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Archivo para Viernes, 21 de septiembre de 2018

Testifico

Viernes, 21 de septiembre de 2018
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Del blog Pays de Zabulon:

valtersmedenis_180303

Testifico

Testifico que no hay un Ser humano, sino  Aquél  cuyo corazón tiembla de amor por todos sus hermanos en humanidad

Alguien que anhela más para ellos que para sí mismo, libertad, paz, dignidad

El que considera que la vida es aún más sagrada que sus creencias y deidades

Testifico que no hay Ser humano, sino el que combate implacablemente el odio en él y en su entorno

Aquél que apenas abre los ojos por la mañana se hace la pregunta:

¿Qué voy a hacer hoy para no perder mi calidad y mi orgullo de ser un hombre?

*

Abdellatif Laâbi,
10 de enero de 2015

abdellatif_laabi-2011

***

 

Foto : cuenta Instagram de valtersmedenis

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad , ,

“La mentira os dará poder”, por Carlos Osma

Viernes, 21 de septiembre de 2018
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6219452d-b169-4a8d-bec4-1088c69e98f5De su blog Homoprotestantes:

Aunque uno de los textos más conocidos del evangelio afirma que “conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres[1], la historia muestra una y otra vez que las iglesias han preferido el “aprenderéis a mentir, y la mentira os dará poder”. Y es que, como cualquier otra institución, las iglesias se han sentido muchas veces amenazadas por personas, ideologías o cosmovisiones; y ante esa supuesta amenaza han respondido a menudo de forma poco evangélica, poco humana. Esa es nuestra historia, esconderla sería faltar a la verdad y un impedimento para liberarnos.

Es difícil encontrar instituciones que controlaran mejor la utilización del relato con fines represivos. Antes de entrar a humillar, discriminar, someter e incluso asesinar a un grupo de personas, las iglesias sabían que era necesario crear un relato que diera legitimidad a su barbarie. Los judíos, por ejemplo, fueron los que asesinaron a Jesús; eran sucios, olían mal, eran criminales, avaros y maestros del engaño. Las mujeres que se negaron a poner su cuerpo y su capacidad reproductiva al servicio de poder, fueron denominadas brujas: depravadas sexuales capaces de asesinar a niños, o desenterrarlos de sus sepulturas, para comérselos en los banquetes de sus aquelarres. Los negros eran los descendientes de Cam, que había avergonzado a su padre Noé, y habían sido castigados con la maldición divina de ser siervos de sus hermanos[2]. Las personas negras no tenían la inteligencia del resto de seres humanos, eran sanguinarias, ladronas, supersticiosas e indignas de confianza. Los dirigentes de la Iglesia católica, eran para los protestantes, los representantes del poder del Anticristo y la Prostituta de Babilonia de la que habla el Apocalipsis. Sus seguidores, personas incultas, idólatras y supersticiosas. Los protestantes fueron, para los católicos: herejes, herramientas diabólicas contra la Iglesia, mentirosos, comunistas y masones.

Me parece evidente que las iglesias deberían ser abanderadas de la lucha por la justicia y la dignificación de las personas que son oprimidas en nombre de la heteronormatividad, el binarismo de género y el patriarcado. Sin embargo, para muchas de ellas, estas tres ideologías han sido disueltas de tal manera en sus estructuras, que las confunden con el evangelio mismo y son incapaces de extirparlas de su seno por miedo a perder su esencia. Hago aquí un inciso para indicar lo perverso que ha llegado a ser un cristianismo que entiende que estas tres ideologías son parte esencial del evangelio, y está dispuesto a pasar por encima de la vida de tanta gente para defenderlo. Ante esta visión completamente alejada del evangelio de Jesús, estas iglesias perciben a las personas LGTBIQ, a los colectivos que las apoyan, y a los poderes políticos que legislan en favor de toda la población (también LGTBIQ), como una amenaza.

Como han hecho casi siempre, ante la sensación de amenaza, han decidido contraatacar. La fórmula clásica del silencio, de no nombrar y expulsar a la marginación, ya no es suficiente para someter y humillar a las personas LGTBIQ en Occidente. Así que para hacerlo ahora con éxito, son conscientes de que necesitan un relato que haga de estas personas un peligro para la sociedad, y sobre todo para las iglesias (que se convertirían en objetivo prioritario de las personas LGTBIQ). Si hacemos un repaso a titulares de algunas páginas cristianas conservadoras observaremos como intentan construir dicho relato: ¿Podemos salvar el Encuentro Mundial de las Familias del lobby gay? (infoCatólica), El estado se está sometiendo a la ideología de género (Protestante Digital), Expertos alertan que los medios de comunicación estimulan la transexualidad de los niños (Bibliatodo Noticias), Cristiano podría ser condenado a 2 años de prisión por decir que la homosexualidad es pecado (Noticia Cristiana),  Activista reconocida LGBT abandona su estilo de vida, se rinde a Jesús (Mundo Cristiano), Condenaron a panaderos por negarse a hacer un pastel pro-homosexual (La Gaceta Cristiana), FEREDE reitera su preocupación y posicionamiento crítico por las leyes antidiscriminación “solo para gais” tras la aprobación de la ley andaluza (Actualidad Evangélica), Un pediatra augura en el futuro una “oleada de suicidios” debido a la ofensiva trans en los niños (Religión en Libertad)…. No importa que el relato de persecución del cristianismo por parte del supuesto lobby LGTBIQ sea falso, lo esencial es construirlo y hacerlo creíble para mantener el poder y la influencia en todas las facetas de la sociedad y de la vida privada del mayor número posible de personas.

Pienso que el cristianismo no está llamado a ejercer poder, sino a liberar(se), y para ello debería cambiar la mentira por la verdad. No me estoy refiriendo a una verdad absoluta, Dios me guarde, sino a conocer la realidad a la que se enfrentan las personas LGTBIQ, también las que son cristianas, antes de crear un clima de confrontación. Estaría bien que, en vez de hacer oídos sordos a las críticas de muchas personas por la experiencia sufrida dentro de las iglesias a raíz de los discursos homobófobos y tránsfobos que en ellas se realizan; se sentasen a dialogar y se dejaran interpelar por sus palabras, y por qué no, aclararan aquellas que han podido ser malinterpretadas.  La única razón por la que se niegan a hacerlo es porque son conscientes de que su discurso no tiene nada que ver con la vida y la realidad, sino con el poder, y con la incapacidad de repensar su fe de una manera que sea liberadora (¿a qué Jesús está siguiendo este cristianismo?). Es incomprensible que sigan negando la humillación que padecen los cristianos LGTBIQ que hay dentro de sus iglesias, y sean incapaces, no digo ya de empatizar, sino de escuchar, de tratarles como seres humanos. También a las personas que ya no forman parte de sus comunidades porque fueron maltratadas y expulsadas.

Que un país tenga una educación que respete las diversidades y que no trate de imponer la heteronormatividad por la fuerza, que existan leyes (que se pongan en práctica) que condenen a quienes agreden a las personas LGTBIQ, que todo el mundo tenga el mismo derecho a formar y ver reconocida su familia, que de la diversidad y la igualdad de derechos se haga bandera, que haya justicia para quienes padecieron represión por su diversidad sexual o de género, que nadie tenga que renunciar a su fe o a la comunidad de la que forma parte por ser LGTBIQ, que una persona trans y su familia sean acompañadas de manera no invasiva pero sí empoderadora, teniendo todos los recursos que necesitan a su alcance de manera ágil… Y podríamos seguir y seguir enumerando las necesidades y las luchas de las personas LGTBIQ (y de una sociedad -y pocas iglesias- que ha hecho suyas sus reivindicaciones). Y al enumerarlas, no aparece ninguna de las amenazas que el discurso cristiano fundamentalista ha generado para hacerse pasar por una víctima, en vez reconocer y arrepentirse por su colaboración y promoción de la LGTBIQfobia. Se puede seguir mintiendo, pero me parece ofensivo que se haga en nombre de Dios, y que no haya más voces cristianas que hagan una denuncia rotunda del burdo relato que se está intentando construir. Porque el evangelio, Jesús mismo, llama a la verdad, y la verdad no tiene nada que ver con el relato que pretenden imponer. La única forma de aproximarse a esa verdad, es sentarse en la misma mesa con las personas LGTBIQ para dialogar e intentar comprender sus demandas. Y después, mantenerse con el discurso del antievangelio del poder, como tantas y tantas veces, o decidirse por el evangelio de la liberación.

Carlos Osma

Notas:

[1] Mt 8,32

[2] Gn 9,18-28

Cristianismo (Iglesias), Espiritualidad , , , , , , , ,

Las religiones recomiendan al G20 qué hacer para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible

Viernes, 21 de septiembre de 2018
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g20-interfaith-forum-2018-home-page-banner-revisionArgentina, capital interreligiosa del mundo del 26 al 28 de septiembre

‘G20 Interfaith Forum‘, con el patrocinio de Kaiciid, en Buenos Aires

(Kaiciid).- Bajo la premisa de que los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) no podrán ser alcanzados sin la contribución de individuos y organizaciones con motivaciones religiosas, y con la convicción de que las comunidades religiosas están trabajando activamente en áreas como educación, salud, migración y cambio climático; académicos, líderes religiosos, responsables políticos y representantes de organismos nacionales e internacionales se reunirán en Buenos Aires, Argentina, del 26 al 28 de septiembre para compartir experiencias y reunir recomendaciones sobre cuestiones que serán discutidas en la cumbre del G20 que tendrá lugar en la capital argentina del 30 de noviembre al 1 de diciembre de 2018.

EL G20 Interfaith Forum (Foro Interreligioso del G20) es una plataforma informal cuyos debates enriquecen anualmente las reuniones del G20. En esta ocasión, en su quinta edición, y tomando en cuenta las prioridades de la presidencia Argentina del G20, las discusiones estarán enmarcadas bajo el tema de “Construir consenso para el desarrollo sostenible justo: Las contribuciones religiosas para un futuro digno”.

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El Centro Internacional de Diálogo (KAICIID) ha formado parte del equipo organizador de este encuentro, cuyas sesiones tendrán lugar en el ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, así como en el hotel y centro de convenciones Sheraton Buenos Aires. El KAICIID estará representado por su Secretario General, Faisal bin Muaammar; el Secretario General Adjunto, Álvaro Albacete; y el asesor Patrice Brodeur, quienes abordarán temas como las respuestas de agentes religiosos a la violencia y al extremismo; el financiamiento de la ayuda humanitaria en zonas de conflicto; y la colaboración entre el sector público y el privado -incluyendo organizaciones religiosas- para el desarrollo sostenible.

 

Asimismo, su Eminencia el Metropolitano Emmanuel (Adamakis) de Francia, miembro de la Junta Directiva del KAICIID y Claudio Epelman, Director Ejecutivo del Congreso Judío Latinoamericano y miembro del Foro Asesor del KAICIID compartirán sus experiencias sobre la contribución de las religiones a los retos globales emergentes.

“Nos complace participar una vez más en el Foro Interreligioso del G20, que de la misma forma que el KAICIID, trae a la mesa a responsables políticos y líderes religiosos para encontrar soluciones a temas concretos y de importancia global. De manera especial nos alegra viajar a Argentina, una sociedad diversa, inclusiva y con la convivencia interreligiosa en su ADN. Esperamos tener un diálogo fructífero en Buenos Aires, cuyo arduo trabajo interreligioso de sus líderes le ha llevado a ser nombrada oficialmente ‘Ciudad del diálogo interreligioso’ y a convertirse en una referencia regional e internacional”, aseguró el Secretario General del KAICIID, Faisal bin Muaammar.

El programa completo del foro 2018 está disponible aquí. Previas ediciones han tenido lugar en Australia (2014), Turquía (2015), China (2016) y Alemania (2017). Japón (2019) y Arabia Saudí (2020) están previstas como futuras sedes.

Fuente Religión Digital

Budismo, Cristianismo (Iglesias), General, Hinduísmo, Islam, Judaísmo , , , , , , , , , ,

Iglesia Antigua – Diversidad Cristiana: Queremos ser la voz de las Personas Trans

Viernes, 21 de septiembre de 2018
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logo-iadcMensaje Pastoral en el mes de la Diversidad Sexual:

Queremos ser la voz de las Personas Trans

Tengan mucha paz.

Con motivo de la conmemoración del mes de la Diversidad Sexual y considerando que en el contexto uruguayo se está debatiendo el proyecto de Ley Integral sobre las Personas Trans, pero que no es un tema ajeno a la realidad latinoamericana, este año queremos hacer especial énfasis en los derechos y la dignidad de las personas trans, como verdaderas personas creadas “a imagen y semejanza de Dios” (Gn 1,27), una Divinidad que no es varón ni es mujer, que no responde a las categorías binarias de sexo y género. Pero muy especialmente, queremos enviar nuestro mensaje de solidaridad a la infancia y adolescencia trans, Así como Jesucristo “asumió la naturaleza humana haciéndose uno de la multitud” (Fil 2,7), la Iglesia Antigua – Diversidad Cristiana asume hoy la voz de niños, niñas y adolescentes trans, personas silenciadas e invisibilizadas en nuestra sociedad y nuestra cultura patriarcal y machista.

  1. El contexto uruguayo

Con la asunción del Frente Amplio al gobierno nacional, en la primera década del año 2000, la sociedad uruguaya inició un proceso de consolidación de derechos, especialmente de grupos vulnerados históricamente, entre ellos las personas GLTBI:

      Ley 17.817: Comisión Honoraria contra el Racismo, la Xenofobia y toda forma de Discriminación (6 de setiembre de 2004);

      Ley 18.246: Unión Concubinaria (27 de diciembre de 2007) que garantiza el derecho a la seguridad social de parejas que no estaban en matrimonio, incluidas las parejas de personas GLTBI;

      Ley 18620: Regulación del derecho a la identidad de género, cambio de nombre y sexo registral (25 de octubre de 2009) que garantiza el derecho a la modificación registral, tanto del nombre como del sexo a partir de la autopercepción de la persona;

      Ley 18.590: Disposiciones relativas a la adopción (16 de octubre de 2009) que garantiza el derecho a adoptar por parte de parejas del mismo sexo;

      Ley 19.075: Matrimonio Igualitario y adopción (3 de mayo de 2013): que garantiza el derecho al matrimonio en las parejas del mismo sexo en las mismas condiciones y sin diferencia alguna de las parejas heterosexuales;

      Ley 19.167: Regulación de las Técnicas de Reproducción Humana Asistida (22 de noviembre de 2013): que garantiza el derecho a las mujeres, independientemente de su estado civil a la maternidad biológica.

Actualmente se encuentra en el Parlamento la “Ley Integral para Personas Trans” donde se menciona la Infancia Trans en los artículos 5 y 17 explícitamente, pero indirectamente también los artículos 12 y 13 hacen referencia.

Nos encontramos en un tiempo de revolución cultural, de luchas ideológicas y de construcción de ciudadanía, donde los paradigmas de familia, matrimonio, sexo y género están en pleno proceso de revisión y reconstrucción; no sin resistencia del fundamentalismo político que responde a corrientes de derecha, aliados con movimientos conservadores del cristianismo, como el neopentecostalismo y los grupos conservadores católico romanos.

Si bien, esta batería de leyes que garantizan los derechos humanos y ciudadanos de las personas GLTBI son necesarias para construir equidad ciudadana dejan en evidencia la fragmentación social en que se encontraba y se encuentra nuestra sociedad donde no todas las personas tenían y tienen los mismos derechos. Una sociedad que se considere democrática e inclusiva no necesitaría regular el acceso a la identidad, a la educación, a la salud, al trabajo, la formación de una familia, etc. de determinados grupos de ciudadanas y ciudadanos. Aquí no estamos reivindicando derechos especiales para las personas trans, estamos exigiendo el cumplimiento pleno de los derechos que tienen toda la ciudadanía, comenzando por el derecho a la identidad.

  1. Las personas trans vulneradas en sus derechos y su dignidad.

A pesar de los esfuerzos realizados en materia de políticas sociales, de acuerdo a las entrevistas realizadas a integrantes del colectivo de personas trans, aún existen realidades de discriminación y exclusión, donde sus derechos continúan siendo vulnerados (Testimonios de personas trans, 2009 – 2018):

      la población trans se concentra fundamentalmente en los sectores más pobres de la sociedad

      las mujeres trans enfrentan grandes dificultades para acceder al mercado laboral, a diferencia de los hombres trans, finalizando la mayoría de las veces como trabajadoras sexuales

      las personas trans tienen una expectativa de vida de 35 años contra el resto de la población uruguaya que es de 70 años y más

      el rechazo, la discriminación y violencia primero en el ámbito familiar, luego en el barrial y finalmente en el estudiantil produce la expulsión del hogar, la expulsión del sistema educativo, la culpabilización, la depresión, la angustia, teniendo como consecuencias el alcoholismo, la drogadicción, la explotación sexual y el suicidio.

  1. La infancia y adolescencia trans, una realidad silenciada e invisibilizada.

La infancia trans está invisibilizada pero exite, está silenciada pero existe, es censurada cada vez que intenta “decir la palabra”. Permitirles “decir la palabra”, expresar quienes son realmente, sin los moldes, sin las máscaras que impone la cultura dominante, es transformar su mundo, es liberar su ser más íntimo, es consolidar su identidad. El mundo adulto tiene que permitirse escuchar a la infancia, y a la infancia trans como parte de ella. Y esa escucha debiera transformarse en diálogo liberador, porque la escucha es aceptación del otro o la otra en su “otredad” y su “diversidad” y todo diálogo está impregnado de acción y reflexión.

Decir la palabra, transformar el mundo, no puede ser privilegio únicamente de las personas heterosexuales, de la cultura heteronormativa, de quienes se ajustan a las categorías binarias de sexo y género. La palabra, sobre sí mismo o sí misma, debe ser dicha por cada una de las personas que forman parte de la humanidad en su más amplia diversidad. Este derecho es de todas las personas, por lo tanto, también de la infancia trans. Pero la realidad actual nos muestra que a la infancia trans se la silencia e invisibiliza; se la domestica, es decir, durante las primeras censuras a sus manifestaciones, se crea una conciencia pasiva de sumisión, tanto a los progenitores que son los primeros en censurar, como al sistema que refuerza las acciones en el entorno familiar: “los niños van al baño de los niños”, “las niñas van al baño de las niñas”; “los niños juegan a la pelota”, “las niñas a las rondas”, etc. Progresivamente, se genera una actitud de aceptación de la realidad impuesta, sin la posibilidad de liberarse. Esta situación hace que la infancia trans renuncie a su identidad (la palabra sobre sí mismo – misma), perdiendo la capacidad de transformar su entorno y limitando considerablemente su autonomía.

La cultura del silencio instalada en la infancia trans es la imposibilidad de que digan su palabra, sobre sí mismos o sí mismas, de que se manifiesten como “sujetos de derecho”, garantía que les da la Convención Internacional de los Derechos del Niño – artículo 3- numeral 1 (en Uruguay, Ley 16.137); es la imposibilidad de que se construyan como ciudadanos políticos; quedando imposibilitada de expresar sus pensamientos, manifestar su identidad, afirmar sus verdades.

Que la infancia trans pueda pronunciar su palabra implica romper con la cultura del silencio impuesta por la cultura heterosexual hegemónica. Debemos generar un movimiento contra hegemónico que permita a la infancia trans decir su palabra portadora de sus necesidades humanas de acuerdo a categorías axiológicas: subsistencia, protección, afecto, entendimiento, participación, ocio, creación, identidad, libertad; y de acuerdo a las categorías existenciales del ser, el tener, el hacer, el estar; siguiendo el pensamiento de Max Neff (Desarrollo a escala humana pp 42).

  1. Nuestra actitud como discípulos y discípulas de Jesucristo.

      Lo primero es desculpabilizar. La persona no eligió ser trans.

      Debe ser acogida con aceptación y respeto. Ser una persona trans no es fácil en una sociedad y una cultura moldeada por la heteronormatividad, ha pasado por momentos de discriminación, de rechazo, de incomprensión, de exclusión, por lo tanto, es importante la contención en todas sus dimensiones. El gesto de aceptación, que puede traducirse en la mirada a los ojos, el contacto físico, el abrazo respetuoso y afectivo son herramientas fundamentales para establecer un vínculo.

      Deben ser tratadas de acuerdo a su identidad, es decir, por el nombre, sobrenombre o apodo elegido y el pronombre de acuerdo al género. No corresponde preguntarles por el nombre legal si aún no realizó el cambio de nombre en el documento de identidad, porque es exponerlas a revivir discriminación y frustración y no le aporta absolutamente nada.

      No corresponde hablar de “personas trans” así como no hablamos generalmente de “persona hetero”. Fundamentalmente es PERSONA.

      No corresponde preguntar si se operó o no. La reasignación de sexo o adecuación del cuerpo al género es una decisión personal e íntima y una información confidencial a la que accederemos si la persona desea compartirlo.

      Desterremos de nuestro vocabulario el término “travesti”. Este no se aplica a las personas trans.

      Ante cualquier duda que nos surja tenemos que preguntar, asesorarnos, respetar [yo no puedo irrespetar a la persona, diría Paulo Freire]. Y nuestras preguntas no serán producto de la curiosidad morbosa, sino para obtener información respetuosa y relevante a nuestra tarea.

      Para ser su aliado o aliada es necesario desarrollar la escucha desprejuiciada y brindar apoyo solidario y contenedor.

      Como integrantes de equipos educativos, de salud, psico sociales, no deberíamos emitir juicios o dar consejos, sino acompañar las decisiones respecto de la transformación físicas, que pudiera estar tomando, los procesos legales y biológicos como la hormonización o la reasignación de sexo.

  1. A manera de conclusión.

La Iglesia Antigua – Diversidad Cristiana exhorta a otras iglesias a sumarse en apoyo a los derechos y dignidad de las personas trans manifestándose públicamente en apoyo al proyecto de Ley. Sabemos que no es cierto que la mayoría del cristianismo está en contra del proyecto de Ley pero ciertamente está en silencio y eso le hace cómplice de los pocos que utilizando el Evangelio de Jesucristo con fines políticos se hacen oír en los medios de comunicación. Es un tema donde el CLAI Uruguay, el CICU, la FIEU no pueden mantenerse en silencio porque el clamor de las personas trans sube hasta el cielo y Dios lo escucha (Ex 3,7).

La Iglesia Antigua – Diversidad Cristiana exhorta a los parlamentarios a no dejarse presionar por fundamentalistas que introducen argumentos evangélicos manipulados y distorsionados en el seno del Poder Legislativo de un país que es laico y debe garantizar el bienestar de todos sus ciudadanos y ciudadanas. Ustedes, legisladores y legisladoras, son responsables de que las personas trans tengan una vida plena, digna y abundante (Jn 10,10).

La Iglesia Antigua – Diversidad Cristiana exhorta a las personas de buena voluntad, sin importar su credo, a sumarse en apoyo al proyecto de Ley Integral sobre Personas Trans firmando las papeletas en apoyo al proyecto de ley puesto que no tomar partido por las víctimas es tomar partido por los victimarios. Y sabemos que las personas trans son expulsadas del sistema educativo, no logran acceder al mercado laboral, son expuesta a la discriminación y la exclusión y se las ubica entre las personas más pobres entre los pobres.

+Julio Vallarino, Obispo de la IADC

Uruguay, 18 de septiembre de 2018.

Fuente Iglesia Antigua – Diversidad Cristiana

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Ryan Murphy dedica su premio en los Emmy a las víctimas de crímenes de odio del colectivo LGBTI

Viernes, 21 de septiembre de 2018
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680x0-youtube-hok41d2fh0g-ryan-murphy-dedica-su-premio-en-los-emmy-2018-a-las-victimas-de-crimenes-de-odio-del-colectivo-lgbti«El asesinato de Gianni Versace» se alza como vencedora en su categoría en la 70ª edición de los premios Emmy, en la que también triunfan «Juego de tronos» y «La maravillosa Sra. Maisel», así como también hubo premios para «El cuento de la criada» y «RuPaul’s Drag Race» en un noche marcada por la reivindicación feminista y la diversidad tanto racial como sexual, en la que Ryan Murphy dedica su premio a las víctimas de crímenes de odio del colectivo LGBTI.

Presentada por Michael Che y Colin Jost, este lunes, 17 de septiembre, se celebra la 70ª edición anual de los Premios Emmy en el Microsoft Theater de Los Angeles en la que Juego de tronos (Game of thrones, David Benioff & D.B. Weiss, 2011, EE.UU.), La maravillosa Sra. Maisel (The marvelous Mrs. Maisel, Amy Sherman-Palladino, 2017, EE.UU.) y American Crime Story: El asesinato de Gianni Versace (American crime story: The assassinaton of Gianni Versace, Scott Alexander, Larry Karaszewski & Tom Rob Smith, 2018, EE.UU.) se proclaman como vencedoras en sus respectivas categorías en una gala que, al igual que la del año anterior, está marcada por la reivindicación feminista y la presencia de miembros de la comunidad LGBT entre los premiados, además de una amplia diversidad racial.

Juego de tronos no solo es la serie más premiada de esta edición, con sus nueve premios en total, sino que se convierte en la más galardonada de los premios Emmy, con sus 38 galardones desde que fuera estrenada en 2011. Si celebramos que Samira Wiley haya conseguido el premio a la mejor actriz invitada por su intervención en el episodio After de El cuento de la criada (The handmaid’s tale, Bruce Miller, 2017, EE.UU.) o que RuPaul’s Drag Race revalide como mejor reality, lamentamos que Penélope Cruz, Ricky Martin, Edgar Ramirez, Finn Wittrock o la inconmensurable Judith Light no hayan conseguido sus respectivos premios por El asesinato de Gianni Versace, que sí se llevan Darren Criss y Ryan Murphy, además del premio a la mejor miniserie, convirtiéndose Murphy en uno de los protagonistas de la noche con su discurso de agradecimiento en esta categoría.

«La serie trata muchos temas. Trata la homofobia interiorizada y exteriorizada, habla sobre un país que permite que crezca el odio sin restricciones y sin frenos. Una de cada cuatro personas LGTBI en este país será víctima de un crimen de odio. Dedicamos este premio a todas ellas, por conciencia, por leyes más estrictas contra los crímenes de odio, y sobre todo, este premio es para la memoria de Jeff y David y Gianni y de todos aquellos que nos han sido arrebatados demasiado pronto. Muchas gracias», proclama Murphy, extendiendo su reivindicación en le encuentro posterior con la prensa al afirmar que siempre está encantado «de hacer una declaración política en todo lo que hago. La estadística que he dicho es verdadera y atroz, y como un hombre gay al que me dijeron cuando empecé en este negocio que no podía escribir en 1998 sobre un personaje gay, la idea de que ahora, 20 años después, pueda contar la historia y hacer proselitismo para mi comunidad es importante para mí».

Serie dramática

El cuento de la criada

Juego de tronos

Stranger things (Matt Duffer & Ross Duffer, 2016, EE.UU.)

The Americans (Joseph Weisberg, 2013-2018, EE.UU.)

The crown (Peter Morgan, 2016, Reino Unido & EE.UU.)

This is us (Dan Fogelman, 2016, EE.UU.)

Westworld (Jonathan Nolan & Lisa Joy, 2016, EE.UU.)

Serie cómica

Atlanta (Donald Glover, 2016, EE.UU.)

Barry (Alex Berg & Bill Hader, 2018, EE.UU.)

Black-ish (Kanya Barris, 2014, EE.UU.)

Glow (Liz Flahive & Carly Mensch, 2017, EE.UU.)

La maravillosa Sra. Maisel

Larry David (Curb your enthusiasm, Larry David, 2000, EE.UU.) Leer más…

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Por primera vez los Juegos Olímpicos tendrán una “Casa LGTB”

Viernes, 21 de septiembre de 2018
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tokyo_2020En 2020 podremos disfrutar de los Juegos Olímpicos de Tokio, del 24 de julio al 9 de agosto. Ya os contamos que la última edición, la de Río, fue la más LGTB de la historia.

Pero al parecer Japón quiere superar los últimos Juegos porque los organizadores han anunciado que contarán con una Pride House Tokyo, lo que vendría siendo una Casa LGTB.

La Casa LGBT cumplirá bastantes funciones, por un lado albergará a deportistas LGTB que quieran intercambiar experiencias y participar de un gran número de actividades, también será un punto de encuentro para todos los visitantes de la comunidad LGTB.

Gon Matsunaka, fundador y presidente de la organización a favor de los derechos humanos de las personas LGBT Good Aging Yells, explicó que se conformó un consorcio de 28 organizaciones civiles que llevarán a cabo la realización de Pride House Tokyo.

No sabemos aún dónde estará la Pride House Tokyo, pero sus organizadores quieren trabajar la inclusión LGTB en el mundo del deporte profesional.

El activista explicó que el propósito es que, después de la realización de los juegos olímpicos, este centro cultural LGBT esté abierto permanentemente como un punto de reunión para las personas de la diversidad sexual y para promover la cultura de la inclusión y la igualdad.

Fuente Oveja Rosa

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El arzobispo de Singapur pide que se mantenga la criminalización de la homosexualidad

Viernes, 21 de septiembre de 2018
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cs-ordain01Se reaviva el debate sobre la posible despenalización de las relaciones entre personas del mismo sexo en Singapur. El detonante ha sido la histórica sentencia de la Corte Suprema de la India, que hace dos semanas declaró inconstitucional la sección del Código Penal heredada de la época colonial británica que criminaliza la homosexualidad. Mientras que el diplomático Tommy Koh animaba a la comunidad LGTB a presentar demandas contra la norma homófoba, una campaña recogía más de 65.000 firmas por su mantenimiento. Una posición que también defiende el arzobispo católico de la metrópoli asiática, William Goh, que teme que tras el fin de la criminalización, las personas LGTB reclamen igualdad de trato.

La influencia del histórico fallo de la Corte Suprema de la India se extiende más allá de las fronteras del país. En Singapur, potencia económica y financiera del sudeste asiático con un 9 % de la población de origen indio, se ha instalado el debate sobre la sección 377A. El artículo del Código Penal, como en el caso indio, es una herencia de la época colonial británica y castiga con hasta dos años de cárcel los actos de «gross indecency» (conducta obscena o inmoral) cometidos entre hombres en público o en privado. Aunque en la práctica apenas se aplica, la persecución legal es el principal signo de la estigmatización de las personas LGTB.

Uno de los primeros personajes públicos en posicionarse fue el diplomático Tommy Koh, que animó a la comunidad LGTB, en una entrada en Facebook, a presentar un nuevo recurso de inconstitucionalidad contra la sección 377A, después de que otros intentos hayan fracasado en el pasado. Su post fue ampliamente compartido, contribuyendo a difundir el debate. Campañas de recogidas de firmas por Internet a favor y en contra de la derogación de la norma homófoba han recogido miles de adhesiones en pocos días.

Al movimiento contra la despenalización se ha sumado el arzobispo católico de Singapur, William Goh. El prelado publicó una carta pastoral en la que previene contra la posibilidad de que a la reforma siguieran nuevas reivindicaciones de la comunidad LGTB, como el reconocimiento legal de las parejas del mismo sexo. Un argumento manido, el de la «pendiente resbaladiza», que Goh estira hasta el punto de alertar sobre una futura criminalización de las opiniones contrarias a la igualdad LGTB. El arzobispo, eso sí, siente «compasión» cuando los católicos LGTB «son excluidos o marginados por la sociedad».

No se trata, en cualquier caso, de la primera vez que representantes de la Iglesia católica se manifiestan en contra de la despenalización de la homosexualidad en el ámbito asiático. Ya sucedió, por ejemplo, en la India, donde en su momento el presidente de la Conferencia Episcopal local consideró que dicha medida confundiría a la población sobre la moralidad de las relaciones homosexuales. «Aunque despenalizar la homosexualidad no la hace moral, la gente sí puede pensar que es moralmente permisible. El Gobierno no debería dar la impresión de que la homosexualidad está permitida», manifestó en 2009 el cardenal Varkey Vithayathil, hoy fallecido.

Una sociedad muy conservadora

Singapur es una ciudad-estado del sudeste asiático, con una economía capitalista fuertemente desarrollada. Poblada por diferentes grupos étnicos y religiosos, la mayor parte de su población es de origen chino, aunque hay una elevada proporción de malayos e indios. La religión más practicada es el budismo, si bien existen importantes minorías musulmana y cristiana. Es, en cualquier caso, una sociedad globalmente muy conservadora.

Singapur no despenalizó hasta 2007 tanto el sexo oral como el sexo anal, pero sólo para heterosexuales. Las relaciones homosexuales masculinas siguen penalizadas como “conductas obscenas” de acuerdo a la ya mencionada sección 377A del Código Penal, aunque en la práctica no se persiguen, siempre y cuando se practiquen en privado. En 2015, el Gobierno seguía defendiendo el mantenimiento de este statu quo, mientras que en la actualidad se limita a constatar que, si bien la mayoría es contraria a la despenalización, la sociedad está «fuertemente dividida» sobre el asunto. Por otra parte, la comunidad LGTB es cada vez más visible y el Orgullo de Singapur crece año tras año. En 2013 salía del armario el primer político abiertamente gay del país.

Fuente Dosmanzanas

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¡PERDÓN! El dolor de las víctimas y sus familias es también nuestro dolor

Viernes, 21 de septiembre de 2018
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abusosReflexión de instituciones católicas sobre los escándalos de pederastia

Sentimos vergüenza cuando constatamos que nuestro estilo de vida ha desmentido y desmiente lo que recitamos con nuestra voz

Mea culpa’ de Blázquez: “Ha habido abusos sexuales, autoridad prepotente, encubrimiento”

Víctimas demandan a la Iglesia de Pensilvania para que publique los nombres de curas abusadores

Un cura guatemalteco, penado con 16 años de cárcel por violar a una menor

Cardenal Barreto: “Figari es un pervertido sexual, económico y manipulador de conciencias”

El Papa destituye “de forma inapelable” al cura chileno Cristián Precht por abusos

El obispo de Jalandar, acusado de violar a una monja, ofrece al Papa su renuncia temporal

Un grupo de instituciones católicas quiere pedir perdón a la sociedad por los escándalos de pederastia, denunciar algunos defectos de la Iglesia que han podido contribuir a ella y pedirle que estudie todas sus causas (psicológicas, sociales y estructurales), lamentando que todo el servicio humano que la Iglesia intenta aportar quede ofuscado y contaminado por esta peste de nuestra época. Ojalá que la comisión vaticana que acaba de ser convocada encuentre caminos para solucionar este drama.

Eso intenta decir el siguiente texto. Si la prisa, el verano y las inevitables dificultades de este tipo de acciones, han impedido a algunos firmar, queda siempre la posibilidad de adherirse a él (dirigiéndose a Religión Digital).

Nunca será suficiente lo que se haga para pedir perdón y reparar el daño causado… El dolor de las víctimas y sus familias es también nuestro dolor… Sentimos vergüenza cuando constatamos que nuestro estilo de vida ha desmentido y desmiente lo que recitamos con nuestra voz…, que no actuamos a tiempo reconociendo la magnitud y la gravedad del daño que se estaba causando… Es necesario que cada uno de los bautizados se sienta involucrado en la transformación eclesial y social que tanto necesitamos. (Francisco, obispo de Roma, Carta al pueblo de Dios, 20.08.2018)

I.- EL ESCÁNDALO

Quien recibe a un niño a Mí me recibe. Y quien escandalice a uno de esos pequeños, más le valdría que le colgasen en el cuello una muela de tahona y lo arrojasen en alta mar (Mt 18, 5.6).
Jesús fue de Galilea al Jordán y se presentó a Juan Bautista para ser bautizado por él (Mt 3,13)

Las líneas que siguen quieren ser una sincera y pública petición de perdón que, como cristianos, presentamos a la sociedad por el monstruoso escándalo de la pederastia clerical. Si hemos proclamado otras veces que “la iglesia somos todos” eso no puede valer solamente a la hora de participar en decisiones sino también a la hora de asumir responsabilidades por humillantes que éstas sean.

Por otro lado, como cristianos sabemos que nuestra solidaridad llega hasta el extremo de hacer nuestras de alguna manera las culpas de nuestros hermanos, como también (por ese misterio de la “comunión de Lo Santo” que confesamos en el Credo) participamos de la bondad y la fe de nuestros hermanos. Jesús de Nazaret, “el santo de Dios”, se alineó con todos los pecadores en la fila de los que buscaban ser bautizados por Juan y, a pesar de la extrañeza de éste, le obligó a bautizarle. Algo así es el sentido que quisiéramos dar a esta petición de perdón. Porque, en verdad, nos sentimos sinceramente abrumados y sucios por esos escándalos increíbles.

Pero toda petición de perdón es inane si no va acompañada, además de por el dolor, por un decidido propósito de enmienda. Eso es lo que quisiéramos ir poniendo en práctica a lo largo de estas reflexiones: ir buscando las causas y analizar los hechos para ver si es posible que estos no se repitan nunca más. Lo hacemos aun sabiendo que nos falta información, que hay muchos puntos oscuros y que quizá no conocemos todos los contextos. Por eso iremos sugiriendo también las informaciones de que disponemos y que ojalá algún día puedan ir completándose.

Un auténtico sacrilegio.

La pederastia es monstruosa por la minoría de edad de la víctima. En nuestra sociedad hipócrita, tan amiga de cacarear los derechos humanos, solo parecen tener derechos aquellos que tienen fuerza y voz para reclamarlos. Y eso es, precisamente, lo que no tienen los niños.

En un mundo que se suele caracterizar por el desprecio de los niños dado que “no son rentables”, y que ha dado lugar a aberraciones como los niños soldado o los niños esclavos (unos 180 millones hoy en día), nuestra iglesia ha contribuido a esas páginas tan negras, añadiendo la epidemia de los niños abusados. Es como para echarse a llorar y no cesar en ese llanto hasta que desaparezca el dolor de los maltratados.

Paradójicamente, es conocido que la hija pequeña de Karl Marx (Eleanor, 1855-1898), dejó escrito que su padre (“el moro” como le llamaban los hijos, tan hostil por otro lado al cristianismo) “me contó la historia del carpintero de Nazaret que fue crucificado por los poderosos. Mi padre decía que podemos perdonarle mucho al cristianismo porque nos enseñó a amar a los niños”1. El contraste entre ese testimonio y los escándalos actuales no puede sernos más desgarrador.

El crimen mayor: la ocultación.

Cuesta creer que un ser humano pueda experimentar una atracción casi irresistible por el sexo con niños. La pederastia es una enfermedad además de un pecado. No es una simple variante de la sexualidad como pretenden a veces sus defensores. En el orgasmo pleno sexual, al placer material le acompaña siempre una especie de éxtasis psicológico o espiritual que es el que le da su plenitud tan asombrosa. Cuando ese éxtasis espiritual lo constituye el amor pleno, limpio y total hacia la otra persona, la sexualidad funciona.

Cuando falta ese amor, la dimensión “espiritual” del sexo es sustituida por otros factores psicológicos como el poder, la posesividad, el desprecio y hasta el odio, los cuales degradan la relación y cumplen aquella tesis de que lo pésimo no es más que la corrupción de lo óptimo2. Cuando la sexualidad discurre por esos cauces antinaturales nunca encuentra la plena satisfacción anhelada y acaba buscándola en formas insólitas y degradadas de relación. Se cumple aquí el famoso diagnóstico del Buda: “tratar de aplacar las pasiones cediendo a ellas es como querer calmar la sed bebiendo agua salada”.

No obstante, lo más monstruoso de estos casos no está en la fragilidad y debilidad humanas que siempre son comprensibles: pues esa fragilidad justificaría una caída particular, pero nunca una hipócrita doble vida, mantenida durante años. Los autores de esas monstruosidades ¿iban a confesarse? Y si era así: ¿qué consejos recibían y qué propósito de enmienda aportaban a esa confesión? ¿Habían llegado a entenebrecer su conciencia hasta el punto de considerar normales esas aberraciones y seguir viviendo con absoluta tranquilidad?

Nuestro mundo ya conoció la tranquilidad con que los nazis juzgaban normales los campos de concentración. Eso era lo más sorprendente y eso es, también ahora, lo que más nos escandaliza de todas estas historias: el intento de haberlas mantenido ocultas durante tanto tiempo. Es increíble el episodio de aquella niña que fue a contar a un cura lo que le había ocurrido y recibió como única respuesta: “confiésate y no lo digas a nadie”.

Por eso, casi más incomprensible que la actuación de esos depravados ha sido la insensibilidad de tantos obispos y responsables a la hora de escuchar a las víctimas, la imposición de silencio y el procedimiento casi sacrílego de limitarse a trasladar al delincuente a otra parroquia. ¿Qué formación moral habían recibido todos aquellos eclesiásticos? ¿No se preguntaron nunca qué apostolado podrían ejercer ni qué bondad podrían transmitir quienes vivían en esa hipócrita doble vida?

Por tanto, parece necesario analizar y buscar las causas no ya personales sino estructurales de toda esta tragedia. Porque el propósito de enmienda personal es inútil en sujetos ya envejecidos o desaparecidos. Y el horror podría seguir repitiéndose en sus sucesores si no han desaparecido las causas que lo propiciaron. Hay que buscar, por así decir, los “pecados” o las complicidades de la institución, que posibilitaban o favorecían conductas tan monstruosas.

II.- PROPÓSITO DE ENMIENDA

Lamentar que en todo nuestro mundo occidental haya una banalización o degradación generalizada de la sexualidad, como han hecho algunas altas jerarquías para justificar escándalos tan horribles, es insuficiente. No basta con echar mano del clásico recurso de culpar a los otros, al que tan propensos somos los humanos. Independientemente de la verdad que pueda tener ese lamento, no es lo que toca ahora. La enmienda ha de afectar a los defectos propios, lo cual supone primero reconocerlos abiertamente.

Sin pretensiones de exhaustividad intentaremos analizar algunos vicios estructurales, arraigados en nuestra Iglesia y que pueden acabar generando disfunciones o “células neoplásicas“, primero quizás leves pero, a la larga, tan terribles como la que estamos intentando comprender aquí.

Este análisis es tanto más necesario cuanto que la Iglesia tenía antes fama de ser extremadamente severa frente a determinados delitos sexuales del clero. Cuando una mujer era solicitada por el cura en el confesonario, el antiguo derecho canónico la obligaba presentar al obispo una denuncia contra el solicitante; la castigaba con excomunión si no hacía esa denuncia, y la excomunión no podía ser levantada mientras no se llevara a cabo la denuncia. Juan XXIII publicó una instrucción titulada “Crimen sollicitationis”, encargando de estos problema no a la congregación del clero sino a la congregación “de la fe” (entonces “santo oficio”), el organismo más importante del entramado curial.

¿Qué ha ocurrido para que se haya podido pasar de aquella severidad al increíble laxismo actual? Sin pretender ser exhaustivos vamos a sugerir algunos puntos para ese análisis. Aunque, de entrada, ya se sospecha intuitivamente que el factor publicidad ha podido ser decisivo en ese cambio.

Clericalismo

No parece tan claro que estos actos espantosos sean solo una consecuencia del celibato obligatorio, pues en bastantes casos parece tratarse de individuos homosexuales que, no sabiendo cómo afrontar su situación, optaron por hacerse curas: tengamos en cuenta que algunos caso son de hace bastantes años, cuando la sociedad no ofrecía a los homosexuales una manera sana y digna de vivir su condición (y ojalá que esto sea también un aviso para la Iglesia).

Estamos en contra del celibato obligatorio, pero no por esta razón sino porque el derecho de las comunidades cristianas a la eucaristía pasa por delante del derecho que pueda tener la autoridad eclesiástica para poner determinadas condiciones a quienes piden ordenarse de presbíteros. Por otro lado, hoy en día el presbítero tiene muchas más facilidades “normales” si quiere ser infiel a su compromiso: lo escandaloso e incompresible no es ahora que un cura intente seducir a una mujer, sino que intente abusar de un niño. Y finalmente (y aunque ha interesado menos a los medios de comunicación informar sobre eso), la plaga de la pederastia se ha dado también en profesionales casados o no vinculados a ninguna ley celibataria. Parece pues que hay que intentar buscar un poco más allá.

Hace ya más de diez años, el obispo australiano Geoffrey Robinson recibió de la Conferencia episcopal de su país el encargo de investigar todos los escándalos de pederastia. Conforme iba adentrándose en su estudio fue viendo que los casos de pederastia no eran solamente un problema de sexualidad, sino sobre todo un problema de poder: y de poder clerical. Y la sorpresa le llegó cuando comenzó a recibir avisos de la curia romana indicándole que orientara sus investigaciones en otra dirección. Como Robinson no hizo caso recibió una reprimenda más clara advirtiéndole de que el papa estaba muy preocupado con su trabajo. Prescindamos ahora de la gran probabilidad de que ese disgusto del papa era una simple invención de la curia, que tantas veces suele actuar de esa manera. Lo decisivo es que el obispo renunció a su trabajo y publicó un libro contando su historia3. Vale la pena citar algún párrafo de esa obra:

“Llegué a la firme convicción de que en la Iglesia católica es imperativo que haya un cambio profundo y duradero” (p. 9). “Todo abuso sexual es ante todo un abuso de poder…, el poder espiritual es el más peligroso de todos (14). “Una ‘mística’ del sacerdocio, un estado de elevación permanente… significaba que el sacerdote no podía ser simplemente expulsado por un delito como cualquier otro trabajador” (p. 15).

Obispo Robinson

Esto por un lado. Por el otro:

“Una carta oficial (7 de agosto de 1996) expresaba ‘la constante preocupación de la Congregación para los Obispos, por haber expresado en los últimos meses opiniones seriamente críticas para con la doctrina magisterial y la disciplina de la Iglesia’. Me decían que ‘en una reciente audiencia el santo padre ha sido plenamente informado de su postura pública en estos temas y ha mostrado seria preocupación respecto de usted’. Dos meses después (16 de octubre de 1966), recibí una nueva carta informándome de que ‘la documentación pertinente será reenviada para información y examen a la Congregación para la Doctrina de la fe’, lo que implicaba que yo era sospechoso de alguna forma de herejía” (p. 23).

“De aquellos polvos estos lodos” dice el refrán castellano. La obsesión por reivindicar el ministerio presbiteral como poder y no como servicio, latente ya en el mismo nombre de “sacerdote” (que el Nuevo Testamento solo aplica a Cristo y nunca a los ministros de la Iglesia), y tan opuesta al espíritu de Jesús que ordenaba rechazar los títulos de “padre” o “maestro” y prohibía aprovecharse del ministerio para obtener ventajas personales (cf. Mt 23,) ha sido con casi seguridad una de las causas estructurales de la peste que hoy lamentamos.

Francisco ha denunciado repetidas veces al clericalismo: ya antes de ser obispo de Roma como “hipocresía” y “mundanidad” contrarias al espíritu de Jesús; y más tarde como forma de impedir la eclesialidad de los laicos y “como uno de los peligros más graves de la Iglesia” (en 2017). Parece también innegable que la obsesión de la congregación romana por frenar las investigaciones del obispo Robinson era, en realidad, una defensa de su propio clericalismo.

Ahora bien: como ya hemos dicho, cuando la dimensión espiritual que acompaña al ejercicio de la sexualidad no es el amor, suele ser muchas veces la del poder: la experiencia de un señorío absoluto al que nada se resiste y que engrandece al que lo posee.

Y lo que es ese clericalismo a niveles individuales, es el eclesiocentrismo a niveles colectivos.

Eclesiolatría

Junto al clericalismo, como hermano gemelo suyo, debemos hablar de un falso amor a la Iglesia, un pecado habitual y estructural de eclesiolatría: de amar a la Iglesia más que a Dios, con la excusa de que es la representante de Dios. De esta manera se pone el “buen nombre” de la Iglesia por encima del buen nombre de Dios, único que merece toda gloria. Y se olvida culpablemente que, según los evangelios, el verdadero objeto del amor de Dios no es la Iglesia sino “el mundo”4. Y la Iglesia no es más que una servidora y manifestadora de ese amor de Dios al mundo.

Desgraciadamente, ambos pecados vienen de lejos. En paralelo con todos los casos de pederastia hemos asistido a la monstruosidad de Marcial Maciel, un episodio verdaderamente patológico que no es hora de contar aquí, pero sobre el que estuvieron llegando quejas a la curia romana durante casi cincuenta años y cuyo protagonista, “por su gran amor a la Iglesia” (a parte de la gran capacidad de engaño y seducción que él poseía), logró sortear todas esas acusaciones como meras calumnias, manchando así el pontificado de Juan Pablo II que lo propuso públicamente como modelo para la juventud.

Hoy consta que el cardenal Ratzinger, cuando dirigía la Congregación de la fe, recibió por valija diplomática un dossier secreto, elaborado entre otros por antiguas víctimas de Maciel y, cuando un año más tarde, los redactores pudieron entrevistarse con él, Ratzinger les declaró que él no podía hacer nada pues Maciel era intocable para el papa, por ser un gran defensor de la Iglesia.

De hecho, una de las primeras medidas de Ratzinger nada más llegar a papa fue ordenar a Maciel, ya anciano, que abandonara toda actividad en la congregación por él fundada y se retirara a orar en silencio5. Por eso, quizá convenga citar aún otros ejemplos más antiguos de esa eclesiolatría que tanto daño ha hecho a la misma Iglesia. Porque muestran que los casos comentados no son del todo excepcionales y que ese falso amor necesita una radical reforma.

Es sabido que el ateo Ch. Maurras, fundador de la llamada “Action Française”, y predecesor en cierto sentido de la extrema derecha de Le Pen, decía que, pese a su ateísmo, admiraba a la iglesia porque “ha sabido desactivar el veneno del Magníficat que llevaba en su seno”. Pues bien, Pío X se negó siempre a condenar la Action Française porque Maurras era “un gran defensor de la Iglesia“. Y hubo que esperar a que su sucesor Benedicto XV diera ese paso. Resulta irónico (y patético) que luego, este sector de la Iglesia tan engañado en estos casos, tachara de “tontos útiles” a los cristianos de orientación socialista… Pero aún nos queda otro ejemplo.

La tragedia más dolorosa e increíble es del arzobispo Carranza en el siglo XVI: cuando tras varios años en la cárcel de la inquisición, se declaró su inocencia, los inquisidores reaccionaron diciendo: “vale más que sufra un solo hombre que el que padezca desdoro tan santo tribunal”, por lo que Carranza siguió en la cárcel donde murió poco después6.

Esto es lo que algunos han llamado “el principio Caifás”, muy poco cristiano pero demasiadas veces presente en la Iglesia católica. A ese supuesto “desdoro” de tan santa institución le había respondido san Bernardo muchos siglos antes: “yo solo he leído que Dios es Amor. En ningún lugar he leído que sea honor o Dignidad”7.

¡Qué contraste entre esos horrores y las lúcidas palabras del Nazareno: “quien pretenda salvar su vida la perderá. Quien entregue su vida por Mí y el Evangelio, la salvará”! (Mc 8,35). Eso es lo que ha ocurrido con la eclesiolatría. Y esa eclesiolatría tiene una matriz muy concreta.

La curia romana

Sin ánimo de herir, pero desde la necesidad de ser honestos que impone nuestro tema, y con el deseo de que la Iglesia sea la que Dios se merece y no la que más favorece a sus dirigentes, debemos añadir que la curia romana, con su enorme poder frente a toda la iglesia y frente al mismo papa, ha sido la institución donde más han cuajado y desde donde más se han propagado los pecados anteriores. Por algo Francisco ha hablado también del “carrerismo” como otro de los grandes males que nuestra iglesia debe evitar.

Sin caer en el lenguaje panfletario de Lutero (que calificaba a la curia como “la gran prostituta”), sí debemos reconocer que su negativa a la reforma contribuyó a la ruptura de la Iglesia europea del s. XVI, que esa reforma fue reclamada insistentemente en el Vaticano II por cardenales como König y Lercaro (ante las protestas del cardenal Ottaviani), que el intento de reforma de Pablo VI fue aguado por la misma curia, y que tanto los discursos de Francisco a la curia como el nombramiento de una comisión para su reforma, van en la línea de lo que intentamos decir. No tratamos de acusar a nadie sino de poner de relieve cómo unas determinadas condiciones y estructuras pueden cambiar la mentalidad de quienes viven totalmente insertos en ellas y para ellas.

La hipocresía de nombrar a los dirigentes de congregaciones obispos de diócesis inexistentes (contraviniendo así un Canon del Concilio de Calcedonia -¡en el s. V!- que prohibía nombrar obispo a nadie sin una iglesia real a la que servir) ha podido facilitar una mentalidad más propia de lo que la sociología califica como “organisations’man” que de un seguidor de Jesús.

Se ha llegado a decir que la curia romana ha producido más increyentes que Marx, Freud y Nietzsche juntos. Nadie podrá negar, al menos, que en vez de parecerse al grupo de seguidores que caminaban junto a Jesús, se parece más a los otros pequeños grupos de ex sumo-sacerdotes y saduceos que el sanedrín enviaba a espiar a Jesús para ver qué delito podrían encontrarle. Y que fomenta la mentalidad de esos futbolistas que aspiran a jugar en el mejor equipo y ser en él de los mejores: no hace falta ponderar más cuán contrario es eso a la misión de la Iglesia.

Una vez más, no decimos esto con ánimo de inculpar a personas que, seguramente, serán ante Dios mucho mejores que nosotros. Pero es necesario poner de relieve que la Iglesia no está exenta de la ley que amenaza a todas las instituciones sociales: medidas que aportan grandes beneficios a corto plazo pueden acabar siendo nefastas a largo plazo.

Suele ponerse como ejemplo paradigmático el caso de la monarquía de Israel que, de momento, pareció convertir a aquel pequeño pueblo en casi un imperio, pero a medio y largo plazo provocó la división del pueblo de Dios y la corrupción de casi todos los monarcas, favoreciendo así la calamidad posterior del destierro. Puede valer aquí la sabia máxima de Tony de Mello: “una sociedad que domestica a los rebeldes, ha ganado su paz pero ha pedido su futuro”8.

Pero es que, además, la curia romana ha tenido una seria responsabilidad en nuestro siguiente apartado.

Nombramiento de obispos

Una de las cosas que más extrañan en la peste de la pederastia clerical es la presencia de tantos nombres de obispos y hasta cardenales, entre los encubridores pero a veces incluso entre los violadores. Ello suscita la pregunta de cómo y con qué criterios se habían hecho esos nombramientos.

No disponemos de información precisa sobre quién era el papa y el nuncio y el prefecto de la congregación romana de obispos, cuando fueron nombrados los ahora inculpados.

En el caso dramático de Chile habría que investigar hasta qué punto, obispos nombrados durante la dictadura de Pinochet, por un Nuncio totalmente cómplice del dictador, han sido piezas fundamentales en este escándalo. En cualquier caso, parece innegable que existe una vaga tendencia a nombrar los obispos atendiendo mucho menos al pastor que cada iglesia local necesita y mucho más a que no resulten personas conflictivas para la curia romana.

Esa inercia puede ser humanamente comprensible porque toda institución tiende a protegerse (y basta con recordar cómo, en tiempos de Msr. Romero, el Vaticano recibía casi cada domingo, una queja del departamento de estado norteamericano por la homilía de monseñor). Pero, por comprensible que resulte, ese modo de proceder contradice advertencias muy serias de la misma autoridad eclesiástica: “los papas, en el juicio final, han de dar cuenta a Dios de los que ellos promovieron a obispos o abades” declaró el V Concilio de Letrán hacia 1517. Y el concilio de Trento añadió que “pecarán mortalmente, haciéndose cómplices de los pecados ajenos, si no elijen a quienes creen ser más dignos y útiles para cada iglesia”9.

Pero es que, además de todo eso, el sistema actual de nombramiento de obispos es una medida excepcional que se ha convertido en regla, y contradice la práctica eclesial del primer milenio (atribuida a los mismos Apóstoles, por los Padres de la Iglesia), según la cual cada iglesia local elegía sus propios pastores casi por completo. Cuando surgían problemas, se apelaba a Roma y, si la apelación prosperaba, Roma nunca elegía ella al obispo sino que ordenaba repetir las elecciones.

El reiterado eslogan “clerus populusque” (“clero y pueblo”) designaba al sujeto de los nombramientos. Y la norma de san Celestino papa: “no se dé a nadie un obispo que no sea querido” (“nullus invitis detur episcopus”) fue repetida por otros muchos papas del s. V y ha servido incluso como título de un estudio sobre los nombramientos episcopales10. De este modo, en una sociedad no democrática, la Iglesia se convertía en lo que llaman “comunidad de contraste” por su práctica democrática.

Aunque no podamos medir la proporción exacta, parece innegable que el sistema actual de nombramientos ha tenido su parte en la catástrofe de los curas pederastas y de los encubridores. Porque además, ese sistema engendra luego mecánicamente unas formas autoritarias de proceder. A raíz del drama que estamos comentando, un antiguo miembro de la curia romana ha contado que él fue testigo hace años del nombramiento de un cardenal del que la curia sabía que había cometido algún abuso a menores. Pero nadie avisó de eso al papa porque “la creación de cardenales es algo absolutamente personal del papa sin ningún consejo o trámite curial”11.

Parece increíble que esas aberraciones puedan ocurrir en una institución que pretende ser “maestra en humanidad” por su larga historia. Pero la historia sirve para muy poco si nos negamos a aprender de ella.

El cambio de sistema no será fácil. Pero precisamente por eso, nos parece urgente ir poniéndolo en práctica poco a poco, para evitar que luego se haga precipitadamente y con costes mayores.

Como contraste.

Todos esos propósitos no buscan más que poner en práctica lo que la misma Iglesia se ha dictado a sí misma en los tiempos actuales. Permítase mostrarlo con una rápida selección de textos del Vaticano II en su Constitución sobre la Iglesia en el mundo:

“La Iglesia sabe que es mucha la distancia que se da entre el mensaje que ella anuncia y la fragilidad humana de los mensajeros a quienes está confiado el Evangelio… Comprende cuánto le queda por madurar en la relación que debe mantener con el mundo… Necesita de modo muy peculiar la ayuda de quienes por vivir en el mundo, sean o no creyentes, conocen a fondo las diversas instituciones y disciplinas… Reconoce agradecida que recibe ayuda de parte de los hombres de toda clase o condición… Más aún: confiesa que le han sido de mucho provecho y le pueden ser todavía, la oposición y aún la persecución de sus contrarios” (43.44)… Aprecia con el mayor respeto cuanto de verdadero, bueno y justo se encuentra en las variadísimas instituciones fundadas ya o que incesantemente se fundan en la humanidad… No pone su esperanza en privilegios dados por el poder civil; más aún, renunciará al ejercicio de ciertos derechos legítimamente adquiridos, tan pronto como conste que su uso puede empañar la pureza de su testimonio, o las nuevas condiciones de vida exijan otra disposición” (42.76).

Ya sabemos que del dicho al hecho siempre hay un gran trecho. Pero parece claro que en esas palabras no asoman para nada ni el clericalismo ni el eclesiocentrismo que hemos señalado como causas originarias del drama de la pederastia que quisiéramos contribuir a enmendar radicalmente. Aunque, dicho ahora irónicamente, esos textos puedan evocar la lúcida profecía atribuida entonces a uno de los peritos conciliares: lo que encontrará más resistencia en los sectores conservadores de la Iglesia, no es la LG (constitución sobre la Iglesia en sí misma) sino la GS (relación de la Iglesia con el mundo)…

Sería interesante haber podido estudiar la procedencia de los casos de pederastia: si de iglesias ricas o de iglesias pobres. África tiene fama de no guardar demasiado bien el celibato, pero se trata más bien de convivencia con mujer que de pederastia. Nombres como Estados Unidos y Australia (y quizás hasta Chile) también pueden despertar algunas sospechas pero, desgraciadamente, no sabemos si lo que hay en esos países ricos es más corrupción o simplemente más información.

III.- PUBLICIDAD COMPLETA Y LIMPIA

Le presentaron a Jesús una mujer diciéndole: “ha sido sorprendida en flagrante delito de adulterio; la Ley manda apedrear a las tales. Tú ¿qué dices?”. Jesús se inclinó y escribía silencioso sobre la arena. Ante la insistencia de los acusadores, levantó la cabeza y dijo: “el que de vosotros esté sin pecado, que le tire la primera piedra”. Al oír esto, todos se fueron marchando poco a poco, comenzando por los más ancianos. Entonces Jesús se acercó a la mujer: “¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te ha condenado?”. Y ella respondió: “ninguno Señor”. Y Jesús: “pues yo tampoco te condeno; vete en paz, pero no peques más” (Juan 8, 1ss.).

Por molesta y dolorosa que haya sido la publicidad de esos escándalos, hay que agradecerla con toda el alma porque será la única manera de que puedan tener remedio. Pero esa información tiene también su ética que no siempre ha sido respetada. El pasaje del evangelio que encabeza esta tercera parte ofrece un contraste llamativo: por un lado Jesús reconoce claramente la razón de los acusadores al decir a la mujer que no vuelva a pecar. Sin embargo, a pesar de eso, niega a los acusadores capacidad para condenarla: porque cuando la condena es impura, mancha también al acusador. Leer más…

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