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Instrumentos sonoros.

Domingo, 23 de septiembre de 2018

clean-20141024-articulo-03“No se tienen dos corazones, uno para los animales y otro para los humanos. Se tiene un corazón o no se tiene” (Alphonse Lamartine)

23 de septiembre. Domingo XXV del TO

Mc 9, 30-37

“El que quiera ser el primero, que se haga el último y el servidor de todos” 

El comentarista de La Biblia del pueblo, viene a decir que los discípulos tenían dificultades en asumir las enseñanzas de Jesús. Respecto al poder, sus enseñanzas son contundentes: no es la dominación sino la capacidad de servicio lo que identifica al discípulo. Ya Santiago en su Carta a la comunidad cristiana plural y extendida por todo el mundo, en 1, 22-25, dice que no sólo hay que escuchar y hablar sino, y sobre todo, cumplir.: “Sed ejecutores del mensaje y no sólo oyentes que se hacen ilusiones. Pues si uno es oyente y no ejecutor se parece aquí a aquel que se mira la cara al espejo: ese marchó y muy pronto se olvidó de cómo era. El que se inclina a mirar la ley perfecta, la de los hombres libres –ayudar a los menesterosos, escuchar a las viudas-, y se mantiene no como oyente olvidadizo, sino como ejecutor de la obra, ése será dichoso en su actividad”.

En el AT. los profetas fueron radicales a este respecto, condenando sin reparo alguno los abusos sociales y el culto de las autoridades, tanto políticas como religiosas. Por ejemplo Isaías, que no encuentra obstáculos para enfrentarse a reyes y políticos: Los jefes son bandidos… No defienden al huérfano, no se encargan de la causa de la viuda”; Amós, cuyo mensaje es de indignación y denuncia ante la explotación del pueblo humilde a manos de una minoría coligada de políticos y aristócratas, y se presenta como un león que ruge cuando se topa con un oso: “Que fluya como el agua el derecho, y la justicia como arroyo perenne”; o Elías que dijo: “¡Atrapen a los profetas de Baal! ¡Que no escape ninguno! Así que la gente los capturó y Elías los llevó al arroyo Quisón y los mató a todos”. (1 Reyes 18, 40)

Todos los grandes cantantes de la historia -Arcangelo Corelli, Madonna, Luciano Pavarotti, Kiri Te Kanawa- nos comunican, aunque no lo hagan a través de los sentidos corporales, vengan de donde vengan en el espacio o tiempo. Sus voces, dirigidas tanto al oído como al espíritu son conmovedoras.  Y lo hacen como la misma voz de Jesús, siempre acoplada a los oyentes con la gran vida del Universo. Momentos únicos en los que, como escribió en su obra Octavio Aceves: Cuando los ángeles cantan son momentos únicos “en que se toma contacto con lo invisible para encontrar un punto de apoyo y se tiene la sensación de coloquiar con Dios a través del misterio de los sonidos, los ritmos del tiempo y la resonancia de los espacios”.

El gran fabulista griego Esopo, dice en la fábula de la zorra y las uvas. Una mañana de otoño, la zorra vio unos apetitosos racimos de uvas y, deseosa de comer algo refrescante, se levantó, se remangó y se puso manos a la obra. Saltó, una y otra vez si conseguir alcanzarlos. Agotada y resignada se decidió a regresar al bosque con una mentirosa idea clara es su cabeza: “¡Están verdes!”.  En psicología, el término disonancia cognitiva hace referencia a la tensión o desarmonía interna del sistema de ideas, creencias y emociones que percibe una persona que tiene al mismo tiempo dos pensamientos que están en conflicto, todo lo cual puede impactar sobre la conducta y el comportamiento.

Lo contrario de lo que suele suceder en música. Cuando se hacen sonar las cuerdas de un violín próximo a otro, su sonido hace vibrar las cuerdas de aquel, aunque no las tañan las cuerdas de ningún otro arco. Idea similar a lo que ocurre con la telepatía. Fenómeno que consiste en la transmisión o en la coincidencia de pensamientos entre personas, generalmente distantes entre sí, que se produce sin intervención de los sentidos o de agentes físicos conocidos.

Ahora bien, ¿Qué queremos ser nosotros? ¿Violines Stradivarius tocados delicadamente por Corelli, o trompas y trombones soplados fieramente por los instrumentistas de la orquesta? Arnold Schoenberg hubiera sido feliz con esta disonancia.

¿O preferimos más bien ser la zorra de Esopo que el zorro de nuestro Poema?

EL ZORRO

Emprendiste la huida auto zorro
para salvar la vida como Elías vida,
por haber pasado
vilmente a cuchillo a los profetas.

No te desees con él la muerte.

¿Quién es dueño del suave amanecer?
¿Quién del ocaso?

Una vida que dicen que me dieron.

Me dijeron: “El Señor va a pasar”.
Un huracán que descuajaba montes,
resquebrajaba rocas y deseos.

Pero el Señor no estaba ya en el viento.

Sonó una voz lejana en la tormenta:

“¡Vuelve por tu camino hacia el desierto!”

Y yo pregunté al zorro:
“¿Qué camino? ¿Qué desierto?”

Un silencio sonoro quebró el aire.

El zorro siguió huyendo…
quizás sin saber dónde.

(NATURALIA. Los sueños de las criaturas.
Ediciones Feadulta)

 

Vicente Martínez

Fuente Fe Adulta

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