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Archivo para mayo, 2022

“El gran regalo de Jesús”. 6 Pascua – C (Juan 14,23-29)

Domingo, 22 de mayo de 2022
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06-PASC-CSiguiendo la costumbre judía, los primeros cristianos se saludaban deseándose mutuamente la «paz». No era un saludo rutinario y convencional. Para ellos tenía un significado más profundo. En una carta que Pablo escribe hacia el año 61 a una comunidad cristiana de Asia Menor, les manifiesta su gran deseo: «Que la paz de Cristo reine en vuestros corazones».

Esta paz no hay que confundirla con cualquier cosa. No es solo una ausencia de conflictos y tensiones. Tampoco una sensación de bienestar o una búsqueda de tranquilidad interior. Según el evangelio de Juan, es el gran regalo de Jesús, la herencia que ha querido dejar para siempre a sus seguidores. Así dice Jesús: «Os dejo la paz, os doy mi paz».

Sin duda recordaban lo que Jesús había pedido a sus discípulos al enviarlos a construir el reino de Dios: «En la casa en que entréis, decid primero: “Paz a esta casa”». Para humanizar la vida, lo primero es sembrar paz, no violencia; promover respeto, diálogo y escucha mutua, no imposición, enfrentamiento y dogmatismo.

¿Por qué es tan difícil la paz? ¿Por qué volvemos una y otra vez al enfrentamiento y la agresión mutua? Hay una respuesta primera tan elemental y sencilla que nadie la toma en serio: solo los hombres y mujeres que poseen paz pueden ponerla en la sociedad.

No puede sembrar paz cualquiera. Con el corazón lleno de resentimiento, intolerancia y dogmatismo se puede movilizar a la gente, pero no es posible aportar verdadera paz a la convivencia. No se ayuda a acercar posturas y a crear un clima amistoso de entendimiento, mutua aceptación y diálogo.

No es difícil señalar algunos rasgos de la persona que lleva en su interior la paz de Cristo: busca siempre el bien de todos, no excluye a nadie, respeta las diferencias, no alimenta la agresión, fomenta lo que une, nunca lo que enfrenta.

¿Qué estamos aportando hoy desde la Iglesia de Jesús? ¿Concordia o división? ¿Reconciliación o enfrentamiento? Y si los seguidores de Jesús no llevan paz en su corazón, ¿qué es lo que llevan? ¿Miedos, intereses, ambiciones, irresponsabilidad?

José Antonio Pagola

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“El Espíritu Santo os irá recordando todo lo que os he dicho”. Domingo 22 de mayo de2022. 6º Domingo de Pascua

Domingo, 22 de mayo de 2022
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31-pascuaC6 cerezoLeído en Koinonia:

Hechos de los apóstoles 15, 1-2. 22-29: Hemos decidido, el Espíritu Santo y nosotros, no imponeros más cargas que las indispensables.
Salmo responsorial: 66:  Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.
Apocalipsis 21, 10-14. 22-23: Me enseñó la ciudad santa, que bajaba del cielo.
Juan 14, 23-29: El Espíritu Santo os irá recordando todo lo que os he dicho.

El libro de los Hechos nos presenta la controversia de los apóstoles con algunas personas del pueblo que decían que los no circuncidados no podían entrar en el reino de Dios. Los apóstoles descartaban el planteamiento judío de la circuncisión. Ésta se realizaba a los ocho días del nacimiento al niño varón, a quien sólo así se le aseguraban todas las bendiciones prometidas por ser un miembro en potencia del pueblo elegido y por participar de la Alianza con Dios. Todo varón no circuncidado según esta tradición debía ser expulsado del pueblo, de la tierra judía, por no haber sido fiel a la promesa de Dios (cf. Gn 17,9-12). El acto ritual de la circuncisión estaba cargado -y aún lo está- de significado cultural y religioso para el pueblo judío. Estaba ligado también al peso histórico-cultural de exclusión de las mujeres, las cuales no participaban de rito alguno para iniciarse en la vida del pueblo: a ellas no se les concebía como ciudadanas.

Es bien importante este episodio dentro de la elaboración literaria que Lucas hace del nacimiento de la primitiva Iglesia. Ésta fue capaz de intuir genialmente que aquel rito de la circuncisión discriminaba inevitablemente entre hombres y mujeres, y entre judíos y paganos. Los dirigentes principales de la Iglesia central (por así decir) ratificaron la intuición que los misioneros de vanguardia pusieron en marcha al evangelizar en la frontera con el mundo pagano. En aquel contexto cultural diferente, el signo de la circuncisión no sólo no era significativo, sino que implicaba una marginación de la mujer, y una imposición incomprensible para quienes s convertían desde el paganismo. Fue una lección de sentido histórico, de comprensión de la relatividad cultural, y de aceptación de los signos de los tiempos.

No deberíamos reflexionar hoy sobre este tema de un modo meramente arcaizante: «cómo hicieron ellos», sino preguntándonos qué otros signos, elementos, dimensiones… del cristianismo están hoy necesitados de una reformulación o reconversión, en esta la nueva frontera cultural que hoy atravesamos, probablemente mucho más profunda que la que se vivía en aquel momento que los Hechos de los Apóstolos nos relatan. Muchas cosas que hasta ahora significaban, se han vaciado de valor evocativo. En muchos casos, no sólo se han vaciado, sino que se han cargado de sentido contrario. Acabamos haciendo gestos que se quedan en simples ritos sin significado vivo, o repitiendo fórmulas que dicen cosas en las que ya no creemos –o en las que ya no podemos creer–.

Permítasenos evocar la publicación que el movimiento judío conservador de EEUU ha realizado el pasado mes de febrero (http://internacional.elpais.com/internacional/2016/03/02/actualidad/1456932458_958209.html) de una nueva edición del manual de oraciones, Sidur en hebreo, edición que ha puesto todas las oraciones en un lenguaje que no distingue entre hombres y mujeres, entre personas y/o parejas hetero y homosexuales. Hay que recordar que el idioma hebreo –y otros– tiene formas verbales diferentes para el hombre y la mujer. «Yo rezo», por ejemplo, no utiliza la misma palabra igual cuando lo dice un hombre o cuando lo dice una mujer. Lo cual quiere decir que cuando se reza juntos, normalmente la mujer ha tenido que quedar supeditada a rezar con expresiones masculinas. Este nuevo Sidur es un esfuerzo para acomodar símbolos religiosos tan importantes como los de un oracional, a la sensibilidad actual. Lo que en siglos y milenios anteriores parecía intocable, hoy ya no nos lo parece a muchas personas y comunidades; las más intuitivas y clarividentes están reivindicando la necesidad de dar pasos adelante, y deberíamos apoyarles.

También en otros idiomas persisten las diferencias discriminatorias de género, pero no tanto ya por las diferencias de las formas verbales y otras, cuanto por las desactualizaciones en términos culturales y epistemológicos: se trata de conjuntos completos de símbolos que ya no están culturalmente vigentes, fórmulas de fe que dicen cosas hoy realmente no creemos, creencias que ya todos sabemos que son mitos, pero que son repetidas ritualmente con toda seriedad como si de descripciones históricas se tratara, esperando que aparezcan por alguna parte los niños del cuento de Andersen que nos hagan caer en la cuenta a todos de que «el rey está desnudo». Por eso, es de profunda actualidad la lucidez de que hizo gala la Iglesia primitiva en torno a la práctica de la circuncisión.

El Apocalipsis nos presenta también una crítica a la tradición judía excluyente. Juan vio en sus revelaciones la nueva Jerusalén que bajaba del cielo y que era engalanada para su esposo, Cristo resucitado. Esta nueva Jerusalén es la Iglesia, triunfante e inmaculada, que ha sido fiel al Cordero y no se ha dejado llevar por las estructuras que muchas veces generan la muerte. Aquí yace la crítica del cristianismo al judaísmo que se dejó acaparar por el Templo, en el cual los varones, y entre éstos especialmente los cobijados por la Ley, eran los únicos que podían relacionarse con Dios; un Templo que era señal de exclusión hacia los sencillos del pueblo y los no judíos.

La Nueva Jerusalén que Juan describe en su libro no necesita templo, porque Dios mismo estará allí, manifestando su gloria y su poder en medio de los que han lavado sus ropas en la sangre del Cordero. Ya no habrá exclusión -ni puros ni impuros-, porque Dios lo será todo en todos, sin distinción alguna.

En el evangelio de Juan, Jesús, dentro del contexto de la Ultima Cena y del gran discurso de despedida, insiste en el vínculo fundamental que debe prevalecer siempre entre los discípulos y él: el amor. Judas Tadeo ha hecho una pregunta a Jesús: “¿por qué vas a mostrarte a nosotros y no a la gente del mundo”? Obviamente, Jesús, su mensaje, su proyecto del reino, son para el mundo; pero no olvidemos que para Juan la categoría “mundo” es todo aquello que se opone al plan o querer de Dios y, por tanto, rechaza abiertamente a Jesús; luego, el sentido que da Juan a la manifestación de Jesús es una experiencia exclusiva de un reducido número de personas que deben ir adquiriendo una formación tal que lleguen a asimilar a su Maestro y su propuesta, pero con el fin de ser luz para el “mundo”; y el primer medio que garantiza la continuidad de la persona y de la obra de Jesús encarnado en una comunidad al servicio del mundo, es el amor. Amor a Jesús y a su proyecto, porque aquí se habla necesariamente de Jesús y del reino como una realidad inseparable.

Ahora bien, Jesús sabe que no podrá estar por mucho tiempo acompañando a sus discípulos; pero también sabe que hay otra forma no necesariamente física de estar con ellos. Por eso los prepara para que aprendan a experimentarlo no ya como una realidad material, sino en otra dimensión en la cual podrán contar con la fuerza, la luz, el consuelo y la guía necesaria para mantenerse firmes y afrontar el diario caminar en fidelidad. Les promete pues, el Espíritu Santo, el alma y motor de la vida y de su propio proyecto, para que acompañe al discípulo y a la comunidad.

Finalmente, Jesús entrega a sus discípulos el don de la paz: “mi paz les dejo, les doy mi paz” (v. 27); testamento espiritual que el discípulo habrá de buscar y cultivar como un proyecto que permite hacer presente en el mundo la voluntad del Padre manifestada en Jesús. Es que en la Sagrada Escritura y en el proyecto de vida cristiana la paz no se reduce a una mera ausencia de armas y de violencia; la paz involucra a todas las dimensiones de la vida humana y se convierte en un compromiso permanente para los seguidores de Jesús. Leer más…

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Dom 6 pascua: No es la paz del “mundo”. La iglesia, una tarea de paz (Jn 14, 23-29)

Domingo, 22 de mayo de 2022
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 pikaza_camino_paz-938c8Del blog de Xabier Pikaza:

Recojo y comento en estas reflexiones las palabras centrales del evangelio de este domingo: “La paz os dejo, mi paz os doy; no es como la paz que ofrece el mundo…” (Jn 14, 27).

La paz del  mundo (propia de un sistema de poder) proviene de la imposición económica, militar e ideológica de los vencedores, tal como se impone en los arcos de triunfo de los antiguos y los nuevos vencedores.

En contra de eso, la paz de Jesús se expresa a través del perdón de las víctimas. Esa ha de ser la paz de la iglesia entendida como institución o comunión no violenta de los seguidores de Jesús, pacificador crucificado.

LA PAZ,HIJA DEL PERDÓN, ES LA VICTORIA DE LAS VÍCTIMAS

            La paz no es resultado de la victoria de las armas riunfadoras, sino del perdón  de los vencidos. No proviene de los que vencen y se imponen por ley de poder sobre los derrotados, sino de aquellos que, siendo vencidos y estando derrotados, responden perdonando[1]. (Las dos primeras imágenes recogen la paz del “arco” militar de los triunfadores).

  1. El riesgo de un perdón interesado.

  Había en el judaísmo de tiempos de Jesús un tipo de paz controlado por sacerdotes del templo Jerusalén y políticos de Roma, al servicio del sistema.

Era el perdón del templo y se expresaba a través de sacrificios rituales, por medio de una especie de «máquina sacral», que culminaba el día de la Gran Expiación (Lev 16), celebrada por sacerdotes y regulada según Ley por los escribas.

Por su parte, el perdón de Roma (parcere subiectis, debellare superbos: Virgilio, Eneida 855) estaba al servicio del sistema imperial y político, no de los necesitados. Jesús, en cambio, ha ofrecido su perdón mesiánico, que actúa a través de los que sufren y que busca una nueva humanidad, superando el orden del templo y el sistema del imperio. Para entender su alcance, quiero delimitarlo mejor:

Puede haber un perdón arbitrario y caprichoso, propio de dictadores o autócratas, que muestran su magnanimidad indultando de un modo irracional (sin necesidad de justificaciones) a quienes ellos quieren y castigando también a quienes quieren (sin dar tampoco razones). Así descargan su violencia sobre algunos, para mostrarse soberanos, imponiendo su terror sobre posibles rebeldes o contrarios, y perdonan a otros para decir que son magnánimos y aparecer como benefactores, a través de un gesto arbitrario, que está muy alejado de la justicia racional (y del perdón cristiano).

En contra de ese perdón interesado de los autócratas, que es una imposición de su dictadura y un capricho de su prepotencia, Jesús ofrece y promueve un perdón puramente gratuito que no va en contra de la justicia, sino que la desborda y fundamenta. Éste es un perdón que sólo pueden ofrecer las víctimas (los ofendidos y humillados), sin que sean capaces de ofrecerlo en su nombre (en contra de ellos) unos dictadores o sacerdotes pretendidamente superiores.

Puede haber un perdón o amnistía al servicio de una política partidista. Casi todos los vencedores del mundo han decretado amnistías, desde los asirios del siglo VIII a. C. hasta los romanos del tiempo de Jesús o los revolucionarios franceses de finales del XVIII. Suelen ser amnistías políticamente calculadas, para gloria de los soberanos o de los estados que las proclaman, al servicio de su propia estabilidad, como una forma de justificarse.  Este perdón puede ser provechoso, pero que corre el riesgo de situar la oportunidad política (su racionalidad partidista) por encima de la justicia legal[2].

Puede haber un perdón sacral, controlado por los sacerdotes del templo, al servicio del propio sistema, para mantener el orden establecido, como sucedía en Jerusalén, en tiempo de Jesús. También éste es un perdón interesado, propio de los vencedores, al servicio del sistema; es el perdón de los templos y de las grandes instituciones religiosas, entendidas como instancias de control sobre los “pecadores”, como ha podido suceder en la religión de los Incas y en algunas instituciones cristianas. Lo mismo que los anteriores, este perdón sigue estando al servicio del sistema, es decir, de la violencia de los poderosos.

En contra de eso, Jesús ha ofrecido el perdón de un modo gratuito, no en contra, sino por encima de la Ley, pidiendo a los ofendidos que perdonen a sus ofensores (¡ellos son los únicos que pueden hacerlo desde Dios!), para abrir de esa manera un camino de reconciliación más alta, superando la violencia.

El perdón sacral del Templo (lo mismo que la amnistía de los grandes imperios) estaba al servicio de los poderosos, que monopolizaban el orden del sistema. Jesús, en cambio, ha ofrecido su perdón (que estrictamente hablando no es suyo, sino de los pobres) de un modo mesiánico, superando el sistema del del imperio y de un templo al servicio de los vencedores. No es que él perdone desde arriba, por excepción, sin necesidad de templo y sacrificios, a los expulsados y excluidos de la comunidad sagrada de Israel y del imperio, sino que son ellos, los expulsados y excluidos, los que pueden ofrecer perdón (como representantes de Dios). Ésta es la novedad del evangelio y ella supera todos los sistemas religiosos o sociales donde el perdón está al servicio del orden establecido. El sistema político o religioso no puede perdonar, sino que se limita a buscar su equilibrio o, a lo sumo, procurar una igualdad de ley. Los únicos que pueden perdonar son los ofendidos y/o robados, es decir, las víctimas, como Jesús.

Jesús, un perdón gratuito.

 El sistema político/religioso necesita un talión (¡a cada uno según su merecido!), controlando el perdón desde arriba. En contra de de eso, Jesús sitúa a los hombres y mujeres ante el don y tarea del perdón, haciéndoles capaces de superar una justicia legal que, cerrada en sí, puede acabar destruyendo a todos. Lo que algunos llaman actualmente justicia infinita (un tipo de Ley particular llevada hasta el extremo) nos deja simplemente en el nivel de la lucha de todos contra todos. En ese sentido podemos añadir, con Pablo, que la justicia de la Ley es insuficiente. Sólo la gracia que perdona a los pecadores es fundamento de paz[3].

  1. Sólo el perdón rompe la espiral de la venganza(un talión que siempre se repite: ojo por ojo, diente por diente) y de esa forma libera al hombre del automatismo de la violencia y permite que su vida se despliegue por encima de una Ley, en la que nada se crea ni destruye, sino que se transforma, permaneciendo siempre idéntico. Sólo el perdón rompe el encerramiento de la pura Ley y nos sitúa en un nivel de gratuidad, donde los hombres pueden vivir y amarse por sí mismos (como valor supremo). El perdón es gracia y sólo así puede superar la violencia del pasado, haciendo que la vida se abra al futuro de la Vida, por encima de sus contradicciones y luchas de poder.
  2. Perdón gratuito, no expiación. Expiar es pagar por la culpa, de manera que quien ha quebrantado la Ley tiene que recibir su merecido y penar (ser castigado). Sin duda, parece conveniente un tipo de reparación para mantener el orden del sistema, como saben las religiones sacrificiales y los sistemas políticos en los que domina una Ley punitiva (como parece suceder en USA). Pero el Dios de Jesús no exige expiación o sometimiento, para afianzar de esa manera su poder, sino que él mismo expía por los pecados de los hombres, es decir, les ama de un modo gratuito. En ese contexto ha de entenderse la actitud de Jesús, que ha perdonado a los pecadores, sentándose a su mesa y dialogando con ellos (cf. Mc 2, 15-17 par; Mt 11, 29 par; Lc 15, 1).

Según eso, el perdón tiene que venir de las víctimas. Jesús no ratifica el poder de perdón de los de arriba, sino que pide a los excluidos y pobres que perdonen, en gesto que no es sometimiento (¡encima de haber sido ofendidos deben perdonar a quienes les ofenden!), sino que viene a mostrarse como expresión de la mayor de todas las autoridades Ellos, los oprimidos, son sacerdotes y portadores de perdón, es decir, de un nuevo orden social que no se funda en el dominio de unos sobre otros, ni en la revancha de los sometidos, sino en la gracia creadora, desde abajo, a partir de los marginados y ofendidos. Los pobres son precisamente los que toman la iniciativa y, sin luchar externamente contra los sacerdotes y jerarcas, asumen la autoridad del perdón, sin necesidad de imponerse por la fuerza, ni de tomar el poder externo, sino iniciando una comunidad de iguales.

Evangelio, textos del perdón.

Principio. Perdón quiero, no pura justicia: “No juzguéis y no seréis juzgados. No condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados” (Lc 6, 37; cf. Mt 7, 1). En un nivel político, la justicia social es buena y necesaria; pero ella tiene que imponerse con violencia, como sabe Pablo en Rom 13, 1-7, pues el juez necesita la ayuda de la espada y de la cárcel (y en algunos países de la silla eléctrica). Pues bien, superando ese plano de violencia legal (políticamente legítima), Jesús pide a sus fieles que se perdonen, que no acudan a la pura ley, ni a la espada. Al decir expresamente ¡no-juzguéis!, Jesús no ha pensado en unos objetivos particulares, ni ha propuesto unos casos en los que el perdón debe aplicarse, sino que abre un camino ilimitado de vida, que sólo puede recorrerse en amor, un proceso de no-violencia para voluntarios, no un ordenamiento obligatorio.

Esta palabra aparece en el evangelio como revelación, una mutación antropológica radical. No puede probarse, pero se pueden probar sus consecuencias, pues allí donde los hombres no perdonan ellos mismos terminan cayendo bajo el poder del juicio («con el juicio con que juzguéis seréis juzgados»). El juicio se sitúa y nos sitúa ante el talión (ojo por ojo…) y así nos deja en manos de la Ley de la espada (quien a hierro mata a hierro muere: Mt 26, 52), como sabe Pablo (Rom 13, 4). Pues bien, por encima del juicio está el Dios de la gracia, que no defiende la vida con espada, sino que la crea en amor y perdón y así quiere que nosotros perdonemos (cf. Rom 13, 10).

 Perdón amante. Ese perdón sólo es posible por amor, como gesto creador, desde los ofendidos, como dice Jesús: “Habéis oído que se ha dicho: Ojo por ojo y diente por diente. Pero yo os digo… Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os odian; bendecid a los que os maldicen y orad por los que os calumnian” (Mt 5, 38; Lc 6, 27-28). El texto supone que vivimos en un mundo dominado por la enemistad y el odio, la maldición y la calumnia (Lc 6, 27-28), un mundo de violencia donde cada uno parece que quiere imponerse sobre los otros a golpe de opresión física (herida en la mejilla) o económica (quitar la capa, robar). Suele decirse que el mundo es así y en él estamos. Pues bien, sobre ese mundo, por encima de una justicia que se cierra en un círculo de “amigos interesados” (do ut des, doy para que me devuelvas), abre Jesús un camino de perdón y gratuidad, que empieza precisamente desde los pobres (ofendidos y víctimas). En el lugar donde ellos perdonan y aman empieza la paz[5]. Leer más…

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¿Somos un hotel de cinco estrellas? Domingo 6º de Pascua. Ciclo C.

Domingo, 22 de mayo de 2022
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6DE19477-750B-4014-B027-29A3FFB6259EDel blog El Evangelio del Domingo, de José Luis Sicre sj:

 

Igual que el domingo anterior, la primera lectura (Hechos) habla de la iglesia primitiva; la segunda (Apocalipsis) de la iglesia futura; el evangelio (Juan) de nuestra situación presente, como morada de Dios.

1ª lectura: la iglesia pasada (Hechos de los Apóstoles 15, 1-2. 22-29)

Uno de los motivos del éxito de la misión de Pablo y Bernabé entre los paganos fue el de no obligarlos a circuncidarse. Esta conducta, compartida por la comunidad cristiana de Antioquía de Siria, no sólo provocó la indignación de los judíos sino también de un grupo cristiano de Jerusalén educado en el judaísmo más estricto. Para ellos, renunciar a la circuncisión equivalía a oponerse a la voluntad de Dios, que se la había ordenado a Abrahán. Algo tan grave como si entre nosotros dijese alguno ahora que no es preciso el bautismo para salvarse.

            Como ese grupo de Jerusalén se consideraba “la reserva espiritual de oriente”, al enterarse de lo que ocurre en Antioquía manda unos cuantos a convencerlos de que, si no se circuncidan, no pueden salvarse. Para Pablo y Bernabé esta afirmación es una blasfemia: si lo que nos salva es la circuncisión, Jesús fue un estúpido al morir por nosotros.

             En el fondo, lo que está en juego no es la circuncisión sino otro tema: ¿nos salvamos nosotros a nosotros mismos cumpliendo las normas y leyes religiosas, o nos salva Jesús con su vida y muerte? Cuando uno piensa en tantos grupos eclesiales de hoy que insisten en la observancia de la ley, se comprende que entonces, como ahora, saltasen chispas en la discusión. Hasta que se decide acudir a los apóstoles de Jerusalén.

            Tiene entonces lugar lo que se conoce como el “concilio de Jerusalén”, que es el tema de la primera lectura de hoy. Para no alargarla, se ha suprimido una parte esencial: los discursos de Pablo y Santiago (versículos 3-21).

            En la versión que ofrece Lucas en el libro de los Hechos, el concilio llega a un pacto que contente a todos: en el tema capital de la circuncisión, se da la razón a Pablo y Bernabé, no hay que obligar a los paganos a circuncidarse; al grupo integrista se lo contenta diciendo a los paganos que observen cuatro normal muy importantes para los judíos: abstenerse de comer carne sacrificada a los ídolos, de comer sangre, de animales estrangulados y de la fornicación.

            Esta versión del libro de los Hechos difiere en algunos puntos de la que ofrece Pablo en su carta a los Gálatas. Coinciden en lo esencial: no hay que obligar a los paganos a circuncidarse. Pero Pablo no dice nada de las cuatro normas finales.

            El tema es de enorme actualidad, y la iglesia primitiva da un ejemplo espléndido al debatir una cuestión muy espinosa y dar una respuesta revolucionaria. Hoy día, cuestiones mucho menos importantes ni siquiera pueden insinuarse. Pero no nos limitemos a quejarnos. Pidámosle a Dios que nos ayude a cambiar.

 En aquellos días, unos que bajaron de Judea se pusieron a enseñar a los hermanos que, si no se circuncidaban conforme a la tradición de Moisés, no podían salvarse. Esto provocó un altercado y una violenta discusión con Pablo y Bernabé; y se decidió que Pablo, Bernabé y algunos más subieran a Jerusalén a consultar a los apóstoles y presbíteros sobre la controversia. 

            Los apóstoles y los presbíteros con toda la Iglesia acordaron entonces elegir algunos de ellos y mandarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé. Eligieron a Judas Barrabás y a Silas, miembros eminentes entre los hermanos, y les entregaron esta carta:

            Los apóstoles y los presbíteros hermanos saludan a los hermanos de Antioquía, Siria y Cilicia convertidos del paganismo. Nos hemos enterado de que algunos de aquí, sin encargo nuestro, os han alarmado e inquietado con sus palabras. Hemos decidido, por unanimidad, elegir algunos y enviároslos con nuestros queridos Bernabé y Pablo, que han dedicado su vida a la causa de nuestro Señor Jesucristo. En vista de esto, mandamos a Silas y a Judas, que os referirán de palabra lo que sigue: Hemos decidido, el Espíritu Santo y nosotros, no imponeros más cargas que las indispensables: que os abstengáis de carne sacrificada a los ídolos, de sangre, de animales estrangulados y de la fornicación. Haréis bien en apartaros de todo esto. Salud.

2ª lectura: la iglesia futura (Lectura del libro del Apocalipsis 21,10-14. 22-23)

            En la misma tónica de la semana pasada, con vistas a consolar y animar a los cristianos perseguidos, habla el autor de la Jerusalén futura, símbolo de la iglesia.

            El autor se inspira en textos proféticos de varios siglos antes. El año 586 a.C. Jerusalén fue incendiada por los babilonios y la población deportada. Estuvo en una situación miserable durante más de ciento cincuenta años, con las murallas llenas de brechas y casi deshabitada. Pero algunos profetas hablaron de un futuro maravilloso de la ciudad. En el c.54 del libro de Isaías se dice:

            11 ¡Oh afligida, venteada, desconsolada!

            Mira, yo mismo te coloco piedras de azabache, te cimento con zafiros,

           12 te pongo almenas de rubí, y puertas de esmeralda,

            y muralla de piedras preciosas.

            El libro de Zacarías contiene algunas visiones de este profeta tan surrealistas como los cuadros de Dalí. En una de ellas ve a un muchacho dispuesto a medir el perímetro de Jerusalén, pensando en reconstruir sus murallas. Un ángel le ordena que no lo haga, porque Por la multitud de hombres y ganados que habrá, Jerusalén será ciudad abierta; yo la rodearé como muralla de fuego y mi gloria estará en medio de ella oráculo del Señor (Zac 2,8-9).

            Podría citar otros textos parecidos. Basándose en ellos dibuja su visión el autor del Apocalipsis. La novedad de su punto de vista es que esa Jerusalén futura, aunque baja del cielo, está totalmente ligada al pasado del pueblo de Israel (las doce puertas llevan los nombres de las doce tribus) y al pasado de la iglesia (los basamentos llevan los nombres de los doce apóstoles).

            Pero hay una diferencia esencial con la antigua Jerusalén: no hay templo, porque su santuario es el mismo Dios, y no necesita sol ni luna, porque la ilumina la gloria de Dios.

El ángel me transportó en éxtasis a un monte altísimo, y me enseñó la ciudad santa, Jerusalén, que bajaba del cielo, enviada por Dios, trayendo la gloria de Dios. “Brillaba como una piedra preciosa, como Jaspe traslúcido. 

            Tenía una muralla grande y alta y doce puertas custodiadas por doce ángeles, con doce nombres grabados: los nombres de las tribus de Israel. A oriente tres puertas, al norte tres puertas, al occidente tres puertas. 

            La muralla tenía doce basamentos que llevaban doce nombres: los nombres de los apóstoles del Cordero. 

            Santuario no vi ninguno, porque es su santuario el Señor Dios todopoderoso y el Cordero.

            La ciudad no necesita sol ni luna que la alumbre, porque la gloria de Dios la ilumina y su lámpara es el Cordero.

3ª lectura: la comunidad presente (Juan 14, 23-29)

            El texto del evangelio de Juan ofrece, en pocas líneas, tres temas:

            1) El cumplimiento de la palabra de Jesús y sus consecuencias.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: 

El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él.

El que no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió. 

            Se contraponen dos actitudes: el que me ama ‒ el que no me ama. A la primera sigue una gran promesa: el Padre lo amará. A la segunda, un severo toque de atención: mis palabras no son mías, sino del Padre.

            La primera parte es muy interesante cuando se compara con el libro del Deuteronomio, que insiste en el amor a Dios (“amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu mente, con todo tu ser”) y pone ese amor en el cumplimiento de sus leyes, decretos y mandatos. En el evangelio, Jesús parte del mismo supuesto: “el que me ama guardará mi palabra”. Pero añade algo que no está en el Deuteronomio: “mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él”.

            El tema de Dios habitando en nosotros se trata con poca frecuencia porque lo hemos relegado al mundo de los místicos: santa Teresa, san Juan de la Cruz, etc. Pero el evangelio nos recuerda que se trata de algo que nos afecta a cada uno de nosotros y que no debemos pasar por alto. Pensemos en el influjo enorme que siguen ejerciendo en nosotros personas que han muerto hace años: familiares, amigos, educadores, que siguen “vivos dentro de nosotros”. Una reflexión parecida deberíamos hacer sobre cómo Dios está presente dentro de nosotros e influye de manera decisiva en nuestra vida. Y lo deberíamos ver como una prueba del amor de Dios: “mi Padre lo amará y vendremos a él y haremos morada en él”.

            Por otra parte, decir que Dios viene a nosotros y habita en nosotros supone un novedad capital con respecto al Antiguo Testamento, donde se advierten diversas posturas sobre el tema. 1) Dios no habita en nosotros, nos visita, como visita a Abrahán. 2) Dios se manifiesta en algún lugar especial, como el Sinaí, pero sin que el pueblo tenga acceso al monte. 3) Dios acompaña a su pueblo, haciéndose presente en el arca de la alianza, tan sagrada que, quien la toca sin tener derecho a ello, muere. 4) Salomón construye el templo para que habite en él la gloria del Señor, aunque reconoce que Dios sigue habitando en “su morada del cielo”. 5) Después del destierro de Babilonia, cuando el profeta Ageo anima a reconstruir el templo de Jerusalén, otro profeta muestra su desacuerdo en nombre del Señor: “El cielo es mi trono, y la tierra el estrado de mis pies; ¿Qué templo podréis construirme o qué lugar para mi descanso?” (Isaías 66,1).

            Cuando Jesús promete que él y el Padre habitarán en quien cumpla su palabra, anuncia un cambio radical: Dios no es ya un ser lejano, que impone miedo y respeto, un Dios grandioso e inaccesible; tampoco viene a nosotros en una visita ocasional. Decide quedarse dentro de nosotros. ¿Qué le ofrecemos? ¿Un hotel de cinco estrellas o un hostal?

            2) La promesa del Espíritu Santo.

Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Defensor, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho. 

            Dentro de poco celebraremos la fiesta de Pentecostés. Es bueno irse preparando para ella pensando en la acción del Espíritu Santo en nuestra vida. Este breve texto se fija en el mensaje: enseña y recuerda lo dicho por Jesús. Dicho de forma sencilla: cada vez que, ante una duda o una dificultad, recordamos lo que Jesús enseñó e intentamos vivir de acuerdo con ello, se está cumpliendo esta promesa de que el Padre enviará el Espíritu. 

            Pero hay algo más: el Espíritu no solo recuerda, sino que aporta ideas nuevas, como añade Jesús en otro pasaje de este mismo discurso: “Me quedan por deciros muchas cosas, pero no podéis con ellas por ahora. Cuando venga él, el Espíritu de la verdad os guiará hasta la verdad plena.” Parece casi herético decir que Jesús no nos transmite la verdad plena. Pero así lo dice él. Y la historia de la Iglesia confirma que los avances y los cambios, imposibles de fundamentar a veces en las palabras de Jesús, se producen por la acción del Espíritu.

            3) La vuelta de Jesús junto al Padre

La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: “Me voy y vuelvo a vuestro lado.” Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigáis creyendo.»

            Estas palabras anticipan la próxima fiesta de la Ascensión. Para comprenderlas, lo mejor es compararlas con la famosa oda de Fray Luis de León:

            ¿Y dejas, Pastor santo,

            tu grey en este valle hondo, escuro,

            con soledad y llanto;

            y tú, rompiendo el puro

            aire, ¿te vas al inmortal seguro?

            Los antes bienhadados,

            y los agora tristes y afligidos,

            a tus pechos criados,

            de ti desposeídos,

            ¿a dó convertirán ya sus sentidos?

            ¿Qué mirarán los ojos

            que vieron de tu rostro la hermosura,

            que no les sea enojos?

            Quien oyó tu dulzura,

            ¿qué no tendrá por sordo y desventura?

            Aqueste mar turbado,

            ¿quién le pondrá ya freno? ¿Quién concierto

            al viento fiero, airado?

            Estando tú encubierto,

            ¿qué norte guiará la nave al puerto?

            ¡Ay!, nube, envidiosa

            aun deste breve gozo, ¿qué te aquejas?

            ¿Dó vuelas presurosa?

            ¡Cuán rica tú te alejas!

            ¡Cuán pobres y cuán ciegos, ay, nos dejas!

            Las palabras de Jesús en el evangelio de Juan pretenden que no nos sintamos tristes y afligidos, pobres y ciegos, sino alegres por el triunfo de Jesús. Pero de esto hablaremos otro día.

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VI Domingo de Pascua. 22 de Mayo, 2022

Domingo, 22 de mayo de 2022
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6-Do-Pascua

“Quien me ama guardará mi palabra,
y mi Padre lo amará,
y vendremos a él y haremos morada en él.”

(Jn 14, 23-29)

Llevamos ya un largo recorrido de Pascua, nos asomamos a la sexta semana y la cotidianidad de nuestras vidas le ha ido robando brillo al grito jubiloso del Domingo de Resurrección. Quizá por eso hoy el evangelio propuesto para la Eucaristía nos invita a “guardar la palabra”.

Se guardan aquellas cosas que se necesitan o que son queridas. Cuando hacemos limpieza en casa o en nuestra habitación volvemos a guardar cosas aparentemente inútiles de las que no podemos desprendernos. Normalmente cosas que nos hacen recordar, pequeños “sacramentos”(sacramento = realidad visible que evoca algo que no vemos). Y los recuerdos forman parte de nuestro almacén interior, son esos objetos que llenan los cajones de nuestra casa interior.

Hoy Jesús nos pide que guardemos su palabra, que le hagamos un sitio en nuestra casa, nos está diciendo: “Quiero que Tú seas mi casa, la casa de Dios Trinidad.

Enamorarnos

Cuando nos enamoramos no podemos pensar en nada más que en la persona amada, todo lo que vemos, oímos y sentimos lo relacionamos con esa persona. Y casi sin querer no hablamos de otra cosa. Enamorarse es dejarse habitar por otra persona.

Y Jesús al decirnos: “quien me ama guardará mi palabra”, nos está invitando a ENAMORARNOS, a dejarnos habitar por Dios, a vivir en Su Amor.

Nos llama a un compromiso, a dejar que el grito de Pascua ahonde en nosotras, enraíce, pase de la explosión de la alegría al compromiso continuado. Es decir, del enamoramiento primero al amor fiel.

El entusiasmo primero es bueno, ¡y necesario! pero no es suficiente. Seríamos como aquellas semillas que crecieron rápidamente, pero se secaron por falta de raíz (Mc 4, 5-6). Al entusiasmo primero hay que sumarle su buena dosis de compromiso, una pizquita de locura, dos cucharadas colmadas de generosidad y todo el amor que sea necesario. Todo junto, bien amasado, da como resultado el pan del Reino.

Porque si Jesús se hizo pan, nosotras también nos tendremos que dejar comer, partir y repartir. ¿Casa? ¿Pan? ¿Discípula?

Oración

“Trinidad Santa, amásanos con la levadura nueva de tus sueños,
haznos pan tierno que calma el hambre,
hogar cálido que descansa el alma
y discípulas fieles a tu Palabra.”

*

Fuente: Monasterio Monjas Trinitarias de Suesa

***

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El agape-Dios no está condicionado por mi amor.

Domingo, 22 de mayo de 2022
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07278g-entender-espiritualidad

DOMINGO 6º DE PASCUA (C)

Jn 14,23-29

Seguimos en el discurso de despedida después de la última cena. El tema del domingo pasado era el amor manifestado en la entrega. Terminábamos diciendo que ese amor era la consecuencia de una experiencia interior, relación con lo más profundo de mí mismo, que es Dios. Hoy nos habla el evangelio de lo que significa esa vivencia íntima. La Realidad que soy es mi verdadero ser. El verdadero Dios no es un ser separado que está en alguna parte de la estratosfera sino el fundamento de mi ser y de cada uno de los seres del universo.

En estos siete versículos podemos descubrir las dificultades que encontraron para expresar la experiencia interior. Por cada afirmación que hemos leído hoy, encontramos en el evangelio otra que dice exactamente lo contrario. Es la prueba de que las expresiones sobre Dios no se pueden entender al pie de la letra. Necesitan interpretación porque nuestros conceptos no son adecuados para expresar las realidades trascendentes. En este orden puede ser verdad una afirmación y la contraria. El dedo y la flecha pueden apuntar los dos a la luna.

Dos versículos antes acaba de decir: el que cumple mis palabras ese me ama. Aquí dice: el que me ama cumplirá mi palabra. En Jn 15,9 dice: Como el Padre me ha amado así os he amado. Aquí dice: “si alguno me ama le amará mi Padre y le amaré yo. ¿Está su amor condicionado a nuestro amor? Jesús había dicho que iba a prepararles sitio para después llevarles con él (14.2). Ahora dice que el Padre y él vendrán al interior de cada uno. ¿Puede Dios, y Jesús, localizarse en un lugar determinado? En (16,7) os conviene que me vaya, si no el Espíritu no vendrá a vosotros, pero si me voy os lo enviaré. Aquí: el Padre os lo enviará.

Les había advertido: no he venido a traer paz sino división y “como me persiguieron a mí, os perseguirán a vosotros” (Jn 16,2). Ahora nos dice: “la paz os dejo, mi paz os doy”. Nos había dicho: yo y el Padre somos uno (10,30). Quien me ve a mí ve a mi Padre (14,9). Ahora nos dice: El Padre es más que yo. ¿Pueden armonizarse estas dos expresiones? Unos versículos antes les había dicho: No os dejaré huérfanos, volveré para estar con vosotros (14,18). Y ahora Jesús dice que el Padre mandará el Espíritu en su lugar. Digerir estas aparentes contradicciones es una de las claves para entender la experiencia pascual.

Insisto, una cosa es el lenguaje y otra la realidad que queremos manifestar con él. Dios no  tiene que venir de ninguna parte para estar en lo hondo de nuestro ser. Está ahí desde antes de existir nosotros. No existe “alguna parte” donde Dios pueda estar, fuera de mí y del resto de la creación. Dios es lo que hace posible mi existencia. Soy yo el que estoy fundamentado en Él desde el primer instante de ser. El descu­brirlo en mí, el tomar conciencia de esa presencia, es como si viniera. Esta verdad es la fuente de toda religiosidad.

El hecho de que no llegue a mí desde fuera, ni a través de los sentidos, hace imposible toda reflexión racional. Todo intermediario, sea persona o institución, me aleja de Él más que  acercarme. En el AT, la presencia de Dios se localizaba en la tienda del encuentro o el templo. La “presencia” debía ser una característica de los tiempos mesiánicos. Desde Jesús, el lugar de la presencia de Dios es el hombre. Dentro de ti lo tienes que experimentar. Será más fácil de comprender si superas la idea de Dios como una entidad separada e inaccesible.

El Espíritu es el garante de esa presencia dinámica: “os irá enseñando todo”. Por cinco veces en este discurso de despedida, hace Jesús referencia al Espíritu. No se trata de la tercera persona de la Trinidad, sino de la divinidad como fuerza (Ruaj), como Vida, como sabiduría que todo lo explica. “Santo” significa separado; pero no separado de Dios, sino separado de las actitudes del mundo. Si esa Fuerza de Dios no nos separa del mundo, entendido como lugar de enfrentamiento y opresión, nunca podremos comprender el amor.

“Os conviene que yo me vaya, porque si no, el Espíritu no vendrá a vosotros.” Ni el mismo Jesús con sus palabras y acciones fue capaz de llevar a los apóstoles hasta la experiencia de Dios. Mientras estaba con ellos vivían apegados a sus manifestaciones humanas. Todo muy bonito, pero que les impedía descubrir la verdadera identidad de Jesús. Al no ver a Dios en Jesús, tampoco descubrieron la realidad de Dios dentro de ellos. Cuando desapare­ció, se vieron obligados a buscar dentro de ellos, y allí encontraron lo que no podían descubrir fuera.

El Espíritu no añadirá nada nuevo. Solo aclarará lo que Jesús ya enseñó. Las enseñanzas de Jesús y las del Espíritu son las mismas, solo hay una diferencia. Con Jesús, la Verdad viene a ellos de fuera. El Espíritu las suscita dentro de cada uno como vivencia irrefutable. Esto explica tantas conclusiones equivocadas de los discípulos durante la vida de Jesús. Las palabras (aunque sean las de Jesús) y los razonamientos no pueden llevar a la comprensión. El Espíritu les llevará a experimentar dentro de ellos la misma realidad que Jesús quería explicar. Entonces no necesitarán argumentos, sino que lo verán claramente.

Shalom (paz) era el saludo ordinario entre los semitas. No solo al despedirse, sino al encontrarse. Ya el “shalom” Judío era mucho más rico que nuestro concepto de paz, pero es que el evangelio de Jn hace hincapié en un “plus” de significado sobre el ya rico significado judío. La paz de la que habla Jesús tiene su origen en el interior de cada uno. Es la armonía total, no solo dentro de cada persona, sino con los demás y con la creación entera. Sería el fruto primero de unas relaciones auténticas. Sería la consecuencia del amor que es Dios en nosotros, descubierto y vivido. La paz no se puede buscar directamente. Es fruto del amor.

Deben alegrarse de que se vaya porque ir al Padre, aunque sea a través de la muerte, no es ninguna tragedia. Será la manifestación suprema del amor, será la verdadera victoria sobre el mundo y la muerte. El Padre es mayor que él porque es el origen. Todo lo que posee Jesús procede de Él. No habla de una entidad separada, sería una herejía. Para el evangelista, Jesús es un ser humano a pesar de su preexistencia: “Tomó la condición de esclavo, pasó por uno de tantos”. Dios se manifiesta en lo humano, pero Dios no es lo que se ve en Jesús.

Dios se revela y se vela en la humanidad de Jesús. La presencia de Dios en él no es demostrable. Está en el hombre sin añadir nada; Dios es siempre un Dios escondido. “Toda religión que no afirme que Dios está oculto, no es verdadera” (Pascal). El sufí lo dejó bien claro: Calle mi labio carnal, / habla en mi interior la calma / voz sonora de mi alma / que es el alma de otra alma  / eterna y universal. /  ¿Dónde tu rostro reposa  / alma que a mi alma das vida? /  Nacen sin cesar las cosas, / mil y mil veces ansiosas /de ver tu faz escondida.

En toda la Biblia existe una tensión entre la trascendencia y la inmanencia de Dios. El hombre no puede ver a Dios sin morir. No puede ser represen­tado por ninguna imagen. No puede ser nombrado. Pero a la vez, se presenta como compasivo, como pastor de su pueblo, como esposo, como madre que no puede olvidarse del fruto de su vientre. En el NT, se acentúa el intento de acercar a Dios al hombre. Los conceptos de “Mesías”, “Siervo”, “Hijo de hombre”, “Palabra”, “Espíri­tu”, “Sabiduría”, incluso “Padre”, son ejemplos de ese intento.

Meditación

Jesús descubrió la presencia absoluta de Dios.
Todo lo que vivió y enseñó fue consecuencia de esa experiencia.
Sabía que era la clave para que el hombre alcanzase plenitud.
Sin identificación con lo divino no puede haber verdadera humanidad.
Sin descubrir el tesoro que hay dentro de ti,
nunca estarás dispuesto a prescindir de todo lo demás.

Fray Marcos

Fuente Fe Adulta

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Al final, el Triunfo de Dios.

Domingo, 22 de mayo de 2022
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paloma de las manos del espírituJuan 14, 23-29

«El Paráclito, el Espíritu Santo que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho»

El libro del Éxodo es el punto culminante de la epopeya de Israel, pero es también una excelente metáfora del transcurrir de nuestra vida: “Desde la cómoda esclavitud de las pasiones, a través del desierto de la vida, acompañados por el Espíritu, hasta la casa del Padre”.

El pueblo de Israel se sintió acompañado del espíritu de Dios —el Ángel de Yahvé— hasta que se vio a salvo al otro lado del mar de las Cañas, pero cuando tuvo que enfrentarse a los rigores del desierto y vio pasar el tiempo sin llegar a la Patria prometida, se impacientó, se sintió abandonado y se rebeló contra Dios.

Quizá las comunidades cristianas de finales del siglo primero sintieron una sensación parecida, y de ahí que Juan escribiese el Apocalipsis para atajar la creciente desesperanza del pueblo. Habían empezado su andadura con el espíritu de Jesús a flor de piel, se habían enfrentado a enormes dificultades y lo habían soportado todo gracias a su fe en la inminente venida del Señor… pero pasaba el tiempo y el Señor no terminaba de llegar.

Nosotros corremos el mismo riesgo que los Israelitas del desierto y los primeros cristianos. Vemos pasar generación tras generación sin que se vislumbre siquiera el fin de las guerras, del dolor, del sufrimiento, de la injusticia, de la opresión… y nos preguntamos: ¿Dónde está la acción del Espíritu?… ¿Dónde está su luz para no errar el camino, y su fuerza para no desfallecer en nuestro peregrinar hacia ese mundo humanizado, civilizado, justo, libre y honesto que se supone nuestro destino?

Y nos impacientamos, y nos agobiamos porque sabemos que con nuestras fuerzas nunca llegaremos, y dudamos de que el espíritu de Dios esté acompañando a la humanidad, y nos preguntamos si no estaremos asistiendo al fracaso de Dios… Y nuestra fe se tambalea y nos sentimos condenados a vivir en un mundo que se rige por sus propias leyes y camina errático hacia ninguna parte…

Y, quizá desconcertados por la tardanza, llegamos a la lectura del texto de Juan.

Y Juan, que vivió estas mismas dudas y vacilaciones en el seno de sus propias comunidades, nos invita hoy —y lo hace aún con más fuerza en el Apocalipsis— a hacer un acto de fe en el triunfo final de Dios; a ver con optimismo el destino de la humanidad. Nos invita a no caer en la desesperanza; a confiar en que el Espíritu de Dios está con nosotros y que algún día dejaremos de vagar por el desierto y llegaremos también a la Patria… Porque Dios ha apostado muy fuerte por nosotros y no puede fallar.

 

Miguel Ángel Munárriz Casajús

Para leer el comentario que José E. Galarreta hizo en su momento, pinche aquí

 Fuente Fe Adulta

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El Espíritu Santo os irá recordando todo lo que os he dicho.

Domingo, 22 de mayo de 2022
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12261a-errores-practicar-espiritualidadDOMINGO 6º DE PASCUA (C)

(Jn 14, 23-29)

El ser humano vive en tensión en medio de la estructura del mundo que le ha tocado vivir. Conflictos provocados por la injusticia, la codicia, el egoísmo, los sistemas económicos y sociales que rigen la convivencia. Hay quienes se conforman con estar en desacuerdo; otros realizan su propia transformación personal esperando que, con el paso del tiempo, todo cambie y evolucione.

Vano intento. No basta con pensar lo recto, lo justo, sino esforzarse en “cumplirlo con la ayuda de Dios”. La estructura del mundo está basada en la injusticia, la mentira, el odio. El ser humano honrado ha de trabajar para rechazar el espíritu del mal que nos amenaza y tener confianza: “que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde”. El Espíritu de Dios está presente en el mundo para liberarlo de la injusticia, la prepotencia, la sinrazón; debemos esforzarnos por recuperar la fe paciente que no escatima sacrificios, confiando en que lo que el ser humano no sea capaz de lograr le será dado por Dios.

En esta lucha para lograr la justicia, la paz, no hay espacios reservados. Las situaciones en las que nos movemos deben estar atravesadas por la crítica y la transformación del Resucitado. Afirmar hoy que Jesús ha resucitado no crea ninguna inquietud, pero estamos obligados a obrar conforme a nuestra conciencia cristiana. Tenemos unos límites muy estrictos en el ejercicio del derecho a defendernos a nosotros mismos y a nuestro país por medio de la fuerza, y también en lo referente a someternos de forma pasiva al mal y a la violencia. El cristiano no sólo está obligado a evitar determinados males sino que también es responsable de unos bienes enormes. Esto supone defender y fomentar los valores humanos más altos: el derecho de la persona a vivir libremente y a poder desarrollar su vida, pero también protegerla contra los abusos del poder destructivo que él mismo ha adquirido [1]. Tarea que se reduce a luchar contra las dictaduras totalitarias y contra las guerras. Pero también contra nuestra propia violencia, fanatismo y ambición.

El Evangelio de Juan nos recuerda que la paz cristiana es distinta de la paz mundana. El mundo llama paz al silencio impuesto por la guerra que gana el más fuerte. Basten algunos ejemplos: la perversa invasión de Rusia en Ucrania, la guerra en Afganistán, en Etiopía, en Yemen, el permanente conflicto entre Israel y Palestina, Siria, Haití, Myanmar (Birmania); África sigue siendo escenario de enfrentamientos entre los países y los yihadistas: Camerún, Mali, Níger, Burkina Faso, Mozambique, el Congo, el enquistado problema del Sahara Occidental y Marruecos… El Cristianismo llama paz a la aceptación del “otro”, precisamente en cuanto “otro”. La responsabilidad cristiana está del lado de Dios y de la verdad y de la totalidad de la humanidad.

La guerra es un recurso que siempre acaba golpeando a los más débiles, población vulnerable, civiles en zonas de combates; todo en nombre de intereses que, casi siempre, son lejanos y ajenos a cada persona.

La paz es mensaje, es compromiso, es actitud y es misión. Así envía el Padre a Jesús Resucitado; y así envía Él a sus discípulos/as, y también a mí, hoy: “Os dejo la paz, os doy mi propia paz; una paz que el mundo no os puede dar” (27-28).

¿Y qué ocurre cuando la guerra parece inevitable y se hace realidad? ¿Qué pasa cuando se instala la obstinación o los intereses son tan contradictorios que parecen ser el único camino? ¿No es legítimo entonces, luchar y defenderse? Jesús respondió a la violencia con paz, al insulto con silencio, al pecado con el perdón en la cruz y su muerte no fue un fracaso. ¡Qué difícil de comprender hoy!

Podemos sentirnos unidos, en palabras de Pablo, a todas las guerras y conflictos olvidados: “Si un miembro del cuerpo sufre, todo el cuerpo sufre con él”.

Juan anima a sostener el mundo sin acobardarse ante la hostilidad. Para él, Jesús es el Verbo encarnado, el enviado de Dios. Se trata, por tanto, de su persona, de su misión, de la actitud de los hombres ante él; colocarse en la alternativa de vivir como esclavo o como hijo/a de Dios. Juan reivindica la libertad humana. La maldad no está en lo físico, sino en lo social: “el mundo” significa la humanidad, y en su sentido peyorativo, el orden social creado por los hombres, el sistema de relaciones humanas basado en la mentira, el odio y la injusticia.

El mensaje y la exigencia de Dios, la Palabra encarnada en Jesús, es el amor leal entre todos, como el que Dios ha mostrado a la humanidad: “Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros” (1,14).

Este mensaje condena la maldad del orden presente, “el mundo”, y ante él la humanidad se divide, aceptándolo o rechazándolo. El mandamiento del amor es el signo distintivo de los que siguen a Jesús, rechazando los criterios y la escala de valores del mundo injusto: ellos/as anulan al mundo en medio del mundo (17,16.18) Quien se desentiende del Jesús humano no es cristiano; vivir como él vivió es la norma y el único mandamiento a seguir.

Podríamos preguntarnos: ¿somos consecuentes con este mensaje?, ¿dejo que el Espíritu de Jesús sea el referente de mi vida?, ¿cuáles son nuestras verdaderas intenciones?

Decir que el Cristianismo es la revelación del amor significa que el amor es la clave de la vida misma y de la totalidad del sentido del cosmos y de la historia. Si las potencias relevantes tomaran en serio la cuestión del desarme podríamos acceder a acuerdos viables e ir reduciendo gradualmente el armamento. La paz necesita ser considerada como una posibilidad real. El equilibrio del terror es inaceptable, inmoral e inhumano. El desarme debe ser algo más que una tapadera para los embustes políticos. No podemos seguir celebrando conferencias en las que se toman propuestas de paz para olvidarlas a continuación. “La sabiduría que viene de arriba es intachable, pacífica, tolerante, compasiva, imparcial, sin hipocresía. Los que promueven la paz siembran frutos de justicia. ¿Qué es lo que os lleva a las guerras y a los conflictos entre vosotros? Vuestras pasiones infectan vuestros cuerpos. Ambicionáis y no tenéis, y por ello, matáis” (Sant 3,17. 4,2)

Shalom!

Mª Luisa Paret

[1] T. Merton, Paz en tiempos de oscuridad, DDB, 2006, 91-93

Fuente Fe Adulta

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“El Padre es más que yo”: La realidad y la apariencia.

Domingo, 22 de mayo de 2022
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827C8344-94BA-42C1-A22A-B7511B50E15EDomingo VI de Pascua

22 mayo 2022

Jn 14, 23-29

Con frecuencia, la afirmación que da título a este comentario y que el autor del cuarto evangelio pone en boca de Jesús ha dado pie a interminables debates teológicos, con el telón de fondo de la “divinidad” de Jesús. ¿Es Jesús de la “misma sustancia que el Padre” –“homoousios”, como proclamó el concilio de Nicea en el año 325- o, como afirma el Jesús del cuarto evangelio, el Padre es “más” que él?

Más allá de las sofisticadas elucubraciones teológicas, parece claro que esa afirmación no tiene encaje posible dentro de la dogmática elaborada en Nicea. Y, sin embargo, cabe una lectura que da razón ajustada a toda esta cuestión.

Desde la comprensión no-dual, advertimos que Fondo y Forma -o, si se prefiere, Realidad y Apariencia- constituyen las dos dimensiones de la (única) Realidad, que nosotros también compartimos. Así, hablamos de “personalidad” (como nuestra “forma” o “apariencia” concreta) y de nuestra “identidad” (como el “fondo” último de nuestra verdad).

Pues bien, cada uno, cada una de nosotros puede hacer suya la afirmación de Jesús, expresada ahora en este lenguaje: “Soy uno con el Fondo de lo real -el “Padre”- pero, al mismo tiempo, en cuanto “persona” particular, soy más «pequeño” que aquel Fondo que reconozco mi identidad. En palabras de Fidel Delgado: “Soy Todo y poco, a la vez”.

Una vez más, se pone de manifiesto cómo lo que parecen dilemas irresolubles para la mente analítica, quedan disueltos en la comprensión no-dual, que sabe ver y reconocer la paradoja que habita toda la realidad.

Padre” e “Hijo”, Realidad y Apariencia, no son realidades contrapuestas y mutuamente excluyentes, así como tampoco aluden a entidades o seres separados que entrarían en comparación. Constituyen las dos dimensiones de lo real, que descubrimos en nosotros mismos reconociéndonos, a la vez, ambas cosas: identidad (realidad) y personalidad (apariencia). Según desde la perspectiva que adoptemos podemos vernos como plenitud o como una forma “pequeña” (personalidad particular), en comparación con lo que somos en profundidad. O dicho de otro modo: “Somos «más grandes» que lo que pensamos ser”.

¿Puedo percibir en mí esas dos dimensiones y el “juego” que se da entre ellas?

Enrique Martínez Lozano

Fuente Boletín Semanal

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La democracia en los parlamentos es valiosa. La comunidad eclesial vive la paz de la comunión en la fe, no del poder

Domingo, 22 de mayo de 2022
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F83F30DA-5496-4EBD-9151-ED3867EC55DADel blog de Tomás Muro la verdad es libre:

01.- Nostalgia de paz.

    Este año recordamos y evocamos la paz en plena guerra Rusia / Ucrania y otras guerras larvadas en Oriente Medio, en África, Latinoamérica, etc.

    Por otra parte añoramos la paz también en la Iglesia por las viejas rupturas históricas, por el enfrentamiento entre diversos sectores en el seno de la misma Iglesia católica.

    También sentimos nostalgia de paz en nuestras propias familias, en lo más íntimo de nuestra propia persona.

02.- Y qué es la paz.

    La paz os dejo, mi paz os doy…

    La paz no es la mera ausencia de guerra. La guerra conduce a la paz. La guerra no conduce a la victoria o a la derrota, pero ni una ni otra son paz.

  El poder, todo poder (incluido el eclesiástico) puede generar opresión, orden público “manu militari”, pero eso tampoco es paz.

    La mera resignación y aceptación estoica de una situación tampoco es paz. Pensar: “es lo que hay o lo que toca”, no es paz.

    No es fácil definir lo que sea la paz. Podríamos aproximarnos al concepto de paz si la entendemos como la integración de las dimensiones del ser humano que nos hace vivir en armonía interior y también hacia el exterior.

    En hebreo (en el mundo bíblico) para hablar y desear la paz emplean la palabra Shalom. Esta expresión hebrea significa estar sano, íntegro. Y con esta expresión se quiere desear la armonía personal y comunitaria que viene de la bendición de Dios.

Con este término, Shalom, se desea la paz en todos los aspectos de la vida: la salud corporal, que la vida transcurra en paz, se trabaja en paz, se celebra en paz, se duerme en paz, se muere en paz.

La paz no es ni proviene meramente de las instituciones políticas y militares. ¿Enviando armas a Ucrania se construye la paz? Para vivir en paz hace falta algo más y mejor que misiles y tanques. Y hace falta algún pensamiento más noble y sano(shalom) que la nación, la economía y el poder.

La paz no proviene de la economía, ni de la tecnología. Por mucho que progresen la técnica y la economía, no podrá haber en el mundo justicia ni paz en tanto los hombres no reconozcan la gran dignidad que hay en ellos como criaturas e hijos de Dios (Juan XXIII / Mater et Magistra, 215).

    Toda la tecnología y el bienestar social, etc. no dan síntomas de sensibilidad de paz y pacificación ante las pateras, los refugiados, ante el problema de Rusia y Ucrania, ante el Islam. La respuesta no está siendo precisamente de paz, sino más bien bélica.

Ni tan siquiera la paz surgirá de la seguridad jurídico política de acuerdos y pactos que no cambian mentalidades y corazones. Las grandes instituciones: Bruselas, Estrasburgo, la onu, la otan, etc. pueden y tienen que llegar a acuerdos y pactos ecologistas, bélicos, quizás atómicos, étnicos, religiosos, etc., pero la paz brotará siempre de una conciencia más profunda, de un ethos, que hoy por hoy están muy ausente en nuestro mundo, al menos en nuestras sociedades occidentales y en nuestros planes de educación.

¿Tal vez las ideologías políticas, económicas y nacionales no son “sanas” en el sentido de shalom?

Pablo VI decía que la paz es necesaria para la madurez de la conciencia moderna, desde la evolución progresiva de los pueblos, desde la necesidad intrínseca de la civilización moderna (Jornada de la Paz, 1 de enero de 1975).

03.- La paz interior, personal.

    Conflictos, problemas, pecado profundo, crisis interiores los vamos a tener en la vida. Y ello nos va a quitar la paz interior con el peligro de que –según qué momento religioso nos pille- la cosa derive en angustia y escrúpulos patológicos.

     En el ámbito de la persona, la paz es la integración armónica de las diversas fuerzas y capacidades del ser humano. La paz personal, interior, proviene -en la medida de lo posible- de una sana integración de las diversas dimensiones humanas: las diversas áreas de nuestra psicología, la afectividad, la salud y la enfermedad, el pecado, la dimensión religiosa, etc.

     La falta de paz personal puede fomentar o derivar en miedo, angustia o en otras actitudes negativas: odios, venganzas, obsesiones.

    La persona cristiana adulta, -y adulta en la fe-, no pierde la confianza ni la paz cuando se encuentra con Dios en la profundidad de la vida. Cuando en su interior uno asume su propia debilidad, miseria o fracaso y lo pone en manos del Señor, eso produce una profunda paz, que el mundo no puede dar.

04.- Paz y comunión eclesial no es dominación

Para nosotros resuena: la paz os dejo, mi paz os doy.no os la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde.

En la Iglesia se habla mucho de comunión eclesial, pero se realiza poco esa comunión.

En un parlamento conviven y trabajan diversas ideologías que llegan, más o menos, a consensos y acuerdos. Eso es bueno, está bien y se llama democracia. Pero la democracia no es comunión.

En la comunidad eclesial nos une la comunión en la misma fe en el Señor resucitado. La comunión está en la fe en el Señor, no en las órdenes y disciplina. La comunión eclesial no se produce por el sometimiento y dominación de los obispos y el clero, sino porque todos creemos –fe- en el mismo Señor JesuCristo.

La comunión no viene por la uniformidad de los ritos, de la liturgia, o de las formulaciones teológicas, etc., que pueden ser –son- muy diversas y No impongamos cargas que no son necesarias.

La comunión eclesial viene de la fe en el Señor Jesús.

La paz os dejo mi paz os doy.

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Como busca la cierva…

Sábado, 21 de mayo de 2022
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Como busca la cierva
corrientes de agua,
así mi alma te busca
a ti, Dios mío;

tiene sed de Dios,
del Dios vivo:
¿cuándo entraré a ver
el rostro de Dios?

*

Salmo 41

***

Si el siglo XXI se convierte, será a través de una mirada nueva, por medio de la mirada mística, que tiene la propiedad de ver las cosas, por primera vez, de una manera inédita.

Cuando el ser humano se dé cuenta de que está amenazado en su esencia por la cocina infernal de los aprendices de brujos; en su vida, por el peligro mortal de la polución, sin hablar de la polución moral que acabará por darle miedo, quizás experimente entonces la necesidad de ser salvado; y este instinto de salvación es posible que le lleve a buscar en otra parte, muy lejos de los discursos inoperantes de la política o del murmullo de una cultura exangüe, la razón primera de lo que es él. Ahora bien, no la encontrará más que a través del rejuvenecimiento integral de su inteligencia por medio de la contemplación, del silencio, de la atención más extrema y, para decirlo con una sola palabra, de la mística, que no es otra cosa que el conocimiento experimental de Dios.

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André Frossard.

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El cactus

Sábado, 21 de mayo de 2022
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EBF4E93B-6570-4369-BEF0-D80625CBA776En general son plantas pequeñas, pero acumulan mucha agua y nutrientes, lo cual les da la posibilidad de sobrevivir en terrenos áridos y secos, e incluso en el desierto.

Me voy alegrando cada vez que oigo que los miembros de la Iglesia vamos a menos. Porque quizás es un signo de vitalidad, si esas personas vamos viviendo con fe auténtica, aunque seamos menos.

Se nos dice por todas las partes que en la Iglesia vamos a menos. Eso me resuena al Evangelio, al grano de mostaza. Si estamos llamados a ser pocos, pobres, sin importancia, sin signos de grandiosidad, lo considero y veo como una buena señal de la eficaz vivencia del Evangelio.

Miramos a Jesús y vemos que al final de su vida eran muy pocas las personas que le seguían.

Lo que me importa más es si hay vitalidad, si hay mucha agua-fe, vitalidad, espíritu

Nos preocupamos mucho porque hay menos sacerdotes, misioneros, fieles. Yo lo veo al revés, como un signo del Evangelio. Las esencias se guardan en frascos pequeños. Eso sí que es lo importante, si vamos viviendo la esencia del Evangelio.

La pandemia ha mermado mucho la participación de las personas en la vida de la comunidad cristiana. Pero está siendo un tonificador que aviva la fe y la vitalidad de la parroquia.

El Sínodo, si lo tomamos en serio, puede ser un purificador de la auténtica vida. Ojalá nos lleve a depurar, a cambiar, a transformar nuestras celebraciones, nuestra forma de ser parroquia, nuestra fe, descubriendo y sobreviviendo con ese alimento interior, como los cactus.

Jesús nos habla del Reino de Dios como un grano de mostaza, pequeño, pero con vitalidad.

Tenemos un ejemplo en las misiones: grupos pequeños de cristianos pero con viveza, alegría y apertura. Desde fuera no son labores frondosas, llenas de hojas, pero, como los cactus, están llenos de agua y nutrientes.

Estamos llamados, todos, a recibir y guardar esos pequeños tesoros interiores que nos vayan haciendo crecer despacio.

Gerardo Villar

Fuente Fe Adulta

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Nuevo artículo describe la alegría espiritual y la innovación de los católicos latinos LGTBI+

Sábado, 21 de mayo de 2022
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unnamedLos católicos LGTBI+ latinx están encontrando nuevas formas de cultivar la alegría espiritual poniendo énfasis en los Evangelios, fomentando la espiritualidad personal y construyendo relaciones de apoyo.

Yahoo! Life  entrevistó recientemente a una variedad de católicos latinos queer, pintando una imagen de la vibrante vida de fe de los miembros de esta comunidad.

Para Victoria Jiménez, la actitud de Cristo hacia los marginados es importante para su espiritualidad:

“‘Lo que me importa es lo que dijo Jesús. Jesús era un inmigrante ilegal anarquista negro que estaba socavando el estado, que era anticapitalista y enfatizaba la comunidad y el amor al prójimo’”.

Yunuen Trujillo, quien realiza un ministerio LGBTQ para la Arquidiócesis de Los Ángeles, observó que muchas supuestas justificaciones bíblicas para las actitudes negativas LGBTQ son culturales más que bíblicas. Ella subrayó que muchos católicos que no aceptan a los miembros de la comunidad queer pueden carecer de una sólida comprensión de la Biblia:

“‘Es difícil separar la cultura de la religión. El problema, en mi opinión, [es que] muchas personas que son muy religiosas discriminan a la comunidad LGBT en base a lo que creen que son principios religiosos, pero la mayoría de las personas no han estudiado la Biblia’”.

Trujillo es el autor de LGBTQ Catholics: A Guide to Inclusive Ministry (Católicos LGBTQ: una guía para el ministerio inclusivo), y es una blogger habitual de Bondings 2.0.

En cuanto a aquellos que argumentan que las expresiones LGBTQ positivas de la fe católica ignoran las doctrinas de la iglesia, Trujillo argumentó que todas las personas de fe pueden ser acusadas de ser ‘católicos de cafetería’, pero que las doctrinas más fundamentales de la Iglesia descansan en el servicio. Al pobre:

“‘Todos eligen y eligen. Para el tema de las identidades queer, todo el mundo te dirá: “Bueno, la doctrina dice esto”. Pero, ¿qué dice la doctrina acerca de ayudar a los pobres? Hay más citas sobre eso en la Biblia que cualquier otra cosa’”.

Los católicos queer latinx también han demostrado la importancia de las redes de fe de apoyo. Jiménez, que no experimentó una crianza acogedora ni una vida hogareña, describió su fe católica como una fuente de fortaleza durante las dificultades:

“‘¿Qué más tienes cuando eres gay excepto tu monólogo interno y tu espiritualidad? No es como si pudieras confiar en la comunidad, porque ves cómo reaccionan ante otras personas; los niños internalizan eso. Crecimos escuchando eso: algunas personas tienen familias increíbles, pero nuevamente, la interpretación de todos [de las Escrituras] es realmente diferente’”.

Andy Ruiz describió encontrar una Iglesia que acepta como un componente importante de salir del clóset, y expresó su gratitud por haber experimentado “otro lado del catolicismo” que se integró con una variedad de prácticas espirituales indígenas que encontró empoderadoras:

“‘Con mis identidades queer, es por eso que mi madre asumió un papel más activo para encontrar una iglesia que nos apoyara [a mis hermanos y a mí. Al revelarme como trans a mi familia, fue como, “Bueno, si el sacerdote dice que puedes pasar, pasa”.'”

Encontrar una comunidad de fe que acepte es a veces un desafío difícil para los católicos homosexuales que no viven en áreas urbanas. En estos casos, algunos fieles LBGTQ Latinx han convertido sus hogares en espacios de adoración y han construido una conexión con Cristo fuera de las estructuras parroquiales tradicionales. Trujillo situó tales arreglos dentro del contexto de los Evangelios, en los que Jesús emprendió prácticas litúrgicas igualmente subversivas:

“‘No tienes que ir a la iglesia para ser católico. En el catolicismo y el cristianismo, hay muchas teorías comunes, [pero] lo único que importa es lo que dijo Jesús. Cuando voy al evangelio, [Jesús] estaba comiendo con todos los que eran discriminados; él hablaría con las mujeres y las pondría en posiciones de liderazgo. Rompería todas las reglas: hizo lo contrario de las reglas religiosas y sociales de la época. Tienes que amarte a ti mismo y tienes que amar a los demás, eso es lo que justifica permanecer en la Iglesia. Esa es la mayor enseñanza’”.

Los católicos queer latinx están explorando nuevas y vibrantes formas de vivir la fe. Sus historias y experiencias ilustran la naturaleza dinámica de la espiritualidad queer católica y el potencial de las personas LGBTQ para encontrar vías de autocomprensión dentro de la iglesia.

—Andru Zodrow, New Ways Ministry, 16 de mayo de 2022

Fuente New Ways Ministry

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Las obras ganadoras del III Certamen Literario de la FELGTBI+

Sábado, 21 de mayo de 2022
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14C6CDEB-41FC-4DB2-9C0D-3EEEBFA1A776La Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales y más(FELGTBI+), ha dado a conocer, coincidiendo con el Día del Libro, las obras ganadoras del III Certamen Literario LGTBI+. Este año ha versado sobre la visibilidad del colectivo y ha tratado de reflejar las distintas realidades que alberga, con el objetivo de descubrir el talento literario de artistas que enmarcan sus obras en el contexto de la diversidad.

Esta tercera edición del certamen, puesto en marcha a través del grupo de trabajo de Cultura y desarrollado en el marco del festival La Culta 2022, ha contado con la participación de personas de varios países y ha logrado que se presenten más de 150 obras, entre las tres categorías.  Para Noelia Herrero, coordinadora de cultura de la FELGTBI+, “el certamen va creciendo año a año, por eso son importantes más iniciativas de este tipo, en el que las personas LGTBI+ puedan expresar sus reivindicaciones, deseos, anhelos o miedos a través de la cultura.”

Dos meses ha sido el plazo que han tenido quienes han participado para presentar sus obras, siempre originales e inéditas, con la salvedad de que no pueden haber sido premiadas con anterioridad. La temática se ha focalizado en reflejar las realidades de las personas lesbianas, gais, trans, intersexuales y/o bisexuales, poniendo en valor la interseccionalidad del colectivo con otras diversidades. Miriam Guijarro, vocal de La Culta de la FELGTBI+ ha agradecido a las personas que han participado su tiempo y dedicación, y ha señalado que “es importante el crecimiento de obras llegadas desde Latinoamérica y de entornos rurales, lo que demuestra la necesidad de visibilización del colectivo LGTBI+, incluso en los lugares en los que puede haber, a priori, condiciones más adversas.

Obras ganadoras

  • Narrativa: Silvana de Teodoro Balmaseda. Leer.
  • Poesía: De mayor quiero ser como Gloria Fuertes de Elena Jenaro. Leer.
  • Otros formatos: la obra de teatro Cicatrices doradas de Margarita Remedios Regalado. Leer.

Las obras seleccionadas formarán parte de un libro recopilatorio que producirá y distribuirá FELGTBI+.

Fuente FELGTBI+

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La parlamentaria bosnia que dijo que las personas LGBTQ+ deberían ser “mantenidas alejadas de los niños” es declarado culpable de incitación al odio

Sábado, 21 de mayo de 2022
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b_190524001Por primera vez en la historia de Bosnia y Herzegovina, un tribunal ha determinado discriminación basada en la orientación sexual y la identidad de género.

El Tribunal Municipal de la capital tomó la decisión el 4 de abril después de que los activistas presentaran una denuncia contra la ahora ex diputada Samra Ćosović Hajdarević.

Después del anuncio de la primera Marcha del Orgullo de Sarajevo en 2019, Hajdarević emitió una declaración en Facebook que se volvió viral, afirmando que el evento tenía como objetivo “destruir” el estado y su gente.

“Todo el mundo tiene derecho a vivir su vida como quiera, pero también tenemos derecho a elegir con quién queremos vivir”, escribió. “Quiero que personas como estas sean aisladas y alejadas de nuestros niños y la sociedad. Que vayan a otro lugar y hagan una ciudad, un estado y una ley para ellos, y sus propios derechos que nadie disputará. Pero no aquí.”

El tribunal dictaminó que las palabras de Hajdarević eran discriminatorias y también dijo que constituían un discurso de odio, según Radio Free Europe/Radio Liberty.

Se descubrió que el exdiputado había “dañado el derecho a la igualdad de trato de los miembros de la comunidad LGBTIQ en función de su orientación sexual, identidad de género y características sexuales”. Se le ha prohibido repetir su declaración y tendrá que cubrir las costas judiciales.

El fallo se produce unos 13 años después de que Bosnia y Herzegovina prohibiera la discriminación basada en la orientación sexual o la identidad de género, pero es la primera vez que un tribunal reconoce tal discriminación en un fallo.

En una declaración para Sarajevski Otvoreni Centar, una de las organizadoras del evento del Orgullo de Sarajevo (BiH), Lejla Huremović, dijo: “Este veredicto es muy importante porque se ha demostrado que la difusión del discurso de odio y el llamado a la violencia contra las personas LGBTIQ+ en el El ámbito online (redes sociales) también puede expandirse y afectar la calidad de vida de las personas LGBTIQ+, o conducir a la violencia física”.

“Esta es la confirmación de que el discurso de odio y la incitación a la violencia en las redes sociales, especialmente de figuras públicas y políticos, no está permitido y puede ser sancionado. En el espíritu de la Marcha del Orgullo de Bosnia y Herzegovina de este año, que es el 25 de junio, que este veredicto sea una advertencia para todos de que se denunciarán todos los discursos de odio y llamadas a la violencia y que esperaremos veredictos iguales y similares”.

Si bien Bosnia y Herzegovina no tiene el historial más brillante en derechos LGBTQ+, ha dado pasos en la dirección correcta de manera constante.

A principios de este año, la Federación prometió redactar una ley para regular los derechos de las parejas del mismo sexo.

Fuente Pink News

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Condenaron por homicidio simple a los transfemicidas de Fabiola Ramírez

Sábado, 21 de mayo de 2022
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0BF6E4D0-370C-453F-8D46-0ACAED377161Fabiola Ramírez era activista trans y tenía 22 años cuando fue asesinada.

Luego de un juicio abreviado, los asesinos de la joven trans recibieron una condena de 16 y 19 años. La familia está conforme la decisión de la justicia.

BUENOS AIRES, Argentina. La Cámara Primera en lo Criminal y Correccional de Resistencia, en la provincia de Chaco, condenó este martes a 16 y 19 años de prisión a Ramiro y Hernán Rodríguez por el crimen de la joven trans y militante LGBTIQ+, Fabiola Ramírez.

La familia de la joven se encuentra conforme con la condena por “homicidio simple” que dictó la jueza Natalia Kuray. Los movimientos sociales y la Secretaría de Derechos Humanos y Género de la provincia acompañaron a lxs parientes y destacaron que se trató de un transfemicidio.

Fabiola Ramírez tenía 22 años el día que recibió en su casa del barrio Rawson a los hermanos Ramiro (hoy de 19 años) y Hernán Rodríguez (de 22) el 3 de marzo de 2021. Ambos terminaron asesinándola en lo que fue un “crimen bastante sangriento”, describió la abogada de la familia, Nahir Barud.

El viernes 5 de marzo a las 15:30, la policía encontró su cadáver luego de que vecines llamaran a la Comisaría Quinta Metropolitana para alertar que de la vivienda de calle Leandro Alem al 1800 “se sentían fuertes olores repulsivos”. 

La investigación penal de la causa estuvo a cargo de la Fiscalía N°5 de Resistencia. En la elevación a juicio, ocurrida seis meses después del asesinato, la querella -conformada por la familia- y la fiscalía entendieron que se había tratado de un homicidio agravado por el odio hacia la identidad de género, estipulado en el artículo 80, inciso 4, del Código Penal de la Nación.

Fue transfemicidio

“Desde la Secretaría de Derechos Humanos y Géneros sostuvimos y sostenemos que se trató de un crimen de odio, que efectivamente fue un transfemicidio. Por eso también se consiguió que se elevara la causa con esa carátula en su momento a juicio”, afirmó la abogada Barud a Presentes.

En las audiencias previas al juicio, la defensa oficial propuso la realización de un juicio abreviado. Durante el proceso se juzgaría a los imputados por el delito de homicidio simple y se evitaría el juicio por jurado. “Esto le resultó interesante a la familia de Fabiola. Hay todo un proceso simbólico de no poder cerrar el duelo hasta tanto termine el proceso judicial. Ir a un juicio por jurado iba a ser más extenso y podía tener otro tipo de condena que no sea un travesticidio/transfemicidio ya que iba a depender de las 12 personas seleccionadas”, explicó Barud.

Finalmente, la jueza Kuray citó este martes a la familia y permitió ingresar a la sala a los movimientos sociales que acompañaron el pedido de justicia.

Allí leyó la parte resolutiva de la condena “para que puedan sentir también que la Justicia no lo tomó como un mero trámite, sino que estuvo a disposición”, indicó la abogada.

Si bien tanto Hernán como Ramiro participaron del crimen, las condenas son distintas (16 y 19 años, respectivamente) ya que Hernán poseía una condena en suspenso, la cual se sumó a sus años de prisión.


El pedido por una reforma judicial

Desde la organización 100% Diversidad y Derechos expresaron a Presentes que, si bien no están conformes con la sentencia, acompañan a la familia de Fabiola. “No estamos conformes con la condena porque creemos que fue un transfemicidio. La compañera fue asediada por su identidad trans”, sostuvo Miguel Szabó, activista histórico por los derechos de la población LGBT+ e integrante de 100% Diversidad y Derechos en Chaco.

Y agregó: “Necesitamos imperiosamente una reforma del Poder Judicial. Que los jueces y juezas sean elegidos por voto del pueblo, que el jurado tenga capacitación en la Ley Micaela, en perspectiva de género”.

Sobre el desenvolvimiento del juicio, Barud consideró que se tuvo en cuenta la perspectiva de género en “la escala penal que se le dio a los acusados, teniendo en cuenta que el homicidio simple va de 8 a 25 años y ambos pasan los 15 años de condena de prisión efectiva”.

Fabiola-Ramirez-1024x768Las organizaciones acompañaron a la familia durante la lectura de la sentencia.

 

Además, se consideró que no fue “solo una muerte”, sino “un asesinato de una chica trans, militante, que tenía toda una vida por delante y sueños que no pudo ver. Por ejemplo, no pudo ver la sanción del cupo laboral travesti trans por el que había militado”, agregó la abogada. Y sintetizó: “Creo que todo esto se tuvo en cuenta al momento de ‘negociar’ la pena que acordamos”.

El recuerdo de Fabiola

Les compañeres de la comunidad LGBTIQ+ chaqueña la habían descrito a Fabiola Pamela Ramírez como “una chica como todas”.

“No había marcha feminista, del Orgullo y por los Derechos Humanos en que no la vieras levantar una bandera por Justicia e Igualdad. De un talento, solidaridad y ternura inmensa, ‘La Fabi’ era también una candombera apasionada, integrante de la grupa chaqueña Aguara Chacú”, decían.

La imagen de Fabiola materializada en grafitis recorre las calles de la ciudad de Resistencia. “Ellos sirven y sirvieron como disparadores para empezar a discutir las políticas hacia las compañeras travestis y trans y tener noción de todo lo que nos falta aún como sociedad para que esto no vuelva a pasar”, concluyó Barud.

Fuente Agencia Presentes

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Careta

Viernes, 20 de mayo de 2022
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Del blog Nova Bella:

F2E4E2DA-BE0C-49BD-83A4-C815EF916BBC

 

  Cuando el hombre se mira mucho a sí mismo,

llega a no saber cuál es su cara y

cuál su careta.

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Pio Baroja

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“Teología de la gratitud”, por Gabriel Mª Otalora

Viernes, 20 de mayo de 2022
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graciasDe su blog Punto de Encuentro: 

23.04.2022 | Gabriel Mª Otalora

Cuando el cristiano experimenta que su vida reposa en las manos de Dios, su existencia se transforma en acción de gracias. Es entonces cuando se hace consciente de la necesidad de orientarse al amor al prójimo, especialmente al más necesitado. Estamos de camino litúrgico a Pentecostés, el mejor momento para ahondar en la “teología de la gratitud” (Francesc Ramis) capaz de convertir nuestra vida en acción de gracias. Es decir, la manifestación más palpable de la madurez cristiana.

Si los primeros cristianos atrajeron seguidores no fue por su fe, sino por su manera de convivir y compartir. No fue por su doctrina, sino por la praxis que se derivaba de ella, por sus gestos de amor en respuesta a la iniciativa del Espíritu. Cuando el cristiano cree, agradece y ama; punto. Solo así podemos anunciar con credibilidad la fe que profesamos.

Hemos perdido buena parte de la frescura de la Eucaristía al anquilosarla en liturgias simbólicas, necesarias siempre que no ahoguen la vivencia que representan. Es preciso recuperar la importancia de abrimos a la escucha como lo hicieron los discípulos de Emaús que volvían desencantados hasta que escucharon al Resucitado y le reconocieron al partir de nuevo el pan. El culto posterior no fue un mero recuerdo, sino la celebración gozosa de la presencia viva de Jesús en medio de la comunidad a la cual insta a continuar con su Mensaje. La primera Carta de Pablo a la comunidad de Corinto sigue siendo la fórmula empleada para la Eucaristía actual: haced esto en memoria mía, hacer presente al Señor en nuestras vidas con su misma actitud y hechos. ¿Son así nuestras celebraciones? ¿De verdad que celebramos algo con espíritu fraternal y comunitario?

Aquellos primeros seguidores no fueron unos iluminados puristas sino hombres y mujeres que se mantenían abiertos y acogían a cualesquiera que estuviera dispuesto a seguir a Jesús y su Mensaje sin imponer limitaciones culturales o sociales, empezando por la circuncisión: gentes de la periferia, esclavos y mujeres, soldados, samaritanos, enfermos, pobres y marginados de todo tipo, extranjeros e incluso algunas personas cultas que dieron el paso al frente para dejarse transformar viviendo aquél cristianismo incipiente. Y lo vivían muy conscientes de lo que Dios hace por cada uno de nosotros… ¡a través de nuestras manos! Lo que Henri Nouwen llamaba a la Eucaristía “mundana” y vida “eucarística” desde la experiencia de la vida como un don.

La Buena Noticia para que sea contagiosa, requiere de la credibilidad de los hechos. Nos escucharán en la medida que seamos creíbles. Y cuando no es así y actuamos de manera contraria a lo que anunciamos, se resiente y se paraliza la comunidad cristiana. En este tiempo recio y difícil que nos exige un plus para alejarnos de la tentación de la comodidad existencial como uno de los grandes obstáculos para no reconocer el camino. ¿Qué es la sinodalidad a la que nos convoca el Papa sino un salir de nuestra zona de confort para abrirnos con otra actitud a una Pascua comunitaria más auténticamente cristiana?, ¿una invitación a ensayar la autoridad que da la escucha y el servicio, en lugar de centrarnos en la norma hueca y el poder?

En la Eucaristía, la Palabra nos hace conscientes del poder transformador del amor de Dios y de su Espíritu que anida en nosotros. Comulgar después de escuchar la Palabra debiera crear comunidad verdadera entre nosotros para compartir el descubrimiento de quien está en el partir del pan y lo que esto significa. Eucaristía, en fin, es escuchar e invitar de nuevo a que Dios se quede con nosotros, como los amigos de Emaús. Y de seguido, salir a compartir la Buena Noticia mirando la existencia con ojos nuevos, de manera agradecida, alegre y sobre todo contagiosa. Sabemos que la oscuridad es pasajera porque una buena parte de su negrura somos capaces de clarearla e iluminarla con la actitud eucarística adecuada, agradecida siempre. Una y otra vez, abiertos al Espíritu que no deja de insuflar su fortaleza.

 

Espiritualidad

El decálogo del buen teólogo, ‘comadrona’ de la fe

Viernes, 20 de mayo de 2022
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3023050F-B841-48F9-859B-429F988F3462Discurso de Mariano Delgado, Decano de la Facultad de teología de Friburgo, en la ceremonia de graduación

“Ser teólogo es una de las profesiones más hermosas del mundo, porque un teólogo es sencillamente una ‘comadrona’ de la fe, alguien que tiene que realizar servicios de partería para que las personas nazcan de nuevo ‘de agua y de Espíritu'”

“Y debemos ser intelectualmente honestos al hacerlo, por ejemplo admitiendo que no tenemos respuestas a todas las preguntas, ciertamente no a la gran pregunta del sufrimiento de los inocentes”

“El teólogo debe beber abundantemente de esta agua, es decir, debe guardar la Palabra de Dios en su corazón, meditarla y digerirla”

“Hoy, las mujeres pueden estudiar teología y ejercer la profesión teológica; pero todavía tienen que luchar contra mucha desconfianza en una Iglesia que aún no ha sacado todas las consecuencias teológicas de la preferencia de Jesús por las mujeres”

Una de las primeras cosas que hice como decano fue bajar a las “catacumbas” de nuestro edificio, a los archivos de la Facultad de Teología. Para mi sorpresa, no encontré allí ningún documento polvoriento, sino una sala muy limpia y equipada con un moderno sistema de estanterías: ¡no es de extrañar, ya que también sirve de archivo para el rectorado! En un estante había una caja de archivo gris con la inscripción “Decanus ordinis theologorum: Discursos no pronunciados”. Curioso como soy como historiador, abrí la caja para ver el contenido: dentro y bien ordenados alfabéticamente estaban todos los discursos que mis predecesores habían escrito desde la fundación de la Facultad en 1891, pero que por diversas razones no habían pronunciado.

Me llamó la atención un discurso en particular, sin fecha y firmado únicamente por un “Decanus anonymus”. Cuanto más lo leía, más me convencía de que sería un buen discurso para la ceremonia de graduación. Como he estado muy ocupado en las últimas semanas y no he tenido tiempo de escribir mi propio discurso, pensé que, al menos por esta vez, podría hacer lo que no está permitido hacer bajo ninguna circunstancia en el mundo académico, es decir, difundir el trabajo de otra persona con tu propio nombre, porque eso sería “plagio“.

Por otro lado, pensé, el decano anónimo podría alegrarse al final de que sus pensamientos se presentaran públicamente. El escrito anónimo se titula “El decálogo del buen teólogo“, y dice lo siguiente:

1. “El que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el reino de Dios” (Jn 3,5)

Estas palabras del Señor en la conversación nocturna con Nicodemo nos recuerdan la profesión del teólogo: ser teólogo es una de las profesiones más hermosas del mundo, porque un teólogo es sencillamente una “comadrona” de la fe, alguien que tiene que realizar servicios de partería para que las personas nazcan de nuevo “de agua y de Espíritu”, es decir, para que se reorienten según el Evangelio de Jesucristo. En la situación social actual, esto significa que, como teólogo, hay que dedicar tiempo a las conversaciones con las personas que preguntan por Jesús y por el Evangelio; y que hay que conducir estas conversaciones con una sabiduría especial: para desvelar las huellas de Dios que hay en la vida de cada persona, pero también para acompañar discretamente la obra de Dios, único Buen Pastor y Guía. Y debemos ser intelectualmente honestos al hacerlo, por ejemplo admitiendo que no tenemos respuestas a todas las preguntas, ciertamente no a la gran pregunta del sufrimiento de los inocentes. Sólo podemos expresar nuestra esperanza de que Dios mismo nos dé una respuesta.

2. “Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada“ (Jn 15,4)

La primera condición para ejercer la profesión de teólogo es que nosotros mismos permanezcamos unidos con “el” teólogo por excelencia: con Jesucristo, que se hizo hombre para mostrarnos más claramente que Dios es amor. Ser teólogo significa estar unido al Señor en la oración, en todas las formas de oración, incluso en la oración de la amarga queja, si tenemos un motivo para hacerlo. La oración es el alimento de la vida cristiana. El objetivo de la oración es que, como “recién nacidos de agua y de Espíritu“, nos parezcamos cada vez más a Cristo. Todas las grandes figuras de la historia del cristianismo han practicado este tipo de oración.

Lo encontramos en el “Fiat” de María (“hágase en mí según tu palabra”, Lc 1,38), en la petición del Padre Nuestro “Hágase tu voluntad…”, pero también en la oración del hermano Klaus, tan querido en Suiza:

Mi Señor y mi Dios, 

quita de mí todo

lo que me impide parecerme a ti.

Mi Señor y mi Dios 

dame todo 

lo que me conduce a ti.

Mi Señor y mi Dios 

tómame… 

y confórmame por completo a ti”.

3. “Señor, dame esa agua: así no tendré más sed, ni tendré que venir aquí a sacarla“ (Jn 4,15) 

En estas palabras de la samaritana en el pozo de Jacob, Santa Teresa vio un símbolo para su propia vida de oración. El teólogo debe beber abundantemente de esta agua, es decir, debe guardar la Palabra de Dios en su corazón, meditarla y digerirla. Sólo los que han encontrado en Jesús “el camino, la verdad y la vida” pueden conducir a otros al agua de la vida. La profesión del teólogo en los distintos ámbitos (pastoral de parroquia, de los enfermos y prisioneros, educación religiosa, trabajo en los medios de comunicación, etc.) implica también el peligro del activismo. Entonces nos apresuramos de una cita a otra, de una tarea a otra, sin el tiempo necesario para atender a las personas y para el cuidado pastoral de nosotros mismos: no debemos olvidar precisamente este cuidado pastoral “de uno mismo”. Si olvidamos lo que realmente nos sostiene y para qué hemos elegido la profesión de teólogo, entonces es como la sal “que se desvirtúa” (Mt 5,13). Puede que todavía parezca sal, pero ya no sirve para su propio fin.

4. “Haced y cumplid todo lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos dicen, pero no hacen“ (Mt 23,3)

Como teólogos, debemos tener siempre muy presente la crítica de Jesús a los teólogos de su tiempo. La tradición profética está llena de ello. Lo peor de la historia de la iglesia, incluso en el presente, es el antitestimonio de los que trabajan en el ministerio. Hay que esforzarse por la unidad de la fe y de la vida, porque nada es más convincente que la propia forma de vida: las palabras entran por el oído, pero las obras por los ojos, y el corazón es más receptivo a lo que se ve que a lo que se oye. Y no olviden las terribles palabras del Señor a los que se convierten en un escándalo para los pequeños: “Al que escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgasen una piedra de molino al cuello y lo arrojasen al fondo del mar” (Mt 18,6).

5. “Y, saliendo afuera, lloró amargamente“ (Lc 22,62)

Como teólogos siempre siguen siendo también seres humanos, y como seres humanos caerán a menudo, porque todos somos falibles: incluso como renacidos “de agua y de Espíritu”, conservamos la naturaleza del hombre viejo con la tendencia a todo tipo de tentaciones, concupiscencia  y errores. La teología católica, que han aprendido en nuesra facultad, enseña que podemos caer, pero que siempre debemos levantarnos de nuevo y mirar hacia Dios. Incluso Pedro negó al Señor, hasta tres veces. Pero “salió afuera y lloró amargamente”… y se levantó.

6. “Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna“ (Jn 6,68)

En la sociedad actual, caracterizada por el pluralismo religioso y la libertad de elección, es más necesario que nunca saber quién es Jesús y qué significa su Evangelio. No tenemos por qué ser cristianos, también podemos ser musulmanes o budistas con toda libertad. Por eso, es importante que consideremos la respuesta de Pedro a la pregunta de Jesús a los discípulos: “¿También vosotros queréis marcharos?” (Jn 6,67) como nuestra propia respuesta: “Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna“.

7. “Mujer, ¿por qué lloras?“ (Jn 20,13)

Una mujer, la Virgen María, fue la primera en recibir el mensaje de la encarnación de Dios; y otra mujer, María de Magdala, escuchó las primeras palabras del Resucitado: “Mujer, ¿por qué lloras?” A pesar de esta preferencia de Dios por las mujeres, éstas han sentido mucha desconfianza en la historia de la Iglesia. En el siglo XVI, las mujeres no podían estudiar teología ni leer la Biblia. Santa Teresa, que como María de Magdala había sentido la bondad de Jesús, le presentó su queja en la oración: “no aborrecistes, Señor de mi alma, cuando andávades por el  mundo, las mujeres , antes las favorecistes con mucha piedad y hallastes en ellas tanto amor y más fe que en los hombres”.

Hoy, las mujeres pueden estudiar teología y ejercer la profesión teológica; pero todavía tienen que luchar contra mucha desconfianza en una Iglesia que aún no ha sacado todas las consecuencias teológicas de la preferencia de Jesús por las mujeres. Deseo que las mujeres entre Ustedes no desesperen, no se amarguen, porque la Iglesia no está a su altura, sino que pongan su esperanza, como Teresa, en Jesús.

8. “Siento compasión de la gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer“ (Mc 8,2)

Misereor”, “tengo compasión”, son las palabras de Jesús cuando vio a la gente que le seguía y no tenía nada que comer. También tuvo compasión del ciego de Jericó (cf. Lc 18,38) y de muchos enfermos y sufrientes. Antes del Concilio, el cardenal Frings de Colonia utilizó la palabra “Misereor” para fundar la primera y mayor organización de ayuda de una Iglesia local. Este ejemplo sentó un precedente: más tarde se fundó “La acción de cuaresma” en Suiza y en otros países. “Un cristiano es aquel que muestra compasión y misericordia hacia todos”, decían los Padres de la Iglesia. El Concilio Vaticano II lo expresó así al comienzo de la Constitución Pastoral “Gaudium et Spes” (nº 1): “Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo todo tipo, son también el gozo y la esperanza, el dolor y la angustia de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón.” Como teólogos en el mundo de hoy, guíense por la compasión de Jesús y el Magisterio del Concilio.

9. “Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación“ (Mc 16,15)

Pero no debemos olvidar que Jesús tenía una doble compasión por la gente. En otro pasaje del Evangelio de San Marcos tuvo “compasión” de la gente, “porque andaban como ovejas que no tienen pastor; y se puso a enseñarles muchas cosas (Mc 6,34). El anuncio del Evangelio como buena noticia del Dios que se hizo hombre, que es amigo del hombre (Tit 3,4), misericordioso (2 Cor 1,3), como “mensaje de libertad y fuerza de liberación” (Libertatis conscientia, n. 43) es en todo tiempo, también y especialmente en el nuestro, un acto de “compasión”.

Y ustedes, como teólogos, también deberían practicar esta compasión. Especialmente en nuestra época, en la que la forma eclesiástica post-tridentina con las parroquias por doquier, que constituían el centro de la vida social, está llegando a su fin, es esencial que pasemos de la pastoral de espera y de instalación en las estructuras eclesiásticas a la pastoral de salida. Como teólogos de hoy, ya no pueden limitarse al cómodo pastoreo del rebaño, a la pastoral de “sacramentalización y contabilidad”. Más bien, como el sembrador, hay que preparar el campo laboriosamente para la siembra y luego sembrar (Mc 4,3). Puede que sean otros, los que recojan los frutos, pero nosotros tenemos que hacer lo que debemos, y en estos tiempos difíciles ejercer la profesión de teólogo con honestidad.

10. “En verdad os digo, el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él“ (Lc 18,17)

Filósofos como Sören Kierkegaard o Paul Ricoeur hablan de una “segunda ingenuidad” que necesitamos hoy después de la Ilustración. Traducido teológicamente, esto significa que incluso después de estudiar teología, la fe de la infancia es necesaria. Para usar una imagen: Hace unos años comenzaron sus estudios en la Facultad de Teología de Friburgo, y hoy pueden coronarlos con el éxito que merecen. Cuando entraron en la Facultad, dejaron sus abrigos y sombreros, es decir, la fe infantil que les reconfortaba, en el guardarropa. Porque en la teología hay que enfrentarse a todas las preguntas y desafíos de la fe y buscar razones para nuestra esperanza (1 Petr 3,15): así que no debemos acostumbrarnos a tener demasiado calor, cuando hay tantas cuestiones in aclarar y hace tanto frío en el mundo.

Pues bien, si salen de la casa de la teología y se “olvidan” el sombrero y el abrigo en el guardarropa, entonces han estudiado una mala teología que ha secado las razones del corazón, “les raisons du coeur”, de las que hablaba Blas Pascal. No olviden el sombrero y el abrigo, la fe infantil, y traten de llegar a una segunda ingenuidad, a una fe que ha pasado por el fuego de la crítica pero que sigue calentando nuestro corazón. No desvelo demasiado si les digo que todavía, peinando canas, sigo rezando al ángel de la guarda, como me enseñó mi abuela, y que cuando canto la Salve Regina con la gente de mi pueblo, que no ha estudiado teología, siento la misma emoción interior de la infancia. La fe es también una cuestión del corazón, no sólo del entendimiento. No lo olviden en su trabajo.

Todo esto estaba en el discurso anónimo que encontré en los archivos de la Facultad de Teología. Como me gustó tanto, se lo he contado. Pueden decir que todos los decanos de la Facultad de Teología de Friburgo estarían dispuestos a firmar este discurso; pero para que no siga siendo anónimo en los archivos de la Facultad, lo firmaré con mi nombre. Espero que sus estudios en nuestra Facultad les hayan enriquecido académica, espiritual y humanamente. Y espero que podamos seguir contando con Ustedes: como antiguos alumnos, amigos de “nuestra” facultad y como embajadores de la misma. No duden en decir por ahí que el decálogo del buen teólogo se observa en la Facultad de Teología de Friburgo… y pasen de vez en cuando a visitar a sus antiguos profesores.

Fuente Religión Digital

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Regino Mateo, presidente de Alega: “Algunos van de que no te consideran enfermo por ser gay pero luego se oponen a que se proscriban las terapias de reconversión”

Viernes, 20 de mayo de 2022
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FB340CF9-314D-417C-82A8-864321277997Una entrevista necesaria:

El recién elegido presidente de la asociación considera que aún hay mucha “LGTBIfobia estereotipada”: “No es como antes, por fortuna no, pero mucha gente tiene complicaciones y los que estamos ahí dentro sabemos el precio que hemos pagado cuando nos hemos visibilizado”

Blanca Sáinz

14 de mayo de 2022

“Cuando nací era un vago y un maleante, cuando entré en el colegio pasé a ser un peligro social y cuando terminé el instituto dejé de ser un escándalo público. Después, cuando ya había terminado la carrera y había hecho un posgrado, entonces, ya me concedieron dejar de ser un enfermo”. Así resume Regino Mateo (Santander, 1965), el recién elegido -o reelegido, porque ya estuvo en el cargo hace cerca de 20 años- presidente de la Asociación de Lesbianas, Gais, Bisexuales, Transexuales e Intersexuales de Cantabria (Alega) la discriminación que ha sufrido a lo largo de su vida simplemente por formar parte del colectivo LGTBI. Ahora, en un momento clave para este movimiento y a un año de que comience la época electoral, Mateo analiza en elDiario.es cómo se ha vuelto a esta situación de temor a perder derechos y cuál será el papel de la sociedad y de asociaciones como la suya en una “guerra” que el máximo representante de Alega percibe como “dura, turbia y larga”: “El lobo ya se ha quitado la piel de cordero y enseña los dientes sin el más mínimo pudor”.

 ¿De dónde surge la idea de volver a la Presidencia de Alega?

Surge un poco de repente. Yo había sido presidente hace muchos años, en 2005 o por ahí, y luego haces tu vida, sigues en contacto con la asociación, colaboras en lo que puedes, pero tienes un poco la sensación de que la parte del día a día mejor que la hagan otros. En buena medida no corren demasiados buenos tiempos para las asociaciones en general, y la gente tiende a no participar demasiado y prefiere que sean otros los que solucionen los problemas y den la cara. Además, la pandemia ha sido matadora, porque ha supuesto estar mucho tiempo sin el contacto del día a día, sin poder hacer actividades, sin poder ver al resto de compañeros… Y ha habido gente que ha estado tirando del carro, pero como suele pasar también, llevan mucho tiempo con sus responsabilidades e igual que se ha hablado de fatiga pandémica a todos los niveles, esta también ha afectado a las asociaciones. Hubo un momento, allá por finales de diciembre, en el que entramos en el proceso de reflexión de si podíamos y queríamos seguir porque en abril se cerraba el plazo que los estatutos marcan para la gestora. Ahí la gran mayoría de los asociados insistíamos en que era necesaria la presencia de Alega porque es una interlocutora estabilizada que se ha ganado un respeto por su forma seria de trabajar.

Y más con la situación política que estamos atravesando, ¿no?

Claro. Además eso. Si hace cinco años alguien podía plantear que ya estaba todo resuelto para el colectivos era mentira, pero es que ahora es todavía más evidente que no, y que incluso estamos en procesos en los que podríamos empezar a dar pasos hacia atrás. Bueno, pues poco a poco se empezó a tejer una sensación de ilusión, y el problema ya comenzó a ser que alguien tenía que dar el paso al frente, y en una reunión tres personas pusimos esa cara de “venga, vale”. Mi idea con la candidatura era que no fuésemos solo tres sino que pudiese haber un poco de reparto de trabajo y trabajar en más áreas además de en las que ya se había trabajado en otros momentos. Y al final hemos conseguido formar una junta de ocho personas, mayoritariamente jóvenes, porque yo soy la excepción. Pero fue un poco porque me pillaron con la guardia baja, con el momento sentimental y con el ataque de responsabilidad. Fue todo eso junto. Y no sé que hubiese pasado si ese día no hubiese ido a la reunión, pero ahí estamos, en la trinchera otra vez.

En cualquier asociación hay un punto de egoísmo de: si mis posibles problemas los van a resolver otros, que lo hagan otros. ¿Para qué lo voy a hacer yo? Ese individualismo que siempre ha sido un lastre en la sociedad cántabra ahora está agravado

¿Por qué cree que la gente ya no participa tanto en las asociaciones?

Supongo que cada tipo de asociación tendrá su propia guerra. En el caso de asociaciones como la nuestra, que es LGTBI, tenemos varios problemas que no son nuevos. Uno de ellos es que en lugares pequeños como Cantabria todavía hay mucha LGTBIfobia estereotipada y esa sensación de que no quiero que la gente se entere, no necesito ayuda, puedo solo… Hay un poco ese punto de la discreción de que no me vean, no me conozcan ni me reconozcan. Así que cuando oyes discursos de que todo está hecho te das cuenta de que realmente es mentira. Sí tienes consecuencias y sí puedes tener problemas en tu trabajo, con tu familia o con tus amigos. No es como antes, por fortuna no, pero mucha gente tiene complicaciones y los que estamos ahí dentro sabemos el precio que hemos pagado cuando nos hemos visibilizado. Pero también, y volviendo a la pregunta, en cualquier asociación hay un punto de egoísmo de: si mis posibles problemas los van a resolver otros, que lo hagan otros. ¿Para qué lo voy a hacer yo? Ese individualismo que siempre ha sido un lastre en la sociedad cántabra ahora está agravado. Y por último, también creo que hubo un tiempo en el que las asociaciones como Alega eran lugares de sociabilización donde las personas conocían experiencias ajenas, contaban las suyas…Y eso ahora se hace más a través de internet y redes sociales, que es diferente y tiene otro tipo de objetivos y otro tipo de peligros.

Vuelve a un cargo que ya tuvo… ¿Qué será diferente esta vez?

Probablemente la principal diferencia es que aquel 2003 que yo me vinculé a Alega y estaba muy activo, era una época en la que estábamos conquistando derechos, estábamos trabajando para que la sociedad empatizara con nosotros y educarla en que entendiera la necesidad del matrimonio en plena igualdad, por ejemplo. Ahí estábamos de subidón, estábamos seguros de que lo íbamos a conseguir, y ahora, 20 años después se ha declarado una guerra cultural porque determinados grupos quieren devolver a 1950 al mundo occidental. Un momento donde el feminismo casi no existía y la mujer no había conquistado sus derechos, donde los gais íbamos a la cárcel y las lesbianas a los manicomios… Y es curioso porque van por ahí gritando “libertad” y luego hacen ataques directos contra la libertad de mucha gente. Esos mismos movimientos de extrema derecha y ultrarreligiosos han focalizado acabar con esa transformación cultural en el mundo LGTBI y el feminismo. Somos sus dos grandes enemigos y van a por ellos. Están volviendo a meter miedo para que nos metamos en la invisibilidad de nuevo. A ellos les gustaría ir por la calle y que una pareja de chicos no fuera de la mano, o que una mujer trans no se atreviera a pedir un trabajo, con eso se conformarían. Estoy seguro de que nos mantendrían algunos derechos siempre y cuando lo hiciésemos en casa y en la intimidad. Van de que no te consideran enfermo, de que no atacan al colectivo pero luego se oponen a que se proscriban las terapias de reconversión. Ahora estamos en un contexto de una guerra que yo percibo dura, turbia y larga. Y el lobo ya se ha quitado la piel de cordero y enseña los dientes sin el más mínimo pudor.

En los tres últimos años Alega ha pasado por dos presidentas y una gestora, ¿en que situación se ha encontrado la asociación una vez ha cogido las riendas?

Estoy cogiendo las riendas aún, pero la asociación está en un estado estupendo al margen de que está un poco baja de ánimo. Sé lo que supone estar al frente de un colectivo como Alega, el trabajo, las consecuencias y el compromiso que conlleva, así que para todos los equipos anteriores solo tengo palabras de agradecimiento.

¿Qué asuntos quiere abordar durante los próximos dos años?

La lucha contra los discursos de odio y nuestro posicionamiento claro en la trinchera dentro de esa guerra cultural que determinada gente ha querido declarar. Eso es fundamental, prioritario y no podemos dormirnos. Luego, como fruto de ese discurso de odio y de cómo se esta extendiendo, hay que fortalecer nuestra actividad en el campo educativo. Cada vez hay más centros que piden nuestra presencia ya sea para prevenir determinadas conductas, porque creen que pueden venir o porque ya se han enfrentado a situaciones de acoso o incluso agresión LGTBIfóbica, y este año no hemos podido atender a todos los centros que nos lo han pedido, así que hay que fortalecerlo para no dejar fuera a ningún instituto.

También tenemos realidades como la de los solicitantes de asilo por persecución por orientación sexual o identidad de género. En Cantabria tenemos un grupo de personas LGTBI que están como refugiados y que tiene quien les da apoyo, pero Alega tiene que estar ahí.. Y queremos retomar la conexión con la Asociación Ciudadana Cántabra Antisida (ACCAS) para organizar un grupo de trabajo de personas LGTBI seropositivas. Y, por último, en Cantabria hay un reto importante en el que además tenemos que implicar a las instituciones, y especialmente al Gobierno de Cantabria. Necesitamos ver cuál es la situación de las personas LGTBI en las áreas rurales porque puntualmente nos llegan casos y queremos ver cómo se puede intervenir para prestar apoyo a todas las personas que lo necesiten. Es muy importante desarrollar algún tipo de estrategia porque el año pasado se aplicó la ley LGTBI en Cantabria pero esa Ley necesita un reglamento para poder aplicarla de manera clara, y explicar a todas las administraciones de Cantabria que están obligadas al cumplimiento de la ley porque tienen vecinos LGTBI y no lo pueden olvidar. Nos gustaría poner en marcha todo eso, pero también somos conscientes de que a veces lo urgente se come a lo necesario.

Hay quien está jugando desde hace mucho tiempo de forma consciente y culpable a tensionar la sociedad para romperla en algún momento y conseguir llevarnos a todos los países occidentales a la Polonia de los Kaczyński o a la Hungría de Orbán

Cada vez se denuncian más delitos de odio y parece que las personas están más concienciadas con lo que no se puede tolerar, ¿se van dando pasitos hacia delante aunque parezca que hay discursos de odio que se están normalizando?

Hay quien está jugando desde hace mucho tiempo de forma consciente y culpable a tensionar la sociedad para romperla en algún momento y conseguir llevarnos a todos los países occidentales a la Polonia de los Kaczyński, a la Hungría de Orbán, a la Rusia de Putin o a los EEUU de Trump, y están trabajando muy duro para conseguirlo. Ese tensionamiento de la sociedad es el que hace que aunque cada vez haya más gente que sea consciente de que los discursos de odio son un cáncer que hay que extirpar, al mismo tiempo tengas foros y webs donde hay un rearme profesional y pagado en el que hay personas que están esperando a que escribas “homofobia” para contestarte que no existe.

Se habla mucho de no retroceder en derechos, pero parece que la incursión de partidos de extrema derecha en el tablero político está cada vez más asentada. ¿Se puede retornar esta tendencia? 

Últimamente estoy repitiendo mucho eso de que “hemos salido de situaciones peores”. Cuando a veces tenemos esa sensación de desolación hay que pensar en que ha habido momentos peores porque ha habido momentos en los que a los homosexuales se nos metía en campos de exterminio. Lo que sí es cierto es que nos empeñamos en pensar que el cambio va siempre hacia adelante y no. Se pueden dar pasos atrás, claro que sí. Pero vamos, que hemos estado en situaciones peores y se revirtieron aunque eso obliga a mucho trabajo e implicación por parte de los poderes púbicos, de las sociedad, de los medios de comunicación… Y mientras haya gente que prefiere mirar hacia otro lado o bailar el agua a los discursos de odio no los vamos a poder arreglar.

¿Temen lo que ocurra en las próximas convocatorias electorales?

Nosotros solo tenemos miedo al miedo, pero sabemos que cabe la posibilidad de que haya resultados que no nos gusten y puede que sean dolorosos. No sé, depende. Pueden pasar muchas cosas. Puede que no tengamos a nuestros mejores amigos en el Gobierno, pero también te digo que los mejores amigos no siempre nos han dado buen resultado. Los sustos vienen por todos lados, así que de momento vamos a seguir peleando. Y quizá ahora lo tenemos que empezar a hacer de forma más áspera o más implicada, pero en peores plazas hemos lidiado.

Fuente El Diario

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