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El Tribunal Supremo australiano da vía libre a la consulta postal sobre el matrimonio igualitario y la campaña en contra se recrudece

Martes, 12 de septiembre de 2017

780x580-youtube-5q986sf049a-a-pocos-dias-del-plebiscito-la-campana-contra-el-matrimonio-igualitario-se-recrudece-en-australiaEl voto postal australiano dispara las consultas a teléfonos de ayuda LGTB

Habrá consulta sobre el matrimonio igualitario en Australia y será por correo postal. El “plan B”, promovido por los liberal-conservadores del primer ministro Malcolm Turnbull tras la derrota de su propuesta de referéndum, superó el pasado jueves su última barrera judicial en el Tribunal Supremo. El proceso participativo, que será voluntario y no vinculante, comenzará la próxima semana y se extenderá hasta noviembre. Los resultados se anunciarán el día 15 de ese mes. La campaña del “sí” teme una escasa movilización de los jóvenes, el colectivo más favorable a la igualdad LGTB. Mientras el colectivo LGBT trata de impedir que se celebre el plebiscito la campaña de los que piden el ‘NO’ se recrudece hasta niveles cercanos al disparate.

Turnbull ha conseguido imponer su criterio, aunque sea parcialmente. Entre el 12 de septiembre y el 7 de noviembre tendrá lugar en Australia una consulta postal voluntaria y no vinculante sobre el matrimonio igualitario. Se trata de la respuesta del primer ministro al segundo fracaso parlamentario de la propuesta de referéndum que pretendía organizar el Gobierno. Poco después del anuncio del voto postal, se presentaron dos recursos ante el Tribunal Supremo para paralizar un trámite innecesario y divisivo para la sociedad, convocado además al margen del Parlamento. Finalmente, el Tribunal Supremo ha desestimado los recursos, otorgando vía libre a la consulta. La formulación de la pregunta será la siguiente:

“¿Debería cambiarse la ley para permitir casarse a las parejas del mismo sexo?”

El proceso todavía presenta interrogantes. El principal, cómo administrar un voto mayoritariamente negativo, si se diera el caso. Turnbull solo se ha comprometido a facilitar una votación parlamentaria en caso de victoria del “sí”. Otra incógnita es el nivel de participación. La consulta es diferente a otros procesos electorales en Australia, en los que el voto es generalmente obligatorio. En este caso, para poder recibir la documentación que se empezará a enviar el próximo martes es necesario haberse inscrito en un censo que se cerró el pasado 24 de agosto.

Los activistas LGTB temen que una escasa participación, especialmente entre la población joven y más favorable al “sí”, llegue a decantar la balanza a favor de los homófobos. Por ello se van a volcar en las primeras semanas de la consulta, cuando esperan que se recojan hasta el 80% de los votos. La campaña de los contrarios a la igualdad, por el contrario, ha revelado su eslogan “está bien decir que no” (“it’s OK to say no”) con la que esperan, además de influir en el voto de sus adeptos, animar subrepticiamente a la abstención.

Otro de los motivos de preocupación es la difusión de mensajes de odio por parte de sectores LGTBfobos. En dosmanzanas ya hemos recogido algunos ejemplos, como la campaña promovida por una web de carácter neonazi que desplegó pósteres en el centro de Melbourne con el titular “Parad a los maricones” acusando a las familias homoparentales de abusar masivamente de sus hijos. De igual modo, en Sídney se repartieron panfletos en inglés y chino en los que tachan a la homosexualidad de “maldición mortal” y advertían sobre “falsas mujeres transexuales” en los baños públicos. Homofobia y transfobia de trazo grueso que se beneficia de la impunidad que se deriva del hecho de que la consulta no esté sometida a las reglas de un referéndum normal y de la que, desgraciadamente, cabe esperar más ejemplos conforme avance su desarrollo.

La campaña contra el matrimonio igualitario se recrudece en Australia hasta niveles de hostigamiento superiores a los de los Estados Unidos o incluso España. Tras años de disputas e intentos fallidos de llegar a un acuerdo, el gobierno propone un plebiscito vía postal, previsto para este mes de septiembre, pero que se encuentra con la oposición del colectivo LGBT, que no quiere dejar su futuro en manos de un referéndum. Mientras tanto, radicales religiosos y conservadores no dudan en lanzar todo tipo de campañas de publicidad defendiendo que la unión entre personas del mismo sexo no es un matrimonio.

Defensores de los derechos del colectivo LGBT acudían al más alto tribunal de Australia este martes, 5 de septiembre, para tratar de impedir que el Parlamento realice la encuesta pública sobre la legalización del matrimonio igualitario, prevista para la semana que viene. Según su punto de vista, el gobierno no tiene la potestad constitucional para iniciar esta encuesta.

Las encuestas de opinión muestran que la mayoría de los australianos están a favor de la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo, pero muchos defensores cuestionan el procedimiento ante la convicción de que el gobierno debería aprobarlo directamente por una cuestión de igualdad de derechos que no debería cuestionarse en un plebiscito que, en cualquier caso, ni siquiera es vinculante, por lo que su aprobación definitiva quedaría a decisión del Parlamento. Como así será según ha aprobado el Tribunal Supremo de Australia al rechazar las dos acciones judiciales.

Un publicista utiliza los cinturones de seguridad de los aviones para explicar por qué no es válido el matrimonio igualitario a través de un mailing que ha enviado a la Cámara de los Comunes con la intención de influir hacia el voto negativo en el referéndum. El folleto muestra imágenes de tres cinturones de seguridad, de los que dos de ellos son parejas del mismo lado, por lo que no podrían unirse, mientras que otro cinturón utiliza las dos partes que le faltan al primero. En la otra hoja del folleto se puede ver la misma comparativa con parejas, de manera que la pareja heteroseuxal equivale al cinturón que se puede abrochar, mientras que las parejas de gays y lesbianas equivalen a los otros dos modelos.

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Campaña contra el matrimonio igualitario en Australia – Foto: Uso permitido

Todo esto acompañando con una frase que recuerda a las campañas de Hazte Oir: «Sólo uno de estos es un cinturón de seguridad REAL. Sólo uno de estos es un matrimonio REAL. Es biología no fanatismo». Una idea cogida de una fallida campaña de una aerolínea holandesa, que pretendía promocionar el Orgullo de Amsterdam, aunque no terminó de pulir la manera en la que querían transmitir un mensaje que se volvió contra ellos.

Un spot del Lobby Cristiano Australiano

El Lobby Cristiano Australiano lanza una serie de spots en nombre de la denominada ‘Coalición para el matrimonio’, un grupo que se describe a sí mismos como una «mayoría silenciosa» que lucha para «defender la libertad de expresión y religión» y piden el ‘NO’ al matrimonio igualitario. En uno de los anuncios muestra a madres que expresan diferentes argumentos sobre la posibilidad de que se llegara a aprobar el matrimonio entre personas del mismo sexo. Mientras que una de ellas se queja de que a su hijo le dijeran en la escuela que «podría usar un vestido el próximo año si lo deseaba», otra afirma que las terapias de conversión no pueden ser dañinas, llegando a afirmar que «en los países donde se ha aprobado el matrimonio igualitario, los padres han perdido sus derechos».

Con el voto postal sobre el matrimonio igualitario las organizaciones avisan de que la juventud LGTB está sufriendo más que antes y buscan mucha más ayuda y consejo.

Desde hoy, los australianos están llamados a votar por correo en una especie de macroencuesta/referéndum sobre el matrimonio igualitario en el país.

Pero una de las peores consecuencias de este voto no es sólo el hecho de que la mayoría vote sobre los derechos de la minoría (lo que suele traer resultados catastróficos) sino la enorme campaña de odio que se ha vertido en las últimas semanas sobre el colectivo LGTB por parte de los grupos homófobos; que han visto cómo pueden decir literalmente lo que les dé la gana porque la campaña en el voto postal no está regida por las mismas normas que una campaña electoral.

La oposición y los grupos LGTB ya avisaron de que esa campaña iba a tener un efecto muy negativo sobre la juventud y las familias del arcoiris en el país, y así está siendo. Según el servicio de ayuda a jóvenes LGTBI Twenty10, basado en Sydney, desde que se anunció el voto por correo las llamadas buscando ayuda y consejo han aumentado en un 20%, y la mayoría (por no decir todas) hacen referencia al voto postal. Como explica una de las trabajadoras de la organización, Amy Harper, “Creo que no he tenido una sola interacción con alguna persona joven que no mencionara el plebiscito.

 Twenty10 fue una de las organizaciones que denunció el efecto negativo que la campaña del voto postal iba a tener entre la comunidad, especialmente entre los jóvenes. Como explica otro consejero de la entidad, Jacob McDonald, “los jóvenes con los que trabajamos a menudo tienen experiencias traumáticas, de abusos, rechazo y discriminación. Corren un riesgo muy específico de sufrir ansiedad, depresión o de suicidarse y hay una preocupación muy real de que este debate aumente ese riesgo.” Y es que según una de los últimas encuestas sobre el tema publicados en el país un 41% de los jóvenes LGTB australianos ha pensado en autolesionarse o suicidarse, mientras que un 33% se autolesionó y un 16% intentó quitarse la vida.

McDonald ve clara la relación entre el voto postal y ese empeoramiento de la situación: “La mitad de las conversaciones que he tenido con los jóvenes que acuden personalmente a nosotros ha sido sobre el voto postal. Nos hablan de su enfado y su frustración por todo este proceso y sobre cómo temen que la situación sólo vaya a peor. Hubo una persona joven que sufría ansiedad por cómo iba a desarrollarse el debate.

twenty10-ayuda-lgtb-jovenesImagen del centro de ayuda a la comunidad LGTB que Twenty10 tiene en Sydney

Pero no sólo los jóvenes LGTB han aumentado sus contactos con estos servicios de ayuda a raíz del voto postal: los padres y los consejeros escolares preocupados por el efecto negativo que este debate tiene sobre los jóvenes también han buscado ayuda para, valga la redundancia, ayudar a esos jóvenes. Josephine Anderson, profesora asociada del Instituto Black Dog, ha explicado que: “Los jóvenes LGTB tienen una tasa de problemas de salud mental y de suicido mayor que la de sus compañeros heterosexuales, y el motivo de esa diferencia es la discriminación y el prejuicio contra ellos. Y cuando hay una publicidad adicional y un debate, esas personas jóvenes se vuelven aún más conscientes de sus diferencias.” Anderson, además, avisa de que los comentarios en redes sociales pueden ser aún más dañinos porque “a menudo son anónimos“.

Desde Twenty10, eso sí, mantienen un mensaje de esperanza. “Nuestras comunidades son resilientes y han lidiado en el pasado con otros desafíos legales. Sabemos que somos fuertes, pero también sabemos que el próximo par de meses serán duros. Twenty10 seguirá apoyando a nuestras comunidades a través de estos momentos complicados.

Fuente | Gay Star News/Universogay/Dosmanzanas/EstoyBailando

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