Del blog de Xabier Pikaza:
Dom 3 Adviento,ciclo B. Canto interleccional. Tras Israel y Juan Bautista, la tercera candela de Adviento es María.
María del Magníficat no es la Virgen del Anochecer que espera en la noche pasivamente al esposo (Mt 25) con su aceite, sino la Mujer Fuerte del Amanecer, que anuncia y lleva en su mano la Luz del Mediodía, la justicia mesiánica del Cristo, su Hijo, como ella proclama en el Magníficat.
Ella canta y baila con todas las mujeres de la esperanza y de la vida la llegada del Amanecer de Dios, que es la justicia para toda la humanidad, compuesta de varones y mujeres. No es ánfora cerrada de Pandora, donde el Dios-Zeus ha guardado los dones más bellos, dejando que se escapan y nos dejen vacíos, con una esperanza cerrada bajo llave…
Ella es más bien, la esperanza activa y creadora, que el Dios-Yahvé de Israel ha encendido y quiere extender por todos los pueblos: De esa manera ofrece luz y la comparte, de forma que la llama de Dios pueda extenderse al mundo entero.
Así quiero presentarlo en este Domingo 3 de Adviento, ofreciendo una lectura socio-económica (socio-política) de su texto en el que se recoge y culmina toda la esperanza y compromiso del AT y del Bautista,el Magnificat.
En otros lugares y libros he comentado el sentido limpiamente religioso del Magnificat. Hoy pongo de relieve el aspecto social y económico de su mensaje, en clave antigua y actual, presentándolo como canto de Adviento, expresión de todos los dones de Dios para los hombres. Me fijo para ello en la canción inter-leccional de la misa,tomada de de Lc 1,46-54, que dice así:
Proclama mi alma la grandeza del Señor…
Porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
Derriba del trono a los potentados /y eleva a los oprimidos,
Sacia a los hambrientos / y despide vacíos a los ricos…
Esta es la Luz de María, la Luz de Israel, la Lámpara del Bautista, la esperanza de la libertad y de la vida para todos los hambrientos y oprimidos de la tierra. Ésta es su oración, totalmente divina por ser plenamente humana.
Éste es el pregón de Adviento, que María proclama en todas las iglesias católicas, con la candela de la libertad en la mano, con el Cristo de la gran promesa en sus entrañas.
Este domingo tercero del canto de María es el Domingo del Gaudete, día para alegrarse por la Navidad que llega, fiesta para cantar y soñar, porque María sigue proclamando en su pregón la llegada de la justicia para los pobres, y de la libertad de los oprimidos nace el mundo nuevo.
Así canta hoy María, así quiero comentar su canción a mis lectores, desde una perspectiva básicamente social, ampliando unas notas que ofrece hace unos días en mi FB, y que hoy retomo y amplio en este blog. Mañana o pasado completaré este canto de Adviento de María, la auténtica Pan-Dora, mujer de todos los dones, con una reflexión sobre el mito de Pandora, mujer griega,dolorosamente bella, signo de todos los bienes que se vuelven males… pero dejando abierta la “virtud” o don de la esperanza.
Buen domingo a todos.
Canto de María, la gran inversión.
El proyecto económico/social de Jesús se sitúa en el trasfondo de la esperanza israelita, que el evangelio de Lucas ha condensado y recreado en el Canto de María (Lc 1, 45-56) , a la luz de los himnos de liberación de las mujeres bíblicas, especialmente de Myriam, hermana de Moisés (Ex 15), y de Ana, madre de Samuel (1 Sam 1-2). Desde esos cantos (y en contraste con el Benedictus), pro-pone María su proyecto de transformación socio-económica:
1. Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava…
2. Desplegó el poder de su brazo, dispersó a los soberbios de corazón;
derribó a los potentados de sus tronos, y elevó a los oprimidos;
a los hambrientos los colmó de bienes y a los ricos los despidió vacíos.
3. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre (Lc 1, 46-55).
La primera estrofa recoge, de un modo personal, el gesto agradecido de María, porque Dios se ha fijado en ella (le ha mirado). La tercerafundamenta la propuesta en la promesa y descendencia de Abrahán (retomando una teología paulina: Gal 3-4; Rom 3-4). La segunda expone de un modo so-lemne la inversión mesiánica en un triple nivel: de fundamentación (brazo de Dios frente a soberbia humana), de política (potentados-oprimidos) y de economía (ricos-hambrientos).
Este canto de nueva humanidad, este pregón de adviento nos permite interpretar el proyecto de la Iglesia en una línea universal, sin referencia israelita (templo, ley nacional…), ni confesional cristiana (pascua de Jesús, Iglesia), pero totalmente lleno de Dios y de nueva humanidad creyente:
1. Mensaje israelita, la gran inversión
Aquí me fijo en la segunda parte, que es la estrofa central donde María responde a la alabanza de Isabel, madre de Juan, que le ha llamado Madre del Señor (cf. Lc 1,43), exponiendo de un modo universal toda la esperanza profética de Israel, tal como se cumplirá en Jesús. En ese contexto, interpreta María en forma económico-social los poderes de opresión, que la apocalíptica entendía en forma de opresión diabólicas, y ofrece así un modelo e liberación estrictamente humana:
‒ María canta en nombre de la nueva humanidad liberada, asumiendo la historia de Israel, como mujer y madre que lleva en su seno la historia de su pueblo, con sus sombras y dolores, pero también con la certeza del cambio universal que llega. No tiene que hacerse judía, lo es, y su palabra retoma todo el mensaje israelita, de forma que su canto es una recapitulación de la esperanza israelita.
‒ María eleva su voz en nombre de la iglesia, asumiendo así no sólo el testimonio de la comunidad judeo-cristiana de Jerusalén, sino la esperanza y tarea de la misión universal de Pablo, abierta a todas las naciones. Lucas sabe que la madre de Jesús se ha situado en el centro de Iglesia (Hch 1, 13-14) y en nombre de ella canta la victoria de Dios y la exigencia de transformación de los hombres, exponiendo así la primera y más honda propuesta socio-económica del evangelio.
1. Magníficat, un canto de mujeres.
Situándose en la línea de los himnos de inversión de los hebreos, emigrantes sin tierra, campesinos marginados del XII-XI a.C., el Magníficat ofrece un camino y programa de liberación universal y retoma las palabras centrales del cántico de Ana, madre de Samuel,proclamando la inversión de Dios, que libera a los oprimidos y hambrientos:
El arco de los fuertes (=guerreros) se ha quebrado,
los cobardes (oprimidos) se ciñen de fuerza.
Los hartos se contratan por pan,
los hambrientos dejan de trabajar como esclavos.
La estéril da a luz siete veces,
la madre de muchos hijos queda baldía (1 Sam 2, 4-6)
Ana elevaba su canto al Dios que salva/libera a los “cobardes”, a fin de que ellos puedan vivir en plenitud, en una línea militar (quiebra el poder de los guerreros), económica (los ricos habrán de trabajar para comer) y demográfica (la estéril tiene muchos hijos). En esa línea se había situado Myriam, la hermana de Moisés (Ex 15), y en ella se mantiene María. Leer más…
Biblia, Espiritualidad
3º Domingo de Adviento, Adviento, Ciclo B, Dios, Evangelio, Jesús, Juan Bautista, Mesías
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