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Malasia exigirá que los conciertos tengan un “interruptor de apagado” después del beso entre personas del mismo sexo en el escenario de The 1975

Lunes, 20 de noviembre de 2023

IMG_0190El gobierno quiere encontrar una manera de cortar inmediatamente la electricidad en caso de “cualquier incidente no deseado”.

Se informa que Malasia requiere un “interruptor de apagado” de emergencia para cerrar rápidamente los conciertos luego de un beso entre personas del mismo sexo en el escenario entre miembros de la banda de rock británica The 1975 en un festival de música de Malasia.

El incidente ocurrió en el escenario del Festival Good Vibes en Kuala Lumpur durante el verano. Healy criticó las leyes anti-LGBTQ+ de Malasia y besó al bajista Ross MacDonald entre un estruendoso aplauso. Dijo que casi canceló la actuación debido a las políticas anti-LGBTQ+ del gobierno, pero decidió que no era justo para los fans, que no tenían nada que ver con su gobierno.

Estoy jodidamente furioso”, dijo. “Y eso no es justo para usted, porque no es representativo de su gobierno. Porque sois jóvenes y estoy seguro de que muchos de vosotros sois homosexuales y progresistas”.

También afirmó: “No veo el sentido de invitar a The 1975 a un país y luego decirnos con quién podemos tener sexo”.

La homosexualidad está prohibida en la nación de mayoría musulmana, donde los musulmanes están sujetos a penas adicionales, hasta la pena capital, según la ley Sharia.

El resto del festival fue cancelado y desde entonces se ha prohibido que The 1975 vuelva a tocar en Malasia.

Ahora bien, según el Correo del Sur de China, El gobierno de Malasia está pidiendo a los organizadores de conciertos que tengan instalado un interruptor que pueda cortar inmediatamente la electricidad en caso de, como lo describe el Viceministro de Comunicaciones y Digital, Teo Nie Ching, “cualquier incidente no deseado”.

Teo añadió que la policía ahora realizará verificaciones de antecedentes de artistas de otros países antes de programar presentaciones en Malasia. Dijo que a partir de ahora Puspal, el comité de actuación y filmación de artistas internacionales, supervisará las actuaciones en directo.

“Durante una actuación, nos aseguramos de que las (partes relevantes) como el Departamento de Inmigración, Puspal, la policía y las autoridades locales estén en el lugar”, dijo Teo.

El estancamiento de la visión de Malasia sobre los derechos LGBTQ+

240_f_91794336_7p8lv2bh0kbuky7jtsfknzjnmrl2bndyVarias organizaciones de derechos humanos han expresado su preocupación por la increíblemente arcaica visión de Malasia sobre los derechos de las personas LGBTQ+.

Actualmente, el país encarcela a las personas abiertamente LGBTQ+, además de impedir el matrimonio entre personas del mismo sexo y la transición de género.

Según una encuesta de Ipsos en 2021, Malasia es uno de los peores países en cuanto a la opinión pública sobre las personas LGBTQ+. En total, el 65% de los ciudadanos malayos cree que no se debe permitir a las parejas del mismo sexo contraer matrimonio ni obtener ningún tipo de reconocimiento legal, como la unión civil. Por el contrario, sólo un 8% dijo que apoyaba el matrimonio entre personas del mismo sexo.

El país no sólo castiga la homosexualidad con la cárcel, sino que apoya activamente los centros de terapia de conversión con financiación del gobierno.

Un informe de Human Rights Watch reveló que el gobierno de Malasia financia retiros de terapia de conversión sancionados por el Estado, cuyo objetivo es “rehabilitar” a las personas LGBTQ+.

A pesar de que estas instituciones afirman que la orientación sexual puede cambiarse, las identidades LGBTQ+ no pueden curarse, ya que no son enfermedades, ni tampoco enfermedades mentales.

Escalada de LGTBfobia pese al cambio político en Malasia

whipping_bernama_020317_03En entradas anteriores hemos venido hablando de la escalada de LGTBfobia de Estado en Malasia. El pasado mes de julio se supo que el gobierno de Malasia podría ampliar los casos en los que se juzguen delitos según la sharia. En noviembre de 2022, detenían a 20 personas LGTB+ durante la fiesta de Halloween por ser  “Culpables de travestirse y fomentar el vicio”

Dos mujeres malasias, de 22 y 32 años, respectivamente, recibían en septiembre de 2018 seis latigazos por orden de un tribunal, tras ser descubiertas por agentes islámicos en el estado conservador de Terengganu «intentando participar en actos sexuales en un automóvil». El Gobierno, por otra parte, no solo dejaba claro su apoyo a la redada que días antes tenía lugar en un bar de ambiente gay de Kuala Lumpur sino que, en boca del ministro del Territorio Federal, Khalid Samad, expresaba que «esperamos que esta iniciativa pueda mitigar que la cultura LGTB se extienda a nuestra sociedad».

Ya con anterioridad, el nuevo Ejecutivo de Malasia había defraudado las expectativas despertadas cuando insinuó que el colectivo LGTB no debe visibilizarse porque incomoda «a la mayoría» del país. Lo hacía a cuenta de la censura de los retratos de los activistas Pang Khee Teik y Nisha Ayub en una exposición de George Town (ciudad del Estado de Penang) por orden administrativa. Y en 2019, el ministro de turismo Datuk Mohamaddin bin Ketapi  afirmaba en un evento en Alemania, que “No hay gays en Malasia”.

Un entorno difícil para las personas LGTB

Malasia, una de las economías emergentes del sudeste asiático, es un país de variada composición étnico-religiosa, aunque de mayoría musulmana, en el que conviven leyes civiles, de obligado cumplimiento para todos, y leyes islámicas, de aplicación a los ciudadanos musulmanes. Las relaciones homosexuales, en cualquier caso, son ilegales y se castigan con penas de hasta 20 años de cárcel. De hecho, en 2011 nos hacíamos eco de las intenciones de varios líderes musulmanes malasios de endurecer las medidas contra la homosexualidad y en 2015 el entonces primer ministro, Najib Razak, comparaba a las personas LGTB con el Estado Islámico, alegando que carecen de derechos humanos.

La LGTBfobia social y política imperante en Malasia ha llevado a situaciones que rozan el absurdo, y que hemos recogido en esta misma página. En febrero del año 2017, en un vídeo promovido por el Departamento de Desarrollo Islámico de Malasia se sugería a los homosexuales que «aprender» a ser hetero es como iniciarse en la equitación. En febrero de 2018 nos hacíamos eco de un artículo que ejemplificaba la estigmatización de la comunidad LGTB también desde los medios de comunicación. En abril, nos enterábamos de que la Universidad de Ciencias de Malasia (USM) celebró un concurso de carteles para “convertir”alumnos gays en heterosexuales. Y en mayo que el gobierno de Malasia ha comenzado a bloquear páginas LGTB+, incluido el portal Utopia-Asia que es la principal fuente de información para viajeros gais en la región.

Otros ejemplos son el anuncio de censura de programas con personajes homosexuales; la censura de una escena de La Bella y la Bestia, de la que ya hemos hablado, y de una canción de Lady Gaga o la cancelación de un Festival que se celebraba desde 2008 para promover el respeto a la diversidad sexual. En 2021, una mujer trans enfrenta años de prisión por usar ropa de mujer .

t-nhaveen-asesinato-homofobiaEspecialmente preocupante fue lo sucedido en 2012, cuando un joven gay musulmán recibió amenazas de muerte por difundir un vídeo en el que animaba a otros homosexuales a salir del armario. En junio del año pasado conocíamos la muerte de un adolescente, T. Nhaveen, después de cinco días en coma y sufrir una dura agresión de carácter homofóbica que le había dejado con varias heridas y quemaduras en la espalda, además de ser sodomizado con una barra. T. Nhaveen, de dieciocho años de edad, había quedado con su mejor amigo, T. Previin, de 19 años de edad, el sábado, 10 de junio, alrededor de las 11 de la mañana en una hamburguesería de Gelugor, un zona residencial de George Town, en Penang, para celebrar que iba a comenzar su vida como estudiante de música en Kuala Lumpur, pero falleció el jueves, 15 de junio, tras ser víctima de una dura agresión homofóbica que le deja en coma durante cinco días. Un episodio más de bullying homofóbico que en esta ocasión había consternado a la sociedad de Malasia por su dureza y violencia. Ante este escenario, podría pensarse que un suceso tan terrible como este debería servir de acicate para que el respeto a la diversidad gane posiciones en Malasia. Mucho nos temíamos que no iba a ser así, a la vista del hecho de que los mismos medios locales y autoridades que habían reaccionado con horror ni siquiera precisaron que el acoso que el joven sufría era de naturaleza homofóbica. Esperemos, al menos, que se haga justicia con los asesinos de  T. Nhaveen. Está claro, sin embargo, que ni siquiera un hecho tan terrible como este ha servido de acicate para que el respeto a la diversidad gane posiciones en Malasia, como ya entonces pronosticábamos. Y para corroborarlo, en julio radicales religiosos de Malasia e Indonesia se rebelaban contra Starbucks por su apoyo al colectivo LGBT

Fuente LGTBQNation/Cristianos Gays

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