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Juró Kimberly Ayala, la primera abogada trans de Paraguay

Miércoles, 11 de noviembre de 2020

DSC_0168-01-784x1024Por Juliana Quintana, desde Asunción

Fotos: Jessie Insfrán

Kimberly Ayala juró como abogada a las 11 de la mañana en el Palacio de Justicia de Asunción. Presentó, por tercera vez, su pedido de juramento ante la Corte Suprema de Justicia y, luego de 5 años de haberse recibido de la facultad y de habérsele negado dos veces el derecho a jurar y acceder a su matrícula, en una fecha histórica, por fin, lanzó su birrete. Su logro representa un hito en el país por tratarse de la primera persona trans en convertirse en abogada.

Bajo la consigna “Birretes arriba por Kimberly”, distintas organizaciones se congregaron en la explanada del Palacio de Justicia de Asunción. Estuvieron presentes la Coordinadora de Derechos Humanos del Paraguay (CODEHUPY), Amnistía Internacional, Diversxs, la Red Paraguaya de la Diversidad Sexual (REPADIS),  Coalición TLGBI, Its Gets Better Paraguay y la Red Contra Toda Forma de Discriminación.

En 2015, Kimberly egresó de la carrera de Derecho en la Universidad Nacional del Este (UNE). Obtuvo un promedio sobresaliente en su promoción y salió mejor alumna pero nunca pudo ejercer ante tribunales porque la justicia no reconocía su identidad de género. Aún así, ella está acostumbrada a luchar. Hace años que pertenece a la agrupación Diverses, de Hernandarias (su ciudad natal). De hecho, estuvo presente el año pasado cuando grupos antiderechos atacaron la marcha LGBT en el departamento de Alto Paraná.

Al poco tiempo de recibirse, Kimberly comenzó a gestionar sus documentos desde Hernandarias para jurar como abogada. Su prima, que trabaja en la Corte, trató de ayudarla a avanzar con el juramento pero no se lo permitieron porque su foto “no coincidía” con el nombre. Cuando Kimberly llamó por teléfono, le dijeron que para solucionar el problema debía sacarse una foto nueva.

“La persona que me atendió me dijo que me alce el cabello y me ponga corbata y maquillaje. Más todavía me molesté y le dije que yo no iba a someterme a eso porque es como negar mi identidad. Yo soy una mujer trans y ya hacía tiempo estaba viviendo como mujer trans. Esto es algo que yo ya formé, que ya es mío. Le dije que mi otra identidad quedó en el pasado”, contó Kimberly a Presentes. Pero no la dejaron jurar.

A partir de ahí empezó a buscar ayuda. Consiguió el acompañamiento legal de una abogada de Asunción que se acercó varias veces a la Corte Suprema. Como tampoco tuvo respuesta, acudió a la secretaría de género. Ellos se expidieron sobre el caso y derivaron a la plenaria de los ministros. “El presidente interino en aquel momento era muy conservador, entonces, las cosas no se desarrollaron. No recibí ninguna recomendación ni siquiera de la secretaría de género”, expresó la abogada.

No existía excusa para seguir demorando el juramento

DSC_0266-01-1024x808La indignación la llevó a Kimberly a tomarse un tiempo del caso. Mientras tanto, trabajó en el área de marketing y también como peluquera. En el 2019 intervino el Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales del Paraguay (INECIP), que lleva lleva causas sociales y presentó, por segunda vez, los documentos al Poder Judicial para su jura como abogada. Consiguieron hablar con un ministro que se mostró predispuesto a ayudarla, pero tampoco hubo respuesta.

Este año, Rosalía Vega, de Amnistía Internacional se enteró de lo ocurrido y se puso en contacto con Kimberly y Julia Cabello, abogada de la Codehupy, llevó su caso. Ambas trabajaron en conjunto para lograr que se cumpla con el derecho constitucional de Kimberly.

“No había un criterio legal para evitar que jure. Ella cumplió con todos los requisitos establecidos para que pueda matricularse y jurar como abogada. Nosotros, previendo cualquier situación, pedimos a la propia Corte Suprema de Justicia hace unos meses atrás, por acceso a la información pública, todas las resoluciones y requisitos para que una persona pueda realizar su juramento y matricularse como profesional del derecho. Esa información nos fue remitida por escrito por parte del Poder Judicial. Cualquier tipo de requisito adicional hubiera sido ilegal y arbitrario”, puntualizó Cabello.

Ella no pedía un cambio de nombre, solo pedía jurar con su imagen actual. Según contó Cabello, el dictamen de la secretaría de género de la Corte Suprema decía, entre otras cosas, que sería absurdo que la fotografía no se correspondiera con su imagen actual. Sobre todo, porque el departamento de identificaciones del Paraguay, el ente que pone el Estado paraguayo para determinar la identidad de las personas, le adjudicó la cédula de identidad de Kimberly con su nombre asignado al nacer y su imagen actual.

“Esto es muy importante porque va a sentar jurisprudencia, va a dejar un precedente de que sí podemos lograr lo que nos propongamos. Esto va a dar un panorama y un horizonte súper bueno a toda la población trans que siempre fue tan marginada y excluida. Vale la pena que las personas vean cómo esta sociedad nos cierra puertas y ventanas, inclusive cumpliendo con todos los requisitos que la sociedad te impone para ser un ciudadano. Y en este caso, no era nada más que por discriminación”, dijo Kimberly.

Sin avances en una ley de identidad de género

El presidente del Poder Judicial, Alberto Martínez Simón, en diálogo con una radio local, citó el artículo 25 de la Constitución Nacional. “Dice que cada persona puede manifestar y crear su propia identidad de la manera que libremente la quiera ejercer y por lo tanto una persona puede venir vestida de mujer si es que lo siente así. No encuentro ningún impedimento legal para negarle el derecho al juramento a una persona que ha concluido con el estudio de la carrera”, expresó el funcionario.

DSC_0197-01-1024x683Kimberly junto a Yren Rotela

Sin embargo, hay nombres que todavía esperan el aval de la Corte. Yren Rotela y Mariana Sepúlveda, ambas activistas por los derechos de las personas trans, denunciaron que no hubo avances sobre sus cambios de nombre. En el caso de Mariana, tuvo que  atravesar por una pericia psicológica y luego del fallo de la jueza Karen Leticia González, que salió favorable a la Constitución y conforme al derecho internacional, la Cámara de Apelaciones sometió el caso a una opinión consultiva de la Corte.

El fallo fue apelado por la fiscala Sara González Valdez, quien alegó que la resolución de la magistrada viola el artículo 56 de la ley 1266/1987 del Registro Civil que establece: “El Oficial del Registro Civil no inscribirá nombres ridículos o que puedan inducir a error sobre sexo, ni más de tres nombres”. Si bien en Paraguay hoy no existe una ley que prohíba a una persona trans cambiar su nombre, aún no existe una ley de identidad de género que garantice este derecho.

“Mi transición fue durante mi quinto año de carrera. Todo el alumnado y los docentes de ese momento me acompañaron. Muchos me felicitaron. También hubo a quienes no les gustó pero, en general, el recibimiento fue muy bueno”, relata Kimberly. Ganó una beca para hacer una maestría en educación superior en Ciudad del Este, donde la reconocían con su nombre social.

“Yo sé que es difícil pedirles que se adapten al nuevo nombre, pero es tiempo de empezar ya en el país. No soy la única que está en la universidad. Yo sé que hay psicólogas trans, filósofas trans, otras chicas trans que ya terminaron su carrera, solo que ellas no tuvieron el problema que yo porque la carrera de derecho es súper machista”

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El derecho al trabajo es para todas las personas, así como el de la libre expresión de la personalidad. “Somos el único país de la región que no tiene una ley contra toda forma de discriminación, y no por una ingenuidad de creer que una ley va a resolver el problema pero va a aportar decididamente en una sociedad un poco más consciente, más tolerante de los derechos. O sino hacemos agua de lo que dice nuestra propia constitución”, expuso Cabello.

Aunque la obligaron a jurar con su nombre asignado al nacer, Kimberly juró con un tapabocas que llevaba inscripto “Más amor, menos odio”. Su sueño es ocuparse de sus compañeras trans privadas de libertad y concursar para convertirse en jueza. “Este es un ejemplo de que sí se puede, siendo libre y expresando nuestra personalidad”, manifestó.

Fuente Agencia Presentes

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