Atráeme…
Las almas sencillas no necesitan medios complicados: dado que yo me encuentro entre ellas, una mańana, durante mi acción de gracias, el Seńor Jesús me dio un medio sencillo para llevar a cabo mi misión. Me hizo comprender este pasaje del Cantar de los Cantares: ‘Atráenos, nosotros correremos al olor de tus perfumes’.
Oh Jesús, no es preciso decir por tanto: ‘Atrayéndome, atrae a las almas que yo amo’. Esta sencilla palabra, ‘atráeme’ basta. Seńor, ahora lo comprendo: cuando un alma se deja cautivar por el olor embriagador de tus perfumes, no puede correr sola, sino que todas las almas que ama son arrastradas tras ella. Y eso es algo que sucede sin presiones, sin esfuerzos. Es una consecuencia natural de su atracción hacia ti
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Teresa de Lisieux
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