guerra, se encuentran con las puertas del bienestar cerradas o con muchas dificultades para traspasarlas. Lo peor es que el problema alcanza unas magnitudes colosales.

No son pocos los que quisieran volver a sus países en el momento en que la situación que motivó su salida desapareciese. No vienen por gusto. Si han dejado todo -su casa, su familia-, y ponen en riesgo su vida y la de sus hijos, lo hacen porque el resto de opciones han estrepitosamente. Qué son las 600.000 peticiones de asilo en Europa si se comparan con los 60 millones desplazados internos en Asia y África. El caso de Líbano es tremendo: 1.200.000  refugiados a los que añadir medio millón de palestinos, en una población que tiene unos cuatro millones de habitantes. Es como si a España llegasen 12 millones de refugiados.

Efecto llamada. Lo de justificar el endurecimiento de normas y fronteras para evitar el “efecto llamada”, se desmonta recordando que a las personas desesperadas no les las puede parar ni con vallas, ni con riesgo mortal para sus vidas, ni con la militarización de las fronteras. Lo curioso es que el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, dijo que la llegada de tres millones de inmigrantes no sería un caos para la UE; por el contrario, es un factor que elevaría el PIB de la economía europea.

Europa perderá su identidad y su cultura cristiana. Muchos piensan como el ultraderechista húngaro Viktor Orbán, cuando alerta de que podemos ser minoría en nuestro propio continente ante el riesgo de llegada masiva de refugiados musulmanes. La decadencia no nos deja ver que los pretendidos valores están desvalorizados hace tiempo, la ética expulsada de las aulas y la religión cristiana puesta en cuestión sine die, además del poco ejemplo de quienes nos decimos creyentes. Lo fundamental es preservar los valores de tolerancia, de respeto por la diversidad, de solidaridad, que es lo que nos va a propiciar las actitudes necesarias ante los retos a los que nos tendremos que enfrentar pronto. Discursos intolerantes como los de Orbán son la mejor propaganda para que grupos radicales capten a más gente.

Saturan la sanidad pública, que no la financian. Como explica Amnistía Internacional, el impacto fiscal de la inmigración en España, arroja un resultado positivo que representa medio punto del PIB, es decir, más de 5.000 millones de euros. En otras palabras, las personas migrantes obtienen menos de lo que aportan, y disfrutan de menos beneficios sociales que los autóctonos. En cuanto a la financiación, desde 1999 la Sanidad se paga a través de impuestos indirectos, como el IVA o el IRPF, y no mediante las cotizaciones a la Seguridad Social. Por lo tanto, los migrantes que consumen y pagan este tipo de impuestos, contribuyen a financiar los servicios sanitarios.

Acabo con una realidad que no puede soslayarse: no nos olvidemos que el exilio sigue siendo exilio aun estando en la ciudad más bonita del mundo

(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

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El camino de las diócesis católicas francesas por el encuentro con las personas homosexuales

Sábado, 9 de diciembre de 2017
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buendiario-iglesias-metodistas-california-casamientos-gays-1Artículo de Claude Besson[1] publicado en la web de la asociación Réflexion et Partage[2] (Francia) el 18 de febrero de 2017, traducido por Carola

En la Iglesia Católica francesa están en marcha iniciativas pastorales que miran hacia el futuro y abogan por una mejor integración de las personas homosexuales en la Iglesia. Cierto es que cuando uno piensa en la relación entre esta y las personas homosexuales, enseguida vienen a la mente la doctrina y el catequismo, se topa uno así con algunas expresiones que a menudo hieren y alejan a las personas homosexuales que intentan vivir su fe, de modo sereno, al interior de nuestras comunidades cristianas. Pero, más allá del catequismo y de la doctrina, va surgiendo una nueva actitud hacia las personas homosexuales y sus vidas, especialmente en la Iglesia Católica francesa, inspirada por algunas palabras fuertes del Papa Francisco.

Hace algunos años el Consejo Familia y Sociedad de la Conferencia Episcopal Francesa emitió dos documentos que atestiguan una apertura hacia las personas homosexuales: “La Iglesia reconoce un estatus particular a la relación de amor entre el hombre y la mujer, pero esto no significa que no reconozca algún valor a otras relaciones de amore…”. Más adelante, el documento profundiza sobre el valor de las relaciones afectívas estables: “Debemos considerar el deseo de empeñarse con fidelidad y afecto, de la donación sincera, del cuidar el uno/a del otro/a y de aquella solidaridad que desmiente la reducción de las relaciones homosexuales a simples enlaces eróticos”[3]; “La diversidad de las prácticas homosexuales, no nos debe impedir el tomar en serio las aspiraciones de quienes desean empeñarse en una relación estable”[4].

El segundo texo del Consejo Familia y Sociedad de la Conferencia Episcopal Francés, con fecha mayo de 2013, invita a continuar el diálogo y hace una afirmación importante, o sea que: “La homofobia, como cualquier forma de discriminación, es inaceptable. Es prioritaria, para las parroquias católicas, la acogida incondicional de cada persona. Cada persona, independientemente de su recorrido vital, es ante todo un hermano y una hermana en Cristo, un hijo y una hija de Dios. […] Cada persona tiene derecho a ser acogida y amada tal y como es, sin tener que esconder este o aquel aspecto de su personalidad”[5]. Estos textos me parecen importantes porqué solicitan una mejor integración de las personas homosexuales en la Iglesia y el rechazo de cualquier discriminación y de cualquier homofobia.

Esta nueva actitud se percibe hoy también en el Vaticano, mejor dicho por parte del Papa Francisco. Todos recuerdan su famosa frase: “Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, quién soy yo para juzgarla?”. Podríamos también subrayar el aliento que sostiene la exhortación Amoris Laetitia (La alegría del amor), emitida después del Sínodo sobre la Familia. Aunque numerosas personas homosexuales hayan quedado desilusionadas por el poco espacio que dedica a este tema, al leerla con atención esta exhortación habla de acogida incondicional, de pedagógia divina, de discernimiento y sobre todo de integración de cada persona en la Iglesia, sobre el ejemplo de Jesús, sea cual sea “su tendencia sexual”. El Papa reprocha cada “moral fría, de despacho, en tratar los temas más delicados y nos coloca más bien en el contexto de un discernimiento pastoral cargado de amor misericordioso, que se disponga siempre a comprender, a perdonar, a acompañar, a esperar y sobre todo a integrar” (Amoris Laetitia, n°312).

Esta nueva actitud permite en la actualidad a numerosas diócesis francesas proponer iniciativas muy concretas de integración para las personas homosexuales y sus familias. El objetívo de estas iniciativas no es tanto el poner en marcha una pastoral reservada para favorecer la acogida de las personas homosexuales (sería una forma de estigmatización positiva), sino más bien reconocer y dar valor a las vivencias de cada uno y cada una “para qué estas personas puedan vivir una vida cristiana ordinaria y comprometida, para ocupar su lugar en la Iglesia como cada persona bautizada”[6]. Casi treinta diócesis francesas se han puesto en camino. Algún ejemplo contará estos significativos progresos.

Personas enviadas en misión y creación de equipos diocesanos

Varios sacerdotes, diáconos y laicos han sido enviados en misión por sus obispos con el encargo de crear unos equipos que puedan “ser signo de acogida incondicional y amorosa por parte de la Iglesia en nombre de Cristo, para qué el Evangelio ilumine cada persona”[7] homosexual. Los equipos tienen misiones diferentes según las características específicas de las diócesis. Sé que hay algunos en las diócesis de Aix-en-Provence, Angoulême, Bordeaux, Créteil, Évry, La Roquelle, Lille, Limoges, Lione, Nanterre, Nantes, Nizza, Orléans, Poitiers, St Etienne, Séez, Tours y Troyes. Es un listado ciertamente no definitivo. Por lo que se refiere a sus misiones específicas, no pudiendo describirlas por falta de espacio, citaré la misión del equipo di Nantes, no como ejemplo sino más bien como posibilidad:

– Ofrecer a las personas homosexuales y a sus seres queridos un espacio cristiano donde hablar y compartir;

– Ayudar a las personas homosexuales a rercorrer un camino de fe para que encuentren su sitio en la comunidad cristiana;

– Ayudar a las comunidades cristianas a acoger a las personas homosexuales como hermanos y hermanas en Cristo.

El equipo diocesano podrá asimismo evaluar si:

– Profundizar en la reflexión cristiana sobre la homosexualidad y producir una documentación de valor;

– Dar soporte a los responsables de la Pastoral sobre temas particulares o generales.

En general podemos decir que estos equipos constituyen lugares de acogida y de escucha, grupos en los cuales se puede hablar y que se hacen visibles a través de folletos con los datos de contacto (teléfono, email y nombre de la persona de contacto) – estos folletos son enviados de norma a las parroquias -. Algunos equipos son prolongaciones de la Pastoral de las Familias de las respectivas diócesis o están conectadas a ella. Sono constituidas por sacerdotes, delegados de la pastoral, por padres con hijos e hijas lgbt, por personas homosexuales y heterosexuales, por psicólogos, teólogos, etc.

Los equipos diocesanos están al origen de propuestas pastorales diferenciadas:

Hay grupos de discusión para personas homosexuales y sus padres, por ejemplo en Angoulême, Grenoble, Orléans y Poitiers. “Estos grupos son muy importantes para compartir, para comunicar, para discutir libremente y para apoyarse mutuamente”, me dice una madre de familia.

Encontramos al Camino a Emaús en Nanterre, Créteil, Orléans y Nantes. Se trata de peregrinaciones espirituales de un día de duración, abiertos a todas y a todos y en especial a las personas directamente o indirectamente interesadas al tema de la homosexualidad y tiene nel fin de favorecer il diálogo. Caminar juntos favorece un encuentro profundo con el otro en un ambiente reconfortante y sereno. Los Caminos a Emaús reunen a personas con edades y recorridos vitales diferentes: homosexuales, padres con hijas e hijos homosexuales, ex cónyuges con un marido o una mujer que han descubierto o aceptado su propia homosexualidad después del matrimonio, personas lejanas a esta realidad pero que quieren entenderla mejor. Participé en varios Caminos a Emaús, en varias diócesis, y os puedo asegurar que hacen que caigan muchos prejuicios sobre la homosexualidad.

Ciclos de formación: realizados por primera vez en la diócesis de Poitiers, que organizó tres de ellos en distintos sectores (en 2014, 2015 y 2016), los Jueves de la diferencia se están difundiendo en otras diócesis (Orléans en 2016, Angoulême y Nantes a partir del 2017). El objetivo es estimular las comunidades cristianas a la acogida de las personas homosexuales. Los ciclos de formación se articulan en cuatro encuentros alrededor del mismo tema (con algunas diferenciaa según el lugar):

1- Una película, Le ciel sur la tête (El cielo sobre la cabeza), que sirve para contar el shock de los padres cuando un hijo les comunica su homosexualidad. Una peli muy interesante, en la que muchos padres se ven reflejados;

2- Un encuentro de testimonios e intercambio de opiniones sobre la peli;

3- Una conferencia sobre el tema “Iglesia y homosexualidad”;

4- Un encuentro pastoral para caminar juntos.

Lugares de acogida: la Acogida de Marta e María en la diócesis de Lille, propone encuentros alrededor de una buena comida, momentos de oración, conferencias… La Casa de las Familias de la diócesis de Nanterre en Boulogne-Billancourt propone el grupo de discusión “Se hace camino al andar”, acoger la homosexualidad y, recién hospedó una jornada de reflexión sobre Homosexualidad: hablemos, en la que participaron 120 personas a las conferencias y a las veinte mesas redondas propuestas por la tarde.

Propuestas varias

En al menos treinta diócesis francesas se han organizado varias conferencias para comprender mejor cómo viven las personas homosexuales y sus familias y para ayudar a las comunidades cristianas a acogerlas e integrarlas, como sugiere el Papa “en el sentido, muy fuerte, de un empeño concreto y fiel en la vida de cada día”[8];

En numerosas diócesis se han dado encuentros de testimonios, sobre todo con padres de hijas e hijos homosexuales. En Chaillé-les-Marais, en la diócesis de Luçon, tiene lugar la Jornada anual del Compartir. Mientras que en Tours, Créteil o Rouen han habido encuentros con sacerdotes y vicarios episcopales para discutir del tema.

Se han realizado líneas – guía que se han enviado a todos los responsables de la pastoral diocesana, como en Lión o en St. Etienne, para sensibilizarles y ayudarles sobre estas cuestiones concretas.

Todas estas son iniciativas diocesanas; habría ciertamente que añadirle todas las propuestas de acogida, de reflexión, y también las conferencias, los retiros, los momentos de oración propuestos por asociaciones de personas cristianas homosexuales como David et Jonathan, Devenir un en Christ, la Communion Béthanie y también por la asociación Réflexion et Partage.

Además, numerosos equipos diocesanos están empezando a compartir con otros, en encuentros comunes, las reflexiones y las experiencias maduradas. En Angoulême, desde hace dos o tres años, se dan cita cuatro veces al año unos delegados de doce diócesis. Hay todavía mucho camino por recorrer en la Iglesia Católica, como afirma el Consejo Familia y Sociedad de la Conferencia Episcopal Francés: “Aún se puede hacer mucho para acoger mejor y acompañar a las personas homosexuales y sus familias”[9], pero estas numerosas iniciativas pastorales contribuyen ciertamente a que cambie la actitud hacia las personas homosexuales y sus vidas.

Como escribe Laurent Lemoine, sin llegar a cambiar las palabras de la doctrina, las diócesis y las parroquias católicas hoy en día pueden “recomendar gestos, actitudes y comportamientos precisos que busquen concretamente una mejor acogida”[10]; “Este es por cierto el enfoque pastoral mejor, porqué las personas homosexuales aman, piensan, sufren, trabajan como todas, y considerarlas personas compulsivas y transgresoras es algo  terriblemente injusto”[11].

Por eso soy optimista, aunque mucho queda por hacer sobre este tema. El camino puede parecer todavía largo y para alguien también dificil, pero tiene la ventaja de ser un camino que alimenta nuestra esperanza y guía nuestro compromiso cristiano.

____________

[1] Claude Besson es encargado de la pastoral escolar en Réseau La Salle (Francia). Ha impulsado varios debates en parroquias y diócesis católicas francesas sobre el tema de la “acogida de las personas homosexuales en la Iglesia Católica” y coordena el grupo Réflexion et Partage de Nantes. Es autor del libro “Homosexuels Catholiques – Sortir de l’Impasse”, Éditions de l’Atelier, 2012.
[2] Réflexion et Partage (Francia) es una asociación de personas cristianas homosexuales y heterosexuales (hombres y mujeres) que quiere contribuir a la reflexión de las comunidades cristianas para ayudarlas a acoger a las personas homosexuales.
[3] Consejo Familia y Sociedad de la Conferencia Episcopal Francés, Élargir le mariage aux personnes de même sexe? Ouvrons le débat!, septiembre de 2012, pagg.4 e 6.
[4] Idem, pag.6
[5] Consejo Familia y Sociedad de la Conferencia Episcopal Francés, Poursuivons le dialogue, mayo de 2013, pag.5.
[6] Cita del padre Denis Trinez publicada en la revista católica La Croix del 19 de marzo de 2014, pag.17.
[7] Diócesis de Nantes, S’accueillir, dépliant del equipo pastoral diocesano.
[8] Laurent Lemoine, Homosexualité, l’Eglise doit évoluer, revista Católica Témoignage Chrétien, n°3697, septiembre de 2016, pag.78
[9] Consejo Familia y Sociedad de la Conferencia Episcopal Francés, Poursuivons le dialogue, mayo de 2013, pag.5.
[10] Laurent Lemoine, op. cit, pag.80
[11] Ibidem, pag.81

Texto original: Des initiatives pastorales porteuses d’avenir

Fuente Proyectto Gionata

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Hospitalidad.es: España no es país para refugiados (ni quiere serlo).

Martes, 3 de octubre de 2017
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Hospitalidad.es constata la “falta de voluntad política y liderazgo del Gobierno español”

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Las personas que llegan a España huyendo de guerras, conflictos armados y violencia ya han sufrido terriblemente. Tienen derecho a ser recibidos con dignidad y respeto a sus derechos

(Hospitalidad.es).- Desde hace dos años se viene produciendo la mayor llegada de personas refugiadas a Europa desde la II Guerra Mundial, muchas de ellas familias sirias huyendo de la guerra, pero también personas procedentes de Irak, Eritrea, Venezuela o El Salvador.

En verano de 2015, la elevada cifra de llegadas a Grecia e Italia desbordó la capacidad de acogida de estos países y planteó la necesidad de una respuesta a nivel europeo. Tras mucho debate interno, se acordó la distribución equitativa entre los distintos países en dos años de 160.000 refugiados que estaban en Italia y Grecia, una cifra muy pequeña, pero que suponía un primer paso en la dirección de una respuesta conjunta y solidaria de la Unión Europea.

España asumió el compromiso de acoger a 17.337 refugiados de las cuotas europeas de reubicación y reasentamiento. Sin embargo, transcurridos los dos años de plazo, España ha incumplido su compromiso. Sólo ha reubicado a 1.983 refugiados (11%). El resto, siguen esperando en los hotspots de Grecia e Italia, y cientos de miles de personas más son retenidas en las fronteras exteriores de la Unión Europea mientras los gobiernos avanzan en las políticas de externalización y cierre de fronteras por medio de acuerdos con terceros países que difícilmente pueden ser calificados de seguros como Libia, Turquía, Líbano, Níger o Chad.

hosp2Durante estos dos años, hemos constatado la falta de voluntad política y liderazgo del Gobierno español para cumplir con los acuerdos de reubicación y reasentamiento. Pero hay más. El incumplimiento de las cuotas europeas por parte de España va parejo con el deplorable comportamiento de nuestro país en otros ámbitos de asilo.

Las personas refugiadas no solo llegan por la vía de las cuotas, muchas llegan directamente a España por sus propios medios. Las llegadas en patera a las costas españolas o a través de las fronteras terrestres en Ceuta y Melilla continúan aumentando conforme las rutas del mediterráneo central y oriental se hacen más impracticables e inseguras.

En 2015 llegaron a España 14.600 solicitantes de asilo, 15.570 en 2016 y este año 2017 las previsiones son que se duplicará esa cifra. Para muchos, España es solo país de tránsito hacia otro país europeo, pero la normativa europea obliga a los solicitantes de asilo a solicitar la protección en el país europeo al que llegan. Las devoluciones de solicitantes de asilo a España desde otros países europeos son diarias. Sin embargo, a su llegada, estas personas quedan fuera del sistema de acogida, muchas veces en la calle, porque el Gobierno entiende que  al salir de España renunciaron a los derechos de acogida. La desprotección de estas personas es palmaria, pudiendo verse fácilmente abocadas a la exclusión.

Además, el sistema de asilo español tiene una capacidad extremadamente reducida que se muestra, entre otros, en los siguientes aspectos:

La primera fase del sistema de acogida (que puede extenderse hasta seis meses) solo cuenta con 5.000 plazas, a todas luces insuficiente en el contexto de crisis humanitarias y personas refugiadas que vivimos. Actualmente, a quienes solicitan asilo no se les da plaza en el sistema de acogida hasta que tienen la entrevista de asilo, que llega a demorarse durante varios meses y, en muchos casos, ni siquiera entonces se les da plaza. El resultado es que muchos solicitantes de protección quedan  en la calle, a pesar de que el manual de gestión del sistema de acogida estipula que: “se considera solicitante de protección internacional a la persona que desee solicitar protección internacional en España y esté pendiente de formalizar su solicitud de asilo” por lo que desde ese momento debe poder acceder a la protección y derechos como solicitantes de asilo.

Pasividad y demora en la tramitación de expedientes a solicitantes de asilo. La tramitación de los expedientes de protección internacional se demora de manera sistemática más allá del plazo de los seis meses establecidos en la Ley. Todo parece indicar que la línea que se quiere seguir es la de mantener a las personas como meros solicitantes de asilo sin resolver su situación, elevando la cifra de expedientes a un número récord.

La reducida capacidad de la Oficina de Asilo y Refugio para hacer frente a las necesidades de los de solicitantes de protección. Con capacidad para atender a 100 personas al día, se forman enormes colas para cualquier gestión (hay gente esperando desde las 6.30 de la mañana y antes de abrir las colas ya superan las 200 personas).

 Todo ello hace de España un país al que los refugiados no desean venir, perciben que no son bienvenidos. No les falta razón. La debilidad y el mal funcionamiento de nuestro sistema de asilo desincentivan la llegada de refugiados y revelan falta de voluntad política para cumplir los compromisos internacionales y nacionales en la materia.

Ante una situación excepcional de personas refugiadas en las fronteras de Europa, desde la campaña Hospitalidad.es solicitamos al Gobierno de España:

Que cumpla con los compromisos adquiridos en el seno de la Unión Europea en relación con las cuotas de reubicación desde Italia y Grecia a la mayor brevedad.

Que promueva activamente más vías de acceso legales y seguras para las personas refugiadas (reasentamiento, visados humanitarios, agilizar y flexibilizar la reunificación familiar, visados de estudiantes, visados por motivos médicos, patrocinios privados…)

Que amplíe las plazas de acogida del sistema español.

Que revise el sistema de acogida para mejorar sus resultados en términos de integración social de las personas refugiadas en nuestro país.

Que refuerce significativamente la política de Cooperación internacional al Desarrollo. Los países vecinos a los conflictos son los que acogen a la inmensa mayoría de las personas refugiadas. Sin embargo, la Ayuda Oficial al Desarrollo española ha sufrido significativos recortes en estos años y el presupuesto de la Oficina de Acción Humanitaria está en mínimos históricos.

La Ayuda Humanitaria asegura una protección vital básica y la cooperación al desarrollo facilita la integración social de los refugiados, apoyando los servicios sociales de los países receptores.

Las personas que llegan a España huyendo de guerras, conflictos armados y violencia ya han sufrido terriblemente. Tienen derecho a ser recibidos con dignidad y respeto a sus derechos. Las entidades y personas que integramos la Campaña Hospitalidad.es estamos dispuestas a comprometernos en primera persona para que se lleven a cabo las iniciativas propuestas más arriba. Sin embargo, debemos recordar que la responsabilidad principal de protección de refugiados y migrantes recae en los Estados y que España no está dando una respuesta adecuada.

Hospitalidad.es

26 de septiembre de 2017

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La Iglesia de Inglaterra vota a favor de “acoger y afirmar” a las personas trans en sus parroquias

Sábado, 15 de julio de 2017
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logo_of_the_church_of_england_454x372chris-newlands-e1433420615501Rvdo Chris Newlands

El Sínodo General de la Iglesia de Inglaterra vota a favor de mostrarse más abierta y receptiva a las personas trans y ayudarlas de la mejor forma posible.

Hace unos días el mismo Sínodo votaba a favor de prohibir las “terapias de conversión” en sus parroquias y pedir al gobierno que hiciera lo mismo a nivel estatal. 

Si el otro día la Iglesia de Inglaterra (la iglesia cristiana mayoritaria en el país) votaba a favor de prohibir las “terapias de conversión” y pedir al gobierno que hiciera lo mismo, ahora han vuelto a mostrar un claro síntoma de modernización y aceptación de las diferentes realidades que forman la sociedad y han votado a favor de “acoger y afirmar” a las personas trans.

La propuesta fue presentada por el reverendo gay Chris Newlands, que dijo que la Iglesia debe ser un lugar de bienvenida para todas las personas trans “durante el largo y a veces complejo proceso de transición“. Newlands además propuso que las diferentes parroquias reciban apoyo y formación para saber cuál es la mejor forma de ofrecer ayuda religiosa a las personas trans que la busquen.

Espero que podamos hacer una declaración poderosa que deje claro que creemos que las personas trans son apreciadas y queridas por Dios, que las creó, y está presente en todos los giros y vueltas de su vida“, explicó Newlands durante el Sínodo General en el que se terminó votando a favor de su moción. “Estoy eufórico y agotado” explicó el reverendo a la prensa después del voto, “creo que ha sido un buen debate y se han hecho algunas contribuciones excelentes.

 Aunque el debate fue bastante extremo, Newlands se muestra optimista porque eso ha ayudado a tener en cuenta todos los puntos de vista. Para el reverendo se ha dado “un gran paso en la dirección correcta” y asegura que “los obispos se han dado cuenta de que no pueden continuar haciendo lo que siempre han hecho.” Desde la votación Newlands asegura haber recibido mensajes de amigos trans de todo el mundo: “el Sínodo ha cambiado, hemos doblado una esquina.

Hace unos meses Newland también propuso a la Iglesia que consideraran la idea de realizar ceremonias de bautismo para personas trans que hayan cambiado su nombre.

En ese mismo Sínodo General la Iglesia de Inglaterra votó a favor de prohibir las “terapias de conversión” después de escuchar los testimonios de varias personas homosexuales que habían sido víctimas de esta práctica. Los miembros del Sínodo consideraron que esta práctica no tiene ningún tipo de ética y es profundamente perniciosa, además de no tener lugar en el mundo moderno. Jayne Ozanne, una activista LGTB que defendió la moción para prohibir estas “terapias” no dudó en asegurar que este tipo de prácticas que a menudo se llevan a cabo en parroquias de toda Inglaterra son “un abuso espiritual“. Ozanne añadió que “La orientación sexual es un tema muy delicado que sólo los verdaderos profesionales deberían tratar. Y no tratarán de cambiar la orientación de las personas sino que les ayudarán a lidiar con ella. Lo que la gente no entiende es que puedes entrar en este tipo de prácticas de forma voluntaria porque crees que es lo correcto porque es lo que te han dicho que Dios quiere de ti. Es sólo años después cuando el impacto que ha tenido sobre ti se vuelve evidente.

Fuente | Pink News, vía EstoyBailando

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No tengo miedo de nada… porque tengo un defensor

Domingo, 21 de mayo de 2017
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A nosotros van dirigidas estas palabras… Jesús nos envía un defensor que nos irá enseñando todo recordando lo que Él nos ha enseñado… “El que acepta mis mandamientos y los guarda, ése me ama”.

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“Hay que hacer la guerra más dura, que es la guerra contra uno mismo. Hay que llegar a desarmarse.

Yo he hecho esta guerra durante muchos años. Ha sido terrible. Pero ahora estoy desarmado.

Ya no tengo miedo a nada, ya que el Amor destruye el temor.

Estoy desarmado de la voluntad de tener razón, de justificarme descalificando a los demás. No estoy en guardia, celosamente crispado sobre mis riquezas.

Acojo y comparto. No me aferro a mis ideas ni a mis proyectos.

Si me presentan otros mejores, o ni siquiera mejores sino buenos, los acepto sin pesar. He renunciado a hacer comparaciones. Lo que es bueno, verdadero, real, para mí siempre es lo mejor.

Por eso ya no tengo miedo. Cuando ya no se tiene nada, ya no se tiene temor.

Si nos desarmamos, si nos desposeemos, si nos abrimos al hombre-Dios que hace nuevas todas las cosas, nos da un tiempo nuevo en el que todo es posible.

¡Es la Paz!”

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Atenágoras I (1886-1972), patriarca de Constantinopla,

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(en: OLIVIER CLÉMENT, Dialogues avec le Patriarche Athénagoras I, Éd. Fayard, Paris 1969, p.183. Traducido y ofrecido por Xavier Melloni, en Cetr.)

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En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

Si me amáis, guardaréis mis mandamientos. Yo le pediré al Padre que os dé otro defensor, que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la verdad. El mundo no puede recibirlo, porque no lo ve ni lo conoce; vosotros, en cambio, lo conocéis, porque vive con vosotros y está con vosotros. No os dejaré huérfanos, volveré. Dentro de poco el mundo no me verá, pero vosotros me veréis y viviréis, porque yo sigo viviendo. Entonces sabréis que yo estoy con mi Padre, y vosotros conmigo y yo con vosotros. El que acepta mis mandamientos y los guarda, ése me ama; al que me ama lo amará mi Padre, y yo también lo amaré y me revelaré a él.”

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Juan 14,15-21

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Acogida

Sábado, 29 de abril de 2017
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Fui forastero, y me acogisteis

(Mt 25,35)

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El Cardenal Blase Cupich, a los inmigrantes indocumentados de Chicago: “No están solos. Vamos a acompañarles”

Sábado, 25 de marzo de 2017
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cupich“La Iglesia está aquí y ahora para ustedes”, subraya el cardenal en televisión

“Todo ser humano está hecho a imagen de Dios, y merece ser tratado con todo respeto”

(Cameron Doody).- “No están solos. Vamos a acompañarles”. Este fue el emotivo mensaje que el cardenal Blase Cupich quiso compartir en un programa de televisión nacional con los inmigrantes de Estados Unidos, comprometiéndose, además, a que la Iglesia de Chicago vele “por la dignidad de todos” los que se sientan amenazados por el clima de miedo que actualmente se respira en el país.

En un foro comunitario organizado por Telemundo este fin de semana en la Iglesia de la Inmaculada en el barrio de Brighton Park, que llevaba por título “Latinos venciendo el miedo”, el arzobispo de la ciudad intervinó en un español fluido durante varios minutos, para asegurar al público -en su mayoría compuesto por inmigrantes de primera o segunda generación- que la Iglesia entiende y comparte sus temores.

“Esta es una nación de inmigrantes, y desde el principio la Iglesia ha acompañado a los que aquí buscaron refugio, y fueron recibidos en tiempos de persecución, de guerra y de hambre, ofreciendo a cambio de ciudadanía su lealtad y su trabajo”, empezó diciendo el cardenal, quien recientemente instruyó a los sacerdotes y a los directores de las escuelas católicas de Chicago para no colaborar con agentes de inmigración que no cuentan con una orden judicial.

“Todo ser humano -documentado o indocumentado- está hecho a imagen y semejanza de Dios”, clamó Cupich, “y por esta dignidad merece ser tratado con todo respeto”. Mandamiento este que el arzobispo de Chicago calificó enseguida como “verdad esencial de nuestra fe”.

“Por esta verdad estoy hoy aquí”, continuó: “para asegurarles, a ustedes inmigrantes y refugiados que se sienten amenazados ante las expresiones de odio públicamente manifestadas durante el último año, que no están solos. Que vamos a acompañarles.

Cupich incluso tiró de su propia historia personal, para enfatizar la dignidad de cada inmigrante, documentado o no, y los beneficios que estos traen a Estados Unidos. Recordó que su abuelo llegó al país desde Croacia a principios del siglo XX siendo un mero adolescente y hablando solo un inglés básico.

La bienvenida que la familia recibió en la parroquia de Nebraska hizo que se sintieran en casa, añadió el cardenal, incluso porque todas las homilías se daban en croata. Un hecho este que Cupich, en declaraciones ofrecidas a los medios al margen del foro, rememoró para reivindicar los beneficios de una educación multilingüe. “No hay nada mal en ser bilingüe o trilingüe, porque esto demuestra que puedes comunicar con más gente… De no ser así, ¿por qué enseñamos idiomas en nuestros colegios?”, se preguntó el cardenal.

“Hoy nos encontramos en una ciudad que se benefició durante generaciones del trabajo de inmigrantes procedentes de todos los rincones del mundo”, finalizó diciendo el arzobispo en su intervención televisada por Telemundo. Y desde aquí nos comprometemos como Iglesia a velar por la dignidad de todos, así como la Iglesia estuvo presente para apoyar a mis abuelos en el siglo pasado”.

“Quiero dejar bien claro a los nuevos inmigrantes hoy entre nosotros que la Iglesia está aquí y ahora para ustedes”, recalcó Cupich, antes de pedir que el público reunido en el templo de Brighton Park se uniera con él en un momento de silencio, “para orar por nuestros hermanos y hermanas inmigrantes que han construido y continúan sosteniendo a nuestra gran nación”.

Fuente Religión Digital

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Abren en Sao Paulo (Brasil) la primera casa de acogida para jóvenes LGTB expulsados de sus familias

Viernes, 17 de febrero de 2017
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casaUna organización brasileña ha abierto una casa de acogida en la región de Sao Paulo con el objetivo de ayudar a los jóvenes LGTB que son expulsados de sus familias después de visibilizar su orientación sexual o identidad de género ante las mismas.

La primera casa ha sido creada para mostrar su apoyo y ayuda a todos los jóvenes que, en base a su orientación sexual o identidad de género, son maltratados y expulsados de sus familias. La organización pretende ayudarles a reencontrar su hueco en el mundo. El espacio ofrece asistencia completa para que los jóvenes alcancen su independencia de forma rápida.

La historia de la Casa 1, donde los residentes no tienen el mismo apellido, comenzó con Irán Giusti, ofreciendo el sofá a amigos expulsados de su casa por su familia. “La expulsión de la familia no se produce necesariamente con la frase ‘coge tus cosas y lárgate de aquí’. La mayoría de las personas que acaban aquí han sido sometidas a unas semanas de acoso e intimidación por sus familias, no han podido hacer nada para que pararan con su actitud, y han tenido que abandonar el domicilio“, ha expresado Irán Giusti, uno de los responsables de la casa de acogida para jóvenes LGTB abierta en Sao Paulo.

Otávio Gomes, un joven gay que vive en la casa de acogida después de que su familia lo repudiara y su tío le agrediera, ha expresado que cuando acudió a la policía encontró a unos funcionarios carentes de educación en torno a la diversidad sexual. “Fui a la comisaría de policía para registrar un informe sobre la agresión pero tuve que enseñar a la policía a escribir la palabra homofobia. Nunca, en la vida, habían oído hablar de tal cosa, ha expresado el joven.

El creador del proyecto, dijo que en el sofá ya no había espacio suficiente para la demanda, y luego vino la idea de la Casa 1. La propiedad se convirtió en una realidad con la ayuda de muchas personas, que ofreció el dinero para el alquiler de un año. Muebles, alimentos, ropa, zapatos y donaciones llegan todos los días y los voluntarios ofrecen asistencia psicológica, educativa, médica, orientación para reanudar y conseguir un trabajo. “Nuestra idea no es un hostal, es como una república”, dijo Octavio.

Marcel Borges, otro de los jóvenes que viven en la casa de acogida, ha recordado que la estancia máxima en el centro es de 3 meses, por lo que deben aprovechar el tiempo para encontrar una alternativa para sus vidas: “tengo que tener en la cabeza que estoy aquí de paso, que solo es mi casa por el momento, y que mi casa de verdad tengo que conseguírmela por mí mismo.

Los gestores del espacio también están construyendo un centro cultural y una biblioteca en el sitio, que estará abierta al barrio. Cristiane Silva psicóloga, un vecino del inmueble fue al espacio para encontrar la manera de ayudar. “Creo que un poco de cada uno se encuentra en una comida, en la ropa, en una palabra, en un puesto de trabajo, en un soporte, y ya está haciendo una diferencia”, opina.

Hasta el domingo (29), la casa tenía cinco personas. En esta segunda se esperan nuevos residentes. La casa tiene capacidad para doce personas y cuenta con más de veinte en espera. Los organizadores no reciben menores de edad y dan prioridad a los casos más urgentes. Más de 400 voluntarios ha buscado el organizador que ofrece diversos tipos de asistencia y servicios.

En la localidad de Ariquemes también tuvo lugar recientemente un suceso discriminatorio hacia la diversidad sexual, después de que las autoridades de la región decidieran censurar los libros escolares para vetar los contenidos en materia de orientación sexual e identidad de género desarrollados en los mismos por el Ministerio de Educación del país latinoamericano. El Ayuntamiento defiende que “el 90% de la población local apoya la defensa de la familia tradicional. Por lo tanto, son los padres y madres quienes deben ofrecer esa información a sus hijos […] los niños no pueden ser obligados a tener conocimiento de estas cosas que podrían influir en su futuro“.

Fuente Globo, vía Universogay

Foto: Reproducción / TV Globo

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El arzobispo de Canterbury pide a Theresa May que no acabe con el programa de menores refugiados

Domingo, 12 de febrero de 2017
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theresa-may-children-refugee-justin-welby-765358“Me sorprende y entristece que tan solo se vaya a recibir a 350 niños”

El Ejecutivo británico se había comprometido a acoger a 3.000 menores

El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, pidió al Gobierno de la primera ministra británica, Theresa May, que reconsidere la reducción a 350 los niños refugiados que planea acoger el Reino Unido desde otros países europeos.

“Me sorprende y entristece que tan solo se vaya a recibir a 350 niños”, dijo el primado de la iglesia de Inglaterra en un comunicado, después de que el Ejecutivo divulgara ayer que no llegará a la cifra de 3.000 menores acogidos, como había anunciado en abril de 2016 el anterior Gobierno, liderado por David Cameron, conservador como Theresa May.

“Nuestro país mantiene una encomiable tradición de dar la bienvenida a aquellos que lo necesitan, particularmente a los más vulnerables, como los menores que no cuentan con la tutela de un adulto”, expresó Welby.

El año pasado se aprobó una ley que instaba al Gobierno británico a adoptar medidas para “reubicar en el Reino Unido y apoyar a un número determinado de niños refugiados no acompañados procedentes de otros países de Europa”.

El texto no detallaba el número de menores a acoger, aunque el entonces secretario de Estado de Inmigración, James Brokenshire, dijo que el Reino Unido acogería durante esta legislatura, que termina en 2020, a 3.000 niños refugiados.

“La decisión que tomó el Gobierno el año pasado de acoger a niños vulnerables fue lo correcto. Fue una prueba más del liderazgo del Reino Unido en cuanto a la respuesta a la crisis migratoria de Siria y otras regiones”, señaló el arzobispo. “Pensábamos que el Ejecutivo se había comprometido a dar la bienvenida a 3.000 niños, detalló Welby, para quien suspender ahora ese plan es “lamentable”.

Por su parte, May afirmó en una rueda de prensa conjunta en Londres con el primer ministro italiano, Paolo Gentiloni, que la estrategia de su Gobierno respecto a la acogida de refugiados es “absolutamente correcta”.

“Hemos visto cómo bastantes familias con hijos han sido acogidas aquí, en el Reino Unido”, dijo May. “Además, por supuesto, del significativo apoyo financiero y ayuda humanitaria que estamos otorgando a los refugiados en la región de Siria, con un presupuesto de 2.300 millones de libras (2.690 millones de euros)”, afirmó.

Fuente Agencias/Religión Digital

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Los jesuitas de Centroamérica alzan su voz contra el muro fronterizo de Trump

Lunes, 6 de febrero de 2017
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jesuitas-de-centroamerica-contra-el-muro-de-trumpLo califican de “afrenta a nuestra misión y asalto a los valores cristianos”

Señalan su intención de “trabajar juntos/as, para que se respeten los derechos humanos”

(Israel González Espinoza, corresponsal en Centroamérica).- La Provincia Centroamericana de la Compañía de Jesús expresó este jueves por medio de un comunicado la construcción de un muro fronterizo que la administración del presidente estadounidense Donald J. Trump pretende construir a lo largo de la guardarraya que divide los Estados Unidos de América y México.

“La Provincia Centroamericana de la Compañía de Jesús, la Comisión Provincial de Apostolado Social y la Red Jesuita con Migrantes Centroamérica expresamos nuestra preocupación y total rechazo a las medidas migratorias anunciadas en los últimos días por el presidente de Estados Unidos, tales como el aumento de la seguridad fronteriza, la suspensión del derecho a solicitar asilo, el aumento de centros de detención y de procedimientos de deportación expedita, y la prohibición de entrada a personas de varias nacionalidades, entre otras”, expresa el primer párrafo del contundente comunicado de los jesuitas de América Central.

El comunicado de la Compañía de Jesús en América Central llega días después que los jesuitas de Canadá y EE.UU. condenaran por medio de un comunicado conjunto las medidas de control migratorio que ha firmado por medio de decreto ejecutivo el presidente Trump.

“Nos sumamos a las denuncias de los hermanos jesuitas de Canadá y Estados Unidos, quienes consideran dichas disposiciones una afrenta a nuestra misión como Compañía de Jesús, y un asalto a los valores cristianos. Y nos sentimos cuerpo con ellos cuando expresan su solidaridad con nuestras hermanas y hermanos migrantes, reafirman su decisión de no ceder ante el miedo, y su intención de continuar la larga tradición de defender y acompañar a las personas migrantes y refugiadas, sin importar su origen o religión”, remarca otro párrafo de dicho comunicado.

Según los sacerdotes jesuitas en América Central, las órdenes ejecutivas de la administración estadounidense de Donald Trump tienen a “estigmatizar y criminalizar a los migrantes” y violan derechos humanos fundamentales. Del mismo modo, subraya que dichas medidas restrictivas tienden a agravar la crisis migratoria del triángulo norte de Centroamérica (Guatemala, El Salvador y Honduras), dónde la situación de violencia y la injusticia social enraizada en la sociedad obliga a miles a buscar un mejor destino en Estados Unidos.

“En tiempos de muros, nos sentimos llamados a construir puentes entre personas, culturas y sociedades. A levantar nuestras voces y trabajar juntos y juntas para que los Estados centroamericanos y norteamericanos, respeten los derechos humanos y el principio de la dignidad humana, celebren las diferencias y fomenten una cultura de hospitalidad y fraternidad”, finaliza el comunicado de la Provincia jesuita en América Central.

Por su importancia, reproducimos íntegro el comunicado de la comunidad jesuita en América Central:

Es tiempo de construir puentes, no muros

La Provincia Centroamericana de la Compañía de Jesús, la Comisión Provincial de Apostolado Social y la Red Jesuita con Migrantes Centroamérica expresamos nuestra preocupación y total rechazo a las medidas migratorias anunciadas en los últimos días por el presidente de Estados Unidos, tales como el aumento de la seguridad fronteriza, la suspensión del derecho a solicitar asilo, el aumento de centros de detención y de procedimientos de deportación expedita, y la prohibición de entrada a personas de varias nacionalidades, entre otras.

Las órdenes ejecutivas emitidas por la Administración Trump suponen violaciones graves a los derechos humanos y “representan una política dirigida a estigmatizar y criminalizar a los migrantes o a cualquier persona percibida como migrante”, tal y como reconoce la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en su comunicado del 1 de febrero del presente año. Su implementación no tiene otro efecto más que agravar la crisis y vulnerabilidad de los miles de centroamericanos y centroamericanas, que se ven obligadas a salir de sus países porque éstos no les brindan las condiciones mínimas para poder llevar una vida digna, y en muchos casos, para poder salvar sus vidas.

Nos sumamos a las denuncias de los hermanos jesuitas de Canadá y Estados Unidos, quienes consideran dichas disposiciones una afrenta a nuestra misión como Compañía de Jesús, y un asalto a los valores cristianos. Y nos sentimos cuerpo con ellos cuando expresan su solidaridad con nuestras hermanas y hermanos migrantes, reafirman su decisión de no ceder ante el miedo, y su intención de continuar la larga tradición de defender y acompañar a las personas migrantes y refugiadas, sin importar su origen o religión.

En tiempos de muros, nos sentimos llamados a construir puentes entre personas, culturas y sociedades. A levantar nuestras voces y trabajar juntos y juntas para que los Estados centroamericanos y norteamericanos, respeten los derechos humanos y el principio de la dignidad humana, celebren las diferencias y fomenten una cultura de hospitalidad y fraternidad.

Fuente Religión Digital

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“Una sociedad libre de homofobia, un reto para los cristianos – 4”, por José Antonio Pagola

Sábado, 22 de octubre de 2016
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lgtb_pagolaLos hermanos y hermanas del Grupo Cristiano Betania de Aldarte, Bilbao, nos han enviado amablemente este texto que agradecemos y que publicaremos en cuatro partes sucesivas…

Ponencia de José A. Pagola impartida en la universidad de Deusto el 11 de mayo de 2016, organizada por las comunidades de Betania LGTB y otros colectivos cristianos. CUARTA PARTE:

6. La necesidad de promover una mirada más humana, misericordiosa y justa sobre la experiencia homosexual

Como decía anteriormente, el Sínodo sobre la Familia ha terminado sin abordar directamente la cuestión de la homosexualidad, pero entre los temas pendientes ha quedado uno: reconocer “los elementos positivos” que se transparentan en las llamadas uniones estables de personas homosexuales”. Pues bien, creo que esa búsqueda algo se está moviendo en la Iglesia. Es posible observar que jerarcas, teólogos y pastoralistas católicos van delineando poco a poco desde diversas perspectivas un horizonte más amplio para discernir y valorar la experiencia homosexual de manera más positiva  y más evangélica.

Ya en 1999, en el Sínodo sobre Europa, el General de los dominicos, Timothy Radcliffe, bien conocido por su preocupación por las personas homosexuales, tuvo una intervención donde advirtió a los obispos europeos que “la autoridad de la Iglesia solo convencerá si es capaz de acompañar a las personas, si está atenta a sus desengaños, a sus peticiones y a sus dudas… La Iglesia no tendrá autoridad (para las personas homosexuales) si no aprende su lenguaje ni acepta sus dones [Paolo Gamberini, “Parejas homosexuales. Vivir, sentir y pensar de los creyentes”, en Selecciones de Teología (2016) 267].

Posteriormente varios jerarcas europeos se han pronunciado afirmando de diversas maneras que en el amor homosexual hemos de reconocer elementos positivos que son constitutivos de las persona humana creada a imagen de Dios. Entre los más conocidos, el cardenal Cristobal Schönborn, arzobispo de Viena en una intervención en el Sínodo Extraordinario sobre la Familia; el cardenal Reinhard Marx, arzobispo de Munich, miembro del Consejo de Cardenales del Papa, o el obispo de Amberes Johanj Bonny, que considera que la Iglesia debiera reconocer en las uniones de homosexuales los valores de amor, fidelidad y compromiso.

Pero, seguramente, quien ha hablado con más claridad ha sido el cardenal Carolo Martini, arzobispo de Milán, que ha afirmado que “las uniones homosexuales… pueden testimoniar el valor de un afecto reciproco”. Por eso, si un creyente homosexual llega a madurar la elección de vivir con una pareja del mismo sexo, Martini invita “a no demonizar ni condenar al ostracismo tal elección. El criterio para juzgar tal relación será la fidelidad en la relación, la reciprocidad y el amor responsable” [Paolo Gamberini, a. c., 268 y 277].

Naturalmente es en los teólogos, moralistas y pastores donde se aprecia una voluntad más firme de repensar la actitud de la Iglesia para promover una valoración más justa y más humana. Solo señalaré tres perspectivas.

  • El teólogo moralista Pablo Romero ha recordado recientemente que la Iglesia ha de introducir la conciencia de que la orientación homosexual es “una realidad recibida” (de la vida, del azar, de la naturaleza, de Dios…). Por eso, la persona homosexual no podrá aceptarse a sí misma como don o como criatura agradecida a Dios si no puede reconocer que su orientación sexual concreta es “don de Dios” desde el que está llamada a realizarse. La persona homosexual es la primera que ha de ser educada y ayudada a pasar de una posible homofobia a una valoración positiva de su diferencia sexual o, si es creyente a una aceptación agradecida a Dios de su propio camino [Pablo Romero, “Uniones homosexuales: ¿Rechazo? ¿Misericordia? ¿Reconocimiento?”, en Selecciones de Teología (2016) 217, 28-29].
  • Por otra parte, en reacción a una moral de carácter objetivo y negativo, hay autores que insisten en que “es necesaria una moral del discernimiento sobre las relaciones para proponer al creyente homosexual un itinerario espiritual que le ayude a vivir a imagen de Dios (Paolo Gamberini). “Lo que evidencia la bondad moral de una relación viene dado por la capacidad que tiene de expresar de manera profunda, auténtica y convincente, el mundo interior de las dos personas; de crear las condiciones para un desarrollo de una verdadera interpersonalidad, la cual solo se realiza en la medida en que se abandona la tentación de tratar al otro (la otra) como objeto, y se reconoce a la vez su unicidad irrepetible y su inestimable dignidad (Gianni Piana) [Paolo Gamberini, a. c., 275-276].
  • En esta misma línea, Paolo Gamberini afirma que el objetivo de la ética que se ha de proponer a las personas homosexuales consiste en favorecer el crecimiento de las relaciones más auténticas según las condiciones. El creyente homosexual deberá optar por lo que le aproxime más a lo ‘mejor’ de la relación que está viviendo: con su propio cuerpo, con los otros y con Dios”. Desde esta perspectiva el bien moral consistirá en potenciar las relaciones con los otros y el mundo, consigo mismo y con Dios [Paolo Gamberini, a. c., 275-276].

lgtb_pagola-47. Promover la acogida en las parroquias y comunidades cristianas

Es importante, sin duda, la actuación de la jerarquía y el trabajo de los teólogos y moralistas, pero si queremos dar pasos decisivos para liberar a la Iglesia y a la sociedad de la homofobia es decisivo el clima de respeto, acogida y amistad que se puede generar en las parroquias, comunidades e instituciones y grupos cristianos. Desde esas bases se puede iniciar la reacción para ir cambiando la actitud global de la Iglesia ante las personas homosexuales. Tal vez tenemos que empezar por escuchar las palabras que Jesús nos está dirigiendo a todos: “Nací homosexual y no me estáis acogiendo”.

En el sínodo extraordinario de 2014, en la Relación después de la discusión se planteaba la acogida a las personas homosexuales en un tono positivo: “Las personas homosexuales tienen dones y cualidades para ofrecer a las comunidades cristianas: ¿estamos en grado de recibir a estas personas, garantizándoles un espacio de fraternidad en nuestras comunidades? (Relación, n. 50). Para decepción de bastantes, estas palabras no fueron recogidas. Solo se vuelve a la orientación de la Congregación para la Doctrina de la Fe (1986): “Toda persona, independiente de su propia tendencia homosexual, sea respetada en su dignidad y acogida con respeto, con la preocupación de evitar todo signo de discriminación injusta”.

Quiero comenzar con unas palabras llenas de sensatez evangélica y de realismo del papa Francisco: “La Iglesia está llamada a ser siempre la casa abierta del Padre… A menudo nos comportamos como controladores de la gracia y no como facilitadores. Pero la Iglesia no es una aduana, es la casa paterna donde hay lugar para cada uno con su vida a cuestas (La alegría del evangelio 47).

Desde este horizonte hemos de trabajar para hacer que en nuestras comunidades cristianas se acoja, se escuche y se acompañe a toda persona homosexual, necesitada como todos de acogida, escucha y amistad.

  • Comunidades cristianas donde sean valoradas por su dignidad sin que su orientación sexual sea motivo de rechazo, discriminación, recelo, lenguaje ofensivo…
  • Comunidades cristianas donde puedan encontrar cauces adecuados para crecer como seguidores y seguidoras de Jesús, dando testimonio de su vida cristiana e integrándose activamente al servicio de la comunidad.
  • Comunidades cristianas en las que puedan encontrar amigos y amigas con los que poder compartir momentos difíciles de soledad, rupturas, discernimientos, toma de decisiones.
  • Comunidades cristianas que sepan solidarizarse y defender a toda persona homosexual de la estigmatización, la hostilidad, las humillaciones o burlas que pueda sufrir en nuestro entorno social o eclesial.
  • Comunidades cristianas comprometidas en concienciar a la Iglesia y a la sociedad para que se respeten los derechos de la población homosexual y se promueva todo lo que favorezca su convivencia digna y justa en medio de la mayoría heterosexual.

Dejadme terminar con un mensaje que quiero comunicar a la comunidad homosexual en nombre de Jesús. Es lo más importante que yo os puedo decir:

“Cuando os veáis rechazados en la sociedad o en la Iglesia,
sabed que Dios os está acogiendo.
Cuando os sintáis condenados por algunos sectores,
sabed que Dios os mira con ternura.
Cuando os sintáis solos, olvidados, pequeños y débiles,
escuchad vuestro corazón y sentiréis que Dios está ahí, con vosotros.
Aunque nosotros os olvidemos, Dios no os abandonará jamás.
No lo merecéis. No lo merecemos nadie,
pero Dios es así: misericordia insondable y bendición para todos”.

José A. Pagola
11/mayo/2016

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