Archivo

Entradas Etiquetadas ‘Espera’

“Los necesitamos más que nunca”. 19 Tiempo ordinario – C (Lucas 12,32-48)

Domingo, 7 de agosto de 2016
Comentarios desactivados en “Los necesitamos más que nunca”. 19 Tiempo ordinario – C (Lucas 12,32-48)

19-TO-600x740Las primeras generaciones cristianas se vieron muy pronto obligadas a plantearse una cuestión decisiva. La venida de Cristo resucitado se retrasaba más de lo que habían pensado en un comienzo. La espera se les hacía larga. ¿Cómo mantener viva la esperanza? ¿Cómo no caer en la frustración, el cansancio o el desaliento?

En los evangelios encontramos diversas exhortaciones, parábolas y llamadas que  solo tienen un objetivo: mantener viva la responsabilidad de las comunidades cristianas. Una de las llamadas más conocidas dice así: «Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas». ¿Qué sentido pueden tener estas palabras para nosotros, después de veinte siglos de cristianismo?

Las dos imágenes son muy expresivas. Indican la actitud que han de tener los criados que están esperando de noche a que regrese su señor, para abrirle el portón de la casa en cuanto llame. Han de estar con «la cintura ceñida», es decir, con la túnica arremangada para poder moverse y actuar con agilidad. Han de estar con «las lámparas encendidas» para tener la casa iluminada y mantenerse despiertos.

Estas palabras de Jesús son también hoy una llamada a vivir con lucidez y responsabilidad, sin caer en la pasividad o el letargo. En la historia de la Iglesia hay momentos en que se hace de noche. Sin embargo, no es la hora de apagar las luces y echarnos a dormir. Es la hora de reaccionar, despertar nuestra fe y seguir caminando hacia el futuro, incluso en una Iglesia vieja y cansada.

Uno de los obstáculos más importantes para impulsar la transformación que necesita hoy la Iglesia es la pasividad generalizada de los cristianos. Desgraciadamente, durante muchos siglos los hemos educado, sobre todo, para la sumisión y la pasividad. Todavía hoy, a veces parece que no los necesitamos para pensar, proyectar y promover caminos nuevos de fidelidad hacia Jesucristo.

Por eso, hemos de valorar, cuidar y agradecer tanto el despertar de una nueva conciencia en muchos laicos y laicas que viven hoy su adhesión a Cristo y su pertenencia a la Iglesia de un modo lúcido y responsable. Es, sin duda, uno de los frutos más valiosos del Vaticano II, primer concilio que se ha ocupado directa y explícitamente de ellos.

Estos creyentes pueden ser hoy el fermento de unas parroquias y comunidades renovadas en torno al seguimiento fiel a Jesús. Son el mayor potencial del cristianismo. Los necesitamos más que nunca para construir una Iglesia abierta a los problemas del mundo actual, y cercana a los hombres y mujeres de hoy.

José Antonio Pagola

Biblia, Espiritualidad , , , , ,

“Estad preparados”. Domingo 7 de agosto de 2016. 19º domingo del Tiempo Ordinario

Domingo, 7 de agosto de 2016
Comentarios desactivados en “Estad preparados”. Domingo 7 de agosto de 2016. 19º domingo del Tiempo Ordinario

44-ordinarioC19 cerezoLeído en Koinonia:

Sabiduría 18, 6-9: Con una misma acción castigabas a los enemigos y nos honrabas, llamándonos a ti.
Salmo responsorial: 32: Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad.
Hebreos 11, 1-2. 8-19:  Esperaba la ciudad cuyo arquitecto y constructor iba a ser Dios.
Lucas 12, 32-48: Estad preparados.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “No temas, pequeño rebaño, porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el reino.

Vended vuestros bienes y dad limosna; haceos talegas que no se echen a perder, y un tesoro inagotable en el cielo, adonde no se acercan los ladrones ni roe la polilla. Porque donde está vuestro tesoro allí estará también vuestro corazón.

Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas. Vosotros estad como los que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame.

Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; os aseguro que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y los irá sirviendo.

Y, si llega entrada la noche o de madrugada y los encuentra así, dichosos ellos.

Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, no le dejaría abrir un boquete.

Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.”

Pedro le preguntó: “Señor, ¿has dicho esa parábola por nosotros o por todos?”

El Señor le respondió: “¿Quién es el administrador fiel y solícito a quien el amo ha puesto al frente de su servidumbre para que les reparta la ración a sus horas?

Dichoso el criado a quien su amo, al llegar, lo encuentre portándose así. Os aseguro que lo pondrá al frente de todos sus bienes.

Pero si el empleado piensa: “Mi amo tarda en llegar”, y empieza a pegarles a los mozos y a las muchachas, a comer y beber y emborracharse, llegará el amo de ese criado el día y a la hora que menos lo espera y lo despedirá, condenándolo a la pena de los que no son fieles.

El criado que sabe lo que su amo quiere y no está dispuesto a ponerlo por obra recibirá muchos azotes; el que no lo sabe, pero hace algo digno de castigo, recibirá pocos.

Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se le confió, más se le exigirá.”

Primera Lectura

Los israelitas, oprimidos en Egipto, experimentaron que el Señor era su salvador la noche en que murieron los primogénitos de los egipcios. Por eso aquella noche tuvo una significación trascendental para la historia de los hebreos. Les recordaba las promesas que Dios había hecho a sus padres; que desde entonces Israel fue un pueblo libre y consagrado al Señor. La primera cena del cordero pascual sirve de modelo a lo que había de ser centro de la vida religiosa y cultural.

La participación en un mismo sacrificio simbolizaba la unión solidaria de un pueblo en un destino común. La celebración pascual recuerda que Dios no cesa de elegir a su pueblo entre los justos y de castigar a los impíos.

Hoy, toda esta imagen de Dios, por más que la hayamos estado escuchando y venerando durante milenios, desde siempre, aparece como profundamente inadecuada, inaceptable. ¿Qué clase de Dios es ése que opta por un pueblo, lo elige, le regala una tierra que está ya ocupada por otros pueblos da poder a su pueblo elegido para que los expulse y los destruya? ¿Es verosímil esta imagen de Dios? ¿No es propia de los tiempos «tribales», donde cada tribu se imagina que tiene su Dios protector que la defenderá contra las demás? (Recomendamos leer al respecto, por ejemplo, de John Shelby SPONG, Un cristianismo nuevo para un mundo nuevo, Abya Yala, Quito, Ecuador, www.tiempoaxial.org; también se puede mirar en google y en youtube sobre este autor).

Segunda Lectura

La fe de Abraham y de los patriarcas sirve de ejemplo. Para estimular la perseverancia en la fe que lleva a la salvación, la carta a los Hebreos aduce una serie de testigos. Abraham, lo mismo que los hebreos del siglo I, conoció la emigración, la ruptura respecto al medio familiar y nacional y la inseguridad de las personas desplazadas. Pero en esas pruebas encontró Abraham motivo para ejercer un acto de fe en la promesa de Dios.

La fe enseña a no darnos por satisfechos con los bienes tangibles ni con esperanzas inmediatas. Abraham creyó por encima de la amenaza de la muerte. Sufrió la esterilidad de Sara y la falta de descendencia. Esta prueba fue para él la más angustiosa porque el patriarca se acercaba a la muerte sin haber recibido la prenda de la promesa. Aquí se hace realidad la última calidad de la fe: aceptar la muerte sabiendo que no podrá hacer fracasar el designio de Dios.

Más que el sufrimiento, es la muerte el signo por excelencia de la fe y de la entrega de uno mismo a Dios. Abraham creyó en un “más allá de la muerte”, creyó le sería concedida una posteridad incluso en un cuerpo ya apagado, porque le había sido prometida. Esta fe constituye lo esencial de la actitud de Cristo ante la cruz. También se entregó a su Padre y a la realización del designio divino, pero tuvo que medir el fracaso total de su empresa: para congregar a toda la humanidad, se encuentra aislado pero confiado en un por encima de la muerte que su resurrección iba a poner de manifiesto.

Evangelio

El evangelio de hoy nos presenta unas recomendaciones que tienen relación con la parábola del domingo anterior del rico necio. Los exegetas se diversifican en cuanto a la estructura que presente el texto y no determinan las unidades de las que se compone. La actitud de confianza con el que inicia el texto no debería de omitirse “no temas, rebañito mío, porque su Padre ha tenido a bien darles el reino”. Esta exhortación a la confianza, al estilo veterotestamentario y que gusta a Lucas, expresa la ternura y protección que Dios ofrece a su pueblo, pero expresa también la autocomprensión de las primeras comunidades: conscientes de su pequeñez e impotencia, vivían, sin embargo, la seguridad de la victoria. La bondad de Dios, en su amor desmedido, nos ha regalado el Reino. Desde aquí tenemos que entender las exhortaciones siguientes. Si el Reino es regalo, lo demás es superfluo (bienes materiales). Recordemos los sumarios de Lucas en el libro de los Hechos de los Apóstoles.

Lucas invita a la vigilancia, consciente de la ausencia de su Señor, a una comunidad que espera su regreso, pero no de manera inminente como sucedía en las comunidades de Pablo (cf. 1Tes.4-5). La Iglesia de Lucas sabe que vive en los últimos días en los que el hombre acoge o rechaza de forma definitiva la salvación que se regala. Cristo ha venido, ha de venir; está fuera de la historia, pero actúa en ella. La historia presente, de hecho, es el tiempo de la iglesia, tiempo de vigilancia.

Fitzmyer, ilustra esta afinada concepción de la historia, aparecen varias recomendaciones en lo que puede considerarse como los “retazos de una hipotética parábola”. Lo importante será descubrir en cuál de esas recomendaciones centramos la llegada que hay que esperar de manera vigilante. La predicación histórica de Jesús tienen estas máximas sobre la vigilancia y la confianza. Ahora, en este texto se les reviste de carácter escatológico. El punto clave reside en la invitación “estén preparados”; o lo que es lo mismo, lo importante es el hoy. A la luz de una certeza sobre el futuro, queda determinado el presente. Esta es la comprensión de la historia de Lucas: “se ha cumplido hoy” (4,21), “está entre ustedes” (17,20-21) y “ha de venir” (17,20).

El Reino es, al mismo tiempo, presente y algo todavía por venir. De aquí la doble actitud que se exige al cristiano: desprendimiento y vigilancia. Es necesario desprenderse de los cuidados y de los bienes de este mundo, dando así testimonio de que se buscan las cosas del cielo.

La vigilancia cristiana es inculcada constantemente por Cristo (Mc 14,38; Mt 25,13). La vida del cristiano debe ser toda ella una preparación para el encuentro con el Señor. La muerte que provoca tanto miedo en el que no cree, para el cristiano es una meditación: marca el fin de la prueba, el nacimiento a la vida inmortal, el encuentro con Cristo que le conduce a la Casa del Padre.

La intervención de Pedro, demuestra que la exhortación de Jesús sobre el significado de actuar y perseverar en vigilancia es en primer lugar referido a aquellos que son “la cabeza” de la comunidad, o mejor dicho para los que “están al servicio” de la comunidad. La resurrección a la vida depende del modo como ejercitaron ese servicio. Leer más…

Biblia, Espiritualidad , , , , ,

Dom 7.8.16. Talegos que no envejecen, tesoros que no pueden robar los ladrones

Domingo, 7 de agosto de 2016
Comentarios desactivados en Dom 7.8.16. Talegos que no envejecen, tesoros que no pueden robar los ladrones

13887020_1581756662126395_1850254258936604726_nDel blog de Xabier Pikaza:

Dom 19. Ciclo C. Lc 12, 32-48. Esas palabras son el centro del evangelio del dominto, un programa básico de transformación social y personal, religiosa y cultura.

‒ Talegos son bolsas donde se llevaba el dinero o las cosas de valor… y por ampliación se aplica a la Banca y Bolsa, al capital del FMI o de la BM, a la riqueza de la Multinacionales… Pues bien, Jesús sabe que esos tesoros de talego envejecen y mueren, como murió la riqueza de Creso y la del imperio Romano, como está muriendo la Segunda Ola del Gran Comercio mundial fundado en el Carbón, el Petróleo y los combustibles fósiles, y como morirá la Tercera, hecho de tesoros virtuales…

Tienen un valor esos tesoros, pero todos envejecen y mueren. Por eso nos dice que Jesús que busquemos otros tesoros culturales, morales y humanos que no mueren, porque el alma y corazón del hombre es inmortal, a no ser que él quiera acabar y morirse, matando en el camino a otros..

‒ Tesoros que lo ladrones no puedan robar… Lo malo de los tesoros de talego es que han sido siempre robados (se amasan a base del hambre de los pobres…) y excitan el deseo de nuevos ladrones, que acaban logrando de algún modo su objetivo. Estamos en un mundo de ladrones y contra-ladrones, de robos y sistemas de antirrobo, desde la alarma de tu casa hasta los sistemas militares e informáticos más sofisticados.

Por eso nos dice Jesús que busquemos un tesoro que no puede robarse, pues está hecho de gratuidad y comunicación, como el Tesoro de Dios, al que no se puede robar pues lo da y comparte todo.

Éste es un evangelio esencial (Lc 12, 32-48), que no puedo comentar por entero, y así me limito a las primeras palabras (12, 33-34), en la que Jesús pide a sus discípulos:

que vendan (que se liberen de) todo para dárselo a los pobres, consiguiendo de esa forma una riqueza superior, propia “del cielo” (un tesoro de amor y de fraternidad)
— y que así comparten todo con los hombres y mujeres de la tierra, para encontrar un tesoro (margarita preciosa) de gracia y amistad, que no muere ni puede robarse.

El texto es radical, y plantea unas preguntas esenciales, que los cristianos han de escuchar y aplicar este cansino verano del hemisferio norte, como indicaré en un contexto de iglesia (que en un segundo momento puede aplicarse al capital y comercio del mundo entero):

‒ ¿Lo que dice Jesús lo dice sólo de la Iglesia o debe aplicarse a todos los hombres, fuera y dentro de la Iglesia, como mensaje y cultura universal de vida, fundado en el tesoro superior que no envejece, en la riqueza que no puede robarse? El Pacto de las Catacumbas afirma que lo dice principalmente a la Iglesia y que los primeros en cumplirlo han de ser los obispos.

‒ ¿Quién debe venderlo todo y dárselo a los pobres, en la Iglesia, sólo los curas y y frailes y monjas, o todos los cristianos, empezando por nuestros obispos (los que firmaron el Pacto de las Catacumbas)…y por el Vaticano que en cuanto tal no lo firmó?

the-pact-of-the-catacombs-el-pacto-de-las-catacumbas
3) ¿Qué bienes se deben vender en la Iglesia para dárselos a los pobres, que son, según Jesús, sus propietarios, sólo algunos bienes que sobran o también los edificios y vasos sagrados, incluida la catedral de mi pueblo y el Estado Vaticano? ¿Quedan algunos excluidos?

4) ¿Qué se puede hacer cuando se vende todo y no se tiene nada? ¿Cómo vivir, producir y compartir? ¿Cómo dar si ya no queda algo que dar? Se trata de vender para que un día nadie pueda (ni deba) vender ni comprar, sino que todo se pueda compartir. ¿Será posible llegar a ese día? ¿Quién puede iniciar el camino, algunos “locos” como Francisco, todos los cristianos…?

5) ¿O será mejor no tomar en serio ese evangelio, escucharlo como música celeste (¡qué buena era la que ayer cantaban dos amigos canta-autores en el Carmelo de Toro!), que no se aplica en esta tierra, ni en la Iglesia, un baile hermoso para niños? ¿O será mejor decir que ese evangelio es apócrifo?

Quien quiera saber algo más que lea. Que no me eche a mí la “culpa” del tema, que la tiene el evangelio y la liturgia del domingo.

En un momento determinado, el gran Lutero, cuyo centenario preparamos, dijo que estos evangelios no eran para cumplirlos, sino para saber que no podemos cumplirlos, de manera que no tenemos más remedio que lanzarnos a los brazos de Dios confesándonos pecadores. No estoy convencido de las cosas sean así, pero al menos este Lutero fue sincero.

Imagen 1. Un recuerdo de Mons. Angelelli (amigo de un gran amigo mío, uno de los promotores del Pacto de los Obispos Pobres o de las Catacumbas), asesinado hace 40, en la Rioja de Argentina, por decir y cumplir cosas como las de este Evangelio, en un país que se decía gobernado por militares cristianos

Imagen 2. Imagen de la edición inglesa del Pacto de los Obispos Pobres, llamado Pacto de las Catacumbas, que tomó su inspiración en el evangelio de este domingo. Era simplemente un pacto de evangelio, quería simplemente que los obispos fueran cristiano.
.

Texto
El evangelio de este domingo (Lc 12, 32.48) es un texto largo que consta de varias unidades, recogidas en este primer conjunto “escatológico”, donde Lucas trata del dinero y de la vuelta del Señor Jesús. Quien quiera, que lea en su Biblia todo el texto y analice sus diversas partes. Yo hoy sólo quiero comentar dos versículos centrales:

Vended vuestros bienes y dadlos en limosna;
haceos talegos que no envejezcan,
un tesoro en el cielo que nunca se agote,
donde no puedan acercarse los ladrones y robar
donde no pueda roerlos la polilla.
Porque allí donde está vuestro tesoro
allí estará también vuestro corazón (Lc 12, 33-34).

Ubicar el texto. El cielo está aquí, no simplemente más allá

Éste es un texto central del evangelio, que ha de leerse en conjunto, al lado del pasaje del “joven rico” al que Jesús le pide que lo venda todo y lo dé a los pobres, para que así tenga un tesoro en el cielo y después (al mismo tiempo) pueda seguirle (cf. Mc 10, 21 par). Como precisa bien el evangelio, en otro lado, no se trata de vender, dejar y abandonar la vida activa (irse al desierto), sino de vender para dárselo a los pobres y para compartirlos, recibiendo así el ciento por uno en casa, familia y posesiones (cf. Mc 10, 28-31 y par).

Este pasaje de “vender y hacer tesoros para el cielo” ha sido transmitido también y de forma, y de un modo más “antiguo” (más completo) por Mt 6, 19-21. No se trata de atesorar para “el más allá” (de tener tesoros amontonados un tipo de Banco de San Pedro, para después de esta vida), sino de atesorar aquí, en este mundo, para estos pobres concretos que nos rodean, formando ellos el tesoro del reino.. Leer más…

Biblia, Espiritualidad , , , , ,

Vigilancia veraniega. Domingo 19. Ciclo C

Domingo, 7 de agosto de 2016
Comentarios desactivados en Vigilancia veraniega. Domingo 19. Ciclo C

velasDel blog El Evangelio del Domingo, de José Luis Sicre:

En este mes de vacaciones (al menos en Europa), cuando se repiten los consejos de seguridad y vigilancia, también la liturgia nos invita a vigilar, aunque en cuestiones muy distintas.

A merced de lo que decida el sacerdote

            El sacerdote puede elegir este domingo entre una lectura breve y otra larga. Dos motivos aconsejan decidirse por la breve: 1) el calor de agosto en Europa y el frío en América; 2) la lectura larga mezcla tres temas, dos de ellos muy distintos, y puede volver un poco locos al predicador y a los predicados. Me limitaré, por tanto, a la breve, con algunas indicaciones finales sobre la larga.

Tres señores muy distintos

            Si se lee el evangelio de forma rápida parece hablar de los mismos personajes: unos criados y su señor. Sin embargo, teniendo en cuenta que los discursos de Jesús los escriben los evangelistas uniendo frases sueltas pronunciadas por él en distintos momentos, cuando se lee el texto con atención encontramos tres señores. Dice así:

            Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas. Vosotros estad como los que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame.

Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; os aseguro que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y los irá sirviendo. Y, si llega entrada la noche o de madrugada y los encuentra así, dichosos ellos. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, no le dejaría abrir un boquete. Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.

            Aunque comienza dirigiéndose a los criados (que somos nosotros), luego habla de tres clases de señores.

  1. Un señor que vuelve de una boda; los criados tienen que esperarlo y abrirle la puerta.
  2. Un señor que llega no se sabe de dónde; encuentra a los criados esperándole y, lleno de alegría, se pone a servirles.
  3. Un señor que no tiene criados, se entera de que esa noche va a venir un ladrón, y lo espera en vela.

            Lo que une estas tres imágenes tan distintas es la idea de la espera: los criados esperan a su señor (casos 1 y 2), el señor espera al ladrón (caso 3).

            Y todo esto sirve para transmitir la enseñanza más importante: también nosotros debemos estar vigilantes, esperando la llegada del Hijo del Hombre.

El problema psicológico del texto

            Hablar de vigilancia y de esperar la venida del Hijo del Hombre mientras la gente se abanica o piensa en lo que va a hacer cuando termine la misa supone un desafío para el sacerdote. ¿Interesa realmente todo eso? En caso de que interese, ¿se puede pedir una actitud continua de vigilancia, con la cintura ceñida y la lámpara encendida, como dice el evangelio?

            Sería muy bueno que la gente se plantease estas preguntas y respondiese: “No me interesa nada, no pienso nunca en la vuelta de Jesús, y si me dicen que no se trata de que vaya a volver pronto, sino de que puedo morirme en cualquier momento y encontrarme con Él, prefiero no amargarme con la idea de la muerte”.

            Esta respuesta sincera tendría una ventaja: obliga a pensar en lo que representa realmente Jesús en nuestra vida. ¿Alguien a quien queremos mucho, pero que no tenemos prisa ninguna por ver, y cuanto más se retrase el encuentro, mejor? Amistad curiosa, pero muy frecuente entre los cristianos.

Vigilar no significa vivir angustiados

            A pesar de lo anterior, la mayoría de la gente vive a diario el mensaje del evangelio de hoy. Está con el cinturón ceñido y la lámpara encendida. Porque la vigilancia se traduce en el cumplimiento adecuado de sus obligaciones.

            Así queda claro en la continuación del evangelio (la que puede omitirse). En ella, Pedro le pregunta a Jesús si esa parábola del señor y los criados la ha contado por ellos o por todos. Y Jesús le responde con una nueva parábola. Pero ahora no habla solo de un señor y sus criados sino que introduce en medio la figura de un administrador que está al frente de la servidumbre (es clara la referencia a Pedro y a los responsables de la comunidad cristiana).

            Este administrador puede adoptar dos posturas: cumplir bien su obligación con los subordinados, o aprovechar la ausencia del señor para maltratar a los criados y criadas y darse la buena vida. Queda claro que vigilar no consiste en vivir angustiados pensando en la hora de la muerte sino en cumplir bien la tarea que Dios ha encomendado a cada uno. El texto dice así.

            El Señor le respondió:

            ¿Quién es el administrador fiel y solícito a quien el amo ha puesto al frente de su servidumbre para que les reparta la ración a sus horas? Dichoso el criado a quien su amo, al llegar, lo encuentre portándose así. Os aseguro que lo pondrá al frente de todos sus bienes. Pero si el empleado piensa: “Mi amo tarda en llegar”, y empieza a pegarles a los mozos y a las muchachas, a comer y beber y emborracharse, llegará el amo de ese criado el día y a la hora que menos lo espera y lo despedirá, condenándolo a la pena de los que no son fieles. El criado que sabe lo que su amo quiere y no está dispuesto a ponerlo por obra recibirá muchos azotes; el que no lo sabe, pero hace algo digno de castigo, recibirá pocos. Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se le confió, más se le exigirá.

La primera lectura

            La primera lectura, tomada del libro de la Sabiduría 18, 6-9, ofrece dos posibles puntos de contacto con el evangelio. El texto dice así.

            La noche de la liberación [de Egipto] se les anunció de antemano a nuestros padres, para que tuvieran ánimo, al conocer con certeza la promesa de que se fiaban. Tu pueblo esperaba ya la salvación de los inocentes y la perdición de los culpables, pues con una misma acción castigabas a los enemigos y nos honrabas, llamándonos a ti. Los hijos piadosos de un pueblo justo ofrecían sacrificios a escondidas y, de común acuerdo, se imponían esta ley sagrada: que todos los santos serían solidarios en los peligros y en los bienes; y empezaron a entonar los himnos tradicionales.

            Primer punto de contacto: vigilancia esperando la salvación.

            El libro de la Sabiduría piensa en la noche de la liberación de Egipto

            El evangelio, en la salvación que traerá la segunda venida de Jesús.

            En ambos casos se subraya la actitud vigilante de israelitas y cristianos.

            Segundo punto de contacto: solidaridad

            Al momento de salir de Egipto, los israelitas se comprometen a compartir los bienes: serían solidarios en los peligros y en los bienes.

            En el evangelio, Jesús anima a los cristianos a ir más lejos: Vended vuestros bienes y dad limosna; haceos talegas que no se echen a perder, y un tesoro inagotable en el cielo. (Este punto de contacto sólo se advierte leyendo el comienzo de la lectura larga).

Biblia, Espiritualidad , , , , ,

Domingo XIX del Tiempo Ordinario. 7 agosto, 2016

Domingo, 7 de agosto de 2016
Comentarios desactivados en Domingo XIX del Tiempo Ordinario. 7 agosto, 2016

TO-D-XIX-1

“Dichosos los criados a quienes el Señor, al llegar, los encuentre en vela; os aseguro que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y los irá sirviendo.”

(Lc 12, 35-40)

Este domingo el Evangelio nos invita a esperar. Pero esta espera tiene que ser cativa, expectante. No como quien espera el autobús, sino como quien espera la visita de alguien importante. Es una invitación a estar preparadas, para que no se nos escapen las cosas buenas.

La espera que no nos enseña Jesús nada tiene que ver con “mirar al cielo” (cfr. Hch 1, 11). Hacia donde hay que mirar es hacia los hermanos. La espera que nos enseña Jesús tiene que ver con el servicio.

Para relacionarnos con el Dios de Jesús es imprescindible atender a las hermanas, a las personas que nos rodean. La espiritualidad cristiana es una espiritualidad encarnada por eso el mejor termómetro de nuestra relación con Dios es nuestra vida cotidiana. De anda sirven muchas horas de oración ni haber asistido a misa todos los domingos de nuestra vida si nuestro amor a Dios no se traduce en amor al prójimo.

Pero tampoco vale lo contrario: de nada sirve ser voluntario en tres ONGs si al final llevo una vida vacía porque he desconectado con la Presencia viva de Dios que me habita.

Necesitamos de muchos ratos sentadas a los pies del Maestro para que nuestro “hacer” se depure de todo activismo, de todo afán de protagonismo, de toda apariencia. Pero necesitamos también levantarnos, abandonar el cómodo espacio de intimidad con Dios y volvernos hacia quienes puedan necesitarnos.

Jesús, el gran orante, la noche que en que iba a ser entregado, “se levantó de la mesa, se quitó el manto, tomó una toalla y se la ciñó a la cintura. Después echó agua en una palangana y comenzó a lavar los pies…” (Jn 13, 4-5)

En el itinerario que nos ofrece Jesús, oración y servicio van juntas, no se pueden separar, se alimentan mutuamente y nos hacen crecer armónicamente. Tampoco nuestro cuerpo y nuestro espíritu son dos realidades separadas, si descuidamos nuestro cuerpo o nuestro espíritu nuestra vida se resiente, se enferma.

“Trinidad Santa, ayúdanos a vivir con la cintura ceñida para el servicio y la lámpara de la oración siempre encendida. ¡Amén!”

*

Fuente:  Monasterio Monjas Trinitarias de Suesa

***

Biblia, Espiritualidad , , , , ,

Dios no tiene que venir de ninguna parte y menos como un ladrón

Domingo, 7 de agosto de 2016
Comentarios desactivados en Dios no tiene que venir de ninguna parte y menos como un ladrón

19-TOCLc 12, 32-48

El texto del evangelio de este domingo forma parte de un amplio contexto, que empezaba el domingo pasado con la petición de uno a Jesús: “dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia”. A partir de ahí, Lc propone una larga conversación con los discípulos que abarca 35 versículos y toca muy diversos temas de difícil armonización. Naturalmente se trata de pensamientos dispersos que el evangelista organiza a su manera para ir aclarando las exigencias de Jesús. Sin duda reflejan la manera de ver la vida de la primera comunidad, como lo demuestra la conciencia de ser un pequeño rebaño.

Que el texto utilice a veces, el lenguaje escatológico nos puede despistar un poco. También el que nos hable de talegos o tesoros en el cielo que nadie puede robar, o que Dios llegará como un ladrón en la noche, nos puede confundir. Este leguaje mítico a nosotros hoy no nos sirve de nada. Dios no tiene que venir de ninguna parte. Está llamando siempre pero desde dentro. No pretende entrar en nosotros sino salir a nuestra conciencia y manifestarse en nuestras relaciones con los demás. Debemos superar la idea de un Dios que actúa desde fuera.

El domingo pasado se nos pedía no poner la confianza en las riquezas. Hoy, además, se nos dice en quién hay que poner la confianza para que sea auténtica. No en un dios todopoderoso externo, sino en el hombre creado a su imagen y que tiene al mismo Dios como fundamento. No es pues, cuestión de actos de fe, sino afianzamiento en una actitud que debe atravesar toda nuestra vida. Confiadamen­te, tenemos que poner en marcha todos los recursos de nuestro ser, conscientes de que Dios actúa solo a través de sus criaturas, y que solo a través de cada una de ellas la creación evoluciona. Ayúdate y Dios te ayudará.

Se trata de estar siempre en actitud de búsqueda. Más que en vela, yo diría que hay que estar despiertos. No porque puede llegar el juicio cuando menos lo esperemos, sino porque la toma de conciencia de la realidad que somos exige una atención a lo que está más allá de los sentidos y no es nada fácil de descubrir. El tesoro está escondido, y hay que “trabajar” para descubrirlo. No se trata de confiar en lo que nosotros podemos alcanzar, sino en que Dios ya nos lo ha dado todo. Ha sido Dios el primero que ha confiado en nosotros en el momento en que ha decidido darse él mismo sin limitación ni restricción alguna. Lo único que espera es que nosotros mismos descubramos ese don y vivamos de él.

Si de verdad hemos descubierto el tesoro que es Dios, no hay lugar para el temor. A las instituciones y a las personas que las dirigen no les interesa para nada la idea de un Dios que da plena autonomía al ser humano, porque no admite intermediarios ni manipulaciones. Para ellos es mucho más útil la idea de un dios que premia y castiga, porque en nombre de ese dios pueden controlar a las personas. La mejor manera de conseguir sometimiento es el miedo. Eso lo sabe muy bien cualquier autoridad. El miedo paraliza a la persona, que inmediatamente tiene necesidad de alguien que le ofrece su ayuda, para poder conseguir con gran esfuerzo, aquello que ya poseían plenamente antes de tener miedo.

Cuentan que una madre empezó a meter miedo de la oscuridad a su hijo pequeño. El objetivo era que no llegara nunca tarde a casa. Con el tiempo, el niño fue incapaz de andar solo en la noche. Eso le impedía una serie de actividades que hacía muy difícil desarrollar su vida. Entonces la madre, fabricó un amuleto y dijo al niño: esto te protegerá de la oscuridad. El niño convencido, empezó a caminar en la noche sin ningún problema, confiando en el amuleto que llevaba colgado del cuello. ¡Sin comentario!

Para descubrir el sentido de esa confianza, tenemos que descubrir los errores que hemos desarrollado sobre lo que Dios es. No se trata de un ser externo en el que debo confiar, sino en mi propio ser en lo que tiene de fundamento que me proporciona todas las posibilidades desde dentro de mí mismo. Esto es lo que significa: “vuestro Padre ha tenido a bien daros el Reino”. El dios araña que necesita chupar la sangre al ser humano para salvar su trascendencia, no es el Dios de Jesús. El dios del que depende caprichosamente mi fututo, no es el Dios de Jesús. El dios que me colmará de favores cuando yo haya cumplido la Ley, no es el Dios de Jesús. El Dios de Jesús es don total, incondicional y permanente. Esto es lo que nos tiene que llevar a la más absoluta confianza. La fe consiste en fiarse de ese Dios.

El Padre ha tenido a bien confiaros el Reino. Este es el punto de partida. No tengáis miedo, estad preparados, etc., depende de esta verdad. Si el Reino es el tesoro encontrado, nada ni nadie puede apartarme de él. Todo lo que no sea esa realidad absoluta, que ya poseo, se convierte en calderilla. Nuestra tarea será descubrir el tesoro, todo lo demás vendrá espontáneamente. El Reino es el mismo Dios escondido en lo más hondo de mi ser. Él es la mayor riqueza para todo ser humano. Todos los demás valores que puedo encontrar en mi vida, deben estar subordinados al valor supremo que es el Reino.

“Dar el reino”, aplicado a Dios, no tiene el mismo sentido que puede tener en nosotros el verbo dar. Dios no tiene nada que dar. Dios se da el mismo, pero a nosotros se nos da antes de que nosotros seamos. De ese modo Dios se convierte en el sustrato y fundamento de mi ser. Sin Él, yo no sería nada. Ese don descubierto y vivido es la raíz de todas mis posibilidades de ser. Todo lo que puedo llegar a ser más allá de mi pura biología, es consecuencia de esa presencia de Dios en mí que me capacita para llegar a ser lo que Él mismo es.

Esa fe-confianza, falta de miedo, no es para un futuro en el más allá. No se trata de que Dios me dé algún día lo que ahora echo de menos. Esta es la gran trampa que utilizan los intermediarios. A ver si me entendéis bien: Dios no tiene futuro. Es un continuo presente. Ese presente es el que tengo que descubrir y en él lo encontraré todo. No se trata de esperar a que Dios me dé tal o cual cosa dentro de unos meses o unos años. El colmo del desatino es esperar que me dé, después de la muerte, lo que no quiso darme aquí.

La idea que tenemos de una vida futura, desnaturaliza la vida presente hasta dejarla reducida a una incómoda sala de espera. La preocupación por un más allá, nos impide vivir en plenitud el más acá. La vida presente tiene pleno sentido por sí misma. Lo que proyectamos para el futuro, está ya aquí y ahora a nuestro alcance. Aquí y ahora, puedo vivir la eternidad, puesto que puedo conectar con lo que hay de Dios en mí. Aquí y ahora puedo alcanzar mi plenitud, porque teniendo a Dios lo tengo todo al alcance de la mano.

La esperanza cristiana no se basa en lo que Dios me dará, sino en que sea capaz de descubrir lo que Dios me está dando. Para que llegue a mí lo que espero, Dios no tiene que hacer nada, ya lo está haciendo. Yo soy el que tiene mucho que hacer, pero en el sentido de tomar conciencia y vivir la verdadera realidad que hay en mí. Por eso hay que estar despiertos. Por eso no podemos pasar la vida dormidos. Por eso tenemos que vivir el momento presente, porque cualquier momento es el definitivo, porque en un momento, puedo dar el paso a la experiencia cumbre. Ese sería el momento definitivo de mi vida.

Demostramos falta de confianza y exceso de miedos, cuando buscamos a toda costa seguridades, sea en el más acá, sea para el más allá. El miedo nos impide vivir el presente y nos atenaza para esperar el futuro. En realidad solo vivimos cuando perdemos el miedo. Debemos caminar aunque no tengamos controlado ni el camino ni la meta. Nietzsche dijo: “Nunca ha llegado el hombre más lejos que cuando no sabía a donde le llevaban sus pasos”. Mientras más se acerca a la plenitud un ser humano, más vasto es el horizonte de plenitud que se le abre. Esto que en sí mismo es un don increíble, a veces lleva a la desesperanza, porque la vida humana es siempre un comienzo, un volver a empezar.

meditación-contemplación

“No temas, porque Dios te ha dado el Reino”.
Si no has descubierto esto, toda religión será inútil para ti.
El único objetivo de toda religión debía ser llevarte al interior,
donde te encontrarás con el mismo Dios como centro de tu ser.
…………………….

Una vez descubierto el tesoro, sabrás que todo lo demás es arena.
No te costará ningún esfuerzo poner en él tu corazón
y apartarlo de todo lo que no es auténtico,
por muy atrayente y reluciente que aparezca.
………………….

Antes de descubrirlo, la confianza es imprescindible.
Nadie tira por la borda las seguridades, si no encuentra la total seguridad.
Muchas veces te han dicho que tienes que vender todo lo que tienes.
Pero la realidad es muy tozuda. Nadie da todo por nada.
……………………..

 

Fray Marcos

Fuente Fe Adulta

Biblia, Espiritualidad , , , , ,

“Jesús, luz del mundo”, por Vicente Martínez

Domingo, 7 de agosto de 2016
Comentarios desactivados en “Jesús, luz del mundo”, por Vicente Martínez

450px-usa_antelope-canyon11“La oscuridad no puede conducirte fuera de la oscuridad: sólo la luz puede” (Martín Lutero King)

7 de agosto, domingo XIX del TO

Lc 12, 32-48

Tened la cintura ceñida y encendidos los candiles.

El novelista y filósofo inglés  H. G. Wells (1866-1946),  dijo del Maestro de Nazareth: “es, sin duda, el personaje más prominente de la historia de la humanidad”. Referido al título de nuestra colaboración de esta semana, Luz del mundo, matizaremos lo de “más prominente” de Wels afirmando que luminarias de este grado y en este sentido ha habido muchas desde tiempos inmemoriales y seguirá habiendo.

Pero lo más trascendental es que la luz que hemos recibido no es para guardarla, sino para –como hacen el sol, la luna  y las estrellas– iluminar el día y la noche de cuantos somos fieles compañeros suyos de viaje. Tener en las manos las lámparas encendidas es un escenario que indica las actitudes que debe tener quien espera: estar en vela, ceñida la cintura y en actividad permanente.

Erhart Küng Steinmetz las esculpió en piedra en la entrada principal de la catedral de Berna -Pórtico del Juicio Final- en el siglo XV. Al izquierda del tímpano las necias y a la derecha las prudentes.  Las primeras, dormidas y sin aceite en sus lámparas; las segundas bien despiertas, en vigilancia constante y con las suyas encendidas y en actitud de espera. Es el tiempo de espera activo necesario, que mantiene el camino y la mente iluminados y abiertos para cualquier encuentro. Se cuenta que Buda Shakyamuni se iluminó y exclamó al ver la Estrella de la Madrugada: “En este mismo momento, simultáneamente, yo y todos los seres del Gran Universo realizamos el camino”.

Una mente y un camino trazados en el guión de la vida de cuantos la vivimos y la disfrutamos en la Tierra. ¿O quizás tiene más razón A. Machado cuando dice “caminante no hay camino, se hace camino al andar”? Los místicos y los poetas creen que el camino no tiene mapa, que no es una autopista, que es como la golondrina que  cruza el cielo sin dejar rastro.

Buda, Laotsé, Jesús, recorrieron el suyo. Y Osho dijo en La Armonía oculta, conversaciones sobre Heráclito: “Dondequiera que estoy es mi meta. Lo que quiera que soy es mi meta. El momento presente, toda mi vida converge en mí; no tengo otro lugar a donde ir. Por consiguiente, deseo celebrar este momento en su totalidad”. Otro ilustre Maestro, Albert Einstein, afirmó: “Cuando niño recibí instrucción tanto de la Biblia como del Talmud. Soy judío, pero estoy impactado por la luminosa figura del Nazareno”.

En los primeros fotogramas de la película estadounidense dirigida por Lee Daniels El Mayordomo, aparece esta frase de Martín Lutero King: “La oscuridad no puede conducirte fuera de la oscuridad, sólo la luz puede”. De luz a luz, como esperaba Pablo la ciudad cuyo arquitecto y constructor iba a ser Dios (Heb, c. 10). Simeón dice de Jesús en la Presentación  que es luz para todas las naciones.

LOS OLIVOS
1. Luz, Aceite y Evangelio

Olea europaea, generosa y longeva,
nacida junto al mar Mediterráneo,
y mecida en la misma santa cuna
que nació y se meció el Evangelio.

Jesús en Galilea, Ignacio en Antioquía,
Tertuliano en Cartago, Ireneo en Esmirna.
En Atenas Clemente, Hipólito de Roma,
Orígenes Adamantius, en Alejandría.

La Vírgenes prudentes mantuvieron
encendidas sus lámparas de aceite.
Velaron y salieron al encuentro
del cortejo nupcial, y con el novio
entraron en el Reino de los Cielos.

Como en su nacimiento, el Cristianismo
-perennifolio del Nuevo Testamento-
siempre ligado a la luz y al aceite,
vive encarnado en cualquier suelo
y cultura; a todos se aclimata.

…………

Brinda fruto Paz, de Amor y de Misterio.

(SOLILOQUIOS. Ediciones Feadulta)

 

Vicente Martínez

Fuente Fe Adulta

Biblia, Espiritualidad , , , , ,

“Dios va con nosotros en la historia”, por Carlos Ayala Ramírez

Viernes, 18 de diciembre de 2015
Comentarios desactivados en “Dios va con nosotros en la historia”, por Carlos Ayala Ramírez
2014_12_adventoLeído en Adital:

Estamos, litúrgicamente hablando, en pleno tiempo de Adviento, aunque su sentido parece eclipsarse por la superficialidad navideña que caracteriza al mundo del consumo. No obstante, hay que volver a lo esencial. Como se sabe, “Adviento” no significa “espera”, como podría suponerse, sino “presencia” o, mejor dicho, “llegada”. Para la fe cristiana, en este tiempo litúrgico se anuncia que la presencia de Dios en el mundo ya ha comenzado.

El Adviento, por tanto, es memoria de la encarnación, uno de los principales fundamentos de la identidad cristiana que nos remite al gran misterio de Dios, que se hace uno de nosotros en Jesús de Nazaret. Por eso es que se afirma que Jesús es la encarnación y la humanización de Dios.

En la oración del Padre Nuestro afirmamos que Dios (el Dios de Jesús) es Padre-Madre de la humanidad. Es una Padre-Madre creador. El libro del Génesis se imagina a Dios creador con la metáfora del alfarero divino: “El Señor Dios hizo al hombre del polvo del suelo e insufló en su nariz el aliento de vida; y el hombre se convirtió en un ser vivo”.

Es un Padre-Madre protector y liberador. Son emblemáticas en este sentido las siguientes palabras del Éxodo: “He visto la opresión de mi pueblo […], he oído sus quejas contra los opresores, me he fijado en sus sufrimientos. Y he bajado a liberarlos”.

Es un Padre-Madre proveedor que dispensa un cuidado y una atención especialmente a los pobres y necesitados (en una sociedad desigual), a las viudas y los huérfanos (en una sociedad patriarcal), a los emigrantes (en una sociedad tribal). Es un modelo a seguir en su modo de ser.

Jesús exhortaba a vivir animados por el amor “para poder ser así hijos de vuestro Padre celestial; que hace salir su sol sobre los malos y los buenos, y manda la lluvia sobre los justo y los injustos”.

En definitiva, según estos pasajes bíblicos, se trata de un Dios que está entre nosotros, con nosotros y por nosotros; no contra ni al margen de nuestra vida. Eso es lo que anuncia este tiempo litúrgico.

Monseñor Romero, en una de sus homilías pronunciadas por estas fechas, dijo: ¡Qué consuelo da saber que Dios va con nosotros en la historia! Esto es, precisamente, el sentido de este tiempo de Adviento. Al mismo tiempo que se inicia el año litúrgico celebramos ese gran acontecimiento ‘del Dios con nosotros’, como lo anunció el profeta Isaías cuando dijo que una virgen concebiría y daría a luz a un niño que se llamaría así, Emmanuel, Dios con nosotros”.

En el pensamiento teológico pastoral de monseñor Romero se destacan aquellos aspectos que ponen de manifiesto los motivos por los que el Adviento representa una alegría plena y una fiesta solemne. La razón principal es la cercanía de un Dios justo y misericordioso. Veamos.

El Adviento nos revela un Dios encarnado. Frente a una imagen distorsionada que lo proyecta como un ser remoto, impersonal y abstracto —y que suele estar presente en muchas de las predicaciones y catequesis—, monseñor Romero presenta la imagen del Dios bíblico, cuyo carácter es ser “dinámico, un Dios que camina con su pueblo, un Dios que actúa y que inspira a los hombres en sus esfuerzos liberadores, un Dios que no mira con indiferencia el clamor de los que sufren, que como en Egipto escucha la esclavitud, el latigazo, la marginación, la humillación. Y está dispuesto en su momento a enviar un guía, un redentor”. Por ello, “ningún pueblo debe ser pesimista, aun en medio de las crisis que parecen más insolubles, como la de nuestro país. Dios está en medio de nosotros (…). Dios está cerca y es fuente de alegría”.

El Adviento nos revela un Dios que el pueblo siente en las vicisitudes de la historia. Dios envió a su propio Hijo para darnos una revelación más íntima. Y en Cristo, dice el obispo mártir, “tampoco vino en una forma estática, sino que vino a meterse en la historia, a salvar la historia, a poner el germen de salvación en las historias de todos los pueblos y sembrar su esperanza y su fe en el corazón de todas las razas. Ese Cristo es la plenitud de la revelación, es el signo de que Dios está en medio de nosotros amándonos, comprendiéndonos, haciendo suya toda la vivencia de los hombres en cualquier sentido, menos en el pecado, del cual, precisamente, trata de liberarnos para que seamos lo que tenemos que ser”. Se trata de un Dios que vive la historia participando en lo débil, en lo pequeño, en lo oprimido.

El Adviento nos revela un Dios que nos plantea desafíos. Para monseñor Romero, este tiempo litúrgico es propicio “para decir que aun en el mundo más podrido se puede vivir la alegría más íntima, y se puede ser testimonio de Cristo ante una sociedad corrompida”. En un mundo que necesita transformaciones, se pregunta: “¿Cómo no le vamos a pedir a los cristianos que encarnen la justicia del cristianismo, que la vivan en sus hogares y en su vida, que traten de ser agentes de cambio, que traten de ser hombres nuevos?”.

Y desde la letra y el espíritu de Medellín, recuerda: “De nada sirve cambiar estructuras si no tenemos hombres y mujeres nuevos que manejen esas estructuras […] Si se cambian las estructuras, si se hacen transformaciones […] pero vamos a ocuparlas con la misma mente egoísta, lo que tendremos serán nuevos ricos, nuevas situaciones de ultraje, nuevos atropellos”. Para monseñor, hace falta “personas renovadas que sepan ser fermento de sociedad nueva”.

El Adviento, pues, nos revela el misterio de la encarnación, que para los cristianos es la expresión máxima de la solidaridad humana de Dios. Dicho en palabras del beato Romero: “Dios está presente, no duerme, está activo, observa, ayuda y a su tiempo actúa oportunamente. O como lo planteaban los antiguos profetas – en sus bellas metáforas – al hablar de los cambios radicales que se producen con la llegada del Mesías esperado: “El desierto y la tierra reseca se regocijarán, el arenal de alegría florecerá […] Fortalezcan las manos débiles, afirmen las rodillas vacilantes. Digan a los cobardes: sean fuertes, no teman; ahí está su Dios, que trae el desquite, viene en persona, los desagraviará y los salvará. Se despegarán los ojos del ciego, los oídos del sordo se abrirán, saltará como ciervo el tullido, la lengua del mudo cantará” (Is. 35, 1-6). Esta es la realidad nueva que se genera cuando Dios se hace presente entre nosotros.

Carlos Ayala Ramírez

Director de Radio YSUCA

Espiritualidad , , , , ,

Todo está bien

Martes, 4 de noviembre de 2014
Comentarios desactivados en Todo está bien

Del blog de la Communion Béthanie:

2014 con Dios llama y Vivir por el Espíritu +

En 1932, dos mujeres entregan su existencia a Dios y reciben en su oración, día día, palabras de Vida. Dos libros van a nacer de este compañerismo con Cristo, que te proponemos descubrir a lo largo de este año.

repositorio_obj_6202_1414745879s

“Ponte en una verdadera actitud de espera,

y conocerás la alegría

del que puede mantener la calma y esperar,

porque sabe que todo está bien.”

*

30 de octubre, Dios llama.

***

 

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad , , , , ,

¡Ya llego!

Viernes, 22 de agosto de 2014
Comentarios desactivados en ¡Ya llego!

Del blog À Corps… À Coeur:

jarrive

Dondequiera que estés, tú vibras para siempre en mí,

Corres por mi sangre, palpitas en mis venas …

Fluyes en mí como el agua de lluvia forma torrentes,

lenta y deliciosa, en una tierra reseca …

Te sostengo, mientras un poco de aire me hinche el pecho.

Espérame en alguna parte.

O incluso en otro lugar.

Una mañana tranquila, o una noche negra.

Un día de gran sol, o de lluvia apretada.

Llego …

Te quiero.

*

David Lelait

*

(Nota)

***

 

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad , , , ,

Poesía

Miércoles, 13 de agosto de 2014
Comentarios desactivados en Poesía

Dedicado al sr. Obispo de Canarias, don Francisco Cases Andreu: Sí, ilustrísima, estos dos hombres se quieren, estos dos hombres están desnudos, como los hizo Dios y como vinieron al mundo; estos dos hombres se quieren y lo demuestran con su amor, su fidelidad, sus cuidados y caricias… Frente al amor no hay báculos que valgan… ¿De qué les sirve decir que creen en el Evangelio si no creen en el ser humano, creatura de ese Dios en el que dicen creer?

Del blog À Corps… À Coeur:

poc3a9sie1
Y cuando tú no estás

sueño que duermo, sueño que sueño

*

Con la frente en el cristal como a quien hace velar la pena

Yo te busco más allá de la espera

Más allá de mí mismo

Y no sé -tanto te amo-

Cuál de los dos se halla ausente.

 

*
Paul Éluard, en “Capital del dolor

(Primeramente y Frente a la ventana)

*

(Nota)

***

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad , , , , , , , , ,

Fuego Interior.

Lunes, 9 de junio de 2014
Comentarios desactivados en Fuego Interior.

Del blog À Corps… À Coeur:

feu-intc3a9rieur

“¿No has observado algunas veces un cierto desaliento porque tienes la impresión de que las cosas se estancan, que nada se mueve?

Esto es una ilusión, debida al hecho de que dejamos de vivir la vida como una experiencia.

La vida trabaja sin interrupción más allá de las apariencias.

Debemos experimentarlo.

La única manera de salir de este desaliento es tomar este riesgo loco de no estar atado a ninguna expectativa, ningún resultado, ninguna intención.

Y descubrir que hay en lo más profundo de nuestro ser un movimiento permanente, un fuego interior y esta alegría inagotable. “

*

Jean-Philippe Brébion

***

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad , , , , , , , , , , , , ,

Estad siempre alegres.

Martes, 8 de abril de 2014
Comentarios desactivados en Estad siempre alegres.

Del blog de la Communion Béthanie:

2014 con Dios llama y Vivir por el Espíritu +

En 1932, dos mujeres entregan su existencia a Dios y reciben en su oración, día día, palabras de Vida. Dos libros van a nacer de este compañerismo con Cristo, que te proponemos descubrir a lo largo de este año.

547450

 “En todas las cosas,

esforzaos por estar verdaderamente llenos de alegría.

Yo no doy mi bendición a la resignación pasiva,

sino a la aceptación y a la espera alegre.

*

El 30 de marzo, Dios llama.

***

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad , , , ,

Recordatorio

Las imágenes, fotografías y artículos presentadas en este blog son propiedad de sus respectivos autores o titulares de derechos de autor y se reproducen solamente para efectos informativos, ilustrativos y sin fines de lucro. Yo, por supuesto, a petición de los autores, eliminaré el contenido en cuestión inmediatamente o añadiré un enlace. Este sitio es gratuito y no genera ingresos.

El propietario del blog no garantiza la solidez y la fiabilidad de su contenido. Este blog es un lugar de entretenimiento. La información puede contener errores e imprecisiones.

Este blog no tiene ningún control sobre el contenido de los sitios a los que se proporciona un vínculo. Su dueño no puede ser considerado responsable.