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Archivo para Martes, 5 de abril de 2022

Wilfred Owen: Morir por la patria no es dulce ni honroso

Martes, 5 de abril de 2022
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Del blog un poema cada día:

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En estos días de Guerra, horror y vidas jóvenes sacrificadas por la impía egolatría del Tirano, leamos con  sagrada reverencia este poema de quien, conociendo el horror de la guerra, pudo mostrarnos su oscura realidad y todo su sufrimiento inútil.

Dulce et decorum est

Doblados como viejos mendigos bajo bolsas,
Chocando las rodillas y tosiendo como viejas, maldecimos a través del lodo
Hasta darle la espalda a las condenadas bengalas
Y empezar a arrastrarnos a un descanso remoto.
Los hombres marchaban dormidos. Muchos ya sin botas
Cojeaban calzados de sangre. Todos patéticos, ciegos todos,
Ebrios de cansancio, sordos incluso a los silbidos
De proyectiles decepcionados que caían más atrás.

¡Gas! ¡Gas! ¡De prisa, chicos! En un éxtasis de torpeza
Nos calamos torpes cascos justo a tiempo;
Pero alguno seguía pidiendo ayuda a gritos tropezando

Indeciso como un hombre ardiendo en llamas o cal viva.
Borroso tras los vidrios empañados y a través de aquella verde luz espesa,
Como hundido en un mar verde, lo vi ahogarse.

En todos mis sueños, ante mi vista indefensa,
Se abalanza sobre mí, se atraganta, se ahoga, se apaga.

Si en algún sueño asfixiante también pudieras seguir a pie
La carreta donde lo arrojamos
Y ver cómo retorcía los blancos ojos en la cara,
Una cara colgante, como un diablo harto del pecado;
Si pudieras oír, a cada tumbo, la sangre
Vomitada por pulmones de espuma corrompidos,
Obsceno como el cáncer, amargo como pus
De viles llagas incurables en lenguas inocentes,–

Amigo mío, no contarías con tanto entusiasmo
A los niños que arden ansiosos de gloria
Esa vieja mentira: Dulce et decorum est
Pro patria mori.

*

Wilfred Owen

***

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Robert Graves, que sí sobrevivió, le retrata en sus memorias: “Convaleciente tras ser herido en batalla, no hacía otra cosa que repetir que había sido injustamente acusado de cobardía por un oficial superior. El encuentro con Siegfried Sassoon llevó a Wilfred Owen, un hombre pequeño y tranquilo, de cara redonda, a escribir poemas de guerra”.

Así pues, un hombre pequeño y tranquilo. Un poeta que se dejó la vida en las trincheras poco después de haber comenzado a versificar, con una clarividencia impropia de su edad y de su precario estado físico, sobre el fango inhumano de la Primera Guerra Mundial.

Wilfren Owen, al contrario que otros poetas ingleses de guerra, no lo era antes de alistarse en el Ejército de su Majestad. Fue su experiencia en el frente –My subjet is War and the Pity of War– la que hizo de catalizador de su poemas, ácidos, modernistas y comprometidos.

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La obra de Owen, rimbaudiana por fatalidad, fue publicada tras su muerte -sucedida a las puertas del final de la contienda- por otro de aquellos poetas jóvenes, prematuramente envejecidos, enrabietados con la patria y desencantados de sus valores: el ya aludido Siegfred Sassoon.

PD: El título del poema, Dulce et decorum est (aquí la versión original en inglés), hace referencia al célebre verso horaciano Dulce et decorum est pro patria mori. El poema en sí es todo un emblema del antibelicismo.

Traducción: Nicolás González Varela

Imagen: English Faculty Library, University of Oxford / Wilfred Owen Literary Estate

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Memorial de la cruenta Batalla de Verdun (21 de febrero al 18 de diciembre de 1916)

Fuente 20 Minutos

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“Si me matan, resucitaré en el pueblo”: Actualidad de monseñor Romero en el 42 aniversario de su asesinato

Martes, 5 de abril de 2022
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romero_01Cristianismo liberador, ciudadanía crítica, pedagogía de la liberación, democracia participativa y cultura de paz

“Estoy en San Salvador invitado a participar en las celebraciones del 42 aniversario del asesinato de monseñor Romero y en el 105 aniversario de su nacimiento. Su figura no ha caído en olvido, todo lo contrario”

“Creo, empero, que sin embargo que en algunos sectores jerárquicos y movimientos cristianos conservadores se está desenfocando su verdadera personalidad, como muchos temíamos una vez fuera elevado a los altares”

“Urge recuperar la figura profética y liberadora de Monseñor Romero, su dimensión política subversiva y su teología de la liberación hecha realidad a nivel personal, eclesial y social”

“En el clima actual de integrismo que se respira en importantes sectores de la curia romana y del fenómeno nuevo que califico de ‘cristoneofascista’, es necesario recuperar la figura de Romero como modelo y referente de un cristianismo liberador y de una ciudadanía crítica, activa y participativa”

“Ofrezco a continuación el siguiente decálogo que actualiza su vida, su mensaje y su práctica y constituye un desafío para el cristianismo instalado en el sistema”

Estoy en San Salvador invitado a participar en las celebraciones del 42 aniversario del asesinato de monseñor Romero y en el 105 aniversario de su nacimiento. Su figura no ha caído en olvido. Todo lo contrario, como demuestran los numerosos actos conmemorativos organizados por las diferentes organizaciones romeristas de las diferentes iglesias estos días en la ciudad salvadoreña, de la que fue arzobispo de 1977 a 1980.

Creo, empero, que sin embargo que en algunos sectores jerárquicos y movimientos cristianos conservadores se está desenfocando su verdadera personalidad, como muchos temíamos una vez fuera elevado a los altares. Con frecuencia las canonizaciones lejos de acercar a las personas convertidas en santas al pueblo las colocan en una hornacina y las convierten en inaccesibles.

La imagen que se está difundiendo de Romero en algunos sectores es la de un obispo piadoso, devoto de la Virgen María, milagrero, obediente a Roma… No pongo en duda dichas actitudes, al menos durante una etapa de su vida, pero no fueron por las que destacó durante los tres años de arzobispo de San Salvador, ni la función principal que ejerció y menos aún el motivo de su asesinato.

Urge recuperar la figura profética y liberadora de Monseñor Romero, su dimensión política subversiva y su teología de la liberación hecha realidad a nivel personal, eclesial y social. Yo creo que la canonización de monseñor Romero constituye un reconocimiento de la teología de la liberación, perseguida durante los pontificados de Juan Pablo II y Benedicto XVI y seguida y practicada hoy por el papa Francisco.

En el clima actual de integrismo que se respira en importantes sectores de la curia romana, de no pocos obispos y sacerdotes católicos, contrarios a las reformas del Papa Francisco, y del fenómeno nuevo que califico de cristoneofascista, que consiste en la alianza entre la extrema derecha política y organizaciones integristas dentro de la iglesia católica, como Hazte Oír, Germinans germinabit, Asociación de Abogados Cristianos, etc. (cf. Juan José Tamayo, La Internacional del odio. ¿Cómo se construye? ¿Cómo se deconstruye?, Icaria, Barcelona, 2022, 3ª ed.) es necesario recuperar la figura de Romero como modelo y referente de un cristianismo liberador y de una ciudadanía crítica, activa y participativa. Él sigue siendo faro y antorcha que ilumina la oscuridad del presente y transmite esperanza para la construcción de la utopía de “Otro Mundo Posible”.

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Ofrezco a continuación el siguiente decálogo que actualiza su vida, su mensaje y su práctica y constituye un desafío para el cristianismo instalado en el sistema.

1. Cristianismo liberador. Romero es el símbolo luminoso de un cristianismo liberador en el horizonte de la teología de la liberación que asumió la opción ética-evangélica por las personas y los colectivos empobrecidos de su país, frente a las tendencias alienantes y neoconservadoras. Puso en práctica, la afirmación de Paulo Freire: “No podemos aceptar la neutralidad de las iglesias ante la historia” y ejemplificó con su vida y su muerte martirial el ideal del poeta cubano José Martí: “Con los pobres de la tierra mi suerte yo quiero echar”.

2. Ciudadanía crítica, activa y participativa. Romero fomentó a través de sus homilías, cartas pastorales, emisora de la arquidiócesis y programas radiofónicos, el ejercicio de una ciudadanía crítica, activa y participativa. Reconocía la existencia de una conciencia crítica que iba formándose en el cristianismo salvadoreño, un cristianismo consciente, no de masas. Citando la Conferencia Episcopal Latinoamericana celebrada en Puebla de los Ángeles (México) en 1979, defendía la necesidad de “ser forjadores de nuestra propia historia”, no permitiendo que sean otros quienes desde fuera nos impongan el destino a seguir. La Iglesia tiene que implicarse en dicha ciudadanía activa: “En la medida en que seamos Iglesia, es decir, cristianos verdaderos, encarnadores de Evangelio, seremos el ciudadano oportuno, el salvadoreño que se necesita en esta hora” (Homilía 17/1/1979).

3. Pedagogía concientizadora desde la opción por los pobres. Monseñor Romero fue un excelente pedagogo que siguió el método jocista del ver-juzgar-actuar y el de concientización de Paulo Freire: paso de la conciencia ingenua e intransitiva a la conciencia transitiva y activa, de la conciencia mítica a la conciencia histórica, de la conciencia crítica a la acción transformadora y a la praxis liberadora.

4. Espiritualidad liberadora. Monseñor Romero fue una persona espiritual, un místico, pero sin caer en el espiritualismo alejado de la realidad. Fue una persona profundamente piadosa, pero no con una piedad alienante ajena a los conflictos sociales. Fue un pastor, pero de los que huelen a oveja, como pide el papa Francisco a los sacerdotes y obispos. Vivió la devoción a María, pero no la María sumisa, sino la María de Nazaret del Magnificat que declara destronados a los poderosos y empoderados a los humildes, despoja de sus bienes a los ricos y sacia a los pobres.

5. Monseñor Romero fue un referente en la lucha por la justicia para creyentes de las diferentes religiones y no creyentes de las distintas ideologías. Igualmente lo fue para los políticos por su nueva manera de entender la relación crítica y dialéctica entre poder y ciudadanía, así como para los dirigentes religiosos por la necesaria articulación entre espiritualidad y opción por los pobres, ejercicio pastoral y actitud profética.

6. Democracia participativa.La democracia hoy está enferma, gravemente herida, y, si no sabemos defenderla, es posible que esté herida de muerte. Se encuentra sometida al asedio del mercado y acorralada por múltiples sistemas de dominación, que son más fuertes que ella y amenazan con derribarla. Estos sistema de dominación son: el capitalismo en su versión neoliberal; el colonialismo en su versión neocolonial extractivista, anti-indigena y anti-afrodescendiente; el patriarcado en su versión más extrema de la violencia de género (machista), que se salda con decenas de miles de feminicidios en todo el mundo; los fundamentalismos religiosos y su irracional y destructora deriva terrorista; el modelo científico-técnico de desarrollo de la modernidad, que destruye nuestra casa común, la naturaleza; la violencia estructural del sistema, que somete a miles de millones de personas a situaciones de extrema e inhumana pobreza y de muerte.

Como respuesta frente a la democracia herida de muerte es necesario, en palabras del sociólogo portugués Boaventura de Sousa Santos, democratizar la revolución y revolucionar la democracia. Monseñor Romero puede ser un referente en esta tarea. Creo que es aplicable al cristianismo liberador lo que afirma Ellacuría de la relación entre revolución y universidad:

“Si la revolución no pasa por la universidad, en el sentido de que no es ella su motor principal, la universidad debe pasar por la revolución, porque revolución y razón no tienen por qué estar en contradicción; más bien, en las cuestiones históricas se reclaman y se exigen mutuamente”.

Cierto: entre cristianismo y revolución no hay contradicción.

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7. Trabajo por la paz y la justicia a través de la no violencia activa. Ignacio Ellacuría dijo que: “Con monseñor Romero Dios ha pasado por El Salvador”. Yo me atrevería a decir: monseñor Romero es piedra angular en el edificio de la cultura de paz que estamos llamados a construir todas y todos en El Salvador, en América Latina y en todo el mundo. Eso sí, desde la opción por los pobres.

8. Invitación a la utopía.La utopía sufre hoy un enorme desdén, cuando no un grave desprecio, un largo destierro y un maltrato semántico. Calificar a una persona, a un colectivo o a un proyecto de utópico no es precisamente un piropo, sino una descalificación en toda regla, es como llamarla ingenua, fantasmagórica, ilusa, ajena a la realidad, etc. La utopía vive un largo destierro. Es excluida de todos los campos del saber y del quehacer humano y natural: de la ciencia, donde impera la razón científico-técnica; de la filosofía, donde impera la razón instrumental; de las ciencias sociales, por ejemplo, de la economía, donde impera la razón contante y sonante; de la política, donde se impone la razón de Estado; de las religiones, donde se tiende a proponer la salvación espiritual más allá de la historia.

La utopía sufre también un maltrato semántico por parte de los diccionaristas, que suelen definirla como plan bueno y muy halagüeño, pero irrealizable, subrayando su imposibilidad de realización y sometiendo a los seres humanos a una especie de fatalismo histórico que da por buena la afirmación “las cosas son como son y no pueden ser de otra manera”, los lleva a instalarse cómodamente en la realidad y a renunciar a todo cambio.

Monseñor Romero no se instaló cómodamente en el (des)orden establecido, ni con-sintió con el pecado estructural, ni hizo las paces con el gobierno, como le pedía Juan Pablo II. Encarnó en su vida, su mensaje y su práctica liberadora la realización de la utopía, no como un ideal irrealizable y fantasmagórico, sino conforme a los dos momentos que la caracterizan: la denuncia y la propuesta de alternativas.

Denuncia de la negatividad de la historia, encarnada en los poderes que oprimían y explotaban a las mayorías populares: oligarquía, ejército, escuadrones de la muerte, gobierno de la Nación.

Propuesta de alternativas, en lenguaje cristiano del reino de Dios como la gran utopía, que Romero traducía en la construcción una sociedad no violenta, justa e igualitaria, y de una “Iglesia de la esperanza”. Alternativas realizables a través de los movimientos populares, que el apoyó durante su ministerio pastoral mediado políticamente en San Salvador.

La mejor expresión de la utopía de Romero fue la respuesta que dio a un periodista, unos días antes de ser asesinado: “Si me matan, resucitaré en el pueblo”. No estaba hablando del dogma de la resurrección de los muertos, ni de la vida eterna, sino de la nueva vida del pueblo salvadoreño liberado de la violencia, la injusticia y la pobreza. Su resurrección era la resurrección del pueblo.

9. Actitud antiimperialista. Romero se enfrentó al Imperio estadounidense en una carta dirigida al presidente Jimmy Carter en la que se oponía a la ayuda económica y militar de Estados Unidos al Gobierno y al Ejército de El Salvador porque constituía una injerencia inaceptable en los destinos de su país y agudizaba la injusticia y la represión contra el pueblo. Al final la ayuda llegó y sucedió lo que Romero había anunciado: intervencionismo estadounidense, más represión contra el pueblo y masacres contra poblaciones enteras. En eso derivó la ayuda del Pentágono.

10. ¡Cese la represión! Constantes fueron las llamadas a la reconciliación, pero no en abstracto, sino acompañadas del reparto equitativo de la tierra, que pertenece a todos los salvadoreños. No justificó la violencia revolucionaria como respuesta a la violencia del sistema, sino que apeló al diálogo y la negociación, y a buscar soluciones racionales. Exigió al Ejército, a la Guardia Nacional, a la Policía y a los soldados que dejaran de matar a sus compatriotas en una llamada entre dramática y desesperada: “En nombre de Dios… y en nombre de este sufrido pueblo, cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuosos, les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios: ¡Cese la represión!’”

Fuente Religión Digital

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‘Llegaron de noche’, la película sobre la matanza de los jesuitas en El Salvador, se presentó en Málaga

Martes, 5 de abril de 2022
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1CD618E8-B20F-41C7-91BC-A9BBBF11FFEALa cinta ya puede verse en las salas españolas

Imanol Uribe presentó en Málaga su última película, “Llegaron de noche”, con un guion basado en la historia real de la única testigo del crimen de los jesuitas en El Salvador

“Creo que esta película tiene, por lo menos, la función de traer al presente lo que ocurrió y rememorarlo“, ha dicho el director vasco. “Y si puede aportar algo, fantástico”, ha resumido, con una sonrisa en la cara

El realizador compareció junto a Juana Acosta, que da vida a Lucía, la testigo, Carmelo Gómez, como el padre Tojeira y a Ben Temple, que interpreta al padre Tipton, mediador cuando la familia de Lucía peor lo estaba pasando

Uribe, nacido en El Salvador y educado con los jesuitas, tenía pendiente contar esta historia ocurrida en 1989, un suceso que ha permanecido fresco en su memoria

El título de la cinta, viene de la premonición del propio Ellacuría (Karra Elejalde) quien, en un momento de la película, comenta a sus compañeros “Si me matan de día sabrán que ha sido la guerrilla, pero si llegan de noche, serán los militares”

Imanol Uribe ha llegado hoy a Málaga para presentar su última película, “Llegaron de noche, con un guion basado en la historia real de la única testigo del crimen de los jesuitas en El Salvador, en la que fue asesinado el sacerdote y teólogo de la liberación, Ignacio Ellacuría.

“Creo que esta película tiene, por lo menos, la función de traer al presente lo que ocurrió y rememorarlo“, ha dicho el director vasco en una rueda de prensa en Málaga, donde la película compite en la Sección Oficial de la 25 edición del Festival de Cine de Málaga.

El realizador compareció junto a Juana Acosta, que da vida a Lucía, la limpiadora de la universidad donde vivían y fueron asesinados los sacerdotes, y única testigo del crimen; Carmelo Gómez, como el padre Tojeira, en su regreso “puntual” al cine, según se ha apresurado a precisar el leonés, y a Ben Temple, que interpreta al padre Tipton, mediador cuando la familia de Lucía peor lo estaba pasando.

“En este momento en el que la verdad está tan disociada y todo son ‘fakes’ y no sabes qué defender, el ejemplo de esta mujer humilde, que se jugó la vida -literalmente-, por defender la verdad, aun sin entender por qué no podía contarla -ha explicado Uribe-, me parece el mejor hilo conductor para contar la matanza de los jesuitas que defendían la Teología de la Liberación, a los que yo admiraba muchísimo”.

Uribe, nacido en El Salvador y educado con los jesuitas, tenía pendiente contar esta historia ocurrida en 1989, un suceso que ha permanecido fresco en su memoria.

Con guion de Daniel Cebrián, también presente en Málaga junto a los productores Gerardo Herrero (Tornasol) y María Luisa Gutiérrez (Bowfinger), “Llegaron de noche” se ha puesto inesperadamente de actualidad debido a que, 32 años más tarde, el caso de la matanza se ha reabierto tras la anulación el pasado año del proceso contra los autores intelectuales del asesinato.

El juicio, celebrado en la Audiencia Nacional de España hace un par de semanas, concluyó con uno de los militares implicados, Inocencio Montano, condenado a 133 años y 4 meses de cárcel por aquel asesinato la noche del 15 al 16 de noviembre de 1989.

La noticia nos pilló con la película rodada y terminando. Por lo menos a este le han caído 130 años, pero a la mayoría de los culpables los amnistiaron inmediatamente y prácticamente todos están de rositas por la calle”, se ha lamentado el director, aunque celebra que el caso se haya reabierto en El Salvador y haya una orden de detención contra el presidente Cristiani “para que se presente a juicio, porque quería escabullirse”.

“Algo se mueve ahí, y si la película puede aportar algo, fantástico”, ha resumido, con una sonrisa en la cara.

La imposibilidad de rodar en El Salvador hizo que la producción se trasladara a Cali, ciudad natal de Juana Acosta, que por su parte dedicó meses a preparar el papel de Lucía con la propia Lucía, en su casa de California -no dice el lugar concreto por miedo, explica la actriz colombiana-, aun cuando han pasado más de 30 años de la terrorífica experiencia.

Lucía y su familia fueron engañados por los servicios de inteligencia de los Estados Unidos, que los retuvieron y torturaron para que se echasen atrás en la versión de que los autores de la matanza de los jesuitas habían sido militares.

De ahí viene el nombre de la película, de la premonición del propio Ellacuría (Karra Elejalde) quien, en un momento de la película, comenta a sus compañeros “Si me matan de día sabrán que ha sido la guerrilla, pero si llegan de noche, serán los militares”.

Carmelo Gómez interpreta al padre Tojeira, uno de los supervivientes de la matanza, “no como un personaje, sino alguien lo mas parecido a la persona”, ha explicado Gómez, que asegura haberse conmovido el tiempo que convivió con los jesuitas para preparar la película por “cómo afrontan el compromiso con la vida, y con la muerte”.

“Llegaron de noche”, explica Gómez, “es una tragedia, con todos sus ingredientes, contada a través de una mirada fascinante, que es la de Juana (Lucía)”.

Gerardo Herrero ha agradecido la colaboración de los jesuitas, que aportaron “un montón de información” y el magnífico contacto de Lucía.

Por su parte, Gutiérrez ha abundado queesta película había que contarla; desgraciadamente, es muy actual, y ojalá sirva para remover conciencias y que se haga justicia sobre lo que pasó”.

“Yo creo que solo porque se haga justicia para esa familia que ha tenido que huir de su país del horror de una guerra como estamos viendo ahora tantas familias en Ucrania, solo por ellos, por honrarlos a ellos, debería ser vista esta película”, ha concluido Acosta.

Tras esta presentación, la cinta llegó el pasado viernes 25 a las salas españolas.

Fuente Religión Digital

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Paolo Rondelli, primer jefe de Estado abiertamente LGTBI del mundo

Martes, 5 de abril de 2022
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9D3B098B-2047-45EB-B4E1-2D221EABB95DEl diplomático Paolo Rondelli, de 58 años, se ha convertido este primero de abril en el primer jefe de Estado abiertamente LGTBI del mundo, al comenzar su mandato de seis meses como uno de los dos capitanes regentes de la República de San Marino. 

La Serenísima República de San Marino es un pequeño estado de poco más de sesenta metros cuadrados y 33.000 habitantes enclavado entre las regiones italianas de Emilia-Romaña y las Marcas. Cada seis meses, dos de los miembros de su Consejo Grande y General, un parlamento de 60 miembros, son elegidos «capitanes regentes», ejerciendo la jefatura del Estado durante dicho periodo. Su papel es fundamentalmente simbólico, ya que en San Marino el poder ejecutivo se ejerce de forma colegiada por el denominado «Congreso de Estado», un gobierno de 10 miembros que también es designado por el Consejo Grande y General.

Paolo Rondelli, nacido en 1963 en San Marino, es diputado del Consejo Grande y General desde 2019, en representación del partido de izquierda RETE. Estudió ingeniería química en Bolonia y ha desarrollado una completa carrera diplomática representando a su país en diversas instituciones, como el Consejo de Europa, donde ha formado parte de numerosas misiones internacionales. Fue embajador de San Marino en Estados Unidos entre 2007 y 2016. Es abiertamente gay, por lo que su tras su ascenso a la jefatura de Estado de San Marino (aunque esta sea compartida) puede considerarse el primer jefe de Estado abiertamente LGTBI del mundo.

En este sentido, cabe distinguir entre lo que es un jefe de Estado y un jefe de Gobierno. Esta última figura sí que cuenta ya con varios nombres abiertamente LGTBI entre sus integrantes, como la primera ministra de Serbia desde 2017, Ana Brnabić; el luxemburgués Xavier Bettel, primer ministro desde 2013; la islandesa Jóhanna Sigurðardóttir, primera ministra entre 2009 y 2013;  el belga Elio Di Rupo, primer ministro entre 2011 y 2014, o Leo Varadkar, primer ministro de Irlanda entre 2017 y 2020.

Fuente Dosmanzanas

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Estudiantes de Ontario buscan poner fin a la discriminación contra 2SLGBTQ+ en las escuelas católicas

Martes, 5 de abril de 2022
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10577617_DZcatholicschoolhomophobiaLos estudiantes de Ontario se están uniendo en acción para exigir el fin de la discriminación LGBTQ en las escuelas católicas mediante la publicación de una declaración que pide reformas estructurales en sus instituciones educativas.

El The Toronto Star informó que la Ontario Student Trustees’ Association (OSTA, por sus siglas en inglés) -Asociación de Fideicomisarios Estudiantiles de Ontario-  emitió un comunicado el mes pasado que abordaba “la persistencia de la homofobia y los incidentes anti-2SLGBTQ+ en las escuelas católicas de Ontario”. Pidieron el establecimiento de comités asesores 2SLGBTQ+, recursos de salud mental para estudiantes 2SLGBTQ+ enumerados en los sitios web de las escuelas, apoyos específicos para estudiantes de Two-Spirit e inclusión de identidades 2SLGBTQ+ en encuestas e inscripciones del distrito. La carta decía:

“Cada una de las recomendaciones tiene un impacto tangible y directo en el bienestar de los estudiantes 2SLGBTQ+ y, por lo tanto, tiene el potencial de reducir los pensamientos de intentos de suicidio y autolesiones en los estudiantes que se derivan de la homofobia, la transfobia y otras formas de discriminación 2SLGBTQ+. ”

[Nota del editor: “Dos Espíritus” (2S) es un término utilizado por algunas comunidades indígenas para referirse a personas cuyo género va más allá del binario masculino/femenino.]

Declan Amaral, miembro del consejo estudiantil de grado 12 en la Junta Escolar del Distrito Católico de Durham (DCDSB), dijo: “Algunas de las preocupaciones se relacionan con los apoyos de salud mental para los estudiantes 2SLGBTQ+, la representación en el plan de estudios y el uso de pronombres y nombres preferidos en las listas escolares. y clases.”

Tracy Barill, Directora de Educación del Distrito Católico de Durham, enfatizó el trabajo que ya se está realizando para garantizar el bienestar de los estudiantes 2SLGBTQ+:

“‘Estamos comprometidos a garantizar que los estudiantes y el personal de 2SLGBTQ+ sean recibidos con respeto, compasión y sensibilidad. A través de la participación auténtica de los estudiantes, las familias, el personal y las comunidades, hemos aprendido más sobre cómo apoyar mejor a los estudiantes 2SLGBTQ+ y hemos tomado medidas concretas para responder a sus necesidades”.

DCDSB creó un organismo asesor en 2021 para capacitar al personal en prácticas inclusivas y apoyos para estudiantes 2SLGBTQ+ y en mayo de 2021 votó para ondear la bandera del Orgullo durante el mes de junio en todas las escuelas, otra solicitud específicamente hecha en la carta de OSTA.

Barill clasificó el debate como “quizás la decisión más compleja y también potencialmente la más impactante que les he presentado”, y señaló la controversia entre la Iglesia Católica y las cuestiones de género e identidad sexual. La votación en sí fue tensa, con más de 150 miembros del público ofreciendo sus comentarios sobre el tema.

Otro distrito escolar católico en Ontario adoptó el enfoque opuesto. La Junta Escolar del Distrito Católico de Peterborough, Victoria, Northumberland y Clarington (PVNCCDSB) votó en junio de 2021 para no permitir “banderas de propósito especial“, incluida la bandera del Orgullo, en la propiedad escolar.

“Estamos buscando y escuchando las historias y experiencias de estudiantes y familias de grupos históricamente marginados”, se lee en un comunicado de ese distrito. “Reconocemos que algunos estudiantes han enfrentado discriminación en nuestras escuelas y estamos comprometidos a cambiar eso a través de nuestro trabajo de equidad”. La declaración también anunció el primer censo de estudiantes en el otoño de 2021 que buscaba revisar los recursos de enseñanza para la diversidad y el desarrollo de un plan de acción de equidad.

Si bien OSTA reconoció los esfuerzos realizados hasta ahora en nombre de los estudiantes de 2SLGBTQ+, su carta también enfatizó que el trabajo está lejos de estar completo:

“Si nuestras comunidades escolares deben construir sobre estos logros, las juntas escolares católicas no pueden ser pasivas. Deben participar activamente en este movimiento reconociendo y abordando la discriminación sistémica y los desafíos que enfrentan los estudiantes 2SLGBTQ+ a diario en nuestras escuelas”.

Amaral estuvo de acuerdo y dijo que está orgulloso de la junta de Durham por “continuar el diálogo en nuestra comunidad de fe”. A medida que se acerca al final de su educación secundaria católica, sostuvo que no existe un conflicto entre la teología católica y la inclusión de personas 2SLGBTQ+:

“‘Creo que es importante reconocer que las enseñanzas de la Iglesia son más que solo el catecismo. . Las enseñanzas de la Iglesia son Jesucristo, quien defendió el amor y la aceptación de todas las personas’”.

—Angela Howard McParland (ella/ella), New Ways Ministry, 30 de marzo de 2022

New Ways Ministry

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Cuál es la situación de las mujeres y la población LGBT en las cárceles tras la pandemia

Martes, 5 de abril de 2022
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CARCEL3-600x300Denuncian que se incrementó la violencia y el abandono. Tampoco hay acceso a la salud.

BUENOS AIRES, Argentina. La “nueva normalidad” que deja a su paso la pandemia de coronavirus también deja mucho para analizar en los espacios de encierro. En las cárceles, el vendaval pandémico no hizo más que agravar problemáticas preexistentes. Y expuso con crudeza cómo esas prácticas sistemáticas afectan más a las minorías intramuros: mujeres y disidencias.

Son pocas en relación al total de la población presa -685 mujeres cis y 31 trans en el Servicio Penitenciario Federal, sobre un total de 10.491 personas presas a fines de febrero-. Pero muchas veces se llevan la peor parte en materia de vulneración de derechos.

Estigmatizadas como el resto de la población carcelaria pero aún más invisibilizadas, mujeres y disidencias de distintas cárceles lograron en los últimos meses dar cierta difusión a reclamos puntuales ante situaciones acuciantes. Lo hicieron mujeres cis y trans presas en el Complejo Penitenciario IV de Ezeiza, así como personas intersex detenidas en Los Hornos, provincia de Buenos Aires, o en la cárcel de Bouwer, en Córdoba. Falta de agua, insuficiencia de comida, no acceso a tratamientos y atención médica –incluso cuando había síntomas o diagnósticos confirmados de Covid- fueron algunos de los asuntos por los que alzaron la voz. La respuesta, en casos como el de Córdoba, llegó en forma de represión.

Situaciones que forman parte de un todo del que aún resta mucho por conocer.

También hay escasez de datos

Recién desde 2015 el Sistema Nacional de Estadística sobre Ejecución de la Pena (SNEEP) registra la población trans/travesti privada de su libertad.

El salto poblacional desde entonces fue marcado: de 33 personas ese año a 124 en 2020. El Servicio Penitenciario Bonaerense aloja al 77% de esta población. Y la Ley 23.737 –Ley de Drogas- representa la principal causa de encarcelamiento de mujeres trans/travesti, sobrerrepresentadas en las prisiones en comparación con otros grupos.

En 2017, un 43 por ciento de las mujeres (1.561) y el 70 por ciento del total de personas trans (89) estaban encarceladas por estos delitos, según consignó el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) en su informe de 2019: “Guerra contra el narcotráfico, guerra contra los pobres”.

De acuerdo al informe anual de la Procuración Penitenciaria de la Nación (PPN) presentado en 2020, la evolución de la población de mujeres cis y personas trans encarceladas registra un “claro aumento” desde hace décadas. De todos modos, sigue siendo muy minoritaria.

Según los datos de la Dirección Nacional de Política Criminal, dependiente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, hacia fines del 2019 había más de 4.500 mujeres cis y personas trans detenidas en Argentina: un 5% de la población penal total.

Este crecimiento se da a nivel global: entre 2000 y 2017 la población carcelaria femenina aumentó en un 53.3 por ciento, mientras que la de los hombres aumentó en un 19.7 por ciento, según datos citados en el informe “Mujeres Trans privadas de su libertad: la invisibilidad tras los muros, impulsado por la PPN, junto a organizaciones regionales.

La cárcel pesa y agobia a toda la población, pero sobre todo a la población femenina, a mujeres y diversidades”, remarca Josefina Ignacio, del Comité Nacional para la Prevención de la Tortura (CNPT)Porque la cárcel está construida, fue concebida, para varones. Desde lo edilicio, los tratamientos, la lógica carcelaria. Las mujeres se tuvieron que ir adaptando a eso. La cárcel tiene una lógica muy patriarcal, está gobernada por una institución absolutamente verticalista y eso hace que sea muy machista. La mujer trans o cis que llega a la cárcel en general ya ha sido vulnerada y en la mayoría de los casos ha sufrido violencia de género. Casi todas. Lo encontrás en cada uno de sus testimonios. Y lo siguen padeciendo ahí adentro”.

Menos salud

“Todo está atravesado en este momento por la pandemia. Las cárceles traen muchos problemas estructurales, de trato, desde siempre. Pero la pandemia lo puso más visible y profundizó muchas de estas cuestiones”, dice Verónica Manquel, Coordinadora del Equipo de Género y Diversidad de la Procuración Penitenciaria de la Nación (PPN).

Resalta también que un punto que preocupa especialmente tiene que ver con el acceso a la salud. “En 2020 y 2021 el problema del acceso a la salud fue cada vez más crítico. Y eso afectó de manera diferencial a los distintos colectivos. Sobre mujeres y población trans, el acceso a controles en general y en particular sobre salud sexual y reproductiva o no fueron puntos muy sensibles. Durante mucho tiempo en el SPF no contábamos con fallecimientos de mujeres y trans y en 2020 hubo casos, por temas no directamente vinculados con Covid sino por deficiencias, demoras en el acceso a la atención que terminaron en situaciones críticas”.

Para Manquel, “la pandemia se apoyó sobre sistemas sanitarios intracarcelarios que ya eran críticos y eso se sumó a que todos los sistemas de salud estaban en crisis a nivel nacional. Se cortó o fue más difícil acceder a intervenciones extramuros. Todo dependía de la atención intramuros y eso fue un problema”.

“Aun manifestando tener síntomas de Covid y volando de fiebre, no acceden a tomarte la temperatura e hisoparse”, contaba a fines de enero desde el Complejo Penitenciario IV de Ezeiza una detenida que optaba por el anonimato. La falta de garantías sanitarias descritas por Whatsapp incluían carencia de agua potable “desde Navidad” y “una plaga de ratas que no exterminan y su justificativo es que no tienen presupuesto para comprar veneno”. Recién en a mediados de febrero el panorama comenzaba a modificarse.

“Hay una dificultad con el acceso a la salud en todas las unidades, y más en las de mujeres, que necesitan cosas más específicas respecto a la salud: la cuestión ginecológica, obstétrica, con el Covid y la pandemia hubo mucha demanda de asistencia psicológica. Hubo intentos de suicidio. Para las personas encarceladas, sobre todo para las mujeres sin visitas de hijos, fue muy dura la pandemia. Estuvieron mucho más tiempo que nosotros sin contacto”, compara Ignacio, del CNPT.

Para Victoria Darraidou, Coordinadora del equipo Seguridad democrática y violencia institucional del CELS, “esta población padece problemas de salud con mayor incidencia que la población general. Entre las patologías más comunes se encuentra el VIH-sida. Los tratamientos y asistencia suelen verse interrumpidos o demorados durante el encierro. Por otra parte, en la mayoría de los casos se ven suspendidos los tratamientos hormonales ocasionando problemas para la salud física y psicológica de las personas. Además, las personas trans/travestis denuncian un trato desigual y discriminatorio por parte del personal médico penitenciario y una demora excesiva entre el pedido de asistencia médica y la concreción de la atención requerida”.

Más sujeción

Adriana Revol se define como “militante anticarcelaria” y habla desde Córdoba para denunciar la situación de las mujeres cis y trans presas en Bouwer, prisión que depende del gobierno provincial. Coincide en que “la pandemia ha venido a agudizar problemas existentes históricamente” y advierte que la asistencia médica “no es poca, es inexistente”.

La ola de calor de enero encontró a las presas de Bouwer casi sin agua. “Se las cortaban al mediodía y volvía a las 12 de la noche, cuando estaban encerradas bajo llave en las celdas, sin poder salir a bañarse. La comida no era suficiente, porque era para 10 personas -el cupo que tiene ese lugar de aislamiento- pero había 19. Pedían un paracetamol, ibuprofeno, para bajar la fiebre de las mujeres, porque ahí estaban las positivas de Covid. Pedían lo básico y no les daban. De asistencia médica, ni hablar. Esa fue la gota que rebalsó el vaso. ¿Cuál fue la respuesta del estado? La represión. Entran las fuerzas de seguridad especiales del Servicio Penitenciario con balas de goma”.

Revol cuenta que en el marco de esa represión “a algunas personas las llevaron a las camas de sujeción, donde las atan de pies y manos, a veces del torso. Las horas o días hasta que se curen, dicen ellos, porque esta receta la firma el médico. Córdoba es la única provincia donde existen. Estamos peleando contra esto, pero está avalado por el Poder Judicial, que sería el cómplice de la tortura. No existiría si el Poder Judicial no la avalara”.

Según la militante anticarcelaria, “esa medida de sujeción, como los psicofármacos y chalecos químicos, las sufren más las mujeres. Como somos locas, histéricas, sufrimos más ese tipo de represión”.

Fue el 9 de enero cuando las protestas dieron paso a las camas de sujeción. Un día antes, un grupo de detenidas había recibido el resultado positivo del test de coronavirus. Para aislarlas, las enviaron a un sector reducido, sin ventilación ni heladera, en días con temperaturas agobiantes. La cuarentena no incluía atención médica. Tras más de 24 horas en ese encierro dentro del encierro, quemaron un colchón a modo de reclamo. Los matafuegos no alcanzaron y las mangueras llegaron tarde. Una mujer tuvo que ser internada con quemaduras graves. Para las demás, llegó el castigo: sujeción o traslados.

Menos visitas

Otra forma de “torturas”, dice Revol, son los traslados. Porque, en el caso de las mujeres cis y trans y ante la menor cantidad de espacios de encierro disponibles para ellas, los traslados implican más lejanía. Y más lejanía implica menos visitas, en colectivos que ya de por sí son menos visitados que los masculinos.

“Está estudiado que hay menos visitas a mujeres. En muchos casos porque las cárceles de mujeres están alejadas de centros urbanos y eso hace más difícil el acceso. Muchas veces no cuentan –sobre todo en el caso del colectivo trans- con familiares que puedan acercarse. Ahí las organizaciones cumplen ese rol”, explica Manquel, de la PPN.

Ese tipo de redes las tendió en Bouwer el colectivo Solidaridad Anticarcelaria, del que participa Revol. Pero aclara que quienes ponen el cuerpo son “un grupo de pibas que llevan paquetes a mujeres trans que no reciben visitas, las más abandonadas”. Desde que comenzó la pandemia, les acercan medicamentos, ropa, calzado, yerba, galletas. “Vamos una o dos veces al mes. El gasto es muchísimo”, dice Revol, y acota que “el Servicio Penitenciario pone todos los obstáculos habidos y por haber. Sólo permite a cada una dejar cosas para tres personas, entonces tienen que viajar varias. Ellas y elles son quienes están poniendo el cuerpo, comprando, bancando horas y horas de espera”.

“La visita para las personas detenidas cumple una doble función, que no es solo el contacto y sostenimiento afectivo, sino también lo material. En las mujeres y trans, encima de que son poco visitadas en relación a los varones, la pandemia las dejó más aisladas aún. Eso recrudeció un montón la vida al anterior de la cárcel. En 2021 se retomaron las visitas de forma progresiva, pero siguen teniendo algunas dificultades. También porque el Covid sigue circulando y se aíslan muchos pabellones. Hay un rebrote importante de muchas cárceles, en particular de mujeres, como en el Complejo 4”, detalla Manquel.

Desde allí, una detenida describe que “el salón de visita no se encuentra en condiciones para recibir a nuestros familiares y amigos. Los trámites que exigen para comprobar vínculo son una burocracia casi imposible de completar y los cupos de amigos son solo tres”. El deterioro de las condiciones edilicias –como las del salón de visita- también empeoró en pandemia, cuentan las especialistas que volvieron a recorrer los pabellones en 2021.

“La mujer que llega a la cárcel es mucho más estigmatizada en la familia, en el barrio, que el varón que llega a la cárcel. No recibe visitas, no recibe alimentos, cosas de higiene personal. El encierro es mucho más gravoso para la mujer. Muchas eran jefas de familia, contenedoras del grupo familiar. De hijos, padres, familiares enfermos. Al ir a la cárcel eso se rompe y le pesa a la mujer”, describe Ignacio. La destrucción del vínculo materno-filial es señalada como una “pena añadida a la condena”, y extiende el castigo sobre hijos e hijas de mujeres presas.

El informe anual presentado en 2019 por el CNPT ante la Comisión Bicameral de la Defensoría del Pueblo advertía que “todas estas penas añadidas que sufren las mujeres encarceladas se acentúan en el caso de un colectivo emergente en las prisiones de la Argentina, como es el de las extranjeras, que representan un alto porcentaje en las cárceles federales, en su gran mayoría acusadas de violaciones a la ley de drogas. En la medida en que la legislación y las prácticas penitenciarias no contemplan las singularidades y problemas específicos, las mujeres cis y trans sufren en mayor grado violaciones de sus derechos fundamentales y se constituyen en uno de los grupos más vulnerados”.

Más discriminación

En septiembre de 2020, el tribunal Oral Federal de Posadas emitió un dictamen favorable para que pudiera acceder a la prisión domiciliaria una joven trans alojada en el CPF IV de Ezeiza, por encontrarse en una situación de desprotección en el marco de sus condiciones de detención.

Según difundió entonces la PPN, la joven de 19 años “sufría sistemáticamente actos discriminatorios y violencia psicológica en virtud de su identidad de género. Asimismo, el argumento transversal del pedido fue la falta de un espacio de alojamiento adecuado, ya que “el SPF no dispone de unidad que aloje personas mujeres transgénero menores de edad. En consecuencia, ante la falta de opciones respetuosas del derecho a la identidad de género de la detenida, la única vía a disposición, compatible con el respeto a la integridad personal y que permitirá el cese de las situaciones discriminatorias, será mediante el uso de la prisión domiciliaria”.

La falta de alternativas para el alojamiento de acuerdo a la identidad de género, y los episodios de discriminación y violencias que eso genera, forman parte de las problemáticas específicas de este colectivo en prisión. El criterio no es unificado: por lo general en la Argentina las mujeres trans son alojadas con mujeres cis, también hay pabellones específicos y poca claridad para situaciones como los procesos de transición que se dan intramuros.

Josefina Alfonsín, responsable del proyecto sobre LGTB+ en contexto de encierro de la PPN, está trabajando en un relevamiento diagnóstico mediante entrevistas con personas trans encarceladas. Se decidió encarar el proceso previo a la pandemia, pero luego el Covid-19 obligó a postergarlo y reconstruir los objetivos de ese mapeo, que hoy analiza también los efectos de la pandemia en este colectivo.

El análisis contempla cuestiones como las condiciones de vida previas a la detención, el momento en sí, las situaciones de selectividad penal y el impacto de la Ley de Identidad de Género en las comisarías. Uno de los aspectos que emerge, aunque el trabajo aún está en curso, tiene que ver con el “derecho a la consulta” en torno al lugar de alojamiento.

“Hay un consenso, ni desde el Poder Judicial ni desde el Servicio Penitenciario consultan sobre el lugar de alojamiento. Lo que termina pasando es que hay situaciones de discriminación tanto por personal penitenciario como por el resto de las detenidas”, plantea Alfonsín. Y sostiene que “deberían existir mayores espacios de alojamiento para personas de la diversidad y fortalecer el derecho a la consulta sobre su régimen de vida dentro de la prisión. Falta trabajar una línea de diversidad sexual en todo el Servicio Penitenciario Federal”.

Qué pasa con la población trans luego del encierro

Otro de los puntos del diagnóstico, vinculado a las condiciones de vida previas, también está exponiendo un universo común para gran parte de las personas trans detenidas. Falta de oportunidades laborales y desarraigo familiar forman parte de un combo que vuelve a repercutir en el después, tras el encierro. “Hay que pensar políticas postpenitenciarias para este colectivo –insta Alfonsín- y señala que las dificultades por los prejuicios existentes dentro del Poder Judicial niegan por ejemplo arrestos domiciliarios porque estas mujeres no tienen una casa. Sufren dificultades a medidas alternativas al encierro carcelario y faltan políticas para el momento de recuperar la libertad”, resume.

“Es muy común que no se respete el género autopercibido de las personas travestis y trans. Este acto de discriminación por lo general queda plasmado en las actas policiales y luego es arrastrado en los expedientes judiciales. Los malos tratos y hechos de torturas ejecutados por el personal penitenciario, que son moneda corriente en la población general, asumen una connotación sexualizada y más extendida cuando se trata de población trans/ travesti”, compara Darraidou, del CELS.

Nada de esto es exclusivo de Argentina. Y si bien, cada país de la región tiene sus particularidades al analizar la situación de las personas trans, “el patrón cultural de la criminalización está”, afirma Alfonsín. “Recién en estos últimos años se empezó a producir información sobre qué pasa con estas personas en las cárceles. En cada país va variando según las problemáticas locales, en El Salvador o México hay problemas con el crimen organizado, pero sí es una población altamente criminalizada. Y si analizás las condiciones de vida previas a ser capturadas por el sistema penal, también se encuentran con una realidad muy parecida a la Argentina. Acá la Ley de Identidad de Género es de vanguardia, pero dentro de los penales, si bien se avanzó un poquito en pensar alguna política penitenciaria desde otro enfoque, no resulta suficiente. Falta mucho”.

Fuente Agencia Presentes

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