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Qué hay detrás de la prohibición del uso del lenguaje inclusivo en las escuelas de la Ciudad de Buenos Aires

Jueves, 16 de junio de 2022
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132CCCC0-D1D0-4494-9625-1DF15E77EE9ELa prohibición se extiende a los contenidos que llegan a las aulas. Repudios desde distintos sectores.

 BUENOS AIRES, Argentina. El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires prohibió el uso del lenguaje inclusivo en las escuelas mediante una resolución. La prohibición no sólo incluye el uso en las aulas, sino también el material producido para fines educativos que contemplen el uso del lenguaje inclusivo.

La decisión de la ministra de Educación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires fue comunicada en la Circular 4/2022 el Ministerio de Educación porteño. Allí se ordenó a les docentes desarrollar las actividades de enseñanza y realizar las comunicaciones institucionales “de conformidad con las reglas del idioma español, sus normas gramaticales y los lineamientos oficiales para su enseñanza”.

La medida, según se aclara en la resolución, “aplica únicamente a los contenidos que dictan los/as docentes en clase, al material que se le entrega a los/as estudiantes y a documentos oficiales de los establecimientos educativos”.

Una excusa para discriminar

Desde el Ministerio afirmaron que esta decisión se tomó luego de los resultados en Lengua obtenidos por los estudiantes en las evaluaciones realizadas tras la pandemia.

En conferencia de prensa tanto la ministra Acuña como el jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos, Horacio Rodríguez Larreta defendieron la prohibición. “A partir de ahora, los docentes en la ciudad de Buenos Aires tienen que respetar las reglas del idioma español. Tanto cuando están frente al aula como cuando se dirigen a sus familiares. En la escuela hay que respetar el idioma español”, dijo Rodríguez Larreta.

Por su parte, la ministra de Educación, Soledad Acuña, aclaró. “No estamos persiguiendo ni es una caza de bruja; queremos enseñar mejor para que los chicos aprendan. No les pedimos permiso a los sindicalistas, tomamos decisiones sobre evidencias y consultando a especialistas”.

El Ministerio de Educación de la Nación, Jaime Perczyk criticó la disposición. “Hay que mejorar la educación, pero eso no se hace prohibiendo el lenguaje inclusivo”.

También la ministra de las Mujeres, Género y Diversidad de la Nación, Elizabeth Gómez Alcorta se pronunció al respecto. «Las escuelas deben ser ámbitos inclusivos y democráticos que respeten la libertad y la diversidad. Nada bueno se aprende de una prohibición», afirmó.

En la actualidad, son más de veinte las instituciones académicas que aprobaron el uso del lenguaje educativo.

“Es un retroceso muy profundo”

En 2021, la diputada nacional Mónica Macha, que preside la Comisión de Mujeres y Diversidad, presentó un proyecto de ley para el ejercicio del derecho a la utilización del lenguaje inclusivo de género ante el Congreso.

Ese proyecto fue una respuesta a otro que habían presentado las abogadas las abogadas Patricia Alejandra Paternesi y Cynthia Roxana Ginni para prohibir el uso del lenguaje inclusivo. Esa presentación fue patrocinada por dos legisladores que pertenecen a Juntos por el Cambio, el partido que gobierna hoy la Ciudad de Buenos Aires.

“La definición de Soledad Acuña, ministra de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, es un hecho político antidemocrático y excluyente. Negadora de la ley, identidad de género y más. Si hay algo que tiene la escuela es ser un lugar de transmisión de saberes, de experiencias, de un posicionamiento histórico”, expresó a Agencia Presentes la diputada Mónica Macha.

“Prohibir el lenguaje inclusivo significa que haya muches niñes que cuando necesiten ser nombrades tengan más dificultades. Eso tiene impacto directo en la construcción subjetiva de las niñeces. Me parece muy grave», destacó. “Es, políticamente, un guiño para los sectores de ultraderecha».

El lenguaje inclusivo es para periodistas y políticos que trabajan en la construcción de los discursos de odio uno de los blancos de ataque permanente. “Para la población en general es un retroceso muy profundo y que va a contramano de todo un proceso político, cultural, histórico, que va a favor de la de la posibilidad de la inclusión”.

La experiencia en las aulas

Sol Fantín es licenciada en Letras, docente de primaria y además dicta clases de Educación Sexual Integral para profesores. Para ella, esta decisión se trata de una medida intimidante y persecutoria.

“Nos pone en la situación de tener que vulnerar derechos de algunos de nuestros estudiantes, colegas y de otros miembros de la comunidad, por ejemplo, miembros de nuestras familias, las familias de los estudiantes».

El fundamento de esta prohibición, afirma la licenciada, no tienen sustento. “Genera confusión sobre la naturaleza de la lengua y su enseñanza para los docentes que no sean especialistas o no vengan del área de lingüística y de la lengua. El gobierno de la Ciudad dice sin ningún fundamento lingüístico ni didáctico que el lenguaje inclusivo daña el aprendizaje de la lengua”.

Y aporta, «la lengua castellana admite ampliar su rango de género, lo admite morfológicamente y no se daña a la comprensión. El fundamento de esta decisión es un fundamento político de política lingüística. Están difundiendo una información que es falsa en términos lingüísticos».

Lo que no se puede prohibir

Francia y Uruguay también intentan y presentan reformas y prohibiciones para impedir el uso del lenguaje inclusivo.

“La resistencia al lenguaje inclusivo tiene que ver con el no reconocimiento de las academias de lengua a este lenguaje, que son quienes rigen las normas. Esa falta de reconocimiento genera incertidumbre, sin embargo, de a poco se está instalando el uso por parte de la población en su mayoría menor a 35 años”, explica a Presentes, desde Uruguay, Inés Garbarino traductora y profesora de idioma francés.

En 1990, en Francia comenzó una reforma ortográfica que se comenzó a aplicar en 2016. Consistió en simplificar ciertas reglas ortográficas para facilitar el aprendizaje. “Se logró hacer esta reforma, pero hubo muchas resistencias. La lengua es un bastión donde se amparan muchos conservadurismos, por eso hay tantas resistencias”, afirma. “Hay que tener en cuenta que la lengua es un organismo vivo por lo que probablemente el lenguaje inclusivo tarde o temprano se convierta en norma”.

Con respecto a la justificación del gobierno de la Ciudad, Inés Garbarino afirma. “Puede tener una base en la definición de la alfabetización en quienes están comenzando a tener noción de la escritura, porque se necesitan normas. Se entendería en ese caso, pero, de todos modos, hay un docente que puede hablar y explicar cuál es el fenómeno en proceso. Y que ese fenómeno existe. El lenguaje inclusivo no se puede prohibir, porque si se instala en el uso no se puede frenar. No se puede frenar un fenómeno lingüístico”.

Una prohibición inaplicable

Desde la secretaría académica del Bachillerato Popular Travesti Trans Mocha Celis, Manu Mireles, afirma,en el Mocha Celis es inaplicable esta resolución por distintos motivos. Pero el principal es que en esta escuela hay personas que además usan pronombres neutros y usan la ‘e’ para expresar diversidad. Esta medida expulsiva es inaceptable en el contexto de esta institución por todo lo que genera en las vivencias del sistema educativo”.

«Para mí la nueva resolución es un acto que claramente viola los derechos y la avanzada de garantía de derechos que hoy tenemos en la Argentina”. Entre los puntos que destaca Mireles afirma que se esta prohibición reproduce matrices de violencias que, a su vez, generan una gran exclusión en la educación.

“La Ciudad de Buenos Aires expulsó sistemáticamente las personas travestis y trans. Particularmente con la falta de información a los equipos docentes y la falta de implementación de una educación sexual integral. Me parece inaceptable que a 16 años de la aprobación de la ESI no se aplique y que, el año pasado cuando lo valoramos, vimos que hay una aplicación de sólo el 40% a nivel federal”.

“En el Mocha Celis entendemos que el lenguaje es una construcción colectiva. Nuestro trabajo que hacemos es fruto de la militancia de los colectivos travesti trans que vamos a seguir profundizando. Tenemos evidencias suficientes de la necesidad el sistema educativo formal de replantearse y repensarse para garantizar derechos”

Violencia y discriminación

Mireles observa que esta resolución viene de la mano de una serie de discursos y situaciones de violencia que se repitieron en el último tiempo y que la prohibición aporta a esa violencia.

Una medida como esta anula la vivencia de identidad y la posibilidad que tenemos de seguir avanzando a todas aquellas personas que formamos parte de la diversidad. Particularmente, que podamos tener ambientes seguros y libre de violencias y discriminación en nuestras escuelas”.

Y agrega, “esto sucede en el mes del orgullo haya este tipo de disposición. No es casual, hace semanas vandalizaron el bar H, luego el hotel Gondolín. Son situaciones que nos preocupan, para adelante seguirá pensar colectivamente acciones administrativas para que no avance esta medida”.

Los repudios

Organizaciones, sindicatos, referentes educativos y militantes repudiaron la decisión que comunicó el gobierno de la Ciudad.

“En pleno mes del #Orgullo, el gobierno de la Ciudad emite una “resolución” prohibiendo el uso del lenguaje inclusivo en aulas y comunicados oficiales. No solo está vulnerando la libre expresión de estudiantes, docentes y familias, sino también va en contra de las leyes de Identidad de Género y de Educación Sexual Integral”, expresa la editorial Chirimbote.

“Cada vez más estudiantes se identifican con un género diferente al asignado, o con ninguno, o están en transición. ¿Así se sanciona el derecho a ser y ser nombradxs como deseen? La propuesta pedagógica de la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, es censurar identidades, sobre todo, de infancias y adolescencias”.

También la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) repudió la resolución. “Lo que no se nombra no existe: Negar desde el lenguaje a las infancias y adolescencias trans y no binaries constituye un ataque al derecho a la identidad de todes y cada une, y a ser en un ambiente en el que la diversidad es respetada”.

En ese sentido, UTE amplió el concepto de esta prohibición en un contexto en que los discursos odiantes tienen lugar en los medios de comunicación. “Forma parte de la ofensiva de la derecha en la educación. El lenguaje es una construcción colectiva que está en permanente transformación y que construye realidades. Les docentes continuaremos construyendo una escuela pública e igualitaria para todes, reconociendo y abrazando amorosamente a todes y cada une de nuestres estudiantes”.

La legisladora e integrante de las comisiones de Educación y Mujeres, Géneros y Diversidades, Laura Velasco de la Ciudad, también se refirió a este tema. “Es una provocación. El gobierno porteño durante tantos años no aplicó con presupuesto ni programa específico la Educación Sexual Integral en las escuelas de la Ciudad de Buenos Aires. Si existen problemas de aprendizaje tienen que ver con la falta de presupuesto y de decisión política para generar una educación de calidad para todos, todas y todes”, aseguró Velasco, quien también es educadora, maestra y profesora en letras, y especialista en ESI.

10 de junio de 2022
Maby Sosa

Fuente Agencia Presentes

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El oficio de cuidar: Un grupo de personas trans se prepara para los cuidados en la vejez

Miércoles, 18 de mayo de 2022
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DSC_4535-1200x600Foto: Ariel Gutraich.

Alrededor de 30 personas trans se capacitan para aprender el cuidado de mayores.

BUENOS AIRES, Argentina. Un curso de cuidadorxs de personas mayores busca brindar más posibilidades de inserción laboral al colectivo travesti trans y resignificar este tramo de la vida. Se trata de una formación dictada por la Dirección Nacional de Políticas para Adultos Mayores (Dinapam), la Universidad de Tres de Febrero (UNTREF), Cruz Roja y la Asociación de Fomento Federico Lacroze, en articulación con el Bachillerato Popular Travesti Trans Mocha Celis. ¿Su objetivo? Repensar las vejeces desde la diversidad sexual y funcionar como puente para el acceso a un empleo formal.

Desde el 14 de febrero de este año, un grupo de 30 personas, de las cuales el 80 por ciento pertenece al colectivo travesti trans, van a cursar tres veces por semana, cinco horas cada vez.

Lo hacen en un espacio brindado por la Asociación Federico Lacroze del barrio porteño de Chacarita y se espera que culminen sus estudios a mediados o fines de mayo.

“Del curso tengo como expectativa aprender, conocer y lograr una salida laboral a futuro totalmente plena. Este trabajo tiene que hacerse con dedicación. Espero que salga algo bonito, ya sea una salida laboral o recibirme y conocer a les viejes en más profundidad: sus cuidados, tratos y derechos”, dice Luciana Micaela Méndez, una mujer trans de 33 años, oriunda de la localidad bonaerense de Ciudadela, que asiste a la formación.

Repensar los cuidados

Desde la Mocha Celis resaltan que este curso trabaja en dos líneas necesarias. Por un lado, la cuestión laboral y, por otra, pensar a las vejeces desde una mirada con perspectiva de género y de diversidad.

“Ellas terminan y se les entrega un certificado oficial, además de quedar anotadas en el Registro Nacional de Cuidadores. Implica, entonces, un acceso real a un trabajo formal y pensarse como profesionales con saberes específicos”, explica, por su parte, Agustina Ayub, integrante del equipo de Acceso a Derechos del bachillerato y coordinadora del curso de cuidados para personas mayores.

Agustina trabaja en equipo con Andrea García, que es trabajadora social. Sobre pensar la vejez, suma a las palabras de su colega que se trata de una temática “súper importante” y con poca visibilidad.

“Lo que pasaba antes es que la expectativa de vida del colectivo travesti trans era de 35 años. Ahora se empezó a extender y con eso empiezan a aparecer el pensar cómo van a ser cuidades. Nunca había estado esa posibilidad porque con una expectativa de vida tan corta, era difícil pensar en un futuro. Es una oportunidad ahora de poder entenderse viejas y con la posibilidad de una buena calidad de vida y un buen envejecer”, dice Andrea.

Mónica Navarro, integrante del programa Ancestras de UNTREF, agrega: “Es importante que pensemos, deconstruyamos y performemos otras vejeces fuera del modelo heterosexista patriarcal”. Además, señala que desde su equipo buscan “ese cambio cultural, por vejeces dignas y diversas”.

Luciana, por ejemplo, contó a Presentes que desea para su vejez “tranquilidad”. “Quiero a determinada edad descansar, no ser vaga, pero no trabajar. Despegarme un poco de la locura de la ciudad. Estar en una casita, muy tranqui, en algún terreno grande”, imagina.

El curso le hizo pensar en la importancia que tiene dar apoyo a las personas mayores para que puedan desarrollarse de la mejor manera. Y en este punto, la labor de las cuidadoras se vuelve fundamental. “Les viejes con les que hablo están muy solites. Las cuidadoras son una gran ayuda para la compañía, para tratarlos. El rol de ellas es muy importante, por eso creo que debería ser más valorado, más reconocido o más conocido”, sostiene.

Las palabras de Luciana coinciden con datos del panorama actual. El 10% de las personas mayores de 60 años (alrededor del 743 mil) se encuentran en una situación de dependencia básica, es decir, no pueden realizar por sus propios medios actividades esenciales como alimentarse, bañarse o vestirse. Así lo grafica la Encuesta Nacional sobre Calidad de Vida de Adultos Mayores del INDEC realizada en 2012.

Al mismo tiempo, la población de Argentina se encuentra envejeciendo por lo que la necesidad de cuidados será cada vez mayor. Para el año 2040, la población de 60 años y más crecerá en casi 3,5 millones de personas, mientras que la población de hasta 19 años se mantendrá igual, según proyecciones del INDEC.

Cuidar es una cuestión de Estado

En línea con la necesidad de reconocer la labor de los cuidados, el Poder Ejecutivo nacional envió esta semana al Congreso el proyecto de ley conocido como “Cuidar en Igualdad”.

En principio, este proyecto busca crear un Sistema Integral de Políticas de Cuidados de Argentina (SINCA) con perspectiva de género. Esto implica “un conjunto de políticas y servicios que aseguran la provisión, la socialización, el reconocimiento y la redistribución del trabajo de cuidado, entre el sector público, el sector privado, las familias y las organizaciones comunitarias y entre todas las identidades de género para que todas las personas accedan a los derechos de cuidar y ser cuidadxs en condiciones de igualdad”.

Además, entre otras cuestiones, reconoce y promueve el trabajo de cuidados remunerado. En este sentido, obligaría al Poder Ejecutivo Nacional a crear un registro nacional de trabajadorxs del cuidado remunerado en pos de facilitar la instrumentación del SINCA. También buscaría promover “la capacitación, la certificación de conocimientos, la remuneración adecuada y el reconocimiento de profesiones, tareas y oficios considerados trabajo de cuidados”.

Un lugar de aprendizaje y encuentro

En el salón amplio donde se dicta la formación en cuidados hay un pizarrón con el mensaje “Bienvenides!!!” escrito en fibrón. Rodean dos mesas blancas de plástico les alumnes, entre quienes se encuentra Tamara Mori con cuaderno y lapicera en mano. Tiene 42 años, es peruana y hace 15 años se casó con un argentino, lo que la motivó a instalarse en el país. Vive en el barrio porteño de Balvanera y es decoradora de eventos, pero con la pandemia tuvo que cerrar su microemprendimiento. Por esa razón comenzó a buscar capacitaciones “donde pueda volver a insertarse en el mercado laboral”.

“Me avisaron de este curso de cuidadoras y dije bárbaro, porque es algo que además me gusta. Durante mucho tiempo cuidé a mi abuela y lo acepté con gusto”, cuenta a Presentes. Además, destaca el entorno en el cual se dicta la instrucción: Me gusta que sea dado en un lugar del colectivo LGBT en el cual me siento cómoda y no mirada ni juzgada quizá como sí hubiese sido en otro lado”.

Para ella, si bien el curso está enfocado en los cuidados del adulto mayor, también nos sirve a nosotras para ver cómo vernos más adelante, en la vejez. No solo cómo vernos sino cómo cuidarnos, cómo estar preparadas para afrontar esa etapa de la vida. Por suerte, gracias a leyes que se han generado a favor del colectivo, sumado a la existencia de lugares donde una puede asistir no solamente a asesorarse sino a obtener un tratamiento de salud, se ha permitido que esos 35 años de esperanza de vida se extiendan para muchas de nosotras. Aunque sigue habiendo muchas necesidades”, dice.

El viernes 27 de abril dieron presente en una hoja que circulaba por el aula ocho personas que fueron a la clase dictada por Florencia Cascardo, docente e investigadora del Centro de Estudios de la Economía Social de la UNTREF, sobre cooperativas de trabajo. Andrea García cree que por el frío esta vez no pudieron ser todes les estudiantes, que son alrededor de 30 personas.

Para Florencia, “la creación de un sujeto colectivo, que es la cooperativa, fortalece la labor de cuidados” sobre todo porque “es un trabajo que al desarrollarse al interior de los hogares está expuesto a situaciones de vulnerabilidad o de explotación”. Además, considera que es una organización de trabajo interesante de explorar en el marco de la inserción laboral para travestis y trans dadas las dificultades de acceso al empleo que suelen tener.

“¿Quién solventa lo económico en las cooperativas?”, pregunta una estudiante que participa mucho a lo largo de la clase. La docente no tarda en responder, explicando que depende de cada cooperativa, pero que algo en común es que se trata de “otra forma de pensar lo económico que está centrada en las personas y no en el capital”.

Las historias

La alumna es Freditica Murillo y tiene 53 años, “aunque mucha gente no lo crea”, aclara. “Yo soy una persona grande, aunque por fuera se me ve muy joven. Llevo por dentro el peso de la edad”, dice a Presentes. Lleva puesta una campera de jean, una bufanda color mostaza y bebe de una taza con la bandera de Brasil, aunque no condice con su origen dado que hace 10 años llegó a la Argentina desde la capital de Perú.

En los primeros meses en el país del sur del continente se desempeñó en supermercados, hasta que tuvo la posibilidad de trabajar, gracias a otras compañeras trans, en la cooperativa textil Estilo Diversa LGBT. Allí estuvo hasta que “lamentablemente tuvo que cerrar durante la pandemia”, cuenta.

“Este curso me salió como una bendición porque aprendo más, me capacito más y me gusta. Ojalá que yo y mis compañeres tengamos la suerte de tener alguna oportunidad de experimentarlo con una salida laboral para que este aprendizaje se exprese en la práctica”, desea Freditica.

En línea con ella se expresa Paris Donatella Del Valle, para quien este curso “es una fuente de trabajo”. Paris viene de familia de militares y a los 15 años dejó su hogar porque no aceptaban su identidad de género. También llegó a la Argentina desde Perú y hace 13 años que vive en el país.

Actualmente se encuentra desempleada. “Yo soy estilista, pero acá no pude construir trabajo. Me presentaba, pero ya todo estaba completo, no necesitaban personal. Por eso no trabajé, he dejado de lado mi profesión”, cuenta y cree que le “costó conseguir trabajo por ser trans”. “A nosotras nos catalogan como lo peor”, sostiene.

Actualmente está por iniciar el primer año de la secundaria en el Bachillerato Mocha Celis. Luego, le gustaría estudiar periodismo y dedicarse a la sección de Espectáculos.

Al curso llegó para aprender el cuidado de adultos mayores. “Me interesa bastante, es mi primera vez”, dice, y anhela: “Dios quiera que al terminar el curso podamos conseguir un trabajo”.

Fuente Agencia Presentes

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Violencia mediática transodiante a una compañera del Bachillerato Trans Mocha Celis

Viernes, 20 de noviembre de 2020
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mochacelis2-960x480Por Manu Mireles y Matías Soich*

El pasado 15 de noviembre, varios medios digitales levantaron una noticia con el titular “DETUVIERON A UN HOMBRE QUE USABA IDENTIDADES ROBADAS PARA ALQUILAR DEPARTAMENTOS Y ABRIR CUENTAS BANCARIAS”. En las notas, se afirma que esta persona “utilizó una imagen suya vestido de mujer” y que “en su vida personal se transviste” (sic). Las notas fueron ilustradas con la imagen de un Documento Nacional de Identidad en el que se reconoce, a simple vista, el rostro de nuestra compañera Viviana González, egresada del Bachillerato Popular Travesti-Trans Mocha Celis. Obviamente, el uso de su imagen se hizo sin su autorización y no tiene vínculo alguno con la noticia. La imagen fue publicada originalmente por Viviana hace meses, a propósito del aniversario de la promulgación de la Ley de Identidad de Género.

En un acto de profunda injusticia, estos medios decidieron ilustrar una noticia acerca de un delito con la foto del DNI de una persona trans sin ningún vínculo con el episodio. El uso no autorizado de la imagen de Viviana produce una falsa asociación entre su identidad y la de la persona investigada por los hechos delictivos. Junto con esto, las precisiones sobre el “vestirse de mujer” de esa persona -datos totalmente irrelevantes en relación con el tema- profundizan la asociación estereotipada entre travestismo y delito. Así, tanto la redacción de la noticia como el uso de la imagen criminalizan la identidad travesti-trans.

Se trata de un acto evidente de violencia mediática por motivos de género, en tanto se difunden imágenes y estereotipos que, al construir patrones socioculturales que reproducen la desigualdad y legitiman la violencia, afectan directamente a uno de los grupos sexo-genéricos más vulnerados de la sociedad argentina como son las personas trans.

“Me siento horrible, siento que esto es un acto de transfobia. Encima publican mi DNI, me siento muy vulnerable, lastimada y perjudicada, porque las personas que vieron la noticia van a creer que es real. Si bien después cuando hice el reclamo algunos medios bajaron las fotos, me parece que el daño está. Ni siquiera tuvieron la empatía de pedir disculpas”, cuenta Viviana.

Comunicación masiva y estereotipos

Una vez más, la comunicación masiva construye y reproduce estereotipos de género que inscriben, en nuestros cuerpos y en nuestras identidades, distintos tipos de violencia. La impunidad con la que se manejan los medios masivos de comunicación respecto de las consecuencias sociales y personales de sus actos, así como la falta de registro que tiene gran parte de la sociedad sobre estos temas, resultan inaceptables.

Hoy le pasó a Viviana, quien cuenta con redes de contención, amor y militancia. Pero nos preguntamos: ¿qué pasa cuando esto mismo le sucede a una travesti que no cuenta con esos recursos? ¿Qué le pasará a la próxima persona trans cuya imagen se use arbitrariamente para ilustrar una noticia sobre delitos con los que nada tiene que ver? Sabemos con certeza que estará más expuesta a la agresión verbal y la violencia física, a recibir hostigamiento y golpes, incluso a ser subida a un patrullero y terminar en un calabozo o desaparecida. La violencia estructural contra las personas trans no es una abstracción, sino un encadenamiento concreto de acciones y omisiones con graves consecuencias sobre la vida de las personas. La comunicación irresponsable y la difusión de estereotipos que criminalizan las identidades trans constituye uno de sus eslabones.

Viviana González es expresidenta del Centro de Estudiantes del Bachillerato Mocha Celis, estudiante del Profesorado en Literatura y profesora de defensa personal feminista. Como parte de su activismo en la Mocha, ha dado una infinidad de notas y relatos en primera persona en los medios y en encuentros públicos, y se ha presentado en diversos escenarios con “La Karateka”, obra que relata la historia de su vida.

Desde la Mocha Celis repudiamos públicamente este hecho y estamos acompañando a Viviana a realizar la denuncia por violencia mediática. Exigimos, como medida mínima de reparación, una disculpa pública y la capacitación inmediata en perspectiva de género de lxs periodistas responsables.

*Docentes del Bachillerato Mocha Celis y activistas

Fuente Agencia Presentes

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