Archivo

Archivo para Lunes, 1 de enero de 2018

Cristianos Gays os desea un Feliz Año Nuevo 2018

Lunes, 1 de enero de 2018
Comentarios desactivados en Cristianos Gays os desea un Feliz Año Nuevo 2018

Mafalda4

“Cuidado hemos de tener, no sea que por confiados
en los auxilios humanos, perdamos algo de
la confianza que debemos tener en Dios.

(San Fco. Javier)

Al comenzar el 2018 queremos felicitaros este año nuevo con la alegría propia de los hijos de Dios.

Tenemos 365 días por delante para llevar a cabo esos propósitos nacidos a la luz de Navidad y que, con el impulso del Espíritu, nos ayudara a madurar en nuestra vida cristiana.

Estamos llamados a llevar la alegría del Evangelio a tantos y tantos hermanos y hermanas nuestros que sienten la soledad espiritual y física de estar escuchando constantemente que la forma de amar que Dios hizo nacer en nuestro corazón, por pura gracia, es pecado abominable. Debemos llevar la alegría de quien se sabe querido por Dios, se sabe hijo de Dios, a todos nuestros rincones cotidianos. No seamos nunca hombres y mujeres tristes: un cristiano jamás puede serlo. Nunca nos dejemos vencer por el desánimo. Nuestra alegría no es algo que nace de tener tantas cosas, sino de haber encontrado a una persona, Jesús; que está entre nosotros; nace del saber que, con Él, nunca estamos solos, incluso en los momentos difíciles, aun cuando el camino de la vida tropieza con problemas y obstáculos que parecen insuperables, ¡y hay tantos!… Sigamos a Jesús en este año nuevo. Nosotros acompañamos, seguimos a Jesús, pero sobre todo sabemos que Él nos acompaña y nos carga sobre sus hombros: en esto reside nuestra alegría, la esperanza que hemos de llevar a todos en este mundo nuestro. Y, por favor, no os dejéis robar la esperanza. Esa que nos da Jesús.

Ojalá los pastores de todas las confesiones, de todas, sean capaces de transmitir esa esperanza y alegría propia de Dios, solo de Dios.

Desde Cristianos Gays os deseamos a todos un feliz año nuevo 2018 lleno de momentos preciosos e íntimos con el Señor.

***

Feliz Año Nuevo, Urte berri on, Bon any nou, Feliz aninovo, Bon añu nuevu, Bon annada

***

feliz-ano-nuevo-2018

Felix sit annus novus

Y en casi todos los idiomas del Mundo: Leer más…

Espiritualidad, General , ,

2018, bajo el signo de la confianza

Lunes, 1 de enero de 2018
Comentarios desactivados en 2018, bajo el signo de la confianza

sous-le-signe-de-la-confiance

 

El Señor es mi pastor,
nada me puede faltar.
Él me hace descansar en verdes praderas,
me conduce a las aguas tranquilas
y repara mis fuerzas;
me guía por el recto sendero,
por amor de su Nombre.
Aunque cruce por oscuras quebradas,
no temeré ningún mal,
porque tú estás conmigo:
tu vara y tu bastón me infunden confianza.
Tú preparas ante mí una mesa,
frente a mis enemigos;
unges con óleo mi cabeza
y mi copa rebosa.
Tu bondad y tu gracia me acompañan
a lo largo de mi vida;
y habitaré en la Casa del Señor,
por muy largo tiempo.

*

Salmo 22 (23)

***

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad , , , , , , , ,

Santa María Madre de Dios. Lunes 01 de Enero de 2018

Lunes, 1 de enero de 2018
Comentarios desactivados en Santa María Madre de Dios. Lunes 01 de Enero de 2018

De Koinonia:

0108

 

 

Números 6,22-27

Invocarán mi nombre sobre los israelitas, y yo los bendeciré

El Señor habló a Moisés:

“Di a Aarón y a sus hijos: Ésta es la fórmula con que bendeciréis a los israelitas:

“El Señor te bendiga y te proteja,
ilumine su rostro sobre ti
y te conceda su favor.
El Señor se fije en ti
y te conceda la paz”.

Así invocarán mi nombre sobre los israelitas, y yo los bendeciré.”

Salmo responsorial: 66

El Señor tenga piedad y nos bendiga.

El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación. R.

Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra. R.

Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe. R.

Gálatas 4,4-7

Envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer

Hermanos:

Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que estaban bajo la Ley, para que recibiéramos el ser hijos por adopción. Como sois hijos, Dios envió a nuestros corazones al Espíritu de su Hijo que clama: “¡Abbá! (Padre).” Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si eres hijo, eres también heredero por voluntad de Dios.

Aleluya Heb 1, 1-2

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. En muchas ocasiones habló Dios antiguamente
a los padres por los profetas.
En esta etapa final, nos ha hablado por el Hijo. R.

Lucas 2,16-21

Encontraron a María y a José, y al niño.

A los ocho días, le pusieron por nombre Jesús

En aquel tiempo, los pastores fueron corriendo a Belén y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que les habían dicho de aquel niño. Todos los que lo oían se admiraban de lo que les decían los pastores. Y María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. Los pastores se volvieron dando gloria y alabanza a Dios por lo que habían visto y oído; todo como les habían dicho.

Al cumplirse los ocho días, tocaba circuncidar al niño, y le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción.

*

Homilía de Monseñor Romero sobre los textos litúrgicos de hoy
(1 de enero de 1978)

Amados hermanos, amados radio-oyentes:

Con el saludo bíblico que Dios mandaba cuando se dirigía a su pueblo, ya que los cristianos hoy somos el Israel espiritual de Dios, somos el pueblo de Dios, y para nosotros es este precioso augurio de Año Nuevo: “El Señor te bendiga y te proteja, ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor. El Señor se fije en ti y te conceda la paz”, no podía hacerse un saludo más oportuno y espléndido para el año nuevo que estas palabras que la Biblia pone a nuestra consideración esta mañana, y al mismo tiempo unir a esta buena voluntad de Dios la presencia de María, la Virgen Madre.

Hay una fiesta oficial de la Iglesia en honor de María y es hoy, 1º de enero. Ocho días después de dar a luz al Redentor del mundo la Iglesia quiere llamar la atención de todos sus hijos para celebrar la solemnidad de Santa María, Madre de Dios. Así se inicia el año bajo la bendición directa de Dios y bajo este título que es toda una inspiración de confianza en el poder de la Virgen, por ser de Dios. Leer más…

Biblia, Espiritualidad , , , , , , , , , , , ,

“Hoy”. Santa María, Madre de Dios – B (Lucas 2,16-21)

Lunes, 1 de enero de 2018
Comentarios desactivados en “Hoy”. Santa María, Madre de Dios – B (Lucas 2,16-21)

07_Santa_Maria_B-180x300Lucas concluye su relato del nacimiento de Jesús indicando a los lectores que «María guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón». No conserva lo sucedido como un recuerdo del pasado, sino como una experiencia que actualizará y revivirá a lo largo de su vida.

No es una observación gratuita. María es modelo de fe. Según este evangelista, creer en Jesús Salvador no es recordar acontecimientos de otros tiempos, sino experimentar hoy su fuerza salvadora, capaz de hacer más humana nuestra vida.

Por eso Lucas utiliza un recurso literario muy original. Jesús no pertenece al pasado. Intencionadamente va repitiendo que la salvación de Jesús resucitado se nos está ofreciendo hoy, ahora mismo, siempre que nos encontramos con él. Veamos algunos ejemplos.

Así se nos anuncia el nacimiento de Jesús: «Os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador». Hoy puede nacer Jesús para nosotros. Hoy puede entrar en nuestra vida y cambiarla para siempre. Ahora mismo podemos nacer con él a una existencia nueva.

En una aldea de Galilea traen ante Jesús a un paralítico. Jesús se conmueve al verlo bloqueado por su pecado y lo sana ofreciéndole el perdón: «Tus pecados quedan perdonados». La gente reacciona alabando a Dios: «Hoy hemos visto cosas admirables». También nosotros podemos experimentar hoy el perdón, la paz de Dios y la alegría interior si nos dejamos sanar por Jesús.

En la ciudad de Jericó, Jesús se aloja en casa de Zaqueo, rico y poderoso recaudador de impuestos. El encuentro con Jesús lo transforma: devolverá lo robado a tanta gente y compartirá sus bienes con los pobres. Jesús le dice: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa». Si dejamos entrar a Jesús en nuestra vida, hoy mismo podemos empezar una vida más digna, fraterna y solidaria.

Jesús está agonizando en la cruz en medio de dos malhechores. Uno de ellos se confía a Jesús: «Acuérdate de mí cuando estés en tu reino». Jesús reacciona inmediatamente: «Hoy estarás conmigo en el paraíso». También el día de nuestra muerte será un día de salvación. Por fin escucharemos de Jesús esas palabras tan esperadas: «Descansa, confía en mí, hoy estarás conmigo para siempre».

Hoy comenzamos un año nuevo. Pero ¿qué puede ser para nosotros algo realmente nuevo y bueno? ¿Quién hará nacer en nosotros una alegría nueva? ¿Qué psicólogo nos enseñará a ser más humanos? De poco sirven los buenos deseos. Lo decisivo es estar más atentos a lo bueno que Jesús despierta en nosotros. La salvación se nos ofrece cada día. No hay que esperar a nada. Hoy mismo puede ser para mí un día de salvación.

José Antonio Pagola

Audición del comentario

Marina Ibarlucea

Biblia, Espiritualidad , , , , , , , , ,

Tres actitudes para el nuevo año. Fiesta de Santa María, Madre de Dios

Lunes, 1 de enero de 2018
Comentarios desactivados en Tres actitudes para el nuevo año. Fiesta de Santa María, Madre de Dios

0704131434_21Del blog El Evangelio del Domingo, de José Luis Sicre sj:

Un extraño cambio en 1970

Cualquier judío sabe que a un niño hay que circuncidarlo a los ocho días de nacer. Así lo ordenó Dios a Abrahán: “A los ocho días de nacer, todos vuestros varones de cada generación serán circuncidados” (Génesis 17,12). Por consiguiente, cuando la iglesia adoptó el 25 de diciembre como fecha del nacimiento, el 1 de enero pasó a celebrarse la fiesta de la circuncisión e imposición del nombre de Jesús.

            Existía también una fiesta de Santa María, Madre de Dios, solemnidad que se había introducido en las iglesias orientales hacia el año 500 y que la iglesia católica romana terminó celebrando el 11 de octubre. Parecía lógico relacionar más estrechamente esta fiesta de la maternidad de María con el nacimiento de Jesús. Por eso, a partir de 1970 se trasladó la fiesta al 1 de enero.

            Esto implicó unir dos celebraciones importantes el mismo día: nombre de Jesús y Maternidad divina de María. Por si fuera poco, a Pablo VI se le ocurrió celebrar también el 1 de enero la Jornada Mundial por la Paz.

            Dado que incluso los cristianos más piadosos celebran el Fin de Año y no están al día siguiente con la cabeza demasiado despejada, se ha decidido aligerar un poco de celebraciones el 1 de enero.

            Y lo ha pagado quien menos se podía imaginar. La fiesta del Nombre de Jesús ha perdido la categoría de fiesta y pasa este año 2016 a celebrarse el día 3 de enero, aunque se mantiene en la misa del día 1 la referencia a la circuncisión e imposición del nombre.

El libro bíblico de los Números no lo escribió san Francisco de Asís

            La primera lectura de hoy dice:

El Señor habló a Moisés: Di a Aarón y a sus hijos: Ésta es la fórmula con que bendeciréis a los israelitas: “El Señor te bendiga y te proteja, ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor. El Señor se fije en ti y te conceda la paz.” Así invocarán mi nombre sobre los israelitas, y yo los bendeciré.»

            Muchas personas piensan que esta bendición es de san Francisco de Asís. La escribió muchos siglos antes un autor bíblico para que la pronunciaran los sacerdotes sobre los israelitas. Es tan breve, clara y profunda que cualquier comentario sólo sirve para estropearla.

Tres actitudes para el nuevo año (Lucas 2,16-21)

            En aquel tiempo, los pastores fueron corriendo a Belén y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que les habían dicho de aquel niño.

            Todos los que lo oían se admiraban de lo que les decían los pastores.

            María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.

            Los pastores se volvieron dando gloria y alabanza a Dios por lo que habían visto y oído; todo como les habían dicho.

            Al cumplirse los ocho días, tocaba circuncidar al niño, y le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción.

            El texto relaciona dos acontecimientos muy distintos, separados por ocho días de distancia. El primero, la visita de los pastores, es lo mismo que leímos el 25 de diciembre en la segunda misa, la del alba. En la escena se distinguen diversos personajes:

  • ü Empieza y termina con los pastores, que corren a Belén y vuelven alabando y dando gloria a Dios. Los pastores simbolizan la “política incorrecta” de Dios. El gran anuncio del nacimiento del Mesías no se comunica al Sumo Sacerdote de Jerusalén, ni a los sacerdotes y levitas, ni a los estudiosos escribas, ni a los piadosos fariseos. Se comunica a unos pastores que, en la escala social de aquel tiempo, ocupan el penúltimo lugar, el de las clases impuras, porque su oficio se equipara al de los ladrones. Sin embargo, esta gente tan poco digna socialmente, corre hacia Jesús, cree que un niño envuelto en pañales y en un pesebre puede ser el futuro salvador, aunque ellos no se beneficiarán de nada, porque, cuando ese niño crezca, ellos ya habrán muerto. La visita de los pastores simboliza lo que dirá Jesús más tarde: “Te alabo Padre, porque has ocultado estas cosas a los sabios y entendidos y las has revelado a la gente sencilla.”
  • ü Está también presente un grupo anónimo, que podría entenderse como referencia a la demás gente de la posada, pero que probablemente nos representa a todos los cristianos, que se admiran de lo que cuentan los pastores.
  • ü Finalmente, el personaje más importante, María, que conserva lo escuchado y medita sobre ello. En los relatos de la infancia, Lucas ofrece dos imágenes muy distintas de María. En la anunciación, Gabriel le comunica que será la madre del Mesías, y ella termina alabando en el Magnificat las maravillas que Dios ha hecho en ella. Pero, cuando Jesús nace, Lucas habla de María de forma muy distinta. A partir de ese momento, todo lo relacionado con Jesús le resulta nuevo y desconcertante: lo que dicen los pastores, lo que dirá Simeón, lo que le dirá Jesús a los doce años cuando se quede en Jerusalén. En esas circunstancias, María no repite “proclama mi alma la grandeza del Señor”. Se limita a callar y meditar, igual que hará a lo largo de toda la vida pública de Jesús.

            Estas tres actitudes se complementan: la admiración lleva a la meditación y termina en la alabanza de Dios. Tres actitudes muy recomendables para el próximo año.

            La segunda escena tiene lugar ocho días más tarde. Algo tan importante y querido para nosotros como el nombre de Jesús lo cuenta Lucas en poquísimas palabras. Su sobriedad nos invita a reflexionar y dar gracias por todo lo que ha supuesto Jesús en nuestra vida.

En vez de propósitos y buenos deseos, una buena compañía

            El comienzo de año es un momento ideal para hacer promesas que casi nunca se cumplen. También se formulan deseos de felicidad, generalmente centrados en la clásica fórmula: salud, dinero y amor. La liturgia nos traslada a un mundo muy distinto. Abre el año ofreciéndonos la compañía de Dios Padre, que nos bendice y protege, de Jesús, que nos salva, de María, que medita en todo lo ocurrido.

Biblia, Espiritualidad , , , , , , , , , ,

Fray Marcos: Todo pasa pero Algo permanece.

Lunes, 1 de enero de 2018
Comentarios desactivados en Fray Marcos: Todo pasa pero Algo permanece.

10606318_617273248399111_8746883897478240454_nLc 2, 16-21

El texto de Lc que acabamos de leer está en línea con lo que venimos diciendo estos días: total inserción de Jesús en las tradiciones judías. Al decirnos que María rumiaba todo esto, está apuntando a la importancia de lo que estaba pasando dentro de ella y de los demás protagonistas. Importante el nombre: Jesús=Dios salva, lo dice todo.

El tema de María Madre merecería más aclaración de la que permite este pequeño comentario. ¡Claro que la maternidad de María es un dogma! Pero no se discutió en el concilio como un tema mariológico, sino cristológico. Fue definido en Éfeso en el 431. Inmediatamente fue mal entendido (hay que tener en cuenta que, en aquella ciudad, se veneraba a la “Magna Mater”, diosa virgen Artemisa o Diana) y tuvo que ser aclarado veinte años después por el concilio de Calcedonia (451) matizando lo formulado en Éfeso, concretando que María era madre de Dios “en cuanto a su humanidad”.

Debemos tener en cuenta el contexto en que fue formulado este dogma. Se definió como un intento de confirmar, contra la herejía nestoriana que afirmaba dos personas en Jesús, que el fruto del parto de María fue una única persona. No olvidemos que el concilio de Éfeso lo promovió Nestóreo para condenar como hereje a Cirilo, que proclamaba una sola persona en Cristo; y por lo tanto que María era con pleno sentido, madre de Dios. A Nestóreo le salió el tiro por la culata, pero faltó el canto de un duro para que se condenara como herejía lo que se definió como dogma.

En efecto, en una primera sesión, sin la asistencia de Nestóreo, que no quería que se celebrara antes de que llegara su amigo el patriarca de Antioquia, se definió el dogma condenando a Nestóreo. Cuando a los pocos días llegó su amigo Juan de Antioquia, se celebró una sesión paralela y definieron lo contrario, condenando como hereje a Cirilo. Visto lo cual, el Emperador Teodosio depone a los dos, (Cirilo y Nestóreo) y los encarcela. Unos días más tarde, cuando llegan los delegados del Papa, convencen al emperador para que acepte lo definido en la primera sesión y libere a Cirilo. A Nestóreo le obligó a retirarse a un monasterio. Teodosio decidió qué era dogma y qué era herejía.

Este dogma es el mejor ejemplo de cómo conservando las palabras, tergiversamos el sentido. Cuando se definió el dogma, se tenía una idea completamente distinta de la maternidad. Se creía entonces que la madre era solo el recipiente donde el varón depositaba la semilla del nuevo ser, en el que la madre no tenía más misión que la de acogerle y alimentarle. De hecho la traducción correcta del termino griego “theotokos”, sería “la que pare a Dios”. Solo desde esa concepción de la maternidad, se pudieron desarrollar las mitologías sobre seres humanos que se consideraron hijos de Dios.

Lo que estamos celebrando es que María hace presente a Dios alumbrando a Jesús. S. Agustín dice que María fue madre de Dios, no por su relación biológica, sino por haber aceptado el proyecto de Dios. El evangelio deja bien claro lo que es importante en María. Cuando le dicen a Jesús, que su Madre y sus hermanos están fuera, contesta: ¿Quién es mi madre y quienes son mis hermanos? El que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre.

Año Nuevo.- Estamos en el tiempo para darme cuenta de mi verdadero ser y descubrir que estoy ya en la eternidad, que mi verdadero ser no está en el chronos sino en el kairos. Seré cada año más joven si soy cada día más libre. Mi verdadero ser lo constituye lo que de divino hay en mí, y eso es eterno. No tengo que esperar nada. Soy ya la plenitud y estoy en lo eterno. Mi singularidad e individualidad es apariencia. No debemos empeñarnos en meter a Dios en el tiempo, sino en salir nosotros de él. Soy la ola que aun no se ha dado cuenta de que es océano. El océano aun no se ha reflejado en mí. Tengo que darme cuenta de que soy océano y entonces el océano me dirá que él es ola. Cuando Jesús dice: “Yo y el padre somos uno”, no lo dice desde el falso yo, sino desde su verdadero ser. Es lo que hay en mí de Dios quien dice: Yo y Dios somos uno.

El tiempo en el que se desarrolla nuestra existencia tiene mucha importancia, pero solo como medio para conseguir esa toma de conciencia que me hará trascender. Nuestra reflexión de hoy tiene que estar encaminada a descubrir qué estoy haciendo yo con mi tiempo. Puedo estar malgastando o perdiendo lo que se me ha dado para que lo aproveche. Van pasando mis años y con ellos las oportunidades de dar verdadero sentido a mi vida. Esta tiene que ser mi preocupación cuando estamos pasando de un año a otro.

Día de la paz.- Creo que merece la pena hacer una denuncia de las circunstancias en las que nos encontramos y tratar de poner un poco de luz en la maraña de informaciones e intereses que nos envuelven. En nombre de la libertad, no se puede defender todo. En nombre de la libertad religiosa no se puede propugnar ideas que vayan contra los más elementales derechos de las personas ni siquiera de una sola persona. En nombre de la libertad política no se pueden defender ideas que no respeten los derechos fundamentales de los demás. Tengo la obligación de defender mis derechos; pero mis derechos terminan donde empiezan los derechos del otro, que se convierte en obligaciones para mí.

Debemos desenmascarar el fariseísmo de nuestro mundo occidental, que se atreve a celebrar un día mundial de la paz, mientras está sosteniendo, por acción o por omisión, situaciones de injusticia que claman al cielo. Nos hemos arrogado el derecho de decidir quién es el bueno y quien es el malo. Nos hemos colocado en estadios éticos anteriores a la ley del talión. En ella se decía que si te rompen un diente, tienes derecho a romperle un diente al agresor, no más. Hoy estamos oyendo todos los días, que hay que romperle todos los dientes al otro, porque si no, el día de mañana me puede morder.

No es deseable la paz a cualquier precio. A nadie le interesa la paz de los cementerios. Tampoco debía interesarnos la paz sobre la que se fundaron todos los imperios, desde el egipcio hasta el que padecemos hoy. La paz que se basa en la fuerza no es verdadera paz. No se trata solo de la fuerza física; también la fuerza de una legalidad que hemos construido los poderosos basados en la ley del embudo. La norma debe ser la verdadera justicia. Hemos pasado milenios predicando la guerra justa. No he encontrado esa idea en ninguna parte del evangelio. Toda violencia es inhumana.

La paz no se puede conseguir directamente. Es un fruto y, como tal, si quiero recogerlo, tengo que plantar primero el árbol y cuidarlo. El mínimo indispensable para que surja la paz es la justicia. La paz para el que tiene el poder, es que nadie se mueva. Para el que está sometido a la injusticia será algo muy distinto. Si nos interesa la paz, debemos luchar cada día por abandonar toda opresión (el pecado del mundo) y entrar en la dinámica del amor. Si de verdad queremos la paz, tendremos que dar voz a los que sufren la violencia injustificada. Ellos nos indicarían como alcanzar la verdadera justicia.

Meditación

María no entiende nada de lo que está pasando,
pero hace un esfuerzo de penetración del misterio.
Tanto las cosas como los acontecimientos tienen varias lecturas.
Podemos quedarnos en una comprensión superficial,
o podemos profundizar en el mensaje que toda realidad
aporta, más allá de si misma.

Fray Marcos

Fuente Fe Adulta

Biblia, Espiritualidad , , , , , , , , ,

Ante el cambio de año: Navidad Judía, Navidad Cristiana (con Hannah Arendt)

Lunes, 1 de enero de 2018
Comentarios desactivados en Ante el cambio de año: Navidad Judía, Navidad Cristiana (con Hannah Arendt)

imagesDel blog de Xabier Pikaza:

— Todo nacimiento humano es Navidad, presencia y promesa de Dios, en la fragilidad y riqueza de la vida, abierta al futuro de una esperanza que nos sobrepasa.

-No hay nacimiento sin promesa de los padres y/o educadores, esto es sin compromiso de asistencia y de futuro. Sólo se nace por otros, es decir, donde hay personas (madre, padre, sociedad…) que dicen al niño “tú serás”, con comprometemos a que vivas, te daremos cuidado, palabra y asistencia, para que tú seas.

Todo nacimiento es finalmente perdón, esto es, gratuidad, por encima de los mecanismos de violencia y de ira, de la lucha mutua y la venganza… Nacer humanamente es recibir vida gratuita, por encima de todos los “pecados”, los errores, las venganzas, poner en marcha una existencia nueva, una “ventana” de Dios en la tierra.

Así pueden resumirse los tres momentos principales del pensamiento maduro de Hanna Arendt (1906-1975), filósofa y antropóloga judía, que ha marcado el pensamiento del siglo XX, en torno al holocausto nazi (la anti-navidad) y a su superación, más allá de la pura justicia retributiva (vindicativa).

De esa forma, ella ha trazado, desde su tradición judía, de una manera básicamente laica, pero abierta al misterio de la Vida universal, los tres elementos básicos que la Navidad Cristiana ha desarrollado desde el mismo judaísmo, en clave religiosa.

Pienso que ella puede y debe presentarse como testigo privilegiado de la Navidad cristiana, repensada desde la más honda tradición judía, de un modo universal…como esperanza y tarea de Navidad, que es nacer, perdonar, pactar:

26167593_910087169168476_3037925899468190298_n1. Ser hombre es nacer, ser hombre es Navidad (es decir, que te nazcan), en gratuidad, para iniciar un nuevo camino de vida, como Dios ha querido hacerse nueva vida humana en Jesús.

2. Ser hombre es prometer, esto es, que prometan darte vida: es pactar, recibiendo y dando la palabra… Ser hombre es palabra hecha carne, como dice Jn 1, 14, ofreciendo a cada niño que nace un espacio en la gran alianza de la vida.

3. Ser hombre es,finalmente perdonar…, no hallarse atado al pasado, comenzar de nuevo, cada vez, en cada nueva historia… superando incluso el holocausto nazi (nacimiento), esperando encontrar nuevos caminos de vida.

Éstos son los tres momentos de la “navidad” universal, tal como los ha puesto de relieve H. Arendt, judía ejemplar, en clave antropológica. Con ellos quiero evocar la Navidad Judía, en línea antropológica.

Hay cientos de libros sobre la “infancia judía” de Jesús, casi siempre en clave de piedad intimista y folclórica (cf. imagen 3: Presentación de Jesús en el templo, como aténtico israelita, navidad judía). Pero entre ellos (sobre ellos) destaca esta fuerte Navidad Israelita universal de H. Harendt.

 

die_darbringung_im_tempelCiertamente, los judíos “ortodoxos” pueden sentirse a veces molestos por la Navidad cristianano creen en la “encarnación” radical de la Palabra de Dios en Jesús, ni creen en la “intimidad vital” de Dios (como Padre/Hijo en el Espíritu), y según ellos la verdadera Navidad prometida por Isaías no ha llegado aún.

— Y porque sienten que los defensores de la Navidad cristiana han sido a veces anti-semitas, han utilizado el nacimiento de Jesús-judíos para oponerse a los judíos..

Sea como fuere, los judíos más tradicionales siguen a la espera de la verdadera Navidad, admirados, emocionados… ante lo que será la Futura Presencia Universal de Dios, como cumplimiento del mesianismo del AT.

En esa línea, no en contra de los judíos, sino aprendiendo de ellos lo que nos parece “mejor” (su gran herencia mesiánica) y creyendo humilde pero intensamente que su esperanza ha empezado a cumplirse en Jesús de Nazaret, los cristianos celebramos la Navidad de Dios (y de los hombres) en Jesús de Nazaret.

En esa línea, entre los judíos que nos enseña mejor a celebrar la Navidad quiero citar a H. Aredt, discípula de Heidegger,perseguida por el nazismo, quizá la mejor antropóloga del siglo XX. Ella nos dice que la Navidad no es un fiesta particular de algunos cristianos, sino fiesta y tarea universal de todos los hombres y mujeres del siglo XXI

Un camino universal de Navidad.

Estos días he venido tratando de la Navidad, entendida en sentido cristiano y de esa forma he presentado a Jesús como Hijo de Dios, nacido de María, a partir de Gal 4, 4 y Jn 1, 13. Desde ese fondo se entienden y avanzan algunas observaciones y propuestas de Hanna Arendt, filósofa e historiadora judía, experta en violencias y totalitarismos.

Nadie ha trazado como ella, que yo sepa, una teoría personal y social del ser humano como nacimiento, promesa y alianza, esto es, del hombre como ser que puede y debe nacer de nuevo, pues no está condenado a repetir siempre lo anterior.

Hanna Aredt es radicalmente judía, pero desde sus bases judíos (que nosotros, los cristianos, entendemos como primer testamento y camino) ha trazado una experiencia clave de la navidad cristiana. Por eso he querido hablar hoy, en el paso entre el 2017 el 2018, en un tiempo de grandes riesgos y deseos de paz, los tres rasgos principales de eso que he llamado la Navidad Judía.

Sí, ya sé que los judíos “tradicionales” (rabínicos, nacionales…) no celebran la Navidad Cristiana, pues dicen que ella va en contra de la pura trascendencia y separación del Dios Uno, de Yahvé, Dios de Israel. Pero eso no quita que la Navidad Cristiana sea la más honda experiencia y culminación del camino judío, tal como lo ha formulado H. Arendt.


Sólo podemos recuperar la Navidad volviendo a su fondo judío,
volviendo a los tres rasgos que H. Arendt ha destacado: La Natalidad, el Perdón y la Promesa

El judaísmo tradicional sigue centrado en la promesa (testimonio y esperanza de futuro). Los cristianos, partiendo del judaísmo, hemos destacado de un modo especial los otros dos elementos judíos de la vida, que son el perdón y la natalidad.

Quiero unir aquí esas tres actitudes, culminando en la Natalidad (que se expresa de un modo especial en la Navidad cristiana). Que estas palabras sirvan de homenaje a todos los judíos de paz que han existido y siguen existiendo, que ellas sirvan de testimonio de eso que quiero llamar la Navidad Judía, tiempo de perdón y de promesa de la vida

1. Perdón.

El primer requisito para alcanzar la paz, en las condiciones actuales de la humanidad, dividida por la imposición de unos, el deseo de revancha de otros y el odio de todos, es el perdón, que viene a revelarse como el único poder que rompe el círculo del eterno retorno del pasado (con su ley de acción y reacción) que encierra a los hombres en su destino de violencia. Dios mismo ha roto ese eterno retorno de la violencia, naciendo entre los hombres (según los cristianos, que culminan y recrean así una profunda tradición judía). En esa línea dice H. Arendt (sin dejar de ser judía):

El descubridor del papel del perdón en la esfera de los asuntos humanos fue Jesús de Nazaret. El hecho de que hiciera este descubrimiento en un contexto religioso y lo articulara en un lenguaje religioso no es razón para tomarlo con menos seriedad en un sentido estrictamente secular (H. Arendt, La condición humana, Paidós, Barcelona 1993, 258.)

El perdón rompe la “lógica” de la venganza (del talión que siempre se repite: ojo por ojo, diente por diente); de esa forma libera al hombre del automatismo de la violencia y permite que su vida trascienda el nivel de la ley, donde nada se crea ni destruye, sino que sólo se transforma. Sólo el perdón nos sitúa en un nivel de gratuidad creadora. El perdón es gracia; de esa forma supera el pasado y abre un comienzo de vida allí donde la vida se cerraba en sus contradicciones y luchas de poder .

H. Arendt contrapone el perdón al castigo (que actúa según ley), añadiendo que los hombres sólo pueden perdonar aquello que son capaces de castigar. La ley tiene un valor, pero el perdón lo sobrepasa. Hay, sin embargo, un “mal radical” que los hombres no pueden castigar ni perdonar, pues se sitúa más allá de sus potencialidades.

“Aquí, donde el propio acto nos desposee de todo poder, lo único que cabe es repetir con Jesús «Mejor le fuera que le atasen al cuello una rueda de molino y le arrojasen al mar»” (Ibid 260). La cita está tomada de Mc 9, 42 par. En esa línea se sitúan las reflexiones de otro pensador judío muy significativo: V. JANKÉLÉVITCH, El Perdón, Seix Barral, Barcelona 1999.

Encerrados en su círculo de acción y reacción eterna, los hombres no podían perdonar… Pero, naciendo en el mundo, Dios puede hacerlo. De esa forma, antes de la muerte en cruz, el nacimiento de Jesús es ya testimonio y promesa de un perdón posible, en línea de humanidad de Dios.

2. La facultad de prometer.

En ese sentido, como he dicho, nacer es prometer…abriendo un camino de perdón (de reconciliación) sobre la tierra. Todo nacimiento es una promesa de vida: Los padres y la sociedad dicen al niño “tú serás”, podrás vivir, te lo prometemos.

La promesa puede entenderse en sentido individual (¡yo prometo!) o sentido dialogal (¡nosotros nos com-prometemos y pactamos!). En un caso y en otro, ella capacita a los hombres para superar la fatalidad de aquello que vuelve siempre de forma necesaria (como puro destino), haciéndoles responsables y creadores de un futuro que, por un lado, les desborda (es don de Dios) y que, por otro, ellos mismos puedan realizar de una manera humana, renunciando a la imposición y a la arbitrariedad.

Nietzsche entendió la capacidad de prometer como el carácter específico del hombre, que (en contra del animal, prendido a un antes y después que no son suyos), puede asumir de manera personal su futuro, dándole un sentido; pero él no supo sacar las consecuencias. En contra de eso, H. Arendt ha mostrado que, más que voluntad de poder y eterno retorno de lo mismo, el hombre es persona porque puede prometer y pactar, trazando de esa forma un futuro nuevo y propio, que puede ser futuro de paz . Ibid 262-264.

Eso significa que la paz no es algo previo, dado ya, sino que puede y debe entenderse como un don, vinculado a la promesa. En esta línea viene avanzando, de un moco consecuente, el pensamiento de J. MOLTMANN, a partir de su Teología de la esperanza, Sígueme, Salamanca 2002 (original de 1964).

Así, cada niño que nace, es una promesa de ida, como ha dicho de forma impresionante el mayor de todos los profetas de la Navidad, que fue Isaías, en el Libro y Pacto del Emmanuel (Is 7-12), en medio de la gran “guerra mundial” del Oriente antiguo, entre Egipcios y Mesopotamios: Una mujer ha concebido y dará a luz y cuidará a su hijo… Esa es la promesa y garantía de la Navidad, perdón y vida, en medio de la guerra.

En ese contexto ha prometido Isaías la llegada del gran pacto ecológico (morarán juntos el lobo y el cordero, la víbora y el niño…) y político: Un niño nos ha nacido, un niño que será el “gran soberano”. Esta es la promesa de crear un reino nuevo para que los niños vivan y crezcan en paz, en Navidad.

3. Natalidad.

Los hombres pueden liberarse de la esclavitud del pasado (perdón) y del futuro (promesa, pacto) porque son cada vez, cada uno, una nueva creación y así nacen: no están hechos desde siempre o fabricados (como cosas), definidos de antemano. Ellos se definan, más bien, a sí mismos como seres natales, que no están fijados de antemano, sino que pueden trazar su trayectoria y ser distintos, lo que ellos mismos quieran:

Sin la articulación de la natalidad estaríamos condenados a girar para siempre en el repetido ciclo del llegar a ser, sin la facultad para deshacer lo que hemos hechos y controlar parcialmente los procesos que hemos desencadenado (H. Aredt, Ibid 265).

La mayor parte de la filosofía y sociología moderna supone que los hombres están hechos, como realidades que en el fondo pudieran intercambiarse. En contra de eso, H. Arendt, lo mismo que H. JONAS, otro testigo y promotor judío de la paz (cf. El principio de la responsabilidad, Herder, Barcelona 1995) ha fundado la paz futura sobre la fragilidad y grandeza del hombre, como ser que nace del cuidado de los otros, para iniciar una existencia cualitativamente nueva.

Nacer significa ser creado y vivir sobre una ley que nos ata a lo que ha sido y debe ser, definiéndonos desde fuera, en un todo que nos determina. Todo nacimiento se define como creación: Es el surgimiento de un ser autónomo, que puede asumir su propia realidad (su destino) y realizarse de esa forma, de manera distinta, autónoma. Por eso, cada nacimiento es una promesa de vida

Ampliación: Un nuevo Nacimiento

H. Arendt ha conducido así las tradiciones de Israel hasta el lugar donde ellas pueden volverse más fecundas, de un modo mesiánico, vinculadas de manera intensa con la raíz del cristianismo (que es, ante todo, mesianismo). No existirá paz sin Navidad, es decir, sin nuevo nacimiento, como aquel que los cristianos celebran en Jesús.

H. Arendt piensa que el futuro de la paz, es decir, de vida humana (porque una nueva guerra mundial puede llevarnos a la destrucción de todos), sólo es posible en coordenadas de gracia, esto es, allí donde los hombres superan el nivel de la pura ley y de la guerra del sistema, abriéndose al milagro de una vida que es don de Dios y que puede ser distinta de aquello que ha sido previamente. La paz es posible si brota, según eso, del milagro del perdón y de la palabra de promesa de los hombres, que sitúan su vida en un nivel donde los gestos primordiales son la fe y la esperanza. Sólo será posible la paz si hay un nuevo nacimiento

–La razón es necesaria, en plano de sistema. Ella funciona en un nivel organización económica y social, pero en sí misma resulta insuficiente. La pura razón cierra a los hombres en aquello que siempre es lo mismo, en la batalla incesantemente repetida por los poderes de la vida, dentro de un todo de violencia. Esto significa que los hombres no viven sólo de pan, ni pueden resolver sus problemas en un plano de argumentación y de poder.

– Más allá de la razón del sistema se extiende un espacio de racionalidad humana más profunda, vinculada al perdón, a la palabra de promesa, a la natalidad. Estos rasgos nos sitúan en un plano más hondo de humanidad. Ellos no niegan el valor de la Ilustración, ni se oponen en modo alguno a los principios de la ciencia y de sus leyes. Pero nos muestran que en un plano de pura ciencia y sistema la vida de los hombres se destruye. O se despliegan como gracia o mueren.

Por eso, para que sea posible la vida de los hombres como tales, para que exista un futuro para ellos, tenemos que pasar del plano de la pura ciencia y ley (que se encarna en forma de sistema) al plano de la comunión en libertad, donde la vida del hombre se define como fe y como esperanza. Sólo en ese contexto (de fe y esperanza personal), es posible el despliegue del perdón, que capacita a los hombres para regalarse gratuitamente la vida, superando el orden del destino, abriéndose a la promesa de la vida que no está fijada de antemano.

Nacer como Jesús. Os ha nacido hoy un salvador

Esto significa que el hombre es más que elemento de un “todo” que se organiza de un modo legal. Los viejos y los nuevos imperios corren el riesgo de encerrar al hombre en el nivel de sus conquistas sociales y económicas, que acaban destruyendo su existencia. Pues bien, la esperanza mesiánica, que nos abre a la paz de la vida compartida (del don de la vida) se expresa y despliega en un nivel más alto, por encima de los cálculos legales y de las coordenadas de un sistema que se impone sobre todos.

Esa paz mesiánica no puede establecerse ni asentarse sobre bases de imposición, sobre un tipo de racionalismo ontológico, como el que ha venido dominando en Occidente a partir de los griegos. Esa paz sólo es posible allí donde los hombres, superando la racionalidad instrumental del sistema, con la pura ley de acción y reacción, dejan que su vida se ilumine y se vuelva creadora en claves de perdón y de promesa, es decir, de fe y de esperanza.

Esta fe y esperanza en el mundo encontró tal vez su más gloriosa y sucinta expresión en las pocas palabras que en los evangelios anuncian la gran alegría: «Os ha nacido hoy un Salvador» (H. Arendt, 266). Las palabras del evangelio (Lc 2, 11) recogen la proclamación mesiánica de Israel, sobre todo la que aparece vinculada al Libro del Emmanuel (Is 7-11) y al Segundo Isaías (Is 40-55).

***

Biblia, Cristianismo (Iglesias), Espiritualidad, Judaísmo , , , , , , , , , , , ,

“¿Sabes cuándo se montó el primer belén o por qué se llaman ‘villancicos’?”, por Saturnino Rodríguez

Lunes, 1 de enero de 2018
Comentarios desactivados en “¿Sabes cuándo se montó el primer belén o por qué se llaman ‘villancicos’?”, por Saturnino Rodríguez

opus-dei-d1c66d11a21e8a08a0532e32821c86a8Comenzamos con una curiosidad sobre el Adviento que prepara la Navidad. El Adviento, como tal, se ‘inventó’ en España, en pleno siglo IV.

En el año 380, todos los obispos de Hispania se reunieron en Zaragoza y hablaron de una preparación para el nacimiento de Jesús, que en los primeros siglos se celebraba el 6 de enero, nuestros actuales “Reyes”. En ese momento, se decidió animar a los cristianos a juntarse en las iglesias a partir del 17 de diciembre, para preparar la “venida del Mesías”. Cuando la Navidad pasó al 25 de diciembre, se crearon los cuatro domingos previos, cada uno con su lectura, su significado y sus propósitos.

El día de Navidad fue oficialmente reconocido en el año 345, cuando por influencia de San Juan Crisóstomo y San Gregorio Nacianceno se proclamó el 25 de diciembre como fecha de la Natividad de Cristo. Pero algunas de las costumbres tradicionales de la Navidad llegaron más tarde, como la de cantar villancicos que no se agregó hasta la Edad Media.

El solsticio de invierno en el origen de la Navidad

En realidad todos sabemos que ni el 25 de diciembre es la fecha del nacimiento de Jesús ni el 6 de enero la fecha de Epifanía (Reyes Magos), aunque el acontecimiento como tal está perfectamente relatado en el Nuevo Testamento.

Los angloparlantes utilizan el término Christmas, cuyo significado es ‘misa (mass) de Cristo’. En algunas lenguas germánicas, como el alemán, la fiesta se denomina Weihnachten, que significa ‘noche de bendición’. Para los latinos las fiestas de la Navidad, como su nombre indica la Natividad es el Nacimiento de Jesús de Nazaret.

El 25 de diciembre los pueblos de la antigüedad celebraban el solsticio de invierno en el hemisferio norte (desde el 21 de diciembre). La adopción a esa fecha se realizó siglos después, empezando por el testimonio del historiador afro-cristiano Sexto Julio Africano en el año 221 acerca de la fecha de nacimiento en Judea y la Cronología litúrgica Filocaliana del año 336 en Roma, fiesta del nuevo sol, o sea la Natalis Invicti, como se decía entonces. San Cipriano de Cartago (s.III) se inclinaba por el nacimiento de Jesús y el sol del solsticio cuando escribía: “¡Oh, qué maravillosamente actuó la Providencia, que en el día en el que nació el Sol, Cristo debía nacer!”.

lgunas festividades que coinciden con ese periodo del solsticio de invierno (diciembre) de culturas paganas mencionan en sus rituales astrológicos a algún dios sol; tales como Apolo y Helios (en Roma y Grecia), Mitra (en Persia), Huitzilopochtli (en Tenochtitlán), entre otros. Los romanos celebraban el 25 de diciembre la fiesta del Natalis Solis Invicti o Nacimiento del Sol invicto, asociada al nacimiento de Apolo. Algunas culturas creían que el dios del sol nació el 21 de diciembre, el día más corto del año.

En la actualidad, prácticamente todas las Iglesias cristianas históricas (Iglesia católica, Iglesia ortodoxa, Comunión anglicana, diversas Iglesias protestantes, etc.) otorgan a la solemnidad de la Natividad o Navidad una importancia tal que se la antecede de un tiempo de preparación, el Adviento, de la misma forma que la Cuaresma constituye el tiempo de preparación para la Pascua.

La “Misa del gallo”, la noche del 24 diciembre

Fue el Papa Sixto III (siglo V d.C.) quien introdujo en Roma la costumbre de celebrar en Navidad una vigilia nocturna, a medianoche, “en seguida de cantar el gallo” (como decían los romanos) en un pequeño oratorio, llamado “ad praesepium”, (ante pesebre), situado tras el altar mayor de la Basílica de Santa María la Mayor de Roma. La palabra pesebre se deriva del latín praesepem que significaba “cajón para la comida de los animales”. Queda pues claro que lo del “gallo” no tiene nada que ver con la costumbre de algunos lugares de comer gallo al horno en la cena de “Nochebuena“.

Por Navidad, los cristianos africanos se reúnen y leen pasajes de la Biblia. Posteriormente realizan bailes y cantos al aire libre. En Etiopía realizan una ceremonia bañándose en los ríos. Y tas esta curiosidad vamos con otras más sobre costumbres navideñas muy arraigadas popularmente.

El “Nacimiento”, “Portal de Belén” o “Pesebre”

La tradición de instalar el Belén en el mundo se remonta al año 1223, en una Navidad de la villa italiana de Greccio. En esta localidad, San Francisco de Asís reunió a los vecinos de Greccio para celebrar la misa de medianoche.

Al rededor de un pesebre, con la figura del Niño Jesús, moldeado por las manos de San Francisco, se cantaron alabanzas al “misterio del Nacimiento”; en el momento más solemne de la misa, según la tradición, aquella figura inmóvil adquirió vida, sonrió y extendió sus brazos hacia el Santo de Asís.

El milagro se había producido ante la vista de todos, y desde entonces la fama de los “Nacimientos” y su costumbre se extendió por todo el mundo. El Papa Juan Pablo II, en 1986, a petición de las asociaciones belenistas de todo el mundo, proclamó a San Francisco de Asís Patrón Universal del “belenismo“.

La tradición italiana fue pasando al resto de Europa, al principio como práctica eclesiástica, después aristocrática y finalmente popular. Así ocurrió en España cuando en el s.XVIII el rey Carlos VII de Nápoles pasó a ser rey de España y promovió la difusión de los nacimientos entre la aristocracia española, llegando posteriormente a la práctica popular en la toda España y en América, en iglesias, comercios y casas. Las “Asociaciones de “belenistas” en bastantes países son toda una escuela de arte, ornamentación y diseño.

Es frecuente instalar solamente el “Misterio”, que es la escena fundamental de El Niño, María, José y el buey, símbolo del evangelista Lucas que simboliza la paciencia y el trabajo y el asno, que acompaña símbolo de humildad. ¡Ah!… y los pastores y Reyes.

Es interesante destacar, que en la ciudad de San Cristóbal de La Laguna en la isla de Tenerife en España, que es Patrimonio de la Humanidad, es el primer lugar del que se tiene constancia en este país, de que se expuso de forma pública en una casa particular y fuera de lo que es un templo, un “Portal de Belén” para disfrute de todos los vecinos.

Ocurrió en el siglo XVII en el domicilio de la familia Lercaro que hoy alberga el Museo de Historia de Tenerife en el que se conserva este precioso Belén procedente de Génova en Italia. Y fue el santo tinerfeño Pedro de San José Betancur, franciscano y fundador de la Orden Betlemita y también en el siglo XVII, uno de los principales precursores del belenismo en las tierras americanas descubiertas por los españoles.

Los “villancicos”

Los villancicos son una forma musical y poética, tradicional de España y Portugal y América latina, muy popular entre los siglos XV y finales del siglo XVII para celebrar el nacimiento del Niño Jesús. La costumbre quiere recordar a los muchos profetas que anunciaban el nacimiento del Salvador.

Se llaman villancicos por ser la gente de la villa, los villanos, quienes adaptaron los antiguos himnos y cantos en latín con los que la Iglesia recordaba la llegada de Jesús, transformándolos en canciones muy dulces. Los primeros se originaron, según se cree, en Inglaterra, en la época de Enrique I en que los cantos en latín amenizaban las fiestas de la Corte. “El Canto del Jabalí”, era llamado canto del villano, y una especie de diminutivo se transformó en villancico para designar estos coros o estribillos.

El villancico “Noche de paz, noche de amor”

Cada 24 de diciembre, miles de turistas se trasladan a Oberndorf, cerca de Salzburgo (Austria), donde hace casi 200 años fue compuesta la canción “Noche de Paz“, quizá el villancico más conocido del mundo.

Fue traducida a 330 idiomas y fue creada casi por casualidad, porque en 1818- dos días antes de Navidad -se había estropeado el órgano de la iglesia de san Nicolás la parroquia del padre Joseph Mohr. Para no decepcionar a sus feligreses, el sacerdote pidió a su amigo Franz Xaver Gruber, maestro y organista del vecino pueblo de Arnsdorf, que compusiera una melodía para un texto de Navidad.

En la “Misa del gallo” de ese 24 de diciembre, Joseph Mohr, cura con voz de tenor y que tocaba la guitarra, y Gruber, que poseía una bella voz de bajo, interpretaron por vez primera en alemán “Noche de Paz”. Hecho inhabitual en la época, cuando los textos religiosos se redactaban sólo en latín. Pero Mohr consideraba que una letra simple y comprensiva era lo más adecuado para sus feligreses.

En 1831, un coro que se dedicaba a cantar aires populares del Tirol incorporó el villancico del padre Mohr a su repertorio durante una gira por Prusia. De allí, la canción viajó a Nueva York, donde fue interpretada por un coro tirolés en 1839 pero donde sus autores y su origen permanecieron desconocidos.

Treinta y seis años más tarde, la corte real de Prusia, que buscaba el original de la partitura, consultó al párroco de San Pedro de Salzburgo, quien para sorpresa general respondió que Mohr y Gruber, muertos en el anonimato respectivamente en 1848 y 1863, eran los autores del villancico que se había atribuido al compositor austríaco Michael Haydn.

La Novena de Aguinaldos y las Posadas

La Novena de Aguinaldos” es una costumbre católica, arraigada en Colombia, Venezuela y Ecuador, análoga a las Posadas que se celebran en México y Centroamérica (Honduras, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica y Panamá). Las Posadas las crearon los primeros evangelizadores con el fraile agustino Diego Soria (1587), que obtuvo del papa Sixto V indulgencias para la realización de las nueve misas de aguinaldo en los días anteriores a la Navidad.

La “Novena de Aguinaldos” fue creada por el franciscano ecuatoriano Fernando de Jesús Larrea que en 1725 fue predicador en Ecuador y Colombia. Se trata de una oración rezada durante nueve días (novena) en la época previa a la Navidad (época de aguinaldos).

Con el tiempo y más ampliamente se ha convertido en un evento social, en el que en torno a la “novena” se reúnen los miembros de la familia en los hogares, los trabajadores en sus compañías y las comunidades en los parques o en los centros comerciales con fiestas varias.

El árbol de Navidad

El árbol de Navidad decorado, se cree que apareció a principios del siglo XVII, en Alemania. En 1605, un árbol fue decorado para ambientar el frío de la Navidad, costumbre que se difundió rápidamente por todo el mundo.

El primer árbol de Navidad iluminado con lámparas eléctricas se instaló en casa de Edward Johnson. Debió de ser una mañana invernal de 1882 cuando Edward Johnson, asistente de Edison, iluminó por primera vez el árbol de Navidad. Medio siglo después el Rockefeller Center de Nueva York hacía lo propio con su descomunal abeto, y antes del nuevo milenio los arbolitos de todo el mundo lucían las guirnaldas luminosas de Johnson. La comida típica de Navidad es cordero, pato, pescado, salchichas o ensalada de papas o de fideos.

Desde 1931, cuando los contratistas de este legendario edificio levantaron un abeto en los terrenos aledaños, una personalidad estadounidense rinde su particular tributo a Johnson encendiendo las cinco mil luces del árbol navideño más famoso de América. Barack Obama fue el encargado de ‘encender’ Nueva York en 2012, un privilegio que recaerá este año sobre Lady Gaga y Tony Bennett.

El árbol de Navidad llegó a Finlandia en el año de 1800, que lo acogió rápidamente por la cantidad de bosques que tiene. Finlandia además tiene algo que los demás no tienen: Papá Noel vive allí. También se le puede ir a visitar en muchas de sus atracciones y hay algunos arreglos de decoracióon navideña que son muy finlandeses. De allí se extendió por el resto de países nórdicos. Llegó a Inglaterra en 1829, y fue el príncipe Alberto, esposo de la reina Victoria, quien ordenó adornar el castillo de Windsor con un árbol navideño en 1841. En Suecia, mantienen el árbol adornado y con sus luces hasta 20 días después de la Navidad.

Colocan estrellas y manzanas por todo el árbol, que simbolizan a Adán y Eva (ya que es el santo que se celebra ese día: todos los Adán y Eva de Finlandia celebran también su santo el 24 de diciembre). Por supuesto, las bolas de colores también están allí.

En Suecia se mantiene el arbolito adornado y con luces hasta 20 días después de la celebración de Navidad.

Finalmente, los finlandeses decoran sus puertas y estancias en muchas ocasiones con ramilletes de flores y ramas navideñas, normalmente con un ribete rojo. Si quieren hacer que la entrada a sus casas sea más hogareña estos días, probablemente se hagan ellos mismos linternas de hielo.

El acebo y el muérdago

El muérdago (o acebo) representa en Navidad una demanda a la divinidad de prosperidad. Fue objeto de gran veneración por parte de los galos que se reunían en torno de las encinas cargadas de muérdago para hacer sus oraciones bajo el sacerdocio de los druidas.

La estrella de Navidad es originaria de Filipinas: allí se hacen antorchas en forma de estrellas de 5 puntas, que iluminan la entrada de las casas. Suele colocarse en la parte superior del árbol de Navidad.

Papá Noel, Santa Claus o San Nicolás

Papá Noel, Santa Claus y San Nicolás (o Sanctus Nicolaus, nombre del que Claus es una contracción) son los nombres con los cuales se conoce universalmente al personaje legendario que según la cultura occidental trae regalos a los niños por Navidad (la noche del 24 al 25 de diciembre).

Todo deriva del mismo personaje mítico del solsticio de invierno que el cristianismo sincretízó en el misionero de origen griego llamado Nicolás, que vivió en el siglo II en los valles de Licia, Anatolia (actual Turquía) llegando a ser obispos de Myra. Murió un 6 de diciembre y fue proclamado santo e inspiró la figura de Papá Noel en los Estados Unidos.

Era una de las personas más veneradas por los cristianos de la Edad Media por su gran bondad y protección de pobres y niños. Tal fue la admiración que sintieron por él que se convirtió en santo patrón de Grecia, Turquía, Rusia y Lorena (Francia). Sus reliquias se conservan en la basílica de San Nicolás de Bari en Italia a donde las trasladaron los cristianos -antes griegos- las llevaron en secreto en 1087 cuando los musulmanes invadieron el territorio que hoy es Turquía, los cristianos lograron sacar en secreto sus reliquias (1087).

La transformación: De “San Nicolás” a Santa Claus y Papá Noel se cree que sucedió alrededor del año 1624 cuando los inmigrantes holandeses fundaron la ciudad de Nueva Ámsterdam, más tarde llamada Nueva York. Obviamente llevaron sus costumbres y mitos, entre ellos el de Sinterklaas (San Nicolás en neerlandés), su patrono (cuya festividad en Holanda es entre el 5 y el 6 de diciembre). En 1809 el escritor Washington Irving en Estados Unidos escribió la sátira Historia de Nueva York, en la que deformó al santo holandés, Sinterklaas, en la burda pronunciación angloparlante Santa Claus.

Saturnino Rodríguez

Fuente Religión Digital

Biblia, Espiritualidad ,

“Entregamos 2017… ¡Acogemos 2018! “, por Marifé Ramos.

Lunes, 1 de enero de 2018
Comentarios desactivados en “Entregamos 2017… ¡Acogemos 2018! “, por Marifé Ramos.

1-eneroSilenciamos lo que nos rodea y lo que bulle en nuestro interior, para conectar mejor con el espacio sagrado que hay en lo más profundo de nuestro ser. Nos ayudarán también la postura corporal, la respiración, un símbolo, una sencilla oración y alguna Palabra.

Empezamos por recordar los encuentros con Dios que nos han ido configurando y transformando a lo largo del año. Los recordamos, recreándonos en cada uno de ellos. El Señor está conmigo, con nosotros, como está con María y con cada personaje de la Biblia. En muchos momentos su presencia ha sido ligera, como la brisa, en otros ha sido fuerte. Agradecemos cada huella, cada encuentro, como un regalo de incalculable valor.

¿Qué personas han sido don de Dios este año? Recordamos sus nombres, sus rostros y lo que nos han aportado. Con un gesto, vamos entregando al Abbá a estas personas, pidiendo su bendición sobre cada una de ellas.

También tomamos conciencia de las relaciones que nos han atrapado como en una red y oramos para recuperar la libertad y cortar los sutiles hilos emocionales que nos impiden vivir, con toda libertad, al soplo del Espíritu.

¿Qué Palabras de la Biblia nos han despertado vida, nos han consolado y ayudado? ¿Cuáles nos han sacudido e impulsado? Repetimos esas palabras o frases como si fuera la última vez que podemos hacerlo, o como si las pronunciáramos delante de Dios, en su presencia. ¿Qué llamadas percibimos para acoger mejor la Palabra en 2018?

Recordamos experiencias gozosas que hemos vivido en la liturgia. Hemos podido celebrar la vida y la muerte, cantar, orar, interceder, alabar… ¿Cómo agradecemos al final del año tanta riqueza? ¿Cómo podríamos celebrar la vida el próximo año?

Paseamos por la naturaleza, reconociendo la presencia de Dios en las flores, las plantas y los árboles. Agradecemos el oxígeno, la lluvia, el sol, la belleza… y los alimentos que nos ha dado la naturaleza. ¿Cómo hemos vivido en armonía con la madre tierra? ¿Qué errores hemos cometido? ¿Qué llamadas descubrimos?

Observamos nuestro frigorífico y los armarios de la cocina o la despensa. Tomamos conciencia de cómo hemos adquirido y comido el pan de cada día. ¿Somos conscientes de que vivimos en un mundo en el que millones de personas pasan hambre y sed a diario? ¿Cómo transformamos nuestro bienestar en trabajo por la justicia? Si nuestro compromiso con los más pobres del Reino ha sido deficiente ¿cuáles han sido las raíces de nuestra falta de compromiso? ¿Qué podemos hacer el año que empieza para compensarlo?

El Evangelio nos invita a vivir el kairós, el tiempo oportuno, la hora de Dios. ¿Vivimos enredados en el “cronos”, corriendo de un sitio a otro, como si fuéramos galgos y ejecutivos del Reino? ¿Nos hemos parado, de vez en cuando, a ajustar nuestro hacer con el ritmo de Dios, con su kairós?

Recordamos aquellos espacios en los que durante este año hemos tenido experiencias fundantes en la fe. ¿Cómo hemos cuidado esos espacios y las experiencias? ¿Con qué gesto entregamos todo lo que nos ha enredado en la superficialidad o la inconsciencia?

Nuestro ego es insaciable en su voracidad y se manifiesta a través de continuos “brotes” de egoísmo. ¿Cómo hemos alimentado el ego este año? ¿En qué fuentes tóxicas hemos bebido? ¿Hemos sido conscientes de que el seguimiento de Jesús implica caminar hacia la muerte del ego? Recordemos las frases, gestos y actitudes en las que el ego ha salido triunfador en los enfrentamientos con otras personas y las entregamos al buen Dios. Aprendemos de los errores que hemos cometido.

Jesús ha venido “a salvar lo que estaba perdido”. En este año que acaba ¿qué hemos creído que estaba perdido en nosotros mismos o en nuestra familia, comunidad, grupo, etc.? ¿Qué hemos dejado perder en la misión, por falta de esperanza? ¿Qué ponemos en las manos del Abbá, para que sea sanado y salvado? ¿Esperamos pocas novedades porque ya estamos cansados o tenemos miedo de las novedades de Dios? ¿Cómo hemos vivido la esperanza y la desesperanza este año? ¿Qué llamadas descubrimos para 2018?

Dios nos sueña santos y santas. Nos sueña tan originales, únicos e irrepetibles que no tenemos ningún modelo delante para copiarlo. No podemos darnos cuenta de dónde estamos ni como avanzamos o retrocedemos. Nuestro camino es único y lo roturamos cada día. Es un camino de confianza y fidelidad diarias. ¿Creemos que “El que ha empezado su obra en vosotros la llevará a término”? (Filipenses 1, 4-ss) ¿Cómo hemos vivido este año la llamada a la santidad? ¿Hemos conectado con el sueño de Dios y su utopía?

Cada mañana, el Maestro nos ha enviado a sembrar en su Reino, con los bolsillos repletos de semillas; nos ha señalado la parcela que convenía sembrar ese día y el talante con el que debíamos hacerlo. Al despertarnos cada día ¿hemos sido conscientes del don y la misión que hemos recibido?

Al caer la noche, el Maestro nos ha animado, motivado, corregido, impulsado, abrazado, perdonado… ¿le hemos entregado la basura del día, para acoger a la mañana siguiente nuevas semillas, con las manos abiertas y el corazón disponible?

¿Qué túneles hemos atravesado este año?: ¿Noche oscura? ¿Enfermedad? ¿Sufrimiento? ¿Soledad? ¿Miedos?… En medio de lo que hemos considerado desgracia, ¿cómo hemos percibido la Gracia? ¿Qué hemos aprendido en esas travesías?

¿Cómo nos preparamos para acoger el Año Nuevo?

Cerramos el año 2017 transformando en sabiduría los errores que hemos cometido; guardaremos esa sabiduría como un tesoro. Entregamos este año que hemos vivido, a través del sacramento del perdón o con el gesto que nos parezca más apropiado.

Recordamos que Jesús “tomó nuestras flaquezas y cargó con nuestras debilidades” (Mt 8, 17). Al entregarle la basura del año que acaba, dejamos espacio vital para acoger lo que necesitaremos el nuevo año. Nos ayudarán las palabras de san Pablo a los Colosenses:

“Como pueblo elegido de Dios… sea vuestro uniforme la misericordia entrañable, la bondad, la humildad, la dulzura, la comprensión… El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo. Y por encima de todo, el amor… Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón… La palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza… Cantad a Dios, dadle gracias de corazón… Y, todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre del Señor Jesúsdando gracias a Dios Padre por medio de él” (3, 12-17)

Es un texto muy claro. No necesita explicación. Lo que hace falta es que entrelacemos estas palabras con nuestra realidad cotidiana, para acoger cada día con un corazón pacificado… y para vivirlo ajustándonos a la realidad, no desde nuestros deseos, añoranzas o miedos.

¡Os deseo que 2018 sea un año lleno de Gracia!

Marifé Ramos González

Fuente Fe Adulta

Espiritualidad , ,

La Comunidad Apostólica Fronteras Abiertas (CAFA)

Lunes, 1 de enero de 2018
Comentarios desactivados en La Comunidad Apostólica Fronteras Abiertas (CAFA)

La Comunidad Apostólica Fronteras (CAFA) nos envía su felicitación:

efa65aff-66d3-4c3b-b0ac-c02116c10bb7


El Señor te bendiga y te proteja,
ilumine su rostro sobre ti
y te conceda su favor.
El Señor se fije en ti
y te conceda la paz.
(Nm 6, 24-26)

Al comenzar este año, te pedimos Señor que estés presente en nuestra vida para que todos los días estén llenos de tu luz y puedan verla quienes nos contemplan.

La Comunidad Apostólica Fronteras Abiertas te desea un feliz año nuevo 2018.

***

General , ,

Recordatorio

Las imágenes, fotografías y artículos presentadas en este blog son propiedad de sus respectivos autores o titulares de derechos de autor y se reproducen solamente para efectos informativos, ilustrativos y sin fines de lucro. Yo, por supuesto, a petición de los autores, eliminaré el contenido en cuestión inmediatamente o añadiré un enlace. Este sitio es gratuito y no genera ingresos.

El propietario del blog no garantiza la solidez y la fiabilidad de su contenido. Este blog es un lugar de entretenimiento. La información puede contener errores e imprecisiones.

Este blog no tiene ningún control sobre el contenido de los sitios a los que se proporciona un vínculo. Su dueño no puede ser considerado responsable.