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Archivo para Domingo, 27 de enero de 2019

El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido… Para dar libertad a los oprimidos

Domingo, 27 de enero de 2019
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Una llamada a la entrega, al compromiso de seguirle sólo a Él:

*

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Preguntas para subir y bajar el monte Carmelo

(A Gustavo Gutiérrez,
maestro espiritual
en los altiplanos de la Liberación,
por su itinerario latinoamericano
Beber en su propio pozo).

«Por aquí ya no hay camino».
¿Hasta dónde no lo habrá?
Si no tenemos su vino
¿la chicha no servirá?

¿Llegarán a ver el día
cuantos con nosotros van?
¿Cómo haremos compañía
si no tenemos ni pan?

¿Por dónde iréis hasta el cielo
si por la tierra no vais?
¿Para quién vais al Carmelo,
si subís y no bajáis?

¿Sanarán viejas heridas
las alcuzas de la ley?
¿Son banderas o son vidas
las batallas de este Rey?

¿Es la curia o es la calle
donde grana la misión?
Si dejáis que el Viento calle
¿qué oiréis en la oración?

Si no oís la voz del Viento
¿qué palabra llevaréis?
¿Que daréis por sacramento
si no os dais en lo que deis?

Si cedéis ante el Imperio
la Esperanza y la Verdad
¿quién proclamará el misterio
de la entera Libertad?

Si el Señor es Pan y Vino
y el Camino por do andáis,
si al andar se hace camino
¿qué caminos esperáis?

(Desde la Amazonia brasileña,
en tiempos de probación
y de invencible esperanza criolla).

*

Pedro Casaldáliga
El Tiempo y la espera. Sal terrae, 1986

***

En aquel tiempo, Jesús volvió a Galilea con la fuerza del Espíritu; y su fama se extendio por toda la comarca. Enseñaba en las sinagogas y todos lo alababan.

Fue a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito:

“El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido.

Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos la vista.

Para dar libertad a los oprimidos; para anunciar el año de gracia del Señor.”

Y, enrollando el libro, lo devolvió al que le ayudaba y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. Y él se puso a decirles:

–  “Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oir.”

*

Lucas 1, 1-4; 4, 14-21

***

El anuncio del Mesías va dirigido antes que nada a los afligidos. En primer lugar, dispone a los humildes por estar humillados; después, a los abatidos, a los que tienen roto el corazón por las penas; a continuación, se dirige a las cárceles para gritar a los prisioneros la libertad, para abrir los cepos de los atados. El Mesías no distingue entre culpables e inocentes, sino que proclama en su tiempo una amnistía general, que afecta, naturalmente, a los siervos, a los esclavos vendidos.

A Jesús le correspondió leer un sábado estos versículos de Isaías en la sinagoga. Fue en Nazaret, como nos cuenta el evangelio de Lucas. Leyó ante su gente estos versículos plenos de poder y anunciadores de la llegada de grandes cambios. Cuando acabó la lectura declaró que aquellas palabras de Isaías se habían vuelto urgentes, actuales, a través de él, Jesús. Él era el ungido de Dios, el Mesías venido a cumplir en el presente las profecías pendientes. Los presentes se quedaron estupefactos y, después, reaccionaron con hostilidad, expulsándole. Para ellos, era una blasfemia que un hombre se pudiera declarar mesías.

Ahora bien, por encima de esto, estaban espantados por el anuncio de que los versículos de Isaías pudieran cumplirse verdaderamente en su tiempo. Aunque una persona de fe pueda pedir a Dios que venga su Reino y se haga su voluntad, no por ello estará dispuesta a acoger el primero y la segunda. Aquí está el Mesías que consuela a los humildes y a los abatidos y libera a los prisioneros y a los siervos de sus cepos.

Estos versículos de Isaías, como muchos otros, ponen a prueba a las personas de fe: ¿están dispuestas a resistir la venida, el cumplimiento de los tiempos anunciados? Al final, pocos están dispuestos a creer que los versículos de Isaías son actuales. Pocos se comportarían de una manera diferente a los habitantes de Nazaret. Sin embargo, cada generación pasa rozando al Mesías, y corresponde sólo a los creyentes allanar su llegada.

*

E. de Luca,
Ora prima,
Magnano 1997, pp. 75-77, passim.

***

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“Profeta”. 3 Tiempo ordinario – C (Lucas 1,1-4; 4,14-21)

Domingo, 27 de enero de 2019
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973BFAAA-8F7E-4DB4-8D9D-BC310988551BEn una aldea perdida de Galilea, llamada Nazaret, los vecinos del pueblo se reúnen en la sinagoga una mañana de sábado para escuchar la Palabra de Dios. Después de algunos años vividos buscando a Dios en el desierto, Jesús vuelve al pueblo en el que ha crecido.

La escena es de gran importancia para conocer a Jesús y entender bien su misión. Según el relato de Lucas, en esta aldea casi desconocida por todos, va a hacer Jesús su presentación como Profeta de Dios y va a exponer su programa aplicándose a sí mismo un texto del profeta Isaías.

Después de leer el texto, Jesús lo comenta con una sola frase: «Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír». Según Lucas, la gente «tenía los ojos clavados él». La atención de todos pasa del texto leído a la persona de Jesús. ¿Qué es lo que nosotros podemos descubrir hoy si fijamos nuestros ojos en él?

Jesús actúa movido por el Espíritu de Dios. La vida entera de Jesús está impulsada, conducida y orientada por el aliento, la fuerza y el amor de Dios. Creer en la divinidad de Jesús no es confesar teóricamente una fórmula dogmática elaborada por los concilios. Es ir descubriendo de manera concreta en sus palabras y en sus gestos, en su ternura y en su fuego, el Misterio último de la vida que los creyentes llamamos «Dios».

Jesús es Profeta de Dios. No ha sido ungido con aceite de oliva como se ungía a los reyes para transmitirles el poder de gobierno o a los sumos sacerdotes para investirlos de poder sacro. Ha sido «ungido» por el Espíritu de Dios. No viene a gobernar ni a regir. Es profeta de Dios dedicado a liberar la vida. Solo lo podremos seguir si aprendemos a vivir con su espíritu profético.

Jesús es Buena Noticia para los pobres. Su actuación es Buena Noticia para la clase social más marginada y desvalida: los más necesitados de oír algo bueno; los humillados y olvidados por todos. Nos empezamos a parecer a Jesús cuando nuestra vida, nuestra actuación y amor solidario puede ser captado por los pobres como algo bueno.

Jesús vive dedicado a liberar. Entregado a liberar al ser humano de toda clase de esclavitudes. La gente lo siente como liberador de sufrimientos, opresiones y abusos; los ciegos lo ven como luz que libera del sinsentido y la desesperanza; los pecadores lo reciben como gracia y perdón. Seguimos a Jesús cuando nos va liberando de todo lo que nos esclaviza, empequeñece o deshumaniza. Entonces creemos en él como Salvador que nos encamina hacia la Vida definitiva.

José Antonio Pagola

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“Hoy se cumple esta Escritura”. Domingo 27 de enero de 2018. Domingo 3º del Tiempo Ordinario

Domingo, 27 de enero de 2019
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11-ordinario3 (C) cerezoLeído en Koinonia:

Nehemías 8, 2-4a. 5-6. 8-10: Leían el libro de la Ley, explicando el sentido.
Salmo responsorial: 18: Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.
1Corintios 12, 12-30:  Vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno es un miembro.
Lucas 1, 1-4; 4, 14-21: Hoy se cumple esta Escritura.

En el libro de Nehemías se nos cuenta de una lectura pública y solemne del libro de la ley de Dios, el que nosotros los cristianos llamamos Pentateuco y en cambio los judíos designan como “Toráh”, Ley. Estamos a finales del siglo V AC, los judíos hace pocos años que han regresado del destierro en Babilonia y a duras penas han logrado reconstruir el templo, las murallas de la ciudad, sus propias casas. Les hace falta urgentemente una norma de vida, una especie de “constitución” por medio de la cual puedan regirse en todos las aspectos de la vida personal, social y religiosa. Esdras, un líder carismático, respetado por todos y considerado levita y escriba, es decir, sacerdote y maestro, les da esa ley, esa constitución que necesitan, proclamando solemnemente, ante todo el pueblo reunido, la santa Ley de Dios. Ya vimos como respondió la gente: comprometiéndose a cumplirla y guardarla, llorando sus infidelidades y, a instancias de sus líderes, celebrando una fiesta nacional: la fiesta de la promulgación de la Ley divina. Desde ese remoto día, quinientos años antes de Jesucristo, hasta hoy, los judíos ordenan sus vidas según los mandatos de la Toráh o Pentateuco.

El texto de Lc 4, 14ss era un texto sin relevancia en la vida práctica de la comunidad cristiana hasta hace sólo 50 años, un texto olvidado, como tantos otros que hoy nos parecen fundamentales. Fue la teología latinoamericana la que puso de relieve este texto como capital. Lucas lo pone al inicio de la vida pública de Jesús. Puede que no corresponda a algo que aconteciera realmente al principio (Juan, de hecho, pone otros pasajes como comienzo de su evangelio), pero lo fue en su significación. O sea, tal vez no ocurrieron las cosas así (y no es posible saberlo históricamente), pero Lucas tiene razón cuando sitúa esta escena en su evangelio como un inicio programático que contiene ya, en germen, simbólicamente, toda su misión.

Jesús, sin duda, tuvo que interpretar muchas veces su propia vida con estos textos proféticos de Isaías. Parece obvio que Jesús vio su vida como el cumplimiento, como la prolongación de aquel anuncio profético de la “Buena Noticia para los pobres”. La misión de Jesús es el anuncio de la Buena Noticia de la Liberación. La “ev-angelización” (“eu-angelo” = buena noticia) no es más que una forma de la liberación, la “liberación por la palabra”.

Las aplicaciones son muchas, y bastante directas:

-La misión cristiana hoy, continuando la misión de Jesús, tiene que ser… eso mismo, o sea: “continuación de la misión de Jesús”, en sentido literal y directo. Ser cristiano, en efecto, será «vivir y luchar por la Causa de Jesús», sentirse llamado a proclamar la Buena Noticia de la Liberación, entendiéndolo en su literalidad más material también: la “Buena Noticia” tiene que ser «buena» y tiene que ser «noticia». No se puede sustituir semánticamente por el «catecismo» o la «doctrina». Jesús no vino a enseñar “la doctrina”; la “evangelización” de Jesús no fue una «catequesis eclesiástico-pastoral»…

-La misión de Jesús no puede pretender ser neutral, “de centro”, “para todos sin distinción”, no inclinada ni para los ricos ni para los pobres… como pretenden tantas veces quienes confunden la Iglesia con una especie de anticipo piadoso de la Cruz Roja… Lo peor que podría decirse del evangelio es que fuese neutral, que no se pronuncia, que no opta por los pobres… La peor ideología sería la que ideologiza el evangelio de Jesús diciendo que es neutro e indiferente a los problemas humanos, sociales, económicos y políticos, porque se referiría sólo a “lo espiritual”…

-Puede ser bueno recordar una vez más: Jesús está lejos de la beneficencia y del asistencialismo… No se trata de “hacer caridad” a los pobres, sino de inaugurar el orden nuevo integral, el único que permite hablar de una liberación real… Es importante caer en la cuenta de que muchas veces que se habla de opción “preferencial” por los pobres se está claramente en una mentalidad asistencial, muy alejada del espíritu de Lc 4, 14ss.

-La palabra evangelizadora, o es activa y práctica en la praxis de liberación, o es anti-evangelizadora. La palabra evangelizadora no es palabra de teoría abstracta. Es una palabra que hace referencia a la realidad y la confronta con el proyecto de Dios. “Evangelizar es liberar por la palabra” (Nolan). Una palabra que no entra en la historia, que no se pronuncia, que se mantiene por encima de ella o en las nubes, que no moviliza, no sacude, no provoca solidaridad (ni suscita enemigos)… no es heredera de la «pasión» del Hijo de Dios.

Algunos recursos para trabajar catequéticamente este evangelio y este tema: Leer más…

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Dom 27.1.19. Ni inferiores ni superiores,un cuerpo de amor (1 Cor 12)

Domingo, 27 de enero de 2019
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03781EC7-FE18-4318-9C4C-38C94C0132A1Del blog de Xabier Pikaza:

Expuse ayer la visión de la Iglesia según 1 Cor 13. Hoy vuelvo al tema,comentando 1 Cor 12, conforme a la segunda lectura del domingo del Domingo 3 del tiempo ordinario.

Pablo no quiere una iglesia de héroes en religión y misterio, gobernada por carismáticos famosos ni por jerarcas de ley. Por eso le parecerían secundarios (e incluso peligrosos) los gestos de aquellos que por entregarse en sacrificio pretendieran luego gobernar la iglesia.

No busca virtuosos de la ascética o mística, sino personas capaces de amar en gratuidad. Tampoco quiere administradores perfectos para una organización dirigida o gobernada a modo de sistema, sino amigos, testigos de la gracia.

No busca unos jefes que organicen con poder superior las comunidades, pues la iglesia no es una institución de Ley, sino de gracia, un “cuerpo de amor” donde los más importantes son los que están en riesgo de perderse, los pobres, los pequeños, los despreciados.

56AEC6F0-3625-443A-8C60-63B75114ABD9Este es el reto y camino de Pablo.Él ha sido un buen fariseo y conoce el sistema de la Ley, con su modelo de normas y méritos. Ha sido un buen romano, y conoce la organización del imperio, Pero lo que juzgó ganancia se le ha vuelto pérdida, ante el valor superior de la gracia de Cristo (cf. Flp 3, 2-11), que se expresa en la comunión de amor de los creyentes.

Ciertamente, los servicios eclesiales resultan necesarios, pero organizarlos de forma jerárquica (poder sagrado), fijando desde ellos el orden de la iglesia, es recaer en un camino que no es propio de Cristo. La iglesia es un carisma, un milagro de amor, de comunión en la palabra. La autoridad o ministerio de la iglesia, como cuerpo mesiánico, ha de verse en esas claves claves de palabra y amor.

La Iglesia es Palabra que convoca y edifica a los creyentes: por eso, en la base de la iglesia hay apóstoles y profetas que la proclaman y expresan como fuente gratuita de comunicación salvadora (1Cor 12, 28).

gran-diccionario-de-la-biblia---epubLa iglesia es Amor: la misma Palabra se vuelve principio y signo de comunión interhumana y gratuidad universal. La iglesia no se eleva sobre místicos y héroes (que todo lo saben o pueden), sino sobre amados y amigos .

Esta es la paradoja. La iglesia quiere ser universal, como palabra y amor, que se abren a todos los humanos. Pero, al mismo tiempo, ella es libertad: no necesita organizaciones sistémicas como el imperio romano, ni esquemas legales perfectos como la ley judía (cf. 1Cor 1, 18-25). Ciertamente, tiene ministerios, pero no se funda en ellos: no necesita leyes, armas ni dinero. Tiene algo mayor: la palabra que ama..

Así terminará el comentario que sigue, tomado del Diccionario de la Biblia. Buen domingo a todos.

Texto. 1 Corintios 12, 12-30

Vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno es un miembro
Hermanos: Lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo.

Todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.

El cuerpo tiene muchos miembros, no uno sólo.Si el pie dijera: “No soy mano, luego no formo parte del cuerpo”, ¿dejaría por eso de ser parte del cuerpo? Si el oído dijera: “No soy ojo, luego no formo parte del cuerpo”, ¿dejaría por eso de ser parte del cuerpo? Si el cuerpo entero fuera ojo, ¿cómo oiría? Si el cuerpo entero fuera oído, ¿cómo olería? Pues bien, Dios distribuyó el cuerpo y cada uno de los miembros como él quiso.

Si todos fueran un mismo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo?Los miembros son muchos, es verdad, pero el cuerpo es uno solo.El ojo no puede decir a la mano: “No te necesito”; y la cabeza no puede decir a los pies: “No os necesito.” Más aún, los miembros que parecen mas débiles son más necesarios. Los que nos parecen despreciables, los apreciamos más. Los menos decentes, los tratamos con más decoro. Porque los miembros más decentes no lo necesitan.

Ahora bien, Dios organizó los miembros del cuerpo dando mayor honor a los que menos valían.

Así, no hay divisiones en el cuerpo, porque todos los miembros por igual se preocupan unos de otros.Cuando un miembro sufre, todos sufren con él; cuando un miembro es honrado, todos se felicitan.

Pues bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno es un miembro.
Y Dios os ha distribuido en la Iglesia: en el primer puesto los apóstoles, en el segundo los profetas, en el tercero los maestros, después vienen los milagros, luego el don de curar, la beneficencia, el gobierno, la diversidad de lenguas.

¿Acaso son todos apóstoles? ¿O todos son profetas? ¿O todos maestros? ¿O hacen todos milagros? ¿Tienen todos don para curar? ¿Hablan todos en lenguas o todos las interpretan?

COMENTARIO, LA IGLESIA DE PABLO


Conocemos la vida y obra de Pablo de primera mano, por sus cartas.
Se siente directamente enviado por Cristo (=Dios) y quiere mantenerse en comunión con su movimiento mesiánico, representado por Pedro (Roca) y Santiago (Hermano del Señor), aunque tengan ciertas diferencias. No ha escrito un tratado sobre la iglesia, pero lo que dice en sus cartas, y especialmente en Romanos, es suficiente para situarla en el ámbito de historia y cultura de su tiempo:

–Iglesia desde Israel: origen (Rom 9-11). En un primer momento puede parecer que Pablo rompe con Israel, y así lo hace al declarar cumplida y superada la ley nacional del judaísmo. Pero él ha sido y quiere seguir siendo israelita, aunque de un modo mesiánico y universal, por Cristo. Su disputa con los judeo-cristianos se plantea en un nivel intra-israelita: la apertura de la iglesia a los gentiles, con el rechazo de gran parte de los judíos, es sólo un rodeo, una estrategia de Dios: quiere que la culminación mesiánica incluya con Israel a todos los pueblos.

–Iglesia ante Roma: universalidad (Rom 13, 1-8). Siendo plenamente judío (cf. Flp 3, 2-11), Pablo se sabe romano, hombre ecuménico en plano social y cultural. Se llama Saulo, primer rey de su pueblo, pero no quiere la independencia nacional de Israel, sino la apertura universal del judaísmo que puede pactar y pacta con Roma, signo de globalidad en un plano económico y político. Más que un estado particular, Roma es para Pablo el sistema total, expresión de racionalidad humana, que brota de Dios y está avalada por una ley buena, aunque no divina ni salvadora. Su estrategia eclesial resulta incomprensible sin la referencia a Roma.

–Iglesia en sí: “todos sois uno en Cristo. Pero la iglesia no se define sólo desde Israel y ante Roma, sino en sí misma, a partir de la experiencia mesiánica de Jesús, que ha unido en fe a todos los humanos, de manera que “ya no hay judío ni griego, esclavo ni libre, macho ni hembra, sino que todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Gal 3, 28). Esta es la fe bautismal que Pablo ha recibido de una comunidad anterior (¿Antioquia?) para aplicarla luego en diversos contextos (1Cor 12, 13; Rom 10, 1; cf. Col 3, 11). La unión de los humanos en Cristo es su tarea escatológica e histórica (eclesial)..
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Pablo tiene, por tanto, dos modelos de comunidad: israelita y romano (o griego). Ambos son valiosos y ofrecen elementos positivos, como irá mostrando la historia posterior: la iglesia asume, de manera normal, estos principios para definir con ellos su estructura y ministerios. Debía ser así; no podemos lamentarlo o criticarlo. Pero podemos y debemos fijar la novedad cristiana, desde una perspectiva institucional.

Pablo no ha querido fijar la organización y ministerios de la iglesia, porque ella ya existía en el momento de su “conversión” y porque él es ante todo un carismático, un creador. Más que organizar lo que hay busca alto nuevo: suscita comunidades mesiánicas por todo oriente, de un modo rápido (a su juicio, Cristo viene ya), pero al mismo tiempo programado. Tiene tiempo de trazar un plan y cumplirlo: quiere ir a Roma y desde allí hasta España, para plantar en toda la ecumene o mundo conocido (cf. Rom 15, 14-32) iglesias universales y concretas: comunidades de dimensión humana, donde todos puedan conocerse y compartir la vida, como sinagogas, casas o asociaciones:

-Sinagoga. Pablo, judío, conoce y asume el modelo de reunión sinagogal, lo mismo que otros muchos cristianos, de origen igualmente judío. Sus iglesias son sinagogas mesiánicas, abiertas a la libertad y universalidad cristiana. Por eso, tenderán a recibir estructuras y servicios propios de ellas: ancianos, escribas, servidores etc. Como iremos viendo, este modelo es básico, pero resulta insuficiente, porque los cristianos no se distinguen por cultura y raza (nación) de las gentes de su entorno. Por eso, junto a la federación de sinagogas judías, surgirá la comunión de iglesias cristianas.

–Casa: familia ampliada (extensa). Pablo emplea ese modelo judío y romano: los cristianos se reúnen en la casa de algún “patrono” de cierta fortuna que les ofrece su hospitalidad, no para ser sus “clientes”, sino para crear una familia mesiánica, de tipo igualitario y fraterno. De todas formas, es normal que el dueño/a de la casa tienda a verse como dirigente o responsable de la comunidad, en un camino que llevará a la patriarcalización del evangelio, con el obispo como padre de familia del conjunto de la iglesia.

–Asociación voluntaria (club), escuela filosófica. Había otros modelos de vinculación, tomados de las agrupaciones sacrales o culturales, festivas o funerarias: grupos igualitarios de encuentro o trabajo, que solían tener sus servidores (diakonoi) e inspectores (episkopoi), con una disciplina interna en plano económico y administrativo. Otras veces, el movimiento cristiano ha podido tomarse como “escuela” o asociación filosófica, con fines no sólo de conocimiento, sino también de organización social, como han mostrado luego algunos “padres” de la iglesia . Leer más…

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Dom 27.1.19. La solución de Nehemías: Hacer un muro, expulsar a las extranjeras

Domingo, 27 de enero de 2019
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50247547_1160129620830895_8592408102320472064_nDel blog de Xabier Pikaza:

Dom 3 tiempo ordinario. Ciclo c. Nehemías 8, 2-4a. 5-6. 8-10. Presenté ayer la segunda lectura de la misa del 27.1.19 (1 Cor 12), exponiendo el sentido del “cuerpo de la Iglesia” en el que que todos, hombres y mujeres, niños y mayores…, a condición de “empezar por los más pobres, indefensos y pequeños, pues son el corazón de la Iglesia”.

A modo de contrapunto, presento y comento hoy la primera lectura, una de las más hirientes de la Biblia, que sólo me atrevo a presentar (exponer) cuando viene después la de Pablo (de ayer) y la de Lc 4, 14‒21 que veré mañana.

Es una lectura durísima, como verá quien siga,. Ella trata de un asunto clave de los tiempos de Nehemías, un rico “tirano”,un hombre fuerte (en el sentido que ese término tenía en el contexto), que vio “claro” el tema: ¡Para resolver r los problemas de Jerusalén y de Judea había que empezar levantando un muro y expulsando a las mujeres extranjeras!

Estas son las obras y tareas centrales de Nehemías, el “padre” del nuevo judaísmo de Jerusalén tras el exilio: Levantar un gran muro, para que no entre nadie en Jerusalén… y expulsar a las mujeres extranjeras, porque dan más ejemplo y destruyen al buen pueblo judío (todo ello con la autoridad del Gran Rey de Persia)

La Biblia hebrea tiene páginas bellísimas de respeto y acogida hacia los pobres, distintos y extranjeros… pero tiene otras durísimas como ésta, que se sigue escuchando y practicando en buena parte de nuestra “buena sociedad”: Para resolver nuestros problemas y quedar de esa manera limpios (¡nosotros, los elegidos!) tenemos que empezar expulsando a los extranjeros o poniendo barreras para que no entren.

Hoy, como en tiempo de Nehemías, se dice: A este tipo de personas tenemos que expulsarlas de la Iglesia, de la buena sociedad o del Estado, añadiendo además que eso hay que hacerlo por humanidad y democracia. ¡Peor que en tiempos de Nehemías!

50831188_1160130167497507_4244619258404798464_nEl tema es actual, en España y en el mundo. El tema es el peligro los emigrantes varones y mujeres, como se dice de un modo más o menos velado en ayuntamientos y partidos, ministerios y hospitales, incluso en iglesia. (En tiempos de Nehemías el problema era básicamente el de las mujeres extranjeras).

Podrían proponerse varias soluciones, como la de Nehemías, el tirano, que diría, más o menos, cosas como éstas:

… Ciertamente, hay que dejar que los hombres pasen y queden por un tiempo, pues necesitamos que trabajen, ya que nosotros no estamos ya para labores sucias. Pero que vengan sólo ellos, hombres. Que no traigan mujeres y que nadie de aquí se case aquí con mujeres extranjeras, pues ellas traen luego hijos negros o morenos o achaparrados… y destruyen nuestro identidad nacional.

Que vengan sólo hombres y “trabajen” por un tiempo, pero que vuelvan luego a Mali o o Bolivia a casarse, que vayan por un mes cada año, si hace falta (con avión pagado), pero que no traigan aquí a sus mujeres y a sus niños. Que los hombres extranjeros sean nuestros criados temporales y nosotros los señores permanentesde la casa.

Ésta solución de Nehemías forma una de las leyes más significativas del tiempo final de la Biblia Judía, como podrá verlo quien le todo el libro (libros) de Esdras-Nehemías. ¿Por qué no aplicarlo al pie de la letra? Se podría pensar que los obispos no protestarían demasiado, con la excepción sabida de Mons Agrelo, que para eso está en Tánger, no en España.

Además, ese mandato de expulsar a las extranjeras está en la Biblia… y se aplicó en un tiempo, hace casi 2.400 años. Por otra parte, nosotros, los hispanos, la la hemos cumplido anteayer, expulsando a judíos y moriscos (hombres y mujeres) entre el 1492 y el 1615…

Y con eso pasamos al texto, que (por lo demás) es un texto “bien castrado”, pues la lectura del domingo sólo cita la parte más piadosa, dejando fuera el tema sangrantes de la expulsión de las mujeres, obra del tirano Nehemías (atribuida también a Esdras el Escriba). Sigo deseando a todos un buen fin de semana.

Lectura de Neh 8, un texto piadosamente “castrado”

50766646_1160129217497602_4965830768044539904_nEn aquellos días, el sacerdote Esdras trajo el libro de la Ley ante la asamblea, compuesta de hombres, mujeres y todos los que tenían uso de razón. Era mediados del mes séptimo. En la plaza de la Puerta del Agua, desde el amanecer hasta el mediodía, estuvo leyendo el libro a los hombres, a las mujeres y a los que tenían uso de razón. Toda la gente seguía con atención la lectura de la Ley.

Esdras, el escriba, estaba de pie en el púlpito de madera que había hecho para esta ocasión. Esdras abrió el libro a la vista de todo el pueblo -pues se hallaba en un puesto elevado- y, cuando lo abrió, toda la gente se puso en pie. Esdras bendijo al Señor, Dios grande, y todo el pueblo, levantando las manos, respondió: “Amén, amén.”

Después se inclinaron y adoraron al Señor, rostro en tierra.

Los levitas leían el libro de la ley de Dios con claridad y explicando el sentido, de forma que comprendieron la lectura. Nehemías, el gobernador, Esdras, el sacerdote y escriba, y los levitas que enseñaban al pueblo decían al pueblo entero: “Hoy es un día consagrado a nuestro Dios: No hagáis duelo ni lloréis.”

Porque el pueblo entero lloraba al escuchar las palabras de la Ley. Y añadieron: “Andad, comed buenas tajadas, bebed vino dulce y enviad porciones a quien no tiene, pues es un día consagrado a nuestro Dios. No estéis tristes, pues el gozo en el Señor es vuestra fortaleza.” (Nehemías 8, 2-4a. 5-6. 8-10)

Como he dicho, es un texto castrado (recortado), pues la liturgia ha escogido sólo los versículos “piadosos” que la tradición atribuye Esdras , el escriba (aunque tema proviene del tirano Nehemías).

Gobierno de tiranos.

En el entorno de Persia, entre las naciones o ciudades bajo el mando del Gran Rey, se hicieron famosos los ricos “tiranos”, que gobernaban de un modo autocrático, en tiempos de crisis. Solían ser ricos y, suspendiendo por un tiempo las normas democráticas, resolvían con mano fuerte y con dinero los problemas de una ciudad.

Pues bien, entre esos “tiranos buenos” el más famoso en la Biblia es Nehemías, eunuco muy rico, ministro y copero del Gran Rey de Persia, que le envía con plenos poderes a Jerusalén, para resolver los problemas internos de la comunidad judía, entre los cuales estaba el de la seducción de las mujeres extranjeras.

El “pecado” era acoger a mujeres extranjeras. La conversión del “tirano” Nehemías era expulsar a las mujeres extranjeras, porque ellas eran mala levadura para el buen pueblo de los buenos judíos de entonces.

Para entender la lectura (que aquí se relaciona con Esdras, en escriba)

El texto dice que los judíos que “leían el texto de la ley”, pero no se dice qué texto de esa ley (podían ser pasajes de Éxodo y Deuteronomio donde se pone de relieve el riesgo que suponen las mujeres extranjeras). Se dice que leían piadosamente y que estaban dispuestos a cumplir la ley sagrada… y que celebraban una fiesta, comiendo tajadas buenas y bebiendo vino dulce…, pero sin citar aquellos versículos en los que se dice que el peligro eran las mujeres extranjeras.

Ciertamente, tal como lo “recorta” la liturgia oficial, éste es un texto piadoso y bueno, y creo que es conveniente leerlo, para que seamos más piadosos. Pero después hace falta volver a la Biblia entera y ver lo que a ese texto se le ha cortado, convirtiéndolo en “Biblia Castrada”. Por eso es bueno leer el texto entero, no sólo aquellas partes recortadas para la liturgia.

El problema real de los libros de Esdras y Nehemías

a. De las “memorias” de Nehemías

el problema de las mujeres extranjeras. Nehemías viene como delegado del Emperador a solucionar los problemas de Judá y Jerusalén entre el 458 y el 428 a. C. y encuentra el problema de las mujeres extranjeras, que amenazan con destruir la identidad de Israel:

Asimismo, en aquellos días vi a judíos que habían tomado mujeres de Asdod, de Amón y de Moab. La mitad de sus hijos hablaban el idioma de Asdod; no sabían hablar el hebreo, sino el de aquellos otros pueblos. Reñí con ellos, los maldije, golpeé a algunos, les arranqué los pelos y les hice jurar por Dios, diciendo: ¡No daréis vuestras hijas a sus hijos, ni desposaréis sus hijas con vuestros hijos ni con vosotros! ¿No pecó por esto Salomón, rey de Israel?… ¡Que no volvamos a enterarnos de que cometéis la infamia de casaros con mujeres extranjeras? Uno de los hijos de Yoyada, hijo del sumo sacerdote Eliasib, era yerno de Sanbalat el horonita; por lo que lo alejé de mi lado. ¡Acuérdate de ellos, oh Dios mío, porque han contaminado el sacerdocio y el pacto de los sacerdotes y de los levitas!(cf. Neh 13, 23-30)

b. El llanto de Esdras

Según el texto actual de la Biblia, Esdras viene también de Babilonia, como sacerdotes y escriba, con poderes del gran rey, para arreglar el tema de la identidad nacional y encuentra el problema: los judíos se están casando con extranjeras y están perdiendo su identidad. Ésta es la causa del llanto:

“Mientras Esdras oraba y hacía confesión llorando y postrándose ante la casa de Dios, se juntó a él una multitud muy grande de Israel: hombres, mujeres y niños; y el pueblo lloraba amargamente. Leer más…

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Jesús en Nazaret (1ª parte). Domingo 3º. Ciclo C.

Domingo, 27 de enero de 2019
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Escrituras-Jesús-Sinagoga-MVCDel blog El Evangelio del Domingo, de José Luis Sicre sj:

Después de celebrar las tres epifanías, volvemos al evangelio de Lucas.

Un cambio curioso de Lucas

Cuando Lucas escribió su evangelio, tomó como punto de partida el de Marcos. Incluso lo copió a veces al pie de la letra. Pero, en bastantes ocasiones, lo cambiaba y completaba. Uno de los casos más curioso de cambio y añadido lo tenemos en el evangelio de este domingo.

            Marcos cuenta que Jesús, cuando metieron en la cárcel a Juan Bautista, se dirigió a Galilea y proclamaba lo siguiente: “Se ha cumplido el plazo y está cerca el reinado de Dios. Convertíos y creed la buena noticia”.

            Lucas también dice que Jesús se dirigió a Galilea y predicaba en las sinagogas, pero no dice qué predicaba. Las primeras palabras públicas las pronunciará en la sinagoga de Nazaret, y no hablan del plazo que se ha cumplido ni de la cercanía del reinado de Dios; tampoco piden la conversión y la fe.

En aquel tiempo, Jesús volvió a Galilea con la fuerza del Espíritu; y su fama se extendió por toda la comarca. Enseñaba en las sinagogas, y todos lo alababan. Fue a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista. Para dar libertad a los oprimidos; para anunciar el año de gracia del Señor.»

            Y, enrollando el libro, lo devolvió al que le ayudaba y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. Y él se puso a decirles:

            – Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír.

El reinado de Dios no está cerca, se ha hecho presente en Jesús

Rollo-de-Isaias Rollo de Isaías encontrado en Qumrán

Lo primero que hace Jesús es leer un texto de Isaías que pretende consolar a los pobres, los cautivos, los ciegos, los oprimidos. Son imágenes que no debemos interpretar al pie de la letra. No se trata de ciegos físicos ni de presos. Este texto, escrito probablemente en el siglo VI o V a.C., describe la triste situación en la que se encontraba por entonces el pueblo de Israel, sometido al imperio persa. Una situación bastante parecida a la de los judíos del tiempo de Jesús, sometidos al imperio romano. Los presentes en la sinagoga de Nazaret podían verse reflejados perfectamente en esas palabras del libro de Isaías. Pero lo importante es lo que Jesús añade: “Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír”.

            Cuando se comparan las primeras palabras de Jesús en Marcos y Lucas se advierte una interesante diferencia. En Marcos, lo esencial es el reinado de Dios y la actitud que debemos adoptar ante su cercanía (conversión y fe). En Lucas, la fuerza recae en el personaje sobre quien Dios ha enviado su Espíritu: Jesús. No se trata de que el reinado de Dios esté cerca, se ha hecho ya presente en Jesús.

¿Qué se cumple hoy?

            El texto de Isaías se puede interpretar, a la ligera, como si el personaje del que habla (para nosotros, Jesús) fuese a llevar a cabo la mejora social de los pobres, la liberación de los cautivos, la curación de los ciegos, la libertad de los oprimidos. Sin embargo, el texto no pone el énfasis en la acción, sino en el anuncio. La traducción litúrgica usa tres veces el verbo “anunciar” (en griego sería una vez “evangelizar” y dos “anunciar”). Este matiz es importante, porque coincide con lo que hizo Jesús. Es cierto que curó a algún ciego, pero no liberó de los romanos ni mejoró la situación económica de los pobres. Lo que hizo fue “anunciar el año de gracia del Señor”, hablar de un Dios Padre, que nos ama incluso cuando las circunstancias de nuestra vida siguen siendo muy duras.

Un optimismo desafiante

La liturgia ha dividido el relato de Lucas en dos domingos. Con ello, nos quedamos sin saber cómo reaccionará el auditorio a lo que ha dicho Jesús. La sabremos el próximo domingo. Lo que hoy debe quedarnos es el profundo optimismo del mensaje de Isaías, que, al mismo tiempo, supone un desafío para nuestra fe. ¿Se ha cumplido realmente esa Escritura que anuncia la mejora y la salvación a pobres, ciegos, cautivos y oprimidos? Una rápida lectura del periódico bastaría para ponerlo en duda. Cuando Lucas escribió su evangelio, cuarenta o cincuenta años después de la muerte de Jesús, también tendría motivos para dudar de esta promesa. Sin embargo, no lo hizo. Jesús había cumplido su misión de anunciar el año de gracia del Señor, había traído esperanza y consuelo. Había motivo más que suficiente para creer que esa palabra se había cumplido y se siguen cumpliendo hoy.

La 1ª lectura (Nehemías 8, 2-4a. 5-6. 8-10)

EsdrasEn aquellos días, el sacerdote Esdras trajo el libro de la Ley ante la asamblea, compuesta de hombres, mujeres y todos los que tenían uso de razón. Era mediados del mes séptimo. En la plaza de la Puerta del Agua, desde el amanecer hasta el mediodía, estuvo leyendo el libro a los hombres, a las mujeres y a los que tenían uso de razón. Toda la gente seguía con atención la lectura de la Ley. Esdras, el escriba, estaba de pie en el púlpito de madera que había hecho para esta ocasión. Esdras abrió el libro a la vista de todo el pueblo -pues se hallaba en un puesto elevado- y, cuando lo abrió, toda la gente se puso en pie. Esdras bendijo al Señor, Dios grande, y todo el pueblo, levantando las manos, respondió: «Amén, amén.» Después se inclinaron y adoraron al Señor, rostro en tierra.

            Los levitas leían el libro de la ley de Dios con claridad y explicando el sentido, de forma que comprendieron la lectura. Nehemías, el gobernador, Esdras, el sacerdote y escriba, y los levitas que enseñaban al pueblo decían al pueblo entero: «Hoy es un día consagrado a nuestro Dios: No hagáis duelo ni lloréis.» Porque el pueblo entero lloraba al escuchar las palabras de la Ley. Y añadieron: «Andad, comed buenas tajadas, bebed vino dulce y enviad porciones a quien no tiene, pues es un día consagrado a nuestro Dios. No estéis tristes, pues el gozo en el Señor es vuestra fortaleza.»

            Este episodio se interpreta generalmente como el punto de partida histórico de la lectura pública de los textos sagrados judíos y ayuda a comprender lo ocurrido en la sinagoga de Nazaret. La escena se sitúa en la segunda mitad el siglo V a.C., en tiempos de Esdras, y representa una gran novedad. Hasta entonces, quienes hablaban en público eran los profetas. Ahora se lee el libro de la Ley de Moisés (quizá alguna parte del Deuteronomio), de acuerdo con un ritual muy preciso, que se mantuvo parcialmente en las sinagogas: Esdras se sitúa en un púlpito, la gente se pone en pie, Esdras bendice al Señor y todos adoran. Según otra versión, quienes leen son los levitas, que, al mismo tiempo, explican el sentido de lo que han leído.

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27 Enero. III Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo C

Domingo, 27 de enero de 2019
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TO-III

“En aquel tiempo, Jesús volvió a Galilea,

con la fuerza del Espíritu, y su fama se extendió por toda la comarca.”

(Lc 1, 1-4; 4, 12-14)

“Volvió” y nosotros volvemos a estrenar tiempo litúrgico. Bueno, en rigor empezamos hace casi dos semanas. El tiempo de Navidad terminó con el Bautismo del Señor y desde entonces empezamos el “Tiempo Ordinario”. Es el más largo de los tiempos litúrgicos y sin embargo parece que le damos poca importancia.

El Adviento y la Cuaresma son tiempos fuertes, llenos de compromisos y anhelos. La Navidad y la Pascua son tiempos de mucha fiesta y alegría. El Tiempo Ordinario pasa más desapercibido, es silencioso, pero es aquí donde se “cuece” la vida.

Lo que decíamos, lo estamos estrenando y durante este año la liturgia nos presenta el evangelio de Lucas. Tenemos treinta y pico semanas para saborear la experiencia de Jesús que tuvo la comunidad de Lucas.

Y así, de una volada, nos hemos plantado en el capítulo 4, en la vida pública de Jesús. Los relatos del anuncio y el nacimiento los hemos recordado en Navidad. Ahora estamos de nuevo en la línea de salida. Jesús vuelve a Galilea y volverá alguna vez más, y también nos hará volver. Pero no vuelve de cualquier manera, vuelve “con la fuerza del Espíritu”. ¿Qué tal si también nosotras nos animamos a volver así, con la fuerza del Espíritu?

Ahora que las fiestas de Navidad nos han devuelto a nuestras rutinas, a nuestra cotidianidad, volvamos con ganas. Volvamos con novedad.

Lo conocido no es menos emocionante o más pobre, las cosas buenas no solo suceden en vacaciones. Toda nuestra vida está llena de regalos por abrir. Muchas veces no llevan papel de colores ni son objetos que podamos almacenar. Quizá por ello a penas los percibimos y se quedan esperando.

¡Anímate! Y vuelve tú también a tu Galilea. Pero vuelve con la fuerza del Espíritu para que en ti se cumpla el Sueño de Dios.

Oración

Derrama, Trinidad Santa, tu Espíritu sobre nosotras para que nos acerquemos a tu Palabra y descubramos la Buena Noticia. Para que nuestras vidas sean signos de libertad. Amén.

*

Fuente Monasterio de Monjas Trinitarias de Suesa

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El Espíritu libera y capacita para liberar

Domingo, 27 de enero de 2019
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D98CCDEF-8944-45B9-ACC0-30DA9086D90BEste ciclo (C) toca leer el evangelio de Lc, que empieza con un paralelismo entre el Bautista y Jesús en los dos primeros capítulos. A partir de aquí, Lc se olvida de todo lo dicho y comienza solemnemente su evangelio: “En el año quince del gobierno de Tiberio Cesar… vino la palabra de Dios sobre Juan… Después del bautismo y las tentaciones, propone un nuevo comienzo con un resumen: Regresó a Galilea con la fuerza del Espíritu, enseñaba en las sinagogas y su fama se extendió por toda la comarca.

No es la primera vez que entra en una sinagoga pues dice: “como era su costumbre”. Y “haz aquí lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaúm. El texto de Isaías es el punto de partida. Pero más importante aún que la cita, es la omisión voluntaria de la última parte del párrafo, que decía: “…y un día de venganza para nuestro Dios” (estaba expresamente prohibido añadir o quitar un ápice del texto). Los que escuchaban se dieron cuenta de la omisión. Que alguien se atreva a rectificar la Escritura era inaceptable.

Is se refiere a los tiempos mesiánicos con metáforas, no habla de curación física. Jesús se niega a entrar en la dinámica que los de su pueblo esperan. Ni la misión de Elías ni la de Eliseo fue remediar necesidades materiales. Continúa Lc con un texto en que Jesús realiza toda clase de curaciones, ahora en Cafarnaúm. Pero termina orando en descampado y diciendo a los que le buscan: Vámonos a otros pueblos a predicar, que para eso he venido.

No comenta un texto de la Torá, que era lo más sagrado para el judaísmo sino un texto profético. El fundamento de la predicación de Jesús se encuentra más en los profetas que en el Pentateuco. Para los primeros cristianos, estaba claro que el mismo Espíritu, que ha inspirado la Escritura, unge a Jesús a ir mucho más allá de ella. No se anula la Escritura sino el carácter absoluto que le habían dado los rabinos. Ninguna teología, ningún rito, ninguna norma, pueden tener valor absoluto. El hombre debe estar siempre abierto al futuro.

Al aplicarse a sí mismo el texto, está declarando su condición de “Ungido”. Seguramente es esta pretensión la que provoca la reacción de sus vecinos, que le conocían de toda la vida y sabían quién era su padre y su madre. En otras muchas partes de los evangelios se apunta a la misma idea: La mayor cercanía a la persona de Jesús se convierte en el mayor obstáculo para poder aceptar lo que verdaderamente representa. Para un judío era impensable que alguien se atreviera a cambiar la idea de Dios reflejada en la Escritura.

Partiendo de la Escritura, Jesús anuncia su novedoso mensaje. A las promesas de unos tiempos mesiánicos por parte de Isaías, contrapone Jesús los hechos, “hoy se cumple esta Escritura”. Toda la Biblia está basada en una promesa de liberación por parte de Dios. Pero debemos tener mucho cuidado de no entender literalmente el mensaje, y seguir esperando de Dios lo que ya nos ha dado. Dios no nos libera, Dios es la liberación. Soy yo el que debo tomar conciencia de que soy libre y puedo vivir en libertad sin que nadie me lo impida.

La libertad es el estado natural del ser humano. La “buena noticia” de Jesús va dirigida a todos los que padecen cualquier clase de sometimiento, por eso tiene que consistir en una liberación. No debemos caer en una demagogia barata. La enumeración que hace Isaías no deja lugar a dudas. En nombre del evangelio no se puede predicar la simple liberación material. Pero tampoco podemos conformarnos con una propuesta de salvación meramente espiritual, desentendiéndonos de las esclavitudes materiales.

Oprimir a alguien, o desentenderse del oprimido, es negar el Dios de Jesús. El Dios de Jesús no es el aliado de unos pocos. No es el Dios de los buenos, de los piadosos, ni de los sabios. Es, sobre todo, el Dios de los marginados, de los excluidos, de los enfermos y tarados, de los pecadores. Solo estaremos de parte Dios, si estamos con ellos. Una religión, compatible con cualquier clase de exclusión, es idolátrica. Jesús respondió al Bautista: “id y contarle lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan…”

Hoy el ser humano está fallando en la búsqueda de libertad. Buscamos con ahínco la liberación de las opresiones externas, pero descuida la liberación interior que es la verdadera. Jesús habla de liberarse antes de liberar. En el evangelio de Juan, está muy claro que tan grave es oprimir como dejarse oprimir. El ser humano puede permanecer libre, a pesar de sometimientos externos, hay una parte de su ser que nadie puede doblegar. La primera obligación de un ser humano es no dejarse esclavizar y el primer derecho, verse libre de toda opresión. La peor opresión es siempre la que se ejerce en nombre de Dios.

¿Cómo conseguir ese objetivo? El evangelio nos lo acaba de decir: Jesús volvió a Galilea con la fuera del Espíritu. Ahí está la clave. Solo el Espíritu nos puede capacitar para cumplir la misión que tenemos como seres humanos. Tanto en el AT como en el NT, ungir era capacitar a uno para una misión. Pablo nos lo dice con claridad meridiana: Si todos hemos bebido de un mismo Espíritu, seremos capaces de superar el individualismo, y entraremos en la dinámica de pertenencia a un mismo cuerpo. Superado el egoísmo queda el amor.

La idea de que todos formamos un solo cuerpo es sencillamente genial. Ninguna explicación teológica puede llevarnos más lejos que esta imagen. La idea de que somos individuos con intereses contrapuestos es tan demencial como pensar que una parte de nuestro cuerpo pueda ir en contra de otra parte del mismo cuerpo. Cuando esto sucede le llamamos cáncer. El individualismo solo puede ser superado por la unidad a la que nos lleva el Espíritu.

Pablo nos invita a aceptarnos los unos a los otros como diferen­tes. Esa diversidad es precisamente la base de cualquier organismo. Sin ella el ser vivo sería inviable. Tal vez sea una de las exigencias más difíciles de nuestra condición de criaturas, aceptar la diversidad, aceptar al otro como diferente, encontrando en esa diferencia, no una amenaza sino una riqueza insustituible. Si somos sinceros, descubrimos que estamos en la dinámica opuesta. Seguimos empeñados en rechazar y aniquilar al que no es como nosotros.

Lo único que predicó Jesús fue el amor, es decir, la unidad. Eso supone la superación de todo egoísmo y toda conciencia de individuali­dad. Los conocimientos científicos adquiridos en estos dos últimos siglos vienen en nuestra ayuda. Somos parte del universo, somos parte de la vida. Si seguimos empeñándonos en encontrar el sentido de mi existencia en la individualidad terminaremos todos locos. El sentido está en la totalidad, que no es algo separado de mi individualidad, sino que es su propio constitutivo esencial.

Ya sabemos que el “Espíritu” no es más que Dios presente en lo más hondo de nuestro ser. Eso que hay de divino en nosotros es nuestro verdadero ser. Todo lo demás, no solo es accidental, transitorio y caduco, sino que terminará por desaparecer, querámoslo o no. No tiene ni pies ni cabeza que sigamos empeñados en potenciar lo que de nosotros es más endeble, aquello de lo que tenemos que despegarnos. Querer dar sentido a mi existencia potenciando lo caduco es ir en contra de nuestra naturaleza más íntima.

Meditación

Hoy se cumple esa Escritura también en ti.
El Espíritu que actuó en Jesús, está actuando en ti.
El ego nos separa. El Espíritu nos identifica.
Conecta con esa energía divina que ya está en ti,
y la espiritualidad será lo más espontáneo y natural de tu vida.

Fray Marcos

 Fuente Fe Adulta

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Ojos con los que yo te miro.

Domingo, 27 de enero de 2019
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D1BDF0E6-502A-4A3D-84D6-B1C4F1DA77D8“¿Qué es poesía? Dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul ¡Qué es poesía! ¿Y tú me lo preguntas? Poesía… eres tú” (Gustavo Adolfo Bécquer)

27 de enero. Domingo III del TO

Lc 1, 1-4 y 4, 14-21

Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él

Los tres sinópticos relatan el encuentro de Jesús y el joven rico: “Caminaba junto al lago de Galilea” (Mt, 4, 18), donde el bautista proclamaba: “Arrepentíos y creed en la Buena Nueva” (Mc 1, 14). Pero sólo uno de ellos se detiene en la mirada del Señor.

No es fácil evadirse de esa mirada de amor, con la que fue mirado el hombre rico que no sólo tenía muy buenas intenciones, sino que además era un judío piadoso. El relato de Marcos es el único que registra este mirar de Jesús hacia su interlocutor: “Jesús le miró con cariño y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende cuanto tienes y dáselo a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo; después sígueme” (Mc 10, 21).

Decía Santo Tomás de Aquino en una ocasión: “Es evidente que si un hombre practica un cariño compasivo por los animales ha de estar más preparado aún para sentir compasión por su prójimo”.

Todas las miradas de Jesús están transidas de esa luminosa bondad que brota de un corazón infinitamente misericordioso y perfectamente humano. Sin embargo, en este caso puntual, el evangelista pone particular énfasis en el “le miró con cariño”. Quizá los discípulos, que acompañan al Maestro en sus andanzas, pudieron registrar que no fue un mero cruce de miradas. Posiblemente advirtieron que el Señor se quedó con la mirada prendada en el corazón de un hombre tan noble cuya única aspiración, decía, era ir al Cielo. Aspiración que se derrumbó cuando “frunció el sueño y marchó triste, pues era muy rico”.

Henrich Hoffman (1824-1911) reflejó la escena en un óleo sobre lienzo, El joven rico, que se conserva en la  Iglesia baptista de Riverside, Nueva York, Estados Unidos.

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El estatus de hombre triste lo traza Hoffmann con maestría, vistiéndole de hermosísimos ropajes, que parecen ser de sedas, terciopelos y tafetanes. Como contraste, el artista nos muestra a la izquierda del lienzo el “dáselo a los pobres”, del Jesús humanitario. Una mujer -posible seguidora de Jesús- sostiene en sus manos a un hombre anciano y enfermo, que mira de soslayo lo que va a acontecer con el bienintencionado joven.

La respuesta es clara, pues Jesús no deja duda con el ademán de sus brazos extendidos mostrándole con las manos curvadas, cuál es el camino. Como siempre, el Maestro no impone, sugiere: la mirada apartada, los ojos mirando al suelo y no fijándolos en su interlocutor, explican que el hombre que se acerca al Rabbí ha tomado la elección por sus riquezas.

Entonces, mis ojos se posaron como lágrimas de nácar sobre el teclado y comenzaron a acariciar el marfil hasta que, de repente, se hizo la música en el aire. Igual que “toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él” (Lc, 4 20) interrogante, aquella tarde en Nazaret cuando querían despeñarle.

Yo sentí los ojos de Jesús inspirando armonía vital sobre mis manos. Me lo traía a la memoria Martín Llade, en Sinfonías de la Mañana, al recordar lo que decía de uno se sus personajes: “Las mariposas continuaban brotando del teclado, revoloteando por la estancia con sus alas de cristal y caramelo”.

Gustavo Adolfo Bécquer escribió:

“¿Qué es poesía? Dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul
¡Qué es poesía! ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía… eres tú”.

Frase que expresa la profunda emoción que surge cuando nuestra mirada se cruza con la de la persona amada o admirada al menos: “Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él” (Mt 1, 20).

LOS SUEÑOS DE LA TIERRA SON DORADOS

Los sueños de la Tierra son dorados,
circunvalando al Sol en un rotar
inmenso. Inmenso y repetido caminar
siguiendo los senderos señalados.

No te importan de tierra o asfaltados,
pues tus alas te llevan al altar
de los cielos en perenne rodar,
sobre ligeros vientos ya soñados.

Misterioso soñar y loco anhelo
de una optimista realidad
que vuela sin cesar y sin recelo.

Y más allá de ti, tu libertad
recorre sin parar picos y cielo
hasta lograr tu más bella beldad.

(EDICIONES FEADULTA, Yo amo el Planeta)

Vicente Martínez

Fuente Fe Adulta

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En la conciencia de un Dios que libera

Domingo, 27 de enero de 2019
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FDCF6441-B5EC-42FC-9569-1040DC8B1CA5Lc 1,1-4;4,14-21

En este primer tramo del Tiempo Ordinario, la liturgia nos invita a dar un paseo por los primeros capítulos del Evangelio de Lucas. En el texto de hoy se da la bienvenida al Evangelio de Lucas, pero da un salto en lo que se refiere a los relatos de la Infancia y al Bautismo de Jesús. Tras intentar dar solidez a los testimonios de la comunidad lucana y a todo lo que han fijado por escrito, nos sitúa directamente en su vida pública y ya con el discernimiento hecho sobe cuál es su misión, en principio con cierta claridad.

Comienza este Evangelio en un formato epistolar dirigido a Teófilo. Lucas lo sitúa al principio del Evangelio y al comienzo del libro de los Hechos de los Apóstoles para darle un carácter literario, como una larga carta que remite a su compañero Teófilo. Pero no es sólo una carta subjetiva desde lo experimentado, sino que alude a una investigación diligente para dar consistencia y solidez a los hechos que han marcado profundamente esta visión de Dios y del ser humano.

Avanzando en el texto, nos muestra a Jesús al inicio de su ministerio y exponiendo su proyecto en la sinagoga de Nazaret. Es la etapa del inicio de su predicación, posteriormente las primeras curaciones y la llamada a sus primeros discípulos ya serán en Cafarnaún. Jesús acude a la sinagoga como tenían costumbre los judíos y le entregan el pergamino donde estaba escrito un texto del profeta Isaías. No vamos a hacer una comparación profunda de este texto, pero sí es importante destacar que Jesús realiza dos variaciones importantes en la lectura. Isaías no habla de “dar la vista a los ciegos” sino para “curar los corazones desgarrados”. Tal vez este cambio no tuvo mucha importancia, aunque podría referirse Jesús a la ceguera que ya percibía en las autoridades judías y los fariseos. Sin embargo, la omisión del último versículo sí es de mucha trascendencia porque ponía en juego el mismo ser de Dios. Se siente con la autoridad suficiente para comenzar a reinterpretar la ley judía desde la coherencia con su nueva conciencia: sentirse habitado por ese Espíritu que le había fortalecido en el desierto y desde ese amor recibido como hijoexperimentado en el Bautismo. El versículo que omite es “anunciar un día de venganza para nuestro Dios”. Este último versículo va a dar cohesión y consistencia a todo el programa que presenta. La imagen de un Dios vengativo choca frontalmente con la imagen de un Dios Madre-Padre que cuida, protege, dignifica y lanza al crecimiento, a la libertad y a la autonomía desde un vínculo profundo.

Se trata de un paso a la conciencia adulta de una concepción de la religiosidad que no encaja con la dinámica infantil del premio-castigo, del enfado-contento por lo que se haga bien o mal. Jesús nos sitúa ante un Dios que forma parte de nuestra misma identidad y que se manifiesta como “gracia”, es decir, como luz, fuerza, sanación y empoderamiento desde la dignidad que nos confiere. Una conciencia de libertad que favorece la elección de aquello que va a dar un hondo sentido a la vida. Y este engranaje vital tiene unas clarísimas consecuencias como expone Jesús en esa recuperación del texto de Isaías.

Jesús remarca su misión para que le sigan y se sumen a su movimiento mesiánico. Sin duda, todo un proyecto que presenta claramente la “liberación” como eje fundamental de quienes quieran seguirle. La liberación refiere a un movimiento de contraste y de apertura, de transformación de todo aquello que empequeñece, limita, juzga y excluye; es un nuevo dinamismo que sana, restablece, perdona e incluye a todo ser humano como indica el texto de Isaías recuperado por Jesus. Somos invitados a participar de esta corriente divina que va impregnando a toda la humanidad de una nueva visión en la que se hacen evidentes los valores del Reinado de Dios: la justicia, la solidaridad, el amor generoso e inclusivo, una clara apuesta por todos aquellos que sufren y que son víctimas del poder, de la opresión, de la ceguera de los que se sienten dirigentes del mundo y poseedores de la verdad.

Al terminar la lectura Jesús exclama: «Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír». Ojalá sepamos hacer realidad la escritura del mensaje liberador que no quiere esclavizar a nadie, que no se muestra como miedo y control, que es capaz de superar todo lo que se opone a la autenticidad y libertad.

¡¡FELIZ DOMINGO!!

 Rosario Ramos

27 de enero de 2019

Fuente Fe Adulta

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Somos presencia

Domingo, 27 de enero de 2019
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BC991827-59B3-41DD-A5C5-D2D8A427BA67Domingo III del Tiempo Ordinario

Lc 1, 1-4;  4, 14-21

Lucas se presenta como un historiador de la época: dirige la obra –que dividirá en dos partes: el evangelio y los Hechos de los Apóstoles– a un personaje ilustre –real o imaginario–, alude al proceso de redaccional a partir de los “testigos oculares” y manifiesta su intención de escribir un relato ordenado, con un objetivo preciso: garantizar la solidez de las enseñanzas recibidas.

Tras ese pórtico general a su obra, el texto elegido para la liturgia de este domingo da un salto de tres capítulos para mostrarnos a Jesús en la sinagoga de Nazaret, “donde se había criado”, proclamando lo que se conoce como el “discurso programático”, a partir de un texto de Isaías.

Se trata de un discurso magníficamente elaborado, que subraya acentos sobre los que incidirá constantemente el relato de Lucas: Jesús ungido y conducido por el Espíritu; Buena Noticia que sale al paso de los pobres, como libertad para los cautivos, vista para los ciegos y liberación para los oprimidos; anuncio de un “año de gracia”; y –esta es la novedad– todo ello sucede “hoy”, en la persona de Jesús.

En consonancia con el mensaje profético y las expectativas del pueblo, el tiempo mesiánico es presentado como liberación, que se centra de manera prioritaria en los pobres.

Esa presentación parece pivotar en torno a tres ejes: la consciencia de Jesús, la compasión y el “ahora”.

Todo comienza con la consciencia de Jesús como “ungido” (Cristo o Mesías, en griego y en hebreo, respectivamente) y conducido por el Espíritu. Aquí se halla la clave decisiva: en la comprensión de quienes somos, en la consciencia lúcida de que somos uno con el Espíritu, o mejor aún, de que somos el Espíritu experimentándose en forma humana. La fe cristiana, deudora de las representaciones culturales de aquel momento histórico, lo afirmaría de Jesús de una manera exclusiva; sin embargo, lo que se dice de él es válido para todo ser humano. Como él, todos somos “ungidos”, constituidos por el Espíritu; cambia la consciencia o no que tengamos de ello y la lucidez y docilidad para vivirnos desde ahí.

La comprensión se traduce y se muestra en compasión: la certeza de no-separación radical con todos los seres –compartimos la misma y única identidad, en “formas” diferentes pero no separadas– conduce a tratar a los otros como deseo que me traten a mí, a querer para todo otro lo mismo que quiero para mí. Sabiduría es compasión, comprensión es compromiso. Y todo ello de manera gratuita y desapropiada, como vemos que lo vivió el propio Jesús.

Y ello se vive en una consciencia clara del “aquí y ahora”, es decir, en estado de presencia. Cuando nos perdemos en los vericuetos de la mente, reduciéndonos a ella hasta terminar literalmente “perdidos”, nos resulta imposible “dejarnos conducir” por el Espíritu y vivir la auténtica compasión. Porque la identificación con la mente nos convierte en marionetas: ya no nos conduce el Espíritu –la Presencia que somos–, sino nuestras ideas, proyectos, expectativas, intereses, miedos o necesidades…

Sabemos que el “Hoy”, de Lucas, no se refiere a un momento puntual, sino al “Ahora” atemporal, siempre presente y vivo. Recordemos otros textos del mismo evangelio, en los que aparece este mismo “hoy”. En el relato (mitológico) del anuncio del nacimiento de Jesús, los ángeles dicen a los pastores: “Hoy os ha nacido un Salvador” (2,11). Tras la curación de un hombre paralítico, símbolo de la humanidad aplastada, la gente proclama: “Hoy hemos visto cosas extraordinarias” (5,26). En el encuentro con el publicano Zaqueo, Jesús le dice: “Hoy tengo que alojarme en tu casa” (19,5), para terminar con una constatación: “Hoy ha llegado la salvación a esta casa” (19,9). Finalmente, ya en la cruz, al compañero de suplicio que le pide compasión, Jesús le responde con una palabra esperanzadora y cargada de vida: “Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso” (23,43).

Para quien sabe ver, siempre es “hoy”. De hecho, basta detectar la trampa mental para advertir que, siempre y en todo lugar, únicamente existe el Ahora, el puro presente atemporal. La idea de una secuencia temporal –pasado, presente, futuro– es solo una ilusión óptica de la mente. En ese sentido, bien podría decirse que vivir en el “hoy” equivale a trascender el estado mental vivir en estado de presencia.

¿Vivo en estado de presencia? ¿En comprensión y compasión?

Enrique Martínez Lozano

Fuente Fe Adulta

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Hoy estamos salvados.

Domingo, 27 de enero de 2019
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20110816144535df618aDel blog de Tomás Muro La Verdad es libre:

EXCELENTÍSIMO TEÓFILO (THEOS: DIOS / FILOS: AMIGO)

Teófilo no es un señor, sino que “Teófilo” somos todos: Dios es amigo de todos nosotros. (En el misal romano hay una plegaria eucarística en la que se dice: “cuando por desobediencia perdimos tu amistad, no nos abandonaste…” ¿Y quién ha dicho que Dios ha dejado nunca de ser amigo del hombre? Dios no ha retirado nunca su amistad al ser humano y si no, volvamos a la parábola del padre de los dos hijos (hijo pródigo), Lc 15.

Todos y siempre somos amigos para Dios: Teó-filo.

02. ¿CUÁL ES LA FUERZA Y LA IDEOLOGÍA DE CRISTO?

Tras los relatos del nacimiento de Jesús, que hemos escuchado en Navidad, San Lucas comienza su evangelio situando a Jesús adulto en la sinagoga de su pueblo, de Nazaret.

Pudiéramos decir que Lucas presenta a Jesús pronunciando su “discurso programático”.

La “fuerza” ´le viene a Jesús no de una ideología poderosa, ni eclesiástica, ni de las pulsiones patrias, sino que Jesús vive y comienza a actuar impulsado por el estilo, la fuerza, el ESPÍRITU DE DIOS.

EL ESPÍRITU ESTÁ SOBRE MÍ.

El modo de ser y vivir de Cristo es el del Espíritu de Dios. El mismo espíritu creador y creativo del Génesis, alienta ahora a Jesús. Un Espíritu de VIDA. El mismo Espíritu libertador que presidió el Éxodo. Espíritu de LIBERTAD (no de esclavitud). El espíritu es suave BRISA. (1 Re 19, 12), DESCANSO, (Is 63, 14), es CONSUELO Y ÁNIMO, (Jn 16,7). Es el mismo Espíritu de fecundidad y vida (María-Jesús). Espíritu a la comunidad cristiana. Y ese Espíritu es PAZ, ALEGRÍA E IMPULSO E ILUSIÓN para vivir. (Jn 20, 22).

La vida y la misión de Jesús está presidida no tanto por esquemas religiosos, sino por la CREATIVIDAD, LA LIBERTAD Y LA VIDA, EL ÁNIMO, CONSUELO, PAZ, ALEGRÍA impulso para la misión.

03. BUENA NOTICIA

1cf8f3_evangelistas1HE SIDO ENVIADO A ANUNCIAR EL EVANGELIO A LOS POBRES, PARA ANUNCIAR A LOS CAUTIVOS LA LIBERTAD, Y A LOS CIEGOS LA VISTA. PARA DAR LIBERTAD A LOS OPRIMIDOS; PARA ANUNCIAR EL AÑO DE GRACIA DEL SEÑOR

La palabra eu – angelion significa buena noticia.
El evangelio es anterior a los evangelios y muy anterior al dogma, a la liturgia, a la jerarquía, etc. Jesús -Él mismo en persona- es la buena noticia para los pobres.

Jesús estaba cerca de los pobres y de los débiles: enfermos físicos y psíquicos, estaba cerca de las personas problemáticas. Jesús celebraba la vida, celebraba la libertad frente al sistema legalista de los fariseos religiosos.

Hay personas que en sí mismas son una buena noticia, un don, tienen y transmiten paz, serenidad.

Los periódicos y telediarios están llenos de malas noticias. La vida y la historia son así. Los cristianos creemos en JesuCristo como buena noticia. Llevamos unos años en los que también en los ámbitos eclesiásticos se ha filtrado la condena, solamente se habla de tres o cuatro problemas de tipo moral. La Gaudium et Spes (Vaticano II) fue un acercamiento de la buena noticia al mundo Hoy el acercamiento es más bien condenatorio, recriminatorio, cuando JesuCristo es buena noticia también y precisamente cuando las cosas van mal.

LIBERACIÓN A LOS CAUTIVOS Y OPRIMIDOS.

Dos veces aparece la libertad – liberación de los cautivos / oprimidos.

Desde Egipto y el destierro de Babilonia, cautividades y opresiones hay muchas en la vida, en la historia de los pueblos y de las personas. Opresiones económicas, sociales, eclesiásticas, políticas, raciales. Cautividades también en el orden personal, esclavitudes morales.

Es hermoso y cristiano sentirse, ser libre y ayudar a que los demás vivan en libertad.

04. ESTAMOS SALVADOS.

Jesús podía haber continuado con el texto de Isaías: he sido enviado a anunciar el día de venganza de nuestro Dios, pero no lo hizo. Jesús cortó de raíz toda lectura de un Dios vengativo y rencoroso (como aparece en el texto de Isaías que, ahora, relee Jesús).

Lo de JesuCristo es otra cuestión. Viene a anunciar el tiempo amable de Dios, un tiempo, una historia de gracia, de amabilidad.

El evangelio -de Lucas- es el evangelio de la misericordia y del perdón.

05. Y ESTAMOS SALVADOS YA “HOY”.

No olvidemos nunca que los cielos se abrieron: bautismo y transfiguración del Señor. Si se abrieron no fue para comunicarnos “el crónico enfado de Dios”, sino para todo lo contrario. HOY estamos salvados:

Lc 2, 11 Os ha nacido HOY, en la ciudad de David, un Salvador, que es el Mesías, el Señor.

Lc 4, 21 Al comienzo de su ministerio en la sinagoga: HOY se cumple ante vosotros esta profecía”.

Lc 5, 26 Tras la curación del paralítico, todos quedaron atónitos y alababan a Dios llenos de temor, diciendo: HOY hemos visto cosas extraordinarias

Lc 19, 5.9 Jesús levantó los ojos y le dijo:

– Zaqueo baja enseguida, porque HOY tengo que alojarme en tu casa. Jesús le dijo:

HOY ha llegado la salvación a esta casa.

Lc 22, 34 Te aseguro, Pedro, que HOY mismo, antes de que cante el gallo, habrás negado tres veces que me conoces.

Lc 23, 43 Jesús le dijo (al buen ladrón):

Te aseguro que HOY estarás conmigo en el Paraíso.

HOY, no mañana, los pobres, oprimidos, esclavos y pecadores, estamos salvados.

La alegría futura se hace presente en el hoy de nuestra historia.

Hoy estamos salvados.

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In memoriam: Día de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto. יום הנצחה לזכרם של קורבנות השואה

Domingo, 27 de enero de 2019
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 «Sería un peligroso error pensar que el Holocausto fue un simple producto de la locura de un grupo de criminales nazis. Más bien todo lo contrario, el Holocausto fue la culminación de milenios de odio, culpabilización y discriminación de los judíos, lo que ahora llamamos antisemitismo.».

Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres.
El 27 de enero se celebra internacionalmente el Día de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto, una fecha que Naciones Unidas estableció en 2005 con el objetivo de rendir homenaje a las víctimas del genocidio judío. En 2019 se conmemora este recuerdo, cuando se cumplen 78 años del envío de homosexuales a campos de concentración nazis.  
*

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Fuga de Muerte:

(Traducción de José María Pérez Gay)

Leche negra del alba te bebemos de tarde
te bebemos al mediodía y en la mañana
te bebemos de noche
bebemos y bebemos
cavamos una tumba en el aire
donde no estamos encogidos
Un hombre vive en la casa
juega con las serpientes
escribe cuando oscurece a Alemania tu pelo de oro
Margarete
escribe y sale de la casa
y brillan las estrellas y silba a sus perros
silba a sus judíos
y los manda a cavar una tumba en la tierra
y nos ordena ahora toquen para bailar

Leche negra del alba te bebemos de noche
te bebemos de mañana y al mediodía
te bebemos de tarde
bebemos y bebemos
Un hombre vive en la casa
y juega con las serpientes y escribe
y escribe cuando oscurece a Alemania
tu pelo de oro Margarete
tu pelo de ceniza Sulamith
cavamos una tumba en el aire
donde no estamos encogidos
Grita
caven más hondo canten unos toquen otros
y empuña el acero del cinto
lo blande
sus ojos son azules
hundan más hondo las palas
toquen unos bailen otros

Leche negra del alba te bebemos de noche
te bebemos de mañana y al mediodía
te bebemos de tarde
bebemos y bebemos
un hombre vive en la casa
tu pelo de oro Margarete
tu pelo de ceniza Sulamith
un hombre juega con serpientes
Grita toquen más dulce la muerte
La muerte es un maestro de Alemania
y grita toquen más oscuro los violines
luego ascienden al aire
convertidos en humo
sólo entonces tienen una tumba en las nubes
donde no están encogidos.

Leche negra del alba te bebemos de noche
te bebemos al mediodía
la muerte es un maestro de Alemania
te bebemos en la tarde y de mañana
bebemos y bebemos
la muerte es un maestro de Alemania
sus ojos son azules
te alcanzan sus balas de plomo
te alcanzan sin fallar
un hombre vive en la casa
tu pelo de oro Margarete
lanza sus mastines contra nosotros
nos regala una tumba en el aire
juega con las serpientes y sueña
la muerte es un maestro de Alemania
tu pelo de oro Margarete
tu pelo de ceniza Sulamith.

*
Paul Celan

(1952)

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***

Día internacional de Conmemoración en memoria de las victimas del Holocausto. 27 de enero

Calendario de actos de 2018 de las Naciones Unidas

73 años ya de la liberación del Campo de Auschwitz

Francisco: “Auschwitz es un grito de dolor que está pidiendo un futuro de respeto, de paz y de encuentro”

Día de las Víctimas del Holocausto: el mundo recuerda también hoy a los homosexuales asesinados.

***

"Migajas" de espiritualidad, Cristianismo (Iglesias), Espiritualidad, General, Historia LGTBI, Judaísmo , ,

Recordatorio

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