«Creemos que lo que está en juego en el principio-misericordia es la misma noción –y posibilidad real– de formar todos una sola familia humana»
(Jon Sobrino).
La misericordia también es una de las palabras que han sido más maltratadasdesde el lenguaje y la doctrina cristiana durante siglos, empleándose casi exclusivamente como un «apiadarse» de alguien que lo pasa mal y ofrecerle una limosna, una ayuda «caritativa».
En latín, la palabra misericordia se compone de misere (miseria, necesidad, pobre); y cor, cordis (corazón), es decir, tener un corazón solidario con aquellos que sufren la injusticia y tienen algún tipo de necesidad.
En hebreo el término que se emplea para designar la misericordia es rajamín, que significa sentir cariño, afecto entrañable, conmoverse hasta las entrañas. Es lo que siente Yahvé por sus hijos e hijas que sufren, especialmente por los más olvidados y marginados, las viudas, los huérfanos, los inmigrantes.
Y a Jesús, tan lleno e identificado con los sentimientos de su Dios, también se le conmueven las entrañas al contemplar tanto dolor, sufrimiento, miseria y exclusión entre los hombres y mujeres más despreciados de Israel.
Este sí que es el auténtico significado y la consiguiente puesta en práctica de la misericordia. Hoy también es completamente necesario que contemplemos tanto pesar y desconsuelo, hasta que nos consiga estremecer y nos haga salir de nosotros mismos para solidarizarnos con los más indefensos de nuestro mundo actual.
La persona misericordiosa rompe con cualquier afán competitivo, para llegar a ver en cada persona a un hermano, no a un rival. Nadie puede ser misericordioso ni ofrecer compasión hacia alguien que considera su enemigo. He aquí una de las causas y de las soluciones para desligarnos de esta rivalidad absurda entre seres humanos, para llegar a entendernos, a comunicarnos, a ayudarnos y cuidarnos.
La misericordia, para que sea eficaz, debe ir acompañada de la paz, la solidaridad y la justicia. Es como el bálsamo, la dulzura que cura, fortalece y rehabilita. Y no solo en el en el encuentro entre dos personas, sino también a nivel social. Se necesita mucha ternura, mucha misericordia en nuestra sociedad. Y no pensemos que son remedios «suavones», porque cuando hacemos presente la compasión, la misericordia, la indulgencia en las relaciones sociales, todo cambia…
Para luchar contra la corrupción, la mentira, los odios, la injusticia, el olvido de los más miserables, la virtud también pública a emplear es la misericordia. La verdad la acompaña siempre, para que no se quede en un simple analgésico. El perdón, la comprensión, la alegría, la empatía son virtudes-hermanas de la misericordia. Que ayudarán a cambiar los problemas de una sociedad desde sus raíces.
Una persona misericordiosa vive de otra forma, se relaciona de una manera muy distinta con los demás, con el medio ambiente, con el universo. Será una mujer, un hombre muy humano y, por lo tanto, muy espiritual, porque solo quien siente en su interior las heridas de los demás y de todo lo que le rodea, puede sentir cómo su corazón, su vida se expande, transformando todo a su paso, desde la compasión, la dulzura y la misericordia.
«Felices quienes mantienen un corazón vivo y atento, lleno de ternura y misericordia».
De su blog El coraje de levantarse/Fragilidad espiritual:
“¿Es acaso más real la presencia de Jesucristo en el sacramento del altar que en el hermano de carne y hueso?”
“¿Por qué tanta indignación frente a lo “sagrado” y tan escasa reacción cuando se ofende a Dios en la dignidad de las personas? ¿Por qué parece ser más ofensiva y grave una burla a la Eucaristía que la profanación de millones de vidas humanas en las guerras, el hambre o las migraciones forzadas?”
“Hay incluso quien aprovecha para hacer apología subrayando las bondades de la religión cristiana, la nuestra, comparándola con el resto de confesiones religiosas. Argumentan que estas burlas se hacen solo con la religión cristiana porque es la ‘única que perdona las ofensas'”
“Necesitamos diálogo, no para convertir a los demás, ni mucho menos para someterles con la fuerza, sino para aceptarnos mutuamente y caminar juntos”
La fiesta pagana de los dioses del Olimpo representada en la ceremonia Inaugural de los Juegos Olímpicos de París, inspirada según el encargado de su organización Thomas Jolly, en la obra El festín de los dioses (1635-1640), de Jan Hermansz van Bijlert, ha sido interpretada por muchos católicos como una burla a la religión cristiana, supuestamente inspirada en la obra de Leonardo da Vinci (1452/1519), una de las múltiples interpretaciones de la Última de Cena de Jesús con sus discípulos.
Visto los resultados tal vez podríamos admitir que la escenificación sobre las aguas del Sena en París fue de mal gusto, gratuita y fuera de lugar. La intencionalidad y la importancia del hecho es bastante más subjetivo. Ahora que parecen calmados los ánimos y el ruido, será bueno hacer algunas reflexiones sobre tanta “indignación” y acerca de esas “reacciones” de los defensores a ultranza de la religión.
Cada vez que asistimos a una de esas aireadas ofensas contra la fe, se producen en cascada todo tipo de reacciones de grupos cristianos y comunicados institucionales para defender la religión. Ante tanto ofendido y ante el victimismo de sus argumentos, surgen siempre las mismas dudas: ¿son lamentaciones sinceras o son reacciones ideológicas preconcebidas y provocadas? ¿Nos molestan realmente las presuntas ofensas a la fe o es nuestro orgullo el que se siente ninguneado con esas faltas de respeto? ¿Por qué tanta indignación frente a lo “sagrado” y tan escasa reacción cuando se ofende a Dios en la dignidad de las personas? ¿Por qué parece ser más ofensiva y grave una burla a la Eucaristía que la profanación de millones de vidas humanas en las guerras, el hambre o las migraciones forzadas? ¿Es acaso más real la presencia de Jesucristo en el sacramento del altar que en el hermano de carne y hueso?
Menos victimismo…
Pareciera que hay quien está en estado de alerta permanente, dispuesto a enfrentarse, no siempre de manera pacífica y educada, a quienes piensan y manifiestan su opinión sobre nuestra religión y nuestras instituciones. Hay incluso quien aprovecha para hacer apología subrayando las bondades de la religión cristiana, la nuestra, comparándola con el resto de confesiones religiosas. Argumentan que estas burlas se hacen solo con la religión cristiana porque es la “única que perdona las ofensas”.
Pero no es cierto: prácticamente todas las grandes religiones plantean el perdón como una de las virtudes esenciales: el Islam, por ejemplo presenta a Dios como “el Perdonador y Misericordioso”; el Budismo subraya que perdonar consiste en despojarse de todo resentimiento y hostilidad hacia el otro. Mahatma Gandi abogado hinduista indio defendió la desobediencia civil no violenta y el perdón, como expresión del amor divino y camino de liberación interior … y así podríamos seguir. Hasta la psicología, considera el perdón como actitud que capacita a la persona “herida”, en el cuerpo y/o en el alma, para desprenderse del rencor y la ira, sentimientos profundamente dañinos para la salud mental. Merece la pena advertir, además, que “obras son amores, que no buenas razones”.
Y aunque es justo y saludable reconocer que, poco a poco, todos estamos aprendiendo a perdonar, no es menos cierto que todavía son muchos los creyentes, y no creyentes, que siguen viendo más virtud en perseguir y condenar al pecador, al blasfemo y el disidente que en tratar de conseguir la reconciliación. Será bueno reconocer que queda mucho camino por recorrer y que son pocos los que en esto se suben, como medallistas, al pódium de las Olimpiadas del espíritu.
Más espiritualidad cristiana.
Antes de tratar de defender a Dios, con vehemencia y descalificaciones –ya no digo con violencia, que haberla hayla-, nos vendría bien utilizar la imaginación, que nos propone Ignacio de Loyola en los Preámbulos de sus famosos Ejercicios Espirituales, para aplicarla en la recreación de la escena del Ecce Homo en el relato de la Pasión del Señor en el evangelio de Juan (19,5).
La imaginación facilita un marco sensible para sentirse parte integrante de la escena. La recreación imaginaria de la escena, nos proporciona un punto de referencia concreto y personal, valiosísimo para evitar convertir nuestra contemplación en algo etéreo. Sugiero seguir el consejo del Titán del espíritu (Iñigo de Loyola) a la narración de una de las experiencias especialmente humillante para Jesucristo (el hombre y el Dios encarnado).
¡Este es el hombre! Dijo temblando el todopoderoso Pilatos. No hay en los relatos de los evangelios una escena más pretendidamente burlesca y denigrante para Jesús, para sus discípulos y para el pueblo, que el espectáculo montado por Pilatos, en la Inauguración de aquella pascua judía del inicio de nuestra era. Pero lo realmente novedoso y sorprendente no fue la “ofensa” sino la reacción del “ofendido”: sus silencios y la dignidad con la que Jesús se enfrentó a la pretendida burla, terminó humillando a su agresor. Hay silencios que liberan. Este fue uno de los más grandes de la historia.
Estoy convencido, como decía san Agustín, que “vale más una lágrima derramada en memoria de la Pasión de Cristo” que todas esas defensas de la fe, airadas y lo estoy, sencilla y llanamente, porque la verdadera Pasión de Cristo se sigue produciendo cada día en millones de víctimas inocentes, sin que parezca (como lo es), el mayor desprecio y la más grande profanación del Cuerpo (la persona) y la Sangre de Cristo (su vida). Y estas “profanaciones a la presencia real de Jesucristo” en la tierra, ni los medios, ni las redes, ni los defensores de la fe, parecen despertar tanto interés. “Los creyentes, cuando quieren ver y palpar a Jesús en persona, saben a dónde dirigirse, los pobres son sacramento de Cristo, representan su persona y remiten a él” (Francisco, V Jornada Mundial de los Pobres, 14 de noviembre de 2021).
Antes de convertirnos en defensores apologetas de la fe y la religión cristiana nos vendrá bien recordar, lo que sucedió en el Huerto de los Olivos y recordar cómo terminó la cena y cuál fue la despedida de Jesús. La cena finalizó con el gesto más sorprendente que se pudiera espera de divinidad alguna: arrodillándose, ante los hombres, sus discípulos, para lavarles los pies. Y la despedida no pudo ser más elocuente y clarificadora para el tema que nos ocupa: Pedro, queriendo defender a Jesús del tropel de gente que venía a aprenderlo con palos y griterío, cometió la mayor torpeza que pudiera consumar alguien que instantes antes había estado sentado a la mesa compartiendo con Él sus confidencias, el pan y el vino de su última cena. Pedro, que pensaba como los hombres y no como Dios (Marco 8,27), reaccionó “desenvainando la espada con la que iba armado dio un tajo al siervo del sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha” (Juan 18); Jesús lleno del espíritu de Dios, “reaccionó” diciendo “¡mete tu espada en la vaina!” (Juan 18,20). Sin titubeos Jesús dejó bien claro que, ni a Él ni a su causa, se le defiende con las armas, ni con violencia alguna.
Al Evangelio de Jesús debemos apuntarnos todos, si queremos “reaccionar” ante las supuestas burlas y agresiones contra la fe, actuar en coherencia espiritual y práctica con Él.
De lo anecdótico a lo esencial
La polémica olímpica, aireada en exceso por unos y por otros, no pasa de ser –en mi modesta opinión- una anécdota menor, más o menos desafortunada, pero insignificante si la comparamos con los verdaderos problemas de la Iglesia y del mundo. Lo mismo muchas de las reacciones han sido igualmente desafortunadas, aunque no tan insignificantes. Estas sí son significativas, cuando las valoramos desde el seguimiento de Cristo, la fe y las consecuencias que tienen para la credibilidad de la Iglesia y su diálogo con el mundo.
En este sentido, el episodio ha puesto de manifiesto, una vez más, algo que me parece importante: la siempre inadecuada relación de la Iglesia con el movimiento social LGBT+, cuya legitimidad (contra la discriminación y en favor del reconocimiento de derechos de las personas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero y transexuales) es incuestionable y en muchos sentidos loable. La diversidad de orientaciones, identidades y características sexuales forma parte de nuestra realidad biológica y social. El desafío, para todos, será cómo encontrar una relación adecuada basada en el respeto, la comunicación y la ayuda mutua. Además, los creyentes no deberíamos olvidar que, entre todas estas personas hay muchos, católicos, cristianos, hermanos en la fe que esperan y merecen de la “madre Iglesia”, acogida y respeto profundo más allá de cualquier otra consideración.
Quizá deberíamos preguntarnos: ¿Porqué el colectivo LGBT+ se manifiesta en general tan alejado de la Iglesia, agresivo y combatiente? ¿Tenemos nosotros, (laicos, clero y jerarquía de la Iglesia) alguna responsabilidad? A la comunidad cristiana en su conjunto corresponde escuchar (en tiempos de sinodalidad más si cabe) y acoger a todos. Pero esto no está siendo siempre así. Son numerosas las personas que todavía tienen que seguir soportando discursos de odio y ver como la homosexualidad se señala como una enfermedad que se puede revertir. No son pocos los que, incluso siendo menores, han sido sometidos a falsas terapias de conversión, ilegalizadas en nuestro país.
¿Qué decir de la pederastia y los abusos sexuales? Deberíamos reflexionar profundamente: ¿cuántos miembros de este colectivo LGBT+ han sido víctimas de este horrible delito, niños/as inocentes heridos en sus cuerpos y en su alma para toda la vida? ¿Cuántos de ellos no denunciaran los hechos, convencidos de que sufrirlo en silencio o llevárselo a la tumba es lo mejor para ellos mismos, para sus familias y para la misma Iglesia a la que pertenecen y aman? Dudo de que silenciar o minimizar la gravedad de estos hechos sea lo más honesto y lo más evangélico. Hay silencios que matan, que se instalan en el alma, provocan insomnio, paralizan y entristecen (también los silencios cómplices son difíciles de llevar), lo que no decimos nos mata poco a poco. Romper el mutismo y la ceguera institucional, en la sociedad y en la Iglesia, es uno de los desafíos más importantes para evitar nuevas víctimas. La verdad os liberará (Juan 8, 32) parece ser la respuesta de Jesús a los que habían creído en Él, le escuchaban y le seguían, en este gravísimo tema parece que, también, pensamos y actuamos más como los hombres que como Dios.
Resulta bastante comprensible que un colectivo al que, una y otra vez le damos con la puerta en las narices, se aleje de todo lo que tiene que ver con una Institución que lo bendice todo, con ritos y ceremonias más o menos solemnes (aguas, casas, animales y hasta dictadura, armas y ejércitos…), pero se niega a bendecir la vida, el género y el amor de hijos del mismo Dios.
Así, pues, me ratifico: menos lloriqueo y más espíritu evangélico.
Frente al ninguneo de la fe y cualquier otro fracaso pastoral no estaría de más recordar aquel episodio bíblico en que Elías, abatido y sin fuerzas para vivir, escuchó la voz del Señor: “Levántate, come, que el camino que te queda es largo y superior a tus fuerzas” (1 Reyes 19, 7). Una vida interior bien alimentada y sana, arraigada en el encuentro con Jesucristo, nos permitirá seguir adelante, en pie, sin complejos… orando unos por otros, porque orar es lo contrario de pasar a la ofensiva, las descalificaciones y la violencia. Desde el corazón y sin ideologías ciegas, aprenderemos a no negar las evidencias y descubrir caminos de encuentro y fraternidad universal. Necesitamos diálogo, no para convertir a los demás, ni mucho menos para someterles con la fuerza, sino para aceptarnos mutuamente y caminar juntos. El camino es largo y superior a nuestras fuerzas. Lo es para todos: para quienes nos sentimos ofendidos y para quienes por manifestarse como son y reivindicar sus derechos se ven sometidos a toda clase de vejaciones y burlas.
A Dios se le defiende amando, porque “el que no ama, no ha conocido a Dios” (I Juan, 4,8); a Jesucristo se le defiende sirviendo, porque ”este Hombre no vino a ser servido, sino a servir y dar su vida como rescate por todos” (Mateo 20,28); y a la fe católica verdadera se la defiende más con obras que con palabras, porque “como el cuerpo sin el aliento está muerto, así está muerta la fe sin obras” (Santiago 2, 26). El camino continúa, corresponde a la Iglesia, a los discípulos de Cristo, “nacer de nuevo”, en cada momento y en cada acontecimiento de la historia sin olvidar que todos los bautizados hemos sido ungidos con el Espíritu del Resucitado, “para desterrar de nosotros toda amargura, ira, enfados e insultos y toda maldad” (Efesios 4, 30).
A principios de este verano, Commonweal publicó un simposio titulado “¿Qué significa la dignidad ahora?” La serie ofreció cuatro perspectivas académicas sobre Dignitas Infinita, la declaración del Vaticano de 2024 sobre la dignidad humana, que también puso un tono negativo sobre las nuevas ideas sobre la identidad de género. La publicación de hoy es la tercera entrega. En los próximos días, Bondings 2.0 ofrecerá resúmenes de estas opiniones.
Las declaraciones de Dignitas Infinita deben leerse como “límites, señales de advertencia y desafíos para los moralistas y líderes de políticas públicas” más que como directrices pastorales, escribe Cathleen Kaveny en su ensayo para Commonweal sobre la declaración del Vaticano.
Kaveney, jurista y teóloga del Boston College, sitúa el documento como parte de una conversación en curso en el ámbito de los derechos humanos y el derecho internacional. Señala que el Vaticano opina sobre cuestiones sociales en el documento para “rechazar a quienes critican la Declaración de la ONU y el régimen de derechos humanos que generó como imposiciones extrañas de un marco colonial occidental a culturas no occidentales” y para “resistirse a la interpretación o la expansión de los derechos universales de una manera puramente individualista o constructivista, lo que sería, en opinión [del Vaticano], una imposición injustificada de ciertos elementos de una cosmovisión occidental”.
“La Santa Sede ha sido durante mucho tiempo un participante activo en ese debate”, afirma Kaveney. “Si miramos el documento del Vaticano a través de este marco, es más fácil entender su enfoque general así como apreciar las limitaciones de su género“.
Estas limitaciones incluyen la falta de consulta con las personas transcatólicas y la falta de tener en cuenta los debates actuales sobre identidad de género. Kaveney señala que, como documento “teórico, no práctico o pastoral”, Dignitas Infinita “no presenta un argumento moral detallado sobre ninguna, y mucho menos sobre todas, las cuestiones específicas que aborda”.
Según la autora, Dignitas Infinita plantea un desafío a quienes defienden los derechos trans. Ella escribe:
“…es fundamental honrar la igual dignidad de las personas trans y acompañarlas en el camino de su vida y en su relación con Dios. Pero no es suficiente. Para los católicos que desean desarrollar la tradición de la Iglesia sobre el género, también será necesario mostrar cómo ese desarrollo puede ser consistente con la oposición fundamental de la tradición al dualismo mente-cuerpo y su rechazo de la visión de que el cuerpo es simplemente una herramienta del mente.”
Kaveney explica un argumento importante del documento que es que “los derechos no están determinados por los deseos individuales, por fuertes que sean”. Al Vaticano le preocupa que privilegiar el sentido interno de género de un individuo sobre su expresión sexual biológica sea una forma de dualismo. Los líderes de la Iglesia entienden que esto va en contra de la comprensión católica predominante de los derechos humanos, que se basa en una “antropología humana no dualista que afirma la dignidad de los seres humanos en la unidad de cuerpo y alma”.
Para la mayoría de los católicos LGBTQ+ y sus aliados, estas cuestiones teóricas de la antropología pueden parecer obstáculos irrelevantes en el camino hacia la inclusión y afirmación trans. Kaveney reconoce la frustración de los defensores LGBTQ+ con el largo y arduo proceso de cambio teológico, al tiempo que deja claro que se deben defender los derechos y la dignidad de las personas trans:
“Del mismo modo, es esencial honrar la igual dignidad de las personas trans y acompañarlas en el camino de su vida y en su relación con Dios. Pero no es suficiente. Para los católicos que deseen desarrollar la tradición de la Iglesia sobre el género, también será necesario mostrar cómo ese desarrollo puede ser consistente con la oposición fundamental de la tradición al dualismo mente-cuerpo y su rechazo a la visión de que el cuerpo es simplemente una herramienta del mente. Algunos católicos pueden pensar que estas tareas no son necesarias. Otros pueden pensar que ya se han logrado. Pero, como lo revelan las experiencias de John Courtney Murray, el desarrollo auténtico de las enseñanzas de la Iglesia nunca es fácil ni rápido. Para que tenga éxito, es necesario enfrentarse frontalmente a los argumentos más fuertes contra el desarrollo. Murray necesitaba demostrar que defender la libertad religiosa no significaba respaldar el indiferentismo religioso. Para responder a las preocupaciones del Vaticano, los activistas LGBTQ tendrán que ayudar a la gente a comprender que su posición no implica una nueva forma de dualismo”.
El análisis de Kaveny, que sitúa particularmente a Dignitas Infinita dentro de un contexto internacional de derechos humanos en lugar de uno sobre atención pastoral, puede ser útil. Desafortunadamente, a pesar de sus advertencias en contra de hacerlo, Dignitas Infinita sin duda será empleada por algunos líderes de la iglesia para condenar a las personas trans y excluirlas tanto de la iglesia como de la sociedad civil. Kaveny tiene razón en que desarrollar la enseñanza de la iglesia es un proceso difícil y complejo y, sin embargo, incluso mientras ese proceso se desarrolla en el nivel teórico, los católicos deben actuar con urgencia para detener la discriminación en el presente.
—Ariell Watson Simon (ella/ella), Ministerio New Ways, 24 de agosto de 2024
Murad Odeh salió del armario a los 14 años, pero la falta de referentes con quien identificarse le llevó a desvincularse de sus orígenes árabes. Veinte años más tarde, defiende que esta idea es consecuecia de la imposición occidental de lo que es “ser queer”
Con 14 años, Murad Odeh salió “del armario”. Entonces, el contexto social le obligaba a “ser gay, o ser palestino”, no podía ser ambas cosas. Nacido en el seno de una familia muy conservadora, Murad creció en Valencia. Sus padres y abuelos escaparon de la Guerra de los Seis Días de 1967 de su ciudad natal, Nablus, en la Cisjordania ocupada. “Permanecieron un tiempo en Libia hasta que llegaron a la capital valenciana”, cuenta mientras se ajusta la kufiya alrededor del cuello.
Con mucha incomprensión y convencido de que sería “imposible” reconciliarse con su familia, a los 21 años se mudó a Madrid. “Ese fue el inicio de una nueva etapa en la que me decía: ya no tengo familia; ya no soy árabe”.
En una entrevista con elDiario.es, el periodista y activista palestino que lucha por los derechos LGTBIQ+ reconoce todo el dolor que supuso renegar de su identidad: un árabe queer. “El problema del colectivo queer o LGTBIQ+ árabe es que no tiene modelos a los que asemejarse. Ni a nivel familiar, ni a nivel social. Al menos ese fue mi caso”, asegura el activista. “Es algo muy doloroso”.
Resistencia LGTBIQ+ en Palestina
La principal herramienta a la que Murad tuvo acceso para gestionar esa dualidad fue la terapia, “un privilegio” al que no todos los niños o adolescentes que se encuentran en una situación similar tienen acceso. La segunda, fue un viaje a sus orígenes.
En 2023, Murad viajó a Palestina por primera vez. “Me fui a Cisjordania porque tenía la sensación de que sólo conocía una parte de lo que era el mundo árabe, la que me habían contado mis padres”. “Sin la intención de encontrarme con nada, un día abrí Grindr [aplicación de citas LGTBI] y me encontré con muchos chicos israelíes y extranjeros”, relata el activista. “De repente me escribió una persona sin foto. Empezamos a hablar y me contó que era palestino”.
Murad recuerda este momento como el más sanador de su vida. “Me invitó a dar un paseo con un amigo suyo. Pasó algo que nunca me hubiera imaginado: tres palestinos gais conversando en árabe al lado del muro que rodea el casco antiguo de Jerusalén, como una situación cualquiera en España. Me explotó la cabeza”, recuerda.
Desde ese momento, el viaje de Murad cambió de rumbo y comenzó a ver y conocer los movimientos de resistencia LGTBIQ+ en la Cisjordania ocupada: “Fuimos a Ramala y me enseñaron los sitios donde se reunían y se conocían. Conocí a personas que trabajan con organismos europeos para la creación de redes clandestinas LGTBI” –unos espacios para que las personas del colectivo se conozcan y tengan apoyo psicológico, entre otros servicios–.
Actualmente existen dos organizaciones árabes de defensa de los derechos LGTBIQ+ muy importantes: Aswad y alQaws. La primera trabaja desde Haifa, en Israel. Aswad surgió en 2001 de la mano de mujeres palestinas. La segunda está en Palestina, pero “a veces es desmantelada y es muy complicado contactar con ellos”. Según IGLA World, la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex, la homosexualidad no está prohibida explícitamente en Cisjordania, pero las autoridades pueden recurrir a la ley sobre delitos informáticos para perseguir, torturar y encarcelar a miembros del colectivo queer, asegura Murad. Por otra parte, en la Franja de Gaza la homosexualidad sigue sigue siendo ilegal como herencia al Código Penal aprobado por el Mandato Británico de Palestina en 1936.
Primero, la liberación de Palestina
Murad se enfrenta a diario a preguntas como: ¿Por qué la comunidad queer o LGTBI en Palestina no ha conseguido desarrollar sus derechos? Responderla implica conocer las raíces de fondo y violencias sistémicas a las que se enfrenta el colectivo en Palestina.
“Existen un montón de vertientes, pero la principal es el sistema heteropatriarcal que reside en Palestina, pero también en el resto del mundo árabe”, señala. “El matrimonio en Palestina es muy importante, no solamente como un paso hacia la adultez, sino también como una cuestión que alega al sentimiento nacional; porque cuando están borrando a una población, la procreación es vista como una forma de resistencia”.
La segunda de ellas es la opresión militar israelí: “No nos hacemos una idea de lo complicado que es ni de las consecuencias que tiene la [falta de] libertad de movimiento”, denuncia el activista haciendo referencia al aislamiento entre las poblaciones palestinas y los puestos de control israelíes en las carreteras de Cisjordania. El periodista explica que, cuando las fuerzas israelíes impiden que los palestinos circulen libremente, impiden también la libre “asociación, creación de redes de apoyo y de afecto dentro del colectivo”.
Tras experimentar ese control israelí en primera persona, Murad entendió la doble lucha de los queer palestinos: “Ser palestino y queer no puede desligarse del hecho de ser palestino y vivir bajo la opresión militar. Primero viene la liberación de Palestina y luego, cuando lo consigan, podrán empezar a pensar en la liberación del colectivo”, concluye finalmente. Llegar a esa reflexión fue el primer paso para emprender su lucha.
Murad toma como referente a Jasbir K. Puar, una teórica queer y profesora del Departamento de Mujeres y Estudios de Género de la Universidad Rutgers, en Nueva Jersey (EEUU), para entender la problemática a la que se enfrenta el movimiento LGTBIQ+ a día de hoy. “Yo divulgo que la homosexualidad tal y como la entendemos hoy es un producto del colonialismo occidental”, dice.
En su opinión, existen “dos fuerzas contradictorias que perpetúan el estereotipo de lo que es y lo que tiene que ser LGTBIQ+”. La primera viene de “los países musulmanes que utilizan la homosexualidad para desviar la atención de sus crisis internas y asociarla con lo occidental”. La segunda, prosigue, “es la retórica de los países occidentales –dentro de los que se enmarca España– que dicen que el islam es incompatible con los sistemas democráticos y su pensamiento”.
Bajo este prisma, el activismo de Murad busca hacer hincapié en el “trasfondo muy racista” que va en sintonía con los programas electorales de la extrema derecha. “Si tú ves a las sociedades árabes como retrógradas, estás dando pie a la intervención occidental. Si tú pintas a la sociedad palestina como anacrónica, de homófobos y fundamentalistas religiosos, desde aquí [España] vamos a votar para que se intervenga en Palestina”. Pero no es así, sostiene el experto: “La heterogeneidad palestina existe”.
La “burbuja palestina” en la que creció Murad le impidió conocer otras realidades del mundo árabe que sí que hacían referencia a la homosexualidad. “Yo conozco a familias queer en Palestina”, asegura sin poder revelar sus identidades, a la vez que enfatiza las referencias homosexuales en la literatura árabe premoderna que se encuentran en las poesías de Abu Nuwas, del siglo XVIII, o en los cuentos de Las mil y una noches. “Fue la moral rígida victoriana la que trajo esa censura a los países que hoy denominamos árabes o de mayoría musulmana”, concluye haciendo referencia a la censura literaria impuesta durante el colonialismo británico.
Mediante la divulgación en redes sociales y conferencias públicas, como la que ofreció el pasado mes de julio en Casa Árabe en Madrid en motivo del Orgullo Crítico, Murad quiere rebatir “la representación de las sociedades árabes que no corresponde a la realidad”. “Compro el discurso de que la religión y la sociedad tienen un componente homófobo”, admite, “pero si sólo nos focalizamos en los mismos elementos, estamos obviando el resto. Y eso genera racismo, además de perpetuar el estigma”.
Gergö Bese atacaba a Google, Microsoft o Apple por “propaganda LGTBI+”
Lo de publicar los vídeos en páginas pornográficas no era propaganda, y tal…
El cura católico húngaro Gergö Bese, cercano al primer ministro, Viktor Orbán, y conocido por su postura crítica hacia la “propaganda LGTBI+”, ha sido suspendido por la Iglesia católica tras revelarse su participación en orgías homosexuales, según informó la semana pasada el portal Népszava.
Según informa el medio húngaro Válasz Online, el párroco Gergő Bese de Dunavecs participaba en fiestas gay y mantenía relaciones íntimas duraderas con otros hombres.
De acuerdo con los medios locales que han tenido acceso a los vídeos, el cura no solo participó en las orgías, sino que también las grabó y subió las grabaciones a plataformas de pornografía gay.
Confirmada la noticia por el mismo sacerdote a través de un comunicado en el portal de internet 777 en el que colaboraba hasta hace dos años, estamos ante el enésimo caso de un sacerdote que estaría viviendo una doble vida mientras en público bramaba contra los derechos LGTBIQ+. Dios, en su infinita misericordia ya le ha perdonado, imaginamos que a las personas LGTBIQ+ que ha lastimado con sus proclamas, les costará más…
La Nunciatura Apostólica confesó al citado medio que fue informada de las graves acusaciones contra el sacerdote y las puso en conocimiento de la archidiócesis de Kalocsa-Kecskemét, donde el arzobispo se ocupa del asunto. “La Nunciatura Apostólica ha sido informada de las graves acusaciones contra el sacerdote de la archidiócesis de Kalocsa-Kecskemét. De acuerdo con las exigencias del derecho canónico, estas acusaciones fueron transmitidas inmediatamente al ordinario de dicho sacerdote, quien, como autoridad eclesiástica competente, llevará a cabo las investigaciones”, escribió el secretario Michael Wallace Banach a Válasz Online.
Al parecer, según estas informaciones circulan en altas esferas políticas y eclesiásticas grabaciones de vídeo y mensajes de texto del sacerdote que confirman que asistía a fiestas gays y mantenía relaciones duraderas con otros hombres. Este medio llega a afirmar que algunos de esos vídeos se han difundido por páginas pornográficas gays.
Este medio húngaro envió varias preguntas al sacerdote acusado para recabar su versión pero pasados varios días aún no ha respondido. También se pusieron en contacto con Balázs Bábel, arzobispo de Kalocsa-Kecskemét, diócesis a la que pertenece el sacerdote Gergő Bese. En un comunicado enviado por el arzobispado al citado medio, confirman que el arzobispo ha suspendido a Gergő Bese de sus deberes sacerdotales.
En los próximos días se sabrá si todo queda en una simple suspensión o si por el contrario el arzobispo inicia el proceso de secularización de este conocido sacerdote húngaro conocido hasta ahora por su ferviente defensa de los valores católicos y lucha contra los derechos LGTBIQ+.
Bese ha bautizado, entre otros, la sede de Orbán, el antiguo Monasterio de la orden de Carmelitas y las redacciones de medios afines al Gobierno húngaro, como Megafon y Pesti Srácok.
En anteriores declaraciones a los medios húngaros, el cura había advertido de los “peligros de la propaganda LGTBI+“, apoyada por empresas como los gigantes Google, Apple o Microsoft.
El sacerdote defendía, según recoge 444.hu, que la familia tradicional “está bajo ataque” por parte de grupos liberales que promueven lo que él considera una “desviación (de la normalidad)”.
Tras su suspensión el viernes, Bese eliminó sus perfiles en redes sociales. El propio Gergő Bese admitió la información a través del portal en el que colaboró:
Gergő Bese envió una declaración a los editores de 777 por correo electrónico, en la que se disculpa y reconoció haber cometido “un error“, al asegurar que ha “pecado contra la Iglesia” y su comunidadad.
Gergő Bese envió un mensaje a los editores de 777: el sacerdote católico fue suspendido ayer por el arzobispo de Kalocsa, Bábel Balázs, después de que se revelara que tenía relaciones íntimas con hombres. El anuncio de Gergő Bese, que no forma parte del equipo 777 desde hace dos años y medio, se publica sin cambios. Como recalcamos ayer, también nos enteramos de lo sucedido por la prensa, y desde entonces estamos completamente conmocionados por los hechos. Sin embargo, juzgar no es nuestra tarea, sino que pedimos a todos que oren por Gergő y nuestros sacerdotes.
“OFENDÍ A LA IGLESIA”
– GERGÓ BESE ENVIÓ DECLARACIÓN AL 777
“Mis queridos familiares, amigos, conocidos.
Ayer fue uno de los días más oscuros de mi vida y la de mi familia. Es una experiencia difícil enfrentar el poder de los medios y la política. No sólo te eleva y exalta, sino que también te envía al infierno en un instante. Usan mi debilidad contra mi iglesia y mi comunidad, intentan causar el mayor daño posible.
Cometí un error. Se aprovecharon de mí, se aprovecharon de mi ingenuidad y perdí el buen juicio. He pecado contra la iglesia y mi comunidad. Rompí mi voto sacerdotal, cometí un pecado. Pido disculpas a todos los que lastimé, a todos los que decepcioné.
Realicé mi servicio sacerdotal y mi labor docente con el mejor conocimiento y la enorme energía que pude. Estoy muy agradecido por las gracias que he recibido, por el amor de las personas y por el hecho de que en mi profesión he acercado a muchas personas a Dios y a mi Iglesia.
Ahora con mi suspensión se termina este servicio. Gracias por llegar a todos aquellos que ofrecieron su ayuda y, por supuesto, a quienes me apoyan con sus oraciones.
En las próximas semanas quiero retirarme, calmarme, practicar la penitencia y repensar mi vida. En el Evangelio de Mateo, Jesús dice a sus discípulos: “El que quiera seguirme, debe negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguirme. El que quiera salvar su vida la perderá, pero el que la pierda por mí la encontrará”.
¡Muchas gracias por todo!”
Gergő Bese
***
¿Pero quién es este sacerdote que recientemente vinculó la decadencia moral con el matrimonio homosexual?
El portal 444.hu califica al sacerdote como “el más ardiente partidario del Gobierno de Orbán“, que apoyaba abiertamente el cristianismo político.
Según la propia presentación de Bese en 2014, comenzó sus estudios en 1994 en la escuela secundaria de octavo grado en Gödöllő, luego, en 2002, después de graduarse, comenzó a estudiar geografía en ELTE TTK. Escribió que entre sus compañeros de grupo había un monje benedictino con el que se llevaba bien y, siguiendo su consejo, fundó la Facultad de Estudios Religiosos Sapientia como profesor de religión en 2003. Mientras tanto, visitó los santuarios marianos más famosos de Europa y Hungría, y la idea de la vocación sacerdotal siguió creciendo en él.
También enseñó durante un tiempo en una escuela de Czömör, donde finalmente decidió que elegiría la profesión sacerdotal, luego postuló a la archidiócesis de Kalocsa-Kecskemét, donde fue aceptado. En su introducción, escribió que pasó un año en un instituto de formación de sacerdotes y luego pasó a ejercer en la parroquia de Kiskunhalas. Además, también era responsable de la educación de los jóvenes en una escuela primaria. Finalmente fue ordenado sacerdote en 2013. Más tarde volvió a enseñar; en 2018, por ejemplo, contó que enseñó en Budaörs y Balatonfüred y que lo enviaron a lugares donde los benedictinos tienen escuelas.
En 2021, después de servir como capellán en Jánoshalma, Besé fue nombrado párroco de Tass, Dunavecse y Szalkszentmárton. Pero en ese momento ya no era un secreto que el párroco compartía la política de los Orbán y el gobierno. Ya en 2017 se publicó su artículo, extraído de 777 blogs y noticias públicas cristianas, en la revista cercana al gobierno Mandiner, bajo el título “Líderes europeos sin hijos – de la cabeza del pez“, en el que comparaba , por ejemplo, el número de hijos de los entonces primeros ministros de V4. En él afirmó: Orbán tiene la familia más grande de Europa con sus cinco hijos y luego elogió la política familiar del gobierno de Orbán. Después de eso, se publicaron cada vez más escritos suyos, en los que también elogiaba la política del gobierno, especialmente en cuestiones de la iglesia.
Gergö Bese, bendiciendo las instalaciones del partido de Orbán
En 2021, Bese ya había llegado al punto en que declaró a Mandiner que “los resultados de una década se verían amenazados por un cambio de gobierno”. En 2022 también hizo campaña contra la oposición en la iglesia de Zugliget e incluso dijo por quién votar. Acusó a los partidos de la oposición de abolir la educación religiosa en las escuelas y también consideró dudoso el futuro de las instituciones eclesiásticas tras un posible cambio de gobierno. Sin embargo, no quedó rastro de las acusaciones que Bese utilizó para asustarlo en la campaña de los partidos de oposición.
Posteriormente, el vicario criticó duramente la sociedad globalista y también se ocupó mucho de la juventud y la educación. Más tarde, a partir del año 777, pasó a Vasárnap.hu, que, según la caracterización de Válasz Online, parece una iglesia, pero en realidad pertenece a la corte del Secretario de Estado Bence Rétvári. Mientras tanto, también visitó a la prensa, además de sus actividades cercanas al gobierno (consagración de los cargos del primer ministro y de diversas organizaciones cercanas al gobierno), también habló regularmente sobre temas públicos. En Demokrata comentó sobre el divorcio de Gabi Tóth, quien también era cercano al NER.
También atacó a András Hodász, que admite abiertamente su homosexualidad y que, según él, sólo ayudó a la “corriente liberal” con el tema. “La corriente principal liberal necesitaba este tema como un pedazo de pan. Es una buena oportunidad para desviar la atención del vídeo confesional del activista LGBTQ empleado de la escuela primaria Gyula Krúdy“, escribió.
András Hodász ( facebook.com/andras.hodasz)
No es de extrañar, pero también se indignó con la inauguración de los Juegos Olímpicos de París: “Es sorprendente cómo una vez más encontraron placer en burlarse del cristianismo“, escribió. Viktor Orbán también leyó en su discurso en Tusnádfürdő que detrás de lo que vio en París estaba “la asunción de la impiedad”. Concluyó su reflexión ante el Mandiner diciendo que “el primer paso en la pendiente del declive moral es la legalización del aborto, la introducción de normas extremadamente relajadas sobre la eutanasia y la equiparación del matrimonio homosexual con el matrimonio heterosexual“.
Por cierto, además de su papel como líder de opinión en el partido gobernante, Bese también ha recibido dinero en los últimos años. Válasz Online escribió que la familia de Bese solicitó fondos estatales a dos ONG en los últimos seis años; La Asociación Nacionalista Alemana de Gödöllő y la Asociación Juvenil de Europa del Este recaudaron un total de 41 millones de HUF del Fondo Civil Urbano (VCA) creado para la creación de redes de Fidesz.
Fuentes gubernamentales, según informa el medio Népszava, han sugerido que el antiguo párroco de Dunavecce abandone el país durante un tiempo.
El caso de Bese ha sido comparado en la prensa local con el de József Szájer, el exeurodiputado del Fidesz de Orbán, que participó a finales de 2020 en una orgía homosexual en Bruselas, violando las restricciones por la Covid.
El eurodiputado, uno de los redactores de la Constitución húngara de 2011, que limitó los derechos de la comunidad LGTBI en el país y que definió el cristianismo como una base de la nación, dimitió tras el escándalo y se retiró de la política.
Desde que llegó al poder en 2010, el Gobierno de Orbán ha promovido leyes que socavan los derechos de la comunidad LGTBI, prohibiendo el registro legal del cambio de sexo y dificultando la adopción para parejas del mismo sexo.
En 2021, el Parlamento aprobó una ley que vincula la homosexualidad con la pedofilia y prohíbe hablar sobre la homosexualidad o cambio de sexo a menores de edad, ya sea en las escuelas o en los medios dedicados a este público.
Fuente Válasz Online/Telex/Agencias/Religión Digital
Dañaron los bordes del monumento y muy especialmente las palabras “lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersexuales”. Tras la denuncia del Movilh, carabineros puso los antecedentes a disposición de la Fiscalía.
El Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) denunció hoy que el Monumento por los Derechos LGBTIQ+, instalado en las faldas del Cerro Santa Lucía que dan a La Alameda, fue vandalizado por desconocidos “en una clara expresión de odio contra las diversidades sexuales y de género”.
Los agresores vandalizaron la placa del Monumento, dañando su leyenda y bordes.
“A todas luces, y sin lugar a dudas, se trata de un ataque de odio, pues con objetos contundentes golpearon especialmente las palabras lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersex de la placa, pretendiendo dejar intacto el concepto heterosexual. Además, golpearon los bordes de la placa, con la clara intención de sustraerla. Este ataque de odio envía un mensaje de desprecio a todas las personas LGBTIQ+ y da cuenta de que hay personas o grupos organizados contra nuestros derechos”, señaló la vocera del Movilh, Javiera Zúñiga.
La placa, bajo la cual se encuentra una cápsula del tiempo con archivos históricos de los derechos LGBTIQ+, señala específicamente que “enviamos un saludo al Chile del futuro con la esperanza de que en este territorio y en el mundo habrá plena igualdad, no discriminación y respeto a los derechos humanos de todas las personas lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, intersexuales y heterosexuales. Para ser abierta el 28 de junio del 2118”
La vandalización, que transforma y altera por completo el estado original del monumento, ya fue informada por la Encargada del Departamento de Diversidad Sexual del municipio de Santiago, Erika Montesinos, a la Subdirección comunal de Patrimonio, con el fin de gestionar su reparación.
A su vez el Movilh denunció al ataque a Carabineros, quienes confirmaron ayer que pusieron los antecedentes del caso a disposición de la Fiscalía para que inicie las investigaciones.
Recién el pasado 1 de marzo el municipio de Santiago había limpiado y hermoseado la placa conmemorativa del Monumento LGBTIQ+, además de instalar plantas y flores a su alrededor, “todo lo cual ahora es dañado por delincuentes homofóbicos”, señaló el Movilh.
Tanto la placa como la cápsula de tiempo ubicada fueron declaradas Monumento Público por el Consejo de Monumentos Nacionales.
Ana Paula Costas, una mujer trans de 43 años, volvía a su casa en el barrio Alto Comedero (San Salvador de Jujuy), cuando fue atacada. Piden la colaboración de testigues que aporten datos. Y convocan a un cartelazo frente a la Legislatura.
Fuente Agencia Presentes
9 de septiembre de 2024
Elena Corvalán
Ana Paula Costas, una mujer trans de 43 años de edad, murió la tarde del sábado después de 12 días de internación en grave estado de salud tras sufrir un ataque. Ella regresaba a su casa en el barrio Alto Comedero de la ciudad de San Salvador, capital de la provincia de Jujuy, cuando fue golpeada en la cabeza con un objeto contundente. Su familia y el colectivo LGBTIQ+ reclaman justicia por el crimen de odio y convocaron a una manifestación hoy en la Legislatura provincial.
Hasta el momento no hay detenidos por el hecho, que continúa en investigación. Del ataque sólo se sabe lo que alcanzó a decir la propia víctima a una de sus sobrinas, cuando ingresó al Hospital Pablo Soria. Yesica, la sobrina de Ana Paula, contó: “Paró un auto y (unos) hombres la atacaron de atrás”. Por eso se sospecha que podría haber más de un agresor.
Piden colaboración de testigues
Tanto sus familiares como organizaciones del colectivo LGBTIQ+ piden la colaboración de personas que pudieran haber presenciado la agresión para que aporten datos que ayuden a individualizar a él o los victimarios.
El ataque de odio fue en la madrugada del 27 de agosto, cuando Ana Paula caminaba rumbo a su casa y fue sorprendida por hombres que la golpearon con un objeto contundente y la abandonaron. Entre la 1 y la 1.30, Ana Paula fue encontrada por la policía. Aproximadamente una hora después, la policía llamó a su madre, con quien vivía. Le informaron que habían encontrado a su hija cerca de la Penitenciaría, yacía sobre la avenida Forestal, con la cabeza herida y estaba grave.
A las 4 de esa misma madrugada Ana Paula fue trasladada a otro hospital, el Pablo Soria, donde le practicaron una operación para intentar salvarle la vida, contó su sobrina. El informe médico precisó que sufrió una “contusión cerebral. Tiene una lesión en el cerebro, lesiones delicadas, se realizó tomografía no dando buenos resultados con un pronóstico reservado”. En ese estado desesperante permaneció durante doce días, peleando por su vida mientras sus compañeras hacían cadenas de oración y pedían testigues por las redes sociales. El sábado falleció.
Cartelazo frente a la Legislatura de Jujuy
En las redes sociales, Ana Paula fue despedida con tristeza. “Tuvo una vida muy sufrida, salió muy chica a la calle y la inseguridad, la prostitución nos sigue matando. La indiferencia de la sociedad hizo que Ana Paula elija el camino de la prostitución como medio de vida”, la recordaron. “Participaba de las actividades que organizábamos. Era muy conocida en el ambiente, fue reina de la comunidad hace 10 años, era solidaria con las demás“.
“Esperamos que nos brinden información de las cámaras de seguridad, y que se investigue”, expresó Andrea Alarcón, referente de Damas de Hierro de San Salvador. “Esun travesticidio, un crimen de odio”, aseguró Johana Cussi, de Diversidad Evita. Y dijo que pedirán justicia hasta dar con el o los responsables.
Activistas reclaman frente a la Legislatura de Jujuy. Foto: Mariana Mamami.
La Fundación Damas de Hierro convocó al colectivo LGBT+ de la provincia, a familiares, amigues y a quienes se quisieran sumar a un cartelazo el lunes 9 de septiembre a las 10 am. Pasaron la mañana en las escaleras de la Legislatura provincial. «Ella era la alegría de la casa, la compañia de mi mamá. Pedimos Justicia. Que si alguien sabe algo le pedimos que se acerque», dijo su hermana. Las diputadas Natalia Morales (Frente de Izquierda), María Uriondo (PJ) y Patricia Armella (presidenta de la Comisión de Género, PJ) también se hicieron presentes para interceder ante el colectivo travesti trans y respaldar el reclamo de Justicia.
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