Víctimas aseguran que existe una “normalización de la homofobia que nos silencia. Nos da miedo denunciar directamente”

Auditore/as de la Radio Carnaval Quillota-La Calera denunciaron ante el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) sentirse dañados/as y vulnerados/as  en su dignidad debido a recurrentes “chistes” homofóbicos que el medio de comunicación lanza con total liviandad e insensibilidad.

“Estaba de visita en la casa de una tía que todas las mañanas escucha esta radio, donde ya es frecuente que hagan este tipo de burlas. Los comentarios claramente afectan a mi persona. Los gays seguimos siendo objeto burlas y sino se educa a las personas a respetar nuestra orientación esto seguirá igual”, señaló un auditor de 45 años.

En tanto, un joven de 16 años indicó que “me siento súper mal cada vez que escuchó estas ofensas. Mi familia no sabe que soy gay, pero escuchan esta radio. Me cuesta mucho contarles lo que soy sabiendo que se mofan constantemente de los gays. Muchas veces he llorado”.

A su vez, una madre lesbiana sostuvo que “en nuestra comuna la homofobia está normalizada por este tipo de burlas. La normalización provoca temor y por eso no denunciamos directamente y nos silenciamos. Hay mucho miedo al rechazo. A mi hijo debo explicarle a cada rato que estos no son chistes”.

Uno de los cinco auditores que denunciaron estos hechos ante el Movilh, enviaron además una grabación con una de las ofensas.

“Cuando las viejitas ponían el carbón, en el brasero arriba ponían un tarrito que se llamaba maricón ¿Porque el habrán puesto así”,  señala la radio siempre con tonos burlescos, de doble sentido y abiertamente homofóbicos.

El encargado de Derechos Humanos del Movilh, Ramón Gómez, precisó que “estas ofensas, que  en ningún caso son chistes, provocan un profundo daño en las personas, en especial porque se dan en localidades donde poco y nada se ha debatido sin prejuicios sobre la diversidad sexual y de género. La libertad de expresión en ningún caso es sinónimo de homofobia, abusos y daño a la dignidad humana”.

Añadió que “a esta radio poco y nada le ha importado el efecto que provoca en niños, niñas y adolescentes LGBTIQA+, como  tampoco en personas mayores que han debido vivir toda su vida en al armario justamente porque ofensas públicas como estas normalizan el desprecio, el odio y la burla”.

“Exigimos a esta radio cesar con sus abusos, educar en la diversidad y ofrecer en breve disculpas a todos/as sus auditores/as. En paralelo, estamos analizando qué acciones legales cursar”,   finalizó el Movilh.

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Radio Carnaval pide disculpas por «chistes» homofóbicos

Tras denuncias de auditores al Movilh, la radioemisora se comprometió a eliminar de sus rutinas todo contenido discriminatorio y ofreció su espacio para educar en la diversidad sexual y de género

La Radio Carnaval se disculpó hoy públicamente por la emisión de chistes homofóbicos que fueron denunciados por cinco auditores/as al Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh).

El medio especificó que a través de Radio Carnaval-La Calera “proferimos algunos chistes que ciertamente no correspondían al contexto del programa ni a la línea editorial de la radioemisora donde trabajamos y desarrollamos nuestra labor,  por lo que pedimos disculpas a toda persona que fue afectada por ello y a la comunidad en general declarando que en lo sucesivo en nuestros programas no utilizaremos rutinas discriminatorias o relatos que vulneren derechos de  personas”.

“Nos ponemos a disposición del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) para que a través de nuestra radioemisora se genere el espacio para que sus representantes puedan informar a nuestros auditores sobre diversidad sexual y de género y del respeto y la tolerancia que debe existir hoy día en nuestra sociedad”, puntualizó el medio.

La declaración tuvo lugar luego de que auditores/as denunciaran ante el Movilh “chistes” homofóbicos, aportando una  donde los locutores de Radio Carnaval señalaban con tuno burlesco y de doble sentido que “cuando las viejitas ponían el carbón, arriba del brasero ponían un tarrito que se llamaba maricón ¿Por qué la habrán puesto así?”.

El Movilh consideró que la reacción de Radio Carnaval es “la apropiada y la que seguro esperaban sus auditores/as, en especial quienes son LGBTIQA+. Con el reconocimiento de un error, las disculpas públicas y el ofrecimiento de espacios para educar sobre diversidad sexual y de género, damos por superado este conflicto. Desde ya, estamos dispuestos/as para informar y educar en la radio sobre temáticas LGBTIQA+. Estaremos a la espera de una invitación formal y más concreta.”.

Fuente MOVILH ( 1, 2 )

General, Homofobia/ Transfobia. Chile, Chistes, Homofobia/Transfobia, MOVILH, Radio Carnaval Quillota-La Calera, Ramón Gómez

Peter Griffin le ha dicho a Trump que dejarán de hacer chistes ofensivos sobre gais (y los productores lo confirman). 

Parece que los guionistas de Padre de Familia han decidido comportarse como adultos. La serie (que acumula 17 temporadas y 20 años en antena) muestra un humor de la familia Griffin bastante bestia. Y no se cortan a la hora de hacer según qué chistes sobre minorías. Pero aunque en el caso de algunas minorías se nota que el chiste se usa como denuncia, en el caso de otras… no tanto. Y eso es lo que suele pasar con la mayoría de chistes sobre el colectivo LGTB+: que carecen de empatía y, por lo tanto, no tienen gracia.

En el último capítulo de la decimoséptima temporada (“Trump Guy“, emitido ayer mismo, domingo 13, en EE.UU.), Peter se topa con el presidente Donald Trump que le dice: “¡Eres Peter Griffin de Padre de Familia! Muchos niños aprendieron sus chistes favoritos sobre judíos, negros y gais viendo tu programa todos estos años“.

A lo que Peter responde con un: “Para ser justos, estamos intentando hacer menos chistes de gais“.

En el capítulo, por cierto, Trump acosa sexualmente a Meg.

La meta escena no sorprende, porque la propia serie se ha salido de si misma alguna vez (incluso viendo flashbacks y reconociendo lo mal que estaban dibujados al principio); pero los productores de la serie han confirmado que lo que Peter dijo en el capítulo va totalmente en serio. Alec Sulkin, productor ejecutivo, ha explicado que “Si ves una serie de 2005 o 2006 y la pones al lado de una serie de 2018 o 2019, vas a ver muchas diferencias. Algunas sobre las que nos sentíamos cómodos bromeando en aquel entonces, ahora entendemos que no son aceptables.“

Richard Appel, que fue productor ejecutivo de Los Simpson hasta 2008 y desde entonces trabaja en Family Guy, ha añadido que la decisión de dejar de hacer cierto tipo de chistes “es algo casi exclusivo de Padre de Familia, aunque ahora mismo se me ocurre otra serie que lleva mucho más tiempo en antena. Pero cuando una serie está literalmente veinte años en emisión, la cultura cambia. Y no es que reaccionemos y pensemos ‘No nos van a dejar decir ciertas cosas’. No. Nosotros también hemos cambiado.“

Appel añade, además, que “Estamos en un clima diferente. La cultura es diferente. Nuestras opiniones son diferentes. Se han moldeado con los años por la realidad que nos rodea, así que creo que la serie tiene que virar y evolucionar de muchas maneras diferentes“.

Fuente Pink News, vía Hazte Queer

General, Homofobia/ Transfobia. Chistes, Padre de Familia, Petter Griffin

Como siempre, un interesante artículo que el autor publica en Cáscara amarga:

Ese humor es una de las muchas formas de la violencia simbólica que padecemos a diario lesbianas, gais, bisexuales y transexuales.

Celebramos el Carnaval y esta semana, gracias a la conversación entre Arévalo y Bertín Osborne en el programa de este último en Televisión Española, quiero detenerme a reflexionar sobre el humor, y cómo en algunos momentos ofende, estigmatiza y contribuye a la perpetuación de la discriminación hacia las personas lesbianas, gays, bisexuales y transexuales.

Con la celeridad que las caracteriza, las redes sociales afirmaron que el presentador había dicho en antena “se ha perdido el humor en este país porque ya no nos reímos con chistes de gangosos y mariquitas”. No fue así literalmente. En su conversación ambos humoristas se quejaban de que ya no era posible hacer chistes en torno a ambos estereotipos. Arévalo ponía, como ejemplo, la siguiente conversación:

– Te voy a contar un chiste. Un mariquita…
– Oye no te metas con los mariq…
– Yo no me estoy metiendo. El protagonista de este chiste es un chico afeminado;

y Bertín Osborne respondía con un lacónico “sí, pero se ha perdido el sentido del humor en este país“. No es oportuno detenerse en las diferencias entre orientación sexual y expresión de género, porque es muy posible que ninguno de los cómicos apreciaran la diferencia; pero sí creo que, en su ignorancia, nos ofrecen una pregunta interesante: ¿se ha perdido el sentido del humor en España?

El humor es como la energía: ni se pierde ni se destruye, sólo se transforma. Y es posible entender que dos humoristas propios de otra época se encuentren desorientados en esta que vivimos. Sucede además que lo que ha cambiado no es únicamente el sentido del humor; han cambiado muchas cosas más desde que Arévalo y Bertín salían en el 1, 2, 3 fingiendo que el primero trataba de seducir al segundo.

Treinta años después las personas no heterosexuales hemos alcanzado un estatus suficiente para que se escuche nuestra denuncia cuando se nos somete a procesos que, mediante un uso bien dirigido de la risa, nos convierten en personajes grotescos, despreciables y deshumanizados, perfectamente convertibles en víctimas de agresiones. Porque de eso trata la risa que tanto echan de menos Arévalo y Bertín. Su humor es una de las muchas formas de la violencia simbólica que padecemos a diario lesbianas, gais, bisexuales y transexuales, y que son el sustento último de la violencia verbal y la violencia física.

Recuerdo haber escuchado hace unos meses al mismo Bertín Osborne vociferar en la Cadena Ser sobre sus seis tíos fusilados en Paracuellos. Intuyo que, aunque a él sigan haciéndole gracia los chistes de mariquitas, como cuando trataba de contárselos a un grupo de niños en televisión en 2010, no le resultaría igual de divertido que alguien contara un chiste tras otro sobre los fusilados del bando sublevado durante la Guerra Civil.

En cambio, las víctimas del otro bando fueron objeto durante años de constantes desprecios, y aún hoy siguen siéndolo. Y es aquí donde es posible hallar uno de los misterios de la risa, que esconde una relación de poder entre quien se ríe y quien resulta risible.

Arévalo y Bertín posiblemente no sean conscientes de que sí, el humor ha cambiado, porque poco a poco las relaciones de poder entre dominados y dominantes también han evolucionado. Y seguirán haciéndolo, si continuamos trabajando.

Las personas tradicionalmente risibles denunciamos ahora tener que soportar la violencia de la risa. Y por eso sigue siendo necesario difundir una ética de la risa, que recuerde que el humor a costa de las personas socialmente estigmatizadas por sus capacidades, su estado de salud, su etnia, su origen nacional, su orientación sexual e identidad de género y por supuesto su sexo es una forma de humor censurable, porque sostiene el sistema social que las estigmatiza.

Frente a ella es posible, en contrapartida, una risa subversiva, propia del Carnaval, que invierte el orden del mundo y permite a los dominados reírse a mandíbula batiente de quienes los domina, y exorcizar así buena parte de su estigma. Pero es necesario recordar también que la risa carnavalesca, cuando cuestiona el orden social, no hace sino reforzarlo, aceptándolo por bueno, porque lo emplea como referente, aun para invertirlo, salvo en los tiempos y contextos en que la risa subversiva es permitida.

Sigamos construyendo, evolucionando. Dejemos de emplear el humor para reforzar las relaciones sociales de poder o para cuestionarlas con la inversión, reforzándolas en negativo como normativas.

Levantemos una nueva risa al margen de las relaciones de poder, si es posible. Y prestemos poca atención a esos humoristas tristes, desfasados, que sólo sobreviven ya paniaguados, apesebrados, por los medios de comunicación en manos de la derecha.

Olvidemos a Bertín, olvidemos a Arévalo. Ellos, como su época, ya están muertos. Y de los muertos no está bien reírse.

Biblioteca, General, Homofobia/ Transfobia. Arévalo, Bertín Osborne, Chistes, Chistes de mariquitas, Humor