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La obsesión de Munilla: El obispo de Alicante advierte de la “quiebra del magisterio” en el tema de las bendiciones a parejas del mismo sexo.

Jueves, 12 de octubre de 2023

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Y sigue cerrando las puertas De la Iglesia con su obsesión de “Curar” a las personas LGTBIQ+ con su discurso infantil. Esto ya va siendo una cuestión de denuncia ante la Fiscalía…

La enmienda total de Munilla a Tucho Fernández (y de paso, al papa Francisco)

“¿Podría la Iglesia impartir la bendición a las uniones homosexuales?”, se pregunta el obispo José Ignacio Munilla en su canal de YouTube en base a una supuesta petición que le habrían formulado varias personas gais. Él tiene clara la respuesta y, sobre todo, dónde buscarla para que la entiendan todos: en la nota del cardenal Ladaria de febrero de 2021, cuando todavía era prefecto de Doctrina de la Fe, y no en la que hace unas semanas emanó del mismo dicasterio, ahora bajo la presidencia del purpurado argentino Víctor Manuel Fernández

“Lo confuso no puede ser el punto de interpretación de lo que es claro, ciertamente la declaración que era clara, diáfana, evangélica es la realizada hace dos años y lo que es claro no se puede entender desde lo confuso, más bien lo confuso  tiene que ser lo que se ilumine desde lo que es claro y diáfano y no al revés”

“¿Puede venir un sínodo y cambiarlo? No ¿Puede venir un concilio y lo cambia? ¿El Papa puede cambiar dos años después lo que dio antes? No, no es así, de lo contrario sería una quiebra del magisterio de la Iglesia, especialmente porque ese pronunciamiento realizado hace dos años estaba fundado clarísimamente en razones evangélicas y en la tradición de la Iglesia”

“¿Podría la Iglesia impartir la bendición a las uniones homosexuales?, se pregunta el obispo José Ignacio Munilla en su canal de YouTube en base a una supuesta petición que le habrían formulado varias personas gais. Él tiene clara la respuesta y, sobre todo, dónde buscarla para que la entiendan todos: en la nota del cardenal Ladaria de febrero de 2021, cuando todavía era prefecto de Doctrina de la Fe, y no en la que hace unas semanas emanó del mismo dicasterio, ahora bajo la presidencia del purpurado argentino Víctor Manuel Fernández.

Y adelantamos -aunque es fácil presuponerlo- que la respuesta del obispo de Alicante es un categórico ‘no’ a esas bendiciones, rotunda negativa revestida de caridad que va apoyando durante 35 minutos en el texto del purpurado mallorquín recientemente relevado tras cumplir sus años de mandato.

Para Munilla, ambos pronunciamientos, el de Ladaria y el de Fernández, “son de difícil conjugación”, “lío” que en su opinión se acrecienta por el hecho de que ambos han sido refrendados por el mismo papa: Francisco.

La Iglesia y ‘la agenda Lgtb’

EBC1D11F-45DF-468F-B9AE-AD40B9BE2F12Foto publicada por la Diócesis de Aquisgrán para promover las bendiciones para las parejas en torno al Día de San Valentín

“Se ha generado una cierta polémica y yo entiendo la pregunta: ¿podría la Iglesia impartir la bendición a las uniones homosexuales, y hecha por vosotros [la pregunta], la entiendo perfectamente, porque uno dice, ‘a ver, estamos haciendo una apuesta muy fuerte en nuestra vida por descubrir el designio de Dios y por caminar en el seguimiento a Jesucristo sabiendo que llevamos dentro de nosotros esa inclinación de atracción homosexual y queremos adecuarnos al ideal evangélico. Llevamos una lucha y ahora, algunos nos dicen que la Iglesia hace la interpretación -que algunos medios de comunicación la han hecho- de que la Iglesia ahora asume de alguna manera la agenda Lgtb’”, introduce el prelado vasco.

“Pues hombre, comprendo perfectamente qué digáis ‘pues yo qué estoy haciendo’ -continúa Munilla en tono coloquial, pero preocupado-, pero también os digo que la duda no solamente [viene] desde vosotros, sino que muchos católicos piden una palabra de aclaración, por eso me he decidido a contestaros“.

“En febrero de 2021, entonces cardenal prefecto de Doctrina de la Fe, Ladaria, respondió a un dubia sobre si la Iglesia disponía del poder para impartir la bendición a uniones de personas del mismo sexo, y la respuesta fue negativa, ‘no, no dispone de ese poder’, respuesta también asumida por el Papa, señala Munilla, que apoya la nota vaticana con su propia glosa de que “Dios no puede bendecir un camino que vaya en la dirección equivocada, una relación que va en la dirección equivocada”.

Dilema entre verdad y caridad

“Estamos ante un recurrente dilema dualista entre verdad y caridad, es muy recurrente  y es lo que nos divide en las distintas interpretaciones: o confesamos una verdad de forma hiriente, faltando a la caridad, o proclamamos una caridad complaciente, que dista de la verdad”, trata de fundamentar el obispo.

Pero él no tiene dudas: “La principal manifestación de la caridad es transmitir la verdad. Si yo quisiera ir con vosotros de complaciente, de guay, de quedabien y no transmitiendo la verdad del evangelio, no estoy siendo verdaderamente caritativo. Verdad y caridad tiene que estar unidas”.

En este sentido, señala que “tenemos que tener valentía, hoy en día es necesario la parresía para proclamar qué es lo que la Iglesia católica cree en la verdad moral con respecto a la homosexualidad”, y recuerda, citando el Catecismo, que sus actos son “intrínsecamente desordenados” y “no pueden recibir la aprobación en ningún caso”.

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‘Reorientar‘ la homosexualidad

“Quién sabe lo que Dios pueda querer para vosotros el día de mañana, pero lo que está claro es que estáis llamados a la santidad y os puede reorientar una inclinación homosexual o que completéis el camino de vuestra vida viendo en santidad junto con esa inclinación”.

Pero, en todo caso, Dios no bendice ni puede bendecir el pecado”, prosigue el prelado, que, glosando la nota de Ladaria fundamenta en tres aspectos ese ‘no’ a las bendiciones homosexuales. Primero, que “una bendición sobre una relación humana requiere que esta esté ordenada al designio de Dios”; segundo, que “el designio de Dios con respecto al amor conyugal es una unión entre un hombre y una mujer, una unión estable para siempre”; y finalmente, que “esa bendición supondría una simulación sacramental, una imitación, una analogía de una bendición nupcial que está obviamente faltando a la verdad”.

Estos son los aspectos que, para Munilla, deja nítidamente claros la nota de Ladaria que imposibilita tales bendiciones, una declaración que para él es clara, diáfana, evangélica, sencilla como el Evangelio, no juega a las elucubraciones…”.

“¿Puede venir un Papa y cambiarlo? No”

“¿Puede venir un sínodo y cambiarlo? No ¿Puede venir un concilio y lo cambia? ¿El Papa puede cambiar dos años después lo que dio antes? No, no es así, de lo contrario sería una quiebra del magisterio de la Iglesia, especialmente porque ese pronunciamiento realizado hace dos años estaba fundado clarísimamente en razones evangélicas y en la tradición de la Iglesia. Y digo esto por el hecho de que ahora ha habido cinco cardenales que han dirigido unos dubia al nuevo cardenal prefecto de Doctrina de la Fe y han obtenido unas respuestas. Una de esas preguntas era referida a este mismo tema de las bendiciones de uniones homosexuales. Se ha dado una respuesta y se ha formado un pequeño lío, que es si esta respuesta y la anterior, ¿son compatibles, son contradictorias? Y se ha formado esa polémica”.

Tampoco Munilla parece aclararse con la respuesta del nuevo prefecto. “Tiene muchas interpretaciones, pero la que los medios han transmitido es que el Papa parece dar libertad a los obispos para que bendigan a las parejas homosexuales”. Y reconoce que los propios cinco cardenales que presentaron las dubia han dicho que la respuesta les genera más dubia y “ciertamente no es fácil entender qué quiere decir en concreto o cómo se entienden algunas de etas expresiones o si lo que ocurre es que se está renunciando a responder en concreto y se sugiere que cada uno discierna su propia respuesta según las circunstancias, lo cual no sería de recibo”.

Por ello, Munilla, ya en la recta final de su propia declaración paralela, reclama “calma”. Y lanza la andanada: “Lo confuso no puede ser el punto de interpretación de lo que es claro, ciertamente la declaración que era clara, diáfana, evangélica es la realizada hace dos años y lo que es claro no se puede entender desde lo confuso, más bien lo confuso  tiene que ser lo que se ilumine desde lo que es claro y diáfano y no al revés”.

“No olvidemos –prosigue- que las dos respuestas dadas con dos años y meses de diferencia, las dos están asumidas por el Santo Padre y que en la primera decía que la Iglesia no tiene autoridad para poder impartir -no dice que no quiera, dice que no tiene autoridad para poder impartir-, [y] el magisterio no puede contradecirse, de alguna manera se destruiría a sí mismo”.

“¿Qué es lo que debemos hacer? -se pregunta finalmente- Pues atenernos a lo que está claro y pedirle al Señor que aclare lo que no está claro, y pedir a Dios la luz para el magisterio de la Iglesia y orar mucho por la Iglesia, porque obviamente la Iglesia también participa de esta crisis de relativismo en la que está sumida nuestra cultura. También nosotros tenemos secularización interna, vaya si la tenemos, tenemos el riesgo de mundanizarnos”.

Fuente Religión Digital

 

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