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Indonesia incluye al colectivo LGTB en una guía de enfermedades mentales

Lunes, 5 de febrero de 2018
Comentarios desactivados en Indonesia incluye al colectivo LGTB en una guía de enfermedades mentales

780x580-noticias-indonesiaEl ministerio de Sanidad indicó que ha terminado el manual y considera que las personas LGTB corren el riesgo de sufrir problemas o enfermedades mentales.

También fija una serie de derechos de este colectivo como el acceso al tratamiento y a la información médica.

El pasado sábado informábamos de que el Parlamento de Indonesia discute la posibilidad de incluir en su Código Penal el adulterio y la homosexualidad … Hoy vemos que ha dado un paso más en la escalada homófoba al filtrarse que están preparando una guía de enfermedades mentales entre las que se contempla a las personas homosexuales, bisexuales y transexuales.

Indonesia ha incluido al colectivo de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales (LGTB) en una guía médica de enfermedades mentales, a las que lo considera proclive por su orientación e identidad sexual, informaron fuentes oficiales.

A pesar de que una sentencia del Tribunal Constitucional de Indonesia, rechazando la declarar ilegal tanto el adulterio como la homosexualidad, la Cámara Baja del Parlamento de Indonesia sigue discutiendo actualmente la modificación del Código Penal para tipificar como delito las relaciones sexuales consentidas entre personas adultas del mismo sexo o las relaciones sexuales fuera del matrimonio, entre otras medidas. En la guerra sin tregua contra la diversidad sexual de la república de Indonesia, una nueva batalla se filtra a los medios de comunicación gracias al director de prevención y control de enfermedades del Ministerio de Salud de Indonesia, Fidiansyah, que revela la intención del gobierno de desarrollar una guía de enfermedades mentales entre las que se explicaría cómo combatir a las inclinaciones homosexuales, bisexuales y transexuales.

El ministerio de Sanidad indicó que ha terminado el manual, cuyo contenido aún no ha sido publicado, pero considera que las personas LGTB corren el riesgo de sufrir problemas o enfermedades mentales. “Los últimos arreglos ya han finalizado y este año habrá reuniones con las partes interesadas”, dijo el director de prevención y control de enfermedades mentales del ministerio, Fidiansyah, que como muchos indonesios utiliza solo un nombre.

La guía se basa en dos documentos y se trata de una especie de manual sobre enfermedades mentales, según Fidiansyah, uno redactado en 2016 por la Asociación de Psiquiatras de Indonesia (PDSKJI, en indonesio) y otro elaborado por el ministerio de Sanidad el año pasado.

El texto del PDSKJI establece que los homosexuales y bisexuales están en riesgo de “ser catalogados como personas con problemas mentales”  mientras que los transexuales  se señalan directamente “como personas con enfermedades mentales”. La asociación también fija una serie de derechos de este colectivo como el acceso al tratamiento y a la información médica. “Inaceptable en Indonesia”. Por su parte, el documento del ministerio de Sanidad consiste en un compendio de fuentes médicas y legales que incluye las opiniones de otros ministerios, como el de Religión, y concluye que “el fenómeno LGTB es inaceptable en Indonesia”.

El polémico documento concluye que “aunque no es una enfermedad mental, una persona LGTB puede sufrir por la inseguridad sobre su identidad u orientación sexual, lo que puede llevar a la depresión”. Pensando, sin duda, en el bienestar de personas que pretende considerar enfermas, Indonesia ha decidido desarrollar su propia guía sobre enfermedades mentales para distanciarse de la postura de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Asociación Mundial de Psiquiatría (WPA), y la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) que no consideran ni la homosexualidad y ni la transexualidad como enfermedades mentales y que no permiten esas modificaciones.

Otras organizaciones que han alertado contra los riesgos de estas intervenciones son la Asociación Médica Británica, las más importantes organizaciones de psicoterapeutas del Reino Unido o, en España, el Colegio de Psicólogos de Madrid o el Consejo General de la Psicología de España quien alerta sobre la inutilidad y el peligro de las “terapias reparadoras” de la homosexualidad . Los testimonios de algunas de las personas atrapadas por las redes que promueven este tipo de prácticas (“ex-gais”) y que años después han conseguido liberarse son un buen ejemplo del daño que pueden llegar a sufrir. Y en marzo de 2016 tenía lugar un histórico pronunciamiento de la Asociación Mundial de Psiquiatría en el mismo sentido.

El Parlamento indonesio discute actualmente modificar el Código Penal para tipificar como delito el sexo consentido entre adultos homosexuales o las relaciones sexuales extramaritales, entre otros.

Grupos proderechos humanos como Human Rights Watch denuncian un aumento de la retórica homófoba por parte de cargos públicos desde enero de 2016, instigada por grupos islamistas que condenan la homosexualidad en el país, con la mayor población musulmana del mundo.

Salvo en la provincia de Aceh, en la isla de Sumatra, donde rige la sharia, la homosexualidad es legal en Indonesia. Cabe preguntarse si, de llegar a considerar a las personas homosexuales y transexuales como enfermas mentales, pasarán igualmente a tratarlas como a cualquier otro paciente, en lugar de como a delincuentes.

Indonesia, un infierno para la comunidad LGTB

En febrero de 2016 publicábamos un artículo que recogía cómo la oleada de virulenta homofobia y transfobia se abre paso a un ritmo preocupante en Indonesia. Publicábamos entonces que políticos y líderes religiosos se turnan con declaraciones incendiarias que estigmatizan cada vez más a la población LGTB. Desde entonces, por desgracia, no hemos parado de recoger casos de detenciones, abusos y crueles castigos físicos. Lo que ha hecho que Amnistía Internacional reclame el fin de la cruel persecución al colectivo LGBT en Indonesia.

Indonesia presenta una realidad muy diferente para su comunidad LGTB dependiendo de la región. Formalmente, la homosexualidad no es delito en el país con mayor número de fieles musulmanes del mundo, que mantiene un código penal heredado de la época colonial neerlandesa. La excepción son las provincias autónomas de Aceh (situada en la zona norte de Sumatra) y Sumatra Meridional, aunque en este caso la prohibición rige solo para los musulmanes.

En Aceh, desde 2005 rige la sharia o ley islámica gracias a la autonomía que le fue concedida al firmar la paz con los separatistas, poco después del tsunami que asoló la región. En septiembre de 2014, además se aprobó una terrible ley que castiga las relaciones homosexuales con la pena de recibir cien azotes en público con una vara de ratán. La legislación entraba en vigor en octubre de 2015 y fue aplicada, entre otras ocasiones, el pasado mes de mayo a dos jóvenes de 20 y 23 años.

Fuera de Aceh también se ha registrado un incremento de la represión. También en mayo de este año, la policía indonesia detenía en Yakarta a 141 hombres por asistir a lo que las autoridades han calificado como una supuesta “fiesta de sexo gay”, pese a que la homosexualidad no es ilegal en la capital. No obstante, el portavoz de la policía de Yakarta, Raden Argo Yuwono, aseveraba que los detenidos podrían ser acusados bajo las duras leyes contra la pornografía vigentes en el país. Unas semanas antes, ocho hombres eran detenidos, igualmente acusados de celebrar una “fiesta gay” en Surabaya, la segunda ciudad más grande de Indonesia. Y en octubre, la policía de Indonesia detiene a 58 personas en una redada a una sauna gay de Yakarta

El pasado 20 de diciembre publicábamos que diez hombres habían sido condenados a dos años de cárcel en Indonesia por participar en una supuesta “fiesta gay” en Yakarta, la capital. La noticia supone un paso más en la escalada de LGTBfobia de estado que vive aquel país. Las detenciones se produjeron en Yakarta, la capital, donde las relaciones homosexuales no son formalmente delito. No ha hecho falta: el tribunal ha considerado probado que los condenados violaron la ley contra la pornografía.

El 15 de noviembre del pasado 2016 conocíamos que el gobierno de Indonesia  acaba de prohibir el uso de GIFS en WhatsApp. Pero no sólo porque no se puedan enviar imágenes en movimiento  sino que lo han hecho para evitar que la gente se envíe imágenes pornográficas a través de la aplicación.

Son solo algunos ejemplos de la penosa situación de los ciudadanos LGTB en el país.

Fuente Cáscara Amarga/Cristianos Gays

General, Homofobia/ Transfobia., Islam , , , , , ,

Indonesia reformará su código penal para criminalizar la homosexualidad

Sábado, 3 de febrero de 2018
Comentarios desactivados en Indonesia reformará su código penal para criminalizar la homosexualidad

wire-1928652-1513584657-846_634x396El parlamento indonesio redacta una modificación del Código Penal que criminalizará la homosexualidad y el sexo extra-matrimonial.

La nueva ley se aprobará con el apoyo de todos los partidos políticos pocas semanas después de que el Constitucional se negara a aplicar esas medidas por no estar incluidas en el Código Penal.

A pesar de las críticas de la comunidad internacional contra la persecución del colectivo LGBT, y de una sentencia en contra de la criminalización de la homosexualidad por parte del Tribunal Constitucional, el gobierno de Indonesia sigue empeñado en criminalizar el adulterio, la homosexualidad y las relaciones sexuales fuera del matrimonio en un país en el que en los dos últimos años se ha incrementado considerablemente la discriminación contra las personas homosexuales, bisexuales y transexuales.

Llevamos bastante tiempo publicando que la situación del colectivo LGTB+ en Indonesia es bastante preocupante. A pesar de ello en Indonesia la homosexualidad solo es ilegal en la provincia de Aceh, la única provincia del país en la que se aplica la Sharia (la ley islámica). Algo que, por lo que parece, cambiará en un par de semanas porque los 10 principales partidos políticos del país han mostrado su apoyo a una reforma del Código Penal que criminalice la homosexualidad en todo el país.

En diciembre del año pasado el Tribunal Constitucional de Indonesia rechazó una petición presentada por la Alianza por el Amor Familiar (un grupo islamista de extrema derecha y AntiLGTB+) para criminalizar el sexo homosexual y el sexo prematrimonial. En su momento la votación fue muy ajustada (5 contra 4) y se rechazó, básicamente, porque el Constitucional no tiene potestad para ello. Como explicaba la sentencia “cualquier limitación a los derechos de las personas ha de ser decidida a través del proceso legislativo” y aclaraban que si el código penal no castiga la homosexualidad el Tribunal no puede hacer nada.

indonesiaEste tipo de manifestaciones homófobas cada vez son más habituales

¿Y qué han hecho ahora los políticos? Pues proponer una modificación del Código Penal, que podría aprobarse el mismo día de San Valentín, en la que se castigue el sexo homosexual con penas de hasta cinco años de prisión. La modificación de la ley, que aún se está redactando en comisión parlamentaria y a la que Reuters ha tenido acceso, criminalizará el sexo extra-matrimonial, la homosexualidad y la co-habitación. Arsul Sani, secretario general del PPP, ha sido uno de los redactores de este nuevo código penal y ha explicado que las condenas “Se aplicarán a personas del mismo género que tienen sexo, lo que básicamente es un acto prohibido. Se considera igual que el adulterio, por lo que un hombre y una mujer que tienen sexo fuera del matrimonio podría considerarse un crimen.

Para la redacción de la ley los miembros del parlamento han tenido en cuenta la opinión de líderes religiosos y diversos juristas (obviamente no han contado con ningún colectivo LGTB+ ni defensor de los derechos humanos) para encontrar la forma de ilegalizar el sexo fuera del matrimonio. Curiosamente la criminalización de la homosexualidad les ha dado menos problemas porque parece que todos los partidos políticos están a favor: “En términos legales, en términos religiosos y en términos éticos, no podemos tener eso en nuestro país“, declaró Junimart Girsang, parlamentario miembro del Partido Demócrata.

indonesia-latizagos-homofobia-696x522Imagen de la tortura pública a la que se sometió a dos hombres en Aceh sospechosos de ser homosexuales.

Como explica Andreas Harsono de la Human Rights Watch esta ley “creará nuevos delitos discriminatorios que no existen en el actual código penal. Frenará los esfuerzos de Indonesia por desarrollar su economía, su sociedad, su conocimiento y su educación y tendrá a las fuerzas de la ley muy ocupadas vigilando la moral. Es igual que la ley Sharia en Aceh.

“Indonesia, cuya constitución garantiza los derechos humanos y ha ratificado muchos convenios de derechos humanos, será ridiculizada por el mundo por crear una ley que potencialmente viola muchos de esos derechos”, declara Said Muhammad Isnur, director de defensa legal en la Fundación del Instituto de Asistencia Jurídica del país. Activistas y expertos legales temen que se propague la vigilancia parapolicial, lo que ya se produce en algunas zonas de Indonesia, y se produzca un retroceso de los derechos humanos y la privacidad en el que es el cuarto país más poblado del mundo, con 250 millones de habitantes, por lo que ya se han movilizado para combatir este proyecto desde la oposición del gobierno. Asimismo, también consideran que la joven democracia del país mayoritariamente musulmán se debilitaría si salen adelante propuestas como tildar de difamación cualquier crítica potencial al presidente y otras revisiones que tendrían como objetivo debilitar las medidas para combatir la corrupción.

Dos años después de su elección, el presidente de Indonesia, Joko Widodo, habla en octubre de 2016 sobre el alarmante incremento de la discriminación contra la comunidad LGTB en su país. Cuatro meses después, en febrero de 2017, el Parlamento Europeo condena que se esté produciendo este incremento de la discriminación de las personas homosexuales, bisexuales y transexuales en su país, pronunciándose en la misma línea el Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la ONU. Precisamente, a lo largo de 2016 y 2017, hasta 1220 personas habrían participado en una encuesta realizada en las 34 provincias del archipiélago mediante la que se concluye que el 87,6 % de los ciudadanos indonesios que entienden qué significa el término “LGTB” se sienten “amenazados” por el colectivo y creen que su religión prohíbe las relaciones homosexuales, rechazando hasta el 79 % la idea de tener como vecino a una persona homosexual, bisexual o transexual.

Ese alto porcentaje ha llevado a que muy pocos políticos muestren su apoyo a las personas LGTB, entre otras cosas porque el año que viene hay elecciones presidenciales y nadie quiere enfadar a una base de votantes eminentemente conservadora.

Este tipo de valoraciones parece estar ligada con el hecho de que hasta un 81,5 % está convencida que las relaciones entre personas del mismo sexo están prohibidas en todas las religiones, no sólo en la musulmana que se practica de forma moderada por el 88 % de los indonesios, aunque el los últimos años se ha producido un incremento del fundamentalismo religioso, según denuncian los activistas. Asimismo, desde Human Rights Watch denuncian un aumento de la retórica contra el colectivo LGBT en los últimos dos años, lo que se ha traducido en acciones por parte de «justicieros» civiles, además de las redadas realizadas por las autoridades amparados en la mayoría de las veces por la ley contra la pornografía.

Hace tan solo unos días la policía de Aceh detenía a una docena de mujeres trans a las que raparon la cabeza en público y han sido retenidas contra su voluntad mientras se les aplicaba un “curso” para que volvieran a ser hombres. Las mujeres, que buscan la forma de huir de la región, han sido puestas en libertad con la condición de que vistan y actúen como hombres.

Indonesia, un infierno para la comunidad LGTB

En febrero de 2016 publicábamos un artículo que recogía cómo la oleada de virulenta homofobia y transfobia se abre paso a un ritmo preocupante en Indonesia. Publicábamos entonces que políticos y líderes religiosos se turnan con declaraciones incendiarias que estigmatizan cada vez más a la población LGTB. Desde entonces, por desgracia, no hemos parado de recoger casos de detenciones, abusos y crueles castigos físicos. Lo que ha hecho que Amnistía Internacional reclame el fin de la cruel persecución al colectivo LGBT en Indonesia.

Indonesia presenta una realidad muy diferente para su comunidad LGTB dependiendo de la región. Formalmente, la homosexualidad no es delito en el país con mayor número de fieles musulmanes del mundo, que mantiene un código penal heredado de la época colonial neerlandesa. La excepción son las provincias autónomas de Aceh (situada en la zona norte de Sumatra) y Sumatra Meridional, aunque en este caso la prohibición rige solo para los musulmanes.

En Aceh, desde 2005 rige la sharia o ley islámica gracias a la autonomía que le fue concedida al firmar la paz con los separatistas, poco después del tsunami que asoló la región. En septiembre de 2014, además se aprobó una terrible ley que castiga las relaciones homosexuales con la pena de recibir cien azotes en público con una vara de ratán. La legislación entraba en vigor en octubre de 2015 y fue aplicada, entre otras ocasiones, el pasado mes de mayo a dos jóvenes de 20 y 23 años.

Fuera de Aceh también se ha registrado un incremento de la represión. También en mayo de este año, la policía indonesia detenía en Yakarta a 141 hombres por asistir a lo que las autoridades han calificado como una supuesta “fiesta de sexo gay”, pese a que la homosexualidad no es ilegal en la capital. No obstante, el portavoz de la policía de Yakarta, Raden Argo Yuwono, aseveraba que los detenidos podrían ser acusados bajo las duras leyes contra la pornografía vigentes en el país. Unas semanas antes, ocho hombres eran detenidos, igualmente acusados de celebrar una “fiesta gay” en Surabaya, la segunda ciudad más grande de Indonesia. Y en octubre, la policía de Indonesia detiene a 58 personas en una redada a una sauna gay de Yakarta

El pasado 20 de diciembre publicábamos que diez hombres habían sido condenados a dos años de cárcel en Indonesia por participar en una supuesta “fiesta gay” en Yakarta, la capital. La noticia supone un paso más en la escalada de LGTBfobia de estado que vive aquel país. Las detenciones se produjeron en Yakarta, la capital, donde las relaciones homosexuales no son formalmente delito. No ha hecho falta: el tribunal ha considerado probado que los condenados violaron la ley contra la pornografía.

El 15 de noviembre del pasado 2016 conocíamos que el gobierno de Indonesia  acaba de prohibir el uso de GIFS en WhatsApp. Pero no sólo porque no se puedan enviar imágenes en movimiento  sino que lo han hecho para evitar que la gente se envíe imágenes pornográficas a través de la aplicación.

Son solo algunos ejemplos de la penosa situación de los ciudadanos LGTB en el país.

Fuente | Reuters, vía EstoyBailando/Universogay/Cristianos Gays

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La Policía de Indonesia arresta y corta el pelo a 12 transexuales

Miércoles, 31 de enero de 2018
Comentarios desactivados en La Policía de Indonesia arresta y corta el pelo a 12 transexuales

transfobia_aceh-300x150El jefe de la policía de Aceh del Norte, Ahmad Untung, calificó a los transexuales como “una amenaza peor que terroristas”.

En la región indonesia de Aceh, en donde rige oficialmente la sharía o ley islámica desde 2005, se ha iniciado la enésima campaña contra la comunidad LGTB. Amnistía Internacional ha denunciado la detención de 12 mujeres trans en la redada a cinco salones de belleza, el pasado sábado 27 de enero. La policía, además de clausurar los locales, les afeitó el cabello en público, las desnudó y las obligó a vestirse con ropas masculinas para, supuestamente, convertirlas en “hombres normales”“La llamada ‘reeducación’ de las personas trans por parte de la policía no solo es humillante e inhumana, también es ilegal y una clara violación de sus derechos humanos. Dichos incidentes deben ser investigados de manera inmediata y efectiva”, exige Usman Hamid, director ejecutivo de Amnistía Internacional Indonesia.

La policía indonesia arrestó a 12 transexuales en la provincia de Aceh, la única que se rige bajo la sharia o ley islámica, y les obligó a vestir ropa de hombre además de cortarles el pelo, denuncian los activistas. En el marco de la llamada “Operación Anti Moral Enferma”, la policía de Aceh efectuaba este sábado redadas sincronizadas a varios salones de belleza, deteniendo a 12 mujeres trans. Los agentes forzaron el cierre de los establecimientos y a las víctimas arrestadas, por su mera identidad de género, las sometieron al escarnio público: les raparon las cabelleras en la calle y las obligaron a pasearse con ropas de hombre. Para las autoridades, estas prácticas denigrantes formal parte de un programa de “reeducación social”. El tránsfobo objetivo final no es otro que “enseñarles” “comportarse” como “hombres de verdad”.

Decenas de agentes de la policía local e islámica llevaron a cabo las detenciones durante la noche del sábado en cinco salones de belleza del distrito Aceh del Norte, en el norte de la isla de Sumatra, confirmó un activista en favor de los derechos del colectivo de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales (LGTB).

“Por el momento todavía están recuperándose del trauma”, declaró en conversación telefónica la fuente, que pidió mantener el anonimato, y añadió que los arrestados fueron liberados el domingo.

El jefe de la policía de Aceh del Norte, Ahmad Untung, calificó a los transexuales como “una amenaza peor que terroristas” y dijo que actuaron porque molestaban a los vecinos con un comportamiento que va “en contra de la sharia y la naturaleza humana”, en declaraciones al portal de noticias “Kliksatu.com“.

Aceh, provincia que aprobó en 2002 la aplicación de la ley islámica, criminaliza las relaciones homosexuales y sentencia a los infractores a castigos corporales que pueden llegar a hasta los 100 bastonazos.

En diciembre, una muchedumbre alertó a la policía islámica de la presencia de siete transexuales que se dirigían a una fiesta de cumpleaños en la capital provincial, Banda Aceh, y que fueron retenidas por las autoridades y liberadas tras ser reprendidas.

El investigador en asuntos LGTB de Human Rights Watch, Kyle Knight denunció, tras los arrestos de diciembre, que los políticos locales de Aceh han empeorado la situación al promover la homofobia.

Al menos 527 personas fueron azotadas en Aceh desde 2016 hasta octubre de 2017, por infracciones como apostar, consumir alcohol o adulterio, entre otros, según el centro de investigación indonesio Institute for Criminal Justice Reform.

El año pasado dos hombres fueron condenados por primera vez a ser azotados en público por mantener relaciones homosexuales.

Aunque Aceh es la única provincia del archipiélago que aplica la sharia, ONG y activistas han denunciado un aumento en la represión contra la comunidad LGTB en Indonesia, el país con mayor población musulmana del mundo.

Indonesia, un infierno para la comunidad LGTB

En febrero de 2016 publicábamos un artículo que recogía cómo la oleada de virulenta homofobia y transfobia se abre paso a un ritmo preocupante en Indonesia. Publicábamos entonces que políticos y líderes religiosos se turnan con declaraciones incendiarias que estigmatizan cada vez más a la población LGTB. Desde entonces, por desgracia, no hemos parado de recoger casos de detenciones, abusos y crueles castigos físicos. Lo que ha hecho que Amnistía Internacional reclame el fin de la cruel persecución al colectivo LGBT en Indonesia.

Indonesia presenta una realidad muy diferente para su comunidad LGTB dependiendo de la región. Formalmente, la homosexualidad no es delito en el país con mayor número de fieles musulmanes del mundo, que mantiene un código penal heredado de la época colonial neerlandesa. La excepción son las provincias autónomas de Aceh (situada en la zona norte de Sumatra) y Sumatra Meridional, aunque en este caso la prohibición rige solo para los musulmanes.

En Aceh, desde 2005 rige la sharia o ley islámica gracias a la autonomía que le fue concedida al firmar la paz con los separatistas, poco después del tsunami que asoló la región. En septiembre de 2014, además se aprobó una terrible ley que castiga las relaciones homosexuales con la pena de recibir cien azotes en público con una vara de ratán. La legislación entraba en vigor en octubre de 2015 y fue aplicada, entre otras ocasiones, el pasado mes de mayo a dos jóvenes de 20 y 23 años.

Fuera de Aceh también se ha registrado un incremento de la represión. También en mayo de este año, la policía indonesia detenía en Yakarta a 141 hombres por asistir a lo que las autoridades han calificado como una supuesta “fiesta de sexo gay”, pese a que la homosexualidad no es ilegal en la capital. No obstante, el portavoz de la policía de Yakarta, Raden Argo Yuwono, aseveraba que los detenidos podrían ser acusados bajo las duras leyes contra la pornografía vigentes en el país. Unas semanas antes, ocho hombres eran detenidos, igualmente acusados de celebrar una “fiesta gay” en Surabaya, la segunda ciudad más grande de Indonesia. Y en octubre, la policía de Indonesia detiene a 58 personas en una redada a una sauna gay de Yakarta

El pasado 20 de diciembre publicábamos que diez hombres habían sido condenados a dos años de cárcel en Indonesia por participar en una supuesta “fiesta gay” en Yakarta, la capital. La noticia supone un paso más en la escalada de LGTBfobia de estado que vive aquel país. Las detenciones se produjeron en Yakarta, la capital, donde las relaciones homosexuales no son formalmente delito. No ha hecho falta: el tribunal ha considerado probado que los condenados violaron la ley contra la pornografía.

El 15 de noviembre del pasado 2016 conocíamos que el gobierno de Indonesia  acaba de prohibir el uso de GIFS en WhatsApp. Pero no sólo porque no se puedan enviar imágenes en movimiento  sino que lo han hecho para evitar que la gente se envíe imágenes pornográficas a través de la aplicación.

Son solo algunos ejemplos de la penosa situación de los ciudadanos LGTB en el país.

Fuente Agencias, vía Cáscara Amarga/Cristianos Gays

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Unilever claudica ante la homofobia de Indonesia por un falso helado “gay”.

Lunes, 15 de enero de 2018
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rainbow-gaytimeUn falso helado “gay” de la marca Unilever se cuela en las redes sociales de Indonesia y lleva a la empresa a colocarse del lado de los homófobos que amenazaban con hacerles boicot. 

En Australia en los años 60 la empresa Unilever sacó un helado con un nombre muy inocente para la época pero que hoy en día tiene una connotación un poco diferente, el Golden Gaytime:

Sí. Hay hasta sabor Unicornio. Porque más allá de su maravilloso nombre el Golden Gaytime es tan popular en Australia que tiene versiones de todo tipo. En sandwich, en tarrina, en tubos y hasta en cucurucho. Al que cariñosamente llaman Golden Gaynetto.

En marzo del año pasado, coincidiendo con el Mardi Gras de Sydney, Jesse James McElroy (que fue el creador del Gaynetto y de las tarrinas de helado y el que convenció a Streets -el fabricante- de producirlos en masa) se inventó una nueva versión del Golden Gaytime llamada Rainbow Gaytime.

El Rainbow Gaytime no llegó a venderse ni a producirse pero sirvió a McElroy para hacer ruido en favor de la legalización del matrimonio igualitario, algo que,  ocurrió el mes pasado  con un resultado aplastante en la consulta postal convocada por el Primer ministro Turnbull (61,6 % de votos a favor, 38,4 % en contra con una participación del 79,5 % del censo).

indonesia-homofobia-helado-gaytime-648x800Pero, por lo que se ve,  nadie avisó a los indonesios de que el Rainbow Gaytime no es real. Y cuando la foto del helado ahora se ha hecho viral en el país… ha saltado la polémica desatándose una ola de homofobia muy en consonancia con la que se vive en buena parte de la sociedad indonesia.

Aunque el Rainbow Gaytime nunca llegó a producirse y aunque, evidentemente, nunca se le ha visto en Indonesia, a los consumidores del país no les ha gustado nada la “idea”. Les ha gustado tan poco que han propuesto un boicot a la marca por entender que ataca los valores culturales y religiosos y las normas sociales del país.

Siendo Indonesia un país espectacularmente homófobo  la amenaza del boicot ha resultado tan seria que Unilever ha tenido que salir a defenderse. Sí, a defenderse a ellos mismos. Porque a la empresa en ningún momento le ha parecido apropiado defender los derechos LGTB+.

En un comunicado de prensa Unilever (propietaria de la marca Wall’s que distribuye sus helados en Indonesia) se ha distanciado del producto y ha explicado que ese helado Gaytime “no es un producto de Wall’s“.

La marca asegura además que en los 84 años que llevan en el país han “respetado y defendido los valores culturales y religiosos y las normas sociales de Indonesia.

Siempre nos hemos asegurado de que nuestros productos, actividades y campañas en Indonesia sean adecuadas para los indonesios de diferentes ambientes“, asegura Unilever en este movimiento que busca únicamente contentar a la sociedad homófoba indonesia ignorando completamente las vulneraciones sistemáticas de los derechos humanos del colectivo LGTB+ que ocurren en el país.

indonesia-latizagos-homofobia-696x522Como por ejemplo, ésta… Sí, a ese señor le están pegando en público por ser (o parecer) homosexual.

Pero el negocio es el negocio y aquí hay que seguir vendiendo helados.

Habrá que estar atentos a cuando Unilever quiera venderle algo al colectivo LGTB+ de países en los que la diversidad y el respeto sean “valores culturales” que defiendan y apoyen. No hace falta apostar nada  a que, entonces sacarán a pasear su cínico oportunismo.

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Indonesia, un infierno para la comunidad LGTB

En febrero de 2016 publicábamos un artículo que recogía cómo la oleada de virulenta homofobia y transfobia se abre paso a un ritmo preocupante en Indonesia. Publicábamos entonces que políticos y líderes religiosos se turnan con declaraciones incendiarias que estigmatizan cada vez más a la población LGTB. Desde entonces, por desgracia, no hemos parado de recoger casos de detenciones, abusos y crueles castigos físicos. Lo que ha hecho que Amnistía Internacional reclame el fin de la cruel persecución al colectivo LGBT en Indonesia.

Indonesia presenta una realidad muy diferente para su comunidad LGTB dependiendo de la región. Formalmente, la homosexualidad no es delito en el país con mayor número de fieles musulmanes del mundo, que mantiene un código penal heredado de la época colonial neerlandesa. La excepción son las provincias autónomas de Aceh (situada en la zona norte de Sumatra) y Sumatra Meridional, aunque en este caso la prohibición rige solo para los musulmanes.

En Aceh, desde 2005 rige la sharia o ley islámica gracias a la autonomía que le fue concedida al firmar la paz con los separatistas, poco después del tsunami que asoló la región. En septiembre de 2014, además se aprobó una terrible ley que castiga las relaciones homosexuales con la pena de recibir cien azotes en público con una vara de ratán. La legislación entraba en vigor en octubre de 2015 y fue aplicada, entre otras ocasiones, el pasado mes de mayo a dos jóvenes de 20 y 23 años.

Fuera de Aceh también se ha registrado un incremento de la represión. También en mayo de este año, la policía indonesia detenía en Yakarta a 141 hombres por asistir a lo que las autoridades han calificado como una supuesta “fiesta de sexo gay”, pese a que la homosexualidad no es ilegal en la capital. No obstante, el portavoz de la policía de Yakarta, Raden Argo Yuwono, aseveraba que los detenidos podrían ser acusados bajo las duras leyes contra la pornografía vigentes en el país. Unas semanas antes, ocho hombres eran detenidos, igualmente acusados de celebrar una “fiesta gay” en Surabaya, la segunda ciudad más grande de Indonesia. Y en octubre, la policía de Indonesia detiene a 58 personas en una redada a una sauna gay de Yakarta

El pasado 20 de diciembre publicábamos que diez hombres habían sido condenados a dos años de cárcel en Indonesia por participar en una supuesta “fiesta gay” en Yakarta, la capital. La noticia supone un paso más en la escalada de LGTBfobia de estado que vive aquel país. Las detenciones se produjeron en Yakarta, la capital, donde las relaciones homosexuales no son formalmente delito. No ha hecho falta: el tribunal ha considerado probado que los condenados violaron la ley contra la pornografía.

El 15 de noviembre del pasado 2016 conocíamos que el gobierno de Indonesia  acaba de prohibir el uso de GIFS en WhatsApp. Pero no sólo porque no se puedan enviar imágenes en movimiento  sino que lo han hecho para evitar que la gente se envíe imágenes pornográficas a través de la aplicación.

Son solo algunos ejemplos de la penosa situación de los ciudadanos LGTB en el país.

Fuente | Pink News, vía EstoyBailando/Domanzanas/Cristianos Gays

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Continúa la escalada de LGTBfobia de estado en Indonesia: diez detenidos en una supuesta “fiesta gay” condenados a dos años de cárcel

Miércoles, 20 de diciembre de 2017
Comentarios desactivados en Continúa la escalada de LGTBfobia de estado en Indonesia: diez detenidos en una supuesta “fiesta gay” condenados a dos años de cárcel

wire-1928652-1513584657-846_634x396Diez hombres han sido condenados a dos años de cárcel en Indonesia por participar en una supuesta “fiesta gay” en Yakarta, la capital. La noticia supone un paso más en la escalada de LGTBfobia de estado que vive aquel país. Las detenciones se produjeron en Yakarta, la capital, donde las relaciones homosexuales no son formalmente delito. No ha hecho falta: el tribunal ha considerado probado que los condenados violaron la ley contra la pornografía.

Los diez condenados formaban parte de los 141 detenidos el pasado mayo en el curso de una redada que tuvo lugar en una sauna de la capital indonesia, donde supuestamente se celebraba una “fiesta gay”. El pasado jueves, un tribunal los encontró culpables de violar la ley contra la pornografía, aprobada en 2008, y que no solo prohíbe cualquier representación de relaciones sexuales sino también la “acción pornográfica”, un término legal que incluye desde demostraciones de afecto en presencia de terceras personas o la desnudez (aunque sea parcial).

El hecho de que se utilice esta ley para perseguir penalmente la homosexualidad en un territorio en el que supuestamente esta no está criminalizada pone de manifiesto la gravedad de la situación que se vive hoy día en Indonesia. De hecho, solo en las provincias autónomas de Aceh y Sumatra Meridional, en las cuales se aplica la sharía o ley islámica (En Aceh a todos los ciudadanos, en Sumatra Meridional solo a los musulmanes, que en cualquier caso son mayoría), las relaciones homosexuales son formalmente ilegales, castigándose incluso con castigos físicos. El pasado mayo, por ejemplo, dos jóvenes fueron fustigados públicamente con 83 latigazos, una barbarie que causó estupor entre los defensores humanos en todo el mundo. La conmoción causada hizo que las autoridades de Aceh se estén planteando ejecutar estas sentencias sin público presente.

Pero también en el resto del país la situación se está deteriorando. Ya lo recogíamos en febrero de 2016, cuando hacíamos alusión a la ola de LGTBfobia protagonizada por políticos y líderes religiosos. Desde entonces, por desgracia, no hemos dejado de conocer casos de detenciones y abusos. Un ejemplo es la redada de mayo, que ha desembocado ahora en la condena de diez hombres, pero ha habido muchos otros. Días antes de aquella redada, otros ocho hombres eran detenidos, igualmente acusados de celebrar una “fiesta gay” en Surabaya, la segunda ciudad del país. En Java Occidental, la provincia más poblada de Indonesia el jefe de policía hizo pública por su parte su intención de constituir un grupo de trabajo policial para investigar la actividad de personas LGTB. Y hace solo dos meses tuvo lugar otra redada en un local de ambiente gay de Yakarta, en la que fueron detenidos 51 hombres.

Hace pocos días aludíamos al “respiro provisional” que había supuesto la decisión del Tribunal Constitucional de Indonesia de rechazar una propuesta de criminalización de las relaciones sexuales entre personas no casadas, cuyo objetivo principal no era otro que el de castigar por vía indirecta las relaciones homosexuales. Poco ha durado el respiro, por desgracia.

Fuente Dosmanzanas

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El Tribunal Constitucional de Indonesia rechaza por la mínima la criminalización de la homosexualidad

Sábado, 16 de diciembre de 2017
Comentarios desactivados en El Tribunal Constitucional de Indonesia rechaza por la mínima la criminalización de la homosexualidad

tribunal-constitucional-indonesia-kq5c-620x349abcAunque en los últimos meses Indonesia se está convirtiendo en un foco preocupante de LGTBfobia, el Tribunal Constitucional del país acaba de rechazar una proposición para castigar con hasta cinco años de cárcel el sexo gay y el sexo prematriomnial.

El Tribunal Constitucional de Indonesia rechazó este jueves criminalizar las relaciones sexuales entre personas no casadas, incluyendo por tanto las que tuvieran lugar entre personas del mismo sexo. Por una ajustada mayoría de cinco votos a favor frente a cuatro en contra, los jueces del alto tribunal decidieron no admitir una petición de reforma del Código Penal que habría castigado con penas de hasta cinco años de prisión el sexo fuera del matrimonio. La decisión supone un respiro provisional en una región donde la LGTBfobia social y de Estado está alcanzando cotas muy preocupantes.

Alivio momentáneo de la comunidad LGTB en Indonesia. El Tribunal Constitucional de este país del sudeste asiático ha fallado en contra de una petición para declarar delictivas las relaciones sexuales fuera del matrimonio. La demanda la presentó la Family Love Alliance/Alianza por el Amor Familiar (AILA) en marzo de 2016, un grupo islamista de extrema derecha y antiLGTBI al que se sumaron unos cuantos académicos ultra conservadores. En su momento la líder de la AILA, Rita Hendrawaty, dijo que la intención del grupo no era criminalizar a las personas LGTBI sino “tener normas mucho más claras.” “No pretendemos criminalizar a aquellos que tienen orientaciones sexuales desviadas“, explicó Hendrawaty en agosto de 2016, “Ésa no es la cuestión. Pueden ser libres de vivir pero no de mostrar su estilo de vida“. Hamid Chalid, un experto en legalidad constitucional que se sumó a la petición, dijo que su intención era meter en vereda al país porque se estaba volviendo demasiado liberal: “Nuestro país ha legalizado el fornicio, la violación masculina y los actos homosexuales. Hemos permitido que nuestra constitución se vuelva demasiado liberal. ¿Es eso lo que queremos?

La demanda ha sido rechazada, tras una votación muy ajustada, por el voto contrario de cinco jueces, frente a cuatro que votaron a favor, en la que se ha considerado que para poder implementar esa petición habría que introducir nuevas leyes en el código penal, algo que sería responsabilidad del gobierno. “Solo porque se considere que una ley está incompleta o ya no está en línea con las normas de la sociedad no implica que esa ley sea contradictoria con nuestra Constitución”, dice el veredicto, que añade que “cualquier limitación a los derechos de las personas ha de ser decidida a través del proceso legislativo del Parlmento. Las peticiones presentadas ante este tribunal están pensadas para proteger a alguien frente a la limitación de sus derechos.” De haber sido aceptada, las relaciones entre personas del mismo sexo o entre personas de distinto sexo fuera del matrimonio habrían conllevado una pena de hasta cinco años de prisión.

Los magistrados no han declarado inconstitucional la prohibición del sexo extramarital, sino que consideran que esta decisión la tiene que tomar, en su caso, el poder legislativo. El fallo contrario a la criminalización ha sido posible también gracias a la reciente encarcelación por corrupción de uno de los jueces del alto tribunal, Patrialis Akbar, por corrupción. Mientras que Akbar apoyaba con entusiasmo la petición, su sustituto ha votado en contra.

Las organizaciones pro derechos humanos se han felicitado por la sentencia, aunque recordando lo ajustado del resultado y la necesidad de seguir luchando contra la ola LGTBfoba que sacude la región. “Es muy importante evitar que nuestro poder judicial lo saboteen unos fundamentalistas y unos corruptos”, declaraba Rocky Intan, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales en Yakarta. Los demandantes de la Family Love Association, por el contrario, aseguraron que continuarán por la vía legislativa su batalla por la penalización.

Entre lo que dice el veredicto y lo ajustado de la votación cierto es que el colectivo LGTB+ de Indonesia no está como para tirar cohetes, pero han celebrado el resultado y han asegurado que se trata de un gran paso en el reconocimiento de la igualdad y el respeto a la diversidad.

Indonesia, un infierno para la comunidad LGTB

En febrero de 2016 publicábamos un artículo que recogía cómo la oleada de virulenta homofobia y transfobia se abre paso a un ritmo preocupante en Indonesia. Publicábamos entonces que políticos y líderes religiosos se turnan con declaraciones incendiarias que estigmatizan cada vez más a la población LGTB. Desde entonces, por desgracia, no hemos parado de recoger casos de detenciones, abusos y crueles castigos físicos.

Indonesia presenta una realidad muy diferente para su comunidad LGTB dependiendo de la región. Formalmente, la homosexualidad no es delito en el país con mayor número de fieles musulmanes del mundo, que mantiene un código penal heredado de la época colonial neerlandesa. La excepción son las provincias autónomas de Aceh (situada en la zona norte de Sumatra) y Sumatra Meridional, aunque en este caso la prohibición rige solo para los musulmanes.

En Aceh, desde 2005 rige la sharia o ley islámica gracias a la autonomía que le fue concedida al firmar la paz con los separatistas, poco después del tsunami que asoló la región. En septiembre de 2014, además se aprobó una terrible ley que castiga las relaciones homosexuales con la pena de recibir cien azotes en público con una vara de ratán. La legislación entraba en vigor en octubre de 2015 y fue aplicada, entre otras ocasiones, el pasado mes de mayo a dos jóvenes de 20 y 23 años.

Fuera de Aceh también se ha registrado un incremento de la represión. También en mayo de este año, la policía indonesia detenía en Yakarta a 141 hombres por asistir a lo que las autoridades han calificado como una supuesta “fiesta de sexo gay”, pese a que la homosexualidad no es ilegal en la capital. No obstante, el portavoz de la policía de Yakarta, Raden Argo Yuwono, aseveraba que los detenidos podrían ser acusados bajo las duras leyes contra la pornografía vigentes en el país. Unas semanas antes, ocho hombres eran detenidos, igualmente acusados de celebrar una “fiesta gay” en Surabaya, la segunda ciudad más grande de Indonesia. Son solo algunos ejemplos de la penosa situación de los ciudadanos LGTB en el país.

Fuente Gay Star News, vía Dosmanzanas/EstoyBailando

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Indonesia prohíbe los GIFS en WhatsApp para evitar la pornografía

Miércoles, 15 de noviembre de 2017
Comentarios desactivados en Indonesia prohíbe los GIFS en WhatsApp para evitar la pornografía

indonesia-prohibe-gifs-whatsapp-696x522El gobierno de Indonesia prohíbe el uso de GIFS en WhatsApp para evitar que los ciudadanos compartan “imágenes obscenas”.

El país lleva meses sumido en una espiral de censura que busca acabar con cualquier tipo de representación de la sexualidad o la sociedad no heteronormativa.

El gobierno de Indonesia  acaba de prohibir el uso de GIFS en WhatsApp. Pero no sólo porque no se puedan enviar imágenes en movimiento  sino que lo han hecho para evitar que la gente se envíe imágenes pornográficas a través de la aplicación.

El Ministerio de Comunicaciones e Informática de Indonesia ha explicado que como no puede monitorizar las comunicaciones a base de GIFS en la app por su método de cifrado dio a la compañía 48 horas para que eliminara las “imágenes obscenas“ que se usan en ella a través de terceros.

Desde WhatsApp intentaron llegar a un acuerdo con el gobierno pero no sirvió de nada y finalmente el ministro Samuel Abrijani Pangerapan dio la orden de bloquear las DNS de los seis sitios dirigidos por Tenor, la compañía que suministra los gifs a la aplicación.

La portavoz de Tenor, Jennifer Kutz, ha explicado en una entrevista que han intentado trabajar con el ministerio para cumplir con sus peticiones; algo que hacen regularmente con “entidades locales para asegurarnos de que nuestro contenido refleja la cultura del país y los requerimientos legales.” Pero les ha resultado imposible definir qué era una imagen obscena y qué no. Así que nada, se han quedado sin gifs.

O en realidad no. Porque poco han tardado los “hackers” en explicarle a los indonesios que para saltarse esa prohibición es tan fácil como entrar en Google, buscar un gif, descargarlo en el teléfono y enviarlo en un mensaje.

Desde hace meses varios activistas y medios de comunicación están denunciando la deriva autoritaria del gobierno de Indonesia, que se ha propuesto eliminar cualquier contenido que no cumpla con sus estrictas normas morales. Así, por ejemplo, el gobierno propuso hace unas semanas una ley que prohibiría mostrar “comportamiento LGTB+“ en televisión o en cualquier tipo de contenido audiovisual. Aunque, como ha pasado con los GIFS, no queda muy claro qué consideran un “comportamiento LGTB+“.

El país vive, como denunció Vitit Muntarbhorn en la Asamblea General de la ONU, una oleada homófoba que está llevando a las autoridades a perseguir de forma cada vez más feroz al colectivo LGTB. Desde la propuesta de prohibir las apps de ligue gay hasta las detenciones por publicar una foto de un beso en Facebook, pasando por torturas en público y detenciones en masa en fiestas gais.

Este movimiento de prohibir los GIFS en WhatsApp ha sido entendido por muchos como un paso más en esa obsesión por censurar. Desde Coconuts, una compañía de comunicación, han publicado un editorial avisando de que aunque la prohibición de los GIFS no supone “el mayor golpe de la historia a la libertad de expresión” sí que es “otra victoria para las fuerzas de la exagerada censura y, por supuesto, para los padres que son demasiado perezosos o irresponsables para monitorizar el uso que sus hijos hacen de internet.

Fuente | Gay Star News, vía EstoyBailando/Cristianos Gays

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Amnistía Internacional reclama el fin de la cruel persecución al colectivo LGBT en Indonesia

Jueves, 2 de noviembre de 2017
Comentarios desactivados en Amnistía Internacional reclama el fin de la cruel persecución al colectivo LGBT en Indonesia

indonesia-latizagos-homofobia-696x522Desde que se aplica la ley Sharia en la provincia de Aceh, habrían sido azotadas publicamente hasta 530 personas, por lo que Amnistía Internacional exige el fin de este «castigo degradante e inhumano», reclamando mayor presión por parte de la comunidad internacional para mejorar la situación del colectivo LGBT en Indonesia. 

«La flagelación pública y la criminalización de las relaciones entre personas del mismo sexo son violaciones flagrantes de las leyes internacionales de derechos humanos», declara Usman Hamid, director de Amnistía Internacional en Indonesia. Situada en el norte de Indonesia, la provincia de Aceh aplica por primera vez la ley Sharia en 2011, castigando el juego, el adulterio, la venta de alcohol y la penalización de las relaciones íntimas entre personas del mismo sexo, a pesar de que la homosexualidad no está penalizada en el país asiático. Desde octubre de 2015 se intensifican los castigos, ascendiendo ya a 530 las personas que han sido azotadas públicamente, por lo que Amnistía Internacional exige que se ponga fin al «castigo degradante e inhumano».

A principios de este años, una pareja era asaltada en la privacidad de su domicilio, siendo declarados culpables por un tribunal islámico de mantener relaciones homosexuales y condenados a recibir 85 bastonazos. «El azote de dos hombres homosexuales fue un espectáculo nauseabundo, llevado a cabo frente a más de 1000 espectadores que se burlaban de ellos en un acto de extrema crueldad», explica Hamid, aclarando que era la primera vez que personas homosexuales eran castigados de esta manera.

Dos semanas después de que el gobierno de Joko Widodo propusiera la eliminación del colectivo LGBT de los medios de comunicación, Rupert Colville, portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, condenaba la persecución de homosexuales, bisexuales y transexuales en Indonesia. «Proponemos que las autoridades indonesias, especialmente el presidente Widodo y los líderes de Aceh, deroguen la ley que impone estos castigos, que constituyen un trato cruel, inhumano y degradante, y pueden constituir tortura (…). La comunidad internacional debe presionar a Indonesia para que cree un entorno más seguro para la comunidad LGBTI antes de que la situación se deteriore aún más», reclama Hamid.

Predominantemente musulmana, la provincia de Aceh, ubicada en el extremo norte de la isla de Sumatra, tiene un gobierno parcialmnte autónomo. Los estatutos de la Sharia se aplican a todos los ciudadanos residentes, así como a los turistas que visitan la provincia. «Las actitudes intolerantes continuas, incluidas las mayores protestas conservadoras musulmanas del año pasado, han mostrado un mayor conservadurismo (…). La discriminación contra el colectivo LGBTIQ ha aumentado y esta situación se ha visto alimentada durante el año pasado por una serie de declaraciones imprudentes, incendiarias e imprecisas hechas por funcionarios públicos, aparentemente bajo el pretexto de ‘defender la moral pública’» asegura Hamid.

Indonesia, un infierno para la diversidad LGTB

No se puede negar la belleza natural de Indonesia, un país de postal que oculta en su interior un infierno para la comunidad LGTB. Sin ir más lejos, el pasado mes de febrero  publicábamos un post recogiendo cómo la oleada de virulenta homofobia y transfobia se abre paso a un ritmo preocupante en Indonesia. Publicábamos entonces que políticos y líderes religiosos se turnan con declaraciones incendiarias que estigmatizan cada ver más a la población LGTB.

Recordemos que la provincia autónoma de Aceh (en la zona norte de Sumatra) aprobó en septiembre de 2014 una penosa ley que castiga las relaciones homosexuales con la pena de recibir cien azotes en público con una vara de ratán. La legislación entraba en vigor en octubre de 2015. Ese mismo mes nos hacíamos eco de la detención de dos jóvenes lesbianas (de 18 y 19 años) por abrazarse públicamente y confesar que eran pareja. Según el jefe de la policía islámica las chicas serían “sometidas a rehabilitación con la participación de psicólogos en dependencias sociales”.

Indonesia presenta una realidad muy diferente para su comunidad LGTB dependiendo de la región. Formalmente, la homosexualidad no es delito en el país con mayor número de fieles musulmanes del mundo, que mantiene un código penal heredado de la época colonial neerlandesa. La excepción es Aceh, donde desde 2005 rige la sharia o ley islámica gracias a la autonomía que le fue concedida al firmar la paz con los separatistas, poco después del tsunami que asoló la región. Pero la influencia islamista se deja sentir también en otros lugares de Indonesia. La de Aceh es desde luego la peor situación, puesto que como decíamos arriba la homosexualidad no es formalmente delito en el resto del país. Ello no significa que en otras partes sea buena. En 2004, las autoridades municipales de Palembang, en Sumatra Meridional, dictaron por ejemplo una regulación en la que aglutinaban la actividad de las personas LGTB como “prostitución”. En virtud de ese reglamento, todas las personas acusadas de cometer cualquiera de esas actividades se enfrentan a la perspectiva de un máximo de seis meses de prisión o 5.000.000 de rupias (360 euros, 380 dólares) de multa.

En otras zonas existe una actitud algo más tolerante, especialmente en zonas urbanas como Yakarta. Con todo, la influencia de los islamistas más radicales se hace sentir cada vez más. En la propia Yakarta, la capital, las autoridades prohibieron en 2012 un concierto de Lady Gaga,  abanderada de los derechos LGTB, por considerarla un personaje diabólico y antirreligioso.

Los fundamentalistas también han obligado a cancelar una reunión de la división asiática de la ILGA (International Lesbian and Gay Association) en Surabaya y han amenazado a los organizadores del Q! Film Festival, un festival de cine LGTB, por mencionar otros dos ejemplos. En marzo de 2015, el Consejo de Ulemas de Indonesia dictó una fetua en la que se exigía que los actos homosexuales sean castigados con la pena de muerte. Aunque el Consejo de Ulemas no tiene ningún poder legislativo o ejecutivo en Indonesia, su influencia social es elevada.

En el mes de octubre de 2016, informábamos de la detención de una pareja gay por subir a su cuenta de Facebook unas fotos besándose, junto con un mensaje de amor, que fue considerada por las autoridades como “pornografía”. A estos hechos se suman el veto de aspirantes LGTB a plazas públicas, el cierre de la única escuela para personas trans de Indonesia o la persecución de webs LGTB y apps de contactos gais.

Indonesia también votó el pasado 2014 en contra de la resolución del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas contra la homofobia y la transfobia y ha sido calificado, por su propia población, como un mal lugar para vivir si eres gay o lesbiana (solo un 2% opina lo contrario) en una encuesta de Gallup.

 Deterioro preocupante de los derechos LGTB

Como decíamos antes, Indonesia presenta una realidad muy diferente para su comunidad LGTB dependiendo de la región. Formalmente, la homosexualidad no es delito en el país con mayor número de fieles musulmanes del mundo, que mantiene un código penal heredado de la época colonial neerlandesa. La excepción son las provincias autónomas de Aceh y Sumatra Meridional. Y así lo reconocía el presidente Joko Widodo, quien lejos de atajarla ha llegado a aprobar medidas discriminatorias, como confiscar preservativosbloquear aplicaciones de citas entre personas del mismo sexo o autorizar formas de discriminación laboral, aparte de permitir las irresponsables declaraciones homofóbicas de políticos y alcaldes demonizando al colectivo LGBTy la radicalización de líderes religiosos que han llegado a fomentar el boicot a empresas internacionales que apoyan al colectivo LGBT.

Pero también en el resto del país la situación se está deteriorando. Ya lo recogíamos en febrero de 2016, cuando hacíamos alusión a la ola de LGTBfobia protagonizada por políticos y líderes religiosos. Hace pocas semanas, por ejemplo, la policía detenía en Yakarta, la capital, a 141 hombres por asistir a lo que las autoridades calificaron como “fiesta de sexo gay”, pese a que la homosexualidad no es allí ilegal. El portavoz de la policía aseveraba que los detenidos podrían ser acusados bajo las duras leyes contra la pornografía. Semanas antes, otros ocho hombres eran detenidos, igualmente acusados de celebrar una “fiesta gay” en Surabaya, la segunda ciudad del país. Y en Java Occidental, la provincia más poblada del país, el jefe de policía ha hecho público el plan de constituir un grupo de trabajo policial para investigar la actividad de personas LGTB.

Y a finales de mayo se ejecutaba la condena a 85 bastonazos a una pareja descubierta manteniendo relaciones sexuales consentidas en la provincia de Aceh, donde sí se aplica la ley Sharia desde 2005. El Parlamento Europeo condenaba en febrero la discriminación de personas homosexuales, bisexuales y transexuales en Indonesia, cuya situación era comparada con Chechenia por Kimahli Powell, director ejecutivo de Rainbow Railroad, que ha contribuido, en colaboración del gobierno de Canadá, a la evacuación de muchos perseguidos por la purga de homosexuales liderada por Razam Kadyrov.

Fuente Universogay/Cristianos Gays

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La ONU condena las persecuciones al colectivo LGBT en Egipto, Indonesia y Azerbaiyán

Miércoles, 25 de octubre de 2017
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5294107757001_5376704553001_5376703104001-vsEl portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Rupert Colville, condena la arbitraria persecución del colectivo LGBT que se ha desatado recientemente en países como Egipto, Indonesia y Azerbaiyán.  

El mismo día que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, confirma su intención de mermar los derechos de homosexuales, bisexuales y transexuales, este último viernes, 13 de octubre, el portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Rupert Colville, condena las arbitrarias detenciones de miembros del colectivo LGBT producidas en Egipto, Indonesia y Azerbaiyán, alentando a los tres países a que tomen medidas para liberar a los detenidos y eliminen todos los cargos contra ellos.

Colville considera arbitrario «arrestar o detener a personas basándose en su orientación sexual o identidad sexual», además de violar «el derecho internacional, incluidos los derechos a la privacidad, la no discriminación, la igualdad ante la ley y la protección igual de la ley (…). Arrestar y detener a las personas para expresarse legítimamente, incluso exhibiendo la bandera del arco iris, también es arbitrario y viola el derecho de la persona a la libertad de expresión», refiriéndose a la persecución desatada contra más de 180 personas, que habrían sido víctimas de una cacería debido a su orientación sexual en países mayoritariamente islámicos en los que no está penada la homosexualidad, siendo víctimas de agresiones físicas y psicológicas.

El activista Javid Nabiyed sacaba a luz, a finales de septiembre, la persecución a la que están sometidas las personas homosexuales, bisexuales y transexuales en Baku, la capital de Azerbaiyán, donde son encarceladas arbitrariamente para ser víctimas de abusos verbales y palizas, obligándoles a pasar exámenes médicos y llegando incluso a rapar el pelo a las mujeres transexuales, para ser después liberados bajo cargos de «vandalismo» y «resistencia a una orden policial».

Largo es el listado de atropellos a la comunidad LGBT que se producen en Indonesia, donde en mayo condenan a 85 bastonazos a una pareja del mismo sexo en la provincia de Aceh, donde se aplica la ley sharia, pero no en el resto del país donde en septiembre arrestan a una docena de mujeres por ser lesbianas cuando están reunidas en un domicilio de Cigombong, y en octubre arrestan a 58 personas en una sauna en Yakarta, una semana después de que el gobierno anunciara su intención de aprobar una Ley de radiodifusión con el principal propósito de eliminar cualquier alusión al colectivo LGBT en los medios de comunicación.

Una ley que parece haber sido copiada en Egipto, donde se desata una ola de arrestos a cualquier personas sospechosa de ser homosexual a los que acusan de «incitar a la indecencia y al libertinaje», siendo algunos de ellos sometidos a exámenes anales, después de que un grupo de jóvenes ondeara una bandera arco iris en un concierto de Mashrou’ Leila. Mientras tanto, Rusia y Chechenia siguen también a lo suyo a pesar de que Nikki Haley, embajadora de los Estados Unidos en las Naciones Unidas se apresuraba a condenar las acciones de los funcionarios de Ramdan Kadyrov, quien daba un giro de 180 grados al votar en contra de una resolución de la ONU con el propósito de prohibir la pena de muerte por delitos de homosexualidad aunque luego Esyados Unidos tuvo que verse forzado a aclarar que se opone a la aplicación de la pena de muerte para castigar las relaciones homosexuales.

Fuente Universogay

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La policía de Indonesia detiene a 58 personas en una redada a una sauna gay de Yakarta

Lunes, 9 de octubre de 2017
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780x580-youtube-iovq5spehky-detienen-a-58-personas-en-una-redada-de-la-policia-a-una-sauna-gay-de-yakartaSeis personas extranjeras y siete trabajadores se encuentran entre las 58 personas arrestadas por la policía en una redada a una sauna gay, de las que seis de ellas serán acusadas en función de la Ley Antipornografía. 

En una redada realizada en la madrugada de este sábado, 7 de octubre, la policía de Yakarta detiene a 58 personas en una sauna gay, entre los que se encuentran 6 turistas extranjeros de los que cuatro son de origen chino, un tailandés y un holandés. La homosexulidad no es ilegal en Indonesia, a excepción de la provincia de Aceh, en la que se aplica la ley islámica, pero las autoridades recurren a Ley Antipornografía para hacer este tipo de incursiones después de recibir información señalando que el local es un centro de prostitución.

«Detuvimos a 51 personas y siete empleados por presuntos servicios pornográficos», declara en un comunicado Argo Yuwono, portavoz de la policía de Yakarta. Seis de los detenidos, cuatro hombres y dos mujeres que trabajan en la sauna, se enfrentan a penas de 6 años de cárcel en base a esa Ley Antipornografía que prohibe las fiestas sexuales, el uso de la pornografía y los «actos sexuales desviados» entre los que no sólo se incluyen la necrofilia y la zoofilia, sino también el sexo oral, el sexo anal y las relaciones entre personas del mismo sexo. No se han precisado los cargos que podrían presentar contra las otras 52 personas arrestadas, la mayoría de las cuales ya han sido puestas en libertad.

Esta sería la quinta redada contra el colectivo LGBT en espacios privados en este año. El 28 de marzo, vigilantes no identificados entraron a la fuerza en un apartamento en la provincia de Aceh y llevaron a dos hombres de veinte años a la policía por presuntamente tener relaciones homosexuales, siendo posteriormente condenados a 85 bastonazos. El 30 de abril, la policía irrumpe en una reunión privada de hombres homosexuales y bisexuales en Surabaya, arrestando a 14 de ellos para someterlos a pruebas de VIH sin su consentimiento. El 21 de mayo, la policía realiza una redada en el Atlantis Spa de Yakarta, deteniendo a 141 personas y acusando a 10 de ellas por celebrar una supuesta fiesta sexual. El 8 de junio, la policía de Medan arresta a cinco personas «sospechosas de ser lesbianas», ordenando a sus familiares que supervisen su conducta. Y el 2 de septiembre, la policía de la provincia de Java Occidental entra en una casa privada en la que se encontraba una docena de mujeres a las que expulsan de la aldea por ser sospechosas de ser lesbianas.

«Esto es parte de la actual campaña anti-LGBT en Indonesia que ha estado ocurriendo desde enero del año pasado (…). Human Rights Watch exige que la policía los libere y no compense cargos contra ellos», declara Andreas Harsono, miembro de Human Rights Watch en Indonesia, asegurando que el aumento de la discriminación hacia las personas homosexuales, bisexuales y transexuales en Indonesia está relacionado con el surgimiento de un pensamiento islamista más conservador, cuyo último logro era conseguir un proyecto de ley para prohibir la presencia del colectivo LGBT en cualquier formato destinado a la televisión, incluyendo un sencillo anuncia de publicidad en la que denomina su Ley de Radiodifusión.

Fuente Universogay

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El gobierno de Indonesia se propone eliminar al colectivo LGBT de los medios de comunicación

Miércoles, 4 de octubre de 2017
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780x580-noticias-indonesiaNingún personaje LGBT en un anuncio, película documental o serie de televisión, ningún actor en actitud femenina o incluso ninguna mención a los derechos de las personas homosexuales, bisexuales o transexuales en ningún medio de comunicación son las medidas que el gobierno de Indonesia propone en su Ley de Radiodifusión.

La Cámara de Representantes de Indonesia está lista para aprobar una Ley de Radiodifusión que tiene como principal objetivo el de impedir la emisión de cualquier programa que tenga algún personaje homosexual, bisexual o transexual. De esta manera, todos los programas de televisión serán objeto de revisión por una oficina de censura, incluyendo anuncios publicitarios y películas documentales. Además, esta lee prevé evitar que los medios de comunicación informen o difundan cualquier tema relacionado sobre los derechos del colectivo LGBT. También se prohíbe a los actores comportarse de manera femenina, ni mucho menos vestirse con ropas de mujer en cualqueir formato televisivo. Funcionarios del gobierno también han solicitado que se prohíban los emojis LGBT, así como aplicaciones de citas especializadas en personas del mismo sexo como Grindr.

«No podemos permitir el comportamiento LGBT en la televisión. Va contra nuestra cultura (…).Tenemos que prohibirlo antes de que se convierta en un estilo de vida. Es peligroso y puede arruinar la moralidad de la generación más joven», asegura Supiadin Aries Saputra, miembro del Partido NasDem. «Estoy seguro de que todavía hay formas más creativas de entretener a la gente» que con personajes LGBT, añade Hanafi Rais, representante del Mandato Nacional. Por otro lado, Tunggal Pawestri, una activista a favor de los derechos de las personas LGBT ha señaldo que la televisión sólo incluye representaciones del colectivo LGBT para hacer bromas, chistes o como fuente de escarnio, aunque también lamenta que esta ley mermará al representación del colectivo hasta para señalar situaciones de discriminación y precariedad.

La homosexualidad no es ilegal en la mayor parte Indonesia, salvo en la provincia semiautónoma de Aceh, donde se aplica la ley sharia desde 2011, castigando las relaciones entre personas del mismo sexo con hasta 100 latigazos, como sucedió con una pareja en el mes de mayo, condenados a 85 bastonazos. Ante la estupefacción de la comunidad internacional ante tales medidas, el gobierno había anunciado su intención de poner fin a esta medida. Sin embargo, la única rectificación es que se haga de manera pública, realizándose ahora a puerta cerrada y sin medios de comunicación presentes, ante el miedo de que tales castigos ahuyenten a posibles inversores.

Inversores que, en cualquier caso, pueden ser perfectamente testigos de la creciente homofobia del país asiático en el que a principios de septiembre se arrestaba a una docena de mujeres por ser lesbianas, en mayo la policía hacía una redada en una sauna arrestando a 141 personas, o donde la comunidad religiosa llamaba al boicot contra Starbucks por su apoyo público al colectivo LGBT. En febrero de este año, el Parlamento Europeo ya condenaba la discriminación de personas LGBT en Indonesia.

Indonesia, un infierno para la diversidad LGTB

No se puede negar la belleza natural de Indonesia, un país de postal que oculta en su interior un infierno para la comunidad LGTB. Sin ir más lejos, el pasado mes de febrero  publicábamos un post recogiendo cómo la oleada de virulenta homofobia y transfobia se abre paso a un ritmo preocupante en Indonesia. Publicábamos entonces que políticos y líderes religiosos se turnan con declaraciones incendiarias que estigmatizan cada ver más a la población LGTB.

Recordemos que la provincia autónoma de Aceh (en la zona norte de Sumatra) aprobó en septiembre de 2014 una penosa ley que castiga las relaciones homosexuales con la pena de recibir cien azotes en público con una vara de ratán. La legislación entraba en vigor en octubre de 2015. Ese mismo mes nos hacíamos eco de la detención de dos jóvenes lesbianas (de 18 y 19 años) por abrazarse públicamente y confesar que eran pareja. Según el jefe de la policía islámica las chicas serían “sometidas a rehabilitación con la participación de psicólogos en dependencias sociales”.

Indonesia presenta una realidad muy diferente para su comunidad LGTB dependiendo de la región. Formalmente, la homosexualidad no es delito en el país con mayor número de fieles musulmanes del mundo, que mantiene un código penal heredado de la época colonial neerlandesa. La excepción es Aceh, donde desde 2005 rige la sharia o ley islámica gracias a la autonomía que le fue concedida al firmar la paz con los separatistas, poco después del tsunami que asoló la región. Pero la influencia islamista se deja sentir también en otros lugares de Indonesia. La de Aceh es desde luego la peor situación, puesto que como decíamos arriba la homosexualidad no es formalmente delito en el resto del país. Ello no significa que en otras partes sea buena. En 2004, las autoridades municipales de Palembang, en Sumatra Meridional, dictaron por ejemplo una regulación en la que aglutinaban la actividad de las personas LGTB como “prostitución”. En virtud de ese reglamento, todas las personas acusadas de cometer cualquiera de esas actividades se enfrentan a la perspectiva de un máximo de seis meses de prisión o 5.000.000 de rupias (360 euros, 380 dólares) de multa.

En otras zonas existe una actitud algo más tolerante, especialmente en zonas urbanas como Yakarta. Con todo, la influencia de los islamistas más radicales se hace sentir cada vez más. En la propia Yakarta, la capital, las autoridades prohibieron en 2012 un concierto de Lady Gaga,  abanderada de los derechos LGTB, por considerarla un personaje diabólico y antirreligioso.

Los fundamentalistas también han obligado a cancelar una reunión de la división asiática de la ILGA (International Lesbian and Gay Association) en Surabaya y han amenazado a los organizadores del Q! Film Festival, un festival de cine LGTB, por mencionar otros dos ejemplos. En marzo de 2015, el Consejo de Ulemas de Indonesia dictó una fetua en la que se exigía que los actos homosexuales sean castigados con la pena de muerte. Aunque el Consejo de Ulemas no tiene ningún poder legislativo o ejecutivo en Indonesia, su influencia social es elevada.

En el mes de octubre de 2016, informábamos de la detención de una pareja gay por subir a su cuenta de Facebook unas fotos besándose, junto con un mensaje de amor, que fue considerada por las autoridades como “pornografía”. A estos hechos se suman el veto de aspirantes LGTB a plazas públicas, el cierre de la única escuela para personas trans de Indonesia o la persecución de webs LGTB y apps de contactos gais.

Indonesia también votó el pasado 2014 en contra de la resolución del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas contra la homofobia y la transfobia y ha sido calificado, por su propia población, como un mal lugar para vivir si eres gay o lesbiana (solo un 2% opina lo contrario) en una encuesta de Gallup.

 Deterioro preocupante de los derechos LGTB

Como decíamos antes, Indonesia presenta una realidad muy diferente para su comunidad LGTB dependiendo de la región. Formalmente, la homosexualidad no es delito en el país con mayor número de fieles musulmanes del mundo, que mantiene un código penal heredado de la época colonial neerlandesa. La excepción son las provincias autónomas de Aceh y Sumatra Meridional. Y así lo reconocía el presidente Joko Widodo, quien lejos de atajarla ha llegado a aprobar medidas discriminatorias, como confiscar preservativosbloquear aplicaciones de citas entre personas del mismo sexo o autorizar formas de discriminación laboral, aparte de permitir las irresponsables declaraciones homofóbicas de políticos y alcaldes demonizando al colectivo LGBTy la radicalización de líderes religiosos que han llegado a fomentar el boicot a empresas internacionales que apoyan al colectivo LGBT.

Pero también en el resto del país la situación se está deteriorando. Ya lo recogíamos en febrero de 2016, cuando hacíamos alusión a la ola de LGTBfobia protagonizada por políticos y líderes religiosos. Hace pocas semanas, por ejemplo, la policía detenía en Yakarta, la capital, a 141 hombres por asistir a lo que las autoridades calificaron como “fiesta de sexo gay”, pese a que la homosexualidad no es allí ilegal. El portavoz de la policía aseveraba que los detenidos podrían ser acusados bajo las duras leyes contra la pornografía. Semanas antes, otros ocho hombres eran detenidos, igualmente acusados de celebrar una “fiesta gay” en Surabaya, la segunda ciudad del país. Y en Java Occidental, la provincia más poblada del país, el jefe de policía ha hecho público el plan de constituir un grupo de trabajo policial para investigar la actividad de personas LGTB.

Y a finales de mayo se ejecutaba la condena a 85 bastonazos a una pareja descubierta manteniendo relaciones sexuales consentidas en la provincia de Aceh, donde sí se aplica la ley Sharia desde 2005. El Parlamento Europeo condenaba en febrero la discriminación de personas homosexuales, bisexuales y transexuales en Indonesia, cuya situación era comparada con Chechenia por Kimahli Powell, director ejecutivo de Rainbow Railroad, que ha contribuido, en colaboración del gobierno de Canadá, a la evacuación de muchos perseguidos por la purga de homosexuales liderada por Razam Kadyrov.

Fuente Universogay/Cristianos Gays

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Arrestan a un grupo de doce mujeres por ser lesbianas en una redada en Indonesia

Sábado, 9 de septiembre de 2017
Comentarios desactivados en Arrestan a un grupo de doce mujeres por ser lesbianas en una redada en Indonesia

780x580-noticias-indonesiaLa policía de Indonesia arresta a una docena de mujeres sospechosas de ser seis parejas de lesbianas, después de que sus vecinos las denunciaran por realizar «actividades inmorales» en un domicilio de Cigombong.

Lamentablemente, la homofobia no da tregua. En Indonesia, uno de los países más poblados del mundo, la policía detuvo a principios del mes de septiembre a doce mujeres tras ser acusadas por jóvenes islámicos y líderes religiosos del terrible crimen de ser lesbianas, expulsándolas de su aldea.

La policía de Indonesia arresta por ser lesbianas a doce mujeres que se encontraban en un domicilio de la ciudad de Cigombong, en la región de Bogor, la noche del sábado, 2 de septiembre, tras ser denunciadas por sus propios vecinos al realizar a menudo «actividades inmorales». En la redada no sólo participan las fuerzas policiales, sino que también intervienen residentes de la zona y líderes locales.

Seis de las detenidas trabajan en una fábrica local de prendas de vestir, quienes despiertan las sospechas de sus vecinos al tener el pelo corto, «como los hombres», lo que les lleva a interpretar que se trata de seis parejas en las que la mitad asume el rol masculino, mientras que la otra mitad asumen el femenino. «Todas son mujeres. Pero algunas hacen el papel de hombres y otras el de mujeres en la relación», declara Sumantrai, jefe de la Agencia de de orden Público de Cigombong, asegurando que «les hemos dado la oportunidad de ‘adaptarse a las normas’ y han dicho que se iban a mudar». Algunas de las detenidas están empadronadas en las ciudades de Garut y Tangerang, por lo que han acordado que se van a mudar de Cigombong. Al parecer, no es la primera vez que son desalojadas de esta manera. Anteriormente habían residido en la aldea de Kutajaya, recibiendo un tratamiento similar.

La organización Human Rights Watch ya se ha hecho eco de estas detenciones, y le ha preguntado al gobierno indonesio por las mismas. Para esta organización, lo más preocupante de la detención es que la policía y el gobierno hayan atacado el derecho a la privacidad y los derechos civiles más elementales de estas mujeres para acallar las protestas de unos cuantos vecinos.

Las detenciones se producen en el marco de una espiral homófoba que está sufriendo Indonesia, un país en el que la homosexualidad no está perseguida en la mayor parte de sus provincias, aunque la persecución contra los gays aumenta año a año, tanto a nivel gubernamental como a nivel social.

Indonesia, un infierno para la diversidad LGTB

No se puede negar la belleza natural de Indonesia, un país de postal que oculta en su interior un infierno para la comunidad LGTB. Sin ir más lejos, el pasado mes de febrero  publicábamos un post recogiendo cómo la oleada de virulenta homofobia y transfobia se abre paso a un ritmo preocupante en Indonesia. Publicábamos entonces que políticos y líderes religiosos se turnan con declaraciones incendiarias que estigmatizan cada ver más a la población LGTB.

Recordemos que la provincia autónoma de Aceh (en la zona norte de Sumatra) aprobó en septiembre de 2014 una penosa ley que castiga las relaciones homosexuales con la pena de recibir cien azotes en público con una vara de ratán. La legislación entraba en vigor en octubre de 2015. Ese mismo mes nos hacíamos eco de la detención de dos jóvenes lesbianas (de 18 y 19 años) por abrazarse públicamente y confesar que eran pareja. Según el jefe de la policía islámica las chicas serían “sometidas a rehabilitación con la participación de psicólogos en dependencias sociales”.

Indonesia presenta una realidad muy diferente para su comunidad LGTB dependiendo de la región. Formalmente, la homosexualidad no es delito en el país con mayor número de fieles musulmanes del mundo, que mantiene un código penal heredado de la época colonial neerlandesa. La excepción es Aceh, donde desde 2005 rige la sharia o ley islámica gracias a la autonomía que le fue concedida al firmar la paz con los separatistas, poco después del tsunami que asoló la región. Pero la influencia islamista se deja sentir también en otros lugares de Indonesia. La de Aceh es desde luego la peor situación, puesto que como decíamos arriba la homosexualidad no es formalmente delito en el resto del país. Ello no significa que en otras partes sea buena. En 2004, las autoridades municipales de Palembang, en Sumatra Meridional, dictaron por ejemplo una regulación en la que aglutinaban la actividad de las personas LGTB como “prostitución”. En virtud de ese reglamento, todas las personas acusadas de cometer cualquiera de esas actividades se enfrentan a la perspectiva de un máximo de seis meses de prisión o 5.000.000 de rupias (360 euros, 380 dólares) de multa.

En otras zonas existe una actitud algo más tolerante, especialmente en zonas urbanas como Yakarta. Con todo, la influencia de los islamistas más radicales se hace sentir cada vez más. En la propia Yakarta, la capital, las autoridades prohibieron en 2012 un concierto de Lady Gaga,  abanderada de los derechos LGTB, por considerarla un personaje diabólico y antirreligioso.

Los fundamentalistas también han obligado a cancelar una reunión de la división asiática de la ILGA (International Lesbian and Gay Association) en Surabaya y han amenazado a los organizadores del Q! Film Festival, un festival de cine LGTB, por mencionar otros dos ejemplos. En marzo de 2015, el Consejo de Ulemas de Indonesia dictó una fetua en la que se exigía que los actos homosexuales sean castigados con la pena de muerte. Aunque el Consejo de Ulemas no tiene ningún poder legislativo o ejecutivo en Indonesia, su influencia social es elevada.

En el mes de octubre de 2016, informábamos de la detención de una pareja gay por subir a su cuenta de Facebook unas fotos besándose, junto con un mensaje de amor, que fue considerada por las autoridades como “pornografía”. A estos hechos se suman el veto de aspirantes LGTB a plazas públicas, el cierre de la única escuela para personas trans de Indonesia o la persecución de webs LGTB y apps de contactos gais.

Indonesia también votó el pasado 2014 en contra de la resolución del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas contra la homofobia y la transfobia y ha sido calificado, por su propia población, como un mal lugar para vivir si eres gay o lesbiana (solo un 2% opina lo contrario) en una encuesta de Gallup.

 Deterioro preocupante de los derechos LGTB

Como decíamos antes, Indonesia presenta una realidad muy diferente para su comunidad LGTB dependiendo de la región. Formalmente, la homosexualidad no es delito en el país con mayor número de fieles musulmanes del mundo, que mantiene un código penal heredado de la época colonial neerlandesa. La excepción son las provincias autónomas de Aceh y Sumatra Meridional. Y así lo reconocía el presidente Joko Widodo, quien lejos de atajarla ha llegado a aprobar medidas discriminatorias, como confiscar preservativos, bloquear aplicaciones de citas entre personas del mismo sexo o autorizar formas de discriminación laboral, aparte de permitir las irresponsables declaraciones homofóbicas de políticos y alcaldes demonizando al colectivo LGBT y la radicalización de líderes religiosos que han llegado a fomentar el boicot a empresas internacionales que apoyan al colectivo LGBT.

Pero también en el resto del país la situación se está deteriorando. Ya lo recogíamos en febrero de 2016, cuando hacíamos alusión a la ola de LGTBfobia protagonizada por políticos y líderes religiosos. Hace pocas semanas, por ejemplo, la policía detenía en Yakarta, la capital, a 141 hombres por asistir a lo que las autoridades calificaron como “fiesta de sexo gay”, pese a que la homosexualidad no es allí ilegal. El portavoz de la policía aseveraba que los detenidos podrían ser acusados bajo las duras leyes contra la pornografía. Semanas antes, otros ocho hombres eran detenidos, igualmente acusados de celebrar una “fiesta gay” en Surabaya, la segunda ciudad del país. Y en Java Occidental, la provincia más poblada del país, el jefe de policía ha hecho público el plan de constituir un grupo de trabajo policial para investigar la actividad de personas LGTB.

Y a finales de mayo se ejecutaba la condena a 85 bastonazos a una pareja descubierta manteniendo relaciones sexuales consentidas en la provincia de Aceh, donde sí se aplica la ley Sharia desde 2005. El Parlamento Europeo condenaba en febrero la discriminación de personas homosexuales, bisexuales y transexuales en Indonesia, cuya situación era comparada con Chechenia por Kimahli Powell, director ejecutivo de Rainbow Railroad, que ha contribuido, en colaboración del gobierno de Canadá, a la evacuación de muchos perseguidos por la purga de homosexuales liderada por Razam Kadyrov.

Fuente CBS News, vía AmbienteG/Universogay/Cristianos Gays

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Indonesia se plantea que los latigazos a los condenados por homosexualidad no sean públicos para no desincentivar inversión extranjera

Lunes, 17 de julio de 2017
Comentarios desactivados en Indonesia se plantea que los latigazos a los condenados por homosexualidad no sean públicos para no desincentivar inversión extranjera

indonesia-latizagos-homofobia-696x522La provincia indonesia de Aceh podría ocultar a la vista del público los castigos físicos a los condenados por homosexualidad. La posible reforma ha sido discutida entre el presidente indonesio, Joko Widodo, y el recientemente elegido gobernador de Aceh, Irwandi Yusuf, y está motivada por el deterioro de imagen internacional que para Aceh en particular y para Indonesia en general supuso la difusión hace escasas semanas de la flagelación de dos jóvenes, de 20 y 23 años. Una mala fama que podría poner en riesgo la inversión extranjera. De aprobarse la decisión, los castigos se ejecutarían en el interior de las cárceles, sin público ni prensa.

El pasado mes de abril ya adelantábamos que los dos muchachos habían sido condenados a ser flagelados en público con una vara de ratán, después de ser grabados en vídeo, acosados y denunciados por sus propios vecinos. La condena se ejecutó en mayo, después de que pasaran además dos meses en prisión. El espectáculo público, cuyo objetivo “ejemplarizante” fue ensalzado por la alcaldesa de Banda Aceh, Illiza Sa’aduddin Djamal (“imaginen qué pasaría si a toda la gente le empezara a atraer su mismo género y la enfermedad se empezara a esparcir por el mundo”), trascendió sin embargo internacionalmente y las condenas no se hicieron esperar.

Algo que no ha gustado a las autoridades de Aceh y de Indonesia, que ante el temor de que lo sucedido desincentive la inversión extranjera se plantean ahora no suspender los castigos a las personas condenadas por homosexualidad, sino ejecutarlos privadamente en el interior de las prisiones, de forma que las imágenes no trasciendan a los medios de comunicación y no puedan ser difundidas a través de dispositivos móviles. Así lo habrían discutido el presidente indonesio y el nuevo gobernador de Aceh en una reciente reunión mantenida en Yakarta, la capital indonesia. Una muestra de hipocresía que la organización de derechos humanos Human Rights Watch ya ha denunciado. Está por ver, en cualquier caso, si la decisión llega a materializarse: según asegura The New York Times, la oficina del gobernador ha expresado que aún debe recibir el visto bueno de los “sabios” musulmanes y del Parlamento local.

En Aceh, recordemos, rige la sharía desde 2005. Fue una concesión de Indonesia a los separatistas en el marco del acuerdo de paz que tuvo lugar poco después del tsunami que asoló la región. Aunque no fue hasta septiembre de 2014 cuando finalmente se aprobó la ley que castiga las relaciones homosexuales con la pena de flagelación (que entró en vigor en octubre de 2015).

Indonesia: deterioro preocupante de los derechos LGTB

Indonesia presenta una realidad muy diferente para su comunidad LGTB dependiendo de la región. Formalmente, la homosexualidad no es delito en el país con mayor número de fieles musulmanes del mundo, que mantiene un código penal heredado de la época colonial neerlandesa. La excepción son las provincias autónomas de Aceh y Sumatra Meridional.

Pero también en el resto del país la situación se está deteriorando. Ya lo recogíamos en febrero de 2016, cuando hacíamos alusión a la ola de LGTBfobia protagonizada por políticos y líderes religiosos. Hace pocas semanas, por ejemplo, la policía detenía en Yakarta, la capital, a 141 hombres por asistir a lo que las autoridades calificaron como “fiesta de sexo gay”, pese a que la homosexualidad no es allí ilegal. El portavoz de la policía aseveraba que los detenidos podrían ser acusados bajo las duras leyes contra la pornografía. Semanas antes, otros ocho hombres eran detenidos, igualmente acusados de celebrar una “fiesta gay” en Surabaya, la segunda ciudad del país. Y en Java Occidental, la provincia más poblada del país, el jefe de policía ha hecho público el plan de constituir un grupo de trabajo policial para investigar la actividad de personas LGTB.

Fuente Dosmanzanas

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Radicales religiosos de Malasia e Indonesia se rebelan contra Starbucks por su apoyo al colectivo LGBT

Jueves, 6 de julio de 2017
Comentarios desactivados en Radicales religiosos de Malasia e Indonesia se rebelan contra Starbucks por su apoyo al colectivo LGBT

200x200-noticias-24677-2015-11-11-22555Radicales religiosos de Malasia e Indonesia se rebelan contra Starbucks por su apoyo al colectivo LGBT

Organismos radicales musulmanes hacen un llamamiento para boicotear la cadena de café Starbucks en Malasia e Indonesia, dos de los países con mayoría musulmana en el sudeste asiático, ante una campaña de apoyo a la comunidad LGTB.

La que es actualmente la compañía de café más grande del mundo, Starbucks, siempre ha tratado de reivindicar y apoyar a las comunidades desfavorecidas o minoritarias. El año pasado, además de ser reconocida como «el mejor lugar para trabajar» en una encuesta estadounidense, haciendo gala de sus políticas de inclusión, abría su primer establecimiento en Kuala Lumpur con un personal mayoritariamente sordomudos, lo que llevaba a sus clientes a tener que comunicarse por señas o por escrito. Un año después, ante una campaña para apoyar al colectivo LGBT, una organización ultraconservadora de Malasia ha pedido el boicot a Starbucks, una petición que también ha sido secundada por una organización similar en Indonesia.

Pribumi Perkasa Malaysia es el movimiento ultraconservador que ha pedido a los musulmanes que hicieran un boicot a Starbucks argumentando el apoyo de la compañía a las comunidades de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales, instando al gobierno malasio a revisar el permiso comercial concedido a aquellas empresas que se hayan podido mostrar favorables al matrimonio igualitario. La homosexualidad está penada por la ley y se castiga con cárcel en Malasia, por lo que prosperan este tipo de boicots, como censurar una película como La bella y la bestia o incluso fomentar las terapias de conversión desde el mismo gobierno, lo que conduce a la homofobia de la que era víctima el joven T. Nhaveen, quien fallece tras permanecer cinco días en coma como consecuencia de un dura y violenta agresión.

Esa misma actitud es la que tiene ahora el gobierno de Indonesia, país de mayoría musulmana en el que la homosexualidad no es ilegal en todo su territorio, salvo en la provincia de Aceh donde sí se aplica la ley sharia que les lleva a condenar a 85 bastonazos a una pareja gay, pero que sufre un serio incremento de la homofobia fomentada por las propias autoridades que llega a poner incluso el peligro del turismo en puntos turísticos como Bali. Aquí ha sido el segundo organismo musulmán más importante del país, Muhammadiyah, quien ha llamado al mismo boicot contra Starbucks. «Es hora de que el gobierno indonesio contemple revocar la licencia de Starbucks en Indonesia, en la medida en que la ideología, el negocio y la visión [de Starbucks] son contrarias a nuestra ideología», declara Anwar Abbas, jefe del departamento de asuntos económicos de Muhammadiyah. Un llamamiento al que se une Yunahar Ilyas, dirigente del Consejo de los Ulemas, la instancia religiosa más importante de Indonesia, quien afirma que «si su negocio consiste en fortalecer la comunidad LGTB, es nuestro derecho pedirle a los musulmanes que no consuman en Starbucks, a fin de que sus ingresos no se utilicen para reforzar la campaña favorable a la comunidad LGTB».

Fuente Universogay

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Se ejecuta la condena de 83 latigazos en público a dos jóvenes que mantuvieron relaciones homosexuales en Indonesia

Sábado, 27 de mayo de 2017
Comentarios desactivados en Se ejecuta la condena de 83 latigazos en público a dos jóvenes que mantuvieron relaciones homosexuales en Indonesia

_96168496_cd36f6f1-02c9-47aa-9c3a-3b47300cec7f“Repugnante espectáculo”. Así ha definido Amnistía Internacional la aplicación del brutal castigo infligido a dos hombres por tener sexo entre ellos en la región indonesia de Aceh. Como adelantamos a principios de abril, los jóvenes (de 20 y 23 años) fueron condenados y han recibido ahora 83 latigazos en público con una vara de ratán, ante una multitud que se reía, jaleaba y que lo grababa con sus teléfonos móviles, como si se tratara de un concierto. Illiza Sa’aduddin Djamal, alcaldesa de Banda Aceh, asegura querer “salvar a nuestra próxima generación. Imaginen qué pasaría si a toda la gente le empezara a atraer su mismo género y la enfermedad se empezara a esparcir por el mundo”.

gettyimages-687064554La flagelación a la que han sido sometidos dos jóvenes acusados de “homosexualidad” en la región indonesia de Aceh es la primera que se ejecuta contra personas de la comunidad LGTB. El pasado 29 de marzo se presentó una denuncia por parte de los vecinos de un inmueble, que acusaban a la pareja de jóvenes de practicar la homosexualidad. Uno de los residentes grabó en vídeo a los denunciados, para posteriormente compartir las imágenes en las redes sociales. Al reconocer que eran una pareja gay, fueron detenidos y han estados dos meses recluidos. Por si no fuera suficiente, a la privación de libertad y a los latigazos se suma el escarnio público.

Josef Benedict, director adjunto para el Sureste Asiático y Oceanía de Amnistía Internacional, ha denunciado que “este repugnante espectáculo, llevado a cabo delante de más de un millar de espectadores que insultaban a las víctimas, es un acto de la máxima crueldad. La emboscada que sufrieron en su propio domicilio fue una invasión forzosa de su intimidad, y el ‘castigo’ que se les ha infligido hoy estaba concebido para humillarlos, además de para causarles lesiones físicas”.

gettyimages-687064464Desde Amnistía Internacional, además, han añadido que “las autoridades de Aceh y de Indonesia deben derogar de inmediato la ley que impone estos castigos, que constituyen un trato cruel, inhumano y degradante y podrían equivaler a tortura”. Asimismo, dejan claro que “las penas de flagelación y la criminalización de las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo son violaciones flagrantes del derecho internacional de los derechos humanos. La comunidad internacional debe presionar a Indonesia para crear un entorno más seguro para la comunidad LGBTI antes de que la situación se deteriore aún más. Nadie debe ser castigado por mantener relaciones sexuales consentidas”.

En muy diferentes términos se ha expresado la alcaldesa de Banda Aceh, Illiza Sa’aduddin Djamal: “No les odiamos a ellos como seres humanos, pero no nos gusta lo que hacen”. Con estas palabras justifica la primera edil la ejecución de la pena a los jóvenes de 20 y 23 años, al tiempo que ha calificado la homosexualidad de “enfermedad” y, como tal, considera que se debe de prevenir para evitar que se extienda. Y más tristes aún son las palabras del padre de uno de los muchachos, víctima de la homofobia institucional de Aceh: “después de que se resuelva este problema, lo enviaremos a un internado islámico para que lo eduque para que ya no sea un desviado”.

Advertimos a nuestros lectores que las imágenes del vídeo, en el que se recogen varios momentos de la flagelación, son muy duras:

141 detenidos, acusados de participar en una supuesta orgía gay

El pasado domingo (21 de mayo) la policía de Indonesia detenía en Yakarta a 141 hombres por asistir a lo que las autoridades han calificado como una supuesta “fiesta de sexo gay”. La homosexualidad no es ilegal en el país, a excepción de la provincia conservadora de Aceh. No obstante, el portavoz de la policía de Yakarta, Raden Argo Yuwono, aseveraba que los detenidos podrían ser acusados bajo las duras leyes contra la pornografía de Indonesia. “Había personas homosexuales que fueron capturadas desnudándose y masturbándose”, explicaba el representante policial.

Por otra parte, hace tan solo un mes, ocho hombre eran detenidos, igualmente acusados de celebrar una “fiesta gay”. Ocurría en Surabaya, la segunda ciudad más grande de Indonesia. Shinto Silitonga, el jefe de la policía local, declaraba que había 14 hombres en dos habitaciones de hotel viendo porno gay y realizando “actos sexuales desviados”. Las otras seis personas fueron puestas en libertad con cargos. A todos ellos se les acusaba, como en el caso de los 141 arrestados en Yakarta, bajo las moldeables normas contra la pornografía. Los organizadores se enfrentan a penas de hasta 15 años de prisión.

Creación de una policía específicamente LGTBfóbica

Anton Charliyan, jefe de policía de Java Occidental, ha hecho público el plan de constituir un grupo de trabajo policial para investigar la actividad de personas LGBT. Este anuncio, que ha coincidido con la flagelación a los dos jóvenes de Aceh, es extremadamente preocupante para la comunidad LGTB de Indonesia, que observa atemorizada cómo aumenta la represión contra la diversidad sexual y de género, deteriorándose forzosamente su calidad de vida.

Lejos de cualquier rastro de humanidad, el responsable de las que deberían ser las fuerzas de seguridad de esta provincia ha dicho esperar que “no haya seguidores en Java Occidental de ningún estilo de vida o tradición gay o LGBT”. A lo que ha añadido que “si hay alguien siguiéndolo, se enfrentará a la ley y a pesadas sanciones sociales. No serán aceptados por la sociedad”.

Indonesia, un infierno para la diversidad LGTB

En febrero de 2016 publicábamos un artículo que recogía cómo la oleada de virulenta homofobia y transfobia se abre paso a un ritmo preocupante en Indonesia. Publicábamos entonces que políticos y líderes religiosos se turnan con declaraciones incendiarias que estigmatizan cada vez más a la población LGTB.

Indonesia presenta una realidad muy diferente para su comunidad LGTB dependiendo de la región. Formalmente, la homosexualidad no es delito en el país con mayor número de fieles musulmanes del mundo, que mantiene un código penal heredado de la época colonial neerlandesa. La excepción son las provincias autónomas de Aceh (situada en la zona norte de Sumatra) y Sumatra Meridional.

En Aceh, desde 2005 rige la sharia o ley islámica gracias a la autonomía que le fue concedida al firmar la paz con los separatistas, poco después del tsunami que asoló la región. En septiembre de 2014, además se aprobó una terrible ley que castiga las relaciones homosexuales con la pena de recibir cien azotes en público con una vara de ratán. La legislación entraba en vigor en octubre de 2015.

Fuente Dosmanzanas/Cristianos Gays

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Condenan a 85 latigazos a dos homosexuales en Indonesia

Viernes, 19 de mayo de 2017
Comentarios desactivados en Condenan a 85 latigazos a dos homosexuales en Indonesia

indonesia-latizagos-homofobia-696x522Un tribunal de Aceh (Indonesia) condena a 85 latigazos a dos hombres de 20 y 23 años por ser culpables de practicar sexo homosexual.

La homosexualidad no es ilegal en Indonesia, pero la provincia de Aceh tiene libertad para aplicar la ley Sharia.

 Un tribunal de la provincia de Aceh (un territorio en el extremo norte de la isla de Sumatra, Indonesia) ha condenado a dos hombres gais a ser torturados en público con 85 latigazos cada uno después de haberles encontrado culpables de practicar sexo entre ellos.

Los hombres, de 20 y 23 años, fueron detenidos por la policía después de que sus vecinos alertaran a las autoridades y permanecerán detenidos hasta que se ejecute la sentencia.

Aunque la homosexualidad no es ilegal en Indonesia lo cierto es que el registro del país en cuestiones de LGTBfobia no es como para que se sientan muy orgulloso. La provincia de Aceh, además, es un territorio con cierta independencia en el que está permitido que “ignoren” ciertas leyes estatales, lo que les llevó en 2014 a aprobar leyes contra la homosexualidad y permite a los jueces aplicar la ley Sharia islámica.

Los fiscales del caso pidieron originalmente una pena de 80 latigazos sin sentencia de cárcel, pero los jueces consideraron que lo correcto eran 85. Uno de los “jueces”, el magistrado Khairil Jamal, dijo en la sentencia que los acusados fueron “encontrados culpables legal y convincentemente” de practicar sexo gay: “Se ha demostrado, jurídicamente, de manera convincente, que ambos son culpables de relaciones homosexuales (…). Están condenados a recibir públicamente 85 bastonazos”.

Estos hombres han sido invadidos en su privacidad de una manera espantosa y humillante”, reclama Phelin Kine, vice director de la división de Asia para Human Right Watch, pidiendo la anulación del veredicto de forma inmediata al considerar el procedimiento de los bastonazos como una tortura. El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos del que Indonesia es firmante, prohíbe prácticas como los bastonazos o los latigazos al considerarlas una práctica cruel, así como la persecución por razones de índole religiosa o sexual.

“El presidente debería intervenir con urgencia en este caso, para cumplir su compromiso declarado de erradicar la discriminación por motivos sexuales”, reclama Kine, recordando que en octubre de 2016 el presidente de Indonesia, Joko Widodo, había manifestado su desacuerdo con este tipo de métodos extremos con los que se castigaba a los miembros del colectivo LGBT llegando a declarar que “la policía debe actuar en contra de los intolerantes”. Indonesia es el país musulmán más grande del mundo, que sumado al 93 % de homofobia que se calcula padece, da cuenta del nivel de persecución al que están sometidas las personas homosexuales, bisexuales o transexuales.

Indonesia, un infierno para la diversidad LGTB

No se puede negar la belleza natural de Indonesia, un país de postal que oculta en su interior un infierno para la comunidad LGTB. Sin ir más lejos, el pasado mes de febrero  publicábamos un post recogiendo cómo la oleada de virulenta homofobia y transfobia se abre paso a un ritmo preocupante en Indonesia. Publicábamos entonces que políticos y líderes religiosos se turnan con declaraciones incendiarias que estigmatizan cada ver más a la población LGTB.

Recordemos que la provincia autónoma de Aceh (en la zona norte de Sumatra) aprobó en septiembre de 2014 una penosa ley que castiga las relaciones homosexuales con la pena de recibir cien azotes en público con una vara de ratán. La legislación entraba en vigor en octubre de 2015. Ese mismo mes nos hacíamos eco de la detención de dos jóvenes lesbianas (de 18 y 19 años) por abrazarse públicamente y confesar que eran pareja. Según el jefe de la policía islámica las chicas serían “sometidas a rehabilitación con la participación de psicólogos en dependencias sociales”.

Indonesia presenta una realidad muy diferente para su comunidad LGTB dependiendo de la región. Formalmente, la homosexualidad no es delito en el país con mayor número de fieles musulmanes del mundo, que mantiene un código penal heredado de la época colonial neerlandesa. La excepción es Aceh, donde desde 2005 rige la sharia o ley islámica gracias a la autonomía que le fue concedida al firmar la paz con los separatistas, poco después del tsunami que asoló la región. Pero la influencia islamista se deja sentir también en otros lugares de Indonesia. La de Aceh es desde luego la peor situación, puesto que como decíamos arriba la homosexualidad no es formalmente delito en el resto del país. Ello no significa que en otras partes sea buena. En 2004, las autoridades municipales de Palembang, en Sumatra Meridional, dictaron por ejemplo una regulación en la que aglutinaban la actividad de las personas LGTB como “prostitución”. En virtud de ese reglamento, todas las personas acusadas de cometer cualquiera de esas actividades se enfrentan a la perspectiva de un máximo de seis meses de prisión o 5.000.000 de rupias (360 euros, 380 dólares) de multa.

En otras zonas existe una actitud algo más tolerante, especialmente en zonas urbanas como Yakarta. Con todo, la influencia de los islamistas más radicales se hace sentir cada vez más. En la propia Yakarta, la capital, las autoridades prohibieron en 2012 un concierto de Lady Gaga,  abanderada de los derechos LGTB, por considerarla un personaje diabólico y antirreligioso.

Los fundamentalistas también han obligado a cancelar una reunión de la división asiática de la ILGA (International Lesbian and Gay Association) en Surabaya y han amenazado a los organizadores del Q! Film Festival, un festival de cine LGTB, por mencionar otros dos ejemplos. En marzo de 2015, el Consejo de Ulemas de Indonesia dictó una fetua en la que se exigía que los actos homosexuales sean castigados con la pena de muerte. Aunque el Consejo de Ulemas no tiene ningún poder legislativo o ejecutivo en Indonesia, su influencia social es elevada.

En el mes de octubre de 2016, informábamos de la detención de una pareja gay por subir a su cuenta de Facebook unas fotos besándose, junto con un mensaje de amor, que fue considerada por las autoridades como “pornografía”. A estos hechos se suman el veto de aspirantes LGTB a plazas públicas, el cierre de la única escuela para personas trans de Indonesia o la persecución de webs LGTB y apps de contactos gais.

Indonesia también votó el pasado 2014 en contra de la resolución del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas contra la homofobia y la transfobia y ha sido calificado, por su propia población, como un mal lugar para vivir si eres gay o lesbiana (solo un 2% opina lo contrario) en una encuesta de Gallup.

Desde aquí enviamos un afectuoso saludo a todos esos heterosexuales que consideran que la homofobia no es un problema y nos solidarizamos con todos los heteros que han sido torturados por su orientación sexual. Que, según los archivos de toda la historia de la humanidad, han sido… ninguno.

Fuente  Gay Star News, vía EstoyBailando/Dosmanzanas/Cristianos Gays

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La policía interrumpe una fiesta gay en Indonesia y detiene a ocho hombres

Martes, 2 de mayo de 2017
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indonesia-surabayaLa “incautación” de la policía. Foto merdeka.com

El pasado sábado la policía de Surabaya (Isla de Java) irrumpió en un hotel donde se estaba celebrando una “fiesta gay”.

Allí encontraron a catorce hombres de los cuales ocho han sido detenidos al encontrarse practicando “actos indecentes” y seis han sido puestos en libertad. Los detenidos se enfrentan ahora a la ley indonesia contra la pornografía y dos de ellos deben hacer frente a una pena de hasta 15 años de cárcel por iniciar y promover la fiesta. Además la policia ha incautado un USB con porno, las sábanas del hotel y lubricante.

En un país donde se ha vuelto a considerar que la homosexualidad y la bisexualidad son “problemas psiquiátricos” , sin embargo, en el país la homosexualidad no está penada, aunque el Tribunal Constitucional está barajando la posibilidad de castigar el sexo entre personas del mismo sexo y fuera del matrimonio. Aceh es la única provincia que aplica la Sharia y las autoridades del país han comenzado una campaña contra la población LGTB. Hace poco te contábamos como dos jóvenes se enfrentaban a 100 bastonazos por ser gays en Aceh, o el método indonesio para detectar homosexuales.

Indonesia, un infierno para la diversidad LGTB

No se puede negar la belleza natural de Indonesia, un país de postal que oculta en su interior un infierno para la comunidad LGTB. Sin ir más lejos, el pasado mes de febrero  publicábamos un post recogiendo cómo la oleada de virulenta homofobia y transfobia se abre paso a un ritmo preocupante en Indonesia. Publicábamos entonces que políticos y líderes religiosos se turnan con declaraciones incendiarias que estigmatizan cada ver más a la población LGTB.

Recordemos que la provincia autónoma de Aceh (en la zona norte de Sumatra) aprobó en septiembre de 2014 una penosa ley que castiga las relaciones homosexuales con la pena de recibir cien azotes en público con una vara de ratán. La legislación entraba en vigor en octubre de 2015. Ese mismo mes nos hacíamos eco de la detención de dos jóvenes lesbianas (de 18 y 19 años) por abrazarse públicamente y confesar que eran pareja. Según el jefe de la policía islámica las chicas serían “sometidas a rehabilitación con la participación de psicólogos en dependencias sociales”.

Indonesia presenta una realidad muy diferente para su comunidad LGTB dependiendo de la región. Formalmente, la homosexualidad no es delito en el país con mayor número de fieles musulmanes del mundo, que mantiene un código penal heredado de la época colonial neerlandesa. La excepción es Aceh, donde desde 2005 rige la sharia o ley islámica gracias a la autonomía que le fue concedida al firmar la paz con los separatistas, poco después del tsunami que asoló la región. Pero la influencia islamista se deja sentir también en otros lugares de Indonesia. La de Aceh es desde luego la peor situación, puesto que como decíamos arriba la homosexualidad no es formalmente delito en el resto del país. Ello no significa que en otras partes sea buena. En 2004, las autoridades municipales de Palembang, en Sumatra Meridional, dictaron por ejemplo una regulación en la que aglutinaban la actividad de las personas LGTB como “prostitución”. En virtud de ese reglamento, todas las personas acusadas de cometer cualquiera de esas actividades se enfrentan a la perspectiva de un máximo de seis meses de prisión o 5.000.000 de rupias (360 euros, 380 dólares) de multa.

En otras zonas existe una actitud algo más tolerante, especialmente en zonas urbanas como Yakarta. Con todo, la influencia de los islamistas más radicales se hace sentir cada vez más. En la propia Yakarta, la capital, las autoridades prohibieron en 2012 un concierto de Lady Gaga,  abanderada de los derechos LGTB, por considerarla un personaje diabólico y antirreligioso.

Los fundamentalistas también han obligado a cancelar una reunión de la división asiática de la ILGA (International Lesbian and Gay Association) en Surabaya y han amenazado a los organizadores del Q! Film Festival, un festival de cine LGTB, por mencionar otros dos ejemplos. En marzo de 2015, el Consejo de Ulemas de Indonesia dictó una fetua en la que se exigía que los actos homosexuales sean castigados con la pena de muerte. Aunque el Consejo de Ulemas no tiene ningún poder legislativo o ejecutivo en Indonesia, su influencia social es elevada.

En el mes de octubre de 2016, informábamos de la detención de una pareja gay por subir a su cuenta de Facebook unas fotos besándose, junto con un mensaje de amor, que fue considerada por las autoridades como “pornografía”. A estos hechos se suman el veto de aspirantes LGTB a plazas públicas, el cierre de la única escuela para personas trans de Indonesia o la persecución de webs LGTB y apps de contactos gais.

Indonesia también votó el pasado 2014 en contra de la resolución del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas contra la homofobia y la transfobia y ha sido calificado, por su propia población, como un mal lugar para vivir si eres gay o lesbiana (solo un 2% opina lo contrario) en una encuesta de Gallup.

Fuente | Antaranews, vía EstoyBailando/Dosmanzanas/Cristianos Gays

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Indonesia: Dos jóvenes se enfrentan a una pena de 100 bastonazos por ser gays

Lunes, 10 de abril de 2017
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Se les aplicará la ley Sharia.

Sin embargo, en Indonesia la homosexualidad no es ilegal.

Los habitantes de la provincia de Aceh, en Indonesia, no tenían otra cosa mejor que hacer que denunciar a dos jóvenes, de 20 y 23 años, de quienes sospechaban “mantenían relaciones sexuales”… así que tras confirmar sus sospechas grabándoles en video, les denunciaron a las autoridades competentes. Aviso: las imágenes no son agradables.

Ahora se enfrentan a una pena de 100 bastonazos cada uno por “delito contra la moral”. Este mismo castigo se aplica a delitos como el adulterio, el juego, o el consumo de alcohol; y a mujeres que visten ropa ajustada y a hombres que no asisten a las plegarias de los viernes.

Aceh es la única provincia que aplica la Sharia en un país donde se ha vuelto a considerar que la homosexualidad y la bisexualidad son “problemas psiquiátricos”. Sin embargo, en el país la homosexualidad no está penada, aunque el Tribunal Constitucional está barajando la posibilidad de castigar el sexo entre personas del mismo sexo y fuera del matrimonio.

Indonesia, un infierno para la diversidad LGTB

noticias_file_foto_863842_1411568535No se puede negar la belleza natural de Indonesia, un país de postal que oculta en su interior un infierno para la comunidad LGTB. Sin ir más lejos, el pasado mes de febrero  publicábamos un post recogiendo cómo la oleada de virulenta homofobia y transfobia se abre paso a un ritmo preocupante en Indonesia. Publicábamos entonces que políticos y líderes religiosos se turnan con declaraciones incendiarias que estigmatizan cada ver más a la población LGTB.

Recordemos que la provincia autónoma de Aceh (en la zona norte de Sumatra) aprobó en septiembre de 2014 una penosa ley que castiga las relaciones homosexuales con la pena de recibir cien azotes en público con una vara de ratán. La legislación entraba en vigor en octubre de 2015. Ese mismo mes nos hacíamos eco de la detención de dos jóvenes lesbianas (de 18 y 19 años) por abrazarse públicamente y confesar que eran pareja. Según el jefe de la policía islámica las chicas serían “sometidas a rehabilitación con la participación de psicólogos en dependencias sociales”.

Indonesia presenta una realidad muy diferente para su comunidad LGTB dependiendo de la región. Formalmente, la homosexualidad no es delito en el país con mayor número de fieles musulmanes del mundo, que mantiene un código penal heredado de la época colonial neerlandesa. La excepción es Aceh, donde desde 2005 rige la sharia o ley islámica gracias a la autonomía que le fue concedida al firmar la paz con los separatistas, poco después del tsunami que asoló la región. Pero la influencia islamista se deja sentir también en otros lugares de Indonesia. La de Aceh es desde luego la peor situación, puesto que como decíamos arriba la homosexualidad no es formalmente delito en el resto del país. Ello no significa que en otras partes sea buena. En 2004, las autoridades municipales de Palembang, en Sumatra Meridional, dictaron por ejemplo una regulación en la que aglutinaban la actividad de las personas LGTB como “prostitución”. En virtud de ese reglamento, todas las personas acusadas de cometer cualquiera de esas actividades se enfrentan a la perspectiva de un máximo de seis meses de prisión o 5.000.000 de rupias (360 euros, 380 dólares) de multa.

En otras zonas existe una actitud algo más tolerante, especialmente en zonas urbanas como Yakarta. Con todo, la influencia de los islamistas más radicales se hace sentir cada vez más. En la propia Yakarta, la capital, las autoridades prohibieron en 2012 un concierto de Lady Gaga,  abanderada de los derechos LGTB, por considerarla un personaje diabólico y antirreligioso.

Los fundamentalistas también han obligado a cancelar una reunión de la división asiática de la ILGA (International Lesbian and Gay Association) en Surabaya y han amenazado a los organizadores del Q! Film Festival, un festival de cine LGTB, por mencionar otros dos ejemplos. En marzo de 2015, el Consejo de Ulemas de Indonesia dictó una fetua en la que se exigía que los actos homosexuales sean castigados con la pena de muerte. Aunque el Consejo de Ulemas no tiene ningún poder legislativo o ejecutivo en Indonesia, su influencia social es elevada.

En el mes de octubre de 2016, informábamos de la detención de una pareja gay por subir a su cuenta de Facebook unas fotos besándose, junto con un mensaje de amor, que fue considerada por las autoridades como “pornografía”. A estos hechos se suman el veto de aspirantes LGTB a plazas públicas, el cierre de la única escuela para personas trans de Indonesia o la persecución de webs LGTB y apps de contactos gais.

Indonesia también votó el pasado 2014 en contra de la resolución del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas contra la homofobia y la transfobia y ha sido calificado, por su propia población, como un mal lugar para vivir si eres gay o lesbiana (solo un 2% opina lo contrario) en una encuesta de Gallup.

Fuente: AP, vía EstoyBailando/Dosmanzanas/Cristianos gays

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La Policía de Indonesia detiene temporalmente a 600 personas transgénero por celebrar un evento cultural

Sábado, 28 de enero de 2017
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2016_11_11_15860_1478876849-_largeLa Policía de la región de Célebes Meridional ha cancelado un evento deportivo y cultural que promovía la comunidad transexual de la zona, tras una denuncia presentada por el Foro de la Congregación Islámica, que consideraba que la actividad violaba los “valores religiosos”. Más de 600 personas transexuales fueron retenidas temporalmente en un pequeño recinto, por llevar a cabo una actividad que, según la legislación indonesia, no constituye delito alguno. La actuación de las fuerzas del orden es una muestra más de cómo se intensifica la colaboración entre la Policía, las fuerzas políticas y los militantes islamistas.

Del 19 al 22 de enero debían celebrarse una serie de eventos de carácter cultural y deportivo en Soppeng, en la región indonesia de Célebes Meridional, organizados por personas pertenecientes a la etnia bugis. Una de las características de este grupo étnico es su reconocimiento tradicional de hasta cinco géneros: makkunrai, oroané, calabai, calalai y bissu. Los cuatro primeros corresponderían a varones y mujeres cisgénero y transexuales, mientras que los bissu son chamanes de carácter andrógino.

La implicación de personas transexuales y andróginas en los eventos a celebrar causó la indignación de los extremistas islámicos, que ejercen una presión constante en las fuerzas policiales indonesias. Por ello, presentaron una demanda por considerar que las celebraciones violaban los “valores religiosos” de la comunidad.

Tras la denuncia, la Policía local se presentó el día de la inauguración en el campo de Gassis, donde se habían reunido unas 600 personas transgénero y andróginas (bissu), a las que procedieron a retener en un recinto de unos 120 metros cuadrados. Los agentes arguyeron que no se habían obtenido los permisos necesarios para desarrollar los eventos, y comunicaron la prohibición de que se siguieran celebrando.

Sin embargo, Askar Mampo, miembro del comité organizador, afirma que el pasado 4 de enero se había comunicado la convocatoria a la Policía, como es preceptivo, y que se había obtenido la aprobación del consejo y el Gobierno de Soppeng. Es obvio que la solicitud policial era una excusa para satisfacer a los extremistas islámicos.

La actuación policial se corresponde con la que llevaron a cabo el pasado mes de diciembre en Yakarta, cuando fueron detenidos 13 hombres por participar en una supuesta “fiesta sexual gay”, según una denuncia del Frente de Defensores del Islam. La supuesta actividad, de ser cierta, no habría constituido delito alguno, pero la presión del grupo extremista islámico hizo que se vulnerasen con impunidad los derechos civiles de los ciudadanos LGTB indonesios.

Indonesia, un infierno para la diversidad LGTB

No se puede negar la belleza natural de Indonesia, un país de postal que oculta en su interior un infierno para la comunidad LGTB. Sin ir más lejos, el pasado mes de febrero  publicábamos un post recogiendo cómo la oleada de virulenta homofobia y transfobia se abre paso a un ritmo preocupante en Indonesia. Publicábamos entonces que políticos y líderes religiosos se turnan con declaraciones incendiarias que estigmatizan cada ver más a la población LGTB.

Recordemos que la provincia autónoma de Aceh (en la zona norte de Sumatra) aprobó en septiembre de 2014 una penosa ley que castiga las relaciones homosexuales con la pena de recibir cien azotes en público con una vara de ratán. La legislación entraba en vigor en octubre de 2015. Ese mismo mes nos hacíamos eco de la detención de dos jóvenes lesbianas (de 18 y 19 años) por abrazarse públicamente y confesar que eran pareja. Según el jefe de la policía islámica las chicas serían “sometidas a rehabilitación con la participación de psicólogos en dependencias sociales”.

Indonesia presenta una realidad muy diferente para su comunidad LGTB dependiendo de la región. Formalmente, la homosexualidad no es delito en el país con mayor número de fieles musulmanes del mundo, que mantiene un código penal heredado de la época colonial neerlandesa. La excepción es Aceh, donde desde 2005 rige la sharia o ley islámica gracias a la autonomía que le fue concedida al firmar la paz con los separatistas, poco después del tsunami que asoló la región. Pero la influencia islamista se deja sentir también en otros lugares de Indonesia. La de Aceh es desde luego la peor situación, puesto que como decíamos arriba la homosexualidad no es formalmente delito en el resto del país. Ello no significa que en otras partes sea buena. En 2004, las autoridades municipales de Palembang, en Sumatra Meridional, dictaron por ejemplo una regulación en la que aglutinaban la actividad de las personas LGTB como “prostitución”. En virtud de ese reglamento, todas las personas acusadas de cometer cualquiera de esas actividades se enfrentan a la perspectiva de un máximo de seis meses de prisión o 5.000.000 de rupias (360 euros, 380 dólares) de multa.

En otras zonas existe una actitud algo más tolerante, especialmente en zonas urbanas como Yakarta. Con todo, la influencia de los islamistas más radicales se hace sentir cada vez más. En la propia Yakarta, la capital, las autoridades prohibieron en 2012 un concierto de Lady Gaga,  abanderada de los derechos LGTB, por considerarla un personaje diabólico y antirreligioso.

Los fundamentalistas también han obligado a cancelar una reunión de la división asiática de la ILGA (International Lesbian and Gay Association) en Surabaya y han amenazado a los organizadores del Q! Film Festival, un festival de cine LGTB, por mencionar otros dos ejemplos. En marzo de 2015, el Consejo de Ulemas de Indonesia dictó una fetua en la que se exigía que los actos homosexuales sean castigados con la pena de muerte. Aunque el Consejo de Ulemas no tiene ningún poder legislativo o ejecutivo en Indonesia, su influencia social es elevada.

En el mes de octubre de 2016, informábamos de la detención de una pareja gay por subir a su cuenta de Facebook unas fotos besándose, junto con un mensaje de amor, que fue considerada por las autoridades como “pornografía”. A estos hechos se suman el veto de aspirantes LGTB a plazas públicas, el cierre de la única escuela para personas trans de Indonesia o la persecución de webs LGTB y apps de contactos gais.

Indonesia también votó el pasado 2014 en contra de la resolución del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas contra la homofobia y la transfobia y ha sido calificado, por su propia población, como un mal lugar para vivir si eres gay o lesbiana (solo un 2% opina lo contrario) en una encuesta de Gallup.

Fuente Dosmanzanas/Cristianos gays

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El presidente de Indonesia habla sobre la discriminación contra la comunidad LGTB en su país

Martes, 25 de octubre de 2016
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joko_widodo_2014_official_portraitDos años después de su elección, el presidente de Indonesia, Joko Widodo, habla sobre el alarmante incremento de la discriminación contra la comunidad LGTB en su país.

El 20 de octubre de 2014, Joko Widodo, conocido como Jokowi, es elegido presidente de Indonesia, el primer líder elegido fuera de la élite política y militar. A pesar de que muchos esperaban reformas de amplio alcance, después de dos años en el cargo, los expertos no consideran que se haya arriesgado demasiado, pero al menos acaba de hacer sus primeras declaraciones públicas contra la escalada de la discriminación que sufren las población LGBT de su país.

«La policía debe actuar» para proteger a las personas del colectivo LGTB, declara Jokowi, recalcando que «no debería haber ninguna discriminación contra nadie». Unas declaraciones que se producen después de meses del incremento del discurso de los políticos y funcionarios en contra del colectivo LGBT.

«Largamente esperada, la declaración de Jokowi en apoyo de la no discriminación LGBT es un soplo de aire fresco, mientras que funcionarios de Indonesia y políticos continúan con su desinformado ataque homofóbico y abusivo», declara Kyle Knight, de Human Rights Watch, considerando que el «siguiente paso lógico sería la derogación de las pautas discriminatorias contra la comunidad LGBT» por parte de las instituciones gubernamentales. Sin embargo, Jokowi no se olvida de recordar que «en términos de nuestras creencias, no se permite, el Islam no lo permite», refiriéndose al estilo de vida de las personas homosexuales, bisexuales y transexuales, lo que permite intuir que de producirse algún paso en favor de la comunidad LGTB, no va a ser tan rápido y sencillo como cabría esperar.

Indonesia, un infierno para la diversidad LGTB

No se puede negar la belleza natural de Indonesia, un país de postal que oculta en su interior un infierno para la comunidad LGTB. Sin ir más lejos, el pasado mes de febrero dosmanzanzanas publicaba un post recogiendo cómo la oleada de virulenta homofobia y transfobia se abre paso a un ritmo preocupante en Indonesia. Publicábamos entonces que políticos y líderes religiosos se turnan con declaraciones incendiarias que estigmatizan cada ver más a la población LGTB.

Recordemos que la provincia autónoma de Aceh (en la zona norte de Sumatra) aprobó en septiembre de 2014 una penosa ley que castiga las relaciones homosexuales con la pena de recibir cien azotes en público con una vara de ratán. La legislación entraba en vigor en octubre de 2015. Ese mismo mes nos hacíamos eco de la detención de dos jóvenes lesbianas (de 18 y 19 años) por abrazarse públicamente y confesar que eran pareja. Según el jefe de la policía islámica las chicas serían “sometidas a rehabilitación con la participación de psicólogos en dependencias sociales”.

Indonesia presenta una realidad muy diferente para su comunidad LGTB dependiendo de la región. Formalmente, la homosexualidad no es delito en el país con mayor número de fieles musulmanes del mundo, que mantiene un código penal heredado de la época colonial neerlandesa. La excepción es Aceh, donde desde 2005 rige la sharia o ley islámica gracias a la autonomía que le fue concedida al firmar la paz con los separatistas, poco después del tsunami que asoló la región. Pero la influencia islamista se deja sentir también en otros lugares de Indonesia. La de Aceh es desde luego la peor situación, puesto que como decíamos arriba la homosexualidad no es formalmente delito en el resto del país. Ello no significa que en otras partes sea buena. En 2004, las autoridades municipales de Palembang, en Sumatra Meridional, dictaron por ejemplo una regulación en la que aglutinaban la actividad de las personas LGTB como “prostitución”. En virtud de ese reglamento, todas las personas acusadas de cometer cualquiera de esas actividades se enfrentan a la perspectiva de un máximo de seis meses de prisión o 5.000.000 de rupias (360 euros, 380 dólares) de multa.

En otras zonas existe una actitud algo más tolerante, especialmente en zonas urbanas como Yakarta. Con todo, la influencia de los islamistas más radicales se hace sentir cada vez más.En la propia Yakarta, la capital, las autoridades prohibieron en 2012 un concierto de Lady Gaga,  abanderada de los derechos LGTB, por considerarla un personaje diabólico y antirreligioso.

Los fundamentalistas también han obligado a cancelar una reunión de la división asiática de la ILGA (International Lesbian and Gay Association) en Surabaya y han amenazado a los organizadores del Q! Film Festival, un festival de cine LGTB, por mencionar otros dos ejemplos.

En marzo de 2015, el Consejo de Ulemas de Indonesia dictó una fetua en la que se exigía que los actos homosexuales sean castigados con la pena de muerte. Aunque el Consejo de Ulemas no tiene ningún poder legislativo o ejecutivo en Indonesia, su influencia social es elevada.

Indonesia también votó el pasado 2014 en contra de la resolución del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas contra la homofobia y la transfobia y ha sido calificado, por su propia población, como un mal lugar para vivir si eres gay o lesbiana (solo un 2% opina lo contrario) en una encuesta de Gallup.

Fuente Dosmanzanas/Cristianos Gays/Universogay

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