Una fe cristiana sin Theos
La publicación de este artículo en la revista más progresista de Francia, nos reafirma en que el debate que hemos acogido en ATRIO sobre No-teísmo y fe cristiana . Estamos publicando todo lo que sobre este vanguardista movimiento nacido en España que está captando la atención en revistas italianas –Adista– y ahora en la francesa Golias. Un resumen de este texto de Alain Durand se presentó en la reunión del domingo pasado a la que se refiere Arregi y a la que asistí. Me cuesta exponer y razonar por escrito mi posición. Pero sí que la expresé de palabra: este paradigma de no teísmo y no dualidad, si llegara a dominar en las bases progresistas cristianas, desinflaría la fuerza que puede aportar la fe cristiana a un futuro mejor para la humanidad. AD.
Léon Gambetta declaró en la Cámara de Diputados el 4 de mayo de 1877 en Francia: «Clericalismo, ahí está el enemigo». Hoy, algunos creyentes y algunos teólogos se atreven a declarar pacíficamente: «Teísmo, aquí está el enemigo».
Ésta es la convicción fundamental de toda una corriente teológica, minoritaria pero vigorosa. John Shelby Spong, ex obispo episcopal de Newark, es sin duda el más conocido en Francia entre los representantes de este movimiento, ya que varios de sus libros están ahora disponibles en francés. La misma corriente también minoritaria, se está estructurando en América Latina, de una manera más radical me parece, en torno a una teología inspirada en los descubrimientos arqueológicos sobre la cuestión de dios. Últimamente, comienzan a producirse debates sobre este tema en España e Italia.
¿Qué es el teísmo? Según John Shelby Spong, «llamamos ‘teísmo’ a la teoría que concibe a Dios como un Ser fuera del mundo, con poder sobrenatural, que actúa sobre el mundo para llevarlo a la obediencia y abrirlo a su Presencia». Dios es un Ser celestial y exterior al que tradicionalmente se le atribuyen acontecimientos que escapan a nuestra comprensión. Por tanto, existe simultáneamente la creencia en una división de lo real entre un “arriba” que habita este dios, y un “abajo” donde residimos (sin mencionar un posible tercer nivel correspondiente a los infiernos debajo de la tierra). Como el progreso de la ciencia nos permite ahora explicar los acontecimientos de nuestro mundo sin recurrir a tales representaciones, ya no habría necesidad de recurrir tampoco a tal dios.
Un mundo dividido y jerárquico
Según uno de los defensores de esta corriente en América Latina, José Maria Vigil, ya conocido por sus posiciones a favor de las teologías de la liberación, el rasgo principal del teísmo es esta división de la realidad entre un arriba y un abajo, es decir, que estamos tratando, al menos desde los trastornos culturales vinculados a la revolución agraria del Neolítico, con una realidad en dos niveles, a diferencia de la unidad primordial anterior del “huevo cósmico”, del “sagrado útero maternal”, y con una asimetría radical, ya que hay un poder jerárquico del mundo de arriba sobre el de abajo, y por lo tanto con una desigualdad fundamental entre la realidad visible en la que estamos y la invisible donde reside Theos. Éste, supremamente inteligente y todopoderoso, crea todo, interviene en el mundo, cura o castiga, etc. Este todopoderoso se ha revestido, al menos hasta ahora, de rasgos exclusivamente masculinos; pero esto está cambiando actualmente, gracias al nuevo lugar reconocido para la mujer en la modernidad.
El teísmo, que corresponde a una fase en la evolución de nuestro desarrollo cognitivo, es una “creación cultural”. Para una persona moderna es inaceptable es que tal Theos nos exija sumisión, entre en competencia con la humanidad; igualmente resulta inaceptable para cualquier persona que sea consciente de los derechos y la dignidad de los seres humanos.
El interés del enfoque
Antes de expresar algunas reservas, conviene subrayar, en primer lugar, el interés de su enfoque, porque pretende confrontar profundamente nuestra fe con la modernidad y decir lo que debería ser la fe cristiana si se tiene en cuenta la aproximación a lo real que hacen las ciencias. Es un hecho que el cristianismo se hunde hoy, porque su forma de mirar la realidad parece obsoleta o irrelevante. Por tanto, es urgente un examen detenido de nuestra fe en el marco de la cultura actual, sin miedo ni vacilaciones. Eso es lo que hacen estos autores.
Los protagonistas de esta corriente se inspiran en la fe cristiana para formular lo que ahora creen. Es para nosotros una invitación a aceptar la diversidad de corrientes posibles que se reclaman al Evangelio, aunque no compartamos su punto de vista. También ellos deben tener su parte de verdad. En cierto modo, esta actitud es un a priori necesario de cualquier enfoque integral. La benevolencia es esencial, y esencial incluso cuando está atravesada por desacuerdos. Leer más…
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