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El gobierno de Indonesia se propone eliminar al colectivo LGBT de los medios de comunicación

Miércoles, 4 de octubre de 2017
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780x580-noticias-indonesiaNingún personaje LGBT en un anuncio, película documental o serie de televisión, ningún actor en actitud femenina o incluso ninguna mención a los derechos de las personas homosexuales, bisexuales o transexuales en ningún medio de comunicación son las medidas que el gobierno de Indonesia propone en su Ley de Radiodifusión.

La Cámara de Representantes de Indonesia está lista para aprobar una Ley de Radiodifusión que tiene como principal objetivo el de impedir la emisión de cualquier programa que tenga algún personaje homosexual, bisexual o transexual. De esta manera, todos los programas de televisión serán objeto de revisión por una oficina de censura, incluyendo anuncios publicitarios y películas documentales. Además, esta lee prevé evitar que los medios de comunicación informen o difundan cualquier tema relacionado sobre los derechos del colectivo LGBT. También se prohíbe a los actores comportarse de manera femenina, ni mucho menos vestirse con ropas de mujer en cualqueir formato televisivo. Funcionarios del gobierno también han solicitado que se prohíban los emojis LGBT, así como aplicaciones de citas especializadas en personas del mismo sexo como Grindr.

«No podemos permitir el comportamiento LGBT en la televisión. Va contra nuestra cultura (…).Tenemos que prohibirlo antes de que se convierta en un estilo de vida. Es peligroso y puede arruinar la moralidad de la generación más joven», asegura Supiadin Aries Saputra, miembro del Partido NasDem. «Estoy seguro de que todavía hay formas más creativas de entretener a la gente» que con personajes LGBT, añade Hanafi Rais, representante del Mandato Nacional. Por otro lado, Tunggal Pawestri, una activista a favor de los derechos de las personas LGBT ha señaldo que la televisión sólo incluye representaciones del colectivo LGBT para hacer bromas, chistes o como fuente de escarnio, aunque también lamenta que esta ley mermará al representación del colectivo hasta para señalar situaciones de discriminación y precariedad.

La homosexualidad no es ilegal en la mayor parte Indonesia, salvo en la provincia semiautónoma de Aceh, donde se aplica la ley sharia desde 2011, castigando las relaciones entre personas del mismo sexo con hasta 100 latigazos, como sucedió con una pareja en el mes de mayo, condenados a 85 bastonazos. Ante la estupefacción de la comunidad internacional ante tales medidas, el gobierno había anunciado su intención de poner fin a esta medida. Sin embargo, la única rectificación es que se haga de manera pública, realizándose ahora a puerta cerrada y sin medios de comunicación presentes, ante el miedo de que tales castigos ahuyenten a posibles inversores.

Inversores que, en cualquier caso, pueden ser perfectamente testigos de la creciente homofobia del país asiático en el que a principios de septiembre se arrestaba a una docena de mujeres por ser lesbianas, en mayo la policía hacía una redada en una sauna arrestando a 141 personas, o donde la comunidad religiosa llamaba al boicot contra Starbucks por su apoyo público al colectivo LGBT. En febrero de este año, el Parlamento Europeo ya condenaba la discriminación de personas LGBT en Indonesia.

Indonesia, un infierno para la diversidad LGTB

No se puede negar la belleza natural de Indonesia, un país de postal que oculta en su interior un infierno para la comunidad LGTB. Sin ir más lejos, el pasado mes de febrero  publicábamos un post recogiendo cómo la oleada de virulenta homofobia y transfobia se abre paso a un ritmo preocupante en Indonesia. Publicábamos entonces que políticos y líderes religiosos se turnan con declaraciones incendiarias que estigmatizan cada ver más a la población LGTB.

Recordemos que la provincia autónoma de Aceh (en la zona norte de Sumatra) aprobó en septiembre de 2014 una penosa ley que castiga las relaciones homosexuales con la pena de recibir cien azotes en público con una vara de ratán. La legislación entraba en vigor en octubre de 2015. Ese mismo mes nos hacíamos eco de la detención de dos jóvenes lesbianas (de 18 y 19 años) por abrazarse públicamente y confesar que eran pareja. Según el jefe de la policía islámica las chicas serían “sometidas a rehabilitación con la participación de psicólogos en dependencias sociales”.

Indonesia presenta una realidad muy diferente para su comunidad LGTB dependiendo de la región. Formalmente, la homosexualidad no es delito en el país con mayor número de fieles musulmanes del mundo, que mantiene un código penal heredado de la época colonial neerlandesa. La excepción es Aceh, donde desde 2005 rige la sharia o ley islámica gracias a la autonomía que le fue concedida al firmar la paz con los separatistas, poco después del tsunami que asoló la región. Pero la influencia islamista se deja sentir también en otros lugares de Indonesia. La de Aceh es desde luego la peor situación, puesto que como decíamos arriba la homosexualidad no es formalmente delito en el resto del país. Ello no significa que en otras partes sea buena. En 2004, las autoridades municipales de Palembang, en Sumatra Meridional, dictaron por ejemplo una regulación en la que aglutinaban la actividad de las personas LGTB como “prostitución”. En virtud de ese reglamento, todas las personas acusadas de cometer cualquiera de esas actividades se enfrentan a la perspectiva de un máximo de seis meses de prisión o 5.000.000 de rupias (360 euros, 380 dólares) de multa.

En otras zonas existe una actitud algo más tolerante, especialmente en zonas urbanas como Yakarta. Con todo, la influencia de los islamistas más radicales se hace sentir cada vez más. En la propia Yakarta, la capital, las autoridades prohibieron en 2012 un concierto de Lady Gaga,  abanderada de los derechos LGTB, por considerarla un personaje diabólico y antirreligioso.

Los fundamentalistas también han obligado a cancelar una reunión de la división asiática de la ILGA (International Lesbian and Gay Association) en Surabaya y han amenazado a los organizadores del Q! Film Festival, un festival de cine LGTB, por mencionar otros dos ejemplos. En marzo de 2015, el Consejo de Ulemas de Indonesia dictó una fetua en la que se exigía que los actos homosexuales sean castigados con la pena de muerte. Aunque el Consejo de Ulemas no tiene ningún poder legislativo o ejecutivo en Indonesia, su influencia social es elevada.

En el mes de octubre de 2016, informábamos de la detención de una pareja gay por subir a su cuenta de Facebook unas fotos besándose, junto con un mensaje de amor, que fue considerada por las autoridades como “pornografía”. A estos hechos se suman el veto de aspirantes LGTB a plazas públicas, el cierre de la única escuela para personas trans de Indonesia o la persecución de webs LGTB y apps de contactos gais.

Indonesia también votó el pasado 2014 en contra de la resolución del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas contra la homofobia y la transfobia y ha sido calificado, por su propia población, como un mal lugar para vivir si eres gay o lesbiana (solo un 2% opina lo contrario) en una encuesta de Gallup.

 Deterioro preocupante de los derechos LGTB

Como decíamos antes, Indonesia presenta una realidad muy diferente para su comunidad LGTB dependiendo de la región. Formalmente, la homosexualidad no es delito en el país con mayor número de fieles musulmanes del mundo, que mantiene un código penal heredado de la época colonial neerlandesa. La excepción son las provincias autónomas de Aceh y Sumatra Meridional. Y así lo reconocía el presidente Joko Widodo, quien lejos de atajarla ha llegado a aprobar medidas discriminatorias, como confiscar preservativosbloquear aplicaciones de citas entre personas del mismo sexo o autorizar formas de discriminación laboral, aparte de permitir las irresponsables declaraciones homofóbicas de políticos y alcaldes demonizando al colectivo LGBTy la radicalización de líderes religiosos que han llegado a fomentar el boicot a empresas internacionales que apoyan al colectivo LGBT.

Pero también en el resto del país la situación se está deteriorando. Ya lo recogíamos en febrero de 2016, cuando hacíamos alusión a la ola de LGTBfobia protagonizada por políticos y líderes religiosos. Hace pocas semanas, por ejemplo, la policía detenía en Yakarta, la capital, a 141 hombres por asistir a lo que las autoridades calificaron como “fiesta de sexo gay”, pese a que la homosexualidad no es allí ilegal. El portavoz de la policía aseveraba que los detenidos podrían ser acusados bajo las duras leyes contra la pornografía. Semanas antes, otros ocho hombres eran detenidos, igualmente acusados de celebrar una “fiesta gay” en Surabaya, la segunda ciudad del país. Y en Java Occidental, la provincia más poblada del país, el jefe de policía ha hecho público el plan de constituir un grupo de trabajo policial para investigar la actividad de personas LGTB.

Y a finales de mayo se ejecutaba la condena a 85 bastonazos a una pareja descubierta manteniendo relaciones sexuales consentidas en la provincia de Aceh, donde sí se aplica la ley Sharia desde 2005. El Parlamento Europeo condenaba en febrero la discriminación de personas homosexuales, bisexuales y transexuales en Indonesia, cuya situación era comparada con Chechenia por Kimahli Powell, director ejecutivo de Rainbow Railroad, que ha contribuido, en colaboración del gobierno de Canadá, a la evacuación de muchos perseguidos por la purga de homosexuales liderada por Razam Kadyrov.

Fuente Universogay/Cristianos Gays

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