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A diez años del crimen de odio del prefecto Octavio Romero, la Justicia tiene frenada la causa

Lunes, 28 de junio de 2021
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64265188_2528900533788806_8629616451977740288_nOctavio Romero iba a ser el primer prefecto gay de las Fuerzas Armadas en contraer matrimonio igualitario. Meses antes de la boda desapareció y fue hallado muerto con signos de golpes en el Río de la Plata. Desde entonces su pareja busca justicia.

El viernes 11 de junio se cumplen diez años del crimen de Octavio Romero, Suboficial de la Prefectura Naval Argentina, cuya investigación avanzó a pasos milimétricos, lo que llevó a que en 2018 el caso fuera admitido por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para evaluar si la Argentina es responsable de violar derechos humanos. Hasta hoy, no hay imputados y hace años la causa no avanza.

Octavio Romero y Gabriel Gersbach iban a a ser el primer matrimonio homosexual de las Fuerzas Armadas, luego de que el 15 de julio de 2010 se aprobara la Ley de Matrimonio Igualitario en Argentina (N° 26.618). Sin embargo, el destino fue otro.

Tras avisar a sus superiores sobre el casamiento -petición obligatoria en ese momento-, el Romero comenzó a recibir hostigamientos en su lugar de trabajo y siete meses antes de la boda, desapareció en circunstancias dudosas. Seis días después, el 17 de junio de 2011, un lanchero halló su cadáver desnudo, golpeado y con 2,06 gramos de alcohol en sangre, en la costa del Río de la Plata, en Vicente López.

La noche de la desaparición

El día de su desaparición, un sábado con frío y nublado, Octavio se preparaba para ir a una fiesta de cumpleaños. Gabriel, que es taxista, le ofreció llevarlo, pero su pareja desistió porque todavía le quedaban cosas por hacer. Llevaba un saco de pana color bordó y acomodaba las botellas que iba a llevar. “Me dio dos besos en la boca diferentes, me miró como que algo estaba pasando. Y quedó ahí. Fueron los últimos besos que nos dimos, yo me fui y no vi nada. Cuando volví a casa, dos o tres horas después estaban todas las luces prendidas y no había nadie”, contó Gersbach sobre ese momento.

Al día siguiente, al no tener señales de su novio, Gabriel fue a hacer la denuncia de su desaparición. “En doce años de relación nunca me pasó, éramos culo y calzoncillo nosotros. Todo el tiempo mensajito, éramos muy amigos”. Primero se dirigió a la comisaría N°1, cercana a su domicilio, pero le informaron que no iban a tomar allí la denuncia así que lo trasladaron a la comisaría N°15, sin darle explicaciones sobre la derivación. Una vez allí y luego de declarar dos veces, se presentaron dos superiores de Octavio. Uno de ellos le ofreció su tarjeta y le dijo: “Cualquier cosa estoy a disposición”.

“Yo no sabía nada al principio, después lo terminé sabiendo. Siempre que en un matrimonio uno desaparece, el primer sospechoso es la pareja por protocolo y durante el primer momento sospechaban de mí”, contó a Presentes Gabriel. Pasados dos años desde la muerte de Octavio, Gersbach logró finalmente ser querellante de la causa que investiga la Fiscalía en lo Criminal de Instrucción Nº40 de la Ciudad de Buenos Aires, a cargo de Estela Gloria Andrades de Segura.

Al tener conocimiento del caso, el abogado y activista LGBT+ Pedro Paradiso Sottile se acercó junto a César Cigliutti, en ese momento a través de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA), para ofrecerle acompañamiento y representarlo. “Yo no tengo ingresos para costear abogados, apenas me puedo bancar. Ellos me ayudaron muchísimo”, dijo Gersbach. Actualmente, a Gabriel lo acompañan y representan Paradiso Sottile, presidente de Fundación Igualdad y director ejecutivo de Ilga Lac, y la abogada Constanza Argentieri de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ).

El informe

parisUn hito en el desarrollo de la investigación ocurrió en 2015 cuando llegó a la fiscalía y al periodista Franco Torchia -que anteriormente había entrevistado en dos oportunidades a Gabriel- un informe que narraba en detalle la consecución de hechos que llevaron al crimen de Octavio, la noche del 11 de junio de 2011. En sus páginas se detallaba que el prefecto Romero había sido secuestrado y torturado por un grupo de integrantes de la Prefectura Naval Nacional para evitar el matrimonio entre miembros de la fuerza y que la operación estaba archivada en un disco rígido en el Edificio Guardacostas.

“El informe fue importantísimo porque fue un poco lo que confirmó y legitimó la hipótesis de crimen de odio que Gabriel vino sosteniendo desde el principio y que nosotros como sus representantes también venimos sosteniendo”, dijo Constanza Argentieri a Presentes.

A partir del informe, tanto la Fiscalía como la querella solicitaron que se realizara un allanamiento con el objetivo de encontrar el disco rígido. Sin embargo, el Juez de la causa denegó la solicitud por considerar que el informe “carecía de verosimilitud”. Ante esto se interpusieron dos recursos en contra de esta decisión, los cuales también fueron denegados hasta que el 10 de noviembre de 2015 la Cámara de Apelaciones en lo Criminal y Correccional aprobó la solicitud basando su decisión en que “la información merece atención”. Pero debido a la demora el allanamiento se hizo dos meses después de la solicitud, no se encontró el dispositivo y para ese momento los superiores de Octavio habían sido removidos o estaban retirados.

La Justicia no quiere investigar

“La actuación de la fiscalía y el tribunal ha sido muy deficiente y no por negligencia: creo que ha sido deliberadamente deficiente. Se ha presentado en el marco de la causa desde el primer día la línea de investigación o la hipótesis que nosotros seguimos sosteniendo de crimen de odio”, sostuvo la abogada y agregó: “hay muchas, muchísimas señales y pruebas de que en el asesinato de Octavio hubo personas involucradas de la propia Prefectura Naval y no ha habido por parte ni de la fiscalía ni del juzgado ninguna intención de investigar esa hipótesis”.

“Aparte hubo en un primer momento hubo un enorme prejuicio hacia Gabriel, siendo él el principal sospechoso sin ninguna prueba, desde un lugar absolutamente prejuicioso en relación a la orientación sexual de Octavio y a la de Gabriel”, continuó Argentieri. Los números de teléfono de la Fiscalía no dan tono y las consultas realizadas vía mail no fueron respondidas hasta el momento de escritura de esta nota.

La intervención de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos

flyer+tavoPor la falta de avances en la investigación, Gabriel Gersbach junto a la CHA y ACIJ presentaron el caso en 2012 ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, uno de los dos organismos de la Organización de los Estados Americanos (OEA) creado para la observancia y defensa de los derechos humanos. “Nos parecía que tenía sentido por lo emblemático que es el caso en Argentina, porque no encontrábamos respuestas y ya habíamos agotado todas las posibilidades de que avanzara a nivel interno”, explicó Argentieri sobre la decisión. En 2018, el caso fue admitido y la CIDH emitió un informe sobre el asesinato de Romero, que indica que el caso cumple con los requisitos para que la Comisión evalúe si la Argentina violó derechos humanos específicos. 

Actualmente, la defensa volvió a tener conversaciones con el Estado argentino, en el marco del proceso internacional. “Vemos con mucho optimismo la reanudación del diálogo y las posibilidades de encontrar una solución prontamente”, expresó la abogada de ACIJ.

Sobre el caso, Argentieri anhela que “pueda servir y que sea un quiebre en lo que es la formación del poder judicial, en la prevención del daño que genera la estigmatización que los funcionarios y las funcionarias del poder judicial muchas veces tienen frente a este tipo de casos”. Y aseguró: “Es un caso paradigmático en lo que es la población LGBTI y los crímenes de odio”.

“A esto hay que sumar que a diez años de injusticia hoy pedimos por la aparición de Tehuel”, dijo el abogado Pedro Paradiso Sottile, en referencia a la necesidad urgente de una justicia con perspectiva de diversidad sexual y de género.

Por su parte, Gabriel, que lleva diez años luchando para esclarecer la muerte de su ser querido, afirmó: “Voy a hacer lo imposible para dejar el nombre de Octavio bien en alto, lo más alto posible, porque él era una persona que quería llegar lejos y no lo dejaron”.

Fuente Agencia Presentes

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El Estado argentino reconoció que no investigó el crimen de odio de Octavio Romero y firmó un acuerdo histórico

Lunes, 19 de septiembre de 2022
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El prefecto Octavio Romero fue brutalmente asesinado en 2011 pero la Justicia no lo investigó como crimen de odio. Hasta hoy está impune.

 El Estado argentino reconoció su responsabilidad por la falta de adecuación a los estándares internacionales en la investigación del crimen del prefecto Octavio Romero, ocurrido hace once años. Por primera vez en la historia de la Argentina y de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos se pactó un acuerdo de solución amistosa en torno a un crimen de odio.

El acuerdo se firmó hoy en Salón Puiggrós del Archivo Nacional de la Memoria, en la Ciudad de Buenos Aires y contó con la presencia de Gabriel Gersbach, querellante y pareja en ese entonces de Romero. En el momento de su asesinato se estaban por casar. También estuvieron presentes Andrea Pochak, subsecretaria de Protección y Enlace Internacional en Derechos Humanos; Pedro Paradiso Sottile, presidente de la Fundación Igualdad; Celeste Fernández, directora adjunta de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ); y Víctor Madrigal-Borloz, experto independiente sobre la protección contra la violencia y la discriminación por motivos de orientación sexual o identidad de género de ONU.

«Esto deja un precedente para intentar que esto no se repita. Que no haya otro Octavio Romero, no haya más casos de discriminación. Esto abre puertas y calma un dolor de muchos años», dijo Gabriel en el acto, al que asistió vestido con prendas que eran de Octavio.

Por impulso de Gabriel y del activismo LGBT+, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) tomó el caso en 2018.

«El Estado argentino reconoce su responsabilidad internacional por la falta de adecuación de la investigación penal a los estándares internacionales, especialmente la debida diligencia reforzada que rige en materia de violencia por motivos de género, aplicable a los crímenes contra el colectivo LGBTIQ+», afirma el acuerdo. También reconoce que «la inexistencia de una respuesta judicial adecuada tuvo un severo impacto sobre la integridad personal de Gabriel Gersbach, pareja y conviviente de Octavio Romero».

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Los hostigamientos y el crimen de odio

A un año de sancionada la Ley de Ley de Matrimonio Igualitario (N° 26.618), Octavio y Gabriel iban a ser el primer matrimonio homosexual al interior de las Fuerzas Armadas. Para ello, el suboficial de la Prefectura Naval Argentina, que entonces tenía 33 años, debió avisar a sus superiores sobre el casamiento ya que era una petición obligatoria en ese momento. Desde entonces comenzó a recibir hostigamientos en su ámbito laboral y siete meses antes de la boda desapareció.

“En doce años de relación nunca me había pasado, éramos culo y calzoncillo nosotros. Todo el tiempo mensajito, éramos muy amigos”, contó a Presentes Gabriel sobre el momento en que no obtenía noticias de su novio. Ante su ausencia hizo la denuncia en la Comisaría N° 15. Luego de declarar dos veces, se presentaron dos superiores de Octavio. Uno de ellos le ofreció su tarjeta y le dijo: “Cualquier cosa estoy a disposición”.

El 17 de junio de 2011, seis días después de su desaparición, un lanchero halló su cadáver en la costa del Río de la Plata y su intersección con la avenida San Martín, en la localidad bonaerense de Vicente López. Ese lugar se encontraba dentro de la jurisdicción de la Prefectura Naval Argentina. Estaba desnudo, golpeado y con 2,06 gramos de alcohol en sangre.

La causa judicial 

Las organizaciones LGBT+ reclaman que se trató de un crimen de odio y que la causa (N° 65761/11) estuvo “parada” durante muchos años. Luego de 11 años desde el crimen, el Poder Judicial no brindó avances en la investigación. La causa la llevó adelante Juzgado Nacional de 1ra. Instancia en lo Criminal de Instrucción Nº 24, a cargo entonces del juez Juan Ramos Padilla. Actualmente, la Fiscalía en lo Criminal de Instrucción Nº 40 de la Ciudad de Buenos Aires investiga el caso como “NN (‘no name’, es decir, autor desconocido) sobre homicidio”.

La causa en el poder judicial nunca avanzó. No se tuvo en cuenta la perspectiva de diversidad y de derechos humanos ni que fue un crimen de odio. Por eso decidimos ir a la CIDH. El acceso a la justicia para la comunidad LGBT siempre es difícil”, dijo a Presentes el abogado y activista LGBT Pedro Paradiso Sottile. Desde la Fundación Igualdad -la cual preside- y junto a la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ) representan a Gabriel en el litigio.

Las pruebas y el periodismo

En 2015 ocurrió un hecho clave para la investigación del caso. Llegó al periodista Franco Torchia un informe que narraba en detalle la consecución de hechos que llevaron al crimen de Octavio. En sus páginas detallaba que el prefecto había sido secuestrado y torturado por un grupo de integrantes de la Prefectura Naval Nacional para evitar el matrimonio entre miembros de la fuerza. Además, que la operación estaba archivada en un disco rígido en el Edificio Guardacostas.

Era un informe anónimo fuertísimo que detallaba muy pormenorizadamente qué le había pasado al cuerpo de Octavio y por qué lo habían asesinado como lo asesinaron. Rápidamente se lo di a Gabi para que se lo acercara a la fiscalía”, narró a Presentes Torchia. Desde hace años cubre el caso en su programa de radio “No se puede vivir del amor”. Sin embargo, aclaró que “significó lo mismo que nada”.

La Fiscalía y la querella solicitaron que se realizara un allanamiento con el objetivo de encontrar el disco rígido. Sin embargo, el Juez de la causa, Juan Ramos Padilla, denegó la solicitud por considerar que el informe “carecía de verosimilitud”. Ante esto se interpusieron dos recursos en contra de esta decisión, los cuales también fueron denegados. Finalmente, el 10 de noviembre de 2015 la Cámara de Apelaciones en lo Criminal y Correccional aprobó la solicitud. El allanamiento se hizo dos meses más tarde. No se encontró el dispositivo y para ese momento los superiores de Octavio habían sido removidos o estaban retirados.

Durante años el caso tuvo una mínima repercusión mediática. “Fue muy conocido en su momento: ni bien Octavio desaparece hasta que el cuerpo se encuentra asesinado en Costanera Norte. Luego con el paso de los meses desapareció de los medios, como suele pasar”, indicó Torchia.

El año pasado se cumplieron 10 años desde el crimen y los medios elaboraron distintos informes. “¿Cómo vi esos informes? Mal. Muy edulcorado, muy tratado desde la historia de amor, cobarde en muchos casos. Acá hay que hablar directamente de la impunidad del Estado”, agregó el periodista.

El recorrido en la justicia internacional

En 2012, Gersbach presentó el caso ante la CIDH y en el 2018 fue admitido. En ese momento, el organismo emitió un informe que indicó que el caso cumple con los requisitos para que la Comisión evalúe si la Argentina violó derechos humanos específicos. Desde 2021 hubo reuniones entre el Estado nacional y Gabriel Gersbach junto a sus representantes. Estos intercambios concluyeron en la firma del acuerdo de solución amistosa.

“Este momento nos parece increíble: tener el derecho a estar contentos, a sentir felicidad. Lo terrible que provoca la impunidad, el silencio cómplice, la falta de acceso a la justicia, es que dificulta la posibilidad de sentirse bien frente a un hecho que es histórico”, dijo Paradiso Sottile.

Además de reconocer la responsabilidad del Estado argentino en la falta de investigación sobre el caso, el acuerdo detalla una serie de compromisos. La Relatoría sobre los Derechos de las Personas Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos está a cargo del monitoreo, control y seguimiento de los compromisos. Para ello, el Estado elaborará informes semestrales acerca del grado de cumplimiento de las medidas.

Los compromisos que asumió el Estado

– El Estado deberá difundir el acuerdo en el plazo máximo de 6 meses desde su publicación en el Boletín Oficial. Lo hará en las páginas web de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI). También en un diario de amplia circulación nacional.

– También se comprometió a brindar “todo el apoyo que pueda requerir la fiscalía interviniente en la investigación de los hechos relacionados con la muerte de Octavio Romero”.

– A través del canal educativo y cultural “Encuentro” se elaborará un especial documental. Será sobre la diversidad sexual en las fuerzas de seguridad, en memoria y homenaje de Octavio. Quedará disponible en la plataforma Cont.ar y se distribuirá en escuelas.

– El Estado brindará apoyo para la realización de un mural en memoria del Romero.

Los ministerios

El Ministerio de Seguridad de la Nación dictará el “Protocolo de actuación frente a denuncias por discriminación en razón de la orientación sexual y/o identidad de género, su expresión y característica sexual. También impulsará una jornada anual de sensibilización destinada a cadetes y aspirantes que deseen ingresar a las fuerzas de seguridad federales. Se comprometió a trabajar en la incorporación de la perspectiva de género y diversidad sexual en la capacitación de docentes e instructores de los Centros de Entrenamiento Policial.

– El Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación realizará acciones para garantizar el acceso a la justicia de las personas LGBTIQ+ en situación de violencia de género. Entre ellas, la ampliación de profesionales del Cuerpo de Abogadas y Abogados para Víctimas de Violencia de Género y del Programa Acercar Derechos. Además se comprometió a trabajar en la confección de lineamientos generales para el abordaje de los travesticidios, transfemicidios, transhomicidios y homicidios por prejuicio o discriminación basada en la orientación sexual, su expresión o identidad de género.

– El Ministerio Público Fiscal, a través de la UFEM, llevará adelante un proceso de trabajo para la adaptación de su “Protocolo para la investigación y litigio de casos de muertes violentas de mujeres (femicidios)”. El objetivo es incluir la perspectiva de diversidad y en los crímenes por prejuicio o discriminación basada en la orientación sexual, su expresión o identidad de género.

– Las partes acordaron constituir un tribunal arbitral ad-hoc que determine las reparaciones que le corresponden a Gabriel Gersbach “por los daños materiales e inmateriales sufridos por las violaciones de derechos humanos reconocidas en el presente acuerdo”.

7 de septiembre de 2022

Agustina Ramos

Edición: Ana Fornaro

Fuente Agencia Presentes

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La CIDH investiga el crimen del prefecto gay Octavio Romero

Sábado, 27 de julio de 2019
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64265188_2528900533788806_8629616451977740288_nPor Sole Vela

Foto Facebook

Octavio Romero, luego de que se aprobara la Ley de Matrimonio Igualitario, iba a ser el primer integrante de una fuerza federal en casarse con una persona del mismo sexo. Era Suboficial de la Prefectura Naval Argentina (PNA) y ya le habían aprobado el permiso -obligatorio por protocolo- para casarse con Gabriel Gersbach. Seis meses antes del casamiento, el 17 de junio de 2011, apareció muerto en el Río de la Plata. El caso, que se encuentra impune, fue admitido en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que comienza a evaluar si la Argentina es responsable de violar derechos humanos.

La CIDH, uno de los dos organismos de la Organización de los Estados Americanos (OEA) creado para la observancia y defensa de los derechos humanos, emitió un informe especial sobre el asesinato de Romero. Ante la inacción del Poder Judicial local, en junio de 2012 Gerbasch, la Comunidad Homosexual Argentina (CHA) y la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (Acij) se presentaron como parte peticionaria ante la Cidh.

La Argentina fue el primer país de Latinoamérica en garantizar legalmente ese derecho, y desde entonces, se celebraron más de 20 mil casamientos. El 15 de julio se cumplieron 9 años desde su votación y aprobación en la Cámara de Senadores: 33 afirmativos, 27 negativos y 3 abstenciones. Esa madrugada Gabriel y Octavio se abrazaron y lloraron de alegría. Iban a poder casarse después de 12 años juntos. Ese día fueron a festejar a la plaza.

Pintadas de odio en Prefectura

flyer+tavo“Octavio Romero puto”, fue uno de los mensajes en una de las puertas del baño de hombres con las que se encontró Octavio en su trabajo después de que le aprobaran el permiso. Gabriel sospecha que no querían tener un gay y mucho menos un gay orgulloso como Octavio. De todos modos, aclara: “Jamás se hubiera casado con el uniforme porque ni siquiera iba al trabajo uniformado: iba de saco y corbata. Y aunque era el mejor en las pruebas de tiro, no le gustaban las armas. Lo único que le gustaba era que los de prefectura se jubilaban jóvenes”.

El asesinato de Octavio formó parte del Informe de Crímenes de Odio de 2011 de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA) junto a otros 13 crímenes: una mitad contra travestis, y la otra, contra homosexuales. El presidente de la CHA César Cigliutti acompañó desde el primer momento a Gabriel: “Más allá de quiénes fueron es evidente de que es un crimen de odio. Basta ver nuestros cadáveres para saber cuáles son los símbolos en estos crímenes. El motivo -no duda- siempre es la homofobia, lesbofobia y transfobia”. Al igual que Octavio, otros de los tres asesinados ese año aparecieron desnudos o semidesnudos.

Octavio hacía un trabajo administrativo en las oficinas de Control de Gestión de la Prefectura Naval Argentina, un área donde se tramita la entrada y salida de los barcos. Pero su deseo, desde el primer viaje que hicieron juntos con Gabriel a Brasil, era dedicarse a la diplomacia. Así que aprovechó que trabajaba por la mañana para estudiar por la tarde Relaciones Públicas en la Universidad del Salvador (USAL). Además, ya había hecho un traductorado de inglés, y otro, de portugués.

“Octavio entró a la Prefectura solo para irse de Curuzú Cuatiá -Corrientes- y venirse a la ciudad. Porque esa estructura no tenía nada que ver con él”, afirma Mariela Lucero, una de sus mejores amigas y compañera de la carrera de Relaciones Públicas en la USAL, que fue la última en hablar con él antes de ir a un cumpleaños donde se iban a encontrar. “Nunca nos hubiera dejado plantados”, asegura. “Cuando planteó que se iba a casar -denuncia- empezó el hostigamiento. Me decía que la estaba pasando mal pero quería hacer valer su derecho a casarse”.

Los últimos besos

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Octavio y Gabriel

“Después de 12 años juntos nunca había pasado que no fuera a dormir una noche. Además, hablábamos mucho por mensajito. Éramos culo y calzón”, afirma Gabriel. Esa noche apenas le avisaron sus amigos que no había llegado a la fiesta fue a su casa a buscarlo pero se encontró con la puerta sin llave, todas las luces prendidas y la tele encendida. Y en la heladera las botellas que iba a llevar. En una silla estaba el saco de pana bordó que se iba a poner. Esa noche se habían despedido con dos besos.

A los dos días de su desaparición, el 11 de junio de 2011, se instaló la búsqueda de Octavio en casi todos los medios de comunicación. A los seis días llegó la mala noticia de que un lanchero del Club Náutico Belgrano había encontrado su cuerpo -a la altura de Vicente López- en el Río de la Plata. Gabriel estaba por declarar en la Superintendencia de Investigaciones de la Policía Federal, cuando leyó en la tele que estaba en la sala de espera: “Apareció muerto el prefecto desaparecido”.

La entrevista de Franco Torchia

Al cumplirse cuatro años de su muerte, mientras Gabriel estaba de vacaciones en Brasil por tatuarse un dibujo que había hecho Octavio, le llegó un whatsapp del periodista Franco Torchia: “¿Estas para hablar? Porque me llegó un informe sobre el asesinato de Octavio”. Franco lo había entrevistado dos veces en su programa de radio sobre diversidad No se puede vivir del amor. “Llegamos con mi productora y nos encontramos -detalla Franco- con un sobre cerrado anónimo, afuera escrito a mano y adentro, en computadora. Varias páginas con información muy precisa y verosímil”. Otro sobre con el mismo informe fue recibido por la fiscal Estela Andrades de Segura.

Desidia estatal

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Según la abogada defensora Dalile Antúnez -integrante de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia- el anónimo parecía escrito por alguien de adentro de la fuerza. En sus páginas detallaba lo que habría ocurrido esa noche: Que un grupo lo había secuestrado en una camioneta, y que además, esa operación se había archivado en un disco rígido en el Edificio Guardacostas. Si bien se ordenaron algunas pruebas a partir del informe, asegura que hace tres años no hay ningún avance: “A pesar de que quedaron líneas de investigación sin profundizar, no hay ninguna actividad estatal para saber qué fue lo que pasó. La hipótesis de que fue organizado por integrantes de prefectura como un crimen de odio nunca se investigó con seriedad”.

Cuando Octavio fue asesinado, hacía un mes que con su pareja habían llegado de un viaje por Europa que había sido como una luna de miel por adelantado. Viajaron para el casamiento de un hermano de Gabriel y aprovecharon la oportunidad para anunciar su casamiento para fin de año. Ya habían elegido juntos el lugar para la fiesta y el diseñador para las tarjetas. Y además, cuenta Gabriel que Octavio les había pedido a sus padres su mano: “Estábamos muy enamorados y queríamos llegar a viejitos juntos”. A 8 años del crimen, la historia de Gabriel y Octavio es la del matrimonio igualitario que no fue y la de la justicia que no es.

Fuente Agencia Presentes

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Jon Sobrino: “Romero vivió y murió como Jesús de Nazaret”

Jueves, 26 de septiembre de 2019
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MOns. Romero“Proclamó la verdad, fue poseído por ella y la proclamó con pasión”

Lo que sucedió en el Vaticano el 14 de octubre de 2018 – su canonización – fue importante, pero en el lenguaje de los antiguos fue un “accidente”

Termino con las palabras ya citadas por Ignacio Ellacuría: “Con Monseñor Romero Dios ha pasado por El Salvador”. Palabras de mártir a mártir

¿Cuál era entonces el contenido del 14 de octubre? Le preguntaron a un campesino quién era Monseñor Romero, y sin dudarlo respondió: “Monseñor Romero ha dicho la verdad. Nos defendió a los pobres. Y por eso lo mataron”. Es decir, vivió y murió como Jesús de Nazaret

Escribo desde San Salvador, donde ya había vivido durante tres años, desde 1977, cuando Romero fue nombrado arzobispo, hasta su asesinato en 1980. Lo que estoy a punto de decir es algo conocido entre nosotros. En otros lugares, a pesar de aceptar e incluso admirar a Monseñor Romero, el enfoque puede ser diferente, y a menudo lo es.

Creo que personas como Ellacuría -mártir a su vez- o este siervo que soy, pueden añadir algo, a saber, la experiencia personal, directa e inmediata de Monseñor Romero. Durante la misa, Ellacuría dijo: Con Monseñor Romero Dios ha pasado por El Salvador”. No lo dijo por su aguda inteligencia, sino por su contacto real con el arzobispo. Por mi parte, en virtud del contacto personal con él, lo primero que escribí y dije después de su asesinato fue que “Monseñor Romero creía en Dios”.

Lo que sucedió en el Vaticano el 14 de octubre de 2018 – su canonización – fue importante, pero en el lenguaje de los antiguos fue un “accidente”. La “sustancia” era el verdadero Oscar Romero, su acción y su palabra, su total confianza en Dios, su total obediencia a Dios y su total entrega a los pobres y víctimas de este mundo.

No era necesario declararlo santo

En El Salvador, el 24 de marzo de 1980, el día de su asesinato, nadie pensó en términos de canonización, pero mucha gente habló de la excelencia humana, cristiana y arzobispal de Monseñor Romero. Llorando, una campesina dijo: “Mataron al santo”. Pocos días después Don Pedro Casaldáliga escribió: “San Romero de América, nuestro pastor y mártir”. Nadie pensó que sería necesario trabajar en alguna curia para declararlo santo.

No sucedió como en otras ocasiones. Cuando murió José María Escrivá de Balaguer, muchos se apresuraron a obtener su canonización. Cuando murió Madre Teresa de Calcuta, la estima por sus virtudes ya era grande, especialmente por su amorosa parcialidad hacia los que sufren y abandonados, y se esperaba su canonización. Cuando murió el Papa Juan Pablo II, se escuchó el grito “santo de inmediato”.

Nada de esto sucedió después de la muerte de Oscar Romero. Y vale la pena recordar que el mismo día en que fue enterrado el muerto Romero, se vivieron los horrores que había enfrentado el Romero vivo: en la plaza de la catedral llena de personas, estallaron bombas, muchos huyeron en busca de refugio y dejaron allí una montaña formada con cientos de zapatos. El delegado oficial del Papa, Monseñor Corripio, entre otros, pidió que fuera llevado inmediatamente al aeropuerto. Por otro lado, hay una foto en la que se puede ver a seis sacerdotes cargando sobre sus hombros el ataúd de Monseñor Romero, y entre ellos al Padre Ignacio Ellacuría.

el-romero-de-cerezoVayamos a la sustancia. Monseñor Urioste solía repetir que Romero era el salvadoreño más amado por las mayorías oprimidas y el más odiado por las minorías de los opresores.

Proclamó la verdad, fue poseído por ella y la proclamó con pasión

¿Cuál era entonces el contenido del 14 de octubre? Le preguntaron a un campesino quién era Monseñor Romero, y sin dudarlo respondió: “Monseñor Romero ha dicho la verdad. Nos defendió a los pobres. Y por eso lo mataron”. Es decir, vivió y murió como Jesús de Nazaret.

Proclamó la verdad, fue poseído por ella y la proclamó con pasión. Cuando la realidad era positiva para los pobres, Monseñor Romero proclamó la verdad como evangelio -buenas noticias- con alegría y regocijo.

Cuando la realidad era negativa, era miseria, opresión y represión, crueldad, muerte -especialmente para los pobres- Monseñor Romero decía la verdad como una mala noticia, denunciando y desenmascarando, y la decía con dolor. Rico en verdad, Romero fue un evangelizador sincero y un profeta incorruptible.

Como “anunciador de la verdad”, Mons. Romero expresó juicios sobre la realidad, sobre toda la realidad. Dejó que “la realidad tomara la palabra” (Karl Rahner) y tuvo la honestidad de hacer pública la palabra hablada por la realidad misma.

Sobre la base de estos principios Monseñor Romero habló la verdad de una manera sin precedentes en el país, ni antes ni después de él.

romero_01Lo dijo enérgicamente, porque se basaba en el principio esencial y fundamental: “No hay nada tan importante como la vida humana, como la persona humana. Sobre todo, la persona de los pobres y oprimidos” (16 de marzo de 1980). En Puebla le preguntó a Leonardo Boff: “Ustedes los teólogos nos ayudan a defender lo mínimo, que es el don más grande de Dios: la vida”. La proclamó ampliamente, para poder decir “toda” la verdad. Por esta razón su Eucaristía en las misas dominicales en la catedral podía durar una hora y media o más. Lo dijo públicamente, “desde los tejados” como lo pidió Jesús, en la catedral y a través de la estación de radio diocesana YSAX, que fue repetidamente objeto de ataques con bombas y sufrió interferencias. Su última homilía tuvo que ser pronunciada frente a un teléfono conectado a una estación de radio en Costa Rica. La YSAX sigue emitiendo, pero, sin Monseñor Romero, ha perdido el extraordinario valor que tenía. Romero decía la verdad de manera popular, aprendiendo muchas cosas del pueblo, de modo que, sin saberlo, los pobres y los campesinos eran en parte, coautores de sus homilías y de sus cartas pastorales: “Tú y yo escribimos la cuarta carta pastoral” (6 de agosto de 1979); “Tú y yo hacemos esta homilía” (16 de septiembre de 1979). Y formuló frases notables sobre su relación con el pueblo para decir la verdad: “Siento que el pueblo es mi profeta” (8 de julio de 1979); “Hemos hecho una reflexión tan profunda que creo que el obispo siempre tiene mucho que aprender de su pueblo” (9 de septiembre de 1979).

Respetaba y apreciaba la razón

Y fue popular también porque Monseñor Romero respetaba y apreciaba la “razón”, el pensamiento de la gente, de la gente sencilla. Y evitó con éxito la infantilización religiosa, un riesgo siempre presente en el trabajo pastoral.

En América Latina, y ciertamente en El Salvador, creo que un buen número de personas aceptan la “opción por los pobres”. Podemos decir que ya pertenece a la ortodoxia eclesial, con el riesgo de que toda ortodoxia suavice la aspereza y diluya lo fundamental. Sin subestimar las cosas bien dichas sobre los pobres y la pobreza en Puebla, especialmente la impresionante letanía de los rostros de los pobres (n. 32-39), su multitud (n. 29), las causas estructurales de la pobreza y las necesidades de los pobres (n. 30), insisto en una comprensión más precisa de la opción, que aparece en la formulación teológica de Puebla. Dice en el n. 1142 del documento: “Los pobres merecen una atención preferencial, sea cual sea la situación moral o personal en la que se encuentren. Hecho a imagen y semejanza de Dios para ser sus hijos, esta imagen de ellos es borrosa e incluso indignada. Por eso Dios los defiende y los ama”.

Asesinato-arzobispo-Oscar-Romero-marzo_LNCIMA20130628_0300_27Ese campesino había comprendido bien la opción de Monseñor Romero por los pobres: “Nos defendió a los pobres”. No tengo nada más que añadir a este solemne juicio del campesino. Ni al lenguaje que usaba: defendía “nosotros los pobres”, es decir, nosotros “los que somos pobres”. La conclusión es que Monseñor Romero no sólo amó a los pobres y oprimidos del país, sino que también los defendió. Semana tras semana defendió a los pobres y a las víctimas con la verdad que proclamó públicamente en sus homilías. Estimuló la organización popular y la asistencia jurídica para defender a los campesinos y a las víctimas. Cuando la represión se desató, abrió las puertas del seminario central de San José de la Montaña para recibir a los campesinos que huían de Chalatenango, algo que ciertamente molestaba a varios obispos. Leer más…

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El hombre que hizo del orgullo una bandera: Muere César Cigliutti, presidente de la Comunidad Homosexual Argentina

Miércoles, 2 de septiembre de 2020
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EgzSV6lWkAAHeSB-e1598961230323Cesar Cigliutti (Imagen de Sebastián Freire)

Argentina celebra conquistas de la diversidad sexual en democracia

El dirigente fue uno de los principales militantes por los derechos de las personas LGBTTI en el país e impulsó la creación de la Marcha del Orgullo

El presidente de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA), César Cigliutti, murió este lunes a los 63 años en Buenos Aires, según informó la propia entidad a través de un comunicado en el que expresaron su “más profundo dolor” por la pérdida de este dirigente, uno de los principales militantes por los derechos LGBTTI en el país e impulsor de la Marcha del Orgullo.

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Fue un pionero en las luchas contra la discriminación en el país. Se acercó a la CHA en 1984 y no paró en esa tarea hasta el mismo momento de su repentina muerte a la edad de 63 años.

Hace poco volvió a ser noticia en los medios de comunicación al presentar una denuncia como presidente de la CHA (la Comunidad Homosexual Argentina) ante el Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad y el Ministerio de Salud, por la violación de leyes nacionales frente a la donación de sangre por parte de homosexuales. Tras la denuncia realizada por César Cigliutti, el Hospital Garrahan cambió su postura frente a este tipo de discriminación. La “campaña por el derecho a la donación de sangre” la había iniciado Cigliutti en el año 2000. Se había acercado a la CHA a los pocos meses de haberse creado, en 1984, y así su vida cobró sentido y cambió para siempre. Murió este lunes por una crisis cardíaca, según recoge Página 12.

La CHA lo ayudó a asumir quién era. “La segunda pregunta que rondaba en mi cabeza cuando entré a la CHA sin conocer a nadie fue qué tipo de puto iba a ser”, admitió tiempo atrás. No eligió la frivolidad ni el perfil de puto de discoteca y/o gimnasio; por el contrario se cargó al hombro la política -costándole noches de tensión y sin dormir hasta llegar a sufrir un infarto- defendiendo todo tipo de derechos humanos y acompañando a la gente de la comunidad cuando lo necesitaba.

Como fue el caso del prefecto Octavio Romero, que a pocos meses de haberse aprobado el Matrimonio Igualitario, protagonizaría el primer matrimonio homosexual de las Fuerzas Armadas, pero no pudo concretarse cuando apareció asesinado y tirado en el río. Cigliutti se cargó al hombro el caso y acompañó al viudo que no llegó a ser en todo el proceso de investigación, desde el asesoramiento legal hasta la presentación del caso en la Comisión Internacional de Derechos Humanos, pasando por todos los canales de televisión pidiendo justicia y basta de discriminación y homo/lesbo/trans-odio.

 

También escuchó el llanto desesperado de Gabriela Mansilla, la mamá de Luana, la primera niña trans del mundo en recibir su DNI de acuerdo a su género autopercibido, y la puso en contacto con Valeria Paván, psicóloga de la CHA para que dejaran de castigar a Luana tratando de que asumiera un género con el que no se identificaba. Toda la etapa de acompañamiento jurídico-legal, política y mediática estuvo a cargo de la CHA, presidida por Cigliutti desde marzo de 1996.

Carlos Jáuregui fue determinante en su vida. Adhirió a su política de visibilidad cuando en la Argentina dar la cara era algo impensable. La histórica tapa de Jáuregui en la revista Siete Días le enseñó que era cuestión de vida o muerte y él estaba decidido a entregar su vida a la lucha a favor de todas las libertades. Al principio fue duro: cuando Cigliutti trabajaba como profesor en el colegio San Martín de Tours, tenía que ocultar su orientación sexual (antes de 1990) para conservar su empleo, hasta que lo echaron y sintió un gran alivio que le permitió salir del armario; y de ahí en más nunca se detuvo.

Diseñó la primera campaña de prevención de VIH y lo primero que hizo fue pedir información a todo el mundo. En esos años, sin Internet, agarraban el teléfono y mandaban cartas por correo. “Después decidíamos qué cosas íbamos a decir y cuáles no. Algunos prospectos hablaban de la promiscuidad y yo dije que de ninguna manera”, comentaba luego teniendo en claro que la libertad no se negocia. “Ellos querían que dijéramos: “La promiscuidad aumenta la posibilidad de contraer VIH”. Y yo, de ninguna manera lo dije, porque nuestras prácticas sexuales son lo que nosotras queremos que sean”. Stop Sida es una campaña de prevención ideada por Cigliutti que la CHA sostiene desde hace más de veinte años. La CHA fue la primera ONG de diversidad sexual que consiguió la personería jurídica en 1992, así como también en incluir lesbianas y travestis en la organización. Años antes de la ESI, Cigliutti diseñó, desde el área de prensa, la “Campaña por la Salida del closet” 2008, que fue presentada en el Colegio Nacional de Buenos Aires junto a un cuadernillo llamado Salí del Closet.

La marcha del Orgullo

Tuvo muchas discusiones con Carlos Jáuregui por el nombre que llevaría la primera marcha, que se realizó el 2 de julio de 1992. Se debatía si debía llamarse “Marcha por la Dignidad“: Cigliutti arengaba para que se llamara Marcha del Orgullo porque decía: ¿Qué es lo opuesto al orgullo? La vergüenza, entonces, loca, no hay más que hablar, es orgullo… En invierno acá la gente se cagaba de frío, y toda la que estaba infectada con VHI-sida no podía ir porque se pescaba una gripe bárbara, fue por eso que se me ocurrió pasarla para el verano”.

Presente en todas las reivindicaciones, no solo por la diversidad sexual, sino en el marco de los Derechos humanos, en los actos de repudio al golpe de Estado y bajo la consigna “Juicio y Castigo a los Culpables”, Cigliutti participó junto a la CHA en las jornadas convocadas por Madres de Plaza de Mayo donde por primera vez se instaló una mesa de LGBT, estratégicamente para construir visibilidad y reconocimiento.

Sus últimos días los pasó recibiendo alimentos y empaquetándolos, junto a otras organizaciones para repartirlas en la comunidad travesti-trans que resulta ser una de las más vulneradas por la falta de empleo, vivienda y discriminación. Mientras tanto seguía trabajando codo a codo con más de 200 organizaciones por la Ley Nacional de Cupo e Inclusión Laboral Travesti Trans.

Facundo soto

Fuente Página 12

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GEV6VOOS5ZFEFE3UIVNWHS2IIQCésar Cigliutti junto a su esposo, Marcelo Suntheim. (EFE)

Junto a quien fue su novio, lograron en el 2003 convertirse en la primera pareja gay a nivel nacional en unirse legalmente y el hecho derivó en la aprobación de la Ley de Unión Civil para personas del mismo sexo que fue pionera en América Latina.

“César supo entregar su vida a la defensa y reconocimiento de los derechos de las personas LGBTTI en Argentina, su incansable lucha lo llevó a convertirse en un referente del movimiento LGBTTI de nuestro país, la región y el mundo”, agregó CHA sobre la muerte de quien fue su presidente desde marzo de 1996.

Por su parte, el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, que conduce Elizabeth Gómez Alcorta, publicó en su cuenta de Twitter: “Lamentamos profundamente el fallecimiento de Cesar Cigliutti, presidente de la CHA Argentina, miembro de nuestro Consejo Asesor y activista incansable por los derechos LGBTI+. Abrazamos a todos sus afectos y trabajaremos cada día para honrar su nombre”.

Diego Trerotola, a cargo del área de cultura de Comunidad Homosexual Argentina, detalló a la agencia Télam que Cigliotti falleció durante la tarde del lunes de una crisis cardíaca en su casa del barrio porteño de Barracas, a donde acudió su ex pareja Marcelo Suntheim, porque el histórico militante ya no respondía a los llamados.

 “No hay personas con ese compromiso, asumió ese lugar de seguir luchando por lo que se fueron y están, como Carlos Jáuregui y Nadia Echazú. Todo el activismo gay fue amigo, compañero y cómplice de César”, agregó Trerotola.

En este sentido, el dirigente calificó al presidente del organismo como “una persona que luchó con el cuerpo y la inteligencia, un activista que además fue un maestro de muchos activistas de toda la comunidad LGBTI porque aprendió mucho cuando era muy difícil aprender a luchar con un contexto muy hostil, en épocas donde la represión policial y la violencia contra la comunidad era muy feroz”.

“Todo lo que aprendió desde los tempranos 80 con la fundación de CHA lo pudo transmitir a muchas personas del activismo que entramos después, en los 90 . Fue un activista de enfrentar a todos los poderes que tratan de reprimir las libertades para ejercer la identidad de género y supo enseñar a las personas a luchar por sus derechos”, agregó Trerotola. Además, recordó que Cigliutti “siempre pensaba en comunidad, porque creía que el activismo somos todos o ninguno”, un concepto que consideró “muy importante” y “uno de los valores substanciales” que tiene actualmente la agrupación que lideró hasta su muerte.

CZJJQPO6IFGF3GIYDWLXDZ7KSAA la izquierda, Carlos Jáuregui. A la derecha, César Cigliutti.

Cigliutti, nacido en Concepción del Uruguay, Entre Ríos, el 5 de marzo de 1957, fue un defensor de las uniones civiles y matrimonios entre personas del mismo sexo, luchó la derogación de los códigos contravencionales que discriminan a personas gays, lesbianas y travestis y fue un referente del movimiento gay-lésbico argentino.

 Durante su vida, logró unirse civilmente con Marcelo Suntheim en 2003, luego de una larga batalla legal que culminó con la aprobación de la primera Ley de Unión Civil para parejas de mismo sexo en América Latina.

Años más tarde, apoyó la Ley de Matrimonio Igualitario, tramitada y aprobada por el Congreso de la Nación. Además de presidir CHA, era secretario general de la Asociación de Personal de la Seguridad Social (Aperses) y había sido declarado ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires el 17 de mayo de 2011.

Cigliutti era íntimo amigo y compañero de militancia de Carlos Jáuregui, otro emblema de la lucha por la visibilidad en la comunidad homosexual de Argentina, con quien militó desde que se conocieron en 1992 y a quien él mismo consideraba su “hermana”.

“No había manera de ir por la calle y que te dejaran en paz. Íbamos con Carlos al supermercado y había gente que lo insultaba en la cara. En esa época todavía estaban vigentes los edictos policiales: te llevaban por ‘incitación al acto carnal en la vía pública’ o por ‘exhibirse con ropa del sexo contrario’. No es que los gays camináramos de la mano o nos besáramos en público: te llevaban por portación de cara. Carlos y yo nos conocimos todas las comisarías de la Ciudad de Buenos Aires sacando gays y travestis”, contó el presidente de la CHA durante una entrevista con Infobae en 2019.

Fuente Infobae

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Sit tibi terra levis

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“Aquel Domingo de Ramos ensangrentado en la Iglesia salvadoreña”, por Ricardo Martí

Domingo, 24 de marzo de 2024
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De su blog 
Pensar un Cristianismo incomodo:

La pascua de Romero y el compromiso actual

La espiritualidad cuaresmal predicada por Romero, encarna una doble vertiente: “identificación” con lo que “está sucediendo” en la sociedad en la que vive, y “aceptación” del camino que van tomando en su vida los acontecimientos, en una dirección cuyo destino parece irreversible

Si como bien ha dicho Ignacio Ellacuría, “con monseñor Romero, Dios ha pasado por El Salvador”, puede decirse que en estas palabras “Dios ha hablado en El Salvador”

Si al decir de Romero, “si me matan resucitaré en el pueblo salvadoreño”, debe agregarse sin concesiones, que la resurrección exige fidelidad al mensaje del crucificado

El 24 de marzo se celebra el Domingo de Ramos, con el que se inicia la semana santa. La tradicional fiesta litúrgica cristiana, que en estas regiones de América Latina, ha demostrado ser la de mayor raigambre en la religiosidad popular, coincide con el día en que el calendario litúrgico recuerda la memoria (fiesta) de San Óscar Romero, el obispo mártir de San Salvador, asesinado el 24 de marzo de 1980.

Pero la fecha tiene “este año” para la Iglesia salvadoreña connotaciones especiales. Las coincidencias pueden no tener más importancia que lo que el sentido común suele expresar con las simples palabras ¡qué coincidencia! con o sin signos de admiración. Sin embargo, para quienes leen la fe desde la historia y con ella intentan interpretarla desde los “contextos actuales”, un simple cruce de fechas en un arco de cuarenta y cuatro años, puede convertirse en una “memoria” llena de significado, activa y militante.

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El pueblo salvadoreño “lo sabe” porque lo lleva en las “venas abiertas”, sin necesidad de que alguien tenga que recordárselo desde afuera o ¿tal vez sí?, considerando los rumbos que ha tomado el país con el actual gobierno y su “Régimen de Excepción”, que en marzo estará cumpliendo “dos años” de su puesta en práctica. Las autoridades salvadoreñas han cometido graves violaciones a los derechos humanos y de forma sistemática, con numerosas reformas legislativas para supuestamente enfrentar a las pandillas.

Esta política ha resultado en más de 71 mil detenciones, en su mayoría arbitrarias, el sometimiento a malos tratos y tortura y la muerte de al menos 132 personas bajo la custodia del Estado, quienes al momento de su fallecimiento no habían sido declaradas culpables de ningún delito (Cf. Zedryk Raziel, “El régimen de excepción de Bukele como instrumento para aplastar las disidencias”, [en línea]: https://elpais.com/internacional/2023-10-10/el-regimen-de-excepcion-de-bukele-como-instrumento-para-aplastar-las-disidencias.html; ver también: Rodolfo Cardenal, “El régimen de excepción fuera de control”, [en línea]: https://noticias.uca.edu.sv/articulos/el-regimen-de-excepcion-fuera-de-control).

Desde hace cuatro años la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas”, desde el Departamento de Teología y el Centro Monseñor Romero, ofrece cada semana una columna editorial de reflexión sobre el tema. También Radio YSUCA, invita a diversos especialistas en la materia, para hablar, por ejemplo, de “las condiciones en las cárceles de El Salvador”. La situación es gravísima, particularmente de cara a las elecciones; de allí la necesidad de “activar la memoria”, evocando algunos hechos inscriptos en la conciencia común de este país.

Con todo derecho El Salvador “y en el” la Iglesia salvadoreña pueden ser calificados de “pueblo crucificado. Desde el “testimonio” de fidelidad al “Dios crucificado”, han iluminado y alentado durante décadas a tantas iglesias hermanas latinoamericanas, que de forma larvada o abiertamente, han tenido que sufrir como actualmente la vecina Nicaragua, una dictadura descarada, llevada adelante por el presidente Daniel Ortega, convertida en intolerante persecución a la Iglesia, al menos a aquellos de sus miembros que no permiten que se “domestique” el mensaje del Evangelio.

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Matanza en la plaza de la catedral

Una cuaresma “sin evasiones piadosas” y vivida con realismo

El primer domingo de cuaresma de 1980, cayó un 24 de febrero. Hacía menos de un mes que Romero había pronunciado su discurso en la Universidad de Lovaina, al serle conferido el doctorado “honoris causa” (Óscar Romero, Diario 1978-1980, Barcelona, CPL, 2015, pp. 485-487). En aquella ocasión, luego de señalar que la miseria, es un hecho colectivo, y una injusticia que clama al cielo, agrega:

“Constatar estas realidades y dejarnos impactar por ellas, lejos de apartarnos de nuestra fe, nos ha remitido al mundo de los pobres, como a nuestro verdadero lugar, nos ha movido como primer paso fundamental a encarnarnos en el mundo de los pobres. Nos hemos encontrado con campesinos sin tierra y sin trabajo estable, sin agua ni luz, sin asistencia médica cuando las madres dan a luz y sin escuelas cuando los niños empiezan a crecer. Allí nos hemos encontrado con madres y esposas de desaparecidos y presos políticos […]. En ese mundo sin rostro humano, sacramento actual del Siervo Sufriente de Yahvé, ha procurado encarnarse la Iglesia de mi arquidiócesis” (Saint Óscar Romero, Voice of the voiceless. The four pastoral Letters and other statements, Maryknoll, New York, Orbis Books, 2020, p. 196).

En la homilía del primer domingo de cuaresma en que la liturgia lee el evangelio de las tentaciones, aquel año según la versión de Lucas, Romero habla de la victoria de Cristo sobre el enemigo del proyecto salvador de Dios. Muestra que Cristo es el hombre que aprende en la experiencia personal de todo hombre, el valor de la tentación y el valor de la tentación para afianzar las convicciones del ser humano. El proyecto de Dios choca con el proyecto de la maldad. El diablo en una visión hace pasar todos los reinos y las glorias del mundo, grandes desfiles de militares…todo esto es gloria del mundo. Pero Jesús que sigue “hambreando en el desierto, no se vende a la idolatría del poder”.

La cuaresma tiene que ver con el realismo de la “liberación” de un pueblo que debe aprender, que existe una lucha entre los poderes fáciles de la tierra, desde los cuales se atropella la dignidad de la persona humana, y se van estableciendo sistemas políticos, que van como adormeciendo la conciencia de los poderosos (Óscar Romero, Homilías de resurrección y vida. Ciclo C [1979-1980], Madrid, BAC, 2018, pp. 333, 336).

Al hilo de los textos bíblicos propuestos por la liturgia, que Romero escucha “desde” la realidad que impacta en el país, no deja de recordar las “eternas prácticas cristianas” de la penitencia, el ayuno y la oración, pero insiste en su “adaptación a las situaciones de los pueblos”. Pero también de la empatía de “ver” y “oír” el clamor del pueblo, que en su queja, a veces resignada y tantas veces demandante y hasta “violenta”, da cuenta que la injusticia es contraria a su dignidad y a su opción de fe.

Durante los años de su ministerio como arzobispo de San Salvador, Romero trabajó con equipos pastorales de “relevamientos sociales”, paralelos al Estado que “mentía sistemáticamente” sobre la realidad de pobreza, persecución, desaparecidos y asesinatos; por eso habla con la “autoridad”, no solo del que vive lo que predica, sino también con datos, lugares y nombres, que “visibilizan” una realidad que se pretendía ocultar.

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Masacre del río Sumpul

Los ejemplos de la espiritualidad clásica para el tiempo cuaresmal, Romero los “relee” con argumentos contundentes: no es lo mismo una cuaresma donde hay que ayunar en aquellos países en que se come bien, que una cuaresma entre nuestros pueblos del tercer mundo, hambrientos, de hombres y mujeres revolviendo basura en busca de comida, desnutridos, en perpetua cuaresma, en ayuno constante. En estas situaciones, a los que comen bien, la cuaresma es un llamamiento a la austeridad, a desprenderse para compartir con los que tienen necesidad” (Homilía en el 2° domingo de cuaresma [2 de marzo, 1980], Óscar Romero, Ibidem, p. 368).

El llamado a la austeridad, Romero lo venía planteando desde el domingo anterior al inicio de la cuaresma de 1980. El 17 de febrero, el mismo día en que envía su carta al presidente norteamericano Jimmy Carter, denunciando el apoyo económico y militar de EE.UU, a la Junta de Gobierno, a las FF.AA y grupos paramilitares salvadoreños, para continuar su plan de represión, dice sin ambages: Una Iglesia que no se une a los pobres para denunciar, desde los pobres, las injusticias que con ellos se cometen, no es verdadera Iglesia de Jesucristo” (Óscar Romero, Ibid. p. 298). Sabemos por su “Diario” que aquella homilía, que no pudo ser transmitida por radio YSAX, dado el atentado de bomba que había sufrido días antes, duró nada menos que una hora y cuarenta y cinco minutos (Óscar Romero, Diario 1978-1980, pp. 506, 508).

Romero es una “rara excepción”, de un obispo que “rompe” con el molde convencional de una homilía y es “escuchado con atención por su pueblo”; la razón es sencilla, tiene “algo que decir” y “algo que el pueblo espera escuchar”. La homilía de Romero, en la que se atreve a leer la carta enviada al presidente Carter, causó un revuelo en Roma, Secretaría de Estado, Nunciatura Apostólica en El Salvador y en la mayoría de los obispos salvadoreños que estaban “desconcertados”; esto, según varios testimonios, en particular, el de Ignacio Ellacuría, que se había reunido con Romero la noche del martes 19 de febrero (Cf. Óscar Romero, Diario 1978-1980, pp. 508-509).

La espiritualidad cuaresmal predicada por Romero, encarna una doble vertiente: “identificación” con lo que “está sucediendo” en la sociedad en la que vive, y “aceptación” del camino que van tomando en su vida los acontecimientos, en una dirección cuyo destino parece irreversible.

Memoria passionis en la última cuaresma

El teólogo alemán Martin Maier, ha recordado la última homilía del beato mártir Rutilio Grande sj., donde decía, “si Jesús de Nazaret volviera, como en aquel tiempo, bajando de Galilea a Judea, es decir desde Chalatenango a San Salvador, yo me atrevo a decir que no llegaría… lo pondrían preso, lo llevarían a muchas Juntas Supremas por subversivo…lo acusarían de revoltoso… contrario a la democracia… sin duda lo volverían a crucificar”.

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Maier asegura que “esa homilía” fue la que selló la sentencia de muerte de Rutilio el 12 de marzo de 1977 (Cf. Martin Maier, Óscar Romero. Mística y lucha por la justicia, Barcelona, Herder, 2005, p. 46). Romero predicó su penúltima homilía (la última en la catedral de San Salvador), el 23 de marzo, 5° y último Domingo de Cuaresma. Se sabe que no grabó en el magnetófono lo que luego solía volcar en su Diario, los últimos cuatros días de su vida. Sin embargo, en aquella homilía, que según testimonios duró más de una hora, puede verse cumplir lo que Maier dijo de Rutilio.

En efecto, luego de recordar que “la cuaresma es un llamamiento a celebrar nuestra redención en ese difícil complejo de cruz y de victoria”, “que nadie debe tomar a mal que, a la luz de las palabras divinas, iluminemos las realidades sociales, políticas, económicas, porque de no hacerlo así, no sería un cristianismo para nosotros”, agrega, “hay muchos que se escandalizan de esta palabra y quieren acusarla de que ha dejado la predicación del Evangelio para meterse en política; pero yo no acepto esta acusación”.

La misma enseñanza del magisterio del Vaticano II, Medellín y Puebla, dice Romero, no puede quedar en un estudio teórico, sino que su finalidad es “para que lo vivamos y lo traduzcamos en esta conflictiva realidad de predicar el Evangelio como se debe” (Óscar Romero, Ibid. pp. 469-470). Hacia el final, dirigiéndose de manera especial a los hombres del Ejército y en concreto a las bases de la Guardia Nacional, de la policía y de los cuarteles, la palabra de Romero se vuelve “profética” en toda la magnitud y alcance de la semántica bíblica: “En nombre de Dios, y en nombre de este sufrido pueblo, cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuosos, les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios: ¡cese la represión!” (Óscar Romero, Ibid. pp. 502-503).

Si como bien ha dicho Ignacio Ellacuría, “con monseñor Romero, Dios ha pasado por El Salvador”, puede decirse que en estas palabras “Dios ha hablado en El Salvador. Las consecuencias de las palabras de Romero pueden compararse con el vínculo que se establece en la predicación de Jesús con la Parábola de los viñadores homicidas (Mc 12, 1-12 y par.) y el “acelere” de su pasión; “existe una proximidad que la parábola establece entre cristología y el destino de los profetas” (Cf. Joachim Gnilka, El Evangelio según San Marcos. Mc 8, 27-16, 20, vol. II, Salamanca, Sígueme, 1986, p. 175).

El lunes 24 de marzo, Romero celebra una misa (“la última”) en la capilla del Hospital Divina Providencia, a las 6 de la tarde; era el primer aniversario de la muerte de Sara Meardi de Pinto, la madre de su amigo Jorge Pinto, cuyo periódico semanal “El Independiente”, había sufrido la explosión de una bomba hacía menos de dos semanas.

Las lecturas que escogió fueron: 1 Cor 15, 20-28, “Cristo resucitó de entre los muertos como primicias de los que murieron”, luego orientó a los pocos asistentes con el salmo 23, “El Señor es mi pastor…aunque camine por valle tenebroso, ningún mal temeré, porque tú vas conmigo”; y tomó el evangelio de Juan 12, 23-26: “Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre…si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere da mucho fruto”. Luego de resaltar las virtudes de aquella mujer, pide a todos la necesidad de “mirar nuestro momento histórico con esta esperanza, con este espíritu de entrega, de sacrificio y hagamos lo que podamos […] Unámonos, íntimamente, en fe y esperanza a este momento de oración por doña Sarita y por nosotros” [en este momento sonó el disparo]; (Óscar Romero, Ibid. pp. 506-507).

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Asesinato de Romero

La homilía duró apenas ¡diez minutos!; más allá de la circunstancias, los textos bíblicos y el hecho trágico se conjugaron, para darle a su muerte el marco litúrgico de un martirio jesuánico. Romero tuvo una muerte “anunciada”; su hablar y actuar lo fueron involucrando en vida como destino, con el de su pueblo sufriente. Su palabra que nunca se sintió “encadenada” (2 Tm 2, 9), a ningún poder (ni del estado, ni de “autoridades”  eclesiásticas), lo llevaron a testimoniar su fe con una muerte violenta que le propiciaron aquellos que no se oponían al “contenido dogmático” de su fe cristiana, sino a sus “opciones radicales” hechas en Jesucristo, el “autor y consumador de nuestra fe” (Hb 12, 2), y que proclama abiertamente “bienaventurados los perseguidos por la causa de la justicia” (Mt 5, 10-11).

Romero es un claro ejemplo, de que cuando un cristiano/a, con su palabra y con su vida, provocan al poder “político” aliado con las corporaciones de la riqueza en contra de los pobres, e incluso al statu quo “religioso”, indiferente o acomodaticio al gobierno de turno, la consecuencia inexorable será incomprensión, abandono, persecución y muerte.

Ramos y dolor en la despedida del pastor asesinado

La tradición más antigua de la Iglesia, enseña que el domingo de Ramos, la liturgia lee -como no lo hace en ningún otro Domingo- el evangelio de la Pasión, según cada año uno de los evangelios sinópticos. La celebración tiene un “alto contraste”, pues de una procesión con júbilo que recuerda la entrada mesiánica de Jesús en Jerusalén entre aclamaciones ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Bendito el reino que viene, de nuestro padre David! (Mc 11, 9-10), la asamblea pasa a sumergirse inmeditamente en la escucha atenta del relato de la pasión.

El día posterior a la muerte de Romero, el martes 25 de marzo, la Conferencia Episcopal Salvadoreña emitió una “declaración”, cuyo estilo sugería que era obra del obispo Arturo Rivera Damas, que sería sucesor de Romero, desempeñaría un importante papel en los acuerdos de paz, además de fiel intérprete para el largo y enrevesado proceso de beatificación. En la declaración, se decía que muchos cientos de muertes, incluidas las de seis sacerdotes, habían precedido a la del arzobispo “en un contexto de violencia que llega a los límites de la locura” (Cf. James R. Brockman, Monseñor Romero. La biografía del mártir de América, Maliaño, Sal Terrae, 2016, p. 397).

El clima estaba enrarecido, los obispos planearon concelebrar una misa con el nuncio apostólico Emanuele Gerada (enviado luego a Pakistán) en la catedral el jueves 27, pero fue cancelada a última hora. Los transeúntes y los presentes, recibieron con hostilidad al obispo Arnoldo Aparicio (Obispo de San Vicente), cuando fue a visitar el cuerpo de Romero. Durante la semana, mientras se preparaba la misa exequial, un grupo de sacerdotes, religiosas y miembros de las comunidades eclesiales de base iniciaron un ayuno en la catedral y colgaron una gran pancarta a la entrada en la que se decía que los obispos Aparicio, Revelo, Álvarez, Freddy Delgado, la Junta y el embajador de los EE.UU no debían hacerse presentes.

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Romero

Monseñor Urioste, que fue vicario general de Romero (luego promotor de la causa de beatificación), actuando como administrador de la arquidiócesis, envió a un seminarista de confianza para pedirles que retiraran la pancarta. Pero los que ayunaban se negaron, y durante aquellos días convulsos, agitados y tensos, los intentos posteriores para quitarla no tuvieron éxito. Se mantuvo como un “signo” de las divisiones de la Iglesia salvadoreña; de los obispos salvadoreños, “solo” Arturo Rivera Damas asistió a la misa exequial.

Juan Pablo II envió al cardenal Ernesto Corripio, de México, como su representante a la misa exequial, que se celebró el domingo de Ramos. Participaron también obispos de Costa Rica, Guatemala, Panamá, Perú, Estados Unidos, Ecuador, Francia, Brasil, Irlanda, España, México e Inglaterra. Junto a ellos concelebraron, el ministro de Asuntos Exteriores de Nicaragua, el padre Miguel D’Escoto y Gustavo Gutiérrez, el teólogo de la liberación peruano. Asistieron también miembros protestantes del Consejo Nacional de las Iglesias de los Estados Unidos y del Consejo Mundial de Iglesias. Casi trescientos sacerdotes de El Salvador y muchos de otras naciones concelebraron en la eucaristía.

El altar se había colocado delante de la puerta de la catedral, como se había hecho el año anterior para las exequias de los mártires de “El Despertar”, el padre Octavio Ortiz y cuatro jóvenes que murieron acribillados por la Guardia Nacional el 20 de enero de 1979 (Cf. Óscar Romero, Homilías para un pueblo que sufre. Ciclo B/I [1978-1979], Madrid, BAC, 2020, pp. 167-180). En esta ocasión, una muchedumbre de miles de personas de todas partes del país, se congregó ante las escaleras (Cf. Según el “National Catholic News Service, en una comunicación del 31 de marzo de 1980, dijo que los organizadores estimaron una participación de 200.000 personas, mientras que el Gobierno calculaba unas 30.000. La comunicación decía que parciparon 30 obispos, 300 sacerdotes y 500 religiosas).

En el momento del inicio, la policía y los cuerpos de seguridad no estaban a la vista, y los scouts y los representantes de las organizaciones populares mantenían el orden. Todo transcurría tranquilamente al principio. La misa seguía su curso cuando una amplia delegación de la Coordinadora avanzó hacia la plaza atestada de gente y envió a algunos de sus miembros a depositar una corona junto al ataúd ante el altar. El grupo aguardó en silencio en el límite de la muchedumbre mientras la misa proseguía. El cardenal Corripio estaba predicando cuando, repentinamente, una bomba explotó cerca de la delegación de la Coordinadora en la esquina más alejada del Palacio Nacional, que da a la plaza en ángulo recto frente a la fachada de la catedral. Inmediatamente comenzó un tiroteo desde la misma zona y la muchedumbre comenzó a huir.

La mayoría de la gente lo hizo hacia las calles del otro lado de la plaza, pero muchos forzaron las puertas de la catedral para entrar. Una valla de hierro separaba a la muchedumbre de las escaleras frontales, donde estaba el ataúd y el altar.

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Apresuradamente, el ataúd fue trasladado al interior, en parte, porque en la confusión del momento algunos pensaban que la extrema derecha venía a robar el cuerpo. Esta podría ser la razón de la posterior declaración del Gobierno, para quien los grupos de izquierda eran los que querían robarlo. La puerta de la valla estaba cerrada para impedir que la muchedumbre la pasara durante la misa, y antes de que pudiera abrirse muchos la saltaron y otros fueron pisoteados. La mayoría de los más de cuarenta muertos aquel día fueron víctimas de los pisotones de otros. En la catedral eran miles los que estaban tan apretujados que casi no podían respirar.

Algunos testigos contaron que habían visto el cuerpo de una niña de ocho años con un agujero de bala en la frente. El reportero Christopher Dickey, del Washington Post, decía que, entre los más de treinta muertos, “menos de diez murieron por heridas de bala” (1 de abril de 1980); mientras que NC News Service, informó que hubo “más de 40 muertos y 250 heridos, según las mismas fuentes de los hospitales y de la Cruz Roja” (1 de abril de 1980). Dentro de la catedral, mientras se escuchaban disparos y explosiones en el exterior, el cardenal Corripio y unos cuantos más se “apresuraron” a dar sepultura al cuerpo en la tumba preparada en el transepto oriental.

Al igual que la última misa de Romero en la capilla del hospital, la de sus exequias tampoco llegó a terminar. Aquella tarde, el Gobierno emitió una declaración farragosa en la que culpaba a la Coordinadora de la violencia, diciendo que su delegación había hecho estallar las bombas y había disparado a la gente, que había intentado robar el cuerpo del arzobispo y había retenido a los “distinguidos visitantes” en la catedral “con el pretexto de protegerles del peligro de salir, debido a la intervención de las patrullas de las fuerzas públicas”. Esta patraña pensada con la misma intención que se pergenió el asesinato de Romero, provocó que por la noche, veinticuatro de los visitantes extranjeros consiguieran reunirse en el Seminario San José de la Montaña, para analizar los acontecimientos del día.

Emitieron una declaración, firmada por ocho obispos y otras dieciséis personas, negando la versión del Gobierno. Los testigos, decían que habían visto que se disparaba desde el segundo piso del Palacio Nacional, y algunos habían dicho que la bomba procedía del mismo lugar. La delegación de la Coordinadora había traído una corona para acompañar el ataúd y después habían esperado con total silencio hasta que estalló la bomba.

La pascua de Romero y el compromiso actual

La memoria litúrgica de San Óscar Romero, coincide este año como decíamos, con el “Domingo de Pasión”, esto nos retrotrae a todos aquellos pasajes del evangelio donde Jesús vive una “pasión continua”, “sufriendo amenazas” de parte de los que detentan el poder religioso y político (Mc 11, 18; 14, 1; Mt 21, 46; Lc 11, 53-54; 13, 32; 19, 47; 20, 19; Jn 19, 10). La actividad de Jesús, según la exposición de los evangelios, está determinada por el conflicto, casi desde el principio. El conflicto se va agravando y termina con la ejecución de Jesús en la cruz. El conflicto tiene diversos escenarios: Galilea y Jerusalén. Jesús entra en conflicto con diversos grupos y finalmente con el poder romano, lo cual lo conduce a la muerte (Cf. Joachim Gnilka, Jesús de Nazaret. Mensaje e historia, Barcelona, Herder, 1993, p. 327).

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En el corto ministerio de Romero como arzobispo de San Salvador (al igual que el ministerio público de Jesús que duró solo 3 años), el conflicto fue in crescendo hasta acabar con su vida. El papa Francisco ha hablado de que Romero sufrió el martirio antes y después de su asesinato, (Cf. Francisco, Romero mártir incluso tras la muerte, difamado y calumniado; [en línea]: www.lastampa.it). Al igual que Jesús, que comenzó a manifestar a sus discípulos que debía ir a Jerusalén, sufrir de parte de los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, y ser matado y resucitar al tercer día (Mt 16, 21, y par.), Romero también tuvo confidencias de amenazas y de su destino final.

José Calderón Salazar que por aquellos días era corresponsal guatemalteco del periódico mexicano “Excelsior”, informó de una entrevista telefónica que le había hecho el arzobispo dos semanas antes de su muerte y en la que le dijo:

“He sido amenazado de muerte con frecuencia. Le debo decir, como cristiano, que yo no creo en la muerte sin resurrección. Si me asesinan, resucitaré en el pueblo salvadoreño. Lo digo sin jactancia alguna, con la máxima humildad. Como pastor, estoy obligado por mandato divino a dar mi vida por aquellos a quienes amo -por todos los salvadoreños, incluso por aquellos que pueden llegar a asesinarme-. Si las amenzas se cumplen, desde este instante ofrezco mi sangre a Dios por la redención y por la resurección de El Salvador. El martirio es una gracia de Dios que no creo merecer. Pero si Dios acepta el sacrificio de mi vida, que mi sangre sea semilla de libertad y signo de que la esperanza se hará pronto realidad. Que mi muerte, si es aceptada por Dios, sea para la liberación de mi pueblo y testimonio de esperanza en el futuro. Puede decir, si consiguen matarme, que perdono y bendigo a quienes lo hagan. Ojalá, en efecto, que pudieran convencerse de que desperdiciarán su tiempo. Un obispo morirá, pero la Iglesia de Dios, que es el pueblo, nunca perecerá” (Cf. James R. Brockman, Ibid. p. 402).

No es el lugar aquí para hablar del accionar que tuvieron los escuadrones de la muerte y sus conexiones con las fuerzas armadas y los líderes de la oligarquía salvadoreña; tampoco del rol principal que desempeñó Roberto D’Aubuisson, dirigente de la violencia de extrema derecha en El Salvador, y autor intelectual del asesinato de Romero. Lo cierto es que este personaje fue uno de los fundadores del partido ARENA en septiembre de 1980 que mantendrá un puesto relevante en la política salvadoreña durante toda esa década, llegando incluso a ser presidente de la Asamblea Nacional en 1982.

Con el asesinato de Romero, y sus exequias “bañadas en sangre”, comenzó en El Salvador una guerra civil con decenas de miles de salvadoreños/as que sufrieron persecución y muerte; algunos casos conocidos por su atrocidad, como las Misioneras de Maryknoll (Maura Clarke, Ita Ford, Dorothy Kazel y Jean Donovan), violadas y asesinadas el 2 de diciembre de 1980; las masacres del río Sumpul o la del río Lempa, o de la entera población de El Mozote entre el 9 y 12 de diciembre de 1981, cuando a manos del batallón Atlacatl, 978 personas fueron asesinadas, de las cuales 553 eran menores de edad.

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Esta inmensa constelación de testigos de la fe y la justicia, que se calculan en 75.000 asesinados y 9000 desaparecidos (en este país que es como el “pulgarcito Latinoamericano”), tuvieron en apariencia un sello final con el asesinato de los mártires de la UCA y dos servidoras de la comunidad, el 16 de noviembre de 1989. Pero la inmensa mayoría de estos homicidios y genocidios permanecen sin juicio de los culpables.

Si al decir de Romero, “si me matan resucitaré en el pueblo salvadoreño”, debe agregarse sin concesiones, que la resurrección exige fidelidad al mensaje del crucificado. En este sentido, la Iglesia salvadoreña se ve hoy más interpelada que ayer. La razón es simple, los testigos de tantos martirios deben relevarse y mantener vivo el mensaje liberador de “denuncia” y “esperanza”, sin lo cual los pueblos, nunca exentos de “olvidar” los lazos de la opresión, pueden verse tentados a recaer en los mismos atropellos que sus mártires denunciaron.

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Fuente Religión Digital

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A la extrema derecha eclesial no le ha gustado este video entrevista del youtuber marianista “smadani” con el sacerdote abiertamente gay James Alison.

Lunes, 14 de junio de 2021
Comentarios desactivados en A la extrema derecha eclesial no le ha gustado este video entrevista del youtuber marianista “smadani” con el sacerdote abiertamente gay James Alison.

Diseno-sin-titulo-34Daniel Pajuelo y James Alison

Daniel Pajuelo Vázquez, más conocido como smdani, es un sacerdote católico de la Compañía de María (‘Societas Mariae, S.M.), cuyos miembros son más conocidos con el nombre de Marianistas.   fundada por el beato Guillermo José Chaminade en 1817, y forma parte de la Familia Marianista.

Daniel Pajuelo, de 44 años, que, además de profesor, es sacerdote, es muy conocido sobre todo por su actividad en las redes sociales. Es Cofundador de iMisión, una asociación católica que busca formar a cristianos comprometidos con la evangelización digital, este sacerdote tiene un canal de YouTube con 1.700 mil seguidores y esto es quizá lo que molesta profundamente a los ratones de sacristía, incapaces de atraer a los jóvenes, espantados por el clericalismo ñoño, cuando no propagador de odio, de la Caverna eclesial.

Daniel ha publicado en su canal, un video en el que entrevista al sacerdote abiertamente gay James Alison, bien conocido en Cristianos Gays por su activismo en defensa de los derechos LGTBI y la inclusividad evangélica en la Iglesia.

Daniel, presenta a James así:  “James Allison es un sacerdote y teólogo católico nacido en Inglaterra a quien las cosas de la vida le llevaron a vivir en latinoamérica y después en España donde reside actualmente.  Su honestidad consigo mismo, con Dios y con los demás, le ha llevado en muchas ocasiones a ser persona ‘non grata’ en la Iglesia católica y es que, desde bien niño, descubrió que era gay y decidió no ocultarlo nunca a pesar de saber que eso le iba a traer mucho dolor en la vida”.

Daniel cuenta que explica que conoció a James tras leer el libro de Pablo Romero Buccicardi “Caminos de reconciliación” Diez historias de fe y amor LGTBI, en el que se narran diez historias de amor LGTBI. A través de la editorial del libro, PPC, pudo contactar con James, y afirma que: “Os aseguro que el encuentro que viví con James fue providencial, lleno de luz, carente de rencores, capaz de abrir puertas, de sanar heridas, y de ayudar a muchas personas a reconciliarse consigo mismas, con Dios, y con sus hermanos y hermanas en la fe. Ojalá ayuden”.


Allison dice en la entrevista que, tras ser miembro de los dominicos durante aproximadamente 15 años, ahora es un sacerdote de status canónico “misterioso”. El protagonista confiesa a Pajuelo que, una vez se salió de la congregación religiosa, hace algunos años, un cardenal “ilustre” intentó reducirle al estado laical “sin tener ninguna razón legítima para hacerlo”.

Allison afirma que para tomar esa medida, o tiene que pedirlo el sacerdote, o bien tienes que haber hecho algo malo, “pero malo malo”. En mi caso, el que yo estuviera celebrando misas para grupos LGTB, ciertamente no entra dentro de lo suficientemente malo. Y mucho menos durante el papado de Francisco, donde ha dicho ‘hagan lío’, ‘vayan a las periferias’ y cosas por el estilo. Este tipo quiso echarme y echó mano de algún párrafo del Derecho Canónico” para mandar una carta en la que le comunicaron que había dimitido del estado clerical y ya no podía ejercer como sacerdote, ni enseñar ni predicar.

Allison cuenta que le enseñó esta carta a su ex maestro de novicios dominico Raúl Vera López, obispo emérito de Saltillo y también muy conocido entre nosotros por su defensa insoobornable de los derechos de las personas LGTBI  Allison cuenta que el prelado le dijo “no hagas caso a eso, es una sandez. No escribas al Santo Padre porque por los filtros no le llegará, pero yo voy a buscar una audiencia privada con él y le voy a pedir que te arregle la situación”.

El obispo emérito de Saltillo consiguió, tiempo después, la audiencia, y le llevó una carta de Allison contando su situación. Vera, al salir del encuentro con Su Santidad, llamó a Allison para decirle que el Papa había estado receptivo y que algo iba a pasar.

Dos meses después, asegura Allison, estaba en su piso cuando sonó un teléfono oculto. “Soy el Papa Francisco”, sonó al otro lado. Entonces, Alison afirma que el Pontífice le dijo: “Mira, yo quiero que camines con plena libertad interior, siguiendo el camino de Jesús y te doy el poder de las llaves, ¿me entiendes? Te doy el poder de las llaves. Evidentemente me trataba como sacerdote, a pesar de que su Congregación” le había reducido al estado laical. Después, “entendí por los canonistas” que “me estaba dando, directamente, el poder de escuchar confesiones y de predicar, que serían los dos poderes típicamente asociados con el poder orgánico o sea mi estado clerical es misterioso”.

Alison asegura que los homosexuales en la Iglesia son “muchísimos” y que hay una gran falta de honestidad. Se mete con los líderes eclesiásticos “más radicales en esta materia”, que hablan del “infierno”, de la “abominación”, y menciona al cardenal Müller, ex prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que llamó “blasfemia” teológica a la bendición de uniones homosexuales por parte de sacerdotes en Alemania. “Son sandeces”, con la triste verdad de que “la inmensa mayoría de los que patalean, chillan más contra los gays son ellos mismos gays”, asegura el entrevistado.

Allison afirma que al comienzo del pontificado de Francisco estábamos casi como después del pontificado de Pablo VI. “Lo que no nos esperábamos eran los 35 años de marcha atrás de Juan Pablo II y, en menor medida, de Ratzinger”.

El sacerdote también se refirió al ‘responsum’ de Doctrina de la Fe que prohibía la bendición de uniones homosexuales por parte de clérigos. A Allison no le sorprendió el documento, “era evidente que si iban a decir alguna cosa iba a ser aquello”, sino  “el buen humor con el que una inmensa cantidad de gente les dijo básicamente: ‘Por favor, sé adulto, ya no hables así, es un poco ridículo’. O sea, la reacción no era de miedo, y eso me parece importantísimo porque la gente ha aprendido a ponerse de pie.

Pero aquí no para el acoso ultramontano contra Daniel Pajuelo, avivado en las noticias y comentarios a ellas en determinados medios …

El domingo 6 de junio Daniel Pajuelo, publicó en su cuenta de Twitter una imagen en la que se ve a una “oveja gay” siendo defendida por Cristo de las piedras que lanzan otras ovejas, lo que desató las iras de los extremistas…

Daniel indicó que la imagen que compartió le pertenece a David Hayward, que en Twitter se hace llamar @nakedpastor (pastor desnudo) y que suele publicar imágenes a favor de la inclusivida LGBTI en la Iglesia Católica, como una que compartió el lunes 7 de junio en la que se ve a una oveja con los colores arco iris haciendo un “masaje” a una iglesia sobre una camilla, con la frase “Realmente necesitas relajarte”.

La publicación del domingo por Daniel Pajuelo ha recibido el apoyo de  internautas pero también varias críticas de quienes le recordaron la enseñanza de la Iglesia Católica, azuzadas por el sector más ultramontano de la Iglesia. Como muestra un botón: El psicólogo Octavio Escobar escribió sobre la imagen: “Padre, una cosa es la atracción hacia el mismo sexo que sufren algunas personas hacia las cuales se orienta el catecismo con amor pastoral (2357, 2358 y 2359) y otra muy distinta un lobby político anticatólico que promueve el orgullo de la práctica del pecado con esa bandera. Esa caricatura está haciendo política partidista con la figura de Cristo. Lo siento”.

Tras las críticas, Daniel Pajuelo publicó otro tuit en el que señala que “los cristianos somos sal y luz no por imperativo moral, sino como don. Nuestro deber es no arruinar el regalo recibido. La calumnia, difamación, insultos y escarnio público que hacen algunos católicos contra católicos en Twitter, arruina este precioso regalo. Bendiciones”.

Desde Cristianos Gays, manifestamos nuestro apoyo y solidaridad al padre Daniel Pajuelo y le decimos. ¡Estás en el lado correcto de la Historia defendiendo la inclusividad del Evangelio. Un abrazo y Ánimo!

General, Homofobia/ Transfobia., Iglesia Católica , , , , ,

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