Del blog de Xabier Pikaza:
Mc 13, 33-36. El domingo pasado terminaba el año litúrgico 2014 con una llamada de juicio y vigilancia. Empieza hoy el nuevo año 2015 con otra llamada, pero no de juicio sino de esperanza: Despertaos .
Por esperanza vivimos, pues si no fuera así nos habríamos matado hace milenios. Hemos vivido y seguimos avanzando sobre un abismo de amenazas,pero tenemos que despertar un año más y superar las tempestades, como puede evocar esa puerta sobre la playa del poniente, en As Catedrais, Ribadeo.
Ha pasado el tiempo de las tres bestias
1. El año 1848 lanzaron Marx y Engels su Manifiesto Comunista, anunciando que un gran fantasma recorre ya los caminos de Europa, y avanza imparable sobre el mundo, el fantasma comunista. Casi doscientos años han pasado y el fantasma con sus rasgos visionarios verdaderos no ha logrado no logra tomar un rostro humano, en plenitud y justicia. El “fantasma rojo” del comunismo (1ª Bestia)sigue aleteando en diversos lugares, pero no logra dar un sentido a la historia.
2. El año 1933 (27.5) proclamó Heidegger, en el discurso rectoral de Freiburg i.B., su ploclama platónico-nazi, diciendo que había que estar decididos” (con Entschlossenheit), en medio de la gran tormenta, citando y deformando una gran frase de Platón, (República, 497 d,9).«Todo lo grande está en medio de la tempestad» («Alles Grosse steht in Sturm»). La suya, no la de Platón, era la Sturm o tormenta (Sturm und Drang: Asalto e ímpetu) de las Fuerzas de Asalto del Nazismo, que intentaba recrear el universo mundo partiendo de los arios alemanes, los “animales rubios” de la historia (2ª Bestia). Han pasado cien años, y la decepción de esa “filosofía” sigue siendo más grande que nunca.
3. En tono ya muy menor, con rasgos de cinismo narcisista, el año 1992, F. Fukuyama proclamaba por fin la llegada del “último hombre”, con el fin de la historia (The End of History and the Last Man). Tras la impotencia del comunismo y la tragedia del nazismo había llegado ya el hombre definitivo, capitalista y liberal, al servicio de un mercado controlado por una élite de especuladores encabezados por la bestia blanca del Gran CVapital y sus aliados. Casi veinticinco años han pasado. La injusticia y ruindad de ese programa es más evidente que nunca.
Despertaos
Pues bien, tras esas tres bestias, dignas del Apocalipsis de Juan (donde hay también 3 o 4 avanzando por la historia), podemos detenernos una vez más y escuchar la palabra de la llegada (el Adviento) del Hombre de Dios, conforme a la esperanza profética, recreada por Jesús, de manera que podemos y debemos despertar. Es el tiempo de la gran palabra: Despertaos.
Empieza así otra vez el Adviento y vamos a celebrar de nuevo la esperanza, marcada por la Venida de Dios en quien creemos, Dios del sol y de la tarde huidiza sobre el agua de la vida. Así lo proclama este evangelio, que extiende ante nosotros una vía de esperanza. La palabra de este tiempo es “velad”, es decir, despertaos (agrhypneite: salid del sueño), mantened vuestra esperanza ante la llegado del Hombre Nuevo, no dejéis que el miedo o el sueño os domine. Buen día a todos, buen Adviento. Llega Dios, es decir, llegamos nosotros mismos.
Texto litúrgico ampliado: Mc 13, 28-36
No me quiero limitar al texto reducido de la liturgia (Mc 13, 33-36). Prefiero verlo en su entorno (Mc 13, 28-26), mirado desde todo Mc 13, el más duro y más consolador de todos los textos de esperanza cristiana, un pasaje lleno de guerras y enfrentamientos, de hambres y terrores, pero también de caminos abiertos y presencias activas.
Este capítulo recoge la palabra que Jesús dirigió a sus cuatro discípulos primeros (Pedro y Andrés, Santiago y Juan), sobre el Monte de los Olivos, abriendo sus ojos, para que vieran el misterio de los tiempos (cf. Mc 13, 3-4).
(El material de este comentario lo tomo de mi Evangelio de Marcos, Verbo Divino, Estella 2010)
a. (Está a las puertas)….
28 Fijaos en lo que sucede con la higuera. Cuando sus ramas se ponen tiernas y brotan las hojas, conocéis que se acerca el verano. 29 Pues lo mismo vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que ya está cerca, a las puertas.
b. (En esta generación, ya ha llegado)
30 Os aseguro que no pasará esta generación sin que todo esto suceda. 31 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
b’ (Ni Cristo sabe, ni lo sabe el Hijo)
32 En cuanto al día y la hora, nadie sabe nada, ni los ángeles del cielo ni el Hijo, sino sólo el Padre.
a’ (despertad)
¡Cuidado! Despertaos (agrhypneite: salid del sueño), porque no sabéis cuándo llegará el momento. 34 Sucederá lo mismo que con aquel que se ausentó de su casa, encomendó a cada uno de los siervos su tarea y encargó al portero que velase. 35 Así que velad, porque no sabéis cuándo llegará el dueño de casa, si al atardecer, a media noche, al canto del gallo o al amanecer. 36 No sea que llegue de improviso y os encuentre dormidos. 37 Lo que a vosotros os digo, lo digo a todos: ¡Velad!
Éste es el final del final
El evangelio de Marcos ha dicho lo importante sobre la crisis de los tiempos, con la llegada del Hijo del Hombre, es decir, de la humanidad verdadera (Mc 13,24-27). Pero a fin de completar ese mensaje (¡viene el Hijo del Hombre!) en forma positiva, en clave de advertencia eclesial, este pasaje recoge dos palabras distintas complementarias.
Este mensaje tiene dos elementos, lo mismo que la gran palabra de Mc 1, 14-15 (convertíos…). (a) Por un lado la certeza de que hay Dios, y Dios mismo nos despierta, desde dentro, para que podamos asumir nuestra más honda realidad de humanos/divinos. (b) Por otro lado la exigencia de que nosotros mismos salgamos del sueño en que estamos hundidos, un sueño de fantasías (Marx), de violencias (Heidegger), de impotencias aprovechadas por los “listos de turno” (Fukuyama).
Esta es nuestra definición más honda: Somos seres que podemos despertar…
— (b) Todas estas cosas han de suceder en esta generación (13, 30). Ésta es una palabra que se puede atribuir al Jesús histórico: en esta misma generación (en este tiempo que es el nuestro) se cumple ya todo. Estamos al fin de los tiempos, ante la Hora decisivo. El Evangelio de Marcos dirige esta palabra de Jesús a los lectores/oyentes de su evangelio. Ahora, cuando se proclama esta palabra, sucederán estas cosas. Leer más…
Biblia, Espiritualidad
1º Domingo de Adviento, Adviento, Ciclo B, Despertar, Dios, Evangelio, Futuro, Jesús
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