Mª del Pilar Huerta, Carmelita Descalza, pimarhuerta@yahoo.es
Toro (ZAmora).

ECLESALIA. 26/11/21.- Una vez más asomo por aquí para presentaros mi nuevo libro: La distancia entre los dedos.  Si recordáis los dos anteriores eran: El telar de la Palabra (Editorial de Espiritualidad, 2013). Y Mejor será que hilen (San Pablo, 2017).

El punto de partida de este nuevo libro es un texto de Ignacio Larrañaga, autor que yo leí mucho hace unos años, sacerdote franciscano español que ha llevado a cabo una notable labor de evangelización en Sudamérica, y es reconocido por sus múltiples libros de religión y autoayuda.

Hablando del hombre, escribe así en su libro Del sufrimiento a la paz:

«La razón lo obliga a caminar por los páramos infinitos hacia metas inaccesibles. Se propone alcanzar una cumbre, y, arribado a la cima, divisa desde allí otra montaña más alta que lo reclama. Alcanzada esta segunda cumbre, distingue desde ella otra altura más eminente que, como una luz fatal, lo seduce irresistiblemente. Alcanza también esta altura…, y así sucesivamente, su vida es un proyecto escalonado de cumbres cada vez más elevadas y cada vez más lejanas, lo que acaba dejándolo perpetuamente desazonado e inquieto».

I. LARRAÑAGA, «DEL SUFRIMIENTO A LA PAZ», SAN PABLO, 1985.

Los años me han ido confirmando esta verdad, por lo que, en un momento dado, y teniendo como punto de partida este texto, sentí el impulso de crear un relato. Un relato que pueda servir de espejo a quienes se acerquen a él. Presenta una historia de la búsqueda de uno mismo. Un viaje personal, o quizá un moderno Camino de perfección.

Se trata de un peculiar personaje que camina de montaña en montaña (creyendo que la felicidad está en conquistar la cima más alta), para terminar siempre en el cansancio y en la decepción, porque nunca se llega a esa cima definitivamente más alta. Parte de la trama responde a los encuentros con diversos personajes, que de modo encubierto serían los amigos de Job en la Biblia y que naturalmente se quedan fuera de la realidad, en lo que se llama «memoria y valores colectivos». En otras palabras, sería «lo que siempre se ha dicho…».

El libro plantea un cambio de mentalidad acorde con los valores del Evangelio. El viaje o cambio de mentalidad consiste precisamente en recorrer el camino y no en la conquista de la cima. En un momento histórico donde aparentemente la gente va de una cima en otra, buscando esa felicidad (tener el coche, la casa, la carrera, la pareja, el trabajo, los hijos etc.), este caminante tiene algo que descubrir y ofrecer a otros, como es su propia experiencia, que se reduce a insatisfacción cuando llega a conseguir algo; por eso, llegado a cierto momento, él podrá descubrir que el secreto de la vida es simplemente vivir, no conquistar, ni siquiera conquistarse uno a sí mismo, ¡cuánto más, conquistar algo ajeno a sí!

Esto no significa ni mucho menos que no haya que marcarse metas en la vida; todo lo contrario, en muchas ocasiones este es el fallo de muchos de nuestros contemporáneos, que, por no tener un norte en la vida, se encuentran a la deriva. De lo que se trata aquí es del engaño o falacia que supone creer o pensar que la felicidad plena y total se encuentra en nuestros pequeños o grandes logros o conquistas, o que está siempre en el futuro. A propósito de esta idea escribe Eckhart Tolle: «No hay nada malo en marcarte objetivos y en esforzarte por lograr cosas. El error consiste en sustituir con eso el sentimiento de vida, de Ser. Y el único punto de acceso al sentimiento de vida es el ahora» (Tolle, Eckhart, El poder del Ahora. Un camino hacia la realización espiritual. Madrid, Gaia, 2001).

Este caminante descubre que es precisamente el afán de conquistar la cima más alta lo que le motiva y gratifica. Constata que, si hubiera una última montaña que una vez conquistada nos permitiera tumbarnos a la bartola, ya no seríamos felices: así, los últimos descubrimientos neurológicos confirman que la felicidad no es un estado permanente, y que necesita de momentos de infelicidad y aburrimiento para ser percibida, por contraste, como tal felicidad.

Algo de esto ya advirtieron los santos, como vemos claramente, por ejemplo, cuando una Teresa de Ávila dice en varias ocasiones que no podemos «estar siempre en un ser».

Os invito a todos a leerlo.  Es breve y se lee casi de un tirón. Aunque ciertamente después hay que volver sobre él, sobre cada acontecimiento transformador. Jesús Barranco invita al lector en el posfacio a leer el libro “como acto de caminar su propia biografía

La portada está diseñada por Leticia Ruifernández, y en el interior, la editorial San Pablo ha incluido una serie de ilustraciones que enriquecen el contenido y hacen el libro más sugerente a la vez que abren nuevos caminos de comprensión.

He dejado intencionadamente muchos hilos sueltos, para que cada uno enhebre su aguja en el que crea más conveniente o en el que más atractivo le parezca.

Deseo con toda mi alma haber aportado algo a todas aquellas personas para quienes la vida se ha convertido en una auténtica búsqueda.

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