¡Qué desparpajo!: “Es mentira que la Iglesia no acoja a los homosexuales”, según el obispo de Córdoba
Con el historial homófobo de este obispo, que fue capaz de afirmar que Herodes “sigue vivo” e intenta mentalizar a los niños de que hay otros tipos de familia distintos al tradicional y de que hay una conspiración de la UNESCO “para hacer homosexual a la mitad de la población mundial”, que diga esto suena a chiste del Club de la Comedia…
Nuevo capítulo en el culebrón Iglesia y homosexuales. Mientras que en irlanda califican de “luto” que se apruebe el matrimonio igualitario, el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, afirma que en la Iglesia “hay lugar para todos los colectivos”. Y en concreto, señaló que “es mentira que la Iglesia no acoja a aquellos que son homosexuales“ y que no está “en contra de nadie ni de ningún colectivo, porque todos tenemos un lugar en el corazón de Dios”, algo que hizo extensible no solo a la población LGBT sino también a los ateos y a los agnósticos.
Todo esto lo ha afirmado en la conferencia ‘Con otros ojos. La novedad de la fe ante el mundo, el hombre y Dios’ que ha impartido en el Centro de Magisterio ‘Sagrado Corazón’, donde se dirigió a futuros maestros de Educación Infantil y Educación Primaria, donde apuntó que la fe “es un regalo de Dios que se escoge libremente y que nos hace ver el mundo con otros ojos” y matizó que “si todo tiene una causa y nada existe por casualidad, ¿por qué no asumimos que el mundo y el hombre son creaciones de Dios?”.
También hizo un llamamiento hacia la igualdad de géneros. “En la actualidad se nos presenta una lucha entre el hombre y la mujer cuando por lo que hay que luchar es por la igualdad entre ambos sexos y la complementariedad”, comentó Demetrio Fernández.
Fernández, que sustituyó en la diócesis cordobesa a Juan José Asenjo (nombrado arzobispo de Sevilla en sustitución del moderado Carlos Amigo) no ha dudado, desde su anterior posición de obispo de Tarazona, en atacar leyes como la del matrimonio entre personas del mismo sexo o la de identidad de género, que regula la modificación registral de las personas transexuales. Animó de forma entusiasta a sus fieles a participar en la marcha homófoba de junio de 2005 en contra del derecho de gays y lesbianas a contraer matrimonio, y en noviembre de 2006 publicó una carta titulada “Dios ama también a los homosexuales” (sic) en la que calificaba a la ley de identidad de género como “contraria a la verdad del hombre”. “Es una extorsión del plan de Dios, no ayuda a las personas con dificultad en este campo y siembra la confusión en el ambiente social donde vivimos. A un niño o a un joven hoy le es más difícil vivir el plan de Dios con estas leyes que enrarecen el ambiente”, escribía entonces Fernández.
Eso sí, al mismo tiempo el entonces obispo de Tarazona se mostraba comprensivo con las personas homosexuales… siempre y cuando se mantuvieran castas. “Sea cual sea su inclinación (dejemos ahora lo que haya de biológico, psicológico o educacional), debe aceptarse a sí mismo como es y debe vivir su sexualidad en un clima de castidad, que le enseñe a amar gratuitamente. La sexualidad humana también esta dañada por el pecado, y debe ser redimida por un amor creciente, para el que todo hombre cuenta con la gracia de Dios”, manifestaba, en tono “compasivo”, Fernández.
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