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Los liberales australianos se deshacen por sorpresa del homófobo Tony Abbott y colocan a un primer ministro favorable al matrimonio igualitario

Martes, 15 de septiembre de 2015
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turnbullInesperada pero excelente noticia la que se acaba de producir en Australia, donde por tercera vez consecutiva el partido gobernante se desembaraza de un primer ministro debido a su baja popularidad. La víctima es en esta ocasión Tony Abbott, que había hecho de su oposición al matrimonio igualitario una de sus señas de identidad. Le sustituye en el cargo Malcolm Turnbull, hasta ahora ministro de Comunicaciones, en lo personal favorable al matrimonio igualitario y que en el pasado se ha mostrado partidario de que diputados y senadores voten libremente sobre la medida. Los colectivos LGTB australianos, sabedores de que su oposición frontal al matrimonio igualitario ha sido una de las razones –no la única– del descrédito de Abbott, vuelven a tener esperanza.

Ni la aprobación del matrimonio igualitario en la vecina Nueva Zelanda, con el consiguiente éxodo de parejas del mismo sexo australianas a ese país para casarse; ni su aprobación en tres de la naciones que componen el Reino Unido, con el que Australia comparte monarquía y sigue conservando fuertes lazos emocionales; ni el resultado del referéndum irlandés (Australia también cuenta con una importante población con ancestros de ese país) ni la decisión del Tribunal Supremo de los Estados Unidos considerando inconstitucional la prohibición del matrimonio igualitario habían conseguido ablandar el corazón de Abbott. Pese a las repetidas insinuaciones de que finalmente permitiría a los suyos votar en conciencia, el pasado agosto el primer ministro liberal-conservador conseguía que los diputados y senadores de su coalición avalasen, por 66 votos contra 33, su decisión de oponerse en bloque a la aprobación del matrimonio igualitario en el Parlamento, pese a la existencia de un sector partidario del mismo entre sus filas. Dado el juego de mayorías existente hoy en Australia, ello ponía fin a la esperanza de ver aprobado el matrimonio igualitario durante la presente legislatura. El anuncio de un proyecto de ley presentado por diputados de varios partidos, incluyendo por primera vez a la coalición liberal-conservadora, quedaba así en agua de borrajas.

Abbott imponía además la tesis (contraria a la opinión que el mismo defendía meses atrás) de que todo cambio en la materia debería producirse mediante un referéndum, convocado en una fecha por definir pero en cualquier caso posterior a las próximas elecciones generales.

Apenas un mes después de aquello, el liderazgo de Abbott ha acabado por desplomarse. Los motivos son variados. Sin duda uno de los principales es la pobre percepción de la marcha de la economía, pero no hay duda ninguna de que el desgaste que a los liberales les está suponiendo el apoyar la posición ultramontana de Abbott sobre el matrimonio ha contribuido también. En pocas horas, y prácticamente por sorpresa, Abbott se veía obligado a convocar una votación entre sus parlamentarios para decidir sobre su liderazgo. Malcolm Turnbull daba un paso adelante, dimitía como ministro y retaba a Abbott, con éxito: 54 parlamentarios le apoyaban, frente a 44 que permanecían fieles a Abbott.

Una sociedad favorable con líderes contrarios la igualdad

El debate sobre la aprobación del matrimonio igualitario en Australia viene de muy lejos. Ya antes de las elecciones de 2013, que dieron la victoria a Abbott, fueron los laboristas, entonces al frente del Gobierno, los que actuaron como freno. La que hasta junio de ese año había sido primera ministra, Julia Gillard, se oponía, y  durante sus años de gobierno no dudó en maniobrar para impedir que los partidarios de la igualdad dentro del Partido Laborista trasladaran su criterio al Parlamento. Y ello pese a que ya en su congreso nacional de 2011 el partido incorporaba la defensa del matrimonio igualitario a su ideario. Ideario que Gillard se encargó de convertir en papel mojado al imponer que los legisladores laboristas –cuyos votos eran todos necesarios, debido a lo ajustado de su mayoría– tuvieran libertad de voto. Una libertad que Tony Abbott negó entonces a los suyos y que desembocó en el fracaso de la iniciativa. De la mano de Gillard, Australia perdía una primera oportunidad histórica.

La impopularidad de Gillard llevó a Kevin Rudd a arrebatarle el liderazgo del partido y el puesto de primer ministro (mediante una maniobra similar a la que ahora ha destronado a Abbott, y que a su vez antes había utilizado Gillard para sustituir a Rudd) . Ya por entonces Rudd se había convertido en defensor del matrimonio igualitario, pese a que su anterior etapa como primer ministro se caracterizó también por un rechazo frontal. Pero la sustitución de Gillard no evitó la derrota laborista, y tras las elecciones Abbott  (un católico conservador fuertemente opuesto al matrimonio igualitario, pese a tener una hermana abiertamente lesbiana) se convertía en primer ministro. Su victoria alejó las expectativas de aprobación, pese a que un número no determinado de diputados de su partido son partidarios del matrimonio igualitario, y de hecho ya desde el principio el propio Abbott reconoció que en el futuro le resultaría complicado mantener la disciplina de voto en esta materia. Lo consiguió… pero su empeño le ha costado el puesto.

Expectación ante el próximo futuro

El cambio acaba de producirse, y aún es pronto para calibrar su alcance en materia LGTB. Malcolm Turnbull aún no se ha pronunciado sobre cuáles son sus intenciones sobre el matrimonio igualitario, y si respetará lo decidido en agosto. Lo que sí es seguro es que entonces ministro de Comunicaciones fue uno de los que con más ahínco defendió que los liberales tuvieran libertad de voto, asegurando que si así fuera él votaría a favor. Nosotros mismos recogíamos en abril una declaraciones suyas en ese sentido, cuando aún nada de lo que ha sucedido ahora era previsible.

Parecería poco congruente que siguiera adelante con las intenciones de Abbott de resolver el tema con un referéndum de fecha incierta, sobre todo cuando parece claro que esa ha sido una de las cusas de su desgaste. Todo es posible, no obstante, en un país cuya clase política –a izquierda y a derecha– ha demostrado durante años ser mucho más homófoba que sus propios votantes.

Fuente Dosmanzanas

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Un conservador desafía al gobierno de Australia al proponer el matrimonio homosexual

Sábado, 22 de agosto de 2015
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823652-1e79c8e2-3ed5-11e3-8139-2fc28a7acf56“Seremos una nación dividida si continuamos permitiendo la discriminación en los matrimonios basada en la sexualidad de las personas”, añadió.

Pese a la disciplina de voto impuesta la pasada semana por el primer ministro ultraderechista Tony Abbott, considerado el dirigente más conservador que ha gobernado Australia en las últimas décadas , finalmente ha sido uno de sus diputados, Warren Entsch -más conocido como el Cocodrilo Dundee del Parlamento australiano- quien, a título personal y con amplio apoyo de la oposición , ha optado por romper la directriz presentando un controvertido proyecto de ley que mina un poco más la popularidad del jefe de Gobierno: un texto que promueve el matrimonio entre personas del mismo sexo.

Entsch ha presentado este lunes ante la Cámara Baja, a título personal, un borrador de ley que permite los matrimonios entre parejas “sea cual sea su sexo, orientación sexual, identidad de género o condición intersexual”, y que de ser aprobado acabaría con la actual Ley de Matrimonio australiana, que sólo contempla uniones entre hombre y mujer.

Durante su discurso, Entsch aseguró que su proyecto de ley está diseñado para promover una Australia más inclusiva. ” Ser gay no es una opción vital “, dijo en el Parlamento. “Seremos una nación dividida si continuamos permitiendo la discriminación en los matrimonios basada en la sexualidad de las personas”, añadió.

Aunque él mismo reconoce las escasas posibilidades de éxito de su propuesta a causa de la disciplina de voto impuesta por Abbott sobre los diputados de la Coalición Nacional Liberal, en el poder, no se puede descartar que algunos legisladores se salten la prohibición para votar en conciencia. Desde la oposición, liderada por el Partido Laborista, la postura oficial es favorable al proyecto de ley pero sus diputados gozarán de libertad de voto, como ocurre con otras facciones minoritarias como Los Verdes.

La opinión pública va en la dirección marcada por el antiguo criador de cocodrilos y actual diputado conservador Entsch. Una encuesta elaborada por la agencia Ipsos y publicada por medios australianos revela que el 69% de la población apoya las uniones homosexuales, lo cual implica un incremento de 12 puntos respecto al apoyo social existente en 2011. Entre los votantes de la Coalición encuestados, el 53% es favorable a modificar la legislación actual. El 25% de los encuestados se opone a las uniones entre personas del mismo sexo.

Las cifras revelan cómo tras el debate se esconde otro muy diferente: el apoyo a Tony Abbott, un ex seminarista que hasta ahora se expresaba en t érminos categóricos contra el matrimonio gay. Como se leía en el editorial de The Australian, “el voto sobre el matrimonio no va sobre los gays australianos, sino sobre nuestros nerviosos diputados luchando con sus conciencias anquilosadas”.

La misma encuesta de Ipsos arrojaba datos negativos para el Gobierno de Abbott: el 54% de los encuestados mostraban su apoyo al Partido Laborista, frente al 46% que se declara partidario de la coalición derechista en el poder . El 41% de los encuestados manifestaba preferir al veterano ministro Malcolm Turnbull, partidario de las uniones entre personas del mismo sexo, sobre Tony Abbott. Turnbull fue reemplazado por Abbott como líder del Partido Liberal en 2009.

Promete un referéndum post-electoral El líder del opositor Partido Laborista, Bill Shorten, se ha comprometido a legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo si se alza con la victoria electoral en los comicios previstos para el próximo año; Abbott, por su parte, ha asegurado que facilitará un referéndum después de los próximos comicios para permitir que la sociedad se exprese sobre las uniones gays. Por su parte, Turnbull estimó que dicha consulta debería celebrarse antes de los comicios, previstos para septiembre de 2016. “Sería mejor si el matrimonio entre personas del mismo sexo no fuera un asunto polémico en las próximas elecciones”, escribió en su cuenta de Twitter. “Hay diferencias de opinión y de conciencia sinceras en toda la comunidad y a ambos lados del espectro político, y es mejor tratar con asuntos como éste al margen del jaleo de una campaña electoral “.

Fuente Agencias

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Jarro de agua fría: la opinión del primer ministro se impone y Australia no aprobará el matrimonio igualitario

Sábado, 15 de agosto de 2015
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35000_537831El primer ministro Abbot con miembros de la coalición gobernante

Australia seguirá negando a las parejas del mismo sexo su derecho a contraer matrimonio, tal y como le primer ministro Tony Abbott lleva años defendiendo. Sorprende especialmente que un país en el que las encuestas arrojan un apoyo muy mayoritario al matrimonio igualitario, su clase política esté demostrando ser tan hostil a la igualdad, a izquierda y a derecha del espectro político. Y es que las dos personas que en los últimos años han regido de forma preferente los destinos del país, la laborista Julia Gillard y el liberal Abbott, se han mostrado especialmente batalladores contra el matrimonio igualitario. 

Ni la aprobación del matrimonio igualitario en la vecina Nueva Zelanda, con el consiguiente éxodo de parejas del mismo sexo australianas a ese país para casarse; ni su aprobación en tres de la naciones que componen el Reino Unido, con el que Australia comparte monarquía y sigue conservando fuertes lazos emocionales; ni el resultado del referéndum irlandés (Australia también cuenta con una importante población con ancestros de ese país) ni la decisión del Tribunal Supremo de los Estados Unidos considerando inconstitucional la prohibición del matrimonio igualitario han ablandado el corazón de Tony Abbott. Pese a las repetidas insinuaciones de que finalmente permitiría a los suyos votar en conciencia, el primer ministro liberal-conservador ha conseguido que los diputados y senadores de su coalición avalen su política y decidan, por 66 votos contra 33, oponerse en bloque a la aprobación del matrimonio igualitario pese a la existencia de un sector partidario del mismo entre sus propias filas.

Dado el juego de mayorías existente actualmente en Australia, en la práctica ello impide la aprobación de cualquier iniciativa en ese sentido. El reciente anuncio de un proyecto de ley presentado por diputados de varios de los partidos representados en la Cámara de Representantes, incluyendo por primera vez a la coalición liberal-conservadora, queda así en agua de borrajas. Tony Abbott ha cerrado la puerta a cualquier avance sobre la materia en lo que resta de legislatura, y de hecho ha declarado que un cambio en la definición del matrimonio en la próxima legislatura deberá producirse mediante referéndum, y no mediante una discusión en el Parlamento (contradiciendo, por cierto, la opinión que el mismo defendía unos meses atrás).

Una sociedad favorable… con líderes contrarios la igualdad

El debate sobre la aprobación del matrimonio igualitario en Australia viene de muy lejos. Ya antes de las elecciones de septiembre de 2013, que dieron la victoria a Abbott, fueron los laboristas, entonces al frente del Gobierno, los que actuaron como freno. La que hasta junio de ese año había sido primera ministra, Julia Gillard, se oponía firmemente, y  durante sus años de gobierno no dudó en maniobrar para impedir que los partidarios de la igualdad dentro del Partido Laborista trasladaran su criterio al Parlamento. Y ello pese a que ya en su congreso nacional de 2011 el partido incorporaba la defensa del matrimonio igualitario a su ideario. Ideario que Gillard se encargó de convertir en papel mojado al imponer que los legisladores laboristas tuvieran libertad de voto (curioso criterio el de los políticos homófobos, partidarios o contrarios a la libertad de voto según les convenga…). Una libertad que Tony Abbott negó entonces a los suyos, obligándolos a acatar la disciplina de partido contraria a la igualdad, y que desembocó en el fracaso de la iniciativa. De la mano de Gillard, Australia perdía una primera oportunidad histórica.

La impopularidad de Gillard llevó a Kevin Rudd a arrebatarle el liderazgo del partido y el puesto de primer ministro. Ya por entonces Rudd se había convertido en defensor del matrimonio igualitario, pese a que su anterior etapa como primer ministro se caracterizó también -otro más- por un rechazo frontal al mismo. Pero la sustitución de Gillard no fue suficiente para evitar la derrota laborista, y tras las elecciones Tony Abbott se convertía en primer ministro. Abbott es un católico conservador fuertemente opuesto al matrimonio igualitario, pese a tener una hermana abiertamente lesbiana. Su victoria alejó las expectativas de aprobación a corto plazo, pese a que un número no determinado de diputados de su partido son partidarios del matrimonio igualitario, y de hecho ya desde el principio el propio Abbott reconoció que en el futuro le resultaría complicado mantener la disciplina de voto en esta materia. Por el momento, sin embargo, lo ha conseguido.

De poco han valido las iniciativas del senador liberal demócrata David Leyonhjelm, que quiso presentar un proyecto de ley de matrimonio igualitario, al considerar que los “verdaderos liberales” debían dar su apoyo al proyecto. Acabó por rendirse a la evidencia. Tampoco el pronunciamiento del Senado de Australia, que hace unos meses hizo un llamamiento a Abbott para que permitiera el voto en conciencia. Ni los múltiples apoyos al matrimonio igualitario surgidos de la sociedad civil australiana, incluyendo al primer representante de confesión musulmana en el Parlamento australiano o al director ejecutivo de Qantas, la compañía aérea más importante del país. Ni las recientes movilizaciones en las principales ciudades australianas, de las que dábamos cuenta esta misma semana.

Por el momento, Australia se configura como el gran borrón de este año 2015 en la lucha a favor de la igualdad de las personas LGTB y en la primera gran victoria de las fuerzas homófobas en un país de tradición occidental en tiempos recientes.

Fuente Dosmanzanas

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Australia se moviliza por el matrimonio igualitario ante su posible tramitación parlamentaria en las próximas semanas

Miércoles, 12 de agosto de 2015
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b7339_536816El pasado mes de julio,  avanzábamos la iniciativa parlamentaria para la aprobación del matrimonio igualitario en Australia. En las próximas semanas, se prevé que el Parlamento someta a debate y a votación el proyecto de ley, en el que han participado representantes liberales, laboristas, verdes e independientes. Un proyecto que, sin embargo, cuenta con la oposición del primer ministro, el liberal Tony Abbott. Ante este panorama político, miles de activistas y ciudadanos de todo el país han participado en distintas manifestaciones, a lo largo del fin de semana, para visibilizar el apoyo a la igualdad. El aeropuerto de Canberra, de capital privado, se ha iluminado con los colores del arcoíris y luce el lema de la campaña nacional de Australian Marriage Equality: #WeCanDoThis. El recinto aeroportuario recibe así a los diputados federales que llegan a la capital para debatir sobre el matrimonio entre personas homosexuales.

Las calles de Sídney, Hobart, Brisbane, Melbourne o Perth han acogido, entre otras ciudades, distintas marchas y acciones en favor del matrimonio igualitario. El activismo LGTB de Australia, consciente de lo mucho que se juega en estos momentos, se está movilizando para visibilizar sus reivindicaciones y concienciar a los parlamentarios de cara al debate y a la votación de la ley que permitiría las uniones entre personas del mismo sexo. En los últimos años, la sociedad australiana ha evolucionado, mayoritariamente, hacia posturas inclusivas e igualitarias. Si en 2004 solo un 33 % de la población era partidaria de las bodas entre personas homosexuales, en la actualidad el apoyo ha ascendido hasta el 72 %.

En declaraciones a ‘Same Same’, un medio LGTB australiano, los organizadores de la marcha de Sídney aseguraban que si “ganamos la igualdad de matrimonio en Irlanda y en los Estados Unidos, también podemos ganar aquí”. Por su parte, los activistas de Brisbane advierten de que “si todos los años de campaña nos han enseñado algo es que no hay garantías cuando se trata de los grandes partidos y tenemos que mantener la presión”. Precisamente, por este último motivo (ejercer presión) se han sucedido este fin de semana las marchas igualitarias en distintas ciudades del país. En todas ellas, se ha leído un manifiesto y los participantes han recorrido los centros de los cascos urbanos, elevando sus mensajes por la inclusión legislativa.

Antes de que finalice agosto, está previsto que la Cámara de Representantes de Australia (el equivalente al Congreso de los Diputados) aborde el proyecto de ley sobre el matrimonio igualitario, en el que han participado representantes de las distintas fuerzas políticas australianas (liberales, laboristas, verdes e independientes). Cabe recordar que el primer ministro, Tony Abbott, perteneciente a la Coalición Liberal-Nacional, no ha escondido su oposición a la ley igualitaria. Todavía está en el aire si su postura contraria condicionará el voto de los ministros del Gobierno o, si por el contrario, estos votarán en libertad de conciencia. Para que el texto legislativo obtenga la luz verde es necesario que sea aprobado por la Cámara de Representantes y ratificado, posteriormente, por el Senado. Si la propuesta de ley consigue llegar a la Cámara Alta (Senado), según los últimos cálculos de The Guardian, el resultado podría llegar a depender de tan solo dos votos.

Guiño del aeropuerto de Canberra

aeropuerto-de-Canberra-por-la-igualdadAl activismo LGTB de Australia también se ha sumado el respaldo de otros sectores sociales como el empresarial. Uno de los apoyos más sonados ha sido el del aeropuerto de la capital política del país. El recinto aeroportuario se ha engalanado con los colores de la bandera del arcoíris (emblema LGTB), en forma de luces nocturnas, y ha instalado, con grandes letras, el lema de la campaña nacional de Australian Marriage Equality: #WeCanDoThis. Es su forma de dar la bienvenida a los diputados que, en las próximas semanas, tendrán la posibilidad de conseguir una sociedad más justa e igualitaria.

El aeropuerto es una institución de capital privado, controlado por la familia Snow. Uno de los hermanos, Tom Snow, contrajo matrimonio el año pasado con su marido Brooke Horne en Nueva Zelanda. En la actualidad, la pareja tiene tres hijos. Stephen Byron, director gerente del aeropuerto, defiende que con estas acciones pretenden mostrar su rechazo a la discriminación “ridícula” en contra de las parejas del mismo sexo. Byron ha instado al parlamento a actuar y a que sea “cuanto antes, mejor”, ya que se trata de “un problema que trasciende a la política”.

El activismo LGTB, por su parte, ha alabado esta iniciativa. En palabras de Rodney Croome, uno de los integrantes de Australian Marriage Equality , “el respaldo de las empresas, que normalmente no se involucran en temas sociales, muestra la fuerza de la sensibilidad en la comunidad australiana en el apoyo de la igualdad de matrimonio”. Además, Croome ha añadido que empresas como esta “saben que el matrimonio igualitario no es solo lo que hay que hacer, sino que también es popular entre su personal y clientes”.

Batalla entre partidarios y detractores en TV

Como suele pasar en casi todas las sociedades que plantean avanzar en los derechos de las personas LGTB, en Australia no han faltado las voces representativas de los grupos más reaccionarios. En junio publicábamos la hilarante noticia de una pareja australiana que amenazaba con divorciarse en caso de aprobarse el matrimonio igualitario. Una historia que se convirtió en viral y que fue respondida con toca clase de memes y respuestas humorísticas. Incluso se creó un grupo de Facebook para celebrar su divorcio. No obstante, es digno de mención el hecho de que muchas parejas australianas se niegan a oír textos LGTBfobos en sus bodas, como recogimos hace una semana en dosmanzanas.

La última acción de los sectores conservadores ha sido la puesta en marcha de una campaña de televisión homófoba. Marriage Alliance asevera que “la aprobación no es tan simple como piensa”. Asimismo, plantean preguntas de la siguiente calaña: “¿cómo va a afectar a los niños?”, “¿cómo va a afectar a la educación sexual en las escuelas?” o “¿qué derechos puede perder usted?”. Dos canales, Chanel 7 y Chanel 10, se han negado a emitir el spot de Marriage Alliance, mientras que Foxtel y Chanel 9 la han aceptado en espacios muy selectivos. A continuación, podéis ver el vídeo del citado anuncio homófobo:

En el extremo contrario, Australian Marriage Equality también ha desarrollado una campaña de televisión, que no ha contado hasta el momento con el impedimento de ningún canal. Para mantener su continuidad, la organización LGTB ha abierto, en una página de financiación colectiva, una llamada a las donaciones ciudadanas. El objetivo es recaudar 20.000 dólares australianos (en el momento de publicar esta noticia se habían obtenido 9.575). En el spot en favor de la igualdad aparecen rostros populares en Australia tales como los de Hugo Weaving, Julia Morris, Julie Goodwin, o de jugadores del St Kilda y el Hawthorn, entre otros. Os dejamos con los spots de Australian Marriage Equality:

Fuente Dosmanzanas

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Nueva iniciativa parlamentaria para aprobar el matrimonio igualitario en Australia

Lunes, 6 de julio de 2015
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australia gayLa larga batalla por la igualdad LGTB en Australia toma de nuevo impulso al calor de los últimos y cruciales avances en Irlanda y Estados Unidos. Diputados de casi todos los grupos presentes en la Cámara de Representantes, incluyendo por primera vez a la coalición liberal-conservadora de Gobierno, presentarán el próximo mes de agosto un proyecto de ley de matrimonio igualitario. Ahora está en manos del primer ministro la decisión de permitir su tramitación.

El debate sobre este asunto viene de lejos: antes de las elecciones de septiembre de 2013 fueron los laboristas, entonces al frente del Gobierno, los que actuaron como freno al matrimonio igualitario. La que hasta junio de ese año había sido primera ministra, Julia Gillard, se oponía, y durante sus años de gobierno no dudó en maniobrar para impedir que los partidarios de la igualdad dentro del Partido Laborista -en teoría mayoritarios- trasladaran su criterio al Parlamento. Y ello pese a que en su congreso nacional de 2011 el partido lo incorporaba a su ideario.

La impopularidad de Gillard llevó a Kevin Rudd a arrebatarle el liderazgo del partido y el puesto de primer ministro. Ya por entonces Rudd se había convertido en defensor del matrimonio igualitario, pese a que su anterior etapa como jefe del Gobierno se caracterizó también por un rechazo frontal al mismo. Pero la sustitución de Gillard no fue suficiente para evitar la derrota laborista, y tras las elecciones el liberal Tony Abbott se convertía en primer ministro. Su victoria alejó las expectativas de aprobación a corto plazo, pese a que un número no determinado de diputados de su partido son partidarios del matrimonio igualitario, y de hecho el propio Abbott reconoció que resultaría complicado mantener la disciplina de voto en esta materia.

La presentación de un proyecto de ley de matrimonio igualitario por parte del senador liberal-demócrata David Leyonhjelm (que finalmente no fue sometida a votación) y la aprobación de una moción de los Verdes pidiendo la libertad de voto precipitaron los acontecimientos. Partidarios y opositores al matrimonio igualitario se movilizaban, y la organización Australian Marriage Equality conseguía reunir más de un millón de correos electrónicos para los parlamentarios del Partidos Liberal y de su socio minoritario, el Partido Nacional (con el que está coaligado a nivel federal), pidiéndoles un voto en conciencia. El pasado mes de abril, el ministro de Comunicaciones australiano, Malcolm Turnbull, aseguraba que antes de que acabe el año se debatirá en el Parlamento el matrimonio igualitario y que los diputados que sostienen al Gobierno liberal-conservador dispondrán de libertad de voto.

La decisión, en manos de Tony Abbott

Poco después de conocerse el resultado del referéndum irlandés, el líder del opositor Partido Laborista, Bill Shorten, anunció la presentación de un proyecto de ley sobre esta materia, sin que se admitiera su votación en el Pleno. Por esas fechas, además, el primer ministro Abbott establecía las condiciones para permitir el voto en conciencia a sus representantes: “Si nuestro Parlamento tuviera que tomar una decisión en un asunto como este, quiero que la iniciativa pertenezca al Parlamento, no a ningún partido en particular”.

Y esa es precisamente la labor que ha desarrollado un grupo de trabajo que aúna a representantes liberales, laboristas, verdes e independientes, los cuales han alcanzado un acuerdo para someter un proyecto de ley de matrimonio igualitario a consideración del Parlamento el próximo mes de agosto. Se trata de la primera vez en la que parlamentarios liberales copatrocinan una iniciativa de este tipo, pero sus esfuerzos se topan con la reticencia del primer ministro. Pese a que la iniciativa cumpliría los requisitos establecidos para permitir el voto en conciencia de los miembros de su partido, Abbott no quiere facilitar su tramitación. Las presiones de los representantes del ala más conservadora (que califican la jugada de “emboscada) y las prioridades de su agenda, centrada en la economía y la seguridad, son algunos de los motivos que explican esta actitud.

La clave  para desbloquear el asunto está en el comité que se encarga de seleccionar los proyectos de ley que serán sometidos a votación, un órgano que se encuentra bajo control del Gobierno y que ha sido el responsable de que el proyecto de Shorten no alcanzara la fase de discusión por el Pleno. Solo el primer ministro tiene en sus manos permitir que se vote el nuevo texto, fruto de un consenso multipartito. Según un recuento de los representantes de los diversos partidos que han expresado públicamente su apoyo al matrimonio entre personas del mismo sexo a fecha de mayo, se estaría tan solo a un voto para lograr la mayoría en la Cámara de Representantes (la cámara baja del Parlamento australiano), y ya se contaría con una mayoría en el Senado (la cámara alta). La incógnita reside en quienes aún no se han pronunciado, pero las perspectivas parecen favorables. Seguiremos atentos a los próximos movimientos…

Fuente Dosmanzanas

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Nuevas perspectivas para las parejas del mismo sexo en Australia e Italia tras el contundente resultado del referéndum irlandés

Sábado, 30 de mayo de 2015
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Trébol-arcoírisLa reciente aprobación del matrimonio igualitario en Irlanda mediante consulta popular está influyendo muy positivamente en un cambio de actitud respecto a las legislaciones favorables a los derechos de las parejas del mismo sexo, que ahora muchos ven como inevitables. Desde Italia hasta Australia llegan noticias sobre procesos que se inician y otros que adquieren nuevo impulso. En otros países, sin embargo, los prejuicios siguen vigentes y triunfantes, como en el caso de Polonia, cuyo Parlamento ha rechazado por cuarta vez una ley de uniones civiles abierta a las parejas del mismo sexo.

El hecho de que la mayoría de los irlandeses haya votado, con contundencia, a favor de permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo está sirviendo de acicate para que en otros países se levanten voces reclamando la igualdad para las parejas LGTB. A la repercusión que obtuvo en Alemania, de la que informamos detalladamente, se suman ahora Australia e Italia, países con los que Irlanda guarda, de una u otra manera, cierta relación.

Perspectivas favorables en Australia

Los ecos del proceso irlandés han llegado hasta la lejana Australia, país con una importante población con ancestros irlandeses. El líder del opositor Partido Laborista, Bill Shorten, ha anunciado que presentará el próximo lunes ante el Parlamento australiano un proyecto de ley sobre el matrimonio igualitario, esperando, según sus palabras, que el impulso del referéndum irlandés sirva de ayuda para que el proceso prospere. Shorten asegura que dará libertad de voto a los representantes laboristas, algo que el líder del gobernante Partido Liberal, el conservador primer ministro Tony Abbott, ha negado pertinazmente a los suyos.

Pero en los últimos días esa oposición frontal a la libertad de voto parece haber cambiado. El pasado miércoles Tony Abbott establecía las condiciones para permitir el voto en conciencia a sus representantes: “Si nuestro Parlamento tuviera que tomar una decisión en un asunto como este, quiero que la iniciativa pertenezca al Parlamento, no a ningún partido en particular”. Y esa es precisamente la labor que está desarrollando un grupo de trabajo que aúna a representantes liberales, laboristas y verdes, que tratan de elaborar un proyecto de ley conjunto para presentarlo a consideración del Parlamento.

Según un recuento de los representantes de los diversos partidos que han expresado públicamente su apoyo al matrimonio entre personas del mismo sexo, se estaría tan solo a un voto para lograr la mayoría en la Cámara de Representantes (la cámara baja del Parlamento australiano), y ya se contaría con una mayoría en el Senado (la cámara alta). La incógnita reside en quienes aún no se han pronunciado, pero las perspectivas parecen favorables.

Eso es al menos lo que opina la propia hermana del primer ministro Tony Abbott, la abiertamente lesbiana Christine Forster,  que espera que antes de finalizar el año el matrimonio igualitario sea legal en Australia. Forster también recordaba el proceso irlandés: “La decisión de Irlanda, ver lo que ha ocurrido en la conservadora Irlanda … ver ese sorprendente resultado… le dirá a cualquiera que se oponga a esta reforma que es inevitable que se produzca en una democracia occidental desarrollada como la de Australia”.

El primer ministro italiano y las uniones civiles

Quien también se ha hecho eco del proceso irlandés es el primer ministro italiano, Matteo Renzi. El resultado en Irlanda sitúa a Italia, otra nación de tradición católica, como el único país de la Europa occidental que no reconoce los derechos de las parejas LGTB, ni mediante el matrimonio igualitario ni con la fórmula de la unión civil. Según el diario La Repubblica, Renzi declaraba tras conocer el resultado del referéndum irlandés que “las uniones civiles no pueden retrasarse más”. También expresaba su satisfacción Roberto Speranza, líder de su propia formación, el Partido Democrático, para quien “ahora es el turno de Italia”. Para Nichi Vendola, el abiertamente gay presidente de la región de Apulia, “Irlanda nos está dando una lección de civismo”.

El proceso de las uniones civiles en Italia se encuentra en trámite parlamentario. La misma Corte Constitucional dictaminaba en 2010 que los derechos de las parejas del mismo sexo deben ser reconocidos bajo una forma u otra, aunque la fórmula no fuera el matrimonio (si bien tampoco haya nada que lo impida). Sin embargo, el Parlamento italiano sigue sin resolver definitivamente al respecto, pese a disponer de una mayoría teóricamente suficiente salida de las elecciones de 2013. El propio Matteo Renzi supeditaba el pasado verano la aprobación de la ley de uniones civiles al éxito de su paquete de reformas políticas.

Por el momento, existe un proyecto presentado por la senadora Monica Cirinnà en junio de 2014, que reconocería a las parejas del mismo sexo su derecho a contraer una unión civil con derechos similares a los del matrimonio salvo la adopción conjunta (sí permitiría, bajo ciertas circunstancias, la adopción de los hijos que ya tenga la pareja) que ya ha recibido el visto bueno de la Comisión de Justicia del Senado, aunque en principio le quedaría una larga rodadura. Pero Cirinnà se ha mostrado muy esperanzada tras el referéndum irlandés, y ha declarado que “finalmente ha llegado el momento de que se apruebe antes del verano”. Esperemos que las declaraciones del primer ministro Renzi no hayan sido simplemente de cara a la galería, y que se cumplan las optimistas previsiones de Cirinnà.

Polonia no sigue la estela irlandesa

Donde continúa el inmovilismo en cuanto al reconocimiento de los derechos de las parejas LGTB es en Polonia, otro país de tradición católica. Su Parlamento ha rechazado un cuarto proyecto de ley de uniones civiles, que incluiría a las parejas del mismo sexo y les otorgaría derechos semejantes a los matrimonios. Un total de 215 diputados votaron en contra del proyecto, 146 lo hicieron a favor, 24 se abstuvieron y 75 se ausentaron.

Ya en enero de 2013 el Parlamento polaco rechazó tras un acalorado debate tres proyectos de unión civil abierta a las parejas del mismo sexo, uno de ellos promovido desde la gobernante PO (Plataforma Cívica) con el apoyo del primer ministro, Donald Tusk. Una derrota que provocó una auténtica fractura en el seno la PO entre su sector más liberal y su sector más conservador, liderado por el entonces ministro de Justicia Jarosław Gowin, vinculado al Opus Dei y con conocidos antecedentes homófobos.

Según Agata Chaber, dirigente del grupo Campaña Contra la Homofobia, “estamos siendo engañados por los políticos, en su mayoría conservadores, que dicen que Polonia no está lista para las uniones civiles, y mucho menos para el matrimonio entre personas del mismo sexo. Eso es mentira, Polonia está preparada”.

Fuente Dosmanzanas

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Nuevos apoyos al matrimonio igualitario en Australia

Viernes, 8 de mayo de 2015
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australia gayEd Husic, primer representante de confesión musulmana en el Parlamento australiano, ha comunicado su apoyo al matrimonio entre personas del mismo sexo tras un largo proceso de evolución personal. También lo ha hecho Alan Joyce, el abiertamente gay director ejecutivo de Qantas, la principal compañía aérea de Australia, que ha abogado por la igualdad LGTB en un apasionado discurso durante un encuentro con empresarios, cuyo objetivo era precisamente reforzar el apoyo al matrimonio igualitario en el medio corporativo.

Ed Husic, de origen bosnio, se convirtió en 2010 en el primer representante de confesión musulmana en el Parlamento de Australia. Miembro del Partido Laborista, su elección coincidió con el mandato de su correligionaria Julia Gillard, opuesta firmemente al matrimonio igualitario, que durante sus años de gobierno no dudó en maniobrar para impedir que los partidarios de la igualdad dentro del Partido Laborista, en teoría mayoritarios, trasladaran su criterio al Parlamento.

En 2012, Husic fue uno de los pocos en su partido en votar en contra de una propuesta al respecto. Aun así, el representante siempre ha afirmado que sus creencias religiosas no han interferido con su actuación política. Ahora esa afirmación parece corroborarse, pues su postura sobre la igualdad de derechos para las personas LGTB ha cambiado. En unas declaraciones efectuadas recientemente, explicaba su cambio de postura:

Siempre había mantenido la postura de que en el área que represento no había un ambiente propicio para cambiar la ley del matrimonio. Por eso no había votado a favor previamente. Sin embargo, las personas que quieren ese cambio, decepcionadas con mi postura, se dirigieron a mí para decirme que ese cambio significaba mucho para ellos. Como su representante, me preguntaban: “¿por qué no puedes apoyarnos en lo queremos hacer con nuestras vidas?” Estos casos me hicieron reflexionar profundamente sobre el tema y en que, si no había ninguna razón lógica para evitar ese cambio, ¿por qué mantenerme en mi postura?

En última instancia, el gobierno debe servir para potenciar que la gente persiga lo que es importante para ellos en la vida. Por eso voy a apoyar el matrimonio igualitario en cualquier votación futura sobre este asunto.

Husic, sin embargo, se opone a la propuesta que la vicepresidenta de su partido, Tanya Plibersek, ha planteado para el próximo congreso del Partido Laborista, que tendrá lugar en julio, en el sentido de hacer obligatorio el voto a favor del matrimonio igualitario para todos los diputados laboristas. Ed Husic, junto a otros, opina que es mejor convencer que forzar.

Apoyo desde el sector empresarial

Quien tiene claro su apoyo al matrimonio igualitario es Alan Joyce, director ejecutivo de Qantas, la compañía aérea más importante de Australia. Abiertamente gay, Joyce trata de promover el apoyo a los derechos LGTB en el medio corporativo. Este martes participó en una reunión organizada por Australian Marriage Equality con ejecutivos de grandes empresas y corporaciones australianas, como  SBS, Carnival Cruises, Virgin Mobile, St George o ASTRA, a la que también acudieron representantes de Google, Boston Consulting Group, NAB, American Express, Deloitte, Macquarie Bank y Westpac.

Joyce no dudó en hablar de su experiencia personal como hombre gay, poniendo como ejemplo el hecho de que su pareja de más de 15 años, Shane Lloyd, no pudiera contraer matrimonio con él en Australia, su propio país, pero sí en Nueva Zelanda o Gran Bretaña, cuyas nacionalidades también comparte. En su discurso, emotivo y apasionado, explicó:

Como un hombre gay que dirige la mayor marca icónica en el país, creo que Australia es una meritocracia. Soy irlandés, y soy gay, y dirijo esta empresa. Y si pensamos en la historia de este país, que fue uno de los primeros en dar el voto a las mujeres, nuestra naturaleza progresista está fallando de alguna manera en este asunto. Mi pareja tiene tres pasaportes: de Nueva Zelanda, Gran Bretaña y Australia. Yo tengo dos pasaportes: uno irlandés y otro australiano. Ahora bien, si el referéndum en Irlanda logra la victoria (y hay gran apoyo allí), entonces la única nacionalidad con la que no podremos casarnos será la nuestra, la australiana. ¡Es terrible! En Qantas, todos mostramos al unísono nuestro apoyo al matrimonio igualitario.

Estos dos apoyos parecer ser representativos de una tendencia de estos últimos tiempos en Australia. Aunque el primer ministro, el conservador católico Tony Abbott, se opone expresamente al matrimonio entre personas del mismo sexo, tanto desde la oposición como desde su propio partido cada vez son más las voces que lo defienden. Recientemente, el propio ministro de Comunicaciones del gobierno de Abbott, Malcolm Turnbull, aseguraba que antes de finalizar este año el matrimonio igualitario será debatido en el Parlamento australiano y que los diputados que sostienen al gobierno liberal-conservador dispondrán de libertad de voto.

Fuente Dosmanzanas

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El ministro de Comunicaciones de Australia asegura que el matrimonio igualitario se debatirá antes de finalizar el año

Viernes, 24 de abril de 2015
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australia gayEl ministro de Comunicaciones de Australia, el liberal Malcolm Turnbull, ha declarado, en un foro organizado a las afueras de Sídney, que antes de finalizar este año el matrimonio igualitario será debatido en el Parlamento australiano y que los diputados que sostienen al gobierno liberal-conservador dispondrán de libertad de voto. Una petición, la de que se permita el voto en conciencia, repetidamente efectuada tanto por los miembros de los partidos pro-LGTB en la oposición como por la propia ciudadanía australiana, que recientemente hizo llegar más de un millón de correos electrónicos a sus representantes en el Parlamento.

Todos los observadores dan por seguro que, en el momento en que los diputados liberales tengan libertad de voto, el matrimonio igualitario será una realidad en Australia. Precisamente el pasado 26 de marzo, el senador liberal demócrata David Leyonhjelm decidía no presentar a debate el proyecto de ley que permitiría el matrimonio entre personas del mismo sexo, cuya tramitación inició el pasado mes de noviembre, al no garantizarse que existiese el voto en conciencia. Apenas una semana antes, el mismo Senado, a iniciativa de los Verdes, había instado al Gobierno de Tony Abbott a que diera libertad de voto a sus correligionarios. Sin embargo, Abbott, un católico conservador opuesto al matrimonio igualitario, sigue sin reconocer ese derecho a los miembros de su partido.

Por ello han destacado las declaraciones del componente más veterano del Gobierno australiano, el ministro de Comunicaciones Malcolm Turnbull, efectuadas durante la celebración de un foro a las afueras de Sídney el pasado 16 de abril. Acompañado de Fiona Scott, miembro local del Partido Liberal, Turnbull fue interrogado sobre el matrimonio igualitario y los recientes acontecimientos en el Senado australiano. Turnbull aseguró a los allí presentes que el proyecto de ley que permitirá el matrimonio entre personas del mismo sexo será debatido antes de que finalice el año, y que los diputados y senadores liberales que sostienen al Gobierno de Tony Abbott gozarán de libertad de voto al respecto. Fiona Scott, por su parte, aseguraba que intentaría reflejar el punto de vista de sus votantes cuando se debatiera este asunto en el Parlamento.

Según Wayne Chilver, activista LGTB presente en el foro, Scott pidió al público presente que alzara su mano si apoyaba el matrimonio igualitario. Lo hicieron entre un 70 y un 80 % de los asistentes. Para Chilver, “fue genial ver ese fuerte apoyo en una audiencia que es una muestra representativa de la comunidad”, por lo que espera que Fiona Scott“escuche a los foros de la comunidad como esta y vote por el matrimonio igualitario cuando llegue el momento”.

Como señalábamos anteriormente, aunque en este momento no es posible asegurar un resultado, todo apunta a que si a los liberales se les permite votar en conciencia una parte significativa de ellos apoyará el matrimonio igualitario. Junto al voto de la que en buena lógica debería ser la mayoría de los laboristas (y de los Verdes, que tienen solo un voto en la Cámara de Representantes pero disponen de 10 escaños en un Senado de 76 miembros) debería bastar para inclinar la balanza.

Hay que tener además en cuenta que desde septiembre de 2012, última vez que se votó el tema, la coyuntura internacional ha cambiado mucho en países con los que Australia mantiene estrechos vínculos. Además de los avances experimentados en Estados Unidos, el matrimonio igualitario ha sido aprobado con un gran consenso en la vecina Nueva Zelanda (que de hecho se ha convertido en destino preferente de las parejas australianas del mismo sexo) así como en Inglaterra y Gales y Escocia. Irlanda celebrará un referéndum al respecto el próximo mes de mayo.

En Australia, la vía de los estados, que los partidarios del matrimonio igualitario también han intentado, está definitivamente cerrada. El Territorio de la Capital Australiana (ACT), donde se ubica Canberra, la capital federal, aprobó de hecho una ley de matrimonio igualitario en octubre de 2013, pero fue inmediatamente recurrida ante el Tribunal Supremo, que le dio la razón al Gobierno federal en diciembre de ese mismo año. El alto tribunal dejaba abierta eso sí la puerta a un posible cambio en la legislación matrimonial siempre que fuera a nivel federal.

Fuente dosmanzanas

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Envían más de un millón de correos electrónicos en Australia en favor del matrimonio igualitario

Sábado, 28 de marzo de 2015
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australia gayMás de un millón de correos electrónicos han sido enviados a los parlamentarios australianos que sostienen al gobierno liberal-conservador para pedirles que voten en conciencia el proyecto de ley de matrimonio igualitario que promueve el senador liberal David Leyonhjelm.

Han sido cerca de un millón de correos electrónicos los recibidos por el portal Australian Marriage Equality dirigidos a los 134 miembros de la coalición exigiendo la libertad de voto en el matrimonio gay para los integrantes del gobierno australiano. Se trata de una gran reacción de la sociedad de Australia, que con este masivo envío de correos electrónicos, pide la libertad de voto para los matrimonios entre homosexuales.

Australian Marriage Equality asegura que han sido un total de 7,634 australianos los que redactaron correos a favor del matrimonio gay. Rodney Croome, coordinador nacional del sitio web Australian Marriage Equality, afirma que “la mayoría de los austriacos que han enviado correos a los miembros del gobierno federal reflejan un fuerte apoyo para un voto libre de igualdad en el matrimonio”. Mientras tanto, algunos ciudadanos austriacos que han enviado sus correos electrónicos argumentan que “es hora de que los partidos Liberal y Nacional estén a la altura de su principio de la libertad individual, al permitir a sus miembros parlamentarios la libertad de votar por la igualdad del matrimonio”. “Espero que los miembros de estos partidos sepan apreciar nuestra implicación y luchen por el reconocimiento de este oleaje de apoyo comunitario para una votación libre por el matrimonio gay”, ha manifestado otro ciudadano que ha participado en el envío de un millón de correos electrónicos en Australia.

La cuestión de la libertad de voto es la que está centrando en estos momentos el debate: todos los observadores dan por seguro que en el momento en que los parlamentarios liberales dispongan de libertad de voto, el matrimonio igualitario será una realidad en Australia.

Hace ahora una semana revisábamos precisamente el estado de la situación, a raíz de la aprobación por el Senado australiano de una moción de los Verdes a favor de la libertad de voto en esta materia. El debate viene de lejos: antes de las elecciones de septiembre de 2013 fueron los laboristas, entonces al frente del Gobierno, los que actuaron como freno al matrimonio igualitario. La que hasta junio de ese año había sido primera ministra, Julia Gillard, se oponía, y durante sus años de gobierno no dudó en maniobrar para impedir que los partidarios de la igualdad dentro del Partido Laborista -en teoría mayoritarios- trasladaran su criterio al Parlamento. Y ello pese a que en su congreso nacional de 2011 el partido lo incorporaba a su ideario. Ideario que Gillard se encargó de convertir en papel mojado al imponer que los legisladores laboristas tuvieran libertad de voto, política que hasta ahora el partido no ha modificado. Una libertad que el liberal Tony Abbott negó entonces a los suyos, obligándolos a acatar la disciplina de partido contraria a la igualdad, y que desembocó en el fracaso de la iniciativa.

La impopularidad de Gillard llevó a Kevin Rudd a arrebatarle el liderazgo del partido y el puesto de primer ministro. Ya por entonces Rudd se había convertido en defensor del matrimonio igualitario, pese a que su anterior etapa como primer ministro se caracterizó también por un rechazo frontal al mismo. Pero la sustitución de Gillard no fue suficiente para evitar la derrota laborista, y tras las elecciones el liberal Tony Abbott se convertía en primer ministro. Abbott es un católico conservador opuesto al matrimonio igualitario, pese a tener una hermana abiertamente lesbiana. Su victoria alejó las expectativas de aprobación a corto plazo, pese a que un número no determinado de diputados de su partido son partidarios del matrimonio igualitario, y de hecho el propio Abbott reconoció que resultaría complicado mantener la disciplina de voto en esta materia.

El verano pasado (invierno en Australia), el senador liberal David Leyonhjelm anunciaba por fin sus intenciones de presentar un proyecto de matrimonio igualitario y hacía un llamamiento a los “verdaderos liberales” a dar su apoyo al proyecto. El senador insistió entonces en que solo lo presentaría cuando tuviera la seguridad de que su partido permitiría votar en conciencia. Por ello, a pesar de que medios australianos daban por prácticamente seguro que Leyonhjelm presentaría la iniciativa pasadas unas pocas semanas, el senador se contuvo tras escuchar a los partidarios del matrimonio igualitario, que le pidieron esperar al momento idóneo. Finalmente, el pasado 26 de noviembre Leyonhjelm presentaba el proyecto. El senador revelaba además que el primer ministro Tony Abbott le había pedido que no lo hiciera. Según el senador, la intención del líder del Ejecutivo era retrasar indefinidamente la medida para no tener que permitir a sus diputados votar libremente. Es por ello que decidió iniciar la tramitación.

La presentación del proyecto y la aprobación de la moción de los Verdes precipitaron los acontecimientos. Partidarios y opositores al matrimonio igualitario se movilizaban, y la organización Australian Marriage Equality conseguía reunir más de un millón de correos electrónicos (enviados por casi 8.000 personas) para los parlamentarios del Partidos Liberal y de su socio minoritario, el Partido Nacional (con el que está coaligado a nivel federal), pidiéndoles un voto en conciencia. Eso sí, los activistas han tenido la cortesía de “empaquetar” todos los correos en un único archivo para no bloquear los correos electrónicos de los parlamentarios.

Una demanda, la del voto en conciencia, que a día de hoy sigue sin ser reconocida por Abbott, lo que ha motivado que Leyonhjelm decidiera no presentar al debate el proyecto este jueves 26 de marzo, tal y como en principio se esperaba.

Está por ver cuando volverá a intentarlo, aunque algunas informaciones lo retrasan a después de la discusión presupuestaria, que tiene lugar en mayo.

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El Senado de Australia pide que se otorgue libertad de voto sobre el matrimonio igualitario

Lunes, 23 de marzo de 2015
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australia gayEl Senado de Australia (la cámara alta de su Parlamento) ha aprobado una moción de los Verdes que insta al Gobierno de Tony Abbott a que permita a sus correligionarios votar en conciencia sobre el futuro proyecto de ley de matrimonio entre personas del mismo sexo, sin que ello suponga ninguna sanción. La libertad de voto es, en la práctica, el último escollo para que el país oceánico instaure por fin la igualdad matrimonial.

El debate sobre la aprobación del matrimonio igualitario en Australia viene de lejos. Antes de las elecciones de septiembre de 2013 fueron los laboristas, entonces al frente del Gobierno, los que actuaron como freno. La que hasta junio de ese año había sido primera ministra, Julia Gillard, se oponía, y  durante sus años de gobierno no dudó en maniobrar para impedir que los partidarios de la igualdad dentro del Partido Laborista -en teoría mayoritarios- trasladaran su criterio al Parlamento. Y ello pese a que en su congreso nacional de 2011 el partido lo incorporaba a su ideario. Ideario que Gillard se encargó de convertir en papel mojado al imponer que los legisladores laboristas tuvieran libertad de voto, política que hasta ahora el partido no ha modificado. Una libertad que el liberal Tony Abbott negó entonces a los suyos, obligándolos a acatar la disciplina de partido contraria a la igualdad, y que desembocó en el fracaso de la iniciativa.

La impopularidad de Gillard llevó a Kevin Rudd a arrebatarle el liderazgo del partido y el puesto de primer ministro. Ya por entonces Rudd se había convertido en defensor del matrimonio igualitario, pese a que su anterior etapa como primer ministro se caracterizó también por un rechazo frontal al mismo. Pero la sustitución de Gillard no fue suficiente para evitar la derrota laborista, y tras las elecciones Tony Abbott se convertía en primer ministro. Abbott es un católico conservador opuesto al matrimonio igualitario, pese a tener una hermana abiertamente lesbiana. Su victoria alejó las expectativas de aprobación a corto plazo, pese a que un número no determinado de diputados de su partido son partidarios del matrimonio igualitario, y de hecho el propio Abbott reconoció que en el futuro le resultaría complicado mantener la disciplina de voto en esta materia.

El verano pasado, el senador demócrata liberal David Leyonhjelm anunciaba sus intenciones de presentar un proyecto de ley de matrimonio igualitario, al considerar que “no hay lugar en Australia para ciudadanos de segunda clase” e hizo un llamamiento a los que llamó “verdaderos liberales” a dar su apoyo al proyecto. El senador insistía entonces en que solo lo presentaría cuando tuviera la seguridad de que el Partido Liberal permitirá votar en conciencia. Por ello, a pesar de que medios australianos daban por prácticamente seguro que Leyonhjelm presentaría la iniciativa en otoño, el senador se contuvo tras escuchar a los partidarios del matrimonio igualitario, que le pidieron esperar al momento idóneo para no perder otra votación. “Políticos de ambos lados me han sugerido que el momento no es el óptimo, y si quiero ganar, en lugar de hacer algo meramente simbólico, necesito esperar. No me interesa el simbolismo”, remachaba Leyonhjelm en octubre del año pasado, “quiero ganar”. “Será una cuestión de semanas o meses, no años”, adelantaba además.

Y así fue: el pasado 26 de noviembre, el senador presentaba un proyecto de ley para garantizar el derecho al matrimonio de todos los australianos “con independencia del sexo, orientación sexual e identidad de género”. Leyonhjelm revelaba que el primer ministro Tony Abbott le había pedido que no presentara la iniciativa, porque causaría más división en un Gobierno con muchos frentes abiertos. Según el senador, sin embargo, la intención del líder del Ejecutivo era retrasar indefinidamente la medida para no tener que permitir a sus diputados votar libremente. Es por ello que decidió iniciar la tramitación y someterla al debate del Pleno en cuanto se asegure de que cuenta con votos suficientes para ser aprobada.

Ya entonces, los Verdes, que defienden la medida, exigieron al partido liberal-conservador de Abbott que permitiera a sus miembros el voto en conciencia sin represalias. Una reclamación que esta semana, ante la falta de respuesta del primer ministro, han elevado a petición parlamentaria. El Senado ha aprobado la moción de Sarah Hanson-Young para que caiga la que probablemente sea la última barrera al matrimonio igualitario en Australia. La moción ha sido aprobada con el voto en contra del partido de Abbott, en cuyas manos está ahora la decisión. Hanson-Young ha hecho un llamamiento a la bancada liberal para que su líder “se ponga al día” con la opinión pública australiana, que según todas las encuestas apoya el matrimonio igualitario de forma mayoritaria.

En este momento no es posible asegurar un resultado, pero todo apunta a que si a los liberales se les permite votar en conciencia una parte significativa de ellos apoyará el matrimonio igualitario. Junto al voto de la que en buena lógica debería ser la mayoría de los laboristas (y de los Verdes, que tienen solo un voto en la Cámara de Representantes pero disponen de 10 escaños en un Senado de 76 miembros) debería bastar para inclinar la balanza.

Hay que tener además en cuenta que desde septiembre de 2012, última vez que se votó el tema, la coyuntura internacional ha cambiado mucho en países con los que Australia mantiene estrechos vínculos. Además de los avances experimentados en Estados Unidos, el matrimonio igualitario ha sido aprobado con grandísimo consenso en la vecina Nueva Zelanda (que de hecho se ha convertido en destino preferente de las parejas australianas del mismo sexo) así como en Inglaterra y Gales Escocia. Irlanda celebrará un referéndum al respecto el próximo mes de mayo.

En Australia, la vía de los estados, que los partidarios del matrimonio igualitario también han intentado, está definitivamente cerrada. El Territorio de la Capital Australiana (ACT), donde se ubica Canberra, la capital federal, aprobó de hecho una ley de matrimonio igualitario en octubre de 2013, pero fue inmediatamente recurrida ante el Tribunal Supremo, que le dio la razón al Gobierno federal en diciembre de ese mismo año. El alto tribunal dejaba abierta eso sí la puerta a un posible cambio en la legislación matrimonial siempre que fuera a nivel federal.

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La pareja de Tori Johnson, uno de los “héroes de Sídney” y abiertamente gay, da las gracias por el apoyo recibido tras su muerte

Martes, 23 de diciembre de 2014
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141219_RAW_TORI5Thomas Zinn (a la derecha en la fotografía), pareja de Tori Johnson (a la izquierda), una de las dos víctimas mortales de la toma de rehenes en el Lindt Chocolate Café de Sídney, y cuya conducta heroica ha merecido el homenaje de sus compatriotas australianos, ha querido agradecer las muestras de afecto y cariño hacia su pareja. Zinn y Johnson eran pareja desde hace 14 años y su deseo era el de contraer matrimonio tan pronto como las leyes de su país lo permitieran.

En declaraciones a la televisión australiana, Thomas Zinn ha definido a Tori Johnson como una persona humilde y generosa, para quien la familia era lo más importante de su vida. Zinn se ha mostrado especialmente conmovido por el hecho de que la céntrica plaza de Sídney donde se encuentra el Lindt Chocolate Café, del que su pareja era gerente y en el que ocurrieron los hechos, se haya convertido en una inmensa alfombra de flores como homenaje a las víctimas. Y es que Johnson, según cuenta su pareja, adoraba las flores:

https://www.youtube.com/watch?v=w0PYTRz9lHA

¿Honores a un ciudadano de segunda?

Para Lisa Wilkinson, la periodista y presentadora que entrevistó a Thomas Zinn, se trató de hecho de “la entrevista más dura que he hecho en mi vida”. La propia Wilkinson ha desvelado que Zinn y Johnson deseaban contraer matrimonio en cuanto las leyes de su país se lo permitieran.

Ya antes incluso de que se conociera esta circunstancia, el hecho de que Tori Johnson esté siendo honrado como un héroe por un país cuya clase política lleva años bloqueando la aprobación del matrimonio igualitario llamaba la atención de analistas como James Peron, presidente del Moorfield Storey Institute, que en un artículo publicado en la sección Gay Voices de The Huffington Post recordaba que Johnson era un ciudadano de segunda clase en su propio país“El primer ministro australiano Tony Abbott ha calificado a Tori Johnson y a la otra víctima de ‘buena gente’. Sí, Tori era buena gente, pero para Abbott no era aún lo suficientemente bueno, al menos cuando de poder contraer matrimonio se trata. Tori y su pareja de 14 años, Thomas, no han podido casarse en Australia. Tori y Thomas merecían los mismos derechos que el resto de los australianos. Pero ese derecho les fue negado. Para Tori ya es demasiado tarde”.

“El primer ministro Tony Abbott llevó flores y dijo bonitas palabras, pero sigue luchando para negar el derecho al matrimonio a ‘buena gente’ como Tori Johson”, añade Peron, que considera que lo mejor que podría hacer Abbott para honrar a Johnson es promover el matrimonio igualitario, o al menos permitir a los diputados de su partido pronunciarse en conciencia sobre la materia.

Presentada una nueva propuesta de matrimonio igualitario

australia gayPrecisamente hace poco más de tres semanas el senador David Leyonhjelm (liberal, como Abbott) presentaba, a título particular, un nuevo proyecto de ley de matrimonio igualitario en el Parlamento de Australia, después de que el anterior intento fracasara en septiembre de 2012. La clave estará, en esta ocasión, en si por fin el Partido Liberal concederá libertad de voto a sus representantes.

El debate sobre la aprobación del matrimonio igualitario en Australia viene de lejos. Antes de las elecciones de septiembre de 2013 fueron los laboristas, entonces al frente del Gobierno, los que actuaron como freno. La que hasta junio de ese año había sido primera ministra, Julia Gillard, se oponía, y  durante sus años de gobierno no dudó en maniobrar para impedir que los partidarios de la igualdad dentro del Partido Laborista -en teoría mayoritarios- trasladaran su criterio al Parlamento. Y ello pese a que en su congreso nacional de 2011 el partido lo incorporaba a su ideario.

Tras las elecciones de 2013, Abbott se convirtió en primer ministro. Se trata de un católico conservador opuesto al matrimonio igualitario, pese a tener una hermana abiertamente lesbiana. Su victoria alejó las expectativas de aprobación a corto plazo, pese a que un número no determinado de diputados de su partido son partidarios, y de hecho el propio Abbott reconoció que en el futuro le resultaría complicado mantener la disciplina de voto en esta materia.

David Leyonhjelm lleva meses anunciando, de hecho, sus intenciones de presentar un proyecto de matrimonio igualitario. De tradición libertaria, Leyonhjelm considera que los “verdaderos liberales” no pueden sino estar a favor. Ahora el proyecto ya ha sido presentado, y habrá que ver cual es su posible evolución. A día de hoy no es posible asegurar un resultado, pero todo apunta a que si a los liberales se les permite votar en conciencia una parte significativa de ellos  lo apoyará. Junto al voto de la que en buena lógica debería ser la mayoría de los laboristas (y de los Verdes, que tienen solo un voto en la Cámara de Representantes pero disponen de 10 escaños en un Senado de 76 miembros) debería bastar para inclinar la balanza.

Hay que tener además en cuenta que desde septiembre de 2012, última vez que se votó el tema, la coyuntura internacional ha cambiado mucho en países con los que Australia mantiene estrechos vínculos. Además de los avances experimentados en Estados Unidos, el matrimonio igualitario ha sido aprobado con un grandísimo consenso en la vecina Nueva Zelanda (que de hecho se ha convertido en destino preferente de las parejas australianas del mismo sexo) así como en Inglaterra y Gales y Escocia. Por no hablar de las encuestas, que sistemáticamente revelan un apoyo muy mayoritario entre la población australiana.

Fuente Dosmanzanas

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Australia volverá a votar el matrimonio igualitario: Tras años de disputas, el horizonte parece por fin despejarse

Miércoles, 6 de agosto de 2014
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noticias_file_foto_835839_1407164699Segundo intento. El Parlamento australiano volverá a votar la legalización del matrimonio igualitario. En esta ocasión, es posible que los diputados de la Coalición Liberal Nacional voten individualmente y en consciencia.

El Parlamento de Australia podría por fin poner punto final al sinsentido que supone el que la mayor parte de la población apoye el matrimonio igualitario -así lo revelan las encuestas– pero su clase política se haya negado a aprobarlo hasta ahora. El gobernante Partido Liberal estaría dispuesto a que el asunto se vote de nuevo, tras el rechazo de septiembre de 2012, pero con una diferencia fundamental: los liberales concederían en esta ocasión libertad de voto a sus representantes.

El debate sobre la aprobación del matrimonio igualitario en Australia viene de lejos. Antes de las elecciones de septiembre de 2013 fueron los laboristas, entonces al frente del Gobierno, los que actuaron como freno. La que hasta junio de ese año había sido primera ministra, Julia Gillard, se oponía, y  durante sus años de gobierno no dudó en maniobrar para impedir que los partidarios de la igualdad dentro del Partido Laborista -en teoría mayoritarios- trasladaran su criterio al Parlamento. Y ello pese a que en su congreso nacional de 2011 el partido lo incorporaba a su ideario. Ideario que Gillard se encargó de convertir en papel mojado al imponer que los legisladores laboristas tuvieran libertad de voto, política que hasta ahora el partido no ha modificado. Una libertad que el liberal Tony Abbott negó entonces a los suyos y que desembocó en el fracaso de la iniciativa.

La impopularidad de Gillard llevó a Kevin Rudd a arrebatarle el liderazgo del partido y el puesto de primer ministro. Ya por entonces Rudd se había convertido en defensor del matrimonio igualitario, pese a que su anterior etapa como primer ministro se caracterizó también por un rechazo frontal al mismo. Pero la sustitución de Gillard no fue suficiente para evitar la derrota laborista, y tras las elecciones Tony Abbott se convertía en primer ministro. Abbott es un católico conservador opuesto al matrimonio igualitario, pese a tener una hermana abiertamente lesbiana. Su victoria alejó las expectativas de aprobación a corto plazo, pese a que un número no determinado de diputados de su partido son partidarios del matrimonio igualitario, y de hecho el propio Abbott reconoció que en el futuro le resultaría complicado mantener la disciplina de voto en esta materia.

La prensa del distrito de Fairfax (Queensland) ha publicado este fin de semana artículos en los que se aseguran que algunos diputados liberales creen que el partido permitirá el voto de consciencia en la Cámara, aunque sin citar los nombres. Parece pues que ese futuro ya ha llegado. Medios australianos dan ya como prácticamente seguro que este otoño (primavera en Australia) el senador liberal David Leyonhjelm presentará un proyecto de matrimonio igualitario que sus compañeros podrán votar en conciencia. Leyonhjelm ya anunció hace menos de un mes sus intenciones, al considerar que “no hay lugar en Australia para ciudadanos de segunda clase” e hizo un llamamiento a los que llamó “verdaderos liberales” a dar su apoyo al proyecto. Eso sí, el senador insistió en que solo lo presentará cuando tenga la seguridad de que el Partido Liberal permitirá votar en conciencia.

“No creo que Tony Abbott (Primer Ministro Australiano) se levante en el congreso de su partido y se posiciones contra el voto en consciencia”, asegura el diputado anónimo citado por el periódico. “Eso aparecería como ir en contra de los propios principios liberales. No creo que puedas encontrar a un solo compañero mío que opine que el voto en consciencia sea una mala idea”.

australia-canberra-matrimonio-gayDavid Leyonhjelm, senador del Partido Liberal Democrático recientemente elegido, asegura que los liberales veteranos le han pedido que presente su proyecto de legalización del matrimonio igualitario para que sea examinado durante las sesiones de agosto y septiembre en el parlamento. Leyonhjelm había dicho previamente que no iba a introducir el proyecto de ley hasta que estuviera seguro de que todos los diputados del gobierno tuvieran la posibilidad de votar en consciencia sobre este asunto. Queda saber si el Partido Laborista también dará posibilidad de voto en consciencia a sus diputados, aunque la postura del partido es a favor de la legalización.

Rodney Croome, director de la plataforma australiana Marriage Equality (Igualdad en el matrimonio), considera que el voto en consciencia mostrará quiénes están a favor y quiénes están en contra, ya que muchos diputados aún no se han posicionado públicamente. “Resulta imposible predecir si así el matrimonio igualitario se aprobaría en el Parlamento, porque aún hay demasiados diputados que no se han pronunciado”, señala. Marriage Equality Australia ha lanzado una campaña en Change para pedir al Primer Ministro libertad de voto para el proyecto de ley de matrimonio igualitario, con la imagen de Kylie Minogue.

En este momento no es posible asegurar un resultado, pero todo apunta a que si a los liberales se les permite votar en conciencia una parte significativa de ellos apoyará el matrimonio igualitario, más aún si la iniciativa proviene de un compañero de partido. Junto al voto de la que en buena lógica debería ser la mayoría de los laboristas (y de los Verdes, que tienen solo un voto en la Cámara de Representantes pero disponen de 10 escaños en un Senado de 76 miembros) debería bastar para inclinar la balanza.

Hay que tener además en cuenta que desde septiembre de 2012, última vez que se votó el tema, la coyuntura internacional ha cambiado mucho en países con los que Australia mantiene estrechos vínculos. Además de los avances experimentados en Estados Unidos, el matrimonio igualitario ha sido aprobado con un grandísimo consenso en la vecina Nueva Zelanda (que de hecho se ha convertido en destino preferente de las parejas australianas del mismo sexo) así como en Inglaterra y Gales y Escocia.

 También hay que considerar que en Australia la vía de los estados, que los partidarios del matrimonio igualitario también han intentado, está definitivamente cerrada. El Territorio de la Capital Australiana (ACT), donde se ubica Canberra, la capital federal, aprobó de hecho en octubre una ley de matrimonio igualitario, pero solo estuvo vigente durante unos días, ya que fue inmediatamente recurrida ante el Tribunal Supremo, que le dio la razón al Gobierno federal en diciembre que  invalidó los más de 50 enlaces ya celebradosEl alto tribunal dejaba abierta eso sí la puerta a un posible cambio en la legislación matrimonial siempre que fuera a nivel federal. .

Encuestas recientes apuntan que el 72% de los australianos apoya el matrimonio entre personas del mismo sexo.

Fuente Ragap y Dosmanzanas

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Un niño de once años pide al primer ministro de Australia que permita el matrimonio igualitario

Sábado, 14 de junio de 2014
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01 (3)_JSZVOrlando Burcham, un niño australiano de 11 años, escribió al primer ministro de su país, Tony Abbott, para quejarse por su política de no permitir del matrimonio igualitario, ya que su madre es lesbiana y no ha podido casarse en su propio país. Orlando recibió respuesta del primer ministro, aunque le resultó muy “decepcionante”.

Tony Abbott es conocido por ser un católico conservador y por su clara oposición al matrimonio igualitario, pese a tener una hermana abiertamente lesbiana. Su llegada al poder tras las pasadas elecciones alejaba las expectativas de una próxima aprobación del matrimonio igualitario en Australia. Su Gobierno incluso apeló contra la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo en el Territorio de la Capital Australiana, ocasionando que el Tribunal Supremo australiano la derogara al dictaminar que la definición del matrimonio es competencia del gobierno federal.

Esta situación parece molestar especialmente a Orlando Burcham, un niño de 11 años que no entiende por qué tanto su madre como las otras personas LGTB no pueden casarse en su propio país. Orlando decidió escribir a quien considera responsable de esta injusticia:

Querido Tony Abbott:

Me llamo Orlando Burcham, tengo 11 años y me gustaría saber por qué no permite el “matrimonio gay” en Australia.

La mayoría de los australianos están felizmente casados, así que ¿por qué impide a todos los hombres y mujeres gais que se casen en este hermoso país?

Mi madre es gay y lo que es peor ¡su propia hermana [la del primer ministro] es gay! Y miles más también lo son. En realidad usted conoce a mi madre, la concejala Cordelia Troy, que es miembro del Partido Liberal y era regidora en ese momento.

Es tan patético que no deje que la gente gay de Australia y de otros países se casen aquí. Millones de personas de todo el mundo, cuando vienen a Australia, piensan “vaya, este sitio es genial, ¡vamos a casarnos aquí!”. Pero luego se dan cuenta de que no pueden. Así que se gastan miles de dólares en ir a otro sitio donde puedan casarse. Mi madre se casó, pero tuvo que ir a Nueva York, lo que le costó un montón de dinero.

Usted fue elegido para representar a nuestro país, no a sí mismo. Tan solo porque crea que está mal, no le da el derecho de hacer que sea ilegal. ¿Es que nuestras opiniones no son importantes para usted? Que sea el primer ministro no le da todo el poder.

Espero que cambie de opinión.

Orlando recibió una contestación del primer ministro, en la que defiende las leyes vigentes que impiden el matrimonio entre personas del mismo sexo, aunque agradece que le haya hecho llegar su punto de vista:

Querido Orlando:

Gracias por hacerme saber tu punto de vista sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo.

Aprecio los profundos sentimientos que muchos en nuestra comunidad mantienen sobre este asunto, a uno y a otro lado.

El Gobierno apoya la actual definición del matrimonio contenida en la Ley de Matrimonio de 1961. Cualquier cambio en esta política sería un asunto a tratar dentro de la coalición de Gobierno.

Mi opinión personal es que apoyo la definición del matrimonio existente.

Aunque no estemos de acuerdo en este asunto, respeto la opinión que me has hecho llegar.

Cualquier diálogo entre el gobierno y los ciudadanos fortalece la democracia.

Gracias de nuevo por escribirme.

Orlando se ha sentido “decepcionado” por la respuesta. Su madre, sin embargo, no puede ocultar el orgullo que siente por su hijo y su sentido de la justicia. Según cuenta, Orlando se puso a escribir la carta después de ver un informe sobre el asunto en televisión. Lo único que la consultó fue cómo se escribía “hermoso” y “patético”.

No se trata de la primera vez que Abbott es interpelado sobre su oposición al matrimonio igualitario por los más jóvenes. Hace pocos meses ya tuvo dificultades para argumentarla ante un grupo de estudiantes de instituto. Ante la abrumadora evidencia de que estos estaban a favor, el primer ministro no tuvo otro remedio que tomar nota y pasar a otra pregunta.

Fuente Dosmanzanas

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Los alumnos de un instituto de Sydney se lo dejan claro a su primer ministro: la juventud australiana, por el matrimonio igualitario.

Martes, 18 de marzo de 2014
Comentarios desactivados en Los alumnos de un instituto de Sydney se lo dejan claro a su primer ministro: la juventud australiana, por el matrimonio igualitario.

Tony_Abbott_-_2010Leemos en Dosmanzanas que los alumnos de la Newtown High School of the Performing Arts, un instituto cercano a Sydney especializado en artes escénicas, han dado toda una lección de tolerancia a Tony Abbott, el católico primer ministro de Australia, que se opone con fuerza a la aprobación del matrimonio igualitario pese a tener una hermana abiertamente lesbiana. Preguntado por la razón de tal oposición, Abbott tuvo dificultades para argumentar su oposición ante los estudiantes. Ante la abrumadora evidencia de que estos estaban a favor del matrimonio igualitario, el primer ministro no tuvo otro remedio que tomar nota y pasar a otra pregunta.

En el que por otra parte supone un ejemplar ejercicio de transparencia con el que ni soñamos en la España actual, el jefe del gobierno australiano se enfrentaba sin red a las preguntas de los estudiantes en un ambiente distendido. En un momento determinado, una estudiante le preguntó: “¿por qué se opone tanto a legalizar el matrimonio gay?”. La pregunta fue recibida con una gran ovación por el resto de los alumnos. “Bueno, mira…”, respondió Tony Abbott. “No estoy en contra de que las personas tengan una maravillosa relación, estoy totalmente a favor de que las personas tengan relaciones de amor permanentes, pero supongo que se trata de una cuestión de definición”, añadió el primer ministro, en un tono poco convincente.

“Hay un montón de gays en nuestra escuela. Tengo un montón de amigos gays, y es triste que no puedan casarse solo porque les gusta alguien de su mismo sexo”, le comentó en ese momento en voz alta otra estudiante. Una respuesta que fue recibida con alborozo por el resto de los alumnos, que la aplaudieron con fuerza.

“De acuerdo, he captado claramente el mensaje. Pasemos a otra pregunta”, concede Abbott.

Podeís ver las imágenes a continuación. El vídeo esta insertado de forma que comience en el momento en que la estudiante hace la pregunta:

Matrimonio igualitario en Australia: una carrera de fondo

El debate sobre la aprobación del matrimonio igualitario en Australia viene de lejos. Antes de las últimas elecciones fueron los laboristas, entonces al frente del Gobierno, los que actuaron como freno. La que hasta junio era primera ministra, Julia Gillard, era radicalmente opuesta, y  durante sus años de gobierno no dudó en maniobrar para impedir que los partidarios de dicho derecho dentro del Partido Laborista -en teoría mayoritarios- trasladaran su criterio al Parlamento. Y ello pese a que en su último congreso nacional, celebrado a finales de 2011, los laboristas decidían incorporarlo a su ideario. Pero Gillard se encargó de convertir ese ideario en papel mojado al imponer que los legisladores laboristas tuvieran libertad de voto. Una libertad que Tony Abbott negó a los suyos y que finalmente desembocó en el fracaso de la iniciativa a nivel federal.

El deterioro de popularidad de la primera ministra y las previsiones de una contundente derrota llevaron a Kevin Rudd a desafiar a Gillard y arrebatarle en junio el liderazgo del partido y el puesto de primer ministro (Rudd le devolvía la jugada a Gillard, que tres años antes hizo lo mismo con él). Rudd había hecho público su apoyo al matrimonio igualitario el pasado mayo, y eso pese a que su anterior etapa como primer ministro se caracterizó también por un rechazo frontal al mismo. Pero la sustitución de Gillard por Rudd no fue suficiente para evitar la derrota laborista, y tras las elecciones de septiembre Tony Abbott se convertía en el nuevo primer ministro al frente de un gobierno liberal-conservador. Abbott es conocido por ser católico conservador y por su clara oposición al matrimonio igualitario, pese a tener una hermana abiertamente lesbiana. Su victoria alejó las expectativas a corto plazo de la aprobación del matrimonio igualitario, pese a que un número no determinado de diputados de su partido son partidarios del mismo, y de hecho el propio Abbott ha reconocido que en el futuro le resultaría complicado mantener la disciplina de voto en esta materia.

En este escenario político a nivel nacional los partidarios de la igualdad LGTB intentaron dar la batalla a nivel de los estados y territorios de Australia. El Territorio de la Capital Australiana (ACT), donde se ubica Canberra, la capital federal, aprobó de hecho en octubre su ley de matrimonio igualitario, pero esta fue inmediatamente recurrida ante el Tribunal Supremo, que le dio la razón al Gobierno federal en diciembre. Se cerraba así la vía de los estados, aunque el alto tribunal dejaba abierta la puerta a un posible cambio en la legislación matrimonial siempre que fuera a nivel federal.

Las encuesta de opinión, por su parte, muestran en este aspecto un divorcio claro entre la opinión de los ciudadanos australianos (un 65% de los cuales son partidarios del matrimonio igualitario, cifra que es aún mayor entre los más jóvenes) y sus políticos, reacios a aprobar este derecho. Mientras ello no ocurra, por cierto, la vecina Nueva Zelanda se ha convertido en destino preferente de las parejas australianas del mismo sexo para contraer matrimonio.

Las estrellas de Modern Family, a favor

Terminamos esta entrada con un delicioso vídeo de apoyo al matrimonio igualitario en Australia, protagonizado por dos de los protagonistas de la comedia Modern Family, Jesse Tyler Ferguson y Eric Stonestreet. Tras referirse a lo poco elegante que supone inmiscuirse en la política interna de otros países, los actores que encarnan a la pareja gay de la exitosa serie se preguntan cómo es posible que no exista matrimonio igualitario en un lugar tan paradisiaco como Australia, el país que ha visto nacer a iconos gays como Kylie Minogue, Olivia Newton-John o “Sandy, de Grease”. Cuando Ferguson le recuerda a Stonestreet que habían quedado en que no era correcto inmiscuirse en la política australiana, Stonestreet replica: “no se trata de política, sino de amor y derechos humanos”.

La pareja (cuyos personajes, Mitch y Cam, están por cierto preparando su boda en la serie) acaba decidiendo cruzar el mar con destino a Nueva Zelanda, país en el que sí es legal el matrimonio igualitario:

Se da la circunstancia de que Jesse Tyler Ferguson, el actor que interpreta a Mitch, es gay en la vida real, y él mismo contrajo hace varios meses matrimonio con el abogado Justin Mikita. Ambos son fundadores de la organización Tie The Knot, que colabora en la financiación de diversos grupos de defensa de los derechos LGTB.

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Nueva Zelanda, destino para casarse de las parejas australianas del mismo sexo.

Viernes, 31 de enero de 2014
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Los datos demográficos hechos públicos recientemente apuntan a que el 27% de las parejas del mismo sexo que se han casado en Nueva Zelanda, desde que entrara en vigor la apertura del matrimonio en agosto del año pasado, son ciudadanos australianos que no pueden ejercer este derecho en su país.

En abril de 2013, el país polinesio se convertía en el 13º del mundo y primero de Oceanía en aprobar el matrimonio igualitario, en un proceso reposado que contó con la participación de la ciudadanía y que fue, finalmente, fruto del acuerdo entre diputados de prácticamente todo el espectro político neozelandés. La definición ampliada de matrimonio fue redactada como la “unión de dos personas, independientemente de su sexo, orientación sexual o identidad de género”. La nueva normativa entró en vigor en verano, cuando se celebraron las primeras bodas.

Pues bien, según los datos revelados por el ministerio del Interior del país, 361 parejas del mismo sexo habían solicitado una licencia matrimonial hasta el final del año pasado. Un 28% de los enlaces fueron en realidad una actualización de uniones civiles preexistentes, y los matrimonios entre mujeres supusieron algo más de la mitad del total. Por nacionalidades, 202 de los mismos corresponden a ciudadanos neozelandeses, frente a 97 parejas de australianos (casi un 27%); 22 parejas procedían de otros países (China, Reino Unido y Tailandia).

En la vecina Australia, el debate sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo sigue abierto. El territorio de la capital Canberra (ACT) lo aprobó el pasado mes de octubre, y solo cinco días después, el Gobierno liberal-conservador de Tony Abbott recurría la norma ante el Tribunal Supremo, que le dio la razón en diciembre. Se cerraba así la vía de los estados, aunque el alto tribunal no declaró inconstitucional la medida y dejó abierta la puerta a un posible cambio en la legislación matrimonial, siempre que se aprobara a nivel federal para todo el país.

El registrador general Jeff Montgomery señaló el “interés continuo, nacional e internacional, de las parejas del mismo sexo por casarse en Nueva Zelanda” y afirmó que espera que crezca el número de bodas durante la temporada veraniega del país. Por el momento no podemos establecer, más allá de septiembre de 2013, la proporción de matrimonios celebrados gracias a la nueva norma sobre el total. A pesar de que los primeros de estos enlaces no se celebraron hasta finales de agosto, el 4,2% de las licencias concedidas a lo largo de todo el tercer trimestre del año pasado fueron a parejas del mismo sexo.

Fuente Dosmanzanas.

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