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‘Los libros del Nuevo Testamento’: la obra definitiva de Antonio Piñero, ya a la venta

Sábado, 11 de diciembre de 2021
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9788413640242Editado por Trotta, puedes conseguirla en la Tienda de RD

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Edición de Antonio Piñero. Colaboradores: Gonzalo del Cerro, Gonzalo Fontana, Carmen Padilla, Antonio Piñero, José Montserrat Torrents

No existe hasta la fecha una edición del Nuevo Testamento meramente histórica, efectuada con criterios estrictamente académicos, no confesionales, sin ninguna tendencia religiosa previa

No existe hasta la fecha una edición del Nuevo Testamento meramente histórica, efectuada con criterios estrictamente académicos, no confesionales, sin ninguna tendencia religiosa previa. La correcta comprensión de textos escritos hace casi dos milenios exige una labor explicativa basada en conocimientos literarios e históricos, no solo teológicos.

Contemplar los libros del Nuevo Testamento con nuevos ojos tras el mismo tratamiento crítico deparado a cualquier otro texto de la Antigüedad grecolatina presenta a menudo un sentido diferente y más interesante si cabe.

Los autores tratan de responder a preguntas continuamente formuladas en los medios: ¿Qué hay de verdad histórica en los Evangelios? ¿Qué de ficción? ¿Añadió mucho la Iglesia primitiva de su cosecha a la tradición sobre Jesús de Nazaret de modo que esta quedó distorsionada? ¿Qué opinan al respecto los historiadores y comentaristas de las muy diversas confesiones del cristianismo?

Esta mirada, al menos relativamente nueva, sobre los libros del Nuevo Testamento puede incluso conducir a un redescubrimiento de este conjunto de obras por parte del lector, independientemente de sus creencias. Es igualmente cierto que a menudo muchas aclaraciones a textos tan antiguos, a veces tan alejados de la mentalidad general del siglo XXI, tienen un carácter puramente probable. También interesa que el lector, tras hacerse una idea de las opiniones diferentes expresadas en el comentario, se forme la suya propia independiente de la de los autores.

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Reseñas y críticas:

«La publicación de una nueva traducción al español comentada de los Evangelios que ha culminado el erudito Antonio Piñero junto a un equipo de colaboradores marca un punto y aparte, un cambio de paradigma que no debiera pasar desapercibido». (El Confidencial)

«Antonio Piñero hoy en día es reconocido como uno de los principales expertos del Nuevo Testamento a nivel mundial». (ABC)

«El filólogo Antonio Piñero es uno de los grandes referentes mundiales en cristianismo primitivo». (Faro de Vigo)

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Puedes comprar este libro, con gastos de envío incluidos, en la Tienda de RD.

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Los Libros del Nuevo Testamento. Traduccion y comentario

Editorial: Trotta
Encuadernación: Cartoné
Nº páginas: 1664
Medidas: 200mm x 300mm
Año: 2021

Precio 54,00 €

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Antonio Piñero: “Hay que distinguir entre el personaje histórico Jesús de Nazaret y el Cristo celeste”

Martes, 9 de marzo de 2021
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Nos encontramos ante la continuación de la publicación el año pasado de La Aproximación al Jesús histórico, en esta misma editorial. Esta continuación de su obra corresponde en realidad a ponerse en diálogo con otros autores. Se trata de su última publicación que nos trae una visión crítica de la cristología

Y es que parece que al tratar este tema central de la teología cada uno defiende a su Jesús y Antonio Piñero pretende presentarlo como fruto de un consenso, pero “ese consenso no lo es de historiadores confesionales, sino consenso de historiadores independientes y claro está, dentro de ese consenso los hay de todo pelo y condición”

“Jesús histórico: otras aproximaciones” de Antonio Piñero en Trotta

En esta obra podemos encontrar por una parte la aproximación teológico-histórica y por otra parte una histórico-crítica donde podemos encontrar al Jesús de Antonio Piñero. Afirma que es cierto que cada autor tiene a su propio Jesús y trata de “reproducir fielmente el pensamiento de la persona a la que voy a someter a crítica” para con posterioridad poder exponer lo que según su parecer no se aproxima al Jesús histórico y aquello que sí pero siempre enmarcándolo dentro de una hipótesis. Es importante por ello hacer una buena presentación para luego dar alternativas y aceptar la parte buena que al parecer de Piñero tiene ese autor.

Estamos ante un personaje muy investigado e interesante, soporte y fundamento de más de dos mil millones de personas pero cuya obra, dichos y hechos han sido transmitidos por sus seguidores y recogido por escrito entre cuarenta y setenta años después encontrándonos con escritos como el Evangelio de Juan que tratan de divinizar y ensalzar su figura. Pero esto no solo ocurre en los evangelios sino que es norma de toda biografía antigua.

Ese es el motivo por el que apenas tenemos reseñas de su infancia, se centran en su vida de adulto y ensalzan sus virtudes. Cierta similitud encontramos en autores como Tácito o Plutarco a la hora de hablar de la vida de los Césares o del personaje al que narran y que ensalzan sin reparos. Era la forma de escribir en la época y nos hace pensar como historiadores del siglo XXI hasta qué punto podemos tragarnos esa magnificación, elevación y ensalzamiento.

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Antonio Piñero: “Elija Usted su Jesús mítico”

Los ‘Jesús’ de la investigación teológica

Senén Vidal divide la vida de Jesús en tres partes con tres proyectos distintos. El primero como discípulo de Juan el Bautista, al que sigue su etapa judía pero su última etapa parece un tanto irreal al limitarse a una semana. Quizá sería mejor verlo como un proceso progresivo y no tanto dividido. Cosa que ayudaría a no encontrarnos con un Jesús que comienza el domingo de ramos como el mesías y rey de Israél que cuatro días más tarde hace saltar el sistema expiatorio del templo instituyendo una cena pascual irruptiva. En una persona como Jesús parecería poco plausible que rompiera con sus propias creencias de esta manera.

Sean Freyne ha escrito cosas muy interesantes con un enfoque marxista en la historia al considerar que los condicionantes sociales y económicos de la sociedad galilea donde podemos hurgar el pensamiento teológico de ese momento que podremos considerar determinó el pensamiento de Jesús. Ante este autor Piñero desaprueba la visión de un Jesús al final de su vida como siervo de Yahvé, por ser una construcción teológica cristiana cristiana y no judía. Para los judíos no era interpretado mesiánicamente sino como el justo perseguido.

Otro autor de calado  en José Antonio Pagola al que hay que agradecer la valentía de intentar hacer un Jesús histórico rompiendo el fuego en el sitio más difícil, dentro de una jerarquía. Pero según Piñero no es un autor consecuente al “meter ciertas morcillas teológicas” que no corresponden al Jesús de la historia. Y cuando encuentra alguna cosa histórica que puede molestar al establishment de los obispos, lo pone en nota y aún así no salió bien parado. Para Piñero, el Jesús histórico de Pagola no es histórico sino teológico.

Seguimos con el Jesús de James D.G. Dunn que intenta hacer un punto de vista muy interesante al hacer una aproximación sobre el Jesús recordado, puliendo el recuerdo hasta llegar a la persona histórica. La critica vendrá por considerar que hay un montón de recuerdos de Jesús que son independientes de la creencia de aquellos que conservan esa creencia en la resurrección de Cristo. Esto es inaceptable para Piñero puesto que todos los recuerdos son dependientes en líneas generales de la fe en la Resurrección.

Rafael Aguirre, Carmen Bernabé y Carlos Gil Albiol tratan de buscar un Jesús histórico pero Piñero considera que no sacan las consecuencias de un Jesús que es judío. Jesús no es el fundador de una nueva religión sino el fundamento que causa la reinterpretación que posteriormente hará Pablo y sus discípulos. La crítica a este grupo será la de considerar que toman su camino silenciando a todo el que discrepa de sus ideas.

Gerhard Lohfink presenta un desarrollo muy aceptable pero cae en la misma dinámica que Pagola al presentar a un Jesús más teológico. Y por último citamos a Javier Gomá Lazón hay que reconocer el esfuerzo de presentar a Jesus en su culmen como un Jesús ejemplar a quien Dios premia su ejemplaridad con la resurrección. Pero claro, esto de la resurrección no se puede probar con la filosofía y así lo reconoce pero termina por obviarlo y dejarse llevar por lo teológico.

Aproximaciones histórico-críticas

Nos queda comentar la segunda sección del libro que trata de hacer una aproximación histórico-crítica con otros autores de calado como Paul Heinrich Dietrich, Holbach, Gerd Theissen y Annet Merz, José Monserrat Torrents. Destaca de este grupo la apreciación de Torrents al considerar que los romanos solo utilizaron la muerte en cruz con aquellos que iban armados y esto ha sido muy silenciado por la tradición y esta postura es demasiado unilateral ya que en la Palestina del siglo I no era de extrañar ir armado como medio de defensa y por tanto no sería de justicia hacer de Jesús un galileo armado.

Mención especial de Piñero a John P. Meier ante el que se quita el sombrero pero que  “destaca demasiado acríticamente que Jesús fue un personaje unicum, un único, y creo que el personaje unicum atribuido a Jesús no es real porque Jesús entra dentro de una serie de rabinos que con ingenio discutían sobre sus conocimientos aunque para muchos judíos, las parábolas de Jesús son la perla de la literatura judía del siglo primero”

Antonio Piñero, junto a  Gonzalo Puente Ojea y Fernando Bermejo son herederos de la escuela filológica alemana que reducen a Jesús a 27 puntos de consenso. Entre estos investigadores independientes defienden que entre el Jesús histórico y Jesucristo hay una especie de barranco o especie de salto insalvable. Para Puente Ojea, Cristo es un mito, para Piñero es un concepto teológico y para Bermejo Jesucristo es una historiografía puramente inventada por los evangelios que hay que reducirlo a su justo término. Pero los tres son defensores acérrimos de un Jesús de Nazaret histórico sobre cuya base, fundamentalmente Pablo de Tarso y sus sucesores, construyeron al Cristo celeste. Por tanto, hay que distinguir entre el personaje histórico Jesús de Nazaret y el Cristo celeste.

Toda una interesante lectura que podemos encontrar en Trotta Editorial bajo el título EL JESÚS HISTÓRICO otras aproximaciones, reseña critica de algunos libros significativos en lengua española.

 Fuente Religión Digital

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Antonio Piñero: “Jesús existió, y tuvo cuatro hermanos, Simón, Judas, Santiago (Jacobo) y Joseto”

Viernes, 11 de enero de 2019
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antonio-pinero-durante-la-entrevistaEl historiador publica ‘Aproximación al Jesús histórico’ (Trotta)

María Magdalena no fue la esposa de jesús, eso son invenciones a partir de novelas

“Los Evangelios, no sé si decir “inventan”, porque siempre he dicho que nada se inventa de la nada en las escrituras. Lo que hay es un detalle de la vida de Jesús que se coge y se idealiza. Que se engrandece”

(Jesús Bastante).- Jesús sí, existió. y tuvo cuatro hermanos: Simón, Judas, Santiago y Joseto”. El historiador y bloguero de RD, Antonio Piñero es, sin lugar a dudas, uno de los mayores conocedores de lafigura de Jesús.

Fruto de sus investigaciones surgeAproximación al Jesús histórico’ (Trotta), en el que supera algunos mitos sobre los momentos fundacionales de laIglesia, los Evangelios y sus personajes. Hablamos con él. No dejará a nadie indiferente.

– Hoy tenemos un nuevo regalo, que es Antonio Piñero, buen amigo de esta casa, con un blog espectacular en Religión Digital y uno de los mayores conocedores, al menos en lengua hispana, de Jesús.

– Yo, en eso soy, de verdad, modesto. Fíjate que llevo más de treinta años dándole vueltas a escribir una vida de Jesús, y solo he escrito pequeñas parcelas; no me he considerado, todavía, competente. Voy a ver si pasados unos años, en que me dedique a leer más…

– Cuando seas mayor.

.- Cuando sea mayor, quizás haga una especie de “Jesús de Nazaret, historia y mito”. O algo así.

– ¿Cuántos libros has dedicado a Jesús?

– Por lo menos siete u ocho.

– Son unos cuantos.

R.- Pero no es suficiente. Tratan aspectos parciales, o aspectos más divulgativos. Aunque son profundos. Yo nunca hago una divulgación que no haya pasado antes por una reflexión científica, ponderando los argumentos. Pero no ha ido a fondo.

– A mí me da la sensación de que está a punto de salir, ese gran libro sobre Jesús. Hoy venimos a hablar de un libro cuyo título nos da una pista de lo que puede venir en el futuro: “Aproximación al Jesús histórico“. Publicado por Trotta. Una aproximación quiere decir que estás empezando a acercarte al personaje y que habrá otro volumen en el que ya lo abordes directamente.

– Sí. Pero antes va el volumen siguiente, que ya se está maquetando, y es una especie de comentario al Nuevo Testamento. Es una preparación; enseña por qué se dicen las cosas y cómo: el método.

Es una preparación, sobre todo de la parte de los Evangelios. Yo no sé si a ti te lo han preguntado, pero a mí, mil veces, me han dicho: “oiga, escriba un libro en el que usted divida los Evangelios en secciones. Y luego, diga si eso es verdad on no”.

– Por etapas.

– Sí, en secciones. Es una empresa muy difícil. Pero en este libro siguiente, que se llama “El Nuevo Testamento. Sus libros explicados desde el punto de vista de la historia”, (un título provisional) vamos a intentar hacer eso.

Es la preparación -no solo para ese futuro libro- para aclarar el Nuevo Testamento y, sobre todo, los Evangelios desde un punto de vista de la historia.

– Es lo que queremos aclarar. Te voy a hacer una serie de preguntas, lo más concretas posible, y me dices si me las puedes responder o no. Pero siempre dejando claro que estamos hablando de una aproximación histórica.

– Puramente histórica.

– Y que tú no la abordas como teólogo, sino como historiador.

– Pero con gran respeto por la Teología, tú lo sabes perfectamente; a lo largo de años, jamás me habrás visto hacer un ataque en este sentido.

– La Teología es una ciencia. No es un divertimento de unos locos creyentes.

– Claro.

– ¿Qué podemos decir de los Evangelios y de la vida de Jesús que tú estés convencido de que es cierto?

– Estoy convencido de que los Evangelios, aunque sean propaganda de una fe, (que lo son porque intentan convencer a la gente de que Jesús es el mesías y que hay que creer para salvarse) al mismo tiempo son el relato de la vida de Jesús.

Por lo tanto, contienen, sin duda, elementos históricos. Y muchos. Lo que pasa es que hay que desbrozar lo que es propaganda de lo que no. Si a ti te hacen un libro sobre tu madre, a la que amas y que, además, ha sido una figura importante en tu pueblo y en tu ciudad, probablemente vas a tener elementos de exaltación de su figura,.

– Si lo escribo yo, seguro.

– Cierto. Pero al mismo tiempo, ¿vas a contar solo mentiras sobre tu madre? Pues, seguro que de ningún modo: tú vas a contar su historia, e irás siguiendo su trayectoria.

– Lo que significa que el Jesús de los Evangelios puede ser cierto, con alguna exageración y omitiendo detalles que pudieran perturbar la imagen que se quiere dar.

– Exacto.

– Muy bien, pero, ¿Jesús existió?

– ¡Esa es la pregunta!

– Siempre te hago esta pregunta, y nunca me respondes claramente.

– Siempre he dicho que sí.

Pero primero quiero añadir que aunque la ciencia histórica, en un 99,5%, diga que Jesús de Nazaret existió, tú vas por la calle y te sorprenderá la cantidad de gente que dice lo contrario.

– Sí, pero yo creo que la gente se refiere más a Cristo.

– Exacto; ese es el problema. Y eso es lo que yo que digo. A tu pregunta de si creo que Jesús existió, yo digo: sí, existió. Leer más…

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La familia de Jesús, esa gran desconocida

Domingo, 31 de diciembre de 2017
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familia-jesus_560x280De sus abuelos no sabemos nada y de su padre, José, casi nada

¿Tuvo Jesús hermanos y la virginidad de María hay que entenderla simbólicamente?

(José M. Vidal).- ¿Qué sabemos hoy, a ciencia cierta, de José, María y Jesús? ¿Qué opinan los exegetas católicos más serios sobre los hermanos y hermanas de Jesús? ¿Es creíble que en la cultura judaica de su tiempo no hubiese formado una familia propia? ¿Cómo vivió su sexualidad? ¿Sintió tentaciones? ¿Pudo enamorarse? ¿Qué relación mantuvo con María Magdalena?

A pesar de ser el personaje más estudiado y analizado por la cultura occidental, Jesús sigue siendo uno de los más desconocidos. Poco se sabe con exactitud del hombre al que 1.000 millones de personas veneran como el “Hijo de Dios”. Siglos de manipulaciones borraron las escasas pistas sobre su realidad. ¿Y los Evangelios?

Tradicionalmente se nos han presentado como textos históricos. Hoy, todos los teólogos reconocen que no se puede escribir con ellos una biografía de Jesús. “El Evangelio es un testimonio de los creyentes. Lo que los evangelistas cuentan no es historia, sino expresión de su fe en Jesucristo”, explica en sus obras el prestigioso teólogo holandés Edward Schillebeck.

Y si de su vida sabemos poco, de su infancia casi nada. Y de su familia, menos. Los abuelos maternos de Jesús no aparecen para nada en los Evangelios. Pero la tradición cristiana no podía dejar al Gran Niño sin abuelos maternos. Sería un pecado contra la ternura. Ese hueco se reconstruye piadosamente a través del “Protoevangelio de Santiago”, un apócrifo escrito en el siglo II, en el que aparecen Joaquín y Ana como padres de María. De la abuela paterna, ni rastro. El abuelo paterno, en cambio, sí figura en los Evangelios de Mateo y Lucas, pero con distinto nombre: Jacob y Helí.

De José, el padre de Jesús, también sabemos muy poco. Era un “tekton” (obrero de la construcción) y los propios Evangelios lo presentan poco más que como una sombra. El teólogo y periodista Juan Arias sostiene en su reciente obra “María, esa desconocida” (Maeva) que José era “un joven de unos 16 a 18 años, que se casó con María cuando ésta tenía entre los 12 y los 16, y no un anciano viudo con seis hijos de un matrimonio anterior, como sostienen los apócrifos”.

“¿No es éste el carpintero, el hijo de María y el hermano de Jacobo, José, Simeón y Judas? ¿No están sus hermanas entre nosotros?” (Marcos 6, 2-5), se preguntan extrañados los vecinos de Nazaret al ver a Jesús convertido en un predicador de campanillas. Referencias como ésta a los hermanos de Jesús hay varias en los Evangelios canónicos. Por ejemplo, Lucas (2,7) le llama “el primogénito“. ¿Tuvo Jesús hermanos carnales y, por consiguiente, la virginidad de María hay que entenderla en sentido simbólico?.

Durante siglos se discutió el asunto. Para los ortodoxos, se trata de hermanastros, hijos de un anterior matrimonio de José. Para la mayoría de los protestantes son hermanos de carne y sangre y, en cambio, para los católicos son primos. La interpretación católica pretende salvaguardar la creencia eclesial de que María fue virgen “antes, durante y después del parto”.

Hoy, la mayoría de los exegetas, incluso católicos, sostiene que Jesús fue el hijo primogénito de María, que tuvo más hijos y que su virginidad hay que entenderla de forma simbólica y, por supuesto, no perpetua. En contra del viejo aforismo de que fue virgen “antes, durante y después del parto”.

Porque es sería tanto como obligar a José a una castidad perpetua, que atentaba contra las leyes judías, donde los hijos eran el mayor bien y la actividad sexual algo noble. Para María, como para toda mujer judía, lo más importante era ser madre y no virgen.

En su voluminosa obra “Un judío marginal” (Verbo Divino), el teólogo jesuita John P. Meier sostiene que Jesús tuvo hermanos de sangre. “La mayoría de los exegetas e historiadores ya no creen (no creemos) en milagros de tipo material, que antes solían emplearse para fundar ‘mejor’ la fe: no creemos que Jesús naciera biológicamente de una virgen, rompiendo las leyes del proceso de la vida. Me parece que lo más probable es que Jesús naciese de la relación carnal de María y José, porque virginidad significa que Jesús nace del misterio de Dios”, explica el teólogo Xavier Pikaza.

Y es que, como sostiene Antonio Piñero, catedrático de Filología del Nuevo Testamento de la Complutense, “en la iglesia primitiva nadie defendía la virginidad absoluta de María. Sólo a partir de San Jerónimo, en el siglo IV, se postula la virginidad física y total de María”. Y de hecho, la virginidad de María no es un dogma. Pertenece a la fe de la Iglesia, pero no alcanza el valor del dogma de la Inmaculada, por ejemplo.

¿Y Jesús se enamoró, estuvo casado? De acuerdo con la más estricta ortodoxia católica, Jesús era un hombre completo, de cuerpo entero y, consiguientemente, sexuado. Dios se hizo hombre, y dentro de esa condición está la sexualidad. ¿Cómo la ejerció? ¿Qué relación mantuvo con las mujeres?

Los grandes exegetas coinciden en negar que Jesús se hubiese casado. Y eso que el celibato contravenía las leyes religiosas de su época. “Quien no tiene mujer es un ser sin alegría, sin bendición, sin felicidad, sin defensas contra la concupiscencia, sin paz; un hombre sin mujer no es un hombre“, dice el Talmud. Y menos, si ése hombre era un rabbí, un intérprete de la Ley que, por lo tanto, no podía oponerse al Talmud.

Y sin embargo, a los teólogos les parece un “disparate” la tesis del Código Da Vinci de que Jesús estuviese casado con María Magdalena. “No hay ningún dato para afirmarlo. Si hubiera estado casado, los Evangelios lo mencionarían. Además, es plausible que Cristo optase por ser célibe, como los esenios de su época”, explica el teólogo Rafael Aguirre. O como dice Meier, “Jesús nunca se casó, lo cual lo convierte en un ser atípico y, por extensión, marginal en la sociedad judía convencional”.

Eso sí, todos los exegetas coinciden también en señalar el papel “especial” de la Magdalena en la vida de Jesús. No fue su mujer, pero estuvo muy cerca de él. En el grupo de mujeres que acompañaban a Jesús y a sus discípulos, ella nunca falla. Es la primera receptora de los acontecimientos pascuales. Por eso se la llama “la apóstol de los apóstoles”. “Pero casarla con Cristo es un disparate”, asegura el teólogo jesuita Juan Antonio Estrada.

Fuente Religión Digital

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