El domingo 6 de octubre el activista y periodista Imanol Subiela, de 24 años, fue víctima de un ataque homoodiante. “Trolo de mierda, esta vez ganaste a los putos hay que matarlos a todos”, le dijo su agresor cuando Subiela pudo escaparse. Sucedió en el barrio porteño de Villa Crespo dónde recientemente hubo otros ataques similares.
Pasadas la 5 am, Subiela llegó a la parada del colectivo ubicada en Avenida Estado de Israel casi Aguirre del barrio porteño de Villa Crespo. Ahí un hombre alcoholizado le pidió plata para viajar, él le dijo que no tenía pero que le pagaba el boleto de colectivo con su tarjeta SUBE. “De repente me acorraló contra la pared y me dijo: A vos te gustan los tipos y se te nota, yo lo único que quiero es guita y por guita baila el mono”, contó Subiela a Presentes.
El joven dijo que cuando quiso zafarse el hombre se le paró adelante “¿Qué tenés ahí?”, le preguntó por la riñonera. “No tengo más plata, perdón”, contestó Subiela, pero el hombre igual intentó arrancársela. Ahí recibió un golpe: “Me encaja una piña, yo tenía puestos los anteojos, los anteojos me cortan el párpado, me vuelve a pegar, me voy al piso y él se va al piso conmigo porque ninguno de los dos soltaba la riñonera”.
En ese momento logró ponerse de pie y escapar, pero mientras corría llegó a escuchar la amenaza del atacante: “Trolo de mierda, esta vez ganaste. A los putos hay que matarlos a todos”.
Complicidad social
Subiela caminó unas cuadras más y llamó a un amigo que lo fue a socorrer. En su relato en redes sociales también visibilizó la falta de solidaridad de la gente, incluido un policía: “Mientras caminaba lastimado y sangrando nadie quiso ayudarme, ni siquiera un policía al que le hice señas para que me se me acerque (apenas me levantó su brazo con el pulgar para arriba y siguió caminando). Tampoco me ayudaron dos maricas que pasaron de la mano adelante mío, mientras yo me limpiaba la cara con mi buzo. Somos egoístas, es un hecho”.
“El kiosquero vio todo y no me quiso ayudar en ningún momento. Yo me fui de cara al piso. Esto pasó al lado de la parada del colectivo 19 y el 90, había gente y tampoco hicieron nada”, contó a Presentes.
Zona peligrosa para les LGBT+
Por esa zona, el sábado 31 de agosto a diez cuadras una banda de hombres le pegó a Reyvis Henrríquez. Es el mismo barrio en el que golpearon a Sofía del Valle y a cuadras del McDonald´s de Avenida Córdoba en el que Jonathan Castellari fue atacado en diciembre de 2017.
Al día siguiente, Subiela habló con un amigo que organizó la fiesta de la que volvía y éste le contó que su agresor siguió atacando. “Me dijo que el mismo hombre después de cagarme a palos a mí empezó a seguir a unas pibas y otros compañeros debieron acompañarlas”.
«Aunque sea engorroso hay que denunciar, hay que buscar a los agresores y hay que hablar de esto. Todos y todas tenemos que tirar para el mismo lado y hacer lo que esté a nuestro alcance para vivir en un lugar más justo y más inclusivo», escribió Imanol en el mensaje que compartió en Facebook, Twitter e Instagram.
Qué hacer ante un ataque
Luego de recibir asesoría y orientación por parte de la Defensoría LGBT de la Ciudad de Buenos Aires, radicó la denuncia en la Fiscalía de la Ciudad (Unidad de orientación y denuncia de Balvanera).
Flavia Massenzio, coordinadora de la Defensoría LGBT y secretaria de asuntos jurídicos de la Federación Argentina LGBT (FALGBT), explicó a Presentes la importancia de visibilizar y denunciar estas agresiones: “A veces cuando uno pone un posteo por ahí alguien más que pasó lo mismo y no dijo nada puede decirlo. Esto sirve mucho en la investigación para poder ubicar un patrón que se repite. A veces hasta tus propios amigos te dicen que denunciar es en vano pero las denuncias hay que hacerlas, para que se visibilice, para que se entienda que esto está sucediendo y que la violencia es cada vez mayor”, explicó y agregó que ven un aumento de la violencia tanto institucional como interpersonal.
Ante un ataque o agresión, Massenzio lo primero que sugiere es constatar las heridas preferentemente en un hospital público, “ya que a veces no realizarán la denuncia en el momento y es necesario contar con esto”. Sobre hacia dónde dirigirse dijo: “Sugerimos que las denuncias se hagan por la fiscalía, mucha gente va a la comisaría y aunque está bien lo que ha pasado es que en estas hay mucha violencia institucional todavía”.
Muchas veces, luego de realizar las denuncias no se le da seguimiento a los casos, a veces por no tener recursos para un abogado y otras por pensar que no va a prosperar. “Es la fiscalía quien debe investigar y seguir adelante, nosotros desde la Defensoría LGBT lo que hacemos con las causas es ponernos en contacto y a disposición de la fiscalía que está investigando y hacer un seguimiento, llamar, acompañar, asistir y llevar elementos en relación a los crímenes de odio para que tengan más herramientas y tengan en cuenta el abordaje que se deba hacer de esta situación”, dijo Massenzio.
Fuente Agencia Presentes
General, Homofobia/ Transfobia.
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