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Archivo para Domingo, 3 de agosto de 2014

La Perfección que es amor.

Domingo, 3 de agosto de 2014
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Del blog Amigos de Thomas Merton:

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“La perfección no es para quienes se esfuerzan por sentir, parecer y actuar como si fueran perfectos: es únicamente para quienes son plenamente conscientes de que son pecadores, como el resto de los seres humanos, pero pecadores amados, redimidos y cambiados por Dios. La perfección no es para quienes se aíslan en las torres de marfil de una imaginaria impecabilidad, sino únicamente para quienes se arriesgan a empañar su supuesta pureza interior, sumergiéndose plenamente en la vida como hay que vivirla inevitablemente en este imperfecto mundo nuestro: la vida con sus dificultades, sus tentaciones, sus decepciones y sus peligros. La perfección no es tampoco para quienes viven sólo para sí mismos y se ocupan únicamente del embellecimiento de sus almas. La santidad cristiana no es meramente un asunto de recogimiento u oración interior. La santidad es amor: el amor a Dios por encima de todos los demás seres, y el amor a nuestros hermanos en Dios. Tal amor exige, en último término, el completo olvido de nosotros mismos”.

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Thomas Merton

“La vida silenciosa”

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"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad , , , , , , ,

“Dadles vosotros de comer”. 3 de agosto de 2014. 18 Tiempo ordinario (A). Mateo 14,13-21.

Domingo, 3 de agosto de 2014
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41-OrdinarioA18Jesús está ocupado en curar a aquellas gentes enfermas y desnutridas que le traen de todas partes. Lo hace, según el evangelista, porque su sufrimiento le conmueve. Mientras tanto, sus discípulos ven que se esta haciendo muy tarde. Su diálogo con Jesús nos permite penetrar en el significado profundo del episodio llamado erróneamente “la multiplicación de los panes”.

Los discípulos hacen a Jesús un planteamiento realista y razonable: “Despide a la multitud para que vayan a las aldeas y se compren de comer”. Ya han recibido de Jesús la atención que necesitaban. Ahora, que cada uno se vuelva a su aldea y se compre algo de comer según sus recursos y posibilidades.

La reacción de Jesús es sorprendente: “No hace falta que se vayan. Dadles vosotros de comer”. El hambre es un problema demasiado grave para desentendernos unos de otros y dejar que cada uno lo resuelva en su propio pueblo como pueda. No es el momento de separarse, sino de unirse más que nunca para compartir entre todos lo que haya, sin excluir a nadie.

Los discípulos le hacen ver que solo hay cinco panes y dos peces. No importa. Lo poco basta cuando se comparte con generosidad. Jesús manda que se sienten todos sobre el prado para celebrar una gran comida. De pronto todo cambia. Los que estaban a punto de separarse para saciar su hambre en su propia aldea, se sientan juntos en torno a Jesús para compartir lo poco que tienen. Así quiere ver Jesús a la comunidad humana.

¿Qué sucede con los panes y los peces en manos de Jesús? No los “multiplica”. Primero bendice a Dios y le da gracias: aquellos alimentos vienen de Dios: son de todos. Luego los va partiendo y se los va dando a los discípulos. Estos, a su vez, se los van dando a la gente. Los panes y los peces han ido pasando de unos a otros. Así han podido saciar su hambre todos.

El arzobispo de Tánger ha levantado una vez más su voz para recordarnos “el sufrimiento de miles de hombres, mujeres y niños que, dejados a su suerte o perseguidos por los gobiernos, y entregados al poder usurero y esclavizante de las mafias, mendigan, sobreviven, sufren y mueren en el camino de la emigración”.

En vez de unir nuestras fuerzas para erradicar en su raíz el hambre en el mundo, solo se nos ocurre encerrarnos en nuestro “bienestar egoísta” levantando barreras cada vez más degradantes y asesinas. ¿En nombre de qué Dios los despedimos para que se hundan en su miseria? ¿Dónde están los seguidores de Jesús?

¿Cuándo se oye en nuestras eucaristías el grito de Jesús. “Dadles vosotros de comer”?

José Antonio Pagola
Red evangelizadora BUENAS NOTICIAS
Sacude las conciencias. Pásalo.

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“Comieron todos hasta quedar satisfechos”. Domingo 3 de agosto de 2014. 18º domingo de tiempo ordinario.

Domingo, 3 de agosto de 2014
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loavesfishesLeído en Koinonia:

Isaías 55,1-3: Venid y comed.
Salmo responsorial  144:Abres tú la mano, Señor, y nos sacias de favores.
Romanos 8,35.37-39: Ninguna criatura podrá apartaros del amor de Dios, manifestado en Cristo.
Mateo 14,13-21: Comieron todos hasta quedar satisfechos.

La segunda parte del libro de Isaías, a la que pertenece la primera lectura de la liturgia de este domingo nos invita a hacer una valoración experiencial y sapiencial de la Palabra de Dios. Esta pequeña exhortación “cierra” los capítulos anteriores, desde el 40 hasta el 55, y ofrece una poderosa clave de lectura para comprender toda la segunda parte del libro. Además termina con el famoso texto que compara la Palabra de Dios con la lluvia vivificadora (Is 55,10-11).

El hambre y la sed son mecanismos fundamentales de los seres vivos. Todo ser viviente necesita nutrición e hidratación, pero en los seres humanos, estas necesidades biológicas tienen carácter social. En muchas culturas humanas –no todas-, compartir la bebida y el alimento son mecanismos de socialización y de integración. El autor toma, entonces, esta necesidad vital y la traslada al campo de la fe para mostrarnos que para el creyente la Palabra de Dios es algo más que una comunicación divina. La Palabra de Dios se convierte así en una necesidad inaplazable que alimenta nuestro ser y nos vivifica. Jesús mismo, retomando las reflexiones del Deuteronomio (Dt 8, 3; 6, 13), combate la tentación contraponiendo la voluntad divina al inmediatismo humano (Lc 4, 3-4). El problema de la humanidad no es únicamente la satisfacción de las necesidades básicas, sino, también, hacer surgir y formar una consciencia que exija la justa distribución de los recursos, que lleve a que la humanidad cultive lo mejor de sí y lo entregue como solidaridad y justicia en un proyecto social alternativo al proyecto egoísta.

Pero el autor, como buen poeta y profeta, no se contenta con hacer una arenga o una instrucción legal; busca, por medio de la imagen asociada a los mejores frutos (trigo, vino, leche), que el lector encuentre no sólo consuelo sino deleite. La Palabra de Dios se convierte así en un manjar sabroso que puede ser degustado por la pura gratuidad divina. El olor del amasijo fresco, del vino bien conservado y de la leche fresca nos recuerdan los dones que Dios le ha dado a su pueblo; dones que ayudan al ser humano a construir un cuerpo vigoroso pero que deben ser acompañados por una degustación asidua de su Palabra.

Isaías nos hace una invitación a degustar con sabiduría todos los dones que Dios nos ofrece, sabiendo que lo mejor que podemos ofrecer nosotros mismos es la gratitud activa, que revierte sobre los menos favorecidos los dones que unos pocos acaparan. Lo mismo ocurre con la Palabra de Dios, debe ser entregada con sabiduría y generosidad de modo que el pueblo de Dios no desfallezca. La Palabra de Dios nos invita y convoca a hacer de este ‘valle de lágrimas’ un jardín frondoso donde florezca la justicia y la sabiduría (Sal 72,1-9).

La multiplicación y los peces nos evoca la gran tentación de considerar que únicamente la satisfacción de las necesidades básicas nos conduce al Reino. Jesús se preocupó de que sus discípulos fueran mediadores efectivos frente a las necesidades del pueblo, pero no recurriendo a la mentalidad mercantilista que reduce todo a la presencia o ausencia de dinero (Mt 14,15). Es muy fácil, a falta de un benefactor, despedir a la multitud hambrienta para que cada cual consiga lo necesario. Pero Jesús no quiere eso; él pide a sus seguidores que sean ellos mismos quienes se ofrezcan a ser agentes de la solidaridad, ofreciendo lo que son y todo (lo poco) que tienen. Entonces la ración de tres personas, cinco panes y dos peces, se convierte en el incentivo para que todos aporten desde su pobreza y pueda ser alimentado todo el pueblo de Dios, que es lo que simbolizan las doce canastas. En la intención del evangelista, Jesús demuestra de este modo que el problema no es la carencia de recursos, sino la falta de solidaridad. «Cuando el pobre crea en el pobre, ya podremos cantar ¡Libertad!», dice el canto conclusivo de la «Misa Salvadoreña».

Lo que nos acerca a Jesús no son los muchos rezos o ceremonias, sino el amor incondicional a su Causa, ¡el Reino, la Utopía! Algo que hizo diferente a Jesús de todos los predicadores de la época fue su capacidad para despertar los mejores sentimientos de la gente: amor, generosidad y respeto. Nosotros deberíamos amar a Jesús con el mismo tipo de amor con el que él nos ama. Si el nos amó con un amor solidario, generoso, compasivo… nosotros no podemos responderle con melifluas plegarias o explosiones de emotividad, porque esto no sería amor comprometido. Por eso, si entendemos con qué amor Jesús nos amó, estaremos seguros de lo que proclama Pablo: nada nos puede separar del amor de Cristo.

 El evangelio de hoy es dramatizado en el capítulo 57 de la serie «Un tal Jesús», de los hermanos LÓPEZ VIGIL, titulado «Cinco panes y dos peces». El guión y su comentario pueden ser tomados de aquí: http://radialistas.net/article/57-cinco-panes-y-dos-peces/ Puede ser escuchado aquí: http://radioteca.net/media//uploads/audios/%25Y_%25m/057.mp3

De la serie «Otro Dios es posible», la entrevista 21 «¿Multiplicó panes y peces?» [http://emisoraslatinas.net/entrevista.php?id=120021], y la 31 «¿Dios hace milagros?» [http://emisoraslatinas.net/entrevista.php?id=130031] pueden ser tomadas como punto de partida para un debate pedagógico sobre el tema del evangelio.

Para la revisión de vida

¿Cómo y de qué manera me convierto yo en pan para los demás? ¿El pan que yo ofrezco a los demás alimenta las ganas de construir el Reino o es más bien un pan que engorda y deja sentado?

¿Quiénes son para mí “pan” que alimenta mis ganas de servir a los demás?

¿Cuál es el pan que busco?

Para la reunión de grupo

– Cuando los discípulos acuden a Jesús, poco menos que para que resuelva milagrosamente la situación, o sea, cuando le quieren pasar la responsabilidad sobre la situación de hambre que está viviendo la comunidad, Jesús reacciona reclamando la responsabilización de los discípulos: “Denles ustedes mismos de comer”. Relacionemos esto con los siguientes refranes: “Ayúdate y Dios te ayudará”, “A Dios rogando y con el mazo dando”, “A quien madruga Dios le ayuda”… Y con aquel principio liberador y antiasistencialista: “Mejor que dar un pescado al que tiene hambre, enseñarle a pescar”.

– “Sólo tenemos cinco panes y dos pescados”. Los discípulos habían pensado que la solución sería “ir a comprar”; el dinero solucionaría los problemas. Al negarse Jesús, los discípulos tienen que volver la mirada no al dinero, sino a “lo que tenemos”, para ponerlo en común. ¿Este momento del evangelio se debe seguir llamando “multiplicación de los panes” o se debería llamar, mejor, “división (reparto, distribución, compartimiento) de los panes”?

– “Cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños”. Hoy resuena como un latigazo este versículo 21. Hasta en el mismísimo evangelio se ha colado esta forma machista de contar, de ver el mundo. Comentar en el grupo: ¿Cómo interpretar esa forma de contar? ¿Es “palabra de Dios”?

Para la oración de los fieles

– Te pedimos, Señor, que cada uno de los que formamos esta comunidad eclesial seamos “pan” para el hermano, para los hambrientos de este mundo.

– Por todos aquellos que tienen hambre de trabajo, techo y pan; por los que tienen hambre de justicia e igualdad… para que no pierdan nunca la esperanza de formar un nuevo pueblo viviendo en la solidaridad.

– Por todos los que mueren de hambre en nuestra comunidad mundial, por los millones de hombres y mujeres que no pueden llevar a su boca un pedazo de pan…

– Por todas las personas e instituciones que, por pereza o insensibilidad, se niegan a revisar la discriminación de género que tiene el lenguaje habitual y siguen hablando “sin contar mujeres y niños”; para que todos hagamos un esfuerzo por hablar de una manera que no invisibilice a la mujer.

– Por todos los que ponen su confianza siempre en el dinero, en los préstamos internacionales hechos al país, en el endeudamiento económico creciente… para que los pueblos exijan una economía más soberana, que no supedite a los países a los préstamos y deudas internacionales, sino a la autonomía financiera y la solidaridad del pueblo.

Oración comunitaria

Danos, Señor, junto al hambre de ti, un hambre también insaciable de amor, de justicia, de libertad, para nosotros y para todos los humanos, especialmente aquellos a quienes el mundo actual estructuralmente se lo niega. Que, así, nuestra hambre de ti dará realmente contigo y no con un ídolo religioso que te suplante, a ti que eres el Dios del amor, de la justicia, de la libertad y de la implacable pasión por los pobres. Nosotros te lo pedimos recordando a Jesús, hijo tuyo y hermano nuestro. Amén.

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Dom 28. 07. 11 “Para empezar, bastan cinco panes y dos peces”.

Domingo, 3 de agosto de 2014
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feeding-5000Del blog de Xabier Pikaza:

Domingo 18. Tiempo ordinario, ciclo A. Mateo 14,13-21. Éste es el domingo de la multiplicación o, mejor dicho, de la “alimentación”.

Con cinco panes y dos peces que tenía la gente ( su comunidad) Jesús dio de comer a unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños, es decir, a unas quince mil personas. En aquel contexto de Galilea y de su entorno era muchísimos, una inmensa muchedumbre.

Tenían hambre y Jesús tuvo piedad (es decir, fue un hombre normal, compasivo). ¿Podría hoy Jesús alimentar a los hambrientos del mundo? ¿Le ofrecería hoy su Iglesia (año 2014) cinco panes y dos peces para hacerlo?

Para empezar, Jesús sólo necesita cinco panes y dos peces… Pero los necesita, que se los dé su Iglesia, y que la gente se siente, y que coman juntos, unos y otros palestinos y judíos, prestamistas de los fondos-buitre empobrecidos por haber recibido esos fondos… ¿Podrían sentarse unos y otros, sobre el ancho suelo de Gaza o de Indiana? ¿Podrían mirarse y comer juntos?

En este contexto emergen tres grandes utopías (o, si se quiere, misterios):

a. Que la Iglesia dé todo lo que tiene (cinco panes y dos peces… hoy algo más, incluidos algunos obispados…), que lo ponga todo al servicio de los hambrientos, porque esto es lo importante, esto es el evangelio: ¡que los hombres y mujeres coman!

b. Que Jesús pueda “bendecir” a Dios, bendecirle de verdad multiplicando el alimento (porque el alimento se multiplica allí donde se comparte…). Pero tenemos que darle nuestros panes y peces, poniéndolos al servicio de todos, para que él los bendiga. Este es nuestro tesoro, el tesoro de la Iglesia.

c. Que todos queden satisfechos y que “sobren” alimentos, para seguir comiendo y dialogando… Sobre la ancha tierra, cerca de Jerusalén (cerca de Gaza). Que coman (comamos) juntos y dialoguen (dialogamos), sin que uno sea más y otros menos, todos hermanos, hijos de Dios.

Y esto ya, hoy mismo, en tiempos recios… cuando siguen matando a los profetas, como hicieron con Juan Bautista.

Para saber más leed el texto… y seguid si os parece con mi reflexión. Buen fin de semana.

Lectura. Mt 14, 13- 21

CincoPanesYDosPecesEn aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan el Bautista, se marchó de allí en barca, a un sitio tranquilo y apartado. Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos. Al desembarcar vio Jesús el gentío, le dio lástima y curó a los enfermos. Como se hizo tarde se acercaron los discípulos a decirle:

— Estamos en despoblado y es muy tarde, despide a la multitud para que vayan a las aldeas y se compren de comer.

Jesús les replico:– No hace falta que vayan, dadles vosotros de comer.

Ellos le replicaron:– Pero aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces.

Les dijo:– Traédmelos.

Mandó a la gente que se recostara en la hierba y tomando los cinco panes y los dos peces alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente. Comieron todos hasta quedar satisfechos y recogieron doce cestos llenos de sobras. Comieron unos cinco mil hombres, son contar mujeres y niños.

LA SOLUCIÓN NO ES COMPRAR

Ahí está Argentina, que compró “fondos buitre” (con perdón para los buitres, que son animales nobles, que comen carroña y limpian el monte… y no piden después intereses del 600/% o algo así, que es lo que le ha costado la broma a Argentina).

Le dijeron a Jesús que la solución era “comprar” (que paguen y coman los que tengan, los demás que se arreglen como puedan). Pero él respondió diciendo que la solución no era comprar, sino dar y compartir. Y los que tenían dieron, y todos compartieron, y comieron todos, y sobraron (con cinco panes y dos peces, es decir, con “siete” unidades de comida, que son suficientes para el mundo entero).

Millones de predicadores y cristianos meditarán sobre ese texto este domingo. Algunos lo haremos con gozo (por leer lo que leemos en la Biblia de Jesús), pero, al mismo tiempo, con angustia, sabiendo que en este mismo momentos cientos de niños se mueren de hambre en medio mundo, porque hay otros que especulan con su hambre y con su muerte, multiplicando los intereses y creando un mundo por un diablo mucho peor que el de las tentaciones de Jesús, que sometía a la gente, pero le daba de comer. Éstos someten y encima matan.

La solución no es comprar y vender, en manos de un mercado que acaba matando… sino dar y compartir, como manda Jesús a su Iglesia: Dadles vosotros de comer.

INTERMEDIO. AQUÍ NO ESTARÍA DE MÁS UNA EXCOMUNIÓN

No creo mucho en excomuniones al estilo antiguo… pero ya que estamos a ello y ya que las hay habría que afinar la puntería y dirigirlas de verdad a los responsables del hambre del mundo.

Sin ir más lejos, unos curas y el obispo de Salamanca han “excomulgado” a una cristiana de Vitigudino, expulsándola de la Cofradía del Corpus con vivir con un hombre sin haberse casado. Publiqué algo sobre el caso en una postal anterior. Si se excomulga a esa chica de Vitigudino había que excomulgar a todos los que se aprovechan del hambre del mundo, entre otros a unos Senadores “honrados” de Usa.

Por poner otro caso… El otro día, el Papa Francisco excomulgó a los “mafiosos” un grupo italiano por resolver sus cuestiones de honor matando por venganza incluso a niños.

Bien me pareció el gesto del Papa Francisco. Pero habría que ir a la raíz, diciendo que no pueden ser cristianos los que se enriquecen a costa del hambre de los otros… diciendo nombres y apellidos, empezando a mojarse de hecho. El evangelio es gracia y perdón para todos, pero es gracia y perdón que, si no se acepta, deja al hombre o mujer en manos de las “tinieblas exteriores”.

EL TEMA DE LA MULTIPLICACIÓN

Jesús inició su proyecto de Reino de Reino de Dios entre pobres, en un mundo marcado por el hambre y la opresión. Muchos campesinos galileos vivían entonces bajo la amenaza del hambre. Por eso, el Reino (expresado en la gran voz de ¡bienaventurados los hambrientos!) debía revelarse a modo de comida (¡los hambrientos serán saciados!: Lc 6, 21), no sólo de un modo material, pero también material.

Jesús anunció la Palabra de Dios, pero una Palabra que no se haga alimento compartido es mentira (no palabra). Así lo muestra Jesús cuando dice que el Reino es Banquete para los hambrientos (Lc 14, 16-24; Mt 22, 1-14; cf. Ev. Tom 64).

Jesús se sintió enviado por Dios para ofrecer la invitación del Reino a los cojos, mancos, ciegos, a los expulsados por razones económicas, sociales y/o religiosas (que vagan por plazas y caminos: cf. Lc 14, 21-23 par). Precisamente ellos, artesanos, oprimidos y negados del sistema (prescindibles), debían ser privilegiados de Dios… Por eso quiso ofrecerles alimento

PANES Y PECES

Ésta era la comida normal, el alimento necesario para la subsistencia, en aquel ámbito cultural mediterráneo. No se dice nada del agua, porque allí (junto al lago) resultaba gratuita y abundante para todos. Tampoco hallamos aquí el vino del gozo y las bodas o la carne de ternera o cordero de la pascua. Vino y carne son lujo costoso, comida de banquete, ajena a la dieta del campo o de los pobres. Leer más…

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“Jesús alimenta a su comunidad”. Domingo 18. Ciclo A.

Domingo, 3 de agosto de 2014
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La multiplicaciónDel blog El Evangelio del Domingo, de José Luis Sicre sj:

Una vez terminado el discurso en parábolas sobre el Reino de Dios, el evangelio de Mateo ofrece una sección que podríamos titular «Del escándalo a la fe» (13,53-16,20). El escándalo se da en Nazaret, donde sus paisanos lo rechazan; la fe, en la confesión de Pedro en Cesarea de Felipe. En conjunto se trata de nueve episodios, de los que la liturgia la liturgia ha elegido cuatro para los próximos domingos:

― la multiplicación de los panes (domingo 18)
― la tempestad calmada (domingo 19)
― la curación de la hija de la mujer sirofenicia (domingo 20)
― la confesión de Pedro (domingo 21)

Suave tarea veraniega

Quienes no sepan en qué entretenerse durante el mes de agosto, pueden leer estos capítulos de Mateo, con las sugerencias que ofrezco a continuación.

a) El tema capital de la sección es la pregunta: ¿quién es Jesús? Encontrará respuestas muy distintas:

los nazarenos: un hombre (13,55-56)
Herodes: Juan Bautista resucitado (14,2)
los de la nave: Hijo de Dios (14,33)
la cananea: Señor, hijo de David (15,22)
la gente: diversidad de opiniones (16,14)
Pedro: el Mesías (16,16)

b) Jesús intensifica su contacto con los extranjeros viajando a Tiro, Sidón (15,21) y Magadán (15,39). Por el contrario, su patria, Nazaret, lo rechaza; y de Jerusalén viene el peligro, la oposi­ción (15,1).

c) Jesús aparece en continuo movimiento. Mateo parece sugerir que la actividad misionera es intensa, aunque la mayoría de los episodios se sitúa en torno al lago de Galilea. A pesar del movimiento continuo, la gente cada vez se une más a él. Y Jesús les demuestra su preocupación y afecto de modo cada vez mayor.

d) El tema de los milagros (dynameis) es fundamental; más aún que en los capítulos anteriores. Se convierten en signo de la salvación mesiánica y, al mismo tiempo, de la aceptación o rechazo de Jesús, de la fe o incredulidad.

Jesús alimenta a su comunidad (la multiplicación de los panes)

Cuando los discípulos de Juan le comunican a Jesús la muerte del maestro, Jesús se retira en barca a un sitio apartado. Este detalle es significativo de la postura de Jesús. No va en busca de Herodes a denunciarlo. Huye, para poder seguir cumpliendo su misión. Lo sigue mucha gente de todas los pueblecillos, Jesús siente lástima y cura a los enfermos. Pero lo más importante ocurre al caer la tarde.

En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan, el Bautista, se marchó de allí en barca, a un sitio tranquilo y apartado. Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos. Al desembarcar, vio Jesús el gentío, le dio lástima y curó a los enfermos. Como se hizo tarde, se acercaron los discípulos a decirle:
― Estamos en despoblado y es muy tarde, despide a la multitud para que vayan a las aldeas y se compren de comer.
Jesús les replicó:
― No hace falta que vayan, dadles vosotros de comer.
Ellos le replicaron:
― Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces.
Les dijo:
― Traédmelos.
Mandó a la gente que se recostara en la hierba y, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente. Comieron todos hasta quedar satisfechos y recogieron doce cestos llenos de sobras. Comieron unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños.

Problemas de la interpretación puramente histórica

Podríamos entender el relato como el recuerdo de un hecho histórico que demostraría el poder de Jesús y su preocupación, no sólo por la formación espiritual de la gente, sino también por sus necesidades materiales. Esta interpretación histórica encuentra grandes dificultades cuando intentamos imaginar la escena.

Se trata de una multitud enorme, quizá diez o quince mil personas, si incluimos mujeres y niños. Para reunir esa multitud tendrían que haberse quedados vacíos varios pueblos de aquella zona.

La propuesta de los discípulos de ir a los pueblos cercanos a comprar comida resulta difícil de cumplir: harían falta varios Hipercor y Alcampo para alimentar de pronto a tanta gente.
Aun admitiendo que Jesús multiplicase los panes, su reparto entre esa multitud, llevado a cabo por sólo doce camareros (a unas mil personas por cabeza) plantea grandes problemas.

¿Cómo se multiplican los panes? ¿En manos de Jesús, o en manos de Jesús y de cada apóstol? ¿Tienen que ir dando viajes de ida y vuelta para coger nuevos trozos cada vez que se acaban?

¿Por qué no dice nada Mateo del reparto de los peces? ¿Es que éstos no se multiplican?

Después de repartir la comida a una multitud tan grande, ya casi de noche, ¿a quién se le ocurre ir a recoger las sobras en mitad del campo?

¿No resulta mucha casualidad que recojan precisamente doce cestos, uno por apóstol? ¿Y cómo es que los apóstoles no se extrañan de lo sucedido?

Estas preguntas, que parecen ridículas, y que a algunos pueden molestar, son importantes para valorar rectamente lo que cuenta Mateo. ¿Se basa su relato en un hecho histórico, y quiere recordarlo para dejar claro el poder y la misericordia de Jesús? ¿Se trata de algo puramente inventado por el evangelista para transmitir una enseñanza?

Problema de la interpretación racionalista y moralizante

En el siglo XIX, por influjo especialmente de la Vida de Jesús de Renan, se difundió la tendencia a interpretar los milagros de forma racionalista, que no supusieran una dificultad para la fe. En concreto, lo que ocurrió en la multiplicación de los panes fue lo siguiente: Jesús animó a sus discípulos y a la gente a compartir lo que tenían, y así todos terminaron saciados. El relato pretende fomentar la generosidad y la participación de los bienes. Esta opinión, que sigue apareciendo incluso en libros pretendidamente científicos, inventa algo que el evangelio no cuenta, incluso en contradicción expresa con él, e ignora el mundo en el que fueron redactados los evangelios.

La interpretación cristológica y eucarística

A la comunidad de Mateo este episodio no le resultaría extraño. Con su conocimiento del Antiguo Testamento vería en el relato la referencia clarísima a dos pasajes bíblicos.
En primer lugar, la imagen de una gran multitud de hombres, mujeres y niños, en el desierto, sin posibilidad de alimentarse, evoca la del antiguo Israel, en su marcha desde Egipto a Canaán, cuando es alimentado por Dios con el maná y las codornices gracias a la intercesión de Moisés.

Hay también otro relato sobre Eliseo que les vendría espontáneo a la memoria. Este profeta, uno de los más famosos de los primeros tiempos, estaba rodeado de un grupo abundante de discípulos de origen bastante humilde y pobre. Un día ocurrió lo siguiente:

«Uno de Baal Salisá vino a traer al profeta el pan de las primicias, veinte panes de cebada y grano reciente en la alforja. Eliseo dijo:
– Dáselos a la gente, que coman.
El criado replicó:
– ¿Qué hago yo con esto para cien personas?
Eliseo insistió:
– Dáselos a la gente, que coman. Porque así dice el Señor: Comerán y sobrará.
Entonces el criado se los sirvió, comieron y sobró, como había dicho el Señor”
(2 Reyes 4,42-44).

Cualquier lector de Mateo podía extraer fácilmente una conclusión: Jesús se preocupa por las personas que le siguen, las alimenta en medio de las dificultades, igual que hicieron Moisés y Eliseo en tiempos antiguos. Al mismo tiempo, quedan claras ciertas diferencias. En comparación con Moisés, Jesús no tiene que pedirle a Dios que resuelva el problema, él mismo tiene capacidad de hacerlo. En comparación con Eliseo, su poder lo sobrepasa también de forma extraordinaria: no alimenta a cien personas con veinte panes, sino a varios miles con solo cinco, y sobran doce cestos. La misericordia y el poder de Jesús quedan subrayados de forma absoluta.

Sin embargo, aquellos lectores antiguos se preguntarían qué sentido tenía ese relato para ellos. Porque su generación no podía beneficiarse del poder y la misericordia de Jesús para saciar su hambre en momentos de necesidad. Y sabían que otros muchos contemporáneos de Jesús habían pasado hambre sin ser testigos de ningún milagro parecido. En el fondo, la pregunta es: ¿sigue saciando Jesús nuestra hambre, nos sigue ayudando en los momentos de necesidad?

Aquí entra en juego un aspecto esencial del relato: su relación con la celebración eucarística en las primeras comunidades cristianas. Es cierto que estos detalles no pueden exagerarse. Por ejemplo, el levantar la vista y pronunciar la bendición antes de la comida era un gesto normal en cualquier familia piadosa. También era normal recoger las sobras. Sin embargo, Mateo ofrece un detalle importante: omite los peces en el momento de la multiplicación. Algunos autores se niegan a darle valor a este detalle. Pero es interesantísimo. Cuando se come pan y pescado, lo importante es el pescado, no el pan. Carece de sentido omitir la mención del alimento principal. Si se omite, es por una intención premeditada: acentuar la importancia del pan, con su clara referencia a la eucaristía. Porque en ella acontece lo mismo que en la multiplicación de los panes. Jesús la instituye antes de morir con el sentido expreso de alimento: «Tomad y comed… tomad y bebed». Los cristianos saben que con ese alimento no se sacia el hambre física; pero también saben que ese alimento es esencial para sobrevivir espiritualmente. De la eucaristía, donde recuerdan la muerte y resurrección de Jesús, sacan fuerzas para amar a Dios y al prójimo, para superar las dificultades, para resistir en medio de las persecuciones e incluso entregarse a la muerte.

Un cristiano de hoy debería sacar el mismo mensaje de este pasaje: Jesús se compadece de nosotros y manifiesta su poder alimentándonos con su cuerpo y su sangre, mucho más importante que la multiplicación de los panes y los peces. También podríamos sacar otras enseñanzas: la obligación de preocuparnos por las necesidades materiales de los demás, de poner a disposición de los otros lo poco o mucho que tengamos. Así, los benedictinos alemanes han querido recordar la preocupación de Jesús por los necesitados instituyendo en el sitio donde se recuerda la multiplicación de los panes un centro de atención a niños disminuidos físicos. Pero lo esencial del relato es lo que decíamos anteriormente.

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” Creo en el Dios de Papa Francisco”, por Marco Antonio Velásquez Uribe.

Domingo, 3 de agosto de 2014
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cartel-charla-formacion-seguridad-privada1Leído en Reflexión y Liberación

Y qué decir de esa oposición silenciosa que, no sólo en Roma, trabaja tras bambalinas para desactivar tanta misericordia con los…
(Marco Antonio Velásquez).

La jerarquía de la Iglesia lleva en sus espaldas la gigantesca y necesaria tarea de mediar entre el cielo y la tierra para traer a Dios a los hombres y mujeres, así como llevarlos a Dios. Una tarea que se ha complejizado en medio de un cambio de época que sorprende al clero con seguidores menos fieles, más exigentes, más instruidos y más estrictos con la propia libertad.

Consecuentemente, mientras la cultura galopa a ritmo desenfrenado, la iglesia institucional multiplica temores y resistencias que acentúan la brecha de incomprensión con el mundo, abriendo un abismo de grandes proporciones. Ello configura la crisis de la iglesia y de otras iglesias, y explica el avance de la increencia, el abandono de la fe materna y la privatización de la fe. Paradojalmente, la sed y hambre de Dios crecen como nunca.

En medio de un panorama tan desolador como el descrito, y ante los ojos del universo entero, el mundo católico vive una primavera sin igual, gracias al ejemplo cautivador de papa Francisco, que con un testimonio genuinamente cristiano se ha convertido en un verdadero fenómeno mediático. Francisco, con su estilo de vida y con su paternidad, ha dejado al descubierto la catolicidad de la sencillez del Evangelio, donde la bondad, la misericordia, la acogida y la predilección por los pobres consiguen mostrar la universalidad de lo simple, lo sencillo y del servicio. Paralelamente, y sin buscarlo, desentraña por contraste el absurdo de la ostentación, del poder, de la severidad, de los privilegios, de la acumulación y de otras vanidades, que vistos en la vida de los pastores provocan la nausea del Pueblo de Dios.

Curiosamente el empeño histórico de la Iglesia ha sido la sacralización de la jerarquía, mientras el testimonio de papa Francisco revela que la humanización de los pastores es lo que conmueve al Pueblo Santo. Mientras lo primero es una cripto-herejía; lo segundo evidencia la confianza de Dios en la potencialidad transformadora de la acción humana de todos los hombres y mujeres.

Quienes quieran ver en los frutos de la acción de papa Francisco una reversión de la profundidad de la crisis eclesial equivocan sus anhelos. El testimonio del papa hoy muestra un camino, y las esperanzas que despierta son eso, esperanzas.

El mundo y las comunidades eclesiales observan con preocupación la soledad del papa en su afán transformador de la Iglesia. En muchas iglesias locales persiste la exhibición escandalosa de las vanidades de cierto clero, y qué decir de algunos obispos y cardenales, que rodeados de potestades medievales continúan haciendo uso de un poder, en algunos casos despótico, que se vuelca contra los pecadores y pecadoras empedernidos, así como también con inusitada inmisericordia contra su propio clero.

Y qué decir de esa oposición silenciosa que, no sólo en Roma, trabaja tras bambalinas para desactivar tanta misericordia con los “pobres, viudas y huérfanos” desamparados de la Iglesia. Son los “planes del soberbio corazón” (Lc 1, 51b) que se reagrupan a la espera de un nuevo cónclave; mientas papa Francisco sigue multiplicando esperanza y consuelo por el mundo.

Mientras tanto, yo creo en el Dios de papa Francisco y reniego de ese dios mezquino y castigador que muestran aquellos otros.

Marco Antonio Velásquez Uribe

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Piden justicia al Papa para el sacerdote excomulgado Roy Bourgeois

Domingo, 3 de agosto de 2014
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Fr.-RoyBourgeois fue sancionado por apoyar sacerdocio femenino

Martín Almada, Premio Nobel Alternativo, escribe a Francisco

El paraguayo Martín Almada fue víctima de la Operación Cóndor

El paraguayo Martín Almada, miembro del Ejecutivo de la Asociación Americana de Juristas, pidió hoy al Papa Francisco justicia para el sacerdote Roy Bourgeois, excomulgado en 2012 por apoyar la ordenación de mujeres como sacerdotes.

En carta al Sumo Pontífice, Almada, también Premio Nobel Alternativo de la Paz 2002, dijo que Bourgeois, de la congregación Maryknoll, se negó entonces a retractarse por esa solicitud y fue sancionado tras servir por más de 40 años a la iglesia católica.

Agregó que Bourgeois fue fundador del movimiento por el cierre de la estadounidense Escuela de las Américas tras el asesinato de sacerdotes jesuitas y dos monjas en El Salvador en noviembre de 1989 por tratarse de un lugar de entrenamiento de técnicos en torturas.

Almada, destacado luchador paraguayo por los derechos humanos, fue víctima de la Operación Cóndor, sufrió mil días de prisión y torturas y el asesinato de su esposa, así como 15 años de exilio y recibió el apoyo moral del mencionado sacerdote tras descubrir en Asunción el Archivo del Terror.

Así se denominó a tres toneladas de piezas documentales sobre la Operación Cóndor, pacto represivo de las dictaduras militares de Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay en los años 70.

Al pedir la reivindicación de Gourgeois, recordó en su carta al Papa la Declaración sobre la Eliminación de la Discriminación de la Mujer aprobada por la Asamblea General de la ONU en septiembre de 1967.

Fuente Religión Digital

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“Mujeres en el altar”, por Juan José Tamayo

Domingo, 3 de agosto de 2014
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José Manuel Vidal: Mujeres obispas

Dos escenas religiosas diferentes, dos imágenes distintas de mujeres, dos sensibilidades en las antípodas, dos paradigmas de Iglesia cristiana.

7 de noviembre de 2010: Barcelona. En torno a 250.000 personas aclaman al papa Benedicto XVI por las calles. Iglesia de la Sagrada Familia de Barcelona. Misa solemne presidida por el papa Benedicto XVI en la iglesia de la Sagrada Familia, con presencia de los reyes de España. Acompañan al papa cardenales, arzobispos, obispos, clero, todos varones. El papa procede a la consagración del templo ungiendo el altar con crisma e incensándolo alrededor. Se ha vertido aceite en el suelo que es necesario limpiar. De inmediato aparecen solícitas en el altar siete religiosas pertenecientes a las Auxiliares Parroquiales de Cristo Sacerdote, quienes se agachan para limpiar las gotas de aceite y preparan el altar para la celebración del santo sacrificio de la misa, mientras los varones contemplan la escena sin prestarles ayuda. Luego ponen los manteles para el santo sacrificio de la misa y abandonan el altar. Su función ha terminado.

La escena dio la vuelta al mundo y causó estupor, más aún, consternación e indignación por la falta de paridad, la irrelevancia y la discriminación de las mujeres en la Iglesia católica. Situación que nada tiene que ver con la paridad entre hombres y mujeres que reclama el evangelio, que practicó Jesús de Nazaret y que se vivió en las primeras comunidades cristianas. Las monjas, empero, dijeron sentirse felices y consideraron un verdadero privilegio el haber prestado ese servicio en un momento tan solemne.

11 de septiembre de 1992: el Sínodo General de la Iglesia anglicana de Inglaterra aprueba la ordenación sacerdotal de mujeres. Estas pueden acceder al altar pero no para prepararlo para el culto como auxiliares de los clérigos, sino para presidir la eucaristía. Otras provincias de la Comunión Anglicana comenzaron a incorporar a las mujeres al ministerio sacerdotal a partir de la década de los 70 del siglo pasado. No tardó en plantearse el debate en torno al acceso de las mujeres al episcopado, y varias provincias de la Comunión dieron el paso y ordenaron a mujeres obispas, por ejemplo, Escocia, Irlanda del Norte, Estados Unidos, Canadá, Australia….

mujeres-sacerdotes21El Sínodo Genera de la Iglesia de Inglaterra, sin embargo, se resistió a dar el paso. Hubo un intento en 2102, que fracasó, principalmente por la negativa de los representantes de los laicos. Finalmente se han vencido las resistencias y el Sínodo, formado por obispos, clérigos y laicos, reunido en la ciudad de York, ha dado su aprobación para que las mujeres puedan ser obispas por abrumadora mayoría de los tres sectores sinodales. Tan trascendental decisión cuenta, además, con el apoyo del 74% de los anglicanos. El primero en felicitarse ha sido el arzobispo de Canterbury, quien ha declarado la efemérides en que se aprobó como “un día para la historia” y no ve lejana la posibilidad de que una mujer sea arzobispa de Canterbury.

No es este un gesto aislado de la Iglesia Anglicana en el camino hacia la inclusión. Desde hace varias décadas camina en esa dirección dando pasos firmes y sin vuelta atrás en la construcción de una Iglesia inclusiva. Junto a la incorporación de las mujeres en el ejercicio de los ministerios sacerdotal y episcopal, en las funciones directivas y en la elaboración de la doctrina teológica y moral, hay que valorar positivamente el respeto y reconocimiento a las diferentes identidades sexuales. Los gays y las lesbianas forman parte de la comunión eclesial. Se bendicen los matrimonios homosexuales. La ordenación sacerdotal y episcopal no se limita a las personas heterosexuales, como sucede en la Iglesia católica, sino que se extiende a otras identidades sexuales. Se celebran uniones matrimoniales entre los clérigos homosexuales.

curabritEl sacerdote británico Colin Coward anunció que se casará con su novio nigeriano Bobby Egbele

Una característica de la Comunión Anglicana es el elevado grado de autonomía en sus diferentes provincias, lo que conlleva un importante nivel de creatividad y un amplio pluralismo, en sintonía con la autonomía, la creatividad y el pluralismo en las comunidades cristianas de los orígenes. No todas las iglesias caminan al mismo ritmo
Cada paso dado hacia una Iglesia más abierta e inclusiva no es fruto de un decreto de la cúpula episcopal, sino que tiene lugar a través del diálogo, del debate, incluso de la confrontación, con luz y taquígrafos, democráticamente, respetando a los discrepantes. No se crea, sin embargo, que la Iglesia Anglicana vive situación angelical. Los pasos hacia adelante con frecuencia provocan oposición, resistencias y hasta rupturas. Pero los problemas no le llevan a estancarse en posiciones discriminatorias y excluyentes del pasado, sino a buscar soluciones por la vía de la paridad, respetando a los sectores más conservadores.

Me parece un ejemplo a seguir por la Iglesia católica, donde las mujeres y los homosexuales siguen viviendo una situación de auténtica segregación.

Juan José Tamayo es teólogo, profesor de la Universidad Carlos III de Madrid y autor de Invitación a la utopía. Ensayo histórico para tiempos de crisis, Trotta, Madrid; Cincuenta intelectuales para una conciencia crítica, Fragmenta, Barcelona, 2013.

(EL PERIODICO DE CATALUÑA, 28 DE JULIO DE 2014)

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Los curas de Vitigudino y la “pecadora” del Corpus.

Domingo, 3 de agosto de 2014
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24032011009El obispo de Salamanca avala la expulsión de la mayordoma de Vitigudino que vive “en pecado”

Del blog de Xabier Pikaza:

Todos parece que tienen razón, y ése es el problema… pues el enfrentamiento entre los tres primeros curas de Vitigudino y el cuarto (del que hablará) deja desnudo una situación insostenible de la Iglesia , que prepara un Sínodo Extraordinario sobre la familia (Octubre 2014).

Tienen razón según ley (CIC) los tres curas “nuevos” de Vitigudino (en el Campo Charro, de Salamanca, España), que han impedido que una mujer sea Mayordomo de la Cofradía de las Fiestas del Corpus, por vivir “en situación de pecado” (convive al parecer con un hombre con quien no se ha casado “todavía”). Con el Derecho en la mano y de acuerdo (al parecer) con el obispo D. Carlos tienen razón. La noticia ha saltado a toda la prensa nacional (y sigue apareciendo en RD).

Pero, según el evangelio, hay cosas que no se arreglan con Derecho Canónico, ni con normas semejantes, sino que exigen precisamente humanidad, evangelio y conocimiento de las personas y de las circunstancias. Como sabían ya los romanos (no cristianos) un tipo de Derecho puro es la máxima injusticia; quien sólo sigue derecho, ni sabe humanidad.

Y tiene también razón (y a mi juicio más alta) el “cuarto párroco” de Vitigudino (Ignacio Gómez, Nacho), que lo ha sido hasta el 2008, si no estoy mal enterado. Nacho ha visto las cosas desde otra perspectiva y ha tenido la valentía y honradez de exponerlo publicamente, hoy mismo, en el periódico más leído de Salamanca.

Así se enfrentan curas y curas de una diócesis pequeña, como Salamanca, con “escándalo” para los fieles… Y en medio queda una mujer a la que algunos tildan de “pecadora” en público. En medio queda un pueblo que ha tenido una inmensa fe, pero que puede acabar por perderla.

Una nota de prensa

Ignacio Gómez, el expárroco de Vitigudino que estuvo al frente de la feligresía cerca de una década, manifiesta a LA GACETA REGIONAL su apoyo incondicional a la mayordoma de la cofradía sacramental ‘Villa de Vitigudino’. La mujer, María del Carmen Martín Criado, ha sido rechazada ahora por los tres sacerdotes de la jurisdicción eclesiástica por supuestamente vivir, según ellos, “en pecado” -cuando se vive en pareja sin haber contraído matrimonio.

La controversia surge en la interpretación de estar en “costumbres con la Iglesia Católica”, ya que los tres párrocos actuales consideran que la mayordoma no lo estaría al vivir, al parecer, en pareja sin haber contraído matrimonio eclesiástico. Pero el expárroco piensa que el asunto es “muy debatible”, ya que es, claramente, una “interpretación” que hacen los tres curas porque la supuesta norma infringida no aparece de manera “textual” en los estatutos (La Gaceta “digital”, 30.07.2014).

Una opinión personal

Yo conozco y quiero a todos, y en especial a los creyentes de Vitigudino, a cuyas reuniones pastorales he ido en otro tiempos (en la época de D. Marcelino Legido), pero me inclino por las razones de Ignacio Gómez (Nacho), no sólo porque es amigo, sino porque le conozco bien y he seguido con asiduidad su labor pastoral en la Anunciación de Salamanca (y porque sus argumentos, expuestos más extensamente en la Gaceta de Salamanca me convencen).

‒ Nacho es un hombre prudente, y sabe mucha teología (sigue con su tesis doctoral)… Acepta el Derecho Canónico, pero sabe que antes del Derecho están las personas… y que un tipo de convivencia pre- o extra-matrimonial no se puede tomar hoy (¡siempre!) como pecado, según el evangelio.

— Que yo sepa, Nacho no ha buscado notoriedad ni controversia… pero en esta caso ha decidido “mojarse”, por su pueblo, por su gente (por la gente, por el evangelio). Muchos curas y cristianos de la diócesis se han alegrado por su intervención y me han dicho que su palabra tiene un grandísimo peso en la diócesis,

No se puede llamar pecadora a una mujer porque convive sin más con un hombre sin casarse por la Iglesia.

Yo soy de los antiguos, me gusta que la gente (si es cristiana) se case por la Iglesia, pero con el evangelio en la mano no puedo imponer mi “moralidad” a todos, ni llamar (en cristiano) pecadora a una mujer que convive en amor con un hombre… (en amor, en libertad)… Hay circunstancias muy distintas, hay casos y casos. Generalizar en este campo y llamar pecadores a los no casados que conviven no es sólo una injusticia, sino una falta de tacto, de verdad y de cariño.

‒ Son muchas las personas, sobre todo mujeres, que por diversas circunstancias viven en una situación “irregular” que es paradójica mente es buena, e incluso muy buena. Conozco más de cuatro mujeres que conviven con hombres a quienes podrían expulsar de casa, pero que no lo hacen, por humanidad (¡el pecado sería que les echarán!).

No quiero entrar más en el caso… Es posible que los “nuevos curas” de Vitigudino quieran “purificar” a su modo la parroquia… pero estoy convencido de que ése camino (el poner veto a una mayordoma por estar en “pecado” muy discutible) no es el el mejor para conseguir su intento.

Una anécdota personal

El año 2013 pedí la dispensa del “ministerio” oficial (no del sacerdocio, como bien claro decía en la carta de petición, pues sacerdote soy por el bautismo). La respuesta me llegó casi a vuelta de correo y nos casamos por la Iglesia. Pero mientras tanto nos habíamos casado por lo civil, M. y yo, y así convivíamos.

Vivíamos en un pueblo pequeño de Burgos y fuimos a misa a un convento vecino de monjas del Císter (Villamayor de los Montes), y allí nos acogieron en su coro (a nosotros y a otros fieles del pueblo). Antes de la celebración, le dije al cura (don Al.), un hombre mayor, gran cristiano: Mira, quizá no voy a comulgar, pues saben quién soy, lo que somos, y se pueden escandalizar, monjas y lugareños de la alta meseta. El cura (¡a pesar de que su obispo era del Opus!) me dijo: No te preocupes, si se escandalizan es que no son cristianos, y peor para ellos.

De todas formas, al llegar la comunión no me acerqué, por prudencia… Pero don Al. vino al banco del coro donde estaba y me preguntó: “¿Crees en Dios?”. Le respondí que sí, y él entonces me dijo “pues comulga”, que el Señor Jesús es para todos. Y me dio la comunión. Es evidente que no era de los tres curas nuevos de Vitigudino.

(En la imagen Nacho, ante el icono de la Anunciación de una de sus parroquias en Salamanca… Está contemplando al ángel que anuncia la buena noticia a una mujer llamada María. Pienso que al ver su embarazo antes del matrimonio algunos curas la habrían expulsado de la cofradía Con un abrazo, Nacho, nos vemos).

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